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Sebastián Echaíz Chandía

Géneros Musicológicos
Prof. Alejandro Vera P

Notas al programa: “El piano romántico y sus ecos en Chile”

Centro Cultural Gabriela Mistral tiene el agrado de presentar este concierto que
será un viaje por el tiempo, el espacio y la subjetividad humana a través del piano
romántico en manos de Lisa Chung.
El romanticismo, antecedido por el clasicismo, se erige en el siglo XIX como un
movimiento artístico-musical capaz de definir la sonoridad de toda la centuria. Esta
corriente nace en Alemania como un movimiento literario, que a la postre abarcaría
diversas artes como la música, el teatro, la pintura, etc. Nace como una respuesta
contestataria a la ilustración y el neoclasicismo, ahora los sentimientos adquieren una
importancia muy relevante en las creaciones artísticas. En un contexto en que la
revolución industrial transformaba las formas de vida y los estados comienzan a formarse,
dejando atrás las monarquías absolutistas, la subjetividad humana emergía como un
poderoso motor creativo.
El piano, en tanto, se transformaba en el instrumento musical por excelencia en la
Europa del siglo XIX, tanto su fabricación como su tañido sufrieron importantes
desarrollos. A su vez, la disminución de costos de producción en aquella época permitió
llevar al instrumento al centro de los hogares, las familias se reunían en torno a este y la
competencia económica entre compositores dio paso a numerosas piezas musicales que
destacaban por su expresividad, capacidad evocativa y originalidad.
El presente concierto ha de ser un viaje por aquella sonoridad que, nacida en la
Europa decimonónica, llega al territorio chileno a través de interesantes compositores
nacionales, que serán parte esencial de los orígenes de la música académica en Chile.
Podremos deleitarnos en esta instancia con algunas de las más destacadas piezas
compuestas en estilo romántico, a través de las virtuosas manos de la pianista coreana
Liza Chung.
La primera pieza que oiremos fue compuesta por Fryderyk Franciszek Chopin. El
célebre compositor y pianista polaco nacido en 1810 es uno de los representantes del
romanticismo musical. Se trasladó desde las cercanías de Varsovia a Viena, y luego a París,
allí alcanzó su mejor nivel creativo, logrando trascender a la posteridad a partir de sus
composiciones en el piano. Los nocturnos del autor fueron compuestos entre 1830 y 1832,
destacan por ser piezas emotivas y breves, de bellas melodías sobre sonoros
acompañamientos. El n°2 es el más conocido a nivel mundial, escrito en mi bemol mayor,
posee una forma binaria con coda. Con una melodía que se expone y reexpone en una
constante indefinición tonal, nos entrega la sensación de un constante fluir.
Sebastián Echaíz Chandía
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Para continuar este concierto, Liza Chung interpretará la Serenada op. 15 del
destacado compositor Moritz Moszkowski quien fue un prolífico compositor, violinista y
pianista, nacido el año 1854 en Prusia. Su primer quinteto para piano fue compuesta a la
temprana edad de trece años. A los diecisiete, y tras recibir formación en la Akademie der
Tonkunst, se desarrolló laboralmente en este lugar; enseñando, componiendo e
interpretando.
La pieza que nos deleitará en esta ocasión fue compuesta en 1886, su carácter
animado invita a sus oyentes a una escucha atenta y divertida a la vez. La Serenada op. 15
fue bien aclamada por la crítica en su momento, incluso cuando está lejos de la dificultad
de otras piezas del compositor.
Probablemente el más connotado compositor de este concierto, Ludwig van
Beethoven nació el año 1770 en Bonn, una ciudad ubicada en la actual Alemania. Parte de
una familia modesta, su talento quedó expuesto a muy temprana edad, pues su padre
-inspirado en Mozart, también niño prodigio- quiso lo mismo para su hijo que ya
demostrada su genialidad. Su niñez poco tuvo de una vida infantil convencional pues
recibió instrucción severa, esto se tradujo en la falta de desarrollo de habilidades propias
de la educación formal. En el ámbito musical, su fama mundial lo posiciona como uno de
los músicos más importantes de todos los tiempos en occidente, se desarrolló como
compositor, director de orquesta, pianista y profesor de piano. Su repertorio abarca el
clasicismo hasta los comienzos del romanticismo.
La pieza que nos deleitará en esta ocasión fue escrita por Beethoven en 1795 y se
la dedicó a su colega y amigo Joseph Haydn. Compuesta en cuatro movimientos: Allegro,
Adagio, Menuetto y Prestissimo, cada cual posee un carácter propio. En el primero, nos
encontraremos con una pieza en forma de sonata -una forma musical bastante utilizada
en la época del clasicismo-, vivaz de rápidos pasajes. En cuanto a la armonía, el autor se
mueve desde el Fa menor a su relativa mayor, dicho sea: La mayor, para luego retornar a
su acorde inicial, antes pasando por una serie de tonalidades más ambiguas. Su segundo
movimiento: Adagio, es una transición a un nuevo estado de ánimo, pues recurre a la
tonalidad de Fa mayor. Nos encontraremos en este caso con un tema mucho más suave,
de tres secciones: una exposición, una sección contrastante y luego, para cerrar, una
sección final que consiste en una variación de la exposición. El Menuetto retorna a la
tonalidad menor, se estructura en tres secciones, siendo la segunda un contraste de la
primera, finalmente la tercera sección repite la primera. Llama la atención la audacia de
Beethoven a la hora de escribir este movimiento, pues el Menuetto es una danza
tradicional del barroco, y encontrarla en tonalidad menor es muy poco común. El último
movimiento es un Prestissimo en tonalidad de Fa menor, que llamativamente se mueve a
la tonalidad de Do mayor, de carácter poderoso, nos induce a la agitación propia del
virtuosismo, con pasajes rápidos y vertiginosos, que de pronto decaen con suavidad a una
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sección en tonalidad de La mayor, finalmente retorna eufórico al tema inicial para dar
cierre a esta hermosa sonata.

Si bien el romanticismo fue un movimiento artístico-cultural de origen en Europa,


ni las fronteras ni los océanos fueron límite para la influencia que ejerció en todo el
mundo, incluso en un territorio tan alejado como Chile, aunque claro, con un desfase
temporal propio de la época a causa de las dificultades en las comunicaciones. Según el
connotado historiador chileno Eugenio Pereira Salas el romanticismo pianístico fue
introducido por Federico Guzmán con un fuerte nexo entre la técnica europea y la música
nacional, con el fin de encontrar el espíritu del continente y darlo a conocer a través de su
música, sin embargo, sus esfuerzos quedaron truncados por su muerte en 1885.
Federico Guzmán Frías, pianista y compositor chileno adscrito al romanticismo, es
considerado uno de los músicos chilenos más importantes del siglo XIX. Proveniente de
una familia de músicos, manifiesta sus habilidades para el piano desde la infancia,
componiendo así en su adolescencia una de sus obras más conocidas, la “Zamacueca”
publicada en 1851 por la casa editorial de su padre Eustaquio Guzmán.
Con el apoyo del pianista y compositor norteamericano Louis Moreau Gottschalk parte
rumbo a Paris en el año 1866 a perfeccionarse. Estando allá logra editar y acreditar sus
composiciones en grandes casas editoriales de música europea. En el año 1869 vuelve a
Chile con una fuerte influencia francesa e ilustrada donde decide dedicar su tiempo a
dictar clases, componer y dar conciertos para posteriormente viajar a Lima en el 1872,
país que lo acoge durante siete años. Luego de viajar dictando clases y componiendo
obras para piano por países como Argentina y Brasil, retorna a París donde fallece en el
año 1885.
Su extenso catálogo está compuesto por más 200 obras, en su mayoría para piano. En esta
ocasión oiremos tres de sus piezas más destacas. La primera de ellas se denomina
“Souvenir. Nocturne op. 44”, escrita en tonalidad de Re bemol mayor, destaca por oscilar
entre tonalidad mayor y menor. Su carácter es pasivo y contemplativo induciendo al
oyente a un estado emotivo; La segunda pieza que oiremos de Guzmán, “Danza, Op. 54”,
fue dedicada a “à Mademoiselle Fanny Meiggs”, esta pieza reafirma la tendencia del uso
del modo menor. Tiene un carácter de habanera, y es en realidad la segunda parte de una
pieza más extensa llamada Scherzo e Danza. El compositor reservó esta pieza para
instancias íntimas, siendo solo ejecutada públicamente el año 1885 en París. Su carácter
es incisivo y dramático; Finalizando con el piano de Federico Guzmán, podremos oír la
“Zamacueca n°3” una pieza animosa, de sonoridad criolla. Escrita en ritmo de 3/4 y
tonalidad de Re mayor, en ella el compositor varía constantemente con su acorde
dominante, o sea, La mayor. Estableciendo un juego de tensión y resolución.
Sebastián Echaíz Chandía
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Prof. Alejandro Vera P
El último, aunque no menos importante, compositor que podremos visitar a través
del piano de Lisa Chung es el destacado compositor del siglo XX, Pedro Humberto Allende,
quien nace en Santiago un 29 de julio de 1885. A los 14 años ingresa al Conservatorio
Nacional de Música, de allí en adelante su carrera fue reconocida en distintas latitudes. En
Chile, fue el primer presidente de la Asociación Nacional de Compositores de Chile en
1936, posteriormente, el año 1945 recibe el Premio Nacional de Arte, siendo el primer
músico obtentor de este reconocimiento. Pionero en el “nacionalismo musical” en su país,
su obra es capaz de integrar elementos del folclor urbano y rural con elementos de la
música académica.
La obra “Tonada V”, que tendremos el privilegio de apreciar, fue compuesta entre
los años 1818 y 1922 y forma parte de una colección de doce tonadas. La presente
combina de manera delicada compases de 6/8 y 3/4 -variaciones rítmicas propias del
estilo tonada-. Estas piezas son una especie de canción de carácter lento, y están
emparentada con la métrica lírica, por tanto, se adscribe a una forma estrófica.

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