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Capítulo Iii
Capítulo Iii
Es por ello que en muchas ocasiones el esposo era apoyado como el jefe del
hogar y por ende el administrador de los recursos de su familia, reconociendo
aquí su esencia marital, es decir era aquel que ejecutaba todos los planes y
llevaba a cargo la economía en todo su esplendor, por lo que se consideraba a
la esposa como dependencia al régimen de su marido y obligada a respetarlo.
(Chávez, 2016.p.28)
Por otro lado, en el código civil de 1984 se observa la posibilidad de que los
esposos elijan entre dos regímenes el de sociedad de gananciales o la
disolución de su patrimonio para que con esto haga efecto del artículo 295, en
donde los futuros esposos escogen libremente antes de celebrar la ceremonia,
sin necesidad de basarse en una escritura pública, solo con el hecho de
concordar con lo pactado y respetarlo durante su matrimonio dentro de las
leyes peruanas, con efectos de no causar daño a ninguno de los cónyuges
inscritos.
Por general cada persona responde por sus propias deudas, y no tendrían por
qué afectar a los bienes del otro dentro de la existencia del régimen
patrimonial, sin embargo, si estas deudas de dieron en beneficio de la mejor
construcción de una familia u hogar para un futuro exitoso de sus
descendientes, si se toma en cuenta que esta es asumida por los ya casados,
por ejemplo, en el caso del amueblamiento de una casa para los esposos, en
donde existe la obligación del pago por parte de ambos así no tuvieran bienes
propios.
Referencias