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A partir de las políticas de estado planteadas alrededor del concepto de desarrollo, la noción

de Buen Vivir adaptada por el gobierno ecuatoriano, coincide con la formulación de la


aparición de modernidades alternativas con la que concuerda Grondona. Al menos en sus
inicios como propuesta innovadora, esta se cimentaba como una respuesta clara a la
perspectiva de desarrollo occidental, que durante mucho tiempo ha imperado en el estado
ecuatoriano. Inmersas en estas políticas identificamos aspectos de acción territorial con las
cuales la población podría haber sido atendida, para garantizar la protección de sus derechos
de manera pronta y eficaz, esta iniciativa fue aplaudida de igual manera por Grondona, el cual
consideraba que la concepción de un sistema conjunto de acción en salud, educación y
alimentación, podían abrir paso a un modelo de estado en cual incluso se podía trabajar en
políticas de inclusión social más efectivas.

En cuanto a las discrepancias que se encuentran con el modelo de desarrollo planteado por el
Estado ecuatoriano y la perspectiva de Grondona, se sitúa la distancia que se crea entre los
aspectos de inclusión social y el descuido que las políticas sociales ecuatorianas han generado
al fraccionar su sociedad y desatender aspectos derivados de la cohesión social, fomentando
un fuerte individualismo en la sociedad nacional. De la mano de lo que se planteó con
antelación, se puede sustentar que Grondona discrepa con la ética de mínimos que se
encuentra efectuando el estado ecuatoriano, el cual si bien es cierto garantiza derechos
humanos fundamentales, pero la calidad a la que apunta es a la del mero cumplimiento de
metas, la cual desvaloriza la importancia de ofrecer servicios con estándares altos que puedan
brindar una buena calidad a nuestra población.

Las divergencias existentes en el modelo de Amrtya Sen y de Max Neef atienden básicamente
a la distinción de la satisfacción de necesidades y la posibilidad de ejercer capacidades. Para
Amartya Sen, se debería garantizar la posibilidad de ejercer nuestras capacidades de manera
libre e individual, potenciando así nuestra supervivencia a partir de que el entorno debe
proveer el desarrollo y los recursos para efectuar este propósito. Mientras que para Max Neef,
la lógica de necesidades y satisfactores atiende a que el bienestar colectivo debe estar
mediado por aquellas condiciones de bienes y servicios que nos permitan solventar desde
nuestras necesidades más básicas hasta aquellas que se proyectan a la colectividad, dentro de
entornos en los cuales se necesita de la participación colectiva y la presencia de otros, lo cual
dista mucho de la visión individual de Amartya Sen.
Un punto de convergencia que se puede encontrar en ambos autores es el compromiso social
que en todas las esferas es imprescindible tanto para el cumplimiento de las condiciones de la
libertad para ejercer nuestras capacidades, como también el solventar nuestras necesidades.

Los principales ejes que constituyen la agenda Social de la Cepal son:

 La lucha contra la brecha enorme y creciente de desigualdad aún existente en América


Latina resultado de una compleja matriz de determinantes, que se asienta en la
heterogeneidad estructural de sus sistemas productivos y en la cultura del privilegio.
La pertenencia a distintos estratos o clases sociales constituye uno de los ejes
estructurantes de la matriz de la desigualdad social, junto con el género, la edad (ciclo
de vida), la condición étnico-racial y el territorio, entre otros.
 La pobreza como nudo crítico para el desarrollo sostenible en America Latina: El
aumento de la pobreza y la pobreza extrema supone un gran desafío para el diseño e
implementación de las políticas públicas en la gran mayoría de los países de la región,
y el alza proyectada para 2019 no hace más que confirmar que la pobreza y la pobreza
extrema deberían mantenerse en el centro del debate y de los esfuerzos
gubernamentales.
 Las dinámicas migratorias han sido un problema de igual forma creciente en el
escenario de América Latina, dado que sus continuidades y transformaciones ocupan
un lugar en las agendas políticas y de desarrollo de los países. Los patrones y
corredores migratorios reflejan continuidades de largo plazo (como la prevalencia de
la Argentina como uno de los países de mayor inmigración), así como cambios en el
volumen y la dirección de los flujos (por ejemplo, la intensa inmigración en Chile y las
características mixtas de la emigración centroamericana y venezolana actual), que han
ocasionado cambios en las características de los migrantes (como la participación de
más hombres y la de niñas, niños y adolescentes en el ciclo migratorio). Este es el
contexto de las tendencias de la migración latinoamericana y caribeña.

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