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DESCUBRIR '..

' : I
Asociación creada en Francia en 1947 y reconocida de utilidad pública e'l. 1974,,.91énans es el punto de ,\
convergencia de varias sensibilidades, Lugar de encuentro, de forja de cultbras, de nacionalidades y
generaciones. favorece la creación de vinculos entre los hombres a través de la mar. '
. "- ,
El intercambio de experiencias y la lranslJlisión de conocimientos cons,tituyen el núcleo,de su pedagogla,
Glénans es una escuela de la mar que de>ea desarrollar a través de sus alumnos las. auténticas virtudes
marineras: la capacidad de juicio y del: buen sentido marino, el respeto. al ento¡no Xal, elemento !latura l, la_
modestia y el valor frente a las situaciones co las que pueden encontrarse. ' . \
. ¿ , , ' !
Glénans busca la arman la con el entorno natiJtal. Los albergues y los alojamientos están diseñados y
adaptados en función de las caracterlsticas de lo~ emplazamientos. La vida de los cursillistas se adapt~ al ritmp
del viento y las mareas, ya las exigencias locales, como la escasez de agua dulce' o el aislamiento. ' . ¡"

APRENDER
La formación que proporciona Glénans est~ basada en varios criterios:
• el aprendizaje progresivo que permite adquirir un verdadero sentido maripp;

4d2
...".TNAN' PAR IS
Ponton des Glénans
• la enseñanza rigurosa de la navegación a vela; Quai Louis-Blériot
75781 PARIS CEDEX 16
D la preocupación constante por la seguridad; 3311145 20 DI 40
.. barcos elegidos para poder navegar con cualquier clase de tiempo; su diversidad permite conocer lás
m'," ltiples facetas de la navegación; " ,
¡
• una vida en tierra concebida como la vida en la mar; 105 alumnos participan en todas las tareas de la vida
diaria; ,.
I!!I un marco de calidad, con monitores meritorios que transmiten su pasión por la mar y sus conocimientos
técnicos. l· \

TRANSMITIR
Cada año. varios miles de alumnos na·vegan.~n todas las bases y muchos de ellos se convierten a su vez en
monitores.
Desde el alumno principiante al experto patrón, todos los miembros de Glénans pueden particip~r en el
fUI 'cionamiento y desarrollo de la asociación, '
Comités elegidos a escala nacional o local, y comisiones de trabajo especializadas (vida ~n las bases,
pedagogra, seguridad, publrcaciones, gestión .. ,) solicitan la presencia de todos los mien¡bros. Constituy~n
lugares de encuentro no solamente entre los monitores meritorios, sino también con los asalariados que
trabajan de forma permanente.
EL NUEVO CURSO
,
DE NAVEGACION
DE GLÉNANS
EL NUEVO CURSO /

DE NAVEGACION
DEGLÉNAN5

192
NÁUTICA
"A aquéllas y a aquéllos que han creído en mis sueños"

PHllIPP' VIANNAY (1917- 1986)

Sumario
Fundador de Glénans

La mar vista desde Glénans ... Prólogo, 11.

y desde cualquier lugar

1. Práctica del velero


Se pasa revista de forma sistemática a todo lo relacio- 1. Aparejar el barco, 19.
Editor: Jesús Domingo 2. Iniciación, 49.
Coordinación editorial: Paloma González
nado con la utilización de una máquina con velas, de-
3. Perfeccionamiento, 103.
Traducción y adaptación al caste llano: Cristina Puya Canomanuel rivador, catamarán deportivo o tabla a vela. No es
Revisión temas médicos: Dr. Joaquín García-Morán López una parte reservada exclusivamente a los principian-
Foto cubierta de Phi lip Plisson
tes, pero éstos podrán encontrar en ella las referen-
cias necesarias para comprender lo que ocurre en el
agua; y donde el navegante, aunque ya experimenta-
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su
tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier do, podrá hallar la información que le falta para ven-
medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros medios,
sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
cer sus dificultades y enriquecer su experiencia.

Título origina l: Le nouveau cours des Glénans 11. Mecánica del velero
© Editions du Seu il 1995 para la quinta edición, actualizada y aumentada del Curso. Nos imaginamos muchas cosas. Por ejemplo que el 1. El origen de las fuerzas,
© Editions du Seuil 1972, 1982 Y 1990 para la segunda, tercera y cuarta ediciones. 171.
viento sopla siempre de la parte alta de la página,
Editado por primera vez bajo el titulo Cours de navigation des Glénans por 2. El juego de las fuerzas, 195.
Editions du Campas en 1961 que la mar se parece a una gran pizarra negra donde
3. El equilibrio de un velero,
© Ediciones Tutor, S.A. 1993 de la primera edición y los barcos están dibujados con tiza.. Esta parte es 2 19.
1997 de la presente edición actua li zada y aumentada
teórica: seguimos suponiendo con un mayor conoci-
And rés Mellado, 9 - 280 15 Madrid
Tel.: 543 21 72. Fax 549 96 53 miento, que podemos conocer todos los componen-
tes de la mar y el viento, y que las tripulaciones siem-
IS8N : 84-7902-163-2 pre son capaces de maniobrar, y que dominan perfec-
Depósito lega l: M-9339-1997
Impreso en Fareso, S. A. tamente la práctica y las razones de esta práctica. A
Impreso en España - Printed in Spain partir de estas hipótesis, describimos el funciona-
miento de un barco ideal, en un medio ideal, por me- VI. El paisaje marino
dio de los teoremas de la dinámica de los fluidos, y
La otra mitad del motor de un velero es el agua. Aquí 1. La noción de paisaje marino,
explicamos el motivo por el que" la cosa marcha". 843.
ya no hablamos de un fluido invisible o casi invisible,
Explicamos también que estas nociones no son sólo 2. De la mar a la tierra, 857.
sino de un entorno imaginario que no sólo cubre las 3. La mar en movimiento, 881.
teóricas: sino que responden a una serie de cuestio- dos terceras partes de nuestro planeta, sino que ocul-
nes que cada tripulante puede plantearse. ta los secretos de nuestros orígenes. El Nuevo Curso
describe las relaciones entre el agua, la tierra y el aire,
111. El barco en definitiva, el campo de juego.
1. La jarcia, 251. El objetivo de este capítulo es desmontar, pieza a pie-
2. El motor y la electricidad,
343.
za, este medio para desplazarnos sobre el agua que VII. Navegación
3. El casco y los interiores, 369. es el barco. Es una descripción detallada, pero al mis- Ya conocemos todo sobre el barco y la manera de ha- 1. Puntos de referencia y
4. El material de armamento, mo tiempo estática. cer que éste avance. Sabemos reconocer a la primera publicaciones, 921.
413. 2. Navegación costera, 959.
El viento, la mar y la tripulación están siempre presen- ojeada un frente frío y una gaviota, una corriente de
5. Aparejar, desaparejar, 473. 3. Navegación en alta mar,
tes, pero permanecen en un segundo plano. marea y una serie de olas, una costa a barlovento y
993.
un abra acogedora ... 4. Navegación astronómica,
IV. la maniobra Todos estos fenómenos se han convertido en señales. 1033.
1. El gobierno del barco, 493. El mundo sigue siendo igual de extenso, pero es el 5. Derrota y estrategia, 1055.
No podríamos hacer nada con este sofisticado con-
2. La virada, 547.
junto de metal, plástico, madera, tejido, cuerdas, re- Verbo, como diría San Juan. Es suficientemente am-
3. El cambio de velas, 573.
4. Las maniobras en puerto, lés eléctricos y minucias electrónicas, que constituye plio como para jugar al juego de Ulises, de los Argo-
605. un barco, si no sabemos gobernarlo. Tratamos de nautas y de Rackham el Rojo. Pero los hombres han
5. Maniobra de hombre al describir aquí una dinámica determinada. El barco se inventado toda una serie de sutilezas para saber ha-
agua, 677. desplaza, con una tripulación a bordo del mismo que cia dónde se dirigen, dónde están, de qué forma se
6. Maniobras a motor, 709. desplazan y a qué hora estarán de vuelta ..
7. Maniobras auxiliares, 717.
no puede permanecer inactiva.
El objetivo de este capítulo es describir los medios
V. Meteorología que nos ofrece la técnica para suplir los conocimien-
1. Los movimientos del aire, tos insuficientes del medio, dar cierta seguridad a es-
739.
Tenemos un barco, sabemos maniobrar con él, y pode-
ta forma errante de vida y hacerla compatible con
2. El tiempo que hace, 767. mos observar el entorno y el tiempo que hace. Con-
una vida de terrícola.
3. El tiempo que va a hacer, trariamente a lo que muchos piensan, los navegantes
811. de recreo raras veces llegan hasta esta fase. Se conten-
tan con escuchar el boletín meteorológico y quedarse VIII. El crucero
en puerto si el viento sopla a más de x nudos. El Nuevo Curso se acaba. Y es ahí donde todo empie- 1. Salir a pasar el día, 1101.
2. Crucero por la costa, 1127.
El propósito de este capítulo es aprender a observar y za. Entra en escena la tripulación, sin la cual nada es 3. Crucero de altura, 1175.
entender la dinámica del fluido" aire" que es la mi- posible y cuyo grado de autonomía/libertad depende
tad del motor de un velero. únicamente de su propia condición. Domina su bar-
co, entiende la mar, sabe utilizar el viento, ha com-
prendido el delicado sistema de relaciones en cuyo
centro el juego se convierte en libertad. En cuanto a la
teoría, ya no hay nada más que decir. Y respecto a la
La mar
práctica, podemos poner algunos ejemplos-instruccio-
nes de empleo de esta libertad. Depende de cada uno
aplicar a su caso particular los intríngulis del asunto.
vista desde Glénans ...
1. Bibliografía, 1227.
IX- Documentación práctica
Y, puesto que El Nuevo Curso es también un libro de
y desde cualquier lugar
2. Fuentes de la presente consu lta, proporcionamos información para guiar el
edición, 1232. El alumno doscientos mil que se inscribió en septiembre de 1994 en un curso
deambular del marino prevenido por el océano de las
3. Direcciones útiles, 1233.
páginas. de iniciación en Penfret se extrañó tanto como los demás que le han precedido de
que no exista un único método de enseñanza.
índice, 1235. índice general Y sin embargo en Glénans, desde hace casi cincuenta años, se aprende y se en-
seña. Pero el objetivo en sí de esta enseñanza -navegar y vivir en grupo- exige tan-
índice de recuadros, 1241. índice de contenidos to el conocimiento del medio como el dominio de una técnica única. En realidad
índice de contenidos, 1243. es la puesta en práctica de la responsabilidad lo que se revela como el mejor
índice de láminas, 1247.
método.
Entonces ¿para qué necesitamos un cu rso de navegación?
Los orígenes del CINA
Porque un día la experiencia consagra cierta manera de trabajar: la doctrina
uando completamos nuestra formación náutica allá por los años 65/66 en el Centre Nautique des Glé-
C nans, conocimos a Hélene y Philippe Viannay, creadores de esa gran escuela, quizás ya la más impor-
tante de Europa. Les Glénans no han sido nunca solamente un centro de enseñanza de este deporte. Los
náutica se convierte en un bien común que debe compartirse. Patrones, monitores
y cursi llistas organizan esta doctrina para que pueda consultarse antes, durante, y
Viannay y sus amigos. entonces jóvenes que habían luchado en la "Resistencia " francesa contra los nazis.
quisieron darnos. a los que por allí pasamos, un espíritu diferente, y un estilo de vida y de amistad que son después de la navegación, y descubrir lo que ya se ha explicado sobre las técnicas
poco frecu entes y a los que el oficio de la mar les sirve de soporte. Trabamos una profunda amistad con
Franc;ois Viannay, hijo de Hélene y de Philippe y gran navegante también.
utilizadas, más que para adoptarlas sin discriminación.
La vela en España en aquellos años no estaba al alcance de cualquier joven , y surgió de nuestro entu-
siasmo el proyecto de crear, como Les Glénans, una escuela abierta a todos sin distinciones de ningún ti- De este largo caminar nace en Francia en 1961 el primer Curso de Glénans im-
po, que permitiera formar buenos navegantes a vela, y transmitir ese espíritu de la mar y la amistad que preso, que es sustituido a lo largo de los años por tres ediciones sucesivas y que
en aquella escuela se nos dio.
Los Viannay, Les Glénans, y la Federación .Española de Vela confiaron en nosotros y apoyaron nuestra desemboca en este quinto Nuevo Curso de Glénans; no es, por lo tanto, el fruto
idea. Con Franc;ois como pilar fundamental. Angel Raquero, Rafa Urculo y José Anchisi, en el verano de de una reflexión teórica. Reúne las conclusiones provisionales extraídas del co njun-
1968, conseguimos hacer nacer el Centro Internacional de Navegación de Arosa, el CINA. Desde entonces,
por nuestras bases de la isla de Arosa (Pontevedra) y Boira (La Coruña). ambas en la ría de Arosa, han pa- to de la s experiencias adquiridas en Glénans, pero también de los medios náuticos
sado miles de mujeres y hombres de todas las edades. Hoy frecuentemente tropezamos con muchos de
el los por puertos y fondeaderos no só lo de nuestra península.
próximos a nuestra comprensión de la mar. Una vez más, éstos han sido amplia-
El CINA (asociación sin fin lucrativo) sigue formando hoy buenos navegantes en las rias gallegas duran- mente consultados.
te el verano, y en primavera y otoño, en cursos de iniciación, en su base de l pantano de Va lm ayor (Colme-
najero, Madrid) gracias al apoyo del Ca nal de Isabel l!. Con un método como éste, El Curso no hace más que renovarse al ritmo de las
Nuestros monitores han trabajado en la traducción técnica de la versión españo la de este denso, mo-
derno y completís im o tratado sobre los veleros y la navegación a ve la, compendio de las enseñanzas de temporadas. Esta es pues la quinta edición, que tiene en cuenta y explica las últi-
Les Glénans durante más de cinco décadas. Si esta modesta contribución te ayuda a ser un buen y solida- mas técnicas y prácticas de navegación. El especialista aprenderá, por ejemplo, a
rio navegante, habrá valido la pena nuestro esfuerzo.
José Castellote utilizar las últimas técnicas y aparatos electrón icos, a manejar un güinche autoca-
(Presidente del CINA)
zante, un enrollador de génova o un lazy-jack; accesorios que no son indispensa-
bies hoy día, pero que son mecanismos corrientes en los barcos de recreo moder-
nos. Ya sea principiante o iniciado, el navegante de recreo encontrará aquí todo lo
que necesita saber para navegar con la mar y el viento. PRIMERA PARTE
Diseñado de esta manera, El Nuevo Curso presenta numerosos modos de utili-
zación.
Es una enciclopedia del barco, que contiene una relación detallada de materias, ,
un nuevo índice general de cuadros y de láminas, así como amplia bibliografía.
Es, al mismo tiempo, un bonito cuento: los movimientos de la tripulación al
conseguir realizar una virada o los de un surfista saltando fuera del agua para rea-
PRACTICA
lizar un bonito "water start" son verdaderas novelas cuya trama detalladamente
expuesta seducirá al lector.
Si contemplamos las imágenes y dibujos es también un precioso álbum de fotos
DEL VELERO
o unos bonitos dibujos animados. El desglose de las maniobras fundamentales
constituye una de las novedades de la actual edición. Y no es la única: la mar y los
veleros tienen ahora los colores reales.
Se ha otorgado un aspecto más práctico a la presentación de la obra, especial-

mente a sus cubiertas: a partir de ahora, El Nuevo Curso es más marinero y ya no
teme a los rociones. El lector-navegante lo convertirá en su vade-mecum y no du-
dará en embarcarlo para incluirlo en la biblioteca de a bordo.
Más allá de estos aspectos materiales, sigue siendo ante todo un "libro de a
bordo", lleno de trucos y técnicas que servirán tanto al aficionado que siente la
tentación de comprarse un barco, como al encargado de alquilarlos, deseoso de
evitar a sus clientes errores espectaculares y al navegante de recreo que simple-
mente desea navegar con seguridad.
Esta no es en definitiva la mar-refugio, ni la mar-consumo, sino la mar vivida en-
tre todos, la mar vista desde las Glénans ..
UANDO UNO DESEA navegar a vela, en primer lugar debe burlarse de las teo-
C rías y de las escuelas: lo primero que tiene que hacer es comprarse un barco,
aparejarlo y salir a la mar.
Navegar no lo constituye realmente una sucesión de pasos naturales, cuyos
principios vamos a descubrir en un instante; la mayoría de los movimientos que
debemos efectuar para llevar bien un barco no son evidentes, incluso algunos de
ellos son al contrario de los reflejos habituales; i por esta razón, no es posible
aprenderlos en los libros!
Al principio, nos sentimos un poco torpes en general, extrañamente aturdidos
(por esta razón a los novatos se les llama elefantes). Y solemos cometer cantidad
de equivocaciones. Eso no quiere decir que forzosamente seamos tontos, todo lo
contrario. Hay una parte de nosotros mismos, esencialmente sensitiva, que ape-
nas utilizamos en la vida diaria: ya no sabemos observar, husmear, intuir o adap-
tarnos rápidamente a lo desconocido. Estamos dormidos. Y vamos a tener que
despertarnos.
Todo empieza a partir del momento en que comenzamos a preparar el barco, y
en cuanto intentamos comprender el modo en que está dispuesta esta curiosa
máquina, con todos esos chismes (iademás, empezamos a emplear un vocabulario
mucho más exacto!). Y el despertar resulta totalmente indispensable cuando sali-
mos por primera vez y nos disponemos a dar una vuelta por el agua. "Dar una
vuelta", con un barco de vela, es ya toda una aventura. Con absoluta seguridad,
podríamos escribir un capítulo sobre el tema.
A continuación, evidentemente, nos dejan que reflexionemos y saquemos con-
clusiones de todo lo que hemos comprobado, es decir, que intentemos hacer pro-
gresos: es lo que nos distingue de los verdaderos animales. Esta búsqueda puede
llenar también otro capítulo entero. Ya dominamos algunos movimientos, hemos
encontrado cierto equilibrio y observado algunos matices en el comportamiento un tripulante con más experiencia, pod remos sa lir en busca de la veloci dad sob re
del viento y de la mar. Otra fase del aprendizaje empieza al darnos cuenta de que el t rampol ín de un pequeño catamarán. Aunque quizás, sólo queramos descubrir
el barquito en el que navegamos puede hacer cosas asombrosas si le seguimos el la cala cercana donde poder medirnos con otros barcos que evolucionan en el pIa -
juego y sacamos partido de sus posibilidades, de ese modo especial que tiene de no de agua. En una palabra, al principio, debemos aprender a navegar a vela sin
acomodarse a las circunstancias.. Enseguida ya no reaccionamos con los reflejos preocuparnos demasiado del instrumento, dejándonos llevar por las oportunida-
de los terrícolas, sino que entramos en un mundo que estábamos a cien leguas de des que se nos present an, y especia lizarnos más adelante en una u otra máquina.
imaginar en un principio. Nos vamos "perfeccionando". A la larga, incluso es posi- Esta es la única norma que ha guiado nuestros pasos.
ble que consigamos ser sutiles, pero no hay que anticiparse.
El principiante encontrará en esta parte el conjunto de prácticas y ejercicios que
En esta primera parte hemos reunido la práctica del derivador de uno o dos tri- deberá realizar antes de lanzarse a la gran aventura. Solamente a partir de la pri -
pulantes, el dominio de la tabla a vela y el aprendizaje del catamarán deportivo mera sa lida tendrán sentido las explicaciones que aquí proporcionamos. En los tres
Según vayamos conociendo un poco mejor estas diferentes disciplinas, quizás nos capítulos (Aparejar el barco, Iniciación y Perfeccionamiento) hemos intentado def i-
preguntemos si realmente era necesario este agrupamiento. ¿Qué tiene en común nir cada vez un "tronco común" de conocim ientos, antes de aborda r, en forma de
una virada en catamarán con una "jibe"* en tabla a vela) ¿Podemos hablar de la sucintos cuadros, los problemas más específicos de una u otra máquina. El lector
importancia de la distribución de los pesos en un trampolín con la misma vehe- que se sienta atraído por las sensaciones de la tabla a vela, conquistado por la ve-
mencia que lo haríamos al dirigirnos a los tripulantes de un 470) ¿Qué relación locidad de los catamaranes o seducido por la gracia de un derivador, deberá reco-
existe entre la vela con sables de una tabla de olas y el spinnaker de un Laser n rrer el mismo camino a través de las páginas de este libro. Todo lo que contiene es
Todas estas preguntas ya nos las hemos planteado, y si bien es cierto que la ta- fundamental, incluso aunque ciertos párrafos no parezcan siempre indispensables
bla a vela, el catamarán y el derivador abordan campos a veces diferentes y a me- desde el punto de vista de una práctica concreta. Sin embargo, para los lectores
nudo específicos, también tienen en común un amplio aspecto, el de las sensacio- demasiado impacientes, hemos ideado un sistema para poder responder con rapi-
nes, los primeros reflejos y conocimientos básicos que forman lo que denomina- dez a sus preocupaciones . Un "balizamiento" especial les permite saltarse deter-
mos desde siempre, en Glénans, el buen sentido marino. Todavía en la actualidad minadas páginas. Aunque estamos convencidos que estos lectores "canguro" vol-
comprobamos que numerosos principiantes inician su aprendizaje de la vela con verán, ya sea por curiosidad o por necesidad, a las páginas que hayan abandona-
una u otra de estas prácticas, enfrentándose a los mismos problemas: ¿De dónde do con demasiada rapi dez.
viene el viento) ¿Cómo podré sal ir de la playa 7 ¿Cómo vaya colocarme en el pIa-
no de agua) ¿No es demasiado fuerte el viento) ¿Podré volver)
Algunos principiantes, que se apasionan enseguida, no dudan en mezclar las
categorías y saltan voluntariamente del cajón de un derivador al estribo de una ta-
bla a vela. Es preciso afirmar, que hoy día i podemos navegar como queramos l Si
hace buen tiempo y el viento sopla hacia la playa, es mejor que nos lancemos en
una tab la a vela. Si éste es más intenso y tenemos la suerte de poder convencer a

* Nota de la traductora: En Inglés en el original, en español: "trasluchada dinámICa".


Aparejar
el barco
Citando a Woody Allen, podemos decir q ue el objetivo de este capitulo
es averig uar "todo lo que siempre hemos querido saber sobre barcos
de vela y nunca nos hemos atrevido a preguntar" .
Nuestra intención es, efect ivamente, acompañar paso a paso al prin-
cipiante du rante la eta pa de elección y preparación de su barco.
Elegir un barco es una decisión d ifícil e im porta nte. La elección no es
simplemente técnica. Existen numerosos criterios que desempeñan un Foto de pág . izquierda : Armar y
papel decisivo. Por ejemplo, el precio, la f acilidad de mantenimiento y aparejar el barco antes de la primera
de transporte, el uso que vamos a hacer, etc. salida constituye ya una tarea
Evidentemente, podemos lanzarnos de entrada hacia un gran ba rco importante; tres tripulantes no estarán
de crucero, una clase de navegación am pliamente comentada en los di - de más para conseguirlo ..
ferentes capítu los de este libro. Pero para el programa previsto en "Ini-
ciación", el (alamarán, la tabla a vela y el derivador, a dos o en solita- Foto inferior izquierda: un catamarán
rio, cumplen perfectamente el papel deseado. Tienen un precio asequi- pequeño de iniciación : el F·Cat.
ble, son manej ables y no necesitan ninguna infraestructura especial en Foto inferior derecha: el 470, derivador
tierra. y po r último, son de vela, es decir, q ue no tienen motor ni están de dos tripulantes, es una serie
prepa rados pa ra llevarlo. oli mpica desde 1965.
20 Practica del velero Aparejar el barco 21

Nomenclatura del derivador

"
G
A
20. Puñ o de escota de la
1. Roldana de tope del
mayor
mástil.
2. Driza de la mayor.
H
3. Puño de driza de la
2 1. Puñ o de driza del
mayor.
f oque.
4. Ta bla del grátil
22. Puño de escota del
5. Sable fo rzado
foqu e.
6. Vaina del sable

23. Puño de amura del


B
foque
7. Remate del cable de l
24. Pletina del tensor
trapecio
25. Cadenote del estay
8. Driza del spi
26. Roda.
9. Estay
10. Obenque
11 . Driza del foqu e

e
12. Cruceta vista desde babor
44 45
27. Cadenote del obenque de babor.
o 28. Puño del trapecio .
13. Cruceta de estribor, vista 29. Anill a del trapecio.
desde la popa
38. Cañín
E 30. Polea con a rra igo del aparejo de la m ayor 39. Bra za del spi
14. Puño de amura de la 31 . Carri l del carro de la escot a de la mayor 40. Escota del s pi
mayor 32. Mordaza de la escota de la m ayor 41 . Barraescota de la mayor
15. Pinzote 42. Carro de ba rra escota de la mayor
16. Pajarín. pa ra t e nsar e l K 43 . Escota de la mayor
pujamen .
17. Driza de la m ayor y su
24 ~~
25 ~
33 . Mordaza de la driza del foque
34 . Cajera del aparejo para tensar la driza de la
44. Cabo para ca la r la orza
45. Orza
26
mordaza. mayor 46. Escota del foque
18. He rraje de la trapa 35. Polea para tensar la trapa 47 . Ta ngón del spi
48. Botavara
49. Foqu e
19. Poleas del apa rejo de la 36. Caña 50. Spi
escota de la mayor 37 . Cabo para cala r e l timón 51. Contraescota del foque
22 Práctica del v elero Aparejar el ba r co 23

Nomenclatura del catamarán deportivo

A
1. Estay ----'' ' '- -- - - - 21
2. Ani ll o del " hook "
3. Gancho del " hook"
4. Puño de driza del foqu e
5. Mo sq uetón del foqu e

B
6. Puño del trapecio
7. An ill a del trapecio
8. Elá stico para hacer banda

e
9. Puño de escota de la
mayor
10. Aparejo de la escota de la
m ayor con mordaza
11 . Carro de escota de la
m ayor
12. Ra íl de escota d e la mayor
38
D
13. Puño de amura de la
mayor
14. Aparejo pa ra ten sar la 27
mayor
15. Pie de palo giratorio 39

E
r - - - - 32
16. Puño de escota del foque 22. Arraigado 31 . Timones
17. Escota del foque 23. Sables forzado s 32. Cañas
18. Contraescota del foqu e 24. Estay 33 . Ba rra de unión
19. Aparejo de la escota de 25. Obenque 34. Cincha para hacer banda
babor del foque 26. Foque 35. Escot a del foque
27. Viguetas 36. Arnés pantalón para hacer trapecio
31
28. Pie de ga llo o brazalote 37 . Cable del trapecio
20. Pa lo giratorio 29. Cascos 38. Trampolin
21. Mayor 30. Cañín 39. Escota de la mayor
24 Práctica del velero Aparejar el barco 25

Distinguimos dos partes: la primera trata sobre 105 catamaranes de-


portivos y los derivadores; la segunda, sobre las tablas a vela. tstas exi- Montaje del catamarán
gen un aprendizaje tan concreto que hemos tenido que tratarlas de
forma independiente. Presentamos los derivadores y catamaranes de
eb ido a sus dimensiones los catamaranes se
forma simultánea, como casos particulares de un mismo problema:
mantener sobre el agua una máquina ligera con mucho trapo. D entregan en piezas sepa radas. Primer consejo:
no hay que desanimarse, sin o empezar a leer las
instrucciones de montaje que vienen siempre con
los paquetes.
APAREJAR EL BARCO Unimos los cascos por medio de dos v igu etas
que, segú n el tipo de barco, se at ornillan o se en-
Derivadores y catamaranes cajan en los cascos. Hay que engrasar las muescas
y los pernos para que se puedan vo lver a desmon-
En primer lugar, vamos a describir el modo de aparejar un barco pe-
tar. Para ello, utiliza remos aceites con bisulfuro de
queño deportivo. Como ejemplo de derivador para dos tripulantes te-
molibdeno, que manchan, pero que no se disuel-
nemos el 470, serie olímpica diseñada en 1965 por Jean Morin y André ven con el agua de mar.
Cornu. Tiene una eslora de 4,70 metros, un peso de 120 kgs. y una su- No hay que o lvidar meter las arande las y los
perficie vélica de 12,70 m', y puede llevar un spinnaker de 13 m' . Es un casqu illos qu e sirve n para evitar que se aplasten
barco tranquilo que puede llegar a ser muy espectacular navegando las vig uetas.
con ventolina si está bien gobernado. Asimismo, analizaremos un deri- A continu ación, co locamos e l trampolín , lona
vador para un solo tripulante: ellaser. En lo que respecta al catamarán, que sirve de puente entre los dos cascos. En algu-
los ejemplos e ilustraciones corresponden, por lo general, al F-Cat. Sin nos catamaranes hay que montarlo antes que las
embargo, hay que precisar que nos hemos dedicado a lo más sencillo y v iguetas; éste, concretamente, es el caso de los
trampolines que se introducen dentro de carriles.
que, dependiendo del tipo de barco que utilicemos, puede que el acas-
Los hay de dos clases: los que se fijan sobre un
tillaje no sea necesariamente el mismo.
marco que se atorni ll a a lo s cascos, y l os que
Después, aparejaremos las velas, no porque pensemos en escapar- se unen por crema lleras o carriles situados en los
nos en cuanto las cosas se tuerzan un poco, sino porque vamos a expli- cascos .
caros lo más fácilmente posible todas las operaciones que hay que rea- Una vez colocado el trampolín, sólo nos queda
lizar antes de salir a navegar por primera vez. tensarlo bien con ayuda de un cabo continuo.
La tensión y su uniform idad son importantes
Aparejar el palo pues proporcionan rigidez al conjunto. Hay que pro-
curar que la amarradura tire de los aliaos en la mis-
Antes de pensar en colocar el palo en su sitio, tenemos que ponerlo ma dirección de las fijaciones, pues en caso contra-
horizontal y ordenar las drizas (cabos que nos servirán para izar las ve- rio corremos el riesgo de ra sgar el trampolín o des-
las), y la jarcia f irm e (conjunto de cables que mantienen derecho el gastar prematuramente las fija ciones de plástico.
palo: los obenques a los lados y el estay en la proa).

Preparación antes de arbolar mente amplio como para ser efectivo. los catamaranes no suelen lle-
Existen diferentes medios de fijar los cables al palo; en el 470, el palo varlas, pero en caso afirmativo, hay que fijarlas a los obenques con las
tiene unos agujeros, en el lugar donde se fijan los obenques y el estay, conteras que vienen de fábrica.
en los que se meten las conteras en forma de gancho de los extremos Hay que pasar las drizas que sirven para izar la vela tirando hacia
de los cables. En el otro extremo los cables llevan una gaza donde se fi- arriba, ¡cuidado con el sentido! En un extremo, por el lado de la vela,
jan los tensores de pletina, que sirven para ajustar la tensión de los normalmente hay una gaza que tenemos que fija r a la tabla del grátil
obenques y del estay desde la cubierta. Los tensores van montados por por medio de un grillete. Antes de arbolar el palo se afirman los dos ex-
medio de cadenotes instalados de manera fija en el barco. tremos de las drizas para evitar que se escapen .
las crucetas sirven para separar los obenques del palo, con objeto Quizás tengamos que colocar también algunas piezas de acastillaje
de que el ángulo que forma el obenque con el palo sea lo suficiente- adicionales u opcionales, tales como cornamusas, escoteros, cables de
26 Practica del velero Aparejar el barco 27

trapecio, la veleta del tope del palo ... Es el momento de hacerlo respe- Palo encastrado, como en la mayoría de los catamaranes Para asegurar

tando las instrucciones de montaje del fabricante. Hay que poner el pie del palo sobre su rótula y bloquearlo para que un gri llete

Antes de colocar el palo, tendremos la precaución de engrasar el ca- no se mueva durante la arboladura. En la mayoría de los catamara- basta con

rril con una crema deslizadora para que podamos izar mejor la vela. nes el palo es giratorio y su articulación se engrasa con una pastilla fijarlo con hilo

El laser es un caso aparte. Como la mayoría de los catamaranes, su de tellón . de vela .

palo. formado por dos piezas. no lleva obenques y va encastrado sim- Una vez fijos los obenques a los ca denotes, igual que en el caso del
l e va ntar el palo de un plemente en su carlinga atravesando la cubierta de proa. Asimismo, la derivador, un tripulante sostendrá el tope del palo, y el otro se colocará
470 después de colocar vela lleva una funda de grátil en la que se introduce el palo y no necesi- de pie sobre la vigueta de proa, cogerá los dos puños del trapecio y ti-
el pie del mi smo en el
ta driza. rará con toda su fuerza, mientras que el primero empujará el palo hacia
tintero y de fij ar los
arriba. Una vez colocado éste, sólo queda fijar el estay sobre el pie de
o be nques a los
Arbolar gallo. Hay que ajustar los tensores para que el palo quede ligeramente
ca denotes, resulta Palo encastrado en el tintero. como en los derivadores inclinado hacia popa (se dice que está" agoletado"), y después blo-
relativam ente f ácil . Cuando todo está en orden, acercamos el pie del palo a la carlinga, fi- quearemos el grillete.
jamos los obenques a los cadenotes y al último agujero del tensor de
pletina. Más tarde los ajustaremos cuando el palo esté vertical. No de- Asegurar la jarcia
bemos meternos en el barco cuando esté en tierra, pues podemos re- En todos los casos hay que asegurar la jarcia: los grilletes, con hilo de
ventarlo o deformarlo. A pesar de ello resulta fácil levantar el palo entre vela grueso que pasaremos por los pernos, y las anillas abiertas con cin-
dos personas si un tripulante nos ayuda tirando del estay. ta aislante o, mejor todavía, sustituiremos las anillas por pasadores fo-
Cuando el palo está ya vertical, fijamos el estay y colocamos los rrados con cinta aislante para no estropear las velas. Grillet e rápido
obenques y los dos tensores de pletina a la misma altura. Los obenques Se utiliza est e tipo de grillete para fij ar
deben ajustarse de tal manera que, tensando el estay al máximo, el pa- la driza a la tabla de la mayor.
lo no llegue a apoyarse en el tope de la fogonadura. Aparejar las velas
Para aparejar una vela, hay que empezar distinguiendo sus tres puños:
el puño de amura, el puño de escota y el puño de driza.
El puño de amura de la mayor forma un ángulo recto; el puño de
driza, que normalmente tiene una placa metálica, la tabla, forma un
ángulo muy agudo; el puño de escota no tiene realmente ninguna se-
ñal característica. En la baluma no hay relinga, como en los otros dos
bordes de la vela. Se denomina así el cabo o refuerzo que va cosido al
borde de la vela y que sirve para poder introducirla dentro del rail del
fogonadura
palo o de la botavara. El grátil es el lado más largo de la vela, que sí tie-
ne relinga. Algunas velas de los catamaranes no tienen relinga en el
pujamen.
En el foque, sólo lleva relinga el grátil, que es el borde más largo. El
ángulo más agudo es el puño de driza, y el puño de amura es el que
suele llevar la marca del velero.

Modo de aparejar la mayor


Envergamos la mayor en la botavara (en caso de que el barco lleve esta
percha) introduciendo la relinga del pujamen en el rail de la botavara,
fijamos el puño de amura y amarramos el pajarín al puño de escota. Es- pUño puño
te cabo, o pajarín, pasa a veces por dentro de la botavara y sale debajo O de amura de escota O
del pinzote, donde lo fijamos en una mordaza situada bajo la botavara. pujamen

Tensor de pletina en U para ajustar la Detalle del tintero de un 470 con su Se meten los sables en sus vainas sin forzarlos y se ajusta la ten sión l os tres puños y los tres bordes de una

tensión de los obenques. fogonadura . de la tela sobre los sables; cuanto más viento hay, menos se tensa . vela.
28 Practica del v elero Ap a rej ar el b arco 29

Atención, ifrágil!
Es mu y fáci l est ropear las velas. Pa ra no hacerl o hay que
evitar:
• co loca rl as sobre la arena q ue acabará m eti éndose por las
costuras y act uará co m o u n fu erte abrasivo ;
• m eterl as echas un lío en una bo lsa (pu es el tejid o se rom -
pe); En los cat a marones las escotas del
• fum ar mientras las ma nejam os. foque se s uelen co locar formando un
a parejo sencillo con el fin de reducir a
la mitad el esfuerzo del t ripulante
enca rgado de re gl ar la veta. Se pasa
A continuación buscamos el puño de driza siguiendo el grátil con la
s ucesivam ente el firm e de la escota (su
mano a partir del puño de amura para no izar la vela formando un tira -
ext remo) po r dentro del escotero, la
buzón. Metemos la relinga unos cuantos centímetros en el cana l del
polea de la vigu eta, la polea del foque,
palo y engrilletamos la driza a la tabla.
afirmá ndola por últ imo al estribo
Colocamos la escota en su sitio reflexionando sobre el sen tido co-
con un as de gu ias .
rrecto de paso por las poleas, sin cruzar los guarnes del aparejo; des-
pués, hacemos una lasca o nudo de ocho en el chicote de la misma . Es
importante aparejar correctamente las escotas para que puedan desli-
zarse bien por las poleas y escoteros. Enseguida nos daremos cuen ta de
iEI hook sin historias!
que una escota atascada suele ser motivo de vuelco ..
Por último, colocamos la trapa entre la botavara y el palo. Su fun-
ción principal es mantener la botavara en sentido horizontal e impedir
E n la mayoría de los cata m ara-
nes, el pu ño de driza se cuelga
de un ganch o (o h oo k) situado en
que se arbole (es decir, que se levante el puño de amura). Más adelan-
el tope del palo. U na vez izada la
te veremos que también desempeña otras funciones. ve la, la enga nchamos al m ismo y
Las escot as del f oque muchas La escota de la mayor va muchas veces aparejada en un carro de ba - afirm amos la driza que acabamos
veces se a pa rejan "e n continuo ", rraescota. Esta instalación es algo complicada y hay que seguir las ins- de tensa r.
es d ecir. f orma ndo u n circui t o trucciones del constructor, debiendo comprobar, en tierra, que el siste- Para arriarla, basta con desengan-
cerrado, y s irviendo cada uno de ma funciona bien en todas las posiciones. char el puño de driza.
l os extrem os com o En los b arcos co n el sistem a de
escot a. Modo de aparejar el foque " anilla" basta con izar un poco la
ve la y girar el pal o a fondo, hacia
Amuramos el foque por medio de un grillete o de un gancho que va si-
un lado o hacia el otro pa ra de-
tuado justo a popa de la base del estay, afirmamos la driza al puño de
se ng anc har la ani ll a, y arri ar. En
driza con un gril lete o un gancho y las escotas al puño de escota co- los de l tip o " m ang uito", hay q ue
rrespondiente con un as de guía. izar la ve la, ma ntener la driza ten-
sa tirando de ella hac ia la proa pa-
ra d ese nga nc har el m ang ui to y
despu és arr iar.
Para instalar un aparejo
l a cornamusa de muescas: otro
n el caso de la escota de la m ayor, debem os introducir l a mayorla de las mayores de los
E siem pre el fi rm e de l cabo (es decir, el extremo que irá fi-
jo) por las poleas, empeza ndo por la última, afi rmándola, al
s istem a muy corriente para afirmar las
drizas del foqu e y de la mayor.
cat a marones se cuelgan d e un hook :
p or m ed io de un manguito s obre la driza
fin al, al estrobo de la polea de la ba rraescota, co n el fin de Despu és d e tensa r la vela, se bloquea
metálica (dibujo inferior) o de un gancho en
no tener que pasar to do el ca bo. el extremo de la driza metá lica (gaza)
el t ope de palo (dibujo s uperior).
en una muesca.
30 Práctica del velero
Aparejar el barco 31

Izar las velas


Los enrolladores de foque En primer lugar hay que colocar el barco proa al viento, es decir, con la
roda hacia la dirección de donde viene el viento. Si no lo hacemos así,
ada vez más los barcos, especialmente los catamaranes, están equipados con enrolladores
C de foque . Se trata de un siste ma muy sencillo que sirve para enrollar el foqu e alrededor
del grátil. El m eca nism o co nsta de un gancho giratorio en el tope del palo, y un " tambor" en
la mayor se hinchará por el lado opuesto al viento, impidiendo que la
relinga se deslice correctamente por el carril del palo. Asimismo, la ta-
bla o los sables podrían engancharse en el obenque y, con viento duro,
el puño de amura sobre el cual se enro lla el cabo de maniobra, que va reenviado hasta la ba -
el barco podria volcar.
ñera. El grátil del foque está provisto de un ca-
ble qu e sustituye al estay. Al izar las velas, debemos acostumbrarnos a mirar hacia arriba con el
En lugar de arri ar el foq ue, lo enrollamos so- fin de vigilar lo que ocurre en la jarcia. ¡las primeras veces suele ser to-
b re sí mismo, has ta q ue forme só lo un hu so do un espectáculo! pues al preparar las velas, a veces se cometen fa-
estrec ho. llos, como por ejemplo, que las drizas se hayan enredado alrededor de
El manejo de un enroll ado r es muy fácil. un obenque, olvidarnos de algún sable, meter mal la relinga, o incluso
• Para desenrollar el foque: se suelta el cabo y colocarla al revés ... Y el viento se encargará enseguida de hacer eviden-
se caza de una de las escota s. tes estos errores .
• Para enrollarl o: se caza el ca bo, largando la
No hay que olvidar nunca que una vela que gualdrapea al viento es
escota a medida que lo vaya pidiendo.
una vela que sufre, por lo que debemos zarpar lo antes posible, en
Atención: al contrario que los enroll ado res ins- cuanto hayamos izado las velas.
talados en barcos de crucero , los que se utili-
zan en los derivado re s no sirve n para reduci r el Izar la mayor
trapo cuando el vie nto es demasiado fuerte . En Largamos ampliamente la trapa (en los barcos que tengan) y la escota
posición intermedia , éstos no resiste n dema- de la mayor, y después izamos la vela, tirando de la driza con una ma-
siado ti empo los esfu erzos que se ejerce n so- no y guiando la relinga por el carril del palo con la otra. Si notamos re-
bre la misma. sistencia, no debemos forzarla sino buscar la causa de la misma, pues
los principales fallos suelen ser que la tabla del grátil o los sables se han
enganchado a los obenques, la escota de la mayor se ha enredado, la
El e nrollador de foqu e s irve pa ra e nroll ar la vela alrededor
trapa está demasiado tensa, o hay un nudo en la driza .
del est ay después de navegar. Resulta muy practico. pu es la
vela perman ece s iempre aparejada; pero hay qu e evitar
bloquea rla a la mitad del reco rrido pa ra reducir el trapo con
viento duro, pues s u mecani s mo no está diseñado para
sufrir grandes esfuerzos.

Pasamos las escotas a ambos lados del palo por fuera de los oben-
ques, y después por los escoteros, y hacemos un nudo de ocho o lasca
en el chicote de cada escota.
En los catamaranes y en algunos derivadores de competición las es- Muchas veces so n necesa rias dos
cotas del foque se suelen colocar formando un aparejo, pues de hecho pers onas para izar la mayor de un
en este tipo de barcos el foque debe cazarse muchas veces al máximo, catamará n: una de ellas tira de la driza y
por lo cua l se requiere un medio resistente. Al contra rio de lo que ocu- la otra va guiando la relinga del grá til
rre en los derivadores hay que pasarlas por dentro de los obenques, pu- dentro del canal del palo. Es necesario
diendo aparejarse "en continuo," es decir, que las escotas sean los dos que el barco esté colocado proa al
extremos de un mismo cabo. Este sistema impide que se caigan al agua viento, para evitar que la vela o los
de donde seria difícil recuperarlas. sables golpeen contra el palo
o los obenques.
Aparejar el barco 33
32 Práctica del vele r o

Una vez que la vela está casi izada del todo, metemos la botavara (si
es que el barco lleva) en el tintero y tensamos un poco la driza antes de
Faenas marineras elementales bloquearla en la mordaza o en la cornamusa. Si el barco está equipado
con un hook (gancho), introducimos en éste la driza y le damos vueltas,
Dar una vuelta a una driza sobre una cornamusa clásica (11 : una vuelta. media -lasca , una
tensándola en la base del palo. A continuación pasamos el cabo de
vuelta mordida. Si la m aniobra se azoca, es debido a una de las tres razones sig uientes: no
hemos dado una v uelta redo nda, hemos hecho más de una media-lasca . h emos hecho la e
amura por el ollao del puño de amura o el ollao de unningham (situa-
do justo encima del puño de amura). Este cabo servirá para regular el
vue lta mordida al revés.
Atención: Para dar una vuelta a una escota (2) no hay que hacer nunca un cote, pues ésta tensado (la tensión) del grátil mientras navegamos.
tiene que poder larg arse (soltarse) con rapidez. Daremos simplemente una vuelta, una lasca y El hecho de izar las velas exige frecuentemente unos cuantos trucos.
otra vue lta. Si la mayor se resiste a subir, puede ser debido a que hayamos ajustado
Lasca (3 y 4): es el nudo que se hace en las escotas pa ra que no se deslicen a través del es- mal los sables y conteras, o tensado demasiado los sables forzados (con
cotero o de las poleas. En las escotas del foque se hace en los chicotes; en la escota de la ma- brisa ligera solamente); podemos facilitar la maniobra si engrasamos el
yor se hace en el lugar adecuado para que q uede bloqueada en la polea justo antes de que la carri l del palo con pasta deslizadora (Teflón).
botavara golpee contra el obenque.
Nudo de entalingadura (5 y 6): es el nudo que se hace para unir el cabo de fond eo al ancla.
Modo de izar el foque
Está formado por una vue lta redonda y dos cotes, pasando el primero de ellos por dentro de
Existen dos sistemas para izar la driza del foque:
la v uelta.
• por medio de un gancho en "S" colocado en el puño de driza y

o que se engancha a una anilla fijada en la parte de arriba del estay, ten-
sándalo por el puño de amura;
• o, cuando la driza del foque está formada por una parte textil que
es la que maniobramos y una no elástica de acero que soporta la fuer-
za del tensado, tensamos el grátil tirando de un aparejo colocado en el
puño de amura, en la parte metálica de la driza.
Por lo general, el grátil de los foques modernos lleva una relinga de
acero que en realidad hace de estay cuando el barco está navegando.
Al hacer fuerza sobre el grátil del foque, y no sobre el estay, se está ha-
ciendo fuerza sobre el conjunto de la jarcia, casi siempre al máximo. Pe-
ro cuando la relinga es textil, no puede servir de estay y su tensado de-
be hacerse en función de la fuerza del viento.

Orzas y timones
Ya tenemos por fin un barco con aspecto de barco.
Nos queda por comproba r que la orza funciona correctamente den-
tro de su pozo y colocar el timón (o los timones).

El mecanismo de gobierno
El timón forma parte del mecanismo de gobierno, que incluye también
una caña y su cañín, así como una articulación que une el timón al cas-
co, formada por herrajes hembras en los que se introducen los herra-
jes machos.
la sca o nudo de ocho para evitar Una vuelta redonda y dos cotes; es Aunque, normalmente, los catamaranes pequeños no tienen orza,
la diferencia de dar vueltas a una
que las escotas se deslicen fuera de el nudo de enta lingadura, de llevan dos timones que van unidos por medio de una barra de unión
driza en la cornamusa (arriba) o a una
escota (abajo) . l a vuelta mordida ... los escoteros o poleas. múltiples usos. con un cañín. En algunos catamaranes, la longitud de la caña de unión
Aparejar el barco 35
34 Pr áctica del velero

La(s) orza(s)
Por definición, todos 105 derivadores poseen este apéndice que les im- La chumacera
pide navegar hacia atrás como 105 cangrejos. En algunos barcos tiene

I
forma de plancha que se introduce dentro de un pozo: es la orza de sa-
ble. No hay que meterla de cua lquier manera, pues su can to anguloso
L a c hum ace r a es un a
mu esca circul ar q ue se
rea li za en el espejo de po-
que forma el borde de ataqu e debe estar orientado hacia la proa del
/ i\ barco. Los derivadores modernos como 105 470 o 105 420 van equipa-
pa de los ba rcos peq ueños
y en la qu e se apoya la ci n-
dos con una orz a pivotante. Ésta permanece dentro del pozo, donde g la. Para evitar su desgas-

J l T
cara
gira alrededor de un eje y se maniobra por medio de un aparejo. Es ne-
cesa rio comproba r que funciona libremente sin que roce demasiado,
por este motivo la arena es su peor enemigo .... Ésta es una razón más
para no arrastrar nunca un derivador sobre la arena, sino que es mejor
te se co loca un a protecció n
de m etal.

levantarlo. El materi al
Algunos catamaranes deportivos no llevan orza, debido a la forma de armamento
especial de sus cascos. en España
a Circular 7/95 de la Direc-
Material de armamento L ción General de la Marina
Mercante que desarrol la la
y de seguridad Directi va 94/25/CE del Parla -
m ento Eu ro peo establec e
Cuando se sale a navegar, hay que pensar en todos 105 imprevistos que qu e las embarcac ione s de
pueden surgir y no contar demasiado con la ayuda de los demás cuan- recreo que real icen navega -
do las cosas se ponen feas. Debemos ser capaces de llegar a la playa o ciones de la categoría 0 *
deben llevar a bordo el si-
a la costa, incluso si el viento ha desaparecido por completo, así como guiente m aterial:
vaciar el agua (se dice achicar) que haya podido embarcar con motivo Pabellón nacional, bocina de
de un bandazo demasiado fuerte; y también debemos poder adrizar el niebla, 3 benga las de mano,
barco después de volcar. ach icador, remo , una lí nea
de fondeo cuyo peso del an -
Los dos timones de un cat a m anin Si bien el desenlace de estos pequeños percances -muy frecuentes
cla y dimensiones de la ca -
est a n parale los cuando la ca n a en los derivadores- depende en gran parte de la experiencia y de la dena o esta cha sea n ap ro -
está rect a, pe ro d ura nte la virada sangre fría de la tripulación, también está condicionado por el material piados a la eslora del barco,
form a n e ntre e llos un Ej e m plo de cie rre de seguridad de los de salvamento que llevemos a bordo. 1 c h al eco salvavi d as p or
timones.
persona em barca da.
determin ado á ngu lo. Ca tegoría 0 - 1: navegac ión
La pagaya en la cua l la embarcación no
se puede regu lar y hay q ue comproba r q ue los dos timones están bien
Si sabemos cinglar y el barco dispone de una chum acera en el espejo se a l eja m ás de 5 mill as
paralelos. También debemos tener cuidado y no equivocarnos al mon-
de popa, es convenien te llevar a bordo un remo. En otro caso, lleva- (m ed i das perpe ndi cu l a r -
tar las cañas de los timones, pues están acodadas y forma n un ángulo m en te a la costa) de un abri -
remos dos pagayas. Existen modelos que abultan poco, y cuyo mango
cerrado hacia el interior del barco. Este sistema permite mantener el go o playa accesible.
se puede plegar dentro de la pala. Es necesario comprobar su resis- Ca tegoría 0 -2: navegació n
mismo ángulo de ataque del agua en cada timón, mientras que 105 cas-
tencia remando o cinglando más fue rte de lo que lo haríamos nor- en la cual la embarcación no
cos tienen radios de giro dif erentes.
malmente. se a le j a más de 2 m i l l as
Es algo así como el diferencial de los sistemas de dirección de los (medida s per p e n d icu l a r -
Sea cual sea el modelo que elijamos, tan to en catamarán como en
automóviles. De igual modo, la mayoría de 105 timones son desmon- m en te a la costa de un ab ri-
derivador, resulta útil disponer de un lugar adecuado para llevarlos (un
tables y disponen de un mecanismo de bloqueo que hay que engrasar go o playa accesiblel
bolsillo en el trampolín de los catamaranes o una fijación con elásticos
con cuidado y cuyo buen funcionamiento se debe comprobar con re-
en la caja de la orza o a lo largo del pozo en los derivadores). C inglan- * Las ta bl as a ve la queda ex-
gularidad. cl ui das del ám bito de aplica -
do con la pagaya en un 470 podemos alcanzar fáci lmente una veloci-
Sis tema para levantar el tim ón El buen estado de los elásticos de algunos sistemas de desmontado ción de esta Di rectiva.
dad de crucero de dos nudos.
(ti p o Hobb ie Cat ). automático también es fundamental.
36 Práctica del velero Aparejar el barco 37

• Este Decreto sigue e n vigor e n la


El material de armamento obligatorio En materia de fondeo, la experiencia nos ha demos-
fecha de a pa rición de esta ultima
trado que los cabos ligeros que se aparejan en los deriva-
edición (noviembre 1995). Pero la egún el decreto de 23 de noviembre de 1987 * se deno-
aplicación de la directiva comunitaria
puede modificar algunos apartados
S
.
minan embarcaciones ligeras:
Ias embarcaciones de una eslora tota l menor de 5 m ;
dores únicamente sujetan cua ndo su longitud es por lo me-
nos de cinco veces igua l a la altura del agua . Puesto que los
alumnos de Glénans no suelen elegi r generalmente el lu gar
de esta leg is lación. . Ios ve leros deportivos ligeros, embarcaciones a vela sin donde van a volcar ¡hemos equipado todos nuestros deri-
lastre fij o y sin cab ina. de un peso total inferior a 300 kg s. vado res con un cabo de fondeo de 100 metros de largo!
. Ios ve leros deportivos de quilla, es decir, cualquier vele-
ro abierto que lleve lastre y que esté destinado a la com -
petición;
. Ias embarcaciones neumáticas; unido al ancla por medio de un nudo de ental ingadura. No debemos
. Ias embarcaciones cuyo sistema de propulsión sea exclu- olvidarnos de hacer la entalingadura afirmando el otro chicote a bor-
sivamente la energía humana. do del barco en la argolla prevista para este fin, o bien al pie del palo.
Según su categoría de navegación, deben llevar a bordo El conju nto ancla-cabo de fondeo (cuidadosamente adujado en una
el siguiente material: bolsa pequeña o dentro de un cu bo), se coloca cerca del palo y se afir-
ma fuertemente al barco.
Material obligatorio 5' 6'
- Chalecos sa lvavidas; los chalecos salvavidas
1 por persona embarcada x x Es obligatorio llevar a bordo tantos chalecos salvavidas como tripulan-
- Achicador unido al barco tes. Estos no deben colocarse en el fondo del barco, sino encima de los
por medio de un cabo tripulantes durante toda la navegación. Volveremos a hablar sobre este
- Linterna estanca 1
tema antes de salir de la playa.
- Bocina de niebla 1
Todo está preparado y, si las con diciones son buenas, podemos zar-
- Luces automáticas de mano 3
par inmediatamente (sin embargo, si el vien to es fuerte hay que bajar
- Anc la o rezón con cadena o cable 1
x x las velas, es decir, arriadas, para transportar el barco. Cha leco salvavidas (normas CEN,
- 2 remos ó 1 zagual ó 1 pagaya
- Cornamu sa o bita de amarre y si realmen te hace mal tiempo, siempre podremos pasar el rato 50 Newto n) para la práctica
para el remolque practicando los nudos. de la vela lige ra cerca de la costa.
- Compás de navegación

Especial catamarán:
El achicador el cabo de adrizado
La reglamen tación en vigor obliga a llevar a bordo un achicador O reci-
ay otra cosa que no debemos olvidar: el cabo de
piente para vaciar (achicar) el agua, si el derivador no es au toachicante
(¡los catamaranes sí lo son!). En las tiendas de efectos navales podemos
Hadrizado. Este debe tener un diámetro suficiente
(de 10 a 12 milímetros) y medir entre 4 y 5 metros (de-
encontrar achicadores pequeños, que son muy prácticos si no hay de-
be ser lo bastante largo para pasar por encima del
masiada agua en el barco. Si el barco queda sumergido después de vol- casco y llegar hasta el casco que está en el agua). Se
car, el único achicador verdaderamente eficaz será el cubo. Conviene afirma al pie del palo y se co loca sobre el trampolín
llevar uno a bordo, pues lejos de resultar inútil, puede proporcionarnos para evita r que arrastre por el agua. Para poder lan-
también otros servicios. zarl o co n más facilidad por encima del casco, pode-
El rezón tipo paraguas (en la foto e n
mos hace r un a gaza o un nudo (de cabeza de t urco) en
posición abierto) aparejado con uno o
El fondeo el chicote. Y si hacemos nudos cada 50 centímetro s
dos metros de cadena y un cabo
Para que el material de armamento esté completo, hay que llevar a bor- podremos agarrarlo con más facilidad. Sin este ca -
de una centena de metros, constituye bo nos sería muy difícil adrizar el barco des pués de
do un ancla de 2,5 a 5 ki los, junto con un cabo de fondeo de un diá·
un excelente fondeo para los volcar.
metro de 3 a 5 milímetros y una longitud de 50 a 100 metros; éste va
derivadores pequeños.
Practica del velero Aparejar el barco 39
38

1. la tabla Sic Melody: 3,50 metros de


LA TABLA A VELA eslora, 18 kilos, 220 litros de volume n y
Durante mucho tiempo soñábamos con ella y, de repente, un día nues-
una vela de 5 metros cuadrados: un
tro sueño se convierte en realidad. Ya tenemos la tabla. Pero ¡aún no
diseño ideal para los principiantes.
lo ten emos todo! Nos queda aprender a utilizarla.

2 Y 3. Una plancha corta, ligera y s in


orza; una vela estrecha y potente, son
Equipar la plancha las caracteristicas principales de las
la facilidad de evolución del principiante, aunque muy relativa. es di- tablas para olas.
rectamente proporcional a la eslora de la plancha.
4 Y 5. l as tablas de velocidad y de
Los diferentes tipos de plancha s lalom, más ala rg adas, proporcionan
La tabla a vela ha conocido, po r lo menos en Francia, un período de un gran espacio bajo los pies del
auge excepcional durante el cual, las planchas y aparejos han ido adop- w inds urfista. S us profundos alerones
tando diferentes formas con el fin de responder a los diferentes aspec- actuan como plano antiabatimiento.
tos de la práctica. De este modo hemos visto aparecer tablas de acro-
bacia (free style), tablas de navegación (con soportes para colocar el
ma terial), tablas de surf (ultra-cortas), tablas para niños, para surfistas
olimpicos, para los apasionados de la velocidad, y para los adeptos a las
grandes olas del Pacifico.. Sin duda alguna todas ellas estaban bien,
pero sólo algunas han sobrevivido a la moda.
Más de veinte años después de su aparición, las tablas a vela pueden
dividirse en cuatro tipos diferentes.

La tabla polivalente
Es la tabla de nuestros primeros bordos y mide entre 3,40 (las más lige-
ras) y 3,70 metros. Está provista de una orza y una carena relativamen-
te plana.
Aunque se denominen polivalentes, término que merecen, o largas,
estas tablas no sirven exclusivamente para aprender, sino que podemos
segui r utilizándolas para perfeccionarnos e incluso pa ra realizar compe-
ticiones con aquéllas que mejores resultados nos proporcionen.
El hecho de llevar footstraps o estribos para los pies no debe asustar-
nos, pues a partir de un viento de fuerza 3 resulta muy cómodo utili-
zarlos, aunque es conveniente quitarlos para aprender.

La tabla de regata
No está indicada pa ra empezar a navegar, y se caracteriza por su
carena semi-circular, por lo que su punto fuerte no es precisamente
su estabilidad.. Está sometida a unas reglas de medición muy es-
t rictas.

La tabla de olas
Las tablas de olas (también llamadas de "fun") tienen la particularidad
de que son cortas (de 2,50 m a 2,70 m), su carena es alargada y sobre
40 Practica del velero Aparejar el barco 41

•~--~~--~--~----------------------------------~
Anatomía de la tabla a vela
¿Velas o alas de tabla?
Las velas de las tablas van adoptando ca da vez más forma de alas. Constituidas por paños verti -
cales, se adaptan por medio de sables forzados (algunas se apoyan diredamente en el mástil,
1. Mástil
como las que tienen cambers) que sirven para regula r el tamaño y la situación del embolsa-
2. Horquilla de proa de
miento en fu nción de la fu erza del viento. Para tensarlas, hay que utilizar aparejos con cuatro o
la bo tava ra
seis gua rn es.
3. Bloqueador rápido
4. Cabo del arnés y
fij aciones
5. Botavara
6. Alargador de
botavara
1. Po leas para el pajarín
8. Horquilla de popa d e
la botavara
9. Pie de m ástil
completo
10. Articu lación
11 . Diábolo
12. Alargador d e l palo de
an illa.
13. Driza
13
14. Tabla de l gratil
15. Funda del grátil
16 . Grálil de la vela
17. Sable forzado
18. Baluma de la vela
19. Vela
20. Puño de escota
21. Pujamen de la ve la
22. Puño de amura
23 . Plancha
24. Carril de la carlinga
25. Carlinga del palo
26. Pozo de la orza
27. Estribos Ifootstraps)
28. Orza abatible
29. Alerón
10
I O~"'---- 22
11
42 Práctica del velero Aparejar el barco 43

todo tiene unos can tos muy marcados. Son al mismo tiempo vivas y cas dependen de tres factores: su perfi l, su forma y su du reza. El per-
manejables. la tabla no siempre tiene orza, aunque lleva un alerón que fil se parece bastante al del ala de un avión. En la actualidad existen
le proporciona una excelente superf icie antiabatimiento. todas las f ormas imaginables, pues la moda in fluye tam bién en este
aspecto ... Sin emba rgo es conveniente que evitemos los alerones "es-
la tabla de velocidad y de slalom pecializados en enganchar algas" (los que estan recortados por de-
las tablas de velocidad y de slalom son mas alargadas que las que he- lante).
mos citado an teriormente y, sobre todo, proporcionan un volumen de Hay formas con truco para evitar la "ventilación" (em ulsión del agua
flotabilidad mucho mayor en la popa. Este tipo de tablas tampoco tie- alrededor del alerón, que le impide agarrarse y por lo tanto dirigir la ta-
nen orza, pero llevan un alerón mucho más profundo y bastante más bla); la forma más corriente es la recortada por detrás en la parte de
afilado. arriba del alerón. La dureza depende, evidentemen te, del material que El alerón se fija en un a a bertura
se utilice - el carbono es más duro que el polietileno- y de la forma afi- enca strada s ituada d ebajo de la
los accesorios de la plancha lada del perfil. pl a ncha, pudié ndose cambiar o ajus ta r
rá pidam ente segun la fuerza del viento
los accesorios que lleva la plancha son: los estribos, el alerón, la orza,
el pie del mastil y su carril. El carril del pie del mástil v la experie ncia del w inds urfis ta .
Sirve para desplazar hacia adelante o hacia atrás todo el aparejo con re-
la orza lación a la plancha (por medio de un pedal se modifica su reg laje en la
Tanto en tabla a vela, como en derivador, es necesario reglar cons- mar). Puede plantear problemas cuando hay que elegir la posición que
tantemente la profundidad e inclinación de la orza en función de la tenemos que adoptar. Para los primeros bordos, conviene bloquearlo
fuerza y la orientación del viento (volveremos a hablar sobre este en el centro. Más adelante analizaremos más extensamente el papel
tema en los siguientes capítulos). Requiere un reglaje resistente que que desempeña.
le permita inclinarse, pues es una articulación que pisamos de vez
en cuando, o bien lleva r unas espigas de plástico que podamos mo- Los estribos
ver. Si aún así está dura, hay que engrasar las piezas que están en 50n pequeñas cinchas (footstraps) en las que se introducen 105 pies
contacto. para no resbalarse. Debemos elegirlos de modo que nos resulten fáci-
les de meter (es decir, que sean lo bastante rígidos como para volver
a su forma origina l incluso después de pisarlos) y ajustarlos a la me-
dida del empeine. Hay que colocarlos en el lugar adecuado de la
plancha .

l a ca beza de la orza pivot a nte


s uele t e ne r una forma e rgonómica
qu e nos p ermite ma niobrarla
, .
:

: II
• (1
."
\

" ,
I

~. -...,,_.
-.
Con este objeto se utilizan unas piezas adicionales. Los estribos de
proa Se colocan en sentido diagonal, mientras que los estribos de popa
están paralelos a la linea de crujía de la tabla.

con la punta del pie .


A la izquierda, el pie del mástil
(a rticulación, diábolo y ca rlinga),
El alerón una vez e ncajado, se desplaza de ntro
Está situado en la popa de la plancha y desempeña un papel funda - del ca rril del palo de la p la nch a.
mental en la estabilidad de la ru ta. Sin él la plancha s1> desplazaria en Un sist ema de bloqu eo nos pe rmite
cualquier dirección. Es intercambiable y ajustable para poder adaptarse inmovilizarlo e n el lu gar adecuado.
a los diferentes tipos de prádica, a la fuerza del viento y al nivel del
windsurfista. A la de rec ha, los estribos, o footstra ps,
Esta pieza se fija con un simple tornillo en una abertura encastrada se fij a n sobre las piezas con una s imple
dentro de la plancha. Existen alerones de todo tipo y sus característi- cinta de s ujeción.
44 Practica del velero Aparejar el barco 45

Aparejar la vela
La característica especial de la tabla a vela reside en su mástil que. a di-
ferencia de lo que ocurre en los derivadores o catamaranes, no está
unido a la plancha. Éste va articulado alrededor del pie del mástil y se
mantiene en pie gracias al windsurfista. El aparejo de una tabla a vela
es, por lo tanto, mucho más sencillo que el de un derivador.

El mástil
La función del mtlstil tiene una gran importancia en lo que respecta a la
La fijación de la botavara al mástil se El terminal de la botavara esta
eficacia del aparejo. De su perfecta adaptación a la forma de la vela, a
reali za por medio de una anilla qu e equipado con poleas por la s qu e pasa
la potencia y al peso del surfista depende la obtención del mejor rendi-
se cierra sobre el mástil: actualmente el pajarín formando un aparejo de
miento. Consta de dos partes que van encajadas (únicamente los más-
éste es el sistema de puño cuatro gua mes. Por regla genera l,
tiles de competición se realizan de una sola pieza) y están construidos
automático que tiende lleva un sistema de bloqueo
con rodamientos de filamentos de fibra de vidrio (con un porcentaje de
a generalizarse. por mordazas.
carbono más o menos grande) o de aluminio. Las características de los
mástiles se definen principalmente por:
• su dureza: cuanto mayor es la superficie de la vela que se utiliza,
ma; por medio de su orientación, éste puede dirigir la tabla según
más duro tiene que ser el mástil. En la actualidad esta característica de
* Indexed Mast Check Sysrem: Siste- sea el viento. Debe ser rígida para que la vela pueda sujetarse bien
los mástiles está normalizada y se calcula en IMeS*;
ma Clasificado de Control de Más- y, sobre todo, debe tener una apertura que corresponda al embol-
til : norma sobre dureza de mastiles
• su nervio, es decir, la rapidez con la que vuelve a adoptar su for·
samiento de la vela que se utilice, debiendo abrirse más cuanto ma-
que tiene en cuenta la longitud del ma inicial después de sufrir un esfuerzo.
yor sea éste.
perfil, su deformación y el tipo de Un mástil flexible y blando amortigua las rachas; un mástil rígido y
curva . Un mástil de 30 IMeS es un
Existen botavaras que pueden alargarse y ajustarse en función de la
nervioso responde y transmite rápidamente lo que recibe. El windsurtis-
mástil duro. y uno de 20 IMeS es vela utilizada. La botavara se fija al mástil por medio de una horquilla
ta debe elegir entre uno y otro. El mástil debe llevar tapones que ga-
un mástil blando. automática. En el otro extremo, dispone de un aparejo que sirve para
ranticen su estanqueidad. Para evitar su desgaste a la altura del punto
tensar el pujamen de la vela.
de fijación de la botavara, se coloca un manguito especial o un trozo
de cinta adhesiva.
la driza
Es un cabo grueso, muchas veces elástico, que sirve para subir el apare-
El píe de mástil jo cuando se encuentra en el aqua. Hay que fijarlo a la horquilla de
El Silentbloc de las primeras tablas a vela también ha evolucionado. En proa de la botavara y al pie del mástil. Los principiantes no pueden salir
la actualidad se habla de diábolo o techno-joint con posibles reglajes sin ella.
en cuanto a dureza, en función del tipo de navegación. Frecuentemen-
te, se intercala una alargadera entre el pie del mástil y éste, que lleva la vela
una anilla para el reglaje y que sirve para adaptar la jarcia a las condi- Tiene forma triangular y se introduce en el mástil (lleva una funda en
ciones de la navegación. su borde más largo) permaneciendo tensa gracias a la botavara. Al
Estos mecanismos son muy sensibles a la arena y hay que aclararlos igual que las velas de los derivadores, está formada por varias piezas de
antes de instalarlos. Sobre todo, es necesario graduar la dureza del pie tela, los paños, y lleva sables como las velas de los catamaranes. No
del mástil para que no se salga de su alojamiento con demasiada facili- hay que hablar específicamente de velas de "principiantes", pero para
dad . Al principio, es preferible no utilizar el alargador del mástil, de este empezar a navegar, podemos elegir una vela que no sea demasiado es-
modo la vela estará más baj a y todo será más sencillo. trecha con una botavara de más de 2 metros de largo. Esto nos permi-
tirá sentirla mejor y nos perdonará un poco más los posibles errores. Lo
la botavara importante, sobre todo, es empezar con una vela ligera, que lleve unos
Es una pieza fundamental del aparejo, que sirve para orientar la ve- cuantos sables y que tenga un corte sencillo, lo cual no impide que sea
la y para que el windsurfista pueda agarrarse o colgarse de la mis- resistente.
46 Practica del velero Aparejar el barco 47

No hay que caer en la tentación de utilizar una superficie vélica infe- El montaje
rior a 5 metros cuadrados con poco viento, pues con la práctica vemos Una vez introducida la vela dentro del mástil, es importante compro-
que la facilidad que puede aparentar una vela pequeña es falsa y dismi- bar que sus dimensiones corresponden. Hay que dejar de 20 a 30
nuye 105 progresos. centímetros entre el puño de amura y la parte baja del mástil antes de
De común acuerdo, y por analogía con las velas de los barcos actua- tensarla.
les, el ollao situado al final de la vela en la parte baja de la funda del • El pur'lo de amura. Introducimos el mástil dentro de su funda, y
mástil es el puño de amura, y el que está más alejado del mástil es el tensamos el grátil con la boza de amura o cunningham que une el pie
puño de escota. del mástil con el puño de amura. Hay que azocarlo fuertemente, pues
Los windsurfistas con mucha experiencia, es decir, los que practican tiene que soportar la flexión del mástil.
el fun, llevan unas velas mucho más sofisticadas. Dependiendo de su Quizás nos veamos obligados a modificar su reglaje para igualarlo al
forma pueden clasificarse en dos categorías: velas aerodinámicas y no del puño de escota .
aerodinámicas. • la botavara. En este momento hay que unir la botavara al masti!.
los nuevos sistemas de horquillas rapidas han simplificado enorme-
• Velas aerodinámicas. 50n velas de alto rendimiento cuya forma se mente las operaciones. Hay que colocarla a la altura adecuada (en prin-
obtiene por medio de sables forzados aerodinámicos (velas con funda cipio, la horquilla de la botavara debe estar a la altura de los hombros
rotativa) o con inductores que llevan un perfil de plástico (" camb er " ) del windsurfista, cuando está de pie sobre la plancha).
colocado al final de los sables que se apoyan sobre el mástil. De este • El puño de escota. Ahora ya podemos tensar la vela por el puño
modo obtienen un gran embolsamiento en el tercio de proa. Son velas de escota, según el mismo principio de aparejo que en el puno de
con gran potencia destinadas, especialmente, a deportistas ya iniciados amura. la presencia de dos poleas y una cornamusa en el extremo de
en el fun board. la botavara, facilita la operación; hacemos un as de guías en el oUao,
• Velas no aerodinámicas. Más ligeras y manejables, son las que de- pasamos el cabo por la primera polea, otra vez por el ollao, por la otra
bemos elegir para "iniciarnos" con la brisa y las olas. Su botavara corta polea y por último lo afirmamos en la cornamusa, asegurando el chico-
nos permite levantarla con facilidad. Están equipadas con sables forza- te del pajarín con dos cotes. Hay que aplanar la vela hasta hacer desa-
dos y sables de baluma. Encima de los sables forzados el embolsamien- parecer los pliegues verticales. Si éstos se transforman en pliegues hori- la tabla está correctamente
to se mueve menos, dando la vela, de este modo, una impresión de es- zontales antes de acabar de tensarla, hay que volver al Cunningham. aparejada. Para modificar el reglaje,
tabilidad. Los sables de baluma sirven para que el grátil pueda flamear, Algunos pliegues, especialmente los de los extremos o los del tope del habrá qu e volver a tierra.
por lo que resulta más fácil controlar la vela. mástil, sólo lograremos quitarlos tensando los sables.

Vela aerodinámica con "ca mber w


El camber permite al sable apoyarse Por medio de una cincha que va unida
directamente sobre el m astil sin forzar a la vela podemos forzar el sa ble y Primeras prácticas de i~iciación en el
el tejido ni tampoco deformar la vela ajustar la tensión y la forma plano de agua resguardado de nuestra
Vela rotativa . por la funda. de la vela. base de Clew Bay, en Irlanda.
48 Práctica del velero

• Los sables. Su función consiste en mantener el alunamiento de la


baluma (sables de baluma) en el plano de la vela y cuando son forzados
intervienen en la curva de dicha vela. Estos sables forzados, ya sean
aerodinámicos o no, deben estar en ten sión para rendir bien y propor-
cionar embolsamiento a la vela.

Echamos una ojeada al conjunto


La potencia de la vela depende en gran parte de su forma, especial -
mente del embolsamiento, que a su vez está definido por la forma del
corte y el montaje de los paños. Este embolsamiento puede modificarse
Iniciación
y desplazarse, regulando la tensión que se ejerce sobre la vela: el apa-
rejo del puño de amura, el aparejo de la botavara y la tensión de los sa-
bles. Volveremos a tratar sobre este tema en el capítulo tercero.
De momento, una vez hayamos eliminado los pliegues, sólo tene-
mos que recordar que cuanto más fuerte es el viento más debemos El principiante encontrará aquí el conjunto de prácticas y ejercicios que
aplanar la vela tensando el grátil y aflojando las cintas de los sables. deberá realizar antes de lanzarse a la "gran aventura". Sólo después de
Nos queda por colocar la driza al pie del mástil, así como la protec- la primera salida las explicaciones que proporcionamos en este capítulo
ción de esta zona. No hay que olvidar la "correa" (leash), que sirve de adquirirán sentido. Por medio de una segunda lectura, el aprendiz de
unión entre el mástil y la plancha. Es un elemento de seguridad impor- navegante captará mejor todo lo que ha pasado y comprender;; la cau -
tante si, en caso de caída brusca, el pie del mástil se saliera de su carlin- sa de sus posibles errores.
ga. De este modo, la vela seguirá unida a la plancha y le servirá como El navegante experto podr;; hallar los conocimientos que le faltan,
ancla flotante, evitando que se aleje del windsurfista. así como los principios fundamentales que tenemos tendencia a ocultar
y ya está listo el aparejo. o a ignorar.
Al igual que en el primer capitulo volvemos a encontrarnos con
nuestras tres máquinas: el catamarán deportivo. el derivador y la tabla
a vela . tstas presentan, tanto en la práctica como en la maniobra. un
gran número de similitudes. Si bien el aficionado a la tabla a vela en-
contrará respuestas a sus preguntas en las situaciones comentadas en
el caso de los derivadores, el entusiasta del catamarán descubrirá la so-
lución a sus dificultades en los párrafos dedicados a la tabla a vela.
Cada máquina presenta ciertas características que se analizan en es-
tas páginas y que se desarrollarán en el tercer capítulo.

LA PRIMERA SALIDA
El acontecimiento que representa la primera salida debe tener lugar en
una zona libre de peligros, y con un tiempo favorable. Es fundamental
saber apreciar de manera exacta estas condiciones.

Las buenas condiciones


Vamos a tener que considerar el paisaje y la meteorología de una ma-
nera absolutamente nueva. Es cuestión de atención, cariño y paciencia.
Al principio, no haremos más que dudar de nuestro propio juicio. basa-
do en criterios de otro mundo.
50 Práctica del velero Iniciación 51

El lugar
No siempre podemos iniciarnos en el lugar "ideal" como sería, por La rosa de los
ejemplo, un lago pequeño o un río tranquilo, o incluso, en la mar, en vientos
un golfo que estuviera muy resguardado . Sin embargo, esto sería lo de- ea cua l sea la dirección del v iento, éste
seable con el fin de no correr el riesgo de alejarnos demasiado de la
costa.
S siempre tiene un nombre, así co mo di-
ferentes denominaciones locales: el vie nto
Incluso estas aguas privilegiadas pueden ser traicioneras: tener co- del noroe ste se llama Gwalarn en Bretaña,
rrientes fuertes, o que nos arrastren hacia peligros (esclusas, cascadas, el de l n o rd est e, Grega l en la Provenza , y
Escila, Caribdis), vientos irregulares o turbulentos. también Levante en Cata lu ña o en las Ba-
Debemos tener precaución y no aventurarnos por lugares que estén lea res ...
llenos de gente, plagados de lanchas, de barcos de pesca, o simple-
La veleta s igue sie ndo el m ejor medio para
mente de veleros; pues no está previsto que icemos en el palo de un
representar la dirección del viento. Afortun adamente
derivador las dos esferas negras que indican que no somos capaces de
ex isten modelos menos rus ticas que se co locan
maniobrar ..
a tope de pa lo.
Por el contrario, tampoco debemos aventurarnos por lugares absolu-
tamente desiertos, escondidos de todos. Incluso aunque deseemos rea-
lizar una primera exhibición discreta, es indispensable contar con cierta
vigi lancia. lo ideal es que nos acompañe un barco de motor que obser- cuando éste sopla desde tierra. Al borde del agua, al abrigo de una du-
ve los acontecimientos a cierta distancia. En caso de que no sea posi- na o de una colina. no nos damos cuenta de nada; en cuanto nos ha-
ble, por lo menos debemos contar con algún amigo en t ierra, que yamos alejado unos metros de la orilla el barco se verá arrastrado hacia
esté al tanto de nuestros p lanes y que sepa dónde encontrar ayu- alta mar. En nuestra primera salida, debemos evitar zarpa r en esas con-
da con rapidez, en caso necesario . diciones, a menos de contar con la seguridad de poder" recuperarnos"
Estos preparativos nos permitirán conservar una total libertad de es- enfrente. en una orilla próxima y de fácil acceso.
píritu, dejando un amplio margen al azar. Podemos estar muy segu- Por el contrario, si elegimos un día en el que el viento sopla de alta
ros de que el plano de agua que vemos desde la orilla no es el mismo mar, quizás tengamos algunas dificultades para sali r, pero tendremos la
por el que vamos a navegar. Creemos poder abarcar con la vista una seguridad de que podremos volver. En realidad, lo ideal es empezar
extensión concreta, cuyas señales de referencia nos parece que están con un viento que sople de forma paralela a la costa.
bien definidas, las distancias inmutables y la luz igual. Pues bien, no es Lo primero que debemos hacer es aprender a averiguar la dirección
cierto. de donde viene el viento. Tenemos unos excelentes catavientos: 105 oí-
dos. Con ellos podemos percibir la menor de las brisas, oyendo su soni-
El barco será el verdadero revelador del paisaje. Veremos que ese es- do de modo distinto según sea nuestra orientación. Si oímos un fuerte
pacio tiene un sen tido, que está poblado por diferentes lugares, que las zumbido (y la misma presión en los dos oídos) es que estamos proa al
señales se desplazan y las distancias cambian con el viento. Tenemos viento, es decir, con la nariz hacia el viento.
motivos para extrañarnos. Comprobaremos que un paisaje marino sólo Debemos entrenarnos para aprender a localizar la dirección del vien-
es un conjunto de opciones disponibles que se encadenan y organizan to hasta conseguir que sea un reflejo. Para el navegante, la direc-
de modo distinto según el tiempo reinante, presentando sin cesar un ción del viento es la única constante. Hay que aprender a referir-
nuevo aspecto. Y ¡este descubrimiento no es banal! se a él como a un eje inmóvil. (¡ No es el viento el que cam bia, sino el
paisaje el que gira!) Cuando 10 hayamos logrado, nos extrañaremos
El tiempo de haber podido vivir tanto tiempo sin este punto de referencia funda-
Cuando hace mucho sol, en un paraje agradable, a menudo solemos mental.
subestimar la fuerza del viento. Sin llegar a recomendar que debemos Para designar la dirección de donde viene el viento, nos servimos ex-
hacernos a la mar cuando está nublado, hay que tener en cuenta este clusivamente de 105 puntos cardi nales. Decir "el viento viene en línea
hecho: el "buen tiempo" tal como lo concebimos en tierra, puede ser recta del bar de Mariano", no sign ifica nada (desde el punto de vista
un tiempo horrible en la mar. de la navegación), pues un poco más lejos, y sin que haya variado, ven-
En particular, corremos el peligro de dejarnos arrastrar por el vien to drá de Casa Pepe, y luego del bar El pájaro verde. Sin embargo, si deci-
52 Prácti ca del velero Iniciación 53

te amplio. El puño de escota del foque, conocido por su agitación, se


mueve sin coraje y no nos hace daño si nos da en la cara; los cat avien-
E l b o l etín Dónde conseguir tos -hebras de lana o tiras de tela que se enganchan en los obenques
meteorológico e l bo l etín meteoro l óg i co para "representar" el viento- se levantan pero no se ponen horizonta-
Bolet i nes por rad io en ondas
en España media y corta
n Francia, la d ifu sió n de las predicci o nes m eteoro lóg icas les; los penachos de humo se inclinan sin deshilacharse; las cometas no Las emisoras regiona les de Ra-
In stituto Naciona l
de Meteoro log ía
E es especialmente frecuente. La m ayo ría de los bol etin es
los elabo ra M étéo France qu e ut ili za to dos los m edi os de
caracolean, y las bañistas se ponen morenas a ojos vistas; notamos el
viento en la cara, pero no necesitamos protegernos contra él. la super-
dio Naciona l en onda med ia y
Radio Exterior de España en on-
Dos veces al día se elaboran bo- da corta, emiten los boletines
com u nicac ión actuales para difundirlos. Para los afi ciona- ficie del agua está tranquila, apenas se ven unas cuantas ondas o unas meteorológicos del I.N.M. aun-
letines meteo ro lógicos y mari-
nos para todas las zo nas coste- dos a la ve la li ge ra, lo s m ás p rácti cos son los sig ui entes: pequeñas ol1tas, si ésta es grande. (Pero hay que señalar que muchas que los horar ios de em isión
ras españo las. que pueden soli- Los contestadores telefónicos veces, incluso sin viento, la mar puede romper. Si hay olas rompientes puede n va ria r dependiendo de
citarse por teléfono para cual- Ma rca ndo el 36.68.08 + el código de la provincia donde nos en la orilla, vale más no salir). los boletines de noticias.
quier información relacionada
encont rem os, podem os obte ner un boletín ya g raba do (que Es necesario que el viento sea regular, claramente definido, y que es-
co n el estado d e la mar en las Prensa diaria
zonas de res ponsabi lida d espa- se actu aliza dos veces al día). Estos co ntestad o res son inte- ta ligera brisa no esté interrumpida por rachas. Hay que desconfiar, por Algunos peri ódicos publican en
ñola. El Cent ro Naciona l de Pre- rac ti v os y ofrece n la posibi l idad de o pta r po r un bo letín ejemplo, de los cielos tormentosos, o de los cielos luminosos, que apa- sus últim as pági na s info rma -
dicción de Mad r id (9 1-581 96 "costero" destinado a los cruceros por la costa o a un bo le- ción meteoro lóg ica reg io nal
recen inmediatamente después del mal tiempo: es cuan do el sol y los
39) elabora d i rectamente l os tín " de la o rilla" q ue comp rende los datos ada ptados a las con predicciones pa ra la 70na
bolet ines meteorológicos m ari- aguaceros se suceden y, durante éstos, el viento sopla con más fuerza: costera, y que con tienen in fo r-
acti v idades náuticas loca les, tal es co m o el ho rario de las
n os p ara alta m ar, un o p or la mareas, la altura de las o las, la temperatura del agua .. es el t iempo de chubascos. mación marítima local (sobre el
mañana y otro po r la ta rde. con En resumen, debemos saber que el viento puede rolar. Es una razón viento, el estado de la mar, ho-
los siguientes apartados: aviso Minitel rario de las mareas ... ). As imis-
fundamental para no alejarnos demasiado de la costa, incluso aunque
de temporal, situación sinóptica M arca ndo el 36 15 M ETEO, po demos accede r a un bo letín mo incluyen mapas de isobaras
y pr edicc i ón d e l as variab l es mu y co mpleto co n bastantes prediccio nes loca les (a nive l las condiciones hayan sido muy buenas durante la salida. Además, el que nos permiten apreciar la si-
m eteo ro lóg icas para las zo nas prov inci al). viento a veces rola siguiendo un ritmo ya conocido. En verano, por tuació n general y el emplaz a-
de responsabi lidad española. ejemplo, cuando se afianza el buen tiempo el viento sigue el recorrido miento de los diferentes fenó-
Prensa regional menos meteorológicos.
En los peri ód icos de la mañana, entre la ca rtelera de ci nes y del sol. Al final de la tarde, sopla del Oeste. Cuando navegamos por
Co ntest adores te lefó nicos
Por medio de los contestadores la bolsa pod emos enco ntrar in fo rm ació n m eteoro lóg ica re- delante de una zona orientada al Sur gozamos de excelentes condicio- l a te levisión
telefónicos de los Centros Mete- g ional que nos permite aislar las grandes tendencias. nes (y la hora también es agradable). Pero hacia las 18 o 19 horas, el Las predicción meteorológica
orológ icos podemos conseguir viento rola bruscamente al Norte, arrecia, y la situación cambia por que di funden las em isoras de
boletines me teorológicos con Capitanías de los puertos deportivos te levisión procede del I.N .M. y
El boletín meteorológ ico d iari o aparece siem p re en los ta- completo. Más vale regresar temprano. está dirigida al público en gene-
gra n rapidez. Éstos se graban
prácticamen te de forma inme- bl o nes de anun cios (éste suele se r la tra nsc ripció n del bo le- Podríamos seguir hablando del viento durante mucho más tiempo ral. No posee ningún ca rácter
diata una vez re dactados y se tín de Météo France difundido por Fran ce-Inter). Por lo ge- aún. Hemos dedicado a este tema una parte entera de este Curso (par- específico para la navegación
actu aliza n dos veces al dia; en neral, tambi én podem os co nsultar la cu rva de un baró m e- te 5), así como una Guía Glénans entera cuya lectura os recomenda- deportiva, aunq ue algunas ca-
ellos se incl uyen las prediccio- denas autonómicas prestan una
tro reg istra do r, así co mo las indicac io nes d e un anem ó m e- mos (La meteorologia marina, de Ediciones Tutor). También resulta fun-
nes para las aguas costeras en mayor atención a la predicción
t ro eléctrico. damental hablar de la lluvia o del buen tiempo; y aún no hemos termi - de l tiempo en la mar y en las
las zonas asignadas a cada Cen-
tro Meteorológ ico. Puesto de socorro de las playas nado con el tema. zonas coste ras.
Ta mbién existe un servicio de Se expo ne al públi co un bo letín resumido, ad em ás de ot ros
contestadores automáticos inte- datos relati vos a la temperatura del agua y a la fu erza del Capitanías de puertos
racti vos denomi nado Servic io la ropa deportivos
v iento.
de Teletiempo. Ll aman do al nú- En caso de que, temiéndonos lo peor, o queriendo ponernos morenos, En el tab lón de anuncios suele
mero 906 36 53 XX (XX corres- decidamos hacernos a la mar con un simple bañador, haremos mal. estar expuesto el boletín meteo-
pon de al có dig o posta l de la rológ ico del día, co n un a una
mas que el viento viene del Oeste esta indicación seguirá siendo válida, Excepto cuando hay calma chicha y un sol de justicia (en cuyo caso os
provi ncia respectiva) puede ob- tra nsc rip ción del boleHn del
tenerse información meteoroló- sean cuales sean las evoluciones del barco. aconsejamos que os pongáis a la sombra), no hace nunca demaSiado I. N.M. difundido por Radio Na-
gica de dicha provincia, que se Una vez determinada la dirección del viento, hay que tener en cuen- calor a bordo de un barco. Y menos todavía después de volcar. Más va- cional.
clasifica en cuatro apartados: si- ta su fuerza, por supuesto. Con demasiado viento, no podemos salir. le llevar encima ropa mojada, a no llevar nada.
tuación meteorológica en gene-
ral, información para el día si- Sin viento, solamente podemos aprender a cinglar. El viento ideal para
guie nte, info rm ación pa ra los una primera salida es de fuerza 1 a 2 Beaufort. Un viento de fuerza 2 los efectos personales
tres días sigu ientes, e informa- se denomina oficialmente "brisa ligera". En un barco situado proa al Las botas están prohibidas, pues nos quitan libertad de movimientos en
ción costera. viento, las velas flamean, pero sin violencia, con un movimiento bastan- el barco (yen el agua). Sin embargo, es conveniente llevar calzado lige-
54 Práctica del velero Iniciación 55

ro, pues duele bastante darse golpes en los dedos de los pies y las cin- que llevar un buen chaleco. Si este accesorio nos parece un estorbo, ra·
chas para hacer banda son demasiado ásperas .. zón de más para acostumbrarnos a llevarlo lo antes posible. ¿Que es
En lo que respecta a la ropa de navegar se ha avanzado mucho. Hoy poco elegante) Bueno, pero más vale flotar sin estilo que estar guapo y
día hay pieles "polares", trajes secos, semisecos, etc. ahogarse ..
Gracias a estos equipos podemos navegar durante casi todo el año,
pero hay que tratarlos con cuidado, i pues son muy delicados!
Suele dar buen resultado llevar un traje isotérmico más o me·
nos completo o más o menos grueso, según la época del año y el Los primeros bordos en deriva dar
gusto de cada uno, con un protector tipo K·way encima (lo cual
o en catamarán
es necesario en Glénans, y en general en Galicia y el Cantábrico en
España). Últimos preparativos
Por dos motivos: Hace buen tiempo. Hemos llevado el barco hasta la orilla del agua . Co-
• primero, porque con él podemos esperar en el agua después de locamos las velas haciendo por orden todas las operaciones que hemos
volcar sin correr grave peligro (una hora en lugar de diez minutos); ensayado antes y comprobamos que todo el material está a bordo: ti-
• y segundo, porque proporciona seguridad al principiante hasta el món, caña, orza, fondeo, pagayas y achicador.
punto de que podrá practicar, incluso volcar y volver a subir al barco sin Es el momento de ponernos los chalecos salvavidas y, también, de
encontrarse en situación de riesgo. decidir la tarea que deberá llevar a cabo cada miembro de la tripula-
ción. Uno será el patrón, llevará la caña y la escota de la mayor; el
El chaleco salvavidas otro, el tripulante (o proel), se ocupará del foque y de la orza.
A bordo de un derivador, haga el tiempo que haga, no podemos des- Si la superficie del agua está en calma, metemos el barco en el agua
cartar la posibilidad de volcar. Llevar puesto un cha leco salvavidas antes de izar las velas. Si hubiera olas, hacemos lo mismo que con el
Sea <:ual sea el tiempo que haga. es si m plem ente una cuestión de sentido co mú n. Sin el chaleco re· catamarán, lo que no siempre resulta cómodo, pues no debemos subir·
cuando salimos a navegar en un su Ita muy difícil mantenerse en el agua durante mucho tiempo, desa· nos a la bañera.
derivador ligero. debemos llevar ropa parejar el barco y esperar. El agua está siempre más fria de lo que ima· Hay que levantar el barco, sin arrastrarlo, pues un casco arañado es
de abrigo V protegernos del sol fcon ginamos y nos agotamos más deprisa de lo que creíamos. Además, hay un casco triste. Además, si lo hacemos, se puede atascar la orza con fa·
gafas y gorro también estarían cilidad, al llenarse el pozo de arena, hierba o gravilla.
fotogénico s ... ) Llevamos el barco hasta el final, es decir, sin dejarlo con una mitad
en el agua y la otra en tierra, pues en esta posición sufre mucho, sobre
Hay que llevar un chaleco todo si hay olas.
salvavidas homologado Si el barco flota enseguida el futuro patrón lo sujeta por el estay. Pa-
ra izar las velas, debemos poner la proa al viento -es inútil mirar la vele·

C o n fecha 30 de junio 1995 entró en v igor la nueva reg la·


mentac ión CEN (Orden 94-689 de 5 agosto 94). Para
efectuar na vegac iones de 5.1 y 6ª categorías en deriva dar, es
ta pues una vez en el agua, un barco que esté sujeto por algún punto
bornea , es decir, se orienta de modo que el viento le da por donde es·
En España, la Cir- tá sujeto. Si lo sujetamos por la popa, borneará para recibir el viento
obligatorio llevar un chaleco sa lvavidas de 50 Newton.
cul ar 7/95 de la Dirección por la popa. Esto no es nada aconsejable, pues seria difícil de dominar
General de la M arina Mer- La reg lamentación
(un caballo no se sujeta por la cola). Por el contrario, si lo sujetamos
ca nte que desarrolla la Di - por el estay, borneará con el viento de frente y no tendremos que ha·
obliga a embarcar
rectiva 94/2 5/CE del Parla - cer esfuerzo alguno para mantenerlo en esa posición.
tantos chalecos
mento Europeo establece El proel embarca y empieza a izar las velas. Primero la mayor, con
salvavidas como
que las emba rcac iones de cuidado evitando que los sables no se enganchen en ningún sitio, de·
recreo que rea lice n nave- tripulantes. Nosotros
bajo de la borda o el banco, o detrás de los obenques. Una vez izada Sujeto por la popa, el barco só lo
gaciones de la categoría O aconsejamos llevarlos
ésta la tensa un poco y enrolla la driza en la cornamusa de estribor. piensa en escaparse. Si lo sujetamos
deben llevar a bordo un puestos, sea n cuales
Comprueba que la escota de la mayor no tira de la botavara y que pue- por el estay, se coloca dócilmente
c hal eco sa l vav id as por sea n las condiciones
proa al viento V así podemos emba rcar
persona embarcada. de deslizarse libremente por sus poleas, y después tensa ligeramente la
meteorológicas.
trapa de la botavara. tranquilamente.
Iniciación 57
56 Practica del velero

timonel calará los timones y los bloqueará en posición vertical. Para


hacer esta maniobra el barco no debe llevar velocidad, ni tampoco de-
Cómo tensar una vela be realizarse con las velas cazadas. Si los timones estuvieran mal blo-
queados, no tardarían en salirse por efecto de la velocidad, el barco
T ensar una vela consiste en tirar de u no de sus bord es
co n el fin de eliminar los pliegue s y moldear la forma
de su pe rfil , su embo lsa miento. En los derivadores, no es
sería difícil de gobernar y los herrajes no resistirían durante mucho
tiempo el esfuerzo.
necesa rio hace r body-build in g para co nseg uirlo. Ve rem os
có mo en barco s más grandes conviene actuar siguiendo Primeros movimientos sobre el agua
un método co n c ret o o b ien re c urrir a ayudas me cá nic as El problema surge debido a la velocidad a la que transcurren 105 he-
co mo aparejos o güinches. ¿Cuándo h ay que t ensar mu c ho chos, y corremos el riesgo de no acordarnos de nada una vez en tierra.
la ve la? De mom ento nos co ntentare m os co n un reglaj e
Debemos tratar de ordenar y memorizar lo que hacemos, para que des-
aprox imad o:
pués, poco a poco. vayamos adquiriendo respuestas rápidas o reflejos
• cuando ha y poco v iento hay que t ensar po co, es decir,
justo lo necesario para quitar los p liegues d e la te la; coherentes ante las situaciones que se nos plantean.
• con v iento mod erado o duro hay que t ensa r más. Ya hemos embarcado y hemos bajado el timón y la orza. A partir de
los primeros instantes, el patrón y el proel llegan a una conclusión deci-
siva: el barco no es estable. Es mejor no sentarnos juntos en el mismo
Luego iza el foque, lo tensas a tope (aunque veas que el estay se costado, sino agacharnos en el centra del barco y medir nuestros movi-
afloja, no importa) y afirma la driza a la cornamusa de babor. Después mientos.
echa un vistazo general: todos los cabos, las drizas, escotas y el cabo Antes de ocuparnos de las velas, el verdadero problema consiste en
de fondeo, deberán estar perfectamente claros, es decir, listos para ser tomar posesión de este estrecho espacio oscilante que es la bañera.
utilizados inmediatamente, cada uno en su propio cometido. Instintivamente cada uno de nosotros intenta mantener su propio equi-
Por último, el proel coloca el timón y la cana. Ya estamos listos para
salir.
El timonel embarca empujando el barco mar adentro. Si realizamos
esta primera salida por ejemplo en una pequeña superficie de agua
cerrada, debemos elegir para zarpar un lugar donde el viento sople
de tierra (la brisa debe ser ligera); de esta manera el barco se separará
solo. Si no se dan estas condiciones, lo más fácil es salir con el remo,
y alejarnos lo suficiente de la orilla para que nos dé tiempo a realizar
algunas maniobras con las velas antes de que el barco sea empujado
a tierra.

Especial para los catamaranes


Conociendo los problemas que suelen producirse a la hora de izar las
velas debido a su tamaño, los sables, hooks y otros ganchos, es mejor
izar las velas de un catamarán en tierra. Hay que com probar que las es-
cotas estén bien largadas: de este modo evitaremos volca r. .. en la are-
na de la playa. Asimismo, no es conveniente tensar demasiado el grátil
de la mayor (ya lo haremos mientras el barco esté navegando). Una vez
izadas las velas, meteremos el barco en el agua hasta que flote comple-
tamente. Ultim as comproba cio nes antes de que
Si se dan las condiciones de tiempo "ideal" para la primera salida, la tripu lación em puj e las proas ma r
el proel empujará el catamarán, con las proas hacia alta mar y saltará adentro y s uba a bordo. No debemos
a bordo, separándose un poco de la orilla con el remo. A continua- caza r las velas antes de habe r bajado
ción, tensará el grátil de la mayor. En cuanto haya suficiente agua, el los timones.
58 Practica del velero Iniciación 59

cada vez que "soltemos todo", el barco volverá solo a esta posición de la linea de crujia
través. Esto constituye un primer punto de referencia. del barco sepa ra
Las velas, completamente largadas, flamean como banderas en el lo que está a
eje del viento; están pues casi perpendiculares a la línea de crujía del barlove nto de
barco. Flamean a sotavento. lo qu e está a
Está a barlovento todo aquello que a partir de la linea de crujía sotavento.
,
(eje) del barco se encuentra en el lado de donde viene el viento. Y a so- ,,,
tavento todo lo que está en la otra banda. Para la tripulación, la linea ,,
de crujía del barco divide el mundo en dos partes: el mundo de barlo- ,,
vento y el de sotavento; el futuro en un bordo y el pasado en el otro, y
entre los dos, sobre una linea imaginaria, el frágil presente. barlovento

Cómo aprender a situarse


en un plano de agua
Cuando la rgam os las escotas, el
on el fin de simpli fi car la lectu ra , rea lizamos la demos-
barco ya no escora mas, y se co loca
de traves derivando lentamente.
En segu ida lo comprobamo s : e l barco
no es es ta ble.
C tració n en un plano de agua imaginario , lleno de seña -
les de referencia (boyas, ch imeneas, depós itos de agua ).
Aquí tenemos un plano de agua, el viento represe ntado por
líneas paralelas, viene de arriba.
librio individual. Pero los reflejos que en tierra firme garantizan la auto- El plano de agua utilizado en la rea lidad probablemente no
nomia y la dignidad del ser inteligente no valen en el agua. se parecerá a éste, au nque resulta fácil de repre sentar ...
En este universo en movimiento, no estaremos cómodos si no parti- Supongamos que para el aprendi zaje, un viento de fu erza 2
cipamos en el juego: el verdadero equilibrio es dinámico y sólo se al- es estable. En el aspecto práctico, debemos reunir todo al
canza cuan do el barco consigue zarpar con el viento en las velas. Hasta mismo ti empo para navegar con seguridad. Este es el pri n- El paisaje visto desde a rriba .
cipa l atracti vo de la navegación; antes de la primera salida
ese momento, incluso el propio barco presenta un aspecto confuso, li·
puede que sea necesario que consultemos una carta para
teralmen te "desmadejado", es decir, sin equilibrio alguno, ni conexión familiarizarnos con las características del plano de agu a (se-
con lo que normalmente le confiere su razón de ser. A menudo, no es ña les de referencia , abrigos y régim en de vien to s). En la
el único al que le ocurre esto .. mar, es dificil situarse y ca lcu lar las di stancias, pues todo
Pero, mientras nos mantengamos en el centro del barco y las velas camb ia constantemente.
flameen ¡no hay nada que temer! Esta es, además, la primera regla Al ir ava nza ndo el barco, el paisaje va desfi lando rápida -
que debemos recordar durante los posteriores movimientos: cada vez mente y el vien to puede ro lar. A pesa r de estos cambios, el
que nos encontremos en apuros por la razón que sea, cuando nos viento sigu e siendo la única referencia vál ida: es lo que
parezca que vamos a "perder el equilibrio", en lugar de obedecer al re· condiciona la navegación.
flejo normal que hace que nos agarremos a todo lo que tengamos a Todo lo que vam os a expone r es senci llo, pues lo que figu -
ra en el pl ano de ag ua está visto des de arrib a; pero en la
mano, tenemos que solta r todo y co locarnos en el centro de l ba r·
m ar, no vemos m ás que una pa rt e de la costa, ya que el
ca. Inmediatamente, éste se ca lma, se para y, con las velas flameando,
... Nota de la traductora: Se denomi- campo de visión está interrump ido por las ve las y, además,
espera tranquilamente que recuperemos el control. estamos ocupados en el gobierno del barco.
na abatimiento la fuerza que hace
desviarse a un barco de su ruta por En res um en , los ejerci cios qu e proponemos no son más
efecto del viento. Deriva es aquella la posición de equilibrio que refe rencias: hay pocas probabilidades de que las condi -
que lo desvía por efecto de la co- Así pues, el barco se encuentra abandonado a sí mismo y va derivan· ciones m eteorol óg icas y las situaciones real es de la zo na
rriente. El uso común de ambos ter- nos permitan rea lizar las maniobras en este mismo orden.
do"*" empujado por el viento como un cajón. Pero este aba timiento* no
minas y sus derivados tiende a con-
se produce de cualquier manera, pues enseguida encuentra una posi· Por el co ntrari o, es absolutamente seguro que en el trans-
fundirnos y a preferi r deriva para de-
ción estable exponiendo al viento uno de sus costados. Deriva más o curso del aprendi zaje nos enfrentarem os co n todas ell as, y
signar toda fuerza que desvía al bar- El mis mo paisa je visto por e l patrón .
co de su ruta. cuanto antes ocurra mejor.
menos al través del viento, es decir, se pone de través. De este modo,
Iniciación 61
60 Práctica del velero

Además, en este momento el barco sigue derivando, desplazándose Para ello largamos bastante la escota de la mayor y del foque. Si el
en dirección a sotavento, es decir, pierd e barl ove nto. viento sigue entrando, soltamos la caña y nos movemos hacia la proa.
Enfilación El barco derivará con las velas flameando. Llegamos a la misma situa-
Podemos comprobar este abatimiento buscando puntos de referen-
cia en tierra, tomando enfi laciones por la proa o la popa del barco. ción que en un derivador.
C uando dos señales de
referenci a (se denomi -
nan marcas) aparecen
Sin embargo, si tomamos también puntos de referencia por los lados
nos daremos cuenta de que, al mismo tiempo que deriva, el barco tam-
Para seguir avanzando, hay que colocarse de manera que con brisa
ligera y la superficie del agua plana, podamos averiguar lo que ocurre
exacta m e nte una detrás bién se desplaza un poco hacia adelante. con la caña y las escotas o con el movimien to de la tripulación en el
de otra, se dice que están La razón es muy sencilla: la mayor no está completamente perpendi- barco.
alineadas y que forman
cular a la línea de crujía del barco, sino que la botavara está retenida
una e nfil ac ión . De este
por el nudo de ocho de su escota, ligeramen te a popa del palo. Al no
modo el observador que
estar completamente libre, la mayor recoge una pequeña parte del
Cazar/largar
las contempla se encuen -
viento desviando algunas láminas de aire, y esta mínima energía así re- ara cazar una ve la, tensam os la escota hasta que la ve la
tra en la prolongación de
la línea qu e un e dichas
m arcas.
cogida es lo que hace avanzar al barco. P se hincha , d eja de batir (flamea r ) y se convierte en el
motor del barco .
Primera situación Para amollar una ve la, largamos su escota reglándola para
coloca rla en el límite del flameo .
Ahora ya tenemos que lanzarnos; coger la caña con la mano y cada
El indicador del reglaj e es el flam eo. Cuando una ve la fl a-
uno su escota; después hay que intentar exponer las velas a barlovento
mea, es qu e la escota está demasiado largada. Así pue s, ca-
para ve r cómo va a comporta rse el viento. Si hay algún monitor en los za m os la ve la ten sa ndo la escota. Pero una ve la que no fla -
alrededores, es mejor que mire hacia otro lado. En cualquier caso no m ea también puede est ar dema siado cazada . Por lo tanto la
debe gritar consejos, que no tendrán buena acogida en ese momento, lleva remos hasta el límite del flam eo, largando la escota.
que, además, seguramente no entenderemos, y que sembrarán el páni-
co inútilmente (y encima despertarán a los peces).
El conocido refrán " Primero encontrar, después buscar", que se re-
fiere a la creación artística, puede aplicarse con toda razón a este caso.
Hay que dejar que cada uno encuentre solo su camino.
El patrón sujeta la caña y la escota de la mayor, y el proel la escota
del foque. De momento, el barco deriva con las velas flameando. De
común acuerdo, los dos tripulantes cazan las escotas: el barco empieza
a anima rse. Deciden largar todo y, como consecuencia, vuelven a la si-
tuación inicial.
Vamos a dejarlos que hagan sus primeras prácticas mientras comen-
tamos las primeras bordadas en catamarán.
Hav que dejar
que el
Los timones están bajados y ya avanzamos. Ciertamen te, en com-
paración con un derivador, la estabilidad que se consigue con dos cas-
cos ha permitido al diseñador instalar una superficie vélica mucho ma-
yor; pero como los palos no son infinitos y un foque grande no sería
fácil de amurar al pie de gallo, es la mayor la que adopta un mayor ta-
maño.
De este modo, disponemos de un motor potente, pero relativamen-
te sencillo que no necesita estar bien reglado para que el barco pueda Cazar, largar, tirar, empujar... El viento no espera para correg ir nuestros
avanzar con gran rapidez. e rrores de interpretación ... En este caso ya es muy tarde. Para no volcar,
En cuanto hayamos encontrado la postura sobre el trampolín o so- hubiera s ido preferible largar la vela en e l momento de la racha (en luga r de
bre uno de los cascos, se nos planteará el primer problema que debe- cazarla ... 1 y empujar la caña para orzar (en lugar de tirar de ella).
mos resolver con urgencia: icomprobar que sabemos parar el barco!
Inic iación 63
62 Práctica del velero

__ ----o~

- -- - - 0 -

Llevados por un gra n deseo de libertad,


Al cazar, las velas se inflan. e l empujamos la caña para poner
barco coge velocidad V se pone a
escorar cada ve z más.
I I rumbo hacia la chimenea ... Orzamos ...

Relación entre la escota


y la distribución de los pesos
Estamos otra vez con el barco plano y las vetas flameando. Salimos de
un punto determinado, por ejemplo de una boya, y ponemos rumbo
hacia otro punto concreto situado de manera que entre los dos se pue-
~
da trazar una línea perpendicular al viento.
Cazamos, las velas se hinchan y el barco coge velocidad, escorando
despacito. Después largamos, las velas flamean, el barco se vuelve a
poner plano y deriva otra vez. Repetimos la maniobra cambiándonos
de sitio a bordo, lo cual nos permite observar varias cosas: la acción de
cazar la escota no sólo sirve para hacer avanzar al barco, sino que tam- ~

eS
bién influye en su estabilidad y en la de su tripulación.

t
... después tiramos de la
Para mantener el barco plano, es decir, para hallar el equilibrio. de- caña para volver rumbo a la boya ...
bemos largar escotas o cambiar la posición de la tripulación.
I I Arribamos.
La tripulación es el único lastre del barco, pero es un lastre móvil. Se-
gún las circunstancias, podrá actuar de forma continua en el lugar ade-
cuado, controlando de modo eficaz la estabilidad del barco, tanto late- Empezamos poniendo rumbo a la boya. El reglaje es bueno y las ve-
ral (es evidente) como longitudinal (es menos evidente). Por esta razón, las están correctamente cazadas. Más tarde, decidimos cambiar de di-
todo el problema consiste en aprender a cazar las velas. rección y empujamos la caña. Inmediatamente las velas empiezan a fla-
mear, la velocidad disminuye y el barco se adriza, los derivadores lo ha-
Arribar y orzar: cen de forma clara y los catamaranes imperceptiblemente.
efecto de la caña sobre la dirección Volvemos a cazar las velas hasta que dejen de flamear, primero el
Hasta este momento estábamos ocupados en la marcha del barco, en foque y después la mayor. Se dice que hemos orzado, es decir, que la
su propia estabilidad y en todo lo que ocurría a bordo. Llega un mo- dirección del barco se ha acercado más al eje del viento (en el dibujo de
mento en que navegar hacia la boya (y llegar hasta ella) nos parece una esta página, A es mayor que 8)
tontería. Queremos ir aún más lejos, ampliar nuestro horizonte. A partir El rumbo cambia: la amura cambia y debemos cambiar también el
de ahora hay que hablar de la caña, es decir, de la dirección. reglaje.
64 Práctica del velero Iniciación 65

Una vez que hemos orzado, que nos hemos acercado al eje del vien-
to, el reglaje consiste en cazar un poco las velas; en lugar de poner
rumbo al depósito de agua, también podemos decidir volver a arrum- El efecto del timón:
bar hacia la boya; en ese caso, tenemos que tirar de la cana hacia no- barco ardiente y blando
sotros, lo cual nos hace arribar. Una vez hemos arribado, nos separa-
a conocemos la primera comprobación: si ponemos la
mos del eje del viento, y el reglaje consiste en largar las velas amollan-
do las escotas hasta que flameen, y después volver a cazarlas hasta que
Y caña a la derecha, el barco gira a la izquierda, si la po-
nemos a la izquierda, el barco gira a la derecha. Entendere-
otra vez estén llenas. mos fácilmente este desconcertante fenómeno si pensamos
¡Y ya está! Ahora ya somos capaces de movernos sobre el agua, de en el modo en que el agua ejerce su empuje sobre el timón.
parar el barco cuando nos parezca necesario y de volver a zarpar con la El patrón, sentado en el costado de barlovento del barco, de-
misma facilidad. Incluso somos capaces de cambiar de rumbo al mismo be tirar de la caña hacia él si quiere arribar; para orzar, basta
tiempo que el barco sigue avanzando. Si todavía no nos han concedido con poner la caña a la v ía . En ese momento se produce un
desequilibrio muy claro. En un rumbo como éste, los veleros,
105 galones de capitán, por lo menos ya hemos entrado en el mundo de
presentan, en general, una tenden cia mayor a orzar que a
"los que saben navegar", y tenemos razones para sentirnos orgullosos.
arribar. Cuando existe esta tendencia decimos que el barco
es ardiente. Por el contrario, un barco que tiene una tend en-
cia natural a arribar es un barco blando. Es preferible que
nuestro barco sea ardiente, de reacciones claras y francas.
El catavientos sin problemas
De todas formas, la eficacia de la caña parece tan grande
que al principi o corremos el peligro de utilizarla de modo
L Os catav ientos son trozos pequeños de lana que van co-
sidos junto al grátil de la ve la (por lo general del foque).
Su manera de flamear dentro del fluj o de aire que rodea la
desproporcionado en relación con las guiñadas del barco.
Pues el timón, en cuanto no está colocado en el eje del bar-
vela nos proporciona señales muy va liosas para realizar el co, puede actuar como un freno.
mejor reglaje. En un barco bien reglado, no es necesario toca r mucho la Los golpes de caña demasiado bruscos
• Cuando el catavientos de sotavento cae, la vela está caña para mantener el rumbo. o riginan remolinos perjudiciales que
demasiado cazada. perturban la buena marcha del barco
• Cuando el catavientos de barlovento sube, la ve la no
está suficientemente cazada.
• Cuando los dos catavientos están horizon tales, pode-
mos estar satisfechos del reglaje de la ve la.

Para ir lo más rápido posible e ntre dos pu ntos, cazamos el foque y despues
la mayor. Los catavientos, hebras de lana cosidas junto al grátil del foque,
nos ayudan a orientar bien las velas.
66 Práctica del velero Iniciación 67

Los comienzos sobre el agua


con una tabla a vela El balizamiento de las playas
Enseguida nos daremos cuen ta de que este titulo debería haber sido di· y el código de señales
ferente y quizás empezar así: "Los comienzos dentro del agua desde ste tipo de balizamiento tiene por objetivo lograr la se-
una tabla a vela... " Tenemos que reconocerlo: la primera sesión nunca
es demasiado gloriosa. Solemos pasar la mayor parte del tiempo cayén-
E guridad de los bañistas y de las embarcaciones durante
el período estiva l. Los barcos deben navegar a u na veloci·
donos al agua, volviéndonos a subir con dificultad a la tabla, rodando dad inferior a 5 nudos dentro de una franja litoral conti nua
entre las olas de la playa o siendo arrastrados mar adentro ... De mane- de 300 m etro s de ancho. Esta franja puede estar balizada
ra que el primer día es como un calvario y casi llegamos a lamentar ha- por la parte de alta ma r, así como disponer de zonas de
bernos comprado una máquina como ésta. protección adicionales dentro de ella. Según los casos, es-
Sin embargo, esta fase resulta inevitable, es una especie de purgato- tas zonas proteg idas están reserva das excl usiva mente a los
bañ istas, y prohibidas a las embarcaciones a motor o bien
rio y su duración es mayor o menor según las personas y las condicio-
sujetas a un tipo de actividad específi ca, como las tabla s a
nes meteorológicas. Lo que está claro, es que al cabo de uno o dos
vela. Se establecen por decreto de la autoridad marítima, y
días, se produce el milagro. Desafiando todas las leyes del equilibrio, lo- los ayun tamientos o los clubes se encargan de su instala-
gramos mantenernos de pie. levantamos el aparejo e hinchamos la ve· ción y mantenim iento. Po r lo general. este balizamiento
la. ¡Aleluya! A continuación se produce un encantamiento que nos ha· consiste en boyas amarillas de pequ eñas dimensiones. A
ce olvidar los difíciles comienzos. tra vés de los ca nales balizados cuyo acceso está prohibido
a los bañistas, los deportistas que realizan acti v idades náu-
tica s pueden sa li r y llegar hasta más allá de la zona de los
300 metros.
Muchas veces es conveniente informarse en los puestos de
socorro y de mantenimiento de playas so bre las normas es-
Aprended a ser responsables pecial es que está n en vi gor en el lugar por el que navega-
para mantener mos.
vuestra propia seguridad
Bandera ro ja Peligro. Prohibido salir. El plano de agua no está vigilado.
Bandera naranja Peligro. Sin embargo, se autori za n algunas actividades bajo responsabilidad
i os alejá is dem asiado de vuestro pu nto de sal ida, no exclusiva d e los deportistas.
S esperéis a esta r a 1 000 mi llas de di st ancia pa ra in·
tenta r vo lver, y si no log ráis hacerlo a ve la, emplead al·
Bandera v erd e Se autoriza el baño y los deportes náuticos. El plano de agua está vigi lado.

gu no de los procedim ientos que indicamos.

Con vie nto fl ojo, podéis traer la ta bl a del m odo sig uien te: las condiciones ideales (estribillo)
• Colocá is la botavara pl ana en equilibrio sobre la po· Acabamos de mencionar las condiciones que sería deseable encontrar
pa de la tabla y después os tumb áis sobre la proa y re·
durante la primera salida en deriva dar o catamarán. Por supuesto
m áis con los brazos. La ve la ofrecerá poca resistencia y
éstas también se refieren a la tabla a vela. Pero esta máquina es
pod réis avanza r, incl uso en d irección con trari a al v iento.
tan especial que antes resulta conveniente proporcionar algunos deta-
Si el v iento refresca tenéis dos sol ucio nes:
• desapare jar la ve la y co loca r todas las piezas d el lles más.
apa rejo a lo largo de la plancha, tum ba ros sobre la mis-
ma y remar co n los brazos; ¿Dónde empezar?
• pe dir socorro a alg una emba rcació n haciendo las se- Por lo general, aconsejamos a los principiantes salir con viento proce-
ñales del di bujo. dente de alta mar para dejarse arrastrar hasta la orilla si ocurre algún
problema. La otra cara de la moneda es que un viento de este tipo le-
" Estoy en apuros vanta cierto oleaje y que algunas olitas nos complicarán la vida y nos
ve nid a busca rme." obligarán a buscar un lugar resguardado, un dique, rocas etc.
En realidad, es preferible elegir un viento paralelo a la orilla.
68 Practica del velero Iniciación 69

El plano de agua ideal debe ser tranquilo y resguardado, que nos dé gidas, el centro de resistencia lateral se desplazará hacia la parte sumer-
sensación de seguridad y poco profundo. Al principio, resulta agrada- gida; y por último, avanzara solo hacia la proa por efecto de la velo- A barlovento
ble hacer pie para poder volver a subirnos a la plancha. cidad.
A sotavento
• En este momento la plancha se encuentra en el agua, perpendicu-
Reglamentación especial a recta qu e pasa po r
De cualquier modo, es preciso que memoricemos algunas reglas:
lar al vien to, con la orza bajada y el aparejo colocado a sotavento. Subi-
mos a la tabla colocando los pies a uno y otro lado de la base del más- L los pies de l windsur-
fista y que es pe r pe n di -
• no alejarnos mas de una milla de la costa; til, y movemos la vela primero hacia la proa de la tabla y después hacia
• evitar los canales de acceso a los puertos y las aglomeraciones de la popa. La tabla empieza a girar bajo nuestros pies, bien acercando la cular a la dirección del
barcos; viento divide el un iverso,
linea de crujía a la dirección del viento, o alejándola.
e l mun do y e l pl an o de
• debemos informarnos en los clubs y ayuntamientos sobre las nor-
ag ua en dos espacios: to-
mas municipales para el período estival (canales, zonas de navegación, La subida de vela ideal do lo que está a barlo -
etc); • La posición. La plancha y la vela están sobre el agua. Hacemos pie vento (entre el viento y el
• no salir cuando el viento nos arrastre hacia alta mar con más de y hay que aprovechar para colocar la plancha en condiciones ideales de windsu r fista) y todo l o
fuerza 3; subida, lo que más tarde quizás no sea fáci l. que está a sotavento.
• no tener miedo a pasar demasiado calor y llevar puesto un mono; Con la orza bajada, la plancha se pone perpendicu lar al viento,
• no "hacer windsurf " solos. Pues a pesar de lo que digan, la tabla la vela a sotavento y el puño de escota hacia la popa.
a vela es un deporte que debe realizarse en compañía. El consejo del fisioterapeuta: hace tiempo que los médicos han de-
mostrado el daño que sufre una espalda arqueada al arrastrar o levan-
La salida tar un peso. En esas condiciones, aconsejan utilizar 105 músculos de las
La pedagogía "clasica" aconseja que antes de saltar sobre la tabla y es- piernas (por ejemplo, el movimiento que se hace al levantar las pesas
forzarse en sacar la vela del agua, es necesario empezar a familiarizarse en halterofilia). Esto debe aplicarse también al windsurfista cuando in-
sólo con la plancha. tenta levantar la vela . Le sera muy dificil mantener derecha la espalda
durante toda la maniobra, sobre todo al principio, por lo que debe in-
Tomar contacto con la plancha tentar no doblarla. Debe controlar la longitud de la driza, y la elegirá
Os proponemos varios ejercicios que efectuados en solitario pueden más bien larga para obtener una mayor eficacia. Esta longitud le permi-
parecer incongruentes. Por el contrario, realizándolos entre varios, la tirá inclinarse hacia atrás mientras la vela todavía sigue pegada a la su-
plancha puede servir de soporte para llevar a cabo juegos en el agua, perficie: debido a su propio peso (su masa, para ser exactos) el wind-
desplazarnos en sentido longitudinal y lateral hasta caernos, saltar, ha- surfista ejerce una fuerza de tracción sobre la driza, al intervenir muy A SOTAVENTO
cer luchas, jugar a la pelota, hacer surf "remolcados", etc. poco la fuerza de los brazos.
La primera lección que hay que tener en cuenta: caernos no es una
penalización, sino una señal de referencia.
Al alejar el peso del Debéis m antener la
Si aplicamos una fuerza horizonta l de
Hallar el centro de resistencia lateral: dos experiencias indispensables cuerpo de la tabla, es espalda recta para no
forma alternativa a cada uno de los
• La plancha flota en una profundidad de 50 cm. de agua con la or- cua ndo resu lta eficaz forzar los discos de la
ext rem os de la plancha empujando
za bajada. Aplicamos una fuerza horizontal con la mano sobre cada hacer banda. colu mna .
con la m ano, est a gira ...
uno de sus extremos alternativamente. Ésta empezará a girar alrededor
de un eje, situado más o menos al nivel de la orza. Para localizarlo de

E~~~~~~~~I-~---3
un modo más exacto, volvemos a centrar la presión horizontal sobre la
plancha. Esta deja de girar y se desplaza hacia un lado. El punto de
aplicación del empuje es entonces el punto neutro de la ca rena
(plancha + orza + alerón), y cua lquier fuerza aplicada a uno u otro lado
D' hará girar la plancha. Este eje se denomina centro de resi stencia late-
Si volvemos a centrar la presión. la ral , y no es fijo sino que se mueve bastante. Si subimos la orza y repeti-
plancha ya no gira sino que se mos la operación, el eje retrocederá hacia la popa de la tabla; del mis-
desplazara hacia un lado. mo modo, si la proa o la popa de la plancha están más o menos sumer-
Iniciación 71
70 Práctica del vele ro

• La técnica. Colocamos los pies a uno y otro lado del pie del mastil
y ya sabemos cómo debemos ponerlos para subir la vela. Pero. en
cuanto el mástil parece que quiere salir del agua, la plancha empezará
a dar vueltas alrededor del pie del mastil, si no controlamos su giro.
Los pies, colocados a ambos lados del pie del mastil, pueden lograr
este control por medio de un juego de presión -tracción; es decir, cuan-
do el pie de delante empuja, el pie de detrás tira, y la plancha se va ale-
jando del eje del viento; cuando el pie de delante tira, el pie de detras
empuja, y la vela se va acercando al eje del viento. Junto con este movi-
miento de los pies, tenemos que servirnos del aparejo tirando de la dri-
za: hacia la proa para alejar la tabla del eje del viento, y hacia la popa
para acercarlo.
Cuando al subir la ve la la p lancha empieza a g irar en un senti-
do, podemos contra rrestar el movimiento con los pies.
En realidad, conviene efectuar un leve giro de la tabla hacia el vien -
to, pues a partir del momento en que el mástil empieza a subir, el vien -
to, al empujar la vela, facilitará la operación.

Volver a la posición inicial


Esto le suele ocurrir frecuentemente al principiante: la vela cae a barlo-
vento de la plancha y ya no se encuentra bien situado para subirla.
• Primera solución. Despegar parcialmente el aparejo de la superfi-
cie para exponerlo al viento. El conjunto empezará a girar lentamente
hasta colocar el aparejo a sotavento. De este modo volverá a la situa-
ción ideal.
• Segunda solución. Es más arriesgada y mas rapida. Se despega
bien la vela del agua. El viento sopla por debajo y la inclina bruscamen-
te hacia el otro lado, es decir, a sotavento. Esto le pillará de sorpresa
pero, al anticipar el movimiento, evitará el chapuzón.

El equilibrio
La vela sale del agua y entra en el aire. Según va saliendo, ofrece cada
vez menos resistencia. Por lo tanto, hay que reducir la tracción acercán-
donos poco a poco a la posición vertical.

Modo de s ub ir la vela

l . l a Hposición idea l": la plancha está perpendicular al eje del vie nto, e l a pa rejo a sotavento y e l mástil e n la proa. El
w inds urfist a utili za adecuadamente e l pes o del cue rpo, pero ma ntie ne la espa lda un poco a bombada. Te ndría q ue fl ex iona r
más las pie rnas pa ra proteger la co lumn a.- 2 y 3. Va t re pa ndo co n las ma nos s obre la driza, pa ra s acar la vela del ag ua.
Efectua ndo presión con los pies, co locados a uno y otro lado de la base de l mástil, cont rola -e imp ide- e l giro de la ta bla.- El
aparejo ya est á co mpleta me nte fu e ra de l ag ua. l a vela fl amea s in a poyarse ni e n e l agua ni e n e l vie nto . Es ta posición es m uy
inestable para e l w inds urfista y t iene q ue sa lir enseguida o bie n colocarse e n posición ne ut ra. 5.- Ha decidido sa lir. Coloca la
mano de proa e n la botava ra ... 6.- e inclina e l apa rejo hacia la proa sin estira r el brazo. Con la mano de popa va t ira ndo
despaCio de la botavara , la vela s e hincha, y, iya lo ha consegu ido!
72 Práctica del velero Inicia ción 73

Va "trepando" con las manos a lo largo de la driza para subir el Posición neutra l.
mástil.
Una vez completamente fuera del agua. la vela alcanza la posición
de equilibrio cuando el mástil está casi vertical.
Ahora, hacemos un juego con 105 pies y uno con las manos. un mo-
vimiento de cadera ... todo vale para mantener este precario estado de
gracia el mayor tiempo posible. Pero es dificil de conseguir. Para ello
necesitaremos algunos conocimientos adicionales.

Control de la orientación de la plancha


Ahora sujetamos el aparejo por medio del mástil y no por la driza. Si
inclinamos el aparejo hacia la izquierda, la tabla empieza a girar en el
sentido de las agujas del reloj. A la derecha, la tabla inicia otro giro en
sentido inverso. Sujetando la vela con una sola mano, debemos dejar-
nos llevar por el juego del aparejo y el movimiento de los pies con el
fin de hacer girar la plancha 360°, primero en un sentido y después en
el otro.
Modo de conseguir que una tabla
realice un giro de 36011•

El arco de resistencia
La posición neutral

S i alguna vez tenéis ocasión de hacer prácticas tirando de


una cuerda sobre un terreno resbaladi zo, existen grandes
posibilidades de que la falta de adherencia os haga aterri za r
• Es la posición ideal de preparación para la salida, con la vela flamean-
do, la tabla inmóvil perpendicular al viento y el cuerpo en reposo. Se
trata de encontrar un equilibrio en el que el aparejo no nos "pese". Pa-
sobre el trasero . ra ello, debemos colocar el mastil más allá de la vertical; ponemos los
¿Qué es lo que ocurre? Tiráis y tiráis y, pa ra conseg uirl o, incli- dos pies detras y lo llevamos a barlovento de la plancha, agarrando el
nais el cuerpo hacia at r as de forma inst in t iva, a la vez que
mastil con una mano y la botavara con la otra a la altura del hombro
vuestros pies por su parte empujan sobre el suelo mientras T====~
pue den seguir pegados a éste. correspondiente.
En la tab la, ocurre lo mismo: los esfuerzos de tracción que so- Una vez hallada la posición neutral, tenemos que practicar para sa-
portan los bra zos, ya sea al subir la ve la o al navegar, se trans- ber mantenerla, dejando flamear la vela.
miten a los pies, que a su vez los transmiten a la plancha, si el
antideslizante lo permite. la salida
Para salir, hay que tirar de la botavara con la mano posterior bloquean-
y la explicación es la siguiente: do el antebrazo delantero. Después de unos metros, soltaremos com-
Si vuestros pies no resba lan sobre la plancha, al no tener ésta pletamente la tracción de la mano posterior hasta que la vela empiece
suficiente apoyo sobre el agua, empieza a girar alrededor del a flamear (si es necesario, podemos quitar la mano de la botavara), La
pie de mástil que constituye un punto cas i fijo cua ndo la ve la
tabla disminuye su velocidad y se para; la vela flamea igual que una
está en el agua, y alrededor del cent ro de resistencia lateral,
cuando la vela está fuera . bandera indicándonos la dirección del viento.
El "a rco de resistencia " está formado por la transmisión de los es- Es entonces cuando hay que aprovechar para comprobar que la
fu erzos de las m anos a los pies pasando por el resto del cuerpo. plancha sigue estando perpendicular a la vela. Si el ángulo ha variado,
Para representar m ejor esta fu nció n, pod éis dibujar las fuerzas es debido a la manera en que hemos cazado la vela. Por lo general, se
procede ntes de la botavara o de la driza como si fueran una Es como s i el viento crease un produce un giro que acerca la linea de crujia de la tabla al eje del vien -
corriente o un fluido que tenéis que cana lizar hacia los pies en flui do procedente de la driza que to, pues, al tirar con el brazo de atrás, el de delante, sorprendido por la
la misma proporción, o bien favorec iendo a uno o a otro. debemos ca nalizar con los pies. tracción de la vela, se tensa. El aparejo se desplaza entonces a sotaven-
to y hay que volver a orientar la plancha hacia la popa. Para acostum-
Iniciación 75
74 Practica del velero

brarnas a esta tracción que ejerce la vela, resulta inútil alejarnos mu -


cho. Es mejor repetir todos los pasos: salida - sol tar la mano de popa - Orzada yarribada
volver a orientar la plancha - salida. Si el másti l está inclinado
Para contrarrestar la fuerza de la vela, no debemos hacer fuerza con hacia la popa hacia la proa
la espalda sino con 105 brazos, utilizando nuestro propio peso en equili- y/ o empujáis co n los pies
brio suspendido (volveremos sobre esto más adelante). hacia la popa hacia la proa
En cuanto empecemos a sentirnos cómodos en la tab la, deslizare- la tabla
mos la mano del mástil hacia la botavara, colocando así las dos manos se acercará al eje del v iento se alejará del eje del v ien t o
frente a sus respectivos hombros. Sobre todo, no debemos crisparlas es una orzada es una arribada
pues en ese caso nos darán calambres. Si volvemos la palma hacia aba-
jo, conviene ponerla en forma de "gancho", colocando el pulgar a lo
largo del índice y no frente a él. Si colocamos la palma vuelta hacia arri-
ba, y el pu lgar frente a ésta nos cansaremos enseguida.

Cambios de dirección en ruta


Ya sabemos mantenernos y avanzar con la vela portando. Para ello, he-
mos tenido que aprender a orientar la plancha, primero con la vela en
el agua y luego con la vela flameando. Para cambiar de dirección en ru-
ta, con la vela cazada, hay que inclinar el aparejo hacia adelante o ha-
cia atrás. Pero el esfuerzo necesario para cambiar de dirección es muy
El w in dsurlista inclina e l aparejo El windsurfis ta ba lancea e l aparejo
pequeño, pues el viento y el agua ayudan a la tabla.
hacia la popa (el pujamen de la vela hacia la proa tcon e l mástil
La mejor manera de comprender el movimiento que hay que realizar
casi toca la popa de la plancha l y incl inado y el puño de escota muy
para cambiar de dirección es imag inarnos que el aparej o es un lim-
e mpuja con los pies sobre un punto elevado) empu ja ndo con los pies
piaparabrisas.
situado muy hacia popa de la sobre un punto situado muy hacia
Cuando se inclina hacia la proa de la plancha, ésta se separa del eje
plancha . la tabla orza. proa de la plancha . la tab la arriba .
del vien to. Decimos que arriba. Cuando se inclina hacia la popa de la
plancha, ésta se acerca al eje del viento. Decimos que orza.

Reg laje de la vela


La tabla avanza con la vela llena. Si habéis seguido nuestros consejos,
estaréis con el vie nto de través, con la vela ligeramente hinchada y la
tabla perpendicular al viento. Si en esta posición "abrimos" la vela, el
grátil , es decir, la parte del tejido más próxima al mástil, flameará an-
tes que el resto de la vela. Y si volvemos a cazarla, el flameo desapare-
cerá. Para simplificar, podemos considerar que una vela está bien reg la-
da, cuando, al cerrarla, deja de flamear.
Podríamos comparar el movim iento que hay que efectuar para
reg lar la ve la con el de una puerta que se abre y se cierra girando
sobre sus goznes. la vela se abre y se cierra de la misma manera gi-
rando alrededor del mástil.
Cuando cerramos la vela, decimos que la cazamos . Cuando abrimos
la vela, decimos que la largamos.
Para dirigir la tabla,
l as cosas se complican cuando estos dos movimientos, de limpiapa-
inclinamos el aparejo y e mpujamos
rabrisas y de puerta, deben realizarse al mismo tiempo. Trataremos más
con un pie para que gire.
tarde sobre este asunto.
76 Prácti ca del velero IniciaCión 77

Para navegar en ceñida se cazan las


HABLANDO DE RUMBOS ve las a tope; e n un descuartelar s iguen
Las diferentes orientaciones del barco o de la tabla en relación con la cazadas pero ll enas de vi ento; a
dirección del viento se pueden catalogar, adoptando denominaciones continuación nos ponemos "a un
que n05 permiten identificarlas con facilidad. Hasta ahora. habíais na- largo" largando cada vez m ás las
vegado en dirección perpendicular al viento: es decir, con el rumbo
del viento de través. En derivador, (atamarán o en tabla a vela, éste r.:==:-:c==::-,
I AMURADO A ESTRIBOR I
viento de proa
IAMURADO A BABORI
escotas, V de ahi vienen las
expresiones. un descuartelar. largo. V
es un rumbo fácil que los barcos y las tripulaciones que todavía no tie- por la aleta; con viento de popa estan
nen demasiada práctica eligen volunta riamente. Cuando cambiamos largadas al máximo.
de dirección para acercarnos al viento, entramos en 105 rumbos de
ceñida . Por el contrario, cuando cambiamos de dirección para sepa -
rarnos del viento, nos adentramos en el campo de los rumbos por-
tantes .

Los rumbos de ceñida


Ahora decidimos navegar con un rumbo claramente más próximo al
vie nto. Ponemos la caña a la vía. El barco orza. Una vez pasado el rum-
bo de un descuartelar, las velas empiezan a flamear, hay que cazarlas
un poco hasta que el flameo desaparezca; nada más.
A partir de ahora, empezamos a ganar terreno contra el viento, deci-
mos que ganamos barlovento o remontamos el viento. Este se
muestra de repente más impetuoso y más intenso que cuando estaba
al través. El barco, una vez en el nuevo rumbo, parece más alegre. Au-
menta su tendencia a la escora, al mismo tiempo que parece afianzarse
'-","" po, la alela viento por la

Los rumbos

Primera definición : se llama rumbo al ángulo formado por la linea de crujia del barco y el
v iento real ; este término precisa de fo rma clara su situación cuando se conoce exactamen-
te la dirección del viento. Decimos: ceñ ida, través, v iento por la aleta, v iento de popa ... La uti-
lización de estos términos facilita la coord inación entre los miembros de la tripu lación. Por firmemente en el agua. Se le nota ligero a la caña. El casco vibra ligera-
ejemp lo, para tod o el mundo "orza r" sig nifica que va mos a cazar las ve las ... hasta que el bar-
mente al paso del agua y labra su camino con gran acierto y facilidad .
co se encuentre al lím ite de la " má x ima ceñida" ...
Las velas están abombadas, bien llenas de viento; estamos en ceñ ida,
Segunda defini ción: lo que acabamos de decir resulta úti l para ayudaros a entenderos a
bordo . Pero, a bordo de un derivador es in suficiente en determinadas circ unstancias, y la ma- rumbo real, buena velocidad y poco abatimiento. No hay que estropear
yoría de las veces también lo es en catamarán y en tabla a ve la. el trabajo cazando demasiado las escotas; hay que largarlas a menudo
Enseguida comprobaremos que los ca tavientos no indican el viento real (el que sopla en hasta hacer flamear un poco las velas y volver a cazarlas justo lo sufi-
ti erra) , sino el viento aparente, el que hincha las ve las y en relación con el cua l realizamos to - cien te para que quede en ellas algo asi como la ligera huella de un
dos los reglajes. Y este v iento aparente varía con la ve locidad del barco, al se r la resultante de temblor.
la fuerza y la dirección del viento rea l y del "viento de la velocidad". Debemos familiari za rnos Todavía podemos acercarnos más al eje del viento, pero esta vez te-
co n esta paradoja qu e hace que cuanto más rápido vaya mos y más fue rte sea la co mponente nemos que cazar las velas al máximo. Su curva se borra, están cazadas
de l "viento de la ve locidad" más se acerca el viento a la línea de cruj ía del barco. Es decir, a tope . Llegamos ahora al borde de la zona del viento de proa, hemos
cuanto más rápido vayamos, más debemos caza r las ve las. A partir de una ve locidad concre-
llegado a la ceñ ida a rabi ar.
ta, que suelen alcanzar los catamaranes y las tabla s a ve la con viento co ntinuo, navegaremos
Este es un rumbo de lucha en el que el barco adopta una marcha
con las velas cazadas como en ceñida, hasta que estemos a un largo.
más nerviosa, más tensa. Estamos lejos de la sencillez de la ceñida.
78 Practica d!? v e ero IniCiaCión 79

En la foto de arriba e l barco esta


completamente p lano con la vela muy
largad a . Ni e l vie nt o n i el b arco está n
en conflicto: es el rumbo del viento por
la a leta

En la fot o d e a baj o. los catarna ranes


acaban d e tomar la salida en una
regata . Na vegan con las ve la s ca zadas
para ir dando bordadas hac ia la boya
situada a barlovento d e l recorrido.
Es la ce ñida.

Las velas, bien lle nas, está n El Viento parece arreciar y ague/Izarse contra las velas El barco
si tuadas sobre la Imea de cr ujia del presenta mayor tendenCia a la escora, y cuando hay un poco ele
barco. Este navega a gust o, viento. la tflpulaClon tiene que hacer banda de modo energlco para
escorando ligeram ent e y la mantenerlo plano. El casco se abre camino con mas dificultad en el
trip ulación hace banda . Es agua, SI hay pequeñas olltas choca contra ellas deshaCiéndolas y el
la cel; ida, que permite a l barco proel empieza a Imaginarse lo que le espera en cuanto la cosa se
remontar el viento co n bue na anime
velocidad. Este es un rumbo apasionante que muestra toda la fuerza luchadora
de! barco, asi corno su faCIlidad para sacar partido de las fuerzas que se
ejercen sobre el mismo. ReqUIere una atención constante por parte de
la tri pulación, y ulla aguda percepción de las variaCiones del viento. De
hecho, éste no es siempre regular, ni en di rección ni en Intensidad;
puede escasear, es deCir, acercarse al eje del vie nto (por la proa) o
alargar, es deCir, separarse; puede refrescar (arreCiar) o cae r (amai-
nar); el timonel debe cambiar constantemente de dlrecClon para man-
tener el rumbo y el proel cambiarse de SitiO para mantener el equilibrio
Se suele ta rdar algún tiempo hast a lograr dorrlln ar la cel'lIda Al princi-
pio, tenemos tendencia a poner rumbo haCia algún punto situado en
tierra, yeso es lo que no debemos hacer Pues navegando en ceñida el
barco deriva cada vez más y pronto nos vemos o bligados a acercarnos
80 Práctica del velero Iniciación 81

demasiado al viento para seguir arrumbando hacia dicho punto. Como un libro. 5ólo que en este caso la página está lastrada con un chisme
consecuencia, el barco cada vez deriva más y avanza menos. La ceñida llamado botavara, que va barriéndolo todo y golpeando las cabezas
se convierte en un rumbo de esfuerzo. Fiándonos s610 del viento, con que encuentra a su paso, antes de colocarse en el lado opuesto. (¡Para
las velas llenas, haremos un rumbo peor pero con cierta velocidad y po- evitar que choque con más o menos violencia sobre el obenque es por
ca deriva. ¿Qué es preferible? Sin duda vale más ser rico y estar sano lo que hemos hecho un nudo de ocho en la escota!). A eso se le llama
que pobre y enfermo. tras luchar. Con brisa ligera, no representa ningún peligro, pero el
viento es a veces un lector nervioso y la botavara, al pasar con fuerza
de una borda a la otra, corre el riesgo de empujar al barco en una o r-
Los rumbos portantes za da irresistible en el nuevo bordo y este cambio de situación puede
Volvemos de nuevo al rumbo del viento de través y decidimos ir ahora hacernos volcar.
a explorar la zona situada a sotavento del barco. Para llegar hasta ahí, De cualquier manera, hemos pasado una página: hasta aquí, desde
hay que deja rse llevar. Por lo tanto, el timonel tira de la caña hacia él. la cenida hasta el viento de popa, el barco había recibido el viento
Al ir arribando pasamos primero por un rumbo en el cual las reaccio- siempre por el mismo lado; por primera vez, lo recibe ahora por el otro.
nes del barco no son muy diferentes de las que mostraba con el viento El costado de sotavento se convierte en el de barlovento y a la inversa.
de través: es el largo. Lo hayamos hecho adrede o no, hemos v irad o de bord o.
Si seguimos arribando, el ambiente cambia por completo. Todo se
calma. El viento parece amainar, lo notamos menos fuerte en la cara.
La velocidad parece disminuir y en parte es verdad. El agua está mas li-
sa y el casco se desliza por ella suavemente. El barco ya no deriva (po-
demos levantar la orza) y no tenemos que hacer banda. La tripulación
se instala cómodamente. El viento y el barco van ahora "cogidos de la
mano ", navegamos con el v iento por la alet a. viro y me coloco viro y me coloco
amurado a babor amurado a estribor
Quizás ya estemos con el vie nto de popa, pues en esta zona nos
faltan puntos de referencia, y a veces arribamos sin darnos cuenta . La
veleta titubea, los catavientos no muestran más que una señal floja y
extenuada. Reina la incertidumbre. Podemos intentar pasar el foque al
costado opuesto al de la mayor (poner las velas en o rej as de bu rro). Si
se niega a pasar, es que todavía no estamos si tuados con el viento de
popa. Si pasa, es que sí lo estamos; pero nada nos indica que estamos
situados totalmente con el viento de popa.
En este momento el patrón debe hacer gala de una gran discreción
en el uso de la caña.

Este rumbo pasivo del viento de popa que en un principio parece


mucho más fácil que los rumbos activos de la ceñida, no está libre de
trampas:
",
(\ "'~, /','
,"
~

) ...

• si damos un golpe de caña y nos pasamos un poco a sotavento, el


,,, ",\
\
1
,',' 11

',', '.), 1. / ,,;,'

barco puede salir disparado en una impetuosa orzada y ponerse de ~


' : ' O' \, /<~
I ,
través, al mostrarse el viento mucho más fuerte de lo que parecía; trasluchoy ........ __ ~ , __ ' trasluchoy
me coloco amurado me coloco amurado
• y al contrario, si empujamos la caña a barlovento, podemos so- a babor a estribor
brepasar la posición del viento de popa sin saberlo. En ese caso, el
barco empieza a recibir el viento por el otro costado, donde está la
mayor, empujándola por el revés y lanzándola de golpe hacia el otro
bordo, igual de rápido y de sencillo que cuando pasamos la página de
82 Practica del velero

Ahora los Maniobras y cambios de amura


windsurfistas
en derivador y catamarán
Ahora que sabemos sobrevivir en un barco de veja, podemos intentar
hacer una de las maniobras básicas: la virada de bordo.

Las amuras
Vamos a comenzar con unas observaciones importantes:

~,
Estribor: costado derecho del barco.
Amurado a estribor: el barco recibe el viento por la derecha, es de-
cir, por el costado de estribor.
Para pasar de amurado a estribor a amurado a babor, tengo que vi-
rar por avante o trasluchar.
Babor: costado izquierdo del barco.
I

~.
Amurado a babor: el barco recibe el viento por la izquierda, es de-
cir, por el costado de babor.
Para pasar de amurado a babor a amurado a estribor, tengo que vi-
A
rar por avante o trasluchar.
La expresión "Vamos a cambiar de rumbo" quiere decir según los I
casos: "Vaya vi rar por avante" o "Vaya virar por redondo", que es
otra manera de decir "Vaya trasluchar" .

La virada por avante con viento de proa


Ya hemos comprobado que el barco una vez llegado al rumbo de ceñi-
da no podía ganar más barlovento y se aproximaba a una especie de
"zona prohibida". Virar proa al viento, es, a partir de la ceñida, atrave·
sar con la proa esta zona o ángul o muerto, para volver a situar el bar-
co otra vez de ceñida pero en el otro bordo.

1. Navegamos en ceñida. A: am urados a estri bor; s : amurados a El patrón cambia de mano caña y escota .
babor. A: El foque se ma ntiene ca zado hasta que e mpi ece a
El barco est á plano, con las velas bi en regladas. El patrón portar ligerament e a la contra .
toma un pu nto de referencia detrás de é l !por ejemplo, la El patrón larga eve ntualmente la mayor para ayuda r
chime nea). a pasa r los sab les forzados .
2. Después de haber recordado lo que acabamos de decir, el patrón 5.8 : Mientras e l patrón se sienta a barlovento, e l proel
orza suavemente empujando la caña y cazando la mayor. caza e l foque y empieza a hacer banda.
3. El patrón acompaña e l giro del ba rco aumentando cada vez A: El patrón ca mbia de mano la caña y la escota,
más e l ángulo de la caña. El foque empieza a flamear por e l e l proellarga e l foque y lo ca za en la nueva amura .
grátil, pero lo mantenemos cazado. 6.S: A continuació n salimos amu rados a estribor.
S: El barco escora a la contra y la tripulación empieza a meterse A: El patrón caza la mayor y la tripulación sa le a hacer
La condición esencial e n e l barco. banda.
para realizar una buena virada por 4. Cuando la mayor se coloca e n e l centro de l ba rco: 7. A: Y volvemos a s alir amurados a babor.
avante es llevar velocidad. 8 : El proel larga e l foque, pues está flameando completa mente.
Iniciación 85
84 Práctica del velero

La virada por avante clásica en derivador con dos tripulantes

4. El barco acaba de cambiar de


1. Al iniciar la virada, e l
rumbo, los dos tripulantes pasan
barco navega en ceñida con
por debajo de la botavara y se
buena velocidad . El proel acaba de
sientan en la otra borda . El foque
desbloquear la escota del
se cambia de s itio . El patrón
foque -sin soltar nada- V se prepara
empieza a enderezar la caña.
para la maniobra .

5. El foque ya ha pasado. El proe l


2. El patrón empuja la caña poco a se prepara para hacer banda. El
poco: el barco empieza a orzar. patrón na ende rezado otra vez la
El foque queda desventado por el
caña, y vigila el rumbo y el paso del
grátil y e l barco entra en el
foque. Ahora debería volver a
ángulo muerto. Pero e l proel s igue
cazar la mayor.
sin soltar la escota.

6. El patrón cambía la mano


3. El foque flamea ahora del todo :
sobre e l cañín, pasándolo por la
e l barco está a punto de cruzar e l
espalda. Podría haber cazado
eje del viento V el proel larga la
antes la vela para reactivar el barco
escota en banda. Los tripu lantes
al final de la virada.
empiezan a cambiarse de borda.
86 Practica del velero Iniciación 87
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La virada por avante "inclinada" en Laser


1. Con poco viento, aprovechamos
la escora (exagerándola) para
virar con más rapidez y originar una
reactivación más energica . Este
especialista en Lase r, que participó
en e l Campeo na to mundi al de vela
(La Rochelle, agosto 1994) empuja 5. Durante este movimiento

la caña e inclina el barco para mantiene la caña en la línea de

contraescorar dando un golpe de crujia, permaneciendo e l barco muy

cadera hacia atrás. escorado.

2. El patrón sigue empujando 6. El patrón se coloca sobre


la caña y se agacha sin cambiarse la borda y mete los pies por debajo
de sitio. de las cinchas para hacer banda .

3. Ahora el barco está proa al


viento. La vela pasa a la otra borda,
ayudada por el gran movimiento de
contraescora. Señalamos que e l
patrón sigue s in cambiarse de sitio. 7. Hacie ndo banda de forma
De hec ho no pasa debajo de la enérgica, coloca el barco plano,
vela, s ino que es la vela la que pasa caza ligeramente la vela y
por encima de su cabeza. orza despacio: es la reactivación.

8. La virada ha terminado. Es
importante señalar que el patrón
todavía no ha cambiado la caña de
mano. Sigue gobernando con la
4. La vela ya está cazada en e l otro mano izquierda en la espa lda y no
costado. El patrón se estira la cambiará hasta después de
ahora para colocarse a barlovento. bloquear la escota en la mordaza .
88 Práctica del velero Iniciación 89

Ya que las velas no tienen ningún efecto propulsor mientras pasan La veleta está ahora en la línea de crujía del barco y casi no percibi- ,
Podem os com pro- por el ángulo muerto. no podemos contar más que con nuestro impul- mas el viento. Es como si no notáramos el barco bajo nuestros pies.
ba r que hem os v irad o de so, es decir, con la arran cad a que lleva el barco. Por lo tanto, ante to- y en este momento, ya podemos empezar a virar.
b o rdo c orre ct am ent e s i, do, es necesario que éste lleve una buena velocidad. El patrón se coloca al otro lado, cambia de mano la escota de la ma-
sa li endo desde un rumb o Hay que averiguar el rumbo que tendremos que seguir cuando es- yor y la calÍa. Ca za la escota hasta colocar la mayor sobre la linea de
d e ce ñida, con buena ve lo- temos en ceñida en el otro bordo. Este rumbo se sitúa a 90° aproxi- crujía, el proel se cambia también e incluso puede volver a pasar el fo-
cidad, nos situ amos en la madamente del actual. Para eJlo, tomamos un punto de referencia en que aliado donde estaba la mayor. Cuando la parte de arriba de la ma-
otra a mura e n ceñ ida tam-
tierra por el costado de barlovento, detrás de nosotros, al través del yor pasa, el patrón suelta instantáneamente la escota que debe
bién co n ve locidad (A).

r barco.
Hipótesis de salida: estamos en ceñida con una velocidad óptima y
queremos cambiar de amura. El objetivo es situarnos, después de virar
desde la ceñida, otra vez en ceñida en el otro bordo con la misma velo-
desliza rse sola hasta el final, y va corrigiendo el rumbo con la caña. Ya
hemos trasluchado.
Si la parte de arriba de la mayor tarda en pasar, el patrón debe arri-
bar unos cuantos grados más. Si no ha tenido la precaución de blo-
En popa redonda, e l tripu la nte pon e
e l foque e n orejas de bu rro, s ujet a ndo
la escota con la mano. El patrón
cidad, manteniendo la estabilidad lateral del barco .. quear el carro de la escota de la mayor en el centro, tendrá que arribar se ca mbia al otro lado y se pre para
mucho y el paso de la vela será muy brusco. pa ra traslucha r.
Especial catamarán Hemos virado sin cambiar de rumbo; ésta es una virada que podría-
La característica especial de la virada por avante en un catamarán está mos denominar "seria". Es la que se hace con mal tiempo, o en los
en el hecho de que existe una diferencia del camino a recorrer durante barcos grandes; también es la que tiene que dominar el principiante
el giro, entre el casco interior y el exterior. Es conveniente aligerar todo con poco viento, antes de lanzarse a realizar maniobras más concretas.
lo que podamos el casco exterior mientras viramos, manteniendo los
pesos durante el mayor tiempo posible en el casco de barlovento. De Especial catamarán (bis)
este modo, la resistencia disminuye y la velocidad de giro aumenta. En los catamaranes ésta es la maniobra más fácil debido a la gran esta-
Estos consejos para efectuar una virada de bordo eficaz en un cata- bilidad inicial del barco.
marán no sorprenderán al usuario de barcos antiguos, que se caracteri- El hecho de que dos catamaranes deportivos de cada tres no tengan
zan por una relativa lentitud de giro, y que hay que acompañar con la botavara, hace que la operación sea más fácil, y menos peligrosa ..
vela y el timón y, además, corregir continuamente, según las reacciones El problema está en la arribada que se produce y en la gran acelera-
del casco y de las velas en relación con la mar o el viento. ción que adquiere y que disminuye una vez situado con viento de po-
Si el barco no llevara suficiente arrancada en la salida, si hubiéramos pa. La tripulación tiene que cambiarse de sitio, para impedir que el bar-
largado o cazado el foque antes de tiempo, o empujado la caña duran- co salga de orzada, o se quede parado. Y, por último, hay que evitar
te la virada de manera incorrecta, no lograremos virar. Decimos que que los sables choquen contra el obenque.
B ha arribad o dem asiado hem os fallado la virada : el barco se para, y después empieza a retro-
después d e vira r, por lo que se ve ceder, colocándose de través. Volvemos a la casilla de salida.
obligado a orza r y no lle gará
nunca has ta la c hime nea la virada por redondo o trasluchada
de esta bordada. mi entras A, qu e En primer lugar tenemos que arribar hasta colocarnos con viento de
ha hecho una buena virada. popa. El proel continúa la arribada largando cada vez más el foque y
ll egará sin problema s ... se desplaza para man tener el equilibrio lateral del barco (aunque sea
un catamarán) mientras se efectúe toda la maniobra. Durante la arri- 100590
HOBIE CAT
bada conviene bloquear el carro de la escota de la mayor en el cen-
tro, con el fin de dominar mejor su paso y evitar que golpee contra la
jarcia.
Cuando la mayor está cerca del obenque y el foque empieza a hin-
charse por el otro lado, es que estamos completamente con el viento
de popa. Hay que tener cuidado al pasar el foque antes de virar, pues La trasluchada e n cat ama rá n se
de lo contrario podría enrollarse alrededor del estay, lo que nos obliga- facilita e norme me nte de bido a la
ría a volver a trasluchar para soltarlo.
estabil idad inicial de l ba rco.
Práctica del vele r o IniciaCión 91
90
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La virada por redondo

4. El barco navega ahora en


a l falso pairo, recibe el viento por e l
lado donde está la botavara.
El patrón sigue cambiando de
1. En busca de l vie nto de popa. El rumbo con la caña. Se ha colocado

proel se prepar a p ara pasa r el foque en la otra banda y ha cambiado las

V el pat rón arriba despacio. manos.

2.¡ listos para trasluchar! El patrón 5. ¡la mayor pasa! Demasiado

se desplaza hacia adela nte para rápido. es cierto, pero con el fin de

dejar libre la caña . El foque empieza evitar un bandazo exces ivamente

a desventarse. El ba rco se acerca a brusco, el patrón endereza

la popa redo nda. bien la caña .

6. La trasluchada ha terminado. El
patrón ajusta e l rumbo y afina e l

3. l as velas est á n en orejas de reglaje de la mayor. Hay que

b u rro: ¡tod o va a ocu rrir con gr an seña lar que e l escotero, el carro y

rapidez! El proel empieza ya a los topes sólo soportarian unas

cambiarse de s it io. cuantas trasluchadas como esta ..


I niciación 93
92 Práctica del velero

Querer ir "a barlovento", es decir, hacia


Barlovento - Sotavento la chim enea, exige que hagamos
Virar por avante o tras luchar nos ha permitido pasar de estar amurados bordadas: decimos que tenemos que
a babor a estar amurados a estribor; la virada por avante nos ha hecho voltejear. Querer ir tia sotave nto", es
gana r barlovento mientras que con la trasluchada hemos perdido decir, hacia la boya, podemos
sotavento. hacerlo directamente, en portantes.
Desde un principio hemos expuesto las nociones fundamentales so-
bre el gobierno de un barco tomando puntos de referencia (boyas, de-
pósitos de agua ... ), pero el elemento esencial, la referencia principal de
todo navegante a vela, es forzosamente el viento. Frecuentemente
oímos decir "perdemos barlovento" o "ganamos barlovento", como si
estuviéramos navegando por los tapetes verdes de un casino. Esta ma-
nera de contabilizar el viento debe convertirse en un reflejo, pues re-
presenta una noción esencial de segu ridad.

Barlovento Sotavento
"Vaya barlovento" quiere decir que me dirijo hacia un lugar de donde "Vaya sotavento" quiere decir que me dirijo hacia un lugar sobre el
viene el viento, lo cual no es fácil, pues hace fa lta voltejear, o dar cual sopla el viento - en el ejemplo, la boya- y, en ese caso, ¡oh sorpre-
bordadas. Antiguamente se decía: "En las bordadas, doble el camino, sa! puedo ir directamente. También podemos decir: con viento por-
triple el tiempo y cuatro veces el esfuerzo". Excepto por lo del esfuerzo, tante, empujado por el viento, o simplemente en portantes.
cuando nos encontramos en un caso similar al del dibujo (p rimera sali-
da con fuerza 2 y mar llana, en las cercanías de una costa), podemos Volcar
aplicarnos el refrán perfectamente. la causa principal del vuelco es la orzada. Se produce cuando llega la
racha y no tenemos el reflejo adecuado en el momento oportuno, con
lo cual el barco se tumba, con la jarcia a sotavento.
lo primero que debemos evitar es apoyarnos sobre el palo, pues se-
En derivador ria la mejor manera de "clavar el palo", es decir, de hincarlo en el fon-
1. Arribada: El patrón larga la escota de la mayor. El proel acompaña e l do. Además de que podemos romperlo, es una de esas situaciones
movimiento larga ndo la escota del foque. que, como enseguida veremos, no tiene solución.
2. Con viento de popa : El foque pasa al otro bordo. la veleta está sobre la línea de Con el barco tumbado, uno de 105 tripulantes sujeta el barco por el
cru jía del barco y el proel mantie ne la estabilidad lateral del barco. estay para mantenerlo proa al viento, y el otro suelta las escotas de las
3. El patrón se coloca e n la otra borda, cambia de mano escota y caña, y se cornamusas y después se sube a la orza (a veces tiene que ponerse de
prepara para cazar la escota de la mayor.
pie encima, pero no en la punta pues ésta es demasiado frágil).
4. El patrón caza la escota de la mayor. Con brisa ligera, coge e l aparejo con la
mano, y tira de la balu ma hacia abajo pasa ndo la mayor; t iene que frenar e l En los catamaranes hay que utilizar la energía natural del viento y
paso de la vela; e l hecho de no haber enrollado la escota de la mayor es una exponer primero la superficie del trampolín y después la jarcia en cuan-
ventaja. pues al deslizarse, frena la mayor. to ésta se despega del agua. Es decir, tenemos que poner el palo a bar-
5. El proel cambia de bordo. El barco e mpieza a orzar. lovento. Para ello, orientamos el casco sumergido poniéndonos en la
En catamará n proa o en la popa de este último, lo que nos sirve para crear un punto
1. Arribada : El patrón la rga e l carro de la escota de la mayor Iy la escota también
de giro dentro del agua. Una vez colocado, pasamos el cabo de adrizar
s i es necesario). por encima del casco de barlovento y nos colgamos con todo nuestro
2. Con viento de popa: El foq ue pasa al otro lado. la veleta está e n la línea de peso para despegar el tope del palo del agua
cru jía. El patrón pasa e l cañín a la ot ra banda, afirm á ndolo a lo largo de la barra Cuando el barco empieza a "venir", nos preparamos para agarrar-
de unión. nos al casco sumergido, pues en el momento de adrizarse, que suele
3. El patrón se co loca en el otro lado, cambia de mano escota y caña y se prepara
ser muy brusco, la inercia puede hacer que el barco vuelva a volcar ha-
para pasar la mayor s ujetando e l aparejo con la mano.
4. El patrón pasa la mayor enérgicamente tirando del puño de escota hacia abajo. cia el otro lado. En ese caso, hay que tener cuidado con los cascos o

I
5. El proel se cambia al otro lado. El barco e mpieza a orzar. con las martingalas volantes, pues ¡pueden hacernos daño!
IniciaCión 9S
94 Práctica del velero

Sea cual sea la máquina con la que hayamos volcado, derivador o cata-
marán. hay que cumplir obligatoriamente la siguiente regla fundamental:
NO DEBEMOS ABANDONAR NUNCA EL BARCO

Para una tripulación experta la puesta a flote es rápida. Para los prin-
cipiantes, la cuestión es muy distinta. A veces, lo más conveniente es
fondear enseguida, siendo absolutamente necesario cuando el viento
empuja el barco hacia una costa peligrosa O hacia mar adentro.

Maniobras y cambios de rumbo


El tri pulante se h a subido a l a orza
en tabla a vela
y hace fu e rza con e l cu e rpo pa ra i EI viento es de todos! y los problemas que ocasiona a los navegantes
adrizar el barco. El otro tripu lante que empiezan tienen la misma lógica implacable. Cambiar de amura,
harí a m ejor en sujet ar el b arco virar de bordo, ganar barlovento o navegar en portantes son maniobras
p o r la proa.
que obedecen a la misma teoría, ya sea en tabla a vela, en derivador o
en catamarán. Solamente cambian los movimientos y, respecto a la ta -
bla a vela, podemos decir que es muy importante la condición física del
navegante que empieza ..
Modo de evitar
los abordajes La ceñida
En una tabla, el reglaje se puede ver un poco pero se "nota" mucho.
H ay día, raras veces est amos so los en el agua. Por lo t an t o,
res ul ta necesario conocer, ya desde la primera sa lida, el
modo de comportarnos cuando estamos cerca de otro ba rco.
Para "notar" mejor su equilibrio, los pies deben estar siempre enfrente
de la superficie de la vela. De todas formas. al desplazarnos con el vien-
Existen reglas de rumbo y gobierno muy precisas, q ue esta· to de través. y después al ir orzando gradualmente, llega un momento
blecen que cuando dos ve leros navegan en am uras d iferentes en que, en cualquier posición que nos pongamos nos resulta imposible
y su s rumbos se cruza n, el barco que est á amurado a babor
seguir avanzando. La vela ya no puede cazarse más (por lo general lle-
debe desviarse. Cuando los dos se encuen t ran en la m isma
gado este momento ya nos habremos dado un baño). Hemos sobrepa-
amura, el que está situado más a barlovento debe desviarse.
En los dos casos, al desviarse, resu lta más co nvenient e pasar sado la ceñida y es el momento de virar de bordo.
al ot ro barco po r su popa, q ue h acerlo por su proa.
La maniobra debe ser franca y hacerla co n ti empo suficien- Virar por avante en tabla a vela
te, sin esperar a que los barcos estén demasiado cerca el u no Es la maniobra que nos permite cambiar de dirección pasando frente al
del ot ro. viento.
Es funda m enta l que en tenda mos q ue no se t rata d e un a
cuesti ó n de " pri o ri dad". No hay un ba rco q ue tiene derecho y
La teoría
otro que t iene razó n, sino que, en principio, el que no está
Se trata de aprovechar la inercia que adquiere la tabla para remontar
o bligado a desviarse tiene derecho a no hace rl o ¡sa lvo si es
tota lmente necesario! Resum iend o : si os g ustan las pri ori da- hacia el eje del viento.
des y los insultos, mejo r es que os ded iq uéis al auto m ovilis- Pasos que hay que dar:
mo y no a navegar! • inclinar la vela hacia atrás;
• pasar el peso hacia el pie de detrás;
Arriba, el ba rco a zul ti ene que desvia rse pa ra pa sar por de trás de l barco negro. • ir cazando la vela poco a poco, gradualmente;
Si no lo hace, éste debe vira r por ava nte (¡p ero. sobre todo, no de be a rriba r!) • una vez cruzado el eje del viento, pasar por delante del aparejo
para volver a salir desde el otro costado.
Abajo, e n la mis ma a mura, e l ba rco situado más a barlovento (el azul) es e l que Esta es la teoría. Y ahora es conveniente analizar más de cerca algu-
debe pasar detrás de l otro (el negro). Si no lo hace, el otro lel ne gro) de be arribar. nos detalles.

l
96 Practica del velero IniCiaCión 97

El equilibrio durante la orzada


la postura del wlndsurfista al orzar, con la vela portando, es equIlibra -
da, pues el peso de su cuerpo y la fuerza del viento que incide sobre la
vela se compensan. Pero al Ir acercándose la tabla al eje del viento, éste
va disminuyendo hasta desaparecer. El equil ibro tan dificil mente conse-
gUido se rompe y el aparejo vuelve a resul tar pesado. En ese momento,
el wlndsurflsta tiene que restablecer dicho equilibriO. DeCimos entonces
que vuelve al equilibrio autónomo.
Cuando el pnnClpiante nota que el aparejO le vuelve a pesar, puede
creer que ha ll egado a la zona del Viento de proa e Intentar pasar rápI-
damente al otro costado, antes de que la tabla haya cruzado en reali -
dad el eje del vlen to_ No hay que pasar delante del mástil hasta que la
D- tabla haya cruzado el eje del Viento. Para ayudarlo hay que:
• inclinar el aparejo haCia atras completamente;
• y tirar de la botavara hacia barlovento
Para ello, sujeta el mástil por debajO de la horquilla de la botavara y
tira de la vela con la otra mano (con un mOVllnlento pareCido al que
hacemos con el remo), hasta que el puno de escota haya sobrepasado
la tabla.
En ese instante, el windsurtlsta está completamente derecho y la ta-
bla ya ha cruzado el eje del viento. Es el momento de rodear la vela y
de volver a salir ..

El equilibrio frente al viento


La Virada se desarrolla correctamente, el windsurflsta pasa por delante
del mástil, y la tabla cruza el eje del viento. Justo en ese momento, pre -
ocupado por su equilibno ~ que ahora es totalmente autónomo-, el
wlndsurfista suelta la vela, y mete el puno de escota en el agua Inte-
rrumpiendo el movimiento.
Para evitar este problema, hay que descansar un momento delante
del mástil, con las piernas flexionadas y Jos pies colocados a ambos la -
dos del mismo, sujetando la vela fuera del agua. Para volver a partir,
hay que inclinar el aparejo hacia el lado al cual queremos ir. Este siste-
ma está pensado para ayudar al principiante a descomponer la virada.

La virada por avante en tabla a vela

1. Haciendo presión con los pies sobre la popa de la tabla y el aparejo inclin ado hacia atras, la tabla orza antes de virar.· 2) la
vela esta demasiado cazada (casi sobrepasa la lin ea de crujía de la tabla) para continuar la orzada .· 3) la tabla se encuentra
casi proa al viento. El windsurfista empieza a pasar por delante del masti l... - 4) ... agarra el aparejo por el mas til, por d e bajo de
la botavara . Con el pie de detras sigue haciendo presión sobre la popa de la plancha .· 5. Con un movimiento muy rapido (los
expertos lo hacen saltando) , el windsurfista pasa por delante del aparejo. En este momento, concentra toda la presión de los
pies en la pierna de delante lizquierdal.- 6. Empujando sobre la pierna de delante para hacer girar la tabla, indina el aparejo
hacia la proa.· 7. la vela vuelve a portar, obligando al w indsurfista a restablecer el equi librio pon iéndose en suspensión .- 8 . la
virada fina liza: e l windsurfista vuelve a colocar las manos V los pies sobre la botavara V la tab la .
98 Práct ica del velero Iniciación 99

La armonía de los movimientos • abrir el plano vélico a medida que vamos arribando para mante-
La virada debe ser gradual desde la fase de orzada hasta la arribada en ner constantemente la vela cazada y evitar que entre en pérdida;
el otro bordo. Con frecuencia la tabla pierde velocidad durante la orza- • ir empujandq el peso del cuerpo, que de forma gradual se irá a
da, antes de situarse proa al viento, debido a que la vela no se ha caza- colocar encima de la tabla, y echar los pies hacia atrás;
do lo suficiente. Si la caída no es inmediata, hay que arribar en banda, • ir tanteando la entrada en pérdida de la vela, poniéndonos dere-
empujando sobre el pie de delante mientras llevamos el mástil hacia la chos cuando disminuya la fuerza del viento sobre la vela. A continua-
proa, y después volver a empezar la maniobra. ción, debemos aumentar el contrapeso del aparejo a barlovento y, por
último, finalizar la arribada echando hacia atrás las manos sobre la
La arribada botavara.
Para iniciar la arribada hay que abrir la vela y llevar el aparejo a barlo- En cuanto a la orza, Jo ideal es poder replegarla enseguida. El princi-
vento y hacia la proa . Aunque la teoría parece sencilla, la arribada suele piante, deberá hacer la maniobra al principio, para no tener que preo-
premiar al principiante con una de sus más sonadas caídas (o "catapul - cuparse después, habiendo levantando antes la mitad de la misma. De
tas"). Veamos lo que ocurre a partir de la ceñida. este modo evita el efecto de zancadilla.
En este rumbo la vela está cazada casi hasta la línea de crujía de la
tabla. Según vamos arribando, es decir, que dicha línea se va alejando El viento de popa
del eje del viento, hay que "abrir" la vela; en el caso de no hacerlo El viento de popa no es un rumbo exacto. Es una zona de 30° a 40° en
así, al estar mal orientada, puede entrar en p érdida y ya no servirá la que podemos evolucionar con un reglaje y en una posición que va-
de apoyo. rían muy poco. Pero en este bordo surgen nuevos problemas de equili -
brio, y tenemos que mantener un control permanente sobre la estabili-
La arribada es una maniobra que requiere : dad, lo que evita que nos aburramos. De hecho, todo desequilibrio, in-
• dosificar la inclinación del aparejo, que origina la virada para no cluso el más pequeño, repercute en la vela, que lo transmite a la tabla,
vernos expulsados de la tabla. Cuanto menos viento haya, mayor será etc. ¡Esta es la ocasión para practicar caídas originales!
la amplitud de la inclinación;

centro
velico

La arribada: e l w indsurfista
En popa redonda, e l equilibrio del Co n el viento de popa con brisa
se coloca hacia atrás sobre la plancha
w indsurlista exige gran fl exibilidad en las ligera, e l centro de grave dad de la
y despues de ir abriendo
piernas para contrarrestar los movimientos vela se situa en la vertical qu e
gradualmente e l pla no vélico. inclina
de una plancha mucho mas ines table. pa sa por e l pie del mastil.
el aparejo a ba rl ovento.
100 Práctica del velero Iniciación 101

Conclusiones inmediatas car los esfuerzos con precisión para no vernos arrastrados en una tra-
• La tabla "rueda" bajo nuestros pies y tiende a seguir una trayec- yectoria en un zigzag cada vez más amplio ... hasta caernos.
toria en forma de zigzag. Por el contrario, con viento flojo, la amplitud deberá ser exagerada
• Si la orza está bajada, la estabilidad inicial de la plancha es mayor para que dé resultado.
pero el control de la tabla es más difícil de mantener, especialmente si De modo general, hay que mantener las piernas dobladas, dosificar
hay oleaje. bien la amplitud de los movimientos y no efectuar ningún movimiento
• Con brisa ligera. la vela no nos ayuda a equilibrarnos; incluso hay brusco.
que hacer un esfuerzo para mantenerla vertical.
Podemos practicar el slalom con viento de popa y. con el fin de au-
La posición básica mentar la rapidez en las correccion es de trayectoria, iremos retroce-
La tabla está a unos grados del eje del viento, y la vela perpendicular al diendo gradualmente para aligerar la proa y acentuar la inclinación de
mismo. El mástil está inclinado a barlovento, y la bisectriz del puño de la tabla hacia el lado contrario al sentido de la virada. (Los windsurfistas
amura vertical. Los pies situados a 50 cm a popa del palo, están algo lo llaman toma de ca nto).
separados; tenemos las piernas flexionadas, los codos doblados y las Contoneo con viento de popa: el cuerpo
manos separadas por la anchura de los hombros. La trasluchada esta inclinado hacia la izquierd a y la
Instintivamente, hallamos el equilibrio de la vela enseguida . Hay que Aunque las caracteristicas especiales del aparejo de las tablas a vela nos pelvis ha cia la derecha; la t ab la inicia
equilibrar la tensión de 105 brazos para que los esfuerzos que se trans- permiten navegar en una zona bastante amplia del viento al falso pai- un movimiento hacia la derecha.
miten a los pies sean idénticos. ro, llega un momento en que tenemos que trasluchar.
Por ejemplo. un windsurfista está navegando con viento de través
El equilibrio
Si bien sujetar la vela arriba es relativamente fácil, mantener el equili-
(t) decide arribar y colocarse a un largo (2). Sigue arribando y llega
al viento de popa (3). En ese momento puede trasluchar la vela: es la
t t
brio sobre la tabla ya lo es menos, debido a los movimientos de balan- trasluchada fácil que se realiza con brisa ligera y mar llana desde la
ceo que origina el chapoteo y las olas. Son los tobillos y la pelvis los posición exacta del viento de popa. Este tipo de trasluchada no im-
Control de la trayectoria que tienen que trabajar, siendo necesaria cierta flexibilidad, y evitar mi- plica cambio de rumbo, siendo una situación favorab le para apren-
con viento de popa . rarnos los pies, lo cual no n05 servirá para nada. der a pasar la vela. Podemos concentrarnos en el giro del aparejo y
También podemos intentar sentarnos. Cuando lo logremos, veremos en el modo de sujetar la botavara, y repetir la maniobra en los dos
que la estabilidad en esta postura resulta asombrosa. sentidos.
Si el windsurfista no ha trasluchado en la posición (3), pero continúa
El control de la trayectoria su movimiento, navegará al "falso pairo", es decir. que, aprovechando
Puesto que la mínima modificación en el equilibrio repercute sobre la las particularidades del aparejo, su vela está largada más allá de la per-
trayectoria de la tabla, es necesario controlarla permanentemente, ya pendicular a la línea de crujía de la tabla.
sea para mantener el equilibrio del aparejo que tiende a desplazarse
hacia uno y otro lado, o bien para cambiar de dirección . La técnica del paso de la vela
Tenemos el viento exactamente de popa y la vela completamente larga-
La teoría es muy sencilla. Si queremos ir hacia la derecha : da; la trayectoria es rectilínea y el equilibrio estable.
• nos apoyamos (despacio y poco a poco) sobre el pie izquierdo; La mano de proa suelta la botavara y coge el mástil. Cuando la ma-
• inclinamos el aparejo hacia la izquierda . no de popa suelta a su vez la botavara, la vela se desplaza hacia la proa
Si queremos ir hacia la izquierda: de la tabla. Hay que llevar el mástil hasta la vertical para evitar un dese- 1. Con viento de traveso

• nos apoyamos (despacio y poco a poco) sobre el pie derecho; quilibrio. La mano de popa (escota) se acerca a la de proa, que en ese 2. l a arribada .

• inclinamos el aparejo hacia la derecha. momento soltará el mástil para sujetar la botavara lo más a proa posi- 3. Con viento de popa. primera posición

ble, volviendo a colocar la vela perpendicular a la tabla . posible para trasluchar.

Para compensar estos apoyos, tendremos que contonear el cuerpo 4. Navegación al fal so pairo: nueva

hacia el otro lado proporcionalmente al desvío de la vela. Automáticamente. corregimos la trayectoria inclinando el palo hacia posición posible para trasluchar.

Cuanto más amplio es este movimiento. más clara será la modifica- la banda contraria a la vela. Seguimos con viento de popa, en la nueva 5. Efectuada la trasluchada, vuelve a

ción o corrección de la trayectoria. Como consecuencia, hay que dosifi- amura, sujetando la botavara con las dos manos. orzar en la nueva amura .
102 Práct i ca del v elero

Primera conclusión
Con estas primeras prácticas hemos analizado los elementos de la ma-
niobra en barcos deportivos pequeños y en tabla a vela; es indispensa-
ble repetirlas, coordinarlas y entrenarse para adquirir una cierta desen-
voltura. Volviendo a leer el capítulo obtendremos sin duda nuevos ele-
mentos de reflexión.
Es necesario que hayamos asimilado bien estas primeras nociones
para acometer futuras salidas con viento más fuerte. El objetivo consis-
te en dominar "la máquina" para navegar con seguridad y disfrutar de
Perfeccionamiento
emocionantes sensaciones.

Para comprender mejor el modo en que un barco puede aprovechar el


viento y con el fin de perfeccionar su gobierno (para " hacerlo más su-
til " , según Littré), es necesario que expongamos algunos principios ge-
nerales sobre navegación.
Estos principios se aplican a todo tipo de barcos y se refieren a un
determinado arte de navegar. Un cierto perfeccionamiento, una sensa-
ta asimi lación y una particular reflexión que dan sabor al asunto y que
es lo que debe intentar adquirir el verdadero aficionado.
Hay que tenerlo claro, los derivadores, catamaranes y tablas alcan-
zan el mejor rendimiento debido a que tanto los arquitectos navales
como los marinos han sabido detectar y aprovechar las distintas fuerzas
que inciden sobre los cascos y las velas . Con este objeto, sería muy
conveniente hacer algunos bordos en el campo de la teoría pura, para
comprender mejor el mecanismo de las fuerzas. Los lectores que lo de-
seen pueden consultar la segunda parte de este libro ( " Mecánica del
velero" ).
Vamos a tratar aquí los aspectos principales: reglaje, dominio de la
velocidad y perfeccionamiento. Con esta idea hemos reservado en este
capitulo un lugar para la práctica algo extrema de la tabla a vela (el
fun-board).

DERIVADORES y CATAMARANES
Maniobras de playa
Los derivadores y catamaranes deportivos pueden salir y llegar a cual-
quier playa con cualquier tipo de accidente geográfico u obstáculo na-
tural. La elección del punto de partida o de llegada requiere siempre un
instante de reflexión. Hay que tener en cuenta un determinado número
104 Practica del velero Perfeccionamiento 105

Demas iada de factores: la dirección del vien to, la configuración de la zona, la pen-
diente de la playa y el estado de la mar.
¿Por qué da golpes?
De modo general, evitaremos salir o atracar demasiado cerca de un
ecirnos de un barco q u e da golpes c uando go l pea o
obstáculo (la punta de una roca, o simplemente un barco fondeado),
incluso aunque nuestra intención sea situarnos a sotavento del obstá- D choca c ontra algun a cosa -la playa, un mue lle u o tro
barco- como co nsecuencia de las o las. No son nunca ch o-
culo. Realmente, tanto a la salida como a la llegada el barco escapa fá-
ci lmente al control de su tripulación y siempre hay que temer un ban- ques muy fuertes, pero su acción, repetida inca nsablemen -
te, acaba p or causa r daños importa ntes.
dazo contundente.
Lo que está bien un día no tiene por qué estarlo obligatoriamente al
día siguiente. El estado de la mar y la dirección del viento intervienen do, el patrón seguirá sujetando el barco por el estay, proa al viento,
forzosamente . Si hay olas de rodillo, éstas rompen muy cerca de la ori- mientras el proel termina de preparar el barco.
lla cuando la pendiente es pronunciada, por lo que en la salida ense- Ahora ya está todo listo y, a partir de este momento, el resto de la El proe l termina de pre pa rar e l barco:
guida las cruzaremos. Si la pendiente es suave, las olas romperán bas- maniobra dependerá de la dirección del viento. iza las velas, acla ra las escotas, baja un
tante lejos, y habrá que empujar el barco mar adentro antes de poder poco la orza y coloca e l t imó n e n su
salir (hay que señalar que el remo que utilizábamos en el primer y se- Salidas con viento de popa sitio, mie ntras que e l patrón sujeta e l
gundo capítulo sigue manteniendo su eficacia en el tercero). A la vuel- Cuando el viento sopla de tierra, la salida plantea pocas dificultades. barco por e l estay.
ta, las olas, ya estén cerca o lejos, siempre nos darán problemas. Cuan- Frecuentemente la mar está en calma, el viento sopla suavemente en la
do la mar está picada, es necesario, sob re todo, elegir el lugar más playa y el barco no pide más que salir. Pero, debemos tener cuidado,
tranquilo de la playa para salir o para llegar. El hecho de ref lexio n ar pues puede irse muy bien solo si nos olvidamos de sujetarlo; la mar en
un momento nos permitirá comp ren der que ést e suele se r el que calma y el viento suave son a veces traicioneros. Si estamos en una zo-
En su
est á situ ado más a barloven t o . En definitiva, la dirección del viento na muy resguardada, ante s de salir conviene ir a dar una vu eltecita
punto.
es el dato más importante, en función del cual tendremos que analizar p or las alturas, para hacernos una idea más exacta de la fuerza y de la
todo con más detalle. dirección del viento en alta mar.
El patrón sujeta el barco por el estay, es decir, con la proa mirando
La salida hacia tierra. Para salir, hay que dar una media vuelta por delante de és-
te y después embarcar por el espejo de popa . Si no hay agua suficiente
Tenemos el barco preparado en la playa, el material a bordo y las velas
envergadas.
Tal como hemos visto en el capitulo anterior, siempre que sea posi-
ble es mejor izar las vejas cuando el barco ya está flotando, pues de ese
modo podemos subirnos a la bañera para hacer la maniobra, lo cual se
desaconseja absolutamente en tierra. Es el proel el que debe realizar el
trabajo: izará las velas, aclarará las escotas y, si puede, instalará el ti-
món y preparará el remo o la pagaya, por si acaso.
Recordemos que las sutilezas del izado de las velas en un catamarán
nos obligan a llevarlo a cabo en tierra. No tensamos el grátil de la ma-
yor, y cazamos el foque un poco a la contra. De este modo evitaremos
que las velas puedan flamear con demasiada fuerza, y que el barco
vuelque sobre la arena, sin gloria pero con pena. Solamente cuando el
barco esté ya en el agua, el proel izará la mayor, aclarará las escotas y
bajará los timones, si es posible.
Llevamos el barco hasta el agua. Puesto que resulta muy pesado de
llevar, evitaremos los rodeos tomando el camino más recto hacia el lu-

l as o las de rodillo raras veces so n


igua l de fu ertes e n toda la playa.
gar más cercano de la orilla. Enseguida llegaremos al lugar elegido para
salir, llevando el barco sujeto por el estay lo más lejos posible de la ori-
lla para que no dé golpes sobre la arena. Una vez en el lugar adecua-
No debemos esperar
demas iado para e mbarcar,
s i quere mos ir de viaje.
o Transportar e l barco por mar es menos
ca nsado que hacer lo por t ie rra .
106 Práctica del velero Perf ecc i o na m i en to 107

para bajar enseguida el timón, podemos utilizar el remo en su lugar, En primer lugar, tenemos que recordar los elementos que equilibran
esperando llegar a una lona más profunda. De hecho, sin gobierno, el el barco en los rumbos próximos al viento.
barco no puede mantenerse con el viento completamente de popa Un barco orza:
(más que con una ligera ventolina). La mayor enseguida le obliga a • cuando lo hacemos escorar
orzar hasta colocarlo de través. Pero. de todas formas, el barco va deri· • cuando bajamos la orza del todo
vando en la buena dirección, realmente no es necesario precipitarnos ni • cuando cazamos la mayor
tampoco emplear una táctica muy rigurosa. Algunos patrones prefie- • cuando ponemos el peso en la proa
ren, además, embarcar primero al proel, para poder controlar ensegui- Un barco arriba:
da una excesiva orzada del barco. • cuando lo hacemos escorar a la contra
• cuando levantamos la orza, aunque sólo sea parcialmente
En los catamaranes aún es más sencillo. No hay que dar la vuelta al • cuando largamos la mayor
barco y la tripulación se sube por la proa dejando que éste retroceda • cuando ponemos el peso en la popa.
con las velas flameando. A cierta distancia de la orilla - a unos 50 m.- el La velocidad también desempeña un papel decisivo. Se puede
El barco de co tor ha eleg ido la solución patrón va a la popa a bajar 105 timones y a orientarlos para salir en la comprobar fácilmente a bordo de un catamarán, pues no escora y
acertad a. amura correcta. Después, irá también el proel, y ya podemos alejarnos tiene un plano de deriva fijo. Sólo podemos actuar por medio de la
de la orilla arribando. Es importante señalar que el proel no debe ir a velocidad: iY no tiene vida más que cuando avanza! Cuanto más de-
popa hasta que todo esté listo pues, en otro caso, al estar 105 timones prisa navega, más ardiente se vuelve y cuanto más despacio,
todavía levantados entrará agua, y se pondrán bruscamente de través más blando .
forzando los herrajes y haciendo que el barco se ponga no menos brus- Acelerar equivale entonces a bajar- la orza o a escorar, y disminuir la
camente también de través antes de volcar. velocidad ¡a subirla o a contraescorar! Si analizamos un poco estos da-
tos, comprobamos que, cuando no disponemos de timón:
Salidas con viento de través y viento de proa • la mayor puede desempeñar su función . A partir de ese momento
Un viento que sople de forma paralela a la playa es un bendito viento. la propulsión está asegurada por medio del foque. Puesto que la veloci-
Ya sabemos que el rumbo del viento de través conviene perfectamente dad hace que el barco sea ardiente, vemos que la acción del foque es
al barco: si lo dejamos libre, es el rumbo que adopta por sí 5010 de for- más delicada de lo que indicábamos en el capítulo anterior y que el di-
ma espontánea. Navegando, también encuentra fácilmente su equili- cho de que: "La mayor hace orzar y el foque arribar" ¡es muy simplis-
brio en este rumbo, va deprisa y deriva poco. ta! Un foque correctamente cazado sirve pa ra que la tripulación haga
Debido a esta cualidad, la salida con viento de través resulta muy orzar al barco, al proporcionarle velocidad;
recomendable. No es necesario bajar mucho la orza y el reglaje • la orza, al mismo tiempo que impide derivar al barco, lo vuelve
de las velas no tiene que ser demasiado exacto. Un error en la también ardiente, lo cual no es nuestra intención en este caso;
maniobra se perdona más fácilmente en este rumbo que en • la tripulación, lejos de mostrarse pasiva, debe cambiarse de sitio
cualquier otro. Sería una pena no aprovechar esta tole- constantemente para actuar sobre la estabilidad lateral y longitudinal
rancia y, cuando el viento sopla de alta mar intentar salir del barco.
en ceñida mientras que el perfil de la costa nos permitiría Como de costumbre, el patrón sujeta el barco en el agua por el es-
elegir un punto desde el que pudiéramos salir con el viento tay, proa al viento, o se inclina ligeramente sobre la amura de salida de
de través. tal modo que las velas flameen a sotavento y dejen libre la bañera o
Sin embargo, a veces, el viento sopla de alta mar y nos ve- una parte del trampolín . El proel embarca, comprueba que las escotas
mos obligados a salir en ceñida. Incluso en este caso, casi siem- están claras y la escota de la mayor largada en banda. Baja un poco la
pre hay un bordo m ás f avorabl e, por lo que debemos empezar orza, si es posible, desbloquea el timón o los timones, y coge con la
buscándolo. Si la mar está tranquila podemos poner el timón ya mano la escota del foque.
desde la salida y si la pendiente de la playa es pronunciada, pode- El patrón pasa rápidamente el barco por delante orientándolo en la
mos bajar enseguida la orza. Lo cual no será todavía muy difícil. Pero dirección adecuada, salta a bordo y agarra la caña y la escota de la ma- O --.~::~ __. . .
si hay olas rompientes y la pendiente es suave, tenemos que salir sin ti- yor. El tripulante caza enseguida el foque (como hay que hacerlo) para
mones y con muy poca orza . Este es, evidentemente, el caso más difícil que el barco coja enseguida velocidad. Piensa que tiene que bajar un Dar impulso al
y el único que merece ser analizado con detalle. pOCO la orza en cuanto sea posible, pero, de momento, eso no le obse- barco f acilita la sal ida.
108 Practica del velero Perfe ccionamiento 109

nunciada, para dejar la orza y el timón bajados el mayor tiempo posi-


ble. Si hay olas rompie ntes, llegaremos por la zona si tuada mas a barlo-
vento de la playa, donde son menos fuertes.
Hay que quitar la orza y el timón a tiempo, antes de que lleguen a
convertirse en cortadoras de algas. Está comprobado: en infinidad de
ocasiones, la preocupa ción que tenemos al principio por colocarlos
cuanto antes, sólo se parece a la facilidad con que nos olvidamos de
Atención:
quien ciñe demasiado
acaba en tierra. o
siona pues está concentrado en mantener el barco blando. El patrón
ello a la llegada.
Cuando hay olas de rodillo, éstas son más peligrosas a la llegada que
a la salida. El barco se desplaza en el mismo sentido que ellas y corre el
peligro de adquirir velocidad en el momento inoportuno. Si éstas lo le-
vantan por la popa, se irá deslizando de lado, se pondrá de través y se
caza la mayor sólo un poquito. dejará arrastrar. Para evitarlo, hay que mantenerlo perpendicular a las
Lo fundamen tal es coger velocidad y no orzar, pues en otro caso el olas. El barco está menos protegido por su popa que por su proa, por
barco, al acercarse demasiado al viento, se parará y habremos fastidia- lo que al navegar con rumbos portantes conviene dar la vuelta en el
do todo. A partir del momento en que empieza a acelerar, se vuelve ar- momento de llegar para tener las olas de frente .
diente y quiere orzar. El patrón se coloca en la popa, en el lado de bar- Si hay olas, la tripulación deberá saltar enseguida al agua para alige-
lovento, para hacerlo contraescorar, y gobierna suavemente para no rar el barco y mantenerlo perpendicular a éstas. En ese caso resu lta
forzar los herrajes del timón que sufren un enorme esfuerzo mientras conveniente colocarse a barlovento para no correr el peligro de
no está bajado. Si el barco orza demasiado, lo cual suele ocurrir, amo- caernos y pasar por debajo del casco .
llará la mayor y hará banda de forma pronunciada. Mientras, el proel se Pero lo principal sigue siendo llegar a la playa con muy poca veloci-
ocupará de reg lar correctamente el foque sin dejarlo flamear nunca ni dad, o incluso sin ninguna .
cazarlo excesivamente. En cuanto sea posible bajamos el o los timones,
y orzamos. iEstamos salvados! Llegada con viento de popa
Con brisa ligera y la mar en calma, la llegada se puede hacer con viento
Salir sin timón de popa y todas las velas izadas. En el último momento nos ponemos
Con el viento de través es como mejor logramos salír sin timón . En ce-
ñida, acuciados por el deseo de alejarnos lo más rápidamente posible
de la costa, siempre corremos el riesgo de caer en la tentación de ceñir
demasiado a rabiar y enseguida recibimos el castigo: el barco, al no lle-
var suficiente velocidad, deriva sin piedad y sin que podamos hacer na-
da por evitarlo. Y cuando eso sucede, casi siempre es porque el fo-
que no estaba lo suficientemente cazado y la mayor, por el con- salto al agua y
trario, lo estaba demasiado. ¡Quién lo diría! me voy a la proa

Sin timón (y sin orza), no podemos seguir un rumbo inferior a 700


del viento. No debemos empeñarnos en hacerlo, sería un error. Por el
contrario, debemos elegir una amura más abierta, con las velas llenas,
para coger primero un poco de velocidad. Cuando parece que no
queremos alejarnos de la orilla es cuando lo consegu iremos .
iLo que hay que ver!

Llegadas a la playa llegada a la playa con viento de


A la vuelta, nos volvemos a encontrar con algunos de los problemas de popa y poco viento: en
la salida, especialmente en lo que respecta al punto al cual vamos a lle- estas condiciones se puede mantener
gar. Si tenemos el viento de proa, conviene llegar a una pendiente pro- iza do todo el trapo.
110 Practica del velero Perfeccionamiento 111

de través, con la orza y el timón fuera, y las velas cazadas como en C€4 En catamarán aprovecharemos una de las ventajas características de
ñida; el barco derivara despacio hacia la playa. los multicascos que consiste en retroceder en el eje del viento, con una
Cuando hay olas, la cosa ya es más delicada. La solución más segura trayectoria estable y las velas largadas.
es acercarnos a barlovento del lugar donde intentamos recalar, bajar la • A veinte metros de la orilla, colocamos el barco proa al viento.
mayor y después entrar sólo con foque. quitando enseguida la orza y el • Largamos las escotas y quitamos los timones.
timón, teniendo cuidado de mantener el barco perpendicular a las olas. • La tripulación se coloca sobre las proas.
Para bajar la mayor, hay que estar en ceñida y no tener el viento de • El catamarán va retrocediendo lentamente hasta la playa.
proa, pues el barco no puede mantenerse mucho tiempo en esta últi- En playas de arena fina con una pendiente suave, podemos llegar
ma posición. de frente . Esta manera al estilo cow-boy a veces es preferible, sobre
En los derivadores cuyas velas llevan sables forzados, no se puede todo cuando hay olas rompientes. Pues aunque así se roza el fondo
bajar la mayor en la mar. Si hay mucha resaca, la solución realmente de los cascos (suelen estar reforzados). se protegen los timones y sus
marinera consiste en fondear lejos de las olas y dejar que el barco retro- herrajes, que siempre son vapuleados por las olas en las llegadas clá-
ceda proa al viento hasta la playa, desaparejar y volver a salir, levar el sicas.
ancla y entrar cinglando o ayudándonos con el remo. Es preciso graduar la velocidad y elegir la ola oportuna, para llegar a
la playa empujados por la mar sin chocar con las proas en la arena en
el seno de una ola .

Llegada con viento de través


La llegada ideal es con el viento de través, igual que la salida. Con bri-
sa, vamos lanzados hacia la playa, después orzamos para ponernos en
ceñida y quitamos todo lo que se pueda quitar, la orza y el timón, y el
barco irá avanzando como un cangrejo hacia la playa.
Cuando hay olas, hay que elegir el lugar donde la mar esté más en
Co n foque só lo, pode m os navega r de calma, que suele ser el situado más a barlovento de la playa. La mejor
otra forma que co n el vie nto de popa. solución consiste en arriar la mayor; hay que llegar sólo con foque, y
Toda la zona azul es fáci lm ente sin orza ni timón (cuando las olas sean grandes, también quitaremos
accesible. los timones abatibles), pudiendo utilizar el patrón un remo para mante-
ner el rumbo. La tripulación saltará al agua en cuanto pueda, sujetando
el barco para que no se ponga al través de las olas, pues con todo el
follón éstas pueden lanzarlo hacia la orilla.
En caso de que no podamos arriar la mayor, hay que llegar de proa
a las olas. Navegamos hacia la playa quitando enseguida todo lo que
podamos quitar. En el último momento orzamos enérgicamente, a ser
posible detrás de una ola. El barco pasa el eje del viento y se para, con
todas las escotas largadas. El proel ya está en el agua y lo sujeta por la
proa pa ra enfrentarse a la próxima ola. Siempre hay que saltar al
agua por barlovento, para no correr el riesgo de pasar por debajo del
casco.

Llegada con viento de proa


Con la mar en calma, a l final del recorrido Con viento fre sco, la maniobra m ás S i no pode mos arriar la mayor. Cuando el viento sopla de tierra no suele haber olas en la playa, pero
pode mos e ntrar en ceñida a bierta s in s egura es acercarnos con la mayor tenemos que ponernos de proa a la s en cambio surge otro problema: deberíamos poder llegar en ceñida, lo
cazar las ve/as. El barco irá de rivando bajada. Eventualme nte, podemos a rriar olas. Pero d ars e la vuelta es una cual no siempre es posible, pues tenemos que quitar la orza y el timón
ha cia /a orilla como un ca ngrejo. ta mbién e l foque antes de llega r. m a niobra delicada. cuando estamos acercándonos a la orilla ...
Perf ecc iD na mi ento 1 13
112 Practica del velero

Pequeñas maniobras
y grandes demostraciones
Estas pequeñas maniobras no tienen nada de espectacular, sin embar-
go resulta indispensable saber realizarlas, pues nos sirven para salir de
situaciones delicadas. Al poner el barco a la capa, logramos pararlo
manteniendo una cierta estabilidad, que resulta muy útil, por ejemplo,
para ordenar todo después de volcar. Utilizaremos la arribada rápida
para realizar maniobras en planos de agua llenos de barcos.
llegada a la playa con viento de
proa : en el li ltim o mom ento el barco Poner el barco a la capa
orza y sigue con su arrancada, Un barco no se para: se pone a la capa. Para ello cazamos el foque a la
pero cuidado con la orza. contra, empujamos la caña a sotavento y largamos más o menos la es-
cota de la mayor. De este modo el barco irá derivando despacio a un Con el foqu e a la contra y la mayor
Por lo tanto hay que dar un rodeo . Una determinada curva de la cos- largo. largad a: este barco esta al pairo o a la
ta podría servirnos para llegar con viento de través, o a un lugar donde Con ayuda de la caña, podemos orientarlo de manera que derive si- capa . El patrón lo gobierna para derivar
el viento no sople completamente perpendicular a la playa. Al entrar guiendo un rumbo más o menos próximo al viento. más o para dirigirlo.
por el lado de barlovento, podemos acercarnos ciñendo a rabiar; es
conveniente echar un vistazo, de vez en cuando. por encima del costa-
do para ver cómo está la altura del agua .
El proel va subiendo la orza poco a poco, lo mas tarde posible, mi-
rando por encima de la borda para calcular la altura del agua. El patrón
debe dejar portar la vela a medida que sacan la orza, largando las esco-
tas para que el barco acelere; con una superficie menor de orza y más
velocidad. el abatimiento no aumenta y el barco no va hacia atrás. Por
último, con una rápida orzada, el barco llega a la playa con su arranca-
da, habiendo quitado antes la orza y el timón .

Resumen
Todo esto puede ser difícil de hacer. Pero. en el momento en que nos
vemos obligados a quitar la orza o los timones, la mayoría de las veces
ya haremos pie de sobra y podremos saltar al agua para sujetar el bar-
co, con lo cual es mucho más fácil. Si no logramos acercarnos a vela, es
preferible llegar así y no empeñarnos en mantener dentro la orza y el ti-
món durante demasiado tiempo.
Cuando se toca fondo bruscamente, las orzas abatibles pueden do-
blarse y las de sable aprovechan fácilmente la ocasión para quedarse
bloqueadas dentro de su pozo.
El timón puede torcerse, romperse y hasta arrancarse, y con dos ti-
mones sucede lo mismo, pero dos veces.
Si nos ocurre un incidente de este tipo, no debemos obstinarnos en
desbloquear la orza o el timón desde el barco pues, durante ese tiem-
Excepto por m ala s uerte, po, éste se fatiga mucho. Hay que saltar al agua para aligerar el barco y
ya harem os pie en el momento en que actuar sobre ellos desde el exterior. De todas formas, en ese momento,
quitemos la orza. ya habremos llegado.
114 Práctica del velero Per f eee ion a m i e n t o 1 15

Al refrescar el viento se acabó la siesta y hay que afinar la maniobra


en serio si queremos seguir manteniéndonos sobre el agua. Sea cual
sea el tipo de barco, éste intentara escaparse de la tripulación si no sa-
be aprovechar todas las sutilezas del reglaje.
Primera norma de sentido común: como ya hemos dicho, hay que
realizar las primeras prácticas con viento procedente de la costa.
Embarcamos sin olvidarnos del proel, pues resulta tranquilizador
acometer esta aventura entre dos. Hasta aquí sólo hemos hablado de la
orientación de las velas, principalmente en función del rumbo que se-
La fórmula fundamental de la capa:
guimos. A partir de ahora hablaremos de estabilidad. Tenem os que
1 + 2 = 3. En esas condiciones e l ba rco
acordarnos: los derivadores y catamaranes deportivos son barcos pe-
avanza en un rumbo próximo al
queños que tienen que navegar lo mas plano posible sobre el agua. Pa-
viento de traveso
ra ello, la tripulación puede hacer banda y/o modificar la forma de las
Hay que saber que: velas con el fin de limitar la fuerza que reciben.
• el foque a la contra tiende a hacerlo retroceder arribando (1);
• la mayor cazada tiende a hacer avanzar el barco orzando (2). Dominar el equilibrio
Actuando sobre esta particularidad de las velas, podemos separarnos Cuando el viento refresca, hay que compensar el aumento de presión
o acercarnos a la dirección del viento sin movernos demasiado, y con- del viento sobre las velas haciendo banda: colgándonos cada vez un
trolar asi la trayectoria del barco (3). poco mas hacia el exterior del barco a barlovento, hasta pasar los pies
por debajo de las cinchas, estirando el cuerpo hacia afuera, y si eso no
la arribada rápida basta, saldremos al trapecio.
A veces resulta útil poder salir rápidamente desde la posición de proa al
viento. Para ello, hay que crear un punto de giro, desde el cual el
barco iniciará un movimiento de rotación y se separará del viento, co-
gerá velocidad y se volverá maniobrable. Podemos conseguir este efec-
to echando el peso hacia atrás a sotavento en 105 catamaranes (se trata
de desplazar hacia popa el centro de resistencia lateral), y a barlovento
en los derivadores (éstos se vuelven blandos al contraescora r); largamos
en banda la mayor, mantenemos el foque a la contra casi hasta poner-
nos con el viento de través; después cazamos las velas de forma normal
y el barco vuelve a arrancar. Hay que tener cuidado en los catama ranes,
pues pueden sumergir la popa en el agua.

Esta maniobra destinada a faci litar la arribada era la que solían hacer
los barcos clásicos de quilla larga y poco ca lado. En la actualidad la em-
plean frecuentemente los catamaranes modernos que no tienen orzas.

Modo de gobernar un derivador


o un cafamarán
Para realizar las primera s prácticas, habíamos decidido navegar con
viento medio (ni mucho, ni poco). Pero un día u otro, vamos a tener El vie nto refresca: para restab lecer e l
Hay qu e crea r un punto d e giro que salir con viento fresco. equilibrio. hay que meter los pies
coloca ndo 105 pes os en la popa Hoy, notamos bien el viento, el pelo se nos pone de punta y las velas d ebajo de las cinchas, sacar las nalgas y
ya sotavento, con la mayor la rgada . flamean dando gualdrapazos. colga rse fuera del barco.
Perfeccionamiento 1 17
116 PráctIca del velero

La banda
Salir a hacer banda consiste en sacar el cuerpo en sentido hOrizontal
hasta que tengamos el pliegue de las nalgas, la mitad de los muslos o
incluso el pliegue de las rodillas sobre la borda del barco, SUjetándonos
con los pIes en las cinchas. l as manos sólo nos servlran para mantener
la escota o la caña, no para agarrarnos.
La posICión que adoptamos haciendo banda es habitual en los den-
vadores, por eso tienen la borda diseñada para que resulte cómoda
Frecuentemente, podemos sacar el cuerpo hasta colocar el pliegue de
la rodilla sobre el listón. El cabl e de trapecio lleva un puñ o y un a
En los catamaranes esta pOSICIón suele ser incómoda y no podemos anilla. Algunos modelos (foto derecha)
El par de fuerzas haciendo banda . tienen un aparejo pequeño que sirve
sacar el cuerpo por la borda más que hasta el pliegue de las nalgas.
Siendo prefenble sa li r al tr apecio. para aju sta r la altura del cuerpo. En los
dos casos, un elásti co mant iene el
El trapecio cable en tensión y le impide dar golp es
Salir al trapecio consiste en colgarse de un cable de trapeCio fijado en cuando está en reposo.
la encapilladura del obenque. De este modo podemos sacar el cuerpo
completamente fuera del casco y mantenernos en esa pOSICIón, apo· cable en el gancho del arnés; a continuación, después de agarrar el pu·
yando los pies sobre la regala del barco. ño y de apoyar el pie delantero contra la borda del barco, nos estira·
Para hacer trapecio hay que tener un arnés· pan t alón , con un gan· mas apoyando todo el peso del cuerpo sobre dicho pie. La principal di-
El trapec io sirve para hace r banda de cho para agarrar la anilla del cable de trapecio. Hay que sali r del barco ficultad está en no echarnos haCia adelante. Hay que estirarse con el
form a eficaz al co loca r el peso del cuerpo desde la misma pOSICión que teníamos haciendo banda, SI no, nos Ire· cuerpo hacia atrás de la perpendicular a la línea de crujía del barco e Ir
completamente fuera del barco. mos echando ligeramente hacia atrás hasta poder meter la anilla del ajustando constantemente este angulo con la pierna de la popa, que
mantendremos siempre más o menos doblada.
En denvador, solo puede salir al trapecio el proel, qUIen debe mante·
ner plano el barco fleXionando más o menos las piernas. Cuenta con
un punto de apoyo fáCil para el pie de la proa: el cadenote.
En los catamaranes, los dos tripulantes pueden salir al trapecIo . Estos
deben controlar a la vez el aSiento lateral y el longitudinal. Deberán co·
rreglr constantemente el asiento longitudinal para eVitar hundir la proa,
lo que les puede hacer volca r por avan t e (con la popa por encima de
la cabeza ), o bien volcar por la popa. Para evitar que los cascos vayan

En su punto.
1 18 Practica del velero Pe r f eccionamiento 119

Para salir al trapecio

Con las piernas estiradas sobre el Tenemos qu e estira r la pi erna


trampolín. e nga ncha mos la an illa e n e l del foque que habre mos bloqueado antes delantera para sacar todo e l cuerpo a l
gancho del arnés-pantalón . exterior.
en la co rnamusa .

A partir de este momento, e l cable del trapecio debe Dobla mos la pierna de lantera, para que e l pie pueda Apoyamos la pierna de popa sobre el listón, separandola Estiramos e l cuerpo en e l mismo plano del barco, con e l fin
esta r siempre en tensión y soportar nuestro peso. apoya rse en el borde del trampolin o s obre e l li s tón . de h acer banda lo m ejor posible.
lige ramente de la pierna de proa.

Para bajar del trapecio

Para entra r al barco cogemos la escota con la mano de agarramos el puño con la fl exionamos despacio la pierna apoyándonos con e l brazo de popa, metemos las nalgas dentro.
popa, mano de proa, de proa y,
121
Pe r f ecci ona m ie n to
120 Práctica del velero

perior. Esto es favorable con brisa ligera, cuando hay una gran diferen-
chocando contra las olas, lo que sería muy desagradable y perturbaría cia en la dirección del viento aparente sobre la parte alta y la baja de la
el mO~lmlento del barco, hay que intentar navegar con un 5010 casco, vela, y la torsión resulta nefasta con tiempo fresco cuando esta diferen-
es.de.Clr.. levantando la pata. Además, en algunos modelos con cascos cia es pequeña, siendo necesario limitarla.
aSlmetncos se aumenta así la eficacia del plano antia batimiento. Nave-
gar sólo con un casco en el agua es lo ideal, pero debemos tener cuida-
Los medios para reglar las velas
do, pues de este modo estamos muy cerca de volcar, lo que, por otra A partir de estas sencillas conclusiones percibimos la dificultad que re-
parte, i no es más que una tontería! presenta enunciar reglas tan simplistas como: "Con esta clase de tiem-
po, hay que hacer tal cosa". Por lo tanto, vamos a tratar de aislar suce-
El reglaje de las velas sivamen te los medios adecuados para reglar la mayor y el foque, sien-
No se trata ya del reglaje de las velas con relación a la dirección del do muy conscientes de que estas dos velas forman un conjunto que de-
Viento, es decir, seg~n el rumbo en el que navegamos, sino del reglaje be reglarse en consonancia, pues existe una interacción dinámica per-
de su forma en funCión de la fuerza del viento, por un lado, y del rum- manente entre los medios que se utilizan.
bo, por otro. Este es un campo lleno de matices en el cual aprendemos Algunos reglajes deben realizarse en tierra, mientras que otros se
que podemos echar hacia adelante o hacia atras el embolsamiento pueden efectuar durante la navegación. Los tripulantes robustos calza n
que la torsión puede ser un aliado o un enemigo y que la forma del pa: • Los reglajes en tierra. En el 470, podemos reglar el apoyo longitu- bien el palo en la fogonadura Y eligen
lo y de la botavara tienen gran importancia. Los medios que se utilizan dinal del palo en la fogonadura. Si está bloqueado hacia adelante, el crucetas largas.
para reglar las velas son variados y podemos prepararlos en tierra antes palo sólo puede arquearse (flexión de proa a popa) por arriba, por lo
de salir, o bien navegando. tanto la vela está embolsada por la parte baja; es una vela con poten-
cia. Si el palo esta suelto, podemos arquearlo a lo largo de toda su altu-
La forma de las velas ra y la vela podrá aplanarse bien; tendrá menos potencia.
C.u.ando el viento refresca, orientar las velas sólo no basta. Hay que mo- Puesto que en estos barcos no se puede ajustar la anchura de la fo-
dificar su forma para adaptarla a las condiciones del momento y obte- gonadura, reglamos la flexión (curvatura lateral) del palo solamente
ner el máximo provecho. Es el momento de aprender a utilizar la obra por medio de las crucetas: cuanto más largas son, más fuerte será la
muerta y todos los cabos que llenan el barco. . presión que ejerce el obenque, menos podrá doblarse el palo y menor
será la torsión de la vela. Y a la inversa, cuanto más corta sea la cruce-
También debemos aprender a valorar el resultado obtenido a partir ta, menor será la presión del obenque, mas podra doblarse el palo y
de las observaCiones Visua les y de las sensaciones como: "Mi barco
mayor será la torsión de la vela.
avanza más cuando está reglado de esta manera" . El sable superior de la vela, es un sable forzado. Si el tejido esta de-
masiado tenso y la vela muy embolsada, podemos mantener este regla-
La forma de un~ vela se caracteriza por su embolsamiento y su torsión. je para brisa ligera. Para navegar con viento fresco tensaremos un poco
• El embolsamiento. Una vela no es un triángulo plano que une el más la tela, es decir, aplanaremos la vela.
palo con la botavara, sino que el velero le ha dado forma de bolsa, por
mediO de pin zas y piezas redondeadas (ver capitulo 7, parte IIn; este em- El foque porta bien cuando el grátil está muy recto, por lo tanto Los tripulantes delgados dejan
bolsamiento. ~s el que determina la fuerza aerodinámica que recibe. Po- lo tensaremos a tope aunque el estay esté flojo, excepto con poco un poco suelto el palo en la fogonadura
demos modificarlo y desplazarlo según la fuerza del viento, el peso y la y elig en crucetas corta s.
viento ..
capaCidad de la tripulación, la bordada en que naveguemos, las condi- El palo de los catamaranes es rígido, y únicamente se regla su incli-
Ciones de I~ mar, etc. Un embolsamiento grande proporciona potencia, nación y no su forma. Cuando el viento refresca hay que aumentar esta
p.ero con viento fresco esta potencia puede resultar excesiva y la tripula- inclinación en los catamaranes que tienen una gran tendencia a meter
Ción a vec~s no está en condiciones de dominar la máquina. Con brisa li-
el casco.
g.era conviene conseguir un embolsamiento grande, mientras que con Cuando todos los sables de la mayor son sables forzados y más fuer-
viento d.uro trataremos de reducirlo. Este embolsamiento presenta una te es el viento, menos hay que tensar la tela sobre los mismos para po-
tendenCia natural a desplazarse hacia sotavento. A medida que el viento ner plana la vela. En cambio, cuanto más flojo es éste, más se tensará
refresca hay que intentar mantenerlo en el lugar adecuado. para conseguir una vela muy embolsada. Sea cual sea el tiempo que
• La torsión. Bajo el efecto del viento una vela adopta normalmente haga, todos los sables deben forzarse del mismo modo.
una forma helicoidal; está más cazada en la parte inferior que en la su-
122 Práctica del velero Perfeccionamiento 12 3

_ _ Esquema para el reglaje de un


derivador durante la navegación
Acción sobre la maniobra Resultado en el aparejo Punto de referencia visual

Tensar el grátil de la mayor Impide que el embolsamiento La mayor, en reposo, presenta


con ayuda de la driza o del se desplace hacia atrás y un gran pliegue a lo largo
cabo de cunningham. lo reduce. del palo. Éste deberá
eliminarse cuando la vela
porte. Si no lo hace, es que el
grátil está muy tensado.

Incl uso navegando, se puede reglar la Tensar el pujamen con el Disminuye el embolsamiento. La mayor, en reposo,
fo r ma de las velas .. pajarín. presenta un gran pliegue
a lo largo de la botavara.
Éste debe eliminarse cuando la
vela esté llena. Si no se quita, es
En una vela con numerosos sables faltan sena les visuales para orien- que el pujamen está muy tensado.
tarla correctamente, y tendemos a cazarla demasiado. Por Jo tanto, re-
sulta conveniente hacer unas marcas antes de salir. Tensar la trapa. Impide que la botavara La mayor está cada vez más
Para ello, en tierra y con brisa ligera ponemos el barco en ceñida, se suba, arquea el palo plana a medida que se va
por la base y absorbe el tensando la trapa.
bloqueamos el carro de la escota en el centro, retrocedemos unos
embolsamiento de la ve la.
cuantos metros hacia la prolongacrón de la botavara, con la escota en
la mano y cazamos hasta que el palo empiece a desaparecer detrás de Largar el carro del Abre la ve la y la aplana La mayor está muy aplanada
la baluma. De este modo sabremos cuál es el máximo que debemos ca- escotero y cazar la vela. por medio de la flexión de por la parte de popa y no
la parte alta del palo, redu ce tiene torsión.
zar en ceñida con brisa ligera. Hacemos una marca en la escota con
la torsión y tensa el estay.
cinta aislante o con rotulador. Esta referencia sólo es válida para una
fuerza de viento concreta y, si éste refresca, habrá que cazar más. Llevar el ca rro del escotero Mantiene el embolsam iento La mayor tiene forma
Igual que en los derivado res, para que el foque porte bien, su grMil al centro, o a barlove nto de la mayor y acentúa helicoidal.
debe estar bien recto, por lo tanto, excepto con brisa muy ligera, tene- largando la escota. la torsión.
mos que tensarlo siempre a tope, incluso aunque el estay esté flojo . Ensancha el canal entre
Ret rasar el punto de Aumenta el embolsamiento
En muchos foques hay que afirmar las escotas sobre un listón con del foque, abre la baluma la parte alta de las
cazado del foque echa ndo
varios agujeros. Con viento fresco elegiremos los agujeros superiores hacia atrás el carro y acentúa la torsión. velas.
para reducir la torsión, y con brisa ligera los inferiores para acen tuarla. del escotero.

Avanza r el punto de cazado Disminuye el embolsamiento Estrecha el canal entre


Modo de reglar un derivador o catamarán en ceñida la parte alta de las
del foque adelantando del foqu e, cierra la baluma
Si bien la cenida es de algún modo el rumbo básico, también es un el carro del escotero. y disminuye la torsión. velas.
campo difícil, en el que los reglajes son más delicados e interesantes.
Ya lo hemos dicho antes, en este rumbo, el patrón no sigue un rumbo
sino que acompana al viento en las más pequenas variaciones con el fin más tensa está, más plana está la vela y más cerca de la proa se en-
de poder ganar terreno en la dirección de éste. cuentra el embolsamiento. Por lo tanto, cuanto más viento hay, más
debemos tensarla. Como podemos seguir modificando su reglaje du-
Medios de reglaje rante la navegación, por medio del Cunningham, la tensaremos para el
En el 470, en lo que respecta a la mayor, está la driza de la mayor, el viento más ligero previsto para la salida.
En los catamaranes, se puede reglar cabo del Cunningham, el pajarin, el escotero de la mayor y la trapa. En El cabo del Cunningham o boza de amura , sirve para tensar más
el puño de escota de las cuanto al foque: el escotero del foque y su carril. o menos el grátil durante la navegación, pasándolo por el ollao corres-
mayores que tienen el pujamen libre. La driza de la mayor sirve para tensar el grátil de la vela. Cuanto pondiente, y es un complemento del reglaje.
124
Práctica del velero
Pe rf e c c i o na m i e n t o 1 25

El pajarín, O boza de escota, sirve para tensar el pujamen, reducien- Navegar con o las
do así el embolsamiento de la vela; éste se regla en consonancia con el Hay otro elemento exterior que interviene en el gobierno del barco en ceñi-
cabo del Cunningham.
da: el estado de la mar. Con la mar en calma el barco avanza de modo re-
La barraescot a, durante la ceñida, sirve para abrir y cerrar la vela, sin gular. El ángulo de ataque que forma la jarcia con el viento es constante.
modificar el reglaje de la escota. De este modo, al llevar el carro a sota- Por el contrario, con mar formada el barco disminuye su velocidad al cho-
ven to con viento fresco, tensamos la escota para limitar la torsión de la car contra las olas. Al navegar en ceñida tiene que aumentar su velocidad,
mayor, aplanarla por la parte de arriba, sobre todo al arq uear el palo, y y un buen sistema consiste en arribar ligeramente, y dejar correr el barco
tensar el estay para evitar el embolsamiento del foque. A la inversa, si largando un poco las escotas. De este modo pasará mejor las olas. En la ce-
con brisa muy ligera llevamos el carro del escotero al centro, incluso un ñida a rabiar el barco no tiene la potencia necesaria para volver a recuperar
poco a barlovento. podremos cazar la vela sin tirar de la botavara hacia la velocidad entre dos olas. En los barcos grandes, se dice plantar est acas.
abajo evitando así aplanarla, y dándole la máxima torsión.
La trapa sirve para evi tar que la botavara se arbole en los rumbos Navegar con viento flojo
portantes, y si, con vien to fresco la cazamos fuertemente, también sirve Después de navegar con viento medio y después más duro, llega el mo-
para flexar el palo especialmente por la base, lo que origina un aplana- mento en que debemos soportar el viento flojo. Poco a poco vamos ex-
miento de la mayor.
plorando este delicado universo de las brisas flojas y actuamos como
El escotero del foque sirve para reglar la torsión del foque. Cuando hacen todos, tanteando. y después, a fuerza de tan tear, encontramos
el carro está situado muy hacia proa, ésta es pequeña, lo cual es conve-
niente cuando hay viento fresco . y cuando el viento cae. debemos
echarlo hacia popa.
Reglajes en los catamaranes
Los medios de contro l durante la navegación
Embolsar, aplanar, dar y eliminar torsión, cazar y largar las velas son
l reg laj e mayor relacio nad o con la orientació n de las ve-
actividades muy interesantes, pero debemos averiguar si estas acciones
tienen o no un resultado positivo. las regatas, sobre todo cuando
E las se hace en ti erra, por lo tanto só lo nos q ueda por
ajusta r el escotero de la mayor, la posición del escotero del
nuestros adversarios son mejores que nosotros, constituyen un medio foqu e y la tensión de la driza del foque .
privilegiado para comprobar el fundamento de nuestras acciones, y no El escotero de la m ayor sirve , en la ceñ ida, para abrir y
hay que dejar de realizarlas. Pero existen también otros medios entre cerrar la superficie de la ve la sin mod ifi car el reglaje de la
105 que se encuentran los catavientos, de 105 que ya hemos hablado en escota. De este modo, co n viento fresco, llevando a sota-
el capítulo 2, que merecen una atención especial. vento el carro, podemo s te nsar la escota para li mitar la to r-
l os catavientos son trozos de tela o hebras de lana que sirve n para
sión de la mayor y tensar el estay pa ra evitar el embolsa-
m iento del fo que.
representar la dirección del viento. Resultan especialmente útiles cuan-
Pero existe un limite; cuando el viento es m uy fresco la
do se utilizan velas con sables forzados que apenas flamean.
potencia de la ve la es enorm e, hasta el punto de que resul-
Se ponen 3 ó 4 hebras de lana a lo largo del grátil del foque, por ta inevitable meter la p roa en el agua. Sólo hay un medio
ambas caras, a una distancia de 30 cms. Observándolas averiguamos el de reducir esta potencia: largar un poco la escota de la ma-
modo en que el viento incide sobre la ve la. Por lo general, de ben yo r. La ve la, al esta r co mpletamente refo rzada, lo soporta
mantene rse hori zontales. Si las de sotavento suben un poco, es que bie n, y el foque, aunque relativamente pequeño y menos
el foque está poco cazado y si bajan claramente es que está demasiado te nsado, tam bi én.
cazado. Cuando las lanas de barlovento suben un poco es que el foque Co n bri sa m uy ligera, ll evamos al centro el carro de esco -
está poco largado y si caen claramente es que está demasiado largado. ta de la m ayor, incluso un poco a barlovento, y entonces ya
Si las indicaciones varían con la altura, la torsión no es la adecuada. podemos ca zar la ve la sin ti ra r del p uja m en hac ia abajo,
dá ndole así la m áxim a torsión .
Para que estén fuera de la pertu rbación que origina el palo, se cosen
El escotero del foq ue norm alm ente está situado sobre un
en la baluma pequeñas tiras de tela de spi. Si los catavien tos se colocan car ril t ransversal lo que pe rmit e, al ll ev ar el carro hacia
en la prolongación de los sables y están bien estirados, la vela está co- afuera, abrir el foque ma nteniéndolo al mismo t iempo m uy
rrectamente reglada; si flamean es que está demasiado largada y si cazado; ésta es la posició n adecuada para viento fresco , ll e-
caen a sotavento es que la vela está demasiado cazada. vándolo hacia adentro a med ida q ue va cayendo el viento.
Pe rf ecc io na m i en to 127
126 Práctica del velero

esquemas de reglaje y de fu ncionamiento. Pero este trabajo no se aca-


ba nunca . Mientras nos bronceamos, es la ocasión de perfeccionar los
reglajes en busca de la deseada rachita. Buscar la racha es una especie
de prueba de paciencia que agudiza los nervios y origina todo tipo de
estados de ánimo.
Hacemos que las velas embolsen al maximo sin cazarlas y sin tensar
la trapa, pero forzando los sables al máximo. Hay que seña lar que es
la única cosa que se tensa con viento flojo .
Asi mismo, aumentamos la torsión de las velas, metiendo el carro de
escota de la mayor y echando hacia popa los escoteros del foque, para
sacar el mayor partido de la gran diferencia de dirección que existe en
el viento aparente al incidir sobre la parte alta de la vela o sobre la baja.
Asi mismo, intentamos limitar al máximo el rozamiento y la resisten-
cia al avance, reduciendo así la superficie mojada.

Viento aparente y viento real


asta ahora, hemos hablado del viento como una reali -
H dad muy senci lla, pero para navegar a un larg o resulta
de vita l importancia conocer a fondo todas las clases de
vientos. Hay que saber que el vien to real se combina con el
viento de la velocidad para dar como resultado el viento
aparente, que es nu estro viento, el que perc ibimos. Esto
merece una explicación.
El viento real es el viento qu e sopla en la superficie del
agua. El que notamos en la playa. En derivador, hacemos escorar ligeramente el barco, co n lo cual se Con vie nto floja , la mayor de este 47 0
El viento de la velocidad es el viento fo rm ado po r la ve lo- reduce la superficie mojada y ayudamos a las velas a orientarse a so- t ie ne un gran embolsam ie nto .
cidad de l barco; es el que nos da siempre en la ca ra. Tam - tavento. Ajustamos el asiento longitudinal de manera que el espejo
bién llamado viento re lativo. de popa no se meta en el agua, lo que aumentaría la resiste ncia al
El viento apa rente es el único que percibimos a bordo de
un barco mientras navega y es el que hace avanzar al bar- El viento real se s uma al viento d e avance.
la velocidad, para dar c::omo resultado En catamarán, para obtener el mismo resultado no dudaremos en
co. Tenemos que reg lar las vela s en fun ción de este viento.
El vie nto apa ren te es siempre m ás ag udo, es decir está e l viento aparente, qu e es e l qu e colocarnos delante del obenque para meter las proas en el agua, lo que
más cerca de la proa del barco que el viento real; la diferen- hace ava nzar al ba rco. hará que el barco se vuelva ardiente, aunque en las rachas quizáS la ca-
cia angu lar alcanza frecuentemente los 20° pudiendo sobre- ña esté demasiado dura.
pasar incluso los 60° en bord os portantes.

~ ~~I
Es más fu erte en ceñ ida y más floj o en portantes que el
viento rea l y la diferencia puede variar desde 80° de más a Reglaje de un derivador o un catamarán
50° de menos. Esto se percibe claramente al pasa r de un
rumbo a otro. en rumbos portantes
Estas diferencias, en cuanto a dirección e intensidad, son Desde el momento en que empezamos a alejarnos de la ceñida, el am-
mucho más acentu adas en los ca tam aranes que en los deri- I biente a bordo cam bia: i Por fin vamos a poder "tomar el aire!" Ya no
vadores. Debido a estas va ri aciones podemos decir que, en tenemos que preocuparnos del rumbo y a partir de ahora nos ocupare-
determinadas condiciones, desde la ceñida hasta un des- El viento aparente es mas inte nso en mos solamen te de la velocidad. Desde la ceñida hasta el largo, en toda
cuarte lar, creamos nuestro propio viento, pues cuanto más la ceñ ida 11) que navegando co n viento la zona del viento de través, el barco puede alcanzar velocidades sor-
rápido navegamos más viento tenemos. d e popa 121 o a un largo (3) . prendentes. Cuando las ci rcunstancias son propicias puede, incluso, vo-
128 Práctica del velero Perfeccionamiento 129

lar y planear. .. Sin embargo. antes de despegar, conviene dejar claras


las condiciones especiales del barco al navegar a un largo.

Navegando en derivador en rumbos portantes


Si seguimos arribando hasta llegar a un largo, el ambiente sigue cam-
biando; todo se calma, ya no tenemos que salir a hacer banda para
mantener el barco plano, y sacamos del todo la orza ... En una palabra,
el barco se relaja ¡y la tripulación también! Podríamos seguir así. aun-
que normalmente no tardaremos en izar el spi, esa vela de proa que re-
sulta elegante llevar en este rumbo. Por lo general, el ambiente relaja-
do del que hablábamos se interrumpe bruscamente ..

Con brisa
Ya no seguimos el viento; nos marcamos un rumbo y adaptamos la
Para planear hay que orientación de las velas al mismo, procurando alcanzar la máxima velo-
saber tratar las olas cidad posible.
arribando El barco navega en ceñida, y decidimos arribar largando poco a poco
ligeramente cuando las velas. La velocidad aumenta enseguida de modo sorprendente, y
el barco esta sobre la aparece un gran pliegue sobre la mayor a lo largo del palo, el foque se
alabea excesivamente y el barco presenta una clara tendencia a meter
nuevo al bajar la la proa en el agua. Hay que tomar una decisión: vamos a ten er que
pendiente. modificar los reg lajes para adaptarnos a este nuevo bordo.
En primer lugar eliminamos los pliegues que se forman en el grátil y el
pujamen de la mayor, amollando ligeramente la vela (por medio del paja-
rín y el cunningham) y soltando un poco la trapa. Llevamos hacia la proa
el reenvío del foque para limitar su alabeo y, sobre todo, nos desplaza-
mos hacia la popa para aligerar la proa y evitar que se clave en el agua. • Antes de la ola . Percibimos ligeramente el viento real, navegamos Plan eando en derivador: la tripulación

Mantenemos el barco lo más plano posible, sacando un poco la orza con cierta velocidad y un viento aparente algo fuerte, por lo tanto tene- se echa hacia atrás y se prepara para
para hacerlo menos ardiente y facilitar su gobierno. mas las escotas regladas de una forma concreta. Nos preparamos para arribar ligeramente encima de la ola. lo

Al aumentar la velocidad, también aumenta el viento aparente, lo bajar una ola, arribamos ligeramente para recibirla por la aleta. El barco ideal sería que la orza, que vemos a

que hace que vuelva a aumentar la velocidad y el viento aparente, etc.. baja flotando sobre el agua, y su velocidad aumenta rápido, con lo cual través del agua transparente, estuviera

Quizás creamos que esto puede seguir así eternamente, pero la expe- el viento aparente aumenta y escasea . En ese momento, hay que cazar algo más levantada ...
riencia nos demuestra que "la cosa" se para. las velas para seguir las variaciones de dirección del viento aparente.
t t t Mientras que en la ceñida nos veíamos obligados a soportar la mar
cuando había olas, ahora vamos a poder utilizarla para navegar todavía
• Después de la ola. O bien chocamos contra la ola siguiente, en
cuyo caso nos paramos forzosamente, o bien decidimos orzar un poco,
más rápido. De momento tenemos todos los triunfos en la mano para modificando convenientemente las escotas para seguir el mayor tiempo
planear. posible al lado de la ola. Si logramos coger el ritmo y coordinar con
precisión el reglaje de las escotas, el ángulo de la caña y el ritmo de las
Planear en derivador olas, tendremos la oportunidad de seguir planeando eternamente.
Casualmente aprovechamos una ola; en ese momento la aceleración es
fulgurante y la bajamos a toda velocidad. Las velas flamean por el grátil Navegando en catamarán en rumbos portantes
y, después, el barco tropieza con la ola siguiente y todo se para como Al arribar y largar un poco las escotas, la velocidad aumenta de forma
un péndulo con el muelle roto. Por eso es importante que comprenda- espectacular, alcanzando el catamarán su máxima velocidad entre los
Para planear. hay que saber tratar mos el efecto que tienen las olas sobre el gobierno del barco. Podemos 105" Y 110" del viento real. Puesto que el viento de la velocidad aumen-
las olas. distinguir dos fases: antes y después de la ola. ta enormemente, el viento aparente no alarga de manera sensible y, por
130 Práctica del vele r o Perfeccionamiento 131

esta tendencia, volviendo a arribar en cuanto desaparece. Esta es la


única técnica posible en los barcos con pocas reservas de flotabilidad
en la proa y/o un gran alunamiento en la baluma (tipo Hobby Cat 16). j 1 1
Pero con una gran reserva de flotabilidad en la proa y una vela muy
alargada (tipo Dart), también podemos arribar largando la vela, y volver
a orzar cazando en cuanto desaparezca la tendencia a meter la proa.
En ese caso, perderiamos un poco de velocidad.
Con viento flojo, debemos destensar un poco el foque para facilitar
el giro del palo y, por supuesto, hacer lo mismo con el grátil de la ma-
yor para que ésta embolse.

Hacer bordos navegando con el viento por la aleta


Navegando con el viento por la aleta, un barco va más rápido que con
el viento de popa y un catamarán todavía más. Por lo tanto, muchas
veces es más rentable desviarse haciendo bordadas con el viento por la
aleta, que seguir una derrota directa con viento de popa. En este mo-
mento aparece la noción de ganar sotavento.
Ganar sotavento es recorrer con el barco cierta distancia en el eje
del vien to en un tiempo determinado, sin tener en cuenta la trayectoria
efectuada. Esta ventaja puede ser mucho mayor si el barco navega con
rapidez dando bordadas con el viento por la aleta, y no dejándose em-
pujar por el viento de popa. Es algo parecido a cuando tomamos un
desvío por una autopista, y tardamos menos que si circulamos en línea
recta por una carretera nacional.
Todo consiste en calcular bien el bordo en el que podemos obtener
la mayor ven taja. Las regatas representan un excelente medio para va-
Para hartarnos de pura velocidad, es
lorar el resultado de nuestra táctica, en comparación con la de los de-
decir, para hacer carreras, hay que
más barcos, aunque no siempre podemos hacerlas. Cuando navega-
e leg ir e l rumbo mas ra pido del
mos solos hacemos lo que queremos sabiendo que con viento flojo no
catamarán. Es el que nos indican los
suele ser muy positivo desviarnos y que con viento fresco el riesgo de
catavientos de los pies de gallo.
trasluchar nos anima a dar bordadas.
1. Cuando e l catavientos de barlovento
Estos catamaranes han a rribado hasta lo tanto, largaremos sólo un poco las escotas. La tripulación deberá des- En los catamaranes, los catavientos del pie de gallo pueden servirnos
"entra ", e l barco esta dema s iado
más a ll á del viento por la aleta, pero plazarse hacia atrás rápidamente para compensar el enorme aumento de indicación: cuando el catavientos de barlovento toca el pie de gallo
cerca del viento.
lleva n las velas relativamente cazadas: de la fuerza aerodinámica que tiende a hundir la proa del barco. de sotavento estamos en el rumbo más rápido del barco, que, por lo
2. Cuando e l catavientos de barlovento
debido a su velocidad, e l viento Si seguimos arribando hasta llegar al viento por la aleta, hay que ir general, es el que hace ganar más sotavento.
toca el pie de gallo de sotavento, e l
aparente todavia es muy agudo. largando las velas. pero para mantener la velocidad el flujo debe incidir rumbo es correcto.
de forma regular sobre las mismas, lo cual es posible hasta un bordo Aceleración y reglaje de las velas
3. Cuando el catavientos "sale", el
muy portante ¡siempre que el barco mantenga su velocidad! Podemos Cuando el catamarán acelera, el viento aparente escasea. Por esta ra-
rumbo es demasiado abierto.
comprobar la calidad del flujo observando las lanas, que deben estar zón, tenemos que hallar el reglaje adecuado para evitar que el barco
horizontales. Hay que luchar contra la tendencia del barco a meter la pierda velocidad. Como norma general, es mejor arribar que orzar.
proa en el agua. Por ello, debemos desplazarnos hacia atrás al máximo, Cuando el barco pierde velocidad, sucede a la inversa: el viento aparen-
y limi tar la torsión de la mayor. Si el barco no lleva trapa amollaremos te alarga y es preferible orzar para volver a seguir la derrota.
un poco la escota y llevaremos a sotavento el carro. El modo de gobernar un (atamarán, incluso con un viento relativa-
Para evitar que el barco meta la proa en el agua, la solución más fá- mente regular, es por lo tanto muy parecido al que empleamos con
cil consiste en orzar rápidamente sin cazar las velas en cuanto aparece viento irregular en un monocasco.
132 Práct i ca del velero Perfeccionamiento 133

Viento irregular: la racha


* En francés, se denomina risée al au- Se denomina racha* al aumento pasajero de un vien to real flojo. y al
mento pasajero del viento a partir de
viento flojo y medio; con viento duro
se utiliza el término raffa/e. Ambas
mismo fenómeno con un viento duro. Aunque las consecuencias sobre
el gobierno del barco no sean iguales.
t
t
con viento duro
palabras significan racha en castella- Antes de que se produzca la aceleración del viento, el barco lleva un
no náutico. rumbo concreto y las escotas y velas están regladas de un modo deter- I
minado. Cuando se produce esta aceleración el viento aparente arrecia
y alarga, obligándonos a orzar un poco o bien a largar ligeramente las
velas. Como consecuencia, el barco acelera y el viento aparente se vuel- Con viento duro, e n una racha, p rime ro
hay qu e arribar y después orzar.
ve más intenso y escasea, por lo tanto hay que arribar o cazar en espe-
ra de que el viento caiga. En ese caso hay que cazar o arribar mientras
el vien to cae, y por último largar u orzar.
¿Qué es mejor, cambiar de rumbo o reglar las velas? Todo depende
Con vie nto fl ojo, e n una rac ha, primero
del rumbo, de la fuerza del viento y del barco. En ceñida, nos inclina-
mos más a cambiar de rumbo y en bordos portantes es mejor reglar las hay q ue orza r y después a rri ba r.

velas. Con brisa ligera normalmen te es preferible cambiar de rumbo,


mientras que con viento duro reglar las velas es más prudente. Si nave- escota de la mayor. Este último logra grandes resultados en lo que res-
gamos en un derivador resulta más fáci l actuar sobre las escotas, mien- pecta al equilibrio lateral, pero no puede deslizarse con facilidad si an-
tras que si lo hacemos en un catamarán no nos dará tiem po y nos ocu- tes no hemos largado un poco su escota.
paremos mejor de la caña. De todas formas, con viento duro y cuando
la cosa se pone fea, ies necesario actuar sobre las dos cosas! Viento variable
Con rachas fuertes, el riesgo de volcar es muy grande, siendo decisi- El vien to no varía únicamente en intensidad, sino también en dirección.
va la sincronización entre el timonel y el proel, pues sea cual sea el Al navegar en un velero, estamos sujetos a sus caprichos, puesto que
rumbo que sigamos, tenemos que con trolar, además, el asiento longi- de éste dependen los movimientos de los tripu lantes. Se pueden dar
tudina l y transversal del barco. Con viento estable, es necesario hacer dos casos: que la tripulación quiera realizar una derrota concreta, en
antes un intercambio de puestos, para que tanto el patrón como el cuyo caso deberá seguir el rumbo, adaptando continuamente las velas
proel puedan captar los problemas del otro. Esto es muy importante, a las condiciones del momento; o que pretenda dirigirse hacia un lugar
pues el barco reacciona con mucha rapidez ante los golpes de vient o y que no es directamente accesible, a barlovento o a sotavento, para lo
nosotros debemos hacer lo mismo con las escotas, la caña y el carro de cual deberá reglar el barco en función del rum bo elegido y seguir con
la caña todas las va riaciones del viento.

Modo de actuar e n un a um e nto de


vie nto con portantes.
1. El ba rco s igue una de rrota co n un
vie nto re gu la r.
2. lle ga la rac ha, e l vie nto apa re nte
ala rga, pe ro e l vie nt o de la ve locidad
no cambia inmedi ata me nte.
3. Dura nte la racha, como consecuencia A la izqui erda, ala rga nte: e l vie nto
de la acele ración del ba rco, e l ala rga, pOde mos orza r.
vie nto a pa re nte a ument a y escasea:
por lo tanto debem os a rriba r A la de recha, escaseante: e l vie nto
o bie n caza r las velas. escasea, te ne mos qu e a rriba r.
134 Práctica del velero Perfeccionamiento 135

El marco y el giro: táctica de los cambios de dirección del viento


Supongamos que tenemos dos boyas fondeadas en la dirección del
viento, Si queremos llegar en dos bordadas desde la boya situada a so-
tavento a la de barlovento, hay dos trayectorias posibles (denominadas
"el marco"). Este marco encierra un conjunto de trayectorias posibles.
Los bordes de este marco están determinados por el ángulo óptimo de
subida en ceñida del barco correspondiente.
Todos los barcos situados sobre la misma perpendicular a barlovento
y dentro del marco, se encuentran a la misma distancia del punto de
destino, la boya de barlovento.
Salir del marco, significa tardar más tiempo del necesario en llegar a
la boya de barlovento, puesto que el aumento de velocidad que conse-
guimos arribando no puede compensar el aumento de recorrido que
representa.
Después de un cambio de dirección del viento, el marco rola (tam-
bién decimos que el viento rola). En el dibUJO de al lado, vemos que el
El barco azu l tardará má s tiempo El giro: e l barco A se quedará
Aquí vemos cómo los barco A. que ha salido amurado a estribor, está dentro del nuevo mar- que los demás e n ll egar a la dentro del nuevo marco (azul) s i e l
tácticos se esfuerzan para no sa lirse co mientras que el barco B, que ha salido amurado a babor, se encuen-
boya, pues ha sa lido fu e ra de l ma rco. viento rolase a la izquierda.
nunca del marco. tra fuera. Podemos considerar que el barco B ha perdido. Basta con

dibujar las líneas perpendiculares al nuevo viento para comprobarlo.


Enseguida sacamos la siguiente conclusión: siempre hay que dar
bordadas de modo simultáneo en el marco actual y en un eventual fu-
turo marco. En ese caso, si prevemos que el viento va a rolar hay que
hacer bo rdos hac ia e l lado de l m a rco adonde va a ro lar el
viento.
El hecho de familiarizarnos con la noción de marco y de giro no tie-
ne importancia únicamente para ganar una regata, sino que es tam-
bién un elemento fundamental de seguridad.

El derivador con spi


En el párrafo anterior ya ibamos bastante rápido, al navegar desde la
ceñida hasta un largo con la mayor y el foque. Pero a partir de un tra-
vés hasta el viento de popa, podemos obtener una velocidad mucho
mayor gracias al spinna ker.
En un principio, esta extraña vela nos fascina e inquieta al mismo
tiempo. Podemos llamarla spi simplemente, para crear cierta confianza.
Pero mejor aún es que la contemplemos como una vela normal.
Exceptuando el hecho de que embolsa gran cantidad de viento y es-
tá aparejada de un modo especial, el spi, como las demás velas, tiene
también tres bordes: el grátil, la baluma y el pujamen; tres puntos de
sujeción: el puño de driza, el puño de amura y el puño de escota. Pero
hay una pequeña diferencia: excepto el puño de driza y el pujamen,
estos nombres son "provisiona les": cambian de nombre al cam-
biar de amura. El grátil y el puño de amura están en el lado de barlo-
136 Práctica del velero Per feee ion a m i en t o 137

Puesto que el spi se iza por sotavento, tenemos que prepararlo en el


costado de babor del barco.
• La vela se coloca en la bañera a babor, en un recipiente llamado
cubo de spi, o en todo caso, en un lugar de donde no pueda soltarse si
el barco volcara. Para que pueda salir bien colocada, tiene que estar
bien guardada.
El sistema es el siguiente: metemos la tela en su sitio empezando por
la mitad del pujamen, hasta que aparezcan los dos puños inferiores; se-
paramos éstos y continuamos metiendo la tela siguiendo las relingas
con la mano para asegurarnos de que no se tuercen . Por último, coloca-
mos la tabla (es decir, el puño de driza) en la parte superior del montón.
• La driza baja por el obenque de babor, pasa por debajo de la esco-
ta del foque, por delante del obenque, y llega a la bañera donde la afir-
mamos a la tabla (normalmente con un simple nudo). El otro extremo de
la driza pasa por el pie del palo y va reenviada hacia la popa, a estribor
del pozo de la orza, para que el patrón la pueda tener a su alcance.
• La braza (en este caso maniobra de estribor), una vez amarrada
al puño de amura del spi, sale de la bañera por la parte delantera del
obenque de babor, pasa por debajo de la escota del foque, da la vuelta El aparejo del spi .
al estay por la proa y pasa por fuera del obenque de estribor, hasta lle-
gar a la polea o escotero de popa de donde sale otra vez reenviada a la
bañera.

Altercado con s pi e n la boya de vento del spi; y la baluma y el puño de escota, en el lado de sotavento.
sotavento. Asimismo, las dos maniobras que sirven para reglar la vela se deno-
minan, alternativamente, braza y escota, siendo la braza la maniobra
de barlovento y la escota la maniobra de sotavento.
El tangón es la percha que sirve para amollar el puño de amura de la
vela por la parte de barlovento. El extremo que va fijado al palo es el
talón; y el otro el terminal o penol. En los derivadores, el tangón es si-
métrico. es decir, que sus dos extremos 50n similares y llevan un herraje
por el que se desliza la braza, y que puede utilizarse indistintamente
como talón o penol.
Por último, hay también otras maniobras que sirven para reglar la al-
tura del penol del tangón: el amantillo que le impide bajar demasiado
y la contra que le impide subir.

Modo de aparejar el spi


El spi tiene que desplegarse por la parte exterior de toda la jarcia, de-
lante del estay y por fuera de los obenques. Es decir, que hay que refle-
xionar bien cuando estamos preparando la vela y sus maniobras. sobre
el recorrido que tienen que efectuar para "salir" del barco. listo para izar. la braza, la escota y la
En los derivadores, los preparativos se llevan a cabo en tierra y hay driza "salen " de la jarcia entre el estay
que elegir antes el lado por el que se va a izar. Para mayor claridad va- y el obenque de sotavento y pa san por
mos a decidir, en este caso, que lo vamos a izar amurados a estribor. debajo de la escota del foque .
Perfeccionamiento 139
138 Práctica del velero

Modo de izar el spi


Cuando se realiza un triángulo olímpico, se coloca el tangón en su sitio
durante el bordo de ceñida, y se iza el spi en el mismo momento en
que el barco, al pasar la boya de barlovento, arriba pa ra hacer el nuevo
bordo a un largo.
Al principio, es conveniente tomarnos un poco de tiempo, y situar-
nos primero a un largo o con el viento por la aleta, si hay bastante
viento. Hay que saber que en cuanto el spi empiece a portar, el equili-
brio del barco puede verse seriamente comprometido . Si 10 izamos a un
largo con un poco de viento, el proel deberá salir enseguida a hacer
banda mientras caza el spi para que el barco no se tumbe. Si navega-
mos con el viento por la aleta, estaremos más tranquilos; el viento inci-
de un poco más en la dirección de la línea de crujía del barco y es me-
nos intenso, pues el flujo de las láminas de aire es turbulento. Sin em-
bargo no hay que exagerar izando el spi demasiado cerca del viento de
popa, pues en este rumbo el barco es muy inestable y una posible tras-
luchada siempre es de temer.
El timonel iza rápidamente. Incluso aunque no tengamos prisa, hay
que trabajar rápido, pues el spi no espera; a partir del momen t o en
El patrón ajusta la altura del tangón por que sale de la bañera debe portar lo an t es pos ible si queremos evi-
medio de la contra y del amantill o. tar líos y sobresaltos. Al mismo tiempo, el proel caza la braza para llevar
el puño de amura hasta el tangón y bracear, es decir, hacerlo girar so-
• La escota (maniobra de babor) rodea el obenque de babor por la bre el talón hasta colocarlo perpendicular al viento. Si tenemos el vien-
proa, pasa por debajo de la escota del foque y llega hasta su polea de to por la aleta, pasará la braza bajo el gancho del largo. Este gancho
popa, de donde es reenviada a la bañera. tiene una doble ventaja: la braza, al ser desviada hacia abajo, silVe de
En realidad, muchas veces la braza y la escota son un único cabo cu- contra auxi liar (lo cual es muy necesario en este rumbo) y deja sitio libre
yos chicotes se afirman al puño de amura y al puño de escota del spi. para que el proel pueda salir a hacer banda.
Este cabo debe ser muy largo, no solamente para poder realizar todo el
recorrido que acabamos de describir, sino también para que pueda for- Navegando a un largo, es conveniente que la orza esté totalmente
mar varios reenvíos en la bañera, a f in de dejar sitio libre al patrón y al fuera cuando izamos el spi, para que el barco pueda resbalar tranquila-
proel y, sobre todo, para que se pueda largar en banda, en caso de ne- mente en el dramático momento en que la vela coge viento.
cesidad.
Estas tres maniobras: la driza, la braza y la escota, se dejan en com- Reglaje del spi
pás de espera en un gancho colocado al pie del obenque, llamado El principio de funcionamiento del spi es el mismo que el de las demás
gancho del cadenote, o gancho del largo, del que hablaremos más velas; tiene que desviar el viento lo máximo posible. Como tiene un
adelante. gran embolsamiento, puede desviarlo en un ángulo muy grande, desa-
• El amantillo y la cont ra normalmente van unidos y están coloca- rrollando, por lo tanto, una gran f uerza. Este es el motivo por el que,
dos permanentemente sobre el palo. El amantillo es un simple elástico. con un poco de viento, el barco cambia completamente de compor-
La contra pasa por el pie del palo y va reenviada al costado de babor tamiento una vez izado el spi. De repente adquiere una potencia casi
del pozo de la orza, al alcance de la mano del patrón. preocupante. Presentimos que no vamos a poder dominarlo por la El tangón debe estar completamente
• El tangón está provisto de un mecanismo (mordaza o similar) con fuerza, sino que para mantenerlo tendremos que reaccionar tan rápido perpendicular al viento aparente.
el que se trinca el conjunto amantillo-contra. Hay que dejarlo colocado En este rumbo, la escota tira del spi
como él ...
antes de izarlo. La braza se desliza por el herraje del terminal del tan- En primer lugar es necesario reglar bien el spi. Para ello existen tres hacia abaja: es preciso que
gón, para que el patrón pueda regular su altura por medio de la con- normas fundamentales: abrir el spi al máximo para recibir el viento, la contra baje al puño de amura a
tra. Se coloca justo antes de izarlo. colocando el tangón bien perpendicula r al viento aparente; equilibrar- la misma altu ra que e l puño de escota .
P e rf eccio nam ie nt o 141
14 0 Practi ca d e l ve l e r o

El spi asimétrico de los catamaranes Modo de izarlo


E sta vela apareció hace algunos años en los monocascos de regata-crucero con el nombre de
· genaker, por se.r una mezcla de génova y de spinnaker. De una de ellas tien e el embolsa-
Del mismo modo que se hace con el sp; clásico de los derivadores, hay
que prepararlo dentro de un saco colocando los tres puños en la parte
supe rior. Ponemo s todo en la proa a sotavento del trampolín amarrando
mlent~ y la p~te~cla, y de la otra la sencill ez de reg laje y de izado. En los ca tamaran es, obtiene
el fondo del saco a la vigueta con un cabo pequeño.
su mejor ren~l.mlento en los bor?os portantes (entre 100° Y 1500 de la dirección del viento real) , La driza que baja por el obenque de sotavento, ll ega hasta el saco de
aunque ta,mblen .puede llevarse I zad~ hasta el través con brisa ligera. Au nque sus reglajes son la vela que hemos puesto sobre el trampolín . La afirmamos a la tabla
muc~o ~as sencil los que el de un splnnaker clás ico, necesita determinadas piezas especiales de
del grátil con un as de guías.
acastlllaJe, El Cunningham (que en realidad es el otro extremo de la driza)
pasa por una polea que va afirmada en el penol del tang ón, vue l-
Montaje ve por encima del pie de gallo y llega hasta el saco de
• El tang~n es fijo y se utiliza indistintamente en un costado o en otro. Su función consiste en la vela. La afirmamos al puño de amura con un as de
lIe:,ar. e~ puno de amura de. la ve.la. lo más a proa posible, con el fin de despejar el grátil del spi
guías.
aSlmetrlco de las turbulencias orig inadas por el foque. Se apoya sobre la vigueta delantera, a la La escota de sotavento pasa por una polea situada en
altu ra de la base del palo y pasa por debajo del pi e de gallo al cual se afirm a para impedir que la popa del tram polín , rodea el obenq ue por la parte ex-
ca iga , Dos martingalas sUjetan el terminal o penal a las proas de los cascos para evita r que se terior, pasa por debajo de la escota del foque y ll ega
arbole. hasta la bolsa. Igualmente, la afirmamos al puño de es-
. • La driza y el a~antillo: ~na sola maniobra (aparejada en continuo) hace de driza y de aman-
cota con un as de guías.
tillo. ,U n extremo sirve para Izar la vela y el otro para llevar el puño de amura hasta el penal del La cont ra escota (que en realidad es el otro extremo de
tangon. la escota) pasa por la segunda polea situada en la popa del
• L~ escota, también aparejada en continuo, pasa por la parte exterior del barco, antes de ir trampolín, por la parte exterior del catamarán, por barlovento, rodea el
reenviada a la popa del trampolín pasando por dos poleas. estay, pasa por encima del pie de ga llo y llega hasta el saco, donde la afirmamos al puño de es-
cota.
Para izar el spi, es preferible arribar bastante para poner el barco con el viento por la aleta,
cerca del viento de popa. De este modo suavizaremos el gualdrapazo que origina la vela cuando
empieza a portar.
El proel iza la ve la al vuelo tirando al mismo tiempo del Cunningham y de la driza. Resulta
inútil tensarla demasiado, pues el grátil del spi debe formar una pequeña curva. Hasta que la
driza y el Cunningham no estén correctamente afirmados en las cornamusas correspondientes
el proel no debe empezar a cazar la escota. Si el viento es fresco, al mismo tiempo que regla el
spi debe salir obligatoriamente al trapecio.

La trasluchada
Se realiza igual que la trasluchada clásica, una vez largado en banda el spi para que pueda
pasar por delante del estay como si fuera una bandera. Una vez que ha pasado la mayor y el fo-
que, basta con cogerlo con la otra escota, cazándolo poco a poco.

Los reglajes
Podemos actuar sobre la forma de la vela modificando la tensión del Cunningham. En bordos
muy portantes, hay que darle embolsamiento amollando el grátil e intentando colocar el puño
de amura a la misma altura que el puño de escota. Por el contrario, al ceñirnos más al viento
hay que aplanarla tensando más el grátil.
De modo general, y al igua l que con el spi clásico, hay que cazarlo lo menos posible y contro-
lar permanentemente el grátil: un pequeño pliegue por su parte superior nos indica que está co-
rrectamente reglado.
Con viento fresco , a un descuartelar y a un largo, hay que mantener el barco completamente
El spi asimetrico: el tangón central sirve para llevar hacia adelante el puño de amura para que la vela pueda embolsar bien. plano.
Pe rf ecci o na m i en t o 143
142 Practica del v eler o

lo, es decir, darle una forma simétrica, con cuidado de mantener


constantemente el puño de amura y el puño de escota a la mis-
ma altura ; y cazarlo lo menos posible, para que el aire pueda salir fá-
cilmente.
Estas normas valen para todos los rumbos, pero la forma que hay
que dar al spi y el modo de gobernar el barco varían mucho de un des-
cuartelar hasta el viento de popa .

I~
El foque y la mayor por su parte deben reglarse para el rumbo en
que se navegue. Ocasionalmente podemos cazarlos un poco más de lo
necesario, para compensar las turbulencias y remolinos de aire que ori-
gina el spi. I

Navegando a un través y a un largo \


A un través y a un largo, el spi debe estar bastante plano, pues desvía
el viento en un ángulo muy pequeño. En estos rumbos la diferencia de
dirección entre el viento real y el viento aparente puede ser considera~
ble, y cuanto más rápido vamos más agudo se vuelve el viento aparen~
te. Al llegar al límite, podemos vernos obligados a orientar el tangón en
la dirección de la linea de crujía del barco, apoyándolo contra el estay,
para permanecer perpendicular al viento aparente. En ese instante, el
puño de escota, situado muy hacia la popa, baja empujado por su es-
Navegando a un descuartelar con spi: cota; para colocar el puño de amura a la misma altura hay que tensar
el tangón está orientado en la linea de mucho la contra.
crujia de l barco. apoyado contra el Es fundamental que el barco esté perfectamente equilibrado; en
estay (sin chocarJ . En este caso otro caso, en cuanto el viento es algo fresco puede salir lanzado en Con viento de popa: el tangón está
se podria t ensar la contra mucho más. cualquier dirección sin que podamos hacer nada por impedirlo. Estas perpendicular al viento apa rent e
V los puños de escota V de amu ra se
encuentran a la misma altura.

orzadas son lo que más debemos temer. Por esta razón, hay que man~
tener el barco plano, o incluso hacer que escore un poco a la contra
(igual que ocurría en ceñida) para que nos dé tiempo a reaccionar. Asi~
mismo, hay que quitar bastante la orza y desplazarse hacia la popa (pe-
ro no demasiado) para aligerar la proa. Sobre todo, hay que controlar
que el puño de amura y el de escota estén siempre a la misma altura,
pues un desequilibrio en la forma del spi origina forzosamente
un desequilibrio del barco en su recorrido.

Navegando con el viento por la aleta y con viento de popa


Al arribar hasta llegar al viento por la aleta, podemos desviar el viento
en un ángulo mayor; por lo tanto, tenemos que dar embolsamiento al
spi, subiendo el puño de escota y el puño de amura al mismo tiempo.
Soltamos la braza del gancho del largo e intentamos colocar el spi bien
hacia proa con el fin de que la mayor no le perturbe, cazándolo lo me-
144 Práct i ca de l velero Perfeccionamiento 14 S

nos posible, para que el aire circule bien y pueda salir con facilidad .. 1. Despues de pasar la mayor y e l

l a mayor está completamente largada y podemos amollar la trapa foque, e l patrón coge con la mano la

para darle más embolsamiento. Cuando navegamos en popa redon- escota y la braza del spi y aseg ura el

da, hay que tener cuidado de que permanezca en el lado opuesto al / equili brio del barco.
I
tangón del spi, pues en otro caso nos expondremos a serios proble- I 2. El tripu lante desengancha e l tangón
I del palo ...
mas ... En cuanto al foque, desventado por la mayor, no acaba de de- I
3 . ... Y lo engancha al nuevo puño de

J,----
cidir en qué lado colocarse. Pero su escaso rendimiento en este rum-
bo no merece que nos preocupemos por él. Es preferible que nos de- amura .
4. Después libera e l antiguo puño de
diquemos a reglar correctamente el spi .. Con viento flojo el proel "'- ~ amura y e ngancha e l tangón al palo.
puede mantenerlo en orejas de burro separando el puño de escota q
con la mano.
En estos rumbos, los problemas relacionados con el equilibrio no se
parecen en nada a los que se plantean al navegar a un largo. La escora
ya no nos preocupa y la distribución de las velas, el spi por un lado, y la
mayor por el otro, estabiliza el barco. Tenemos que darnos cuenta que tendrá su técnica particular, unos pasan la mayor antes que el spi, y
éste necesita un apoyo lateral para mantenerse derecho. Si el viento otros hacen lo contrario, pero en realidad todo pasa muy deprisa y i ca-
viene exactamente de popa, la mínima ola y el menor fal l a movimiento si al mismo tiempo!

o
El tangón debe estar siempre bien
a bordo bastarán para iniciar un ba lanceo muy difícil de parar y que
nos colocará en una situación muy delicada.
Para evitar que se produzca este balanceo, conviene no amollar
completamente la mayor y no quitar del todo la orza; incluso puede
que sea necesario embridar un poco el spi, es decir, aplanarlo, para que
Antes de nada, hay que despreocu parse de la orza, y por est e
m ot ivo la sacamos bastante, sobre todo con viento fresco. Eso hace
que el barco se vuelva menos ardiente, evidentemente, y evita también
que le pongamos la "zancadilla", en el caso de que salga de orzada
después de virar.
perpendicu lar al viento aparente. En
presente una menor tendencia al balanceo. No se trata, ahora, de cazar poco a poco la mayor antes de hacerla
este rumbo, e l puno de escota t iende a
Los tripulantes deberán desplazarse un poco hacia atrás para que la pasar al otro lado. Con spi, el barco ya es bastante inestable como para
e levarse. Hay que al igerar e l t a ngón
parte más plana del casco se apoye en el agua. que pretendamos conseguir equilibrios intermedios. En realidad, es ne-
co n ayuda del amanti llo para que e l
Estos deberán aprender a adivinar las reacciones del barco y a des- cesario que la mayor pase sola, sin ocuparnos de ella, pues ya tenemos
puño de amura s uba hasta la altura del
plazarse en sentido lateral con suavidad y lentitud, para restablecer el suficiente trabajo con el spi. Esto quiere decir que tendremos que arri-
puño de escota.
equilibrio del barco, permanentemente comprometido. bar has1a más allá del rumbo del viento de popa, y navegar al falso pai-
Cuando hay olas, deberán aprender también a sacarles el mejor par-
tido posible, colocándose en la proa en el momento en que una de
ellas alcanza el barco, para aligerar la popa, salir haciendo "surf", y
después volver a la popa justo antes de que la proa se hunda en la ola
anterior. Y luego, volver a empezar.

Es cierto que 105 movimientos de la tripulación a bordo tienen una


importancia decisiva, pero ésta es una cuestión puramente sensitiva: si
pudiera conseguirse con una simple fórmula, solamente habría tripula-
ciones buenas. Y las mejores son aquéllas que mejor perciben la máqui-
na, formando un todo con ella.

La virada por redondo


El equilibrio tan difícilmente conseguido con el viento de popa, ahora El proel apareja e l tangón
resulta que vamos a tener que romperlo, si queremos virar. Según las e n la nu eva amura. lo e ngancha en
observaciones anteriores, dudamos que este cambio de equilibrio deba e l nuevo puño de amura antes
hacerse con rapidez, sin descomponer el movimiento. Cada tripulación de colocarlo e n e l palo.

1
146 Práctica del velero Perfeccionamiento 147

ro hasta que el viento pueda coger la vela por la otra cara y lanzarla ha- Sin embargo, es conveniente bajar el spi por barlovento, para dejarlo
cia el costado opuesto. listo para salir por sotavento si tenemos previsto volver a izarlo por la
En ese momento, ya estaremos prácticamente a un largo y tendre- otra amura. Esta vez, largamos la escota y la driza y el proel tira del spi
mos que estar preparados para compensar un fuerte golpe de escora, por el puño de amura. Unicamente tendrá cuidado de pasar antes la
si es que hay viento .. contraescota del foque por detrás de su cabeza, para que el spi pueda
Con estas precauciones, ya podemos empezar. El proel se coloca a entrar bien por debajo de dicha maniobra.
sotavento, delante de la mayor, para poder salir a hacer banda . Para Está claro que por escrito, las descripciones de las maniobras y 105
compensar su presencia en la proa, el patrón se desplaza h.3cia atrás, consejos sobre el reglaje tienen cierto aire académico. En la realidad, al
abriendo bien 105 ojos, pues tiene que hacer un montón de cosas. Es el mismo tiempo que las perfeccionamos, iremos descubriendo mil mati-
encargado de mantener el equilibrio del barco, de evitar que se pro- ces diferentes, aprendiendo maneras más personalizadas de llevarlas a
duzca el balanceo y de controlar su evolución con la cana, vi gilando el cabo . Es deseable que, poco a poco, vayamos manteniendo una rela-
spi al mismo t iempo. Con la escota y la braza en la mano, está listo pa- ción más distendida con nuestro barco, y que adoptemos ese compor-
ra largar de un lado y cazar del otro y así ayudar al proel en su trabajo. tamiento "más sutil" del que hablábamos al principio.
Este último, en el momento oportuno, desengancha del palo el talón Sin duda alguna, habremos dado un paso importante el día en que
del tangón y lo engancha a la escota, desengancha (a distancia) el ter- nos demos cuenta que el barco, bien reglado y gobernado con tacto
minal del tangón de la braza y lo mete en el palo. Puede tardar tres se- y delicadeza, con frecuencia parece saber lo que tiene que hacer (co-
gundos en hacer todo esto. En ese momento, ya es hora de que la ma- mo ocurre con el caso del planeo). Y pensaremos que, en definitiva,
yor pase, si es que no lo ha hecho ya. El proel se lanza a la contraesco- gobernar bien un barco es darle simplemente la oportunidad de ex-
ra, vuelve a coger la escota y la braza que el patrón ya ha reglado para presarse.
el nuevo rumbo, y una vez equilibrado el barco, ya puede arribar para Lo cual no excluye que controlemos sus reacciones de manera firme,
volver al rumbo de viento de popa. ¡Y ya está! e incluso enérgica, pero este control debemos ejercerlo primero sobre
lo fundamental, e intentar, ante todo, allanar 105 obstáculos y crear las
Modo de arriar el spi condiciones adecuadas para una acción que, a fin de cuentas, escapa
Para arriar el spi, lo único que hay que hacer es meterlo por sotavento, un poco al análisis.
por el mismo camino por el que salió. Largando braza y driza, el proel Podemos concluir diciendo que no sirve de nada maltratar a un bar-
tira del spi hacia dentro del barco, por el puño de escota y lo mete en co e intentar conseguir más de lo que éste puede ofrecernos: pues si
su sitio. La driza, la escota y la braza se afirman en el gancho del largo pegamos demasiado a un caballo, conseguiremos tener un borrico. Y,
en espera de un próximo izado. Después, metemos el tangón. al igual que las coces, a veces hay botavarazos bien merecidos.

PERFECCIONAMIENTO EN TABLA
A VELA
Ahora tenemos ganas de navegar durante mucho tiempo, de aprove-
char la brisa, de correr y de coger estilo ..
Sólo hay una solución: perfeccionar la práctica adquirida y aprender
unas cuantas técnicas adicionales para economizar y desarrollar de mo-
do eficaz nuestra energía.

Salidas y llegadas
Tenemos que acostumbrarnos a echar al agua juntos el aparejo y la ta-
Con bris a fresca . es preferible arriar bla, pues en tierra es más fácil colocar el palo sobre la plancha.
e l spi por sotavento Incluso con la mar en calma, hacerlo sobre el agua no siempre es
resguardándolo detrá s d e la ma yor. fácil.
Pe rf ecc iona mi e n to 149
148 Practica del velero

El transporte de la tabla
Llevaremos la tabla junto con el aparejo, lo más cerca posible del agua .
• Primero la tabla (es mejor dejar la vela resguardada para evitar
que se vuele en cuanto el viento refresque):
- con viento flojo : la solución menos cansada es llevarla encima de la
cabeza;
- con viento fuerte: la llevaremos colocándola a barlovento, apoyán-
dola en el cuerpo y agarrándola (con una mano a la altura del pozo de
la orza y con la otra a la ca rlinga del mástil) avanzando hasta la orilla,
hasta el límite del equilibrio, apoyándonos sobre ella .
• Desp ués, la ve la: con una mano en el mástil, la otra en la botava-
ra y la vela encima de la cabeza, sin olvidarnos de colocar el mástil a
barlovento.
Ponemos la tabla a barlovento, y la vela a sotavento, colocando des-
pués el pie de mástil. Unimos el mástil a la tabla por medio de una traí-
lla, o cabo elástico que sirve para no perder el aparejo si, por alguna Tres buenas maneras de echa r
Ya sólo nos queda llevarlo todo hasta el agua.
circunstancia, el pie de mástil se separa de la tabla. Tal como hemos ex- el material al agua en un solo viaje.
10 Podemos colocarnos entre la tabla y el aparejo, cerca del mástil,
plicado en el primer capítulo, esto representa un elemento importante sujetando por un lado la parte posterior de la tabla y por otro la bota-
de seguridad. vara. Después, empujamos el conjunto sobre el agua. Este sistema es el
menos cansado, pero resulta dificil hallar el punto de equilibrio.
2° Si, en esta misma posición, agarramos la tabla por la orza o por la
ranura del pozo, podremos llevar la tabla y la vela al tiempo.
Modo de utilizar el 30 Por ultimo, podemos llevar la vela sobre la cabeza, apoyando la
carril del pie del mástil tabla contra la cadera, colocando antes el mástil a barlovento de la ta-
a tab la dispone de un pedal que sirve para mover el pie bla. Ponemos la tabla inclinada sobre el canto, cogemos el palo entre la
L del másti l mientras navegamos. A continuac ión indica- botavara y el puño de amura, y nos ponemos la vela encima de la cabe-
za. Con la otra mano, agarramos la orza o la ranura del pozo, y levan-
mos unas cuantas reglas se ncill as para empezar a utilizarlo:
• cuando tenemos que ganar barlovento y virar de bor- tamos todo con la tabla pegada a la cadera.
do, echaremos el pie de mástil hacia adelante;
• cuando naveguemos con portantes o pensemos traslu-
char, lo echaremos hacia atrás;
• entre estos dos extremos, tendremos que aprender a
percibir los mejores reg lajes. Por ejemplo, si echamos hacia
atrás el pie del mástil impediremos que la tabla meta la
proa en las olas, pero con brisa ligera, si lo echamos hacia
adelante evitaremo s la resistencia del ag ua por la popa.

Modo de co locar el ca rri l del pie de mástil


Pie de mástil hacia la proa Pie de mástil hacia la popa
La tab la pierde vivacidad La tab la es más viva
¡Cuidado con clavar ! ¡Cuidado con las orzadas !
Au m enta Disminuye
la longitud del canto la longitud del can to
en el agua. en el agua.
Estabilidad en la trayectoria Grandes curvas Una buena forma d e nevar la tabla : apoyandola en una cadera, sujetando la
plancha por la orza. y el mástil por la botavara.
150 Práctica del velero Perfe CCionamiento 1S1

Salida en patín rápidamente el obstáculo. Mientras pasamos, al quedar frenada la ta-


la plancha ya está en el agua. Como todavía hacemos pie. podemos bla aumenta la tracción de la vela. De nuevo hay que disociar com·
salir en patín, sin coger la driza, lo cual es mucho más rápido y menos pletamente la parte alta del cuerpo de la parte baja; con la parte
cansado. alta opondremos resistencia a la vela, y con la parte baja contra·
laremos el asiento y la dirección de la tabla.
Preparativo s Si nos caemos en esta zona, vale más que volvamos a la orilla para
Nos colocamos a barlovento de la tabla, con la vela fuera del agua, coger otra vez el maximo de velocidad.
agarrando el mástil con una mano y la botavara con la otra. Hay que • Si la mar viene po r la po pa, la tabla, con la orza metida, puede
intentar colocar la tabla en la dirección adecuada haciendo que gire sin hacer surf cogiendo la ola sesgada, al ser empujada por la fuerza del
cazar la ve la, sólo empujando o tirando del aparejo. Si lo empujamos, agua. Al bajar la ola, la velocidad aumentará y habrá que cazar la vela
la tabla arribará y si tiramos de él, orzará . para seguir el viento aparente que escasea.
En caso de que la ola vaya más rápido que la tabla, y si queremos se -
La mani obra guir en la pendiente el máximo tiempo posible, utilizaremos la técnica
Primero colocamos el pie de popa sobre la tabla y nos situamos frente del bombeo para aumentar momentaneamente la velocidad.
a la vela. El pie de proa o "pie del impulso" empuja el conjunto, igual
que haríamos para avanzar con un patinete. T ecnica de bombeo, o pumping: para
Es fundamental colocarse bien con relación a la tabla en el momento acelerar m om entáneam ent e, el
Salida en patín.
de salir. Si nos situamos demasiado hacia la popa, la máquina levanta w indsurlista hace Mcingl ar" la vela
la proa, orza y... el bano está asegurado. Tenemos que colocarnos a la acompañá ndola del m ovim iento de la
altura del pozo de la orza. p elviS: 1,2,3 Y vuelta a empeza r ...
A partir del momento en que el pie del impulso deja el fondo, hay
que oponer resistencia a la vela. Si la tracción es demasiado fuerte, hay
que largarla, soltando un poco la mano de popa.

La vuelta El windsurfista, con gran serenidad hace "cinglar" la vela de delante


Es preferible volver con viento de través, pues de este modo la orza po* hacia atrás, y de "sotavento" a "barlovento", sobre la tabla, acampa·
dra pivotar sin tener que cambiar de rumbo . Según el modo de trans- ñando el movimiento de la vela al entrar y salir con la inclinación de la
porte que hayamos elegido, bajaremos de la tabla en el último instan* pelvis hacia adelante y hacia atrás.
te, bien entre la tabla y la vela (que es lo más rápido) o a barlovento de • Si la mar viene de través, tenemos que utilizar las sucesivas pen·
la tabla, sujetando la botavara con la mano. Así podremos volver a tie* dientes de las olas que van llegando para subir y, sobre todo, para bajar.
rra sin arrastrar nada y sin molestar a los vecinos. Para ello, debemos elegir una trayectoria que unida a la velocidad de
desplazamiento de la ola nos permita mantenernos el mayor tiempo po·
Cómo enfrentarnos a las olas sible a la misma altura. Esto lo consiguen de maravilla los windsurfistas
En cuanto salgamos de la playa con viento fresco, nos encontraremos que pueden "bajar" una ola de varios metros durante varios minutos.
olas que enseguida tendremos que aprender cómo tratar .
• Si la mar vi ene de frente, las olas serán un obstáculo más a fran*
quear. Hay que hacer que "la tabla suba como por una escalera", es de·
Salida desde el agua (water-start)
cir, levantando la proa, pues si no, chocará, se parara y nos caeremos. Los preparativos para la "salida desde el agua" son los mismos que pa·
Para lograrlo, hay que utilizar las piernas como si fueran amortigua· ra la "salida en patín" .
dores y, sobre todo, no mover la parte superi or del cuerpo. Después de descubrir el apoyo en tierra firme, descubrimos el del
Cerca de la playa, con la mar viniendo de frente, las olas y los rodi- agua; éste lo conseguimos moviendo los pies como si fueran aletas. En
llos al romper forman una capa turbulenta de espuma. Cuando la tabla el agua estamos muy abajo para poder manejar la vela. De este modo,
atraviesa esta zona, su adherencia disminuye bruscamente, algo así co· con el fin de acostumbrarnos a maniobrar y a subir a la tabla, cuando
mo si rodara sobre una superficie de canicas que se movieran en senti· estamos a la misma altura, es conveniente hacer salidas de playa (en
do contrario. Hay que atravesar la espuma de frente, para poder cruzar patín) en aguas cada vez más profundas.

_1
152 Práctica del velero Perfeccionamiento 153

Desde la posición básica, con la vela a barlovento y el mástil hacia la


proa, lo pri mero que hay que hacer es levantar la vela del agua. Si lo-
gramos orientar el palo entre 90° y 45° a partir del eje del viento (cuan -
to mayor es el ángulo, más difícil es), la operación nos será facilitada
por el propio viento. Para ello, nos colocamos al nivel de la botavara y
despegamos la vela del agua levantando y tirando del mastil hacia no-
sotros. Si únicamente lo levantamos, el puño de escota puede hundirse
en el agua y arrastrar detrás toda la vela.
Una vez despegada la vela, hay que colocar las manos sobre la bota-
vara. Con ellas equilibraremos la vela, cazando y largando, así como ti-
rando-empujando y podrán orientar la tabla, mientras apoyamos los
pies en el agua haciendo el movimiento de las aletas. Mejor que un
gran discurso, en las ocho secuencias de la página 152, se muestran to-
dos los secretos del water-start.

La suspensión y el arnés
Suspensión: la teoría
Debido a que la articulación del pie de mástil sirve, en las tablas, para
que el aparejo pueda adoptar cualquier posición, vamos a poder utilizar
mejor y con más eficacia un aspecto poco conocido de la fuerza del
Equilibrio en
viento sobre la vela, que causa una tendencia a "elevar" el aparejo. Con
s uspensión : e l peso del
esta fuerza podemos planear tanto en catamarán como en derivador.
En la tabla a vela, vamos a aprovechar esta fuerza para colgarnos. cuerpo está bien
Salida desde el agua fwater-s tart) colocado y la tracción
De este modo, al compensarse prácticamente el peso del cuerpo con el
del aparejo, podemos utilizar toda la energia disponible para dirigir la de las manos se opone
La salida desde el agua obliga al
con suavidad a la
windsurfista a colocar correctamente el tabla y orientar el aparejo.
Cuando, con brisa ligera, o en ciertas fases de las maniobras, ya no fuerza aerodinámica.
aparejo con relación a la plancha. La
vela debe estar a barlovento y e l mastil podemos colgarnos, decimos que navegamos apoyados.
hacia la proa (l, 2 Y 31. En cuanto la vela Para que la suspensión sea lo más cómoda y eficaz posible, tenemos
se despega del agua y e l viento que encontrar la mejor postura de las manos sobre la botavara y de los
empieza a meterse por dentro, tiene pies sobre la tabla.
La separaci ón de las manos debe corresponder a la anchura de fuerza
que colocar las manos en la botavara y
aerodinámica
seguir haciendo e l movimiento de las los h om bros; si las separamos demasiado nos cansaremos mucho, y si
aletas con los pies (4) . Una vez que la las separamos poco nos resultará imposible agarrar la botava ra. Su colo-
vela tira fuertemente, coloca el pie de cación depende de la si tuación de la fuerza aerodinámica, su dirección
popa sobre la plancha sin provocar un -que varía según el ángulo de la vela con relación al viento-, y su inten-
cambio de dirección (5). A l mismo sidad. Cuando logramos sujetar la botavara (y equilibrarla) con la vela
tiempo que empu ja la vela, e l portando. podemos considerar que el punto de aplicación de la fuerza
windsurfista sale del agua y coloca e l aerodinámica se encuentra en la vertica l que pasa por dicha mano. Bas-
pie de proa sobre la tabla (6). Tiene que ta con cambiar las manos a uno y otro lado de dicho punto para encon-
controlar e l fin de la subida (7) para no trar una posición cómoda ¡que será la adecuada ! Debemos buscar per-
ser lanzado hacia barlovento. En este manen tem ente esta posición correcta, para poder estar a gusto y domi- de las manos
momento, se dobla hacia atrás para no nar la máquina. Cuando hay poco viento podemos aprovechar y pasar
caerse de espa ldas 18). las manos por la botavara hasta encontrar la colocación adecuada.
154 Practica del velero Perfeccionamiento 155

Al igual que las manos, los pies no deben separarse mucho, para El arnés dorsal sujeta los hombros y la espalda; el arnés-cinturón
poder transmitir y equilibrar las fuerzas que actúan sobre la veja. El pie la cintura, y el arnés-pantalón el trasero. Todos ellos llevan una anilla
de proa es el que más utilizaremos. Para evitar empujar sobre esta pier- en forma de gancho, que se cuelga de un cabo que se amarra en la
na, nos echaremos para atrás. botavara . Así podremos tener los brazos libres para equilibrar la vela
Colocando bien las manos y los pies, el hecho de bajar el centro de y, al deslizarse el gancho por el cabo que la sujeta, el cuerpo del
gravedad del cuerpo y de separarnos de la vela colgándonos, nos per- windsurfista y su aparejo disponen de una relativa libertad de movi-
mite equilibrar correctamente las diversas fuerzas. mientos.
De estos tres, el más cómodo es el arnés-pantalón, puesto que la
Suspensión: prácticas en t ierra tracción de la vela se efectúa a la altura de la pelvis, dejando así el tron-
Conviene realizar las primeras pruebas de suspensión en tierra. Coloca- co libre. El arnés dorsal cubre los hornbros hasta los rinones; éste debe-
mos la tabla en el suelo, con viento de través, o bien la dibujamos en la rá tener el gancho lo más bajo posible para sujetar la parte baja de la
arena. para disponer de un punto de referencia y no alejar demasiado espalda, que frecuentemente nos suele molestar. Cada uno deberá de-
los pies. A partir de la posición vertical, hay que echar el peso del cuer- cidir el arnés que mejor le va.
po hacia atrás hasta encontrar el equilibrio con la vela llena. La fuerza
de los brazos y de las piernas nos ayudará a separarnos de la vela y a Ate nción: Es muy importante que el gancho sea grande para que Un nudo corredizo que termine con
contraponer el peso del surfista a la fuerza aerodinámica. ¡ Hay que no comprima el tronco o la pelvis. Y para lograr una mayor comodidad una lasca nos servirá para afirmar a la
mantener la espalda recta para evitar molestias ... y jugar al ascensor. podemos forrar el arnés con gomaespuma. botavara el cabo a l que colgaremos
Para subir, cazamos; para bajar, largamos. ¡Pero, atención! Para mante- Al igual que los brazos deben mantenerse equilibrados sobre la bo- e l gancho del a rnés .
ner este equilibrio, es necesario que los brazos equilibren la vela como tavara, a uno y otro lado del punto de aplicación de la fuerza aerodiná-
si fueran ~mortiguadores y que las piernas se adhieran al suelo que se mica, también los cabos del arnés deberán colocarse de acuerdo con la Los cabos qu e s irve n para co lgar e l
escurre baJO nuestros pies. misma norma. gancho del arnés estarán sepa rados por
En caso de que la vela tire todavía con demasiada fuerza hay que Para ello utilizaremos un cabo resistente (pues el rozamiento del una dis tancia igual a la anchura de los
separarse más del aparejo empujando con las piernas. ' gancho lo desgasta mucho), de unos 8 a 10 milímetros de diámetro, hombros y s u longitud será s uficie nte
Si hemos sobrepasado el punto de equilibrio y estamos a punto de para evitar que se retuerza. Lo afirmamos con cintas de Velero o con un para que podamos doblar un poco
caernos, meteremos las rodillas y nos pondremos derechos apoyándo- nudo, según el dibujo, o simplemente con un nudo de cabestan. los brazos, una vez s ujeto.
nos en la botavara con la vela cazada. A medida que vayamos subiendo
notaremos cómo la vela toma el relevo y hace fuerza. En este momento
debemos parar de subir, y abrir un poco la vela, pues ya hemos logrado
el equilibrio.
Por lo tanto, son 105 brazos los que nos transmiten la información so-
bre el modo en qué debemos hacer banda. El juego de flexiones y estira-
mientos de las piernas equilibra de manera eficaz la fuerza aerodinámica
disminuyendo o aumentando la banda. Al tener los brazos y las piernas
una función concreta y diferente, es necesario disociar sus movimientos.
• con los brazos orientamos la vela para modificar la fuerza aerodi-
námica;
• con las piernas graduamos la banda modificando el movimiento.

El arnés
Con el fin de establecer nuevos límites, es el momento de que los bra.
zos dejen su lugar al arnés.
Después de haber aliviado el dolor de espaldas por medio de la sus- Sin cambiar la orientación de la vela, ni modificar la posición de los pies, hay qu e Colgada por e l arnés, e l w inds urfis ta no
pensión, podemos aliviar también el de los antebrazos ... Con este moti- dobla r los brazos y las piernas y aprovechar e l movimie nto de va ivén del cabo de l s e cansa . Sólo utiliza los brazos,
Juga r al ascensor en la a rena : para
vo, teniendo en cuenta siempre el principio del ahorro de energía, utili- a rnés para meterlo e n e l gancho. Ést e debe enga nc ha rs e sólo sin necesidad de lige ram e nte dob lados, para orientar el
subir. cazamos; para bajar, largamos. zaremos el peso del cuerpo. ut ilizar las manos. aparejo y mante ner la vela lle na de aire.
156 Práctica del velero Pe rf ecc i on a m ien to 157

Los cabos no deben estar demasiado separados para que puedan si-
tuarse lo más cerca posible del punto de equilibrio. Y tampoco serán
demasiado cortos, para poder disociar el movimiento del cuerpo del de
la vela. La separación entre dichos cabos corresponderá a la anchura de
los hombros y, una vez enganchados, su longitud deberá permitirnos
doblar ligeramente los brazos.
Hay que realizar las primeras prácticas en tierra. Primero nos pone-
mos en suspensión, y después basta con doblar los brazos para engan-
char la anilla. Si los dos brazos dejan de tirar con la vela llena es que es-
tá equilibrado. Si todavía existe algo de tracción en el brazo de proa, es
que los cabos están situados demasiado hacia atrás, y si la tracción la
sufre el brazo posterior, es que los cabos están demasiado hacia ade-
lante.

Las viradas de bordo dinámicas


Una vez en esta fase de las prácticas, ya sabremos virar por avante o
trasluchar con la tabla. Pero estas maniobras exigen siempre una dismi-
nución de la velocidad, cuando no pararnos del todo. El objetivo de las
viradas dinámicas es evitar estos períodos de tiempo muertos. (apoyándolo sobre el pie de popa) al mismo tiempo que llevábamos el A la izquierda, la fase de inicio
aparejo hacia la popa de la tabla. Este debe seguir manteniendo su de una virada diná mica es larga y
Virada dinámica con viento de proa fuerza de propulsión durante la maniobra. aunque tendremos que ca- gradual, con el fin de mante ne r
Esta virada puede descomponerse en tres movimientos: zarlo cada vez más, para controlar el cambio de dirección. No debemos la máx ima velocidad.
• un movimiento de orzada: el inicio; olvidar emplear la escora que acentúa la orzada. Para poder llevar el
• un movimiento de paso de una amura a otra: la t ravesía; aparejo lo mas lejos posible hacia la popa y preparar la travesia, es ne- A la de recha, durante la traves ía, la
• un movimiento de arribada: la reactivación. cesario que lo acompañemos sujetando el mástil con la mano de proa. vela t odavía est á lle na y el winds urlist a
Se trata, en realidad, de un encadenamiento continuo. Esta descom- ya se ha colocado dela nte del mástil,
posición de movimientos sirve únicamente para una mayor compren- A partir del momento en que la vela sobrepasa la línea de crujía de lis to para cambia r d e a poyo,
sión . la tabla, nos resulta dificil mantenernos en nuestro sitio. Hay que colo- pa ra "salta r" al otro lado de la p lan cha .
car el pie de proa delante del mástil, apoyándonos sobre el pie de popa
El inicio mientras seguimos cazando la vela con la mano de popa.
Ya hemos utilizado esta figura de estilo en la virada clásica. Al despla-
zarnos hacia atrás obligamos a la tabla a orzar bruscamente, y el surtis- La travesía
ta tiene que pasar rápidamente a la proa, pues la vela que tiene que Con la mano de proa en el palo y el pie de proa colocado delante de la
cazar para mantener el equilibrio le expulsa de su sitio. El inicio de la vi- base del mástil, el cuerpo se encontrará libre de la vela, con un buen
rada dinámica es parecida a esta última, excepto que en este caso, in- punto de apoyo (la vela llena) y listo para efectuar un desplazamiento
tentamos conseguir un movimiento regular, sin romper la velocidad, rápido.
mientras que la virada clásica tenía por objeto pararse en seco para vi- Desde la posición de apoyo en la popa, pasamos a otra posición de
rar en un espacio tan pequeño como un pañuelo. apoyo en la proa, desplazándonos rápidamente. Debemos permanecer
Este movimiento elimina 105 tiempos muertos reduciendo al mínimo muy poco tiempo en la proa de la tabla, justo lo necesario para cam-
necesario el tiempo durante el cual la vela no tiene propulsión alguna. biar los pies y las manos, pues la postura es incómoda (interrupción de
Por lo tanto su fase de inicio, que es algo larga, es la más importan- la propulsión y equilibrio lateral inestable).
te. Se prolonga mas allá del eje del viento para facilitar una salida rápi- El mástil, en esta fase, nos sirve de apoyo y contribuye al giro. Incli-
da en la otra amura. nado hacia la popa nos ayuda a orzar; inclinado hacia la proa, acompa-
Hemos iniciado la orzada echando hacia atrás el peso del cuerpo ñando el movimiento, nos hace arribar.
Pe rf ecc ion a m ¡en t o 159
158 Práctica del velero

mente en los tres arcos de resistencia con el viento de popa (el arco la-
teral derecho, el arco lateral izquierdo, y el arco de frente). Es decir, de-
bemos ser capaces de realizar un slalom con el viento de popa hasta si-
tuarnos a un largo en cada amura, navegando al fa lso pa iro .
Con objeto de facilitar la maniobra, es preferible que la orza esté
arriba. Para una mejor comprensión de esta maniobra, la vamos a des-
componer en arribada, orzada y reactivación.

La arribada
Navegando a un largo, transmitimos la fuerza aerodinámica a los pies,
El mástil está co locado hacia por medio de las manos, del modo más igualado posible (el pie de proa
la proa, y e l windsurfista se coloca es siempre el que más utilizamos) para ir en dirección recta. En cuanto
rápidamente frente a la vela estirando decidamos iniciar una arribada, tenemos que pasar al arco de resisten-
el brazo de proa . Todo está cia lateral. Para ello, debemos combinar el empuje sobre el pie de proa,
preparado para la reactivación . la contraescora, y el desplazamiento del aparejo hacia la parte delante-
ra del centro de rotación a barlovento.
la reactivación El windsurfista hace entonces todo lo posible para inclinar el aparejo
Al ser suficiente el giro para poder salir inmediatamente en la otra y la tabla hacia la parte exterior de la virada, inclinando la cadera hacia
amura, dejamos el mástil en la proa y nos colocamos frente a la vela, dentro para mantener el equilibrio. Navegando al falso pairo: el
estirando el brazo de proa. Esta posición del mástil facilita la salida y la Con objeto de crear un par de rotación grande, no duda en echar w inds urfista acaba de s oltar la
arribada, es decir, la reactivación. las manos hacia atrás sobre la botavara, para inclinar más el aparejo a botavara (mano izquierda) para hacer
Hay que empezar a orzar lo antes posible, y podemos hacerlo mien- barlovento y mantener el equilibrio echando el peso del cuerpo hacia el gira r el aparejo .
tras todavía tenemos un pie delante del mástil. Después, volvemos a lado opuesto. Al girar la tabla, los pies deben acompañar el movimien-
nuestros puntos de apoyo: las dos manos en la botavara y los dos pies to de la vela colocándose frente a ésta, con el fin de oponer resistencia
detrás del mástil. y transmitir correctamente la fuerza aerodinámica a la tabla. Por lo tan-
to, al acercarnos al viento de popa hay que colocar los pies juntos y pa-
Los extremos: viento flojo y viento fresco ralelos a la línea de crujía. Para oponerse mejor a la fuerza aerodinámi-
Con viento flojo, es necesario acentuar todos los movimientos para fa- ca añadimos a este cambio de orientación de los pies, un retroceso que
cilitar el giro. Un poco de bombeo nos ayudará en la reactivación. facilite la banda y el giro, puesto que la inclinación del mástil hacia la
Con viento fresco, la máquina se vuelve más nerviosa y el menor proa sólo sirve para iniciar la maniobra.
movimiento origina un giro rápido. iNo hay que dejarse abrumar por El momento durante el cual mantenemos los pies en el mismo plano
los acontecimientos! Al iniciar la rotación, nos encontramos en suspen- marca el inicio de la orzada y de la navegación al falso pairo que prepa-
sión. La fase de la travesía debe ser lo más rápida posible, pues un ra la reactivación.
cambio de posición brusco puede agravar el desequilibrio (de la sus-
pensión pasamos al apoyo, y despuéS otra vez a la suspensión). Por lo La orzada
tanto, es necesario anticipar todos los movimientos ... En la fase de re- Mientras la tabla comienza a orzar, empezamos a llevar el mástil hacia
activación, los dos pies deben colocarse exactamente detrás del mástil la línea de crujía, disminuyendo su inclinación a popa y, al mismo tiem-
antes de cazar, para poder mantener la suspensión sin correr el riesgo po volvemos a colocar las manos sobre el mástil.
de salir lanzados hacia la proa. Los pies siguen la orientación de la vela. El pie de barlovento, que
estaba colocado atrás, se vuelve a colocar delante y el otro pie, que
La trasluchada dinámica ahora es el de popa, se convierte en el pie del apoyo. Al cruzar la direc-
La trasluchada dinámica es un giro continuo de largo a largo. ción del viento de popa, la tabla escora, lo que le hace orzar en la futu-
La reactivación es más fácil que en la virada por avante, pues la tabla ra amura. Durante e l giro del aparejo, hay que

pierde mucha menos velocidad, siendo, por lo tanto, menor el desequi- En ese momento nos volvemos a situar al falso pairo y ya sólo nos empujar el mástil hacia atrás para qu e
librio. Pero el éxito de esta maniobra requiere que actuemos cómoda- queda trasluchar la vela. la vela se apoye en el viento.
160 Práctica del velero Pe rf ecc i o na m i e n to 161

La trasluchada en tabla a vela

1. La trasluchada en tabla a vela 4. El w indsurfis t a navega ahora al


empieza por la arribada. El falso pairo. S igu e agarrando la
windsurfista ha colocado los pies en botavara con las dos manos, aunque
la popa de la tabla e inclina el también podría sujetar el mástil con
aparejo a barlovento para arribar. la mano derecha.

2. Intenta seguir una trayectoria


estable, en popa redonda. Ha 5. Suelta la botavara y hace girar la
colocado los pies a la misma altura, vela cruzando las manos. la
perfectamente s im étricos izquierda (que era la mano de popa)
con relación a la línea de crujía agarra el otro lado de la botavara (y
de la tabla. se convierte en la mano de proa).

6. la mano derecha también cambia


3. El aparejo. perpendicu lar a la línea y sujeta a hora la botavara cerca de la
de cru jía de la tabla, está popa.
completamente inclinado a
barlovento (véase la inclinación del 7. Al cazar la vela. la tabla orza en la
mástil a estribor de la tabla). nueva amura.
162 Practica del velero Perfeccionamiento 163

la reactivación Una trasluchada todavía más dinamica: la ¡ibe


Ahora, cuidado. hay que cambiar de equilibrio. Como ocurria cuando Es el medio de cambiar de amura manteniendo la velocidad, con la ta-
virabamos por avante. durante un breve instante el mástil será el único bla a flote durante toda la maniobra.
apoyo, y debemos doblar las piernas para bajar el centro de gravedad. Los dos pies están metidos en los estribos y navegamos a toda velo-
La maniobra consiste en soltar la mano de proa y agarrar el mástil Cidad. Hay que sacar el pie de popa y colocarlo delante del estribo co-
para que la mano de popa esté preparada para sujetar la botavara por rrespondiente.
el otro lado. Al liberarse de golpe toda la energia contenida en la vela, Nos desenganchamos el arnés y nos ponemos sobre el canto empu-
lanza el aparejo sobre la otra amura, mientra s con la mano de proa in- jando con el pie libre hacia el interior de la Virada. En ese momento la
tentaremos sujetar el mastil al gi rar. tabla empieza a arribar y a acelerar.
Durante el giro, hay que tirar del mastil hacia la popa de la tabla, pa- Hay que acampanar el movimiento llevando el cue rpo por encima de
ra que la vela se apoye en el viento y pueda mantener su fuerza propul- la tabla. La vela estará cazada al máximo, sirviendo de apoyo, y las rodi-
sora. llas orientadas hacia el interior de la virada y hacia la proa de la tabla.
Después ya seguimos en plan clásico, con una salid a que aquí se de- A pa rtir del momento en que notamos que la vela ya no ofrece resis-
nomina reactivación. Se trata de volver a coger un poco de velocidad tencia (hemos sobrepasado el eje del viento), empujamos la botavara
con los puntos de apoyo enfrente para poder colgarnos. con la mano de popa, antes de soltarla, con el fin de acelerar el giro del
aparejo.
l os extremos: viento flojo y viento fresco Después agarramos el mástil con la mano libre. En ese momento, la
Como ocurria en la virada por avante hay que acentuar los mOVimien- tabla pierde un poco de velocidad, pero sigue a flote y todavía escora
tos con viento flojo y suavizarlos con viento fresco. hacia el interior de la virada. SI tardamos en decidirnos, ya no podre-
Si hacemos lo primero, originamos desequilibrios y pa ra eVitarlos, mos pasar el aparejo, pues la vela tomará el viento por la lúa y manda-
debemos colocar las manos todo lo atras que podamos sobre la bota- rá al aprendiz de windsurfista a darse un buen bano.
vara (incluso colocar la mano de popa sobre el pujamen). Con una mano en el mástil y la otra en la botavara, tenemos que
Al exagerar el movimiento de la vela, no hay que hacer tanta contra- empezar a cazar, controlando la orzada. Al volver a coger velocidad,
escora (la presión del viento sobre la vela nos ofrece un apoyo mínimo). cambiamos los pies para ponerlos de nuevo en los estribos, engancha-
Tenemos que desplazarnos hacia atrás, pero con cuidado, pues si me- mos el arnés y volvemos a colocar las manos en la botavara.
temos los pies en el agua con viento flojo aumentamos el desequilibrio Toda la dificultad de la maniobra está en el control de la velocidad.
y frenamos la tabla. Por último: hay que esperar un poco y dejar que la Por eso, debemos ser capaces de dar a la tabla la aceleración necesaria
tabla reaccione, sin anticiparnos con el movimiento del aparejo, pues la al prmcipio de la maniobra y hallar la mejor presa de canto: si es dema-
vela pod ría entrar en pérd ida y el windsurfista caerse. siado acentuada, interrumpiremos la velocidad y si es demasiado pe-
Con viento fresco, es muy importante, además, no olvidarnos de su- quena, la velocidad disminuirá.
bir la orza, pues en caso contrario, al estar al aire inclinaría la tabla, de- Una vez tengamos práctICa y dominemos la maniobra, podemos ga-
bido a su efecto de f o il. nar uno o dos segundos pasando las manos de un lado al otro de la
Durante la suspensión al micio de la maniobra, el aparejo estará a botavara, sin pararnos en el mástil.
barlovento. Resulta inútil desplazar las manos, sino que b astará con
empujarlo ligeramente hacia la proa. La tras luchada "al falso pairo"
Te nemos que continuar la maniobra desplazándonos hacia atrás, ba- Si las condiCiones no nos permiten realizar una jlbe, pues notamos una
jando el centro de gravedad para faci litar la banda, y también haciendo clara disminución de velocidad al iniciO de la arribada (el viento es de-
contraescora, de este modo la vela recibirá suficiente potencia para sos- masiado flojo), o si la maniobra es demasiado brusca y no estamos en
tener al w indsurfista, y la contraescora puede ser grande. equilibrio, realizaremos la tras luchada "al falso pairo".
El paso al falso pairo es necesariamente corto, al ser muy intenso el Puesto que la trasluchada se rea liza con poca velocidad, la tabla está
esfuerzo requerido. Por lo tanto, debemos acortarlo y hacer trasluchar menos equilibrada y todo el desplazamiento deberá llevarse a cabo
la vela antes llevando el mastil hacia la popa. De este modo faci litare- "con delicadeza".
mos la reactivación, pues la vela segui rá con propulsión. Ya en la otra Al contrario de lo que ocurría en la jibe, donde gracias a la veloci-
amura, hay que volver a salir lo antes posible en suspensión para evitar dad, predomina el efecto de carena, ahora debemos utilizar la vela co-
que la vela flamee y la tabla se pare. mo si fuera un timón. La parte superior del cuerpo ordena la inclinación
164 Práctica del velero Perfeccionamiento 165
--------------------------------------------------~-----------------------------------------------------

La ¡ibe o trasluchada dinámica

5. El paso al falso pairo dura poco


tiempo para no perder velocidad. El
1. A plena velocidad. e l w inds urfi sta empuja la botavara con
w indsurfista inicia la virada hacia e l la m ano de popa , para acelera r e l
viento de popa. movimiento de rotación de la vela.

2. Es e l momento de quita r la pierna


de popa del estribo. Igua l que
-- -- 6. Durante el giro, el m ástil est á
ocurre con los esquis, la presa de muy inclinado hacia atrás y la
canto se ll eva a cabo por e l tabla s igue escorando ligera mente
inte rior de la virada. hacia el interior de la virada .

3. l a vela está exageradamente 7. Con una mano sobre e l másti l y la


cazada y e l w indsurfista se apoya en otra s obre la botavara, hay que
e lla. Ti e ne las rodilla s o ri e ntadas e mpeza r a cazar rá pidamente la vela
hacia la proa de la tabla y hacia e l para reactivar la plancha e n la
inte rior de la virada . nueva amura.

8. Ya se ha efectuado la reactivación,
4. Ya ha ll egado al viento de popa. El e l aparejo vuelve a inclina rse e n la
w inds urfista vuelve a abrir e l apa rejo forma habitual y e l w inds urfista ha
para e mpeza r a navegar al falso colocado los pies dentro de los
pairo, con la botavara hacia adelante. estribos.
166 Práctica del velero

del aparejo a barlovento y hacia la proa, desplazándolo cada vez más a


barlovento y hacia la proa según va cayendo el viento.
La parte inferior del cuerpo controla el asiento lateral e inicia el giro
haciendo escorar la tabla, al mismo tiempo que controla el asiento lon- SEGUNDA PAR T E
gitudinal para conservar el equilibrio. Por eSO tenemos ese aire derren-
gado ..
Primero se lanzan los pies, y después, a medida que vamos girando.
la tabla va perdiendo velocidad entrando en acción el aparejo, que se
inclina a barlovento y hacia la proa.
En el momento en que cruzamos la dirección del viento, aprovecha-
mos para cambiar el pie de proa y el de popa, y luego orzamos al falso
pairo, hasta el viento de través.
MECÁNICA
De este modo, al acelerar, la tabla gana en estabilidad y, una vez

DEL VELERO
equilibrada, ya podemos trasluchar.


IEN HAYAMOS EMPEZADO a hacer vela con ayuda de los consejos proporcio-
B nados en la primera parte del libro o por cualquier otro medio, lo importante
es que ya sabemos navegar. Es decir, que el hecho de salir de una playa y des-
plazarnos con seguridad en la dirección que queramos, con brisa ligera o
fuertes vientos, a gran velocidad o pausadamente, ya no nos parece un objetivo
insuperable.

Pero debemos señalar que, al llevarlo a cabo, hay muchas cosas que han esca-
pado a la perspicacia del patrón y de su proel. Ahora es el momento de interesar-
nos por las causas que hacen que "eso ande".

Los aficionados encontrarán en esta parte una gran cantidad de información in-
sólita que le ayudará a comprender mejor la sutileza de los marinos, arquitectos
navales y de los carpinteros de ribera, que durante generaciones han utilizado las
fuerzas que ahora nosotros vamos a representar y a poner en práctica para expli-
car el equilibrio de unas velas y un casco.
El origen
de las fuerzas

Al incidir un flujo de aire sobre cuerpos sólidos se originan unas fuerzas


determinadas sobre los mismos: una fuerza aerodinámica si se trata del
aire y una fuerza hidrodinámica en el caso del agua. En esta dinámica
de los fluidos, no vamos a explicar todas las situaciones y fenómenos
posibles, sino que nos limitaremos a dar algunas explicaciones teóricas
relacionadas con las situaciones críticas. Estas teorías pueden parecer
abstractas, pero tenemos que aprendérnoslas bien para (onocer mejor
lo que ocurre y actuar con una mayor eficacia.

Definiciones
El aire y el agua son fluidos. Los físicos dicen que son medios conti-
nuos homogéneos ¡sátrapas que no admiten discontinuidad en su
equilibrio y que en reposo, en un punto determinado, la intensid ad
de la presión 'no depende de la dirección .
Podemos distinguir los gases, que ocupan todo el volumen disponi-
ble y son comprimibles, y los líquidos, prácticamente incomprimibles.
Respecto a una máquina que evoluciona sobre el agua, tanto el aire
como el agua se comportan como med ios incompri mi bles.
la diferencia fundamental entre el aire y el agua procede de su peso
específico: el agua es muy sensible al peso y, en reposo, presenta una
superficie libre y horizontal; el aire, no está condicionado por su peso
durante su paso alrededor de una vela o de una máquina aérea.

LOS FLUIDOS EN MOVIMIENTO


Para representar y explicar el modo en que se produce el paso del aire y
del agua alrededor de un obstáculo, podemos seguir al fluido en su En alguna parte, entre sobrejuanetes y
evolución (también puede hacerlo la tripulación de un barco en movi- juanetes, e l pequeño vector de la fuerza
miento), observando el fenómeno a partir de un obstáculo alrededor aerodinam ica (A) que se ejerce sobre
del cual pasan el aire y el agua (como una tripulación a bordo de un las velas del Béfem se despereza
barco fondeado en medio de una corriente). de gusto co n esta ligera ventolina ...
172 Mecánica del velero El origen de las fuerzas 173

e uando un fluido se encuentra en movimien to, la ve locidad de las turbulencias que se producen en los flu idos: penachos de humo, el

T
D
"partículas", o pequeños paquetes de aire, varía en el transcurso del
tiempo al igual que en el espacio. Como consecuencia se producen ro-
taciones y deformaciones del campo fluido (torbellinos).
La continuidad del medio, agua o aire, origina que un cambio local
se propague evolucionando en el tiempo y el espacio.
chorro del agua del riego, el desagüe del frega dero, etc. Un flujo tu r-
bulento tiene un carácter muy desordenado, ta nto en el tiempo como
en el espacio, que se establece por encima del movimiento en general.
Pero, dentro de este caos, podemos distinguir la existencia de grandes
estructuras eventualmente bien organizadas.
Los científicos evocan en est e caso las fluctuaciones en la velocidad y

O -
O
'-----J
0 -
~
0 -
o .-----.B~~2--'-­
O
~
O - = _----..
-=;:::::::::)
~"'-_".
las cadenas de pequeños torbellinos que se forman y se deshacen en
cascada.
Estos fenómenos se producen en casi todos los flujos de agua, o in-

{J - D -O ~CJ""""
a
-------. O ----.0 ~O Dentro de un flujo de ag u a, una
cl uso con motivo de la acción del viento sobre un obst áculo ..
Hay que distingu ir entre la pequeña turbulencia que origina
imagen (en este caso varios cuadrados) un f luj o de aire sobre las ve las de un barco y las turbulencias del
aire entre las cua les un velero no es m ás que una brizna de paja .
(J
se desp lazan produci éndose
def orm aci on es en los mismos.
Turbu lencias beneficiosas
Cuando un barco arrastra agua a su paso, experimenta un freno y, en
Cada particura de un fluido se desplaza Las turbulencias su estela, aparecen tu rbulencias. Éstas no giran todas en el mismo sen-
(traslación ), gira (rotación) y se
Turbulencia y turbu lencias
deforma como una pelota de tenis. tido siendo por ello nocivas y causando un derroche de energía.
Se denomina turbu lencia a cualquier fenómeno que se produce dentro Por el contrario, si una o varias turbulencias que giran en el mismo
de una situación relativamente fl uida y estable. Aquí la noción de esca- sentido se separan del timón o del casco, con motivo de un cambio de Cuando el agua sale por el desague de
la desempeña un papel fundamental. un fregadero formando remolinos, e l
rum bo, del asiento, del viento o de reglaje, éstas no tienen por qué ser
Las turbu lencias atmosféricas que observamos corresponden a un perjudiciales a la fuerza: en un barco amurado a babor, una turbulencia régimen turbul ento es proporciona l
flujo turbulento de la atmósfera a escala planetaria, es decir, "vist a des- que gire en el sentido de las agujas del reloj, al despegarse confiere a a 2 J[ r V. De modo general. s i (el es una
de el espacio" . En menor escala, el hombre se enfren ta a diario a las éste una fuerza propulsora. Es una de las fuerzas que se utilizan al mo- curva ce rrada, podemos definir el
ver el timón de un lado a otro, con el fin de hacer avanzar a nuestro resultado de es t e régim en turbulento
derivador en una encalmada. que origina y que se denomina
El mismo fenómeno se produce sobre una vela y va acompañado de circu lación de
Turbul encia:
turbulencias en los extremos que se van estirando a lo largo del despla- velocidad.
incluso en los rumbos de ceñida zamiento. Su intensidad, que varia según el reglaje de las mismas y de
(llamados rumbos agudos) , e l flujo las modificaciones aerodinámicas, se aprovecha para generar la fuerza
d el aire sobre una vela es
de propulsión en los rumbos de ceñida.
turbul ento. A pesar de una En el caso de estructuras sumergidas, hay una turbulencia final que
a pariencia reg ular. exist e un se queda pegada a la estructura y sale a la superficie del agua de modo
desorden agudo e inte nso, así como
visible.
una mezcla de fi letes de aire.

Turbu lencias visibles y ocultas


Todos hemos visto alguna vez subir por el aire torbellinos de arena, en
Turbulencias:
alguna playa o carretera, causados por el viento, o remolinos de agua Las t urbul encias
además de la s turbulencias
detrás de un obstáculo, como la pala de un remo o la parte posterior qu e se producen
atmosféricas, las velas s ufren con
de un timón, con motivo de un cambio de dirección. en sentido
vientos portantes otro tipo de
Estos "frentes de turbulencias" pueden repartirse dentro del flujo de contrario
turbu lencias que ca usa n las otras

rr ---------------~
forma continua, sin mostrarse localmente de forma clara: se producen revelan un
velas y las s uperestructuras s ituadas
inevitablemente cerca de una superficie y corresponden a la velocidad derroche de
a barlovento s uyo, es decir, más
de rotación sobre sí mismas de las partículas fluidas apresadas dentro energía.
arriba de donde incide el flujo.
174 Mecánica del velero El origen de las fuerzas 175

Flujos
Mezcla de los fil etes fluidos
La difusión <es deci r, la interpenetración de fluidos a nivel molecular), el
rozamiento y las mezclas inevi tables originan que, sobre una vela, los
flujos de ai re sean siem pre turbulentos. Es decir, que a escala mili-
métrica, se producen los siguientes fenómenos: desorden, falta de per-
manencia y mezclas con las partículas vecinas, manifestándose normal-
mente en forma de minúsculos torbellinos. Lo cual no tiene nada que
ver con las turbulencias meteorológicas que se manifiestan a escala de
cientos de metros. Decimos que un flujo es laminar cuando los filetes
de flu ido están bien ordenados sin mezclarse. El agua de un lago, por
ejemplo, con brisa ligera, presenta un flujo laminar alrededor de un
casco muy liso. Las mezclas que intervienen en la realidad limitan la va-
lidez de la teoría que trata las nociones de " flujo laminar" y de "fluido
perfecto" para explicar las variaciones de velocidad en los fluidos.
Velocidades de diferente intensidad o dirección originan pre-
la s fotografía s tomadas desde los satélites muestran el flujo turbulento de la siones diferentes. Sus resultantes son fuerzas motrices o de resisten-
atmósfera (documento Meteo-France) cia que se analizan respecto a la dinámica de 105 fluidos.

Régimen laminar - régimen turbulento El humo de la pipa del marino, al


de un fluido rápido y de un fluido más lento como consecuencia del ro- Si observamos como pasa el agua de una bañera lentamente alrededor elevarse, experimenta, tambiim, las
Detrás de una veta (o de un casco l. una zamiento con dicha superficie. Estas turbulencias se denominan ocul - de una bolsita de gel con agujeros, veremos que los "filetes fluidos", s utilezas de los flujOS laminares
turbulencia al despegarse modifica un tas o d iluidas, y desempeñan un papel muy importante en la dis- aunque curvos, permanecen paralelos, aislados, sin mezclarse ni des- y turbulentos. En este caso realiza
poco e l fluj o y cambia sensiblemente la tribución de los esfuerzos, sobre una superficie, casco, timón, superes- un corto recorrido co n flujo
plazarse en cierta distancia.
resultante motriz R. De este modo. e n tructuras o velas. lami na r y después una ascens ión
el caso de la figura e, se forma una Estas turbulencias son inevitables al producirse un flujo real, y se si- turbulenta con difus ión.
componente propulsora que va a túan cerca de los obstáculos, desarrollándose, defo rmándose y evolu-
A B e o
reforzar a R. cionando. Su efecto se utiliza en los sistemas originales de propulsión
tipo "rotor" de Fletner o en el "molino de viento" del Pro Malavard. En
los rumbos de ceñida, de un barco de vela clásico, se encuentran inti-
o
mamente ligadas a 105 esfuerzos motores del viento y del agua sobre u

las velas y el casco. 5

En e l caso del aire, Las turbulencias aisladas Dentro de un flujo que produce un determinado roza miento sobre una superficie
estas turbulencias no so n visibles. (por ejemplo, el agua sobre el casco), e l liquido, al ava nzar, se ve obli gado a
Durante un cambio de rumbo, dentro
del agua, podemos dis1inguir algunas
L OS mecá nicos la s clasifican por su intensidad turbulenta
o por la circulación de velocidad. Corresponden a una
girar sobre si mismo. Se forman así torbellinos ocultos, repartidos por el líquido.
Por ejemplo, si tenemos e l punto A de un tabique a lo largo del cual
velocidad de rotación local del fluido, que es la que h ace g i-
que se aleja n del barco. Pero. debido a
rar un pequeño flotador arrastrado por el fluido. Visib les u pasa un liquido, la velocidad de dicho líquido en los puntos A, 8 , e y D, cada vez
que la s turbulencias tienen siempre ocultas, dese mpeñan un papel decisivo en la navegación en más alejados del casco, puede representarse por medio de las flechas .
forma de tirabuzón o sa len a la ciertos rumbos. Gracia s a ell os, se produce una fuerza de El extremo de dichas flecha s traza una curva. l as pequeñas moléculas de agua
s uperficie, algunas de e llas se quedan sustentación aerodinámica (o hidrodinámica) que intervie- que se desplazan se reparten a lo la rgo de dicha curva. Y, s i congelásemos
pegada s a la carena, igual que un ne en la propul sión del barco. localmente el fluido representado en forma de cruz en A, B, e y D, e l movimiento
ovillo de lana qu e se deshace. a lo largo del casco produciría un giro de las cruces.
176 Mecánica del velero El origen de las fuerzas 1 77

Debido a la Este flujo se denomina laminar, aunque vaya acampanado de una li- El fluido opuesto al sólido
gera difusión, llamada difusión molecular, que aumenta con la tem- Si hacemos un dibujo en el aire con humo, o en el agua con un coto- Soy una gaviota
peratura. Por el contrario, si la bolsita se encuentra en una zona por rante, éste se deforma y se vuelve irreconocible: los fluidos como el aire turbulenta, pero planeo
donde el agua pasa con más velocidad, o cerca de la entrada de agua, o el agua no tienen una forma característica. Por lo tanto, no pueden e n flujo laminar.
se producirá desorden, mezclas y cierto barullo y apenas podremos se- producir rozamiento si no están en movimiento. La presión del aire, por
guir con la vista una "partícula " de colorante. Decimos que el flujo es ejemplo, es perpendicular a la pared de nuestro tímpano, sea cual sea
turbulento. Comprendemos que será dificil que un filete de agua actúe la dirección hacia la que orientemos nuestros oídos.
independiente de su medio próximo, se aisle y mantenga su coloración y por el contrario, con movimiento, puede producirse una "esci -
o sus informaciones dentro de una zona turbulenta. mientras que todo sión" ocasionada por el rozamiento, es decir, que la presión ya no sea
eso es posible en una zona laminar. perpendicular a la pared del obstáculo. Así, el agua" roza" la ca rena de
un derivador y limita su velocidad. Decimos entonces que el agua y el
aire son fluidos viscosos. Y simplificando mucho, podemos despreciar
este rozqmiento, que realmente resu lta mínimo si 10 comparamos con
El número de Reynolds el esfuerzo normal de presión, y podemos considerar el agua y el aire
(o cualquier otro fluido) como "fluidos perfectos". Veremos, especial-
D e forma experimental, se ha llegado a la conclus ión d e qu e, cuando las fuerzas de inercia
son m ayores que las fuerzas de viscos idad, se produce una turbul encia. A este fin se utili-
za la fórmula d e Reynolds:
mente en el rumbo de ceñida, que esta simplificación nos permitirá ex-
plicar prácticamente "casi todo" sobre el funcionamiento de una ma~

Re ~ V: D ~ quina aerodinámica.
Pero este "casi todo" puede omitir los fenómenos fundamentales
que es la relación existente entre las fuerzas de inercia y las ~ que se producen en un flujo real, igual que en un plano de circulación
fuerzas de viscos idad presentes en el fluj o; siendo V la ve lo- urbana con señales luminosas automMicas no se contempla el hecho
cidad, O la superfi cie y v la v iscosidad cinemática del flujo . de que se produzca una inundación, un ciclón, un atentado o un acci-
Cuando Re es inferior a 1.000, el flujo es lam inar y cuando dente. Del mismo modo, los teóricos prefieren explicar y cuantificar las
Re es superior a 5.000, el flujo es tu rbul en to. previsiones, relacionando las velocidades con las fuerzas locales deno-
En un lago dond e el ag ua esté a 4 "C Iv~ l ,5 x 10" m 2!sl y minadas "tensiones". Para ello, hay que utilizar la dinámica de los flu i-
pase sobre una o rza de 1,5 cm de grosor, a un a ve locidad dos incomprensibles que se aplica mejor a la viscosidad del aire y del
de 10 cm!s, es decir, 0,2 nudos, el número de Reynolds co-
agua.
rrespondie nte se rá:
Estos dos modelos de fluid os "perfecto" y "viscoso newtoniano",
(0,1 x 0,0151
Re ~ 1,5 x 10" - lO' no reflejan toda la realidad de lo que ocurre en el agua y en el aire,
porque no contemplan las mezclas, y de modo más general, la turbu-
El flujo d e ag ua es laminar.
Por el co ntrario , en el mismo lago a 20 " Clv ~ 1 x 10" m 2/s), lencia.
donde el agua pase sobre la misma orza a 5 mIs, es decir,
a 10 nud os: El modelo "fluido perfecto": ventajas del modelo simplificado
R 15 x 0,0151 Las demostraciones efectuadas por medio de la correspondiente fór-
e~ 10" ~ 75.000 mula matematica, explican la gran mayoría de los fenómenos que se
Y sobre un palo de 10 cm de diámetro, con un v iento apa- producen en un velero en rumbos de ceñida. Cuando no hay despren-
rente de 3 nudos y una viscosidad cinemática de 1,4 x 10.5 dimiento les decir, cuando los filetes fluidos siguen en contacto con las
(a una temperatura aproximada de 18 OC), se rá: velas o el casco), ni tampoco una gran estela, la geometría y la veloci-
11 ,5xO, l 1 dad del flujo, y como consecuencia la presión, están muy próximas a la
Re ~ 11,4 x 10" 1~ 10.000 aproximadamente proporción ideal.
Sobre un lago s in corri ente alguna,
En estas condiciones, la noción de circulación de velocidad nos per- A pesar de la deformación, podemos
Si rea li za mos e l mi sm o cá lculo respecto a un a vela de un ve lero puede verse afectado por un
mite comprender la dirección y la intensidad de la fuerza de sustenta- distinguir un anuncio en el s pi. Por el
3 metros en el aire a temperatura ambiente, el número de flujo lam inar de agua e n una parte de s u
ción de una vela o de un perfil sumergido. contrario, el dibujo rea lizado por un
Reynold s pa sa rá de 200.000. casco, s iendo el fluj o de aire
De modo general, en los rumbos denominados "agudos", el des- avión en el cielo echando un co lorante,
Por lo tanto esto s tres fluj os son turbul entos. turbulento, aunque parezca regular.
prendimiento -cuyos efectos no se pueden explicar de modo general si rapidamente se vuelve irreconocible.
17 8 Mecá nica d e l velero El origen de las f uerzas 1 79

p tensión establecemos que el agua sobre el casco y el aire sobre una vela son
fl uidos perlectos- deberá evi tarse o limitarse al máximo en un fl ujo real.
De aquí el in terés de hacerlo desaparecer hacia el extradós (ver la pá-
gina siguiente) por medio de procedimientos específicos: una pun ta en
el borde de ataque, o una vela estrecha con una función parecida; tam -
bién pod emos utilizar la aspiración por rotación o incluso rugosidades
que prod uzcan una t urbulencia forzada en la capa lími te y le impidan
"separarse". Los catamaranes de la clase e utilizan alero nes con efecto
de ranura y de alerón de giro.
p Comparación entre la tearia del
fluido perfecto (en color) y la realidad,
El agua, igu al que e l aceite o e l aire,
produce un rozamiento determinado al INFLUENCIA DE LA VISCOSIDAD en un flujo de aire (en ne gro)
con un a débi l incide ncia alrededor de
pa sa r sobre una pa red . Este. provoca DEL AIRE Y DEL AGUA un perfil aerodina mico.
una tensión, una fu erza por unidad de
El fluj o del aire esta perturbado por la ve la, pero no se ha des prendido. El barco En lo que respecta al barco, la viscosidad, tanto del aire como del agua,
s uperficie con una compone nte normal
navega en un rumbo Magudo" (doc um e nto ONERA) es responsable de la formación de turbulencias, así como de su difusión
(presión pi y tangencial t. En e l caso de
en el flujo.
fluidos perfectos. se desprecia la
En el caso de los ciclones, que son turbu lencias a escala planetaria, Flujo de aire e n el extradós de un a
componente tangencial T = O.
la rotación de la Tierra desempeña un papel fundament al. e lipse aplanada. l a vis ualización se ha
l a experiencia nos demuestra que, en un fluido real, a partir del re- obten ido echando colorante en la
poso aparecen zonas más o menos tu rbulentas, más o menos extensas s uperficie. Incide ncia alfa = 17 11; Vo= 10
en la estela y alrededor del obstácu lo. Las consecuencias son múltiples cm/s (Va: velocidad de fluj o
cuando se alcanza el régimen permanente. de liquido) (documento ONERA).

En este caso, e l fluj o del aire esta perturbado V se ha desprendido


(documento ONERA)

Para que un flujo real tenga las condiciones de paso de un fluido perfecto, se
pueden utiliza r co n eficacia diversas técnicas:
A. Colocar una punta e n e l borde de ataq ue.
B. Efectuar de m odo "mecanico " un a circulación de velocidad.
C. Producir aire sobre la capa limite.
D. Aspira r la capa limite des pre ndida .
E. Crear una capa limite turbulenta.
180 Mecánica del velero El origen de las fuerzas 181

• Se produce una circulación de velocidad sobre el perfil, que co- torio, es decir, al paso de una velocidad nula a una cierta velocidad o,
rresponde a una falsa turbulencia unida a la turbulencia de arranque, lo que es lo mismo, a un cambio de velocidad o de incidencia sobre di-
El ex tr adó s es la
cara exterior, convexa, de por medio de las turbulencias laterales. tstas pueden verse en el labo- cho perfil. Cada vez se desprende una turbulencia que crea una modifi-
una fo rm a curva. ratorio y observarse, parcialmente, gracias a indicadores eventuales cación de la circulación de velocidad, y como consecuencia una modifi-
El intrad ós es l a ca r a (particulas de polvo, pompas ... ) o hebras de lana. cación de la fuerza de sustentación P. En todas las salidas de playa o
interi o r, cón cava, d e un a • Se produce una variación de las velocidades, es decir, de las pre- del fondeadero, una o varias turbulencias de arranque se desprenden
forma curva. siones del flujo desviado por el perfil. Se dice que existe una vel ocidad de las velas, en el aire y de la carena en el agua.
inducida . Esta modificación puede hacer que se produzca un despren- Aunque parezca contradictorio, si la viscosidad desempeña un papel
dimiento del flujo. Y la velocidad inducida puede modificar el flujo alre- en la aparición de la circulación de velocidad, podemos despreciarla y
dedor de otro obstáculo: es el caso de la desviación del aire por el fo- considera r el flujo como perteneciente a un fluido perfecto sin rotación.
Este fluj o permanente de aire coincide
que sobre la mayor en la ceñida. Lo cual no ocurre en las proximidades inmediatas del perfil, en una zo-
con el de un fluid o perfecto co n
• Surge una resistencia al avance o fuerza de rozamiento. na muy delgada que lo rodea y que llamamos ca pa limite. Lejos de es-
circulación d e velocidad (se dice
ta capa límite, todo eso es cierto y corresponde a la realidad.
t ambién con "un torbelli no fal so en el
Aparición de la circulación de velocidad
p erfil", salvo en una fina capa limite

..
Volvamos al ejemplo del flujo plano que se forma alrededor de un Capa límite y desprendimiento
que podemos adivinar qu e es t á cerca
perfil. Hemos visto que, por lo general, se producía una circulación de Trataremos ahora sobre el agua que pasa alrededor de una carena.
del t abique (docum ento ONERAI.
velocidad que explicaba la fuerza de sustentación. Para entender el A una determinada distancia, la presión y la velocidad son constan-
modo en que aparece esta circulación, vamos a observar los seis per- tes. Cerca de la proa, la presión es mayor como consecuencia de la cur-
files representados en 105 momentos numerados del 1 al 6 del dibujo vatura de los filetes fluidos. Después, delante del perfil, el fluido está
contiguo. sometido a una depresión, pues la curvatura de los filetes fluidos se in-

..
• en 1, el perfil se encuentra en reposo; vierte; las particulas fluidas de las proximidades del tabique, frenadas

2 ~" • en 2, el perfil se pone en movimiento con una velocidad unifor-


me y una incidencia pOSitiva del fluido; las particulas fluidas que se
por la existencia del mismo, son además atraídas contracorriente por la
diferencia de presión. Aunque este doble freno es bastante grande, su

..
3 forman en el borde de ataque pueden elegir entre hacer el recorrido velocidad a lo largo del tabique se anula y las particulas lo abandonan,
por la parte baja (intrad ós) o hacer un recorrido por la parte de arriba creando una zona de separación con 01 itas de rodillo, remolinos y una
---. ::..-.
(extrad ós); estela.

..
• al ser más corto el recorrido por el intradós y existir cierta resisten- Un poco más abajo, los filetes exteriores que limitan la estela, la obli-
::::,. cia debido a la viscosidad, las particulas están menos frenadas a la sali- gan a "viajar" con el perfil.
da del intradós que las que dan la vuelta por el extradós, por lo que, Lo que podemos observar en el agua es lo mismo que ocurre en el
5
~ durante el régimen transitorio, en 3, las particulas que emergen del
borde de salida tienen distintas velocidades.
aire: la curvatura aparente de los filetes de aire puede ser muy grande
con un viento aparente ligero. Si el viento arrecia, debemos disminuirla,
• esto crea una curvatura de los filetes fluidos, algo parecido a la porque el aire no podrá "tomar una curva tan grande sin despegarse" .
. . f.~

.. ..../'
6 deformación de un termoelemento (fig. 4); En realidad, la depresión de la parte derecha del embolsamiento máxi-
• este fenómeno va acompañado de una rotación que se acentúa mo es tan grande que hace que las partículas disminuyan demasiado su
en 5;
@
..
• hasta que, en 6, se forma un tirabuzón que constituye una turbu-
lencia de arranque. El desprendimiento de esta turbulencia inicial tiene . ' '. ' .. ,".: ': '.>': '.~ ...-=;- •
.... •. 1/......... lA .... . 11........ II.,. ...... /A
'.'" lA .... . 11......... 11.. ...... 11........ . /1......... .
8
~
Estos dibujos exp lican l a
O como consecuencia una igualación de las partículas procedentes del in-
tradós con las procedentes del extradós. Esto crea, matemáticamente,
la aparición de una circulación de velocidad. Al mismo tiempo las tur-
bulencias laterales se alargan.
...... IA/I
.3~::::/.:::::~:::::~:::::1!::::~(:::1!:::: ~:::::/~::::11
........ ...... 11
.. ...... 11
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.. '

A
O
euan d o unpe rf'.I c h oca con un a com.ente d e tI UIOVI
q ue incide sobre él ligera mente, las líneas de la
'd .
SC O SO

apa rición y e l des prendimiento de la El teorema de lord Kelvin demuestra que la intensidad de la turbu- corriente, desviada s, crean una ca pa límite primero acelerada
turbulencia de arranqu e, a lencia corresponde exactamente a la circulación de velocidad que apa- (entre O y Al Y luego desacelerada (e ntre A y SI,
partir del reposo has ta e l ré gimen rece sobre el perfil. que sigue s iendo lamin ar. A partir de S, est a ca pa límite se
perma nente 6 V siguientes. El razonamiento que acabamos de hacer se refiere al régimen transi- desprende del perfil y fo rma una estela
El origen de las fuerzas 183
182 Mecánica del velero

En teoria, la estela hidrodinámica del


Estas tOlografias muestran el flujo En el aire, esta estructura turbulenta y no permanente que existe
barco B beneficia a l barco A, y la estela
que se forma a lrededor del perfil de dentro de una estela, a menudo escapa a nuestra vista. Se forma en el
aerodinámica del barco A beneficia a l
un ala, parecido al de una quilla o un cono de desvente; estas perturbaciones denominadas turbulencias
alerón de un velero. la visualización son muy conocidas por los regatistas que intentan perturbar el flujo barco B. Pero la estructu ra no
permanente de dichas estelas hace
de las láminas de agua se ha que incide sobre 105 demás barcos evitando las estelas, ya sean aerodi-
muy difícil su utilización.

+
realizado por medio de pompas de námicas o hidrodinámicas, de sus contrincantes.
a ire .
In cidencia ex = O" Rozamiento
Vo = 10 cm/s Cada partícula fluida está sometida a un cierto número de fuerzas:

Flujo alrededor de un perfil de ala .


Incidencia a = 5"
• el peso;
• las fuerzas relacionadas con la presión;
• las fuerzas de viscosidad;
• las fuerzas de inercia originadas por las aceleraciones producidas
por curvaturas del flujo .
En el caso de un fluido perfecto, las fuerzas de viscosidad desapa-
recen ante las fuerzas de inercia. En el caso opuesto, que se conoce co- /J /
,;(1 (~

l ~j
mo "flujo reptante" (fluido muy viscoso), ocurre lo contrario: las fuer-
Vo = 10 cm/s
zas de ine rcia se desprecian ante las fuerzas de viscos idad.

Para desplazar un casco dentro del agua, o un perfil cualquiera den-


tro de un fluido real, es necesario vencer una cierta resistencia. Esta re-
sistencia se caracteriza por la viscosidad del fluido, pero también por la
t"
rugosidad del perfil correspondiente (se llama "rugosidad relativa " de B
Flujo alrededor de un perfil de ala.
una superficie al valor medio de la distancia entre senos y crestas dividi-
Incidencia ex =15"
do por la longitud de la misma).
Vo = 10 cm /s
¡docum entos ONERA)

velocidad, y que no puedan seguir por la superficie del perfil: el des-


prendimiento puede limitarse entonces por medio de las técnicas ade-
cuadas para asignar al flujo real las condiciones de derrame de un flui-
do perfecto.
Observación importante: las leyes relacionadas con la presión y los
fenómenos que intervienen en esta zona de separación no dependen
del flujo exterior, que sigue comportándose más o menos de acuerdo
con la teoria general del fluido perfecto.

Desprendimiento y estela
la viscosidad es la responsable indirecta de la formación de una separa-
ción, un desprendimiento y una zona considerada como zona muerta:
la depresión . En la superficie del agua, detrás de los barcos se forma Flujo en e l extremo de un a la muy
la estela. Su estructura es diferente del flujo que se desliza alrededor parecido a l extremo de una qui lla o del
del casco. En ese lugar, grandes o pequeños remolinos rozan unos con a leró n de un timón.
otros, produciendo energía: es la energía "artificial" de la carena, que In cidencia o: = 12,5R
el barco desaprovecha. VO = 5 cm/s
El origen de las fuerzas 185
1 84 Mecanica del v elero

Sobre una plancha delgada, sin vo carenas), ésta presenta una tendenci a a desprenderse. Una turbulen-
incidencia dentro de una corriente de cia creada dentro de esta capa (especialmente) por las rugosidades de
velocidad Vo, el fluido disminuye su la ;uperficie, puede retrasar el desprendimiento, es decir, evitarl~. Por
velocidad después de un determinado eso, en algunos casos, un perfil rugoso, aunque presente una resIsten-
capa límite
recorrido y se vuelve turbulento. cia mayor al rozamiento, ofrece a veces mejores prestacione~ que un
perfil liso. El revestimiento estriado del casco del Stars and Strlpes en la
vo
regata de la Copa América, que tuvo lugar en Australia en 1987, es un
buen ejemplo.

El fenómeno de la cavitación
La cavitación es, en cierto modo, una especie de ebullición sin aporte
de calor. Si sólo fuera una ebullición, no sería demasiado grave, pero el
problema es que las burbujas o cavidades que se forman no. son es~a­ A
bies. Cuando explotan, forman unos chorros de agua muy finos y VIO-
Si sometemos una plancha a un flujo que incida en su superficie pla- lentos. Si llegan hasta un tabique no solamente lo "limpian" (trata-
na (por ejemplo. una orza). el coeficiente de rozamiento variará, en el miento industrial de cascos y fachadas), sino que lo corroen y destru-
caso de un flujo turbulento, según la rugosidad relativa. yen, a veces en pocas horas. Por eso se intenta evitar en hélices e hi-
Cuanto más pequeñas sean las ru gosidades, menor será el coeficien- drodeslizadores que la explosión de las burbujas no se produ zca cerca
te de rozamiento. y también menor la fuerza de rozamiento; no estaría de un tabique, sino dentro del líquido. Se dice entonces que hay super-
mal lijar bien las orzas y los timones. Aunque en realidad la teoría nos cavitación.
demuestra que el problema es bastante más complejo: Cuando se alcanza una determinada velocidad, sobre todo en las ta-
B
• en la parte superior de la plancha hay una zona laminar donde los blas a vela y catamaranes, se produce a veces cierta cavitación en los
fi letes fluidos permanecen totalmente paralelos, sin mezclarse; alerones, y en el extradós de los alerones sumergidos, o cerca de sus Con motivo del desprendimiento Y de
• debido a la disminución de la velocidad, a las fuerzas que inciden extremidades (den tro de los remolinos de las extremidades). la estela, las velocidades y las
sobre las particulas, y a la inestabilidad local, se forma cierto desorden Además de producir desgaste, la cavitación provoca vibraciones y presiones no son las mis mas que las de
que produce una turbulencia. La capa límite correspondiente se vuelve una disminución del rendimiento hidrodinámico. La depresión, de he- un fluido perfecto. En e l caso del
más ancha y se convierte en una capa límite turbu lenta; cho, está limitada por el vacío. Cuando la fuerza de sustentación hidro- cilindro circular, la s im etría longitudinal
• cuando se forma esta capa limite turbulenta (lo cual sucede a me- dinámica sobre un perfil está dirigida por la depresión, ésta disminuye. ya no existe y aparece una resistencia a
nudo en perfiles curvos, como las velas, los planos antiabatimiento y las En ese caso, la caída de la fuerza de sustentación va acompañada de
la presión.
un fuerte aumento de la resistencia. la figura A representa las linea s de la
Para remediarlo hay que evitar la cavitación O bien pasar a la super-
corriente; la figura B, la distribución de
cavitación. las presiones.
Las asperezas, propensas a una fuerte depresión sobre su cara pos-
terior, son, al igual que las burbujas de aire, focos de cavitación. Tam-
bién lo son los remolinos de las extremidades, si dejamos que aumen-
ten de intensidad. De este modo hay que intentar limitarlos modifican-
do el perfil de los timones para que el flujo sea más horizontal, así co-
mo reducir la circulación de velocidad y las tomas de aire descendente.
No hay que olvidar que el hecho de eliminar los remolinos de las extre-
midades de una orza nos obliga además a repartirlos, siempre que su
intensidad sea proporcional a la circulación de velocidad y, por lo tanto,
Este fl otador de un muerto, fondeado
proporcional a la resultante antideriva necesaria para efectuar un reco-
en la vena de una corriente de
marea, muestra e l desprendimiento
rrido adecuado en relación con el agua .
Vale más flota r al máximo dejando sumergidas únicamente unas po-
complejo de la capa límite y de
cas zonas "susceptibles de cavitación". Elegir un borde de ataque pun-
su separación, que origina la estela .
El origen de las fuerzas 187
186 Mecanjea del v eler o

tiagudo, en lugar de red ondeado, en un alerón sumergido, favorece la fuerza


supercavitación, que es mucho menos peligrosa. exterior...~
2
A igual velocidad, la cavitación en un casco se produce antes en Teorema de Euler V1
t __---.~ ~
..

fue~' ~j
aguas cálidas que en aguas frías, y en mar picada que en mar lisa como
n un flujo permanente de fluido perfecto, el teorema de
un espejo.
E Euler relaciona la ve locidad V1 de la entrada de una ve-
exterior / ' V2
V2

na de corr iente y la ve locidad V2 de la salida, co n la suma


de los efectos externos LF ext. que actúan sobre esta vena
de cauda l O y de masa P, del modo sigu iente:
."t--.~
V1

~ V1
,
CURVATURA Y PRESiÓN Con una pequeña
LF ext. = PO (V2 - Vl) desviación de fa velocidad, la
fuerza exterior es pequeñ a. Si V2
Los flujos que transcurren a lo largo de una superficie curva. como una
Cuanto más eleva do sea el desvío (V2 - V1). más intenso esta desviación aumenta, la
vela o la carena de un barco, sufren diferencias de presión que modifi-
será el esfu erzo recuperado - LF ext. fuerza exterior se intensifica .
can aún más la teoría del fluido perfedo.

Intensidad de la presión y de la velocidad


Curvatura En el aire, en flujo horizontal, la velocidad aumenta al disminuir la pre-
y gradiente de presión sión y a la inversa. La velocidad es máxima en el extradós, donde se
produce una mayor depresión. Es la zona más sensible del flujo, donde
Cuando un perfil, vela o carena, desvía un fil ete fluido, éste tiende a
cualquier obstáculo que suponga un freno para el mismo reduce la de-
salir de la curva. Por lo tanto, la presión es más débil dentro de la curva
que fuera. En ese caso, decimos que el gradiente de presión se dirige presión.
hacia el exterior del fluj o. En el agua, el achicador automático de un derivador está situado en
una zona donde la curvatu ra (y por lo tanto la sobrevelocidad) corres-
La curvatura del fi lete fluido origina una "aceleración", es de-
cir, un grad iente de presión. ponde a una depresión que acelera el vaciado.
En el caso de una vela, el peso no desempeña papel alguno y la pre- V1
sión atmosférica manda " de lejos": se forma una superpresión en el in- Relación entre esfuerzo
tradós y una depresión en el extradós de la vela. y desvío de los filetes fluidos
En el caso de una carena situada en la superficie del agua : Una vela debe ser capaz de desviar al máximo el aire que incida sobre
• cerca de la proa hay sobrepresión; el intradós y el extradós, para lograr el mayor esfuerzo posible. Para
• cerca de la cuaderna maestra hay depresión; ello, hay que cazarla correctamente y optar por una forma que no per-
• cerca de la popa hay sobrepresión. mita el desprendimiento del mismo, en cuyo caso la desviación se vería
Lo cual se traduce en variacion es de la altura de la superficie libre; reducida.
son la s famosas "olas de proa" - ola de cuaderna maestra yola de
popa. Circulación de velocidad
Una aplicación muy conocida de los
La depresión más aguda se produce en el lugar donde la curvatura y resultante del esf uerzo
usuarios del s pi permite captar bien
del aire (es decir, en la vela bien reg lada) es mayor. Una vela abombada Alrededor de una vela o de un perfil siempre hay una fina capa límite
El " gradiente de presión ", en un fluj o esta re lació n e ntre la fu e rza exterior lo
recoge un esfuerzo mayor que una vela plana . Pero esto ya no ocurre turbulenta a la que corresponde una determinada circulación de veloci-
curvo, se desplaza desde e l interior al fuerza recogida, o esfuerzo) y e l desvío
así en cuanto el viento pasa de cierta velocidad. Los filetes fluidos "to- dad, o una turbulencia equivalente, cuya resultante tiene una fuerza de
exterior de una curva. la curvatura de de los fil etes fluido s: para que un spi
man mal las curvas", se desprenden y, a partir de ese momento, no sustentación mayor cuanto más alta es la circulación de velocidad .
la vela provoca una "aspi ración" y porte, es necesario qu e "suba ". Y para
cumplen ya las condiciones del fluido perfecto. Es necesario "aplanar" Cualquier cambio de la incidencia sobre un perfilo de su reglaje
una aceleración en e l extradós (cara qu e suba debe haber aire que salga por
la vela para lucha r contra este efecto. (embolsamiento o curva tura ... ) hace que varíe la circulación de veloci-
convexa de la vela) y. a la inversa, un s u parte infe rior: de est e modo, se
Con un f lujo permanente, la presión y la velocidad varían en dad, así como la resultante que se origina . Esta modificación va siem-
"estrechamiento " y una compresión obtiene una fu e rza exterior dirigida
sentido inverso a lo largo de un recorrido. pre acompañada del desprend imiento de una turbulencia en dirección
e n e l intradós (cara có ncava de la hacia lo alto. iSi no, no tendríamos más
Este teorema de Bernouilli, el predilecto de los hidráulicos, que a ve- opuesta a la variación de circulación sobre el perfil. Es una pena que las
misma, siempre s ituada que fu erzas exteriores diri gidas hacia la
"8 ces se utiliza indiscriminadamente, no se puede aplicar, recordémoslo, turbulencias no sean visibles, para indicarnos el sentido de la variación
barlovento ", más que en un recorrido. proa, y e l spi se caería!
de la circulación de velocidad.
188 Mecanica del velero El origen de las fuerzas 189

. El balanceo y el cabeceo producen modificaciones del ángulo de in-


cidenCia y, por lo tanto, variaciones en la circulación de velocidad; de
este modo se explica el fenómeno llamado de "balanceo rftmico" .
~ la turbulencia, al desprenderse, crea una fuerza lateral P que hace
A OSCilar el barco, provocando el desprendimiento de otra turbulencia en
dirección opuesta que cambia la dirección de P, siempre lateral, etc.
~st~ mi~mo fenómeno es el que hace que un banderín flamee y que
el timan vibre en determinados rumbos. Cuando el período de las tur-
bulencias emitidas está relacionado con el período mecánico propio de
3 un palo, un cable o un timón, puede producirse una ru ptura a causa de
la resonancia mecánica. En tierra, estas turbulencias han sido responsa-
bles de grandes calástrofes: la más famosa fue la caida del puente de
Tacoma (1940), producida por una torsión alterna del vie nto de un
temporal. Aunque normalmente no produce ninguna ruptura, esta re-
sonancia produce una determinada "respiración" así como espectacu-
lares movimientos de oscilación de chimeneas o palos, el "galope" de
los cables (líneas eléctricas con la tramon tana), o simplemente los cánti-
cos y el baile de las drizas en el fondeadero .
En la práctica no podemos prever todos los efectos cuantitativos de
las turbulencias aerodinámicas o hidrodinámicas, y los pseudo-períodos
Fig . A de flujo de aire y de oleaje: además de la aeroelasticidad y la hidroelas-
• En 1, Ia "circulación de velocidad" ticidad, resulta dificil de apreciar la fatiga de los puntos débiles .
\ -
ca usada por la fin a capa t urbul enta
sobre el banderín hace que se Descomposición de la resistencia
desprenda una turbulencia. al avance de la carena y las resistencias de forma e inducidas que son mas fáciles de definir en Prue ba de un casco de fragata e n e l
• Est a turbulencia origina, en 2, una Todos sabemos que un perfil aerodinámico produce menos "oposición el caso de un perfil completamente sumergido . canal de expe rie ncias de l 8ass in
fu erza de sustentación que, al modificar al avance" que un perfil circular o cuadrado. Esta resistencia procede La resistencia al avance de una carena en el agua es igual a la suma d'Essa is des Care nes, de Paris
el ángulo en el cu al "'fl am ea " el de dos fenómenos distintos: de las fuerzas, cuyos valores relativos varían según la velocidad: (documento DCN/ 8 assin d'Essai s des
banderín. crea una turbul encia en • las fu erzas de rozamiento sobre la carena debidas a la viscosidad • la resistencia de la ola es muy pequ eña con poca velocidad, pero Care nes).
dirección contrari a en 3 ... que a su vez del agua, que no es un fluido perfecto. El conjunto de las discontinui- representa hasta el 60% de la resistencia total, cuando navegamos a
va a originar un a fu erza de dades constituye la resistencia de roza m iento. una velocidad cercana a la velocidad límite;
sustentación en sentido inverso ... • las fuerzas de presión debidas a la forma de la carena y el flujo del • la resistencia inducida, cuando existe, representa aproximadamen-
agua. Su resul tado constituye la resistencia de presión . Debido a la te el 10% de la resistencia total;
Fig. B existencia de una superficie "libre" situada entre el aire y el agua, se • la resistencia de rozamiento aumenta con la velocidad, pero su
El balanceo rítmico, que se produce con produce una elevación de la presión resultante que se traduce en una parte relativa va disminuyendo según aumenta la velocidad, hasta que
e l vie nto de popa, tie ne la misma elevación del nivel del agua: de este modo el barco al avanzar, forma ya no representa más que una pequeña parte de la resistencia total.
explicación . olas. l as partes que están completamente sumergidas, como los planos
antia batimiento, generan una resistencia de presión muy débil mientras En total, la magnitud de la resistencia al avance puede llegar a alcanzar
el ángulo de abatimiento es nulo. Pero, en los rumbos agudos, la fuer- de un 15 a un 20% del peso del barco cuando navega a su máxima velo-
za an tia batimiento necesaria va acompañada obligatoriamente de una cidad y puede descender hasta menos de un 1% con viento muy flojo.
resistencia. l a resistencia al avance correspondiente no es despreciable
y se denomina resistencia inducida (porque está "inducida por" o por- Lé' resistencia por formación de ola
que" acompaña" a la fuerza de sustentación). El "flujo de agua" alrededor de una carena en movimiento dentro de
la práctica requiere que se haga una distinción entre la resistencia un fluido en reposo es idéntico al de un fluido que transcurre a la mis-
de las olas asociada al especta culo de las olas que crea el propio barco, ma velocidad alrededor de una carena inmóvil. Los filetes flu idos se de-
190 Mecánica del velero El origen de las fuerza s 191

~2
sistema divergente Efectivamente, la ola que se forma en la proa se combina con el sis-
de ola de popa
tema creado cerca de la cuaderna maestra y el de la popa. Según la ve-
locidad del barco, se obtendrá una forma diferente de superficie libre
(ver el dibujo de al lado). - ola de proa
La resistencia aumenta con la velocidad. Por una parte, debido a que - ola de popa
- - resultanle
la altura de las olas aumenta. Y por otra, porque su combinación es ca-
da vez más desfavorable. Cuando alcanza un valor tal que la longitud
sistema transversal
Debido al desplazamiento del de onda (distancia entre dos olas sucesivas) es igual a la eslora de flota-
de ola de popa
sistema transversal
casco, el espectác ulo que ofrecen las ción Lf, se dice que el barco navega sobre su ola de proa. Cuando la velocidad
de ola de proa
o las es mucho más compl ejo La magnitud de la resistencia de ola es en tonces elevada y hay que de l barco aumenta, en la señal
que las ondas circulares ca usadas por sistema divergente aumentar considerablemente la fu erza de propulsión para ganar sólo efectuada en e l mismo. la longitud de
la piedra en el charco. de ola de proa onda de las olas sobrepasa la eslora de
un poco de velocidad. Se ha alcanzado la ve locidad límite del barco.
Tenemos entonces que Ve = 0,4 g LF. Siendo este valor Ve única- fl otación Lf.
mente un orden de magnitud . Siempre podremos sobrepasarla creando
la suficiente fuerza de propulsión. ~sta depende también de la forma
de la ca rena y del desplazamiento del barco.
El planeo es también una forma de "escapar" a la resistencia
de la ola: lo analizaremos más adelante.

Resistencia inducida
La resistencia inducida se pone de manifiesto por medio de las curvas
polares. ~sta depende en gran parte de:
• la forma de la sección recta (sección de la orza);
• el ángulo de incidencia (en este caso ángulo de abatimiento).
Cuando los ángulos son superiores a 8°, la resistencia aumenta nota-
la estela de esta lanch a muestra la blemente, mientras que la fuerza de susten tación no lo hace de modo
ola de proa al combinarse con el significativo. pudiendo incluso disminuir. Bajo la acción de estas fuer-
sistema de ola s o riginado en la zas, los planos antideriva se deforman, especialmente los de 105 deriva-
C\(\,------------' <--.....
cuaderna maestra V con e l de la popa
de la e mbarcación .
dores ligeros, aunque como resultado de la torsión, el ángulo de inci-
dencia varia a lo largo del perfil. Al ser determinante la función de este
+ ir' sección de la vela

ángulo, resulta decisiva la elección de 105 materiales de construcción de


la orza. Ante todo, es realmente importante la flexibilidad en cuanto a
forman de tal manera que la presión se modifica. Esto origina va riacio- torsión y no la flexibilidad respecto a flexión (no existe una relación ge-
nes del nivel del agua o de olas: sobreelevación en la proa y en la popa, neral entre las dos).
y disminución al nivel de la cuaderna maestra. Estas variaciones de altu- Inevitablemente, los flujos poseen tres dimensiones: no podemos con-
ra van siendo mayores según disminuye el radio de curvatura de los fi- tentarnos con hacer estudios sólo de una dimensión. Por ello, se producen
letes fluidos y aumenta la velocidad del barco. unos remolinos especiales, denominados "remolinos de extremidades".
Si tiramos una piedra en un charco, las 01 itas que se producen en En el dibujo de al lado, se representa el origen de estas tu rbu lencias: -sección
~­ de la orza
forma de círculos concéntricos se extienden por toda la superficie. sobre un perfil de dimensiones limitadas con una incidencia positiva,
En el caso de una carena en movimiento, esta propagación se lleva a dentro del agua (o en el aire), la depresión que se forma en el extradós l os remolinos de las eldremidades se
cabo según dos fenómenos diferentes: atrae 105 filetes fluidos y los desvía hacia el interior. A la inversa, en el in- forman tanto en e l aire como en e l
• uno, llamado "divergente", que, de hecho, no influye de manera tradós, la ligera sobrepresión origina una desviación en el otro sentido. agua. lo cual explica que las hebras de
especial en la resistencia al avance del barco; En las extremidades del perfil, en especial, las particulas fluidas for- lana, colocadas como indicadores en
• otro, llamado "tran sversal", determinado por la forma de la su- man una turbulencia en forma de cucurucho. Estas turbulencias están las velas de un derivador amurado
perficie libre del agua en las proximidades inmediatas de la carena. causadas inevitablemente por la dimensión limitada del perfil. a estribor, suban o bajen .
192 Mecánica del velero El origen de las fuerzas 193

l o remolinos de las extremidades se combinan con la turbulencia de


arranque y con las siguientes, que al desprenderse, modifican la circula-
ción de velocidad.
Se pueden modificar los remolinos de las extremidades del plano an-
tiabatimiento colocando un bulbo al final de la quilla del barco. De este
modo las turbulencias se reparten a lo largo de la quilla. pero no se
pueden eliminar, sin eliminar al mismo tiempo la circulación de veloci-
dad y la fuerza de sustentación que se produce (es decir, la fuerza an-
tiabatimiento).
la resistencia inducida depende de la relación entre la forma de la
eslora y la manga del perfil. Para un valor concreto, la resistencia indu-
cida depende de la distribución de la circulación a lo largo del perfil.
Según la teoría de Prandtl, aquella es mínima si forma una elipse. Al es-
tar la circulación de velocidad estrechamente ligada a la incidencia so-
bre el perfil, se realiza una distribución de este tipo con una forma pla-
na de anchura manga, variando en forma elíptica. Descubrimos ahí una
técnica utilizada en aeronáutica, pues las alas de algunos aviones tie-
nen una anchura en forma elíptica para beneficiarse de este fenómeno.

Resistencia al rozamiento
Las fuerzas de rozamiento se ejercen sobre el conjunto de las partes que
están en contacto con el agua. Igual que ocurre sobre una tabla plana, se
desarrolla una capa limite sobre la superficie de la carena y sobre el perfil
antiabatimiento, incluido el timón. La naturaleza de esta capa límite de-
pende del número de Reynolds que está relacionado con la superficie.
El valor de la fuerza de rozamiento es proporcional a la superficie en
contacto con el agua. Es proporcional, por unidad de superficie, al cua-
drado de la velocidad y a un coeficiente Cr, denominado "coeficiente
de rozamiento".
Evidentemente, nos interesa mucho reducir este coeficiente. La ru-
gosidad de la superficie puede aumentar su magnitud. Sin embargo,
conviene señalar que, por debajo de cierta cantidad, deja de intervenir. Banco de pruebas p ar a veleros en el
Se dice entonces que el flujo es hidráulicamente liso. En un barco de 1O cana l de tracción (docum ento
metros que navegue a 1O nudos, esta condición se cumple siempre que DCN/ Bassin d'Essa is des Caren es) .

las rugosidades no sobrepasen 0,3 milímetros, que corresponde a la ru-


gosidad del metal bruto.
De este modo, podemos ver en el ejemplo, que no es muy importan-
te lijar exageradamente un casco.
Con objeto de reducir la resistencia debida al rozamiento, hay
que reducir la rugosidad, pero no excesivamente, puesto que
muchas veces resu lta útil mantener una turbulencia dentro de es-
las técnica s para reducir la resist e ncia ta "capa límite".
logran evitar e l desprendimiento La inyección de líquidos sobre un tabique que, al incidir sobre la ca-
representado en B. A B pa límite podrían modificar la estructura y los desprendimientos, no
194 Mecánica del velero

resulta económica ni tampoco está autorizada en regatas. Aunque en


el laboratorio se han conseguido resultados espectaculares en condicio-
nes muy concretas, esta técnica ha sido especialmente experimentada
en las alcantarillas del Ayuntamiento de París. para aumentar su caudal
en caso de fuertes lluvias. El revestimiento que debería emplearse, con
El juego
una capa especial, es de momento sólo un sueño, como el de la pared
"viviente" que reproduciría la flexibilidad y la perfección de la forma
del cuerpo de los delfines ..
El hecho de modificar la resistencia haciendo que intervengan los fe-
de las fuerzas
nómenos de tensión superficial (capilaridad) exigiría, también en ese
caso, una inyección o ablación, y no sería eficaz en el agua más que
con una velocidad muy pequeña.
Teóricamente, el velero de transporte más económico sería un sub-
marino lo bastante sumergido como para escapar a las condiciones de
la superficie del agua, unido a un velamen aéreo por medio de una es-
tructura fina, rígida y aerodinámica. El flujo del aire o del agua genera fuerzas que actúan entre ellas mis-
En la práctica, se pueden alcanzar velocidades muy elevadas evitan- mas y cuya lógica deberá comprender cuanto antes quien las sufre -en
do la resistencia de las olas, es decir, planeando. este caso el navegante- ¡si no quiere acabar convertido en su juguete!
Al ser estas fuerzas la mayoría de las veces tridimensionales, su dinámi-
ca resulta difícil de asimilar. Por esta razón, este capítulo comienza
efectuando una descripción que será de gran utilidad para aquellos que
quieran entender lo que ocurre a bordo de un velero en movimiento.
Es, de alguna manera, una especie de inventario de razones, una enu-
meración sencilla de las fuerzas que se ejercen sobre un velero y la ma-
nera de denominarlas.
Después, intentaremos comprender el modo en que estas fuerzas
son generadas en el aire (aerodinámica) y en el agua (hidrodinámica).
A continuación, expondremos una primera serie de aplicaciones
prácticas relativas al reglaje del barco, y concretamente al de las velas.

LAS FUERZAS Y SU
DESCOMPOSICiÓN ELEMENTAL
El viento y la vela
Cuando el viento choca contra un obstáculo -por ejemplo una vela- se
desvía de su dirección inicial. Según el principio de la acción y la reac-
ción' la vela ejerce una fuerza sobre el viento para desviarlo y el viento
ejerce sobre la vela una fuerza igual y opuesta a la anterior. Esta última
fuerza es la que ahora nos interesa.

Aparición de la fuerza
Imaginemos un paisaje marino desierto, sobre el que pasa un viento
constante y regular, y en el que los filetes de aire están representados
por rectas paralelas. Si dividimos este paisaje en dos partes iguales,
196 Mecánica del v elero
El juego de las fuerzas 197

vemos que la cantidad de aire que pasa entre 105 puntos a y b es igual En la práctica, enseguida comprobamos que esto no es así. Cuando ca-
a la que transcurre entre b y c.
zamos poco a poco una vela para exponerla al viento, la fuerza aerodiná-
Ahora entra un barco en el paisaje y su vela hace que los filetes de mica aumenta en un primer momento, pero a partir de un determinado
aire se desvíen . Como consecuencia, podemos llegar a las siguientes ángulo de incidencia, disminuye bruscamente manteniendo después, en
conclusiones: ángulos cada vez mayores, un valor muy débil y sensiblemente constante.
• La deflexión se produce únicamente en las proximidades inmedia-
tas de la vela. Los filetes situados a cierta distancia todavía no se des-

, vían (es el caso de ce'). o han vuelto a normalizarse (caso de aa'). El agua y la quilla
b e
I~ ' jI 'i • El aire al chocar contra la vela, por la cara de barlovento, se ve La orza de un derivador y la quilla de un barco desempeñan la misma
obligado a cambiar de dirección. Como consecuencia, los filetes de aire función: evitan que éste derive. Utilizaremos aquí la pa labra quilla para
comprendidos entre a y b se empujan y se comprimen contra la vela. El designar, de manera general, el alerón situado en la parte inferior del
1I1II11111
a ire que pasa a barlovento de la vela sufre una co m pres ión a l casco de un barco.

"11"
desviarse. Guardando las debidas distancias, una quilla actúa en el agua, igual
• Por la cara de sotavento, si el aire continuara pasando en direc- que una vela en el aire. En lugar de un fluido que pasa sobre una su-
ción recta, se formaría un vacío detrás de la vela. Para evitar este vacío, perficie, se trata de una superficie que pasa por un fluido, pero la ac-
los filetes de aire siguen el contorno de la vela, siendo al mismo tiempo ción entre ambos es la misma.
desviados y atraídos por la fuerza centrífuga hacia el exterior de la cur- Cuando un barco avanza, su quilla se mueve dentro del agua con Distribución del campo de pres ión
b' e'
"
1
I
' 11 '¡ va. Ellos mismos tiran de la vela. Detrás de ésta, debido a la curva que una determinada incidencia, denominada "ángulo de deriva ". Como e ntre los diferentes puntos de una vela,
dibuja el aire, se forma una zona en la que la presión es más débil que reacción, ésta recoge una fuerza que incide más o menos de forma a barlovento y a sotavento.
Compresión + depresión =
la presión ambiental; decimos que esta zona está en depresión. perpendicular en su superficie y que denominaremos fu erza hidrodi-
fu erza aerodinámica
De lo cual se deduce que la cara de sotavento de la ve la está so- námica. Esta fuerza es, en cierto modo, homóloga a la que se ejerce
metida a un efecto de succ ión . sobre una vela y que habíamos llamado fuerza aerodinámica.
Al experimentar una fuerza de presión por barlovento y de succión Al igual que la forma de flujo de los filetes de aire sobre la vela esta
por sotavento, los dos efectos se combinan constituyendo la fuerza to- asociada al ángulo de incidencia formado entre la vela y el viento, tam-
tal que ejerce el viento sobre la vela . A partir de este momento la deno- bién el régimen de flujo de los filetes del agua sobre la quilla esta rela-
minaremos fuerza aerod in ámica. cionado con el ángulo de abatimiento. Si este ángulo es pequeño, el
flujo es regular, y los filetes de agua resbalan a lo largo de la quilla, Pe-
Orienta ci ón ro también en este caso, existe un valor de ángulo crítico, a partir del
La fuerza que ejerce un fluido en movimiento sobre un plano es per- cual se produce la "entrada en pérdida" . Es cuando aparecen grandes
\ pendicular al mismo, sea cual sea el ángulo de incidencia. turbulencias detrás de la quilla y, bruscamente, el barco comienza a
\ Por lo tanto, podemos decir que la fuerza aplicada en cada punto de abatir mas: el flujo de agua ha sido perturbado.
la vela es perpendicular a la superficie próxima a dicho punto. En la La fuerza hidrodinámica se ejerce de una manera diferente según
fuerza aerodinámica R práctica, la resu ltante de todas las fuerzas de presión y de succión es sea el flujo de agua regular o perturbado. En régimen regular esta aso-
g
notablemente perpendicular a la cuerda de la vela. ciada a la acción de los filetes de agua a lo largo de la quilla. En régi -
men perturbado, cuando aparecen turbulencias, ya no puede ir asocia-
Magnitud da mas que a la propia velocidad de la deriva.
Manteniéndonos en el campo de las reglas generales de la física, pode- La magnitud de esta fuerza hidrodinámica es aproximadamente:
mos decir que la fuerza aerod inámica es aproximadamente: • proporcional a la superficie de la quilla;
• proporcional a la superficie de la vela: si reducimos la vela a la mi- • proporcional al cuadrado de la velocidad del barco cuando el flujo
tad, la fuerza del viento disminuirá a la mitad. es regular;
• proporcional al cuadrado de la velocidad del viento: si la velocidad • proporcional a la velocidad de deriva cuando el flujo es perturbado.
del viento se multiplica por dos, la fuerza lo hace por cuatro. El valor del angula de "entrada en pérdida" depende de la longitud
Según el principio de acción y reacción citado al principio, podría- de la quilla y de su grosor. Puede ser de 30° aproximadamente cuando la El régimen de flujo de los fiJete s de
Orientación de la fu erza mos pensar que cuanto mayor es el ángulo en que la vela desvía al quilla es gruesa y corta; de 20° si su grosor y longitud son medios; y sola- agua sobre la quilla está asociado con
aerodinámica viento, mayor es la fuerza que éste ejerce sobre ella. mente de 12° si es una orza fina y alargada. Este valor también puede e l ángu lo de deriva .
198 Mecánica del vel e ro El juego de las fuerzas 199

1. Flujo desprendido sobre


El par de fuerzas durante la salida

...-
la quilla

-T
Si cazamos la s vel as

-T-
.1.
dem asiado pronto cua ndo
e l barco esta en ceñ ida, al
ser muy grande la fuer za de
3. Flujo despegado s obre la quilla .
abatimiento. ésta debe ser
l a ve locidad aumenta . l a fu e rza de abatimiento
compe nsada con una fuerza
s igu e siendo la misma , así como t ambién la fu e rza de
de antider iva enorme que rumbo
sólo puede obtenerse con
antideriva . la vetocidad de abatimiento no / lÍp·······T ·············
disminuye, pues e l flujo s igue s iendo turbu lento, á gulo de aballmiento
una gran ve locidad de /
pero. a l ava nzar e l barco a m ayor velocidad.
abatimie nto. Pues to qu e la
disminuye e l ángulo de abatimiento .
fuerza propu lsora es
pequeña. también lo será la

--
velocidad de ava nce; como
consecue ncia, e l á ngulo de
abatimiento será enorm e y
.1.
no t endrá razón a lguna
pa ra disminuir. T
4. Flujo pegado sobre la qui lla.
----+ - - ,@ rumoo
, la ve locidad sigue aumentando, e l ángulo de

J;;,.L~;:z==·=:·';;:·.-=·iI··~· rl·e:-;·ói;·:~--···~ ~. ·~ ·J abatimiento sigue dism inuyendo y de repente la quill a


"se a garra " (el fluj o se ha vuelto a pegarl. Bruscamente

...-
Rp ángUlO;'

-T
de abatimiento se vuelve a recuperar la fu erza de a nt ideriva con una

2. Flujo desp rendido sobre velocidad de abatimiento pequeña: el á ngulo de

la quilla . abatimiento es despreciable.

Por lo tanto, e n la sa lida

-
unicamente hay que ca zar
las velas cuando el barco ha
arribad o lo suficiente : la
fuerza aerodinámica estará
-T.1.
e ntonces mejor orientada, y
la fu e rza de antideriva será ángulo
de abatimiento
también lo más re ducida
posibl e. l a fu e rza de 5. Flujo pegado a la qui ll a.
a ntid eriva necesaria es Ahora, ya podemos orzar. Con e l fluj o otra vez pegado, la fuerza de
pequeña, pero sin emba rgo antideriva compensa la fuerza de abatimiento con un ángulo de
sólo puede obtenerse co n abatimiento pequeño.
una gran velocidad de Podemos seña la r que, en este dibujo. la fuerza aerodinámica es
a batimiento, pues e l fluj o exactamente igual a la del dibujo ni 1. ¡Y, sin e mbargo, e l resu ltado
de agua s igue estando es comple tamente dis tinto l l o que establece la diferencia,
desprendido . evide ntemente, es e l cambio de régim e n del fluj o sobre la quilla . ®
200 Mecanica del v elero El juego de las fuerzas 201

variar según el "perfil" de la quilla (se están realizando investigaciones te, sin formar remolinos. La fuerza de antideriva queda asegurada a
para diseñar quillas con un perfil que pueda invertirse durante las viradas). partir de ese instante por los filetes de agua que se deslizan de forma
El propio casco, evidentemente, también desempeña un papel muy regular a lo largo de la quilla. El barco escora, avanza hacia adelante de
importante, como veremos más adelante. Con el simple objeto de sim- modo franco, y maniobra bien, sin abatir prácticamente. Podem os or-
plificar, en este capítul o sólo hablaremos de la quilla. zar sin miedo.
Los fenómenos que tienen lugar sobre esta parte del barco son en
cualquier caso, mucho más evidentes que los que se producen sobre
una vela: la quilla es rígida e indeformable y el agua es 770 veces más
LA FORMACiÓN DE FUERZAS
densa que el aire ..
Complejidad de un flujo real
Los flujos que inciden en un mismo plano son fáciles de distinguir. Pero
Ejemplos de descomposición de fuerzas la realidad es muy distinta: en el agua, incluso sin balanceo ni cabeceo
Ya conocemos las fuerzas que actúan sobre el barco; ahora nos queda alguno, el oleaje imprime oscilaciones tanto verticales como horizonta-
por ver cómo se conjugan para hacer que avance. les a las velocidades de la ca rena, la quilla y el timón.
También en este caso vamos a echar un vistazo a la física . Para com- En el aire, en las cercanías de un puente, detrás del palo de un barco
prender el partido que podemos sacar a estas fuerzas, viene bien recu- o de la botavara de una tabla y en los extremos superior e inferior de
rrir a la regla del paralelogramo y descomponer las citadas fuerzas en las velas, el flujo no es ni plano ni horizontal.
las dos direcciones que nos interesan: una en la dirección de la línea de
crujía del barco y la otra, en sentido perpendicular a la misma . De este El carácter tridimensional que adopta participa de las fuerzas vertica-
modo, podemos descomponer la fuerza aerodinámica en una fuerza les de los esfuerzos, complica el modelo teórico o numérico y, a veces,
pro pul sora y en una fuerza de abatimiento; y la fuerza hidrodinámi- La ola más s imple origina trayectorias
impide una comprensión inmediata del fenómeno.
ca en resistencia y fuerza de antideriva. circulares.
Antes de que existieran las tablas a vela, esta fuerza aerodinámica
En un primer momento, es importante que sepamos que: la fuerza de vertical Z se despreciaba, porque se suponía que las velas estaban bien
ant ideriva siempre es igua l y opuesta a la fuerza de abatimiento, y regladas, casi verticales y que el flujo del aire cerca del agua era parale-
Rd R la res istencia es tamb ién igual y opuesta a la fue rza propu lsora . lo a su superficie. Cerca de los acantilados, obstáculos y bolsas térmi-
cas, y dependiendo de la estructura de la atmósfera y del viento, pue-
R: fuerza aerodinámica
El j uego de fuerz as en la salid a den existir, en las proximidades de la superficie del mar, movimientos
RP: fuerza propulsora
Un barco va largando fondeo y retrocediendo lentamente. Después verticales capaces de derribar un avión de líneas comerciales.
Rd: fuerza de abatimiento
arriba al llegar a su posición de equilibrio abatiendo mucho. El agua in- Podemos asociar estas fuerzas verticales con turbulencias de aire con
F: fuerza hidrodiná mica
cide sobre la quilla en un ángulo próximo a los 90°, y hace que se for- ejes horizontales (como los "rotores", que se forman detrás de las ca-
Fp: fu erza de antideriva
me un régimen de flujo despegado con remolinos. denas montañosas, y que son muy conocidos por los pilotos). Estos tie-
Ft : resis tencia
Si la tripulación caza las velas mientras el barco está ciñendo, la fuer- nen diámetros variables que oscilan entre decenas y cientos de metros
za aerodinámica se orientaría muy mal, y la fuerza propulsora sería muy y no son visibles, excepto en maquetas hidráulicas con trazadores. Evi- El balanceo imprime al viento aparente
pequeña, siendo grande, por el contrario, la fuerza de abatimiento. La dentemente, son mucho más frecuentes en las inmediaciones de fren- una fu e rza pa ra le la al palo, que actüa
fuerza de antideriva de la quilla seria, de hecho, igual a esta última, pe- tes meteorológicos. Al igual que sus homólogos de ejes verticales, pue- como fuerza "vertical fluctuante ".
ro se produciría una gran velocidad de abatimiento; el barco acabaría den tener también enormes dimensiones.
contra el muelle. Por un lado, porque no se conocen bien, y por otro, porque la com-
l a tripulación lo sabe y no caza las velas, hasta que el barco ha arri- ponente "vertical" suele estar originada por el balanceo, el cabeceo y
Para seguir
bado al llegar a barlovento del través. A partir de ese momento, la fuer- los efectos de las extremidades, esta fuerza se desprecia cuando está
las
za aerodinámica está muy bien orientada -fuerza propulsora grande y relacionada con el aire que "ataca" la superficie de una vela. En princi-
fuerza de abatimien to pequeña- y es también muy grande, pues las ve- pio nosotros haremos lo mismo.
las se han reglado con el mejor ángulo de deflexión . Pero los torbellin os secundarios de una vela de proa pueden modifi-
El barco, mientras abate, empieza a avanzar. Como resultado, el án- car el flujo posterior. Los gansos salvajes vuelan en formación para que
gulo de abatimiento disminuye. Y cuando éste alcanza por fin un valor cada uno de ellos pueda aprovechar los movimientos ascendentes del En la a tm ósfera pueden existir
claramente inferior al valor crítico, el flujo del agua cambia bruscamen- aire, originados por el torbellino secundario del pájaro que va delante. turbulencia s con ejes horizonta les.
202 Mecanica del v elero El Juego d e las fuer zas 203

La compresibilidad del aire sobrepresión


y la creación de fuerzas aerodinámicas en un flujO de aire.
en milibares
Ya sabemos que el aire. al contrario que el agua. se puede comprimir.
Sin embargo. al incidir sobre una vela. incluso con vientos atemporala-
dos. su compresibilidad prácticamente no desempeña ni realiza nin-
s
guna función en la evolución sobre el agua de una máquina con velas.
El hecho de que éste no se comprima no quiere decir que la presión
de un flujo de aire sea constante. En una manguera, la presión del
agua (fluido incompresible) es diferente del grifo hacia arriba, que des-
de la salida hacia abajo.
La presión del aire, al incidir sobre una vela o cualquier otro obstácu- ·3
lo, no es la misma en todos los puntos. Es más fuerte en el intradós .,
(parte cóncava de la vela que está siempre a barlovento) y, sobre todo,
más floja en el extradós (parte convexa, a sotavento).
., velocidad
las aves migratorias al vola r en del aire
formación "aprovechan" el flujo que Es la depresión y no la compresión lo que proporciona la mayor par- en mis
genera su predecesor inm ediato. te del esfuerzo recuperado .. . Del mismo modo, un avión no vuela apo-
yándose sobre el aire, sino aprovechándose de un flujo aparente de 10 20 30
aire que lo atrae hacia arriba. Sobrepresió n e n un fluj o de ai re.
Al ser la depresión la que ordena el esfuerzo, la zona en que ésta es
mayor es la más sensible. La variación de la curvatura de una vela, la si-
., la sobrepres ión máxima (y la
depresión) de un flujO de ai re es (son)
tuación del embolsamiento y la presencia de obstáculos que interfieren O débil (es) ante una presión atmosférica
con el flujo desempeñan pues un papel fundamental. En el aire, el valor -2 de 1 000 milibares, aproximadamente.
de estas depresiones es muy pequeño: con un viento de 20 nudos, es
decir, de 36 km por hora, éstas no corresponden más que a algunos
.,
gramos por decímetro cuad rado. Pero si las repartimos por decenas de

., .,
O O

••
••

•• l a depresión causada e n e l extradós (presión P infe rior a la pres ión ambiental

• P <Xl ) es más eficaz que la sobrepresión sobre el intradós (presión P superior a la
presión ambiental P <Xl I cuando e l ángulo de incidencia es pequeño (en este caso,
hasta 15°): la zona sombreada corresponde a la intens idad total del esfuerzo .

... pero e l aire no se comprime cua nd o hay vientos fuertes alrededor de un a vela.
Cuando e l LOllg Shot est ab leció el record de l mundo de ve locidad en 42,89 nudos
(Russelllong 1991 e n Sa intes-Maries-de la-mer), e n ninguna parte la superpresión Una capota de un 2CV, y la lona de una
fue superior al 0,7% de la presión atmosférica. Este récord, es actu almente tienda de campaña se hinchan debido
Todos hemos podido comprobar la e l 2'11 tiempo absoluto, y fue rebasado por Wellow Page e n 1993, al lograr una a la aspiración creada por la curvatura
compresibilidad del aire .. velocidad de 46,82 nudos. del flujo del aire.
204 Mecánica del velero El juego de las fuerzas 205

metros cuadrados de vela, ejercerán una fuerza resultante equivalente En rumbos portantes, cuando la resistencia aerodinámica es una
al peso de varios hombres. fuerza motriz, la interacción entre los diferentes obstáculos resulta fun-
Si hacemos una comparación, veremos que. en el agua, debido a su damental: por este motivo en los barcos, es mejor llevar varias velas.
densidad 770 veces mayor que el aire, el efecto es todavía más sor-
prendente; en una carena que se desplace a una velocidad de 10 nu- Influencia de la jarcia firme
dos, podemos encontrar zonas en las que la presión es solamente la Una vela se mantiene por medio de un conjunto de piezas mecánicas
mitad de la presión atmosférica; las fuerzas resultantes son equivalen- que, normalmente, no participan en la formación de la fuerza propul-
tes a las de una masa de 5 toneladas colocada sobre un metro cuadra - sora, sino que, al contrario, aumentan la resistencia: el palo, los oben-
do de la cara interior del casco. ques y otros cables. Los obenques originan una resistencia nada des-
preciable, principalmente debido a su forma externa; a diferencia con
Aumento de las fuerzas útiles para la propulsión las velas, su influencia se limita a esta resistencia; pero éste no es el ca-
El aumento de las fuerzas útiles para la propulsión no está únicamente rela- so del palo y del estay, situados en una zona crítica para la calidad del
El aire tiene que poder escaparse de l cionado con el aumento de la supenicie de las velas y la fuerza del viento. flujo que incide sobre una vela: el borde de ataque.
spi para crear un flujo capaz de originar Las pruebas realizadas en el túnel aerodinámico demuestran que la
una diferencia de presión entre e l Salida del aire con viento de popa presencia de un palo de sección circular modifica desfavorablemente el
intradós V el extradÓs. Es una lastima Con viento de popa, al ser la resistencia aerodinámica la fuerza motriz, rendimiento de la mayor. Existe una clara tendencia a intentar conseguir
que no pOdamos verlo al navegar. intentamos aumentarla, por eso el velero al navegar con spi obtiene un palo lo más delgado posible (compatible con la resistencia a los es-
ciertas ventajas" al recoger más aire". fuerzos que sobre éste se realizan). Instalar un palo aerodinámico mejora-
Las velas deben recibir el aire. pero no guardarlo: es necesario que ría bastante la situación, siempre que se colocara correctamente con rela-
el f lujo de aire incida sobre las dos caras de la ve la para que se ción a la cuerda de la vela, lo que exigiría poder girar sobre la línea de
origine una diferencia de presión . Por esta razón no hay que dudar crujía del barco. Incluso podría diseñarse para tomar parte de forma efi- Algunos ejemplos
en dejar que el spi suba un poco y se separe de la mayor, así como co- caz en la propulsión, como ocurre en las jarcias que llevan un palo con de res istencia: en e l
locar las velas que más favorezcan la salida del aire. alerones, que sólo tienen interés para los barcos de alta competición. aire. a 300 km/ hora e l circulo pequeño
Al igual que ocurre en los paracaídas, las rajas, y las toberas modifi- El hecho de aumentar la superficie de un obstácu lo dentro de opone la misma resistencia que e l
can completamente la geometría del flujo y, como consecuencia, la dis· un f lujo no aumenta obli gatoriamente el esfue rzo que debe ejer- "perfil ideal ", diez veces más grueso.
tribución de las presiones y la resultante aerodinámica, es decir, las ce rse sobre el mismo: es mucho más importante la fo rm a.
fuerzas útiles para la propulsión .
Orientación óptima de las acciones aerodinámicas
Resistencia y perfil Con el viento de través, cuando éste arrecia, los barcos de vela escoran
El empuje del agua o del aire sobre la carena, las superestructuras o la y se tumban . Se dice que hay que mantener el barco derecho para
jarcia, dirigidos en la misma dirección aparente del viento (o del agua) aprovechar al máximo el efecto propulsor. Aunque esto es cierto, si lo-
se engloban bajo el término de resistencia . Esta resistencia no es direc· gramos que el barco "planee", podremos ir aún más rápido. Para lo-
tamente proporcional a la superficie aparen te llamada perfil. Esta es
tan sensible a la forma del obstáculo, al estado de su superficie y a su
Entre el agua y e l aire se produce un " rozamiento ". Por lo tanto en las
estabilidad, que origina numerosas sorpresas.
proximidades de un obstáculo, cabo, arrecife o casco fondeado , la velocidad es
De este modo, un perfil con la proa redondeada produce una menor
menor que dentro de la corriente general. Esto ocurre cuando se está muy cerca
resistencia al aire o al agua que un perfil puntiagudo. La forma puntia-
del obs táculo, a unos pocos metros si se trata de un cabo, o unos cuantos
guda de las proas de algunos veleros, tiene por objeto evitar los proble-
centímetros s i es un arrecife o un casco. Por el contrari o, a unos cuantos metros
mas de interfase aire/agua. Por el contrario, la proa de un submarino es
de estos ültimos y a varia s decena s de metros de distancia de un cabo, que esté
El estay aerod inámico hueco y la fund a redondeada, el morro del tren de alta velocidad es aerodinámico, como
fuer a de las eventuales corrientes de retorno de la estela, la velocidad local
del grátil de las tablas están diseñados los palos de los navíos, los cascos de los ciclistas y también las partes
de la corriente es superior a la que mantiene lejos de estos: se dice entonces que
pa ra red ucir la resistencia (resistencia sumergidas de las proas de los petroleros.
existe una "sobrevelocidad". Este efecto está originado por la curvatura de las
al aire), igual que el casco aerodinámico Debido a que la forma y la naturaleza del flujo son los que generan
lineas de corriente, y se explica por medio de la teoria del fluido perfecto, siendo
de Miguellnduráin o los tejadillos de los esfuerzos locales, no se obtiene la máxima resistencia obligatoria·
muy conveniente cuando se está a cierta distanci a del obstácu lo. cua ndo
los remolques. mente aumentando la superficie expuesta al viento.
la influencia de la viscosidad resu lta despreciabl e.
206 Mecánica de l velero El juego de las fuerzas 207

grar que se produzca este fenómeno, podemos utiliza r la contraescora.


De este modo generamos una fuerza ve rt ical que tien de a levantar el
barco, y que, como consecuencia, contribuye a disminuir la resistencia
hid rodinámica. En esas con diciones, la velocida d del barco aumenta
-- ......-- ......--
......
bastan te, al ser equivalente a la totalidad de las fuerzas motrices y de
resistencia ..
Ésta es una de las razones por las que los surfistas se tumban con la
espal da a ras del agua con viento duro, coloca ndo la vela por encima.
Ésta es una cond ición necesaria al efectuar la salida con la tabla sumer-
gida (water-start). T

La proximidad de obstáculos revela


frecuentemente la existencia de fue rzas El reglaje del barco: las velas
ocu ltas q ue nos mu estra este sencillo
experimento. (Ver foto de al iado). Polares de las ve las
l es mostramos un experimento sencillo y espectacular: con este peque ño Velocida des de intensidad o dirección diferentes originan presiones di- p

montaje, podre mos hacer que se"e leve una hoja de pape1. . soplando sobre s u cara feren tes. Sus resultantes son fuerzas cuyas componentes son motrices
s uperior. o de resistencia.
Cuando una vela se deja suelta, actúa como una veleta y se orienta
Recortamos un circu lo de cartulin a de 13 cm de di á metro aproximadamente y de modo paralelo al viento, fla mean do bajo la acción de las fuerzas la-
La vela, cuando no está cazada, actúa
hacemos un ag ujero en el centro, donde pegamos un tubo de 5 mm de diámetro terales originadas por el desprendimiento de turbulencias alternas más
interior de modo que encaje l o m ej or p os ible; co n cuidado, acercamos el tubo ° menos reg ulares. La fuerza media de antideriva es nula y sólo existe
como una velet a y origina una
resistencia pa siva . Cazada, c rea a l
pegado al cartón a la s uperficie de un a mesa donde hemos colocado una hoja de una cierta resistencia.
mis mo tiempo una resistencia T y una
pape l y soplamos co n fu e rza sobre la misma a través del tubo-pantalla: la hoja Por el contrario, si la vela está cazada, se hincha y las fuerzas ae~o ­
fu erza de a nt id eriva P.
se levanta y se q ueda casi p egada a la pant a lla mientras seg uimos sop la ndo. Es dinámicas que ejerce el flujo de aire o ri ginan una resistencia T y una
la form a especial de l flujo de aire lo que ocasiona una resistencia negativa fuerza de antideriva P (o una fuerza propulsora Rp y una fuerza de
len se ntido opuesto al chorro de aire) . abatimiento Rd, según el sistema de descomposición que elijamos).

=
-
...... Va

-=
...... Va

T •• ••
.... R

La fu e rza de a ntide riva P y la Ta mbi é n podemos descomponer la fu erza


l os w indsurfis tas saben utiliza r la resistenci a T son e n e l punto formado por la derrota de l
compone nte vertica l de la fu e rza co mpone ntes aerodinámicas ba rco y la perpendicular a ést e. Entonces
aerodinámica para aligerar la tabla y con relación a l vie nto apa re nte ha bla re mos de fuerza propulsora Rp
reducir la resistencia hidrodinámica . Va y a su perpe ndi cul ar. y de fu erza de abatimiento Rd.
208 Meca n i c a del v e l ero E l j uego de las fuer z as 209

• Las curvas polares no son homotéticas para distintas fuerzas del


15" viento aparente. Así, cuando la fuerza del viento aparente se multiplica
por dos, la resistencia y la fuerza de antideriva no se multiplican exacta-
25" mente por 2 2 = 4.
Éstas cambian notablemente con la forma del perfil, que no sólo de-
35" pende del embolsamiento, sino también de su posición y de la forma
del plano:
• un embolsamiento de un 14% proporciona en algunas circuns-
tancias un esfuerzo superior a un embolsamiento de un 5%. los pro-
blemas relacionados con el desprendimiento pueden modificar este re-
sultado, cuando la velocidad del viento aparente es suficiente;
• una vela con mucho grátil proporciona el máximo rendimiento en
Obtenida e n relación con e l vie nto
una incidencia de 15°, mientras que una vela la t ina obtiene una fuerza
aparente Va, la polar nos proporciona
máxima hacia los 40°.
la fuerza de antideriva P y la resistencia
Estas curvas establecidas en condiciones científicas sirven para ayu-
T, e n función de la orientación a de la
darnos a entender este fenómeno, pero no se pueden utilizar directa-
c uerda de la vela . Dicha polar no
mente de forma cuantitativa en máquinas con velas sometidas a o sci -
corresponde más que a este flujo
laciones, vientos irregulares, o grandes proyecciones de agua sobre
permanente Va y a una serie de
sus superestructuras.
reg lajes efectuados s obre esta vela con
Las fue rzas indicadas en una po lar co r responden a un régimen
sus perchas, para este conjunto de
perm anente; se sobreentiende que, durante varios segundos, no se
medidas.
produce ninguna variación . Del conocimiento de una determinada cIa-
Para averiguar el rendimiento de una vela con un viento uniforme, se de polar de todas las velas (incluyendo las superestructuras) podria-
se realizan a veces curvas polares de las velas, asociándola o no a las
superestructuras del barco.
Los valores correspondientes se obtienen por medio de maquetas en
el túnel aerodinámico, y nos indican la fuerza de antideriva P y también
la resistencia T según la dirección del viento aparente en relación con la
vela. ,, ,,
En algunas ocasiones se suma la medida de una fuerza orientada en
,,, ,,
sentido vertical que denominamos aligerami ento Z.
,, grálill ,5
Para obtener la fuerza propulsora Rp, es necesario traslada r sobre el
,
diagrama el rumbo de superficie de la máquina con velas, con relación ",
, ,
,, ''
al viento aparente.
Hay que tener en cuenta que la resultante del esfuerzo R es práctica-
mente perpendicular a la cue rda media o a la botavara, según la teoría
,
:
,
", ,
gra\i l3
del fluido perfecto. En razón a la distribución de las depresiones cerca ,
~ - - - - _ .
\

de la curvatura máxima de la veja, ésta se situará más o menos hacia la


proa o hacia la popa y diferirá ligeramente de la perpendicular según la
incidencia del esfuerzo.

Las condiciones experimentales de medida explican que cada polar SO"


corresponde a:
grátl16
• una velocidad bien definida y regular del viento aparente; Ejemplos de polares de velas de
• un reglaje determinado de la vela. ratil" 6 diferentes formas .
210 Mecánica del velero El juego de las fuerzas 21 1

maniobras. Pero a partir de este momento tenemos que senalar que,


en relación con una vela determinada, tendremos una mayor o menor
flujO entre
ayb
libertad según sea su corte y su material.
en rumbo
de ceñida Reglaje del embolsamiento de la vela
lS'
Las polares de las velas indican que la fuerza propulsora es mayor cuan·
10' to más aumenta el embolsamiento. Esto no es cierto más que cuando
25'
no se produce un desprendimiento del flujo . En la capa limite del extra -
dós de la vela, las particulas de aire quedan frenadas, debido al roza-
miento sobre el tejido y a la diferencia de presión que existe a lo largo
del perfil curvo. Este "freno" es más grande cuanto mayor es el embol-
samiento y la velocidad del viento aparente. Cuando el viento aparente
aumenta en relación con un valor determinado de embolsamiento y de
Entre a y b. al estar la vela en " rumbo s' incidencia, el "freno" es suficiente para parar las partículas e invertir el
60
de ceñida ". sin cabeceo ni balance o. es sentido del flujo; en ese caso se produce un desprendimiento. Las he·
decir. dentro de un flujo continuo, el bras de lana colocadas en el lugar oportuno, pueden detectar este fe-
coeficiente Cz/Cx o fuerza de antideriva nómeno en el extradós de una vela.
! resistencia es máximo; a partir de b flujO turbulento En los rumbos de ceñida, hay que encontrar un reglaje que evite es·
más allá de c a
el flujo de aire está desprendido;
sotavento de la vela
te desprendimiento, para lograr el mejor rendimiento. Una de las solu·

Ilal~ '--_______ _ ----<~9"-0'~ ciones consiste en reducir el embolsamiento de la vela, con lo que dis·
en c. e l flujo 85 turbulento a sotavento
de la vela. minuye la diferencia de presión a lo largo del extradós, así como el
"freno" de las particulas de aire, haciendo que el flujo vuelva a adherir-
se. Otra solución consiste en disminuir el ángulo de incidencia, pero en-
mas deducir las mejores de ellas en relación con las fuerzas aerodinámi- tonces modificaríamos también la orientación de la fuerza propulsora .
cas. Para ello, habria que establecer polares para todos los casos, lo En rumbos portantes, la responsable de la fuerza propulsora es la re-
cual es imposible de llevar a la práctica. No obstante, a partir de su for- sistencia del plano vélico, que no tenemos ningún interés en disminuir.
derrota ma general podemos sacar determinadas conclusiones. Es necesario favorecer el desprendimiento de los filetes fluidos detrás de
Si deseamos obtener la máxima fuerza propulsora, debido al balan - la vela. La mejor manera de reglarla es darle un gran embolsamiento.
fO ceo y cabeceo, el mejor valor medio estará a la derecha de la cresta.
Por lo tanto, convendrá "dejarla portar un poco". y más aún cuanto Reglaje del ángulo de incidencia
mayores sean las variaciones en la incidencia del viento aparente. El aire se desplaza sobre la superficie del mar (o de la tierra); como ocurre
Pero una fuerza propulsora Rp más fuerte, no es siempre la mejor con todos los fluidos al chocar contra un obstáculo, se origina una capa
solución, al ser la fuerza de abatimiento Rd muy elevada en la ceñida. límite de varios metros de espesor a unas decenas de metros del mismo.
Como resultado, el viento real no tiene la misma intensidad en la base
Reglaje de las velas del palo que en el tope, y lo mismo ocurre con el viento aparente.
Las velas son el elemento motriz del barco. De su forma depende el va- Si queremos que el ángulo de incidencia sea el mismo en toda la ve-
lor y la orientación de la fuerza propulsora. la, hay que darle torsión, es decir, modificar el ángulo que forma la
Este reglaje se caracteriza por: cuerda de los diferentes perfiles de la vela, con la linea de crujía del
Cuando las fuerzas aerodi námicas que • la forma de cada perfil horizontal, definida por la longitud de su barco. Puesto que el viento aparente alarga más en el tope del palo
actúan sobre las velas se descomponen cuerda , su posición y el valor de su máximo embolsamiento; que en su base, hay que aumentar este ángulo desde la base hasta di-
en fuerza propulsora Rp y fuerza de • el valo r del ángulo de incidencia de cada perfil con rel ación al cho tope.
abatimiento Rd, hay que crear un viento aparente. En teoría, incluso aunque el viento aparente fuera el mismo en toda
sistema antia batimiento hidrodinámico la vela, convendría dar torsión a esta última para lograr modificar la in-
que origine una fuerza antia batimiento Resulta muy difícil no modificar más que un solo parámetro a la vez. cidencia, en función de su altura, de la forma de su perfil y de la longi-
Fp y una resistencia hidrodinámica Ft. En un próximo capítulo, mostraremos cómo lograrlo por medio de las tud de la cuerda. Si queremos reducir al máximo la resistencia inducida,
212 Mecánica del velero El juego de l;:1s fuerZ;:1S 213

tenemos que repartir la circulación de velocidad a lo largo de toda la sin foque Distribución de las presio nes en
vela, según la ley de la elipse. una mayor con foque y s in él. la

Pero, en realidad, la torsión óptima de la vela es muy difícil de deter- depresión que se orig ina en el
minar y hay que actuar por aproximaciones sucesivas. extradós disminuye

La torsión de la vela no es una necesidad absoluta asociada con la co ns iderablemente con la

variación que experimenta el viento real con la altura, y no se puede presencia del foque .
con foque sin foque
aplicar a todas las velas, ni tampoco a todas las situaciones una regla
Influencia del foque sobre la mayor. que es válida para una vela determinada en condiciones también deter-
minadas.
__~------===~_~==_ _ =~ con foque
la posición de la fuerza resultante de las presiones sobre la vela de-
o
pende de su distribución en función de la altura. El mejor reglaje no co-
rresponde siempre al máximo valor de dicha resultante. Podemos inten-
10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
tar reducir la "potencia motriz" disminuyendo el rendimiento del plano
vélico. Este reglaje es posible modificando el ángulo de incidencia de
los perfiles de la parte superior de la vela. Lo cual presenta la doble
ventaja de bajar el punto de aplicación de la fuerza de abatimiento, y • bien favorecer el flujo sobre la mayor, que constituye la parte más
de mejorar el equilibro de escora del barco, así como de orientar mejor grande del plano vélico, utilizando el foque como el borde de ataque
la fuerza aerodinámica. Decimos entonces que "abrimos la vela". del ala de un avión, para acelerar los filetes fluidos sobre el extradós,
sin ocuparse de su rendimiento. Es la opción que normalmente se elige
Interacción de las velas en los multicascos. También se aplica en los monocascos de aparejo
Muchos barcos tienen un plano vélico formado por varios elementos. fraccionado al reducir el tamaño de las velas de proa; 11
En ese caso no se puede reglar una vela sin tener en cuenta todas las • o bien favorecer el flujo sobre el foque. La mayor se utiliza princi- -----,.
demás. palmente para mejorar el flujo sobre el extradós y desempeñar un poco
A continuación vamos a plantear el caso sencillo de un foque y una el papel del tejadillo del borde de salida del ala de un avión. La pérdida
En 10$ barcos de vela clásicos en los mayor: de eficacia de la mayor, debida a la deflexión de los filetes fluidos, debe
que el plano vélico está dividido a l compensarse con la ventaja que consigue el foque. Es la solución elegi-
• el foque, debido al pasillo que lo separa de la mayor, "sopla " so-
máximo, la interacción entre la s velas da en los aparejos a tope de palo.
bre el extradós de ésta última. De este modo traslada hacia atrás el
es s iempre muy compleja. En lo que respecta a una superficie con un determinado velamen,
punto de desprendimiento eventual, o bien retrasa su aparición, lo que
origina ángulos de incidencia mayores. Es el aspecto positivo de la definida por ejemplo según un baremo especial, como en los catamara-
presencia del f oque. nes de la clase e, el aparejo de 105 cat-boats (formado por una sola ve-
• pero también causa una perturbación en el flujo de aire. Los file- la) es el que consigue el mejor rendimiento. Pero en estos barcos, nor-
tes fluidos, y haciendo que la fuerza propulsora de la mayor se oriente malmente se intenta conseguir soluciones del tipo "soplo sobre la capa
peor. Es el aspecto negativo de la presencia del foque; límite" por medio de aparejos rígidos con ranuras.
• la presencia de la mayor detrás del foque mejora el flujo en el ex- Con trazo continuo, se representa la
tradós del foque por succión de las partículas fluidas. De este modo, se fuerza de a ntideri va sobre cada una de
retrasa la aparición de un desprendimiento eventual o bien disminuye
Modo de conseguir el mejor reglaje las velas de forma independiente . Con
su efecto. Es el efecto posit ivo de la presencia de la mayor detrás de un barco trazo discontinuo, se representa la
del foque. Al modificar el embolsamiento de la vela y su incidencia con relación al fuerza de antideriva de las dos velas
No existe pues ninguna solución óptima a nivel general: todo depen- viento aparente, modificamos también el valor de la fuerza aerodinámi- juntas. Co mo consecuencia , la uni ó n de
de de la opción que elija el estudioso del plano vélico. ca y su orientación, así como la fuerza propulsora y la fuerza de abati- las dos velas hace escasear e l viento
miento. Una siempre nos viene bien y la otra es un "mal necesario ". Es aparente sobre e l foque y alargarlo
En 105 barcos clásicos en los que la distribución del plano vélico res- imposible proponer reglas generales que se puedan aplicar en todos los sobre la mayor. Siendo ese el motivo
ponde a un objetivo de maniobrabiltdad, pueden distinguirse dos gran- ba rcos, pero podemos indicar algunas observaciones que nos ayudarán de que el foque fl a mee antes que la
des opciones: a elegir la mejor solución. mayor ...
214 Mecánica del v e l ero El juego de las fuerzas 215

Velocidad máxima y orientación de las fuerzas Curva de rendimie nto de un 12 m JI

@
Las tres curvas de re ndimi e nto se han establecido
En rumbos agudos, la fuerza de abatimiento no es nunca nula del to-
e n función de vientos reales de 1, 12 Y 20 nudos, e
do, sino que su influencia no se percibe más que cuando el barco nave-
ceñ idaarabiar indican la velocidad del barco y los á ngulos
ga en ceñida. La superposición de las diferentes polares de la vela sobre
10 form ados e ntre la derrota y e l viento real, y entre
el mismo gráfico indica que la fuerza propulsora varía muy poco con re-
30' esta y el vie nto aparente.
glajes de vela diferentes, mientras que la fuerza de abatimiento experi- 9
menta una gran diferencia. Al originar ésta última, por una parte, un
determinado abatimiento y por otra, una escora que hace aumentar la
resistencia hidrodinámica, no conviene estar siempre intenta ndo conse-
guir la máxima fuerza propulsora.
En rumbos portantes, la eventual limitación de la fuerza propulsora
velocidad del barco en nudos
no puede estar relacionada más que con problemas de equilibrio en el
asiento del barco o de estabilidad de la derrota.
largo
En casos extremos, la resistencia mecánica de las fuerzas del barco o
de la máquina puede limitar la fuerza admisible. 80'

Polares de velocidad
Estas observaciones generales relacionadas con la mejora del reglaje re-
saltan la complejidad de las diferentes combinaciones de parámetros;
lo cual quiere decir que es imposible realizarlas automáticamente, y que
la tripulación, afortunadamente, sigue siendo fundamental en lo que
respecta al gobierno del barco. 7 nudos
Para analizar una situación determinada, es conveniente disponer de
una representación gráfica de la capacidad de velocidad del barco en el
que navegamos.
12 nudos viento por ta alela
Los parámetros que intervienen en la determinación de la velocidad
son los siguientes, por orden de importancia decreciente:
10 la velocidad del viento real y el ángulo de la derrota seguida en
20 nudos R Rd
relación con el viento real; ----

2° el reg laje del barco (incluyendo el tipo de vela elegido); I


I
3° el estado de la mar. viento de popa I
I
El primer grupo de parámetros se puede definir perfectamente por
medio de datos numéricos, si no existe corriente.
RP I~ ~ l
El segundo, ya es más difícil de definir, debido a que la forma de las
velas varía constantemente y es imposible cuantificar su reglaje.
l as curvas pola res de este gráfico ha n sido ca lculadas en
laboratorio con velas reg ladas s iempre de la misma man era
~v J
El tercer grupo no puede ser cuantificado más que de forma muy y con una fuer za de viento constante . s / ~ jarcia completa
aproximada: al ser infinitas las combinaciones posibles entre la altura, A medida que a umenta e l á ngulo con re lación al viento 1/
4 jarcia + casco
los períodos y la dirección del desplazamiento de las olas. apare nte, aumenta tambien la fuerza propulsora Rp hast a
Existe una representación simple sobre un plano de agua sin corrien- ll egar rá pida m e nte al máximo.
3 /V
te ni oleaje, que no incluye más que 105 parámetros básicos. Si conside-
ramos un viento real Vr, con una dirección e intensidad establecidas,
Pero después d isminuye, al mismo t iempo que aume nta la
fuerza de abatimie nto. En e l dibujo, la curva inferior, 2 V
podemos determinar la velocidad del barco Ve que forma un ángulo a
con la dirección del viento real Vr; para efectuar el reglaje que propor-
obtenida con la jarcia y e l cas co, es más pla na, lo que
sig nifica qu e e l reglaje de las velas a partir de un
11111Í
ángulo con relación
ciona el máximo valor de Ve, trasladamos el punto M, según OM :::: Ve, determinado ángulo con relación al viento pierde eficacia : es O al viento aparente
para todos los valores posibles de a. mejor reducir el áng ulo de abatimiento. 1S 20 2S 30 3S 40 4S
216 Mecánica del velero El juego de las fuerzas 2 17

Es importante señalar que x no corresponde al rumbo del barco en Utilización práctica


relación con el viento real; y tampoco tiene en cuenta el posible abati- de las curvas de rendimiento
miento. Modificando el ángulo de 0° a 360°, obtenemos una curva lla- Supongamos que tengamos la colección completa de curvas de rendi-
mada pol ar de velocidad o curva de rendimiento que representa las miento (o polares de velocidad) de un barco en relación con todos los
posibles velocidades de un barco en las condiciones ideales. Evidente- valores posibles del viento real.
mente, esta curva es simétrica respecto a la dirección del viento real. A bordo, podemos medir:
Existen tantas curvas como valores de viento real. Éstas se dibujan nor- • la intensidad y la dirección del viento aparente (en relación con el
malmente modificando los valores de Vr de cinco en cinco nudos.
barco);
Podemos obtenerlas por medio de cálculos, si conocemos perfecta- • la velocidad del barco con relación al agua, y el rumbo con rela-
mente la dirección y el punto de aplicación de todas la s fuerzas en fun- ción a la costa .
ción del viento, resolviendo las ecuaciones sobre el equilibrio. De he- De estos valores no podemos deducir el valor del viento real y el de
cho, incluso en las condiciones ideales no se conocen perfectamente la velocidad del barco en relación con el agua, si no conocemos la velo-
las fuerzas aplicadas, pero después de realizar numerosas pruebas en el cidad de la corriente y el angula de abatimiento. En principio, estos dos
Enfrentarse a otros barcos es un medio túnel aerodinámico y en el canal de experiencias, se han logrado definir datos no pueden obtenerse más que efectuando observaciones sobre
excelente para optim iza r los reg lajes leyes empiricas y trazar polares de velocidad "teóricas ". Este cálculo no la costa, es decir, utilizando sistemas de posicionamiento absolutos
y comprobar la veracidad de las curvas es más que una aproximación a la realidad, pero puede servirnos para (marcaciones, Loran, navegador por satélite ... ).
de rendimiento establecidas con comparar diversas soluciones o también para hacer comparaciones en- Suponiendo que hayamos podido obtener esta información, la curva
anterioridad. tre varios barcos. de rendimiento que debemos utilizar será la correspondiente al viento
aparente de la corriente.
Podemos señalar el punto representativo correspondiente sobre la
curva y situarnos en relación con la curva teórica: normalmente, obten-
dremos un valor próximo al previsto, pero no hay que interpretar ense-
guida de modo optimista o pesimista el hecho de estar por encima o
por debajo de este valor. El estado de la mar interviene en gran manera
p
y el reglaje que mejor conviene en determinadas condicione.s .de mar,
con un viento real concreto, puede no ser el mismo en condiCIones de
mar diferentes. Esto se nota bastante en los multicascos, en los que la
dirección de las olas, en relación con el rumbo del barco es un factor
de gran importancia .

Resulta muy interesante anotar y guardar las observaciones, pero pa-


ra efectuar un desarrollo práctico hay que utilizar sofisticados instru-
mentos de tratamiento de la información que, a modo de prueba, em-
piezan a aparecer ya en los barcos de regata. . .
La forma genera l de las curvas de rendim iento es sufiCIente
para basar un razonam iento que nos permita elegir mejor nues-
tra derrota y por lo tanto mejorar nuestro crucero.
L
Imaginemos un recorrido AB con un viento constante en toda la tra- Considerando estos tres perfiles de
vesia en dirección BA. Debemos "dar bordadas" y elegir en cuál de los orza, la re lación existente entre la
dos bordos navegaremos en ceñida. La forma de la polar de velocidad fuerza de antideriva P y la resistencia T,
nos indica que el rumbo que proporciona la máxima velocidad de nave- varía mucho en función de su forma,
gación es de 450 aproximadamente. Decimos que esta velocidad ~o­ con un ángulo de incidencia y velocidad
rresponde al VMG (Ve/ocity Made Good en ingles; en espanol: melar constantes. La del perfil redondeado, e n
cenida). Muchas veces hallamos el mismo resultado para una bajada concreto, proporciona una fuerza de

con viento de popa. antideriva mucho mayor q ue las demás.


218 Mecánica del velero

p Este sencillo ejemplo nos muestra la conveniencia de esta represen~

1,5
tación, incluso aunque no conozcamos con exactitud las curvas de ren-
dimiento. En todos 105 métodos de mejora del recorrido, éstas desem-
peñan un papel fundamental.
El equilibrio
,,
Polares de los planos de deriva
Al contrario que la jarcia que está permanentemente dentro del mismo
fluido, la forma de la parte sumergida del barco, es decir, de la parte
sometida al flujo del agua, varía constantemente. El problema que se
de un velero
nos presenta es en este caso bastan te más complejo. Además, hay que
tener en cuenta que la proximidad de una superficie libre desencadena
0,5 fenómenos más difíciles de percibir, como la formación de olas y el
efecto de succión del aire. Por este motivo normalmente no suele esta-
blecerse una curva polar para el conjunto de la carena. Un barco evoluciona sobre el agua con una velocidad que no tiene por
En cambio, existen polares de los planos antideriva, así como de los qué ser obligatoriamente constante, pues depende del vien to y de la
Ó---o---o---o-~D- a alerones sumergidos (foiI5). corriente. En un principio, no vamos a analizar las fuerzas que originan
5 10 15 20 Los planos antia batimiento más sencillos que podamos imaginarnos su desplazamiento, sino que nos contentaremos con detallar el vocabu-
son unas planchas "delgadas ", aunque su curva polar indica que su lario y algunas paradojas que se pueden observar.
~ perfjlA "rendimiento " hidrodinámico no es muy bueno. Numerosos estudios
efectuados para la aviación, en concreto por la National Advisory (om- Definición de la velocidad
perfil B mittee for Aeronautics (NACA) han permitido establecer formas de per- Un movimiento no puede definirse más que si lo relacionamos con un
Si situamos sobre una curva la Mfuerza files con las características ideales. En lo que respecta a un plano antia- punto de referencia . La velocidad de un barco en relación con la costa
de antideriva" de un plano antide riva batimiento que tenga que funcionar tanto en amuras de babor como de está representada por el dibujo de su recorrido sobre la carta. tsta vie-
en función del ángulo de incidencia. estribor, es necesario utilizar perfiles simétricos que se caracterizan por ne definida por una dirección e intensidad determinadas, un coeficien-
comprobaremos que se produce una el coeficiente grosorllongitud y por la situación de su máximo grosor. te de distancia I y un tiempo t necesario para recorrerla . Desde un pun-
Hentrada en pérdida " muy brusca a La comparación entre la polar de una plancha plana y otra de una to de vista matemático, la velocidad se representa por medio de un
vector : una flecha que indica el sentido del despla zamiento y cuya lon- V2
partir de un determinado ángulo. En forma aerodinámica, muestra la ventaja de esta última, puesto que con mT
este caso, el perfil A entra en perdid a, a una misma incidencia, la fuerza antideriva está mejor orientada y es gitud varía en función de la intensidad .
Esta velocidad es la velocidad media durante un tiempo 1. Cuando
v
partir de 12"; y el perfil B, a partir de 8°. más intensa. Los perfiles, llamados " perfiles NACA", constituyen una
elección importante, pero no son la única posibilidad que existe. A este tiempo t es muy pequeño, se dice que se ha definido la ve locidad //"" .... ,,
,,
,,
efectos de facilidad de fabricación, muchas veces es suficiente con dar instantánea . Para recordar que la velocidad se establece en relación
,,
una forma aerodinámica al borde de ataque de una plancha plana; 105 con la tierra, hablaremos de ve locidad sobre el f o ndo, y la denomi-
,, ,,
resultados experimentales indican que la polar es muy sensible a la for-
ma; conviene evitar las for mas afi ladas.
naremos VI.
I
I
,,

(' f
,
Fuerza y velocidad ,
I
La caída brusca de la fuerza de antideriva del plano antideriva en án- La noción de fuerza que se ejerce sobre un objeto es muy corriente y se I
I
gulos de incidencia superiores a cifras entre 80 a 1Do, está relacionada percibe bien cuando tiramos de un cabo o maniobra del barco. En ese
,,
I

con el desprendimiento de los filetes de agua. caso es una fuerza estática, es decir, que se ejerce sin que se produzca " ,, R
Este no depende únicamente de la forma del perfil, sino también de movimiento. Entendemos, por lo tanto, que pueda haber fuerza sin ,,
,,
la velocidad del agua en relación con el mismo, de la rugosidad de la que haya velocidad. Lo que ya es más dificil de entender es que haya
superficie y de las posibles vibraciones. De este modo podemos explicar velocidad sin fuerza.
la "velocidad crítica de la entrada en pérdida". Sin embargo, una velocidad constante no requiere ninguna fuerza, Sin motor, un satélite gira a gran

contrariamente a lo que se creía en la época de Aristóteles (que no ha- velocidad (da una vuelta en poca s

bía comprendido ni las fuerzas de rozamiento, ni siquiera imaginado la horas) : la fu erza de inercia V el peso se

ley fundamental de la dinámica F ~ my). equilibran.


220 Mecánica del v elero El eqUilibrio de un velero 221

produce un desequilibrio, que modifica la velocidad hasta que algunos


segundos después, surge un nuevo equilibrio, al igualarse las fuerzas
hidrodinámicas con las fuerzas aerodinámicas.
Si hay olas, y si el barco se balancea, se produce ¡desgraciadamente!
una lucha permanente entre las fuerzas, con un resultado nulo ... que
derrocha energía.

Viento rea l y viento aparente


En rumbos portantes, la intensidad del Sobre un plano de agua, denominamos Vr a la velocidad del aire en re-
viento aparente es menor. Este velero lación con la costa; es también el viento que percibe el patrón de un
que navega en aguas tranquilas barco fondeado, y lo llamamos viento real.
aprovechando al máxi mo su arrancada En un barco que se desplaza a una velocidad Vf con relación a la
pasa por momentos en los que el costa, el patrón percibe un viento Va, que es la velocidad del aire en re-
viento aparente es prá cticamente nulo lación con el barco; es el viento aparente.
y las velas tienden a colocarse sobre Existe una relación vectorial entre el viento real, el viento aparente y
la linea de crujia. la velocidad del barco, representada en la siguiente fórmula:
Vr = Vf + Va.
Por medio de un dibujo, podemos obtener Va, si conocemos Vf
Una vez en órbita, un satélite gira sin consumir energía alguna, y la y Vr, trazando Vr y Vf de tal manera que su extremidad sea común y
resultante de las fuerzas que experimenta es nula a pesar de ir a una que una el principio de Vr con el principio de Vf.
velocidad de 28.000 kilómetros por hora. En rumbos de ceñida , el viento aparente es más fuerte en intensi-
Un avión o un velero con una velocidad constante (aceleración nula dad que el viento real, y el ángulo que forma con el barco es
g = O) están sometidos a una resultante nula. En el avión, el peso está menor que el que forma éste con el viento real.
compensado por las depresiones que se forman sobre las alas ("fuerza Este fenómeno se nota más al aumentar la velocidad Vf. En rumbos de ceñida, el vie nto
de sustentación"), y la resistencia del aire ("resistencia") está equilibra- Por eso un barco que sea muy rápido -por ejemplo un cata- aparente es m ás intenso que el viento
Va
da por el esfuerzo motor (a reacción o de hélice). marán- navega en ceñida con un vien to real de través. real. V lo contrario en rumbos
En el caso del velero, el empuje de Arquimedes hace que no se hun- En ru mbos portantes, por el contrario, la intensidad del viento portantes.
da y la resistencia hidrodinámica (el empuje del agua que incide sobre aparente es menor, y más aún cuanto más cerca está la dirección del
la carena) está totalmente compensada por la fuerza motriz aerodiná- viento real de la del barco.
mica que hayamos podido obtener gracias al viento. Si éste varía, se
Por ese motivo, sentimos un viento fuerte en los rumbos de ce-
ñ ida, mientras que nos cruzamos con barcos que navegan tran-

•••• q uilamen t e en ru mbos porta ntes .

[=y,-- +
El catavientos en el obenque nos indica la dirección del viento apa-
rente en el punto correspondiente; también podemos percibir que el
viento aparente es tangente al borde de ataque de la vela en todos sus
puntos si está bien reglada en la ceñida. Esto se debe, en parte, a que
el viento real no es el mismo en el tope del palo que a la altura de la
Debido a que el viento real Vr es más botavara, siendo conveniente modificar la incidencia desde la parte su-
fuerte en e l tope del palo que en la perior hasta la inferior (torsión de la vela); y también el hecho de ser
El viento a parente Va, que se percibe a
cubierta. e l borde de ataque de la vela desviado por las velas se debe a que la incidencia del viento aparente
Con una velocidad constante, e l bordo de un barco, está asociado con e l
no tiene la misma orientación y s igue al es más intensa sobre una mayor que sobre una vela de proa.
velero está sometido en general a viento real Vr y con la ve locidad del barco
viento aparente Va. Su componente Vv Los banderines o veletas colocadas en tierra o en boyas fijas, indican
un equilibro de fuerzas y de pares en relación con e l fond o Vf por medio de
se denomina viento de la velocidad. la dirección del viento real.
de fuerzas. la relación vectoria l: Vr = Va + Vf.
222 Mecánica del velero El equilibrio de un velero 223

CLASI FICACIÓN el contra ri o su velocidad va ria en intensidad o en dirección en el curso


del tiempo, decimos que está sometido a una aceleración.
DE LOS RUMBOS DE NAVEGACiÓN El régimen es permanente cuando la velocidad en relación con la tie-
rra en un insta nte determinado es la misma que en cualquier otro ins-
El golpeteo de las drizas en el fondeadero impresiona más que el ruido tante. Si la velocidad varía, el régimen no es permanente.
del viento sobre las vejas en un rumbo portante. La ducha continua La aceleración no está ligada únicamente a una variación de intensi-
que sufrimos navegando en ceñida con viento duro confiere a este dad de la velocidad, sino que cuando cambiamos de rumbo, forzosa-
rumbo un sabor especial. Respecto a un recorrido determinado, el rum· mente se produce una aceleración.
bo depende de la velocidad que pueda alcanzar el barco. El viento que La noción de velocidad resulta fundamental para describir el despla-
sopla "en tierra", o vien to real Vr, no es el mismo que percibe la tripu- zamiento de un velero, y la noción de aceleración lo es para co mpren -
lación, ni tampoco el "viento aparente" Va, que determina todos los der la velocidad al ser la manifestación de las acciones que se ejercen
reglajes.
sobre el barco.
Las polares de las velas se realizan siempre con "viento aparente". El vectoO" "ace leración" es el vector "velocidad de variac ión de
Ahora bien, éste depende del rendimiento del barco en relación con un la ve locida d ".
Vv viento real concreto. De modo que, durante un mismo recorrido Norte-
Sur con un viento de Noroeste, de fuerza 4, un velero grande navegará
con el viento por la aleta a 3 nudos y una tabla lo hará en ceñida a 12 Estabilidad del barco
Durante un mismo r ecorrido y un nudos: la ve loci dad de l barco influye sobre su ru mbo. Hemos definido el movimiento de un barco como si fuera un punto,

i+ - /
mismo viento rea l Vr, e l barco navega En estas condiciones, resu lta reiterativo clasificar los rumbos hacien- igual que hacemos cuando t rabajamos en la mesa de cartas. A veces
co n las vela s la rgadas y la t a bla con la do referencia al viento real; 105 términos de ceñida, un descuartelar, esto puede ser suficiente, por ejemplo, al analizar las fuerzas que ejer-
vela cazada . Esto se debe a q ue través ... no son realistas ni exactos en los barcos modernos. cen los distintos flujos. Pero para explicar ciertas maniobras, resu lta in-
experimentan velocidades muy Desde el punto de vista teórico, no hay más que dos clases de "rum- suficiente. De hecho, una máquina con velas es un conjunto complejo
difer entes: una maquina muy rápida bos" que corresponden a dos clases de flujo de fluidos: de sólidos articulados o móviles entre sí.
navega cas i siempre con las velas • el flujo" laminar";
cazadas. excepto cuando lo hace con e l • el flujo "desprendido". Un velero, una tabla o una máquina : un conjunto de sólidos Ve
vie nto de popa . Un cuerpo sólido es aquél en el que la distancia entre dos puntos cual-
En general, en un barco, el flujo "laminar" del viento sobre las velas AeNe
quiera no varía. En muchos casos podemos simplificar el análisis del ve-
corresponde a unas velas cazadas como en ceñida, y el flujo "despren- lero considerando que está formado por tres sólidos fundamentales: La acción del viento Av no depende
dido" corresponde al de las velas largadas como en rumbos portantes. • el sólido S1, formado por las partes del barco que sobresalen del mas que de su componente de viento
Cuando se navega en rumbos" agudos" (de ceñida), se intenta minimi- agua, también llamadas obra muerta; sobre este sólido el viento ejerce aparente Va. De igual modo, la acción
zar la resistencia de avance que, por el contrario, es la única fuerza pro- una fuerza, principalmente sobre las velas, pero también sobre todas Ae de l agua se define a partir de la
pulsora en rumbos portantes. las demás partes; la ve locidad del viento apa ren t e Va es la que de- velocidad relativa de la carena con
Estas definiciones, comúnmente admitidas, se aplican al flujo del aire fine la acción Av; relación al agua Ve.
que incide sobre las velas. En lo que respecta al flujo de cua lquier otro
fluido, como el agua sobre la carena, éste es siemp re laminar, o más
exactamente, es imposible navegar durante mucho tiempo con el flujo
v
"desprendido" sobre la carena. Cuando zarpamos pasamos una fase La representación de fuerzas
transitoria, mostrándonos enseguida impacientes por "sentir" los file- con viento en popa
tes de agua que vuelven a pegarse a la quilla para detener el abati- A l navega r co n v iento de pop a la ve locidad del v iento Va dism inu ye al aumentar la ve loci -
miento. El otro caso es el de la "capa", cuyo fin es hacer que el barco dad del barc o sobre el fond o Vf (en ese caso: VI + Va = Vr: la s um a de la s ve locidad es del
Esta c urva de rendimiento de un aguante vientos demasiado fuertes sin volcar. v iento aparente y del ba rco sobre el fondo es igu al a la ve locidad del v iento real).
tornado, nos indica que se desplaza La fuerza que ejerce el viento sobre las ve la s d ism inuye co n Vf, dism inuyendo co mo conse-
t res veces más rápido a 90° del viento Variaciones de velocidad y aceleraciones c uencia Rp al se guir la forma de la cu rva (Rp). Por el contrario, la fuerza ej ercida sobre el agua
rea l q ue na vegando con e l viento Cuando un barco no cambia de dirección y mantiene una velocidad aumenta con Vf, y po r lo tanto Ft aumenta al hace rlo Vf, siguiendo la f o rm a de la curva Ft. Exis-
completamente de popa . constante, decimos que se encuentra en régimen p ermanente. Si por te un v alor particu lar de Vf, que en el dibujo denominamos Vfo, cuando Rpo y Fto son igua les.
224 Mecánica del velero El equilibrio de un velero 225

• el sólido 52, formado por las partes sumergidas del barco, u obra las acciones que se ejercen sobre un velero en equilibrio
fuerza
l as acciones que se ejercen sobre un velero se deben:

~RP'
viva, sobre las que se ejercen las fuerzas del agua; la ve locidad con
relación al fondo Ve es la que define la acción Ae; • al viento,
• el sólido 53, formado por la tripulación, cuya función "mecánica" • al flujo de agua que pasa alrededor de la carena,
'PP F
Ftt/
• al empuje estático del agua,

.~
es muy variable. En un barco grande de crucero, ésta suele ser despre-
ciable; en un deriva dar es el elemento fundamental de la estabilidad; y • al peso.
en una tabla, representa además el enlace entre 51 Y 52. la acción del vien to puede representarse en todos los casos por
L-~~~~~~ __ ,.
VfoV'lo velocidad Decimos que estos tres sólidos están en equilibrio relativo cuando medio de tres fuerzas Rp, Rd Y Z que pasan por tres puntos distintos
deflondo Vp, Vd y Vz. Es un modo exacto de representa r la acción de las velas.
unos están inmóviles en relación con los otros; en ese caso los tres es-
Si representamos sobre un m ismo Imaginamos que los impulsos de las fuerzas Rp, Rd Y Z son concurren-
tán animados por la misma veloci dad con relación al fondo: Vf.
gráfico la variación de las fuerza s que tes, es decir, que Vp, Vd y Vz pueden coincidir en un punto determina-
l as acciones Av (todas las que se ejercen sobre las partes que sobre-
se ejercen sobre las velas IRp) y la de do al que llamamos "centro vélico" Vr.
salen del barco) y Ae (las que se ejercen sobre las partes sumergidas)
la s fuerzas sobre el casco 1Ft) en La acción del flujo del agua se representa por medio de tres fuer-
determinan la velocidad Vf. Debido a que están respectivamente aso-
función de la velocidad VI, y asociada zas Ft, Fp Y Fz que pasan por El. Ep Y Ez. En casos sencillos, estos tres
ciadas a Va y Ve, resulta imposible cambiar uno solo de estos paráme- A velocidad constante,
esta última con las velocidades del puntos pueden coincidir en el centro de carena C.
tros sin modificarlos todos, incluso con va lores determinados de viento una máquina con velas R
viento apar ente (Va) y del viento real El em puje de Arquímedes A se ejerce en el centro de carena C; es
Vr y de corriente Ve. Existen infinitas combinaciones posibles; el arte de está siempre sometida
IVr), se produce en la intersección de vertical y va dirigido hacia arriba, siendo igual al peso del volumen del
la tripulación está en elegir la solución que proporcione la velocidad a determin adas fuerzas F y R que se
las dos curvas un valor de la velocidad liquido desalojado por la carena.
más favorable con relación al fondo. compensan de modo exacto, incluso
sobre e l fondo Vio e n la cual Ft = Rp. La acción del peso P se ejerce en el centro de gravedad del conjun-
aunque est a no navegu e con e l viento
Definición de la estabilidad de un velero to. Con objeto de simplificar este razonam iento, adoptaremos el centro
comp letamente de popa .
Tenemos un barco o una máquina constituida por sólidos en equilibrio de gravedad como punto de origen, y cuando algunos ángulos sean
relativo. Cuando navega con viento de popa, la acción del viento Av se muy pequeños los despreciaremos.
reduce a una fuerza Rp dirigida en la dirección de la línea de crujía del
barco. Si éste navega a una velocidad constante Vf, el agua ejerce una
acción Ae que va disminuyendo hasta llegar a una fuerza Ft de la mis-
ma intensidad que Rp y en dirección opuesta, es decir, no hay acelera-
ción, siendo el régimen permanente. Es fundamental comprender que
cuando un barco navega a una velocidad constante, la suma de las Fz Rd
acciones que ejerce el viento y el agua es nu la.
El movimiento rea l de un barco es en realidad una sucesión de regí-
menes transitorios. De hecho, la velocidad en relación con el agua y las
acciones con ella asociadas varían constantemente debido al o leaje que VP cQ:====~ Rp
t,
causan las corrientes alternas. Para simplificar, podemos decir que el
barco está empujado por un movimiento permanente con pequeñas Ft
la velocidad va riaciones sobre el mismo y, como consecuencia, por término medio la
Ve es constante V / acción del viento R y la del agua F se anulan.
cuando la fuerza ~ Esta hipótesis nos permite estudiar un gran número de situaciones, Rd
aerodinámica , pero también tiene sus límites. Por ejemplo, este movimiento no existe
propulsora Rp es Ve cuando llegamos a un puerto. Pues el hecho de anular la fuerza de pro- Las tres fuerzas debidas al viento que se Las tres fuerzas debidas al flujo de l
igual y opuesta a la pulsión no para el barco inmediatamente; el rég imen t ransitorio tie- ejercen sobre un velero s on: una fuerza agua sobre una carena, resiste ncia
fu e rza de resistencia hidrodinámica Ft. ne entonces una importancia decisi va . vertical Z, una fuerza propulsora Rp y una al avance Ft, fuerza propulsora Fp
Puesto que tenemos e l viento de popa, En definitiva, una máquina se encuentra en equilibrio mecánico fuerza de abatimiento Rd. En la práctica, y y la fuerza d e sustentación Fz,
en este caso Ve (velocidad sobre e l cuando está empujada por un movimiento de traslación uniforme, es en casos senci llos, los tres puntos de pasan por tres puntos diferentes
agua) está en la misma dirección que VI decir, si mantiene un rumbo y una velocidad constantes y no sufre ba- aplicación de las misma s coinciden en uno Et, Ep Y Ez, que a menudo
(velocidad sobre e l fondo) . lanceo ni cabeceo. sólo denominado "centro velico ~. coinciden en el centro de carena C.
226 Mecánica del velero El equilibrio de un velero 227

LAS LEYES DEL EQUILIBRIO En gen eral, el momento M ejercido en P por una fue rza F es
proporcional a la inten sidad de F y a la d istancia de P a la recta
A partir de Newton, sabemos que un sólido o un conjunto de sólidos es- que prolonga la fue rza.
tá en equilibrio, en el sentido mecánico del término, cuando -y solamen-
te cuando- la suma de las acciones exteriores sobre el mismo es nula. Matemáticamente, decir que un conjunto de sólidos está en equili-
Cuando un sólido o un conjunto de sólidos está en equilibrio, no brio es lo mismo que decir que:
existe aceleración y se desplaza con una velocidad constante y rectilí- • la suma de las fuerzas exteriores es nula;
nea; el equi li brio en el sentido mecán ico del térmi no no es sinóni- • la suma de los momentos de las fuerzas exteriores en un mismo
mo de ve locidad n ula. punto es también nula.
Hay que señalar que al constituir las acciones sobre los sólidos un
conjunto, denominado" acciones internas", éstas no inteIVienen.
Cuando uno se cae de un barco en marcha y se agarra al mismo por Equilibrio en movimiento
un cable. la fuerza ejercida sobre el cable es la misma que si estuviera
amarrado al arnés de seguridad, o sujeto con las manos o enrollado en euando el barco navega sin escora o con una escora muy pequena -lo
la muñeca; por el contrario, los impulsos interiores que se ejercen sobre que sucede en la práctica con los multicascos y tablas a vela en todos
el cuerpo humano considerado como un conjunto de sólidos (brazos, los rumbos, y en los monocascos en los rumbos portantes- el resultado
tronco, piernas, etc .) son muy diferentes, así como los daños ocasio- de las fuerzas que expresan el equilibrio en movimiento se explica del
modo siguiente:
nados.
Utilizamos la palabra "acción" para designar el efecto del viento o • la componente de propulsión aerodinámica Rp, o empuje vélico,
El resultado de las fu e rzas rep resenta el
tiene la misma intensidad y va en dirección contraria a la componente
del agua sobre el velero. Una acción mecánica se caracteriza por una equilibrio en m ovimie nto. P y A son
fuerza y un momento determinados. hidrodinámica de resistencia Ft, lo que se representa por: Rp = -Ft;
pa rale las y vertica les. Z y Fz son
Por ejemplo. si en el extremo del brazo del picaporte de una puerta • la componente aerodinámica antiabatimiento Rd es de igual in-
pa ra le las y se e ncue ntra n e n e l eje de la
ejercemos una fuerza vertical F, esta acción se concreta en el eje O por tensidad y va en sentido opuesto a la componente hidrodinámica de
quilla. A es lo basta nte gra nde como
abatimiento Fp, lo que se representa por Rd = - Fp.
la fuerza F y el momento que permite que giremos el brazo. De igual pa ra iguala r a P, mas Z y men os Fz; Z y
modo, cuando tiramos de la caña de un barco, ejercemos un movimien- • el empuje de Arquimedes A equilibra el peso del barco p. restán-
Fz son peque ñas.
dole las fuerzas verticales hidrodinámica Fz y aerodinámica Z, lo que se
to en la mecha del timón que permite cambiar su orientación, así como
indica por A = P - (Z + Fz).
una fuerza que debe compensarse por medio de los soportes del eje.

Equilibrio longitudinal
La relación entre las fuerzas aerodinámica e hidrodinámica (Rp = -Ft)
representa el equilibrio long itudin al del barco en relación con un de-
terminado valor del empuje vélico Rp.
p La expresión "reducir la resistencia de arrastre" significa que se mo-
dera la ley de la variación de la resistencia Ft en función de la velocidad
con relación al agua. Es decir, que para un m ismo valor de Rp, se
obtiene un va lor mucho mayor de Ve . En realidad no se reduce la Rd

resistencia Ft exigida por el equilibrio, sino que se aumenta la velocidad


necesaria para alcanzar el valor de Ft.

Al estar sometido a fuerza s


Equilibrio lateral
procedentes del aire y del agua que se La relación entre las fuerzas de abatimiento aerodinámica e hidrodiná-
oponen IR = -Fj Y a mome ntos de mica (Rd = -Fp) representa el equilibri o lat eral del barco. La fuerza de
"aire " y "agua " que s e anula n El momento M en P de la fuerza F abatimiento Rd. debido a la acción de las velas resulta inevitable en los
IMr = -MfJ , el velero s e des plaza esta representado por un s acacorchos rumbos de ceñida, pues de hecho, no se puede generar una fuerza de Todo es más sencillo cua ndo no hay
a una velocidad Ve const a nte. gira nd o e n e l s entido correcto. propulsión Rp más que si se crea una fuerza de abatimiento Rd. escora.
228 Mecanica del velero El equilibrio de un velero 229

fI
con abatimiento
sin abatimiento

Cuando quitamos la orza no


modificamos la resistencia Ft, s ino que
m odifi ca mos la ley de variación de
dicha resistencia Ft en función de la
velocidad Ve. Por lo tanto, con un a
mi sma fuerza de propulsión, tenemos
dos velocidades diferentes Ve 1 y Ve 2.
fI

pe En re lación con un á ngulo de


Ve 1 Ve 2
abatim iento c correspondie nte a una
velocidad Vec, e l fluj o e ntra en pérdida
bruscamente. El barco A, que mantiene
La fuerza antiabatimiento hidrodinámica Fp es una función creciente
una velocidad Ve 1 inferior a Vec,
de la velocidad con relación al agua Ve y del ángulo de abatimiento p;
deriva mucho y e n cambio e l barco B
para un valor determinado de esta fuerza antia batimiento Fp, ~ será
navega con norm a lidad.
más pequeño cuanto mayor sea Ve (fig. A). Si representamos en un di- Voc Ve
bujo un valor determinado de Fp, P en función de Ve (fig. B), vemos
que, mientras Ve disminuye, P aumenta desmesuradamente en un va-
lor Vec; decimos entonces que el plano antideriva "entra en pérdida",
lo cual está relacionado con los fenómenos relativos al flujo de los flui·
pl
dos. Si queremos disminuir el valor de p, tendremos que evitar navegar
a una velocidad inferior a Vec.
En el caso de que se presente una situación de este tipo, hay que se·
ñalar que el valor de Fp, fuerza antiabatimiento, viene dado por la fuer-
za vélica de abatimiento Rd, y el valor de Ve está determinado por el
equilibrio longitudinal. En estas condiciones, la única posibilidad es in-
tentar un nuevo equilibrio en el que Rd sea más pequeño, aunque el
Fp
nuevo valor de Ve sea también menor, lo cual forma parte de la bús-
queda de "un buen compromiso entre rumbo y velocidild".

Sin cumplir estrictamente las condiciones de aplicación de las ecua-


ciones, podemos sacar conclusiones relacionadas con la salida de un
barco. Cuando éste se encuentra en reposo, si experimenta un empuje
vélico con una fuerza de abatimiento Rd que no sea nula (salida en
rumbo agudo), el valor de p estará próximo a los 90°, por lo que el bar-
co se desplaza de través. Normalmente la velocidad Ve aumenta con el
tiempo (el barco adquiere velocidad) y de este modo p va disminuyen-
do progresivamente hasta alcanzar un valor razonable próximo a un A igual fuerza de prop ul sión, e l á ngulo

ángulo de entre 5° y 7°. Pero puede ocurrir que Ve no aumente lo sufi- de abatimiento a ume nta cuando
pl la " velocidad del ag ua" Ve dism inuye.
230 Me(ánica del velero El equilibrio de un velero 231

(iente y que 13 siga siendo grande, de unos 60° o incluso hasta de 90°; de lograrse actuando sobre el asien to longitudinal del barco. las olas,
eso se nota en las t;¡hl¡;¡s a vela. cuando orientamos mal el aparejo en al modifica r este asiento (al menos localmente), in tervienen bastante en
relación con el viento y la tabla. En ese caso conviene disminuir Rd has- la formación de un va lor adecuauu de Fz. la forma de ciertos cascos,
ta consegu ir un equilibrio en el que f3 adopta un va lor compatible con muy planos por debajo, facilita la formación de un valor positivo de Fz.
una navegación normal, aunque después sea necesario modificar dicho las ta blas a vela están diseñadas especialmente con este propósito, y
equilibrio aumentando Rd. algunas máquinas tienen foils incorporados cuya misión es crear esta
fuerza de sustentación para velocidades pequeñas. Cuando Fz alcanza
Equilibrio vertical valores importantes, decimos que hemos llegado a semi -pl anea r;
la relación A = P - (Z + Fz) representa el fenómeno por el que el barco cuando Fz alcanza un valor compa rable a P, se dice que hemos alcan -
za do el pl aneo .
flota; en resumen, el equ ili brio ve rt ical Z es una fuerza vertical debida
al flujo del aire, y Fz, una fuerza vertical debida al flujo del agua. Por lo general, Z no es muy grande en 105 cruceros o 105 derivadores
El empuje de Arquímedes, A, es una acción estática igual al peso del a pesar del efecto favorable del spinnaker. Por el contrario, en las ta-
volumen desalojado en reposo. Z y Fz son acciones dinámicas asociadas blas a vela, podemos orientar el palo para lograr el mayor valor positivo
con la velocidad. Como consecuencia, en reposo, A :::; P, en otras pala- de Z, inclinando todo el aparejo a barlovento.
bras i el barco flota I Esto tiene la ventaja de disminuir la fuerza hidrodinámica de abati-
Si disminuimos el volumen sumergido del barco, reduciremos A y miento Rd, y por lo tanto el ángulo de abatimiento, respecto a un va lor
también la fuerza hidrodinámica de resistencia Ft, función creciente determinado de velocidad sobre el agua Ve. Esta posibilidad de orientar
p a volun tad el palo está limitada por el equilibrio del windsurfista.
de dicho volumen. El hecho de disminuir A "reduce la resistencia" o,
más exactamente, aumenta la velocidad de equilibrio (por lo que
Ft + Rp = O). En relación con un peso determinado, A es mucho más Equilibrio en rotación
Cua ndo la es cora es peq ue ña, a l pequeña cuando (Z + Fz), es decir, las fuerzas verticales ascendentes
empuj e d e Arqu ím ed es A se suma a aerodinámica e hidrodinámica, son mucho mayores y positivas.
veces un impulso vertica l de bido a l Fz puede ser positiva o negativa según sea la curva de los filetes de
fl ujo d el aire (Z) y al flujo d el agu a (Fz). agua situados bajo el casco. Para que sea positiva, es necesario que es-
ta curva esté dirigida hacia abajo. En un casco determinado, esto pue-

Est e Glé na ns 33 ha encont rad o


.--_-.1." , m om e nt á nea m lm t l: s u eq uilibrio
tra nsvers al: s u Mm o m ento " co n
relació n a l eje d e s imetría es nul o.
En e l prime r ba rco. qu e est á fo ndeado,
las fu erza s verticales Z V Fz son nul as, Equilibrio transversal
puesto que e l ba rco no a va nza .
Decir que el barco tiene equilibrio transversal, quiere decir que el "mo-
Resp ecto al segundo, un barco de quill a p
men to" del barco con relación a su eje de simetría en sentido longitu-
c lá s ico na vegando en ceñida, la fu erza
dinal es nulo. l a fuerza que hace escorar al barco es Rd, fuerza aerodi-
Z es nula. En la tabla d e fun (a la
námica de abatimiento. Ésta actúa más cuanto más alejado está su
d er echa) las fuerzas Z y Fz son
punto de aplicación Vd del pun to de aplicación de la fuerza hidrodiná-
predom ina ntes. m ientras q ue e l e mpuje mica de aba timiento Fp.
de Arqu ím ed es es p equeño.
232 Mecan¡ca del velero El equilibrio de un velero 233

Para disminuirla, podemos: La fuerza que tiende a adrizar el barco es el empuje de Arquímedes
• bien bajar el punto de aplicación de la fuerza aerodinámica de A, aplicado en el centro de ca rena C. que es el centro de gravedad del
abatimiento Rd, es decir, llevar las velas lo más bajas posibles. ¡Por cier- vol umen de agua desalojado por el barco. Cuando el barco escora, el
to! hay otras consideraciones relacionadas con la distribución del viento volumen de agua desalojado se deforma y el centro de carena se des-
en lo alto que indican que. en determinadas circunstancias, hay que lle- plaza con relación al centro de gravedad del barco.
var las velas bastante altas: es decir, que tenemos que llegar a un com - El momento que interviene en el equilibrio transversal puede repre-
promiso entre ambas; sentarse del modo siguien te:
• o elevar el punto de aplicación de la fuerza hidrodinámica de aba- Ax(GG')
timiento Fp: esto se puede hacer en un derivador, subiendo la orza, pe- es decir, el empuje de Arquímedes y la distancia entre el centro de gra-
ro en ese caso disminuiremos su eficacia antiabatimiento y aumentare- vedad del barco y su proyección sobre el eje del centro de carena. En el
p
mos el valor del angula de abatimiento ~ . caso contemplado en el dibujo superior, el centro de carena se desplaza
hacia la derecha al aumentar el angula de escora. El va lor de (GG') au-
En e l equilibrio transversal.
menta y con una intensidad determinada del par de fuerzas que tiende
solamente interviene n Rd, fu erza
a hacer escorar el barco, pueden producirse diferentes situaciones:
aerodinámica de abatim iento, Fp,
• logramos un va lor satisfactorio y alcanzamos el equilibrio;
fu e rza hidrodinám ica de a ntideriva,
• o, por el contrario, no podemos aumentar suficientemente (GG') y
e l peso P ejercido sobre e l centro de
el barco vuelca.
gravedad G y e l e mpuj e de Arquimedes
aplicado en e l cent ro de care na C.
Según la forma del casco, el centro de carena se desplazará con ma-
yor o menor rapidez al aumentar el ángulo de escora:
• en los monocascos o en las tablas a vela, este desplazamiento es
mayor cuanto más plana sea su fo rma;
• en los multicascos, incluso con un ángulo de escora muy peque-
A ño, la distribución del volumen sumergido entre el patín de barlovento
A
y el de sotavento varía con mucha rapidez, aunque el centro de carena
Mientras el patín de barlovento se desplace mucho; por est a razón los multicascos son muy estables.
de un multicasco está e n e l agua , la Por lo general, los cruceros están diseñados para mantenerse esta-
e p p
estabilidad es excelente; si bles, incluso en condiciones extremas. Y, además esto es posible, pues-
escora mucho, el par d e fu erzas de p
to que al aumentar el ángulo de escora, normalmente Rd disminu-
adrizam ie nto desaparece. ye, reduciendo así el momento que orig ina la escora. En los multi-
cascos, cuando el casco de barlovento está fuera del agua, el
centro de carena prácticamente ya no se desplaza, mien-
tras que el áng ulo de escora varía: el momento no pue-
de aumentar. ¡Por eso un multicasco también puede
volca r!

p Con un lastre grande, o que est é


p
colocado muy bajo, se consigue un par
p
Sobre todo, no hay que levanta r la pata de fuerzas de adrizamiento que
demasiado .. aumenta con la escora.
El equilibriO de un vele ro 235
234 Mecánica del velero

nos hacia la popa. Debido a que una peq ueña variac ión de l asien-
Otro método para aumentar la distancia (GG') consiste en desplazar
t o mod ifica eno rm em ente las f uerzas h idro d inám icas Ft y Fz, este
el centro de gravedad con relación al barco:
eq uili bri o es particul armente delica d o de obtener.
• en el caso de los derivadores ligeros, de las tablas a vela o de má-
En rumbos de planeo, Fz desempeña el mismo papel de A, pero su des-
quinas muy veloces, podemos separar G desplazando a la tripulación,
plazamiento está asociado a la forma de los filetes de agua bajo el casco.
cuyo peso es una parte importante del peso total; de este modo se
Cuando Z está dirigida hacia lo alto, hay una tendencia a aligerar la proa
puede comprobar que el desplazamiento lateral es el más eficaz; Rp
del barco; es lo que ocurre cuando navegamos con un spi bien reglado .
• en cuanto a los cruceros, aunque no siempre es despreciable, el
desplazamiento de la tripulación no es el factor principal. Por el contra-
rio, podemos desplazar G hacia la parte baja añadiendo peso en las
Equilibrio durante el movimiento de guiñada
partes bajas del barco, siendo éste el papel del lastre, pero podemos Cuando el barco avanza, las fuerzas que inciden sobre el mismo no es-
señalar que este desplazamiento no es tan eficaz como el desplaza- tán nunca perfectamente alineadas. Se produce un movimiento de vai-
FI
miento lateral que se lleva a cabo aumentando (GG'). vén que, en el dibujo, se traduce en que el par de fuerzas formado por
Fp y Rd presenta una tendencia a hacer arribar el barco, mientras que l a fu e rza aerodin<lmica de propu ls ión
p
En condiciones denominadas de planeo. Fz. o fuerza de sustentación el par de fuerzas Rp/Ft le hace orzar. Esta situación puede invertirse se- Rp y la fuerza hidrodinámica Ft
El desplazamiento lateral del centro de vertical, puede alcanzar va lores comparables al empuje A, y desempe- gún sean las circunstancias de la navegación y las posiciones respecti- desempenan el papel de par de fuerzas
gravedad G aumenta ñar el mismo papel. Cuando se producen pequeñas variaciones del án- vas de 105 puntos de aplicación de estas cuatro fuerzas. en los fenómenos de cabeceo.
considerablemente la dista ncia GG', así gulo de escora, su punto de aplicación se desplaza mucho. Por esta ra- Para una acción vélica concreta, el valor de Fp está determinado por
como la e fic ac ia del par de fuerzas zón los cascos planeadores tienen una enorme estabilidad frente a la las ecuaciones del equilibrio en movimiento, es decir, que únicamente
correspondi e nte. escora. varia la posición del punto de aplicación Ep:
• bien, actuando sobre la caña, deformando así la carena, lo cual
Equilibrio en el asiento modifica el punto de aplicación de Fp (y no su intensidad impuesta al
estar ya determinada la acción de las velas). Podemos demostrar que el
La fuerza de propulsión aerodinámica y la fuerza de resistencia hidrodi-
ángulo de abatimiento disminuye en una fuerza Fp igual, si la carena se
námica inducen siempre un momento con tendencia a sumergir la proa Fp
vuelve asimétrica al tirar de la caña hacia barlovento. Esto explica que
del barco, es decir, que cuanto más arriba inciden las fuerzas propulso-
puede ser co nve nien te reg lar el barco para hacerlo ardi ente.
ras, mayor es el momento.
El
la acción estática del agua presenta una tendencia a adrizar el barco RO
V----1-.f----_A Vp'
si el centro de carena C está delante del centro de gravedad G.
Cuando el barco está en reposo, es decir, sometido únicamente a la
acción de su peso, G y C se encuentran sobre la misma vertical. Cuan-
Ep

G
Vp' -~_/ Rp
-------~.c_:_:_
do el barco está en movimiento, la línea de flotación se inclina. la esta- Vd' Vd
bilidad longitudinal será mejor cuanto mayor sea el desplazamiento C
con una pequeña modificación del asiento.
p En 105 cascos cuya proa está muy sumergida, el equilibrio longitudi- RO
nal varía bastante con cual quier pequeña variación en el asiento. El es-
RO Es tabilidad durante las guinadas
tudio de la " distribución de los volúmenes" nos permite analizar este
importante problema de los multicascos. Por lo general, no creemos l os pares de fu e rzas Rp/ Ft (fuerza de
que sea imposible hallar un asiento en equilibrio; sin embargo, puede propulsión aerodinámica y res istencia
ocurrir que en condiciones excepcionales, la proa se sumerja de tal ma- hidrodinamica) y Fp/ Rd !fuerza de
p nera que el punto de aplicación de la resistencia Ft descienda mucho, propu lsión hidrod in á mica y fuerza de
G
aumen tando de este modo el par de fuerzas que hace inclinarse el bar- abatimi ento aerodinámica) son los que,
La tripulación al desplazarse. desplaza co hacia la proa; en ese caso ya no hay estabilidad, y el barco vuelca En las tablas a vela, s i echamos ha cia a l actuar entre e llos, provocan el
el centro de gravedad G y e l peso P, así por la proa ("por avante"). Al maniobrar el timón atrás e l apa rejo hacemos qu e movimi e nto de guiñadas del barco. El
como el centro de carena e y e l punto En los derivado res ligeros, en los que el papel de la tripulación es m odifica m os la fuerza de retroceda e l punto de aplicación Vd de empuje de Arquímedes no inte rvien e
de a plicación del empuje de muy importante respecto a la situación del centro de gravedad, pode- s ustentación hidrodinamica d el Rd, por lo que la tabla orza para prá cticamente (absolutamente nada s i
Arquímedes A . mos actuar de manera eficaz sobre el asiento del barco desplazándo- casco; Fp se desplaza. lograr una nuevo equ ilibri o. e l barco no escora).
236 Mecanica del velero El equilibri o de un v elero 237

Pero al mover la caña, también podemos "aumentar la resistencia", llegar a un lugar concreto, o para ir más cómodos, podemos lograrlo
y con ello disminuir la velocidad y aumentar el ángulo de aba t imiento. de forma práctica o bien aplicando voluntariamente los conocimientos
Normalmente este aumento no es notable en ángulos de caña menores experimentales y teóricos anteriormente expuestos.
de 7° u 8°. Por este motivo. no hay que sobrepasar nunca esos valores
de ángulo de caña (la aplicación de la teoría del flujo de los fluidos nos
lleva al mismo resu ltado); Virada por avante R

• bien modificando el punto de aplicación de Rd. Es lo que hacemos Virar de bordo es la maniobra más frecuente en navegación. De acuer-
en las tablas a vela, al inclinar el aparejo. Cuando Vd avanza, la tabla do con la definición del equilibrio mecánico, las ecuaciones desarrolla-
arriba; si Vd retrocede, la tabla orza; al contrario de lo que parece expe- das para lograr la estabilidad del barco no se pueden aplicar a este ca-
rimentar el windsurfista, son las acciones externas lo que hacen cam- so, pues nos faltan los términos de inercia. Pero podemos razonar con- R
biar el rumbo y no el empuje de 105 pies. que no es más que una con- siderando que el conjunto de las fuerzas aerodinámicas se aplican en el
secuencia de aquellas. punto Vr, y el conjunto de las fuerzas hidrodinámicas lo hacen en el
punto C.
En determinadas circunstancias, es imposible lograr un equilibrio. Es- Partiendo de una posición de equilibrio (A) en la que la fuerza aero-
to ocurre de modo especial en la navegación con spi, cuando el valor dinámica y la fuerza hidrodinámica F están alineadas, el rumbo y la ve- R
de Rp es muy grande y una variación, incluso muy pequeña de la esco- locidad del barco permanecen constantes. Para cambiar de dirección,
En A, el barco est a e n equi librio: la
ra, hace que aumente enormemente el par de fuerzas Rp/Ft. Y si no en el caso que estemos navegando amurados a babor, tenemos que
fuerza aerodinamica R e hidrodinámica
podemos aumentar el par de fuerzas Fp/Rd con la caña para conseguir crear un par de fuerzas que produzca un giro hacia la derecha si quere-
F estan alineadas.
estabilizarlo, el barco "se va de orzada " . mos arribar, y hacia la izquierda si lo que queremos es orzar. Para ello,
En B. e l desplaza mie nto de la ca ña
hay que elegir entre las dos opciones siguientes:
modifi ca el punto de aplicación de la
• desplazar el punto de aplicación de la fuerza hidrodinámica F, que
ELEMENTOS TEÓRICOS es lo que se hace en los barcos con caña (8);
fu e rza hidrodiná mica: se origina un par
de fu e rzas. qu e ti e nde a hace r girar el
DE LA MANIOBRA • o bien desplazar el punto de aplicación de la fuerza aerodinámica
barco .
R; que es lo que se hace en las máquinas que no tienen este mecanis-
En C. es e l desplazamiento del aparejo
Ya hemos estudiado la estabilidad del barco, en el sentido mecánico mo, como ocurre en las tablas a vela (C) .
lo que modifica e l punto de aplicación
del término. En realidad, un barco no se encuentra nunca en perfecto Para aumentar la eficacia, hay que combinar las dos opciones.
de la fu e rza aerodiná mica. creándose
estado de equilibrio, sino que oscila entre sucesivos equilibrios, como el
un par de fu e rzas.
niño pequeño cuando se pone a correr vacilante y no llega a caerse. Con la ca ña
El estudio de las condiciones reales de navegación con olas y con un Vamos a suponer que queremos virar hacia la izquierda (como en el di-
viento más o menos variable en velocidad o dirección es tan complejo
que resulta un área absolutamente oscura .
Por el contrario, podemos su p oner q ue el funcionamiento real
de l barco est á const itu ido por un régimen permanente (en equi-
bujo); tenemos que desplazar hacia adelante el punto C, es decir, dis-
minuir la parte del timón que influye en la fuerza antiabatimiento. Para
ello, tenemos que disminuir, o sea invertir, el ángulo de incidencia s
que forma la velocidad del barco con el timón.
A

EJ-
librio) sobre el que se super ponen va ri aciones muy pequeñas. De este modo el barco efectúa un giro hacia la izquierda que domi-
na sobre la velocidad de traslación.
En la mayoría de los casos, esta hipótesis es real y el elemento que Del mismo modo que la velocidad del aire se suma a la velocidad del
distingue a un buen navegante de uno aceptable, es su capacidad para barco para dar como resultado el viento aparente, la velocidad de tras-
captar estas pequeñas va riaciones. lación se suma a la velocidad de rotación: cada punto de la carena tie- En A, el barco esta en equi librio.
Cuando efectuamos una maniobra, por ejemplo, al cambia r de bor- ne una velocidad propia con relación al agua que es diferente de la del En B, el hecho de desplazar e l timón
do, la hipótesis del régimen permanente en realidad fa lla. Vamos a punto contiguo. El punto E situado en la proa del barco (ver dibujo de hace que s ea " menos efica z": como
analizar algunos de estos regímenes no permanentes con varios ejem- la pág. siguiente) está impulsado por una velocidad Ve orientada más consec ue ncia, la parte que influye en la
plos. hacia la izquierda que la velocidad Vs del punto S, situado en el espejo fu e rza antiaba timiento disminuye y el
"Reglar un barco", es encontrar un equilibrio que corresponda al de popa . El ángulo de incidencia de la velocidad del agua con relación punto e (centro de carena ) avanza. Se
objetivo que nos hallamos marcado para la navegación en ese momen- al barco varía desde la proa a la popa de la carena, siendo menor en la form a un par de fu e rzas y e l ba rco
to. Ya sea un objetivo de máxima velocidad y de tiempo mínimo para proa y mayor en la popa. e mpieza a virar.
238 Mecánica del velero El equilibrio de un velero 239

Vs En ese momento, la fuerza hidrodinCimica se desplaza hacia atrCis y Al igual que ocurría con la maniobra del timón, este cambio en la
se opone al cambio de rumbo del barco. El ángulo de incidencia del posición del aparejo con relación a la linea de crujia de la tabla debe es-
agua sobre el timón disminuye; si queremos que la virada iniciada con- tar sincronizado con la aparición de la velocidad de rotación de la mis-
s tinúe, tendremos que actuar sobre la caña para aumentar s. Por lo tan- ma: si lo realizamos demasiado pronto, la orientación de la fuerza aero-
to, la virada por avante requiere una cierta sincronización entre la rota- dinámica frena la tabla, y demasiado tarde, la fuerza aerodinámica dis-
ción y la maniobra de la caña. Esto resulta de gran importancia al no minuye y la tabla se queda parada antes de haber cruzado el " eje del
poder conseguir grandes valores para s. viento real " .
El ejemplo de polar de un perfil simétrico, indica que un timón "en- Estas maniobras se han analizado teniendo en cuenta únicamente el
En e, durante el giro. la velocidad de tra en pérdida" (el flujo se desprende) con ángulos de incidencia apro- aspecto cinético al describir el "campo de velocidad ":
traslación se co mbina con la velocidad
ximados a 1Oo. Para no crear una resistencia hidrodinámica demasiado • cuando un barco avanza con una velocidad constante, se encuen-
de rotació n, es decir, que un punto E
grande y mantener una componente lateral significativa (en este caso tra en equilibrio y cada punto del mismo estCi impulsa do por una veloci-
s ituado e n la proa tie ne una velocida d
fuerza antiabatimiento) no hay que sobrepasar este ángulo. dad similar respecto a tierra;
más orientada hacia la izquierda que un
La enorme caída de la componente lateral nos señala que se pueden • cuando se produ ce una vi rada de bordo, las veloci dades con rela-
punto S s itua do e n e l espejo de popa.
obtener resultados menos buenos con un valor superior al del ángulo ción a tierra son distintas de un punto a otro, lo cual modifica las velo-
los fil e tes de agua que actua n sobre el
de "entrada en pérdida" . cidades relativas con relación al agua y al viento aparente.
timón se desvian, dis minuyendo e l
No hay que modificar demasiado deprisa el ángulo de la caña, Durante esta fase del régimen no permanente, las fuerzas de inercia
ángul o s, por l o que las fu erzas
sino ir aumentándolo a medida que va apareciendo la velocidad desempeñan un papel fundamental dificil de modelar.
hidrodin ámicas se opo nen a la virada V
de rotación del barco, con el fin de mantener una incidencia En este caso habría que realizar un enfoque pragmático de los fenó-
el punto e re trocede. Pa ra que vuelva a constante del timón con relación a los fi letes de agua. menos, al ser las excepciones muy numerosas.
avanzar de nuevo hay qu e volver a
Pero ¿qué pasa mientras tanto con la fuerza aerodinámica durante
a umentar e l á ngulo s girando un poco
esta maniobra? En la virada por avante, la velocidad del viento aparen-
m ás la caña .
te cambiará de intensidad y dirección, al igual que la fuerza aerodiná- El planeo
mica. Durante una fase de este movimiento, ésta se anula. Sin fuerza El coeficiente límite práctico de velocidad de 0,4 nos daría, en una ta-
de propulsión, la velocidad del barco disminuye, y también lo hace la bla a vela, una velocidad limite de alrededor de 5 nudos, y de 8 nudos
fuerza hidrodinCimica y la eficacia del timón. Incluso puede ocurrir que aproximadamente en el caso de un barco de 10 metros. En el caso de
la velocidad se anule antes de que finalice la vi rada. Como consecuen- una navegación con planeo, estos valores pueden sobrepasarse amplia-
cia el barco se para y no es capaz de maniobrar, puesto que no puede mente y numerosas tablas sólo navegan planeando: son las tablas con
"manejar a su antojo" unas fuerzas que ya no existen. poca flotabilidad.

VQ Sin caña
Cuando no hay caña con la que poder avanzar al punlo e, ue~¡Jlaza­
mas Vr hacia atrás. Si navegamos en un derivador y hemos perdido el
timón, hay que cazar la mayor. Esto no siempre es posible en algunas

Cuando se inicia la virada


Q máquinas cuyo aparejo no está concebido con este fin. Los catamara-
nes de playa que no tienen caña, deben gobernarse echando hacia
(barco neg rol. e l viento de la velocidad atrás (o hacia adelante) e, modificando su asiento longitudinal.
ca mbia. es decir. a ume nta y comie nza a En las tablas a vela, podemos obtener el resul tado deseado inclinan-
soplar m ás desde la derech a cu ando se do hacia atrás el aparejo. Pero en ese caso, la velocidad del agua varía
realiza una virada a la derecha. Cua ndo con relación al barco en cuanto se inicia la vi rada , y la velocidad del
e l barco está s ituado como e l azul de l viento aparente también cambia debido a la aparición de la velocidad
dibujo, el vie nto aparente ala rga, por lo de rotación de la tabla. La velocidad del punto P de la vela "se inclina"
tanto podemos m antener e l foqu e hacia la derecha, el dibujo nos muestra que en ese caso el viento apa- Pa ra empeza r a planear, la tripulaciÓn
cazado. Este seguirá portando rente escasea. Por consiguiente hay que cazar y llevar el aparejo a bar- de este 470 intents controlar
prácticamente hast a qu e t e ng a e l lovento para mantener un ángulo de incidencia correcto y una fuerza e l asiento, manteniendo e l casco lo
vie nto de proa. aerodinámica que facilite el final de la virada. m ás p la no posible.
240 MeCánica del velero El equilibrio de un velero 241

Comienzo del planeo


Las ecuaciones realizadas para el análisis del equilibrio nos muestran que
el volumen sumergido A puede disminuir enormemente cuando la fuerza
hidrodinámica Fz y la fuerza aerodinámica ascendente Z son positivas y
adoptan un valor significativo ante el peso P. En la práctica esto no ocu·
rre más que cuando el valor del ángulo de escora se acerca a o. Z es pe-
queña para otros valores, como en el caso de los derivadores y cruceros.
Cuando la velocidad del barco es moderada, Fz, en general, es nega-
tiva, debido a la concavidad general que se produce hacia la parte su-
perior de las líneas de agua situadas debajo del barco. Por lo tanto, és-
te se inclina algo más hacia la proa que cuando estaba en reposo.
Cuando la velocidad aumenta, el barco está más encabritado. Si la
forma de su carena lo permite y se crea una inclinación hacia la popa,
la concavidad de los filetes de agua puede invertirse. La fuerza de sus-
tentación cambia de sentido y Fz se convierte en positiva. El punto de
aplicación de las fuerzas hidrodinámicas se desplaza hacia la proa y el
barco se inclina ligeramente hacia la popa.
El desplazamiento A del barco disminuye, puesto que A es igual al pe-
so P del barco menos la fuerza de sustentación (A = P - Fz), y también la
resistencia a las olas. La modificación necesaria del asiento del barco para
favorecer el planeo, tiene que ser tan grande como para invertir la curva-
tura de los filetes fluidos, pero no debe provocar un aumento importante positiva; por lo general, suele impedir el establecimiento de un flujo no gi- Incluso con ayuda de la ciencia,
de la resistencia hidrodinámica modificando la carena sumergida. ratarlo como el del fluido perfecto en el caso del viento de popa, por ejem- sacar el mayor partido de una máquina
El hecho de q u e se produzca el p laneo está condicionado por plo. Al contrario, el hecho de provocar de modo voluntario una inestabili- con velas sig ue siendo un arte ..
un reg laj e m uy exacto de l asiento del barco, en función de la for- dad en un flujo de aire desprendido en una vela orientada para navegar a a veces, acrobático.
ma de la carena. En los deri va do res ligeros, la tri p ulación puede un largo, puede ocasionar que la capa límite de este flujo se vuelva a adhe-
desempeñar un importa nte pap el en su apa ri ción . rir, obteniéndose de este modo una mejor componente aerodinámica.
En el caso de las tablas a vela, que pueden jugar con la orientación Debido a que no podemos "ver" lo que ocurre bajo el agua y a que
de la fuerza aerodinámica, la acción vertical Z favorece la aparición del las incidencias son generalmente pequeñas, resulta más difícil actuar
planeo, pero su inicio sigue produciéndose de la misma manera. sobre la estabilidad hidrodinámica, pero nunca resulta conveniente su-
frir las vibraciones de un casco o un timón.
Puesto que los prototipos resultan insuficientes y caros, la inestabili-
En resumen dad de ciertos flujos reales contribuye a otorgar un enorme valor a las
Más que cualquier otra máquina, los veleros están sometidos a movi- técnicas de visualización, resultando irremplazable el buen hacer de
mientos de oscilación, oleaje, rachas y turbulencias del viento. Por esta una tripulación competente.
razón podemos observar que, en la práctica, muy pocos flujos de aire o
de agua son permanentes y corresponden exactamente a los casos teó- El reg laje de un barco requiere la elección de determ inados pa-
ricos ya conocidos, es decir, que éstos no representan más que un lími- rá metros relacionados entre sí. El paso de un determinado equilibrio
te o una media que no es exactamente equivalente. a otro, requiere una coordinación de los diferentes reglajes en un perío-
Además, incluso cuando una situación es completamente permanente, do de tiempo concreto. La comprensión de los fenómenos físicos que
sin olas y con un viento regular, con un reglaje determinado y una derrota entran en juego nos permitirá adquirir los reflejos óptimos. Pero esto so-
fija, el aire y el agua pueden transcurrir de un modo no permanente, debi- lo no es suficiente, pues todos ellos son tan complejos que no pueden
do a una inestabilidad de tipo mecánico. Es algo así como el equilibrio describirse en su tota lidad; es decir, que el arte de los g ran des mari -
inmóvil de una bicicleta, en el que la mínima perturbación hace que nos n os está en saber ded uci r las reglas prácticas, ta nto a partir de la
caigamos si nos quedamos parados. la inestabilidad puede ser negativa o observació n experimental como de la reflex ión t eórica .
242 Mecánica d el vel er o El equilibrio de un velero 243

La estabilidad y los rumbos

A . El barco navega en ceñ ida, perfectamente equ ili brado: la fuerza aerodinámica R y la
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fuerza hidrodinámica F están "alineadas". No hay nada que decir.
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B. El mismo barco escora. El centro vélico se ha desplazado a sotavento y el centro de re-
sistencia latera l lo ha hecho a barlovento. Las dos fuerzas están descompensadas, aparece un
par de fuerzas que tiende a hacer o rzar el barco: éste se vue lve ardiente.

C. El barco escora a la contra, el pa r de fuerzas se ha invertido. El barco se vue lve blando.

D. Largamos un poco la escota del foque con la esperanza de poder desplazar hacia atrás el
cent ro vélico y hacer que el barco se vue lva ardiente. Efectivamente, el centro vélico retroce-
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de. Pero al estar el foque demasiado largado, R, aunque orientada más hacia la proa, es me-
nor. Como consecuencia, la ve locidad disminuye; el cent ro de res istencia lateral retrocede . El
par de fuerzas es pequeño. El barco se vuelve ard iente sólo momentáneamente.

E. Arr iamos el foque. El centro vélico retrocede sensiblemente. Al estar perturbado el flujo

--- -.....-
a sotavento de la mayor, R dism inuye y se orienta ma l. La ve locidad disminuye considerab le-
mente, el centro de resistencia latera l retrocede también. El barco se vue lve blando.

F. El viento refresca. El embolsamiento de las ve las tiende a desplazarse hacia la popa, el


centro vélico retrocede, R está mal orientada, la ve locidad disminuye. El centro de resistencia
®
.....
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-.....-
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lateral retrocede, pero no hasta el punto de impedir que el barco se vue lva muy ard iente.

G. Ahora el barco navega a un largo . En este rumbo, normalmente se vuelve ardiente.

H. Sin embargo, en los derivadores, al sacar parcialmente la orza, podemos desplaza r hacia R

-.--....
atrás bastante el centro de resistencia latera l para estabilizar el barco. Naturalmente, basta
con que éste escore un poco pa ra que de nuevo se vue lva ard iente. ®
l. Navegando a un largo con spi, R aumenta, el centro vélico se desplaza hacia la proa. La
ve locidad es m uy grande, y el centro de resistencia lateral se sitúa muy hacia la proa. Incluso

R ~9
si quitamos la orza en un derivador, no lograremos hacer que éste retroceda lo suficiente co-
mo para que el barco no se vuelva ardiente.
F
J. Con el viento por la aleta con spi; hay bastante mar, y el barco se balancea de un bordo
al otra. Al ser poco eficaz la mayor en este ru mbo, el centro vé lico se sitúa muy hacia la proa.

-.....-
Según sea el movimiento del barco R se desplazará tanto a barlovento, como a sotavento de Hemos organizado este escenario para resumir la estabilidad de un velero en
F. El ba rco se vuelve ardiente y blando alternativamente. El timone l tiene que hacer un gran CD función del rumbo en el que esté navegando. las flechas R y F
esfuerzo. representan la fuerza aerodinámica y la fuerza hidrodinámica,
R
respectivamente. La magnitud del par de fuer zas que se forma entre ellas así
K. Con viento de popa. El spi está a barlovento, y R también se encuentra a barlovento de
como su intensidad, influyen sobre e l comportamiento del barco. Si éste tiene
F. El barco se vue lve cada vez más blando, debido a que el spi le hace escorar a la contra.
tendencia a orzar, decimos que es ardiente y s i tiende a arribar, decimos que
es blando. En los rumbos portantes, la utilización del s pinnaker le da un poco
de alegria al asunto ..
TERCERA PARTE

EL BARCO

HORA YA LO SABEMOS, un ba rco no navega solo. Para que se desplace más
A o menos en dirección recta, tenemos que esforzarnos, y para que nos desve-
le todos sus secretos hay que echarle mucha más pasión, intentar comprender el
juego de las fuerzas que lo impulsan e iniciarnos en las sutilezas de su reglaje.
Yeso no es todo. Tenemos que aprender a conocer el propio barco, y este apren-
dizaje nos parece fundamental. Debemos convencernos de que un barco no es un
simple objeto que podemos coger y luego dejar, por las buenas. Actuando así, esta-
remos con denados a seguir siendo unos extraños respecto al mundo que preten-
díamos descubrir. No hay verdade ra comprensión de la mar, sin una compre nsión
del barco. Por eso debemos mantener con él una relación de compl icidad.

En la segunda parte del libro, hemos ana lizado las razones por las que un barco
avanza (o no). Ahora, vamos a adquirir los conocimientos prácticos necesarios. Evi-
dentemente, no vamos a acometer un tratado de arquitectura naval, como tam -
poco de describir un material en estado puro, tal como podemos verlo en los sa lo-
nes náut icos. Sino que nuestro punto de vista será deliberadamente práctico. Te-
nemos un tipo de barco determinado, y por lo tanto, es necesari o que conozca -
mos sus puntos críticos, saber cómo vive y envejece, y lo que podemos hacer para
mantenerlo con buena sa lud . Se trata de adquirir la base necesaria para lograr
cierta destreza y ser capaces de demostrarla a cua lquier nivel: elección, puesta a
punto, utilización, mantenimiento y reparaciones sencillas.
Este aprendizaje nos reportará diferentes ventajas. En primer lugar nos hará con- jaremos hasta la bodega a fin de conocer lo necesario para mantener una buena

fiar en nosotros mismos. Lo cual es indispensable en la mar, pues cuando se pro- relación con el motor auxiliar.

duce un accidente no se trata de buscar un "responsable" al que podamos encar- Por curiosidad más que por necesidad, echaremos una ojeada de conjunto sob re

gar el trabajo quedándonos de brazos cruzados (tenemos que olvidar al máximo las técnicas de construcción de los cascos. Los barcos modernos presentan en este

este estado de ánimo). aspecto una auténtica seguridad que reduce los problemas de mantenimiento Sin

y por otra parte, nos llevará a contemplar el barco, de manera distinta a un ob- embargo, a veces hay que reparar algunos desperfectos que afectan al casco .. Y,

jeto de lujo que no se puede reparar más que con enormes gastos. Y al mismo además, todos los años hay que limpiar fondos y dar una nueva mano de pintura

tiempo, nos facilitará las relaciones con los profesionales, permitiéndonos saber antiincrustante, pintar y barnizar las superestructuras y los interiores, luchar contra

exactamente lo que queremos de ellos y apoyarles en su preocupación por realizar el óxido, engrasar, limpiar. .. Realmente, tenemos la impresión de no acabar nunca,

un trabajo de calidad. y más aún al tener que pasar revista a todo el materia l de armamento, que tam-
bién necesita atentos cuidados.

Los temas que vamos a considerar en esta parte son muy variados y muchas
veces nos conducirán a análisis un tanto áridos. Esta parte no está realmente he- En una palabra, por medio de la lectura de esta tercera parte del libro, ve remos

cha para que nos la leamos de un tirón, sino que más bien constituye una reser- que si un navegante de recreo quiere ser un gran marino, también tiene que ser

va de información, en la que podremos bucear con ayuda del índice. No preten- un perfecto experto en pequeñas reparaciones.

de ser exhaustiva pues querer adquirir los conocimientos de un campo en el que


la evolución es constante, sería completamente utópico. En ella se intenta más
bien organizar un recorrido complejo, sinuoso y jalonado por paradas y vueltas
hacia atrás, dudas y presentimientos, igual que la mirada del patrón a bordo de
su barco.

Nuestra mirada de marino meticuloso se detendrá, en primer lugar en la jarcia,


que es de alguna manera el motor del barco. Extenso campo que abarca las velas,
el palo y su arboladura, así como todas las piezas, poleas, cabos, y grilletes que sir-
ven para que pueda desempeñar su función.
En este campo, los materiales y la téCll ica evoluciona con rapidez y hay que es-
tar constantemente aprendiendo o inventando nuevos gestos para uti lizarlos lo
mejor posible y también efectuar su mantenimiento de modo eficaz. También ba-
La jarcia

El término jarcia, en su sentido más general. designa el conjunto de


mecanismos que contribuyen a la propulsión del barco: perchas, ma-
niobras y velas.

JARCIA FIRME, JARCIA DE LABOR


Las perchas y la jarcia firme constituyen el armazón sobre el que se colocan
las velas. Bajo el nombre de perchas, se agrupan 105 palos y crucetas, bota-
varas, tangones y a veces vergas. la jarcia firme también comprende 105
cables que sujetan el palo: estays, obenques (que se denominan maniobra
firme); sus sistemas de fijación y de reglaje, asi como 105 herrajes de las cru-
cetas y de la botavara.

La jarcia firm e abarca todo aquello que permite maniobrar las ve-
las, coloca rlas y orientarlas, modificar su forma o superficie (por eso se
llama maniobra de labor). Son las drizas, escotas, brazas, retenidas,
etc.

Diseño de la jarcia
Toda esta constru cción aérea debe responder a tres necesidades f unda-

r mentales:
11 que sea delgada para exponer al viento la menor superficie posi-
ble. La resistencia aerodinámica (la superficie del barco y de la jarcia
en especial que se expone al viento), frena el barco y en el aire pertur-
La supe rfici e de la cubierta de los
veleros modernos, como el Glé na ns 33
bada, las velas tienen un rendimiento peor; que vemos en e l dibujo. va esta ndo
• ligera . pues cua lquier peso en la parte superior del barco disminu- cada vez más despejada. al ree nviarse a
ye SU estabilidad; la bañ era las maniobras de labor. Hay
• y resistente: esta última necesidad establece el límite de las dos qu e seña la r la forma tan original de
anteriores. estibar el a ncla .
252 El barco La jarcia 253

En el diseño de las perchas y de la jarcia, se intenta llegar a un com- • los aparejos llamados a tope de palo, cuando el foque llega hasta
promiso. Según los barcos, se otorgará una mayor importancia a una u la perilla. El palo se sostiene de forma rígida y permanente, y las velas se
otra de estas cualidades. En los derivadores, se suelen aparejar jarcias fi- adaptan a éste. Es el aparejo de los cruceros para las tripu laciones que no
nas y ligeras. a veces en perjuicio de su resistencia. Aunque también es quieren tener problemas con el palo;
cierto que en las condiciones de navegación de estos barcos, una avería • los aparejos llamados fraccionados, cuando el foque no llega
del material raras veces coloca a la tripulación en situación crítica. Por el más que a los 5/6 6 7/8 de la altura total del palo. tste es ligero y se
contrario. en un barco de crucero, no se puede correr el riesgo de sufrir puede combar para adaptar la forma de la vela al tiempo reinante. Es
un accidente. el aparejo de los derivadores y de los cruceros pequeños. Poco a poco
Al ir evolucionando los materiales y hasta los mismos diseños, cada vez se va extendiéndose a barcos mayores, especialmente a los barcos de re-
va consiguiendo aligerar más las perchas y la jarcia, sin disminuir su resisten- gatas, cuyas tripulaciones persiguen el mejor rendimiento del barco;
cia, lo cual es una prueba de seguridad adicional en la medida en que se lo- • los aparejos autoobe ncados, que son complejos y entre los que
gra mejorar el rendimiento de los barcos. se encuentran los de palo rígido y palo flexible. Se pueden orientar, y
la distinción que hemos hecho entre jarcia de labor y jarcia firme nos su rigidez se consigue por medio de cables fijados al propio palo. Los
resulta muy útil, pero no debe darnos falsas esperanzas*. mástiles-ala, cuya superficie representa una parte del velamen, son
El buen funcionamiento de la jarcia no se obtiene reglando por forzosamente orientables y autoobencados. También se utiliza esta mo-
un lado sus elementos fijos y por otro los móviles. Sino que todo es- dalidad en los palos muy delgados y altos, como los del 12 m JI;
El Gh~ nans, balandro con aparejo
• Nota de la traductora: Juego de pa- tá unido. El conjunto palo-botavara no constituye un marco delimitado de • y, por último, están los apa rejos sin obencadura. El palo está
labras entre "greement dormant" (lite- a tope de palo.
una sola pieza sobre el que se coloca una vela, sino que puede sufrir defor- plantado simplemente en el casco y se sujeta como una caña de pes-
ralmente "jarcia durmiente") y jarcia
firme en español. maciones. Algunas de ellas son voluntarias para conseguir un mejor rendi- car. Este aparejo es el de algunos cat-boats como el Finn o el Yole OK.
miento y otras se producen de forma involuntaria, que son las que hay que Desde hace poco esta técnica se está extendiendo también a los barcos
tratar de evitar. de crucero, como los Freedom, y últimamente el Sinagot de Jean Jac-
El problema está en adaptar perfectamente velas y perchas, unas a ques Herbulot, que incluso lleva el foque envergado en el palo. Dentro
otras, con el fin de lograr un conjunto armónico y, por consiguiente, de este grupo podemos clasificar las tablas a vela.
eficaz, en todos los rumbos y con fuerzas de viento diferentes.
Antes de estudiar las distintas partes de la jarcia, resulta necesario
entender el f uncionamiento del conjunto y ana lizar los diferentes regla-
jes que podemos realiza r en la misma.

Los diferent es aparejos


superior
El objetivo es exponer al viento un velamen lo más eficaz posible, que
esté adaptado al barco, a su programa de navegación y a su tripula-
primer piso
ción. Con este motivo surgen varias preguntas: de crucetas_+ __..ü"_",,
• ¿cuántos cascos tiene el barco: uno, dos o tres?
• ¿cómo está construido? ¿con materiales ligeros (plástico) o extra-
rrigidos (madera moldeada)?
inferior
• ¿se va a utilizar para hacer regatas en alta mar, o de triángulo, pa-
ra navegaciones de un día o de crucero en alta mar?
• ¿la tripulación quiere navegar a tope, o le basta con salir con segundo piso
buen tiempo? de crucetas_.If-_ -j)¡-_ -\j
• ¿ disponemos de gente fuerte o s610 de un par de brazos ... ?
l os progresos alcanzados en el campo de la aerodinámica, así como
las restricciones económicas y la evolución tecnológica han obligado a
los arquitectos navales a adoptar en casi todos los casos una solución
Roya/e, s loop con mástil-ala única: el aparejo en sloop o balandro (foque y mayor), existiendo ade-
vautoobencadura. más otros tipos :
254 El barco la jarcia 255

Con sultar la Existen también otras clases de aparejos intermedios con todo tipo Veamos ahora cómo podemos resolver el problema de la sujeción la- iNo hay que dejarse
descripción de matices, pero las distinciones que acabamos de hacer son las princi- teral y longitudinal de un palo, en un barco. impresionar por la
de los pales. Según la forma de sujeción, el palo se comporta de una manera lig ereza del aparejo de
diferente, determinando la mayoria de los reglajes del barco. • Sujeción lateral. El dibujo nos muestra cómo un obenque que sale los barcos de regata!
De todas formas, lo principal es que el palo se mantenga. del palo con un ángulo de 10' a 13' , cae bastante fuera del barco. Por En un barco de
esta razón nos vemos obligados a recurrir a la cruceta. Pero el oben- crucero. es deseable
Sujeción del palo que, al estar dirigido hacia abajo, transmite a dicha cruceta un esfuerzo que el ángulo palo-
Fundamento de compresión horizontal que tiende a combar el palo a su nivel, por lo obenqu illo no sea

Supongamos que tenemos una antena y la sujetamos por medio de cua - que es necesario encapillar a esta altura otro obenque para mantener de masiado pequeño (de

tro obenques. La antena es muy alta, pero podemos separar como quera- derecho el palo. unos 10° a 13°).

mos los puntos de fijación de los obenques al suelo. Este sistema puede utilizarse todas las veces que sea necesario. Cada Además es conveniente

El esfuerzo que sufre cada obenque se descompone en dos fuerzas: obenque puede formar el ángulo adecuado con el palo, y por medio de que el á ngulo formado por

una horizontal, útil puesto que mantiene de pie la antena; y otra verti- varios pisos podemos llevar los últimos obenques hasta la cubierta. És- el palo y el obenque sea

cal, perjudicial, que se absorbe por la compresión de la propia antena. tos deben ser muy resistentes, puesto que son los que sufren los mayo- mayor, o bien que el cable

Sin viento, las cuatro fuerzas horizontales, correspondientes a los cua- res esfuerzos. Muchas veces se diseña un aparejo bastante más estre- sea de sección más

tro obenques, se equilibran. Cuando el viento empieza a soplar, para cho que el barco, con objeto de poder cazar los foques lo más cerca gruesa, pues al

compensar la presión que éste ejerce sobre la antena, hace falta una posible a la linea de crujía del barco. En ese caso los cadena tes se colo- sostener e l palo a

fuerza horizontal más fuerte en la parte de barlovento, lo cual aumenta can en el centro de la cubierta y no en su linea de contorno. media altura debe

el esfuerzo de los obenques correspondientes y, como consecuencia, Existe otro nuevo sistema de reciente aparición: la autoobencadura. absorber tambié n el

también el de la fuerza vert ical. Por el contrario, los obenques situados En lugar de sostener el palo en varias alturas, éste se sujeta por un solo esfuerzo transmitido por la cruceta; las

a sotavento no soportan esfuerzo alguno. punto a través de obenques con un pie muy ancho. Puesto que el palo sacudidas s on muy grandes en esta

Si acercamos a la base de la antena el pie del obenque situado más a debe tener una gran inercia para no torcerse entre el arraigado y la ba- zona. Es tos puntos deben revisarse
barlovento, el ángulo formado por la antena y el obenque disminuye, y el se, y por encima de ésta, es posible darle más rigidez por medio de una bien en e l mom ento de comprar un

paralelogramo formado por las fuerzas se deforma; con una misma fuer- autoobencadura. ba rco de cruce ro.
za horizontal, el esfuerzo que realiza el obenque de ba rlovento y la com- Esto se lleva a cabo por medio de un sistema de rom bo, en el que
presión de la antena aumentan considerablemente. Estas fuerzos son ex- obenque periféri co de sotavento sostiene el palo por la cruceta (o cru-
cesivas cuando el ángulo disminuye demasiado: el obenque se rompe o cetas) que se apoya (apoyan) sobre el mismo.
la antena se quiebra a causa de la deformación por co mpresión.
El mismo problema se presenta en el palo de un barco, puesto que,
en este caso, no podemos colocar los obenques como queramos, dada
la forma del soporte y la necesidad de cazar suficientemente las velas y
dejarles espacios libres.

Cuando e l barco está quieto, el


conjunto de la obencadura es lo que el TI

sostiene el palo. Cuando hace viento,


sólo trabaja el obenque de barlovento. T2
la fuerza necesaria para mantener el
palo está representada por el vector 8.

A m edida que va disminuyendo el Este catamarán tiene un palo especialmente de lgado y está sujeto por tres cables:
ángulo palo-obenque. a um enta la dos obenques muy separados orientados hacia la popa, y un estay situado sobre la
compresión sobre el palo e1 , e2 y e3. al línea de crujia hacia la proa. La rigidez se consigue por medio de dos rombos
igual que la tracción sobre el obenque transversales, un semi-rombo longitudinal en la línea de crujía y un violin en la parte
T1 , T2 V T3. e3 _________ T3 alta del palo. Asimismo, lleva un baquestay, una burda s uperior y una inferior. Funda me nto de la autoobencadura
256 El barco L ÁMINAS 1 - I

• Sujeción longitudinal. Es mas difícil de conseguir que la sujeción la-


teral, pues en este sentido no siempre se pueden multiplicar los arraiga- Ve las y aparejos
dos. Muchas veces no es posible aparejar más que un solo estay (que evi-
La forma de las velas y su evolución a través de los tiempos han con d i-
ta que el palo se incline hacia popa) y un baquestay (que impide que se
cion ado los distintos tipos de aparejos que conocemos en la actualidad.
incline hacia proa). Al ser muy grande el esfuerzo de compresión que su-
Por esta razón hemos decidido presentar las distintas velas que existen,
fre el palo y para mantener bien recto el estay hay que tensar fuertemen- partiendo de la vela cuadra, reina de la navegación en rumbos portan-
te el conjunto estay-baquestay. En ese caso nos vemos obligados a utili- tes, hasta la vela marconi que nos permite navegar contra el viento, pa -
zar palos con una gran sección longi tud inal (palos ovalados). A veces, se san do por la vela al tercio y la vela latina, indicadas para los barcos de
pueden instalar arraigados intermedios: baby-estay, estay de trinqueta, faena.
obenq uillo de proa y de popa y burdas (oben ques móviles). También se
puede recurrir al sistema de autoobencadura con crucetas orientadas en
la dirección de la línea de crujía del barco, o bien formando un ángulo re- Diferentes clases de velas
lativamente pequer'io con ésta. En ese caso se habla de vio lin es.

Palos rígidos y palos flexibles


Es conveniente matizar estos principios que tratan sobre la sujeción del pa-
lo, en función de los distintos tipos de aparejos y, en especial, en función
de la rigidez o flexibilidad que se quiera dar al mismo.
En muchos barcos con el foque aparejado a tope de palo, es preferi-
ble instalar un palo rígido que no sufra deformaciones, sea cual sea el
rumbo en el que naveguemos. En ese caso, el reglaje de los obenques
se realiza de modo fijo.
En otro tipo de barcos, y especialmente en los de aparejo fraccionado,
es conveniente instalar un palo flexible cuya forma se pueda modificar se-
gún el rumbo en el que naveguemos y la fuerza del viento . En estos barcos
la obencadura se puede ajustar, aunque no es lo único que se cuestiona. El
asiento del palo El Saint-Aygulf. pesquero de la bahía
reglaje del palo se efectúa conjuntamente por medio de la jarcia firme, la
_L __ _ de Fréjus.
jarcia de labor y las velas_
Una vez más queremos ser'ialar que esto no es más que teoría. Hay
palos que se pueden hacer más o menos rígidos, y otros a los que se La ve la latin a. De origen muy an-
puede dar mayor o menor flexibilidad, siendo posible realizar todo tipo tiguo, es la vela típica del Medite-
de reglajes intermedios. En todos los casos, es en la cer'iida cuando los rráneo. Tiene forma triangular y es-
problemas se plantean de forma más clara. Por este motivo vamos a ana- tá envergada en una entena muy
lizar los posibles reglajes en este rumbo, empezando por los aparejos rígi- larga que se iza sobre un palo cor-
El Rana, un barco de pesca de las is las lofoten , construido en 1890 y rest aurado to. Pued e orientarse en todas las
dos que son los más sencillos.
por el museo da nés de Roskilde. direcciones por medio de la escota,
el aparejo de proa y el orsapop. Su
En los aparejos a tope de palo, s i e l REGLAJES La ve la cuad r a. Es la vela más sencilla y la más antigua puesto que, rend imi ento, tanto en ve locidad
palo s igue ma nte nié ndose bi e n desde la más remota antigüedad, los griegos, romanos y celtas, la utili - como en rumbo, es excelente y su
derecho. e l estay permanece tensado.
Aparejo a tope de palo zaban en sus embarcaciones. Es la aplicación perfecta de la navegación gobierno es relativamente fáci l a
Si, por e l contrario, e l palo está ya En los barcos cuyo foque está aparejado a tope de palo, el génova suele te- con rumbos portantes, es decir, cuando el vien to sopla por la popa del pesar de su larg a entena. Deja la
a rquea do e n reposo, se a rq ueara ner una gran superficie lo que exige un palo de sección gruesa. La mayor, barco y el navegante no tiene otro capricho que dejarse empujar por cubierta completamente despejada
t odavia más al s ufrir un esfuerzo; al ser más pequer'ia, queda, en buena parte, desventada por el palo; por éste. Se iza en el palo por medio de una verga que se mantiene en el y, junto con las perchas, puede
este motivo su eficacia se ve reducida. Con un aparejo de este tipo, es ne- centro con una driza. Se utili za en barcos de dimensiones muy variadas, desmontarse con rapidez, para dis-
va l est ar más bajo e l t ope, e l estay
sobre todo en embarcaciones gra ndes en las que las velas cuadras es- minuir la superficie de exposició n al
no estará lo s uficientemente tensado cesario reglar la mayor para navegar a un rumbo intermedio, y dedicar to-
tán aparejadas en va rios palos y se superponen unas sobre otras, como viento, cuando éste cae, y es nece-
y no se podrá hacer una buena cenida. da nuestra atención al foque.
en el caso de los grandes veleros de aparejos cuadros. sario utilizar los remos .
LAMINAS 1 - 11
LAMINAS 1 - 111

La vela al te rcio. Se denomina así debido a que la verga no se iza por


el centro como la vela cuadra, sino en un tercio de su longitud. Esta
simple variación lleva consigo una disimetría de la vela y mejora consi-
derablemente su rendimiento al navegar contra el viento. En la actuali-
dad, la vela al tercio se utiliza con algunas variantes, especialmente en
el modo de embicar la verga. Al igual que la vela cuadra, puede formar
diferentes aparejos con varios palos y varios pisos de velas. Su gran sen-
cillez de maniobra hace que se utilice en los barcos de faena de las cos-
tas europeas.

En la foto inferior, canot amisaine de Bretaña.

Peque ños cúters de las Glé na ns.

La ve la g uai ra. Esta vela es una evolución combinada de las velas anteriores. La entena, o pico,. ~obre I~ cual
va culebreada la parte superior de la vela, gira por medio de un zuncho alrededor del palo. El gratll se sUjeta a
lo largo del palo por círculos de madera que se deslizan duran te las maniobras de izado o de arriado ?e la ve-
la. El pujamen va culebreado en una segunda percha, unida por una articula.ción al pie del palo: el gUJ o ?ota-
vara. Esta vez la vela adúa de modo simétrico de una borda a la otra y la Virada por avante es una maniobra
muy sencilla de realizar. Pero la característica de la vela cangreja es que se combina siempre con ot ra~ velas:
El Optimist y s u vela ca ngreja . trinqueta y foque en la proa, y escandalosa en la palte dlld, pdla lIelldr el e~IJC:Iliu ex¡~tef1te entre el PiCO y el
tope del palo.

La vela marconi . Es la vela de los barcos modernos. Su forma triangu-


La ve la cangrej a. Tiene una for-
lar sólo necesi ta dos perchas: la botavara y el palo, sobre 105 que se
ma similar a la vela al tercio, pero
desliza por medio de cana les o carriles. Apareció en el archipiélago de
al contrario que ésta, se iza com-
las Bermudas (por est a razón a veces se denomina bermudina) donde,
pletamente a popa del palo. El
en el siglo XIX navegaban pequeiíos sloops muy rápidos cuya vela dis-
grátil suele ir culebreado al palo y
ponía de un pico cangrejo muy pequeiío y afilado. En Estados Unidos,
la vela gira sobre este eje vertical.
por el año 1850, los ostricultores de Connecticut utilizaban pequenos
La verga, o pico cangrejo, lleva
barcos, los sharpies, que aparejaban dos velas triangulares.
una articulación en la base del pa-
Al no llevar ninguna percha en la parte alta, el tope del palo se sujeta a
lo y sujeta la vela en sentido dia-
popa por uno o dos baquestays. Por esta razón, el palo es más largo
gonal. De una borda a la otra, la
para ir a buscar el viento cada vez más arriba. El excepcional rendimien-
vela cangreja actúa de modo casi
to de la vela marconi en ceiíida ha logrado imponerla en los barcos de
simétrico y permi te remontar fácil-
ve la modernos.
mente al viento dando bordadas.
Un First 445.
LAMINAS 1 - IV L AMI NAS 1 - V

Algunos ejemplos de aparejos antiguos

La Granvillaise, navegando con to- La Pauline es una réplica de una chalupa de Dahouet, o más exacta-
das las velas desplegadas (430 m' ) mente, de uno de los lugares de tallavientos con botavara que surca-
durante la tradicional regata de la ban los mares costeros del país Galo. Un bello ejemplo de combinación
bahía. Los bisquines* tenían una de velas al tercio. En este caso, el foque, aparejado en un enorme bota-
superficie vélica (velas al tercio po- lón (5,80 metros), permite equilibrar la superficie vélica, algo despro-
co embicadas) a la vez potente y porcionada por el inmenso tallavientos.
dividida para las diferentes faenas
que realizaban los marinos de Arriba: el Bé/em navegando con
Cancal y Granville. oleaje a la entrada del Canal de la
Mancha. Esta embarcación nante-
1f Barco de pesca con aparejo de ve-
sa de tres palos construida a fina-
las al tercio, utilizado antiguamente en les del siglo pasado estaba destina-
el canal de La Mancha y bahía de Saint da al transporte del cacao entre
Malo. 8rasil y Francia. Sus 1.044 m' de
velamen sólo pueden navegar con
vientos portantes.
A la izquierda: El Petit Foc, anti-
guo barco marisquero de la rada
La Recouvrance, una magnífica
de Brest, fue construido en 1935.
goleta de 25 metros de eslora, es Cúter de vela cangreja, como la
la réplica de una goleta-aviso,
mayoría de los sloops bretones, a
construida a principios del siglo veces podían llevar aparejada una
pasado para garantizar la protec-
escandalosa.
ción de los barcos mercantes fren- A la derecha : el Forban du Bono
te a 105 piratas de las costas de las
aparejado con dos velas al tercio
Antillas. El aparejo de goleta de amuradas muy cerca del pie del pa-
gavia le proporcionaba una gran
lo. De este modo puede remontar el
facilidad de evolución y una velo-
viento con más facilidad sin obligar
cidad excepcional, tanto en por-
a la tripulación a pasar la vela a la
tantes como haciendo bordadas.
banda adecuada después de virar.
LAMINAS 1 - VI LAMINA S 1 - V II

Aparejos y velas modernas

Foto superior izquierda: a bordo del Fleury Michon, Philippe Poupon ha optado por un aparejo de ketch (en
un principio este barco fue diseñado con un aparejo en sloop), con dos objetivos: poder observar las velas pa-
ra gobernarlo mejor y equilibrar el barco con el fin de economizar los pilotos automáticos. l a aventura finali-
zará en los cuarenta rugientes, después de un espectacular naufragio.

Arriba a la izquierda: una solución poco frecuente para un velero de regatas oceánicas: aparejo de goleta con
mástiles aerodinámicos gemelos. Este barco, diseñado por Smith-Noble, no ha destacado nunca en las regatas
en las que ha participado. Arriba: el Velsheda, como todos los grandes de "Clase J", representa, sin duda alguna, la apoteosis de la vela
marconi.
Arriba a la derecha: el Cacharel, patroneado por Jean-Fran<;ois Coste en la primera regata Globe-Challenge, Abajo a la izquierda: mayor con sables forzados y gran alunamiento de baluma, y mástil-ala son los elementos
en 1990. Fue un barco famoso puesto que era el antiguo Pen Duick de Eric Tabarly. Con cualquier tipo de de los aparejos extremos de la mayoría de los catamaranes de regatas oceánicas.
aparejo siempre logró alcanzar puestos de honor. Aparejado en goleta, ganó la Fastnet y el campeonato del Arriba en el centro: un aparejo original (goleta de balestron» diseñada por J.-J Herbulot para los Dogres de las islas.
RORC; en sloop, ganó en la misma temporada la Middle Sea Race y la regata los Angeles-Tahití; aparejado en Arriba a la derecha: la Sereine, un cúter de vela marconi de los más clásicos.
ketch (con el nombre de Gauloise 11), logró vencer en dos etapas de la Whitbread. Jean-Fran<;ois Coste ha ele-
gido un nuevo aparejo de ketch para poder ver las velas y hacer el barco más "humano .... * Nora de la rraducrura: Percha que aguanta diagonalmente una vela de abanico.
L AM I NAS 1 - V III
La jarcia 257

Los aparejos especiales Reglaje del palo


Cuando se habla del reglaje del palo, enseguida pensamos en el reglaje
de la incl inaci ó n (del palo hacia atrás). Sin embargo, ésta no se lleva a
A la derecha : el Aerorig es un apa-
cabo más que en segundo lugar. Es mucho más importante conseguir
rejo revolucionario formado por un
primero un palo completamente rectilíneo. De hecho, para que el fo-
palo sin obencadura y una botava -
ra fija. El conjunto gira alrededor que porte bien y el barco pueda ceñir a rabiar, el estay debe estar lo
de la base del palo y se maniobra más recto posible. Si el palo se arquea, el estay se afloja.
con una sola escota . El reg laje de l palo debe hacerse en la mar, navegando en ceñi-
da, pues es el rumbo en el que se exige más al conjun to.
Arriba a la izquierda: este velero,
como todos los famosos Freedom
El aparejo del tope del palo hay que tensarlo en el puerto
americanos de Garry Hort, posee
un aparejo sin obencadura . Reglar la inclinación del palo de una manera aproximada (y con preci-
sión si tenemos puntos de referencia).
A bajo a la derecha: el Objectif Tensar el estay al máximo, por medio del baquestay (o de los dos),
100, diseñado por Rhóne-Pou lenc,
incluso aunque se tenga un tenso r de volante. Esto resulta indispen-
nunca ha alcanzado su objetivo.
sable para que el foque porte bien -pero también hay que tener cuida-
Abajo a la izquierda : esta vela al- do de no deformar el casco, que muchas veces es más ligero de lo que
veola r se ha inspirado en las co- nos imaginamos.
me tas pa ra conseguir un pe rf il Tensar, sin pasarse, los o benqu illos superiores, colocando el palo
grueso cu yo rend imiento aerodi-
con cuidado perpendicularmente a la línea de flotación en sen tido trans-
námico es, en principio, mejor que
versal. Para ello, basta con que el obenquillo y el tensor de cada costado
el de una vela clásica .

los dos obe nquillos


de be n te ne r la m is ma
longitud; s i no es así,
te né is q ue o bserva r la
diferen cia h y ajus ta r
los dos t e ns ores, la un ica ma ne ra de ver las pequeñas
t e niendo e n cu e nta la combadu ras de l palo, es m ira ndo hac ia
dife rencia obs e rvada . arriba a lo la rgo de l ca rril de l palo.
258 El barco La jarcia 259

tengan la misma longitud. Se deben comparar los dos obenquillos de- En principio, con un palo reglado de este modo, el barco navegará
jando un pequeño margen para ajustar la longitud de los tensores. bien. Pero si la inclinación es inadecuada, es en este momento cuando
Asegurar los tensores del aparejo del tope del palo (estay, obenqui- nos daremos cuenta. Si esto ocurre, hay que volver a reglarlo empezan-
Ilos y baquestay) para que no se aflojen. do desde el principio.
y por último, reglar de forma aproximada los obenques inferiores En definitiva, el reglaje de un palo requiere por lo menos una hora de tra-
para que el palo no se tuerza demasiado. bajo, y lo normal es que tardemos cuatro o cinco horas, cuando no varios
días, en efectuar el estreno (es decir, las primeras salidas de un barco nue-
El palo hay que reglarlo en la mar vo). Durante toda la operación, hay que cumplir unas normas elementales:
Para realizar un reglaje correcto, tenemos que navegar con el barco con • no tocar el aparejo del tope de palo, si no es para modificar la
buen viento y poca mar. El tiempo ideal sería con un viento de fuerza 3 tensión general;
a 4 y mar llana. • intentar desacollar (destensar), más que acollar (tensar);
• mantener floja la jarcia de sotavento;
La operación del reg laje consiste en lleva r los arraigados inter- • armarse de paciencia.
medios hacia la derecha igua lando la coz del palo con el t ope. Si el palo, una vez bien reglado en ceñida, no se mantiene recto en
otros rumbos o en reposo, no tiene ninguna importancia.
Por lo tanto, nos ponemos a navegar en ceñida. Un tripulante se co- Sería ilusorio pensar que este reglaje nos va a servir ya para siempre.
loca en la coz del palo, mirando a través del carril y nos irá diciendo Despues de cada desarboladura, el aparejo deberá volver a su lugar, y
cuáles son los obenques que hay que acollar y desacollar (tensar o eso no se consigue en un solo día de navegación. Hay que tener en
s aflojar con los tensores). Actuaremos sobre el aparejo de barlovento y
en la línea de crujía del barco, no sobre el aparejo de sotavento que de-
cuenta, además, que el barco se va deformando. Por este motivo, re-
sulta conveniente echar un vistazo de vez en cuando a través del carril
be estar flojo. del palo, lo cual nos servirá para mejorar la ceñida.
Supongamos que vamos a realizar el reglaje de un palo con un piso
de crucetas y un baby-estay. Para navegar a un largo hay que amollar la jarcia
z En primer lugar comprobaremos la tensión general de la jarcia, y de-
jaremos flojo el obenquillo de sotavento, que deberá estar suelto sin
En algunos barcos la tensión del estay puede aflojarse durante la nave-
gación. Este reglaje se realiza por medio del baquestay (a traves de un
oscilar demasiado. En caso de que haya que modificar el reglaje, lo ha- tensor de volante, por ejemplo). El reglaje inicial del palo se efectúa se-
remos exactamente igual en los dos costados, y luego lo apretaremos, gún el mismo fundamento que el resto de los aparejos: con el estay
para evitar cualquier desajuste intempestivo. bien tensado. Más tarde, lo iremos aflojando un poco, según el rumbo
Ahora le toca el turno al piso inferior. Con el barco amurado a ba- en que naveguemos y la fuerza del viento, amollándolo más al arribar o
bor, si el palo forma una curva acentuada hacia estribor de la proa hay si el viento empieza a caer.
que aflojar el baby-estay y tensar el obenque hasta encontrar el punto En cada cambio de rumbo, o cuando la fuerza del viento varía, es
adecuado. Hay que tener cuidado, antes de tensar, de asegurarnos que importante comprobar que el palo sigue manteniéndose recto. Para
la jarcia de sotavento está floja. que no se tuerza demasiado en rumbos portantes, puede que debamos
Res ulta incómodo hacer el reglaje Una vez finalizada esta primera operación, viramos y hacemos lo mis- montar pequeños aparejos que nos permitan tensar el baby-estay o los
cuando todos los tensores no estan en mo con el barco amurado a estribor. Si logramos adrizar el palo en este dos obenques hacia proa.
su sitio. Un tensor esta en su lugar rumbo reglando únicamente el obenque, es que el reglaje ya está listo. Al volver a la cenida, o cuando el viento refresca, volvemos otra vez
cuando la va rill a de pas o a la derecha Pero si al mismo tiempo tenemos que modificar el reglaje del baby- al reglaje inicial, teniendo cuidado de no pasar de ahí.
esta abajo. Al girar e l casquillo del estay, tenemos que volver a empezar de nuevo con el barco amurado a
tens or en e l sentido de las aguja s del babor, y así sucesivamente hasta lograr un compromiso satisfactorio. Reglaje del foque
reloj, e l tensor se acorta, esta mos Durante esta operación, ningún tripulante debe sujetarse a la jarcia,
El embolsamiento de un foque se desplaza hacia atrás cuando el viento
acollando. Para acordarnos, basta con pues en ese caso será imposible reglarla, debido a las perturbaciones
refresca, deformándose la tela y arqueándose siempre un poco el estay.
co mparar la forma y la inclinación del que se originarían.
Como el foque no se puede reglar más que de una manera muy limita-
fi leteado con la forma de las letras S y Utilizamos el mismo sistema con un palo con dos pisos de crucetas y
da, la solución, en los cruceros, consiste en cambiarlo. Eleg ire mos el
Z. El paso a la izquierda form a una S V un estay de trinqueta. El reglaje nos llevará un poco más de tiempo,
foque más conveniente, según el tiempo que haga, preocupán-
el paso a la derecha form a una Z. pero no por eso es más complicado.
donos más que nada por su forma .
260 El barco La jarc i a 261

Tres cortes dis tintos Elección El fundamento en que se basa el reglaje de un aparejo de este tipo
del grátil los tres génovas del dibujo. corresponden a un mismo barco y todos es el mismo que se utiliza en los derivadores. A medida que el viento
de un génova . tienen las mismas dimensiones. refresca, hay que aplanar la mayor, arqueando el palo, y después abrir
para clases • El génova de brisa ligera tiene un grátil muy redondeado que pro- la parte superior, según sea necesario, para que el barco siga su mar-
de ti empo porciona un gran embolsamiento al colocarlo sobre un estay recto. cha sin escorar demasiado. Al mismo tiempo hay que intentar mante-
diferent es. • El génova de viento bonancible tiene un grátil recto; cuando el es- ner el estay lo más recto posible, para que el foque tire bien.
tay cae ligeramente a sotavento, el embolsamiento del foque es correc- Igual que en los derivad ores, debemos intentar conseguir un apa-
to y está bien situado. rejo que permita al palo deformarse por sí solo, según la fuerza del
• El génova de viento fresco tiene un grátil escotado para adaptarse viento. Sin embargo, en los cruceros no se pueden correr riesgos de-
a la gran curva del estay. masiado grandes, y la tripulación tiene que intervenir para dosificar
bien esta deformación. Una mala utilización de un aparejo flexible lle-
Reglaje va consigo una seria penalización: la rotura del palo. Antes de elegir
El reglaje del grátil depende del modo en que está confeccionado. Al- un aparejo de este tipo, hay que estar seguro de que se domina su
gunos grátiles no se pueden estirar y cuando el viento varía hay que reglaje.
cambiar de foque. Otros son más o menos graduables (su tensión pue-
de variar de l Oa 20 cm según las dimensiones del foque). Al tensarlos Reglaje del palo
lograremos evitar que el embolsamiento se vaya hacia atrás, por lo me- En reposo
nos al principio. Con un aparejo muy flexible, la sujeción lateral del palo, por lo general,
Pero cuando el grátil está tensado a tope y el foque sigue embolsan- se realiza por medio de dos o tres pisos de crucetas, y la sujeción longi-
do, entonces es necesario cambiarlo. tudinal por el estay y el baquestay, además de uno o varios baby-estays
Si queremos aligerar el barco momentáneamente sin cambiar de fo- y dos pares de burdas. Toda esta obencadura longitudinal dispone de
que, podemos adelantar o retrasar el punto de tiro de la escota, para Ap arejo fl ex ible con dos pis os de
un margen de reglaje muy grande.
dar torsión al foque. De este modo limitaremos también la escora, y crucetas, dos burdas V un baby-estay.
En reposo, el palo está recto. En sentido longitudinal, normalmente
mantendremos al mismo tiempo una buena velocidad. se suele reglar con bastante inclinación. En sentido lateral, se tensan
bien los obenques, moderadamente los obenquillos intermedios, y muy
Reglaje de la mayor poco los obenquillos superiores. Se coloca el palo en el plano de sime-
Cuando el viento refresca hay que reducir el embolsamiento de la ma- tria del barco teniendo cuidado de ajustar cada par de obenquillos de-
yor tensando el pujamen y, a veces, arqueando la botavara. Evitare- jándolos exactamente con la misma longitud (igual que hacíamos con
mos que el embolsamiento se desplace hacia atrás tensando cada vez el aparejo a tope de palo).
más el grátil. En los barcos con el palo rígido, si el viento sigue refres-
cando, ya no podremos seguir aplanando la mayor más que si coge- Navegando
mos un rizo. Con ello lograremos eliminar casi toda la parte baja re- Como hemos dicho antes, los reglajes se realizan fundamentalmente
dondeada del grátil, y por lo tanto la mayor parte del embolsamiento en los rumbos más próximos al viento, en especial en ceñida.
de la vela. Empezaremos por hacer un ajuste previo de la jarcia lateral. Si el
Si la fuerza del viento sigue aumentando, tomaremos un segundo ri- viento es flojo, el palo debe estar recto; en caso de brisa bonancible lo
zo, y después un tercero. Esta vez, ya no se trata de aplanar la vela, si- mantendremos recto hasta la encapilladura del estay, y luego lo inclina-
no de reducir pura y llanamente su superficie. remos ligeramente a sotavento por su parte alta. Si hubiera que modifi-
car la tensión de los obenques que garantizan la simetría, tendremos
Aparejo fraccionado cuidado de hacerlo exactamente igual en los dos costados.
En los barcos con aparejo fraccionado, es decir, flexible, la mayor es la Una vez efectuado este reglaje transversal, dedicaremos toda nues-
vela principal. Al ser el palo muy delgado y flexible se consigue excelen- tra atención al longitudinal, en función de la fuerza del viento. Normal-
te rendimiento en la ceñida sin causar perturbación alguna en el aire mente, el reglaje transversal se suele retocar una o dos veces antes de
que incide sobre la vela y, como es flexible, se adapta a las condiciones encontrar el punto adecuado; después, ya no lo volveremos a tocar
de tiempo más variadas, de manera que el barco mantiene siempre la más; es un reglaje permanente. Éste no es el caso del reglaje longitudi-
máxima velocidad. nal, que seguirá necesitando continuos retoques.
262 El barco la Jarcia 263

Reglaje de la mayor
Cuando el viento refresca. hay que aplanar cada vez más la mayor. En Revisar la jarcia
un primer momento tensando el grátH y el pujamen, y más tarde com- f ir m e
bando el palo con la trapa y la escota de la mayor. Pero cuanto más se
arquea el palo. más se afloja el estay, y para mantenerlo recto es nece- En toda jarcia fi rm e siempre h ay un zu n cho que
1111111
sario tensar la burda superior. Al estar dicha burda encapillada justo no lo está o una gaza deficiente que puede hacernos
despertar brusc am en t e. *
encima del estay, contribuye también a la flexión del palo; la función
Rea lm ente la m ejor so lución con tra las averías
del baby-estay y de la burda inferior es en este caso limitar esta flexión,
co ns iste en dispon er de una j arcia en buen est ado,
que debe ser regular de arriba a abajo, si queremos evitar que el palo pero también en revisar la con frecu enc ia. En los bar-
se deforme por compresión. cos de c ru cero, resu lta conve niente rea li zar una in s-
Con brisa ligera, podemos acentuar más la flexión del palo, tensando la pección deta ll ada cada oc h o o quince días, subiendo
trapa y la burda superior, y aflojando según sea necesario la burda infe- al pa lo y comprobando el est ado de los o b enques,
rior. De este modo lograremos mantener la mayor muy plana, hasta fuer- zunc hos, pasadores, bulones, drizas, el desgaste de
zas de viento que nos hayan obligado ya a cambiar dos veces de foque .. los ej es, etc. Además, debemos tener la precaución
En las rachas, el tope del palo se alabea (pues los obenquillos están de echar una ojeada crítica todos los días (los pris-
poco tensados) y la parte superior de la vela se abre. El barco, en vez máticos no s ayudarán a no cansarnos demasiado).
Es una buena costumbre que debemos adopta r,
de escorar, acelera. Podemos segui r aumentando aún este fenómeno,
p ues así c ualquier camb io que se produzca nos pon-
actuando amplia y rápidamente con el baquestay, tensándolo cuando
drá en sobreaviso. Podemos echa r un v istazo de mo-
carga la racha para aumentar la flexión del palo y hacer que la baluma do rutinario al amanecer, lo que nos permitirá al mis-
Teniendo e n
de la mayor se alabee; y amollandolo después cuando el viento cae, pa- mo tiempo loca li za r cua lquier error cometid o al pa-
cuenta la
ra que la mayor vuelva a portar al máximo. Así el barco mantendrá en sa r la s drizas durante la noche anterio r.
en orme
todo momento la máxima velocidad.
importancia q ue
Al irnos alejando de 105 rumbos más próximos al viento, el aparejo
tiene la fl exió n d e l pa lo. a l principio, de palo, si no vamos a combar el palo, O del aparejo fraccionado, en
flexible pierde sus ventajas. Hay que volver a adrizar el palo y aflojar el
podem os utili zar un hilo d e pescar muy caso de que vayamos a combarlo. La única diferencia es que sí hay que
estay, y ocuparse de nuevo del correcto embolsamiento de las velas. * Nota de la traductora: El autor ha-
estirado, poni e ndo sobre la mayor una retocar los periféricos, deben reglarse los obenques de sotavento. Para
ce un Juego de palabras con el término
escala dibujada . hast a qu e logremos eliminar un abombamiento a barlovento hay que aflojar el periférico de francés "dormant" cuya traducción li-
con seguir lo s reflejos adecuados. Otros tipos de aparejos sotavento. teral sería "durmiente" y que en caste-
Aparejo autoobencado llano náutiCO es "JarCIa firme".

Este tipo de aparejo permite disponer de palos orienta bies o muy del- Aparejo sin obencadura
gados, pudiendo ser de dos tipos: rígidos y flexibles. En estos aparejos, todo depende de la calidad del palo, puesto que úni-
camente se reglan las velas que son las que deben adaptarse perfecta-
• Antes de arbolar. La autoobencadura transversal se regla antes mente a sus perchas. El comportamiento de estos aparejos es muy simi-
de arbolar. Se trata de completar mecánicamente el palo cuyo perfil es lar al de los aparejos fraccionados.
insuficiente para mantener su forma, teniendo en cuenta su obencadu-
ra. Se tensa fuertemente sin forzar los periféricos que deben tener la
misma tensión dos a dos. Hay que comprobarlo, con el palo colocado
Conclusión
en su carril. Se tensan los periféricos longitudinales al máximo sin de- la diferencia principal entre un barco con aparejo rígido y otro con
formar el palo, y después se terminan de reglar en la mar. aparejo flexible es la diferencia que se crea en el ambiente del barco.
Un aparejo rígido no requiere una atención constante. Es el aparejo
• En puerto. Arbolamos, ajustamos la inclinación del palo y tensa- ideal para las largas travesías tranquilas, en las que decidimos navegar
mos el estay. sin cansarnos demasiado, contemplando el paisaje de otra manera que
no sea enmarcado entre dos guarnes de un aparejo.
• En la mar. Todo lo demás se hace en la mar, navegando en ceñi · Un aparejo flexible, por el contrario, exige una atención continua. Es
da y respetando las mismas normas que en el caso del aparejo a tope el aparejo de los barcos de regata, que permite navegar al máximo de
264 El barco
La jarcia 265

las posibi lidades, y arañar la centésima de nudo que nos tiene locos, En lo que respecta a la jarcia, se utilizan 105 cinco tipos de cables si-
poniendo a prueba la resistencia de una tripulación normalmente vo- guientes:
luntaria y entusiasta. • La varilla (cable de un solo alambre) o Rod , el más sencillo, es-
tá formado por una barra estriada en los extremos.
Hay para todos los gustos. Pero sea cual sea el aparejo que elijamos, - Utilización: para la obencadura completamente fija. En particular
también podemos realizar de vez en cuando algún reglaje intermedio; y para rombos, violines y jarcia transversal de los barcos cuyo aparejo de
aligerar un poco los rígidos principios, 0, por el contrario, endurecerlos sotavento deba mantenerse tensado. Se utiliza exclusivamente para los
una pizca para poder tomarnos un respiro. barcos de regata. Rod o varilla

- Ventajas: al tener un diámetro menor y una superficie más lisa, de un alambre .

ofrece las mejores condiciones aerodinámicas en cuanto a la carga de


ELEMENTOS QUE FORMAN ruptura máxima, desgastando poco las velas.
LA JARCIA - Inconvenientes: es caro y frágil; no aguanta las combaduras, el ro-
zamiento, las vibraciones o el golpeteo. Si un solo alambre se rompe,
Cabos y cables se rompe todo. Debe guardarse recto, o enrollarse con grandes precau -
A bordo de un velero, todo o casi todo se hace por medio de jarcias de ciones en círculos con un diámetro muy grande, de unos 2 metros para
todo tipo, desde el obenque que resiste varias toneladas (perdón, va- 6 metros de cable. Su mantenimiento es delicado y muy caro.
rios miles de kilos-newton) hasta el simple matafión de rizo que aguan-
ta lo mismo que un cordón de zapato. Esto merece que hagamos una • El monocord ó n está formado por 19 alambres, unidos de la si-
pausa. Por lo tanto vamos a describir todos esta cabullería y averiguar guiente forma: alrededor de un alambre denominado alma se enrollan
su campo de utilización y el modo de laborarlas, es decir, el trabajo de otros seis en forma helicoidal formando la primera capa. Encima de es-
los gavieros. tos alambres, y en el mismo sentido o en sentido inverso, según las cIa-
ses de cables, se enrolla una segunda capa de 12 alambres: 1 + 6 + 12
Los cables = 19 alambres.
Actualmente hay en el mercado cinco clases de cables de metal que se - Utilización: prácticamente para toda la obencadura en cualquier ti-
Monocordó n de 1 .. 6 .. 12 = 19 hilos .
utilizan en la jarcia de los barcos y que pueden tener 1, 19, 49, 133 ó . po de barcos.
Debe unirse de forma recta.
259 alambres. - Ventajas: presenta la mejor relación resistencia/precio. Su aspecto
Cada uno de estos cables presenta ventajas e inconvenientes. es agradable y al ser muy liso desgasta poco las velas; su diámetro es
aceptable en relación con la resistencia que ofrece. Se estira muy poco.
Vamos a poner un ejemplo algo teórico; los cinco cables siguientes Si se rompe un alambre tenemos tiempo suficiente para entrar en puer-
tienen la misma cantidad de metal por metro, e igual resistencia: to, reduciendo el trapo.
• un cable del 8 formado por un solo alambre de 8; - Inconvenientes: presenta un punto de fragilidad indeformable en
• un cordón de 9,17 formado por 19 alambres de 1,84; la zona de salida de 105 casquillos. Mientras no se doble, no tiene más
• un cable de obenque de 10,29 compuesto de 49 alambres de 1,14, que ventajas ..
• un cable flexible de 10,41 formado por 133 alambres de 0,69;
• un cable extra flexi ble de 10,44 formado por 259 alambres de 0,50. • El cable de obenq ue ó 6 + 1 cordones formados por 6 + 1 alam-
Pero la composición de estos cables es diferente, es decir que no to- bres: cada cordón está formado por un alambre rodeado de una capa
dos tienen el mismo diámetro, ni el mismo aspecto, ni se utilizan igual. de 6 alambres, que a su vez sirve de alma a otros 6 cordones. También
Cuanto más finos son los alambres, más flexibles son y más fácilmente se llama cable de 7 x 7.
se desgastan. Además, el cable se estira a consecuencia de la presión. - Utilización: es el cable tradicional de la obencadura. Pero actual-
Cuantos más alambres hay por una misma cantidad de metal, mayor es mente existe una tendencia a preferir el cable de un solo cordón, ex-
el diámetro del cable, y mayor su peso. Pero, al haber muchos alam- cepto para maniobras como las burdas.
bres, si se rompe uno no supone ningún desastre. - Ventajas: es un poco más flexible que el cable de un solo cordón, y
los criterios de selección son, por lo tanto, muy importantes, puesto como consecuencia menos frágil en la zona de salida del casquillo . Cable de obenque de 6 .. 1 cordones
que cada cable tiene un campo de utilización muy concreto. También se estira más que éste bajo presión. de 6 .. 1 alambre. Ta mbié n llamado
- Inconvenientes: tiene una superficie bastante rugosa, un diámetro de 7 x 7.
la jarcia 267
266 El barco

- Utilización: para la jarcia de labor, cuando no hay roldanas de diá·


grande y es más caro que el cable de un solo cordón, al ser menos co-
metro suficiente para utilizar el cable flexibl e, y especialmen te para bar· e
rriente que este último.
cos grandes. B
- Ven tajas: la flexibilidad de este cable permite utilizar roldanas con
• El cable flexible está formado por 6 + 1 cordones de 1 + 6 + 12
un radio de curvatura de 8. Por lo tanto para un cable del 8 el rad io de
alambres. Por lo que también se denomina cable de 7 x 19.
la roldana será de 64 milimetros. También podemos bajar hasta el 60%
- Utilización: es el cable de la jarcia de labor. Es adecuado para la jarcia
de esta cifra, siempre que la resistencia sea suficiente. Termina l forj ado. El
que deba pasar por roldanas bastante grandes, en especial para las drizas. A
-Inconvenientes: los alambres son muy finos y fragiles. cable se comprime
Cable flexible de 6 + 1 cordones de - Ventajas: su elasticidad, comparada con la de los cabos textiles, es
fuert e m e nte e n A para
1 + 6 + 12 alambres. También ll am ado
de 7)( 19.
muy pequeña y su precio moderado.
- Inconvenientes: su radio de curvatura, de unos 12 milímetros, es relati-
vamente grande. Esto signi fica que para que el cable pueda utilizarse so-
portando la máxima presión sin peligro de deteriorarse, el radio de la rolda-
Los metales utilizados
El uso del acero galvanizado casi ha desaparecido debido a su aspecto
deslucido y al coste de mantenimiento. Solamente las drizas que se en·
o consegui r la
adherencia necesaria;
en B, e l cable est á
rollan en güinches o las partes metálicas que se unen a la parte textil g uiado de tal manera que no hay
na debe ser 12 veces superior al diámetro del cable. Para un cable de 8, el
mediante grilletes, son de acero galvanizado que es más seguro que el posibilidad alguna de que se doble a la
diámetro de la roldana será, por lo tanto, de 12 mm. Podemos bajar hasta
inoxidable. sa lida; e n la parte C, la form a
el 60% de este valor, pero. en ese caso, perdería el 30% de su resistencia.
El acero inoxidable ha conquistado prácticamente a todos los usua· redondeada evita las dobleces
Muchas veces es mejor utilizar un cable con un diámetro más pequeño.
rios de barcos de recreo, aunque es algo frágil respecto a la curvatura y demasiado bruscas a l final de la pieza .
se raya con facilidad. Aunque su aspecto es impecable, normalmente
• El cab le extraflexible está formado por 6 + 1 cordones de 1 + 6
se desgasta con el uso y puede esconder defectos graves.
de 1 + 6 + 12 + 18 alambres. + 12 + 18 alambres. No hay de diámetros superiores a 8.

Los terminales
Cuadro de resistencia de los cables Para que un cable se pueda utilizar tiene que tener en sus extremos un
terminal que sirva para fijar las maniobras al casco, a las perchas o a
Cargas de ruptura mínimas de cables de acero Módulo de Radio de otra maniobra. Existen diferentes clases.
para aparejos expresadas en kilos·newton elasticidad curvatura Todos los terminales son caros, pero en este campo como en el de
los cables, sería poco razonable querer ahorrar, pues cualquier rotura Terminal forjado.
Diámetro del cab le ocasionaría gastos de otro tipo ..
en milímetros 3 4 5 6 7 8 9 10
El estriado . Es la solución ideal para la varilla. Podemos enroscar lo
Cable de un solo que queramos al extremo del Rod, fijando definitivamente los termina·
cordón 8 14 22 30 41 53 - 83 127/147 - les, uniendo con pegamento el tornillo a la rosca .
Cable de obenque
de 7 x 7 5 9 14 22 - 35 - 61 88/ 110 - El term inal forjado. Este tipo de terminal no puede utilizarse más
que con cables de acero inoxidable. Es un casquillo largo de este mis·
Cable li gero 6 10 14 22 - 36 - 56 88/ 110 12 mo material donde se engasta el cable sin doblarse. Por esta razón
también se puede utilizar monocordón.
N~ta: Estas cifras representan dimensiones aproximadas. Para hacer cálculos exactos, hay Este tipo de terminal es una de las mejores soluciones para el mon·
que mformarse en las fábricas. taje de las maniobras firmes del barco.
Pero, hay que tener cuidado pues tiene dos defectos: el cambio
• Para eleg ir el cable conveniente para cada jarcia, hay que conocer el módulo de elastici· brusco de fl exibilidad a la sa lida del casquillo origina deformaciones
dad E, que nos permi tirá averigua r el coeficiente A de un cab le necesa ri o para un esfuerzo C.
permanentes en esta zona del cable. También en ese punto el cable se
La relación se expresa se gún la fórmula: A = C : E.
suele debilitar debido al forjado.
Po r ej.emp lo, para un cab le al que se aplique un esfuerzo de 50 kilos· newtons y cuyo módulo
de elasticidad fuera 100, el coeficiente de estiramiento sería de 5% .
• El radio d~ cur,v~tura define el coeficiente que hay que aplicar al diámetro del cable para El terminal de rosca . La ventaja que tiene este tipo de terminal es Terminal Casqu illo
obtener el radiO mlnlmo de roldana que hay que utilizar. que puede fijarse al extremo de un cable con las herramientas que lIe· ato rnillado. engastado.
268 El barco La jarcia 269

vamos a bordo: tenazas o llave inglesa. Por lo tanto no estaria mal lle- tricidad) más que dando una vuelta en un sentido y o tra vuelta en el
var siempre alguno de repuesto . Está recomendado para las maniobras otro; es decir dando una vuelta, un cote, una vuelta, un cote, etc.

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firmes del ba rco. Bien montado y fijado con pegamen to uniendo el tor- Cuando vayamos a utilizarlo, si está enrollado lo desenrollamos y si
nillo a la rosca, es igual de seguro que los demás. lo hemos adujado lo desadujamos. Si hemos invertido el sistema, el ca-
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El casquillo engastado. El sistema es el siguiente: el cable pasa por
dentro de un casquillo, alrededor de un guardacabo y vuelve a pasar por el
casquillo donde se engasta, es decir, que dicho casquillo se aplasta alrede-
dar del cable con una prensa. La resistencia de este sistema es excelente.
ble tendrá nudos, con lo cua l se habrá fastidiado el asunto.

Pero, sobre todo, hay que tener cuidado con el radio de curvatura,
pues a veces al adujar un cable de un cordón lo curvamos exagerada-
mente al ras del casqui llo forjado, y éste ya no vuelve a su forma. Si lo
Con el fin de evitar el efecto galvánico, hay que utilizar casquillos de enderezamos la solución todavía es peor, pues se romperá an tes.
, , aleación ligera en los cables de acero galvanizado, y casquillos de cobre
en los cables de acero inoxidable. Modo de cortar un cable
Es el terminal de las maniobras de labor, por excelencia. Primera precaución elemental: antes de corta rlo hay que falcacear el
cable con cinta adhesiva a ambos lados del pun to por donde vamos a
Abrazadera .
El ayust e. Es el sistema más antiguo, hoy dia abandonado debido a cortarlo, pues en caso contrario puede deshacerse por los dos extre-
su precio y a los cuidados que necesita (relleno, protección contra la mos.
corrosión, etc). Además, no puede realizarse más que con cable 6 + 1
de cordones de 6 + 1 alambres o en composiciones más ligeras. Podemos cortar el cable de dos maneras:
Hacer un ayuste nos llevará cierto tiempo, y no siempre lo tenemos. • con un cortafrío, poniendo el ancla como si fuera un yunque (si es
La mejor solución consiste en llevar a bordo algunas abrazaderas (bien necesario podemos poner el cable al rojo vivo, unos 2 cm para destem-
engrasadas y empaquetadas). Los más fáciles de hacer son los estribos. plarlo, y después cortar por el medio, en caliente o en frio);
Nos harán falta dos si queremos asegurarnos de que el cable no se es- • o con una herramienta-p ara-cortar-o benques (que hay que lle-
curre. Para montarlos necesitaremos una llave de tubo del tamaño ade- var obligatoriamente a bordo).
cuado (la llave inglesa no sirve).
Cabos, colchados y trenzados
Modo de guardar un cable Para fabricar cabos textiles (colchados y trenzados) se utilizan materia-
Para guardar los cables de acero hay que enrollarlos igual que las man- les sintéticos, que han ocupado de un modo absolu to el lugar de las fi-
gueras o los cables de electricidad . Si no podemos hacerlo hay que bras naturales (algodón, cáñamo, manila). La principal ventaja de los
adujarlos, pero siguiendo un método especial, pues no podremos adu- materiales sintéticos es que no se pudren. Pero en cambio son sensibles
jarlos correctamente (otra vez como una manguera o un cable de elec- a los rayos ultravioletas, y por lo tanto al sol.
Pero, con un mismo material se puede realizar una buena o mala
amarra, aunque el material sea el mismo. Hay que saber que casi todos
los cabos encogen por lo menos un 5% durante su primer año de vida .
Las fibras que estén mal estabilizadas pueden llegar a encoger un
15% (lo cual quiere decir que un cabo de 10 metros, puede muy bien
perder un metro y medio, ¡que no es nada despreciable!). Por lo gene-
ral, no es la calidad del material lo que se discute, sino la manera en
que el gaviero lo t rata.
Por esta razón es conveniente conocer la eficacia de las diferentes
marcas de cabos (pues desgraciadamente el precio no es siempre un
criterio de calidad).

Los materiales
lo que no hay lo que s í hay que Para adujar un cable hay que hacer alternativamente un circu lo y un cote. Primero Los materiales más utilizados son:
que hacer. hacer. un círculo, como hacemos con el alambre y des pues un cote (cambiando la manol . • la poliamida (Nylon): su elasticidad se reduce hasta un 25% de la
270 El barco La jarcia 271

sobrecarga de ruptura. pero después es muy grande; es muy sensible a Estas fibras son resbaladizas y no todos los nudos aguantan. Por este
105 rayos ultravioletas;
• el poliéster (Tergal): tiene una gran elasticidad, hasta un 25% de
la carga de ruptura, y después casi nada; es poco sensible a los rayos
motivo, se fabrican cabos acolchados, que además tienen la ventaja de
lastimar menos las manos.
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ultravioletas, es caro y menos resistente que la poliamida;
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El radio de curvatura ,
• el polipropileno: es poco elástico y muy sensible a los rayos ultra- El radio de curvatura mínimo de un cabo de Tergal o Nylon es de cua-
violetas; flota en el agua, es barato y menos resistente que el poliéster; tro veces su diámetro (para un cabo de 12, el radio sería de 48, es de-
• el Kevlar merece una atención especial. En la actualidad es la fi- ci r, necesitaría una roldana de 100). tste podría soportar un radio de Modo de ca lcu lar el radio de curvatura
bra más solicitada; es igual de resistente que el acero, o mejor dicho, a curvatura más pequeño, pero su resistencia disminuiría y además se es- de una roldana.
igual peso, su límite de elasticidad es superior al de éste. Pero al ser la tropearía más al pasar por una roldana demasiado pequeña. Este des-
carga de ruptura prácticamente igual a la del limite de elasticidad, se gaste es sin embargo mucho menor que el que sufriría un cable de ace-
recomienda elegir un coeficiente de seguridad de 5 (frente al 3 Ó 4 pa - ro en las mismas condiciones .
ra el acero). A pesar de esto, y respecto a la carga aerodinámica, el re-
sultado es más favorable al Kevlar. El Kevlar es más vulnerable que el acero y no soporta un radio de
curvatura inferior a 6 veces su diámetro (para un cabo de 12, el radio
Trenzado y cabl ea do seria de 72, y la roldana de 150).
La unión de las fibras se hace de diferentes maneras según se vaya a Esta misma regla vale para los güinches, debiendo aproximarse lo
utilizar el cabo. Con un mismo material se pueden fabricar cabos muy máximo posible para las cornamusas . Conviene evitar el uso de morda-
distintos en cuanto a flexibilidad, resistencia, elasticidad, resistencia al zas y bloqueadores, y no hacer nudos. Es preferible utilizar terminales
desgaste, sensibilidad a los rayos ultravioletas, según su utilización . La las maniobras firmes de Kevlar llevan
de rosca y, en cuanto a los obenques, hay que encargar a un técnico
técnica del cableado que durante mucho tiempo ha sido la más utiliza- en su extremo terminales atornilladas
especializado el montaje de sus terminales .
da experimenta en la actualidad un claro retroceso, al extenderse cada como los cables de acero. Es preferible
vez más el uso de los diferentes trenzados. que su montaje lo realice un
Los cabos colchados (ca bles) son muy poco resistentes al desgaste. profesio nal. la s maniobras de labor
Cuando se rompen los alambres, los cables se deshacen, es decir, se también llevan estos termina les, pero
van separando poco a poco del cabo a lo largo del mismo, volviéndose en este caso podemos colocarlas
inservibles. Asimismo, si existe algún defecto en el falcaceado del chi- nosotros mismos.
cote, éste no perdona. Incluso aunque hayamos fundido los extremos Faenas de marinería
de 105 cordones para soldarlos, se deshacen rápidamente. Pero tiene dos Para que un cabo se pueda utilizar a bordo de un barco deberá poder-
ventajas: que podemos ayustar los cabos con facilidad, razón por la cual se trabajar con sus chicotes, para lograr una unión resistente con cual-
Un solemos preferirlos a los cabos trenzados, y que son más resistentes. quier otro elemento de la jarcia.
instrumento Hay una gran variedad de cabos trenzados. Hoy día se suelen em- Se denomina (abulleria al arte de hacer todo tipo de trabajos con los
de gran valor plear los trenzados compuestos, con un alma (trenzada , colchada o en cabos.
forma de haz) de fibras resistentes a la tracción cubierta por una funda .

Para cortar un cabo en ca·


liente, mejor que estro-
pear un cuchillo, podemos
Esta funda, realizada a veces con distinto material, proporciona protec-
ción contra el desgaste y los rayos ultravioletas sólo en la superficie.
Los nudos
Existe una gran variedad de nudos. Es muy importante conocer algunos
También hay trenzas sin alma (o huecas) que son muy elásticas. Lo últi- de ellos y sobre todo saber cómo utilizarlos. Algunos pueden hacerse o
utilizar la inevitable segue-
ta, que podemos encontrar mo que se ha fabricado en este aspecto son las trenzas planas o cinchas. deshacerse en tensión, y por el contrario, otros no. Los hay que se apel-
en el fondo de cua lquier ca- El trenzado ofrece una ventaja evidente: su resistencia al desgaste. Si mazan (como el nudo gordiano) y otros que se deshacen con facilidad ..
ja de herram ie ntas que se se rompe un hilo, el cabo no se vuelve inservible. Pero tiene el inconve- Pero no basta con conocer los nudos y el modo de utilizarlos, sino
pre cie. Esta seg ueta puede niente de que los ayustes son más difíciles de realizar. El engaste metá- que además debemos saber hacerlos con rapidez. A continuación mos-
utili za rs e e n tantas ocasio- lico (tipo Talurit) se va extendiendo poco a poco. Se puede coser sobre tramos la manera correcta de realiza r los principales nudos, limitándo-
nes que haríamos bien en las cinchas bien a mano O a máquina. nos a los que más se usan.
colocarla bien a la v i sta Por lo general es difícil realizar faenas de marinería con fibras sintéti- Con ellos podríamos dar la vuelta al mundo siempre que los conoz-
(por eso tiene un ag uj ero).
cas, sobre todo cuando se trata de cabos brillantes y rígidos . camos perfectamente y los sepamos hacer sin pensar.
272 El barco La jarcia 273

Modo de dar vueltas a una driza


y colocar bie n s u adu ja
Nudo llano o de rizo (1)
Incluimos aq uí este nudo tan conocido para Damos una vuelt a a la driza sobre la
subrayar su falta de interés; o bien se azaca o cornamusa como s ie mpre: 1. una vuelt a
se deshace. No se suele utilizar en los barcos redond a; 2. media lasca; 3 V 4. un cote.
más que de modo excepcional.
Para que la parte co lgante de fa driza
Nudo llano con vuelta mordida (2) no moleste e n c ubierta. hay que:
Puesto que se deshace con facilidad y no adu jarla; 5. pa sar la mano por dentro de
aguanta mucho, este nudo no sirve más que la aduja. cog iendo la driza cerca de la
para los matafiones y las zapa till as de deporte. cornamusa y t raerla hacia nosotros
haciendo una pequeña gaza;
Vuelta de escota o de tejedor (3)
Este nudo es el que hay que hacer cuando por 6. encapill a r la gaza a la cornamusa
refl ejo vamos a hacer un nudo llano. Está espe- apretandola lo m aximo posible.
cialmente indicado para unir dos cabos. No se
apelmaza ni se afloja, pero no puede hacerse ni
deshacerse más que en maniobras que no es-
tén en tensión.

Vuelta de escota doble (4)


Se utili za para unir dos cabos de diámetros
muy diferentes, siendo muy importante dar las
vue ltas con el cabo más delgado.

Nudo de pescador (5, 5)


Au nqu e muy difícil de deshacer, sirve para unir
los dos chicotes de un cabo de forma casi defi-
nitiva, como las dos mitades de una esco ta al
puño de escota del foque, o incluso el sedal pa-
ra pescar que habíamos cortado al no poder
desenreda rl o del cabo de la corredera. Hay que
tener cu idado de hacer correctamente los dos
nudos en sentido in ve rso.

Nudo de rezón (7)


" Una vue lta, y dos cotes nunca fallan "·, dice el
refrán . Es un nudo corriente que se utili za para
las ama rras; es muy fá cil y rápido de hacer.

Ballestrinque (B)
Trincar un cabo es muy sencillo y cómodo. Se
utiliza, por ejemplo, para afirma r el chicote de Para que una driza no se afloj e cua ndo
un rizo al gua rda cabos de la vela, para afirmar esta e n reposo, hay que coloca r e l
al balcón una boza para ama rrar el ancla. o sim- mosq ue tón a una distancia minima de
plemente para co locar los cabos en un pasama- 1 me t ro por e ncim a de la cornam usa, V
nos de la cabina. después dar una vuelta redonda a la
cornamusa. pasarla por e l mos quetón,
• Refrán francés cuyo equivalente en español es: "De un ballestrinque y un cote no se suelta ningún bo- V por último tensarla a tope V da rl e
te". (N. de la T.J. vueltas en la cornamusa.
274 E l barco la jarcia 275
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de hacer los nudos


As de guía
Este nudo se utili za con cualquier clase de cabo, no se deshace
nunca y no se azoca. Tiene múltiples aplicaciones, y sirve para
amarrarnos, pasar una gaza (por una esca la, o una bita), afir-
mar una maniobra a una gaza (ma tafiones l, etc. El único incon-
ve niente es que no se puede hace r más que cuando la manio-
bra está floja. Es necesario saber hacer el as de guía con rapi-
dez, incluso a oscuras. Se hace de modo distinto según esté la
gaza mirando hacia nosotros o no .
• Con la gaza mirando hacia afuera (1, 2, 3 4)
1. Después de dar una v uelta a la argolla para evitar que la ma-
niobra se desgaste al rozar, hacer un medio nudo.- 2. Con la
mano derecha, tirar del chicote libre hacia nosotros, aflojando
el firme de la mano izquierda.- 3. Pasar el chicote suelto por de-
bajo del firme de la otra mano.- 4. y meterlo en la gaza .
• Con la gaza mirando hacia nosotros (5, 6, 7, 8)
5. Coger el chicote suelto con la mano derecha y ponerlo enci-
ma del firme formando una cruz, y dar la vuelta a los dos incli-
nando las manos hacia adelante.- 6. Ya hemos hecho lo princi-
pal.- 7. Ahora pasar el chicote libre por debajo del firme ... - 8. y
meterlo en la gaza.

Modo de hacer los nudos Ballestrinque (9, 10, 11,12)


Sus principales características son la rapidez de ejecución y su
resistencia. Sirve para bloquear casi de forma instantánea una
maniobra que se está sol tando. Se utiliza también cuando un as
de guia puede salirse (en una bita de amarre). Podemos aflojar-
lo sin tener que deshacerlo, pero tiene el inconveniente de que
se azoca.
9. Se da un primer cote encapillando una ga za por encima del
chicote lib re. -10. Podemos observar que a partir de este mo-
mento, ya es posible bloquear una maniobra que se está so l-
tando. - 11. El segundo cote es la repet ici ón exacta del prime-
ro ... - 12 .... Y ya está.
Vueltas, o nudo de remolque (13, 14, 15, 16)
Es el nudo ideal para llevar remolques, pues puede realizarse
con una maniobra en movimiento, y hacerse y deshacerse en
tensión , sin azocarse. 13. Damos un cote para bloquear la ma-
niobra. Un cote y no una v uelta, pues, si en ese momento el ca-
bo se suelta, el efecto de tornillo lo hará bajar en la bita y no su-
bir. Damos cinco o seis vueltas adiciona les, para asegurarnos
de que el cabo no se escapa. - 14. Con el ch icote libre, hacemos
una gaza grande y la pasamos por debajo del remo lque. - 15 y
- 16. Para bloquearlo encapillamos la gaza a la bita.
276 El barco La jarcia 277
---------------------------------------------------------------------~----------------------------------------~--------------------------

Interrumpir un cabo
Modo de cortar e interrumpir un cabo 11,2,31 página siguiente
Los cabos textiles sintéticos deben cortarse en caliente, a ser posible. Se ca lienta sobre el infi er-
nillo una hoja de sierra para meta les o un cuchi ll o v iejo y se corta el cabo co n la parte del revés
de la hoja. (1) De este modo el material se derrite y los hil os se sueldan entre sí a ambos lados
del corte. Cuando el cabo es de Kevlar, sólo puede co rt arse la funda de esta manera , pues dicho
material no se derrite. Hay q ue tener cuidado de no ca len tar el cabo al m ismo tiempo que la hoja
de la navaja.
Sin embargo, este tipo de so ldadura es poco duradera. Norma lmente cuando que remos inte-
rrump ir un cabo hacemos un fa lcaceado. En el caso de los trenzados compuestos, este falcacea -
do resulta indispensable para que el alma quede unida a la funda. También po demos hacer un
fal caceado y derretirl o. Se hace una cruz de 1 Ó 2 centímetros de longitud, con la hoja ca liente
co locando el ca bo a lo largo (2, 31 De este modo el cabo se suelda " por el centro" y tardará más
en desflecarse.
Cuando no podemos cortar un cabo en ca liente, lo más fá cil es co rtarlo entre dos falcaceados.

Falcaceado (fotos 4 a 13)


4. Para hace r un fal caceado,
hay que utilizar hilo de Nylon
enhebrado en un a aguja de l
15 (o más gruesa, del 14,5 o
de l 14).- 5. Clavamos la aguja
a través del ca bo.- 6, 7. Enro-
llamos e l hilo dando var ias
v ueltas pegadas unas a otras
en un t rozo peq ueño (más o
menos igua l al diámetro de l
cabol. vo lv iendo a clavar la
aguja al llegar al final.
8. A cont inu ación hacemos
tres presillas, azocándolas
fuertemente, por encima del
enrollado, pinchando la aguja
hasta la tercera parte del gro-
111
sor del cabo.
Estas presillas deben ser pa-
rale las al cabo, si éste es tren-
zado, y paralelas a los cordo-
nes metiéndolas en las alme-
nas que los separan, si se trata
de un cabo co lchado (13).
9, 10. Para terminar, damos
un cote en la última presill a,
atravesamos el cabo al biés y
cortamos el hilo después de
saca r la ag uja (11 , 12) .
278 El ba rco l a jarcia 279
C--------------------------~--~----------~~

Hacer gazas
Gaza sencilla para trenzados A. Hacemos un nudo a un a distancia de 1,80
Gaza ayustada en un cabo de ocho filásticas metros aproximadamente del ch icote y empuja-
Hay que co locar las hebras de manera que la del centro (la blanca) cru ce los co rd ones del cabo mos la funda exterior para sacar el alm a ce n-
de forma perpendicular (1). Hacemos un lazo del tamaño deseado, apretándo lo ocasiona lmente tral. - B. Cortamo s un trozo de 67 centímetros
en un guardacabos. En primer lugar pasamos la hebra del centro (2). Después pasamos la hebra de l alma.- C. Vo lvemos a poner en su sitio la
de la izquierda (la neg ra l (3, 41. Dam os un a vue lta al lazo (51. Ahora pasamos la tercera hebra (la fun da exterior hasta el final, dejando un trozo de
gris) de derecha a izquierda por debajo del co rd ó n li bre (6). A lgunos pensarán que están pasan - fund a hueca de 67 ce ntímetros. La fund a debe
do esta última hebra en se ntido co ntrario a las demás. Es el momento de apretar el ayuste y de vo lve r a colocarse co mpletamente en su lugar.-
comproba r que queda ajustado (7). La s tres hebras deben sa lir al mismo ni ve l, formand o un án- D. Meter la agu ja en el ca bo a 68 centímet ro s
gulo de 120 0 entre las m ismas. Para seguir haciendo el ayuste, pasaremos cada hebra siem pre aprox im adamente de l chicote sacándola otra
de de~e?ha a izquierda por encima del siguiente cordón, y por debajo del que le sigue (8, 9, 10). vez de la funda hueca a unos 28 ce ntímetros.
Es sufICIente dar cuatro vue ltas (11 ) antes de cortar el ayuste en ca liente (12). Aplastamos la funda para poder introducirla en
la aguja. Para ello co rtamos un ha z de hilos
aproximadamente a una d istancia de 7 centíme-
tros, otro a 5 centímetros y el último a 2,5 centí-
metros del ex tremo de la funda . Y después la
en hebram os en la aguja.- E. Tiramos de la ag u-
ja que arrastrará con ella la funda , rel lenando de
este modo la parte hueca de la misma. Y ya está

~~_~
.. E
hecho el ayuste (131. Hay que comprobar que
todos los hilos están en su sitio en la nueva fun-
~~~ da y recordar que este ayuste es poco resistente
y no se puede utiliza r más que en derivado res.

Modo de coser una gaza


Para hacer una gaza cos ida utilizaremos hilo grueso de nylon doble, y un a ag uj a del 15 (o más
gruesa). Como es prácticamen te imposible atravesar t odo el cabo, hacemos una costura por los
lados como máximo la cuarta parte del trenzado (14). Si queremos rematar lo bien, podemos fo-
rrar la parte qu e hemos cos ido con un hilo muy grueso (un poco más grueso que el co rdel de
ca rnicero), del modo sig uien te. En ro llamos fu ertemente el hilo empeza ndo por la parte supe rior,
pellizcando el chicote co n las primera s vueltas. Una vez efectuadas las dos te rceras partes de la
operación, seguimos enroll ando -sin apretar- alrededor de algú n objeto ci líndrico o có nico. Des-
pués quitamos este objeto y pasamos el extremo del co rd el según se ind ica en la foto (15). A
co ntinuació n apretamos fuertemente, una a una las vue ltas que esté n flojas (16), Tiramos del ex-
tremo que sale del centro del enroll ado, y lo corta mos.
La jarcia 281
280 El barco

Adujar, desadujar y desenredar


Para que un cabo no se convierta en una "bolsa de nudos" (y no acabe
Hacer ayustes estropeando el cabo ni nuestros nervios), tenemos que aprender a adu-
Ayuste d e gaza s obre un cabo t renzado jarlo y a desadujarlo correctamente.
1. Hacemos una gaza de la medida desea- Según el sentido del colchado, un cabo deberá adujarse siempre
da y marcamos el cabo en el punto A; a 30 ~.' en el sentido de las agujas del reloj; en cada vuel ta, torcemos lIgera-
centímetros de este punto hacemos otra 6 mente el cabo entre el pulgar y el índice para hacer lazos y no ochos.
marca B. Llevamos la longitud de la vuelta Sin embargo, para que el cabo pueda retorcerse, es necesario que el
de la gaza desde B hacia el chicote del ca- b
chicote esté suelto .
bo y hacemos otra marca C. -2, 3 Y 4. Con . ~~
. , ¡;"
un punzón redondo, separamos sucesiva-
mente cuatro grupos de hebras en el pun -
. 1 ./
...~- ~ .... 8
Hay que adujar siempre una maniobra empezando por el
firme. Por la misma razón, para desadujarla hay que empezar tam-
bién por el firme, pero esta vez en sentido contrario a las agujas del
to B para hacer un agujero por el que sa-
reloj. Cuando queremos desadujar una aduja (un rollo de cabo) que
camos completamente el alma del cabo.
- 5. Pegamos con cinta adhes iva el alma 9 tiene los dos chicotes libres, da igual empezar por la parte Intenor o
en el punto O correspondiente al punto e exterior del rollo, pero hay que desadujarlo siempre en el sentido in-
de la funda y vamos adelgazando gradual- verso de las agujas del reloj. Si, a pesar de estas precauciones, se
mente este punto hasta llegar al chicote. - 6. Metemos la aguja especial por la parte del ojo, en hacen cocas (gazas) en el cabo, hay que enderezarlo todo antes de
el punto E, a 28 centímetros de B y la empujamos entre la funda y el alm a hasta llegar al punto utilizarlo.
C. -7. Enhebramos el extremo del alma en el ojo de la aguja. Tiramos de ésta para meter el al· Los cabos trenzados pueden adujarse en un sentido o en otro. No
ma en el cabo hasta que sólo quede v isible unos 2 cm de alma. - 8. Metemos el ojo de la aguja a obstante, deberán desadujarse a la inversa del sentido en que los haya-
una distancia de 13 cm de B, en un punto diametralmente opuesto a E, y empujamos la aguja mos adujado; de común acuerdo, los cabos trenzados se adujan igual
entre la funda y el alma hasta llegar al punto B, volvemos a llevar la funda vacía, previamente
que los cabos sencillos. En este caso también tenemos que empezar
adelgazada a lo largo de 5 cm, del mismo modo que hacíamos con el alma dentro del cabo. -9.
Una vez concluida esta operación, damos unos cuantos tirones enérgicos de los dos extremos por el firme, para poder enderezar el trenzado.
sujetando el cabo por el ollao. A continuación cortamos lo que sobra. Por último, frotamos el Cuando un cabo se enreda, se forman cantidad de nudos del modo
cabo desde el ollao, con el fin d e hacer desaparecer los dos extremos cortados. más misterioso; en realidad son nudos s610 en apariencia. Hay que pa-
sar las dobleces en sentido contrario, eS decir aclarar las gazas, unas
Ayuste mixto de cabo trenzado y cable de acero de otras, sin sacar el chicote, pues si lo hacemos es cuando formare-
1 y 2. Hacemos un nudo a 1,80 m de di stancia del chicote del cabo, para evitar que el alma se mos verdaderos nudos.
escurra dentro de la funda. Empujamos el alma para despejar 1,20 m y cortamos 15 cm de la
misma. Pegamos con cinta ad hesiva cada una de las hebras d el alma (si el alma es una trenza,
Los rebenques
la deshacemos, formando cordones). - 3. Adelga zamos el chi cote del cabl e en un trozo de 20 a
Después de alertaros contra los pérfidos cabos no sería justo dejar de
23 cm y lo sujetam os con una cinta adh esiva. -4 y 5. A 75 cm del chi cote del cabo separamos
rendir homenaje a los "trozos de cuerda", remedio de marineros en
los cordones e introducimos el chicote del cab le, sujetándolo con cinta adhesiva, empujamos el
cab le hacia dentro entre los cordone s múltiples ocasiones: cabos delgados, piolas gruesas y finas, merlín
hasta una distancia de 20 cm del ch icote blanco y alquitranado, y meollares con los que '~ hacian las bader-
y lo pegamos con cinta adh esiva. - 6 . 7 nas; estos cabos de an tano, de cánamo o de abacá, de pleita y hasta
Llevamos la funda hasta la cinta adhesi - de corteza de tilo (que se masticaban por la noche antes de ir a dor-
va. -7 y 8. Ayustamos el alm a, dando 5 mir), ya no se utilizan en la actualidad, siendo susti tuidos por pro-
vue ltas, dos de ell as con hebras adelga-
8
ductos a base de áci dos, como el tereptálico (por ejemplo). Pero su
zadas, dentro del c'ab le (cog iendo lo s papel sigue sien do importante, y los citaremos a lo largo del libro
cordones del cabl e de dos en dos). - 9 .
Pasamos toda la funda por encima del
:~ 9 con el nombre de reben ques, es decir, cabos que sirven para trincar
(también llamados trincas) y sujetar objetos, aferrar las velas, coger
ayuste. Formamos tres hebras co n los
10 rizos (como los matafiones) e incluso para sostener las gafas de los
hilos deshechos de la funda, y los ayus-
tamos con el cable. adelgazándolos gra- navegantes miopes ...
dualmente. -11. Una vez cortado todo lo
que sobra, ya está hecho. ---ry • J~ 6
la jarcia 283
282 El barco

A castillaje
una amarra El acastillaje abarca una infinita variedad de piezas y de "chismes". La
simple enumeración de estos" artilugios" ocuparía varias páginas y
además enseguida quedada obsoleta, pues a diario aparecen en el
mercado nuevos sistemas. Vamos a entrar en el pequeño mundo de los
aparatitos, que aparecen según las modas y en los que podemos gas-
tarnos fácilmente gran cantidad de dinero.
Por este motivo, vamos a mostrar un pequeño catálogo ilustrado,
con las piezas de acastillaje más importantes, su utilización y las manio- Arraigado de ab razadera.
bras que se efectúan con ellas.
Para no perdernos, agruparemos estas piezas según sus diferentes
El arte de adujar una funciones. A cada función corresponde un determinado objeto muy re-
amarra: se hacen gazas presentativo y antiguo como la propia marina.
grandes, y se adujan en
el se ntido de las agujas Arraigar: el cadenote y el arraigado
del re l o j , evi tand o los
Arraigado de abrazadera. Es el arraigado tradicional. Para que sea
guardacabos 11 , 2, 31.
seguro. los pernos deben inmovilizarse por medio de remaches o bien
pegándolos, y los pernos en los que se introducen los obenques debe-
rán estar fijados con un pasador.

eadenote plano. Es el cadenote tradicional. Tiene que llevar forzo-


samente una pletina sujeta por medio de un perno con pasador.

Dej ar uno o dos metros


antes de llegar al chico-
te de la amarra, para dar
tres o cua tro v ueltas re -
dondas alrededor de la
aduja 14, 51.

Bloquear la amarra pa-


sando e l c hi cote po r
dentro de la gaza 161.

Una amarra aduja da de


este modo hay que co-
gerla siempre por este
extremo 171.
Arraigado de coquilla. Arraigado de abrazadera .
284 El barco La jarcia 285

Cálculo de la carga
de ruptura de un tensor

eH = Rrr (0 - ~,3 P)2


o = diámetro nominal del t ensor Para el acero
P = paso de la parte estriada de la rosca inoxidable:
R = resistencia a la tracción del metal. R = 60 a 80 kg
por mm 2
la tracción sobre un cáncamo o sobre
un cadenote de cáncamo en " U". no Modo de calcular la resistencia lA) de un cadenote plano:
debe efectua rse en un ángulo superior
Tensor de varill a abierta. Es menos bonito, pero fáci l de asegurar,
Sección = altura x grosor
0
a 20 a partir del eje s itu ado entre estando a la vista la rosca de los tornillos.
R = sección x resistencia (del metal)
los tornillos. Cáncamo e n uU ", Cáncamo Resistencia del acero inoxidable 40 a 60 kg/mm~.
Tensor de manivela, Se utiliza para los obenques que hay que re-
de anilla .
glar con cierta frecuencia (baquestay). Es práctico y se puede reg lar en
Cadenote de cáncamo en " U". Es muy cómodo, pero no debe uti- cualquier momento. También existen tensores hidráulicos (similares a
lizarse para los obenques. debido a su escasa resistencia si el esfuerzo los gatos que utilizamos en tierra).
se hace en un ángulo superior a 20° del eje del tornillo.
Modo de asegurar los tensores. Los tensores deben asegurarse
Cáncamo de anilla. Muy cómodo, pero poco resistente; hay que evitar para evitar que se aflojen en el curso de la navegación.
ejercer una tensión fuerte en un ángulo superior a 20° del eje del tornillo.
No debemos fiarnos nunca de las contratuercas, pues es un sis-
Montaje embutido. Es muy seguro, excepto en lo que respecta a la tema m uy poco seguro.
fijación al palo (ver perchas).
Atención: un tensor totalmente de acero inoxidable corr e el
Los cadenotes y los arraigados se desgastan, aunque a primera vista riesgo de agarrotarse al maniobrarlo bajo tensión, si no está co-
no se ve. Debemos comprobar periódicamente la cantidad de metal rrectamente engrasado con aceite de grafito o de b isulfuro de
que queda en los puntos de desgaste y calcular su resistencia para ase- mol ibdeno.
gurarnos que sigue siendo similar a la del cable que soporta.
Para fija r de modo permanente las maniobras entre sí o a puntos fi- Pl etinas de agujeros. Es realmente el sistema más sencillo y rústico.
jos como los cadena tes o arraigados, se utilizan mon tajes no desembu- Nunca se averían, pero su reglaje es poco exacto. No hay que olvidar
ti bies o pernos. La única clavija segura para un perno es el pasador utilizarlo cada vez que sea posible.
(pues las anillas abiertas las arrancan las maniobras de labor).

Las piezas que van atornilladas no son demasiado fiables si no están


Los tensores deben asegurarse para evitar que se aflojen durante la navegación.
sujetas con una clavija o llevan un tope. Debe evitarse utilizar grilletes
Con frecuencia se utilizan contratuercas pero no s iempre son fiable s,
para afirmar los obenques, pues no son muy resistentes.
existiendo además sistemas mejores:
• aguja s que se introducen en las ranuras de la parte estriada de la varilla
Reglar: los tensores
y de la caja;
~e nsor de caja cerrada. Es el más bonito, pero imposible de asegurar
• pasadores para los tensores de caja abierta;
SI no lleva una ranura para pasar una aguja por dentro de la parte es-
• o simplemente un alambre de latón, cobre, acero inoxidable o nylon .
triada de la rosca o si no tiene un agujero en el centro para pasar un
• los t e nsores engas tados en e l extremo de los obenq ues tienen que a segurars e
alambre que haga de seguro.
con pegamento uniendo el tornillo a la ros ca , además de las contratuercas.
286 El barco
T La jarcia 287

Amarradura. Amarradura. También es una solución muy sencilla; algo así como El otro extremo del tangón, por el lado del spi, tiene un herraje (guía
una "vigota" moderna; cuatro guarnes de nylon de 4 tienen la misma o mosquetón que se abre a distancia), por el que se desliza la braza,
resistencia que un cable de 3. Se utiliza este sistema cuando se desea con una pieza para enganchar el amantillo y la retenida. En algunos
conseguir tener cierta elasticidad. aparejos antiguos, este herraje es un gancho al que se fija el puño de
amura del spi . Este procedimiento es poco seguro, pues en determina-
das ocasiones puede resultar imposible soltar el spi .
Articular: el pinzote de la botavara
Es un herraje articulado que une la botavara con el palo, permitiendo a
Grilletes giratorios. Evitan el esfuerzo de torsión, por lo que resul-
la primera orientarse en sentido horizontal y vertical. Ésta tiene que po- Articulación de campana, del tangón.
tan de inestimable valor a bordo del barco. Están colocados por todos
der orientarse, sin forzar el pinzote, desde la cubierta hasta un ángulo 1. Articu lación vertica l.
lados: en las poleas, mosquetones, etc.
aproximado de 50° en sentido vertical y en sentido horizontal hasta to- 2. Articu lación horizontal.
car los obenques. Puede ser fija o móvil, y deberá resistir la compresión 3. Unión.
Unir: el grillete Tres funciones bien delimitadas.
de la trapa.
Un buen pinzote de barco de crucero lleva una fijación para el puño
de amura y ganchos para los guardacabos de los rizos.
o
Articulación Articulación de tensor, o cardan. Es un accesorio indispensable
de tensor o cardan . colocado entre el tensor y el cadenote. Impide que el tensor se tuerza
al golpear contra un muelle o contra el listón de un barco con un fran-
cobordo mayor, o al subir a bordo un tripulante agarrándose al oben-
que. Un tensor torcido puede considerarse ya como roto. También re-
sulta útil en los dos extremos de un estay de aparejo flexible, pues so-
porta los movimientos de flexión que, en otro caso, se concentrarían a
la altura del casquillo forjado, por donde se rompería al cabo de cierto
tiempo.

Artic ulaci ón del cañ ín. Pa ra gobernar con precisión y comodidad.


Muchas veces no podemos prescindir de esta pieza.

Herrajes del tangón. En un tangón simétrico, los herrajes de los


dos extremos son -como su nombre indica- completamente idénticos.
En un tangón asimétrico, cada extremo tiene una función diferente:
uno, adaptarse al palo, yel otro hacerlo a la braza del spi.
El sistema de fijación al palo (que incluye un herraje en el palo y otro
en el tangón) deberá permitir, en todos los casos, que el tangón se 1.a. Grillete recto.- b. Gri llete alargado.- c. Grillete de lira .- d. Gri ll ete ancho.-
pueda orien tar, por una parte, en sentido horizontal 180°, y por otra, e. Grillete revirado .- f. Grillete alargado con contrete V pasador imperdible.-
desde la cubierta hasta la vertical. 2. Grillete de rosca.- 3. Mosquetón de driza .- 4. Mosquetón de seguridad con
En barcos muy pequenos, de hasta 5 metros de eslora, un simple arnés extensible.- 5. Mosquetón de foque de " una sola mano ".- 6. Mosquetón
gancho que pasa por una anilla, colocado junto al palo sirve de fijación giratorio de driza.- 7.- Mosquetón de apertura bajo tensión .- 8. Sacavueltas.-
y de articulación del tangón. 9. Ese. Es e l más barato y senci llo, y si lo cerramos con unas tenazas suele
Si la botavara está montada sobre un En los barcos grandes, un montaje de este tipo no aguantaría, por lo disuadir a los posibles rateros.
eje. e l esfuerzo que se realiza sobre e l que deben separarse las dos funciones (fijación y articulación). El herra- Si e l pasador de un grillete se tuerce, es que no es lo bastante resistente, y
pinzote y las poleas es bastante menor; je fijo del palo deberá ser una verdadera campana, y no una simple ar- debemos cambiarlo. Pero s in embargo, si podemos enderezar un mosquetón
pudiendo ser la botavara, en este caso, golla. Para enganchar el tangón, un buen sistema es el del cono, que que se ha deformado y, además, conseguiremos que funcione mejor echándole
más ligera. no se suele torcer. un poco de aceite.

J
T

288 El barco la jarcia 289

Desviar: la polea Las roldanas de nylon (y otros plásticos similares) van deformandose
lentamente al soportar una carga constante e inmóvil, adoptan una
forma ovalada y dejan de girar.
D l as roldanas de Celaron se rajan cuando las maniobras de acero tra-
bajan con la máxima carga.
l as de meta l aguant an todo, pero muchas veces son demasiado pe-
sadas para la jarcia móvil.

A B

la maniobra debe e ntra r


e n la roldana por un punto A. Un cabo se desgasta menos s i se
situado dentro de la caja, pues s i no desliza correctamente por e l cana l.
puede sa lirse del carril. El juego
máximo entre una roldana y s u caja no B. Es la peor de las roldanas, pues su
debe sobrepasar la tercera parte del diámetro es demasiado pequeño para
diámetro de la maniobra . Una roldana e l cabl e y la fibra se estropea.
2. Es cotero . Es menos ruidoso que una
desgastada no volverá a girar, inclu so
polea (pues no golpetea) pero produce
aunque logremos soltarla y engrasarla . C. Si el cabo es de Kevlar, es preferible
un mayor rozamiento.
Una polea qu e se qu eja de hambre que este se aplaste un poco.
merece que le echemos un a gota de
aceite.

1.8. Polea de violín con arraigado. grillete giratorio y mordaza. Se suele utilizar en
los aparejos (escota de mayor, trapa de la botavara .. .) .

b. Polea doble de ojo. con arra igado. que es donde se afirma e l firme del aparejo.
Para que esta polea funcione bien, las dos roldana s deben girar en e l mismo
sentido. El inconveniente que tiene es que cuando las dos roldanas no soportan el
mismo esfuerzo, la polea puede torcers e.

c. Polea t rip le.

d. Polea sencilla de ojo.

e. Polea de violín con grillete giratorio . Se sobreentie nde q ue el ojo es un grillete 4. Polea abierta con mosquetón y
giratorio. que si rve para orientar la polea en e l sentido de la m a niob ra. Al estar grillete giratorio. Se utiliza para desvia r
todos los g uarnes del aparejo en e l mismo p la no. la polea no se tuerce. l as dos una maniobra qu e está e n tensión,
3. Est a polea se m a ntie ne e n esta
rol danas deben girar en e l mi s mo sentido . como e n e l caso de las brazas y escotas
pos ición gracias a un pequeño muelle
del s pi sobre las cua les a veces se 5. Polea ultraligera, se utiliza en
f. Polea sencilla con arraigado. colocado sobre e l grillete giratorio. Se
a parejan barbers. regatas. Es de titanio y es muy cara
utiliza en la base del palo para reenviar
la s drizas a la bañera .
290 El ba r co La jarcia 291

Dar vueltas: la cornamusa


Hacer fuerza: el aparejo y el cabrestante (o güinche)
A. A parejo de dos g uam es. El esfu erzo po r roza miento, se divi de entre dos. El reco rrid o es
D
gra nd e (al te nsar 1 m etro de ca bo, d isminuimos el aparejo en 50 cm).
B. A parejo d e tres g uam es. El esfuerzo se divide entre tres y el recorri do es meno r (si tensa-
m os 1 m etro de ca bo, sólo disminuimos el aparejo en 33 cm).
a ,
C. Ap arejo m o ntado sob re el firm e de otro apa rejo (deno min ado "a la inglesa" qu e se utiliza
e
en las drizas). A l multiplicar 2 guarn es de la driza libre po r los 3 g uarn es del aparejo d e la in-
gl esa nos d a un resultado de 6 guames. Por lo tanto el esfu erzo se di v ide entre 6, pero el reco -
rrid o es muy pequ eño.
D. Ate nció n ¡no debem os m o ntar un aparejo en cua lquier senti do! Para co nsegu ir el mayor 2. Clam cleat basculante. Se pu e de

-
re ndimiento, es necesa ri o tirar en el mi sm o se ntido en el q ue q ueremos que trabaje el aparejo. larga r con g ra n ra pidez y ba jo ten s ió n.

,,
Pu es si tiram os en sentido co ntrari o, la últim a po lea servirá únicamente de reenv ío, desa prove- Es ind ispensabl e pa ra utiliza r co n las
chando así un g uarn es. Hay que refl exio nar bi en, pues a pesa r d e las apari enci as ¡este apa rejo escot as e n los mult icascos.
sólo es de 2 gua rn es !
1. a . Co rna mus a pa ra vueltas. Es la cornamusa clasica, sencilla y sin ningún
meca ni s m o especia l, que vi ene bi en e n todos s itios.
, (:\
tiro
·• .•
, ,,
,14, '
,, ,,
, ,
,, ,,
b. y c. Cornamusa de cuña . Una vez dada la prime ra vue lta, la m a niobra q ueda
bloq uea d a. l a corna musa 2 es pa ra d rizas y la 3 pa ra escotas.
d. Mordaza . Es la que se sue le ut iliza r para la s e scotas. Hay q ue e legirla
'v"
2 guarne ~~
~,, ,,, ''' sobre dime ns io na da, pues no agua nta g ra ndes tiro nes. Se atasca co n la a re na , V s i
le po ne mos gras a pOde m os e mpeora r las cosas Ipues la a re na se queda ra
""
"" pega d a ). iEs m ejo r usar aceit e!

~'V
firme e. Cla mcl eat . Es un invento genia l, pu es no ll eva nin gú n m eca nis m o que se pue da
'\. "" estro pea r, muerde muy bi e n las m ani obras y no es ca ra. Ta mbi én ti e ne s us
1 incon ve nientes, pues afloj a un poco e l cabo qu e recib e lunos 5 milímet ros), lo cua l
A B e D
imp ide utilizarla con las drizas; tra ga todo lo que pasa po r e ll a, pe ro sólo mue rde 3. En a lg un as m a nio bras co nvie ne
Para montar un aparejo, por ejempl o el de la escota de la m ayor, debem os introd uci r siem - los cabos del gros or previsto y se d esgast a co n facilidad, sobre t odo las de coloca r un pe qu eño escot e ro de la nte
p re en las po leas el firm e d el ca bo (el chicote q ue quedará fij o), empeza ndo por la última para plástico. de la clamcleat. De este m odo e l ca bo
no tener que pasar to do el cabo. En el caso de una escota de Cava le, por ejem plo, el fi rm e pa- no podrá so ltarse accide nta lmente . Por
sa rá sucesivame nte de popa a proa por la polea situada al fondo de la bañera y de proa a popa Todas estas corna mu sas ag ua nta n m á s te ns ió n, s i a dem as de est a r sujetas po r e l contrario, un a vez s ue lto, se desliza rá
por la po lea q ue está delante de la bot ava ra y por la de la ba rraescota, pa ra termina r pasan do pernos y tornillos, s e pega n. con mas dificultad .
de popa a proa por la polea de atrás de la botavara, afirmándo la por último al arraigado de la
polea de la ba rra escota .

El cabrestante (o güinchel . Sustitu ye cada vez más al antiguo apa re-


jo. En este caso, el esfuerzo qu e ha y que rea liza r va un ido a la relació n
existente entre el rad io del cabeza l y la lo ng itud de la ma ni ve la. Pero
también existen gü inches co n va ri as ve locidades en los q ue el esfu er-
zo se desmultiplica m ecá nica m ente.
To dos los g üinches giran en el mi sm o sent ido: el de las ag ujas d el
reloj .
=
El mecanismo a utocaza nte (se lf tailin g gea r) que ti enen alg un os
g üinches, es un sistema que sirve para enro llar el cabo seg ún damos
~~
.. .. . '
..' .
vue ltas, p ud iendo así aga rrar la m an ive la con las dos manos. . 4. Bloqueadores de excé ntrica . Ins ta lados e n ba t ería, dese mbocan e n un guinche
común q ue se pue de desgua rnir una vez utilizado.
5. Alg unos bloq ueado res permite n
largar una m a nio bra bajo t e ns ió n.
292 El barco la jarcia 293

Deslizar: el carril Enrollar Clas es de enrolladores


Esta función la desempeña sólo el carril, puesto que el nervio no sirve los enrolladores son mecanismos sofisticados que sirven para reducir el de mayor
más que para formar el grátil del foque. trapo de manera muy exacta e incluso quitarlo del todo, sin tener que
Podemos utilizar tres tipos de deslizamiento: salir prácticamente de la bañera.
• por rozamiento de metal sobre metal para deslizamientos ocasio- En la actualidad existen tres tipos de enrolladores:
nales que no sufren temió n alguna; • el enrollador de foque, que es el más antiguo y el más perfeccio-
• por rozamiento de metal sobre plástico, especialmente teflón, pa- nado. Se introduce en el estay, y no sirve para sujetar el palo;
ra correderas frecuentes con poca tensión; • el enrollador de palo, que sirve para enrollar la mayor sobre su
• por rozamiento (de bolas o rodillos) para co rrederas que sufren grátil: dentro del palo o del enrollador;
una gran tensión. • el enrollador de botavara, que sirve para enrollar la mayor sobre
su pujamen, normalmente dentro del enrollador.
Barraescota de la mayor. Este carril se denomina barra, como re-
cuerdo de la época de los barcos de madera, cuando se empleaba de Estos mecanismos deben disponer de un sistema de absorción del
mofo eficaz una barra para amollar el punto de tiro de la escota de la embolsamiento de la vela, debiendo estar la vela y el mecanismo per-
mayor. fectamente adaptados la una al otro, pues en caso contrario el resulta-
Los carriles que se utilizan tienen diferentes perfiles según el tipo de do puede ser decepcionante.
carro que se emplee. Cuando la tensión es moderada, es suficiente un Estos enrolladores, que suponen una gran ventaja para maniobrar,
carro con un mecanismo de deslizamiento sencillo, que podemos mejo- todavia no proporcionan un óptimo rendimiento de las velas. Su resis- De ntro de la botavara.
rar frotándolo con una pastilla de teflón. tencia aerodinámica, peso y averias son en la actualidad sus mayores
En el caso de que tengan que soportar una gran tensión, es necesa- defectos; aunque quiZáS se puedan conseguir rápidos progresos ...
rio utilizar carros de rodillos, ocasionalmente múltiples y montados so- El enrollador de génova en la actualidad es bastante seguro y mere-
bre rodamientos de bolas o de aguja. ce un análisis detallado.

Reenvios de la escota del foque . En los carriles fijos a la cubierta


se introducen los patines que suelen llevar poleas "traga todo".
Estos carri les deben estar fijados sólidamente con torni llos pasantes
a poca distancia unos de otros (menos de 0,25 m), pues sufren un
enorme esfuerzo en sentido vertical. En este caso está muy indicado el
deslizamiento de metal sobre metal.

Parte inferior de un enro llador Parte s uperior de un enrollador


de foque , con el tambor d e foque . la driza s e mantiene De ntro de l palo
Barra escota d e la mayor. de l enrollador. s epa rada del e stay. (la solución más frecuente) .
294 El barco La jarcia 295

El único y verdadero problema que tiene es que, en caso de avería, aluminio. Es conveniente intercalar una lámina de plástico entre meta-
no siempre es posible enrollar o bajar el génova, por lo que debemos les de distinta naturaleza y debemos tener cuidado con los cascos de fi-
elegir un material ya probado y respetar las siguientes normas: bra de carbono. Los plásticos (Celaron, Delrin, Duratron, etc) son prác-
tcamente compatibles con casi todos los materiales.
• el estay debe estar tenso, incluso muy tenso, con el fin de evitar
que forme una curva que cuelgue, lo cual ocasionaría la rotura de las Para desempeñar bien su función, el acastillaje debe utilizarse con el
uniones de los elementos del tubo. Si esto ocurre, ya no podremos en- fin previsto. Si obligamos a un cáncamo a trabajar en una dirección ina-
rollar más. pues la parte superior del enrollador ya no seguiría a la infe- decuada podria romperse, aunque esté sobredimensionado. El hecho
rior; ni tampoco quitar la vela, al quedar interrumpida la continuidad de u~ilizar piez~s de un. tamaño mayor de lo necesario no es ninguna
del carril; solUCión. Por elemplo, SI colocamos poleas demasiado grandes bajo la
• la driza debe estar completamente despejada del mecanismo para botavara éstas s~ estropearán, deteriorándola al balancearse exagera-
que no se enrolle alrededor del estay, pues en ese caso será imposible ~a~e.nte en las Viradas. Hay que recordar que la ligereza muchas veces
enrollar la vela y quitarla; SIgnifica resistencia.
• el recorrido del cabo del enrollador debe ser lo más directo posi-
ble para evitar al máximo el rozamiento. siendo además totalmente ¡n- . Cuanto más simple es una pieza más sencilla será su reparación . Si
dispensable utilizar un güinche; Instalamos a bordo materiales complicados, no solamente tendremos
• los rodamientos del enrolla dar deben ser inoxidables y de bolas; que embarcar accesorios y recambios, además de los conocimientos ne-
. Ia vela deberá resguardarse de los rayos ultravioletas por medio de cesarios para arreglarlas, sino también materiales para sustituir las pie-
una banda protectora; zas estropeadas; pues ciertamente hay que izar la mayor mientras esta-
• no hay que dejar que el tangón del spi estropee el estay, aunque mos reparando el güinche correspondiente.
sea sin querer; de lo contrario ¡cuidado con las roturas!
La lubrificación
11 no hay que salir a navegar sin los folletos técnicos específicos y sin
las herramientas adecuadas para poder reparar el enrollador, o por lo ~n poco de grasa rosa con agua de mar y una pizca de sal fina, no es
menos para bajar la vela; cIertamente el aliño ideal para nuestras piezas de acastillaje.
• hay que contar con la posibilidad de izar por lo menos un tormen- Hay que hacer desaparecer del barco las grasas corrientes, el sebo y
tín en caso de avería. otros productos clásicos, pues forman una emulsión con el agua de
mar y/o retienen la arena y el polvo.
Elección y mantenimiento del acastillaje En la actualidad, podemos engrasar casi todo con un poco de aceite
La variedad de las piezas que forman el acastillaje es infinita, aparecien- muy fluido; como éste suele durar poco, es mejor utilizarlo frecuente-
mente (cada quince dias) y en pequen as cantidades.
do a diario nuevos modelos en el mercado. ¿ Cómo elegir? Podemos
hacerlo considerando los siguientes criterios:
• la resistencia,
• la fiabilidad,
• el peso,
• el precio,
• la compatibilidad de los materiales entre sí y con sus soportes,
• el esfuerzo real que deben sufrir,
• la experiencia del proveedor y su red de distribución, tanto nacio-
nal como internacional,
• la adaptación a su función,
• la facilidad de mantenimiento ...
Para desmontar un güinche hay que
Estas piezas pueden fabricarse en aleación de aluminio anodizado, coloca r un biombo (que no se ve en la
acero inoxidable, bronce, plástico. Celaron, Duratron, Delrin .. fatal y un paracaidas ipues nunca se
No hay que olvidar la acción galvánica sobre las mismas, sobre todo sabe lo que pu ede ca e r o saltar de esos
si utilizamos aleaciones de cobre que esten junto a otras que tengan artilugios !...
296 El barco
La jarcia 297

También podemos utilizar grasas que contengan lubricantes sólidos, Para enzunchar, se unen los extremos de dos perfiles metiendo por
como el bisulfuro de molibdeno, para las piezas mecánicas que no es- dentro de ambos otro perfil de un diámetro algo inferior, es decir, un
tán al aire libre (güinches o piezas del timón) y los tensores. Una vez eli- zuncho. Después se atornilla o se remacha esta pieza a los dos perfiles
minados los restos de grasa antigua las engrasamos ligeramente (con principales; también se suele pegar (con Aral dit) para evitar el más mí-
un pincel, por ejemplo). Basta con hacerlo una vez al año. nimo desplazamiento, pues de otro modo los patines y la relinga de la
También podemos engrasar cualquier tipo de carril con grasas a ba- vela no podrían circular por dentro del carril o canal.
se de silicona, pero si el deslizamiento se lleva a cabo sobre plástico. re- la unión por soldadura se utiliza cada día más, pero debe realizarla
sulta más eficaz limpiarlo bien con petróleo de quemar. un profesional, pues requiere un material muy específico. Y lo mismo
Resulta muy útil llevar a bordo un liquido especial para desbloquear ocurre con las reparaciones.
piezas, por si hemos tardado mucho en engrasarlas. Pero, ¡ojo! pues
aunque lo mencionemos en este apartado. no es un lubricante.

Las reparacion es
Con los medios que llevamos a bordo, no podremos hacer gran cosa,
excepto si disponemos de las piezas de repuesto adecuadas o del con-
A
junto completo para montarla. Es necesario trabajar en el interior de la
/;";~~----....-.....--........
cabina. En caso de que no sea posible, podemos hacerlo fuera siempre
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que taponemos los imbornales de la bañera y que coloquemos unas lo- ,


nas para evitar que las piezas puedan caer por la cubierta o saltar por l~~..... . -: : . . ---:.~
::::::.="'::: --

los aires, como en el caso de los muelles de los güinches. Esta misma
,
precaución debemos tomarla incluso en puerto.

e El enzunchado consiste en
Las perchas en sambl ar dos p erfi les A y B
Las perchas de metal introduciendo por dentro de los
En la actualidad casi todas las perchas son metálicas. Los metales que mismos un perfil de un diámetro
: ""'",=="c::/'
se utilizan con mayor frecuencia son aleaciones a base de aluminio (A) ligeramente inferior, e, pegado
y de magnesio (G). Como por ejemplo, la aleación AG4 (el 4 indica el
B :
,, y despues so ldado, remachado
porcentaje de magnesio, en este caso 4 %), a menudo completadas con ", o atornill ado, segü n se muestra
manganeso y cromo ... en el dibujo.
También se fabrican palos de titanio, pero la utilización de este me-
tal todavía no ha pasado de la fase de experimentación.
Mantenimiento. las perchas de aleación ligera casi no necesitan
la mayoría de las perchas de AG se fabrican por extrusión, siendo en

L un principio, tubos de perfil continuo. ~stos pueden estrecharse para


conseguir un peso menor en la parte alta, mejor perfil aerodinámico y
mantenimiento, sobre todo si están anodizadas.
la anodización es un tratamiento superficial realizado en fábrica que
impide que el metal se oxide. Esta propiedad se destruye en los puntos
una flexibilidad diferente.
en los que la percha ha sido mecanizada, soldada o desgastada; tam-
También se fabrican perchas con chapas que se unen por soldadura.
bién se destruye por oxidación eledrolítica. De ahí que sea muy impor-
Esta técnica se utiliza para los palos de grandes dimensiones o para
tante no hacer demasiadas reparaciones en las perchas y protegerlas
perfiles especiales diseñados para barcos de regata .
contra el desgaste y la acción galvánica. Las perchas que no estén ano-
dizadas deben pintarse igual que los palos de aluminio.
Su construcción. la longitud máxima de un perfil (tubo que sirve
para fabricar la percha) no suele sobrepasar los 15 metros, por razones
Siempre que sea posible, dejaremos el barco arbolado durante la in-
de coste y de transporte. Para obtener un palo más largo, se ensam-
vernada, teniendo cuidado, simplemente, de separar del palo la jarcia
blan dos perfiles por medio de una unión por zuncho o bien por sol-
Modo de rea li zar el estrechamiento de labor (drizas, poleas, etc) que, al golpear sobre éste, acabaría des-
dadura.
del palo. gastando el tratamiento de la superficie.
la jarcia 299
298 El barco

A veces se sueldan herrajes de AG directamente en el palo. Estas sol-


En caso de que ten gamos que desarbolar, la única precaución im- daduras, al igual que las que se efectúan al ensamblar perfiles, deben
portan te que debemos adoptar es evitar el contacto del palo con el co-
realizarse en talleres especializados.
bre, latón o bronce durante la invernada. Al ser los palos completamente huecos, pueden colocarse en su inte-
rior anclajes para los obenques y las drizas, reduciendo de este modo el
Fijación d e los herrajes. Hay que tener en cuenta el efecto galváni-
revestimiento adicional de su superficie.
co sobre las aleaciones ligeras. Más tarde hablaremos detalladamente
sobre este tema, al tratar sobre los cascos de metal. No se puede fija r
Perchas realizadas con materiales "composite"
cualquier clase de herraje a un palo de aleación AG (aluminio y magne-
El uso de este tipo de materiales se limita a la tabla a vela y a la de alta
sio), debiendo evitar a toda costa los herrajes de metales cobrizos. Sí se
competición. Es el material que se utiliza en mástiles-ala de algunos
Ejemplos de fijaciones de herrajes pueden instalar herrajes de acero inoxidable, sobre todo si colocamos
multicascos. t
en un palo. una lámina delgada de plástico como aislante.
la fijación de los herrajes es mucho más fácil de realizar en perchas
metálicas que en perchas de madera. Para ello se utilizan pernos, rema-
ches y pletinas interiores atornilladas.
Algunos astilleros emplean tornillos Parker, que son similares a los
que se usan en la madera pero que pueden atornillarse en las planchas.
Es un sistema de fijación ba rato pero poco seguro (pues el agujero se
agranda con rapidez debido al efecto galvánico que se produce entre el
tornillo y el palo), y hay que cambiarlos frecuentemente.

El remache encajado

P ara h acer el encaj ad o se utili zan rem aches d e alum inio de 4


ó 5 mm de diám etro (re sistencia a la c izalladura: 4.190 kg Y
5.310 kg) . Es con v eni ente elegir bi en la longitud del remache en
función d e la profundid ad del agujero a remachar. Indicamo s
una t abl a para lo s d os di ám etros y las d os ca li dad es m en ciona-
da s.
Construcción de un mástil-ala para un multicasco d e re gat as.
Rem ach es de alum inio
flecha
Longitud Gro sor Longitud G ro sor
del remache a rem achar del remach e a remachar
enmm en mm en mm en mm Perchas de madera
Las perchas de madera, las más antiguas y clásicas, ya casi no se utili-
6 2,5/3, 5 6 2,5/3,5 zan actualmente. Sin embargo. conviene resaltar aquí las normas de
7 3,5/4,5 - - mantenimiento y reparación, para los apasionados de los barcos anti-
8 4,5/6 8 3, 5/5 guos (ique son cada vez más!).
10 6/7,5 10 5/7
12 7,5/1 O 12 7/9,5 M antenimiento. Los palos de madera no suelen pintarse, sino bar-
- - 14 9,5/11 ,5 nizarse por motivos estéticos. Todos los años. hay que darles cinco o
- - seis manos de barniz para evitar que el agua entre en contacto con la l a flecha de un palo pu ed e
15 10/ 12, 5
madera y la cola. Hay que impregnar bien de barniz el tope y el pie del s er muy grande; la de l
Diámetro 4 mm Diámetro 5 mm palo; pues en caso contrario, el agua podría entrar a presión por los mástil-ala de l Ro ya le era de
dos extremos, y podría pudrirse y despegarse. más de 2 metros.
300 El barco
l a jarcia 301

Los palos viejos pueden recobrar su buen aspecto original si los cepi-
El palo
llamos un poco. Pero, evidentemente, no podremos hacerlo más que
Elegir un palo es una cuestión de profesionales, y no resulta rentable
dos o tres veces.
hacer bricolaje con esta pieza. Colocar un palo demasiado grueso es
Los palos o botavaras de madera deben guardarse siempre sobre un
casi tan malo como instalar uno pequeño. Por esta razón no estaría de
soporte bien recto, en un lugar seco y aireado, para que no se defor-
más aprender unas cuantas nociones prácticas.
men. Hay que colocarlos sobre la única parte recta: el carril.
Los herrajes que se fijan al palo no deben tener ningún juego, sobre
todo los del pie del palo, pues en caso contrario corremos el riesgo de
Fijación de los herrajes. La fijación de los herrajes a las perchas de-
que esta zona se ensanche de la manera más tonta igual que el extre-
be hacerse con mucho cuidado, al ser la madera blanda.
mo de un espárrago cocido. Cuando esto sucede, sólo existe una solu-
Pueden utilizarse dos sistemas de fijación:
ción: desmontarlo, limpiarlo, cortar la parte "cocida" y volver a montar-
• el tornillo de madera, que aguanta bien si es largo y grueso, pre-
Las perchas son huecas. Los herrajes lo, pegándolo con Araldit, atornillándolo o "encajándolo" fuertemente.
sentando una mayor resistencia a la cizalladura que al desgarro.
no se pueden fij ar má s que en los sitios Si vuelve a ocurrir hay que soldarlo.
• o el perno, muy resistente a la cizalladura y al desgarro.
donde h ay camisas.
En principio los herrajes deben fijarse en el lugar donde están colo-
cadas las camisas y hacer que los tornillos trabajen contra la ciza lladura.
Siempre que podamos, reforzaremos los tornillos con pernos, debiendo
utilizarlos obligatoriamente cuando la pieza deba oponer resistencia al El perfil adecuado
desgarro.
De modo general, es conveniente pensárselo bien an tes de hacer un
agujero cualquiera en el palo con la taladradora. Pues cada agujero lo
debilita un poco más y aunque volvamos a taponarlo, las fibras de la
E l estudio de un palo es cuestión de profesio na-
les, pero en lo que respecta al v uestro , debéis
conocer los datos sig uientes:
madera quedarán cortadas. • el tipo de aleación,
Estos agujeros representan posibles entradas de agua, por lo que de- • la s cotas y el grosor del perfil ,
bemos impregnar de barniz la parte interior de los agujeros de los per- • la inercia transversal (xx') en cm 4 ,
nos y untar con bastante sebo los tornillos de madera. • la inercia longitudinal (yy') en cm 4 ,
Para taponar un agujero inservible no hay que introducir una clavija • el peso por m etro.
demasiado grande, ya que al hincharse haría estallar la madera.
En caso de producirse un a desa rbo ladura en el
extranje ro, por ejemp lo, el conocim iento de est os
Reparación. En las perchas de madera todas las reparaciones se ha- parámetros os servi ría para poder elegir un palo
Empalme cen con spruce y las piezas se ensamblan con cola. No se deben utilizar de la s existencias de un proveedor loca l, co n el
Para reparar un carril rajado o nunca tornillos ni clavos. mínimo ri esgo de error. También os serviría para
arrancado (del palo o de la botavara), Para encolar dos piezas extremo con extremo, se hace un empalme elegir un p erfil más flexible o más rígi do, en el
hay que: (ensambladura en bisel con una inclinación aproximada del 10%). plano xx' o yy', segú n el re sultado que pretenda -
• introducir un sa ble en e l carril para
mos alcan za r, manteniendo al mi sm o ti empo un
peso similar de m etal por metro. Esto representa
pOder colocar otra vez e l trozo
el parám etro de la resistencia de l pa lo (q ue no
a rrancado en su s itio o para s ujetar
hay que confundir con la in ercia superficial, que
la parte rajada;
es el parámetro de la dureza).
• pegarlo;
• asegurarnos qu e la pieza ajus ta En e l dibujo de al lado mostram os algunos
perfectamente V enro llar a lrededor de ejemplo s de los perfiles de pa lo má s corrientes;
la percha un cabo de nylon de 1 a 2 El prim ero corresponde al palo de un deriva- 4
milimetros de diámetro. Después hay dar, el seg undo a un barco de 7 a 8 m etros de es-
que apretar fu ertem e nte dejando una lora cuya mayo r t endría la relinga adaptada al carril del palo. El tercero co rresponde a un. palo
sepa ración de un ce ntím etro entre cada
de ~n barco de unas 10 ton eladas con enrollador de mayor de grátil in stalado en su inte rior, y
vuelta.
el cuarto es un perfil si milar al del palo aerodinámico de los cat amara nes.
302 El barco La jarcia 303

Las crucetas La botavara


Deberán ser delgadas al mismo tiempo que resistentes, sin revestimien- La botavara debe ser ligera por las dos razones siguientes: está coloca-
to adicional, y también ligeras, al estar colocadas muy alto. Todas las da muy arriba y su movimiento, sobre todo al trasluchar, fatiga bastan-
crucetas deberán fijarse sólidamente a los cables que éstas separan del te la jarcia (y a veces también nuestra cabeza). Pero tampoco hay que
palo, pero esta fijación será muy diferente según se trate de un oben- exagerar, pues a pesar de todo sufre esfuerzos nada despreciables; en
quilla o de un periférico. la ceñida cuando la escota de la mayor está muy tensa, esfuerzos de
Cuando separan un obenquillo, éste mantiene la cruceta en la posi- compresión cuando cogemos rizos, y esfuerzos de flexión cuando tras-
ción adecuada, pudiendo articularse su base. Esto resulta conveniente luchamos o tensamos la trapa.
Esta es una amarradura de fortun a que
en el caso de que el palo sea algo flexible; debiendo frenar el movi- Algunos barcos de los años setenta tienen botavaras flexibles que
se puede realiza r en cualquier tipo de
miento de la cruceta para que no se mueva demasiado cuando está a absorben el embolsamiento de la vela. Hoy dia ya no se utilizan al ha-
crucetas. Se ha ce igual qu e e l forro de
sotavento. berse encontrado soluciones más sencillas con el mismo resultado.
una gaza cosida.
En el caso de que separen un periférico, es necesario que las cruce-
tas se mantengan en la posición correcta por medio de su base, y que El tangón
no tengan juego alguno, aunque el palo sea flexible. Por este motivo El tangón es la percha que sirve para amurar a barlovento el puño de
los herrajes deberán ser muy sólidos y estar bien fijados. amura del spi o el puño de escota del foque en rumbos portantes. El
extremo que se fija al palo se llama talón o coz y el otro te r m in al o
boca.
La cruceta esta perfectamente Los tangones tienen que soportar enormes esfuerzos de compresión
inmovilizada sobre e l obe nque. l os y al mismo tiempo deben ser ligeros por razones de facilidad de manio-
tornillos a prieta n e l ca ble V los bra y de seguridad, al estar colocados casi siempre a la altura de la ca -
casqui llos colocados encima y debajo beza de los tripulantes. Esta percha volante, se escapa fácilmente y hay
im p iden que ésta suba o baje (una de que afirmarla al barco por medio de su retenida.
las dos cosas basta). l a arandela Ya sea de madera, metal o plástico, la forma ideal del tangón es la
colocada e ncim a de la c ruceta evita que de huso. La única ventaja que tienen los tangones cilíndricos es su faci-
las vela s se e nganche n e n su extremo. lidad de fabricación y como consecuencia su precio.
Por lo general se suele elegir un tangón de la misma longitud de la
base del triángulo de proa; es, además, la longitud normal que se em-
plea para las regatas.

I
I
El Jockey Pole (separador de braza)
Este pequeño tangón sirve para separar la braza del spi en el sentido de
------d los obenquillos cuando ésta se encuentra completamente cazada a la

~
1. Braza del spi.
I contra. Sirve para reducir el esfuerzo y el desgaste que se efectúa sobre
I 2. Tangón.
la braza. Como suele perderse con asombrosa facilidad, resulta indis-

~
3. Jockey-pole, o separador de braza.
pensable sujetarlo con un cabo al pie del palo.

LAS MANIOBRAS FIRMES


Las maniobras firmes son de cable de acero o Kevlar. Sobre ellas recae
la sujeción principal del palo, siendo conveniente prestar mucha aten-
1. Cruceta articulada de eje vertica l. Es la solució n más satisfact ori a para los obenquillos, en cuanto a l aspecto mecá nico. ción al elegirlas y mantenerlas en buen estado. No se puede suponer
2. Cruceta empotrada. Es la única solución pos ible para los rombos y otros cab les perifé ricos, y además la más frecuente . que" deberían aguantar" , sin correr un grave riesgo. La preparación de
3. Cruceta para derivadores. Se puede regular e l ángulo qu e form a la cruceta con la linea de crujía del barco. la muestra es tarea de los profesionales, pero el montaje y el manteni-
4. Cruceta de articula ción horizonta l: su única venta ja es a la hora de gua rdar e l palo e n invierno. miento deben correr a cargo del navegante deportivo.
304 El barco la jarcia 305

Obenques y estays Si se rompe un alambre de un obenque, no hay ningún problema, lo


Suelen ser de cable de un solo cordón y deben estar articulados en los cambiamos y ya está. Pero por lo general, un obenque que ha sufrido
puntos de fijación superiores e inferiores. Puesto que en algunos rum- una sobrecarga únicamente presenta señales de constricción, es decir
bos están flojos. las articulaciones deberán ser amplias. Por ejemplo, que algunos alambres se han alargado más allá del límite de su elastici-
una abrazadera de un estay de aparejo fraccionado no es una articula- dad y sufren una deformación permanente.
ción suficiente, pues el cable se romperá por el casquillo después de
navegar durante algunas millas en rumbos portantes. Estos puntos de constricción suelen aparecer normalmente a la altu-
En las maniobras de Kevlar, este problema de las articulaciones dis- ra de los casquillos, en los lugares donde el cable deja de estar martiri-
minuye considerablemente. zado por el forjado (donde el metal está más brillante). Hay que tener
Para reglar el aparejo, se alargan estas maniobras por medio de ten- buena vista para verlos e incluso a veces resu lta imposible si el casquillo
sores, pletinas con agujeros o amarraduras. lleva una moldura en la salida del cable.
Utilizaremos la pletina con agujeros siempre que podamos, es decir
cuando el reglaje final se realice con otra maniobra, como en el caso Otro medio para detectar el desgaste consiste en probar los cables,
del estay del foque en los barcos en los que éste se tensa con el ba- ejerciendo sobre éstos una tracción similar a la carga máxima admisible
questay o las burdas; o en la obencadura de los catamaranes pequeños (un poco menos que el límite de su elasticidad). Si después de la prue-
y derivadores en los que se tensa con la driza del foque. ba, el cable sigue teniendo la misma longitud, es que está bien; de otro Constricción Obenque

Si deseamos que los obenques tengan cierta elasticidad utilizaremos modo, significa que uno o varios alambres se han roto, y el cable ya só- en un alambre que ha sufrido

la amarradura, por ejemplo en los obenquillos de barcos pequeños de lo sirve para tirarlo. d e obenque. un golpe.
jarcia flexible.

Para la gran mayoría de las maniobras, es preferible utilizar tensores.


y si podemos elegir, lo mejor es instalar un tensor que no esté directa- MANIOBRAS DE LABOR
mente engastado en el cable; pues su mantenimiento es menos caro y
los tensores y los cables se estropean menos por torsión, al existir una
Las drizas
articulación adicional. El inconveniente que tiene el tensor es que se Una driza debe ser:
enganchan un poco más las escotas. • ligera para no sobrecargar la parte alta del barco;
• delgada para no exponer demasiada superficie al viento; su re-
Burdas y otros obenques móviles sistencia aerodinámica es muy grande, sobre todo si no está pegada
Conviene que sean de cable de obenque (6 + 1 T de 6 + 1 F) o de cable al palo o dentro del mismo; una driza que esté separada 5 cm del pa-
flexible (6 + 1 T de 19 F); si son de un solo cordón o de Kevlar, se sue- lo produce el mismo efecto aerodinámico que un palo 5 cm más
len romper enseguida a la salida de los casquillos. grueso;
• lo menos elástica posible, para permitir una orientación adecuada
El reglaje de estas maniobras requiere hacer una gran fuerza sobre y exacta de las velas.
una longitud muy pequeña, y una elasticidad casi nula. Si la jarcia es rí- Sólo hay un material textil que no se estira prácticamente nada: el
gida lo mejor es utilizar la palanca, que ejerce una gran potencia, consi- Kevlar. Su resistencia y su peso (in ferior al del acero) hacen que sea
guiéndose siempre el mismo reglaje. Y si es flexible, podemos recurrir a ideal para fabricar drizas. Pudiendo utilizarse el mismo tipo de instala-
los aparejos de Tergal reenviados a un güinche. la elasticidad de todo ción en un Vaurien que en un barco de 18 metros.
los cabl es de acero inOlcidable su elen el cabo nos proporciona una cierta comodidad en la maniobra, aunque Por el contrario el cable de acero está indicado para los barcos gran-
rompers e al nivel d el casquillo. Cuando la elasticidad del aparejo sea casi nula. des y el Tergal para los pequeños.
aparecen en esa zona pequeños
achatamientos quiere decir que es hora Desgaste Drizas tota lmente textiles o totalmente de acero
de ca mbia r e l obenqu e, pues ya está Es la instalación más sencilla y casi siempre la menos cara; hay que dis-
El desgaste de una maniobra firme casi nunca es eviden te antes de que
parcialmente roto. Si además hay poner de un medio de tensado adecuado y es necesario que la roldana
se produzca una rotura brusca, que además, nunca sucede en puerto.
grietas es que e l propio casqu illo del tope y eventualmente los reenvíos del pie del palo estén adaptados
Por esta razón hay que buscar estos puntos de desgaste, a pesar de la
est á a punto d e romp erse. dificultad que esto entraña. al cabo.
306 El barco La jarcia 307

En el fondo de la po lea la roldana debera tener un d iametro


por lo menos igual a 8 veces el de la driza de Terga l, 12 veces el
de la driza de Kev lar y 22 veces el diámetro de la driza de acero .

Drizas mixtas de acero-textil


La unión entre la parte metálica y la parte textil puede realizarse de dis-
tintas maneras:
• hacemos un ayuste mixto (en inglés tailsplice) con acero y fibra
textil. Es el sistema más fácil, pero no el más barato. A continuación pa-
samos el ayuste por todas las poleas necesarias;

• tanto el extremo metálico como el del cabo llevan un guardaca-
bos, que se unen por medio de un grillete;
Cuando e l foque esta a rriado, • el guardacabos del cabo textil se ayusta directamente en el guar-
debemos poder coger e l cable. da cabos del cable (esta unión no se puede desmontar).
Estas dos últimas soluciones no se pueden realizar más que cuando
la driza se afirma al pie del palo.

Apa rejo si mplificado


• La parte t extil : La driza textil, debe ser lo bastante larga como
Para rea liza r el ayuste,
para poder afirmarla cómodamente a la cornamusa cuando la vela está
cosemos los tres cabos El s istema que más
arriada (a la hora de elegirla no hay que olvidar que los cabos suelen
forma ndo un triángulo, se utiliza para tensa r
encoger un 10% con el uso).
como se indica en el dibujo . una vela.

• La parte de metal : El cab le debe ser lo mas largo posible, pues


de esta forma aprovecharemos al máximo su poca elasticidad, una cua- • El aparejo. Se coloca al pie del palo. Está indicado para las drizas Si se estropea un güinche. podemos

driza,
textiC ~~~~¡;:l~ lidad evidente para tensar las velas. Incluso en los casos en que esté
unida a la driza textil por medio de un ayuste mixto, y si disponemos de
de la vela de proa. Se iza a tope y se da una vuelta a la driza en la cor-
namusa. Con la polea de gancho del aparejo colocada en el grillete ad
cons t ruir un a parejo" .

un güinche al pie del palo, podemos tensar la vela directamente tiran- hoc, lo tensamos y después damos una vuelta a la tira sobre la misma ... con una boza y un nudo de

do del cable, para lo cual bastara con dar dos vueltas sobre el güinche. cornamusa, por encima de la driza. Al utilizar una sola cornamusa evi- aboza r, que resulta muy útil para
En cualquier caso, nunca debe afirm arse el cab le a una corna m usa. tamos hacer una falsa maniobra al arriar la vela. s ustit uir un güi nche estropeado o
Cuando e l foq ue está iza do, e l cab le
Para no perder la polea de gancho, es conveniente hacer una lasca para mante ner la vela arriba
no debe llegar a la cornamusa.
Medios para tensar las drizas en el extremo de la tira. mie ntras hacemos un ayuste mixto.
Existen muchos, entre ellos los siguientes: Este sistema está desapareciendo. A veces podemos utilizar un apa-
• El güinche. Es el sistema más sencillo y el que más se utiliza. Está rejo para reemplazar un güinche estropeado. Sustituimos el gancho por
indicado para barcos de todos los tamaños, para cuaíquier sistema de un cabo textil de 1,5 a 2 metros, y lo afirmamos a la driza con un nudo
drizas y para todas las velas. Podemos equiparlo con un mecanismo de boza, sea cual sea la naturaleza o composición de los cabos.
autocazante, pero en este caso hay que tener cuidado, pues al izar la
vela con este sistema se ejerce una fuerza enorme y si se engancha • El apa rej o simplificado . La parte textil de la driza se monta de
algo (un mosquetón colocado al revés o una relinga mal enfilada) po- modo que podamos construir un aparejo cuando la vela está izada.
demos estropear seriamente una vela sin darnos cuenta. En cuanto alcanzamos el guardacabos, cogemos el cabo por el punto
P para hacer una gaza, pasándola por debajo de la cornamusa, y a
continuación tensamos tirando del chicote de la driza. Cuando baja-
Tambié n puede instalarse e l güinche
mos la vela, hay que aflojar un poco la driza y quitar la gaza de la
e ncima del tambucho co locando una
polea de reenvio al pie del palo, para
cornamusa, sin dejar que se escape toda la driza por el guardacabos.
Este sistema se utiliza con foques de hasta 10 metros cuadrados
poder maniobrar la driza desde la
bañera.
aproximadamente.
308 El barco La jarcia 309

• El ca rretel. Está indicado para las drizas de mayor totalmente de Modos de unir la driza a la vela
metal que suelen llevar los barcos mayores de 12 metros. Si la instala-
ción es la adecuada y enrollamos bien el cable con vueltas muy juntas,
Para realizar esta unión, necesitamos algún sistema rápido y que sea ::1.:
imposible de perder.
el sistema es bastante cómodo, aunque poco común. Después de al- El más sencillo es el llamado mosquetón de driza. Se monta, hacién-
gún tiempo, la última vuelta de la driza se suele quedar mordida entre dolo prisionero de la gaza de la driza, y afirmándolo con un grillete blo-
las anteriores y es necesario soltarla al arriar la vela. Para que este siste- queado. Aunque sintamos la tentación de ponerle un cabito de aper-
ma funcione, hay que utilizar un cable que no esté deformado; si éste tura no debemos hacerlo pues podría engancharse en la jarcia y hacer
se deforma con rapidez, es que es demasiado grueso; es mejor utilizar que el mosquetón se abra.
uno delgado y además el aparejo será más resistente. Por lo general al no poder meter un mosquetón por el ollao de la ta-
1. Ba jando la botavara con la mano.
bla del grátil lo que hacemos es enganchar un grillete con pasador y és-
• Tensado por la p arte inferior. Se suele utilizar en las mayores. te a un mosquetón imperdible.
Izamos la vela a tope, damos una vuelta a la driza en la cornamusa y En los derivadores, basta con un simple gancho, lo cual resulta inte-
enganchamos el puño de driza al g ancho, que podemos manejar a dis- resante pues disuade totalmente a los posibles rateros.
tancia y que sirve para colgar la tabla del grátil del tope del palo. A Instalación de un a parejo a la in glesa
continuación podemos tensa r de tres maneras distintas: El recorrido de las drizas en un, d,;,. te"';! .
- bajando la botavara con la mano y bloqueando el pinzote en su Siempre que sea posible, conviene aparejar las drizas con poleas orien-
tintero (barcos pequeños);
tables, mejor que con roldanas con cajera. De hecho, puede que nos
- bajando la botavara con un aparejo o un güinche; veamos obligados a utilizar estas drizas para otras operaciones distintas
2. Con un aparejo que también - por medio del ollao del Cunningham. De este modo podemos ten- del izado de las velas. Por ejemplo, para amarrar un barco al muelle al
podemos reenviar a la bañera . sar un grátil demasiado largo (tanto de mayor como de foque). Es un varar, o para rescatar a un hombre del agua.
sistema utilizado especialmente en regatas, cuando lo que pretende- Los reenvíos de las drizas exteriores deben pasar por delante de
mos es disponer de la mayor superficie de las velas. las crucetas, pues si pasan por detrás se engancharán con la mayor
al navegar en rumbos portantes y ya no podremos maniobrar las
• A p arejo a la inglesa. Este viejo sistema todavía se utiliza en los velas.
barcos grandes. Se iza con la dri za t extil (aparejo de 2 guarnes) y se En muchos barcos modernos, las drizas pasan por dentro del palo.
3. Utilizando e l o llao d e l tensa con el aparejo a la inglesa (aparejo de 2 guarnes sobre firme): Este sistema presenta la ventaja de reducir la resistencia aerodinámica y
Cunningham y un reenvío 2 guarnes x 2 guarnes = 4 guarnes despejar la jarcia. Es el único sistema posible cuando se utilizan palos
a la bañera .
flexibles. pues de otro modo las velas se aflojarian al combarse el palo.
Pero también tiene sus inconvenientes pues es necesario emplear una
driza toda textil o toda de acero; si utilizamos una mixta hay que hacer
un empalme tipo ayuste mixto o tail splice; debiendo cambiarla antes
de que se rompa.

Modo de su stituir una driza interior. Primero hay que sustituirla


por un em isari o, cambiando después éste por la nueva driza.
Volver a pasar una driza interior rota en principio es muy sencillo.
Hay que subir al palo. y meter por el agujero del tope un emisario que
Drizas mixtas de acero-t extil . sacamos por el agujero del pie con un gancho. Afirmamos la nueva dri-
Para que la parte inferior del cable esté za a este cabo y la izamos.
s iempre a la misma alt ura con relación Lo más difícil es conseguir que el emisario baje por el palo sin enre-
a la cornamusa, al aparejo o al güinche. darse con las demás drizas. Con este motivo, las tensaremos a tope uti-
hay que afi rmar una alargadera lizando un cabito fino como emisario, por ejemplo un seda l con un plo- En un pa lo fl exible, las drizas deben

I '---- -11-----'-----'----'
metálica al puño de driza
(eventua lmente al puño de amura) de
mo muy pesado en su extremo. Luego, dejamos caer el plomo de gol-
pe, para que baje lo máximo posible en línea recta. Nunca se sabe si
pa sar por el interior de l palo; pues
en otro caso. al combars e éste s e
cada uno de los toques pequeños. vamos a lograrlo, y dos drizas metálicas enredadas se desgastan ense- aflojarian, d est e nsandose las velas.
310 El barco
La jarcia 31 1

guida al rozar una con otra y con la pared del palo. Incluso pueden lle-
A lgunos casos típ icos de desgaste. Si aparecen flecos a la altura Una d ri za e nrollada
gar a cortar los pernos de fijación de los herrajes. Al final de la tempo-
del casqui llo es debido a que el ca b le es demasiado débil y hay que alrededor del estay
rada es conveniente desarbolar el palo y comprobar que todo está claro
cambiarlo por otro de sección mayor. atrae a los fl ecos.
en su interior.
• Si aparecen flecos en un trozo bastante grande, en particular en la
mitad de la driza, seguramente es porque roza con un herraje del aparejo.
¿Dónde afirmar las drizas? Normalmente suele haber güinches y • Si observamos flecos en la driza del foque, a unos 20 Ó 30 cenli-
cornamusas al pie del pa lo. Aunque algo pasada de moda, esta disposi- metros del puño de driza, probablemen te será porque hemos manio-
ción es sin duda alguna la mejor, pues se producen menos rozamientos brado con la driza enrollada alrededor del estay.
y es más fácil izar las velas, con lo que habrá menos "espaguetis" en la • Si el cable hace una "S" y está deformado permanent emente, es
bañera. Si nos vemos obligados a llevar los güinches de encima del debido al defecto habilual de la parte de la driza que se enrolla en el
tambucho, lo mejor es izar entre dos tripulantes. Mientras uno iza al
güinche. Esta deformación se produce en el sentido de la maniobra .
pie del palo, el otro caza en la bañera y al final se tensa la driza. Para Por lo tanto, hay que cambiar de método, pues en caso contrario la de-
ordenarlas hay dos soluciones eficaces: colocarlas sobre el suelo de la f ormación se acentuará y el cable acabará por romperse.
cabina o bien dentro de bolsas (que raras veces nos proporciona el asti- Asimismo, hay que saber que aparecerán flecos inevitablemente a lo
llero) que nos molestarán menos si las colgamos en la misma cabina y
largo de todo el cable si éste roza con una cajera inadecuada, cuya rol-
no en la bajada o en la bañera.
dana está mal orientada, o que tenga un diámetro demasiado pequeño.
En este último caso el cable formará un tirabuzón. Hay que utilizar
¿ Cuánta s dri zas lleva remos? Una driza puede romperse, pero lo un cable más flexible o de un diámetro in ferior; cam b iar el diámetro de
más frecuente es que se suelte. ¿Qué podemos hacer cuando esto ocu- la roldana o pasarnos al Kevlar instalando una roldana apropiada .
Dos maneras de fi jar un emisario
rre y no podemos volver a utilizarla? Evidentemente podemos llevar
a una driza para izarla por el interior
una de recambio. También podemos utilizar un amantillo de mayor co- Dri zas de repuesto. Puesto que el desgaste es inevitable, resu lta
de un palo.
mo driza, emplear la driza del spi para el foque y colocar astutamente conveniente llevar a bordo, por lo menos en crucero, algunas drizas de
el amantillo de tangón para la trinqueta. En las grandes travesías con- recambio. En lo que respecta a las metálicas, es convenient e:
viene llevar una segunda driza de foque. • disponer de un cable de acero un poco más largo que la driza me-
tálica más larga que tengamos a bordo, con una gaza en uno de sus
Desgaste de las drizas extremos. Cuando vayamos a utilizarla, la cortaremos en la longitud
La driza textil no se desgasta en todos sitios por igual. Los principales adecuada y haremos la segunda gaza con un terminal desmontable o
con dos abrazaderas, formando un ayuste;
puntos de deterioro son los puntos de tensión cuando las velas están
orientadas (la roldana en el tope del palo y la cornamusa o güinche al • si hemos comprobado que las poleas eran demasiado grandes,
podemos ut ilizar provisionalmente una driza de recambio cien por cien
pie del mismo), y los herrajes sobre los que golpean las drizas, tanto en
puerto como en la mar, dentro o fuera del palo. Hay que luchar sin tre- texti l (si es posible de Terga l preeslirado);
gua contra este tipo de desgaste. Un medio eficaz es aislar el palo para • también podemos disponer de una driza de recambio totalmente
evitar el rozamiento en su interior. preparada, para cada vela.
Podemos ahorrarnos mucho dinero si al salir llevamos una driza muy Los cables que se guardan a bordo deben engrasarse y embalarse en
larga; de este modo podremos acortarla para eliminar o desplazar los un paño bien engrasado.

o
puntos de desgaste. También podemos colocar de nuevo la driza cam-
El miedo a los flecos
biando de lugar sus extremos, de este modo al var~ar el punto de ten- Las escotas es el principio de la
sión las partes desgastadas ya no trabajarán más. Est á claro que h ay
Las escotas deben ser: prudencia .
que acortar o cam b iar de se nt ido u na d ri za, mucho antes de q u e
• totalmen te texti les; es conveniente que no sean elásticas, pero so-
se vaya a ro m p er. ..
bre todo es importante que se puedan manipular fáci lmente sin hacer-
nos daño;
Para ais la r e l pa lo por dentro s e La driza metálica como cualquier cable de acero es muy resistente • preferen temen te de texli l t renzado, y del " t renzado que va dentro
introduce una lámina d e po lies tireno mientras se manipula de forma adecuada. Pero si se enrolla alrededor de una funda". Pues las escotas son jarcias que se deslizan mucho y
expandido. del estay o si se forman cocas, se rompe enseguida. que rozan en grandes zonas (con t ra los pasamanos, obenques, tenso-
312 El barco la jarcia 313

res, güinches, pintura antideslizante de la cubierta). Los cabos colcha- cuando portan sobre los baby·estays. obenques. tensores, pasamanos y
dos se desgastan enseguida y se deshacen fácilm ente . Los cabos tren- can deleros. Si no podemos suprimi r la causa del desgaste (cambiando
zados con funda son 105 que mejor resisten el desgaste; de sitio un candelero. por ejemplo), intentaremos limitarlo al máximo.
• de un diámetro adecuado, pues estas jarcias están sometidas a es- recubriendo los obenques y tensores con tubos que puedan girar y uti-
fuerzos muy grandes, y a veces enormes. Además, hay que sujetarlas lizando cables con funda en los pasamanos.
bien con las manos. En un barco pequeño aunque las escotas fueran No obstante, el desgaste resulta inevitable en los puntos de retorno
delgadas aguantarían lo suficiente, pero sin embargo se utilizan cabos de las escotas: poleas y escoteros. Podemos limitarlo utilizando poleas
de al menos 8 o, mejor, 10 milímetros de diámetro. bien configuradas que se orienten solas en el plano adecuado, y utili-
zando escoteros perfectamente pulidos y orientados.
Escotas de las velas de proa Hay cubiertas antideslizantes que también son muy agresivas, ya ve-
Modo de fijar dos m edias escota s al
ces resulta conveniente eliminar las rugosidades a lo largo del recorrido
Longitud . La escota de una vela de proa debe tener por cada bordo la puñ o de am ura con dos ases d e guía .
misma longitud que la base del foque, más la distancia que hay entr~ el
más frecuente de la escota. T ambién p ode mo s coser dos gazas
El desgaste se produce normalmente en puntos concretos y la escota
pie del estay y el escotero, más un trozo para maniobrarla. Conviene al guardacabos.
no se deteriora de manera uniforme. Si le damos la vuelta a tiempo,
determinar su longitud in situ. Hacemos un as de guía en el puño de
podemos prolongarle la vida.
escota, y la pasamos por el pie del estay y por todo el recorrido (escote-
ro, reenvío, güinche y cornamusa), dándole 1 metro más para poder
Los chicotes. Cortar las escotas por medio de calor sólo no es sufi-
cogerla, y un 10% por lo que va a encoger. Todo lo que sobrepase de
ciente, incluso si soldamos los chicotes al rojo vivo. Es necesario prote-
esta medida no haría más que sumarse al lío de nudos que forma la es-
ger los extremos de la s escotas con un falcaceado cosido, sobre todo
cota desordenada en la bañera. Si una misma escota sirve para varios
cuando utilicemos escotas textiles trenzadas con funda (pues la trenza
foques, tenemos que medir su longitud con el foque mayor y pasarla
por el mayor recorrido que vaya a efectuar se desliza fácilmente por dentro de ésta). Haciendo una lasca en los
chicotes quedará bien sujeta la funda a la trenza .

. Colocación. Normalmente se utilizan dos cabos idénticos e indepen-


dientes, pero en los barcos pequeños a veces se usa una escota co nti -
Escotas de mayor y de mesana
nua , que pasa por la bañera y cuyos dos extremos se afi rman por dos La escota de la mayor debe ser un aparejo muy resistente, pues sirve
ases de guía al puño de escota (la longitud de esta clase de escota de- para orientar la vela y al mismo tiempo, en · 105 barcos de jarcia flexible,
berá calcularse con el foque atan ganado, añadiendo después 0,50 me- para arquear el palo, tensando como consecuencia el grátil del foque.
tros para cuando vaya floja y un 10% por lo que encogerá). Sin embargo, es fácil aparejar un número de guarnes suficiente para
que el esfuerzo solicitado al cabo sea moderado y menor que el que
Unión escota-foque. La unión de la escota con el foque debe ser li- sufren las escotas de las velas de proa.
gera y resistente. La solución más sencilla consiste en pasar la escota Long itud. Igual que en el caso de la escota del foque, lo más fácil
por el ollao del puño de escota del foque y afirmarla con un ayuste o es medirla in situ. Con la botavara amollada contra el obenque y el ca-
un nudo. Este sistema es el que se suele emplear en barcos que no lle- rro en el centro, debemos tener un buen trozo de escota en la mano,
van más que uno O dos foques, especialmente en los derivado res . añadiendo luego el 10% por lo que va a encoger.
Cu~ndo las mismas escotas tienen que servi r para varios foques, hay
que disponer de una unión desmontable. Los g rilletes y mosquetones Colocación. Para que la escota pueda correr libremente, las poleas
Modo de medir la longitud suelen ser demasiado pesados, lo cual resulta molesto con poco viento deben ser de roldana grande y estar bien separadas unas de otras. Si
de las escotas del foque . y peligroso con viento fresco. Es mejor afirmar cada escota al ollao del hay que instalar una polea con dos roldanas, es preferible una polea de
la longitud adecuada es la de la foque por medía de un as de guía. Estos nudos deben hacerse muy violín que una doble. Las roldanas de una misma polea deben girar en
contraescot a que va desde e l puño cortos pues, en los barcos modernos, el puño de escota del foque mu- el mismo sentido. Y por último, es necesario que todas las poleas pue-
de a mura (con e l foque cazado} hast a chas veces tiene que estar al m ismo nivel de la cubierta y llegar lo más dan orientarse en el plano adecuado, sea cual sea la posición de la bo-
la cornamusa de barlove nto. Co nvi ene cerca posible de la polea de retorno o del escotero. tavara. En la mayoría de los casos la roldana debe estar en el plano lon-
añadir un 10% más. Hay que comprobar gitudinal del barco, según el dibujo de la página siguiente.
qu e se puede apa rejar un foqu e Cuidados para evi t ar el d esgaste. Para que las escotas se desgas- En los barcos en los que se realiza un gran esfuerzo, podemos ver-
a t angonado. ten lo menos posible hay que evitar que rocen, lo que suele ocurrir nos obligados a colocar una escota tan larga que no sabríamos qué ha-
314 El barco
La jarcia 315

Tabl illa de tres agu ·eros.


Descri pción : es una pieza de contrachapado de unos 15 centimetros, con tres

Cuatro maneras de aparejar una escota de mayor. agujeros por los que pa sa el cabo .
Instalació n: en el primer guarne de la trapa . Pas ar e l cabo por e l agujero inferior y

cer con ella en la ceñida. Para que no sea tan larga, podemos intercalar
despues hacer un nudo sencillo, volviendolo a s acar por e l agujero s uperior pa ra
fijarlo al arraigado de la polea de la botavara. Pas amos e l otro extremo de la trapa
/
una rabiza entre la botavara y la polea superior. Pero ¡cuidado con las lIa tira) que viene de abajo por el agujero central .
cabezas! pues esta polea puede ser peligrosa. Funcionamiento: para tensar la trapa hay que tirar del chicot e hacia abajo y pa ra
bloquearla, daremos una vuelta entre la tira y la tablilla. Cuando largamos la driza Barraescota equipada con un carro de
de la mayor, e l aparejo se afloja des haciéndose sola la vuelta , y quedando largado rodillos. Este carrO puede des lizarse
Desgast e. Una escota de mayor se desgasta principalmente al nave-
el aparejo. bajo tens ión y tambien lleva tiras para
gar en ceñida, es decir cerca del firme. Si le damos la vuelta y después
poder maniobrarlo con facilidad
la acortamos, triplicamos su vida.
durante la navegación.

Los chicotes. La escota de la mayor debe estar falcaceada en los dos Trapa de la botavara
chicotes. Sin embargo, no sirve de nada ayustar el firme, basta con ha- Para que una trapa sea eficaz, debe ser resistente y poco elástica. Las
cer un simple as de guía, lo cual permite desaparejar facilmente la esco- hay de todas dases, desde la genial "tablilla de tres agujeros" hasta el
ta para darle la vuelta.
gato hidráulico que sirve de amantillo. Consiste en un simple aparejo
Escota de mayor aparejada de tres o cuatro guarnes textiles, colocados entre la botavara y el pie
largado rápid o. Es absolutamente necesario en los multicascos. del palo. Podemos limitar su elasticidad, con un cabo de Kevlar o con
con una rabiza.
Hay que poder largar la escota corriendo mas que nuestra sombra. El un aparejo muy corto, prolongado con un cable de acero. Puesto que
modo correcto de hacerlo es por medio de una clamcleat basculante, necesitaremos hacer mucha fuerza, hay que reenviar la tira del aparejo
que podrá maniobrar el timonel desde cualquier lugar.
a un güinche; pero hay que tener cuidado, pues la fuerza que se desa-
rrolla es de tal magnitud que puede romperlo todo.
Maniobras especiales En los barcos antiguos, la trapa puede ser un aparejo volante situado
de la mayor en sentido vertical entre la botavara y los puntos fijos de la cubierta (ca-
denotes, cáncamos de sujeción de las poleas del foque, etc). Su objeti-
Reglaje de la barra escota vo sólo es sujetar la botavara hacia abajo en rumbos portantes, y no ar-
Según las dimensiones de los barcos, el reglaje del carro de la barraes- quear las perchas. Barra escota equipado con un carro de
cota de la mayor puede hacerse por medio de: un aparejo por cada rodamientos. la tira de esta maniobra
bordo (dibujo A de la página siguiente) que puede controlarse con un La trapa también sirve como retenida de botavara. Su uso presenta s e ha aparejado lo más sólidamente
güinche; o simplemente por un cabo fijo al carro que se muerde con cierto riesgo sobre todo con viento de popa, pues si el barco traslucha, pos ible. Podemos abrir el plano de l
una damdeat (B). la botavara, al estar sujeta, podría romperse. Para evitar este riesgo, velamen bajo tens ión, pero no
conviene aparejar además una verdadera retenida de botavara. podemos cerrarlo .
316 El barco La jarcia 317

Retenida de botavara El pajarin (o boza de puño de escota)


Es una maniobra volante que instalamos al navegar con viento de popa El pajarín sirve para fija r el puño de escota de la vela al penal de la bo-
y mar gruesa, entre la proa del barco y la botavara, para evitar que ésta tavara.
pase al otro costado. En los barcos de crucero pequeños y en derivadores, un simple cor-
Es importante que podamos largar esta maniobra desde la bañera. dón basta. En los barcos de crucero, conviene poder reglar la tensión
pues si a pesar de todo trasluchamos, el desplazarnos hacia la proa del pujamen de la vela durante la navegación, sin tener que modificar
puede ser un ejercicio de acrobacia, y hay que actuar con rapidez. el rumbo del barco. Se fija al puño de escota un patín y lo tensamos
Afirmamos la maniobra en el punto de fijación de la escota de la con la boza aparejada como una boza interior para rizos.
mayor (así evitaremos que se rompa la botava ra si tras luchamos o si ca-
zamos la vela olvidándonos de largar la retenida), la pasamos por una Bozas O amantes de rizos
polea situada en la proa (la de la contra del tangón, por ejemplo) y de Las bazas de rizos son los pajarines de cada faja de rizos. Deben
vuelta a la bañera donde la afirmamos de modo que pueda largarse de ser lo menos elásticas posibles, aunque sí lo bastante flexibles
modo instantáneo. para poder hacer nudos con ellas; el textil ideal es el Tergal
Una de las mejores retenidas de botavara es la contra del tangón. preestirado. Deberá evitarse el Kevlar si no tienen un radio
de curvatura suficiente.
Amantillo de mayor
El amantillo es una maniobra muy útil en los cruceros pequeños, y tam-
bién muy necesaria en los barcos cuya botavara es demasiado pesada
para que un tripulante solo pueda levantarla con facilidad al efectuar
maniobras con la mayor, por ejemplo para tomar rizos.
Un amantillo debe ser sólido y poco elástico, debiendo soportar sin
ceder el peso de varios tripulantes apoyándose sobre la botavara.
Normalmente suele ser textil , y a veces de cable de acero, pero en En e l puño de escota se pueden utilizar diferen- Este s istema de tensado del pajarin y
este caso, debemos tener cuidado de que el cable no roce sobre la ta- tes clases de bozas de rizos. En los barcos pequeños, de los rizos se puede utili zar en casi
bla del grátil de la mayor; podemos utilizar un amantillo mitad acero se emplea una boza muy sencilla de 2,70 a 3 metros de todos los barcos de botavara metálica .
mitad textil, unido por un ayuste mixto de modo que sólo la parte textií largo, con 105 chicotes falcaceados que enrollamos direc-
esté en la zona de la tabla. tamente alrededor de la botavara. Esta es, además, la so-
El amantillo azul roza co n la tablilla de
Por otra parte, es conveniente que el amantillo sea muy resistente, lución ideal para todos 105 barcos cuando se estropean 105
la mayor. Bastará con instalar una
para que pueda servir como repuesto de la driza de mayor, y también maravillosos aparejos.
polea mayor para evitar el desgaste .
para subir un tripulante al palo, si fuera necesario. En los barcos de crucero modernos, las bazas suelen ir por
dentro de la botavara, y reenviadas después a un güinche en el palo o
Lazy-jack en cubierta. Esta disposición no siempre se puede realizar en barcos an-
Este sistema, d iseñado en un principio para las mayores de sables tiguos. El dibujo de arriba nos muestra un sistema que se puede utilizar
forzados de los catamaranes, se ha extendido enseguida en las velas en casi todos los barcos con botavara metálica.
tradicionales. Tiene la ventaja de que sujeta la vela plegada sobre la
botavara, al arriarla o al tomar un rizo. Consta de dos pies de gallo Los matafiones
instalados a cada lado de la vela entre el centro de la botavara y el Los matafiones son pequeños cabos que sirven para sujetar la parte de
anclaje de las crucetas (ver p. 584 ). Estos pies de gallo deben ser de vela sobrante, cuando se cogen rizos. Al tener que anudarse con facili-
cabo de un diámetro razonable que limite la resistencia aerodinámi- dad se utilizan cordones trenzados o bien cabos afelpados, siendo ex-
ca y suficiente para poder reemplazar ocasionalmente al amantillo. celentes para este fin algunos polipropilenos.
Pueden reglarse por medio de una cornamusa fija sobre la botavara, Los matafiones deben ser lo suficientemente largos como para suje-
pero la mayoría de las veces se ajustan de forma permanente, dán- tar la vela de lado con un nudo llano mordido, siendo su longitud ideal
doles la holgura necesaria para adaptarse a la forma de la vela du- de un metro, aproximadamente.
rante la navegación. Siempre que sea posible, pasaremos 105 matafiones entre la vela y la
botavara y si no, alrededor de la botavara.
318 El barco la jarcia 319

Elástico para sujetar las burdas En barcos mayores, la elasticidad tampoco deberá ser exagerada. Al
Con el fin de evitar que la burda de sotavento (la que no trabaja) roce alargarse la driza hace que el spi cuelgue, lo cual origina un gran des-
contra la mayor durante la navegación, se apareja un cabo elástico gaste a causa del roce con la polea. Por este motivo, conviene utilizar el
para que quede sujeta. Este elástico se trinca en la burda, pasa por Tergal preestirado o el Kevlar antes que el acero. El guiacabos ya no sir-
un escotero o polea situado debajo del anclaje de las crucetas y se ve y hace falta una polea.
afirma en el palo. Su longitud está calculada para que pueda estirarse Esta polea tiene que poder orientarse libremente sin que la driza ro-
cuando la burda está cazada y pueda recoger su holgura cuando está ce contra el estay u otra pieza del aparejo. Lo mejor es utilizar una po-
largada. lea giratoria de eje vertical. En caso de que instalemos una polea volan-
Modo de fijar un matafión sobre la vela te sobre un pescante, es necesario que ésta separe bien la driza del pa-
Conviene que el cabo elástico tenga un diámetro adecuado (lOÓ
y alrededor de la botavara. lo para evitar el desgaste.
12 mm) y sea lo bastante largo con el fin de poder trabajar con él mo-
deradamente estirado. En los barcos grandes, la unión del spi con la driza se lleva a cabo
con un grillete giratorio que permite que la cabeza del spi pueda girar
si la driza se enrosca al izar la vela. En los barcos pequeños, muchas ve-
La maniobra del spi ces es suficiente utilizar un as de guía, si la driza es de Tergal, y un
El spi y las velas de su clale (big boy, Ipi alimétrico ... ) Ion de diltinta mosquetón si ésta es de Kevlar.
naturaleza que las velas de ceñida, lo que justifica que las analicemos Para izar un Ipi de más de 40 metros cuadrados de superficie hay
de forma independiente. que dar una vuelta a la driza sobre un güinche, para poder sujetarla en
caso de que el spi porte demasiado pronto.
Las drizas del spi Lal drizal deberán ler bastante largas, para poder coger el mosque-
La eventual elasticidad de la driza del spi es menOI problemática que la tón en la popa del barco sin soltar el otro chicote, y sin olvidarnos del
de las demál drizas. 10% que tienen que encoger. Instalación del puño de amura del spi
Las más adecuadal para los barCal pequeños son las de Tergal al en un barco grande. la braza se desliza
cien por cien. Pasamos la driza por un guiacabos que es una pieza que La braza del spi por el terminal del tangón ; la contra
le permite orientarse 180". Es preferible el acero inoxidable al pláltico La maniobra del spi lleva dos brazas. Durante la navegación, las dife- está cosida, y sirve al mi smo tiempo de
(pues éste puede cortarse con la driza), debiendo ser la driza de un diá- renciamos llamando braza a la maniobra que está a barlovento y esco- trinca; al no estar el ama ntillo en el
metro considerable y de cabo trenzado, pues el cabo colchado luele ta a la de sotavento. extremo del tangón, la contraescota
enrollarse en lo alto del spi al izarlo. Las brazas del spi deben ser muy poco elásticas y eltar perfectamen- puede colocarse mejor en su sitio.
te configu radas. Lo mejor es utilizar las de fibra trenzada.
En 101 barcos pequeños (de menos de 8 metros) para unirlas al spi
basta con hacer un as de guía. Y en barcos grandes, se coloca un mos-
quetón que puede abrirse bajo carga. El preferible utilizar los que le
abren con un punzón y no poner cabitos de apertura que, tarde o tem-
prano acabarían por engancharse en cualquier sitio dejando escapar el
spi de manera inoportuna.
Las brazas por lo general pasan por escoteros o poleas situadas al fi-
nal de la popa, desde donde vuelven a la bañera . Estal poleas de retor-
no suelen sufrir esfuerzos muy grandes por lo que deberán estar fijadas
sólidamente y ser bastante grandes.
Asimismo, estas maniobras deben ser muy largas, pues, en algunos ca-
sos, el puño de amura del Ipi se coloca en la popa del barco a lotavento,
Con un guiacabos fijo la driza puede
debiendo ser, como mínimo, el doble de largas que la eslora del barco.
Si la pOlea se orienta desca nsando orientarse en todos los sentidos sin Es conveniente disponer de una maniobra ligera de repuesto que
Si el eje de la polea se desplaza mu cho. sobre un eje vertica l, la driza no se roza r nunca. Pero este sistema no nos servirá de escota cuando el viento sea flojo.
la driza del spi ro zara frecuentem ente desgastará nunca pudiendo ser ésta de admite más que drizas totalmente Cuando el spi tenga una superficie mayor de 150 metros cuadrados,
con e l estay. cualquier tipo de material. te xtiles. es mejor contar con cuatro maniobras, dos por cada costado, que servi-
320 El barco l a Jarcia 32 1

Por último hay que señalar que la retenida pu ede desempeñar un


papel auxiliar no exen to de interés. que es servir de trinca del tangón ..
Para ello basta con afirmarla de manera fija y así no tendremos miedo
de perderlo; eviden temente. siempre que no nos olvidemos de hacer
una lasca en el otro chicote de la retenida, pues en caso contrario per-
deríamos todo al mismo tiempo.

El amanti ll o del tangón


La función del amantillo es principalmente sujetar el terminal del tan-
gón en el momento de izar y de arriar la vela (cuando el spi está en el
aire es cuando el tangón más necesita que lo sujeten por debajo).
Con spis de menos de 15 metros cuadrados, esta función la puede
desempeñar un simple cabo elástico y uno resistente bastaría también
para spis de hasta 30 metros cuadrados.
Con spis mayores, habría que utilizar un amantillo textil de un diá-
metro suficiente para poder manejarlo con la mano.
Igual que ocurre con la retenida, el amantillo puede aparejarse de
--~
tres maneras diferentes: en el centro del tangón o sobre un pie de gallo
Este aparejo es su fi ciente para spis de Con spis mayores, el ama ntil lo En caso necesario, y co n spis de 20 a
en spis pequeños, y en el terminal cuando el spi es mayor. Según se
menos de 20 metros c uadrados. y la retenida deberán afirm arse 50 metros cuadrados aproximadamente.
muestra en los dibujos anteriores, en los dos primeros casos, la polea
al terminal del tan gón. el tangón puede llevar un pie de ga llo .
del amantillo debe colocarse debajo del anclaje del baby-eslay, y en el
tercero, hay que ponerla encima de los estays intermedios. De este mo-
rán indistintamente de braza o de escota. Las dos maniobras de un do, en todos ellos, podemos pasar el tangón de un bordo al otro sin te-
mismo bordo serán independientes e irán reenviadas a puntos diferen- ner que desaparejar ni el amantillo ni la retenida.
tes (situados uno tras otro), lo que nos permitirá trabajar con la que Cuando vayamos a utilizar dos tangones, resulta evidente que hay
mejor nos convenga, según las circunstancias. que disponer de un amantillo en cada bordo.

La retenida del tangón La maniobra del ta lón del tangón


Esta maniobra sirve para evita r que el tangón se arbole. En los derivadores y pequeños cruceros, el lalón del tangón eSlá fila
Según las dimensiones del spi, puede instalarse de tres maneras dis- en el palo y no puede reglarse hacia la parte superior de este último.
tintas. En los barcos pequeños (spis de menos de 20 metros cuadra- Los barcos algo mayores disponen ya de un ca rril , equipado con un
dos), la retenida se afirma en el cenlro del langón, pasa por el pie del carro que se maniobra con la mano y que se bloquea con una clavija.
palo y llega a la bañera. Con spis de 20 a 50 melros cuadrados, el tan- En los barcos más grandes, no se puede mover el talón del langón a
gón sufre un esfuerzo mucho mayor, y hay que afirmar la retenida con mano, empleándose una maniobra. Ésta va afirmada a la coz del tan-
un pie de gallo; así el tangón no trabaja más que con fuerza de com- gón, pasa por una polea colocada en la parte superior del car ril y vuel-
presión y corre menos riesgo de romperse. Estas dos soluciones sirven ve otra vez al talón. Por lo tan to un solo cabo hace de amantillo y de
para orientar el tangón sin tener que cambiar el reglaje de la retenida. retenida. Para graduar la longitud se utilizan dos cornamusas. Éste es
En caso de spis mayores, la retenida se afirma al terminal del tan - un mecanismo que debemos utilizar con cuidado cuando hay viento,
gón, pasa por la proa y vuelve a la bañera. En este caso no podemos pues en ese caso el tangón sufre una fuerza de compresión enorme y
cambiar la orientación del tangón sin modificar el reglaje de la retenida. su talón corre el riesgo de salir lanzado de golpe hacia arriba o hacia
Su longitud es similar a la de las brazas, y su diámetro puede ser algo abajo, si no se sujeta en sentido perpendicular al palo durante su des-
más pequeño que el de éstas; a veces podemos utilizar como retenida plazamiento.
una braza que eSlé algo desgastada.
322 El barco la jarcia 323

LAS VELAS
Gramaje y resistencia
La tecnología vélica ha evolucionado enormemente.

D co n Sid era r alg un o s co n c epto s co m o los q u e a soc ia n


El algodón egipcio, excelente material con el que se confeccionaban e bid ~ a la ap arici ó n de nu evos t ej idos es n ecesa ri o re-
antiguamente las velas tenia defectos que dificultaban mucho el arte
del maestro velero, así como el del capitán. Según estuviera seco o mo- auto m át ica m ente la res istencia de una v ela co n el gram aj e
del t ejido .
jado, nuevo o "rodado", este material se deformaba más o menos, y se
pudría si se almacenaba mojado. En 105 años cincuenta, la apa rición de
Inclu so en el caso de tejido s tradicionales, ah o ra es posi-
la pol iamida y el poliéster, materiales sintéticos que no se pudren y que bl e dise ñ ar ejes de esf uerzo, por ejem p lo, reforz ando los hi -
tienen una mayor resistencia, marca el comienzo de una evolución muy los de la tram a. De es t e m o d o, co n el mi sm o gramaj e se
rápida en el arte de la fabricación de velas. A partir de ese momento, co nsiguen v elas m ás resistentes. A simism o, algunas ve las,
las fi bras, los tejidos y los tratamientos de acabado se diversifican y evo- espec ialmen t e las q u e v an ap arej ad as en enro ll ad o res, se
lucionan sin cesar hasta llegar a los materiales complejos, que son los co nfeccio nan co n t ejidos de u n g ramaj e d eg res iv o.
equivalen tes en las velas a los materiales composites utilizados en las
estructuras rígidas. A l est u diar el presu pu esto de un velero , h ay que t en er en
c u enta todos estos aspectos .
En la actualidad se sigue avanzando gracias a las pruebas que se lle-
van a cabo en los túneles de viento, a la medición de los esfuerzos que
se efectúan sobre las velas (por medio de sensores in situ) y a los calcu-
las informatizados que se realizan gracias a los enormes presupuestos La poliamid a, que se vende con el nombre de nylon, es elástica y
dedicados a las regatas, como la Copa América, regatas open de multi- está indicada para las velas ligeras de los rumbos portantes: spi, big
cascos, off-shore, etc. boy, trinquetas de spi, etc. Hay toda una gama de tejidos con pesos
Para si t uarnos dentro de estas técnicas en continua evolución, hay que oscilan entre 30 a 120 gramos por metro cuadrado.
que considerar las necesidades reales de los usuarios, pues algunas de
las sofisticaciones actuales sólo son vías de investigación o puntos La aram id a, que se comercializa con el nombre de Kevlar (Dupont
muertos; estamos seguros de que existen razones comerciales mezcla- de Nemours) o de Twa ron (tejido japonés) es una firma enormemente
das en este asunto que intentan explotar una moda cambian te. resiste nte, muy poco elástica y muy ligera. Sería el ma terial ideal si no
pe rd iera tan p ronto sus cualidades al sol (UV). De momento no dura
mas que una temporada y esta indicada para las regatas y los nave-
Los materiales gantes con dinero, pues es muy caro (con la misma resistencia una
Las fibras utilizadas en la fabricación de tejidos para velas son: vela de aramida es de 4 a 5 veces más cara que una de poliéster).
Existen tejidos que contienen de 110 a 350 gramos por metro cua-
El po l iést er , con el que se fabrican tejidos de 80 a 450 gramos por drado.
metro cuadrado, se comercializa con los nombres de diferentes marcas
según su origen. El poliéster es una estructura química de la cual se ex- El polietil eno, de módulo elevado, conocido con el nombre de Dy-
trae, después de fundirlo, un filamento único que se denomina poliés- neema (si está fabricado en Holanda se llama BSN) o Spectra (fabricado
ter. A partir de esta materia prima, los talleres de hilado fabrican un hi - en EE.UU. por Allied Chemical) tiene un rendimiento sensiblemente pa-
lo que utilizan después para tejer la tela. Este hilo adopta un nombre recido al del Kevlar aunque presenta una tendencia a la deformación
diferente según su fabricante: Dacron en Dupont de Nemou rs, Terylene por presión, es decir, que se alarga al principio del esfuerzo - la fibra se
en Rodia Setta , Tergal en I.CI. (Imperial Chemical Engineering), Polyant coloca en su sitio- y mas tarde adquiere una gran estabi lida d dimensio-
en Dimension Polyant, etc. nal. Por el contrario t iene una gran resistencia frente a los rayos ultra-
Sea cual sea su origen, es la f ibra menos elástica que utiliza todo el violetas y a las rot uras ocasionadas por el plegado. Es un producto típi-
mundo, indicada para toda clase de velas, exceptuando el spi y demás co nacido para la compet ición que encuentra aplicaciones en las velas
velas de su clase. Sin embargo, act ualmente se pueden fabricar spis con de crucero en las que tiene gran importancia la longevidad. En la últi-
tejido de poliéster de ¡3D gramos por metro cuadrado! Pero en este ca - ma regata Boc Challenge, Alain Gauthier utilizaba velas de Spectra en
so es una fabricación muy pequeña, destinada a la al ta competición. el Bagage Superior.
324 El barco La jarcia 325

La fibra de carbono, se utiliza en la actuali dad para fabrica r tejidos Los windsurfistas utilizan a veces tejidos monofilm, transparentes, de
a base de cristales líq uidos d e carbono, como el Vectran. En este mo- Mylar puro (que no han sido tratados por "complexage").
mento todavía se encuentra en fase experimental y sólo la emplean los El Mylar es una lámina de poliéster muy fina, de algunas micras de
barcos de la (opa América . grosor, que adopta esta denominación cuando está fabricado por Ou-
pont de Nemours, Mélinex si procede de lel, o Terfal si lo fabrican en
De hecho, únicamente los tejidos de poliéster y de nylon con el Rodia Setta. Fuera de la velería es un producto mucho más conocido de
apresto clásico tienen un precio razonable para el navegante medio. lo que creemos y que tiene numerosas aplicaciones en la vida diaria.
Cuando el florista prepara el ramo que vam05 a regalar a nuestra no-
Los tejidos via, ut iliza una hoja de poliéster de Mylar; los paquetes de cigarrillos o
El tejido está formado por dos capas de hilos entrecruzados, una capa de man tequilla ta mbién están envueltos en una pelícu la de Mylar.
longitudinal que se denomina la urdimbre y otra transversa l, la tram a.
Cuando sale del taller se denomina crudo y todavía tiene que sufrir va-
rios tratamientos para aumentar sus cualidades.
El comportamiento de los tej idos varía según sea la dirección del es-
fuerzo sobre éstos, es decir no son ¡sátrapas. Si se ejerce una tracción
en el sentido de los hilos (al hilo), casi no se deforman y presentan una
elasticidad parecida a la de los hilos (un poco mas en la urdimbre que
en la trama). Por el contrario si se tira al biés, se deforman mucho, opo-
niendo una resistencia muy pequeña. Para limitar esta deformación, se
recurre a diversas técnicas que muchas veces se combinan entre sí.
• Confeccionar un tejido muy apretado que permite bloquear los hi-
los entre sí, y que limita la posibilidad de "darse de sí" en el sentido del
biés, con lo que se consigue más de elasticidad en la urdimbre. Se hace
lo mismo, una vez efectuado el tejido, en el tratamiento de estabiliza-
ción de la fibra. Este tratamiento hace que encoja, lo cual aumenta
sensiblemente la compresión.
• Aplastar el tejido, es decir plancharlo por medio de una gran pre-
sión para que los hilos se superpongan perfectamente unos con otros.
• Ponerle apresto untándolo o impregnándolo con un producto que
pegue o suelde los hilos entre sí (resina polímera). De este modo se ob-
tiene un aumento en la resistencia en el biés. Pero una vela con apresto
soporta muy mal que la manipulen incorrectamente (flameo, plegado
dentro de las bolsas .. .) y sólo son adecuadas para las regatas.

Existe una escala en lo que respecta al apresto del tejido de las velas
que corresponde a utilizaciones concretas:
• sin apresto o con muy poco: velas para ba rcos clásicos;
• con apresto medio: velas de crucero;

__ /1
"',,,-
• con mucho apresto: velas de competición obligatoriamente de po-
liéster debido al rating.
Una tela se deforma muy poco al hilo
(urdimbre y trama). y mucho a l biés. Los "complexages"
Hay que unir las franjas de tej ido (los La ventaja que presenta el "complexage" es que combina un material
paños) de manera que trabajen sobre no isótropo con el Mylar. Puesto que el Mylar sí lo es aporta al tejido la Vela confeccionada con
todo en e l sentido del hilo . estabilidad multidireccional que le falta a aquél. "complexages " .
326 El barco La jarcia 327

Pero en materia de velas no sólo se utilizan tejidos clásicos; sino que Estas velas son algo magnífico, muy estables y bonitas, pero están por
también se emplean otros en los que la disposición de la trama y la ur- encima de nuestras posibilidades económicas; una vela trirradial no es-
Un tejido se carac- dimbre es diferente y presenta ejes de resistencia reforzados. A veces se tá al alcance de cualquier bolsillo.
t e ri za por s u peso. Lo s utilizan tejidos unidireccionales -es decir franjas de poliéster o de Kevlar
franceses y los españo les
que sólo son resistentes en una única dirección- o bien "scrim", que es El navegante deportivo normal se conforma con que el tejido esté
utiliza n el gramo por metro
una lámina casi siempre transparente, con cuadrículas bastante anchas colocado al hilo en la dirección en que se ejercen los esfuerzos princi-
cuad rado (gr/m'l; los ango -
sajones, la onza por yarda de hilos de poliéster o de Kevlar. pales sobre la baluma y el pujamen. Al ser la trama menos elástica que
(Oz!Ydl: la urdimbre, se colocan los paños de manera que estén cerca de la per-
los aprestos y "complexages" más elaborados suelen ser frágiles, lo pendicular a la baluma y al pujamen, de este modo el resultado es bas-
1 oz/Vd = 24,8 g r/m '
que hay que tener en cuenta al manipular las velas. Por esta razón, al- tante satisfactorio.
gunos tejidos que solemos reconocer por su aspecto acartonado no
pueden plegarse; en ese caso tenemos que enrollar las velas y guardar- Modo de dar embolsamiento a la vela
las en bolsas tipo saco. Ni que decir tiene que estas velas no deben fla- No hace tanto tiempo que para dar embolsamiento a un vela se con-
mear, por esa razón se suelen poner sables en toda su superficie. feccionaban los paños, se cortaban más o menos los lados y se hacían Modo de

pinzas, exactamente igual que se daba forma a un corsé. Más tarde, confeccionar
una pinza.
puesto que la vela se iza por medio de perchas o estays que pueden ser
Modo de cortar las velas rectos o curvos, se cortaban los bordes de la vela con más o menos alu-
Una vela es una superfioe compleja cuya forma debemos poder domi- namiento para ajustarla a su marco.
nar en todo momento. A veces deseamos una forma invariable, o que Existía una buena dosis de empirismo y cada velero tenía su pro-
la tripulación pueda modificar, o incluso una forma que cambie sola al pia fórmula, pero era muy difícil repetir de forma idéntica una buena
variar las circunstancias. Es cierto que todavía no se ha conseguido la vela.
vela ideal, pero poco a poco se van haciendo progresos, 10 cual explica Hoy día el corte de las velas se realiza enteramente por ordenador y
en parte el que los barcos vayan cada vez más rápido . el velero puede ver en tres dimensiones en la pantalla de su máquina,
La forma ideal de la vela se obtiene a partir de determinados datos la vela en la que está trabajando. Puede aumentar el embolsamiento,
relacionados con la aerodinámica, configurándola adecuadamente, se- disminuirlo, echarlo hacia adelante o hacia atrás, a su an tojo, es decir
gún la medida del esfuerzo que se produce sobre ella. Y después hay darle forma. El ordenador integra todos 105 parámelros (calidad del teji-
que confeccionarla. do, deformación del palo, número de fajas de rizos ... ) calcula el tama-
ño y el número de pinzas, determina el alunamiento del grátil, propone
Disposición de los paños un plano de corte y dirige la máquina que va a realizar el corte. la in-
Los paños, es decir las bandas de tejido, se ensamblan intentando formática ha transformado el trabajo intuitivo del velero en una ciencia
orientar el sentido del hilo en la dirección en que va a recibir el máximo exacta. Pero si bien el ordenador sabe cómo confeccionar una vela" co-
esfuerzo y en el que queremos que se produzca la mínima deforma- rrecta", es decir, bien adaptada al barco y a la tripulación, la pequeña
ción. Esto se llama "cortes orientados" y en los que cada velero aplica diferencia que hace que esta vela gane regatas sigue dependiendo del
su fórmula especial, realizando planos de montaje de forma birradial o maestro velero.
trirradial con más o menos costu ras. Pero la norma general sigue sien-
do la misma: se trata de alinear, en cua lquier punto de la superfi- Entre la mayor que gana la Vue lta a Francia a Vela, y la que pierde
cie de la vela, el eje del esfuerzo con la trama del t ejido. hay una diferencia mínima, que sólo unos ojos sagaces pueden ad-
Sin embargo, existen velas cuya gama de utilización es muy amplia, vertir.
como los génovas medios, en los que, por el contrario, se busca conse-
guir deformaciones. Por ejemplo, hay cortes en los que el biés está Las mayores
orientado hacia el grátil. De este modo al tensar la vela se obtienen de- Tradicionalmente y debido a las reglas de las regatas, no se suele utili-
formaciones que permiten adaptar la forma de la vela a la fuerza del zar más que una mayor, debiendo adaptarse ésta a todas las fuerzas
Ejemplos de velas "complejas" en las
que están dibujadas los paños para viento. del viento y en todos los rumbos. Por esta razón es una vela muy com-
- Si esto se realiza según una carta en la que se describen las tensio- pleja y hay que confeccionarla para adaptar su forma a las condiciones
orientarlos en el sentido de los
nes que se producen, se obtendrá inevitablemente una vela geodésica. del momento.
m áximos esfuerzos.
328 El barco la jarcia 329

Disposición de los paños l a baluma


En la disposición clasica, los paños van perpendiculares a la baluma (sin Los sables se utilizan para sostener el alunamiento de la baluma, es de-
tener en cuenta el alunamiento de la vela). los hilos de la trama son los cir, la parte de la vela situada más allá de la cuerda que une el pUlÍa de
que soportan los mayores esfuerzos. Esta solución es la mdS económica driza con el de escota. Deben ser muy flexibles por la parte del palo,
y la que más se emplea, para permitir el embolsamiento de la vela y luego cada vez más rígidos
Por lo general, estas velas se suelen adaptar a la botavara por medio hasta llegar a la baluma. El sable situado más alto se suele prolongar
de pinzas. Estas pinzas, aunque tienen su importancia, no siempre pro- hasta el palo, donde se apoya, y se llama sable forza d o pues tensa el
porcionan el embolsamiento requerido, siendo más eficaz confeccionar tejido. De este modo, el alunamiento de la baluma y la superficie de la
105 panas de la parte inferior cortando los dos últimos en twist-foot. vela aumentan sensiblemente, El sable forzado debe ser muy flexible
Disposiciones m ás corri entes es decir, cosiendo 105 dos paños por sus bordes redondeados, con lo para no impedir que la vela adopte su embolsamiento natural, estando
de tos paños. que se obtiene el embolsamiento adecuado. reforzado el fondo de su funda . Hay que recordar que cuanto menor es
el viento, más tenso deberá estar el tejido encima del sable forzado,
El grátil pues así la vela podrá formar el embolsamiento adecuado que el viento
Ya hemos dicho que para dar más o menos embolsamiento a una ma- no puede darle.
yor, hay que ensamblar los paños y hacer pinzas, lo cual nos obliga a su Existe la tendencia cada vez más acusada de forzar todos los sables,
vez a dar alunamiento al grátil. lo que sirve para controlar mejor la forma de la vela y reducir el flameo,
En una mayor que se vaya a utilizar con un palo rígido, el alunamiento enemigo mortal de las velas modernas compleJas. Pero es necesario dis-
se reparte por toda la altura del grátil. Este alunamiento es muy grande en poner de unos buenos sables, bien adaptados e instalados,
la parte inferior, pues la vela en esa zona es muy ancha, siendo su máxima Además de estas ventajas, se ha comprobado que la vela con sables
anchura en la quinta parte de la altura, y muy pequeño en la parte supe- ofrece una mayor comodidad en crucero. Se puede maniobrar con faci-
rior, para que la vela tenga un mínimo de embolsamiento al coger rizos. lidad y navegar a motor con la vela izada; resiste 105 chubascos sin te-
En una mayor destinada a un palo flexible, como el de los actuales ner que tomar rizos, sólo largando la escota. El navegante aprecia todo
monotipos (JOD, First e lass,.,) hay que añadir al alunamiento del grátil esto, teniendo en cuenta además que los pequeños problemas de estas
el valor de la flexión máxima del palo, El corte del grátil debe hacerse velas (dificultad de izarlas, fragilidad de las fundas ... ) se solucionan hoy
con precisión puesto que el palo no se arquea de manera uniforme en día con un acastillaje adecuado.
Confecció n e n twis t-fo ot.
toda su altura:
• hasta el estay, esta flexión es regular. El alunamiento del grátil es- El pujamen y los rizos
tá en función de la anchura de la vela, es decir, que es muy grande en El corte del pujamen es menos delicado que el del grátil. Se le da un
la parte inferior, y va disminuyendo después uniformemente. alunamiento regular, que oscila entre un 1,5 Y un 10 % de la longitud
,1 • en la zona del andaje del estay, la flexión es más acentuada, del pujamen, según los casos. Este alunamiento es en gran parte lo que
,I aumentando de nuevo el alunamiento;
: I
determina el embolsamiento de la vela.
: I • el tope del palo se arquea muy poco, por lo tanto el alunamiento Al reducir el trapo, el nuevo pujamen lo forma la banda de rizos.
, I de la vela será menor, al tener que estar la parte superior de la misma
: I Hay que dar alunamiento también a las bandas de matafiones, aunque
: I totalmente aplanada o incluso con torsión cuando el vi ento es fresco. en menor medida que el del pujamen normal, puesto que al rizar lo
, I
El diselÍador de la vela debe tener en cuenta el arqueo del palo, que pretendemos es obtener una vela más plana. Los dos extremos de
:!
curvatura máxima del palo cuanto más pronunciado sea mayor tiene que ser el alunamiento del las fajas de rizos están reforzados respectivamente de modo similar al
, I
: I grátil. El hecho de que el grátil tenga el tejido al biés permite absorber pUlÍa de amura y el pUlÍa de escota de la vela ,
: I parcialmente el embolsamiento de la vela, al alargarse este lado al ten- Los matafiones sirven para sujetar el tejido sobrante a la botavara.
, I
: I sarlo. En caso de que el grátil sea demasiado largo para poder alargarlo Puesto que muchas tripulaciones no los utilizan y prefieren dejar la vela
: I entre la botavara y la roldana del tope del palo, colocaremos encima colgando, su uso tiende a desaparecer. Sin embargo es importante po-
, I
: I del puño de amura un ollao auxiliar: el ollao de Cunningham, que der sujetar la vela si se va a mantener rizada durante mucho tiempo,
: I nos servirá para tensar el grátil. Este sistema está indicado para las re- aunque sólo sea para evitar que se estropee o para no perder visibili-
\1
'---- gatas, cuando queremos tener una vela lo más amplia posible, incluso dad. Tres matafiones son suficientes: uno en el centro y los otros dos
Grátil es de m ayor para palo rigido aunque no esté tensada. Y en crucero es un medio barato de poder cerca del puño de amura y del puño de escota. Podemos hacerlos de
y palo fl ex ible. utilizar una vela demasiado grande. elástico o de cinta de Velero.
330 El barco La jarcia 331

Los tres puño s Velas C y D. Cuando la vela es demasiado grande para poder tolerar
• El puño de amura, al sufrir un esfuerzo pequeno y estar sujeto por el un poco de biés en el pujamen, se disponen los panas en sentido per-
palo y la botavara no tiene necesidad de ser reforzado de modo especial. pendicular al pujamen ya la baluma uniéndose en la bisectriz del ángu-
• En el puño de escota, en cambio, el esfuerzo es muy grande (diri- lo del puño de escota. Esta disposición se emplea en las yankees (vela
gido de forma paralela al pujamen), y el olla o de la vela debe colocarse D) y en la mayoría de los génovas.
sobre varias capas de tejido. Cuando la relinga se desliza por la botava-
ra el tejido se desgarra con facilidad entre ésta y el ollao: es muy impor- El grátil
tante afirmar correctamente este ollao a la botavara. Y si el perfil de es- Para que el foque pueda adaptarse bien a su estay, el grátil debe cor-
ta última lo permite se puede colocar un patín cerca del olla o para ab- tarse de modo diferente según sea un foque de poco viento o un
sorber una parte del esfuerzo. foque de viento duro, o de jarcia rígida o jarcia flexible.
El patín suj et o a la • En el puño de driza, cuando la relinga se desliza por el carril del Mientras el estay esté recto -es decir con poco viento- es mejor co-
dri za abs orb e parte palo, lo primero que debe preocuparnos es el desgaste que se produce locar un foque cuyo grátil sea alunado. De esta manera la vela podrá
del esfu erzo que entre la tabla del grátil y la relinga. Es una zona que hay que vigilar y embolsar a pesar de la rectitud del estay. Por el contrario, cuando éste
sufre la tablilla.
reparar en cuanto haya el más mínimo riesgo de desgarro. se arquea - es decir cuando el viento refresca- el alunamiento del grátil
El gran esfuerzo que se produce en sentido vertical, es absorbido por es un defecto, pues al embolsamiento que éste produce se suma el que
la tabla, siendo relativamente pequeño el esfuerzo debido a los tirones . origina la curvatura del estay. En ese caso hay que elegir un foque de
Cuando la relinga está montada sobre patines, es igualmente necesario grátil recto. Si el viento sigue refrescando, la curvatura del estay se
que el patin superior sea muy resistente (fijado por medio de un grille- acentúa cada vez más; hay que volver a cambiar de foque y, esta vez,
te). Cuando la relinga está enfilada dentro del carril del palo, podemos elegiremos un foque con grátil escotado.
colocar un patin en la propia driza. los toques de jarcia rígida aparejados sobre un casco también rígido
son menos escotados que los de jarcia flexible.
Génovas. toques y trinquetas En relación con los grátiles de los génovas, algunos veleros adoptan
Gracias a las reglas de regatas se pueden embarcar tantas velas de proa un corte en forma de S que permite repartir al máximo el embolsa-
como queramos. Incluso podemos llevar una vela distinta para cada miento de la vela. De este modo, el génova tiene el grátil alunado por
fuerza de viento y rumbo. En este caso el corte de la vela está adapta- la parte baja, donde es ancho, y escotado por la alta, donde es estre-
do a un uso muy concreto . Sin embargo al haberse generalizado la uti- cho y debe estar relativamente plano. Se puede conseguir el mismo re-
lización del enrollador de foque, ya tenemos un génova para todo. To- sultado poniendo pinzas, que serán mayores en la parte baja de la vela
davía no se ha logrado conseguir un excelente rendimiento de esta ve- que en la alta.
la, pero la investigación no ha hecho más que empezar. Estas pinzas son indispensables en las velas de mal tiempo que tie-
nen el grátil escotado. Si no fuera por ellas estas velas serían completa-
Di spo sició n d e los paños mente planas y desarrollarían un menor efecto de propulsión.
Ve la A. Esta disposición está indicada para los foques pequeños, Sin embargo, el reglaje del foque no depende únicamente del corte
siempre que el ángulo del puño de escota sea de 90° aproximadamen- del grátil, sino también, en cierta medida, del modo en que esté con-
te y que los paños sean perpendiculares a la baluma . Con esta configu- feccionado.
ración se consiguen foques de una calidad media. Hay tres tipos de grá t iles:
Vela B. l os paños son perpendicula res a la baluma en la mayor par- A. De relinga textil unida a un cable de acero. Este tipo de grátil no
te de la vela y, en la parte inferior, paralelos al pujamen. De este modo puede estirarse.
se mejora la resistencia a la deformación. B y C. De relingas textiles (cabo o cinta), que pueden alargarse si las
tensamos. Como consecuencia el grátil se puede reglar.
Cada foque tiene un corte de grátil especial, en función del tiempo al que esté D. De relinga textil que se desliza libremente sobre un nervio de ace·
destinado. ro, pudiendo tensarse independientemente de éste.
Segun su forma o su tamaño éstos tienen diferentes nombres:
- B, e y E s on genovas, pues su pujamen ll ega al nivel de la cubierta . En los foques del t ipo A, el velero ha reglado la tensión del trapo so-
- A es un foque; bre el cable de acero en función de una determinada fuerza de viento.
Si el viento cambia, hay que cambiar de foque.
- O es una yankee s i es grande y un tormentín s i es muy peque ño. A B e o
332 El barco La jarcia 333

En los foques tipo B, C y D, la tensión del grátil puede variar, y se Los spinnakers
puede evitar que el embolsamiento de la vela se vaya hacia atrás. Por Todos los spis son de nylon, y según su tamaño y la fuerza del viento al
consiguiente, cada foque se adapta a una determinada clase de viento. que estén destinados, son de un tejido más o menos ligero. Los spis de
En ceñida, en algunos barcos se lleva este razonamiento hasta el final, un largo se confeccionan con un tejido algo más pesado que los spis de
y damos una vuelta a la escota del foque en la cornamusa dejándola fi- viento de popa, para resistir mejor la deformación.
ja, reglando sólo la tensión del grátil. Dicha tensión puede variar de 10
a 20 cm según las dimensiones de los foques. Disposición de los paños
Cuando el grátil es demasiado largo para tensarlo, ya sea a propósi- Existen diversas posibilidades de ensamblar los paños de un spi; basta
to o no, podemos poner un aliaD de Cunningham. similar al que tiene con asistir a la salida de una regata con spis para darnos cuenta. En ge-
la mayor. neral, se trata de encontrar una configuración que, al mismo tiempo
Por último, hay que señalar que existen también otros sistemas ade- que le proporciona una forma adecuada, le impida deformarse, espe-
más del clásico mosquetón para unir el foque al estay. En muchos bar- cialmente por las balumas. Algunos veleros suelen colocar el sentido
cos actuales. la relinga del foque se desliza por el interior de una espe- del hilo del tejido sobre los dos bordes laterales de la vela, sin embargo,
cie de estay hueco. También hay foques que se pueden enrollar sobre otros prefieren dejar el biés para las balumas por razones de corte y de
el estay a medida que refresca el viento, quedando completamente en- ensamblaje.
rollados en puerto.
Las uniones más utilizadas corrientemente son las siguientes: B
La baluma Vela A. Los paños salen de tres puntos (unión en forma de estrella,
La baluma no se refuerza. sino que se cose una franja de tela con un o star cut: muy resistente contra la deformación).
simple dobladillo. Como resulta dificil poner sables en esa zona, no se Vela 8. Los paños van en sentido perpendicular a las balumas. Estos
le da alunamiento. La baluma de los foques de viento flojo es recta, spis tienen dos partes: los paños de la parte superior, separados por
siendo escotada la de los foques de viento fresco . una costura mediana, se colocan de manera perpendicular a las balu-
mas y los paños de la parte inferior que van horizontales.
El pujamen Ve la C. Sistema mixto: forma de estrella para la parte superior del
Normalmente el pujamen de los foques es recto o escotado. Los géno- spi y paños horizontales para la inferior.
vas de viento flojo, tienen poco alunamiento, incluso mucho en algu- Vela D. Otro sistema mixto: en estrella en los tres ángulos, y paños
nos casos determinados; el trapo sobrante forma entonces un faldón rectangulares en la parte central (spi trirradial).
que descansa sobre la cubierta, impidiendo el intercambio de aire entre Todos estos sistemas tienen ventajas e inconvenientes. No obstante,
las dos caras de la vela. en la actualidad se tiende a despreciar las configuraciones que obligan
a mantener el biés del tejido en las balumas, pues la deformación que
Los tres puños sufren impide al spi vaciarse correctamente.
• El grátil de un foque debe estar siempre bien tensado, siendo ne-
cesario que los dos extremos del mismo sean muy resistentes . Forma del spi
Para que el spi porte bien, debe tener más o menos la forma de medio
• El foque queda tensado además por otro punto situado entre el cilindro, con un cuarto de esfera en su parte alta. El borde superior de-
grátil y el puño de escota, siendo este puño el más martirizado de todo be ser casi horizontal. De hecho, cuando más embolsada está la parte
el velamen, pues no sólo sufre un duro esfuerzo sino que roza contra la alta, mayor es la fuerza dirigida hacia arriba, teniendo la forma de esta
jarcia, batiendo con frecuencia . Por lo tanto, su aparejo debe cuidarse parte una gran influencia en la estabilidad general de la vela; cuando la
de modo especial. parte central de un spi no tiene muy buen aspecto, suele deberse a un
defecto en el corte de su parte superior.
• El puño de amura y el puño de driza sufren menos esfuerzos, pero Con Jos spis ocurre igual que con las demás velas, que deben ser ca-
también deben reforzarse, sobre todo si la relinga se desliza por el inte- da vez más planas a medida que nos acercamos al vien to, o cuando és-
rior de un estay hueco o un enrollador de foque. En caso de que esté te refresca. También se confeccionan spis asimétricos de forma pareci-
montado con mosquetones, es conveniente que haya un mosquetón da a los génovas. Una característica de los spis planos es que en las or-
en ambos puños, o por lo menos, muy cerca de ellos. zadas se vacían mejor que los que tienen mucho embolsamiento. Spi asimétrico.
334 El barco La jarcia 335

Algunas de estas velas son muy específicas, alcanzando un alto ren- Muchas veces se pegan los paños antes, para facilitar el trabajo.
dimiento en fuerzas de viento y rumbos muy concretos. En crucero, es Probablemente se podrían confeccionar velas exclusivamente pega·
preferible utilizar spis para todo tipo de viento, que tienen un rendi· das, pero todavía nadie se ha arriesgado a hacerlo en fabricación en
miento medio en todos los rumbos. serie.

El perímet ro d el sp i Lo s oll aos


los tres puños del spi están muy reforzados, pues es donde se caneen· Existen tres clases de aliaos: los aliaos dentados, los aliaos engastados y
tran todos los esfuerzos que éste sufre . los triángulos o anillas.
• las balumas van simplemente ribeteadas con relingas de cincha. Y
para que la vela no se cierre, se intenta darles una elasticidad similar a • los o lla os dentados van simplemente grapados. No se les puede
la del tejido de la vela. someter a grandes esfuerzos, pues pueden desgarrar la tela con facili·
• El pujamen, aunque roza bastante sobre el balcón y el estay, ape- dad. Solamente se utilizan para las bolsas de las velas .
nas puede reforzarse o ponerse doble, pues esto representaría poner • Los ollaos engastados que se colocan con una prensa grande, y
una parte dura en una vela ligera. Por tanto es en este lado donde sue· son muy resistentes.
len aparecer los primeros esparadrapos. • Los triángulos o anilla s que se sujetan por medio de cinchas al
borde de la vela. Son más resistentes que los aliaos engastados.
• El tamaño de los aliaos: el del puño del foque tiene que dejar
Su fabricación pasar dos escotas; los demás tienen que ser compatibles con el acasti·
las costuras lIaje del barco. Hay que tener cuidado pues a menudo causan proble-
las costuras del spi, que antiguamente se hacían a mano, se cosen hoy mas en 105 puños de amura y de escota de las mayores.
día a máquina, con punto de zig·zag o zig·zag pespunteado. El tamaño
de las puntadas viene determinado por la economía, pues cuanto ma· los refuerzos
yor es éste antes se termina de hacer - siendo menos resisten t€-. Ade· La vela debe ser reforzada en aquellos lugares donde sufre los esfuer-
más, en las costuras hechas a máquina, el hilo nunca está muy apreta· zos más grandes. Con el fin de mostrar lo que es un refuerzo, vamos a
las puntadas son grandes y todas
do, y cuando la vela se desgasta, los hilos se deterioran antes si las poner como ejemplo el puño de escota del spinnaker.
sirven para unir los paños (no son
puntadas son grandes. Por lo tanto hay que vigilar las costuras y reha· Supongamos que el esfuerzo que se realiza sobre el ollao de dicho
demasiadas ); el borde del paño no está
cerlas a su debido tiempo. puño de escota es de 600 kg y que 1 centímetro cuadrado de tela es
sujeto y corr-e el peligro de
capaz de soportar un esfuerzo de 10 kg . Si la semicircunferencia del
de shilacharse s i no s e corta en caliente.
El hilo con que se cosen a máquina debe ser de fibra continua con un ollao es de 6 centímetros, es necesario poner 10 capas de tela para que
tratamiento contra rayos ultravioletas. los paños se cosen con dos cos· el ollao no se arranque.
Las puntadas son pequeñas; una d e
turas, ya veces tres o cuatro en las zonas que sufren mucha presión. Un poco más lejos en la parte donde podemos hacer una costura de
cada dos sirve para unir y la otra para
10 centímetros de largo, sólo tendremos que poner 6 capas para seguir
sujetar e l borde del paño; es una
teniendo 60 centímetros de tela resistente. En el lugar donde la costura
costura excelente. Sin embargo este
es de 12 centímetros, podemos coser 5 capas de tela y así sucesiva·
sistema tiene e l inconveniente de que
mente, hasta coser las dos últimas capas de tela en un arco de círculo
debilita el tejido en el lugar donde hay
de 60 cen tímetros.
una sola tela; hay que evitar este tipo
Un refuerzo no constituye pues una garantía adicional, sino que es
de costura para coser una soja tela, y
indispensable. Si se deshace la más mínima costura de un refuerzo hay
en las velas poco reforzadas en la
que volver a coserla inmediatamente.
baluma.

las relingas
El zig -zag pespunteado es la mejor
las relingas son refuerzos cosidos sobre los bordes de las velas. Impi·
solución: puntadas pequeñas,
den que éstas se deformen, y al mismo tiempo nos permiten actuar so·
sujetando el borde del paño y puntadas
bre ellas para modificar el tamaño y la posición del embolsamiento de
espaciadas en la parte donde sólo hay
la vela. Antiguamente las relingas eran cabos; en la actualidad son casi
una tela .
336 El barco La jarcia 337

siempre cinchas, o franjas de tela cosidas en el sentido del hilo a lo lar- Los sables
go del borde. Estas piezas aunque pueden parecernos accesorias, merecen que nos
paremos a analizarlas, pues una mala elección puede arriesgar el rendi-
Llevan determinadas piezas para unir la vela a la jarcia, mosquetones miento de la mayor.
en 105 foques, o también una relinga de acero además de mosqueto- Hay sables de madera, de madera plastificada y de plástico.
nes, o bien una relinga de cabo si se trata de un estay hueco o de un Los sables de madera están en vías de desaparición, pues la buena
enrollador. Las mayores llevan patines o un cabo. madera de fresno, acacia, spruce, cedro rojo, etc. es escasa. Éstos no
deben ser muy largos pues es difícil que sean al mismo tiempo resisten-
Los parches tes y flexibles. Por el contrario, con una buena madera reforzada con fi-
Sin ser propiamente refuerzos, los parches que se ponen para rodear bra de vidrio y plástico se pueden fabricar sables muy sofisticados que
los desgarrones tienen gran importancia, pero es mejor no ponerlos en no suelen venderse en las tiendas, sino que se hacen a medida, según
el momento de confeccionar las velas, sino esperar a las primeras prue- el tamaño y la flexibilidad de la vela.
bas en la mar para colocarlos en el lugar exacto. Su función es sobre Aunque la mejor solución para el navegante deportivo medio es el
todo proteger los hijos de las costuras, sin influir en la forma de la vela; sable de plástico armado, de sección continua. Éstos se cortan según la
por lo tanto deben confeccionarse con tejidos más ligeros que la vela, y longitud deseada y se pega un terminal en cada extremo para que no
coserlos flojos . desgarre la funda.

las fundas de los sables


Las primeras reparaciones que hay que hacer son siempre en las fundas El guardarropa del barco
de los sables, en particular en sus extremos; en los dibujos se muestran El número de velas necesarias a bordo depende menos del tamaño del
las dos maneras de reforzar dichos extremos. barco que de la clase de navegación que vayamos a realizar . Cuanto
Para no perder los sables que no sean forzados, es conveniente vigi- más ambiciosa sea la navegación, más velas necesitaremos.
lar el extremo de la funda que da a la baluma, debiendo estar la aber- • Para rega t as de derivadores: necesitamos una mayor, un foque
tura por lo menos a 2 centímetros de distancia de la misma; el sable y, casi siempre, un spinnaker. Si tenemos bastante dinero podemos lle-
debe ser más corto que la funda (tam bién 2 centímetros). Algunos ve- var varios juegos de cada vela, para utilizarlas según el tiempo que ha-
leros ponen un elástico en el lado de barlovento lo que fuerza el sable ga, haciendo una selección en el momento de embarcar.
hacia atrás; esto no sirve para nada pues todavía no se ha inventado el • Para sa lir a pasear y a pescar: una mayor, un foque y un tor-
sable autopropulsado que sube hacia barlovento; puede ser una venta- mentín.
ja, aunque también es una tela de más. • Para costea r: una mayor, un foque n° 1, un tormentín; y los cú-
ter, una trinqueta. El génova y el spi no son indispensables, pero sí re-
Resulta inútil insistir en la necesidad de hacer un nudo correcto para comendables.
sujetar los sables forzados. • Para hacer cruce ro por la costa: una mayor, un génova, un fo-
Modo de h acer un nudo sobre un sable
que n° 1, un tormentín, y, si es posible, un foque n° 2, un spi, una ma-
forzado. yor de vien to duro, sin sables (vela sueca). Y los balandros, una trinque-
ta, o mejor dos.
, • Para hacer cru ce ro de altura: una mayor, una vela sueca, un
spi, un génova, un foque n° 1, un foque n° 2 y un tormentín; y los ba-
landros dos trinquetas.
• Para hacer regatas de cruce ros: una mayor, una vela de capa y
todos los toques y spis necesarios para poder llevar siempre el trapo
adecuado para el tiempo que haga.
Un génova con enrollador sustituye a todos 105 foques, menos al tor-
mentín, aunque también podemos reducir esta vela hasta conseguir
una del mismo tamaño. Hay que llevar un tormentín por si se estropea
Funda de sable. Funda de sable forzado. el enrollador.
338 El barco La jarcia 339

Por lo tanto, hay que llevar una driza para esta vela, distinta de la
que utilicemos para el enrollador y un nervio de repuesto (cable o ca-
bo sobre el que se en garru cha y se enfila la vela). Todo está permitido
y no debe faltarnos imaginación; por ejemplo, el amantillo del tangón
puede servir de nervio y el amantillo de la mayor de driza. Conviene
prever el problema y practicar las soluciones.

Mantenimiento y reparaciones Pa ra sujetar con rebenques correctam e nte una ve la, se hace un lazo en e l centro
Desgaste de las velas de un as de guias, se pasa el otro ch icote de l rebe nqu e por de ntro y se a zoca
Con el fin de conservar bien las velas durante el mayor tiempo posible, lo más fuertemente qu e podam os, de est e modo est aremos seguros de que
es necesario dedicarnos a luchar sin tregua contra el desgaste. aguanta rá, re m atándolo con un a vue lta mordida.
El desgaste principal, y en el que apenas pensamos, es el que la vela
efectúa sola cuando flamea. No conviene nunca dejarla batir inútilmen-
te. y debemos evitar izarla demasiado pronto en el momento de salir, o Hay que guardar las velas en bolsas, que son más faciles de locali-
mantenerla izada demasiado tiempo después de fondear. El flameo es zar si son de diferentes colores. En caso de que sean todas del mis-
especialmente nefasto en el caso de velas con mucho apresto o com- mo color, es preferible que sean de color claro y que lleven escrito el
plejas. nombre de la vela por lo menos en 12 ó 15 sitios, con letras o cifras
Resulta inevitable que se produzcan roces en las zonas donde las ve- de 7 a 10 centímetros . Los sacos de marinero son muy cómodos
las portan de forma natural. Estas zonas deben ser lo más lisas posibles aunque un poco caros, excepto si nos los hacemos nosotros. Es la
y no tener ninguna rugosidad . Para protegerlas hay que forrar los única bolsa que debemos utilizar para velas con mucho apresto o de
obenques con plástico, envolver los pasadores con cinta adhesiva y re- Mylar.
vestir las crucetas, o bien colocar discos, bolas, aros, etc. También podemos sujetarlas con rebenques cada 50 centímetros,
Con un poco de cuidado, evitaremos que las velas se desgasten al dándole forma de salchicha, como se hacia en los barcos de tres palos.
rozar contra determinadas partes del barco; como el foque con los pa- Es el sistema que las desgasta menos, el más práctico y el más barato
samanos, la mayor entre la botavara y los obenques, y el puño de esco- para velas de 20 a 25 metros cuadrados, siempre que sepamos hacer
ta del spi con el estay ... bien los nudos correspondientes.
En definitiva, no hay que olvidar que el barco sigue moviéndose in- También podemos proteger la mayor aferrándola sobre la botavara
cluso cuando está fondeado. Un foque que se queda engarruchado, con una funda. Y si ésta lleva el nombre del barco, nuestros amigos
una vela poco sujeta o una mayor pellizcada entre la botavara y su so- nos encontrarán con más facilidad.
porte, también se pueden estropear en el puerto. Por lo tanto es prefe- No está de más aclarar las velas con agua dulce de vez en cuando;
rible quitar las velas cuando el barco no navega, evitando así la acción de hecho, cuando una vela empapada de agua de mar se seca, los cris-
de los rayos ultravioletas que destruyen las fibras. tales de sal se quedan en la tela actuando como abrasivo; la arena tam-
bién produce el mismo efecto.
Los foques con enrollador deben tener una franja de tejido de color
en la baluma y el pujamen, para proteger la vela de los rayos UV cuan- Cómo aclarar las ve las. Se aclaran agitándolas de 5 a 10 minutos
do está enrollada. dentro de una cubeta. También podemos aclararlas con agua de mar;
aunque nos puede parecer raro esto tiene sen tido pues después de una
Modo de secar y guardar las velas navegación con salomar picada, la cantidad de sal depositada por los
Aunque las velas de fibra si ntética no se pudren, deben guardarse to- rociones sobre el tejido es enorme, y podemos eliminarla aclarando las
mando ciertas precauciones. velas con agua de mar. Sea cual sea el procedimiento que utilicemos,
Una vela empapada de agua de mar puede aguantar muy bien uno se le llama "desalado" ..
o dos días en una bolsa, pero debemos secarla en cuanto podamos;
pues en caso contrario se llenará de puntos negros, que aunque no son Cóm o secar las velas. Existen diferentes sistemas según las seque-
perjudiciales son feísimos. mos en tierra, en el fondeadero o en la mar.
La jarcia 341
340 El barco

En tierra, podemos colgarlas, o extenderlas sobre la hierba (nunca Cómo pegar un parche
sobre la arena, hormigón, o suelo alquitranado. pues pueden estro- Para un aficionado resulta difícil coser un parche sobre un gran desga-
pearse). También hay que evitar exponerlas inútilmente al sol. rrón igual que lo haría un velero . Pero sí podemos pegarlo y, si es nece-
Una vez fondeados, podemos izarlas sujetándolas por el puño de sario, reforzarlo después con una costura si la vela tiene que sufrir
amura. pero sólo cuando no haya viento o sea muy flojo, pues una vela grandes esfuerzos.
sufre diez veces más al flamear que estando húmeda en su bolsa. Podemos utilizar una ti ra de esparadrapo quirúrgico ancho a modo
de parche o bien una tela autoadhesiva. Ta mbién podemos pegar un
En la mar, si llevamos velas mojadas en los pañoles (por lo general, trozo de tela normal con un pegamento adecuado.
las velas pequeñas de mal tiempo), deberemos buscar la oportunidad En cualquier caso, sólo pegaremos el parche sobre la tela bien limpia
de izarlas, bien en su sitio, o bien como complemento inútil y decorati- y sobre todo seca. Podem os seca r rápidamente la superf icie nece -
vo del velamen navegando en portantes. saria co locando la te la encima de una botella llena de agua hir-
viendo.
Cómo guardar las velas. Cuando vayamos a guardar las velas por
un período de tiempo determinado, es necesario colocarlas secas en un A continuación colocamos la vela bien plana, uniendo bien los bor-
lugar aireado. preservándolas de la luz y las ratas. En caso necesario, des desgarrados y poniendo el parche en la misma dirección que el teji-
habrá que advertir a todos y a todas que en ningún caso deben plan- do de la vela, en el mismo sentido del hilo.
charse las velas. ni tampoco doblarlas en cuatro .. Para que el pegamento agarre mejor, podemos calentar después el
parche con la misma botella.
Cómo repasar una costura Evidentemente, una reparación de este tipo es provisional, excepto si
Repasar una costura, verdaderamente no es ningún drama; después cosemos el parche ya pegado.
de menos de una hora de aprendizaje, cualquier marino, bien adiestra-
do será capaz de hacer una costura de un metro de larga en diez mi- Cómo coser un patín
nutos.
Sin embargo ¡es preferible no esperar a que una vela se haya desco-
sido tanto, para ponernos a trabajar! En cuanto empiecen a deshacerse
las primeras puntadas de una costura, debemos ocuparnos de ella.
Si es necesario podemos utilizar una máquina de coser para las telas
cuyo peso no exceda de 300 gramos por metro cuadrado. A partir de
este peso hay que coserlas a mano. El material que necesitamos es ba-
rato y ocupa poco sitio: agujas, hilo de algodón, cera de abeja, un rem-
pujo y, si es posible, un gancho de velero.

Utilizaremos agujas de velero del n" 17 para los tejidos de más de


300 gramos por metro cuadrado, del n" 18 para los que pesen de 200
a 300 gramos por metro cuadrado y para los que pesen menos agujas
de tubular (de las que se usan en las bicicletas de carreras, que se ven-
den en las tiendas de bicicletas).
El hilo de algodón es más fáci l de utilizar que el de Tergal y bastante Para fijar un patín con
más resistente . La cera no se emplea para proteger el hilo, si no simple- una cincha, debemos:
mente para evitar que se hagan nudos mientras cosemos. l . Fijar la cincha sobre el patín
haciendo una costura plana .
Hay que poner siempre el hi lo d oble, para rel lena r el agujero 2. Pasarla por el olla o de la vela
que hace la aguja . V por el patin (tres o cuatro veces).
3. Terminar haciendo una costura
p lana. entre el patín V la relinga. Costura plana .
342 El barco

Cómo hacer un zurcido

El motor y
la electricidad
El motor se ha ido convirtiendo poco a poco en un elemento casi indis-
pensable del barco de crucero. Los puertos deportivos muchas veces
tienen un acceso delicado y, por lo general, sus normas internas prohí-
ben las maniobras a vela dentro de los mismos. Tampoco resulta fácil
los zurcidos sirven para reparar los pequeños enganchones de 3 Ó 4 centímetros
producir electricidad para alimentar las luces de navegación, los apara-
como máximo (un zurcido de 20 centímetros indica una enorme perseverancia).
tos electrónicos y el alumbrado del interior del barco, sin disponer de
Se hace el zurcido de derecha a izquierda y desde dentro hacia afuera, a partir de
un motor.
nosotros. Hay que hacerlo exactamente como muestran los dibujos. dando dos o
En definitiva, que poder echar mano del motor en algunas situacio-
tres puntadas por centímetro. la anchura de las puntadas debe ser de un
nes delicadas, como para aguantar en una corriente o paliar las defi-
centímetro a un centímetro y medio, aproximadamente.
ciencias de Eolo, es también una garantía de tranquilidad a bordo.
la famosa "racha de 105 Perkins" (o Valva o Mercruiser ... ) es sínto-
ma de la nueva importancia que los navegantes deportivos otorgan a
La toldilla su motor, con templado durante mucho tiempo como testimonio de
La mejor de las velas pronto se convertirá en una mala lona, que sólo una alienación imposible de soportar. Pero, digámoslo claro, es una
nos servirá de toldilla: comodidad, y no debe ni puede ser una seguridad.
• si no mandamos hacer a tiempo los retoques necesarios para
adaptarla perfectamente a su jarcia; Un motor sólo es útil cuando es seguro; y no es seguro si no lo co-
• si la orientamos incorrectamente; nocemos bien, y si no lo mantenemos regularmente, haciéndolo fun-
• si la izamos con un tiempo demasiado duro para ella, o en un cionar con frecuencia. Este objetivo no puede alcanzarse más que dedi-
rumbo que no sea el adecuado; cándole el tiempo y el dinero necesarios. No es como el motor de un
• si la dejamos que roce; coche, sino que vive en un universo cerrado, en una atmósfera húmeda
• si no la mandamos a un velero para que supervise las reparaciones y salada propicia para deteriorar su salud al menor descuido.
de fortuna; la historia de un motor que no arranca en el momento en que lo
• si la guardamos en malas condiciones. necesitamos no es un cuento, y es siempre el patrón quien tiene la cul-
pa. Por lo general el motivo suele ser su incompetencia, cuando no su
negligencia.
No nos equivoquemos, este otro motor tiene también derecho a re-
cibir los mismos cu idados que la vela: ¡con media hora diaria de funcio-
namiento y footing, lograremos mantenerlo en forma! Una corriente contraria, falta de viento.
un horario que hay que cumplir...
Sin embargo, no pretendemos ser exhaustivos sobre este tema, y Es entonces cuando el motor se
únicamente abordaremos las cuestiones principales. convierte en un auténtico "a uxiliar'".
344 El barco El motor y la electricidad 345

Elección del motor Seguridad


Sólo hay dos tipos de motores que pueden instalarse en un barco de Un motor fuera borda que lleve el depósito incorporado es un
crucero: el motor fijo diésel y el motor fuera borda de gasolina . Hay motor peligroso por dos razones. Cuando se tumba, la gasolina pue-
que desechar por completo la idea de instalar un motor fijo de de salirse por la válvula de toma de aire del depósito. y sobre todo,
gasolina, debido al riesgo de incendio y sobre todo de explosión, a porque siempre acabamos cayendo en la tentación de repostar en mar-
causa del almacenamiento de gasolina en el interior del barco. cha, lo que puede originar un incendio.
La elección entre el motor fuera borda y el motor diésel dependerá Por el contrario, si el depósito está separado del motor, la seguridad
del barco que tengamos y de la potencia deseada. que ofrece es satisfactoria, y al tumbarse no se produce ningún escape
debido a que está alejado del motor y de sus chispas. Como tiene una
Equipar un barco con un motor fuera borda es siempre menos caro gran capacidad no sentiremos la tentación de repostar en marcha y,
que instalar uno diésel. Pero, los motores de gran potencia, es decir de puesto que la gasolina es aspirada por el motor, el riesgo de pérdidas a
más de 20 caballos, consumen bastante gasolina (sin embargo, los de lo largo de los conductos es casi inexistente.
cuatro tiempos consumen menos que los de dos tiempos). Un motor Los motores sin carcasa son peligrosos, pues podemos quemarnos y
fuera borda de más de 25 ca ballos, resulta demasiado pesado y poco sobre todo hacernos dano al chocar contra el volante.
práctico a bordo de un barco.
Cuando queremos navegar a motor durante mucho tiempo en régi- Recomendamos encarecidamente no meter nunca el motor o
men moderado, por ejemplo, para pescar o para recargar baterías, es el depósi t o en el barco, ni tampoco en los cofres de la banera. Si
mejor utilizar el diésel. Evidentemente, es necesario tener espacio a a pesar de todo, nos vemos obligados a hacerlo, aislaremos totalmente
bordo y que el barco pueda soportar este peso nada despreciable. los cofres, tanto por la parte baja a causa de la gasolina, como por la
alta por los vapores de ésta . Si el desagüe de la bacera está por debajo
Una vez elegido el tipo de motor, hay que decidir su potencia. Si de la linea de flotación, debemos saber que la gasolina que eventual-
nos dirigimos a la casa vendedora, nos informarán sobre la máxima mente se derrame, al ser más ligera que el agua, se quedará en la tube-
potencia disponible, pero no tendremos ninguna idea sobre la po- ría (o tuberías) de desagüe donde quizáS puede incendiarse.
tencia realmente útil. Primero debemos saber lo que queremos. Si lo
que deseamos es tener la posibilidad de volver temprano, cuando
hay calma chicha, maniobrar dentro de los puertos y cargar las bate-
rías, el motor más pequeño será suficiente. Con un motor de 15 ki-
14
lovatios para un barco de 8 toneladas, podremos navegar a 5 ó 6
El cortacorriente
nudos con mar llana, siendo suficiente para maniobrar. Y para car-
gar baterías, basta con 150-200 vatios. Un motor más grande sólo n la actua lidad los moto res fu era borda de más de 6 ca-
11
tiene justificación cuando queremos navegar a motor a gran veloci-
dad en todas las circunstancias; pero en ese caso, es mejor que nos
E ba llos ll evan un cortaco rri ente. Este accesorio, que el
patrón sujeta en su muñeca es fundamenta l para la seguri-
las p artes del motor compremos un auténtico barco de motor o un fifty-fifty (motovele- dad, pues en caso de caída, desconecta automáticamente el
fuera borda ro). También debemos saber que un motor pequeño tiene un precio motor. A unque a bordo de un barco de vela con motor fue-
1. Tapa. - 2. Tirador de a rra nqu e.- ra borda su utilización no es muy cómoda, a bordo de los
menor y es mucho más barato de instalar y de mantener que uno
3. Est árter.- 4. Reg ulador de la mezcla.- grande. botes aux iliares neumáticos es indi spensable.
5. Puño del acele rador. -
6. Cortacorriente. - 7. Palomill as d e
fijación . - 8. Pa sador para reg ular la EL MOTOR FUERA BORDA Instalación
inclinación. - 9. Bloqueo de
levantamiento. - 10. Alcachofa de Elegir un motor fuera borda siempre es un remedio que justificamos Una de las mayores ven tajas de los motores fuera borda es su caracte-
aspiración de agua . - 11 . Tornillo de porque su precio es menor y su mantenimiento e invernada son más rística facilidad de instalación, pudiéndose montar y desmontar en
purga. - 12. Hé lice. - 13. Pa la nca de baratos. El mayor defecto de estos motores está relacionado con el car- cuestión de minutos. Para efectuar reparaciones o guardarlo en invier-
marchas. - 14. Placa a nticavitación. burante, que puede ser muy peligroso si no tenemos cuidado. no, podemos trasladarlo sin ningún problema al concesionario, lo cual
resulta menos caro y más sencillo que hacer venir al técnico.
El motor y la electri Cidad 347
346 El barco

Al instalar un motor fuera borda, hay que tener en cuenta una nece· • purgar el depósito, vaciándolo también, o mejor todavía, aspiran-
sidad fundamental: en la navegación, la hélice y la válvula de admisión do el fondo;
de aire y de refrigeración deben estar siempre completamente sumergi- • no olvidarnos tampoco de vaciar el tubo de alimentación, pues si
das. Al ser esto prácticamen te dificil de asegurar en todas las situacio- no, la avería se volverá a producir.
nes, no util izare mos el moto r cua ndo haya mucha mar, ni t ampo- También podemos parar un motor fuera borda desenganchando el
co cuando el barco escora. tubo por las buenas. De este modo el carburador se vaciará y no habrá
De igual modo, cuando no utilicemos el motor es preferible que la peligro de que se produzcan pérdidas al tumbarlo.
hélice esté completamente fuera del agua, siendo lo ideal poder subirlo
o bajarlo sin tener que sacarlo del soporte. Encendido
La mejor solución es disponer de un pozo, a ser posible que se pue- Con el tiempo, las bujías se desgastan y se ensucian . Hay que limpiarlas
da cerrar, para cuando el motor esté quitado. A falta de pozo, también regularmente y volver a apretar los electrodos (dejándolos a una distan-
Pocas veces es así de facil . podemos fijar éste al espejo de popa o sobre un soporte abatible, pero cia de 0,6 milimetros: el triple del grosor de una carta marina). De to-
En general, es necesari o que en ese caso estaria expuesto a posibles golpes en caso de falsa manio- das formas, éstas no son eternas y hay que cambiarlas una vez transcu-
el soporte pu eda subi r y bajar. bra; y además, si pesa mucho, el hecho de estar colocado en un extre- rridas cien horas de funcionamiento . Las demás averías del encendido
mo del barco favorecería el cabeceo. son competencia de un mecánico especializado, al que después pedire-
Si no podemos esconder completamente el motor cuando nave- mos que hidrofugue bien todo el circuito.
gamos a vela, hay que quitarlo de su soporte y colocarlo en cubierta,
bien tumbado sobre ésta o enganchado de forma vertical al balcón
de popa . Conviene tapar la parte superior con una lona impermea- Saber leer a través del
ble, que obliga toriamente debe estar abierta por la parte inferior pa- casquillo de una bujía
ra que el aire y el agua puedan circular libremente. Si lo guardamos

(~ (a
e
dentro de la cabina seria un suplicio para los estómagos delicados,
aparte de que el riesgo de incendio hace que esta opción sea inacep-
table.
~
Es conven ien te mantener el motor ama rra do al barco por un
carbonilla
~~
carbonilla ligeramente carbonilla carbonilla
seca
cabo de segu ri dad, mientras manipu lamos con él. marrón claro blanquecina aceitosa

O .--::O~_O,,-
Utilización ¡RECALENTAOA I COMBUSTIÓN INCOMPlETA
- carburación - cilindro ahogado - mezcla
Los motores fuera borda modernos funcionan de forma muy segura deficiente - mezcla demasiado rica
demasiado rica - problemas de
siempre que se manejen correctamente. La mayoría de los problemas segmentos
se deben a una mala utilización más que a un fallo mecánico.

Alimentación Refrigeración
Si el motor se para ¡suele ser porqu e no está alimentado ! y si el tubo La falta de en trada de agua es muy peligrosa para el motor, pues si és-
de alimentación está mal conectado, evidentemente el motor no arran- te no se refrigera puede griparse en menos de un minuto. De hecho, la
ca, siendo ésta la avería más frecuente. Hay que comprobar que el de- cantidad de agua que contiene el circuito es muy pequeña, siendo ne-
pósito no está en depresión, porque hayamos olvidado abrir la válvula cesario que circule con una velocidad rápida y constante para mantener
de entrada de aire (no todos los depósitos disponen de ella). la temperatura del mismo.
Hay que recordar que los orificios de entrada de agua deben estar
También puede ocurrir que la gasolina tenga agua. siempre bajo la superficie del agua . Lo cual no sucede cuando uno o
Pa ra vaciar e l depósito. pode mos En ese caso: dos tripulantes se desplazan a la proa para echar el fondeo ..
utiliza r un tubo de gom a con otro • vaciaremos la cubeta del carburador; pero hay que saber cómo Hay que vigilar que dichos orificios no estén taponados con la flora
tubo rígido en el extrem o. hacerlo y ademas disponer de la herramienta adecuada; que prolifera en los puertos, tanto algas como bolsas de plástico.
348 El barco El motor y la electricidad 349

La mayoría de los motores disponen de un testigo de circulación de En algunos motores, es necesario sacar antes el tirador, utilizando
agua, que hay que vigilar periódicamente. para ello un destornillador (que no debemos olvidarnos de llevar al ins-
La única persona que debe reparar una bomba estropeada es un talar el motor en el bote auxiliar).
mecánico especializado.
Cuando el motor se ha caído al agua
Engrase Cuando un motor se cae al agua en el mar, hay que llevarlo enseguida
El engrase de un motor de dos tiempos se realiza por medio de aceite a un mecánico para que lo ponga otra vez en condiciones. Mientras es-
mezclado con carburante . Hay que respetar la proporción indicada, que peramos que lo revisen, debemos mantenerlo sumergido en agua dul-
es de 1% a 4% según los modelos. Conviene mezclar bien el aceite ce, sin dejarlo nunca al aire. Si se ha caído en agua dulce, lo secaremos
con la gasolina, ya sea agitando dicha mezcla enérgicamente o bien y después probablemente volverá a arrancar.
por medio de una bomba mezcladora.
l os motores de cuatro tiempos tienen un cárter lleno de aceite, cuyo Material de repuesto indispensable
nivel hay que comprobar de forma periódica y vaciarlo entre cada cin- • Un aerosol de un producto aislante eléctrico.
cuenta y cien horas de funcionamiento. • Dos bujías, como mínimo, y una buena llave de bujías.
Existe otro tipo de engrase que frecuentemente olvidamos hacer: el • Uno o dos "fusibles" para la hélice.
de las partes auxiliares del motor, el puño del acelerador, el mando de
marchas, el pivote de orientación, los tornillos de sujeción, etc
EL MOTOR DIÉSEL
Régimen
Los motores fuera borda de dos tiempos están diseñados para girar con Es más grande y complejo que el motor fuera borda. Para sacar el máxi-
rapidez por lo que pueden funcionar durante horas al 90% de su régi- mo rendimiento, resulta conveniente que aprendamos unas cuantas
men máximo, sin ningún problema, nociones mínimas de mecánica; cómo volver a cebar el circuito de
Cuando funcionan demasiado tiempo al ralentí, se ensucian y des- gas-oil, cambiar un tubo, tensar otra vez la correa de la dínamo, cam-
pués arrancan con dificultad. Con objeto de facilitar el posterior arran- biar el aceite y engrasarlo.
que es conveniente hacerlos funcionar algunos segundos en un régi-
men muy alto, antes de pararlos.
Los motores fuera borda de cuatro tiempos son mucho más ligeros de
manejar y pueden funcionar mucho tiempo al ralentí, incluso conviene ha-
cerlos funcionar durante tres o cuatro minutos al ralentí antes de pararlos.

Consumo
A partir del 80 % de la potencia, el consumo de carburante se duplica y
la velocidad del barco no aumenta en general más que en un 5% . Que
cada uno saque la conclusión que quiera.

La hélice
Por lo general, la hélice lleva un "fusible" que se rompe al bloquearse
(por ejemplo con un cabo). Por este motivo es conveniente llevar a bor-
do varios fusibles de repuesto.

Cuando el tirador está roto


Podemos seguir arrancando el motor, incluso cuando el tirador origi-
nal se ha roto; basta con enrollar un cordel alrededor del volante mag-
nético.
Det all e de un motor diesel intraborda.
350 El barco El motor y la electricidad 351

Instalación Hay que embarcar las herramientas y el material necesario para las
La instalación de un motor diésel debe responder a ciertas normas. reparaciones sencillas y para el mantenimiento general. Evidentemente
siendo muy estrida la reglamentación relacionada con este tema . Sin no llevaremos a bordo más que lo indispensable para los trabajos que
embargo pueden existir algunos defectos, muchos de ellos bastante sepamos hacer, y si no sabemos hacer nada, a la primera averia que su-
frecuentes, por ejemplo: framos, haremos como si no tuviéramos motor.
• las válvulas del depósito no son accesibles en caso de incendio. Es
muy importante exigir un tipo de válvulas cuyo cierre pueda efectuarse
Funcionamiento
desde la cubierta por medio de un cabo;
El combustible
• con cierta frecuencia, y por razones económicas, la manguera ani·
liada que une el depósito con el orificio de llenado se ha cortado de un Los motores diésel consumen sólo gas-oil de coches completamente lim-
t ubo de mayor diámetro, por lo que no tiene más que un extremo. En pio, pues la bomba de inyección no resiste el agua ni las impurezas ma-
yores de 4 micras (0,004 milímetros). Por esta razón el circui to dispone
ese caso el circuito de entrada no es estanco y el gas·oil puede derra·
marse por el fondo en el momento de repostar; de dos filtros: un prefiltro con una cubeta transparente en la que se de- cartucho
de filtro
~ cartucho
de filtro
posita el agua; y un filtro con un cartucho filtrante, por lo general de pa-

~"'. - j
• también con bastante frecuencia resulta imposible vaciar la b an·
dej a de fond o, esa cubeta estanca que obligatoriamente debe colo- pel secante, que retiene los residuos sólidos, y que se sustituye periódica-
carse debajo del motor para recoger los posibles desbordamientos. Di- mente. Cuando aparece agua en la cubeta, hay que vaciarla y purgar el
depósito abriendo el orificio ad hoc, si es que tiene, o bien bombeando el

Ef
cha bandeja debe tener un orificio bien seña lado en la parte inferior,
para poder vaciarla con una jeringuilla. Hay que comprobar que su for· fondo del depósito con cualquier objeto adecuado (bomba de mano o
ma es la adecuada y que el orificio es accesible. una jeringuilla con un tubo que colocaremos en el fondo del depósito).
También debemos saber que todas las uniones flexibles que tiene el En caso de que se formen burbujas de aire en el circuito de alimen-
motor son muy poco duraderas, pues la goma de los amortiguadores, tación -suele ocurrir cuando nos quedamos sin combustible-, el motor Filt ro de gas -oH q ue s irve para deca nta r
de los manguitos y de los tubos no resisten eternamente el gas-oil. Hay no puede funciona r, y se queda parado o sin poder acelerar en cuanto e l agua y al mis m o t ie mpo para filtrar
que cambiarlos frecuentemente, cada uno o dos años. la más mínima burbuja de aire llega a la bomba de inyección por donde residuos sólidos.
El depósito de carburante merece una mención aparte. Es preferible no puede pasar.
que esté colocado más bajo que el motor, alimentándose por medio de
una bomba. De este modo, si se producen escapes de combustible por Pa ra purgar el circuito, hay que trabajar en dos etapas:
las t uberías, la bomba aspirará aire y el motor se parará, sin que el car· 1.' Aflojar el tubo de alimentación por la parte de la bomba de in-
burante llegue a extenderse dentro del barco. yección (cuando no hay grifo de purga); dejar correr el combustible o
Un motor siempre puede tener algún fallo mientras está en funcio- bombearlo a mano hasta que no quede ninguna burbuja de aire; volver
molor namiento, siendo los más graves los relativos al aceite y a la refrigera· a apretar el tubo.
ción. En los coches, estas deficiencias se indican por medio de testigos
luminosos que el conductor tiene siempre a la vista. Pero en un barco, 2° Aflojar una vuelta todos los tornillos que sujetan las tuberías a los
D
no siempre tenemos la nariz encima del pa nel de instrumentos, por lo inyectores; acelerar y arrancar el motor, si es posible con la manivela,
Esquema de instalación hasta que el aire haya salido de esta parte del circuito; volver a apretar
que resulta prudente instalar una doble señal de alarma sonora que se
de un moto r d iesel ¡otra bo rda . los tornillos y ponerlo en marcha.
ponga en funcionamiento para señalar, tanto una falta de aceite como
A. Ta pón de cubierta, q ue d ebe poder Esta operación es muy fácil de realizar cuando ya se ha hecho algu-
de refrigeración. En el momento en que oigamos esta seña l, hay que
a pre t a rs e con una ma nivela de güinche. na vez; pero es preciso que nos la enseñen y después hacerla nosotros
pa rar el motor, no sin antes haber consultado el panel de instrumentos
B. Junta de cauc ho para asegurar un solos delante de un mecánico, una vez descebado el motor.
pa ra sa ber qué es lo que no funciona. En una instalación adecuada la
alarma empieza a sonar en el momento en que el motor se pone a f~n­
cie rre he rm ético .
C. Abra zaderas pa ra asegurar un cie rre
ciona r y cuando se para, igual que se enciende la luz del aceite en el La refrigeración
herm é tico de la ma ngue ra fl ex ible de La mayoría de los motores diésel actuales se enfrían por medio de agua
panel de inst rumentos de un coche.
lle na do. dulce, que a su vez lo hace por agua de mar. Por lo que existen dos cir-
La vá lvu la de admisión de agua de mar ha de estar situada en
D. Bo mba, necesaria s i e l depósito está cuitos diferentes.
un lugar muy accesible que deben conocer todos los que van a
s ituado e n un pla no infe rior al motor. El circuito de agua dulce es un ci rcuito cerrado, exactamente igual al
bordo; debiendo disponer de una llave fija para poder cerrarla rápida-
E. Retorno de gas-oil de los inyect ores. de un coche . Debe estar siempre muy lleno, por lo que debemos dispo-
mente en caso de que se produjera una rotura en las t uberías.
352 El barco El m o tor y la e lectriCidad 353

ner de agua dulce a bordo permanentemente para rellenar cuando sea Cuando la alarma empieza a sonar debido a una falta de aceite, hay
necesario. Poner agua de mar en este circuito es peligroso, pues las ca - que parar el motor y comprobar el nivel. Si éste es bajo, hay que repo-
misas de acero del motor no lo resisten bien. nerlo y en caso negativo, tendremos que volver a puerto a vela pues se
El circuito de agua salada es un circuito abierto: el agua es aspirada trata de una avería seria, imposible de repara r en la mar.
por una bomba a través de una alcachofa situada bajo la linea de flota- Cuando el inversor tiene un cárter distinto al del motor debemos
ción, que pasa por un intercambiador en el que se enfría el agua dulce comprobar su nivel de aceite por lo menos cada quince días, y cambiar
y después sale expulsada al exterior, por el tubo de escape. el aceite por lo menos una vez al año.
Si la señal de alarma empieza a funcionar porque el motor se ha ca- Tampoco debemos olvidarnos de las partes auxiliares: bombas de
lentado. hay que pararlo inmediatamente y comprobar enseguida el ni- agua dulce y de agua de mar, junta giratoria, mando a distancia (em-
vel del agua que hay dentro del circuito de agua dulce. brague y acelerador). Éstas deben engrasarse en cada cambio de aceite
Si falta agua, hay que reponerla, una vez se haya enfriado el motor y y con una mayor frecuencia si el motor funciona mucho.
después de haber reparado los eventuales escapes.
Si no falta agua, hay que dejar también que el motor se enfríe un
La electricidad
poco, y después volver a ponerlo en marcha y comprobar la circulación Una vez que gira el motor, el alternador tiene que cargar la batería . Es-

J
de agua salada. Si es normal, puede ser que la bomba de agua dulce ta carga puede comprobarse con un amperímetro; al cabo de cierto
esté estropeada, y esta vez no podemos arreglarla solos. tiempo de funcionamiento (de cinco minutos a varias horas), la carga
disminuye, pero nunca debe ser nula; bien con un voltímetro, alcanzan-
Si circula poca agua de mar, o casi nada, puede ser debido a lo si- ,,'ol·homo
puente

:
guiente: sonda
cocina
• que la válvula del casco esté cerrada; cortacorriente radi.o
. • cabina de proa
• que la alcachofa esté atascada; para averiguarlo, hay que cerrar resistencia baterla , piloto
de pre,calentamiento de servicio . .:..'
la válvula, desconectar el tubo, volver a abrir la válvula y ver si el agua
corre; . : fusible prinCipal
',- motor alternador
• si la válvula y la alcachofa dejan pasar el agua tranquilamente la
moto, d'¡=1\
\ \ Il--Í\../

---=~ --2 ~==-_:..:


cosa ya es más grave; o el circuito está atascado o la bomba no funcio-
""O,", ¡¡ ¡ "_. __
~?J
na. En este caso también hay que llamar a un mecánico.

Mientras vivimos a bordo hay que dejar abierta la válvula de admi-


sión de agua de mar, accionándola tan sólo una vez por semana. 2 precalentamiento
Cuando el barco se queda vacío la cerraremos, y buscaremos un truco marcha 1 b
paradao - v
~rranque
para acordarnos de abrirla antes de poner el motor en funcionamiento, ___ interruptor
por ejemplo, colgando de ella la llave de con tacto. llave de conta cto -a- fusible
Es quema del circuito eléctrico
Engrase Para calentar un motor diese l, hay que girar la llave hasta la posición 2, para
El engrase del motor se rea liza a través de un circuito de aceite que se cerrar e l interruptor 2 y poner e n fu ncionamiento la s resis tencias de
mantiene a presión por medio de una bomba. Con un manómetro po- precale ntamiento. Tra nscurridos 30 segundos aproximadamente, e l interruptor 2
demos averiguar la presión que hay, la cual no deber;; bajar de cierto se abre de forma automática e n cuanto el motor se ha calentado s uficientemente.
nivel. Este circui to lleva un filtro que mantiene limpio el acei te, debien- En ese momento hay que girar la llave has ta la pos ición 3, e l m otor de arranque
do sustituir el cartucho del mismo en cada cambio de aceite. empieza a girar y e l piñón de a taque se mu eve para eng ranarse s obre el vo lante
Es necesario utilizar el aceite recomendado por el fabricante, siem- de inercia del motor para hacerle arra ncar. En cuanto e l motor e mpieza a
pre el mismo, así como la cantidad adecuada, pues resulta igual de ne- " ronronear ", hay que s oltar la llave, q ue vue lve a la pos ición 1. El motor, al hacer
fasto el exceso de aceite como su carencia. girar e l a lternador, produce e lectricidad que carga en primer luga r la bateria de
Los cambios de aceite deben ser frecuentes (de 100 a 200 horas). arranque. Cuando e l reg ulador comprueba que esta bateria de arranque está
Aunque el motor haya funcionado poco tiempo, no debemos arrancar- completamente cargada, dirig e la carga hacia la otra bateria que alimenta los
lo con aceite usado que no haya sido cambiado en más de tres meses. instrumentos.
354 El barco El motor y la electricidad 355

do éste su nivel normal al cabo de 1 Ó 2 minutos, debiendo quedarse • aflojar, si procede, el prensaestopas y engrasarlo, comprobar que
permanentemente al mismo nivel. Si el alternador no carga, por lo ge- tiene suficiente estopa y añadir más si es necesario.
neral se debe a que la correa de transmisión está floja o desgastada. lo
cual es muy fácil de arreglar. Al desaparejar el barco, debemos:
• cerra r el grifo del gas-oil;
El arranque manual • desmontar el alternador, el motor de arranque y la batería, que es
Resulta muy útil poder arrancar el motor a mano cuando las baterías la solución más sensata; también podemos dejarlo todo a bordo pero
están descargadas o si se han ahogado. Pero sólo podremos hacerlo si en ese caso hay que poner en marcha el motor por lo menos una hora
el motor es pequeño y lleva un volante. Hay que hacer la prueba antes cada quince días o mejor aún todas las semanas;
de comprarlo, sin ser suficiente que tenga una manivela y que nos de- • si no vamos a utilizar el motor en todo el invierno, poner un poco
jemos camelar por el vendedor. de aceite en cada cilindro y hacer que el motor dé dos vueltas para re-
partir bien el aceite por las paredes del cilindro;
• cerrar la válvula de fondo;
Mantenimiento
• poner anticongelante en el agua dulce;
La fiabilidad del motor depende en un cincuenta por ciento de la cali-
• comprobar que no entra agua por el prensaestopas, y si es nece-
dad de su mantenimiento. El propietario debe ocuparse seriamen te de
sario, apretarlo una vuelta más;
esta tarea, incluso aunque confíe el trabajo a un buen mecánico. Úni·
• limpiar y engrasar generosamente con grasa de silicona todos los
camente el usuario de un motor conoce las anomalías que presenta su
contactos eléctricos.
funcionamiento, siendo el propietario quien debe mandar hacer las re-
visiones periódicas a su debido tiempo. También conviene anotar en un
cuaderno a diario, no sólo las revisiones sino también los incidentes Modo de manejar el motor
que se han producido en su funcionamiento. El fabricante del motor La fiabilidad del motor depende en el otro cincuenta por ciento del mo-
suele proporcionar normas de mantenimiento que conviene cumplir. do en que se maneje. Es muy importante que los usuarios cumplan las
Puesto que también debemos mantener los accesorios, proponemos normas del fabricante. Al igual que ocurre con el mantenimiento, el
una lista práctica de lo que hay que hacer y cuándo. manejo del motor también implica otros cuidados, por lo que propone-
mos una lista práctica de lo que hay que hacer.
Una vez al año al aparejar el barco, debemos:
• purgar el fondo del depósito de gas-oil; Esta lista se basa en la necesidad de disponer siempre de un motor
• vaciar la cubeta del prefiltro; preparado para arrancar; por este motivo, deberán efectuarse previa-
• cambiar el cartucho del filtro; mente las comprobaciones indispensables.
• comprobar la estanqueidad del tapón del depósito;
• purgar el circuito de gas-oil; Al embarcar
• limpiar y comprobar los inyectores; • abrir la válvula de fondo
• volver a montar el motor de arranque, el alternador y las baterías • comprobar el nivel de combustible;
en caso de que los hayamos desmontado; • comprobar que no hay agua en la cubeta del prefiltro;
• si no se han desmontado, volver a tensar las correas, rellenar el ni- • comproba r el nivel de aceite del motor;
vel de electrolito de la batería y limpiar los terminales. • comprobar el nivel de aceite del inversor;
• cambiar el aceite del motor y del inversor, engrasar todas las par- • comprobar el nivel de agua dulce;
tes móviles y las palancas de inversión de marcha y de aceleración; • conectar las baterías (cortacircuitos general).
• limpiar la alcachofa; incluso por dentro. pues puede tener molus-
cos o cualquier otro animal o vegetal, Al ponerlo en marcha
• engrasar la válvula de fondo; • acelerar un poco el motor desembragado;
• comprobar las condiciones de los tubos (si apretando por encima • calentarlo un poco antes, si es necesario;
vemos alguna raja, hay que cambiarlos), así como de sus abrazaderas, y • arrancar el motor, sin hacer funcionar la batería más de cinco se-
rellenar el nivel de agua dulce; gundos seguidos;
356 El bar co El motor y la electricidad 357

• marcar con claridad un intervalo de parada en punto muerto


Cuando el motor cuando vayamos a invertir la marcha;
no arranca • evitar las aceleraciones bruscas;
• no girar a más de los cuatro quintos del régimen, sobre todo si es-
n teoría, para arrancar un motor diesel basta con dar tamos efectuan do una travesía muy larga.
E vueltas al cigüeñal, o a la manivela, con la rapidez sufi-
ciente para que se encienda un cilindro y el motor empiece
Si queremos dejarlo funcionando durante mucho tiempo al ra lenti
para pescar, quizás sería conveniente reglar el motor para este fin.
a ronronear.
En la practica, al motor le cuesta un poco arrancar, debi- Para pararlo
do a que está frío y el gas-Gil se pulveriza mal y no arde. Los
• dejar funcionar el motor por lo menos cinco minutos al ralentí pa-
dos medios que se suelen utilizar para ayudarle a arrancar
ra que baje un poco su temperatura;
son el estárter y la bujía de encendido.
• cortar la inyección;
El estarter admite una cantidad de gas-oil superior a lo
necesario para hacer girar el motor y enriquecer la mezcla • quitar el contacto después de la parada real del motor;
aire/co mbustible. Puede ser automático o manual Y, normal- • comprobar el nivel de combustible;
mente, la palanca del acelerador lleva una posición "start". • asegurarnos de que no hay agua en la cubeta del prefiltro.
La bujia de encendido es una pequeña resistencia eléctri- • comprobar, después de estar parado cinco minutos, el nivel de
ca que está fija en la cu lata y que ca lienta la cabeza del cilin- aceite del motor.
dro. Hay tantas bujías como cilindros. Antes de arrancar el En el caso de que sea la última parada del dia:
motor, hay que alimentar las bujías de encendido durante • comprobar el nivel de agua dulce.
30 segundos aproximadamente, lo que se suele hacer colo-
Si hacemos todo esto al parar el motor, estará listo para volver a
cando la llave de contacto en posición intermedia hasta que
arrancar en cualquier momento sin tener que hacer nada más.
una pequeña luz roja se vuelva verde o bien se apague.
Para ayudar a arrancar existe también un producto líqui- En España la norm at iva ,
do "START PILOr que se pulveriza desde los filtros de aire Al irnos del barco
muy dispersa, obliga a ll e-
del motor. Este producto debemos usarlo sólo ocasional- • cerrar la valvula de fondo; va r el siguiente material de
mente pues es muy fuerte y pued e estropear el motor. Es • comprobar que no se han producido fugas por el prensa estopas; repuesto relacionado con el
mejor averiguar el motivo por el que éste no arranca con • desconectar la batería (cortacircuitos general). motor:
normalidad. • Juego de herramientas
para el desmontaje.
Seguridad • Cartuchos para el filtro
de co mbu stible.
• dejarlo funcionando a un tercio de su régimen durante tres minu- • Inyector con su portain-
Orden 84'810 de 30 de agosto de 1984. yectores (si se trata de mo-
tos como mínimo, para calentar el motor; mientras tanto, comprobar
Artículo 224.2.50
que la batería carga, que el agua de mar circula bien y que la presión tores diésel).
Instrumentos y publicaciones náuticas.
de aceite es normal. • Ll ave de bujías (motor
Material de armamento. Piezas de repuesto. de gasolina).
En caso de que el motor no arranque, estadísticamente puede de- [... 1
• Bobina con condensa-
berse: en un 90% de los casos a que la batería no está suficientemente 3.3.1.: Piezas de repuesto para motor de ence ndido por dor (motor de gasolina, sa l-
ca rgada (el precalentamiento es insu ficiente y/o el arranque gira dema- compresión (diésel):
vo que e l e ncendido sea
siado despacio); y en el 10% restante de los casos, es debido a gas-oil • un juego de herramientas para desmontar el motor, electrón ico).
defectuoso. • un inyector sin emba laje y un tubo de inyector monta-
• Juego de correa s de
do en un porta -inyector,
bomba y generador.
Mientras navegamos • un ca rtucho de filtro de gas-oil,
• Tuberías o manguitos
• varios pernos adecuados al motor, flexibles.
• dejar un poco de tiempo al motor para que se caliente sin hacerlo
• unas cuantas tuberías o manguitos flexibl es con cables
funcionar más que a la mitad de su régimen durante los cinco primeros • Abrazaderas de varios
para apretarlos,
tamaños.
minutos de marcha; • fu sibles para la insta lación eléctrica ,
• Tornill os y tuercas di-
• embragar con firmeza sin que patine el embrague; • correas de repuesto. versas.
El m o tor y la electriCIdad 359
358 El barc o

Almacenamiento de la electricidad
LA ELECTRICIDAD
En el centro de toda la instalación eléctrica, están las baterías, que sir-
El poder disponer de electricidad a bordo de un barco de crucero se ha ven para acumular la corriente producida por el motor, supliéndola, se-
convertido ya en algo indispensable. Pero los barcos no están conecta- gún sea necesario, para hacer funcionar los aparatos. Conviene elegir-
dos a la red EDF*, y la cantidad de energia disponible es siempre limita- las bien, con una óptima instalación y mantenimiento.
" Compañia de electrICidad france-
da. Por lo tanto, hay que administrar de modo inteligente su produc- Una batería está formada por varios elementos, cada uno de los cua-
sa. IN. de fa TI
ción, almacenamiento y consumo para que esta comodidad no se les puede proporcionar 2 voltios; con 6 elementos se obtiene una bate-
ria de 12 voltios, y con 12 elementos una de 24 voltios.
transforme en una pesadilla.

¿Qué tipo de batería elegiremos?


¿ Cuánta electricidad necesitamos? Existen cua tro clases principales de baterías:
Para averiguarlo. hay que hacer un cálculo que nos sirva para decidir- 1.° Baterias clásicas de plomo con electrolito liquido a base de ácido
nos entre dos parámetros in disociables: el tiempo que vamos a dedicar sulfúrico, que se vacían si se vuelcan. Mientras están cargan do se pro-
a cargar baterías y las comodidades que deseamos tener; y, como telón duce siempre una pérdida de electrolito; podemos compensar esta pér-
de fondo, el presupuesto de que disponemos. Antes de hacer un cálcu- dida añadiendo agua destilada para mantener el nivel 1 centímetro por
lo exacto, conviene que conozcamos algunas reglas. encima de las placas (no hay que anadir nunca ácido).
• Una bombilla incandescente consume dos veces más que un tubo Podemos comprobar fácilmente la carga de la bateria por medio de
de neón y alumbra lo mismo que éste, aunque con otro ambiente, sin un pesaácidos.
embargo cuesta más barata.
• Incluso actuando con precaución, cuantas más bombillas tenga- 2.° Baterías estancas. Son similares a las anteriores, pero contienen
mos, más luz consumiremos. una reserva de electrolito suficiente para toda su vida. Esto hace que
• Un aparato de navegación consume muy poca electricidad, siem- sean estancas, por lo que no es necesario instalarlas dentro de un reci-
pre que se puedan apagar sus luces. piente hermético. Únicamente podemos averiguar cuánta carga tienen
• Las luces de fondeo consumen mucho pues no se suelen quitar por medio de un vol tímetro. Su duración es limitada, sobre todo si no
nunca al hacerse de día. se manipulan adecuadamente.
• Tres luces de navegación consumen el triple que una luz tricolor
colocada en el tope del palo, y además con ella se ve mejor. 3.° Baterías de electrolito gelificado. Tienen las mismas característi-
• Un emisor-receptor de radio consume mucho y frecuentemente cas que las anteriores, siendo algunas de ellas de gran capacidad, y no
Modo de sentimos la tentación de utilizarlo. expulsan hidrógeno.
comprobar • Un grupo de agua a presión consume bastante más que una
un bomba de pie y aumenta enormemente el consumo de agua. 4.° Baterías alcalinas, como las de cadmio-níquel, con electrolito a
circuito Hay que señalar que una instalación en mal estado puede multiplicar base de potasio. Son muy caras pero pueden descargarse por comple-
por dos, por tres, o incluso por cuatro el consumo de electricidad. to sin ocasionar ningún problema, aunque su utilización es poco co-
• Se cog e un o hmí me- rriente.
t ro.
• Se mid e la res istencia ¿ Qué clase de electricidad utilizaremos? ¿Cuántas baterías debemos tener a bordo?
del circuito, a partir del in- En la mayoría de los barcos se suele utilizar corriente continua de 12 Para instalaciones pequeñas y mientras podamos arrancar de modo efi-
terrupt or o del fu sible. voltiOS; por 10 tanto, todas las explicaciones se refieren a este tipo de caz el motor o el cargador a mano, basta con una sola batería.
• A co ntinuación, se mi- electricidad. Los grandes consumidores prefieren corriente de 24 voltios
de la resistencia del aparato Pero si no podemos arrancar el motor a mano, la prudencia nos
solo (bombilla, Satn av, etc.l. en barcos grandes, lo cual resulta más caro debido a que los aparatos aconseja utilizar dos baterías completamente diferentes: una con bue-
• La diferencia entre las son también más caros. Hay barcos que llevan corriente alterna de 220 na capacidad para arrancar y que no sirva más que para eso, y la otra
dos m edid as nos d a la re- voltios, pero ¡eso ya se sale del marco de este Curso! -u otras- que sea capaz de proporcionar corrien te de poca intensidad
siste ncia d el ci rc uito. Ést a durante mucho tiempo. La primera de ellas deberá estar totalmente ais-
de be se r d es pr ec ia bl e, en No debemos tener a bordo más que una sola clase de corriente, de lada del resto de la instalación, y siempre cargada más del 75%, que es
otro cas o hay que revisa rlo. 12 ó 14 voltios, pues si no ¡preparémonos para las averías!
360 El ba rco El motor y la electricidad 361

el mínimo necesario pa ra poder arrancar un motor diésel en frío. En el El régimen medio de un alternador clásico de 40 amperios en esta
caso de que tengamos varias baterías, debemos disponer de un distri- batería será de un 15% de 55 amperioslhora = 8,25 amperioslhora. Por
buidor de carga electrónico que sirva para enviar a cada una de las ba- lo tanto necesitaremos 44 : 8,25 amperioslhora = 5,33, es decir, 5 horas
terías la cantidad de corriente que necesite. 20 minutos, aproximadamente. Pero sólo tardaremos 2 horas 40 minu-
tos en carga r 44 amperioslhora en una batería de 110 amperios/hora
Instalación con el mismo alternador. Este cálculo es pura teoría, y no es válido más
Debido a su peso, uno siente la tentación de colocar las baterías lo más que para una instalación cuyos contactos sean perfectos, especialmen-
abajo posible, lo cual está bien para navegar a vela, pero el primer gol- te en los bornes.
pe de mar quizáS las deje inservibles. ¡Un compromiso más que hay Después de este período de tiempo, la carga será suficiente pero no
que establecer! Hay que colocarlas en un recipiente de material aislante del todo completa si, como suele ocurrir, la tensión de ca rga y la densi-
para que no pueda producirse ningún contacto ocasional entre los dos dad del electrolito no han sido constantes durante 3 horas.
bornes.
y por último, las ataremos bien con una cinta de nylon o tergal, para Para saber cómo va la carga y la descarga, necesitamos un voltíme-
evitar que puedan desestibarse incluso con escoras superiores al 90%. tro electrónico, que podemos dejar conectado permanentemente. la
Las baterías de electrolito liquido deben colocarse en una cubeta resis- indicación que proporciona sólo vale para, por ejemplo:
tente al ácido (poliéster) para que los derrames accidentales no se ex- • si la aguja está en la zona amarilla cuando no hay contacto, y si-
tiendan por todo el interior del barco. gue permaneciendo alli después de encenderlo, es que está cargada.
• si la aguja está en la zona amarilla cuando no hay contacto y pasa
Mientras las baterías se están cargando, se desprende hidrógeno y a la roja una vez encendido, es que hay que cargarla;
oxigeno, una mezcla muy inflamable y explosiva. Por este motivo, el • si, con el motor apagado y las luces encendidas, la aguja sigue en
compartimento donde se alojan deberá estar bien ventilado por su par- la zona verde, es que la batería está muy cargada.
te superior y durante la carga no deberá acercarse ninguna llama.
Mantenimiento
Carga y descarga 10 Guardar las baterías lo más cargadas posible.
Una batería se define por su tensión (12 ó 14 vol tios), su intensidad pa- 2. 0 Mantener el nivel de electrolito por lo menos 1 centímetro por
ra arrancar (150, 200 Y 300 amperios) y su capacidad (55 Ó 95 ampe- encima de las placas y rellenarlo con agua destilada, nunca con electro-
rios/hora). Una batería 12/325/95 es una batería de 12 voltios que pue- lito.
de proporcionar 325 amperios durante breves instantes para arrancar 3. 0 Por lo menos una vez al año, desconecta r los cables para limpiar
el motor, con una capacidad de 95 amperios/hora. y engrasar los bornes (volviéndolos a apretar fuertemente).
Una batería descargada en más del 25% en principio no es capaz de 4. 0 Mantener la batería limpia para evitar que se descargue debido a
arrancar un motor diésel, sobre todo si este último es un poco rebelde; la suciedad mezclada con sal, que puede acumularse sobre ellas.
tampoco debe descargarse más del 80%; si esto ocurriese una o dos
veces solamente no se producirían graves desperfectos pero las baterías
se desgastan mucho si se quedan descargadas durante varias horas. Producción de electricidad
Tamb ién pueden descargarse solas. Si son nuevas, lo máximo que la producción de electricidad está casi siempre garantizada por un al -
aguantan sin recargar son tres meses, debiendo recargarse cada dos ternador accionado por el motor. Pero algunos barcos disponen de
semanas si tienen más de un año. otros medios, a menudo auxiliares, que no debemos despreciar.
La carga de una batería está dirigida por el regulador. Al principio es
muy rápida y después va disminuyendo hasta llegar a cero, según po- El alternador
demos ver en el amperímetro. Como media, la carga es igual a un 15% Se suele decir que la potencia necesaria es de una cuarta parte o de un
aproximadamente de la capacidad de la batería, siendo la cantidad má- tercio de la que tienen las baterías. Si cogemos más potencia, no la uti-
xima igual a la potencia del alternador. lizaremos más que en contadas ocasiones y si cogemos menos, alarga-
De este modo, para volver a cargar completamente una batería de remos 105 períodos de carga. los alternadores deben tener un dispositi-
55 amperios/hora descargada al 80%, necesitamos una potencia de un vo antiparásitos si vamos a utilizar 105 aparatos de radio (comunicacio-
80% de 55 amperioslhora, es decir 44 amperios/hora. nes y navegación) con el motor en marcha.

J
362 El barco El motor y la electricidad 363

Si se corta la corriente de un alternador en marcha, éste se funde in-


mediatamente. Para evitar este tipo de contrariedades, es preciso que
el cortacircuitos disponga de un sistema de interrupción del inductor.
Este mecanismo existe, y debemos exigir que n05 lo pongan. Si el insta-
lador no lo conoce, tendremos que cambiar de instalador.
Si el alternador no funciona, no carga, siendo ésta una situación
bastante más normal de lo que parece, y que por lo general se debe a
que la correa está floja. Si haciendo fuerza sobre ella, la flecha se des-
plaza un centímetro, hay que volver a tensarla.
El mantenimiento del alternador es muy sencillo, siendo suficiente
mantenerlo seco y revisarlo cada quinientas horas aproximadamente.
con objeto de comprobar los colectores y engrasar los rodamientos.

Otros medios de producción de electricidad


La línea e léctrica del muelle proporciona una corriente alterna de
220 voltios procedente de la red eléctrica pública. Podemos utilizar este
tipo de corriente a bordo tal como llega, pero no es aconsejable pues
necesitaríamos una instalación muy cara y tener aparatos dobles. Por el
contrario, es conveniente alimentar con una corriente de 220 voltios un
cargador para recargar y mantener la s baterías a tope. Sin embargo,
debemos tener en cuenta que una instalación chapucera es peligrosa
pues el agua de mar, siempre presente, es casi tan buena conductora
de la electricidad como el cobre. El generador de viento qu e vemos
A continuación citamos algunas precauciones que debemos tomar: en la popa de est e velero s irve para
• dejar conectada permanentemente al cargador la linea eléctrica mantener la carga de la s baterías de
del muelle, instalando una toma de tierra adecuada; servicio ... cuando hay viento.
• utilizar línea eléctrica formada por tres cables conductores homo-
logados de sección gruesa (2,5 milímetros cuadrados); La instalación eléctrica
• colocar en la línea eléctrica del muelle una toma perfectamente Es fundamental que la instalación eléctrica esté bien estudiada, aunque
instalada y rellenarla con masilla elástomera, de manera que no pueda desgraciadamente, en los barcos modernos ésta suele ser bastante cha-
entrar en ella la humedad (que sea de una pieza). En caso de que fre- pucera. A continuación mencionamos unos cuantos aspectos que de-
cuentemos puertos con tomas de otra clase, debemos ll evar un surtido bemos tener en cuenta:
de adaptadores ad hac instalados del mismo modo.
El cargador tiene un regulador que adapta la carga al estado de la El interruptor general de electricidad
batería, y se deja conectado permanentemente, muchas veces con un La instalación debe poder aislarse completamente de las baterías por
diodo para evitar que se descargue. medio de un cortacircuitos general. Según la reglamentación éste debe
ser bipolar, aunque frecuentemente no es así. No suele dar problemas
Los generadores de v iento y paneles solares son sistemas auxilia- excepto en los barcos de aleación ligera.
res por lo general insuficientes para asegurar una gran producción, pe- Es conveniente disponer de dos ci rcuitos, uno para la navegación y
ra pueden servir para mantener las baterías cargadas durante las largas otro para el confort, y así cuando las baterías están bajas siempre po-
ausencias del propietario del barco. demos cortar este último y mantener en buenas condiciones el circuito
de navegación.
Los alternadores conectados al eje de la hélice o a una hélice También resulta útil disponer de un limitador de descarga. Éste sirve
subma rina proporcionan una producción significativa de electricidad para cortar completamente la corriente cuando la batería llega al límite
siempre que el barco esté navegando. de descarga, y una vez en ese punto ya sabemos que hay que cargarla ..
364 El barco El motor y la electricidad 365

Los cables casi imposible si los hilos están un poco oxidados (lo cual suele ocurrir
La instalación debe ser de dos conductores, excepto para el motor. Este transcurrido el primer invierno).
punto, de gran importancia, es obligatorio y casi siempre se respeta.
Debemos añadir que en los barcos metálicos, especialmente 105 de El panel general
aleación ligera, no está de más poner dos cables conductores en todos Actualmente existe una clara tendencia a colocar a la vista el panel ge-
sitios, incluso en el motor, pues de este modo nos evitaremos bastantes neral de instrumentos, junto a la mesa de cartas. Ésta no es la solución
sorpresas de tipo galvánico. ideal, pues la experiencia demuestra que es un lugar demasiado húme-
Pasacubierta de t ipo c ue llo de cis ne.
Al tratarse de corriente continua, es necesario que los conductores do, expuesto a los rociones, trajes de agua, dedos mojados ... y además,
se diferencien por el color en toda la instalación, puesto que muchos la parte posterior del tablero se apoya en el casco del barco. Es mejor
de los aparatos son polarizados y no resistirían una inversión (a paratos colocar dicha parte del panel contra la cámara del motor; pues al estar
de navegación, tubos fluorescentes, etc). Son muy pocos los fabrican- caliente, siempre estaría seco, contribuyendo el ambiente grasiento al
tes que se preocupan de esto, por eso aunque la instalación tenga va- mantenimiento de los equipos. Otra buena solución sería colocarlo en
rios colores hay que comprobar las polaridades. el techo, siempre que la parte exterior estuviera totalmente resguarda-
da del chorreo del agua. También podriamos cubrir todo el panel con
Una buena instalación duradera y segura puede ser bien de hilo de un plástico transparente, sellando la parte superior y los lados con cinta
estaño flexible, o de hilo rígido (un solo hilo por conductor) con los ex- adhesiva.
tremos de estaño (aunque cerca del motor, siempre se pone cable flexi-
ble, por las vibraciones). Una instalación de este tipo puede durarnos Los aparatos
veinte años e incluso más. • Los fu sib les. Todos los aparatos deben estar protegidos para evi-
El consumo de electricidad es menor si la sección de los hilos es bas- tar cualquier peligro de incendio. Hoy día está de moda instalar disyun-
tante generosa. Para barcos de hasta 12 metros de casco aconsejamos tores que a veces sirven también de interruptores; no está mal, es prác-
instalar hilo de 2,5 mm'. tico y razonablemente satisfactorio, pero demasiado complicado y frágil
Los barcos de serie llevan cable flexible corriente, que prácticamente para soportar el ambiente marino. Un buen fusible de cartucho, como
no vale para nada. Este cable enseguida se oxida y se pone negro, apa- los que se usan en las casas, es más seguro y se puede arreglar con
reciendo en cada conexión una resistencia, y tanto es así que al cabo más facilidad. Si preferimos utilizar disyuntores, conviene que instale-
de uno o dos años, del 10% al 30%, o incluso el 50% de la electrici- mos material de construcción, que es más seguro que el destinado a
dad se consume en los propios cables, siendo, además, imposible revi- los barcos deportivos (y también mas barato).
sarlos.
• Los int e rrupto res. Los mejores son los de báscula, que son los
Podemos elegir cables recubiertos como los que se emplean en las más sencillos, y que aunque no son impermeables, podemos colocarlos
casas, que se pueden cambiar con facilidad, en caso necesario. en el techo para que no les entre agua, cuando tenemos los dedos mo-
También podemos poner cables a la vista como en los sótanos. jados. Los contactos se pueden limpiar una vez al año.
Sin embargo, los fabricantes prefieren ocultar los cables detrás del
forro interior del barco, sin ninguna protección, y donde la humedad es • Las luces ce nita les de casquillo de bayoneta son mejores que las
la reina del baile. bombillas de rosca, cuyo sistema de sujeción suele ser insuficiente. De
En el palo, los cables eléctricos deben protegerse con una funda, todas formas es.aconsejable instalar tubos fluorescentes.
pues en caso contrario se deterioran enseguida a causa de los rema-
ches, los tornillos y los pernos, quedándose sin aislamiento. • Luces d e na veg ac ió n . Cuanto más lejos del agua se coloquen,
mejor funcionarán. Para barcos de hasta 20 metros de eslora, no hay
Las conexiones duda: 10 mejor es la luz tricolor a tope de palo. Para navegar a motor,
Las buenas conexiones están siempre soldadas, y así no se producen re- hay que coloca r las tres luces (roja, verde y blanca) lo más arriba de és-
sistencias parasitarias. Pero eso sólo puede hacerlo el navegante. Tam- te; así no las tapará el foque, que no se suele aparejar navegando a
bién podemos estañar el extremo de los cables o soldar los terminales motor; hay que contar, además, con una luz para instalar en la popa.
planos engastados y engrasar todas las conexiones para reducir el óxi-
do. Esto es muy fácil de realizar en una instalación nueva, pero resulta
366 El barco
El motor y la electricidad 367

El balance eléctrico Segundo caso


Es una estimación que deben realizar todos los patrones para conocer Un buen navegante deportivo, con un barco alquilado desde hace un ano:
lo que arriesgan cada vez que quieren añadir una aparente comodidad.
Los cálculos que indicamos son teóricos y sirven para hacer compara- potencia consumo e n
duración
ciones. Son tres ejemplos completamente realistas de instalaciones de en vatios vatios/hora
tres barcos de unos 10 metros de eslora con el mismo programa: una
3 luces de navegación 30 4h 120
navegación de doce horas, de las cuales cuatro 50n de noche, para ter-
minar fondeando al final de la noche. La batería proporciona 80 ampe- 1 tubo fluorescente
rios/hora, y el alternador 20 amperios. La única diferencia importante en la cocina 8 2 h 16
es la idea que podemos tener del crucero. 1 tubo fluorescente
en la cabina 8 2 h 16
Primer caso
El capitán es muy ahorrativo, utiliza una lámpara de petróleo para 1 luz en la mesa de cartas 5 4h 20
alumbrar la cabina y arranca el motor a mano: 2 aparatos de navegación 2 12 h 24
Con una tensión de 12 voltios: 102,5: 12 = 8,54 amperios/hora
su iluminación 3 4h 12
otras luces 5 1h 5
pot encia d u ració n con su mo en
en va tios vatios/hora Total 213

1 luz tricolor
a tope de palo 10 4h 40 Ésta es una instalación corriente que tiene un año, por lo que hay
que añadir un 15% de pérdidas. El cálculo es, pues, de 245 vatios/hora
1 tubo flu orescente a 12 voltios = 20,4 amperios/hora, a los que hay que añadir 1,5 ampe-
pequeño de 3 vatios rios/hora para el arranque del motor (400 amperios durante 15 segun-
en la cocina 3 2h 6 dos). Para cargar 21,9 amperios/hora a 15 amperios y suplir la electrici-
1 tubo fluorescente dad consumida, el motor tiene que funcionar 1 hora 46 minutos, es
pequeño de 3 vatios decir, más o menos el triple que en el caso anterior. Si la instalación tie-
en la mesa de cartas 3 4h 12 ne dos años, las pérdidas alcanzarán del 30 al 50%, lo que obliga a
aumentar el tiempo de carga en 1h 38 min. o 1h 52 min.
1 luz de iluminación
del compás 3 4h 12
1 aparato de navegación 1,5 12 h 18
su ilu minación 3 4h 12
otras luces 5 30 min 2,5
Total 102,5

La instalación ha sido revisada y todas las conexiones están estaña-


das; la pérdida de electricidad es despreciable.
Si se carga a 15 amperios como media, necesitará:
8,54 : 15 = 0,57 horas Esta fiesta de "luz V sonido " en un
es decir, 34 minutos de funcionamiento del motor para suplir la electri- fondeadero exterior hará que el motor
cidad consumida. tenga qu e pasar varias horas
recargando las ba1eria s.

1
368 El barco

Tercer caso
El patrón es de los que opinan que cuando uno está disfrutando de al-
go no hay que calcular:

potencia consumo en
El casco y
los interiores
duración
en vatios vatios/hora
3 luces de navegación 30 4h 120

1 luz de fondeo 10 7h 70

1 tubo fluorescente
en la cocina 8 2 h 16

2 tubos fluorescentes Ya hemos analizado detenidamente la jarcia, pues es un campo en el


en la cabina 16 2 h 32 que el navegante deportivo está obligado a tomar decisiones constan·
1 luz en la mesa de cartas 5 4h 20
temente, a elegir el material que mejor conviene a su barco y también a
ingeniárselas para instalar dicho material y mantenerlo en buenas con·
4 aparatos de navegación 4 12 h 48 diciones. Evidentemente, estas intervenciones están muy limitadas en
relación con el casco del barco, aunque no dejan de tener su importan·
su iluminación 5 4h 20
cia. Sin duda alguna, para ser un buen patrón no es necesario saber có·
1 reflector en cubierta 40 15 min 10 mo se construye un casco, pero sí es importante conocer sus puntos
débiles, que son los que debe inspeccionar en el momento de comprar
otras luces 5 2 h 10
el barco y más tarde vigilar mientras lo utiliza. Es conveniente que pue·
1 grupo de presión da llevar a cabo el mantenimiento normal, y que sea capaz de realizar
de agua potable 40 30 min 20 él solo algunas tareas a bordo (instalación de accesorios y trabajos de
insumergibilización), así como algunas reparaciones, por ejemplo, en
1 bomba de achique 40 15 min 10
caso de que se produzca una vía de agua. En este capítulo se tratan al-
1 aparato V HF 7 18 h 126 gunas indicaciones elementales sobre este aspecto. Está claro que todo
el mundo sabe clavar un clavo y enroscar un tornillo en su sitio, pero
receptor 18 75 min 22,5 sin embargo vamos a suponer que no es así.
emisor 60 30 min 30

1 nevera 60 4h 240
EL CASCO Y LA ESTRUCTURA
Tota l 794,5
De modo general, sea cual sea el material utilizado en la construcción
Si es una instalación estándar de hace un año. hay que añadirle un del casco, las uniones, los refuerzos y las superestructruras son siempre
15% de pérdidas, es decir, 914 vatios/hora a 12 voltios = 76 ampe- zonas que hay que vigilar. Asimismo hay que tener cuidado con el efec·
rios/hora, a los cuales hay que sumar 1,5 amperios/hora para el arran- to gavánico, muy traicionero, que puede producirse en los extremos de
que del motor. Cargando a 15 amperios. son necesarias 5 horas 6 mi- las clavijas o en el casco.
nutos para suplir la electricidad consumida. Lo que resulta difícilmente
soportable. Si duplicamos la capacidad de la bateria y la potencia del Los puntos débiles de un casco
alternador, conseguiremos reducir el tiempo de carga hasta 2 horas 53 Las un iones. Los elementos de un casco están unidos entre sí de dis-
minutos. Si el barco tiene ya uno dos años. preferimos no calcular las tintas maneras: clavado, pegado, atornillado o soldadura. Cada uno de
pérdidas. Veremos que la nevera consume mucha energía representan- estos puntos de ensamble puede representar una zona débil de su blin-
do casi un tercio del consumo total. daje; una unión defectuosa puede poner en peligro todo el barco.
370 El barco El casco y los Interiores 371

Los refuerzos. En los lugares en los que el casco sufre un gran es-
fuerzo, se colocan refuerzos, como en la zona de anclaje de los cade-
notes, tintero del palo, etc. Un refuerzo adecuado debe repartir el es-
fuerzo en una superficie amplia, debiendo mantenerse los puntos re-
Cua ndo se a ñade un e le me nto de
acastillaje. hay que co locar un refu e rzo
forzados en perfectas condiciones. Cuando nosotros mismos instala-
mos una pieza que va a tener que sufrir un gran esfuerzo, debemos fi-
~
·
o

.~
suficientem ente dim en sion ad o.
jarla sobre un refuerzo suficientemente dimensionado.
Por ejemplo, si queremos colocar una cornamusa en la cubierta, el
suelo deberá tener doble grosor en ese lugar.

Las superestru ct u ras. Existen cascos resistentes cuyas superestruc-


turas son de una fragilidad alarmante. En algunos casos la forma del
tambucho está diseñada más para servir de sola ri um que para resistir la
embestida de un golpe de mar. Otras veces, se sacrifica su resistencia
Paso de un pern o o buló n en el empeño de conseguir economizar en las partes altas, o bien pa-
Cua ndo u n b ul ón atraviesa una cubierta c:
ra aligerarlas. Debemos insistir machaconamente en este punto: los
co nductora de e lectricida d, debe 'O
portillos, el tambucho, y las uniones de éste a la cubierta deben ser de
ais la rse ba jo la ara nde la, y también en una resistencia a toda prueba. Igual que las piezas móviles que sirven ...
e l ta ladro de paso de la cub ierta. para asegurar su cierre, pues, a menudo pensamos que sólo valen para
...
:::l
impedir la entrada de posibles ladrones, cuando en realidad la mar es
capaz de cometer daños mucho más graves .. .......
VI

El efecto ga lvánico, Entre dos metales diferentes, la presencia de


c:
un elemento conductor (en este caso el agua salada, o la capa de sal
que se deposita sobre las piezas) crea un par electrolítico. El metal me-
...O
Q)
nos electropositivo de los dos cede su carga positiva, desgastándose
"'C
poco a poco.
A bordo de un barco, hay que evitar a toda costa cierto tipo de con-
.......O
.
tactos, como el aluminio y el acero cad miado o galvanizado con meta-
les cobrizos (por ejemplo, un tensor de bronce con un cadenote de
.."
~
i
acero galvanizado) pues las piezas de acero o de aluminio no resisten
mucho tiempo este contacto. Algunos resultan tolerables si se coloca
'"
oC
>

entre ellos un aislante, como en el caso del acero inoxidable con el alu- c:
minio. Hay otros contactos que se pueden realizar sin protección, como :::l
el aluminio con el acero galvanizado (pero no debemos olvidar que la Q)
duración de la galvanización con zinc es limitada). "'C
En oposición con el aislante, existe un conductor no m etálico : el
VI
carbono . Hay que desconfiar de él como de la peste, en caso de que
entre en la composición del casco o de las perchas. Pues en ese caso, .......
Q)
··
'o
u

las piezas metálicas que estén mal aisladas pueden destruirse unas a
otras con gran rapidez y a varios metros de distancia.
En la práctica, la mayoría de las veces se suelen instalar accesorios de
'"
c..
aleación ligera sobre piezas del mismo material; en su defecto, siempre
que tomemos las precauciones necesarias, podemos utilizar piezas de ace-
ro inoxidable o de material no conductor, como nylon, rilsan, celorón, etc.
372 El barco El casco y los interiores 373

Al efectuar reparaciones o mejoras, conviene pensar en 105 posibles


efectos galvánicos. Hay que saber que si el circuito eléctrico está mal
aislado, las corrientes que salen de éste pueden transformar en ¿modos
algunas piezas metálicas del barco, que sufririan una rápida corrosión.
Otro ejemplo: si colocamos cadenotes de acero inoxidable en un casco
con clavijas de acero galvanizado, hay que aislar los dos metales con
una lámina de plástico; pues en caso contrario las clavijas que estén
cerca de los cadenotes se corroerán rápidamente.
Sin embargo. este tipo de protección no puede utilizarse sobre la ca-
rena; en este caso una solución sencilla y eficaz (onsiste en instalar
ánodos consumibles. Éstos son unas placas de cobre que se fijan a la
carena, y sobre las que se ejerce el efecto galvánico, que de este modo
es casi nulo en las demás zonas. Normalmente se suele emplear este
procedimiento cuando instalamos una hélice de bronce sobre un casco
con pasadores de acero galvanizado. Está claro que habrá que cambiar
estas placas antes de que estén totalmente corroídas. Casco de madera maciza : muchas
piezas, muchas uniones, muchos
problema s.
Tipos de construcción
los materiales que se utilizan en la construcción de barcos deportivos y no muy rígidos. la técnica utilizada no se presta mucho a la construc·
son muy variados: madera maciza (construcción clásica), contrachapa· ción en serie; mejor dicho, la construcción en serie no permite bajar los
do, resina fraguada (o plástico), acero, aluminio, hormigón, carbono, precios de un modo significativo, siendo muy caro el mantenimiento de
Kevlar y titanio. estos cascos. Estas razones explican la regresión de esta modalidad de
Todos estos materiales tienen ventajas e inconvenientes que ense· construcción frente a las nuevas técnicas.
guida analizaremos, pero sobre todo, nos vamos a dedicar a concretar El propietario de un barco de construcción clásica no carece de moti·
las necesidades de mantenimiento de cada uno de ellos y las obligacio- vos de preocupación, debido a que el barco está formado por un gran
nes derivadas del empleo de uno u otro tipo de casco. número de piezas.
No se puede hablar propiamente de materiales inadecuados, sino de
una elección inadecuada o una instalación incorrecta. Resistencia. las ligazones son muy numerosas y difíciles de contro·
Hay que desconfiar de la tendencia que presentan algunos astilleros lar, y además se van deteriorando poco a poco cuando el barco trabaja.
a realizar todo con "sus" materiales, construyendo así todo en madera,
aluminio o plástico, mientras que muchas veces los sistemas combina· Estanqueidad. Es dificil de conseguir debido al gran número de
dos son los más acertados; por ejemplo, un casco de aluminio puede uniones y a la poca superficie de contacto de los elementos entre sí.
equiparse con una cubierta de contrachapado y, por qué no, con un En los alefrices el calafateado (estopa que proporciona estanquei-
tambucho de madera estratificada; esta solución es la que hemos elegí· dad entre dos piezas) se suelta con mayor facilidad. Para reponerlo, hay
do para el Glénans 33. que recurrir a los servicios de un profesional. El navegante deportivo
que calafatea su propio barco, corre el riesgo de hacerle más daño que
Cascos de madera maciza bien.
Son los cascos tradicionales. Hasta el año 1950, aproximadamente, to· la estanqueidad de la cubierta, alternativamente seca y húmeda, es
dos los barcos deportivos Se construían de madera maciza. Hay algunos especialmente díficil de conseguir, si está construida con tablones. El
de ellos preciosos que todavía siguen navegando, aunque ya casi no se único medio de lograrl o es utilizando elastómeros, juntas de caucho
construyen. que se adhieren a las dos piezas y que al mismo tiempo se pueden esti·
la mayoría de las veces, los cascos de madera maciza son de formas raro Hay que hacer lo mismo con la union entre la cubierta y el tambu·
redondeadas, pudiendo hacerse insumergibles con gran facilidad, por cho, y para el trancanil, que son tradicionalmente los puntos por donde
lo menos los pequeños. Pero, sin embargo, son relativamente pesados los barcos suelen hacer agua.
374 El barco El casco y los interiores 375

glos deben confiarse a un profesional. En caso de desastre tot~1 (abor-


daje grave, o encallada), un casco de este tipO se desarma rapldamen-
te, y ya no se puede reparar.

Cascos de madera pegada


El inconveniente de la madera maciza es que su resistencia es peor en
sentido transversal que en sentido longitudinal. En la construcción con
madera pegada, se consigue un material homogéneo resistente en
cualquier sentido, formado por planchas delgadas entrecruzadas y pe-
gadas unas con otras (de tres a nueve tablas). .
Se denomina contrachapado a los paneles que se han realizado en
fábrica, y madera moldeada cuando las tablas se han pegado en el lu-
Calafateado de la cubierta : con un gar donde se construye el casco según la forma de éste. En ambos ca-
hierro y un mazo de ca lafate. el
sos, la tablazón se encola a las piezas maestras (quilla, palmejares, va-
carpintero introduce la est opa e n las
rengas ... ), sirviendo los interiores de estructura.
ra nuras de los t a blones.
La madera encolada está indicada para la construcción de barcos por
unidad, o para la construcción por aficionados, pero a causa del precio Esquele to de un casco de
Duraci ó n . La madera se puede pudrir, siendo realmente imposible de este material, ya no se utiliza para la construcción en serie. contracha pado, de pantoque vivo .
pintar ciertos lugares, especialmente los puntos de contacto entre las Por medio de esta técnica se consiguen cascos muy ligeros y rígidos,
piezas. siendo además muy fácil hacerlos insumergibles.
La madera maciza tiene un enemigo mortal: el teredo, molusco que Una variante moderna de la madera encolada es el "West-System",
prolifera en los puertos franceses, y que ataca a las piezas sumergidas. ~ en el que la madera no sólo se pega sino que también se satura con re-
No se puede ver ni oír, y para matarlo hay que mantener el barco un sina epoxy. Éste es un material muy eficaz, con el que se construyen las
mes en seco, o tres meses en agua dulce. Sin embargo, debemos saber hélices de los aviones, las paletas de los generadores de viento, y los
que a los cascos de madera maciza no les viene bien secarse demasia- palos aerodinámicos de los grandes catamaranes de regata, etc.
do. Antes se decía que un barco debía estar en el agua con la luna de
abril (finales de marzo), lo cual sigue siendo cierto. Resistencia y estanqueidad. La cola es el material con el que se
Para hacernos una idea del estado en que se encuentra un casco de consigue resistencia y estanqueidad. Si se produce una vía de agua en
construcción clásica, podemos hacer dos pruebas. En seco, pinchar con el barco, el problema es grave, pues indica que las uniones están en
un cuchillo por la parte exterior y la interior, a lo largo de los alefrices y mal estado, y por lo tanto que el casco no es sólido.
de la junta de cubierta (no debemos meter la hoja más de 2 milime-
tros). En el agua, poner a navegar el barco con viento fresco; si las
uniones están flojas, el casco hará agua (pero cuidado, un buen barco
puede hacer agua porque las partes altas estén secas). Una entrada de
agua por la obra viva o una infiltración rebelde al calafateado con fre-
cuencia indican que hay una unión en mal estado.

Mantenimiento. Hay que poner el barco en s~co y pintarlo todos


los años, mandar calafatearlo de vez en cuando (de cinco a diez años) y
secarlo periódicamente cuando está a flote. Estas medidas y algunas
otras más harán que el mantenimiento de este tipo de barcos pueda
ser bien una verdadera carga o por el contrario una pasión exclusiva.

Reparaciones. Resulta bastante arriesgado hacer reparaciones no-


sotros solos en un casco de madera maciza. Incluso los pequeños arre· Casco de madera moldeada con forma .
376 El barco El casco y los interiores 377

Para juzgar el estado en que se encuentra un casco de madera enco-


lada, hay que inspeccionar cuidadosamentre las juntas. Si éstas son visi-
bles (pintura resquebrajada o defecto de nivelación) es que el encolado
es defectuoso, aunque el barco no haga agua.

Duración. El contrachapado no se pudre mientras el agua no pene-


tra por la plancha. Pero el barco envejece enseguida si las molduras
que protegen a esta plancha están mal encoladas. El teredo no ataca
más que a las piezas de madera maciza del casco, parándose ante la
primera unión de cola.

M ante nimiento. Aunque menor que el de un casco de construc-


ción clásica, el mantenimiento de un casco de madera encolado tam-
poco es despreciable, pues hay que secarlo de vez en cuando y volver a Fabrica ción de un casco d e plástico.
pintarlo. Proyecció n de gel-coat sobre el molde
previam ente recubiert o de cera.
Reparaciones. Hay algunas reparaciones pequeñas que el aficiona-
do puede realizar, tal como veremos al final del capítulo. Pero los traba-
jos grandes y el mantenimiento general debe hacerse en un astillero
con medios suficientes para poner el barco en seco y trabajar en calien-
te (pues si no las piezas encoladas no aguantan).
Un casco bien encolado puede sufrir grandes averías (tablazón hun-
dida, por ejemplo) y sin embargo poder seguir reparándose.

Cascos de plástico
La gran mayoría de los barcos de serie que se construyen actualmente
son de plástico. Bajo esta denominación tan vaga, se agrupan todos los
materiales "composites ", es decir, los materiales compuestos, incluyen-
do el hormigón armado que está formado por arena, cemento y hierro,
del que hablaremos más tarde. A la izquierda, los trozos de t ej ido se
Las cualidades de estos tipos de materiales son el resultado de las de empa pan con resina. A la derecha,
cada uno de sus componentes: la arena resiste la compresión, el ce- colocación del contramolde de l fondo
mento sirve para unir y el hierro soporta la tracción. del casco. Ést e interviene en la rigid ez
estructural del barco.
En la construcción naval se utiliza un material formado por dos com-
ponentes: fibra de vid rio, de carbono o de Kevlar que presentan una
gran resistencia a la tracción, y resina epoxy o de poliéster que soporta (un término más) separadas por un alma de espuma. En este caso los
la compresión y hace de unión entre las fibras. cascos se construyen sobre un molde macho, con un coste muy bajo.
La estructura del barco está formada por la correcta colocación de Sin embargo, hay que resaltar un aspecto negativo del plástico y es
las fibras y la resina . que arde muy bien, mucho mejor que la madera, desprendiendo vapo-
El casco y la cubierta están realizados de una sola pieza, es decir, son res tóxicos, y resultand o muy grave cualquier conato de incendio.
monolíticos, y su unión (la jun ta de cubierta) puede ser un punto débil.
Este material se adapta perfectamente a la construccion en serie, Sol idez, estanqueidad. Un casco de plástico suele ser más sólido
que se realiza por medio de un molde hembra. En la construcción por que uno de madera, debido en gran parte a que es más ligero y a que
unidades se utiliza el sistema de sandwich: dos planchas estratificadas se rompe con menos facilidad . Hay que controlar los ángulos, especial-
El barco El casco y lo s in teri ores 379
378

mente los de la cubierta, los anclajes de los cadenotes y los herrajes del En relación con este material surgen nuevos problemas, por ejemplo,
timón. La estanqueidad se consigue con el revestimiento exterior, el en un barco de acero el compás de navegación debe estar cuidadosa-
gel-coat, que puede rezumar agua si está deteriorado. mente compensado y ajustado, no pudiéndose utilizar el compás de
Recientemente ha aparecido una nueva plaga en 105 cascos de po- marcar, por lo que es necesario recurrir a compases fijos o a círculos de
liéster estratificado: la ósmosis. Se trata de un fenómeno de envejeci- marcar. Tampoco se pueden tomar marcaciones gonio dentro del bar-
miento que vuelve poroso el plástico. Para diagnosticar la ósmosis en co, al producirse en éste el efecto de caja de Faraday.
un casco hay que revisarlo mientras está húmedo y buscar pequeñas
burbujas en el gel-coa!. Si al pincharlas, huele a vinagre o a liquido re- Solidez, estanqueidad. Los cascos de acero son muy homogéneos
velador de fotos (el ácido acético produce la hidrólisis de la resina), con al estar soldadas las planchas entre si. Soportan bien los golpes y aun-
toda seguridad el casco está afectado de ósmosis. Los especialistas con- que las planchas se abollen no se rompen. La estanqueidad es perfecta.
sideran hoy dia que pocos barcos podrán escapar a este fenómeno. El
tratamiento es largo y costoso (hay que dejar limpio el poliéster lijándo- Duración, mantenimiento. La herrumbre es el principal enemigo
lo o por chorreado de arena, dejar secar durante varios meses y volver a de los cascos de acero y castiga sin piedad los lugares más inaccesibles.
realizar un tratamiento de superficie con epoxy) que sólo podrá efec- Hay que luchar contra este fenómeno sin descanso, picándola en cuan- El corte de las planchas está totalmente
tuarse en un astillero especializado. Un casco tratado correctamente to aparece, es decir, haciendo que salte con un martillo afilado, y des- automatizado y dirigido por ordenador.
puede hallar una segunda juventud . pués pintando la superficie cuidadosamente. Pero es el cuento de nun-
ca acabar, hay que estar siempre volviendo a picar y a pintar, por lo
Mantenimiento. Los cascos de plástico tienen una gran ventaja, y cual el casco va adelgazando peligrosamente con el tiempo ..
es que se puede reducir considerablemente su mantenimiento sin com- Podemos resolver casi de forma definitiva este problema por medio
prometer nada más que su aspecto. Los cascos de este material pueden de la proyección de zinc sobre del casco, aunque es un procedimiento
estar varios anos en el agua sin que el material sufra. algo caro.
Si queremos conservar un casco con un buen aspecto, tenemos que Señalemos por último la reciente aparición del acero Corten que tie-
pulirlo regularmente, y si no es suficiente, siempre podemos volverlos a ne la misma propiedad que el cobre o el aluminio: su óxido superficial
pintar. Este revestimiento exterior (gel-coat) se desgasta al cabo de los constituye en si mismo un revestimiento protector.
anos. Para volver a pintar el casco, se utilizan pinturas de poliuretano,
cuyas cualidades de adherencia son muy adecuadas, o bien gel-coat Reparaciones. Tanto las reparaciones pequeñas como las grandes
parafinado (el que no es parafinado no se seca). deben efectuarse en un astillero.

Reparaciones. Las pequenas reparaciones puede efectuarlas muy


bien cualquier aficionado, pero cuando la estructura está da nada, tiene
que llevarlas a cabo un profesional.

Nuestro corazón se inclina por la construcción en sandwich, que pre-


sen ta la enorme ventaja de proporcionar barcos insumergibles.

Cascos de acero
El empleo del acero en la construcción naval no resulta interesan te más
que para barcos de una eslora superior alas 12 metros, pues en barcos
menores 105 cascos serían demasiado pesados. Por el contrario, es una
de las soluciones más económicas para barcos de 18 metros o más, y
además el material está muy indicado para la construcción por aficiona-
dos. Con el acero se pueden construir cascos de forma redondeada y
también en pantoque vivo (siendo estos últimos más baratos), aunque
es casi imposible hacerlos insumergibles debido a su tamaño y a la den-
sidad del acero .. Casco de acero, de pantoque vivo .
380 El barco El casco y los interiores 381

Cascos de aleación de aluminio


El aluminio (alu para los entendidos) constituye el revestimiento de di-
versos tipos de aleaciones, siendo el más idóneo para la construcción
naval el AG4MC. Las demás aleaciones no son recomendables, debien-
do evitar al máximo las que contienen cobre, que se representa por la
letra U, por ejemplo el AZ5GU, en la construcción de cascos.
Una vez dicho esto, senalamos que el aluminio, que se empezó a
utilizar en la construcción naval en los años sesenta, es un material ex-
celente, especialmente indicado para realizar barcos por unidades o en
series pequeñas, desde el Optimist de 2,30 metros de eslora, al 12 m JI
de 23m, así como Jos grandes catamaranes de regata.
El aluminio se trabaja por medio de dos procedimientos distintos:
1.° la construcción en pantoque, ensamblando planchas envolven-
tes, soldadas entre sí formando ángulos vivos (o pantoques), con un
precio razonable;
2.° la construcción con forma, que se efectúa con planchas calientes
y que resulta bastante más cara. En este tipo de construcción, los ele-
mentos estructurales, armazón, varengas, ¡istones, etc, están realiza- Casco de aluminio de pa ntoqu e vivo. l a cubie rta se ha colocado antes que las Casco d e ferro ceme nto: co locación de
dos con perfiles corrientes. bordas . la rejill a metálica.

El aluminio no produce perturbaciones en los compases, pero no se pinturas con pigmentos a base de cobre pueden devorar el casco poco
pueden tomar marcaciones gonio dentro de los barcos construidos con a poco, surgiendo también múltiples e inesperados problemas. No de-
este material. bemos abarloar el barco durante mucho tiemjX) a otros cuya carena es-
Al igual que ocurre con los de acero, los cascos de aluminio son muy té pintada al bronce, o lo que es peor, recubierta de cobre.
sólidos y estancos, abollándose sin romperse en caso de choque.
Pero la gran ventaja del aluminio es que nos podemos olvidar del
Duración, mantenimiento. Estos cascos apenas se oxidan, pero en mantenimiento, pues la oxidación de su superficie (alúmina) protege el
cambio el efecto galvánico representa una continua preocupación. Las casco. Incluso podemos dejarlo sin pintar. Si por razones estéticas que-
remos hacerlo, debemos seguir escrupulosamente los consejos del fa-
bricante de pinturas, especialmente en lo que respecta a la preparación
de la superficie.

Cascos de ferrocemento
Esta clase de construcción que tuvo gran auge en los años setenta,
consiste en fabricar un esqueleto de rejilla metálica, y recubrirlo con fe-
rrocemento de forma que quede estanco. Este material, si se trabaja
bien, puede ser idóneo para construir barcos deportivos de grandes di-
mensiones, aunque se sacrifica un poco la velocidad, pues los barcos
de menos de 25 metros de eslora resultan demasiado pesados.

Mantenimiento
En este casco co n forma (G lena ns 331. los e le mentos estructura les, Interio res casi t erminados, e l barco está Para efectuar el mantenimiento de cualquier tipo de casco, sea cual sea
las chapas de aluminio se impregnan c uade rnas, varengas o vag ras son list o para recibir e l tambucho (en este su material de construcción, deben realizarse tareas de lijado y de pin-
en alquitran antes de su insta lación . perfiles e n U, T o lo caso es de po liester estratificado) . tura.
382 El barco El ca s co y los interiores 383

La pintura Durante la fase de lijado, podemos comprobar la calidad de la pintu-


Existe un gran número de barcos pintados. La pintura sirve para prote- ra que queda. Si llegamos a una capa que está bien pegada, podemos
ger el casco, proporcionándole al mismo tiempo un buen aspecto. dejarla. Pero desgraciadamente esto no ocurre siempre, y nos damos
Para proteger un casco de modo eficaz, es necesario aplicar varias cuenta de que la pintura está en mal estado cuando al lijar por una
manos de pintura. por lo general de diferentes clases, teniendo cada parte estropeada, podemos distinguir fácilmente el límite. Tenemos ! \
una de ellas una función concreta. que eliminar todo lo que no está bien adherido.

\
• En primer lugar una pintura de imprimación, que debe proteger el Si las sucesivas manos de pintura forman un revestimiento demasia- !
soporte y adherirse bien a éste. Según el soporte de que se trate, cada do grueso (de más de 2 milimetros), puede que sea necesario dejar el
fabricante indica la pintura más adecuada. casco desnudo, quitando la pintura con un soplete o con un decapan te
químico. Pero hay que tener cuidado, pues el ácido que tiene el deca-
• Una pintura de acabado (frecuentemente llamada esmalte o laca
(u.ya ca~acter¡stica principal es su resistencia a golpes y arañazos, y aí pante ataca el metal y destruye de manera especial el zinc que protege
mismo tiempo al aire. al sol y al agua. los clavos. Después de utilizarlo, debemos lavar el casco cuidadosa-
• Entre estas dos pinturas. normalmente se da una mano de masilla mente.
o aparejo, cuyo fin es tapar los defectos de superficie del soporte. Esta Una vez lavado y lijado, hay que aclararlo con agua dulce. No es su-
~asilla. no debe ser demasiado espesa, y sólo sirve para que el aspecto
ficiente con una simple ducha, sino que tenemos que frotar con fuerza
final del casco sea perfedo. al mismo tiempo con una esponja. Estará listo cuando, una vez seco, al
pasar los dedos no quede en ellos el mínimo rastro de polvo.
lijado con una rijadora de disco.
Modo de volver a pintar un casco
El secreto está en la preparación de la superficie a pintar. Este trabajo Ya hemos hecho lo más dificil, ahora no queda más que pintarlo .
.nos llevará las tres cuartas partes del tiempo total de la operación, y re-
qUiere una buena dosis de paciencia y mucho esmero. En caso de que hayamos dejado desnudo el casco, volveremos a co-
.. Pa~a q~e la pintura aguante, tenemos que aplicarla sobre una super- locar la pelicula protectora mano a mano. Hay que esperar a que una
fICIe limpia y mate, para lo cual debemos lavar el casco quitando la su- mano seque completamente antes de dar la siguiente. Si vamos a dar
ciedad y la grasa, y después lijarlo para dejarlo sin brillo, igualando la varias capas de esmalte, hay que lijar suavemente cada capa, una vez
5upe~icie. se. trata de eliminar la capa superficial de pintura estropeada
seca, para que la siguiente pueda adherirse ("matando el brillo"). lija- Modo d e pintar:

y satinar la plOtura sólida que está debajo. Si hemos lijado bien el agua remos también las capas de masilla, para conseguir una superficie uni- , . Depositar la pintura en e l centro

no se queda en forma de gotas sobre la superficie. sino que resbala so- forme, dejando sin lijar la mano de imprimación. de la s uperficie que qu eremos cubrir.
bre ella. En el caso de que el casco no esté completamente pelado, empeza- 2. Extenderla en un sentido.

Estas dos primeras operaciones, lavar y lijar, pueden hacerse al mis- remos haciendo los retoques, es decir, volviendo a poner una tras otra 3. Después en el olro.

mo tiempo, con papel de lija al agua yagua con jabón. En las superfi- las capas de pintura que faltan en los sitios donde hemos quitado par- 4. Igualar, pasando e l pincel sólo e n

cies rugosas o en los lugares poco accesibles, podemos lavar y lijar con cial o totalmente la pintura. En este caso, lijaremos también cada capa un sentido, hacia la parte ya pintada .

un cepillo echando detergente en polvo que haga espuma. (excepto la de imprimación), para que las siguientes se adhieran bien.
Las manos de pintura deben ser finas y uniformes, y del mismo color
que el resto del casco. Para terminar, hay que dar una última mano de
pintura de acabado.

Las pinturas que hay que utilizar


Existen diversos grupos de pinturas, debiendo utilizar siempre la misma
Para lijar bien una superficie. hay que clase, y si es posible la misma marca. Las pinturas que más se emplean
coger media hoja de papel de lija en los barcos de recreo son:
plegá ndola e n tres partes. Si só lo la ) ) ) ) , 5 , , ; ; , ) , ; ;' ; ) , , ; • Las gliceroftá licas . Son fáciles de aplicar, pero no muy resisten-
plegamos e n dos, las dos caras del El limile entre la primera y la segunda tes. Podemos utilizarlas con temperaturas variables (de 5 O( a 25 OC),
pape l rozará n una contra otra, y s i no la mano se puede ver con claridad, lo incluso con una gran humedad relativa (hasta el 90%). El soporte debe
plegamos, no podemos sujetarla con la cual significa que la segunda está mal estar seco y hay que evitar pintar al sol. Existen pinturas gliceroftálicas
m ano. ad herida a la primera. que se pueden aplicar con lluvia.
384 El barco El casco y los interiores 385

• Lo s alkiduretanos y poliuretanos de un componente. Son Pinturas para la carena


pinturas de una resistencia media. Hay que evitar pintar en un ambien· Pinturas al bronce. Se da esta denominación a todas las pinturas de
te demasiado frío O húmedo (menos de 10°C y más de un 70% de hu- carena compuestas por polvo de cobre en suspensión en barniz. La ma-
medad relativa). El soporte debe estar muy seco. yoría de las pinturas al bronce son gliceroftálicas, por lo que deben
aplicarse en las mismas condiciones que las pinturas de esta clase.
• Los poliuretan os con dos componentes (que hay que mezclar El principio de acción de los bronces es muy sencillo; su capa superfi-
antes de utilizar). Son las más resistentes. pero su empleo es complica· cial se oxida y al ser tóxico este óxido impide durante cierto tiempo que
do, pues la temperatura debe ser alta (de 18 oC a 25 OC) Y la humedad la vegetación se pegue al casco. Cada vez que carenemos el barco, po-
relativa inferior al 60%. El soporte debe estar completamente seco y sin demos lijarlo con un abrasivo muy fino (400 a 600) para reavivar esta
grasa alguna. propiedad. Cuando la carena ha recibido un total de diez a quince ca-
pas de bronce, ya no vale la pena volver a pintarlo, pues el caparazón
Estas últimas clases de pinturas presentan determinadas característi- que se ha formado es tan grueso que forma un verdadero revestimien-
cas especiales. Si las utilizamos sobre madera, la misma pintura puede to de cobre.
utilizarse como selladora (diluyéndola), para las capas intermedias y pa-
ra la capa de acabado. Y, por otra parte. no es necesario esperar a que Las pinturas anti-incrustantes. Son mucho más tóxicas que las
seque por completo una capa antes de dar la siguiente; en cuanto el pinturas al bronce, pero, en general, menos resistentes. Muchas de
dedo no se quede pegado sobre ésta (cuando la pintura se pegue un ellas no soportan estar al aire libre, por lo que se aplican justo antes de
poquito pero no se quede sobre el dedo) ya podemos dar la segunda echar el barco al agua.
mano, con lo que evitamos tener que lijar. En Glénans cuando una carena tiene más de diez capas de pintura
Por último, hay que resaltar que estas pinturas no se adhieren del to- de bronce, se le da una capa de pintura anti-incrustante, y de ese mo-
do si pintamos con ellas encima de otra clase de pintura. do hay que carenar con una menor frecuencia.

Pinturas especiales Cuidados especia les. En las carenas de los cascos claveteados con
Pintura antideslizante. Son pinturas que contienen abrasivos y que se puntas galvanizadas hay que poner masilla en las cabezas de estas últi-
venden en las tiendas, pero también podemos fabricarlas nosotros mis- mas, pues si no las pinturas a base de cobre las corroen.
mos (como hacernos en Glénans) del modo siguiente: Recordemos que en los cascos de aluminio, sólo debemos utilizar
• aplicamos una capa bastante espesa de poliuretano; pinturas especiales, o en caso contrario es mejor no poner ninguna.
• a continuación, espolvoreamos un poco de arena muy fina y limpia;
• cuando la pintura está seca, barremos la arena sobrante, sin insis- En Europa, está prohibido actualmente utilizar pinturas a base de sa-
tir demasiado; les de estaño y de ciertos derivados del plomo, ya que son nocivas para
• por último, damos un par de manos más de poliuretano. el medio ambiente.

Barniz. Muy estéticos pero poco resistentes, los barnices constituyen la galvanización
una constante preocupación, pues a la menor resquebrajadura la ma- En cuanto aparezca el más ligero indicio de herrumbre sobre una pieza
dera se pone negra y suele ser demasiado tarde para volver a barnizar. de acero, hay que volver a galvanizarla, pero no de cualquier manera,
Al contrario que las pinturas viejas que basta con lijarlas un poco, un sino por alguno de los procedimientos siguientes:
barniz viejo debe quitarse del todo. Si no está demasiado estropeado, 1.° Galvan ización en caliente (o en baño). Se introduce la pieza en
podemos eliminar una gran parte lijándolo. un baño de zinc fundido, consiguiéndose una excelente protección.
Para que la madera esté bien protegida hay que darle de cinco a sie- 2.° Zincado. Se echa zinc sobre la pieza que queremos proteger. Es-
te manos de barniz todos los años, lo cual supone un gran trabajo. ta solución es la única posible para piezas de grandes dimensiones, co-
Algunos propietarios de barcos están permanentemente lijando y mo los cascos. Frecuentemente se emplea para piezas pequeñas, lo que
barnizando, siempre con una hoja de lija y un bote de barniz en la ma- es una lástima, pues la protección que se consigue de este modo es
no. En cuanto las circunstancias meteorológicas lo permiten, se cuelgan menor que la que lograríamos con la galvanización en baño de zinc.
de un extremo de la regala o de un pasamanos ... Así tienen siempre 3.° Galvanización electrolitica. Debemos evitarla por resultar insu-
impecable el barniz. ficiente.
386 El barco
El casco y los interiores 387

Reparaciones habituales Existen en el comercio productos para rehacer la junta de un portillo


Modo de lograr la estanqueidad corredizo. Se aplica una película formando un molde sobre uno de los
A menudo nos vemos obl igados a emplear una gran energía para ce- elementos, se pone masilla y se cierra; cuando el material ha agarrado,
rrar hermét icamente un barco, o para mantenerlo estanco, debiendo ya podemos abrirla: la junta ha quedado perfecta.
ser ésta una de las mayores preocupaciones del patrón.
Agujeros abiertos
Según se trate del casco o de la cubierta, de escotillas o entradas, El agua también puede meterse en el barco tranquilamente por las en-
tendremos que utilizar medios diferentes. tradas, por ejemplo, por la escotilla principal cuando está abierta. Es
muy desagradable que se mojen las literas o que la mesa de cartas que-
Juntas fijas de chorreando. En ese caso hay que canalizar el agua directamente ha-
Para hacer estancos los lugares que suelen estar cerrados (alefriz, junta cia los fondos, por medio de barreras, deflectores, canalones, etc.
de cubierta, cadenotes, unión cubierta-tambucho, y algunos portillos),
los ela stómeros son muy ef icaces, pues aguantan incluso cuando hay Fijar accesorios
cierta holgura entre las piezas. Se aplican en el lugar que queremos ha- Medios de fijación
cer estanco, transformándose en una junta de características parecidas Los cl avos. Exclusiva mente destinados a fijar una pieza sobre la made-
a la goma, bien por efecto de la humedad del aire, o bien al añadirle ra, pueden ser de acero galvanizado, acero inoxidable o cobre.
un catalizador. Para clavarlos sin torcerlos, necesitamos un martillo completamente
Las uniones deben ser bastante amplias para que el elastómero no ten- limpio. El que nos suelen dar en las ferias diciéndonos "Si claváis el cla-
ga que sufrir deformaciones superiores al 100%. Por esta razón, no hay vo con tres martillazos, ganaréis esta botella", siemp re tiene grasa, y
que pegarlo muy cerca del punto de unión de las dos piezas, pues si éstas como consecuencia el clavo se tuerce y el hombre del puesto se embol-
se separan el ensanchamiento en este lugar sería muy grande y la goma sa el dinero, volvien do a guardar la botella.
se desgarrarla. Para que no se peguen los elastómeros en estos puntos de Por lo tanto, primero hay que limpiar el martillo y después elegir
unión los taparemos con una tira de papel, pudiendo utilizar también bien el tamaño del clavo, pues si es demasiado fino, no aguantará y si
otros materiales, como por ejemplo hilo de algodón muy grueso. es demasiado grueso puede rajar la madera. Para que no ocurra esto
Existen diferentes clases de elastómeros. Algunos sólo se emplean último, basta con tomar las precauciones siguientes:
en las uniones, y otros son auténticos pegamentos que podemos utili-
zar con piezas de materiales diferentes, incluso aunque no ajusten per- • elegir un clavo cuatro veces más largo (como máximo) que el gro-
fectamente. sor de la pieza que va mos a clavar;
• no clavar demasiado cerca del borde, ni del final;
Este material debe extenderse sobre una superficie ya preparada. • clava r siempre la pieza delgada sobre la gruesa, y no al contrario;
Frecuentemente es necesario pasar un primari o por la zona donde va- • si es necesario, aplastar ligeramente el extremo del clavo.
mos a colocar la unión, para que éste pueda adherirse. En cualquier ca- El problema surge cuando tenemos que clavar un clavo grande. El
so, debemos seguir al pie de la letra las instrucciones del fabrican te. martillo que llevamos a bordo suele ser demasiado ligero para hacer
bien el trabajo; por lo tanto, es mejor hacer primero un agujero (así el
Juntas móviles clavo se sujeta mejor y no raja la madera). Este agujero debe tener un
El problema es muy distinto cuando tenemos que hacer estancos porti- diámetro igual a las tres cuartas partes del diámetro del clavo. Para rea-
llos corredizos. En este caso podemos utilizar una junta de goma que lizarlo utilizaremos un clavo de un tamaño inferior al que queremos cla-
cubierta
quedará comprimida. En relación con las principales aberturas (escoti- var, le cortamos la cabeza, y lo colocamos en la taladradora como si
llas), la única solución posible consiste en colocar un número determi- fuera una broca. El resultado es excelente y aunque este agujero sea
El agua que llega violentamente (1)
nado de barreras de contención, la primera de las cuales frena el agua poco profundo no importa, aunque el conjunto aguantaría mejor, evi-
pas a por encima . Al corre r pierde su
(en especial, la que corre por la cubierta); la segunda limita su entrada; dentemente, si las dos piezas están pegadas. 1. Cabeza pla na pa ra la made ra maci za.
fuerza por los cana lillos (2) V pasa por
la tercera forma un canal donde al entrar pierde toda su fuerza antes Por último para no pillarse los dedos, existen dos medios infalibles y 2. Cabeza e n forma de fre s a para el
la cubierta (3 ). Para lograr e l má ximo
de ser conducida hacia el exterior, y por último, la cuarta, es una pe- si queremos complementarios: contra cha pado
confort. no está de más poner una
queña junta de goma que retiene las gotas. • agarrar el martillo con las dos manos; 3. Cab eza de hombre para los
pequeña junta de gomaespuma (4) .
• que alguien nos sujete el clavo. inte riores.
388 El barco El casco y los interiores 389

El tornillo de madera . Se utiliza principalmente para unir piezas peado, y en el cual ya no podríamos poner un tornillo para madera.
que se puedan desmontar o para fijar sobre madera una pieza de metal También se utiliza para fijar piezas pequeñas sobre contrachapado sin
o de plástico. que sea necesario poner un refuerzo.
Los tornillos pueden ser de acero inoxidable, galvanizado o cadmia- El único inconveniente que tiene este tipo de clavija es que la fijación
do, o de latón (hay que evitar emplear este material en el exterior del tiene cierta flexibilidad.
barco, pues se va desintegrando poco a poco). En todos los casos, al
elegir los tornillos hay que pensar en el posible efecto galvánico. El pegamento. Es un medio excelente de fijación. Su resistencia so-
Siempre que podamos, hay que utilizar tornillos totalmente estriados brepasa frecuentemente la del material sobre el que se utiliza (en espe-
o tornillos para chapa (el más conocido es el Parker). El tornillo clásico cial la madera); si intentamos separar dos trozos de madera que estén
para madera no ofrece ninguna ventaja en relación con este último, y bien pegados, ésta se rompe y sin embargo la unión aguan ta.
presenta algunos inconvenientes. Pero con este procedimiento, sólo se pueden pegar superficies que
Para atornillar una pieza de acastillaje, hay que: estén unidas. En el caso de materiales poco resistentes (por ejemplo, el
• colocar la pieza sobre el lugar elegido; contrachapado que no presenta apenas resistencia en el sentido del
• hacer un primer esbozo de agujero sobre el soporte, a través del grosor), hay que completar la acción del pegamento con clavos, rema-
agujero del tornillo de la pieza, con una broca que tenga el mismo diá- ches o por cualquier otro medio.
metro que el agujero de paso del tornillo; Existen en el mercado una enorme cantidad de pegamentos. Prácti-
• con una broca del mismo diámetro del alma del tornillo (es decir, camente sirven para todo tipo de materiales, pues casi todos ellos pue-
el diámetro del tornillo sin el grosor del estriado), hacer un agujero den pegarse, excepto el polietileno.
previo, de la misma profundidad que la longitud de penetración del Cada pegamento tiene sus instrucciones, y resulta conveniente se-
tornillo; guirlas. De modo general hay que señalar que:
• atornillar la pieza, marcar los demás agujeros y proceder del mis- • los pegamentos resisten mal la humedad (la del material y la del
mo modo para los tornillos restantes. ambiente);
En caso de que la madera sea blanda, podemos hacer los agujeros • agarran malo no agarran cuando hace frío, debiendo utilizarse la
previos con un clavo normal. Incluso en este tipo de madera no hay mayoría de ellos a una temperatura de entre 18°C Y 24 oC;
que colocar nunca un tornillo sin hacer un agujero antes, pues podría • es necesario inmovilizar completamente las dos piezas que vamos
torcerse debido a las vetas duras que tiene la madera. a pegar, an tes y dyrante toda la polimerización que, según los pega-
Por último, no debemos olvidarnos de engrasar los tornillos antes de mentos, puede variar de 10 segundos a 24 horas, pues en otro caso el
ponerlos en su sitio (si no tenemos grasa, siempre podemos utilizar pegamento no agarra.
margarina).
La masilla de cola merece una atención especial, pues es casi el
La clavija de neopreno (Rawl Nut). Esta clavija, que lleva al final único medio de poder fijar cualquier objeto sobre un casco de plástico,
una rosca, proporciona una sujeción excelente en todo tipo de mate- empleándose de manera especial para rematar las piezas del casco. An-
rial. Al apretar el tornillo la clavija se retrae y se expande. tes, hay que quitar cualquier rastro de material procedente del vaciado
Si la pieza que estamos atornillando es delgada, se expande por de- (grasa, etc), en la zona sobre la que queremos pegar la pieza, para lo
trás y si es gruesa, se queda ajustada en el agujero hasta quedar com- cual debemos lijar enérgicamente. Esta cola elastómera tiene una resis-
pletamente bloqueada. Sujeta igual que un perno. tencia moderada, de 2 a 4 decanewtons por centímetro cuadrado. Por
Es el medio más económico y seguro para fijar cualquier pieza sobre lo tanto hay que pegar planchas de con trachapado bastante grandes y
una superficie de plástico (cuando no queremos poner contrachapado). gruesas que mantenemos fijas en el lugar adecuado con cinta adhesiva
Al ser necesariamente grande el agujero, el esfuerzo se reparte por to- durante las veinticuatro horas que dura la operación. Después pode-
da la superficie. mos pegar lo que queramos sobre estas planchas.
Si las utilizamos sobre superficies de metal, es conveniente desbar-
bar bien el agujero, incluso por la parte posterior, para que no corte la Cornamusas
l a clavij a de neopre no es un excele nte
clavija. Por lo general las cornamusas que vienen instaladas en los barcos son
m edi o de sujec ión y hace estanco el
y por último, la clavija de neopreno ofrece una gran ventaja al utili- insuficientes, y están mal orientadas e incluso mal colocadas. Hay que
ag uje ro e n el que se coloca.
zarla sobre madera, pues se puede volver a utilizar un agujero estro- saber atornHlarlas, cambiarlas de sitio y poner otras más.
El casco y los interiores 391
390 El barco

las cornamusas deben colocarse en lugares resistentes (también de- pernos muy resistentes y permitir orientar la polea para que pueda tra-
ben serlo las propias piezas). Para que aguanten bien lo ideal es sujetar- bajar correctamente.
las con pernos y encolarlas, con lo que lograremos que queden absolu- Cálculo de los esfuerzos que se ejercen sobre una polea:
tamente inamovibles. Si no podemos remacharlas, las atornillaremos,
pero en ese caso es imprescindible encolarlas, pues si no los tornillos A ngulo
empezarán a aflojarse y la cornamusa acabará arrancándose. de retorno 30° 45° 60° 90° 120° 150° 180°
La mejor de las fijaciones no resiste mucho tiempo si la cornamusa Coeficiente
está mal orientada. Es fundamental colocarla siempre a lo largo en el de carga 52 % 76% 100% 141 % 173% 193% 200 %
sentido de la tracción. En caso necesario podemos inclinarla unos diez
El coeficiente de carga se expresa en porcentajes con relación al esfuerzo
grados con respecto a esta dirección (con lo cual daremos las vueltas
ejercido sobre el cabo. Por ejemplo, una polea de retorno de escota de spi
con mayor facilidad), pero tampoco hay que pasarse.
que desvía la escota 1500 sufre una carga de 193 kilos si la tracción de la es-
Hay que señalar que las cornamusas deben estar perfectamente lisas cota es de 100 kilos.
para no desgastar las maniobras. Por el simple hecho de pasar una li-
ma, o un trozo de papel de lija, conseguiremos un sustancial ahorro de
Candeleros, pasamanos y balcones
cabos.
l as mordazas y las clamcleats son muy fáciles de colocar; su soporte Los candeleros son piezas que se tuercen con facilidad, aunque esto no
es bastante ancho, de manera que no es necesario encolarlas. En rela- es demasiado grave, pues realmente no son elementos de seguridad, al
ción con estas últimas, conviene elegir bien el lugar donde las vamos a contrario que ocurre con los pasamanos. De hecho, puede ser una im-
colocar, pues para que bloqueen correctamente las maniobras es nece- prudencia reforzar un candelero para evitar que se doble, pues en ese
sario que éstas puedan caer a la salida del conducto; según el lugar en caso su base podría arrancarse. Lo mejor es que sean fáciles de des-
que se coloquen, a veces tendremos que ponerlas sobre una cuña para montar, con lo cual podremos enderezarlos sin ninguna dificultad.
poder elevarlas. Es conveniente también instalarlas de manera que no Los pasamanos no deben estar muy tensados, pues ofrecen una ma-
vuelvan a morder la maniobra al largarla. yor resistencia cuando están algo flojos. Las fijaciones que los unen a Las cuatro patas del balcón trabajan
los balcones de proa y de popa deben ser resistentes a toda prueba. juntas y soportan conjuntamente el
Dichos balcones deben estar, a su vez, fijados fuertemente, y deben esfu erzo que sufre un pasamanos
Cabrestantes (o güinches)
Un cabrestante resiste grandes esfuerzos, por lo que debe estar bien deformarse antes que romperse. Es deseable que sean de acero galva- cua ndo un tripu lante queda colgado o

sujeto con pernos sobre un soporte sólido. Es necesario que esté nizado, y no de acero inoxidable, pues este último se deforma poco, y es lanzado hacia éste.

bien orientado y en cualquier caso, la maniobra que hay que enrollar enseguida se rompe por las soldaduras, ¡aunque tienen mucha más
en el mismo debe colocarse en sentido perpendicular al eje del cabe- clase 1
zal, o mejor dicho formando un ángulo ligeramente superior a 90°,
pues de otro modo las vueltas se montan unas sobre otras en el Líneas de vida
güinche (se muerden), la maniobra se queda atascada y ya no pode- Las lineas de vida pueden ser de cable de acero flexible, de tergal tren-
zado o de ci ncha de nylon (de color para soportar los rayos ultravioleta)
mos largarla.
y se extienden a lo largo del barco de proa a la popa. Por medio de es-
En caso de que el mismo güinche tenga que servir para va rias ma- te sistema podemos movernos de un extremo al otro del barco sin te-
niobras, es necesario que todas ellas entren en el cabezal formando el ner que desengancharnos el mosquetón del arnés.
ángulo adecuado. Para lograrlo, y si es necesario, se apareja un reenvío Estas lineas de vida se fijan de forma plana encima de la cubierta a
general para que pasen por él todas las maniobras. uno y otro costado por medio de anclajes muy resistentes. Con el fin
de disminuir el esfuerzo que pueden sufrir (normalmente de una tone-
lada), hay que dejarlas bastante flojas.
Poleas de retorno
las poleas de retorno también sufren grandes esfuerzos. La carga que Para que su holgura no nos moleste las tensamos por medio de una Esta linea de vida de cincha está
se ejerce sobre la polea depende por una parte del esfuerzo sobre el amarradura que se pueda romper (hilo o costura). tensada por una costura (Al que se
Para que las vueltas no se queden
cabo y por otra del angulo que forma la maniobra de retorno . Una po- suelta en caso de tensión brusca.
mordidas, el ángulo entre la maniobra y
lea que reenvía un cabo a 1800 soporta un esfuerzo dos veces mayor
= = = dejando de este modo la holgura
el eje del cabezal debe ser ligeramente
que el del cabo. El herraje con el que se fijan debe estar atornillado con
I
superior a 90°, A necesaria.
392 El barco El casco y los interiores 393

La orza y el timón
La vigilancia que debemos mantener sobre los diferentes puntos débi- _ _ CálCUlO para hacer insumergible un barco
les del casco es necesario que alcance también a ciertas partes sumergi-
de crucero
das, como el eje de la orza y los herrajes del timón.
En 105 derivadores lastrados, cuando la articulación de la orza coge Barco de contrachapado de 8,50 metros Anclas y cadenas completamente bajo
holgura (por desgaste del eje y ensanchamiento del agujero) pueden tipo Nautile el agua: 150 kg - 20 kg de empuje ..... 130 kg
producirse graves problemas. Para evitar que esto suceda, debemos Casco ........................................................ 800 kg Lastre totalmente bajo el agua:
maniobrarla por debajo una vez al año. Podemos hacerlo cuando el Jarcia ...................................................... 100 kg 900 kg - 125 kg de empuje .................. 775 kg
barco está en la grúa o bien poniendo la quilla horizontal, mientras el Lastre .................... ................................... 900 kg
barco está en el agua, halando de la jarcia (tumbándolo sobre la care- Hay que compensar ............................. 1.860 kg
Anc las y cadenas .................................... 150 kg
na), o cuando está en seco escorando el barco sobre unos neumáticos es decir, 1.860 litros aproximadamente.
(sin tirar de la jarcia, pues se pueden producir roturas). Tripulación ............................................... 600 kg
Por lo que respecta al timón, es un problema perderlo, pero a veces Equipos, equipaje y víveres .................... 300 kg
Más 1/3 de margen de estabilidad,
ocurre. Al estar siempre en movimiento, los tornillos y los pernos de los
Peso total .............................................. 2.850 kg es decir, 2.480 litros
herrajes acaban aflojándose y cogiendo holgura, con lo cual enseguida
se desgastan, debiendo revisarlos con frecuencia. Podemos reducir con-
siderablemente este problema utilizando pegamento para frenar las La jarcia estará completamente El mismo cálculo para un Galiote,
roscas (pegando el tornillo a la tuerca). fuera del agua .................................... 100 kg versión en aluminio del Nautile
La tripulación estará La mitad sumergida con un peso aparente
completamente fuera del agua .......... 600 kg de 400 kg - 145 kg de empuje ............ 255 kg
Insumergibilidad La mitad del casco estará Al no existir flotabilidad de la
Un casco insumergible constituye una auténtica garantía de seguridad fuera del agua ...................................... 400 kg madera del casco ................................. 220 kg
en caso de vía de agua o vuelco del barco. Un Mousquetaire insumergi- La otra mitad: 400 kg - 620 kg ............ - 220 kg
bilizado lleno de agua puede seguir navegando a poca velocidad y lle- Hay que compe nsar ................................ 475 kg
El equipamiento 1/4
gar a un abrigo por sus propios medios. fuera del agua ........................................ 75 kg
Esta propiedad puede conseguirse utilizando espuma con alveolos
3/4 bajo el agua, peso aparente Más el margen de segu ridad de 1/3,
cerrados o por medio de balones infla bies.
despreciable ............................................ O kg nos da 633 litros adiciona les.
La espuma ofrece la máxima seguridad sin necesitar mantenimiento
• teniendo en cuenta que, para que el barco disfrute de cierta esta-
alguno, pero tiene el inconveniente de ocupar mucho espacio en el
bilidad, una cuarta parte del volumen debe estar fuera del agua.
barco (excepto los de construcción en sandwich con poliéster).
Ahora aplicamos una regla de tres: el total del peso lo dividimos en-
tre tres, y lo multiplicamos por cuatro, lo cual nos da como resultado el
Los balones tienen la ventaja de dejar mucho sitio libre y de poder
número de litros necesarios.
hacer insumergibles grandes espacios, pero en cambio necesita un
Después repartimos concienzudamente los volúmenes a bordo, ha-
mantenimiento periódico que debemos aprender a realizar.
cia lo alto y largo del barco. Por lo menos una cuarta parte del volumen
total debe colocarse contra la cubierta y delante de la cuaderna maes-
En Francia, la Marina Mercante comprueba la insumergibilidad de
tra (el lugar de máxima anchura del barco), y la mitad debajo de la li-
los barcos (posee una lista de los que tienen esta característica).
nea media del francobordo.
Sin embargo, nosotros solos también podemos hacer insumergible
Hay que colocar los volúmenes de manera sólida recordando que
nuestro barco con balones, según el procedimiento siguiente:
deberán trabajar hacia lo alto cuando el barco está vertical y hacia el
En primer lugar calculamos el volumen de flotabilidad necesario:
centro cuando escora. Por ejemplo, al colocar un volumen debajo de
• sumando el peso de todo lo que deba sobresalir del agua: la tripu-
una litera, es preciso que la parte superior de la misma esté fijada de
lación, la mitad del casco, la arboladura y la jarcia, y aríadiendo el peso
manera que pueda resistir el empuje de dicho volumen. Si colocamos
de lo que está dentro del agua: el lastre, el fondeo, y la otra mitad del
un balón justo debajo de la cubierta debemos fijarlo bien por medio de
casco;
cinchas, para que permanezca en su sitio a pesar de los bandazos.
394 El barco El casco y los interiores 395

Siempre que sea posibl e.


Para poder insumergibilizar un barco con volúmenes inflables, hay
es mejor t a ponar una via
que respetar las reglas siguientes:
de agua des de e l ext erior.
• utilizar botellas de buceo que estén en buenas condiciones;
• hacer la distribución calculando la presión media (8 bares);
• los balones no deben inflarse más que hasta el 80%;
• las botellas deben contener exactamente la cantidad de aire nece-
sario;
• con cada botella puede inflarse un volumen o dos idénticos;
• en caso de que haya dos volúmenes, los tubos deben ser de igual
longitud;
• los balones debe sujetarse en su sitio por medio de cinchas sólida-
mente afirmadas e inmovilizadas con presillas;
• los balones plegados deben protegerse contra el desgaste.
En definitiva, el único medio de asegurar que el barco es realmente bar, para poner la vela encima de la brecha. Hay que tener cuidado de
insumergible, consiste en hacer una prueba. Pero no aconsejamos efec- no bloquear el timón y no poner en marcha el motor. Con este procedi-
tua r a en un barco terminado. Es mejor hacerlo insumergible con un miento, se cubre la mitad del casco con la vela. Este revestimiento no es
amplio margen. completamente hermético, pero sirve para reducir considerablemente la
entrada de agua, permitiéndonos realizar un a reparación.
Esta capacidad, que un particular no puede homologar, quizás no Dicha reparación dependerá del material con que esté construido el
sea perfecta, debiendo considerarse bajo la perspectiva de que el barco casco. En los barcos de madera, podemos clavar encima de la vela una
tardará más en llenarse de agua, con lo cua l dará tiempo a taponar una plancha de contrachapado. Y en los barcos de plástico, metal o ferro-
posible brecha o bien permitir que la tripulación abandone el barco sin cemento, podemos intentar taponar el agujero desde el interior con un
precipitación. cemento rápido (que llevaremos a bordo en bolsas de plástico), aña-
diendo trapos si es necesario para que agarre mejor.
Evidentemente el sistema D desempeña en este caso un gran papel,
Reparaciones
pudiendo variar las soluciones según el tamaño y el lugar de la vía de
Modo de taponar una vía de agua agua . Si nos falta material, podemos tapar el agujero desde el interior
No vamos a hablar aquí de las vías de agua que se producen en los cas- del barco poniendo un colchón o prendas de ropa.
cos que están en mal estado, pues la mayor felicidad de los barcos ago-
tados es poder dormitar sobre los cenagales. Pero debemos resaltar el
De modo general, también es conveniente llevar a bordo algunos
grave problema de una vía de agua que se produce en la mar debido a trozos de contrachapado, incluso en los barcos que no sean de made-
un accidente, ya sea un casco reventado contra una roca o un pecio, o
ra. Estos trozos nos servirán para hacer reparaciones en las superestruc-
el hundimiento de las superestruct uras después de la rotura de palo o
turas, retrasando así el momento de tener que echar mano del mobilia-
de un vuelco. En un barco de crucero hay que considera r estas posibili-
rio, de las puertas de los armarios, o del suelo del barco ..
dades y estar preparados para hacerles frente.
Modo de reparar un casco de contrachapado
El procedimiento más sencillo y rápido para taponar una brecha en
En la mayoría de los casos, cualquier "chapuzas " un poco hábil podrá
el casco consiste en poner una vela, por la parte exterior. Para este fin
reparar un agujero en un casco de contrachapado. Aunque deseemos
se utiliza preferentemente un foque.
repararlo con materiales "plásticos" ésta no es una buena solución. Si
Si la brecha está en estribor, por ejemplo. metemos en el agua por
es necesario podemos utilizar resina epoxy, pero nunca poliéster pues
esa banda los puños de driza y de amura de dicha vela, lastrándolos bas-
no aguanta casi nada de tiempo pegado a la madera.
tante y prolongándolos con cabos para que puedan pasar por debajo
Las herramientas que vamos a necesitar son las que sirven para cor-
del barco hacia la proa y la popa (colocando así el grátil contra la popa
tar: formón, cepillo y sierra. No hay que utilizar limas, o papel de lija,
por la parte de estribor). Se amarran dichos puños por babor a la proa y
pues con ellos no se puede hacer un buen trabajo.
la popa del barco, volviendo a sacar después el puño de escota por estri-
396 El barco El casco y los interiores 397

El método de reparación que proponemos está indicado para tapo- Modo de fabricar y de instalar la contrapieza
nar agujeros pequenos. Cuando se trate de otros mayores, el método 1.° Hacer una contra pieza de contrachapado del mismo grosor que
sigue siendo el mismo, pero además hay que pegar la pieza. la tablazón o un poco más delgada. Esta contra pieza debe sobrepasar a
la pieza en 3 centímetros por todo el perímetro (es decir que sus lados
Cómo recortar el agujero deben medir 6 centímetros más). Es necesario hacer un buen bisel.
1.° Dibujar una ventana en forma de trapecio, que abarque todo el 2.° Pintar con pintura espesa la cara que va colocada contra la tabla-
clavar
trozo de madera estropeado. zón, para proteger la madera y asegurar la estanqueidad de la reparación.
2.° Hacer un agujero con la taladradora en dos ángulos opuestos. 3.0 Clavar la contrapieza por dentro del barco con puntas cada 3 ó 4
Con un serrucho recortar la ventana por dentro del dibujo dejando un centímetros, al tresbolillo alrededor de todo el perímetro.
Para qu e los bordes del ag ujero queden margen de 2 ó 3 milímetros. 4.° Remachar las puntas.
lisos no hay qu e empujar el form ón,
3.° Colocar un sable (de vela) recto encima de uno de los lados del
sino utilizarlo como s i fu era un cuchillo, dibujo, clavándolo con tres clavos finos, sin meterlos del todo. Para fijar la pieza -<f---- 3 mm
es decir des li zá ndolo hacia la izquierda. 4.° Con un formón para madera bien afilado, cortar todo lo que so- 1.0 Pintar la cara interior y los cantos, sin poner demasiada pintura,
bresalga del sable. Hay que sujetar el formón según se muestra en la pues en ese caso ya no podríamos sacarla, ¡al haberla ajustado tan bien!
foto con cuidado de no corta r el sable. La superficie del corte debe ser 2.° Clavarla toda alrededor, lo mismo que hemos hecho con la con-
recta, perpendicular al tablón y desbastada (que no esté alabeada). trapieza, poniendo primero algunas puntas en el centro.
5.° Hacer lo mismo con los tres lados restantes. 3.° Remachar las puntas en el mismo orden. cortar

Modo de hacer la pieza • Clavar: utilizar puntas finas galvanizadas.


1.0 Coger una plancha de contrachapado del mismo grosor que la Clavar desde el exterior al interior con un martillo ligero, mientras un EXTERIOR INTERIOR
tablazón y cortar a ojo un trozo con la misma forma que el agujero y ayudante nos sujeta el yunque (cualquier objeto duro) por dentro. De-
unos centímetros más. berá mantenerlo inmóvil, apoyándolo fuertemente contra la contrapie-
2.° Alisar con el cepillo el canto del lado más grande, dejándolo bien za, tratando de evitar el clavo.
recto y desbastado. En la foto se muestra el modo de sujetarlo, apo-
yando la parte delantera del cepillo al comienzo de cada pase, desde la • Remachar: cortar las puntas por la parte de dentro sin que sobre-
parte de detrás hasta el final. pasen más de 3 milímetros y doblarlas.
3.° Al mismo tiempo que se pone la pieza sobre el agujero, trazar el Asegurar que quedan bien apretadas, golpeándo las en la cabeza
lado B y después allanar el canto. Poner la pieza encima y comprobar con el mart ill o li gero, mientras que un ayudante sujeta el yunque co- remachar
por la parte de dentro que el hueco es regular por los dos cantos. Si es locándolo sobre el extremo doblado de la punta.
Con e l pu lg ar y e l índice de la mano necesario rectificarlo hasta lograr un resultado satisfactorio.
izquierda, s ujetam os e l cepillo bi e n Esta es la manera de clavar
4.° Hacer lo mismo con el lado C. En el caso de que hubiéramos ce- Casos particulares
p la no. El corazón y e l anu la r deben y hacer e l re mache.
pillado demasiado este lado, todavía podemos utilizar la pieza limándo- En caso de que el agujero esté cerca de una pieza del armazón, hay
guiarlo apoyándose sobre la pieza. Con la por el lado B (es la ventaja que tienen las piezas con forma de trape- que recortar la ventana hasta el cent ro de dicha pieza, pero sin cortarla.
la mano de recha s ujeta mos e l cepillo y cio sobre las rectangulares). Se trata de quitar delicadamente todo el contrachapado sin tocar la
lo e mpuja mos en sent ido longitudina l. 5.° Allanar el último lado. Y esta vez, debemos tener cuidado, pues madera maciza. Conviene hacer este trabajo con un formón viejo, pues
si lo cepillamos demasiado, tenemos que volver a empezar. así evitaremos estropear el bueno con los clavos del armazón.
Si el contrachapado está demasiado hundido, no siempre es necesa-
rio quitar la parte estropeada; simplemente podemos colocar una con-
trapieza por dentro.

Modo de reparar un casco de plást ico


D A pesar de las apariencias, reparar un casco de plástico no es nada difí-
B
cil. El procedimiento que debemos utilizar es mucho más sencillo que
en el caso del contrachapado, y las herramientas, muy pocas: lima, sie-
A rra, pincel y formones.

1
398 El barco El casco y tos interiores 399

Sin embargo, antes de lanzarnos a hacer una reparación de este tipo Impregnar el tejido

.o
u
"
u
debemos tener en cuenta las condiciones ambientales, la temperatura y
el grado de humedad. También debemos saber que aunque la efectue-
Para efectuar las reparaciones. utilizamos la fibra de vidrio en forma de
mat, fieltro formado por filamentos de fibra de vidrio que cortamos
mos bien nunca será resistente a toda prueba, pues al haberse seccio- con las tijeras según la forma del agujero.
nado la estructura del casco (tejido de fibra de vidrio), la resina nueva El mat puede impregnarse de resina, ya sea en el lugar en que se va
no se adhiere nunca de un modo perfedo a la resina antigua. a colocar, o antes. Lo importante es que esté completamente impreg·
Sin embargo, para pequeñas averías, la reparación que indicamos es nado con la menor cantidad posible de resina y que no tenga ninguna
suficiente: burbuja de aire. Con el fin de eliminar las posibles burbujas, damos
unos ligeros golpecitos con un pincel de pelo corto.
Antes de comenzar a t rabajar es necesario que se cumplan las
cond iciones sigu ientes: Taponar el agujero
• Temperatura mínima: 18 oc. 1.° Untar con resina los bordes del agujero.
• Humedad relativa máxima: 60%. 2.° Reconstruir todo el grosor del casco colocando los mats necesa·
• El tejido de fibra de vidrio debe estar completamente seco, lo cual rios unos encima de otros.
resulta dificil, puesto que es higroscópico. 3." Cubrir la reparación con papel celofán, con el fin de evitar que la
• Los bordes del agujero deben estar también muy secos. resina gotee si no está colocada en sentido horizontal y al mismo tiem·
• La resina debe ser reciente (menos de cuatro meses). po para que podamos moldear la superficie, bien con un rodillo de go-
ma o con los dedos.
Recortar el agujero
1" Quitar toda la parte estropeada del casco, pues la forma del agu- Acabado
jero no tiene ninguna importancia. 1.° Esperar a que la resina haya agarrado sin que esté muy dura.
2.° Biselar generosamente los bordes del mismo, dejando una incli· 2" Retirar el celofán y pulir la superficie con una lima o con papel de
nación del 10% aproximadamente. lija.
3." Quitar el encofrado, si todavía es posible.
Encofrar 4 " Lijar con lija de agua del 600.
Al ser fluido el material que utilizamos para taponar el agujero, hay que 5.° Pintar con gel·coat que contenga parafina o con pintura de po·
poner un soporte provisional, es decir encofrar la parte que vamos a re· liuretano o epoxy.
construir, ya sea por dentro o por fuera.
Independientemente del material que utilicemos, el encofrado debe Afilado de las herramientas
cubrirse con papel celofán para que la resina no se quede pegada y po-
Para hacer bien los trabajos que acabamos de describir, bastan muy po-
damos quitarlo.
cas herramientas, pero es indispensable que éstas se encuentren en
buenas condiciones, es decir, correctamente cuidadas, y que se utilicen
Preparar la resina
adecuadamente. Estamos seguros de que no estará de más proporcio·
Para que la resina pueda polimerizar (endurecerse) se le añade un en·
i i durecedor (generalmente al 1%) llamado también catalizador. Para que
nar algunos consejos sobre este asunto.

Reparación de un casco de plástico. esta polimerización se lleve a cabo a la velocidad deseada, utilizaremos El destornillador
un acelerador, normalmente de acetato de cobalto, en una proporción
El destornillador debe encajar lo mejor posible en la cabeza del tornillo,
de 1% a 3% (menor proporción cuanto mayor sea la temperatura). Por y su hoja debe tener las caras completamente paralelas, el grosor co-
último, pintamos la resina con pintura de color. rrespondiente a la ranura del tornillo y una anchura igual al diámetro
de su cabeza.
Hay que tener cuidado al manipular los materiales; el endurecedor El perfil de un destornillador se puede rectificar con una piedra de
no puede entrar en contado directo con el acelerador, pues la reacción
afilar esmerilada. Para dejar las dos caras de la hoja bien paralelas por
exotérmica que se produce es muy violenta, pudiendo llegar hasta la
su parte útil, hay que afilarlas en hueco, es decir por la parte redonda
explosión. Existen en el comercio estuches para efectuar reparaciones
de la piedra. No hay que apoyar demasiado fuerte, pues si el acero se
que contienen resinas con acelerador ya incluido en su composición.
calien ta se destempla. A 200 "C se pone amarillo pajizo y a 600 "C se
400 El barco El casco y los interiores 401

/ pone azul, quedando inservible. Por esta razón no hay que pasar de que hacerlo colocándolo sobre una superficie de madera con la parte
/
/ 200 oC, alcanzándose enseguida esta temperatura, sobre todo si la afilada hacia arriba, y dejar el cepi llo siempre de lado. Al guardar las
punta del destornillador es fina. En cualquier caso, debemos tener cer- herramientas, hay que cubrir la hoja del formón con un trapo engrasa-
ca un cacharro con agua y meter dentro el destornillador a intervalos do y meter hacia dentro la cuchilla del cepillo.
muy pequeños (de menos de 5 segundos).
Evidentemente. tenemos que colocar el destornillador de modo que la navaja
forme el mismo ángulo con la piedra, y no soltarlo una vez comenzada Es el instru mento poliva lente por excelencia, sin la cual un mari -
la operación, sujetando la hoja siempre por el mismo sitio y apoyando no no es más que una sombra de sí mismo. No es necesario que
el índice en el soporte de la piedra de afilar. tenga muchos accesorios. Una buena hoja, por sí sola, puede desempe-
ñar todas las funciones, y hacer al mismo tiempo de punzón, sacacor-
El formón y el cepi llo chos, abrelatas, quitachapas, corta uñas o palillo de dientes.
Regla fundamental : para que un formón de madera o un cepillo cor- Una hoja de acero fino corta mejor que una de acero inoxidable,
ten bien es necesario que la hoja esté completamente plana hasta la siendo conveniente que esté montada sobre remaches inoxidables.
parte afilada con un solo bisel en una de las caras, que es la única las navajas no se afilan con la piedra de afilar. A veces se puede
que debemos afilar. El ángulo que debe formar la parte afilada es de adelgazar una hoja nueva con una muela de agua, pero el afilado hay
20° a 30°. Para afilarlo hay que hacer lo mismo que con el destorni- que hacerlo sólo con la piedra. Se frota la hoja sobre ésta con la parte
llador. De ese modo obtendremos una superficie ligeramente cónca- afilada hacia adelante, pues en caso contrario formaremos una rebaba
va, quedando una especie de rebaba o filván en la parte afilada de la muy útil para cortar la mantequilla en verano.
hoja. Con un agujero en el mango y un buen cabito, la navaja será una
Para pulirlo, se frota la parte biselada de la hoja con una piedra de compañera inseparable de todo marino.
afilar bien plana (respetando bien el ángulo del bisel) hasta lograr una
Regular la posición de la mano sobre pequeña superficie brillante a lo largo de toda la zona afilada.
el destornillador o el formón. y no Para desfilvanar (quitar el filván), frotamos alternativamente el bisel LOS INTERIORES
soltarlo. Apoyar el índice contra el y la parte posterior de la hoja sobre la piedra. Hay que respetar el án-
soporte de la piedra de afil ar hasta gulo del bisel y no levantar el mango al trabajar sobre la parte posterior El casco no es sólo un flotador que nos sirve para desplazarnos sobre el
encontrar e l ang ulo adecuado después de la hoja. Insistimos en que es muy importante no hacer un fa lso bisel agua, sino que es también un lugar para vivir donde la tripulación debe
de m et er la herramienta en el ag ua, por la parte posterior de la hoja, pues en ese caso estropearíamos la poder satisfacer todas sus necesidades vitales, y encontrar el calor que
teniendo e n cuenta e l sentido en que herramienta. Para comprobar la calidad del trabajo, podemos afeitar- hace que la navegación sea de recreo.
gira la piedra. nos los pelillos de la parte superior de la mano. Por lo visto, hay barcos cuyos elementos interiores son de un lujo
La parte afilada de estas herramientas es muy frágil y debemos to- inaudito, con música suave y ambiente aterciopelado. Pero no vamos a
mar algunas precauciones para no estropearla. Al dejar un formón hay hablar de ellos aquí, aparte de que ese tipo de instalaciones, en la ma-
yoría de los casos no son agradables más que en los puertos - sin duda
por eso no salen de ahí-o Debemos confesar que nuestra experiencia
en la materia es algo escasa. Por el contrario, no dudaremos en afirmar
(con rotundidad) que se puede estar perfectamente a gusto en un bar-
co, en la mar, mientras éste disponga simplemente de una buena litera,
un infiernillo que funcione, ventilación e iluminación suficiente, retretes
sin problemas y estantes bien diseñados. Y, en cuanto al ambiente ..

,=,
I
"nto biselado, un a vez
::::a:: eel filvan . Un formón corta bien
nosotros bien, gracias. no nos va muy mal.

La litera
cuando podemos afeitarnos con é l los En puerto, podemos dormir como reyes en una litera de 60 centímetros
pelillos de la m ano, del brazo o de las de ancho, pero en la mar no podremos pegar un ojo, pues resulta de-
El bisel bien plano. l a parte posterior bi en pl ana. pantorri llas ... masiado ancha para poder acomodarnos bien. El navegante que pasa
402 El barco
El casco y tos interiores 403

toda la noche agarrado al colchón tiene tiempo de pensar en la Por esta misma razón, el saco de dormir también debe ser sintéti-
suerte de los pobres alpinistas que acampan contra la pared co. Los sacos para acampar en el Himalaya no sirven para nada, pues
de una cara norte .. en la mar hay mucha humedad y mientras estemos secos no pasare-
Para dormir bien en la mar, es necesario acomodarse bien, mos fria.
y no es ninguna tonterfa embarcar con un saco de dormir muy
alargado en el cual, bien arrebujados, pasaremos noches felices. La mesa de cartas
Pero lo ideal es disponer de una litera graduable, lujo que podemos
A bordo de un barco, la mesa de cartas suele estar situada enfrente
conseguir con poco gasto por medio de una banda de escora. Este
de la cocina cuando hay suficiente espacio para instalarla ahí. La dis-
sistema consiste en un rectángulo de tela resistente que se fija al fon-
posición de este rincón para la navegación debe pensarse detenida-
do de la litera con una amarradura, pasa por debajo del colchón
mente, pues todos los objetos que necesita el navegante deben te-
y vuelve a salir para amarrarla al techo. La tela normalmente
ner su sitio concreto, del cual se puedan saca r y volver a colocar
termina con una funda dentro de la cual metemos un palo;
(bien calzados) con un solo movimiento. Al hacer la distribución, de-
sobre este palo amarramos unos cabos que nos sirven para
colgar la tela a unos cáncamos que están fijados en el te-
cho.
La lona debe sobresalir por lo menos 50 centimetros para
que el palo no moleste al que está durmiendo, incluso es
Aparejo sencill o para
mejor que llegue hasta el techo para aislarlo un poco y pro-
porcionarle algo de oscuridad.
la banda de escora.
Los cáncamos y trincas deben ser enormemente resistentes pues
tienen que soportar todo el peso del tripulante.
Durante la navegación resulta más agradable que estas trincas sean
graduables, para poder adaptar su longitud a la escora del barco, y al
estado de la mar, estando tumbados.
• La amarradura del fondo de la litera debe ser lisa, pues en otro ca-
so la lona quedará abultada.
• Cada cáncamo debe poder soportar al menos 80 kg.
• Si la trinca es fija debe disponer de dos longitudes: para mal tiem-
po y para bueno.
• Es preferible que las trincas estén formadas por un aparejo de tres
o cua tro guarnes, y si encima tienen una mordaza, ya es la séptima ma-
ravilla.

Para disminuir la anchura de la litera, basta con tensar las trincas. Es


lo que se suele hacer al navegar en rumbos portantes, cuando el barco
se balancea. En ese caso el colchón se queda colgado por la mitad en
forma cóncava, y nos podemos arrellanar bien . Por el contrario cuando
la escora es constante -en ceñida-, soltamos la amarradura y nos colo-
camos bien pegados al casco o a la banda de escora.

El colchón no debe ser demasiado grueso, para no aumentar las


oscilaciones que le transmiten los movimientos del barco. La solución A bordo de l Glénans 33, la mesa
más cómoda es un colchón de espuma sintética, con una funda de de cartas esta situada en e l centro,
lona plastificada que no se resbala y que además seca con mucha fa- entre las dos esca las. De este modo
cilidad. es accesible por tres lados.
404 El barco El casco y los interiores 405

En los barcos pequeños, en los que fa lta espacio para instalar


una mesa de cartas, el navegante debe poder disponer también de
un lugar donde pueda colocar todo el material que necesita de for-
ma ordenada y cómoda. Una carpeta grande de dibujo, con gomas
elásticas en las esquinas, puede servir a la vez como cajón y mesa
de cartas.

En los barcos grandes que van a ser equipados con navegador elec-
trónico o en aquellos cuyos constructores suponen que no se va a na-
vegar, se tiende a hacer desaparecer la mesa de cartas o bien a reducir
su tamaño. Esta conquista del navegador, que ha revolucionado el di-
seño de las cabinas interiores de los barcos de vela entre los años 60 y
70, sigue siendo indispensable, pues aunque utilicemos sofisticados na-
Mesa de cartas de un barco de vela de vegadores electrónicos tenemos que anotar los datos para llevarlos a
cru cero: los instrumento s el ectrónicos una carta verdadera ..
ocupan mucho espacio ...

bemos tener en cuenta las posibles interacciones entre los diferentes


La cocina
compases, el gonio y la radio (¡ no olvidemos que el altavoz lleva un La cocina y la mesa de cartas se disputan el lugar más estable y mejor
imán'). ventilado del barco. En la mayoría de los casos, se instala muy cerca de
El tamaño de la mesa de cartas debe decidirse en función de la s ca r- la salida, a la derecha o a la izquierda de la escala.
tas que vayamos a utilizar; si no disponemos de sitio su ficiente para ins- Existen (según parece) cocinas con un lujo inaudito, etc .. Modesta-
talar una mesa en la que podamos desplegar completamente las cartas, mente diremos que la cocina es el lugar donde está colocado el horni-
por lo menos debemos instalar una que sea igual que la carta más llo, que vamos a analizar a continuación.
Un buen hornillo debe tener t res cualidades: desarrollar una poten-
grande, y que tenga una longitud más o menos igual a los dos tercios
de la de las cartas (más que la mitad, pues de este modo podemos ele- cia calorífica suficiente; que funcione con un combust ible que no sea
gir el lugar por el que vamos a plegarla). peligroso y que sea fácil de encender.
Los estantes deben diseñarse de manera que los libros no se caigan • Los ingleses suelen emplear una cocinilla de carbón, pues la tem-
(estantes en diagonal). Existen algunos " trucos" muy sencillos que pue- peratura de los mares que rodean Inglaterra asigna a estos fogones un
doble papel de ca lefacción y cocina. A la izquierda, la cocina sencilla pero
den facilitar enormemente el t rabajo del navegante. Por ejemplo, resul-
Pero el hecho de utilizar una cocina requiere que instalemos alrede- practica del Glénans 33. A la derecha
ta muy práctico colocar señales en los libros náuticos, para poder en-
dor de ella un barco suficientemente grande, además de aprender a una cocina en forma de L con armarios,
contrar con rapid ez la página que necesitamos; juntar todos los lápices,
encenderla y a cuidarla. como "la de casa ".
gomas, compás de puntas, dentro de un plumier de plexiglas, para ver
lo que hay dentro sin tener que abrirlo, etc.

La iluminación de la mesa de ca rtas suele plantear un gran proble-


ma, pues debe diseñarse de manera que en ningún momento el patrón
pueda quedar deslumbrado. Lo mejor es utilizar una luz ambiental roja,
aunque el inconveniente que tiene es que con ella no se pueden ver las
lágrimas color magenta que señalan los faros en las cartas. Por esta ra-
zón conviene utilizar al mismo tiempo una linterna de luz blanca, para
iluminar momentáneamente cualquier rincón de la ca rta (hay linternas
con lupa que son muy cómodas). Si decidimos instalar luces blancas,
tenemos que colocarlas de manera que el pat rón no pueda ver ni la
fuen te luminosa, ni la carta.
406 El barco E l casco y los inte r io r es 407

No se deben emplear, bajo ningún concepto, hornillos de gasolina, este motivo los infiernillos de camping no pueden utilizarse de ninguna
ni motores que utilicen este combustible, por la misma razón: el peligro manera.
que supone su almacenamiento y manipulación. • Si es posible, debemos elegir quemadores con disposi tivo de segu-
Los hornillos de gas de petróleo estan bien, a pesar de su aspecto un ridad que produzca el corte automático del gas si la llama se apaga ac-
tanto tosco. Hay que hacer gala de una gran paciencia, incluso terque· cidentalmente.
dad, a la hora de encenderlos y de limpiarlos, pero tienen una gran po- • Es preferible disponer de dos infiernillos de un fuego cada uno,
tencia calorífica. El único peligro que pueden tener está relacionado que de uno de dos fuegos. Pues si uno de 105 dos se estropea, siempre
con el encendido con alcohol, producto que se inflama con faci lidad si podemos utilizar el otro.
se manipula incorrectamente. Es extremadamente peligroso que la be· • Cada vez que cambiemos la bombona de un infiernillo, tenemos
tella sea de plástico, y para paliar este inconveniente basta con utilizar que asegurarnos que la nueva no tiene ningún escape, pasando sobre
Meta, alcohol solidificado más fáci l de manejar. la pieza de unión de la bombona con el quemador una esponja empa-
Los hornillos de gas de alcohol son de la misma clase que 105 de pe- pada en agua jabonosa.
l os fre gaderos de la cocin a suelen tróleo y resultan más fáciles de encender, pero su potencia calorífica es • Hay que tener cuidado de volve r a poner el tapón de las botellas
t ener una t apa que sirve t am b ién co m o algo inferior, y como ya hemos visto, el alcohol de quemar no es cierta~ vacías, pues suele quedar un poco de gas dentro y algunas de ellas lo
tabla para cort ar. mente un producto inofensivo (y además, es más caro que el petróleo). dejan escapar en cuanto se quita el tapón o el quemador:
Los infiernillos de butano, son sin duda 105 mas limpios y fáci les de • Por último, debemos tirar el infiernillo completo en cuanto haya la
mantener. Aunque tienen una potencia calorífica inferior a los de pe~ menor sospecha de que no está en perfectas condiciones.
tróleo, y sobre todo están lejos de ofrecer las mismas garantías de se-
guridad . Debemos ser conscientes de que su presencia a bordo repre~ Para los cruceros de gran duración o en barcos cuya tripulación esté
senta un riesgo permanente, pues si una junta gotea, o una rueda den~ formada por mucha gente, recomendamos instalar un hornillo de gas
tada ajusta mal, puede producirse un escape de gas, depositandose és- para cocinar y calentar pequeñas can tidades de comida, y luego otro
te en los fondos sin darnos cuenta, y un día de repente puede saltar hornillo de petróleo para cocinar las comidas principales.
una chispa y explotar todo. Para navegar lejos de Europa, hay que adaptarse al gas disponible o
El infi ernillo y la botella deben bien utilizar petróleo.
colocarse en su soport e, para que la En caso de que utilicemos este tipo de aparatos, debemos tomar Hay barcos que tienen instalaciones fijas de gas, que alimentan el
uni ón del quemador y la botella no ciertas precauciones: calentador de agua o la nevera. Pero, debemos decir que hay que ser
soporte ningún esfu erzo. A pa rtir de • Respetar la normativa que establece que el estriado del reductor o conscien te de los riesgos que dichas instalaciones implican, y que noso~
una determ inada fuerza de viento, sólo del quemador no debe sufrir ningún esfuerzo y que el tubo flexible no tros las consideramos demasiado peligrosas (por el contrario, existen
utiliza remos la olla a presión. debe llegar nunca cerca del quemador, incluso en caso de escora. Por neveras pequeñas portátiles de gas que son aceptables, si tenemos c ui~
dado de colocarlas en una zona bien ventilada).
De modo general, cuando hay gas (o gasolina) a bordo, es conve-
niente instalar un detector de gas, aparato que podemos encontrar a
un precio razonable. Debemos habituarnos a comproba r diariamente
que dicho detector funciona correctamente, acercando un mechero de
gas abierto (pero sin encender) al filamento. Este aparato deberá insta-
larse en un lugar bajo del barco, y estar protegido del agua, pues si se
moja queda inservible.

Volviendo al tema de la cocina, sea cual sea el infiernillo que elija~


mas, es conveniente que pueda asegurar una cierta estabilidad a las ca-
cerolas que se le conflan. Podemos coloca rlo en un Cardan o por lo
menos montarlo en un eje orientado en el sentido longitudinal del bar-
co. Para que sufra las mínimas oscilaciones es necesario que dicho eje
esté un poco más alto que el fondo de la cacerola (en principio, al nivel
del ce ntro de gravedad del liquido que contiene).
408 El barco El casco y los interiores 409

Sin embargo, cualquiera que sea el sistma que adoptemos, el conte- El petróleo. Arrellanados en la cabina como si fuera una cabaña, al
nido del recipiente constituye una verdadera carena líquida que puede abrigo del viento y del agua, muchos navegantes de recreo descubren
sufrir grandes aceleraciones. El único remedio es utilizar recipientes de maravillados la calidad de la iluminación de petróleo. Estas lámparas
fondo ancho (que facilita el calentamiento), con bordes altos y llenarlos proporcionan una luz suave creando un ambiente ya olvidado, y no
sólo un poco. Con mal tiempo, únicamente se deben utilizar cacerolas huelen mal, excepto cuando la mecha está mal despabilada.
y ollas a presión con tapa. Hay lámparas de petróleo muy bonitas que se sujetan con Cardan,
Delante del infiernillo y de las cacerolas, tiene que haber espacio pa- pero también podemos utilizar lamparas de temporal. Éstas deben con-
ra el cocinero. Éste deberá tener las dos manos libres y estar sentado tar con soportes muy resistentes y estar colocadas en el lugar adecua-
preferentemente o si tiene que estar de pie, tener la espalda y los pies do. En los barcos de plástico, hay que proteger al máximo el techo del
bien apoyados, y llevar un arnés para los dias de mal tiempo. También ca lor de la llama. El único material indicado para este tipo de ilumina-
deberá tener a su alcance los utensilios de cocina y las provisiones que ción es el contrachapado marino, que es incombustible, así como un
necesite. La cocina debe tener un número suficiente de taquillas (colo- excelente aislante térmico.
cadas en los lugares adecuados, y diseñadas para que su contenido no Para apagar una lámpara de petróleo, hay que soplar sobre ella,
pueda volcarse), armarios y cajones para guardar la comida necesaria aunque si la mecha baja mucho, se puede caer en el depósito (que es
para veinticuatro o cuarenta y ocho horas, formando un depósito que un medio como otro cualquiera de guardar mechas de repuesto).
se irá reabasteciendo periódicamente desde los demás puntos de alma- Incluso aunque tengamos instalación eléctrica, nos hace falta , por lo
cenamiento repa rtidos por el barco. menos, una lámpara de tormenta a bordo, por si se produjera una ave-
Muchas veces, la cocina dispone también de un fregad ero, que es ría, y también para utilizarla como luz de fondeo.
un elemento de confort adicional, siempre que sea lo suficiente profun-
do y estrecho para poder utilizarlo en la mar. Las luces de emergencia. Si no tenemos electricidad, debemos dis-
Es conveniente que dicho fregadero no se desborde cuando el barco poner, por lo menos de una lámpara fija alimentada por una bateria de
escora al máximo y cuando la llave del desagüe está abierta. Si esto pilas (como las luces de las caravanas, pero con tubos fluorescentes) .
ocurre es absolutamente necesario que podamos acceder a dicha llave Este tipo de lámparas son muy prácticas cuando necesitamos ver claro
con facilidad. Podemos instalar un grifo encima del fregadero conec - con rapidez, o para poder encontrar las cerillas ...
tándolo con una bomba al depósito de agua dulce, si ésta es lo sufi- También es conveniente llevar a bordo algunos bastoncillos tipo
cientemente grande como para poder permitirnos cierto derroche. De "cyalume", para cuando la cosa se pone fea, que producen, por reac-
todas formas, también se podría instalar otra bomba -que conectaría- ción química, una luz fluorescente durante una hora o más.
mos con el depósito de agua de mar ..

Los retretes
Hay diferentes clases de retretes: el más extendido en la actualidad es
La iluminación interior el W.c. marino, que lleva consigo un sistema de bomba de mano, que
A bordo de un barco la iluminación puede ser de dos clases: de electri- permite el desagüe directo en la mar. Este sistema ofrece en principio,
cidad o de petróleo. las mismas garantías de comodidad que las instalaciones de tierra. Pe-
ro, en realidad, la bomba es más frágil. Hay que manejarla con suavi-
La electricidad. Siempre que sea posible es mejor utilizar ilumina- dad (pero con firmeza), siendo raro que funcione bien cuando la llave
ción fluorescente, pues consume menos electricidad que la incandes- de desagüe está cerrada . Este aparato se suele estropear con facilidad,
cente. Pero también proporciona menos calor, por lo que podemos y por lo general no acepta más que papel muy fino, o mejor dicho nin-
completarla con alguna lámpara de petróleo. Las luces halógenas cada gún tipo de papel..
vez se utilizan más a bordo de los barcos. La potencia de su iluminación También pueden ser causa de una vía de agua, no debiendo olvidar-
es bastante más grande que la de la bombilla clásica (una lámpara ha- nos de cerrar las válvulas de fondo cada vez que lo utilicemos. Este
IÓ9-ena de 20 vatios tien e un rendimiento de 17,S lumens/vatio frente a aparato necesita cierto mantenimiento; se deben engrasar las llaves y el Un w.c. marino o un fregadero mal
Con un soporte como este. con brazos 9,5 de la bombilla de filamento). También se dice que las lámparas ha- botón por lo menos una vez al año y no debe utilizarse en los puertos, insta lados, o mal utilizados, fáci lm ente
de muelle, la lámpara está lógenas duran más tiempo sin especificar que también cuestan bastan- sobre todo en aquellos en los que no hay marea, pues en caso contra- pueden pasar de ser una "comodidad",
perfectam ente estibada. te más. rio se irán transformando poco a poco en cloacas. a ser un enorme "inconveniente".
410 El b arco El casco y los i nteriore s 411

Los W.c. químicos tienen ciertas ven tajas y, excepto algunos sistemas modo que un cofre, siempre que tenga un sistema de bloqueo anties-
muy perfeccionados, no suelen ser muy ca ros, ahorrándonos con su cora . Este bloqueo deberá producirse de modo automático al cerrar el
utilización los posibles problemas de tipo mecánico. Es un procedimien- cajón.
to higiénico y que no contamina los puertos. También comporta ciertas
servidumbres, pues hay que vaciarlo periódicamente y emplear los pro- Los víveres
ductos químicos adecuados, que evitaremos derramar en el barco. pues Además de los lugares previstos en la cocina para guardar todo lo ne-
atacan a los cascos de madera y de metal. cesario para un plazo de tiempo inmediato, es conveniente guardar los
víveres principales debajo de las literas o en 105 fondos del barco.
Este sistema tiene la ventaja de poder equilibrar los pesos, colocando
Las estibas los objetos más pesados en el cen tro del barco y lo más bajo posible.
las pequeñas dimensiones de un barco de crucero hacen que cualquier De hecho no hay que olvidar que a bordo de los barcos modernos y
desorden sea absolu tamen te insoportable. Cada objeto debe tener su sobre todo de los multicascos, la tripulación, el equipaje y los víveres re- Éste es e l s ist e ma de bloqueo m as
lugar adecuado, del cual sólo debe salir para ser utilizado, volviendo a presentan un tanto por ciento bastante elevado del desplazamiento senc illo, al em puja r e l cajó n, se queda
ocupar su sitio rápidamen te. Esto hay que aplicarlo a todos los objetos
(ocho personas más su equipaje = 1 tonelada). b loq ueado. Para abrirlo, hay q ue
que se encuentren a bordo: el compás de puntas, la botella de vinagre, En la mar el agua dulce es muy importante. A menudo se almacena leva ntar V t ira r, y una vez que éste ha
el jersey de repuesto o los cabos de los rizos ... Los interiores del barco en depósitos flexibles o rigidos, que se colocan en los fondos. Desde ll egado al fin al ya no se pu ede salir.
están diseñados con este fin. aunque esto ya no sucede en los barcos ahí sale toda una red de tuberías y bombas, que la conducen hasta los
actuales de nueva construcción, lo que proporciona al feliz propietario diversos puntos de consumo. Cuan to más complicada es la red, más
la posibilidad de ejercer su talento de arquitecto de interiores y de cha-
cómoda es, pero también más averías tiene.
puzas avispado. Existe otro problema y es que si el depósito se rompe, se pierde todo
el agua . Hay un sistema más seguro para el que quiera navegar lejos, y
Las velas es disponer de varios bidones, en los que vamos introduciendo el tubo
Las velas se guardan tradicionalmente en el camarote de proa, pasando de aspiración de la bomba a medida que los vamos agotando. De todas
de este modo directamente desde la cubierta de proa a una zona sin formas, necesitamos como mínimo un bidón para hacer agua, pues hay
habitar, a través de una escotilla que debe ser bastante amplia, sobre puertos que no tienen tomas, i de verdad !
todo si se utilizan sacos cilíndricos.
Si el camarote de proa está ocupado, y no se puede abrir la escotilla La ropa y los objetos personales
cuando hace mal tiempo o, simplemente porque no queremos sobre- Una vez satisfechas las necesidades del barco y estibados los víveres,
cargar la proa, es preferible guardarlas en los cofres de la bañera. De utilizaremos lo mejor posible los espacios que queden disponibles. Es
este modo podremos llevar las velas de buen tiempo en la proa y las de decir, que las posibilidades de ordenar los objetos personales depende
mal tiempo en la popa.
de la eslora de flotación y del número de tripulantes.
" En los barcos pequeños, la solución suele ser la bolsa individual en la
Los sacos o las velas pueden colgarse a una serie de ganchos, trin- que metemos todas nuestras cosas. También podemos poner redes en
cando la parte inferior con un elástico para que no rocen con el casco. el ángulo que forma la cubierta con el casco. Estos habitáculos son ex-
Hay que señalar que el sistema de guardarlas en sacos colgados de tensibles y están poco expuestos a la humedad, pero sin embargo es-
ganchos es excelen te para tenerlos ordenados.
tropean un poco la estética del interior del barco.
Si tenemos más espacio, hay que proporcionar a cada tripulante un
Objetos de uso corriente lugar para colocar sus efectos personales, es decir, una taqu illa.
Las herramientas, los materia les para reparar las velas, la quincalla (gri- En cualquier caso (bolsa, red, o armario), debemos meter cada pren-
lletes, guardacabos, mosquetones ... ) y las piezas de repuesto de la jar- da de ropa dentro de una bolsa impermeable (las bolsas de plástico
cia deben guardarse juntas en un lugar concreto, que todos conozcan y que se venden en rollos son muy cómodas), pues es el único medio de
de fácil acceso, para que el hecho de ir a buscar algo a cualquier hora tener siempre ropa seca disponible.
no perturbe la vida de a bordo. Un buen sistema es usar cajas de plásti- Podemos utilizar un armario colectivo para las botas y los trajes de
co (que cierren bien) y si somos algo "manitas" podemos instalar gru- agua, pero sólo de cuatro personas como máximo. A partir de .ese nú-
pos de cajones hechos con cajas de plástico. Un cajón suele ser más có- mero, es preferible que cada uno tenga su casillero (una capaCidad de

j
412 El barco

13 litros más o menos, es suficiente para guardar las botas y el traje de


aguas bien enrollados); de este modo evitamos el follón, el desorden y
la piratería). Evidentemente no se secará nada, pero en un armario ro-
pero tampoco. Por el contrario, sí que es conven iente tener un sitio co-
lectivo para guardar los chalecos salvavidas, por lo menos cuando son
El material
de armamento
todos idénticos.

La ropa elegante para las escalas en puerto merece que la guarde-


mos en un armario. No es necesario que éste sea más ancho que una
percha, ni más alto que un vestido (0,50 metros x 1 metro). Tampoco
debe ser profundo, de este modo al colocar la ropa muy junta se balan-
cea menos y no se desgasta a causa del rozamiento.
Sólo nos queda guardar los pequeños efectos personales, el meche-
ro, el tabaco, la máquina de fotos, los recuerdos ... Para ello resulta in- Bajo el término de material de armamento, reunimos objetos muy diver-
dispensable disponer de un cajón cerca de la litera, para poder vaciar lo sos que no forman parte integrante del barco, pero que son elementos
que llevamos en los bolsillos, siendo conveniente también colocar un auxiliares directos. En primer lugar está el material de seguridad, conside-
cabillero cerca de la bajada para colocar las linternas de todos. rado en el sentido más amplio del término, según veremos más adelante;
después, el material de navegación, sin el cual no es posible realizar un
verdadero crucero; y por último lo que denominamos batiburrillo, térmi-
no en absoluto peyorativo, que engloba diferentes objetos, desde el re-
mo a las defensas y de los puntales a las amarras, es decir, aquellos que
no entran en ninguna categoría y de los que no podemos prescindir.
Este capítulo no está planteado en plan enciclopédico, sino que sim-
plemente intenta presentar en cada campo las soluciones, que a nues-
tro entender, son más seguras y prácticas de utilizar. Dentro del batibu-
rrillo hemos olvidado citar el bichero, esa percha larga con un hierro
(ien la actualidad plástico l ) que tiene una punta (redondeada) para
empujar y un gancho (también redondeado) para tirar. Pero este biche-
ro*, más que un gancho es un símbolo, y lo que presentamos en este * Juego de palabras con la palabra
capítulo no es, en la mayoría de los casos, más que el fruto largamente " gaffe " que significa bichero y tam-
bién metedura de pata. (N. de la T.).
madurado de todas nuestras meteduras de pata.

EL MATERIAL DE SEGURIDAD
Hay gente que piensa que vivir en el agua no es demasiado lógico. Des-
de su punto de vista, todo el material que silVe para vivir de este modo
no puede ser otra cosa que material de seguridad, empezando por el
propio barco. Debemos aceptar que esta visión no es del todo equivo-
cada, y que la primera seguridad consiste en disponer de un barco en
perfectas condiciones, desde la quilla a la perilla del palo.
Una vez dicho esto, incluso aunque seamos de 105 que piensan que
hay menos peligro en la mar que en las carreteras, existe toda una serie
de material especialmente previsto para asegurar la perennidad de 105
cuerpos y los bienes. Este material abarca diversos objetos. Un hi erro de plástico.
414 El barco El mate ri a l d e a r ma m en t o 4 15

~ Decreto n 2 84-810 de 30 de agosto de 1984, relati-


vo a la seguridad de la vida en la mar, a la habita-
bilidad a bordo de los buques y a la prevención de la conta-
minación.
Anexo 224-0.A.7

Longitud (en mm) Masa Diámetro Diámetro


y peso (en kg) del anc la dela cadena del cab le
del buque (en kg) (en mm) (en mm)

para L < 6,50 o P < 1.000 8 6 10

entre L > 6,50 o P ~ 1.000


Materia l de a rmamento obli gatorio Y L < 7,50 o P < 2.000 10 8 14
de un velero que navegue
en 1· o 2' categoría . entre L ~ 7,50 o P ~ 2.000
Y L < 9 o P < 3.000 12 8 14

Para aclararnos, vamos a analizar sucesivamente el material de segu- entre L ~ 9 o P ~ 3.000


ridad del barco: fondeo, señales, medios contra incendios, y herramien- Y L < 10,50 o P < 4.500 14 8 14
tas para su mantenimiento y reparación; a continuación, trataremos so- entre L ~ 10,50 o P ~ 4,500
bre el material de la tripulación en particular: cha leco salvavidas, arnés Y L < 12,50 o P < 8.000 16 10 18
y línea de vida; y por último, con vistas a la circunstancia desoladora en
la que el barco y su tripulación tuvieran que separarse, analizaremos la entre L ~ 12,50 o P ~ 8,000
balsa salvavidas, de la cual hay mucho que decir. yL < 160P < 12.000 20 10 18

entre L ~ 16 o P ~ 12,000
yL < 18 0P < 16.000 24 12 22
El fondeo
Colocar el fondeo en primer lugar del material de seguridad puede pa- entre L ~ 18 o P ~ 16.000
recernos sorprendente, pero lo hacemos voluntariamente. Un barco no Y L < 20 o P < 20.000 34 12 22
es un coche; no tiene verdaderos frenos y su fondeo es el único medio entre L ~ 20 o P ~ 20.000
de poder pararlo y de hacer que se quede en un lugar concreto . Esto Y L < 25 o P < 30.000 40 14 24
representa una seguridad fundamental, que requiere que la elección
del material se lleve a cabo con infinita seriedad. L < 25 o P ~ 30.000 60 16 28
En este aspecto, la experiencia es la mayor de las garan t ías, puesto
que además, la normativa actual se basa principa lmente en la experien~
cia de Les Glénans. En nuestros barcos de crucero no llevamos nunca menos de cuaren~
En general, no hay que caer en la tentación de elegir el fondeo me- ta metros de cadena y de 100 m de orinque .
nos pesado (es decir, el menos caro) que indique la tabla, pues sobre
esta cuestión hay q ue decir que la avaricia no nos indemniza. Las anclas ·
y si e l fondeo recom en dado nos pa rece demas iado pesado pa~ Un ancla se define por su peso y su forma. Por eso se dice: un ancla A I ~
ra la t ri pu lac ión, es rea lmente la tri pu lac ión la que es dem as iado mirantazgo de 15 kg . La forma, frecuentemente va ligada a una deter~
ligera para e l ba rco. minada marca. Decimos, una ancla FOB de 10 kg o un ancla Danforth
Si bien las anclas indicadas tienen el peso mínimo, la longitud de los de 10 kg, aunq ue las dos sean anclas basculantes.
cables y cadenas que van unidas a las mismas son muy importantes pa~ A continuación vamos a ver las ventajas e inconvenientes de cada ti~
ra la sujeción del fondeo. po de ancla.
416 El barco El malerlal de armamento 417

Ancla Almirantazgo
Es el ancla mas antigua y también una de las más seguras. Agarra en
todo tipo de fondos en los que puede agarrar un ancla: arena, fango,
gravilla, algas e incluso roca (de donde a menudo no se puede desen-
ganchar), Su adherencia no es que sea extraordinaria, pero sí regular. y
aunque g arree (es deCIr, que are el fondo) sigue ofreCiendo una resIs-
tencia constante.
Las anclas Almirantazgo pueden tener distintas proporciones.
Algunas son rechoncnas, pero muy sólidas; sus anchos brazos se en-
ganchan especialmente bien en el fango, pero son incapaces de tocar Ancla d e arad o CO A. Ancla plana Brittany . A ncla basculante Gri p.
el suelo firme a 1ravés de un manoJo de aJgas. Otras son delgadas y
grandes, pero más frágiles, aunque sus brazos llegan con faCilidad al
suelo donde se hunden profundamente.
Entre las cualidades del ancla Almirantazgo también hay alguna ne- El ancla de arado
gativa, pues abulta mucho y es difícil de manejar en los barcos peque- Con toda segundad es una de las mejores anclas modernas. Su adhe-
ños. la colocación del ce p o requiere una maniobra adICional (se estib a rencia es por lo menos dos veces superior a la del ancla Almirantazgo,
con un cabo, pues los sistemas metálICOS, concretamente, el pasador. pero inferior a la de las anclas planas en fondos favorables. Agarra muy
no agarran). bien en todo tipO de fondos, excepto cuando hay algas o hierbas tUpi-
SI se maniobra mal, este tipO de ancla puede en ceparse o embra- das, y es muy raro que se encepe
zarse , es deCir, que el cabo de fondeo dé una vuelta, bien alrededor Incluso aunque garree. sigue ofreCiendo la misma resistencia. Ade-
del cepo o de un brazo. En estas condICiones. el ancla garrea. mas, tiene la ventaja de que abulta poco y ofrece una gran facilidad de
maniobra
El rezón
Es también un tipO de ancla tradicional. Tiene cuatro o onco brazos El ancla ligera
A nclas A lmirantazgo :
con uñas y su adherencia es ligeramente Inferior a la del ancla Almiran- ApareCieron a pnncipios de los ai'los 90 aportando una gran facilidad
1. Ubre. 2. Encepada . 3. Embrazada.
tazgo. Se utiliza sobre todo sobre fondos de algas. donde agarra muy de maneja (además, es desmontable). Sus fabncantes, a los que no les
bien. Igual que el ancla Almirantazgo. abulta mucho y es poco práctica falta humor afirman que Incluso una mUjer puede manejarlas sola Sin
de manejar. esfuerzo.. ¡siempre que el lobo de mar de su mando le dé las órdenes
oportunas desde el timón! Las anclas ligeras (tres veces más que una
El ancla basculante normal), de tipO basculante, están fabricadas en aleaCión de aluminiO y
De diseño más reciente. este ancla no tiene los Inconvenientes del an- magnesIo. Por mediO de un tratamiento térmICO se proporciona a este
cla Almirantazgo, pues no puede enceparse y (como consecuencia) matenal las calidades del acero. Todavía no deseamos emItir un JUICIO
tampoco se suele embrazar. Es fácil de manejar y de estibar. sobre su eficaCia real, aunque opinamos que está muy IndICada para
Agarra estupendamente en fondos de arena y de fango; regular en llevarla como fondeo secundano
grava y piedras pequeñas; de forma Irregular en roca; y muy mal en
fondos de hierbas y algas. Su articulación se suele atrancar con conchas ¿Cuál elegir?
y gravilla, y se atasca coo faCilidad en fondos de algas. A la hora de tomar una deCiSión, convIene saber que algunos tipOS de
Est e " rezó n d e p ar ag u as " , mu y Cuando garrea, su resistencia disminuye enormemente y es muy ra· anclas no son eficaces más que en un determinado abanico de pesos,
corri ent e e n barcos de recreo, se agarra ra que vuelva a agarrar Sin tener que sacarla y despejarla. debido a la sutil relaCión eXistente entre el peso y la forma del ancla.
d e f orm a m ediocre y só lo con viene los diferentes modelos de este tipO de anclas son de una calidad Una FOS H.P. de 2,5 kg es muy segura dentro de su clase, mientras
uti lizarl a en b arcos p equeños. El muy deSigual. que una CQR de 5 libras (2,4 kg) no lo es (pues las anclas CQR sólo son
bl o queo m ecánico d e los brazos debe Algunas de las anclas de este tipO no se agarran más que en Clfcuns- eficaces a partir de 7 kg). Otro ejemplo: una Marel de 500 kg puede
comp leta rse con un ca bo, p ues e n otro tancias especialmente favorables. las mejores anclas basculantes que sUjetar un carguero, mientras que un ancla de Igual clase pero de
caso e l parag uas p uede vo lver a existen actualmente son la 8rrttany, y la FOS H.P. (francesas) y la Dan- 20 kg no podría hacer lo mismo con un Mousquetalre, que, por el con-
cerra rse . forth (rnglesa). trario, sí estaría seguro con una CQR de 9 kg
El barco El material de armamento 419
418

¿Cuántas anclas debemos llevar a bordo? El amarre


Los derivadores deben llevar un ancla y 105 demás barcos, por lo me- La cadena se afirma al ancla por medio de grilletes, que deben ser igual
nos dos. Esto nos permite fondear en bigotes de gato, con un an· de resistentes que el conjunto del fondeo. A igual sección, 105 grilletes
da por popa y otra por proa . o en vertical ; además, de este mo- son más débiles que la cadena, y por esta razón hay que ponerlos de
do, si perdemos un fondeo, no nos quedaremos totalmen te desabas- un número superior (cadena de 10, con grillete de 12). Dichos grilletes
tecidos. deben asegurarse siempre, incluso aunque no vayamos a fondear más
En los barcos que hacen crucero en plan serio. conviene llevar tres que diez minutos.
anclas. Un ancla madre, un ancla de servicio y un ancla de emergencia;
detallaremos el uso de cada una de ellas en la parte del libro titulada
"La maniobra".

La cadena
la principal característica de la cadena es su peso. debido al cual se
Peso por mantiene en el fondo, ejerciendo una tracción horizontal sobre el an-
metro de cla. Puesto que el barco realmente no tira de forma regular del ancla,
cadena sino que lo hace a empellones, ésta hace de amortiguador con su peso.
'" 6 ......................... 0,75 kg La segunda ca racterística es su resistencia al desgaste, al no estro-
pearse sobre el fondo ni en 105 escobenes ni en las gateras (conduc-
'" 7 .................. ........ 1,05 kg
tos para la cadena situados en la borda del barco).
'" 8 ... ......... .............. 1,35kg Sin embargo, debido a su peso, también tiene ciertos inconvenien-
tes, pues es incómoda de manipular, sobrecarga al barco y, si no pode-
"'10 .......................... 2, 10 kg mos estibarla en otro lugar que no sea la proa, favorece el cabeceo. EntaJingadura sencilla y eficaz
En Glénans usamos cadena corrien te. Pero también podemos utili- l a ent a ling a dura se hace con un cabo
"' 12 .......................... 3,00 kg
zar cadena probada, cuya resistencia es de 25 kg por milímetro cua- bastante la rgo para que e l extremo de la cade na pueda afirmarse en cubierta.
"'14 .......................... 4,10 kg drado, frente alas 15 kg que tiene la primera. De este modo, una ca- Se cose uno de los chicotes del cabo al extre m o de la cadena y e l otro chicote bien
dena corriente de 10 (resistencia 1.180 kg) puede sustituirse por cade- se bloquea e n un aguje ro de un mamparo co n un a lasca IAI, o se afirma a un
"' 16 ..... ............ ......... 5,60 kg
na probada de 8 (1.250 kg). La ventaja que podemos obtener es dis- cáncamo co n un as de guias lB).
cutible, pues una cadena demasiado ligera amortigua menos los tiro-
nes, por lo que hay que fondear mucha más cantidad para lograr el Para unir el otro extremo de la cadena al pozo, está prohibido utili-
mismo resu ltado, debiendo halar el barco durante más tiempo en el zar grilletes y alambre, pues de ese modo resulta dificil de largar en ca-
momento de zarpar. so de urgencia, cuando hay que filar la cadena por el extremo . La ama-
rradura del ancla - llamada entalingadura- puede realizarse con un
Por lo general, las cadenas demasiado pequenas son poco seguras y cabo, afirmándolo por un lado a la cadena con un as de guía cosido, y
nosotros desaconsejamos utilizar cadena de menos de 7 milímetros. por el otro bloqueándolo en un mamparo con una lasca, o bien ama-
rrándolo con un nudo a una cuaderna, o a un cáncamo en el fondo del
La long itud de cadena que debemos fondea r debe ser del t ri- barco. Es conveniente que este cabo sea lo bastante largo como para
ple de la altura del agua. Según la región por la que estemos nave- poder subir toda la cadena a la cubierta, si fuera necesario.
gando, quizás tengamos que fondear en lugares más O menos profun-
dos, lo que determina la longitud de la cadena que debemos llevar a Mantenimiento
bordo. En cua lqu ier caso, debemos disponer, como mínimo, de 30 Poco a poco, la fina capa de zinc que recubre las cadenas galvanizadas se
metros. va deteriorando y aparece la herrumbre. A partir de entonces, se va ace- Pode mos ver e l desgaste en
Equipar un barco con una cadena demasiado delgada o demasiado lerando el desgaste de la misma pues esta herrumbre es un fuerte abrasi- e l punto de rozamie nto de los
corta es igual de ridículo que ponerle un ancla demasiado ligera, pues va. Con el fin de retrasar su aparición, cada año al desaparejar el barco, eslabones. Hay que eva luar la
Este empa lm e especial sirve para
cuando el barco choca contra las rocas, ya es un poco tarde para echar podemos rociar la cadena con aceite de motor. Este aceite se habrá seca- sección de m eta l que queda con obje to
engrilletar el ancla a la ca dena V no se
de menos los 5 metros que dejamos en la tienda de náutica. do para la primavera siguiente y la cadena ya no ensuciará el barco. de sa ber la fuerza residua l de la cade na .
bloquea e n las gateras.
El b arco El material de armamento 421
420

Cuando aparece la herrumbre, también podemos galvanizar de nuevo Los fondeos fijos:
la cadena. Sin ningún tipo de mantenimiento ésta nos puede durar ci nco
años y si la galvanizamos dos veces su vida será de quince, siendo el pre· boyas de amarre y muertos
cio total de las dos galvanizaciones el mIsmo que el de una cadena nueva. Cuando con frecuencia, nos vemos obligados a fondear en el mismo
Cualesquiera que sean 105 cuidados que se dediquen a una cadena, lugar, para hacer pic· nic, pescar o para pasar la noche, resulta muy
ésta acaba desgastándose. Por lo general, la parte que lo hace con ma- agradable no tener que preocuparnos de la sujeción del ancla. En ese
yor rapidez es la que se encuentra a flor de agua. Para desgastar por caso la solución consiste en instalar un fondeo permanente, en el que
igual los dos extremos, hay que dar la vuelta a la misma, cada dos años. el ancla se sustituye por una losa de hormigón. (Para instalar este tipo
En resumen, es necesarIO cambia r la cadena en cuanto el eslabón de fondeo hace falta una autorización del Service Maritime de I'Équipe-
más delgado no tenga más que un 75% de su sección original. ment yen España de la Autoridad Local de Marina.)

las amarras la losa


Todo barco, debe llevar al menos una amarra, que sirve principalmente Esta losa de hormigón deberá ser cuadrada, para que no ruede y esporá-
para las maniobras de fo ndeo y de remolque. Su resistencia debe ser dicamente tener forma de ventosa para que se pegue mejor al fondo, y
dos o tres veces mayor que la de la cadena, pues en caso contrario, en- ser lo más delgada posible: unos 10 centímetros para una losa de 500 kg
seguida se debilita con el transcurso del tiempo. Su longitud debe ser y 20 centímetros para una de 2,5 toneladas. Su peso total deberá ser
de 60 metros como mínimo. igual a la resistencia de la cadena del fondeo normal del barco. Según es-
to, un Mousquetaire necesitaría una losa de 600 kg (pues tiene una ca- Pa ra fa brica r una losa fija , echa mos e l
En cruceros de larga duración, resulta muy conveniente contar por lo dena de 7 mili metros cuya resistencia es de 580 kg aproximadamente). hormigón dentro de un agujero
menos con dos amarras: rea lizado e n e l centro de un bloque de
• una, de diámetro grueso, y con una resistencia igual al peso del la línea poliestire no. La ba rra so bre la que s e
barco (por lo menos hasta 3 toneladas). Esta amarra puede utilizarse Con el fin de limitar el radi o de borneo del barco, utilizaremos una 11· afirma e l ca bo de berá ser 10 más gruesa
para remolques, como amarra, cabo de fondeo y cabo de arrastre (és- nea más corta que la del barco (es decir, una vez y media la máxima al- posible (en re lació n con e l grillet e qu e
te es el nombre que recibe cuando sirve para frenar la velocidad del tura de agua), aunque deberá ser más resistente, para que no se rompa vamos a utilizar). Segü n e l s ist e ma que
barco y para que aguante con mal tiempo y oleaje). Puede ser de poli- al echar o sacar el fondeo. indicamos e n e l dibujo, la losa puede
propileno o de textil ligero y grueso (lo cual es conveniente para los ca- En caso de que decidamos usar un orinque, éste deberá ser de ny- apoya rs e en el fondo por c ualquie ra de
bos de arrastre); lon, cuya elasticidad en este caso está muy indicada . Para evitar que se los dos lados .
• y otra, con una resistencia dos o tres veces igual a la cadena, que desgaste al rozar contra el fondo lo forraremos en toda su longitud, in-
sirva principalmente para fondear. Suele ser de nylon, por una parte cluyendo los guardacabos, con un tubo de plástico, intercalando 1 Ó 2
Las amarras tienen un precio elevado
porque es un textil elástico, al contrario que el tergal, y por otra, por- metros de cadena entre el orinque y la losa . Para unir la losa con la ca-
y se desgasta n e nsegu ida. Para
que no flota, al contrario que el polipropileno, presentando así un ries- dena y el orinque utilizaremos grilletes lo más gruesos posible, asegu·
protegerlas e n las zonas donde se s uele
go menor de ser cortada por las hélices de 105 barcos. Es mejor elegir rándolos cuidadosamente. Por último, para evitar que las hélices corten
producir el d esgast e, p od em os forrarl as
nylon trenzado, pues es más resistente al desgaste que el colchado. el orinque, lo lastramos a 2 Ó 3 metros de la superficie. Los orinques
con un cabo algo más fin o del modo cuesta n menos y duran más que una cadena.
s iguie nte: hacem os dos ballestrinques. El fondeo del bote auxiliar Si decidimos utilizar una cadena, debemos elegirla de un tamaño su-
enroll am os el cabo con vueltas muy A bordo de los botes auxiliares, nosotros llevamos un fondeo formado perior a la del barco, para que, al ser más pesada, amortigüe bien los
juntas y v olvemos a hacer otros dos por un cabo muy fino de 150 metros y un ancla de 3 kg. tirones del mismo. La ca dena de un fondeo fijo no tiene que ser galva-
ballestrinques. Res ulta más e legante, El uso que se le da a este fondeo es múltiple, pues sirve tanto para nizada pues, al estar siempre sumergida no se oxida. Engrilletamos di-
mas cómodo e incluso más marinero que fondea r el bote auxiliar (of (ourse), como el propIO barco, sea cual sea cha cadena a la losa con un grillete lo más grueso posible, de 12 milí-
los tubos de plástico que cue lgan de los su desplazamiento, con calma chicha contra la corriente (en ese caso metros para una cadena de 10, o incluso de 14 milímetros si cabe. Este
morros de los ba rcos (además de que e l resulta muy "cómodo" disponer de un güinche correctamente instala- grillete deberá asegurarse con un alambre grueso o un hilo de nylon de
extre mo de dichos tubos normalme nte do en el palo para levar el ancla). más de 3 milímetros de diámetro. Por otra parte, y al contra rio que las
t iene un aro cortante; s in que sean más Este cabo también puede utilizarse como sonda (¡siempre que no cadenas del ancla, éstas se desgastan antes por la parte del fondo. So-
estéticos, en cualquier caso es preferible hagamos ningún nudo en él con el pretexto de disponer de señales de lamente podemos comprobar el estado en que se encuen tran tirándo-
utilizar tubos d e g om a). referencia !). nos al agua o sacando el fondeo.
422 El barco El material de armamento
423

En algunos fondeos. los barcos bornean siempre en el mismo senti- ba grueso y el orinque, podemos intercalar una cadena que afirmamos
do y la línea se acaba torciendo. Podemos intentar limi tar esta torsión, en la cubierta. Esta deberá ser lo bastante delgada para poder pasar
aparejando un grillete gira torio (más grande) entre la losa de hormigón por la gatera (del tamaño de la cadena del ancla) y lo bastante larga
y la línea. Desgraciadamen te, este tipo de grilletes suelen funciona r como para llegar desde la superficie a la bita de amarre.
bastante mal, por lo que deberemos dar la vuelta a la línea a mano ca- El .inconveniente del muerto es que siempre existe el riesgo de que
da t res meses, aproximadamente. Una línea que no tenga grillete gira- su onnque acabe cortado por una hélice. Para evitarlo, lo lastramos a 2
torio deberá cam biarse de sentido todos los meses. ó 3 metros de la superficie, enganchando un peso de 2 Ó 3 kg, o en-
gastando algunas bolas de plomo de pescar. l o ideal es utilizar cabo ya
¿Boya de amarre o muerto? lastrado en fabrica.
La línea puede unirse de varias maneras al flotador que está en la su- Por último, el flotador deberá ser blanco (según Decreto del Ministe- Flotador de boya de amarre sin
perficie del agua. Con el fin de que las explicaciones queden claras, va - rio del. Mar) lo cual no es muy acertado, pues no se pueden distinguir "ruptura de resistencia ". los barcos
mos a llamar boya de amarre al flotador sobre el que engrilleta direc- muy bren cuando la mar está picada. pueden amarrarse a la argolla puesto
tamente la linea de fondeo, y muerto al flotador que esta unido a la li- que está directamente unida a la
nea por medio de un orinque. cadena.
El flotador de una boya de amarre,
Los medios de señalización
únicamente ofrece la máxima
seguridad cuando la cadena lo La boya d e amarre. Debe estar rellena de material celular, para ser E.n .Ia m~r, cua~do más modesto es un barco, menos debe pasar desaper.
insumergible, incluso aunque esté rota. Su flotabilidad debe ser igual al crbldo, siendo Igual de importante ser visto, que ver. Por esta razón todos
atraviesa completamente. Se eli minan
así los puntos débiles en la unión, doble del peso del cabo que cuelga de ella (con la marea alta). los medios que sirven para señalizar su presencia, tanto de noch~ como
Este tipo de fondeo tiene un inconveniente y es que cuando dispone de día, forman parte del material de seguridad. Los medios "ordinarios"
pudiendonos amarrar directamente a la
de una cadena. siempre está en movimiento y acaba desgastándose a son las luces del barco y el reflector radar, que invitan a los demás barcos
parte superi or del flotador.
caL!sa del rozamiento que se produce entre sus eslabones, incluso aun- a separarse si es necesario. Y los medios "extraordinarios" son las señales
que no esté ningún barco amarrado. de socorro que, por el contrario, les invitan a acercarse con urgencia.

El muerto. En este caso, cuando no hay ningún barco amarrado. la Las luces del barco
linea de fondeo descansa sobre el fondo. El orinque, de nylon, debe te- Antes de instalar las luces a bordo del barco, es indispensable consultar Este tipo de flotador es mejor izarlo a
ner una longitud igual a una vez y media la altura del agua. Entre el ca- el Reglamento para la prevención de abordajes en la mar (publicaciones bordo y amarrar el barco directamente
SH2A y 28 del SHOM en Francia y por la Dirección General de la Mari- a la cadena.
flotador de 30 a 50 I¡tros
na Mercante y el Instituto Hidrografico de la Marina) o la Guide du na-
flotador de 51ilros según la altura del agua
vigateur (vol. 3).
la colocación de las luces (que también se denominan f anales) está
determinada, de hecho, por unas normas concretas, que trataremos
sólo en sus aspectos más importantes:
• los buques de más de 20 metros en navegación, exhibirán dos lu-
ces en los costados (roja la de babor y verde la de estribor) y una luz
blanca en la popa; estas luces deberán llevarlas en tres fanales distintos.
• los barcos de menos de 20 metros deben exhibir las mismas luces
pero pueden agruparlas en un solo fanal colocado en el tope del palo ~
en la parte superior del mismo;
• los barcos menores de 7 metros no están obligados a exhibir luces
de color, pero deberán llevar un fanal blanco en el tope del palo, o dis-
poner de una luz móvil que deberán exhibir para señalar su presencia;
Fondeos fijos para barcos de 1.200 kg • los barcos de vela en navegación con motor, deberán exhibir, ade-
aproximadamente . El muerto a la más de las luces ordinarias, una luz blanca a tope de palo (y de dia un
izquierda y la boya de amarre a la co.~o negro en la proa con el vértice invertido. En ese caso no puede
bloques de hormigón de 600 kg con un grosor máximo de 10 cm
utilizarse el fanal con las tres luces principales;
derecha.
424 El barco El material de armamento 425

• todos los barcos de más de 7 metros, deberán exhibir cuando es-


tén fondeados, una luz blanca todo horizonte (y de dia una esfera ne-
gra en la proa);
~ rojo

• las luces de costado, deben tener cada una de ellas, un sedor que ilu-
mine diez cuartas (es decir 112',5), desde la proa del barco. Su alcance mí- D verde

nimo debe ser de una milla con una visibilidad meteorológica de 10 millas;
• la luz de popa debe tener un sedar que ilumine doce cuartas (es Velero navegando a vela (las tres luces Buque de propuls ón mecánica, o velero
pueden combinarse si el barco mide navegando a motor, de estora inferior Buque de propulsión mecánica, de eslora
decir 67', 5 a cada banda del barco a partir de la popa), debíendo ser su menos de 20 metros). a 50 metros. superior a 50 m.
alcance mínimo de 2 millas;
• la luz de tope del palo, indispensable sin navegamos con motor, de- Es necesario elegir luces completamente estancas, y sobre todo con iÚnicam ente podremos ver la luz azul !
be tener un sedor que ilumine veinte cuartas (es decir 112,50 a cada ban· bastante potencia, lo que no siempre es posible con la energía de que se S in embargo estos dibujos representan
da desde la proa del barco), debiendo ser su alcance mínimo de 2 millas. dispone a bordo (a menos que utilicemos bombillas de alto rendimiento). los sectores de las luces [roja, verde y
La lámpara de temporal, es perfecta para utilizarla como luz de fondeo. blanca) de los barcos.
En las publicaciones antes mencionadas encontramos indicaciones
sobre las alturas en las que deben situarse estas luces. De hecho el Hay que añadir que siempre resulta útil tener a bordo un proyector
principal problema en los veleros es lograr instalarlas en lugares que es- de pilas potente. Especialmente, puede servirnos para que nos vean
tén bien despejados del velamen, cualquiera que sea el rumbo en que bien desde otros barcos, cuando las luces normales no sean suficientes;
se navegue. Sólo hay dos lugares posibles: también, para descubrir una boya poco visible en un canal (y además, a
• el balcón de proa (luces de costado), donde ciertamente están gran distancia si la boya lleva pintura rellectante), O bien para localizar
muy despejadas. pero tienen el inconveniente de que están muy bajas; un hombre caído al agua (sobre todo si su chaleco lleva también ban-
• el tope del palo, con el inconveniente de estar muy altas cuando das relledantes).
hay que cambiar alguna bombilla.
El reflector radar
Un petrolero de 500.000 toneladas tiene un precio muy elevado, y, al
parecer, por este motivo tienen que ahorrarse el puesto de un serviola.
El tripulante que está de guardia en el puente de mando sólo puede ver
delante de él una superficie de mar de 2 millas. Esto quiere decir que,
incluso con el cielo despejado, conviene disponer de un buen reflector
de radar, por si nos encontramos cerca de uno de estos monstruos. De
modo general, debemos convencernos de que, en la actualidad, la mar
está llena de barcos que pueden abalanzarse sobre nosotros en la niebla
y por lo tanto es absolutamente necesario que nos puedan ver.

Un reflector radar, para ser eficaz, debe tener las dimensiones sufi·
cien tes, es decir, que su diagonal mida por lo menos 45 centímetros;
sus caras deben ser bien planas y perpendiculares entre sí (menos de 10
de tolerancia).
Este último punto excluye ya los reflectores desmontables. Y tam-
bién es necesario que esté correctamente instalado, es decir: 1° fijado
en la misma posición que si estuviera colocado sobre una mesa; 2° y
colocado lo más alto posible, siendo lo ideal ponerlo en el tope del pa-
lo. De hecho, debemos saber que cuando la mar está picada, el radaris-
ta de un carguero suele borrar de su pantalla el "eco del mar" para ver
Luz de fondeo: una luz blanca a tope de más claro, y que en ese caso ya no recibe más que ecos de objetos si·
pa lo visibl e en todo el hori zonte. tuados a una determinada altura.
El material de armamento 427
426 El barco

locidad máxima de 252 kmlh ien un segundo! La fuerza que desarrolla


Las señales de socorro en el momento del lanzamiento (el retroceso) es de unos 5 ki los. Por
En el inventario de a bordo, debe haber un número variable de luces y este motivo, debemos sujetar fuertemente el tubo. Es conveniente lan-
bengalas de socorro, según la categoria de navegación que realicemos. zarlas a sotavento del barco, sujetando el artefacto por encima del
Es fundamental que todos los tripulantes sepan donde se encuentran y
agua y apuntando lo más verticalmente posible. Puede ocurrir que una
conozcan perfectamente su funcionamiento; si alguno de ellos no ha
bengala no salga, y en ese caso es preferible tirarla al agua, sin intentar
participado nunca en un ejercicio (¡qué gran error!) por lo menos debe-
averiguar por qué no ha funcionado ...
rá leer las instrucciones de las luces y bengalas que se llevan a bordo,
aunque crea que las conoce.
En realidad, estas instrucciones no son todas iguales sino que difie-
ren según las marcas y los tipos de bengalas. y en plena noche suelen
resultar difíciles de descifrar ...
En 105 multicascos, conviene tener en cuenta que podemos volcar; Bengalas paracaídas: modo adecuado de
por lo tanto, hay que llevar las señales de socorro en un lugar accesible. utilizarlas
ya esté el barco al derecho o al revés, incluso cuando uno de los cascos
esté completamente sumergido.

Las bengalas-paracaídas
Estas bengalas (verdaderas piezas de artillería) pueden subir hasta 300
metros de altura . La cápsula luminosa, se suelta una vez que llega al fi-
nal de su trayectoria, arde con el aspecto de una estrella roja brillante y
va cayendo despacio con un pequeño paracaídas. Las normas de ho-
mologación establecen que la velocidad media de bajada no debe so-
brepasar los 5 metros por segundo y el tiempo de combustión de la es-
trella debe ser superior a 40 segundos. Son muy visibles por la noche,
un poco menos durante el día y pueden verse con tiempo despejado
por un observador situado a más de 25 millas. La estrella luminosa bri- Modelo Pains·Wessex IPlastimo): quitar la caperuza de los dos extremos del tubo (s in re tira r la protección de aluminio),
lla con una intensidad de 30.000 candelas. abrir e l disparador de la parte inferior y colocar la be ngala con cuidado en la pa lm a de la mano; s ujetar e l tubo
Al contrario que los demás medios pirotécnicos, la bengala paracaí- fuertemente con las dos manos, orientándola casi e n vertical [flecha hacia arriba); lanzar la be ngala apretando e l
das es una manera de llamar la atención. Teniendo en cuenta el núme- disparador.
ro limitado de bengalas que se llevan a bordo, conviene utilizarlas con
precaución, es decir, cuando existe la posibilidad de que se vean. Lan-
zar una bengala un día con niebla cuando no hay ningún barco a la vis-
ta realmente no sirve de mucho. Sin embargo, lanzar una bengala a las
5h de la mañana cuando nos encontramos a 30 millas al Oeste de Ca-
bo Corse, es mucho más lógico, pues es la hora en que pasa el primer
ferry que viene del continente. Incluso aunque no permanezca en el
aire más de cuarenta segundos, no por eso deja de ser una señal fug iti-
va para un observador ocupado en hacer otras cosas. Es conveniente
lanzar una segunda bengala después de 5 ó 10 minutos para confirmar
el mensaje de socorro.

Modelo Ruggieri y Guerard : quitar e l tapón d el extremo inferior del tubo; e l disparador a parece automát icamente, girar
El manejo de una bengala-paracaídas resulta muy sencillo, aunque
la bengala y colocarla en e l hueco de la mano; s ujetar la bengala fuertemente con las dos m a nos, orientándola casi en
no está exen to de riesgos. Es un artefact o muy potente que hay que
vertical (flecha hacia arriba); y por ultimo, lanzarla a preta ndo e l disparador.
Sección de una manipular con cuidado. Por ejemplo, es conveniente saber que el pro-
b engala-para ca idas . yectil sale del tubo a una velocidad de 144 kmlh y que alcanza una ve-
428 El barco El material de armamento 429

las señales rojas automáticas de mano Al igual que en el caso de la bengala paracaidas, la utilización de
Al con trario que las bengalas-paracaídas, las luces automáticas de mano una señal de mano debe hacerse con ciertas precauciones. En primer
son más un medio de localización que de alerta. En la mayoría de los casos lugar hay que encenderla a sotaven to, con el brazo estirado sobre el
su utilización significa que la situación de peligro ha sido ya señalada y agua. Las normas de homologación establecen que no es necesario
confirmada. l as luces de mano deben considerarse como un medio para usar guantes para encenderlas. Si sujetamos el tubo por el lugar ade-
señalizar un barco en dificultades. Con gran frecuencia, cuando los medios cuado inclinándolo un poco no nos quemaremos. todo lo más sentire-
radiomaritimos funcionan, los servicios de salvamento, ya sean lanchas de mos un fuerte calor. Sin embargo, los guantes no impiden nunca que
* Siglas que significan Societé Na- la SNSM*, aviones o helicópteros de rescate, piden a los náufragos que las luces funcionen. Si disponemos de ellos a bordo (los marinos previ-
tional de Sauvetage Maritime, organis- enciendan una señal de mano con el fin de facilitar su aproximación. sores guardan uno en la caja de bengalas), conviene utili zarlo, pues la
mo francés dedicado al salvamento,
Estas señales deben sujetarse con el brazo estirado y no lanzan nin- combustión de una señal de mano va acompañada siempre de una pe-
equivalente a la Sociedad Estatal de
Salvamento y Seguridad Maritima, es- gún proyectil, sino que desprenden una intensa llama rojo brillante queña crepitación incandescente que puede dañar la piel; y lo que es
pañola. (15.000 candelas) por el tubo que arde durante un minuto por lo me- más grave: al final de la combustión el tubo se pone al rojo vivo y si ha-
nos. También en ese caso, son muy fáciles de utilizar, siempre que nos cemos un movimiento para lanzarlo lejos, puede romperse en dos y
hayamos leído las instrucciones. Hay que señalar que existen grandes caer sobre el brazo. Por este motivo. cuando la señal se ha apagado
diferencias en cuanto al sistema de encendido entre los modelos que hay que dejarla caer al agua abriendo la mano despacio.
existen en el mercado, en Francia. Por último, no es aconsejable mantener la llama fija durante mucho
tiempo, pues la s 15.000 candelas de potencia que desprende puede
irritarnos gravemente la retina.

Las señales de mano Las señales fumígenas flotantes


modo adecuado Aunque de naturaleza diferente las señales fumígenas también forman
de utilizarlas parte de los medios pirotécnicos de socorro. Consiste en un bote grue-
so que se lanza al agua despué~ de poner en marcha el sistema de en-
cendido. Tras un intervalo de va rios segundos, se desprende de su orifi-
cio un humo denso de color rojo anaranjado. La emisión de humo debe
durar más de tres minutos.
Al igual que la señal de mano, la señal fumígena se utiliza más para
señalizar el barco que está en apuros que para alertar al eventual servi-
cio de rescate. Si el cielo está despejado el humo puede subir un poco
antes de disiparse, mientras que si hace viento éste se quedará horizon-
Modelo Pains·Wessex (Plastimo): orientar el tubo con la flecha hacia arriba,
tal siendo poco visible para un observador situado al nivel del mar. Sin
abrir el seguro girando un cuarto de vuelta a la derecha y dar un golpe seco
embargo, 105 pilotos que participan en las operaciones aéreas de resca-
con la mano. La caperuza de la parte s uperior se suelta automaticamente y te en la mar hablan muy bien de ellas, pues las señales fumigenas de-
la señal se enciende transcurrido un momento.

Tres modelos de señales fumig enas


flotantes muy frecuente s. Todas ellas
Modelos Ruggieri y Guérard: sujetar fu ertemente el tubo por el puño;
funcionan según el mismo principio:
retirar la caperuza del extremo superior y desenrollar el cordón para
hay que tirar de un cordón de
encenderla; a continuación. dar un fuerte tirón hacia arriba .
encendido después de quitar el tapón.
430 El barco El material de armamento 431

las radio-bal izas SARSAT-COSPAS


Del buen uso de las señales y bengalas Desde hace varios años se está implantando el sistema SARSAT-COS-
( reglamentarias o caducadas ) PAS; tiene una cobertura mundial, con un tiempo de respuesta casi nu-
lo en el hemisferio norte y algo mayor en el hemisferio sur (menos de 3

L as luces y benga las solamente sirven para una vez, y además em iten una seña l muy breve,
por lo que deben uti li za rse en el momento oportuno, es decir, únicamente cuando existen
todas las posibilidades de que nos vean. Encender una señal fumígena con un viento de fuerza
horas'.
La baliza envía una senal codificada a un satélite que a su vez la
3 es una tontería, igual que lanzar una benga la en medio de la niebla o cuando no hay ningún transmite a estaciones en tierra que procesan la información y que avi-
ba rco a la v ista; lo mismo ocurre cuando tenemos un barco a la vista pero no navegamos hacia san a los servicios correspondientes, proporcionando el nombre del
él, o cuando estamos a contra luz respecto al mismo. Por el contra rio , no es ninguna tontería emisor y su posición con unas cuantas millas de aproximación.
lanzar una bengala a las 4 de la mañana, en alta mar frente a Gui l-
Ba liza SARSAT-COSPAS.
vinec, pues es la hora en que sa len los pesqueros ... Las radiobalizas multifrecuencia
Emiten en dos o tres frecuencias al activarse por medio de una senal de
Otro aspecto importante es que tanto las señales como las ben - socorro, especialmente en la frecuencia marítima (218 Khz) y en el ca-
galas tienen fecha de caducidad, y que según la normativa actual nal 16 VHF; su precio es relativamente accesible.
hay que llevar a bordo seña les y bengalas que no estén caducadas. Se trata de un equipo personal que debe comprobarse periódica-
mente y manejarse con delicadeza.
Pero no hay ninguna norma que nos prohíba conse rva r estos ar-
tefactos una vez que han caducado. Después de efectuar varias
pruebas en el archipiélago de Glénan, se averiguó que la gran ma-
yoría de seña les y bengalas en buen estado aparente, es decir, que Medios de lucha
no se habían mojado, seguían siendo eficaces varios años después
de su fecha de caduc idad. contra el fuego y el agua
El f uego
Por lo tanto, en unos cuantos años, podemos hacernos con un
Los riesgos de que se produzca un incendio a bordo están causados
buen aprovisionamiento de seña les de socorro, muy útil para se-
guir lanzando fuegos artificia les, una vez terminadas las existencias principalmente por los productos inflamables que embarcamos, espe-
reglamentarias. Y además, no tenemo s por qué avergonzarnos de cialmente la gasolina . Evidentemente, lo más seguro es no llevar este ti-
deberle la v ida a una bengala caducada. po de productos, o en todo caso, almacenarlos sistemát icament e en
un lugar que no comunique con el interior del barco.

jan largas estelas sobre la mar, durante mucho tiempo, una vez apaga-
En España, la Cir-
das. Los pilotos de Bréguet-Atlantique suelen lanzar señales fumígenas
cular 7/95 de la Di-
en las cercanías del barco que acaban de localizar. Número de extintores obligatorios a bordo de los recclOn Genera l de la Mari-
Utilizar una señal flotante es muy fácil y similar a las señales de ma- veleros habitables equi pados con un solo motor na Mercante que desarrolla
no; después de retirar la caperuza del sistema de encendido, hay que de menos de 150 caba llos en función de su eslora: la normativa de la Directiva
tirar del disparador por tracción. Hay que esperar uno o dos segundos 94/ 25/CE del Parlamento
a que una pequeña nube negra salga del orificio, antes de lanzarla al menos de 10 metros 1 extintor Europeo, establece que to-
agua, a sotavento del barco. de 10 a 15 metros 2 extintores das las embarcaciones de
recreo deberán ir provistas
de 15 a 20 metros 3 extintores de extintores en la cantidad
El espejo de señales
El espejo de señales posee una ventaja muy cla ra sobre las luces y ben- de 20 a 25 metros 4 extintores indicada a cont inuación, en
función de su eslora:
galas, y es que no se agota. Además es un aparato enormemente efi-
Si tiene cab ina ce rrada y
caz, siempre que haga sol, por supuesto. menos de 10 m - 1 extintor
Lleva un visor que permite orientar el haz luminoso lo mejor posible
Estos extintores serán de tipo homologado y estarán sometidos a re-
en una amplitud de 80' hacia uno y otro lado de la dirección del sol. de 10 a 15 m 1 extintor
visiones correspondientes. Deberán ir provistos de una tarjeta informa-
Con él podemos insistir hasta provocar la irritación y, como consecuen- de 15 a 20 m 2 extintores
tiva en la que conste la fecha de la última revisión y la entidad que la
cia, la atención de los demás barcos. de 20 a 24 m 3 extintores
realizó .

1
432 El barco El material de armamento 433

Ya hemos expuesto anteriormente nuestra opinión sobre los moto- ,, Esta bomba e xterior está bien instalada,
res de gasolina. Nosotros, por nuestra parte, hemos suprimido los I podemos bombear durante ba stante tiempo
I
I V el mango está al alcance de la mano ..
motores fijos de gasolina en todos los barcos con cubierta y, en prin-
cipio, únicamente utilizamos los motores fuera borda, en barcos
+
abiertos.
Cuando se utilicen motores de esa clase, es fundamental no mani-
pular gasolina mientras están funcionando; de igual modo, está prohi-
bido encender cualquier llama: no se puede cocinar, ni fumar.
El alcohol, por su parte, también se inflama con facilidad, no debien-
do echarse en un hornillo o lámpara más que si están completamente
apagados.
En 105 barcos de plástico los incendios se propagan con enorme rapi-
dez; más lentamente en 105 de madera y nada (excepto en 105 interio- ... además, está s ujeto co n
res) en aquéllos con el casco de ferrocemento o metal. Los medios de un cabito.
extinción exigidos por el reglamento responden perfectamente a los
La jarci a es un buen pararrayos,
peligros a 105 que están expuestos los barcos.
siempre que cada uno d e su s La manguera de aspiración debe ser anillada o dura para que no se
También en este caso debemos consultar la normativa. Hay que seña-
ele mentos est é conectado a la mas a. aplaste por efecto de la depresión, con una alcachofa en el extremo
lar que debemos elegir cuidadosamente el emplazamiento del extintor o
para que se pueda desatascar.
extintores a bordo del barco, debiendo colocarlos en un lugar de fácil ac-
Para que esta alcachofa no esté siempre atrancada deberá llevar
ceso, sea cual sea la zona donde se declare el incendio (el mejor sitio sue-
unos agujeros bastante gruesos por los que puedan pasar cerillas, por
le ser el mamparo de la bajada, enfrente de la cocina). Todas las personas
ejemplo ( ipero no la caja entera!).
a bordo deberán conocer perfectamente cómo funciona y el patrón no
El tubo de vaciado debe estar instalado de forma fija y desaguar fue-
debe dejar de explicárselo a cualquier pasajero o tripulante nuevo.
ra del barco -en caso necesario en la bañera si es autoachicante.
Cuando sólo hay un poco de agua en el barco, el achicador o la
Los rayos
bomba constituyen medios de achique suficientes. Pero cuando el agua
Los rayos pueden provocar graves daños a bordo; pueden hacer que el
es abundante, la bomba es absolutamente ineficaz y no hay nada co-
barco explote, literalmente, o que se produzca un incendio. Sin embar-
mo un buen cubo (de los de cemento, de plastico grueso negro) de 7 a
go resulta inútil embarcar un pararrayos, pues tanto el palo como la
10 litros, con un asa y un cabo resistentes. Su utilización es agotadora,
obencadura pueden desempeñar esta función, siempre que estén co-
en el más amplio sentido de la palabra, pero su rendimiento es excelen-
nectados a masa, es decir unidos al agua bien por medio de los cade-
te, por lo menos cuando la altura del agua no sobrepasa unos cuantos
notes, si éstos son muy largos, o bien colocando la cadena del ancla
centímetros. A partir de esa cantidad hay que utilizar el achicador o la
como una guirnalda alrededor del barco, haciendo que ésta toque el
agua a la altura de los obenques, baquestay y estay. , bomba.

El agua
Todos los barcos de crucero deben llevar al menos una bomba (o dos a Las herramientas y el material
partir de la 3' categoría) y dos cubos con un cabo.
La bomba debe ser resistente y tiene que estar instalada siempre en
de repuesto
un lugar donde podamos colocarnos cómodamente, pues en caso de Igual que nos ha parecido fundamental incluir el fondeo en el material
que se produzca una vía de agua, quizás tengamos que utilizarla du- de seguridad, hacemos lo mismo con las herramientas y el material de
rante horas. El mango de esta bomba debe estar fijo en la boca, o en repuesto. Pues, de hecho, en un crucero únicamente podemos contar
todo caso muy cerca de ella, pues de otro modo, es el típico objeto que con nosotros mismos, y sería absolutamente espantoso zarpar sin tener
nunca encontramos en el momento oportuno. a bordo todo lo necesario para arreglar o cambiar el material que pue-
Las mejores bombas son las de membrana de funcionamiento senci- de estropearse, lo cual puede ser necesario incluso en un barco nuevo
llo, debiendo ser desmontables para facilitar su limpieza. (¡sobre todo en un barco nuevo!).
434 El barco El material de armamento 435

Respecto a las herramientas, es indispensable llevar a bordo:


• una llave inglesa (que se pueda utilizar con el perno más grande Inspecciones de material
del barco); de seguridad En España
• un destornillador mediano, con hoja de sección cuadrada (para os inspectores de Asuntos marítimos contro lan cada v ez Según lo estab lecido en la
poder darle vueltas con la llave inglesa);
• un destornillador de cruz;
L con más frecuencia a los barcos de recreo y comprueban
en espec ial que llevan a bordo todo el material de seguridad.
Circu lar 7/95 de la Dirección
General de la Marina Mer-
• un destornillador fino, de electricista; La falta de este material es objeto de una denuncia y suscep- cante que de sarro ll a la Di -
• una llave de grifa; tible de multa. Según el artículo 57 de la orden de 30 de rectiva 94/ 25/ CE del Parla-
Para cortar un cable necesitamos una
agosto 1984, la falta de material d e armamento y de respeto , mento Europeo, e l Certifica -
ciza lla especia l como ésta . No conviene • dos punzones;
de luces de emergencia, de medios d e salvamento o chale- do de Navegabilidad servirá
utilizar un cortafrios. • un martillo de carpintero;
cos salva v idas, puede dar lugar a mu ltas d e 5i! clase, es decir, d e inventario de los e lemen -
• un punzón de ajuste;
d e 3.000 a 6.000 fran co s y/ o d e 10 día s a 1 m es de pri sión. to s d e se guridad que d e b e
• una ciza lla de cable (para cortar los obenques en caso de nece- llevar a bordo la e mbarca -
A bu e n ent endedor. ..
sidad); ción. Los propietarios y / o
• un rempujo, un juego de agujas (del n° 14 al n° 18) y un gancho usuarios de las embarcacio -
de velero; nes de re c r e o s on los res -
• y por último, si el barco dispone de un motor auxi liar, las herra- ponsables únicos de que e l
mientas necesarias para efectuar reparaciones sencillas y para su man- material que se indica en di -
c ho Certificado esté a bordo,
ten imiento.
Esta lista contiene lo mínimo necesario, siendo recomendable añadir • así como del mantenimiento
en p erfe cta s condicion es del
unos cuantos objetos más, cuya ausencia podríamos lamentar amarga-
estado de la embarcac ión y
mente algún día:
su s equipos, y de mantener
• un sacacorchos; al día los reconocimi e ntos
• un serrucho bien afilado y que no esté oxidado; periódico s pre sc rito s . El in -
• una sierra de arco para metales, y varias hojas; cumplimiento de lo anterior
• una taladradora con brocas; se rá sancionado, de acuerdo
• un formón para madera (en un estuche); con lo est ablecido e n la Ley
• una piedra para afilar; 27/1992 de 24 d e novi embre,
• dos alicates; d e Puertos d el Estado y de la
• llaves, tenazas y destornilladores de distintos tamaños. basta con llevar un cabo de repuesto del tamaño de la escota de la ma- Marina M e rcante.
Nunca somos lo bastan te previsores; la Sereine, víctima de una gran yor (e incluso uno o dos cabos de rizos, que probablemente no serán
vía de agua mientras navegaba en alta mar frente a Escocia, quizás ha- del mismo diámetro);
bría naufragado si no fuera porque el patrón encontró de repente en • tela de vela, del mismo gramaje que el de las velas principales;
una taquilla, un berbiquí y unas brocas enormes que había comprado existe tejido de Tergal o Dacron autoadhesivo de diversos gramajes,
(¡Dios sabe para qué!) el patrón del crucero anterior ... muy cómodo de usar, así como tela de spinnaker también autoadhesi-
va; hilo de vela, e hilo grueso para falcacear; y también cera;
En cuanto al materia l de re puesto, resul ta difícil proporcionar una • uno o dos sables de vela del mayor tamaño;
lista modelo, pues todo depende del ba rco y de su programa de nave- • una o dos poleas;
gación y, una vez más, es competencia del patrón hacer un gran es- • grilletes, ejes de tensores y pernos corrientes para la jarcia;
fuerzo de imaginación para lograr acorda rse de todo. • alambre de hierro y de latón, o mejor aún alambre inoxidable;
Al describir el casco, la jarcia y las velas, hemos mencionado en va- • clavijas de acero inoxidables, de todos los tamaños de las que uti-
rias ocasiones los repuestos que nos parecían ind ispensables. A éstos lizamos a bordo (para no perderlas, las podemos pegar todas en fila,
hay que añad irles: entre dos tiras de papel celia transparen te);
• un cabo de repuesto por cada uno de los que utilicemos, y de la • clavos galvanizados de diversos tamaños (en el caso de un Mous-
misma longitud que el más largo de ellos. Por ejemplo, si todos los ca- quetaire 300 gramos aproximadamente);
bos del barco son iguales (del mismo material, y del mismo diámetro), • torni llos para madera de acero inoxidable de varios diámetros (de
436 El barco f El material de armamento 437

4 X 25 a 5 x 50). Preferentemente tornillos especiales para planchas de equipados con una cincha de arnés pantalón, agarrador, silbato y ban-
aglomerado. más fáciles de utilizar y que sujetan mejor que 105 tornillos das reflectoras. Son 105 chalecos de alta mar para todas las categorías
corrientes; de navegaciones.
En España, la Circular 7/95
• varios trozos de contrachapado, para taponar, en caso necesario • 275 Newtons: chalecos inflables previstos para situaciones extre-
de la Direcc ión Genera l de
una escotilla rota, o para cegar una vía de agua, o para hacer una repa- mas y usos profesionales cuando el usuario está sobrecargado o vestido la Marina Mercante que de-
ración pequeña; masilla en forma de pera (para extrusión); 4 ó 5 kg de con ropa de protección . sarrolla la normati va de la
cemento rápido, en el caso de barcos metálicos o de hormigón (en sa- Todos estos chalecos deben llevar obligatoriamente las siglas CE Directiva 94/25/CE del Parla-
cos de plástico, que se renovarán todos 105 años); así como una etiqueta con la identificación del fabricante, nombre mento Europeo, establece
• bombillas, pilas y fusibles; del organismo que lo ha comprobado, clase a la que pertenece, ga- que las embarcaciones que
• sebo para los grilletes y los tornillos; aceite para las poleas y rolda- ma de la talla, flotabilidad mínima e instrucciones de empleo. La an- navegue n en la categoría A
nas; grasa para 105 güinches y demás mecanismos; y unas cuantas bo- tigua normativa de la Marina Mercante establecía que: los chalecos lleva rán un cha leco sa lvavi-
tellas de vino buenas .. llevan obligatoriamente un número de homologación, precedido de das de 275 N por cada per-
sona emba r cada más uno
• cinta aislante de electricista. las letras 8S (chaleco de seguridad) o ES (chaleco salvavidas). En 5' o
más por cada 10 personas;
6" categoría, se pueden utilizar chalecos salvavidas (GS) que son más
las que naveguen en las ca-
sencillos.
El material individual tegorías B, C o D ll evarán
como mínimo un cha l eco
A bordo de un barco, todos los tripulantes deben llevar un "salvavidas El arnés y el cinturón de seguridad salvavidas por persona, de
individual" homologado. El 30 de junio de 1995 entró en vigor en
Agrupamos bajo un mismo término el arnés y el chaleco salvavidas, ya 275 N, 150 N Y 100 N, res-
Francia la Orden 94-689 de 5 de agosto 1994, que establece la modifi- pectivamente.
que en nuestra opinión son absolutamente in disociables. Es un fenó-
cación de las normas de homologación de los medios de salvamento Los chalecos sa l vav idas
meno ya experimentado que cuando llevamos el arnés puesto, siempre
individuales. A partir de esta fecha ya no se autoriza la venta de chale- hinchables se r án rev isados

r-t
cos homologados por la Marina Mercante, aunque sigan en regla los anualmente en una estación
barcos que todavía disponen de ellos. Esta nueva norma, que responde STORM 150 Newtons de servicio autorizada.
al distintivo CE, comprende cuatro clases de chalecos. La flotabilidad se Gilet de sauvetage Raddningsvast Todos los cha lecos serán
indica en Newton, pudiendo variar dentro de una misma clase según el de tipo homologado por la
Lifejacket Rettungsweste
peso del usuario. Es decir, que en la actualidad existen varias tallas y DGMM si están comerc iali -
PlAST1MO Chaleco salvavidas Reddingsvest zados con anterioridad a la
que tendremos que tener cuidado a la hora de ponernos el chaleco sal-
entrada en vigor de la Direc-
vavidas.

OOto
tiva 89/686/C E teniendo en
Chaleco sa lvavidas de 100 Newtons,
A continuación indicamos las cuatro clases que define la reglamen-
tación:
36/40 c uenta los criterios que es-
tablezca l a Camisón de la
ta lla para niños.
• 50 Newtons: según el texto oficial, son "ayudas a la flotabilidad" Comunidad Europea , o lle -
destinados a personas que saben nadar que navegan en aguas resguar- vará n la marca CE (indepen-
30/50 kg dientemente de la fecha de
dadas y vigiladas (navegaciones de 5" y 6" categorías). Corresponden a
una actividad realizada en la orilla (tabla a vela, derivador o esquí náuti- comerc ialización) conforme
co). Su uso esta prohibido a los niños de menos de 30 kg y no pueden al Rea l Decreto 1.497 de 20
sostener a una persona inconsciente. En nuestra opinión, este "chale- de noviembre de 1992.
co" que reglamentariamente hablando, puede bastar para navegacio-
nes de 5" y 6" categorías constituye un enorme peligro, por lo cual lo
desaconsejamos categóricamente.
• 100 Newtons: chalecos salvavidas mucho más elaborados, permi-
ten darse la vuelta al usuario y sujetan la cabeza y la boca fuera del tf=' Los chal ecos únicamente reducen el ri esgo de ahogam iento, pero
agua si la persona está inconsciente. Equipados con bandas reflectoras, ~ no garantizan el salvamento. Aclarar con ag ua dulce y dejar secar
Su flotabi lidad late ral fac ilita dar la silbato y agarrador, están indicados para la navegación costera. después de su empleo. No utilizar como almohadón. El hecho de
Las nuevas etiquetas acordes con la
• 150 Newtons: chalecos que permiten dar la vuelta al usuario en llevar determinadas prendas o diversas circunstancias pueden re-
vue lta al usuario y su amplio cuello normativa CE explican las instrucciones
ducir la eficacia del chaleco. Leer las explicaciones del folleto.
mantiene la cabeza fuera del agua . menos de 5 segundos, incluso con mar en malas condiciones. Están
de empleo por medio de dibujos.
438 El barco El materia de armamento 439

be ser una prenda habitual que llevaremos con frecuencia. El simple


hecho de estar acostumbrados a usarlo supone ya una gran ventaja

Solidl~z
En este caso se refiere principalmente al ames (pero también el chaleco
debe ser sólido y capaz de soportar una utilizaCión Intensiva Sin desgas-
tarse enseguida).

El arnes debe estar confeCCionado Igual que los de los paracaidistas


debiendo llevar una cincha entre las piernas, para que no se pueda salir
baJO ninguna Circunstancia
Hay que resaltar que SI nos emperiarnos en llevar un chaleco y un ar-
nés Independientes, debemos ponernos primero el arnés y después el
chaleco por enCima, pues 51 lo hacemos a la Inversa no podremos apre-
tarnos el arnés bren, y éste puede salirse
El cabo que une el arnés a los mosqueto'1es, debe ser de nylon, a
ser posIble trenzado, de 1 ó 2 metros de largo, y estar perfectamente
cosIdo. El punto de amarre de este cabo, en nuestra OplnlOn, debe es-
tar sobre la nuca, pues de este modo la persona que cae al agua puede
mantener la cabeza fuera de ésta SI es arrastrada por el barco.
Est e m odelo d e ch aleco-a rn es qu e hay un momento en que tenemos una buena razón para no amarrar- Los mosquetones tIenen una forma muy partIcular y deben llevar
utiliza m os en nuestros b arcos d e nos, y es entonces cuando salimos lanzados por la borda, por eso es una anilla dIspuesta "de manera que la tracCIón se lleve a cabo Siempre
cru ce ro, di sp o ne de un a reser va necesario que podamos flotar Cuando llevamos el chaleco salvavidas en la clirección que determIna la máXIma reSIstenCia del mosquetón"
d e fl ot abil idad adicion al en f or ma suele ser porque eXiste el nesgo de que nos caigamos al agua, por esta (segun la orden de 6 de JunIo de 1972). Es necesario mantenerlos en
d e pulmon es hin ch abl es qu e se i nflan razón conviene que estemos amarrados. perfectas condicIones y eVitar los mosquetones de aleación de alumlrllo
con la b oca. (de montañismo), que no resisten la corrosión del ambiente salmo, de-
Utilizar un chaleco con arnés Incorporado es una solución lógica que biendo utilizar mosquetones de acero InOXidable
responde perfectamente a los Crltenos que tenemos derecho de eXigir En prinCIpiO, SI el arnés lleva dos mosquetones, podemos cambiar el
de este tipO de material; es decir comodidad, resistencia -y por supues- punto de amarre sm quedarnos nunca Sin enganchar. A la hora de utili-
to, eficaCIa. zarlo, tenemos que confesar que el segundo mosquetón suele molestar
bastante y hay veces que es preferible neutralizarlo para no tenerlo
Comodidad siempre entre las piernas
El equipo debe ser fáCil de poner y de llevar; el número de navegantes Cada uno de los elementos de este conjunto (desde los puntos de fi-
deportIVos que caen al agua Sin chaleco ni arnés debería bastar para JaCIón de las líneas de VIda en la cubierta, hasta las costuras del arnés)
que conSIderemos fundamental esta característica. deben poder resistir a una tracción de 15.000 N
La utilización de un chaleco con arnés Incorporado simplrflCa mucho De Igual modo que es aconsejable habItuarnos a llevar puesto el
los problemas de vestllnenta Nosotros pensamos que todos los chale- chaleco, tambIén debemos acostumbrarnos a amarrarnos y lo mejor es
cos de un mismo barco deben ser de la misma talla, es decir que se empezar a hacerlo con buen tiempo. EnseguIda nos daremos cuenta de
pu edan adaptar, Sin sIstemas complicados, tanto al grandullón que lle- que el hecho de estar amarrados nos proporciona un punto de apoyo
va puestos tres chandals, como a la Sirena que va en bañador De este muy útIl al maniobrar y que, paradÓJicamente, confiere una completa li-
modo, cuando hay que ponérselos con rapidez, y además en la oscun- bertad de movimientos. Debemos familIarizarnos con los diferen tes
dad, el primer chaleco que coge cada uno debe quedarle bien. Desgra- puntos de enganche pOSIbles: lineas de VIda, pasamanos y balcones
ciadamente, la nueva reglamentación CE no va en este sentIdo. (cuando son resistentes y están bien fiJOS), asi como con algunas ma-
No debe abultar demasiado, nI difICultar los movimientos, tanto en niobras de labor (retenidas, drizas), siempre que estén correctamente
cubierta como en la mesa de cartas. Al igual que el traje de aguas, de- afirmadas.
440 El barco El material de armamento 441

Sin embargo debemos evitar categóricamente engancharnos en: Nosotros, hemos creado la chaqu eta m ultiuso Glénans, que res-
• los obenques, pues si nos caemos la varilla inferior del tensor su· ponde perfectamente a nuestras preocupaciones en materia de seguri-
frirá un gran esfuerzo en sentido transversal, para el que no está prepa- dad . Esta prenda presenta además seis características:
rada, pudiéndose romper de golpe. • nuestra chaqueta es impermeable, es decir, protege del agua;
• los cáncamos, pues según hemos comprobado el mosquetón pue- • está forrada; con lo cual sirve de abrigo;
de desengancharse solo en determinadas posiciones. • lleva arnés incorporado: podemos amarrarnos;
• dispone de medios de flotabilidad permanentes, por lo que ense-
Eficacia guida flotamos, y podemos recuperarnos sin que nos dificulte nadar;
El hecho de disponer de un material cómodo y resistente constituye • lleva un pulmón in fiable, de este modo podemos flotar más por la
una buena garantía de eficacia. Pero, es necesario llegar aún más lejos parte superior, y con una mayor estabilidad para esperar el rescate;
y analizar las características que debe tener un chaleco para soportar de • la capucha es amarilla y reflectante; es decir, que se nos puede ver
modo eficaz a un tripulante que haya caldo al agua y que no estuviera tanto de dia como de noche;
amarrado. Podemos contemplar varios casos, comenzando por los más • lleva bolsillos, y además una linterna, un silbato, un globo de go-
frecuentes: ma y, por qué no, también un trozo de chocolate.
• un tripulante cae al agua con mar gruesa, sin estar amarrado. El
chaleco, en principio, debe servir como un francobordo alto, para que Todo esto nos lo ponemos encima con un solo movimiento ..
no trague agua con cada ola que llega. Para cumplir este requisito, es
necesario que el chaleco sea voluminoso (es decir que abulte mucho) o La linterna, el silbato de bola Chaqueta multiuso Gle nans.
bien que no se salga (que lleve un arnés con una cincha que se coloca y el globo de goma
entre las piernas bien apretada); No es suficiente que un náufrago flote en buenas condiciones, sino que
• un tripulante cae al agua mientras navegamos con spi. La manio- también es necesario que pueda ser localizado. Debemos convencernos
bra que debemos realizar para rescatarlo va a ser larga y éste tendrá de que, a partir del momento en que el viento ya no está en calma, un
que estar un buen rato en el agua. Por lo tanto, es necesario que pue- hombre que haya caido al agua se pierde de vista enseguida y que inclu-
da descansar y que el chaleco lo mantenga boca arriba, protegiéndole so podemos pasar una y otra vez muy cerca de él sin verlo, aunque sea
la nuca y con el cuerpo inclinado hacia atrás; de dia. La linterna, el silbato y el globo de goma que deben ir con el
• queda un último caso, bastante hipotético, pero que está contem- chaleco, son accesorios muy importantes y deben elegirse con cuidado.
plado en la normativa actual. Durante una trasluchada, un tripulante es
empujado por la botavara y cae al agua sin sentido; en ese caso es ne- La linterna puede ser:
cesario que el chaleco pueda colocarlo boca arriba. Pero esto no es po- • una linterna estanca de muy buena calidad (lo cual suele ser difícil
sible más que si el chaleco sube colocándose en la parte superior del de encontrar);
cuerpo, por lo que no debe llevar una cincha entre las piernas .. • o bien una linterna pequeña plana, envuelta en una bolsa de plás-
tico sellado.
Teniendo en cuenta todo esto debemos tomar una decisión. Noso- Esta linterna en ningún caso debe utilizarse en cubierta por la noche,
tros, por nuestra parte, preferimos utilizar un chaleco con cincha entre pues puede deslumbrar al timonel (las linternas que están envueltas en
las piernas, pues es fácil de llevar y es eficaz en la mayoría de los casos bolsas de plástico tampoco pueden utilizarse pues deslumbran incluso
(salva vidas a diario), más que un chaleco que asegure este giro regla- al que las utiliza). Todo lo más, podemos comprobar su funcionamiento
mentario, pero tan incómodo que ninguno de los que caen al agua lo dentro de la cabina, de vez en cuando, y sólo la usaremos en caso de
lleve puesto ... que nos caigamos al agua.
Respecto a las señales visuales de localización, debemos señalar que
la ropa flotante es conveniente colocar bandas reflectantes en el chaleco, que resultan
El problema es bastante complejo, pues todos debemos llevar a bordo muy visibles cuando se iluminan con el foco de un proyector (algunos
material homologado, aunque no está prohibido salvarnos con material las colocan hasta en los gorros, y no les falta razón .. .).
no homologado. Por esta razón aconsejamos encarecidamente a la
gente que navega de forma regular, que se equipe con ropa flotante, En cuanto al si lbato, éste resulta muy eficaz, especialmente en caso Entre otros e lementos de seg uridad,
que además de ser fácil de llevar les puede salvar la vida. de mala visibilidad, y además no se desgasta. El único problema (onsis- lleva un a rnes incorporado.
442 El barco E l mate r ial de armamento 443

te en encontrar uno que no se oxide, que aguante los golpes y cuya Estas luces pueden instalarse sobre flotadores más o menos altos,
bola no se quede atascada. Por todo esto debemos buscarlo con dete- siendo las pequeñas más manejables, aunque las grandes son más visi-
nimiento, siendo conveniente que lo guardemos en un bolsillo especial bles; podemos llevar luces de las dos clases.
del chaleco, pues si nos lo colgamos de un cabo enseguida se nos per- De modo general, la fiabilidad de estas luces es, por desgracia, bas-
dería y nos quedaríamos s610 con el ca bo. tante mediocre. Sus estuches raras veces son estancos y las bombillas
est án casi siempre flojas.
El g lo bo de goma . Un globo de goma de color naranja, que pode- Por medio de dos sencillas precauciones podemos hacer que sean
mos inflar con la boca y sujetar por medio de un cordel, incluso estan- más seguras:
do en el agua, es un medio mucho más visible de día que la cabeza de , o Asegurando la bombilla con una gota de cola de oficina.
cualqu ier navegante. Y, teniendo en cuenta lo que vale, podemos lleva r 2.° Mejorando su estanqueidad con cin ta aislante de electricista.
dos o tres en el bolsillo.
La baliza IOR

I
Aro salvavidas, rabiza y luz flotante Es una percha flotante l de unos 2 metros de largo que lleva en su extre- Baliza lOA amarrada
El salvavidas y su luz, solamente son de utilidad si pueden lanzarse sin mo superior una bandera y una luz, visible incluso a 1 milla de distancia.
El "faldón" colocado e n est a guindola a un aro salvavidas.
demora a una persona que haya caído por la borda. la elección del Es aconsejable llevar este eq uipo a bord o de barcos de ciertas di-
s irve d e a ncla fl ot a nte.
material, su instalación a bordo y su mantenimiento son de gran impor- mensiones que, debido a la len titud de sus maniobras, se suelen alejar
tancia, y cualquier error puede resultar fatal para un tripulante. demasiado de un hombre caído al agua. Se coloca dentro de un tubo
horizontal o al revés a lo largo del baquestay, debíendo poder largarla
El aro salvavidas con un simple movimien to, sin que la mar la pueda sacar de su sitio.
El aro salvavidas resulta perfecto siempre que su diámetro sea lo bas- Los grandes cata maranes la llevan dentro de un tubo cilíndrico, y el
tante grande como para podernos meter dentro de él. Pero un salvavi- timonel con un simple movimiento suelta un muelle que lanza la baliza
das así abulta mucho y no suele haber sitio para ponerlo a bordo. En de manera instantánea .. n
ese caso, mejor que un salvavidas de aro pequeño, preferimos una No es conveniente que esté amarrada a un salvavidas, pues esto re-
guindola. Este típo de salvavidas puede sujetarse por medía de cabos o trasaría su llegada al agua, ser'lalando peor el lugar donde se encuentra I
colocarse en un soporte adecuado al alcance del timonel. Deberá estar el náufrago. A ca usa de su peso y de su pie que va dentro del agua,
bien amarrada para que la mar no se la lleve, y al mismo tiempo poder deriva muy poco, incluso sin ancla flotante.
lanzarla al agua, con un rápido movimiento.
La guindola debe llevar además un ancla flotante, de tal manera que La rabiza
no derive bajo la acción del viento, y también para que pueda agarrarla Es un cabo largo que sírve para halar hasta el barco un hombre caído al
mejor el náufrago. Para ello, basta con ponerle un simple trozo de lona agua, debiendo tener una longitud de 50 a , 00 metros, y un díámetro
El conjunto luz flot ante- ra biza-guindola lastrada de unos 8 decímetros cuadrados. de 5 milímetros. Tiene que llevar una gaza ce rca de la luz que el náu-
es un instrumento f undam ental para frago utilizará como si fuera una correa. Para poder lanzarla a un hom-
recuperar a b ordo a un h ombre qu e La luz flotante bre que esté a , O Ó , 5 metros, hay que ponerle un objeto pesado, que
haya caído al agu a. l a luz debe Las luces que se utilizan con este objeto son en la actualidad todas flote y que sea fácil de coger. Para ello resulta perfecta la luz de encen-
funci onar enseg uida. y la ra biza de eléctricas, encendiéndose al darse la vuelta. dido automático, que se instala del modo siguiente.
50 me tros, debe t e rmina r e n un a correa Hay tres clases de luces:
q u e el náufrago deb e poder sujetar • luces fijas que emiten una luz continua; Insta lación
fácilmente, sin esfu erzo alguno. El cabo • luces parpadeantes a intervalos de mayor o menor duración; • Ama rrar el salvavidas a un extremo de la rabiza y la luz flotante al
est á correct a me nte apil ado e n e l fon do • luces de destellos. esta es una variante de los flashes electrónicos otro.
de s u habitáculo (ver e l capitulo sob re de las máquinas fotográficas, siendo sus destellos muy potentes, breves • Poner el salvavidas en su sitio.
" El f o ndeo") y am arr ado a la guindola. y bastante espaciados. • Guardar la rabiza dentro de un tubo vertical, bien apilada comen-
Est a última se suj eta sobre un soporte Nosotros opinamos que solamente resultan de utilidad las luces fijas, zando por el extremo que va junto al salvavidas.
o de ntro d e una bo lsa de donde pues es prádicamente imposible maniobrar en una noche cerrada alre-
podam os sacarla con un simple dedor de una luz parpadeante. Además, si las olas ocultan varios deste-
1 EIIOR (fnternational Offshsore Rule) es el reglamento que obliga a llevar este
movimiento. llos sucesivos, podemos quedarnos bastante rato sin ver nada.
equipo durante las regatas en alta mar.
444 El barco El material de armamento 445

• Colocar la luz al revés encima de la rabiza.


La rabiza no debe dar ninguna vuelta alrededor del balcón, ni de
Modo de instalar una botella de buceo
ninguna maniobra, debiendo asegurarnos bien al comenzar el crucero
en un bote auxiliar
por medio de una prueba completa de lanzamiento de la misma.
M12xl00 ~
, I ~

4
La balsa neumática
En la actualidad existen tres tipos de balsas de salvamento:
• la balsa de clase V, que sirve para navegar en 4a categoría (es de-
Material necesario
• 1 bote aux iliar co n espejo y co mpart im entos comun ica-
dos 1 ,
• 1 botella de 7 1. Suba pro (lo ngitud total 550).
,¡cflJ~
60 mill as cir hasta 20 millas de un resguardo); . 2 abrazad eras seg ún el dibuj o de al iad o,
• la balsa de clase 11 restringida, para navegar en 3" categoría (hasta • 1 manorred uctor (et apa de alta p resión ) SX 15 Star Fran-
60 millas de un resguardo); ce, rel. 01 01100 + un t ubo de 0101 500, incl uye ndo la pieza 30 1,
• y la balsa de clase 11 que, según el equipo que lleve, puede utilizar- • 1 pieza para so ldar al tapón de la vá lv ul a,
se en 2 a o l a categoría (navegación hasta 200 millas o sin límite). • 1 vá lv ula Zodiac de latón co n termin al y ta pón,
• 1 arandela de neo preno O 30/ 120 para reforzar la lancha
Pi eza pa ra solda r
en la zona do nde está la vá lv ul a.
Estas balsas de clase V y 11 actualmente disponibles, son balsas re- s obre e l tapón de la
dondas, estáticas y no sirven más que para salvamento. Instalación válvula.
Tenem os q ue fij ar la bot ella de m od o hori zontal sobre el espe-
20 millas En comparación con éstas, la antigua balsa de clase IV, denominada jo, por dentro o por f uera de la balsa, sin toca r el tapó n del im-
también bot e au xili ar sa lvav idas (por desgracia, ya no se fabrica en born al ni el remo.
Francia) tiene dos ventajas fundamentales: Hay q ue co loca r la válv ul a junto a la parte inferi or de la bo-
1.° es el bote auxiliar del barco; es decir, un artefacto que utilizamos tella, de m anera q ue el t ubo pueda llegar hasta la vá lv ul a sin
con frecuencia y que todos a bordo conocemos perfectamente, con la estirarse, pasando por d entro de las ab razaderas para estar
seguridad de poder desplegarlo sin ningún problema en el momento protegi do.
necesario; lo cual es fundamental para evitar el pánico que se produce
Para determ in ar la ca nti dad de aire necesa ri o, hay q ue:
con motivo de un naufragio;
• pesar la botell a vacía (tara),
2. 0 también es una balsa dinámica con la que podemos navegar. • pesar la botell a llena a 200 ba res (PP). Ab razade ra de va ri lla
DespuéS de diversas pruebas se ha llegado a la conclusión de que estas • in flar el bote con la botella, a la presión deseada, est riada de acero
balsas con una vela pueden avanzar a 800 del viento de popa a una ve- • vo lver a pesa r la botella; obtenemos un nuevo peso (PR), in ox idabl e de 6, qu e
locidad media de 2 nudos con vientos de fuerza 3 a 6. Lo cual significa • PP - PR = AN aire necesario, y ext e ndida mide 460
que una tripulación que haya naufragado puede llegar a un resguardo, • tara + AN = peso de la botella lista pa ra ut il iza r. milime tros.
o a una zona frecuentada, por sus propios medios. Esta posibilidad de
1 Podemos equ ipar estos botes auxi l iares con dos com pa rtimentos
desplazarse nos parece decisiva, sobre todo en el aspecto psicológico,
independientes poniendo dos tubos idénticos en la sa lida de la botella .
pues de este modo la tripulación contribuye a su propio salvamento, y
no se desanima al mantenerse ocupada.
La reglamentación en vigor establece que una balsa de salvamento
debe ser lo más estática posible, con el fin de facilitar su búsqueda. Es-
te punto de vista puede valer, eventualmente para los barcos que dis-

Para navegar a una dist a ncia supe rior a 60 millas de un resgu a rdo, necesita mos un balsa de clase 11 restring ida o una de clase
IV, o también que e l barco ha ya s ido dec la rado ins ume rgible (una de cla se V es s uficie nte s i e l barco mi de me nos d e 8 me tros). En est e luga r, la
Para navegar has t a 20 mill as, es necesario d is pone r de un a balsa de clase V, o que e l ba rco haya s ido decla rado ins um ergible; bot e lla no molesta, se
Pa ra navegar hasta 5 mi llas, necesitamos s alvavidas, o bie n que e l barco sea ins um ergibl e. pu ede cingla r y es
Los deriva do res ligeros y b arcos deportivos con quilla de be n ser ins ume rgibles, pudie ndo nave ga r ha sta 2 millas de un fác il de inst ala r.
resguardo.
El material de armamento 447
446 El barco

ponen de un enlace por radio, por medio del cual pueden señalar su si·

~ Material de la b a I s a
salvavidas
tuación en el momento del naufragio (si les da tiempo). Si los servicios
de rescate se ponen en marcha enseguida, realmente es mejor que la
balsa se mueva lo menos posible.
En España, de acuerdo co n
lo establecido en la Ci rcular
Pero nunca nos cansaremos de repetir que un naufragio es algo to· 7/95 de la Dirección General
Clase Clase 11 Clase talmente imprevisible y que nunca sucede como viene en los libros. de la Marina M erca nte que
Tipo de balsa
V restringida 11 Durante la regata del Figaro de 1984, un participante fue encontra- desarro ll a la Dir ect i va
do por casualidad cinco días después de haber naufragado; llevaba 94/ 25/ CE , del Par l amento
Material de arm ame nto Europeo, todas las embarca-
VHF, su recorrido era totalmente conocido y los organizadores habían
A ncla flotante 1 1 1 ciones que naveguen en ca -
pedido que se iniciara la búsqueda y, además, había naufrag ado en
Manta aislante (1 para 2) 1 1 tego rias A y B debe rán l le-
una zona pesquera muy frecuentada y en una ruta de cargueros. Es de·
Saco impermeable 2 2 var una balsa sa lvavidas ho-
Fuelle 1 1 1 cir, que debemos ser capaces de arreglárnoslas solos.
mologada por la DGMM pa-
Aro salvavidas con rabiza 1 1 En las pruebas que hemos realizado, dos balsas dinámicas lanzadas
ra el 100% de las personas
Caja de útiles para pescar 1 1 al agua a 400 millas al suroeste de Concarneau lograron arribar a Port- que indiqu e e l Certificado
Estuche para reparaciones 1 1 1 Manech por sus propios medios en veintiséis horas. En caso de naufra- de Navega bilid ad.
Instrucciones 1 1 1 gio real, hubieran podido salir de un apuro mucho antes de que nos Las bal sas para la s e m -
Pagayas 2 2 2 preocupáramos por su destino. barcaciones de categoría A
Esponja 1 2 2 Las ventajas del bote auxiliar salvavidas son hasta tal punto decisivas estará n homologadas según
Cuchi ll o flot ante 1 1 1 que su utilización nos parece que debería aconsejarse a todos los bar· la Reso lución A 689 (17) de
Achicador 1 1 1 cos, sea cual sea la categoría en la que naveguen. La balsa de clase V, la IMO; las bal sas para em -
Amarra de 1,50 m etros 4 4 obligatoria en 4.1 categoría, no es más que un flotador grande algo per· barcaciones de ca tegoría 8
estarán homologadas seg ún
feccionado que satisface a la administración, pero que no es más segu-
Material de señalización la resolución A 689 (17 ) o
ra que un bote auxiliar salvavidas.
Manual de supervivencia y cuadro
1 1
En cuanto a los propietarios de barcos que naveguen en 3.1, 2.1 o ,a se gún la norma ISO 9650;
dic ha s ba lsas deberán se r
de seña les de sa lvamento categoría, podemos sugerirles que equipen su bote auxiliar con el ma· revisadas a nu a lm e nt e en
Bengalas*paracaídas 2 2 2 teria l obligatorio. un a estación de se r v icio
Bengalas de mano 6 6 6 autorizada.
Señales luminosas 4 4 En el citado Certificado de
Linterna estanc a 1 1 1 Navegabilidad se incluye un
Pilas de repu esto 2 2 inventario de los elementos
Bombillas de repuesto 2 2 de se guridad que deben lle-
Espejo de seña les 1 1 1 va r a bordo la s embarcacio-
Silbato 1 1 1 nes.

Material de farmacia
Medicamento para el mareo
(6 sobres por persona) 1 1
Botiquín 1 1

Alimentos de supervivencia
Ración alimentaria
(por perso na) 500 g
Recipiente para recuperar
el agua de lluv ia 2 2 Bal sa salvavidas de clase V con
Vaso graduado 1 material para naveg aciones
Agua (por persona) 1,5 I de 4' categoría.
448 El barco El material de armamento 449

Acondicionamiento locarse men talmente en el lugar de un náufrago (ya se sabe que esas
Podemos utilizar una bolsa o un contenedor rígido de poliéster. La bol- cosas s610 les pasan a los demáS).
sa s610 se aconseja para las balsas de clase v, donde puede resguardar-
Categorías de Navegación
se del agua y de los golpes. El contenedor de poliéster es más estanco y Nosotros, por nuestra parte, y después de las pruebas realizadas,
en España
protege mejor la balsa, siempre que no pisemos ni nos sentemos enci- creemos necesario añadir lo siguiente a los materiales básicos:
A. - Navegación ilimitada.
ma, pues se podría rajar y retendría el agua. cuya entrada no ha logra- • en primer lugar, evidentemente, medios de propulsión (velas y re- B.- Navegación en la zo na
do evitar. lo mejor es envolverla en una bolsa de plástico sellada al va- mos); comprendida entre la costa
cío y meterla en un contenedor. • después, y de forma obligatoria, medios para protegernos del frío. y la línea paralela a la mis-
A partir del 25 de enero de 1980, todos
Según las historias que cuentan los náufragos, el hambre se convierte ma t razada a 60 mill as.
los barcos d e crucero de nue va
Colocación de la balsa en un grave problema una vez transcurrida una semana, y la sed al ca- C.- Navegación en la zo na
A partir de 1980 aproximadamente, todos los barcos deben llevar un bo de dos o tres días; pero el fría, nosotros mismos lo hemos compro- comprendida entre la costa
constru cción deben ll evar un
compartimento para la balsa neumática . Este compartimento debe te- bado, hace que la situación sea insoportable a partir de las primeras y la lín ea paralela a la mis-
compartim ento para la balsa ma trazada a 25 mi llas.
neumática. Este compartimento debe
ner fácil acceso por su parte superior, y la balsa debe poder sacarse sin horas, incluso en verano. Por este motivo, debemos equiparnos en se-
0. - 1. Navegación en la
ser de fácil acceso por s u parte
ninguna dificultad. Desgraciadamente, la mayoría de estos habitáculos rio, con mantas, y edredones de aluminio, que abultan poco, son bara-
cua l la embarcaci ó n no se
sup erior, debiendo poder saca r dicha
están muy mal diseñados, de manera que suele ser imposible sacarla en tos y al parecer resu ltan perfectos (y además son excelen tes reflectores aleje más de 5 millas (medi-
b alsa sin ninguna dificultad. siendo el
las condiciones que se dan en un naufragio. radar); das perpendicu larmente a la
doble de fácil si ins talamos una cincha.
• una reserva de agua mayor; enganchando al contenedor un bidón costa) de un abrigo o playa
Pero si queremos estar seg uros de
Si la balsa está expuesta a los golpes y a los rociones de agua, con- de 20 litros, lleno en las 4/5 partes para que pueda flotar; accesible.
poder sacarla con rapidez, debemos
viene cubrirla con una capota de contrachapado o con una cub recar- • más cabos; 0. - 2. Navegación e n la
ga (capota de lona impermeable) que nos evitará muchos problemas. • un verdadero cuchillo (más práctico que el cuchillo reglamentario cual la e mbarca ción no se
efectuar prácticas.
Si está colocada en el fondo de la bañera y ocasionalmente se cubre de de punta redonda); aleje más de 2 millas (medi-
agua, solamente aguantará si está embalada al vacío. • y útiles para pescar que sean eficaces, pues la mayoría de los náu- das perpend icularmente a la
costa) de un abrigo o playa
En los multicascos, la balsa debe tener fácil acceso incluso cuando el fragos cuentan que su balsa estaba permanentemente rodeada de pe-
accesible.
barco está volcado; por esta razón deben colocarse trampillas en los ces y pájaros, y a veces se acercaban mucho. No estará de más llevar un
cascos y debajo del casco central. Debemos recordar que un multicasco buen arpón. También debemos saber que con una media de señora se
insumergible es una balsa perfectamente segura al darse la vuelta; para pueden sacar grandes cantidades de plancton (iY por supuesto, mucho
ello basta con dotarlo de anclajes sólidos en la parte del revés para po- más con unos panties!);
der amarrarnos. • bolsas de plástico, con buenos sistemas de cierre, para conservar
seca la ropa, la comida y los peces que hayamos pescado;
Lanzamiento de la balsa • y por último, muchas linternas, pues "la" linterna reglamentaria
Debe ser instantáneo y no necesitar herramienta alguna. la simple casi siempre suele estar mojada y resulta muy deprimente pasar las no-
vuelta mordida es uno de los mejores sistemas, pudiendo también in- ches de náufragos en la más absoluta oscuridad.
ventarnos algunos más, incluso utilizar la navaja, siempre que esté en
su sitio.
Sea cual sea el modo de echarla a la mar, es necesario que el mando EL MATERIAL DE NAVEGACIÓN
para inflarla que sirve al mismo tiem po de retenida, se amarre a un lu-
gar resistente del barco, pues en otro caso, adiós balsa. los instrumentos de navegación son todos aparatos de medir, y por lo
general, frágiles y caros. Y por este motivo su lugar a bordo del barco
Equipamiento de la balsa debe pensarse bien.
Las balsas neumáticas de salvamento llevan determinado material míni- los que habitualmente llevamos en la mano, deben colocarse en un
mo a bordo. En este aspecto, hay que señalar que se trata realmente lugar bien protegido y de fácil acceso, para no dudar en volver a colo-
Balsa a marrada V s u cubrecarga.
de un mínimo y es muy importante que pensemos, a nivel particular, ca rlos cada vez que los usemos. Los que están fijos deben protegerse
en lo que sería conveniente embarcar. La lectura de algunas historias contra los golpes y algunos de ellos también del agua.
a
de náufragos (como la obra Survivre la derive del Dr. Bernard Robin, Este último aspecto tiene una enorme importancia, pues se produce
(( Ediciones R. Chaix) puede resultar de gran utilidad, pues no es fácil co- una verdadera invasión de aparatos encima de la mesa de cartas.
450 El barco El material de armamento 451

Todos 105 instrumentos tradicionales, o casi todos, tienen su equiva- Los imanes se orientan en la dirección del campo magnético te-
lente electrónico a cuál mejor. rrestre (jO más exactamente, de su componente horizontal!) y la ro-
Recientemente ha aparecido un nuevo tripulante: el navegador sa está graduada de tal manera que su cero coincide con el norte
electrónico, que hace de todo, desde hallar la situación del barco has- magnético.
ta calcular la hora de llegada. Esta invasión, pacifica y muy cómoda, de-
be incitar al navegante a hacer gala de un gran rea lismo. El compás de navegación
En los compases de navegación, la línea de crujía del barco está repre-
La electrónica de a bordo sentada por una señal, la línea de fe, que señala en la rosa el rumbo
Por cada función importante que se realiza por medios electrónicos hay que lleva el barco. Estos compases están instalados sobre un Cardan
que llevar a bordo un medio mecánico o manual sencillo y saber utili- para que la rosa esté siempre horizontal, a pesar del movimiento del
zarlo. Por ejemplo, la sonda electrónica y la sonda de mano. barco.
Los instrumentos no son más que ayudas a la navegación que sirven Hay varias clases de compases:
para conocer con precisión un determinado parámetro; por ejemplo, la
velocidad por medio de la corredera, y la velocidad del viento aparente El compás clásico. Es un compás muy senci llo y barato, sobre el que
por medio del anemómetro. Lo cual no n05 dispensa de saber apreciar podemos leer en todo momento el rumbo que seguimos, aunque no
el valor de estas indicaciones. Resulta peligroso fiarse de aparatos cuyos resulta muy cómodo para el timonel, pues éste debe mantener delante
errores no sabemos evaluar. de la linea de fe una escala graduada muy poco visible. Esta clase de
Estos aparatos consumen electricidad, y algunos de ellos son muy compás sólo se puede utilizar si, además de las divisiones en grados, ventanilla
voraces, por lo que antes de instalar instrumentos electrónicos, debe- lleva dibujadas las treinta y dos cuartas de la rosa de los vientos, lo cardan
mos disponer de una instalación eléctrica segura y de la suficiente pro- que proporciona puntos de referencia más claros. r::;b;=h===E=V ~
ducción de electricidad a bordo.
En definitiva, al existir siempre la posibilidad de que se produzca una El compás de esfera. Este compás se basa en el mismo principio línea
avería general, debemos ser capaces de seguir navegando "a oscuras" . que el anterior, pero tiene varias líneas de fe y su cubeta está cubierta de fe
L-_~L-----,--.J
por un cristal hemisférico que actúa de lupa. Con el fin de aprovechar
La instalación de los instrumentos en el barco debe realizarse con es- mejor este efecto, el timonel tiene que colocarse enfrente de una de las
pecial esmero. Las conexiones eléctricas con la red de a bordo deben líneas de fe. Es un compás muy cómodo para barcos grandes, pero
hacerse con hilo de cobre estañado, y hay que proteger los aparatos de apenas se utiliza en los pequeños, en los que el timonel casi no puede
los golpes y del agua de mar, tanto de los rociones como del contacto moverse de sitio y, además, bastante frágil.
con ésta, especialmente a través de los dedos mojados. Por esta razón,
se suelen colocar en el techo por sistema, siendo conveniente cubrir las El compás de lectura vert ica l. El uso de los compases de lectura
teclas y botones con un plástico transparente. vertical está muy extendido puesto que son muy cómodos. Normal-
Los cables que conectan los captadores con los instrumentos, y los mente van colocados uno en cada costado en el mamparo posterior del
instrumentos con los repetidores deben ser de una sola pieza y estar tambucho.
protegidos contra el desgaste. Por ello deben estar enfundados, sobre Al estar la línea de fe situada en la parte de detrás de la rosa, hay
todo los que van dentro del palo y, si es posible, no dejar que se empa- que invertir el reflejo instintivo de la lectura.
pen de agua en los fondos del barco.
Los compases e léctricos. Existen compases eléctricos especialmente
útiles en barcos de acero o de hormigón armado. De hecho éstos pue-
El compás den escapar del efecto de las masas magnéticas de la cubierta, si se co-
Al igual que la brújula, el compás sirve para localizar las direcciones con locan en la arboladura y si se instala un repetidor cerca del timonel. Es-
relación al norte magnético. tos compases tienen un precio muy elevado.
Está formado por uno o varios imanes unidos a una rosa , plancha
circu lar graduada de O' a 360' , colocada sobre un soporte y rodeada Los compases simplificados. En barcos pequeños se utilizan tam-
de un liquido dentro de una cubeta estanca. El liquido utilizado, es, se- bién compases simplificados, sin cardan y de dimensiones reducidas,
gún las marcas, petróleo, alcohol, glicerina o agua con alcohol. perfectamente suficientes (y muy útiles). Compás de n avegación esférico.
452 El barco El material de armamento 453

Dónde colocar el compás recho despacio, para pillar la burbuja. Si ésta no desaparece, debemos
El compás se suele instalar lo más lejos posible de las masas magnéticas añadir más liquido <isiempre que tengamos la seguridad de disponer
de la cubierta, intentando protegerlo al máximo de la influencia de los del liquido adecuado!) o hacer que lo rellenen en una tienda de óptica
campos magnéticos variables, tales como los de otros compases, radios náutica o bien en la misma fábrica del compás.
* BlU: Banda Lateral Única; VHF: BLU o VHF*, altavoces, ferritas del gonio, y de todos los paneles de
Very High Frequency (Alta Frecuencia). mandos o de distribución eléctrica. Debemos colocarlo fuera de la tra- El compás de marcación de mano
(N. de la T.).
yectoria de las manivelas de los güinches y otros artefactos contunden- o compás de al idada
tes, y ponerle una caperuza cuando el barco no navega. Es un compás corriente que podemos coger con la mano y que va equi-
Si no logramos sustraerlo del todo al efecto de las masas magnéti- pado con un prisma que permite enfocar de forma horizontal, al mis-
cas, no indicará el norte, sino que sufrirá un desvío. En ese caso hay mo tiempo que vemos la rosa.
que compensarlo. Esta operación, que debe realizar un profesional.
consiste en colocar unos imanes cerca del compás que anulen el efecto Compás de ma rcaciones con corona
Este tipo de compás, a pesar de su movilidad. no debe sufrir ningún
magnético de la cubierta. Si esto no fuera suficiente, habría que re - a ntichoqu es. En este caso la
golpe, debiendo esta r b ien en su compart im ento, o bien en la
glarlo. ilumin ación se lleva a cabo por una
m ano de la persona que lo está utilizando, sin dejarlo nunca "pro-
Un compás esférico debe situarse de manera que el timonel tenga pasti lla de photolume q ue capta la luz
visionalmente" en un rincón, ni llevarlo colgado del cuello.
bajo sus ojos bien la línea de fe principal o una auxiliar. Los compases para restituirla en la oscuridad por
Cuando se ilumina por medio de pilas. éstas deben ser amagnéticas.
corrientes también deben coloca rse delante del timonel, aunque su si- fotoluminiscencia .
y para comprobarlo, damos varias vueltas con ellas alrededor de la ven-
tuación es menos importante. Los compases que se instalan en 105 tanilla del compás observando las reacciones de la rosa. Es necesario
mamparos no deben quedar ocultos por 105 tripulantes que están des- que las comprobemos una a una, pues no todas las pilas de un mismo
cansando o maniobrando. modelo tienen siempre idénticas características magnéticas.

La iluminación Al ser el compás de alidada esencialmente móvil no podemos com-


La iluminación del compás debe ser clara y suave, para no deslumbrar pensarlo igual que hacemos con los de navegación. ya que esta com-
al timonel. Con este fin se emplean bombillas con poco voltaje y si es pensación sólo vale para una sola posición muy concreta. Los barcos de
posible, de color rojo . acero o de ferrocemento deben llevar un compás de marcaciones fijo.
Algunos compases, desgraciadamente muy caros, tienen una buena pudiéndose utilizar, ,en caso necesario, un círcu lo de marcar, un ins-
iluminación original. De hecho, la iluminación de un compás hay que trumento que permite tomar no 5610 demora sino también la marca-
conseguirla casi siempre con un poco de bricolaje. Un sistema sencillo y ción. es decir, el ángulo formado por su dirección y la linea de crujía
eficaz consiste en soldar directamente sobre la bombilla un alambre del barco.
que conectamos a la instalación eléctrica de la cubierta o a una batería
de pilas, fijando la bombilla al crista l del compás con pasta de modelar,
sirviéndonos al mismo tiempo de visera. La corredera
No es aconsejable iluminar el compás con una linterna, pues las pilas Para poder medir la velocidad del barco y la distancia recorrida, utiliza- con rueda de paletas.
que lleva no siempre carecen de efectos magnéticos (aunque puedan mos un instrumento llamado "corredera ". Éstos son aparatos electróni-
parecer de plástico). De este modo 105 datos que nos proporcionaría el cos. pero también podemos fabricar nosotros mismos un instrumento
compás serían falsos. volviendo a ser verdaderos al quedarse éste a os- mucho más sencillo y barato que no es otro que la "corredera de bar-
cu ras .. quilla" de la antigua marina de navegación a vela.
Si queremos que el navegador electrónico de a bordo nos proporcio-
ne los resultados esperados tiene que recibir los datos del compás. La corredera electrónica
Es una especie de contador kilométrico accionado por una hélice o una
Mantenimiento rueda de paletas colocada debajo del casco. El recuento se lleva a cabo
Un compás requiere muy poco mantenimiento. pero sin embargo, no de forma electrónica. registrándose la velocidad y la distancia recorrida
Con este tipo de compás de alidada, debemos olvidarnos de engrasar los ejes del cardan. en unas pantallas numéricas situadas encima de la mesa de cartas y/o
se puede e nfocar y leer e l resultado Cuando aparece una burbuja en el liquido, podemos quitarla po- cerca del timonel. La fiabilidad de este sistema resulta satisfactoria a
al mismo tiempo. niendo el compás al revés durante un momento, y volviéndolo del de- partir de medio nudo o de un nudo de velocidad.
454 El barco El ma t erial de armamento 455

Hay que colocar el captador delante del alerón, cerca de la línea de De este modo, en lugar de medir la distancia recorrida durante un
crujía del barco y tanto la hélice como la rueda deben estar a 2 ó 4 intervalo de tiempo determinado, lo que medimos es el tiempo necesa-
centímetros del costado para no entrar en la capa límite. rio para recorrer una distancia determinada. Por esta razón sólo hare-
La hélice. o la rueda, es retráctil, para poder desprenderse de los cuer- mos 2 nudos en el cabo, a una distancia de 25, 30 ó 40 metros. Medi-
v = velocidad en nudos pos extraños que a menudo se adhieren a ellas. Se quita el cabezal de su mos el tiempo que necesitamos para que la parte del cabo comprendi-
d = distancia recorrida en pasa-casco. poniendo enseguida el pie sobre el agujero para que no en- da entre los dos nudos pase por nuestra mano. Como un nudo equiva-
metros tre agua mientras lo limpiamos, volviendo a colocar después todo en su le sensíblemente a 0,5 metros/segundo, es fácil calcu larlo ..
sitio. La orientación de la hélice o de la rueda tiene gran importancia, de- La corredera de barquilla es fácil de hacer y de utilizar y, además, los
t = tiempo, en segundos
biendo colocarla en la dirección en la que indique la velocidad máxima. datos que nos proporciona son muy exactos a cualquier velocidad, pu-
Este aparato puede conectarse al navegador electrónico del barco, diendo servir para contrastar la corredera electrónica.
para que pueda disponer permanentemente de dicha información.

la corredera de barquilla Modo de construir una corredera de barquilla


La "barquilla" es una planchuela de madera, lastrada para que pueda
La barquilla. Cogemos una planchuela de 8 a 10 milímetros de grosor, una varilla de made-
flotar en sentido vertical, que va unida al cabo de la corredera por me-
ra cortada en bisel, un trozo de lámina de plomo y construimos la barquilla según el modelo
dio de un pie de gallo. Se hacen va rios nudos en dicho cabo, en princi- del dibujo inferior. El plomo debe tene r un peso suficiente para que ésta pueda flotar en verti-
pio a una distancia de 7,71 metros (es decir 1/240 de milla). ca l, sin sobresa lir apenas del agua.
Echamos la barquilla al agua, y dejamos correr el cabo. A con tinua-
El pie de gallo, Ne-
ción contamos, a partir del primero, 105 nudos que van pasando por
cesitamos dos cabos de
nuestra mano durante 15 segundos (es decir 1/240 de hora), obtenien-
3 a 4 milímetros de diá-
do así la velocidad en nudos. Si "soltamos 8 nudos", significa que na- metro de 80 centíme-
vegamos a 8 millas por hora .. tros de largo, aproxima -
damente, y una pinza
40 cm
de tender la ropa. Coge-
mos uno de los cabos y un nudo de ocho lo lascal a
hacemos una gaza en cada lado de la pinza de
lender la ropa
u no de sus extremos, y
un nudo de capuchino
en el centro, afirmando después el otro extremo en el agujero de la va rilla en ángulo superior
de la barquilla. Cogemos el otro cabo, lo metemos por dentro del muelle de la pinza de la ropa
y lo dejamos fijo en el centro, haciendo una lasca a uno y otro lado de dicho muelle. Por último
amarramos los extremos del cabo a los dos puntos de fijación inferiores de la barquilla.
Todavía mejor, V mas barato.
nudos Nos queda colgar la pinza al guarne superior (por encima del nudo de capuch in o, que sirve
nudos
para im ped ir que se sa lga), haciendo de este modo una pata de gal lo "plegable", con los tres
guarnes de la misma longitud. Este mecanismo resu lta muy úti l cuando hay que subir la bar-
Corredera de emergencia quilla, siendo suficiente dar un tirón al cabo para que la pinza se abra y la barquilla se ponga
En caso de averia, s iempre podemos construir una corredera de emergencia con plana sobre el agua, sin ofrecer re sistencia .
25 metros de cabo (el cabo de la sonda manual es perfecto) y una botella casi llena El cabo. Utiliza remos un cabo trenzado de 2 a 3 milímetros de diámetro, de una longitud
de agua, con tapón para que pu eda fl otar. Soltamos unos cuantos metros de cabo aproximada de 70 metros (si queremos poder soltar 8 nudos ... ). Para unir el cabo a la correde-
para que logre separarse de los remolinos, y cronometram os el tiempo que ra, hacemos una gaza grande al extremo de éste, lo suficiente para que pase la barqui lla y po-
transcurre entre dos nudos, separados 18,52 metros e ntre si, es decir 1/ 100 de milla. damos an illar esta gaza grande en la pequeña de la pata de ga llo.
De este modo, podemos calcular la velocidad en millas dividie ndo 36 e ntre e l número Hacemos la primera lasca a una distancia de 10 metros, más o menos. En principio, los si-
de segundos que tarda en pasar. Por ejemplo, si tarda 18 segundos, la velocidad es gu ientes nudos deben separarse 7,71 metros, tal como hemos dicho, pero en la práctica es me-
de 2 nudos; s i tarda 9 segundos, 4 nudos y s i tarda 4 segu ndos, 9 nudos. jor separarlos 7,50 metros para que la "barquilla" vaya un poco arrastrada por el cabo. Intro-
No es muy exacto, pero tampoco es caro y se hace enseguida. Si no lleváis a bordo
ducimos en los nudos unas cuantas hebras de lana de colores distintos para poder reconocer-
los y, por último, guardamos el cabo dentro de un cubo que amarramos a la popa del barco.
una botella, ivuestro caso es realmente desesperado y no deberiais haber :za rpado!
456 El barco El mater i al de armamento 457

de 20° a 50°, siendo de 100 metros el alcance de la mayoría de apara -


La sonda
tos de este tipo destinados a la navegación de recreo, que es el valor
Es un instrumento electrónico que indica la altura del agua de manera
mínimo para navegar por las zonas de recalada del oeste de Europa.
continua y hasta grandes profundidades. lo que nos permite, en par-
La profundidad se indica en una pantalla situada cerca de la tabla de
ticular, poder seguir con facilidad una línea de sonda (curva de nivel del
cartas, así como en un repetidor en la bañera.
relieve submarino).
El transductor debe colocarse delante del alerón para evitar coger
Está formado por un emisor-receptor de ultrasonidos y una antena o
ecos parasitarios, siendo preciso que la escora vertical esté dentro del
transductor, que va colocado debajo del casco. La emisión de los ul-
cono de emisión del aparato. En caso de que no sea posible, hay que
trasonidos tiene lugar en una zona en forma de cono con una abertura
poner un emisor en cada costado, así como un conmutador de mer-
curio que automáticamente pone en funcionamiento el emisor de so-
tavento. Dicho transductor debe mantenerse limpio (de algas y de
pintura).

En principio, la sonda nos indica la altura del agua a partir de este


transductor, pero vale más comprobarlo, pues nunca se sabe ..

La sonda manual
La sonda manual está formada por un escandallo (lastre de plomo)
de 0,5 a 1 kg Y un cabo graduado de 50 metros de largo aproximada-
mente. El escandallo debe llevar en su base un hueco que se puede lle-
nar de sebo, para recoger una muestra del fondo O simplemente para
Pantalla de una sonda e lectró nica. comprobar que ha tocado bien.
Para graduar el cabo, hacemos unas marcas con tinta indeleble (ro-
tulador). Elegimos un color para las decenas de metros (t trazo a los
10, 2 trazos a los 20 ... ) y otro para los 5 metros (1 trazo a 15, 2 trazos
Captador de so nda con s u pasa-cascos.
a 25 ...). Solamente pondremos una señal por cada metro en los diez
primeros. Y no debemos olvidar que al sondar, el cabo se alarga bajo la
acción del peso, debiendo marcarlo estirado.
El cabo se coloca dentro de un cubo, bolsa o cesto, amarrado en el
fondo del recipiente, formando un montón bien hecho y pasándolo por
nuestras manos (si lo metemos desordenado, y sobre todo si lo aduja-
mas, con seguridad lograremos tener una bolsa llena de nudos).

la sonda manual es suficiente para la mayoría de los barcos, siendo


indispensable incluso aunque llevemos sonda electrónica, pues ésta no
nos informa sobre la naturaleza del fondo y, además, se puede estro-
pear.

Sonda Teóricamente, para conocer la altura


El barómetro
El transductor de la so nda: del agua. hay que tener e n cuenta la "No me peguéis, pues hago lo que puedo. Y no me atornilléis al mam-
• está siempre debajo del agua, distancia d entre el transductor y la paro del tambucho, porque los choques me asustan", suplica el baró-
o no está nunca cerca de la qui lla y su linea de flotación. En la practica, no se metro.
haz debe estar lo más vertical posible. suele tener en cuenta y por eso nos da Es conveniente que el barómetro indique la presión rea l, para poder
(la del dibujo está mal .) un "pie de piloto " casi siempre comparar sus datos con los de las estaciones meteorológicas. Para po-
suficiente. nerlo en estación (calibrarlo) hay que anotar su altura a las 6 horas o a
458 El barco El material de armamento 459

las 18 horas TU (hora universal); comprar el periódico local a la mañana Un aparato VHF portátil vale menos de 4000 francos y con él pode-
siguiente y señalar en el mapa meteorológico la presión indicada para mos comunicar en un radio que va desde unas cuantas millas hasta va-
cada una de las horas; mover la aguja del barómetro (con el tornillito rias decenas de millas, según la altura de las antenas.
que tiene detrás) según la diferencia que resulte, y volver a comprobar El alcance teórico entre dos aparatos portatiles, situados a 2 metros
al día siguiente. por encima del agua, es de 6,5 millas; y con una estación costera situa-
da a 100 metros de altura, su alcance es de 25 millas.
Con una instalación fija, un aparato potente, una antena colocada a
Los receptores de radio tope de palo y, como consecuencia, un presupuesto ad hoc, podemos
En 105 barcos que navegan en 53, 4é1 Y 3<1 categorías, se pueden captar disponer de un teléfono, casi como el de nuestra casa.
con un simple "transistor" emisiones en onda larga y onda corta, lo
cual nos permite oír los partes meteorológicos regionales de France In-
ter y de la 88C, asi como los partes regionales de Rennes, Marseille,
Bordeaux, etc.
Para navegar en 2a y 13 categorías, es necesario que podamos captar
las emisiones de las estaciones de radiotelefonía marítima de Boulogne,
Le Conquet, Grasse, etc., que emiten en la banda pesquera de 1,6 a 4
megaherzios en BLU (banda lateral única) (en inglés 55B: Single Side
Band). Este tipo de emisión viene indicada en los aparatos con las siglas
A3J o J3E .
Un receptor de radio debe llevar conectada una buena antena exte-
rior, así no tenemos que estar girando el transistor para recibir las on·
das largas, resultando una gran tranquilidad poder captar la BLU. Hay
quien aisla el baquestay de arriba a abajo, siendo necesario poner ade·
más una toma de tierra, si el barco es metálico.
Si queremos situarnos por radiogoniometría, tenemos que poder
captar los radiofaros (alrededor de 300 kiloherzios), con una antena
orientable que lleva instalado un compás normalmente llamado "go-
nio" y mediante el cual se puede marcar el acimut del emisor. Esta an·
tena puede estar conectada al aparato de radio principal o, por el con·
trario, tener su propia receptor, lo cual es mucho más cómodo.
Los aparatos de radio deben tener un lugar concreto a bordo y, si
es posible, estar resguardados de los golpes y del agua. Hay que evi-
tar ponerlos demasiado cerca de los compases, pues los altavoces lle-
van un imán bastante potente. El gonio debe disponer de un sitio se·
guro y de fácil acceso, donde hay que volver a ponerlo en cuanto sal-
ga de las manos del operador, pues es aún más frágil que el compás
de alidada.

Los emisores-receptores
Muchos navegantes deportivos se equipan con emisores-receptores
para estar en contacto con tierra y poder hablar con Qtros navegantes.
El sistema de comunicación por ondas de frecuencias muy altas de
corto alcance se desarrolla en proporción inversa a la evolución de su
precio. Aparato e m isor-recept or VHF instalado
de form a fija.
460 El barco El material de armamento 461

Si bien la VHF no puede considerarse como un elemento de seguri- El sextante


dad, nos procura cierto tipo de ventajas y una nueva forma de "con- El sextante es un instrumento óptico que sirve para medir ángulos con
fort", al poder efectuarse: gran precisión, en particular el que forma un astro con el horizonte.
• llamadas de socorro por el canal 16;
• peticiones de ayuda o de asistencia entre barcos; Principio
• obtención de consejos médicos, partes meteorológicos e informa- Sobre un armazón con forma de arco de círculo, se fijan sólidamente
ción sobre puertos;
una lente y un espejo pequeño. La parte circular del armazón, el limbo,
• comunicación vía radioteléfono con un corresponsal en tierra; esta dentada y graduada de 0° a 120°. En el eje de este arco de círculo
• y en determinados casos, obtenerse datos sobre la posición del gira un espejo grande accionado por un brazo, la alidada, que tiene un
barco. tornillo micrométrico que se engrana en los dientes del limbo y que está
Un simple aparato portátil con 4 Ó 5 canales, protegido por una fun-
graduada en minutos y décimas de minuto de arco. El espejo pequeño
da impermeable, es suficiente para afrontar situaciones de remolque,
suele ser un cristal transparente con un elevado coeficiente de reflexión .
alerta o de navegación en grupo. Además, puede llevarse en una balsa
Al mirar por la lente, contemplamos el horizonte a través del espejo
de salvamento en caso de follón. Es preferible que el acumulador sea pequeño, viendo superpuesta la imagen del astro reflejada por el espe-
recargable, pero en ese caso debemos llevar varios juegos de pilas de
jo grande y el pequeño. Al girar el espejo grande, hacemos coincidir los
repuesto. Para saber si podemos emitir, nos hace fa lta un aparato equi- Sextante de tambor.
dos puntos entre los cuales queremos medir el ángulo, en este caso el
Títulos pado con un comprobador de nivel de carga del acumulador (o de las
de radiofonía: borde inferior del sol y el horizonte. Para hallar el valor del angulo, de-
pilas). bemos leer los grados en el limbo, y los minutos y décimas de minutos
En caso de que vayamos a alejarnos mucho y queramos seguir es-
En España, según la Orden en el tambor del tornillo micrométrico.
del 31 de juli o de 19 68 tando en contacto absoluto con tierra, necesitamos un emisor-receptor En los sextantes antiguos, el espejo pequeño tiene la mitad izquierda
(B.D.E. nº 186) se ob l iga a BLU, lo cua l supone un presupuesto muy alto, así como una cierta
transparente y la derecha recubierta de azogue. El límite entre la parte
los Patrones de Yate y Capi- competencia, pero esto ya se sale del marco de este curso. reflectante y la parte transparente se encuentra en el eje de enfoque.
tanes de Yate que no estén En Francia sólo están autorizados a utilizar un emisor quienes po-
Asimismo, no tienen tornillo micrométrico y el limbo está graduado en
en posesión del Títu l o de sean el título de radiotelefonista restringido, que se obtiene por medio
grados y decenas de minutos; la lectura de los minutos y décimas de
Rad iotelefonist a Naval Res- de un examen muy sencillo, en el Service exterieur des Télécoms. Su
minutos se hace sobre el nonio de la alidada.
tringido, a examinarse de la instalación la debe comprobar el inspector de Telecomunicaciones, de-
asignatura Prácticas de Pro- biendo pagar un recibo anual.
cedimiento Radiotelefónico. El reglaje
Atención: antes de equiparnos con estos aparatos, hay que disponer
Exámenes co nvocados por El sextante, que es un instrumento muy exacto, se desajusta fácilmente,
de la suficiente electricidad a bordo, pues consumen bastante, y una
la Dirección Genera l de la por lo que debe ser controlado periódicamente:
vez instalados debemos ser razonables y no saturar demasiado las on-
M arin a Mercante. • antes de cada operación, hay que proceder a la rectificación de
das.
los espejos;
• y antes de cada obselVación, hay medir el error de índice o instru-
La veleta y el anemómetro mental.
Estos dos aparatos normalmente van unidos colocándose a tope de pa-
Perpendicularidad del espejo gra nde co n el limbo. El sextante
lo. Sólo suelen disponer de ellos los barcos que están muy bien equipa-
dos, pues su precio es elevado y su presencia realmente sólo está justi-
lleva dos indicadores que siIVen para efectuar este reglaje. Se pone el
sextante plano, y se coloca un indicador en cada extremo del limbo.
/oft-----."', indicador de
la derecha
ficada durante las regatas.
Hay que hacer el enfoque según el dibujo de al lado. La perpendicu-
Al recibir el viento sin perturbar por la jarcia, los datos que nos pro-
lar es correcta, cuando la arista del indicador que vemos en directo pro-
porcionan son muy exactos, por lo menos cuando éste es constante y Para reg lar los espejos
longa la arista del indicador reflejado por el espejo (éste lleva por detras
la mar está relativamente en calma. Pero, con viento flojo y mar picada, tenemos que colocar e l
unos tornillos para efectuar el reglaje).
al balancearse el barco, sus indicaciones varían bastante para poder ser sexta nte de forma
útiles. plana sobre una mesa,
Perpendicularidad del espejo pequeño con el limbo. Colocamos
Con un trozo de tela de spi y 1,50 metros de alambre, i podemos y luego enfoca r según
el sextante plano y ponemos la alidada en el cero. A través de la lente,
hacernos una manga de aire de lo más eficaz! muestra el dibujO.
462 El barco El material de armamento 463

enfocam?s una línea horizontal bastante alejada (la arista de un tejado, Navegación electrónica
o un hOrizonte en calma). Después, movemos el tornillo de reglaje has-
Navegación por satélite
ta que la imagen directa y la imagen reflejada de dicha línea aparezcan
superpuestas (dibujo de al lado). El receptor recibe in formación procedente de cinco sa téli tes del sistema
El espejo todavia TRANSIT o del sistema GPS que giran alrededor de la Tierra durante cien-
no está
perpendicular
o El erro r de índi ce o error instrumental. Sujetamos el sextante de to cinco minutos aproximadamente, en una órbita polar. Dicho receptor
calcula con ayuda de uno o varios satélites y en frecuencias variables, se-
~orma vertical y hacemos coincidir la imagen directa con la imagen refle-
al limbo. gún el sistema utilizado, las coordenadas geogrMicas (longitud y la titud)
Jada del horizonte. El angula que leemos en el sextante debe ser de O°·

si no lo es, la diferencia con el cero es el valor del error de índice (foto del barco. Si le proporcionamos de modo manual el rumbo y la veloci-
margen), que debemos hallar para sumarlo o restarlo a los ángulos que dad, es capaz de calcular su situación de forma permanente por medio
leamos posteriormente. lo sumamos si lo hemos leído a la derecha del de dichos datos, y si lo conectamos por interlaz a la corredera y al com-
cero del limbo, y lo restamos si lo hemos leído a la izquierda. pás, rea lizan la misma operación con los datos en cuestión . Somos cons-
cientes de que si es capaz de realizar estos cálculos, también puede averi -
Mantenimiento guar el ru mbo, la distancia que queda por recorrer y muchas cosas más.

El sextante es un instrumento muy frági l y hay que evitar que sufra el


más mínimo golpe. El mantenimiento consiste en darle periódicamente
una fina mano de vaselina (con un algodón hidrófilo), guardandolo
dentro de su estuche para protegerlo del agua. El limbo de los sextan-
El va lor del error de ¡n dice es en este tes antiguos tiene una escala graduada tan fina que es preferible no
caso de -5'. poner los dedos encima.

Los sextantes de plástico


Desde hace varios anos, existen en el mercado sextantes de plástico. De
un precio menor que los de metal, no ofrecen la misma precisión, con-
cretamen te porque se deforman con mucha facil idad. Siempre que se
tomen determinadas precauciones a la hora de utilizarlos, podemos
efectuar con ellos enfoques bastante correctos, con una aproximación
de unos cuantos minutos de arco, que por lo general, suele ser sufi-
ciente. GPS conectado a un lector de cartas
electrónicas.
Las precauciones que debemos tomar son las siguientes:
Navegación hiperbólica
• sacar el sextante a la cubierta por lo menos diez minutos antes de
Cada uno de estos sistemas no abarca más que una zona delimi tada,
~fectuar la observación y mantenerlo todo el rato agarrado por el pu-
por lo que este aparato sólo puede utilizarse en dicha zona. En ese caso,
no. De este modo todas las partes del mismo tendrán tiempo de adap-
no es necesario hallar la estima ent re las situaciones, pues el navegador
tarse a la temperatu ra ambiental;
obtiene una si tuación a in tervalos de diez a treinta segundos, volviendo
• apretar lo menos posible el puno, sujetándolo siempre con la mis-
a actualizarla y proporcionando el rumbo y la derrota media sobre el
ma intensidad, con el fin de reducir al mínimo las deformaciones oca-
sionadas por la presión de la mano; fondo, en un plazo de tiem po establecido previamente, de tres, cinco o
diez minutos. Este tipo de navegador también puede indicarnos la hora
• realizar una medida de error de índice antes de enfocar·
de llegada (en fu nción de la velocidad del barco durante los tres, cinco o
• hacer el enfoque igual que con un sextante clásico; ,
diez últimos minutos), el momento más adecuado para hacer viradas,
• después, si queremos, volver a efectuar otra medida de error de
etc., siemp re que nos apren damos bien su funcionamiento, si n que se
índice. Si ésta no es demasiado diferente de la anterior, coger como co-
apodere de nosotros el mareo, fuente de errores inconmensurables.
rrección la mitad de las dos medidas (asegurandonos que la lectura de
Todo esto es est upendo, sin embargo no debe hace rnos olvidar que
la altura se ha hecho correctamente). Si la diferencia es demasiado
grande, es preferible volver a empezar toda la operación.
también es necesario saber navega r " a mano".

1
464 El barco El material de armamento 465

tro, veleta, navegador, compás eléctrico, y eventualmente, radar y de-


codificador de carta meteorológica, etc), pueden procesar todos los
datos y evitar que el capi tán agarre un dolor de cabeza, siempre que
Formato
la potencia instalada sea suficiente, y que tenga experiencia en orde-
de las cartas
nadores personales tipo Macintosh y programas especializados de la
IHM
famitia Mac Sea. También podemos cargar en los ordenadores cartas
En España se utilizan las
ca rtas editadas por el Insti-
electrónicas de determinadas zonas ¡en cuyo caso incluso podrá hacer
tuto Hidrográfico de la Mari-
pilotaje! na que no están plastifica-
das y que se encuent ran
siempre al día de las últimas
s ist ema Decea e n Europa. La carta y las publicaciones correcciones realizadas.
Los datos que nos proporciona el navegante debemos trasladarlos a las Al co mprar las cartas en
Derecha: zona que cubre el cartas marinas, cuya utilización aconsejamos encarecidamente, no sien- e l establecimiento de un
sistema Loran en Europa. do recomendable usar mapas geográficos. age nte autorizado, es nece-
De modo general, solemos utilizar las cartas editadas por el SHOM sario co mprobar la fecha de
entrega de las mismas (que
Navegación por ordenador (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Marina), que son las cartas
co nsta en un sello, donde se
Este aparato es un verdadero tripulante que nos mantiene permanente- oficiales; quizás prefiramos las editadas por Blondel-La Rougery, cuyo
ind ica, además que está co-
mente informados sobre la situación del barco, el rumbo a seguir, el tipo de escritura es muy distinto, que gusta o no gusta. Estas cartas son rregida con "Avisos a los na-
mejor bordo que podemos hacer, la diferencia en relación con la ruta de papel y resisten bastante mal el agua, debiendo escribir en ellas con vega ntes". A partir de una
directa, la velocidad y la derrota, el fondo, la hora en que debemos pe- lápices semiduros o blandos HB o B. fecha determin ada, también
dir la comida, en fin, todo eso y mucho más. conv iene pedir la co lección
Es una auténtica maravilla. Las cartas que más utilizan los navegantes deportivos son las del de "Av isos a los navegan-
SHOM que están plastificadas; éstas deben tener preferencia ante cual- tes", publicados desde dicha
fecha, para realizar así la ne-
Cuando estos ordenadores están equipados ad hoc, y van conecta- quier otra carta corriente, siempre que tengamos la oportunidad de ad-
cesaria actuali zació n.
dos a los diferentes instrumentos de la cubierta (corredera, anemóme- quirirla; se puede escribir sobre ellas con un lápiz de mina muy blanda
2B o 3B o con un lápi z seco de laboratorio, AII Stabilo 8008. Además de las cartas habi-
tuales para lleva r la derrota y
resolver los probl emas de
Este ordenador de a bordo, conectado Modo de cuidar las cartas
por interfaz con los diferentes
navegación, y cuyo catá logo
Las cartas son frágiles y caras. Para que sean seguras deben ser com- -más de 400 cartas- se pue-
instrumentos. es capaz de realizar pletamente legibles para lo cual hay que tomar ciertas precauciones. de encontrar en los estableci-
maravillas en materia de navegación ... Si no tenemos espacio suficiente para mantenerlas horizontales, po- mientos especializados o so-
demos enrollarlas, pero en ese caso deberemos realizar ejercicios casi licitarlo contra reem bolso al
acrobáticos para tltilizarlas ... Si las plegamos, enseguida resultará impo- Centro de Publicaciones del
sible leerlas por la zona del pliegue, y terminarán por romperse; hay Ministerio de Defen sa, apar-
tado 499, 28080 Madrid, exis-
que evitar doblarlas siempre por el centro.
ten una serie de cartas espe-
Para arreglar una carta, hay que forrar la parte rota con un trozo de
cia les entre las que figuran:
carta vieja y pegarla con cola de oficina. Hay que tener cuidado con las
• Carta Mercatoria na en
cintas adhesivas, pues se estiran al desenrollar la carta y al volver a su blanco, para latitudes entre
dimensión original, forman dobleces en la misma. 61 " Ny6 1" S.
Si navegamos siempre por la misma zona, es una buena idea pegar • Carta m eteorológi ca.
la carta que utilizamos normalmente sobre una plancha de contracha- • Cuadro de signos, sím -
pado. bolos co nvenciona les y abre-
viaturas utilizados en las car-
También podemos plastificarla cubriéndola con una lámina adhesiva
tas náuticas españolas.
transparente, o bien barnizarla (pero haciendo antes una prueba, pues
• Cartas C6usal
algunos tipos de barnices borran la impresión ... ).
466 El barco El ma t er i al de armamento 467

to; puesto que es auxiliar, no debe abultar mucho; y como muchas


veces tiene que transportarlo, debe ser ligero. Asimismo, ya que a
Formato de las cartas del SHOM
nadie n05 gusta einglar, es necesario que pueda embarcar de una so-
la vez a toda la tripulación, con el equipo completo y los víveres; es
Formato Anchura en mm Altura en mm decir, que tiene que ser amplio, sólido y estable; a fin de cuentas. un
AO verdadero barco. Y además, insumergible. Y debemos poder utilizar-
1.189 800
Al 841 480 lo para llevar un fondeo con viento duro o ir a buscar a un tripulante
Grand aig le 1.060 660 caído al agua, mientras estamos fondeados en medio de una fuerte
corriente ..
Demi -a igle 750 370
Quart-a ig le 530 270 Para cumplir todas estas condiciones, por lo menos al máximo, nece-
" P" plegadas 210 segú n formato sitamos un artefacto que posea una gran capacidad de adaptación, y
para este fin sólo existe un material adecuado: la goma (o, más exacta-
La s ca rta s " P" ti enen el mismo formato que las cartas de mente en la actualidad, el neopreno o el PVC ).
papel.
Conviene que elijamos uno bastante grande, como mínimo de 3 me-
tros para 4 personas y de 3,60 metros para 6, con unos flotadores
gruesos, además de una guirnalda y una chumacera adecuada.
No es indispensable que tenga suelo, incluso aunque lleve motor,
Cómo guardar las cartas de papel siendo suficiente con inflarla mucho. Asimismo, podemos equiparlo
En los cruceros de larga duración, conviene guardar las cartas por zo- con un sistema de inflado por botella (ver: Modo de instalar una botella
nas completas de navegación. Por ejemplo "Oeste del Canal de la en el bote auxiliar) y con un contenedor del mismo material que el de
Mancha; Oeste de Cherbourg, isla de Wight", o bien "Norte de Espa- la balsa salvavidas.
ña, de San Juan de Luz a La Coruña" y solamente dejar en la mesa de Por último, es preferible elegir uno que sea de neopreno hypalon,
cartas una lista de las que tengamos disponibles a bordo, o mejor aún, pues aunque es un 20% más caro, tendremos bote auxiliar para quince
las paginas correspondientes del Atlas general de cartas del SHOM en temporadas, en lugar de las tres que nos duraría uno de PVC.
las que señalaremos las cartas disponibles a bordo.
Preca ucio nes durante su utilización. Un bote auxiliar neumático
Hay que enrollarlas con la parte impresa hacia afuera, pues si no se- de buena calidad sólo se desinfla o se rompe si lo tratamos muy mal.
rá imposible mantenerlas sobre la mesa de cartas. Las que no utilice- Para mantenerlo en buenas condiciones basta con tomar algunas pre-
mos las guardaremos dentro de un tubo de PVC de 120, pegando uno cauciones elementales:
de 105 tapones y enroscando el otro para cerrarlo herméticamente. Es-
• evitar pisarlo cuando está desinflado o plegado;
tos tubos pueden guardarse en muchos sitios (techos de las literas, ca-
• al llegar a la orilla, desembarcar antes de que toque contra el fon-
marote de proa, guardarropa ... ). do;
• no dejar que roce en la playa, al borde del agua; debiendo mante-
nerlo bien en el agua o bien completamente fuera;
EL BATIBURRILLO • no dejarlo quieto al sol demasiado inflado, pues puede reventar si
la presión aumenta demasiado;
A bordo de un barco hay una gran variedad de pequeños objetos, y el
• no amarrarlo a lo largo del muelle, pues la superficie de éste suele
término de batiburrillo parece adecuado para englobarlos a todos. Se tener rugosidades (aunque sí podemos amarrarlo a la borda del barco,
trata, evidentemente, de un batiburrillo muy organizado, y solamente de ese modo no se estropea ni el bote ni la pintura del casco);
hablaremos de los accesorios más corrientes. • evitar remolcarlo en la mar, pues corre el peligro de volar o de vol-
car, al no resistir siempre la argolla o la amarra.
El bote auxiliar
Es el accesorio mayor y también el más esclavo. El navegante depor- Los problemas de estanqueidad más frecuentes suelen producirse
tivo suele exigir a su bote auxiliar múltiples ca ra cterísticas difícilmen- cerca de las válvulas. Como medida de precaución podemos poner una
te conciliables; como no es un verdadero barco, tiene que ser bara- gota de aceite mineral sobre éstas, cada quince días o cada mes.
468 El barco El material de armamento 469

Pro pu lsión. Al ser su obra muerta bastante grande, el bote neumá- El remo y su horquilla
tico necesita medios de propulsión eficaces para remontar contra el En los barcos modernos, que suelen tener un francobordo alto, el remo
viento y las olas. El remo (incluso empleándolo con una chumacera para cinglar debe ser muy largo (es necesario que la pala penetre total- ~
adecuada) resulta casi siempre insuficiente. También es necesario poder mente en el agua y que la persona que cingla pueda colocarse cómo- ~
boga r, es decir avanzar con los remos, para lo cual debe disponer de damente). Como suele ser raro que este remo tenga un sitio fijo dentro
horquillas adecuadas y de remos sólidos (105 desmontables, no siempre del barco, lo colocaremos en la cubierta. Debe tener fácil acceso y que-
lo son). Es necesario que nos podamos sentar a una altura conveniente dar bien sujeto en su cuna, para que no se deforme, siendo convenien-
(por ejemplo, sobre un bidón), y no estaria de más llevar un par de pa- te colocarlo en el mismo costado donde está la horquilla.
gayas además de 105 remos. Si queremos utilizar un motor fuera borda, Para 105 diestros, la horquilla se colocará a babor, debiendo inclinar-
debemos asegurarnos de que el espejo de popa del bote es lo bastante se unos 30° hacia atrás para que el remo pueda apoyarse correctamen-
resistente. te. En la mayoría de 105 barcos de crucero, esta horquilla a veces está fi-
ja, y en otros es necesario que sea desmontable, pues en caso contrario El remo sólo es eficaz cuando se usa
La invern ada. Antes de guardar un bote auxiliar neumático para suele molestar al hacer las maniobras. En este caso es conveniente que con una horquilla imperdible V bien
pasar el invierno, es conveniente aclararlo con agua dulce. Si es posible esté sujeta con un cabo de seguridad. instalada.
lo guardaremos medio inflado, y protegido de la luz y del calor, secán- Cuando el espejo del barco sobresale de la cubierta, y no está inver-
dolo bien y echándole polvos de talco en el caso de que tengamos que tido, la horquilla no es la mejor solución, siendo preferible que el espe-
plegarlo. jo tenga una ch umacera, es decir una muesca redonda, forrada con
un anillo de latón.
Reparaciones. La regla ideal es no esperar a que un bote auxiliar se Tanto la horquilla como la chumacera deben estar bien pulidas, pues
rompa para hacer una reparación, evitándonos muchos problemas si de lo contrario acabarían desgastando rápidamente la parte del remo
pegamos parches en las zonas que están algo usadas. Existen en el ca· que trabaja en esa zona.
mercio unas bandas especiales anti·rozamiento que podemos colocar
en 105 lugares que se desgastan con más facilidad, debiendo vigilar 105 Las amarras
puntos más delicados, como el ajuste del espejo, y reforzarlos antes de
Resulta indispensable llevar a bordo dos amarras de 20 a 30 metros, o
que se despeguen del todo.
mejor aún, tres o cuatro.
Estas amarras, que podemos vernos obligados a cortar y que de to-
Para reparar un bote auxiliar pinchado, hay que proceder de la ma· das formas se van a desgastar enseguida, lo mejor es que sean de ma-
nera siguiente: terial textil barato, pero resistente. En Glénans utilizamos amarras de
• reparar el escape; para ello inflaremos el bote al máximo, pasando polipropileno de sección gruesa (de 12 para un Mousquetaire, de 16
a continuación una esponja empapada de agua jabonosa, para averi· para un Galiote y de t 8 para la Sereine) .
guar el punto donde se forman pompas;
• raspar cuidadosamente la zona de alrededor del agujero con una Para navegar por el Mediterráneo, conviene llevar, además, cables
lima o papel de lija, hasta quitar el barniz que recubre el neopreno y
de acero (de 4 a 5 metros, terminados en gazas), para poder amarrar el
que impide que éste se pueda pegar. Raspar del mismo modo la pieza
barco a las rocas en las calas y ensenadas donde los tenederos son ma-
que vamos a colocar encima; los. Se pasan 105 cables alrededor de las rocas a uno y otro lado de la
• aplicar una primera capa de pegamento sobre las dos superficies a cala, amarrando el barco por medio de cabos de nylon (normalmente
pegar, y esperar un cuarto de hora largo, hasta que el pegamento esté
bastante delgados: de 5 para un Mousquetaire). En caso de temporal,
bien seco; es conveniente poder inmovilizar el barco de este modo en medio de
• aplicar una segunda capa y volver a esperar. Una vez seco el pe· estas calas.
gamento (éste debe adherirse ligeramente al dedo, pero sin quedarse
pegado), colocar la pieza en su sitio. El amortiguador. Si nos vemos obligados a amarrar el barco a un
muelle o a un pantalán con cat-way, es conveniente colocar un amorti-
Para que la reparación aguante bien, hay que cumplir una sola con- guador en las amarras principales y azocarlas de tal manera que los
dición que sin embargo es fundamental: la temperatura del aire y de
muelles queden comprimidos. De este modo se mejoran las amarras
las superficies a pegar debe ser por lo menos de 20 oc.
cuando éstas son demasiado cortas.

1
470 El barco El ma t erial de armamento 471

Las defensas. o parachoques


Las defensas sirven para proteger el casco de los golpes contra el mue-
lle o contra los demás barcos. Existen defensas de todas clases, realiza-
das con los materiales rntls diversos. Todas deben cumplir el siguiente
requisito: quedarse inmóviles una vez estén colocadas. Pero esta norma
s610 la cumplen las defensas planas, que desgraciadamente son muy
poco corrientes.

Sin embargo, las defensas de proa pueden ser excelentes defensas


de costado, si las colgamos por el centro, aunque la mejor solución si-
gue siendo el neumático de coche (jO mejor aún de seooter!). El único
defecto de estas últimas es que abultan mucho a bordo y que manchan Amortiguador
si no llevan funda (de tela plastificada, tipo hule, pues si es de lona, és- de amarra.
ta absorberá alegremente el gas-oil que hay en los puertos, y entonces
el remedio será peor que la enfermedad!).
Además de las clásicas defensas. conviene llevar dos o tres boyas
grandes infla bies, que abultan poco y resultan de lo más útil el dia en
que la cosa se mueva de veras.

Las defensas deben colgar siempre en vertical, pues en caso contra-


rio tienden a subir. Para que cumplan su función, debemos colocar tres
o cuatro en cada costado, poniendo las más pequeñas en el centro y
las más gruesas en los extremos.

Los puntales o escoras


Las escoras son piezas de madera o de metal que sirven para mantener
el barco de pie cuando está varado.
Deben ser de 8 a 10 centímetros más cortas que la quilla, pues en
caso contrario, si ésta se hunde un poco en el suelo todo el peso del
barco descansaría en los puntos de fijación de los mismos.
La superficie de su pie debe ser proporcional al tamaño del barco; si
el pie es demasiado estrecho, un puntal que estuviera muy sobrecarga-
do se hundiría y trabajaria en falso, pudiéndose romper; si el pie es de-
masiado grande y está sobre un suelo blando no se hundirá lo suficien-
te en relación a la quilla.

Según nuestra experiencia, la superficie del pie de un puntal debe


ser de 5 decímetros cuadrados para un Corsaire, de 8 para una Galiote
y de 10 para un Arpege. Un puntal cuyo pie sea de 10 decímetros cua- Las escoras se s ujetan por medio de
drados es demasiado grande para un Corsaire. vientos afirm ados a la roda V al
coronam iento, separándose el pie de
Estas piezas suelen estar sujetas con pernos a la borda, en caso de las mismas de la linea de crujia del
que el barco tenga, si no directamente al propio casco (no hay que olvi- barco para mejorar la estabilidad. La

Barco con escoras en un puerto darse de poner tapones en 105 agujeros, una vez quitadas las escoras). inclinación de la cubierta estara de

con marea. Evidentemente estos puntos de fijación deben ir reforzados. acuerdo con la forma de la quilla.
472 El barco

Incluso en los barcos pequeños, los pernos de las escoras deben ser

Aparejar,
muy gruesos, pues en otro caso se tuercen enseguida. Para darnos una
idea de su grosor, señalamos que se suelen utilizar pernos de 14 milí-
metros para un Corsaire, de 20 milímetros para un barco de 2 tonela-
das y de 25 milímetros para uno de 10 toneladas.
Por último, para que las escoras se mantengan completamente verti-
cales, hay que sujetarlas con vientos que se afirman al pie del calzo y
se tensan en cubierta, lo más cerca posible de la roda y del espejo de
popa (en cornamusas, no en los balcones). Con este fin, se utilizan pre-
ferentemente cabos de polipropileno, que son poco elásticos.
desaparejar
Un barco mientras navega no tiene un momento de respiro. La mar y el
viento lo someten a grandes esfuerzos, y el agua salada y la brisa mari-
na lo deterioran. Debemos luchar sin tregua contra el desgaste y la co-
rrosión, controlando, reparando y llevando a cabo tareas de manteni-
miento a diestro y siniestro. Este mantenimiento diario, que es el que
hemos puesto de manifiesto en los capítulos anteriores, a la larga no
basta, y llega un dia en que tenemos que pararnos del todo y dedicar-
nos a volver a poner en condiciones todo el conjunto.
Esta nueva puesta al día suele coincidir en los barcos deportivos, con
el momento de desaparejarlos al final de la temporada (mientras espe-
ramos llegar a la edad de oro para poder navegar todo el año). Es en-
tonces cuando podemos entrar en los detalles y reparar las señales de
fatiga, tanto del casco como de la jarcia o del material. También es el
momento de pensar en el futuro, y si desaparejamos bien el barco, el
posterior aparejado será sencillo y rápido.
Puesto que los días que dedicamos a esta tarea no podremos nave-
gar, es conveniente que nos organicemos para reducirlos al mínimo ne-
cesario. De hecho, el desaparejado del barco se prepara con anteriori-
dad a lo largo de toda la temporada, y mas tarde, de forma concreta
durante los últimos días de crucero. Una solución para no agobiarnos
en el último momento es llevar a bordo un cuaderno, en el que iremos
anotando diariamente todo lo que no funciona. Este cuaderno no sirve
únicamente para el momento de desaparejar el barco, sino para toda la
navegación en general; en él anotaremos las pequeñas reparaciones
que podemos hacer solos en las escalas, poniendo una señal una vez
realizadas. También anotaremos las que pueden esperar hasta el final
de la temporada, las sustituciones de material y las mejoras. El cuader-
no debe ser grueso, para que pueda durar varios años; de este modo,
será una auténtica historia médica del barco, que nos servirá para co-
nocer en todo momento en qué condiciones nos encontramos, permi-
tiéndonos al mismo tiempo hacer previsiones. También nos servirá co-
mo lazo de unión entre el día en que desaparejamos el barco y el día
en que lo volvemos a aparejar, a través de la larga noche de invierno en
la que poco a poco nos vamos olvidando de todo.
474 El barco Aparejar, desaparejar 475

El amarre en sí no cuesta demasiado en temporada baja, pero en


DESAPAREJAR cambio la vigilancia suele ser bastante cara. Por otra parte la pintura
enseguida se queda sin brillo, y animales y vegetales se pegan a la ca-
La sabiduría popular afirma que un buen marino es holgazán por natu-
rena.
raleza. Nosotros opinamos que suele ser un hombre espabilado, que
desea evitar las tareas inútiles. Esta actitud nos parece razonable a la
Según el tipo de construcción, los barcos aguantan mejor o peor
hora de desaparejar un barco deportivo moderno, pues están construi-
esta solución. Está indicada para los barcos de construcción clásica de
dos con materiales que se conservan con facilidad, Y, como suelen na- madera, que de este modo no secan -aunque de todas formas éstos Sobre es coras ...
vegar poco, al final de la temporada no están demasiado desgastados.
deben pasar también alguna vez un período de un mes en seco para
Por esta razón podemos desaparejar muy bien el barco de acuerdo con
eliminar el teredo- . Los barcos de madera encolada, por su parte,
las normas siguientes: reparar enseguida todo lo que hayamos previsto,
puede que se sobrecarguen un poco, y los que no están demasiado
pero siempre en función del tipo de invernada que vaya a tener, des-
bien construidos envejecerán más deprisa invernando sobre el agua
montando el mínimo de piezas posible y asegurando la permanencia
que en seco. Por el contrario, los barcos de plástico lo aguantan per-
del material en el lugar que le corresponde.
fectamente y únicamente hay que pensar en trabajar a fuerza de pu-
Evidentemente, no está prohibido desaparejar completamente el
ño en la primavera si queremos devolver el brillo a su casco. Los bar-
barco, para disfrutar del placer de ocuparnos de él con todo detalle a lo
cos de acero o de aluminio tampoco sufren, excepto si están abarloa-
Invernada a flote en una tranqui la ría largo del invierno, siempre que vayamos a estar cerca del barco, y que
dos a un casco recubierto de pintura a base de cobre o demasiado
bretona . tengamos tiempo para trabajar en él, lo cual no suele ser habitual. De
cerca de él. ~"1il
hecho, la manera de desaparejar el barco depende en primer lugar del
t ipo de invernada que hayamos elegido.
Podemos evitar este problema, protegiendo el casco con ánodos
móviles correctamente dispuestos.
Tipos de invernada
Invernada en el varadero o sobre fango ~J
Guardar una tabla de vela durante el invierno no es ningún problema;
Hacer la invernada en el varadero, consiste en amorti gua r el barco, es {~
se aclara la plancha, el mástil y la botavara con agua dulce y se coloca
todo en el garaje, con la vela enrollada por encima. decir vararlo bastante alto para que no le llegue el agua al producirse
las grandes mareas (¡de todas formas, es conveniente que nos asegure- .. o so bre fa ngo: pode mos est a r
Un derivador no abulta mucho, y puede pasar el invierno en cual-
mas que la gran marea de primavera será igual de grande que la de tra nq ui los hast a la próx ima ma rea
quier sitio con el casco al revés sobre el suelo y, si es posible, guardan-
otoño! ). de 105.
do el palo protegido y poniendo todo el material dentro del maletero
del coche. Pero cuanto más grande es el barco, más material tiene y Ésta es la invernada tradicional en las regiones donde hay grandes
más se complican las cosas. Mencionamos este problema porque si el subidas de marea, y está indicada especialmente para los barcos de
barco es transportable y podemos guardarlo en casa, no hay ningún madera, que de este modo secan lo suficiente para que el teredo mue-
p.roblema; pero si no lo es, entonces surgen las verdaderas preocupa- ra y el casco no se sobrecargue. Otra de sus ventajas es que es muy ba-
Ciones. Según el tipo de construcción, las posibilidades de la zona y, rata (normalmente es gratis), siempre que efectuemos nosotros solos la
naturalmente, nuestros propios medios económicos, hay que contem- varada y la salida del varadero . Hay que estar allí en el equinoccio de
plar soluciones diferentes. septiembre y en las mareas vivas de primavera, y mientras tanto, es ne-
cesario contar con algún tipo de vigilancia, por lo menos durante las
Invernada a flote grandes mareas. Asimismo, conviene vaciar completamente el barco,
pues la vigilancia no es permanente.
Es la solución más sencilla. Apenas hay que desaparejar y el barco sigue
La invernada sobre fango, sin escoras, también es un sistema exce-
estando disponible. Pero este tipo de invernada sólo puede plantearse
lente, sobre todo para los barcos de construcción clásica, pues no se-
e.n 'puertos que estén perfectamente resguardados, bien equipados y
can ni trabajan, aunque hay que vigilarlos y visitarlos de vez en cuando
Vigilados, incluso por la noche. Debemos contar con un vigilante segu-
para achicarlos y comprobar el estado de las amarras.
ro, que ventile y seque el barco periódicamente, que revise las amarras
y las cambie si es necesariO, sin esperar a que se rompan; que vuelva a
En definitiva, estas dos soluciones resultan de gran interés para los
poner las defensas en su sitio y que las sustituya llegado el caso, ade-
propietarios que no pasan el invierno demasiado lejos de su barco.
más de impedir que se instalen a bordo posibles "okupas".
476 El barco Aparejar, desaparejar 477

Revisión en detalle
A partir de ahora trataremos sobre las operaciones de desaparejado del
barco propiamente dichas, según la invernada elegida.
Si es posible, debemos desaparejado sin esperar, al finalizar el último

~
crucero. En ese momento, conocemos perfectamente los puntos débi- :. ®
les del barco, y mostramos un gran interés por ellos; más tarde el inte-
rés decae, y comienza a insinuarse el olvido.
.
0 ••

Vamos a analizar sucesivamente, los cuidados que debemos proporcio-


Sea cual sea e l modo de invernada
nar al casco, a la jarcia, al velamen y, por último, al material de armamento.
e legido, es necesario que la cabina este
bien ventilada.
El casco
Debemos someter el interior del barco a una limpieza sistemática, por
todos los rincones y recovecos, dejando los fondos absolutamente lim-
pios, con el fin de eliminar la humedad, y el moho, y para no tener que
enfrentarnos seis meses después, a determinados olores deprimentes y
Invernada va rado. A la espera
tenaces. Si es posible, debemos aclarar el interior con agua dulce, de
de la próxima marea de 105, este
este modo el barco estará menos húmedo. Un instrumento adecuado
barco est á bie n a puntal ado.
para ello es la bomba de alta presión (30 a 40 bares) que tiene un cho-
rro muy fino. Un poco de detergente suave también nos facilitará el
trabajo, debiendo aclararlo bien después.
Invernada en seco, en el exterior Esta limpieza es una buena ocasión para inspeccionar el casco por
Tal como hemos dicho, si tenemos jardín. la solución ideal y la más ba- debajo de las costuras. Debemos revisar los puntos débiles de cualquier
rata es colocar allí nuestro barco bien apuntalado. tipo de construcción: alefrices, trancanil, ángulos, herrajes del timón,
Los barcos que sean demasiado grandes para ser remolcados, pue- eje de la orza, ete.
den guardarse en un astillero que disponga de naves para este fin o en A continuación debemos engrasar todas las piezas mecánicas: 'güin-
el aparcamiento del puerto, aunque esto último suele ser muy caro. Si ches, carriles, polea y molinete, pasando un paño engrasado por las
el barco está lejos de miradas avariciosas, podemos dejar a bordo casi piezas de aluminio y de metal cromado.
todo el material y sacar sólo los objetos delicados (electrónica e instru-
mentos de navegación). la pintura se estropea muy poco. No debemos olvidar que es fundamental que el interior esté bien
ventilado, debiendo prever los mecanismos necesarios a este fin (pane-
Un barco de construcción clásica que pase el invierno de este modo, les con agujeros, sistemas de fijación de escotillas para dejarlas entrea-
debe volver a ponerse a flote en primavera. Los demás pueden perma~ biertas, ete.). Dentro del barco hay que dejar abiertos los armarios y le-
necer en seco sin ningún problema hasta el 14 de julio. vantar el suelo para que el aire pueda circular bien.

Invernada al resguardo Según el tipo de invernada elegida, a veces conviene cubrir el casco
con una toldilla (que deje pasar el aire). Este tipo de protección sólo re-
Esta solución es la que menos problemas causa y la más cara, estando
sulta indispensable en los barcos de construcción clásica cuya cubierta
indicada sólo cuando se vayan a hacer grandes reparaciones en el cas-
está formada por listones pequeños. Hay que fijar la toldilla con cuida-
co. Es la que se emplea·con los barcos de regata de madera, que deben
do si queremos que sea eficaz, y no dejar que forme bolsas donde pue-
secarse para no sobrecargarse (su construcción es tan esmerada que no
da quedar estancada el agua de lluvia. De este modo podrá resistir los
es necesario trabajar). La utilizan los yachtmen aficionados a los cascos
fuertes vientos que soplarán en invierno ..
resplandecientes. Al estar el barco en un lugar cubierto, no hay que
Para hacer bricolaje durante e l invi erno, Sólo hay un modo de amarrar la toldilla: la liga o mejor aún el botón
preocuparse del moho, pudiendo dejar a bordo todo el material, inclui-
es mejor ll evarnos el barco a casa. da la radio. de ésta.
478 El barco Aparejar, desaparejar 479

El problema de la pintura del casco cada vez es menor, siendo nece- Las velas
sario pintar solamente los barcos de madera. Un barco que navegue to- Hay que aclarar cuidadosamente todas las velas con agua dulce para
do el año debe volver a pintarse por lo menos cada dos años, y un bar- quitarles la sal, y ponerlas a secar, revisándolas bien. Las pequeñas re·
co que no navegue más que en verano puede esperar a veces hasta paraciones que haya que efectuar, se deben hacer enseguida (o en
cuatro. cualquier caso se deberán anotar), enviando a la velería las que real·
No hay que olvidar que un barco debe haberse terminado de pintar, mente necesiten los cuidados del velero.
por 10 menos 8 días antes de que vuelva a aparejarse, para que pueda Si el barco va a pasar el invierno a flote, deberá estar bien seco y si Hay que plegar las velas e n zigzag
secarse del todo. tenemos la intención de utilizarlo durante el invierno, podemos dejar a sobre e l pujamen, enrolla ndolas
bordo las velas de Tergal, pero sin meterlas en bolsas, sino dejándolas después a partir del gráti l.
La jarcia amontonadas encima de las literas para que se aireen.
Dejand o el palo arbolado. Si el barco pasa el invierno a flote, en el En todos los demás casos, hay que guardarlas en un local seco,
varadero o sobre el muelle del puerto, el palo y la jarcia pueden perma- plegándolas en zigzag sobre el pujamen para que no ocupen dema-
necer aparejados de forma permanente. siempre que conozcamos siado, y después enrollándolas; las velas que tengan mucho apresto o
exactamente su estado, es decir, que hayamos tenido la buena costum- que lleven Mylar hay que enrollarlas sobre el pujamen y guardarlas
bre de subir a menudo. Sólo hay que desarbolar cuando hay que reali- extendidas.
Durante la invernada. podemos zar alguna reparación importante. o si no se puede subir al mismo.
consegu ir una buena ventilación Cuando se deja el palo arbolado, hay que subir a dar una vuelta de
ori e nta ndo los orificios de ventilación honor, armados con una aceitera de pico largo y de un trapo, para en·
fre nte al viento dominante. grasar poleas, roldanas, obenques, drizas metálicas, etc., tensando bien
la jarcia de labor para que no golpee contra el palo, o mejor aún, susti·
tuyendo las drizas por cabos provisionales con el fin de resguardarlas
de los estragos de los rayos ultravioleta y los posibles rateros . No con-
viene que pongamos ningún material nuevo al desaparejar el barco,
pues éste se podría deteriorar durante el invierno. Es mejor anotar todo
lo que hay que cambiar para cuando llegue la primavera.

Con el pa lo tumbado con la jarcia. Una precaución fundamental


a la hora de desarbolar es largar los tensores por la parte de los
obenques y no por los cadenotes, pues en ese caso las piezas se po·
drían perder (y no se suelen vender piezas de tensores en las tiendas, ni
tampoco pasadores de grilletes). Cuando vayamos a arbolar el palo,
hay que co locar los tensores sobre los cadenotes y no sobre los Modo de plegar un génova .

Venti lador de cubierta. obenques.


El palo puede dejarse aparejado si lo guardamos tumbado en un lu- El material de armamento
gar cubierto, pues el agua no podrá correr a lo largo del mismo si está Al mismo tiempo que limpiamos el interior del barco, debemos pasar
horizontal. Los palos de madera deben permanecer bien planos sobre una mirada crítica, sin sensiblerías, y retirar el tostador mugriento, el ra·
el único lado que tienen recto: el carril. Respecto a los palos de alumi· lIador de queso oxidado, los trozos de cabo podridos, y los fétidos cor-
nio, debemos prever el efecto galvánico que puede producirse, y sepa - deles que quizás alguna vez podrían servirnos, el cenicero hecho con
rar o aislar todas las piezas de metal amarillo, quitando también la jar· una lata de carne, el bolígrafo que sólo escribe cuando le metemos una
cia de acero inoxidable si no vamos a guardarlo en un lugar cubierto. cerilla y las maravillosas flores de las Scilly mustias en un tarro de mer·
melada. Vale más deshacernos pronto con nostalgia de estos objetos,
Dejand o el palo desarbolado. Desarbolar completamente un palo
que tener que tirarlos con asco al cabo de seis semanas.
es un trabajo complicado y también una buena ocasión para perder al· En cuanto al resto del material, la norma a seguir siempre es la mis·
guna pieza. Únicamente lo haremos cuando haya que repararlo, o bar· ma : si el tipo de invernada elegida lo permite, dejaremos a bordo el
nizarlo de nuevo (iY asi y todo ... !) máximo posible. Es la mejor manera de no perder nada .
El barco Aparejar, desaparejar 481
480

Hay que anotar en el cuaderno todo lo que se saca del barco, siendo
convenien te, además, colocar en el lugar del objeto desembarcado un
fantasma, es decir una etiqueta que lleve el nombre del objeto en cues-
tión, y que indique el lugar en que se encuentra en tierra. Esta precau-
ción resulta enormemente útil cuando no estamos seguros de poder
aparejar el barco nosotros mismos.

Hay cierto tipo de objetos que deben guardarse siempre en tierra,


por el contrario, otros no hay que desembarcarlos más que cuando el
barco va a permanecer abierto a los cuatro vientos.

La electró nica. Todos 105 instrumentos electrónicos deben sacarse Echamos un poco de aceite dentro
del barco incluso aunque éste vaya a pasar el invierno en un hangar. Es de la toma de aire del ca rburador
necesario guardarlos en un local caldeado, por ejemplo encima de la antes de apagar el motor.
chimenea del salón: así podremos soñar.
Antes de desconectar cualquier aparato, hay que marcar los cables.
El motor fuera borda. Hay que desmontarlo siempre. Primero hay
Existen en las tiendas de elect ricidad cin tas adhesivas con números, que que quitarle la sal haciéndolo funcionar durante veinte minutos por lo
constituyen un buen sistema de marcarlos. menos en agua dulce (en un rio o en un pilón), limpiandolo después
Hay que quitar las pilas de los aparatos, sin olvidar los captadores por fuera con un pincel yagua dulce con detergente para quitar la sal
submarinos o aéreos, que hay que limpiar y aclarar, enviando al taller
(incluso por debajo del capó, pero teniendo cuidado de no mojar el cir-
especializado el material que esté en condiciones sospechosas. cuito eléctrico). Hay que echar dos o tres tapones de aceite en cada ci-
lindro antes de darle vueltas al motor con la mano, para repartirlo bien
La electricidad . Si no vamos a utilizar el barco, conviene confiar las
y. por último, lo rociamos con grasa de silicona en spray.
ba terías a un profesional competente para que las mantenga cargadas.
También podemos llevarlo a un mecánico, pero en ese caso debe-
Debemos limpiar meticulosamente todos los contactos, interr uptores,
mos asegurarnos de que habrá te rminado de hacer todo esto antes de
casquillos de bombillas y paneles eléctricos (por detrás) antes de rocia r- Semana Santa ..
los generosamente con un producto hidrófugo.
Material de navegación. El campas, el sextante, y los prismáticos
El motor diésel intra borda . Para encontrarnos el motor en buenas
hay que guardarlos en tierra. untando sus articulaciones con vaselina.
condiciones la primavera siguiente, basta con tomar algunas precaucio- También hay que desembarcar las cartas y los libros náuticos para repa-
nes. rarlos, ponerlos al día y preparar fu turos cruceros.
• poner un poco de aceite de motor en cada ci lindro;
• vaciar el circuito de agua dulce, para evitar que se congele;
• sacar la dínamo, yel arranque, y llevarlos a un mecánico (lo mis-
mo que hemos hecho con la batería); Los depósitos
• limpiar la parte exterior del motor, y untarla bien de aceite;
• hacer girar el motor (a mano), una o dos veces al mes, para evitar ay que aclarar y secar bi en los alim entadores de los mo-
que los pistones se peguen y estropeen las camisas y los segmentos; H tores fuera borda para eliminar la suci edad que haya po -
dido depositarse con el tiempo. Es conveniente engrasarlos
• apretar un poco mas de lo habitual el prensaestopas y engrasarlo
generosamente; para evitar que el m etal se o x ide, echando la cantidad de
• cerrar las válvulas de fondo (engrasando por debajo las llaves de aceite que le correspondería en el próximo camb io.
Los depósitos fijos de los motores intra borda, por el con-
Para proteger el motor contra la metal);
trario , deben guardarse llenos en invierno, con el fin de evi -
humedad y la corrosión es conveniente • poner en el tablero de instrumentos o en la llave de contacto un
tar problemas de cond ensación. Tambi én podemos echarles
rociar el conjunto de la cabeza motriz cartel grande que diga: "Abrir la válvula de fondo y aflojar el prensaes- un producto que con serve el carburante.
con un spray de s ilicona. topas" .
482 El barco Aparejar, desaparejar 483

Material de seguridad. Hay que llevar las balsas Por último, hay que sacar todos los víveres, sin olvidarnos de las es-
de salvamento al concesionario de la marca cuando pecias, condimentos y conservas.
haya que hacer la revisión obligatoria. También de-
bemos aclarar con agua dulce y poner a secar con El bote auxiliar. Hay que lavarlo con detergente y revisarlo bien in-
cuidado chalecos, arneses, y boyas, colgándolos en cluyendo el fuelle. Si hay que efectuar alguna reparación, es necesario
el interior del barco; engrasar los mosquetones indi- llevarlo a un taller especializado, y en caso contrario, echarle polvos de
viduales y desmontar las linternas estancas, untan- talco y guardarlo, a ser posible medio inflado.
do los contactos con vaselina y tirando las pilas.
Asimismo, debemos guardar cuidadosamente en un El batiburrillo. Colocar el ancla y la cadena en otro sit io que no
lugar seco, todo el material pirotécnico caducado, pues como sean los fondos, donde es probable que entre agua dura nte el invierno
hemos dicho en el capítulo anterior, la mayoría de las luces y bengalas y meter las herram ientas en un cubo de plástico con gas-oil. El remo
suelen seguir en condiciones de utilización varios años después de su puede colgarse debajo del tambucho, sujetándolo por tres puntos dis-
fecha de caducidad. Sería una pena tirarlas, cuando pueden seIVir de tintos para que no se deforme.
refuerzo a la nueva artillería que vayamos a comprar el año próximo.
Hay que llevar los extintores al concesionario de la marca para que los Al terminar de desaparejar el barco, hay que revisar las anotacio-
revise, evitando reparar aparatos que quizás salga más barato sustituir. nes del cuaderno que todavía no tienen una señal; debiendo hacer
una lista detallada y coherente de las reparaciones que hay que reali-
El botiquín. Nos llevaremos a casa todo lo que está empezado, y zar y poniéndonos en contacto enseguida con las personas que van
que podamos aprovechar, y tiraremos las medicinas caducadas. a realizar los trabajos. Debemos ser capaces de concretar lo que de-
Es obligatorio pasar una revisión anual ben hacer, especialmente en el caso en que haya que impermeabili-
de la balsa salvavidas en la s siguientes Los textiles. Hay que aclarar bien todos los textiles con agua dulce y zar una vía de agua en un barco de crucero, localizándola con exac-
condiciones: ponerlos a secar; colgar los cabos y las hamacas de lona dentro del bar- titud, pues ésta quiZáS no esté a la vista cu ando el barco está en re-
• Balsas embaladas en contenedor co, y poner los colchones de canto, si no hay nadie que pueda venir a poso.
(clase V y 11) : la revisión sólo es darles la vuelta de vez en cuando.
ob li gatoria a partir del tercer año de la Hacer una lista del material que hay que encargar, efectuando los
fecha de venta. Una vez transcurrido El menaje. Hay que limpiar bien la batería de cocina (como de cos- pedidos enseguida -siempre que sea posible-, es decir si el momento
este plazo hay que revisarla todos los tumbre) y engrasar los utensilios de aluminio. Hay que tener cuidado de desaparejar no coincide con una gran marea baja de nuestra econo-
años. con el efecto galvánico y no dejar objetos de acero inoxidable dentro mía. Incluso en ese caso, también deberíamos poder llegar a un acuer-
o Balsas en bolsa (clase V y 11): deben de un recipiente de aluminio. Debemos limpiar a fondo el hornillo (co- do con los comerciantes, y hacer el pedido especificando que el pago
pasar una revisión todos los años. mo de costumbre) y engrasarlo bien, desechando sin dudar cualquier se hará en junio (de todas formas aunque hagamos el pedido en mayo,
Siempre que sea pos ible conviene quemador del hornillo de gas que se encuentre en estado sospechoso tampoco hay que pagarlo antes). tsta debería ser una norma común
asistir a la abertura de la balsa, pues es (pues se pueden producir escapes). También es necesario engrasar las entre los comerciantes que deseen dar salida a sus existencias.
una buena oportunidad de bombas y grifos, vaciar el depósito de agua y limpiar con lejía pura los
familiarizarse con ella y hacerse una bidones de agua; y lavar los platos.
idea exacta del nivel de seguridad lo de Hay que quitar las botellas de gas que estén medio llenas y cerrarlas APAREJAR EL BARCO
inseguridad) que puede proporcionar. con su tapón original. Llenar los depósitos de agua potable con agua a
la que habremos añadido un 5% de lejía y dejar actuar durante una o Cuando se ha desaparejado bien el barco, aparejarlo suele ser un juego
dos horas. Transcurridas éstas, vaciar y aclarar. Secar bien los depósi tos, de niños. Se trata de poner en su sitio todo lo que hemos quitado, ins-
tuberías y bombas. talar el material nuevo y comprobar que todo funciona. Es muy fácil,
Hacer lo mismo con los bidones. pero en realidad casi nunca es así de sencillo.
Engrasar por debajo todas las ~álvu las de fondo, incluyendo la de los Siempre hay algo que nos hem·os olvidado y que nos hace perder el
W.c. y cerra rlas. Con el barco en seco, sacar todo el agua de los sanita- tiempo, sobre todo porque nos suele pillar desentrenados. Hace un
rios y hacerlos funcionar con un litro de aceite (de mesa para no conta- tiempo maravilloso para navegar y no tenemos el barco a punto. Es
minar la zona). Para ello, desconectaremos el tubo de aspiración de la inútil darnos la paliza y rebuscar en el cuaderno con la esperanza de
válvula de fondo. encontrar lo que no hemos escrito. Al menos, podemos escribir en él
El barco Aparejar, desaparejar 485
484

con letras mayúsculas la firme decisión de tener un poco más de cuida- Pero en el tra~~cur~o de esta salida, suele ser raro que no se produz-
do la próxima vez -pues también se olvidan este tipo de intenciones. can alg.unas defiCienCias, las cuales habremos ido anotando a medida
Una vez hayamos encontrado el tensor que nos faltaba, cambiado la que se Iban produciendo, de modo que al llegar otra vez al fondeadero
polea que se había agarrotado durante el invierno, y pagado a precio nos volveremos a encontrar con una lista impresionante de tareas.
de oro al herrero de la zona para que nos repare el timón a toda prisa;
después de mandar diez veces a un tripulante al mecánico para que La primera noche
nos cuente como va la batería. y una vez comprobado con la lista del En d~f~nitiva, es conveniente que nos instalemos a bordo en las mismas
material de armamento, que todo está en su sitio y en buenas condi- condICiones del crucero, es decir, haciendo por lo menos una comida
ciones, por fin podemos decidir que estamos listos. en el barco y pasando la noche antes de la salida real. La comida debe
ser un verdader? festfn, no es el momento de escatimar, pues hay que
Aunque en realidad no es cierto. Al parecer, el barco está completo celebrar el comienzo de la temporada, y al mismo tiempo comprobar
y la tripulación también, pero nadan05 hace pensar que el conjunto que la batería de cocina está completa, que llevamos suficiente vajilla,
funciona correctamente. Mejor que zarpar inmediatamente de crucero, que el hornillo funCiona bien y que hay sal y pimienta; además de ase-
conviene demostrar un poco más de paciencia, justo la necesaria para gurarnos de que el material de iluminación está en buenas condiciones
hacer una salida de prueba y pasar una noche a bordo. y que la radio funciona, en todas las frecuencias. Después de todo esto
cada uno se echará en su litera -si sigue allí...- . No saldremos al ama- '
La primera salida necer, pues todavía nos queda una lista de recados urgentes que ha-
Antes de embarcar, debemos comprobar desde el muelle que el asiento cer. y no hay que olvidarse de los trajes de aguas, el bolígrafo o el
del barco es correcto. A continuación, prepararemos la salida, comproban- bote auxlhar. Y después ... boga, boga, marinero ..
do que la jarcia de labor funciona bien, izando y arriando las velas, hacien-
do correr las escotas y probando 105 güinches. Arrancamos el motor, y cin-
glamos un poco (hay veces que la horquilla está bloqueada en su soporte).

y por último, comprobamos detenidamente todo lo relacionado con


la "Seguridad."
Cada tripulante debe equiparse con su material personal: chaleco,
arnés con mosquetones y linterna estanca, comprobando así que todo
está en buenas condiciones, que funciona correctamente y que todo el
mundo sabe equiparse. Es necesario también que sepan lanzar las luces
flotantes y la guindola, y conozcan el sitio donde están guardadas las
bengalas, las luces de mano y las señales fumígenas. Por último se
comprueba la fijación de la balsa salvavidas, y se hace una maniobra de
lanzamiento de la misma .
Zarpamos. A veces con dificultad. Salimos del puerto. El barco se
despierta, y la tripulación también. En la mar, lo primero que debemos
hacer es reglar la jarcia firme y después lanzarnos a una exploración sis-
temática, realizando todas las maniobras fundamentales, probando to-
das las velas y cogiendo todos los rizos.
De esta manera podremos comprobar que las escotas son lo bastan-
te largas, que todos los mosquetones del foque están bien cosidos y
que los rizos están en su sitio.
Una vez dominemos bien el barco, el patrón repetirá la maniobra de
hombre al agua hasta que salga bien, con el fin de asegurarse de que
la tripulación es capaz de rescatarlo, en caso de que caiga al agua. 50-
Un último vistazo al asiento del barco... lamente entonces decidirá volver a puerto, con la conciencia tranquila.
CUARTA PARTE

LA
MANIOBRA

L TRATAR SOBRE EL APRENDIZAJE, hemos podido adoptar una especie de
A método para iniciarnos en la maniobra. i Pero, eso no podía durar mucho!
Pues una vez que hemos logrado ponernos de acuerdo con el barco en lo esencial,
es decir, en cuanto al número de cascos que debe mantener en el agua y la direc-
ción a tomar, se abre ante nosotros un extenso campo de experiencias para la ex-
ploración, en relación con el cual ya no es posible proponer un itinerario preciso.
Según el capricho de las circunstancias, se van llenando lagunas, van surgiendo
nuevas dificultades y aclarándose situaciones concretas; unas maniobras las com-
prenderemos a la primera y para siempre; otras, en cambio, sólo dominarlas ar-
mándonos de paciencia. Además, resulta normal que todavía exista durante algún
tiempo la posibilidad de cometer errores monumentales y que el empirismo, con el
transcurrir de los días, no pierda del todo sus derechos.

Al abordar el análisis de la maniobra de manera detallada, no deseamos presen-


tar los hechos en un orden cronológico, poco realista en la práctica, sino que pre-
ferimos salir a alta mar para analizar el gobierno del barco en los diferentes rum-
bos. El dominio de las maniobras auxiliares -cambiar de velas, zarpar, fondear, ma-
niobrar en puerto- depende, de hecho, de la familiaridad que progresivamente
hayamos ido adquiriendo en relación con las reacciones del barco, y emana de los
mismos principios.
Los principios fundamentales de la maniobra son los mismos para todos los bar- Nos hemos enfrentado también a los problemas del acastillaje y del equipamien -
cos. La mayoría de ellos los hemos expuesto al principio del libro, al tratar sobre to de los barcos. De hecho, los accesorios más o menos sofisticados o indispensa -
los pequeños catamaranes deportivos y los derivadores. Esto no significa que to- bles que hallamos a bordo de los veleros modernos, a veces modifican la manera
dos los barcos se comporten igual, sino que las diferencias que existen se deben de maniobrar. Los sistemas rápidos de toma de rizos, los enrolladores o los lazy-
más bien al estado de ánimo. Los derivadores pequeños son máquinas acrobáticas jacks, por ejemplo, han alterado realmente las técnicas para la reducción del tra-
con mucho trapo y muy versátiles; pasamos sólo unas pocas horas en ellos, preo- po. Hemos querido explicar, en primer luga r, el método básico, el que no necesita
cupándonos nada más de la velocidad; podemos forzarlos a tope corriendo todos ningún equipo especial. En ellos volvemos a encontrar los principios fundamenta-
los riesgos, puesto que únicamente navegamos en planos de agua vigilados. Un les de las maniobras, que de hecho, no han variado mucho. Para coger un rizo, in-
crucero de uno, dos o tres cascos, responde ya a un programa de navegación muy cluso en los barcos mejor equipados, siempre es mejor tener agua suficiente a so-
distinto. Es necesario poder vivir en él, es decir, comer y dormir, y estar preparado tavento, navegar en ceñida y llevar puesto el chaleco salvavidas, antes de trasla -
para afrontar diversas clases de tiempo, sin contar con ayuda exterior. Por lo tanto, darnos al pie del palo. Una vez dicho esto, no nos oponemos a la evolución de la
son barcos menos extremos. técnica, sobre todo cuando intenta conseguir una mayor seguridad. Si estas técni-
cas merecen algunos comentarios, los hemos expuesto fuera del texto.
En lo que respecta a la maniobra en sí, nos veremos obligados a hacer distincio-
nes, principalmente en función del peso de los barcos y del número de cascos. Un
barco ligero, se puede parar y volver a zarpar enseguida, siendo muy rápidas sus
evoluciones. En cambio un barco más pesado, tiene arrancada, pero reacciona con
mayor lentitud a las exigencias del viento, de la mar y del timonel. En los barcos
pequeños de paseo, la tripulación constituye una parte importante del lastre y su
colocación a bordo influye directamente sobre la marcha del barco. Esta influencia
ya es menos significativa en un crucero costero de 1.500 kg, siendo algo secunda-
rio (aunque no por ello despreciable) en un crucero grande. En un catamarán lige-
ro con velas, es la propia noción del viento la que resulta relativa en cuanto a su
fuerza y dirección, hasta el punto de obligarnos a adaptar una cierta terminología
i que parecía tan inmutable como el norte en el balandro de vela latina de papá I

En realidad, no se pueden establecer categorías precisas, pues un barco muy


grande, pero ligero, puede tener reacciones propias de un derivador, mientras que
la maniobra de un barco pequeño y pesado puede parecerse a veces a la de un
cruce ro de alta mar. Cada barco posee sus propias características que iremos des-
cubriendo con la práctica

No existen reglas absolutas, y esto es precisamente lo bueno.


El gobierno
del barco

El buen gobierno de un barco depende en primer lugar de la atención


que prestemos al viento. Como todas las verdades fundamentales. ésta
merece ser proclamada a los cuatro vientos: en navegación a vela no
consegui remos gran cosa si no establecemos unos sólidos lazos
con el vien t o, siendo éste el único punto de referencia válido.
Ahora bien, esta referencia es muy cambiante. Si queremos obtener
de forma constante el máximo rendimiento de un barco, debemos con-
vencernos de que ninguna situación se establece de una vez por todas,
y que un reglaje, por perfecto que sea, puede replantearse en todo
momento. El mejor timonel es aquel que percibe antes las variaciones
en la fuerza o dirección del viento, y que sabe adaptarse a ellas con
prontitud. No hay otro secreto (por lo menos que nosotros sepamos).
La adaptación a las circunstancias se refiere principalmente al reglaje
de las velas, al mantenimiento del equilibrio del barco y a la manera de
gobernar.
Por lo tanto, a lo largo de este capítulo analizaremos sucesivamente
estos tres puntos, en relación con cada uno de los rumbos y con fuer-
zas de viento diferentes. Naturalmente, en la realidad, el buen gobier-
no del barco no depende únicamente de la simple y pura aplicación de
estos elementos, sino que la realidad es la propia relación que existe
entre ellos. La modificación de un solo reglaje repe rcute sobre to-
dos los demás y la marcha del barco depende del equi librio entre
los efectos r ecíprocos.
Este análisis no tiene como objetivo proporcionar soluciones adecua-
das a cada caso, sino más bien indicar cómo debemos actuar. Nos fal-
tan puntos de referencia exactos para averiguar en qué momento de-
terminado y durante cuánto tiempo un barco permanece perfectamen-
te reglado. Por esta razón, aunque con la práctica logremos sentir bien El Reb elfe, prototipo del Glén ans 33,
nuestro barco, sólo podremos llevar a cabo un verd adero control com- navega ndo a un largo con un foqu e
parándolo con los demás barcos; entonces será cuando verdaderamen- So lent y l a mayor ri za da.
494 La maniobra El gobierno del barco 495

te lograremos progresar, siendo necesaria esta confrontación incluso


aunque no deseemos dedicarnos a la competición (aunque la proximi -
LA CEÑIDA
dad de otros barcos impone cierto número de " reglas de gobierno", de La ceñida, es el rumbo que sigue un barco para remontar al viento,
las que también hablare mos). existiendo diferentes clases de ceñidas. Según hemos visto en el primer
En primer lugar, trataremos sobre la ceñida. Es en este rumbo en el capítulo, un barco que orza a partir del viento de través se sit úa prime-
que se efedúan los reglajes fun damentales de un barco. También es ro a un descuartelar y, después, a medida que se va acercando a la di-
cuando resulta primordial est ar atentos a las variaciones del viento. por rección del viento, va pasando sucesivamente por la ceñida abierta, la
lo que parece necesario efectuar un análisis detallado. ceñida y la ceñida a rabiar (es decir, ciñendo al máximo el eje del
viento). A partir de ahí, entra en la zona del viento de proa, también
llamada sector útil, o ángulo muerto, en el que resu lta imposible
avanzar a vela, sin hacer bordos.
A propósito de los vientos
=
1. VR viento real: el v iento que sopla en un plano La búsqueda de la mejor ceñida
de agua. Es el que percibimo s cuando estamos en un Lo que nosotros denominamos aquí la mejor cenida es el rumbo que
barco fondeado o amarrado. debe seguir el barco obligado a hacer bordos para llegar a un punto si-
2. VV = viento de la velocidad: el viento formado tuado dentro del sector del viento de proa. Hay que hacer una distin-
por la ve locidad del barco; es el que tiene el barco ción, y es que también se puede navegar en ceñida para llegar directa-
siempre en el morro. También se denomina v iento re~ Paso de ceñida:
mente a un punto situado en el borde de este sector, debiendo elegir
lativo .
nuestro rumbo, en ese caso, en función de dicho punto, y dejando un
3. VA = viento aparente: es el único que percibi - margen a barloven to para compensar el abatimiento. Cuando tenemos
mos a bordo de un barco navegando. que dar bordadas, el problema es diferente, pues ya no elegimos un
El viento aparente siempre es má s agudo, es decir, rumbo con relación a un punto fijo, sino que lo hacemos únicamente
se encuentra más cerca de la proa d el ba rco que el con respecto al viento.
v iento real; la diferencia angular llega frecuentemente En definitiva, tampoco elegimos un rumbo, pues éste cambia todo el
a lo s 20°, e inclu so puede sobrepa sar lo s 60° en rum - rato. Intentamos aprovechar las oportunidades que se nos presentan
Veleta Windex con seña les para ceñida
bos portantes. originadas por las variaciones del viento para ganar terreno (mante-
y paletas retrorreflectoras.
Es más intenso en ceñida y más flojo en portantes
niendo una buena velocidad) y reduciendo el valor del ángulo muerto.
que el v iento real y la diferencia puede varia r entre
l a veleta En rea lidad, este ángulo puede variar bastante en función del viento
más de 80° y menos de 50° . Esto puede percibirse
claramente al pasar de un rumbo a otro. la veleta colocada e n el tope del palo es el y del estado de la mar, del número de cascos del barco y del modo en
Evidentemente, estas diferencia s en cuanto a direc- indicador del viento aparente por excelencia. Es que lo gobernemos.
ción e intensidad son más pronunciada s en los multi - un instrumento exacto, poco caro y muy fiab le, De modo general, consideramos que un barco que avanza con velo-
cascos; debido a estas var iaciones podemos decir que debe ser constantemente consultado. Sus cidad, a 50° a uno y otro lado del eje del viento, hace una buena ceñi-
que, en algunas condiciones , creamos nuestro pro- indicaciones son da. Para un barco bien reglado, el sector de bordadas puede reducirse
pio viento, pues c uanto más ráp ido vamos más vi en- a 85° en determinadas condiciones; pudiéndose ampliar a 120° ó 140°,
viento de ........ Ia velocidad mejores que las
to tenemos. con viento fresco o, por el contra rio, con viento flojo (la mejor ceñida
~ ,!!> que proporcionan los
,;;.~~ catavientos de los se hace con viento medio).
~ 'lj • o benques, que reciben el
La mayor velocidad del
. . viento desviado por La ceñida ideal
catamará n origina un
~ p~ '" las velas. La preocupación por hacer un buen rumbo está limitada por la necesi-
",";¡=='~I=_< ~\r¿~\.o
-=~~
viento de la velocidad dad de mantener una velocidad adecuada. De hecho, en ceñida, la
más intenso: e l viento El viento aparente fuerza que ejerce el viento sobre las velas está mal orientada; como
aparente es más agudo es una combinación consecuencia, se forma una componente de propulsión pequeña, y una
y hay que cazar más del viento real y del componente de abatimiento y un par de escora grandes. Únicamente
la vela . viento re lativo. se puede limitar el abatimiento con la velocidad del barco.
496 La maniobra El gobierno del barco 497

Ahora bien, para mantener la velocidad hay que renunciar a seguir un


rumbo próximo al eje del viento, por lo tanto la mejor ceñida se ob-
tiene estableciendo un compromiso constante entre rumbo y velo- Una e lección dificil : ¿debemos
cidad, siendo el abatimiento un enemigo común, pero necesario. acercarnos a l viento para acortar el
Según la fuerza del viento, el estado de la mar y las necesidades tác- recorrido o arribar para ir más rápido?
ticas, podemos vernos obligados a favorecer uno de los términos del
compromiso: o bien ceñirnos al viento para acortar la derrota, Estos tres barcos han e legido tres
aceptando el riesgo de avanzar poco y derivar mucho; o bien ele- opc ion es diferentes y, s in embargo,
gir un rumbo más abierto, que nos permita ir más deprisa y deri- llega n al mi s mo tiempo. El barco A es
var menos, pero que alarga el recorrido. e l que ha realiza do un re corrido menor
sobre e l agua.
Un ejemplo: navegando con un rumbo a 45° del viento, avanzamos
a 5 nudos, con un abatimiento de 5°; con un rumbo a 49° del viento,
alcanzaremos 5,25 nudos, sólo con 3° de abatimiento. Si arribamos 4°,
la desviación del rumbo sólo sería de 2°. ¿Será la misma la ganancia de .. En francés "l'a-peu-pres", juego de
A e
barlovento? El problema que se nos plantea, cuando decidimos seguir " palabras entre "a peu prés" : aproxi-
madamente, y "prés": ceñida. (N. de
un rumbo más abierto, es saber hasta dónde podemos arribar, y en la T.).
qué momento el aumento de velocidad ya no compensa el alargamien- La ceñida aproximada *
to del recorrido. Podemos establecerlo con exactitud dedicándonos a Descendamos de las alturas para ver lo que ocurre realmente en el
hacer comparaciones con otros barcos, o con los instrumentos necesa- agua, cuando los principiantes intentan ganar el máximo barlovento
rios para calcular la ganancia de barlovento. En regatas, es al final de posible.
las bordadas cuando comprobamos la eficacia de las opciones. La tripulación novata del primer capítulo que partía del viento de tra-

1
la componente de abatimiento y la

-
Sin embargo, no se puede deducir una regla general, pues los resul- vés, se acercaba a la ceñida orzando y cazando las velas progresiva-

-
fuerza de antide riva de terminan e l par
de escora, s ie ndo este mayor cuanto tados que se obtienen únicamente son vá lidos en situaciones concre- mente. En principio, llegaban a la ceñ ida con las velas completamente
m ás grandes son dichas fu erzas. tas. El compromiso entre el rumbo y la velocidad nunca es permanente, cazadas y ya podían orzar más sin que éstas flamearan.
pues las condiciones cambian sin cesar; la mejor ceñida es una uto- El resultado de esta maniobra muchas veces es asombroso. Nos en-
pía que nunca acabamos de conseguir. contramos con un barco que se encabrita (cabecea) en medio de las
olas, cruelmente embridado, asfixiado, mordiendo su freno y avanzando
como un cangrejo. Velas demasiado cazadas y rumbo demasiado ceñido:
l a fu erza qu e ejerce e l viento sobre las velas Ifuerza es uno de los primeros errores (por lo menos con viento flojo y medio).
("
aerodinámica) es perpendicular a éstas. Incide en un punto
que, pa ra s implificar, s ituamos e n e l cent ro de l velamen . Para salir de esta situación, hay que considerar:
Dicha fu erza se puede descomponer en una componente • la posición de la vela con relación al viento (angulo A); sabemos
de propulsión, para lela a la línea de crujía del barco, y una que la fuerza que se ejerce sobre la vela, debido a la desviación del aire
compo nente de abatimiento, perpendicu lar a est a línea. es máxima para un ángulo de deflexión de 15° a 25°; en ceñida, esto
En ceñida, la dirección de la fuerza aerodinámica determina nos incita a cazar la vela al máximo para acercarnos a este valor del án-
s ie mpre una componente de propuls ió n mucho más gulo;
pequeña que la compo nente de abatimiento. l a fuerza • la posición de la vela con relación al barco (angula B); también sa-
hidrodiná mica incide aproximadamente en e l centro de bemos que la fuerza que ejerce el viento actúa en dirección perpen-
resistencia lateral; es la fuer za que ejerce e l agua sobre e l dicular a la vela, es decir, que cuanto más largada está más dirigida es-
casco y es igua l y opuesta a la fuerza aerodinámica . Es ta tá la fuerza hacia la proa. Los t é rminos de l compromiso: s i
fu e rza se pu ede descompon er en una resistencia paralela a Conviene saber que esta segunda consideración limita de modo sin- cazamos la vela (á ngulo A mayor),
la línea d e crujía del barco y una fuerza de antideriva gular la primera. obtendremos una fuerza mayor; s i la
perpendicula r a dicha línea. la fuerza de antideriva es Entonces, ¿qué hay que hacer? la rg a mos (á ngulo B mayor) lograremos
opuesta al abatimie nto del barco. En primer lugar, largar un poco las escotas. Enseguida notaremos una fu e rza mejor orientada.
498 La maniobra El gobierno del barco 499

que el barco respira, y que abate menos. Sin embargo, todavía no lleva • Evidentemente, el mejor reglaje es el intermedio, el de la vela ne-
viento real mucha velocidad . Incluso reglando correctamente las velas, resulta difí- gra; la fuerza de propulsión es igual a la del primer caso, y la fuerza de
cil recuperar la velocidad en ceñida, cuando el barco, por alguna razón abatimiento bastante menor. En este ejemplo la vela flamea ligeramen-
determinada, ha disminuido su velocidad. te por el borde de ataque; está cazada al limite del fla m eo.
~ F===========~~B~A~C~ Al mismo tiempo hay que arribar; como resultado, se suele producir
una aceleración de forma inmediata. Búsqueda del mejor rumbo
Una vez que el barco ha vuelto a coger velocidad, volvemos a orzar, Está claro que este reglaje de la vela se realiza con relación a un mismo
e intentamos establecer un compromiso adecuado entre rumbo y velo- rumbo. A continuación vamos a ver si podemos mejorarlo.
cidad. Al considerar el diagrama de velocidad de un velero, en diferentes
rumbos, llegamos a la conclusión de que disponemos de cierto mar- El compromis o es correcto; a pesar de
Este compromiso se establece en sucesivas aproximaciones, de- gen, es decir, la derrota OA representa la ceñ ida ideal, pero por medio una gran componente de abatimie nto,
o biendo reglar las velas en función del rumbo que lleva el barco, de las derrotas 08 y OC también se consigue ganar barlovento con e l á ngulo de abatimiento resulta
pero este rumbo depende del reglaje de las velas ... Cuanto más muy poca diferencia (al ser ay casi igual a OX). Por lo tanto podemos
Esta es una parte de la curva d e ligero y rápido es el barco, más difícil es lograr este compromiso. modificar un poco el rumbo, según la táctica o las condiciones de la
velocidad de un barco clásico: la hemos mar. Pero, en el mejor de los casos, este margen es de unos cuantos
obtenido representando en cada rumbo La búsqueda del mejor reglaje de las velas grados y disminuye enseguida en cuanto el viento refresca o si el barco
seguido. con una fuerza de viento Vamos a analizar tres orientaciones diferentes de una misma vela, y su está mal reglado.
determinada, a partir de un punto O. eficacia respectiva (ver el dibujo de abajo).
vectores de una longitud proporcional a • l a vela representada con la línea punteada, que está muy cazada Una vez que hemos establecido un compromiso entre el rumbo y la
la velocidad del barco . Segun se acerca (bien llena por el borde de ataque) recibe una gran fuerza, pero esta velocidad, por lo general no nos da tiempo a celebrarlo, pues incluso
el barco al sector útil, es tas curvas se fuerza está mal orientada, por lo que la componente de abatimiento y con viento medio y constante, se suelen conjugar numerosos factores
hacen más redondeadas. Desde el de escora es muy grande. Este reglaje es muy malo. que nos hacen tener que replantearnos todo.
punto de vista teórico, e l punto A, e n el • La vela de color, muy largada (hasta flamear por el borde de ata- Si orzamos de mas iado con e l fin de
cua l la perpendicu lar a l viento aparente que), recibe una fuerza menor pero mejor orientada; sin embargo, la Al principio, sobre todo, basta con un error al gobernar para destruir evitar un obstáculo, la quilla entra en
tangentea la curva, determina el rumbo componente de propulsión es menor. No es el reglaje ideal, pero según el maravilloso equilibrio que habíamos co nseguido: pe rdida y el barco resba la. Si no
en el que el barco consigue la mejor veremos a veces estamos obligados a adoptarlo, con brisa fuerte, cuan- • si arribamos demasiado, el barco acelera, por supuesto, pero se podem os evitar e l obstáculo y
"ga nancia de barlove nto", De hecho. la do el par de escora es demasiado grande para que la tripulación y el separa del punto de destino ... decidimos virar, nos resulta imposi ble,
elección del rumbo ofrece una barco puedan soportarlo. • si nos ceñimos demasiado al viento, volvemos a caer en el error pu es la velocidad es muy peq ueña para
determinada libertad, representando del principio, y la penalización es inmediata: la velocidad disminuye, que e l timón haga efe cto. l a única
DA la m ejor ceñida, y variando muy aumenta el abatimiento y la resistencia al avance, por lo que la veloci- solución para sa lir de esa s ituaci ón es
poco la ganancia de barlovento, con El reglaje de la vela negra consigue
dad disminuye todavía más, etc. Es conveniente insistir en que esta re- a rribar ampliament e.
unos grados de diferencia e n e l rumbo. el mejor compromiso, obteniéndose
una fu erza aerodinámica (Fa) grande
y bien orientada y al mismo tiempo.
acción en cadena rompe enseguida la arrancada del barco, pudiendo
colocarlo en una situación peligrosa si se encuentra a barlovento de la
costa. En ese caso, el barco se para, se pone de través, y "entra en pér- ~---
-.=.. velocidad hacia adelante

una componente de propul sión


dida", es decir que el flujo del aire sobre las velas, y el del agua sobre la l __~~~~~~
Cp
~,~effma~
considerable (ep) y una component e
orza, se vuelven turbulentos. Estamos en un callejón sin salida y para
salir de él hay que despejar el ambiente, largando escotas, para des-
de abatimiento (Cdllimitada.
la vela con la linea de puntos está
prendernos de los remolinos y arribando generosamente para que la
orza pueda alejarse de éstos. Más tarde, cuando el barco vuelva a ser
demasiado caza da, aumentando Fa y
favorec iendo a Cd .
maniobrable, podremos volver a la ceñida, pero poco a poco, tomán- Después de arribar a mpliamente, la

l a vela azul está de mas iado largada:


donos cierto tiempo para adquirir velocidad, siendo ésta siempre la velocidad hacia adelante habrá

Fa y Cp disminuyen. Sin embargo.


cuestión fundamental. aumentado lo suficiente para que el

éste es e l reg laje que de be mos


Para evitar estos errore<;, al principio recomendamos hacer ligeras or- á ngulo de abatimiento dis minuya y la
zadas voluntarias (¡pero breves!); a esto se le llama puntear, ir a tan- quilla vuelva a pega rse al flujo. En ese
adoptar con viento duro cua ndo e l
barco escora demasiado.
tear el viento; por una parte, para asegurarnos de que no estamos arri- mome nto. ya podemos orzar otra vez.

_1
500 La maniobra El gobierno del barco 5 O1

bando demasiado y por otra, para comprobar que el viento no ha alar- viento
gado, lo cual nos permitiría seguir un rumbo mejor.
En los mutticascos no podemos puntear, pues el viento aparente va-
ría bastante con la mínima disminución de velocidad del barco. por lo
tanto no podemos utilizar esta señal.
Todo esto no es más que una ceñida aproximada, y hay que practi-
En estos dos diagramas de ve locidad
car mucho para lograr dominar bien la cenida. En rumbos portantes,
de un cat a ma rá n y de un monocasco,
las consecuencias de cualquier error son menos graves, y las diferencias
pode mos ver claramente e l m oti vo por
entre 105 barcos suelen ser menos acusadas; sin embargo, con frecuen-
e l qu e result a difícil co nseguir la mejor
cia observamos cómo barcos de la misma clase se van separando al na-
ce ñida, s obre todo e n e l ca tama ra n. Al
vegar en ceñida, sin ninguna razón aparente. Esto demuestra que inter-
e legir la opció n 0 8, el catamará n pi erde
viene cierta delicadeza en el reglaje de las velas y en el equilibrio del
un rumbo a precia ble, pero s in e mba rgo
barco, así como en la manera de gobernar, en cuyos detalles entrare-
ga na 2 nudos.
mos a continuación.

Todavía mejor, pero más caro, es una central eledrónica completa


por medio de la cual podemos captar permanentemente los paráme-
Navegación dir ec t a tros relacionados con la marcha del barco, memorizándolos en todas
e i ndirecta: las situaciones en las que funciona el logicial de captación . Posterior-
ganancia de barlovento mente, el ordenador indicará el rendimiento alcanzado con relación al
mejor resultado obtenido en las mismas condiciones .
• Si pode m os llega r a l punto de destin o e n un so lo bo rdo,
Este caro instrumento informático resulta especialmente valioso a
deb em os poner ru m b o direct o h aci a el m ism o, t rat ando de
bordo de los multicascos de regata, en los que siempre tenemos la im-
m ejorar la velocidad. En ese caso la navegació n es d irecta.
presión de ir muy rápido, aunque nunca estemos seguros de que no
• Si e l punto d e d estin o est á situ ad o d entro d el ángu lo exista la posibilidad de ir todavía un 10% o un 15% más deprisa .
muerto, y no podem os llegar hast a él de un solo bo rdo , la
navegación es ind irect a. En este caso trat arem os de co nse-
g uir la m ayor gan ancia de barlovento, debiendo m ejorar la Reglajes en la ceñida
proyecció n de l vecto r ve loci dad sobre la d irecció n del v iento . Ya hemos visto que en la ceñida las velas deben reglarse hasta el límite
del flameo, aunque aún concretaremos más estableciendo que las ve-
las est án b ien reg ladas cua ndo el g rátil fl am ea de m aner a sim u l-
Para hacer una ceñida algo mejor que "aproximada" t ánea a lo largo de t oda su alt u ra .
Es necesario disponer de diag ra m as de ve loci d ad para diferentes
condiciones de viento y de velamen, por medio de cuyo detenido estu- La forma de las velas
dio lograremos mejorar la ceñida. Para lograrlo, debemos considerar, no sólo la orientación de las velas
En el dibujo de la página siguiente, hemos colocado dos diagramas con relación al viento, sino también su forma; pues la forma y la orien-
de velocidad juntos; uno de ellos corresponde a un monocasco y el tación están estrechamente ligadas.
otro a un catamarán, los dos sed ores coloreados representan las ceñi-
das aceptables, siendo OA las mejores. Podemos ver que la ganancia es El embolsamiento
mucho mayor en el catamarán que en el monocasco, aunque la veloci- El reglaje del embolsamiento de las velas es fundamental al navegar en
dad del catamarán aumenta todavía más allá de OB. cenida, debiendo estar en función de la fuerza del viento, y tener en
En este caso y en este tipo de barco ¿cómo apreciar correctamente cuenta, además:
la ganancia de barlovento, cuando al arribar de OA a OB gana más de • su posició n . El embolsamiento debe estar siempre en el mismo
2 nudos y pierde cerca del 10% de barlovento? En el monocasco la co- lugar, situado en el centro de la vela, aproximadamente. Cuando el
sa es más sencilla, aunque tampoco viene mal estudiar el diagrama. viento refresca el embolsamiento tiende a desplazarse hacia atrás.
502 La maniobra El gobierno del barco 5 03

Para volver a colocarlo en su sitio, hay que tensar el grátil en la mayor,


y el estay en el foque, bien con el baquestay o por medio de las burdas;
• su tamaño. Cuanto más refresca el vien to más planas ti~nen que
Funclon de la trapa
estar las velas, para reducir la deflexión. Es importan te señalar que con y del a barra escota
viento f resco, hay que aplanar las velas, no para poder cazarlas
más, sino para pode r largarlas sin que flameen. La barra escota
La barraescota desempeña un pape l fundamental en la ceñida, pu -
diendo ser de gran utilidad en los demás rumbos si es bastante larga.
la tors ión (el alabeo)
Sirve para controlar perfectamente la torsión de la mayor modifican-
Las velas tienen siempre tendencia a adoptar una forma helicoidal más
do su orientación. De hecho, gracias a ella podemos largar o cazar la
o menos acentuada por su parte alta (que se sostiene peor que la parte vela sin cambiar la tensión de la escota, sino desplazando simplemen -
baja) al intentar apartarse hacia el eje del viento. Esta tendencia debe te el cursor (o carro) bien hacia afuera, o bien hacia el interior del bar-
controla rse, aunque no es negativa en si m isma, pues el viento es co. Decimos entonces que abrimos o cerramos el plano vélico. Tam -
más fuerte en determinada altitud que al nivel del agua (a 10 metros bién se puede acentuar el alabeo llevando el carro al centro o a barlo-
de al tu ra, existe una diferencia de un 10%); por lo tanto, al ser el vien - vento, y largando la escota al mismo tiempo.
to real menos agudo en la parte alta de la vela que en la baja, debemos En los barcos con aparejo flexible, la barraescota puede absorber el
mantenerla menos cazada por arriba que por abajo. Al estar la fuerza embolsamiento arqueando el pa lo, sin tener que cazar la vela.
aerodinámica mejor orien tada el par de escora es menor y la compo- A l trasluchar, si el carro está li bre pasa de forma muy brusca de un
En altura, e l viento real es más fuerte y
bordo al otro, lo cual es una manera de romper lo, y de romper tam -
el viento aparente menos agudo: por nen te de propulsión mayor.
bién los topes del carri l. Por este motivo, al acercarnos al viento de
medio de una lig era torsión podemos Si no queremos que una mayor se hinche a la con tra por su parte popa es conveniente dejarlo bloqueado en el centro del carril.
consegu ir una fuerza aerodinámica baja, debemos acentuar más la torsión por esta parte, ya que dicha ve-
mejor orientada en la parte alta de la la reci be un viento parcialmen te desviado por el foque . Con viento fres- La trapa
vela, y como consecuencia un par de co, puede resulta r convenien te acentuar esta torsión, pues al no portar Sirve para contro lar parcialmente la torsión de la vela en ceñida, en
escora mucho más pequeño. la parte al ta de la vela, el barco se encuen tra asi más aligerado los barcos que no tienen barraescota. Pero sobre todo, desempeña es-
Por este motivo, con poco viento debemos colocar el carro de la ba- te papel en los rumbos portantes, cu ando la ve la está demasiado lar-
rraescota hacia el interior del barco, pues si lo bloqueamos demasiado gada para que la barraescota pueda segu ir siendo eficaz. En los bar-
hacia afuera, la vela no estará bastante cazada por la parte baja, estan- cos con aparejo flexible, sirve para combar el palo con el fin de absor-
do, en cambio, demasiado cazada por arriba. ber en parte el embolsamiento de la vela.
Ya hemos estudiado las razones que existen para controla r la forma de
las velas en el capítulo "Mecánica del velero". En esta parte del libro, úni-
camente vamos a recordar los medios necesarios para efectuar el reglaje.

Med ios para reg lar el foque


El embolsamiento del foque por lo general no se puede reglar (cuan-
do el viento cambia de fuerza, tam bién hay que cambia r de foque). Pe-
ro en algunos casos podemos con trola rlo tensando el grátil.
La torsión puede controla rse desplazando el punto desde don de se
caza la escota, o bien la altura del puño de amura.
El puño de escota de la
mayor tiene tendencia
Med ios de reglaje de la mayor
a subir. Co nviene llevar
l a posición del embolsamiento se ajusta tensando el grátil. Su tama-
hacia afuera e l carro de
ño depen de, por una parte de la tensión del pujamen, y por otra de las
la mayor para controlar
posibilidades de arquear el palo, por medio de la trapa, la barraescota,
mejor la torsión de la
las burdas y el baquestay.
vela, q ue parece
La torsión también puede contro larse por medio de la trapa y la ba-
demasiado grande.
rraescota.
504 La maniobra El gobierno del barco 505

La orientación de las velas Todo es cuestión de tacto y delkadeza, pues nunca lo repetiremos lo
Teniendo en cuenta todos estos datos nuevos, nos vamos acercando ya a suficiente, el barco "crea su propio viento". Por este motivo, al navegar
una definición más exacta en relación con el reglaje de las velas en la ceñida. en multicascos rápidos y ligeros, si, para comprobar que estamos nave-
El foque debe cazarse casi al máximo sin forzarlo. A partir de esta gando bien en ceñida, vamos a tantear, toda la maravillosa parafernalia
vela ajustamos el rumbo del barco, orzando hasta que lo vemos fla- se viene abajo, pues el viento de la velocidad, que puede representar
mear, a lo largo del grátil, arribando a continuación 2° Ó 3°. hasta el 90% del viento real, disminuye al mismo tiempo que la veloci-
Hay que cazar la mayor lo menos posible, justo para que no quede dad del barco, el viento aparente alarga, etc.
desventada por el foque, debiendo esforzarnos en obtener el máximo
rendimiento del efecto de pasillo que se produce entre las dos velas. Medios de control
El mejo r reg laje se obtien e cu ando los grát ile s de las dos velas Cuando hay olas, el cabeceo sirve como referencia, pues las velas si están
f lamean al mismo ti empo, y de arriba a abajo. bien regladas deben desventarse un poco por la parte superior cuando el
barco se inclina sobre el lomo de una ola. El movimiento acelerado de la
parte alta del palo origina un aumento del viento de la velocidad, y este
Catavientos y bandas aumento hace que el viento aparente sea más agudo en la parte de arri-
de control ba. Según sea este fenómeno muy pronunciado o inexistente, podemos
comprobar permanentemente si seguimos un rumbo demasiado próximo
or medio de banda s de tela de co lo r, cos idas o pegadas en
P sentido horizontal en el tercio superior y seg undo terci o de
la ve la, podemos apreciar mejor el tamañ o y la posición del
o demasiado alejado de la dirección del viento. También podemos utilizar
"catavientos de control", que van cosidos a las velas. Los del foque de-
ben permanecer horizontales, pero cuando está demasiado cazado los
embolsa miento. Tam bi én podemos pon er catavientos en la ba- Esta mayor está preciosa, s u catavientos de sotavento tienen tendencia a subir, cayendo del todo si
luma de la mayor para co mprobar cómo está cazada la ve la. embolsam iento está bien realmente está demasiado cazado, y cuando el foque está demasiado lar-
colocado y los catavi entos indican
gado, los catavientos de barlovento hacen lo mISmo.
que está correcta mente cazada. Los catavientos de la mayor deben estar situados en la superficie de
la vela, cayendo a sotavento cuando está demasiado cazada.
Si vemos que los catavientos no reaccionan todos de la misma ma-
nera, es que la torsión de la vela es incorrecta.

El equilibrio del barco


Hemos a mollado demasiado La ceñida es un rumbo incómodo, pues el barco se esfuerza por avan-
e l gráti l de esta vela. El zar contra el viento y la mar, siendo necesario que le ayudemos. Los
embolsa miento se ha desplazado problemas de equilibrio en la caña, y de estabilidad longitudinal y late-
hacia atras y la vela ha perdido ral tienen aquí una importancia muy particular.
efic acia. Los catavientos caídos
d e sot avento indican que está El equilibrio en la caña
demasiado cazada. Cuando un barco con las velas bien regladas y la caña colocada en la lí-
nea de crujía tiene tendencia a orzar, se dice que es ardiente. Si la ten-
I dencia es más bien a arribar, es bland o. En ambos casos, nos vemos
obligados a mover la caña para mantenerlo en su rumbo, lo cual no es,

Foqu e demasiado Foque demasiado poco Foque bien cazado,


~ evidentemente, muy favorable para la velocidad, pues cada golpe de
caña representa un frenazo para el barco.
Es en la ceñida cuando el equilibrio en la caña tiene más importan-
cazado, a lo largo de cazado, a lo largo de toda los catavientos estan El grátil de est a vela est a
cia, siendo también en la ceñida donde se regla. Un barco bi en reg la-
toda la vela los la vela los catavientos de horizontales a demas iado tenso, el
do en ceñi da, a menu do también lo est á en los demás ru mbos.
catavientos de barlovento suben y se barlovento y a embo lsa miento se des plaza hacia
El palo. Al desplazar o inclinar el palo hacia proa, hacemos que el
sotavento caen. separan . sotavento de la vela. adelante inütilmente.
barco sea menos ardiente, y a la inversa logramos que lo sea más al
El gobierno del b a re o 507
506 La maniobra

)1
desplazarlo hacia atrás, o inclinándo lo hacia la popa. Sin embargo, es-

1...
te desplazamiento del palo, puede modificar de forma imprevisible el
equilibrio general y a veces obtenemos el resultado contrario del que
pretendíamos. Por lo tanto, conviene actuar por medio de tanteos. 1-
j
La orza. En principio, la orza debe estar completamente bajada en
la ceñida, pues es en este rumbo cuando la componente de abatimien-
~

----
7
to es mayor. Sin embargo. si la orza es abatible, puede ser conveniente J ~
levantarla un poco, pues aunque de este modo su superficie no dismi-
nuye. la echamos hacia atrás. para ajustar la posición del centro de re-
sistencia lateral y equilibrar el barco. Y, si éste tiene dos orzas, única- H I~
Abatiendo la orza, desp lazamos el El efecto que consigue la tripulación al hacer banda aumenta en el momento en que el barco escora, Y mas tarde va disminuyendo
mente bajaremos la de sotavento que es la que trabaja.
punto de aplicación de la fuer za cuando esta ya es bastante acentuada. los tripulantes que estan durmiendo (en e l lado adecuado) hacen banda estupendamente.
En algunos casos, es necesario revisar esta norma. La fuerza de anti-
hidrodinámica, actuando de ese m odo
deriva de la orza aumenta en función del cua drado de la velocidad,
sobre el equilibri o del barco .
siendo conveniente sacarla un poco en los barcos que van muy deprisa. La estabilidad lateral
En un catamarán, por ejemplo, mas allá de una determinada velocidad, Para navegar bien, un barco debe estar lo menos escorado posible.
podemos sacarla sin ningún problema. El casco al escorar adopta una posición en el agua para la cual no está
Si concedemos más importancia a la seguridad, debemos sacar la or- preparado, y como consecuencia el barco queda frenado. Además, la
za de sotavento, pues si el viento aumen ta , el barco resbalará en lugar escora hace que casi todos los barcos se vuelvan ardientes.
de escorar. Si preferimos llevar buena velocidad, debemos sacar la orza
de barlovento, de este modo el barco se apoyará mejor y el casco se le- Con el fin de evitarla no sólo debemos reglar las velas correctamen-
vantará con mayor facilidad . te, sino también hacer banda siempre que sea posible. A este respecto,
¿Es necesario que un barco esté bien equilibrado en la caña, o es existen dos reglas fun damentales.
¡El peso de la tripu lación. que va
preferible que sea algo ardiente? Algunos patrones prefieren los barcos 10 Resulta muy eficaz hacer banda cuando el barco está casi
sentada en la popa , es lo que hace que
blandos, aunque éstos son escasos; en realidad todos los excesos en un plano del todo; y lo es un poco menos cuando el barco ya está esco- l os dos tripul antes estan haciendo
la proa se clave en
sen tido u otro son nefastos. Al principio es mejor que el barco sea un rando de forma clara. Sin embargo, a veces lo que se pretende es una banda . Pero e l de la derecha le recue rda
el agua!
poco ardiente, pues de este modo es más vivo y podemos sentir sus pequeña escora, especialmente con viento flojo, de este modo pode- al de la izquierda qu e en regata esta
reacciones en la caña con más claridad. Para gobernar un barco bien mos mantener las velas a sotavento, reduciendo al mismo tiempo la su- prohibido saca r e l cu e rpO fu era de los
equilibrado hace falta mucha concentración y un gran tacto. Si el timo- perficie que está en contacto con el agua; pasa manos.
nel de un derivador puede reglar el barco a su antojo, debe poder ha- Algunos barcos con formas esbeltas (como el Requin y el Dragan
cerse lo mismo con los cruceros para que sean algo ardientes, pues la 5,5m JI) esta n diseñados para navegar ligeramente escorados, pues de
mayoría de 105 patrones se acostumbran mejor a este tipo de equilibrio. este modo se alarga su línea de flotación.
20 Cuanto más cerca del agua hagamos banda, más efecto tie-
El equilibrio longitudinal ne. Esto se puede ver claramente en los barcos con mucha manga en l a mejor escora de un
Para que un barco navegue bien, debe estar en sus líneas: es decir, no la línea de flotación, en los que podemos hacer banda mucho mejor catamaran se
ser ni demasiado pesado, ni ligero, ni tampoco hundirse demasiado por tumbándonos en una litera, que colgándonos de la regala . consigue cuando el
la proa o por la popa. casco de barlovento
De modo general, hay que colocar los pesos en el centro del barco. Los multicascos, al tener tanta manga, son muy sensibles a cualquier esta a fl or de agua.
Cuando hay oleaje se origina una gran inercia si los extremos del barco movimiento de la tripulación hacia los lados. Esto puede aprovecharse
están sobrecargados, como ocurre cuando un tripulante va a cambiar muy bien en los catamaranes, para reduci r la superficie en contacto con
el foque a la proa. De este modo se acentúa el cabeceo del barco y la el agua, levantando un casco hasta el límite de la superficie del agua, lo
velocidad disminuye, es decir, se encuentra incómodo. cual nos permite obtener el mayor rendimiento con una escora de unos
Estas normas son validas para todo tipo de barcos, grandes y peque- pocos grados, sin que por ello deje de trabajar el plano antiabatimiento
ños, pesados y ligeros, pero influyen de modo particular cuando el pe- en la ceñida. Pero, hay que tener cuidado, pues estaríamos en el filo de
so del material y el de la tripulación representa una parte importante la navaja, y algunos errores podrían ser fatales, por lo cual no conviene
del peso tota l. hacer esto en alta mar.
El gobierno del barco 509
508 la maniobra

Esta puesta a punto del barco no se logra en un dia. Es conve-


niente que nos entrenemos con viento medio y regular, expresión ... En francés se denomina "risée" al
aumento pasajero del viento a partir
que, a decir verdad, no significa gran cosa, pues el viento me.dio es de viento flojo y medio; con viento du-
diferente según cada tipo de barco, siendo sus límites algo difusos. ro se emplea la palabra "rafale". Estas
Está entre el momento en que no tenemos que ir a buscar el viento dos palabras significan racha en caste-
- pues ya hay ba stan te- y el instante en que la escora empieza a llano náutico. (N. de fa T.).
plantear problemas.
la noción de viento irregular es todavía más incierta. Ya hemos se-
ñalado en varias ocasiones que el viento raras veces es regular en cuan -
to a dirección. Con el fin de contempla r la realidad desde más cerca,
conviene que consideremos ahora el caso (muy corriente) de un viento
con una fuerza irregular. Más tarde analizaremos las características del
gobierno de un barco con viento fresco y con viento flojo .

Viento irregular: la racha *


Se denomina racha a un aumento pasajero del viento con viento medio
y poco viento. Con viento duro, esto también se denomina racha. E~ lí-
mite entre las dos no depende únicamente del tamaño del barco, Sino
también, sin ninguna duda, del carácter de la tripulación .

rEstos cuatro tripulantes, con los dedos ¿Qué ocurre cuando llega una racha?
Modo de gobernar Sabemos que el viento aparente (el único que cuenta a la hora de re-
de los pies estirados, hartan
El principio básico, válido para todos los rumbos pero especialmente pa- glar las velas) es una combinación del viento real y del viento de la velo-
estupendamente banda cómodamente
ra la ceñida, es evitar los movimientos bruscos o demasiado grandes de cidad originado por el avance del barco. Su dirección es pues interme-
tumbados en las ¡iteras de barloventol
la caña. Hay que recordar que la velocidad es un bien muy valioso que dia, siempre más aguda, es decir, más próxima al barco, que el viento
enseguida se agota, y que tardamos bastante en recuperar, y que los real. En este caso lo que nos interesa resaltar es que cualquier modifi-
movimientos exagerados con la caña hacen que la velocidad disminuya. cación en la fuerza de una de sus componentes, origina una mo- \\"',
Aparte de esta norma concreta, gobernar bien es cuestión de intui-
ción y de estar atentos a todo cuanto ocurre. Un buen patrón debe po-
dif icación en fuerza y d irección del vie nto aparente. ,,
der sentir en la caña toda la energía de su barco. sobre todo si éste es ,,
un poco ardiente . En ceñida, con buena velocidad, la caña ofrece una
Cuando llega la racha.
1@f. tiempo. El viento real aumenta de fuerza. El barco no reacciona , ,
cierta resistencia . Con la práctica esta simple sensación nos proporciona inmediatamente y el viento de la velocidad permanece igual. la direc- \ ,
una gran cantidad de información sobre la buena marcha del barco. A ",,'
la mínima disminución de velocidad, la resistencia es menor y la caña se
ción del viento aparente se acerca a la del viento real: alarga.
2° tiempo. El barco correctamente reglado acelera. El viento de la
", '
~, \
vuelve menos viva: hay algo que no marcha bien. velocidad aumenta de fuerza y la dirección del vien to aparente se sepa-
"', \
....
La caña desempeña un papel parecido al de las riendas de un caballo; ra de la del viento real: es decir, escasea.
no debe servir para frenar el barco, sino para conducirlo de manera que
pueda mostrar lo que es capaz de hacer. Un barco bien reglado sabe lo Una vez pasada la racha . Modificaciones del viento aparente
que tiene que hacer. Cuando llevamos la caña, es necesario que sepamos 3@f. tiempo. El viento real cae. El barco no disminuye su velocidad dentro de una racha
distinguir (con toda humildad) un movimiento natural de aquel que re- inmediatamente, por lo que el viento de la velocidad sigue siendo con- , Ot. tiempo: refre sca y alarga;
quiere nuestra intervención. Con la práctica, la caña nos irá sirviendo ca da siderable . l a dirección del vien to aparente se va acercando a la del 2 11 tiempo: s igu e refrescando y escasea;
vez menos para corregir desviaciones intempestivas que para prevenirlas. viento de la velocidad; es decir, que escasea aún más. 3Ot . tiempo: cae y sigue escaseando;
El uso que hagamos de la caña revela una cierta filosofía, y entre to- 4° tiempo. El barco disminuye su marcha y el viento aparente vuelve 411 tiempo: vuelve a recuperar su fuerza
dos los parámetros que entran en juego (como se suele decir), la edad a tomar la misma dirección que antes de producirse la racha. y dirección iniciales.
del capitán sin duda no deja de tener su importancia.
510 la maniobra El gobierno del barco 51 1

¿Qué debemos hacer? Reglaje de la mayor


En la ceñida en particular, es una suerte que se produzca una racha, Hay que mantener el embolsamiento en el lugar adecuado y reducirlo,
pues con ella podremos ganar más barlovento que lo que nos permiti- orientando la vela hasta el limite del flameo, con el carro de la barraesco-
ría el viento real. Para poder aprovecharla hay que verla venir y adaptar ta largado al máximo. También podemos acentuar la torsión de la mayor
inmediatamente el barco al nuevo viento. combando el palo con el baquestay, para que la parte alta de la vela se
En los barcos pequeños de reacciones vivas, podemos orzar y cazar separe completamente del eje del viento, reduciendo así el par de escora.
las velas al mismo tiempo; al tratarse de la mayor, esto lo podemos ha- 1
cer simplemente moviendo el carro de la barraescota. Reglaje del foque 1
1
En los barcos grandes, en los que las escotas se afirman con varias Se trata de tomar una decisión y poner el foque adecuado al viento 1
1

vueltas, casi no da tiempo a volver a reglar la vela, por lo que podemos


:~~
que hace. Existen foques que se pueden reg lar dentro de unos limites
modificar el rumbo orzando cuando llega la racha, para que las velas determinados; si tensamos el grátil reduciremos el embolsamiento, evi- 1 1
estén permanentemente bien orientadas con relación al viento. tando que se desplace hacia atrás. Esto es muy importante si dispone- 1 1
1 1
En cuanto el viento de la velocidad va haciéndose más agudo, arri- mos de un foque con enrollador. La mayoría de las veces se elige un fo-
bamos para que las velas no flameen y para conservar el mayor tiempo que del mismo tamaño, pero más plano y de un tejido mas pesado. -------
posible el aumento de velocidad adquirido con la racha. Para evitar que el foque se deforme, hay que poner el estay lo más Al t oma r e l prime r rizo, rea bsorbemos
Está claro que las irregularidades del viento no son siempre tan ca- recto posible; pues si éste se curva a sotavento, el embolsamiento del casi todo el e mbolsa mie nto d e l grá til.
racterísticas, pero la norma sobre el modo de gobernar el barco sigue foque se acentúa y retrocede, inflándose la vela y cerrando la baluma,
siendo la misma: hay que aprovechar la oportunidad. por lo que no podrá contribuir de modo eficaz a la propulsión del bar-
co, sirviendo únicamente para que éste escore. También podemos ha-
cer que la parte alta del foque deje pasar el viento, desplazando hacia
Viento fresco atras o elevando el punto de tensión de la escota, y obteniendo asi un
El viento fresco suele llevar consigo una desaparición más o menos pujamen mas tenso y una baluma más floja.
completa de la comodidad. Hablamos de viento fresco cuando el barco
tiende a escorar demasiado y resulta dificil sujetarlo; y a partir del mo- Interacción de las velas
mento en que empieza a plantearse el problema del paso del casco por El foque puede presentar una tendencia a desventar a la mayor. Por lo
el agua, y la tripulación empieza a tener "mala cara". general. esto significa que tiene demasiado embolsamiento, siendo ne-
Con este viento, no podemos pretender hacer una excelente ceñida, cesario reglarlo, o si no cambiar de foque.
pues nos vemos obligados a reducir la fuerza aerodinámica de las velas; Una vez hayamos agotado las posibilidades de reglaje del foque y si
el revestimiento adicional del barco actúa como freno y lo mismo ocu- éste sigue enviando aire a la mayor, eS preferible dejar flamear esta últi-
rre con las olas. Para poder avanzar bien es necesario encontrar el me- ma a lo largo del palo antes que cazarla demasiado, pues lo principal es
dio de conservar la velocidad limitando la escora. no frenar el barco.

1° Reducir la fuerza aerodinámica de las velas Con viento f resco, el mejor reg laje se obtiene cuando las dos
Al refrescar el viento, cuando el par de escora del barco y la contraes- velas quedan desventadas al mismo tiempo, pero sólo por su pa r-
cara que hace la tripulación no son suficientes para mantener una bue- t e superior. De esta manera, simplemente orzando un poco, podemos
na estabilidad lateral, es necesario aplanar y abrir las velas. hacer que las velas se vacíen por la parte alta para aligerar el barco.
Al ser el viento más fuerte, es necesario disminui r su deflexión Si el palo es flexible, como en los derivadores, podemos conseguir
(siendo esto suficiente en un primer momento). De est e modo, la fu er- un resultado similar actuando sobre las propiedades mecánicas del mis-
Cuando e l vie nto refresca. hay que
za aerodinámica no aumenta en la misma proporción que el vien- mo. Esto ya lo hemos explicado al tratar sobre los derivado res (que se
to. Para ello, abriremos el plano vélico y aplanaremos las velas. reglan durante la navegación) y el reglaje del palo.
largar las vela s. De est e modo aunque
la fuerza aerodin á mica no s ea mayor,
Por medio del dibujo de la página anterior, podéis comprobar que al
abrir el plano vélico (vela negra) la fuerza aerodinámica fa aumenta fa-/ 2° Reducir el trapo
s u orientación mejora. al mis mo tiempo
voreciendo únicamente a la fuerza de propulsión Cp. Si el viento sigue refrescando, esta primera adaptación enseguida se
que aumenta la componente de
propul sión y dis minuye la compo ne nte queda corta, y hay que reducir el trapo. Según los barcos, esto se hace
de abatimie nto. más o menos pronto y en una proporción variable.
El gobierno del ba r co 5 13
512 La maniobra

-.-... Primera reducción


Al co ger el primer ri zo, evidentemen te reducimos la superficie de la
mayor, pero sobre todo disminuimos el al unamiento del grátil. con
lo cual se reabsorbe el embolsamiento. Por este motivo muchas ve·
ces el primer rizo es más pequeño que los demás; cuando éste es muy
pequeño se llama rizo de fondo .
Equilibrio del barco
Con poco trapo el barco tam bién puede escorar mucho, por lo que vol-
vemos a insistir sobre la necesidad de mantenerlo plano al máximo.
Los barcos pequeños como el Corsai re o el Mousquetaire, que tie-
nen una gran estabilidad de formas, consiguen aguantar fuerzas de
viento asombrosas de hasta 7 u 8, si se mantienen planos sobre el
Después, hay que poner un foque más pequeño, pero sobre todo agu a, con las velas muy planas, y largadas según sea necesario.
uno mucho más plano.
Gobernar con olas
Segunda reducción Incluso con una estabilidad longitudinal adecuada, el barco enseguida
El rizo esta bi en co gido, la vela está Cuando esta modificación de forma no basta, hay que efectuar una re- se encuentra incómodo cuando hay olas, sobre todo si es ligero, y más
bie n plana y e l foque es el a decua do, ducción real de la superficie. Cogemos dos o tres rizos en la mayor, y po- aún si tiene va rios cascos.
por lo tanto e l ba rco está e quilibra do. nemos foques cada vez más pequeños, cuya forma debe tener en cuenta
la inevitable deformación del estay. Si disponemos de un enrollador de En cruceros pesados

-.-...
foque, es el momento de enrollarlo hasta que la escora sea aceptable. Los barcos pesados disponen de cierta inercia, por lo que el problema
les afecta de una manera menos acusada.
Equilibrio de las velas En este caso, se pueden utilizar dos procedimientos distintos:
A l reduci r e l t r apo en la p roa y en la popa intenta r emos no l ' separarse de la ola, es decir cogerla un poco de lado, y después
desestabil izar el barco. El hecho de que un barco se vuelva ardiente orzar inmediatamente en cuanto hayamos pasado la cresta; cuando las
cuando el viento refresca nos incita a veces a conservar más trapo en la olas van en la misma dirección que el viento, el barco presenta, ade-
proa, lo cua l es un error, pues el motivo de que el barco se vuelva exce- más, una tendencia a realizar el solo este movimiento;
sivamente ardiente es la escora, que se debe a su vez a un foque de- 20 orzar frente a la ola para reduci r el impacto, y después arribar de-
masiado grande o con mucho embolsamiento. trás de la cresta para volver a coger velocidad; cuando la mar no viene
Vamos a poner un ejemplo característico: en la misma dirección del viento, sino que nos llega de frente, con fre-
Dos frégate (barcos ardientes cuando escoran) navegan a la entrada del cuencia nos vemos obligados a elegir esta segunda opción.
Con un foqu e dem asiado gr ande y Canal de la Mancha con un viento que va refrescando hasta llegar a fuerza 8. Cuando hay olas rompientes, hay que intentar abordarlas de frente,
de m asiado e mbo lsado, e l barco escora A bordo de uno de ellos, a medida que el viento refresca van redu- incluso aunque de este modo el barco pierda su arrancada. Esta reco-
mu cho, y se vue lve ardiente a pesar de ciendo el trapo de forma reg ular, en la proa y en la popa, para dejar al mendación es un tanto teórica, pues resulta muy di fícil orzar bastante
reducir la m ayor. fi nal s610 un tormentín muy plano y la mayor rizada al maximo. El bar- cuando el viento es tan duro que hace que rompan las olas.
co navega en ceñida de modo correcto con las velas cazadas y el carro
de la barraescota bloqueado a sotavento. Incluso en los barcos grandes, la norma sigue siendo evitar per-
En el otro Frégate, el patrón, para evitar que el barco se vuelva demasia- der ve locidad, pues ésta represent a un factor de seguridad fun-
do ardiente, conserva durante el mayor tiempo posible un foque grande. dam ental. En cuanto percibimos la menor disminución de velocidad,
Al refrescar el viento lo cambia, con algo de retraso respecto al otro barco; hay que intentar recuperarla antes que mantener el rumbo.
es decir que lleva el foque 1 cuando el otro lleva ya el 2, y el 2 cuando el
otro lleva el tormentín; y por el contrario, coge antes los rizos en la mayor. En cruceros ligeros
Como la cosa no marcha, baja la mayor e intenta navegar sólo con el fo- En los cruceros ligeros el problema de franquear las olas, se plantea de
que 2. El barco escora muchísimo, y por supuesto, sigue siendo ardiente, una manera muy acusada. Al ser ligeros, estos barcos enseguida pier-
pues lleva el foque demasiado embolsado para el viento que hace y el estay den velocidad al chocar contra las olas; pero ocurre lo mismo si las ve-
probablemente algo flojo; por eso no tiene ninguna posibilidad de avanzar. las no portan correctamente. Por eso hay que lograr gobernar con olas
sin interrumpir la acción del viento sobre las velas.
De este ejemplo podemos deducir las normas principales sobre la Esto se realiza del modo siguiente:
elección del trapo con viento fresco: para mantener un barco equili- - cuando el barco se inclina encima de una ola, el viento de la velo-
brado, es necesario conceder la misma import ancia a la forma de cidad aumenta bastante, y el viento aparente se hace más agudo; por
las velas que a su superficie. lo tanto, tenemos que arribar para que las velas sigan portando;
514 La maniobra El gobierno del barco 515

- una vez dentro del seno de la ola, el viento de la velocidad dismi- caíga el viento. Dentro de la racha, hay que orzar dejando el foque cazado
nuye, y el viento aparente alarga; en ese momento ya podemos orzar. y largando la mayor, si es necesario, con el fin de mantener una escora
Esto sólo debe hacerse cuando la mar está todavía poco formada y constante. Cuando el viento cae, hay que volver a cazar la mayor, arriban·
con una determinada fuerza de viento. Cuando la mar se llena de sur- do. Si el aparejo del barco es flexible, no debemos modificar el rumbo, po-
cos y el viento aumenta, las condiciones varían; además. hay que tener demos tensar el baquestay para alabear la parte superior de la vela dentro
en cuenta que el barco no se eleva mucho sobre el agua y que la parte de la racha, volviéndolo a amollar en cuanto el viento disminuya.
inferior de las velas enseguida se queda desventada entre dos olas. Pa- En cruceros ligeros, navegar con vientos racheados es una dura
ra lograr avanzar en esas condiciones. el timonel tiene que: prueba. Hay que estar continuamente adaptando el barco para que és·
- arribar cuando el barco está en el seno de la ola, de forma que la te no se detenga.
parte alta de las velas que es la única que porta, lo haga bien; A veces conviene mantener el foque bien cazado cuando entra la ra-
_ orzar enérgicamente cuando está en la cresta de la ola, con el fin cha, para asegurar la propulsión del barco, largando la escota de la ma-
de evitar un golpe de escora brusco. yor, con objeto de mantener una escora constante. Por supuesto, la tri-
Estas dos maneras de actuar son contradictorias; pero las circunstan- pulación tiene que hacer banda al máximo.
cias enseguida nos indicarán cuál de las dos nos conviene adoptar. La Sin embargo, al largar la escota muchas veces se origina un embolsa-
norma sigue siendo la misma: las velas deben recoger la máxima can ti· miento en la mayor; y en los barcos con aparejo fraccionado sin burdas,
dad de fuerza propulsora para evitar que el barco se pare. esto ocurre tanto en la mayor como en el foque al aflojarse el estay. En
resumen, en vez de aligerar el barco, éste se sobrecarga todavía más.
En los catamaranes Para evitar este inconveniente, existen dos soluciones:
Si navegamos sobre un solo casco -lo que no suele ser recomendable l Ona largar la escota, sino orzar dentro de la racha, hasta separar
en crucero- o si los dos cascos chocan a la vez contra la ola (lo que es las velas en la dirección del viento. Esta maniobra requiere una gran ha-
poco habitual), teóricamente nos encontramos en el mismo caso que al bilidad, pues hay que seguir de manera muy precisa la evolución de la
navegar en un crucero ligero. El casco de barlovento suele alcanzar la racha para mantener una estabilidad lateral correcta y no romper la ve-
ola antes que el de sotavento. En este caso, la ola levanta primero el locidad del barco;
casco de barlovento, dando la impresión de que el barco escora y por 2° no largar la escota, sino empujar simplemente el carro de la ba-
lo tanto de que dicho casco está fuera del agua (pero sólo es una im- rraescota a sotavento con el fin de abrir el plano vélico. De este modo
presión). En ese momento hay que orzar para evitar el efecto de la ola largando la vela y manteniéndola plana, se asegura la propulsíón del
al chocar contra el segundo casco, que vuelve a poner el barco hori- barco sin que éste escore excesivamente.
zontal. El procedimiento es muy parecido al que consistía en gobernar En realidad, casi siempre nos vemos obligados a combinar estas dos
siguiendo la ola, teniendo en cuenta sólo el casco de sotavento; pero soluciones.
las impresiones son muy distintas. En los catamaranes, la solución obligatoria es la segunda, puesto
No debemos confundir esta situación que nos obliga a orzar que la barraescota al ser más larga es más eficaz y ademas porque tie·
con aquella en que el casco sale del agua porque el barco está nen una mayor proporcionalmente mucho más grande que los mono-
sobrecargado, y en la que est á pro hibido orzar, si no queremos cascos de crucero. Por lo tanto para empezar hay que empujar el carro
volcar. de la barraescota a sotavento; si esto solo no es suficiente, hay que lar-
En la realidad, gobernar siguiendo la ola sólo es necesario cuando gar la escota de la mayor, y por último la escota del foque. Pero hay
hay mar gruesa y con grandes olas. En los demas casos ... ¡volaremos! que hacerlo con rapidez.
Para ello, tenemos que mantener las escotas en la mano, o, si nos
resulta demasiado duro, dar la orden de largarlas con gran velocidad.
Viento fresco irregular: la racha
En cru ceros pesados, hay que elegir unas velas adaptadas en superficie y
en forma al viento medio, que permitan al barco aguantar las rachas sin Viento flojo
tumbarse y navegar con buena velocidad en las encalmadas. Una solución
Vamos a tratar ahora el viento flojo, la brisa suave apenas perceptible. Velas embols adas y la rgadas, ca rro de
intermedia consiste en llevar un foque bastante plano, que trabaje corree·
El principal problema es localizar la dirección del viento con exactitud. la ma yor al ce nt ro, t rapa amo llada,
tamente con vientos duros, y una mayor algo embolsada, que apenas ten-
El humo de un pitillo suele ser un buen indicador, o también podemos poca escora ... Todo está preparado
ga rendimiento en las rachas, pero que le permita avanzar bien cuando
quitarnos la camiseta y ver por qué lado tiritamos ... A veces puede ocu- pa ra que a pa rezca la est e la.
516 la maniobra El gobierno del barco 517

rrir que no haya nada de viento en la superficie del agua, y sin embar- caiga, para conservar el mayor tiempo posible el máximo viento de la
go que éste sople a 2 ó 3 metros de altura; esto se puede comprobar velocidad. Paradójicamente, se suele decir que este viento es de alguna
por medio de los catavientos y la veleta. manera el que hace avanzar al barco.
Resulta imposible ceñirnos al viento. pues la resistencia del agua al
avance del casco es demasiado grande en relación con la fuerza pro- En definitiva, para avanzar en ceñida con viento flojo, hay que fiarse
pulsora, siendo necesario arribar para adquirir velocidad. de una pura sensación y buscar siempre el rumbo en el que mejor per-
cibamos la presencia del viento. Es entonces cuando iremos más depri-
El reglaje de las velas sa y cuando lograremos hacer la mejor ceñida.
Al ser muy flojo el viento, tenemos que desviarlo al máximo, por lo tan-
to las velas deben estar muy embolsadas, largándolas todo lo que po-
damos para que la fuerza esté bien orientada. En ceñida abierta
Con este tipo de viento. la mar suele estar en calma. pero también La expresión "abierta" es muy gráfica . En este rumbo, el barco se ciñe
puede haber olas; el flameo de las velas con el balanceo del barco le menos al viento que en la propia ceñida, y lleva las velas bien lIenas*.
permite avanzar un poco. Son momentos de tensión tanto para la tri- Las modificaciones de reglaje que existen entre la ceñida a rabiar y la
pulación como para el barco. ceñida son muy pequeñas, pero el ambiente es muy distinto. De ahora Con viento
en adelante, ya no hay que afinar con el viento para llegar a un punto fl ojo. la velocidad
El equilibrio del barco de destino situado dentro del sector útil, o en las proximidades de éste, del barco influye claramente
La tripulación se mete en el barco para reducir la carga aerodinámica. sino que el punto al que nos dirigimos es fácilmente accesible de ma- en la diferencia que
Si sobrecargamos un poco la proa, aligeramos la popa, de este modo el nera directa, es decir que podemos poner rumbo hacia él. Es decir, que se produce entre el viento real
barco se vuelve ligeramente ardiente. Lo hacemos escorar para reducir hacemos navegación directa. y el viento aparente.

--
la superficie en contacto con el agua y para que las velas se coloquen a
sotavento. Hay que evitar cualquier movimiento brusco y cambio de si- El reglaje de las velas
.L.
tio intempestivo a bordo, pues la arrancada que lleva el barco es muy Las velas están menos cazadas y menos planas que en la ceñida. Pero en
frágil y está a merced del menor bandazo. este rumbo, podemos desviar el viento con un ángulo mucho mayor sin
que la componente de abatimiento sea demasiado grande; por lo tanto,
Modo de gobernar sólo abriremos las velas cuando la modificación del rumbo lo requiera.
La caña debe manejarse con la mayor delicadeza posible, evitando más Si el viento refresca, no siempre es necesario que aplanemos las velas.
que nunca las guiñadas. Naturalmente esto presenta diferentes matices según el tipo de barco de
Si nos ceñimos demasiado al viento, el barco reduce su velocidad que se trate: en los barcos pequeños, podemos encontrarnos con graves
siendo muy acusada la disminución del viento aparente, pues el viento dificultades para navegar en ceñida con las velas muy embolsadas, pero no
de la velocidad representaba una gran parte de éste. Hay que largar las ocurre lo mismo al navegar en barcos grandes, sobre todo si son pesados.
escotas y arribar ampliamente para recuperar la velocidad.
Si arribamos demasiado, el barco entra en pérdida y disminuye su Modo de gobernar
velocidad, desapareciendo el viento para siempre. Hay que largar las Hay que intentar mantener rigurosamente el rumbo, modificando úni-
velas, e ir orzando poco a poco volviéndolas a cazar despacio para re- camen te el reglaje de las velas, según las variaciones que experimenta
cuperar el rumbo. el viento en cuanto a fuerza y dirección .
Con este viento, las maniobras son lentas y se tarda bastante tiempo Por lo general, no resulta difícil mantener el rumbo en esta orienta-
en corregir los errores. ción. El barco tiene estabilidad y podemos controla r bien su evolución.
La ceñida es el rumbo que debemos llevar siempre que podamos, cuan-
Viento flojo irregular: la rachita do tenemos que hacer una maniobra que requiera precisión, como pa-
La más pequeña racha vale tanto como el oro. Hay que aprovecharla al sa r por un canal estrecho, dentro de un puerto lleno de barcos, y en las
máximo sin precipitarnos. En cuanto aparezca una, al estar las velas Al arribar de la ceñida a rabiar a la
maniobras previas al atraque, etc. Es también el rumbo que suelen lIe-
muy embolsadas, debemos caza rlas orzando al mismo tiempo para ga- ceñida, hay que aumentar el á ngul o de

nar barlovento y coger velocidad. Es mejor no empeñarnos en seguir el deflexión IAI hasta el va lor óptimo
* En francés ban plein significa con las velas llenas; la expresión equivalente en Ide 20 0 a 25°1 haciendo qu'e la s velas
nuevo rumbo, sino arribar un poco y largar escotas en cuanto el viento
castellano náutico es ceñida abierta. (N. de la T.). embolsen mejor que largándolas.
518 La maniobra El gobierno del barco 519

var los catamaranes, pues si recordamos la comparación que hacíamos


entre los dos diagramas de velocidad, el rumbo más eficaz de un cata-
marán que quiera ganar barlovento debe ser más" abierto" que el de
un monocasco.

En resumen, la ceñida, es ...


En este momento. hay que volver a hacer hincapié en una posible con-
fusión de vocabulario que ya hemos mencionado, y que podría ser la
causa de ciertos malentendidos, de los que frecuentemente tendremos
que hablar.
Empleamos el término de "ceñida" para designar el rumbo que
nos permite avanzar hacia el viento. Por extensión, este rumbo defi-
ne una orientación del aparejo en relación con el palo y el casco. En
la mayoría de los monocascos la orientación del aparejo en la cenida
y el rumbo que permite avanzar hacia el viento son iguales. Pero en
Con el viento de popa, co locamos
los barcos rápidos y ligeros, especialmente en los multicascos, el fe-
las velas e n oreja s d e burro. el foqu e
nómeno del viento de la velocidad obliga a diferenciar los dos térmi-
e n un costado y la ma yor e n e l otro.
nos. Recordamos que el viento aparente, el único que percibimos a
bordo de un barco, es el resultado de la combinación del viento de
la velocidad y del viento real. Como consecuencia, cuanto más rápi- resu~ta muy difícil mantener un rumbo tan exacto, lo cual nos obliga a
do navega el barco, mayor es la componente del viento de la veloci - analizar al mismo tiempo el rumbo vecino, es decir, el largo, que inclu-
dad con relación a la componente del viento real. Ahora bien, por ye un sector de 30° más o menos, a uno y otro lado del eje del viento.
definición, el viento de la velocidad es siempre rigurosamente opues- Con viento medio, el viento de popa y el largo son rumbos cómo-
to a la marcha del barco. Por este motivo el viento aparente es siem- dos y fáciles. Las reflexiones teóricas y los esquemas complicados es-
pre más agud o (más cerca de la proa) que el viento real. El resultado tán fuera de lugar; el viento empuja el barco y éste avanza, aunque
práctico que podemos deducir, es que en los catamaranes hay que lleve las velas mal regladas, incluso aunque no lleve velas. La veloci-
reglar las velas como para navegar en cenida hasta en rumbos muy dad no es necesaria para mantener el rumbo, pues no hay abatimien-
abiertos, con viento de través e incluso a un largo. En este libro r e- to, ~i problemas de escora. Podemos ingeniárnoslas para aparejar to-
servamos el térm ino "ceñi d a" al rumbo que permite a l barco do tipO de velas grandiosas. La impresión de conjunto es placentera.
avanza r hacia el viento. El barco no choca contra las olas, sino que se desplaza con ellas. El
Una vez que hemos definido la mejor cenida como un compromiso viento aparente es más flojo que en cualquier otro rumbo. Navega-
mos a gusto.
entre rumbo y velocidad, nos vemos obligados a insistir de forma cons-
tante en la importancia de la velocidad; sin velocidad, simplemente no tsta es la trampa del viento de popa; nos equivocamos respecto a la
podemos mantener un rumbo. Ésta debe ser nuestra mayor preocupa- fuerza real del viento. Y, en cuanto refresca, todo lo que contribuía a
ción cuando gobernamos el barco en cenida, siendo necesario que na- hacer tan atractivo este rumbo se convierte en un elemento de incerti-
vegue con soltura y potencia, así como con una cierta libertad de rum- dumbre. El barco frenado al mínimo y muy fX)co sujeto en su rumbo,
bo, si queremos que avance de manera eficaz por el callejón estrecho y exige del timonel una atención enorme para poder gobernarlo en la
sinuoso que bordea el eje del viento. forma adecuada, teniendo a la misma distancia los dos peligros que le
acechan: la trasluchada y la orzada.

CON EL VIENTO DE POPA El reglaje de las velas


En principio, definimos el rumbo del viento de popa de un modo muy Llevamos todo el trapo disponible: mayor, spinnaker -a veces también
concreto: es cuando navegamos con la espalda hacia el viento, exacta- big boy, y otras bonetas, cuando lo consideramos de utilidad y si esta-
mente en un ángulo de 1800 a partir del viento de proa. En la práctica mos seguros de no liarnos en las maniobras.
520 la maniobra El gobierno del barco 521

La mayor glaje es más dificil de realizar de lo que parece, debiendo desconfia r de


En este ru mbo el fl ujo del viento sobre las velas está perturbado y el las desviaciones del viento que percibimos por todo el barco; hay que
rendimiento de la mayor es mediocre. Para que pueda desarrollar la fia rse de la veleta situada a tope de palo, o mejor aún, con poco vien-
máxima fuerza de propulsión. hay que darle embolsamiento, limitando to, del catavientos del centro del tangón, que es más estable. En la
la torsión y ofreciendo al viento la mayor superficie posible. práctica, es poco habitual mantener el tangón exactamente perpen-
¡Esta vela forma una resistencia contra el viento! Por este motivo dicular al viento. Las condiciones de la mar y las características del bar-
hay que dominarla al no poder utilizar la fuerza aerodinámica! co (o del timonel) le obligan a menudo a separarse del barco 10' o 15'
braceando para hacer que el barco se vuelva más blando o braceando
Embolsamiento y torsión a la contra para hacerlo más ardiente .
Aflojamos el grátil y el pujamen, y dejamos que el palo se adrice oca- • Hacer que el 'pi embolse al máximo elevando el pujamen lo
sionalmente, para acentuar el embolsamiento. más alto posible, especialmente con viento flojo; en ese caso hay que
Intentamos reducir el alabeo por medio de la trapa. Con el viento de aparejar una escota muy ligera, que es el único medio de hacer que su-
popa no hay que separar la parte superior de la vela. Además una vela ba el puño de escota.
que se alabea tiende a hacer orzar el barco y le obliga a escorar a la Dar al spi una forma simétrica en sentido vertical. La referencia,
contra (y a arribar); y después se produce un balanceo desagradable, en este caso, no es el palo sino la vertical de la plomada. Para ello,
Con el viento de popa la torsión es que hace que el barco siga su rumbo con dificultad. hay que mantener el pujamen hori zonta l: para lelo al horizonte.
nefasta, pues la fuerz a aerodinámica Hay que resa ltar que el pujamen tiene un comportamiento muy par-
que incide en la parte alta de la vela Orientación ticular, pues el puño de escota que está libre realmente sólo puede su-
está ma l orientada y hace escorar En principio, con el viento de popa, la mayor debería estar orientada bir si el puño de amura está a la misma altura. Por lo tanto hay que
el barco a la contra. Hay que tens ar perpendicular al viento, completamente largada. Pero, existen razones subir el terminal del tangón al mismo tiempo que el puño de es-
la trapa. que nos obligan a cazarla un poco. Por una parte, se produce el balan- cota; pero si subimos demasiado el terminal, el puño de escota cae en
ceo con más facilidad puesto que el barco ya no se apoya lateralmente picado, y tendremos que "pescarlo" con el puño de amura.
sobre el viento. Y por otra parte, la mayor al estar demasiado cazada En 105 monocascos, en 105 que se puede ajustar la altura del talón
obstaculiza la salida de 105 filetes de aire del spi. No estaría mal recor- del tangón, conviene mantener el tangón perpendicular al palo; pues
dar que navegando con el viento de popa es cuando la mayor corre en caso contrario, desgasta las maniobras y corre el riesgo de deslizarse
más peligro de estropearse; debemos evitar que roce contra los oben- a lo largo del palo. En 105 cruceros pequeños, en 105 que no se puede
ques y tener en cuenta el riesgo de la trasluchada. Con este motivo ha- realizar este reglaje, se deja que el tangón se arbole ligeramente.
remos una lasca en el lugar adecuado de la escota y bloquearemos el • Largar la escota al máximo. Es la norma fundamental para re-
carro de la barraescota en el centro. Si el barco tiene burdas, hay que glar cualquier vela, pero en este caso reviste una importancia especial,
largarlas las dos, y aflojar un poco el estay. pues un spi únicamente se mantiene en su sitio si puede vaciarse
con facilidad del aire que desvía. Cuando esta vela está demasiado
El spinnaker cazada, y el aire no puede circular dentro de ella, se desinfla por el cen-
En este rumbo, normalmente se lleva puesto el spi . tro y acaba enrollándose con una facilidad descorazonadora alrededor
Igual que el resto de las velas, la misión del spi es desviar el viento, del estay. De todas formas no hay que cazarlo nunca hasta el punto de
pero su forma cóncava le permite realizarlo formando un ángulo espe- que el pujamen toque el cable del estay.
cialmente grande: su reglaje está determinado por la preocupación de Al igual que las demás velas, hay que cazar el spi hasta el limite del
que circule la mayor cantidad posible de aire dentro de él. Para ello de- flameo, y cuando está bien reglado aparece un ligero pliegue en el grá-
be orientarse al máximo hacia barlovento y hacia adelante, para que til; este pliegue no es negativo en sí mismo, pero es una señal de que
Si cazamos un poco la mayor, el aire quede bien despejado de las otras velas. Por lo tan to hay que: hemos llegado al rendimiento máximo y que estamos muy cerca del
podrá circu lar mejor dentro del spi; las • Abrir el spi al máximo por el costado de barlovento. Para ello hay momento crítico. Si lo largamos un poco más, se desinflará, y esta vez
fuerza s que inciden sobre esta vela y que bracear el tangón, es decir, hacer que gire por medio de la braza no por el centro, sino por el pliegue completo del borde de barlovento.
sobre la mayor son divergentes. por lo hasta colocarlo perpend icular al viento apa rente. Una vez ha al- Este movimiento puede ser muy brusco y sacudir violentamente toda la
que al disponer éstas de un apoyo canzado la posición específica en la que está al mismo tiempo perpen- jarcia. Navegando con spi con viento de popa,

lateral en e l viento, e l barco s e balancea dicular a la línea de crujia del barco, se dice que está completamente Por lo tanto es preferible navegar con un grátil ligeramente temblo- hay que intentar embolsar la mayor
menos. braceado, que es cuando el barco navega en popa redonda. Este re- roso, sin dejar que aparezca ningún pliegue marcado. cantidad de viento pos ible.
El gobierno del barco 523
522 la maniobra

a rendir por lo menos en dos lugares concretos: debajo del spi, donde
Modo de reglar el spi podemos recuperarlos haciendo que incidan sobre una trinqueta de
Sería inútil pretender reglar el spi de una vez por todas, pues su equili· spi, y sobre todo en el costado opuesto al spi, donde podemos colocar,
brio es muy precario y está a merced de un pequeño cambio de rumbo, más allá de la pantalla que forma la mayor, una vela útil (por lo menos
una modificación en la escora, un bandazo o un desvente pasajero. Por a partir de 10 nudos de viento): el big boyo
esta razón debe haber un tripulante vigilando constantemente el grátil El big boyes una especie de génova móvil, confeccionado con tela
para volver a reglar la vela en todo momento. de spi, cuyo puño de amura está situado muy arriba, con un pujamen
bastante más largo que la baluma, y un grátil muy recortado, para que
Reglaje con el amantillo la vela pueda situarse lejos del spi.
Por lógIca, tendríamos que hacer lo mismo que con el resto de las velas. Esta vela no tiene nervio. Amurada en la proa, se coloca a sotavento
es decir, aduar sobre la escota cada vez que se rompe el equilibrio. Pero de la escota del spi, con la driza muy largada (el puño de la driza debe
según hemos visto el spi debe estar simétrico en sentido vertical. Ahora estar a una distancia equivalente al 30% más o menos de la altura del
bien, éste cae primero por defecto de simetría y más tarde debido a una
mala orientación . Este equilibrio podemos irlo recuperando por medio
del amantillo, lo que nos obliga a reglar la contra si queremos mante- El spi en los multicascos

nerlo tenso. Recordamos aquí que el puño de escota puede caer tanto l os catamaranes tienen una manga lo

porque el puño de amura está demasiado alto como demasiado bajo. suficientemente amplia para utilizar el
Además de esta continua vigilancia sobre el amantillo, debemos pres- spi si n tangón, lo cual nos simplifica la

tar atención a no cambiar de rumbo; el catavientos del tangón es el pri- vida enormemente iY también las
mero en denunciar los errores del timonel y también nos indica cual- trasluchadas! Aparejamos una braza ,
El spi se sostiene bien cuando: quier cambio en la dirección del viento. Pero si nos alejamos realmente un a escota y una retenida, reglándolas
1. está simetrico en sentido vertical; del rumbo, el spi se viene abajo, flameando si hemos orzado demasiado igual que e n los monocascos, teniendo
2. su pujamen está horizonta l; o desinflándose por el centro si hemos arribado más de la cuenta. e n cuenta que este tipo de barcos no
3. e l tangón está orientado s ue len s ufrir bandazos en las orzadas
perpendicular al viento apa re nte ... Reglaje con la escota ni continuos balanceos. ¡Un motivo
4. 'o. V también perpendicular al palo. Hay gente que prefiere controlar el spi con la escota, aunque es más la- más para que cambiéis e l monocasco
borioso, especialmente con poco viento. En ese caso, cuando se forma por un catamaránl
un pliegue, hay que cazar un buen trozo de escota para soltarlo de
nuevo en cuanto la vela vuelve a estar llena; cuando el spi se desinfla
por el centro, hay que largar inmediatamente. Después hay que reglar El spi sin lágrimas (1)
la altura del puño de amura; notaremos que está demasiado bajo si el
A. Spi demasiado cazado: se desploma por el centro y
pliegue se forma muy arriba y a la inversa. se enrolla alrededor del estay.
En este rumbo, en los multicascos no es necesario utilizar tangón, lo B. Spi bien cazado: aparece un pequeño pliegue por la
cual simplifica enormemente las maniobras y los reglajes . Es suficiente parte alta del grátil.
con que la braza y la escota estén aparejadas de modo simétrico para C. Spi poco cazado: se pliega completamente, produ -
que el spi se mantenga simétrico de forma natural. ciendo una gran sacudida.
l os catamaranes de regata llevan a veces un tangón fijo, con una es-
pecie de terminal que se puede reglar, y cuya misión es sujetar el spi
sólo cuando el barco navega a un largo, y no con viento de popa.

Las velas complementarias


Cuando el spi está bien reglado, en realidad no va le la pena arriesgarlo
todo añadiéndole velas adicionales - dirán los de mentalidad triste-o Y
sin embargo, ¿por qué no divertirnos y llevar la lógica hasta el final? Si
lo miramos bien, todavía quedan agujeros en la jarcia por donde pa-
ti ti

san filetes de aire sin trabajar, lo cual es inadmisible. Hay que obligarles
524 la maniobra El gobierno del barco 525

palo). El pujamen debe estar al nivel del agua y la escota debe ir reen- Las trinquetas gemelas
viada lo más hacia popa posible. Los buenos escritores disfrutan describiendo los inventos con los que
Al contrario de lo que ocurre con el génova, el big boy se llena por podemos vivir largas y felices jornadas navegando con viento de popa,
la baluma y se vacía por el gratil. Cuando flamea, tenemos que largar- por ejemplo, cruzando el Atlántico empujados por los alisios. Las tri n-
lo, y al mismo tiempo tensar la driza para que el pujamen no "arrastre" quetas gemelas, o los foques gemelos, hacen maravillas en este caso,
por el agua. A partir del momento en que deja de flamear, volvemos a siempre que no estemos obsesionados con la velocidad.
cazar la escota y largamos la driza, lo cual significa que tiene que haber Podemos utilizar dos tangones, preferiblemente telescópicos, o incluso
un tripulante encargado de reglar la driza con tinuamente. quitar tranquilamente la mayor, pues al estar el centro vélico situado tan
El big boy estabílíza el barco, pues el spi por un lado y la mayor y el big a proa, el barco sigue una derrota muy estable, lo cual facilita el trabajo
boy por el otro, se equilibran. Gracias a esta vela, podemos navegar en la del piloto automático o del simple amantillo aparejado sobre la cana.
amura contraria hasta un ángulo de 15° a partir del viento de popa (por La versión moderna de las trinquetas gemelas se denomina booster.
precaución conviene aparejar una retenida en la botavara). En la amura Es un doble foque confeccionado con tela de spi y cuyo gratil represen-
correda, suele ser eficaz hasta un rumbo en el que el viento aparente esté ta el eje de simetría; se puede utilizar como foque, superponiendo las
situado a unos 40° del viento de popa. Hay que dejar un gran espacio li- mitades. Es una vela que favorece la tranquilidad a bordo del barco,
bre entre el big boy y el spi (con este fin debemos bracear el tangón per- más que el rendimiento de éste.
pendicular a la crujía) para que al aire pueda circular libremente. Pero ¡cuidado al navegar en estos rumbos! pues al no llevar mayor
Si no tenemos big boy, podemos intentar utilizar un génova, siempre tardaríamos mucho tiempo en rescatar a un hombre del agua. Por este
que su forma se preste a este tipo de fantasía y que el grátil no tenga motivo" ¡un pequeño elic es mejor que un gran pluf!".
mosquetones. Para que este génova pueda recoger una cantidad sufi-
ciente de aire, puede que necesitemos coger uno o dos rizos en la mayor.
El equilibrio del barco
El foque En este rumbo, el equilibrio del barco en la caña está condicionado en
Puede ocurrir que realmente haya demasiado viento para izar un spi, y parte por la falta de simetría del plano vélíco:
en ese caso decidamos llevar un foque.
Navegando con viento de popa, podemos aparejar un génova relati-
va mente grande y atangonarlo a barlovento (en ese caso es convenien-
te que la superficie de la mayor sea igual que la que utilizaríamos en la El spi sin lágrimas (2)
ceñida, o un poco más). Si hay mucha mar, hay que pensar que el tan-
A. El spi estaba demasiado cazado, o bien el timonel ha arri-
gón podría plantarse encima de la ola si el barco da un bandazo, por lo bado demasiado, y el barco navega en la amura contraria ...
que no dudaremos en elegir un génova pequeño y sobre todo que ten- B .... Y esto es lo que ocurre.
ga el puno de escota alto. Podemos completar agradablemente la esce- C. Pe ro pasamos la mayor al costado donde está el tan -
na aparejando un big boya sotavento. gón, y aparejamos una reten id a en la botavara.
Pero el ba rco ya ha alcanzado su velocidad crítica, y quizás no valga D. Ar rib amos un poco para co locarnos otra vez en la
la pena exagerar. amura cont raria (con la botavara a ba rlove nto), para que e l
Si navegamos en un rumbo demasiado próximo al viento como para sp i se desenrolle sólo ..
que el génova atangonado pueda portar bien, hay que tomar una decisión: E. Volvemos a pasar la mayor al costado donde esta ba al
principio, y proseguimos la marcha, reglando la braza y so-
o bien arribar un poco para que porte mejor, o bien orzar para que este
bre tod o la rgand o la escota. El incidente ha si d o superado.
génova sea eficaz a sotavento. La cuestión es decidir si tenemos prisa o no.
¿Pero quién decía que había que volar a cualquier precio? En caso
de que no estemos muy seguros de nosotros mismos, siempre pode-
mos elegir soluciones más razonables, o que se adapten mejor a la jar-
cia de nuestro barco, es decir, llevar un foque sólo, o dos foques, uno
de los cuales sin nervio, o dos foques sin nervio, etc. En caso de llevar
dos toques, resulta conveniente dejar un espacio libre entre los dos, pa-
A fa lta de spi ... ra que no se estorben.
526 La maniobra El gobierno del barco 527

• con mayor sólo, muy largada, el barco presenta una tendencia na-
tural a orzar, se vuelve ardiente;
Viento fresco
• cuando se apareja un foque en el costado de barlovento, pode- Al navegar con el viento de popa, las dificul tad es empiezan en cuan to el
mos equilibrar el barco, escorándolo ligeramente a la contra; viento refresca. La "pendiente" que bajamos se hace más aguda y no
• con spi, el efecto de la mayor se compensa bastante, y el barco se tenemos buenos frenos. Un ba rco pasado de trapo, que navegue a gran
equi libra; sin embargo, esta vela a menudo obliga a los monocascos a velocidad cuando la mar empieza a forma rse exige que llevemos la caña
escora r a la contra más de lo deseable, haciendo que se vuelvan desa- con mucha atención. En este caso, el principal problema es la seguridad.
gradablemente blandos. Con el viento de popa, es muy dificil parar el barco y la presencia del spi
Con buen tiempo, y ya que la mar no obstaculiza la marcha del bar- hace que cualquier maniobra sea larga y dificil, siendo necesario bastan-
co, resul ta bastante fácil mantener el rumbo. Las orzadas se pueden te tiempo para llegar hasta un tripulante caido al agua.
controlar cómodamen te, pues el pliegue del grátil nos sirve de señal. La primera regla que debemos observa r, y que podemos aplica r a to-
Por el contrario, las arribadas suelen ser más traicioneras. dos los rumbos, pero especialmente a éste, es amarrarnos en cuanto el
Si arribamos más allá del viento de popa, es decir, si navegamos en viento deja de ser muy flojo. A continuación, debemos saber hasta qué
la amura contraria, el spi, al quedar desventado por la mayor, corre el momen to podemos llevar izado el spi, pues en caso de falsa maniobra
peligro de desplomarse y de acabar enrollándose alrededor del estay. Si las reacciones de los barcos son muy diferentes; los derivadores lastra-
consigue dar una primera vuelta, seguramente no podremos impedir dos con poco calado que ofrecen poca resistencia, se tumban sin pro-
Sin duda por despiste, el patrón ha ducirse rot uras, pero lanzando a veces a los tripulantes fue ra del barco;
que continúe, y si orzamos no haremos más que empeorar las cosas.
dejado que el spi se enrolle alrededor o t ros aguantan produciéndose daños, como en el caso de los cruce ros
Pa ra poder desenrollarlo, hay que colocarse en la posición opuesta, es
del estay (decim os que e l spi está pesados; y, por último, los multicascos vuelcan .
decir, virar por redondo y navegar en la amu ra cont raria, sobre el otro
" enchorizado" ). Si únicamente ha dado Podemos llevar el spi durante bastante tiempo, siempre que domine-
costado, de este modo el spi se desenrollará solo.
una vue lta, podrá desenrollarlo orzando mos la situación. Todo depende del grado de entrenamiento de la tri-
Por regla general, navegando en un monocasco, con vien to de popa
ligeramente o tirando un poco de la pulación. El dominio del spi se adquiere de forma progresiva, intentan-
y con spi, en cuanto la cosa no marcha, el timonel debe tener el reflejo
escota . Pero si ha dado más vueltas, do llevarlo cada vez con un viento más fresco (siempre que efectuemos
de orzar, antes que arribar, pues un spi que flamee siempre se recupera
tendrá que consultar e l s egundo las pruebas en lugares donde no existan riesgos graves, si se produjese
antes que uno enrollado sobre el estay. Pero debemos llegar a dominar
episodio del s pi s in lágrimas de la una avería). Más adelante ana lizaremos los diferentes motivos que pue-
este reflejo; no se trata de orzar bruscamente, ni tampoco más de 10°
página anterior. den llevarnos a tomar la decisión de quitarlo.
o 15°, pues si lo hacemos, cuidado con el bandazo ..
En los m u lticascos, este bandazo resulta inadm isible, y e l r ies- El principal problema de gobernar con viento de popa y viento fres-
go de enrolla r e l spi es m uy lejano, p uesto que se ba lancean me- co es mant ener el rumbo, pues se suelen producir guiñadas con mayor
nos; es pref e ri ble navegar con e l viento de popa, aunque corra- facilidad, cuyas consecuencias son más serias que en cualquier otro
m os el pel igro de t rasluchar. rumbo . Asimismo, es p referible no navega r en popa redonda, sino
mantener el barco a 10° ó 15° de este rumbo para disfrutar de una me-
La orza jor estab ilidad en la derrota y no exponernos a posibles orzadas ni a
En los barcos con orza, ésta, en principio, no sirve de nada al navegar con arribadas intempestivas.
viento de popa, puesto que el barco recibe un empuje en el sentido de la
marcha. Con poco viento, la orza incluso llega a ser contraproducente pues El equilibrio en la caña
aumenta considerablemente la superticie en contacto con el agua. Por este Inestabil idad debida a las ve las
motivo conviene quitarla del todo. Por el contrario con viento fresco, en los Con viento f resco el spi puede arriesga r seriamente la estabilidad de la
barcos que no tienen alerón fijo en la parte inferior del casco es mejor dejar derrota. Por una parte, resu lta di f ícil mantener el equilibrio lateral, pues
un poco de orza. Si el barco no tienellingún plano antiabatimiento, el bar- esta vela tiende a obliga r al barco a escorar a la contra haciendo que se
co no puede evolucionar bien en cuanto se separa de la popa cerrada, res- vuelva muy blando; aparece cierto balanceo, que convierte al ba rco al-
balando al menor bandazo. Asimismo, se produce el balanceo con mayor ternativame nte en blando y ardiente, y el timonel suda la gota gorda.. Con viento fresco. e l barco tiene
Un barco que no tenga alerón resbala, Por otra parte también puede in fluir sob re la estabilidad longitudinal,
facilidad, lo que origina una gran inestabilidad en la derrota. tendencia a clavar la proa. Hay que
por lo que e l rumb o y la derrota ya no pues el spi tiende a levantar la popa del ba rco, al mismo tiempo que in- embridar e l spi, desplazando hacia
coi nciden. Sin embargo. con un poco Hay que recordar que la eficacia de la orza aumenta en una propor- clina el tope del palo hacia la proa; al quedar f renado el casco por efec- adela nte e l punto de cazado de la
de orza, obedece perfectamente al ción igual al cuadrado de la velocidad. Al navegar rápido y no necesi- to del agua, el barco cla va. Podemos sobrecargar la popa para aligerar escota . Al estar más plano. el spi tira
timonel. tarla apenas, no es preciso bajarla mucho. la proa, pero la mejor solución para equi librar el ba rco es embridarlo, má s hacia la proa (y con menos fuerza) .
528 la maniobra El gobierno del barco 529

es decir, inmovilizarlo y aplanar el spi. Para ello bajamos el puño de es-


cota con un barber hauler o desplazamos hacia adelante el puño de
amura con el fin de mantener horizontal el pujamen. .. El spi sin lágrimas (3)
on secu encias de un a orzada : el barco
Si se somete al spi a un esfuerzo prolongado, resulta conveniente
soltar o recoger algunos centímetros de driza cada dos o tres horas pa- C se para, se tumba y no ti e n e motivo
alguno para leva ntarse mientras no ha-
ra evitar que se desgaste.
Por otra parte, hay que intentar limitar al máximo el alabeo de la gamos algo. Larg ar la escot a en
mayor por medio de la retenida, cazándola bastante para oponerla banda no es s ufi ciente, ¡h ay
aerodinámica mente al balanceo. que larga r tambi én la bra za y
bajarlo, de ese modo el bar-
Inestabilidad debida a la mar co na vega-
Las olas y el balanceo que se produce en los monocascos apartan al r á mu c ho
barco de su derrota. Cuando una ola choca contra el casco por el cos- m ejor! ;;0~~~?-;¡~~Z
tado de barlovento lo obliga a orzar, y haciéndole arribar si choca por
el costado de sotavento. Esto es debido a que la ola no sólo tiene como
efecto hacer girar al barco, sino que le obliga a escorar o a contraesco-
rar según el caso, lo cual acentúa la guiñada. al viento, con el spi sacudiendo violentamente y destrozando toda la
En este aspecto resulta decisivo utilizar la caña con precaución, sien- arboladura. Hay que salir de ahí rápidamente .
do fundamental evitar la acción de las olas, pues una vez que comienza Sólo existe una solución: largar la braza. El barco se vuelve a adrizar
el movimiento, el timón no produce ningún efecto. Cuando la ola al- enseguida, el spi se desinfla y ya podemos bajarlo sin ningún problema.
canza al barco por barlovento hay que arribar antes de que llegue, de Esta situación, preocupante en los monocascos, resulta fatal en los
este modo volverá a colocar el barco en su derrota. y al contrario, orzar multicascos. No hay que dejarse llevar en ninguno de los dos bordos,
antes de que la ola alcance al barco por sotavento, para escapar al des- siendo preferible enrollar el spi a trasluchar. Pero como nunca podemos
lizamiento fatídico que conduce a la trasluchada. tener la seguridad de que el barco no se vaya de orzada, hay que estar
Para todo esto es necesario maniobrar la caña con tacto y firmeza. preparado para neutralizar el spi desde el primer momento. Para ello,
Hay que actuar como si interpretáramos una sinfonía, es decir piano debemos sujetar la braza con la man o, dando sólo dos o tres vueltas
cuando es un andante, y "a tope" cuando es Wagner, dicho de otro al güinche, listos para so ltar todo al más mínimo peligro.
modo: evitar lanzarnos sobre la caña cuando no percibimos ninguna No hay que olvidar que, en uno u otro tipo de barco, también pode-
resistencia, y aguantar con todas nuestras fuerzas cuando la caña tira, mos quitar el spi; de este modo el ambiente se relajará.
En l a c r esta de pues el timón debe moverse lo mínimo. En estas condiciones, el trabajo
las olas, los movimientos
que se ve obligado a realizar el timonel a menudo resulta agotador. la arrjbada
superficiales del ag u a de-
Asimismo, los reflejos que debemos adquirir no son los mismos, isino En los monocascos
jan sin efec to al timón y
h acen girar e l barco en que dependen del número de cascos que gobernemos! Si la orzada es fastidiosa, la arribada puede ser mucho más grave, pues
un sentid o o en otro. En puede obligar al barco no sólo a trasluchar sino a irse de orzada en la
e l seno de l as o las. l os la orzada otra amura. En caso de que hayamos aparejado una retenida en la bo-
movimientos superficia- Incluso si el timonel está muy atento, puede ocurrir que el barco se le esca- tavara, el espectáctulo puede ser impresionante, colocando al barco en
les del agua mejoran la pe y se vaya de orzada. Al navegar con spi, el barco se encuentra en una si- una situación completamente indescriptible, y además muy fugaz, pues
acció n del tim ó n y no em - tuación delicada. Los monocascos tumban, disminuyendo su velocidad y por lo general, siempre hay algo que se rompe enseguida.
pujan a l barco ni e n un parándose de través al viento. Éstos presentan una tendencia a seguir tum- Cuando hay mucha mar, la retenida de la botavara resulta necesaria
se ntid o ni en otro . Po r lo
bados, pues el spi en cierto modo funciona al revés, es decir, que el aire pe- y debemos seguir un rumbo a 10° ó 15° de la popa redonda, pues, a
tanto, en el se no de la ola
netra por la parte inferior escapándose como puede por los lados. fin de cuentas, va le más correr el peligro de salir de orzada.
hay que o rza r o arr ibar,
según los casos, para que Si reaccionamos con rapidez, mientras el monocasco todavía lleva
la o la v uelva a co loca r al velocidad, podemos restablecer la situación largando en banda la esco- En los multicascos
barco en sus líneas. ta del spi, y poniendo la caña a barlovento. Pero si el barco se ha que- La arribada y la posterior trasluchada son proporcionalmente menos
dado sin velocidad y el timón ya no hace efecto, se quedará de través peligrosas, siendo el riesgo menor al balancearse poco el barco. Pero,
530 la maniobra El gobierno del barco 531

como la orzada está prohibida, debemos tener el reflejo de arribar al de velocidad se compensa con la estabilidad de la derrota, con lo cual
llevar la caña . La trasluchada puede ser la única sa lida, por lo que debe- podrá aflorar la sonrisa en nuestros rostros.
mos estar preparados. Coger rizos a una mayor no influye apenas sobre la marcha del bar-
Con este fin, debemos: co en este rumbo.
- eliminar la torsión de la mayor; Rizada como en la ceñida, molesta menos al spi, sobre todo
- bloquear el carro de la barraescota en el centro, o incluso a barlo- cuando hay que realizar una maniobra rápida, y el barco evolu-
vento, para que la vela, que no está completamente largada, pueda lle- ciona mejor y es más seguro con la misma superficie de mayor
gar automáticamente hasta los obenques en el nuevo bordo; que hubiera llevado en la ceñida, con u n t iempo similar.
- quitar todo lo que pueda engancharse a la escota de la mayor;
- mantener la cabeza bastante por debajo de la botavara;
- evitar poner una retenida en la botavara, excepto si se puede lar-
Viento flojo
El rumbo del viento de popa resulta igual de cansado con viento muy
gar de manera au tomática.
flojo que con brisa fresca. Ahora echamos de menos el exceso de vien-
De modo general, volvemos a repetirlo: la salvación de los multicas-
to que tantos problemas nos causaba antes. En este caso, tenemos la
cos está en la velocidad, y hay que hacer todo lo posible para evitar
oportunidad de disfrutar con el spi, que no sirve de mucho, así como
que disminuya, pues si el casco va más despacio que la jarcia ..
de inventar todo tipo de trucos para hacer que el barco avance. El ene-
migo número uno es el balanceo; en los cruceros pesados, cuando no
Reduci r el trapo
estamos en regata, a veces conviene bajar la vela para que descansen
Arriar el spi con viento fresco no siempre es cosa fácil; hay que reflexio-
tanto la tripulación como la jarcia.
nar, y saber guardar la ropa a tiempo.
Sin embargo, hay que saber hacer avanzar al barco con poco viento,
De hecho, a partir de una determinada fuerza de viento, los riesgos
Una razón más para reducir trapo con pues puede que lo necesitemos para salir de un canal delicado, para
se mul tiplican y la cosa ya no vale la pena. La inestabilidad en la derro-
viento fresco: c uando la mayor está ganar algunas millas con el fin de evitar una corriente o simplemente
ta, que en parte se debe al balanceo provocado por la parte colgante
rizada, e l spi se vacía mejor. para volver a la hora prevista.
del spi, se vuelve casi continua. El peligro de clavar es muy grave, inclu-
so para los barcos grandes, y aunque el palo no se rompa, todo el bar- ¿Podemos hablar del reglaje de las velas?
co corre el peligro de irse a pique. Con el viento de popa, el viento aparente es más flojo que el viento
El cansancio es motivo suficiente para bajar el spi. Debemos estar en real y en cuanto avanzamos un poco no notamos nada.
forma y bien despiertos para poder mantener esta vela izada con viento Un spinnaker fino (26 gramos por metro cuadrado) que lleve escotas
fresco. Además, es casi imposible cambiar de timonel, pues el que está en ligeras (4 milímetros por 100 metros cuadrados, por ejemplo), quizás
este puesto cuando el viento refresca se va acostumbrando poco a poco a pueda llegar a tomar forma, pero es necesario que la mantenga. Por
sentir el barco, y forma un todo con él reaccionando en la forma adecua- este motivo hay que estar continuamente ajustando el puño de amura,
da; el tripulante que va a sustituirlo se encuentra de golpe inmerso en el según la altura que alcance el puño de escota ..
problema, y por lo general no le da tiempo a adapta rse antes de que se Muchas veces podemos largar un poco de driza para que el spi se se-
produzca la primera falsa maniobra, lo que a menudo le cuesta al propie- pare de la mayor, aunque el inconveniente que se plantea es que se re-
tario del barco el propio spi y a veces el palo, si no es el barco completo. quiere mucha atención al aumentar la inestabilidad del puño de amura.
Navegar con spi durante mucho tiempo con mar formada, agota los Podemos hacer que las velas "trabajen", es decir, dejar que se inflen
El spi sin largándolas despacio, y sujetándolas en cuanto alcanzan la orien tación
nervios de la t ripulación, pues es imposible relajarse. El cansancio a ve-
lágrimas ( 4 ) correcta. En caso de que no haya viento, podemos orientarlas empu-
ces es motivo de decisiones arriesgadas, sin conta r con las dificultades
que se prod uciría n para rescatar a un hombre del agua. jándolas con la mano.
Bajar la vela a t iempo es un impera t ivo a la hora de gobernar el bar- Naturalmente, las velas deben tener el máximo embolsamiento posible, y
co con spi. Iza r uno pequeño no siemp re es recomendable, pues el pro- si el barco se balancea hay que dejarlas flamear para poder avanzar un poco.
blema no es tan to de superficie como de estabili dad. Al estar sujeta es- Hay que escorar un poco el barco para orientar las velas lo mejor po-
ta vela únicamente por dos puntos, impone a la jarcia enormes sacudi- sible, y movernos lo mínimo. Resulta inútil que la tripu lación se amon-
das y tensiones. tone al fondo del barco, pues en este caso vendría bien cierta carga
¡Situación demasiado efí- Es preferible llevar un génova o un foque atangonado o, incluso a aerodinámica. Los barcos que lleven orza, deberán quitarla del todo.
m era para representarla! También dicen que silbando hacemos que sople el viento ..
veces, un spi asimétrico, por definición no atangonado; la disminución

1
532 la maniobra El gobierno del barco 533

¿Viento de popa o un largo? que acabamos de citar no se produce siempre, pudiendo navegar muy
Ganancia de sotavento bien en esos rumbos sin que jamás se origine; para ello basta con no
En los barcos modernos, y especialmente en los multicasco5. hay que cazar demasiado las velas, pues de todos modos el barco avanzará con
evitar el viento de popa, pues es un rumbo lento y desagradable. Igual buena velocidad. Sin embargo, no debemos olvidar que los multicas-
que hacíamos al analizar con la ganancia de barlovento, intentaremos cos, sobre todo los ligeros, pueden volcar aunque estén bien reglados,
lograr la mejor "ganancia de sotavento" aprovechando el buen rendi- si cometemos alguna equivocación con la caña.
miento de los barcos al navegar con el viento por la aleta, o a un largo Pero cuando queremos sacar el máximo partido, todo cambia; tene-
los que sean más rápidos. mos que cazar las velas al máximo, obteniendo el mejor reglaje cuando
La polar del dibujo de al lado nos indica que el barco gana más sota- están al límite de la entrada en pérdida. Hay que resaltar que en ese
vento siguiendo la derrota B. Por lo tant o hay que dar bordadas viran- momento hay que prestar mucha atención.
do en redondo de forma regular.
La entrada en pérdida
Ya hemos hablado de este fenómeno en varias ocasiones. Simplemente
A UN LARGO hay que recorda r que, al cazar poco a poco una vela, la fuerza que ésta
la mejor ganancia de barlovento Entre la ceñida y el viento de popa se ext iende el amplio dominio del recoge aumenta de modo regular, hasta alcanzar un punto crítico, más Navegar a un largo es la mejor manera
la obti e ne e l barco que s igue la largo. La misma palabra lo indica, es el imperio de la libertad. Soltamos allá del cual disminuye de golpe. Este punto se sitúa en el instante en de aprovechar e l viento ...
derrota OB. las bridas al caballo y éste se pone a galopar a su antojo. que la vela constituye un obstáculo para el viento, más que un medio El barco navega con rapidez, escora
Es el rumbo preferido del barco, es decir, el que adopta con mayor deflector. El flujo de aire, hasta entonces regular, de repente se vuelve poco y la tripu lación está a gus to.
naturalidad, navegando deprisa y aprovechando el viento con facilidad.
Cuando el \liento refresca, en lugar de separar prudentemente la vela
como hacíamos en la ceñida, podemos ofrecer más superficie aún, co-
rriendo el único riesgo de ir más rápido.
No se trata tanto de reglar las velas al límite del flameo, sino de
orientarlas para desviar el viento con el mejor ángulo posible, yaprove-
char así la máxima potencia.
Todo esto nos incita a la alegría, pero de todas formas hay que tener
precaución, pues nos acecha una trampa: la entrada en pérdida; de for-
ma repentina y sin razón aparente el barco disminuye su velocidad, dan-
do la impresión de que el viento desaparece bruscamente; se acabó.
En los multicascos, ¡además de entrar en pérdida podemos volcar!

los rumbos del largo


Hay una gran diferencia de ambiente entre el momento en que el flujo
del aire sobre las velas es regula r y aquel en que se vuelve tu rbulento.
Estos dos ambien tes co rresponden a dos rumbos diferentes: el largo y
el viento por la aleta, estando este último muy próximo al viento de po-
pa, tal como hemos visto.
El campo de acción del largo es tan amplio, que se suele dividir en
dos zonas: el descuartelar y el largo* propiamente dicho. En primer lu-
gar analizaremos las normas de reglaje comunes a estos dos rumbos, y
más tarde las particularidades del gobierno del barco en cada uno de
* En francés el "petit-Iargue" (des- ellos. Evidentemente, debemos resaltar que el modo de gobernar va es-
cuartelar en español) se incluye dentro trechamente ligado al estado de ánimo de la tripu lación.
de los rumbos del largo, mientras que Según los casos, el descuartelar y el largo pueden ser los rumbos
en español está considerado como más despreocupados, o también los más febriles. La entrada en pérdida
rumbo de ceñida .
534 La maniobra
El gobierno del barco 535

turbulento, disminuyendo bruscamente la presión del viento sobre las


velas. Esto es lo que acaba ocurrir. se necesita para llevar la caña en estas condiciones, pues la velocidad se
El cambio es desconcertante. Pues nada nos indica la proximidad de convierte en uno de los elementos fundamentales del equilibrio obtenido.
la entrada en pérdida, y cuando ésta se produce, no es nada fácil salir
de ella; hay que largar las escotas en banda, o bien orzar claramente La velocidad
para desprender los remolinos de aire de las velas, antes de continuar En los mu lticascos . Los efectos negativos de una disminución de velo-
la ruta. En los barcos pesados, con brisa ligera, a veces se tarda mucho cidad son muy conocidos y temidos por los tripulantes de los multicas-
tiempo en restablecer la situación. COS o De hecho, es una razón más que suficiente para volcar, incluso en
los barcos grandes, por lo que vamos a analizarla.
Las fantasía s del viento aparente Por ejemplo: el casco de sotavento de un (atamarán se coloca sobre
Ta mbién debemos recordar que, en el sector del largo, al soplar el vien- una ola. el barco disminuye su velocidad, el viento alarga bruscamente,
to de t ravés la diferencia de dirección entre el viento real y el viento y antes de que entre en pérdida. la fuerza aerodinámica que incide so-
aparente es mucho mayor que en cualquier otro ru mbo. El viento apa- bre la mayor aumenta y sobre todo cambia de dirección. El barco se
rente es más agudo que el viento real, y cuanto más rápido vamos más vuelve ardiente y orza, si el timonel no ha arribado previamente. Al or-
aumenta la diferencia (pudiendo llegar a alcanzar frecuentemente los zar, aumenta la tendencia del barco a clava r lo que origina una dismi-
30° en los monocascos y de 60° a 80° en los multicascos). Por lo tanto, nución de velocidad. Es el pez que se muerde la cola, y si encima añadi-
la más mínima variación de velocidad origina un cambio notable en la mos una pizca de inercia de la parte alta del palo, ... ipluf! de repente
dirección del viento aparente. nos encontramos sobre el tejado.
Cuando el barco disminuye su velocidad un instante por cualquier Este encadenamiento de sucesos explica muy bien por qué la sa lva-
motivo, el viento aparente puede alargar lo suficiente como pa ra que ción de los multicascos es la velocidad, pues son barcos que nunca de-
las velas se encuentren de repente demasiado cazadas; el flujo de aire, ben frenarse bruscamente, ya sea de forma voluntaria o no, especial-
hasta entonces regular, se vuelve turbulento, el barco entra en pérdida, mente cuando navegan a un largo.
y la ligera disminución de velocidad inicial se agrava repentinamente, Debemos adoptar el reflejo de mantener la velocidad a cualquier
aunque no se haya producido ningún cambio en el reglaje de las velas, precio, aunque tengamos que arribar un poco. Si queremos disminuir
ni en el equilibrio o el rumbo del barco. la velocidad, podemos orzar, pero hay que hacerlo muy despacio.
Al arribar a partir de la ceñida, en un primer momento podemos dar En los mo n ocascos que, a priori, navegan más despacio y pueden
embolsamiento a las velas y aumentar el ángulo de deflexión del viento escorar sin peligro alguno, el ambiente es muy diferente. Una disminu-
logrando enseguida el máximo rendimiento de las velas. ción ocasional de velocidad produce los mismos fenómenos aerodiná-
Pero a medida que arribamos, el viento aparente escasea, lo cual li- micos, pero estos barcos los acogen con un simple bandazo, y no hay
mita la posibilidad de largar las velas, y refresca, lo que hace que au- nada que temer.
mente la potencia y como consecuencia la velocidad, y el viento de la
velocidad, y así sucesivamente, hasta que el barco alcanza su velocidad El reglaje de las velas
crítica. Hay que reglar las velas constan temente de acuerdo con la velocidad
M ientras no sobrepase la velocidad crítica, cualqu ier arribada que se del barco. Cuanto más rápido va éste, más hacia proa se sitúa el vien to
produzca modificaría el ángulo formado entre el viento aparente y el aparente, y más tenemos que cazar las velas para seguir desviando el
barco en una proporción comparable a la disminución del viento de la viento en el mejor ángulo.
velocidad. Al compensarse estos dos fenómenos el barco puede mante- Cuando el vien to refresca, no hay que aplanar las velas ni darles tor-
ner su velocidad, permaneciendo constante el flujo de aire hasta unos sión, sino que basta con largar un poco las escotas, pues aunque la de-
140° del viento real, siempre que no entre en pérdida. flexión .sea menor, la fuerza del vien to permanece igual y está mejor
Si el barco empieza a planear, puede seguir acelerando a medida que orientada con lo cual la potencia del barco sigue aumentando.
aumenta el ángulo entre el barco y el viento aparente, incluso aunque el Como de costumbre tenemos que cazar las velas hasta la desapari-
viento caiga. Pero lo más característico es que este ángulo aumenta muy ción del temblor que se produce en el grátil si n sob repasa r un cierto lí-
Navegando a un largo. las lentamente, pudiendo permanecer por debajo de 50· hasta un rumbo de mite invisible, más allá del cua l el ba rco en tra en pérdida . Pero este li-
modificaciones del viento aparente 0
140 del viento real, siempre con la condición (recordémoslo) de que man- mite puede materializarse por medio de catavientos que se cosen a las
pueden ser conside rables. tengamos la velocidad . Podemos imaginarnos sin dificultad la atención que velas. Observándolos con atención es como mejor conseguiremos re-
glar las velas hasta el limite de la entrada en pérdida.
536 la maniobra El gobierno del barco 537

El reglaje del spi Gobernar el barco a un descuartelar


Las normas relativas al reglaje del spi con el viento de popa siguen sien- El barco alcanza la máxima velocidad navegando a un descuartelar y sin
planear. El flujo del aire incide sobre las velas de forma regular, y la
do válidas al navegar a un largo; vamos a recordarlas:
- el tangón debe estar perpendicular al viento aparente; fuerza aerodinámica es grande y está muy bien orientada. Sin embar-
- el spi debe ser simétrico en sentido vertical; go, con brisa fresca el par de escora puede aumentar, por lo que con-
- el tangón debe estar perpendicular al palo; viene hacer banda enérgicamente si queremos que las velas permanez-
- con viento fresco hay que aplanar el spi. can regladas en el mejor ángulo de deflexión . Esto es dificil de conse-
guir, pero ¡menudo resultado!
No debemos apartarnos de estas normas, más que para equilibrar el
barco braceando el tangón, y renunciaremos a mantener el tangón En este rumbo, nos encontramos a igual distancia de la ceñida y los
perpendicular al palo, para conservar la simetría del spi. rumbos portantes, disponiendo de la mayor amplitud de reglaje posi-
ble. De hecho, la orientación de las velas puede variar desde el punto
de entrada en pérdida hasta el flameo total. Incluso la misma entrada
Navegando a un largo, el spi se aplana bastante de forma natural,
en pérdi da puede subsanarse rápidamente, largando las escotas en
puesto que el puño de escota se va desplazando hacia abajo a medida
que el barco orza, es decir cuando lo cazamos. Con poco viento, para cuanto se produce, con el fin de despejar las velas de los remolinos; a
mantener el embolsamiento, desplazamos hacia atrás y elevamos el continuación, hay que cazarlas poco a poco hasta que el flujo de aire
sea otra vez regular.
reenvío de la escota fjusto por encima del balcón o incluso en el extre-
mo de la botavara); y con viento fresco, desplazamos hacia adelante el
En las rachas, y según sean las circunstancias, podemos reaccionar
A un largo. a pesar de la escora, hay
reenvío de la escota con el fin de aplanarla. de manera diferente: orzando igual que hacemos en la ceñida, o bien
que mantener el spi simétrico en
Existen también spis de largo, más planos que los spis normales, pre- arribando y largando escotas. Un buen compromi so: el gennaker.
sentido vertical. con los dos puños
vistos para navegar más cerca del viento y cuyo puño de amura debe • ¿Spi o génova? Importante cuestión: ¿qué es mejor, llevar el spi Esta vela ligera, con mucho
inferiores a la misma altura . Podemos
reglarse bastante bajo. Este reglaje se realiza en función de la altura a
o el génova? No siempre resulta fácil saber cual de los dos rendirá más. embolsamiento, se utiliza igual que el
e levar un poco e l puño de escota
la que aparece el pliegue del grátil al largar la escota.
En el dibujo se muestra el caso límite en el que, en teoría, tanto el spi spi y se m aniobra como un foque sin
pasando la escota por e l extremo de la
La mayoría de los spis se suelen plegar por "el hombro", es decir a
como el génova, con reglajes apropiados de mayor, obtienen la misma engarruchar en e l est ay.
botavara - y sobre un guinche de rizos-o
dos tercios de su altura total. Si el pliegue se forma más arriba, significa
Con el fin de reducir el esfuerzo que se
que el puño de amura de la vela está demasiado bajo. Y si aparece más
realiza sobre la braza, resu lta
bajo, es que el puño de amura está demasiado alto.
conveniente aparejar un tangón
Algunos spis de largo se reglan a la inversa de los spis de viento
pequeño, o jockey pool. de lante de los
de popa. La altura del puño de amura se ajusta en función del plie-
obenques.
gue, ajustándose despuéS la altura del puño de escota para obtener
un spi simétrico en sentido vertical. Sin embargo, los spis cosidos en
forma de estrella (starcut) cuyo grátil debe estar muy tenso (se utili-
zan casi como un génova) hay que reglarlos dejando un pliegue a
media altura.
Por último, existen spis asimétricos, que son velas intermedias entre
Hay que spis y génovas. Para reglarlas bien hay que mantener el pujamen hori-
recordar zontal.

El equ ilibrio del barco


Si el pliegue está dema- A un descuartelar y a un largo, muchos monocascos presentan una
siado alto, hay qu e su bir tendencia a volverse muy ardientes, pues el centro vélico se desplaza
el tangón. claramente a sotavento.
Si el pli eg ue es tá dema- Esta tendencia resulta muy difícil de eliminar, pudiendo dominarla
siado bajo, hay que bajar en cierta medida, si disponemos de orza abatible y la sacamos bastan-
el tangón. te. En cualquier caso, hay que evitar que el barco escore, pues con ello
esta característica aumenta de manera especial.

1
538 La maniobra
El gobierno del barco 539
velocidad. El spi, para mantenerse arriba, tiene que estar bastante caza-
do ~ la fuerza tan enorme que recibe no está orientada en el mejor hace el recorrido arribando, con un régimen regular y navega deprisa;
sentido; el génova recibe una fuerza menor, pero mejor orientada. Has- en cambio el otro va orzando a partir del viento de popa, sufre un régi-
ta ahí el spi lleva ventaja, pero al navegar con génova, la mayor puede men turbulento y se queda atrás. Si decide cambiar de velocidad tiene
largarse más que si navegamos con spi. Lo importante es calcular bien que orzar sin vacilación durante un instante. Hasta ese momento los
cuando la mejor orientaCión del conjunto mayor-génova compensa la dos barcos están en mundos diferentes.
mayor fuerza recogida por el conjunto mayor-spi.
A un largo, con viento regular, no tenemos que plantearnos ninguna
Una vez que hemos decidido izar el spi, podemos observar la orien- pregunta sobre cómo debemos gobernar. Dentro de una racha, si orza-
tación de la driza, que nos indica la dirección en la que t ira la vela, aun- mos, no hacemos más que sobrecargar el barco. En este caso conviene
que este punto de referencia es sólo aproximado. En realidad, nave- arribar y largar también las escotas, tanto en los multicascos como en los
gando a un descuartelar, el spi sólo es eficaz con viento flojo. Con vien - monocascos. Cuando la racha es muy fuerte, también existe el recurso
to fresco, la ganancia de velocidad no compensa el alargamiento del de arribar claramente, para entrar en pérdida. Al volverse turbulento el
recorrido, motivado por las inevitables orzadas; asimismo, hay que te- flujo de aire, disminuye la presión del viento sobre las velas. En resumen, El barco de cabotaje está
ner en cuenta el tiempo que empleamos en izar y bajar la vela. llevado al límite, el fenómeno de la entrada en pérdida constituye una es- continuam e nte alineado; la
• Los multicascos. A partir de un descuartelar algunos multicascos pecie de válvula de seguridad especialmente útil en los multicascos . demora no cambia, por lo tanto
empiezan ya a planear; cuando el viento aparente es muy agudo, llevan ex iste riesgo.
las velas cazadas prácticamente como en la ceñida . Damos embolsa -
miento a las velas y aumentamos el ángulo de deflexión. EL BUEN GOBIERNO* /
/

/
Cp1 + Cps = Cp2 + Cpg. La manera tan distinta de gobernar este tipo de barcos viene im- /
El gobierno de un barco no está únicamente asociado a la búsqueda /
En otras palabras, e l spi y e l génova puesta por el riesgo de volcar. Está prohibido disminuir la velocidad /
bruscamente, así como orzar. El timonel no puede dejar que el barco se del mejor reglaje en función del rumbo que lleve. El mejor de los rum- /

~
tie ne n e n este caso e l mismo
rendimie nto. pare, sino que debe tener el reflejo de arribar al más mínimo problema. bos puede ser replanteado en cualquier momento, no sólo a causa de /
/
:'
/
Si ~stá acostumbrado a los monocascos, tiene que cambiar de reflejo si las variaciones del viento, sino también porque hay otros barcos en las /
/
qUiere llegar a ser un experto timonel de multicascos. cercanías (¡suele ocurrir!) y hay que evitar molestarlos. Por lo tanto en / / I!I!
/ /
este momento es necesario citar las reglas que rigen el "buen gobier- /

Modo de gobernar a un largo no" de un barco cuando se encuentra entre varios. En principio se trata a /
/
11 '
5 111o'11 '" /
Navegando a un largo no hay ninguna duda: es obligatorio llevar spi, de estar alerta, y después, de aprender a calcular correctamente los /
riesgos de abordaje; en definitiva, saber qué decisiones debemos tomar / /

~
siempre que el viento no sea demasiado fuerte. /
Es en este rumbo cuando pueden producirse las entradas en pérdida para que estos riesgos no se conviertan en una dolorosa realidad . /
/
más bruscas. Al arribar desde un descuartelar, hay que ir largando poco Es el comienzo del "buen gobierno"; para lo cual se requiere una /
/
a poco las escotas para mantener las velas bien orientadas con relación gran vigilancia, que el mareo o el cansancio quizás pueden alterar. Y / /

al viento, llegando un momento en que la mayor estará completamen- también, asegurarnos de que, desde el asiento de la bañera, hay mu-
chas zonas del horizonte que están permanentemente ocultas (por las /
/
/

/
/
/
a
II I I ,1 111
te largada. A partir de entonces, ya no podemos arribar más sin entrar / / o

~
velas, el tambucho .. .). / /
en pérdida. Incluso aunque mantengamos rigurosamente el rumbo la / /

~
/
situación es delicada, basta un suspiro, una disminución de velocidad
Riesgos de abordaje
debido al choque con una ola, por ejemplo, para que el barco entre en
pérdida. Cuando esto ocurre, ya no podemos sa lir de la situación lar- ¿Cuándo existe riesgo de abordaje? De entrada, vamos a citar aquí la
~
gando las velas, y con razón, sino que nos vemos obligados a orzar de- magnifica regla n' 7 del Reglamento para la prevención de abordajes
cididamente hasta que las velas casi empiecen a flamear, arribando en la mar:
despuéS con precaución, para volver a seguir la marcha. "Todo buque hará uso de todos los medios de que disponga a bor-
En este rumbo, comprobamos claramente la diferencia de comporta- do y que sean apropiados a las circunstan cias y condiciones del mo-
miento de los barcos según el régimen del flujo de aire sobre las velas. mento, para determinar si existe riesgo de abordaje. En caso de ab ri -
A veces dos barcos que hacen el mismo recorrido, con el mismo reg laje ga rse alg u na d uda, se cons idera rá q u e el riesgo existe. " * Jueg o de palabras a partir de
Esto significa, en primer lugar, que toda la tripulación no debe tener " conduite " que significa tanto go-
de velas, navegan a velocidades muy diferentes, pues uno de los dos
bierno como co nducta. (la "buena
los ojos pegados al grátil del spi, sino que debe vigilar las proximidades conducta " .). (N. de la T.).
540 la maniobra El gob i erno del barco 54 1

del barco de manera constante, especialmente hacia proa y a sotaven- del sector de nuestra propia luz verde. Rojo con rojo todo está qu ie-
to, y en cuanto aparezca un barco a la vista, preguntarnos si existe t o; verde con ve rde todo está claro.
" rumbo de colisión" con él. Cuando alcanzamos a un buque (¡a veces puede pasar!), únicamen-
Se dice que dos barcos llevan "rumbo de colisión" cuando la demo- te podemos ver su luz de popa.
ra de uno con relación al otro no varía o varía muy poco. Lo primero
que hay que hacer cuando vemos un barco es hallar su demora, es de- Reglas de rumbo y gobierno
cir, marcar el ángulo que forma la línea de crujía de nuestro barco con La prevención de los abordajes en la mar exige que todos respetemos las
la dirección que lleva el otro. Podemos ahorrarnos los cálculos tomando mismas reglas. tstas son estrictas y flexibles al mismo tiempo, pues están
Si sólo vemos las luces de tope,
un punto de referencia, por ejemplo, cuando vemos el barco situado basadas no en los derechos, sino en 105 deberes de cada uno de nosotros.
ya sabemos qu e este barco se dirige
en la prolongación de un candelero. Si el barco se mantiene siempre No decimos: "Un barco tiene prioridad sobre otro", sino que las cosas son
hacia la derecha .
detrás del candelero (es decir si la demora no varía), se encuentran en más sutiles y más reales: ese barco debe separarse de la derrota del otro,
" situación de rumbo de colisión", por lo tanto hay que maniobrar. que a su vez debe mantener su rumbo, excepto cuando el primero no lo
Por la noche, las luces de un buque nos permiten averiguar qué par- haya visto. Según vemos es una mentalidad nueva que debemos adquirir.
te del mismo estamos viendo y, como consecuencia, deducir aproxima- El texto oficial pone perfectamen te de manifiesto este ca rácter, pre-
damente la derrota que sigue. Todos los buques llevan una luz verde a viendo que, en caso de duda, debemos considerarnos siempre como si
estribor y una roja a babor, que ilumina un sector de diez cuartas a ca- fuéramos el barco que debe maniobrar.
da costado (es decir, 112,5°). Asimismo, puede llevar varias luces blan- Extracto de la regla n° 14: "Cuando un buque abrigue dudas de si
cas y otras de color; en las publicaciones SH 2 A Y B, se incluye toda la existe tal situación supondrá que existe y actuará en consecuencia".
información útil a este respecto. Podemos aprendernos el reg lamento de memoria como si fue ra un
Las luces blancas se ven mejor que las de color (10 millas en lugar de texto de Corneille (resulta de gran utilidad para sacarnos el título de
2). A través de las luces de tope del palo, nos podemos hacer una idea de patrón) pero sobre todo debemos memorizar lo fundamental y consul-
la dirección que lleva el buque. En los barcos grandes, la luz de tope del tar rápidamente el texto en caso de duda. Por lo tanto vamos a desta-
palo de popa está situada más alta que la luz de tope del palo de proa, es- car las reglas principales.
tando las dos separadas de las superestructuras, por lo tanto si vemos las
dos luces superpuestas, es que el barco se dirige derecho hacia nosotros. Navegando a vela
Según se va acercando el barco, se empiezan a distinguir las luces de Debemos separarnos de la derrota de:
color (resulta muy útil usar gemelos de 7 x 50 para diferenciarlas). No • todos los barcos a 105 que alcancemos;
existe riesgo alguno de abordaje cuando vemos la luz roja del otro bar- • los veleros que naveguen también amurados a estribor y que se
co dentro del sect or de nuestra propia luz roja, o su luz verde dentro encuentren a sotavento de nosotros, cuando navegamos amurados a
estribor,
• todos los veleros amurados a estribor, así como de 105 que estén
amurados a babor y se encuen tren a sotavento, cuando navegamos
amurados a babor.
El texto oficia l del Reglamento para la prevención En principio, no tenemos que desviarnos cuando navegamos de ce-
de abordajes en la mar figura obligatoriam ente en el in ven - ñida amurados a estribor. "En ceñida, amurado a estribor, rey de
tario de todos los barcos de l ª a 5ª categoría. Es decir, que los mares" se decía antes. Pero, a bordo de un barco de recreo, no so-
debemos lleva rl o a bordo en cuanto vayamos a navegar a
mos reyes de nada. Es evidente que, incluso al navegar en este rumbo,
una distancia superior a 2 millas de un resguardo . Este t ex-
debemos desviarnos si la tri pulación del otro barco no nos ha visto o si
to está en la Guide du navigateur (publicación nº 1 del Ser-
v icio hidrográfi co , de la que hablaremos con más deta lle en su barco no es capaz maniobrar.
la parte " Navegación " ), y es o bligatorio a bordo de lo s bar- • Por último hay que señalar que, por norma, debemos separarnos
cos de l ª y 2-ª categorías. Pero resulta complicado con sultar de todos los barcos que lleven, durante el día, una marca cónica, una
esta obra con rapidez, por lo que, al igual que en los b arcos marca bicónica, bolas y cestos; y por la noche, luces superpuestas
de 3-ª, 4-ª Y 5-ª- categorías, con v ien e ll evar a bordo las publica- -blancas o de color- , en el mismo palo. Una vez que nos hayamos ale-
ciones SH 2A y B, que son mucho más sencillas de leer. En jado, podemos consultar a nuestro antojo la publicación pertinen te pa-
España ver reglamentación en página 123 1. ra averiguar de qué clase de barco " privilegiado" se trataba.
542 La maniobra El gobierno del barco 543

los barcos de motor que naveguen en rumbos


opuestos, deben caer los dos a estri bor.
Los dispositivos de
separación del tráfico

1. El paso por un dispositivo es facultativo


Los barcos no están obligados a utilizar sistemáticamente
los dispositivos de separación de tráfico.
Ocasionalmente pueden:
• bien pasar hacia alta mar, en ese caso separándose
bastante del dispositivo;
• bien pasar por la zona de "navegación costera " (es de-
Navegando a motor, debemos separarnos de todos los demás cir, entre el dispositivo y la costa).
El barco a barlovento debe separarse. barcos de motor que veamos a estribor de nuestra proa . La responsabi lidad de la decisión incumbe al ca pitán , o
patrón, que será quien deba apreciar y comparar las garan-
tías de seguridad de cada un a de las posibilidades que se le
ofrecen.
Navegando a motor 2. Dentro de un dispositivo
Debemos separarnos de la derrota de:
Todos los barcos deben seguir apreciablemente la dirección general de circul ació n en la vía
• todos los barcos que alcancemos; en que se encuentren. En caso de necesidad, deberán maniobrar para evitar los abordajes,
• de los barcos de motor que veamos a estribor de la popa (exacta- de acuerdo con el reglamento.
mente en un sector de 112,5°, que es el sector de visibilidad de las lu-
La prudencia aconseja pues:
ces de rumbo);
• los veleros y de todos los barcos que lleven izada una marca cóni-
• evitar las maniobras bruscas;
ca, una marca bicónica, bolas, cestos, o luces superpuestas en el mismo • mantener las distancias aprovechando la anchura de la vía;
El barco amurado a babor debe
palo. • no acercarse demasiado a las líneas o zo nas de separación.
separarse.
• Por último, cuando dos barcos que naveguen a motor lleven de-
rrotas opuestas ambos deberán caer a estribor para cruzarse. 3. Entrada y salida del dispositivo
Navegando a vela o a motor, es conveniente memorizar dos reglas Normalmente, los buques deben entrar y salir de un dispositivo por los extre mos.
sobre maniobra. Sin embargo, si es necesario, pueden:
• Por una parte, cuando nos desviemos para evitar un barco, siem- • entrar por un lado para tomar la vía adyacente, si van en el sentido de la circulación de
pre es preferible realizar una maniobra que nos permita pasar por fa esta v ía;
popa de éste, y no por su proa. • salir por un lado, siempre que lo hagan formando un ángulo lo más pequeño posible.
• Por otra parte, debemos iniciar la maniobra de forma decidida y
con anticipación suficiente, para que el otro timonel no albergue nin- 4. Modo de cruzar un dispositivo
guna duda. Los buques pueden cru za r -es decir, cortar- una v ía o las dos vías de un dispositivo, siempre
\ Zonas de separación de tráfico
qu e lo hagan en sentido perpendicular a la dirección general del tráfico que circula por la vía
o las vías que quieren co rtar.
En la mar, en algunos lugares muy frecuentados, existen zonas de sepa- Hay que recordar que:
ración de tráfico, con "pasillos" muy concretos por los que deben nave-
• en las vías de circulación, los barcos de pesca, los barcos pequeños menores de 20 me-
El barco de la derecha navega a motor gar obligatoriamente los buques grandes. ¿Es necesario que os digamos tros y los veleros no deben estorbar la circulación de los demás buques;
(ta l como indica e l cono con e l vértice que es preferible no pasar el rato maniobrando en estos pasillos?
• en las zonas de separación está permitido pescar, pero la circu lación está prohibida ex-
hacia aba jo); por lo tanto, t iene que Conviene huir de ellos como de la peste y, si es totalmente indispen-
ce pto en caso de emergencia y para atravesar (cortar) un dispositivo.
separarse de la derrota del barco de la sable cruzarlos, hay que hacerlo siguiendo una derrota perpendicular a
izquierda, que navega a veta. la dirección general del tráfico.
544 La maniob r a El gobierno del barco 545

una pantalla de radar igual que si fuera un casco metálico de 10 me-


tros de eslora.
En lo que respecta a las seña les acústicas, casi no podemos contar
con ellas, pues las que emitimos sólo las pueden oír 105 barcos de vela.
En el caso de barcos pequeños de motor, éstos se encuentran aislados
por su propio ruido y en los buques grandes, la puerta del puente de
gobierno impide que pasen.
Las señales que emiten 105 demás barcos nos avisan, sin duda, de su
presencia, pero no nos permiten conocer la derrota que siguen, ni la
distancia a la que se encuentran. Dentro del casco de un velero, se
oyen muy bien 105 motores de los buques, incluso el ruido que hacen
las hélices, aunque estén lejos. Pero en realidad con eso tampoco arre-
glamos nada.
Cuando la visibilidad es reducida, la prudencia nos aconseja, eviden-
temente, separarnos de los pasos frecuentados, especialmente de las ru-
tas de los cargueros. En este caso también hay que decir, que si no las
podemos evitar, por lo menos hay que cortarlas en ángulo recto, limi-
tando de este modo al máximo el riesgo de encontrárnoslos de frente.
Para terminar diremos que los cementerios están llenos de peatones
que murieron " en su derecho". Los barcos de recreo, aunque sean
grandes, son de alguna manera los peatones de la mar. Hay que recor-
darlo cuando navegamos a rumbo de colisión con un barco grande que
El Reglamento que rige e l "'cruce " de Dentro de un canal debe desviarse ... El único reflejo adecuado en ese caso es preguntarnos
barcos es muy diferente de la simpl e Las normas relativas a la navegación en alta mar, no son vigentes en 105 "¿Me habrán visto? " , y si no estamos seguros, desviarnos nosotros, de
noción de prioridad que conocemos e n canales, en donde la regla esencial es navegar por la derecha. forma decidida y con la suficiente antelación. Pues efectivamente:
ca rret e ra. El Reg lamento para pre venir Pero conviene saber que navegar dentro de un canal es una opera- • un barco grande no siempre puede maniobrar a tiempo, debido a
l os abordajes en la m ar hab la de ción harto delicada para un buque de gran tonelaje, pues normalmente su velocidad y sobre todo de la lentitud de sus reacciones;
oblig acio nes (este barco debe apenas tiene espacio para maniobrar y, si disminuye demasiado su ve-
separa rse de la derrota del velero) y no locidad, corre el peligro de no poder maniobrar en absoluto. En un ca-
de de rechos (el velero deberá ma nte ner nal, a bordo de un barco de recreo, no solamente debemos navegar
su rumbo excepto s i el barco no lo ha por la derecha, sino no hacer nada que pueda estorbar, por poco que Las señales de niebla
visto; en ese caso e l velero debera sea, la maniobra de los grandes buques. Además, en muchas ocasio-
maniobrar e n consecue ncia). nes, los barcos de recreo pueden mantenerse li geramente apartados de El reflector radar
los limites del canal. Los barcos cuyo casco no sea metá lico deben lleva r "i n sta -
lado" un re fl ector radar, y n o simpleme nte ll evar uno a
Con visibi lidad reducida bordo.
Las reglas de rumbo y gobierno no cambian, pero resulta difícil, si no Este reflector debe co locarse " plano " y no co n la punta
hacia arriba.
imposible averiguar si estamos navegando en "rumbo de colisión" con
otro barco. Con el fin de evitarse unos a otros, 105 navegantes dispo-
las señales acústicas
nen de dos medios diferentes: el radar y las señales acústicas. En principio, un barco de ve la en navegació n debe emitir
Los mercantes, los buques de guerra y 105 pesqueros grandes están tres pitadas: una larga y dos co rt as, co n intervalos que n o
equipados con radar. Para tener la posibilidad de ser vistos con estos sobrepasen los dos minutos.
aparatos, 105 barcos de recreo deben llevar un reflector rad ar a tope Los barc os d e menos de 12 metros de eslo ra pueden
de palo. tste, para ser efectivo, debe responder a unos requisitos con- emitir una "se ñal acústica eficaz" a interva los que no so-
cretos. Si es muy grande y está colocado bastante alto, se puede ver en brepasen los dos minutos.
546 la maniobra

• en alta mar, es frecuente (sobre todo a la hora de comer) que al-


gunos cargueros estén gobernados por el piloto automático, y no haya
nadie en el puente de mando;
• de noche, es prácticamente imposible ver las luces de un velero
desde el puente de mando de un carguero.

La virada
Una maniobra no siempre es suficiente para evitar el abordaje. Por lo
tanto es necesario que indiquemos nuestra presencia por todos los me-
dios posibles: hacer girar un proyector potente (si lo tenemos) hacia el
puente de mando del barco, o también, si el peligro es inminente, lan-
zar bengalas en dirección a dicho puente de mando, utilizando prefe-
rentemente bengalas blancas o verdes (de venta en las tiendas de efec-
tos navales).
También hay que resaltar que la llegada de los multicascos rápidos,
capaces de evolucionar en la playa a 15-30 nudos, plantea nuevos pro-
blemas a 105 capitanes de los cargueros. que se ven sorprendidos al ver Al gobernar el barco, la viradas constituyen unos momentos muy espe-
aparecer en sus pantallas débiles ecos de radar a gran velocidad, inclu- ciales; ya sea por avante o con el viento de popa, el barco debe cruzar
so aunque estén acostumbrados a los barcos de recreo tradicionales. el eje del viento y cambiar de amura. Las velas que en una misma amu-
Por esta razón es necesario llevar a cabo una enorme vigilancia, pues ra sólo estaban sometidas a cambios de orientación progresivos, en es-
debemos ser capaces de maniobrar siempre los primeros de forma deci- te caso pasan con mayor o menor rapidez de un costado del barco al
dida y sin albergar dudas. otro. En este movimiento se produce una laguna, un instante de incer-
y cuando por último, ya ha pasado ese enorme peligro negro, pode- tidumbre, cuya amplitud y consecuencias debemos controlar.
mos sacar el rosario (de tacos), volver a poner orden a bordo, celebrarlo El eje del viento es una especie de muro. Dar bordadas es avanzar en
y colocar de nuevo a cero el maravilloso reglaje de velas, que justo ceñida a uno y otro lado de este muro; virar de bordo es saltar el muro
unos minutos antes estábamos a punto de perfeccionar. con el impulso que lleva el barco. En este caso, igual que en la ceñida,
la velocidad del barco es una cuestión fundamental.

Este barco de vela no tiene intención


alguna de escalar el aca ntilado. l a
tripulación se prepara para hacerl e
cruzar el eje del viento y volver a sa lir
en la otra amura . la orden: ¡Preparados
para virar! acaba de retumbar.
La maniobra La virada 549
548

Por el contrario para virar de bordo con el viento de popa (o virar


por redondo), la velocidad no tiene importancia. Nuestra preocupación
debe limitarse a controlar rigurosamente el rumbo que seguimos. pues
las guiñadas pueden estropear todo el trabajo; con el viento de popa,
el barco navega sobre el borde del muro -nos atrevemos a decir-, y se
trata de no inclinarnos ni a un lado ni a otro. Estas dos maneras de vi-
rar son, por lo tanto, muy diferentes entre sí.

LA VIRADA POR AVANTE


La virada por avante es una maniobra franca, es decir, el barco va avan-
zando en ceñida, orza para cruzar el eje del viento y se sitúa otra vez en
cenida en la otra amura. ¡Es de lo más sencillo!
Sin embargo, durante este movimiento las velas flamean y el barco
recorre un ángulo de 900 aproximadamente, sin fuerza de propulsión,
sólo con su arrancada; si esta arrancada es insuficiente, o si la utiliza-
mos mal, el barco puede negarse a cruzar el eje del viento, con lo cual
la virada no se produce, es decir, falla la virada. Esto a veces, resulta ri-
diculo, y también puede llegar a ser peligroso.
En este momento nos vemos obligados a decir, tranquila pero firme-
mente que una virada no se debe fa llar. Y debéis hacernos el honor
de creer, que si estamos un poco obsesionados con este tema, ¡no nos
falta razón!
Fallar una virada, con viento fresco, a barlovento de una costa escar-
pada, es una de las causas de accidentes más frecuentes, y además ac-
cidentes graves. De cualquier modo, representa una especie de fracaso,
que revela, si no un escaso conocimiento del barco y de la mar, por lo
menos una mala apreciación de las condiciones del momento en sí.
En realidad, para que una virada pueda llevarse a cabo con éxito, Una s imple virada por ava nte sepa ra
hay que tener en cuenta varias condiciones. Principalmente, debemos: estos dos barcos que se cruzan
• mant ener el barco bien equi librado con el trapo adecuado; navega ndo en amu ras d iferentes
• tener en cuenta el estado de la mar, saber elegir el momen-
to oportuno; Ponernos en ceñida
• iniciar el movimiento a partir de la ceñida, con velocidad; Supongamos que el viento es fresco, hay un poco de mar y estamos
• maniobrar correctamente la caña y las escotas, y saber jugar cerca de la costa, y empezamos a decir que vamos a tener que virar.
con el asiento del barco. En primer lugar nos ponemos en ceñida, pues si iniciamos la virada a
Con buen tiempo, está claro que podemos virar cumpliendo sólo partir de cualquier otro rumbo, el ángulo muerto que el barco tiene
dos o tres de estas normas, pero en cuanto el viento aumenta y hay al- que recorrer sin fuerza de propulsión es demasiado grande, y corremos
go de mar, es precisamente cuando no podemos arriesgarnos a fallar la el riesgo de agotar su impulso antes de llegar a la posición del vien to
virada, por lo que es muy importante reunir todas las condiciones para de proa. Por esta razón es muy importante -sobre todo al principio- si-
llevarla a cabo con éxito. tuarnos en ceñida y mantenernos un instante en este rumbo, justo el
En este apartado, vamos a describir principalmente la única virada tiempo necesario para asegurarnos de que realmente estamos en ceñi-
que vale la pena analizar, es decir, la virada en crucero con viento fres- da, que el barco esta "cómodo" y que lleva suficiente velocidad para
co, y no dudaremos en entrar en detalles. lanzarse.
La maniobra La virada 551
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• Efectivamente estamos en ceñida; hay que recordar que hemos te de actuar incluye tres voces sucesivas: ¡Preparados para virar! ¡Vira-
descrito este rumbo como "el rumbo en el que mejor se consigue ga· mos! ¡Largar! Resulta muy cómodo describir la maniobra a partir de es-
nar barlovento". tas órdenes, pues cada una de ellas corresponde a una serie de accio-
nes concretas. Si esto n05 parece demasiado militar, podemos inventar·
En los multicascos. esta orientación puede obligar al timonel a seguir nos unas voces a nuestro gusto, o bien solucionar el asunto a base de
un rumbo demasiado abierto y, por lo tanto, a tener que cruzar un án· tacos, O a golpes con la manivela del güinche, en caso de que la tripu-
gula demasiado grande. Por lo tanto al navegar en este tipo de barcos lación sea un atajo de ineptos ... También podemos hacer la maniobra
podemos vernos obligados a hacer una ceñida un poco especial, con con menos gente, pues es suficiente un solo tripulante espabilado que
un ángulo muerto más pequeño, aunque tengamos que disminuir un desempeñe todas las funciones una tras otra.
poco la velocidad.
• El barco está a gusto, con las velas regladas al limite del flameo y ¡Preparados para v irar!
el estay está bien tenso por medio de la burda de barlovento o el ba- Se produce un zafarrancho general. Abandonamos las posturas lángui-
questay; no hay ningún tripu lante sobrecargando la proa, que pasa las das y cada uno se coloca en su sitio. Hay que asegurar que las manio-
olas con facilidad, ni perturbando los filetes de aire que transcurren en· bras estén claras:
tre el foque y la mayor; llevamos las velas adecuadas al viento que ha- • La escota de barlovento del foque debe estar floja por la proa, de
ce; ni demasiado cortos de trapo, lo que haría que el barco no tuviese esta manera al pasar éste la deja libre de los obstáculos que suele ha-
la suficiente potencia, ni pasados de trapo, lo que le obligaria a tum- ber en la cubierta de proa. Es inútil, es decir nefasto, darle una vuelta
barse; en definitiva, el timonel puede "sentir" su barco. en el güinche, pues si lo hacemos obligamos al tripulante encargado de
En los monocascos, podemos comprobar de un vistazo que el barco cazar a darle vueltas inútilmente durante un buen rato.
está "cómodo" cuando la escora no es excesiva. En los multicascos es· • Debemos comprobar que la manivela del güinche está al alcance
ta señal no existe, sino que debemos ejercitar nuestra sensibilidad" cali· de la mano.
brando" los movimientos más complejos del barco. • Hay que preparar las escotas de sotavento para largarlas y que
• Llevamos bastante velocidad, y ésta es más valiosa al ser el barco puedan deslizarse con facilidad; en caso de que estén demasiado enro-
más ligero y por lo tanto disponer de una inercia menor. Éste es el caso lladas en la cornamusa, podemos deshacer una o dos vueltas, para lar-
de la mayoria de los multicascos. garlas más deprisa, una vez llegado el momento, i pero hay que tener
Asegurarnos de que se cumplen todas estas condiciones, es cuidado! Lo mejor sería no tener que soltar nada ...
asegurarnos de que podemos virar cuando decidamos hacerlo. El único medio de que las escotas estén claras. es mantenerlas en un
Todas estas condiciones son las de una buena ceñida. El barco no de· montón bien ordenado en el fondo de la bañera, es decir, sin adujar.
be estar embridado, en realidad basta con que avance correctamente
como si tal cosa. De todas formas. no tiene por qué saber que va a virar.
Para iniciar la maniobra elegiremos un momento en que la mar no
"rompa" la arrancada ni entorpezca su movimiento, un momento en
que se muestre especialmente vivo, y que navegue con entusiasmo (es·
to es muy importante cuando se trata de un multicasco que tiene que
chocar dos veces. o incluso tres, con la misma ola). A veces es necesario
El barco de arriba puede virar:
aplazar la orzada si por cualquier motivo se produce una disminución
- pues navega en ceñida;
de velocidad. es decir que, en principio, la condición fundamental para
_ lleva las vela s bie n regladas;
reali zar la virada es precisamente la velocidad. 1. l a escota de barlove nto del foque
- el estay está tenso;
Pero el éxito de la virada también va ligado a la perfeda coordina- está floja .
_ ll eva el trapo adecuado al viento qu e
ción entre los tripulantes, es decir, que cada uno tiene una función 2. la escota de sotavento está " e n
hace;
concreta que desempeñar en un momento dado. Para conseguir esta montón bie n ordenado " al fondo de la
- casi no escora;
coordinación. es conveniente que el patrón dé en voz alta las voces bañera .
- los t ri pu lantes están bien colocados;
pertinentes para realizar la maniobra. Ya no se utiliza la frase ¡A la gra- 3. l a burda de sotavento está cazada.
- las escotas están claras;
cia de Dios! que antaño se decía en los grandes veleros. en los que la 4. La ola gra nde ya ha pasado.
No podemos decir lo mismo del barco
virada era casi siempre una maniobra peligrosa. La manera más carrien- S. Viramos.
de abajo.
la virada 553
552 La maniobra

• Si podemos tensar la burda de sotavento sin deformar la mayor,


éste es el momento de hacerlo. En otro caso, la tensaremos al iniciar el
movimiento, cuando empiece a flamear la mayor. No hay que largar la
otra burda hasta después de haber virado .
• Cuando los tripulantes están listos anuncian Preparado el foque
(Preparada la rrinquera). y lo mismo dice el timonel, si no es él quien
ordena la maniobra. Puede ser conveniente, si la hora de la comida es-
tá próxima, asegurarnos también de que todo está preparado abajo en
aparente
del foque
la cocina.
Ya s610 queda elegir el momento adecuado. Para ello es necesario
que el patrón haya asimilado bien el ritmo de la mar, no vaya a ser que o
inicie la maniobra justo en el momento en que aparezca una serie de -g-
viento aparente Ol>
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olas grandes, pues no hay nada como una ola mal tomada para romper
de la mayor
la arrancada del barco y lanzarlo al rumbo que tenía al principio, que es "'-o
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lo que suele ocurrir en los multicascos. Con una mar muy formada. es
muy importante iniciar la virada sobre el lomo de la ola, justo después ... .. '"
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que cruzamos el eje del viento, con el fin de que la siguiente ola nos ,9- " ro

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De bido al
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rotaci ón del ba rco,
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relación con el foque y ha escaseado e n
iViramos!
Es el imperativo categórico, la orden absoluta, total e irreversible. Va di-
rigida al timonel, a los tripulantes, al barco, a todo el universo. Cuando
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para que así sea. Vamos a detallar el papel de cada uno. ",CIl .• "O .E
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El papel del timonel


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Un golpe de caña brusco frecuentemente deja al barco desconcertado; ,
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y al contrario. si maniobramos la caña demasiado tímidamente la
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consecuencia es una orzada demasiado lenta, durante la cual también :5- 'e c. "E u
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nos quedamos sin arrancada en una pura pérdida de velocidad . CIl ... ro .,;
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Es necesario que el timonel empuje la caña primero despacio sin po- 'O'" ... u ,e o ro
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nerse nervioso y después que vaya aumentando el movimiento, es de- -O "u
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cir, acompañando el movimiento de la caña. Pero con frecuencia el bar- @
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co se desenvuelve muy bien solo -a veces, incluso mejor- o El timonel
simplemente tiene que soltar la caña y ocuparse de la mayor. Si bien no ...
esta obligado a sujetarla, sí tiene que cazar a fondo la mayor tirando de O'"
...Je.
uno de los guarnes del aparejo, sin largar la escota de la cornamusa.
De este modo actuará como un verdadero timón de viento, haciendo
orzar al barco y obligándolo a escorar si es un monocasco, aunque to-
davía sigue orzando; y mientras tanto la inercia de la parte alta del palo
le obliga a orzar todavía un poco más ...
Mas va te maña que fu e rza.
554 La maniobra la v irada 555

El p apel de los tr ipu lantes


Si es necesario, uno de los tripulantes puede ayudar al timonel a cazar la
mayor, o bien hacerlo en su lugar. Otro debe cazar el foque a tope (ti-
ra ndo de la escota como un loco entre el escotero y el güinche (siempre
que antes haya dado unas cuantas vuel tas a la escota, evidentemen te).
Dura nte la orzada el resto de la tripulación no puede permanecer
inactiva: se coloca a sotavento y un poco hacia la proa, para acentuar
la escora y hacer que el barco se vuelva más ardiente. Si con todo esto
el barco no vira, sólo queda una solución: cambiar de barco.
Preparado para virar: e l tripu la nte
e nca rgado del foqu e sólo da una vuelta
¡Largar! en el gu inch e, nunca más.
vez la
Esta orden va destinada a los tripulantes encargados del foque.
tstos, de momen to, no han tocado todavía su escota, excepto el sordo. an tes), pero el foque puede seguir portando casi hasta el viento de
proa rea l, utilizando el viento aparente formado por la rotación del bar-
¡No hay que largar demasiado pronto ! co, siendo este último aporte de energía extremadamente valioso (un
El papel del sordo tiene su importancia pues el foq ue debe portar el foque que flamea representa un freno considerable). Por lo tanto 5610
máximo tiempo posible durante la orzada, y puede portar mucho más soltaremos la escota cuando la vela esté bruscamente desventada, y es
tiem po del que pensamos. De hecho, el movimiento de rotación del en ese momento cuando debe retumba r la orden de: ¡ Largar!
barco produce un efecto muy particular sobre las velas, pues el viento
de la velocidad alarga para el foque mientras que escasea para la ma- ¡No hay que cazar demasiado deprisa !
yor. Como consecuencia, la mayor flamea bastante pronto (y a partir Uno de los tripu lantes larga en banda la antigua escota, tirando de ella
de en tonces podemos soltar el guarne de su escota del que tirábamos hacia proa por delante del escotero. El foq ue, al flamea r en el momen-
to de cruzar el eje del viento, despeja por sí solo la nueva escota de los
obstaculos que pueda haber en la cubierta de proa, siempre que la
1. iPreparados para virar!
El barco está e n ceñida .
lleva suficiente velocidad.
l a burda de sotave nto está cazada.
las escotas están cla ras.
los t ripu lantes est án preparados.

2. ¡Viramos1
El timone l empuja la caña (o la suelta).
El timonel y el proel cazan Ya tope" la mayor y e l foque .

3. Todavia no es e l momento de la rgar el foque, aunque la mayor


fl a mee.

4. El "fo quero " larga e l foqu e y tira de la escota por delante del escotero, s i
es necesario; e l nuevo proel com ienza a recoger la parte fl oja de su escot a .

5. El nuevo pro el caza e ne rgicamente e l foqu e y da vueltas a la escota. El timonel


vuelve a colocar la caña a la via . l a virada por avante ha terminado: e l
t imone l pone e l barco en ceñida y los

6. Y ya está, e l timonel pone e l barco a navegar en ceñida . tripu lantes encargados de la mayor y
del foqu e ajustan e l reglaje de las velas.
556 La maniobra la virada 557

nueva escota se deje completamente floja durante el mayor tiempo po- gunos barcos lo llevan, incluso con viento bastante fresco) . Un foque
sible. Mientras tanto el barco continúa su evolución gracias a su arran- de este tipo, cuyo puño de escota está situado bastante a popa del pa-
cada; cruza el eje del viento, arriba, y cuando la mayor vuelve a coger lo, suele encontrar dificultades para pasar solo por delante de éste en
viento por si sola en la nueva amura el timonel empieza a llevar la caña el momento de virar. Si, milagrosamente, no se engancha en los oben-
a la via para frenar la evolución del barco. ques, se quedará atascado en las cornamusas del palo o en las drizas.
Por lo tanto es necesario que un tripulante le ayude a pasar.
¿l o hemos conseg uido? Si, por supuesto, si hemos esperado real- la solución más eficaz es que dicho tripulante se desplace desde la Modo de utilizar bien un cabo de virar.
mente que el barco haya cruzado bien el eje del viento para cazar el fo- popa justo en el momento en que el foque queda libre, acompañándo-
que. En este momento, el típico error de las tripulaciones novatas, es lo en todo su recorrido sujetándolo por el puño de escota -sin soltarlo
decir, el motivo más frecuente del fallo en la virada, consiste en querer bajo ningún concepto-. Pues en otro caso, el apuesto jovencito que he-
cazar el foque enseguida sobre el nuevo bordo, una vez que el puño de mos visto salir lanzado hacia la proa tan contento, presentará un aspec-
escota ha pasado por delante del palo. Entonces comprobamos con ex- to de viejo boxeador groggy cuando vuelva a la bañera después de su
trañeza que el foque vuelve a embolsar el viento sobre la amura inicial, pequeño combate en el ringo
se hincha a la contra (está acuartelado), y la consecuencia inmediata En los barcos grandes, en los que la presencia de una persona en la
es que se interrumpe la evolución y comienza una rotación en sentido proa apenas afeda al equilibrio longitudinal, se puede coser sobre los
inverso. Hemos olvidado que el punto de tensión de la escota del foque génovas grandes un tacking-line, o cabo de virar, confeccionado con
no se encuentra en la línea de crujía del barco, sino bastante hacia un cincha, en el centro del pujamen . Se maniobra al pie del estay, colocan-
lado. Para poderlo cazar, hay que esperar a que la línea que une el do un brazo a cada lado. Se tensa el pujamen poniendo una mano so-
puño de am ura del f oque con el punto de tens ión, haya cruzado bre otra hasta que el puño de escota pase por delante del palo. A con-
t ambién el eje del viento; es decir, prácticamente cuando el puño de tinuación, el tripulante puede ayudar a cazar el foque en el nuevo bor-
escota flamea más o menos a la altura de los obenques. do, tirando la escota que se acaba de largar, y después haciendo fuerza
Para ello, hay que seguir con atención el movimiento del foque . Hay sobre el propio puño hasta que sus compañeros de la bañera hayan
tripulaciones novatas, que durante esta maniobra, se quedan aleladas afirmado correctamente la escota en la cornamusa.
mirándose las manos al tirar de la escota, y concentrando en ellas toda
su atención. Sin embargo, debemos convencernos de que una mano En caso de llevar dos toques
honrada puede muy bien trabajar sin que la vigilemos, siendo preferible En los barcos que llevan dos foques, primero hay que cazar el fo-
observar las consecuencias de su trabajo. Ésta es una norma general que, y después la trinqueta (por lo tanto, un solo tripulante puede
para todas las maniobras, pero en este caso tiene gran importancia en hacerlo todo). Pues, si lo hacemos a la inversa el puño de escota del fo-
el paso progresivo del foque de un bordo al otro. que batirá violentamente sobre la trinqueta que está tensa como un
tambor, pudiendo estropearla en muy poco tiempo. Además, si caza-
¡No hay que cazar demasiado tarde! mos primero el foque no tendremos después ninguna dificultad para
Cuando por fin el foque ha pasado bien, no sólo podemos cazarlo, sino cazar la trinqueta, lo que no ocurre si lo hacemos al contrario.
que además debemos hacerlo con rapidez. Pues en cuanto éste embolse
viento será muy difícil de dominar. lo ideal es cazarlo y dar vueltas a la es- En resumen : En todos los casos que se muestran en los dibujos, hay
Jovencito pimpante, aturdido al volver cota rápidamente en el momento preciso cuando, habiendo pasado, to- una cosa que aparece clara: es necesario que los tripulantes se den pri-
de la cubierta de proa . davía no trabaja. Este instante es muy breve, pero con la prádica lograre- sa y no se queden pasmados. El éxito de la maniobra depende en gran
mos distinguirlo enseguida. Yen caso de que no lo aprovechemos, ipara parte del modo en que se comporten; los que son muy nerviosos sue-
eso están los güinches y los músculos ! Si no disponemos de güinches, in- len pecar por exceso de precipitación; y los tranquilos, atontados por el
cluso puede que sea necesario arribar bastante, de ese modo al hacerse mareo y molestos por la escora, presentan una tendencia a renunciar a
turbulento el flujo de aire, el foque opondrá menos resistencia. Esta ma- cazar corredamente el foque, jcon el pretexto de que enseguida van a
nera de aduar no es más que una especie de apaño, pero ciertamente tener que largarlo otra vez!
siempre es mejor que quedarnos proa al viento y perder toda la velocidad. De hecho, cuanto más fresco es el viento más importante es prepa-
rar con ca lma la maniobra, asl como reunir todas las condiciones para
En caso de llevar un foque grande que ésta tenga éxito. Es preferible tomarnos el tiempo necesario, y es-
Cuando llevamos un foque grande pueden surgir ciertos problemas (al- tar seguros del tema (aunque a veces tengamos que acercarnos al obs-
558 La maniobra La vi r ada 559

táculo para adquirir velocidad suficiente), mejor que lanzarnos a hacer Cuando hemos fallado del todo ...
pruebas apresuradas que, por lo general, irán de mal en peor. 1 y 2. Sin arrancada e l barco se qu eda parado
antes de co locarse proa al viento y empieza a
Asegu rar la virada retroceder.
Cuando tenemos motivos para temer un fallo en la virada, podemos re- 3. S ujetamos la caña a sotavento y cazamos e l
currir a un truco para asegurar el éxito de la maniobra. foque a la contra.
Podemos virar sin tocar el foque. Una vez que ha pasado el eje del 4. Pasamos e l foqu e, cazamos las velas y, en
viento, éste recibe el viento a la contra obligando al barco a arribar en cuanto e l barco empieza a avanzar, cambiamos
la otra amura. No debemos largarlo hasta que tengamos segura la vira- de dirección la caña.
da. Na turalmen te, actuando de este modo, sacrificamos toda la veloci- 5. Recuperamos la velocidad a ba rlovento del
dad, debiendo dejarlo portar después sin vacilación para volver a recu- través antes de iniciar una nu eva virada, bien por
perarla. avante o por redondo.
Cuando después de una falsa maniobra, o porque en un principio
no llevábamos la suficiente velocidad, el barco se queda parado con las
velas flameando más o menos proa al viento, aún podemos hacer que
vire, si actuamos con rapidez.
Por ejemplo, si el barco se ha colocado proa al viento amurado a ba-
bor, debemos:
• separar con la mano el puño de escota del foque hacia estribor,
para que forme una bolsa y porte a la contra;
• empujar la mayor hacia babor haciendo fuerza sobre la botavara
para limitar la torsión;
• cambiar la caña, es decir, ponerla a babor (efectivamente el barco Cuando no podemos permitirnos fa llar la virada, lo primero que
empieza a retroceder, al actuar el agua sobre la cara posterior de la pa- hay que hacer es prepara r el remo, pues éste siempre nos puede
la del timón). echar una mano en el momento oportuno y asegurar el éxito de la ma-
Dispuestas de este modo, las dos velas y la caña obligan al barco a niobra, y al mismo tiempo salvar el barco ..
bornear hacia babor. En este caso podemos sentir la tentación de asegurar la virada utili-
Una vez que el barco ha iniciado del todo este movimiento, hay que zando el motor. Pero además de que es fundamental comprobar
soltar la botavara, largar el foque y volver a adquirir velocidad situándo- que no hay ningún cabo arrastrando por el agua, debemos evitar
nos con el viento de través, y después ponernos en ceñida cazando poner el motor más de lo necesario cuando el barco escora. Por lo tan-
Si acabamos de fallar ... progresivamente las velas. to, su intervención debe ser muy breve, y tiene el inconvenien te que se
1. Nos quedamos si n arrancada, V el En los catamaranes, hay que interrumpir estas maniobras a partir del descargan las baterías puesto que el mot or no funciona el tiempo sufi-
barco se queda parado, proa al viento. momento en que el barco empieza a retroceder. Pues si insistimos éste ciente para compensar el consumo de energía necesario para arrancar-
2. Hacemos que el foque y la mayor puede adquirir demasiada velocidad hacia atrás, corriendo el peligro de lo. Por lo tanto debe ser una maniobra excepciona l.
reciban e l viento a la contra, y romper los timones.
cambiamos de lado la cana. Si no hemos realizado la maniobra con rapidez, el barco empieza a Distintos comportamientos
3 . Mantenemos e l foqu e V la caña a la caer poco a poco hacia el rumbo que tenía en un principio, y esta vez Evidentemente, no todos los barcos se comportan igual en la vi rada.
contra . la virada habra fallado definitivamente. Hay que coger velocidad a bar- Aq uí, como en el resto de las maniobras, es principalmente el peso del
4. Una vez e l foque ha arribado lovento del través antes de empezar de nuevo. También se puede lar- barco lo que más influye, más incluso que su t amaño; es decir, que un
bastante hacia e l rumbo correcto, gar todo y esperar que el barco arribe solo, o acelerar el movimiento barco ligero no tiene arrancada pero vira deprisa, un barco pesado,
pasamos el foque y ca mbiamos la caña. para ganar tiempo. En ese caso, hay que efectuar las mismas operacio- aunque sea pequeño, evoluciona más despacio pero con arrancada, y
5. A continuación, volvemos a adqu irir nes que el caso anterior, pero en el otro sentido; es decir, cazar el fo- un multicasco es ligero, pero evoluciona despacio.
velocidad co n e l viento de través; y por que a la contra a babor, empujar la mayor hacia estribor, y poner la ca- A igual peso, muchos barcos viran con más facilidad que otros, pues
último, ya podemos s ituarnos e n ña también a estribor. De este modo nos situaremos con mayor rapidez también intervienen factores relacionados con la forma, y el equilibrio.
ceñida. a pie de obra. De modo general, podemos señalar que los barcos de diseño antiguo y
560 la maniobra La v irada 561

los multicascos muestran frecuentemente cierta aversión a virar, sin otro. Por su parte el spi tampoco deja de trabajar y se sostiene con difi-
embargo los monocascos modernos son más dóciles. De cualquier for- cultad en el momento de cambiar el tangón, con lo cual puede sor-
ma, lo principal es conocer las reacciones de nuestro barco y no impo- prendernos con cualquier tipo de fantasía.
nerle un ritmo de maniobra que no le conviene. Pero la dificultad principal esta en el peligro de las guinadas. Este pe-
Para terminar ¿debemos matizar las normas enunciadas al principio? ligro que es una de las constantes al gobernar el ba rco con el viento de
Los modos de actuar que hemos descrito en este apartado corresponden popa, se agrava en este caso por las variaciones del equilibrio origina-
a tripulaciones todavía con poca práctica, o en condiciones de tiempo di- das por el movimiento de las velas. Con el viento de popa, el barco na-
fíciles. Con buen tiempo y una tripulación bien entrenada, una virada por vega encima de un muro y no puede caer ni a un lado ni a otro. Des-
avante debe realizarse sin ceremonia y en mucho menos tiempo del que graciadamente, el barco sólo piensa en eso e inevitablemente acaba
necesitamos para escribirlo. Podemos virar muy bien, por ejemplo, desde por conseguirlo en cuanto el timonel se despista un poco; o bien parte
otro rumbo que no sea la ceñida, si somos capaces de acompañar el ca- de orzada sin que nada pueda retenerlo o, al contrario, arriba antes de
zado de las escotas con el progresivo cambio de rumbo del barco; un fo- tiempo mas alla del viento de popa, con lo cual se produce la traslucha-
que que flamea antes de tiempo no tiene por qué ser motivo de un fallo da, virada involuntaria e incontrolada durante la cual la botavara barre
en la virada, si el barco lleva velocidad; incluso se puede virar también sin la cubierta sembrando la confusión a su paso y arrastrando el barco ha- El barco est á en popa cerrada, la t rapa

demasiada velocidad si manejamos perfectamente las escotas y la caña. cia una orzada sobre el nuevo bordo que suele provocar la indignación bien tensa y e l carro de escota de la
Ésta no es una razón para dejarnos llevar por la indiferencia. En lo del spi, que es una vela de lo más sensible. Es lo que podríamos deno- ma yor bloqueado en e l centro:
que respecta a los multicascos, hay un peligro que acecha, pues en rea- minar una virada para romper todo. podemos virar por redondo.
lidad nos acostumbramos a que el barco vire solo de alguna manera y
ya no prestamos demasiada atención a esta operación. Al pasar el
t iempo, realmente ya no sabemos virar por avante y fallamos la
man iobra justo el d ía que no podemos perm itírnoslo, es decir,
con ma l tiempo y sin haber dejado el margen necesario para po-
der volver a empezar, en caso de no lograrlo.
De cualquier forma, en este último caso, no es el momento de
desesperarnos, pues si no podemos virar por avante, siempre nos que-
da la solución de virar por redondo.

LA VIRADA POR REDONDO


Virar por redondo es cambiar de amura pasando por el viento de popa
sin cambiar necesariamente de rumbo. La mayor, completamente lar-
gada en este rumbo, pasa de un bordo al otro realizando un giro de
1800 aproximadamente; el spi también debe desplazarse hacia el nuevo
bordo de barlovento, para lo cual, en los monocascos, necesitamos
cambiar de sitio el tangón .
De todas las maniobras de navegación a vela, ésta es probablemente
la más delicada en cuanto hay un poco de viento. Y esto es así porque
en ningún momento podemos "neutralizar" las velas. Cuando virába-
mos por avante, la mayor al estar cazada plana flameaba en el eje del
viento y no originaba ninguna fuerza de propulsión; sin embargo, con
el viento de popa aunque esté cazada a tope, sigue portando, pues su
borde de ataque es en este caso la baluma, que al no ser rígida no pue-
de permanecer completamente en la línea de crujía del barco; de este
modo no deja de recoger viento tanto por un costado como por el
562 la maniobra La virada 563

Con el fin de evitar hechos tan lamentables, al vi rar por redondo de-
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bemos situarnos en condiciones muy concretas: >
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• El barco debe navegar en popa ce rrada y mantener el mismo E~
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y una disminución de la misma no afecta al éxito de la maniobra. Por otra
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aquí un ritual absolutamente cronometrado, es recomendable que el patrón
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rada por redondo en crucero con uno, dos o tres cascos, con viento
bastante fresco y mar formada, pues evidentemente es en estas condi-
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popa cerrada. ¿Cómo nos las vamos a arreglar?
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El spi nos proporciona señales aproximadas. Si está bien reglado pa-


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verdadero viento de popa es mucho más preciso que todo esto, siendo. cr
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ante todo, cuestión de entrenamiento; corresponde al timonel intentar
percibir el viento con los oídos o mirar la veleta, y observar la dirección
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de las olas, en definitiva sentir bien su barco.
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Ya hemos tomado la decisión de virar. Es el momento de hacer un
" repaso" para evitar los pequeños despistes que originan las grandes
catástrofes:
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564 la maniobra la virada 565

• ¿Está n largadas las dos burd as? Deben estarlo a partir del mo-
mento en que hayamos arribado más allá del viento de través;
• ¿Está la t rapa bi en ten sa d a? Debe estarlo para limita r la torsión
de la mayor, y por lo tanto el balanceo, así como para evitar el peligro
de una trasluchada china;
• ¿Está bloquea d o el ca rro de la ba rraescot a en el centro? Es
necesario que así sea si queremos poder cazar la mayor en la línea de
crujía en el momento de virar y, además, es preferible evi tar que se des-
lice con gran rapidez de un lado al otro en el momento en que la vela
cambia de bordo;
• y después, por cierto, ¿hemos largado la retenida de la bota-
vara? Es un olvido más frecuente de lo que parece ..

Mientras efectuamos estas comprobaciones, el timonel "trabaja" el


viento de popa. Durante toda la maniobra. deberá tener una visión cIa-
ra de la situación, es decir, no tener a nadie detrás o encima de las ro- 1. Hemos largado e l amantillo y
El vistazo del patró n desenganchado e l tangón .
dillas. Es preferible que se ponga de pie (siempre que la botavara no
1. ¿Es t amos e n popa cerrada? 2. El tangón pasa por debajo del est ay.
pu eda golpearle en la cabeza) para percibir mejor el barco y cont rarres-
2. ¿Hemos logrado parar e l ba lanceo? 3. Enganchamos el tangón al puño de
tar enérgicamente los desequilibrios que pueden producir los movi-
3. ¿Se han largado las burdas? escota .
mientos de la mayor y del spi.
4. ¿Está tensada la trapa ?
Al mismo tiempo, en 105 monocascos, cuando hay olas debemos es-
5. ¿Está el carro bloqueado en e l centro
tar atentos para que no se produzca el famoso balanceo rítmico o
de la barraescota?
"pendular" que puede ser el origen de las más bellas guiñadas.
6. V, por cierto ¿hemos largado la
Podemos luchar con tra este balanceo con la caña, sin intenta r
retenida de la botavara?
cont rarrestar directamente el movimiento (con lo cual no hacemos
7. ¿Hay algui e n e n e l recorrido de la
más que agravarlo) sino zarandeando con firmeza la caña a la derecha
botavara?
y a la izquierda, pues según hemos podido comprobar este proce-
dimiento suele dar un buen resultado (aunque no conozcamos las
razones). Hay diferen tes maneras de actuar para cambiar el tangón de un bor-
A partir de este momento ya podemos iniciar la maniobra. Cada tri- do al otro. Sea cual fuere el método elegido, en principio debemos es-
pulante debe tener una función precisa, y por cierto no falta el trabajo, tar totalmente convencidos de una cosa: si el t imone l mantiene rigu-
pues debemos ocuparnos de la escota y de la braza del spi, de la escota rosamente el barco en el viento de popa, el spi pue de m ante n er-
1. Situarnos e n popa cerrada . de la mayor, y también de la maniobra del tangón, en la cubierta de se perfecta m en te sin tangón, duran te todo el tiempo que dure la
2. Pasar e l tangón. proa, si fuera necesario. maniobra. Pues con el viento de popa, ciertamente, el tangón más bien
3. Cambia r las velas. La operación se desarrolla en tres tiempos: sujeta el puño de amura sin separarlo, pues el spi presenta una tenden- '0Hemos la rg ado el amantillo y
4. Reglarlas. • cambiar el tangón de un bordo al otro; cia a alejarse solo hacia barlovento. Por lo tanto, podemos desaparejar desenganchado e l tangón .
• pasar la mayor; completamente el tangón y tomarnos el tiempo que necesitemos para 2. llevamos la punta del tangón al pie
• pasar el spi. volver a aparejarlo en la otra amura. del estay.
De hecho, las dos últimas acciones deben realizarse más O menos al La maniobra depende principalmente del tipo de jarcia del barco. 3. Desenga nchamos e l tangón del palo
mismo tiempo y pueden considerarse como la propia virada en sí. Si la jarcia no lleva baby-estay (o si se puede largar), el tangón puede y pasamos la punta al otro bordo,
gi rar sobre su coz y describir un arco de circunferencia pasando entre el pasando desp ués la coz por dela nte del
Cambiar el tangón estay y el palo. La maniobra es sencilla: basta con desenganchar la pun- baby-estay.
An tes que nada, debemos despejar bien la cubierta de proa, bajando la ta del tangón de la braza, pasarla hacia el otro lado y volver a engan- 4. Enganchamos la coz del tangón a l
trinqueta de spi, el reacher o el big boy, y amollando la contra O con- charla a la escota . Si la jarcia lleva doble maniobra, enganchamos la palo; y. por último, enganchamos la
tras del tangón. punta del tangón en la maniobra que está floja . punta al puño de escota.
566 La maniobra la virada 567

En caso de que la jarcia tenga un baby-estay fijo, el asunto se com- El barco está equipado con un aparejo
plica un poco, debiendo desenganchar el tangón del palo, y luego des- completo de spi en cada amura .
plazarlo hacia la proa para que la coz pueda pasar por delante del l a braza que no se utiliza puede
baby-estay, y después llevarlo hacia atrás para que la punta pase por co loca rse co n bastante tiempo de
detrás del estay. antelación a la virada; se afirma al
Está claro que con dos tangones se simpli fican mucho las cosas. Al puño de escota, y se pasa por e l
principio de la maniobra, el segundo tangón se puede colocar a sota- tangón y por la polea de re torno. En
vento, enganchado al palo y a la escota (si el barco dispone de doble e l momento de efectuar la virada,
maniobra podemos incluso aparejar el tangón con bastante antelación bastará con tensar esta braza,
y en gancharlo a la maniobra que está floja). En cuan to pasa la mayor, haciendo fuerza con el amantillo
debemos pasar el spi sujeto con los dos tangones, y después, desen- correspondiente para colocar el
ganchar el que ya no sirva. tangón e n su sitio.
Un detalle fundamental: a parti r del mom ento en que desengan- la escota que no se utiliza se coloca
cha mos de la braza la punta de l tangón, hay que largar inmed ia- permanentemente en su sitio y entra
tamente el amant illo, pues en caso contrario el tangón se queda en juego al la rg ar en banda la braza,
sujeto como una lanza de lante de l spi, pudiendo traspasarlo. hasta poner la punta del tangón que
ya no trabaja sobre la cubierta .
Sea cual fuere el procedimiento utilizado, el cambio del tangón Acabamos de vira r de bordo, ya sólo
siempre es un trabajo difícil y a menudo acrobático cuando el viento re- nos queda colocar el penol del tangón
fresca y hay mar. Descubrimos entonces que las fuerzas que inciden so- sobre la cubierta.
bre el spi son enormes, y que si queremos luchar directamente contra
ellas podemos agotarnos inútilmente. Es preferible utilizarlas de manera
inteligente, eligiendo los momentos privilegiados en los que dichas De hecho, este procedimiento, que se utiliza mucho en los derivado-
fuerzas se ejercen en el sentido adecuado; hay que ser astutos, abrir res, enseguida resulta peligroso en un crucero. Es muy importante no
bien los ojos y ser sensibles a los movimientos del barco, iY también del sobreestimar nuestra fuerza, pues normalmente suele ser muy difícil lle-
spi ! Este último, cuando no está sujeto por el tangón, a veces inicia va r la botavara hacia la línea de crujía y sobre todo, imposible de frenar
movimientos extraños o inquietantes. Pero no debemos tomarlos en se- en el otro bordo. En ese caso, debemos tener cuidado no sólo con la
rio, pues es el t imone l, sólo él, el que t iene la cl ave de l problema . botavara sino también con la escota que puede atrapar a un tripulante
¡A él le corresponde pensar b ien en lo que hace! entre sus pliegues y lanzarlo por la borda.
y en el caso de que no logremos dominar completamente la situa- Este procedimiento tan directo no lo resisten todos los barcos por
ción, debemos decirnos que nada nos obliga a cambiar el tangón man- igual, no pudiendo ser utilizado más allá de fuerza 2 por barcos de
teniendo el spi en el aire, también podemos bajarlo, y después volver a aparejo cang rejo o guairo. Los barcos que tengan aparejo marconi,
izarlo por el otro bordo después de pasar la mayor. pueden arriesgarse con viento un poco más fresco, siempre que dis-
pongan de una trapa eficaz, pues en caso contrario lo más probable es
El paso de las velas ... que se produzca una trasluchada china.
Cuando el tangón está colocado en su sitio, a sotavento, podemos ini- Este método también es peligroso enseguida para los monocascos
ciar la maniobra de virada propiamente dicha que consiste en hacer pa- que tengan poca estabilidad inicial, pues corren el peligro de dar ban-
sar la mayor y el spi de un bordo al otro, si es posible al mismo tiempo. dazos enormes expulsando fuera a la tripulación.
Con viento fuerte no se puede realizar en ningún tipo de barco, pues la
El paso de la mayor ... mayor hace su frir a la jarcia grandes sacudidas, con riesgo real de roturas.
• El método habi tual. Con poco viento, podemos pasar la mayor" al • El método clásico. A partir del momento en que hace un poco de
vuelo", sin cazar la escota sino agarrando con la mano todos los guar- viento, es preferible realiza r el método clásico que es más razonable.
También podemos pasar la mayor con nes juntos para llevar la botavara hacia la línea de crujía y lanzarla con Siempre con el barco situado con el viento de popa y bien equilibrado,
la trapa, lo cual res ulta mas fácil el mismo impulso hacia el otro bordo ... i Un buen consejo es que to - un tripulante va cazando progresivamente la escota. Durante este mo-
navegando con spi que con foqu e. dos debemos resguardarnos ! vimiento, el barco presenta una tendencia a orzar, debiendo compen-
568 La maniobra la virada 569

> sarse esta tendencia con la cana. Cuando la mayor está cazada al máxi-

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si a éste le falta aire, se asfixia y acaba desplomándose sobre el estay.
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desplomarse; y si largamos demasiado la escota sin cazar rápidamente
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conseguirla. Una virada por redondo bien sincronizada es una ma-
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cuenta y navega en la amura contraria. La vela pasa bruscamente sin
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que nos lo esperemos. La trasluchada puede llegar a ser muy violenta, y
c.~ ocasionar roturas, o simple y llanamente el vuelco.
o ~ Trasluchada china. la trapa no estaba cazada y la botavara se ar-
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c.~ bola, pasando la parte baja de la vela al otro bordo, mientras que la
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o ~ parte superior se queda enganchada en un sable o en la cruceta. la
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O bajo de un pie), si el timonel no compensa a tiempo el movimiento del

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...1 barco, ya veces incluso por el simple efecto de una ola.

Virada por redondo con spi asimétrico


En principio, el spi asimétrico se apareja igual que un génova, con una
escota en cada costado, y se lleva en rumbos portantes. Pero en regata, Tras luchada china.
'V/- - - - - '
570 La maniobra La virada 571

podemos arribar más sin adquirir antes algo de velocidad. Por lo tanto,
cazamos las velas como para el rumbo del viento de través (el foque un
poco más que la mayor). Al arribar, vamos largando poco a poco las
velas para seguir acelerando.
Al acercarnos al viento de popa, hay que cazar enseguida la mayor. Si
el barco evoluciona con rapidez, no siempre podemos cazarla completa-
mente antes de virar -pero cuanto más cazada esté mejor resultará.
En cuan to la vela haya pasado, hay que largar la escota de la mayor
en banda, e incluso aunque queramos remontar rápidamente a barlo-
vento, es preferible enderezar la caña en ese momento, pues en otro
caso la orzada corre el riesgo de pasarse de la raya . Por otra parte, ha-
bremos tenido cuidado de no dejar escapar la escot a del f oqu e por
un cost ado sin tensarla por el otro, pues si esto ocurre todo el fo-
que, incluido su puño de escota, se pondrá por delante del estay y será
muy dificil volver a llevarlo a sotavento. En un momento delicado, este
tipo de gracia puede resultar de muy mal gusto.

Sin duda ya nos hemos dado cuenta que hay una clara diferencia de
ambiente entre una virada por avante y una virada por redondo.
La virada por avante se hace "con energía" y la única pregunta que
nos hacemos es" ¿Podrá el barco cruzar el eje del viento o no?"
Por el contrario, cuando viramos por redondo estamos completa-
Con un spi asimétrico o un gennaker. mente seguros de poder cambiar de amura, pero hay que hacerlo de
podem os dej ar la vela fl ameando puntillas, y la incertidumbre se refiere más bien a las eventuales
delante de la proa. En ese caso es consecuencias de la maniobra, es decir, ¿va a mantenerse el spi en
necesario que la contraescota pase su sitio, o quizás vamos a salir de orzada al acabar de virar, y rom-
por de la nte de l estay y por detrás per alguna cosa?
de la vela . No resulta inútil calcular el riesgo que lleva consigo cada tipo
en barcos rápidos. a veces hay que doblar una baliza virando por redon- de virada, pues éstos son muy diferentes según nos encontremos
do con un spi asimétrico, pues el viento aparente puede pasar de 90° en en alta mar o cerca de tierra.
un bordo a 90° en el otro. En este caso la dificultad consiste en que el
espacio entre el grátil y el estay es demasiado estrecho, por lo que hay 1. l a arrancada se agota y el barco se para.
que largar ampliamente el puño de amura mientras pasa la vela. 2 y 3. Hay que arribar lo mas rápidamente
posible, con el foque y la caña a la contra el barco
Virada por redondo después de fallar la virada retrocede y arriba.
Esta maniobra está ligada a una circunstancia muy concreta, es decir, 4. En este caso hay que cambiar la caña y pasar
cuando acabamos de fallar una virada por avante y no tenemos sufi- el foque .
ciente espacio a sotavento para intentarlo de nuevo, o porque estamos 5. Si dejamos el foque a la contra, el barco ya
convencidos de que volveremos a fallarla y preferimos no insistir. En es- no arribará más, la situación es irreversible.
te caso la virada por redondo se considera como un remedio y, en de- 6. Acompañamos la arribada con las escotas,
terminadas circunstancias, conviene realizarla con gran rapidez si no pu es es necesario adquirir la máxima
queremos que la cosa vaya de mal en peor ... velocidad posible.
El barco, después de fa llar la virada, se queda inmóvil, con las velas 7. Virada por redondo rápida. pero no demasiado
flameando y el viento de través. Incluso aunque hayamos arribado en- brusca.
seguida hasta llegar a este rumbo (cazando el foque a la contra) ya no 8. Por último, ya podemos orzar en la otra amura.
572 La maniobra

En alta mar si fallamos una virada por avante la cosa no suele ser
grave, pues tenemos mucha agua por delante, y basta con volver a em-
pezar. En cambio una virada por redondo, si el viento es fresco. resulta
más arriesgada, pues siempre es desagradable romper algo cuando nos
encontramos lejos de un resguardo.
El cambio
de velas
Cerca de tierra, ocurre lo contrario. Si fallamos una virada por avan-
te, y no tenemos suficiente margen como para intentarlo otra vez, el
barco puede encallar directamente. Resulta más pruden te realizar una
virada por redondo; si hay demasiado viento basta con bajar el spi y si
el viento sigue siendo fuerte. bajaremos también la mayor, y entonces
viraremos sin ningún problema. No debemos avergonzarnos de utilizar ·
soluciones modestas, pues los viejos marinos tienen su bolsa llena de
ellas.
Ya hemos mencionado en las páginas anteriores, las modificaciones
que hay que realizar en un barco en función del tiempo que hace y el
rumbo que sigue.
Estas modificaciones constituyen en sí mismas verdaderas maniobras
que conviene saber realizar perfectamente sin ninguna dificultad. Algu-
nas de ellas -cambiar una vela o tomar un rizo, por ejemplo- llevan
consigo una disminución momentánea de la velocidad del barco; otras
-como izar o arriar el spi, o enrollar o desenrollar el trapo- no le impi-
den, en principio, proseguir su ruta con toda normalidad. Todas ellas,
al replantear el orden establecido, constituyen ocasiones señaladas de
posible desorden, si no se llevan a cabo con el cuidado y la precisión
necesarios.
En este caso, efectivamente, todo es cuestión de detalles y es impor-
tante comprobar cómo pequeñas causas pueden originar grandes efec-
tos.
Modificar el trapo, en principio, consiste en manipular las velas en
condiciones muchas veces difíciles, pendiendo de un hilo el destino de
las mismas: en una ocasión se perdió un foque porque simplemente al-
guien se olvidó de enganchar un mosquetón en el pasamanos; y se
desgarró una mayor debido a que se olvidaron de un matafión .
Modificar el trapo, también es arriar, izar, tensar y cazar con rapidez.
Estas operaciones sencillas y evidentes, pueden ser causa de serios pro-
blemas si no se realizan conforme a las reglas establecidas. Es en ese
momento cuando algo puede bloquearse, pudiendo paralizar el barco
pura y simplemente.
A la vez que describe las maniobras de cambio del trapo, este capí-
tulo constituye al mismo tiempo algo así como las instrucciones para
manejar las velas. En él se realiza un análisis detallado de todo lo que
entra en juego para realizar con éxito una maniobra y al mismo tiempo
para no destrozar el guardarropa.
Cualquiera que sea la operación que vayamos a efectuar, antes que
nada debemos cumplir una serie de normas:
574 La maniobra El cambio de velas 575

1.° Hay que encontrar un sistema para dejar el barco el menor tiem- darse enganchada en las crucetas; el foque que vamos a izar está más
po posible sin velas. Con entrenamiento, algunas tripulaciones logran tenso, con lo cual se caza con más facilidad. Además, cuando hay un po·
cambiar un foque o tomar un rizo en menos de un minuto, así como ca de mar, no nos ducharemos como a menudo suele ocurrir en cenida ..
poner un spi en diez segundos. Sin embargo. es preferible evitar la pre- Por todas estas razones, si habéis navegado durante mucho tiempo
cipitación que nos hace izar un spi al revés, anudar un matafión alrede- con vientos portantes, con un foque demasiado grande para la cenida,
dor del pasamanos, o hacer del spi un artilugio para pescar. debéis pensar en cambiarlo antes de orzar, y así os irá mejor. Os damos
2.° En cuanto la mar está un poco picada, los tripulantes deben ama- este consejo con motivo de nuestra gran campaña en contra de los es·
rrarse con cabos de segundad. Se acabó el antiguo adagio: una mano pa- fuerzas inútiles.
ra ti y otra para el barco. De esta forma podemos disponer de las dos ma- La maniobra de cambio de foque depende en gran parte del equipa-
nos, realizando las maniobras más deprisa y sin miedo de caer al agua. miento del barco.
Esto es muy importante, pues resulta difíci l rescatar un hombre Algunos navegantes deportivos se empeñan en tener todo doble: es·
del agua mientras se realiza una maniobra de cambio de velas, tays, drizas y escotas. Esta decisión es demasiado sistemá tica, siendo
debido a que en ese momento el barco evoluciona con dificultad. conveniente hacer un análisis:
3.° Siempre que sea posible conviene elegir el momento y el lugar • el sistema de llevar instalados dos estays es una completa equivo-
de la maniobra. Al navegar en ceñida, el barco no dispone de una par- cación; resulta poco práctico, por una parte porque los mosquetones se
te de su trapo, pierde potencia, disminuye su velocidad y abate; por lo suelen atascar entre los dos estays, y por otra, porque no lograremos
tanto, necesita tener suficiente agua a sotavento. nunca mantenerlos tensos al mismo tiempo, siendo esto sólo ya sufi·
4.° la maniobra debe efectuarse según un protocolo invariable, que cien te para condenarlo.
toda la tripulación deberá conocer, y no empezará hasta que todo el • disponer de dos fijaciones para el puño de amura es sencillo, poco
mundo esté preparado. caro y simplifica tanto la maniobra que sería una tontería no colocarlas;
5.° Hay que tener presente que cuanto más refresca el viento, más • utilizar dos drizas resulta aceptable, aunque con frecuencia suele
difícil resulta realizar las maniobras, incluso las más sencillas. ser motivo de confusión;
• disponer de dos pares de escotas resulta de gran utilidad.
A continuación vamos a analizar con todo detalle los procedimientos En realidad, la abundancia del material reduce la rapidez de inter-
habituales para modificar el trapo. No nos vamos a detener en los siste- vención. Una cubierta de proa despejada como una pista de baile, es la
mas más o menos sofisticados que evolucionan con gran rapidez y que mejor garantía de una maniobra precisa y breve.
a menudo dependen de una marca concreta. Indicaremos también los
medios más sencillos que no necesitan ninguna pieza especial, y que
pueden servir además como reparación de emergencia.

EL FOQUE
Según las velas que lleven en la proa, los veleros actuales se distinguen
en dos grandes categorías:
• los que llevan varios toques, cada uno con un campo de utiliza-
ción específico, es decir, que cuando las circunstancias imponen una
modificación de trapo en la proa, se cambia de foque;
• los que tienen una única vela "para todo", enrollándose más o
menos cuando se quiere modificar su superficie.

Arriar, izar o enrollar un foque puede hacerse en todos los rumbos, pe·
ro la maniobra es más fácil cuando el barco navega en rumbos portantes,
por varias razones: la cubierta de proa está despejada de foques que fla-
l a presencia de dos fija ciones para el p uño de
mean y de puños de escota asesinos, y la driza no corre el peligro de que-
amura s implifica mucho la ma niobra.
576 La maniobra El cambio de velas 577

Para cambiar de foque Preparar las escotas


Preparar el nuevo foque Para que el barco permanezca el menor tiempo posible sin foque, hay
Los foques pequeños (de hasta 20 6 30 metros cuadrados) normalmen- que colocar inmediatamente las escotas en sus escoteros, por lo me-
te se guardan en una bolsa con el puño de amura en la parte superior. nos siempre que podamos.
Subimos el saco a la cubierta, y a continuación enganchamos el puño
de amura en su sitio al pie del estay (si no tenemos más que un solo Debemos contemplar diferentes casos:
punto de fijación enganchamos el mosquetón inferior al estay). Des- • cuando las mismas escotas se utilizan para los dos foques, y en los
pués volvemos a dejar la bolsa en la bañera, lo que hace que al mismo mismos escoteros: no hay nada que cambiar;
tiempo el foque quede estirado sobre la cubierta (i eS fantástico cuando • podemos utilizar las mismas escotas con un recorrido diferente y/o
un 5010 movimiento puede servir para dos cosas!). un escotero distinto: en este caso colocamos la contraescota del anti-
A continuación, volvemos al estay para engarruchar todos los mos- guo foque para que pueda servir de escota para el nuevo;
quetones al pie del mismo aprovechando para quitar todos los que po- • el nuevo foque tiene sus propias escotas: las instalamos inmedia- largamos todos los mosquetones
damos del foque que está puesto. tamente. que pOdamos del antiguo foque,
Si es un foque grande, que hemos amarrado como si fuera una sal- Hay que senalar que si las dos escotas no pueden pasar al mismo para engarruchar con más comodidad
chicha antes de guardarlo en su saco, lo subimos a la cubierta según tiempo por los escoteros, es necesario dejar para más tarde la instala- e l nuevo.
está, y lo ponemos estirado a lo largo del pasamanos engarruchándolo, ción completa de la nueva escota.
Hay que saber vaciar e l saco. bien amarrando el saco o bien metiéndolo dentro del barco.

1.·' caso: preparamos la contraescota 2." caso: antes de arriar


para que pueda servir de escota hemos pa sado las escotas
para e l nuevo foque . del nuevo foqu e.

Arriar
Un tripulante baja el foque con la driza, que normalmente estará situa-
da a babor. Si navegamos en un rumbo portante, hay que tensar la es-
cota para evitar que el foque caiga al agua; y si estamos en cenida, qui-
zás haya que largarla un poco en caso de que los mosquetones no se
deslicen bien sobre el estay.
En la proa, lo primero que hay que hacer es bajar el foque para que
flamee el menor tiempo posible. Evitar que se caiga al agua es conve-
niente, pero secundario, pues no se rompe con el agua de mar.
578 la maniobra El cambio de velas 579

Cambia r los t res puños


Una vez arriado el f oque, hay que afirmar el retorno de la driza a Los trucos
la cornamusa, colocar los puños de d riza de los dos toques uno del marino avispado
junto a otro y cambiar la d riza de un foque a l ot ro.

En este momento hay que tener cuidado, pues si tardamos en pasar


la driza de un foque al otro, el puño de driza podria dar una vuelta al-
C amb iar de foque es un ejercicio ca nsado y húmedo, es
decir peligroso. Entonces, ¿por qué no intentar faci litar-
nos la vida?
rededor del estay, debido al movimiento del barco. No siempre nos da-
mos cuenta de ello, sobre todo por la noche, y lo más fastidioso es que En e l sector útil
casi siempre izamos el foque igual, y al cabo de unas cuantas horas de Baja r el foq ue justo al princip io de la virada (con mal tiem -
navegación, tenemos que cambiar la driza metálica .. po, en el momento de pasarlo, para no arri esga rn os a fa-
llar la virada ), izá ndolo justo despu és.
También podemos arriar el foque y ponerno s de través
Hay que desengarruchar el antiguo foque, evitando desengarru-
con la mayor ca zada lo suficiente para no dejar flamear los
cha r por equivocación los primeros mosquetones del nuevo foque. En- sables. La cub ierta de proa q ueda entonces mucho más
seguida nos daremos cuenta de nuestro error si pasamos el brazo entre acoge dora, pero podem os perder un poco de sotavento.
la driza y el estay. Antes de intercambiar los puños de amura (cuando
sólo disponemos de una fijación), debemos enganchar uno o dos mos- Con el viento d e popa
Se arria el foqu e por encima del nuevo También p.o demos preparar el foque a barl ovento, bajarlo
quetones del antiguo foque en el pasamanos, para no perderlos. Des-
que vamos a iza r, debido a lo cual antes de virar por redondo e izar el nuevo foqu e después
pués pasamos las escotas de un foque al otro, y si es necesario, despla-
habrá un montón de mosquetones, y de la virada.
zamos el escotero (normalmente una polea "tragatodo") sobre el carril.
además todos se parecen. Si pasamos
el brazo entre el estay y la driza, nos El foqu e es tá preparado a
Izar, tensar, cazar
daremos cuenta a tie mpo de que e l barlovento.
El tripulante encargado de la driza la iza rápidamente y tensa. Mientras
a ntiguo foqu e está libre y que hay que En e l momento de la virada a rriamos
tanto, el encargado de la escota, caza un poco, justo para que el puño
dej ar de desengarruchar. e l foqu e q ue est a mos utiliza ndo e
de escota no fla mee. No caza del todo hasta que vea que el enca rgado
izamos e l nu evo una vez que nos
de la driza la ha afirmado ya en la cornamusa.
he mos s ituado e n la otra amu ra.

1. Pre paramos un foq ue


a bar/avento.
A B 2. Bajamos e / a ntiguo
Modo de t e nsa r s in güinche. foqu e antes de virar
Si hemos cambiado correcta mente la Muchos tripu lantes "tocan el a rpa " pero e n realidad no sabe n tensar la driza . Aquí por redondo.
driza de un foque al otro, las " vue ltas" mostramos e l m odo de hacerlo. Una vez he mos izado la vela a tope, pa sa mos la 3. Viramos por
que ésta al parecer da alrededor de l tira de la driza por debajo de la cornamusa y la mante nemos s ujeta con una mano, redondo.
estay no tienen importancia, pues son apoyándonos al pie del palo; co n la otra mano agarra mos la driza a la altu ra de los Es tos dos tripu lantes aprovechan la virada 4. Iza mos e l nu evo
las mismas hacia un lado que hacia e l hombros y nos echamos hacia atrás para tensar/a, y después la volvemos a para arriar el foque V amontonarlo foqu e por la nueva
otro, y se desha rá n como por arte de colocar s obre e l palo tirando enérgicamente hacia abajo, al tiempo que recogemos fácilmente en la cubierta de proa . amu ra.
magia en cuanto lo ice mos. la parte floja de la driza con la otra mano.
580 la m anio br a El cam b io d e ve l as 581
~----------~~~~----------------------~------------------~~~~~----------~~

Modo de utilizar bien el cabrestante (o güinche) • si las v ueltas resbalan sobre el ca beza l (es decir, si éste
gira sin arrastrarlas), hay que da r una v uelta m ás;
• seg uir así hasta dar cuatro o cin co v ueltas, si es nece-
a mayoría de los cabrestantes giran en el sentido de las agujas del re loj (si alguno gira en el sa rio ;
L otro sentido, es que los trinquetes están insta lados al revés). Por lo tanto la maniobra que hay
que tensar se enrolla en el cabrestante en el mismo sentido.
• cuando veamos que la v uelta de abajo tiende a morder
a la vue lta que está a su lado, hay que deshacer las vueltas
En principio, cuantas más vue ltas demos sobre éste, menos esfuerzo debemos hacer sobre el virando sin tensar; de este modo dejarán de montarse (so -
firme que tenemos en la mano, pero sin ca mbiar nada en la manivela. Si hay demasiadas vue l· bre todo si utilizamos un m eca nismo autocazante);
tas, ést as se montan unas sobre otras, co n lo cual la vuelta de abajo pellizca la q ue tiene a su la· • para largar la escota del cab restante, simplemente hay
do y atasca definitivamente el extremo por el que podríamos aflojarla. que tirar del cabo hacia arriba, en la dirección de su eje (en
La utilización adecuad a del cabrestante debe precisarse en función de este riesgo, que es muy sentido vertica l al cabeza!); esto lo podemos hacer incluso
grave y puede orig inar serias catástrofes; principalmente, se recomienda no guarnirlo más de lo aunque la manivela gire en la parte superior del mismo
necesario. (siempre que esté fija).

El cabrestante de escota Cabrestante de driza


• hay que empezar tensando a mano la mayor parte floja de la escota, sin utilizar el cabrestan·
• En primer lugar izamos todo sin utilizar el cab restante;
te;
• lo guarnimos con una o dos vue ltas con el extremo y,
• cuando la parte fl oja está cas i toda recogida, damos una primera vuelta sobre el mismo y a continuac ión, vamos dando una v uelta según va aumen. Cuando queremos largar unos pocos
seg uimos cazando;
tanda la resistencia, igual que hacíamos con la escota; centímetros, afloj amos las vuelta s
• en cuanto notemos la primera res istencia grande dam os una seg unda vue lta. Cuando ya no
• puede ocurrir que el final del tensado caiga en tre dos de este modo.
podamos caza r más, cogemos la manivela y viramos el cabrestante;
t rinqu etes, en ese caso para que el siguiente se quede en.
ganchado, hay que deslizar las vueltas virando el cabre s-
tante sin cazar;
• por último largamos la driza del cabrestante de la mis·
ma manera que la escota.
í
Preocupación fundamental

No tocar nunca una maniobra más arriba del cabrestante


I
pues realmente es la mejor manera de que la vuelta de aba~
jo quede mordida con la de al lado. No siempre nos damos
cuenta de esto (sobre todo por la noche) y si por casua lidad
hay que efectu ar una vi rada urgente, o arriar con rapidez la
ve la, nos encontraremos de repente, atasc ados, b loquea -
dos, traicionados e impotentes.

Llevar las drizas a la bañera

Guarnir el cabrestante Desguarnir un cabrestante El gü inche autocazante Actualmente la gran mayoría de las drizas van reenviadas a
Es to es lo que ll amamos morder: de escota Mas conocido como self-ta iling, la bañera. En este caso, se requiere mucha más fuerza para
cuando la vuelta de abajo se l a dificultad está en evitar que el este accesorio sirve para cazar la escota izarlas, y frecuentemente es necesario hacerlo entre dos. El
monta sobre la que está chicote de la maniobra quede de fo rm a automática. Ésta guiada por el " dedo ~ tr ipu lante que vaya a izar la driza debe colocarse al pie del
palo. El otro tensa la parte flo ja, desde la bañera, terminan.
a s u lado y la pellizca, s in que atascado en el cabezal. Para ell o del mecanis mo autocazante. qu eda
do de tensarla con el güi nche. Es la unica posición eficaz. No hay que tener
podamos seguir larg ando hay que t irar hacia arriba en bloqueada dentro de los dientes
Pero, ¡vaya montón de espaguetis en la bañera! Para evitar miedo a ayudar a caza r el foque. pues
la maniobra . dirección recta. si n hacer ningun y gira al mismo tiempo que el cabeza l
este desorden, hay que ordenarlas en bolsas y colgar las de la mientras agarremos la escota estaremos
movimiento de rotación. del güinche. escala de bajada o bien co locarlas en el suelo de la cabina. sujetos al barco.
582 la maniobra El cambio de velas 583

Con un estay hueco


Con un estay hueco la maniobra es la misma con la única diferencia
de los mosquetones. Arr iar e izar la vela resulta algo más difícil debi-
do al rozamiento, pues guiar la relinga no siempre es fácil. El verda -
dero problema está en la driza, pues si durante la maniobra ésta da
una vuelta alrededor del estay se puede romper el carri l, mientras el
tripulante está izando. En este caso, puede ocurrir que el foque no
pueda subir más, o lo que es peor todavía. que suba pero que no
pueda bajar.
Si el estay hueco tiene doble ca rr il, podemos izar un nuevo foque
antes de arriar el anterior. Esta maniobra suele ser complicada. debido
al rozamiento que se produce entre las dos velas, una sobre otra, y
también den tro de los carriles, no pudiéndose rea lizar con facilidad más
Para aferrar correctamente una vela, .. . y hacemos un cote. Con este fin pOdemos Hemos amarrado el foque al
que con poco viento. hacemos una gaza con un as de utilizar cabos de matafiones, o mejor aún. pasamanos. Cuando arriamos un
guias. azocamos ... trozo s de cincha . foqu e grande, hay que sujetarlo con
Modo de enrollar el foque rebenques antes de desengarrucharlo.
La maniobra se reduce a la más simple expresión. En primer lugar ten-
samos el foque con objeto de aplanarlo . Para enrollarlo, cazamos la
maniobra del tambor y vamos largando la escota según lo va pidiendo,
justo para que el esfuerzo no sea demasiado grande, pero sin dejar tia· Poner orden
mear la vela, volviendo a cazarla a con tinuación. Hay que pasar la contraescota por su escotero, para que, llegado el ca-
Si el foque está aparejado en el enrollador tenemos que convencer· so, el barco pueda maniobrar y virar.
nos de que el "foque para todo" no puede hacer todo bien. Incluso Los foques pequeños se guardan dentro de una bolsa, y no de cual-
aunque esté confeccionado de modo especial, este tipo de foque será quier manera, sino metiendo primero el puño de driza e introduciendo
siempre demasiado plano para poco viento o demasiado embolsado después toda la vela, excepto el puño de amura, que deber. colocarse
para mal tiempo. Entre las dos opciones más vale que sea demasiado arriba de todo, puesto que será lo primero que vamos a necesitar al uti-
plano que demasiado embolsado. lizarlo la próxima vez.
los foques grandes se sujetan con rebenques como si fueran salchi-
Modo de izar el tormentín chas y se guardan comenzando por el puño de escota (dentro de su
Esta vela obligatoria a bordo, merece una atención especial. bolsa O directamente en la escotilla) de modo que en el momento de
Es una imprudencia que pensemos izarla con un estay hueco o un volver a utilizarlo, lo primero que aparezca sea el puño de amura.
enrollador, pues es una vela de emergencia, que debe poder aparejarse
incluso si el sistema básico está estropeado o no se puede utiliza r.
El tormentín no puede izarse con el grátil suelto. Por lo tanto LA MAYOR
debemos disponer de un nervio, incluso aunque esté poco tenso. Pue·
de servirnos una driza o un cable especialmente previsto con este fin, Por lo general, manipular una mayor suele ser más incómodo que un
que esté colocado permanentemente a lo largo del palo y que se afir- foque . En este caso, no podemos izada o arriada en cualquie r rumbo, y
me en una argolla de cubierta. En este nervio aparejamos un tormen- mantener el barco navegando cuando la mayor no porta es a menudo
tín con la relinga del gr.til de acero o de Kevlar, que podemos tensar una cuestión delicada. Cuando el tiempo se estropea y hay que reducir
suficientemente de manera que dicha vela pueda izarse con el grátil trapo, más que cambiar de vela (no se suelen llevar dos mayores obli- Si es necesario, t ambién podemos
gatoriamente y además la operación es muy larga), disminuiremos su arriar la vela a un largo: el foqu e muy
suelto.
Resulta de gran utilidad disponer de una segunda driza de foque, superficie, cogiendo rizos o bien enrollándola. cazado desventa la mayor que como
sobre todo cuando el barco lleva enrollador, pues en caso de avería Esta operación, aunque no es complicada, exige cierto método que consecuencia no trabaja contra la jarcia
mecánica, es poco probable que podamos recuperar la driza corriente. analizaremos en detalle, después de definir las condiciones generales y baja mejor. También podemo s izar la
de las maniobras. vel a de esta manera.
584 la maniobra El cambio de velas 585

Izar, arriar Sin embargo, hay que resaltar que el foque puede ser un estupendo
El barco debe recibir el v iento más a proa que al través. Para po- ayudante en esta tarea, pues si lo cazamos un poco más de lo que con-
der deslizarse con facilidad a lo largo del palo, la vela debe poder fla- viene para este rumbo, desventará la mayor y nos permitirá trabajar
mear libremente, sin apoyarse en la jarcia. Esto sólo es posible. en prin- con el viento de través. incluso aunque los obenquillos estén fijados en
cipio, en un rumbo comprendido entre el viento de proa y un descuar- cu bierta detrás del palo.
telar, pues con el viento de través. la rel inga o los patines tiran con La botavara debe aligerarse, por lo menos en dos momentos con-
fuerza en un ángulo demasiado grande, y se deslizan mal. cretos: al terminar de izar, y al empezar a arriar. Pues en otro caso, el
tejido se tensa al biés y la relinga tira con fuerza a la salida del carril, o
bien a la altura del último patin, y con este motivo la vela se deforma
con gran rapidez . También corremos el peligro de arrancar la re li nga O
El lazy-jack el patín, o bien el carril.

l lazy-jack es u n sistema diseñado en un p ri n ~ip i o para Por lo general, podemos aligerar la botavara tensando el amantillo
E las ve las co n sables de los catama ranes q ue eVita que se
ro m pa n los sables cuan do la ve la fl amea co n v iolencia. Su
(evidentemente, una vez largada la retenida). En los barcos pequeños
que no tienen amantillo, esto tiene que hacerlo un tripulante. Para po-
utilización se va generalizando en la m ayoría de los barcos der sujetar la botavara es necesario que el barco navegue en ceñida.
de cru cero, ya t enga n ve las co n sa bl es o no, pu es fac ilita El t ripulante debe co locarse a sotavento y bastante hacia la
mucho las m aniobras (iza r, arr ia r, riza r, aferrar ... ). proa, pues si se queda en el centro del barco y demasiado hacia popa,
Está formado por una maniobra firm e q ue se fij a en la m i- no podrá hacerlo bien.
tad del pa lo con una polea por la que pasa una segunda ma-
niobra aparejada en pie de gall o que va afirmada a la bota-
Medios para reducir el t rapo
va ra. Esta última norm almente se puede ajustar. Se insta la
un lazy-jack a cada lado del pa lo, izándose la ve la entre los Dos procedimientos, entre los cuales podemos elegir, coexisten a la vez
dos. La te nsión debe ser mode rada para poder adaptarse a y sin embargo son opuestos: los rizo& y los enrolladores.
la forma de la ve la si n defo rmarla. • El sistema de rizos es el tradicional. A diferentes alturas de la vela
Por medio de este sist ema, si la ve la no es demasiado ésta tiene unas fajas de rizos, o refuerzos, que lleva n por las dos partes
g ran de y la botava ra demasiado pesada, podemos prescin- una fila de pequeños rebenques o m atafiones. Cuando queremos re-
d ir de l ama ntil lo. duci r trapo, ata mos (pl egándola sobre si misma) la parte de la vela
A lgunos barcos de vela utilizan una variante, el lazy- bag, comp rendida entre el pujamen y las fajas de rizos, sujetándola por me-
que sirve para guardar la ve la dentro de una to ldi lla divid ida dio de los matafiones alrededor de la misma .
en dos partes. Esta toldi lla, que se cierra una vez arriada la
Este sistema tiene un inconveniente y es que al tomar un rizo reduci-
ve la, permanece fija a lo largo de la botava ra, incluso duran-
mos la superficie de la vela en una cantidad invariable, que a veces es
te la navegación.
mayor de lo que queremos. Como contrapartida conseguimos una vela
preciosa, bien ri za da, que porta perfectamente y que no se deforma,
siendo muy fácil de efectuar la operación, sin utilizar ningún medio me-
cánico y por lo tanto libre de posibles averias .
• Los enrolladores son mecanismos que sirven para enrollar la vela
dentro de la botavara o del palo, de modo parecido a los enrol1adores INu nca se le va nta basta nte la botavara!
de foque. Sin embargo es la mejor solució n pa ra
A primera vista estos dos sistemas parecen cómodos y rápidos, presen- q ue la re linga de la vela se des lice
tanda además ciertas ventajas, pues con ellos podemos reducir el trapo correct a me nte por e l carril de l palo.
exactamente en la cantidad que queramos, y en otros rumbos aparte de tanto a l iza rla como al a rria rla.
la ceñida. Estos mecanismos son de reciente aparición y todavía es dema- Para pod er aligera rl a lo s uficiente s in
siado pronto para sacar conclusiones sobre sus ventajas e inconvenientes. caernos al agua, debemos coloca rnos
De todas formas, si vamos a equipar el barco con ellos. resulta prudente m uy hacia la proa y completamente a
Lazy-jack contar también con fajas de rizos en las velas, ¡pues nunca se sabe! sotavento.
586 La maniobra El cambio de velas 587

El sistema más antiguo de todos, la botavara enro llable con la cual la


vela se enrollaba sobre ésta. ha desaparecido por razones de precio y so-
bre todo, debido a la dificultad de conseguir una vela con buen aspedo. El matafión: un cabo
a punto de desaparecer
Coger rizos
Para poder tomar rizos con facilidad y rapidez, antes que nada tenemos
L as ve l as modernas muy a l argadas tienen e l pujamen
muy corto y, por lo tanto, no necesit an todo el lío de ma -
t afi ones que adornan las ve las de diseño antiguo. Por lo ge-
que colocarnos en buenas condiciones para trabajar. neral, los veleros se conte ntan con poner uno o dos aliaos
Debemos a lige rar bastante la botavara y la ve la debe estar sin entre los puño s de am ura y d e escota de los rizos. El nave-
portar, siendo conven iente navegar en ceñ ida o en un descuartelar. gante decid e si qu iere fijar en ellos matafion es y utili za rlos
para aferrar la ve la . Pero podemos pre scindir perfectamente
Mantener el rumbo de ell os pu esto que no influ ye n e n la eficacia de los ri zos .
Por motivos aerod inámicos y estéticos , y sobre t o do para
El timonel debe dedicarse únicamente a mantener el rumbo, sin preo-
no desgasta r la vela inútilmente, es aconsej able utilizarlos
cuparse ni del abatimiento ni de la velocidad. Además. si el rumbo se pa ra aferrar, provi siona lm ente, el trapo so brante.
sigue bien, el barco prácticamente no avanza y los rizos se tomarán co-
mo "en un pañuelo".
No se puede trabajar correctamente poniendo el barco a la capa de la botavara lo que determina la forma que va a adoptar la vela, por lo
(con el foque acuartelado) como mucha gente dice, pues realmente pa- tanto conviene hallar un justo equilibrio. En caso de que esté demasiado
ra mantener la capa es necesario que la mayor porte. tensa, la vela se deforma a la altura de los rizos, y si está demasiado amo-
Ahora bien, es fundamental que la vela no porte durante todo el llada, los matafiones sufren todo el esfuerzo, pudiendo desgarrar el trapo.
tiempo que dura la maniobra, pues en caso contrario habría que hacer El puño de escota se sujeta por medio de un pajarin. Los sistemas
un enorme esfuerzo para conseguir tensar correctamente el pujamen. que permiten tensarlo están previstos no sólamen te para hacer la ma-
niobra con mayor rapidez y comodidad, sino también para poder con-
Precauciones que hay que tomar trolar al máximo la tensión del pujamen.
La vela no debe flamear exageradamente ni tampoco durante mucho Los matafiones sirven para apretar el trapo sobrante. Sigue siendo
tiempo, pues este movimiento la estropea y, concretamente, afloja la preferible que puedan pasar entre la relinga y la botavara (una relinga
baluma. Ésta es una de las razones por las que debemos maniobrar con aparejada sobre patines), pues de esta manera el trapo se sostiene me-
rapidez. Si la vela flamea con demasiada violencia en el transcurso de la jor. Cuando la relinga va enfilada en un carril, nos vemos obligados a
maniobra, suele ser porque la baluma está demasiado tensa, por lo que anudarlos alrededor de la botavara, con lo cual la vela puede escurrirse,
debemos tirar un poco más del amantillo. y estropearse entre la botavara y el obenque, al navegar con viento de
Hay que senalar que no suele ser necesario sacar el sable inferior de popa (una razón más para hacer una lasca en la escota a la altura ade-
la vela, excepto cuando su vaina se encuentra justo a la altura del rizo cuada, para que quede bloqueada en la última polea, justo antes de
(¡aunque si es así es que la vela está mal confeccionada!). que la botavara llegue a tocar el obenque).
En las velas actuales, que tienen casi todas una razón de aspecto de-
Cómo conseguir una bonita vela masiado grande (botavaras demasiado cortas), los matafiones sólo sir-
Una vela siempre bien colocada, sea cual sea la reducción de superficie ven para amarrar el trapo. Por este motivo podemos navegar sin anu-
que le hayamos ocasionado, es un triunfo decisivo con viento fresco. darlos, pero esto no es ni bonito ni rentable desde el punto de vista
Ésta es, como hemos visto antes, la principal ven taja del sistema de los aerodinámico. Si la botavara es relativamente larga, los matafiones con-
rizos, pues al reglar correctamente el puño de amura y el puño de es- tribuyen a la correcta colocación de las velas, pero no deben servir para
cota, utilizando adecuadamente los matafiones, podemos conseguir aplanar una vela cuyo pujamen esté mal tensado.
una vela perfecta.
El puño de amura debe mantenerse lo más cerca posible del pinzo-
te de la botavara, lo cual se consigue con un simple gancho.
Modo de tomar un rizo
El puño de escota debe mantenerse lo máximo posible junto a la bo- Existen todo tipo de sistemas, a cual más ingenioso (y a menudo práctico)
tavara, pero sin tensarse demasiado hacia la popa. Ante todo es la tensión destinados a facilitar la toma de rizos. El método que describimos aquí
588 la maniobra El cambio de v elas 589

utiliza el aparejo mas empleado en la actualidad, es decir: gancho en el Modo de tomar el rizo
puño de amura y pajarín en la botavara, con o sin amantillo de rizos. • enganchar el ollao de amu ra al pinzote, comprobando bien que la
vela no da ninguna vuel ta;
Preparación del ollao de amura • volver a izar y a tensa r la vela;
En este caso, no hay ningún problema pues utilizamos un gancho; bas- • tensa r el pajarín (de escota) y reglar la tensión del pujamen. Esta
ta con dejarlo libre si es necesario, introduciéndolo en el allao en el última operación sólo la podemos realizar con facil idad levantando bas-
sentido correcto. Es decir, el sentido q ue presenta cuando la vela se co- tante la botavara. Hay que elegir el momento adecuado para tensar, y
loca "de la manera normal". a veces ayudar un poco al rizo a colocarse en su sitio en el extremo de
la botavara.
Preparación del puño de escota
El rizo está colocado en su sitio en la botavara con una lasca bloqueán-
Dos s istemas dolo al final. Hay que dejarlo suelto para pasa r el extremo de popa por
de coloca r e l dentro del ollao del rizo y afirmarlo en el aparejo (si el barco no dispo-
rizo. ne de aparejo, se pasa por debajo de la botava ra y se hace un as de
guías alrededor del rizo, entre el ollao y el extremo de la botavara). Es
preferi ble hacer esta operación antes de arriar la vela, pues no va a in-
terveni r más al fi nal de la botavara. Si el rizo se pasa después, la toma
de rizos será mucho más larga e incómoda.

Arriar
Ya estamos preparados para tomar e l rizo ...
Para arriar hay que situarse en ceñida o un descuartelar. Largamos la
1. Tens ar el amantill o. Bajar la cantidad de trapo de ma yor necesario, quitando los
escota y la trapa, levantando bastante la botavara (300 por encima de
patines, si procede.
la horizontal) y bajando justo la cantidad de t rapo suficiente pa ra poder
2. Enganchar e l o llao de amura en e l s entido correcto.
enganchar el ollao de amura.
3. Volver a tens ar la mayor.
4. Caza r el pajarin aprovechando e l momento oportuno para ten sar e l rizo.
V ya está, sólo queda larga r e l amantillo, cazar la mayor, tensar la trapa y volver a
poner e l barco a rumbo.
iToda la teo", riza ! *
* Juego de palabras a propósito de
la teoría sobre el modo de coger un ri-
zo. (N. de la T.). Si no hemos pasado el rizo antes de arriar la vela. la m a- Utilizar (la vela)
niobra será mucho más larga; a continuación indicamos to- Largar el amantillo, cazar la vela, tensar la trapa y volver a poner el bar-
dos los pasos qu e hay qu e dar: co a rumbo en el modo habitual.

• largar la escota y la trapa,


Modo de observar la vela
• levantar un poco la bota vara;
• arri ar la cantidad de trapo corre spond iente a dos ri zos, Si la faja de rizos describe un arco de circunferencia muy pronunciado
• cazar y dar v ueltas a la escota, en relación con la botavara, es que el pujamen no se ha tensado lo su-
• pasar el ri zo, ficiente. Si dicha faja de rizos está pegada a la botava ra es que lo he-
• largar la escota, mos tensado demasiado. Para aclararnos, diremos que la cuerda del ar-
• leva ntar la botava ra 30°, co que forma la faja con relación a la botavara debe ser de un 3% a un
• enganchar el ollao de amu ra. 5% de la longitud del pujamen . Por lo tanto podemos corregir un posi -
ble defecto en el tensado, largando la escota .
Si uno de los patines está muy cerca por encima del ollao
del rizo (d e amu ra), hay que qu itarl o del carril. Incluso pode-
Modo de amarrar el trapo
mos dejarlo sin poner al volver a izar la ve la.
Tenemos que situarnos en ceñida para poder sujetar la botavara. Tira-

j
590 la maniobra El cambio de v elas 591

Modo de tomar un rizo sin El procedimiento:


aparejo especial ( en caso de • poner el ba rco en ceñida;
el mecanismo esté averiado ) • arriar generosamente la mayor (un rizo adicional);
• inmovilizar la botavara para no perder ningún tripu lante; para ello, debemos ca lzarla, o ca -
Las condiciones necesarias son: zar el amantillo y dar vue ltas correctamente a la cornamusa;
~ afirmar el puño de amura;
• que podamos aga rrar la bot avara;
• que la ve la no porte en ese momento. • tensar el pujamen;
Pa ra ello, debemos mantener el barco en ceñida, • largar la escota;
con la mayor largada, durante toda la maniobra. • cazar el amantillo y volver a izar la mayor;
• utilizar la vela, cazando y poniendo otra vez el barco a rumbo.

Modo de dar vueltas a una boza de amura volante.


El barco debe navegar en ceñida, V tener "ag ua para correr" por
1. Afirmar la boza al ollao del rizo con un as de guia, pasarlo por debajo de la botavara, despues por dentro del olla o .. para
delante.
bajar el ollao del rizo ..
2 . ... a continuación pasarlo alrededor del palo pata colocar lo más adelante posible el puno de amura, y otra vez por el
ollao ..
3 . ... para terminar hacer dos cotes alrededor de las vueltas que hemos dado sobre el palo.
Hay que vig ilar que e l cabo no se enganche en la articulación del pizote, pues esta la cortaría inmediatamente .

• Cazamos el foque como en ceñ ida, afirmando la


La botavara constitu ye un Pajarin volante listo para ser escota con una vuelta.
excelente punto de apoyo para utilizado: o El timonel coloca al barco en cenida y controla
t rabajar, siempre que esté bien 1. lo afirmamos en el olla o del ri zo. e l rumbo.
sujeta. No está prohibido 2. lo pasamos por el extremo de la Arriamos ampliamente la mayor.
o
Modo de dar vueltas a un p ajarín volante.
engancharnos el arnés en una línea botavara. o Afirmamos la escota de la mayor a la 1. Tensar el pujamen.
de vida. Más vale un pequeño 3. lo pasamos por el ollao del rizo. cornamusa con una vue lta. 2. Dar vueltas alrededor de la botavara y volver a pasarlo por e l ollao del rizo sin dejar que se afloje lo que hemos tensado.
clic .. 4. Lo aseguramos en el puño de o Afirmamos e l puno de amura. 3. Dar un cote con vuelta mordida, alrededor de los guarnes del pajarin más cerca de la popa y dejarlo bloqueado en e l
escota. o Volvemos a izar la mayor. ollao.

1
592 La maniobra El cambio de velas 593

mas de todo el trapo sobrante, por barlovento y lo enrollamos apretán- al primer tripulante le sienta mal, peor para él, pues al ser frecuente es~
dolo bien. Anudamos 105 matafiones con una lazada . te tipo de despiste, si no lo comprobamos se puede romper la vela, lo
En caso de que sea absolutamente necesario navegar en otro rumbo cual afectaria a todos los demás.
distinto de la ceñida, renunciaremos de momen to a amarrar los mata- Para realizar esta tarea nos ponemos en ceñida. Ya sólo queda:
fiones, lo que por otra parte tampoco es tan molesto. • largar la tra pa;
Para terminar, sólo nos queda reglar la trapa. • levantar la botavara;
La maniobra tal como la describimos parece larga, pero en realidad • largar el pajarin; y largar el puño de amura;
con una tripulación entrenada, el barco a penas permanece más de • volver a meter los patines;
medio minuto sin utilizar la mayor, navegando muy poco recorrido. • izar, tensar, cazar la trapa y volver a ponernos en camino;
Si deseamos trabajar con más tranquilidad (por ejemplo, si la tripula- • ordenar los rizos.
ción está cansada), también podemos arriar toda la vela para tomar el Si el barco no lleva amantillo, hay que sujetar la botavara en el mo-
rizo. Sin embargo. esta manera de proceder sólo nos interesa realmen- mento en que se larga el pajarín, pues en caso contrario podría caer de
te cuando el barco sigue un rumbo muy abierto -y no nos importa de- golpe sobre la cubierta ..
masiado el balanceo.
Hay que tener cuidado pues pueden producirse confusiones entre ma~
tafiones de rizos distintos. Tampoco resulta raro que pillemos con los ca~ Cambiar de mayor
bos todo tipo de cosas: la escota de la mayor, el balcón de popa, los pa- En la mar
samanos, el aro salvavidas; y con los matafiones todos los cabos vecinos. Esta maniobra es larga, es decir que puede durar de diez a veinte minu~
tos con viento fresco, aunque la vela no sea demasiado grande.
Un último detalle: si el viento refresca bruscamente, podemos vernos Para arriarla y volverla a izar, debemos colocarnos en ceñida, aunque
obligados a tomar dos rizos de una vez. Si disponemos de bastante cuando la vela se encuentra sobre la cubierta, en realidad nada nos im~
tiempo (y de agua a sotavento) es conveniente tomar el primero, y des~ pide seguir un rumbo más abierto.
pués el segundo, en lugar de coger directamente el segundo. Pues en En este caso el principal problema es ver con claridad. No es conve~
caso contrario, cuando vayamos a volver a largar parte del trapo, habrá niente manipular las dos velas al mismo tiempo, sino quitar completa~
que soltar todo y coger el primer rizo. mente la primera, antes de colocar la segunda . Sobre todo es necesario
que esta última esté correctamente af errada.
En principio, una mayor se aferra con el pujamen recto y el grátil
Modo de largar un rizo plegado en zig-zag por encima. Pero es un trabajo que hay que realizar
La maniobra es sencilla y rápida. No obstante, debemos tomar ciertas en la tranquilidad del puerto; pues en alta mar, el viento se encargará
precauciones, siendo lo más importante de todo el primer momento de de estropearnos esta maravillosa organización.
la operación, es decir, largar todos los matafiones de rizos. Un tripu l an~ Por lo tanto, hay que prever una solución má5 sencilla: formar una bol~
Damos un t irón y ya hemos te se ocupa de esta operación, y otro comprueba que no se ha qued a~ sa a lo largo del pujamen, de una anchura igual a medio rizo y meter en
larg ado el rizo. do olvidado ningún matafión ni que tampoco hay ninguno atascado. Si ella la vela lo más ordenadamente que podamos, quitando los sables a
medida que la vamos introduciendo; después cerramos la bolsa alrededor
de la vela y la amarramos con rebenques entre el pujamen y la botavara.

En el puerto
En el puerto, si queremos dejar la vela envergada sobre la botavara, po-
demos hacer lo mismo, pero esta vez no es necesario que quitemos los
patines, ni los sables.
Lo importante es aferrar bien la vela con rebenques, para que no se
desgaste con el roce. Por otra parte, la driza debe tensarse bien sin que
tire demasiado de la tela; para lo cual podemos afirmarla en un gancho
previsto para este fin, o bien desengancharla y afirmarla a la cornamusa
sobre el retorno de la misma.
594 la maniobra El cambio de v elas 595

no soporta esperar, debiendo además portar en cuanto se iza (a menos


que la icemos aferrada). Las malas lenguas dicen que es caprichosa, pero
lo cierto es que esta llena de vitalidad y no admite las medias tintas. Es de-
licada y se desmaya con facilidad, para espanto de sus pretendientes.
El reglaje de esta vela durante la travesía y su comportamiento en la
virada por redondo han sido analizadas paso a paso en las páginas an-
teriores. Las maniobras de izar y arriar el spi merecen un estudio inde-
pendiente, porque comportan una buena parte de las dificultades uni-
das a su utilización (al menos para los principiantes).

La vela
Los primeros spis utilizados en regata eran como dos trinquetas geme-
las, cosidas entre sí por la relinga de grátil. Poco a poco se fueron re-
dondeando sus bordes, al mismo tiempo que se le daba embolsamien-
to para conseguir un triángulo curvilíneo, abombado y simétrico en
sentido vertical.
El angula superior de la vela (que puede llegar a ser de 1800 aproxi-
madamente) es el puño de driza o tabla del gratil, y los dos ángulos in-
feriores, idénticos (más o menos de 135°), se denominan alternativa-
mente puño de amura y puno de escota, según se encuentren a barlo-
vento o a sotavento. El borde de la vela situado a barlovento es el grá-
til, el de sotavento la baluma, y el tercero el pujamen.

Existen spis de todos los tamaños, fabricados con materiales más o


menos ligeros para ser utilizados con diferentes fuerzas de viento. No
todos tienen la misma forma. Un spi de largo, que puede mantenerse
Para aferrar la vela : izado más allá del viento de través es más plano que un spi de popa.
• hacer una especie de bolsa; Del mismo modo, los spis de crucero a veces tienen menos embolsa-
• plegar la vela dentro en zig-zag miento, siendo siempre más pesados que los spis de regata.
• enro llarlo todo;
• apretar fuertement e. El aparejo
El aparejo del spi incluye principalmente:
Para aferrarla utilizaremos rebenques independientes, o cabos elásti- • una driza que pasa por una guía o polea, situada en la parte supe-
cos, o bien haciendo un punto de cadeneta sencilla con ayuda de uno rior del estay. De común acuerdo, el retorno de esta driza se afirma a
o varios rizos. Sin embargo, hay que evitar dos cosas: utilizar la escota babor, pudiendo ir reenviada a la bañera o bien a la base del palo,
de la mayor, pues en ese caso no podremos modificar la posición de la igual que la driza del foque, pero siempre bastante detrás de esta últi-
botavara sin vernos obligados a deshacerlo todo; o bien hacer una es- ma para evitar que se mezclen;
pecie de cadeneta doble, que inevitablemente acabará aflojándose. • dos maniobras laterales que sirven para cazar y orientar el spi; és-
tas se afirman, una al puño de amura y la otra al puño de escota de la
vela, intercambiando también su nombre según la amura en la que se
El SPINNAKER encuentren, es decir, la maniobra de barlovento se llama braza y la de
sotavento escota. Las dos pasan por poleas de retorno situadas lo más
El spinnaker (spi para los íntimos) era en un principio una vela de regata y cerca posible de la popa del barco y hacia el exterior; es necesario ma-
su utilización todavía está marcada por esta primera vocación. Es una vela niobrarlas por medio de güinches y deben ser bastante largas, más o
un tanto aristocrática que no se mezcla con las maniobras auxiliares, y que menos del doble de la eslora del barco.

1
596 la maniobra El cambio de velas 597

puño de driza va reenviada a la proa, estando sujeta obligatoriamente al penol del


driza tangón; por este motivo no se puede cambiar la orientación del tangón
sin volver a reglar la retenida .
En muchos barcos, se intenta llevar todas las maniobras a la bañera;
de este modo podemos modificar el reglaje de la vela sin que ningún
tripulante tenga que desplazarse a la proa .

Modo de aparejar el spi


Las maniobras del spi: braza, escota, amantillo y retenida, etc., se deja-
rán siempre aparejadas con antelación en lugares específicos de espera,
sin subir la vela a la cubierta hasta el último momento.

Cómo preparar la vela


Por lo general, el spi se prepara tranquilamente dentro de la ca bina (sin
fumar o cocinar al mismo tiempo).
En primer lugar, hay que pensar si lo vamos a aferrar o no. la mayo-
ría de las veces esto no es indispensable aunque en algunos casos con-
viene hacerlo, sobre todo cuando no llevamos foque o si pretendemos
izarlo braceando el tangón (hablaremos de este método "rápido" más
adelante). Hay que señalar que casi siempre resulta más conveniente
dejar izado el foque, aunque complique un poco la colocación de las
maniobras del spi, pues impide a este último portar demasiado pronto
y sobre todo ir a enrollarse alrededor del estay.
Lo pleguemos o no, uno de los procedimientos más prácticos para
El aparejo del spi. prepararlo es el del cubo sin fondo (como suele ser difícil encontrarlo,
también podemos utilizar un aro rígido del mismo tamaño). Se trata de
Hay algunos barcos que llevan dos maniobras en cada costado; pasar la tela a través del cubo, empezando por el puño de driza y si-
• un tangón que sirve para largar el puño de amura; el extremo del guiendo las relingas para que no se tuerzan poniéndolas bien paralelas.
tangón que se fija al palo se llama coz (o pie) y el otro pena l o te rmi- Seguimos tirando hasta llegar a los puños de escota y después mete-
nal. Esta percha no tiene utilidad alguna en 105 multicasC05 por ser és- mos en una bolsa la tela que no hemos pasado a través del cubo, de-
tos suficientemente anchos. jando los puños de escota fuera y colocándolos de forma clara a uno y
En los barcos pequeños el tangón es casi siempre simétrico, es decir, otro lado; después hay que sacar todo el spi a través del cubo en senti-
que sus extremos pueden utilizarse indistintamente como coz o como do inverso, vigilando las relingas y metiéndolo en la bolsa poco a poco;
peno!. Por Jo general en los barcos grandes éste suele ser asimétrico por último dejamos el puño de driza fuera de la bolsa entre los dos pu-
para que cada una de las funciones esté perfectamente diferenciada; ños de escota, cerrándola al terminar.
además, suelen estar equipados con un sistema de amantillo/retenida
que permite subir o bajar la coz a lo largo del palo;
• un amantillo de t angón, que lo sostiene y que sirve para subir el
penal del tangón a voluntad, pudiendo ir sujeto bien en el centro del
mismo (en barcos pequeños) o en el penal (barcos grandes);
• una contra o reten ida de ta ngón, que impide que éste se arbo-
le. En los barcos pequeños, va sujeta en el medio del tangón volviendo
luego al pie del palo, de este modo podemos cambiar la orientación del
tangón sin modificar la tensión de la retenida. En 105 barcos grandes.
El cubo lo aclara todo.

1
598 La maniobra El cambio de v elas 599

Si vamos a aferrar el spi, hay que hacerlo según va saliendo del cu- supervise el trabajo de 105 tramoyistas, y compruebe que todo está per-
bo, anudando alrededor de la vela unos hilos de lana o de algodón, o fectamente en orden, según se muestra en el dibujo de abajo.
gomas elásticas que se romperán en el momento en que cacemos la
braza y la escota. Colocamos el primer hilo a más de dos metros de dis- Izar el spi
tancia del puño de driza (si lo ponemos más arriba es posible que no Hay que izarlo rápidamente. Con buen viento, es conveniente darle
llegue a romperse), y los siguientes cada vez más cerca unos de otros, a una vuelta al güinche, pues en otro caso el tripulante encargado de la
medida que nos acercamos al pujamen. driza corre el riesgo de salir volando, si a pesar de las precauciones, la
Otra manera de aferrar el spi, especialmente recomendada para las
tripulaciones novatas y poco numerosas, es el ¡calcetín! o bolsa estre-
cha de la misma longitud que las balumas de la vela. La abertura que ¿Preparados para izar el spi?
lleva en su parte inferior está reforzada por una argolla rígida, y el fon-
do que hay que colocar hacia arriba lleva por dentro un mosquetón pa- El vistazo del patrón
ra afirmar en la tablilla del grotil, y por fuera una anilla para pasar la • A barlo ve nto: la braza pa sa desde la popa hasta el penol del tan-
driza. Por medio de un sistema de amantillo/retenida conseguimos de- gón, por la parte exterior de la jarcia, y después por delante del estay
hasta ll ega r al puño de amura del spi pasa nd o por enci ma d e los pa -
jar libre el spi ya izado, subiendo la argolla desde la parte inferior hasta
samanos, y por debajo del foque y de su contraescota; la retenida sa-
la tabla del grátil, siendo suficiente volver a bajarla para aferrar el spi
le del penal del tangón, pasa por enci ma de los pasamano s, y a con-
antes de arriarlo. tinuación por la polea de retorn o, llega ndo hasta la bañera, por deba-
Sea cual sea el método que utilicemos para plegar el spi, hay que su- jo de todas las d emás maniobras.
bir la bolsa a la cubierta colocándola y amarrándola bien en la par- • A sotavento: la escota, procede nte de popa, pa sa por la parte ex-
te de atrás de la cubierta de proa, si es posible delante de los oben- te ri or de la jarcia hasta llega r al p uñ o d e escota de l spi, por encima
ques. Este detalle tiene gran importancia pues de este modo izaremos de los pasamanos, y por debajo del foque y de su contraescota; la
el spi dentro del cono de desvente de la mayor, y no cogerá viento an- driza, que normalmente va afirm ada a babor, habrá te nido que cam-
tes de bracear el tangón. bi arse de sitio puesto que el barco está amurado a babor y se encon-
traba en la parte incorrecta del estay; hem os tenido qu e pasarla por
delante del foque para afirmarla al puño de driza pa sa ndo po r enci-
Preparación de las maniobras
ma de los pasa manos, y po r debajo del foqu e y de su co ntraescota.
Tenemos que abrir bien 105 ojos y reflexionar bien en el recorrido que Re sumie ndo, las t res mani o bras princip ales pasan todas por el
debe seguir cada cabo. Es una auténtica puesta en escena y el menor mismo "ag ujero " d e la jarcia hasta llegar al spi.
También podemos despejar la error puede comprometer la subida del telón. Conviene que el patrón Si es necesario, también podemos virar co n el foqu e, pues no nos
contraescota de esta manera. hemos ol v idado de pas ar su contraescota por encima del tang ó n y de
su amantillo. Por lo tanto, tod o está preparado.

los últimos preparativos


1. Hay que co locarse en el rumbo adecuado, es decir, a un larg o .
Debem os evitar situarnos co n v iento de popa, o incl uso por la aleta,
pues la pantalla que forma la mayor, y eventualmente el foq ue, per-
turban la sub id a d e l spi.
2. A m o llar generosamente la mayor, para que el spi no pueda in-
troducirse entre la ve la y las cru cetas.
3. Cazar el foque, para que su mov imi ento no nos moleste.
4. Largar en banda la retenida del tangón.
5. Guitar el tang ó n, para co locarlo hori zontal en la línea de crujía del barco, co ntra el estay.
6. Sobre todo i no hay que afirm ar la escota! pues debe esta r disponibl e para poder largarl a
bien a medida que va mos iza ndo, para que el spi no llegue a hincharse.
7. Por último, no hay que olvidar la reg la principal: a partir del momento en que vamos a
Podemos ver claramente e l recorrido de
iza r el spi, los tripulantes deben estar completamente amarrados. Pue s al navegar co n esta ve-
la escota de l foqu e, por e ncim a del la, la maniobra de rescata r a un hombre del agua, siempre resulta larga y difícil.
tangón y del pie de gallo de l amantillo.
600 La maniobra El cambio de velas 601

no hay que insistir, y es preferible arriarla tirando de la relinga del grátil


hasta aclarar todo y luego volve rla a izar i pues es la solución más rá-
pida l

Cazarlo
Una vez hemos braceado el tangón, ya podemos cazar el spi, aunque
debemos señalar que no es algo urgente, pues hasta que la escota no
está tensa, el spi es inofensivo. Si hemos utilizado el calcetín, es ahora
cuando hay que tirar de él hacia arriba, cazando después el spi .

Reglarlo
Volvemos a ponernos a rumbo y ajustamos el reglaje según la orienta-
cion del barco.
Si éste navega a un largo podemos seguir llevando el foque, lo cual
le proporciona más potencia, aunque suele se r mejor sustituirlo por El spi ha s alido est upe nda me nte,
una vela más adecuada, por ejemplo una trinqueta de spi. resgua rdado por el foque y la mayor.
Con el vien to por la aleta y en popa, el foque resulta perjudicial, Al est a r ést a muy largada no le d eja
siendo preferible quitarlo y poner un big boyen su lugar. e ng a ncharse e n las crucet as, y e l fo q ue
a s u vez tam poco le permit e e nroll a rse
Una reg la obliga t oria : no hay que dejar nunca la driza del f o- alrededor de l est ay. l a braza y la escota
que a lo la rgo del estay, pues si el spi se desinfla, corre el pe ligro están libres pa ra que el spi pueda
de in t rod ucirse entre los dos, y enro lla rse de forma casi defini- porta r, s i por casualidad se esca pa ra.
tiva. ¿Que podemos hacer si no esperar?
Ahora ya podemos bracear e l ta ngó n
El método rápido y caza r.
Con un poco de entrenamiento, podemos izar el spi con mayor rapidez Mientras e l s pi no está cazado. no ti ra,
y, si queremos, en un rumbo más próximo al vien to que a un largo. y para evitar q ue dé una vue lta sobre s i
Amarramos la bolsa del spi bastante cerca del tangón y braceamos m ismo, caza mos la braza desde e l
este último según el rumbo que lleve el barco. A continuación lo iza- principio con e l fin de ll evar e l pun o de
El s pi está ya e n el aire. Ya só lo nos
mas rápidamente, sin olvidarnos de dar una vuelta al güinche, debien- am ura hast a e l tangó n. Una vez izada
queda ajust a r e l t a ngón. do ser más rápidos que el viento que intentará sacar la vela de la bolsa . la vela, afirmamos la driza e n la
Si la escota está bien largada, todo tiene que salir bien. corna musa.
vela empieza a portar demasiado pronto. Puede ser aconsejable que
otro tripulante se sitúe cerca de la bolsa para ayudar a sacar la vela.
Para arriar el spi
Bracearlo Izar el foque
Una vez afirmada la driza, cazar la braza para bracear el tangón hasta Es conveniente volver a izar el foque justo antes de arriar el spi, pues de
ponerlo perpendicular al viento aparente. este modo se desventará mejor y así se enrollará alrededor del estay.
Si el spi forma una especie de "chorizo", suele ser porque ha dado Pero antes debemos asegurarnos de que las escotas del foque están
una vuelta sobre sí mismo. Esto ocurre al meterlo en el saco si hemos bien separadas del aparejo del spi, con el fin de evitar que se produz-
izado el spi en un rumbo demasiado abierto, o si no hemos bajado can confusiones en la cubierta de proa.
pronto el puño de amura hasta el penal del tangón, o también si lo he-
mos izado demasiado despacio. Situarnos en el rumbo adecuado
Normalmente este "chorizo" se suele deshacer si tiramos del trapo Debemos observar la misma regla que en el momento de izarlo, es de- Prim era urgencia: llevar la driza del
antes de que la vela llegue a portar. Si no lo logramos inmediatamente, cir, intentar colocar el spi en el cono de desvente de la mayor. foque hasta el pie de l palo.
602 La maniobra El cambio de velas 603

El mejor rumbo para arriarlo es con el viento por la aleta, y eventual- Volver a poner orden
mente a un largo. Hay que evitar el viento de popa, sobre todo si hay Colocamos el tangón en su sitio y tensamos la retenida. Las brazas se
mar, debido al riesgo de que se produzca una trasluchada. amarran al balcón, cazándolas desde popa y afirmándolas con reben·
Una vez dominemos bien la técnica, podremos arriarlo en cualquier ques a lo largo del costado, para que no se muevan. Una vez todo en
rumbo, incluso en ceñida. Además. debemos aprender a hacerlo por si orden, izamos el foque, si no nos hemos atrevido a hacerlo al principio
nos vemos obligados a rescatar a un hombre del agua. de la maniobra. El asunto está ya en la bolsa.

largar la escota de la mayor El método rápido


En el momento de arriar el spi, debemos aumentar el cono de desven- Con bastante frecuencia, se toma la decisión de arriar el spi mientras el
te; si apoyamos la mayor contra la jarcia evitaremos que éste se engan· barco navega a un largo, cuando el viento escasea y ya no es posible
che en las crucetas. seguir el rumbo. A veces incluso hay que arriarlo mientras el barco or·
iAtención! Está prohibido fumar. za, durante un cambio de viento, por ejemplo en un canal, o en regata,
Iza r el foq ue V largar bien la m ayor.
para virar una baliza, o aún con mayor precipitación en el caso de hom·
largar el puño de amura bre al agua. Entonces el spi se "quita ráp idamente ", largando la braza Cuidado con e l recorrido de la driza .
Largamos la braza en banda hasta colocar el tangón en el estay, para que del todo y dejándolo flamear como una bandera detrás de la mayor,
el spi vaya a pegarse a sotavento de la mayor. Conviene largarla muy de· metiéndolo después con las manos desde popa a sotavento. Hay que ir
prisa, sobre todo con viento fresco, pues en caso contrario puede produ· soltando driza a medida que vamos metiendo la vela, siendo conve-
cirse una violenta orzada. Una vez que el tangón está junto al estay, abri· niente darle una vuelta en el güinche para que no se suelte con dema·
mas el mosquetón y dejamos libre el spi para que pueda bajar. siada rapidez. Pa ra poder realizar siempre esta maniobra de emer·
gencia, no hay que hacer nunca una lasca en la braza del spi .
Arriar
Antes de arriar hay que esperar que el spi esté completamente desinfla-
do y bien pegado a la mayor.
Elección del trapo
Si disponemos de calcetín, éste es el momento de bajar la argolla, y Para efectuar perfectamente las maniobras de cambio de velas basta
a partir de ahí se acabaron los problemas. con tener un poco de práctica, pero para saber decidir según las cir-
Sin calcetín, la cuestión más delicada es amollar la driza según lo va· cunstancias, en qué momento y en qué condiciones hay que reducir o
ya pidiendo, a medida que la tripulación va metiendo la vela, debiendo largar trapo, hay que tener mucha experienCia. El problema de la elec-
l a rg a r ráp idamente la braza y abrir
hacerlo lentamente. Uno o varios tripulantes tirarán de la escota, y des· ción del trapo no puede resolverse nunca con sencillas recetas como
e l mosquetón. El s pi se po ndrá
pués de la vela, cogiéndola de la tela o de la relinga (nunca de las dos, "el primer rizo hay que cogerlo con fuerza 4", sino que las soluciones
a fl a mear co mo una ba nd era ...
pues si no el viento se meterá por dentro). pueden vari ar hasta el infinito, así como también las condiciones en
El spi puede quedarse asfixiado sobre la cubierta, pero muchas veces que se navega. Por lo tanto solamente podemos dar indicaciones gene-
el animal se defiende con energía; podemos resbalar por encima y ras· rales, volviendo a lo que hemos dicho en los capítulos anteriores.
garla. Es preferible meterlo directamente en la cabina, pasándolo por El comportamiento del barco está determinado, en parte desde un
debajo de la botavara; también podemos meterlo en su bolsa, dejando principio, por su forma, su desplazamiento, sus dimensiones y su plano
los tres puños fuera y cerrándola bien; de este modo estará listo para la vélico. Puede aguanta r más o menos trapo, es decir, resistir más o
próxima vez que lo vayamos a izar. menos superficie vélica con una determinada fuerza de viento. Con
viento fresco, puede volverse más o menos ardiente en la ceñida y se-
Afirmar la driza guir una derrota más estable en rumbos portantes. La escora en el pri-
mer caso y las guiñadas en el segundo, nos indicarán claramente el
Una vez que hemos largado el puño de driza, hay que engancharla en
momento en que debemos tomar una decisión.
el lugar habitual, es decir, al pie del palo a babor. Pero, hay que tener
Al elegir la cantidad de trapo adecuado al viento que hace, debemos
cui dado, pues si lo hemos arri ado por babor, tendremos que pasar otra
preocuparnos de la forma de las velas tanto como de su superficie. Con
vez la driza por delante del estay para volver a ocupar su sitio ..
viento flojo éstas deben estar embolsadas, debiendo aplanarse a medi-
... antes de ir a pegarse s abiame nte Si es necesario podemos dejar una driza textil en el balcón (aunque
da que el viento va refrescando. Con un viento muy irregular, la solu-
co ntra la mayor. En ese momento la carga aerodinámica sea perjudicial), pero que no sea de metal, pues
ción muchas veces consiste en izar un foque plano, que tire bien del
podremos arria rlo con faci lidad. podría quedarse enganchada en los mosquetones del foque .
604 La maniobra

barco en las rachas. y una mayor muy embolsada que le permita avan-
zar correctamente en las encalmadas.
También hay que tener en cuenta el estado de la mar, pues hay ve-
ces que con una misma fuerza de viento podemos conservar todo el
trapo en aguas resguardadas, y sin embargo, vernos obligados a redu-
Las maniobras
cirlo de forma clara si el barco se agita en medio de las olas.
Existen otras consideraciones, menos objetivas, que pueden matizar
nuestras decisiones, como la capacidad de la tripulación y la clase de
navegación que realizamos . En regata, en regata-crucero (o simplemen-
en puerto
te cuando se cuenta con una tripulación deportiva y emprendedora) és-
ta suele estar al acecho de la mínima ganancia de velocidad, efectuán-
dose los cambios de velas con rigor y rapidez. Desde un punto de vista
diferente, una tripulación de principiantes tampoco debe dudar en
multiplicar las maniobras, pues se trata de aprender y de llevar a cabo Las maniobras de llegada y de salida, ya tengan por escenario un gran
todas las pruebas posibles. Por el contrario, si salimos a dar una vuelta puerto o un humilde resguardo, suelen ser delicadas y espectaculares, y
y la tripulación tiene poca práctica, es mejor dejar un cierto margen, re- ponen a prueba la habilidad, la coordinación y el carácter de los artis-
duciendo el trapo antes de lo necesario, sabiendo que la dificultad de tas. Casi siempre suele haber público mirando las llegadas a toda má-
la maniobra aumenta con la fuerza del viento; del mismo modo, quina en el clamor de fantásticos e increíbles ballets alrededor de un
debemos pensárnoslo dos veces antes de largar trapo o de izar el spi. muerto, así como las salidas desafortunadas, que hacen las delicias de
Por lo tanto no hay una regla absoluta. Lo más que podemos hacer los entendidos, dispuestos a no perderse detalle. Puede ocurrir que
es aplicar una mínima norma: en cua lquier circunstanc ia, es conve- después de hacer una mala maniobra, salgamos con el amor propio he-
niente contar con un barco que man iobre bien, es decir, que esté rido, aunque éste es el menor de los daños que podemos sufrir.
dotado de unas velas equi libradas, que le aseguren cierta veloci- En la actualidad, casi todos los barcos de crucerO están equipados
dad. Para navegar a vela, incluso aunque no tengamos espíritu compe- con motor, lo cual facilita mucho las cosas. Y más aún cuando la gran
titivo, es necesario poder avanzar correctamente, siendo la velocidad mayoría de los puertos deportivos, han sido construidos de modo que
un elemento de seguridad y comodidad, al mismo tiempo. En definiti- sólo se pueda maniobrar en ellos a motor. Incluso en algunos se prohi-
va, un barco corto de trapo no es mejor que uno pasado de trapo, be claramente efectuar maniobras a vela. i Es mucho decir que todas las
pues el primero flota como un corcho y el segundo se tumba; es decir, maniobras en puerto deben hacerse a motorL .. Siempre que sea posi-
que los dos son dos pegotes en el paisaje. ble, es preferible maniobrar a vela; es un ejercicio excelente para lograr
dominar el barco y sirve de entrenamiento a la tripulación. La satisfac-
ción de una bonita maniobra realizada de forma silenciosa e incluso sin
que los espectadores se den cuenta, vale la pena que le dediquemos un
momento de reflexión .
y si el intento resulta un desastre, la cosa nunca es demasiado gra-
ve, y podemos consolarnos diciendo que a motor tampoco lo hubiéra-
mos hecho mejor.
Sin embargo, no debemos olvidar que un velero con un motor auxi-
liar sigue siendo un velero, es decir, que depende en gran parte del ele-
mento aire. Incluso realizándolas a motor, las mejores maniobras son
aquellas que se han efectuado teniendo en cuenta el viento.
En definitiva, es el único medio de desenvolvernos en caso de que el
motor se estropee, lo que, por supuesto, sólo les pasa a los demás ..
Por lo tanto, en este capítulo vamos a describir principalmente las
maniobras a vela, sacando a la luz las características especiales de las
maniobras a motor, que constituyen el objeto del capítulo 6.
606 La maniobra Las maniobras en puerto 607

• No debemos maniobrar nunca con todo el trapo izado, sino que


hay que reducirlo justo lo suficiente para mantener la capacidad de ~a­
niobra. Por lo general, al doblar el espigón se suele arriar el foque. SI es
necesario, siempre podremos izarlo en pocos segundos. En cualquier
caso, la experiencia demuestra que en muy raras ocasiones se manio-
bra sólo con foque.

Salida - Llegada
A ve la, a la salida, debemos elegir, si es posible, un rumbo portante
(o viento de través). A la llegada, hay que coloca r el barco en el último
momento en la posición en que más frenado se quede, es decir, con el
viento de proa o muy cerca de la ceñida. Si el barco lleva un rumbo
más portante que el través, no podrá pararse solo.
A motor, la salida más fácil es con viento de proa, sin que esto
quiera decir que resulte difícil salir con otros rumbos. A la llegada, es
mejor situarnos con viento de proa o de popa, pues en los demás rum·
bos la cosa es un poco más delicada .
La configuración de la costa y de los puertos, la dirección del viento
y el estado de la mar a menudo nos obligan a ma tizar estas indicacio-
nes. A este respecto la lectura de la parte sexta del libro puede sernas
de gran utilidad .

Señales de referencia
Antes de lanzarnos a efectuar maniobras dentro del puerto, es conve-
¿Maniobrar a ve la ? En la actualidad Fundamento niente que la tripulación se familiarice con la capacidad de evolución
esto únicamente puede hacerse en los
Al leer este libro comprenderéis que es muy difícil establecer teorías ge- del barco en un lugar tranquilo, con un viento adecuado. Debemos ha-
puertos tradicionales, como en Bono
nerales o principios pues. en realidad, cada maniobra es un caso par- cer estas prácticas, con distintas fuerzas de viento, por ejemplo de fuer-
(rio Au rayl. Con frecuencia las marinas
ticular. Sin embargo, hay algo que nadíe pondrá en duda y que podría- za 2 a fuerza 6.
sólo dejan maniobrar a motor. En
mos exponer como una norma: un barco únicamente puede ma n io- El objetivo es calcu lar:
cuanto nos s ea pos ibl e. no ha y que
brar cuando dispone de un mínimo de velocidad. • la distancia necesaria para parar el barco;
dudar en hacerlo a vela. Una maniobra
Las maniobras de puerto o de fondeo, a vela o a motor, en las que • las velocidades mínimas a las que puede maniobrar;
bien realizada es una satisfacción para
la capacidad de evolución del barco resulta fundamenta l, requieren una • los diferentes radios de giro;
la tripulación y constituye un
determinada velocidad, aunque sólo sea para que el timón responda. • las posiciones de equilibrio.
entrenamiento indispens able pa ra el
Por esta razón, hay que adquirirla lo antes posible ya desde la salida,
dia en que nos falle el motor.
debiendo mantenerla a la llegada durante el mayor tiempo posible para Las prácticas deben realizarse con las diferentes velas que se utilizan
colocarnos bien, y a continuación perderla con gran rapidez. En los dos para las maniobras en puerto, incluyendo también el motor, por su·
casos se trata de limitar al máximo el difícil momento en el que el barco puesto. No vale de nada practicar con genova, booster o spi.
flota pero todavía no tiene -o ya no tiene- suficiente velocidad para Colocamos una, dos o tres señales de referencia próximas unas de
poder ser gobernado. otras (las defensas o el bote auxiliar sirven perfectamente). Fondeamos
También podríamos elevar a la categoría de grandes principios las si· cada señal con un cabo independiente lastrado a 2 metros de la super·
guientes reg las: ficie para evitar que se enrede con el timón o la hélice.
• Cuanto más tráfico portuario hay, más complicada es la manio- Fondeamos estas señales a una distancia determinada (más o menos
bra. Si hay otros barcos maniobrando para entrar o salir, a veces es pre· a 10 metros una de otra), formando una línea orientada en la dirección
fe rible cederles el paso y esperar prudentemente a que vuelva la calma del viento y realizamos las maniobras en las cercanías (como máximo a Modo de aparejar una boya para
a las proximidades de muelles o pantalanes. una distancia de lOa 20 metros de las boyas). realizar prácticas.
608 La maniobra Las maniobras en puerto 609

" él 3
Hay que calcu lar:
• la distancia de parada con las velas izadas;
• la distancia de parada con las velas arriadas;
• la eficacia de los medios de frenado :
- cazar a la contra,
Oración de entrada en
puerto: primera letanía

H ay que empeza r a reza r la primera letanía una hora o dos

M$W
- dejar flamear una vela; antes de llegar al canal de entrada al puerto.
1 4 - arrastrar un cubo;
ID I
- dar motor marcha atrás;
• la velocidad de abatimiento con las velas izadas y largadas;
1. Saca r el portulano y estudiarlo.
2. Lee r atentamente el Derrotero y la guía de navegación.
I 1 I I , ",1 1 I 1
• la velocidad de abatimiento con las velas arriadas; 3. Estudiar el p lano de l puerto y tra za r la direcció n del
• la velocidad y derrota en la amura contraria o a la capa; v iento a lápiz sobre el mismo (hay que prestar atención,
Frenos de emergencia y marcha atrás
• la capacidad de la tripulación para remontar el viento singlando; etc. pues dentro del puerto podemos encontrarnos con sorpre -
e n catamarán. sas y co n vie ntos extraños).
4. Representa r las corrientes a la hora prevista de llegada,
MANIOBRAS DE APROXIMACIÓN con fl echas sobre el plano del puerto.
%r r 5. Comprobar la esca la del p lano del puerto y medir el t a-

--~--~-- O Las maniobras de puerto hay que prepararlas con anticipación, mucho
antes de haber reconocido las primeras boyas del canal. Debemos saber
maño de la zona en la que vamos a maniobrar.
6. Hacer el cá lculo completo de la ma rea .
que durante la aproximación los acontecim ientos se precipitan y todo lo 7. Comprobar que la so nd a está en marcha, que funciona
que no hayamos preparado corre el riesgo de ocasionarnos disgustos. y ajustar la alarma.
O
I 8. Describir las marcas principa les y la enfilación de en tra -
--0---

~~IIII
da (o bien las características de las luces principales) a los
I La preparación del barco tripulantes de la bañera y al timonel.
Al acercarnos a tierra, sobre todo después de navegar varios días en al- 9. Adaptar el go nio a la fre cuencia del radiofaro de reca la-
ta mar, el patrón debe echar un vistazo crítico al barco. Nos hemos da o de guía de entrada.

~
acostumbrado a la comodidad de los gran des bordos navegando libre- 10. Adapt ar el receptor VHF a la frecuencia del puerto.
mente, y a la tranqui lidad de las maniobras lentas. Poco a poco, insidio- 11. V, por último, para los tradicion ales, subir el cabo de
samente, el material destinado a las maniobras de puerto ha quedado la corredera y los seda les, antes de entrar en el canal.
relegado en el fondo del barco, o escondido en los cofres, bajo un
Hay qu e calcular la dis tancia de parada
montón de objetos más útiles a corto plazo.
O a partir de diferentes rumbos.
Es necesario sacarlo, volver a colocar todo en su sitio, comprobar
que las amarras, convertidas en nidos para botellas, pueden alcanzarse Es con veniente realizar todos estos preparativos bastante pronto,
otra vez con facilidad y que la cadena del ancla no está atascada en el pues cuanto más nos acercamos a tierra, más irá atrayendo ésta nues-
a la capa fondo del pozo, debajo de las bolsas de las velas y otros bultos. A partir tra atención, sobre todo si no conocemos la costa a la cual nos dirigi-
de este momento el bichero y el remo ya no servirán para pescar; y mos. Esta aproximación siempre es un momento grandioso, y sería una
también tenemos que encontrar las defensas. pena dedicarlo a hacer la limpieza.
La cubierta está despejada, las drizas ordenadas y ya hemos elegido las Si las cosas no están claras, vale más ponernos a la capa hasta que
a la capa
corrida velas. Para en trar en puerto, a menudo nos vemos obligados a cambiarlas, hayamos terminado de rezar las dos letanías, para poder entrar en
debiendo ser suficien tes para que el barco mantenga la capacidad para puerto tranquilos y relajados.
con las velas maniobrar y cierta rapidez de evolución en todos los rumbos, con un vien- El hecho de entrar en puerto, aunque sea conocido, puede reservar-
largadas to que irá cayendo y será irregular. No debemos llevar demasiado trapo; nos algunas sorpresas y esta decisión maduramente pensada o habitual
puede resul tar peligroso mantener el génova izado pues tarda bastante en puede convertirse repentinamente en algo imposible de realizar. El
con el foque pasar de un costado al otro en las vi radas y además corre el peligro de buen marino siempre tiene una solución de emergencia. Por ejemplo, si
arriado
portar a la contra, tapándonos la vista; es preferible utilizar el foque de ru- el motor se para, izará el foque y después la mayor (por eso ha dejado
Algunas posiciones particulares del ta. Para que el motor esté disponible, hay que comprobar su funciona- las velas preparadas); si el canal está obstruido por barcos que trabajan,
ba rco que debemos tener e n cuenta. miento. Es fundamental contar con un barco equilibrado, franco y claro. volverá a salir haciendo bordos (debe llevar el trapo adecuado), etc.
610 La maniobra
Las maníobras en puerto 611

la asistencia del barco de servicio del puerto que nos ayudará a manio-
brar o a afirmar las amarras.
Oración de entrada en
puerto: segunda letanía Esta comunicación por radio no es obligatorio realizarla, y también
podemos prescindir de ella. Pero las capi tanías de la mayoría de los
1. Colocar tres defensas en cada costado. grandes puertos deportivos proporcionan este servicio de escucha por
2. Dejar una defensa grande preparada en la bañera "po r VHF de modo permanente día y noche. Tanto en Francia como en Es-
si acaso". paña suelen utilizar el cana l 09.
3. Preparar una amarra en la proa y otra en la popa para
los largos y dejar un a libre en la bañera para los tripulantes
que entran de gua rdi a.
4. Preparar la espadilla en su chumace ra.
Elección del lugar para atracar
5. Preparar el bichero en la proa o en el pasamanos fuera Según nos vamos acercando las marcas van colocándose en su sitio, y
del recorrido de las escotas. van apareciendo las enfilaciones, en una palabra el paisaje se organiza. A
6. Dejar un fondeo auxiliar li sto para largar, si está cómo- los datos permanentes que nos proporciona el Derrotero hay que añadir
dam ente situado en un cofre en la popa; en caso co ntrario, la información de tipo variable relacionada con el día y la hora, el viento,
preparar el ancla en la proa lista para fi lar con un os diez me- la marea, la corriente, la luz y la presencia de otros barcos. Éstos nos pro-
tros de cade na. porcionan indicaciones enormemente valiosas para la maniobra, ya estén
7. Parar el pi loto automá ti co si está fun cio nand o.
navegando o fondeados. Si queremos dirigirnos a un fondeadero exte-
8. Arrancar el motor y mantenerlo en punto muerto, lislo
ri or en una cala o en un repliegue de la costa, el tamaño de los barcos
para utilizar.
9. Reg lar el trapo para poder m aniobrar: que allí se encuentran nos indica el tipo de fondos, y la manera en que
• guardar el spi y el tangón, así como las brazas y escota s; bornean nos revela la acción conjunta del viento y de la corriente. Al
• largar la reten ida de la botavara y los barber-haulers; acercarnos a un puerto, el bosque de palos que se encuentra detrás de
• amarrar el géno va, guardarlo y cam biarlo por un inter o un espigón nos permite adivinar el número de barcos, así como sus movi-
un so lent (mejor visibilidad, facilidad para v irar y cub ierta mientos; el humo y las faldas de las chicas anuncian vanidades terrestres,
de proa despejada ). Si el barco maniobra bi en con mayor pero al mismo tiempo son señales que nos indican la dirección del viento
sólo, podemos dejar un foque m ed io; si el barco lleva enro- en el borde de los muelles. En este caso, otra vez el tamaño de los barcos
lIador, evidentem ente no hay ningún problema de este tipo, fondeados, en cunas, o varados, y su colocación en el puerto son datos
aunque puede ser conven iente darle unas cuantas vueltas
que debemos considerar al elegir el lugar para fondear .
para reducir la superficie del foque.
Durante esta aproximación, resulta indispensable que el patrón
• tomar o larg ar los rizos de la mayor, para ajustar la po-
pueda tener en todo momento una visión clara de la situación. No
tencia y ve locidad en fun ció n de la ve la de proa.
10. Comprobar que toda s las drizas de las ve las izadas es- debe ocupar ningún puesto f ijo, especialmente en la caña, sino es-
tán claras y preparadas para ser arriadas. tar disponible para echar una mano allí donde haga falta: colaborar con
11 . Reglar el amantillo de la botavara para que podamos el navegante que no encuentra el dato solicitado, asegurar que el orin-
arriar la mayor sin dolor. que del ancla está claro, ayudar a una vela rebelde a bajar más deprisa,
Toda esta letania debe reza rse y efectuarse antes de entrar etc. Antes habrá explicado el plan de maniobra, y asignado las tareas. Sin
en el ca nal o en la parte más estrecha de acceso al puerto. embargo, la tripulación debe estar preparada para soportar estoicamente
decisiones imprevistas y contradictorias; fondear o coger un muerto en
lugar de ir al muelle, o incluso volver a salir; ¡qué le vamos a hacer!
Los contactos por radio Al entrar en un puerto, lo ideal es dar una vuelta de honor, con el fin
la generalización de las comunicaciones marítimas, especialmente por de observar 105 sitios disponibles. Pero las zonas libres raras veces lo es-
VHF ha modificado nuestras costumbres. Hoy día, cada vez es más fre- tán sin motivo: ¡a veces esconden una vivienda de renta limitada para
cuente mantener contacto por radio con la capitanía de puerto incluso lapas! Puede que algunos amarres estupendos estén reservados a bu-
antes de cruzar el espigón. Esto nos permite conocer la cantidad de ques de seIVicio o a pesqueros. Debemos evitar meternos en un sitio del
barcos que hay, la dirección del viento que sopla detrás del espigón, el cual nos sea difícil después salir. Al entrar en un puerto desconocido lo
estado de la marea, o la hora en que sale el barco correo de las islas, más prudente es amarrarnos provisionalmente a un pantalán o a una
con el cual es preferible no darnos de narices. También podemos pedir boya, o abarloarnos a otro barco mientras preguntamos. los puertos
61 2 la maniobra las maniobras en puerto 6 13

deportivos correctamente equipados suelen disponer de un pantalán de


llegada, al que normalmente los barcos pueden acercarse a vela y que
La organización de los puertos deportivos
desempeña el mismo papel que la recepción en un hotel. Vamos a infor-
marnos y a que nos den el número de amarre que nos corresponde.
En España
Al entrar en un cana l es conveniente recordar que las reg las de
n los puertos deportivos españoles el 75% de las plazas de amarre se alquilan o se ceden por un perío· rumbo y gobierno ca m bian, y que t odos los barcos, t anto gran-
E do de tiempo nunca superior al concesional. El 25% restante se destina al uso público tarifado. Este
porcentaje es a veces excesivo en los grandes puertos situados fuera de las zonas de gran tráfico estival y.
des como pequeños, a motor o a ve la, deben circu lar por la dere-
cha y que los pequeños no deben estorbar a los grandes.
sin embargo, puede ser a menudo insuficiente en otras zonas muy concurri das. . Pero en " t.emporada al ta" los amarres de los puertos están muy soli-
Esto último es lo que ocurre en algunas partes del Mediterráneo. tales como las Baleares, cuyos puer· Citados, y qUizás decidamos dirigirnos a un fondeadero exterior; en ese
tos esta n llenos desde primeras horas de la tarde. caso nuestra decisión dependerá de las características del lugar: forma
Para reducir este inconveniente en esos meses se acostumbra a ocupar los amarres alquilados o cedí· de la costa, naturaleza del fondo, corriente y altura del agua. También
dos a terce ros por largos periodos de tiempo, que en esos días se encuentren desocupados, ya que la ley hay que tener en cuen ta la duración de nuestra estancia, y el tiempo
sólo admite el alquiler o la cesión de uso preferente, pero nunca de uso excl usivo. que hace y que va a hacer. Los barcos ya instalados nos indican el me-
Los barcos en tránsito, cuando efectúan una escala, deben amarrar en el pantalán de llegada o mue- jor lugar del fondeadero, pudiendo aproximarnos a ellos siempre que
lle de espera, siendo obligación del Pa trón presentarse en Capitanía, donde tras efectuar los tramites de guardemos las oportunas distancias, sin olvidar que dos barcos no tie-
l a t orre de vigila ncia de la ciudadela d e
llegada se le asigna un amarre adecuado a las características del barco. nen por qué bornear del mismo modo, y que conviene que no nos si-
Saint·louis controla y org a niza la
tuemos a sotavento de un barco grande por si el tiempo se estropea y
e ntrada al pu erto de l orie nt.
En Francia el barco empieza a garrear ...
Los grandes puertos comerciales se rigen por una reglamentación
n la actualidad los puertos deportivos franceses funcionan todos según el mismo esquema. El 90% de
E las plazas se alquilan o se venden a los navegantes de recreo. El resto se reparte entre plazas para na-
vegantes profesionales y organismos diversos (pescadores, barcos de paseo, escuelas de vela ... ) y plazas
especial y teniendo en cuenta los mastodontes que los frecuen tan, es
conveniente cumplirla. Ésta puede incluir normas sobre señales de en-
trada y salida (ver p. 648), reglas especiales de navegación, como las
que se ponen a disposición de los barcos visitantes. Podríamos pensar que las plazas destinadas a los de-
que hacen referencia al cana l preferente, o Incluso a pasos reservados
más navegantes son un tan to escasas ... Y efectivamente, es lo que suele pasar en el Mediterráneo donde
para barcos pequeños (como ocurre en Lorient...).
los puertos cuelgan el cartel de "completo" a partir de las cinco de la tarde. Pero cada vez con mayor fre-
El Derrotero es muy claro en todos estos casos y hay que leerlo obli-
cuencia se obliga a los usuarios a cumplir una cláusula que les exige dejar libre su amarre una o dos sema-
gatoriamente antes de entrar en este tipo de puertos.
nas durante la temporada veraniega. De este modo, las capitanías pueden disponer de ellas para volverlas
a asignar según las peticiones que
reciban . En la práctica, los barcos
que efectúan escala deben amarrar
MANIOBRAS CON EL ANCLA
en el p antala n d e llegada (normal-
Apenas hay lugar alguno donde podamos fondear con ancla, que no
mente suelen tener fáci l acceso para
sea una ensenada exterior. Estos abrigos que suelen ofrecer un res-
que los barcos puedan maniobrar
guardo menos completo que los puertos, exigen que utilicemos un ma-
con facilidad) debiendo presentarse
terial de fondeo serio. El material de fondeo es el principal material de
más tarde el patrón en Capitanía
seguridad, pues es el único freno, el único medio de parar el barco en
donde le asignarán un puesto en
cualquier lugar en caso de necesidad. Debemos elegirlo con infinito
otro pantalán.
cui dado, y también saber utilizarlo con sentido común, en función del
Asimismo, algunos puertos po-
tiempo que haga y del lugar en el que vayamos a fondear.
seen plazas de amarre a muertos.
Au nq ue, por lo general, éstas son
más baratas, no por ello son las peo- El material de fondeo l a t ra nquilidad de un fond eade ro
res, pues casi siempre la capitanía del Las anclas
ext e rior depe nde t a mbi én d e la calidad
puerto proporciona un medio de Al pie de las murallas de Conca rneau, e l pue rto de portivo dis pone de un
Hay que disponer por lo menos de dos anclas, aunque es preferible lle- d el ma t erial de fondeo q ue tenga e l
transporte gra tuito hasta el muelle. pa nta hi n de llega da de fácil acceso, jus to al borde del cana l.
var tres, sobre todo en los barcos grandes o en los pequeños que nave- barco y de l modo e n q ue lo utilicemos.
614 La maniobra Las maniobras en puerto 615

gan por lugares difíciles, por ejemplo el canal de la Mancha. Su utiliza- robusta puede rozar con el fondo sin desgastarse. Con una longitud de la corriente apenas actúa sobre un
ción corresponde a la de los tres principales tipos de anclas que en otro cadena igual a tres veces la altura del agua, el fondeo es correcto y el cabo delgado, y por e l contrario sí lo
tiempo utilizaban los veleros de madera de la antigua Marina. Éstos son: radio de borneo permanece limitado. Aunque, hay que precisar: es ne- hace sobre un cabo grueso .
• el ancla ligera: ancla de guardia , que se emplea en los fondeade- cesario utilizar una longitud igual a tres veces la altura del agua con Éste adopta una forma ta l
ros de espera o en una ensenada exterior con buen tiempo. o durante marea alta, medida desde la superficie del agua. Este mínimo va siendo que a veces resulta
una parada breve, cuando no abandonamos la cubierta ni la guardia; menor al aumentar de tamaño el barco y ser más pequeños los fondos: impos ibl e levar el
• el ancla mediana: ancla de leva, que se utiliza principalmente en 45 metros de cadena por 15 metros de agua, es correcto; con 2 metros ancla mientras la
los fondeaderos corrientes o en lugares seguros, para unas cuan tas ho- de agua. es preferible contar con un mínimo de 10 metros de cadena. corriente no
ras o días, y cuando la tripulación no se queda a bordo necesariamente; El peso también es un inconveniente, pues en ese caso la cadena resul- afloje .
• el ancla pesada: el a ncla m aestra, que se utiliza principa lmente ta difícil de manipular e imposible de subir con fondos superiores a los
en fondeos de larga duración, o en lugares poco seguros; sirve también 15 metros.
A bordo de este crucero de altura. la
como último recurso en los momentos difíciles desempeñando en ese
guinda leza está estibada e n un torno.
caso el papel de las antiguas andas de mise ricordia . El cabo, delgado y largo, resulta útil en numerosas circunstancias,
Estos términos tienen la ventaja de ser concretos y evocadores, y po- especialmente en los fondeaderos de espera. Es indispensable, por
demos utilizarlos sin arriesgarnos a no entendernos. ejemplo, si nos vemos obligados a fondear con calma chicha en una
corriente y en una zona con mucho fondo.
Los cabos de fondeo
Se necesitan tres cabos para fondear: una guindaleza, una cadena y un ¿Cuál debemos elegir?
cabo ligero. Podemos realizar todas o casi todas las combinaciones entre las tres an-
La guindaleza es el cabo de fondeo más utilizado, pues es el mas li- clas y los tres cabos de fondeo. Depende de las circunstancias, y no po-
gero y cómodo de maniobrar, aunque tiene un defecto: resiste mal el dríamos enumerarlas todas.
desgaste. Por este motivo es necesario intercalar un trozo de cadena De modo general diremos que:
entre el ancla y la guindaleza (así evitaremos que roce sobre el fondo), • en caso de urgencia, hay que utilizar el ancla maestra con guin-
y forrarla en la parte que toca la gatera. Normalmente se larga una lon- daleza, si hace mal tiempo y hay mucho fondo. Para fondeos de larga
gitud de cabo de tres a cuatro veces la altura del agua, con marea alta, duración en fondos pequeños se engrilleta a la cadena, lo mismo que
por supuesto, y con tiempo medio y bueno, y una longitud de cinco a cuando queremos reducir el borneo;
siete veces con mal tiempo. • el ancla d e leva, la de todos los días, se utiliza normalmente con
guindaleza; aunque utilizaremos cadena si lo que deseamos es reducir
La cadena tiene dos ventajas: al ser pesada, se queda en el fondo el borneo del barco, y cabo ligero si hay corriente; => =
permitiendo que el ancla agarre en las mejores condiciones, y como es • el ancla de g u ardia, puede combinarse con la guindaleza, por
ejemplo, cuando fondeamos con buen tiempo en un lugar agradable
con fondo muy rocoso (como en algunas calas del Mediterraneo), y en
Siempre es útil saber la cantidad de cadena qu e lugares en los que si hay que perder un ancla es preferible que sea la
hemos fondeado. Pa ra ello os aconsejamos más ligera. Si la utilizamos con cabo ligero, es el fondeo indicado para 1. Sin ninguna duda, la manera mas
marcarla con pintura de color a intervalos de alta mar, con calma chicha para esperar la inversión de la corriente (el sencilla, rapida y eficaz de forra r una
5 ó 10 metros; o mejor aún e nga nchar e n los Glénan que tiene un desplazamiento de 10 toneladas, fondea en este amarra es recubrirla con un cabo de 4 a
eslabones abrazaderas autoblocantes (de las caso con un cabo del 6 y un ancla de 7 kg). No es necesario que el ancla 6 milímetros, o mejor aún con una
que usa n los e lectricistas). agarre correctamente, pudiendo garrear un poco el barco -siempre que cincha de 25 milimetros, dando vueltas
esté realmente en alta mar y no Cerca de la costa, o de algunos bajíos muy juntas y haciendo balles trinque al
rocosos hacia 105 cuales nos arrastre o nos va a arrastrar la corriente. final.
En la práctica las dos combinaciones más corrientes son: 2. Para 10 5 enemigos de 105 nudos
• el fondeo ligero formado por el ancla maestra con un trozo de sencillos, una so lu ción aceptable es e l
cadena y el orinque, que debe estar inmediatamente disponible; trozo de manguera de goma ancho, que
• el fondeo pesado formado por el ancla de leva con la cadena, no esté rajado y que se amarra con un
accesible como segunda solución. cab ito.
La maniobra
las maniobras en puerto 617
616

Las anclas se engrillelan, asegurándose 105 grilletes con alambres En primer lugar nos fijaremos en el tipo de fondeo de cada barco:
Modo de
bastante largos y poco retorcidos, para poder cambiar la composición muerto (el flotador está en la cubierta), boya de amarre, guindaleza o
asegurar e l
de los fondeos con rapidez y sin herramientas especiales. cadena. Con los dos primeros, los barcos siempre bornean muy poco,
grill ete que une
Conviene saber que con frecuencia un fondeo ligero es suficiente pues los fondeos son cortos. Con guindaleza, el borneo es franco y am-
la cadena al
cuando hace buen tiempo y la tripulación va a permanecer a bordo del plio, sobre todo si el cabo es largo. Con cadena el borneo es muy va ria-
ancla .
barco. Esto nos evitará un buen número de problemas que describimos ble, pues, debido a su peso, ésta sólo se extiende con viento fresco, o si
en este apartado. Sin embargo, esta observación no debe entenderse el barco sube y baja con la marea.
como una invitación a la permisividad. debiendo reflexionar bien antes Después nos fijaremos en la clase de barcos, siendo éstos más vo lu-
y no confundir la expresión fondeo ligero con fondeo a la ligera .. bles (que no permanecen quietos) cuanto más ligeros son, cuanto ma-
yor sea la ca rga aerodinámica o cuanto menor sea el plano de abati-
miento. l os multicascos rápidos, y los derivadores integrales son los
El borneo
Cuando en un mismo lugar hay varios barcos fondeados en las mismas más volubles, mientras que los barcos antiguos, pesados y con plano
circunstancias, todos deberían bornear igual, es decir, situarse a sota-
vento del ancla a una distancia concreta: la longitud de su cabo de fon-
deo. Si el viento rola, todos deberían recorrer el mismo arco de circun- El borneo
ferencia, sin encontrarse nunca si los cabos son igual de largos.
Esta situación suele ser rara. Sería necesario que todos los cabos de
fondeo fueran iguales, y los barcos más o menos de la misma clase. Es L os barcos no se quedan comp letam ente inmóvi les en el fondeadero, sino que pu eden mo-
ve rse empujados por el v iento y la corriente, tirando del ca bo de fondeo. El movimiento que
rea li za n es una especie de vaivén más o menos regular de u n costado al otro. Si las condicio-
decir, monocascos modernos, derivadores lastrados o barcos de quilla de
nes de v ie nto ca mbian de forma rad ica l, el barco gira alrededor del ancla describiendo un
8 a 10 metros. Pero, al utilizar cada uno de ellos un fondeo distinto y, si
cí rculo en cuyo ce ntro se encuentra en ancla, siendo el radi o del mismo igual a la long itud del
añadimos a la flotilla un viejo balandro de vela latina y algunos multicas- cabo de fondeo. En este caso habl amos de circ ulo de borneo y de radio de borneo.
cos nodernos, todo esta maravillosa organización desaparecerá y cada En teoría , los barcos fondeados en una misma ca la deberían bornear todos de la misma ma-
uno borneará a su antojo; si, además, hay corriente, acertar en lo que nera, sin encontrarse nunca si los cabos tienen la mi sm a longitud (1). En la práctica, las cosas
respecta al borneo sería como ganar una triple gemela. Por esta razón, tran scurren de otra forma pues los cabos no son nunca de igual longitud (2), algun as zonas es-
resulta evidente que, excepto en los fondeaderos organizados, hay que tán más afectada s por las corrientes o el v iento, y unos barcos so n más pe sa dos o ti enen ma-
prever una distancia considerable entre los barcos, o bien dejar a alguien yor calado que otros, por lo que bornea n m ás despacio ... Tod as estas razones conv ierten los
a bordo para evitar choques inoportunos si las condiciones cambian. pronósticos sobre borneo en algo así como la triple gemela de los domingos. Si el v iento rola
Por lógica, el último barco en llegar debe adaptarse a 105 que ya es- bruscamente, el fond ea dero se tran sforma ensegui da en un campo de maniobras y a veces in-
cluso de grand es maniobras. En el ejemplo, se producirán daños en los puntos A y B si el vie n-
tán allí, por lo tanto es necesario que se haga una idea de la manera en
to rola al Sureste o al Suroeste, y cuando la co rri ente lleg ue a su máxima intensidad los pro-
que dichos barcos van a bornear. pietarios, quizás lleg uen a las manos si los barcos chocan en los puntos e, o y E. Con cierta
práctica, enseguida loca liza rem os los puntos co nflictivos y no dudaremos en fo ndear a más
distancia .

Hora punta en el fondeadero exterior


de Treac'h a r Gouret, al s udest e de la
isla de Houat. En cuanto los ba rcos
e mpi ecen a bornear, s urgirá n los

j
problemas.
618 La maniobra las maniobras en puerto 619

de abatimiento grande, permanecen inmóviles en su fondeo. La co- Estaremos preparados para fondear cuando la guindaleza y no la ca-
rriente hace bornear a 105 barcos con mucha quilla, sin embargo los ca- dena, esté en la gatera, pues en caso contrario el ayuste quedaría blo-
tamaranes y los derivadores integrales lo hacen con el viento. Para ar- queado al empezar a filar el fondeo . Una vez colocados la cadena y el
monizar todas las clases de borneos, da buen resultado bajar más o ayuste más allá de la gatera, los pondremos en la cubierta o sobre el
menos la orza y mover un poco la caña. balcón, de donde filarán directamente al agua después del ancla.
Hay que resaltar que un fondeo de este tipo se puede guardar en
el fondo de un cofre, aunque esté lleno de velas y otros objetos, con
Preparación del fondeo la única condición de poder llegar directamente hasta el ancla y que
Modo de prepara r el fondeo ligero los objetos colocados sobre el montón sean grandes y no tengan
A veces vemos a tripulantes con cara de ir al patíbulo hacer gestos de ganchos o anzuelos, pues en ese caso se engancharían irremediable-
una ternura maternal para sacar una amarra bien adujada de un cofre. mente.
Esto casi nunca vale la pena, pues u n a amarra b ien adujada es una
am arra sagrada: es decir que no soporta q ue la cambien de sit io Modo de preparar el fondeo pesado
sin que se for men nudos. Si hay que trasladarla de lugar, hay que En los barcos antiguos
desadujarla de donde se encuentra para volver a adujarla en el nuevo lu- Normalmente la cadena se guarda en su pozo; ésta lleva en su extremo
gar donde vayamos a utilizarla. Es un trabajo molesto y que requiere inferior una entalingadura, fijándose el ancla al extremo superior por
cierta minuciosidad. Recordemos que una amarra se aduja en el sentido un grillete asegurado, y pudiéndose sacar todo desde la cubierta.
de las agujas del reloj, dándole forma ovalada y colocándola plana sobre Para preparar el fondeo, empezaremos sacando del pozo una canti- Para desadujar una guindaleza s in
la cubierta, formando varios niveles. Hay que comenzar cada nivel por la dad de cadena por lo menos igual al triple de la altura del agua. A con- hacer nudos, hay que tirar de ella hacia
parte exterior y terminar por dentro, pues si no toda la amarra resbalará tinuación inmovilizamos la cadena dando tres vueltas a la bita, en el a rri ba. Un truco muy fáci l es pasarla
hasta el agua cuando se empiecen a deshacer los primeros lazos, sentido correcto, es decir que la vuelta superior se haga con la parte de por la manga del lampazo.
Pero todo esto resulta muy complicado e inútil. La mejor manera de la cadena que llega al escobén, de este modo sea cual sea la tensión
ordenar una amarra es colocarla en un montón en el fondo de un co- de la otra parte del fondeo, siempre podremos aflojarla (es decir, alar-
fre, pero es necesario que sea un montón bien pensado, haciendo garla) lo que sería imposible de la otra manera. Nunca hay que dar co-
antes un nudo de entalingadura en el fondo del cofre y amontonando tes en la bita, pues éstos se azocarían y tendríamos que utilizar un mar-
después la amarra en capas sucesivas extendiéndola por toda la super- ti ll o y un escoplo para deshacerlos.
ficie disponible sin hacer ningún círculo, hasta quedarnos con el chicote la cadena ocupa mucho espacio en cubierta y se puede caer al agua
en la mano. Afirmamos la cadena a este último con un ayuste, y para si el barco da un bandazo, por lo que hay que sacarla del pozo lo más
terminar fijamos el ancla asegurando el grillete al trozo de cadena. Des- tarde posible. Para colocarla de forma clara sobre la cubierta, el sistema
pués, basta con abrir el cofre, lleva r el ancla a la guía (de proa o de po- más sencillo y rápido es el del montón bien pensado.
pa) pasando por debajo de todas las maniobras que encontremos, y ya Éste se hace amontonando la cadena sobre la cubierta, según va sa-
tenemos preparado el fondeo. liendo del escobén, hasta la longitud deseada. Si no está marcada o si
Si tenemos tiempo y para no estropear los bordes del cofre o la cu- la pintura se ha borrado, podemos practicar sacándola de forma regu-
bierta es conveniente que un tripulante lleve la cadena junto al ancla lar de cincuenta en cincuenta centímetros; de este modo podemos co-
mientras esperamos para fondear; la propia amarra le seguirá sin nin- loca r de una vez la longitud deseada sobre la cubierta, afirmándola a la
gún problema hasta la entalingadura. bita. En ese momento el extremo de la cadena que va unido al ancla se
quedará atascado debajo del montón, cayendo todo de golpe al agua
si intentamos fondear de este modo. Por lo tanto, es necesario que en
segundo lugar, volvamos a hacer el montón, es decir, hacer otro aliado
del primero y de la misma manera, pero esta vez empezando por el ex-
tremo que está afirmado a la bita. Al final de la operación, el extremo
de la cadena que va unido al ancla quedará encima pudiendo largarse
con facilidad. Este sistema nos permite sacar la cadena en el último mo-
Dos maneras de hacer un ayuste;
mento, y efectuar la maniobra en menos de un minuto, sin necesitar
en los dos casos, podemos dar o no
una atención constante.
una vuelta redonda .
620 la maniobra las maniobras en puerto 621

Modo de dar vueltas a


una cadena sobre una
bita de amarre

Sí: pOdemos aflojar No: hay que subirla


fácilmente la un poco para poder
cadena. deshacer las vueltas
de la bita.

Preparación de una bitadura .

Cuando hace mal tiempo. el montón puede caerse entero al agua si


el barco da un bandazo. En ese caso es preferible utilizar otro sistema y
preparar la cadena un poco antes colocándola en zigzag sobre la cu-
bierta . A esto se llama hacer una bitadura. Si es necesario, podemos
amarrar dicha bitadura con dos rebenques.
Método del montón Para estar listos para fondear, todavía nos queda colocar la cadena
bien pensado en la gatera y sacar el ancla de su soporte.
1. Sacar la cadena y Darle vueltas a la
Aflojamos un poco la cadena entre el ancla y la guía para dejarla col-
ponerla en un
gando en la punta de la proa, de este modo permanecerá en su sitio en
montón . el momento de caer el ancla.

En los barcos modernos


En la adualidad los barcos modernos están equipados con un pozo de
fondeo al que se puede acceder diredamente desde la cubierta, y que
evita el paso de la cadena por el escobén. En cuanto a su rendimiento,
habria mucho que decir (peso en la parte alta), pero desde el punto de
vista de la maniobra, representa un gran avance, y más aún cuando los
pescantes están preparados para mantener el ancla estibada, siendo al-
gunos de ellos basculantes. Con este equipo, ya no tenemos que hacer
bitadura o montón bien pensado, sino que basta con abrir la tapa del
pozo, dejar libre el ancla (suele estar bloqueada por un pasador o un
cabo) y ya estamol listos para fondear .

Modo de preparar el cabo ligero Orig ina l solución adoptada a bordo del
También en este caso, el método del montón resulta eficaz. Para que el Gle nans 33. El pozo de la cadena se ha
cabo esté siempre listo para ser utilizado, hay que meterlo en un cubo, instalado debajo de la mesa de la
amarrándolo al asa a una distancia de un metro del chicote libre (este cabina. Con es te s istema se coloca el
metro servirá para hacer la entalingadura); después lo introducimos en pes o en e l centro del barco .
622 la maniobra las maniobras en puerto 623

el modo habitual, igual que una cadena en su pozo. También podemos Otra cuestión peliaguda: ¿qué hacemos con su chicote?
utilizar una bolsa. siempre que ésta no sea demasiado grande. Existen tres soluciones:
1.° Afirmarlo a un flotador. Lo preparamos todo antes en la cubier~
~~
Orincar ta, ordenando cuidadosamente el orinque y amarrándolo por un lado a ~
Dos maneras de ama rra r e l o rinque
Un ancla puede encontrarse con todo tipo de objetos en el fondo del la cruz del ancla y por el otro a su flotador. Mientras un tripulante echa
agua y quedarse enganchada. En el momento de fondear, todavía esta- el ancla, el otro va largando el orinque según lo va pidiendo, antes de al cabo de fondeo .
mos a tiempo de reflexionar, después ya será demasiado tarde. Es con- sQltar el flotador. Este cabo debe tener una longitud ligeramente supe-
veniente afirmar a la cruz del ancla un orinque (se da este nombre a rior a la altura del agua en pleamar, pero no más, pues en otro caso
todos los cabos que unen un objeto sumergido con un flotador o con podría enredarse alrededor de la cadena, lo cual representaría una su-
el propio barco). Este orinque servirá para sacar el ancla al revés si no perficie adicional de exposición a la corriente. Inconvenientes de esta
quiere subir al derecho. iPero da bastantes problemas! solución: en la salida, cuando el viento y la corriente no están en la mis-
En primer lugar, hay que elegir con cuidado el diametro del mismo, ma dirección, que hay que utilizar el bote auxiliar para recuperar el
pues en otro caso su presencia puede resultar no sólo inútil sino com- orinque; y por otro lado, el orinque está siempre a merced de las héli-
pletamente nefasta para sujetar bien el fondeo. Debe ser resistente, pa- ces de los barcos, siendo este peligro mayor en los puertos en los que
ra poder subir un ancla clara, pero no demasiado grueso, con el fin de hay muchos barcos.
no exponer demasiada superficie a la corriente, en caso de que hubie- 2.° Dejar el chicote del orinque a bordo. Para ello es necesario que Si pasamos e l orinque por un eslabón
ra. Si esto ocurriera podría arrastrar tanto el ancla como el barco (he- tenga un seno de unos 3 metros con relación al cabo de fondeo, para de la cadena, es s uficie nte con ha ce r un
mos visto derivar así algunos barcos durante varias millas en las proxi- evitar que tire del ancla. Hay que medir esta longitud antes de fondear, as de guías.
midades de Paimpol. .. ). Tampoco debe ser muy delgado, para poder marcando en el orinque el lugar que deberá colocarse en la gatera. Por
engancharlo dentro con facilidad. El cabo de fondeo ligero y la sonda lo demás, la maniobra es la misma que en el caso anterior.
son, por lo general, demasiado finos y no siempre bastante resistentes 3° Amarrar el chicote del orinque al cabo de fondeo. En este caso
como para desempeñar este papel. Como mínimo deberíamos utilizar también debemos dar al orinque 3 metros de seno. Incluso aunque de-
un cabo con un diámetro del 8. bamos seguir teniendo cuidado de que no se enreden orinque y cabo
de fondeo al ir bajando, sin duda, ésta es la mejor solución.
La longitud del orinque también cuenta: aunque no debe ser dema- Como todo lo que sirve para asegurar, el arinque es un latazo mien-
siado grueso, tampoco es conveniente que sea demasiado largo, pues tras no tenemos que utilizarlo, pero resulta indispensable al fondear en
en ese caso la corriente seguiría actuando sobre él. lugares sospechosos. Y ante la duda ..
Conviene que no flote, para no quedarse enredado en las hélices de
los motores, por eso es preferible que sea de poliamida o de poliéster.
Fondear con viento de proa
Es el método tradicional.
Nos acercamos al lugar elegido para fondear por sotavento, en un
rumbo en el que el barco pueda maniobrar bien, con comodidad, yen
el que podamos graduar su velocidad fácilmente: lo ideal es el viento
1. Orinque demasiado largo:
de través. Siempre que podamos, arriamos el foque enseguida, para
la corriente actúa sobre éste,
despejar la cubierta de proa, pero dejandolo preparado para volver a
arrastrando el a ncla.
izarlo si fallamos la maniobra. Si el barco evoluciona mal sólo con la
2. Orinqu e d e masiado corto: tira del
mayor, podemos dejar puesto el foque durante un poco más de tiem-
ancla al revés. r....,-._............ po, pero no demasiado, pues en ese caso el tripulante encargado del
3. Orinqu e correcto.
fondeo podría tener relaciones difíciles con él. Además, durante la or-
4. Orinqu e demasiado largo co n
zada, el foque podría recibir el viento por un lado O por el otro, hacien-
flotador : se e nreda con los demas
do arribar al barco.
fondeos, con las rocas del fondo . con
Si fondeamos a motor, no importa el rumbo que lleve el barco
las hé lices, V se va al quinto infie rno ..
al aproximarse, pero hay que dejar las velas preparadas para volver a
¡Va la hora de za rpa r no hay qui en lo
izarlas.
e ncue ntre!
624 la maniobra Las maniobras en puerto 625

"Toma r enfilaciones por el través": esta


expresión forma parte ya de la rutin a;
Fondear con el viento de proa s ignifica rea lmente q ue el patrón
na vez hayamos elegido el lugar adecuado para fondear, la tripulación se prepara para la observa, por el través del barco, cómo
U man iobra (1). Hemos enrollado el foque, y un tripulante se co loca al pie del palo, listo para
arriar la mayor; otro se ha puesto las botas y está preparado para fondear en la proa (2). El ti -
van desfilando los dife rentes planos del
pa isa je. Cuando ya no se mueve nada,
monel empieza a orzar para poner el barco proa al viento (3). La mayor al flamear ayuda a fre- es que el barco está parado.
nar al barco, y sólo la bajaremos cuando esté prácticamente parado. En cuanto el barco empie-
ce a retroceder, el patrón dará la orden de fondear. El tripulante de proa echa el ancla por la
borda (4) y va largando el fondeo segú n lo va pidiendo el barco, frenándolo "co n la bota", Es Al llegar a sotavento del lugar elegido, hay que orzar rápidamente ca-
muy importante extender bien la cade na sobre el fondo. La tripulación está preparada para zando la mayor si es necesario. En ese momento el barco deberá llevar su-
maniobrar. Únicamen te cuando la ca dena haya filado del todo y hayamos comprobado que el ficiente velocidad para recorrer una o dos esloras con su arrancada; si va
ancla ha agarrado bien (tomando una marcación en tierra) podremos quitar o aferrar las ve las. rápido, hay que bajar enseguida la mayor; si su velocidad es excesiva de-
bemos mantenerla izada pues si la dejamos flamear actuará como freno.
A motor, nos situamos proa al viento, justo a sotavento del lugar en
que queremos fondear, y quitamos la marcha. Incluso podemos poner
un poco de marcha atrás con objeto de parar el barco y empezar a re-
troceder.
Mientras tanto, el patrón va controlando su avance, tomando enfi -
ladones por el tra vés, sin dar la orden de fondear hasta el momento
preciso en el que el barco esté parado. Pues en otro caso, al sobrepasar
el cabo de fondeo al ancla, podría enceparse y no agarrar.
El tripulante deja caer el ancla rápidamente, largando una longitud de
fondeo igual a la altura del agua, nada más, pues en otro caso el cabo
caería en un montón encima del ancla, y ésta podría enceparse otra vez.

lLos
_
En el momento de fondear otro tripulante baja la mayor, pero deján-
dola preparada para volver a izarla, si el ancla garrea. El barco empieza

diez_
mandamientos
_ n_~ __
a retroceder, y el tripulante larga el fondeo según lo va pidiendo, fre-

del fondeo con viento


~_n_
de proa
®I,''
. ~'q,
T

2 Bajar el foque Justo antes de orzar (o incluso antes, SI el barco 1/


:u~~:a:::nezr:::~:::~: :~~ando la mayor, pero sin romper la arrancada ~
4. Bajar la mayor.
5. Buscar el viento de proa exacto, lo cual exige que el barco vaya suficientemente
® J
5
!
10
rápido como para poder recorrer por lo menos dos esloras con su arrancada

para.
8. Largar el fondeo según lo vaya pidiendo,

Chl~ ~~/ '


s ujetándolo ligeramente.
9. Una vez largada la longitud de cadena prevista ,
volver a tomar una enfilación por e l través.
10. Diez minutos más tarde, comprobar
que el barco no ha garreado: si la
enfi lación se mantiene, iel barco también!
626 L a maniobra Las maniobras en puerto 627

~;~~
na ndo un poco para que el barco, al mismo tiempo que coge arranca- Modo de fondear con viento de popa
da hacia atrás. se quede un poco sujeto por la proa y no arribe. 1. Navegar en ceñida hasta llegar a barlovento del lugar donde vayamos a
Frenamos el cabo de f ondeo con el pie, pero, evidentem ente, fondear , y arriar la mayor.
con un pi e ca lzado. 2. Dejar portar para colocarnos exactamente a barlovento del luga r de fondeo .
Una vez que el fondeo está bien extendido, el patrón vuelve a tomar 3. Recorrer de tres a cuatro esloras , aproximadamente, para colocar e l barco en
enfilacion es por el través para comprobar que el ancla ha aga rrado popa redonda, y a rriar e l foque s i hay mucho viento.
bien. A veces puede ocurrir que ésta haya agarrado bien y que el barco 4. Fondear, filando el fondeo libremente.

~á~ ~'
siga retrocediendo, si el fondeo se ha extendido mal. i Hay que saber 5. Al final del recorrido, emp uj ar la cana
distinguirlo y no asustarnos enseguida! para ayudar al barco a hacer cabeza .
6. Tomar una enfilación por e l t raveso
De todas formas, si el ancla no se engancha y garrea , no tenemos 7. Diez minutos despues, comprobar que
que asustarnos. pues cuando volvamos a sacarla el barco remontará un e l barco no ha garreado: ¡s i la enfilación
poco al viento, situándose correctamente para zarpar. se mantiene, e l barco tambie n !

Si fondeamos a motor hay que empezar por e l


Fondear con viento de popa punto 2 y poner punto muerto en el 4.

Diferentes razones pueden obligarnos a decidir fondear con el viento


Para graduar la velocidad, bajamos el foque con más o menos ante-
de popa:
lación, excepto cuando hay poco viento que lo mantendremos izado
• con vien to muy flojo, si fondeamos con el vien to de proa, el barco
hasta que el barco haga cabeza.
retrocede muy despacio, y el cabo de fondeo fila con dificultad; si fon-
Para fondear a motor, hay que hacer lo mismo, pero debemos poner
deamos con el viento de popa, tenemos suficiente velocidad para ex-
punto muerto, como muy tarde, en el momento de largar el ancla, pa-
tende r el fondeo sobre el fondo de una vez y correctamente;
ra no pillar el cabo con la hélice.
• sea cu al sea la intensida d del viento, es conven iente ut iliza r
est e sistem a cuan d o el fondo es de h ierba o de algas; las anc las Una vez en el lugar elegido, fondeamos, y el tripulante que está en
p lanas o las de arado al en gancharse b ru scamente a veces atra- la proa dej a fila r la cadena libremente (icuidado con el gel-coat o la
pintura del casco l ).
viesan la a lfombra veget al, sin atasca rse co m o sue le ocu rri r a l
fon d ear p roa al vient o; Una vez haya filado toda la cadena, el timonel debe ayudar al barco a
hacer cabeza orzando hacia el lado donde está la misma. Si el barco tiene
• si largamos el fondeo con velocidad su ficien te (más o menos a 2
dos gateras, a uno y otro lado de la proa, previamente habremos decidi-
nudos), enseguida podemos averiguar si ha agarrado; cuando el cabo
do cuál de ellas vamos a utilizar. Si sólo tiene una, un poco antes de que
se tensa, el barco debe hacer cabeza (es decir, cuando el ancla lo ll a-
el fondeo esté completamente extendido, el tripulante de proa indicará
ma) bruscamente. Si esta llamada es floja, no hay ninguna duda, el an-
con un gesto el lado hacia el que hay que orzar. El timonel orzará en
cla no ha agarrado y tenemos que salir otra vez.
cuanto se haya parado el ruido de la cadena deslizándose por la cubierta.
Para fondear con viento de popa, hay que disponer de un cabo de Esta manera de fondear con el viento de popa suele ser muy cómo-
fondeo bien despejado, que pueda filar sin problemas y que pueda afir- da, y, sin embargo, muchos navegantes deportivos temiendo garrear, se
marse en la longitud adecuada. Pues, al final del reco rr ido el barco niegan a utilizarla. En realidad si el ancla no agarra, siempre podemos
puede ser llamado de manera algo enérgica y resulta más fácil tenerlo volver a izar la mayor y zarpar de nuevo. Podemos hacerlo, además, sea
sujeto con la cadena que con la guindaleza. cual sea el modo de fondear que elijamos, pues es muy raro que el bar-
Para colocarnos a barlovento del lugar elegido para fondea r, debe- co logre altas velocidades arrastrando toda esa chatarra por el fondo.
mos realizar antes un recorrido en ceñida durante el cual bajaremos la
mayor (dejándola preparada para poder izarla otra vez). A continuación,
navegando con foque sólo y poca velocidad, nos acercamos al lugar del
Fondear en una corriente
fondeo. Una vez a barlovento del lugar elegido, nos ponemos con el Cuando hay corriente en el lugar donde vamos a fondear, la maniobra
viento de popa si todavía no lo estábamos. Por último, largamos el fon- puede complicarse seriamente.
deo y seguimos en popa redonda, hasta que el barco haga ca beza. La Empezamos dando una vuelta sobre la zona:
velocidad ideal en este momento es de 1 nudo, aproximadamente. • primero para calcular la dirección de la corriente y su intensidad;
628 La maniobra Las maniobras en puerto 629

• y después, para intentar averiguar el borneo aproximado del bar- manera, pues en ese caso lo que más cuenta es la superficie sumergi-
co (mejor dicho, el borneo del cabo de fondeo por una parte y el del da. Por lo ta n)"o debemos prever un amplio margen.
barco por otra). La presencia de los demás barcos puede proporcionar- Si fondeamos en una corr iente, tenemos que amarrar la caña.
nos señales útiles, pero esta estimación es sobre todo una cuestión de En principio la amarraremos a la vía. En caso de que vayamos a perma-
experiencia. necer a bordo del barco, podemos mantenernos separados de cual-
Según la dirección del viento y de la corriente, pueden darse 105 si - quier otro barco, empujando la caña un poco hacia uno u otro lado.
guientes casos: También debemos pensar que al fondear de esta manera, las condi-
• cuando el viento y la corriente van en el mismo sentido. No ciones pueden cambiar completamente cuando se produzca la inversión
existen dificultades especiales (hasta 20° Ó 30° de diferencia entre la di- de la corriente. Si hay varios barcos fondeados unos junto a otros, es
rección del vie nto y de la corriente); conveniente quedarse a bordo en ese momento para ver lo que ocurre.
• cuando el vien t o es perpend icula r a la corri ente. Nos acerca- Si fondeamos en alta mar en medio de una corriente, debido a una
mos de proa a la corriente, navegando con el viento de través (con el calma chicha, hay que levar anclas en cada inversión de la corriente
foque y la mayor si es necesario) teniendo en cuenta la deriva. Para pa- (volviendo a fondear al cabo de unos instan tes) para evitar que el cabo
rar el barco, en principio basta con largar las escotas, y en cuanto el ligero o la guindaleza se agarren en las rocas del fondo (lo que le suele
barco empieza a retroceder fondeamos y bajamos todo el trapo. ocurrir sobre todo a la guindaleza, y raramente al cabo; por este motivo
• cua n do el vien t o y la corrient e van en sentido cont rario (con debemos utilizar este último preferentemente).
una diferencia de hasta 80°). En este caso es cuando surgen los verda-
deros problemas, variando mucho las soluciones en función de la situa-
ción de los lugares, y de la fuerza de la corriente en relación con la del Fondear con varias anclas
viento . Fondear con dos anclas engalgadas
Por lo general, al fondear con viento de popa hay que dejar sólo el fo- Este tipo de fondeo consiste en fondear antes del ancla principal, una
que, pero ocurre lo mismo que con el viento de proa, que si mantenemos más pequeña unida a la cruz de la primera por un trozo de cadena. Es-
la mayor izada, ésta se queda pegada a la jarcia y no podemos arriarla, en- te tipo de fondeo resulta muy eficaz cuando se realiza con anclas Almi-
contrándonos de este modo en una situación un tanto peculiar. rantazgo, siendo totalmente inútil e incluso peligroso con todas las de-
A veces, podemos vernos obligados a fondear con el vient o de proa más. Deb id o a q ue est e t ipo de ancla ya ha desaparecido, no de-
y arrancada hacia adelante; hay que arriar completamente la mayor an- bemos fondear jamás con dos anclas, pues resu lta muy complica -
tes de que el barco haga cabeza frente a la corriente, pero en ese caso, do de colocar b ien y difici l de leva r.
es como si fondeáramos con el viento de popa.
Dos barcos fondeados en una corriente, incluso aunque tengan una Fondear a barbas de gato
carga aerodinámica idéntica, no tienen por qué bornear de la misma Este tipo de fondeo puede ser interesante, bien para aguantar con mal
tiempo, o bien para reducir el borneo de un barco. En este caso, se tra-
ta de fondear un primer ancla y después fondear una segunda de ma-

Fondear a barbas de gato: para aguantar Pero si 10 que deseamos es


Viento. e l mal tiempo, e l áng ulo formado entre reducir e l borneo, e l á ngulo
los dos cabos debe ser pequeño debe ser lo más abierto posible
(de O" a 20" aproximadamente) . (superior a 90").

Fo ndear en una corriente


A. Fondea como s i no hu biera corriente.
B. Fondea de proa a la corriente con las velas izadas.
c . Fondea de proa a la corriente después de arriar la mayor.
630 La maniobra Las maniobras en puer t o 631

nera que los dos cabos de fondeo formen un determinado ángulo en-
tre sí.
Para aguantar con mal tiempo, este ángulo debe ser inferior a 10°, Fondear un catamarán
para que ambas anclas tra bajen juntas. Cuando se trata de reducir el
borneo, el ángulo variará según las ci rcunstancias y el tiempo, debien-
do ser de 1800 en una corriente al ternativa (pero en ese caso sólo debe
L os catamaranes se fondean por la proa de uno de los
cascos, manteniendo el cabo por fuera para evitar que se
enrede en un timón o en una o rza en el momento de hacer
estar tenso uno de los dos fondeos, ¡pues si no el ancla garreará con cabeza.
toda seguridad!); si se prevé un cambio de viento, la segunda ancla de- Una vez extendido el fondeo , para que el borneo no sea
berá colocarse en la dirección de donde éste va a venir, etc. enorme lo más senci ll o es abozar una retenida al otro casco
Cuando el ángulo es muy pequeño, es importante que los dos cabos para formar un pie de ga ll o. Si la vigueta de proa tiene una
de fondeo sean de diferente longitud, con objeto de que al bornear el guía, podemos utilizarla, pero en caso de que estuviera de-
masiado hacia atrás, el pie
barco las dos anclas no se estorben.
de ga ll o es la solución ne-
cesaria para evitar los ban-
Ir a llevar un ancla dazos.
En este momento, parece necesario proporcionar algunas indicaciones
sobre la manera de ir a llevar un ancla con el bote auxiliar, bien para
fondear a barbas de gato, o bien para halar el barco, en caso de que los catamaranes se sujetan
En este caso para que e l montón esté por e l centro.
éste haya encallado. En cuanto hace un poco de viento, esta operación
" bien pensado" . es preciso que el ancla
es algo delicada y frecuentemente está destinada al fracaso, si no se
e sté debajo del cabo de fondeo .
rea liza con rigor y energía.
Los remeros hacen que e l bote avance La maniobra se efectúa como sigue:
Para empezar, es fundamental embarcar el fondeo completo en
sin preocuparse del rumbo; el • en una encalmada, subimos algunos metros (de 3 a 5) del fondeo
el bote auxiliar: primero el ancla y después la guindaleza o la ca -
t ripulante que s ingla se ocupa del que hemos colocado;
dena, en u n montón "bien pensado". Si vamos a utilizar la guinda-
rumbo y del arinque. • bajamos la segun da ancla, si es posible a 1 Ó 2 met ros de la línea
leza, amarraremos un extremo al barco. Pero si usamos la cadena, hay
que embarcarla toda a bordo del bote y afirmar a su extremo una boza de crujía del ba rco, por el costado por donde se prevé que va a venir el
resistente de 20 metros, por lo menos, afirmándola a su vez al barco. viento;
Ciertamente el bote es demasiado ligero para poder extender con él • soltamos el fondeo en el lugar elegido, fi lando poco a poco el ca-
una cadena que sea muy pesada, por ese motivo la boza servirá para bo de la seg unda ancla;
sujetarla desde la cubierta. • a continuación, si el ca bo de esta segu nda ancla es una cadena,
Es conveniente que vayan tres tripulantes en el bote. Dos de ellos se podemos dejarla fila r fo rmando un montón sobre el f ondo (pues ya no
colocarán en la proa con un remo y una idea fija: remar, sin preocupar- caerá encima de su propia ancla), o bien colocarla formando una bita-
1. Fondeo normal.
se del rumbo ni del fondeo. El tercero, en la popa, llevará el rumbo sin- dura en la cubierta, y sujetándola con hilo de vela, pues si el ba rco ga-
2. Subir 3 metros de fondeo y colocar
glando, e irá soltando el fondeo sin preocuparse de la propulsión del rrea o el viento rola, el hilo se romperá y dejará caer la cadena, arran-
e l ancla en e l fondo .
bote. Ya no queda más que lanzarnos, pero, por muy rápido que vaya- cando a los t ripulantes de los brazos de Morfeo. Este sistema también
3. Volver a l fondeo normal, echar la
mos, el viento ciertamente empujará al bote, lo que hará que la opera- puede utilizarse en otras circunstancias, por ejemplo por la noche, para
cadena a l fondo en un montón ... o
ción sea difícil y larga. La verdadera economía de energía consiste, en despertarnos si se produce un cambio de viento;
colocarla como es debido sobre la
una palabra, ¡en hacer un esfuerzo más intenso del que desearíamos! • en caso de que el cabo del segundo fon deo sea una guindaleza, la
cubierta para que nos sirva de
En cuanto el fondeo esté ext endido, echaremos el ancla al agua y en- despertador.
tonces podremos recuperar el aliento.

Fondear en vertical
De repente se arma el follón; la fuerza del viento y el estado de la mar
ya no nos permiten ir a llevar una segunda ancla para fondear a barbas
de gato, pues el bote auxi liar es demasiado inestable; a falta de algo
mejor, decidimos fondear una segunda ancla en vertical.
632 La maniobra las maniobras en puerto 633

colocaremos bien amontonada en la cubierta para poder filarla según sea


necesario; pues si la echásemos toda al agua, probablemente se enreda-
Fondear en la orilla de la playa ría con el fondeo ya colocado, o bien se quedaría atascada en el timón.
as embarcac.iones ligeras, los botes neumáticos, lanchas salvavid as o barcas pequ eñas, ti e- El fondeo en vertical no es un verdadero fondeo, sino más bien una
L nen la ventaja de pod er acerca rse a la playa para que la tripul ación pueda desembarcar con
fa cilidad. Pero no siempre es recomendabl e vararlas. Si hay olas rompientes, pued en estro -
precaución, pues de esta forma si el fondeo que está colocado garrea,
estaremos automáticamente preparados.
pearse y si la marea está bajando, nunca seremo s demasiados para volver a echarlas al agua.
En ese caso es necesario mantenerlas a flote , fondeá ndolas ni demasiado cerca de la playa pa- Fondear por proa y por popa
Fondear por proa y por popa .
ra que las olas no las golpeen, ni demasiado lejos, para que podamos embarca r fáci lmente sin Con un ancla por la proa y otra por la popa, este método de fondeo
mojarnos el panta lón hasta la cintura . que se utiliza en los ríos para reducir el borneo, en realidad resulta po-
Es la dirección del v iento co n relación a la co eficaz, pues con frecuencia el barco se coloca de través al viento y a
playa lo que determina la manera de fond ea r. la corriente, tirando de las dos anclas al mismo tiempo. En ese caso la
• Cuando el viento sopla desde la playa (1) situación se vuelve muy incómoda, y difícilmente podremos salir de ella
es e l caso más sencillo; basta co n colocar e l sin largar uno de los fondeos (junto con su flotador).
ancla del fondeo principal sobre la arena seca Existe un método bastante parecido y mucho más interesante. Se
y dejar que el barco se vaya mar adentro. Em- trata de colocar dos fondeos en la proa, uno de los cuales lo pasamos a
pujado por el viento, arrastra todo el cabo de popa, donde lo afirmamos de manera que podamos largarlo con facili-
fond eo (i ha y que comprobar que el chicote es- dad si el barco se pone de través. De este modo, podremos largarlo
tá amarrado al barco!) perm aneciendo lejos de
con lo cual el barco se encontrará fondeado con dos anclas formando
la playa mientras el viento no rola. Si la marea
un ángulo de 180°.
sube, basta co n ir subiendo el fondeo, y si ba -
ja, lo largamos.
En el Mediterráneo, cuando la costa es acantilada, se suele fondear
• Cuando el v iento sopla de alta mar (2): en ese caso largamos un fondeo por la proa (el
por proa y por popa llevando el cabo de fondeo desde popa hacia tie-
fondeo principal) y otro por la popa. En la prácti ca, fon deamos unos ve inte metros antes de lle-
rra (con el bote salvavidas). Este método s610 puede emplearse con
gar a la playa, dejando abatir el barco hasta el limite de las rompi entes. En ese punto, desem -
barcamos llevando el ancla del fondeo de pop a y dejándolo sobre la arena. Hay que ir ajustan- buen tiempo, y cuando no hay resaca. En los demás casos, es preferible
do periódicamente la longitud de los dos fondeos, de acuerdo con el movimiento de la marea , mantenernos alejados.
para que el barco se m antenga en el límite de las romp ientes.
• Cuando el v ien to sopla de un lado de la p laya (3): en ese caso tambi én hay que utiliza r dos
cabos de fondeo para mantener el barco a flote. Fondeamos el ancla bordeando la playa, a
Zarpar con el ancla
unos vei nte metros de la o rilla . Justo antes de que el cabo haya sa lido del todo , va ram os en la Preparación
playa y desembarcamos después de co locar el ancla de popa en la arena. El fond eo de popa Zarpar, es pedir a un objeto flotante que en unos cuantos segundos, en
no debe traba jar, sin o servir únicamente para lleva r el barco a tierra en el momento de embar- el momento de levar el ancla (es decir, cuando ésta abandona el fon-
ca r. Para que el barco pueda bornear correctamente, tambi én pod emos afirmar el fondeo de do), se convierta en un barco maniobrable, preciso y rápido. Esto hay
popa en la proa del mi smo. que pedirlo con educación y no sin cierta ceremonia.
Una vez decidida la salida, metemos la ropa, esté seca o no, y saca-
mos las velas. Es muy importante preparar todo antes de empezar a
manipular los fondeos; es decir, dejar la mayor lista para izar, el foque
engarruchado, las escotas claras y la cubierta despejada. El procedi-
miento es el mismo si zarpamos a motor, aunque en este caso hay que
dedicar una atención especial a todos los cabos que cuelgan o que
puedan colgar por la borda.
A continuación, nos ocuparemos del fondeo. Si hemos fondeado
con dos anclas, empezaremos por levar una, preferentemente la más
pesada, pues es mucho más f;;cil zarpar con un fondeo ligero. Pode-
mos intentar rec~perar el primer ancla desde el barco; simplemente hay

j
634 la maniobra Las maniobras en puerto 635

que alargar suficientemente el cabo de fondeo del otro. Con frecuencia


nos vemos obligados a ir a buscarla en el bote auxiliar -aunque es mu-
cho menos cansado que ir a llevarla. Basta con ir halando a lo largo del
cabo hasta situarnos a pique del ancla, y luego sacarla . A continuación,
tiramos del fondeo desde el barco (lo cual sirve también para traer al
bote auxiliar). Después metemos toda la cadena en el pozo, o la guin-
daleza en el cofre, a medida que la vamos subiendo a bordo; aunque,
para evitar el desorden, antes de ocuparnos del segundo fondeo, ha-
bremos hecho desaparecer los restos del primero.
a pique largo
En caso de que vayamos a zarpar a vela. apenas tenemos que preo- .~
.......... ...::.\:::!::)
cuparnos de un posible orinque, pero si vamos a poner el motor no de-
bemos arrancarlo hasta que no tengamos el arinque en la mano.

Subir el fondeo a bordo l as d ist intas fases de la m an io bra se define n con t érmi nos eKactos.
Esta ceremonia incluye varias etapas. las cuales deberán tener claras to-
dos los operarios.
• Se dice que un barco está fo ndeado cuando está sujeto por un
cabo de fondeo seguro y suficientemen te largo como para que el ancla
El buen uso del moliente no garree.
• El barco está a pique la rgo cuando ya hemos recogido parte del

L a presencia de un molinete a bordo no modifica el desa-


rro llo de la maniobra, ni al fondear ni al za rpar.
fondeo, pero todavía queda bastante cabo fuera como para que el an-
cla esté bien agarrada al fondo (en las condiciones del momento). Ya
Para filar el fondeo no hay "margen de seguridad", pero si filamos más cadena podemos
A la orden de: "i Preparados para fondear!" colocarnos otra vez en el lugar del fondeo inicial.
• Desbloq uear el freno del molin ete pa ra filar 1 ó 2 met ros • El barco está a pique cuando su proa se encuentra casi en la ver-
de cade na co n el fi n de soltar el ancla de su soporte o del tical del ancla y ésta, todavía agarrada al fondo, está lista para garrear.
pesca nte. Ést a n o debe toca r el agua pues podría golpear
Este momento es difícil de apreciar, aunque en los fondeaderos con
contra la proa del barco.
buen tenedero, se nota porque de repente aumenta la resistencia a la
A la orden de: .. i Fondea! "
• Desbloquear el freno para fi lar la cantidad de cadena tracción. La posición a pique es transitoria y el barco apenas se para en
que co rresponda a la altura del agua. Un tripu lante se co loca- ella (si es necesario podemos volver a fondear, pero hay que hacerlo
rá a proa para dar las indicac iones necesarias al que maneja deprisa para evitar que el ancla are el fondo, se atasque o se encepe).
el mo linete. La maniobra de salida se efectuará en cuanto se anuncie que el ancla
• Por med io del freno, ir filando la cadena necesaria pa ra El m olin ete, e léctrico o m a nual, es está a pique, pudiendo incluso iniciarse un poco antes, pues muchos
fo ndea r, segú n lo vaya pid iendo. indispensabl e pa ra m a ni obra r e l tripulantes anuncian el "a pique" demasiado tarde, cuando el ancla ya
• Bl oq uea r el freno. fondeo de los ba rcos gra ndes. está levada y el barco retrocede. Las nociones de a pique largo y a pi -
• A segurar la cadena con un cabo. que son muy relativas, y es necesario contar con cierta práctica para
Para virar el fondeo apreciarlas correctamente. "A pique largo, se calcula, pero a pique se
Hay que poner en marcha el motor obligatoriamente, incluso aunque decidamos za rpa r a ve la. nota" (Cyrano de Bergerac).
Pues las baterías no resistirían ...
• Comproba r q ue el freno está echado. Zarpar
• Manejar el m oli nete co n la pa lanca con tro lando q ue la cadena vaya caye ndo en la fo rma
El barco está ordenado, las velas listas para izar y cada uno en su pues-
correcta dentro del pozo del ancla.
• Vigi lar la llegada del ancla, co n el fin de no hacer f uerza en el momento en que entra en el to. Ya hemos decidido la amura de salida: de estribor, de babor o indi-
pesca nte. ferentemente. Todos lo sabemos. Con vi e nto fu e rte, e l a ncla está a pique

• Aseg urar el ancla con el pasador o un cabo. Nos ponemos a pique largo y justo en ese momento izamos la ma- (list a pa ra ga rrea r) mucho a ntes de que
• Si el ancla está encepada, no hacer demasiada fuerza con el moli nete. yor. Hacerlo antes es una tontería, pues la vela flameará durante más la proa est é e n la vertica l de l ancla.

j
636 la maniobra las maniobras en puerto 637

tiempo, y ya sabemos que eso la estropea, y sobre todo, porque repre- trocede, y bajo la acción conjunta de las velas y la caña, empieza a bor-
senta una carga aerodinámica que nos obliga a tirar más fuerte del ca- near amurado a estribor;
bo de fondeo .. • si el barco está situado proa al viento, para asegurar la amura en
Mientras izamos la mayor, el patrón (que se encuentra preferen te- que deseamos sali r utilizaremos el método anterior, pero de modo más
mente.. por todos lados, dirigiendo la maniobra y acompañando sus enérgico o, ¡simplemente remando un poco !
palabras con gestos cuando lo considera necesario) debe comprobar • si el barco se presenta amurado incorrectamente, no hay ninguna
que el ancla no garrea tomando en f ilaciones por el través . duda hay que vo lver a fon dear ensegu ida generosamente;
Una vez izada la vela, empieza a flamear libremente. • si el patrón ha decidido levar el ancla y 105 medios mecánicos tipo
Ponemos la caña a la vía y subimos despacio el resto del fondeo. güinche resultan demasiado lentos, hay que subirla a mano. En este
Cuando uno de 105 tripu lantes grita "a pique", el patrón tiene muy momento de la maniobra, el fondeo no pesa más con viento fuerte que
poco tiempo para decidir si el barco va a za rpar o no, si la amura elegi- con calma chicha;
da le parece o no segura (este instante puede durar 5 segundos si el • en los multicascos, lo más fácil es subir el fondeo desde el casco
barco está realmente a pique, y bastante menos si el ancla efectiva- que se va a situar a barlovento: de este modo se asegura la amura de
mente, ¡ya está levada !). salida.
Hay que con templar varios casos: Si vamos a zarpar a motor, podemos utilizarlo para hacer avanzar el
• si la amura no importa demasiado, está claro que podemos levar barco, a medida que vamos subiendo el fondeo por la proa. En este ca- Para arribar hacia la amura correcta,
el ancla sin pensarlo más, y el barco arribará hacia un lado o hacia el so, debemos observar dos reglas fundamentales: colocamos el foque, la mayor y la caña
otro mientras subimos el ancla a bordo e izamos el foque; 1. El t imonel debe conocer perfectamente la dirección en que se en- a la contra .
• si el barco está amurado correctamente, levamos el ancla ayudan- cuen t ra el fondeo y la sigue, sin dar más del 95% de la potencia nece-
do al barco a arribar, si es necesario, del modo siguiente (en el caso de saria para que el barco avance. De este modo, los t ripulantes podrán


salir amurados a estribor): el foque está izado y porta a la contra hacia mantener el rumbo tirando del fondeo, evitando sobrepasar el ancla, lo
estribor; hemos empujado la botavara hacia babor para que la mayor cual implicaria un gran esfuerzo inútil para levada.
¡A pique largo! porte a la contra; la caña se coloca toda hacia la izquierda. El barco re- 2. Las velas se izarán con anterioridad, o bien mientras se sube el
fondeo o justo después, asegurando con la caña la amura en la que el
barco va a salir, antes de parar el motor.

Zarpar al vuelo
En los cruceros pequeños, cuando el viento es flojo, podemos intentar
zarpar en la amura elegida utilizando la arrancada que adquiere el bar-
co al subir el fondeo. Al avanzar éste, el timón se vuelve maniobrable.
Si queremos sal ir amurados a estribor, debemos poner la caña a la iz-
quierda, con lo cual el barco se desplazará hacia la derecha al ser llama-
do por el ancla, situándose a pique amurado a estribor. Este método se

1
puede utilizar hasta un viento de fuerza 2.
Si el viento es muy flojo, o el barco muy ligero, podemos levar el an-
cla al vuelo, es decir subiéndola de una vez, sin intentar que el barco
evolucione, y dejando la caña a la vía. No existe una posición interme-
dia sino que hay que levar el ancla sobre la marcha, aprovechando la
arrancada que adquiere el barco para arribar con la caña hacia la amu-

~
ra elegida. Hay que seña lar que durante la subida del fondeo el barco Para asegurarnos la
va acelerando poco a poco, por lo tanto al principio conviene subirla amura de salida,
despacio, pues en otro caso el barco coge demasiada arrancada y no también podemos
podremos tensar el seno del cabo con un ritmo rápido, el barco sobre- coger arra ncada en la
pasa el ancla sin arrancarla del fondo y se encuentra bruscamente lla- otra amura y halar

j
mado hacia atrás: hemos fallado la maniobra. hacia el ancla .
638 la maniobra Las maniobras en puerto 639

Dejar arar el ancla


Hemos fondeado en un lugar lleno de barcos y no podemos permitir-
nos el lujo de fallar la maniobra o de volver a za rpar en la amura inco-
rrecta; si la zona está más despejada a sotavento, el patrón quizás deci-
da dejar arar. Nos ponemos a pique, el ancla garrea y el barco retroce-
de lentamente. Este sistema no es muy recomendable para realizar en
puerto, pues podemos arar una cadena atravesada ¡y más cosas! De
todas formas, el ancla siempre debe estar orincada.
Es mucho mejor singlar con la espadilla. En este caso, vale más no
intentar ganar barlovento, pues son pocos 105 tripulantes que logran
hacerlo aunque el viento sea sólo de fuerza 3. También podemos utili-
Zarpar a palo seco zar el motor en vez de singlar, pero despertaríamos a los vecinos.
Au nque no nos demos prisa, el barco se
coloca a barlove nto del lug a r en e l que Zarpa r en una corriente
esta ba fondeado . Si nos vemos obligados a zarpar en una corriente, conviene reflexionar
antes durante unos instantes en lo que va a ocurrir. En primer lugar,
Za rpar a palo seco
Sin duda alguna es el modo más económico de zarpar y el más elegan-
te. Está especialmente justificado cuando el viento es fresco y no hay Historieta muda
brazos fuertes entre la tripulación.
l diálogo entre el timonel y el t ripulante de p roa no se desarrolla siempre adecuadamente,
Resulta económico por las siguientes razones:
• se cuidan las velas, pues sabemos que éstas se desgastan al fla- E debi do al ruid o d e la cadena, el de las ve las flameando al viento, y el ronron eo del m o tor,
cuando no so n los gritos de los demá s t ripul ant es ... Esta barahúnda acaba por crea r cierta con-
mear durante mucho tiempo en el eje del viento;
fu s ión qu e frecu entemente es motivo de "ca breos " inútiles. Es necesa ri o adoptar un diálog o
• también se cuida la tripulación, pues no sólo el barco resulta me-
por m edio de gestos que nos perm iti rá evitar pa labras abusi vas ...
nos difícil de halar que con las velas flameando, sino además, todos Jos
tripulantes estarán disponibles para tirar de la cadena.
Es elegante porque demuestra que dominamos perfectamente nues-
tro barco. Evidentemente, es necesario que las velas estén preparadas
para ser izadas, y también que no nos importe salir en un rumbo o en
otro, o bien que lo tengamos asegurado (comb inando la acción del
viento y de la corriente, o bien con un golpe de remo) y que haya bas-
tante agua libre a sotavento .
Desarrollo de la maniobra:
• Levar el ancla y guardarla. ¡Avante en esta dirección! ¡Todo a estribor !
• Dejar caer el barco hasta ponerlo de través, poner la caña a sota-
vento e izar el foque (no la mayor, pues ésta podría atascarse en el ca-
rril o engancharse en 105 obenques en este rumbo).
• Cazar el foque y, una vez que el barco ha adquirido un poco de
velocidad, colocarnos en ceñida para izar la mayor.
El temor que podemos experimentar ante la idea de que el barco no
pueda maniobrar en el momento en que levamos anclas es infundado.
Por el contrario, hay que recordar que un barco libre con la caña a so-
tavento abate muy despacio. La mayoría de las veces, si lleva izadas
las ve las, se pone en cam ino mucho ant es de aba t ir hast a el lugar ¡Quita la marcha ! ¡Pa ra y da marcha atrás! ¡Ancla levada! Te paso e l control.
donde se encontraba fondeado.
640 la maniobra Las maniobras en puerto 641

sólo podremos elegir la amura de salida en el caso concreto en que el


viento y la corriente vayan en el mismo sentido. Después, en cuanto el
barco leva el anda corre el riesgo de convertirse en el juguete de la co-
Abozar una maniobra
rriente si no hay suficiente viento. uede ocurrir -con viento fresco o cuando la co rriente es muy fuerte, por ejemplo- que los
Por lo tanto, es necesario que averigüemos cuál es la amura en la
que estamos obligados a salir, y hacer pruebas con las velas en el fon-
P dos o tres voluntarios designados para subir el ancla no logren sacar ni un dedo del cabo
de fondeo , debido a lo tenso que está. No hay suficiente sitio en la proa entre la gatera y la bita
deadero, para ver si el barco es capaz de aguantar la corriente. de amarre para que unos cuantos tripulantes más vayan a echarles una mano. ¿Qué podemos
corriente Hay que sena lar que un barco fondeado en medio de una corriente hacer? El cabo está afirmado en la bita y no conviene quitar las vue lta s, pues en ese caso el
fondeo completo podría caer al agua. Por lo tanto hay que aboza r, es decir, amarrar una boza
sigue pudiendo maniobrar, pues el agua resbala a lo largo del timón.
Podemos izar la mayor, pues está al cabo de fondeo justo detrás de la gatera, y afirmarla a un punto resistente del barco. De ese
Por esta razón podemos orientarlo para que las velas porten, siendo
separada de la jarcia. modo podremos largar la guinda leza de la bita, y pasarla por una o dos poleas hasta el güin-
posible también dirigirlo lo mejor que podamos mientras subimos el che de escota, co n el que subiremos el ancla. Si el fondeo es de cadena, lo subimos igual utili-
fondeo, facilitando asi el trabajo de los tripulantes de proa. Por último, za ndo dos bazas alternativamente.
y siempre por la misma razón, una vez levada el ancla el barco tiene Saber abozar una maniobra puede result ar de gran utilidad en num erosas ocasiones. Por
plena capacidad de maniobra. ejemplo, si comprobamos que el punto de fijación de una driza a la parte metálica de la misma
Otra característica es que una vez subida el ancla, el viento es diferen- está a punto de soltarse y no queremos arriar la vela; en ese caso bastará co n abozar la part e
te del que percibíamos en el fondeadero; en el peor de los casos, si el metálica y afirmar la boza al pie del palo. De este modo la ve la seg uirá tensa y tendremos todo
viento y la corriente tienen la misma dirección y fuerza, éste desaparece .. el tiempo que queramos para reparar la driza.
Por supuesto, también se puede aboza r una cade na.
~ta
Pueden contemplarse dos casos principales.
'.0 Cuando el viento y la corriente van en el mismo sentido, o
no se separan uno de otro más allá de la perpendicular. Al incidir el
Es imposible izar la mayor. Va le más
viento sobre la proa del barco, podemos izar las velas. Casi siempre po-
zarpar con foque sólo.
demos dejarlas portar durante la subida del fondeo, lo cual resulta muy
agradable a 105 esclavos que tiran de su cadena;
2.° Cuando el viento y la corriente va n en sentido cont ra rio. Si
el barco no logra bornear lo suficiente en el fondeadero para recibir el
viento por lo menos de través, no podemos izar la mayor. Por este mo-
tivo, debemos zarpar con foque sólo, siendo conveniente asegurarnos
antes de salir, de que el barco es capaz de aguantar la corriente con es-
ta vela o que tenemos bastante espacio para izar la mayor.
Si las condiciones son favora bles, y tenemos agua en el sentido de la
corriente, podemos levar el ancla a palo seco. En ese caso izamos el fo- El nudo de Prussick
que mientras derivamos, y después nos colocamos en ceñida e izamos util izado por los Es muy útil saber
la mayor. montañeros también sirve abozar ...
para abozar.
Cuando el ancla está encepada
iPOr fin el orinque va a servir para algo! De hecho, la mayoría de las ve- Nudo de boza
ces basta con halar de él para que al tirar del ancla en sentido contra- 1. Da r dos o tres vueltas sobre
rio, ésta se descepe. Sin embargo existen dos casos en 105 que el orin- el cabo del que hay q ue t irar.
que no sirve para nada: cuando se ha enredado en el fondeo y cuando 2. Dar de cuatro a seis vueltas
se ha largado encima de él otra cadena. bien separadas, en sentido
Si no hemos orincado el ancla, podemos intentar darle la vuelta, inverso.
dando tirones por encima, en un ángulo de 45° y después a 90° de la 3. Hacer dos ba llestrinques
dirección inicial del fondeo. Damos un tirón más a , 20° Y si no obtene- para amarrarla.
mos ningún resultado por un costado, lo intentamos por el otro.
642 L a maniobra
Las maniobras en puerto 643

Al despegar el ancla En esos momentos es cuando se agradece el poder disponer de un nista, apuntando con el bichero hacia el objeto anhelado de forma pa-
del fondo, ba jar el motor. tética; si se para demasiado tarde, después de coger el fondeo, el bar-
anillo. Otra solución consiste en aparejar alrededor de la cadena una espe- co, al ser llamado bruscamente, vira en seco e inicia una febril vuelta a
cie de anillo (un trozo de cadena cerrado con un grillete, por ejemplo) y la pista, marcha atrás, en medio del clamor de la tripulación. A su alre-
afirmar al mismo un orinque. Nos ponemos a pique, con el cabo bien dedor, empiezan a salir cabezas de las cabinas y por todas partes la
tenso. para deslizar este anillo hasta el ancla. A continuación volvemos gente empieza a preparar más defensas.
a dar toda la longitud del fondeo, y salimos con el orinque en el bote De todas formas, es preferible llevar un poco más de velocidad de lo
auxiliar, colocándonos a barlovento del fondeo para intentar tirar del aconsejable, más que quedarnos cortos. Al llegar a una boya de ama-
ancla en sentido contrario. El que lo consiga ganará una medalla de rre, podemos recorrer todavía 2 ó 3 metros proa al viento. Y si se trata
chocolate o una papeleta con premio para la feria. de un muerto, podemos utilizar la arrancada que llevamos para subir
Como último recurso ya sólo queda la solución heroica: ir a ver qué rápidamente el orinque a bordo.
pasa. Con una piedra bajo el brazo (para bajar mas deprisa), un tripu- A motor, esta maniobra es una de las más sencillas, pues el barco
lante se desliza por la cadena, que está a pique, y una vez que ha llega- puede quedarse inmóvil proa al viento.
do abajo aflojamos el fondeo para facilitarle el trabaJo. Muchas veces
es conveniente fondear otro ancla durante esta operación. Pero, si es la aproximación
posible, que esté orincada. Nos aproximamos a un descuartelar, si es posible con el foque arriado,
Si efectuamos la maniobra a motor, cuidado con los orinques, pues para dejar libre la cubierta de proa. En este rumbo, incluso sin foque,
es el plato preferido de las hélices. muchos barcos siguen pudiendo maniobrar y reducir o aumentar su ve-
locidad, abatiendo poco. Si éste no es nuestro caso, mantendremos un
Maniobras sobre boya foque pequeño hasta el final. Si arrumbamos hacia la boya de amarre,
Volver a fond ear generosamente y. el abatimiento nos hará arribar a sotavento.
a continuación, colocar e l orinque de amarre y muerto Lo importante es llegar bien amurados, es decir del lado hacia donde
a barlovento con el bote auxiliar. Para que las explicaciones queden claras, vamos a distinguir entre una hay suficiente agua por si acaso fallamos nuestro objetivo.
boya de amarre y un muerto, según la manera en que el peso muerto Al llegar a una media eslora o a una eslora de la boya, orzamos. En
colocado en el fondo del agua vaya unido a la superficie. En el caso de este momento debemos llevar bastante velocidad para que el timón
una boya de amarre, la cadena sube directamente hasta el flotador responda , pero justo la suficiente para que el barco no recorra más de
donde va fijada. Cuando se trata de un muerto, toda la cadena descan- una eslora con su arrancada. Hay que largar bien las escotas para que
Subir e l a ncla sa en el fondo, y un orinque la une al flotador que está en la superficie. las velas no vuelvan a coger viento si el barco se coloca de través.
con el orinque. La boya de amarre, que debe sujetar el peso de la cadena, suele tener Naturalmente, la corriente puede hacer que la maniobra sea más
un tamaño y una inercia mayores que el flotador del muerto; y no se complicada. Hay que tener en cuenta todos los datos que ya hemos
hunde si la proa de un barco choca contra ella .. analizado en el caso del fondeo con ancla en una corriente, así como la
necesidad de ser más exactos. Aquí también, cuando la corriente se
Coger una boya de amarre o un muerto opone al viento es cuando las cosas se complican, y para colmo ade-
Este tipo de maniobra hay que hacerla en un lugar acondicionado, y
por consiguiente casi siempre lleno de barcos. Las posibilidades de vol-
ver a cogerlo en caso de fallar, suelen ser limitadas, especialmente con
un barco que no maniobre bien con poca velocidad, como suele ser el
caso de los multicascos. Sea cual sea el tipo de barco, conviene tener
preparado el fondeo.
Ya sea por medio de una boya de amarre o un muerto, para coger el
Hay que e leg ir bien la amura para
fondeo hay que realizar una maniobra muy exacta. El margen de error
a prox imarnos, es decir e n la que hay
que nos concedíamos al fondear con un ancla en este caso apenas exis-
ma s agua a sotavento, por s i fa llamos
te, debiendo calcular con exactitud la arrancada del barco para que no
A la maniobra . la solución B deja p oco
se pare ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Si lo hace demasiado
espacio para vo lver a hacer la m an iobra
pronto, asistiremos al número de circo de la figura de proa contorsio-
ma l planteada.
644 La maniobra Las maniobras en puerto 645

iEs fácil Cómo amarrarnos a


coger una boya! una boya desde un
catamarán
or fin podemos encontrar en las tiendas
P un "bichero inteligente para enganchar
el fondeo".
• iAI estilo cow-boy!
R esulta imposible coger una boya de amarre con el bi -
chero desde la plataforma de un catamarán, pues el
flot ador podría desaparecer debajo de éste (junto con el
Por medio de un a gaza formada por va- hierro y la mitad inferior del mango).
rios metros de cabo la strado con unos El método más senci llo cons iste en hacer una espe-
cuantos plomos de pescar podremos coger cie de lazo con un cabo que reservaremos para este
una boya al vue lo, incluso aunque al llegar fin. Debe ser bastante largo y estar lastrado por el
nos quedemos algo cortos. centro (con un rezón pequeño o un esca ndall o)
• ¡Al estilo pescador!
Gracias a esta percha que co locamos en Hay que:
la boya de amarre, ya no tenemos que • enrollar uno de los chicotes del cabo en la corna-
agacharnos o hacer malabarismos para co- musa de proa de uno de los dos cascos;
gerla. • dejar colgando en el agua el resto del cabo suje-
tando el otro extremo desde el otro casco;
• maniobrar con velocidad y arrumbar para que el
más con la deriva. Pero como ya hemos hablado lo suficiente sobre el flotador pase entre los dos cascos y sea "atrapado"
tema, ahora tenéis que arreglároslas vosotros solos (¡y el que no haya por el cabo;
fallado nunca al coger un muerto, que tire la primera piedra!), • terminar de amarra rl o pasando otra amarra (o
En cuanto tengamos la boya de amarre o el muerto, nos amarramos una cadena) por la argolla del flotador del muerto y
de modo provisional y arriamos las velas; primero el foque y después la afirma r los chicotes en la proa de cada uno de los cas-
mayor. Después, nos amarramos ya en serio. cos. La longitud y la tens ión de los dos cabos del pie
A motor, la aproximación se hace exactamente proa al viento y dis- de gallo deben estar correctamente equilibrados.
minuyendo poco a poco la velocidad, con objeto de pararnos cuando
los frenos de pista de un catamarán. Desde un catamarán, la gaza
tengamos el morro junto al flotador. Excepto con calma chicha o simi-
nos permite Hatrapa r e l flotador y frenar e l barco si llegamos con
H

lar, no hay que dar nunca marcha atrás para parar el barco, pues es la
demasiada velocidad. Esto no podríamos hacerlo co n un bichero que
manera de estropearlo todo.
se quedaría enganchado en una boya de amarre, con lo cua l
pasaríamos por e ncima .

\.
\ Cómo amarrar el barco
Coger el flotador de un muerto con un bichero es muy sencillo; lo su-
bimos a bordo y tensamos el orinque hasta llegar a la cadena, afirman-
do el extremo a la bita (hay que dar tres vueltas por lo menos sin hacer
ningún nudo); podemos asegurar las vueltas, afirmando el orinque al
palo o a una cornamusa. Hay que señalar que no hay que amarrarse
Para amarrarnos a un mu e rto
nunca al orinque, pues no está para eso.
1. Subir la cadena a bordo.
Para coger una boya de amarre preparamos una boza y la afirma-
2. Dar tres vueltas a la cadena sobre
mos a una bita a 4 Ó 5 metros del chicote. Al llegar a la boya pasamos
la bita.
el chicote por la argolla y lo llevamos a bordo para afirmarlo de nuevo
3. Enrollar el o rinque sobre una Pasar una boza doble mientras Fijar la cadena sin fiarnos
en la bita. Esta boza no debe ser demasiado gruesa, con objeto de que
cornamusa o al pie del palo. esperamos para fijar una cadena. demasiado del flotador .

I
646 La maniobra Las maniobras en puerto 647

pueda pasar bien por la argolla. Este tipo de amarre es provisional Con poco viento y en un barco ligero la boza de maniobra resulta
-suele ser suficiente para una parada muy breve. inútil; podemos hacer que el barco bornee llevando la boza de amarre
En caso de parada prolongada, debemos colocar la boza igual (nos hasta el punto elegido.
será útil a la hora de zarpar), pero hay que amarrar el barco de una for- Si hacemos la maniobra a motor, soltamos la boya, dejamos que el
ma más seria. Con buen tiempo y para un período de tiempo limitado, barco retroceda 2 ó 3 metros, y ya está ..
hay que fijar una cadena a la argolla de la boya de amarre (pasándola en
doble por la argolla formaría un ángulo muy pronunciado, lo que no es Cómo zarpar desde un muerto
conveniente para una cadena). Co n m al t iem po, o para fo ndear du- Esta maniobra es algo más complicada. Con poco viento, llevamos la
rante mucho t iempo, debemos ama rrar el barco a la parte inferior cadena hacia un costado sujetándola para que el barco bornee sobre
de la boya po r med io de un g ri llete só lido q ue esté asegu rado. De ella. Este papel lo puede desempeñar el orinque, si es resistente, lleván-
hecho, la boya en sí no es siempre igual de resistente que la cadena (sin dolo hacia el costado del barco antes de largar la cadena. Pero los orin-
embargo. algunas boyas están atravesadas por la propia cadena, y en ques no siempre están previstos para resistir una tensión tan fuerte, y si
ese caso si que podemos amarrarnos por arriba sin ningún problema). hay viento es mejor asegurar la amura de salida, pasando una boza por
Si el plano de agua está resguardado, podemos colgar la boya de la uno de los últimos eslabones de la cadena.
proa (si es una boya pequeña y un barco grande) para evitar que el bar- Al solta r el orinque, h ay que f ilarl o y n o la n zar lo aduja do al
co golpee encima de ésta, o pueda estropearla . Si por el contrario la agua, pues si la aduja se deshace mal, el flotador será arrastrado hacia
superficie del agua en el fondeadero está agitada hay que preparar el fondo debido al peso de la cadena. Esta última recomendación es
unas amarras bastante largas. muy importante si zarpamos a motor.
Nunca hay que abandonar un barco en una corriente, aunque esté Zarpar en una corriente, desde una boya de amarre o desde un
amarrado a una boya o a un muerto, sin haber bloqueado antes la ca- muerto, resulta más fácil que hacerlo desde el ancla. Halando del orin-
ña en el centro, pues la acción de la corriente sobre el timón le haría que hacia el muerto, o de las bazas pasadas por la argolla de la boya,
dar bandazos. logramos que el barco bornee de forma franca, pudiendo elegir a me-
Por último, con corriente o sin ella, no debemos amarrarnos a una bo- nudo la amura de salida.
ya o a un muerto, sin saber exactamente lo que hayal otro lado. Las apa- Sin embargo, si el viento y la corriente van en sentido contrario, no
riencias engañan (en un sentido o en otro), y es conveniente averiguarlo. siempre es posible bornear lo suficiente como para poder izar la mayor,
y en ese caso tendremos que zarpar con foque sólo.
Modo de zarpar desde una boya de amarre
o de un muerto
El problema es el mismo que al zarpar de un fondeo con ancla, es de- MANIOBRAS EN EL MUELLE
cir, se trata de hacer que el barco bornee hacia la amura correcta. Pero,
esta vez, es más fácil, pues podemos halar de un punto fijo hasta el úl- En un puerto lleno de barcos, a veces resulta prudente maniobrar a
timo momento. motor o singlando con la espadilla i aunque no debemos desaprovechar
la ocasión de hacerlo a vela siempre que sea posible! l a vela es un
Cómo zarpar desde una boya de am arre buen medio para salir de apuros, y es conveniente aprender a dominar
Hay que empezar por soltar la cadena, de este modo el barco queda las sutilezas de las maniobras difíciles. Por otra parte, estas maniobras
amarrado con la boza a la argolla de la boya. Pasamos una boza de nos sirven para adquirir un verdadero dominio de nuestro barco y des-
maniobra por esta última afirmando los chicotes en el punto deseado cubrir así sus exquisitos recursos: el modo de comportarse con una bri-
de la cubierta, para hacer que el barco bornee. Por ejemplo, si decidi- sa caprichosa, la velocidad mínima con la que puede maniobrar, su
mos salir amurados a babor en ceñida, afirmamos la boza en el costado equilibrio con arrancada, y la manera de economizar o agotar esta
de babor, a la altura de los obenques; y más hacia la popa si queremos arrancada . Realizar bien una maniobra en puerto es la expresión de
salir con un rumbo más abierto. una profunda coordinación entre el barco y su tripulación. En definiti-
Una vez hemos izado las velas, y todo está preparado, largamos la va, un auténtico placer.
Si afirmamos un cab o en el lugar
boza de amarre y el barco borneará sobre la boza de maniobra. Esto Pero, a veces se impone la prudencia. Hay que llegar con poca velo-
adecuado el barco borneará hacia la hay que hacerlo un poco antes de llegar al rumbo deseado, pues el cidad, guardando las distancias con relación a los espigones y los dife-
amura correcta.
barco sin velocidad, sigue abatiendo solo. rentes obstáculos, ya sean fijos o móviles. El azar nos acecha en cual-

j
las maniobras en puerto 649
648 La maniobra

se basan únicamente en los datos permanentes del problema, debien-


quier rincón del rompeolas: un barco (con el palo corto) puede estar
do reinventar la solución, cada vez que se presente.
acercándose por detrás y aparecer de repente. Debemos ser capaces de
Podemos amarrarnos a un muelle de diversas maneras eligiéndolas,
maniobrar en cualquier momento, es decir, pararnos; y en cualquier ca-
sobre todo, según la configuración de la zona y del espacio disponible.
so, hay que llevar preparado un fondeo ligero antirriesgos.
El amarre en forma paralela al muelle resulta bastante cómodo pues
Las maniobras de aproximación al puesto de amarre, dependen de la
nos permite transportar el material con rapidez, así como embarcar y
dirección del viento que sopla sobre los obstáculos, y a veces también
desembarcar con facilidad (por lo menos con marea alta). Pero hay que
de la corriente y del espacio disponible para evolucionar, así como de
estar ajustando las amarras continuamente y además necesitamos bas-
otras muchas cosas más. A este respecto, las descripciones de las ma-
tan te espacio. En la actualidad suele ser un milagro poder disponer de
niobras tienen un carácter abstracto, pues no tienen en cuenta las difi-
un rincón del muelle para nosotros solos, siendo lo habitual que tenga-

--
cultades o ayudas inesperadas que pueden surgir; estas descripciones
mos que abarloarnos a otro barco, y así sucesivamente hasta llegar al
muelle ..
Señales de tráfico portuario El hecho de abarloarnos (a un barco o pantalán) es una solución
muy agradable; no hay que estar ajustando continuamente las amarras
(aunque en el primer caso, tenemos que ser amables y discretos).
MENSAJE PRINCIPAL SEÑALES AUXILIARES Sin embargo, el amarre perpendicular al muelle o a un pantalán si-
1. Peli gro g rave - t odos los bar-
cos d ebe n para rse o desv iarse,
~
a

~ •• gue siendo el sistema más corriente en los puertos actuales.

•••
','
Si es n ecesa ri o p u e d e n aña dirse
seg ún las in str uccio nes q ue ha - ~ se ñ ales au x ili ares; éstas, po r lo ge-
m
ya n recib ido. C> n eral, se co loca n a la derecha de la Amarre paralelo al muelle
column a q ue ll eva el m ensaje prin - Una vez más, comprobaremos que la dirección del viento es un ele-
2 . Los b arcos n o deben pasa r c ip al y n o rmalm e nt e sól o utili za n
í mento determinante a la hora de elegir y organizar la maniobra.

3. Lo s b arcos pu ed en p asar - cir-


~

j
~
m
e
O
O
• luces bl ancas o am arillas c uya co nfi -
g u rac i ó n es tá es table c ida por l a
autorid ad local p o rtuaria.
Cuando el viento sopla del muelle
En primer lugar debemos acercarnos en la forma adecuada, es decir,
c ul aci ó n só lo en un sentido. a
'g O recibiendo el viento más a proa que al través, pues si lo recibimos por
Po r ejemplo, d ic ha s señal es au x ili a-
4. Los ba rcos pu eden p asar - cir-
"3
u
a
O res pu ede n añ adirse a la rec om en-
la popa, el barco no podrá pararse.
c ul ació n en d o bl e se ntid o. ~ O Debemos acercarnos en ceñida, con el foque arriado y la mayor bas-

sr
dació n n 12 5 p ara inform ar sobre la
~
a O s itu ac i ó n de l tr á fi c o en direcc ió n
tante cazada para asegurar una buena velocidad de maniobra, o bien
if' con el motor al ralentí, y con la mayor preparada para ser izada de nue-
5. Lo s barcos sólo p ued en pasar si
han recibid o las instruccio nes per-
L O o pu est a, o bi en utili za rse para indi -
vo. En cualquier caso, debemos evitar llegar de forma perpendicular al
O ca r qu e h ay un b a rco dra g an do e l
muelle, pues es más fácil desviar la trayectoria de un barco que se acer-
tin entes que les auto ri za n a ell o . O ca nal.
ca en diagonal.
blanco O rojo . verde O Si hay suficiente espacio, todo resulta muy fácil y la maniobra termi-
na de forma paralela al muelle con la escota completamente largada o
fI ••••• \
SEÑALES y MENSAJES EXCEPCIONALES con el motor parado, sin velocidad . Si llegamos con demasiada rapidez,
el barco todavía tendrá capacidad de maniobra, y podremos volver a
O.
Los barcos no d eb en p asar. Sin embargo los buqu es que nave guen
fu era d el can al prin cipal no ti enen que resp etar el m en sa je p rincipal.
n~'"
a
00
~

E
:g
•• sa lir y empezar la maniobra de nuevo, esta vez calculando mejor la ve-
locidad necesaria; si nos quedamos cortos, hay que dejar que el barco
abata y volver a empezar, o bien dar tres golpes singlando con la espa-
Lo s barcos só lo pu ed en pa sar si han recibido la s in stru cc ion es perti - ~ a
00 dilla o un poco de motor.
nentes que les autori zan a ello. if':g
~ in embargo, los b arc o s que navegu en fu era del ca nal princip al no ¡j O Con algo de práctica, también podemos llegar a palo seco, arriando Es preferible a nlarrar en diagonal;

ti en en qu e resp etar el m ensaje prin c ipal.


a O la mayor a tiempo para llegar al muelle con arrancada (mejor con poca e mpujando con la bota podemos
que con mucha, aunque quizás tengamos que singlar para recorrer los desvi ar fácilme nte la tra yectoria del
últimos metros). Al llegar, un tripulante saltará a tierra para afirmar en- barco s in pa ra rlo.
las maniobras en puerto 651
650 La maniobra

seguida las amarras. empezando por la de proa. Pues, si sujetamos el Cuando el viento nos empuja hacia el muelle
barco primero por la popa, éste puede bornear con el viento de popa y Esta vez, la maniobra es delicada, siendo preferible elegir otro lugar pa-
volver a salir si tadavia tiene izada la vela. Si llegamos con demasiada ra atracar, si es posible.
velocidad, la amarra de proa nos puede servir de freno, largándola en- Si no hubiera otra opción, debemos colocarnos a barlovento del
seguida para evitar el contacto con el muelle. Después, bajamos la vela punto elegido, bajar la mayor (pues cuando estemos pegados al muelle
en cuanto podamos. ya no podremos largarla), y después aproximarnos sólo con el foque, a
La falta de espacio nos obliga muchas veces a atracar en diagonal, o in- motor o incluso a palo seco, dejando abatir el barco.
cluso, cuando tenemos que colocarnos entre dos barcos, a elegir uno de Este procedimiento excluye toda posibilidad de volver a empezar la
los dos como puesto de amarre provisional. A continuación halamos tran- El método e legante: bajamos el foq ue
maniobra, y es imposible salir otra vez del muelle a vela. Por esta razón
quilamente hasta el muelle. A motor, como veremos más adelante, la do- con e l viento de t ravés y despu és la
conviene fondear un ancla al acercarnos (mejor con guindaleza que
sificación es más fácil y enseguida lo logramos, incluso contra el viento. mayor en ceñida; e l viento colocara
con cadena). Una vez fondeado el barco, efectuamos el recorrido con
el foque filando la guindaleza por la proa del barco. También podemos el ba rco en e l muelle.
Cuando el viento sopla de forma paralela al muelle dejar retroceder el barco hacia el ancla, siempre que hayamos fondea-
Nos acerca mos al mue lle igual que pa ra Hay que llegar de cara al viento, y hacer la aproximación en diagonal, do a barlovento del punto previsto para atracar. En este caso, debemos
coger una boya de ama rre. en ceñida con mayor sólo. En el último momento, orzamos con el fin tener cuidado con todo lo que sobresale de la popa del barco: timón,
de acercarnos al muelle proa al viento. La mayor al flamear hace que el botavara, balcón, mástil de la bandera, corredera ..
barco se pare con más facilidad. En cuanto hayamos lanzado las ama- Esta manera de fondear un ancla al acercarnos al muelle puede re-
rras a tierra, ya podemos bajar la mayor. Si la maniobra de aproxima- presentar igualmente una buena medida de precaución cuando el vien -
ción es demasiado rápida, prolongaremos el movimiento del barco has- to no llega directamente al muelle, que será lo que puede ocurrir al dia
ta virar por avante, para poder iniciar de nuevo la maniobra, pero esta siguiente, por ejemplo, en el momento de zarpar ..
vez controlando la velocidad en ceñida, largando la mayor.
Si hay corriente
La corriente sólo puede ir paralela al muelle. Si la corriente y el viento
llevan la misma dirección, podemos atracar proa a la corriente y al vien-
to. Si van en direcciones opuestas, hay que elegir.
• Por lo general hay que atracar de proa a la corriente, con viento
de popa, con foque sólo o a motor. A veces podemos vernos obligados
a llevar un génova para que el barco pueda mantener velocidad pues
aunque el génova no sea suficiente para avanzar, por lo menos servirá
para que el barco pueda abatir lentamente hacia el muelle, si es nece-
sario singlando al mismo tiempo .
• A veces el viento es demasiado fuerte como para detener el barco
a pesar de la corriente. En ese caso podemos atracar proa al viento, pe-
ro, una vez parados, la corriente actuará sobre el timón haciendo retro-
ceder al barco. Por lo tanto, incluso en este caso particular, es preferi-
ble atracar de proa a la corriente.
Debemos evitar atracar a vela a una estacada (o a un pontón) hacia
la cual se dirija la corriente. Este caso, se da muy pocas veces (Bénodet
De modo general, podemos pa rar un y Tréguier) y únicamente debemos intentarlo a motor, siempre que éste
barco a lo la rgo de un muelle disponga de una buena marcha atrás.
afirmando prime ro a la a m arra de
proa . Si el viento sopla del mue lle,
A motor, basta con meter la marcha esto resulta indispensable, pues en
Atraque a motor sólo
Para atracar en paralelo al muelle a motor, tenemos que acercarnos en
y enseguida podremos amarrar e l otro caso las velas podría n volver a
diagonal con el motor al ralentí, y ajustar la velocidad para conseguir
ba rco. coger vie nto.

1
Las mani o bras en puerto 653
652 la maniobra

Frenar un cabo de Modo de lanzar una amarra


maniobra
Para lanza r un a· amarra a tierra, o a otro barco debem os:
• coger un chicote y adujar en la mano izquierda (en el se ntido de las agujas del reloj) la
F renar un cabo de maniobra es ¡rlo sujetando de manera
progresi va, co n el fin de reducir un movimiento sin que
el barco sufra una sacudida. De este modo podemos frenar
ca ntidad de cabo que estimemos necesario y suficiente para llegar al objeti vo;
• recoger después con la mano derecha una parte de la aduja (de 3 a 5 vue ltas de ca bo se-
el cabo de fond eo al fond ea r en una co rri ente fuerte o con gú n el grosor que tenga);
v iento duro, para evitar un tirón demasiado brusco del bar- • lanzarla co n la mano derecha, dejando la mano izquierda abierta para que el cabo pueda
co al final de l recorrido ; o también fr ena r una amarra , seg uir desadujándose según lo va pidi en do. Lo s zurdos se habrán dado cuenta de que tienen
cuando el barco llega con demasiada velocidad al muelle. que hacer todo al contrari o, ¡excepto lo relati vo al sentid o de la adujal
A la inversa, también puede servir para iniciar un movi-
miento de forma suave, por ejemplo al remolcar, con el
fin de evitar que se produzcan tirones en el momento de
arra ncar.
11
Al dar una vuelta s obre un bolardo, hay
Puesto qu e, en general, se trata de amortiguar m ovi-
que dar una vuelta mordida y no una
mientos fu ertes, hay que empeza r casi siempre dando una
vue lta al cabo: en cubierta, a una bita (si es necesario a un vuelta redonda, pues al rodear la
güinche, pero sin pasar el cabo por ninguna co rnamu sa, maniobra al bolardo intenta ra bajar y no •
pues éste podría quedarse bloqueado en la misma); y en s ubir, con lo que tendra más dificultad
tierra, en un bolardo o un no ray. para desencapillarse.

pararnos en el muelle. Hay que aprovechar el hecho de que una evolu-


ción iniciada prosigue incluso después de invertir la marcha.
• En la figura 1 nos acercamos al muelle al ralentí, recorriendo una
trayectoria que forma un ángulo de 60° aproximadamente con el borde
del muelle. \.
• En 2 iniciamos la evolución metiendo el timón a babor, antes de
quitar la marcha.
t#.~- • En 3 continúa la evolución "derrapando" con la marcha quitada.
• En 4 el barco se para de forma paralela al muelle, pudiendo meter
la marcha atrás, si es necesario, para terminar de suprimir la arrancada .
Ar En todos los casos, hay que evitar llegar de forma perpendicular al
f}P, muelle, pues cuando el barco se acerca en diagonal puede desviarse
~ con más facilidad de su trayectoria. Hay que señalar que el timón debe
Atracar a un muelle a motor estar a babor durante toda la maniobra.
Pode mos aprovechar el que un Cuando hay espacio suficiente, es muy fácil : la maniobra termina de
movimiento una vez iniciado prosigue forma paralela al muelle, con la marcha quitada y sin velocidad.
incluso despues de inve rtir la marcha . • Al llegar, un tripulante salta a tierra y afirma rápidamente las ama- Para lanza r un a amarra hay que empezar por (1) dividir la aduja e n dos pa rtes
En la figura 2, in iciamos e l movimiento, rras, empezando por la de proa. Si la llegada se ha efectuado con de- (sujetando un a p a rte de las gazas con cada mano) . El movimiento de los
a ntes d e quitar la marcha y de dar masiada velocidad, ésta servirá de freno y sujetará el barco pegado al brazos 12 y 31 deb e ser muy a mplio e ir acompañado de un giro de t oda la
marcha atraso El barco se parará muelle con la marcha avante metida un poco más, siempre que haya- pelvis. Hay que lanzar las adujas de la mano derecha un instante antes que las
co locá ndose paralelo al muelle, sin mos tenido la precaución de colocar una o dos defensas en la parte del de la mano izquie rda (4) .
tener que cambiar el timón. barco que toca.
654 La maniobra
Las maniobras en puerto 655
Con esprines o largos bien cazados, el
barco no puede coger velocidad ha cia
adelante o hacia atrá s. las amarras no
tienen que frenarlo y por esto, se
desgastan mucho menos.

Amarrar el barco
A lo largo de un muelle sin marea, apenas supone dificultad amarrar
un barco. Sobre todo es necesario que las amarras estén bien cazadas,
para que el barco no pueda moverse. Otro método elegante:
Normalmente se utilizan largos, amarras que salen de la proa y de la orzar enfrente del hueco y ll egar hasta el muelle sin arrancada.
popa del barco para afirmarse en el muelle lo más lejos posible hacia El método prudente consiste en afirmar un cabo a la boya de amarre
adelante y hacia atrás.
al pasar junto a ésta .
Si no se dispone de suficiente espacio, los largos se sustituyen por es-
prines: es decir, la amarra de popa se lleva hasta el muelle por la proa del
barco, y la amarra de proa se lleva por la popa, cruzándose las dos. Tam- Aproximación
Con amarras a media altura: éstas no bién se colocan traveses para sujetar el barco de forma paralela al muelle. Sea cual sea la dirección del viento, terminaremos la aproximación con
tienen ningün juego en pleamar. V en Los largos y los espri nes deben cazarse con gü inche, en caso de un recorrido de dos o tres esloras de forma perpendicular al muelle. La
bajamar. Pero es necesario amarrar el que haya resaca, y los traveses se cazan norma lmente, sin dejar- maniobra debe ser una sucesión armoniosa en tres tiempos.
barco con ases de guías con una gaza los demasiado tensos.
1. Fondear con cadena (a causa de las hélices) o afirmar un cabo a la
muy larga si queremos poder zarpar en
boya prevista para este fin;
pleamar. .. A lo largo de un muelle con marea, es imposible inmovilizar el barco; 2. Filar la cadena o el cabo;
pero, debemos limitar su movimiento lateral. A veces se puede lograr 3. Afirma r una amarra al muelle.
afirmando las amarras lo más lejos posible hacia adelante y hacia atrás, La dificultad consiste en que cualquier disminución excesiva de velo-
y no al muelle, sino a los barrotes de una escalera que estén a la altura cidad origina una trayectoria irregular. Si el fondeo no fila , si hemos
de la mitad de la marea. Pues si afirmamos las amarras al muelle, ten- tardado mucho en hacer el nudo en la boya, el barco abatirá a babor o
dríamos que ajustar su tensión en función de la bajamar, siendo muy a estribor, excepto si está en popa redonda, saliéndose del "hueco" y
grande el juego que éstas tendrían con marea alta. Si las afirmamos a
la altura de la mitad de la marea, el juego es limitado en la mitad de és-
ta, y nulo en bajamar y pleamar.

Atraque perpendicular al muelle


Se trata de mantener el barco entre el muelle y un fondeo (boya de
amarre o ancla). Esta solución es corriente en los puertos donde hay re-
Cuando tengamos espacio suficiente, nos
saca y en los que es casi imposible atracar de forma paralela al muelle.
amarraremos en diagonal. El conjunto del
Es también lo habitual sobre todo en los puertos modernos, en donde
amarre puede que sea más largo, pero la Un cabo de fondeo largo permanece
se intenta apiñar el máximo número de clientes.
sujeCión es mejor. Además, podemos pasar tenso en cualquier momento de la
En este último caso, el amontonamiento es tal que no es posible
directamente del barco al muelle y al contrario, marea. Si el conjunto es bastante largo
aproximarnos a vela, excepto cuando el viento es muy flojo, o si la tri-
sin t ener que tocar el fondeo. También es la y el barco se encuentra más o menos
pulación tiene experiencia en maniobras de puerto. Por lo tanto debe-
mejor manera de amarrar un bote salvavidas en el centro, el amarre permanece
mos hacer la maniobra singlando o, mejor aún, a motor.
al muelle. tenso sea cual sea la altura del agua.
Las maniobras en puerto 657
656 La maniobra

fallando la maniobra. Asimismo, debemos ser exactos y llegar hasta el Modo de efectuar el amarre
muelle para afirmar una amarra, sin irnos más lejos. Debemos amarrar el barco muy tenso, para no caer sobre el barco
Una vez afirmada la amarra al muelle, podremos salir del hueco sin vecino y sobre todo para no desplazarnos en sentido longitudinal.
soltar las amarras y darnos la vuelta para colocarnos de popa al muelle. Esto es muy importante en los puertos donde hay resaca. Un barco
Pero, al contrario de lo que se suele hacer, es preferible colocar el barco que viene y va con la resaca se fatiga mucho, dando tirones entre un
de proa al muelle. En primer lugar porque la maniobra resulta más fácil fondeo elástico y un amarre en el muelle que no es tal; al acercarse
(razón más que suficiente ... ), la hélice y el timón no golpean contra las al muelle, el fondeo le llama, desplazándose hacia adelante y toman-
rocas que a veces bordean la base de 105 muelles y espigones; y al sal- do velocidad, y después se para en seco, pues las amarras de popa lo
tar por el balcón, llegamos al muelle fácilmente, disfrutando de mayor retienen . Si el movimiento va aumentando, la cosa no acaba sin ro-
intimidad (la bañera y la escala de bajada quedan ocultas a las miradas turas.
indiscretas). Las amarras pueden estar tensas, incluso en un puerto con marea
(siempre que el barco se encuentre bastante lejos del muelle), pues la
distancia entre éste y el ancla es más o menos la misma, sea cual sea la
altura del agua.
La guía de los puertos del Mediterráneo Una última precaución en caso de amarrarnos al muelle (tanto de
forma paralela como perpendicular) es sondar, para calcular la altura
a guía es un sistema especial que se uti- del agua que hay en bajamar, con el fin de tomar a tiempo las precau-
L liza en los puertos d e l Mediterráneo.
Consiste en una cadena co locada sobre el
ciones necesarias para varar, si se da el caso.

fondo de form a paralela a l muelle y a la


cual se afirman guías (cadenas más peque- Atraque a un cat-way *
ñas) que van unidas en perp endicular a ca- Este sistema de atraque es muy corriente en los puertos deportivos. Se
da puesto de amarre, en el muelle o panta-
trata de un pontón principal al que van fijados de vez en cuando pe- • En inglés en el original . El término
lán. Esta s guías actúan como fondeo de po-
queños pontones perpendiculares muy estrechos y largos, de unos 5 a equivalente en español es pan talán.
pa para los barcos que amarran sobre ellas.
7 metros, llamados normalmente pantalanes. (N. de fa T.).
En la prácti ca, h ay que hacer la s misma s
maniobras que explicábamo s antes. Cuan -
do la proa d el barco se acerca al muelle, un Aproximación
tripulante coge la guía co n el bichero y la la aproximación se realiza igual que para atracar de forma perpendicu-
lleva hasta la popa del barco, y la afirma en lar al muelle, con la diferencia de que no es necesario, ni aconsejable,
la cornamusa después de ajustar la tensión, fondear al llegar y que, evidentemente, el barco no quedará frenad o
para que la pro a del barco no golpee co ntra por el fondeo. Por lo tanto, con el fin de poder pararnos casi siempre
el muelle. hay que dar marcha atrás. En ese caso es muy importante prever bien
Hay que recordar que si utilizamos este
sistema es abso lutam ente d esaco nsejabl e En la mayoria de los puertos del Mediterráneo se utiliza el sentido en el que va a girar el barco, por efecto del paso de la hélice
fondear el ancla del barco, pu es podría en- el sistema de guias para amarrar e l barco de forma y tener en cuenta, si el viento es duro, el abatimiento del barco en el
gancharse con la cadena. perpendicular al muelle. momento en que se para.

Amarrar el barco
Los barcos se suelen abarloar a estos pequeños pantalanes, para evitar
No hay que dar al barco la posibilidad de iniciar un movimi ento entre un fondeo
las idas y venidas del barco entre el fondeo y el amarre. Hay que tener
e lástico y un amarre al muelle que no es tal. Las amarras afirmadas al muelle son las
cuidado, pues la diferencia de "flotabilidad" entre el pantalán y el bar-
que deben absorber la holgura. Hay que colocar dos amarras en V, ba stante sepa radas
co hace que, al pasar de uno a otro ilas defensas raras veces se man-
entre sí y con amortiguadores en tens ión . De este modo se les proporciona una
e lasticidad equivalente pero opuesta a la del fondeo . El conjunto está siempre tenso. tengan en su sitio!
Variaci ón sobre un tema
En principio, las amarras se ponen cazadas a tope, es decir, muy
Para que las amarras de popa no sean demasiado cortas, las afirmamos e n e l centro ya conocido: los esprines deben estar
del barco; no hay que amarrar el barco demasiado cerca del muelle, pues podremos
azocadas (con el güinche). Es necesario que lleven:
cazados a tope .
,~ ~ • un esprin desde la proa del barco hasta el final del pantalán;
, , , desembarcar con fa cilidad instalando una pasarela de 2 a 3 metros.
las maniobras en puerto 659
658 la maniobra

• una amarra en la popa (en ese caso no podemos hablar de través)


que vaya desde esta última hasta el final del pantalán; Atraque a un pantalán con marcha avante
• dos amarras en la proa formando una V, lo más separadas posi-
ble, para impedir que el barco gire.
La mejor solución, para proteger el barco, es utilizar defensas cilín -
dricas largas. También conviene afirmar un cabo vertical entre el costa-
do del barco y el final del pantalán, para impedir que este último baje
al tiempo que los tripulantes. Pero esto nunca es perfecto y cuando hay
resaca, los barcos sufren mucho con este tipo de atraque.

El atraque
Atracar un barco no es otra cosa que acercarlo a un muelle, excepto en
el caso en que el muelle en cuestión sea muy corto y frágil y, además,
se trate de una propiedad privada, por lo que debemos hacer la manio-
bra con tacto.

Abarloamiento a un barco en un fondeadero


Podemos abarloarnos a un barco en un fondeadero en diferentes cir-
cunstancias. Vamos a elegir deliberadamente un motivo gastronómico. 1. Hay que hacer la maniobra de 2. l a velocidad es suficiente: 3. Tenemos listo el esprin, que

Por ejemplo, queremos abarloarnos al barco de un amigo en un fon- aproximació n con el motor al ralenti. el barco termina la evolución hemos afirm ado en la proa. pasando

deadero exterior, para disfrutar del placer de comer juntos. y la marcha metida. l as defensas con su arrancada . Si es necesario, por la parte exterior. Es la unica
están colocadas y ajustadas más podemos dar motor avante maniobra que debemos prepara r
tste es un caso ya represen tado en 105 dibujos, con un viento que o menos a la a ltura adecuada. despacio. con t iempo.

sopla paralelo al muelle. Pero en este caso el muelle no es inmóvil, y


debemos evitar abordarlo en diagonal. En realidad, lo ideal es no abor-
darlo de ninguna manera.
D . fJ
't~1
lr : ,
La aproximación debe hacerse en ceñida con el foque arriado, pa-
sando por detrás del barco que está fondeado, y amurados de modo ¡ \1 / >

~.~
1. Nos amarramos provisionalmente
a la popa.
2. Afirmamos un esprin y un través
a s u proa .
<>0% 3. Hal amos del esprin; s i dejamos el
00
través algo fl ojo, evitaremos que los
Pasamos por detrás del ""o barcos se t oquen .
barco p ara amarrarnos por ~Oo8 4. Pasa mos el esprin y el través 4. Si el barco lleva demasiada 5.... y afirma ráp idamente el esp rin 6. Ahora ya pOdemos ajust ar
el costado que no vemos. De hacia la pop a. arrancada, podemos reducirla dando en la argolla. El tripulante de las demás amarras y las
ese modo s i fallamo s la motor atrás con pequen os proa, que se encuentre mejor defensas. Empezaremos
maniobra, podremos Hay que tener cu idado y no colocar ace lerones. Con el esprin en la mano, colocado, frena e l barco por los esprines que amarram os
separarnos s in cambiar de los palos uno junto a otro, para el tripulante salta a l panta lán ... con el esprín . bien tensos.
am ura. evitar las ensa ladas de jarcia.
660 la maniobra Las manIobras en puerto 661

Atraque a un pantalán con marcha atrás La auto-defensa


3 2
E s muy fácil colocar las defensas. En prim er lugar hay
que distribuirlas adecuadamente a lo largo del barco.
Empezamos amarrando la primera (prefe rentemen te la
3 2 3
más pequeña) en el lugar más ancho del ba rco (1). Y a
continuac ión, según el número que llevemos, vamos co -
locando las demás hacia proa y popa de ésta, poniendo
las más gruesas en los extremos (2 y 3). La s afirmamos
al pasamanos superio r con un ballestrinque con vuelta
mordida. Para desplazamientos cortos dentro de un
puerto (por ejemplo, para ir a la gasolinera), un buen
sistema cons iste en co lgar las defensas por dentro de
los pasamanos co n un mosque tón pequ eño. De est e
1. la aproximación se hace con e l motor a l ralentí 2. Con el motor en punto muerto, V el timón a modo permanencen a la altu ra adecuada, siempre bien
y la marcha metida. Hay que separarse bien para efectuar estribor. e l barco inicia la "a lmena " enfrente del ajustadas.
la trayectoria. lugar elegido.

que tengamos suficiente agua, por si fallamos la maniobra. Cuando es-


temos a sotavento del barco, orzamos para situarnos de proa al viento
y terminar la maniobra con la arrancada del barco. Evidentemente, lo
más importante es calcular bien esta arrancada, siendo preferible que-
darnos cortos a pasarnos, y más todavía al haber gente en el barco fon-
deado dispuesta a coger una amarra (siempre podemos singlar un poco
para acercarnos). Si llegamos con demasiada velocidad, lo único que
debemos hacer es seguir el recorrido en la misma amura arribando un
poco para separarnos, y empezar otra vez.
A motor, la maniobra es la misma que hay que hacer para coger una
boya de amarre situada a 1 Ó 2 metros a popa del barco fondeado .
Una vez situados a la popa de dicho barco, arriamos las velas, orde-
namos todo en la cubierta y colocamos las defensas.
Para aba rl oarnos, debemos hacer lo siguiente:
• pasamos un esprin, desde la popa del barco visitante a la proa del
barco visitado;
• pasamos también una amarra que servirá de través, desde la proa
de uno a la del otro;
• después avanzamos halando sobre el esprin, ajustando poco a po-
co el través para que los dos barcos queden paralelos, o mejor aún, for-
mando un pequeño ángulo divergente; de este modo el barco visitante
se acercará despacio a la altura del barco visitado, sin tocarlo;
• después, pasamos otro esprín, desde la proa del barco visitante a
la popa del visitado, y un través a su popa, cazando los esprines todo lo
5. Controlamos la marcha atnis. Un tripulante. con el 6.... y afirm a rápidamente el esprin. Ya sólo nos que podamos.
esprin de popa en la mano, se prepara para saltar al queda t erminar de amarrarlo y ajustar las Dos cuestiones muy importantes para el buen ambiente del pie-nic es
pantalán defensas.
o ••
que durante la maniobra no es recomendable que las dos tripulaciones,
662 l a maniob r a L as maniobras e n pu er t o 663

Trucos para utilizar bien Cómo luchar contra el desgaste


las maniobras volantes Si no tenemos cuidado, las ama rra s al rozar por todos lados se suelen
desgastar enseguida. La primera precaución que debemos tomar es
Sirgar, halar (1, 2, 3)
intentar inmovi liza rl as en los lugares en que trabajan, es decir dar una
Cuando desde el muelle tiramos de una amarra que está firme en el barco se dice que sirgamos vue lta redonda en los barrotes de la esca lera o en las argollas de l
el barco (1), y cuando tiramos de la amarra desde este último se dice que halamos. Por lo tanto: muelle, e intentar afirmarlas lo más cerca posible de los puntos de tra -
• cuando queremos si rgar un barco, hay que afirmar la guindaleza en el punto de sirga (2 y 3); bajo. Estos puntos a veces podemos eleg irlos en función de esta nece-
• cuando halamos del barco, lo hacemos desde el punto de sirga. sidad; por ejemplo, podemos pasar una amarra por la polea de retor-
El punto de sirga es el lu gar donde se afirma el ca bo de remolque, para dejar al barco remo l- no del spi en la popa, antes de afirmarla en la co rnamu sa.
cado una gran amplitud de maniobra incluso con poca velocidad. Este punto suele estar situado Hay que tensar bien las amarras y, siempre que sea posible, debe-
detrás del palo; y a veces podemos utilizar también el propio palo. mos uti liza r cabos de polipropileno que no sea n elásticos.
y si decididamente no podemos inmovilizar una amarra, la
Amarrar el barco (4, 5, 6, 7) solución es forrarla en los puntos de trabajo.
¡Una amarra no es una correa y no sirve para llevar el barco remolcado detrás de nosotros! A l
llevar una amarra a tierra o a otro barco, conviene dejarla bastante floja para poder movernos Para utilizar bien las cornamusas de cubierta 18,9, 10)
con facilidad, pues el fin de la maniobra es afirm ar la ama rra lo más rápidamente'posible y co- En la actualidad las cornamusas de la cubierta están fijadas por medio
brarla después desde la cubierta. de dos patas entre las cuales se puede pasar una ama rra. Si hacemos
Solamente hay que llevar a ti erra el chicote de la amarra, justo lo necesario para darle vueltas, una gaza en uno de los chicotes de la amarra y la t rincamos en la co r-
nada más. Si ll evamos toda la aduja al muelle, ocuparemos espacio inútilmente y molestaremos namusa, la dejaremos libre para poder aparejar otras amarras.
a todo el mundo. Además, algún paseante ingenuo puede pensar que nos sobran cabos en el
barco y que queremos deshacernos de ellos ... ¿Y por qué no una polea?
En general, es conven iente hacer antes un as de guias dejando una gaza grande (de 1,50 m de
No hay nada que nos prohíba pasar un amarra por una polea, pues de
circunferencia, aproximadamente) en uno de los chicotes, para enea pillarlo a un noray o argolla
ese modo eliminaremos los problemas de rozamiento y desgaste. Po -
en lierra (4).
demos utilizar las poleas de la braza y la retenida del spi (por lo gene-
Al pasar una ámarra por el barrote de una esca lera o por la argoll a de un muelle que queden
ra l está n colocadas en luga res adecuados) o bien emplear poleas vo-
sumerg idos con marea alta (5), no hay que o lvidar hacer una gaza lo suficienteme nte larga para
lantes que sujetamos con gri lletes a la falca.
que el as de guías que lleva al final, se pueda agarrar en todo momento ...
Para traer al barco una amarra que hayamos pasado doble, tenemos que largar:
Güinches de foque para tensar los esprines
• la tira de barlovento si la hemos pasado alrededo r de un noray (6);
• la tira inferior si lo hemos pasado alrededor del barrote de una escalera; haciéndolo así para Para tensa r los esprines, basta con afirmar la parte del cabo que sube
evitar que se quede atascada (7) (una vez ajustado y afirmado el cabo que baja) en el güinche del foque
y cazar lo fuertemente.

Halamos a Estos dos no han El nudo de cuadernal: un aparejo barato (11)


pa rtir del punto A falta de gü inche, tamb ién podemos hacer palanca por m ed io de un
punto de si rga nudo de cuade rnal.

9
D
664 La maniobra Las maniobras en puerto 665

con el deseo de participar o simplemen te de saludarse, se amontonen ble y podemos izar la mayor y el foque. El barco está sujeto al muelle
en el mismo costado de los respectivos barcos; pues en ese caso, corre- por un largo de proa doble. Es la misma maniobra que se hace para
remos el riesgo de asistir a un abrazo general de palos, y candeleros. za rpar desde una boya de amarre; eventualmente podemos aparejar un La defensa
Del mismo modo, es conveniente ajustar las amarras de manera que esprín en la popa para hacer bornear al barco. volante
105 dos ba rcos no qued en situados a la misma altu ra, pues en ese caso • Sector azul oscuro. El viento sopla ligeramente hacia el muelle,
urante l as maniobras
los palos se volverán a toca r cada vez que un tripu lante pase de la cu-
bierta de uno a la del otro.
pero todavía podemos izar la mayor sin que ésta porte hacia el muro.
El barco está sujeto por un largo en la proa y un esprin doble en la
D de puerto es conve-
niente nombrar a un tripu -
popa. Colocamos defensas en el coronamiento (es decir, en la parte lante cuya única tarea con -
Aba rloamiento a un barco en el muelle superior del espejo de popa y en sus correspondientes ángulos), pues sistirá en evitar las mete-
El principio es exactamente el mismo que el de un atraque en forma puede tocar el muelle mientras el barco bornea. duras de pata y los golpes,
paralela al muelle, y va mos a contempla r los mismos casos de 105 dibu- Soltamos el largo y separamos la proa del barco con el bichero para y estar siempre preparado
jos de las páginas 659 y 660, según sea la dirección del viento. Si éste que cruce el eje del viento. El barco bornea sobr e el esprín, y una para poner una defensa en
sopla paralelo al muelle, llegaremos por detrás del barco, siendo lo más vez en ceñida podemos caza r las velas y quitarlo. el lugar oportuno, donde el
prudente, también en este caso, amarrarnos provisionalmente a su po- • Sect or gris. El viento porta claramente hacia el muelle; ya no po- barco pueda tocar y estro-
pa para arriar las velas y ordenarlo todo antes de abarloarnos. pear el ca sco. Para ello, de-
demos izar la mayor, aunque sí es posible zarpar sólo con foque .
be coger la d e fensa má s
Para abarloarnos, hacemos lo mismo, es decir, pasamos dos espri - Hay que soltar el largo, amollar la proa del barco hasta que cruce el
gruesa y colocarse en los
nes, cazándolos bien, y dos t raveses más flojos; en este caso también, eje del viento y, después, izar el foque y cazarlo a la contra. El barco lugares estrat é gico s, sin
debemos tener cuidado con los palos. arriba, apoyándose sobre el muelle con el coronamiento . Al llegar al molestar a los demás tri -
viento de través, cazamos el foque y quitamos el esprín; el barco empe- pul antes, li sto para interve-
zará a retroceder, por lo que debe haber suficiente agua a sotaven to. nir.
Zarpar de un muelle • Sector negro. El viento pega el barco contra el muelle, por lo que
Una vez más, hay que t ener en cuenta el viento para organizar la ma- es imposible salir a vela.
niobra, ya sea a vela o a motor.
Si hemos tenido la precaución de fondear un ancla al acercarnos al
A vela muelle, podemos halar hacia ella para zarpar con viento de proa. Si no lo
Zarpar de un muelle a vela cuando el viento presenta una tendencia a hemos hecho, todavía estamos a tiempo, utilizando para ello el bote auxi-
separar el barco, es muy sencillo. Sin embargo, para izar la mayor es liar. Y después, todavía podemos avanzar singlando, halando de la guin-
necesario coloca rnos de proa al viento. Si el viento sopla más a popa daleza o incluso a motor (¿por qué no?), hasta llegar a un punto desde
que al través, algunas veces se puede za rpar con foque sólo; pero si te- donde podamos zarpa r tranquilamente, bien desde el ancla o abatiendo.
nemos que izar la mayor, hay que dar media vuelta antes para sit uar el
barco en una de las posiciones indicadas en el dibujo de abajo. A motor
• Sector azul claro. El viento sopla del muelle: la situación es favora- Reg la general: no hay que sali r nunca de un m u elle con marcha
avante. Si hemos atracado a lo largo de un muelle y queremos salir ha-

Zarpar de un muelle a motor (ver la pagina Siguiente)


1. Poner las defensas, amarrar un esprin y largar todo lo demás.
2. Empujar la caña a fondo para girar hacia e l muelle, dar motor avante,
primero despacio para tensar e l esprin y después con más fuerza para hacer
gira r e l barco. .4 ~~
3: ~egUir asi el mayor tiempo posible, de ese modo la salida será máS~
'.-! • V
facll . . g
4. Dar marcha atrás, enderezar la caña y quitar e l esprin. ~
Observación: podemos utilizar este s istema sea cual sea la dirección
del viento. La defensa de proa, sobre la cual se apoya el barco puede ~
sujetarla un tripulante que la colocará exactamente en e l lugar adecuado.
666 La maniob r a Las maniobras en puerto 667

cia adelante, la popa del barco se apoyará inevitablemente sobre éste,


rozando más o menos. Debemos recordar que al virar no es la proa del
Zarpar de un muelle a motor barco lo que gira, sino la popa que garrea. Todo transcurre como si el
barco girase alrededor de un punto situado más o menos en el tercio
de proa del barco.
En muchos casos lo más prudente es separa rse bien con el bichero,
si el viento no porta hacia el muelle (sectores azules).
Pero la maniobra más corriente -y la más elegante- que nos permite
zarpar bajo cualquier circunstancia es separar la popa, h aciendo cabe-
za sobre un esprín que desde la proa llegará hasta un punto del mue-
lle situado a popa del centro del barco, o si es posible a la misma altu-
ra. Vamos avanzando lentamen te halando del esprín y una vez esté
tenso, damos motor a tope metiendo el timón hacia el lado donde es-
tamos atracados aumentando progresivamente el régimen del motor.
1. Se a pareja e l esprin de proa doble y se larga n las
En ese momento la popa del barco se separará y seguiremos haciendo
d e mas am arras y se coloca n e n cubi erta.
cabeza sobre el esprín hasta que el barco haya alcanzado el angulo de-
seado para poder despegarnos marcha atrás. Por supuesto, para no es-
tropear el barco en el punto de contacto con el muelle es necesario po-
ner una defensa. Lo mejor es utilizar una defensa " volante " que sujeta-
rá uno de los tripulantes.

No hay qu e olvida r q ue las defe nsas se


Maniobras de varada va n a a plasta r. l os o be nques no debe n
Vale más enca ll ar en un puerto que en una empresa. Los terrícolas, trabajar sob re e l mu e lle.
gente sombría por naturaleza, utilizan el mismo término sin matizar pa-
ra denominar sus fracasos. Nosotros, en cambio, podemos dist inguir
dos casos diferentes:
1. Cuando la maniobra está prevista y organizada; es decir, varamos
3. Un tripu lante co loca una defensa (la m as gru esa) entre
el barco por necesidad en un puerto que desagua en bajamar, o bien
e l ba rco y e l mue lle.
para carenar; es una va rada.
2. Cuando se trata de un accidente, debido a un error de maniobra
o de navegación; es decir, el barco en ca ll a por descuido en un bajío;
es encal lar.

La varada
No todos los barcos t ienen las mismas facilidades para varar, por lo que
podemos clasi ficarlos en tres categorías: Varada e n e l mu e lle
1. Los que están diseñados sin tener en cuenta una eventual posibili- Cu idad o: los ba rcos qu e tie ne n un
dad de varada. Norma lmente tienen mucho calado y un apéndice muy ale rón est recho y profun do puede n
estrecho; inclina r e l morro o bie n la popa. Hay
2. Los que están diseñados para poder varar habitualmen te, sin nin- que s ujet a rlos bie n e n sentido vertica l
guna dificultad. Son los que tienen dos quillas y también la mayoría de por la proa y, a veces t a mbié n por la
5. En cua nto la popa se haya separa do lo s uficie nte. e l 6. El ba rco se separa . El t ripul ante larg a un o d e los los derivadores integrales. popa. Est as a m a rraduras ti e ne n que
pat rón da ma rcha atrás y e ndereza la ca ña . extre m os d e la amarra. 3. Aquellos para los que la varada constituye un hecho ocasiona l. És- pasar por de bajo del casco, pues en
tos son la mayoría de los barcos actuales, es decir los de una sola quilla. caso contrario podría ceder la c ubierta.
668 La maniobra Las maniobras en puerto 669

No tiene sentido comentar la primera categoría, pues estos solo se Al varar el barco las defensas se aplastan y la escora aumenta un po-
pueden varar colocándolos en cunas despuéS de ser Izados con grúa co; por lo general, esta escora no debe ser muy grande, para que los
En la segunda, los barcos con doble quilla son los reyes de la vara- obenques no lleguen a rozar contra el muelle (SI a pesar de todo, esto
da; se adaptan a todos los suelos francos, siempre que no haya olas o se produce hay que amollarlos ensegUida)
resaca. Los denvadores Integrales y los mutlCascos, sea cual sea el núme- Con el fin de mejorar el apoyo, hay que amarrar el barco por el cos-
ro de cascos que tengan, únICamente se adaptan a suelos homogeneos, tado opuesto al muelle, utilizando para ello largos y traveses; afirmar
llanos y Sin objetos agresIvos (peCIOS, restos de naufragios, anclas en ser- una amarra al palo no constituye una garantla sena.
vicio o no, etc), aunque tienen un apéndice: el timón, sobre el cual no El conjunto de estas amarras debe cazarse a tope, antes de que la
deben apoyarse. En esta (ategada, no eXisten problemas de estabilidad quilla toque el fondo; para ello es indispensable que el barco esté bien
En lo que respecta a la tercera, es preferible analizar el asunto con apoyado en el muelle en el momento en que se asienta. 51 no es así el
más detalle casco escorara excesivamente
Cuando la qUilla es muy corta, puede que sea necesaflo colgar la
Varada en un muelle proa y el espejo para eVitar que el barco clave el morro o bien caiga so-
Con el barco amarrado de forma paralela a un muelle, varamos el bar- bre el timón.
co apoyandolo sobre este Esta manera de varar es muy agradable, pues podemos llegar a tie-
Pero antes debemos sondar para asegurarnos de que la quilla podra rra Sin tener que luchar para sacar las botas del fango del puerto, y nos
Varada a 10 largo del muelle apoyarse de manera franca, proporCIonándole despues una ligera esco- olVidamos del problema de las escoras
en e l puerto de Croisic. ra haCia el muelle, como máXimo de 2° ó 3°. En todos los demás casos, es necesano varar sobre escoras, o bien
varar a un costado

Varada sobre escoras


Los puntales de escora sólo sirven para mantener el barco en equilibno
sobre la qUIlla. Ni éstos ni sus fijaCiones están previstos para reSistir
grandes esfuerzos, y como consecuenCia, únicamente podemos varar
con ellos cuando el fondo es llano y homogéneo, pues el barco no de-
be escorar.

Un suelo llano y uniforme: condición


indi spensable para l/arar bien sobre
escoras.
670 La maniobra Las maniobras en puerto 671

Al llegar con velocidad y Antes de calzarlo, debemos asegurarnos de la calidad del suelo, son- Hay que varar con buena velocidad, a unos 2 nudos, y con bastante
escora, e l barco sufre dando alrededor del barco, con el bichero o el remo. Un fondo de rocas escora, para poder inmovilizar el barco enseguida. Si no hemos podido
menos y la maniobra raras veces es plano, y un fondo de fango casi nunca es homogéneo, (o no nos hemos atrevido) a llegar con la suficiente velocidad, conviene
resu lta más fáci l de pues el fango puede esconder una piedra y ésta puede hacer demasiada llevar un ancla a tierra para sujetar la proa del barco.
realizar. fuerza sobre una parte determinada de la quilla o una de las escoras. Después (y sólo después), pondremos las escoras. No hay que hacer-
Únicamente se puede vara r b ien sobre escoras en fo ndos de lo antes, pues estos accesorios son peligrosos mientras el barco todavía
arena o de cantos rodados. está flotando. Hay que saber que un barco que se mueve encima de
Si el suelo forma una pendiente (es el caso de las playas), el barco las escoras envejece diez años en diez m inutos. Para colocar las es-
debe vararse en el sentido de ésta, con la proa hacia la parte alta. Si lo coras, podemos esperar a que la mar haya bajado unos 20 centímetros
colocamos de través a la pendiente, escoraría y si colocamos la proa ha- (la espera puede ser de algunos minutos en mareas vivas en determina-
cia abajo, clavaría el morro de modo peligroso. dos puertos del Canal de la Mancha, o bien hasta de media hora en
mareas muertas en las islas de Glénan ... ).
Varar a un costado • Para poner el barco a flote. Del mismo modo, debemos quitar
Si varamos el barco a un costado, la vida a bordo corre el peligro de las escoras lo antes posible cuando la mar vuelve a subir, ¡sin esperar a
desorganizarse por completo, pues tanto 105 objetos como las personas que el barco se mueva! Concretamente, si hay resaca no hay que du-
seguirían la pendiente. Aparte de esto, varar a un costado es con d i- dar en quitarlas en cuanto todo el alerón esté sumergido.
ferencia la posición de varada más natural y segura para un barco Un bachill er (con buenas notas e n
(siempre que no olvidemos que la jarcia necesita espacio libre). siendo Carenado en el muelle o de costado gimnasia) s ube al anclaje de los
la única opción disponible cuando el fondo es de fango. En la práctica Estos dos sistemas tienen el mismo inconveniente, y es que no siempre obenquillos para afirmar una amarra
se suele fondear por proa y por popa para que el barco permanezca se puede carenar completamente el barco durante la misma marea. Si
completamente perpendicular al sentido de la pendiente, esperando el barco se ha varado junto al muelle, a veces nos resulta difícil llegar
que baje la marea. A veces conviene buscar antes el lugar para varar, hasta el costado que está apoyado contra el mismo, a menos que haya-
con marea baja, con el f in de asegurarnos de que el suelo es bastante mos podido intercalar entre el muelle y el barco un tablón o una defen-
blando para el casco; hay que tener cuidado con las piedras, cadenas sa grande que no se aplaste. Si no hemos podido hacerlo, para finalizar
viejas y demás pecios que pueda haber. el trabajo debemos escorar el barco cuando está otra vez a flote y tra-
bajar desde el bote auxiliar, o bien varar otra vez hacia el otro lado.
Varada para carenar Varar de costado sobre la arena es la mejor solución para los barcos
Carenado sobre puntales de escora grandes con poco calado, pues de este modo se pueden carenar mejor
Podemos aprovechar la marea baja en el puerto para carenar, pero mu- que estando varados sobre escoras. Pero, excepto en el caso de barcos
chas veces es más agradable varar en una playa para realizar esta ope- pequeños, o bien cuando disponemos de muchos brazos para ayudar,
ración. Por lo general, las playas están más limpias, y además, debido a normalmente hacen falta dos mareas para terminar el trabajo.
su pendiente, podemos calcular con exactitud la hora a la que debe-
mos ir a varar para permanecer el menor tiempo posible, es decir, basta Carenado tumbando el barco
con llegar en el momento en que la mar todavía tiene que bajar una También podemos carenar el barco sin vararlo, recurriendo a un proce-
vez y media la altura del calado del barco (o un poco antes, si lo que dimiento muy sencillo: el carenado tumbando el barco. Este sistema es-
Hay agua sufici ente para quitar queremos es tardar máS). tá indicado en los mares que no tienen marea, pues es el único medio
una escora. Antes de ir a varar a una playa, debemos asegurarnos de que el suelo de evitar los gastos de slip (aparato para sirgar los barcos y ponerlos en
El que no sepa trepar (por eso le han
es regular, que no hay piedras (comprobarlo si es posible en la marea an- seco en una superficie inclinada). Sin embargo, la maniobra debe
s uspendido) escorará un poco e l barco.
terior, o si no, sondar con cuidado el suelo con un bichero o un remo),
para que el que está en e l bote pueda
que no hay resaca y que las condiciones meteorológicas son buenas.
acercar el bachiller hasta él . Hay que
• Para varar. Llegaremos a la playa a la hora prevista, fondeando
señalar que la s amarras deben estar
por popa lo más lejos posible de la orilla, con el fin de poder halar el
floja s, que el bote no t iene que estar
barco después sobre este fondeo sin que el ancla garree. Para ello, utili-
amarrado y que e l bach iller debe
zaremos una guindaleza como cabo de fondeo, pues es más ligera,
colocarse siempre en e l anclaje de los
Tumbamos e l barco. V no pasa nada. más fácil de filar y más larga que la cadena. Hay que sujeta r el barco siempre por el anclaje de los obenquillos. obenquil los.
672 La maniobra Las maniobras en puerto 673

rea liza rse de fo rma rigu rosa si no queremos dejarnos el palo, yal De hecho, basta con seguir las indicaciones del encargado de la grúa
mismo tiempo todo el dinero que nos pensábamos ahorrar.. (la maniobra se efectúa siempre bajo su responsabilidad) y cumplir las
La operación consiste en escorar el barco hasta colocar la quilla hori· siguientes recomendaciones:
lanta!. Esto podemos hacerlo desde el bote auxiliar, sirgando de una • Para sacar el barco con grúa ¡hay que prepararlo antes! Es nece-
am arra que debemos af irmar a la altura del anclaje de los aben- sario que todo esté bien ordenado, y la cubierta despejada.
qu illos, n unca en otro lugar. Si es necesario, podemos utilizar la driza • Colocar una amarra en la proa y otra en la popa, listas para ser
del foque, siempre que pase por una polea (y no por la caja de una rol - utilizadas en cuanto el barco entre en las cinchas.
dana) y que haya un obenquillo a esta altura para soportar el esfuerzo. • Sobre todo, no hay que poner defensas, pues no sirven para nada
El barco escorará con mas facilidad si un tripulante se coloca al mismo y estorban el paso de las barras de ca rg a y de las cinchas.
tiempo en este lugar. y solamente ahí, pues lo volvemos a repetir: es Es muy importante señalar bien el lugar por donde deben pasar es-
fundamenta l que el esfuerzo se produzca ún icamente en los an- tas cinchas, para que el barco esté equilibrado, sin rozar con el eje de la
clajes; pues en otro caso, existen grandes posibilidades de romper el hélice o los captadores de la electrónica. Lo ideal es hacer unas peque-
palo. ñas señales en la regala, con pintura o con cinta autoadhesiva.
Una vez el barco está escorado en horizontal, podemos colocar la
quilla sobre un pantalán, lo cual nos permitirá trabajar con comodidad. Enca llar
Si no es así, tendríamos que seguir sujetándolo durante toda la opera- Con marea alta y buen tiempo, si el barco encalla no es más que un in-
ción por lo que necesitaríamos otro bote auxiliar y otro tripulante más cidente, si no ha sufrido al tocar el fondo. Sólo tenemos que armarnos
para carenar. Cuando se tumba un barco de 6,5 metros para carenar, de paciencia y esperar que la marea deje libre el barco.
hacen falta tres personas para escorarlo, dos para sujetarlo y una terce- Por el contrario, con marea baja o mal tiempo, hay que actuar de-
ra para carenar. prisa.
También podemos practicar este sistema de carenado en la orilla de A veces, para que el barco quede libre basta con dar un poco de
la playa, siempre que el casco no llegue a tocar el fondo. motor atrás y empujar sobre el fondo con un bichero o un remo y, si es
Una vez hayamos limpiado un costado, uno de los tripulantes tiene necesario, pedir voluntarios para tirarse al agua y empujar el barco (con
que subir otra vez al anclaje, dejando que el barco vuelva despacio a su el fin de aligerarlo al mismo tiempo). Pero si los primeros esfuerzos no
posición normal, y empezar de nuevo la misma operación por el otro dan resultado, hay que armar enseguida el bote auxiliar para llevar el
costado. Una vez finalizado el trabajo, el barco se adrizará solo al soltar fondeo ligero lo más lejos posible y después halar el barco sobre éste
todo al mismo tiempo: el adrizamiento es mucho menos espectacular (no hay que utilizar nunca la cadena, pues es demasiado corta y pe-
de lo que pensábamos, ¡incluso un poco decepcionante! sada).

Carenado de los multicascos


El escaso calado de estos barcos representa un inconveniente a la hora
de carenarlos. Lo más fácil es hacerlo en un varadero con una pendien-
te pronunciada, y colocar las proas sobre defensas o neumáticos y la
popa sobre cunas especiales lastradas, por delante de los timones, col-
gándolas antes debajo de los cascos.

Sacar el barco con grúa


Es muy raro que en el transcurso de una temporada de navegación no
nos veamos obligados a poner el barco en seco para efectuar alguna
revisión de tipo técnico. .
Los travelift que tienen la mayoría de los puertos deportivos ofrecen
la gran ventaja de que no es necesario desarbolar el palo. Estas grúas
cogen el barco según está en la dársena de manipulado y lo izan suje-
tándolo por medio de cinchas. La operación, que resulta espectacular,
Puesta a flot e con travefift. suele ser motivo de preocupación para los propietarios de los barcos.
En est e caso, ya es demasiado tarde.
674 La maniobra las manIobras en puerto 675

Medios no fa ltan. Resulta absolutamente inútil esperar milagros del motor, pues una Esto no es justo. Por otra parte, muchas veces resulta difícil de manio- tem poral

-----~
pero e l éxito no esta vez pasados los primeros momentos suele dar poco resultado, debien* brar y el tripulante que boga o que singla no siempre está cómodo y no
do tener cuidado también con los cabos que estén arrastrando. puede desarrollar toda su fuerza en un esquife tan ligero. El mayor peli-
gro al que se enfrenta es el de encontrarse rápidamente empujado por
Graduar la escora
~
el viento o por la corriente.
Si la tripulación escora el barco antes de estar preparados para salir de A un buen marino se le reconoce por la manera en que utiliza su
este mal trance, el barco corre el peligro de encallar más arriba. Por el bote auxiliar. Cuando el viento y la corriente son fuertes, no duda en
contrario, en cuanto estemos preparados para llevar a cabo una manio- llevarlo hasta un lugar desde donde dejarlo derivar hacia el punto de ~
bra eficaz, debemos escorarlo al máximo (por lo menos de 30° a 45°). destino. Cuando va a abarloarse a un barco, se acerca de forma para-
Para ello, sólo existe un medio, que suba un bachiller al palo. Poner lela a éste, proa al viento. En caso necesario se puede atracar en senti-
puntales en estas condiciones es la manera más segura de echar a per- do contrario (atraque a la inglesa para los franceses, y a la francesa
der el barco, pues éstos sólo sirven para sujetar el barco en sentido ver- para los ingleses). Pero lo más importante es evitar atracar a la cosaca,
tical y no para sujetarlo cuando está escorado. En medio de todo ellio es decir, de modo perpendicular al barco, pues en ese caso sería un
¿cómo podremos saber si el barco va a vararse verticalm ente? Si este abord aje.
escora, y el puntal se rompe o se sale, los daños serian enormes. De lo Siempre que guarde las debidas proporciones el bote auxiliar debe
cual se deduce la siguiente regla : varar de costado siem pre es la so- ofrecer las mismas garantías que un verdadero barco. Debe ser insu-
lución menos pe ligrosa . mergible, y poseer un fondeo adecuado, es decir un ancla de 3 a 4 kg,
Por el contrario, con fondos de arena o de fango no hay ningún ries- Y un orinque ligero de unos cincuenta metros. Cuando lo utilizamos Va le más cans arse e n tie rra
go. Si es un fondo de roca, es preferible asentar el barco a dejarlo caer con el remo, hay que llevar a bordo otro remo más. q ue e n la mar.
encima de este; podemos proteger el costado intercalando defensas, Tambien es conveniente llevar dos pagayas; y, por último, llevar
adujas de cabo o incluso colchones. puestos los chalecos salvavidas. Hay botes auxiliares rígidos (la mayoría
Despues, no nos queda mas que esperar. Si tenemos demasiada pri- son de plástico) y otros hincha bies. Nosotros utilizamos estos últimos, El tem pora l de la noche a nte rior ha
sa, evitaremos varar en pleamar, con mareas vivas de equinoccio ... o que ofrecen serias garantías en cuanto a seguridad y que además ocu- o bli gado a la tripulación de este gran
bien en el Mediterráneo. pan poco espacio. vele ro a poner las a m a rras dobles.
En Glénans, a menudo hemos salvado barcos varados en fondos de
roca haciendo subir a bordo el máximo número de alumnos (10, 15 Ó
20 personas) durante el periodo crítico en que el barco golpea contra la
arena. Al estar tan cargado, las olas ya no levantan el casco y se estro-
pea mucho menos. Quizás sea este un buen metodo para dar trabajo a
los mirones que contemplan el espectáculo.

El bote auxiliar
No podríamos finalizar este capítulo sin proporcionar algunos detalles
sobre este verdadero satélite del barco que es el bote auxiliar. Esta em-
barcación que sirve para todo, y que tiene fama de inestable, debe po-
seer todas las cualidades, y además pasar inadvertida cuando no la ne-
cesitamos.
Hemos mencionado esta embarcación a lo largo del presente capítu -
lo, al efectuar maniobras en las que desempeñaba un papel concreto.
Volveremos a hablar de ella a la hora de tratar sobre el remolque. Aquí,
sólo vamos a analizar los momentos en que disfruta de autonomía pro-
pia, es decir, cuando sirve de enlace entre la cubierta del barco y tierra.
l a m a ni obra m as efica z cons iste e n Por lo general este tipo de navegación no está exenta de riesgos. Por
infl a r e l bot e salvavidas pa ra ll eva r e l una parte, el bote auxiliar está casi siempre sobrecargado tanto de per-
fondeo li ger o l o m ás lejos posible. sonas como de material, con el fin cicatero de limitar las idas y venidas.
676 la maniobra

En tierra, el bote auxiliar debe estar amarrado del tal manera que no
pueda rozar contra el muelle. Por esta razón hay que amarrarlo en dia-
gonal, o mejor aun, subi rlo al varadero .
En el fondeadero, lo amarraremos a la popa del barco, de este modo
no molesta a los demás usuarios del puerto (e n caso contra rio. debe-
mos subirlo a bordo y colocarlo en la cubierta de proa).
Maniobra de
Ambiente en el puerto
En la costa hay vientos irregulares. corrientes traicioneras, bajíos, ma-
hombre al agua
reas bajas, fondos de fango blando y barcos por todas partes. Por todo
ello, las maniobras que tenemos que realizar para acercarnos están to-
das marcadas por la incertidumbre. Es muy importante contemplarlas
sin un excesivo dogmatismo. y estar prepa rados para adaptarnos cons- Con . este capítulo, un poco especial, se termina la descripción de las
Con e l re mo. pagaya o, s ingla ndo. manIobras a vela. En realidad, las maniobras necesarias para rescatar a
tantemente a cualquier imprevisto. Esto exige un espíritu alerta, así co-
la propulsió n d e un bote sa lvavidas un hombre del agua constituyen una parte de un problema mucho más
mo un barco que maniobre bien. Sin embargo, esto no quiere decir
requie re un gra n esfu e rzo o •• y cierta amplio, y que parece conveniente t ratar de una sola vez: los medios pa-
que todo sean trampas; también podemos utilizar las debilidades del
coordin ación . ra evitar los accidentes, las maniobras de rescate y los cuidados even-
vien to, y alguna que otra corriente quizás pueda sernas favorable. La
presencia de otros barcos no tiene por qué ser una fu ente de complica- tuales que hay que proporcionar al náufrago. Si hemos decidido colo-
ciones, como hemos podido creer. Precisamente, conviene señalar, pa- car en esta parte del libro este conjunto de temas, es porque nos pare-
ra terminar, la importancia que puede tener en el desarrollo de las ma- ce deseable completar y presentar bajo un aspecto diferente las explica -
niobras un factor especial, imprevisto y por esta misma razón especial- Ciones antenores. En él se expone la dificultad que puede existir al pa-
mente eficaz. sa r de la teoría a la práctica; y sobre todo, pone de manifiesto la necesi-
d~d de un cierto rigor, y de un entrenamiento intensivo para lograr do-
Este factor, es la fraternidad de los puertos. Sin duda, resulta algo
arriesgado contar demasiado con ella, pero no será oportuno despre- minar completamente nuestro barco. Saber llevar un barco está bien;
ciarla. En los muelles vive gente contemplativa, siempre dispuesta a pero ser capaz de "hacer todo lo que queremos" con él, es decir, pa-
echar una mano para afirmar o largar una amarra. En el agua, también rarlo en seco y mantenerlo en un lugar determinado con las velas iza-
nos podemos encontrar gente feliz . Un puerto es ese lugar privi legiado, das mientras nos ocupamos de otra cosa, es igual de importante. Con
apartado - lejos de alta mar, y también de la ciudad-, en donde reina el transcurrir del tiempo, esto nos permite sentirnos completamente a
un ambiente relajado, y donde la acritud mancha incluso más que el al- gusto, y un día puede que nos sirva para salvar una vida .
quitrán, surgiendo muchas veces una especie de complicidad entre sus
habitantes. Todo empieza por una amarra que lanzamos hacia un bar-
co desconocido, en el que la afirman de buena gana para ayudarnos en
EL RIESGO
la maniobra. A esto se le llama crear lazos. Y también es una buena
forma de amarrarse .. De todos los riesgos que corremos al salir a navegar, el más frecuente y
grave de todos es el de caernos al mar. Jonás guardó un espantoso re-
cuerdo de aquello. Y, i menos mal que tuvo la suerte de poder pisar tie-
rra otra vez! En la actualidad, aunque ya quedan pocas ballenas es
conveniente tener las ideas muy claras sobre el asunto: '
• La posibilidad de caer al agua es constante e igual de grande con
buen tiempo que con malo, aunque el riesgo que se desprende de este
hecho no es el mismo.
• Con buen tiempo, el rescate resulta fácil, siempre que hayamos
efectuado un mínimo entrenamiento.
• Con mal tiempo, la s posibilidades de rescatar a un hombre del
agua son muy escasas.

J
678 la maniobra
Manio br a de hombre al agua 679

"estúpido". Junto a las causas más o menos previsibles, golpe de esco-


ra o golpe de mar, está el imprevisto, es deCir, el barco que da un ban-
dazo, como consecuencia de un movimiento incoherente o de una va-
riación brusca de velocidad, de un falso movimiento, de intentar coger
el bichero o el remo, o el pez que se nos escapa, el cubo con el que sa-
camos agua que nos arrastra, etc.
• El accidente también puede ocurrimos en el fondeadero, y ser
igualmente grave; por ejemplo, si estamos fondeados en una corriente.
l a caída de un hombre a l agua es un En resumen, lo repetimos una vez más, la caída de un hombre al
riesgo importante y perma nente ... agua es un riesgo permanente, y es imposible hacer un inventario de to-
dos los casos en que puede producirse. Por esta razón, no hay ningún
• De noche, sea cual sea el tiempo que haga, es imposible encon· remedio milagroso, ni que valga para todos los casos. Siempre existirán
~ trar a un náufrago que no indique su presencia (on una luz. circunstancias en las que nos veremos obligados a tomar una decisión
• Navegando en rumbos portantes, tanto de día como de noche, solos y con gran rapidez; conviene saberlo y estar preparados para ello.
este accidente es mucho más grave, pues el barco se aleja enseguida
del náufrago. El hecho de llevar en ese momento el spi o un génova Una vez dicho esto, no hay que dramatizar, pues siempre se puede
atangonado no simplifica las cosas precisamente. eliminar una parte del riesgo tomando unas mínimas precauciones. En
• La víctima frecuentemente suele ser el patrón, que no suele ama· este capítulo estudiaremos en primer lugar, los diferentes impedimen-
rrarse al barco, y la tripulación no siempre es capaz de realizar correcta- tos que existen para evitar el accidente. A continuación, analizaremos
mente y sin órdenes la maniobra de rescate. la conducta que debemos mantener, por si a pesar de todo, éste se
• El accidente no acecha únicamente a los tripulantes que están en produce. Esta conducta no se limita únicamente a la maniobra del bar-
la cubierta, sino a todos. A bordo del Arche, un barco de Glénans, un co, sino también a las "maniobras médicas" que permitirán salvar a Jo-
tripulante fue sacado literalmente de la cabina en una trasluchada, por nás una vez rescatado.
una coca que se formó en la escota de la mayor, encontrándose repen-
tinamente en el agua. A bordo del Glénan, mientras que otro tripulan-
te apenas sacaba la cabeza del tambucho para tomar una marcación,
una racha tumbó el barco y debido al golpe de escora que se produjo,
el navegante salió lanzado hacia los pasamanos, donde pudo sujetarse
de milagro. También está aquél que de repente se marea y sale precipi-
tadamente, sin chaleco ni arnés ...
• El accidente es inesperado por definición, y con mucha frecuencia

Una parte del riesgo puede e liminarse


llevando pues to e l cha leco sa lvavidas
... y los remedios, por numerosos que
sea n, no son soluciones milagrosas. y el arnés en cuanto las condiciones
empeoran .
Man i obra de hombre al agua 681
680 la maniobra

Pues, realmente éste es el meollo del problema: si estamos amarra-


LOS IMPEDIMENTOS dos, no nos da miedo nada, y si no lo estamos, la cosa es preocupante;
si no podemos flotar, hay que esperar cualquier cosa ..
Desde hace mucho tiempo, la mente ingeniosa de los marinos se ha ve-
nido esforzando en alzar barreras frente al peligro y en encontrar pun- ¿Cuándo tenemos que amarrarnos
to por punto una respuesta a cada uno de los aspectos del mismo. y ponernos el chaleco?
En la actualidad, el abanico es muy completo, y las seguridades se
¿Cómo saber en qué caso y a partir de qué momento el hecho de ama-
suceden en una especie de cadena lógica:
rrarnos se convierte en una saludable precaución? Hemos mencionado
• la cubierta del barco está envuelta en un materi al antid es-
antes cierto número de circunstancias en las que parece preceptivo ir
li zante;
amarrado. Pero, de un modo más general, diremos que ante todo, de-
• si, a pesar de todo, el aspirante a Jonás resbala, la suela de su za-
pende de lo que estime el patrón. Además, la pregunta que éste de-
pato se quedará bloqueada en un (a lzapiés, pudiendo agarrarse con
be tener siempre en la mente es muy simple: "Si en este momento, al-
las manos a una barandilla;
guien se cae al agua, ¿podríamos rescatarlo con facilidad?" Si la res-
• si no puede agarrarse a la barandilla o al calzapiés, balcones y pa-
puesta es afirmativa, estupendo, y si es negativa, debemos ponernos los
samanos le permitirán agarrarse;
chalecos y amarrarnos al barco. Y, si la tripulación no es muy experta, o
• si sale lanzado por encima de los pasamanos, el arnés, unido por
si todavía no conoce bien el barco, la pregunta del patrón debe ir acom-
un cabo a la línea de vida, lo sujetará contra el costado del barco;
pañada de otra más: "Si el que se cae al agua soy yo, serán capaces de
• si, en el colmo de la mala suerte, el cabo se rompe (o, lo que suele
rescatarme estos novatos?" En caso negativo, tiene que amarrarse, in-
ocurrir con mayor frecuencia, ¡si no estaba amarrado!), el chaleco (si lo
cluso aunque el tiempo sea bueno y haya una visibilidad excelente.
lleva puesto) le servirá para flotar;
• le lanzamos una luz f lota nte de encendido automático, de la que la cosa está clara: no es el aumento de la gravedad del ri esgo lo
cuelga la rabi za. ¿Que ésta es demasiado corta? Pues en el extremo que obliga a tomar precauciones adicionales, sino el aumento de
de la rabiza, se encuentra el sa lvavidas, al cual quizás podrá llegar, y la dificultad para recuperar al posible Jonás.
que le servirá para mantenerse a flote mientras espera que vayan a res-
catarlo;
• marcamos el lugar de la caída con una baliza IOR para poder en-
LA FASE DE BÚSQUEDA
contrarlo; Jonás ha salido lanzado por la borda, y a pesar de todo lo que acaba-
• el tripulante debe llevar una linterna estanca, un globo hinchable mos de decir, no estaba amarrado; ahora su vida depende de los refle-
y un silbato; en el chaleco, en la capucha del traje de aguas y en el go- jos y de la destreza de la tripulación.
rro, lleva pegadas unas bandas reflectantes, que le servirán para ha-
cerse notar (es uno de los pocos momentos de la vida en los que la dis-
creción no es en absoluto una señal de mundo);
Las maniobras de la tripulación
• una vez lo hayamos localizado, nos hayamos acercado al mismo, y Al igual que los impedimentos de que dispone el barco, las maniobras
lo tengamos sujeto, nos queda subirlo a bordo; cualquier cosa nos ser- que pueden realizarse son múltiples, y todas ellas tienen el mismo carác-
virá, una escala, el faldón, un aparejo o el bote auxiliar. ter obstinado. No existe una buena maniobra, fuera de la cual no hay
• en cuanto esté a bordo, quizás se encuentre en un estado lamenta- salvación posible, sino toda una serie de posibilidades. Si la primera ma-
ble; por medio de las "maniobras" de calentamiento o de reanimación niobra falla, inmediatamente iniciaremos una segunda, que además de-
podremos ponerlo en pie. En un pie que, esperemos, no vuelva a resbalar. beríamos preparar mientras efectuamos la primera; si es necesario, vol-
El material mencionado en el transcurso de este relato ha sido des- vemos a empezar otra vez. Y realmente no hay ninguna norma general,
crito con todo detalle en el capítulo titulado Material de armamento; los modos de actuar, que hemos propuesto aquí, han demostrado ser
en este apartado vamos a concretar la manera de utilizarlo. Pero, antes eficaces, pero la búsqueda en este campo nunca se da por terminada.
conviene señalar que en esta enumeración, hay dos fa llos, dos parénte- Todo puede variar, según las circunstancias, la tripulación y el barco.
sis, que contemplan, uno de ellos la posibilidad de que el tripulante no En todo caso, debe haber una línea de conducta que todos conozca-
El chaleco-arnes y s u complem e nto, esté amarrado al barco, y el otro, que no lleve puesto el chaleco. Entre mos y que haya sido objeto de un entrenamiento minucioso; que todo
la linea de vida, se utilizan a bordo 105 eslabones de esta cadena lógica, éstos son de aquéllos que podría- esté previsto en la medida de lo previsible, incluyendo la sustitución del
patrón si es él el que cae al agua.
de los ba rcos de Glé na ns. mos denominar psicológicos.

J
682 La maniobra Maniobra de hombre al agua 683

Los primeros segundos


Los primeros segundos son crucia les. Es necesario. hacer lo siguiente
enseguida y, si es posible. al mismo tiempo:
Hay que parar el barco
1.° gritar" i Hombre a 1agua! " para alertar a toda la tripulación;
a cualquier precio
2.° intentar restablecer el vínculo con Jonás lanzándole la luz flo-
tante, que lleva colgando la rabiza;
3.' seña lizar el luga r de la caída con la baliza IOR;
4.° parar el barco, con objeto de quedarnos lo más cerca posible
del hombre al agua.
Las tres primeras acciones son fáciles de realizar, pero deben llegar a Con t iempo manejable incluso con spi , Jonás puede
convertirse en auténticos reflejos. Sin embargo, el barco no siempre lo agarrar la luz fl otante a ntes de qu e so lte mos toda
tiene igual de fácil. la rabiza. La única maniobra que hay que rea liza r
Vamos a contemplar tres casos diferentes. co n las velas es soltar la braza.
• El barco navega con velas normales. Sea cual sea el rumbo que si-
ga. el timonel se pondrá a la capa vi rando inmediatamente sin tocar las
escotas. El barco se para: después podrá reflexionar.
• El barco navega con trapo "no maniobrante ", es decir, con el spi o el
génova atangonado. Hay que conseguir el mismo resultado. El timonel or-
zará largando completamente la braza del spi (en este momento compro-
Con una lu z flot a nte bien in stalada y bamos lo importante que es no hacer ninguna lasca en el chicote de las
fáci l de la nzar, podemos compensar brazas; y si es necesario, largará todo, braza, escota y driza, desprendién-
enseguida la distancia reco rrida dose del spi). Si lleva el génova atangonado, también puede orzar hasta
dura nte e l tiempo de reacció n. que se quede acuartelado. Evidentemente, es necesario haberlo practicado Si no hay s uficie nte gente pa ra arriar e l
antes, para saber cómo se va a comportar el barco en ese momento. s pi, basta co n largar la driza y la escota
• Estamos realizando maniobras con las velas (tomando un ri zo, para quedarnos libres. En este momento
cambiando el foque, izando o arriando el spi, virando por redondo; e l s pi no tiene ningún valor.
suele ser durante una de estas maniobras cuando Jonás cae al agua).
Hay gente en la cubierta, por lo que resultará fácil actuar con rapidez, y
las circunstancias nos dictarán la decisión que debamos tomar.
En muchos casos, una vez parado el barco, Jonás puede agarrar la luz
flotante nadando si es necesario l Oó 20 metros. Introduce la mano por
la gaza de la rabiza, o mejor aún engancha en ella su mosquetón, y en
cubierta damos una vuelta doble de rezón a la rabiza para asegurarla al
balcón; sea cual sea el desorden que reine a bordo con el spi, o el géno-
va, se ha restablecido un sólido lazo de unión yeso es lo que importa.
En más del 50% de los casos es posible restablecer el lazo de unión Sea cual sea e l desorden que haya e n
con Jonás durante los primeros segundos, siempre que la tripulación e l barco, este avanza lentam e nt e, por
haya tenido cierto entrenamiento. lo que resulta fácil traer a J onas junto
Con una rabiza bastante larga, el barco En caso contrario, habrá que tomar decisiones posteriores, según a la borda, incluso tirando de una
se habrá parado antes de largarla toda podamos o no parar el barco. ra biza de 5 milímetros de diámetro.
y Jonás tendrá tiempo de nadar hasta
llegar a la luz flotante. Una tripulación Si podemos parar el barco Muy importante: la caña deb e es tar
bien entrenada con un ba rco bien Podemos pararnos, antes de que toda la rabiza se encuentre en el siempre completamente a sotavento
equipado res tablecerá e l lazo de unión agua, pero la luz se ha lanzado demasiado tarde y está muy lejos de Jo- y permanecer en esa posición.
co n é l en unas decenas de segundos. nás para que pueda cogerla.
684 la maniobra Maniobra de hombre al agua 685

señalizar el lugar de la caída y también puede representar un lugar de


encuentro con Jonás. Pero debemos tener cuidado, pues dejarla no es
Navegación de emergencia tan sencillo; al ponernos a la capa virando por avante, ésta quedará a
El cuaderno de bitácora sotaven to y el barco ~I abatir la arrastrará. Por lo general, hay que lar-
Se trata de hacer u n cuadern o de bitácora muy exacto e n garla a sotavento desde la proa. Algún tripulante deberá anotar la
muy poco tiempo. Anotamos en una esqu ina de la ca rta , se- marcación de Jonás con relación a la boya, lo que será de inesti-
gú n podamos y co n la mayo r precisión : la hora de la caída y mable valor para buscarlo.
la hora exacta de cada ca mbio de rumbo (a interva los de 10
seg undos), el rumbo de ag uja y la ve locidad. Debemos seg uir Si no podemos parar el barco
haciendo estas anotaciones hasta que encon tremos a Jonás. Hay que rendirse a la evidencia: no podremos pararnos antes de que
toda la rabiza esté en el agua, el barco se alejará de Jonás y, probable-
La navegación propiamente dicha
mente, la tripulación lo perderá de vista, sobre todo si no hay ninguna
A part ir de una posición cua lquiera, en principio en el ce ntro
de la carta, trasladamos todos los datos r eco gidos en el baliza o si ésta no funciona. La situación es preocupante, pudiendo lle-
rumbo de aguja, co mo si fueran rum bos ve rda deros, así co- gar a ser desesperada si a partir de este momento no llevamos a cabo
mo la distancia recorrida seg ún una esca la sencilla, es decir, las acciones adecuadas en el orden correcto.
un ce ntímetro por nudo y por minuto. Esto nos permitirá dar 1.° Bali za r a Jonás sin demora alguna, si todavía no lo hemos he-
un rumbo al timon el, cuando el barco pueda vo lve r a ma- cho. Con este fin, largamos la boya situada al final de la rabiza y anota-
ni o brar, para pre ve r el momento exacto en que debemos mos la posición de Jonás con relación a la baliza, iniciando inmediata-
enco ntrar a Jonás. mente una navegació n de emergencia (ver cuadro de la página ante-
rior).
Navegación electrónica. 2.° Realizar una maniobra t ravés-través. En cuanto sea posible,
Si d isponemos de un navegado r electrónico con la función
tenemos que orzar hasta el viento de través, aproximadamente; prime-
de " hombre al agua", podremos encontrar a Jonás siempre
que la haya mos puesto en m archa a tiempo. Pero ¡ate nció n ! ro, para poder ordenar el barco en este rumbo privilegiado, y después Arriba, la luz de encendido a utomatico
esto no nos dispensa de efectuar la navegación de urgencia, para colocarnos de manera que podamos volver hacia Jonás navegan- que se e nciende nada más caer al agua,
pu es sería una tontería perd er a Jonás por una avería del do en este mismo rumbo. s iempre que las pit as sea n nuevas y
navegado r, cosa que puede suceder. 3.° Dar la alerta en cuanto esté en marcha la navegación de emer- est én en bue nas condiciones.
gencia y el barco navegue con viento de través. Todos los medios dis-
La situación sigue siendo buena, pues disponemos de cierto tiempo ponibles son buenos: bengalas, si hay barcos a la vista, llamadas por el Abajo, el conjunto luz fl ota nte-ra biza-
para llamar a la gente a cubierta y volver a poner el barco en marcha. guindola, tal co mo lo ins t ala mos a
Mientras tanto: bordo de nuestros barcos .
• hay una cosa muy importante que debemos hacer y es no perder
de vista a Jonás. Si la baliza está en el agua no existe peligro inmediato.
El aparato de VHF
Pero en caso contrario, una persona se encargará de localizarlo anun- y el hombre al agua
ciándolo alto y claro. os barcos equipa dos co n radiotel efonía (VHF o BLU) pue-
• también debemos tomar una decisión urgentemente: ¿qué hace-
mos con la rabiza? ¿La dejamos en el sitio donde ha caído o la recupe-
L den em itir m ensajes de emergencia para pe dir ayuda. La
sit uación de hombre al ag ua está incluid a e n el procedi -
ramos? miento de los mensajes de emergencia y, d ebe anu nci arse
Debemos recuperarla si el tiempo es bueno, pues enseguida podre- después de cada emisió n por el ca nal 16 (VHF) o en la fre-
mos dar camino al barco y además es de día. Más tarde nos resultará cuenc ia 2182 kh z, del modo sigui ente:
de gran valor a la hora de establecer el lazo de unión con él. • Antes del mensaje repetir tres veces la palabra " PAN
PAN" seg uida del nombre del barco.
También la podemos recoger si la baliza IOR está en el agua, bien vi-
• Indicar vuestra situació n, la ho ra en que el hombre ha
sible y cerca de Jonás.
ca íd o al ag ua, el tipo de socorro que solicitáis, v uestras in-
La dejaremos donde está si disponemos de otra rabiza, si es de no- te nciones inmed iatas y todos los datos que pue dan facilitar
Guindola con " faldón lastrado " que le che y si la luz de la baliza no funciona, si las condiciones son difíciles, y el rescate.
sirve de a ncla flot a nte. si la puesta en marcha del barco va a ser larga. En ese caso servirá para
686 la maniobra Maniobra de hombre al agua 687

cana l 16 VHF o en la frecuencia 2 182 khz BLU*. La situación está ab-


" Banda lateral Única . (N. de la T). solutamente justificada (ver cuadro de la página anterior).

Cómo encontrar a Jonás


En cuanto nos sea posible, hay que volver hacia Jonás sin perderlo
de vista, si todavía se le distingue. a él o a la baliza; en caso contrario,
hay que hacerlo según los datos de la navegación de emergencia. Nun~
ca insistiremos bastante en la importancia que tiene sena lar el lugar de
la caída. Debemos saber que es el hecho de no localizar a Jonás lo que
hace que el asunto sea fatal, pues aunque muchos náufragos se ha~
brán ahogado enseguida, otros seguramente habrán visto pasar el bar~

La maniobra de hombre al
agua y la electrónica El Lifesling, inve ntado por los ingleses,
lgunos apa ratos de navegac ión electrónica, como mu- es un s istema muy parecido a la rabiza
A chos GPS dispon en d e una fun ción "hombre al agua" o
MOB (Man Over Board) . Ésta sirve para hallar con gran pre-
que uti lizamos en nuestros barcos.

cis ión una situación geográfica determinada; del orden de ca una y otra vez siempre demasiado lejos. La distancia a la cual es po-
50 a 100 metros se gun la ca lidad de la seña l GPS. Esto su- sible distinguir a un hombre sin chaleco no sobrepasa los 100 metros, y
poniendo que el navegante haya pulsado el botón MOB en para tener la seguridad de encontrarlo, hay que pasar a menos de 50
el momento de la caída. metros de él. La precisión de la navegación de emergencia y el baliza-
A partir de ese momento, el aparato proporciona de for- miento estable lanzado en el momento de la caída, es decir, hallar el
ma permanente el ru mbo a seg uir, y la distancia que queda balizamiento, es el único medio de tener la seguridad de estar buscan-
po r recorrer para llega r hasta el lugar de la caída. Si el apa - do a Jonás en el lugar adecuado.
rato funciona y si hemos pue sto en m archa el sistema opor-
Si no encon tramos a Jonás inmediatamente, hay que organizar un
tunamente, hay que reco nocer que es un método especial-
rastreo.
mente eficaz.
Sin embargo, aconsej amos no abando nar los procedi -
mientos de la navegació n de emergencia para poder enfren- Cómo rastrear
tarnos a cualquier eventua lid ad, en particular a una falta de Rastrear una zona consiste en recorrerla de modo sistemático, pasando
energía. como mínimo a menos de 50 metros de cada uno de sus puntos. Para
efectuar un rastreo, recomendamos el siguiente procedimiento: dar
bordadas de unos cien metros aproximadamente, es decir, durante 1
minuto con un barco mediano -incluyendo las viradas-, entre dos pun-
tos situados aproximadamente a 200 metros a sotavento y barlovento
del lugar estimado de la caída. A continuación, ampliar la zona de ras-
treo 200 metros más a sotavento y a barlovento, dando bordadas de
200 a 300 metros, es decir, durante dos minutos incluyendo las vira-

Es posibl e aumentar un poco la distancia a la cual


podemos ver a un náu frago, sobre tod o si lleva cha leco o
ropa muy visible, si un vig ía se sube a la cruc eta, j pero un
GPS con la función M an Over Board. vigía que no se m aree!
688 la maniobra Maniobra de hombre al agua 689

das. Hay que hacer los bordos cada vez un poco más lejos del viento cuando miren hacia donde se encuentra (pero no 105 dos, para mante-
para estar seguros de pasar a menos de 50 metros de todos 105 puntos ner la nariz fuera del agua).
de la zona, y seguir así hasta encontrar a Jonás. Para tener la seguri~ En definitiva, debe prepararse mentalmente para ver pasar el barco a
dad de realizar un buen rastreo, podemos balizar algunos puntos toda velocidad.
característicos de la zona con objetos que floten (defensas princi- Durante este tiempo de espera, dos peligros acechan a Jonás: el en-
palmente) provistos de anclas flotantes (cubos, adujas de cabos, o ropa friamiento y el ahogamiento.
con algo de lastre, etc).
Pero ¿estamos realmente en el lugar adecuado) Ésta es la pregunta
decisiva que todos nos hacemos. sobre todo si el balizamiento que se Tiempos de supervivencia
hizo en el momento de la caída no es suficiente. Mientras se lleva a ca- según la temperatura
bo el rastreo, un tripulante deberá repasar toda la navegación de ur- del agua
gencia para intentar hallar los posibles errores.
Tiempo Tie mpo de
Hay que continuar la búsqueda mientras exista la esperanza de en- Temperatura de supervivencia supervivencia
del agua desnudos con ropa
contrar a Jonás con vida. Si éste lleva puesto el cha leco, en nuestras
latitudes del At lántico hay que seguir buscándole por lo menos 33 oC (poco común)
de ocho a diez horas. 25 oC '"
más de 10 h
'"
más de 20 h
20 oC lh30a2h 6ha8h
Y, a todo esto, ¿qué hace Jonás? 15 oC 1h 3ha5h
No permanece inactivo y, en cuanto cae al agua, pone en práctica todo 10 oC 45 min lhalh30
lo que puede contribuir a su propio salvamento. 5 oC 15a30min 30 min a 1 h
En primer lugar intenta agarrar la rabiza, si la tiene al alcance de la 0° 3 a 5 min 10 a 20 min
mano, pero sin agotarse nadando mucho, pues tiene que prepararse
para resistir. Es evidente que si no lleva puesto el chaleco deberá hacer
Estos resultados varían según la morfología de las personas Cartas de temperatu ras medias de
un gran esfuerzo, pues al final de la rabiza hay un salvavidas que nece- (gruesas o delgadas), el tipo de ropa que lleven y la actividad mus-
superfici e fcurvas isotérmicas) para los
sita urgentemente. cular desarrollada para asegurar su permanencia en la superficie.
En cuanto haya agarrado la rabiza o se de cuenta de que no podrá A 33 oC, el tiempo de supervivencia es teóricamente ilimitado, meses de febrero fa la izq ui erda) V
pues no se produce enfriamiento. agosto fa la derecha).
cogerla, debe mejorar su flotabilidad, si es necesario inflando el chaleco
o introduciéndose en la guindola. Asimismo, deberá comprobar y ajus-
tar el arnés.
Después intentará reducir la pérdida calórica abrochándose la ropa
(debe mantener puestas las botas), limitando al máximo sus movimien-
tos y adoptando la posición HELP (ver dibujo página 692).
Intentará que le puedan localizar poniéndose en la cabeza el capu-
chón rojo o amarillo de su traje de aguas, inflando el globo, encendien-
do la linterna, si es de noche, y silbando cada vez que crea que le van a ,,0
poder oír desde la cubierta del barco, y también levanta ndo un brazo

,,0

,,0
Para evita r ser remolcado bajo el agua,
debe m antener la ma no por encima de
la ca bez.a. Agosto
690 La maniobra Maniobra de hombre al agua 691

Luchar contra el enfriamiento • Aumento de la fabricación de calorías.


Son los escalofríos intensos, contracciones musculares involunta-
El enfriamiento o hipotermia es la causa principal de mortalidad des- rias que liberan calor para compensar la disminución de temperatura
pués de la caída al agua. Cuanto más aumenta el tiempo de perma- interna. Aparecen cuando la temperatura interna es de 35-34 oc. Es
nencia en el agua, o cuanto más baja está su temperatura. mayor es el una de las últimas reacciones de defensa del organismo que agota sus
riesgo de hipotermia. En 1979, durante la regata de Fastnet, muchas reservas energéticas (el metabolismo basal se multiplica por 4 Ó 5).
de las víctimas no se ahogaron gracias a los chalecos salvavidas, aun - • las secreciones hormonales.
que el enfriamiento que sufrieron como consecuencia de una perma- El aumento de algunas secreciones, como la adrenalina, acentúa los
nencia prolongada en el agua es lo que originó su fallecimiento. procesos químicos que liberan una gran cantidad de calorías.
Escalofríos intensos y secreciones hormonales son reacciones instinti-
Las causas del enfriamiento vas del organismo. También podemos ca lentar nuestro organismo por
Para vivi r, el organismo debe mantener constantemente una tempera- medio de actos voluntarios. Nada mejor que movernos cuando tene-
tura de 37 oC aproximadamente. Algunos órganos vitales, como el ce- mos frío. Desgraciadamente, en el agua y en el caso de un náufrago
2 rebro, el corazón o los riñones, son muy sensibles a las variaciones de este ca lentamiento momentáneo tiene efectos contrarios. El músculo es
temperatura y resisten con dificultad valores inferiores a 35'S oC o su- un motor térmico que "calienta" al funcionar. De este modo fabrica
periores a 41°C. La madre naturaleza, que lo ha previsto todo, ha ro- calorías que se reparten por todo el cuerpo gracias a la circulación san-
deado estos órganos con una envoltura protectora formada por piel y guínea. Pero, si en el aire estos movimientos llevan consigo un calenta-
músculos. la sangre lleva las calorías a los órganos vi tales envolviéndo- miento momentáneo, en el agua, por el contrario, tienen consecuen-
los, ya sea para enfriarlos o para mantenerlos calientes. cias nefastas sobre la temperatura interna.

Factores que favorecen el enfriamiento Lo que debe hacer Jonás para luchar
1. Zona periférica. la envoltura protectora es el interfaz donde se produce el intercambio contra el enfriamiento
2. Zona intermedia . • Moverse lo menos posible:
con el exterior. la importancia del enfriamiento a nivel de la envoltura
3. Centros vita les. depende de numerosos parámetros y, en particular, del medio ambien- Tal como hemos dicho, si la actividad muscular libera calorías, tam-
te (del aire o del agua). En el agua, med io muy conductor, a tempe- bién provoca un aumento del volumen sanguíneo periférico por dilata-
ratu ra idéntica, la pérd ida calórica es de 25 a 30 veces m ayor que
en el aire seco.

¿Cómo combate el enfriamiento Los trajes


el organismo de Jonás? de supervivencia
Diversos fenómenos reflejos permiten .al cuerpo humano defenderse
contra el frío y retrasar el momento fatídico.
• limitación del intercambio térmico entre la envoltura y el medio
L OS trajes de superv ive ncia, como el mo-
delo TPS (Thermique Protecti on Surv ie)
fabri ca dos por Cott en, permiten prolongar
ambiente. el ti empo de supervive ncia en el agua.
El calor no debe salir y el frío no debe entrar. Es una modalidad del traje de inmersió n
(modelo autorizado por la M arin a M erca n-
De este modo los vasos sanguíneos de la superficie se contraen y el
te), y, gracias al revestimi ento de Ch loropre-
caudal sanguíneo a nivel de la envoltura pasa de 3,5 litros a 0,2 litros
no de 3 mm consigue una flotabilidad (11
por minuto. la piel se pone blanca y fría: es la vasoconstricción. Este kilos) y una protección isotérmi ca efi caces.
fenómeno protector, reflejo, originado por el frío, altera la resistencia Su principal ventaja es que es relativa-
de la piel, que irrigada deficientemente, es mucho más sensible al desa- m ente fácil de pon er y que proporciona al
rrollo rápido de grietas, sabañones y congelaciones. usuario una gran libertad y autonomía de
Este tra je de supervivencia TPS, frecuentemente utiliza do
Si la duración de la exposición al fria continúa, la sangre limita su movimientos. De est e modo puede lleva r-
por los regatistas solitarios, permite cierta comodidad al
enfriamiento refluyendo poco a poco hacia los órga nos vitales. Esta se puesto en cuanto las condiciones de n a-
vegación se vue lvan difíciles. us uario y puede considerarse como equipo para ll evar con
"retirada" sanguínea progresiva permite prolongar al máximo el correc-
mal tiempo ..
to funcionamiento de los órganos vitales.
692 La maniobra Maniobra de hombre al agua 693

ción de las pequeñas arterias superficiales. De este modo, una gran las botas! Vaciadas y vueltas del revés, mantienen aire, y constituyen un
cantidad de calorías aflora a la superficie de la piel. elemento de flotabilidad nada desdeñable.
En contacto con el agua fría, estas calorías se disipan rápidamente. Si los náufragos son varios, la posición más eficaz es la posición
La agitación del agua originada por los movimientos acentúa todavía HUDDLES.
más esta pérdida, impidiendo la formación de una ca pa límite algo Los náufragos se colocan unos frente a otros sujetándose por medio
más cálida, alrededor del cuerpo. de los brazos alrededor del cuello o de los hombros.
De este modo hemos podido comprobar que con un mínimo de mo- • Protegerse la cara:
vimiento, el tiempo de supelVivencia puede aumentar de un 35 a un Si es posible, debe colocar la cabeza mirando hacia sotavento, con el
50%. fin de limitar la pérdida calórica (de este modo la cara estará menos ex-
Es fácil que Jonás pueda mantenerse inmóvil pues lleva un chaleco puesta al viento y a las olas) y facilitar la respiración. Con viento fuerte,
salvavidas o bien está enganchado a una boya o pecio. los rociones que saltan de la superficie del agua se mezclan con el aire
y forman una capa límite muy pobre en oxígeno. Al ponerse de espal-
• Llevar puesta la ropa: das al viento, con la cabeza cubierta con una capucha, se protegerá la
Es absolutamente necesario que mantenga puesta la ropa, pues nariz y la boca y podrá respirar mejor.
aumenta el grosor y, por consiguiente, la eficacia de la capa límite.
Debe mantener las prendas bien abrochadas especialmente en el • Nadar a braza o de espaldas:
cuello y las mangas. Debe ponerse la capucha sobre la cabeza. Si tiene que nadar para acercarse a una balsa salvavidas, o pecio, de-
• Proteger las zonas susceptibles de pérdida calórica: berá elegir estilos de natación que le permitan mantener la cabeza fue-
Estas zonas son principalmente: la cabeza, el cuello, las axilas, la zo- ra del agua, como la braza o nadar de espaldas.
na anal.
La cabeza y el cuello deben protegerse prioritariamente, pues contie-
nen el sistema nervioso central. El gobierno de las funciones vegetati- LAS MANIOBRAS DE RESCATE
vas fundamentales, como la respiración o las contracciones cardíacas
está situado en la parte superior de la nuca, en una zona muy superfi- Una vez que hayamos encontrado a Jonás, hay que restablecer el lazo
cial, es decir, muy expuesta. Una disminución de temperatura, aunque
de unión con él con una maniobra fácil, rápida y precisa. Con el viento
sea mínima, en la zona del cuello, puede originar una rápida alteración de través, podemos navegar deprisa y, si llevamos velocidad podemos
del funcionamiento del gobierno de estas funciones cuyas consecuen- ser exactos. Al pasar cerca de Jonás (de 3 a 5 metros), le lanzamos la
cias podemos adivinar. Durante la regata Vendée Globe Challenge, en luz flotante (a una distancia de 2 a 3 metros delante de él, para no dar-
1992, Nigel Burgess fue encontrado muerto doce horas después de ha- le un golpe) y después nos separamos dos o tres esloras antes de po-
ber caído al mar. Sin embargo, llevaba puesto un traje de inmersión nernos a la capa, virando sin pasar las velas.
que habría debido asegurarle un período de supervivencia más largo.
Desgraciadamente no se había puesto la capucha, y no se había prote-
gido el cuello ni la cabeza, lo cual contribuyó a acelerar el enfriamiento Restablecer el lazo de unión
de la nuca y de la zona de gobierno de las funciones vegetativas, lo ¿Debemos pasar a barlovento o a sotavento? Esto no tiene importan-
que provocó una rápida alteración de las funciones vitales. cia, siempre que sea cerca. Sin embargo es más fácil lanzar la luz a so-
La exposición de la cabeza y de la nuca a un frío intenso también tavento que a barlovento ..
puede ser la causa de una hemorragia cerebral masiva. Si f allam os, hay que volver a empezar sigu iendo el mismo p ro-
ced im iento, pero t eniendo el va lor de adopta r un ma rgen más
La posición HELP (Heat Escape Lessening Posture), parecida a la posi- ampl io. Para hacerlo con rap idez, tenemos que tomarnos el t iem-
ción fetal, protege al máximo las zonas de gran pérdida calórica: se do- po suficiente, para superar la em oción y la ansiedad que inevita-
blan los muslos y se colocan junto al vientre cruzando los brazos delan- blemente lleva cons igo una situación de este t ipo.
te del pecho. Si hemos dejado la rabiza en el lugar de la caída y, por suerte, Jonás
Pos ición HElP (Heat Escape Lessening Esta posición es muy eficaz, aunque desgraciadamente sólo es posi- ha podido agarrarla, podemos pescarla con el bichero por la proa me-
Posture), pos ición en la cual se produce ble adoptarla cuando se lleva un flotador o un chaleco salvavidas. tiéndola unos 20 centímetros bajo del agua, y para cuando lo tenga-
una m ínima pérdida ca lórica. i Para lograr mantenerse en la superficie, algunos náufragos utilizan mos sujeto, el barco' estará ya parado.
694 La maniobra Maniobra de hombre al agua 695

sarios con el tiempo que haga en ese momento; que todo el trapo esté
arriado y ordenado; y que todos los cabos que puedan caer por la bor-
da, estén bien afirmados en cubierta.
No conviene real iza r man iob ras m ixta s a motor y a ve la, para
evitar el peligro de q u e un ca bo p ueda enreda rse en la hélice.
Si se dan todas estas condiciones, la maniobra a motor tiene todas
las probabilidades de ser más fácil que la maniobra a vela, aunque haya
Maniobra de rescat e: navegando de ciertos obstáculos: como la rabiza y los cabos necesarios para subir a
través, pasamos cerca de Jonás y le bordo a Jonás y, sobre todo, el propio Jonás, a quien no podemos co -
Co n mal t iempo, algunos barcos no
lanzamos la luz flotante (1), segu imos rrer el riesgo de hacer daño ..
tienen suficiente potencia para virar a
dos o tres esloras soltando la rabiza (2) Si el tiempo es muy malo, puede suceder que el velero no pueda vi-
motor con viento de proa . En ese caso
y vir amos sin ca mbiar el foque (3 ). de rar por avante a motor. Por lo tanto deberá hacerlo con el viento de
puede hacerse dando marcha atraso
este modo nos coloca remos a la capa a popa y, para no perder barlovento, hay que dar un poco de motor mar-
barlovento de J onás. cha atrás hasta que el barco esté con el viento de popa; después orzar
lo más rápidamente posible con todo el motor avante, empujando la
caña a fondo para orzar.
Si no tenemos la rabiza a bordo, habremos preparado una amarra
de 20 ó 30 metros de largo, con una gaza y un flotador pequeño para
lanzárselo a Jonás.
Modo de subir a Jonás a bordo
Si la búsqueda ha sido larga o Jonás parece agotado, y sobretodo si En ese momento, ¿cómo estará Jonás? Él mismo lo cuenta en la Biblia:
no lleva chaleco, y quizás tampoco arnés, probablemente será mejor ir "Las aguas me llegaban hasta la garganta, el abismo se cernía ante mí,
a buscarlo. Para ello se lanzará al agua un tripulante bien abrigado, que y el alga se enredó en mi cabeza; descendí a una reg ión que echó sus
intentará coger a Jonás con los brazos, para sujetarlo y amarrarlo. En cerrojos sobre mí para siempre". Dicho de otro modo, está muy trastor-
cuanto lo haya efectuado. se pone doble la amarra, pues no es el mo- nado y no es en absoluto el momento de bromear, pues por lo general
men to de correr el riesgo de volver a perder al náufrago. Las amarras nos queda por hacer lo más difícil.
deben ser ligeras y resistentes; para evitar los tirones es mejor sujetarlas También puede suceder que todavía se encuentre en plena forma y
con la mano, y para que sean seguras, se afirman a una cornamusa sin que, ayudado por unos cuantos Hércules, logremos subirlo a bordo en
tensarlas. un abrir y cerrar de ojos. Pero esto no suele ser lo normal. En realidad,
incluso con buen tiempo al caerse por la borda, lo ha hecho también
Y, a todo esto, ¿qué pasa con el motor? por el otro mundo, y por lo general estará bloqueado por el miedo,
presa del pánico que incluso el hombre más equilibrado será incapaz
La descripción que hemos realizado, se ha limitado de momento a una
de dominar. En este caso, no existe entrenamiento previo posible que
maniobra a vela; pero ésta no es la única solución, pues el motor puede
logre recrear el ambiente de lucha que se ve obligado a librar; el hom-
resultar también un ayudante de inest imable valor. En este caso, el
bre hace todo lo posible para que no podamos subirlo con facilidad;
estilo importa poco, y sólo cuenta el resu ltado, debiendo recordar bien
se agarra desesperadamente a la rega la y hay que golpearle violenta-
que igual que tenemos que saber maniobrar a vela por si falla el motor,
men te en los dedos para lograr que la suelte; otras veces, deja de ha-
hay que saber maniobrar a motor por si falláramos la maniobra a vela.
cer fuerza de repente y bajaría en vertical si no estuviera fuertemente
Al navegar en un velero, existen todas las posibilidades de que las
sujeto.
velas estén izadas en el momento en que Jonás cae al agua; por lo tan-
A esto hay que añadir la cuestión del peso; de 75 kg habrá pasado a
to, la maniobra suele comenzar a vela, y solamente cuando ya lo he-
110 ó 120 y, con los tirones y la inercia, incluso puede llegar a sobrepa-
mos localizado o cuando se ha restablecido el lazo de unión con Jonás,
sar los 200 kg.
o cuando hayamos iniciado la navegación de emergencia, y el barco es-
Si, además, no lleva arnés será casi imposible sujetarlo, y será muy
té parado y en orden, podremos contemplar la posibilidad de seguir a
difícil subirlo a bordo con mar gruesa. Igual que ocurría al restablecer el
motor.
lazo de unión, es necesario conocer las posibles soluciones, disponer
Para poder recurri r al motor, es necesario que éste tenga la potencia
del material adecuado y haber practicado antes.
suficiente para que el barco pueda realizar todos los movimientos nece-
696 La maniobra Maniobra de hombre al agua 697

Una vez pa rado e l barco,


podemos s ubir a Jo nás
tira ndo de la ra biza.

S i no tene mos ra b iza, pode mos


intenta r a prox ima rnos a l través, Pa ra iza r a J onás, hay q ue
largando las velas para pa ra rn os a la aprovecha r la escora del
alt ura de J onás, a ba rlovento. En ba rco, para qu e e l
cua nto lo te ngamos s ujeto. un francobordo sea menor.
t ripulante caza rá el foq ue a la contra,
mientras e l t imone l coloca la caña a
sotavento. E l aparejo
ara izar a Jonás, por lo general es necesa rio monta r un aparejo.
Llevar a Jonás al lugar adecuado
P Un buen aparejo debe medir por lo menos 2 metros y medio una
vez desplegado, más la alt ura del francobordo; debe tene r cuatro
Una vez restablecido el lazo de unión, hay que llevar a Jonás al lugar guarn es, y llevar una polea superior con mordaza, y una lasca a una
adecuado desde donde sea más fácil izarlo a bordo. En 105 monocas- d istancia de un poco más de 2 metros del chicote de la tira. También
cos, suele ser a sotavento a popa del palo, donde el fra ncobordo es puede servirnos pa ra otros usos, incl uso de trapa de la botavara.
más pequeño e incluso puede reducirse más escorando el barco; ahí Jo- Desplegamos el aparejo después de haberl o montado sobre una
nás estara resguardado de la mar y, debido al abatimiento, se quedara driza, sujetando el motón superior cerca del pa lo para evitar que la
aconchado al casco; existen dos inconvenientes: uno es que suele ser ro ldana se sa lga del carri l, y soltando después la ti ra de la mordaza.
dificil llevarlo hasta alli, pues el naufrago a veces esta tan pegado al Una vez desplegado, podremos cogerla fác il mente, al estar la las-
ca co locada en el sitio oportuno. Basta con tirar para izar a Jonás.
casco que incluso puede pasar por debajo.
Si el barco tiene faldón, podemos subirlo por esa parte. Aunque si el No hay que izarlo nunca d irectamente con una d ri za, aunque ten-
barco cabecea demasiado la subida puede ser peligrosa, sobretodo si el gamos güinche, p ues la ro ldana podría salirse del carr il.
faldón no tiene pasamanos. Una vez dicho esto, en los barcos moder- Para que un aparejo pueda utilizarse inmediatamen te, es necesa rio:
nos en los que los faldones son autén ticas escaleras con escala de baño • que esté bien montado, con una lasca bien azocada a una d is-
plegable, es por la popa por donde resulta mas facil subir a un hombre tancia del ch icote de la tira igual a la longitud del aparejo;
del agua. En 105 multicascos, teniendo en cuenta lo estrecho de los cas- • que esté bien colocado, es decir, bien alargado del todo con los
cos, hay que subir a Jonás por donde resulte más cómodo, siendo esto gua mes apretados con hilos cada 20 centímetros, o completamente
plegado, con las dos poleas una f rente a la otra y la aduja ordenada
mas importante que la altura del franco bordo.
por sepa rado.
Desgraciadamente hay muchas posibilidades de que Jonás se en-
Franco- cuentre a barlovento de la popa, para evita rl o, nos ponemos a la ca-
b O rd O pa virando a u na d istancia de dos o t res esloras, después de lan- Apa rejo de la maniobra de
hom bre al ag ua:
zar le la ra b iza, igua l que h icimos a la hora de rest ablecer el lazo
E l franco-bo rdo es la altu -
ra ent re la línea de fl ota-
c ión y la c u bierta , medida
de un ión co n él. Si, en ese momento, tiramos de Jonás desde la cu-
bierta de proa, éste se colocará de forma natural en el lugar adecuado.
2,50 metros de largo, cinco guarnes
como mínimo (¡ un hombre e n e l agua

en prin cip io en el centro de pesa más de 200 kilos!), y un


Si esta a barlovento de la popa, podemos tirar de él haciéndole dar la
la eslora del ba rco. Norma l- mosquetón e n cada polea . Un aparejo
vuelta por la popa si es capaz de soltarse el sólo o si hay alguien en el
me nte sue le se r mayor en de este t ipo, tambien podremos
agua que pueda ayudarle; también podemos virar y en ese caso tene-
los extremos del barco. ut iliza rl o para ot ras tareas a bordo
mos que amollar la rabiza durante la maniobra, pero sin soltarla; todo
de l barco.
esto resulta mucho más fácil a motor que a vela.

1
Maniob r a de homb r e al agua 699
698 La m a n iob r a

tes habremos largado o cortado el pasamanos inferior; no hay que izar Bote salvavidas, balsa ...
al náufrago, sino engancharlo por dentro y hacerlo rodar por la cubier- todas las soluciones
Para que lo pract i qué i s ta como si fuera una bolsa. son buenas para subir a
Si el francobordo es demasiado al to para poder subirlo así, quizás bordo a Jonás .
Maniobra de hombre al agua: podamos sacarlo del agua agarrándolo por debajo de los brazos, siem -
El objetivo de estos ejercicios es intentar que las tripu laciones adquieran los reflejos necesa-
pre que hayamos podido colocarlo de espaldas al barco, de este modo
rios para salvar una vida; por esta razón deben practicarse cuantas veces sea posible, sin que
lleguen a hacerse pesados. las rodillas no se quedarán bloqueadas debajo del casco.
El rescate de una persona puede dividirse en tres fases distintas: 1. Maniobrar para acercar- Si es un barco grande con un francobordo muy alto, o un multicas-
se al posible Jonás. 2. Lanzarle la rab iza y la ba liza IOR. 3. Subirlo a bordo. Los ejercicios pue- ca, ya es otra cuestión. l a primera solución que nos viene a la ca beza
den desg losa rse, como sigue: es la de la escala de baño o escala real. Pero para eso hace falta que es-
1. Lanzarle la rabiza te mecanismo esté bien adaptado, pues necesitamos una escala rígida
Es necesario que los tripulantes " se aprendan " el recorrido que deben efectuar para llegar has- que penetre profundamente en el agua (por lo menos tres escalones).
ta él con rapid ez y, después, que " conozcan" el entorno, es decir, las direcciones en las que se Si Jonás todavía tiene fuerzas para agarrarse a ella y subir, ya está; lo
puede lanzar la rabiza con facilidad o con dificultad, así como el modo de que no se formen nu- cual es motivo suficiente para justificar la presencia de la escala. Pero si
dos entre ésta y la jarcia. Esto pueden practicarlo mientras navegan, primero lanzándola hacia está demasiado agotado para subir, la situación es total mente distinta
cualquier lugar y posteriormente, al pasar cerca de alguna nasa. Para hacer este ejercicio, es
preferible no gritar: "iHombre al agua!", sino simplemente y por sorpresa, algo así: " ¡Santia- si lleva arnés o si no lo lleva, por supuesto, un arnés-pantalón .
go, lanza la luz a aquella nasa! " No es conveniente pasar a otro ejercicio más compl eto, hasta Si lleva arnés, ahora que ya lo hemos enganchado a bordo, no hay
que todos los tripulantes lo hayan practicado tres o cuatro veces. riesgo de perderlo. Lo hemos agarrado bien, todo es cuestión de fuerza
y si el "aparejo" está bien montado podríamos izar a un gigante sin
2. Acercarse a Jonás
Pa ra realizar este ejercicio, necesitamos un muñeco: es decir, un flotador cualq uiera (o un cha- gran esfuerzo.
leco) con un ancla flotante (puede ser un cubo) y un cabo pequeño que flote, de unos 4 ó 5 me- Pero si no lleva arnés, la situación sigue siendo grave, y el rescate to-
tros (puede ser hilo de rabiza) , con un trozo de madera o de corcho en su extremo. La manio- davía no ha concluido. Hay ejemplos terribles en los que, al intentar
bra consiste en colocar la rabiza a menos de 4 ó 5 metros de Jonás, y después parar el barco izar directamente un hombre a bordo, sólo se logró desnudarlo, prenda
antes de qu e se haya largado completamente. Una vez terminado el ejercicio, basta con reco- a prenda, perdiéndolo al final del todo. Según los casos, las historias
ger el flotador, lo que podremos hacer fá cilmente por medio del cabo flotante que enganchare-
ocurridas nos sugieren enviar a un tripulante correctamente amarrado
mos con el bichero.
con su arnés para cogerlo, o bien utilizar el bote auxiliar o la balsa de
3. Izar a Jonás a bordo salvamento. En este último caso, hay que tener cuidado con las ama-
Este ejercicio es muy importante. En una oca sión murió un tripulante, cuando con un v iento su -
rras de la balsa, pues no están previstas para este fin.
perior a fuerza 10, la tripulación consiguió rescatarlo en seguida, pero no pudo subirlo a bordo.
Para practi carlo con aprovechamiento, tenemos que izar a bordo desde la cubierta a un tri-
pu lante que se haga el muerto tumbado en el fondo del bote auxiliar. Hay que hacer este ejer-
cic io con Jonases equ ipados con arnés y sin él.
Enseguida nos daremos cuenta de que hay que atar una amarra alrededor del pecho de un Las fases de enfriamiento según
Jonás que no ll eve chaleco, si no queremos perderlo, y veremos que realmente es muy difícil la disminución de la temperatura
izar a un Jonás que se encuentre en mal estado.
Debemos saber que subir un tripulante seco y confiado que fing e estar muerto es mucho • 35-34 oc: fase de excitación
más fácil que izar a un náufrago mojado y angustiado, o peor aún presa del pánico. Escalofríos intensos, respiración acelerada y difícil , aceleración del ritmo cardíaco, desori enta-
ción y confusión mental.
. 33-30 oC: fase adinámica
Izar a Jonás Ritm o cardíaco irregular, rigide z muscular en lugar de escalofríos, pérdid a de consci encia.
En cualquier caso, la experiencia nos demuestra que Jonás no podrá • Por debajo de 30 oC: fase de coma
permanecer mucho rato en el lugar adecuado, por lo que no debemos Dilatación de las pupi las (midriasis), ausencia de reacci ón incluso al pin zamiento. Re spiración
tarda r en subirlo a bordo. muy lenta, pul saciones cardíaca s imperceptibles.
En un barco pequeño cuyo francobordo no sea muy alto, la solución
• Por debajo de 28 oC . .
puede ser muy sencilla, pues el barco al mantenerse a la capa escora La fragilidad del organismo es tal que la menor agresión pu ede provocar el falleCimiento por
Colocándolo de espaldas al barco un poco y el peso de los tripu lantes que sujetan a Jonás a sotavento paro cardíaco .
podremos subirlo con más faci lidad. acentuará aún más esta escora quedando la rega la al ras del agua; an-
700 la maniobra Maniobra de hombre al agua 701

LOS PRIMEROS AUXILIOS


Jonás ya está a bordo y si todavia está en forma, hay alegria general. Pe- El Centro de consultas médicas marítimas
ro, a veces, se encuentra en mal estado. El caso más normal es que esté
n España exi ste un Se rv icio Radiomédico proporcionado por el Centro Radiomédico al que
"helado hasta los huesos". Y algo más grave ya es que esté inco nscien-
te. De toda s formas, se ría una lást ima que nos hubiéramos tomado tan-
E se puede acceder desde cualqu ier punto del litoral. llamando a la Estación Costera más pró ~
xima por el Cana l 16 VHF. Dicha Estación Costera efectúa un en lace con el Centro Radiomédi ~
to trabajo para nada, por lo tanto la maniobra debe continuar. ca, situado en Madrid, donde médicos de guardia especia lizados proporcionan los consejos
En primer lugar es necesario evaluar la intensidad del enfriamiento, necesarios, con el fin de que la tripulación pueda llevar a cabo los primeros au x ilios en el bar ~
tomando la tempe ratura recta l si es posible. Es un medio importante ca, en caso de accide nte o enfermedad.
para determinar la gravedad del enfriamiento y la conducta a seguir. Si Tambi én es posible contactar con el Centro Radiomédico a través de:
no es posible realiza rlo (porque no ten gamos termómetro, o porque re- • Madrid Radio (Onda Corta BLU).
sulta demasiado complicado desnudar a Jonás sin someterlo a largas • Llamand o a los teléfonos: (911310 3549, (911310 34 75. Fa x: (91 ) 319 84 27.
manipulaciones), hay que analizar los síntomas del enfriamiento (ver el
n Francia este organismo de socorro, especia lizado en ayuda m édica de urgencia para la
recuadro de la página anterior). Éstos aparecen cuando la tem peratura
central, que consideramos la temperatu ra recta l, baja de 35oc. E marina - insta lado en el SAMU 31 de Toulouse-, está de guardia permanentemente y puede
accederse a él por cua lquier medio de comunicación radiomaritima. Médicos de gua rdia rea li ~
zan de forma gratuita consultas por radio , y proporcionan los con sejos necesarios para que la
Modo de calentarlo tripulación pueda llevar a cabo los primeros auxilios. En coordinación con los CROSS, pueden
desviar a otros ba rcos y solicitar una evacuación médica.
Jonás que ha pasado mucho frío en el agua, incluso aunque no haya
Es posible contactar con el CCMM a través de:
perdido el conocimiento, tiene que ser ca lentado inmediatamente, sin
• VHF, cana l 16 (hay qu e solicitar una consulta m édical o automáti ca (tel. 61.49.33.33).
importar la manera en que se lleve a ca bo. Los procedimientos que se • Saint-Lys Radio en fonia (consulta médical, g rafía (FFU o télex (16.34... )
suelen recomendar para estos casos -desnudar al náufrago, frotarlo y . INMARSAT en fonia (11) o por tél ex (09).
darle alcohol- no son adecuados, pudiendo ser incluso muy peligrosos.
Esta fase de calentam iento es extremadamente delicada, y a veces
sobreviene el fallecimien to durante la misma. Es el sín drome After El ca lentam iento lento y espontáneo es el que presenta menos
Drop * causado por manipulaciones inadecuadas o por la imposibilidad riesgos.
de frenar el avance del frío hacia los órganos vitales. Puede dar resultado calentarlo de forma externa y activa, con com~
* En inglés en el original. En espa- Para calentar a Jonás, es fundamental seguir los consejos que expo~ presas de agua hirviendo, mantas húmedas y calientes, aspersión de
ñol: Síndrome posterior a la caída al agua templada, e incluso con un baño caliente; sin embargo, esto sólo
nemas a continuación:
agua. (N. de la T.)
• moverlo sólo en caso de necesidad; debe rea lizarse en la cabeza y el tronco. Este procedimiento implica
• no desnudarlo al principio, sino colocar debajo de él un material riesgos de graves complicaciones y sólo debe efectuarse siguiendo los
aislante (la colchoneta) y taparlo con una o varias mantas, o mejor aún consejos médicos a distancia. \
con un saco de dormir, una manta de supervivencia de aluminio o bien Por últ imo, no darle nada pa ra beber, aunque lo p ida.
con ropa seca.
• taparle bien la cabeza y la nuca. Si Jonás está consciente arteria carótida
Hay que controlar constantemen te sus funciones vitales, vigilar la respi~
Jonás está inconsciente o sem iinco nsciente ración y el pulso (dibujo de al lado). Modo de tomar el pulso
Hay que controlar inmediatamente el estado de las funciones vitales y También debemos vigilar la evolución de su estado de consciencia, Para tomar el pulso en la carótida, hay

empezar a rea lizar de modo simultáneo ejercicios de reanimación (ver hacerle preguntas continuamen te (sobre su edad, nombre, fecha de que

las diferentes. técnicas en el párrafo siguiente); nacimiento, preguntarle qué le ha pasado, etc) e irlo calentando lenta- • colocar los dedos en la nuez;
Calentarlo despacio empezando por la cabeza y el tronco. Para ello mente empezando por la cabeza y el tronco, como hemos dicho antes. • moverlos hacia un lado de la misma .
se tienden a su lado una o dos personas pegán dose lo máximo posible Si está consciente, es decir, si responde bien a las pregun tas, y si su La arteria carótida se encuentra entre la
para darle calor. comportamiento es normal, podemos darle líquidos muy ca lientes y zona lateral de la nuez y los músculos
No frot arl o nunca, pues de ese modo se originaria una d i l ata~ azucarados, añadiendo al principio un gramo de Aspirina. del cuello;
ción de los vasos sangu ineos superficiales y se acentuaría el avance No hay que darle nunca alcohol. • mantener esta posición al menos
del frío hacia los órganos vitales. Para contribuir al ca lentamiento, podemos hacerle la respiraci ón durante 10 segundos.

1
702 La maniobra Maniobra de hombre al agua 703

boca a boca o la respiración boca-nari z, incluso aunque esté cons- - dilatación permanente de las pupilas (midriasis) que no se contraen
ciente (ver las diferentes técnicas en las paginas siguiente). Atención: ante la luz;
las insuf laciones deben adaptarse a su ritmo resp iratorio normal. - ausencia de pulsaciones cardíacas en la carótida.
Sin alterarlo, insuflamos aire cuando inspira, y dejamos que lo expulse
él solo. El aire caliente que le insuflamos penetra en 105 pulmones y Lo que debemos hacer cuando
aporta calor directamente a los órganos vitales proporcionando de este una función vital está afectada
modo un calentamiento interno muy eficaz. Si la función respiratoria está muy alterada o no se produce, hay que
En cuanto sea posible hay que colocarlo en Posición Latera l de Se- practicar la respiración boca· boca, o boca-nariz. Si tampoco se lleva a
guridad : con las piernas y el tórax ligeramente levantados para faci litar cabo la función circulatoria, hay que darle un masaje ca rd íaco externo
el vaciado de los pulmones por efecto del peso. practicando la respiración boca -boca o boca-nariz.

La resp iración boca a boca


La reanimación Es el procedimiento que debemos realiza r cuando la función respi rato-
Jonás ha perdido el conOCimiento. ria no se produce o está muy alterada.
Puede ser debido a dos razones: • Hay que despejar las vías respiratorias superiores del modo si-
• por asfixia: estaba agotado y ha tragado mucha agua, por lo que guiente (esta fase debe efectuarse con gran rapidez):
se ha ahogado; ya no respira, pero quizás su corazón aún late; - aflojarle la ropa (cuello, corbata, pañuelo, sujetador, cinturón, etc);
• por hidrocución: una diferencia de temperatura demasiado gran- - colocar a la víctima apoyada sobre la espalda;
de entre su cuerpo y el agua ha originado una pérdida de conocimien- - inclinarle la cabeza hacia atrás. Esta operación hay que hacerla con
to brusca, con parada del corazón. mucho cuidado; le sujetamos la nuca con la palma de la mano levan-
Es absolutamente indispensable conocer bien y practicar periódica· tándola despacio, tirando de la barbilla con la otra mano para contri-
mente las técnicas de reanimación para poder utilizarlas de modo efi- buir a esta inclinación;
caz el día en que un desgraciado Jonás nos pida auxilio. - poner un almohadón de unos 10 centímetros debajo de los hom-
bros. De este modo, al tener la cabeza inclinada la lengua no puede
Análisis de las funciones vitales obstruir la parte posterior de la garganta ni impedir el paso del aire;
Ante s de llevar a cabo cua lquier acción hay que real izar un aná li- - abrirle la boca y quitarle las mucosidades, vómitos, cuerpos extra-
sis de las funciones vitales. ños, arena o prótesis dentales, colocando los dedos en forma de gan-
• Controlar la función respiratoria. Es indispensable realizar una mi- cho, si es posible cubriéndolos con un paño;
nuciosa observación.
• Presenta dificultades para respirar, pues:
- su respiración es dificultosa y exige grandes esfuerzos: los músculos
del cuello y de la caja torácica están tensos y forman un hueco en la piel; Colocación de la cánula
- su respiración es rápida, irregular, superficial;
- su respiración es lenta, con pausas; • Abri rle la bo ca e int roduci r la
- la piel de los labios, orejas y uñas está azulada; cá nula al rev és, con la co ncavidad
hacia la nari z hasta qu e su extre-
- emite gorgoteos y ronquidos al respirar.
mo toque el paladar;
• Parece que no respira, y ya no se percibe:
• A continua ción, darle la v uel-
- el flujo de aire al ser expulsado por la boca o la nariz; ta para terminar de introdu cirl a.
- el ruido del paso del aire por las vías superiores; • V igilar que la lengu a no se
- el movimiento de la caja torácica. desplace hacia atrás.
• Con trolar la función circu latoria. Por lo general, la parada de la • Una vez colo cad a la cánul a,
función circulatoria se manifiesta por: el reborde de la mi sma debe que-
- una pérdida de consciencia; dar colocado por fu era de los la-
- parada de la respiración; bios, pasando el flujo de aire por
- palidez de la piel, aspecto cerúleo; el orifi cio de la mism a.
70 4 l a maniob r a Maniobra de hombre al agua 705

Modo de extraer un Hay que colocar la cabeza de l ná ufra go


cuerpo extraño que esté e n posición de hiper-extens ión p a ra
obstruyendo las vías a brir bie n las vias resp ira to ri as
respiratorias superiores s upe riores; pu es s i no,
e l aire no pu ede pasa r.
L a presencia de un cuerpo extraño qu e esté o bstru ye ndo
compl etam ente las v ías respirato ria s, se manifiesta por:
• Un bloqu eo bru sco d e la res piración.
• La v íctim a se lleva las manos al cuello de form a instan- - eventualme nte, ponerle una cánu la de Guedel. 5u utilización me-
tánea intentando tose r. Hace m ovimientos re spirato ri os v io- jora bastante la eficacia de la respiración boca a boca. Esto sólo es
lentos pa ra inte ntar inh alar aire.
aconsejable cuando la persona esté completamen te consciente. 5i nos
• Ti ene las ve nas hinchadas y la pi el azul ad a.
resulta difícil su colocación, no hay que insistir, sino empezar a rea lizar
Pi erd e el co nocim iento enseg uida,
Hay q ue eliminar la o bstru cc ió n antes de realiza r la rean i- enseguida la resp iración boca a boca o boca-nariz.
m aci ó n. Prim ero in tentamos q uita r el cuerpo extraño introdu -
ciendo un dedo en la boca, con m ucho cuidado para no intro- • Realizar la respiración boca a boca:
duci rl o m ás. Si está a m ás profund idad, podem os da r unos - inclinar bien la cabeza hacia atrás, según hemos explicado antes;
cuantos golpes secos entre los omoplatos para extraerl o. - empujar despacio la barbilla hacia el pecho con una mano; y apo-
Si no lo consegu im os hay yar la otra en la frente cerrando los orificios nasales;
q ue apret arl e f uert eme nte el - inspirar fuertemente, colocar los labios muy abiertos sobre los su-
v ientre para provoca r un a es- yos y soplar profundamente; el tórax se elevará;
piración fo rza d a. El aire al sa -
- ayudarle a expulsar el aire apoyando el codo sobre el tórax. La caja
l ir co n gran r apidez debe
torácica debe bajar, expulsando aire mientras la persona que efectúa la
arrastr a r co n sigo el c ue r po
ex tr a ño. Es la M a ni ob ra d e respiración realiza una nueva inspiración;
Heimlich. - efectuar una insuflación en intervalos de 3 a 4 segundos si la vícti - boca a boca boca-nariz
ma es un adulto y de 2 a 3 segundos si es un niño, soplando con ma-
Si la víctima está de pie yor o menor intensidad.
o sentada
• hay q ue co loca rse detrás • Realiza r la respiración boca-nariz (a veces este método es más fácil
de ella y rodearla con los bra- de efectuar y tiene un menor riesgo de escapes de aire):
zos, apoyando sobre e l v ien- - mantener la cabeza de la víctima bien inclinada hacia atrás tal co-
tre una de las manos con el
mo hemos explicado antes;
puño ce rrado;
- apoyando una mano sobre la frente para mantener la cabeza incli-
• ap retarle el v ientre con
el puñ o co n un m ovimiento nada, sujetamos la barbilla con la palma de la otra mano empujando
b ru sco desde de lante hacia con el pulgar el labio inferior sobre el superior;
atrás, dirigié ndolo hacia arri - - inspirar profundamente y colocar los labios muy abiertos alrededor
ba; de los orificios de la nariz y soplar fuertemente; el tórax se levanta rá;
• si es necesa ri o, repeti r la - ayudarle a expulsar el aire apoyando el codo sobre el tórax. La caja
op eració n . torácica debe bajar, expulsando el aire. Si la víctima vomi ta, hay que
coloca rle la ca beza de lado, para evi tar que los vómitos obstruyan las
Si la víctima está tumbada sobre la espalda vías respiratorias. El tórax de la víctima debe elevarse expulsando el aire
Nos co locam os frente a ell a, de rod ill as y a ca ball o sobre
cuando la persona que realiza la respiración vuelve a inspirar aire;
sus mu slos y rea liza m os la m isma o peració n, apreta ndo co n
- realizar una insuflación a intervalos de 3 a 4 segundos si la víctima
los puñ os en la pa rte su peri o r del v ientre (con un m ovim ien-
t o hacia arrib a). es un adul to y de 2 a 3 segundos si es un niño, soplando de forma me-
nos intensa.
706 la maniobra Maniobra de hombre al agua 707

Reanimación cardíaca Si el corazón vuelve a latir, hay que interrumpir el masaje cardíaco
Cuando la función respiratoria y circulatoria no se producen o están externo.
muy alteradas (no se percibe el pulso en la carótida, después de inten- En cuanto empieza a respirar, hay que adaptar el ritmo del boca a
tarlo durante 5- 10 segundos) hay que realizar un masaje cardiaco ex- boca, o del boca-nariz, insuflando aire sólo en el momento en que se
terno, mientras se practica la respiración boca a boca o boca-nariz. producen los movimientos respiratorios espontáneos.
Es necesario colocar a Jonás tal como indicábamos antes. pero tum- Podemos considerar que existe una recuperación espon tánea de las
bándolo sobre una superficie dura. Los pasos a seguir son los siguientes: funciones vitales cuando el ritmo cardíaco se vuelve regular (70 pulsa-
• colocar las dos manos una sobre otra en el centro del tórax justo ciones aproximadamente) y el pulso late correctamente. La respiración
debajo del esternón (hueso vertical situado en medio de la caja toraci- espontánea se considera satisfactoria cuando el pecho se eleva amplia-
ca), 2-4 cm por encima del apéndice xifoides, es decir, a igual distancia mente de modo regular. La vuelta a la consciencia es la prueba más
de las dos tetillas. tangible del éxito de la reanimación. Por lo general, es algo más tardia.
1/3 inferior • con los brazos estirados, dar un golpe seco con toda nuestra fuer-
del esternon
(linea entre las za en el tórax, que debe hundirse de 3 a 4 centímetros. Hay que tener La posición lateral de seguridad (PLS)
dos tetillas) cuidado: hay que realizar la presión únicamente con la palma de la ma- iUf! Jonás al fin respira, y su corazón late de forma regular. Pero sigue
Punto de apoyo de las manos para no; los dedos no deben apoyarse sobre las costillas, pues podriamos inconsciente o semiinconsciente.
la reanimación cardíaca. romperlas al empujar; Los reflejos de deglución o de tos pueden estar muy alterados y hay
• si los auxilios los realiza una persona sola, debe hacer 2 insuflacio- que protegerlo para evitar que se asfixie si la lengua se inclina hacia
nes boca a boca antes de empujar 15 veces seguidas sobre el esternón; atrás o si inspira mucosidad es, sangre o vómitos.
• volver a efectuar 2 insuflaciones y después 5 presiones sobre el tó- Colocándolo en posición lateral de seguridad es la mejor manera
rax y así sucesivamente; de evitar los accidentes.
• si los auxilios los realizan dos personas, una se ocupará del masaje Cómo poner a Jonás en PLS:
cardiaco externo y la otra de la respiración boca a boca. Para poder traba- • mantener la cabeza inclinada hacia atrás;
jar cómodamente, cada uno de ellos se colocará a un lado de la vidima. El • aflojarle la ropa para facilitar el paso del aire;
ritmo en este caso será de 5 compresiones por cada insuflación. • colocarnos de rodillas junto a él, a la altura del tórax;
• doblarle el brazo 90' grados aproximadamente;
Deben hacer sucesivamen te, pero nunca al mismo tiempo, una insu- • darle la vuelta hacia nosotros tirando de él por el hombro y la ca-
flación rápida y luego 5 presiones de masaje cardíaco en 3 segundos dera opuesta o por el codo y la rodilla opuesta .
aproximadamente y continuar del mismo modo. El intervalo entre las
presiones sobre el esternón y la insuflación debe ser lo más corto posi- Si sospechamos que se ha fracturado la columna vertebral, hay que
ble para conseguir buenos resultados. hacer la operación entre varias personas obligatoriamente. Una de ellas
tirará de los pies, otra de la cabeza (con una mano sobre la nuca, y otra
Deben segu ir realizando el masaje card íaco y las insuflaciones en la frente) en dirección opuesta, con el fin de colocar recto el eje ca-
durante varias horas si es necesario, re levándose uno a otro. beza-cuello-tronco. Las otras dos personas que prestan auxilios girarán
el cuerpo. Antes de girarlo, deberan colocar un almohadón a un lado
Modo de controlar la recuperación para apoyar la cabeza, evitando torcerle la columna .
de las funciones vitales
El pulso de la carótida es el síntoma más seguro de la recuperación cir-
culatoria que precede a la recuperación respiratoria. EN RESUMEN
Hay que tomar el pulso de la carótida cada dos minutos. Existe recu-
peración circulatoria cuando: En este capítulo únicamente se mencionan ejercicios corrientes para los
• se percibe el pulso en la carótida; cuales necesitamos materiales muy sencillos, seguros y baratos: la rabi-
• la piel vuelve a tomar color; za, la baliza IOR y el aparejo. Estos tres objetos ocuparán un lugar espe-
• las pequeñas heridas vuelven a sangrar; cial a bordo y el dominio de su manejo debe adquirirse en el transcurso
• la pupila, hasta entonces dilatada permanentemente, vuelve a de prácticas poco cansadas y fáciles de progra mar, incluso durante el
contraerse; más tranquilo de los cruceros.

J
708 La maniobra

Rescatar a un hombre del agua con un tiempo manejable, de día, es

Maniobras
una maniobra sencilla para una tripulación entrenada. Es una maniobra
que esta misma tripulación tiene todas las posibilidades de lograr. in-
cluso aunque las condiciones sean adversas.
Pero un Jonás sin arnés y sin chaleco, que forme parte de una

a motor
tri pulación que no esté entrenada, no tiene ninguna posibi lidad
de sobrevivir, sea cual sea el tiempo que haga .
Ahora, ya podemos confesarlo, algunos de nosotros todavía estamos
aquí para contarlo porque hemos tenido la suerte de poder escapar de
verdaderos accidentes y de haber ayudado a otros a salir del agua, y
también de ser los herederos de una sólida tradición de seguridad que
se traduce en Glénans por un índice de accidentes extraordinariamente
bajo, en relación con los miles de millas navegadas, pero que ¡por des-
gracia! no llega a ser del todo nulo. La oposición entre el motor y la vela. alimentada a veces por argumen·
t05 pseudo-filosóficos. no tiene ninguna razón de ser. Por una parte,
Si todavía no hemos sido suficientemente claros, lo vamos a repetir los motores con un mantenimiento adecuado casi siempre están dis-
una vez más: puestos a funcionar -aunque tampoco hay que exagerar, y por otra
parte. su presencia a bordo es casi indispensable. aunque sólo sea para
VO ME ENTRENO, entrar en los puertos (si todavía nos quedan ganas) en los que no se
HAGO QUE LOS DEMÁS SE ENTRENEN, puede. ni está autorizado, entrar a vela.
TODOS NOS ENTRENAMOS. Es evidente que un motor n05 puede proporcionar otro tipo de ven-
tajas; como servirnos para volver a casa a pesar de la calma chicha, ayu-
darnos a salir de un mal trance, remediar las consecuencias de una ave-
ría en la jarcia y permitirnos maniobrar con mayor rapidez para rescatar
a un hombre del agua, si tiene la suficiente potencia para el tiempo
que hace en ese momento (siempre que no olvidemos el peligro que
representa la hélice para la persona que se encuentra en el agua).
También puede ser muy peligroso si le otorgamos demasiada con-
fianza.
De hecho, conviene definir sin ambigüedad su papel exacto. Un mo-
tor auxiliar nunca debe considerarse como un elemento de seguridad
en sí; dicho de otro modo, debemos tomar siempre las mismas precau-
ciones en relación con la navegación, que si no tuviéramos motor. Pues
si contamos con él, podemos caer en la tentación de meternos en zo-
nas en las que el barco se puede quedar a merced de un cambio de
viento, o de una calma chicha. Debemos evitar absolutamente esta ac-
titud. El motor está ahí además de. Si funciona, mejor para noso-
tros, y si no, la cosa no debería tener demasiada importancia .

Estamos hablando aquí del mot or auxiliar, es decir, de motores cuya


potencia es insuficiente para poder enfrentarnos con ellos a todo tipo de
situaciones, especialmente al tiempo duro. Somos de la opinión de que
para un barco de 5 toneladas y de 10 metros de eslora, un motor de 7 a
10 kilovatios es totalmente suficiente para poder desplazarse bien con El motor de un velero no tiene otro
calma chicha, y realizar las maniobras habituales en los puertos. Tam- nombre mejor qu e el de "auxiliar".
710 la maniobra Maniobras a motor 711

bién nos podrá asegurar una virada con mal tiempo. y limitar el abati-
miento mientras ponemos un rizo; pero hay que saber que resulta abso-
lutamente insuficiente para navegar con el viento de proa, con viento El efecto del paso
duro; pues para eso necesitaríamos un motor de 30 a 40 kilovatios. de la hélice
Además de que un motor grande es más caro que uno pequeño,
tanto al comprarlo como en lo que respecta a su mantenimiento y con- Regla mnemotécnica . Si sa b em os en qu é se ntido gira la hé-
sumo, que también es más pesado y ocupa más espacio, resulta tan lice (ba sta co n ob serv ar cómo da v u eltas el eje), p odem os
enorme en un compartimento pequeño que ni siquiera se puede efec- establ ecer in mediat am ente el sentido del ef ect o del pa so: es
tuar un mantenimiento normal en la forma correcta. En resumen, no co mo si la hélice d iera v u eltas so bre el f o ndo.
debéis hacer caso al vendedor que quiera endosaros un motor dema-
siado grande (pu es seguro que él no navega a vela).

Capacidad de evolución
la primera característica que se le exige a un motor auxiliar, es que per-
mita al barco evolucionar al máximo. Esta capacidad de maniobra resul-
ta muy distinta según tenga o no la posibilidad de orientar el chorro
de la hélice.

El chorro de la hélice Hélice vista desde la popa con Hé lice vis ta desde la popa con
Se pueden dar tres casos diferentes: marcha a vante, paso a la izquierda. marcha ava nte, pas o a la derecha .
10 Cuando la hélice es orientable. Es el caso de 105 motores fuera
borda que pueden girar. Tienen una gran capacidad de maniobra, yel
chorro de la hélice conserva toda su potencia en cualquier dirección. In- Debemos practicarlo con el barco parado, sin viento, y observar en
cluso cuando el barco está parado con la proa contra el muelle, pode- qué sentido le hace evolucionar la hélice. Esta misma operación hay
mos hacer girar la popa del barco hacia la derecha o la izquierda, con que hacerla también con la marcha atrás.
ayuda del motor (fig. A).
2.° Cuando la hélice está fija pero envía el chorro sobre el timón. En La marcha atrás
este caso si orientamos este último podemos desviar más o menos el No podemos esperar hacer evoluciones muy refinadas con motor y
chorro y el barco sigue manteniendo una buena capacidad de manio- marcha atrás. Pues nada está previsto con esta idea:
bra, incluso parado (fig. B). • la hélice no está hecha para girar en sentido inverso, por lo que
3 0 Cuando la hélice está situada de manera que la orientación del claramente presenta una eficacia menor; y además, está colocada en
chorro no puede ser modificada por el timón. este es el caso de mu- una posición muy mala con relación al conjunto del barco;
chos veleros antiguos y de los pequenos barcos de vela modernos cuyo • el chorro no va dirigido sobre el timón y, por lo tanto, no origina
motor fuera borda no es orientable. En este caso existen pocas posibili- un efecto evolutivo;
dades de que el barco evolucione cuando está parado, y únicamente • incluso el timón está mal colocado para actuar correctamente. viento - +
tiene capacidad de maniobra con velocidad, igual que ocurre al nave- Conviene saber que, en cuanto hace viento, cualquier acción del
gar a vela (fig. C). motor con marcha atrás tiene el efecto de hacer arribar al barco; y que
si insistimos demasiado, acabaremos situados en popa redonda .. sien-
En algunos tipos de barcos, la hélice ni siquiera está situada en la do esta posición bastante estable.
prolongación de la quilla. En realidad, la marcha atrás debe considerarse, sobre todo, como un
A. El chorro de la hé lice está orientado. Debemos tener en cuenta lo que se denomina "el ef ecto del pa so freno y sirve para romper la arrancada del barco.
B. El timón desvia el chorro de la hélice. de la h élice" . La diferencia de presión entre el agua que está en con- Con la m a rch a a tni s , e l timón casi no
C. Por un lado el timó n no des via el tacto con la parte superior de la hélice y la que está en contado con la La acción del viento tiene efecto. Con viento fresco, e l ba rco
chorro de la hélice; y por otro. s ólo parte inferior de la misma, puede originar un desequilibrio en el mo- Incluso a motor, hay que contar con el viento. la obra muerta adquiere a rriba ine vitable mente hast a llega r al
tra baja una pa rte de l timón . mento de arrancar, pero sobre todo al invertir la marcha. en este caso una gran importancia, y aún más si el barco tiene poco ca- viento de popa.
712 La maniobra Maniobras a motor 713

lado, como en los multicascos; la acción del viento sobre las superes- dad debe pasar el agua por el timón). Esto es posible hacerlo incluso
tructuras y la jarcia empuja constantemente el barco hacia su posición con el barco parado. Podemos hacer evolucionar acelerando bastante,
natural de equilibrio: el viento de través. Por lo tanto, siempre podre- y metiendo el timón a una banda. Antes de que el barco arranque, cor·
mos situarnos de este modo, tanto desde el viento de popa como des- taremos gas. A esto se llama dar un tirón o latigazo.
de el viento de proa; por el contrario. con brisa fresca, puede que sea Al navegar a motor, el viento se comporta de forma extraña. ¡No es
difícil alejarnos de dicha posición, ya sea para orzar o para arribar. el mismo que soplaba en las velas! Aunque, encontramos en él deter·
Para poder evolucionar correctamente, cuanto más fu erte es el vien- minadas constantes: por ejemplo, para detener el barco, incluso amo·
to. más velocidad necesitamos (o más exactamente. con mayor veloci· tor, conviene que nos coloquemos proa al viento; con el viento de po·
pa, también con motor, obtenemos una ventaja de velocidad conside-
rable.
Pero hay que saber que, en conjunto, la relación entre la fuerza del
viento y la velocidad o potencia del barco es completamente diferente.
Es decir, cuanto más viento hace, peor maniobra el barco; y, por el
contrario, con poco viento suele tener demasiada potencia.
De modo general, el barco de vela en el que se pone en marcha el
motor auxiliar, se ve repentinamente sometido a unas leyes completa-
mente nuevas, algo desconcertantes, por lo que el timonel puede verse
desagradablemente sorprendido. Las maniobras a motor tampoco
se improvisan, y conviene que practiquemos, por lo menos una vez,
en un lugar tranquilo: para atracar, zarpar y calcular la capacidad de
evolución del barco, así como la manera de parar su arrancada, con el
fin de que no nos pille desprevenidos si tenemos que realizar una ma-
niobra eficaz.
Este velero no ll eva casi velocidad. Sin
e mbargo s igue teniendo capacidad de
Pequeño ejercicio para apre nde r a gobernar bie n a motor
maniobra pues e l patrón ti e ne la
(con un barco que disponga d e un timón fra nco) .
posibilidad de darle un tirón ace lerando
Para ha cer evolucionar un ba rco sin avanza r, la regla principal consiste en m et e r
bru scamente.
primero todo el tim ón y después acele rar el motor. Salida desde la parte s up erior
derecha .
Un barco navegando a motor puede llegar con facilidad a la posición de viento de
traves, pero encuentra dificultades para separarse de ella .
l ." tiempo: debe mos inte nta r desp lazarnos de derecha a izquierda, en sentido
1. El barco está s ituado con el viento de traves; es su posición de equilibrio. pe rpe ndicular al viento, manteniendo 06iempre la misma orie ntación respecto a
2. Orza lentamente. este último. Cada vez que a rribemos demasiado, volvemos a e nde reza r el barco
3. Si queremos acentuar e l movimiento, tenemos que acelerar e l motor. m etiendo el timón todo a babor, y acelera ndo con mayor o me nor potencia. O. .. -O
,
/

~
/
4. Si en esta posición, nos e ncontra mos con un obstácu lo, no debemos disminuir
la velocidad, pues e l barco se pondrá de través; por el contrario, debemos
2. 0 tiempo: caer hacia atrás intentando mantenernos proa al viento. Cada vez que
nos separemos, metemos e l timón a la ba nda hacia la que caemos, acelerando al
l" tiempo • ~~e
,,
~

acelerar, como s i nos la nzáramos contra e l mismo, para poder orzar. mis mo tiempo. No dar nunca marcha atrás, pues es la mejor manera de ponernos
, viento
~
I 5. El ba rco acaba de cruzar el eje del viento. Res ulta inútil acelerar para arribar. de través. Si e l viento es demasiado fu e rte para que el barco pueda retroceder con
I \ o o
I
\
\
\
I
I
6. Basta con poner punto muerto y esperar. Si hay que virar en seco, inclu so
podemos poner motor atrás.
la marcha metida, basta co n quedarnos proa al viento al ralentl.
3." tiempo : hacer el mismo ejercicio que e n e l 1." tiempo, pero esta vez de O.
~
E
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, I
~ ~
I 7. Má s a llá del viento de traves, resulta fácil arribar, pero como e l vie nto empuja e l izquierda a derecha.
I

~!J!JJ&;~OfJ()f} fJ ~
barco, el radio de borneo puede llega r a ser relativamente grande. 0
4. tiempo: remontar hacia e l viento de proa y volve r a empezar.
8. Tambien en este caso, podemos dar marcha atrás para reducir e l radio.
9. Para volver a la posición del viento de través, basta co n poner punto muerto, y Una vez hayamos logrado realizar un cuadrado perfecto, pode mos conside ra r que
volveremos más deprisa que con marcha avante. dominamos la maniobra .
714 La maniobra Maniobras a motor 715

Modo de maniobrar va (de hélice orientable O cuyo chorro se pueda dirigir sobre el timón).
Maniobrar con un barco a motor es mucho más sencillo que hacerlo a Se trata de aprender a quedarnos parados o incluso retroceder perma·
neciendo con el viento de proa; para ello hay que poner punto muerto En España:
vela, pero no es todo lo fácil que parece, y sobre todo, no tiene nada De acuerdo co n la
que ver con el modo de conducir un coche. cuando tenemos el viento completamente de proa, yen cuanto el bar·
Orden de 31 de enero 1990
Si logramos realizar el ejercicio, que indicamos en el dibujo de la pá- ca empieza a arribar, por ejemplo, amurado a estribor, cerrar el timón a de la DGMM, necesitan
gina anterior, con diferentes fuerzas de viento, ya casi nos habremos la banda para situarnos a la derecha ... y luego meter la marcha; volver auto ri zación de la Federa-
familiarizado con el tema y sobre todo, habremos adquirido los reflejos a poner punto muerto cuando el barco se vuelve a colocar otra vez ción de Vela para manejar
principales. proa al viento, etc. En ningún caso, hay que utilizar la marcha atrás pa· emba rcacion es de día y en
Este ejercicio sólo se puede realizar si disponemos de un timón act i- ra enderezar el barco, pues es el medio más seguro para colocar el bar- zo nas permitida s, las em~
co rápidamente de través al viento. barcaciones de recreo a ve la
Para girar en seco mientras el barco avanza, basta con meter el timón de hasta una T.R.B. (Tone la-
a una banda, en cuanto se inicia el movimiento, y de poner marcha da de Registro Bruto), que
Permisos para manejar embarcaciones hace referencia al vo lum en
atrás enérgicamente sin modificar el ángulo del timón, después, si no ha
a motor o capacidad del barco, no a
terminado de virar una vez que se ha parado, damos un tirón enérgico y
su peso. Para T.R .B. supe-
n Francia no es necesario ningún permiso para manejar un barco cuyo principal medio de corto hacia adelante, siempre con el mismo ángulo del timón, etc. El he- riores es necesario disponer
E propulsión sea la ve la, incluso aunque el motor que lle ve sobrepase los 10 CV de potencia.
Sin embargo, conviene co ncretar si la vela es efectivamente el principa l medio de propulsión.
cho de dar tirones hacia atrás y hacia adelante con energía, obliga a que
la popa del barco pueda desplazarse ampliamente sin darle tiempo a ad-
de los sigu ientes títulos:

Un barco de vela equ ipado co n un motor auxiliar está considerado como velero cuando: quirir velocidad; de este modo la virada es muy corta. De esta manera, P.E.R. (Patrón de Embarca-
podemos girar en ambos sentidos, pero al hacer efedo el paso de la hé- ciones de Recreo).
_5_> 55y Pxl,36 > 9. lice, hay que girar un poco menos en un sentido que en el otro . Embarcaciones de hasta
..¡ro-' O Si queremos frenar el barco sin cambiar de rumbo, debemos iniciar 9 metros de eslora a vela o
una ligera virada en el sentido opuesto al paso de la hélice para que el motor de ha sta 300 CV en
(5 = superficie total de las ve las en ceñida, en metros cuadrados; L = eslora total del casco, barco se desplace en línea recta al invertir el sentido de la marcha. eje o 600 CV en dos ejes, y
en metros; O = desplazamiento boyante en toneladas; P = potencia máxima instalada, en caba· en un perímetro de navega-
Hay que recordar lo sigu iente : un ba rco en el q ue el chorro de
lI os DIN.) ción de 30 millas desde e l
su hélice no esté desviado por el tim ón evo lucio na peor que un puerto base y en una línea
Para todos los demás barcos, es necesario conta r con un perm iso. La nueva regl ame ntación ve lero, pero en cambio puede frenarse con la marcha atrás. para lela a la costa distante 5
que ha entrado en vigor el 1 de ene ro 1993 obliga a distinguir dos casos: millas contadas perpendicu·
Navegar larmente.
Los permisos antiguos La posibilidad de navegar con motor está limitada por: P.Y. (Patrón de Yate).
• El permiso A autoriza a navegar a menos de 5 millas de la costa. • la fuerza del viento; Barcos de 50 T.R.B. Y dentro
e
• Los permisos B y autorizan a navegar sin límite de distancia (ni de zona, ni arqueo). • la cantidad de combustible que llevemos; aunque normalmente de las 60 millas de la costa
Las cond iciones de validez no cambian para los titulares de estos permisos antiguos, con ex· más próxima.
ésta suele ser demasiado escasa_para realizar un largo recorrido, sobre
cepción del permiso B cuya an ti gua limitación de arqueo (25 ton eladas) ha si do suprimid a. P.Y.A. (Patrón de Yate habi-
todo si el barco se ve obligado a luchar contra el viento y la mar.
litado para navegación de
Los nuevos permisos En general, el motor se suele utilizar con calma chicha, navegando A ltura l.
• La carta de mar autoriza a navegar de día a menos de 5 millas de un resguardo a bordo de en ese caso a palo seco o, si el barco se balancea demasiado, con la Barcos de 50 T.R .B. Y por to-
barcos cuya potencia motriz sea su perior a 4,5 kilovatios e inferior o igual a 37 kilovatios (de 6 mayor cazada a tope. do el mundo
a 50 CV). Sin embargo, si queremos ganar barlovento con el motor, bajar todo C.Y. (Capitán de Yate).
• El permiso de mar que, según la navegación que se realice puede ser: el trapo y navegar con el viento de proa suele ser menos eficaz que ha· Barcos de 100 T.R.B. Y por
- permiso de navegación coste ra para cualqu ier navegación, de día o de noche, hasta 5 mi· cerio en ceñida a motor y con la mayor izada; en este caso sólo debe· todo el mundo
lIas de un resguardo a bordo de buques cuya potencia sea superior a 37 kilovatios (50 CV); mas arriar el foque. At ención: la lubrificación de algunos t ipos de
- permiso de navegación de altura para cualquier otra clase de na vegació n. motores no se rea liza correctam ente cuando el barco escora.

Para obtener más información hay que consu ltar la Orden 92-1166 de 2 1 de octu bre 1992, Los catamaranes
modificada por Orden 94-4 11 de 17 de mayo 1994 y el decreto de 23 de diciembre 1992, modifi-
cado por el decreto del 1" de junio 1994. las características principales de los catamaranes son, ligereza, poco ca·
lado en el agua y mucha carga aerodinámica; lo cual significa que tie-
7 16 La man i obra

En Francia:
La norma del Reglamento
para prevenir los abordajes
en la mar estipula que un P
Órdenes al timón
ara evitar los malentendidos, es conveniente que todos
los miembros de la tripu lación hablen el mismo idioma.
Maniobras
auxiliares
buque que navegue simul tá- A motor, las órdenes q ue se dan al timón se r ea li za n por
neamente a ve la y a motor medio de las palabra s "derech a" e " izquierda " que corres-
debe exhibir en el lugar más ponden al sentido hacia el cual debe desplazarse el barco
v isible de la proa una marca co n arrancada hacia adelante (decreto del 6 de agosto 1971 1.
cónica, con el vé rtice hacia De este modo, decimos " timón a la izquierda" cuando que-
abajo. remos ir a babor, y " timón a la derecha" cuando queremos
En l os barcos grandes, ir a est ribor. Inc lu so podemos poner avante despacio o
este cono deberá tener, por atrás toda antes de parar en cuanto se hayan afirmado las
amarras en el muelle. La ca lma chicha también existe, y seria agradable hablar de ella. Des-
lo menos, un diámetro de
0,6 m etros y una altura igual graciadamente, en los manuales no se suele abordar este tema sin in-
a su diámetro. tentar buscar enseguida los medios para salir de ella. En este capítu lo
Si se trata de buque s de nen poca arrancada y un radio de giro grande, que se viene a sumar a no escaparemos a la norma general (aunque, el buen uso de las calmas
menos de 20 metros de es- una gran ocupación de espacio en sentido lateral. Un barco de este ti- chichas sigue una cuestión de gusto personal).
lora, el tamaño del cono no po siempre encontrará dificultades para remontar el morro hacia el Vamos a volver a tratar sobre los medios adecuados para halar el
está especificado: sin o que viento con poca velocidad. barco cuando la vela resulta ineficaz. La ausencia de viento no es el
simplemente debe estar "en Por el contrario, puede mantenerse fácilmente "con el trasero al único caso en el que el empleo de un motor auxiliar está justificado;
relación co n el tamaño del
viento", dando motor despacio hacia atrás. podemos utilizarlo también para volver a realizar una maniobra que ha-
buque".
En los catamaranes pequeños, un motor fuera borda colocado en el yamos fa llado. evolucionar en un puerto lleno de barcos, y también pa-
centro no tiene ningún efecto de chorro sobre los timones. Sin embar- ra salir de una situación peligrosa.
go logrará girar casi parado, dando alternativamente un tirón hacia Ya hemos hablado del motor. Ahora, vamos a tratar sobre la espa-
atrás, con el motor orientado hacia un lado, y un tirón hacia adelante, dilla ; cuando los dos sistemas resultan insuficientes o se estropean, el
si lo orientamos hacia el otro. remolque es la última solución. Aunque a pesar de las apariencias, no
En este tipo de barcos, a partir de los doce metros de eslora, es con- es la más descansada.
veniente disponer de un pequeño diésel intraborda en cada casco.

Man iobra con dos motores


LA ESPADILLA
Evidentemente, es necesario que las dos palancas para invertir la acele- Singlar es sin lugar a dudas todo un arte, y su dominio una de las más no-
ración, sean idénticas. Para girar en el sitio, hay que jugar con el efecto bles conquistas del aprendiz de marino. Los servicios que nos puede pro-
de rotación que provoca el funcionamiento de una hélice hacia adelan- porcionar, aparentemente modestos y poco ponderados, son incontables.
te y la otra hacia atrás. En este caso, hay que orientar el timón para No existe otro instrumento como la espadilla que reúna al mismo tiempo
aprovechar el efecto del motor que gira hacia adelante .. "Elemental, una eficacia sin averías con una economía de medios tan señalada.
mi querido Watson" pues ¡al crear un par de fuerzas opuestas aparece
un movimiento de rotación! El fundamento
Como todos los fundamentos de carácter superior. el que trata sobre el
arte de singlar no puede abarcarse del todo por medio del análisis. Al de-
cir que la espadilla es de algún modo una hélice alternativa, de paso va-
Para girar en el sitio con dos motores, riable, no lo hemos dicho todo. La descripción del movimiento realmente
hay que jugar con el efecto de rotación parece no tener un alcance práctico, todo lo más podría encontrar su si-
originado por e l funcionamiento de una tio en una novela vanguardist a, o incluso servir para ilustrar un tratado Sencillez, eficacia, fiabilidad ,
hélice haci a adelante y la otra hacia sobre El Psicoanálisis del biés. Pero sin embargo logra ser evasiva. espontaneidad ... nunca alabaremos

atrás. La iniciación debe hacerse, en una lancha pesada, con la mar en ca l- bastante los mé ritos de la espadilla.

1
718 La maniobra Maniobras auxiliares 719

ma y sin viento. Hay quien elige un lugar desierto para ello. La persona
que va a singlar se coloca de pie. mirando hacia la popa con las piernas
separadas y el cuerpo recto. Sujeta el puño de la espadilla con las dos
manos a la altura de los hombros, colocando los pulgares debajo. La
pala debe estar dentro del agua, lo más vertical posible, y la espadilla
equilibrada descansando sobre la horquilla o la chumacera del espejo
de popa, sin hacer fuerza.
Si mantiene la pala plana dentro del agua moviendo la espadilla a la
izquierda ya la derecha, el que singla no encontrará ninguna resisten-
cia y tampoco conseguirá ningún resultado. Por el contrario, si coloca
Ni lo uno, ni lo otro.
la pala perpendicular a la superficie del agua, se origina una gran resis- Hay que hacerlo con naturalidad.
tencia al movimiento de la espadilla, pero sin consecuencias aprecia-
bles: el barco se desplaza empujado por los remolinos que aparecen persona medianamente habilidosa. Después, sólo hay que perfeccionar
cerca de la popa (ver Parte 2). el movimiento. Para girar, inclinamos la pala un poco más hacia un la-
Tiene que inclinar un poco la pala, al biés, ligeramente hacia la iz- do que hacia el otro, y si queremos interrumpir el movimiento sin que
quierda empujando la espadilla hacia la derecha; y a continuación, in- se nos escape la espadilla, debemos colocar rapidamente la pala per-
clinarla hacia la derecha empujandola hacia la izquierda. Es muy fácil. pendicular a la superficie del agua, como si fuera un timón.
La cara superior de la pala no empuja claramente el agua, sino que la Pero todavía necesitaremos unas cuantas horas más de práctica para
separa astutamente al mismo tiempo que se apoya en ella. Este fenó- llegar a conocer las enormes satisfacciones que nos reserva la práctica
meno puede describirse científicamente; es decir, intentamos aprove- de la espadilla; como por ejemplo, singlar con una mano (y con la otra
char al máximo los ambiguos recursos de la vía oblicua. en el bolsillo) por las tranquilas aguas de un puerto cuyos bordes estén
En la práctica, el verdadero problema reside en la sucesión de los llenos de gente, inclinados hacia la proa del barco, avanzando a peque-
movimientos al final del recorrido. Las manos no deben resbalar so- nos tirones, como si estuviéramos pensando en otra cosa.
bre el puño de la espadi lla, sino que deben invertir el sentido del
movim iento con un ligero giro de las muñecas. Al mismo tiempo, La utilidad de la espadilla
la cara superior de la pala apenas debe disminuir la presión sobre el La principal ventaja de este instrumento es que se prepara en un mo-
Este Hs in9lador ~ ha enco ntrado la agua; pues en ese caso la espadilla ya no quedaria sujeta y se saldria de mento, y se pone en marcha enseguida, listo para echar una mano a la
posición adecuada de la espadilla, pero la chumacera, que es lo que suele ocurrir al principio. hora de realizar una maniobra en un momento crítico, por ejemplo en
no ha m etido la pala lo s ufi cie nte para El único recurso es empezar de nuevo hasta que la espadilla perma- una virada dificil. También sirve para realizar movimientos exactos con
obtener buenos resultados. nezca en su sitio. Hay que contar con una hora de práctica para una el barco en un espacio reducido. Sus ventajas sobre el motor son evi-
dentes. No molesta, no hace ruido; no contamina el entorno, no huele
mal y no ensucia nada; proporciona seguridad, pues nunca se estropea
ni se enreda en los orinques.
Por supuesto, hay que reconocer que también cuenta con ciertas li-
mitaciones, pues aunque el "singlador" tenga buenos músculos, la ve-
locidad que se obtiene es modesta; también resulta insuficiente al re-
montar una corriente, incluso aunque sea pequeña, o con brisa fresca .
En cualquier caso, en ausencia del motor sigue siendo mucho más efi-
caz que un par de remos, que, en un barco de ciertas dimensiones sólo
sirven para golpear el agua. Con un gorro e n la cabeza y colocando
El Sereine, un cúter de aparejo Marconi de 12 metros de eslora total e l remo en vertical. nos desplazamos
y de mas de 12 toneladas de desplazamiento, ha navegado durante lentame nte con cierta potencia. S i no
cuarenta anos con una espadilla, como único motor auxiliar; realmente, llevamos nada en la cabeza y ponemos
son unas dimensiones considerables, y nadie en Glénans recuerda que la espad illa inclinada, quizá s vayamos
haya sufrido ninguna avería . deprisa pero con poca potencia .
720 L a manio br a Maniobras auxiliares 72 1

Singlar o remar a la sirga

P ara aprender a singlar, antes q ue nada es preciso contar con las co ndiciones oportunas. En
primer lugar, nos hacemos con un barco pesado y estable durante 1 Ó 2 horas. Cogemos una
espadilla de dimensiones adecuadas, ni demasiado flexible ni demasiado rígida, con el mango
Sujetamos la espad illa con las dos manos, co locando los pulgares debajo, y los brazos y codos
a lo largo del cue rpo. Antes de iniciar el movimiento, hay que asimilar bien estos tres consejos:
• la espad illa no debe resbalar en el hueco de la mano. Hay que sujetarla fuertemente siem-
de madera maciza (que no esté pintado) para evitar que nos salgan ampoll as en las manos. La pre en la misma posición.
chumacera debe ser profunda y ampl ia para sujetar la espad illa sin impedir el movimiento. A • el movimiento de las manos debe describir un ocho alargado, a la altura de la barbilla;
continuación hay que adoptar la postura ligeramente relajada de l " sing lador". Con los pies sepa- • el "singlador" debe ver siempre el mismo lado de la pala.
rados y las piernas ligeramente dobladas, para que pueda caer sentado, si resbala. El cuerpo de- Al principio, hay que hacer poca fuerza co n el remo, y una vez asimilado el movimiento podre -
be mantenerse flexible y derecho. Debe echarse hacia atrás lo suficiente (hacia la proa del barco) mos ir aumentando la presión. Más tarde, tendremos que hacer otro tipo de esfuerzo ... para ser
para que la espadilla, sujeta a la altura de la barbilla, tenga la pala completamente dentro del modestos.
agua.

1. Al empezar, hay que inclinar la pala 2. Tiramos del puño de la espadill a 3. El movimiento de los brazos y de la 4. Al final del recorrido, invertimos el 5. Al despegar el brazo izq uierdo del 6. Tiramos del puño hacia la izquierda
lig eramente (hacia la derecha) hacia la derecha, manteniendo la parte superior del cuerpo se compensa movimiento, girando los puños cuerpo. volvemos a dar la inclinación dando a la pala la misma inclinación,
despegando del cuerpo el brazo misma inclinación de la pala . con el movimiento de las caderas. solamente. adecuada a la pala (hacia la derecha). compensando e l movimiento con
derecho. las caderas.
722 La man i obra Maniobras auxiliares 723

barco avanza hacia babor; al final del movimiento, hay que utilizar la
pala como si fuera un timón, para corregi r el rumbo, hasta colocar la
También podemos singlar embarcación en la dirección opuesta al objeto de separarse menos en
hacia atrás el siguien te movimiento. En los derivad ores conviene bajar la orza para
limitar los bandazos.
D esde la misma posición que adoptábamos para sing lar
hacia ade lante, metemos la pa la en el agua de forma
p lana co n un ángu lo de unos 45° aproxim adamente, nos REMOLCAR
colocamos el puño sobre el hombro apoyándonos con las
dos manos sobre la espadilla y hace mos ochos en sentido El remolque debe contemplarse bajo dos aspectos diferentes, radical-
horizo ntal, manteniendo siempre la misma inclinación y mente opuestos y sin embargo inseparables: el del barco remolcador y
sin mover las caderas. el del remolcado.
Con esta m aniobra el "si nglador" no tiene facilidad de En lo que respecta al barco remolcador, únicamente vamos a anali~
movimientos, sin embargo, es capaz de desplazar hacia zar en este apartado las maniobras que puede realizar un velero que
atrás su lancha 2 ó 3 metros en línea recta sin evoluciones disponga de un motor auxiliar.
superfluas. En relación con el barco remolcado, el problema consiste en saber
qué pito tocará en esta orquesta, siendo necesario que se prepare para
Con la espadilla sobre el hombro. apoyamos la pa la describiendo un afrontar buenas intenciones de todas clases y tamaños.
movimiento de zigzag en el agua.

A bordo del barco remolcador


Para poder otorgar a la espadilla de si nglar todos los títulos de no-
En principio, es el remolcador el que debe pasar el remolque, y no a la
bleza, sólo falta, realmente, que algún caprichoso (preferentemente
inversa, pues de este modo la maniobra es más sencilla y. como vere~
manco) la utilice para cruzar el Atlántico; pero seguro que no falta mu~
mas más adelante, presenta ciertas ventajas para el barco remolcado.
cho para esto.
Este cabo puede sufrir violentos tirones, por esta razón elegiremos
uno de los más resistentes que tengamos a bordo (normalmente una
La pagaya guindaleza). En cualquier caso, es mejor que sea grueso que delgado, y
también lo más largo posible, pues cuanta mayor longitud tenga, más
De pasada, tenemos que decir un par de palabras sobre la pagaya, que
cómodo será llevar a cabo el remolque.
se suele utilizar en los derivadores ligeros y en los botes auxiliares neu~
Este cabo debe afirmarse a bordo del barco remo lcado r en un
máticos. En los primeros, tiene la ventaja de ocupar poco espacio y de
punto m uy resistente que esté situado bastante a proa de la hé l i~
poder emplearse sin ningún mecanismo especial (chumacera u horqu i~
ce, pues si lo afirmamos a popa de ésta, la capacidad de maniobra del
lIa); siendo también necesario llevar pagayas en los botes neumáticos,
barco remolcador es casi nula.
incluso aunque podamos singlar en ellos, por si hubiera que avanzar
con tra el viento fresco o cuando hay olas.
No son necesarios conocimientos especiales para aprender a remar. Modo de remolcar un barco mas
a diferencia de lo que ocurre con la espadilla para singlar, y el éxito no grande que e l nuestro.
está ligado a ninguna virtud especial. sino que debemos confesa r que El barco remoJ .;ador de arriba
podemos avanzar incluso remando mal, lo cual no es una razón válida puede evolucionar. pues su popa
para no intentar hacerlo mejor (en estos tiempos en los que no debe puede desplazarse hacia la
derrocha rse energía así como así). Un buen remero evita remar con los derecha o hacia la izquierda, por
bra zos estirados, y hunde la pala de la pagaya muy hacia adelante, ti- efecto del timón.
rando de ella sin doblar el brazo, sino utilizando la parte superior del El barco de abajo maniobra con Atención: hay que pasar el cabo de
La pagaya es la al iada cue rpo. Cuando únicamente rema una persona, ésta lo hará sólo por gran dificultad. pues, al estar remolque a barlove nto d e la escota de
indispens able de las un lado, sin remar alternativamente a la izquierda y a la derecha, y se s ujeta su popa por e l cabo del la mayor y del baquestay; en otro caso.
embarcaciones colocará en la popa de la embarcación, en el costado de sotavento (si remolque, no puede evolucionar. sólo podre mos navegar con el viento
pequeñas. hay viento). Si se pone a estribor, con el primer golpe de pagaya, el Concretamente, no puede orzar. por la aleta .
724 la maniobra Maniobras auxiliares 725

Por este motivo. debemos buscar un lugar para amarrarlo que esté pués nos ponemos a la deriva ligeramente por la proa del barco remol-
situado en el centro de rotación del barco. cado mientras éste se amarra.
Asimismo, es necesario que reflexionemos en el recorrido que va a • Remolcar un barco que está navegando a vela. La maniobra es
realizar este cabo a bordo; para mantener la posibilidad de orzar, debe- más o menos igual a la del caso anterior; llegamos hasta el barco y nos
mos pasarlo a barlovento de la escota de la mayor y del baquestay (si colocamos a barlovento para pasarle el remolque. Los dos barcos de-
es necesario, entre las dos burdas). ben desplazarse siempre que sea posible a la misma velocidad, mien-
Si el cabo de remolque está bien adujado dentro de un cofre, no tras el barco remolcado afirma el cabo en su barco.
conviene sacarlo del todo. Únicamente debemos coger el chicote y • Remolcar un barco fond eado. En este caso, las cosas se compli-
efectuar con éste el recorrido previsto, pasando en primer lugar por el can algo más. Naturalmen te, la mejor solución consiste en ayudarle pri-
punto donde va a afirmarse, y después volvié ndolo a llevar a popa por mero a levar el ancla para que pueda salir a la deriva; de este modo,
barlovento de la escota de la mayor y del baquestay. Sólo debemos sa- nos encontraremos en el primer caso. Pero esto no siempre puede ha- El barco remolcador pasa a barlovento
car la longitud de cabo necesaria para poder pasarlo al barco remolca- cerse, especialmente cuando no hay agua libre a sotavento. del remolcado para lanzarle el cabo,
do y cuando 105 dos barcos ya estén amarrados la soltaremos en ban- Si tenemos un timón activo y hemos asimilado bien el ejercicio sobre ponié ndose después a la capa delante
da. Al hacerlo de este modo, evitaremos que se enrede y se atasque gobierno a motor de la página 713, no tendremos ningún problema, de éste el tie mpo necesario para que la
por todas partes, y además en el peor momento .. nos paramos proa al viento a barlovento del barco remolcado mientras tripulación lo pueda afirmar.
Por lo general, el barco remolcador hará toda la maniobra a motor, que éste afirma el remolque y leva el ancla.
sin dejar por ello de izar las velas en cuanto el convoy esté en marcha. Si no disponemos de timón activo la operación resulta mucho más
delicada, pues es imposible parar el barco. Por lo tanto debemos hacerlo
todo al vuelo. El barco remolcador se coloca por la popa del barco que
Modo de pasar el remolque
va a remolcar, a gran distancia de éste y se va aproximando al ralentí,
En principio, el barco remolcador debe colocarse a barlovento del remol-
para que todos tengan tiempo de prepararse. Cuando pasa a la altura
cado (¡siempre que no abata con mayor rapidez que este último!). Pues,
del barco que está en apuros, le lanza el remolque y sigue su rumbo
efectivamente, resulta más fácil lanzar el cabo de remolque en la direc-
proa al viento lo más despacio que pueda, pero con velocidad suficiente
la confección de una piña de la guía o ción del viento. Quizás nos resulte cómodo utilizar una guia o sirga , es
para poder maniobrar; a continuación larga en banda el remolque. Con
s irga exige un poco de paciencia. decir un cabo ligero que lleve un barrilete en su extremo -para poder
el fin de facilitar las cosas, es conveniente que este cabo sea muy largo y
1. Se hacen tres gazas muy juntas. lanzarlo a gran distancia con precisión-o Más tarde, podemos amarrar el
que el barco remolcado suba parte de su cadena antes de la operación.
2. Se dan tres vueltas rodeándolas. cabo del remolque a dicha rabiza para pasarlo de un barco al otro.
3. Se dan tres vueltas más Se pueden dar varios casos distintos:
Evidentemente, el barco remolcador deberá vigilar durante toda la
intercal ándolas en las tres primeras. • Remolcar un barco a la deriva . Es el caso más fácil. Nos acerca-
maniobra que el cabo no se enrede en su hélice, lo que puede ocurrir si
4. Ya s ólo queda apretarlas una a una mos al barco lo más lentamente posible, pasando junto a él a barloven-
comete el error de poner la marcha atrás.
empezando por el principio. to, muy cerca y muy despacio, para lanzarle el cabo de remolque; des-

Ponerse en marcha
Para ponernos en marcha co·n soltura, debemos cobrar el cabo de
remolque lo más despacio posible y, en el momento en que está tenso,
acelerar enérg icamente. Si aceleramos en el momento oportuno, el ca-
bo permanecerá en tensión y los dos barcos cogerán velocidad al mis-
mo tiempo. Pero, hay que señalar que este cabo, al tensarse, corre el
peligro de hacer arribar al remolcador; el timonel deberá evi tar este 1. Pasa mos e l cabo de remolque;
movimiento, y seguir, al pri ncipio, un rumbo más próximo al viento de 2. Nos ma ntenemos parados mientras
lo necesario. espera mos que afirmen el cabo;
Una vez en marcha, el remolcador ajustará la longitud del remolque, 3. Tira mos des pacio para ayudar a levar
debiendo ser lo bastante largo como para no estar nunca tenso, y per- el ancla (con cuidado de no
manecer en el agua. Incluso utilizando un cabo muy largo, a veces re- sobrepasarla);
sul ta difícil evitar los tirones, sobre todo con viento de popa, pues los 4. Una vez libre e izada e l ancla, ya
4
dos barcos no suelen llevar la misma velocidad. podemos sa lir.
726 La maniobra Maniobras auxiliares 727

Virada por avante remolcando un barco Modo de remolcar un barco a vela A bordo del barco remolcado
1, 2 Y 3. Disminuimos la longitud del ¡Remolcar un ba rco a vela, es el no va más! Evidentemente, para esto
remolque lentamente para no romper Afirmar el remolque
necesi tamos una mínima habilidad y sobre todo una apreciación exacta
la arrancada . En primer lugar es necesario que el barco remolcado se amarre bien,
de la potencia del propio barco.
4. Viramos, largando completamente para lo cual deberá afirmar el cabo en el punto más resistente del bar-
l os fundamentos de este tipo de remolq ue son los mismos que a
el cabo. co. En principio, se le da vueltas a la bita de amarre, o al pie del palo
motor, en lo que respecta a la preparación de la maniobra y al lanza-
5. Pasamos el cabo al otro costado . (aunque, en los barcos modernos estos puntos no suelen ser lo bastan·
mi ento del cabo.
6. Volvemos a coger velocidad lo antes te resistentes). Si el barco remolcador tiene mucha potencia y hay mar,
Sin embargo, hay un caso que presenta una dificu ltad especia l: re-
pos ible . puede ser conveniente rodea r con el cabo el barco remolcado.
mo lcar un barco fondeado. Pues en este caso, no podemos ponernos
Para dar vueltas al remolque, únicamente haremos nudos que se
en posición de espera mientras el barco remolca do afi rma el cabo y le- Si el barco se encuentra en mal estado,
puedan largar y que no se azoquen, es decir, principalmen te el nudo
va el ancla. La mejor solución es fondea r también nosotros, y después, puede ser conven iente rodearlo con
de remolque y el as de guia; i nunca el ballestrinque I
una vez el cabo está afirmado, zarpar al mismo tiempo que el barco re- una amarra, de este modo evitaremos
molca do, o un poco más tarde. Es necesario que salgamos con un rum· daños adiciona les.
bo bastante portante, para adquirir velocidad antes de intentar ganar Las preocupaciones
barlovento. Para el barco remolcado, las primeras preocupaciones empiezan justo
Navegar en ceñida remolcando un barco resu lta dificil, pues en este después de amarrarse. La mayoría de las veces se deben a una única y
rumbo la potencia que podemos tener es relativamente pequeña. Virar misma causa: el barco remolcador va siempre demasiado rápido y de·
también supone un problema, por lo tanto es indispensable que el bar· trás de él la gente va sufriendo sin poder soltarse.
El patrón que ha caído en la trampa tiene tiempo suficiente para

~
ca remolcado esté libre de su carga, por lo menos durante unos InS·
tantes Con este motivo, al pnnClplO debera cobrar bastante pensar en las precauciones que va a tomar la próxima vez que esto le

~
cabo y después soltarlo Justo antes de Vira r, para man- suceda:
tenerlo amollado durante toda la virada Una • desconfiar de los barcos demasiado potentes (si la situación no es
vez haya Virado, lo pasara al nuevo bordo de critica y si puede elegir);
barlovento • utilizar la guindaleza del barco remolcador en lugar de la suya; en
Yen caso de que no lográramos virar por avant e, siempre nos queda primer lugar, porque resulta más cómodo y después, porqu e asi dudará
la opción de hacerlo por redondo. menos en largarla si la cosa no marcha;
• no afirmar el cabo inmediatamente, sino esperar a ver cómo se
Vigilar el remolque desarrollan los acontecimientos; dar simplemente unas cuantas vueltas
Disminuir la violencia de los tirones es, ante todo, una cuestión de ma· redondas a la bita y mantener en la mano el chicote de la guindaleza.
niobra. Cuando esta última se encuentra floja: Es conveniente saber que en cierta medida, podemos actuar sobre el
• el barco remolcador debe disminuir su velocidad y después acele· barco remolcador (siempre que no sea un barco enorme y sobre todo si
rar en el momento exacto en que se vuelve a tensar; vemos que ha amarrado el cabo en la popa). Por ejemplo, si queremos
• el barco remolcado debe cambiar de rumbo para que en el mo· que venga hacia la izquierda, basta con ponernos francamente a la de·

J ~ i1 mento en que el cabo se tensa, el primer esfuerzo de éste le lleve hacia recha, y nos obedecerá.
su rumbo, en lugar de tirar de él bruscamente hacia adelante. Durante la operación de remolque, debemos mantenernos ligera·
También se puede dar cierta elasticidad al remolque: mente a barlovento de la estela del barco remolcador; esto resulta es·

j~: Z! !!: i1
• colocando un neumático en medio; pecialmente necesario si navegamos en rumbos portantes, para evi tar
• lastrándolo en el centro; choca r contra él si las olas nos empujan. Este tipo de incidente es bas·
• si el barco remolcado lo amarra al extremo de la cadena del ancla, tan te frecuente, sobre todo si el barco remolcador es más pequeño que
dejándola filar varios metros (hasta 20 ó 30 metros con mal tiempo). el remolca do.
Por otra parte, el cabo puede rozar y rompe rse por las zonas que es- Por último, mantenemos la esperanza de que al llegar, el remolcador se
tán en contacto con las ga teras. Tanto si es la parte de amarra del bar· acuerde de que no tenemos marcha atrás y que se pare proa al viento. Si el barco remolcador ha afirmado su
Nos queda una última preocupación y es el precio del remolq ue. En cabo de remolque en la popa, el barco
Un neumático de coche puede servir de co remolcador la que roza en su asidero como si es la del remolcado,
muelle. También podemos las trar el cada uno deberá vigilar su costado y forrar el ca bo de remolque en los principio, este problema no tiene nada que ver con el tema del capítu- remolcado puede " gobernar" al
remolque para hacerlo "elástico ". lugares por donde pueda desgastarse. lo, pero, nos parece conveniente señalar que una falsa maniobra en es· remolcador.
728 La maniob r a Maniobras aux i liares 729

te aspecto nos puede costar muy cara. Antes de que nos remolquen ramos tenido que poner a bordo, sin duda al-
debemos ponernos de acuerdo con el barco remolcador sobre las con- guna no nos va a proporcionar los mismos ser-
diciones de la operacrón, por lo menos si no tenemos una urgencia ab- vicios, pero nos puede servir para realizar algu-
soluta. Hay que decir que esta precaución es especialmente útil al otro nas maniobras. Además, cuando estemos fon-
lado del Canal de la Mancha (discreta indicación que el responsable de deados, las idas y venidas en dicho bote serán
la edición inglesa del libro, sin lugar a dudas, se apresurará a traducir li- más rápidas y menos cansadas.
teralmente).
Empujar el barco
Remolque con el bote auxiliar Para maniobra r, podemos tirar del barco o
bien empujarlo. Resulta más eficaz empujarlo, • •
Existe una manera económica de resolver el problema del motor auxi- pero esto solamente podemos hacerlo con un
liar, y es instalarlo en el bote auxiliar, en lugar de hacerlo en el propio bote auxiliar neumático. En los catamaranes, e l proced imiento
barco. Este motor, de 1,5 a 10 caballos, más barato que el que hubié- Pa ra ello basta con apoyar la proa del bote contra el espejo de popa más evidente es e l de empu jarlos.
(por el centro, o por un costado si el timón es exterior). Conseguiremos
mayor capacidad de maniobra amarrándonos muy cortos: si el bote nos
Foto de aliado: para remolcar empuja claramente hacia babor el barco se colocará enseguida a babor
abarloado al barco se coloca el bote y viceversa.
auxi liar cerca de la popa. Únicamente Utilizado de este modo, el bote auxiliar inflable resulta muy seguro,
deberá trabajar el esprin, incluso en alta mar con olas. Podemos prepararlo un poco antes de lle-
permaneciendo los traves es estirados gar a puerto: si lo llevamos detrás del barco con un tripulante a bordo,
en su justo término. estará listo para el momento en que necesitemos poner el motor.

Abajo a la izquierda: empujar e l barco


Tirar del barco
con el bote auxiliar no es la s olución
Asimismo, también podemos t irar del barco con el bote auxiliar, ya
que inmediatamente nos viene a la
sea éste in fiable o rigido.
cab eza, aunque es la más eficaz.
Para ello es necesario que el cabo de remolque esté afirmado a la
Abajo a la de recha : para remo lcar en proa del bote (en última instancia en el centro), incluso aunque pueda
reata s e afirma e l cabo en la proa del resultar muy molesto para el timonel; pues si se afirma en la popa, no
bote auxiliar. nos dejará maniobrar.
El timonel debe pasar el cabo de un lado a otro del motor cuando
necesite moverse. De todas formas, puede gobernar con comodidad
actuando simplemente sobre el E'lismo: si lo empuja hacia la izquierda,
el bote se desplazará a la izquierda y a la inversa. Esto es posible debi-
do a la gran diferencia de peso que existe entre el barco remolcador y
el remolcado.

Especial catamará n grande


Co n un so lo motor, podemos amarra r una única lancha
Zodiac a un cabo estirado entre las proas de los dos
cascos . Si la Zodiac se co loca e n la proa, igual que se
muestra en el dibujo, la com unicación entre los
t im one les puede ser dificil e n los catamaranes gra ndes.
También podemos empujar fácilmente hacia adela nte,
hacia atrás o de través, contra uno u otro casco .
730 La maniobra Maniobras auxiliares 731

La última solución, la menos adecuada de todas, consiste en manio- barcos podrían llegar a un amarre, con algún medio auxiliar. Esta ma-
brar el barco abarloando a éste el bote auxiliar. Esto únicamente se nera de actuar sería sin lugar a dudas mucho más agradable para to-
puede hacer con calma chicha o en fondeaderos muy resguardados; dos, e incluso más afín con la vocación de los propios puertos.
pues si hay olas corremos el riesgo de estropear el bote, aunque nave-
guemos despacio, pues este último no dispone de puntos adecuados En realidad, la verdadera seguridad no se obtiene nunca por medio
para afirmar las amarras, además de que sufriría abundantes rociones. de soluciones fáciles. Está ligada al fin que se persigue, y no debe con-
En lo que respecta a los catamaranes, el procedimiento más evidente tradecirlo. Si decidimos navegar a vela, es probablemente porque acep-
es el de empujarlos. Según sean sus dimensiones, hay que colocar uno tamos afrontar una realidad íntegra -sin ir a buscar sistemáticamente
o dos botes auxiliares en las popas y por la parte interior de los cascos, las dificultades, pero tampoco sin irnos al fondo cada vez que éstas se
facilitando de este modo la comunicación entre ambos. Para maniobrar presentan-o En este caso la seguridad consiste en cumplir estrictamente
en puerto, podemos lograr efectos evolutivos espectaculares empujan- las reglas del juego, entre las cuales, resulta primordial la preocupación
do con dos botes, dando marcha avante en un costado y hacia atrás en por realizar las maniobras de modo preciso. A partir del momento en
el otro. que nos sometemos a estas reglas, resulta normal que queramos jugar
el juego completo, y mantener el simple derecho de aceptar el tiempo
tal como viene, tanto con buen vien to, como con malo.
¿A MOTOR O A VELA?
Para terminar, nos gustaría insistir en esta evidencia: cuando se navega
a vela no podemos contentarnos con maniobras aproximadas. La disci-
plina que hemos elegido es muy exigente y no admite las medias tintas.
En el transcurso del aprendizaje hemos tenido ocasión de comprobar,
efectivamente, que una maniobra fallada suele desencadenar frecuen-
temente una reacción de hostilidad general; es decir, el barco se con-
vierte en un elemento sin control, y las maniobras de recuperación sólo
sirven para empeorar la situación; en esos casos es cuando se producen
las coincidencias más desafortunadas, combinándose con rigor para
engendrar una confusión total. En este aspecto, todo está relacionado
y los acontecimientos se suceden con una gran rapidez. En un barco en
el que se efectúan mal las maniobras, la gente se encuentra permanen-
temente en peligro, y la presencia de un motor no cambia las cosas. Si
nos empeñamos en querer navegar a vela, la única solución que
nos dicta el sentido común es no contar con el motor del barco,
sino intentar perfeccionar las maniobras a vela.

Desgraciadamente, parece que la solución inversa es la que se nos


recomienda con más frecuencia, de diferentes maneras, en especial
desde el momento en que se prohíbe la entrada a vela en los puertos
deportivos. Creemos que una decisión de este tipo comporta más ries-
gos que ventajas, en la medida en que representa una garantía para la
mediocridad y la negligencia.
Es poco probable que quien no sabe maniobrar en puerto sepa ha-
cerlo en alta mar, con mal tiempo, y esté realmente preparado para en-
frentarse a situaciones imprevistas. Si el creciente número de barcos ha-
ce necesaria la organización de los puertos, podrían acondicionarse lu-
gares fáciles para atracar a vela, desde los cua les posteriormente, los
QUINTA PARTE

,
METEOROLOGIA

1
E l tiempo que va a hacer mañana, en la mar, es algo muy importante que des-
graciadamente no podemos pronosticar solos. No hace mucho tiempo aún, se
especulaba sobre el color del cielo, el comportamiento del gato de a bordo y el
reúma del capitán, y de estos fenómenos se deducían algunas predicciones que no
eran necesariamente falsas. En cambio, ahora disponemos, por mediación de los
servicios meteorológicos, de informaciones sobre el tiempo que nuestros antepa-
sados no se hubieran atrevido ni a imaginar. Basándonos principalmente en estos
datos podemos tener una visión clara del futuro.

Durante mucho tiempo la meteorología ha sido menospreciada -siéndolo toda-


vía en la actualidad en determinadas ocasiones-oLos meteorólogos tienen que de-
sempeñar un papel muy difícil, pues trabajan con una realidad compleja y aleato-
ria, cuyas manifestaciones percibe cada persona de manera diferente. Su escala de
referencia, con relación a estos fenómenos, no es la misma que la del usuario me-
dio, lo que a menudo ocasiona a este último amargas decepciones, dándole la im-
presión de que la previsión meteorológica es un juego de azar. En realidad, los
verdaderos usuarios de la información meteorológica -principa lmente marinos y
aviadores que tienen razones muy concretas para interesarse por el tiempo que va
a hacer- saben que ésta es muy segura. La utilización del radar y de satélites para
la exploración del cielo, de ordenadores electrónicos para el tratamiento de los da-
tos recibidos y la evolución (menos espectacular, pero sin duda todavía más revolu- los que presentamos en los dibujos" nos encontramos cuando, desde la cubierta,
cionaria) de los propios métodos de razonamiento, hacen que el valor de estas in- vemos desfilar las nubes y nos enteramos, por cualquier medio, de la situación de
formaciones no deje de aumentar. También hay que tener en cuenta que algunas los principales actores de los fenómenos meteorológicos, las depresiones y los an-
situaciones generales permiten efectuar predicciones más seguras que otras. ticiclones. Desde este punto de vista, no existe un tiempo oceánico o un tiempo
mediterráneo, sino un tiempo "europeo". En lo que respecta a este capítulo he-
Si todavía en la actualidad los boletines meteorológicos inspiran poca confianza, mos so licitado el apoyo de los técnicos met eorólogos del Servicio Meteorológico
se debe probablemente a que tendemos a considerarlos como" productos de con- Interregiona l Oest e (Brest Guipavas) para conseguir y comentar las cartas y foto-
sumo", y a "tragárnoslos" como tales. Ahora bien, en primer lugar hay que tener grafías del cielo tomadas por satél ites, de las situaciones meteorológicas más típi-
en cuenta que la comprensión de estos boletines exige un mínimo de conocimien- cas de los últimos años.
tos por parte del consumidor y, además, que las previsiones suministradas se refie-
ren a zonas muy amplias y no pueden tener en cuenta los matices del tiempo en El último capítulo está dedicado principalmente al boletín meteorológico y al
un determinado lugar. El problema de las zonas limítrofes también es importante, pronóstico personal. Si conocemos bien los datos básicos, podemos consultar di-
pues en una distancia de unas decenas de kilómetros (a veces menos) podemos rectamente estas páginas para encontrar la información meteorológica práctica
encontrar lluvia en lugar del sol esperado. Por lo tanto, debemos hacer parte del que necesitamos. Esta parte ha sido redactada en pleno período de reorganización
trabajo nosotros solos. Para el navegante deportivo, como para el resto de las per- y cambios en los servicios de Météo France. Para responder mejor a las necesida-
sonas, la previsión correcta del tiempo está sometida a dos condiciones: interpre- des de los usuarios, Météo-France ofrece desde comienzos de los años 90 una se-
tar correctamente los boletines y ser capaz de deducir, con ayuda de las observa- rie de boletines especializados por medio de contestadores telefón icos tipo 36.68,
ciones persona les, el cambio que va a experimentar el tiempo a nivel local, en la así como a través de Minitel. Asimismo, la adopción por parte de Francia del siste-
zona por donde navega. ma NAVTEX y la puesta en marcha en agosto de 1993 de las estaciones em isoras
de Cross Corsen y de Cross Lagarde modifican las condiciones de la información
Vamos a confesarlo de una vez, no entendíamos nada de meteorología hasta sobre alta mar. A pesar de nuestros esfuerzos, puede ser que la información que
que nos hemos decidido a sumergirnos en los libros para adquirir unos conoci- mencionamos esté sujeta a posibles modificaciones, mientras la puesta en marcha
mientos, al menos elementales, sobre los principales fenómenos atmosféricos, su de esta nueva red no sea definitiva. Por este motivo pedimos excusas a nuestros
razón de ser y su organización de conjunto. Sin lugar a dudas, hay que pasar por lectores.
ahí, por eso nos hemos aventurado a dedicar todo un capítulo a la vida de la at-
mósfera y al movimiento del aire. Tratar en unas cuantas páginas un tema tan am- Evidentemente, estos capítulos no constituyen más que una pequeña brecha
plio constituye evidentemente un reto: en algunos casos hemos tenido que dar abierta en un campo inmenso. Le corresponde al lector continuar la investigación,
bordadas entre el rigor y la claridad, al tiempo que nos esforzábamos en no perder por una parte leyendo las obras que citamos en la bib liografía (de las cuales he-
de vista ninguna de estas dos balizas. mos extraído la mayor parte de la información), y por otra adquiriendo la costum-
bre de observar el cielo, familiarizándose así con este mundo fabu loso, cuyo res-
A continuación, hemos querido proporcionar elementos para la segunda parte plandor nada podría empañar, ni siquiera los análisis más severos.
del trabajo, es decir, para la observación del tiempo que hace. Esta observación
únicamente resulta válida si conocemos con bastante precisión en qué "caso de
Los movimientos
del aire
La meteorología es una ciencia muy respetable. en primer lugar porque
intenta responder con sinceridad a las preguntas de los niños tercos.
Todos sabemos que el Sol calienta la Ti erra. Pero ¿por qué tenemos ca-
da vez más frío a medida que nos elevamos sobre el suelo, mientras
que n05 acercamos al Sol? ¿Por qué hace calor en el ecuador y frío en
los polos? ¿Por qué esta nube se queda quieta en la cima de la monta-
ña, aunque el viento sea fuerte? ¿Y por qué hay nubes? ¿Y por qué ha-
ce viento? ¿De dónde vienen, y a dónde van?
Saludemos de pasada a las mentes inteligentes, o dotadas de una
buena memoria, a las que estas preguntas hacen sonreír, y sigamos por
orden.

El Sol irradia energía. Una parte de esta energía llega a la Tierra, que
es una bola rodeada por una atmósfera. Otra parte es reflejada directa-
mente hacia el espacio, cuando los rayos solares alcanzan el planeta,
sin influir para nada en éste. Y otra, bastante pequeña, es absorbida
por la propia atmósfera, que se calienta ligeramente (un rayo luminoso
se transforma en calor al ser absorbido por un obstáculo); y por último,
otra parte, la más grande, es absorbida por el suelo, calentándolo fuer-
temente.
Hay que señalar que si la transferencia de energía se produjese en
un solo sentido, la temperatura de la Tierra no haría sino aumentar, y
ya no estaríamos aquí para contarlo . Pero la Tierra, como cualquier
cuerpo calentado, también irradia calor. Globalmente -ésta es la pala-
bra adecuada- vuelve a emitir una cantidad de energía similar a la que
recibe, estableciéndose por lo tanto un equilibrio.
Lo primero que comprobamos es que en un mismo intervalo de
tiempo el suelo absorbe aproximadamen te tres veces más energía que
la atmósfera que lo rodea, estando, por término medio, más ca liente
que ella, a la cual empieza a calentar por su base. Este calentamiento Para el qu e sa be leer en las nubes, este
se percibe hasta una altitud de unos 12 kilómetros. Por lo tanto, desde cielo de tormenta sobre el archipiélago
el suelo hasta una altitud de 12 kilómetros, la temperatu ra va disminu- de Bré hat no tien e nada de alarmante:
yendo. Ésta es la característica principal de esta capa baja de la atmós- lo peor ya ha pa sado.
740 Meteorologia Lo s movimientos del aire 741

fera. denominada troposfera: es decir, esfera cambiante. El espesor de los polos, puesto que las cantidades de calor que deben transferirse
esta capa varia según la latitud (12 kilómetros representa sólo una me- son muy grandes.
dia. siendo mucho mayor en el ecuador que en el polo) y variando tam- La conducción y la radiación son los únicos medios de intercambio
bién de un dia para otro, en función del tiempo que haga. Su limite su- en la Luna, por ejemplo, registrándose en la misma temperaturas de
perior se denomina tropopausa . Más arriba, y hasta 150 kilómetros de 200 oC en las regiones soleadas y de -100 oC en las regiones a la
altitud, está la estratosfera, que es una zona donde la temperatura sombra .
aumenta ligeramente y donde 105 vientos va riables pueden llegar a ser Pero la Tierra tiene atmósfera y océanos. El aire y el agua son por sí
muy fuertes. Más arriba, ya nos salimos del tema. mismos malos conductores del calor, pero pueden desplazarse, pu-
La troposfera, con sus 12 kilómetros de altitud, tiene un espesor in- diendo también el propio aire transportar agua, que obtiene de la eva-
significante, si lo comparamos con los 6.400 kilómetros de radio del poración en las zonas húmedas del planeta. Estos dos elementos tan
globo terrestre, siendo como un papel de seda alrededor de una naran- inestables que están sometidos a continuos cambios ¿no podrían con-
ja. Sin embargo, esta fina pelicula contiene un 80% de la masa total de tribuir a igualar las temperaturas en la superficie del globo? Y esta
aire y un 90% del agua atmosférica; en su interior se forman todas las igualación de las temperaturas ¿no sería precisamente la razón de ser
nubes y la mayoría de los fenómenos que nos interesan. de sus movimientos?
Vamos a hacernos una segunda pregunta: ¿por qué hace frío en los Esto es precisamente lo que los meteorólogos han sacado a la luz;
polos y calor en el ecuador? en el planeta Tierra, los intercambios térmicos se llevan a cabo princi-
Los rayos solares son paralelos (o pueden considerarse como tales), palmente por medio de grandes masas fluidas que se desplazan, unas
pero la Tierra es esférica. Las regiones polares se encuentran desfavore- desde el ecuador hacia los polos, y otras de los polos al ecuador; los in-
cidas, pues reciben menos rayos de sol por unidad de superficie que las tercambios se hacen por convección .
regiones ecuatoriales, que están muy expuestas. De este modo existen corrientes oceánicas cálidas -como la Co-
Esta respuesta tan simple, aparentemente satisfactoria, es en reali- rriente del Golfo- que transportan el calor de los mares tropicales ha-
dad engañosa y encierra a su vez una nueva pregunta, que nos va a lle- cia el Norte, y corrientes oceánicas frías -como la corriente del Labra-
var muy lejos. El cálculo de la cantidad de energía absorbida respectiva- dor- que bajan en dirección contraria. Estas corrientes son muy lentas
mente por el ecuador y por los polos revela, de hecho, un desequilibrio y, sin embargo, realizan casi tantos intercambios como la propia at-
enorme entre estas dos regiones, que debería traducirse en una dife- mósfera, cuyas masas de aire ecuatoriales cálidas tienen tendencia a
rencia de temperatura mucho más grande que la que percibimos en la desplazarse hacia los polos, y las masas de aire polares frías, a bajar
realidad. Las regiones ecuatoriales deberían ser muy ca lientes y las re- hacia el ecuador.
giones polares, muy frías; es decir, tan insoportables las unas como las Según este esquema, en este momento ya podemos explicar el ori-
otras. Si no es así, si la temperatura es más o menos soportable en to- gen del viento. Creemos estar en lo cierto al pensar que los principales
dos los lugares (con más o menos jerseys), es sin duda alguna porque vientos existentes en la atmósfera son vientos del Norte y vientos del
se producen intercambios entre el ecuador y los polos. Sur. Ahora bien, si consideramos las medias de los vientos existentes en
y entonces surge una nueva pregunta: ¿cómo se efectúan dichos in- la superficie del globo, tal y cOrlJo se deduce de las observaciones efec-
tercambios? La respuesta, esta vez, corre el peligro de ser un poco más tuadas durante muchos años, debemos desengañarnos rápidamente,
larga, pues es el objeto mismo de la meteorologia. pues los componentes Norte y Sur no figuran en ellas (anulándose por
término medio); los vientos medios son del Este y Oeste: vientos del Es-
La física nos enseña que todo cuerpo calentado en un punto tiende te en las regiones ecuatoriales y en las regiones polares, y vientos del
a distribuir el calor recibido por toda su masa. Esta distribución puede Oeste en las regiones templadas. Por otra parte, sucede que los vientos
efectuarse por conducción, es decir, por contacto, poco a poco, en el suelen ser muy flojos: de apenas 2 metros por segundo. Y sin embargo,
interior de la propia masa. Éste no es el caso del planeta Tierra, ya que nosotros conocemos otros que van muy rápido.
el suelo es un mal conductor del calor. La transferencia puede efectuar-
se igualmente por radiación, aunque la radiación de la Tierra se pierde Ll egados a este punto, las preguntas de los niños ya nos empiezan
la radiación solar es uniforme. pero en
casi por completo en el espacio. Únicamente un pequeña parte es re- a molestar. Podríamos contestar de manera precisa y esquemática
latitudes altas se reparte sobre una
flejada por las nubes (es lo que explica que las noches sean menos frias soltando, por ejemplo, el siguiente discurso. La Tierra gira sobre sí
s uperficie mas grande q ue en e l
cuando el cielo está cubierto que cuando está despejado), pero esta ra- misma y, como está llena de depresiones y de colinas, este movimien-
ecuador.
diación es insuficiente para establecer un equilibrio entre el ecuador y to de rotación crea remolinos en el aire. algunos de estos remolinos
742 Meteorologia Los movimientos del aire 743

giran en un sentido, y otros en otro; unos tienen la punta hacia arri-


+-- ba, y otros abajo. Por otra parte, 105 océanos y los continentes se ca-
El agua en la atmósfera
+--
----+ ----+ lientan y se enfrían con un ritmo diferente, y debido a su desigual La composición del aire seco, determinada por vez primera por La-
----+ ----+ voisier, es prácticamente invariable: un 78% de nitrógeno, un 21 % de
temperatura se crean más remolinos, que aparecen y desaparecen
+-- +-- oxígeno y un 0,9% de argón, representan el 99,9% de los componen-
+-- +-- periódicamente. Las masas de aire caliente y de aire frío que tratan de
producir los intercambios entre el ecuador y los polos son arrastradas tes. los demás gases sólo existen en estado residual. Pero, realmente,
"'" JV'
los meteorólogos se interesan muy poco por el aire seco, qCJe no se en-
"'"
+--
JV'

+--
JV'
en todos estos movimientos, siguiendo a partir de ese momento rutas
insospechadas. Además, cuando una masa de aire caliente y una ma- cuentra casi nunca en las capas bajas de la atmósfera. Su mayor preo-
+-- +--
sa de aire frío se encuentran, no se mezclan en absoluto, sino que se cupación es la mezcl a de aire seco/vapor de agua, desempeñando
----+ ----+
----+ ----+ enfrentan, lo que produce aún más remolinos, dentro de los cua les el este últ imo gas en cant idad m uy va ri able un papel funda m ental.
+-- +-- viento es fuerte, y que se desplazan entre los grandes remolinos antes De hecho, en la atmósfera, el agua puede existir en estos tres esta-
mencionados. Es un problema de engranaje, o todavía más sencillo: dos físicos:
Según la latitud, los vientos son del una auténtica feria. Estado gaseoso: vapor de agua.
Este o del Oeste. Evidentemente, nadie está obligado a saber más, pero si estamos in- Estado liquido: gotas de agua de las nubes, lluvia y rocío.
teresados, sin duda, tenemos que armarnos de paciencia, bajarnos de Estado sólido: cristales de hielo en las nubes altas, granizo, nieve,
las nubes, volver a la realidad, y abordar el problema desde el principio. escarcha.
Examinar en primer lugar de qué está hecho este aire del que tanto ha- El paso de un estado a otro se lleva a cabo permanentemente, yes-
blamos (y que también respiramos), concretar después lo que es una tos cambios de estado absorben o desprenden calor (calor latente). Por
masa de aire, cómo se desplaza y lo que le sucede, y dar también un ejemplo, para transformar el agua en vapor (evaporación del agua de
repaso a la s nubes. De algún modo, tenemos que introducirnos en el los océanos, y paso de la gota de agua a vapor), hace falta calor; y por
movimiento del mundo aéreo, y entonces será cuando tendremos algu- el contrario, la condensación (el paso de vapor de agua a gota de agua)
na posibilidad de comprender la sorprendente vida que le anima. proporciona calor.

Resum iendo, ésta es la situación


LA ATMÓSFERA Vamos a resumir lo que ocurre en la atmósfera: la superficie oceánica Para el meteorólogo, la m ezcla
se ca lienta, el agua se evapora. aire/vapor de agua es una cuestión de

Los primeros astronautas dieron a la Tierra el nombre de "planeta El vapor de agua que se forma se mezcla con el aire. la can ti- estado. Estado sólido cuando la nieve
azul", pues realmente, vista desde el espacio, aparecía rodeada de una dad de vapor de agua que puede contener el aire es limitada. Una vez cae sobre la cubierta de los barcos, y
aureola azulada debido a la presencia de la película atmosférica que di- alcanzado este límite, se dice que el aire está sa turado; si se sobrepasa estado liquido cuando e l rocio brilla en
funde la luz solar. este límite, el vapor de agua que sobra se condensa en forma de gotas las ramas de los arboles.
Si bien la atmósfera aparece materializada de una manera tan nítida,
resulta, por el contrario, muy difícil conocer exactamente su espesor. lo
que sabemos es que esta capa es muy fina, en relación con la s dimen-
siones de la Tierra: el 90% de su masa (5.300 millones de mega tones
aproximadamente) está en los 16 primeros kilómetros por encima de
nosotros. Además, cuando volvieron los satélites, se observaron las pri-
meras manifestaciones de la presencia de un medio gaseoso hacia unos
130 kilómetros de altitud, ilO cual podria representar el límite de la at-
mósfera!
Esta pelicula, dentro de la cual vivimos "como peces en el agua",
que nos protege del Sol y nos "alimenta", está compuesta, principal-
Una fina pelicula de aire rodea el globo mente, de aire seco y de vapor de agua, de un número considerable de
terrestre. Las cordilleras tienen un partículas sólidas, de impurezas o residuos varios, de bacterias ... Todo
papel nada despreciab le en los ello de dimensiones microscópicas, sin olvidar, por supuesto 105 crista-
movimientos del aire. les de hielo.
744 Meteo r ología Los movimientos del aire 745

de agua y aparecen las nubes. Este límite de saturación depende de la (hay que señalar también como causas menos frecuentes la mezcla y
12 / temperatura del aire: el aire caliente puede contener más vapor de la turbulencia).
agua que el aire frío.
!:::- 10---------- -- --------t' Las n ubes producen las precipitaciones. El agua llega al suelo;

t
~ agua ,,/
//' Por ejemplo, en las capas muy bajas (a una presión de 1 000 miliba-
res (hPa), la atmósfera a 20 oC puede contener hasta 15 gramos aproxi-
madamente de vapor de agua por kilo de aire seco, mientras que la at-
una parte se evapora, otra alimenta la vegetación, que la devuelve a la
atmósfera en forma de vapor, por "transpiración", y por último, otra
parte cae o penetra en el suelo regresando al océano.
E 6 liquida , mósfera a OoC sólo contiene 4 gramos aproximadamente. Imaginemos
;"E;¡ ,/
/ vapor de ahora una masa de aire a 1 000 hPa y a 20 oC que contenga 14 gra-
~ ,,/' agua mos de vapor de agua, es decir, que no está saturada (ya que puede
a 2 ___ •• "
:§ contene r cerca de 15 gramos), pero si se en fría por cualquier motivo,
K ·8 ·4 12 enseguida alcanza la saturación y es entonces cuando aparece la con-
grados cenligrados densación.
Por experiencia. sabemos que la
presión máxima de vapor de agua
(denominada también " tensión de
vapor satu rante" con re lación al agua
liquidal sólo depende de la
temperatura, siendo directamente
proporcional a la mism a.

15 - -- --- - . - . -------- ----- -- -;

"
""
,,,"",,, Vvapor de agua
, , ¡jerra
,, ,,
,,, ,,, El ciclo se ha cerrado. El agua durante su viaje por la atmósfera cam-
,, ,, bia de estado y puede recoger y distribuir grandes cantidades de calor.
,, ,,
,," ,'
I 5 ! 1
Los parámetros de estado
~ I 1
'- 4------------------"
,: i Si se enfría hasta OoC, los 10 gramos de vapor sobrantes El estado de un gas se define por su presión, su temperatura y su volu-
8. , , I
~ ,/ : : (14 - 4 ; 10) se transforman en gotitas de agua. men . Conocer el volumen de la atmósfera es algo imposible. Los dos
~ ./ :: Hay que señalar que: primeros parámetros utilizados, debido a su accesibilidad, son la pre-
:JI : :
~ L_~-----------'~--~'-+ • el cambio de estado del vapor de agua en agua desprende calor, sión y la temperatura. Para estar bien informados sobre la composición
grados - 10 1n 20
lo cual frena considerablemente el enfriamiento; de la mezcla aire seco + vapor de agua, se define también un paráme-
A una presión de 1 000 hPa 4 tro de "humedad". Al ser la atmósfera un fluido en continuo movi-
• la condensación se favorece debido a la presencia en el aire de
- a 20 oC, la atmósfera puede contener miento, hay que conocer igualmente el parámetro del movimiento, es
unas partículas minúsculas higroscópicas llamadas "núcleos de con den-
unos 15 gramos de vapor de agua por decir, el viento.
sación": polvo, cristales de sal marina, etc.;
kilo de aire seco; Para estudiar estos parámetros, el meteorólogo, al igual que el
• en la atmósfera, el vapor de agua puede condensarse en gotitas
- a O oC, la atmósfera sólo puede geógrafo, antes de trazar un mapa, establece una escala; la más uti-
de agua incluso a una temperatura bajo cero. Por lo tanto. puede con-
contener algo menos de 4 gramos de lizada, que viene impuesta por la distancia entre los puntos de me-
tener gotas de agua ( y no crista les de hielo) hasta una temperatura de
vapor de agua por kilo de aire seco. dida (estaci ones meteorológicas), es la escala sinóp tica. Las "parti-
- 15 oC aproxima damente; este fenómeno se llama sobrefusión .
• El hPa (hectopasca l) es la unidad de Es conveniente que el meteorólogo conozca la cantidad de vapor culas sinópticas" dentro de las cuales se consideran uniformes los
pres ión empleada en Francia; la unidad de agua contenida en el aire (humedad), y también las razones even- diferentes parámetros tienen una dimensión horizontal de va rias de-
equiva lente en Es paña es e l milibar. tuales del enfriamiento de las masas de aire. Las principales causas, la cenas de kilómetros y una dimensión vertical del orden de una de-
radiación y la expansión, las detallaremos en los párrafos siguientes cena de metros.
(N. de la r.)
746 Meteorolog ía Lo s mo vi mientos del aire 747

altitud La presión atmosférica jueves viernes Variación rápida de la presión


en km registrada en un diagrama
El 19 de septiembre de 1648, en el Puy de Dome, Pascal y su cuñado lD1214 1618W22M2468 1D1214 1618wnM24681012 1416 18wnM2 4 68 10
Périer demostraron que la presión atmosférica disminuye con la altitud.
En la actualidad esta disminución resulta evidente, siendo perfectamen-
7
> - - - - --:--"040> - - - -
• descenso desde e l miiHcoles al jueves
a las 13 horas.
te comprensible que si la dimensión vertical de la columna de aire dis-
II
, I ! 1, !. / I • s ubida des de e l jueves a las 13 horas
minuye, la presión ejercida es menor. Sin embargo, la cuestión es algo
í, al vie rn es.
más complicada, pues hay que contar también con la densidad del aire.
Recordemos que, por término medio, en las capas bajas de la atmósfe-
ra la disminución de la presión es de 1 milibar por cada 8 metros de
elevación, pero, sin embargo, en el aire frío el índice de disminución es
mayor que en el aire caliente, reduciéndose este índice con la altitud.
La presión atmosférica se mide por medio de barómetros" aneroides
compensados", que indican, con bastante precisión, el valor de la pre-
sión, pero hay que graduarlos a menudo. Los barómetros registradores
permiten apreciar las variaciones de presión, que a menudo resultan
muy útiles de conocer . Un descenso (o una subida) brusco y grande
alertará al marino. Y aunque no queramos dar demasiada importancia
100 300 500 700 1000
presión en milibares a sus indicaciones, el barómetro sigue siendo un aparato indispensable \ \
Decrecimie nto m edio en la mar.
de la presión con la altitud. En nuestras regiones, situadas en una latitud media, la presión at-
Por t érmino m edio. a una presión de mosférica al nivel del mar varía entre 950 y 1 050 milibares, siendo la alta: son los anticiclones . Es importante conocer esta distribución
700 milibares correspond e una altitud presión media, llamada a menudo "normal", de 1 013,25 milibares. horizontal, ya que influye directamente en la fuerza y en la dirección
de 3 km., a 500 milibares corresponde Existe una variación diurna de la presión llamada "marea barométri- del viento.
una altitud d e 5,5 km ., a 300 milibares ca" cuya amplitud es muy pequeña (del orden de 1 milibar) y a menu-
corresponde una altitud de 9,1 km .• y a do poco visible en los registros. Es decir q ue, en hora solar (en nuestro Por lo tanto, debemos analizar el campo de presión. Por motivos
100 milibares corresponde una altitud país en verano es mediodía solar hacia las 14 h.), la presión sube entre prácticos, este aná lisis, que consiste en traza r mapas de isolíneas, se
de 16 km . las 4 y las 10 horas, y entre las 16 y las 22 horas, y baja entre las 10 Y efectúa de dos maneras diferentes, según nos encontremos a nivel del
las 16 horas, y entre las 22 y las 4 horas. mar o a una determinada altitud.
Las variaciones de la presión atmosférica en el espacio desempe- Al nivel del mar -superficie de altitud constante e igual a O metros
ñan un papel fundamental en meteorología. En un determinado ins- por definición~ se unen los puntos que tienen la misma presión, trazán-
tante la presión a nivel del mar no es la misma en todos los puntos de dose líneas isobaras de 5 en 5 milibares.
la superficie terrestre . Existen zonas donde la presión es relat ivamente En una determinada altitud el análisis consiste en trazar las curvas de
baja: las depresiones, y zonas en donde la presión es relativamente nivel (isohipsas) de una superficie isobárica no plana, igual que hacen
los geógrafos para representar el relieve terrestre en un mapa.

Para terminar con estas nociones generales sobre la presión atmos-


, . . . . '
férica, vamos a decir algunas palabras sobre el g ra diente horizontal
de presión . Este término que frecuentemente utilizan los meteorólo-
Ejemplo de cálcul o del gradiente
horizonta l de presión:
gas lo trataremos al est udiar el viento. Es un vedar perpendicular a las En e l mapa de arriba :
isobaras (o a las isohipsas) que está dirigido hacia las altas presiones y dP =5 milibares
cuyo va lor es: di = 500 km
... . "' . .. dP Diferencia de altura de las isobaras, en bares dP 5 milibares 1 milibar
dI Distancia de separación de las isobaras, en metros di 500 km 100 km
Isobaras juntas = gradiente grande El gradiente de presión es de 1 milibar
Barómetro a neroide Barómetro registrador de cápsula. Baróm etro electrónico. Isobaras espaciadas = gradiente pequeño cada 100 km .
748 Meteorolog i a Los mo v imientos del aire 749

La humedad
El tercer parámetro de estado de la atmósfera, y no por ello el menos
importante, es la humedad. Las corrientes de vapor de agua contenidas
en el aire se sitúan sobre la superficie terrestre: son los mares, 105 océa-
nos, los lagos, los cu rsos de agua, y también la vegetación, que expulsa
Análisis del campo de presión a la atmósfera el agua del suelo que recoge por las raíces. Como con-
a nivel del mar secuencia, la humedad, es decir, la riqueza en vapor de agua, depende
En el análisis de un mapa de campo s de de la presencia natural del agua, siendo mayor en la mar que en 105
presión aparecen zo nas de a lta presión. conttnentes y los desiertos. Cuanto más nos alejamos de las fuentes de
o anticiclones {señaladas con Al , V humedad, menores son las posibilidades de que se forme vapor de
zonas de bajas presiones o depresiones agua, es decir, que hay una menor cantidad en una altitud elevada que
(señaladas con O) . El taJweg lo en las capas bajas. Resulta muy difícil medir la humedad absoluta, sien-
thalweg) prolonga una depresión y l a do poco exactas las medidas de humedad relat iva.
dorsal prolonga un anticiclón. El cuello
isobárico esta situado entre dos zonas En resumen
de bajas presiones o entr e dos zonas de La determinación de estos tres parámetros de estado nos permite cono-
a ltas presiones. La isobara 1015, que cer la atmósfera. Las estaciones meteorológicas los miden sistemática-
representa la presión unormal u mente, tanto en la superficie como en determinada altitud, pero, como
(1 013,25 milibares ) está representada ya hemos dicho, la atmósfera es también un gas que se desplaza tanto
por un trazo m ás grueso. en sentido horizontal como en vertical.
mié rcoles jueves
101214 16182022242 <1 6 810121416182022242 4 6 8 10 121 41 618202224 246 810 ~

/.t ~ I / ~ ~ ~ht / / / / /
La temperatura
!I / l/ U ¡f / / I ¡ 11 I I
Es un parámetro que va ría mucho de un lugar a otro, tanto en el plano
horizontal como en el vertical. La temperatura del aire depende en gran / / ! ! / / / TI / / UU / / / /f- iI / /! / ¡j í ; / r; / I ! I / /
parte de las cond iciones locales. En general. la amplitud de las variacio- I ,) Tri T l· 1/ 1:[ ! ! I ! ! II y
I Io r °r r 'jo. 1/
~ ~I~
nes de la temperatura es mayor en el interior de los continentes que en o
las cercanías del mar, y más importante cuando el cielo está despejado
/,/ {r+++-Hlr¡
// , 11 100
lermosfera

.,I
que cuando está cubierto. La distribución vertical media de las tempe-
1 11;(11 I J T 1 ¡¡ I
.....
raturas hace que aparezcan las capas características de la atmósfera: la meso ausa
troposfera cuyo espesor es de 4 a 8 ki lómetros sobre los polos, y de 15 1 ' 1 I I l .t J. 1
80

~\ H~ ~\ \-
a 17 kilómetros sobre el ecuador, yen la cual la tempe ratura disminuye
con la altitud a razón de 0,6 oC por cada 100 metros aproximadamen-
\ '\ \ 1 \ . '\
60 1'\.
te. Encima de la troposf era y hasta una distancia aproximada de unos ""- ~j Pj!J![f!c .
jJ\ L \\ \\\\\\\ II \ \ '\ \ \\\\\ \
50 kilómetros se encuentra la estratosfera, en la cual la temperatura
aumenta con la altitud.
Aún más arriba, se encuentran la mesosfera y la termosfera, que son
ml\tt~ \\\\\\\\\\\ \\\\\\\\\\\ \\\\\\\ /
~
\\\\\\ \'\ \\\\\\\\\\ \'\ \\\\\\\\\\ \''\ \\\\\\ ,o 1
~
40
eslratosfera

capas elevadas donde las moléculas de ai re son cada vez más escasas, tropo ausa
lo cual no afecta en modo alguno al tema que estamos trat ando, ya Por medio de un registro de temperatura, medida en un lugar resgua rdado. se puede
Ce ¡;:t.~;;¿" ~
que casi todos los fenómenos" meteorológicos" tienen lugar en la tro- determinar la hora de la mínima y de la máxima, así como e l núme ro de hora s oF !'
posfera, es decir, en los 12 primeros ki lómetros por término medio. durante las cuales la temperatura ha s ido s uperior o inferior a l umbral (en este cas o, _80 0 _40 0 0° +20 0 lemperatura en oC
e l jueves 22, la temperatura ha s ido superior o igual a 20 oC durante s iete horas). La la modificación de fa distribución
Conviene saber que las t emperaturas que comunican los servicios de amplitud diurna es la diferencia entre la máxima, que s e alcanza en general a l vertical de la temperatura es lo que
Meteorología son temperaturas medidas en un lugar resguardado y ai- principio de la tarde, y la mínima, que tiene lug ar. la mayoria de las veces, un poco dis tingue principalmente a las diversas
reado, es decir, protegido de cualquier t ipo de radiación . despues de la salida de l s ol. Durante e l jueves 22, la amplitud ha s ido de 12,5°. partes de la atmósfera .
750 Meteorología Los movimientos del aire 751

El parámetro del movimiento: el viento La rotación terrestre origina una fuerza desviadora, la fuerza de (0 -
riolis, que se ejerce de forma perpendicular a la dirección del movi-
Modo de medir el viento miento, hacia la derecha en el hemisferio Norte y hacia la izquierda en
El vien to se define por su velocidad y su dirección . Analíticamente, este el hemisferio Sur.
vector se representa por dos componen tes horizontales y por una com- En el hemisferio Norte, el aire "procedente" de 105 anticiclones es
ponente vertical V. desviado hacia la derecha, girando en el sentido de las agujas del reloj.
El aire que "va" hacia las depresiones es desviado hacia la derecha, gi-
No es fácil medir el componente vertical. A escala sinóptica, las as- rando en el sentido contrario al de las agujas del reloj.
cendencias y las descendencias son muy pequeñas, siendo su velocidad Basándose en este fenómeno, el meteorólogo Buys-Ballot, a finales
del orden de 1 a 10 centímetros por segundo. Pero estos movimientos del siglo pasado, estableció la regla siguiente: un observador que se co-
verticales, generalmente constantes y que afectan a amplias zonas, tie- loque frente al viento tendrá siempre las bajas presiones a su derecha y
nen una gran importancia. Hay que señalar que, localmente, los movi- las altas presiones a su izquierda.
mientos verticales pueden ser mucho más grandes, pero también más
breves. Los aficionados al vuelo sin motor lo saben muy bien y por eso
buscan aquellos lugares en que se producen fuertes ascendencias para
practicar este deporte.
Siempre haciendo referencia a la escala sinóptica, podemos percibir ~~ 0
que los movimientos atmosféricos son principalmente horizontales. Es
esta componente horizontal UV la que miden las estaciones meteoroló-
~015~~010 \~~,
~'" ~
gicas. A partir de este momento, vamos a puntualizar: el viento de su- '\ ~~:,
perficie se mide siempre a una altura normalizada de 10 metros, fiján-
dose los captadores en el extremo de un poste que perturba 10 menos
~ hemisferio Norte
posible el flujo del aire.
Para medir la dirección del viento, se utiliza la veleta, cuya señal Regla de Buys· Ballot (en el caso d e vientos de s uperficie)
0/360°, marca el Norte geográfico, indicando el resto de las direcciones
10 mismo que la rosa normal que utilizan los marinos.
El anemómetro sirve para medir la velocidad (o fuerza) del viento. Las
unidades que se utilizan son el metro por segundo y el nudo (1 nudo = A propósito de la escala
1 milla marina (1.852 mlhora, es decir, unos 0,5 metros por segundo). Se anemométrica de Beaufort
llama viento sinóptico al viento general, independiente de los fenóme- a tab la que aparece en las siguientes página s se c reó pa -
nos locales, calculado durante 10 minutos. La fuerza del viento máximo
instantáneo (la "punta del viento ") se puede leer en el registrador. La di-
L ra servir únicamente de guía, e indica grosso modo la s
co ndiciones con la s que p o demos encontrarnos en alta mar,
ferencia Vmax - Vsinop nos da una idea de la turbulencia del mismo. lejos de la costa. No d ebé utilizarse nunca a la in ve rsa, es
decir, para determinar el estado de la mar con v istas a esta -
El viento real b lece rlo o seña larlo . En los mares interiores o próximo s a

.- El parámetro "viento ", imprescindible para la navegación, merece que


las costas, c uando el v iento so pla de ti erra la altura de la s

•.+•• .•.
olas será menor y su profundidad mayor. Los números en-
le dediquemos un instante.
tre paréntesis de la última co lumn a indic an la altura má xima
Según hemos visto, al realizar el análisis del campo de presión apare- probable de la s o las.
cen en los mapas anticiclones y depresiones. Podríamos pensar que el Esta escala indica c ifras (de O a 12) co rres pondientes a ve-

~
aire se desplaza de forma natural desde las zonas de altas presiones ha- locidades media s (por lo menos durante 10 minutos ) de

' .~ ~ ... '"'


.
cia las de bajas presiones. Esto es casi cierto, pero en cualquier caso
tampoco es tan sencillo. En realidad:
v iento medido a 10 metros de altura sobre la tierra o sobre
el mar. Estos v ientos medio s pueden ca lcu larse con una di-
• La Tierra gira sobre sí misma. ferencia de unos poco s nudos aproximadamente, en fun -
• Su relieve no es regular. ción de los efectos observados, uti li zá ndose, sobre todo, es-
El metereólogo Buys·Ballot ta esca la en meteo rología marítima.
• No es lisa.
752 Meteorologia los movimientos del aire 753

_ _ Escala anemométrica de Beaufort

Ve locidad media del viento


Término Altura probable
Cifra a la altura no rmalizada de Especificaciones de las o las
descriptivo
Beaufort 10 metros sobre un terreno
del viento en metros
plano y descubierto

Km / h En l. 00'"
o calma 0·1 0·1 Calma: el humo sube en sentido vertical. la mar está como un espejo. Calma.

ventolina 1·3 1· 5 la dirección del viento viene indicada por el humo, y no Empieza a rizarse la mar en forma de escamas de pescado, los barcos de pesca llevan 0 , 1(0, 11
por los catavientos. pero sin ninguna espuma. algo de arrancada.

flojito 4·6 6-11 El viento se siente en la cara. Se mueven las hojas de los Olitas pequeñas, pero más acusadas, con aspecto vidrioso, pero El viento hincha el velamen 0.210.31
árboles y las veletas. sin romper aún . de los barcos que navegan
a '-2 nudos i

3 flojo 7-10 12-19 l as hojas y las ramas pequeñas de los árboles se agitan Olas muy pequeñas; las crestas em piezan a romper. Se forma espu- los barcos empiezan a escorar 0,6(1)
constantemente. El viento despl iega las banderolas. ma de aspecto vidrioso, apareciendo algunos borreguillos rliSI-" y navegan a 3-4 nudos.

4 bonancible 11 - 18 20-28 El viento levanta polvo y las hojas de papel. Se mueven las Las olas pequeñas se hacen más largas. los borreguillos son cada Buena brisa bonancible, los 1(1,5)
ramas pequeñas. vez más numerosos. barcos llevan todo el velamen
y escoran bastante.

5 fresquito 17-2 1 29·38 Empiezan a moverse los arbustos con hojas; se forman olas Olas moderadas más alargadas. Se forman muchos borreguil los Los barcos reducen el 212.51
pequeñas con cresta en planos de agua interiores. (hay algunos rociones). velamen.

6 fresco 22-27 39· 49 Se mueven las rama s grandes. Silban los tendidos eléctricos. Empiezan a formars e olas grandes. las crestas de espuma blanca 3141
Sujetamos el paraguas con dificul tad. se extienden por todas partes. Se producen continuos rociones.

frescachón 26-33 50-61 Los árboles se mueven enteros. Resulta bastante la mar se vuelve gruesa. la espuma blanca procedente de las olas 4(5,5)
dificil andar contra el viento. al romper empieza a volar en jirones en la dirección del viento.

8 temporal 34-40 62-74 El viento rompe las ramas; se hace muy difícil andar Olas grandes de altura media y más alargadas, de la parte alta 5,5(7,5)
contra el viento. de las crestas empiezan a desprenderse rocione s en forma de
torbellinos. la espuma vuela en la dirección del viento.

9 temporal fuerte 41-47 75-88 El viento produce ligeros daños a los edificios (arrancando Olas grandes, con espesos jirones de 'espuma en la dirección del 7(10)
chimeneas y pizarras) viento. l as crestas de las olas se tamba lean, desplomándose y
rompiendo en forma de rodillos; los rociones dificultan la visibilidad.

10 temporal duro 48-55 89-'02 Se produce raras veces en el interior; los árboles se arrancan Olas muy gruesas con grandes crestas en forma de penacho; I~ 9(12,5)
de raiz produciéndose grandes desperfectos en los edificios. espuma se junta en grandes bancos y sale volando en la dirección
del viento en enormes jirones blancos; en conjunto, la superficie
del agua está blanca; las olas rompen bruscamente V con fuerza;
hay menos visibilidad.

11 temporal 56-63 103-'07 Tiene lugar muy rara s veces, produciéndose grandes Olas excepcionalmente altas (desapa reciendo momentáneamente 11,5(15)
muy duro destrozos por todas partes. de la vista los barcos de pequeño y med iano tonelaje); la mar está
completamente cubierta de bancos de espuma blanca Que se
extienden en la dirección del viento. Se reduce la visibilidad.

12 temporal 64 Y más 118 Y más El aire está lleno de espuma y de rociones. la mar está 14(17,5)
huracanado completamente blanca . La visibilidad es muy reducida.
754 Meteorología Los movimientos del aire 755

Convergencia/divergencia horizontal
Vamos a analizar algunas conclusiones: una depresión va asociada a un
viento que sopla en el sentido contrario al de las agujas del reloj, y que
"entra" en la misma por las capas bajas. Se produce. por lo tanto, una
acumulación de partículas de aire que se desplazan hacia el centro de
la depresión. Esta acumulación sólo puede reabsorberse por medio de
un movimiento vertical ascendente por encima de la depresión. Este
movimiento vertical ascendente lleva consigo una expansión, y como
consecuencia, una disminución de la presión. Por este motivo el volu-
men de la masa de aire que se eleva aumenta, causando un trabajo de
expansión contra su entorno. Como cualquier trabajo, éste no es gra-
tuito, sino que se efectúa a partir de determinadas reservas energéticas.
Considerando que el aire es un mal conductor del calor, esta masa de
Fuerza 7 sobre un plano de agua
aire no recibe el calor del medio que le rodea (adiabatismo), sino que lo
resg uardado: las o las son cortas, pero
extrae de sus propias reservas, disminuyendo así su temperatura.
los rociones forman estelas orientadas
La ascendencia es una de las principales causas del enfriamiento del
en la dirección del viento.
aire atmosférico, ya sea debido a la convergencia o a cualquier otro
motivo.
Puesto que todos los movimientos atmosféricos se producen a la in-
versa en el hemisferio Sur, los navegantes que se encuentren en los ma-
Por lo tanto, podemos resumir este fenómeno del modo siguiente:
res australes tendrán que cambiar el sentido de todas estas conclusiones.
depresió n ---? convergencia horizontal ---? movimiento ascen-
Pero la rugosidad de la Tierra y su relieve accidentado hacen que, al
dente ---? expansión ---? enfriam iento.
menos en las capas bajas (de 1 500 a 2 000 metros), el viento esté so-
metido a determinadas fuerzas de rozamiento que influyen en su direc-
ción y su velocidad.
Así como en altura vemos que el viento es bastante paralelo a las
isohipsas, no ocurre lo mismo en las capas bajas, es decir, que "sale"
de los anticiclones y "entra" en las depresiones, formando un ángulo
con las isobaras de unos 30° sobre la tierra y de 10° sobre el mar. Su
velocidad es en ese momento igual, por término medio, a la mitad de
la velocidad teórica sobre la tierra y a los dos tercios sobre el mar.
Por consiguiente, podemos calcular el viento a partir de un mapa
analizado del campo de presión. Al estar señalados en el mismo los
centros anticiclónicos o depresionarios y trazadas las isobaras, podemos
averiguar la dirección del viento en todos los puntos. El hecho de que
las isobaras estén juntas o separadas nos indica su velocidad.
Sin embargo, es necesario añadir unas pequeñas correcciones:
1° En caso de curvatura muy marcad a de las isoba ra s ciclónicas,
o si el aire es más cálido que en el mar, hay que disminuir la ve loci-
dad esti m ada, de 1 a 2 Beaufort.
2° En caso de curvatura d e las isobaras anticiclónicas, o si el aire
es más frío que en el mar, hay que aumentar la velocidad estimada,
de 1 a 2 Beau f ort.
Convergencia horizontal Divergencia horizontal
3° A igua l grad iente, la ve locidad aumenta si la latitud es más El aire Usa le " del anticiclón, el vacio es ll enado por un
El ai re " penetra " en la depresión, reabsorbiéndose la
baj a.
acumulación por medio de un movimiento ascendente. movimiento descendente.
756 Meteorologia Los movimientos del aire 757

En un anticiclón se observa lo contrario. El viento que "sale" lle- La Tierra calentada irradia a su vez calor (rayos infrarrojos), y esta ra-
va a cabo una divergencia horizontal. tsta se traduce en una disper- diación terrestre será, casi en su totalidad, absorbida por la atmósfera.
sión de pa rtículas de aire hacia el exterior, que son reemplazadas Por lo tanto, es principalmente la superficie terrestre la que calienta el
por un aporte procedente de arriba. Se produce un movimiento aire, lo cual explica la disminución de la temperatura con la altitud en la
descendente (subsidencia) y, como consecuencia, compresión y ca- troposfera . Las capas bajas situadas cerca de la fuente de calor, la Tie-
lentamiento. rra, est2'1n más calientes que las capas altas.
Hay que señalar que, por la noche, la Tierra sigue irradiando calor a
El movimiento descendente es una de las principales causas del ca- la atmósfera sin recibir rayos solares, y por este motivo se enfría,
lentamiento atmosférico. Si calculamos el balance anual medio de la radiación, comprobamos
Veamos sus resultados: que es positivo, en lo que respecta a la superficie terrestre (la Tierra re-
• El movimiento ascendente origina un enfriamiento, es decir, en al- cibe más energía de la que emite) y que, en cambio, es negativo al tra-
gunas ocasiones, una condensación . tarse de la atmósfera. No hay, pues, equilibriO, pero como la Tierra no
• Por el contrario, el calentamiento produce la evaporación: las go- puede calentarse indefinidamente, su "excedente de energía" se trans-
tas de agua de la nube vuelven a convertirse en vapor (invisible). mite a la atmósfera por otros medios, ya que con la radiación sólo no
De donde podemos deducir que: es suficiente.
Depresión ~ converg encia horizo ntal ~ movimiento asc en-
dente ---+ expansi ó n ~ enfriamiento ---7 co ndensación (nub es). Las transferencias de calor
tstas se efectuan por los siguientes medios:
A nt icicló n ~ dive rg enci a ho ri zont al ---+ mov imiento d escen- • La co nducc ió n m o lec ul a r , que es muy limitada, puesto que el
d ente ---7 co mpresión ---7 cal ent ami ento ~ eva poración . aire es mal conductor del calor. Estos intercambios conductivos se pro-
ducen principalmente en las capas atmosféricas muy bajas, que están
LOS GRANDES MOVIMIENTOS en contacto con el suelo. El aire frío que llega a una superficie caliente
se va calentando poco a poco cerca del suelo. Por el contrario, el aire
DE LA ATMÓSFERA caliente se enfría en contacto con el suelo fria. Es lo que sucede, por
En los mapas meteorológicos que se rea lizan todos los días, resulta ejemplo, por la noche, cuando el suelo se enfría por radiación y trans-
muy difíci l hacerse una idea de los grandes movimientos de la atmósfe- mite, poco a poco, por conducción este enfriamiento a las capas bajas
ra. Para poderlos ver, hay que utilizar mapas trazados a escalas mayores de la atmósfera, produciéndose un descenso progresivo de la tempe-
de tiempo y de espacio. ratura y, llegado el caso, una condensación del vapor de agua en ro-
cio, niebla o nubes bajas (estratos), originándose heladas en algunas
ocasiones.
El balance de la radiación • La co nvecci ó n té rmi ca es mucho más eficaz que la conducción
Toda la energía captada por la Tierra procede de la radiación solar, y en lo que respecta a estos intercambios Tierra-atmósfera. En todo flui-
esta energía no se distribuye por igual entre la atmósfera, la superficie do calentado por su base vemos aparecer células termoconvectivas ca-
terrestre y 105 océanos. racterizadas por un movimiento central ascendente y unos movimientos
La atmósfera absorbe muy poca radiación solar. Por Jo tanto no laterales descendentes. Por esta razón, el aire calentado en su base por
es el Sol el que calienta principalmente el aire (excepto a unos 50 el suelo se eleva en parte, t ransfiriendo este calor hacia las capas at-
kilómetros de altitud, en donde la capa de ozono absorbe las radia- mosféricas altas.
ciones ultravioletas, pe rci biéndose una elevación notable de la tem- • Los cambios d e estado d e l agua. Conviene recordar q ue, para
peratura). pasar del estado líquido al estado gaseoso (eva poración), hay que sumi-
En cambio, la superficie terrestre, aunque refleje una parte de la ra- nistrar calor y que, cuando se pasa del estado gaseoso al estado liquido
diación solar, también absorbe una gran cantidad, por lo que experi- (condensación), se produce un desprendimiento de calor.
menta un fuerte calentamiento. (Hay que señalar que las capas de El agua de los océanos se evapora en la atmósfera. El vapor de agua
agua, al ser relativamente t ransparentes, absorben la radiación visible a se mezcla con el aire, condensándose para formar las nubes en el
gran profundidad, y son más reflectoras. Por este motivo los mares transcurso del movimiento ascendente (unido por ejemplo a la conver-
aparecen oscuros en las fotos de los satélites). gencia horizontal o a la convección), devolviendo a la atmósfera la
758 Meteorología los movimientos del aire 759

energía (calor) recibida de los oceanos. Las cantidades de calor que se

/~~
presión al nivel del mar presión al nivel del mar
intercambian de este modo entre la superficie terrestre y la atmósfera N N

son muy grandes. •


90 90'
, ( 60'
Se calcula que las tres cuartas partes de la energía sobrante que reci· 60
. i
. \
be la superficie terrestre por medio de la radiación global se liberan en
la atmósfera a través de estos cambios de estado del agua.
·
30
~ 30'
1\
t •

1/
• Se establece, pues, un equilibrio entre la Tierra y la atmósfera que la
rodea. Pero la superficie terrestre no recibe por igual la misma energía
del Sol y no puede, por lo tanto, transmitir por todas las zonas la mis-
1/
la convección térmica
En la atmósfera calentada por el suelo,
ma cantidad de calor al aire circundante. Las regiones polares, debido a · o•
las células termoconvectiva s muchas
veces están deformadas a causa del
viento. Sin embargo. existen. El aire
caliente de las capas bajas se eleva en
la redondez de la Tierra, se encuentran desfavorecidas en relación con
las ecuatoriales, existiendo en el sistema Tierra-atmósfera un desequili-
brio entre los polos y el ecuador. Entre estas dos zonas se producen de-
terminados intercambios térmicos (de lo contrario, tanto las zonas pola-
30
, 1\ 30 •
\
res como las ecuatoriales serían inhabitables). Estos intercambios, impo- .......-/
algunos lonas. lo que origina una
expansión, V como consecuencia un
enfriami ento. produciéndose
fr ec uente me nte una condensación.
sibles de llevarse a cabo a través de la masa terrestre, se realizan, por
un lado, por medio de las corrientes oceánicas de componente meridia-
no (por ejemplo, la Corriente del Golfo y la de Labrador) y por otro, por
60
90
·• V
990
----
1000 1010 1020 hpa
60
90

·" 990
..--
1000 1010 1020 hpa
movimientos de aire caliente que se desplazan hacia los polos y de aire enero julio Perfil meridiano m edio de presión al
frío hacia el ecuador. nivel del mar.

La circulación general
Estos movimientos del aire determinan lo que llamamos la circulación
general. Aparecen cuando se utiliza la información proporcionada por células
de Ferrel
la distribución media de la presión (si conocemos los campos de pre-
sión, conocemos también el campo de movimiento o de viento) y la ~ .-/
temperatura. e reslones
El perfil meridiano de la presión en superfici e muestra que, como
media, existe un valor mínimo en las proximidades del ecuador, un má-
ximo subtropical en cada hemisferio, un mínimo en las latitudes 60° N Y
S, Y un máximo en los polos.
.-/ .-/ ,'isios .-/ .-/
La presión mínima, o depresión de las zonas ecuatoriales, está rela- 2i[!d!Ee,!j",,~
.1E::tl=::!l:o nvergenc;a ínlertropical ZCIT;~-::==~
cionada con causas térmicas (fuerte calentamiento de las capas bajas
que origina una convección térmica, y como consecuencia, un movi-
miento ascendente y una convergencia). El anticiclón tropical es princi-
palmente un anticiclón dinámico (como mue·stra la circulación que se
produce en el plano vertical, en estas zonas se produce un movimiento
10 km
general descendente y una divergencia).
Las depresiones de las latitudes 600 son de origen dinámico (la con-
15 km I-~""':----
vergencia hacia estas zonas origina un movimiento ascendente), mien-
tras que el anticiclón polar de superficie está ligado a la gran densidad 90°$
del aire frío de las capas bajas (térmica). Vientos medios en superficie.
Circulación vertical meridiana media .
760 Meteorología Los movimientos del aire 761

Evidentemente, 105 vientos medios de la superficie sufren la desvia-


ción causada por la rotación de la Tierra.
La circulación media meridiana que tiene lugar en el plano vertica l
hace que se produzca un número determinado de células, a uno y otro
lado de la depresión ecuatorial, siendo las mas importantes las células
de Hadl ey. Estas células sirven para transportar la energía sobrante
desde la zona ecuatorial hacia la alta troposfera, y también hacia las la-
titudes más septentrionales y australes.

Así pues, observamos que:


• la depresión ecuatorial, o zona de convergencia intertropical
(ZClT), o ecuador meteorológico, no está situada al nivel del ecuador
geográfico, sino que, por lo general, se encuentra un poco más al Nor-
te de éste (el desequilibrio que existe en la distribución de los continen-
En enero
tes entre el hemisferio Sur y el hemisferio Norte origina determinadas
las altas presiones sobre e l continente
diferencias en las disponibilidades energéticas de los dos hemisferios);
americano y Sibeda se deben a causas
• la distribución media de las presiones y la circu lación en el plano
térmicas (aire frío). Los vientos medios
vertical varían con las estaciones. De este modo, podemos observar una
soplan de l sector SW a W en las
oscilación meridiana de los centros de acción (más adelante tendremos
latitudes templadas del Atlántico y del
ocasión de tratar sobre la noción de .. centro de acción" en los estudios
NE a l E (a lisios) en las latitudes
de casos del segundo capítulo), apareciendo también anticiclones o de-
tropica les.
presiones térmicas en los continentes (como el anticiclón siberiano en
invierno y la depresión sahariana en verano).

ESTABILIDAD - INESTABILIDAD
Fundamentos
Cuando una partícula de aire se eleva, se enfría a causa de la expan-
sión que se produce, independientemente de la temperatura ambien-
tal del aire (adiabatismo). Supongamos, por ejemplo, que tenemos
una partícula de aire al nivel del suelo y la elevamos hasta una deter-
minada altitud.

Pueden ocurrir dos cosas:


1" Si la partícula de aire está en ese momento a una temperatura in-
En julio
ferior a la del aire ambiental, se forma una especie de "burbuja" de ai-
La zo na depresionaria que se eKtiende
re frío más densa que el medio en el que se encuentra, por lo que tien-
desde e l Sahara hasta China. así como de a descender hacia el suelo: se produce una estabilidad vertical.
la de California, está n orig inadas por el 2" Si dicha partícula penetra en un medio más frío, se hace menos
intenso calentamiento de las capas densa que el aire ambiente, y su movimiento ascendente tiende a con-
baj as de la atmósfera sobre estas tinuar: se produce una inestabilidad vertical.
region es, También se puede observar la
expansión del anticiclón atlántico hacia En la atmósfera, esto se complica según las condiciones de humedad
Europa (anticiclón de las Azores). (especialmente si al elevarse dicha partícula se produce la condensa-
762 Meteorología Los movimientos del aire 763

Las nubes: una manifestación


de inestabilidad
La naturaleza estable o inestable de las diferentes capas atmosféricas
Al enfriarse por la parte alta o calentarse
se puede determinar fácilmente mediante la observación de las nubes
por la base, e l aire se vue lve inestable.
(isi las hay!).
• Nubes que ind ica n est abilid ad . Nubes elevadas: cirros, cirroes-
tratos. Nubes medias: altoestratos, nimboestratos. Nubes bajas: estra-
tos, estratocúmulos.
• Nubes que indica n in est abilid ad : Nubes altas: cirrocúmulos .
Al cale ntarse por la pa rte alta o e nfriarse Nubes medias: altocúmulos. Nubes bajas: cúmulos; cumulonimbos.
por la base, e l aire se vuelve estable.

LAS MASAS DE AIRE


ción) y según el valor del gradiente vertical de temperatura (diferencia Los tipos de masas de aire La s nubes
pequeña o grande de temperatura a medida que se eleva). Por lo tan- Estos grandes movimientos de la atmósfera que tienen lugar entre las
to, podemos deducir las siguientes normas generales: regiones cálidas y las frías ponen en marcha enormes cantidades de ai-
re. Por ejemplo, se calcula que con los alisios, en el hemisferio Norte, se
allitud
A ire fr ío coronado de aire calient e = est abi lidad . desplazan mas de 200 millones de toneladas de aire por segundo hacia
Aire cal iente co ron ad o de aire fr ío = inest abilidad 1 el ecuador.
Durante estos desplazamientos, las masas de aire de diferentes
De donde se deduce que: orígenes chocan, pero se mezclan con gran dificultad - el aire de Si -
• el aire enfriado por su base (o calentado por su parte superior) es beria, muy frío y seco, y el aire procedente de las Azores, por tanto,
estable (inversión de la temperatura), cálido y húmedo, tienen, sin duda alguna, caracteristicas muy dife-
Esto sucede, por ejemplo, por la noche cuando la pérdida de calor rentes-o Se produce, por lo tanto, algo así como una división de la
del suelo llega por conducción a las capas bajas de la atmósfera, o atmósfera en tabiques, con grandes masas de aire separadas entre sí
cuando el aire caliente circula durante bastante tiempo sobre una su- por zonas de transición estrechas y bruscas. Podemos seguir estas
aire estable perficie fría (enfriamiento en su base), o incluso cuando el aire caliente masas de aire y reconocerlas durante sus desplazamientos, así como
de una perturbación alcanza una altitud elevada (ca lentamiento por la estudiar su evolución.
temperatura parte alta);
• el aire calentado por la base (o enfriado por la parte alta) es ines- Éstas se clasifican en tres grandes tipos:
table. Tipo ra d iati vo (anticiclones fríos continentales), caracterizado por
un fuerte enfriamiento en la base, que origina una estabilidad.
altitud Esto sucede durante el día con el calentamiento por convección de Tip o con vectivo (invasiones frías), caracterizado por un calenta-
las capas bajas atmosféricas, o cuando una masa de aire frío circula so- miento en la base, que produce una inestabilidad.
bre una superficie caliente (calentam iento por la base), o incluso cuan- Tipo cin e m ática (advección cálida), que agrupa las evoluciones que
do se produce una advección fría en altura (enfriamiento por la parte tienen lugar durante los movimientos.
superior).

Las masas de aire sobre Europa


Europa, por lo general, sufre la influencia de tres masas de aire:
aire inestable
1. En términos meteorológicos, las nociones de fria o calor se refieren a temperaturas po- • El aire ártico. Frío, seco y radiativo al principio, se va convirtiendo
tenciales.
progresivamente en un aire más húmedo y convectivo durante su des-
Para comparar las temperaturas de dos partículas de aire, es necesario que éstas se midan al
mismo nivel (se ha seleccionado el nivel I 000 milibares). la temperatura potencial es, por tan-
plazamiento hacia el Sur (calen tamiento en la base y recorrido sobre el
temperatura to, la temperatura de la partícula transportada adiabátlCamente a un nivel de 1 000 millbares_ mar). Se producen chubascos.
764 Meteorología Los movimientos del aire 765

• El aire polar. Menos frío que el anterior, ya que es originario de Este frente polar sufre una serie de deformaciones bajo dos influen-
las regiones un poco más meridionales, también se va convirtiendo en cias principales:
aire convect ivo y húmedo al llegar a Europa después de un recorrido 1° El aire cá lido y el aire frío tienen tendencia a segu ir un camino in-
sobre el mar (cielo en est ela con chaparrones y claros). Por el contrario. verso, el aire frío va hacia el ecuador, el aire cálido hacia el polo.
si efectúa un trayecto continental, por ejemplo, sobre Rusia en invier- 2° El aire cálido, menos denso, tiene una velocidad de desplazamien-
no, llega muy frío, y relativamen te seco y radiativo . to más rápida .
• El aire tropical. Cálido, más o menos convectivo, muy húmedo, Estas dos influencias originan un remolino con un eje vertical de sen-
va acompañado de muchas nubes si efectúa un recorrido sobre el mar. tido ciclónico. Allí donde la bajada de presión en el suelo es máxima,
Proporciona buen tiempo en verano si está asociado a una situación como consecuencia de la elevación, en bloque, de aire cálido sobre aire
anticidónica. frío se forma una borrasca en la cima de la ola cálida (ciclogénesis).
Estas advecciones de masas de aire dependen de la distribución de
las presiones y principalmente del emplazamiento de los centros de ac-
ción: anticiclones y depresiones. Formación de una borrasca
Al cabo de unas horas la ondulación se convierte en una perturbación.
En el frente cálido, el aire cálido reemplaza al aire frío con una pendien -
LA FRONTOLOGíA te de 1/200 a 1/1 000. En el frente frío, el aire frio reemplaza al aire cá-
lido con una pendiente de 1/10 a 1/200.
La frontogénesis
Cuando dos masas de aire que avanzan una contra la otra están térmi -
camente b ien cont rasta d as (ai re polar-aire tropical) y si las trayecto-
La oclusión
rias que han seguido las m antienen en estrecho contact o , aparece El aire frío anterior se diferencia del aire frío posterior. Este último, me-
una "frontología " (es decir, la formación de un límite activo de las ma- nos evolucionado, es en general más frío .
sas de aire denomina do superficie fronta l, o frente). La desaparición Asimismo se desplaza con más rapidez. Como consecuencia, el aire
ca liente situado entre las dos masas frías es poco a poco expelido hacia
de cualquiera de estas condiciones ocasiona la pérdida rápida de activi-
dad del frente, produciéndose la "frontólisis". lo alto, formando un "valle cálido". Este fenómeno de inclusión es muy
importante en Europa, pues es muy frecuente, y vuelve complejo el
En algunas regiones del globo, las con diciones de frontogénesis
coinciden a menudo, como ocurre en las proximidades del ecuador,
donde encontramos el frente intertropical (ZC IT, zona de convergencia
intertropical) y también en el Atlántico, en las latitudes templadas en ~-----

4 ~~~~~
donde el aire de origen polar y el aire tropical dirigido por el anticiclón
de las Azores se unen.
1 1 1 1
1 1 1 1 1
I 1 I 1 1
1 1 1 1 i
1 1 1 1 1
1 1 1 11 I
I I I

Irente pOlar
Origen de una perturbación la perturbación est á
El aire cálido de la perturbación que se forma queda " atrapado ~ entre dos zonas de aire frío, y en vías de oclus ión
al ser más ligero se e leva progresivamente, sigu iendo una pendiente bastante suave, por El aire frío posterior,
encima del aire frío anterior, y en una pendiente pronunciada, por encima del aire frío " vigoroso" y rápido, se va
posterior (generalmente más frío que e l precedente) . La frontogimesis es una causa mezcla ndo poco a poco con
Se observan variaciones de presión: en a , donde e l aire cál ido más ligero importante del ascenso del aire. Al principio la perturbación está formada por un frente cál ido e l aire frío anterior.
sustituye al aire frío, la presión ba ja. A la inversa, en A, donde e l aire frío más a l nivel de la superficie que va avanzando detrás del aire fr ío anterior, por un sector cá lido Enseguida todo e l aire cálido
pesado s ustituye al aire cá lido, la presión aumenta . constituido por la punta del aire cálido, y por un frente frío seguido por el aire frío posterior. será expelido hacia arriba .
766 MeteoroJogia

análisis del paso de los frentes asociados a las borrascas. Al final del re-

El tiempo
corrido atlántico, las borrascas o depresiones por lo general empiezan a
llenarse.
Los frentes cálidos y los frentes fríos se transforman en frentes oclui-
dos. Las depresiones, al disminuir su velocidad, pueden llenarse allí

que hace
donde están, desplazándose sólo los frentes.

Las familias de borrascas


En un momento dado, no hay únicamente una ondulación en el frente
polar, sino, al contrario, toda una serie de ondulaciones y de perturba-
ciones (una especie de familia), que se siguen unas a otras y se despla-
zan hacia Europa dentro del flujo general del sector Oeste, a un ritmo
bastante regular. Este paso se produce más o menos en 48 horas con
un régimen perturbado del Oeste y de 24 a 36 horas con un régimen
del Noroeste.

Familia de p erturbacion es
Puesto que ya hemos explicado en el capítulo anterior los fenómenos
Se forman ondulaciones que se
atmosféricos, vamos a tratar de averiguar ahora el significado concreto
convierten más tarde en
que dichos fenómenos tienen para los navegantes a vela, qué tiem-
perturbaciones progresivamente
po originan en las zonas que habitualmente recorren, es decir, el Atlánti-
ocluidas durante su
co próximo, la zona del Canal de la Mancha y el Mediterráneo occidental.
desplazamiento Oeste-Este.
Hablar del tiempo que hace, en general, en una zona determinada,
es una empresa sin duda más arriesgada que la de describir la atmósfe-
ra. Podemos esquematizar los grandes movimientos de conjunto sin
desencadenar una tormenta, pero es aventurado querer establecer ca-
tegorías en el tiempo de cada día. Para no perdernos, nos limitaremos,

/ ante todo, a lo que vemos.


En primer lugar, las nubes. Su variedad es infinita, y la costumbre de
observar el cielo ha permitido a los hombres diferenciarlas. En la actua-
lidad hablamos de su organización en sistemas.
Puesto que ya sabemos leer las nubes y las consecuencias de su evo-
lución, tenemos que aprender a leer las clases de tiempo que nos en-
contramos: lo haremos a partir de varios estudios de casos concretos.

LOS SISTEMAS NUBOSOS


Desde la cubierta de un barco podemos ver cómo pasan por el cielo se-
ries de nubes que se agrupan en sistemas tanto en el tiempo como en
el espacio.
- Ciertamente, la elevación de aire cálido sobre la superficie frontal (as-
cendencia) da origen a grandes masas nubosas que se forman a cientos
e incluso miles de kilómetros y que frecuentemente van acompañadas
de lluvia, nieve, y granizo (estas masas se denominan meteoros). El pa-
768 Meteorología L ÁMINAS 2 - IX

Las nubes
Los sistemas nubosos
Aire cálido estable
Temperatura Baja Estable Aumenta Aumenta poco a poco algo
Presión Sube Baja Estable Baja fuerte Baja moderada Baja algo
o baja algo
Viento NW Rotación SWaW S a SE SE a S Flojo
turbulento brusca refresca ndo
Meteoros Aguaceros Lluvia Lluvia Nieb la Lluvia
Tormentas Bruma (si T ~ O oC nieve)
Visibilidad Muy buena Buena Mediocre Regu lar Buena
(peor con tormenta) a mala a med iocre
Sectores nubosos Estela Cuerpo Sector cá li do Cuerpo Cabeza

Aire caliente estable (oclusión con carácter de frente frío)


Temperatura Baja I Estable
Presión Sube I Baja
Viento W a NW (SW si la depresión Rotac ión SaSW
Cielo compuesto.
permanece estacionaria)
Meteoros Aguaceros de ll uvia. Lluvia Lluvia
de nieve o granizo Nieve si T ~ O oC Las nubes se originan por condensación del vapor de agua cont en ido
en el aire. Como ya hemos mencionado. esta condensación se produce
Visibilidad Buena Mediocre Buena
cuando el aire se enfría . por lo genera l después de movim ientos ascen-
Muy buena (reduc ida con aguacero)
dentes de las masas de ai re. Una nube está formada por una gran can -
Sectores nubosos Este la Cuerpo Cabeza t idad de gotitas de agua o de crista les microscóp icos de hielo. Este con -
junto está en continua evolución. algunas gotas se evaporan . otras se
Aire cálido inestable forman como consecuencia de una nueva condensación; unas. más ca-
Temperatura Baja Baja A lta. nubes Baja repentina con aguacero lientes que otras. se elevan . mientras que ot ras vuelven a bajar.
ligera en forma de
ganchos; baja En las pág inas sigu ientes. hemos clasificado las nubes en f unción de su
con aguacero altu ra y de las características que las han originado. es decir. si son re-
Presión Sube Baja Baja Baja con nubes en forma de su ltado de una inestabil idad o de una estabi lidad del aire.
inestable débil ganchos. sube con cumu lon imbos Por lo genera l. su nombre describe su aspecto principa l:
Cirro : en latín. bucle de pelo; es una nube del nivel superior.
Alto: nube del nivel med io. entre 2 y 5 kilómetros de altura.
Viento NW turbu lento S a W turbulento S-S E f lojo con ráfagas en
Estrato : en latín. estrato; es una nube que se desa rro lla en capas hori-
tormentas
zonta les. más o menos contin uas.
Meteoros Aguaceros de lluvia. Aguaceros de lluv ia o Lluvia Aguaceros Tormentas Cúmulo: cúmu lo. montón en latín; es una nube de desa rro llo vertical.
de nieve o granizo gran izo Sus turgescencias se amontonan unas encima de otras.
Tormentas Aguaceros aislados Nimbo: nimbo. ll uvia en latín; es una nube muy cargada. que inevita-
Visibilidad Buena a muy buena Regu lar a mala Buena. reduc ida en blemente produce ll uvia.
(reduc ida con aguacero) aguacero Buena
Sectores nubosos Estela Cuerpo Tormentoso con chubasco Cuerpo tormentoso Hemos uti lizado también el cód igo de color correspondiente al dibujo
Cabeza pre-tormentosa de la pág ina 770, que permite situar las diferentes nubes en el contex-
to del sistema nuboso de una perturbación.
Grandes nubes vienen a ensombrecer la legibilidad de este cuadro .... que continúa en la p. 769. después de las láminas.
L A MINA S 2 - X L AM I NAS 2 - XI

Nubes altas Nubes altas

Cirrus fibratus. Nubes que indi can Cirrocumulus. Nubes que indican
estabilidad . inestabilidad.
Los cirros son nubes heladas que ocupan el nivel superior. No cub ren Las ca ra cterísticas de los ci rrocú mulos so n los gránulos y pliegues, sin
tota lmente el cielo y presentan una estructura discontinua. La imagen sombras, junto con partes fibrosas que aparecen al mismo nivel. Existen
de arriba muestra una formación de cirros fibra tus, que se extienden en diversos tipos : flocus, formados por pequeños copos, castellanus,que
una misma dirección formando largos filamentos blancos. aparecen en forma de pequeñas almenas, stratiformis, que se amon-
tonan en capas delgadas sie mpre en forma de grán ul os o bolas de
algodón.

Cirrus uncinus. Nubes que indican Cirrostratus. Nubes que indican


estabilidad . estabilidad.
La foto muestra un cirro uncinus . La mayoría de los elementos nubosos El velo nuboso es transpa rente (halo de 22°), nebu loso, y sin detalle
tiene forma de comas o ganchos, con un pequeño copo negro no re- aparente; cubre completamente la bóveda celeste.
dondeado en su parte superior, del que cuelga una estela fibrosa más o Capa nubosa gris, a menudo oscura, cuyo aspecto es borroso debido a
menos curva. las precipitaciones más o menos continuas.
L A MINAS 2 - X II L AM IN AS 2 - X III

Nubes medias Nubes medias

frente ocluido
frente ocluido

margen cálido

Altoestratos. Nubes que indican Altocumulus. Nubes que indican


estabilidad . inestabilidad.

Esta capa es bastante translúcida y deja pasar el Sol igual que si fuera Los elementos de esta ca pa nubosa, situados todos al mismo nivel, pre-
un cristal opaco; no hay halo. Es un altoestrato translucidus. Existen sentan claros muy marcados entre las "bolas de algodón" que se ali-
también altoestratos opacus, que ocultan el Sol. Hay que seña lar que nea n formando ondulaciones paralelas (undula tus). Se diferencian de
los altoestratos sue len aparecer después de los ci rroestratos. los ci rrocú mul os por su espesor.

frente ocluido
frente ocluido

margen cálido

Nimbo-stratus. Nubes que indican Altocumulus. Nubes que indican


estabilidad. inestabil idad.

Capa nubosa gris, a menudo oscura, cuyo aspecto es borroso debido a También hay altocumulos lenticularis, en forma de lenteja, o de almen-
las precipitaciones más o menos continuas. El nimboestrato es bastante dra, que normalmente van asociados a la presencia de montañas, alto-
grueso y oculta completamente el Sol; en su base hay nubes más ne- cúm ulos flocus (nubes desmenuzadas en copos) o castellanus (base ho-
gras que se destacan claramente sobre el fondo gri s del cie lo. ri zontal coronada de festones o almenas).
L A MIN A S 2 - XIV L A MINA S 2 - XV

Nubes bajas Nubes bajas

zona de unión

Strato-cumulus. Nubes que indican Cumulo-nimbus. Nubes que indican


estabilidad . estabilidad.

Los elementos tienen aspecto de rodi llo o de cantos rodados de color Es una nube poderosa de dimensiones considerables (a menudo ocupa
gris claro (de una anchura aparente superior a 5°) más o menos unidos. los tres niveles), cuya parte superior es algo borrosa; cuando está coro-
Cua ndo la capa es delgada, se puede ver el azul del cielo entre ellas. Si nada por un yunque, se denomina cumu lon imbo capilla tus. Va acom-
no estuvieran tan bajas, podríamos confundirl as con altocúmu los . Exis- pañada de lluvias, tormentas y granizo. Los aviones las evitan y los ma-
ten diez clases de subespecies . rinos deberían hacer lo mismo. Es una nube sospechosa ..

estela

zona de unión

Cumulus. Nubes que indican


inestabilidad. Stratus. Nubes que indican estabil idad .

Los cúmu los son nubes densas, con el contorno claro, que forman cú- Esta nube, de aspecto muy uniforme, tiene una base borrosa a sólo
pulas, coliflores y bolas de algodón en el cielo. En el caso de la foto, unos cuantos decámetros de altura. Parece una niebla que no se posa
cuando tienen poco desarrollo vertical, se les ll ama cúmulos humilis: en el suelo. Las transformaciones de los estratos en niebla, ya la inver-
anuncian el buen tiempo. sa, son frecuentes y a menudo rápidas.
El tiempo que h a ce 769
LÁMINAS 2 - XV I

Nubes bajas

sentido del desplazamiento

aire cálido estable


.;;/.,,/ /":!...{~I
__ ------ .....--~...;:.--- _"""'~-.-7- Ci
8000 m
6000 m

4000 m

zona de unión 2000 m

sentido del desplazamiento


Camino de estratoeúmulos.
Típicas de los cielos de estela, los "caminos" de nubes presentan alinea-
ciones características de los cúmulos o de los estratocúmulos. Estas
alineaciones se desplazan en la misma dirección que el viento del 8 000 m
gradiente. Al paso de cada "camino", por lo general, se observa un
cambio de dirección del viento de superficie. 6 000 m

4 000 m

2 000 m

300 km

sentido del desplazamiento

8000 m

6000 m
airefrío
4000 m
rV'l""')

Jr<"..."
2000 m
,/ C.l__
,-.!, ~_J

600 km

Nubes de onda.
Los altocúmulos se suelen formar encima del relieve montañoso, al que
parecen irresistiblemente unidos. En los casos extremos, se colocan Ci: Cirro Ae: Altoeúmulo Ns: Nimboestrato Cu: Cúmulo
unos encima de otros formando verdaderos montones de platos. En el
Cs: Cirroestrato As: Altoestrato Cb: Cumulonimbo Se: Estratoeúmu lo
Mediterráneo indican el mistral.
770 Meteoro l ogía
El tiempo que hace 77 1

so de los frentes, formando perturbaciones. se distingue por. las variacio·


nes, a veces bruscas, de los diversos parámetros meteo,rológrcos, que re- ESTUDIOS DE CASOS CONCRETOS
sultaría aburrido enumerar, pero que podemos resumir en cuadros que
muestran las relaciones entre las perturbaciones y dichos parámetros Para comp render los movimientos de la atmósfera, no basta con obser-
meteorológicos. Según la forma de las nubes y su configu ración, pode- var el cielo, seguir la evolución de la presión y la tem peratura del aire,
mos averiguar, desde el suelo, si el aire cá lido que llega .es estable o estar atentos a los cambios de fuerza y dirección del viento. Es necesa-
inestable (o mejor dicho, si es convectivamente estable O Inestable). El rio conocer los esquemas principales de los tipos de circulación atmos-
aire frío anterior o posterior. es por lo general inestable, excepto a ve- férica, pues una perturbación, que engloba el conjunto de variaciones
ces en i~vierno, cuando puede haber masas de aire radiativas estables. de los parámetros meteorológicos, es un fenómeno migrador. El tiem-
po que hace en Terranova será el que posteriormente afectará a Euro-
Al representar las secciones anteriores en el plano horizontal, o al pa occidental. Afortunadamente, sólo existen unos cuantos esquemas
observar la imagen por satélite de varias perturbaciones, ve~os qu.e los tipo, que vamos a analizar sucesivamente, y que afectan a la zona geo-
conjuntos de nubes ocupan zonas muy concretas, c?~o SI estuvieran gráfica del Atlántico próximo y Europa occidental.
organizadas en un sistema de varios sectores caract~nstlcos, por lo cual Este enfoque se va a rea lizar por medio del campo de presión at-
es conveniente conocer las denominaciones mencionadas frecuente- mosférica cuya distribución horizontal y vertica l determina el viento.
mente en los boletines meteorológicos. Nuestra atención se centrará con más exactitud en la situación de los
grandes centros de acción (anticiclones y depresiones), a partir de la
cual podemos deducir no sólo la dirección y la velocidad del viento, si-
no también los conjuntos de nubes y los hidrometeoros asociados a
ellos.

estela

eu eh l a fotografia aérea nos muestra de


modo s orpre nde nte la form ación de
s istemas nubos os y deja adivinar los
grandes ce ntros de acción. En los
estudios de casos que va mos a
presenta r, mostram os, cada vez qu e ha
sido pos ible, fotografia s tomadas por
s até lite, asi como mapas
Sistema nuboso lrente \río meteorológicos que nos ha
las nubes que ocupan la cabeza V e l proporcion ado Météo-Fra nce.
cuerpo son inestables o estables segun lOna de unión
la naturaleza del aire cálido. En los s.
sectores de los márgenes, vemos cirros
y altocumu los, en las zonas de unión, Caso n° 1: la circulación del Oeste
estratocúmu los y. por último, en la Es una circulación que representa, junto con la del Sudoeste, la mayoría
o 500 km 1 000 km
estela, cúmu los V cumu lonimbos L-__________LI___________I de los pasos de perturbaciones. Se produce en todas las estaciones, pe-
entrecortados por claros (tiempo ro en otoño, invierno y primavera es cuando esta circulación es más ac-
variable) . tiva y predominante.
Meteorología El tiempo que hace 773
772

Las posiciones de los centros de acción: el anticiclón de las Azores se el mar de Irlanda se forma un temporal. En el mar del Norte sopla vien-
prolonga. por lo general, por medio de una dorsal en dirección a Portu- to del Sur con fuerza 8.
galo España, mientras que la depresión principal está centrada cerca
de Islandia. Esta depresió n, que origina un gran remolino, sirve como
eje de rotación a las pequeñas depresiones satélites que se desplazan
con rapidez en un flujo del Sudoeste o del Oeste.
Las perturbaciones activas que circulan desde el Oeste al Este ocasio-
nan lluvias bastant e abundan tes acompañadas de vientos fuertes del
Sudoeste al Oeste que pueden alcanzar, en invierno, rachas de tempo-
ral, o incluso tem pestades en el Canal de la Mancha y el mar de Irlan-
da, antes de desplazarse hacia el mar del Norte. Después de pasar el
frente frío, el tiempo se vuelve inestable con chubascos acompañados
de fuertes rachas del Noroeste.
La frontogénesis se produce al nivel de las latitudes medias en don-
de se lleva a ca bo el contacto en tre el aire polar mari no empujado por
la zona depresionaria islandesa y el aire tropica l marino que circula a lo
largo de las caras Oeste y Norte del anticiclón de las Azores.

., . o
Análisis de la superficie O
miércoles 29 de diciembre 1993
alas l2h UTC
El a nti ciclón de las Azores pe rma nece a
un lado del paralelo 45' . y se extiende
más o menos hasta España (línea de
puntos) . Al Norte. la depresión sobre
Islandia o rigin a un gran r emolino de
aire frí o. Es la "puerta abierta " a las
perturbacion es más o me nos activas
que circulan de Oeste a Este. Su
recorrido (flecha negra), a la entrada del
ca nal de la Mancha se curva hacia e l
mar del Norte. Miércoles 29 de diciembre 1993, 12 h UTC
El fr e nte frio ha lle ga do a la cost a
Situación el 29 de diciembre 1993 bretona por la noche, lleva ndo co nsigo
• El anticiclón de las Azores se prolonga por una pequeña dorsal en su cortejo de ll uvias y aguaceros. En e l
dirección hacia el Sur de Portugal. canal de la Mancha, se form a un
• La zona altamente depresionaria de Islan dia origina un fuerte re- temporal a ntes de l final de la maña na.
mol ino. Durante los dos dias s igu ie ntes, e l
frente frío ondulante ha atravesado
Las perturbaciones que se originan en el Atlántico Norte entre los Francia desarrolla ndo una actividad
paralelos 45° y 55° atraviesan Francia y las islas Británicas, donde pro- moderada : lluvias abundantes y viento
porcionan lluvias seguidas de aguaceros. En el canal de la Mancha y en constante.
774 Meteorología El tiempo que hace 775

Situación el14 de febrero 1990

.
t. O

Analisis de la superficie O
miércoles 14 de lebrero 1990
a las 12 h UTC

• El anticiclón de las Azores se ha desplazado hacia el Sur de Por-


tugal.
• La depresión principal permanece sobre Islandia.

Una serie de pequeñas perturbaciones secundarias circulan por el


paralelo 50° y dirigen un conjunto de perturbaciones que se forman
Miercoles 14 de febrero 1990, 12 hUle
entre el aire polar marino procedente de Groenlandia y el aire marino
El paso de la prime ra depresión durante
tropical que circu la en las caras Norte y Noroeste del anticiclón.
el martes ha originado vientos fuerte s a
Llueve en Francia y soplan vientos del Oeste que arrecian momentá-
muv fuertes (94 km/h en la Rochellel .
neamente sobre el Sur de Irlanda y el canal de la Mancha.
l as precipitaciones ha n sido
Hay que señalar que la llegada de aire fresco a la cuenca mediterrá-
abundantes 130,4 mm de agua en 24
nea occidental origina el mistral.
horas en Ouimperl , El mal tiempo se ha
ge neralizado en toda la costa atlántica.
El frente ondula nte, as i como la
formación de p equeñ as depresiones
secundarias. no arre gl a n precisamente
e l panorama ...
776 Meteorología El tiempo que hace 777

Situación el 19 de diciembre 1993

.
l. o
Análisis de la superficie O
domingo 19 de diciembre 1!J93
alas 12hUTC

• El anticiclón de las Azores se prolonga hacia España y (erdeña .


• la depresión está cerca del Noroeste de Noruega, mientras que
otra depresión se desarrolla en el centro del Atlántico Norte.

Se forman perturbaciones activas, con lluvias y vientos fuertes de


Domingo 19 de diciembre
Oeste a Suroeste, en el paralelo 50. en el límite entre el aire polar mari-
de 1993, 12 h UTC
no y el aire tropical evolucionado. Llueve en Francia. En la zona del ca-
El fr e nte cá lido que atraviesa Francia
nal de la Mancha sopla temporal y temporal duro en el mar del Norte.
aporta, desde la tarde del día anterior,
la depresión del Atlántico se va a desarrollar intensamente orig inando
una gran nubosidad, precipitaciones
una tempestad.
a bundantes y un vie nto del S uroeste
que va refrescando. Lo peor todavía no
ha llegado: la depres ió n que se esta
formando e n e l centro del Atlá ntico
será e l motivo de un nuevo aviso de
temporal.
778 Meteorologia El tiempo que hace 779

Caso n° 2: la circulación del Sudoeste Hace buen tiempo en Francia. Pero llueve sobre las islas Británicas,
mientras que el aumento de la depresión ha originado un temporal en
Es una circulación frecuente y activa en otoño e invierno. A veces pre- el Atlántico. La depresión va a dirigirse hacia el Oeste de Irlanda refor-
cede a la circulación del Oeste. zando los vientos del Suroeste en el mar de lroise y en el mar de Irlanda.
Posición de los centros de acción: el anticiclón de las Azores se
encuentra encima de España y la cuenca mediterránea occidental
originando un flujo del Sudoeste que procedente de las Azores se
dirige hacia las islas Británicas y Noruega. En principio una gran de-
presión permanece estacionaria sobre Islandia, mientras que depre-
siones secundarias se originan y se desarrollan al Norte de las Azo-
res, en la zona de contacto entre el aire polar marino procedente de
Groenlandia y el aire tropical marino que sube hacia el Oeste de las
Azores.
Las depresiones secundarias son frecuentemente muy activas y origi-
nan temporales que castigan duramente el golfo de Vizcaya y suben
hacia el mar de lroise y el mar de Irlanda. A veces se introducen en el
canal de la Mancha. Las lluvias atraviesan rápidamente las zonas que se
extienden desde el Norte de España hasta las islas Británicas.

Circulación del Sudoeste


La diferencia principal que existe con la
circulación del Oeste es la posición del Analisis de la superlicie
anticiclón de las Azores. Situado sobre jueves 14 de enero de 1993
alas12hUTC
España y la cuenca occidenta l del
Mediterráneo, deja abierta una puerta
a l Atlantico Sur. El aire polar marino
desciende a poca altura al entrar en
contacto con e l aire cálido tropical. las
depresiones secundarias que se forman
son ya muy activas a l llegar al golfo de
Vizcaya .

Jueves 14 de enero 1993. 12 h UTe.


l a presenci a del a nticiclón, situado a
Situación el 14 de enero 1993
gran a ltura sobre el Sur de Francia e
• El anticiclón cubre la cuenca mediterránea occidental y se extien-
Italia, origina buen t iempo,
de sobre España, el Sur de Francia e Italia.
relativamente. El viento del Suroeste se
• El conjunto depresionario principal se sitúa en las proximidades
ha reforzado bastante sobre Bretaña y
de Islandia, mientras que una depresión secundaria se forma en el pa-
el Atlántico próximo. El mal tiempo
ralelo 45°, alli donde chocan el aire polar marino procedente de
llegará a las costas del canal de la
Groenlandia y el aire tropical evolucionado, que procede del Sudoeste
Mancha, Normandía y el Norte de
de las Azores.
Francia en las próximas horas.
780 Meteorología El tiempo que hace 781

Situación el 1S de enero 1993

Análisis de la superficie
viernes 15 de enero de 1993
alas 12hUTC

• El anticiclón situado sobre Rumania se prolonga por una dorsal en


dirección a la península Ibérica ..
• La depresión principal está situada al Sudeste de Islandia. La de-
presión secundaria sigue aumentando y comienza a desplazarse hacia
Viernes, 15 de enero 1993, 12 h UTC el Nordeste, al mismo tiempo que origina un fuerte temporal.
El anticiclón ha invadido e l centro de
Europa, mientras que la depresión Las nubes invaden Francia mientras que un cielo de estela con ines-
principa l ha reforzado la fuerte tabilidad se generaliza sobre las islas Británicas. El temporal del Sudoes-
corriente del Sudoeste en e l mar del te afecta a las zonas del Oeste de Irlanda y Norte de Escocia.
Norte. la depresión secundaria ha
aumentado co nsiderablemente. Su
rápido desplazamiento hacia el
Nordeste originará un fuerte tempora l
sobre Irlanda y el Norte de las islas
Británicas.
782 Meteorologia El tiempo que hace 783

Caso n° 3: Situación el13 de marzo 1992


la circulación del Noroeste
Es una circulación que se produce principalmente en invierno y al prin·
(ipio de la primavera.

Situación de los centros de acción: el anticiclón de las Azores se pro-


longa por una potente dorsal hacia el centro del Atlantico Norte, mien-
tras que una depresión principal se mantiene entre Islandia y Noruega.
Se establece una rápida co rriente del Noroeste, desde Islan dia a la
cuenca mediterránea occidental.
La perturbación que ci rcula dentro de este flujo origina lluvias, a ve-
ces precedidas de nieve. Va seguida de un tiempo muy variable e ines-
Situación del Noroeste
table con chubascos tormentosos, acompañados de fuertes rachas de
las posiciones respectivas d e l
viento. En la zona del canal de la Mancha, mar del Norte y mar de Ir-
anticiclón y de la de presión fa vorecen
landa sopla temporal a fuerte temporal del Noroeste. En el Atlántico
la aparición de una fu e rte corriente del
próximo los vientos son más flojos.
Noroes te. Vientos fuertes y viol e ntos
El aire tropical marino da la vuelta al anticiclón y choca con el aire
llegan a la zona del canal de la Mancha
polar evolucionado en la cara Nordeste del anticiclón.
y al m a r del Norte. En e l Mediterrá neo.
Hay que señalar que, debido al viento de los Alpes, frecuentemente
la s ituación es propicia a que sople e l
mistral.
se origina una depresión secundaria en el golfo de Génova y en la lla-
nura del Po, que causa la aparición del mistral. .
, . o
Analisis de la superficie O
viernes 13 de marzo de 1992
atas 12hUTC

Viernes 13 de marzo 1992, 12 h UTC


El fluj o rápido V perturbado q ue circul a
de Groenla ndia a Escandinavia dirige
s obre Fra ncia un flujo del Noroest e. l a
perturbación que rodea una altura
mínima de 960 milibares, s ituada sobre
Noruega, lleva cons igo un cortejo de
lluvias V vientos fu ertes hasta las
costas de l Norte de Francia.
784 Meteorologia El tiempo que hace 785

Caso n04:
la circulación del Sur

Es una circulación muy poco frecuente, que tiene lugar en otoño e in- Circu lación del Sur
• El anticiclón permanece situado a 43° Norte y 25° Oeste, exten- vierno. ya veces en primavera. Ésta es una situación poco fr ecuente en
diéndose en dirección a Portugal. la cual el anticiclón se ha inclin ado
• La depresión, muy profunda, está situada al Norte de Noruega . Situación de los centros de acción: el anticiclón continental se en- completamente hacia e l centro de
cuentra sobre Rusia y está muy desarrollado. Europa. El aire frio rodea la depresión
Entre los dos centros de acción, se establece una fuerte corriente del La depresión atlántica permanece estacionaria al Oeste de Irlanda. por el Noroeste y favorece la subida de
Noroeste, desde Islandia a los Alpes, y la perturbación activa va seguida aire cá lido tropical: se form a un frente.
de una serie de frentes fríos secundarios. Llueve sobre Francia y sopla El aire polar marino procedente de las proximidades de Islandia ~e
viento del Noroeste desde Islandia al canal de la Mancha y el mar del desplaza en dirección a Portugal mientras que el aire tropical evolucio-
Norte alcanzando fuerza de temporal.
nado sube hacia Europa occidental, procedente de las Azores y Cana-
rias.
Un sistema frontal se forma en el Atlántico próximo, desplazándose
hacia el Norte o el Nordeste. El cielo está nublado en Francia, con vien-
tos que soplan del Sur y que alcanzan fuerza de temporal en el mar de
lroise y mar de Irlanda. Por el contrario, éstos son flojos en el mar del
Norte y al Este del cana l de la Mancha .
786 Meteorologia El tiempo que hace 787

Situación el 13 de octubre 1990

Analisis de la superficie
sábado 13 de octubre de 1990
a las 12hUTC

• El anticiclón continental situado sobre Rusia se prolonga hacia el


mar Adriático por una dorsal.
• La depresión permanece situada al Oeste de Irlanda.

En la corriente del Sur que se· establece desde el Norte de África a


Escocia circula una perturbación poco activa. El temporal alcanza la zo-
na Oeste de Bretaña y el Sur de Irlanda.
Sábado 13 de octubre 1990, 12 h UTC
Este flujo del Sur que combina la
subida de aire cálido tropical y el
retorno del aire frío polar ha hecho que
se prod uzca n fu ertes vie ntos en la
punta de Bretaña y a la entrada del
canal de la Mancha, así como records
de temperatura en Francia 126,7 oC e n
Orly; 26,6 oC en Caen; 24,7 oC en
Dijon .. .).

_1
788 Meteorología El tiempo que hace 789

Caso n° 5: Situación del4 de octubre 1992


la circulación del Nordeste
Esta circulación se suele producir en otoño e invierno.

Situación de los centros de acción: el anticiclón se sitúa sobre Esco-


cia y Noruega.
La depresión cubre el Sur de Francia y la cuenca mediterránea occi-
dental.
El aire frío continental circula sobre la cara Sur de la zona de altas
presiones en dirección hacia el Sur de las islas Británicas, y más tarde se
desplaza con rapidez hacia la península Ibérica.
El aire cálido de origen sahariano, que adquiere humedad al pasar
por el Mediterráneo, se dirige hacia el Norte de Italia rodeando el sis·
la circulación del Nordeste tema depresionario. Las partes frontales que se desprenden de la per·
Otra s ituación poco frecuente: el turbación y se presentan, por lo general, en forma de oclusión que·
anticiclón establece s u cuartel genera l dan atrapadas en una corriente de Noroeste a Este y vuelven a las re·
al Norte de las is las Británicas. El aire giones de la mitad Norte del país. Es lo que se denomina "retornos
cá lido de origen sahariano rodea la del Este".
depresión por el Este produciendo Llueve sobre Francia. Se producen precipitaciones importantes con
aguaceros de carácter tormentoso. En carácter tormentoso sobre todas las vertientes Sur del relieve y sobre el
e l canal de la Mancha, el viento de l Es te Norte de Italia. El viento del Noroeste sopla con bastante fuerza en el
,. o
canal de la Mancha (fuerza 7, a veces más) levantando una mar picada
sopla a veces con fuerza alcanzando el
muy difícil de controlar.
o
temporal .

Domingo 4 de octubre 1992, 12 h UTC


El aire frio que llega has ta e l
Mediterráneo es el origen de una gran
inestabilidad qu e se produce sobre
Córcega y la Costa Azul. En e l canal de
la Mancha, e l viento es Norte-No rdeste,
mode rado.
790 Meteorología El tiempo que hace 791

• El anticiclón se extiende desde el Atlántico próximo al Sur de Islan- Caso n° 6:


dia y Escandinavia. La depresión principal está centrada en la cuenca
mediterránea occidental. la circulación del Este
Esta circulación se produce sobre todo durante los meses de invierno.
Las nubes lluviosas cubren la mayor parte de Francia y 105 límites Es una va riante de la circulación anterior que difiere en la mayor exten-
ocluidos están dentro de la corriente Nordeste. sión del anticiclón que se dirige hacia Rusia.

El aire ártico situado sobre este país da origen al aire muy frio y secO
y, a lo largo de su desplazamiento hacia Europa occidental, sigue con-
servando sus características. Este esquema es tipico de una ola de frío
duradera e intensa . El cielo suele estar despejado, lo que aumenta la
disminución de temperatura por la noche, pues el aire es radiativo. El
viento del Este es fuerte en el canal de la Mancha. En el Mediterráneo,
el mistral y la tramontana aumentan de fuerza cuando la depresión a
sotavento de los Alpes se sitúa sobre el golfo de Génova y el Norte de
Italia.

Circulación de l Est e
Una de presión secunda ria est á s ituada
s obre e l golfo de Gen ova, mie ntras qu e
la corriente de l Este que bordea e l
limite S ur de l a nticiclón es
es pecia lme nte fr ía y seca. Es t odo lo
041092 qu e hace falta pa ra qu e sopl e e l mi stral
en e l Medite rráneo.
792 Meteorología El tiempo que hace 793

Situación el 22 de octubre 1993

.,. 4
Analisis de la superficie O
viernes 22 de octubre de 1993
alasl2hUTC

• El anticiclón que se extiende desde las islas Británicas hasta Escan·


dinavia y Rusia origina una corriente de Este a Nordeste que permite al
aire polar desplazarse hacia la Mancha y el Norte de Francia.

Una parte de este aire frío se dirige a la cuenca mediterránea occi-


dental a través del va lle del Ródano, formándose una depresión sobre
el golfo de Génova, lo que da origen al mistral, que alcanza fuerza de
temporal. Asimismo. observamos que las perturbaciones que circulan
sobre el Atlántico Norte son empujadas hacia Islandia y el Norte de No-
ruega por la barrera anticiclónica.

Vi ern es 22 d e octubre 1993, 12 h UTC


Est e "descenso de aire frío "
característico origina un fu erte mistral
e n e l Mediterrá neo. con un aumento de
la depresión sobre el golfo de Génova.
794 Meteorología El tiempo que hace 795

Caso n° 7: Fuertes temporales en Bretaña


El huracán del 15 y 16 de odubre de 1987 es el ejemplo tipico de estos
circulaciones especiales fuertes temporales que azotan el Oeste de Francia. Si bien este huracán
Situación depresionaria estable es excepcional, sin embargo puede ocurrir que se desarrollen fenóme-
Esta situación se produce en condiciones especiales. nos de gran intensidad con mucha rapidez. El carácter principal de es-
tas situaciones es la ausencia de anticiclón sobre las Azores.
Situación de los centros de acción: el anticiclón de las Azores perma- Por lo general, la zona de altas presiones está situada bastante al 5ur
nece al Oeste de la situación tradicional, prolongándose hacia Graen- del archipiélago. Una dorsal oceánica se forma en dirección al Sur de
landia por medio de una dorsal. Groenlandia, dejando que el aire polar se desplace hacia una zona si-
la depresión está centrada sobre las islas Británicas. tuada entre el paralelo 400 y 45 0 aproximadamente y entre los meridia-
Situación depres ionaria estable. nos 20 y 25 Oeste. Aire tropical marino circula sobre la vertiente Norte
El anticiclón bloquea el paso a las de la zona de altas presiones, llegando hasta el campo geográfico de la
El eje de altas presiones bloquea la circulación perturbada proceden-
depresiones del Norte de Atlántico. zona precedente. El choque entre las masas de aire es muy brusco, de-
te de las costas americanas y envía aire polar marino sobre las regiones
Una corriente perturbada se introduce bido a las grandes corrientes térmicas. Enseguida se forma una depre-
de la península Ibérica, donde se desarrolla una inestabilidad tormento-
entre la enorme depresión de las islas sión que se desplaza hacia Bretaña o Cornualles con gran rapidez.
sa. la depresión origina un enorme remolino que cubre la mayor parte
Británicas y el anticiclón.
de Europa occidental.
Situación anticiclónica
Estas situaciones se producen en cualquier estación. 50n más o menos
duraderas y se caracterizan por la presencia de un anticiclón centrado
sobre Francia.
En invierno, esta zona de altas presiones no puede impedir que las
partes del Sur de la corriente perturbada lleguen al canal de la Man-
cha, pero la actividad de lluvias y vientos de estas perturbaciones se
origina en las latitudes medias, donde el aire polar marino, empujado
por la depresión de Islandia, entra en contacto con el aire tropical ma-
rino que circula a lo largo de las vertientes Oeste y Norte del anticiclón
de las Azores.

Situación de mistral
El anticiclón de las Azores se prolonga hacia Portugal, mientras que
una depresión secundaria se forma sobre el Norte de Italia. Entre estos
dos centros de acción, suele aparecer el mistral y también la tramonta-
na. La situación del 26 de enero de 1994 es típica de esta evolución.
El tiempo que hace 797
796 Meteorología

Situación el 24 de noviembre 1990

.
,- o
Analisis de la superficie O
sabado 24 de noviemble de 1990
alas 12hUTC

• Hay una profunda depresión sobre las islas Británicas .


• El anticiclón de las Azores se prolonga por medio de una dorsal
hacia el Sur de Groenlandia.

Los vientos del Norte a Noroeste alcanzan fuerza de temporal o fuer-


te temporal en el Atlántico próximo. Atrapados en la parte oriental del
remolino, los frentes suben hasta Noruega.

Sábado 24 de noviembre 1990, 12 h UTC


Se afianza el mal tiempo: en el canal de
la Mancha y en las costas atlánticas, el
viento sopla con fuerza de Noroeste a
Oeste; al Este de Francia caen grandes
cantidades de nieve; el cielo esta muy
cubierto.

1
798 Meteorología El tiempo que hace 799

Situación el 12 de septiembre 1993

Análisis de la superficie
domingo 12 de septiembre de 1993
a las 12 h UTC

• Se ha formado una depresión que ha ido aumentando en las pro-


ximidades del paralelo 45° y del meridiano 22 Oeste, mientras que el
anticiclón de las Azores está situado muy al Sur de su situación tradi-
Domingo 12 de septiembre 1993, cional.
12 h UTC • El aire frío procedente de Groenlandia en una corriente del Norte
Un cas o tipico de fuertes temporales al Noroeste se desplaza sobre la vertiente orien tal de la dorsal. Este aire
(ca s i ciclónicos) que a zota n a vece s tiene una temperatura de 5 oC aproximadamente, mientras que el aire
Bretaña. El anticiclón, situado a la vez a tropical marino situado en el sector cálido de la perturbación está a
baja altura y muy al Oeste. se prolonga unos 20 oc.
por medio de una pequeña dorsal hacia El 12 de septiembre, la profunda depresión formada llega al Oeste
Groenlandia. Una depresión se forma al de Bretaña. El remolino que la acampana origina vientos de fuerza lOa
entrar en contacto dos masas de aire, 11 (se registran rachas de 140 a 160 km/h al Sur de Bretaña al final de
desplazándose y aumentando con gran la t arde).
rapidez. En Francia, Météo-France habia El 13 de septiembre, la depresión que em pieza a llenarse se sitúa al
a n unciado un fuerte temporal la noche Oeste del canal de la Mancha, pero los vientos siguen siendo fuertes.
anterior, lo que permitió lim itar los Estas situaciones se caracterizan también por las lluvias abundantes.
daños en Bretaña .
800 Meteorologia El t i empo qu e hace 8 01

Situación el 29 de enero 1994

Análisis de la superficie
sábado 29 de enero de 1994
alas12hUTC

• la perturbación activa procedente del Atlántico está desviada ha-


cia las islas Británicas. Únicamente su parte meridional atraviesa el canal
de la Mancha.
El mistral que sopla con fuerza de temporal deja un cielo azul claro
sobre el golfo de León. La protección del anticiclón situado sobre Fran-
cia influye sobre el Norte de Italia e Italia central, así como en la penín-
sula Ibérica.

Sábado 29 de enero 1994, 12 h UTC


El anticiclón s igue aumentando V
rechaza las depresiones muy al Norte
de Europa . Al Este de Francia, las
entradas de aire frío favorecen la
aparición de un fuerte mistral .
Meteorología El tiempo que hace 803
802

Situación el 26 de enero 1994

4
l. d
Anillisis de la superficie o
miércoles 26 de enero de 19S4
alasl2hUTC

Esta situación, parecida a la anterior, reunía las cuatro condiciones


necesarias para la aparición del mistral: Primo, el anticiclón, o su dorsal,
se sitúan al Sureste de Francia; secundo, se forma una depresión sobre
el Mediterráneo occidental. Al sbplar el mistral en la parte occidental de
esta depresión determina su campo de acción; tertio, presencia de aire
cálido en las proximidades de la depresión; quarto, aire frío llega al
Norte de la cuenca mediterránea.

Miércoles 26 de enero 1994, 12 h UTC


Un caso modelo de formación del
mistra l: ese día se cumplían las cuatro
condiciones necesarias.
804 Meteorología El tiempo que hace 805

Conclusiones LOS EFECTOS LOCALES


Todos los casos que acabamos de exponer tienen lugar a "escala sinóp-
Podemos distinguir dos tipos fundamentales de efectos locales: la ac-
tica", es decir, a gran escala geográfica. La dirección y la fuerza del ción térmica y la acción dinámica.
viento, y la variación de la presión están íntimamente ligadas a los mo-
vimientos de 105 diferentes centros de acción (anticiclones y depresio-
nes) y a las perturbaciones. Como consecuencia, las diferentes zonas
La acción térmica: las brisas
marítimas se encuentran sometidas a las influencias climáticas de estos En verano, en una situación de calma y con buen tiempo, todos los ma-
movimientos. Pero, cuando salimos de estos esquemas tipo para entrar rinos que navegan cerca de las costas pueden observar, a lo largo del
en situaciones poco o nada perturbadas, la misma zona marítima, es- día, un viento relativamente flojo y variable en cuanto a su dirección: la
pecialmente si es costera, se convierte en lugar de fenómenos a peque- brisa.
ña escala en espacio y en tiempo. que generan efectos locales. La aparición de la brisa está relacionada con fenómenos puramente
térmicos.
La tierra y la mar se calientan y se enfrían de forma diferente debido
a la influencia de la radiación solar. Durante el día, el suelo se calienta
más que la mar, enfriándose más deprisa por la noche. Las capas bajas
"'
," atmosféricas sufren las mismas variaciones. Por consiguiente, por la no-
che, el aire enfriado sobre la tierra se desplaza lentamente hacia la mar:
, , 1
>, "1.1"'- es el terra!. Durante el día, el aire muy cálido sobre la tierra tiende a
,.i:",..~ , . _. . .; f!;';"I;..~,~i: (1 '"
T _ • ,\ ~ elevarse por convección, y es reemplazado por el aire más fresco proce-
dente de la mar: es la brisa marina.
Si existe suficiente humedad, los movimientos ascendentes del aire
debidos a la convección que tiene lugar sobre la tierra puede materiali-
zarse apareciendo nubes de tipo cúmulo.
Por lo general, la brisa marina empieza a soplar después de la salida
del Sol (cuando el suelo se ha ca lentado lo suficiente). Al principio, es
floja y más o menos perpendicular a la costa, rolando más tarde hacia
la derecha durante el dia (en relación con el observador que se coloca
frente al viento) y orientándose de forma paralela a la costa. Su fuerza
es variable, llegando a veces hasta fuerza 5 Ó 6.

("._"1' t J El terra l
Por la noche, e l aire e nfriado en las
capas bajas por encima del s ue lo se
desplaza hacia la mar.
El tiempo que hace 807
806 Meteorología

Polígono
de brisa 4,6 mis
.1 r
La brisa marina
Durante el día, el ai re que ha sido
• E stas diagramas (ejemplo pa-
ra Penmarc'h en el mes de
julio) están disponibles en los
centros meteorológicos depar-
tamentales. Podemos utilizarlos
N

fuertemente calentado por el suelo se


directamente para determinar:
eleva, siendo reemplazado por aire más centro
• los cambios de dirección


de gravedad
fresco procedente de la mar. la brisa
marina se suele producir cuando la
$ del viento, es decir, lo que los
ingleses denominan veering y
del polígono

diferencia de temperatura entre el aire backing * (de 00 h a 06 h UTC el


que se encuentra sobre la tierra V el viento alarga, de 06 h a 12 h
que esta sobre la mar es de 4 a 5 oC. UTC escasea y de 12 h a 00 h L-________ ___________L__________ 3
~ ~Iorigen
~s

UTC alarga otra vezl.


La brisa empieza a soplar en cuanto las condiciones son propicias, es • las horas de aumento y de las cifras de 1 a 7 representan las horas UTC: O =00 h UTC
decir, cuando las temperaturas son diferentes en tierra y en la mar, y disminución de la intensidad, , =03 h UTC; 2 =06 h UTC ...
existe una cierta inestabilidad, desapareciendo cuando existe un viento por medio del examen del mó-
sinóptico fuerte (asociado al campo de presión). Si este último es mo- dulo de los vectores. En Penmarc'h el viento aumenta entre 12 h Y 21 h UTC y disminuye en tre
derado, la brisa influye sobre su dirección y su fuerza . 21 h Y 09 h UTC.
• la amplitud del cambio de dirección. Entre 06 h Y 12 h UTC la " rolada " prevista del viento
es de unos 90 2 .
La llegada de la brisa de mar está precedida del paso del frente de
brisa: línea de convergencia que se forma en alta mar y que se despla- • En español: alargar el viento y escasear. (N. de la T.).
za de forma irregular hacia el interior de la costa.
la configuración de la costa y el relieve terrestre desempeñan un pa-
pel importante en la evolución de la brisa. teorológicas costeras durante muchos años, informan al navegante de
los polígonos de brisa, realizados estadísticamente con ayuda de los la evolución probable del viento a lo largo del dia (si no hay cambios en
valores tridimensionales del viento, observados en las estaciones me- la si tuación meteorológica).
la brisa de tierra es mucho más floja, extendiéndose en una superfi-
cie de mar no muy grande, excepto en casos especiales asociados al re-
~\\\II/// lieve de la costa (como en la entrada de algunos vallesl.
senlido del desplazamienlo •

'remed.
- -':::-D~-
-
/:
--
.::::.
Estos efectos térmicos son también sensibles en las montañas, for-
mándose brisas ascendentes en los valles, sobre las pendientes expues-
e brisa tas a la radiación solar, que experimentan un calentamiento durante el
/ // I I\\\'\:
día; por la noche, éstas son sustituidas por las brisas descendentes.

I
I
~ I
El
El frente de la brisa avanza de forma 13 1 A la izquierda: brisa de valle
irregular sobre tierra, pudiendo
ascendente.
materializarse por medio de cumulas.
Al paso de dicho frente podemos
A la derecha: brisa de valle
observar un período de ca lma
descendente.
generalmente de corta duración .
Meteorología El tiempo que hace 809
808

La acción dinámica Nubes en forma de onda


En la cumbre de las montañas o encima de las zonas situadas a sota-
las montañas, los valles y. de forma general, todos 105 obstáculos natu-
vento de las mismas, cuando el aire estable es bastante húmedo, pode-
rales modifican localmente las condiciones sinópticas.
mos observar nubes en forma de almendra, muchas veces colocadas
unas encima de otras: son los altocúmulos lenticulares. Aunque prác-
El foehn ticamente inmóviles, estas nubes indican las zonas donde se produce el
Por lo general. las montañas originan un movimiento ascendente del
movimiento ascendente del aire. es decir, de enfriamiento, que ocasio-
aire sobre su vertiente de barlovento y un movimiento descendente so-
na la condensación del flujo deformado por el obstáculo. Su presencia
bre su vertiente de sotavento. nos indica también la dirección del viento a una altura media.

El foehn
i el aire ascendente está suficientemente seco, no se
S produce condensación por expansión y, cuando éste se
levanta a sotavento de la montaña , se calienta al mismo
ritmo que el enfriamiento que ha sufrido antes.
Por el contrario, si el aire es fresco y húmedo al princi-
pio, se produce condensació n, y se forman nubes que por
lo general van acompañadas de precipitaciones.
En ese caso, a sotavento de la montaña:
• el aire es más seco, pues ha perdido agua con la llu-
via, y las nubes desaparecen rápidamente;
• el ca lentamiento adiabático que sufre por compresión
Pegados a las cumbres de las
durante el descenso no "sirve" en ese caso para evaporar
las gotitas de agua, sin o que contribuye a aumenta r su montañas, los altocúmulos le ntic ulares
temperatura. Por lo tanto, a sotavento de la montaña, el éi!- tienen esta forma, muy característica,
re es más ca li ente y más seco que sobre la vertiente de de platos apilados.
barlovento.
Este fenómeno, denominado foehn , se produce a sota -
vento de los macizos montañosos. Los valles
Los valles actúan como verdaderos pasillos que canalizan el viento.
Cuando el valle se estrecha, el viento sufre una aceleración.

El mistral
Es un viento que está asociado a la presencia de una depresión blo-
queada por el arco alpino, sobre el Norte de Italia y el golfo de Génova.
Su dirección (sector Norte). su carácter turbulento. y a menudo violen-
to, que adquiere sobre tierra y que conserva hasta llegar al Mediterrá-
neo, se debe al relieve característico del valle del Ródano, estrecho pasi-
llo en dirección Norte-Sur. Es, por lo tanto, un viento que depende de
las cond iciones locales.
Este aire, frío y seco, que sopla de N a NNW en la desembocadura
del Ródano, se extiende por el Mediterráneo, donde se humidifica y se
debilita progresivamente, orientándose hacia el Oeste a la altura de
Córcega.
810 Meteorologia

Al ser un viento local, es también un viento sinóptico. ya que su ori-


gen se debe a una situación concreta de los centros de acción (princi-
palmente por la depresión próxima al golfo de Génova).
Las situaciones isobáricas más típicas son tres (aunque. evidente-
mente, pueden existir numerosas va riantes).
El tiempo
que va a hacer
l' El anticiclón de las Azores se extiende hacia el golfo de Vizcaya:
El flujo general se produce sobre el eje NW-SE que va desde Islandia
hasta Italia. Si esta situación persiste, el mistral puede soplar durante
varios días, con aumentos y disminuciones de fuerza (según las estadís-
ticas, es en abril cuando dura más tiempo)
2.1 El anticiclón está orientado Norte-Sur sobre el Atlántico próximo:
Dirige un flujo con dirección Norte sobre Francia. que sufre una inva-
sión directa de aire ártico. El tiempo que hizo ayer . . lo sabemos muy bien todos, pero existe un
Esta situación es, en general, menos duradera que la anterior, pero pequeño inconveniente: ya no vamos a navegar más con él, con lo cual
va acompañada de un mistral especialmente frio. pierde todo su valor ante la mayoría de los navegantes que no sienten
3" El anticiclón continental se prolonga hacia las islas Británicas: ninguna nostalgia de los tiempos pasados. Es mucho más interesante el
Esta situación que se produce principalmente en invierno (advección tiempo que va a hacer mañana, que no conocemos y cuyo pronóstico
de aire polar continental muy frío), puede persistir a veces durante va- necesitamos si queremos elegir razonablemente la derrota, elaborar
rios dias. Los " retornos Gilidos" en altura alrededor de la depresión del una" táctica" (cuando preparamos una regata) y sobre todo para saber
golfo de Génova provocan a veces nevadas incluso en el litoral. cuándo vamos a tener mal tiempo.
Se puede calcular la fuerza del mistral observando el gradiente de
presión, por ejemplo entre Perpiñán y Niza :
• una diferencia de presión de 9 milibares entre estas dos estacio- LA PREDICCiÓN DEL TIEMPO
nes corresponde, en general, a un mistral de fuerza 8 en la esca la de
Beaufort. El conocimiento del tiempo pasado es, evidentemente, muy útil para la
• una diferencia de presión de 12 milibares corresponde a un mis- predicción del tiempo futuro, ya que permite identificar determinadas
tral de fuerza 10. constantes, algunas evoluciones características y las señales que las
anuncian. Sin embargo, cuando se trata de determinar la cobertura
La tramontana meteorológica (aSí se dice) que vamos a utilizar en los días siguientes,
No podemos hablar del mistral sin mencionar la tramontana . es muy cierto que no podemos contar únicamente con las observacio-
nes personales, por mucha experiencia que tengamos. los análisis an-
Es un viento del sector Noroeste que sopla sobre el bajo Languedoc teriores han dejado bien claro que el tiempo que hace, en un lugar pre-
y el Rosellón, y que va asociado también a la presencia de una depre- ciso, no es sino un aspecto de una situación de conjunto que desborda
sión en las proximidades del golfo de Génova. Por lo tanto, general- ampliamente el horizonte del observador; a menudo, es el resultado de
mente va unido al mistral. lo que ha sucedido la víspera a cientos o miles de millas de allí; su evo-
la aceleración que experimenta se debe al estrechamiento que sufre lución posterior depende, ante todo, de la evolución de la situación ge-
entre Les Corbieres y la montaña Negra o al entrar en las gargantas de neral. Ésta únicamente puede conocerse por las informaciones suminis-
Les Corbieres. tradas por los servicios meteorológicos, cuya red de observación cubre
Para calcular la fuerza de la tramontana podemos consultar la dife- el mundo entero.
rencia de presión entre Toulouse y Perpiñán, o entre Perpiñán y Mont- la observación personal interviene en segundo lugar, principalmen-
pellier (una diferencia de 5 milibares entre Perpiñán y Montpellier co- te, para comparar el tiempo local con los datos de conjunto, para in-
rresponde, por lo general, a una tramontana de fuerza 10 Beaufort). tentar ver, a partir del barómetro, el aspecto del cielo y el estado de la
mar, si éstos coinciden o no, si la situación evoluciona más o menos de-
prisa, en la dirección prevista o en otra, si vamos hacia un empeora-
miento o, por el contrario, hacia una mejoría
812 Meteorología El tiempo que va a hacer 813

Pero, si bien resulta fácil para un principiante extraer algunas ens€- En primer lugar, existe un desfase inevitable entre el momento en
fianzas de la observación del barómetro, de la fuerza y dirección del que se hacen las observaciones y en el que se emiten las predicciones.
viento, no ocurre lo mismo al observar las nubes. Antes de querer dar- Por ejemplo, un boletín meteorológico emitido entre las 7 h Y las 10 h
les un nombre e intentar reconocerlas, hay que identificar su aspecto está elaborado a partir de las observaciones realizadas a la 1 h en in-
principal: estratiforme o cumuliforme, así como el nivel en que se en- vierno y a las 2 h en verano. La mayoría de las veces, este desfase no
cuentran, nubes de altitud o no. Asimismo, aconsejamos anotar escru- afecta demasiado, aunque sí puede hacerlo en caso de evoluciones
pulosamente el paso de los frentes (el frente fria es generalmente más muy rápidas. Es interesante señalar que los resúmenes de las observa-
característico que el frente cálido) y efectuar comparaciones con el ma- ciones de las estaciones costeras que se dan al final del boletín suelen
pa meteorológico que encontramos al día siguien te en el periódico. ser más recientes que el análisis general (en verano, resumen de las 5 h
Con esta tarea se puede aprender mucho. Asi definido, el papel de la para el boletin de las 7 h 33); merece la pena escuchar estos resúmenes
observación parece muy modesto. En realidad, hacen falta muchos con mucha atención, ya que a veces revelan ciertas " anomalías" con
anos de práctica para lograr tales resultados. Éste es el motivo por el relación a la situación general, y precisan el sentido que puede adoptar
que, en materia de predicción de tiempo, se pueden dar muy pocos la evolución. Más tarde volveremos a tratar sobre esta noción de " fres-
consejos; lo principal es, como hemos dicho al principio, comp render cura" del boletín meteorológico y analizaremos con más detalle las di-
bien los boletines meteorológicos, y hacer un buen trabajo de profun- ferentes fuentes de información que en la actualidad están al alcance
dización personal, que ninguna ayuda exterior puede sustituir. de los navegantes de recreo .
Vo lve m os a d ecir q ue el mejo r sist em a para progresa r en m e- Por otra parte - y ésta es la principal limitación de los boletines, que ya
t eoro logía es est udiar sist em áti ca m ente y a d iari o d ichos b o leti - hemos mencionado-, las predicciones que recibimos afectan a zonas muy
nes, j unt o con la observación del ci elo y del ba rómetro. amplias, no dan datos concretos sobre la intensidad que puede adoptar
localmente cualquier fenómeno, ni sobre su " horario" exacto. La ondula-
El boletín meteorológico ción de un frente, por ejemplo, quiZáS no Se indique, y, sin embargo, pue-
Las informaciones de interés para los navegantes las suministran princi- de modificar todos los datos pronosticados para un determinado lugar.
palmente los boletines meteorológicos que se emiten por radio y Además, y sobre todo en verano, estas predicciones ofrecen a menudo
-cuando quieren realizar una observación más detallada- por medio de una simple gama de posibilidades, entre las que hay que saber elegir.
los mapas meteorológicos nacionales (mapas de situación general ana- En este caso interviene la obselVación personal, y sobre todo la ob-
lizada o prevista). servación del único instrumento meteorológico cuya presencia a bordo
Los boletines meteorológicos se emiten : por onda larga o media por es indispensable: el barómetro.
las emisoras nacionales (France In ter, BBC, RAI, RNE, etc); por onda
corta y frecuencia modulada por las estaciones regi onales y en la gama El barómetro
de Marina (BLU hectométrica y VHF) por las estaciones costeras de ra- El brujo, como lo denominaban los marinos de antaño, lleva en su rin-
diotelefonía. Todos estos boletines ofrecen por orden, y con más o me- cón una vida silenciosa, con altos y bajos que dan cuenta fielmente de
nos precisión, las siguientes informaciones: las idas y venidas que tienen lugar en la atmósfera .
• Avisos sobre posibles temporales, seguidos de una apreciación de El valor de la presión que indica no tiene, en sí mismo, más que un
la situación general: características del campo de presión, situación de significado limitado. Todo lo más, podemos pensar que estamos en un
los centros de acción, recorrido de las perturbaciones, así como situa- régimen anticiclónico si la aguja alcanza y sobrepasa los 1 020 miliba-
ción y velocidad de desplazamiento de los frentes. res, y que nos encontramos en una zona depresionaria cuando descien-
• Pronósticos de zonas. de por debajo de los 1 010 milibares (pudiendo ser 960 milibares el va-
• Tendencia general del tiempo. lor de una gran depresión en su centro). Pero también podemos experi-
Algunos boletines proporcionan también el resumen de las observa- mentar mal tiempo con presiones del orden de 1 015 milibares. En to-
ciones efectua das en diferentes estaciones costeras. do caso, es conveniente que el barómetro esté calibrado, es decir, que
indique la presión real. Según veremos más adelante, este hecho tiene
El conjunto de estas informaciones proporciona una idea general de una importancia especial para la predicción de los fenómenos peligro-
la situación de conjunto y de lo que puede suceder, a corto plazo, en la sos. Pero, ante todo, es realmente importante observar los movimientos
zona por donde navegamos. Sobre todo, conviene conocer los limites de la aguja, que nos permiten conocer la tendencia .
exactos. Este término lo utilizan los meteorólogos para definir la variación de
814 Meteorología El tiempo que va a hacer 815

presión (aumento o disminución) en un intervalo de tres horas. Esta no- pasó por el cabo Finisterre y más tarde por Bretaña, causando impor-
ción es muy importante, y desgraciadamente sólo la mencionan los bo- tantes daños. Hubiera sido también muy dañina si hubiera barrido las
letines ingleses en sus weather reports fmm coastal stations*. costas en pleno día y no en medio de la noche como fue el caso.
En lo que respecta al observador, esta tendencia constituye también Evide ntemente, la rapidez con la que se manifiestan estos huracanes
la indicación fundamental. Es la que puede anunciar de manera más hace que sea muy difícil su predicción. Éstos se desplazan con demasia-
exacta la evolución del tiempo. De un modo general, podemos decir da rapidez como para ir precedidos de mar de fondo. El estado del cie-
que un descenso de 2 Ó 3 milibares en tres horas debe hacernos consi- lo, ciertamente, hace imaginar que se aproxima el mal tiempo, pero no
derar seriamente la posibilidad de un empeoramiento del tiempo; un permite suponer su intensidad. En definitiva, únicamente las indicacio-
descenso de 3 a 5 milibares anuncia la llegada de una perturbación im- nes del barómetro pueden anunciar su cercanía, por lo menos con al-
portante, y si el descenso de presión es superior a los 5 milibares, es gunas horas de antelación.
que se está preparando algo fuera de lo normal. Podemos pensar que algo muy grave va a ocurrir cuando se produce
Sin duda, hay que matizar estas afirmaciones. La tendencia no cons~ uno o varios de los hechos siguientes:
tituye una indicación absoluta; la intensidad de una perturbación no es • el barómetro desciende con rapidez, siendo la tendencia superior
exactamente proporcional a la tendencia negativa que la anuncia; in- a 5 milibares en tres horas;
cluso pueden producirse temporales, con una tendencia positiva exclu- • mucho antes de lo previsto, la presión que señala se acerca o es
sivamente, dentro de un flujo de aire frío de sector NW a NE, por ejem- inferior a la cifra indicada por el último boletín como la del centro de la
plo. Sin embargo, la mayoría de las veces, esta tendencia, confirmada depresión. Esto significa, bien que la depresión se ha acelerado, o bien
por la observación, resulta fundamental; una tendencia negativa y la que se ha acentuado, o las dos cosas a la vez;
aparición de un cielo de cabeza, suelen indicar que el tiempo se va a • la presión alcanza un valor muy bajo mientras que el viento per-
estropear. A veces, la tendencia es el único dato del que disponemos, manece obstinadamente orientado al SE, si bien el centro de la depre-
en particular en lo que respecta a la predicción de ciertos fenómenos sión todavía se encuentra lejos.
peligrosos que escapan a la observación de la red meteorológica. En estos casos podemos comprobar la importancia de disponer de
un barómetro calibrado, pues lo que nos puede alertar es principal-
Predicción de los fenómenos peligrosos mente la comparación entre la presión anunciada y la que comproba-
En la mar, los fenómenos peligrosos son los fenómenos inesperados, es mos. Vemos también que es necesario anotar la situación del centro de
decir, aquellos que nos sorprenden por su carácter repentino. la depresión, así como la dirección y la velocidad prevista.
Entre estos fenómenos, al que más debemos temer es evidentemente Es importante no dejarse engañar por la encalmada que se suele
a la tempestad-cataclismo, que normalmente está originada por una pe- producir cuando nos encontramos en el centro de la depresión. Duran-
queña depresión de aspecto inofensivo, que bruscamente se acentúa en te el temporal del 6 de Julio de 1969, en la trayectoria de dicho centro,
las proximidades de la costa causando grandes destrozos, incluso antes se pudo comprobar que el viento pasaba en pocos instantes de la cal-
de que los servicios meteorológicos hayan podido anunciar su peligro. ma a fuerza 12. De modo general, se sabe, además, que el frente frío
Afortunadamente, este tipo de tempestad es poco frecuente, pero de una perturbación es más sospechoso que su frente cálido, y éste es
no excepcional. Entre aquellas que han dejado huellas en la memoria el caso que comentamos.
durante los últimos treinta años, hay que citar la que se produjo el 6 de Hay también otros fenómenos que pueden ser peligrosos a pesar de
julio de 1969 y que, debido al hecho de haber tenido lugar en verano, surgir con menos violencia. El peligro no se debe en estos casos a una
fue la más criminal de todas, puesto que causó la muerte de trece na- ausencia de pronósticos, sino más bien a la falta de atención de los na-
vegantes deportivos; la de agosto de 1979, que devastó la flota de 105 vegantes de recreo en relación con los mismos. Es el caso concreto de lo
participantes en la regata Fastnet; y más recientemente, el 7 de junio que ocurre con los frentes fríos secundarios, de los que uno no descon-
de 1987, el aumento repentino de una pequeña depresión al Suroeste fía, aunque a menudo son más violentos que el frente frío principal. Por
de Bretaña, que originó una violenta franja de chubascos en la costa de lo tanto, hay que estar en guardia cuando se habla de ese tipo de fren-
las Landas; por último, durante la noche del 15 al 16 de octubre de tes en los boletines, y también cuando se señala que después del paso
1987, una pequeña depresión muy profunda (950 milibares), que se del frente frío "normal", el viento no vuelve a rolar al Norte (con mayor
desplazaba a 60 nudos dentro de un flujo perturbado ya muy activo, razón cuando presenta una tendencia a volver a bajar ligeramente al
Sur, a pesar de la persistencia de un cielo de estela). Por último, la ob-
* Informes meteorológicos de las estaciones costeras. (N. de la T.) servación del cielo debe servir para tomar precauciones a tiempo, pues
El t i empo que v a a hacer 817
816 Meteorología

la llegada de cada uno de estos frentes está caracterizada por una franja METEOROLOGíA PRÁCTICA
de chubascos que llevan consigo cúmulos congestus y cumulonimbos.
En el mismo orden de ideas, tambien hay que vigilar 105 chubascos A continuación vamos a informar sobre 105 principales boletines meteo-
que se producen en el ai re muy inestable y que a veces originan tem- rológicos franceses, ingleses y españoles, así como 105 datos útiles que
porales de viento bastante más fuertes de lo que pensábamos; no re- nos permiten conocer con facilidad, tanto en la mar como en puerto,
sulta raro que un viento medio de fuerza 5 llegue a fuerza 7 u 8 en los las predicciones elaboradas por 105 meteorólogos.
chubascos.
Hay que desconfiar, especialmente, cuando nos encontramos en una
Météo-France:
situación tormentosa, pues puede pasar de todo. Un ejemplo: el viento Las fuentes de información meteorológica
es flojo, de fuerza 1 a 2, hay grandes nubes que pasan produciendo Boletines radiofónicos de onda larga y de frecuencia modulada, contes-
fuertes aguaceros sin aumentos de viento notables y, de repente. sin tadores telefónicos, boletines de prensa periódica, pantallas Minitel,
esperarlo. surge un chubasco de fuerza 6 y más .. boletines de France Télécom en BLU*, información por VHF emitida por
Como en tantos otros campos, en este caso la experiencia directa 105 CROSS** Y 105 semáforos, la multiplicación de las fuentes de infor-
agudiza el olfato. Los galOS escaldados son una prueba. Es muy proba- mación y de transmisión de boletines meteorológicos a la que asistimos
ble que unos cuantos sustos nos sirvan, más que los conocimientos ad- desde hace algunos anos, plantea a 105 navegantes un problema de
quirid os en los libros, para convertirnos en buenos previsores.
elección:
• ¿Cuál es el boletín que mejor se adapta a su zona y a su progra-
La observación ma de navegación? .
Saber observar el cielo requiere un largo aprendizaje. Para pasar de la • ¿Qué "frescura" tienen los diferentes boletines que tiene a su diS-
teoría a la práctica, el observador sincero y que no se contenta con pa- posición? . .
labras hueras deberá atravesar el inmenso desierto de la incertidumbre. A continuación indicamos lo que conviene conocer de las prinCipales
Travesía árida (y sin embargo luminosa), para la cual le aconsejamos fuentes de información meteorológica para la navegación costera:
mantener siempre algún punto de referencia, que le conduzca a mati-
zar sus afirmaciones, a dudar de sus descubrimientos y a no fijarlos en l a televisión
categorías demasiado estrechas. Empresa solitaria, para la cual pode- Los boletines televisados de las grandes cadenas nacionales proceden
mos sugerir, como mucho. un camino a seguir que contenga los si- de 105 servicios de Meteo-France y están dirigidos al gran público. No
guientes puntos importantes: contienen ninguna información específICa para la navegación. El único
• analizar todos 105 días, mañana y tarde, el mapa meteorológico; interés que el navegante puede encontrar en ellos reside en la difusión
observar el cielo varias veces al día, así como el barómetro y después de imágenes por satélite (a veces animadas) que proporcionan una ex-
hacer la predicción del día siguiente; celente noción sobre la situación general y sobre el movimiento de las
• al día siguiente, comparar la predicción y la realidad, y analizar 105 masas de nubes.
diferencias sobre el mapa.
Duración del camino: varios meses, en diferentes estaciones del año. la prensa periódica ...
Una vez hecho esto, no hay excusas para detenerse. Si perdemos el Los boletines dirigidos al gran público, que podemos leer en el penodlco
contado, es fundamental en cualquier caso no esperar a la víspera de la por las mañanas, no pretenden servir a 105 marinos. Sin emba.rgo, en al-
salida en barco para volver a empezar. Hay que meterse de lleno unos gunos diarios regionales encontramos predicciones para el htoral, que
días antes, anotar 105 boletines, consultar 105 mapas, ponerse en contac- contienen información marítima especial (sobre el viento, el estado de la
to con una estación costera para obtener predicciones a medio plazo. mar el horario de las mareas ... ) Aunque el conjunto es, por lo general,
Después, en la mar, la predicción se basará en la observación conti- un ~oco escaso, observaremos, sin embargo, que la meteorología que
nua. Esta constituye, en definitiva, la disciplina fundamental, gracias a proporciona la prensa escrita va a menudo acompañada por mapas de
la cual, día tras día, adquirimos la costumbre de "vivir" el tiempo. Sin
darnos cuenta, percibimos y registramos las variaciones de temperatu-
ra, 105 matices de la luz y las pulsaciones del viento. Aparece una nueva
manera de reaccionar, que se va acercando cada vez más a la realidad. * Banda lateral única. (N. de la T.).
y poco a poco nos convertimos en un elemento más del cielo. ** Centros de salvamento y de socorro en Francia . (N. de la T. ).

i
818 Meteorología El tiempo que va a hacer 819

isobaras que muestran una excelente apreciación de la situación general maClón. Por todo esto, desgraciadamente, resulta difícil mantener al día
y del emplazamiento de los diferentes fenómenos meteorológicos. la lista de horarios de los boletines que se emiten.
Señalemos, por último, el caso de las emisoras privadas de radios loca-
Las emisoras de radio nacionales les entre las cuales algunas emiten excelentes partes de información me-
De las tres principales emisoras de radio nacionales, sólo France-Inter teorológica y marítima. Pero lo que ya era difíCil para las radios locales de
emite, dos veces al día, un boletín de meteorología marina (1 852 m Radio-France, aún lo es más para las emisoras privadas, pues los horarios,
GO) y en Radio Bleue (PO). Fácil de captar, y de una gran "frescura" frecuencias y programas están sujetos a demasiadas modificaciones.
(transcurren menos de dos horas entre la redacción del boletín por 105
meteorólogos de Météo-France y su difusión en antena) y calidad, se Los contestadores telefónicos
adapta perfectamente a la navegación de recreo a lo largo de las costas Los contestadores telefónicos de Météo-France constituyen el sector de
francesas y de las islas Británicas. Desgraciadamente, la necesidad de información más rápido que existe. los boletines se registran casi siem-
describir 32 zonas (en un periodo de tres minutos) desde Noruega a las pre inmediatamente después de su redacción. Se actualizan al menos
islas Baleares, les impide a veces entrar en detalles. El boletín ocupa un dos veces al día (mañana y tarde) e incluso tres, si es necesario. La nue-
espacio muy codiciado dentro de la programación. De igual modo, su va red de contestadores telefónicos implantada en 1991 ha simplifica-
existencia se plantea de forma periódica por parte de la dirección de la do considerablemente las cifras.
emisora. Sin embargo, éste resulta fundamental para la navegación de El 36 65 08 08: boletín "marino" para amplias zonas del canal de la
recreo, la pesca y el comercio marítimo. Mancha, el mar del Norte, el Atlántico o el Mediterráneo (cubre una
franja costera de hasta 200 millas). Se actualiza por la mañana y por la
El Minitel 3615 meteorológico (clave MER) tarde, y a veces también por la noche, cuando la situación lo justifica.
Este servicio empieza a ser eficaz y la información que podemos encon- Por medio de un sistema interactivo (la eleCCión del boletín por medio
trar en él es de buena calidad y enormemente localizada. Su frescura, sin del dial del aparato o pronunciando la palabra "stop" durante la lectu-
llegar a la de los boletines emitidos por radio, es muy buena. También ra de la lista de los diferentes boletines disponibles) se obtiene la infor-
podemos encontrar en este servicio algunos pequeños "extras" como, mación solicitada.
por ejemplo, las observaciones de los semáforos en tiempo real, informa- El número 36 65 08 XX (sien do XX el código del departamento): en
ción sobre la climatología de las zonas y los horarios de las mareas. este tipo de contestadores podemos encontrar el boletín "costero"

la banda FM (frecuenci a modulada)


Radio France dispone de una red de emisoras de radio locales que emi-
ten en FM. Estas emisoras llamadas de proximidad tienen cada una de
El soporte de la meteorología
ellas un programa propio para estar más próximas a la región y a las l Servicio de información de Météo-France publica
preocupaciones de los oyentes. Casi todas las radios costeras emiten
boletines de predicción marítima relativos a la franja costera hasta una
E anualmente un folleto que contiene las coordenadas
(frecuencias, horarios, números de te léfono ... )* de las es-
distancia de 20 millas de la costa. las observaciones realizadas por los taciones em isoras de France Té lécom, de France Int er y de
semáforos de la zona se citan a veces al final del boletín. Desgraciada- los contestadores automáticos. Al final del li bro reproduci-
mente, podemos comprobar una gran diferencia de una radio a otra, mos, con la amable autorización de Météo-France, el de la
última edición.
desde aquellas que no emiten nada, hasta las que transmiten de forma
Este folleto se encuentra (o debería encontrarse) en las
ín tegra el boletín enviado por Météo-France. Entre estos dos extremos
oficinas de Asuntos Marítimos y en las capitanías de puer-
hay toda una serie de emisoras intermedias. Unas incorporan datos me- to. También puede solicita r se a: Météoro logie natio n ale,
teorológicos en su diario de información cuando hace mal tiempo, y Service central de communicatio n et comme rcialisation (1,
otras sólo los emiten en verano. Todo depende de la importancia que quai Branly, 75007 Paris).
tiene el sector marítimo dentro de la zona cubierta por la radio en cues- Igua l mente, puede consulta r se e l vo l umen nº 96 del * En España puede solicitarse un folle-
tión, de la personalidad del locutor, y de la relación existente entre la SHOM, así como el Reed's Nautical Afmanac o las princi- to similar a éste en el Servicio Maríti-
emisora de radio y el centro provincial de meteorología. En cuanto al pa les guías de navegac ión (Guías Fenwick, Bloc Marine, I mo del Instituto Nacional de Meteo-
Almanach du Marin breton) en las cuales se reproduce to- rología (I NM), Ciudad Universitaria,
horario de los boletines, éste puede variar en cualquier momento, sin
da esta información que es periódicamente actualizada. Paseo de las Moreras, s/n., 28040
aviso previo, al capricho de los cambios que se produzcan en la progra- Madrid. IN. de la T.).
820 Meteorología El t i empo que v a a hacer 821

(hasta 20 millas del litoral), asi como el boletín "orilla" o "borde del • fuerza 3 prevista; se alcanza fuerza 6: cuña;
mar" adaptado a las actividades náuticas de la provincia en cuestión. • fuerza 4 prevista; se alcanza fuerza 6: no hay cuña;
Éstos recogen la predicción del boletín "costero", eventualmente modi- • fuerza 5 prevista; se alcanza fuerza 7: cuña.
ficada en función de los efectos locales, y lo completan por medio de
observaciones, horarios de mareas en el puerto principal, o también Análisis del bol etín
con información para los surfistas o los aficionados a la natación. Todos Cada boletín está dividido en dos amplias zonas: Atlántico y Mediterrá-
los departamentos costeros tienen un contestador de este tipo, es de- neo. Éstas se presentan de la misma forma y comprenden:
cir, 24 números de teléfono fáciles de memorizar, a los que se puede • Avisos de vientos fuertes: se transmiten cuando el viento alcanza
llamar desde cualquier zona. o sobrepasa fuerza 7 en una zona determinada. El orden de los avisos
de vientos fuertes es el siguiente:
El Navtex - frescachón: fuerza 7,
Navtex es un sistema de difusión de información marítima (Avurnav, - temporal: fuerza 8,
boletines meteorológicos para alta mar ...) llamado a sustituir a las - temporal fuerte: fuerza 9,
emisiones en BLU hecto métrica de la banda marina (Le Conquet-Ra- - temporal duro: fuerza 10,
dio, Boulogne-Radio, Grasse-Radio ... ). Los receptores Navtex son pe- - Temporal muy duro: fuerza 11,
queños aparatos, que permanecen siempre encendidos, y que impri- - Temporal huracanado: fuerza 12 y más.
men en papel los boletines cuya recepción ha sido programada por el
usuario. Los emisores Navtex (Cross Corsen y Cross La Garde en Fran- La dirección del viento se proporciona con una precisión de un octa-
cia) utilizan todos la misma frecuencia (518 kHz) y tienen un alcance vo de la rosa; por ejemplo: temporal de Oeste o del Nordeste. Si la di-
superior a 400 millas. rección va a variar en un ángulo inferior a 90° durante las 24 horas si-
guientes, se utiliza el término de sector para indicar su dirección (tem-
El boletín Inter-Service Mer poral del sector Oeste). Si el viento va a variar más de 90° en las 24 ho-
El boletín lnter-Service Mer lo redacta el servicio de predicción marina ras siguientes, no se hará mención alguna sobre la dirección. Por últi-
de Météo-France y se emite dos veces al día por France-lnter en onda mo, los avisos de temporal fuerte pueden llevar la indicación en curso o
larga, frecuencia modulada y onda corta en horas exactas: 6 h 50 los previstos.
sábados y domingos, 10 h 05 los demás días de la semana y 20 h 05
todas las tardes. Radio Bleue emite también por onda corta este boletín • Situación general: en esta parte del boletín, los fenómenos me-
a las 6 h 55 de la mañana al abrir los programas. Este horario puede teorológicos (centros de acción, frentes, dorsales .. .) origen de las pre-
variar algunos minutos según la actualidad informativa. El boletín cubre dicciones, se mencionan y se sitúan, bien de manera general (anticiclón
las zonas denominadas de alta mar, es decir, del mar del Norte, el canal 1025 centrado sobre Portugal) o bien de manera más exacta (depresión
de la Mancha, la zona Atlántica, el mar de Irlanda y el Mediterráneo oc- 985 situada en 55° Norte y 25° Oeste). Unos y otras pueden desplazar-
cidental. Proporciona pronósticos meteorológicos sobre las citadas zo- se lentamente, rápidamente, o simplemente mantenerse estacionarios.
nas (tiempo, fuerza y dirección del viento, estado de la mar) para las 24 También pueden acentuarse o llenarse. Los valores del centro de las de-
horas que siguen a la emisión, y comprende tres partes: presiones o de los anticiclones se mencionan sin indicar las unidades (se
• avisos de vientos fuertes (frescachón, temporal, temporal duro .. ); sobrentiende que son milibares).
• situación general y evolución del tiempo;
• pronósticos de zonas. • Pronósticos de zonas: en la tercera parte, las zonas se citan en un
orden fijo, empezando por Viking y terminando por el Oeste de Cerde-
En algunas circunstancias, se emite una cuña especial dentro del dia- ña. En relación con cada una de las zonas (que pueden agruparse si
rio de información que sigue a su recepción. Esta cuña es un boletín de cuentan con idénticos pronósticos), se describen los parámetros si-
emergencia, emitido de forma excepcional cuando el viento previsto en guientes:
el último boletín regular ha sido subestimado. El criterio que se sigue es - dirección del viento,
el de un error de tres grados Beaufort (reduciéndose a 2 grados si el - velocidad del viento,
error tiene como consecuencia la omisión de un aviso de vientos fuer- - estado de la mar,
tes). De este modo: - tiempo significativo (eventualmente).
822 Meteorología El tiempo que va a hacer 823

]0, I 25 Cada adjetivo calificativo corresponde a una altura de ola concreta:


I 1 - rizada: menos de 0,50 m

"
I 1 1
1 - marejadilla: 0,50 a 1,25
--/...
II '-.. ..... , f __ 1
1
- marejada: de 1,25 a 2,50 m
1
I I --l.. - fuerte marejada: de 2,50 a 4 m
I 1 1 -
I 1 - gruesa: de 4 a 6 m
I 1
I 1 - muy gruesa: de 6 a 9 m
I 1
I 1 - arbolada: de 9 a 14 m
1 1
I I - montañosa: superior a 14 m.
I
-'- ....
1 ---./
1
1
La predicción del estado de la mar, a pesar de la existencia de un vo-
I 1-- cabulario preciso, es relativamente vago.
1 1
I I
1 1
I 1 • Tiempo significativo: los únicos términos que se emplean son:
I 1
I 1 aguacero, llovizna, bruma, niebla, chubasco, nieve, tormenta y lluvia.
1
1 la llovizna es ca racterística del sector Cálido; la lluvia seguida de agua-
I
_1
,---
1
I
I
I
ceros significa que se va a producir el paso de un frente frío; los chu-
bascos son característicos de una estela activa; bruma y niebla se em-
I
1 I
1 Galais I plean en ausencia de precipitaciones si la visibilidad es respectivamente
1 ----- 1-- inferior a 5 kms y a 1 km.
1 I
1 I
1 I I I
I BULlETIN MÉTÉO
---1'- I
I I
1 -
1
I
I
FRANCE INTER du ...... ...................... ... .. a.
------ L -------~--------
1 I MONTE CARLO du ...... ... ................ ...... .. a.. I
1
1
I I
I MARSElllE RADIO du ........................ a.. I
I
1 - 1 - - - - - __ ..1 _ GRASSE RADIO du ........ ... ..................... a. I
1 I I
1 I
I I Avis de vent lort
1 I I I
1 I I
1 I
I
I -------~~g). \
Situation générale:
Sud~" - - -1-- ______ -' _________ ~---
I I I
• Dirección y velocidad del viento: la descripción del viento se refie- I I
re a su estado inicial en el momento de la redacción del boletín. A ve- I I
I
ces se completa con un estado inminente, es decir, un viento que de- I
I
bería establecerse en menos de 6 horas. la evolución del viento sólo se I
menciona si se prevén cambios de más de 45° en su dirección y de más I
I
de 2° Beaufort en cuanto a fuerza. De este modo, el viento puede ser I
Prévision par zone I
va riable (dirección y fuerza no precisas), estar amainando (disminuyen-
Observation a ..........H. ......... GMT
------_1..
do de fuerza), refrescando (aumentando de fuerza), rolando (a otro
Zones O;rection Wesse Etalde Temps
sector) o estabilizándose (en una dirección concreta). duvenl dUI"l!nl lamer I signik.a!J1
Baléares
MinorQue
• El estado de la mar: la información sobre el estado de la mar se
lion
refiere a las máximas previstas para las 24 horas siguientes, y en ciertos Provence
casos se incluye una descripción a más largo plazo. Por lo tanto, puede Corse
haber marejadilla, calmandose, o marejada a fuerte marejada llegando SardaiQne
ligure
a mar gruesa.
Maddaléna
824 Meteorología El tiempo que va a hacer 825

Ejemplo de boletin - Ouest-Écosse: Nord-Est 7 a 8 molfissant 6 a 7 f'apres-midi et tour-


France Inter, bulletin meteD de Meteo-France du 23 avril 1995. a
nant Est 4 6 cette nuit; mer forte; pluie et averses.
a
- Ouest-Portugal: secteur Nord 4 6; mer agitée; averses.
1. Atlantique et mer du Nord: pour les zones Ouest Ir/ande, Nord Ir-
lande et Ouest tcosse: coup de vent de Nord-Est en cours. 2. Méditerranée: coup de vent en cours localement pour les zones
• Situatían générale et evo/utian Est de Provence et Ouest de Lígure.
Oepression 1005 sur le Sud-Ouest de /'Angleterre, se decale á 10 15 • Situation générale
au Sud-Ouest de /'lrIande. Vaste zone depressionaire complexe 1010 á 1015 s'etendant de
Dépression 1005 se creuse en Mediterranee. Anticyclone 1035 au ('Afrique du Nord aux ¡les Britanniques et générant sur le bassin médite-
Sud d'lslande. Sur la Scandinavie une raíble dorsale traversera la mer du rranéen de frequents passages perturbés e instables remontant du Sud.
Nord puis les ¡les Britanniques. • Prévisions par zones
• Previsions par zones - Baléares: variable 2 a4 Nord-Este dominant ce matin s'orientant
- Viking: Nord-Este 5 á 6 mollissant 4; mer agitee; pluie. Nord-Ouest la nuit prochaine; mer peu agitée; averses orageuses.
- Utsire: secteur Est 4 á 6 devenant variable 2 á 4 puis Nord-Est 3 á a
- Minorque: variable 2 4; mer peu agitée; pluie ou grains.
5 cette nuit; mer agitée; pluie. a
- Líon: Nord-Est dominant 3 4 tournant Nord-Ouest ce soir et fra¡-
- Forties, Cromarty et Forth: secteur Est 5 á 6 tournant Sud-Est 3 á 4 chissant 4 a 6 la nuit prochaine; mer peu agitée a agitée; pluies ora-
puis Nord-Est 4 á 6 la nuit; mer forte s'attenuant; pluie. geuses ou grains.
- Tyne et Oogger: Sud-Est 3 á 5 tournant Nord-Est 4 á 6 la nuit; mer - Ouest de Provence: secteur Est dominant 3 a 5; mer peu agitée a
agitée; pluie. agitée; pluies orageuses ou grains. la publicaci ón ni 95 M e téor o lo gie

- Fisher: Nord-Est 4 á 6 devenant variable 2 á 4 puis secteur Est 4 á a


- Est de Provence: secteur 5 7 localemem et passagérement 8 pres m aritime publicada por el S HOM,
5 cette nuit; mer agitée; pluie. des cótes; mer agitée pluie ou grains orageux. contiene t oda la información qu e el
~ German." variable 2 a
4 s'orientant Nord 5 a 6 ce 50ir puis secteur - Corse: secteur Est 4 a
6 du Sud au Nord passagérement 7 sur navegante necesita a largo pl azo . En
Est 5 á 6 la nuit; mer agitee; pluie. ('extreme Nord en journée, mollissant 3 a5 cette nuit; mer peu agitée a ella encont ramos un trat ado de
- Humber: Sud-Est 3 á 5 devenant variable 2 á 4 puis Nord 4 á 5 agitée; pluie ou grains orageUx. met eorología general y tropica l, un

cette nuit; mer agitée. _ Sardaigne: variable 2 a3 s'orientant Nord-Ouest 3 a 5 ce matin estudio s obre los problemas d e los
a
- Tamise, Pas-de-Calais, Manche-Est: secteur Sud 3 5 devenant va- puis tournant Sud-Ouest la nuit prochaine; mer peu agitée; pluie ou hielos e icebergs, información
grains orageux. met eorológica s uminis trada a los
riable I'apres-midi puis Nord 4 el 5 ce soir, localement 6 sur Pas-de-Ca-
lais cette nuit; mer peu agitée. - Lígure: Est a Nord-Est 4 a 7 d'Est en Ouest /ocalement 8 sur barcos ... Conti ene fot ografias e n co lor

- Ouest-Bretagne: Sud-Ouest 5 á 6 mollissant 3 á 4 et devenant va- ('extreme Ouest pres des cótes en journée, mollissant 4 a 6 ce soir; mer de t odos los tipos V s ubtipos de nubes,
a
riable 2 4 cette nuit; mer agitée s'attenuant. agitée; p/uie OU grains orageux. la d enominación de los s imbol os

a a
- Nord-Gascogne: variable 2 4 s'orientant Nord 4 5; mer agitée; _ Madalena et E/be: Sud-Est 3 a
5 passagérement 6 ce matin; mer utili zados en los m apas facsímil, as í
averses. peu agitée; pluies orageuses OU grains. como los nombres y direcciones d e los

- Cap Finisterre: variable 2 a 4; mer peu agitée; averses. Ce buJletin a été lu dans son integra/ité en 3 minutes et 12 secondes ag entes met eoro lógicos de los puertos
- Sole: Nord-Ouest 4 á 6 tournant Sud-Ouest 3 á 5; mer agitee; exactement. de t odo el mundo.
pluie et averses.
- Sud-lrIande: Nord-Ouest 4 á 6 temporairement variable 2 á 4 au La meteorología inglesa
passage de la depression aujourd·hui, puis Sud á Sud-Est 3 á 5; mer Los ingleses tienen buenas razones, a menudo imperiosas, para intere-
agitée; pluie et averses. sarse por el mal tiempo que hace en su país.. La organización de la
- Ouest-Irlande: Nord-Est 7 á 8 au Nord de la zone 6 á 7 au Sud de predicción meteorológica es allí mucho mayor que la nuestra, que se
la zone, molfis.s ant 4 a6 ('aprés-midi puis tournant Sud-Est cette nuit; centra en la franja costera.
mer forte; pluie et averses. Al igual que ocurre en Francia, la meteorología depende del servicio
- Mer d'lr/ande: Sud-Est 4 á 6 mollissant 2 á 4 la nuit; mer agitee; público y el equivalen te británico de Météo-France es el Met Office. To-
pluie et averses. dos 105 boletines de la BBC y de las regiones proceden de la Cen tral Fo-
- Nord-Ir/ande: Nord-Est 7 á 8 mollissant 4 á 6 cet aprés-midi et recast Office.
tournant Est; mer forte; pluie et averses.

1
826 Meteorología El t i e m p o que v a a ha ce r 827

la 8Be l os guardacostas
La BBC es el principal órgano de difusión de la información meteoroló- Los guardacostas de Su Majestad retransmiten sistemáticamente los
Marinecall avisos de vientos fuertes (fuerza 6-7) que vayan a producirse en las 12
gica para uso de los marinos. El emisor de onda larga (BBC Radio 4;
198 kHz) emite cuatro boletines de meteorología marítima al día, que horas siguientes, en tierra y hasta una distancia de 5 millas de la costa;
se pueden captar desde cualquier punto de las islas Británicas y de este servicio funciona durante todo el año. la emisión se realiza en VHF
Francia. La hora local inglesa está una hora retrasada en relación con la por el canal 67, anunciándose previamente por el canal 16.
hora de Francia, en verano y en invierno. Los ingleses cambian de hora Asimismo, los MRCCs (Centros Marítimos de Coordinación y Rescate
como 105 franceses, pero no forzosamente el mismo domingo. de Guardacostas), equivalentes a los CROSS (Centros de Salvamento y
Rescate) franceses, ya los CCRS (Centros de Coordinación de Rescate y
Las emisoras regionales de radiodifusión Salvamento) españoles, emiten información cada cuatro horas repitien-
Con frecuencia los boletines meteorológicos de las emisoras regionales do los eventuales avisos de temporales cada dos horas (canal 67, anun-
están disponibles en el momento de la información, hacia las 6 h 3D, ciándolo previamente por el canal 16).
7 h 30 Y 8 h 30 ó entre las 6 h 50 Y 7 h 15 Y de nuevo entre las 7 h 50
Y las 8 h 15 por la mañana. los servicios privados
• los clubs: algunos clubs náuticos (muy numerosos en Inglaterra)
las emisoras radiomarítimas costeras proporcionan información meteorológica destinada a los navegantes
Numerosas emisoras locales de la costa emiten boletines varias veces al de recreo. Su fuente de información es, por lo general, una estación lo-
día a horas fijas para una región concreta; éstos pueden captarse en cal del Servicio Meteorológico.
(prefijo de llamada : 0898 5001
VHF (156-174 Mhz) y en la banda marina, en BLU (1 500-3 500 kHz) . Predicciones para los pescadores del mar del Norte: la estación me-
n· zona región que cubre
teorológica de Aberdeen emite todos los días a través de los guarda-
451 1 Norte de Escocia los contestadores telefónicos costas (8 h 20 Y 20 h 20) un boletin "especial mar del Norte" que cu-
452 2 Este de Escocia bre las zonas Fair Isles, Viking, Forties y Fisher.
El Central Forecast Oflice emite boletines grabados destinados a los
453 3 Nordeste
navegantes a través de una red de contestadores telefónicos, deno·
454 4 Este
455 5 Anglia minada Marinecall. Proporcionan información relacionada con toda El boletín de la BBC
456 6 Este Canal la costa del Reino Unido dividida en 15 zonas. Estos boletines, que El navegante que se aleja un poco de Francia tiene que ser capaz de
de la Mancha se actualizan periódicamente, incluyen una descripción de la situa- entender un boletín meteorológico emitido en inglés. De hecho, en to-
457 7 Oeste Canal ción general y predicciones sobre la dirección y la fuerza del viento, dos los países de Europa (yen otros lugares), los principales boletines
de la Mancha el tiempo, la visibilidad, la temperatura, el estado y la temperatura se emiten o se repiten en este idioma.
458 8 Sudoeste de la mar para las próximas 24 horas. Uno de los contestadores pro- la comprensión de estos boletines requiere un cierto aprendizaje,
459 9 Canal de Bristol
porciona predicciones a más largo plazo (3 a 5 días) para todas las pero no hay nada imposible, incluso para el que no sepa nada de in-
460 10 País de Gales
zonas. glés. la solución más simple es, sin duda, escuchar regularmente Jos
461 11 Noroeste
462 12 Clyde Al igual que ocurre con la red francesa, los contestadores telefónicos boletines de la BBe. Además, resulta que estos boletines son de una
463 13 Caledonia recurren a una numeración simplificada (las dos últimas cifras indican la gran calidad, pudiendo ser de gran utilidad, incluso en las costas fran-
464 14 Minch zona) siendo inaccesibles desde el extranjero. cesas y españolas ..
465 15 Norte de Irlanda Se emiten a horas precisas y bastante cómodas (el boletin de 6 h 55,
Nota: el n'" 450 cubre todas las Cuñas especiales de meteorología hora francesa y española, concretamente, podemos escucharlo desde
zonas con predicciones para A escala nacional, los avisos de temporales se emiten a partir de 34 nu- la cama; si hace bueno, es una hora excelente para zarpar; si hace ma-
3 a 5 días. dos de viento previsto (fuerza 8), aunque el límite de seguridad a veces lo, estamos en un buen momento para verlas venir). Las predicciones se
es menor para los barcos de recreo. Las emisoras locales emiten tam- dan en un orden inmutable, zona tras zona, y para el interior de cada
bién avisos de vientos fuertes si se estima que el viento va a alcanzar zona. El locutor es muy competente, su dicción es perfecta, y las expre-
fuerza 6 en las 12 horas siguientes. Estos avisos se emiten al fina l de la siones que utiliza enseguida se vuelven familiares. He aquí las principa-
emisión en curso y se repiten después de los informativos; la mayoría les, por orden de entrada en escena.
de las emisoras locales vuelven a emitir información; este servicio se
proporciona desde Pascua al final de octubre. El inglés sin dificultad
1. Gale warnings are in operation for sea areas . . Así empieza cualquier

_1
828 Meteorologia El tiempo que va a hacer 829

boletín meteorológico en cuanto el tiempo se estropea en alguna par- Associated fronts crossing southern sea areas, quiere decir: un siste-
te. Es la frase ritual: "Aviso de temporal en curso para las zonas ... " de ma frontal atraviesa las zonas meteorológicas meridionales.
las emisoras españolas. High 1040 over Azores with ridge extending to the British Isles will
Hay que distinguir: persist: se mantiene un anticiclón de 1 040 mb centrado sobre las Azo-
• ga/e: viento medio de fuerza 8 (3 4 nudos o más). Rachas superio- res, con una dorsal que se extiende hasta las islas Británicas.
res a 43 nudos; Para poder entenderlo de forma general, sería conveniente recordar
• severe gaje: viento medio de fuerza 9 (41 nudos o más). Rachas que el cabo Finisterre está en España, que Ouessant se dice Ushant; el ca-
superiores a 52 nudos; nal de La Mancha, Channe/; el Paso de Calais, Dover Strait; el mar del Nor-
• storm: viento medio de fuerza 10 (48 nudos o más). Rachas supe- te, North Sea, y que el Denmark Strait está situado ... ¡entre Islandia y Gro-
riores a 60 nudos; enlandia! Por último, es conveniente aprenderse los nombres en inglés del
• severe storm or hurricane: viento de fuerza 12; Pais de Gales, de Escocia o de Londres: Wales, Scotland y London.
y saber lo que significan los términos: 3. Area forecast, los pronósticos de zonas. Dichas zonas siempre se
• imminent: en un plazo de 6 horas citan en el mismo orden, es decir, en el sentido de las agujas del reloj,
• soon: en un plazo de 6 a 12 horas; empezando por Viking y terminando por South East Ice/and.
• la ter: en un plazo superior a 12 horas. Dirección del viento: hay que aprender a manejar la rosa inglesa y
2. The general synopsis, la situación general. está llena de palabras saber que by quiere decir cuarta.
como low, high o occlusion, cuya traducción es muy sencilla: depre- las cuartas únicamente se utilizan en las observaciones de las esta-
sión, anticiclón u oclusión. ciones costeras.
A cold front es un frente frío; a warm front, un frente cálido; a fron- Si el viento es del sector Sur o del sector Norte, se utilizarán los adje-
tal trough es un talweg con perturbación frontal; a ridge of high pres- tivos souther/y, o norther/y.
sure, una dorsal. Cuando el viento rola, dicen backing si rola hacia la izquierda (por
Las presiones se indican en milibares, sin que el propio término apa- ejemplo, cuando un viento del Sur rola al Suroeste) y veering si lo hace
rezca. Podemos oír indistintamente: a thousand and three y one, dou- hacia la derecha. Si cambia al sector Norte, está becoming norther/y, y
ble O, three ( 1 003), o nlne, eight, live (985). Y lo mismo con las horas: si su dirección no está definida, es variable, siendo cyc/onic cuando está
O seven hundred, quiere decir las 7 de la mañana, y one eight double en una depresión.
O, las 18 horas. En cuanto a la hora, resulta útil saber que la hora GMT La fuerza del viento. Se indica en grados de la escala Beaufort. Si no
(Greenwich Mean Time) se llama también..TU (hora universal) y qu·e, se:: hay viento, está calm. Si hay mucho, se concreta: gale eight. severe
gún la estación, lleva consigo cierta diferencia sobre la hora BST (British gale nine, storm ten, severe storm eleven, hurricane twelve.
Summer Time). la fuerza del viento se indica siempre en relación con la escala de
Beaufort:
Para decir que los fenómenos atmosféricos cambian y se desplazan Puede estar refrescando, increasing, o amainando, decreasing.
utilizan, la mayoría de las veces, el gerundio de los verbos, por ejemplo: El estado del cielo. En muy pocas ocasiones se describe el cielo, pero
High 1013 moving slowly East and weakening, es decir, una alta pre- sí las precipitaciones. Rain, lluvia, continuous heavy rain, aguacero inin-
sión de 1013 milibares (mb) se desplaza lentamente hacia el Este debili- terrumpido, drizzle, llovizna, intermittent slight drizzle, lloviznas ligeras
tándose. Low 985, centred over sea area Rockall, moving eastwards at intermitentes.
twenty-five knots and deepening, is expected 956 in sea area Forties at Los aguaceros, showers, son a menudo scattered, dispersos, o isola-
0700 tomorrow: una depresión de 985 mb centrada sobre la zona de ted, aislados. También están los chubascos con aguaceros, squally sho-
Rockall, se desplaza a 25 nudos hacia el Este acentuandose, se espera wers; las tormentas, thunderstorms; y el granizo, hail. En invierno, hay
para las 7 horas de mañana sobre la zona de Forties con una presión chubascos de nieve, snow showers, o de aguanieve, sleet showers. En
de 956 mb. A veces se concreta la situación de los fenómenos atmosfé- relación con la zona del SE-Islandia, se precisa siempre icing or no icing,
ricos antes de proporcionar su valor: low Scotland 989 expected Viking con escarcha o sin escarcha (si hay escarcha los rociones se hielan sobre
994. la cubierta).
Si la depresión se llena, se dice filling; si el anticiclón se debilita, está A veces, la lluvia invade la zona, procedente del Oeste, rain sprea-
collapsing, declining o weakening. Los desplazamientos también tienen ding lrom the West. 0, por el contrario, el tiempo se despeja por el No-
lugar slowly, lentamente, o quickly, rapidamente. roeste, clearing Irom the North-West.
830 Meteorología El tiempo que va a hacer 831

Y, por último, puede ocurrir que haga buen tiempo, fair. lhe ShippirlQ lorecas! issued by !he
Mel olficeal: . oo lhe
Di l'
Visibilidad. El propio término de visibility se utiliza muy poco; y se I I
Los nombres GalewarnirlQS I I
dan inmediatamente las caracterfsticas: - I I
del viento r-........... I I
• good: superior a 5 millas náuticas.
• modera te: de 2 a 5 millas náuticas. lhe general Si nopsis al I
/ I -_ f

,
r-.. . --,r- __ f

Fuerza '" Térmi no descriptivo • poor: de 1 000 metros a 2 millas náuticas. I I


I I
• lag: menos de 1 000 metros. I I
I I
o Calma Se pueden indicar los matices: mainly good, generalmente bueno; I I
I I
modera te to good, entre regular y buena; modera te or paor, regular o I I
1a 3 Flojo ..... ..¡....... I

4 Bonancible
mala. Puede empeorar, good becoming paor, o mejorar, modera te im- / - . . . - -1
proving good. I I
I I
5 Fresco Cuando la visibilidad es muy mala, se precisa generalmente la causa. I I
I I
Locally poor with lag patches, localmente mala con bancos de bruma, I I
6a7 Frescachón
o with coastal fog, con bruma costera. Encontramos también niebla es- ~ /
8 Temporal pesa, heavy fog, o bruma seca, haze.
I
I I
9 Temporal fuerte La dirección y la fuerza del viento, el estado del cielo y la visibilidad
Wealher reports Irom coastal stabolls
--~
I
,--- I
I
10 Temporal du ro pueden evolucionar. La evolución puede tener lugar later. más tarde, lor. BS T/Gt,n I I
I I
(las 12 horas siguientes o mas), soon, pronto (en menos de 12 horas y Stahons \·lind l"ieatl1er ~ ,"" lend I I
11 Temporal muy duro 1 TIree
- - - - -1-
más de 6 horas); ser imminent (en menos de 6 horas), o producirse at I
I I
2 Bun olle\'lis
12 Temporal huraca nad o lirst (a l principio de la fase). 3 Sumbrugh
I I
I
4. Weather reports fmm coastal stations, las observaciones de las es- 4 StAbb·s Head .....~ / I

" De acuerdo con las cifras de la esca la 5 Smdh·s Knoll -~- I


taciones costeras. Estas observaciones se emiten siguiendo un orden in- I I
6 Oo~, I I
Beaufort. 7 Royal Sovereing I
mutable, en el sentido de las agujas del reloj, alrededor de las islas Bri- I
B Jor I I
tánicas, empezando por Tiree y terminando por Malin Head. Sin em- 9 Challnel lV
I I I
- " i - - - _ _ __ L-
I
bargo, debemos estar atentos, pues la lista y el número de las estacio- 10 land's End I I I
11 Valenlia I I I
nes suele variar. 12 Ronaldsway
I I
I I
La mayoría de los términos que nos encontramos ya los hemos men- 13 Malin Haad l H I
cionado anteriormente. Basta con saber que rain in past hour significa
lluvia en la hora anterior, y que el barómetro puede estar rising, subien- Definición del estado de la mar. Los meteorólogos ingleses utilizan la
do, falling, descendiendo, steady, estacionario; que estas variaciones escala internacional:
pueden tener lugar slowly, lentamente, quickly, rápidamente, o ve¡y ra-
pidly, muy rápidamente . Este vocabulario lleva consigo un gran rigor y
precisión. Estado de la mar
• Steady: variación de menos de 0,1 milibares en tres horas.
• Rising or falling slowly: variación de 0,1 a 1,5 milibares durante las Altura l en mi Español Francés Inglés
tres últimas horas. O Calma Calme Calm
• Rising or falling: variación de 1,6 a 3,5 milibares durante las tres O a 0,1 Rizada Ridée Rippled
últimas horas. 0, 1 a 0,5 Llana Belle Smooth
• Rising or lalling quickly: va riación de 3,6 a 6,0 milibares durante 0,5 a 1,25 Marejadilla Peu agitée Slight
las tres últimas horas. 1,25 a 2,5 Marejada Agitée Moderate
• Rising or lalling very rapidly: variación de más de 6,0 milibares du- 2,5 a 4 Gruesa Forte Rough
rante las tres últimas horas. 4a6 Muy gruesa Tres forte Very rough
• Now rising or falling: inversión de la tendencia durante las tres 6a9 Arbo lada Grosse High
próximas horas. 9 a 14 Montañosa Tres grosse Very high
más de 14 Enorme Énorme Phenomenal
832 Meteorología El tiempo que va a hacer 833

Modo de tomar nota del boletín


Muchos boletines se emiten a velocidad de lectura. Pero. como la infor-
mación, en principio, se emite siempre en el mismo orden, es posible
Pequeño diccionario de términos habituales
organizarse con antelación para anotarla abreviada. Podemos hacerlo Español Francés Inglés Español Francés Inglés Español Francés Inglés
principalmente en el caso de los boletines de la BBC.
Hay varios métodos: Abundante Abondant Heavy Flojo Faíble Slíght Presión Pression Pressure
• El método gráfico, que consiste en anotar las abreviaturas en una Aguacero Averse Shower Frecuenle Fréquenl Frequent Predicción Prévision Forecast
carta que contiene el trazado de las zonas. Podemos Indicar las direc- Aguanieve Gresil Sleet Frente Front Front Probabilidad Probabilité Probabiliry
ciones del viento con flechas (anotando enCima los grados Beaufort), Acentuandose Creusement Deepening Frescachón Grand frais Near gate Profundo Prolond Deep
las precipitaciones con minúsculas: 11 = lluvia, ag = aguaceros, y la visi- Aislado Isolé Isolated Fresco Fraís Fresh Racha Rafale Gust
bilidad con mayúsculas: B = buena, M = mala, o con cifras 5-10, etc. Anticiclón Anticyclone High Frio Froid Cold Rapidamente Rapidement Ouickly
Aumentando Augmentant Increasing Fuerte Fort Strong Región Région Area
Podemos utilizar tambien los signos convenCIonales de 105 mapas me-
Aviso Avis Warning Granizo Grele Hail Regularmente Reguliéremenl Steadily
teorológicos.
Baja presión Basse pression low Grueso Agité Rough Remolino Tourbillon Whirlwind
• La plantilla, que podemos completar con nuestras propias abrevia-
Bajando En baisse Falling Helada Gelée Icing Rolando Virement Veering
turas.
Brisa Brise Breeze !gívrage) Situación Situation Synopsis
• Evidentemente, también se puede utilizar la taquigrafía (si se co-
Brisa de mar Brise de mer Sea Breeze Inestable Instable Unstable Subiendo En hausse Rising
noce) o mejor aún un magnetofón. Brisa de tierra Brise de terre land breeze Intermitente Intermitten! Interminent Sur Sud Soulh
Una vez bien anotado el boletin, podemos reconstruir fácilmente un Bruma Brume Haze Isobara Isobare Iso bar Tempestad Tempete Storm
mapa meteorológico simplificado: si somos capaces de situar y seguir Bruma ligera Brume légére Mist Latitud Latitude Latitude Temporal Coup de vent Gale
las isobaras y los frentes, no correremos el riesgo de llevarnos una sor- Bueno Bon Good Lentamente Lentement Slowly Huracan Duragan Hurricane
presa. Calido Chaud Warm Ligero Léger Ught Tiempo (hora) Temps !heure) Time
Calma Calme Cal m Local Local Local Tiempo Temps Weather
Ejemplo de boletin emitido por la BBC Centro Centre Centre Longitude Longilude (que hace) (qu'illait)
And now the shipping forecast issued by the meteorological office at Costero Linoral Coastal Comblement Fímng Tormenta Orage Thunderstorm
05 h 050n Monday 70th of June 7997. Chubasco Grajn Squall Bruine Drizzle Tromba marina Trombe Watersprout
Ciclónico Cyclonique Cyclonic Pluie Rain Trueno TonneHe Thunder
The general synopsis at 07 h 00: Claro Clair Fine Mauvais temps Foul weather Variable Variable Variable
Low Scot/and 989 experted Viking 994 by 07 h 00 tomorrow. Continuo Continu Continuous Mauvais Poor Viento Vent Wind
Costa Cote Coast Demain Tomorrow Visibilidad Visibilité Visibility
Crepúsculo Crépuscule Dusk Mer Sea Zona Zone Area
The area forecast for the next 24 hours:
Cubierto Couvert Dvercast Houle Swell
Viking, North Utshire· South-East becoming cyclonic 3 or 4, occasio-
Debilitandose Se calmant Moderating Amélioration Improvement Numeros
nally 5 at firsr. rain at times, modera te or gaod.
Depresión Dépression Low Méridien Meridian
Forties: South veering West 4 or 5, occasionally 6 far a time, shawer,
Desplazandose Se depla~ant Moving Moderé Moderate Uno Un One
good Brouillard Fog Dos Deux Two
Dirección Oirection Dire ction
Cromarty, Forth: cyclonic 3, becoming North-Westerly 4 or 5, occa- Tres Troís Three
Disminuir Affaiblir Decrease Neige Snow
sionally, rain at times, modera te ar good. Dispersos Éparses Dccasional, Nord North Cuatro Quatre Four
Tyne, Oogger: South-West veering North-West 4 or 5, occasionally 6 Scattered Nuages Clouds Cinco Cinq Five
for a time, showers, good. Dorsal Dorsate Ridge Sporadique Scattered Seis Six Six
South Utshire, Fisher, German Bigh·t : South veering West 4 or 5, En formación En formalion Building Dcclusion Dcclusion Siete Sept Seven
showers, good. Escala de Échelle de Wind scale Ouest West Ocho Huit Eíght
Humber, Thames, Oover, Wight: South-West veering West 4 or 5, Beaufort Beaufort Período Période Period Nueve Neul Nine
occasionally 6 at firsl. showers, good. Estacionario Stationnaire Stationary Perturbación Penurbation Oisturbance Diez Oix Ten
Portland, Plymouth: West backing South-West 4 or 5, occasionally 6 Estado État de la mer State 01 sea Picada Ha ché Choppy
at first and la ter, showers, good de la mar Por la mañana Matin Morn ing
Biscay: West backing South-West 4 or 5, showers, good Este ESI East Precipitación Précipitation Precipitation
834 Meteorología El tiempo Que va a hacer 835

south Finis terre: West backing south-West 3 or 4, increasing 5, rante la lectura de la lista de los diferentes boletines disponibles) se ob-
mainly fair, good. tiene la información solicitada.
North Finisterre, sole: West backing south-West 4 or 5, increasing 7 También en España el Instituto Nacional de Meteorologia publica un
perhaps gale 8later, rain la ter, good becoming modera te or poor. folleto similar al que edita Météo France y que contiene las coordena-
Lundy, Fastnet, Irish Sea: West backing south-West 4 or 5, occasio- das (frecuencias, horarios, números de teléfono ... ) de las estaciones
mI/y 6 at first and la ter, showers, good. emisoras y de los contestadores automáticos. Este folleto se puede soli-
shannon, Rockal/: Northwesterly 5 or 6 decreasing 4, backing citar al Servicio Marítimo del Instituto Nacional de Meteorología (lNM),
southerly 7 perhaps gale 8 la ter, showers then rain, good becoming mo- Ciudad Universitaria, paseo de las Moreras, s/n., 28040 Madrid.
derate. Dos veces al día se elaboran boletines meteorológicos y marinos pa-
Malin: North-West backing south-East 4 or 5, occasional/y 6 at first ra todas las zonas costeras españolas, que pueden ser solicitados por
and la ter, showers then rain, good becoming modera te. teléfono. Además, se lleva a cabo una atención directa al usuario, prin-
Hebrides: North backing south-East 4 or 5, showers, good. cipalmente por teléfono, para cualquier información relacionada con el
8ailey: Northerly 4 or 5 becoming variable 3, showers, good. estado de la mar en las zonas de responsabilidad española. El centro
Fair Isle: East backing West 3 or 4, occasional/y 5 la ter, rain at times, Nacional de Predicción de Madrid (9 1.58 1 9639) elabora directamente
moderate or good but occasional/y poor at first. los boletines meteorológicos marinos para alta mar, uno por la mañana
Faeroes: North backing West 4 or 5, rain at times, moderate or good. y otro por la tarde, con los siguientes apartados:
South East Iceland: Northerly 3 or 4, showers, good, no icing. • Aviso de temporal.
• Situación sinóptica.
The Weather reports from coastal stations for 04 h 00 8sT this mor- • Predicción de las variables meteorológicas para las zonas de res-
ning: ponsabilidad española .
Tiree: NW 3, 16 miles, 995, rising. Estos boletines se emiten dos veces al día desde sus estaciones cos-
8utt of Lewis: N by W 4, 8 miles, 994, rising slowly. teras y desde los medios de comunicación que lo solicitan, por ejemplo,
sumburgh: SE by E 4, continuous slight drizzle, 2 miles, 994, fal/ing televisión.
more slowly. También se elaboran los siguientes mapas: Aná lisis y altura de las
51 Abb's Head: SW 4, recent drizzle, 16 miles, 991, rising slowly. olas, para 24 horas, y análisis de isotermas de agua del mar, cada tres
smith's Knol/ Automatic: S-SW 5,5, miles, 1001, steady. días. Estos mapas son emitidos por radio-facsímil.
Dover: SW 5, 4 mi/es, 1005, rising slowly.
Jersey: W-sW 5, recent showers, 5 miles, 1009, rising slowly. Ejemplo de boletín de inform ación meteorol ógica y marítima pa-
Channel/ Light Vessel automatic: w-sw 5,5 miles, 7007, rising ra alta mar, emitido por RNE
slowly.
Land's End: SW6, 11 miles, 1007, rising. Dia 26 de septiembre de 1992, a las 12 UTC
Valencia: N by West 4, intermittent slight rain, 7 miles, 1008, rising. 1. Aviso a las 12 UTC del dia 26 de septiembre de 1992.
Ronaldsway: W by N 4, 16 miles, 996, rising. Huracán Charley en 36,2" Norte - 31, 1° Oeste, desplazándose hacia
Malin Head: W-NW 4, 16 miles, 997, rising. el Noroeste a 6 miJIas por hora, con vientos de hasta 75 nudos en un
And that completes the shipping bul/etin (forecast) radio de 135 mil/as.
Intervalos de temporal del Noroeste en Finisterre y del Noroeste al
La meteorología española Suroeste de Gran 501. Intervalos de temporal de poniente en el Es-
En España existe un servicio de contestadores automáticos denominado trecho.
Servicio de Teletiempo. Llamando al número 906 36 53 XX (siendo XX 2. Situación a las 12 UTC del dia 26 de septiembre y evolución.
el código postal de la provincia respectiva) puede obtenerse informa- Depresión de 7003 en 43° Norte - 0,7° Oeste, desplazándose hacia
ción meteorológica de dicha provincia, clasificada en tres apartados: Si- el Noroeste. Alta de 1016 en 43° Norte 23° Oeste, intensificándose y
tuación meteorológica general, información para el día siguiente, infor- extendiéndose hacia el Este.
mación para 105 3 días siguientes, e información costera. A través de 3. Predicción válida hasta las 18 UTC del dia 27 de septiembre de
este servicio interactivo (la elección del boletín se efectúa marcando un 1992:
número en el aparato de teléfono o pronunciando la palabra "sí" du- Gran Sol. Componente Norte fuerza 4 rolando posteriormente a
836 Meteorología

Oeste y Noroeste en la mitad occidental, y a Sudoeste fuerza 5 en la


mitad oriental. Visibilidad regular a mala. Aguaceros tormentosos. Ma-
rejada a fuerte marejada.
Vizcaya. Componente Norte fuerza 4-6 rolando al final a componen-
S EXTA PAR T E
te Oeste fuerza 4, con intervalos de fuerza 6-7 en el tercio oriental. Vi-
sibilidad regular. Aguaceros tormentosos, marejada aumentando pron-
to a fuerte marejada.
Cantábrico. Componente Sur fuerza 4-5 rolando mañana ciclónicd-
mente a Noroeste fuerza 6-7. Visibilidad regular. Aguaceros ocasional-
mente tormentosos. Marejada. Mar de fondo del Noroeste de hasta
EL PAISAJE
2 millas.
Finisterre. Norte y Noroeste fuerza 5, con intervalos de fuerza 6 en el
tercio oriental amainando al final a variable fuerza 3-4. Visibilidad regu-
lar a mala. Aguaceros. Fuerte marejada.
MARINO
San Vicente. Noroeste fuerza 5, amainando posteriormente a varia-
ble fuerza 3. Visibilidad regular a buena. Aguaceros. Marejada a fuerte


marejada.
Azores. Mitad meridional: Este-Sureste fuerza 6, rolando progresiva-
mente a Sur-Sureste fuerza 9-10 ciclónicamente a Norte-Noreste al fi-
nal por el Suroeste. Mitad septentrional componente Sur fuerza 4-5,
arreciando progresivamente a fuerza 7 por el Este. Aguaceros. Fuerte
marejada, aumentando gradualmente hasta mar gruesa y posterior-
mente arbolada por el Suroeste.
Canarias. Oeste y Noroeste fuerza 4, amainando pronto a variable
fuerza 3. Visibilidad buena. Marejada.
Sáhara. Noreste fuerza 4. Visibilidad buena. Marejada.
Golfo de Cádiz. Oeste y Suroeste fuerza 4-6. Visibilidad regular.
Aguaceros tormentosos. Marejada, aumentando pronto a fuerte mare-
jada.
Albarán. Componente Oeste fuerza 5, arreciando pronto a Oeste
fuerza 6-8. Visibilidad regular a buena . Algún aguacero. Marejada
aumentando pronto a fuerte marejada.
Palos. Oeste fuerza 3, arreciando pronto a Oeste y Suroeste fuerza
6. Visibilidad regular a buena. Aguaceros tormentosos. Marejada,
aumentando pronto a fuerte marejada.
Argelia. Componente Oeste fuerza 4, arreciando pronto a fuerza
5-6. Visibilidad regular a buena. Aguaceros tormentosos. Fuerte mare-
jada con áreas de mar gruesa posteriormente.
Baleares. Este y Sureste fuerza 4-6, rolando por el Oeste a Oeste y
Suroeste 5-7. Visibilidad regular. Aguaceros tormentosos. Marejada en
el tercio occidental y fuerte marejada en el resto.
Golfo de León. Este fuerza 5-7, rolando al final a Suroeste 5-6. Visi-
bilidad regular. Aguaceros.
N avegar es recorrer la mar, es decir, desplazarse en un espacio diferente que los
relatos náuticos mencionan sin dar explicaciones. En la mar, la vista del terrí-
cola busca en vano las señales de referencia que le son familiares, tratando de en-
contrar su camino en un universo en movimiento que sufre incesantes cambios en
paisajes trastornados por los vientos, las olas y las corrientes. No hay ningún cartel
indicador, ni carretera, cruce de pueblo, o aldea; es un mundo de contornos libres
cuyos signos tenemos que descifrar. Hay que aprender a leer en las nubes, escu-
char los ruidos de la mar, observar el oleaje y sentir cómo cae la niebla.

La carta no nos ofrece un itinerario fijo; únicamente los cargueros están obliga-
dos a seguir rutas establecidas en las proximidades de los puertos y en los mares
con intenso tráfico como el Canal de la Mancha. Por lo tanto, tenemos que elegir
la derrota basándonos en las indicaciones de la carta marina: una línea de la costa
bordeada de color gris uniforme hacia el lado de la tierra, ve riles, unas cuantas se-
ñales, faros, boyas, bajíos, pecios ... Pero ¿con qué mar nos encontraremos al acer-
carnos a unos bajos, o al entrar en un canal de agua atravesado por la corriente)
¿Cómo podremos reconocer las marcas de la entrada del puerto en el contraluz
de la tarde? No es la carta lo que le permite al pescador del Norte de Bretaña en-
contrar sus nasas en el laberinto de islotes y rocas, sino el conocimiento de un re-
corrido jalonado de signos que el navegante de paso no es capaz de percibir.

1
¿Cuántos relatos serían necesarios para proporcionar esta inteligencia de la taño, por eso los mayores han visto en ella tantas imágenes cordiales u hostiles .
mar que escapa a todo análisis! Nosotros más bien buscamos algunas directrices Aunque parezca imposible, la mar está llena de ambigüedades para el que se en-
para apreciar las señales que nos proporciona la mar y la costa. Como comple- frenta a ella: sonrisas y furias, generosidad y rechazo, esplendor y miseria . Como
mento de la navegación estricta, os proponemos aquí algo así como unas instruc- decía sencillamente un viejo pescador de Saint-Malo, "no hay nada tan hermoso
ciones de empleo de la mar, para que podáis abrir los ojos y los oídos, y para que ni con tanta mala uva como la mar".
aprendáis a reconocer los paisajes marinos. Este conocimiento quizás os permita
deshacer algunos entuertos, y evitar no pocas sorpresas que no vienen señaladas
en las cartas.

y con este fin, os invitamos a dar la vuelta al mundo en tres capítulos. Se trata,
en primer lugar, de describir y explicar lo que es un paisaje marino, tal como lo
descubrimos desde un barco de vela. Hay que concretar la noción de paisaje mari-
no, pues abarca una realidad muy diversa: existen muchas clases de paisajes y no
se navega igual por todos ellos. El análisis de esta noción deberá proporcionarnos
una especie de método de enfoque, un modo sencillo de salir a descubrir un pai-
saje y los elementos que lo integran.

A continuación, hablaremos de la tierra vista desde la mar, esta aproximación


inversa, poco conocida por los terrícolas, y tan rica en descubrimientos. Y por úl-
timo, hablaremos de la mar en sí, increíblemente viva y versátil en sus profundi-
dades, sus temperaturas, sus colores, sus corrientes y sus mareas, y su incesante
movimiento hostigado por el viento y los obstáculos. Es un universo complejo,
que no consiente fácilmente en desvelar sus secretos. También en esta parte del
libro intentaremos ser prácticos a la hora de analizar estos movimientos, así como
las diferentes maneras de manifestarse, y el modo en que los barcos los sufren o
aprovechan.

Todo esto es muy resumido, y al navegar iremos descubriendo gran cantidad de


cosas que no se mencionan en estas páginas. En realidad, cuanto más avanzamos
en el conocimiento de este universo, más presentimos la razón de la magia de an-
La noción del
•• •
paisaje marino
Hay realidades que no se dejan encerrar fácilmente en una palabra.
Son demasiado ricas y complejas, y s610 pueden entenderse haciendo
referencia a otras realidades. En esos casos la palabra define más un
conjunto que un objeto preciso.

EL PAISAJE
La palabra paisaje abarca una de estas realidades que se refieren tam·
bién a las denominaciones de región, zona, lugar y espacio. Un paisaje.
es lo que expresa un lugar determinado que posee un ambiente y unas
características propias que lo diferencian, a veces sutilmente, de otros
lugares vecinos.
Un paisaje es, en primer lugar, una coherencia sensible al punto de
encuentro de todas las informaciones que pueden captar los diferentes
sentidos: líneas y volúmenes, luces y colores, sonidos. olores, tempera-
tura, vientos, humedad y sequedad, naturaleza del suelo, vida vegetal y
animal.
El paisaje incluye también la presencia de un pasado geológico y hu-
mano, así como un equilibrio ecológico. Su marco mineral es el resulta-
do de acciones milenarias cuyos encadenamientos reconstituye la geo-
grafía física; la ordenación de su suelo, su flora y su fauna expresan el Bote de ve la al terci o de las bahías

compromiso secular entre la naturaleza y el hombre; las estructuras mi- irlandesas del condado de Cork .

litares, religiosas, urbanas, mineras o industriales marcan las diversas


etapas de la historia.
En definitiva, un paisaje es un marco. Los adjetivos que subrayan su
carácter: trágico, apacible, áspero, salvaje, romántico, indican las rela-
ciones mantenidas con la sensibilidad humana, que varían según las
épocas y que interpretan los pintores y escritores.
Un paisaje no se deja captar al primer vistazo. Hace falta tiempo y
muchas miradas más para percibir las diferencias y las constantes. Con
los paisajes ocurre lo mismo que con las personas: para conocerlas es Foto de la pagina ante rior: la punta de
necesario tratarlas durante mucho tiempo. la imagen inicial, pobre y Pern. e n Quessant.
844 El paisaje marino La noción del paisaje marino 845

plataforma continental variada, más o menos cá lida según las corrien-


tes generales, los movimientos de las aguas tropicales o polares, o las
subidas de fas aguas abisales hacia las ori llas de las fosas continenta -
les- , la mar no es nunca la misma en todos los lugares. Igual que exis-
ten continentes, regiones, y provincias, más que la mar, hay mares que
encierran en sí mismas incontables singularidades. Esta diversidad no es
anónima ni anárquica; tiene fronteras, y transiciones, y cada mar o par-
te de mar presenta unas características propias; es decir, que puede de-
fini rse, comprenderse y reconocerse.
Se t rata, en definitiva, de percibir que no sólo la zona del Canal de
la Mancha y el Mediterráneo, por ejemplo, no se parecen, sino también
que den t ro de un sistema Canal de la Mancha o de un sistema Medite-
rráneo, hall amos toda una serie de zonas, que a veces llevan el nombre
de mar -mar Ti rreno, mar Jónico, mar Egeo, mar de lroise-, y también
de paisajes en los que, según los casos y las estaciones, resulta difícil o
fáci l, agradable o desagradable navegar; que no sólo las zonas costeras
son diferentes unas de otras, sino también las propias zonas marítimas,
que no se puede comparar el Gran 501 con la fosa del Adour o a los
bancos de Terranova.

El paisaje-experiencia
l a experiencia entre los pueblos marineros es milenaria. Los clásicos
inventaron ya los Siete Mares, y la naturaleza del Mediterráneo, y sus
diversas "regiones", por lo menos de la parte oriental, fueron amplia-
La cat edral de Palma de Ma llorca : una simplificadora, se diversifica más tarde hasta el infinito, y si las constan- mente descritas en la Odisea. l as sagas noruegas nos describen el Bál -
ma rca extraordina ria a la entrada de l tes llegan a afirmarse, también surgen sin cesar nuevos matices en los tico y el Atlántico Norte que descubrieron los vikingos. Los periplos de
puerto. cuales profundizan los sentidos. En resumen, hay que aprender a mirar los fenicios y los cartagineses tenían a uno y otro lado las columnas de
un paisaje, igual que aprendemos a leer.

El paisaje marino
La palabra "paisaje" no se aplica sólo a espacios terrestres. También
existen paisajes marinos. Hace treinta anos, esta noción parecía con-
fusa, excep to pa ra los marinos; pero al igual que todas las ideas nue-
vas que al principio resultan perturbadoras, más tarde, van iluminan-
do poco a poco a todas las demás, y en la actualidad ya empieza a
percibirse. Pero, todavía para muchos terrícolas, la mar y sus dominios
forman un todo uniforme. La mar es la mar; una gran masa de agua
salada, más o menos fría, que se extiende desde el Norte hasta el Sur,
con olas si hace viento, y con rocas, playas, puertos, peces, conchas y
pájaros. Vamos a la mar.
Sin embargo, la mar y los paisajes marinos son igual de característ i-
cos y de diferentes que los paisajes terrestres. La mar -ya esté unida o
no a la costa, o viva totalmente libre: agitada por diferentes movimien- I M arch e a vec, replica de los a tune ros

j
tos según las regiones, desigualmente profunda y franqueada por una de Concarnea u.
846 El paisaje marino La noción del paisaje marino 847

_ Una noche de 1820 se perd ió una f loti lla de piraguas do-


bles, que, procedentes de Samoa, se dirigía a Tonga. A bordo de
una de las embarcaciones más pequeñas iba el mejor navegante
de Tonga, un viejo ciego acompañado por su hijo. Los expertos
de los demás barcos no sabían dónde se encontraban; el viejo co-
g ió un poco de agua del mar con la pa lma de la mano, la olió, la
probó y pidió a su hijo que le indicara la posición de algunas es-
tre llas. Entonces declaró que la flota se encontraba en aguas de
Fidji, no lejos de un archipiélago concreto que apareció al alba
del día siguiente.
Éric Vuibart, "Sous le regard des étoi les",
Voiles et voiliers, n° 277, marzo 1994.

Hércules, que delimitaban los mundos marinos. Los nombres de los


océanos y los mares, los golfos y las bahías, aportados por la historia,
intentan definir un orden y calificar los lugares homogéneos. Los nave-
gantes y, sobre todo, algunos pescadores, hablan de lugares marinos,
extensos o estrechamente circunscritos, igual que los campesinos, los
pastores o los guardabosques hablan de una "región" - valle, llanura o
macizo-, con sus campos, sus pastos y sus claros. Es necesario haber
acompañado a un pescador a recoger sus nasas 10 millas mar aden-
tro, navegando durante dos horas a la estima, sin compás al amane-
cer, y ver cómo encuentran sus flotadores señalados con un banderín
negro, para empezar a comprender que un lugar en la mar, tan pare-
cido a otro para el que no "sabe", es en realidad tan diferente, ya sea El paisaje de las formas Frente al faro de Portzic, La Canca laise
por el color del agua, la dirección de las olas, los fondos, las orienta- y Notre-Dame-de-Rumengol en la
Una manera apasionante de captar la realidad de los paisajes marinos
ciones, el estilo; y que no hay ninguna magia. "Yo me conozco desde parada nautica de Brest 92.
es también mirar las formas y las jarcias de 105 diferentes barcos diseña-
Penmarc'h hasta la punta del Talut. Aquí, la mar está siempre más
dos por 105 pueblos marítimos; barcos puntiagudos del Mediterráneo y
tranquila; allí suele estar picada y, en esa parte, el viento siempre es
caiques del mar Egeo, cerrados por arriba, poco profundos, con quillas
un poco más agudo; detrás de esta roca, las anclas agarran, pero allí
largas y rectas; sardineros y atuneros portugueses con popas como mi-
hay un falso resguardo y está rodeado por el oleaje, sobre todo cuan-
riñaques al revés; pesados sinagots de Morbihan; pinazas de Andemos
do el viento rola al Noroeste; en aquella zona hay que tener cuidado
y de Arcachon, asentadas sobre el agua, herencia de las colonias grie-
con el Sureste que levanta mar de fondo. Y más lejos, ya no lo conoz-
gas; potentes barcos piloto del Canal de la Mancha; barcas chatas ho-
ca." Hay viejos marinos que han doblado el cabo de Hornos o patro-
landesas con sus orzas laterales. En esta zona, hay que pasar por un
nes de barcos atuneros a vela, o terranovas, que nos cuentan cómo es
oleaje corto, por lo tanto hay que llevar una vela inmensa y ligera para
la alta mar, donde, para nuestro asombro, las diferencias no son me-
aprovechar las brisas ligeras, pero también poder arriarla en un instante
nores. En las costas bretonas, el paso de la punta de Penmarc'h forma
en caso de temporal repentino de mistral, y poder llevar el barco a tie-
parte de esos lugares en los que la transición entre dos" reg iones" es-
rra, pues hay pocos fondeaderos seguros para toda clase de tiempo.
tá profundamente marcada. Al Norte, el mar de lroise con sus aguas
Allí, se pesca por la popa y las olas son enormes al llegar al puerto, o
duras, su oleaje largo y monótono y sus brisas secas y ásperas; al Sur,
bien los bueyes llevan los barcos a tierra. Y, aquí, hay que pasar sobre
el "jardin" -así es como los pescadores concarneses llaman a la costa
bajios. En aquella zona, el barco debe apoyarse bien en el agua para
que se extiende desde Penmarc'h hasta Trévignon- con sus olas de
poder mantener todo el trapo, y equilibrar así la corriente, mientras que
colores, sus horizontes prometedores, sus perfumes y sus colores
Drakkar (patrimonio de la Universidad en ésta hay que enfrentarse a la marejada y a vientos frescos; allí, es
chillones.
Oldsaksamling, Osi o). necesario aplastar las olas cortas y pasar por zonas donde hay poca

1
848 El paisaje marino La n o ción de l paisaje mar i no 849

agua, va rando a veces so bre los bancos de are na. las visitas a los pe-
quenas astilleros de pescadores de la costa atlantica, de la zo na del Ca-
nal de la Mancha, del mar del Norte o del Mediterraneo, y las charlas
en el malecón han ensenado más a algunos miembros de Glénans que
muchos discursos. Y también habría que averiguar la razón de ser de
los juncos chinos, de las piraguas polinesias o de las goletas norteame-
rica nas.

El paisaje-cultura
Perc ibir y comprender un paisaje no tiene por obj etivo únicamente
aportar un contenido estético o intelectual. Es también la condición ne-
cesaria para una acción que no sirva para destruir un equilibrio, orden
o armonia. Todos aquellos que están llamados a in tervenir en un área
determinada: ingenieros agrónomos o forestales. arquitectos y urbanis-
tas, administradores e ingenieros, deberían poseer un profundo conoci-
miento del paisaje, es decir, una cultura. Hubiera si do preferible cono-
cer lo que ya sabian los cam pesinos de los vall es altos de los Alpes, los
guías y los pastores, antes de construir edificios que fueron destruidos
por los aludes. De igual modo, para no dañar el litoral, provocando a
veces catástrofes, para poder navegar con seguridad y aprovechar ple-
namente el tiempo que pasamos en la mar, y para no ignorar tradicio-
nes, muchas veces admirables, es necesario acceder a una cultura y
aprender a leer los paisajes marinos.
¿Cómo hacerlo? Incluso aquellos que, en la orilla del mar o en el
campo, parecen se res privilegiados por su situación geográfica, no

- "De esta manera nos dirigimos a Saint-Pierre: vamos hacia


el sol poniente mientras hay algas flotando, dejándolas un poco
a la izquierda, cuando todo se vue lve muy azul, no tiene pérdida,
son los lugares preferidos de las marsopas, lu ego ll egamos a
otros en donde el vie nto dominante sopla en rach as pequeñas, y
otros en los que las o las son siempre cortas, está el gran cuadra-
do gris, y después la zona en donde se atraviesa la ruta de los
grandes buques; una vez los hemos visto, enseguida llegamos al
primer ban co grande, a sotavento . .. " El capitán era inagotable,
hubiera seguido hablando sin parar hasta la noche. Y lo que de- Foto de arriba : empujadas por un li gero
cía, lo que veía desde su adolescencia, y observaba cómo se trans -
Nordes te. las s inag ots de
formaba a medida que pasaba, no se lo había enseñado nadie,
Morbihan atraviesan las corrientes del
puesto que sus dos patrones sucesivos no soltaban pa labra du-
rante todo el santo día, señalando sólo con la mano, a veces, en golfo rumbo a Port· Navalo y a la bahia
el momento de virar o de cambiar de rumbo, todo lo que mostra- de l a Trinité.
ba de una vez (. .. ) esta superficie de mar tornaso lada, variada, y
tan desigual como las viejas campiñas ( .. .)." Foto de aliado: birreme romana
Michel Serres, Le Monde. (bajorrelieve del mu seo de Nápolesl .
850 El paisaje marino La noción del paisaje marino 851

siempre tienen tiempo o ganas de leer y entender su paisaje. El turismo


sufre la enfermedad de la prisa, y de las facilidades producidas por la
propia industria turística, y no provoca este gusto por el acercamiento
lento y cu rioso.
Por lo tanto. hay que empezar por educar nuestros sentidos, apren-
der el alfabeto marino, o incluso acostumbrarnos a mirar, tocar, probar,
senti r y oír lo que está antes que el alfabeto. Aquellos que no han sido
educados en un ambiente musical, antes de comenzar a leer música y
tocar un instrumento, deben captar los sonidos, ser capaces de recono-
cerlos en su ca lidad, intensidad, nota, disposición y movimiento. De
igual modo, el aprendizaje moderno de 105 idiomas consiste en escu-
char 105 sonidos y las pa labras antes de describir la representación escri-
ta, la unión de las mismas y sus reglas.

EL APRENDIZAJE
DEL PAISAJE
Balandro de aparejo guairo, barco
piloto de Bristal. Una buena manera de comenzar esta educación es fijar la mirada en
un lugar, elegido de manera que contenga el máximo de elementos ca-
paces de ser aislados y reconocidos . Algunas bahías del Sur de Bretaña,
como la desembocadura del Aven o la del Odet, pueden constituir una
excelente base para un primer aprendizaje sensible de 105 primeros ma-
t ices sobre la resaca, el mar de fondo, las corrientes, el resgua rdo, las
rocas, las rachas y la luz. El pequeño barco de vela, o mejor la piragua,
o mejor aún, las gafas y las aletas son en este caso unos instrumentos
perfectos. Igual que hacía Antonio con el río en Le Chant du monde de
Giono, debemos fundirnos con la mar.
Una vez hayamos pasado esta primerísima etapa y mejor que ir a
buscar apresuradamente conocimientos enciclopédicos navegando por
diferentes mares, debemos intentar conocer a fondo una zona rica y
variada, por ejemplo, el Sur de Bretaña. Por lo general, nos encontrare-
mos por todas partes 105 mismos elementos y las mismas constantes
combinadas de diferentes maneras. Por esta razón, es preferible sentar
primero las bases que nos permitirán más tarde, por referencia, inter-
pretar correctamente lo que todavía no conocemos "en persona" , pero
que está descrito en 105 libros y publicaciones náuticas. Un marino, al
igual que un montañero, incluso aunque esté lejos de su marco habi-
tual, tiene más seguridad con su profundo conocimiento de una zona
concreta, que un trotamundos sin raíces. Uno es un poco de todos los
lugares cuando es de un lugar concreto .
Val de Vienne, barg3 ca bina da de la
Sin lugar a dudas, es conveniente sobrepasar el saber local y alcan-
fl otilla de ba rcos dello ire. navega ndo
zar un conocimiento general fundado en enfoques científicos de 105
con porta ntes, e mpujada por s u g ra n
elementos que componen 105 paisajes marinos. En 105 capítulos siguien -
vela c uadra.
852 El paisaje marino La no c ión del paisaje marino 853

tes intentaremos aportar datos sobre los fondos y las costas. sobre la
mar y sus movimientos y sobre las señales del hombre, que sean accesi-
bles para todos, así como descripciones basadas en la observación, es-
bozos de explicaciones y ensayos sobre síntesis. Sin embargo, debemos
convencernos de que el conocimiento de estos datos no alcanzará su
pleno significado hasta que no consigamos un resultado igual de im-
portante que el que obtienen algunos hombres de mar: una mezcla en-
tre el verdadero conocimiento, el sentido común, el saber y la razón.

EN RESUMEN
Foto de aliado: piraguas de madera
Éste es, rápidamente esbozado. el método que os proponemos. forma- navegando entre la espuma del Norte

do por pasos complementa rios, idas y venidas constantes entre la per- de Bretaña.
cepción de las cosas y la comprensión de sus relaciones, entre el estu-
dio y la experiencia, la reflexión sobre los libros y la realidad. AbajO: pasa ndo fr ente al monasterio de
Pero, lo volvemos a repetir, lo principal es vivir en un paisaje marino, Dochiariou s ituado en la península del

hacernos preguntas y buscar respuestas; volver allí, intentar compren- monte Athos (Grecia).
der más, y buscar nuevas respuestas a las nuevas preguntas que surjan.
Tenemos que aprender a mirar la mar. Solemos estar más acostum-
brados a ver el movimiento del trigo agitado por el viento que el de las
aguas encrespadas por las rachas. Están las colinas de agua por encima
de los bajíos, al mismo tiempo que se produce una quebrada en el
oleaje, los ríos que desembocan en la mar, los ademanes afectados de
Botadura tradicional sobre maderos las algas y de los flotadores de las nasas, el verde, el blanco o el negro
ensebados. en el puerto museo de de los fondos, el imponente oleaje que se forma más allá de las barre-
Douarnenez. ras de las islas, la mar llena y atormentada de las grandes mareas, la
tregua de las mareas bajas.
854 El paisaje marino La nOCión del palSilJe marino 855

Aprender a mirar la tierra desde la mar es a veces un espectaculo pro- Aprender a leer el Cielo que gobierna a la mar, saber distingUir una
digioso. SI los corsos y las administraCiones encargadas de la protección nube en forma de Jibión en el Medlterraneo oCCidental de una nube de
de las zonas tuvieran por costumbre contemplar la Isla de Beauté desde buen tiempo, conocer las distintas clases de Cirros, algunas de las cua-
alta mar, la habrían dec arado Inmediatamente pa trimonio nacional y les esta n lejos de ser Inocentes, y saber leer en el hOrizonte la llegada y
mundial. La mar es en ese caso el patio de butacas de un teatro en pia- la velOCidad de un chubasco ..
nos sucesivos, formados por montañas, campos y pueblos. Por el con- Sin duda, para familiarizarnos realmente con todo ello, es necesano
trano, más alla. todo es honzontal y mucho mas sutil. Más allá todavía, sentirse Integrado en el paisaje, amenazado y afirmado en él; haber su -
la costa amenaza con sus murallas y buscamos la brecha acogedora. Y dado angustiado cuando hay niebla, cuando todos 105 objetos que es-
con frecuencia, las oudaaes son preciosas vistas desde la mar. tan en la mar adoptan formas monstruosas; habernos preguntado lo
ASimismo, hay que comprender las alianzas entre la tierra y la mar. que escond en las calmas glaucas que gustan a las marsopas; haber
La necesidad de una educación nunca resulta mejor que cuando, por abierto los oídos al silbido del viento que sube un tono en los oben-
vez pnmera, nos disponemos a entrar en un puerto desconocido y em- ques; en deflllltlva, haber presentido que el IJerdadero buen tiempo es-
pezamos a buscar las claves de las cosas que vemos ante nosotros: "Es- taba ahí, al abrigo del barometro
te campanario, este acantilado, esas líneas del muelle, esa baliza, me Entonces comprenderemos que un paisaje manno no es una realidad
han costado mucho Identificarlas, pero todavía encuentro mas proble- estable, con superfiCIes y volumenes bien definidos como un paisaje te-
mas a la hora de comprender la manera en que se organizan entre sí y rrestre, SinO mas bien una espeCie de coherencia dentro del mOVimiento,
de averiguar el lugar por donde hay que pasar". ¿Quién no ha experi- un conjunto de realidades ligadas al tiempo y a los fltmos, y formando
mentado nunca esta preocupaCión, mayor durante el día que por la no- un eco, con vuestro propio tiempo Intenor, tiempo conqUistado, tiempo "Regreso del viaje de bodas" de la
che, cuando los jerogliflcos del horizonte os parecen Impenetrables y el perdido, tiempo de pasar, de resguardarse, varada o libertad, lucha vana fl otilla de barcos clásicos participantes
barco avanza Igual de veloz que un torpedero? contra la comente, victOria por los pelos o camino tflunfal. en Brest 92, en la bahía de Douarnenez.
De la mar
a la tierra
Existe una navegación rigurosa, realizada con dibujos geométricos so-
bre la carta. pero también existe una navegación sensible basada en la
observación del paisaje marino. En la parte del libro titulada "Navega-
ción". explicamos el modo de situarnos en la carta, tomar la altura de
la estrella, calcular la situación, trazar el rumbo, llevar una estima, pro-
yectar marcaciones astronómicas.. En el papel, el barco es un punto
en un espacio formado por rectas, ángulos, vectores y arcos capaces ..
Un mundo abstracto que hay que confirmar continuamente por medio
de observaciones, para lo cual el navegante abandona la mesa de car-
tas por un momento para contemplar el horizonte. ¿Quién no ha senti-
do nunca una cierta aprensión y un asombro real en el momento de re-
calar con mala visibilidad? Es en ese momento cuando los cálculos del
navegante, si son exactos, nos sirven para volver a encontrar la realidad
de la mar bajo el aspecto de una señal situada en el lugar previsto.
Al pasar de la carta al paisaje, el navegante busca indicaciones sensi-
bles y aprende a reconocer el mundo marino. En primer lugar, es el
descubrimiento de la mar lo que constituye el encanto de los cruceros,
un mundo lleno de imágenes y de movimientos, de sensaciones sala-
das. Es el medio de confirmar la exactitud de los cálculos y el medio de
evitar una navegación a ciegas.

EN ALTA MAR
El mar abierto es la inmensidad del océano, el universo marino por ex-
celencia. Navegar en alta mar es recorrer un espacio sin límites, empu-
jando el horizonte ola tras ola; ¡es el mundo de los grandes periplos! La
carta, en realidad, es completamente abstracta; es el cuadriculado geo-
métrico de los mapas de carreteras, el entrecruzado de rutas de los por-
tulanos antiguos, o incluso la hoja en blanco que colocamos sobre el
trazador Decca de un pesquero de arrastre. La situación del barco se
encuentra en la intersección de unas coordenadas; para situarnos sólo
necesitamos seguir una carretera sin mojones.
858 El paisaje marino De la mar a la tie((a 859

las marcas no existen, excepto algunos encuentros casuales: un car-


guero aislado, el chorro de agua de una ballena, la estela de un avión o d:- 4- '3
un banco de peces .. barco de cabotaje
La alta mar refleja diredamente las condiciones del tiempo: la luz, el
viento y el oleaje. El agua es de un azul oscuro, es el reino de 105 gran-
des fondos (4.000 metros, por término medio). Recientes exploraciones
han permitido descubrir esta cara oculta de la Tierra, formada por lla-
nuras abisales, cordilleras submarinas, redes de grandes fallas (rifts),
que dividen la corteza terrestre en placas ...
Evidentemen te, el navegante de altura ignora estas oscuras regio-
nes, pues los accidentes de las grandes profundidades no afectan a la
superficie, con excepción de las cumbres de algunos volcanes que
emergen formando rosarios de atolones.
Aparte de estos accidentes geológicos, la alta mar es el lugar más
apropiado para observar los sistemas nubosos, que no están perturba-
dos por la tierra, y más parecidos a la visión idealizada de los libros de
meteorología . El mar de fondo y las olas se mueven con libertad: es el
momento de valorar sus características y su dirección, de calcular el ori-
gen y la fuerza del viento que los han originado; y también de desper-
tar nuestra atención cuando aparece una nueva ola.
La identificación de los astros puede representar un complemento
útil a la estima realizada con el sextante o incluso con el GPS; el méto-
do es sencillo: en un punto de latitud L, un astro fijo (declinación D
constante) sale (o se pone) siempre en el mismo punto del horizonte
(acimut Z con el signo + a la salida y el signo - en el ocaso).
Esto se represen ta: cos Z = sin Oleas l.
Ahora nos corresponde a nosotros utilizar la fórmu la para determi-
nar los astros susceptibles de proporcionarnos la latitud sin ningún ins-
trumento.

LAS APROXIMACIONES
A medida que nos acercamos a los continentes, el mar abierto sigue
siendo el reino de las largas singladuras en las que se pierde de vista la
tierra; pero la mar se va poblando de signos y encuentros. Están las zo-
nas marítimas, desfiles de grandes buques, más o menos alerta, por lo
4
general con poca capacidad de maniobra, que se dirigen hacia los es-
Algunos barcos encontrados en la
trechos y los grandes puertos. Cruzar una ruta de cargueros nos pro-
bahía de Bretaña .
porciona indicaciones sobre nuestra situación, pero nos exige al mismo
1. Buque-contenedor que acaba de salir
tiempo aumentar la prudencia para evitar el abordaje con tra estas mu-
d e su rut a para entrar en LaTíent .
rallas de metal. Están las zonas de pesca, que cambian al ritmo de las
2. Torp ede ro be lga e n la punta del
estaciones, jalonadas por doquier por pesqueros de arrastre faenando,
Petit·Mina u, e n la bocana de Brest.
3. Submarino e n alta m a r. cerca de las
is las Gl é nan. 4. Pesquero de arrastre de * Tipo de barco en el que pueden entrar vehículos especiales con ruedas para Los barcos de alta mar. Cómo
Concarneau . 5. Balandro pequeño de dejar los contenedores. (N. de la T.). reconocerlos ...
las islas e n plena maniobra.
860 El paisaje marino De la mar a la tierra 861

por barcos de maniobras imprevisibles, que tiran de enormes artilugios y cambiante, y al mismo tiempo en un marco tan preciso y fijo como es
de pesca de arrastre, ca bos de traína, nasas .. el contorno de la carta; es necesario trazar el rumbo y conocer la situa -
Están también los buques de guerra o de vigilancia, pues los Estados ción sobre el fondo. Es la zona de los bajíos y de las rocas que emergen
comparten los mares limítrofes y desarrollan su explotación, la presen· del agua: el marco terrestre se puede ver claramente en el horizonte e
cia insólita de plataformas de perforación, gigantes de hormigón o me- incluso en la mar, donde aparecen bancos, rocas e islotes. La mar ya no
canos de vigas metálicas en medio del mar del Norte, en el golfo de es la reina, sus grandes olas rompen sobre los bajos y los escollos, su
México, el golfo Pérsico, o incluso frente a las costas de Guinea. movimiento está canalizado en un espacio tabicado de cuencas, canales,
En las proximidades de los continentes el color del agua cambia, adi- y pasos organizados según las direcciones del relieve terrestre.
vinándose el soporte terrestre; es la plataforma continental poco pro- El navegante no se contenta ya con seguir la evolución del tiempo y
funda (menos de 200 metros) que va subiendo lentamente hasta la con conocer los movimientos de la mar; hallar la situación en el paisaje
costa. Su borde -denominado incorrectamente "talud"-, que parece marino se convierte en una preocupación constante. La vista se ejercita
surgir bruscamente de los grandes fondos, se encuentra tallado por en buscar señales tan variadas como una hilera de cúmulos encima de
profundas cortaduras; son los cañones submarinos. la costa o una zona de mar picada sobre los bajos. El práctico, es decir,
La extensión de la plataforma continental varía bastante. Hay que el piloto familiarizado con una costa determinada, es capaz de encon-
señalar que es particularmente ancha a orillas de las zonas en las que trar en sus recorridos habituales mil indicaciones distintas sobre el color
abundan las llanuras o colinas (como en el perfil atlántico de Europa o del agua, el ruido de las rompientes, el aleteo de un banco de peces en
en la costa oriental de Estados Unidos), y prácticamente inexistente en la superficie, en una singladura realizada a través del reconocimiento
las cercanías de algunas regiones montañosas (en el Mediterráneo occi- del paisaje y un agudo sentido de los lugares; pero se encuentra perdi-
Plataforma continental de Europa dental, o en la depresión del golfo de Vizcaya). do en cuanto abandona su marco habitual.
occidental.
grandes fondos plataforma continental tierra Ba liza cardinal Sur en el ca nal de la is la
----- Las señales
El marino que viene de ultramar y el navegante de recreo que hace un
de Batz.

- 2000m
planicie abismal crucero no pueden contentarse con vagas impresiones. Necesitan las se-
- 4000m ñales de referencia exactas que le ofrece la carta: las marcas, islotes y
rocas características con nombres frecuentemente evocadores: les Tas-
des-Pois, les Pierres-Noires, la Jument, la Fourmigue, Bull Rock* ... ; rocas
De la plataforma contin enta l a los grandes fondos . blanqueadas o construcciones de situadas en la costa, como los campa-
narios, las torretas de vigilancia, y también las chimeneas de las fábricas,
Estos fondos no son regulares, sino que existen quebradas de bajos, las grúas y edificios. También hay marcas construidas para guiar la nave-
bancos, mesetas, complejas tramas de valles y redes de canales. Este re- gación: marcas de recalada, balizas, torretas de albañilería, construidas
lieve atormentado influye directamente en el estado de la mar; por eso en tierra o sobre rocas; boyas sujetas al fondo con tres anclas para seña-
es dura sobre los bancos de alta mar (el banco del Gran Sol, o en la lizar un peligro o un paso. Algunas llevan luces, otras si lbatos o campa- ~<~,.r"'~
meseta de Rockall, delante de Escocia), pudiendo constituir los bajos nas para facilita r su localización por la noche, o cuando no hay visibili- ~
parajes temibles, como Dogger, Viking Bank en el mar del Norte, la dad. Estas marcas forman una trama de mojones en la mar; en medio
meseta de Rochebonne en el golfo de Vizcaya o el banco de la Nym- de la niebla navegar de boya en boya nos sirve para comprobar la esti-
phe, al Sur de Irlanda; las grandes co rtaduras y sobre todo las subidas ma ... También están las señales acústicas, las sirenas para la niebla y los
bruscas perturban el oleaje (proximidades de Penmarc'h, meseta de los cañonazos, así como las redes radioeléctricas (gonio, Decca, GPS) de dis-
Birvideaux, fosa del Adour). Cuanto más nos acercamos a la costa, más tancia media, destinadas a servir de ayudas a la navegación en las proxi-
hostil se vuelve el relieve y más se inquieta la mar. midades de la costa. Por la noche, las señales son los faros, altas torres
que dominan la mar, plantados en primera línea, en la punta de un ca- El Canal de Ferias.
bo, O al final de unos bajíos, o bien aislados sobre un escollo afrontando
LA ZONA COSTERA "Volveremos a cambiar de rumbo
cua ndo enfilemos por el traves a babor
Abierta hacia alta mar y bordeada por la costa, la zona costera es un es- una casa señalada con una roca
* En español: Montón de Guisantes, Piedras Negras. la Yegua, la Hormiga, la
pacio de contornos limitados; el barco se desplaza en un universo móvil Roca del Toro .. . (N. de la T.).
blanqueada " (anónimo) ..
862 El paisaje marino De la mar a la tierra 863

el temporal; algunos buques-faro, a merced del oleaje, sirven de señal dejando los cabos en encalmadas; el juego de las corrientes que se re-
sin rocas que les sirvan de apoyo. Narrar la construcción de los grandes fuerzan en las bocanas y en las proximidades de las puntas, donde for-
faros solitarios, como el de Eddystone, Ar Men, la Jument o el Fastnet, man estrechos impetuosos; el juego de las mareas que cubren y descu-
sería describir la dura tarea de los constructores en condiciones difíciles bren un paisaje en tres dimensiones. Debemos mantener las distancias
de creer; relatar la vida de sus guardianes sería detallar el ritmo de los ante una costa expuesta a la mar y al viento, y reconocer las ensenadas
faros, los días y las noches, y la cadencia de la mar. y los fondeaderos a sotavento de la costa; debemos elegir el rumbo
Grandes faros de reca lada de potentes destellos, faros de bocanas adecuado para evitar los bajos en los que rompe la mar.
de puerto y modestas marcas de canal, forman un sistema de luces que
define un espacio de navegación nocturna. Navegar de noche por la
zona costera es recorrer un mundo dibujado con los pinceles de los fa-
Los encuentros
ros; lo que de día era una profunda bahía, cabo, canal, hilera de bajos la zona costera también es rica en encuentros con otros habitantes de
o islote rocoso, se convierte de noche en una zona oscura, sector rojo, la mar. Ahora nos cruzamos con la flotilla de los barcos de Guilvinec
sector blanco o enfilación de luces. Y cuando la niebla cae y las marcas que vuelven de pescar a las 8 ó 9 de la mañana. ¡Una verdadera arma-
se difuminan, la mar se convierte en un universo de ruidos tranquiliza- da! Y aunque tenemos derecho de paso, vale más dejarlos pasar. Alli
dores como el silbato de una boya, o inquietantes como el ronroneo de vemos las chalanas de los ostricultores que regresan cargadas. Tampo-
un motor, o el bramido de las rompientes. co en este caso esperaremos a ver quién tiene razón ..
Al pasar un estrecho, vemos un bisquine, un cúter pirata, o una go-
leta mallorquina singlando con todo el trapo izado para llegar a tiem-
Los pasos po a la concentración de barcos clásicos. Allí abajo en el horizonte,
la extensión de la zona costera es muy variable. En algunos casos, está hay un muro de velas blancas alineadas en la línea de salida de la pró-
representada por un simple trazo en la carta entre el océano y la tierra, xima manga de una regata regional. lo más corriente es que nos cru-
como las costas escarpadas o regulares, los acantilados o las playas in- cemos con otros barcos de recreo. El patrón modifica el rumbo unos
terminables; pero en las costas recortadas, la mar y la tierra pueden cuantos grados para intercambiar una amistosa señal con la mano. A
unirse en extensiones de 10 a 30 millas, de diferentes maneras. Existen veces, tiene lugar una educada conversación por VHF para intercam- El estrecho de Sein: un paso delicado
amplias cuencas costeras, resguardadas del oleaje por un rosario de ba- biar los boletines meteorológicos o algunas impresiones sobre los entre el mar de lroise y el Sur d e
jos y de islotes; como ocurre en el Sur de Bretaña, entre Penmarc'h y le puertos de la zona.. Bret aña.
Croisic, en los estrechos de Charente, en el mar de las Hébridas y en la
costa de Dalmacia. Existen extensas bahías abiertas hacia alta mar en el
fondo de las cuales las olas se calman, como las bahias del Suroeste de
Irlanda, las bahias occidentales de Córcega, o la de Douarnenez; hay
cuencas tranquilas que se abren detrás de un cabo o un saliente de la
costa, como la bahia de Quiberon, la rada de Hyéres, de Villefranche ..
Existen radas rodeadas de tierra, como las de Brest. de Cork, de lisboa,
o incluso el Solent; existen también cuencas interiores con múltiples ra-
mificaciones como la ría de Arosa, sembradas de islotes como el golfo
de Morbihan o la bahia de Clew, o los laberintos de fiordos de Norue-
ga; sólo se puede entrar en ellos por una bocana, paso estrecho barri-
do por fuertes corrientes. Existen laberintos de rocas desmigajadas y de
islotes, grandes barreras que ocultan completamente la orilla: en el
Norte de Bretaña, hay que navegar por una zona "mal empedrada" de
4 a 30 millas, con canales dificiles, hasta llegar a los resguardos de la
costa; y hay un verdadero "jardín de escollos" de unas 30 millas de an-
cho que sobresale de las costas de Escandinavia.
Navegar en las cercanías de la costa es aprender a jugar con un uni-
verso cambiante: el juego de las brisas que convergen en las bahías,
864 El paisaje mar i no De la mar a la tierra 865

También podemos encontrarnos con animales marinos. Empezando Los fondeaderos


por los mamíferos más corrientes de nuestras costas -delfines, cachalo- ¿Garreará ?
Por último, es preciso que sepamos elegir el fondeadero, no sólo en
tes, orcas globicéfalas, o focas grises-, que propo rcionan alegres
momentos a la tripu lación. Más esperados son 105 "encuentros" que función de los refugios que nos ofrezca la costa y de la dirección del
viento, sino también según la naturaleza del fondo . Muchas veces este
provocamos al engancharnos con un cabo de arrastre .. Boquerones,
fondo nos indica también las características del resguardo.
merluzas o lubinas también nos proporcionan momentos divertidos.
Por lo general, los fondos de guijarros y de gravilla son ca racterísti-
Aprender a pescarlos correctamente respetando el tamaño autorizado,
evitando hacerles sufrir y guardando sólo la cantidad necesaria para la cos de lugares agitados y de malos te nederos. Los fondos cubie rtos de
tripulación fo rma parte de la ética de los buenos marinos. Asim ismo, algas tam poco son seguros, pues el ancla resbala por la al fombra vege-
tal, se ence pa, y patina sin agarrar. Por este motivo hay que desconfiar
podemos tener encuentros menos corrientes, co mo con el pequeño
pi tpit, asustado por haberse alejado demasiado del acan tilado, con la de los fondos de rocas tapizados con grandes superficies de algas, y
también de los de hierbas que a veces cubren los fondos arenosos de
paloma mensajera, agotada que se posa unas cuan tas horas en la cru-
las ensenadas, como las praderas de zosteras de hojas alargadas (el va-
ceta para reponer fuerzas, con una mariquita, una abeja o un escaraba-
rec de los bretones, con el que antiguamente se rellenaban los colcho-
jo de la pa tata . Estos encuentros parecerían anodinos a un terrícola,
nes), las matas del Mediterráneo, las praderas de posidonias, estrechas
pero tienen una importancia repentina : después de algunos días de
cintas verdes que ondean a veces en matas de un metro de espesor.
mar, anuncian la tierra antes de que los marinos puedan verla .
Normalmente las cartas señalan este tipo de fondos, aunque pueden
aumenta r, move rse o disminuir. ¿ Habéis visto esas algas tan finas y fle-
En España: xi bles (Himanthalia e/ongata) en las cristalinas aguas de las islas de Glé-
nan? Son las únicas que aguantan en zonas donde la corriente es muy
La leg islac ió n sob re pesca La pesca deportiva: fuerte . En el Mediterráneo, algunas clases de algas pequeñas y gelati-
m aritima d e rec reo se re- una actividad reglamentada nosas indican aguas contaminadas por los desagües ...
monta a la o rden de 3 de di-
a pesca de recreo está sometida a un a reg lam entación Si echamos un vistazo al fondo o sondamos con sebo, podremos
ciembre de 1963, pu blicada
en el BOE de 8 de febrero de
L espe cia l, que está re lac ionada co n la m atric ul ac ió n d el
barco. De hecho, ún icam ente los ba rcos que poseen lice ncia
elegir un fondeadero mejor.
1964, pero el pa so de co m -
de navegació n están auto ri zados a pesca r co n ayuda de m e- La arena, por lo general, es un buen tenedero, siempre que tenga
pe t e n c i as e n m a t e ri a d e
ca nism os mencio nados en la Orden de 11 de juli o de 1990 suficiente espesor. ¡Pero esto no quiere decir que podamos fondear en
pesca a las distintas autono -
relativo a la pesca depo rti va.
mías m odif icó s u stancia l- cualqu ier lugar donde haya arena ! Por ejemplo, encima de una barra o
mente la reg la mentació n. Están autorizados: a barlovento de una costa rectilínea corremos el riesgo de encontrarnos
En la act uali dad , para la • seda les apa rejadas con u n m áximo de 12 anzuelos; con alguna sorpresa . l a arena no indica necesariamente que estemos al
práctica de la p esca desde resgua rdo. Sólo el fango nos proporciona un fondeo tranquilo, incluso
• dos palang res co n 30 anzuelos cada uno;
em barcac ió n, es necesa ri o aunque haya corriente.
es tar e n posesión de lice n- • dos nasas para cru stáceos;
cia d e pesca emitid a po r la • un a fito ra;
Consej erí a correspo ndiente • un a saca d era o salabre.
d e la Aut o no mía do nd e se Está absolutamente proh ibido pe scar en los puertos, así
LA ORILLA
practi q ue. esta licencia ti ene co m o ve nder el pesca d o capt urado .
una va lidez va riabl e. Asimis- Zona anfibia que la mar cubre y descubre al ritmo de las mareas, de las
m o auto ri za un peso m áx i- subidas de agua, y de los temporales, la orilla empieza en la costa are-
El tamaño autorizado
m o d e ca pturas po r pesca- nosa; su parte baja es el punto cero de las cartas, y la alta, la línea de
La pesca d e cie rt as es pec ies est á no rm ali za d a, es pec ial-
d o r y dia. A d em ás de la li- la plea mar, que señala el principio de la tierra firme .
m ente en relaci ó n co n el ta m año mínimo de los peces: Lu -
cencia de pesca, y si la e m- b ina: 30 cm ; ba calao: 35 cm ; jurel: 15 cm ; congri o: 58 cm ;
barcac ió n desd e donde se
efectú a es de s u propiedad,
eg lefin : 30 c m ; m e rlu za am arill a: 30 cm ; m e rlu za negra: La zona litoral
35 cm ; gall o : 23 cm ; caball a: 30 cm ; pesca dill a: 27 cm ; mú-
debe est ar en po sesión d el jo l: 20 cm ; p latij a: 25 cm ; salm ó n 50 cm ; leng uado: 24 cm ; la anchura de esta zona depende en primer lugar de la inclinación de
permiso que le permit a pil o- ro daball o: 30 cm. la tierra. Encont ramos aquí pendientes abruptas, farallones de acantila-
ta rl a. dos, cortadas escarpadas batidas por las olas, pues la zona marítimo-te-
866 El p aisaje marino De la ma r a la t ie rr a 86 7
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Los mamíferos marinos Cómo reconocerlos El delfín


nclusa en las proximidades de las costas, no tiene nada de excepcional que nos encontremos
Icon grandes animales marinos. Delfines, cacha lotes, orcas y marsopas son los principales cetá-
ceos con los que nos podemos cruzar. Además del simple atractivo que representa, su observa-
N o siemp re resu lta fácil distinguir una orca de un ca-
cha lote o una marsopa de un delfín. Aquí os presenta- E ntre todos los anima les mari-
nos con los que podemos en-
mos algunos "perfi les" de los an im ales que solemos en- con t rarnos en la mar, el delfín es
ción en la mar tiene un gran interés científico, aunque tenemos que aprender a reconocerlos. Los con trarn os en nuestras aguas (los dibujos no reflejan el con diferencia e l más pop ul ar.
especialistas utilizan dos tipos de información para determinar la frecuencia de la presencia de tamaño real de los anima les). Mantiene una am istad recíproca
mamíferos marinos en una zona determinada:
co n el hombre (que se remonta a
- el censo de animales varados;
la A ntigüedad) que no ti ene indi-
- las observaciones realizadas en la mar desde puntos fijos (buques-faro o barcos meteoroló-
cios de interrump i rse. Cada vez
gicos) o desde paquebotes que hacen líneas regu lares.
que nos encontramos con de lfi -
• El rorcual común (Ba/aenoptera physa/us) Oelfin comun nes en la mar, nos parece ver la
Longitud máxima: 25 metros. Tiene una aleta dorsa l triangular con el borde posterior cóncavo, imagen de Flipper que nos han
situada en el te rcio posterior del cuerpo. Chorro vertica l, en forma de huso. Nada sin sacar la ale- proporcionado los delfinarios y
ta ca uda l fuera del agua. Existe una especie más pequeña, el rorcual pequeño, que no sObrepasa a lgunas películas ame ri canas.
los 10 metros de largo. Hay que decir que los delfines si-
Orca
guen fie les a su fama. Son muy
• El cacha lote (Physeter macrocepha/us)
Longitud máxima: 20 metros los machos (a menudo solitarios), 12 metros las hembras (que sue- juguetones, bu sca n la co mpañ ía
len ir en grupal. Cabeza grande, cuadrada; la aleta dorsa l forma una especie de joroba en la par- y les gusta especialmente ir a ju-
te posterior del cuerpo, seguida por pequeñas ondulaciones. Chorro oblicuo hacia adelante. Na- gar en la estela o hacer surf en la
da con la aleta caudal en vertical. Marsopa o l a de proa de l os barcos que
"perciben" desde muy lejos, gra-
• La orca (Orcinus orca) cias a su sonar. De hecho, el del-
Longitud máxima: 9 metros los machos y 6 metros las hembras. Su aleta dorsal es muy alta, fín comparte con los murciélagos
triangu lar y termina en punta. Podemos reconoce rl as fáci lmente por una mancha blanca alarga- Oellin de Risso el privilegio de oír y de situarse
da que ti enen en la parte posterior del ojo y otra mancha g ri s detrás de la aleta dorsal. por ecos, es decir, que funcionan
• El ca lderón negro (Globicepha/a me/aena) como un so nar : e l de lfín em ite
Longitud máxima: 8 metros. Cabeza con frente redondea- son idos y a naliza el eco que le
da en forma de joroba terminando en un pico corto. La devuelve un eventual obstáculo.
Calderón negro
aleta dorsal es baja y alargada. Es de co lor negro alqui-
trán.
• El del fin grande (Tursiops truncatus)
Longitud m áxima: 3,50 metros. Se le reconoce por su pico
Cachalote
característico y su aleta dorsa l alta y corta. Es de colo r gris
oscuro.
• El delfin común (De/phinus de/phis)
Longitud máxima: 2,50 metros. Tiene un pico muy marca-
Rorcual pequeño
do y una aleta dorsal de altura media. Tiene el lomo oscu-
ro (casi negro) y los lados del cuerpo claros, con rayas lon-
gitudina les más o menos oscuras.
• La marsopa (Phocoena phocoena)
Longitud máxima: 1,80 metros. Cabeza con frente abo m -
bada hasta el final del hocico; sin pico. Aleta dorsal con el
borde posterior recto o ligeramente cóncavo. Tiene el co-
lor genera l oscuro, más claro en los flancos.
868 El paisaje marino De la mar a la tierra 869

rrestre es en cierto modo vertical, como un muelle natural i al que a ve-


ces podemos atracar ! Otras veces forma una pendiente, más o menos
suave y regular, consti tuida por diversos tipos de material: son las an-
chas mesetas rocosas, como la que hay delante de la punta de las 8a-
leines de la isla de Ré, donde no debemos aproximarnos; arenales pe-
dregosos como la ensenada de Brest, o sembrados de guijarros como el
surco de Talbert y el cordón de Chesil en Portland; extensas playas de
arena, como las de la bahía de Somme o la de Quiberon; superficies ce-
nagosas, como la bahía de Veys, delante de Carentan, o los estuarios
de Charente.
La amplitud de la marea determina la extensión de la zona li toral; en
las regiones en las que ésta sube mucho (ver el capítulo siguiente), como
en el Norte de Bretaña, la mar puede retirarse varias millas, dejando al
descubierto arenales húmedos y un laberinto de incierto relieve; por el
contrario en el Mediterráneo, donde la marea prácticamente no existe,
la zona litoral no es más que un estrecho ribete en las playas y rocas.
Charcas de la isla Mada me, en la cost a
Hay que señalar que la parte alta de la zona litoral no siempre señala
arenosa de Charente.
el límite último de la mar. ¿Cómo comprender, realmente, las amplias
playas del Languedoc sin imaginar las olas que las barren cuando hace conocer las características del fondo que se convertirá otra vez en suelo
mal tiempo del Sur, mas alla de las líneas de pleamar habituales 7 ¿ O las cuando baje la marea: costa baja rocosa, puntiaguda o resbaladiza, pla-
variaciones que sufren las playas de Penfret sin el oleaje de los tempo- ya de arena dura o arenal de fango blando ..
rales de invierno?
Con su topografía irregular, sus canales y sus pozas de agua, sus
piedras dispersas, la costa constituye un mundo en sí misma, portadora Rocas, playas y cenagales
de una multitud de datos sobre la vida de la mar, para el que sepa con- En las proximidades de una zona litoral rocosa, las algas pueden propor-
templarla. Los pescadores de las Glénan, por ejemplo, averiguan por la cionarnos señales de inestimable valor, sobre todo, cuanto éstas brillan
zona litoral el momento exacto en el que la mar empieza a subir, pues por su ausencia. Rocas completamente lisas en el borde de una punta
se forman charquitos pequeños en los agujeros de la arena, y saben no indican nada bueno, pues sin duda se debe a que las olas no dejan
que son charcos nuevos porque en su superficie flotan partículas de mi- crecer la vegetación, fuera de las grietas o repliegues. Únicamente resis-
ca que han tenido tiempo de secarse durante la bajamar. ten las lapas (moluscos) con su pie musculoso, o también los bálanos, de
Para el navegante que desee llevar su barco a la orilla, la zona litoral los cuales seguramente hemos hablado ya al tratar sobre las carenas lar-
representa la última de las preocupaciones antes descritas; no sólo con- go tiempo postergadas, minúsculos crustáceos enfundados en capara-
viene calcular bien la altura del agua en un lugar determinado, yapre- zones en forma de volcán, que se ríen de los productos antisuciedad ..
Orilla granitica ciar la mayor o menor tranquilidad de las zonas, sino también saber re- Las algas proliferan en lugares menos batidos por la mar, pero con
cierto movimiento, pues necesitan aguas vivas para crecer en ellas. Se
adhieren a las partes más resguardadas de la costa baja, como son los
huecos y las grietas, distribuyéndose de forma muy precisa, según
la altura del agua y el tiempo que estén sumergidas. En la parte
baja, por debajo del cero de las cartas, se encuentra el "fuco del fon-
do", el universo de las laminarias; largas cintas pegadas a las rocas por
medio de un tallo flexible, o estípite, a veces ramificadas y que miden
varios metros de largo (las más largas, las Macrocystis, pueden medir
hasta 80 metros y causar graves riesgos para la navegación). En nues-
tras regiones, cuando vemos salir a la superficie grandes matas de lami-
narías, es porque suele ser la hora de la bajamar, y por lo general hay
El pai saje marino De la mar a la tierra 871
870

menos de un metro de agua en ese lugar. También hay que señalar


que este tipo de algas frenan las olas, amortiguando las rompientes, y La zona litoral
que con marea baja la mar suele romper con menos fuerza en la orilla.
En la zona batida por las mareas, se encuentra el "fuco de la orilla". liquen amarillo

De abajo arriba, podemos encontrar algas marrones en forma de cintas


(Himanthalia), que sólo salen a la superficie en la bajamar de las mareas pleamar de mareas vivas
vivas; también está la alfombra resbaladiza de 105 Fu(us: serratus (serrá-
tula) (con los bordes en dientes de sierra), vesiculosus (ovas), que, como
su nombre indica, se distinguen por sus vesículas. que les sirven de flo-
tadores; más arriba se encuentran las algas ramificadas (Pelvetia canali-
culata) y las pequeñas algas verdes.
bajamar de
En la parte alta del arenal están los ovillos de "fuco de pecio", arran-
cados por los temporales, y que señalan el nivel alcanzado por la última
gran marea o el reciente temporal. Muchas veces, dentro de estos ovi-
llos podemos encontrar cosas más o menos agradables. En las rocas, el
límite de las mareas altas medias normalmente está señalado con un
oscuro reguero de líquenes (Verrucaria maura), yuxtaposición de placas
negras que se van desmigajando hacia la parte de arriba (cuando este
límite está señalado por una franja negra que se extiende de forma re-
gular hacia abajo, ies que hay petróleo!).
Las zonas marítimo-terrestres de suelo blando moldeadas por la mar
y el tamaño de los sedimentos puede proporcionarnos señales válidas
sobre la fuerza de las olas que azotan la orilla.
Guijarros y piedras grandes, más o menos desgastados, suben hacia
la orilla empujadas por las olas de rod illo, y vuelven a bajar con la resa-
ca. Las olas de 105 temporales van acumulando las piedras más grandes
por encima del nivel de las mareas más altas. Por este motivo, las playas
de guijarros no son lugares adecuados para los barcos de vela, pues tie-
nen una pendiente muy pronunciada y sólo es recomendable arribar a
ellas cuando la mar está en calma, siendo una imprudencia permanecer
en lugares de ese tipo.

Muchas veces los pecios aspiran a


vararse "en blando " sobre el fango del
fondo de los estuarios, como en la foto Fucus serratus. la ondu lación de las Chorda filum abandonadas por la marea.

en la rada de Brest.
872 El p aisaje ma r ino De la ma r a la tierra 873
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La zona litora l y la pesca a pie E l equ i po de l perfect o pesca d or


l equ ipo de l perf~cto pescador de a pie es diferentes según el
L a zona litora l es un luga r bie n conoc ido por los pescado res de a pie. Según el sustrato, en-
cuentran en ell a los crustáceos más comunes (mejillones, berberechos, almejas, bígaros, la- E lugar y las especies que vaya a pescar. Los utensilios más co-
rrientes son:
pas, cangrejos verdes, gambas ... ) o bien las especies más solicitadas que capturan unos cuantos
días al año, después de una gran marea (orejas de mar, camarones, erizos, centollos ... ). • Una navaja: indispensabl e para casi toda s las clases de
En la mayoría de las costas rocosas, recoge n un a gran variedad de animales. Las charcas, pesca, para cortar, abrir, o despegar. Conviene elegir una con la
grietas y las praderas de algas son auténticos nichos ecológicos. Pegadas a las roca s están las hoja de acero inoxidable y cierre de seguridad.
inevitables lapas que despegan con un cuchil lo; en las aguas más agitadas a la altura de la ma- • Un gancho: sirve para todo, y se utiliza para sacar los can-
rea media, los meji ll ones viven en bancos apretados, cas i siempre unidos a los bálanos (no co - grejos de las estrechas fa llas donde se encuentran.
mestibles), caraco las y bígaros; sacan toda clase de cangrejos, verdes, jaspeados, cámbaros
(cangrejos rojos) , langostinos o centollos, que se encuentran ocultos en las grietas o en los char- • Un mariscador: debe tener los dientes largos para sacar de
cos. En las algas flotantes, los rastril los bien dirigidos ca pturan las gambas grises o los camaro- la arena los crustáceos de las playa s.
nes, así como las barbadas peq ueñas, los delgados ser petos y lochas bigotudas. • Una raedera: idea l para extraer almejas de los suelos más
En las grandes p layas que bordean el fondo de las bahías están los an imales cavadores. Siem - duros, formado s por una mezcla de arena, gravilla y guijarrros.
pre que la mar se retire a bastante distancia y que no esté demasiado agitada . Con un rastrillo • Una fisga (o fitora): para remover la arena y el fango en el
grande o un a laya, podemos coger almejas, carabineros, almejas grandes, ajobillas y na vajas. que se esconden las lombrices.
Lo s pescadores más expertos encuentran, en las playa s en las que la arena se mezcla co n el fan -
go, pequeña s lombrices que sirven de cebo para las lubinas, merluzas y mújoles. En las aguas • Una sacadora de fondo: utensilio básico de cualquier pes-
poco profundas, podemos capt urar algún lenguado pequeño, o gambas demasiado impacientes cador, sirve para meter en su red todos los animales que ocu l-
tan las algas. Hay que elegi r uno de buena ca lidad, con una red
por llegar a la arena.
más bien grande.
En los ce nagales de los ríos y de las ría s, la v ida es m ás difícil de descubrir, pero siempre ten-
dremos el placer de compa rtir la costa cenagosa con algu na zancuda o limicola pequeña (garzas, • Un esquilero: va riante del rastro más adaptado a la pesca
chorlitos o becadas .. .). En el menú, hay cara bin eros, coqu inas, y también almejas gra ndes y pe - de la gamba en fondos de arena. Algunos modelos tien en pea-
queñas, por poco que hayamos aprendido a reconocer sus huellas y sus cráteres húmedos en las nas y cuchi llas para arar el suelo.

Vieira
Venus (Pecten
{Chamelea gallinaJ. Maximus
Linnafus)
Buccino
(Buccinum
lapas {Patella
Almeja perro undatumJ .
vulgata}.

Berberecho
(Cerastoderma Buev de
eduleJ.

zo nas de arena y fango . Sobre todo, encontraremos gran cantidad de lombrices de mar, escolo- El tamaño autorizado
pendras y arenícolas, tan apreciados por los mújoles y lubinas que a menudo se ave nturan por
estos estuarios.
Un buen pescador de a pie no es necesariamente el que vuelve con el cubo má s lleno. Por el
E xiste ,cierta limitación s,obre la pesca de algunos mariscos y
crustaceos durante penados determinados y en cuanto a su
tamaño mínimo.
contrario, re speta el entorno y el medio marino, y sólo pesca la cantidad que necesita para su
A lmeja grande: 4,5 cm; chirla: 2,4 cm; carabinero: 2,5 cm; v iei-
propio consumo, rechazando las especies prohibida s o protegida s y dejando las piedras en el
ra : 8,5 cm; navaja: 3 cm; bogava nte: 23 cm; ostra: 5 cm; mejillón :
mismo lugar y en el mismo sentido (con las algas por encima). Asimismo, se preocupa de devol- 4 cm; oreja de mar: 8 cm; almeja fin a: 3,5 cm; almeja: 3 cm; ma-
ver a la mar todo lo que no tiene el tamaño autorizad o. se ra: 7 cm ; almejón: 6 cm.
874 El paisaje marino De la mar a la tierra 875

les de cocinar a bordo. Una cazuela" a la marinera" con un fondo de vi-


no blanco y cebollas picadas sólo necesita un recipiente grande. Sin em-
bargo, hay que tener cuidado, pues la recogida de algunas especies está
rigurosamente regulada o cuenta con prohibiciones temporales con mo-
tivo de una eventual contaminación. Es el caso concreto de las orejas de
mar y los percebes, que han tenido que ser protegidos con el fin de res-
tablecer la población gravemente amenazada. El consumo de mejillones
se prohíbe de forma periódica durante las temporadas estivales dema-
siado calurosas y tranquilas, que favorecen la proliferación del fitoplanc-
ton, en particular del dinophysis. La pesca de las especies más comunes
también se encuentra sujeta a la reglamentación sobre tamaños de cap-
tura. La Secretaría General de Pesca Marítima proporciona la informa-
ción necesaria sobre esta normativa concreta.
A veces los barcos vienen a varar a la costa arenosa. Sin embargo,
El pequeño pue rto de Sa uzon. en la basta con mirar con una lupa unos cuantos granos de arena para com-
costa Norte d e Belle-il e, e n pleama r. prender que no debemos arrastrar el casco del barco ni colocar las ve-
las sobre la misma ... Para carenar, debemos elegir una playa abrigada,
con el suelo firme, pues la arena gruesa suele ser muy blanda para
aguantar las escoras y enseguida se derrubia por numerosos manantia-
les que surgen en la parte baja de la playa; el lugar ideal es una costa
baja plana, de arena fina y dura, que permanezca húmeda durante el
tiempo que se encuentre descubierta.
En la bajamar los cenagales muestran grandes superficies lisas surca-
das por profundos canales. El fango está formado por particulas muy
finas transportadas por la marea que se adhieren al suelo durante el re-
punte de pleamar, en lugares tranquilos, al fondo de bahias resguarda-
das, estuarios y dársenas ... La abundancia de los residuos orgánicos
Seis horas después, la mar se ha que fermentan es la causa de su olor. El fango puede ser duro, apelma-
retirado. dejando sobre e l fango los
barcos que han entrado en pue rto. Los
retra sados tendrán qu e esperar todavia
duna
varias hora s, en el fondeadero de
espera, delante de los diques. playa
pleamar

Las playas de arena están formadas por materiales más pequenos, gravilla
bajamar
pero también móviles; éstas cambian frecuentemente de aspecto; es el
caso de los castillos de arena destruidos por la marea, ondas y medias
lunas de playa empujadas por las corrientes de la orilla ... Por lo general,
las playas "adelgazan" durante los temporales de invierno y "engor-
dan" durante el verano; y las olas de rodillo, que a veces nos impiden
pleamar de las mareas vivas
embarcar o desembarcar sin percances, van cavando un escalón traicio-
tierra magra pleamar de las mareas muertas
nero en el límite de la marea ... Estas playas no sólo resultan acogedoras
para los niños y los nadadores, sino que ocultan un mundo repleto de bajamar de las mareas muertas
conchas (almejas pequeñas y grandes ... ), peque ríos cangrejos y lombri- fan go yermo y blando "0lIl_... bajamar de las mareas vivas
ces de mar. Todas las almejas y crustáceos que podemos coger son fáci-
876 El paisaje marino De la mar a la tierra 877

zado O estar mezclado con arena o gravilla; la mayoría de las veces es unas cuantas horas en el fondeadero abierto de una cala si las condi-
una sustancia blanduzca donde todo se hunde. las anclas no siempre ciones del viento y de la marea son favorables; pero también van a des-
agarran bien ... Es un lugar para vara r de costado y perfecto para la in- cansar a los-puertos.
vernada; pues los cascos se van haciendo un lecho acolchado muy có- La acogida de los puertos depende a veces de su especialización, y
modo -siempre que en el fondo no se esconda algún cuerpo extraño. no debemos intentar colarnos con un barco de vela en una terminal de
como una roca o un pecio puntiagudo. petroleros, ni permanecer dentro de las nubes de polvo de un puerto
Ya es hora de varar. Subiendo hacia tierra firme. todavía podemos de carga y descarga de minerales ... las bases militares tampoco suelen
echar un último vistazo a los ma ravillosos líquenes amarillo-naranja acoger de buen grado a los visitantes extraviados ... l o mejor es aceptar
(Xanthoria parietina) que adornan las rocas (y también los viejos tejados las comodidades que ofrece un puerto deportivo con pantalanes ali-
de pizarra de las casas cercanas), fuera del alcance del agua, pero no neados. Estas marinas, enormes aparcamientos, son lugares resguarda-
de los rociones, pues sin ellos la luz de 105 arenales bretones no sería dos, pero casi siempre están llenos. También podemos decidirnos por
ciertamente la misma. Más allá, a una cierta distancia, todavía puede algo más austero -pero más personalizado- como son los pequeños
adivinarse la presencia de la mar, especialmente en las dunas, en don- puertos pesqueros donde el barco de vela debe actuar con discreción
de se quedan pegadas algunas plantas delgadas, a veces con espinas, y para apreciar la amabilidad de la gente de mar; será necesario que co-
flores asombrosas, que constituyen un universo precioso y variado. Es nozcamos los movimientos de los barcos para no cruzar la salida de los
un mundo frágil, en el que debemos mirar dónde ponemos los pies, y pesqueros de arrastre al amanecer, y el recorrido hacia la subasta de
pisar por caminos ya trazados, si los hay. El paso del hombre causa aquí pescado por la tarde; en esos puertos, podremos escuchar las historias
degradaciones mucho más rápidas que las que podríamos achacar al de los marinos habituados a la vida de la mar.
mar y al viento. la elección del puerto no viene dictada únicamente por las caracte-
Más allá empieza otro mundo, el de la propiedad privada, donde no rísticas del resguardo y de la acogida que éste nos dispense, sino que el
nos aventuraremos. l a ferocidad del mar abierto es poca cosa compara- calado de algunos veleros grandes y la manga de algunos multicascos
da con la de los perros que allí nos acechan, astutamente agazapados. limitan el repertorio de las escalas a resguardos profundos y amplios.
Una posible avería nos llevará hacia el puerto de acceso más cómodo
en el que podremos reparar nuestro barco ..
LOS PUERTOS l os puertos son resguardos acondicionados para que los barcos pue-
Después de haber vagabundeado por la mar, siempre acabamos vol- dan permanecer en ellos. Pequeñas abras donde antiguamente se vara-
viendo a puerto. Es el punto de partida y el final de todas las singladu- ban las barcas, o profundos estuarios, se han ido equipando de forma
ras: puerto base, puerto de escala, puerto de refugio .. progresiva con muelles para permitir el atraque, con diques para parar
Éstos no son los mismos para todos los barcos; para una tabla a vela, las olas y con dársenas, faros y capitanías de puerto ..
Marea menguante en el cana l de o un derivador es suficiente una rampa inclinada hacia la mar, un vara-
Croisic. dero o una playa protegida de las aguas. Los barcos pueden pararse Existen dos clases de puertos. En primer lugar están los puertos inte-
riores construidos en estuarios sobre lagunas, o incluso horadados en
una llanura costera. Estos lugares suelen estar especialmente resguar-
dados, pero también muy disimulados desde la mar, y su entrada pue-
de estar franqueada por pasos cuyo acceso a veces dificulta la corrien-
te. Hay otros puertos que se construyen en la mar detrás de gigantes-
cos rompeolas, cuyos muros se encuentran azotados por las olas y en
cuyos pasos de acceso tampoco falta la resaca; a veces en la entrada de
un puerto la mar está picada, mientras que en el fondo del mismo, en
las dársenas, el agua está tranquila. En los lugares en los que la marea
sube mucho, se acondicionan dársenas detrás de las esclusas. Es una
comodidad que nos dispensa tener que varar, pero que nos impone la
obligación de conocer el horario exacto de apertura de las puertas y las
delicadas maniobras de amarre necesarias para evitar las carambolas de
los barcos durante el cierre de las esclusas.
878 E l paisaje marino De la mar a la tierra 8 79

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, . Entrada al puerto ant i guo en La


Roche lle. 2. Llegada del barco correo al
puerto de Sa i nt-Gildas, en Hallat. 3. El
puerto deportivo al p i e de las mura l las
de la ciudad cerrada de Concarneau.
4 . Puerto de Minimes, en l a Rochelle.
5. El puerto comercia l de Bayonne en
las orillas del Adour. 6. Puerto ostricola
de Dieron . 7. Puerto fluvia l de
Ch,3teaulin, entre la ensenada de Srest
y el canal de Nantes en Srest.
3
880 El paisaje marino

La navegación dentro de los puertos no está exenta de peligro. Aun-

La mar
Ver también que el agua esté en calma, el viento es irregular y cambiante, por lo
que se puede producir un repentino desvente y rápidamente vernos
empujados por la corriente; o un cambio de viento y salir a gran veloci-
dad hacia un muelle o hacia otro barco. Por este motivo las maniobras

en movimiento
a vela en puerto exigen una buena coordinación entre los miembros de
la tripulación, una gran exactitud y sentido de la anticipación. A este
respecto debemos señalar que cada vez hay más puertos que prohíben
tajantemente efectuar maniobras a vela.
Podrían evitarse algunos desastres si llevamos preparado un fondeo
y mantenemos el motor en marcha, o también colocando la espadilla
en el lugar adecuado.
Coger un muerto, abarloarnos a una lancha grande, atracar a un
muelle, acercarnos a un pontón ... Se trata siempre de desplazarnos sin La mar ocupa las tres cuartas partes de la superficie del globo terrestre .
incidentes en un espacio limitado; de situarnos en una superficie com- iY, debajo de esta superficie, hay todavía mucha agua! De hecho, la
plicada dividida en dársenas, ocultas en parte por barcos y construccio- Tierra tiene más depresiones que colinas y más fosas abisales que altas
nes; de evitar el abordaje con otros barcos que están efectuando ma- montañas; si niveláramos todo el planeta, éste sólo sería un vasto y úni-
niobras; en definitiva, de hacer maniobras muchas veces complicadas, co océano con más de 2.000 metros de fondo.
con guindalezas, para garantizar el amarre y ajustar estas mismas ama- En la situación actual, toda esta agua se encuentra repartida de mo-
rras en función del viento y de la marea; elegir la argolla que nos co- do muy desigual. Hay mucha más en el hemisferio Sur que en el hemis-
rresponde, dar una vuelta redonda, hacer un nudo seguro y fácil de lar- ferio Norte. En el hemisferio Sur el agua ocupa casi toda la superficie.
gar, y después ordenar la cubierta. En el Norte la tierra ocupa un lugar importante. Muchas veces encierra
partes del océano a las que se les da el nombre de "mares", cuando
El puerto constituye, a fin de cuentas, el hecho de afrontar los peli- presentan características que les confieren una cierta singularidad. Exis-
gros de la tierra firme antes de que se vuelva a apoderar de nosotros la te toda una terminología que diferencia los mares secundarios, los limí-
prisa por zarpar .. trofes los interiores o mediterráneos, etc. Para el navegante, lo que
cuent~ es la apertura de estas cuencas al océano, que favorece o no la
penetración del oleaje, las corrientes y las mareas, y que permite que se
produzcan intercambios de agua.
Una de las características principales de la mar es la de ser salada. En
el Atlántico, en las zonas de los trópicos en donde la evaporación es in-
tensa y apenas llueve, es muy salada, así como en los mares cálidos y
casi cerrados, como el Mediterráneo o el mar Rojo. Por el contrario, lo
es mucho menos en el ecuador, donde llueve abundantemente y don-
de desembocan grandes ríos. Es poco salada en los mares fríos como el
Báltico, pues en ellos la evaporación es pequeña y se producen grandes
aportaciones de agua dulce.
Del mismo modo que tiene una mayor o menor salinidad, la mar es
también más o menos fría según las zonas. Por término medio, la tem-
peratura de las aguas superficiales va disminuyendo desde el ecuador
a los polos (sin embargo, hay que señalar que la diferencia de tempe-
ratura del agua según la latitud y las variaciones estacionales es bas-
tante más pequeña que la que tiene lugar en la tierra; se dice que la
mar tiene una gran " reserva térm ica ", lo que explica en buena parte,
la diferencia entre clima marítimo y clima continental). Por otro lado,
882 El paisaje marino La mar en movimiento 883

hay que resaltar que la temperatura del agua suele disminuir con la poco más adelante, son "corrientes locales" regulares, aunque su ori-
profundidad. gen es muy distinto.
La temperatura y la salinidad determinan la densidad del agua, sien -
do el agua fría más pesada que el agua caliente (esto lo podemos (om~
probar en la bañera, cuando el agua del baño se ha enfriado y quere- Corrientes generales
mos volver a calentarla, pues el agua caliente que echamos se queda Ya hemos dicho que los océanos están formados por grandes masas de
en la superficie). El agua muy salada es más pesada que el agua poco agua de densidad variable que rechazan mezclarse. Estas masas de
salada, lo cual significa que el agua de mar no es en modo alguno la agua se deslizan con mayor o menor rapidez unas junto a otras, lado a
misma en todos los lugares. En función de estos factores -diferencia de lado, por encima y por debajo, y recorren muchas veces miles de millas
temperatura entre los polos y el ecuador, entre la superficie y la profun- conservando sus características propias antes de irse fundiendo poco a
didad, formación o fundición de 105 hielos, profundidad y perfil de 105 poco con las aguas vecinas; estos extensos movimientos son las gran-
fondos, aportes fluviales, evaporación, lIuvia-, comprobamos la existen- des corrientes generales. Pasando de un mundo a otro, han favorecido,
cia de verdaderas" masas de agua", muy diferentes unas de otras, que en el transcurso de los años, las migraciones de 105 primitivos pueblos
manifiestamente rechazan mezclarse. aventureros, e influido también en 105 climas. Aunque en Europa ape-
La característica definitiva de la mar, y no por ello la menos impor- nas contemos con ellas, al navegar por la costa, suele ocurrir que un
tante, es que está siempre en movimiento. Algunos de estos movimien - día descubramos su existencia al encontrar una botella varada en la
tos son bien visibles, como las olas, el mar de fondo y la extraña pulsa- playa con un mensaje dentro, testigo de un peligro lejano o de una va-
ción de las mareas. Otros lo son mucho menos, como las innumerables na esperanza.
corrientes que la recorren en todas direcciones. Vamos a analizar estos Pero, seamos prácticos, en primer lugar ¿a qué viene todo este re-
movimientos comenzando por estas últimas. vuelo? El gran responsable de todos estos movimientos (¡y de otros
muchos más!) es el Sol, que no calienta por igual todos los puntos del
Circulación general en la superficie
LAS CORRIENTES planeta. Las masas de agua se desplazan en un intento por establecer
un poco más de justicia, unas desde el ecuador hasta 105 polos y otras (La Terre, I'Eau, I'Atmosphere,
Enormes o muy localizadas, regulares u ocasionales, lentas o rápidas, desde los polos hasta el ecuador, según el principio de la convección. Ga uthi er-Villa rs).
cálidas o frías, las corrientes todavía se conocían mal hasta hace poco
tiempo. En la actualidad, hemos logrado entenderlas mejor gracias a la
utilización de diversas técnicas de medición, perfeccionadas a bordo de
105 navíos, y también gracias a los satélites, que detectan las mínimas
diferencias de temperatura, representadas en las cartas por medio de
colores.
Sin embargo, querer establecer una clasificación es algo delicado y
ésta siempre será algo rígida en relación con la fluidez del asunto.
iToda corriente tiene su contracorriente! Los especialistas intentan
clasificarlas según sus causas, ya sean internas o externas; podemos
hablar de corri e nte s d e d en sidad, causadas por la diferencia de
temperatura y de salinidad de masas de agua contiguas; de corri en -
t es d e d eri va, asociadas al viento; de co rrient es de p endi ente, a
menudo consecuencia de las anteriores. Pero también debemos saber
que una corriente es, por lo general, una combinación entre diferen-
tes fuerzas, que la densidad y el viento pueden trabajar juntos y que
una corriente siempre está asociada a una pendiente (pues la mar no
es "horizontal", ¡y la noción de "cero de las cartas" es muy relativa! ).
Para intentar ofrecer una imagen más o menos clara, diremos que
existen grandes corrientes generales regulares, y corrientes ocasionales
más "locales". Las corrientes de marea, sobre las cuales hablaremos un
884 El paisaje marino La mar en movim i ent o 885

Ya hemos hablado an tes de este fenómeno al tratar sobre meteorolo·


gía, pues los vientos efectúan la misma ta rea, y de modo mucho más
El upwelling
espectacular que las corrientes (ya sabemos cómo se parecen la circula·
ción oceánica y la atmosférica).
Una vez dicho esto, sabemos que la Tierra gira, y esta rotación hace E l upwe lling (o subida de las
aguas pro fund as) es un mo-
v imi ento de s ubida de l a s
que se produzca el efecto de Coriolis, que desvía todos los cuerpos en
movimiento hacia la derecha en el hemisferio Norte, y hacia la izquier- agua s frías, que se produ ce a 10
largo de la co sta . Al sopl ar du-
da en el hemisferio Sur. Si examinamos una carta en la que esté repre-
rant e cierto tiempo un viento

--
sentada la circulación general de las corrientes en el globo terrestre,
de tierra o un v iento paralelo al

ecuador
-------- ------------- -
podremos comprobar que las principales corrientes giran en círculos en
todas partes del océano, con una simetría bastante acusada a uno y
litoral, el agua de la s uperfic ie
es empujada haci a alta mar; co - · o

···
---
~
otro lado del ecuador. En el hemisferio Norte, las corrientes giran com- mo consecuenc ia, se produce ,n • Oporto
pletamente hacia la derecha . Asimismo, podemos señalar que éstas de- un descen so del ni v el del mar

·
----
jan a su derecha las aguas más ligeras, y a su izquierda las más densas. en la cost a. Las agua s fria s de ~

o
Si buscamos la Corriente del Golfo, la más conocida por los estudian- la s g rande s profundid ad es s u -
tes, veremos que es una corriente cálida que sube hacia el Norte a lo
largo de la costa americana, forma una curva hacia el Noreste (dejando
ben a la s uperficie para co ntra -
rrest ar esta f alta de agua. Est e
·
e
,
o
o
- movimiento
de las aguas
f enóm eno es típico de las co s-
a su lado la corriente fria del Labrador), y es sustituida más tarde por la de superficie
ta s d e Ga lic ia y Portugal. El an -
corriente del Atlántico Norte, una de cuyas ramificaciones sigue giran-
ti cic ló n de las A zores o ri g in a un
do hacia la derecha hasta bajar por las costas de Africa. En este mo- v iento dominante del Norte a lo
mento es cuando los alisios, vientos regulares que soplan de Este a largo de esta costa Norte-Sur.
Oeste, se "encargan de ella", convirtiéndose en la gran corriente Ecua- La s co rri ent es que se origin an,
Hemisferio Norte: la co rrie nte s e desvía torial del Norte que cierra el círculo, llevando hacia las Américas un des- asoci adas al efecto d e Corio li s,
hacia la derecha . file de aspirantes a dar la vuelta al mundo. alejan e l a gua de la s uperfi cie
hacia alta mar. El upwe lling no cabo San Vicente
He misferio Sur: la corrie nte s e desvía Uno de los rasgos característicos que nos muestra esta carta es la
existencia de corrientes frías en el borde occidenta l de los continentes, se p er c ib e ya a lo largo d e la
hacia la izquie rda.
a uno y otro lado del ecuador. Estas co rr ientes están asociadas a la pre- co st a del A lgarv e, pu esto que el
agua d e la s uperfici e es ree m -
p lazada por aportacion es p r o -
cedentes d el Est e.

sencia de los alisios del Noroeste en el hemisferio Norte y de los alisios


del Sureste en el hemisferio Sur, entre 105 paralelos 15 y 35, Y corres-
ponden a una subida de aguas profundas frías, que se conoce con el
término inglés de upwelling. Éste es el origen de las bajas temperaturas
de algunas corrientes como la de Canarias, la corriente australiana o in-
cluso la corriente de Humboldt, que se desplaza a lo largo del Perú. Los
upwellings constituyen zonas de pesca costera, pues el agua del fondo
que sube a la superficie es muy rica en sa les nutritivas favorables al de-
comente fila de las Islas Canallas sarrollo de la vida vegetal y animal.
En todas las grandes cuencas oceánicas existen corrientes cálidas,
corrientes frías, alisios, remolinos, y zonas de calmas .. . Sólo hay dos ex-
cepciones: el Norte del océano Indico, donde el régimen de corrientes
las principales corri e nte s m a rin as en e l
-al igual que el de los vientos- varía de forma alternativa (es el fenóme-
At lá ntico Norte .
no del monzón ); y más abajo, el océano Glacial Antártico, que está
886 El paisaje marino la mar en movimiento 887

sometido a vientos continuos del Oeste que originan un movimiento mar, estas corrientes apenas se observan, por lo que vamos a hablar de
general de las aguas de Oeste a Este alrededor del polo Sur, algunas de aquellas que encontramos en las cercanías del litoral y cuyo efecto pue·
cuyas ramificaciones, desviadas hacia la izquierda, suben muy lejos a lo de modificar notablemente el de las corrientes de marea.
largo del perfil Oeste de los continentes.
Sin embargo, las bonitas cartas de corrientes de nuestra infancia no se Corrientes de deriva
parecen en nada a las imágenes que hoy día nos envían desde el cielo. La Cuando el viento sopla en una dirección determinada durante algún
Corriente del Golfo, por ejemplo. ya no es, como se decía antes, un gran tiempo, las aguas superficiales son empujadas en esa misma dirección,
río dentro del mar, sino un complejo conjunto de trazos diferentes, que apareciendo una corriente de deriva. Basta con comparar la carta de
presenta meandros inciertos, venas, círculos y vueltas hacia atrás, aunque, corrientes generales con la de la circulación general atmosférica para
efectivamente, al final, podemos ver que se desplaza hacia el Este. comprobar que las grandes corrientes están relacionadas con los vien-
y cuanto más escudriñamos el océano, más aspectos desconocidos tos permanentes que soplan sobre el globo terrestre. Ya hemos tratado
descubrimos; en la actualidad se están estudiando los inmensos remoli- algunas de las más grandes, que están asociadas con las corrientes de
nos que recorren los mares, ya sean regulares o no, transitorios o que densidad: la gran corriente del Oeste del Antártico o las corrientes
Direccion es d e la corrie nte de deriva en
mantienen su individualidad durante meses. ecuatoriales producidas por los alisios. localmente, el origen es el mis-
funci ón de la profundid ad, s egún
De cualquier forma, los intercambios térmicos se producen poco a mo: si la corriente de deriva ocupa una extensión considerable, vemos
Ekman I La Terre. I'Eau, I'Atmo sphiue,
poco, de corriente en corriente, en una dirección y en otra. A lo largo que se desvía hacia la derecha en el hemisferio Norte. la magnitud de
Ga ut hie r-Villa rs. '
de su recorrido, las corrientes influyen enormemente en el clima de las la desviación en su superficie está relacionada con la profundidad del
regiones que bordean. La corriente cálida que prolonga la Corriente del agua. En teoría, si hay bastante profundidad como para que la corrien-
Golfo transporta el calor de los mares tropicales muy lejos hacia el Nor- te pueda expandirse a su antojo, formará en la superficie un ángulo de
te de Europa; por esta razón, la vida en el Spitzberg resulta agradable. 45° con la dirección del viento; a mayor profundidad, más aumentará
La corriente fría del Labrador, tercamente pegada a la costa norteame· el ángulo y, a una determinada distancia de la superficie, la corriente se
rica na, mantiene allí unas condiciones de tiempo horribles, mientras desplazará en sentido inverso a la corriente de superficie, a poca veloci-
que al otro lado del océano en la misma latitud el tiempo es muy bue- dad. En zonas con poco fondo, la desviación en la superficie es relativa-
no; es mucho mejor el tiempo en el Canal de la Mancha que en el San mente pequeña: de 20° a 25° por término medio. Cuanto menor es la
Lorenzo, yen Lisboa que en Nueva York .. altura del agua, más deprisa se forma la corriente y más velocidad ad-
El conocimiento de las grandes corrientes es fundamenta l para la na· quiere. Ésta puede llegar a alcanzar de un 3 a un 6% de la velocidad
vegación transoceánica. y si en Europa apenas nos importa porque las del viento, si ha estado soplando con fuerza 4 durante dos o tres días.
corrientes son relativamente pequeñas (iY cálidas!), no ocurre lo mismo Al navegar por cuencas cerradas, como en e[ Mediterráneo, conviene
en Chile, donde hay que atravesar la corriente de Humboldt para poder tener presentes las condiciones meteorológicas de los días precedentes
encontrar unas condiciones de navegación agradables; ni tampoco en para valorar estas corrientes que se mantienen durante un determinado
alta mar cerca de la costa de Florida, donde la velocidad de la Corriente período de tiempo despuéS de calmarse e[ viento.
del Golfo oscila entre 3 y 5 nudos; ni en la costa Noroeste de los Esta- Cerca de [a orilla, una corriente de deriva puede manifestarse de una
dos Unidos, donde la Corriente del Golfo y la del Labrador se desplazan manera un tanto especial; según la dirección del viento que la origina,
una junto a otra en direcciones opuestas. puede provocar un aflujo o un reflujo de agua sobre la costa. Por este
A bordo de los barcos que participan en la regata de las Bermudas, motivo, se habla de vientos de aflujo y de vientos de reflujo, nociones
el termómetro resulta un instrumento de navegación fundamental, que que conviene precisar en determinados aspectos.
permite averiguar en qué momento se cambia de tren .. Los vientos de tierra son, evidentemente, vientos de reflujo, puesto que
arrastran [as aguas superficiales hacia alta mar. De este modo, si se produ-
ce un viento de reflujo delante de un acantilado, el nivel del agua baja cer-
Corrientes locales ca de la costa y las aguas superficiales que son arrastradas hacia alta mar
Hay que ponerse de acuerdo en [o que respecta a la denominación de son sustituidas en la costa por aguas frias que suben desde el fondo (fenó-
corrientes " Ioca[es". Pues ésta puede referirse a corrientes que cubren meno denominado upwelling). Por esta razón, a lo largo de las costas
extensiones bastante grandes, tanto en alta mar como en [a costa. Se atlánticas de Marruecos que se encuentran sometidas en verano a los ali-
trata de corrientes ocasionales, corrientes de deriva y de pendiente, sios del Noreste e[ agua está helada. Esta misma explicación sirve para la
que están asociadas a Circunstancias diversas . Sin embargo, en alta corriente fría de las islas Canarias y para una buena parte de las corrientes
888 El paisaje marino La mar en movimiento 889

frias del planeta. Otro ejemplo más concreto es que cuando sopla el mis· Corrientes de pendiente
tral en la Costa Azul los bañistas comprueban con pesar que la tempera- Tanto en la costa como en alta mar, cuando existe una corriente, por
tura del agua baja rápidamente, y es que ya no es la misma agua .. ejemplo, una corriente de deriva causada por un viento prolongado, la
Los vientos de aflujo originan una subida de las aguas hacia la costa . mar no está horizontal, sino que se forma una pendiente a la que va
Pero las brisas marinas no son siempre vientos de aflujo, pues no debe· unida otra corriente, que intenta restablecer el equilibrio. Esta corriente
mos olvidar que las corrientes que originan se desvían por el efecto de presenta una tendencia natural a "seguir la pendiente", pero, igual
Coriolis. Imaginemos un observador en el hemisferio Norte situado en que las demás, se ve obligada a desviarse debido al efecto de Coriolis.
la mar mirando hacia la orilla. Los vientos que vienen de su derecha son
En alta mar, ésta se desplaza de forma paralela a las lineas de nivel y de
vientos de aflujo, pues la corriente que crean, desviada hacia la dere-
Vientos de aflu jo. El agua de la forma perpendicular a la pendiente (de la misma manera que el viento
cha, se dirige hacia la costa. Pero los vientos que vienen de su izquierda en altitud es paralelo a las isobaras), mientras que en las cercanías de la
superficie es e mpujada hacia la t ie rra,
son vientos de reflujo, pues la corriente bordea la costa y, al ser desvia-
p or lo tanto su nivel sube. costa, el rozamiento sobre el fondo la desvía; entonces aparece una
da hacia la derecha, se aleja hacia alta mar. fuerza en la dirección de la pendiente, tanto al producirse un aflujo co-
De modo general, la elevación del nivel del agua causada por los mo un reflujo de la mar. En el caso de un aflujo de agua hacia la costa,
vientos de aflujo es poco importante; en un mar donde se produzcan podemos obselVar la aparición de corrientes de pendiente más o me-
mareas, esto se traduce simplemente en una marea alta algo prolonga-
nos paralelas al litoral. Estas corrientes, que transportan arena y sedi-
da y una marea baja menor de lo que nos indica el anuario. Pero el
mentos, actúan sobre la configuración de la costa.
efecto de vientos fuertes de aflujo unido a una borrasca grande sobre
Las pendientes que se forman cerca de la orilla se perciben más en
una mar poco profunda puede ser espectacular; se denominan storm los mares con poca marea. En el Mediterráneo, donde la marea apenas
surges· las ondas marinas que se levantan excepcionalmente en estas es perceptible, las diferencias en el nivel del mar causadas por el viento
condiciones. También se llaman "mareas excepcionales". Suelen pro- pueden llegar a un metro, e incluso hasta dos. Cuando el viento cesa,
ducirse en el mar del Norte, cuya parte meridional no llega a tener 50 la corriente originada por la pendiente puede seguir siendo muy inten-
metros de fondo y sufre el paso de numerosas perturbaciones. Una zo- sa hasta que los niveles llegan a igualarse.
Vie ntos de reflujo . El a gua d e la na de muy bajas presiones atmosféricas hace que se hinche la parte del Asimismo, las desigualdades de la presión atmosférica pueden ser la
s uperficie a rrastrada por e l vie nto es mar que se encuentra debajo mientras se va desplazando; la onda ma- causa de que se formen pendientes en la superficie del mar. Debajo de
s us tituida por e l agua de l fond o, m as rina que se forma puede entonces mantenerse y acelerarse por un vien- una depresión (zona de baja presión), el nivel del mar presenta una
fri a. por lo q ue su nivel ba ja. to fuerte y causar daños importantes a la navegación y a la orilla. Este tendencia a elevarse, mientras que debajo de un anticiclón (zona de al-
fenómeno tuvo lugar en Holanda en , 953, cuando con un viento duro ta presión) éste tiende a bajar. Si estas zonas están cerca una de otra,
del Noroeste, unido a una fuerte borrasca en el periodo de mareas vi- l a s upe rficie de l ma r se hunde debajo
se forma una pendiente desde la zona depresionaria hasta la zona anti-
vas, la mar permaneció durante tres ciclos de marea sucesivos varios ciclónica, y aparece una corriente que intenta restablecer el equilibrio de un a nticiclón y se hincha de bajo de
metros por encima del nivel normal, rompiendo diques e invadiendo una d epresión; com o resultado, s e
entre ambas.
extensiones enormes de tierra. produ ce una corrie nte d e pe ndi e nte.
Otro caso especial de corriente de pendiente es el del estrecho de
Para prevenir los riesgos de estas olas de mar de fondo, los holandeses depresión
han construido diques y barras en los deltas de los rlos. Los ingleses, para
evitar una posible inundación de Londres, han construido un puente con Corri entes producidas
cuatro puertas gigantescas sobre el Támesis, río abajo de la ciudad. por un viento de aflujo.
El agua empujada hasta la costa por un viento de aflujo no puede
estar continuamente subiendo; sino que tiene que salir de una manera
o de otra. Cuando los fondos son lo bastante profundos, las aguas su-
perficiales se hunden exactamente al revés de lo que ocurría en el fenó-
meno recientemente explicado. Pero si hay poca profundidad, el agua
sólo puede salir por los lados, y ya tenemos aquí un ejemplo de lo que
se denominan corrientes de pendiente.

* En espanol se denomina "oleaje de tormenta" . (N. de la T.).


890 El paisaje marino la mar en movimiento 891

- -----::= =-==== Gibraltar, El nivel del Atlántico sobrepasa en unos 30 centímetros el ni- Los astros ejercen entre sí cierta atracción, siendo ésta más intensa al N

~
Mediterráneo I
vel del Mediterráneo (pues este mar apenas recibe aportes de agua dul- aumentar de tamaño, y que disminuye con la distancia. Las estrellas
Atlántico ce y además sufre una intensa evaporación: ¡el Sol llega a absorber tam bién ejercen este poder, aunque apenas nos afecta, pues están de-
umbra masiado lejos. El Sol, por el contrario, es superatractivo. Sin embargo, en
d,
hasta 150 centímetros de agua al año!). Una fuerte corriente de pen-
Gibraltar diente empuja las aguas más ligeras del Atlántico de Oeste a Este entre lo que respecta a las mareas, es la luna la que ejerce una acción pre-
las columnas de Hércules hacia el mar Mediterráneo. Como contrapar- ponderante sobre la mar (dos veces mayor que la del Sol), pues esta mas
tida, podemos señalar que en las profundidades, una corriente en di- cerca de nosotros. Esta acción tiene un efecto espectacular en el mar,
rección contraria arrastra las aguas más saladas y pesadas del Medite- que es una masa fluctuante, y menos evidente en la tierra, pero aunque
rráneo hacia el Atlántico. no lo creamos, también existen mareas terrestres, cuya amplitud puede
Pero si n05 ponemos a hablar de las corrientes del fondo, no acaba- sobrepasar los 20 centímetros, como ocurre en Génova, por ejemplo. I
s
remos nunca. O sea, que no vamos a decir nada más, puesto que nues- la fuerza gene radora de la marea (de la
tra flotilla, de momento, sólo cuenta con barcos de superficie.
La marea y sus ritmos obra La Terre, rEau, I'Atmosphere,
Gauthier-Villars) .
En un lugar determinado, la atracción de la Luna es máxima en el mo-
MAREAS Y CORRIENTES DE MAREA mento en que pasa por su cenit. Yen el mismo instante, es mínima en

Respiración animal, acceso de fiebre, intervención especial de la Provi-


dencia pa ra que los barcos puedan entrar en el puerto de El Havre; du-
rante siglos, el fenómeno de la marea ha dado lugar a toda clase de ex-
las an típodas del mismo. Curiosamente, t iene el mismo efecto, pues
por una parte las masas de agua se hinchan, atraídas por la Luna, y por
el otro también se hinchan porque son menos at raídas por la Luna que
el resto de la Tierra. A uno y otro lado de la Tierra se produce una
8
plicaciones fantásticas. Sin embargo, ya desde hace tiempo, se habían

En el golfo de Morbihan (en la punta


observado curiosas coincidencias entre el movimiento del mar y el de la
Luna (Plinio en su Historia natural, indica, por ejemplo, que durante la
pleamar en el mismo momento, mientras que todos los lugares desde
donde se ve el astro en el horizonte están en bajamar. Esto ocurre, en
principio, pues hay que tener en cuenta que las aguas tienen cierta
'""'9""'"
Norte de I'ile au x Moines), las luna llena los mares se vacían). Pero habrá que esperar a Newton y a la inercia, por eso la mar siempre llega un poco tarde a la cita.
corrie ntes puede n llegar hasta los ley de la gravedad para empezar a contemplar el asunto desde una
l a acción del Sol, aunque menos in tensa, está lejos de ser desprecia-
8 nudos en mareas vivas. perspectiva más concreta.
ble, pues refuerza considerablemente el efecto de la Luna. Cuando los
dos astros se sitúan uno en la prolongación del otro, bien en conjun- p~
ción (los dos en el mismo lado de la Tierra), o en oposición (cada uno. a
un lado de ésta), se dice que están en sicigia (del griego suzugia: es de- luna Q llena
cir, reunión, proximidad), y sus efectos se suman, siendo máxima la
Sicigia:
atracción que experimentan; esto ocurre en el período de las grandes
es el periodO de las ma reas vivas.
mareas o marea s v ivas. Al contra rio, cuando el Sol y la luna están en
ángulo recto con relación a la Tierra (en cuad ratura ), sus efectos se
restan, y tiene lugar el período de las pequeñas mareas o mareas
muertas. En este periodo, podemos ver en el cielo el primero o el últi-

7
mo cuadrante de la Luna.
La Luna da la vuelta a la Tierra en 29 días aproximadamente, y du-
rante el ciclo completo podemos asistir a dos mareas vivas y a dos ma-
reas muertas. En el transcurso del año, existen otros factores que com-
pl ican la cuestión, pues las distancias relativas de la Tierra, de la Luna, y
del Sol varían continuamente, lo que explica que dos mareas vivas su-
cesivas no tengan la misma amplitud. Por eso podremos comprender
fácilmente leyendo nuestro estudio sobre navegación astronómica (¡ya
primer g
~-- PMPM -- ~
BM
último

cuadrante cuadrante
lo mejor también sin leerlo!), que las grandes mareas se producen con BM
luna llena y con luna nueva, y que las mareas muy grandes tienen lugar Cuadratura :
en los equinoccios cuando el Sol y la Luna están sobre el ecuador; por es el periodo de mareas muerta s.
892 El paisaje marino La mar en movimiento 893

Pero las cosas no ocurren de la misma manera en todos los lugares y


la observación de las mareas en los diferentes puntos del globo hace
que aparezca una diversidad asombrosa. Al igual que sucede en las
costas atlánticas de nuestro país, las mareas pu eden ser semidiurnas,
con dos mareas altas y dos bajas por cada dia lunar; en el golfo de Ton-
kin o en el de México, la marea es diurna, y sólo se produce una marea
alta y una baja por cada día solar; existen también mareas mixtas (a ve-
ces diurnas y a veces semidiurnas) o bien de desigualdad diurna, apare-
Ciendo en este caso desigualdades de altura entre dos mareas altas o
dos bajas; este tipo de marea se suele dar en Venecia y en las costas
del Pacifico. Por último, en algunos lugares, la subida de la marea, es
Marea semidiurn a del Atlantico. 10 12 14 16 18 20 22 24 horas
decir la amplitud de la marea -que quede claro: la diferencia de nivel
el contrario, en los solsticios, es decir, en junio y diciembre, es cuando entre la pleamar y la bajamar- puede variar en pequeñas distancias en Archipiélago de Bréhat: al fin al del flujo,

las mareas vivas son más pequeñas. una proporción considerable. sólo quedaran en este paisaje unas

Por otra parte, puesto que el día lunar tiene una duración de 24 ho- Estas particularidades de la marea, estas deformaciones loca les de la cuantas rocas aisladas. En primer plano

ras, 50 minutos (sabemos que la Luna "se retrasa" todos 105 días, lo "onda-marea" inicial, se deben a la configuración del litoral y, lo repeti- podemos ver el molino de marea de

que explica que la marea también se retrase cada día unos 50 minutos mos otra vez, al efecto de Coriolis. Birlot y su dique de contención.

más o menos). durante este intervalo de tiempo tienen lugar en un de-


terminado lugar dos pleamares y dos bajamares.
Es realmente lo que ocurre en nuestras costas. La mar sube durante
6 horas y 12 minutos, por término medio: es la marea creciente o flu -
jo. Al final del flujo, el nivel permanece constante durante un tiempo:
es el repunte de pleam ar (señalada en los libros con las siglas PM).
Después, la mar baja durante 6 horas y 12 minutos como media: es la
marea menguante, o reflujo, hasta llegar al repunte de bajamar
(BM). y el ciclo vuelve a empezar.

luna llena último cuadrante

marea mixta. FORT-OE·FRANCE

, , ,
marea diurna. DO SON
Principales tipos de mareas. El ciclo se
vuelve a producir cada 29 dias
aproximadamente ( Guide du
navigsteur, SHOM). 2J. 3J. 4J. 6J . 7J. BJ. 9J. 10J. 1 J. 12J. 1 J. 1 J.
894 El paisaje marIno La mar en movimiento 895

La onda-marea produce un fenómeno de reson ancia: la onda tiende a unirse comple-


Si levantais un poco el borde de una palangana llena de agua y la de- tamente a la forma de oscilación de la cuenca, aumentando considera-
jáis caer, esta sacudida produce una oscilación en el agua y aparecen blemente; esto explica, en parte, la importancia de la subida de la ma-
numerosas ondas. En el caso de la marea, las ondas que se forman en rea en la bahía del Mont-Saint-Michel, o en la célebre bahía de Fundy,
la superficie de los océanos 50n aún más numerosas, puesto que la sa- en Nueva Escocia, donde sube 18,50 metros en el período de mareas
cudida se vuelve a producir todos los días y nunca de la misma manera. vivas. la forma y las dimensiones de esta bahía hacen que se produzca
Estas "ondas iniciales" (como las denominan 105 especialistas, que en ella un período de oscilaciones naturales que se adapta casi de ma-
cuentan más de cincuenta en todo el mundo) se combinan entre sí de nera perfecta a la onda lunar semidiurna ..
diferentes maneras, formando la denominada onda-marea. Para comprender el sentido en que se propaga la onda-marea, es
Esta onda no tiene las mismas características en todos los lugares. Si necesario analizar el efecto de Coriolis. En lo que respecta a la marea,
ahora levantais el borde de una pequena palangana redonda bien llena observamos que este efecto origina en las diferentes cuencas la apari-
de agua, y después hacéis lo mismo con una jofaina grande cuadrada Ción de centros inmóviles, en los que la subida de la marea es nula (y
casi vacía, veréis que las ondas que se propagan por la superficie del en los que el nivel del mar no cambia durante la marea), alrededor de
agua son completamente diferentes en ambos casos. De la misma ma- los cuales la onda-marea parece propagarse por rotación; es como si la
nera que las palanganas, las cuencas marítimas sufren un "período" de superficie del mar tuviera el aspecto de un plano inclinado girando alre-
oscilación concreto, según sean sus dimensiones y su configuración. lo dedor de un eje. Estos centros se denominan puntos anfidrómicos
que hacen es filtrar las ondas que van llegando reteniendo aquella con (traducción aproximada en este caso, ¡pues son los puntos a una y otra
la que mejor se avienen. parte de los cuales se desplaza la onda-marea!). Algunos de estos pun-
tos anfidrómicos pueden localizarse con bastante claridad en cuencas Puntos anfidrómicos
Por esta razón hay mareas que siguen el ritmo de la luna, otras que pequenas; por ejemplo, hay más de tres en el mar del Norte. En el en el mar del Norte.
siguen el del Sol (en este caso tienen lugar cada día a la misma hora), Atlfmtico, al parecer, existe uno en las proximidades de las Azores, al
existiendo, evidentemente, todo tipo de variantes. También hay cuen- Este del cual la onda-marea gira en sentido contrario a las agujas del
cas que no admiten ningún ritmo, como ocurre en el Mediterráneo. reloj, lo que explica que llegue desde el Sur.
la onda-marea, cuya longitud puede llegar a ser de cientos de mi-
Cuando la diferencia entre el periodo de oscilación particular de la llas, forma una onda "progresiva", que se propaga a gran velocidad en
cuenca y el período de oscilación de la onda-marea es muy pequeña, se alta mar (a unas 400 millas por hora en el Atlántico). Al llegar a la pla-
taforma continental, disminuye su velocidad, aumentando su amplitud,
pues el volumen disponible se reduce bruscamente por el agua, que es
incompresible. Más tarde, se va modificando en función del relieve sub-
marino y la configuración de la costa. Podemos estudiar su propaga-
ción uniendo en la carta todos los puntos en los que la pleamar tiene
lugar al mismo tiempo, obteniendo así las líneas cotidales (del inglés
tidal, que ha trazado la marea). Observamos que en el Golfo de Vizcaya
la pleamar se produce más o menos a la misma hora en todos los luga-
res de la costa, desde Penmarc'h hasta la frontera con Espana. Pero,
sobre todo, resulta muy interesante estudiar el trazado de las líneas co-
tidales en una carta del canal de la Mancha, pues la onda-marea tarda
alrededor de ocho horas en remontarla desde el principio hasta el final,
experimentando una gran disminución de velocidad en el estrecho pa-
lineas cotidales y líneas de igua l subida so que hay entre Cherbourg y la isla de Wighl. Aunque esta carta no
de marea en el canal de la Mancha. Hay refleja todas las extravagancias que se producen a lo largo de su cami-
que señalar el aumento de la amplitud no, debido a los fondos y al perfil de la costa, especialmente en los es-
en l as bahías y el punto anfidrómico
tuarios. En El Havre, por ejemplo el repunte de pleamar es anormal-
"aparente de las colinas de Dorset.
W mente largo (es la "providencial" prolongación de la pleamar); en South-
(Guide du navigateur. SHOM).
ampton, se producen dos pleamares sucesivas; y cuando el Sena no es-
896 El paisaje marino
L AM IN AS 3 - XVII

taba dragado, el choque que se producía en su desembocadura entre


la onda-marea y la corriente fluvial causaba la aparición de un impresio- La vegetación de las islas y las dunas
nante "muro de agua", el mascaret, que subía por el río hasta Rouen.
¿Es necesario que sigamos hablando de la inercia de las aguas, ya
comentada al principio? Podemos deducir fáci lm ente que la mar no
responde de modo instantáneo a los requerimientos de las "fuerzas ge-
neradoras de la marea", y que su movimiento se prolonga incluso mu-
cho después de finalizar éstas. ¿Es necesario que hablemos también de
la considerable energía derrochada por la marea en la plataforma conti-
nental, que el hombre sueña con poder aprovechar? Vamos a dejar to-
dos estos problemas concretos para abordar la cuestión que nos afecta
directamente, es decir, el pronóstico de las mareas.

El pronóstico de las mareas


Los anuarios de mareas publicados en numerosos países ofrecen diaria-
mente una curva de marea y las horas de PM (pleamar) y BM (bajamar), A la izquierda: la proximidad de la
así como la altura del agua, de todos los puertos principales, con una mar hace surgir una vegetación
aproximación de centímetros, y una precisión que ún icamente falla co- muy característica y especialmente
resistente, capaz de soportar tanto
mo consecuencia de eventuales incidentes meteorológicos. Esta preci-
los rociones de los temporales co-
sión nos permite deducir que las tablas de cifras se obtienen aplicando
mo los largos períodos secos esti-
una ley general.
vales. En la foto, las landas rasas
Esto es verdadero y falso al mismo tiempo, pues por muy sorpren- de la costa Norte de la isla de
dente que nos pueda parecer, en la actualidad todavía no es posible Ouessant forman una delicada
realizar una predicción sobre la marea a escala planetaria en su conjun- mezcla de brezo (frica cinerea ),
to. Tal como se explica en el respetable anuario del Bureau des Longi- aulaga (Ulex ga/i¡) y de retama (Sa-
tudes: "La utilización de métodos de predicción está justificada por su rothamnus scoparius).
éxito, aunque éstos no tienen fundamento mecánico alguno.. La di-
versidad de estos métodos nos permite sospechar, además, que no hay Abajo: el clavel sil vestre se adapta
ninguno que sea mejor que los demás." De hecho, conocemos perfec- perfectamente a estas condicio-
nes.

Puertos principales y zonas secundarias


en el canal de la Mancha.
L Á MIN AS 3 - XVIII L Á MIN AS 3 - XIX

A la derecha: el abejorro elige los


suelos arenosos para pasar los lar-
gos períodos de vida subterránea,
y la tierna vegetación de las dunas
e islas pa ra ali mentarse. Tamb ién
le gusta el pelo de los navegantes
que hacen escala ..

Abajo a la izquierda : a la cola de


conejo (ÚJgurus ovatus) le gusta el
sol y el clima templado de nuestro
litoral. Su inflorescenc ia es espe-
cia lmente suave y sedosa. En in-
vierno, junto con los ramos de
siemprevivas, suele adornar las
chimeneas de los antiguos alum-
nos de Glénans.

Abajo a la derecha: vegetación de


fina les del ve rano en la is la del
Loch.

Arriba a la izquierda: la retama


marina (Sarothamnus scoparius
maritima) es, junto con la retama
de escobas, una de las dos espe-
cies que crecen en nuestro litoral.
Tanto una como otra aguantan
bien el viento.

Arriba a la derecha: el caracol de


las dunas vive formando un raci-
mo en los tallos de las gramíneas.

Abajo a la izquierda : con su raíz


vertical, este cardo comúnmente
denominado "cardo borriquero"
puede absorber agua hasta una
profundidad de tres metros. Al fi-
nal del verano, una vez seco, es
arrancado y empujado por el vien-
to esparciendo sus semillas por la
arena.
L ÁMI N AS 3 - XX L Á MIN AS 3 - XX I

El puerto de Paimpol con sus dársenas y su esclusa en bajamar. La puerta de abajo de la esclusa está abierta.
Puertos e infraestructuras portuarias La cámara de la esclusa está vacía (el fondo de la cámara se denomina el encachado, y las paredes laterales
son los muros de contención).
A la derecha: el puerto-canal de Modo de funcionamiento en mareas muertas (cuando el nivel de la pleamar es inferior al nivel de la dársena):
Séte, entre el mar y la lag un a de durante la pleamar, se cierra la puerta de abajo, detrás de los barcos que se encuentra n en la cáma ra de la es-
Thau, es también un encrucijada de clusa. Después, por med io de un sistema de llaves, se deja que penetre el ag ua de la dársena en la cáma ra,
vías navegables del Midi francés. hasta que los niveles lleguen a igualarse. En ese momento ya se puede abrir la puerta de delante. Para sa lir se
hace la misma operación a la inversa.
Abajo : puerto de Chateau d'Olé- Durante las mareas vivas, es mucho más sencillo: las dos puertas pueden permanecer abiertas mientras que sube
ron, completamente dedicado a la la marea, en ese tiempo el nivel de la mar y el nivel de la dársena podrán igualarse. La dársena del puerto se con-
ostricultura. Navegantes de re- vierte entonces en una simple dársena de marea. Es preciso señalar aquí el papel del aliviadero (a la izquierda
creo, abstenerse. de la esclusa), sobre el cual puede pasar la mar, lo que evita que se forme demasiada corriente en la propia es-
clu sa. Este mecanismo desempeña también otras dos funciones. Por medio de las válvulas, por una parte puede
Foto de pie de página: un mini- vaciar el agua que sobrepase el nivel aconsejable en períodos de crecidas y al mismo t iempo retener el fango del
puerto tall ado en la roca. Port- canal de acceso; y por otra, también puede hacer bajar el nivel de la dársena en los períodos en que las mareas
aux-Moines (pen ín sula de Rhuys). " pierd en". Durante el reflujo de la ma rea, es fundamental volver a cerrar las puertas antes de que el aliviadero se
Aquí, los barcos se ama rran por quede sin cu brir, pues en otro caso la corriente penetraría con fuerza por la esclusa destrozándolo todo.
proa y por popa con cadenas y va -
ran en bajamar.
LAMINAS 3 - XXII LAMINAS 3 - XXIII

La mar y los
obstáculos
Al lado: igual que las ondas acús-
ticas y luminosas, las olas experi-
mentan fenómenos de refracción
y difracción más o menos com-
plejos, como ocurre en este caso
en el Tas-de-Pois (peninsula de
Crozon).

Abajo: el seno de la ola queda so-


brepasado repentinamente por la
cresta que rompe con un gran es-
trépito de espuma.
L Á MIN AS 3 - XXIV La mar en movimiento 897

tamente los datos astronómicos, según los cuales el movimiento de la


Luna, del Sol y de la Tierra obedecen a leyes universales de las que la
ma rea no puede evadirse. Pero las diferencias locales que acabamos de
comentar lo comp lican todo.
En alta mar se pueden aplicar las fórmu las genera les y comp lejas
del cálcu lo, mientras que en el litoral las predicciones se basan en la
observación En un punto determinado, las medidas reales de larga
duración, una vez corregidas de todo aquello que puede adulterarlas,
nos permiten establecer curvas que se descomponen a su vez en otras
más elementales, pudiendo prolongarse y extrapolarse hacia el futuro,
teniendo en cuenta siempre los datos astronómicos. Para ello, elegi-
mos como base un puerto, el p uerto prin cipal o pu erto patrón , que
sirve de referencia a una zona de unos 300 kilómetros de orilla, en la
que la marea presenta características simi lares. En las costas de Fran-
cia, se han seleccionado 18 puertos principales, 55 en las islas Británi-
cas y 24 en las costas españolas. Los demás puertos se denom inan
p uertos secund arios .
Es el contrasentido de la marea, pues aunque ésta obedece a leyes
generales, sólo se puede calcular por medio de la observación concreta
de un lugar.

Las corrientes de marea


Las corrientes periódicas ligadas al fenómeno de la marea se perciben Corrientes giratorias y
sobre todo en las cercanías de la costa. En alta mar, allí donde pueden ejemplo de corrie ntes casi
extenderse libremente, son g irato r ias y dan la vuelta al horizonte du- a lternativas (en e l punto F
rante una marea completa. En el hemisferio Norte giran en el sentido de la carta, p. 988 ).
Arriba a la izquierda: al Sudoeste de las agujas del reloj, y a la inversa en el hemisferio Sur (siempre como
de Ouessant, el bajo de Men ar consecuencia del efecto de Coriolis). La velocidad varía en el transcurso
Cleuze choca violentamente con-
tra la ondulación del fuerte mar de
fondo procedente del Atlántico.

Arriba a la derecha: al día siguien-


te de l tempora l en el puerto de
Aurigny. La estela de la depresión,
todavía muy activa, mantiene la
fuerte marejada. En la foto , la
fuerza de las olas que chocan con-
tra el dique hace que los rociones
lleguen hasta las nubes.

A la derecha: mucho más tranqui-


lo, el perfil de la costa en pendien-
te suave frena poco a poco la A la entrada del golfo d e Morbiha n, la
fuerza de las olas, convirtiéndolas torreta de Gra nd Mo uto n se a lza en
en pequeños rodillos. medio de la vena de la corriente.
898 El paisaje marino La mar en movimiento 899

del ciclo, llegando a alcanzar dos máximas opuestas y dos mínimas. La


0 3 ~'
.., proximidad del continente transforma paulatinamente la corriente gira-
La corriente y el viento
","
'" toria en corriente alternativa, es decir, que se desplaza en una direc- Cuando la corriente se desplaza contra el viento, las olas que éste origi-
0 40 2 '.
~O"
ción determinada durante la mitad del período de la marea y, más tar- na se frenan, en cierto modo se ahogan, entre dicho viento y la co-
"" ~l
de, después de la in ve rsión de la corriente (corto período de corriente rriente, por lo que su longitud disminuye, aumentando, en cambio, su
", nula), en la dirección opuesta durante la otra mitad. Según la forma de altura. A veces su combadura es excesiva, y es cuando rompen. Una
O~ (1:, OJ
;;;. la orilla, y la presencia de islas o estuarios, las corrientes adoptan direc- corriente que se desplace en sentido opuesto al viento origina casi
'" ciones y velocidades variables, y a veces algunas anomalías (como en la siempre una mar picada, muy gruesa que puede llegar a ser peligrosa;
~ bahía de Quiberon, donde la corriente gira en sentido inverso a las una corriente contraria de 5 nudos hace que rompan casi todas las
...
O!.!!:;.
"
"" agujas del reloj) y, naturalmente, toda clase de matices según la confi-
guración de 105 fondos.
olas. En el estrecho de Blanchard (Race of Alderney, para 105 ingleses),
donde las corrientes de marea son muy rapidas (de 6 a 10 nudos), ofi-
~
'" En principio, se llama corrie nte de flujo a la corriente que acompa- Cial mente se desaconseja la navegación cuando el viento sopla en di-
:4
".
4

ña a la marea creciente, y corriente de ref luj o , a la que va unida a la rección opuesta a la corriente. Un viento de fresco a duro puede levan-
marea menguante. Pero también debemos saber que las inversiones de tar en ese caso olas muy escarpadas y desordenadas de hasta varios
la corriente y 105 repuntes de nivel sólo coinciden en las cercanías de la metros de altura, muy peligrosas para los barcos de vela, que creyendo
costa. Cuanto más nos alejamos, más podemos percibir la diferencia. poder aprovechar un viento favorable de popa, se encuentran de re-
En el centro del canal de la Mancha, la inversión de la corriente se pro- pente empequeñecidos en medio de una mar infranqueable. Asimismo,
duce en las proximidades de la mitad de la marea, adquiriendo la máxi- en las proximidades de los cabos bordeados por las corrientes, cuando
I ( E ma velocidad en pleamar y bajamar. el viento y la corriente van en direcciones opuestas, se recomienda pa-
Por lo general, la velocidad de una corriente de marea es proporcio- sar bien adentro dejando un amplio margen.
Corrie ntes de marea e n el corredor de nal a la amplitud de esta última, siendo diferente según los lugares en Por el contrario, cuando la corriente y el viento van en la misma di-
Bell e-íle (3 horas a ntes de la pl eamar de que se produce. Por esta razón, la velocidad es mayor en el centro de rección, las olas se alargan y se redondean, por lo que normalmente no
Part-Nava lo). Extracto del a nuario de un canal que a lo largo de sus orillas; también sabemos que las corrien- hay que temer que rompan.
corrientes de mareas, de la costa Sur tes son más rápidas en los pasos estrechos, así como al transcurrir por
de Bretaña, desd e Pe nmarc 'h a determinados puntos, pues al ser desviadas se comprimen y aumentan El buen uso de la corriente
N oirmoutier (SHOM) su velocidad. Estos casos son muy frecuentes en el canal de la Mancha, la corriente no es siempre un adversario, sino que muchas veces puede
en el estrecho de Portland, el cabo Lizard o en los Héaux-de-Bréhat. .. ser un aliado. Las mismd~ ¡Juntas, y los estrechos impresionantes pue-
La velocidad de una corriente puede varia r con la profundidad y no den cruzarse dos horas antes con facilidad en el repunte de la marea, o
ser la misma en la superficie que en el fondo, especialmente en los es- bien una vez que la corriente ha cambiado de dirección.
tuarios. La velocidad que alcanza puede ser considerable en determina- Mejor que agotarnos luchando contra estos elementos, es conve-
dos canales: 7 nudos en el Grand Russel, entre Serk y Guernesey, 9 nu- niente aprender a hacer que trabajen para nosotros, aprovechando es-
dos en el estrecho de Blanchard y 8 en el Fromveu r cerca de Ouessant. tos auténticos pasillos rodantes cada vez que se mueven en la dirección
En la costa atlantica, a partir de Audierne (de 0,5 a 1 nudo por término que nos conviene; es decir, obrar con astucia y averiguar en qué luga-
medio) las corrientes suelen ser menos intensas que en el canal de la res de las proximidades de las puntas, del fondo de las bahías, y de las
Mancha. Éstas se refuerzan en las desembocaduras de los ríos (de 1 a orillas de los estuarios, se encuentran las contracorrientes. Jugar a las
2,5 nudos), así como detrás de algunas islas (Glénan, Noirmoutier, o corrientes y a las contracorrientes puede ser un ejercicio apasionante Cuando la corriente choca contra e l
Ré). la corriente más fuerte de esta costa es una corriente de llenado y (iO desesperante si no conocemos las reglas del juego!). viento la mar rompe; decimos entonces
de vaciado: la de la entrada del golfo de Morbihan, que se desplaza a En las cartas marinas podemos encontrar indicaciones relativas a la ve- que la corrie nte porta a barlove nto.
una velocidad de 6 a 8 nudos. locidad y dirección de las corrientes; existen también publicaciones que
Ya sabemos que las corrientes de marea complican bastante los proporcionan datos dignos de una guía de ferrocarriles (por ejemplo, en
cálculos y la navegación, originando mares difíciles en determinadas cir- el Derrotero e2, en relación con el puerto de Erquy en el canal de la Man-
cunstancias. Si la corriente es rápida y la altura del agua no muy gran- cha, podemos leer lo siguiente: "A las 02.00 Saint-Malo, una contraco-
de, las desigualdades del fondo se traducen en la superficie por remoli- rriente sale del puerto ... "). Pero no debemos olvidar que las publicacio-
nos, ollas y hervideros, siempre desagradables, sea cual sea el nombre nes, por muy exactas que sean, no pueden tener en cuenta las anomalías
con el que se denominen. originadas por la situaciones meteorológicas, especialmente en lo que
900 El paisaje marino la mar en mo v im i ento 901

01 2.2.0.3. Corrientes de marea (ver también Ol/l'rages 550 y 552).- Sobre el rosario de escollos que bordean la Bahía de Características de las olas 01 10
Qu iberon al S\V, las corrientes son fuertes debido al relieve del fondo; efectúan un giro bastante claro hacia la derecha, lo
que, e n los canales, las vuelve corrientes de través en algunos momentos de la marea. Sin embargo, las velocidades máxi mas En principio, podemos definir una ola por sus dimensiones: su altura, O O
se observan en la mitad de la marea creciente y menguante en dirección a los canales al NE (3 nudos) y SW (4 nudos). es decir, la distancia vertical que hay entre lo alto de la cresta y el fondo O O
07 Las corrientes disminuyen ensegu ida al NE del rosario de escollos siendo más najas en la Bahía de Quiberon. Éstas de su seno; y su longitud, o la distancia que hay entre dos senos o en- O O
sufren la influencia de los vientos dominantes.
tre dos crestas (se denomina exactamente longitud de onda). La rela- O O
ción entre la altura y la longitud caracteriza su comb adura. Las olas O O
Extracto de Ins tructions Nautiques respecta a las fantasías del viento. La corriente que percibimos raras veces son siempre mucho más largas que altas; su combadura resulta crítica O O
C2.3 ¡SHOM ). es idéntica a la que nos indica la carta. Por esta razón, debemos aprender cuando la relación entre su altura y su longitud es de 1/7, aproximada- O O
a observar y a detectar solos la presencia y la magnitud de una determi- mente. Si la altura sigue aumentando, la ola se rompe, es decir, se con- O O
nada corriente. De este modo, en el mar del Norte, en donde las irregula- vierte en rompi ent e; en este caso, sí que se produce un desplazamien- O O
ridades de la marea son frecuentes, el Derrotero recomienda observar la to real de agua en sentido horizontal. O O
corriente para averiguar en qué punto está la marea. En esta zona, no fal- Las olas también pueden definirse por la profundidad hasta la cual O O
tan señales de referencia: franjas más claras en el agua, el movimiento de se percibe su movimiento. En teoría, este movimiento se sigue notando O O
las algas del fondo, el ligero temblor del agua junto a una boya, la incli- a una profundidad igual a media longitud de onda, pero en la práctica O O
nación de los orinques de las nasas, cambios en el oleaje, jirones de espu- a una profundidad igual a una quinta parte de esta longitud dicho mo- O O
ma, etc. Sin lugar a dudas, la corriente es el elemento menos evidente del vimiento se encuentra ya muy debilitado. O O
paisaje marino; aunque en algunas regiones es el fenómeno dominante Por último, hay que señalar que las olas se desplazan (pero sólo es O O
por excelencia, que marca el ritmo de la vida y de la navegación. su forma lo que se mueve), y que forman parte de una serie, con su rit-
O O
mo particular, caracterizado por su perío do, es decir, el intervalo de
O O
tiempo que transcurre entre el paso de dos crestas por un punto deter-
OLAS DE SUPERFICIE minado, así como por su ve locidad, es decir, la distancia recorrida por
O O
Y MAR DE FONDO una ola en un período de tiempo concreto.
O O
En alta mar, es decir, allí donde hay suficiente profundidad para no
O O
Las corrientes y las mareas son elementos constantes: la vida secreta y
perturbar las características de las olas, se representan por medio de las
O O
profunda de la mar. Pero ésta también tiene una vida superficial, mo- O O
siguientes fórmulas:
delada por el viento.
L= 1,JT2 O O
Cuando éste sopla sobre una mar en calma, el rozamiento del aire O O
( =3T
origina pequeños pliegues sobre el agua. Éstos pueden ser pasajeros, O O
(longitud L en metros; periodo T en segundos; velocidad ( en nudos)
pero si el viento sigue insistiendo, empiezan a formarse ondas y olitas, O O
y más tarde olas que corren sobre el agua en la dirección del viento.
Por el contrario, cerca de la costa, la influencia del fondo es muy im- O O
Sin ser tan brusco, el viento causa en la mar el mismo efecto que
portante. (uando la profundidad del agua es inferior a la mitad de la O O
una piedra lanzada sobre un charco; hace que surjan grupos de ondas,
longitud de una ola, la velocidad disminuye. El movimiento de las partí- O O
que son las que en realidad se desplazan y no el agua en sí. Al paso de
culas ya no es circular, sino que describe una elipse que se va aplanando O O
cada onda, las partículas líquidas únicamente realizan un movimiento
orbital en el lugar en que se encuentran; podemos hacernos una idea
paulatinamente hasta convertirse en un movimiento de vaivén en las zo- O O

~L¡~~
nas muy poco profundas. La velocidad de las olas sólo depende de la
sobre este tipo de movimiento si observamos el modo de balancearse
profundidad que existe en un lugar determinado; en un mismo lugar,
de una botella a merced del mar; cuando llega una ola, la botella sube
todas las olas se propagan a la misma velocidad, disminuyendo ésta al
por la pendiente, avanzando un poco; una vez pasada la cresta, baja y
mismo tiempo que lo hacen los fondos. La longitud de las olas también
vuelve a desplazarse hacia atrás hasta colocarse más o menos donde
disminuye, y sólo permanece constante el período de la ola. Vamos a

g~
~g
estaba al principio. Del mismo modo, a bordo de un barco que navega
ver ahora la causa por la cual las olas rompen al llegar a la orilla.
en la misma dirección de las olas, podemos experimentar un movimien-
to parecido, cuando éstas son grandes. El barco acelera antes de la ola, O " ., O
y después se queda frenado una vez que ha pasado. Al contra rio de lo que pare ce,
O· .: O
Por lo tanto, las olas no corresponden al desplazamiento horizontal la botella vu e lve a l punto de partida O O
del agua que la vista tiende a imaginar. después de describir un Circulo. 01 10
902 El paisaje marino La mar en movimiento 903

a la costa), se establece un equilibrio. En este caso, el intervalo de tiem-


Mar de viento po durante el cual el viento continúa soplando ya no le afecta, siempre
Empleamos el término mar de viento para diferenciar el sistema o los que mantenga la misma intensidad. Fácilmente podemos imaginar que
sistemas de olas que se forman en un lugar determinado, bajo la ac· cuanto más corto es el fetch, menos posibilidades tienen las olas de au-
ción del viento que sopla en ese mismo instante. mentar de tamaño. No siempre resulta más agradable navegar en una
Supongamos que el viento empieza a soplar sobre una mar llana, pequeña mar cerrada que en el mar abierto, pues las olas, al no poder
justo en el lugar donde nos encontramos. El tamaño de las olas que alargarse, son cortas, escarpadas y además nos zarandean ..
van a formarse depende de tres factores:
• la fuerza del viento;
• el tiempo que dura su acción; El fetch
• el fetch, es decir, el espacio en el que el viento ejerce su acción,
,g
sin encontrar ningún obstáculo, sin cambiar de dirección. falta de un a palabra española, empleamos la palabra in -
Las olas que se forman empiezan a crecer. En el momento en que
aparecen, tienen una gran combadura, pues su velocidad aún es pe-
A g lesa fetch, que indica el interva lo de ti empo durante el
c u al el mi smo v iento sop la en la misma di recc ió n en una
queña en relación con la del viento. Si éste se mantiene, las olas se van mar sin obstáculos; rea lmente, este término es difícil de tra -
alargando poco a poco, con lo cual su altura, longitud, período y velo- d uci r, pues expresa tanto el ti empo co m o la distancia . Por
cidad irán aumentando paulatinamente hasta llegar a alcanzar un pun - esta razón, po demos decir indiferentem ente: un f etch de 24
h oras o un fetch de 500 mi llas. El signifi cado en lo que res-
to máximo que dependerá de la fuerza del viento. Si éste continúa so-
pect a al estado de la mar es m ás o menos el mismo.
Un bello ejemplo de " m a r de viento" al plando con la misma intensidad durante días y días, las características
pie de las mura llas de Cigogne, durante de las olas que ha originado no cambiarán.
e l temporal del 12 de septiembre 1993. Sin embargo, si el fetch es demasiado corto, éstas no pueden alcan-
El fe tch apenas e ra d e 300 metros y e l zar su mejor forma. Cuando las primeras olas que aparecían en el lugar
vi ento alcanzó fu erza 11. en que empezó a soplar el viento llegan al final del fetch (por ejemplo,

felch

La noció n de fetch no
s iempre es evident e.

l. fetch .1
904 El paisaje marino La mar en movimiento 905

Las olas de superficie se convierten en olas de mar de fondo a partir


del momento en que salen de la zona de donde sopla el viento que las
Predicción de las olas:
ha originado -para hablar con mayor propiedad: cuando abandonan su
Vagatla y Vagmed aire generador-o Nacidas a partir de un viento que soplaba a lo lejos en
el Atlantico Norte, por ejemplo, y que después se calmó o cambió de
Partir de noviembre de 1987 la predicción del estado de la mar en el Atlántico Norte está
A basada en los resultados del programa Vagat la desarrollado por Météo-France co n v istas a
satisfacer las necesidades de la meteorología marina. La puesta en serv icio de un a adaptación
dirección, estas olas han almacenado una cantidad de energía conside-
rable (¡son como millones de caballos-vapor caracoleando!), debilitán-
de este programa para el Mediterráneo (Vagmed) se encuentra en vigo r desde el mes de di- dose muy lentamente. Las olas más cortas son las que primero desapa-
ciembre de 1990. recen, estableciéndose después paulatinamente un movimiento regular
Tanto un programa como el otro permiten predecir, con una exactitud eficaz, la altura de las y armónico. La altura de las olas va disminuyendo poco a poco mien-
o las y la amplitud del mar de fondo. Se estudia el estado de la mar en cada cuenca, en todos tras su longitud aumenta.
los puntos de un cuadriculado cuya resolución depende principalmente del grado de exactitud Estas olas de mar de fondo pueden recorrer cientos y miles de millas,
de las predicciones del viento que alimentan el programa sobre olas. manteniéndose durante más tiempo cuanto mayor sea su longitud.
En lo que respecta al Atl ántico Norte, Vagatl a utiliza los vientos de supe rfici e del programa
A veces, anuncian el mal tiempo, pues de hecho las olas pueden
Émeraude (prog rama numérico de predicción del tiempo que cubre todo el globo) obteniéndo-
desplazarse con mayor rapidez que el viento que las ha visto nacer, al
se el estado de la mar en 2.713 puntos separados, aproximadamente, unos cien kilómetros.
En el Mediterráneo occidenta l, Vagmed utiliza los v ientos del modelo malla fina Péridot (pro- actuar éste sobr~ las partículas líquidas, cuyo movimiento orbital es me-
grama numérico de predicción del tiempo que cubre Europa y el Mediterráneo); la reso lución nor que la velocidad de la serie de ondas.
es del o rd en de 30 kms., exami nándose 820 puntos. En cada punto de la reji ll a el estado de la Por este motivo, un viento de 10 metros por segundo, puede mante-
mar se representa por su energ ía y más concretamente por la distribución de esta energía so- ner series de olas cuya velocidad sea de 24 metros por segundo y la ve-
bre varias olas elementales, estando definida cada una de ellas por su período y su dirección locidad del grupo de 12 metros por segundo. Al cabo de un determina-
de propagación. do número de horas, el avance del oleaje sobre el viento puede ser
Vaga tl a descompone el campo en 144 olas elementa les, siguiendo 12 direcciones de propa- considerable.
gación y 12 períodos diferentes. Vagmed lo descompone en 198 elementos siguiendo 11 perío-
dos y 18 direcciones de propagación.
Con mucha frecuencia, el oleaje suele preceder a las perturbaciones
Gracias a ese gran número de o las elementales, se tienen en cuenta los comp lejos mecanis-
que lo han formado. Debemos estar en sobreaviso cuando de repente,
mos que rigen la evolución del campo de o las, y se obtiene una predicción detallada.
con un tiempo tranquilo, vemos que empieza a formarse resaca.

Por otra parte, hay que señalar que el viento nunca es completamente
regular, ni en fuerza ni en dirección, aunque el aspecto de la mar de
viento tampoco es siempre muy homogéneo, pues aparecen unas olas
n España el In stituto más cortas que otras, y más o menos de través. Cuando el viento cambia
E Nacional de Meteorolo-
gía, a través del Centro Na-
claramente de dirección, aún no ha desaparecido el primer sistema de
olas cuando ya aparece otro nuevo que viene a sumarse al anterior; en
Las olas se extienden en "trenes" o grupos que
transportan energía y cuya ve locidad de desplazamiento en
cional de Predicción, reali - ese momento se produce un choque entre olas de diferentes edades que alta mar corresponde a la mitad de la de cada ola aislada-
za las previsiones de oleaje se entrecruzan, y la mar presenta un aspecto bastante desordenado, y no mente: a esto se llama veloc idad del tren.
utilizando mapas de o leaje duda en saltar hasta la cubierta de los barcos ... Este desorden puede lle-
del At lántico y Mediterrá- • Cuanto más larga es la o la de mar de fondo , más veloci-
gar a convertirse en un verdadero caos; la mar infernal con la que se en-
neo, e l aborados por el dad tiene; por esta razón las olas más largas son las que lle-
contraron los participantes en la regata Fastnet de 1979, a la entrada del gan an tes a la orilla.
Centro Europeo de Predic-
canal de Bristol, es un trágico ejemplo de lo que puede suceder.
ción a Plazo Medio y por el
Meteoro log ical OHice para • Si una o la de mar de fondo larga y baja aumenta de altura
el Atlántico. El mar de fondo rápidamente, debemos prepararnos, pues se acerca una bo-
rrasca.
Muchas veces, surge un movimiento más lento y más amplio, comple-
tamente distinto al desorden de la mar de viento, que se extiende en • Si la altura de la misma sigue siendo pequeña o incluso
una dirección diferente a la del viento que sopla en ese momento, y disminuye, es que el temporal se mantiene lejos.
que parece dotado de vida propia: es el mar de fondo.
906 El paisaje marino La mar en movimiento 907

Las "olas gruesas"


Saber leer las olas la descripción del estado de la mar en la escala de Beaufort es poco
precisa en cuanto a la altura de las olas, pues ésta no sólo depende de
ndependientemente de las condic ion es locales, a veces puede producirse un fuerte mar de
I fondo. Es lo que ocurre en la desembocadura del Adour, donde el estado de la mar depende
tanto de lo que ha pasado en Va lentia (Irlanda) en las 24 ó 48 horas anteriores, como de las
la fuerza instantánea del viento, sino también del tiempo que dura su
acción y del fetch. Con el fin de aclarar las cosas, diremos que un vien-
condiciones locales presentes. Es decir, cuando una perturbación procedente de l Sur O de l to de 20 a 25 nudos (fuerza 5 a 6), levanta en alta mar olas coronadas
Oeste llega a Irlanda, se produce mar de fondo en el golfo de Vizcaya durante las 24 ó 48 horas de espuma de 1,5 a 3,5 metros según la duración del viento. Un viento
posteriores. El oleaje originado va avanzando por su cuenta, si n tener en cuenta el viento local. de fuerza 8 origina, siempre según Beaufort, olas de "altura media".
A l mism o ti em po que avanza, excepto en lo re lativo a la altu ra, q ue va disminuyendo, sig ue Estas alturas medias representan 4 metros después de dos horas de
manteniendo tres de sus características, asociadas entre sí por las siguientes relaciones. Sa- viento, y 6 después de cuatro horas, aumentando lentamente después
biendo que la long it ud (distancia entre dos crestas) se expresa en metros, el período (tiempo hasta llegar alas 7 metros. Lo que nuestros boletines meteorológicos
que transcurre entre el paso de dos crestas) en segundos y la ve locidad (consecuencia del pe- denominan "mar gruesa" se refiere a olas de 6 a 9 metros como máxi-
riodo) en nudos: L = 1,5 T' y V= 3 T.
mo en una mar sin obstáculos.
En nuestras regiones, el mar de fondo raras veces es un presagio, pues las depresiones se
Sin embargo, desde la cubierta de un barco pequeño, resulta muy
trasladan más rápido que éste. Sin emba rg o, es una seña l de las condic iones meteorológicas
genera les. La valoración del mar de fondo se deduce de la medida del período, al ser los de- dificil calcular la altura real de las olas, debido al angulo con el que ve-
más datos bastante aproximados. Al no disponer de un punto fijo, hay que realizar una derrota mos su cresta cuando dicho barco se encuentra en el seno de una ola y
al través del o leaje, pues si no la ve locidad del barco perturbaría la medida. Se cuentan los se- no se puede ver el horizonte. ¡Solemos pensar con demasiada rapidez
gundos entre el paso de dos cre sta s y se deduce la long itud y la velocidad. La comprobación que las olas llegan hasta la altura del palo l De todas formas, la altura
de la existencia de oleaje del Oeste, de un período algo superior a 10 segundos, significa que de las olas sólo se suele calcular por acuerdo general, y el valor medio
al Oeste el viento ha soplado más allá de fu erza 8 durante 12 horas por lo menos, tal como po - hallado es el que se denomina " altura significativa " .
demos ver en el g ráfico de la derecha. A partir de la altura, podemos intentar establecer algu-
nas aproximaciones: si consideramos que la altura de este o leaje es algo superi or a 2 metros;
sabemos, gracias al gráfico de la izquierda yen función de las demás característica s, que en el
momento en que ha escapado de la acción del viento esta o la tenía una altura de 4,50 m etros.
Si bien las demás ca racterísticas del o leaje permanecen más o menos igua les, la altura d ism i-
nuye a la mitad cada vez que recorre una distancia en mi llas igua l a su long itud en pies. Por lo ~ Altura de I a s o I a s
ta nto, al ser la longi lud de leI ola (150 metros) de 450 pi es y al haber disminuido su altura a la ( escala internaciona 1)
mitad , podemos deducir que el lugar do nde dicha ola se ha apa rtado a la acción del viento se
encuentra a 450 millas al Oeste. Altura en metros
Valoración Aspecto de la mar
allUra llana

°°
O
de las olas
7m - ,o 1 Rizada de a 0,2
nivel
12
6m

5m
~erza8
/'
/" 100
30 f- IO
/
--- 2

3
Buena

Marejadilla
de 0,2 a 0,5

de 0,5 a 1,25

'm 'O - f- ' 4 Marejada de 1,25 a 2,50


/
3m / nivel
40
20
6
---- 5 Fuerte marejada (dura) de 2,5 a 4

.---fu"~ 6 , 'j / 6 Muy dura de 4 a 6


2m /
1m
/ V -----
fUirza 4
nivel 20
10
2
7 Gru esa de 6 a 9

/- e---- '/ 8 Muy gruesa de 9 a 14


Om Ietch - O I etch ¡Atención! Ésta no es la escala de
9 Enorme más de 14 metros
6h 12h lBh 24h 30h 36h 6h 12 h 18 h 24 h
Beaufort, sino la escala Douglas.
908 El paisaje marino La mar en movimiento 909

En realidad, las olas sucesivas no tienen todas la misma altura, pues Las olas rompen
se forman a partir de trenes de ondas de velocidades y períodos varia- sobre un bajo.
Predecir las olas
bles, cuyos efectos se suman o se restan. Las olas pequenas son alcan-
diferencia de los gráficos de la página 906, estas curvas sirven para hacer predicciones so~ zadas y sobrepasadas por las grandes, que al mismo tiempo pueden -.- .. '. ~ ".
A bre el estado de la mar. Las de arrib a establecen la altura media de las o las, y las de abajo presentar amplitudes, períodos y velocidades diferentes entre sí. A esto
- \_,

la long itud y el período de las mismas, en función del t iempo de acción del viento y del fetch se debe que el aspecto de !a mar varíe sin cesar. A partir de observacio- .~
sobre el que sopla (eleg iremos los resultados que proporcionan los va lores más pequeños pa- nes que se han efectuado durante largo tiempo, se ha llegado a la con-
ra la altura y la longitud med ia de las olas). Por ejemplo: con un viento real de 40 nudos, un clusión de que, en mares de una altura significativa. se producen olas
tiempo de acción de 24 horas y un fetch de 500 mi llas, obtenemos un a altura media de ola de claramente más altas que la media.
4,80 metros, una longitud media de 200 metros y un período de 12 segundos.
De este modo, en alta mar del Atlántico Norte, las olas tienen por lo
altura altura de las olas en función
general de 3 a 5 metros de altura en verano, y de 5 a 7 metros en invier-
altura altura de las olas en función
de las olas de las olas no, pero ciertas olas, con muy mal tiempo. pueden alcanzar de 12 a 15
en metros
de l tiempo de acción del viento de la longitud de l fetch
en metros
metros, con una longitud entre crestas de 200 a 500 metros, si no es más.
10 r--'--'--'--'-'-r-'-r-~
Suele ser raro que se formen olas de más de 18 metros de altura,
pero a veces puede ocurrir que determinadas olas alcancen una altura
excepcional y que salgan rugiendo desde el centro de un tempora l, o al Sobre una subida brusca
terminar uno de ellos. Aunque efímeras, algunas de ellas pueden reba~ de los fondos se forma
sar los 30 metros de altura -como un edificio de 10 pisos- desapare~ una barra.
ciendo con la misma rapidez con la que se formaron. Afortunadamente
suelen ser muy poco corrientes y hasta ahora apenas se ha podido ver
ninguna. Se originan de manera incierta, como consecuencia del cho~
que de olas de velocidades diferentes, que desde ese momento siguen
su camino por separado. Adla rd Coles las denomina olas monstruosas,
señalando que en realidad, para 105 navegantes, éstas llegan a serlo
mucho antes de alcanzar los 30 metros ...
viento real viento real n
c-=:!;;-- - ' - --!;;- ---'--;!;---- "-----;!SO en nudos ,H-+--+---+"-
' -- o!;
20: ---'---c"0----'--:!
60: - -' -- -:
SO. en nudos
La mar y los obstáculos
longitud longitud de las olas en función período
4

periodo de las olas en función


El estado de la mar, ya sea con oleaje de fondo o con mar de viento, "
de las olas de l tiempo de acción de l viento de las olas de la longitud del fetch puede variar considerablemente en función de los obstáculos que ésta
en metros en segundos
500 r - - , - - , -- , -, - , - - ,, -- , -, - ,
encuentre en su camino.
18 ,--,~~-,,-~-y,-_,-y_,
En primer lugar debemos recordar que la mar puede encontrar en sí
17 misma sus propios obstáculos: olas cruzadas y viento en sentido contra-
400 r------l'--t- --t1-- 7l-- + -/-+---,fj 16 1---I--+--h -,4- -i7"--t---:I rio a la corriente, que en ausencia de otro tipo de influencia terrestre,
15
desorganizan las olas de superficie y las de mar de fondo. Pero de éstas
ya hemos hablado recientemente.
300 r---I--t-l---i'- -+''<-+ --7'''t-- -I 14 r--+--~~4-.v4--+_~+_--I
13
12
11 f--1-7'T'h "-j." Efecto de una co rriente contrar ia de 3 nudos sobre En las bahias, incluso abiertas a alta
una ola:
10 mar, las crestas de las olas se van
9 • su longitud pasa de 60 a 33 metros; espaciando cada vez más (las
8 ~7f~~~~~--~-+~
7 • su ve locidad pasa de 18 a 14 nudos; ortogonales se extienden en abanico),
6 la mar se calma. En las puntas, el olea je
E:;;~~==l_-b_...J_...J:_-L-Jviento real 5 viento real • su altura, de 1,20 a 1,80 metros.
<= en nud[}s 4 '-_~-.:L-_:::----'---!:::__-"----'. en nudos se concentra lIas ortogonales se
SO 20 40 60 SO La ola se co mba. juntan). siendo la mar más dura .
910 El paisaje marino La mar en movimiento 91 1

Cuando rompe la ola


l llegar a la o rilla , las o las mueren ,de diferentes mane-
A ra s, según sea el perfil de la costa. Estas son:
• Las olas que rompen al hincharse; esto se produce en
fond os muy inclinados. Se forma espuma a media altura de
las o las que enseguida empiezan a hervir; se o rigin a en la
parte alta de la s playas co n mucha pendiente cua nd o el
o leaje es co rto o de poca amplitud en alta mar.
• Las olas que rompen hundi éndose: es la forma más es-
pectacu lar. Se origi na en fondos poco inclinados. Se forma
espuma en la cresta de las olas, que enseguida se inclinan,
formando rodi llos (ba rra s) a cierta distancia de la ori lla; és-
tas golpean el fondo fo rman do rodetes de arena si las olas
son oblicuas con relació n a la orilla (lo que origina corrien-
tes de mar de fo ndo en la misma zona ).
• Las o las que rompen vac iándose: se produ ce en fondos
llanos o mu y po co profundos y só lo afe cta a las o las más • z
fu ertes cuya cresta se v uelve angu losa y después se llena de
la "barra" de la desembocadura del espuma antes de desplomarse.
Adour.

Arriba: e n las costas con perfil "suave".


después de romper las olas a me nudo
se vuelven a formar olas de rodillo.

Aliado: "platin s" de la s is las de


Cha re nte, a fu erza de se r azot adas por
el romper de las olas, se forman
rodetes concéntricos que atestigua n la
violencia del oleaje.
912 El paisaje marino La mar en movimiento 913

acumulación de sedimentos transportados por los ríos origina un verda-


dero umbral submarino, que las olas no pueden cruzar sin romper; de
este tipo son las barras que cierran la desembocadura del rio Étel o del
15m
Adour.
15m Cerca de la orilla, la influencia del fondo sobre el recorrido de las
10m
olas se traduce en una refracción del oleaje de fondo, es decir, un cam-
bio de dirección parecido a la desviación de los rayos ópticos al atrave-
10m
sar medios de indices diferentes. La ola de fondo oblicua va girando de
forma progresiva, y las crestas de las olas se van haciendo cada vez más
Una colina es una tente U n va lle es una lente
paralelas a las lineas de nivel y a la orilla.
convergente. divergente.
Con el fin de estudiar su recorrido, trazamos líneas perpendiculares
a las crestas de las olas, que se denominan ortogonales de olas de
De igual modo, el estado de la mar puede variar según el perfil de fondo . Para este fin se utilizan modelos en el canal de experiencias y
los fondos. En los lugares donde éstos suben de forma brusca, las olas las vistas aéreas.
se ven frenadas repentinamente; si se encuentran con una corriente Estas ortogonales se juntan delante de las puntas, lo que indica una
contraria. su altura aumenta, se desploman y rompen. Así se forman concentración de energía en estas zonas; por el contrario, en el fondo
las rompientes características de los bajos o "bajíos". conocidos por las de las bahias, donde el oleaje se debilita, éstas lineas aparecen muy se-
mares difíciles que se forman sobre ellos. paradas. Asimismo, nos sirven para comprender la in fl uencia del relieve
Por encima de las líneas de bajos paralelos próximos a las costas, co- submarino sobre el estado de la mar. Cuando el oleaje llega a la vertical
mo en el Paso de Calais o en el mar del Norte, con tiempo duro y vien- de un valle submarino, podemos observar una divergencia: la zona apa-
to contra la corriente. la mar puede ser también muy dura. rece más calmada que los alrededores. Por el contrario, encima de las
Asimismo las olas de mar de fondo pueden sufrir grandes deforma- crestas submarinas perpendiculares a la costa se forma una concentra-
ciones al llegar a una isla o a una roca. En esos casos podemos obser- ción de líneas, por lo que debemos evitar fondear en estas zonas, donde
var cómo se producen fenómenos de "refracción" y de "difracción" tampoco es conveniente construir espigones o realizar construcciones
(que se manif",stan de modo especial por medio de fotos aéreas), com- portuarias (y, sin embargo, se hace, sin ningún tipo de estudio previo .. .).
pletamente idénticos a los que pueden afectar a las ondas acústicas y Por el contrario, la energia de las olas se debilita sobre los bajos, que por
luminosas. El oleaje pasa a uno y otro lado de la isla y se vuelve a for- este motivo pueden constituir una protección conSiderable.
mar detrás de ella, y la interferencia de las dos series de olas originadas Por último, si analizamos con detenimiento el perfil de los fondos en
de este modo frecuentemente hace que se forme una mar confusa, in- una carta, podremos averiguar cuál será el estado de la mar en· un de-
cluso a poca distancia de la orilla. terminado punto de la costa según la dirección del viento, lo que no
El extremo de una escollera con muros verticales origina una "difrac- deja de ser interesante, por ejemplo, para los barcos de poco calado
ción" del oleaje de fondo que gira alegremente, formando una mar pi- que hacen camping náutico o para los derivadores integrales, que bus-
cada en el plano de agua próximo al espigón. Sin embargo, la difrac- can playas y calas donde poder varar y pasar la noche tranquilos.
ción va acompañada de una dispersión de la energía, y por ese motivo
la ola rompe. Lo mismo ocurre detrás de los cabos; si el cabo es un
acantilado, la ola gira sobre su extremo igual que si fuera un rompeo-
las; si el cabo está prolongado por rocas más o menos sumergidas, la
ola rompe, el resguardo es bueno; si los fondos forman una suave pen-
diente alrededor de la punta, no hay resguardo.
En las proximidades de la costa, allí donde la subida de los fondos
Reflexión: las mismas leyes de la
óptica; en una costa franca acantil ada,
no es paulatina, sino brusca, podemos observar que las olas rompen
parecida a un arco de círcu lo (cóncavo)
todas en el mismo sitio formando lo que se denomina una caña . De- Cuando la ola "percibe el fondo ", el Si la pendiente es acusada, las olas Si la pendiente es pequeña. la fuerza de
cuyo centro es e, el punto d e
lante de algunas costas, esta barra puede llegar a tener una gran longi- movimi ento de las m oléculas se vuelve aumentan, transformándose en rodillo s las olas se va debilitando
tud (por ejemplo, en la costa occidental de África). También puede es-
concentración F se encuentra en la eliptico. que rompen con violencia. progresivamente sin formar grandes
tar muy localizada, y formarse a la entrada de un estuario donde la
mitad de se. rompi entes.
914 El paisaje marino

El último obstáculo para la mar es la orilla. A veces es un muro verti-


cal (costa acantilada, o el borde de un muelle); cuando las olas llegan al
mismo, se reflejan y vuelven a partir en dirección contraria chocando
contra las que vienen después y formando un zona de movimiento SÉPTIMA PAR T E
confuso. Sin embargo. cuando llegan a una zona de aguas poco pro-
fundas, por ejemplo, a una orilla de suave pendiente, ocurre todo lo
contrario. El movimiento de las partículas de agua adopta, en ese caso,
una forma elíptica, es decir, se aplana. Al verse frenadas por el fondo, ,
las olas disminuyen su velocidad y se hacen más altas; en el último mo-
mento todo transcurre como si el seno anterior de la ola, al encontrarse
en aguas menos profundas que el seno posterior, se desplazara con
menor rapidez que éste; y al ser alcanzado por la cresta, ésta rompe
NAVEGACION
con gran estrépito.
Las olas más largas -o sea, las más antiguas- perciben el fondo en-
seguida y pueden llegar a aumentar enormemente mucho antes de al-
canzar la orilla . Las olas más largas son las que originan resacas más


fuertes. En algunos dias de calma, este tipo de oleaje de fondo surge
en todo su esplendor: la mar está llana y, si n embargo, aparece recorri-
da por inmensas ondulaciones regulares que pueden llegar a medir una
gran altura, pero que, sobre todo, son muy alargadas, a veces espacia-
das por va rios cientos de metros. Cuando llegan en diagonal a una ori-
lla, forman una corriente paralela a la costa, siendo ésta mayor cuanto
más alargadas y combadas sean las olas, apa reciendo al mismo tiempo
corrientes de retorno (rip currents). Todas estas corrientes transportan
sedimentos y real izan un recorrido en forma de dientes de sierra, de-
sempeñando un papel fundamental en la modificación del perfil de la
orilla.

Así acaban las olas. A veces de forma discreta, y otras con un agudo
sentido de la representación. Algunas de ellas se adornan con mil des-
tellos en el momento de morir. En las costas de suaves pendientes, a
veces van avanzando durante mucho tiempo permaneciendo a punto
de romper . Es entonces, cuando de pie en una senci lla tabla, en equili-
brio sobre la cresta de la ola, podemos compartir con ella unos instan-
tes de gloria extraordinaria, antes de ir a va rar sobre la cálida arena en
medio de una gran polvareda de espuma.
L TÉRMINO NAVEGAC iÓN, en su sentido estricto abarca el conjunto de técni-
E cas que nos permiten situarnos en la mar, elegir la derrota y comprobar en to-
do momento que seguimos correctamente la derrota elegida.

Esta definición no debe hacernos pensar que la navegación es una actividad re-
servada a aquellos que se enfrentan con el mar abierto; en realidad comenzamos
a practicarla desde el instante en que, habiéndonos alejado un poco de la orilla,
nos volvemos para apreciar la distancia que hemos recorrido ... Si a bordo de un
derivador ligero no hacemos apenas navegación -salvo quizás en algunos casos
especiales, cuando tratamos de averiguar cuál sería el mejor bordo desde una bo-
ya a la siguiente- a bordo de un barco de recreo o de una lancha pesquera, hay
que conocer ya lo esencial: saber utilizar los puntos de referencia que jalonan la
costa, contar con las mareas y corrientes, saber leer una ca rta marina y utilizar un
compás. En crucero por la costa, esto solo tampoco es suficiente: hay que ser ca-
paz de utilizar instrumentos y métodos más complejos, para situarnos, decidir el
rumbo a seguir y, en caso necesario, llevar una estima. Se trata ya de una navega-
ción muy completa; en crucero en alta mar, así es como se navega, si bien se utili-
zan otros puntos de referencia como las radioseñales y los astros. Enfocaremos es- hace algunos años, especialmente en el campo de la situación por medio de satéli -
ta parte del libro bajo el punto de vista del crucero por la costa principalmente, in- tes, obliga a los navegant es de recreo a reconsiderar su forma de navegar. Y más
tentando adquirir los conocimientos indispensables a bordo de un crucero peque- aún cuando el coste de estos nuevos instrumentos ya no supone un gran gasto.
ño con el que podremos hacer tanto pilotaje por entre las rocas, como navegar Apostamos que de aquí a unos cuantos años, éstos formarán parte del equipa-
perdiendo de vista la tierra. miento de la mayoría de los barcos de recreo. Quedaba por definir un método pa -
ra que esta navegación "de apretar un botón" no transforme al navegante de re-
Hemos tratado aquí dos preocupaciones muy importantes. La primera, resaltar creo en un "elefante"* sin ningún sentido marino, y pa ra que los fa llos técnicos
la enorme distancia que existe, en materia de navegación, entre la teoría y la prác- -tan senci llos como unas pilas gastadas- no se conviertan en un drama. Por ello,
tica, sobre todo cuando esta práctica tiene por marco la cabina de un barco pe- hemos intentado, modestamente, establecer un método de lo que denominamos
queño. Es muy fácil mostrarse inteligente en tierra firme; pero ningún método de la NAO (navegación asistida por ordenador).
navegación puede considerarse como adquirido mientras no sufra la prueba de
fuego, es decir, mientras no se haya puesto en práctica, a bordo, en condiciones A través de los ejemplos (a veces bastante peliagudos, pero iqué se le va a ha-
de incomodidad. cer: hay que ponerse a trabajar l ), comprenderemos quizás mejor que navegar es
en definitiva un arte, que requiere a la vez rigor e intuición, prudencia y audacia,
Como consecuencia, hemos tratado de presentar con la mayor frecuencia posi- humildad y empeño. Comprenderemos que para algunos sea una pasión única,
ble modos de actuar muy sencillos, con medios de control que nos permitan evitar una disciplina "total" en la que el razonamiento matemático y el sentido poético
los errores importantes. Si a veces nos hemos permitido proponer algunos refina- se revelan en su esencia, es decir jamás ajenos o enfrentados el uno al otro, sino
mientos, veremos que éstos no se pueden utilizar -y además no tienen utilidad- siempre aliados, actuando juntos no so lamente para elegir la derrota, sino para
más que con buen tiempo. captar el sentido de los paisajes por los que transcurre esta derrota.

Nuestra segunda preocupación ha sido reducir a la más simple expresión las ex-
posiciones teóricas e ilustrarlas, algunas veces incluso reemplazarlas sencilla y lla-
namente por ejemplos concretos. De hecho, creemos que las técnicas de navega-
ción por sí solas no constituyen más que el soporte de un modo especial de mirar,
razonar y reaccionar pecu liar del mundo marino, y que es sin duda el aspecto
esencial que debemos adquirir. Las nuevas técnicas, por muy sofisticadas y precisas
que sean no deben quebrantar el sentido crítico del navegante, ni tampoco dis-
pensarle de conocer la base elemental que sigue siendo indispensable. Por ello, en
esta obra las explicaciones sobre el arte y la manera de trazar el rumbo con ayuda
de una vieja y buena regla de navegación o de calcular la velocidad por medio de
la respetable corredera de barquilla pueden muy bien coexistir con la manera de
sacar provecho de los "puntos de paso" (los "way points") de un GPS o un Decca.
La increíble evolución de los instrumentos de navegación a la que asistimos desde • "Elefante" es el nombre que se da a los navegantes novatos en el Centro de Glénans. (N de la T).
Puntos
de referencia
y publicaciones

No podemos salir a recorrer los mares s610 con una pipa y una navaja,
por todo equipaje. Necesitamos conocimientos para no perdernos. En
Publicaciones
primer lugar. hay que saber reconocer y utilizar los puntos de referencia españolas
que tenemos a nuestra disposición: las marcas y las balizas. los faros, En España, el Instituto Hi-
las señales acústicas, las señales radioeléctricas, los satélites, los astros. drográfico de la Marina y
Gracias a ellos, logramos al mismo tiempo situarnos y guardar las dis- el Real Observatorio As-
tancias en relación con la tierra, También tenemos que saber calcular tronóm ico d e la A rm ada
otra distancia: la que existe entre la quilla de nuestro barco y el fondo editan, entre otras, las si-
del mar. En resumen, ser capaces de efectuar cálculos de mareas para gu i entes publicaciones:
Derroteros (siete tomos);
prever la altura del agua a una hora concreta y en un lugar determina-
Libro de faros y seña les
do; y estar informados, también, de las corrientes que acompañan a las
de niebla; Tablas náuticas
idas y venidas de la mar.
y de navegación; Almana-
Excepto las balizas, cuyo reglamento podemos aprendernos de me- que náutico; Anuario de
moria, estos diferentes puntos de referencia no nos sirven para nada mareas; Radiofaros Cau-
sin 105 documentos que 105 sitúan y describen. Estos documentos son, sa l; Uso de l radar a bor-
principalmente, 105 publicados por el Servici o hidrog ráfi co y oceano- do; Libro de radioseña les;
gráfico de la M arina (SHOM): Cartas marinas, Derroteros, Libros de Rosa de maniobras, Re-
faros, Libros de radioseñales, Anuarios de mareas, etc. Éstas son las g l amento internacional
únicas publicaciones oficiales, siendo algunas de ellas, además, obliga- pa ra prevenir los aborda-
jes en la mar; Planisferio
torias a bordo según la categoría de navegación dentro de la que se
ce les te; Balizamiento de
encuentre clasificado nuestro barco.
las costas españolas, et c.
En este capítulo, al pasar revista a los puntos de referencia y a los
documentos, pretendemos simplemente echar una ojeada a un sistema
bastante complejo y facilitar su enfoque. En caso de que queramos
examinar el tema, debemos consultar la publicación nO 1 del SHOM ti-
tulada Guide du navigateur, que contiene todos los datos que se pue- Foto d e a liado: navegación de ceñida
den esperar, y también algunos más que no pensábamos encontrar (y por los ca nales del arc hipielago de
muchos otros con los que no sabemos qué hacer). Brehat y el río Trie ulC.
922 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 923

Ante todo debemos ser conscientes de que la real idad que describen
En España las publicaciones es abundante y cambiante: no transcurre un solo día Cómo "ponerse al día" a
El Instituto Hidrográfico sin que sufran modificaciones, fortuitas o intencionadas, provisionales o principios de temporada:
de la Marina definitivas. Incl uso las publi caciones oficiales pueden est ar equ ivo-
urante el invierno, es raro que estemos al tanto de las modifica-
EII.H.M. es un Organismo de la
Armada, de interes público na-
cadas -y por lo tanto, deben uti lizarse co n preca ución- si no está n
rigu rosa m ente actua lizadas. Indicaremos, en relación con cada uno D ciones realizadas en las colecciones de publicaciones y en las
publicaciones en sí. Vo lver a coge rl as antes de la temporada puede
cional e internacional , cuyas de ellos, el modo en que debe hacerse esta actualización. Antes, sin du-
misiones y cometidos determi- hacerse sin sufrir demasiado, actuando de la siguiente manera:
nados por Decreto n 2 3853 de da, no resultará inútil dar una idea de la organización de conjunto que
• Para poner al día las publicaciones, consul tar la Lista de publica-
31 de diciembre 1970 son: lleva a cabo el SHOM para asegurar, a medio y corto plazo, la informa- ciones principales del SHOM*, que se actualiza tres veces al año y se
• La obtención de la informa- ción que necesita el navegante.
ción náutica necesaria y poste- proporciona de forma gratuita . Gracias a esta lista, sabremos si las pu-
rior sumin istro de la misma al blicaciones que tenemos están aún vigentes y si se han publicado re-
navegante y a las Fuerzas Na- La información náutica cientemente fascículos de correcciones.
vales.
• la observación sistemática y
el estudio de los fenómenos (¡-
sicos de la atmósfera y del mar
Según la Guide du Navigateur, la información náutica puede presentar-
se bajo tres aspectos, en función del grado de urgencia que revista:
• La información básica denominada .. diferida" es la que encontra-
• Para corregir las cartas, ha y que comp rar la Recopilación anual
de correcciones de cartas, que aparece en el mes de marzo; ésta con-
tiene las correcciones aparecidas desde el 1 de febrero del año trans-
--
-_ 1994
............. -
que afectan a la navegación. cur rid o hasta el 31 de enero del año en curso. Este documento puede comp rarse o consulta rse
• Contribuir a la obse rvación mos en las publicaciones y en sus fascículos de corrección.
sistemáti ca y al estu dio de los
en las tiendas autorizadas por el SHOM. También se puede consultar el Minitel marcando 3615
• La información llamada "urgente" es la que proporciona al nave-
campos magnéticos y gravita- SHOM. Dentro de la sección "correcciones a las ca rtas " se proporciona una li sta de correccio -
torios terrestres. gante datos útiles, cuyo grado de urgencia no justifica su difusión por nes para cada una de las cartas de las costas francesas, desde su última publicación.
• La publicación de cartas náu- radio. Se publica en tablones o en la prensa en forma de avisos a los • Para elegir nuevos documentos, utilizar la Recopilación para uso de 105 navegantes de
ticas. avisos y documentos pa - navegantes cuando contiene datos importantes que comprometen en
ra uso del navegante. así como
recreo - Hoja -catálogo n º 8, reeditada anualmente y gratuita, o bien co nsultar el Minitel 3615
su perma nent e actu alización . mayor o menor plazo la seguridad del navegante. Cada martes se co- SHOM, sección "nuevas publicaciones".
• Velar por la seguridad de la men ta en los boletines de difusión rápida (DIFRAP), que se envian por Efectuadas todas las co rrecciones, y estando próxima la salida a la mar, hay que informar-
navegación y co ntrolar el dis- se de los últimos AVURNAV difundidos por las coste ra s y expuestos en las cap itanías de
positivo náutico del litoral.
avión y se pueden consulta r, por ejemplo, en las Capitanías Marítimas.
Semanalmente, la información urgente se recopila en fascículos titula- puerto. De spu és, no largar escotas sin ...
• La cata logación, descripción
e in f o rm ació n para la utili za - dos Grupos semanales de avisos a los navegantes. Estos fascículos
ción de los sistem as de ayudas
radioeléct ricas a la navegaci ón contienen, además de diversas informaciones, las últimas correcciones
marítima. efectuadas a los documentos básicos, las modificaciones a las coleccio- La información
• La difusión , mediante avisos Hay que señalar que los Grupos semanales de Avis aux Navigateurs
nes y las tablas resumidas de correcciones y de avisos. Hay que señalar náutica en España
a los na vegantes y partes me- contienen, cada cuatro números (n°S 2, 6, 10 ... ) el resumen de las in-
teorológi c os de info rmac i ón que el Grupo n° 1 (el primero del año) está dedicado a los avisos de ti-
l Instituto Hid rográfico
continua sobre el estado de las
ayudas a la navegación, avisos
po general sobre información marítima en sí y que los Grupos cuyo nú-
mero es una decena (10, 20, 30 ... ) incluyen la lista anual de publicacio-
formaciones DIFRAP en vigor.
• La información inmediata, por último, se refiere a los sucesos E de la Marina publica
semanalmente los Avisos
de temporal y cua nta informa- que acaban de producirse y que ponen en peligro la seguridad inme-
ción pueda ser precisa o conve- nes náuticas actualizadas en fecha 1 de enero. a los Navegantes, que se
niente al navegante. diata del navegante: faro apagado, boya desaparecida, pecio a la de-
obt i enen por medio de
• El estudio de sistemas de na- riva, ete. Se difunde por radio en forma de NAVAREA cuando se tra -
vegación.
suscripción. T r imestral -
ta de información relativa a alta mar y a las zonas de circunscripción
• La determinación de las ca- La información náutica mente aparece un resu-
OMI, o bien en forma de AVURNAV (Avisos urgentes a los na ve-
racterísti c as mínimas de los en Inglaterra men desde el principio
instrum entos náuticos de uso a gantes) costeros o locales, cuando afectan a la fra nja costera de las del año hasta la fecha de
bordo de los buques españoles a in formación náutica urgente es más o menos parecida
y su homologación .
• Contribuir al progreso de la
L a la de Francia. La Hydrographyc Office publica Notices
100 millas. Se emiten dos veces al día, después de los boletines me-
teorológicos de las estaciones costeras (Boulogne, leConquet, ete.).
publicación ye n el último
mes del año se incluye un
Meteorología, Oceanografia y to Mariners, simil ares a nuestros Avis aux Navigateurs, que Estos AVU RNAV se exponen en las Comandancias de Marina y capita- resumen de todas las co~
seg urid ad de la navegación pued en ser co nsultados en las Oficinas de la Marina Mer- rrecciones aparecidas
marítima.
nías de puerto, a veces en los clubs náuticos y también se publican
cante, en la aduana, en los puertos y en las estaciones de durant e e l mismo. Lo s
• Representar al Estado espa- los coast-guards.
ño l en la Organización Hidro- AVURNAV son emitidos
gráfica Interna cional yen diver- Las emisoras de radio costeras, emiten W2 messages, por radio por las estacio-
sas organizaciones marít ima s aná logos a los AV URN AV. La lista de estas emisoras figura * En España el l.H.M. y el Real Observatorio de la Armada publican los docu- nes de la Marina y algu-
mundiales. en el Reed's Nautical Almanac. mentos necesarios y los distribuyen a través de agentes en todo el territorio na-
nas costera s.
cional. (N. de la T.)
924 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 925

en algunos periódicos locales. Por medio de este sistema se protege ba li za m iento es el conjunto de seña les colocadas por el servicio de
en principio al navegante precavido contra una mala sorpresa . Sin Faros y Balizas (Servicio de Equipamiento* ) para los navegantes. For-
embargo, y a pesar del encomiable trabajo que desarrolla, el SHOM man parte del balizamiento: las boyas, las torretas de albañilería y las
se muestra excesivamente modesto y apela "a la ciencia y a la expe- ba li zas, propiamente dichas, que son estacas empotradas en la roca o
riencia" de cada uno para juzgar en último término el grado de con- clavadas en el fondo.
fianza que se puede otorgar a la in form ación que proporciona. No
duda, asimismo, en reclamar la colaboración de los propios navegan-
tes con el fin de evitar eventuales errores u omisiones, lo cua l no de-
be dejar de hacer (resaltemos, de pasada. que se da una recompensa
Modo de reconocer una señal
a cua lquiera que descubra un escollo peligroso dentro de las aguas Cada señal tiene un significado preciso, revelado por su forma, su color
territoriales, y que los mejores informadores tienen derecho a un re- y su marca de tope (y eventualmente una luz) situados en su parte su-
galo a final de año, por ejemplo un conjunto de barómetro-péndulo perior.
de cuarzo sobre un pedestal de caoba ... ). La forma (cono, cilindro, esfera, ojiva, huso) no representa por sí so-
Hay que señalar, por último, que el citado SHOM no deja de evolu- la una indicación suficiente. No está tipificada de manera estricta y un
cionar, revisando sin cesar sus obras con el fin de perfeccionarlas y gran número de torreta s son más antiguas que el reglamento.
adaptarlas a sus clientes. Al ser hoy día los navegantes de recreo su El color (rojo, verde, negro, amarillo) es mucho más importante. El
clientela más numerosa, es probable que en los próximos años se pu- color anaranjado indica simplemente que la señal está oxidada, pero
bliquen documentos que respondan con una mayor precisión a sus ne- esto suele ser raro en Europa.
cesidades: edición resumida de la Guide du navigateur, Derroteros re- la marca de tope (cono, cilindro, esfera, cruz) de todas formas nos
lativos a zonas menos extensas adaptados a la navegación de recreo, permite salir de dudas, pues completa de modo exacto las indicaciones
etc. Podemos soñar incluso con que un investigador, algún día, tenga proporcionadas por el color.
la posibilidad de bucear en los archivos de la época de los grandes ve- Mientras que en 1976 existían aún más de treinta sistemas de bali-
leros, que suponemos que contendrán con seguridad un montón de zamiento en el mundo, en 1982 se instauró un sistema único. Com-
datos en principio "caducados", pero que podrían resultarnos de prende dos tipos principales de señales: las seña les laterales y las car-
enorme interés. dinales, además de tres clases de señales diferentes.
Sin embargo, existen dos "zonas" que sólo difieren en el color de las
señales. Nosotros pertenecemos a la zona A, cuyo código se menciona
LAS BALIZAS en estas páginas. En la zona B, que comprende América, Japón, Corea
y Filipinas, los colores están invertidos.
Nuestros antepasados tenían buena vista y un tremendo olfato. Las
únicas seriales de referencia de que disponían para situarse en la mar Señales laterales
se las proporcionaba la costa. Un picacho característico del litoral o del Encontramos las señales laterales principalmente en los canales y a la
interior, un monumento famoso -túmulo, menhir, templo de Belenos, entrada de los puertos. Están orientadas hacia los navegantes que vie-
atalaya genovesa-, esta roca, o aquel grupo de árboles les permitía nen de alta mar. Cuando sa limos de un puerto, hay que cumplir a la in-
orientarse y regresar a su pueblo con facilidad. versa las indicaciones que proporcionan. la regla es la siguiente:
Hoy día, las marcas, es decir, los puntos fijos bien visibles de la cos- • las seña les verdes con ma rca de t ope cón ica con el vért ice
ta, son aún de inestimable valor. Sólo hay que tener en cuenta que el hacia arri ba, ya veces con luz verde, deberán dejarse a estri bor al
paisaje cambia con mayor rapidez que antes. Este campanario, aquel entra r en puerto;
arca de agua, y chimenea de fábrica, cuya principal misión no es la de • las seña les rojas, con m arca de tope cilínd ri ca (o troncocó n i-
ayudar a los navegantes, pueden quedar un día ocultos debido al pro- ca), ya veces con luz roj a, deberán deja rse a babor al entrar en
greso de la civilización o (¡cosa rara !) de la vegetación. -Las únicas mar- puerto;
cas seguras son las oficiales, roca blanqueada, faro, pirámide, que es-
tán sena ladas en los libros, cuidadosamente mantenidas y vigiladas * En España el balizamiento o conjunto de señales colocadas para uso de 105
contra la especulación inmobiliaria. navegantes es responsabilidad del servicio correspondiente: el Ministerio de Fo-
mento (a ntiguo Ministerio de Obras Públicas Transportes y Comunicaciones). Torreta latera l babor de Men ar Blank,
las marcas no forman parte del balizamiento propiamente dicho. El (N. de la T.) en la bahía de Lampaul. Ouessant.
926 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 927

Estas señales normalmente están numeradas. La numeración empie-


za a partir de alta mar. Las señales rojas tienen números pares, las ver-
des números impares. 1
~AMARlllO
NEGRO

Esto es fáCil de memorizar. Los que tengan mala memoria siempre centelleo continuo
podrán recordar:
UN ESCORPiÓN VERDE Y DOS BACILOS ROJOS. none

Expresión extravagante, pero que recuerda: i


- UN ESCOrpión VERDE: impar, estribor, cono, verde MEDlooiA
- DOS BACilos ROJOS: par, babor, cilindro, rojo.
Podemos observar también que el color de las luces corresponde al
de las luces de los barcos: rojo a babor, verde a estribor.
En algunos ríos costeros las señales están cubiertas por una pintura PEliGRO
reflectante, muy visible al ser alumbrada por el haz de un proyector.
Hay muchas boyas y torretas que disponen de reflector radar. grupos de grupos de
9 centelleos 3 centelleos
(como las 9 hora sI (como las 3 horas)
Existen también señales laterales" modificadas". que se utilizan en el
6
caso de los canales que se dividen, para indicar el canal "preferente "
que hay que seguir. Estas señales tienen todas las características de las
¡
sU<
señales ordinarias pero tienen en el centro una amplia franja horizontal
del color opuesto. Por ejemplo: una señal verde con una franja roja hay
que dejarla preferentemente a estribor, pero también se la puede dejar
a babor al entrar en un canal secundario.

Señales cardinales grupos de 6 centelleos


Las señales cardinales (llamadas así porque hacen referencia a los pun- +1 destello largo (como las 6 horas)
tos cardinales) sirven para balizar puntos peligrosos de la costa y algu- Torreta cardinal Este de Toul Aéal, en
Ver el Sin embargo, el hecho de haber identificado perfectamente una señal
nos escollos en la mar. La norma que se utiliza es la siguiente: una se- las cercan las de MolEme.
cardinal no nos dispensa de mirar la carta.
ñal ca rdinal define su propia posición en relación con el peligro,
e indica por este mismo motivo la zona libre. Una señal cardinal
Señales diversas
Sur está situada al Sur del peligro, por lo tanto hay que pasar al
Sur de la señal. Señales de aguas navegables* . Estas marcas no indican la calidad del
agua, sino que no hay peligro alguno alrededor de ellas. Por lo general,
Estas señales están pintadas de amarillo y negro, con una marca de están situadas a la entrada de los cana les (por ejemplo; la boya SN 1,
tope formada por dos conos negros superpuestos y, eventualmente, primera señal del canal de acceso a Saint·Nazaire).
una luz blanca centelleante. Están pintadas con rayas verticales rojas y blancas y a veces tienen
la diferenciación se hace por la colocación de los colores y de las en su parte superior una esfera roja (la esfera indica siempre que se
marcas de tope. La disposición de conos en señales de Norte y Sur re· puede dejar la señal indiferentemente por un costado o por otro). Si - - - FIJAS- - - flOTANTES -

su Ita lógica; puede verse una W y una E en la parte izquierda de las se· llevan una Juz, ésta es blanca de larga duración (isofase, de ocultacio- Señales de peligro aislado.
ñales Oeste y Este .. nes o de destellos largos).
También podemos percibir la colocación de los colores en las señales Señales de peligro aislado. Estas señales indican la presencia de
sabiendo que el negro corresponde al vértice y el amarillo a la base de un peligro de dimensiones reducidas (se colocan encima). Están pinta·
los conos. Por último, resulta útil precisar que una señal cardinal abarca
un sector totalmente delimitado. Una marca Oeste, por ejemplo, indica * la traducción literal al español seria" aguas sanas", origen del chiste. (N. de
que el paso está libre en el sector NW-SW, y no en el semicirculo N-S. la T.) Señales de agua s libres.
928 Navegación Puntos de referenCia y publicaciones 929

das de negro con anchas franjas horizontales rojas y llevan una marca • las ocultaciones, separadas por breves espacios de luz, están
de tope muy característica: dos esferas negras superpuestas. La luz, si agrupadas en dos, tres o cuatro, con un intervalo de luz basante largo
es que llevan, es blanca con grupos de dos destellos. que separa cada grupo. Ej.: les Moutons, faro de 2 ocultaciones.
Seña les especiales. Estas señales se utilizan para balizar zonas suje- • las ocultaciones están agrupadas de forma irregular. Ej. : Trévig-
tas a una reglamentación especial: zona de ejercicios. presencia de ca- non, 3 + 1 ocultaciones. las ocultaciones agrupadas están separadas
bles, etc. por tiempos de luz breves, con tiempos de luz mucho más largos que
Son amarillas, con una marca de tope amarilla en forma de x, y a ve- separan la ocultación aislada del grupo de ocultaciones. la norma es la
ces una luz amarilla. misma para 105 faros de destellos.
Período. El período es el espacio de tiempo a cuyo término una luz
vuelve a adoptar las mismas características en el mismo orden. Ej.: el
Luces y señales período del faro de Trevignon es de 12 segundos; o también se puede
Bajo el nombre de luces se agrupan las luces emitidas por los faros, los contar de este modo:
buques-faro, las torretas y las boyas. Por la noche, todas estas luces • a partir de la primera ocultación del grupo de tres a la primera
dan al paisaje una definición simplificada y sumamente precisa, hasta ocultación del grupo de tres siguiente;
tal punto que las recaladas suelen ser con frecuencia más fáciles de no- • a partir de una ocultación aislada a la ocultación aislada siguiente,
che que de día. la situación y las características de las luces marítimas etc.
En la laguna de Tha u, una torreta no
con todos sus detalles se describen en el libro de faros . En las cartas,
está abs olutamente ais lada ni es
estan representadas por lágrimas (de color magenta) y descritas de mo- Luces especiales Óptica de dos dest ellos agrupados.
realmente peligrosa ...
do resumido. Existen algunas luces que poseen ca racterísticas particulares. tstas
Cada luz está caracterizada por su color, clase, fase y período. son:
• las luces de sectores, que no presentan el mismo color en todas
Color. Verde, rojo, blanco para las balizas ordinarias. Amarillo para las direcciones. Cada color "cubre" un sector de navegación delimita-
las señales especiales (a veces blanco azulado, o violeta en algunos ca- do. Con frecuencia, el sedar blanco indica la zona libre (por ejemplo, el
sos particulares). canal de entrada a un puerto), mientras que los sectores rojo y verde
Clase. Las principales son: luces fijas, luces de destellos, luces de cubren peligros -pero esto no es sistemático, y únicamente el examen
ocultaciones, luces isofases y luces centelleantes. de la carta nos permitirá una mayor precisión;
• Luces fijas: luz continua y de intensidad constante. • las luces direccionales, situadas, por lo general, en el eje de un
• Luces de destellos: 105 tiempos de luz, llamados "destellos" son canal (como el faro de Beuzec, a la entrada de Concarneau). Su luz
mucho más cortos que 105 tiempos de oscuridad, y todos 105 destellos tiene un haz estrecho y es mucho más intensa en el eje que en los la-
tienen la misma duración. dos;
• luces de ocultaciones: los tiempos de oscuridad llamados" ocul- • las luces de enfilación, asociadas, como su nombre indica, para
taciones", son mucho más cortos que los tiempos de luz y todas las formar una enfilación (como el faro de la Croix y el faro de Beuzec, en
ocultaciones tienen la misma duración. Concarneau). la luz más próxima al navegante se denomina: luz ante-
• luz isofase : los tiempos de luz y los tiempos de oscuridad tienen rior; la más alejada: luz posterior;
la misma duración. • las luces de entrada y sa lida de algunos puertos cuyo acceso no
• Luces ce ntelleant es: luz isofase con ritmo rápido (más de 40 al- sea permanente (esclusas, tráfico mercante intenso, barra a la entrada
ternancias por minuto). las luces centelleantes pueden ser continuas o algunos días, etc). Se trata siempre de una combinación de luces rojas
discontinuas. y verdes (banderas durante el dial. En cada puerto, hay que consultar el
Fase . la distribución de los tiempos de luz y oscuridad nos indica la Derrotero, para saber cómo giran; Óptica de horizonte (v¡s¡ble en los
fase del faro. En 105 faros de ocultaciones, por ejemplo, se pueden en- • las luces au xiliares, que tienen el mismo propósito que la luz 360-). A la inversa de la anterior, esta
contrar tres clases de fases: principal (como en Penfret), y que cubren un peligro particular O que óptica no gira: la fa se se indica con el
• l os tiempos de luz entre cada ocultación son siempre de la misma señalan un paso. Estas luces tienen poca potencia, para que únicamen- e ncendido y apagado de la bomb¡lla.
duración. la luz se denomina regular, es una luz de 1 ocultación. Ej.: la te puedan verse de cerca. Por lo tanto puede presentar una luz de
torreta verde de la ciudadela de Saint louis, luz verde, 1 ocultación, Tambi én podemos citar las luces alternativas, que presentan colo- d estellos, de ocultacion es, fija,
Libro de Feux et signaux de brume. 4 segundos. res distintos de forma sucesiva y en una misma dirección (el faro del centelleante o ¡sofase.
Navegación Puntos de referencia y publicaciones 931
930

la fase del faro se averigua contando de la misma manera durante


I'H MU, l)'AlOII~S.
los tiempos de oscuridad (si se trata de un faro de destellos), o de luz Ver las
1{;" i t~ 11., "ni 0°' 1 "~l k"-li<.., ,1" 1'1.",,-,
(si es de ocultaciones). Medimos el periodo contando en segundos (re-
citando en alto: Al, A2, A3, se consigue bastante exactitud, o bien por
medio del cronómetro. Hay que señalar que en Francia la legislación
dispone que en una misma zona no debe haber dos faros que difieran
sólo en el periodo.
Una vez hayamos averiguado las características del faro, ya podemos
buscar su nombre. Resulta útil después hacer comprobaciones para ad·
quirir una certeza definitiva (situación en relación con otros faros, mar·
caciones). Todo esto requiere práctica y no hay que dejar escapar nin·
guna ocasión para entrenarnos; por ejemplo, cuando estamos fondea·
dos, al dar la útima vuelta por cubierta antes de acostarnos.

Antiguamente: el relevo del faro


El "Libro de Faros"
de Armen. En la actualidad la mayoría
Estamos navegando por la región de Concarneau y vemos una luz
de los faros de pleamar están
verde de ocultaciones agrupadas en 1 y en 3, con un periodo de 12
a utomatizados .
segundos. Abrimos el libro de Faros . No hay duda: es el Faro de Tré-
vignon. Extracto d e l Livre des feux CA .
rompeolas de Guernesey); las luces aeronáuticas, que no suelen ser
muy corrientes y que emiten normalmente una letra del alfabeto Mar-
se (Portsmouth, Cherbourg, Biarritz). Por último, hay algunas luces de 12 1
FR ANCE (COTE OUEST) - DE L' j LE D'O UESSA NT Á LA POINTE DE PEN MARC' H
sectores que no cambian de color de un sector a otro, pero sí de fase.
Uno de los más conocidos es sin duda el faro de Cabo Corrubedo, cer-
ca del Cabo de Finisterre, que presenta tres destellos en un sector, y
¡-¡OM tLÉVATION
PORTÉE CARACf~RE ET SECTEURS D'ÉCLAIRAGE DU FEU -
después 3 + 2 destellos en el sector contiguo. Hay que estar muy des- NUMI':ROS OESCR IPTlON - POSITION APPROCIIÉE DU FOYER
(m,lIn) 51GNAlOE BRUME - JNFORMATlONS COMPlÉMENTAIRES
lautud. lonJ'lud. (~lr~,)
pierto para distinguirlo.

Modo de reconoce r una luz 53380 LA VIEILL E JJ B.17 B. R. V. (2 + 1) Occ. 125 11; I ; ( 1 ; 4) 2fois)
Con buena visibilidad, las luces proporcionan una indicación exacta e D.0870 Tour carree grise sommel noir 17 m R.14 290· 8. ·298· R. - 325- B.· 355· V. · 017· B. -035 - V.'
irrefutable. Sin embargo la experiencia demuestra que los navegantes 48.02.5 N 4.45,4 W V.13 105- B.· 123· R.· 158· B,·20S
SIRENE (2 + 1) sons 60 s (2; 3: 5; 23 : 2 ; 2S¡
novatos confunden fácilmente Roma con Santiago, y además suelen te·
ner una tendencia a reconocer en el primer faro que encuentran aquél
53420 La Pla le i9 8 Scint. rap. B. (9) 10 s
que tienen ganas de ver. 0.0871 Tour OCI. cardo Ouesl 26 m
Para identificar un faro, no hay que empezar asignándole un 48.02,4 N 4.455 w
nombre, sino observarlo de modo objetivo, e intentar determinar
53460 Le Chal 27 8.9 2 t . B. R. V. 6 s 11 ; 1 ; I ; 3)
lo más serenamente posible sus características. Tour cyl. cardo Sud 31 m R.• 096- V.' 215· B.· 2]0- R.· 271 - V. ' 286· R. - 096
0.0861
En principio, el color es evidente. Sin embargo, con niebla las luces 48.01.5 N 4.48,8 w V .• A

blancas pueden parecer rojizas.


La clase de luz se puede distinguir claramente cuando es una luz de BAl E O'AUDI[RNE
destellos o una luz centelleante. Algunas luces fijas, por el contrario,
pueden estar sumergi das entre las luces de las ciudades. Hay luces de ,\udierne
ocultaciones que parecen isofases, y al contrario. Para averiguar la du· 53700 Poinle de Lervily 2O 8. 14 (2 + 1) t . B. R. 12 s 11 ; 1 ; (1 ; 4) lfois)
ración de los tiempos de luz y de oscuridad, la mejor manera es contar 0.0874 Tour c)'l. blanche de rancien semaphore R. II 211 . B.• 269· R. . 294· B. . 087· R. . 12 1
sommel rouge 12 m
Faro de Créac'h e n Ouessant, uno de
mentalmente (según el ritmo de cada persona, pero preferentemente 48.00,1 N 4.34,0 W
los más potentes del mundo. con bastante rapidez para que la cuenta sea regular).
932 Navegación Puntos de refer encia y publicaciones 933

y a continuación nos dan un montón de datos adicionales: Hoy día, es raro encontrar faros que tengan vigilancia; pueden apa-
• lo vemos verd e, pero presenta otros colores en otras direcciones garse durante algunas horas; sin embargo los más importantes están
(blanco y rojo): es un faro de sectores; equipados con numerosos sistemas de alarma aunque no se suelen es-
• la altura de su foco es de 11 metros por encima de la pleamar de tropear. Lo más que puede ocurrir es que su potencia o sus característi-
mareas vivas medias (coeff. 95); cas sufran modificaciones en caso de avería grave. las boyas tampoco
• su alcance luminoso. Varía según el color: el blanco es el que tienen vigilancia (ya se sabe que los cormoranes son unos ineptos). No
tiene más brillo (todos los faros grandes de recalada tienen luces blan- hay que olvidar que una boya luminosa puede averiarse y que puede
cas), después el rojo y por último el verde. Tenemos que saber que se pasar algún tiempo (sobre todo algún mal tiempo) antes de que vuelva
trata de un alcance "nominal ", definido por la Asociación Internacio- a funcionar.
nal de Señalización Marítima, como alcance luminoso en una atmósfe-
ra homogénea y con una visibilidad meteorológica de 1O millas náuti- Actualización del "libro de Faros"
cas. Algunos paises pueden tener otras definiciones. Nuestro Libro de Cuando nos compramos un Libro de Faros, éste viene obligatoriamente
Faros reproduce, sin adaptarlas, las indicaciones de los documentos acompañado de un fascículo de correcciones. Cortamos y pegamos las
extranjeros. correcciones en el lugar que les corresponden (itachando antes el texto
Los sectores de los faros se presentan
• la descripción de los sectores y de sus límites. Averiguamos aquí caducado, pues no todos los pegamentos son de buena calidad!).
"a la mar", es decir al navegante. Un
0
que el faro de Trévignon tiene seis sectores: dos rojos, uno oscuro, dos Después, para mantener al día la obra, hay que comprar el fascículo
sector que indique 346 a 11 ° se
blancos y uno verde. Nuestro sector verde se extiende de 051 ° a 085°. de correcciones que se publica anualmente. Y para estar al día en todo
encuentra al Sur del faro.
Atención: los sectores se presentan a la mar, es deci r que los va lo- momento, hay que escuchar los AVURNAV o consulta r los Grupos se-
res indicados son los que el navegante marca. El sector verde de manales de Avisos a los navegantes, o también teclear el Minitel (36 15
Trévignon cubre, por tanto, una zona situada al WSW del faro (y no al SHOM).
ENE, sector en el que, todo lo más, encontramos rebaños de vacas y la
maravillosa ermita de San Filiberto, joya del siglo XVI);
• la descripción del pie del faro y su altura sobre el suelo. Ésta es
una descripción muy útil: los faros son unas marcas muy buenas de día. Las señales de niebla
y esto nos sirve también para no estar buscando una torre cuando el Cuando las balizas o los faros desapa recen en la niebla, las señales
faro se encuentra en el tejado de una casa; acústicas toman el relevo . los viejos todavía se acuerdan de los cañona-
• la cuenta detallada de las diferentes fases del faro. Normalmente zos que se oían en las proximidades del 5tlff en estas circunstancias. Ya
es muy complicada y suele liarnos; vale más no leerla; no se utilizan cañones, y las principales señales acústicas son las si-
• en relación con otros faros, como el de Pen Men, encontramos, guientes, por orden de potencia decreciente:
por ejemplo, datos relativos a las señales de niebla o a la presencia de • los diáfanos, de sonido muy grave (el Créac'h en Ouessant, el
un radiofaro; Guéveur en la isla de Sein);
• en lo que respecta a los faros, cuyo alcance luminoso e5 muy • las sirenas, por lo general en los faros;
grande, encontramos en cursiva el alca nce geográfico del faro, es de- • los megáfonos, al final de los espigones de los puertos;
cir la distancia máxima en la que puede verse el faro por encima del ho- • las cam panas y los silbatos, en las boyas.
rizonte aparente.
Las sirenas de los faros tienen normalmente la misma fase que su
Este alcance geográfico se indica cuando es inferior al alcance lu- luz, con un periodo más largo (Armen: faro, 3 destellos - 20 segundos;
minoso. El alcance geográfico depende de la altura de la marea y de sirena, 3 sonidos - 1 minuto). Las campanas y los silbatos de las boyas,
la altura de los ojos del observador (que depende a su vez de la altura al ser accionadas por la mar, tienen su mismo ritmo. las características
de la persona y del tamaño de su barco). El alcance geográfico indica- de las señales de niebla constan en el Libro de Faros.
do en el libro está calculado para un observador cuyos ojos se en- Todas estas señales hacen lo máximo que pueden, pero en muchos
cuentren a 4,50 metros por encima de la pleamar de mareas vivas, casos, no hay que esperar una indicación muy exacta en lo que respec-
coeff. 95. ta a su si tuación concreta. Hay que saber que la niebla deforma los so-
Raras veces estamos situados tan altos -hay una tabla (al principio nidos, y que podemos oír débilmente la señal aunque estemos muy
del libro) que nos permite hacer la corrección necesaria. cerca, e incluso oírla a la izquierda cuando está a la derecha.
934 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 935

A pesar de esto, las señales acústicas son muy útiles, y los Mous· toso volumen publicado anualmente por el Bureau de longitudes (Ed.
quetaires de la base de Glénans en Baltimore lo saben bien, pues han Gauthier-Villar). Esta obra contiene tablas que indican la posición del
podido hacer la regata Fastnet una noche de "puré de guisant~s" . sin Sol, de la Luna, de cuatro planetas y de ochenta y una estrellas en cual-
ver el faro en ningún momento. Lo principal es comprobar las indica· quier momento del año, además de varias tablas de correcciones.
ciones que dan estas señales utilizando la sonda de forma exhaustiva. Al tratar sobre navegación astronómica, hablaremos de otras tablas
Los medios radioeléctricos pueden ser también de gran ayuda. que nos permiten efectuar los cálculos necesarios a partir de los datos
proporcionados por las Éphémerides. Sin embargo, hay que señalar
que existen calculadoras programables que no sólo facilitan los cálcu -
Las radioseñales los, sino que sustituyen algunas partes de las Éphémerides.
Existen diferentes sistemas de radioseñales. y distintas maneras de cap-
tarlas. La técnica más utilizada (que tiende a desaparecer) es la radiogo-
niometría. de la cual tendremos ocasión de hablar en el capítulo" Na-
vegación en alta mar". las radioseñales se pueden comparar a los fa- LA CARTA
ros, en cuanto a la utilización que se hace de ellas; en los dos casos se
trata de situarse por medio de .. marcas activas" cuyas características Para el navegante, la carta marina es un documento indispensable. tsta
son conocidas. Únicamente los medios son distintos: en lugar de utili- proporciona una representación gráfica muy exacta de la mar y las cos-
zar ondas luminosas y un receptor óptico (el ojo), nos servimos de las tas, y contiene, de forma abreviada, gran cantidad de datos relativos a
ondas radioeléctricas, emitidas por los radiofaros, y de un receptor ra- marcas, balizas, faros, corrientes y muchas cosas más.
dio que transforma esas ondas en sonidos. El principio de la carta es bien conocido por todos aquellos que aten-
Los radiofaros se mencionan en el Libro de Faros, cuando están si- dian en el colegio. Por si acaso alguno no lo hizo, vamos a recordarlo .
tuados en un faro (lo cua l ocurre a menudo), pero sus características no
están indicadas. Las podemos encontrar en la publicación n° 91 del
SHOM, titulado Radionavegación, o bien en el Resumen de radioseña- Fundamento
les relativo a Europa occidental, que se publica cada año en el mes de Los hombres, al comprobar la extensión del mundo y deseosos de
abril*. También están en diversas publicaciones no oficiales de las que orientarse, crearon un sencillo sistema de localización, basado principal-
hablaremos más adelante. mente en una especie de cuadriculado de la superficie del globo. Se
Ya no es necesario disponer de datos relativos a lo~ rneu¡u~ ue IIdve- trazan líneas paralelas al ecuador, entre éste y los polos: los paralelos;
gación hiperbólica o navegación por satélite, puesto que estos aparatos a continuación, líneas perpendiculares al ecuador que se juntan en
indican la situación directamente en coordenadas geográficas, así co- los polos: son 105 m eridian os. Después, basta elegir un paralelo y
mo las horas de paso de los satélites durante las veinticua tro horas si- un meridiano de referencia ; cualquier punto del globo puede
guientes. El principal documento de referencia para estos instrumentos situarse en relación con ellos. Su situación en relación con el para-
es el manual de funcionamiento. lelo de referencia indica la latitud del lugar. Su situación en rela-
ción con el meridiano de referencia indica la longitud . Latitud y
longitud son medidas angulares que se expresan en grados y mi-
Los astros nutos 1•
Los astros ¿son luces o señales? Es una cuestion de opinión personal. Latitud . El eje de 105 polos forma un ángulo de 90' con el pia-
En cualquier caso, son puntos de referencia que permiten realizar una no del ecuador. La latitud O' se asigna al ecuador y la latitud 90'
navegación muy exacta. En el capítu lo de las publicaciones, no podría- (Norte o Sur) a 105 polos. Todas las latitudes están pues comprendidas
mos omitir señalar las "Ephemerides nautiques" * *, voluminoso y cos- entre O y 90° Norte o Sur y se miden en relación con el ecuador.
De este modo, la latitud de la isla de Penfret: 47' 43'N, corresponde ps
al ángulo que forma con el plano del ecuador la linea imaginaria que
~España esta información está contenida en el Libro de Radioseñafes edi- El faro de Penfret está s it uado a 4r 43'
tado por eII.H.M. (N. de la T.) .. .. une Penfret con el centro de la Tierra.
N V 30 57'W.
** la publicación española equivalente es Las tablas efemendes o Efemendes
astronómicas. Éstas son unas tablas que dan, para cada día del año. los valores
de algunas magnitudes astronómicas variables, en particular las de las coordena- 1 El grado está dividido en sesenta minutos y el minuto en sesenta segundos.

das de los planetas, de la luna y del Sol. (N. de la r .) En la actualidad se prefiere utilizar los grados, minutos y décimas de minuto.
Puntos de referencia y publicaciones 937
936 Navegación

A este ángulo corresponde una distancia en la superficie del globo.


El minuto de latitud equivale a 1.852 metros. Esta distancia se ha man-
tenido como unidad de medida: es la milla marina 1.
Minuto de latitud =milla marina = 1.852 metros.
la isla de Penfret está a 2.863 millas del ecuador.
Longitud. Al no imponerse ningún meridiano en si como meridiano
de referencia, se ha elegido uno: el que pasa por Greenwich, en Ingla-
terra. Al haberse dividido el globo en 360°. la longitud se cuenta a par-
0
tir del meridiano de Greenwich, 1800 hacia el Oeste, 180 hacia el
Este 1 .
la longitud de Penfret es 3° 57'W.
la longitud no permite medir las distancias. puesto que los paralelos
no son paralelos entre ellos.

la carta de Mercator
En una carta marina, sin embargo, los meridianos son totalmente para-
lelos entre sí. Puesto que la representación de una superficie convexa
sobre una plana no se logra sin deformación, hay que renunciar bien a
La transformacl6n'" Mtfqetor .. 1111 que en cualquier rugir un 'ngulo situado en pllllób~·~~~Vj~11íoi!
la exactitud de la representación de los ángulos. bien a la exactitud de
mismo 'nguro en el punto COIi8lpOndlente de .. artII.
la representación de las distancias. Al ser la medición de los ángulos de
Como _ ... ~pr<ixlnililoilW " " _ . . . -.... _ oobre" globo Y In
vital importancia en la navegación, las cartas marinas se realizan gene-
ralmente según el sistema de Mercator.
,......-..Io_ ......... lWlMeIIr_.,I._porlolanto.nooxl.....IonI...I6ti·!n
En la carta, los ángulos corresponden a la realidad. Las distancias, en
cambio, sólo son exactas en el ecuador. En las proximidades de los po-
""--~
enl._.Io ....IqfI6n ... mIII~_... _ .... morIdI._/OjIo'. . .
_ _ oobre el globo. Éot8 _Inuve o mocil"" que ... o!al.m...........dor.
.~ ... mnllriOtrclWmnt•• 01lnl1li\to con lo lótItvd. Por conoIgu_.lu 1UPO!fIcI~
los la deformación es considerable: Groenlandia, en un planisferio, pa- ...._ _ .~P... _ _ I.....Io""u.. _""M_ ..rfo
rece igual de grande que África, mientras que su superficie es en reali-
.... ,,... A BCD miden - . 15' "" latitud Y 10' "" longitud. Su _ _ _ I0Il11 Í1amkiUii¡i
dad catorce veces más pequena. _ .... _10 _ _ 0""-.

A causa de esta deformación, se da el caso de que el camino más


corto desde un punto a otro no corresponde, en la carta, a una línea
recta. Si colocamos un cordel sobre un globo terrestre entre dos puntos
situados en el mismo paralelo, comprobamos que la cuerda adopta de
manera natural la forma de un arco de círculo maximo (círculo cuyo
centro corresponde con el centro de la Tierra): el trayecto más corto no
sigue el paralelo.

1Al no ser la Tierra completamente esférica, el minuto de latitud tiene una


--
longitud variable. Su valor es de 1.842,78 metros en el ecuador y 1.86' ,55 me-
tros en la latitud 85°.
Z Por acuerdo internacional, las abreviaturas de los puntos cardinales son :
N, S, E Y W . Como podemos comprobar se han mantenido las abreviaturas in-
glesas.
938 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 939

Ahora bien, en la carta los paralelos son rectilíneos. El navegante cartas modernas, en color, la mar es azul cuando tiene poca profun-
que quiera ir en dirección recta tiene que ir cambiando de rumbo poco didad, y de un color azul cada vez más claro a medida que aumentan
a poco. La derrota más corta se llama ortodrómica; la derrota recta los fondos, y blanca a partir de los veinte metros; la tierra es color hu-
sobre la carta, loxodrómica. Hay que seflalar que no debemos tener mo; la costa baja es gris-pardo (superposición del color humo y el
en cuenta esta particularidad al navegar en crucero por la costa o en azul).
crucero de semialtura. donde las distancias recorridas no son tan gran- El relieve submarino está representado por CUNas de nivel, las veri-
des como para que la diferencia entre la navegación ortodrómica y lo- les frecuentemente mal denominadas lineas de sonda, y las sondas
xodrómica pueda traducirse en un numero apreciable de millas. (indicaciones de altura del agua) repartidas entre las veriles.
Las sondas se indican en metros, en relación con un nivel de referen-
cia que es el nivel de la bajamar escorada (coeficiente 120). A este nivel
Para un primer
Lectura de la carta se le denomina el cero de las cartas marinas (OCM).
La lectura de las cartas marinas exige cierto aprendizaje. Los datos
que contienen aparecen frecuentemente en forma de signos conven-
Existen aun en Inglaterra, cartas en las que las sondas están indica-
cionales o abreviaturas, que es necesario primero localizar, y después das en pies y se refieren al nivel de la bajamar media de las mareas vi-
descifrar sin equivocaciones. Aquí sólo vamos a exponer de manera
vas (coeficiente 95). Por lo tanto, es conveniente comprobar en el car-
breve la Guide du Navigateur, o su resumen: la publicación 1D del tucho de la carta cuál es el nivel de referencia empleado. La zona litoral
SHOM, que contiene todos los datos que podamos necesitar sobre
está igualmente indicada en metros, y en relación con el mismo nivel
* El Instituto Hidrográfico de la Ma- esta materia*. de referencia. Pero en la carta, la cifra correspondiente a la costa está
rina (IHM) incluye en su Publicación
n.o 14 los signos convencionales y las subrayada . .12 indica un punto que sobresale 3,5 metros de la bajamar
abreviaturas más corrientes que se uti-
Las escalas de referencia.
lizan en las cartas. (N. de la T.) Los bordes Norte y Sur de una carta marina (el Norte está, como es ló- Las altitudes terrestres están también indicadas en metros, pero en
gico en la parte superior de la carta) tienen una escala de longitud que relación con el nivel de referencia elegido para la nivelación general de
nos permite situarnos en relación con el meridiano de Greenwich. Ésta, Francia (NGF), que corresponde aproximadamente al nivel medio del
no suele ser necesaria. mar. Para evitar cualquier confusión con las sondas, las cifras van segui-
das de una "m".
Los lados Oeste y Este t ienen una esca la de latitud, que nos Las rocas que sobresalen siempre están representadas por el símbolo
DU GOl/Uf OE III'IUT permite no solamente situarnos en liltitud, sino, sobre todo, me- ó en las cartas modernas en color y por una T en las cartas antiguas en
• POIITUU
ILE O'OUESSAlfl d ir las d istancias. blanco y negro.
--. __", ..__-'._.-
_.-o.
---_.-
'" ._...-- Ya sabemos que la escala de latitudes es variable: la representación
del minuto de latitud va aumentando a medida que nos vamos acer-
--- cando a los polos. Aunque este aumento no sea siempre visible a sim-
ple vista sobre la escala de las cartas de navegación costera, no por ello
El paisaje
Las escalas y los niveles constituyen indicaciones básicas, pero la carta
las distancias se miden s obre la esca la
de las latitudes. Desde la torreta de
Cigogne a la de Roche rs leuriou en la
es menos real y hay que tenerlo en cuenta. Para medir la distancia en- contiene también otros datos que, junto a los demás, conforman una
parte s uperior izquierda de la ca rta, hay
tre dos puntos, debemos por lo tanto trasladar esta distancia sobre la visión del mundo especial de los navegantes.
2.2 millas (ia vista de gaviota!) .
parte de la escala que tiene la misma latitud media que la de los puntos En la carta, la tierra firme se convierte en un desierto, un simple so-
que estemos considerando. porte de los puntos de referencia: solo subsisten sus picachos, sus edifi-
cios destacados, sus árboles más frondosos. El mundo empieza real-
Los niveles mente a la orilla del mar, con fronteras extraordinariamente nítidas. Es
En las cartas existen tres zonas muy diferenciadas: la mar, los lugares un mundo elíptico, formado por espacios libres entre objetos conve-
donde siempre hay agua; la tierra, donde no hay agua; y la zona li- nientemente balizados. La boya más pequeña adopta las proporciones

-_ -......-._... _-
. _""
Cartas " P". se rie especial para la
....
toral, espacio intermedio que está tan pronto bajo el agua, como en
seco.
En las cartas antiguas, la mar es blanca, la tierra gris uniforme y la
de un pueblo. Los puntos rojos de los faros atraen nuestra vista, como
lo hacen los mismos faros por la noche. De hecho, un paisaje marino se
parece extraordinariamente a su carta. Ésta, incluso nos hace presentir
navega ción de recreo.
zona litoral de color gris variable según la naturaleza del fondo. En las el ambiente.
940 Navegación Puntos de referen c ia y publ i ca c iones 941

las profundidades y las a lturas no se A. Nive l de refe rencia pa ra las ción de Avisos a los Navegantes publicados desde dicha fecha. para
mide n a partir del mismo nivel de profundidades, llamado nive l de efectuar la necesaria actualización. La puesta al día de las cartas que
En España
referencia. reducción de sondas, o OCM, o cero poseamos, puede hacerse, como ya hemos dicho, gracias a la Recopila-
as cartas que se utilizan
L en España son las edita -
de las cartas marinas (es e l nivel de la ción anual de correcciones de cartas, publicada cada año en el mes de
das por el Instituto Hidrográ-
fico de la Marina. que no es-
tán plastificadas y que se en-
c uentran siempre al día de
}D
11 /

4I
)D 0
I 2,5
,•
-'-

FI 14 m 10M
,1
0>: 15
máxima bajamar).

B. Nive l de refere ncia para las a lturas


terrestres (es e l nivel de la media
abril. o bien consultando el Minitel 36 15 SHOM donde se indican las
últimas correcciones efectuadas en las cartas. Para realizar las correccio-
nes correctamente utilizaremos tinta indeleble (en principio violeta ) y En esta carta, la última corrección
las últimas correcciones rea-
lizada s.
I
19 I
I
' 2,8
• (2,5) \.: marea).
anotaremos en la parte exterior del marco, abajo a la izquierda, el nú-
mero de cada corrección, lo que nos permitirá saber después hasta qué
rea lizada en 1994 está indicada con las
cifras 2826
Al comprar las cartas en fecha se han efectuado correcciones. 5
\ C. Nivel de referencia para las a ltu ras
el estab l ecimiento de un \ \
\ de los focos de los faros (es e l nivel de 28: número de la semana durante la
agente autorizado, hay que
1,7 cual ha apa reCido la corrección e n los
comprobar la fec ha de entre- 13 ' pleamar de las mareas vivas medias, ;
ga de la misma (co n sta en !' Grupos sem a nales de avisos a los
coeficiente 95). "
~"""
un sello do nde se indica, Como co nsecuencia, la a ltura del foco navega ntes.
además que está corregida
del faro (14 metros e n la carta) y la
" 26: número de orden del aviso.
con " Avisos a los nav egan -
a lt itud del trazo de la costa 5: quinta correcció n realizada en esta
te s" . A partir de una fec ha 4·W
determinada, también con- (15 metros) no t ienen e l mismo I I E" ' 25 000 , carta desde 1993, año de la últ ima
v iene pedir la colección de
" Avisos a l os navegantes",
publicados desde di c ha fe- E
o rigen, como tampoco las
profundidades.
,
Corr o: 1993- 4533 11 1994-082' 2430 , , .
'825 2826
5
edición.

cha, para realizar así la nece - !O


sa ria actualización. 1. Nivel de la máxim a pleamar.
2. So nda de 3 metros.
las cartas náuticas 3. So nda de 10 metros.

En España además de las


Para aprender a leer una carta, no hay más que un medio: observar- CÓTE OUEST DE FRANCE
cartas habituales para lleva r
la d errota y reso lve r los pro-
blemas de navegación, y cu-
la durante mucho tiempo, y compararla con el paisaje que describe. No DE L'ILE DE PENFRET
os daremos aquí más detalles sobre este tema. Hallaremos motivos de
yo catálogo - más de 400 ca r-
tas- se puede enco n trar en
aprendizaje en la carta de las islas de Glénan (Láminas 4). También con- AU PLATEAU DES BIRVIDEAUX
l os estab lec imi ent os espe- viene que observemos otras cartas: durante las tardes de invierno, hay ABOROS OE LORIENT
cializados o solicitarlo co ntra cartas que valen más que un buen programa de " tele" .
reembo l so a la Secretaría Echelle 1 : 50 000 (47 - 30'1
General Técnica, Cen tr o de
Puesta al día de las cartas

~
Publi cac iones, Mini sterio de AAIt ~ _ In 1M" ", ,.1'1'<>',........ n..... u moven
Defensa, apartado núm. 499, Quizás nos alegre saber que las cartas publicadas por el SHOM se clasi- si, .... J., m ... deo..... "" df"O ltyd'OII"'J>/IlIIu.
28080 Madrid , existen una fican en siete categorías: desde las cartas de pilotaje costero (escala de
_ _ .-.... "O_ •• _ _ _
, .... , ;.-• • -.. , por '0.01"' .. : OH po.I,""', .~''''''''' o. ""'1.ft h .... '" ..... el<
serie d e cartas especiales en -
~IWGS.<I_ioo-.

1/10.000 a 1/25.000) hasta los atlas marítimos y planisferios (escala de CO/'ogu. <lO 0):.6' _ . " Ii.,~.,,,, tIJIIr nr. n:.. _, lu • • n 0="'1 _ _ . ."

~
......
tre las Que figuran:
1/5.000.000 a 1/ 15.000.000). pasando por las cartas de pilotaje de al-
• Carta Mercato riana en p, ojoKtIon"' ~or
tura, de cabotaje, de recalada, de travesía, y las cartas oceánicas. Todas

~
blanco , para lat itud es entre C'O ....... ~ :l.oI_<b,.._~_:¡O¡.-.........-,,,.. ,.~&Otft...-....
61 · N Y 61 · S. las cartas llevan un número de serie que permite identificarla sin peligro ~ lE': 0 ,'.... el"" , 0000g _ h""OII'ophlquu : Vol, lo diagr.........
ln_anco'aclélndro;ut.... :o,J""""""'.-..nt ... _plus.ncl __
• Ca rta meteorológica. de confusión. La lista de las cartas figura en diversas obras, especial-
r_ophIo: L. ' ~"poh" ~nt'" po/IoIogo-.pohjnHrien.-s ,HIi' __
loo SHOM.
• Cuadro de sig nos, sím- mente en la Hoja catálogo n.o 8 del SHOM de la cual ya hemos hablado. • .... flf compl"'. P<l~' 1·;"1<Í' ¡.~' .... 0<: les co " ..... "'nI,n",
G'OIIraphlqu. N.tionlL
bolos convencionales yab re- ' ·CIlenoId"_.......
Las cartas no plastificadas adquiridas dírectamente en el SHOM es- CMnal ,,'OppracM "b"\l0"';,. PO'" lo. """"'0' u.n.partan, 6n hyd,,,,,.rbu,n "Ir <les
v iaturas utilizados en las car- Hav que leer atentamente e l cartucho

~
~~_~~_.'.... ~...... N• ..,.,.,..
tas náuticas espa ñola s. tán siempre al día de las últimas correcciones. Cuando compramos las l·Z ...... d"_cl<.cIt,.
De ....... 1>0-........ ones 6· ... _ico ... ti, .....'VII. rts, 6. GtoL<. SetA. ... ,'''''" ."'.... u,~ de una carta, especialm ente para
• Cartas Cóusal. cartas en la tienda de un agente autorizado, hay que comprobar la fe-
cha de entrega (con sta en un sello al dorso de la carta) y pedir la colec- ~ ~\'~'"j\v:.;~~-~:s'"l'-- conocer e l nivel de referencia utilizado
para la s so nda s y a ltitudes.
942 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 943

Hay que ser muy conscientes, cuando se compran cartas extranje-


ras, de que, por lo general, no vamos a tener la posibilidad de mante- Puesta al día de las
Derrotero s para la
nerlas al día y que tendremos que usarlas con precaución. Las cartas cartas y otras publicaciones
navegación de rec r eo
plastificadas "P" del SHOM que se venden en las tiendas no están ac-
En el Catá logo de Cartas Náuticas (pá·
tualizadas.
E l SHOM está trabajando actualmente en la redacción de
nuev os Derrbteros para la na ve gación de recreo. Mejor
ilustrados y más manejabl es est arán adaptados a los nue-
gina 111) se detalla la puesta al día de
todas las publicaciones, tanto Cartas
como Derroteros y otras publicaciones
Por último, hay que tener en cuenta que para que una carta sea fia-
vos métodos de navegación electrónica . deII.H.M., inform ación que va dirigida
ble es necesario que sea perfectamente legible, en todos sus detalles: a todo tipo de navegantes.
cuidarlas con el mayor esmero ¡es un asunto de seguridad ! Cartas náuticas
Las cartas náuticas se ponen al día
Cuando nos compremos un volumen del Derrotero, éste deberá ir
anotando, a mano, la s correcciones
acompañado obligatoriamente de un fascículo de correcciones.
Los "Derroteros" A continuación, para estar siempre al día, hay que comprar el fas-
que apare cen en la publicación sema-
H
nal " Avisos a los Navegantes (A.N.).
Los Derroteros son el fruto de una experiencia que se remonta a la no- Estas correcciones pueden ser litera-
cículo de correcciones que se publica todos los años. les o gráficas y su inclusión se hará
che de los tiempos. Son la recopilación de obselVaciones efectuadas en Para estar constantemente al día con toda precisión, tenemos que constar en el contador de correcciones
todas las latitudes, por generaciones de marinos. Esta recopilación es de la carta, situado en su esquena in-
consulta r además:
constantemente verificada, puesta al día y enriquecida por lo que cons- ferior izquierdo.
• la última tabla resumen publicada en los Grupos semana les de Las Cartas Deportiva s se pueden co-
tituye una obra insustituible. avisos a 105 navegantes (Grupos 10, 20, 30, etc); rregir a la vista de los A.N.
Los Derroteros deben consultarse al mismo tiempo que las ca rtas: El Depósito Central y las Agencias
fn sf r u ct;o n s N autiques C2.3 France • las tablas publicadas desde la última tabla resumen;
son, de alguna manera, el texto detallado de las mismas. Redactados de Ven ta , expenderán las ca rtas pues·
(costa Oes te) , de Be lle-il e hasta la • la última lista de avisos transitorios en vigor. tas al día, excepto por Avisos Tempo·
en un principio por los navíos mercantes, contemplan, es cierto, las co- rales (TI) y Preliminares (P). Para este
frontera españo la. En el caso de que tengamos que navegar con cartas y publicaciones
sas desde muy alto (sin embargo empieza ya a aparecer información tipo de Avisos, consultar relación de
sin actualizar con las últimas correcciones, deberemos ser enormemen- l os mismos en vigor. La ope r ación
destinada a los barcos de recreo). De todos modos, incluso las anota-
te prudentes. queda registrad a en un sello que se
ciones que conciernen a los grandes barcos resultan interesantes, siem- estampa en la esquina inferior dere-
pre que hagamos el esfuerzo de adaptación necesario. Cada volumen cha de la carta y en el que se especifi -
del Derrotero está dividido en dos partes. la primera contiene informa- Otras publicaciones ca la fe cha y el Grupo del AN. hasta el
cual está corregida.
ción general sobre la región correspondien te : meteorología, oceano- Existen, por supuesto, otras publicaciones náuticas a parte de las oficia- Las correcciones se aplican desde la
grafía, geografía, reglamentación, rutas en alta mar y recaladas. la se- publicación de la edición en vigor y SU
les. tstas no pretenden sustituirlas, pero suelen tener la ventaja de reu- numeración se inicia cada año.
gunda parte es una descripción detallada de la costa, con sus peligros, nir en un cómodo formato información de todo tipo, que normalmente Derroteros, libros de f aros y Radiase-
sus marcas, balizas (de día), mareas, corrientes, canales, fondeos, puer- está repartida en diferentes publicaciones del SHOM. ñales
tos y sus servicios. Esta información se completa con planos y perfiles Estas publicaciones se ponen al día de
la misma manera que las Cartas Náu-
de la costa. El "Almanach du marin breton" ticas, es deci r, efectuando a mano las
Publicado por la discretísima "Oeuvre du marin breton", este almana- correcciones que aparezcan en los
Como complemento del Derrotero, el SHOM publica desde hace va - que resu lta muy útil para navegar por las costas del Canal de la Mancha A.N.
Los Derroteros, además, se corrigen
rios años, obras de la serie" Pu ertos y fondeaderos" en los que se pro- y del Atlántico. En él se indican las reglas de balizamiento; el horario de mediante los Suplementos que contie-
fundiza aún más en la información relativa a infraestructuras portuarias las mareas de algunos puertos de referencia; la lista de faros y luces des- nen todas las correcciones publicadas
y fondeaderos exteriores. por AN., así como otras no publica-
de la entrada en el mar del Norte hasta San Juan de Luz, con descripcio- das po r no ser de ca r ácter urgente .
nes muy claras y reseñas sobre las enfilaciones nocturnas; también inclu- Cada Suplemento anula el anterior.
Puesta al día del Derrotero ye la lista de radiofaros con sus características; la lista de cartas marinas; Puesta al día del Catálogo
Cada volumen de los Derroteros está señalado con una letra y un nú- y acertados consejos de prudencia, así como historias cu riosas. Tiene El Catálogo se vende corregido hasta
mero de orden. La letra indica la serie a la que pertenece (la misma le- la fecha de publicación del mismo que
una buena relación calidad-precio que desafía a cualquier competencia fig ura en su contraportada. Las corre c-
Vivo e n e l Instit u to Hidrográfico tra se asigna también al Libro de Faros correspondiente), el número de y que permite tanto a los propietarios de grandes veleros como al tripu- cio nes surgidas entre esta fecha y la
de la Marina (lHM) orden indica la región que se describe en el volumen. Así, el volumen lante ocasional hacerse a la mar con las publicaciones bien actualizadas. de salida de los Talleres se proporcio-
nan en una hoja aparte, para que el
el Tolosa l atour sI" relativo a la costa Noroeste de Francia tiene la referencia C2. l os libros Debemos saber que el almanaque del año en curso está actualizado usuari o pueda efectuarla s en su ejem-
1107 1 Cádiz de hojas fijas llevan además una nota que indica el año de su publica- al 10 de septiembre del año transcu rrido, pero se pueden conseguir ac- plar. Todas las correcciones posterio'
Te!. 956·59.90.00 ción. les se comunica rán por AN.
tuaizaciones al 10 de enero y 10 de junio.

1
944 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 945

España
El "Bloc Marine"
Esta publicación, que en principio era un simple cuaderno de bitácora
Publicaciones para la navegación de recreo
Existen muchas otras informaciones, destinadas a la navegación de re-
.....-,--
~

Clasificaci6n de las cartas nauticas


se ha ido convirtiendo en una especie de Bottin* de la navegación de- creo y que pueden encontrarse en distintas guías de crucero y en revis- almanach ;~i{OTAG[
S1'i.'.ii~;:
'"
Se clasifican en cualro grupos principales: portiva. En él podemos encontrar, además de los textos reglamentarios tas náuticas francesas, inglesas, italianas, etc. De modo particular se dll )..,. ... '

a} Cartas generales. Destinadas a la navegación orea·


niea. Su escala es muy pequeña entre 1.3000.000 y
y de páginas en blanco para anotar nuestro cuaderno de bi tácora, da- pueden encontrar en ellas descripciones de zonas de navegación, con 'marin breton
1/30.000.000; b} Cartas de arrumbamiento. Se utili·
tos relativos a luces y balizas de las costas de Francia, Sur de Inglaterra, fotografias y dibujos muy bien adaptados al punto de vista del nave-
lan para navegar él rumbo directo distancias de tipo España y Baleares, el anuario de mareas del año en curso, las efeméri- gante de recreo. Estos estudios están realizados normalmente de ma-
medio. Su escala está comprendida entre 11200.000 des y las principales tablas astronómicas, información meteorológica, nera seria, pero no hay que olvidar jamás que las indicaciones que pro-
y 113.000.000, aproximadamente; e} Cartas de nave-
gación costera. Sirven para navegar reconociendo la planos de puertos, y todo tipo de información que nos puede ser útil porcionan sobre balizas, marcas, enfilaciones, etc., pueden caducar con
costa. la carta de escala l¡SO.OOO o cifra similar, es en las escalas (tarifas, horarios, números de teléfono ... ). Pero la caracte- gran rapidez. Estas publicaciones complementan de manera útil y agra-
el documento base de la cartografia náutica por rística principal del Bloc Marine es que contiene gran cantidad de anun-
contener el mayor detalle posible de los accidentes
dable las publicaciones oficiales, pero de todas formas, estas últimas si-
geográficos y del relieve submarino, debiendo ser cios publicitarios de astilleros, mecánicos, veleros, y vendedores de guen siendo indispensables.
consultada por el navegante para la resolución de efectos náuticos ... De este modo, el usuario tiene a su alcance una lista
los problemas que se le planteen en las proximida-
des de la costa; di Aproches y portulanos. De esca·
casi siempre valiosa de números de teléfono y direcciones de profesio-
las variadas, siempre superiores a 1/25.000, mues· nales relacionados con la navegación deportiva y la mar. CÁLCULOS SOBRE LA MAREA
tran el detalle más completo de una pequeña eKlen- El Bloc Marine se publica y actualiza todos los anos y se presenta en
sión de costa Vmar, puertos, radas, ensenadas, fono El fenómeno de la marea, en sí mismo, es un aspecto importante del
deaderos, freus, etc. dos volúmenes, uno para el Atlántico y otro para el Mediterráneo.
paisaje marino: como consecuencia, se estudia en la parte del libro que
Numeración de las cartas
Los mimeros de las cartas se asignan según lOnas lleva este nombre, en el capítulo "La mar y sus movimientos". Aquí,
concretas y tipos de cartas. Por ejemplo, la zona N y
"Skipper"
nos dedicaremos a los medios que permiten tener en cuenta este fenó-
NW de España esta cubierta por cartas de la Serie Suplemento de la revista Bateaux, este manual del navegante deportivo El A lmanach du marin breton, para e l
Base que van de la 924 a la 944. meno durante la navegación: los documentos y métodos para conocer
contiene gran cantidad de datos para la navegación (balizas, luces y se- año 1995.
Carta de arrumbamiento· 2 cifras en todo momento la altura del agua, así como información práctica so-
Carta de navegación costera - 2 cifras más una letra nales, meteorología, radio navegación, planos de puertos, tablas de ma-
bre las corrientes que van asociadas a las mareas.
maytiscula. reas, reglamentación ... ). Es una publicación anual, y no existe actualiza-
Serie Base· 3 cifras, formadas por las dos originales
ción entre sus apariciones.
mas otro nlimero comenzando por elt
Aproches· mismo número de la carta Serie Base,
seguido de una letra mayúscula. Macmillan and Silk Cut Nautical Almanac
Portulanos - 4 cifras, formadas por el numero de la
Serie Base mas otro, empezando por el 1. Es una especie de almanaque del marino inglés, bastante más volumi-
Formato de las cartas deI I.H.M. noso que el anterior, y que proporciona el mismo tipo de información
Las cartas nauticas pueden estar representadas tan·
no solamente en relación con las costas de las islas Británicas (y hasta
to en sentido vertical como horilOntal, clasificando·
se en general, en cuanto a su tamaño, en l/es lipos, Islandia), sino también sobre las costas holandesas, belgas y francesas
a los que se asigna una lelra: S, Cy O, según se es· hasta San Juan de Luz. Esta información antes era recogida por el Re-
pe<:ilica en el Catalogo de Cartas Naulicas.
Enleras, tipo B- Medida maxima de la hoja de papel ed's Nautical Almanac Una parte importante de la obra se dedica a la
(1.00 xl50 mm). navegación astronómica (y contiene las tablas efemérides). La informa-
Medias, tipo C· Media hoja de papel. ción relativa a las mareas y corrientes en el Canal de la Mancha que
Cuartas, tipo D· Cuarta parte de dicha boia de papel. Gran marea baja en e l archipiélago
Las Cartas Deportivas, dedicadas a la navegación presenta es abundante y de gran valor. de la s is las de Glénan. la foto se ha
COSiera tienen un formato reducido, mas cómodo
tomado entre Cigogne y la isla del
para barcos cuya derrota es pequeña.
Estas cartas se publican de tres en tres, plegadas y
El " Channel Pilot" locho
dentro de una carpeta, que lleva impresa, en su par· Equivalente al Derrotero del Almirantazgo inglés, esta obra es de una
te interior, información diversa procedente del Re· gran exactitud y está bastant e más detallada q ue los Derroteros france-
glamento de Abordajes, Cuadro de Simbolos y
ses; de modo particular, las enfilaciones se describen con una enorme
Abreviaturas, Derroteros y Guias Turísticas.
Recientemente se ha introducido otro formato de precisión y muchos dibujos (English required).
El "Anuario de Mareas"
Carta Deportiva que consiste en una carta nautica Al ser bien conocido el movimiento de los astros, es posible predecir,
E:1J5(1.000, en cuyo envés ligura con mayor detalle
los puertos comprendidos, dispuesto de forma que
todos los días y en cualquier lugar, la amplitud de la marea, es decir
pueda plegarse como una carpeta formato DIN A·3. la diferencia de nivel entre la pleamar y la bajamar, así como la hora
(*) Anuario del comercio editado por Didot-Bottin. (N. de la T.). en que esta pleamar y bajamar se produciran. El ordenador del SHOM
946 Navegación Puntos de referenCia y publicaciones 947

(así como el del I'~M) se dedica a este trabajo, que se publica anual· Parece necesario efectuar algunas observaciones en relación con las
mente en forma de "Anuario de Mareas". Es una de las pocas publica- horas, las alturas de la marea y con lo que denominamos el nivel de la
ciones para la navegación que no necesitan actualizarse (aunque, co- media m area.
mo ya veremos, puede que necesitemos incluir diariamente algunas • Horas. Al consultar una publicación sobre mareas, es conveniente
correcciones). comprobar siempre cuál es la hora de referencia utilizada. Actualmente
la hora que se utiliza en el Anuario de Mareas es la hora TU + 1, a la
En el Anuario de Mareas, encontramos: que hay que añadir una hora más en verano.
• en primer lugar una tabla con los coeficientes de cada una de las • Alturas. Las alturas se indican en metros, en relación con un nivel
mareas del año. El coeficiente es un valor que indica la importancia re- de referencia determinado. Pero este nivel de referencia no es el mismo
lativa de la marea. Se expresa en centésimas y los coeficientes de refe- en todos los paises.
rencia son: la mayoría de los países, entre ellos Francia y España, han elegido el
e = 120 para la mayor marea conocida (máxima marea viva); nive l d e la mayo r baj am ar co nocida (bajamar escorada), y en defini·
e = 95 para las mareas vivas medias; tiva resulta bastante prudente; excepto casos especiales, la altura de la
e = 70 para una marea media; marea en un lugar determinado no es nunca inferior a la altura indica·
e = 45 para las mareas muertas medias; da en las publicaciones (a veces es incluso superior: en Paimpol, por
e = 20 para la menor marea conocida (máxima marea muerta). ejemplo, donde el nivel elegido como cero de la carta, se encuentra a
La amplitud de la marea varía considerablemente de un lugar a otro: 50 centímetros por encima del nivel teórico de la mayor bajamar).
A nuario d e m ar eas (SHDM ). puede suceder que el mismo dia (y para un mismo coeficiente) la amo Pero en algunas regiones, como en Inglaterra, existen todavía publi·
plitud sea de 11,2 metros en Saint Malo y de 4,6 metras en larien!. Pe· caciones en las que el nivel de referencia utilizado es el ni vel de la ba·
ra hay que resaltar que, en todos los lugares, la razón entre las ampli· j am ar media d e mareas vivas (MlW S). Cuando se calcula la marea
tudes es igual a la razón entre los coeficientes: la amplitud durante la para la bajamar de las mareas vivas superiores a la media, hallamos
máxima marea viva es seis veces mayor que la amplitud durante la má· pues niveles negativos, es decir inferiores al nivel de referencia.
xima marea muerta (120 = 6 x 20). • Ni ve l de la media ma rea. Hay que señalar que, cua lquiera que
En España
• las horas y alturas de la marea durante la pleamar y la bajamar en sea la amplitud, en un luga r det erm i nado, el n ive l de la m ar

E l Anuario de Ma reas
es una public a ci ó n
qu e edita e l IH M y qu e
18 puertos franceses, denominados pu ertos p r incipa les o puert os
patrones, y las correcciones que hay que efectuar a estos datos para
siem pre es el mi smo en la m edi a marea . Este nivel de la media ma·
rea se indica en el Anuario, en relación con todos los puertos principa-
21 S puertos franceses, ingleses, belgas, holandeses y españoles, llama- ue
les y la rndyur íd lu~ lJuel tu~ ~eLundarios (también está en el cartucho
co ntiene pred iccion es de
dos pu ertos secundari os. de las cartas). Es un dato muy valioso, como ya veremos más adelante.
mareas para los pu e rt os
• Contiene, asimismo, las alturas de la marea en cada hora en Le También se denomina n ivel medio.
patrones o prin cipales de
la península Ibérica. islas Havre y Saint·Malo (lugares en donde la marea está "invertida"), curvas
Ca na ri as, Sá ha ra Occi- de marea de algunos puertos, un gráfico que permite calcular la altura
de ntal y algunos pu ertos de la marea en cualquier momento, y por último las correcciones que Métodos de cálculo
d e Á frica Occidenta l. hay que efectuar a las altu ras de la marea en función de la presión ato Cuando navegamos cerca de la costa, podemos tener muchos moti-
Lo s cá lcul os son ínt e- mosférica. vos para calcular la marea. La preocupación de mantener en todo
gram ente efect uados por momento un margen adecuado entre la quilla y el fondo del mar es
la Secció n de Oce an og ra- sin duda ninguna el más importante de todos. Pero también podemos
tia y procesado s po r or- calcular la altura de la marea para prever la configuración de un pai·
d e n a d o r Digit a l VAX La marea en el Minitel saje, para saber qué rocas sobresaldrán y cuáles no, para asegurarnos
VM S. puntos de referencia exactos entre los que podremos navegar con
Las pr e dic c i o n es d e a sección "c álc u los d e marea" del Minite l 36 15 SHO M ,
m areas de los pu ertos pa- L ad em ás de pr o p o rcion ar t odos los h ora rio s y coe fi c ien -
t es de ma rea para lo s pri nc i p ales pu ert o s de todo el mun -
tranquilidad.
y por último, en algunas ocasiones, especialmente con niebla, la utí·
t r on es o pr in cipal es se
han realiza do a partir d e do, ca lc ula la altura de agu a en un momento co n c ret o o lización conjunta de la sonda y del cálculo de la marea nos dará res-
las co mponentes arm ó ni- indica la ho ra a la qu e habrá un a det e rmi n ada altu ra de puesta a la terrible pregunta: Pero, ¿dónde estoy?
cas d e se r ies d e a lturas agua e n cu alqui e r día y c u alqui e r p u erto d e las costas Prácticamente, se trata siempre de encontrar, en relación con un lu·
del nive l del mar. fran cesas. gar determinado:
948 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 949

• bien la altura de la marea a una hora dada. ¿Podré pasar? Algunos navegantes son alérgicos a los dibujos; otros no tienen sufi-
nivel PM
duranle el dia • bien la hora a la que habrá una altura de marea determinada. cientes dedos para contar hasta doce. Casualmente, el método de los
¿Cuándo podré pasar? doceavos puede utilizarse a voluntad, bien por medio del cálculo, bien En España {Ejemplo de puerto Bilbaol
El cálculo se realiza a partir de las horas y alturas de pleamar y de por el gráfico. Veamos el ejemplo. Nos encontramos en Bilbao el dia 17 de septiem-
tre, y queremos saber. ¿Cuál será la altura de la
bajamar del lugar considerado. Sólo necesitamos un poco de teoría. marea a las 13h? ¿A qué hora habrá una altura de
nivel de la Cálculo para un puerto principal marea de 3 metros?
~'i"""''''''''''''''''''''''''' media marea El método de los doceavos Estamos en Cherbourg, el dia 9 de julio, y queremos saber:
Es un ejemplo facil pues Bilbao es un puerto
principal y las alturas de la marea estan indicadas
Para calcular las horas y alturas de la marea lo que sobran son méto- • cuál será la altura del agua en este puerto a las 12h 20. en el Anuario de Mateas. Más adelante velemos lo
• a qué hora habrá un nivel de 4 metros. que hay que hacer para el cálculo de un puerto se·
dos: hay para todos los gustos y circunstancias. El SHOM propone dos: cundario.
uno se realiza con ayuda de un ábaco (ábaco 9004 HOA. antes SH 4) y Es un ejemplo fácil, puesto que Cherbourg es un puerto principal, y En primer lugar, hay que buscar en el Anuario
nivel BM el otro por medio de un gráfico que viene en el Anuario de Mareas, las horas y alturas de la marea del mismo están indicadas en el las horas y alturas de pleamar (PM) y bajamar
t-'¡.<IIo...J '....~......~ durante el día Anuario. Veremos más tarde lo que hay que hacer para el cálculo en un
{BMI, antes y después de las 13 h en Bilbao, el día
junto con sus instrucciones de utilización. Nos contentaremos con ex- 17 de septiembre de 1994:
Ode las cartas poner aqui el método que nos parece más sencillo: el llamado método puerto secundario. BM -07h 44·0,99 metros
de los doceavos. En primer lugar, buscamos en el Anuario las horas y alturas de plea- PM -14h 04 -4,11 metros
Examinaremos después algunas tablas especiales, que podemos ver- mar y bajamar antes y despuéS de las 12h 20 en Cherbourg el dia 9 de , .. :... _.:: " •.,_ ... _.' ¿Cual seta la altura de la marea
nos obligados a utilizar en lugares en los que la marea presente alguna julio.
particularidad. PM 8h 48 6,0 metros
El método de los doceavos se basa en una constatación muy simple: BM 15h 32 1,3 metros
la curva de la marea es notablemente sinusoidal. De un repunte al otro, y ahora, adelante.
la mar sube o baja, como indicamos a continuación:
Primera pregunta: ¿Cuál será la altura de la marea a las 12h 20?
1/12 de la amplitud durante la l' hora, 1 1. Para una utilización directa, pasamos de hora universal + 1 a hora
121.
2/12 de la amplitud durante la 2' hora, 2 universal + 2, que es la hora vigente en verano: PM 9h 48, 8M 16h 32
3/12 de la amplitud durante la 3' hora, 3 2. Cálculo del doceavo:
4/12 de la amplitud durante la 4' hora, 3 • amplitud: 6,0 - 1,3 = 4,7 metros (altura PM - altura 8M)
5/12 de la amplitud durante la S' hora, 2 • doceavo: 4,7: 12 = 0,39 metros (amplitud dividida entre 12)
6/12 de la amplitud durante la 6' hora, 1 3. Cálculo de la hura-rrlared (ifllel vd lu divididu enlre 6):
• intervalo: 16h 32 - 9h 48 = 6h 44 Altura de la marea
Es lo que se llama la regla de los doceavos. • hora marea: 6h 44: 6 = 1h 07 6 67 minutos de reloj. BM 0,99 metros
Al dividirse entre 12 la amplitud, y dividirse entre 6 el intervalo entre 4. A las 12h 20, la mar ha bajado de5ge-la5- 2h 32, o sea 152 minu- 10h 47 (09h 44 ... Ih 03) 1,25 m(O,99 ... 1doceavo)
los dos repuntes, resulta muy sencillo averiguar la altura de la marea en tos de reloj, que hay que pasar a minutos-marea haciendo una regla de I1h 50 (10h 47 + Ih 03) 1,71 m(1,25 ... 2 doceavos)
12h 53 {llh 50 + lh 031 2,55 m(1,77 ... 3 doceavosl
cada hora. tres: (152 x 60) : 67=136 minutos-marea, o sea 2h 16 horas-marea. l3h 56 (l2h 53 ... lh 03) 3.33 m{2,55 ... 3 doceavosl
Altura PM - altura BM = amplitud la mar ha bajado por Jo tanto aproximadamente 4 doceavas, es de- 14h 59 {13h 56 + Ih 031 3,85 m(3,33 ... 2 doceavosl
cir 1,56 metros. A las 12h 20, la altura de la marea en Cherburg será ISh 02{l4h 59 ... Ih 031 PM 4,11 m 13,85 ... 1 do-
ceavo)
Altura PM - altura BM = nivel medio de:
2 6,0 - 1,56 = 4.44 metros. diferencia que se produce entre la
prevista por el Anuario U6h 041 y
según el método de los doceavos {16h
PM Indiquemos simplemente que al ser el intervalo superior a seis horas, Segunda pregunta: ¿A qué hora será el nivel de 4 metros? al método de aprOlcimac¡ón, pero en
2112 1/ por término medio, la "hora marea" es distinta de la hora de reloj. Sin Cuando el nivel alcance 4 metros, la mar habrá bajado de 6,0 - 4 = 2 caso es significativa. lo mismo puede ocu·
la altula de la marea.

NM
3/12 V
N4
embargo, únicamente tendremos en cuenta esta diferencia cuando el
intervalo esté muy lejos de la media (lo que ocurre en el canal de La
metros, es decir un poco más de 5 doceavas. la mar baja 5 doceavos
en 2h 40 hora-marea, es decir 160 minutos-marea. Por medio de una
responder a la pregunta paleanteada:
al/ura de la matea a las 13 h7, consultamos
/ Mancha, por ejemplo, donde hallamos intervalos de menos de cinco regla de tres pasamos los minutos-marea a minutos de reloj:
1'"''
I alnterior y vemos que a esta hora la altura
'l"";m,,j,menle 2,55 metros.
~N6 horas, o de más de siete horas); prácticamente, no se efectúan correc- (160 x 67) : 60 = 179 minutos, es decir 2h 59. indica el Anuario, la altura de la marea
BM ciones a menos que el intervalo sea inferior a cinco horas y media o su- El nivel será de 4 metros a las: sumarla a las sondas indicadas en las car-
obtener la profundidad.
hora marea perior a seis horas y media. 9h 48 + 2h 59 = 12h 47.
950 Navegac i ón Puntos de referencia y publicaciones 951

El gráfico
COEfFICIENTS DE LA MAREE Sobre una escala vertical graduada en metros, trazamos un semicirculo
de un diámetro igual a la amplitud de la marea, teniendo cuidado de
Hevre cM la pIolne mM' • 8AEST • Coefl'M:iem .... oenti6mes hacer coincidir BM y PM a la altura deseada.
JUIWT AOUT SEPTEMBRE OCTOBRE NOVEMBRE DtcEMIRE Dividimos la circunferencia en 6 partes iguales, o mejor en 12, que

.. .. ...
corresponden a las horas o medias horas-marea.

...... 8 ' ...


~M . C<oI. II. II!. C<oI. h. m. C<oI. h . m . Cool. h . lII. C<oI. ~~ C<oI.
6.' ••, 8 s ,

...... .."
Altura del agua a 12h 20: el punto A a 12h 20 que está sobre el se-
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11 , .
50
51 Hora a la que hay 4 metros de agua: sobre la horizontal de 4 me-
tros, en el punto B, se calcu la 12h 50 .
B
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II
,
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UU
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un .. Para que se pueda leer, este grálico debe efectu arse en papel cua-
driculado o milimetrado. 13H43

El cálculo y la realidad
CHER80URG
Sea cual sea el método que utilicemos para calcular la altura del agua,
ut. • 1' 3" N. hay que convencerse de que el resultado obtenido es aproximado (no 130m 15H25
aEURES El tlAUTEURS DES PUI.ES El aASSES MEAS
Heurel T. U. + 1 h. loftg. , . 3" W.
se obtiene siempre el mismo resultado, sino que éste depende del mé-
16 H3 15H59
JUILLET SEPTEMBRE
todo que utilicemos!). Existen varios factores que pueden aumentar es-
AOUT
ta inexactitud: por ejemplo, la presión atmosférica (casi siempre nos ol-
He"J. ' Haut. He"" •• Hoyt. He"" •• Hai)1. Heure, Haut. He"r. , HOII'. He",•• Haut.
vidamos de consultar la última página del Anuario, que contiene las co-

..'
h. m. M. h. fII . M. h. In . M. h. m. M. h. m. M. h. m. M.

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rrecciones que hay que hacer al cálculo en función de dicha presión); el
mismo viento, cuya influencia escapa a las estimaciones precisas (y que
puede ocasionar variaciones de ± 20 a ± 50 centímetros). En general, la
Para dividir la semicircunferencia en

..' .'7
20 l~ ~. o . PL 21 11 6 . 0. 2 1 39 •• 7 22 O] 6,1 . Z1 "2 22 1 1 6 .0 .
doce partes: se trazan tres raCJios, uno
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•••'
241~
/II F. 11 Zl
13 0 1
!! 'l • •
l.' .
•••
presión alta y el viento de tierra hacen que la altura del agua pueda ser
inferior a las cifras resultantes del cálculo; y superior cuando la presión
es baja y el viento sopla de alta mar.
perpendicular a la vertical y los otros
dos a 45°: con e l compás regulado con

10 ~ ~; 1. 1
25 t ri ~~
l. ,
IOI ~ ~;
0.6 .
2S ,~ !~ l.' IOI ~ ~:
1, 0 .
251~ ~!
l •• Por otra parte, el mar de fondo origina una variación del nivel que
la diferencia inicial, se trazan, a partir
J 16 11
• •l
1.1 V 16 Sol '.'
l •• o 11 21
6 , '5.
0 ,7. L 11 27
5 . 9.
l.' !fE 18 lO
• .l
l., J 11 '.i1 '.'
1. 7 corresponde a la mitad de la altura de la ola. Si sabemos que el oleaje
de los cinco radios dibujados, la s
••• '. ,
....,, ' .1
21 155 6. 10 . 22 l8 n .. •• 7 2 3 01 n n intersecciones que se requiera
tiende a aumentar sobre los bajos fondos, no dudaremos en adoptar
Il l~ ~;
v l7 0 1
0.9.

1t0.
261 ~ ~:
s 17 Zt.
l.'
•••
1."- ,
I1 1 ~
L
;:
18 10
26.i ~~ : ::: I1 : ~~
HA 11 56 1. 5 . J 12 29
l.-
6.0.

'.'
1 .1.
s.,.
l ••
un amplio margen de seguridad .
¡habiendo obtenido las dos ultimas a
partir de las intersecciones s ituadas en
II ) 9 1) 00
••• 23 "6 ",. S. 8 19 16 1, 7 . Todo esto basta para mostrar que hay evitar hacer un cálculo de ma-
una y otra parte del radio horizontal) .
reas complicado. Nos podemos marear, lo cual aumenta el riesgo de
cometer errores. Excepto en casos particulares, el sentido común indica
confiar más bien en una simple estimación sobre el nivel de la media
HEURES AU POR' DE REFERENCE HAUTEURS AUPORT DEREFERENCE marea; la prudencia recomienda aumentarlo con cierto margen, que
NOM DU POfIT
lAl LONG. ~iveau denominamos pie de piloto.
PJeines mers Basses mers PI,ines met"s Bassesmers

CIIERIOUR8 pagos , 67-71


•,
N.

49 39
. ,
1 38W 3,78
~oy,n

m
VE.
h.m.

111
M.E.
h.m.

111
n
h.m.

4%4
M.E.
h.m.

1001
V.E.

U.
m
M.E.
m

5.11 .
V.E.
m

1.1 .
M.E.
m

U.
Cálculo simplificado a partir del nivel de la media marea
Al ser el nivel de la media marea más o menos constante en un lugar
determinado, disponemos de un punto de referencia válido. Este nivel
ti 11 1111 11%4 Z2 01
de media marea, está indicado en el Anuario en relación con todos los
....... ....... 4934 ,~::;.;. -U.
+ 100 ';'~-f .;.:.~~
Salnt·Vaasl·la-Hougue 116 3.10 + 053 + 108 +0 58 + 0' . puertos, ya sean principales o secundarios .
8arfleur ... ......... ..... .... . 49 40 1 15 3,78 TO ~f 0 (6 + 035 0.0. + 0.2 -0.1 -11,1
Omonville ... . ......• .. .. .... .... 49 <3 152 3.78 -1109 - O ,. -11 16 - 0 26 - 0.1 - M. 0,0 +0.1 Según la regla de los doceavos, el nivel de la mar va ria una cuarta Pagina de aliado: facsim il del Annua;re
parte de la amplitud durante la hora anterior a la media marea; y otra des marées {SHOMI .
952 Navegación
Puntos de referencia y publicaciones 953

cuarta parte durante la hora posterior. Basta calcular esta cuarta parte En algunos lugares, sin embargo, estas correcciones son indispensa-
(en nuestro ejemplo seria: 4,7 : 4 = 1,17 metros), bles. Por ejemplo, en la zona de Saint-Vaast-Ia-Hougue, en la costa
Para disponer, a partir del nivel de la media marea, de otros dos ni- España (ejemplo)
oriental del Cotentin. Saint-Vaast es un puerto secundario en el que la
veles interesantes: amplitud y las horas de marea son muy diferentes de las del puerto Tomando como referencia el se-
- una hora antes de la media marea: 3,65 + 1,17 = 4,82 metros. principal, que casualmente es Cherbourg.
gundo ejemplo, vamos a tratar de
- una hora después de la media marea: 3,65 - 1,17 = 2,48 metros. ave riguar cuál será la altura de la
marea en Guetaria el 17 de sep-
Volvamos a los datos del ejemplo anterior, para averiguar cuál será tiembre a las 13 h.
Esta "regla de los cuartos" suele ser suficiente en la mayoría de los la altura de la marea en Saint-Vaast el 9 de julio a las 12h 20. En el Observamos en el Anuario que
casos, sobre todo si al resultado obtenido, se le añade un buen pie de el puerto patrón de Guetaria es Bil-
Anuario (ver página 950) observamos en primer lugar que las correccio- bao y que las diferencias en horas
piloto. nes que hay que efectuar son distintas segun estemos en período de y alturas con respecto a éste son:
mareas vivas o de mareas muertas. Por lo tanto, hay que empezar com-
El pie del piloto probando el coeficiente: 86-90, estamos en mareas vivas. Hay 53 minu- Horas: PM diferencia - Oh 10
En principio, el pie es de unos 30 centímetros. Pero con frecuencia Alturas:
tos de diferencia entre la pleamar de Saint-Vaast y la de Cherbourg, y PM diferencia + 0,25 metros
comprobamos que cuanto más edad tiene el piloto mayor es el tamaño 1h 20 de diferencia entre la bajamar de ambas. Horas: BM diferencia - Oh 10
del pie. Ciertamente, la experiencia nos vuelve prudentes y. además, Esto nos obliga a tener que hacer el cálculo: Alturas:
enseguida descubrimos que es muy agradable navegar sin preocupa- BM diferencia + 0,03 metros
ciones, en vez de estar todo el rato preguntándonos si tenemos pie o PM Cherbourg 8h 48
no. Teniendo en cuenta esto, creemos que calculando los cuartos y de- Ahora efectuamos el siguiente
Corrección + Oh 53
jando un pie de piloto igual a la mitad de la amplitud, estaremos segu- --- cálculo:
BM Bilbao 07h 44
PM Saint-Vaast 9h 41
ros (que aquéllos que no hayan tocado fondo alguna vez lancen la pri- Diferencia - Oh 10
mera piedra). Cuando las circunstancias nos obliguen a reducir este BM Guetaria 07h 34
BM Cherbourg 15h 32
margen empezaremos a realizar un cálculo más exacto.
Corrección + 1h 20
En algunos casos, nos vemos obligados a contentarnos con poco. Di- --- PM Bilbao 14h 04
BM Saint-Vaast 16h 52 Diferencia - Oh 10
gamos que se puede reducir razonablemente el pie de piloto a 30 cén-
PM Guetaria 13h 54
tímetros si el tiempo es tranquilo, el fondo de arena y si la marea está
subiendo .. Para una utilización directa, pasamos de TU + 1 a TU + 2, hora de
Para su utilización directa pasa-
No hay que dejar de comprobar el cálculo por medio de la observa- verano, es decir:
mos de estas horas a la hora ofi-
ción directa cada vez que sea posible. Una roca marcada sobre la carta, cial (2 horas de adelanto):
PM Saint-Vaast 10h 41
en el momento en que emerge, nos proporciona una indicación exacta.
BM Saint-Vaast 17h 52 BM Guetaria 09h 34
En algunos puertos, podemos encontrar también escalas de marea muy PM Guetaria 15h 54
cómodas.
A continuación hay que hacer las mismas correcciones en relación
A continuación, hay que hacer
con las alturas, es decir: las mismas correcciones en rela-
Datos ción con las alturas, es decir:
Cálculo para un puerto secundario PM Cherbourg 6,0
El ejemplo que hemos elegido antes para exponer el método de los do- Corrección +0,2 BM Bilbao 0,99 metros
ceavos se aplicaban a dos puertos principales: Cherbourg y Bilbao. Pero Diferencia + 0,03 metros
PM Saint-Vaast 6,2
(ia Dios gracias!) no navegamos siempre en las cercanías de un gran BM Guetaria 1,02 metros
puerto; por lo tanto, para efectuar un cálculo de marea tenemos que
BM Cherbourg 1,3 PM Bilbao 4,11 metros
localizar primero en el Anuario de Mareas, las diferencias de amplitud y - 0,2 Diferencia + 0,24 metros
Corrección
de horario que hay entre el puerto secundario más próximo al lugar PM Guetaria 4,35 metros
BM Saint-Vaast 1,1
donde nos encontremos y su puerto de referencia.
Señalamos de nuevo que en muchos casos estas diferencias son des- Ya sólo nos queda aplicar el
preciables; sólo haremos correcciones cuando comprobemos que existe método de los doceavos como hi-
Ya sólo nos queda aplicar el método de los doceavos como hemos cimos anteriormente; el lector,
una diferencia de 10 minutos, o de más de 0,30 metros entre el puerto también aqui posiblemente Que-
hecho antes; el lector seguramente nos agradecerá que le ofrezcamos
principal y el secundario. rrá practicar él solo.
la oportunidad de practicar él solo.
954 Navegación Puntos de referencia y publicaciones 955

Tab las especiales


Algunos lug ares, especialmente en el Canal de la Mancha, t ienen un Vocabulario breve
rit mo de marea muy característico. De este modo, en la costa fran cesa inglés-español sobre la marea
está la bahía de Saint Malo y la de Seine y en Inglaterra, el Solent entre
la Isl a de Wig ht y la costa. HW High wa ter pleamar

LW Low water bajamar


Cuando naveg uemos por estas costas hay varias ta blas que nos se-
Sp Spring mareas v ivas
rán de gran utilidad:
• las tablas especiales del Anuario de Mareas, ya mencionadas, que Np Neap mareas muertas
proporcionan la altura de la marea de hora en hora en el Havre y en ML Mean level n ivel m edio
Saint-Malo;
MHWS M ean high water springs pleamar media de
• la Tabla permanente de alturas de la marea (faSCículos 530 A Y
mareas v ivas
530 8 en el caso del canal de la Mancha). Esta tabla, realizada a parti r
de observaciones concretas, es la que nos proporciona la información MHWN Mean high water neaps p leama r media de
más cercana a la realidad; mareas muertas
• la Tabla de las mareas de los grandes puertos del mundo (pu blica- MHW Mean high water pleamar media
ción 540 del SHOM). Es una tabla permanente que nos pe rmite cono-
cer las mareas de más de 850 puertos de todo el mundo, con ayuda de MLWS Mean low water springs bajamar media de
una calculadora; mareas v ivas
• por lo que respeda al Solent, encontraremos todos los datos que MLWN Mean low water neaps bajamar media de
necesitemos en el Reed's. mareas muertas

MLW M ean low water bajamar media


Observaciones sobre las publicaciones inglesas
Las publicaciones inglesas relativas a la marea presentan ciertas particu- LAT Lowest astronomical tide má xima bajamar
laridades: co nocida
• indican las horas y alturas de la PM de los puertos principales CD Chart datum cero de la carta
(standard ports) y las correcciones que hay que realizar para los puertos
secundarios (secondary ports), pero tenemos que calcular las horas y al- Ft Foot. feet pie, pies
turas de BM a partir de las indicaciones proporcionadas sobre el nivel Rise subí da
medio y la duración media de la subida;
DMR Duration of mean rise duración media de
la s ubida
Para hallar la hora de la bajamar, restaremos a la hora de la siguien-
te pleamar la duración de la subida. Para hallar el nivel, restaremos al Ht.Diff. Height difference corrección de altura
nivel medio la diferencia entre el nivel de la pleamar y el nivel medio; Range amplitud
• por otra parte, aunque Gran Bretaña ha adoptado el sistema in-
ternacional en el que las alturas se expresan en metros y corresponden Rate velocida d esti mada
al nivel de la máxima bajamar conocida (LAT), las publicaciones no es- Slack repunte
tán aún todas actualizadas: existen todavía cartas en las que las alturas
Time hora
se indican en p ies (0,305 metros) y corresponden al nivel de la bajamar
media de mareas vivas (MLWS). Tm. Diff. Time difference correcc ión de hora
Los anuarios de mareas británicos tienen en cuenta este hecho, e in- Greenwich mean time ho ra uni ve rsal
GMT
cluyen los dos sistemas, y sólo abandonan el antiguo sistema al ritmo
en que avanza el trabajo de 105 cartógrafos; BST British summer time ho ra de Europa
ce ntral (nuestra
• por último, hay que señalar que la magnitud de la marea no se in-
hora de in v ierno)
dica por el coeficiente, sino por la altura de la pleamar en Dover.
956 Navegación Puntos de r eferencia y publicacione s 957

. '"
Ejemplo de cálculo de marea 52
para Baltimore
E/ Macmillan nos indica: High Water at Cobh Ithe Standard
Port) '" ,-
~-

time 0441 1706


S1
!"
Ht. 4.0 4.1 ~
~

Ti da l diffe rences on Cobh


Tm. Diff. - 015
Ht. diff. - 0.4
ML 2.0
DMR 610
...
Cálculo de las horas
HWCobh time 0441 1706
Tm. Diff. - 015 -0 15
/
1----11 ...
HW Baltimore time 0426 1651
DMR - 610 - 610 ,..
L W Ba/timare time 2216 1041

Cálculo de las alturas


HWCo bh ht. 4.0 4.1
Ht. Diff. - 0.4 - 0.4

2 x ML (2 x 2.0) 4.0 - 4.0


HW Baltimore ht. - 3.6 - 3.7

L W Ba/timore ht. 0.4 0.3 //


/
flujo

Corrientes de marea
En los Derroteros, encon traremos todo tipo de información tan to gene~
ral como part icular sobre las corrientes. Gran número de cartas inclu-
reflujo
yen un cartu cho en el que se indica tanto la velocidad como la direc-

-
ción de la corriente, zona por zona, y hora a hora . Pero también existen
publicaciones especializadas como los Atlas de courants de marée del
SHOM. Estas publicaciones, clasificadas por medio de cifras, represen-
tan las corrientes en cada hora de la marea, en mareas vivas medias y inversión
de la corriente
en mareas muertas medias. En la actualidad hay siete atlas de las co-
rrientes existentes a lo largo de las costas francesas. Asimismo, pode-
mos utilizar la publicación n.O 550 del SHOM Courants de marée dans
SentIdo de la corriente en 1.. cm.ent.. horas de la me..... La. horas de marea
la Manche et sur les cótes franc;aises del Atlantique. Con un formato
_ "'" de Do_ YBoulog...
958 Navegación

más clásico. contiene información puntual de gran exactitud y cuadros

Navegación
de corrientes.
Para utilizar correctamente estas publicaciones es conveniente (on~
sultar la Guide du Navigateur, que proporciona a este respecto explica-
ciones muy claras. Indicamos a continuación 105 datos principales:

costera
• la dirección de la corriente es aquella hacia donde nos lleva la co-
rriente (no como ocurre con el viento, la dirección de donde viene);
• las horas están indicadas por cuatro cifras juntas, precedidas del
signo + o del signo -. El signo + significa "después de la pleamar"; el
signo - significa" antes de la pleamar". (Por ejemplo, leemos en el De-
rrotero: "La corriente porta al WSW hacia + 0430 Cherbourg", es decir
4h 30 después de la pleamar en Cherbourg);
• las velocidades indicadas corresponden a mareas de coeficiente
45 Ó 95 (mareas muertas y mareas vivas medias); a partir de ahí, pode-
mos calcular la velocidad para cualquier coeficiente, pero en la práctica Ahora, ya podemos zarpar. Toda la información aprendida en el capitu-
basta, por lo general, con elegir una u otra de las cifras indicadas, en lo anterior, ordenada una tras otra va a empezar a tener sentido. Utili-
función de la marea del dia. zaremos las marcas en las enfilaciones, para hacer pilotaje cerca de la
Fasciculo de Courants de maree, para e l Pero hay que saber, que, de todas formas, las indicaciones que nos costa. Cuando estemos algo más lejos, tomaremos marcaciones, para
Sur de Bretaña. proporcionan las publicaciones son aproximadas. No nos podemos ce- averiguar nuestra posición y situarnos en la carta. También sobre la car-
flir con un absoluto rigor a datos que son esencialmente cambiantes y ta, según los datos de que dispongamos en cada momento sobre el
que están sometidos a todo tipo de influencias. Además, las publicacio- abatimiento y la deriva, trazaremos la derrota y deduciremos el rumbo
nes no pueden incluir todos los detalles, describir lo que pasa en cada que hay que dar al timonel.
hueco de la costa: tenemos que aprender a localizar solos el itinerario Pilotaje, situación, elección del rumbo, éstas son las tareas del nave-
de las pequeflas corrientes características de una zona. gante cuando tiene la costa a la vista . Es evidente que la navegación
En resumen , hay que recuperar el olfato de nuestros antepasados costera también implica otras actividades.
que evocábamos al principio del capitulo. Los puntos de referencia y las
J..lublicaciones son sin duda elementos indispensables para navegar
bien, pero no pueden sustituir por completo a la vista, el sentido mari- EL PILOTAJE
nero y la experiencia, que nos permiten adaptarnos a las circunstancias
y encontra rnos a gusto en una realidad que se ríe tranquilamente de En una zona en la que abunden las marcas, cuando la visibilidad es
las correcciones y actualizaciones. buena, podemos navegar hallando nuestra situación y avanzando en
relación con lo que vemos: estamos haciendo pilotaje.
Las publicaciones que tenemos que utilizar son : la carta y el Anuario
de Mareas; a veces, también el Derrotero y el Libro de Faros. El único
instrumento indispensable es un trocito de hilo de vela (pero también
pueden resultar útiles un compás de alidada y una regla de Cras).
A pesar de esta austeridad de medios, el pilotaje es una técnica muy
exacta, cuya prádica debe ser llevada a cabo de forma rigurosa. Es cier-
to que podemos contentarnos con aproximaciones al navegar por una
zona completamente despejada, sin peligros próximos: el juego de las
"posiciones relativas" nos permitirá situarnos más o menos, y esto mu-
chas veces es suficiente. Pero todo cambia cuando nos acercamos a tie-
rra, y tenemos que meternos por un paso estrecho, o bordear una cos-
ta llena de escollos. Fiarnos de nuestra intuición, o de la precisión de
nuestra vista resulta entonces muy arriesgado por una razón concreta:
960 Navegación Na ve gac i ón costera 961

en la mar, es imposible evaluar correctamente las distancias a simple zarla con precaución. Lo mismo ocurre con un barco fondeado. Necesi-
vista más alld de unas decenas de metros. Es necesario fiarse de algo tamos marcas que estén completamente fijas.
más, que no sean nuestras impresiones. El pilotaje consiste principal- Hacen falta marcas lo más "puntuales" posibles: una colina sin un
mente en buscar puntos de referencia en la carta y hacer que dichos picacho que sobresalga no es una buena marca. Como tampoco lo es
puntos se puedan utilizar por medio de un sistema muy sencillo: las en- una casa demasiado cercana (su chimenea, quizás). Los faros y las ra-
filaciones. diobalizas son marcas perfectas y aún más al ser fácilmente identifica-
bles.
A B e o Menos identificables son las rocas; pero con frecuencia son las úni-
Las enfilaciones cas marcas posibles. Hay que observarlas en la carta con una atención
J J J J Cuando a la vista de un observador dos objetos se perfilan uno exacta- especial. Tener en cuenta su tamaño, su altura, su forma (que puede
mente detrás del otro, se dice que están enfilados, que forman una en- cambiar con la altura del agua). Una roca perdida en medio de un
filación . Consecuencia inmediata, infinitamente preciosa y precisa: el montón de rocas de su misma altura (o incluso ¡detrás de una más
observador se encuentra en la prolongación de la línea que une las dos grande!) no nos sirve para nada. Una roca negra, un islote, una punta
marcas .. sólo nos son de utilidad por sus declives (sus bordes), pero entonces
Basta con elegir buenas enfilaciones sobre la carta, saber encontrar- hay que prestar atención a la zona litoral que puede prolongar esos de-
l as marcas A, e v o son buenas: tienen las en la realidad y el mundo (costero) es nuestro. Con una buena enfi- clives durante la bajamar y desplazar completamente la enfilación.
un a punta o una lin ea vertical marcada. lación por delante podemos meternos en el paso más estrecho. Con No podemos citar todos los casos posibles. De manera general, dire-
B no es bu ena marca pues es una buena enfilación por cada lado, podemos circular entre escollos. mos que una enfilación es tanto más exacta cuanto más alejadas estén
redondeada, poco definida. Con dos buenas enfilaciones, podemos situarnos con bastante exacti- las marcas una de la otra, y cuanto más altas y estrechas sean.
tud (estaremos en la intersección de las dos líneas ... ). Tomando una en- Señalemos también que las marcas situadas a uno y otro lado del
filación podemos también (tal como hemos visto al principio del libro) observador no pueden constituir en modo alguno una enfilación útil, si
observar el abatimiento del barco, saber si avanza o retrocede . Con no es para los pájaros marinos y otras gallináceas que tienen un ojo en
una enfilación también podemos encontrar otra enfilación. En fin, para cada lado de la cabeza.
el piloto sagaz que contempla su carta, cada roca está llena de un Por el contrario, dos marcas ligeramente desplazadas, una en rela-
montón de líneas a lápiz listas para ser trazadas hacia todos los lados ción con la otra, pueden formar una enfilación válida en ciertos casos.
con el fin de establecer un puente con otra roca, y encontrar la llave del Hablamos en ese caso de enfilaciones "abiertas" . Por ejemplo, la roca
paisaje más herrnétilo. W está abierta a la derecha de la baliza X; el faro Y está abierto dos es-
Pero nos hacen falta buenas enfilaciones. Y por lo tanto, para empe- loras a la izquierda de la torreta Z. Se utiliza este tipo de enfilaciones,
zar, buenas marcas. bien porque no encontramos nada mejor, o porque hay un escollo jus-
Una boya no es una buena marca, a pesar de su perfil exacto: se to en la enfilación de las dos marcas: basta entonces con dejar abierta
mueve un poco debido al viento y a la corriente yeso basta para utili- la enfilación para evitar el escollo.
Cuando se trata de trazar la derrota con exactitud en una zona aba-
rrotada, la elección de las enfilaciones es algo bastante complejo. Hay
que organizar el paisaje de alguna manera alrededor de la ruta elegida
y la mayoría de las veces ese paisaje no parece haber sido creado espe-
cialmente para ello. Todo el arte del pilotaje consiste precisamente en
saber transforma r el azar en necesidad.
Esto requiere una gran disciplina. Definir todo con antelación sobre
la carta : la derrota, las enfilaciones, los medios para encontrar las mar-
cas en la realidad. No olvidarnos de nada y apoyar cada razonamiento
hasta sus consecuencias más extremas. Dudar es equivocarse. Y cuan-
do parece que todo está claro, prever, además, soluciones de repuesto. Enfilación a bierta. La roca X esta

Una e nfilación perfecta a la entrada del Una vez dentro del paisaje, no hay que inventar una variante de última abierta a la derecha de la torre ta, o bien

golfo de Morbihan : el campanario de


hora, que pueda llevarnos a un callejón sin salida. No hay que distraer- la roca X esta abierta a una media.

Bade n con la pirámide del Petit Vezid. se: primero hallar las marcas, luego admirar el paisaje. a nchura a la derecha de la torreta.
962 Navegación Navegación costera 963

Las reglas del juego son sencillas. La forma de razonar lo es bastante Más vale que entre por el Norte. Pasaré rascando Penfret: la roca
menos: es cuestión de circunstancias. Aquí las consideraciones de tipo que hay enfrente de la punta Norte, Pen-a-Men, forma un acantilado,
general no sirven como ejemplo. Vamos a proponer uno, que tiene co- no hay costa arenosa.
mo telón de fondo el archipiélago de Glénan, una zona especialmente Una vez que haya pasado Pen-a-Men, hay un gran canal entre Pe n-
idónea para este tipo de ejercicio. fret y una isla que se llama Guiriden. Tal como se ve en la carta, más
Para seguir el razonamiento del piloto, hay que disponer del mismo que una isla parece un banco de arena y rocas, con un escollo central,
material que él: la carta, un cordel y ganas de llegar ... Para facilitar el señalado con (5,9 m) y otro señalado con Gd! al Este. Pues, empeza-
trabajo, hemos indicado sin embargo en la carta de las Glénan includa mos pronto, con lo negado que soy para las matemáticas, va a ser un
en este libro, las enfilaciones que va a utilizar y los puntos desde donde problema que las rocas estén medidas desde dos niveles de referencia
las ha visto. distintos: unas, las que tienen un número seguido de una "m", están
medidas desde el nivel medio del mar; y las otras, cuyo número está
subrayado y en cursiva, están medidas a partir del nivel de las mareas
El soliloquio del piloto más bajas conocidas. Y esto es porque uno?s sobresalen siempre y las
Para seguir esta parte podemos utilizar la carta del archipiélago de Glé- otras no. Está clarísimo que, visto el nivel de la media marea en esta zo-
nan que publicamos en una lámina, pero el lector aprovechará mejor na, hay que sumar unos 2,90 metros a las primeras para hacerse una
las explicaciones utilizando la carta 6648 P, archipiélago de Glénan, idea de su altura en relación con las segundas, lo cual no impide que
editada por el SHOM. también me fastidie. Enfin, que la de (5,9 m) será mucho más alta que
la que viene señalada con UAJ, basta con saberlo y asunto concluido. Estirando el cordel entre Méaba n
Me llamo Ezequiel. Vamos a suponer. Vengo de Groix y vaya la isla Entre Penfret y Guiriden, hay bastante agua. Pero, sin embargo, de marcado con 6,5 m y la cortada
de Cigogne, en el archipiélago de Glénan, para ver a Sofia que esta ha- repente, hay un punto negro: justo en medio de mi derrota, veo una de Guéotec, tambié n paso por
ciendo un curso en su famoso Centro de Navegación. El viento es pequeña roca lisa señalada con L1I. que se llama Tete-de-Mort. y cuan-
la Tete·de·Mort.
WSW y, casualmente, casi no avanzo nada, se está haciendo tarde y do llegue no se verá. Por lo tanto tengo que bordear Penfret durante
me estoy empezando a hartar. bastante rato para evitar esta porquería.
Después, todo está claro hasta Cigogne. Todavía veo un (Q.2) en la
La entrada derrota, pero tendré suficiente agua para pasar por encima.
Modo de preparar Vamos a ver, no hay que ponerse nervioso. Acabo de mirar el Derrotero y Por lo tanto, el problema está en encontrar enfilaciones de seguri-
la ruta, con ayu d a d e l as Id l.drtd: el archipiélago está lleno de rocas, y entre estas rocas no es que dad para bordear la Tete-de-Mort. Primero necesito una enfilación
publicaciones náuticas: orientada más o menos Norte-Sur, para no desviarme demasiado hacia
haya mucha agua que digamos. Para facilitar la navegación por la zona,
ca rta, Derroteros y Anua- el Oeste al entrar; y después otra enfilación Este-Oeste que me indicará
el Derrotero indica algunas marcas importantes: en la isla de Penfret, al
rio de mareas.
Norte un faro y al Sur un semáforo; una baliza en una roca que se llama el momento en que, ya pasada la roca, podré cruzar la barrera repre-
La Pie; una torreta de 12 metros en otra roca, llamada Huic; la fortaleza y sentada por mi enfilación n.O 1.
la torre de la isla de Cigogne (seguro que Sofía está asomada a las mura-
llas); una torreta-baliza en la isla de Guéotec; la chimenea de una fábrica Mi primera enfilación: Méaban con Guéotec
en la isla de Loch; una casa blanca en la isla de Saint-Nicolas; y para ter- La carta indica una enfilación para entrar. Es increíble, la tengo de proa Modo de e ncon -
minar, una baliza al SE de la isla de Bananec, en la pu nta rocosa ... Bueno, al viento, o sea que no vaya poder utilizarla (un poco más tarde me trar una enfilación en la
por lo menos tengo bastantes puntos de referencia. daré cuenta de que esta enfilación no se ve bien desde la cubierta de carta con ayuda de l cor-
Mi barco tiene 1 metro de quilla. La mar está subiendo. Calculando un barco pequeño). Hay que encontrar otra . La isla de Guéotec, al Sur del.
rápidamente la marea creo que habrá unos dos metros y medio de del cana l, será una buena marca puesto que el Derrotero habla de su
agua cuando entre en el archipiélago. Delante tengo la isla de Penfret, baliza . Tengo que encontrar otra marca que pueda enfilarse con ésta.
facil de distinguir por sus dos colinas, la de la derecha en la que está el
faro y la de la izquierda con el sematoro. ¿Por dónde paso' Cojo el cordel. Y pongo un extremo en la baliza y voy barriendo to-
Me apetece entrar por el Sur; en la carta aparece un gran canal, el do el espacio que hay entre la Tete-de-Mort y Penfret; no encuentro
canal de Bilimec, con una enfilación que me llevaría derecho a Cigog- nada. Al Sur de la baliza, tampoco (y ademas, viendo la altura de la isla,
neo Pero pa ra entrar en ese canal tendría que bordear con el viento de seguro que no podré ver nada detráS). Quizás tenga más suerte con las
proa algunos escollos al SE, y no las tengo todas conmigo. cortadas de la isla de Guéotec. Voy girando el cordel a la derecha y a la
964 Navegación Navegación costera 965

En fin, que mi roca (6,5 m) es la más alta y la que está más a la iz-
quierda del grupo de rocas de Méaban, con agua por su parte izquier-
da. Me parece que ya lo tengo bastante claro.
(6,5 m)

+
Virada a la derecha: Saint-Nicolas y la Baleine
Ahora necesito una enfilación Este-Oeste que me permita saber en qué
momento, una vez pasada la Tete-de-Mort, podré lanzarme hacia Ci-
gogne.
¿Qué marcas identificables hayal Oeste del archipiélago' Al NW de
Saint-Nicolas está la torreta del Huie. En la carta incluso viene que es
un antiguo faro, Me encantan los faros, son claros, francos y total-
mente identificables. No hay ningún otro en esta zona, vaya intentar
utilizarlo. Colocando la cuerda sobre Huic, en dirección a la Tete-de-
Mort, enseguida aparece: un (3,5 m) encima de la zona litoral al N de
Vista del punto A. ¡la realidad es siempre sorprendente al compararla con la carta! V sin embargo. en ell a podemos reconocer
8ananee.
enseg uida todos los elementos que nos permitan encontrar la prim era enfi ladÓn. De izquierda a derecha : la isla de Gu éotec y
Pero ¿cómo vaya poder distinguir esta roca? Cuando pase Pen-a-
su baliza; luego la ro ca {4,5 mI y la de (4,1 mI de las Méaban: después. sin ninguna duda, la roca (6,5 mI que buscábamos: es la
Men no la vaya ver pues estará detrás de Guiriden. ¿Aparecerá clara-
más grande y la que esta m ás cerca y a su izquierda. tal como pensábamos hay una extensión de agua: y luego la roca
mente cuando baje hacia el Sur? ¿Cómo será el paisaje? Para averi-
13,30 mI . La enfil ación de la roca (6,5 m) de las Méabans con la cortada E de GUI!otec cae justo encim a de la Tete-de-Mort . Por
guarlo, coloco un extremo de la cuerda sobre Huir y deslizo el otro
10 tanto, basta con ver esta enfilación para evitar el escollo. El luga r desde el cua l se tiene esta vista, todavía está lejos de la
extremo sobre el recorrido que vaya hacer siguiendo mi primera enfi- Cómo "mover" el
enfil ación : todo va bi en. Incluso nos da tiempo a echar una ojeada a Penfret, que está a la izq uierda, donde vemos el semáforo
lación. Veo que Huic estará tapada en un principio por la Isla de Bru-
que nos indica la carta .

izquierda tomando como eje la cortada W: nada la vista. Y, después,


tomando como eje la cortada E, y ahí encuentro una enseguida: en pri-
mera fila de un grupo de rocas llamadas Méaban, hay una (6,5 m) que el Hujc
me viene fenómeno, pues es claramente más alta que sus vecinas. Enfi-
lando la punta de la roca con la cortada E de Guéotec, vaya caer justo
en la Tete-de-Mort. Así pues, si mantengo abierta esta enfilación, es
decir, si veo siempre un poco de agua entre la cortada de Guéotec y
esta roca (6,5 m) evitaré la losa . Fenómeno.
Aunque Guéotec sea fácilmente identificable ¿cómo voy a distinguir
con seguridad esta roca (6,5 m) entre todas las demás?
En primer lugar tengo que averiguar en qué orden van a aparecer las
rocas cuando llegue. Coloco un extremo de la cuerda sobre Pen-a-Men
y voy barriendo el canal que hay entre Guéotec y Penfret de Oeste a Es-
te. Lo primero que me vaya encontrar es Penfret: más o menos a la al-
tura del faro, hay una zona litoral, pero estará cubierta cuando llegue. Vista del punto B. Al entrar en el archipi élago, el piloto pon e rumbo hacia el Sur manteniendo la primera enfilación abierta . Ve
Después las rocas más lejanas del grupo de las Méaban, rocas bajas a su derecha algunas de las marca s características (no está n todas en la fotol que seña la el Derrotero. l a forta leza de Cigogne,
M, G.2J; y luego rocas bastante altas (4,5 m), (4, 1 m). En realidad por supuesto, la baliza cardinal Este de la punta de la Baleine y hasta la punta de la torr eta del Broc'h (puesto que se ven las
sólo cuando me separe un poco de Pen-a-Men podré divisar mi roca dos, también podríamos pasar al Norte de la Tete·de·Mortl. l a casa alta de Sa int-Nicolas todavía no se ve. M ientra s espera,
(6,5 m) y estará más o menos pegada a las demás. Pero si he de confiar nuestro piloto reco noce Drénec y Bananec con sus edifi cios . M ás a la derecha, acaba de aparecer el Huic a la izqui erda de la
Modo d e id e ntifi- en mi cordel, esta roca (6,5 m) tiene a la izquierda una zona de agua li- isla Brunec. l a roca negra que esta a su izquierda debe ser la 13,5 mI de la zona litora l Norte de Bananec [las pequeñas rocas
car las marcas en la reali - bre, antes de otra roca (3,3 m) detrás de la cual podré divisar, más lejos claras que hay entre el Huic y el (3,5 mI deben estar en segundo plano]. Sabrá a qué atenerse en cuanto vea que la roca mas
dad hacia el Sur, las rocas de Ruohl. negra va a pasa r la primera delante del Hulc.
966 Navegación Navegación costera 967

nec y después aparecerá a su izquierda, y a continuación la primera


roca que se verá delante de ella será precisamente la mía (3,5 m). ¡Fa-
cilísimo!
Sí, fácil, pero completamente absurdo. Sofía siempre me dice que
me encanta complicar las cosas y quizás no le falta razón. De repente
caigo en que voy a poder encontrar una enfilación mucho más sencilla Fournou Loc'h
si utilizo la costa Sur de las Islas de Saint-Nicolas y de Bananec, y más
aún por aHí hay muchas cosas en concreto: la baliza de la punta de la
Baleine al final de la zona litoral SE de Bananec, la casa blanca de Saint-
Nicolas, que debe ser bastante identificable puesto que sirve de marca
oficial para la enfilación de entrada por el SE.
Seguro que hay un montón de casas en Saint-Nicolas, pero no im-
porta: están situadas de manera que no me puedo equivocar.

Enfilando la casa o el grupo de casas que hay más al Sur con la bali-
za de la Baleine, paso estupendamente,
La cuestión está en encontrar esta baliza. Es amarilla y negra. Cuan-
Vista del punto C. El piloto baja entre Cigogne y Drénec. Delante d e él, entre la isla del Loc'h a la izquierda y la is la de
do llegue a Pen-a-Men, se confundirá con la isla de Drénec. Aunque su
Quigné nec a la derecha, hay un único revoltil lo de rocas grandes: Fournou Loc'h. La roca más grande de la de recha es la
color deberá resaltar. Pero no es seguro pues el 501 estará ya bajo en-
(6.6 m ) qu e va a deja r e n reserva: le será mu y va li osa después pa ra cru zar el canal pa ra salir.
tonces y quedará a contraluz.
Así pues, cuando baje hacia el Sur veré destacarse mi primera enfila-
ción delante del canal que hay entre Drénec y Saint-Nicolas. Atravesaré que allí tendré suficiente sitio para poder hacer un pequeño bordo si
el canal y cuando " llegue " a la cala de Saint-Nicolas, entonces ya casi fuera preciso.
podré vi rar. Cuando zarpe la marea estará baja, habrá más o menos 1 m de
He trazado mis enfilaciones en la carta y también he anotado en una agua. O sea que imposible pasar entre Drénec y Saint-Nicolas, tendré
esquina (pues tengo una cabeza espantosa) lo que tengo que identifi- que bordear Drénec por el Sur.
car, en el orden siguiente: Guéotec, la rOla (6,5 111) de Id~ Méauall, Podré pasar entre (igogne y Drénec. La roca U2J de la punta W
Drénec, Saint-Nicolas y la baliza de la Baleine. de (igogne se verá muy bien. Pero la (l) que está en medio del paso
Ya estoy listo. Dentro de un minuto dejaré atrás la Tete-de-Mort, iré se verá menos. Veo que esta roca W está justo en la enfilación de la
dando bordadas bastante cortas sin acercarme demasiado al Vieux-Glé- roca (5,9 m) de Guiriden con la de <4SJ que está situada en la punta
nan (¡ qué nombre tan raro! ), y por fin fondearé, más contento que de Bananec, justo a la izquierda de la baliza que utilicé ayer. Por lo
unas pascuas, al pie de las murallas de la fortaleza de (igogne. tanto, para evitar la roca W. me bastará con mantener abierta esta
enfilación. O sea que vaya zarpar dando una gran vuelta por el Nor-
La salida te, pues no hay demasiada agua cerca de Cigogne; seguiré esta enfi-
Sofía no estaba en las murallas. Al parecer sus amiguitos barbudos le lación que acabo de encontrar, manteniéndola abierta y. cuando lle-
gustan más que yo. O sea que me voy. Anoche, sentado al lado de la gue a la altura de la roca U2J de (igogne, desviaré un poco el rum-
fogata, bajo las bóvedas de (igogne, he oído hablar de un paso bas- bo hacia el Sur.
tante corto y ancho que hay entre Huic y Gluet, vaya salir por ahí. La
búsqueda de las marcas me hará olvidar mis tristes pensamientos. Una bonita enfilación por detrás:
Guéotec con la Bombe
Esta mañana el viento es ESE. El recorrido parece posible, tendré Ahora necesito una enfilación para bordear la costa Sur de Drénec. Hay
vientos portantes casi todo el rato: primero, para pasar al Oeste de Dré- un canal. con bastante agua, entre esta costa y la roca (21).
nec y después para subir hacia el Bondiliguet. En ese momento me pa- Coloco el cordel en este canal y enseguida encuentro una enfilación
Cómo c urar l as rece que tendré que dar un rodeo hacia el NE para situarme delante del estupenda por detrás: la baliza de Guéotec con la Bombe. Evidente- Có m o e n co ntrar
paso de Huic y quizás tenga el viento demasiado de punta. Pero creo mente, no es que sea muy cómodo seguir una enfilación por detrás, una salid a de em erg encia.
968 Navegación Navegación costera 969

pero haciendo pilotaje, a veces es la mejor solución, por la sencilla ra- • la roca (3,8 m) de Huic;
zón de que vemos mejor las marcas que tenemos detrás que las que • después la (3,7 m) al final de la costa arenosa al W de Saint-Nicolas;
Cómo pararse a
están delante. Ahora veo bien la baliza de Guéotec. La Bombe la vi ayer • luego enseguida la roca (6,4 m) de Bondiliguet;
al llegar, además la puedo ver desde el fondeadero: es una roca que • después las distintas rocas de Gluet;
está completamente separada, la distinguiré fácilmente desde el otro • y la primera roca a la izquierda de Gluet será la (5,3 m) de Bondili-
lado de Cigogne. guet, que es la que necesito.
Siempre uso un cordel bastante largo para buscar las enfilaciones
y hoy tengo que felicitarme: al extender el cordel desde la baliza de Tengo que recordar esto: al dar la vuelta a Drénec, cuando vea la to-
Guéotec hasta el borde Oeste de la carta, observo que la enfilación rreta del Huic al Norte, mi roca (5,3 m) de Bondiliguet estará justo a la
de Guéotec con la Bombe tiene una segunda ventaja muy concreta: me izquierda de Gluet.
va a permitir salir todo recto del archipiélago, por si no puedo encon- Son demasiadas cosas para ver al mismo tiempo. Tendré que estar al
trar mis marcas para subir hasta Huic (nunca se sabe, pero estoy un po- loro al dar la vuelta a Drénec. Y no estaría mal tomar precauciones: voy
co cansado, y he dormido mal). Sólo hay una pequeña roca (2) bas- a medir en la carta la distancia que tengo que recorrer para pasar de la
tante fastidiosa al Sur de la torreta del Broc'h. Para evitarla, tendré que enfilación Huic -cortada W de Drénec a la siguiente enfilación, Gluet-
modificar un poco mi enfilación despues de pasar la punta Sur de Dré- roca (5,3 m) de Bondiliguet: salen 200 metros. Con viento de popa, y
nee: enfilar la baliza de Guéotec, ya no con la punta de la Bomba, sino esta brisa bonancible, por lo menos vaya hacer 5 ó 6 nudos. Grosso
Enfilación de la baliza de Guéotec con con su cortada N y en ese mismo momento podré pasar con bastante modo, recorreré estos 200 metros en un minuto. Si al cabo de un mi-
la Bombe .. facilidad . nuto y medio no veo nada, me daré la vuelta.
y además, tengo un punto de referencia bastante cómodo: Rocher
A la vuelta de Drénec Job, una roca aislada que la tengo casi delante y que seguramente po-
Hasta aquí la cosa es bastante fácil. Pero a partir de ahora, necesito dré identificar desde lejos. Si empiezo a ver hileras de lapas delante de
una enfilación para subir hacia el Norte, después de evitar Drénec. En- Rocher Job, es que verdaderamente ya no podré virar.
tre todo el follón de rocas que veo en la carta, la de Gluet me parece
interesante: en concreto hay una (9,2 m) completamente al Norte, jus- ¡Un momento!
to detrás de una grande (9 m). Al encajar las dos rocas, se formara una La cosa no está nada clara. Creo que me vendría bien reservarme una Cómo rese rvarse
gran superficie que se debe distinguir muy bien. Enseguida encuentro pequeña zona para moverme al SW de Drénec, un rincón donde pueda rle descano
una enfílación adecuada: Gluet con la roca (5,3 m) del Bondiliguet. Pe- virar en redondo hasta que haya encontrado mi enfilación. Esta zona
ro localizarla es otra cuestión. para poder moverme, la delimitaré con tres sencillas enfilaciones, de las
¿Qué es lo que vaya ver aparecer al dar la vuelta a Drénec? Coloco cuales ya conozco dos:
un extremo del cordel sobre la cortada W de la isla y lo hago girar a • Guéotec con la Bombe, que me protege al Norte;
partir del Oeste hacia el Norte. Tengo que ver aparecer sucesivamen te: • Huic con la ladera W de Drénec, que me asegura al Este;
la torreta del Broc'h (es la única torreta de la zona) y luego, más o me- • y, por último, Broc'h con la Rocher Job, que cierra muy bien el
nos seguido, un verdadero desfile de rocas altas: Castel Braz, Carrec triángulo.
Cristophe, y Castel Bihan. Castel Bihan tiene que distinguirse bien, hay De este modo, podré pasearme por dentro todo el tiempo que nece-
rocas con acantilados (7,2 m), (7,5 m) y junto a ellas un cana l bastante site. Y así seguro que acabaré encontrando la roca (5,3 m) de Bondili-
ancho. guet.
A partir de ahi, parece que la cosa se complica, hay rocas en dos pIa- Después, subiré hasta la enfilación Gluet - (5,3 m), casi hasta llegar a
nos: a lo lejos esta Run, Gluet y Huic; más cerca el grupo del Bondili- esta última.
guet. ¿Cómo me situaré? Cuando llegue, tengo que virar a la derecha para evitar la roca (6,4 m)
de Bondiliguet que me separa de la salida. En la carta, parece muy fácil,
Pensándolo bien, lo mejor será quizás que mueva la cuerda hacia la pero tengo que plantearme si todavía vaya necesitar otra enfilación pa-
otra dirección, desde Huic, cuya torreta seguro que podré identificar ra dar ese pequeño rodeo. Pero con un razonamiento parecido fue co-
Cómo ha ce r la s con facilidad , Así pues, coloco un extremo de la cuerda en la cortada mo me quedé sin mi anterior barco, el Sofía VII. Además para dar este
cosas fáci les cuando so n W de Drénec, y el otro en Huic, y empiezo a barrer la zona desde Huic rodeo, tendré que dar una bordada, y entonces corro el peligro de per-
demasiado complicadas.
hacia el Oeste. Sucesivamente tengo que ver aparecer: derme completamente si no tengo ningún punto de referencia.
970 Navegaclon NavegacIón costera 971

después el semáforo de Penfret; Justo en ese momento, mis dos colegas


que hacen de ventana estarán escondidos detrás de Roc'h ar (,haor,
Los volveré a ver un Instante después. Y al fondo, a su derecha, la Isla
de Brunec Ya esta, no hay ningún problema
cortada N del Buquet
El canal de salida
Por las buenas o por las malas, necesito una última enfllaoón Orientada
Sur-Norte, para cruzar el canal que hay entre HUle y Gluet, pues la cos-
ta arenosa de Gluet se prolonga hacia el Este. Para encontrar alguna
enfllaClón seria, tengo que Ir a buscar al quinto mflerno, al Sur de Dré-
nec: encuentro la gran roca (6,6 m) de Fournou Loc'h. Hay tambIén
otras rocas alrededor, pero ésta es la que esta sItuada mas al Oeste de
todo el grupo y ademas es la más grande
Esta roca (6,6 m) que se ve entre la ladera W de Drenec y la ladera E
de la roca (8 m) de QUlgnenec, es perfecta Pero está algo leJOS y SI
qUIero encontrarla es necesaflO que la 10callCe mucho antes cuando pa-
Vista del punto D. la cortada N de Buquet se encuentra en la ventana, entre la roca 17,4 111 ) V la (8,7 m ). Esta ultima se se al Sur de Drénee. Me doy cuenta que deberé tener Fournou Loc'h
distingue bastante mal sobre Brun ec, pero la veremos mejor cuando cambie la enfilación, pues lo s dos planos están ba stante mas o menos a rumbo en el momento en que baje entre Cigogne y
alejados uno del ot ro. Drénee. Es el montón de rocas que haya la derecha de la Isla del Loch,
y la roca (6,6 m) es la que está mas a la derecha de todas. Después,
Otra puerta de salida cuando esté cerca de la salrda, veré las demas rocas de Fournou Loc'h
De pasada, CdlgO en que SI en ese momento ya estoy del todo harto, cómo van desapareciendo una a una detras de la ladera W de Drénec
siempre puedo separarme bastante por el Oeste, dejando la torreta de y sólo quedara la de (6,6 m) entre Drénec y QUlgnenec Y SI por casuall:
Broc'h a mi Izquierda. Entonces podré salir por el canal de las Blul- dad no la veo (no pasa nada, pues hay sufiCiente agua para navegar), la
niers . Pero soy muy terco y pienso hacer todo el recorrido que me he enfdación ladera E de Quignénec con ladera W de Drénec me lo indica-
fijado ra No tengo más que ambar para que vuelva a aparecer. Ahora, tengo

El Buquet con la ventana


Coloco la cuerda entre Bondlhguet y la Roe'h ar C'haor (un nombre de
lo mas sugerente para quien hable el Inglés), en el eje SW-NE la ladera
N de Brunec, o más exactamente de Buquet que está justo detras, apa- Fournou Loc 'h
rece entre dos piedras muy cercanas una de otra, una de (7,4 m) y la
otra de (7,8 m) que deben ser totalmente VISibles puesto que son altas
y más bien estrechas.
Si me veo obligado a dar una pequeña bordada, puedo hacerlo JU-
gando con esta extraña ventana: la ladera N del Buquet que se ve justo
a la derecha de la roca (7,4 m) será mI limite por el Norte; y la misma
ladera escondida detras de la roca (8,7 m) será mi límite al Sur
¿Cómo voy a IdentlflCar todo esto? Roc'h ar C'haor debera aparecer
en cuanto haya pasado la enfllación de HUlc por la cortada W de Cré-
nec: es la pnrnera roca Importante que haya la derecha de HUle.

En cuanto a lo de mas, cuando suba haCia la enfilaClón Gluet - (5,3 m)


de Bondlliguet tendré que observar eómo va transcurriendo el palsa¡e a
Vista del punto E: No hay ninguna duda posible sobre la iden tidad del 16,6 m} de Fournou loc' h: aparece sola, al fondo , a la
mi derecha. Jna vez pasado Drénec, tengo que ver aparecer Clgogne y derecha de Ouignénec. Es tamos en e l canal de sal ida.
972 Navegación Navegación costera 973

que apuntar con todo cuidado mis marcas, según el orden cronológico A falta de enfilaciones, continuamos con marcaciones. Cambiamos
en el que debo buscarlas. el cordel del piloto por un material mas complicado: el campas de ali-
dada y el transportador. La aritmética le cede el paso a la geometría.
• En el fondeadero: (4.2) de Bananec Empezamos a tomárnoslo en serio: va"mos a situarnos.
(5,9 m) de Guiriden
La Bombe
Situación por demoras
• Bajando hacia el Sur: (6,6 m) de Fournou Loc'h Para situarse hay que:
• En la enfilación • hallar las demoras;
Gueotec-Ia Bombe: Rocher Job • corregirlas con el valor de la declinación;
La torreta del Broc'h • llevar las demoras a la carta;
La torreta del Huic • comentar el resultado;
El Gluet (4' a partir del Huic)
(5,3 m) del Bondiliguet Hallar la demora
Roc'h ar C'haor Ha lla r la demora de un objeto es med ir el ángulo que f orma la
visua l dirigida a ese objeto y una dirección de re f erencia que es
• En la enfilaóón el Norte.
Gluet-Bondiliguet: Semáforo de Penfret (7,4 m),
La medida se lleva a cabo con ayuda del compás de marcaciones,
(8,7 m) delante de Brunec
que se puede tener en la mano y que tiene un visor con un prisma: en~
y Le Buquet
foca mas la marca y leemos en el prisma el va lor del ángulo indicado
• En la enfilación por la rosa.
Buquet-Iumbrera: Volver a situar Fournou Loc'h No hace falta decir que esta medida no es muy exacta, sobre todo
cuando se toma desde la cubierta de un barco pequeño. Y todavía me~
Resumen nos si la mar está picada ... Hay que considera r la posibilidad de come·
Ya estoy de vuelta en casa. Yo que creía que las formaciones de Carnac ter un error de ± 1° en calma chicha, de ± 2° con marejadilla y de ± 5°
eran las más bellas del mundo, ahora veo que las enfilaciones de Glé~ con mar gruesa.
nan tampoco están mal. Las enfilaciones más bonitas son las que uno Para reducir lo máximo posible este margen de error, en primer lu~
encuentra para sí mismo. Y el paisaje era maravilloso. Desgraciadamen~ gar, hay que aprender a utilizar correctamente el compás de marcar. Lo
te no se ve muy bien en mis dibujos. De todas formas lo que los dibujos principal es no cansarse en balde: si nos colocamos primero el visor del
no pueden describir es el placer, esa especie de alegría que uno siente instrumento delante de los ojos y barremos después el horizonte en
cuando de repente identifica una roca con toda seguridad en medio de busca de la marca, pronto tendremos el brazo agotado.
las demás y es capaz de llamarla por su nombre. De repente es como si Vale más actuar de la manera siguiente: localizar la marca, colocar el
viviera el paisaje. compas a la altura de la barbilla y esperar que la rosa se estabilice; fijar
Volveré a las islas de Glénan, con Sofía o sin ella. Haré el recorrido la vista en la marca, poner el visor del compás delante de nuestros ojos
en sentido contrario, entrando por el canal de Huie. Bastará con situar y leer. Asimismo, debemos colocarnos en un lugar de la cubierta donde
Fournou loc'h entre Drénec y Quignénec, es como meter la llave en la la rosa no pueda desviarse a causa de las masas metálicas. Hablaremos
cerradura, entramos y ya estamos en casa. Siento algo especial al haber de este problema un poco más adelante a propósito del campas de
aprendido eso. Pero igualas estoy aburriendo. ruta.

Corregir la demora
MODO DE SITUARNOS El compás indica el Norte magnéti co, y sabemos que éste no coincide ElCtracto de la carta n!l! 0101 GS
Cuando nos alejamos un poco de la costa, la mayoría de las marcas se con el Norte ve rdadero (dirección de los meridianos). Por lo tanto, an- del SHOM.
borran en el paisaje. Muy pronto no quedan ya más que algunos pun- tes de llevar una demora a la carta, hay que tener en cuenta la declina~ Línea s de igu al declinación en 1980.
tos señalados, desperdigados por el horizonte. las enfilaciones son es~ ción, es decir el ángulo formado por la dirección del Norte magnético y Líneas de igual variación de declinación
casas, ya no podemos encontrar dos al mismo tiempo para situarnos. la dirección del Norte verdadero. El valor de este ángulo varía, evidente~ en 1980.
974 Navegación Navegación costera 975

s. ~
mente, según el lugar donde nos encontremos. También varía en el Llevar la demora a la carta
tiempo, pues el Norte magnético no es fijo: va y viene a lo largo de los Para llevar la demora a la carta, hay que tener un transportador (con el
siglos. fin de trasladar el ángulo desde un meridiano) y una regla (para trazar
54
Según el lugar donde se encuentre. la declinación es Este u Oeste. la reda). Puesto que no resulta muy cómodo manejar al mismo tiempo
Está indicada en la carta, así como también el valor de su variación de un transportador y una regla, se han inventado sistemas que permiten
52
~ un año para otro. En la zona de las islas Glénan, por ejemplo, la decli-
nación era de 5° 30'W en 1990; al variar 7' E cada año, es de 4° 48' W
unir los dos instrumentos en uno solo. En Francia, las regias- tra nsporta-
dor que más se utilizan son la regla Auto-cap, el Transportador bretón
\
5° 30 W en 1996 y aún sigue disminuyendo. y la regla de Cras (nombre de su inventor, el Almirante Jean Cras).
O'JoI Cuando la declinación es Este, hay que sumarla al dato proporciona- En la regla de Cras están dibujados dos transportadores (semicircu-
Chang "ilM l' E do por el compás. Cuando es Oeste, hay que restarla. Pasamos asi de la las) cada uno de ellos con una doble escala, que sirve para medir un

se,,/.
54 demora magnética a la demora verdadera. Para recordar el sentido en ángulo tanto desde un paralelo como desde un meridiano. Una flecha
/' nos indica el sentido hacia donde debe orientarse la regla.
que debe hacerse la corrección:
• 105 que estén fuertes en matemáticas se aprenderán la siguiente La extrema sencillez del instrumento resulta bastante desconcertan-
51
44 fórmula: DV = Dm + dm te, sobre todo para los alérgicos a los números. Pero, según vamos mo-
dm positiva si es E viendo la regla sobre la carta, comprendemos enseguida el principio en
Indicaciones rela tivas a la declinación dm negativa si es Oeste que se basa. Para trasladar una demora, hay que trabajar por etapas:
en las cartas marin as. • los despistados se preguntarán : "¿Es más o es menos? " dándose • colocar la carta delante de nosotros, lo más cerca posible, con el
cuenta de que en la misma pregunta ya está la contestación; ESte más, Norte hacia arriba; ,.
OESte menos; • poner la regla sobre la carta, de manera que la flecha esté orienta- --CUadrante

• los perfeccionistas enseguida harán el dibujo de abajo. da, más o menos, hacia la marca señalada . Hay que suponer que ya sa-
En todos los casos, es conveniente tener un truco para saber, sin te- bemos de forma espontánea en qué cuadrante se encuentra la marca; 90'
ner que pensar demasiado, si hay que sumar o restar la declinación. Lo una marca situada a 312, por ejemplo, está en el 4° cuadrante.
que nos parece evidente cuando estamos sentados en un sillón, nos lo • llevar uno de los bordes de la regla sobre la marca. Resulta cómo- 2.'
parece menos en la mar, mientras el barco se balancea y una náusea do colocar la punta de un lápiz sobre la marca y apoyar ahi el borde de 310 uadrante
repentina viene a sumarse a una repugnancia crónica, para desembo- la regla;
car en un verdadero mareo. • deslizar y girar la regla hasta que coincidan al mismo tiempo:
- el centro (marcado con un círcu lo pequeño) del transportador si-
tuado más hacia el Sur sobre un meridiano o un paralelo; Los cuatro cuadrantes.

Control del compás de alidada


El desvío
En un mundo idea l, el compás de marcaciones debería señala r el Norte magnético. Pero, ¡he-
t e aquí! que está sometido a numerosas influencias nefastas: la electrónica, los altavoces, el
reloj y la montura de las gafas de la persona que lo utiliza, etc., que lo desvían.
Si utilizamos un compás de alidada móvil este desvío deberá ser nulo so pena de obtener
datos erróneos. Por lo tanto hay que buscar uno o varios lugares del barco en los que este
desvío sea nulo, y desde ahí tom ar las demoras.
Es conven ient e comprobar de vez en cuando que las circunstancias no varían. Para ello se
co mparan las indicaciones del compás de navegación con las del compás de alidada (y se
averigua cuá l es el que marca co rrectamente) o bien se hallan demoras de enfilaciones cuyas
Cuando la decli nación es W, la demora Cuando la declinación es Este, la direcciones ya co nozca mos.
verdadera es menor que la demora demora verdadera es m ayor que la Si el compás de alidada es fijo lo co mpensaremos y regularemos como un co mpá s de ruta.
magnética. demora magnética.
Navegación costera 977

- sobre el mismo meridiano o paralelo, la escala corresponde al án-


gulo marcado. Para leer esta escala no hay que torcer el cuello: la esca-
la cuyos números vemos derechos es la que vale. Podemos comprobar
que, de las dos escalas que lleva cada transportador, es la escala exte-
rior la que cuenta cuando utilizamos un meridiano y la interior cuando
utilizamos un paralelo.
El único problema es conseguir colocar de modo exacto la regla en
función de estos tres puntos de referencia: la marca, el meridiano (o
paralelo) y el valor del ángulo.
Cuando todo nuestro universo se mueve, puede resultar un ejercicio
de acrobacia. Pero cuando lo conseguimos, sólo nos queda trazar una
recta (o una semirrecta) desde la marca en la dirección en que nos en-
contramos en relación con ésta, es decir, en el sentido inverso de la fle-
cha . Con una demora sabemos que el barco se encuentra en alguna
parte de esta semirrecta, o aproximadamente.

Situación por dos demoras


Está claro que necesitamos por lo menos dos demoras para obtener
una situación. Para que esta situación sea válida, conviene que las
dos marcas señaladas no estén demasiado cerca una de otra: lo ideal
es que las dos demoras se corten en ángulo recto. Podemos observar
en el dibujo que la imprecisión de las demoras forma un "cuadrilátero
de incertidumbre", que aumenta cuanto más próximas estén las de-
moras unas de otras. Este cuadrilátero sigue ampliándose si las mar-
cas están muy lejos, si el barco se mueve mucho y si el navegante es-
S ituación por dos demoras.
tá cansado.

Situación por tres demoras


Una situación obtenida con dos demoras no es nunca muy exacta: en
la mayoría de los casos vale más hallar tres demoras para conseguir un
resultado más fiable. Es conveniente que estas demoras disten entre sí
aproximadamente 60°.
Como la operación puede llevarnos bastante tiempo (y el barco va
avanzando) resulta prudente marcar primero la señal que se "mueva"
menos, es decir la más alejada, o la que se encuentre más cerca del eje
del barco.
Al trasladar las tres demoras sobre la carta obtendremos un trián-
gulo o "sombrero" dentro del cual deberemos encontrarnos, en prin-
cipio. El tamaño de este triángulo nos indica de una forma muy gene-
ral, el valor de la situación . Si el sombrero es inmenso, sin duda hay
un error en algún sitio: bien en la identificación de las marcas, bien Nada indica que estemos de ntro del
en las mismas demoras. Si es pequeño, podemos pensar todo lo más triángulo, para convencernos bast a con
que no hay un gran error, pero todavía no tenemos más que una qu e tome mos una cuarta de mora . La
aproximación. Y si por casualidad no hay sombrero, es decir, si las de mora de la torreta es la más exacta
tres demoras se cortan en un punto, no hay que saltar de alegría, pues es la más próxima .
978 Navegació n Na ve gac ió n costera 979

pues, excepto en caso de milagro, es demasiado bello para ser cierto.


Nos bastará tomar una cuarta demora para volver inmediatamente a
la realidad.
41" ~ 4· :;. ~1 5.0 4.0

Situación por dos demoras y un a enfilación


Puede suceder que todavía encontremos alguna enfilación de vez en
"
'. ~ 1" 39· l" <J S. l

cuando. El momento en que pasemos por una de ellas es excelente pa-


ra situarnos: basta con tomar dos demoras y ya no obtendremos un
sombrero en la carta, sino un simple segmento delimitado por las dos
demoras sobre la recta trazada de la enfilación. Obtendremos de este
modo una situación mas exacta .

Situ aci ón por dos demoras V una Analizar la situación


enfiJ aciÓn. No h ay imp recisión más que Cuando hayamos trazado las demoras en la carta y obtenido un trián-
en ras demoras. gulo no demasiado ridículo, nos queda estudiar la situación y, si es po-
sible, precisarla. Esto se lleva a cabo principalmente comparando la car-
ta con el paisaje. En la carta, desde la situación que hemos obtenido
debemos ver los objetos señalados del paisaje con el mismo ángulo que
en la realidad.
y puesto que pasamos justo a la vista de la punta de Trévignon, va- "
mos a aprovechar para poner un ejemplo.
Hace buen tiempo, tenemos marcas bastante cercanas y bien situa-
das: a la izquierda la torreta de les Soldats; en el centro, el faro de Tré-
'.
vignon y a la derecha la torreta de Men-Du. En la práctica, no es necesario llevar tan lejos la comprobación: con - Extract o d e la carta 7031 P d e l S HOM .
Marcamos: les Soldats a 342° sideramos que estamos en el centro del triángulo, pero sin eliminar del
el faro a 19° todo la posibilidad de que también podríamos estar aliado ..
Men-Du a 69° Cometer una equivocación es muy fácil: supongamos que al marcar
Men-Du, leemos en el compás 59° en lugar de 69° (es decir 52° verda-
A estas marcaciones hay que aplicarles la corrección de la declina- deros); el triángulo no es ya el mismo, es muy pequeño pero totalmen-
ción señalada en la carta: ]O 30'W en 1975, es decir un decremento te fuera del asunto. Y sin embargo, seguimos teniendo el castillo de
anual de 5'E : 7° 05' W en 1980 (pongamos 5°). Trévignon a la derecha del faro y Men-Du a la izquierda de Raguénes.
Obtenemos: les Soldats a 337° Sólo tenemos una posibilidad de darnos cuenta de nuestro error: en la
el faro a 14° carta Corn-Vas está casi enfilado con He Verte, mientras que en la reali-
Men-Du a 64° dad se encuentra claramente a la derecha. Esto debe mosquearnos.

Con estas tres demoras obtenemos un triángulo bastante decente, Encontrar nuevas marcas
de modo que hay que comprobar inmediatamente la verosimilitud. La Todas las marcas, por buenas que sean, tienen un defecto: " enveje-
carta y la realidad están de acuerdo: el castillo de Trévignon está a la cen " rápidamente . El barco sigue avanzando y hay que estar siempre
derecha del faro, la torreta de Men-Du a la izquierda de Raguénes y la pensando en buscar nuevas marcas, que serán los siguientes eslabones
boya de Corn-Vas a la derecha de 1Ie Verte. de la cadena. Cuando naveguemos por una zona desconocida (y es lo
Al ser Men-Du la marca más próxima, su demora es sin duda la más peor que os podemos desear), esta búsqueda puede resultar dificil y
exacta de las tres; es probable que esté al Norte del triángulo. necesitar alguna técnica.
Podríamos afinar aún más trazando el "ángulo de incertidumbre" de Una buena norma es comproba r siempre en la carta la identi-
cada demora, por ejemplo ± 2° como en el dibujo de la página 977: en dad de una marca nueva, incluso aunque creamos que la hem os
principio, debemos estar situados en el polígono más oscuro. reconocido.
980 Navegación
Navegación costera 981

de la declinación es Oeste, hay que sumar el valor de la declinación a la


demora verdadera .
Para no perderse en todo este lío de las correcciones, podemos re-
cordar que, cuando la declinación es Oeste:
• si la demora baja de la cubierta a la mesa de ca rtas, hay que
restarle el valor de la decl inación;
• si la demora sube de la mesa de cartas a la cubierta, hay que
sumarle el valor de la declinación.

A pesar de todas las precauciones que podamos tener, nunca esta-


mos completamente libres de cometer un error gordo. En éste, como
en otros muchos casos, el sentido común es el último medio de com-
probación. Si la situación obtenida nos indica, por ejemplo, que hemos
avanzado 32 millas en una hora, tenemos motivos para dudar. Lo mis-
mo ocurrirá, si esta situación indica que hemos sufrido un abatimiento
de 15° hacia la dirección de donde viene el viento ..
" "S La verosimilitud es una marca que no hay que perder nunca de
N
vi sta .
"@
" ~
El sextante en la navegación costera
El método para situarse por tres demoras, descrito anteriormente,
.,."
" es el método clásico que se utiliza con mayor frecuencia. Ahora
, bien, si tenemos un sextante a bordo y ardemos en deseos de utili-
zarlo, nos encantará saber que con él podemos situarnos muy bien
cerca de la costa . El sextante puede también resultar enormemente
útil lUdndo no dispongamos más que de una sola marca, o cuando
las marcas estén demasiado próximas unas de otras como para se-
Viniendo de Cherbourg, queremos
Uno de los errores más habituales es quedarse demasiado tiempo ñalarlas con la suficiente precisión . De todas formas, no necesita-
reca lar en Durlstan Head para entrar
con la nariz pegada a la carta. mos un instrumento muy caro, un sextante de plástico puede servir-
después en la bahía de Poole. La costa
nos perfectamente.
aparece entre la bruma ... No vemos
Cuando hayamos identificado dos o tres marcas y hallemos su de- La ventaja del sextante sobre el compás de alidada, cuya rosa no es-
nada que podamos identificar. excepto tá nunca inmóvil del todo, es que nos proporciona una medida exacta,
mora para situarnos, es conveniente señalar al mismo tiempo, hacia
una ladera, bastante <:Iara, a la
adelante, una o dos marcas todavía sin identificar. Después, en la carta, firme y definitiva, si somos capaces de hacer coincidir en el visor los dos
izquierda. la marcamos a 315 0
a partir de la situación del barco, llevamos las demoras de esas marcas puntos que hemos elegido observar.
verdaderos. Moviendo la reg la de eras
desconocidas para ver a cuáles corresponden.
sobre la carta, nos da mos cuenta que
El problema puede plantearse también en sentido inverso: señala- Situación por demora y altura
sólo puede ser StoA lban's Head;
mos en la carta una marca interesante, pero no logramos localizarla Gracias al sextante podemos situarnos con una sola marca por poco
est amos pues mas a l Oeste de lo que
con seguridad en el paisaje. Entonces tenemos que medir en la carta, a que conozcamos su altura. Sin embargo, hay numerosas marcas cuya
pensábamos. (Publicación SHOM .I
partir de la situación del barco, la demora en la que debemos ver nor- altura podemos encontrar en las publicaCiones náuticas, ya sea una
malmente la citada marca; a con tinuación, ya en cubierta, la buscare- montaña o un faro . Generalmente se emplean los faros, cuya altura
mos con el compás de alidada en la dirección indicada. Pero, en este viene señalada en el Libro de Faros.
momento, hay que tener cuidado: hay que transformar primero la de- El principio es el siguiente. Hallamos primero la demora de la marca,
mora obtenida en la carta (demora verdadera) en demora de aguja, es lo cual nos permite trazar sobre la carta una recta sobre la que se en-
decir, corregirla con la declinación en sentido inverso. En Bretaña don- cuentra el barco. Después, medimos con el sextante el ángulo o: forma-
982 Navegación
Navegación costera 983

do por la parte superior e inferior de la marca; y enseguida hallaremos bajo un ángulo a es un arco de círculo máximo que pasa por A y 8. En
la distancia a la que se encuentra y, por lo tanto, la situación del barco castellano, esto significa que habiendo marcado el ángulo formado por
sobre la recta, aplicando la siguiente fórmula simplificada que arroja un las direcciones de ambas marcas, A y 8, podemos trazar a partir de este
Vemos toda la edificación y conocemos resultado correcto (error máximo: 10 %): ángulo un círculo que pase por las dos marcas, y que tenemos la segu -
su a ltura; es e l caso más sencillo . d = (2H) : a ridad de encontrarnos en algún punto de ese círculo.
siendo d la distancia en millas, H la altura de la marca en metros, y o: Si marcamos de la misma manera el ángulo formado por la dirección
el ángulo marcado en minutos de arco. de la marca B y la de otra marca e, podemos dibujar una segunda cir-
No obstante, pueden presentarse casos distintos: cunferencia que pase por B y e, y esta circunferencia cortará a la ante-
• cuando vemos el conjunto de la edificación (por ejemplo en el ca- rior en un punto que no es otro que la situación del observador. ¡Qué
so de un faro) y conocemos su altura. Es el caso más sencillo: basta con maravilla ! Situación obtenida por a rcos capaces.
Vemos el nivel del agua a l pie de la hacer coincidir en la lente la parte superior e inferior de la edificación Al SW de Jersey, ahora que la visibilidad ha mejorado, podemos si- En color. planteamiento con compás;
marca cuya a ltura conocem os; hay que para averiguar el ángulo (1. tuarnos de esta manera, utilizando tres marcas que no estén muy aleja- en negro planteamiento con
te ner en cuenta la marea . • la base de la marca no se distingue claramente: s610 conocemos das unas de otras: A, el faro de la punta de Noirmont; B, el faro de la pe rpe ndiculares. En P la s itu ación por
la altura de la marca por encima de cierto nivel de referencia (nivel Corbiére; C, el faro de la punta Gros-Nez (en realidad, mirando desde demoras 112°) y distancia (5, 18)
NGF para una colina o un acantilado. nivel de una pleamar de coefi- más cerca, nos damos cuenta de que este último faro no es visible. ¡No (Publicación S HOM ).
ciente 95 para el foco de un faro). Hay que comenzar entonces ha-
ciendo un cálculo de marea, para "corregir la altura de la marca" con
/

No vemos la base de la marca que está el valor de ésta. A continuación hacemos coincidir en la lente del sex- ,/
/
más allá del horizonte; hay que tener tante la parte superior de la marca y la orilla del agua, para obtener el / ./
I
ángulo a;
e n cuenta la mare a V la re dondez
de la Tierra. • la base de la marca está más allá del horizonte. Este caso es muy "
frecuente puesto que, para un observador cuyos ojos estén situados a
2 metros de altura, el horizonte se encuentra a 3 millas. En este caso, JO

hay que tener en cuenta no solamente la marea, sino también la re- "' j e2
dondez de la Tierra. Podemos obtenerla utilizando una fórmula muy .-, ... "
/ ./ \-
complicada, tan complicada que es preferible consultar las tablas co-
rrespondientes .. ./ \ ..,
Nos encontramos al SW de Jersey, con mala visibilidad y sólo vemos
\
.." \
el faro de la eorbiére. lo marcamos a 12°. Echamos un vistazo al Libro
de Faros: la Corbiére es una torre blanca de 19 metros de altura. Medi- " >8
da del ángulo a con el sextante: 7',3.

Aplicamos la fórmula : d = (2 x 19) : 7,3 = 5,2 M , ),.


\ ' ':"!::/!;
\ ~u :'i!: I~
{ .; \.. \ "Ji" I,~.. I~
Si el ángulo a es correcto, nos encontramos a 5,2 millas del faro, en ' - ...... '¿:I ,. , - . '1-,
el punto P de la carta de la página sigu iente.
Hay que tener en cuenta que, para que la medida sea válida, el án-
gulo debe ser superior a 5'.
"
Situación por arcos capaces o ángulos horizontales
"
'.'
la situación por arcos capaces es muy fácil cuando disponemos de tres
marcas y el ángulo entre ellas es pequeño (decimos que están "dema- ,C<
siado próximas" unas de otras).
Sabemos ya (o lo sabremos más tarde) que el lugar geométrico de
las situaciones desde las cuales se puede contemplar dos puntos A y B
984 Navegación Navegac i ón costera 985

importa ! Marcaremos como punto e la ladera de la misma pun ta de vegación len ta. Conviene pract icarlo con el barco fondeado si tenemos
Gros-Nez). Esta vez, hay que colocar el sextante plano y hacer coincidi r dudas sobre la fiabilidad del compás de alidada.
una sobre otra las imágenes de las dos marcas.
• Medimos con el sextante el áng ulo entre A y B: 17° (ángulo a);
después el ángulo entre B y C: 22° (ángulo b); DAR UN RUMBO AL TIMONEL
• trazamos un recta que una A con B; Gobernar a ojo, es decir, pone r rumbo a un objetivo visible es muy
• desde A, trazamos otra línea recta formando con AS un ángulo agradable . Pero esto no siempre es posible. No siempre tenemos un
de (90°- a); punto de referencia delante; la visibilidad puede ser mala; y hay que l a correcció n tot a l (Ct l
• hacemos lo mismo desde B; contar frecuentemente con el abatimiento causado por el viento y con (w en francés) es ig ua l
• el punto de intersección de estas dos rectas es el centro el de la la deriva que origina la corriente. En estos casos dif erentes, tenemos a la s um a a lgebraica de
circunferencia que pasa por A y B; que seguir un rumbo con el compás. la declinació n D y del
• hacemos lo mismo con B y e, para obtener el centro de la circun- Pa ra dar al timonel el rumbo a seguir, el navegante debe transfor- desvío d: Ct = d + D
ferencia c2 que pasa por B y C: mar en rumbo de aguja, el rumbo verdade ro que ha trazado en la car-
• las dos circunferencias se cortan en el punto M: es la situación del ta. A esto se llama t razar el r umbo.
barco. 10 Hallar el rumbo verdadero. Esto lo hacemos tranquilamente como
Si no disponemos de compás, o si los arcos de círculo a trazar son sigue: colocamos una regla sobre la derrota a seguir, después deslizamos
demasiado grandes para nuestro compás, también podemos arreglár- la reg la de eras a lo largo de esta regla, hasta situar el centro del trans-
noslas de otra manera: portador que está más al Sur, sobre un meridiano o un pa ralelo. Pode-
• por B, trazar la recta que forma con AB el ángulo (90°-a); mos leer el rumbo verdadero (Rv) sobre el meridiano o paralelo elegido.
• por A, trazar la perpendicular a AB; 2° Pasar el rumbo verdadero a rumbo de aguja (Ra). En este caso de-
• las dos rectas se cortan en un punto d 1; bemos tener en cuenta no sólo la declinación, sino a veces, también el
• del mismo modo, trazamos por B una recta formando con Be el desvío del compás de ruta. Pa ra conocer el valor de este desvío, antes
0
ángulo (90 -b), y por e la perpendicular a Be. Obtenemos el punto d2; tenemos que haber regulado el instrumento. La suma algebraica de la
• trazar una recta que una los puntos dl y d2; declinación magnética y del desvío es la co rrecci ó n t ota l (cuyo símbo-
. Ia perpendicular al segmento dl-d2, que sale de B nos da la situa- lo es Ct). Aplicamos entonces la fórmula siguien te: Ra = Rv - el. De Para no confu ndir e l rum bo verdadero
ción M del barco; manera que si la declinación es Este, la restamos del rumbo verdadero co n e l rumbo de ag uja pode mos
y si es Oeste, la sumamos. emplear una fórmuh, qu e se utilil:8
Este entretenido planteamiento requiere cierto tiempo y un mínimo habitua lm e nte e n la Escue la naval";
de esfuerzo. Fácilmente podemos comprender que hay que aprovechar Dar un rumbo al timonel es, por lo tanto, una tarea bastante senci- Cv=Cc+w
las largas tardes de invierno para practicar. Navegar es resistir. Cual- lla, por lo menos cuando este rumbo deba llevarnos directamente a es decir, Capitá n de Na vío = Ca pitá n de
quier intento descabellado para hallar la situación por arcos capaces en nuestro punto de destino y no haya que tener en cuenta el abatimiento Corbeta + w his ky
un barco en continuo movimiento terminará por K.O. del atrevido na- ni la deriva. Pero esto suele ser raro. Cuando el viento no es portante, CC=Cv - w
vegante, que no esté lo bastante amarinado. Al principio, este método el barco abate más, o menos. Si encima hay corriente, ya es muy distin- o sea, qu e pa ra degradar a l Capitá n de
hay que reservarlo para los momentos en que el barco es dócil y la na- to. Hay que evaluar la magnitud de estos elementos pertu rbadores y Navío, sólo hay que q uitarle e l w hisky

tenerlos en cuenta al hacer el cálcu lo del rumbo. dá ndole a w de comun ac ue rdo e l


mis m o s ig no que a D

Cálculo del abatimiento y la deriva + s i es Est e


T r azado ráp i do con el Reed's Evaluar el abatimiento es ante t odo una cuestión de práctica y de fami- - s i es Oeste.

L as tab las d e .navega ció n coste ra del Reed's p e rmiten ga -


n ar mu cho ti empo al hacer lo s cá lcul os p ues indican di -
rectamen te:
liarización con nuestro barco. Hay q ue observa rlo continuamente, to-

* En francés. CV (cap vral) (rumbo verdadero en español) puede entenderse también como Capitaine de Vaisseau
• la d ist ancia d e la marca e n f u nci ó n d e su altura y d e l (Capitán de Navío), de mayor graduación que Cc (Capitaine de Corvette) (Capitán de Corbeta) y también cap campas
án g ulo m edido con e l sextan te; (rumbo de aguja).
• e l radi o del arco en fun ción d e la d istanci a y d e l ángu lo Esta fórmula se aplica, por lo visto. en la Escuela Naval Francesa. Después de consultar a Oficiales de la Armada, al pare-
e ntre las marcas . cer, en la Escuela Naval Española no emplean ninguna tan graciosa, sólo la ya conocida "Del timón a la carta con sumar o
restar basta y de la carta al timón. al revés la corrección" . (N. de la T.)
986 Navegación Navegación costera 987

mar nota de sus cambios segün el rumbo, la vela que lleve y la fuerza mente. El navegante, que conoce bien su barco, calcula que el abati-
del viento. Cerca de la costa, no faltan ocasiones para llevar a cabo miento sera de 5° haoa la izquierda, naturalmente: abatunlento a babor.
evaluaciones con exactitud. Al pasar por una boya, por ejemplo, pode- Por lo tanto, para arribar justo a Grand-Léjon deberá arrumbar 5°
mos dedicarnos a seguir rigurosamente un rumbo a partir de la misma; más a la derecha, es deCir sumar 5° al rumbo
transcurridos diez minutos, marcamos la boya: la comparaCJón entre el
rumbo de aguja y la marcaclon de campas nos permltlra averiguar el El calculo se hace de la forma siguiente:
abatimiento. Otro sistema es hallar la situación, luego seguir un rumbo
rumbo verdadero 224°
determinado, volver a situarnos un poco mas tarde y medir el angula
de abatimiento en la carta.
declinaCión magnétICa + ]O
abatimiento a babor + 5°
Calcular la deriva suele ser mas difícil. En este caso, es la mar la que
se mueve, en un sentido o en otro, arrastrando con ella todo lo que rumbo de aguja 236"
flota (y que no esta amarrado al fondo). La mayona de las veces, lo úni-
co que podemos hacer es fiarnos de las indicaciones que nos propor- SI el Viento fuera SSE, el barco navegaría a un descuartelar, amurado
cionan las publicaCiones y los cartuchos de las cartas, donde, SI la zona a babor, con un abatimiento de 5° a la derecha, abatimiento a estribor
descnta lo requiere, se detallan la fuerza y la dlrecclon de las comentes Entonces habría que arrumbar 5° más a la IzqUIerda, es deor restar 5°
hora a hora, segLHl el coeficiente de la marea. Por ejemplo, SI leemos al rumbo. Es deCir:
que entre PM - 6 Y PM - 5 la cOrriente es de 1,5 nudos haCIa 306°, hay
que saber que, sea cual sea la derrota que siga el barco en la superfiCIe, rumbo verdadero 224 0
éste sera transportado, en relaCión al fondo, 1,5 millas a rumbo 306° declinaCión magnétICa + 7°
durante la hora en cuestión. abatimiento a estribor 5~

rumbo de aguja 226"


Hay que distinguir entre rumbo sobre el agua (o rumbo de superfi-
Cie) y rumbo sobre el fondo. El rumbo sobre el fondo, en definitiva, el SI el viento fuera SSW, habría que hacer bordadas. En este caso no
único que cuenta, es igual al rumbo que sigue el barco sobre el agua se daría un rumbo al timonel. Incluso puede ser conveniente, tapar el
(In dICado por la corredera) mas el "rumbo que sigue la mar" al mismo compás: el timonel no debe Intentar seguir un rumbo, SlllO tratar de
tiempo. El rumbo sobre el fondo puede ser muy diferente del rumbo hacer la mejor ceñida posible. El navegante levantará de vez en cuando
sobre el agua, sobre todo cuando eXiste una cOrriente variable. En ese una esquina de la vela para su navegación particular.
caso, trazar el rumbo resulta una operación bastante compleja.
Vamos a verlo en una serie de ejemplos que nos ilustran algunos de Tercera travesía: con una corriente constante
los problemas que pueden plantearse a un navegante del norte de Bre- El viento es NE, flojo. Estamos en mareas medias. El barco zarpa de la
taña, cuyo pasatiempo favonto es llevar su barco desde la boya NVV de boya NW de Mlnqulers tres horas después de pleamar (Prvl +3)
MlnqUlers al faro de Grand-LéJon. Lo primero que hay que conocer es la velOCidad del barco. No puede
ser más que una estimación personal y nuestro navegante cree que la
Primera travesía: sin abatimiento velOCidad será de 5 nudos. Siendo la dJstancia a realizar de 19,5 millas,
Ese día, el vierto es N. El barco navegará por lo tanto con el viento por el recorndo debería hacerse más o menos en cuatro horas
la aleta, amurado a estribor, sin que el viento le haga abatir. Estamos En la zona F, para las cuatro horas Siguientes a Prvl + 3, el cartucho
en mareas muertas (coeff. 25) y la comente es despreCiable. de la carta Indica que la dirección de la comente oscilara entre 105 304°
El rum bo marcado en la carta es 224°. El navegante le suma el valor Y los 309°; su velocidad, entre 1,8 Y 2,2 nudos en mareas vivas; 0,9 y
correspondiente a la declinaCión que hay en esa zona, rw. Su aguja 1,1 nudos en mareas muertas. Como estamos en mareas medias, po-
está perfectamente compensada demos conSiderar que se trata de una cOrriente constante de 1,5 nudos
Por lo tanto, el rumbo de aguja es: 224° + ]O ::: 231 0 . con direCCión 307 0

Segunda travesía: con abatimiento Para calcular el rumbo a seguir, basta con "desplazar" el punto de
Esta vez hay viento del WNW. Por lo tanto el reCOrrido lo hará a un des- salida en la carta, con la deriva que sufflfá el barco durante una hora
cuartelar amurado a estflbor; en esta amura, el barco va a abatir senslble - Trazamos la derrota directa NW de Minquiers - Granel Léjon.
988 Navegación Na v egación costera 989

1 '-Jfo !l"ufN Por lo tanto, tenemos que:


_'1.:1::\,.",.,."",,,,,
·r·"." :1.1 ae
~ ~".t,.
·A Ha rno uic
3~

.' ., rumbo verdadero


declinación magnética
2060
+ 70

r
.' ..,
rumbo de compás 213 0

La corriente es ligeramente desfavorable. La velocidad sobr e el

O- f ondo es pues u n poco menor que la ve locidad sobre la superfi-


cie. Está representada por la longitud del vector: NW de Minquiers - Orientación del barco con re lación a la

,.
'"
~
~,
"~
'Y~r ~
,,/ punto B, es decir 4,8 nudos en lugar de 5. Tardaremos un poco más de
tiempo en arribar a Grand-Léjon que si no hubiera corriente.

J~~ " U'-9


denota verdadera, con una corrie nte
constante.

Dec\on 8 05
Q
'v. /1-
2! travesía
amurado
.RarnD"'" 3-:J
~ de
.'
7
l\965) a estribor
' ({'Io" ann U~ 6 '

3, U, \ I .
;¡;j- ,.1.; "
, ' ,
® .1.1
1
t, ,/ 2 ~ traves ía
amurado a babor
'( 3,
"' .1!¡

* ! PA ,J
,1.1
."
~~..¡·;.I .

,6
rufe rencc st Malo
® ~~:~~~~
'7

.io'

S.,
Orientación del barco en relación con la Desde la boya al NW de Minquiers trazamos una recta que represen- ."
derrota verdadera. en función del .8
ta una hora de corriente: el resultado es el punto A a 1,5 millas a los
a batimiento producido por e l viento 307 0 verdaderos de la boya.
(Publicación S HOMJ . Tomando como centro el punto A, dibujamos con ayuda de un com-
pás un arco de circunferencia de 5 millas de radio (distancia recorrida
por el barco sobre la superficie, durante la hora mencionada). Este arco
de circunferencia corta la derrota directa al punto B.
Trazamos la recta AB, medimos el ángulo que forma con el Norte:
2060 . y he aqui el rumbo verdadero.
Nos queda por calcular el rumbo de aguja . Puesto que el viento es
NE, tendremos viento de popa: no hay abatimiento.
990 Navegación Navegación costera 991

.~J ~b~~::;~:'::--;~ ¿Es posible hacer el recorrido en cuatro horas?


~ a.c
.' ~,

1['
. "",J" Para saberlo, desplazamos el punto de partida teniendo en cuenta
4~
.0'" ~~:~ las va riaciones de la corriente en el transcurso de las próximas cuatro
.Bal'llOuic
horas:
l a hora: 1,4 nudos rumbo 306°
;,
~ 2,1 hora: 0,5 nudos rumbo 285°
3<l hora: 1 nudo rumbo 138°
'í "" 4<l hora: 2,2 nudos rumbo 135°

I A partir de la situación imaginaria obtenida (punto 4), medimos la


distancia a Grand-Léjon: 18,8 millas, distancia que hay que recorrer

I~ I
\OllaOo5\V-
efectivamente sobre la superficie. Cuatro horas, es demasiado justo.
Vamos a añadir una hora de corriente: 2,6 nudos rumbo 134°. Desde el
g e \\':l65) .
ll
'V'rf\o"\ a nn " 6'

"'R. :Ji
Ajuste del compás
or lo general, la elección de un l ugar correcto a bordo 108642

.;0'
P y una compensac ión de vez en cuando es suficiente
para eli minar cua lqui er desvío del co mpás, por lo menos
NE ,.

NE 45° "
en los barcos de madera, plástico y aluminio, Si aún per-
E900 =
siste algún desvío, hay que conocer su magnitud y ajustar
el co mpás, SE 135°"

El m étodo más sencillo consiste en compara r las indica- S 180""

:1, ciones del compás de ruta co n las del compás de marca- SW 225°=
ciones. Esta comprobac ión hay qu e reali za rla por lo me- W21(1i>=
nos una vez al día; y cuando hayamos perdido de v ista la
costa, es co nve niente hace rlo en cada camb io de rumbo.
"7 ,G NJ6O"=
Para efectuar una co mprobación má s exacta, hay que
"~~
",,1

" '.' fond ear en un punto bi en determinado (e n la intersección


~ lit ______ ' l,~ Esta tabla. fá cil de con struir, nos
de dos enfilaciones) con marcas por alrededor. Hacemos
1,> '-- • j
IL-tI E II> / JJJ.." bornear al barco con el remo y anotamos el rumbo cada vez perm ite hallar la corrección sin hacer
14 1.'1 ( f' que vemos una marca en la lín ea de crujía (hacia adelante o ningún cá lcul o. Trazamos primero la
hacia atrás) cuya demora podamos hallar en la carta. El re- curva de desvío de l compás. seg ún las
sultado así obtenid o es la co rrección , desde donde se dedu- observaciones efectuadas durante el
ce fá cilmente el desvío, Hay que llevar a cabo esta compro- ajuste. En este caso, podemos ver que
Ha llar e l rumbo con una corriente Cuarta travesía: con una corriente variable
bación cada vez que nuestro rumbo coincida con una enfila- cuando ponemos rumbo NW (315°) la
variable. En principio, calculando el Estamos en período de mareas vivas, y salimos de la boya NW de Min-
ción. desviación es de 3° Este.
rumbo desde el punto A, debemos pasar quiers a PM - 6.
Para que el ajuste sea vá lido, debemos haber quitado
el Grand-léjon sin ningún problema. Esta vez, no hay manera de escaparse: el cartucho de la carta señala antes (¡ para siempre !) todos los objetos metálicos desperdi - La regleta m óvil está g raduada con la
Pero si e l viento tiende a caer, es decir s i variaciones considerables de la corriente durante las próximas horas. gados que rondan alrededor de l compás. Se impone una misma escala que la escala de desvío.
el barco disminuye su velocidad, la A partir de este momento hay que calcular el rumbo para todo el re- batida minuciosa, de modo parti cular co ntra los objetos de Colocamos la declinación de la zona
traves ía durará má s tiempo de lo corrido; hay que " desplazar" el punto de partida en la carta, teniendo hojalata, navajas de bolsi llo, cé lulas fotoelé ctricas, transisto - debajo de la flecha (en este caso JO
res, altavoces ... Oeste). Leemos directamente la
previsto. Es conven iente prever un en cuenta todas las variaciones de la corriente que vamos a sufrir.
corrección que hay que efectuar en
cuarto de hora de corriente adicional. y Por lo tanto, en primer lugar debemos calcular la duración de la travesía.
No hay que o lvidarse de mirar bajo la bañera, donde se cada rumbo: con rumbo 315° la
calcula r por tanto e l rumbo a partir del El viento es E. y por consiguiente portante, pero flojo . La velocidad
esconden los perturbadores más traicionero s. corrección es de 4° Oeste.
punto 5. (Publicación SHOM.) del barco será probablemente de 4 nudos.
992 Navegación

punto 5 la distancia es: 19,3 millas. Cinco horas es más de lo que nece-
sitamos; colocamos pues el punto de partida imaginario (A) entre 4 y 5.
Desde ahí se traza la derrota hasta Grand-Léjon y se mide el rumbo ver-
dadero: 233' .
Puesto que no hay abatimiento, el rumbo de aguja será:
Navegación
233 0 + 7° = 2400
El barco seguira la derrota sobre el fondo señalada en la carta . Es
una derrota bastante alejada de la derrota directa, pero al tener estas
corrientes. aunque parezca imposible es la derrota más corta que
en alta mar
podemos encontra r: de hecho, el barco, al navegar con un rumbo
constante, hará el trayecto en línea recta sobre el agua. Sobre el
fondo, habrá recorrido 20,5 millas, y sobre el agua, sólo 19,3. Dick Sand, grumete a bordo de la goleta Pilgrim que efectuaba la travesla
Hay que señalar que, en una travesía como ésta y cuando hay peli- Auckland-Valparaiso, fue ascendido a capitán como consecuencia de los
gros por la zona que atravesamos, sigue siendo conveniente trazar el dramáticos acontecimientos sufridos, en el transcurso de los cuales pere-
rumbo sobre el fondo en la carta, para saber exactamente por dónde cieron los oficiales y gran parte de la tripulación. Desesperado pero con
vamos a pasar. Además, durante el recorrido, esta precaución nos per- gran valentía, el joven intenta llevar su barco a buen puerto. Como no sa-
mite comprobar constantemente, por medio de situaciones, que esta- be situarse por medio de los astros, debe fiarse únicamente de la estima,
mos donde tenemos que estar. es decir del cálculo de la derrota recorrida cada día, según los datos del
Digamos también que, cuando la dirección del viento nos impone un compás y la corredera. Desgraciadamente, hay un traidor a bordo que lo-
recorrido haciendo bordadas, no hay que dejar de realizar los plantea- gra meter un trozo de hierro debajo del campas y éste sufre un desvío de
mientos que acabamos de explicar: podemos darnos cuenta muy bien 45' hacia el Este. También se las arregla para romper el cabo de la corre-
de que el "desvío obligatorio" a que nos obligan las corrientes nos per- dera. Para colmo de males, se levanta un terrible temporal que arrastra al
mite hacer todo el recorrido a un descuartelar ¡sin tener que dar ningu- barco primero hacia el SE y después hacia el NE, a una velocidad imposible
na bordada! de apreciar. De este modo, Dick Sand, pasando por el cabo de Hornos sin
verlo y tomando Tristan da Cunha por la isla de Pascua, encalla finalmente
Pero todos estos problemas son aún problemas sencillos. Hemos su- en las costas de Angola creyendo arribar a Bolivia. Un error de estima de
puesto aquf que la velocidad del barco es constante. En la realidad, és- tal calibre no tiene igual en los anales marítimos, y es que Un capitán de
ta varía frecuentemente, en función de las condiciones meteorológicas quince años es sin duda una de las novelas que Julio Verne escribió más
y esto lo complica todo. Es necesario ir adaptando sin cesar la teoría a deprisa. Pero nos queda la moraleja: el más intrépido de los capitanes no
las circunstancias. Éste será el objetivo del capítulo relativo a la elección puede hacer gran cosa contra una estima equivocada desde un principio.
de la derrota. Para nosotros que, de momento, no tenemos traidores a bordo, la
estima sigue siendo el modo más seguro de situarnos cuando no tene-
mos la costa a la vista y éste es el método que analizaremos con detalle
en la primera parte de este capítulo.
Abordaremos después las diferentes técnicas que permiten precisar
la si tu ación al acercarnos a tierra. El único problema real de navegar en
alta mar es, al parecer, el de la recalada. De todos modos no es necesa-
rio llegar desde muy lejos para enfrentarnos a este problema: basta con
que nos sorprenda la niebla a unos metros de cubierta, o la noche en
las cercanías de una costa mal iluminada. Por lo tanto, debemos fami-
liarizarnos con estos métodos, aunque no tengamos la intención de na-
vegar en alta mar. Perder la tierra de vista algún un día es, sin duda, el
primer sueño de todo aprendiz de marino, y itambién es el riesgo que
corre cada vez que se embarca!
Por último, no podríamos dejar de lado el segundo sueño del aprendiz
994 Navegación Na v egaci ón e n alta mar 995

de marino: aprender a orientarse con ayuda de los astros. La navegación bordo le es indiferente. Todo lo observa, todo lo retiene y no habla mu-
astronómica sólo es verdaderamente útil cuando se efectúan grandes tra- cho. Afirma, no juzga. Psicólogo al mismo tiempo que técnico, tiene su
vesías, pero conocer sus leyes puede ser un auténtico placer; y al mismo propia opinión de cada timonel, sabe a qué atenerse en relación con el
tiempo enriquecer la calidad de la mirada que dirigimos a nuestro alrede- comportamiento del barco en uno u otro rumbo, con una u otra vela.
dor en la mar. Por este motivo, intentaremos también penetrar un poco El estado de la mar, 10"$ cambios de viento, el tiempo que va a hacer,
en el misterio de "esta oscura claridad que desciende de las estrellas" ... todo le interesa. Parece estar husmeando continuamente, mirando to·
do de una forma muy particular. En la mesa, cuando los platos salen
volando debido a un bandazo, él saca conclusiones diferentes a las del
LA ESTIMA resto de la tripulación. Cuando va a hacer pis entre los obenques, ob·
serva con atención la segunda ola de proa. Mientras da vueltas en su li-
Hoy día existen dos maneras de enfocar la navegación en alta mar: la tera, sigue escuchando y meditando. Por último, cuando llega el mo-
de todo electrónico, con la cual, por la módica cantidad de 400.000 a mento, sumando todas sus observaciones y cavilaciones, coloca la pun·
4.000.000 de pesetas, podemos apretar un botón y, si disponemos de ta del lápiz sobre la carta y dice: estamos aquí.
la energía eléctrica suficiente. conocer nuestra situación con un error ¿ Cómo puede saberlo? Evidentemente, no se trata de hacer un recuen-
de 2 millas, y a veces hasta 1Q metros, observando una pantalla; y otra, to de los mil y un detalles que constituyen la precisión de una estima. La
que es un método viejo como el mar llamado la estima, que puede re- Ciencia podemos aprenderla en los libros; el arte, no ... Todo lo más, pode-
sultar más o menos sofisticado. Una sola cosa es cierta: podemos mos enumerar aquí algunas normas adecuadas para guiar al navegante
pasar sin la pri mera, pero jamás sin la segunda. que empieza. Señalando al mismo tiempo que el retrato del artista, tal co-
Sea cual sea la calidad de los aparatos, no es extraño que podamos mo 10 acabamos de esbozar, no debe tomarse al pie de la letra: la estima
sufrir una avería general en la electricidad y si el barco resulta alcanza· puede ser también una creación colectiva, cuando entre la tripulación hay
do por un rayo o queda sumergido, todo el sistema eléctrico y electró- gente que acostumbra a navegar junta y, además, es competente.
nico puede destruirse.
La estima consiste en calcular, a partir del rumbo seguido, de la dis- Evaluación de la información
tancia recorrida, del abatimiento y de la deriva, la derrota seguida por Disponer de una " última situación conocida " muy exacta es una enor-
el barco desde la última situación conocida. me garantía en relación con el valor de la futura estima . Cuando nos
Llevar la estima a la carta -lo que se denomina corregi r la derrota - equivocamos al abrocharnos el primer botón, siempre estaremos mal
es una operación muy sencilla, que consiste en : abrochados, por más cuidado que pongamos luego.
• corregir el rumbo de aguja con el valor de la corrección total y del De este modo, aunque no tengamos intención de perder de vista la
abatimiento con el fin de hallar el rumbo verdadero; costa, el navegante ya está preparado. Resulta inútil situarnos cada
• a partir del rumbo verdadero, trazar la derrota de superficie yana· veinte minutos cuando la visibilidad es perfecta y el parte meteorológi-
tar la distanda recorrida; co nos indica, por ejemplo, viento fresco e inestable; pero si tenemos
• por último, desplazar eventualmente la situación obtenida con el motivos para temer que se levante niebla, conviene situarse, por lo me-
valor de la deriva que haya sufrido el barco. nos, una vez cada hora y después de cada cambio de rumbo.
Se trata, en definitiva, de la operación inversa de la que nos permite
trazar la derrota. Para trazar la derrota, el navegante razonaba con vis· El rumbo efectuado
tas al futuro, sobre probabilidades. Para corregir la derrota, debe tener ¿ lleva bien el rumbo el timonel? Ésta es una preocupación fundamen-
en cuenta lo que realmente ha sucedido, las condiciones y circunstan- tal. Desde la cabina podemos comprobar de forma discreta el rumbo
cias durante las cuales ha avanzado el barco, y que nunca son tan sim- que seguimos con un compás auxiliar o con el compás de alidada. A un
ples y esquemáticas como preveíamos. Saber apreciar correctamente timonel no le gusta el viento de popa, tiende siempre a ponerse por la
los datos de la estima es la principal dificultad; requiere una atención aleta: hay que tener en cuenta la diferencia. Este otro no tiene práctica,
sin fallos y un sentido agudo de lo que es la mar y la vida en la mar. gobierna siempre 50 más a la derecha: tengo que darle un rumbo 50
En este aspecto, la personalidad del navegante se revela en todo su más a babor ... Está claro que el barco hace guiñadas: habria que revi-
esplendor. A bordo, el navegante es un hombre reservado y que al mis- sar el reglaje para facilitarle el trabajo al timonel, etc.
mo tiempo mete la nariz en todas partes. Su reino es la mesa de cartas En ceñida, no hay que dar ningún rumbo a seguir: esto nos facilita la
(el lugar donde reflexiona), pero nada de lo que representa la vida a estima, a pesar de las apariencias: si seguimos un rumbo y el viento va-
996 Navegación Navegación en alta mar 997

ría ¿cómo calcularíamos el abatimiento? Si gobernamos en relación con Además de las corrientes de marea analizadas en el Capítulo "Nave-
el viento, el abatimiento será siempre el mismo yeso es lo que cuenta. gación costera", resulta útil conocer las corrientes generales, cuya in-
En este bordo como en los demás el único problema es que el timonel tensidad se indica en número de millas por cada veinticuatro horas en
sepa (y se atreva) a indicar el rumbo que ha seguido. La inexperiencia las pilot (hans y en publicaciones similares. También hay que tener en
desaparece antes que el amor propio. cuenta la corriente de superficie que se origina cuando el viento sopla
intensamente durante mucho tiempo en la misma dirección. Hay Tablas
El abatimiento de Cálculo en la Guide du navigateur* .
La fuerza del viento, el rumbo en el que navegamos, el estado de la
mar, el reglaje del barco, las cualidades del timonel: todo esto, en ma- El cuaderno de bitácora
yor o menor medida, está relacionado con el abatimiento. No debemos El conjunto de las observaciones anotadas en el cuaderno de bitácora
dejar de comprobar la magnitud de este abatimiento si aparece algún es como el hilo de Ariana que permite al navegante reconstruir paso a
un punto de referencia. Pero no hay advertir al timonel: tendría más paso la derrota seguida. Por lo tanto, debemos anotar en él de forma
cuidado durante la comprobación y ésta no tendría ningún valor. .. Lo regular todos los datos de la navegación -rumbos (el que se haya dado
que cuenta es lo que el timonel hace y no lo que puede hacer. y el que se haya seguido), indicaciones de la corredera, fuerza y direc-
ción del viento, estado de la mar, nombre del timonel-, y también las
La distancia recorrida demás circunstancias: viradas, cambios de vela, evolución del tiempo,
Nos fiamos de la corredera, pero siempre que conozcamos bien el ca· situaciones tomadas (y por qué medio) y los encuentros que hayamos
rácter de nuestro instrumento. Algunas son optimistas y otras pesimis- tenido. Ningún hecho resulta insignificante a priori.
tas. Muchas de ellas mienten cuando hay poca velocidad. Conviene no anotar en el cuaderno de bitácora, más que los datos
Hay que vigilar de cerca la corredera de hélice, pues esta última puede en bruto: el rumbo de aguja y no el verdadero, la cifra indicada en la
haber recibido un golpe desde su última utilización y ponerse a girar más corredera y no el cálculo de la distancia recorrida, etc. Pues si cada uno
deprisa (o menos) de lo previsto. También puede enganchar un alga y blo- de nosotros al anotar sus observaciones pone un poco de interpreta·
quearse simplemente. Por lo tanto, hay que echar un vistazo al contador y ción personal, hay que multiplicar el riesgo de error por el número de
anotar sus indicaciones de forma muy regular, por ejemplo, cada hora; te· t"pulantes y los datos pueden falsearse irremediablemente.
nemos que calcular permanentemente la velocidad del barco, para poder Hay que llevar permanentemente el cuaderno de bitácora, incluso
evaluar a pesar de todo la distancia recorrida si el instrumento se avería. aunque no tengamos intención de mantener la estima, pues ésta pue·
Casi todas las correderas electrónicas están dotadas de una alarma de resultamos necesaria en algún momento. Además, en caso de acci·
que suena cuando la hélice o la rueda de paleta dejan de girar. Las co- dente o de avería, el cuaderno de bitácora representa un elemento de
rrederas de efecto doppler son prácticamente insensibles a las algas y a apreciación fundamental.
Llevar un cuaderno de bitácora es obligatorio a partir de navegacio-
otros muchos objetos flotantes.
nes de 3. a categoría. Pero es conveniente llevarlo incluso en navegacio-
La corriente nes de 4.a y 5. a categoría* *.
Las publicaciones oficiales están bien: pero, las observaciones persona-
les aún están mejor. Los datos sobre las corrientes no son muy exactos En el caso de que dispongamos de un sistema para situarnos de for-
y sabemos que el viento puede trastocar todo. Si encontramos un flota- ma permanente (Loran, Decca, Satnav, GPS .. .) hay que llevar también
dor de nasa o una boya estamos de suerte: podemos averiguar la direc· el cuaderno de bitácora y anotar por lo menos una vez en cada guardia
ción exacta de la corriente y su intensidad. Cuando necesitemos llevar la situación que nos indique. Esta situación es la que nos servirá como
una estima con exactitud, por ejemplo, con niebla y cerca de tierra, y
vemos un flotador, vale la pena desviarse. .. En el Capitulo "Generalidades ", apartado Oceanografia de los Derroteros,
En alta mar, a veces es difícil determinar el sentido en que se despla- se hace referencia detallada a las corrientes existentes en las zonas que com·
za el barco. En ese caso podemos utilizar el cable de la sonda, o aún prenden los mismos y en la Carta na 105, Estrecho de Gibraltar, figuran diversas
mejor un sedal fino con un escandallo que pese mucho. Largamos el notas sobre el régimen de las corrientes en el Estrecho. (N. de la T.)
",. En España es obligatorio llevar el cuaderno de bitácora en buques mercan-
sedal dejándolo flojo, para que el escandallo se vaya al fondo. La direc-
tes o de pesca con arqueo bruto superior a 20 Tm, o en los que, cualquiera que
l a derrota s obre el fondo no siempre ción que sigue el sedal cuando se tensa nos indica aproximadamente el sea su tamaño. estén enrolados tres o más oficiales de puente. (Res. n.o 64 de la
coincide con lo qu e im agin amos. sentido en que se desplaza . Dir. Gral. de la Marina Mercante.) (N. de fa T.)
998 Navegación Navegación en alta mar 999

punto de partida de la nueva estima en caso de que se produzca una lor de la información que obtengamos llevando de forma correcta la esti-
avería general en los instrumentos. ma. En todos los casos, ésta sigue siendo la técnica fundamental.

La incertidumbre
Sea cual sea la vista y el rigor del navegante, es poco frecuente que la
Traslado de una línea de posición
estima nos indique una situación absolutamente exacta. Existe un mar- La línea de posición de la que hablamos es un lugar geométrico: una de-
gen de incertidumbre en cada uno de los datos y al hallar la situación mora o arco capaz, o incluso la recta de altura en navegación astronómica.
hacemos también la suma de las incertidumbres. El principio en que se basa el traslado es muy sencillo. Sabemos que
Esta suma es más o menos apreciable, y depende de las condiciones para situarnos, hay que conocer por lo menos dos líneas, que por inter-
que hayamos sufrido. Si navegamos por una zona sin corriente (o con sección forman un punto. Pero si s610 disponemos de una línea, pode-
una corriente que conozcamos con exactitud), en rumbos portantes, mos muy bien "dejarla en reserva" hasta que encontremos otra. Trasla-
con viento medio y regular, y con buena mar, podemos considerar que damos entonces la primera con el valor de la distancia recorrida: ésta
la incertidumbre es pequeña, aproximadamente un 4% de la distancia formará una intersección con la segunda y ya está, siempre que duran-
Situaciones por demora s no
recorrida. Por el contrario, si hemos tenido que dar bordadas con mare- te ese tiempo hayamos llevado la estima de forma correcta.
simu ltáneas de dos marcas.
jadilla y corrientes desconocidas, o si nos hemos puesto a la capa con Nos situamos así por demoras no simu ltá neas de dos marcas. A
Trasladando la demora Ac, debemos
mal tiempo, la incertidumbre es mayor, pudiendo llegar hasta un 10% . las 8h por ejemplo, vemos un faro A a 120' . A mediodía el faro A está
tener en cuenta la incertidumbre de la
Puede que prefiramos estimar el aumento horario de la incertidumbre, fuera del alcance de nuestra vista, pero vemos el faro B que marcamos
estima entre las ah y las 12h.
es decir el tanto por ciento sobre el tiempo, en lugar de considerar la a 60°. La estima indica que hemos recorrido 18 millas a 40°. A las 8h el
noción de tanto por ciento sobre la distancia. barco se encontraba en algún lugar de la demora Ac. Para trasladar es-
En el caso de haber seguido una derrota en linea recta, la zona de ta demora, lo más fácil es trasladar la marca A 18 millas en dirección
incertidumbre está delimitada en la carta de manera exacta: es un cua- 40'. Desde ahí, trazamos una paralela a AC. La demora trasladada for-
drilátero, más largo que ancho si la incertidumbre considera más la dis- ma una intersección con la demora Bd en un punto F que es la situa-
tancia recorrida que el rumbo seguido, y más ancho que largo en el ca- ción del barco a las 12h. Desde ese punto F podemos volver hacia atrás
so contrario. Pero si hemos tenido que dar bordadas, esta zona de in- y hallar cuál era la situación del barco a las 8h: obtenemos el punto E.
ce rt idumbre sólo puede estar representada de modo fiable por un Esta comprobación sirve para asegurarnos de que el traslado de la línea
círculo cuyo diámetro corresponde al valor de la máxima incertidumbre; de posición se ha efectuado bien.
después de realizar las operaciones, podemos considerar que nos en- Podemos trabajar con una economía de rneuiu~ todavía mayor: situar-
contramos en el centro de este círculo i pero podemos estar en cual- nos por demoras sucesivas de una misma marca. A las 12 de la noche
quier otro lugar dentro del mismo' marcamos el faro P a 15°. Tres horas más tarde, seguimos viendo el mis~
Cuanto más aumenta la distancia recorrida, mayor es el círculo de incer- mo faro P, esta vez lo marcamos a 64°. la estima nos indica que durante
tidumbre; decimos que la estima envejece. Evidentemente, no hay que estas tres horas hemos recorrido 12 millas rumbo 290°. la demora Pa, Situación por demoras s ucesivas de
dejar escapar ninguna ocasión para rejuvenecerla, especialmente en el mo- trasladada con el valor de la estima, forma una intersección con la demo- una misma marca . También en este
Desde A a B, el barco ha seguido un
mento de la recalada. El traslado de una línea de posición y el gráfico de ra PB en el punto M, que es la situación del barco a las 3h de la mañana. caso. e l tras lado de la demora Pa esta
rumbo con viento portante. Para
sonda son metodos un tanto rústicos pero eficaces; una cura radioeléctrica Este sistema de traslado de una línea de posición, tan simple en apa- marcada por la incertidumbre de la
delimitar el cuadrilátero de
también puede devolverle su vigor. También está el azar de (] riencia, está lleno de posibilidades. Nada nos prohíbe trasladar una mis- estima entre las doce de la noche y las
incertidumbre. podemos difere nciar la
los encuentros ... Todos estos métodos, que analizaremos ma línea de posición varias veces seguidas, hacerle dar bordadas al mis- 3 de la mañana. Tres demoras
incertidumbre del rumbo 14 millas por
a continuación, nos permiten precisar los hechos. Tam- mo tiempo que el barco y compararlo a otras líneas distintas. Por medio sucesivas reducen esta incertidumbre,
ejemplol de la incertidumbre del
bién hay que señalar que sólo podemos apreciar el va- de un ejemplo detallado mostraremos el tipo de razonamiento que hay pro porciona ndonos un triángulo.
recorrido (por ejemplo. 3 millas) . A
que efectuar para recalar por este procedimiento.
partir de B, al haber rolado el viento, ---+ \ ........-7.5M
derrota haciendo \ \
resulta dificil hacer la misma distinción. Qu ien avista Groix' se vuelve loco de alegria
_I!.or:..dadas \
Para simplifi car, admitiremos que la \ --- --_\ Es un amanecer de junio. Se ha levantado niebla al final de la noche y se
zona de incertidumbre es un circu lo,
\0 va arrastrando en bancos que el sol empieza a traspasar por algunos luga-
cuvo diámetro corresponde a la
incertidumbre máxima (por ejemplo.
7,5 millas)
A _ _ ______ _ _derrota con vientos ¡lOrtanles - - -j t~ !I Para hacer que la frase rime en castellano, tal como lo hace en francés, ten-

driamos que traducir Groix por Villagarcia . (N. de la T.)


3M
1000 Navegación Navegación en alta mar 1001

hemos recorrido menos distancia de la que pensábamos. En cualquier


caso, la zona de incertidumbre no es ya el circulo inicial, sino un " trozo
de tarta " (en azul en la carta) de una longitud igual al diámetro del
circulo y de una anchura que corresponde a la supuesta inexactitud de
la demora. El barco se encuentra, en un principio, en el punto A.
Sin embargo, parece conveniente razonar como si nos encontráramos
en la situación más desfavorable, es decir en el punto B. Para llegar a
Pen Men desde el punto B, calculamos que tenemos que recorrer toda-
vía 1,3 millas rumbo 3300 antes de virar. Viraremos, por lo tanto, a 55
de corredera. El margen será suficiente para no darnos de narices con la
punta y al mismo tiempo pasar lo bastante cerca para poder distinguirla.
A las 5h 25 viramos y a partir de este momento ponemos rumbo
\ verdadero 70° amurados a babor. Pasa el tiempo. Ahora, ya debemos
estar cerca de la punta y todos abrimos los ojos como platos. Poco a
poco entre la bruma iluminada por el sol, se dibuja una masa más os-
cura. Es la costa. Y allí está el faro. Lo marcamos a 1450 verdaderos. Es
la demora 11. Son las 5h 48, la corredera marca 56.7.
Después de la vi rada hemos recorrido : 1,7 millas a 70°. Ahora tene-
5 h 25 mos que trasladar la demora 1con el valor de la derrota recorrida. Despla-
l Sr¡- zamos pues el faro 1,3 millas a 330°, después 1,7 millas a 70° y, desde la
,
\ situación obtenida (Pl ), trazamos una reda paralela a la demora 1. Esta
recta corta a la demora 11 en C. Es la si tuación aproximada del barco.
Ya que seguimos viendo bastante bien la costa, conviene que tome-
mos una tercera demora para precisar esta situación. Esperamos un
momento: cuanto mayor sea el ángulo entre las dos últimas demoras,
más exacta será la situación. Muy pronto ya no estará visible el faro,
aunque todavía podemos ver la punta . La marcamos justo antes de que
----- ..•'....~.
desaparezca, a 205°. Son las 5h 45, la corredera marca 57,3 . Hemos
recorrido 0,6 millas desde el punto C.
Trazamos esta nueva demora que es la demora 111. Después despla-
zamos 0,6 millas las dos demoras que han orig inado el punto C (P2 y
P3). En resumen, obtenemos un triángulo D dentro del cual probable-
(Publicación SHOM.I res. Venimos de Belle-ile y queremos entrar en lorient. El viento es NNE. mente se encuentra en barco.
Como hay mala visibilidad, decidimos bordear Groix por el Oeste para re- Por curiosidad, podemos entretenernos volviendo a trazar, desde el
calar en una costa franca y fácilmente identificable: la punta de Pen Men. centro del triángulo, la derrota que acabamos de hacer realmente .
Ponemos rumbo verdadero 330°, A las 5h divisamos Groix entre la Comprobamos que cuando hemos visto Pen Men la primera vez, a 5h
bruma, y no somos capaces de reconocer nada con exactitud. Es hora 12, nos encontrábamos en realidad en el punto E.
de llevar la estima a la carta . Calculamos una incertidumbre de un 6 O y que a las 5h, cuando hemos trazado, a partir de la estima, el círcu -
7% y, puesto que hemos recorrido 25 millas desde Belle-He, obtene- lo en medio del cual creíamos estar, estábamos en realidad en el punto
mos un circulo de aproximadamente 2 millas de diámetro. Trazamos F,límite extremo de la incertidumbre ..
este círcu lo y anotamos en su centro (que suponemos es la situación
del barco) la hora de la situación y los datos de la corredera: 5h, l 53,2. Navegación con niebla
A las Sh 12, en un claro, avistamos por un instante el faro de Pen Cuando todo desaparece entre la niebla, la incertidumbre cambia de
Men . Lo marcamos enseguida: a rumbo verdadero 50°. Es la demora 1. naturaleza. Aunque hayamos llevado la estima correctamente, en caso
Al llevar esta demora a la carta vemos que la estima era algo optimista: de que sepamos con exactitud dónde nos encontramos el hecho de no
1002 Navegación Navegación en alta mar 1003

ver nada impone, en principio, ciertas precauciones: hay que disminuir nos campeones lo lanzan a 15 metros. los ~ la técnica de la sonda manual.
la velocidad, utiliza r la bocina de niebla y afinar los oidos. El pel igro machistas insinúan que algunas lanzadoras 1. El lanzador imprime un movimiento
principal está en chocar contra otro barco. campeonas causan un vacío a su alrededor .zs de balanceo al esca ndallo.
Además, si estuviéramos a punto de recalar, tendríamos que renun- cuando se ponen a lanzar este chisme. No sé 2. lo lanza lo más lejos posible hacia
ciar a ello, separarnos de la costa y espera r a ve rlo un poco más claro. si creerles, pero, de todas maneras, hay que adelante ..
Sin emba rgo, incluso con niebla hay un punto de referencia que per- tener cuidado. 3. ... Y deja correr el cabo entre sus
manece fiel de forma inquebrantable: el fondo . El fondo es como una Al tocar el agua, el escandallo hace un pi uf dedos.
campiña enormemen te variada, con llanuras y valles, con cultivos diver- que deja una huella visible en la superficie. 4. El escandallo deberá estar en el
sos y profundos senderos, que puede proporcionarnos toda clase de in- Cuando pasemos a la altura de este pluf, hay fondo cuando el barco pase por la
formación. que tensar el cabo en vertical para localizar el lu- vertical.
Además, presenta una particularidad muy cómoda, y es que suele gar por donde asoma.
subir a la superficie al acercarnos a tierra: nos avisa. Por lo tanto, hay En cuanto los fondos son ya muy profundos, el
veces que podemos in tentar reca lar sin visibi lidad, si estamos seguros resultado es aleatorio, pues muchas veces el barco
de encontrar en nuestra derrota fondos muy ca racterísticos, identi f ica- pasa antes que el escandallo haya tocado fondo. Si es absolutamente
bles con la sonda. necesario disponer de una medida exacta, hay que parar, o en cual-
El modo de comportarnos varía según los fondos que haya; a veces, quier caso, avanzar con muy poca velocidad .
un veril nos despeja todos los peligros de la costa y basta segui rla para Al navegar dando bordadas, puede resultar cómodo hacer lo si-
arri bar a puerto; otras, es necesario situarse de forma precisa, para lo guiente: viramos sin tocar la vela de proa, sondamos mientras que el
cual utilizaremos una hoja de sonda. Pero, en principio, todo depende barco está" a la capa", casi parado en la nueva amura, y después pa-
del aparato de sonda que tengamos. samos el foque y volvemos a salir. A partir de una profundidad de
20 metros, la sonda manual nos permite localizar los veriles. En ese
Sondador y sonda manual caso, la técnica es algo distinta. Por ejemplo, si queremos saber en
El sondador electrónico y la sonda manual no son, evidentemente, ins- qué momento alcanzaremos el veril de los 20 metros, preparamos la
trumentos que se puedan comparar. El sondador permite sondar a longitud necesaria de cabo, es decir 20 metros más la altura de agua
gran profundidad, proporcionando una indicación exacta y continua, que hay por encima del cero de la carta, según la hora de la marea,
mientras que la sonda manual sólo es exacta en fondos pequeños (me- más la altura del francobardo y la del balcón de popa. Amarramos el
nos de 15 metros) proporcionando información esporádicamente. Más cabo a este último. Un tripulante lanza el escandallo por la proa del
allá de los 20 metros, podemos saber todo lo más que nos encontra- barco lo más hacia adelante posible. El cabo deberá estar tensado
mos entre dos veri les determinados. cuando pasemos a la altura del pluf (si no lo está es que vamos de-
Por lo tanto no es posible seg uir el mismo razonamiento si dispone- masiado rápido). Cuando hayamos pasado el pluf sacamos el cabo, y
mos de uno de estos aparatos o del otro. Con uno de ellos podemos si- el sebo de la parte inferior del escandallo nos indicará si hemos toca-
tuarnos, a veces con una gran precisión. Y el otro nos permite, sobre do o no.
El "toque" todo, sentir la proximidad de los obstáculos y darnos la vuel ta.
Asimismo, existe otra diferencia, y esta vez de tamaño: la utilización Sondar a gran profundidad
de sebo del sondador no requiere unos conocimientos ni una resistencia espe - Para ser verdaderamente útil en crucero de altura, un son dador electró-
or lo genera l , l os es-
Pcanda ll os son hueco s
por la ba se para poder
cial por parte del usuario. Para utilizar correctamente una so nda ma-
nual, por el contra rio, debemos adqui rir cierta técnica.
nico debe poder sondar por lo menos hasta 100 metros. En ese caso,
lejos de la costa, puede proporcionarnos toda clase de información
Cuando se trata de tomar una medida exacta, con fondos peque- enormemen te valiosa. Por ejemplo, cruzando el Canal de la Mancha,
meter una bola de se bo. ños, actuaremos del modo siguiente. Se prepara el ca bo en un cubo o entre Torquay y Paimpol, una estima envejecida prematuramente por la panta lla de este so nda dar
Si el esca ndallo sube con
en un montón en cubierta. El lanzador se coloca normalmente a sota- calmas y bordadas inciertas puede encontrar una segunda juventud al electrónico mues tra los ecos en tres
are na , es que el fondo es
vento, más o menos hacia la mitad del barco. Sujeta el cabo con la ma- pasar por la Fosa central donde el sondador indica bruscamente, y en tonos diferentes de grises, de acuerdo
de arena; si sube co n fan -
go, es que es de fango ; y no a sotavento, con el escandallo a ras del agua. Procura mover el es- poca distancia, fondos de más de 100 metros. con su intensidad . Asimismo, dispone
si sube con oro, ¡fondead can dallo balanceándolo y lo lanza lo más lejos posible hacia adelante Si venimos de alta mar con cielo nublado y queremos recalar en Pen- de una función de amp liación, por
enseguida! para que tenga tiempo de tocar fondo antes que el barco lo adelante. march, uno de los lugares con más rocas que existen, sabemos que no medio de la cua l se pueden detallar
Cuanta más velocidad lleve el barco, más lejos hay que lanzarlo. Algu- tenemos que preocuparnos mientras no lleguemos al veril de Jos más los ecos menores de 10 metros.
1004 Na vegació n Navegación en alta mar 1005

100 metros. La recalada en Groix, descrita en el párrafo anterior para


ilustrar el traslado de una línea de posición, podía haberse solucionado
de modo muy distinto utilizando el son dador. En el momento en que
distinguimos el faro de Pen Men por primera vez podríamos situarnos

\
inmediatamente por medio de la sonda. Gracias a la demora, sabemos
que el barco se encuentra en algún punto de la recta trazada desde el
faro, pero el son dador, al indicar una profundidad de 45 metros. nos
señala que s610 podemos estar en las proximidades del punto E.
-7
Estos ejemplos nos proporcionan una idea de las posibilidades del
sondador. Ciertamente un aparato de este tipo proporciona a bordo ¡!>(,m
servicios tan valiosos como los del gonio. Casi todos los sondadores lle-
van una alarma que se puede regular para que suene a la profun didad
deseada. Es muy cómodo para hacer bordadas con seguridad a lo largo
de la costa, cuando el veri l es más o menos paralelo a la misma.

Seguir un veril 12m

Con un sondador, es facilísimo seguir un veril. Pero, como ya hemos vis-


to, también podemos hacerlo con una sonda manual. Naturalmente, el
barco no deberá ir a gran velocidad, ni vernos obligados a dar bordadas.
La mayoría de las veces, seguir un veri l consiste realmente en inten- \
tar no separarse demasiado.
Vamos a utilizar por última vez el ejemplo de Groix, para estudiar el per-
fil de los veriles que hay alrededor de la punta de Pen Men. Vemos que si la
niebla se hubiera cerrado, hubieramos podido bordear la punta con toda
seguridad sin haberla visto, simplemente siguiendo paso a paso el veril de
los 20 metros, que bordea con un amplio margen todos los escollos.
Otro ejemplo: la entrada al puerto de Concarneau. la niebla nos sor-
prende a 1,5 millas al Sur del Cachan. Sondamos y averiguamos que
hay menos de 10 metros de agua. Enseguida ponemos rumbo al NW,
para volver a encontrar el veril de los 10 metros, el cual seguimos de-
Si e l cie lo esta nublado, pode mos ll egar jando un poco a estribor. Así llegamos al Cachan, desde donde pode-
hasta la torreta del Cocho n s iguie ndo e l mos meternos en el canal por estima, evitando cruzar a una y otra par- 20m
veril de los 10 metros. (Publicación te el veril de los 5 metros.
SHOM.'
8h"
Hoja de sonda l IOS,5
No siempre disponemos de un veri l que pueda servirnos de barandilla y
~""á. ...-/ 2om Hoja de s onda. pa ra copia r con un
llevarnos directamente a nuestro destino. En muchos casos, hay que

V
1 Jo~l"\~ pape l d e calco y poder hacer el
proceder poco a poco, es decir, buscar un lugar identificable para reca- l(lnde(umbOSS~ - -
=-- eje rcicio de las páginas s iguient es
lar sobre seguro, y que nos permita situarnos antes de continuar.
'i> colocá ndolo sobre e l dibujo de la
·I,o¡;. "!o.,\O~Go carta de la página 1011 .
Para situarnos por medio de la sonda, a menudo hay que llevar la es- ~ O.,§0
10 .. ,~'Oo/,", Tambié n pode m os rea lizarlo
tima de una manera especial, utilizando una hoj a d e sonda. Esta hoja
..~~,,"--__+------+_-----_+--
- -t-- - - - -__+- ---\.,; como lo haríamos a bo rdo: una
es un papel transpa rente que se cuadricula, para poder desplazarlo so- ~ vez hecho e l cuadriculado, vamos
bre la carta paralelo a los meridianos y a los paralelos. Es en definitiva lleva ndo los datos a m edida qu e
una carta en blanco, con el Norte hacia arriba. a va nzam os.
1006 Navegación Navegación en alta mar 1007

Cuando estemos próximos a recalar, trazamos en este papel, en el


sentido de desplazamiento del barco, la derrota sobre el fondo que ha-
yamos seguido y las sondas marcadas. respetando escrupulosamente la . •
. "
,,
/
/

.
escala de la carta . Después, no hay más que pasear el papel sobre la
<,
.,
carta para intentar que coincidan las sondas de uno con las sondas de
la otra ... A veces, cuando las sondas son muy características, es posible ...
situarnos al primer intento y con una exactitud prodigiosa. Otras en
~,

.
cambio, no resulta tan evidente, y tenemos que volver sobre nuestros ~

.
~
pasos, volver a empezar, y todo ello sin dejar de llevar actualizada la es-
tima.. Es un buen ejercicio de perseverancia. Y ahora vamos a poner \~

un ejemplo bastante complicado, a propósito. . 8 79 )


.,
Recalada sobre los Sancs de Sable ::. .
Zarpamos de Granville con rumbo a Lézardrieux. Estamos en mareas
muertas. A las 4h 30 de la mañana (PM - 6) el navegante toma la si-
I .. .,
tuación del barco, estamos a 2,3 millas al Sur de la baliza SW de Min-
quiers. La corredera marca 87. El viento es del NW, fuerza 4. Navega-
mos de ceñida amurados a estribor y el rumbo medio es 280°.
El viento es bueno, hay buena mar y tenemos buena visibilidad. El
,
navegante opina que no es necesario trazar la derrota y se va a dormir.
A las 7h 15, salta de golpe de su litera: se ha levantado niebla. Con un
~
1)cC1~~":'!>w
O' ...... ·u~., .
....
.,
...
" ••

vistazo al exterior se cerciora de que la visibilidad ha disminuido y que es
de una media milla, más o menos. ¿Qué hacemos? ¿Seguimos navegan- ,,
do e intentamos recalar por medio de la sonda, o tendremos que conten-
.i~ '

t'
tarnos con dar bordadas despacio y esperar a que la niebla desaparezca? ,... ,1 _, .,

El :.: :~ .:1
lo primero que hay que hacer es mirar la carta. ¿Hay en la costa ha-
cia la cual nos dirigimos algún lugar donde recalar, que sea fácilmente . .
identificable yen cuyas cercanías no haya escollos? Sí: están los 8ancs
de Sable, frente a Paimpol. Son perfectamente reconocibles con la son-
da: es una lenta subida de los fondos hasta llegar al veril de los 20 me- ... ., ~
.
tros, después hay menos de 20 metros durante una milla aproximada- .,
mente, y luego una pendiente en picado hasta más o menos 30 me- '.i
tros. Al parecer podremos encontrar fácilmente este " lomo de burro "
sin ningún problema, pues no hay ningún otro lugar al Norte o al Sur,
p '
con las mismas características. Si logramos situarnos correctamente so-
bre los 8ancs, luego podremos encontrar la boya de 8asses del SE, a
partir de la cual estará "tirado" arribar a la entrada de Trieux avanzan- Reconstruir la derrota recorrida (Pu blicació n S HOM.I
do de boya en boya. El cuaderno de bitácora (ver facsímil en la página siguiente) contiene
Pero, conseguir situarse sobre los 8ancs de Sable no será fácil, pro- diversos datos sobre lo ocurrido a partir de las 4h 30.
bablemente. Sin duda, La solución consiste en pasar varias veces por Con ayuda de estos datos, tenemos que averiguar, ant es de nada,
encima para aclarar el tema, utilizando una hoja de sonda. Pase lo que dónde nos encontramos. Hallamos nuestra situación a las 7h 30, cuan-
pase, por probar no perdemos nada: si no logramos situarnos, siempre do la corredera marca 103,5.
podremos volver hacia alta mar y esperar. Desde la última situación obtenida (a las 4h 3D, corredera 87), tra-
Sólo nos queda ponernos manos a la obra . zamos la derrota sobre la superficie, teniendo en cuenta la declinación:
1008 Navegaci ó n Na v egac i ón en alta mar 1009

7° W, y un abatimiento de 6° hacia la Izquierda. Lo cual nos da, en re- 246°, más 4° de abatimiento (solamente 4°, pues ya no navegamos en
lación con los rumbos anotados en el cuaderno de bltacora: ceñida), más 7° de decllnaoón . El rumbo de aguja es 257°.
2,5 millas a 267 0 verdadero Segun nuestra situación, a las 7h 30 nos encontramos a 2,2 millas
5,5 millas a 2640 verdadero de los Banes de Sable. Teniendo en cuenta la incertidumbre, es conve-
8,5 millas a 262 0 verdadero. niente empezar a Vigilar el sondador cuanto antes, al mismo tiempo
Después. trazamos la derrota sobre el fondo desplazando nuestra Si- que preparamos la tabla de alturas de la marea.
tuación con el valor de la comente que nos Indica el cartucho de la car- Ahora es el momento de coger el papel de calco sobre el que hemos
ta, es decir: copiado el grafico, y colocarlo enCima de la carta. Alla vamos.
PM - 6 : 0,7 M haCia 306 0
PM - 5 : 0,3 M haCia 285 0 Primera pasada
PM - 4 : 0,5 M haCia 1380 A las 8h 30 tocamos el veril de los 20 metros. Corredera 105,5.
Sólo nos queda estudiar la situación obtenida. Orzamos ensegUida para ponernos de ceñida . Los fondos siguen su-
El barco ha hecho 6,5 nudos de media. La corredera, a esta velOCI- biendo:
dad, es pesimista en un 6 % aproximadamente. En relación con la diS- corredera 106: 10 metros
tancia recorrida ( 165 millas) esto supone cerca de una milla de diferen- corredera 106,1: 8 metros
cia. Trasladamos la SituaCión una milla hacia adelante, en el rumbo me- después un brusco descenso; corredera 106,2 : 20 metros
diO que hemos segUido: 264°. No hay duda, acabamos de cruzar los 8ancs de Sable. La pen-
Los t imoneles aseguran que han mantenido el rumbo a ± 2°, lo cua l diente de los fondos se puede distinguir en la superfiCie por la pre-
representa una Incertidumbre de un 7 % de la distancia recornda . senCia de algunos flotadores de na sas. Estos flotadores tienden a
Pero la Incertidumbre relaCionada con la deriva es mayor: calculamos hundirse lo que nos Indica que la cOrriente es bastante fuerte. Se-
que sera un 10% de la distanCia reCOrrida. guramente de mas de un nudo, o de 1,3 nudos. Los onnques se in-
Conservamos la Incertidumbre mayor: lo que nos proporCiona un clinan a 150° .
círculo de incertidumbre de 1,7 millas de diametro, alrededor de la si- Viramos.
tuación obtenida. El navegante ya ha empezado a trazar la derrota sobre la hOJa de
sonda. A partir de la derrota sobre la superfiCie y de la deriva, traza la
Dar un rumbo al timone l derrota sobre el fondo. Las distanCias, al medirse sobre el agua, se lle-
Ahora, se trata de afinar bien . Para tener el máXimo de oportunidades, van primero d Id uellUld ~ulJre Id ~uperflCle y después se trasladan a la
vamos a intentar recalar en el centro de los Bancs de Sable. Por lo tanto derrota sobre el fondo, de forma paralela a la cOrriente.
Facsimil d el cu aderno d e bitá cora. hay que arrrbar un poco. La derrota sobre el fondo sigue el rumbo
Primera vuelta
Después de la Virada , al subir haCia el NNE, hemos vuelto a encontrar el
'0.·0 . . .. . . .
venl de los 20 metros; corredera : 106,3 . El fondo se ha mantenido des-
pués entre 20 y 10 metros, sin sonda característica, hasta 107,4 de co-
rredera donde hemos vuelto a encontrar 20 metros.
El navegante traza en la hOJa de sonda la derrota seguida durante
esta vuelta haCia el Este de los Bancs de Sable. Seguimos un momento
en cenlda, amurados a babor, Justo el tiempo sufICiente para confron-
tar la hoja de sonda con la carta, para ver dónde estamos.
La cosa todavía no esta clara. En la prrmera pasada, hemos encon-
o:. :;;n e-"" '_ "'"'""" .!t.tJl-.,(¡ fe... Satl -~ ~«.. u.... ~-­
trado menos de 20 metros de agua durante más de media milla: por lo
Sa-t lt.L.-q~" dJ...,. ~-w.11..>-:. ~<~ ~¿-;-S-fhe..... "7a-- tanto hemos pasado sobre una parte bastante ancha de los Bancs.
Jla1.A·&o-....-b~,,~ " _ _ ____
Lo principal es que hemos registrado una sonda de 8 metros. Lo que
~~.e._!....Q:,Ie.......c.(a......eL_ ¡;¡¿~ _
Significa que no podemos estar más al Sur de las sondas señaladas 9,7
.. '~".e. ,. . . . . . . . ~t> .... .,;(Q
-- ---
~ru,....~L...w.~.c:. tfe-.8 2"i"V""'· 0.d..ru........J.:!;u..t.c.!.dl Y 8,1 en la carta, en las cercanias de 48° 48 ' 8 (justo encima de la enfl-
laClón campanario de Plouha - marca de Porsmoguer).
1010 Navegación N ave g ación en a l ta mar 1011

Pero. después de reflexionar, vemos que no puede ser: hemos mar-


cado la anotación de 8 metros justo antes de la pendiente de los fon- .J.' ~ ,..
dos, iY no en medio de los Sanes'
.~
"
"- .1J ". .J;.... ~

Por lo tanto, es probable que hayamos pasado un poco más arriba,


sobre las sondas 8,7, situadas en dirección 4So 49'. De todas formas,
esta es la situación más al Sur posible.
Evidentemente, la situación más al Norte posible no puede estar más ;¡.~ ,

alla de los 48° 50'S, donde vemos una sonda 8,2, la última de esa cIa-
se. A partir de los datos obtenidos por medio de esta vuelta, parece
que la situación más al Sur es la correcta. Pero, al mover la hoja de son-
da sobre la carta, vemos que hay varias soluciones posibles. No tiene
'"
por qué ser la válida la que mejor "encaje". Todo está todavía poco .18 ;),1 • .•J
,.
claro. Hay que vi rar y volver a empezar.
1
. . ."
Segunda pasada " ."
'.' .1..
'"
Viramos cuando la corredera marca 108,6. Volvemos a encontrar los ;/ ... .lo' ':
Sanes de Sable a 109,3 de corredera, y después vamos registrando su- .1••
M
cesivamente: .h

corredera 109,8: 10 metros ,.


-':
corredera 109,9: 4 metros (ibien!) .1.'

corredera 110: 10 metros ~

.~
corredera 11 0,1 : 20 metros
y otra vez la pendiente de más de 20 metros. ,.... "'~ .. ,.
Sin ninguna duda, esta nueva sonda que nos da 4 metros deberá .u
"
ayudarnos a concretar el asunto.
A primera vista, parece que realmente hemos pasado por la vertien-
te Norte de esta pequena colina, 4,5 en los extremos, situada entre 48u
49',9 y 48° 50',3. La hoja de sonda y la carta encajan ahora bastante
bien, y en lo que respecta a la primera pasada la solución más hacia el
,..
Sur parece la correcta .
Pero todavía no podemos asegurarlo. Quizás hemos pasado por la "
vertiente Sur de esta pequeña colina . Quizás hemos pasado todavía
más abajo, sobre la sonda 4,9 situada a 48° 49',5 (aunque todavía esta
última situación nos parece poco probable, teniendo en cuenta la de·
rrota seguida en la primera vuelta). En cualquier caso, tenemos que sa·
ber a qué atenernos. Otra vez viramos, a 110,4 de corredera .

Segunda vuelta
Los Sancs de Sable siguen siendo fieles a nuestra cita: volvemos a en·
contrar el veril de los 20 metros, a 111 ,2 de corredera. El fondo sigue
subiendo hasta los 10 metros y luego vuelve a bajar. A 11 2,2 de corre-
dera hay 20 metros. Otra vez estamos en el otro lado.
No: a 11 2,9, encontramos de repente 12 metros, y luego otra vez "
mas de 20 metros. "
(Publicación SHOM .J ¿A qué corresponderá esta indicación aislada de 12 metros?
1012 Navegación Navegación en alta mar 1013

La sonda marcada 11, situada en la carta al NE del brazo de Basse po con poca velocidad, para intentar localizar el trozo del veril corres-
Bec (a 48° 51',7) parece la mas probable. El problema es que el dibujo pondiente a la derrota que seguimos. Este sistema permitió al Gauloise
de la hoja de sonda no coincide del todo con la carta, por lo menos en IV identificar Miquelon y entrar más tarde en Saint-Pierre con una visibi-
el caso de que hayamos pasado realmente sobre la vertiente Norte de lidad inferior a 0,25 millas en el año 1982.
la pequeña colina al pasar por segunda vez. Si hemos pasado por la
vertiente Sur, esta última vuelta encaja mejor, pero entonces ¡es la pri-
mera pasada lo que no encaja con nada! RADIOGONIOM ETRíA
Hay algo raro en todo esto. Ciertamente, el dibujo realizado sobre la la corredera y la sonda no son los únicos medios para situarse cuando
hoja de sonda tiene una forma algo alargada en relación con el recorri- hay mala visibilidad. Existen también ciertas "ayudas radioeléctricas"
do que parece más probable sobre la carta . La hipótesis más verosímil que nos permiten comprobar la situación y la derrota del barco. La más
es que hemos debido subestimar la corriente. Al ser ésta mucho más utilizada en la navegación de recreo es la radiogoniometría, cuyo fun-
fuerte, la derrota efectuada estaría menos hacia el Norte y habría sido damento es muy sencillo: por medio de un receptor de radio especial
menos rápida de lo que creíamos. marcamos la dirección de diferentes emisores, y estas marcaciones, lle-
Probablemente esto será lo que ha ocurrido. De hecho, vemos que vadas a la carta, nos permiten situarnos en un principio. Hay que reco-
encogiendo un poco el dibujo de la hoja de sonda, podemos conseguir nocer que el gonio no puede competir con los nuevos sistemas de na-
una mayor coincidencia, de un extremo al otro. vegación electrónica.
Si esta hipótesis es correcta, con la derrota que hacemos ahora, no
vamos a llegar a la boya. Hay que vi rar. Los emisores
los emisores utilizados en radiogoniometría son rad iofaros circu lares
Tercera pasada (RC) que emiten una señal muy exacta en una determinada frecuencia,
Viramos a 114,2 de corredera. en la gama de las ondas largas.
A 114,7 de corredera, los fondos vuelven a subir hasta 20 metros, y Hace años, para evitar una saturación de frecuencias, los radiofaros
después se mantienen bastante rato entre 20 y 10 metros. se agrupaban casi siempre en series de tres o seis en una misma "lí-
A 115,2 otra vez tenemos 20 metros y después, la pendiente. nea", emitiendo por turno y siempre en el mismo orden. Desde hace
Al leer la sonda durante esta tercera pasada los resultados obtenidos algunos años, el sistema ha mejorado. Con algunas excepciones, cada
encajan perfectamente con la sonda marcada con la cifra 11 que he- radiofaro emite en su propia frecuencia y de modo continuo. Por moti-
mos encontrado en la pasada anterior. vos de comodidad, se agrupan en zonas geográficas que se denominan
Una vez más tenemos que virar y, en principio, tendríamos que ver con los nombres del alfabeto morse. El canal de la Mancha se divide en
la boya enseguida. tres zonas (Golf, Hotel, India) y el mar de Irlanda en otras tres (Echo,
Hay que seña lar que ninguna de las sondas que hemos marca- Foxtrot, Delta) ... Los radiofaros de una misma zona emiten en frecuen-
do ha sido dec isiva en sí. Pero el razona mi ento completo parece cias muy próximas unas de otras, lo cual facilita el trabajo del operador.
sostenerse: las dif erentes pasadas que hemos rea lizado so bre los la señal emitida por cada radiofaro dura un minuto y comprende:
Sancs de Sable forman una secuencia coherente, y parece exclu ir- • el indicativo del radiofaro, que es un grupo de dos o tres letras del
se la posibi lidad de un error serio. alfabeto Morse, y que repite varias veces duante 22 segundos;
Esta vez, si no vemos la boya, por lo menos podremos decir que he-
mos hecho todo lo posible y haremos bordadas hacia alta mar, con la
conciencia tranquila y esperando que la cosa se aclare. RADIOPHARES MARITIMES
......
Caso extremo: hacer un realzado del veril
En caso de estima "borrosa, en medio de la niebla y con avería general
de los instrumentos, podemos vernos obligados a recurrir a un medio
N"

128
129
Crhch
NOM
loe
POlition
"''''.
48"28' N · SoOS· W
Pointl San:·MMhieu 48"ZO·N·4°46· W
-
IndiulÍf

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FriqllttlCH
H

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3"
292.5
Éniuion IOIIS ttmpl

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CG/1tinu
Continu
tHl¡lS tia. rili:ssicll

lmin
lmin
130 S.in 48"QJ·N·4°52·W SN "
70 289,S Continu lmin

..,
extremo que consiste en hacer un "realzado del veril". A partir de la si- 131 Eckmiihl 4r48'N·.o22· W OH 50 312 Continu lmin
132 Point. d. Combrit 41"S2· N·.o01"W CT Continu lm in
tuación donde hayamos "tocado fondo" con la sonda cerca de la costa 133
14'
Pen Men 41" 39· N · JO JO' W
SHlul¡IISt-Gidul 41°OS· N·Z01S· W
GX
NZ
"
10
10
288>
298 Continu
Continu
lmin
lmin
no identificada, seguimos, según nuestro calado y la supuesta configu- 141 11. d'y.u 4!j"4J· N ·1"23· W YE 10 >XI
ración de la costa, el veril de los 5 o los 1O metros durante algún tiem- 14'
143
les B.I.ines
la Roch.lla
46"IS· N·l"34· W
46"og· N-l"10· W
8H
,
50 299 Continu 1 min
lm¡n
" 295,' Continu (Publicación SHOM.)
Navegación en alta mar 1015
1014 Navegación

Forma de un mensaje de radiofaro silencio de marcar (0° a 360°) del radiofaro, es decir el ángulo enlre su direc-
circular (Re) de l Capo de Antifer (TI) Ss Ción y el eje del barco. Para obtener la demora verdadera del radiofaro,
y de todos los dem ás.
0 .f 'P basta con sumar la marcación y el rumbo verdadero del barco (restán -
dolo eventualmente 360°). La marcación se obtiene "con una aproxi-
mación de 180°, es decir que no sabemos en qué extremo de la barra
se encuentra el radiofaro. Hay aparatos que tienen un mecanismo que
• una raya larga, durante 2S segundos; permite salir de dudas, pero excepto en casos particulares (radiofaro so-
• la repetición del indicativo durante 8 segundos; bre un buque-faro y además con niebla densa) no hay apenas ambi-
• un silencio de S segundos, después del cual se repite la señal. güedad posible.
Cuando el barco está muy alejado del radiofaro, hay que hacer una
Las características de 105 radiofaros están incluidas en la publicación operación adicional: el navegante debe hacer la correcci ón de Givry,
n.o 91 del SHOM titulada Lista de radioseñales para el pequeño cabota- que permite llevar en forma de línea recta sobre una carta Mercator la
je, yates y pesqueros. También se encuentran en el MacmilJan and Silk marcación, que es un arco de circulo máximo. En realidad a bordo de
Cut Nautical Almanac, y en el Almanach du marin breton, sólo para las un barco pequeño que se aleja poco de la costa, las marcaciones de los
costas francesas del canal de la Mancha y del Atlántico, así como en radiofaros enseguida resultan inexactas, y la mayoría de las veces no se
otras guias citadas al principio de la parte séptima. En España, el Insti- pueden utilizar en el momento en que necesitaríamos aplicar la correc-
tuto Hidrográfico de la Marina edita el Libro de Radioseñales. ción de Givry.
Señalemos simplemen te que a 50 millas de un radiofaro la correc-
El receptor ción máxima es del orden de 1,4 millas; a 100 millas, de 2,7; a 200 mi-
El receptor es un aparato de radio en el que podemos acoplar una an- llas, de 5,3. La corrección es nula para las marcaciones Norte o Sur,
tena móvil llamada antena goniométrica (o antena de cuadro, o gonio). pues hay que recordar que los arcos de circulo máximo que represen-
La antena que se utiliza a bordo de los barcos pequeños es una barra t an los meridianos aparecen como rectas en la proyección de Mercator.
de ferrita, que suele ir unida a un pequeño compás.
Cuando el receptor está regulado en la frecuencia de un radiofaro 1, Valor de las marcaciones gonio
la onda radioeléctrica emitida por éste induce en la antena de gonio una Una radiomarcación raras veces es exacta y esto se debe a muchas ra-
corriente cuya intensidad varía según la orientación de la misma. Es lo zones. Unas están relacionadas con el modo en que se propagan las
mismo que ocurre con un trami~lur normal, que hay que orientarlo en ondas. Otras van ligadas a la recepción .
relación con la estación emisora si queremos escuchar música. La inten- Pro pagación de las ondas. Las ondas no se propagan siempre en
sidad es máxima - y como consecuencia el sonido también será máximo- línea recta, sino que pueden ser desviadas por el relieve y sufrir una re-
cuando la barra de ferrita está perpendicular a la dirección del emisor. fracción cuando pasan desde la tierra al mar formando un ángulo muy
La intensidad es mínima, es decir no se oye nada, cuando el ferrita está pequeño; las ondas directas también pueden producir interferencias
dirigido hacia el emisor. Es esta diferencia de sonido lo que buscamos con la onda indirecta reflejada por la ionosfera (lo que se denomina
para hallar la demora del radiofaro: es más exacta que la intensidad má- error nocturno).
xima. Cuando la zona de silencio es amplia, hacemos girar la antena de El error causado por la refracción puede alcanzar 5° cuando la radio-
un lado a otro para localizar los "bordes" de la extinción, y la marcación demora corta la costa formando un ángulo inferior a 30. El error noc-
del radiofaro corresponde al centro de esta zona. turno suele ser muy grande.
Leemos directamente la demora magnética en el compás. Hay que Se acentúa especialmente al amanecer y a la puesta de sol, siendo
tener en cuenta que las antenas fijas no tienen compás sino un círculo éstos los peores momentos para tomar una marcación; y los mejores,
las horas centrales del dia.
Recepción . Existen diversos factores que se conjugan para producir
1 los documentos indican la f recuencia de los radiofaros, expresada en kilo-
herzios (k Hz); muchas veces, el dial del receptor está graduado en metros, es de- errores en la información que se recibe.
cir indica las long itudes d e o nd a. Para pasar de la frecuencia a la long itu d d e En primer lugar, las ondas radioeléctricas pueden ser desviadas en
Si el fe rrito de la antena gonio s e Las ondas radioeh!ctricas sufre n una
on d a tenemos que aplicar la siguiente fórmula: las proximidades de la antena, a causa de las masas metálicas de los
e ncuentra en la pos ición azul, el s onido
costados del barco. Esto sucede en los barcos con cascos de acero u refracción al lleg ar al chocar contra la
es minimo; s i est a en pos ición negra, el
L <e n m) = 300000 hormigón: hay que inst alar una antena fija cuyo error hayamos calcula- costa formando un ángulo pequeño.
son ido es m aximo. F <en k Hz)
1016 Navegación Navegación en alta mar 1017

do antes (dibujando una curva de desvío como la del compás fijo). En De este modo, podemos hacer homing, hacia el faro de Round Island, en
otro tipo de barco podemos utilizar una antena móvil, pero seguirá las Scilly, si venimos del Norte, pero es totalmente desaconsejable si veni-
siendo necesario tener en cuenta que debemos mantenerla alejada de mos del Sur: basta con mirar la carta para comprender el motivo.
las masas magnéticas. Hay que pensar en los altavoces, auriculares y de
modo especial en los auriculares estetoscópicos: si tenemos la costum- Resumen
bre de mantener la antena muy cerca de nosotros, hay que ponerse es- Acabamos de ver que en condiciones perfectas no podemos esperar
ta clase de auriculares detrás de la cabeza y no sobre el pecho. más que una precisión de 5° de más o de menos en una radiomarca-
También tenemos que pensar en la calidad del propio receptor. So- ción . Por este motivo, la situación por radiodemoras, tendrá siempre un
bre todo en su selectividad: si hay varios emisores que se superponen, error difícil de evaluar.
la audición resulta muy dificil y muy desagradable con un aparato poco la radiogoniometria es una valiosa ayuda, pero sería peligroso otor-
selectivo. garle una confianza total. La Guide du navigateur lo explica además de
El mal estado de la mar también puede ser una causa de error im- forma muy clara :
portante. Cuando nos encontramos en el seno de las olas. no podemos "El navegante no debe f iarse exclusiva y ciegamente de la in-
oír nada y corremos el peligro de confundir un silencio accidental con formación sobre su situación, obt enida por med io de una sola
un silencio verdadero. En resumen, la habilidad del operador es un fac- ayuda a la navegaci ón" (radioeléctrica o no).
tor decisivo para la exactitud de la radiodemora: para obtener datos co- Corresponde al navegante, teniendo en cuenta la exactitud que pue-
rrectos, hay que estar muy habituado, tener un poder de concentración de esperar de cada una de estas ayudas en función de su situación esti-
enorme y, con frecuencia, un estómago a prueba de bomba. mada, utilizarla en unión de todas las demás ayudas a la navegación de
Por último, nos queda añadir que, incluso dándose las mejores condi- que disponga, estableciendo un compromiso equilibrado entre las di-
ciones, resulta dificil apreciar en su justo valor el grado de exactitud de versas fuentes de información con las que cuenta. "En particular, la
una radiomarcación. Si la hora es propicia, la recepción clara y la zona de ayuda radioeléctrica no debe excluir el simple reconocimiento y obser-
silencio del orden de 5°, podemos considerar una incertidumbre de ± 2° vación de las marcas, cuantas veces sea posible."
con buen tiempo y de ± 5° con marejada. Si la recepción queda inte-
rrumpida por una zona de silencio amplia (de 10' a 20' ), no podemos es-
perar una precisión superior a ± 4 con buen tiempo y ± 7 con marejada.
Cuando la hora no es propicia, el error que sufre la radiomarcación Tabla para facilitar
suele ser imposible de calcular. la identificación
de los códigos Morse
Situación por radiodemoras
Para situarnos de modo más o menos exacto, hay que tomar varias mar- ara identifica r un pun to hay q ue mirar a la dere.cha,. y pa-
caciones de cada radiofaro, después elegir el valor más probable de ca- P ra identifi ca r un a raya, hay qu e hace rl o a la IzqUierda.
Puede ser útil ampli ar esta tabla y co locarla en la mesa de
da una de ellas (que no es forzosamente el valor medio). En buenas con-
diciones, bastan tres marcaciones de cada radiofaro, pero en algunos ca rtas.
casos es preciso tomar cinco o seis para obtener un resultado correcto.
¡ f¡ ¡~¡
Poner rumbo hacia un radiofaro 1 1 o o
j o¡ ¡- I¡ j o¡
Cuando hay un radiofaro situado en las cercanías del puerto al cual nos j n N A I
1 o o o o
dirigimos, o en la derrota que debemos' seguir, podemos muy bien utili- 1 1 1

f~l El fl [;1f~ El
zarlo para poner rumbo al mismo: intentamos mantenerlo en nuestro 1 1
1 o
rumbo. Algunos radiofaros han sido, además, edificados para este mo- o G
tivo. Emiten una señal diferente según se encuentren los barcos en el o o o o o o o
1 o o o
eje de un canal, o a los lados. 1 o o o o 1 o
o o 1 1 o o o 1 1 o o
Si man ejanos el gonio s in método Antes, evidentemente, debemos asegurarnos de que esta operación
o I o I o o o I o I o
a lguno. envejece re mos a ntes de (llamada homing por los ingleses) se puede realizar sin peligro alguno, es
t iempo .. decir que podemos aproximarnos al faro sin chocar contra alguna roca. o z v e x B J P l Ü V H
1018 Navegación Navegación en alta mar 1 019

No podríamos decir na da mejor. • realizar su autocrítica en función de la calidad de las señales reci-
Señalemos, por último, que si bien el 90nio es obl igatorio a bordo bidas;
de 105 buques de guerra y mercan tes, es debido a que los receptores • integrar los resultados obtenidos a los datos proporcionados por
disponen de dos frecuencias de socorro (500 y 2.182 kHz) que permi- los instrumentos del barco (compás, corredera, anemómetro ... ) para
te n localizar con facilidad un barco en dificultades, haciendo homing calcular los parámetros fundamentales de la navegación, como la deri-
sobre su 5.0.5. A este respecto, es conveniente saber que los buques y va o el abatimiento;
helicópteros dedicados al salvamento en la mar, así como los CROSS* • guiar el barco hacia el lugar del accidente, por medio de la fun-
disponen de 90ni05 VHF que les permiten determinar la demora de un ción "hombre al agua";
barco que emite un MAYOAY por VHF. Si varios barcos o estaciones • trazar el rumbo sobre una carta si están conectados a un lector de
costeras que se encuentra n alejados unos de otros captan al mismo videocartas.
tiempo esta señal de socorro, es posible situar con exactitud el barco En las páginas siguientes analizaremos los cuatro sistemas principa-
que está en dificultades, por medio de dos o más radiodemoras. les que hoy día están al alcance de los navegantes deportivos. Es pro-
bable que los dos primeros vayan siendo reemplazados poco a poco
LA NAVEGACiÓN ASISTIDA por los posicionado res por satélite, en particular por el GPS, que
ofrecen ventajas incuestionables. Antes de establecer una estrategia
POR ORDENADOR (NAO) para la utilización de estos aparatos, vamos a tratar brevemente el ra -
dar. Si bien su sistema de funcionamiento es diferente a los instrumen-
Los ordenadores, que se utilizan a bordo de los buques mercantes des-
tos de a bordo que acabamos de mencionar, no por ello deja de ser un
de hace bastante tiempo, han hecho su aparición a bordo de los barcos
excelente medio para situarse (con relación a la costa y a otros barcos),
de recreo hace pocos años. Al producirse una disminución de su coste,
especialmente con poca visibilidad.
su presencia tiende a generalizarse y, con toda probabilidad, antes o
después, todos los navegantes deportivos dispondrán de ellos.
El radar
Antiguamente los sistemas de radionavegación se basaban todos en
ReselVado a los profesionales de la mar durante muchos años, el radar
el mismo principio: el navegante tenía que marcar la senal o las señales
se ha convertido, gracias a los avances de la técnica, en un instrumento
de uno o varios emisores fijos, con el fin de poder orientarse (homing)
al alcance de los navegantes de recreo. Cruceros a vela, y motor pueden
o si t uarse por medio de tres demoras. Los radiofaros del antiguo siste-
equiparse con radar, a un coste razonable, y las pantallas de pleno-día o
ma Consol enviaban al esp~ci() sena les cuya na turaleza cambiaba se-
medio-día permiten una utilización cómoda de las consolas. Contraria-
gún la dirección; los radiofaros circulares de radiogoniometría, tal como
mente a la idea que tenemos, el radar -abreviatura de Radio Oetection
hemos visto, emiten una señal que el navegante capta con ayuda de un
And Ranging- no es un aparato para ver de lejos. Su a lcance es apro-
ferrita; las estaciones emisoras de los sistemas Decca y Loran e permi-
ximadamente un 10% superior al alcance visual, pero tiene la ven- los radares disponen de mültiples
ten igualmente al navegante situarse en la intersección de las hipérbo-
las leídas por el receptor. taja de ver aquello que el ojo humano no puede distinguir de noche y func iones, en particular la de "hombre
en condiciones de mala visibilidad. Es también un medio de navegación al agua " (en este caso en un modelo
En la actualidad, aunque los nuevos sistemas de navegación (Satnav
radioeléctrico muy apreciado en navegación costera, y un sistema de se- Raytheonl. Tambi én pueden conectarse
o GPS) no utilizan ya estaciones emisoras en tierra, sino satélites, tam-
guridad muy valioso en caso de niebla y en zonas con intenso tráfico. a los demás instrumentos de
bién funcionan de forma similar. El ordenador recibe una o va rias se-
navegación del barco.
ñales que le permiten determinar la situación del barco. Pero la dife-
rencia principal está en que estos sistemas (los últimos modelos de
Fundamento
El principio de funcionamiento del radar es muy sencillo, pues es el mis-
Decca y de Loran e también disponen de estos avances) son actual-
mente capaces de: mo que el del eco. El aparato envía impulsos electromagnéticos que se
propagan en el aire. Si un impulso choca contra un obstáculo, se refleja
• recibir automá t icamente las señales;
y vuelve al receptor, concretándose en un eco sobre el campo de aplica-
• analizarlas;
ción, e indicando al usuario la presencia de un obst áculo. Al saber que
• calcular un resultado, es decir, proporcionar una situación exacta
en un tiempo récord; los impulsos emitidos por el radar se desplazan a la velocidad de
300.000 metros por segundo, resu lta fácil averiguar la distancia a la que
se encuentra el obstáculo, midiendo el tiempo transcurrido entre la emi-
*Centros de Salvamento y Rescate franceses equivalentes a los Centros de
Coordinación de Salvamento españoles. (N. de la T) sión del impulso y su recepción. Puesto que la antena gira 360°, la pan-
1020 Navegación Navegación en alta mar 1021

talla de radar reproduce el entorno del barco, muestra el perfil de la cos- la torreta de La Plate o la masa metálica de un petrolero. Por el contra-
ta. las marcas y embarcaciones, hallando sus demoras y calculando la rio, los objetos blandos que sobresalen poco, redondeados o absorben-
distancia que los separa del barco. De este modo es capaz de hallar la si- tes, devuelven muy mal los ecos. Es el caso de las playas de arena, los
tuación por acimut y distancia de radar con una o varias marcas y, en el cenagales, o de un barquito de recreo de estratificado de poliéster..
caso de un objeto móvil, averiguar si existe o no riesgo de abordaje. Por ello, al dirigirnos a tierra, hay que anal izar siempre la ima-
gen que aparece en el radar e interpreta rl a teniendo en cuenta
Precisión la naturaleza de la costa hacia la que navegamos.
El radar distingue perfectamente los obstáculos duros que sobresalen Su perfil corre el riesgo de ser diferente de la realidad, asi como de
del agua y que tienen perfiles angulares, como los acantilados de Dover, su representación cartográfica. Señalemos, por ejemplo que una pal-
mera indicada en la carta como "considerable", enviará un eco de ra-
dar bastante malo. Por este motivo, los veleros de recreo deben llevar
Breve vocabulario sobre radar
un reflector radar en el palo, para poder ser vistos en la pantalla del ra-
ACR: Anti-clutter rain. Ant i-retorno de ll uvia. que devuelve una señal a la panta lla del ra- dar. Las perturbaciones atmosféricas -lluvia, nieve, granizo- así como la
ACS: Anti-cJutter sea. Ant i-retorno de mar. dar. marejada, perturban considerablemente la imagen en el radar. Estos in-
BRILL: Brillo. Regu lación de la intensidad lu - RAMARK: Baliza radar o radiofaro que emite convenientes pueden ser atenuados por medio de mecanismos de re-
minosa de la imagen del radar. Es el equ iva- en las frecuencias radar y que devuelve una gulación cuyos mandos están en la consola (an ti-clutters de mar y anti-
lente al botón de regulación de luminosidad seña l a la pantalla del radar. clutters de lluvia).
de una televisión. RANGE: Alcance, Regu lación de la esca la de
CPA: Closest point of approach. Distancia más distancias.
corta de cruce previsto de un eco. Funcionamiento y principales ajustes
RING: Botón que hace que aparezcan c írculos
EBL: Electronic bearing lin e. A lidada electróni- fijos concéntricos en la pantalla. Los radares de los barcos de recreo son fáciles de manejar, y el principian-
ca. Mide la demora de un eco, o su marcación RM: Relative matian. Representación en mo- te, con ayuda de la información técn ica del fabricante, enseguida será ca-
s i el radar está conectado a un compás giros- vimiento relativo. El barco que lleva el radar paz de dominar el aparato. También puede consultar el volumen 2, Mé-
cópico. permanece fijo en el centro de la pantalla, las todos e Instrumentos de la Guide du navigateur, que edita el SHOM*. A
FTC: Fast time constant. Atenuador de ecos derrotas de los ecos so n derrotas re lativas. continuación indicamos un resumen del procedimiento a seguir:
orig inados por la lluvia. Muy práctico para la función anti-co li sión 1. Poner todos los sistemas de reglaje a cero (excepto el sintonizador
GAIN: Amp lificación del receptor. Regu la la pues proporciona el ePA con facilidad. Esta (tuning). Regular sobre la escala de 4 u 8 millas.
amplificación de la seña l en función de las función la tien en todos los rad ares. 2. Colocar la clavija en la posición de stand by. El magnetrón empie-
cond iciones de recepción. ST-BY: Stand-by. Posición de reposo. El radar
HM OFF: Heading marker off. Interruptor que
za a calentarse.
no em ite, pero permanece encendido.
permite eliminar la línea de fe del barco de la 3. Una vez se haya calen tado el magnetrón (la luz testigo tiene que
STC: Sensitivity time control. Atenuador de
imagen radar. Función que resulta útil para retorno de mar. estar iluminada) poner el interruptor en la posición on. En ese momen-
ver los pequeños ecos delante del barco. TM: True motion. Representación en movi- to la antena empezará a girar.
HUD: Head up display. Modo de v isua lización miento real. Sólo funciona cuando el radar es- En los radares de los barcos de recreo modernos las fases 2 y 3 sue-
normaL tá conectado a un compás giroscópico y a len estar juntas. El usuario, al poner el radar en funcionamiento, ini-
IRS: Interference rejection system. Filtro de in- una corredera eléctrica. El barco que ll eva el cializa un temporizador que automáticamente autoriza la puesta en
terferencias originadas por la presencia de radar "navega" en la pantalla, las derrotas de marcha.
otros radares. los ecos son las derrotas reales de los barcos. 4. Regular el brillo de la pantalla hasta que aparezca la huella del ba-
NUD: North up display. Sólo funciona cuando Esta función resulta muy práctica en navega- rrido.
el radar está co nectado con un compás giros- ción costera pues la costa permanece fija en
cópico. En ese caso visualiza el Norte en la 5. Aumentar progresivamente el tamaño hasta que aparezcan los
la pantall a; sin embargo, es negativa para la
parte superior. función anti-colisión. ecos y/o el ruido de retorno de la mar.
PL: Pulse length. Longitud de los im pulsos ra- TUNE: Sintonización del receptor. 6. En caso necesario, regular el tuning para mejorar la imagen.
dar. VRM: Variable range market, Círcu lo de dis- 7. Pasar a la escala de trabajo y regular los anti-clutters (anti-retor-
PRR: Pulse repetitian rateo Frecuencia de em i- tancia regulable. Proporciona la distanc i a nos) de mar o de lluvia, si es necesario. Estos últimos deben graduarse
sión de los impulsos (entre 800 y 3 200 Hz se- exacta de un eco o de una marca y, de modo al mínimo con el fin de no eliminar los ecos débiles.
gún la distancia seleccionada). particular, perm ite hallar la situación por me-
RACON: Boya equipada con un refl ector radar dio de varias distancias radar.
* En España ell.H.M. edita el manual Uso del Radar a bordo. (N. de la T.)
1022 Navegación Navegación en alta mar 1023

Navegadores por satélites lada es dudosa. Los aparatos recientemente aparecidos indican la hora
Fundamento de paso de los satélites durante las próximas horas o los próximos días.
Actualmente, todos los aparatos utilizan 105 cuatro satélites del sistema El aparato debe ponerse en marcha tres cuartos de hora antes del
Transit, que giran en una hora cuarenta y cinco minutos aproximada- paso del satélite, para que la frecuencia del oscilador esté estabilizada
mente, a 1.000 km de altitud en órbita polar. en el momento de efectuar la medida.
Las estaciones terrestres introducen en la memoria del satélite las ca- Al consumir mucha corriente, es conveniente mantener el aparato
racterísticas de las futuras órbitas. y el satélite transmite al ordenador en posición de espera (stand-by); de ese modo, solamente se alimenta-
de a bordo las características de la órbita en curso. rá el oscilador.
El ordenador de a bordo compa ra la frecuencia emitida por el satéli- A plena potencia, con una buena instalación eléctrica para poder
te con la frecuencia proporcionada por el oscilador de a bordo (aproxi- disponer de forma continua de 10 a 30 vatios, podemos obtener el
madamente 400 megaherzios). El movimiento relativo del satélite y del mantenimiento permanente de la estima, entre los sucesivos pasos de
barco produce una variación de la frecuencia (efecto Doppler). Si se co- los satélites, es decir cada noventa minutos en latitud media, con la
noce la situación del satélite, el rumbo verdadero y la velocidad del bar- condición de que el navegador esté conectado con la corredera y el
co, el aparato calcula la situación del barco. Hay que señalar que la Ma- compás, o con la central de navegación de a bordo.
rina Norteamericana tiene previsto ir sustituyendo progresivamente el
sistema Transit por el sistema GPS. Precisión
En principio, la precisión es aproximadamente de una décima de milla,
Utilización +0,2 millas por nudo de error sobre la velocidad del barco, lo cual no re-
Un satélite se puede utilizar cuando su elevación sobre el horizonte está sulta despreciable en el caso de un multicasco que navegue a 20 nudos.
comprendida entre 10° Y 75°. Fuera de esta horquilla, la situación calcu- En la práctica, podemos contar con una precisión de unas 0,5 millas.

Funciones auxil iares


Este tipo de navegador proporciona la hora con precisión de segundos,
Funciones auxiliares de lo cual resulta muy útil para la navegación astronómica, aunque es un
los sistemas de lujo innecesario, puesto que sólo sacamos el sextante ¡cuando el 5at-
navegación radioeléctricos nav se ha estropeado! Las demás funciones auxiliares son el cálculo de
los way points, la comparación en rumbo y distancia entre la derrota
Puntos de paso: Podemos meter en la m emoria de 4 a 30 ortodrómica y la loxodrómica y la función" hombre al agua" .
situaciones, según la ca pacidad del aparato, escalonando la
derrota a seguir. El apa rato dispone de una fun ción que nos
permite consulta r continuame nte el rumb o y la distancia del El GPS
próximo punto de paso (way point) hasta que lo alcance- El GPS (global positioning system) utiliza una constelación de satélites
mos, pasando entonces al siguiente. Esta función resulta americanos lanzados en órbitas a gran altura (más de 20 000 kilóme-
idea l para los navegantes perezosos. tros sobre la Tierra) y que dan la vuelta a la misma en poco menos de
Ortodrómica y loxodrómica: Es un refinamiento adicional : 12 horas.
podemos eleg ir entre la derrota ortod rómica y la loxodrómi- El sistema, cuya puesta en funcionamiento completo ya es efectiva
ca y obtener información sobre el rumb o y la distancia que desde la primavera de 1992, cuenta con veinticuatro satélites (de los
debemos recorrer en los dos casos. ¡Qué maravilla! Sin este
cuales 3 son de emergencia) y permite al usuario determinar su situación
ingenioso ch ism e, nos haría falta un cuarto de hora , como
durante las 24 horas del día -lo que no ocurre con el sistema Transit- y
mínimo, para cac ular de nuevo la "orto " a mano.
Hombre al agua: Apretando un botón, eventualmen te co- sea cual sea el lugar de la superficie del globo en donde se encuentre.
nectado con la bañera, queda grabada en la memoria la si-
tuación del barco cuando se produc e la caída. Para el apara - Fundamento
to, esto no es más qu e otro punto de pa so concreto, por lo Cada satélite emite de forma permanente su código de identificación y
tanto, nos indica rá de fo rm a co ntinu a el rumbo y la distan- su situación. El receptor GPS capta el mensaje y calcula el intervalo de
cia hacia el punto de caída. ¡Fabuloso ! Pero de toda s form as t iempo que este mensaje tarda en llegar hasta él (en una diez millonési-
éste no es motivo para no engancha rn os co n el arnés. ma de segundo). Órbitas sate lita rias d e l s ist e ma GPS.
1024 Navegación Navegación en alta mar 1025

Conociendo el tiempo y la velocidad de propagación de la señal (ve- Funciones auxiliares


locidad de la luz) emitida por el satélite, resulta fácil calcular la distancia Además de hallar la situación geográfica, la mayoría de los receptores
que lo separa del receptor. Esta operación, repetida de forma simultá- GPS son capaces de calcular con gran precisión la velocidad, el rumbo y
nea por tres sa télites, proporciona una situación geográfica en las dos la hora, así como las diferencias en la derrota con relación a un rumbo
dimensiones (longitud y latitud) y, por medio de cuatro satélites, una si- dado. También registran una gran cantidad de "puntos de ruta" que
tuación en tres dimensiones (longitud, latitud y altitud). sirven para anticipar la navegación y corregir el rumbo en función del
20 .000 kilóm etro s.
punto a alcanzar. Algunos de los aparatos más perfeccionados llevan
rm _ _

---
Utilización un interface que permite conectarlos a otros instrumentos del barco,
Además de su precisión, la gran ven taja del sistema GPS es que es ca- lectores de cartas o centrales de navegación.
paz de actualizar la situación ca da 5 segundos aproximadamente. Al-
gunos modelos están equipados con receptores de varios canales que Decca
permiten reducir el tiempo de recepción. Si bien los aparatos más anti-
guos necesitan, al igual que ocurre con los Satnav, una inicialización
Fundamento
Los antiguos aparatos tenían que utilizarse con cartas especiales, en las
ullla
~\. L~GL:LL-U~
por medio de la introducción en el aparato de una situación aproxima-
l as s e ñales de dos saté lites s itúan que estaban dibujadas hipérbolas de diferentes colores según las estacio- BUID
da, los últimos modelos liberan al usuario de este inconveniente funcio-
al receptor en est e círcu lo. nes. El aparato mostraba los números de las hipérbolas y sus colores. IIDU
nando de modo automático. Leíamos la situación del barco en la intersección de las hipérbolas de dife- 6IJU
rentes colores. Los nuevos aparatos indican la situación en coordenadas aOIlll
Precisión geográficas. La cobertura es excelente en el canal de la Mancha y mar del
Debido a sus aplicaciones militares, el sistema GPS dispone de dos nive- Norte, y buena en el Atlántico Oriental, exceptuando dos "agujeros" al
les de precisión. Los satélites emiten dos tipos de señales: el código P, fondo del Golfo de Vizcaya. En el Mediterráneo vale más utilizar el Loran.
Precise o Protroed', destinado a los militares, y el código ClA o e/ear
GPS portátil.
Aequisition* *, para los usuarios civiles. Sin embargo, los militares ameri- Funcionamiento
canos que dirigen el sistema desde la base de Colorado Spring pueden Con los aparatos actuales resulta muy sencillo. Su consumo, bastante
Con tres señales, el recepto r se sitúa
inutilizarlo a su conveniencia. Aunque hay otras razones, en este caso bajo (menos de 10 vatios) nos permite dejarlo permanentemente en-
fortuitas, que también pueden afectar a la precisión del sistema: cendido. Introducimos la situación estimada al zarpar, a unas 15 millas
en uno de 105 dos puntos. l a
ince rtidumbre q ueda eliminada
• una mayor o menor calidad de la información que proporcionan (mejor aún en el puerto), y después, basta con leer la situación en la
automáticamente.
los satélites. Por este motivo, el sistema prevé una efit.az salvaguarda . pantalla. El aparato ajusta la situación varias veces por minuto.
De hecho, cada vez que un satélite pasa sobre la estación de control de
Estados Unidos, se controla el movimiento orbi tal y cualquier anomalía Precisión
queda automáticamen te reflejada en el mensaje que emite por dicho De 0,1 milla a menos de 200 metros según la distancia del barco al
sa télite. De todas formas, los márgenes de error son muy pequeños de- emisor. Los aparatos con mayor número de prestaciones indican, ade-
bido a la gran estabilidad de las órbitas que se realizan a gran altitud; más, el tanto por ciento de error estimado.
• mala situación re lativa de ca da uno de los satélites que intervienen
en el cálculo. Al igual que ocurre con las situaciones por tres demoras, Funciones auxiliares
las marcas o los satélites no deben estar demasiado próximos ni dema- Con aparatos modernos también se puede llevar la estima, conectando
siado alejados unos de otros (el ángulo ideal es de 60°); la corredera y el compás, y disponen de way points con rumbo y dis-
• la calidad y la posición de la antena receptora. tancia, y función de "hombre al agua".
A la vista de esto, el usuario de un GPS puede esperar hallar situa-
ciones con una precisión de unos 25 metros <¡excepcional en nuestras loran e
travesías!), sabiendo que según el Pentágono esta precisión no podrá Fundamento
empeorar más alla de los 100 metros (¡lo cua l tampoco está tan mal! ). El Long Range Navigation C' es un sistema hiperbólico parecido al
Oecca. Al igual que este último, los aparatos antiguos necesitan situar-

* En español: Exacto o Protegido. (N. de la T.) * Se utiliza normalmente la denominación en inglés. En español: Navegación
** En español: libre disposición. (N. de la T.) de Largo Alcance. (N. de la T)
1026 Navegación Navegación en alta mar 1027

se en cartas especiales que llevan impresas las redes de hipérbolas Lo- gastar las pilas inútilmente. Por el contra rio, estas situaciones no nos
ran C. Actualmente, los aparatos indican directamente las coordenadas dispensan de llevar una estima al modo t radicional, hora a hora, ano-
geográficas. La zona de cobertura se extiende a las aguas americanas, tando la velocidad del ba rco, el rumbo que seguimos, el abatimiento y
Extremo Oriente y el Mediterráneo. la deriva, así como llevando con detalle el cuaderno de bitácora, y tam-
bién utiliza r el sextante.
Funcionamiento
Se enciende el aparato, se deja calentar un poco, y si es manual hay
que introducir el código del canal seleccionado. En modo automático el
ENCUENTROS CON CARGUEROS
apara to sintoniza solo. Y FERRIES
Para termin ar este repaso a los medios que existen para si t uarse en la
Precisión mar, tenemos que citar uno, poco ortodoxo pero muy eficaz, que con-
Un cuarto de milla de día, media milla de noche; la precisión varía mu -
siste en marcar el rumbo que siguen 105 cargueros que nos encontra-
cho según la distancia hasta 105 emisores. mos. La aparición de un carguero, no debe considerarse un hecho ais-
lado que se atribuye al mero azar. Estos ba rcos efect úan rutas cuyo tra-
Funciones auxil iares
zado es igu al de exacto que el de una red ferrovia ria, con amplios ca-
Los navegadores Loran C. efectúan las siguientes funciones: estima,
minos, vías secundarias y bifurcaciones. Si marcamos el rumbo que si-
que se realiza por conexión corredera-compás, way points y maniobra
gue un carguero, generalmente podremos averiguar la ruta que sigue,
de "hombre al agua". y situarnos de un modo totalmente válido.
Existen rutas de cargueros muy conocidas, las principales vienen in -
NAO: consejos y estrategia de utilización dicadas en los pilot charts. En el Atlántico, de Ouessant a Cabo Finiste-
Sería absurdo otorgar una confianza ciega a estos aparatos, por exac- rre; en el canal de la Mancha, de lado francés, Ouessant-Ies Casquets-
tos que sean. Su fiabilidad aún no es irreprochable y el navegante está la Basurelle; de lado inglés: Bishop Rack (Scilly)-Lizard-Star Point-Royal
siempre a merced de una avería. Por lo tanto, conviene segui r realizan- Sovereign. Estas rutas son verdaderas autopistas, con separación de
do una navegación clásica, de forma paralela a su utilización, que com- tráfico en los cruces (señaladas en las cartas por medio de rayas rosas
pa raremos con las situaciones calculadas por estos apa ratos. En nave- de 2 millas de ancho aproximadamente).
gación costera, las situaciones proporcionadas por los posiciona.d.ores A rMtir de los cargueros con que nos encontramos, también pode-
pueden controla rse fácilmente. La demora de una o dos marcas VISibles mos localizar otras rutas menos importantes: basta con colocar la regla
y perfectamente identificadas nos proporcionará una excelente indic~ ­ de eras sobre la carta, en la dirección marcada. Los Derroteros propor-
ción. Asimismo, la sonda nos servirá para confirmar o negar la exacti- cionan información sobre los servicios de los puertos y, sobre el tipo de
tud de la situación, ba rcos que los frecuentan. Se aprende muy rápidamente a distinguir un
Es conveniente seg uir observando el paisaje. El orden de los elemen- platanero (de color blanco que va hacia Dieppe), de un carguero de mi-
tos que lo componen (el relieve, el perfil de la costa, las balizas ... ) debe
ser lógico y estar en pleno acuerdo con la situación que nos proporcio-
na el posicionador.
La utilización de los puntos de ruta es una de las funciones auxi liares De vuelta en Inglaterra un velero d e Gl énans cuya
estima era improbable tuvo que ser ayudado por la estación
de los posicionadores, muy ap recia da durante la navegación costera. Por
Ou essant Trafi c (encargada d e la v igilancia d el tráfico de bu -
ejemplo, si queremos vi rar una boya en alta mar, pa ra evitar un peligro,
ques mercantes en la entrada d el canal d e la Mancha) para
basta con introducir en la memoria del aparato sus coordenadas geo- p o d er recalar al Norte de Ou essant, en la rada d el Stiff. Des-
gráficas para que éste nos proporcione el rumbo a seguir y la distancia pu é s de llamar por VHF (can al 11) el v e le ro informó d e l
que nos queda por recorrer para llegar a ella. Esta función se utiliza mu- nombre de dos buques mercantes con lo s que se acababa
cho en regatas de crucero a la hora de vi rar una baliza del recorrido. de cru zar. Esto s irvió para que la estación d e Ouessant Tra-
fic pudiera identificar el eco radar d el velero en la pantalla y
Navegación en alta mar: en alta mar, 105 posicionadores por satélite d et erminar con preci sión la situación de este último. Si em -
deben utilizarse igual que hacían 105 navegantes de antaño con el sex- pre atentos, los tripulantes d e guardia siguiero n y dirigieron
tante. Basta con hallar una o dos situaciones al día. No va le de nada por radio. el avan ce d el barco h ac ia el fond eo d el Stift.
1028 Navegación Navegación en alta mar 1029

neral (negro procedente de Cardif!) o de un buque de guerra (comple- podríamos pasar para evitarlos. En este aspecto el Paso de (alais está
tamente gris. que viene y va). estupendamente balizado.
Para marcar con exactitud el rumbo de un carguero, generalmente
En España
hay que esperar el momento en que, cruzando su derrota, veamos sus LA RECALADA La separación del tráfico vie-
mástiles de carga bien enfilados unos con otros. Si no cruzamos su de- ne regu lada por la " Regla 10 del
El primer miembro de la tripulación que ve tierra tiene derecho a doble Reglamento Internaciona l para
rrota, no podremos tomar una verdadera marcación, todo lo más. una la prevención de abord ajes en
estimación, que a menudo será suficiente. Los ferries también siguen paga, es una regla que no hay que olvidar. Pero después, queda por la mar".
hacer [o más importante: hay que recalar, es decir reconocer la costa Dispositivos de separación
sus vías con bastante exactitud. En algunas de ellas el tráfico es tan in- de tráfico
tenso que el problema no es no saber dónde estamos, sino por dónde que hemos visto y precisar la situación del barco en relación con ésta
• Esta Reg la se apli ca a los
antes de seguir rumbo al puerto. dispositivos de sepa raci ón de
Para recalar, hay que decidir siempre que nos sea posible, el lugar y tráfico adoptados por la Organi-
zación (IMO) y no exime a nin-
la hora. El lugar ideal, es una costa acantilada que presente un perfil gún buque de las obligaciones
Normas sobre separación de tráfico determinado o unas marcas visibles, con puntos destacados y un relieve contraídas en virtud de las otra s
caracteristico (como los Sancs de Sable, frente a Paimpol). reglas.
1. El paso por un dispositivo es facultati vo. Los buques est án obligados a utiliza r sistemá ti - • los buques que utilicen un
came nte dispositi vos de separación de tráfico. Éstos pueden even tu almente: la hora ideal es al final de la noche, para situarnos con [os grandes dispositivo de separación de
• bien pasar por alta mar, debiendo, en ese caso, separarse claramente del dispositivo; faros de recalada, y entrar en puerto al amanecer. Aunque no tenga- tráfico deberán:
• bien pasar por [a zona de " navegación coste ra" (e ntre el dispositi vo y la costa). mos las condiciones perfectas, sabemos que no nos faltarán recursos: - navegar en la vía de ci rcu-
lación apropiada, siguiendo la
La responsabilidad de la decisión recae sobre el cap itán, patrón o skipper, que debe va lorar podemos trasladar líneas de posición, sondar, "toquetear" el gonio, dirección general de la corrie nte
y compa rar las ga rantías de segu ridad de cada una de las posibilidades que se le ofrecen. cruzarnos con cargueros, e incluso encender velas. del tráfico indicada para dicha
vía;
Pero lo más important~ es comentar con detalle todos los datos de - en lo posible, mantener su
2. Dentro de un d ispositi vo: todos los buques deberán seguir de forma cla ra la dirección ge-
que dispongamos, y sobre todo ver si se confirman: todo debe coincidir. rumbo fuera de la línea de se-
neral de la circu lación de la vía en la que se encuentren. En caso necesario, deberán maniobrar paración o de la zona de sepa-
Si no ocurre así, no hay que recalar a cualquier precio, sino buscar otros
con el fin de evitar los abo rd ajes, de confor midad con el reglamento. ración de tráfico;
La prudencia requiere pues: datos, guardando las distancias hasta que lo veamos con claridad. Tam- - normalmente. al en trar en
bién hay que saber renunciar a recalar, cuando sepamos, por experiencia una vía de circulación o salir de
• evitar las maniobras bruscas; ella. hacerlo por sus extremos.
• m antener las distancias aprovec hando t oda la anchura de la v ía; o por el examen de los libros que tengamos, que e[ acceso a un puerto
pero al entrar o salir de dicha
• no acerca rse demasiado a las líneas o zo nas de separación. determinado va a ser difícil en esas condiciones. Después de todo ¿es tan vía por uno y otro de sus límites
maravillosa la vida en tierra como para correr peligro para llegar a ella? laterales, hacerlo con el menor
3. Entrada y sa lida del dispositivo: por lo general, los buques deberán en trar en un dispositi- ángulo posible en relación con
En definitiva, no podemos dar consejos exactos para recalar: cada la dirección genera l de la co-
vo y sa lir de él por los extremos del mismo. Sin emba rg o, en caso necesario, podrán: momento es único en su género, bastante emocionante por cierto, y rriente del tráfico.
• entrar en el m ismo por un lado para coge r la vía adyacente, si van en el se ntido de circula- cuya calidad va estrechamente ligada a la calidad de la travesía que • Siempre que puedan, los
ción de esta vía; buques evitarán cruzar las vías
acabamos de hacer. Es el momento de la verdad para el navegante; el de circulación, pero cuando se
• salir por el lado, a condición de hacerlo formando un án-
momento en que, comprobando al valor de su estima, ganará o perde- vean obligados a ello. lo harán
gu lo lo más pequeño posible. lo más aproximadamente posi-
rá la de sus compañeros ... En ese instante, el pasado se cierra sobre sí
ble formando una perpendicu-
4. At ravesa r un dispositivo: los buques pueden atravesar mismo, y no podemos asegurar que no guarde algo inesperado que, de lar con la dirección general de
-es decir cortar- una vía o las dos vías de un dispositivo, a forma solapada, haya logrado falsear la información más evidente. En la corriente del tráfico.
• Normalmente, las zonas
cond ición de hacerlo de fo rm a perpendicular a la dirección la recalada, a veces, tenemos una cita con lo imprevisto: después de to- de navegación costera no serán
general del tráfico que circula en la v ía o las vías que quieren do éste es uno de sus encantos. utilizadas por el tráfico directo
cortar. que pueda navegar con seguri-
Hay que recordar que: dad en la vía de circulació n ade-
T RES COMPROBAC IONES VALEN MAs cuada del dispositivo del tráfico
• en las v ía s de ci rculación, [os barcos de pesca, los bu - QUE UNA AFIRMACiÓN SEGUIDA DE UN NAUfRAG IO adyacen te. No obstante, los bu-
ques m enores de 20 m etros y los ve leros, no deben estorbar ques de eslora inferior a 20 me-
el tráfi co de los dem ás buques; tros y los buques de ve la po-
drán utilizar las zonas de nave-
• en [as zonas de sepa ración:
- est á permitido pescar,
COMUNICARNOS gación costera en cua lquier ci r-
cunstancia.
SEIN
- está prohibida la circul ació n, excepto en caso de ur- o
Analizaremos ahora los medios de comunicación en la mar, puesto que • Los buques que no estén
gencia y para atra vesar (corta r) un dispositi vo. cru zando una vía de circu lación
cada vez más se muestran como un valioso complemento de la navega-
1030 Navegación Na vegación en alta mar 1031

ción y forman parte de la seguridad, siendo uno de los eslabones prin- mo Le Conquet-Radio o Ibiza Radio. o si disponemos de un sistema bi-
cipales de la organización de los servicios de socorro. direccional de VHF, podemos contactar con cualquier abonado de la En España
Evidentemente, no es nuestra intención estudiar uno a uno todos los red telefónica. Las ondas VHF funcionan en la banda de 156 a 162 me-
o que estén entrando o saliendo sistemas de comunicación que aparecen a bordo de algunos barcos, ta- gaherzios. y la mayoría de los aparatos emisores-receptores, fijos o por- • El aparato debe es tar
de ella, no entrarán normal-
les como los teléfonos portatiles y los télex radiomarítimos, o incluso los tátiles. si estan equipados con una antena adecuada a la altura sufi - homologado por la Direc-
mente en una zona de separa-
ción ni cruzarán una linea de se- sistemas de comunicación por satélite. que sólo interesan. en lo que ciente. tienen un alcance de unas cincuenta millas. ción General de la Marina
paración excepto: respecta a la navegación de recreo, a las gentes con prisa e indispensa- Mercante;
- en caso de emergencia pa- • el usuario debe ser titu-
ra evitar un peligro inm ediato; bles, sin las cuales el mundo podría dejar de gírar. La utilización del VHF está sometida a una normativa especial:
lar de una lice ncia de utiliza-
- para dedi carse a la pesca Dejaremos también a un lado las comunicaciones marítimas interna- • el aparato debe estar homologado por los servicios de Télécom
en una zona de separación. ción (ésta da derecho a un
cionales por ondas de banda lateral única (BLU), sistema que utílizan, (debe llevar el número de homologación grabado en la caja);
• Los buques que naveguen indicati vo de ll amada para
por zonas próximas a los extre- sobre todo, los profesionales de la mar y los navegantes de recreo que • el usuario debe ser titular de una licencia de utilización (ésta da comu ni carse con las esta-
mos de un dispositivo de sepa- efe·ctúan navegaciones largas. Nos limitaremos pues a las comunicacio· derecho a un indicativo de llamada para comunicarse con las estacio- ciones costeras);
ración de tráfico. lo harán con
particular precaución.
nes por ondas very high frequency (VHF), que sigue siendo el sistema nes costeras); • un o de los miembros
• Siempre que puedan. los mas accesible y el más generalizado. • uno de los miembros de la tripulación debe estar en posesión del de la tripulación debe estar
buques evitarán fondear dentro El sistema por VHF es el medio marítimo de comunicación por radio titulo de radiotel efonista naval restringido . A este fin es necesario en posesión del título de ra-
de un dispositivo de separación
mas utilizado. Los semáforos, las autoridades portuarias, las estaciones aprobar un examen muy sencillo en el Servicio exterior de Télécom; diotelefonista naval restrin -
de tráfico o en zonas próximas
a sus extremos. costeras y la mayoría de las embarcaciones con las que nos cruzamos • la instalacíón debe estar controlada por el inspector de Télécom y gido;
• Los buques que no utili cen están equipadas con este sistema. Por esta razón resulta muy fácil obte· el usuario deberá satisfacer una cuota anual; • la insta lación debe es-
un dispositivo de separación de tar co ntrolada por el inspec-
tráfico deberan apartarse de él, ner un boletín meteorológico del encargado de un semáforo. reservar • es obligatorio el pago de un impuesto de instalación y una cuota
tor radiomarítimo de la zo-
dejando el mayor margen posi- una plaza en el puerto cerca de capitanía, ponernos en contacto con el anual de utilización. a la administración de correos o al departamento
ble. na .
oficial de guardia de un carguero y, en última instancia. pedir socorro de telecomunicaciones.
• Los buques dedicados a la
pesca no estorbaran el transito por medio del canal 16. Asimismo. a través de una estación costera co-
de cualquie r buque que nave· Campos de utilización
gue en una via de circulación.
• Los buques de eslora infe- Segurídad: el canal 16 está reservado para la seguridad. Por este canal
rior a 20 metros, o los buques se emiten las llamadas de emergencia y las peticiones de auxilio. Los
de ve la, no estorbarán el transi·
to seouro ne lo!'; hUllllAS nA pro· Alfabeto Internacional CROSS, los semáforos y todos los barcos deben llevarlo encendido per-
pulsión mecánica que nave · manentemente.
guen en una via de circulación. letra Códígo Letra Códígo
Tang o Meteorología: las estaciones costeras emiten de forma regular y en
• Cuando estén dedicados a A Alpha T
una operación de mantenimien- B Bravo U Uniform horas fijas los boletines de Météo-France. Frecuentemente, los encarga-
to de la seguridad de la navega- C Charlie V Victor dos de los semaroros tíenen la amabilidad de repetir los boletines a los
ción en un dispositivo de sepa- navegantes de recreo que lo soliciten.
ración del tráf ico, los buques D Delta W Whiskey
con capac idad de maniobra res- E Echo X X-ray Enlace con los profesionales de la mar: los barcos de pesca. ostricul-
tringida quedaran exentos del F Fo xt rot Y Yankee tores, au toridades portuarias. buques mercantes. etc, trabajan perma-
cump limiento de esta Regla en G Golf Z Zu lu
la medida necesaria para llevar nentemente con un aparato de VHF encendído. Cada grupo de profe-
a cabo la operación. H Hotel O Nadazero sionales acostumbra a conversar por un canal determinado, por ejem·
• Cuando estén dedicados a I Indía Unaone
plo, las capitanías de puerto por el 9, los pescadores de Guilvinec por el
una operación de colocación o J Julíett 2 Bissotwo
recogida de un cable submarino 77 y los barcos de pasajeros que efectúan enlace entre el archipiélago
K Kilo 3 Terrathree
en un dispositivo de separación de Glénan y Concarneau, por el 8.
del tráfico, los buques con ca- L lim a 4 Kartefour
M Mike 5 Pantafi ve Enlace de barco a barco: cuando disponen de VHF los barcos pue-
pacidad de maniobra restringi·
da quedarán exentos del cum- N Novem ber 6 Soxisix den comunicarse entre sí por un canal reservado para este uso.
plimiento de esta r eg la en la O Osear 7 Setteseven Enlace con la red telefónica pública: por medio de una estación ra-
medida necesaria para llevar a
P Papa 8 Oktoeíght diomarítima costera. se puede entrar en contacto con la red nacional e
cabo dicha operación.
O Ouebec 9 Novenine internacional y obtener cualquier abonado de teléfono.
R Romeo Virgule decimal De cimal Las comunicaciones en el otro sentido -tierra-mar- no se pueden lle-
S Sierra Point Stop var a cabo con un aparato VHF unidireccional. Sólo los aparatos bidi-
1032 Navegación

recciona les, que utilizan las interfaces radiomarítimas automáticas, pue-


den conseguirlo, sin pasar por una operadora.

Modo de utilizar bien el VHF


Este aparato es muy sencillo de utilizar. Ya sea fijo o portátil, básico o
Navegación
muy sofisticado, sólo hay que conocer cuatro botones:
• apagado-encendido: por lo general está conectado con el amplifi-
cador de volumen. En modo de recepción o encendido, los aparatos de
VHF consumen muy poca energía;
astronómica
• botón de emisión: la conversación se lleva a cabo en simplex (emi-
sión y recepción en la misma frecuencia), es decir que no se puede ha-
blar y escuchar al mismo tiempo. El subconsciente colectivo ha convertido la navegación astronómica en
las conversaciones deben ir puntuadas por palabras tipo, como una ciencia esotérica cuya complejidad justifica en parte el que los capi-
"cambio", "recibido", etc.; tanes de antaño vivieran siempre aislados en su torre de marfil. Inmer-
• selector de canal: sirve para ir pasando los canales y elegir el que sos en sus libros mágicos, interrogaban los astros apartados de miradas
estemos buscando; indiscretas. Después de largas plegarias, y cálculos aún mas largos, és-
• ajuste silenciador (squelch): filtra los ruidos parasitarios. tos les revelaban unos cuantos indicios sobre su situación.
Si hacemos un esfuerzo por luchar contra este rechazo ancestral,
10 consejos para manejar el VHF observaremos, en el transcurso de las siguientes páginas, que la nave-
1. Reservad la utilización del VHF para las conversaciones importan- gación astronómica está al alcance de todos los que quieren hacer el
tes con objeto de no sobrecargar inútilmente las frecuencias . esfuerzo de interesarse en ella y que todavía recuerdan algo de mate-
2. Respetad las competencias de cada canal. máticas, para saber qué es un coseno. Es cierto que el GPS (Global Po-
1. Auricul ar 3. Antes de emitir, comprobad que el canal que váis a utilizar no es- sitioning System) proporciona los mismos datos, con una mayor rapidez
2. Altavoz tá ocupado por otros navegantes. y frecuencia, pero este equipo, por muy seguro que sea, no está libre
3. Botón del canal 16 4. Nombrad al destinatario de vuestra llamada antes de identificaros de sufrir una avería ..
4. Indicador num óri co d el ca n ol (por ejemplo' "Uamanno <1 Sprpine, Sereine de Triagoz, cambio"). Ouizás deseemos sentirnos un poco más marinos Que los demás y la
5. Regul ador del volumen 5. Para estar seguros de haber entendido perfectamente, utilizad el alegría de hallar nuestra situación por medio de los astros, es uno de
6. Ajuste silenciador fsquelch) alfabeto internacional para deletrear los nombres propios O anunciar los placeres del crucero de altura.
7. Selector d el cana l vuestro indicativo. Bernard Moitessier, en su último libro Tamata, manifiesta a propósi-
8. Pulsador del micrófono 6. Reservad el canal 16 para la seguridad y llamadas. to del GPS: "Yo no dudaría en comprarme uno (. .. ) pero mas que na-
9. Ante na 7. Las llamadas por el canal 16 que no traten de la seguridad, deben da, sería para lograr dominar bien el sextante". Quizás Queramos imi-
10. Regu la dor de potencia 1/ 25 vatios. ser breves e ir seguidas de una vía de salida a un canal de trabajo. Para tarle.
estar seguros de que vuestro interlocutor ha entendido el número del Este capítulo no es un trátado de navegación astronómica intensivo.
canal de salida elegido, hay que decir, por ejemplo: "Pase al 6, dos ve- Ante todo, queremos que sea práctico. Excepto en 10 que respecta al
ces 3" o bien : "Salimos al 72, siete-dos" . Sol, no entraremos en el detalle de los cálculos.
8. En el caso de conversaciones entre barcos, utilizad preferente-
mente los canales 6, 8, 72 Y 77.
9. En cuanto sea posible emitid en potencia reducida. LA RECTA DE ALTURA
10. En los pasos dificiles (canales de entrada y de salida de puertos,
travesías de vías de tráfico ... ) dejad encendido el canal 16. Fundamento
Sea cual sea el astro observado, el fin es hallar la situación del barco en
un momento dado. En navegación astronómica, la situación se deno-
mina recta de altura. En la carta, esta recta de altura se representa
por medio de un segmento en el cual se encuentra el barco, del mismo
modo que en navegación costera se sitúa sobre la demora trazada.
1034 Navegación Navegación astronómica 1035

De día, sólo podemos observar bien el Sol. si se digna aparecer. Asi-


Ya está... Ahora vamos mismo. para hallar la situación verdadera en navegación astronómica,
dentro. Vaya hacer los tenemos que trasladar las diferentes rectas de altura del Sol, de la mis-

cálculos ... ma manera que trasladamos las demoras cuando hallamos la situación •
por demoras no simultáneas de una misma marca.

De la observación al trazado A"


El observador debe ver el Sol y el horizonte al mismo tiempo, Necesita A"
conocer la situación estimada de su barco, así como un rel oj que mar-
que los segundos y un sextante.
Recordemos que el sextante es un instrumento que sirve para medir
la altura desde el centro de un astro hasta el horizonte, De este modo,
el navegante observa el Sol con el instrumento Y. efectuando algunas Hv - He = + (intercepto positivo) Hv - He =- (intercepto negativo)
N
correcciones, obtiene la altura ve rd adera Hv del astro sobre el hori- esta mos más cerca del pie A del esta mos menos cerca del pie A del
zonte. El sextante mide pues los ángulos y Hv es un arco de círculo me- astro . astro . 60'
dido en grados y minutos de angula. Determinante
Ahora el navegante baja a su mesa, para calcula r la altura estim a-
Ext racto del libro El Tesoro
da He del astro, es decir la altura a la que el astro deberá estar sobre el
de Rackham el Rojo. • Si Hv es superior a He, i será positivo y se expresará sobre la carta
horizonte, a la hora exacta de la observación, teniendo en cuenta la
desde la situación estimada hacia el astro, es decir en su azimut.
posición estimada. El observador calcula también el azimut del astro Situación estimada
• Si Hv es inferior a He, i será negativo y se llevará sobre la carta en
Z, es decir su demora en el momento de la observación, y luego com-
sentido opuesto al astro.
para la altura estimada del astro con la altura verdadera obtenida con
Vamos a explicarlo por medio de un ejemplo:
el sextante.
El azimut del Sol es 60',
Si la estima es perfecta, estas dos alturas serán idénticas. En otro ca-
Hv medida con el sextante es de 3S' OS',
so, la comparación entre las dos alturas servirá para hallar la diferencia Traza do de la recta de altura
He. resultado de nuestra situación estimada, es de 35° 05'
entre la estima y Ii) recJ lidad, calculando la diferencia Ilv - Ile, que de- con un intercepto positivo.
Hv - He = i = + S'.
nominamos intercepto o diferencia de alturas, representada por i.
Contamos pues 5 millas marinas a partir de la situación estimada y
Hv y He se expresan en grados y minutos, e i en minutos, excepto
en dirección hacia el Sol para obtener el determinante de la recta de al- N
cuando la estima está muy alejada de la realidad o si los cálculos son
tura.
erróneos. En ese caso, el intercepto se expresa en grados y minutos.
En la practica, para poder utilizar la recta de altura i no debe sobrepa-
Si por el contrario He, resultado de nuestra si tuación estimada, es de
sar 30',
3S' 1S', la diferencia entre Hv y He (intercepto 1) es de - S', En este ca-
Una vez hallado el azimut y el intercepto, el navegante vuelve a incli-
s" so, con tamos 5 milla s marinas a partir de la si tuación estimada en di-
narse sobre la carta. A partir de la situación estimada en el momento
rección opuesta al Sol. es decir 60° + 180° ::; 240°, obten iendo así el
de la observación, traza un segmento de recta sobre el azimut del astro
determinante de la recta de altura. Situación estimada
y traslada sobre éste una distancia en millas marinas igual al intercepto 0,0
>
i. Recordemos que en la carta, un minuto de ángulo es igual a una mi- ,.':o..e,,(.e
lla marina (proyección Mercator: una milla marina igual a un minuto de Cálculo de la recta de altura Determinante
latitud),
Un navegante digno de este nombre seguramente no se contentará
De este modo obtendrá el determinante de su recta de altura. Si con aplicar estas fórmulas y, sin duda, desea rá llegar a más, A con ti-
trazamos una perpendicular al azimut del Sol que pa se por el deter- nuación, proporcionamos algunas explicaciones adicionales.
La diferencia e ntre e l circulo de a ltura minante obtendremos la recta de altura que es la línea de posición El fundamento de la recta de altura fue descubierto por el almirante
verdadera Hv y e l círculo de altura del barco en el momen to exacto en que se observa el Sol con el sex- francés Marcq Saint-Hilaire y simultáneamente por el capitán Summer. Trazado de la recta de altura
est imada He se denomina intercepto i, tante. Los dos partieron del triángulo de posición cuyos tres vértices son: co n un intercepto negativo.
1036 Navegación Navegación astronómica 1037
--------------------~----------------------------~~----------------------------------------------------

Uso adecuado del sextante

Modo de colocarnos
Para utilizar bien el sextante, en primer lugar tenemos que
ponernos cómodos, co locarnos bien, sin peligro de caernos
al agua o de que se nos caiga el apa rato. Si es necesario,
cambiaremos el rumbo del barco o el reg laje de las velas.
momento en que se realiza. ¿Cómo saber que lo está? La so-
lución consiste en balancear el sextante, moviendo la muñeca
(o el cuerpo) de modo que veamos que el astro describe un
arco de circunferencia justo encima del horizonte. Bloquea-
mos el sextante cuando el astro se encuentre por encima del O~O
,
Por lo general, nos sentaremos o nos pondremos de rod i- horizonte antes de la meridiana y un poco por debajo des-
llas (hay que calcu lar la "altu ra de los ojos"). Con mar dura,
es mejor permanecer de pie, amarrados al palo por la cin tura
pués, y damos el "top" en el momento ju sto en que el li mbo
del astro tangentea el horizonte en el punto más bajo de su
O O O , ~ 'l

para ver el horizonte durante intervalos de tiempo suficientes. movimiento. .:" ' '~
, .-
Hallar el astro Modo de practicar
En primer lugar, ajustamos la lente a nuestra vista, sobre el Medir bien una altu~a no es fácil , incluso es lo más difícil de El astro debe tangentear el horizonte
horizonte . Si queremos observar el Sol, combinaremos los fil - todo este asunto. Por lo tanto, tenemos que practicar: en tie- en el punto más bajo del balanceo .
tros para obtener una luminosidad parecida para el Sol y el rra y en la mar, hace r muchas observaciones controlando su
horizonte. calidad. La mejor solución consiste en hace r un gráfico y se-
Si tenemos dificultades para encontrar el Sol en la lente, ñalar en él las mediciones unas tras otras; podemos decir que
quitaremos la lente y los filtro s; de este modo se amplia el las observaciones son buenas cuando los puntos obtenidos
campo de visión y podremos ver mejor en qué dirección en el gráfico están prácticam ente alineados. Cuando hacemos
hay que enfocar. Movemos la alidada hasta recibir un des- una observación "en serio", resulta co nveniente hacer cuatro
tello en los ojos a travé s de los dos espejos; bloqueamos la mediciones sucesivas, llevarlas a un gráfico y utilizar la que
alidada, vo lvemos a poner la lente, los filtros y los ojos, y nos parezca mejor.
enfocamos.
Las equivocaciones
Evidentemente los astros más difíciles de captar en la lente Los mayores errores son los más fre cuentes: si estamos ab-
son las estre llas. Pueden darse dos casos distintos. Cuando sortos en contar los minutos y seg undos de arco, nos pod e-
vemos la estrella a simple vista y no logramos encontra rl a en mos equivocar en un grado; y preocupados por anotar la ho-
el sextante, entonces hay que poner el sextante invertido, en- ra de la observación co n aproximación de segundos, quizás
focar la estrella directamente y mover la alidada para elevar utilicemos la hora en uso en lugar de la hora universal. ¡Esto
la imagen reflejada del horizonte hasta la misma; volver a po - suele ocurrir! Normalmente nos damos cuenta enseguida; un
ner después el sextante en el sentido correcto y ajustar. error de 1° es un error de 60 millas; un error de un minuto su-
Cuando no logramos localizar la estrella que buscamos, te- pone 15 millas de error. Pero hay errores más solapados que
nemos que calcular la altura a la que debe estar y ajustar el sólo se descubren por medio de un gráfico.
sextante a esa altu ra; a la hora indicada, barriendo el horizon-
te , podremos encontrarla enseguida, incluso antes de que " Recalar "
anochezca. También podemos mejorar nuestra visión noctur- Recordemos que cuando los famosos detectives Dupont y
na utilizando el método del "rabillo del ojo", es decir no mirar Dupond iban recorriendo el Atlántico con Tintin, a bordo del I,
exactamente hacia el eje de los o jos, sino utilizar una parte de Sirius, en busca del teso ro de Rackham el Rojo, hallaron su
la retina que es más sensible en v isión nocturna. situación y según ésta se encontraban en medio del co ro de
la basílica de San Pedro de Roma ... Aunque nos quedemos
Modo de medir su altura fascinados por la danza de los astros sobre el horizonte, de-
Para med ir la altura de un astro, hay que llevar al ra s del hori- bemos mantener los pies en la tierra, y no crea r nuestra "pe-
zo nte su borde inferior, o superior según los casos (o el punto queña cosmogonia de bo lsillo" . En materia de navegación as-
luminoso, si se trata de una estrella). La medida sólo es vá li- tronómica, la preocupación por hallar la probabilidad es una
da si el sextante se encuentra completamente vertica l en el v irtud cardina l.
1038 Navegación Navegación astronómica 1039

• la situación estimada del barco (concretamen te su cénit);


• la proyección del astro sobre la esfera terrestre, el pi e del Sol ;
• el Polo Norte.
El Polo Norte y la situación estimada del barco son fáciles de com-
prender y de hallar. Por lo contrario, la proyección del astro sobre la es-
fera ya es otra cuestión.
Para entender bien esta noción, podemos imaginar que el 501 es el
foco de un faro, cuya base se encuentra en un momento dado. en
cualquier parte del globo, en un punto traspasado por la línea imagina- Quien ve el astro bajo el horizonte Qui en ve el astro alto sob re el
ria que une el centro del 501 con el centro de la Tierra. La situación del est á lejOS de su pie. hori zonte est á ce rca de su pie.
pie del Sol se define como cualquier situación, por medio de su longi-
tud y su latitud. Pero estas coordenadas, al contrario que las coordena· El ángulo horario, al igual que la longitud, se cuenta sobre el ecua-
das inmutables de un faro varían con el tiempo. dor de O a 360' a partir del meridiano origen y de Este a Oeste.
La situación del Sol y de los astros en general depende de la hora a
la que se efectúa la observación, de ahí viene la denominación ángulo
El triángulo de posición horario.
La situación estimada del barco se mantiene permanentemente. Se de· Afortunadamente, la situación del Sol y la de los astros se conocen
termina por medio de la longitud y latitud estimadas que sitúan sobre gracias a las tablas realizadas por el Bu rea u d es lo n g it udes, a partir
el globo terrestre el punto donde se encuentra el barco. de ecuaciones de tiempo descubiertas por Kepler. tstas vienen en las
La situación del pie del Sol también se conoce en latitud y longitud Ephémérides nautiques*, de donde se extraen los datos para el Sol que
pero la terminología es diferente: se denominan respectivam ente de- vienen indicados en numerosas obras, concretamente en el Almanach
clinació n D y ángu lo h o rari o A Hvo la latitud y longitud del pie del du marin breton . Todas las calculadoras de navegación, y los ordenado-
astro. res son capaces de calcularlas y de memorizarlas.
Al igual que la latitud, la declinación del astro se cuenta de O a 90' A partir de elementos conocidos, como la situación estimada del
desde el ecuador hacia el Norte o hacia el Sur. El 21 de junio, la decli- barco, la situación del pie del Sol y la del Polo Norte, podremos deter-
nación del Sol es aproximadamente 23° Norte. minar los elementos del triángulo de posición, es decir, calcular el valor
de sus lados y ángulos.
Primera dificultad: la Tierra es redonda y el triángulo en cuestión es
Sol un triángulo "esférico". Según podemos ver, sus lados no son .segm~n·
tos de recta sino arcos de circulo. Sustituimos la trigonometna cláSica
por la trigonometría esférica, cuyos principios se salen del marco de es·
ta obra. Os rogamos nos perdonéis.
PN
Los elementos del triángulo de posición
Sabemos que la latitud del Polo Norte es de 90°. El barco también tiene
una latitud L, que está entre O y 90°.
El arco situado entre el Polo y el cénit del barco tiene como valor:
90' - L Del mismo modo, el arco entre el Polo y el pie del astro vale:
90' - D.
El arco situado entre el cénit del barco y el pie del astro es igual a:
90' - He.

'" la publicación española eqUivalente es ~I Almanaque Náu.tico que contiene


Triángulo de posición. las Efemérides o conjunto de datos astronómICos durante un ano. (N. de la T.)
1040 Navegación Navegación astronómica 1041

De hecho, el arco situado entre el horizonte del barco y el pie del as- Si por ejemplo, al calcular una recta del Sol por la tarde, obtenemos
tro es igual a HE. El ángulo entre el arco barco-Polo Norte y el arco bar- por medio de la fórmula Z = 95°, el azimut verdadero del Sol será igual
co-pie del astro es por definición la demora del astro vista desde el bar- a 360° - 95° = 265°.
co, es decir Z, azimut del astro. Si la latitud es de 22° 19' S, habrá que transformar los minutos en
El último elemento necesario para calcular la altura estimada es el án- milésimas de grado dividiéndolas entre 60. En nuestro ejemplo 19' se
gulo formado por el arco de círculo Polo Norte-Cénit del barco y el arco convierten en (19 : 60)°, es decir 0°,317. Puesto que la latitud es Sur
de círculo Polo Norte-astro. A este ángulo lo denominamos ángulo en hay que introducir en la fórmula - 22°,317.
el Polo . Este ángulo, denominado por acuerdo AHvg , es igual a la dife-
rencia medida sobre el ecuador, entre la longitud del barco (G) y el án- Evidentemente, si disponemos de una calculadora programada para
gulo horario del astro AHvo. Por lo tanto, AHvg es igual a AHvo - G. cálculos astronómicos, basta con seguir las indicaciones del aparato sin
Esta fórmula es aritmética. Si la longitud es Oeste, G es positivo. Si la preocuparnos de estas consideraciones.
longitud es Este, G es negativo.

Ahora ya conocemos los diferentes elementos del triángulo de posición. Práctica del cálculo
Por medio de una fórmula mágica, que es la fórmula básica de la tri- Ezequiel y Sofía están en un barco. Nadie se ha caído al agua, pero un
gonometría esférica podemos calcular He y despuéS Z. Tenéis que per- 18 de junio de 1995, al volver de España, el GPs portátil se queda sin
donarnos por no hacer la demostración, pues únicamente describire- pilas de la manera más tonta ..
mos aquí las fórmulas que nos permiten calcular la famosa altura esti- Navegando a estima, Ezequiel siente la legítima necesidad de hallar
mada y el azimut del astro. su situación. El Sol brilla, Ezequiel desenfunda el sextante y a las 11 h
30 mn 15 s TU + 2, hora legal francesa en verano, mide la altura del
Por lo tanto: Sol y obtiene 48° 33',2. Su situación estimada es L = 46° 45 N Y
He: altura estimada. sen He = (sen L x sen O) + (cos L x cos O x cos A Hvg) G = 005° 15 W, su velero navega a 6 nudos, con rumbo 060°.
L: latitud estimada del bar-
y: ¿Cómo hará Ezequiel para hallar la recta de altura y obtener la admi-
co.
O: declinación del Sol a la cos Z = sen D - (sen L x sen He) ración de Sofía?
hora de la observación. cos L x cos He Ezequiel sabe que:
AHvg : áng ulo en el polo . sen He = (sen L x sen D) + (cos Lx cos D x cos AHvg).
Z: az imut del astro. De este modo hallamos He y después Z, utilizando respectivamente
las funciones inversas de seno y coseno. Quiere hallar He, la altura estimada. Conoce L y G. Y va a hallar D y
Estas fórmulas son aritméticas, y hay que tener en cuenta las si- AHag gracias al Almanach du marin breton.
guientes observaciones para evitar obtener resultados erróneos: En esta val iosa obra, la tabla de las efemérides del Sol nos da cada
• El azimut del Sol es igual a Z por la mañana y a 360° - Z a medio- día a las 00 horas TU, la declinación O y el ángulo horario AHvo con re-
dia. lación al meridiano de origen.
• Las latitudes y declinaciones Sur son valores negativos. Ezequiel lee que el 18 de junio a 00 h 00 TU:
• Para calcular AHvg = AHvo - G, hay que tener en cuenta el signo • D = 23° 23',2 N.
de G (G Oeste es positivo, G Este es negativo). • AHvo = 179° 46',7E.
• Puesto que la calculadora funciona con decimales, es necesario
pasar los minutos de arco a 1/1000 de grado, en todos los ángulos. Ha observado el Sol a las 11 h 30 min 15 s TU + 2, exactamente. Ne-
cesita averiguar O y AHvo en el instante preciso de su observación. Por
lo tanto, tiene que interpolar para obtener los valores que va a utilizar
¡ A l t o! para el cálculo. Efectivamente D y AHvo varían de forma constante. Im-
perturbablemente, el Sol se dirige hacia el Oeste y da la vuelta la Tierra

R ecordemos que la divisió n del m in uto de arco no se hace


ya de forma sexagesi mal sino decimal: la cifra 4',5 sign i-
fi ca: 4 minutos y 5 décimas de min uto.
en un dia. La longitud de su pie, AHvo, medido de O a 360° a partir del
meridiano de origen, se desplaza también hacia el Oeste a una veloci-
dad (media) de 3600 en veinticuatro horas, es decir a 150 por hora.
1042 Navegación Navegación astronómica 1043

ÉPHÉMÉRIDES DU SOLEIL ción. También nos proporciona v, va riación horario de AHvo. Recorrien·
do las efemérides, vemos que v varía entre 14,995' y 15,004'.

El 18 de junio de 1995, Ezequiel lee: v = 14,998' Y d = + 0,1'.


De común acuerdo, se denomina AHvp el ángulo horario del 501 a la
hora de la observación para diferenciarlo del AHvo a O h TU leído en el
Almanach du marin breton.

Cálculo de AHvg a la hora de la observación


• En primer lugar, Ezequiel va a transformar la hora local de obser·
vación en hora TU . En Francia, en verano, la hora es TU + 2. Si ha pues-
to su reloj en hora legal francesa, tiene que restarle dos horas para ha·
llar la hora universal (TU). Ha observado el 501 a las 09 h 30 min 15 s
TU. Por otra parte, resulta cómodo llevar el reloj en hora universal al
hacer la observación, para pasar esta etapa. Este reloj se debe ajustar
con precisión de segundos.
Efe mé rides del Sol para los meses de
mayo V junio 1995. (Extracto d el • En segundo lugar, convierte la hora universal TU expresada en ho-
Almanach du m arin brefOIl.) ras, minutos y segundos, en horas y milésimas de hora, para poder ha·
cer las multiplicaciones indispensables para realizar los cálculos de va-
La lalitud del pie del Sol, es decir su declinación D, varia de una ma- riaciones de AHvo y D.
nera completamente distinta. Por lo general, las calculadoras científicas tienen un botón que al
Desde el principio de la primavera hasta el final del verano, el 501 se apretarlo hacen todo ellas solas. Transforma los grados, minutos y se·
encuentra al Norte del ecuador, por lo que la declinación es Norte (po- gundos en grados y milésimas de grado.
sitiva); en otoño y en invierno, es lo contrario, D es Sur (negativa). Desgraciadamente, Ezequiel no conoce este botón, por este motivo
En realidad, la declinación describe una linea sinusoidal alrededor del tiene que empezar por dividir los segundos entre 60 y sumar el resulta·
ecuador cuyos valores máximos son 23° 27'. Éstos se obtienen un dfa do a los minutos. Después, dividir otra vez los minutos y milésimas de
en verano y un día en invierno. O es nulo un día de otoño y un día de minuto obtenidos entre sesenta. Y por último, sumar el resultado a las
primavera. O '1aria de 0, l' a 1,0' por hora. Influye sobre nuestra vida horas, con lo que las 9 h 30 min 15 s se convierten en 9,504.
diaria: al aumentar, los días alargan y al disminuir los días se acortan.
• En tercer lugar, calcula la variación DAH multiplicando 9,504 por
Volvamos al Almanach du marin breton. ~ste nos indica d para cada 14,998'. Obtiene DAH = 142,541'. Añadiendo DAH a AHvo proporcio-
dia, que es la variación horaria de D, justo a la derecha de la declina- nado por las efemérides a 00 h 00, obtiene en definitiva lo que le inte-
resa, es decir AHvp a 09 h 30 min 15 s TU.
Un detalle gracioso: como las tablas indican AHvo en grados y minu-
tos, habrá que pasarlo a grados y centésimas de grado. Es facilísimo
(179' 46',7 se convierten en 179,778'). De este modo Ezequiel obtiene
AHvp:
AHvp = 179,778' + 142,541' = 322,3 19'.

Pero Sofía está cansada. Nosotros pensamos como ella, que esto es
una lata, y no nos parece cierto lo que se dice en la primera página de
este capítulo, que la navegación astronómica es fácil. Tal como mencio-
--------- - --- _____ _ _ _ ________
trópico_de_Capricornio
__________ 23° 26'S __ _L..._'"'______ _ ~
namos, si vamos a practicar a menudo, es conveniente que nos com-
1044 Navegación Navegación astronómica 1045

premos una calculadora programada o progamable. Si no tenemos me- Cálculo de Z


dios, veremos que todos los cálculos son repetitivos y que podemos ad- Sabemos que:
quirir rápidamente los reflejos que nos permitirán realizarlos mecánica- L = + 46'75°.
mente. Por último, tendremos un recuerdo emocionado para nuestros D = + 23.401°.
predecesores que lo hacían todo a mano .. He = 48,563°.

Después de este paréntesis, recordamos todo el cálculo de AHvg: Basta con aplicar la fórmula:
G = 005° 15' W es decir 5,250.
AHvo a OOh TU = 179° 46 ' (según el Almanach), es decir 179,778°. sen D - (sen L x sen He)
= =
DAH 9,504 x 14,998° 142,541°. cos Z = (05 l X cos He

AHvg = AHvo + DAH - G sen 23,401° - (sen 46.75° x sen 48,563°)


AHvg = 179,778° + 142,541° - 5,25° cos Z = cos 46,75° x cos 48,563°
=
AHvg 317,0]0.
cos Z =- 0,268
Cálculo de D a la hora de la observación es decir:
El fundamento es el mismo. Z = 109,17°.
Entre 00 h 00 TU Y la hora de la observación (9 h 30 s 15 min) D ha va-
riado: Cálculo de la altura verdadera del Sol
9,504 x 0',1 = 0',9 Ezequiel acaba de obtener la altura estimada He y el azimut del astro Z
Por Jo tanto, en el momento de la observación O tiene como valor: en el momento en que ha efectuado la observación del Sol. Ahora tie-
D = 23° 23',2 + 0,9 ne que obtener la altura verdadera Hv.
D = 23° 24',1.
0= 23,401° una vez efectuada la conversión en milésimas de grado. Al salir a cubierta para observar el Sol, ha medido con el sextante
Puesto que D es Norte, le damos el signo +. una altura llena de errores debidos al instrumento (sobre todo si es de
D = + 23.401. plástico), a la altura del observador, a la refracción ambiental y a que
ha observado el borde inferior del Sol y no el centro. Resumiendo, ha
Cálculo de He leído en el sextan te una altu ra instrumental que denominamos Hi y
Ya sabemos que: que era igual a 48° 33',2.
L = 46° 45'N, es decir + 46,75° una vez efectuada la conversión en
centésimas de grado. Primero tiene que corregir Hi con el valor del error instrum enta l
=
D + 23.401° del sextante. Este error es diferente en cada instrumento y puede variar
AHvg = 317,07°. según la temperatura ambiental que haya en el momento de la obser-
vación. Ezequiel mide 2 = -2'. Y obtiene Ha que es la altura real ob-
Basta con aplicar la fórmula: servada:
sen He = (sen L x sen D) + (cos L x cos D x cos AHvg). Ha = Hi + e
sen He = (sen 46.75° x sen 23.401°) + (cos 46.75° x cos 23.401° x =
Ha 48° 33',2 - 2'
cos 317,07°) Ha = 48° 31',2.

sen He = 0,750. Para obtener la altura verdadera Hv, todavía tiene que tener en
es decir: cuenta:
= =
He 48,563° 48° 33'7 • La altura de los ojos. De hecho, Ezequiel y el sextante no están al
ras del agua en el momento de la observación, lo que origina cierta
"depresión" del horizonte.
1046 Navegación Navegación astronómica 1047

• la refracción. los rayos del 501 son desviados por la atmósfera de


manera que la imagen del astro que enfocamos no corresponde a la
Esquema de
la recta de altura realidad.
• El paralaje. Realizamos la observación desde la superficie de la Tie-
• Observar el astro, anotar su altura y la hora de observa - rra y no desde el centro, como exige la teoría.
ció n. • El semi-diámetro del Sol. Medimos la altura del limbo inferior del
• Hallar: Sol y no la del centro, como dice la teoria .
- nuestra latitud esti mada,
- la declinación del astro en el momento de la observa-
No hay que asustarse, Ezequiel encuentra otra labia en el Almanach
ción,
du marin breton que le permite resolver fácilmente el problema.
- su ángulo horari o local.
• Calcular con ayuda de estos tres datos, la altura y el azi-
mut del astro en la situación estimada. En esta tabla, en la linea correspondiente a la altura observada (en
• Calcular la diferencia (intercepto) entre altura ve rdadera este caso unos 50°) en la columna correspondiente a la altura de los
y altura calcu lada . ojos (2 metros) hallamos la corrección global (altura de los ojos, refrac·
ción, paralaje y semi·diámetro) que hay que sumar a la allura observa-
da, es decir + 12',8 . Al interpolar, para tener en cuenta que Ho no es
realmente igual a 50° sino a 48°, tomaremos como valor 12',7.

CORRECTIONS DES HAUTEURS OBSERVÉES DU SOLEIL


Hay que sumar una segunda corrección, en función del mes. En ju-
(bord inférieur)
nio, ésta es - 0',2.
Exemple : On observe la hauleur du bord inférieur du SOIeil Hi Q = 450 59' ,6.
l'erreur inslrumenlale ~ élanl de - 1',9 el I'élévalion de ¡'mil élanl de 6m, or: demande la Hay que resaltar que si hubiéramos observado el limbo superior del
hauteur vraie du cenlre du sole;1 HVe Sol, deberíamos haber restado un diámetro completo, es decir 32' .

1et-e correction 2 e correction


(Réfraclion moyeme - dépression + paraJlaxe + dem;-diamelre) (Dale) Ezequiel resume de este modo el cálculo:

HAUTEUR ÉLÉVATION DE L'CEIL Ha = Hi + e


Janvjer Juillet
OBSERVÉE Om 2m 4m 6m 8m 10m +0',3 -0',2
Ha; 48° 33',2 - 2'.
10"00' 10,8 8.3 7,3 6,S S,8 S,2
Ha = 4Ho 31',2
...
",'
'
\1 ,0
", 8,S
8.8
7,'
7,8
6,6
6,8
S.9
6,'
S,3
S,S Février
+0',2
AoÍit
- 0',2
y
11 ' 00' .. 11 ,3 .. 8,8 .. 7,7 .. 6,9 .. 6,3 .. 5,7 Hv = Ha + corrección 1 + corrección 2
30' 11 ,5 9.0 7,9 7.1 6,5 5,9
12' 00' 11 ,7 9,2 8, 1 7,3 6.7 6. \
M.", Septembre Hv;48°3 1',2+ 12',7-0:2
30' 11~ ~ U ~5 6~ 62
13' 00'
30'
12,0
12,2
9,5
9,7
8,5
8,6
7,7
7,8
7.0
7.1
6,4
6,5
+0',1 -0', 1 Hv; 48° 43',7
14' 00' .. 12,3 ... 9,8 .. 8,8 ... 8.0 ... 7,3 , 6 ,7
15' 00' 12,6 10,1 9,0 8,2 7,5 6.9 Avril Oetobre
16' 00' 12.8 10,3 9,3 8,5 7.8 7.2 +0',0 +0', 1 Cálculo del intercepto
1roo' 13,0 10,5 9,5 8,7 8.0 7,4
18"00' 13,2
13.4
10,7
10.8
9,6
9,8
8,8
9,0
8 ,2
8 .3
7,6
7,7
i=Hv- He
'''00' Mai Novembre
20' 00' .. 13.5 + 11 ,0 .. 9.9 + 9,1 .. 8,5 • 7.9
; ; 48° 43,7' -48° 33,7
22:'00' 13.8 11.3 10.2 9,4 8,7 8. 1 -0',2 +0',2
24' 00' 14,0 1\.5 lOA 9,6 8,9 8,3 ;; + 10.
26' 00' 14,2 11.7 10,6 9.8 9, 1 8,5
" . 00' 14,3 1\.8 10.8 10.0 9,3 8,7 Juln Décembre
30· 00' 14,5 12,0 10.9 10,1 9,4 8,8
- 0',2 + 0',3
32'00'
".00'
36'00'
... 14,6
14.7
14.8
,,.
... 12.1
12,3
.. 11 ,0
11 ,1
11 ,2
4 102
10.3
10,4
... 9.6
9,7
9,8
• 9,0
9.1
9.2 Hi 8. '" 45° 59',6
Trazado de la recta de altura
38·00' 14.9 12,4 11 ,3 10,5 9,9 9.3 Ezequiel tiene ahora todos los elementos para trazar la recta de al-
40' 00' 15,0 12.5 11.4 10,6 10,0 9.4 ~ = - 1',9
45'00' 15.1 12.6 11.6 10.8 10.1 9.5 tura:
1"' cor.: + 10',8
SO' 00' .. 15.3 .. 12,8 .. 11,7 ... 10,9 .. 10,3 , 9.7 Z; 109,17°e;;+ 10'.
55' 00' 15,4 12,9 11,9 11,1 10,4 9,8 2' cor. '" - 0',2

Tabla de correcciones a efectuar a los


60' 00'
10' 00'
15,5
15,7
13,0
13,2
\2,0
12,2
11 ,2
11,4
10,5
10.7
9,9
10.1 Hve '" 46° 08',3
Esta recta se puede utilizar pues su intercepto es inferior a 30'. Si és·
valores observados del Sol. (Extracto Si on observe le bord supérieur du soleil, iI faut t enir compte d e son diamétre.
te no hubiera sido el caso, habría tenido que elegir otra situación esti-
del Afmanach du ma,;n breton.)
Navegación astronómica 1049
1048 Navegación

A partir de la fórmula fundamental, la demostración es muy sencilla.


Señores, esto significa que según
Por lo tanto, nos abstendremos de describirla e invitamos a los apasio-
sus cálculos, ¡en este momento
nados de la astronomía a hallarla. nos encontramos en la Basílica
De este modo se puede obtener la latitud del barco, sin preocuparse de San Pedro, en Roma!...
de senos y cosenos. Lo cual era muy importante en una época en la
que no existían las super-calculadoras.
Al comienzo de la navegación astronómica, el navegante que quería
ir desde el Havre a Nueva York navegaba hacia el Sur, después de do-
blar Ouessant, hasta llegar a la latitud de Nueva York. Y más tarde po-
nía rumbo al Oeste, hasta llegar a las Américas.
Puesto que un velero lento puede equipararse a una situación fi-
ja si lo comparamos con la velocidad en longitud del Sol (15° por
Extracto del álbum El Tesoro
hora, es decir 900 nudos), el instante de la meridiana, es decir
de Rackham el Rojo.
cuando el pie del Sol pasa por el pie del barco, es también el mo-
mento en que el astro culmi na en el cielo. Entonces es mediodía en
el Sol.

Haciendo varias observaciones del Sol cerca del mediodía, los nave-
gantes lo veían elevarse, estabilizarze y descender. Su altura máxima les
indicaba su latitud:
L = 90° - Hv + D.

En la actualidad, disponemos de relojes exactos, veleros más rápi-


Trazado de la recta de altura (en azul), mada y volver a efectuar el cálculo hasta obtener un intercepto inferior dos y tablas o calculadoras fáciles de utilizar que permiten calcular el ®
de s u planteamiento trasladado len a 30'. instante de la meridiana. Al dar el top, observaremos y obtendremos la Sol
linea neg ra punteada) y de la m eridiana Ahora sabe que a la hora de observación se encontraba en algún lu- latitud .
(en n e gro) . Extrac to de la carta 72 11 gar de esla relta. Tiene una linea de posición, le hace falta otra para
ISHOM). hallar la situación. Cálculo de la hora
Evidentemente, podría esperar un poco y volver a trazar otra recta, de la meridiana
pero el azimut habrá variado poco y la intersección de las dos rectas se- Ezequiel ha observado su primera recta del Sol a las 9 h 30 min 15 s
ria poco significativa. Más que romperse la cabeza haciendo cálculos, hora universal TU. En este momento, AHvg estaba lejos de ser nulo y
es mejor esperar a la meridiana cortejando a Sofía. era de 317,07°. El barco y el Sol estarán en el mismo meridiano cua ndo
AHvg sea igual a 0°, es decir 360°. En longitud, el Sol y el barco se ha-
bian separado 360° - 317,07°, es decir 42,93° en el momento de la ob-
LA MERIDIANA servación de la primera recta.
El velero navega, y sigue navegando, a 6 nudos rumbo 60°. El pie
El cálculo de la latitud en el momento de la meridiana consiste única- del Sol " navega " hacia el Oesle, a unos 15 grados por hora, es decir,
mente en aprovechar un caso particular muy práctico del cálculo gene- tal como hemos visto, a 900 nudos.
ral de la reda de altura.
Podemos hallar fácilmente una primera aproximación de la hora
Observar la meridiana, es observar el Sol en el momento exacto en de la meridiana dividiendo 360° - AHvg entre 15, en el momento de
que pasa sobre el meridiano del barco. En ese preciso momento, AHvg la primera recta, si consideramos que la velocidad del barco es des-
es igual a 0° y la latitud igual a: preciable en relación a la del Sol. ¿Qué son 6 nudos com parados con
L = 90° - Hv + D. 900?
1050 Navegación Navegación astronómica 1051

El Sol y el barco estarán pues en el mismo meridiano en (42,93 : 15) Ezequiel puede utilizar también la hora de paso del Sol por el meri -
horas, es decir 2,862 horas. La hora de la meridiana es pues : diano de Greenwich que se indica en el Almanach du marin breton (T.
9,504 + 2,862 = 12,366 horas pass.) corrigiéndola con el valor de su longitud estimada transformada
es decir, 12 h 22 min TU 014 h 22 min TU + 2. en tiempo. Lo cual corresponde a lo anteriormente descrito. Este último
método, muy sencillo, es el que ha utilizado Ezequiel. De este modo ha
Para obtener una hora de la meridiana más exacta, hay que conocer obtenido 12 h 21 min 2 s TU tomando como longitud estimada 005° W.
la velocidad de desplazamiento del velero en cuanto a longitud. Esta
velocidad g es igual a: Ahora bien, hacia las 14 h 15 TU + 2, Ezequiel sale a cubierta . A
V x sen (Rv) las 14 h 21 min TU + 2, observa la culminación y mide Hi = 66° 18,6.
g En ese instante D = 23° 24,S N. Al corregir Hi para obtener Hv y su-
cos L
mando 90° - D + Hv, obtiene directamente su latitud a 14 h 21 min
de donde V es la velocidad del velero, TU + 2.
Rv, su derrota verdadera
L, la latitud del velero. Sabemos que:
Ha:; Hi + e
En nuestro ejemplo: Hi = 66° 18,6
6 x sen (60) e =-2,0
g = cos (46,75)
=7,6' . Ha = 66° 18',6 - 2·0
Ha = 66° 16',6.

Por lo tanto, la velocidad de acercamiento del barco y del Sol es de También sabemos que:
907,6 nudos, es decir 15,127°. El Sol y el barco estarán pues sobre el Hv :; Ha + corr 1 + corr 2
mismo meridiano en (42,93 : 15,127) horas, es decir 2,837 horas. La corrl=+13,l
meridiana está en 9,504 + 2,837 = 12,341 horas, es decir 12 h 20 min corr 2 = - 0,2
5 s TU 014 h 20 min 5 s TU + 2. Hv = 66° 16',6 + 13',1 - 0',2
Hv = 66° 29,S
Si bien la diferencia. de minutos en este caso concreto puede pare.
cer despreciable, hay que saber que cuanto más rápido vaya el barco y De donde L = 90° - 66° 29,S + 23° 24,S = 46° 55 N.
cuanto más cerca esté el rumbo del Este o del Oeste, mayor será el va-
lor de g. En ese caso habrá que tenerlo en cuenta para calcular la hora Este método, conocido desde hace bastante tiempo, ha sido descrito
de la meridiana. incluso por Julio Verne. En su novela Los hijos del (apitan Grant, los
Sin embargo. a bordo de un velero, el primer método es suficiente, héroes, que iban buscando a su padre, recorren el paralelo 37 a bordo
sobre todo puesto que al ser relativamente lento, podemos confundir del yate de Lord Glenarvan . Después de muchas peripecias, naufragan
meridiana y culminación . Observaremos por tanto la culminación enfo- en la costa Occidental de Nueva Zelanda, y John, el capitan del
cando hacia el Sol de 5 a 10 minutos antes de la hora calculada. Duncan, halla su situación observando la meridiana:
"Ya conocía su longitud, puesto que se encontraba en la costa
Oriental de Nueva Zelanda . Menos mal, pues sin cronómetro no habría
podido calcularla. Sólo le faltaba averiguar la latitud, y empezó a traba-
Esquema de la meridiana jar para obtenerla.
Por medio del sextante, tomó la altura meridiana del Sol sobre el ho-
• Hallar la hora de paso del astro por el meridi ano. rizonte. Dicha altura era de 68° 30'. La distancia desde el Sol al cénit
• Rea li za r la observación.
era pues de 21° 30'; estas dos cifras sumadas dan como resultado 90°.
• Pasar la altura instrumental a altura ve rd adera Hv.
El 3 de febrero, la declinación del Sol era de 16° 30', según indicaba el
• Ca lcular A = 90° - Hv y darle el signo correspondiente. anuario; sumándole la distancia cenital de 21 ° 30', se obtenía una lati-
• Ap licar algebraica mente la fórmula L = D + N.
tud de 38°. La situación del Macquairie era pues: longitud 171° 13', la-
Navegación a s tronómica 1053
1052 Navegación

titud 38°, salvo algunos errores insignificantes ocasionados por la ine- La Luna es difícil de observar. Si se presenta en forma de croissant,
xactitud de los instrumentos y que no podían evitar." hay que considerar la situación de su limbo inferior real, teniendo en
cuenta la inclinación de sus cuernos.
Los náufragos se salvaron y los niños volvieron a encontrar al padre,
y John se casó con la hija. Quizás sea esto lo que inspira a nuestro Eze- No se debe observar la Luna de noche, pues su reflejo sobre el agua
quiel. distorsiona el horizonte y la medida que obtendríamos seria absoluta-
mente inexada.
Observaremos la Luna cuando no tengamos nada mejor. Preferente-
HALLAR mente cuando está llena y durante el dia, sabiendo que un observador
entrenado no puede esperar una precisión superior a 2 minutos.
LA SITUACIÓN
Para obtener una situación verdadera, Ezequiel sólo tiene que trasladar Los planetas
la recta de altura 9 h 30 min 15 s TU y combinarla con la meridiana de Con los planetas hay que hacer lo mismo que con el Sol en lo que res-
12 h 21 min. Segun la estima, ha recorrido 17 millas navegando rumbo pecta al cálculo del AHao y D. Son astros errantes, y podemos hallar
060' entre las dos observaciones del Sol. La recta trasladada acaba de sus coordenadas en el Almanaque Náutico.
cortar la meridiana. Puede esperar encontrarse en la intersección de es- Un planeta se reconoce porque al no tener luminosidad propia no
tas dos líneas de posición a 14 h 21 min hora local (TU + 2). Ver el es- brilla como las estrellas. Esta diferencia podemos verla claramente a tra-
quema de la página 1048. vés de la lente del sextante.
Si esto no basta, puede esperar dos horas, volver a trazar una recta, En navegación astronómica, únicamente se pueden utilizar cuatro
y trasladar la meridiana y la primera recta sobre la última línea de posi-
planetas: ..
ción obtenida. • Venus, el más brillante, siempre cercano al Sol y por lo tanto, VISI-
ble por la tarde o por la mañana . Se le da el nombre de estrella del Pas-
Ya conocemos lo principal de la navegación astronómica y sabemos * lucero del Alba o lucero de la
tor*;
también cómo funciona el pequeño ordenador que nos hemos com- tarde.
• Jupiter, el mayor;
prado. Para ser un buen navegante" astronómico", hay que practicar
• Marte, el planeta rojo;
las observaciones. Un error de 5 minutos en relación ron la altura se • Saturno, con su resplandor plomizo y sus anillos. .
convierte en 5 millas de error en la carta. Si disponemos de un GP5, Los planetas son fáciles de observar, con una precisió~ .d~ . 1 a 2 mi-
puede ser interesante comparar la exaditud de la situación astronómica nutos. Para localizarlos, hay que buscar los períodos de VISibilidad en el
con la situación real, para poder valorar nuestros progresos. Un buen Almanaque Náutico, así como las estrellas que están más próximas a
observador puede obtener una precisión de 1 milla, con relación al GP5
éstos.
tomando una recta de altura de Sol.
Polo norte celeste

Las estrellas
La Luna Antiguamente se consideraba el cielo como una bóveda, sóli-
Al igual que en el caso del Sol, podemos considerar que la Luna tiene da y firme (un "firmamento"), de la que colgaban las estre-
un pie en la Tierra . La situación de este pie puede determinarse en llas astros fijos unos en relación con los otros. Esta noción
cualquier momento por medio de las coordenadas habituales: ángulo vie~e muy bien para la navegación astronómica, pues consi-
horario en Greenwich (AHao) y declinación (D). deramos que las estrellas están situadas en la superficie de
una inmensa esfera, que llamamos esfera celeste y cuyo
La Luna es el más errante de los astros errantes, y las irregularida- centro es la Tierra. Esta esfera da una vuelta a la Tierra, en
des de su movimiento se cuentan por docenas. El Almanach du marin un día, aproximadamente, girando en el mismo sentido
breton ignora este astro y quien desee observarlo deberá comprar el que el Sol. Para poder determinar con precisión la situ~ción . eClIlJcJor cel¡;;
,,"'re----1-~ /.
El limbo inferior de la Luna es inv¡sible; Almanaque Naut;co del año en curso. Aunque en este libro el cálculo
de las estrellas, la esfera celeste ha sido dotada del mismo SIS- Pumo vemall~'{.S~
¿cómo podrem os colocarlo sobre el de AHao y de D está muy bien explicado, sigue siendo muy pesado ASCENS\O~:\\I-'(.\"\l'-
tema de referencia que la esfera terrestre, con dos polos y un ecua- OE \.Po t.S
horizonte? de realizar.
1054 Navegación

dar, situados en la prolongación de 105 polos y el ecuador terrestre. las


coordenadas de una estrella sobre la esfera celeste se denominan res-
pectivamente ángulo sidéreo (Ava) en cuanto a longitud y declina-
ción (D) en lo que respecta a latitud (como siempre).
El meridiano-origen de la esfera celeste, se denomina punto vernal
Derrota y
o punto gamma. Su abreviatura es AHso y gira 360' en un día. El Al-
manaque Náutico indica para cada día y en cada instante, el valor de
AHso.
Quien desee calcular una recta de altura de una estrella podrá obte-
estrategia
ner el AH ao sumando el AHso y el AVa y obtendrá la declinación D. A
partir de ahí, aplicamos. nosotros o el ordenador. las fórmulas funda-
mentales.
l a observación casi simultánea de tres estrellas proporciona la mejor
situación astronómica. Su precisión es del orden de 1 milla si el obser- En la mar, la derrota la tenemos que inventar nosotros. Los libros, las
vador está bien entrenado. Pero esta situación s610 puede obtenerse al señales de referencia de que disponemos y las técnicas que nos permi-
amanecer o al atardecer, pues deben verse al mismo tiempo las estre- ten situarnos son en cierto modo garantes de esta libertad fundamen-
llas y el horizonte. tal. Para trasladarnos de un lugar a otro no hay una derrota fija, cada
Para hallar la situación es necesario efectuar cierta preparación y uno tiene que diseñar la suya según las circunstancias y sus caprichos.
averigu ar, por una parte la hora del amanecer o del crepúscu lo en el Sobre gustos no hay nada escrito. Algunos no piensan más que en
Almanaque Náutico y, por otra, las estrellas que serán visibles, sus altu- hacer el vago y pasar el tiempo; a otros les preocupa la comodidad y
ras y azimuts. quieren evitar cualquier enfrentamiento con los elementos; hay quien
Si disponemos de una calculadora de navegación, ésta nos propor- es feliz con la velocidad. Los hay realistas y soñadores, modernos y anti-
cionará automáticamente 105 elementos necesarios para preparar la si- cuados, 105 que van a las islas Scilly y 105 que prefieren las Sorlingues.
tuación por las estrellas. Asimismo, para localizar las estrellas visibles, o Sin duda alguna, el estado de ánimo con el que se navega influye en la
bien para identificar las estrellas que hayamos observado, podemos uti- elección de la derrota y le confiere su tono general.
lizar un planisferio celeste. También están las circunstancias. Una vez que se ha elegido la eta-
Obtener la situación por las estrellas es un placer poco corriente. pa, y calculado la distancia que hay que recorrer, no sabemos nada aún
Realizar los cálculos no es ningún mérito, el arte es la observación, que de lo que será en realidad la derrota. Según la dirección del viento,
exige rapidez y práctica, pues el instante en el que pueden ve rse las es- puede ser muy corta o interminable. La derrota no se establece en
trellas y el horizonte es muy fugaz. términos de distancia, sino más bien de duración.
Es un número concreto de horas o de días transcurridos en la mar,
en circunstancias que cambian constantemente: la altura del agua que
aumenta y disminuye, la corriente que cambia de dirección, el viento
que refresca o que cae, o que rola, la mar que se agita por un lado y se
calma por otro, el sol que tan pronto nos da en la espalda como en 105
ojos, la niebla que se extiende y la noche que se aproxima.
Sea cual sea el estado de ánimo con el que naveguemos, todas estas
ci rcunstancias imponen en principio un trabajo de reflexión minucioso:
somos libres de elegir nuestra derrota, pero tenemos que asegurarnos
de que la derrota elegida es posible, razonable, que su seguimiento se
puede comprobar en cualquier caso, y que, por si acaso, contiene solu-
ciones alternativas.
Dicho de otra manera, elegir nuestra derrota es en primer lugar ele-
gir una derrota segura. Después, y solamente después, podremos pen-
sar en florituras .
1056 Navegación Derrota y estrategia 1057

Grands-Cardinaux, que viene indicada en el Derrotero como el paso del


ELEGIR NUESTRA DERROTA
Este.
Es muy raro que volvamos de la mar sin haber aprendido algo nuevo,
incluso aunque hayamos estado navegando por una zona cien veces Sea cual sea el paso que vayamos a utilizar, la distancia que hay que
recorrida . Pues todas las derrotas ocultan una parte desconocida --o de recorrer para arribar a Le Palais, varia poco: 28,S millas por Le Béniguet,
riesgo. Elegir una derrota segura, no es eliminar todos los riesgos, sino 29,S millas por La Teignouse y Les Soeurs, y 30,S millas por Les Grands-
más bien dirigirnos hacia lo desconocido haciendo antes un gran es- Cardinaux.
fuerzo de imaginación para intentar prever lo que va a ocurrir después.
y no vernos sorprendidos por lo imprevisto. Primera opción
Los datos que tenemos que considerar son de diversas clases. Algu- Hace bueno, el tiempo es estable y tenemos un viento constante del
nos son permanentes y vienen indicados con todo detalle en la carta y Nordeste, con buena visibilidad . La velocidad probable del barco es de
en el Derrotero: son las características del paisaje que atravesamos. con 6 nudos. Por lo tanto, estimamos una travesía de unas cinco horas de
las zonas peligrosas que hay que evitar: bajos, peligros aislados, pasos duración aproximadamente.
difíciles, rutas de cargueros, etc.; y también con las señales de referen- Con este viento, no debe haber mar dura en el banco de La Recher-
cia en las que podemos confiar: marcas, luces, radiofaros ... Otros datos che, podremos pasar por encima, si tomamos un pie de piloto cómodo,
son cambiantes, pero muy conocidos; son 105 que dependen de la ma- de unos 2 metros.
rea: la altura del agua y las corrientes, que hacen que ciertos pasos se La primera derrota en la que pensamos es la de Le Beniguet, por ser
puedan atravesar o no. Hay otros datos que se pueden prever, como la la más corta. Con este viento, el paso será fácil. El único inconveniente
dirección del viento, la visibilidad, el estado de la mar en un lugar o en es que no está iluminado y no se puede pasar por la noche.
otro. Nos queda lo imprevisto: un cambio de tiempo brusco, una avería la derrota por el paso de Soeurs parece algo más difícil: las marcas
material, el error humano, una marca imposible de encontrar, una boya que tenemos que utilizar están muy lejos y existe el riesgo de que nos
que ha desaparecido .. confudamos. Tampoco podemos pasar por la noche. La Teignouse es
practicable de día y de noche, lo mismo que el paso del Este.
Elegir nuestra derrota es confrontar todos estos datos, y ver cómo se ¿Hay que contar con la marea? Las corrientes son relativamente
relacionan entre sí. El orden en el que hay que considerarlos no puede fuertes en todos los pasos (menos en el paso del Este), y es preferible
sistematizarse de ningún modo. Éste depende de los casos y de uno u pasar con la marea vaciante. La hora de salida más favorable es la plea-
otro aspecto del problema: a veces podemos elegir entre vanas derro- mar, pues así podremos aprovechar la corriente portante durante toda
tas, y depende del humor que tengamos; otras veces la derrota es evi- la travesía.
dente, pero tenemos que asegurarnos de que contamos con soluciones En definitiva, tenemos donde elegir. Parece que no vamos a llevar-
alternativas posibles; en otro caso, lo prioritario es la corriente, etc. nos ningún susto, y que en caso de imprevisto siempre podremos arri-
Adiós, pues a la teoría; vamos a ver algunos ejemplos: bar a un puerto a sotavento: Houat o simplemente le Palais. la única
precaución que debemos tomar es no acercarnos demasiado a Houat o
De la Vilaine a Palais a los bajíos de Béniguet, donde podríamos vernos en apuros en caso de
Para seguir este ejemplo el ledor puede consultar el extracto de la carta avería.
que publicamos en estas páginas, o bien hacerse con la carta 7033 P
del SHOM y una regla de navegación. Segunda opción
Estamos en Tréhiguier, en la desembocadura de la Vilaine. La próxi- Esta vez tenemos viento muy fresco del Oeste y la visibilidad es regular.
ma etapa es Le Palais, en Belle-He. Navegando de ceñida, a 5 nudos (lo cual representa ganar 3 millas de
En la derrota directa hay unos bajos: el banco de arena de La Re- barlovento por hora), calculamos que la travesia durará 10 horas apro-
cherche, y además un gran obstáculo: los bajíos que prolongan la pe- ximadamente, sea cual sea la derrota elegida. Si tenemos viento de
nínsula de Quiberon, con la isla de Houat justo en el medio. ¿Tenemos proa, en realidad, teniendo en cuenta las bordadas que tendríamos que
que evitar el banco de la Recherche o no? Todo dependerá del tiempo hacer, las cuatro derrotas tendrían la misma distancia. El paso de Soeurs, entre Houat V
y de la derrota que vayamos a elegir para atravesar 105 bajíos. Vemos Con un tiempo como éste, quizás haya mar dura en el banco de la Hoédic. Las dos torretas cardinales
que hay tres pasos sobre estos bajíos: La Teignouse, Le Béniguet y Les Recherche, más vale evitarlo. En los pasos de los bajíos, puede estar Oeste, Les Soe urs y Er Palaire, señalan
Soeurs. Hay una cuarta solución que consiste en dar la vuelta por Les francamente mala durante todo el reflujo, cuando la corriente es con- los peligros al Oes te de Hoédic.
1058 Navegac i ón Derrota y estrategia 1059

COTE OUEST DE fRANCE

D E QUIBERON AU CROISIC

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1060 Navegación Derrota y estrategia 1061

traria al viento. ¿Habría que pasar durante el flujo? No es seguro que ¿Cuáles son las soluciones alternativas en caso de follón? Mientras
podamos navegar contra la corriente dando bordadas. los únicos me· estemos en la bahía de Quiberon, siempre podremos volver a la Vilaine.
mentas adecuados parece que serán entre 105 repuntes, bien de plea- Si nos ocurre algún imprevisto en las proximidades de La Teignouse, te-
mar o de bajamar. nemos a sotavento los puertos de Houat, Port-Navalo y, en caso nece-
Ventajas e inconvenientes de las diferentes derrotas: sario, también La Trinité. En la derrota que nos lleva al paso del Este,
• La Teignouse: el paso es lo suficientemente ancho como para po- podemos dejarnos llevar hacia La Turballe o Le Croisie. Todos esos
der hacer bordadas. Si tomamos esta ruta, estaremos al resguardo de puertos son accesibles en cualquier momento de la marea. Si necesita-
105 bajíos durante gran parte del recorrído. mos tomar una solución alternativa a la salida de la Teignouse o de Bé-
• Le Béniguet: el paso es corto, pero demasiado estrecho para po- niguet, podría haber algún momento dificil, pues tendríamos que ha-
der hacer bordadas; si tenemos vien to del Oeste, podremos cruzarlo de ber pasado ya ampliamente los pasos para poder dejarnos lleva r hacia
un solo bordo, pero si el viento cae un poco, no. el Sudeste. También podríamos darnos la vuelta. De todas formas, es
• Les Soeurs: tomando esta ruta, aprovecharemos poco la ventaja mejor evitar pasar le Béniguet con las últimas luces del día, pues volver
del resguardo de los bajíos; el paso en sí es largo y estrecho y las mar- a cruzarlo en dirección contraria por la noche resultaría una gran im-
cas serán, sin duda alguna, difíciles de identificar; ciertamente no es prudencia.
una ruta segura. Todavía nos queda por considerar una última cuestión, decisiva si hay
• El paso del Este: por aquí la corriente es más floja; si pasamos a mala visibilidad: ¿Cuáles son los medios de que dispondríamos para
una buena distancia de los Grands-Cardinaux, por encima de los fon- comprobar nuestra derrota? Encontrar la entrada del paso de La Teig-
dos de 30 m sin duda encontraremos una mar menos mala que en los nouse en la bruma, o incluso la del Beniguet seguramente no será fácil.
pasos; podemos hacer bordadas cómodamente. Inconvenientes: más La única ruta razonable será la que bordea todos los peligros, es decir la
allá de los Grands-Cardinaux, haríamos una parte del recorrido sin res- del paso del Este: podríamos hacer todo el recorrido por estima, y des-
guardo alguno; por la noche, con poca visibilidad, sólo podríamos con- pués recalar en la punta de Kerdonis que está completamente libre.
tar con un faro, el de los Cardinaux. En fin, con el tiempo que hace, la derrota por el Este es la más segu-
¿A qué hora deberíamos salir para pasar los bajíos en el momento ra. La derrota por Les Soeurs o incluso por Le Béniguet es peligrosa, y la
adecuado? Ni pensar en salir de la Vilaine durante el flujo. Si salimos de La Teignouse, sólo es posible si hay suficiente visibi lidad. Pero el
durante la pleamar, desaprovechamos el repunte de bajamar en La tiempo puede cambiar. Si estamos al final de una depresión, y si las
Teignouse y en Béniguet. Por lo tanto, hay que salir hacia el fina l del re- previsiones indican que el viento va a rolar al Noroeste y va a mejorar la
flujo, para pasar con el repunte de pleamar. Si decidimos tomar el paso visibilidad, podemos considerar el asunto de otra manera: la derrota
del Este, el asunto es más sencillo: sin duda, podremos pasar en cual- por La Teignouse sería más corta, y en cuanto hubiéramos cruzado el
quier momento, bordeando bien los Cardinaux. Lo más interesante pa- paso podríamos poner rumbo hacia Le Palais con vientos portantes.
rece ser salir de Tréhiguier con la pleamar, para cruzar el paso al final Por el contrario, al pasar por Les Grands-Cardinaux habrá que dar
del reflujo. bastantes bordadas, y quiZáS la derrota sería más larga y cansada, es
decir, menos segura. Por el contrario, si el viento rola al Suroeste, la so-
lución del paso del Este es sin duda la mejor de todas.
Todavía tendríamos que prever en qué momento va a rolar el viento,
preguntarnos si no va a cambiar de fuerza, y cómo estará la mar..

De Concarneau a Royan
De Concarneau a Royan hay 185 millas. La derrota puede seguirse en
linea recta, pasando por la parte exterior de las islas: Groix, Belle-ile,
NOirmoutier, Ré, Oleron. Es una travesía muy adecuada para barcos de
crucero costero, por ejemplo para un Glénans 7.60: navegando a 5,5
nudos con un buen viento portante, se podría hacer el recorrido en
La torreta cardinal Oest e de Bonnenn treinta y cuatro horas.
Braz m arca la entrada del paso del Pero el Glénans 7.60 no está hecho para navegar en alta mar. Por lo
Bénigu et cuando venimos del Est e. tanto, es necesario encontrar a lo largo de la derrota resguardos a los
1 062 Navegación
Derrota y estrategia 1063

que poder llegar con rapidez, si nos pilla el mal tiempo, o simplemente
. R.f..-. si cualquier incidente nos obliga a renunciar a la idea inicial.
¡.
Con ayuda de la carta y del Derrotero, elaboramos una lista de puer-
tos que nos ofrecen las suficientes garantías, es decir: que son fácrlmente
localiza bies, están bien balizados, y son accesibles en cualquier momento
de la marea, tanto de día como de hache y representan un resguardo se-
guro contra los vientos de alta mar. A partir de Concarneau, están: Port-
~ .r.'J~
Tudy en Groix, Sauzon y Le Palais en Belle-ile, después Le Croisie, Pornie,

n. "" .., Le Bois-de-Ia-Chaize en Noirmoutier, y Port-Joinville en la isla de Yeu. Les


Sables d'Olonne, los resguardos del paso de Antioehe (La Roehelle, la isla
,j1 de Aix-Chateau -d'Oleron) y por último Royan. Este abanico de puertos
de sotavento ¿es suficiente para poder disponer de una solución de ur-

'1"
... ,.".
gencia en todo momento, en cualquier lugar de la ruta?
El problema se presenta de esta manera: a partir del momento en el
'57
"-
.... que la "meteD" anuncia una buena "rasca ", debe ser posible arribar a un

.
"-
...;-,
\
z!¡6
abrigo en tres o cuatro horas, como máximo en seis; por otra parte, hay
que pensar en una posible avería, que podría hacer que el barco manio-
brase mal: creemos que, en el peor de los casos, con un aparejo de fortu-
3HJ
P.
\ na, podríamos orzar hasta 30° desde el viento de popa aproximadamente.
,
8" ,
'''..81
En estas condiciones, delante de cada resguardo hay una especie de
zona privilegiada, una "zona de seguridad" que podríamos dibujar en
la carta. Vemos enseguida que la derrota directa Concarneau-Royan no
," está cubierta completamente por estas zonas de seguridad. Hay algu-
Jis \~ nos "huecos" que hay que examinar de cerca.
,,. El primero de ellos está situado justo después de Groix: entre Lorient
E ...." \. ..r.» .I.a.,. u.
y Quiberon, la costa no tiene ningún resguardo. Si hace buen tiempo,
evidentemente esto no importa, podemos seguir la derrota directa sin
\-& ... ningún problema. Si hace peor tiempo, podríamos desviarnos ligera-
:Í$Ot-:""
---' mente hacia alta mar para entrar rápidamente en la siguiente zona de
"" '- ... seguridad, que es la de Sauzon.
Después de la punta de Poulains, hay otro "hueco": pasaríamos muy
Elegir una derrota segura, también es prever las salidas de socorro. Si queremos
cerca de la agreste costa de Belle-ile, muy bella pero poco acogedora.
seguir la derrota directa Concarneau-Royan a bordo de un Gh!nans 7.60, por
Incluso con buen tiempo, hay que separarse un poco para poder salir
ejemplo, tenemos que asegurarnos antes de que existen resguardos seguros a
sotavento en todo momento, para utilizar en caso de avería o de mal tiempo del por un lado o por otro, en caso de presentarse algún problema. Si el
Oeste. parte meteorológico no es bueno, vale más abandonar voluntariamen-
te la derrota directa y pasar a sotavento de la isla.
Podemos considerar que delante de cada resguardo existe un sector privilegiado,
Si hemos pasado a barlovento, nos encontraríamos otra vez fuera de
formando un ángu lo de 60° aproximadamente (incluso un Gh!nans 7.60
desamparado. puede orzar hasta 30° desde e l viento de popa), que se extiende las zonas de seguridad que hay delante de la desembocadura del Loire.
hasta 20 millas hacia alta mar (zona sombreada. y posibilidad de llegar a un Pero aquí el caso es algo especial, pues simplemente estamos un poco
resguardo en cuatro horas), en caso necesario hasta 30 millas (zona clara, alejados de los resguardos, lo cual únicamente tiene importancia si el
resguardo en seis horas). Podemos comprobar que en el recorrido de Concarneau tiempo resulta realmente amenazador.
a Royan existen tres "huecos ", tres momentos de la derrota durante los cuales el
Después entramos en la zona de seguridad de la isla de Yeu, pasan-
barco se encontraría a barlovento de una costa sin resguardo alguno : entre Groix
do enseguida a la de Sables d'Olonne: aquí aparece con claridad que
y Belle·ile, a barlovento de Belle·ile, entre Chassiron y Royan. Habría que
encontrar alguna solución, adaptada a cada caso, que tuviera en cuenta las en caso de mal tiempo no será una buena solución pasar a sotavento
circunstancias. (Publ icación SHOM.) de la isla de Yeu, pues nos encontraríamos a barlovento de una costa
1064 Navegación Derrota y estrategia 1065

sin resguardo alguno. Queda un último "hueco", el más serio: entre la que sea absolutamente imprevisible. En la mayoría de los casos, los par-
punta de Chassiron y Royan . En esta zona, la previsión meteorológica tes meteorológicos, una pizca de sentido común y un poco de vista nos
es de vital importancia. Si las previsiones son de tiempo duro. vale más permiten evitar las sorpresas. En resumen, una derrota segura, es aque-
entrar de arribada en el estrecho de Antioche y esperar que el tiempo lla en la que disponemos de cierto margen de seguridad desde todos
mejore. Si el tiempo es manejable, resultaría prudente, una vez más, los puntos de vista: margen en relación con los peligros de la costa, na-
poner rumbo hacia alta mar con el fin de llegar lo antes posible al sec- turalmente, pero también con relación al mal tiempo, a las averías y al
tor de seguridad de Royan. cansancio; margen que se puede prever en las mismas maniobras, vi-
En definitiva, el dibujo de las diferentes zonas de seguridad, pone de rando ampliamente delante de los obstáculos (sobre todo después de
relieve tres lugares en los que. en caso de tener problemas, no dispon- una larga bordada), cambiando las velas en el momento oportuno ... Es
dríamos de ninguna solución realmente segura: después de Groix, a la derrota sugerida por el dicho de la antigua marina a vela: "Marino, si
barlovento de Belle-ile y a barlovento de Oleron. Pero este dibujo hace quieres llegar a viejo, bordea las puntas y saluda a los chubascos".
que aparezca al mismo tiempo una solución que no se veía en un prin- Es una derrota donde hay agua suficiente para navegar y soluciones
cipio: en 105 tres lugares, la seg u ridad no co nsist e en acercarse a alternativas. También, y quizá de manera esencial, es una derrota fácil de
t ierra sino en separarse hacia alta m ar, lo cual nos permitiría llegar comprobar, rica en señales de referencia de todas clases. La mayoría de
con mayor rapidez a una nueva zona de seguridad. las veces, trabajar en la carta y aplicar técnicas de navegación algo com-
Está claro que este razonamiento sólo sería válido con el tipo de bar- plicadas son tareas imposibles de realizar con el más ligero de los mareos.
co que hemos elegido, es decir el Glénans 7.60 o un barco semejante. Sin embargo tenemos que saber dónde nos encontramos, y estaremos
Un barco mas pequeño, por ejemplo, un Corsario no podría, en modo encantados de saber que estamos seguros en una derrota con numero-
alguno, realizar esta travesía de una tirada, y los problemas se plantea- sas marcas localizables o con faros que no den lugar a equivocaciones.
rían de una forma distinta : para hacer el recorrido de Groix a Belle-ile,
harían falta unas condiciones meteorológicas favorables; en caso con-
trario, habría que esperar. En cambio, para un crucero de altura, la zo- MEJORAR NUESTRA DERROTA
na más segura sería alta mar y podría evitar sistemáticamente todas las
zonas próximas a la costa. Una misma derrota puede resultar más o menos cómoda, o también
Estos ejemplos no representan una solución al problema de elegir la más o menos rápida. En lo que respecta a la comodidad hay poco que
derrota. Simplemente intentan exponer los principios de un razona- decir: si lo que queremos es estar tranquilos a bordo, enseguida com-
miento que a veces hay que llevar mucho más lejos. De esta manera prenderemos que hay que evitar la mar a contrapelo; que la costa y las
habría que atraer nuestra atención sobre cierto número de sorpresas islas, según el viento que haya, proporcionan unas zonas más abriga-
ocasionales, que surgen de modo repentino de una desafortunada aso- das que otras; que una derrota con vientos portantes es más agradable
ciación de 105 elementos y el paisaje. que otra que nos obligue a dar bordadas de forma alocada. Por algo se
Puede ser una trampa, una bella bahía sin resguardo, cuando el dice de la gente triste que " tiene cara de viento de proa " ...
viento refresca y rola impidiendo la entrada: la bahía de Porto y el mis- Elegir una derrota cómoda, es además, en cierto modo, elegir una
tral, es un ejemplo de esta broma que se repite desde hace tiempo. derrota más segura, ya que nos permitirá economizar las fuerzas de la
Son una trampa los bajíos hacia los cuales nos arrastra la corriente, tripulación.
cuando el viento cae de repente : al sur de los bajos de Sein, durante el Elegir una derrota rápida surge, evidentemente, de otro estado de áni-
flujo, lo cual representa una aventura más que desagradable. mo. Sin embargo, hay que señalar que ir deprisa puede representar a ve-
Es una trampa un canal sin marcas (como el que se extiende entre ces una cuestión de seguridad; incluso cuando hayamos decidido tomar-
las Raches de Sant-Quay y la costa) si nos vemos obligados a dar bor- nos tiempo, es conveniente ser capaz de decidir en todo momento cuál
dadas y nos sorprende la noche en el camino. es la derrota más rápida, por ejemplo, para arribar a un puerto determi-
Es una trampa, el canal de la Gaine (entre las Héaux-de-Bréhat y Tré- nado si hay amenaza de mal tiempo. Ir deprisa puede también permitir-
guier) durante las bonitas y soleadas tardes cuando nos damos cuenta de nos ampliar nuestro radio de acción: durante un crucero de dos semanas,
repente de que no podemos ver las marcas a contraluz. También puede si ganamos una hora por aquí y otra por allá, al final podremos hacer una
ser una trampa este canal o aquel otro, cuando se levanta la niebla .. escala imprevista más, que quizás podría ser la mejor de todas.
Podríamos multiplicar los ejemplos de este tipo. Pero lo que nos inte- Pero ir deprisa, es también, para muchos, ir en regata. Sobre este
resa señalar es que no hay, de hecho, nada oculto en todo esto, nada asunto. que está relacionado con la idea misma que tenemos de la vela
1066 Na v egació n
Derr o ta y estrategia 1067

y de los barcos, hay opiniones diferentes. John IlIingworth, el célebre Asimismo, puede ser conveniente desviarse en función del viento:
regatista de alta mar, escribe: "Gobernar un barco durante una regata para evitar una encalmada o para ir a buscar mejor viento; para tomar
oceánica, representa darle la velocidad máxima con cualquier clase de un rumbo en el cual el barco vaya más rápido; o para situarse de acuer-
tiempo que nos encontremos ". Su compatriota, Hilaire Belloc, viejo y do con un cambio de viento previsto.
tosco trotamundos muy poco conocido, declara: " Hay que esperar del Resumiendo, podemos desviarnos para aprovechar una corriente por-
propio barco (del que es un verdadero compañero) un comportamiento tante, o para evitar una corriente contraria, o también para sacar partido
racional. Hay que pensar que cuando navega a 7 nudos, va bien y que a la corriente que estemos obligados a soportar. En todos los casos, el
cuando hace 9, se le nota agitado y que después de una noche de des- problema que se plantea es el siguiente: el "rodeo" que vamos a dar
canso se encontrará mejor" . ¿nos va a hacer obtener una ventaja de velocidad suficiente y llegar an-
tsta es una clase de discusión absolutamente inútil, pero al mismo tes a nuestro objetivo que si hubiéramos seguido la derrota directa?
tiempo apasionante. Puesto que, al parecer, no podemos continuarla La respuesta no es siempre evidente, ni mucho menos, y nos arries-
en este momento, simplemente aconsejamos a los que estén interesa· gamos mucho; si no calculamos con cuidado la jugada, podemos per-
dos que lean al mismo tiempo Course-eroisiére de IIlingworth, y Navi- der en vez de ganar. El tiempo que ganariamos o que perderíamos tra-
gant á la voile de 8elloe. Con lo cual aprenderán mucho. tando de evitar los bajos apenas es estimable. Cada caso es distinto. El
verdadero juego comienza cuando nos desviamos por una cuestión de
y nosotros, habiendo llegado a este punto, nos contentaremos con viento.
decir que llegará un día en que nos hartaremos de no comprender al-
gunas cosas: Por qué otros, que aunque tienen el mismo barco que no-
sotros, siempre van más deprisa; por qué estamos siempre en el mal Jugar con el viento
bordo dentro de la corriente. Llega un momento en el que sentimos Evitar las encalmadas, las zonas donde el viento es demasiado fuerte, o
ganas de mejorar nuestra derrota . La búsqueda adopta en este caso la donde viene demasiado de proa, son evidencias fáciles de prever, pero
forma de un juego, lo cual no implica que forzosamente tengamos es- mucho menos sencillas de poner en práctica . Con mar rizada y brisas
píritu de competición, pero que en si mismo resulta apasionante. Con- descontroladas, el arte que consiste en adivinar las rachas y en mante-
siste en mostrarse a la altura de estos sutiles contrincantes que son la nerse a cualquier precio (a veces a costa de efectuar extraños desvlos)
mar, el viento y la corriente. Buscar la derrota más cómoda en este uni- demuestra sobre todo un peculiar sentido de la observación. En las in-
verso cambiante es algo muy atraCtivo: entonces, nos damos cuenta de mediaciones de la costa es una tarea mucho más delicada, y quien no
que la mar es una especie de Iduerinto. Intentaremos exponer aquf las conozca perfectamente la zona a menudo se encontrará hecho un 110.
reglas principales del juego y señalar en qué sentido hay que desplazar- En esas circunstancias, especular sobre el viento se convierte en una
se para descubrir los trucos definitivos. cuestión interminable. Las publicaciones oficiales no nos sirven de na-
da. Hay que señalar que a veces encontramos ciertas informaciones so-
El camino más corto bre la psicología de los vientos en las obras de Jacques Perret* (especia-
A primera vista, podríamos pensar que la derrota más rápida para lle- I~ta en navegación evasiva, para el que la unidad de tiempo es el lap-
gar de un punto a otro es la derrota más corta. A menudo realmente so). Esta información será considerada más o menos útil según nave-
es así, y es siempre esta eventualidad lo que hay que contemplar en guemos con Descartes o sin él.
primer lugar, Incluso aunque nos sintamos capaces de elaborar recorri- La utilización de las brisas costeras se basa en datos menos aleato-
dos menos sencillos. Es innegable que la línea recta conserva en la mar rios. la brisa de tierra que sopla durante la noche, y la brisa del mar
ciertas virtudes que le han valido su éxito en las rutas terrestres. que lo hace por la tarde merecen muchas veces que nos desviemos,
Sin embargo, a veces podremos ir más deprisa alejándonos de la de- cuando el viento en general es flojo (o está mal orientado).
rrota directa, cuando en esta derrota, el estado de la mar, la dirección El problema consiste en saber hasta qué distancia de la costa se deja
del viento o la corriente no dejan que el barco rinda al máximo. Ya sa- sentir su influencia. Depende de las costas y de los dlas; la distancia varía
bemos que es conveniente evitar los fondos por cuestiones de seguri- entre 5 y 1O millas, a veces menos, pero raras veces más. Y de todas for-
dad, pero es evidente que también hay que evitarlos si queremos ir de- mas, hay que pensar en acercarse otra vez a tiempo. En todos los casos en
prisa, pues la mar que se forma muchas veces sobre ellos, de ola corta, los que el viento es flojo, resulta muy difícil prever lo que vamos a ganar
escarpada y picada, puede parar completamente el barco. Se navega
más deprisa en aguas tranquilas.
* Chiste a propósito de un escritor francés. (N. de la T. )
1068 Navegación Derrota y estrategia 1069

desviándonos. Un alargamiento de la derrota de un 100% para acercarse Evaluar la ganancia de velocidad


a tierra por la tarde puede resultar muy rentable si nos permite disfrutar Para evaluar la ganancia de velocidad que podemos alcanzar con un
de una buena brisa durante toda la noche, en lugar de quedarnos en una cambio de dirección, tenemos que conocer bien las posibilidades de
encalmada en alta mar. Pero, puede resultar un desastre si el viento se le- nuestro barco en cada rumbo y con vientos de diferente fuerza. Eviden-
vanta en alta mar durante ese tiempo. ¿Cómo podremos averiguarlo? temente, podemos contentarnos con simples estimaciones. También
Únicamente podemos basar nuestro razonamiento en fundamentos podemos disponer de datos muy exactos, y disponibles permanente-
más o menos sólidos si el viento refresca. Y además, no debemos olvidar mente, si nos tomamos la molestia de medir minuciosamente la veloci-
que, a veces, el viento rola ... Antes de lanzarnos a hacer cálculos sesudos dad del barco en los distintos rumbos y trazar diagramas, para poder
y deducciones acrobáticas, resulta conveniente ponerse al tanto de la hacer comparaciones entre estas velocidades.
"meteo" y hacer previsiones. Toda información está sujeta a hipótesis pre~ Por supuesto, un diagrama de velocidad sólo sirve para un barco
vías y es en esos casos cuando el asunto se convierte en un juego de azar. concreto, y para las condiciones en las que se han efectuado las medi-
ciones (fuerza del viento, estado de la mar). l as curvas que presenta-
En definitiva, lo que podríamos ganar jugando con el vien to sólo es mos a continuación son meros ejemplos. Han sido realizadas en un bar-
verdaderamente apreciable en los dos casos siguientes: co ligero, de 8 metros de eslora en flotación (cuya velocidad crítica es,
• cuando nos desviamos para navegar en un rumbo más rápido. por lo tanto: 2,4va = 6,8 nudos).
• cuando nos desviamos para aprovecharnos de un cambio de vien- Estas curvas resultan en si mismas muy interesantes de observar,
to previsto. pues revelan ciertas ca racterísticas que corresponden a la mayoría de
Bien mirado, el segundo caso no es más que una variante del prime- los barcos modernos.
ro, y es sobre el primero sobre el que debemos razonar antes. Una de ellas se ha realizado con viento muy fresco, y la otra con
Para saber si ganaríamos tiempo navegando más deprisa en una de- brisa ligera. En principio, observamos lo siguiente: las diferencias de
rrota más larga, debemos considerar la longitud del desvío, y la ventaja velocidad que hay de un rumbo a otro son más acusadas con bri sa li-
de velocidad que obtendríamos, y despuéS compa rar. gera que con viento fresco. Esto es importante y merece tenerse en

Evaluar el alargamiento de la derrota viento feal


Por medio del dibujo de al lado, podemos comprobar que al separarnos III
(o viento de superficie si hay corriente)
de la derrota directa AS en un ángulo a y sobre una distancia d, alarga-
.(f7
mos la derrota directa en una distancia igual a mC + Cn. El valor de es-
te alargamiento depende, evidentemente del ángulo a y de la distancia
d que mantengamos.
La primera comprobación que realizamos es bastante alentadora: en
el caso que estamos considerando, el alargamiento de la derrota pare-
ce muy pequeño. Los cálculos realizados para diferentes valores de án-
gulos a y b nos confi rman esta impresión:
para 5°: 0,4% de alargamiento

~
para 10°: 1,5% de alargamiento
A • B para 15°: 3,5% de alargamiento
para 20°: 6,4 % de alargamiento Diag ramas de velocidad efectuados en
Si nos sepa ramos 10° d e la d errota para 250 : 10% de alargamiento un barco de 8 metros de eslora en
direct a durante las tres cua rtas partes para 300 : 15% de alargamiento flot ación (velocidad critica : 6,8 nudos).
del recorrido y volve mos al mis mo En color, diagrama realizado con viento
durante la ultima parte form ando un En resumen, podemos estimar que una diferencia de 200 con rela- de 8 nudos. En negro, diagrama
a ngul a de 30°, a la rga mos la primera ción a la derrota directa no lleva consigo un alargamiento apreciable de rea lizado con viento de 19 nudos.
p arte en un 1,50/0 y la segunda en un la derrota. A partir de esta diferencia, las proporciones aumentan y el Curva 1: con foque .
15%. es decir t endre mos en total un 5% juego ya no vale la pena, a menos que estemos completamente segu- Curva 11 : con gé nova.
de alargamiento. ros de obtener una ganancia de velocidad muy grande. Curva 111 : con spi.
1070 N avegación Derrota y estrategia 1071

Realización de un diagrama de velocidad Realización del diagrama


Primero tenemos que encontrar el v iento real. Hallamos su dirección bien poniéndonos con vien-
n diagrama de ve locidad es la representación gráfica de las posibilidades de un barco al na~
U vega r en los diferentes rumbos, con una determinada fuerza de v iento.
to de popa, o haciendo la media de los rumbos seguidos en ce ñida en las dos amuras. Con vie n-
to de popa, se mide su veloc idad sumando la ve locidad del v iento aparente y la velocidad del
Para realizarlo, trazamos, a partir de un pun to de origen O, vectores de una longitud propor- ba rco. Si el viento aparente es demasiado flojo para medirlo, no pasa nada, podemos medirlo
cional a la ve locidad del barco, según las derrotas seguidas y en relación con el viento real. después.
Uni endo los extremos de todos los vectores, obtenemos lo que se llama una curva de ve locidad. A continuac ión med imos, en ca da rumbo, la velocidad y la derrota de l barco. Seguimos el
rumbo co n el compás, corrigiéndo lo eventua lmente con el abatimiento para obtener la derrota .
Aparatos para medir Para que el diagrama sea real , tenemos que hacer un montón de mediciones: cada 10° ó 15° co n
Para realizar es tos d iagramas, tenemos que disponer de el viento por la aleta y a un largo, cada 5° cuando nos acercamos al límite del spi, y después en -
ciertos instrumentos para med ir. Pero no es in dispensable tre el descuartelar y la ceñ ida.
que sea n instrum entos elect rónicos, también nos puede
servir cualqu ier aparato más sencil lo y menos caro . En el trans curso de esta operación, tenemos que comproba r por lo menos una vez la veloci-
Para medir el rumbo del ba rco en relación con el viento dad del v iento. Si tenemos un apa rato muy completo, anotamos la velocidad y dirección del
real, nos hace falta un compás de ruta. viento aparente en cada rumbo. Si sólo disponemos de una simple veleta, anotamos la velocidad
del vie nto aparente en los ángu los en los que su dirección se puede localizar con faci lidad (90°,
Para medir el abatimiento, podemos construirnos noso- 60°, 40°). Puesto que el viento aparente es bastante más fresco en esos rumbos, que con viento
tros mismos un "abatímetro". Cogemos un t ransportador de popa, el ventímetro sólo es insuficiente con brisa muy suave.
de co legia l que sea grande (10 cm de radiol, lo fijamos al Por medio del siguiente dibujo podemos comp roba r el va lor de las mediciones.
espejo de popa del barco, con la parte redondeada hacia el Reali zamos tres curvas: una co n spi, otra con génova y la terce ra con foqu e. Dibuj amos sobre
exte ri or y la parte recta perpend icu lar al barco. En el centro un mismo gráfico las tres curva s obtenidas en re lación con una misma fuerza de v iento , lo que
ama rramos un cabo delgado (tipo hilo de pescar) de unos nos pemite averiguar inmediatamente cuál es la vela que mejo r se adapta al rumbo y en qué
diez metros provisto de un plomo que pese de 100 a 200 rumbo se obtiene mayor ganancia.
gramos. De este modo el transportador nos indicará el aba-
timiento del barco.

Para medir la veloc idad, las correderas de barquil la y las Comprobación de las mediciones de un ángulo de 40°
mecánicas con hélice son perfectas, y muchas veces más formado por el rumbo y el viento aparente. Los datos
Un "abatímetro" fácil de realizar. cómodas que las correderas electrónicas, pues éstas son de que disponemos son:
demasiado sensibles a las variaciones momentáneas de ve- • viento rea l: 10 nudos;
locidad.
• viento aparente: 11 nudos;
Veleta tipo "ma nga • ve locidad: 5 nudos;
Para medir la ve locidad del viento, es necesario disponer
de viento" co n • abatimie nto: 3°.
de un anemómetro: anemómetro portátil (de un precio ra-
brazos regu lables. zonab le) o de los que se co locan en el tope del mástil (más Trazamos el vector relativo al viento aparente (2 cm
caros). Un "ventímetro" que resulta muy barato, puede ser por nudo, por ejemplo), y después el vector del
suficiente; aunque su principal inco nveniente es que no es rumbo. Sumando el abatimie nto obtendremos la
sensible más que a v ientos superio res a 6 nudos. Para me- derrota. El vector que cierra el triángulo representa el
dir el ángulo existente entre la línea de cruj ía del ba rco y el viento real. Mide 8 nudos. Por lo tanto hay un e rror en
v iento aparente, nos hace fa lta una veleta, que debe colo- algü n lug ar.
carse en el t ope del m ástil. Puede ser una "manga" como
las que vemos en los ae ródromos o en la s au topistas, o
una banderola como las que se co locan en los tejados. Para N.B. Es interesante (pero no in dispensable) señalar en el diagrama la fuerza y la d irección del
poder medir correctamente el ángu lo, el soporte debe tener viento aparente en relación con un número determinado de rumbos, pues son los únicos ele-
incorporados dos brazos a cada lado, que se puedan regu- mentos de que d isponemos cuando navegamos .
lar en ángulos característicos (in icialm ente 60° y 40°). Si te- Una vez hayamos rea lizado varias cu rvas, para diferentes fuerzas de v iento , podemos colocar
nemos dinero, podemos regalarnos un apa rato electró nico los brazos de la veleta en dos rumbos bi en diferenciados: por ejemplo, en el rumbo en el que po-
que contenga al mismo tiempo veleta y anemómetro. damos izar el spi y en el rumbo en que tengamos que cambiar el génova por el foque.
1072 Navegación Derrota y estrategia 1073

cuenta como primera regla del juego. Desviarse para ir más ráp ido tos que se pueden alcanzar en un mismo intervalo de tiempo dando
só lo va le la pena con brisa ligera. Con vien t o f resco (si no se bordadas a ambos lados del viento de popa . En los dos casos, todos es-
p revé ningún cambio de viento), va le más seguir la derrota di- tos puntos están situados sobre una recta tangente a la curva. Esta rec-
recta. ta -denominada isocrona- permite averiguar con exactitud la ventaja
Sobre la curva realizada para brisa ligera. podemos señalar impor- que podemos obtener en relación con el recorrido que hubiéramos
tantes variaciones de velocidad en tres sectores: el del viento de proa, efectuado siguiendo la derrota directa. Sus puntos de contacto con la
el del viento de popa y el del viento de través. curva nos permiten también conocer cuál es el "mejor descuartelar", el
Viento de proa: el "hueco" de la curva, corresponde, naturalmente, "mejor largo" o el mejor "viento por la aleta" que tenemos que hacer.
al sector de bordadas. En todos los rumbos en los que la derrota directa sea la derrota más
Viento de popa: el barco va más rápido cuando se separa un poco a rápida, la isocrona se confundirá de forma espontánea con la propia
uno y otro lado de la popa redonda, lo que quiere decir que podría ha- curva.
ber también una especie de "sector de bordadas" en esa zona. Ya es hora de ver qué ra zonamientos vamos a mantener en la reali-
Viento de través: la brusca aceleración que comprobamos corres- dad; lo veremos en primer lugar con un viento constante y después
ponde al momento en que el spi rinde más que el génova. cuando las previsiones indiquen un cambio de viento.
Entre estos sectores, la curva presenta un aspecto muy regular pues
la velocidad varía poco: desde la ceñida hasta un descuartelar, desde el Viento de través 1:)00,.
largo al viento por la aleta, no vemos que un cambio de dirección signi- Estáis en las proximidades de la boya SN 1, frente a la desembocadura
fique una ganancia de velocidad; está clarísimo que en estos rumbos la
derrota directa es la más rápida.
Por el contrario, podemos replantearnos el tema en los tres sectores
del loire y lleváis rumbo a Belle-Tle (ver carta pág. 1aBO). El viento es lí-
gero, del Suroeste. Vuestro barco navega a 5 nudos, y os planteáis va-
gamente el eterno dilema "to spi or not to spi". No conocéis bien vues-
/,t/,/
en los que la velocidad varía. Cuando el lugar a donde queremos llegar tro barco, no habéis oído hablar nunca de "tácticas de regata", y ade-
"',/- ...
está situado en el sector del viento de través ¿no ganaríamos tiempo más no tenéis ninguna necesidad de llegar a Belle-Tle a todo correr.
navegando a un largo con spi durante una parte del recorrido, termi- Simplemente, tenéis ciertas ganas de navegar con spi y, según el rum-
nándolo a un descuartelar? Cuando nuestro objetivo está a sotavento bo que hacéis, creéis que podéis llevarlo. Por fin os decidís, y lo izáis.
¿no llegaríamos antes haciendo bordadas con el viento por la aleta me- Desgraciadamente os habéis equívoca do, el spi porta mal y el barco no
jor que navegando el línea recta en popa redonda? navega más deprisa.
En lo que respecta al viento de proa, el problema, evidentemente, es la sola idea de haber trabajado en balde os deprime y decidls dejarlo Con viento de través
otro: en este caso, únicamente podemos avanzar desviándonos; se tra- portar suavemente para que, por lo menos, sirva para algo. El rumbo a segu ir es 290·. En este
ta únicamente de saber cuál será la mejor desviación. Arribáis 10°, Y enseguida comprobáis que todo va mucho mejor. El rumbo no podemos llevar s pi,
En todo caso, los diagramas sirven para evaluar con precisión la spi tira correctamente, la velocidad aumenta a 6 nudos. Es estupendo. navegamos a 4 nudos, en una hora
ganancia de velocidad que se obtendría con un cambio de rumbo de- A pesar de todo, echáis una ojeada a la carta para ver dónde os lleva llegaremos al punto de destino. Si
terminado. También nos permiten, y vamos a verlo enseguida, averi- este cambio de rumbo. Observáis que no hay ningún problema y que primero hacemos un rumbo 279 0 con
guar la ganancia de tiempo que resulta de una u otra combinación de podéis seguir así un buen rato sin riesgo alguno. Al ir más rápido el spi durante media hora a 4,7 nudos, y
rumbos. barco, la pérdida de tiempo no será en definitiva muy grande. después rumbo 301 0 con génova
Entonces es cuando aflora en vuestro débil cerebro la idea de que durante la media hora siguiente a 4
Evaluar la ganancia de tiempo vuestra ganancia de velocidad es realmente considerable en relación nudos, llegaremos al punto B situado
Vamos a examinar el caso del viento de proa. Por medio del dibujo con el alargamiento de la derrota. Es cierto, y os decimos que si de- en la isocrona. la velocidad media es
de al lado, es fácil observar que el lugar geométrico de los puntos cidís hacer la mitad del recorrido con spi, y después lanzaros en pica- de 4,25 nudos, es decir un 60/. mas que
que pueden alcanzarse en un mismo intervalo de tiempo dando bor- do hacia Kerdonis, no habréis alargado vuestra derrota más que un con la derrota directa. Si nos pasamos
dadas es una parte de una recta, perpendicular a la dirección del 1,5%. Vuestra velocidad habrá aumentado un 20% en esta primera y queremos alcanzar la maxima
OM = OM ' = OM ". A partir de O. todos viento y tangente a los bordes superiores de la curva a ambos lados parte de la travesía. En realidad incluso podéis hacer más de la mitad velocidad con spi, ire mos me no s
los puntos que podamos alcanzar en el del sector de bordadas. los puntos de contacto de la recta y de la de la misma con spi, y ganaréis más ventaja. Si queréiS saber cuá l es rapido; navegando media hora con
mis mo intervalo de tiempo dando curva indican con exactitud cuál es la mejor ceñida posible, en una y el mejor momento para arriar el spi y poner rumbo a vuestro objeti- rumbo 270 0 a 5 nudos, mas otra media
bordadas esta n situados en una recta otra amura. vo, debéis consultar la explicación que indicamos en la página si- hora rumbo 313" a 3,6 nudos, sólo
perpendicular a la dirección del viento. Según el mismo principio, es posible conocer el conjunto de los pun- guiente. Terminaréis la travesía navegando a un descuartelar, rumbo llega riamos hasta el punto C.
1074 Navegación Derrota y estrategia 1075

en el que vuestra velocidad no será apenas diferente de la que lleva- rio, anuncia que el viento va a rolar al Norte, habría que contemplar la
bais en la derrota directa. Estaréis al través de Kerdonis por el través posibilidad de hacer la primera parte de la travesía a un descuartelar.
mucho antes de lo que pensabais. Para saber luego en qué momento podéis lanzaros con el spi hacia Ker-
¿La "meteo" anuncia que el viento va a rolar al Sur? En ese caso es donis, tenéis que saber antes con toda exactitud en qué rumbo rinde
muy posible que podáis hacer toda la travesia con spi. Si por el contra- más vuestro spi; después, dibujar en la carta, a partir de Kerdonis, una
recta simulando vuestra derrota en ese rumbo; y unir esta derrota con
el rumbo a un descuartelar.
En realidad, si el viento va a rolar, vale más que renunciéis al spi y si-
Ganancia de velocidad, gáis la derrota directa. La prudencia aconseja, efectivamente, no des-
ganancia de tiempo: viarse si no es para obtener una ganancia inmediata, a menos que este-
fórmulas simplificadas mos muy seguros de nosotros mismos. En el mejor de los casos habría
que considerar la magnitud del cambio de viento previsto, así como el

P odemos averiguar con gran exactitud hasta qué momen-


to se produce una ganancia de velocid ad sobre el alarga-
miento de la derrota, pero para ell o hay que utilizar fórmu-
momento en que se produciría. Si creéis que podríais estar en Belle-ile
antes de que este cambio suceda, podéis intentarlo navegando primero
con spi; incluso os arriesgáis a finalizar la travesía con viento de proa.
las muy comp licadas, y ¡muy difíci les de dominar en la mar!
Vosotros decidiréis.
Podemos contentarnos con los datos sigu ientes:
Conocie ndo: Ahora bien, tenéis que saber que existen métodos menos aproxima-
• la distancia AB; dos que el vuestro. Si navegáis en las cercanias de la boya SN 1 y veis
• la ve locidad V del barco durante la travesía directa AB cómo pasa un regatista con la cabeza agachada, que vira en la boya,
y, por consigu iente, el tiempo que tardaremos en efectuarla; saca el spi en un santiamén y sin dudar toma el buen rumbo, pensad
• el va lor del ángu lo a, ángu lo de arribada, la ventaja de que a bordo de ese barco va un navegante serio que no se plantea
velocidad I!!.V que resulta de esta arribada, y suponiendo que cuestiones metafísicas sobre el spi.
la segunda parte de la travesía, CB, se hiciera a la misma ve- Mucho antes de llegar a SN 1, este navegante ha sacado de sus ar-
locidad V que la travesía directa AB, el tiempo t1 durante el chivos el diagrama de velocidad correspondiente a las condiciones de
cual queramos navegar con spi, se obtendría por la fórmula:
viento y de mar de ese momento. Coloca sobre la carta el diagrama,
t 1 = AB cos a (V+DV) - V realizado en papel transparente, con el punto de origen sobre la boya
tJ.V tJ.V+ 2V SN 1 y lo onenta según el viento. Estad seguros que ha avenguado de
En la práctica podemos simpl ifi car aún más las cosas: forma inmediata cuál es el mejor rumbo a seguir, la ganancia de velo-
puesto que se trata de ángulos pequeños, podemos consi- cidad y de tiempo; por esto está contento. Pues cada uno tiene lo que
derar que el cos x es igua l a 1, y entonces la fórmula sería: se merece.
(AB)
t1 = tJ.V+ 2V Viento de popa
En este caso, tal como hemos visto antes, la táctica es enormemente
En nuestro ejemplo:
sencilla. Navegamos más rápido dando bordadas con el viento por la
• la distancia AB es de 24 millas;
aleta, que de forma recta en popa redonda.
• la velocidad V del barco en la travesía directa es de 5
nudos, el tiempo para hacer este recorrido será de 4 horas A veces es suficiente con calcular por encima cuál es el mejor
cua renta y ocho minutos; "viento por la aleta", es decir con cuál obtendríamos la mayor veloci-
• el ángu lo o. tiene un va lor de 10° y la ventaja de veloci- dad separándonos lo menos posible. Pero en este caso podemos ha-
dad DV es de 1 nudo. cer cálculos exactos sin cansarnos demasiado. En el rumbo del viento
El t iempo t1 durante el cua l podremos navegar con spi de popa (y s610 aquí), el vien to real y el viento aparente van en la mis-
será por lo tanto: ma dirección.
Sabemos que para poder utilizar un diagrama, éste debe realizarse
t1 =~ =2 h 11 en función del viento real. Por lo tanto, bastará con colocarnos en popa
1 + 10
redonda, hallar el rumbo de aguja y la velocidad y después ir orzando
a 6 nudos, lo cua l representaría 13,1 millas.
lentamente y continuar midiendo la velocidad de 5° en 5°.
1076 Navegación D e rrota y estrateg i a 1077

gran parte de la ganancia que habíamos obtenido hasta ese momento


haciendo bordadas. Por el contrario, si nos separamos poco y el viento
rola, no nos afecta o si lo hace es para beneficiarnos, a menos que lo
hiciera más de 80°, y nos obligara a arriar el spi. Cuando se prevé un
cambio de dirección del viento de cierta importancia, hay que renunciar
a dar bordadas y ponerse en la amura en la que estaremos obligados a

'0- I navegar más tarde con motivo de la rolada del viento; dicho de otro
modo hay que orza r hacia el lugar de donde va a venir el viento.

Viento de proa
¿Cómo mejorar la derrota cuando el lugar al que debemos llegar está
situado en la dirección de donde viene el viento? En este caso las cues-
,/1
--- --- _ '.<J "
~ 'N
tiones tácticas adoptan un aspecto algo especial : el barco navega en
......... ,:.....!:' ceñida, y no debemos cuestionamos si separándonos podríamos ganar
más barlovento, puesto que, por definición, la ceñida es el rumbo con
--- --- '- el que se consigue la mayor ganancia. Del mismo modo, mientras el
'" "- vien to no role, el problema se plantea en términos muy sencillos.
"-
'o
" J j 'J.n
~J'

I
Teorema del viento de proa
,,- "
.. / ...... ~II Tenemos varios barcos iguales que navegan remontando a 50° del
F...:.r~ ...., I
7 8J & \ viento. Estos barcos se encuentran distribuidos de forma casual sobre
•• ¡ \ ~- •• una línea m-n y se disponen a dar bordadas para alcanzar el punto A.
El ángulo xAy, cuya bisectriz es el eje del viento, es igual al sedor de
.'\.,S .....
bordadas, es decir 100'.
l &<'2SW
60~
/ Resu lta indispensable saber que todos los barcos situados en el seg-

L
, e \\
A~ ~~ "8
e \ ,1,'I ;tl.
e
mento limitado por los puntos B y se encuentran a la misma distancia

~I -\'~·' _~-'~I - ~ _b_ _'~


de A, teniendo en cuenta las bordadas que tienen que hacer.
Según el dibujo, dos barcos que salgan a la vez del mismo punto D y
hagan bordadas diferentes, recorrerán exactamente la misma distancia
470 __._ _ _ __ _ _ __ ,.., ___ __....
___ _.....
__.....
_ /_.....

Entre la boya SN 1 y Kerdonis. con En muy poco tiempo, sabremos cuá l es el mejor ángulo para dar
brisa ligera del SW, existen tres bordadas, al menos con un viento similar al que tengamos en ese mo-
posibilidades: s egu ir la derrota directa; mento. Incluso aunque no lleguemos a dibujar un diagrama, podemos
arriba r para poder llevar el spi; hacer anotar estos datos en una esquina del Cuaderno de Bitácora.
prime ro la bordada a un des cuartelar y ¿Debemos dar bordadas pequeñas o grandes? Todo depende de la
terminar la travesía con spi. (Extracto evolución posterior del vien to. Si creemos que el viento no va a cambiar
d e la ca rta 7068, SHOM). de dirección, o si no sabemos nada, hacer bordadas pequeñas suele ser
,,
más prudente (aunque el tiempo que perdamos en las maniobras de las ,
viradas por redondo no sea despreciable). Si nos separamos demasiado Teniendo en cuenta las bordadas que
de la derrota directa, basta, efectivamente, con que el viento role lige-
m B- - - - - - - -
!
G- - - -.- - - - -1 ------
_______ _ _ .. _ -- o hay que hacer, todos los barcos
ramente en el último momento para que nos veamos obligados a hacer O f e situados en la lin ea m -n y dentro del
la última bordada en popa redonda, lo que nos haría perder toda o se ctor xAy están a igua l dist a ncia de A.
1078 Navegación Derrota y estrategia 1079

para llegar a A. yen cualquier situación del recorrido - por ejemplo en la cer bordadas en todo el triángulo BAC, pero en realidad este modo de
mitad, en D' y D"- su avance es el mismo. Por el contrario, 105 barcos actuar resulta imprudente, pues si el viento rolase tendríamos una
que se encuentran a la izquierda de B, o a la derecha de e se encuen- oportunidad sobre dos de salir perdiendo: es decir, que nos encontra-
tran más alejados del objetivo y tardarán más tiempo en llegar a él. ríamos demasiado a barlovento (es el caso de B), o demasiado a sota-
En ceñida, la derrota más corta está dentro de un sector igual vento (caso de D, F Y C) respecto a la meta.
al sector de bordadas, cuya bisectriz es el eje del viento y cuyo De hecho, la experiencia demuestra que cuando no sabemos si el
vértice es la meta; todas las de rrotas que se sigan dentro del mis- viento va a ca m biar o de qué lado va a rolar, la actitud más pru-
mo son iguales en distancia. dente es dar bordadas en un sector de 10° cuyo eje sea el eje del
viento. En este caso, hay que señalar que cuando el punto de destino
Teorema del viento que rola no está situado exactamente en el eje del viento, se plantea la cuestión
Pero, hete aquí que el viento rola 15' a la izquierda y lo embrolla todo. de elegir el bordo qué hay que hacer primero. Según la regla anterior, el
El nuevo sector de bordadas es x' Ay' y la proyección de la situación de "mejor bordo" es el que nos acerca más al punto de destino. En nuestro
cada barco sobre su bisectriz nos muestra que E se encuentra más cer- ejemplo, es D" el que hace el mejor bordo. Pero, en el caso de que se
ca de A, siguiéndole por orden D, F Y C. B ya no está dentro. Tenemos prevea un cambio de viento y si ya sabemos en qué dirección va a rolar,
dudas respecto a G, que está fuera del sector de bordadas pero un po- todo esto ya no vale. De nuevo miramos el dibujo: cuando se produce el
co a barlovento de E. Suponiendo que este barco G, es aquél en el que cambio de vien to, D es el barco que se encuentra más próximo al eje del
hemos efectuado 105 anteriores diagramas de velocidad, comprobamos viento, pero sin embargo es E el que gana. Inmediatamente, podemos
que va a ganar un 11 % de velocidad y un 9,5% de alargamiento de deducir la siguiente regla: cuando se prevé un cambio de viento, h ay
derrota .. que mantenerse en el lado de don de va a ven ir éste.
De igual manera la distancia de los barcos varía con relación a la me- El problema consiste en averiguar hasta dónde podemos ir en este
ta, excepto en el caso del barco D. Respecto a E esta distancia ha dismi- lado y qué sector de bordadas hay que elegir. Para ello, hay que inten-
nuido en un 21%, aumentado un 24% para F y un 56% para C. Nos tar evaluar con la mayor exactitud posible la magnitud de la rolada. De
imaginamos que la moral habrá variado también a bordo de los barcos modo general, podemos decir que: el ángulo formado por la dirección
D' y D": la distancia con relación a A ha disminuido en un 12 % para del viento actual y el lado de barlovento del nuevo sector de bordadas
D" y aumentado en un 17% para D'. no debe ser superior a la diferencia entre el semiángulo muerto del
Todas estas confirmaciones nos llevan a matizar el teorema anterior. barco y el ángulo de rotación previsto. Por ejemplo: si el barco remonta
En el caso de que el viento no vaya a cambiar, podemos, en efecto, ha- a 45° hacia el vien to y si prevemos una rolada de 30°, la diferencia
45° - 30° = 15°, nos indica que el lado de barlovento del nuevo sector
\t' A de bordadas no debe estar a más de 15' del viento actual. Cuando
creamos que el viento va a rolar 30°, tendremos que hacer bordadas

:\,," ,, entre 5' y 15' de distancia del eje del viento actual, en el bordo de
donde pensamos que va a veni r el viento.
,,,,
,,,, Esta simple resta pone de rel ieve una nueva regla: cu anto mayor va
, , a se r el cambio de d ireccón del viento, menos debemos separar-
._;:-O'--- 1
t---'
I
-- \--- ---o'
~.-
y' nos del eje del viento actu al. En caso de que preveamos un cambio
de viento de 40', el cálculo 45' - 40' = 5' nos indica que no debemos
:~ - ----L\
, ' modificar.
m- - - - - - - - ~ :: : ------ ,, Volvamos al lugar donde nos encontrábamos antes, al Oeste de la
B G E
---¡- boya SN 1. Cinco barcos idénticos situados uno junto a otro navegan
hacia Kerdonis. El viento sopla del Noroeste (vien to n." 1) y el parte me-
teorológico anuncia que rolará al Norte.
" ,,, A bordo de cada uno de los barcos la gente se hace preguntas, se
,
,, esfuerza en razonar sobre la previsión de la "meteo " y en sacar conclu-
El vie nto rola 15° a la izqui erda y t odos ,,
, siones sobre la conducta a seguir.
los dat os se m od ifican . Esto nos hace
refl exiona r sobre la t áctica.
,,
, A bordo del barco A, creen que podrán llegar a Belle-ile antes de
1080 Navegació n Derrota y estrategia 1081

que se produzca el cambio de viento. Por lo tanto seguirán dando bor- Por el contrario, a bordo del barco E opinan que el viento va a rolar
dadas dentro del sector de color oscuro a 10° del viento actual. mucho: unos 40° aproximadamente: 45° - 40° = 5°, Y no se alejan. De
A bordo del barco B, creen que el cambio de viento va a tener lugar este modo, por razones diametralmente opuestas, el barco A y el barco
muy pronto y que será de unos 30° aproximadamente. Hacen el si- E se quedan en el mismo sector, mientras que todos los demás intentan
guiente cálcu lo: 45" - 30" = 15"B da una larga bordada amurado a ba- remontar hacia la dirección de donde creen que va a venir el viento.
bor para situarse y dar bordadas en el sector gris, entre 5° y 15° a partir Todos han recorrido algo más de 14 millas cuando se produce el
del eje del viento actual. cambio de viento, que es de 200 (viento n.O2). Vamos a calcular lo que
A bordo del barco e, no se plantean la magnitud de la rolada. Opinan ocurre.
que cuanto más a barlovento se encuentren, mejor situados estarán. e Para A y E, la derrota ha disminuido en un 6% . Para B, ha disminu;·
empieza una larga bordada hacia el NE, sin prever cuando va a virar. do en un 11 % Y para D también lo ha hecho en un 21 %.
A bordo del barco D, piensan que la rolada será pequeña, de unos 20" e se ha alejado demasido: se encuentra situado fuera del nuevo sec·
más o menos: 45° - 20° = 25°, D empieza a dar bordadas dentro del sec- tor de bordadas. Está a barlovento de D y la distancia que lo separa del
(Extracto de la ca rt a 7068, SHOM .'. tor de color claro, situado entre 15" y 25" a partir del eje del viento actual. punto de destino es superior en un 12% a la del barco D. La ganancia
de velocidad que ha obtenido navegando de ceñida (9%) no compen-
sará el alargamiento del recorrido que tendrá que soportar. Es intere-
sante que veamos lo que hubiera pasado con otros cambios de viento.
Si el viento rolase 40" (viento n." 4), la derrota del barco A y del E dis-
minuiría en un 22%; By D se encontrarían fuera del sector de bordadas
pero quizás compensarían con su velocidad en ceñida su retraso sobre A
yE; e ya no sigue en la regata: su velocidad tendría que aumentar en un
18% para poder llegar a su destino al mismo tiempo que los demás.
En caso de que el viento rolara 600 (viento n.O5), todos los barcos se
quedarían fuera del nuevo sector de bordadas; A y E son los que esta-
rian más cerca del punto de destino.
S; el viento rolara 200 en la otra dirección (viento n.o 6), la derrota de
e se alargaría en un 16%; la de D lo haría en un 10%; la de B no cam·
biaría y la de A y E disminuiría en un 6%.
De todos estos resultados, podemos sacar las siguientes conclusiones:
• el ganador es el que mejor prevé el va lor del camb io de di-
rección del viento;
• el barco que elige la derrota directa está siempre bien situa·
do. En los tres casos sale ganando: si el viento no rola, si rola mu·
(ha o si rola hacia la otra dirección;
• en todos los casos, aleja rse demasiado no conduce a nada .
En diferentes ocasiones hemos señalado que los barcos que se en·
cuentren fuera del nuevo sector de bordadas, pero a barlovento de sus
compañeros, pueden tener la oportunidad de recuperar el tiempo per·
dido, pues navegan en ceñida hacia el punto de destino de forma más
rápida que los que lo hacen ciñendo a rabiar. Esto nos lleva a conside-
rar un caso particular: cuando la meta hacia la cual nos dirigimos pue·
de alcanzarse de una sola bordada en ceñida, a veces es conveniente
arribar un poco, para ganar velocidad, si se prevé un cambio de viento
antes de finalizar la derrota: es decir si el viento escasea en más de la
mitad del ángulo muerto, o si alarga un poco. Es evidente que este ra-
zonamiento dependerá de la distancia que lo separa de la meta y de las
1082 Navegación Derrota y estrategia 1083

condiciones meteorológicas. ya que cuanto más alejada esté la meta, Si prevemos que el viento va a rolar en la primera parte de la trave-
más posibilidades habrá de experimentar el cambio de viento durante sía, será conveniente orzar 15° una vez hayamos pasado 5tart Point.
la travesia. En caso de que el frente polar despliegue su actividad sobre Orzaremos sólo 5° si creemos que el cambio de viento se va a producir
la zona por la que navegamos, las opciones a tomar conciernen a las al final de la travesía.
próximas horas; en una situación anticiclónica, se trata más bien de
días y en regímenes monzónkos, es cuestión de estaciones .. De Plymouth a Quessant (rumbo 199°), navegamos a un largo si -
guiendo la derrota directa. En este caso, resulta dificil elegir y es impor-
Algunas travesías en la zona del Canal de la Mancha tante saber a qué altura va a pasar la depresión pronosticada. Si pasa
P~ra hacer un repaso general, vamos a analizar la conducta a seguir en por el Norte, el viento quizá role al Oeste: en ese caso convendría orzar
diferentes travesías del Canal de La Mancha, en una situación meteoro- hasta el limite del spi ya desde la salida.
lógica clásica: acaba de pasar una depresión y hay otra prevista; el vien- En caso de que el centro de la depresión pase sobre el canal de la Man-
to sopla del Noroeste y, según parece, va a volver a rolar en las próxi- cha, es probable que el viento vuelva a rolar al Sur, quizá incluso al Sures-
mas horas. te. En esas condiciones, puede resultar una buena táctica arribar 15° en
En caso de que estemos navegando desde las Scilly a 8réhat (rumbo relación con la derrota directa. Pero tenemos que estar muy seguros de
115°), la derrota directa nos obliga a hacerlo con viento de popa, mal nosotros mismos, pues la opción es arriesgada. Por último, si pensamos
rumbo, por cierto. Pero sería lamentable hacer bordadas con el viento que el viento irá a rolar al Suroeste, es inútil buscarle peras al olmo, la de-
por la aleta, como haríamos si el viento no fuera a rolar. En este caso, rrota directa será la mejor: se trata pues de situarnos lo más cerca posible
puede ser que role hasta el punto de no poder seguir con spi. de Ouessant cuando el viento vuelva a poner cara de viento de proa.
Par lo tanto, es preferible orzar un poco amurados a estribor y man.
tenernos en este bordo: de este modo tendremos la oportunidad de ha- Jugar con la corriente
cer la travesía primero con el viento por la aleta y más tar~e a un largo. En una zona atravesada por las corrientes, la búsqueda de la derrota
De Torquay a 8réhat (rumbo 169°), la derrota directa hay que hacer- más rápida se convierte en un asunto bastante complicado.
la navegando con el viento por la aleta. Pero por las mismas razones de De hecho, hay que tener en cuenta varias cosas a la vez: el viento, la
(Extracto de la carta 7040. S HOM .1
antes, nos conviene orzar hacia el lado de donde va a soplar el viento. corriente en sí y la acción conjunta del viento y la corriente, que nos va
a causar problemas completamente nuevos. En este caso, el juego se
convierte a veces en una especie de rompecabezas chino; pero también
es en estas circunstancias cuando podemos obtener, reflexionando un
poco, los resultados más sorprendentes.
, Antes que nada tenemos que saber que una corriente raras veces es
,. "
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"
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:ei' . ,: .
.....r'"loJ ~.-
homogénea: tiene venas rápidas y venas lentas, así como también con-
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.. J'{ ~ e
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,,
r -' -'¡;" -' tracorrientes. La táctica más evidente consiste, por lo tanto, en buscar
la vena rápida cuando la corriente es favorable, y la vena lenta o con-
"
"" '0'
tracorriente en el caso contrario.
Cuando entramos en el canal de la Mancha, por ejemplo, a lo largo
de las costas inglesas, conviene que recordemos que por regla general
la corriente es más floja en alta mar que en las proximidades de los di-
ferentes cabos que jalonan la travesía: Start Poin!, Portland 8ill, Saint-
Alban, etc. Por lo tanto, tenemos que intentar a toda costa mantener-
nos cerca de la costa durante el flujo y separarnos hacia alta mar (o
bien entrar en las bahías) durante el reflujo; de este modo avanzaremos
con mayor velocidad que navegando en línea recta.
El asunto empieza a complicarse cuando hay que luchar contra una
corriente transversal. Si bien no parece que se pueda obtener ventaja
alguna de una corriente transversal alternativa (que empuja el barco
tanto a un bordo como al otro), en todo caso, está claro que si pode-
Derrota y estrategia 1085
1084 Navegación

mos obtener una seria desventaja si nos esforzamos inútilmente en lu- El viento de superficie
char contra ella. Hemos estudiado ya este asunto en el capítulo "Nave- Cuando un barco entra en una corriente, el viento que recibe experi-
gación costera", al hacer la distinción entre derrota sobre el fondo y menta un cambio. Al desplazarse el barco sobre una superfici e que
derrota sobre la superficie . Si insistimos en oponernos a la corriente pa- también se mueve, recibe un viento que ya no es el viento real, sino
ra seguir una derrota directa con relación al fondo, el barco hace un re- una combinación de este viento real y del viento ocasionado por la ve-
corrido mayor sobre el agua (nos atreveríamos a decir que tiene que locidad de la corriente. A este "nuevo viento" lo llamaremos viento de
pasar más agua bajo la quilla) y la duración del recorrido se alargaria. El superficie. No es un viento teórico: es el que levanta esas olas tan ca -
ejemplo de la travesia del canal de La Mancha, ilustrado en el dibujo de racterísticas en los estrechos, y el que notamos a bordo de un barco
abajo, nos muestra por el contrario que dejándose empujar sencilla- que deriva en una corriente.
men te por la corriente, seis horas hacia un lado, y seis horas hacia el Cuando el viento real es fuerte y la corriente floja, este viento de su-
otro y manteniendo un rumbo constante, el barco sigue una derrota si - perficie no tiene gran importancia, evidentemente; por el contrario, con
nusoidal con relación al fondo, pero avanza en línea recta sobre el brisa ligera, la diferencia entre el viento real y el viento de superficie
agua, y esa sí que es la derrota más corta posible. puede notarse bastante. Cuando un viento real de 5 nudos sopla en di-
Para hallar la derrota más corta en una corriente transversal alterna- rección contraria a una corriente de 3 nudos, notamos a bordo un vien-
tiva, la regla es siempre la misma: tenemos que sumar las corrientes to de superficie de 8 nudos; si el viento real y la corriente van en el mis-
que vamos a tener durante todo el recorrido, y después desplazar el mo sentido, el viento de superficie no será más que de 2 nudos. Cuan-
punto de partida sobre la carta con el valor hallado: veremos entonces do el viento real y la corriente forman un ángulo entre sí (y éste suele
el rumbo que debemos seguir hasta el final. ser el caso más frecuente), el viento de superficie diferirá del viento real
Pero es en este caso cuando el asunto se llena de emoción: pues la no sólo en fuerza sino también en dirección.
derrota más corta así determinada no es forzosamente la más rápida;
¡puede que nos convenga alargarla un poco para correr más! El juego una vez dentro de las corrientes, se basa principalmente en
En este caso hay que tener en cuenta una noción nueva, clave de la siguiente comprobación : puesto que el viento de superficie depende
cualquier navegación sutil dentro de las corrientes: la noción de viento en gran parte de la corriente, sus características varían al variar la co-
de superficie. rriente . Por consiguiente, puesto que las variaciones de la corriente son
previsibles, ¿no será posible prever también las variaciones del viento
de superficie, y sacar partido de ellas?

Planteamientos
Volvemos a tener aquí al magnífico navegante que en el capítulo "Na-
vegación costera" realizó para nosotros 4 veces la travesía boya NW de
Minquiers-Grand Léjon. Hoy va a realizarla por quinta vez, en circuns-
tancias parecidas a la cuarta, es decir durante mareas vivas y saliendo
de la boya NW de Les Minquiers a PM - 6. La única diferencia que hay
es que el viento ha refrescado un poco: hay fuerza 3.
Nuestro hombre opina que podrá hacer el recorrido en unas cinco
horas, si no tiene que dar bordadas. Calcula su rumbo de la misma ma-
nera que lo hizo en las anteriores travesías: desplazando su punto de sa-
Travesia d el canal de la Mancha e n doce
lida sobre la carta con el valor de las corrientes que va a tener durante
horas (de Sole nt a Cherburgo) . El barco A
las cinco horas de travesía, de este modo halla el rumbo verdadero que
lucha contra la corriente para seguir una
corrige con la declinación y la deriva, para obtener el rumbo de aguja.
derrota directa en relació n con el fondo .
Una vez situado, a PM - 6 comprueba que sigue el rumbo con facili-
El barco B se deja empu ja r por la
dad y que podrá llegar a Grand Léjon en ceñida. Pero la corriente va a
corriente. s igue una derrota sinusoidal
invertirse durante las próximas horas: a PM - 3, será de 2,2 nudos rum-
con relación al fondo, pero recta en la
bo 1350 • Entonces, se pregunta: cuando la corriente gire, ¿cómo evolu-
s uperficie. A pesar de las apariencias,
esta derrota es la más rá pida . cionará el viento de superficie?
1086 Navegación
Derrota y estrategia 1087

Platrau '" I-~. J8 sencillisimo en la carta. Dibujamos el viento de superficie en forma de


,9-' ;b
1 ~!l~4!/.,.,.,..!L
(V. C879) vedar (AC) orientándolo igual que el vien to en cuestión, con una longi-
.:;~~&U> .1:1 tud proporcional a su fuerza (tantos nudos, tantas millas). Colocamos la
JiD~ corriente (vedor CD, correspondiente a 1,4 nudos rumbo 306°) en C. El
-',

.. .
-A Barnouic
vien to real estará representado, por lo tanto, por el vedor AD.
Para hallar el viento de superficie en PM - 3, hay que volver a hacer
la misma operación en sentido inverso, es decir, partiendo esta vez del
viento real A'D' y trasladando a D' el vector actual (2,2 nudos a rumbo
1350 ). El viento de superficie está representando por el vedor A'E. Y
nuestro navegante comprueba inmediatamente que sus temores eran
fundados: después de la inversión de la corriente, el viento va a caer y a
escasear muy claramente. Será un 34% más flojo y un 25% más agudo
que el viento actual. No podremos hacer el rumbo que nos han pedido

~
'9 '9
y tendremos que dar bordadas para llegar al Grand-Léjon.
3,
,. ec\ot\ 8°oS-tv.-
.141.r.
" 1( Con estas perspectivas, el navegante toma enseguida la decisión
''!.. )) l\965 ) más lógica: en lugar de seguir el rumbo previsto y navegar en ceñida
Oi~o;' .nn '~. 6 ' JG
J. durante la salida de la boya NW de Les Minquiers, orza inmediatamen-
!ij .~t¿
.>¡
3,
<f>'" te para ponerse a ceñir a rabiar. De este modo puede ser que llegue a

(.4)
';
~
~
® <i'' - /"
,~
Le Grand Léjon de una sola bordada, ganando bastante tiempo. Des-
pués de efectuar el primer planteamiento comprueba que puede hacer
... .,
~
'" /" una ceñida excelente en la salida, puesto el viento de superficie es mu·
s,,'
cho menos cerrado y más fuerte que el viento real: el barco "empuja-
do" hacia el viento por la corriente podrá llevar un rumbo más próximo
9,
al viento real que si no hubiera corriente. Tres horas más tarde ocurrirá
•8 exactamente lo contrario .
Nuestro navegante ha realizado una demostración minuciosa para
Jo
poner de relieve el razonam iento que debe seguir. Pero la mayoría de
,8
las veces no es necesario que averigüemos de una manera tan precisa
las futuras características del viento de superficie, lo que importa es sa·
ber calcular aproximadamente cómo va a evolucionar. Los planteamien·
tos que hemos hecho nos resultarán de gran utilidad para no liarnos:
será suficiente hacer unos cuantos garabatos en un papel, tomando co·
mo base el único vector que conocemos, el que representa la corriente,
Cómo prever la evolució n de l vient o de
Con objeto de prever las características del viento de superficie a PM y colocando convenientemente con relación a éste otros vectores que
superfi cie. En la part e superior d e la
- 3, tenemos que conocer sus componentes, es decir el viento real y la representen (aunque sea de modo aproximado) el viento real y el vien-
ca rt a a partir del vector actual del
corriente que habrá en ese momento. Las características de la corriente to de superficie: enseguida veremos si en el transcurso de las horas, es·
yiento de superficie !ACI V del vector
actual de la corriente (CO) obtenem os
ya las conocemos. En cuanto al tiempo real, tenemos que descubrirlo te último va a escasear o a largar, a caer o a refrescar.
el vect or del tiempo rea l fA'OI. En la
ahora (supongamos que no va a cambiar en las próximas tres horas).
part e de abajo. a partir del viento rea l Ahora bien, cuando navegamos dentro de la corriente, es completa. Al pasar por La Horaine
(A'O') y de las cara ct eristicas de la mente imposible percibir directamente el viento real (a menos que fon· Un par de zuecos idénticos· se encuentran en la boya NW de Les Min·
corri ente fEO') 8 un a ho ra determinada. deemos). No podemos hacer otra cosa que "reconstruirlo" a partir del quiers y navegan juntos, no hacia Le Grand-Léjon como podríamos
podemos obtener las caracterfsticas del viento de superficie y de la corriente.
viento de superfi cie en d icha hora. En Intentamos hallar el viento de superficie igual que hemos hecho con
este ejemp lo vemos que e l vie nto de el viento real para hacer los diagramas de velocidad. Puesto que conoce- * Llama zuecos a los barcos, haciendo un juego de palabras entre La Horaine
y La lorraine, recordando la canción popular francesa "En passant par la Lorrai-
superficie va a caer y a escasear. mos los datos sobre la corriente, ya sólo queda hacer un planteamiento
ne, avec ses sabots ..... (Al pasar por la Lorraine. con sus zuecos .. .). (N. de la T.)
1088 Navegación L ÁM IN AS 4 - XXV

pensar sino hacia La Horaine (distancia: 24 millas, rumbo verdadero:


258°) para llegar a la desembocadura del río Trieux. Estamos en mareas El balizamiento
vivas y los barcos pasan la boya NW de Minquiers a PM + 4. El viento es
WSW, por lo tanto viento de proa.
BA LIZAM IENTO AISM (REGiÓN A)
MARCAS CARDINALES (Luz blanca)
Primer dúo
A bordo del primer barco, navegan correctamente, pero sin complicar-
!:!!:!!:I:!:!]

Centelleo continuo ao 1! .... .... I!II!IIIIIII!II


centelleo rapido

......
se demasiado la vida. Como la "meteo" no prevé ningún cambio de continuo va

tiempo para las próximas horas, el navegante se conforma con mirar en '\
el cartucho de la carta (zona F) la evolución de la corriente: comprueb a
que la inversión se producirá dentro de cuatro horas. De momento, de- ''"'':' '~" '" '''~ ' '" ":" ~ ,,,.
.... .... T T
.!, i
cide navegar amurado a estribor, es decir en el buen bordo, el que le
acerca más al punto de destino.
O DANGER E J.. ~
Al cabo de dos horas, se da cuenta de que ya no le conviene ir amu-
, S !!'''!'-
o centelleo a 19)15 s T T o centelleo a 13)10 s
rado a estribor y decide virar. Decisión de lo más oportuna puesto que T T

de este modo aprovechará el final del reflujo para ir a situarse de ma- .JlJ
nera que después no tenga que luchar contra el flujo.
Por lo tanto hace una bordada amurado a babor. Hora y media
después (3h 30), el navegante decide que ya está bien situado y que
puede virar. Vuelve a salir amurado a estribor, pero en el t ranscurso
de la quinta hora, el viento empieza a escasear progresivamente, y el
Centelleo rapido
va 15) + EL 10 s
1111'111

babor
-t
MARCAS LATERALES

111 111
o

!!'!!!!
Centelleo agrupado
a15)EL15s

estribor
......
,

rumbo va correspondiendo cada vez menos a lo que tenía previsto, la


corriente de flujo que ya ha comenzado viene a agravar aún más las
a ..L1 I.L"
Luz (cuando la marca se indica con linea de trazos):
cosas: hay que virar. Media hora después (5h) otra vez está bien si- - Color: ROJO o VEROE
tuado, ya puede virar . Pero esta nueva bordada amurado a estribor - Fase distinta de cualquiera de las ciladas arriba

resu lta un desastre, y al cabo de un cuarto de hora, ya no hay ningu-


na duda; hay que virar. Ahora sí: pasa La Horaine. La travesía ha du-
rado seis horas y media.
MARCAS DE CANAL PREFERENTE
a estribor
111
a babor
111
t ......
Pero cuando llega a Loguivy, comprueba que el colega que navega- • ,.LI I..L.
ba a su lado al principio de la travesía ya está fondeado, bien colocado, II.M'••
limpio y ordenado y la tripulación está embarcando en el bote auxi liar luz (cuando la marca se indica con linea de trazos):
- Color: ROJO o VEROE
para ir a tierra. Pero ¿cómo se las ha arreglado? - Fase de destellos agrupados de forma irregular 12 + 11

A bordo del segundo barco, el navegante se pregunta de qué mane- MARCAS DE PELIGRO AISLADO
ra influirán las variaciones de la corriente sobre el viento. Con los datos • •

Incluso en una corriente, el buen bordo


que tiene sob re la corriente hace el pequeño esquema que exp licamos
en el párrafo anterior, para cada una de las seis horas siguientes, dán-
dose cuenta que el viento de superficie va a rolar progresivamente ha-
--11 11 • • •
luz Icuando la marca se indica con linea de trazos):
- Color: BLANCO.
siempre es el que nos acerca más al cia el Sur, y va a caer : al final de la travesía estará un 25% más al Sur - Fase de destellos agrupados a dos.
viento real. Es en este bordo donde que el viento actual, y será un 25% más flojo. MARCAS DE AGUAS NAVEGABLES
hacemos la mejor ceñida (una ceñida Según el dibujo, es evidente que en esas cond iciones el mejor bordo
mejor que si no hubiera corriente); en
este caso, amurados a estribor antes
del cambio de dirección de la corriente,
para navegar es amurado a estribor durante las tres primeras horas de
travesía y después, el bordo amurado a babor durante la quinta y la
sexta hora. En la cuarta hora, cuando la corriente empieza a girar, vale
!Ol ~! ~
luz Icuando la marca se indica con linea de trazos):
- Color: BLANCO.
y amurados a babor después. cualquier bordo. Pero en el caso actual , si siguiera amurado a estribor - Fase: isofase o de ocultaciones
o EL 10 s o letra Morse " A".
L AM IN AS 4 - XXV I L AMINAS 4 - XXV II

Características Luces
delasluces de los barcos
1. Buque de más de 50 m navegando
Presentamos aquí las principales luces
que vemos en nuestras costas; existen - - - - - hacia la derecha.- 2. Velero navegando
algunas más (au nque poco corrientes) hacia la izquierda con luces de mesana
que asocian dos características como (facultativo).- 3. Buque de más de 50 m
las luces fijas y las luces de destellos.
navegando en línea recta hacia el
Para obtener más detalles, consultad la
observador.- 4. Velero navegando hacia
Guide du navigateur (vo lumen 1,
SHOM), así como el Libro de faros. Las la derecha.- 5. Velero alejándose del
abreviaturas que mencionamos aquí observador. - 6. Barco de motor de
son las del código internacional, y las - - - \ ~ - - - - -
menos de 7 m y cuya velocidad no
abreviaturas de la terminología inglesa
sobrepasa los 7 nudos. De acuerdo
(FI: flashing; Q: quick; UQ: ultra quick;
R: red; W: white .. .); éstas figuran tam-
bi én en el Libro de Faros y en las cartas
marinas.
I I 12 s
.. I I I I I
con la regla 23 c, podría mostrar sólo
una luz blanca visible en todo el
horizonte.- 7. Barco de motor de menos
-- - -- - - - ---- -- --- - -- ---- de 12 m navegando en línea recta hacia
el observado r.- 8. Barco de motor
14 s ....
alejándose del observador- 9. Barco-
piloto navegando hacia la izquierda.-
11111111111"1111"111'"
: 12 s
10. Barco-piloto fondeado.- 11 . Barco de
pesca de menos de 50 m izando la
traína (sin arrancada). 12.- Barco de
pesca de menos de 50 m navegando
con arrancada hacia la izquierda.-
13. Velero de menos de 20 m

10
AAA AAA AAA AAA AAA AAA AAA navegando hacia la derecha. Ha optado
..... 1.0.s..... por la solución facultativa del fanal
tricolor a tope de palo.- 14. Pesquero de
1. Luz fija: F.- 2. Luz de destellos: FI.-
WWllillilliWWWW1WWWWWllillilliW arrastre de menos de 50 m a punto de
3. Luz de destellos largos: L.FI.- 4. Lu z 11
echar la traína al agua (con arrancada) .-
de destellos agrupados: FI. (3) .- 5. Luz
15. Barco pescando que ha desplegado
isofase: Iso.- 6. Luz de ocultaciones;:
sus artes de pesca de una longitud
Oc. - 7. Luz de ocultaciones agrupadas: 12
inferior a 150 m .- 16. Pesquero de
Oc. (2). - 8. Luz de ocultaciones
arrastre de más de 50 m navegando
agrupadas irregularmente: oC. (2+1 ). -
HA. HA. AH. AH. hacia la izquierda.- 17. Velero de menos
9. Luz de centelleos: 0 .- 10. Lu z de 13
15 s de 7 m mostrando un fanal blanco para

-.--.--.--.--.--
centelleos agrupados: O (3) .- 11. Luz de
indicar su presencia. - 18. Pesquero sin
centelleos rápidos: VO.- 12. Luz de
arrancada.
centelleos ultrarrápi dos: UO. - 13. Luz 14
Periodo

~'~~
de señales morse: Mo (V) .- Ésta es una muestra general de las
14. Luz alternativa: AI.RWG.- 15. Luz de 15 16 17 luces de los barcos, aunque existen

112,50~~
sectores.- 16. Luz de guía.- 17. Luz más casos particulares. Podemos
direccional. completar nuestros conocimientos
Velero Barco de menos de 50 m Buque de más de 50 m
consultando la obra 2B del SHOM.
LAMINAS 4 - XXVIII L A MINAS 4 - XX I X

Al pasar por La Horaine II


i
Los zuecos se encuentran en pp. 1087 Y siguientes. ¡

Primer dúo: táctica navegando en ceñida I


Para averiguar cuáles son las mejores bordadas, es necesario conocer la evolución del viento de superficie en el transcurso ¡ ti

de las próximas se is horas.


- A: a partir de los datos conocidos de la primera hora: viento aparente, corriente, derrota de superficie posible (rumbo co-
rregido con la deriva, velocidad de 4 nudos aproximadamente), obtenemos los vectores viento real y derrota sobre el fondo.
-B : a partir del vector viento real y de los valores sucesivos de la corriente, podemos averiguar hora a hora, la dirección y la
fuerza del viento de superficie. Vemos que éste va a rolar progresivamente al Sur y a caer. El mejor bordo es el que hacen
amurados a estribor durante las tres primeras horas, y amurados a babor las dos últimas.
- C: Entonces podemos prever la derrota sobre el fondo y trasladarla a la carta. . ~,----------------~~~-------------------------

"

I•
Segundo dúo: táctica navegando a un largo
Esta vez, no hay que hacer bordadas, pero hay que ave riguar si es posible lleva r el spi y durante cuánto tiempo.
- D: a partir de los datos conocidos: viento aparente, corriente, derrota de superficie posible con spi (a 55° del vie nto, velo-
cidad 4,5 nudos), obtenemos el viento rea l, el viento de superficie y, por lo tanto, el ángul o entre el viento de superficie y la
derrota de supe rficie (ángulo Z). Observamos que el viento de superficie es menos agudo que el viento rea l, lo cual está
muy bien
- E: a partir del vector viento real y de los va lores sucesivos de la corriente, podemos conocer, hora a hora, la evolución del
r~~"----
viento de superficie, y por tanto, la derrota de superficie posible con spi. Observamos que el viento de superficie va a alar-
gar progresivamente y a caer. I
- F: al trasladar a la carta, la derrota posible sobre el fondo, hora a hora, comprobamos que podemos llevar el spi sin pro-
blemas desde la salida .

.'

$ viento aparente

.IIYl
II viento de superficie
·IV
•V
VI
• viento real
corriente

-
• VII
-+- derrota de superficie
derrota sobre el fondo

En la página siguiente: extracto de la carta 6966 del SHOM.


L A M I N AS 4 - .XXX L AMI N AS 4 - XXXI

El soliloquio 25.5
/7 /
S.Coqbr
10.4 1.1
10 2 i 9,7
s,
/6.4 /
,
35 14 1 Ep

del piloto 11.7


/2.4 /0.8 ..__ J...7
9,4
13,8
5~
s,
15 .sr'
G., 23.5 ,,-0 108 8.2 7,/
'0 7,8 /
Para ll egar hasta Sofía en las murallas .,. ' ,1 11,5
",, ./
/
285 8,4
de Cigogne, seguir el texto de pp, 962 15.8 ' ,4 ,0 .f
26 ¿
Y siguientes,
1,'
~ésaHecté A 17.2
---~ 1.4
7,8 79,8 I

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21
18.6"

18.5

'L

22

12 9

i,!.-.--

17.9

'2,
204
23

15.4
@,.,.c::
(!) .
Extracto de la carta 6687 del SHOM .
I Derrota y estrategia 1089
L AM I NAS 4 - XXX I I I

durante la cuarta hora se situaría demasiado al Sur con relación a la


Lectura meta. Por lo tanto vira al final de la tercera hora, y pasa La Horaine tres

de la carta cuartos de hora antes que el otro barco.


Al elegir las bordadas en función de la evolución del viento de super-
Los números en rojo indican los princi- ficie, hay que tener en cuenta que el navegante ha elegido, en cada
pa les eleme ntos q ue conviene conocer ocasión el bordo que le acercaba más al viento real. Pues aunque haga
para poder leer una carta. bordadas en relación con el viento de superficie, en definitiva avanza
hacia el viento real, que a fin de cuentas es el que importa.
1. Límite de la máxima pleamar.
2. Zona marítimo-costera rocosa.
De estos ejemplos se deduce la reg la siguiente: cuando se efectúan
3. Torreta cardinal Sur.
bordadas en una corriente de intensidad y dirección variable, el
4. Veril de los 20 m.
buen bordo es siempre el que nos acerca más al viento real.
5. Esta roca sobresale 1,2 m por encima
de la máxima bajamar. Emerge y queda
En nuestro ejemplo, el primer barco ha realizado tres malos bordos:
sumergida con cada marea . los
amurado a babor durante la tercera hora, amurado a estribor al co-
paréntesis indican que esta cota es la
mienzo de la quinta y de la sexta hora.
de un punto característico situado al
Esta misma regla se puede explicar de otra manera por medio del di-
lado.
bujo de la parte inferior de la página, que intenta resumir todos los ca-
6. Roca siempre sumergida .
sos que pueden presentarse cuando se dan bordadas en una corriente.
7. Pecio, una parte de cuya
Uno piensa con razón, que en la realidad, hay veces que hay que
superestructura es visible en bajamar;
agarrarse con fuerza a los pasamanos para seguir los razonamientos
situación aproximada .
hasta el final y decidir cuál es el mejor bordo que podemos hacer. Pero
8. Pecio cuyo braceaje no se conoce,
es este pequeño esfuerzo de reflexión el que a veces origina las gran-
aunque es superior a la profundidad
des diferencias entre barcos idénticos.
i ndicada (8 m); situación dudosa (PO) .
Como suele decir Alan Gliksman: unos hacen los mejores bordos y
9. Fondos de roca.
los menos malos, mientras que otros hacen los menos malos y los peo-
10. Boya luminosa con silbato (Whi s).
res.
11. Roca o bajo peligroso siempre
cubierto de agua.
Último dúo
12. Roca que emerge y queda
Nuestros dos zuecos * se vuelven a encontrar al NW de Les Minquiers,
sumergida; su cota (2,3 m) toma como
a PM + 4, en mareas vivas y ponen rumbo hacia la desembocadura del
referencia el cero de la carta.
río Trieux. Pero esta vez el viento es flojo del NNW.
13. Roca o islote que no queda
A bordo del primer barco, el navegante, que todavía no se ha apren-
sumergido. Su cota (16 m) se refiere al
dido la lección del ejemplo anterior, se conforma con calcular el rumbo
nivel de referencia de las altitudes.
en función de la corriente que el barco va a encontrar en el transcurso
14. Sector direccional del faro de la
de la travesía: hay 27 mil las hasta la desembocadura del río, la veloci-
Elecció n del buen bordo dando
Teignouse.
dad estimada es de 3,5 nudos, por lo tanto la duración de la travesía
b ordadas en medio de una corriente.
15. Fondos de gravilla.
será de unas ocho horas más o menos, el rumbo verdadero es 258 0 y, En todos los casos seña lados en el
16. Fondos de arena y gravilla
vamos allá. dibujo, el mejor bordo es el que nos
mezcl ada.
Esta vez todo tran scurre correctamente e incluso mejor de lo que es- hace entrar en la corriente formando
17. Zona de cables submarinos.
perábamos y al cabo de cuatro horas de travesía el viento alarga y rola con ésta un ángu lo lo más ag udo
18. Punto de corriente (ver el detalle en
al Norte, con lo cual podemos izar el spi y la velocidad aumenta un nu- posib le: una corriente de f re nte es
el cartucho de la carta).
mejor q ue una corriente transversa l, y
ésta a su vez es mejor que una

(Extracto de la carta 7033 del SHOM) .


* Barcos. (N. de la T) corriente portante.
1090 Navegación De rrota y estrateg i a 1091

do . Al final de la sexta hora, nos damos cuenta de que la corriente em- La Horalne, y hará la travesía en seis horas. Llegan una hora antes que
puja al barco hacia el Oeste; arribamos 10°, la velocidad sigue aumen- el otro barco
tando y llegamos en tromba al Tneux con más de una hora de ven taja SI éste llega con tanto retraso, no es porque se haya desviado: al
sobre la hora prevista. contrario, ha realizado la derrota directa sobre el agua. Pero el segundo
Sin embargo, en las tranquilas aguas del puerto de LogUlvy, ya está barco, al Ir más rápido, ha sufrido durante menos tiempo que el prime-
el otro barco, meciéndose suavemente en su fondeo, y seguramente ro la comente contraria, y en definitiva ha hecho una derrota sobre el
desde hace ya bastante tiempo, puesto que no vemos a nadie a bor- agua más corta; la diferencia es de 1,6 millas.
do ..
Una vez más, a bordo de este segundo barco, el navegante se ha es- Señalemos aun que con un diagrama de velOCidad el trabajO tam-
forzado en prever la evolución del viento de superficie en función de la bién se simplifica. Todo puede preverse mucho antes de llegar a la bo-
corriente. Por medio de los garabatos habituales, ha averiguado que el ya NW de Les Mlnqulers, puesto que sabemos de antemano en qué
viento iba a alargar y a caer durante la Inversión de la corriente y ha rumbo podemos llevar el Spl y cuál será la velOCidad del barco. Pero SI
comprobado que seria bastante posible llevar el spi durante la segunda queremos ser absolutamente flgurosos, debemos tener en cuenta el
parte del recorrido. Tan posible, que de entrada ya se ha planteado una hecho de que el Viento, al alargar, va a caer, y utilizar por lo tanto dia -
pregunta: ¿No podríamos izar el Spl en la salida y navegar con él duran- gramas de velocidad diferentes, para el prinCipiO y para el final de la
te toda la travesía? travesía.
Hay que reconocer que para responder de forma exacta a esta pre-
gunta tenemos que trabajar un poco. Por último, también podríamos imaginarnos que justo en la mitad
del eJerCICIO se produce un cambio de viento completamente Imprevisto
En primer lugar hay que determinar en qué rumbo podremos izar el que, de golpe y porrazo, estropea todo el papeleo y permite que el na-
spi y cual ser·a la velOCidad del barco en dicho rumbo. Mas tarde, averi- vegante vaya a respirar un poco de aire fresco .
guar cuál sería la derrota sobre el fondo que hariamos, y SI nos podría-
mos mantener en ese rumbo durante toda la travesía.
De momento Izamos el spi a ver qué pasa. Resulta que podemos lle-
varlo a 55° del viento aparente con una velOCidad de 4,5 nudos.
Con estos datos y con la informaCión que tiene sobre la comente, el
navegante efectúa un planteamiento que le permite hallar la direCCión y
la fuerza del Viento de superfICie durante todas las horas de la travesía.

Comprueba que el viento de superfiCie será el mismo durante las


dos primeras horas. Conociendo su velocidad y rumbo actual, puede
trazar, a partir del vector viento de superficie y del vector rumbo -veloci -
dad, el vector derrota sobre el fondo para estas dos primeras horas.
A continuaCión calca en papel transparente el ángulo formado entre
el vector viento de superficie y el vector rumbo-velocidad Luego des-
plaza este papel sobre el dibUJO, y hace COinCidir uno de los lados del
ángulo con el vector viento de superficie de la tercera hora de la trave-
sía; de este modo obtendrá el vector rumbo-veloCidad y con éste el vec-
tor derrota sobre el fondo, para esta tercera hora.

Haciendo lo mismo en relaCión con las horas siguientes (acortando


poco a poco los vectores rumbo y velocidad, pues el viento de superfi-
cie va cayendo), ya no le queda más que colocar los vectores de derrota
sobre el fondo obtenidos, unos junto a otros sobre la carta para aven-
guar a dónde le llevará todo este lío. Al parecer, pasará cómodamente
OCTAVA PARTE

EL CRUCERO


L PO ETA BORIS VIAN ESCRIBiÓ: "Es extraño como la gente que se cree cu lta
E experimenta la necesidad de irse a recorrer el mundo" . Profundo pensamien-
to en el que todos los autores de manuales deberían meditar en el momento de
coger la pluma y de empezar a escribir, por ejemplo, una introducción tan larga
como ésta. Pero, está claro que nosotros tenemos nuestras razones, pues hay
mucho que decir para presentar de modo adecuado esta parte que trata sobre
el crucero, conclusión final de todo el libro.
Para definir correctamente el crucero, antes tendríamos que hablar de la liber-
t ad (lo cual no es poco). Si nos conformásemos con decir: hacer un crucero es
navegar en un barco durante algún tiempo, con otras gentes, por un lugar ele-
gido, estaríamos dando una definición que podría aplicarse perfectamente a los
pasajeros de los trasatlánticos de lujo. A ve la, en un barco mucho más pequeño,
lo que caracteriza al crucero es más bien el hecho de contar únicamente con no-
sotros mismos durante algún tiempo, aceptar respon sabi lidades, enfrentarnos
con ciertos riesgos con conocimiento de causa y saber desenvolvernos: en defi-
nitiva, ser autónomos. Y la autonomía es algo que cansa un poco, pues nos exi-
ge estar tomando decisiones continuamente.
La primera elección tiene que ver, precisamente, con el grado de autonomía
que queremos disfrutar, en el espacio y en el tiempo -yen el mal tiempo. ¿Has-
ta dónde queremos ir? ¿C uánto tiempo vamos a pasar navegando? ¿Hasta qué
punto aceptamos enfrentarnos con dificultades? En realidad la autonomía em-
pieza pronto: desde el momento en que salimos a navegar fuera de los planos
de agua vigilados, tenemos que asumirla junto con sus principales necesidades.
Por esta razón no dudaremos en ded icar en esta parte un capítulo a la sa lida de
un día, actividad de la que nunca se habla y que, sin embargo en la actua lidad,
es la que más adeptos tiene. A continuación, trataremos el crucero por la costa,
en el que el tiempo de navegación sobrepasa el marco de un día y después el cidad y la coherencia de una tripulación. Apenas hay reglas generales a este res-
crucero en alta mar, donde la autonomía es total. pecto, en el que entran en juego desordenadamente, la capacidad física y moral
En todos los casos, la elección que hay que hacer al principio se presenta de la de cada uno, la experiencia y el sentido común, los gustos y los matices, la in-
misma manera. ¿Dónde vamos a navegar, con quién y por dónde) Dicho de otro tendencia y las quimeras. Nos dedicaremos a las quimeras. La intendencia tam-
modo, cualquier crucero se establece sob re tres premisas: paisaje, tripulación y bién ocupará un lugar, y no será pequeño.
barco. No hay que contemplarlas forzosamente en este orden, eso dependerá Nos queda el barco en el que vamos a navegar. Nos imaginamos que deberá
de las circunstancias; lo que cuen t a, es el modo de armonizarlas . Es importante adaptarse al tipo de crucero que vamos a realizar, debe ser marinero y seguro,
que la tripulación y el barco estén "a la altura" del paisaje y sean capaces de lle- ofrecer condiciones de habitabilidad soportables y, en definitiva, garantizar la auto-
var a cabo el programa que nos hayamos fijado; en otro caso, habrá que cam- nomía que queremos conseguir. En este sentido los sueños adquieren un aspecto
biar de tripulación, o de barco, o sencillamente diseñar un programa más mo- muy particular. Muchos navegantes de recreo, incluso en la actualidad, piensan
desto. Esto cae por su propio peso. Al principio tenemos que convencernos de que para disponer de una autonomía real hay que tener un barco en propiedad.
que todo está en el aire. Después hay que realizar un análisis muy concreto de En este caso se trata de una elección importante, puesto que compromete nues-
las diferentes premisas para lograr una verdadera armonía. tro futuro; y sólo por esto debemos pararnos a pensar un momento.
La elección del lugar por donde vamos a navegar es una cuestión de gusto .
Ciertamente, tenemos derecho a soñar (¡incluso es necesario! ), pero un paisaje ¿Es necesarío tener un barco?
marino sólo se convierte en un espacio donde realizar un crucero a partir del Cuando el barco constituye una especie de pasión exclusiva a la que estamos dis-
momento en que estudiamos sus características, sus posibilidades y las dificulta- puestos a sacrificar muchas cosas, la cuestión ni se plantea: solos o con algunos
des que entraña. La naturaleza de la costa y de la mar, las condiciones meteoro- amigos, gastaremos nuestros ahorros y nos empeñaremos hasta las cejas para
lógicas, los medios para situa rnos y avanzar sin problemas; tenemos que apoyar- conseguir comprarnos un viejo casco para reparar, o para construir una máquina
nos en los conocimientos adqUiridos en las anteriores partes del libro, y comple- más o menos revolucionaria, lo cual sigue siendo una aventura total, evidente-
tarlos con el estudio de las publicaciones náuticas de la zona elegida. El paisaje mente. Querer ser propietario a toda costa porque experimentamos el mismo
adquirirá un sentido, podremos planear un programa y prever el ritmo a adop- placer haciendo chapuzas en nuestro barco que navegando, también puede ser
tar. Más adelante, tendremos ocasión de proponer las claves para realizar este ti- otro motivo. Nosotros creemos que los barcos tienen un alma. Y un alma ¡no tie-
po de análisis. ne precio l Por el contrario, cuando la pasión que sentimos es más bien de tipo
La tripulación: es un dato que todavía no hemos abordado, y que ocupará un estacional, suele ser conveniente reflexionar un poco antes de lanzarnos a com-
lugar fundamental en esta parte . Es un asunto difícil de tratar, pues al abordar prar cualquier tipo de barco. A primera vista, cuando tenemos un barco de nues-
los" problemas humanos", tenemos que resignarnos a tener en cuenta todo ti- tra propiedad, somos comp letamente libres hacemos lo que queremos, cuan do
po de matices, e incluso echarle un poco de f antasía. En primer lugar ¿qué es queremos y donde queremos. Pero todo esto supone que debemos tener dinero.
u na tripulac ión) Daremos una definición muy pobre si decimos que es un grupo Dinero para comprar el barco y también para completar su equi pamien to (esto
de personas -pa rientes, amigos o desconocidos- "embarcados en el mismo bar- puede representar de un 30% a un 60% del precio de compra). Además, dinero
co": expresión lo suficientemente utilizada en el lenguaje diario como para que para el seguro, para los derechos de aduana, y para pagar el atraque en un puer-
sea inútil insisti r sob re la noción de solidaridad que implica . Pero, más all á de es- to. Y más aún, dinero para la invernada, una vez acabada la temporada, para la
ta afirmación elemental, deberíamos intentar analizar lo que constituye la capa- vigilancia eventual y sobre todo para su mantenimiento. En definitiva, debemos
estar preparados para estar gastando dinero indefinidamente, aunque sólo sea Una vez clara esta cuestión (por lo menos en lo que respecta a nosotros), de-
para mantener en buen estado lo que hemos comprado. bemos entrar en 105 detalles, analizar más de cerca todas las opciones que tene-
También pueden surgir imprevistos. A veces no podemos conseguir una plaza mos y sus consecuencias. En 105 siguientes capítulos, pondremos diversos ejem-
en el puerto que queríamos (sin duda es algo a tener en cuenta antes de efectuar plos para presentar un abanico lo más amplio posible.
la compra). Tampoco está claro que vayamos a disponer en el momento que que- - En el capítulo Salida a pasar el día, trataremos sobre el descubrimiento de
ramos, de la tripulación necesaria: si el forzudo de la tripulación se rompe una un plano de agua de dimensiones modestas, con un barco de nuestra propiedad
pierna dos días antes de salir de crucero, ¿tenemos la seguridad de poder susti- y una tripulación familiar.
tuirlo/ La temporada puede verse comprometida; y sin embargo, hay que seguir - En Crucero por la costa, saldremos en busca de una "cuenca de crucero",
pagando ... y cuando, ya cansados, intentamos vender el objeto de nuestros sue- con un grupo de amigos que han decidido navegar en un barco de alquiler.
ños, comprobamos que el mercado de ocasión está saturado y además está terri- - En Crucero en alta mar, intentaremos mostraros lo que es la vida en alta
blemente bajo. La libertad tan costosamente adquirida puede convertirse en algo mar, a bordo de un barco perteneciente a un club, con una tripulación formada
completamente ilusorio. Algunos terrícolas a veces comentan esto en relación por gente que no se conocía antes.
con 105 propietarios de barcos:" En la vida del navegante deportivo, sólo hay dos Tres aspectos diferentes, pero un mismo ánimo: en todos 105 casos se trata de
momentos felices, cuando se compra un barco y cuando lo vende". navegar en serio, sin gastarnos un dineral y navegar en las condiciones de segu-
Resumiendo, comprar un barco en la actualidad únicamente parece necesario ridad que hemos definido al comienzo del libro. En este caso, mejor a través de
cuando estamos absolutamente seguros de que vamos a navegar mucho: es de- definiciones, vamos a verlo en la práctica. Estas condi Ciones son las que intervie-
cir, cuando vivimos no demasiado lejos del agua. También resulta razonable nen cuando hay que tomar una decisión importante; y sin duda también nos
comprarnos un barco transportable, que podamos trasladar y cuyo manteni- permiten adivinar que en la mar, en definitiva, ninguna decisión tiene poca im-
miento podamos efectuar en casa. Se sobreentiende que tiene que ser un barco portancia.
bastante pequeno (de todas formas, vale más comprar un barco pequeño que
podamos equipar por completo, antes que comprarnos uno grande y tenerlo va-
cío). En ese caso ¿para qué lo queremos! Mientras que la costa está cada vez
más estropeada debido a la construCCIón de puertos que están llenos de barcos
que no navegan ¿vamos a añadir todavía más! Parece más razonable orientarse
hacia otras fórmulas, navegar en barcos de alquiler o con un club. Sin duda no
podremos tener el placer de acondicionar un barco a nuestro gusto, pero sin
embargo dispondremos de posibilidades prácticamente ilimitadas para elegir el
lugar y la época en que queramos hacer un crucero, así como el tipo de barco
que nos conviene en cada caso. y sólo nos gastaremos una cantidad de dinero
exacta. En la mar, es cierto que el espíritu marinero aconseja actuar como si el
barco fuera nuestro y cuidarlo como tal, pero, a la vuelta, adios a las preocupa-
ciones sobre el atraque, la vigilancia y el mantenimiento: todo ha terminado y a
pensar en otra cosa. En definitiva, tenemos una libertad mucho más real.
Salir a
pasar el día
Salir a dar una vuelta para pasar el día es en apariencia un objetivo mo-
desto. Es lo que hacen la mayoría de los navegantes de recreo, con bar-
cos de todo tipo, pequeños o grandes. Muchos lo siguen haciendo du-
rante toda la vida, porque es lo que les va; otros porque las circunstan-
cias no les permiten hacer otra cosa; y otros vuelven a esta modalidad
después de haber dado la vuelta al mundo. Es muy sencillo. Por desgra-
cia casi siempre acaban en fracaso, o más bien en algo mediocre. iEs
una lástima! La libertad que disfrutamos en estos casos es sin duda
muy corta, pero tampoco es alto el precio que pagamos. Saber sacarle
todo el partido posible es un arte que merece un poco de esmero: al la-
do de tantos días grises que forman la rutina diaria, días tristes que en-
seguida olvidamos, un día completo en la mar podría ser una especie
de obra de arte; ¡es de esas cosas cuyo recuerdo permanece en la me-
moria durante toda la vida!

\ El campo de acción es pequeño, pero variado. En él se cruzan distin-


tas razas de navegantes de recreo (sin mezclarse apenas). En primer lu-

~L==-~ --
gar, están los fanáticos de la pesca, que viven al ritmo de los panade-
ros. Salir de noche, seguir la derrota en solitario a una hora en que las
luces sólo brillan para ellos, sentir la satisfacción de volver a encontrar

,\.\ las marcas justo antes del amanecer; después, un modo especial de dar
vuelta y virar, una espera hosca, gestos precisos, un café humeante y el
silencio; y de repente sentir una pequeña alegría salvaje, cuando al-
guien les responde al otro lado del hilo o ¡el paraíso en los primeros ra-
-=-- --
~
yos del sol! A mediodía, muchas veces ya han entrado en puerto, yel
resto del día lo pasan aletargados en una especie de paréntesis en es-
pera de la próxima noche.
Por el contrario, para otros la mar es ante todo un campo de juego,
es decir, de regatas . Lo más importante es que el barco rinda al máximo También están los nost álgicos de los
y, si es posible, más que los de los demás. Multiplican las maniobras y aparejos antiguos. Verdaderos estetas,
los cambios de vela, intentan comprender, ajustar sus reglajes, convivir qu e están muy unidos a sus barcos y
con la máquina y obrar con astucia frente a los elementos y los vecinos. cuya forma de navegar es una pequeña
Llevar bien un barco durante horas les resulta muy satisfactorio, es otra obra de arte ..
1 102 El crucero Salir a pasar el día 1 103

manera de sentirse bien con ellos mismos; y llegar los primeros, es aún navegar en un gran barco, y no lo bastante tonto como para desear
más maravilloso, por supuesto. uno". Competente o no, hay que intentarlo con atrevimiento. Y nues-
Entre estos dos extremos, están aquellos que van simplemente a pa- tro primer consejo es éste: un buen barco no se elige como si fuera un
sear. Porque tienen ganas de evadirse, de escapar de la muchedumbre coche, por catálogo o durante una visita a un Salón Náutico. Un barco
y del olor de gasolina, en definitiva, quieren respirar un poco. En este se elige en la mar.
caso, no se ponen una meta concreta, y tampoco quieren cansarse más Os damos este consejo tranquilamente, sabiendo que probablemen-
dela cuenta. No se embarcan para pasarse el dia colgados de la regala; te no nos haréis ningún caso. Ya se sabe que hay hombres y mujeres
qUieren sentarse como las personas. les importa un comino el rendi- muy sensatos en la vida diaria, que cuando el deseo de tener un barco
miento, las velas de alta costura y las mordazas. Van a pasearse y en su se apodera de ellos, no se pueden controlar. Ya les podemos demostrar
barco hay de todo: jóvenes y viejos, gordos y flacos, para dar y tomar. punto por punto que el barco que quieren no les va a servir para hacer
Quieren aprovechar el sol, mirar el paisaje y atrapar ávidamente el tiem- nada de lo que les apetece; los mejores argumentos sólo servirán para
po, como otros tomaron la Bastilla (pero, de verdad ¿hay alguien que avivar su deseo. El mundo de la pasión no atiende a razones; un sueño
todavía sale a navegar así?). no se discute y no hay más que hablar.
De todas formas, estas definiciones son demasiado categóricas y las Sin embargo, si todavía os queda algo de sentido común, intentad
actividades del día pueden variar infinitamente, según el lugar, el tiem. por lo menos, responder a unas cuantas preguntas muy sencillas:
po, la ocasión y muchas cosas más. Es el reino de la fantasía y del hu· • ¿Cuál será la utilización exacta de vuestro barco?
mor que tengamos ese dia. La lancha de pesca de papá, prestada al ni- • ¿Con quien vais a navegar, no sólo ahora, sino dentro de dos o
ño y a sus amigos, puede transformarse en un santiamén en un barco cinco años?
de regata, lleno de oropeles de imitación, un big boy de cuadros, un si- • ¿Qué haréis en invierno?
mulacro de ghoster, una especie de spi y trapecio volante. Al día si· A través de las respuestas podréis concretar ya lo principal, es decir,
guiente lo dedicaremos a otra actividad, a pasear por las islas, a subir el tipo de barco y su tamaño.
lentamente por un río; o al simple placer de ir a virar una boya lejana; o Debéis empezar por hacer una inversión modesta pero indispensa-
incluso, podemos tener la extraordinaria suerte de navegar en pareja ble, y comprar los distintos textos reglamentarios sobre la Seguridad de
con otra persona durante todo el día, solos en el mundo .. la vida humana en fa mar y la fucha contra fa contaminación, que se in-
Para no perdernos, vamos a partir de este último caso. Los años han cluyen en algunos almanaques o cuadernos de bitácora.
pasado, ahora están casados y tienen un montón de hijos. Sigue gus.
l¡;¡ndoles navegar y tienen la suficiente segundad en sí mismos como
para decidir comprarse un barco pequeño. Vamos a intentar acampa. El tipo de barco
ñarles durante las diversas decisiones que tendrán que tomar: la elec- ¿Qué preferís, pasear o pescar? Aunque existe un gran número de bar-
ción del barco, momento fundamental, evidentemente, la elección del cos llamados de "pesca y paseo", no está muy claro que todos sirvan
material, ¡y bien que se necesita!; despuéS, durante la preparación de para las dos cosas, por poco que queramos pescar o navegar en serio.
una salida, las opciones a tomar en función de la tripulación, del lugar Casi siempre hay una modalidad que domina sobre la otra.
y del tiempo. Un barco de pesca, debe tener una bañera muy profunda, donde
Por lo tanto, abordaremos en este capítulo aspectos muy elementa. podamos mantenernos de pie, con suficiente espacio para que cada
les -es decir, fundamentales-. Pues no debemos equivocarnos; a partir uno se mueva con comodidad; bordos estrechos, para poder trabajar
de este momento, la mayoría de los conocimientos que vamos a adqui. sobre el agua, sacar una red o meter un pez grande en la sacadera. De-
rir, las precauciones que debemos tomar y los razonamientos que hay be tener estabilidad y no moverse demasiado en el fondeo. Conviene
que efectuar para navegar y vivir bien en la mar son ya necesarios. que esté equipado con un motor, aunque, contrariamente a las nuevas
ideas, se pueda pescar perfectamente también a vela (¡es lo que se ha
hecho durante milenios!). Pero en los días de calma chicha, realmente
LA ELECCiÓN DE UN BARCO resulta muy agradable poder llegar a las zonas de pesca de otro modo
que no sea remando. El motor resulta útil también cuando el viento es·
En sus Consejos a un humilde marinero, Hilaire Selloc escribe: "No es- tá mal orientado o es demasiado fuerte. Puesto que debe poder funcio-
taría mal que alguien (yo no me considero competente) intentara hacer nar durante mucho tiempo al ralentí, es mejor comprar un Diésel que
una lista de consejos para el hombre ignorante, demasiado pobre para un fuera borda.
1104 El crucero Salir a pasar el día 1 1 05

Un barco de este tipo, pesado, con buenas defensas, podrá efectuar,


en algunos casos, tI avesías tranquilas y también embarcar gente poco
familiarizada con las cosas de la mar, que enseguida se pone nerviosa
cuando se tambalea la base de su estabilidad fundamental. Pero si va-
mos a pasear a menudo, quizáS haya que elegir un modelo más adap-
tado, con bancos plegables. Necesitamos un barco que sea un verdade-
ra velero y este requisito deberá servirnos para concretar mejor nuestra
elección . Algunos constructores de barcos tipo "pesca y paseo" aún
creen que el 90% de su clientela va a navegar exclusivamente a motor;
en consecuencia, sólo prestan un 10% de atención a la jarcia y a la ve-
la. Ahora bien, hay que tener en cuenta que una superficie vélica de 12
metros cuadrados sobre un barco de 500 kilos no sirve para nada. T e-
néis que elegir un barco que tenga suficiente vela para poder ga-
nar barlovento con tiempo duro. Es un requisito fundamental. Tam-
bién es necesario que podamos reducirlo a voluntad: que la mayor ten-
ga rizos y que lleve un tormentín (como establece el reglamento). Inclu-
so si tenemos intención de navegar mucho a motor, debemos tener
muy claro que éste puede averiarse: es en esos casos cuando la vela
constituye la verdadera seguridad del barco (hay que añadir también
que hay que llevar esta lógica hasta el final y no aventurarnos nunca, a
motor, por lugares donde no nos atreveríamos a hacerlo a vela .. .). Los aficionados a la pesca sa be n qu e
¿Queréis que tenga cabina? La mayoría de los barcos de "pesca y mu chas veces tie ne n que d esemba rcar
paseo" llevan una; o por lo menos un resguardo; mejor dicho casi un e n la zona litoral pa ra bu scar pequ e ños
habitáculo. Re:;ulta muy cómodo para colocar el material y por si al- cru st áceos, lom br¡ces o cangrejos pa ra
guien que se pone enfermo quiere descansar un poco (siempre que cie- po ner de cebo. En esos casos vie ne
rre los ojos con fuerza y que no huela a gasolina ni a pescado). Y ade- mu y bie n dis pone r de un ba rco
más, no está mal tener un poco de il1lilTlidad en la mar. Hay quien po- resist e nte y con poco ca lado.
ne cortinas y láminas con imágenes de batallas navales en los mampa-
ros, ¿por qué no? Puede ser que alguna vez, con el barco fondeado, tipo de barco, el motor es algo completamente auxiliar (digamos que
hechos un ocho en este refugio que nos recuerda a las cabañas de incluso hay que ponerlo en marcha de vez en cuando para su buen
nuestra infancia, devorando una vieja novela de aventuras, mientras un mantenimiento).
chaparrón golpetea sobre el tambucho, nos asalte la idea de que he-
mos empleado bien el dinero .. El tamaño
Si preferimos un estilo de navegación más dinámica y deportiva, de- Por debajo de 4,50 metros, un barco es una cáscara de nuez, que ape-
beremos orientarnos hacia un barco con una concepción totalmente di- nas puede alejarse de la orilla sin peligro. Más allá de 105 6 metros, ya
ferente, como es el derivador lastrado. En este caso, se concede mucha empieza a resultar incómodo, sobre todo si pretendéis remolcarlo. Pe-
más importancia a la vela y a su buen funcionamiento. Las cornamusas ro, en cualquier caso es necesario que todos a bordo puedan estar có-
no están colocadas para dejar un sitio cómodo al pasajero; sino que es- modos. Lo cual es un compromiso delicado. En realidad, lo inteligente
tán en el lugar adecuado y el pasajero tiene que sentarse donde pueda. es elegir un barco que podamos manejar solos (o solas). La tripulación
y además ya no es un pasajero, sino un tripulante . Pues en este tipo de familiar es algo muy cambiante pues los niños enseguida crecen y en-
barcos no podemos estar pasivos: si la vela es adecuada, el equilibrio cuentran más bonitos los barcos de los demás ..
no se obtiene sin esfuerzo. El casco, naturalmente, es más esbelto que
un barco de pesca y el "plano de cubierta" es totalmente diferente; se Que sea insumergible
podrá hacer banda y la bañera será estanca y autovaciante, pues cuan- Si os compráis un barco de menos de 5 metros, lógicamente deberá ser
do naveguemos contra el viento, entrará agua. Está claro que en este insumergible. Pero la insumergibilidad que exige el reglamento es real-
1106 El crucero Salir a pasar el dia 1 107

mente mínima -el legislador menciona un barco "flotante". Al hacer to os proporciona ya grandes posibilidades; podéis navegar hasta una
las pruebas, ponen un lingote de 15 kg por cada miembro de la tripula- isla situada 10 millas mar adentro y si tenéis previsto hacer la ida y la En España
ción: lo cual significa que en caso de que entre agua, no podremos vuelta, iya es bastante para un día!
quedarnos en el barco, pues éste no es más que un artefacto flotante La Circular 7/95 de la Di-
al que tenemos que agarrarnos esperando que nos rescaten . Para po- Encontraréis desperdigado por todo el libro y reunido en el cuadro rección General de la Mari-
der estar tranqui los hay que reforzar en serio la insumergibilidad. de la página siguiente, la lista del material obligatorio para esta catego- na Mercante estab lece l as
Si 05 compráis un barco de más de 5 metros, elegid preferentemen- siguientes categorías de na-
ría, tanto relativo a la navegación como a la seguridad.
te uno reconocido como insumergible: esto representa una seguridad vegación:
Pero a este respecto es necesario efectuar algunas observaciones.
A - Navegación ilimitada.
fundamental. Si no se ha comprobado que el barco de vuestros sueños
B - Navegación en la zona
es insumergible, podéis hacerlo insumergible vosotros mismos. Aun así,
comprend ida entre la costa
no estáis dispensados de llevar los flotadores y balsa salvavidas regla- y la línea parale la a la mis-
mentarios, pero en caso de emergencia ciertamente i os sentiréis mu- Zonas de navegación ma t razada a 60 millas.
cho más tranquilos! e- Navegación en la zona
Artículo 1º co mprend ida entre la costa
Algunas comprobaciones y la línea paralela a la mis-
1. Las navegaciones efectuadas por barcos de recreo con- ma trazada a 25 millas.
Con el misal en la mano, todavía os falta comprobar que el barco en el templadas en el pre sente reglamento se clasifican en seis D - 1) Na ve gación en la
que estáis interesados es del todo reglamentario. No siempre es así, cat ego rías:
Glénans 5.70 cual la embarcación no se
aunque pensemos lo contrario. Por ejemplo, debéis aseguraros de que • 1ª ca tegoría: na vegac iones que no entran en ninguna aleje más de 5 mill as (medi-
las llaves de vaciado del casco y los grifos de la gasolina tienen fácil ac- de las categorías que se indican más abajo. das perpendicu larmente a la
ceso (deberán poderse cerrar rápidamente en caso de urgencia). • 2ª categoría: na vegacio nes en el transcurso de las cua- costa ) de un abrigo o playa
Nos imaginamos que no querréis un barco que sea difícil de mante- les el barco no se aleja más de 200 mi llas de un resguardo ; accesible.
ner (a menos que concretamente sea ésa vuestra afición). Comprobad • 3ª categoría: navegaciones en el transcurso de las cua- 0 - 2) Navegación en la
que sea fácil de limpiar, y que no tenga demasiados recovecos a los les el barco no se aleja más de 60 millas de un resg uardo; cual la embarcación no se
• 4ª categoría: na vegacio nes en el transcurso de las cua- aleje más de 2 millas (medi-
que sea imposible llegar y a donde irán a parar sistemáticamente las es-
les el barco no se aleja más de 20 mi llas de un resguardo; das perpendicularmente a la
camas del pescado y las migas de pan ..
• 5ª categoría: navegaciones en el tran scurso de las cua- costa ) de un abrigo o playa
Pero, es evidente, que es en la mar donde podréis comprobar todo les el barco no se aleja más de 5 mi llas de un resg uardo; accesible .
de modo definitivo. Y lo primero es saber si el barco navega bien, si su • 6ª categoría: navegaciones en el transcurso de las cua-
jarcia y su obra muerta están a la altura de vuestras aspiraciones; si po- les el barco no se aleja más de 2 millas de un resguardo.
déis moveros hacia proa sin que suponga un peligro enorme; si podéis
quedaros ahí para fondear, sin que el motor fuera borda que gira en 2. Se co nsid era n resg uard os, los puertos o p lanos de
punto muerto en la popa se queme por falta de agua ... Está claro que agua, donde el barco puede encontrar refugio con fa cil idad
el barco ideal no existe. Siempre habrá una cornamusa mal colocada en y donde las personas embarcadas pu eden estar seg uras.
-'
la que se atasca la escota, cofres poco resistentes que al primer banda-
zo se abren dejando caer su contenido y que al segundo se llenan de
agua (donde además se suele quedar) y un montón de sitios que pare-
cen estar hechos adrede para chocar con ellos. Vosotros decidiréis si Material de navegación
podéis mejorar las cosas y si las ventajas superan a los inconvenientes. Debéis t omaros en ser io todo lo relacionad o con el mat eri al de
navegación. Con un gasto mínimo, vuestras salidas serán más inte-
Ahora sois vosotros 105 que tenéis la palabra. Nadie puede tomar de- resantes y vuestro campo de acción mayor, al igual que vuestra segu-
cisiones en vuestro lugar. ridad .
• En relación con las publicaciones, debéis llevar, evidentemente,
cartas actualizadas, y que sobrepasen ampliamente la zona por la que
El material vais a navegar, pues con frecuencia nos vemos arrastrados más lejos de
Para salir a pasar el día, debéis estar inscritos en la sa categoría, que lo que quisiéramos. Si vais a navegar por la zona del canal de la Man-
os permite alejaros hasta una distancia de 5 millas de un resguardo. Es- cha o por el Atlántico mejor que un Anuario de mareas debéis utilizar Cava le.
1108 El crucero Salir a pasar el dia 1109

el Almanach du marin breton. En esta obra encontraréis todo tipo de


información adicional sobre distancias entre puertos, derrotas verdade-
Material Material obligatorio en
ras y la lista de faros, pues nunca se sabe ..
obligatorio en navegaciones de 5' categoría
• Haceros con un buen compás, comproba r que está ajustado y si
España en Material de armamento es necesario, averiguad su desvío.
• publicación 28: " Reg la-
embarcaciones de • un juego de ve las que m ento para evitar los abor- • Gastaros dinero en un buen compás de alidada, pues vale la pena.
recreo, en función permitirán navegar al barco; dajes en la mar" (láminas); Algunos compases de ruta tienen doble uso, pero siempre es preferible
de su eslora y tipo • un juego de jarcia de la- • publicación 2 C: balizas,
tener dos compases a disponer sólo de uno. Existen también catalejos
de navegación bor comp leto; sistema A;
• un tormentín; • publicación 1 D: símbo- monoculares, que llevan incorporado un compás de alidada lo cual re-
Material de armamento • un sistema para reducir los y abreviaturas de ca rtas sulta muy cómodo.
Mayor de capa; tormentín ; el trapo; marinas. • Para hallar la situación, sólo os falta un transportador o mejor aún
mecanismo de toma de rizos • un bichero; una regla-transportador. Sería una pena no hacerlo. Pues sabiendo si-
en la mayor; bichero; remo de • un remo con su horqui- Instrumentos:
longitud suficiente y un dispo- tuaros multipncaréis por diez vuestras posibilidades, y ya no tendréis
lla y chumacera o dos paga- • un compás de ruta.
sitivo de boga; juego de esco- yas (barcos de menos de 8 necesidad de contar con un margen tan grande con relación a la costa,
tas y drizas; driza de respeto; Material de seguridad los escollos y la niebla.
metro s);
montones de jarcia de lab or;
juego de herramientas; j uego • un a cornamusa o bita • un o o dos cabos de fo n- • No os olvidéis del reloj, aunque deséis no preocuparos del tiem-
de herramientas para el des - de amarre, y una guía para deo (ver artículo 58); po. Resulta muy útil para calcular la altura del agua durante la marea,
montaje; dos estachas de el ancla en la proa; • un espejo para hacer para comprobar que no lleváis retraso en vuestro programa y para no First 21 0.
amarre. • un cabo de remolque; señales;
perderos el parte meteorológico. y tened en cuenta, que si por algu-
• un ju ego de pinoches • las banderas N y C;
Material de navegación có nicas de m adera ; • una linterna estanca; na razón el compás se desequilibra, por medio del reloj podréis averi-
Publicaciones: cartas náuticas, • un juego de herram ien- • una bola para indica r el guar en cualquier momento donde se encuentra el Norte (dibujo de
anuario de mareas, libro de fa - tas y piezas de recambio pa- fondeo (ba rcos de más de aliado).
ros y Derroteros deII.H.M., có- ra el motor. 5,50 m);
digo internacional de seña les, • Los gemelos son muy útiles (o bien la lente monocular que contie-
reglamento de radionavega-
• una marca ne un compás de alidada, que citábamos más arriba). En cuanto nos
can i ca (pa-
ción. alejamos un poco, resulta asombroso comprobar iqué lejos está todo
ra los ba r cos
Instrumentos: Compás de ru- que lleven mo- lo que queremos identificar! los gemelos os permitirán acercaros guar-
ta, com pás de marcar y conl- tor); dando al mismo tIempo las distanCias ..
pás de respeto . • una boci- • También debéis llevar un barómetro. Incluso para una simple sali- ,,
Transportador, reglas parale- na de niebla;
da de un día resulta un instrumento indispensable. A veces tienen lugar
,,
la s, escandallo de mano y • una cam- ,,
sondaleza . pana (pa ra los bajadas de presión imprevistas, que no suelen producirse a menudo, ,,
barcos de más pero que cuando ocurren resultan muy perjudiciales. Incluso aunque '<---......~
Material de seguridad de 12 metros); vuestro barómetro no os incite más que una sola vez en toda vuestra
Un mínimo de tres luces rojas
• tres lu ces vida a abandonar vuestro programa y a regresar a toda prisa, es proba-
de mano; un chaleco salvavi- rojas automáti-
das por cada persona embar- ble que ese día no lamentéis su presencia. Es el instrumento que os
cas de mano;
cada; dos aros salvavidas uno permitirá familiarizaros más con las condiciones de la zona por donde
con rabiza de 27,5 metros y • un a boya
luz de ence ndido automático; de sa lvame nto; navegáis, si lo calibráis y os acostumbráis a comparar sus predicciones
un cubo rígido con una rabiza; • un chaleco con las del boletín meteorológico. El diálogo barómetro-parte meteoro-
uno, dos o tres extintores por- sa lvavidas para lógico es indispensable para los que quieren hacer progresos. iY no os Cogemos un reloj que indique la hora
tátiles segun la eslora; un an- Material de navegación cada persona embarcada; solar (son las 17h 20) Y lo colocamos en
olvidéis del transistor!
cla de 8 kg Y estacha de 12 m Publicaciones: • un botiquín, del n 2 1.
y cadena segun la eslora; es- sentido horizont a l, de modo que la
• cartas de la zona de na- • un cubo rígido de 7 li-
pejo de señales; bocina de vegación; tros capac idad , con un ca- Material de seguridad aguja pequeña coincida con la direcció n
niebla; campana (en barcos de • Anuario de mareas. bo; de Sol. Sabie ndo que, en esta posición,
más de 15 metros de eslora); El limite entre el material de a bordo y el material de seguridad no está
• publicación 2 A: "Regla- • flotado res (excepto los la bisectriz del á ngulo fo rmado por la
linterna estanca; las banderas muy claro.
mento para evitar los abor- barcos r econocidos como aguja pequeña y las 12 ho ras, indica e l
N y e como mínimo; reflector Digamos que con el primero evitamos ponernos en situación de peli-
dajes en la mar" (texto); insumergibles).
de radar, botiquín. gro; y con el segundo, podemos salir de la situación, una vez en ella . Sur, podremos hallar el Norte.
1110 El crucero Salir a pasar el día 1111

• Debéis empezar adquiriendo un fondeo que sea muy bueno. no debéis tirarlas, pues aunque estén caducadas, a veces pueden
Botiquín O m ej or aún, dos. Incluso en un barco pequeño, sí. Y este segundo funcionar durante mucho tiempo. Tres bengalas caducadas más tres
de urgencia e
fondeo deberá ser más pesado que el principal. uando el arinque de bengalas reglamentarias, suman lógicamente seis oportunidades de
vuestro primer fondeo se rompa, o cuando el ancla garree, seguro que ser vistos.
nQ 1
no ocurrirá con calma chicha. En ese caso también, puede que no pase • Es obligatorio llevar a bordo una linterna estanca. Eso quiere decir
Vendas preparadas más que una sola vez, pero si ocurre os alegraréis tanto de poder con- que se contempla la posibilidad de que os veáis sorprendidos por la no-
• 1 botiqu í n , mod e lo tar con un segundo fondeo, incluso más resistente que el primero, que che. Si esto ocurre, ciertamente vale más tener dos o tres linternas,
grande , 1 botiquín m o d elo
nunca más diréis que es una lata llevarlo a bordo. pues una sola tiene unas características muy especiales: o bien no fun-
pequ eño.
• 1 tub o de c re ma anti - ciona, o se nos cae al agua, etc. Pero las linternas estancas son caras y
séptica local ; • Respecto a los chalecos salvavidas, también debéis ser muy claros. difíciles de encontrar. Una buena solución consiste en comprar varias
• 1 tubo d e crem a anti ac- Según el reglamento, hay que llevar chaleco con flotador a bordo de linternas desechables, y meter cada una en una bolsa de plástico trans-
tíni ca; los barcos menores de 5 metros y de menos de 2 toneladas; por enci- parente que vuestro carnicero os ayudará a soldar.
• 1 ro llo d e esparad rapo ma de esas dimensiones, en Sd categoría, hay que llevar chalecos, Pero • Debéis llevar también una escala de baño; es un accesorio impor-
de 5 cm de an cho . en ninguno de los dos casos es obligatorio, en Sd categoría, amarrarse tante del cual hablaremos enseguida.
al barco con un arnés. ¿Y, por qué? El agua no está más caliente a me- • Que cada uno lleve su na vaj a, pues sirve para todo, especialmen-
nos de 5 millas de un resguardo que allí, y el trayecto es largo para na- te para salvaros la vida, si por desgracia, os caéis al agua, y os quedáis
dar hasta la orilla ... Debéis equiparos con ch alecos que t engan ar- enredados en una escota de la manera más tonta. Yeso sólo sucede en
nés incorporado, y de tal la única, sobre todo si la "tripulación" de las malas novelas de aventuras.
vuestro barco cambia con frecuencia. En caso de temporal, hay que • Exceptuando la navaja, que meteréis en el bolsilla, todo el resto
reaccionar enseguida y coger cada uno el primer chaleco que encuen- del material se deberá colocar en una caja fácilmente transportable en-
tre, sin perder un minuto. En este aspecto debemos decir que la nueva volviendo el material frágil en jerseys viejos ..
reglamentación europea (CE) que, multiplica las tallas en cada modelo
de chaleco, desgraciadamente no va en el mismo sentido.
Sólo los niños demasiado delgados deberán tener un chaleco perso- "La tripulación"
nal. Y deberán llevarlo siempre. Si creéis que eso les hará sentirse Según una antigua leyenda de Malasia, el primer ser humano que do-
acomplejados, hay una solución: ll eva d lo tambié n vosotr os. minó el mar fue un niño abandonado. Embarcado en un nido de bam-
bú que le prestó un pato salvaje, tuvo que luchar contra los Siete Tor-
• Debéis llevar a bordo 3 bengalas rojas de encendido automáti - mentos del mar: el hambre, la sed, la soledad, la autocompasión, la pe-
co; si no tenéis ocasión de utilizarlas durante los tres primeros años, na, el miedo y la esperanza. La leyenda cuenta que logró pasar los seis
primeros, pero fracasó en el séptimo, por ese motivo la esperanza está
ensartada en el corazón de los hombres.
Para salir a pasar el día, los problemas relacionados con la tripulación
se refieren principalmente a los diferentes tormentos que pueden asal-
tarla. Normalmente, en Francia, raras veces tendréis miedo del hambre
o la sed (aunque frecuentemente olvidemos llevar una pequeña reserva
de agua ... ). Tampoco hay que temer a la soledad. La autocompasión y
la pena suelen tener una sola causa: el mareo . Éste se cura al llegar a
casa. Y en la próxima salida os irá mejor: pues nos am arinamos. Si las
cosas no van mejor, quizás se trate de un mareo de altura, del que ha-
blaremos en el capítulo correspondiente.
La leyenda malaya no habla del fria ni del calor, que, sin embargo,
son tanto uno como el otro, verdaderos castigos. En la mar, la felicidad
consiste a veces en un simple jersey. No debemos salir a pasar el día, ni
" llevo puesto e l cha leco .. como los incluso unas horas con un simple bañador; tenemos que poder abrigar-
m ayores",
nos de la cabeza a los pies (y ya veréis cómo jerséis viejos acabarán
1 1 12 El crucero Salir a pasar el día 1 1 13

• si el patrón (o la patrona) están allí para rescatarlos, la cosa ya es


menos grave; Para qu e est e ejer-
• si el tripulante está amarrado, aún es menos grave; cicio corresponda a la rea li -
• no es más que un incidente si disponemos del material adecuado dad , la d e f ensa d eb e rá ll e-
para subirlo a bordo. var un a nc l a f l ot a nt e, por
Durante la primera sa lida, si embarcáis a bordo a las personas que ejemp l o un c ubo, pu es en
van a formar la tripulación "regular". no dudéis en concienciarles lo otro caso d eri va ría m ás de-
más rápidamente posible sobre los diversos aspectos de esta cuestión, pri sa qu e s i fu er a un n á u -
sobre todo si vuestro barco es algo "deportivo". Por ejemplo, podéis frag o.
lanzar una defensa por la borda, dejar la caña a cualquiera y cronome~
trar el tiempo que tardan en recuperarla ... Con motivo de un baño en
una cala tranquila, dejad los que se suban solos a bordo: enseguida se
darán cuenta de lo dificil que puede resultar cuando se está vestido y
cansado. Haced que dos tripulantes, de los más fuertes, saquen del
agua a un tercero (aunque sea delgado) que se quede pasivo, izándolo:
de ese modo verán que hay que hacer una fuerza hercúlea. Después de
estas bromas de mal gusto. es probable que todos miren (on otros ojos
sus chalecos salvavidas, el arnés y la escala de baño ..
En caso de que embarquéis tripulantes "de ocasión", poco amarina-
dos, la primera regla, evidentemente, será adaptar vuestro programa
de navegación a la tripulación. Y la segunda, saber tomar desde muy
pronto, mucho antes de que sea necesario, la decisión de que se abro-
chen los chalecos y de que todos se amarren.
El a rte d e s er patrón: un bu e n En realidad, para que los problemas de seguridad sean percibidos
siendo los preferidos de la chica más coqueta, o del más presumido de
conocimiento del ries go que se corre los Apolos ... ). correctamente por todos los pasajeros de vuestro barco, es necesario,
y una buena dos is de pedagogia para que cultivéis "el arte de ser patrón" de una forma más general. Impo-
Pero un sol plomizo con calma chicha, puede ser también un horri-
sens ibilizar y form a r a la tripulación.
ble suplicio: necesitamos gorros, gafas de sol y esas cremas sin las cua- nerles bruscamente y sin explicación alguna que lleven el chalelu, les
les, a la vuelta, vuestra piel no valdria dos duros. En realidad, resulta puede preocupar o estropear su buen humor. Es importante meterlos
asombroso todo lo que hay que llevar para estar a gusto en la mar: casi "en ambiente" enseguida en materia de navegación, sin dejar escapar
nunca tenemos todo lo que nos hace falta. ninguna ocasión para enseñarles algo, explicarles lo que hacéis, hacien-
Nos queda el miedo, que merece un lugar aparte. Algunos lo experi- do que participen de la maniobra y de la identificación de las marcas.
mentan en muchas ocasiones, y otros no lo suficiente. Sin dramatizar, Puesto que tenéis una gran afición ¿por qué no intentar transmitirla a
resulta normal que todos tengamos una conciencia clara del peligro los demás? En un ambiente así, las cuestiones sobre seguridad surgirán
más natural que existe cuando nos encontramos en un barco: el de de manera completamente natural.
caer por la borda.

El peligro de caer al agua UN DíA EN LA MAR


Si, por casualidad, el "patrón" (o la "patrona ") es la única persona a
bordo capacitada para navegar, la regla principal es que debe ir Una simple salida de un día en un lugar que todavía no se conoce re-
siem pre amarrado (a). Esto quizás pueda sorprendernos, o parecer- quiere bastante preparación. No intentamos desalentaros, pero lo que
nos ri dículo, y sin em bargo ¡hay que hacerlo! ¿Quién va a rescatarlo si vais a realizar se parece mucho, en lo fundamental, a un crucero. La in-
se cae, si los demás no saben cómo hacerlo? formación que necesitamos para sa lir es la misma: en primer lugar te-
Para los otros, el problema puede plantearse en términos sencillos: néis que documentaros sobre la zona por la que vais a navegar y des-
• el hecho de que un tripulante caiga al agua siemp re representa cubrir sus características. Después tenéis que efectuar un programa,
un grave problema que puede convertirse rápidamente en un drama; calcular las distancias, planear un horario en función de la situación
Salir a pasar el dia 1 1 15
1114 El crucero

meteorológica. diseñar una "táctica", aunque sea modesta, imaginar


variantes, y soluciones alternativas. Debéis anotar cuidadosamente el , do GIOIX
material que tenéis que llevar. Y sobre todo, ¡tenéis que hacer las com-
pras el día anterior!
\ 0",,,.'0
PICSIl1'¡Ie de
Las características de la zona Belto- lIe
Por ejemplo. habéis decidido establecer vuestra base durante una tem- 7031' _.l::::'l---W~~~~~
porada en La Trinité-sur-Mer, al fondo de la bahia de Quiberon .
No debéis esperar a que haga buen tiem po para buscar las publica-
ciones que vais a necesitar y para empezar a estudiarlas. i Esto puede
significar una novedad en vuestro invierno!
7061'
Para navegar por la bahía de Quiberon,
Las publicaciones la carta mejor adaptada es la número
• Comprad las cartas marinas de la bahia y de sus alrededores: car- 7033 (extracto del catá logo del SHOMI .
tas "detalladas" y "muy detalladas" editadas por el SHOM. Su nomen-
clatura figura en el Afmanach du marin breton, así como en el Indice
de las cartas situado al final del volumen C2 del Derrotero. ciones generales" que están al principio de la obra, para familiariz~ros
la bahía de Quibe ron presenta un • Probablemente dudaréis en comprar el costoso volumen e2, y con ciertos datos de meteorología Y de oceanografía. Pero, en realidad
perímetro de navegación muy ciertamente ¡eso puede esperar! pues para la navegación que vais a re- sólo hay cinco páginas dedicadas a la bahia de Quiberon. Comienzan
resguardado de los vientos dominantes alizar, no tendréis que utilizarlo a diaria; podéis consultarlo en casa de con una frase impresa en cursiva (es decir, que es importante) y que Sin
(extracto de la carta nI! 7068 del SHOM) . algún amigo o en algún club. Resulta interesante conocer las "Informa- duda os dejará perplejos: La bahía de Quiberon constituye un buen
fondeadero resguardado para muchos barcos. Asi pues, el lugar de
vuestras aventuras, la gran extensión de agua contra la que 05 dispo-
níais a luchar al abandonar el río de La Trinité ¡no es más que un buen
fondeadero resguardado! Esto se debe a que el Derrotero está destina-
do principalmente a los grandes buques ... En el momento de finalizar
la reedición de esta obra, sabemos que los responsables del SHOM tra-
bajan en la redacción de nuevos Derroteros para la navegación de re-
creo. Sin embargo podéis deducir, por vuestra cuenta, que se trata de
una superficie de agua donde no existe el peligro de encontrarse con
un mar encrespado. Con mucha frecuencia tendréis que efectuar el
mismo tipo de adaptaciones al leer las páginas siguientes .
• Os sentiréis mucho más a gusto consultando otras publicaciones
destinadas a la navegación de recreo, como los artículos" ¿Donde na-
vegar?" de las revistas náuticas. Sin lugar a dudas estos artículos con-
tienen un tipo de información mucho más útil para vosotros. De todas
" "
formas, debéis tener en cuenta la fecha de publicación, pues desde en-

" " tonces han podido cambiar muchas cosas.

. Qué es lo que debemos buscar principalmente en estas publica-


"
"
Objft. I~f 16 cio~eS? En primer lugar, información de tipo general sobre la bahía:
: yX:
36 ••••••• ". w.
"l
*" ", .
O(
régimen de vientos, mareas, corrientes. Y después, datos exactos so-

. I
bre algunas cuestiones esenciales: los peligros, las marcas y los res-
guardos.
G'.nd..... •
'"
1116 El crucero
Salir a pasar el día 1 1 17

Régimen de vientos, mareas y corrientes centro de la zona. También es de señalar que los vientos tienen una
El capítulo" Meteorología" del Derrotero dice que los vientos dominan- gran influencia sobre las corrientes.
tes en la zona s.on vientos de sector Oeste. la bahía está bien resguar-
dada de estos vientos por la península de Quiberon. De ígual modo es- ¿Qué es un peligro en la mar?
tá ~rotegida d,; los vientos del Sur (más raros) por las islas de Houat y Quizás no resulte inútil citar aquí la definición que dan Bonnefous y Pa-
Hoedlc. La bah" se encuentra abierta por el Sudeste. Pero las probabili- ris en su célebre Diccionario, con la lista de denominaciones locales:
dades de que haya viento del Sudeste son prácticamente nulas en vera - "Peligro: término genérico que comprende rocas, bancos, bajíos, bajos,
no, según vemos en la carta de frecuencia de vientos durante el mes de barras, ribazos, atalayas, arrecifes, escollos y otros de la misma natura-
julio, y podéis comprobarlo de manera más exacta en el cuadro de ob- leza contra los que los barcos están expuestos a chocar y que, bajo
servaciones q ~e se hacen al semáforo más cercano, el de la punta del cualquier denominación particular, se encuentran en la superficie del
Talut en Belle-lIe. mar."
En cuanto a la marea, el Almanach du marin breton establece Port- Así pues, debéis buscar en el Derrotero y en la carta los peligros de
Tudy como puerto de referencia. Al examinar las tablas mensuales ve- vuestra zona. A primera vista, son pocos y están muy localizados. En la las rosas de tos vientos de ve rano en la
réis que allí la marea es muy clásica, semidiurna con una subida inf~rior prolongación de la península de Quiberon están los famosos bajlos de
punta de Bretaña . Extracto de las
a 15 metros en mareas vivas (esta información la encontramos también la Teignouse, también llamados el "cabo de Hornos del pobre" . Pero
In structions Nautiques C.2.3 ¡SHOMI
en las cartas). Las horas y alturas de la marea en la bahía de Quiberon están situados en el límite del plano de agua y no es conveniente que
segun Meteo-France.
no son exactamente iguales que las de Port-Tudy, pero, por medio de nos acerquemos por allí, de momento. Por el contrario, hay que tener
un rapido estudio de las tablas anexas al Almanach, podréis comprobar cuidado con los bajíos de Méaban, que se extienden hacia el Noroeste
Tabla de correcciones para los puertos
que -en Port-Hallguen, por ejemplo-Ia diferencia es realmente despre- de la bahía entre la desembocadura del canal de La Trinité y la entrada
secundarios de la zona de la bahía de ciable. del golfo: un lugar peligroso realmente.
Quiberon en lo que res pecta a las hora s
Las corrientes de marea -descritas en el Derrotero- no parecen crear Pero en estas zonas civilizadas, quien dice peligro dice balizas. En el
V alturas de la marea del puerto de
ningún problema, exceptuando a la entrada del golfo de Morbihan, Derrotero, todos los nombres que indican un peligro van seguidos in-
referencia (Part-NavaJo). IExtracto del
por supuesto. Es conveniente mirar también el cartucho de la carta mediatamente del nombre de una o varias balizas que lo señalan . Estas
Almanach du mar;n breton.)
7033, pues la corriente puede llegar a 2 nudos en mareas vivas en el balizas figuran también en las cartas con sus características especiales y
tendréis que aprender a reconocerlas.

PORTS PLEINES MERS BASSES MERS Modo de utilizar las marcas


FRANc;AIS Correction Correction Correction Correction
las publicaciones indican un buen número de marcas. Algunas de ellas
(suite) heures hauteurs heures están fotografiadas, lo que os permitirá identificarlas con mas facilidad,
hauteurs
V.E. M.E. aunque la localización de una marca no es de una evidencia ciega .. . Di-
V.E. M,E. V,E.
et ÉTRANGERS M.E. V.E. M.E. gamos que, por lo menos, ya tenéis la lista. Y, de todas formas, una co-

'.
hmn hmn mcm mcm hmn hmn sa es cierta: ¡una marca sólo existe a partir del momento en que es
- mcm mcm
445- -1~10 55 1050 identificada por sí misma! .1.
Référence PORT-NAVALO 5,05 3,95 435
1645 2255 2250 1635 0,75 1,90
Port-Haliguen .. .. ...... ..... ... - O 15 - O 15 + 035 lo que sí es importante al principio, es dividir la zona por la que va-
+ 020 - O 05 - O 05 + O 05 + O 10
Selle-l/e (Le Palais) .... ...... .. - O 22 - O 22 + 020 mos a navegar, en tres o cuatro partes, delimitadas por puntos de refe-
+ O 10 - O 17 -017 + O 05 + O 05
La Trinilé sur Mer .. .... ....... .. - O 15 - O 15 + O 45 + 035 rencia muy exactos: después de virar varias veces y de dar algunas vuel-
- O 05 - O 05 + O 15 +025
GOLFE DU MORBIHAN tas durante un día de pesca, o cuando el tiempo no es muy bueno o

{~É~L;;"
+ 004 + O 03 -015 000 + O 32 nosotros tampoco lo somos, este sistema nos permitirá situarnos de
+ 002 + O 10 000
+ 149 + 1 18 - 1 75 - 1 20 + 157 + 1 10
. nuevo de un vistazo. A primera vista, la carta de la bahía no ofrece ape-
- O 20 - O 90
+ 2 04 + 123 - 1 65 - 1 20 +2 07 + 110 - O 30 nas ninguna posibilidad de realizar esta especie de cuadriculado. No
- O 90
+ 2 04 + 128 - 1 55 - 1 05 +222 + 1 25 - O 15 obstante, la enfilación de la punta del Petit-Mont con el islote de Méa-
-080
Le Logeo._ ... _._ ...... ... _.. .. . _ + 1 44 + 1 13 - 1 70 ban nos puede servir ... Pero tendremos que hacerlo allí mismo, y com-
- 1 25 + 1 52 + 105 - O 15 - O 85
~::e'::rl¡;
... -. -... _.. ... -......... . .. - - O 20 - O 20 + O 50 + 035 - O 05 - O 10 + O 05 + O 20 probar si realmente podemos ver bien el campanario de Crac'h o la er-
- O?R - n ?? + 020 + O 15 - 017 - 017 mita de Saint-Michel sobre su túmulo en la región de Carnac. Sin duda El faro de l a Teignouse.
- O 05 +005
1 1 18 El crucero
Salir a pasar el día 1119

• tener un canal de entrada claro y bien balizado;


• ser accesible a cualquier hora de la marea;
• estar protegido de cualquier clase de viento.
i Sin duda éste sería el resguardo ideal! Pero hay resguardos excelen·
tes que no responden a todas estas necesidades, y en particular a la úl·
tima. Todo depende de las circunstancias del momento: si buscamos
un buen abrigo contra el viento del Oeste, poco importará que esté
mal protegido de los vientos del Este (pero es conveniente saberlo y ser
El puerto d e l ocmariaquer en e l rio capaces de salir zumbando a tiempo si el viento rola) .
Auray. En lo que respecta a los resguardos situados en la bahía de Quibe-
ron, éstos sólo os serán de utilidad si soplan vientos duros de compo·
nente Norte que os impidan arribar a la Trinité. En ese caso, habría que
estudiar el resguardo que os ofrecería Port-Haliguen y Port-d'Orange al
Oeste, y el puerto de Crouesty al Este. También está Port-Navalo a la
entrada del golfo, pero ¿se podrá entrar cuando no está subiendo la
marea?
Después de estas primeras reflexiones, todavía no sabéis muy bien lo
que ocurrirá en vuestra primera salida; pero ya tenéis una idea de las
condiciones de navegación que se dan en la bahia, conocéis los peli- Enfilación de entrada a Port· Maria
gros que hay que evitar, sabéis lo primero que tenéis que descubrir y, de Quiberon: dos luces direccionales
l a punta de Pa rt·Navalo a la e ntrada
además, disponéis de alternativas de emergencia. ¡No está nada mal! a 6,5°.
del gO lfo de Morbihan.

alguna, uno de los momentos más importantes de vuestra primera sali-


da será cuando abandonéis el canal, a la altura de la boya del Petit-
Trého. La bahia entera se abrirá ante vosotros, pero más que nada, es
hacia atrás donde debéis mirar. Pues la costa se cierra enseguida sobre
sí misma, y esconde sus ondulaciones. Intentad grabar en vuestra me-
moria algunos puntos de referencia, el faro, una casa determinada o
un grupo de árboles. Cada uno ve el paisaje a su manera, y no tienen
por qué ser las marcas oficiales las que primero os llamen la atención.
Quizás algunos de vosotros seáis más sensibles a un determinado re.
pliegue de la costa, que mas tarde reconoceréis infaliblemente, y os
preguntaréis el motivo: no es necesario que comprendáis nada, sólo te.
néis que aprovecharlo.

Más tarde, mientras os vais alejando, parecerá que las marcas poco
a poco se van recortando en el cielo. Sin duda, es en este momento
cuando podéis empezar a crear vuestro paisaje. Un paisaje completa.
mente vuestro.

¿Qué es un buen resgua rdo?


Una marca importante en la punta Un buen resguardo es el que responde a las cuatro necesidades si.
de la peninsula de Quiberon: el castillo guientes:
de la punta de Beg er lan. • ser fácilmente localizable desde lejos;
Salir a pasar el día 1 121
1 120 El crucero

mas condenados a navegar ciñendo a rabiar para regresar. En resu-


Elaboración del programa men, la mejor regla es colocarse siempre en el lado de donde va a ve-
Para esta pnmera salida no tenemos un objetivo muy exacto. Lo ideal nir el viento.
seria dar una pequeña vuelta por la bahía, para conocerla: buscar la en-
trada del golfo, pasar por delante de Camac, bordear la península, o El "espacio-tiempo" marino."
quízás hacer pic-níc en alguna playa por ahí. . La mar es el campo de la relatividad generalizada! Querer establecer
I .
¿En qué dirección daremos la vuelta' Eso depende del vien to. En ge- una relación exacta entre una distancia determinada y el tIempo que
neral, en esta clase de salidas es preferible volver con vientos portantes, necesitamos para recorrerla, es completamente aleatorio. La duración
pues el día será largo. los niños se cansarán, y no debemos agotarnos. del recorrido suele variar en una proporción de 1 a 3 según tengamos
Con vientos del Oeste, tendríamos que llegar enseguida a la península viento de popa o viento de proa; y i puede variar de 1 a 10 si el viento
de Quiberon, sin descartar el ir a echar una ojeada a la entrada del gol- de popa es duro y el de proa flojol
fo a la vuelta, pero bastante lejos para evitar caer a sotavento del canal Sin embargo, debéis intentar establecer un horario, por lo menos
de La Trinité. Con vientos del Este, la cosa está menos clara. Realmen- para aclararos un poco. Para ello, debéis basaros en las probabilida.des
te, debemos empezar a preocuparnos por la situación meteorológica del viento, y conocer las posibilidades de vuestro barco -y también,
de un modo más preciso. contar con un cierto margen.
Coged una cuerda delgada y medid las distancias sobre la carta: hay
la cobertura • meteorológica 6 millas entre La Trinité y la boya de 105 bajos de Méaban frente a la
En principio. compradla de pura lana, en la sección de altas presiones. entrada del golfo; a partir de ahí hay 7 millas hasta la punta de Quibe-
Si tuación ideal y frecuente en verano: anticiclón sobre las islas Británi- ron. Si calculáis que vuestro barco podrá navegar a 4 nudos aproxima-
cas. La presión en las proximidades es de 1025 milibares, sin perturba- damente, tardaréis algo más de tres horas para llegar al lugar del pic-
ciones a la vista. El buen tiempo está asentado con ligeras nieblas bas- nic. Suponiendo que el viento se mantenga hasta las 11 h, tendréIS que
tante lejanas. En realidad es un tiempo de "brisas solares", tal como di- salir sobre las 7h 30. Pero puede que sea un poco ajustado 51 el viento
cen por la zona: el viento gira al mismo tiempo que el Sol. Debéis ob- es más flojo de lo que pensábamos; vale más que salgáis a las 7. Du-
selVar el tiempo los días anteriores a la salida: por la mañana temprano rante el camino, y según sea el viento, podréis cambiar de parecer: SI a
el viento sopla del Norte, a veces con bastante intensidad (no hace mu- las 9h todavía no habéis llegado a la boya de 105 Bajos de Méaban,
cho calor); según va avanzando la mañana, va cayendo y rolando al Es- pondréis rumbo directo hacia Quiberon.
te y hacia mediodía (las 10 horil universal) desaparece casi por comple- Para volver, lo mejor es hacer una cuenta atrás a partir de la hora a
to (el 501 cae a plomo). Después va rolando lentamente al Suroeste des- la que hayáis decidido estar de regreso en el fondeadero, supongamos
pués de comer, hasta que se asienta con una mayor firmeza al Oeste. a las 17h. Desde la punta de Quiberon hasta Port-d'Orange hay 3 ml-
Por la tarde, rola otra vez al Noroeste y más tarde al Norte, refrescando
claramente.
En estas condiciones la elección del recorrido resulta bastante senci-
lla: hay que girar en el mismo sentido que el viento. Primero navegare-
mos con dirección a la entrada del golfo, y después pondremos rumbo
hacia la punta de Quiberon donde llegaremos con 105 últimos soplos de
viento del Este si queremos bañarnos y comer en tierra. Nos tostaremos
al 501 hasta que el viento se vuelva a levantar por el Oeste y después
iremos bordeando la costa hasta llegar a Port-d'Orange.
Tambi én podríamos ir primero a Port-d'Orange y después bordear
la costa hacia la punta de la penín sula, pero no sería una buena idea :
pues a la vuelta, por poco que role el viento hacia el Norte, estaría-

Suele haber me nos espacio que


.. Juego de palabras a partir de la palabra francesa "couverture " que significa tiempo.
tanto cobertura como manta. (N. de la T.)
1 1 22 El crucero Sali r a pasar el día t 123

lIas y 7,5 millas desde Port-d'Orange a La Trinité: calculando por enci- remos felices de saber hallar la situación. Más tarde, todo puede desa-
ma, serían 3 horas de cam ino. Es decir que tendremos que salir a las parecer, pues sabemos dónde estamos, conocemos la distancia que
16h de la playa si queremos aprovechar bien el vien to. También podría- nos separa de la costa y el rumbo que debemos seguir. Por lo tanto,
mos salir un poco antes para poder pasar justo por delante de la forta- podremos ir acercándonos y muchas veces las marcas vuelven a apare-
leza de Pen tihiévre para explicarles a los niños lo que es un tómbolo, y cer: estamos salvados. Evidentemente, si la niebla es densa y no sabe·
luego redondear un poco el trayecto para con templar el asombroso bu- mas dónde estamos, sólo hay una solución: fondear, ponernos un jer-
llicio de la playa de Carnac. Pero no hay que olvidar que si el viento rola sey y esperar. No hay que entrar a la buena de Dios (no es un sistema
al Noroeste, habrá que hacer bordadas para remontar el ca nal de La de navegación). Y aun menos a tientas .
Trinité yeso nos pued e llevar bastante tiempo. Evidentemente, las co-
sas pueden cambiar durante el ca mino. Si el viento cae mucho. dejare- la noche
mos la punta de Quiberon para otro día.
La noche nos preocupa menos, por aquello de las luces. De todas for-
mas hay que saber servi rse de ellas (en caso contrario, hay que hacer lo
Hay que salir pronto mismo: fondear, ponerse el jersey y esperar, sin olvidar encender la luz
" Todo el placer del día está en la mañana", decía Malherbe (más cono- de tope del palo).
cido como poeta que como navegante). Evidentemente, hay que salir
temprano. Incluso un poco antes. Es necesario que conozcamos la feli- Para familiarizaros con el lenguaje de las luces, convend ría que una
ci dad que se siente al estar en la mar al amanecer. Es el principio del noche con buen tiempo, volvierais un poco tarde, en el momento en
mundo. Estamos a gusto. Y ese placer normalmente podéis perdéroslo que éstas se encienden, cuando todavía no haya anochecido. La entra·
con cuestiones de in tendencia. Hay que hacer la com pra el día anterior, da de La Trinité es perfeda, pues hay una hilera de luces que indican el
y dejar las bolsas preparadas. Si habéis decidido salir a las 7h, tenéis camino hasta la dársena Sur del puerto, llevándoos casi de la mano. De
que estar a bordo, por lo menos, a las 6h 30. Y si estáis allí a las 6h, se- una sola vez descubriréis luces de enfilaciones, luces isofases, sincroni·
guro que 05 irá mejor. Podéis tomarlo con tiempo y quizás incluso sa lir zadas, de sectores, direccionales, de centelleos y de ocul taciones. Ver·
antes, Sí, hay que adelantarse al horario: ¡OS extrañará el vivo placer daderamente no es una razón para dedicaros a hacer navegaciones
que podemos sentir! nocturnas con el barco que tenéis, pero de este modo os sentiréis más
tranq uilos si una noche os quedáis encalmados a cierta distancia de la
Hay que volver temprano costa, y os evitará tener que pasar la noche fuera, cuando el viento re·
"Una vez pasado el mediodía ya se acerca la noche". Es el siguiente fresque un poco.
verso del poema, aún menos conocido que el primero, que revela un Pero también podéis hacer esta prueba por la mañana, saliendo muy
sentido marinero muy su til. Está claro que Malherbe vivía con la hora tem prano. Incluso sería preferible esto último, pues si os perdéis, iense-
universal (TU): pues en verano, cuando en nuestro reloj es mediodía, la guida amanecerá!
noche todavía nos parece lejana. En cambio a las 14h ya no es lo mis-
mo. Una vez que el sol empieza a inclinarse hacia el Oeste, el ambien te
del día cambia, nos deslizamos hacia la noche, y nuestros razonamien·
tos vacilan del mismo modo: ¿nos dará tiempo aún a hacer todo el re- RIVIERE DE CRAC'H (LA
corrido ? ¿No deberíamos volver un poco antes? ¿Se mantendrá el vien· A.Ll.ti......Hl - !:iyocflrones.
- Anl. - EmbOllchllre - Cóté E. 147.34,l N - 3.00,4 W) . Scinl. B. R. V.
to? Antes del mediodía, nos entusiasmamos y después nos ponemos a - H 11, portée B . 10. R. et V. 7 - Secl. 321"-V.-34S· -B.-13,S"- R.--80· --Obs.-321"
- Tour B. sommel V .• 6 m.
reflexionar (aSí es la vida). Y no está mal llegar pronto y quedarnos un - Post. la 560 m d'Ant.] - Dir. Seln!. B.
- H 21. P 15 - TOUl B. somme! V., 15 m - Inl. 337' -357" (20°),
ratito a bordo, una vez que está todo ordenado; las sombras van inva- No ta. - Zone de cul/uras marinas, 11 I'W de "embouchuro, marquh par 2 bouéas
diendo poco a poco el río y es la hora en que los leones bajan a beber. (E.J. 2,5 si de marque spéciale, aU/r angles SW el SE, d'oc tobre 11 juin.
.. Pell! Trého ~ [47.33,S N - 3.00,7 W) - 4 E.R. 15 s _ Lat. B. _ Rr.,
1!.'i·II?lii41il-§&,#·j
la niebla 1.0 Trinlté-s .... r- Mer - Fe!! de guidage (47.35,0 N - 3.01,0 W) • Dlr. B. R. V. occ. 4 S
Cuando la niebla empieza a merodear por las cercanías, es fundamen· • H 9, portée B. 13, R. el V. 11 - Sect. 345·-V.-348"-B.-348"-R.-349· - Tour. B.
Appontements S. Edr.l.. ' .~. ' .... - ').V',~"J - D. n. Il. ucc. o ..
tal ser ca paces de situarnos en todo momento. Al principio, el cuadri· - H 6, portée B. lO, R. 7 - Secl. OO"- R.-293,5·- B.--300,5·- R.-329"-Obs.-90· l as luces de e ntrada de l a Trinité.
Tour. B. sommel R.
culada que hemos comentado an tes puede ser suficiente. Pero, cua ndo (EKtract o de l Almanach du mar;n
Appontement N. Elttr.147.35,3 N - 3.01,5 W) - Iso. R. 4 5
las principales señales de referencia empiecen a desdibujarse, nos sen ti· - H 8, P 5 - Pyl. B. sommel R. breton.)
1124 El crucero Salir a pasar el día 1 125

Hace falta un ángel de la guarda


Seguro que os acordáis; en vuestras escapadas clandestinas, cuando sa-
líais a dar un garbeo por el mar sin permiso de vuestros padres, se os
ocurría la idea de contar con un cómplice en tierra, presintiendo confu-
samente que seria mejor que alguien lo supiera ... Y este ángel de la
guarda guardaba cándidamente el secreto isin pensar en la desagrada-
ble tarea que le acarrearía tanta aventura si no volvierais!
Ahora ya sois mayores, y no tenéis que rendir cuentas a nadie, pero
el ángel de la guarda -al que llamaremos "corresponsal en tierra" en
los siguientes capítulos- sigue siendo necesario. No lo elijáis al azar: es
preferible que conozca un poco la mar, y que sepa apreciar con buen
juicio las condiciones meteorológicas, para que no movilice a los servi-
cios de rescate por una simple encalmada. Debe conocer vuestras cos-
tumbres, saber si sois capaces de volver de noche, y lo que haríais en
caso de niebla y de mal tiempo (tenéis que haber contemplado juntos
estas posibilidades). También es fundamental que conozca bien vuestro
barco, su nombre y su clase, el color del casco y de las velas, y la matrí-
cula. Asimismo, debe saber dónde dirigirse para dar la alerta en caso
necesario.

Es un papel que no debe tomarse a la ligera, ni por unos ni por


otros. Si el patrón vuelve a la hora prevista, pero no decide avisar a su
ángel de la guarda hasta el día siguiente, y este último lo considera na-
tural, lo mejor sería que los dos pasaran las vacaciones jugando a los
bolos.

El espíritu aventurero
Llegará un día en que conoceréis la bahía de Quiberon como la palma
de vuestra mano. Tendréis una famosa colección de marcas y lugares
propios para pescar, y a lo mejor incluso pasos secretos. Sabréis adivi-
nar el viento y adaptar a la medida de vuestra bahía las condiciones
meteorológicas más pesimistas. Y seguramente os habréis hecho ami-
gos con barcos parecidos a los vuestros. Un día os apetecerá alejaros
un poco más con ellos, sin tener que volver obligatoriamente por la no-
che a la Trinité. Después de todo ¿por qué no pasar una noche en el
golfo, varados en una playa tranquila? Si vuestro barco es demasiado
pequeño para dormir dentro, podéis llevar una tienda de campaña y
acampar en la arena. Y, ya que estáis a gusto ¿por qué no quedaros
también al dia siguiente buscando otra playa tranquila para la próxima
noche 7 El golfo está lleno de parajes prácticamente desconocidos. Vivi-
réis en la zona marítimo-terrestre, y os aventuraréis en un mundo que
no figura en la carta. Si os apetece podéis pasar todo el día en tierra y
salir al día siguiente. Y si hace bueno ¿por qué no ir aún más lejos, di-
rectamente a pasar una noche a Houat y la siguiente a Hoedic? Al na- Camping náutico a bordo de un
vegar con otro barco, las posibilidades aumentan y la seguridad tam- Nomade en el golfo de Morbihan.
1 126 El crucero

Crucero
por la costa
Hacer crucero por la costa es vivir a bordo de un barco, explorar por
etapas una determinada zona, al ritmo de nuestros deseos. La tierra no
es más que una escala: arribamos de vez en cuando para dar una vuel-
ta y luego volvemos a casa, a bordo, y nos vamos. Sin duda podemos
seguir el horario de la gente sensata: zarpar por la mañana y llegar al
fondeadero por la tarde. a la hora en que los terrícolas se sientan a la
mesa. También podemos deslizarnos poco a poco hacia otra manera de
pasar el tiempo, yeso seguro que nos ocurrirá si navegamos con fre-
cuencia. A veces tenemos que dormir durante el día porque la noche
anterior llegamos muy tarde de navegar; o zarpar después de cenar
porque a esa hora las condiciones son propicias para hacer una buena
Después de leer est as lineas pode mos bién; incluso podemos prescindir del ángel de la guarda, si los dos na- travesía nocturna. Sin darnos cuenta adoptamos un nuevo horario, un
marea rnos ... Si los sintom as pers isten vegan completamente juntos. poco desordenado; en ese momento. sin duda alguna, la vida camhirl
pasad e ns egu ida a los s igui entes El único problema es que estáis a punto de convertiros en verdade- de dimensión.
capítu los. ros nómadas y que os costará volver a la rueda después de haber cono- ¿V durante cuánto tiempo? Eso depende. En este caso entran en
cido este ritmo de vida insólito y especialmente placentero. De momen- juego demasiados aspectos personales para poder tratar el tema. Diga-
to, vuestra libertad sólo está limitada por la necesidad de ir a hacer la mos que un crucero de ocho días es muy corto: ya nos estábamos ama-
compra de vez en cuando (lo cual no tiene por qué ser desagradable). rinando y habíamos encontrado el "ritmo ideal" y, de repente, tene-
Pero no os extrañéis si os observan de reojo en las tiendas, pues hace mos que dejarlo justo cuando íbamos a pasar a algo más serio. Quince
ocho días que no os habéis mirado al espejo. ¿Habéis visto la pinta que días, quizás es suficiente, aunque para hacer un crucero más largo ten-
tenéis? dríamos que contar con un barco realmente cómodo y congeniar bien
con la tripulación . Pero, ¿qué es mejor? ¿que sea algo corto o demasia-
do largo? Depende de cada uno de nosotros hallar la duración adecua-
da y el ritmo ideal.
Hay tropecientas maneras diferentes de hacer un crucero por la cos-
ta, según sea el ritmo que adoptemos. Es cuestión de estado de ánimo.
Algunas tripulaciones hacen pocas escalas y prefieren las navegaciones
largas durante las cua les a veces se pierde de vista la tierra, experimen -
tando así la sensación de estar en alta mar. Otras apenas se alejan, pa-
rándose frecuentemente, y en cambio les gusta aventurarse por los pa -
sos más delicados, hacer pilotaje entre las rocas. Todos conocemos al-
guno de estos locos de la vela y forofos de la escota que sólo piensan
1 128 El crucero C rucer o por la costa 1 129

en luchar contra 105 elementos, y en labrarse su derrota contra viento y agua sobrepasa los 25°C". Hay otros, que eligen como libro de cabece-
marea para alcanzar la meta prevista cueste lo que cueste (el buen ra el Derrotero B(lV) y sueñan con mágicos comentarios durante las lar-
tiempo les aburre). Hay otros que se dedican a perfeccionar un cierto gas tardes de invierno: " Las costas de las Orcadas y las Shetland, ex-
estilo de vida sobre el agua, a base de brisas ligeras, chistes agudos y puestas al mal tiempo por todas partes, son azotadas por enormes olas
un cierto relajo general (si la cosa se pone fea. se van a contar chistes a cuando se producen temporales". " El cielo suele estar muy nublado en
tierra). También hay otros -¡éstos debemos ser nosotr~s!- que ante to· toda la costa y permanece cubierto en las tres cuartas partes durante la
do quieren entrar en el juego de la mar, adaptarse a su ritmo natural mayor parte del arío". "Los días de lluvia al mes son de 15 a· 17, de
para integrarse de forma real en el paisaje y percibir las sutilezas más abril a junio, y de 20 durante los meses restantes" . Les encantará saber
recónditas; y para estos últimos todo es un regalo, las encalmadas y el que "a partir de febrero la frecuencia de los temporales disminuye y
viento duro, la marea alta y la marea baja, las idas y las venidas .. (que) durante los meses más tranquilos (junio y agosto), el viento a ve-
Con este estado de ánimo intentaremos sacar a la luz los razona- ces pasa de fuerza 7 uno de cada tres días" . y con esto se duermen
mientos que hay que mantener y las decisiones a tomar para preparar convencidos con esta frase definitiva: "Hay pocos días muy calurosos".'
un crucero. Partimos de la hipótesis de que no tenemos barco propio y i Puede que nos gusten también los climas menos extremados! Y de
queremos alquilar uno. En primer lugar, se trata de elegir una zona pa- todos modos, si nos preocupa mucho el hecho de ponernos morenos
ra navegar, analizar sus posibilidades y sus dificultades; ver si éstas co- hay que subrayar que realmente se trata de navegar. (i los que sueñen
rresponden a los gustos y aptitud de la tripulación; y después, diseríar con las islas del mar Jónico harían bien, dicho sea de pasada, en infor-
un "programa" más o menos concreto. Más tarde, nos queda la elec- marse sobre las particularidades del vien to en esa zona!)
ción del barco adecuado, hacer los preparativos y la puesta a punto en Pero, enseguida tendremos que aplicarnos para dar una forma más
tierra y en la mar, antes de zarpar. concreta a nuestros deseos.
Pero, lo primero de todo ¿por dónde vamos a navegar?
La noción de cuencas de crucero
¿POR DÓNDE NAVEGAR? Según el clima que hayamos elegido, se trata de buscar una zona ade-
cuada para navegar, que cuente por lo menos con un puerto importan-
¿Por dónde navegar? Puesto que no tenemos barco y existen agencias te (aunque sólo sea para poder alquilar un barco), y con recorridos inte-
de alquiler por todas partes, de momento la libertad de elección es to- resantes para hacer a su alrededor, con pequeños puertos, fondeade-
tal. Podemos dedicarnos a soñar intensamente y sería una pena no ha- ros exteriores e incluso islas. Aunque no nos asusten las dificultades, es
cerlo. Nos vienen a la cabeza un montón de imágenes, de deseos vagos deseable que dicha zona disponga de lugares resguardados, por donde
y de "me han dicho que" (la información que va de boca en boca, jue- podamos navegar en cualquier circunstancia (pues seria de tontos que-
ga aquí un papel considerable), además del recuerdo de unas fotos ma- darse ocho días en el mismo lugar si hace mal tiempo).
ravillosas que vimos en alguna revista de náutica .. Pero también puede que queramos dar alguna vuelta por tierra, visi-
Con frecuencia, la elección se lleva a cabo de modo espontáneo, en tar algún lugar, encontrar otras gentes y, además, sería estupendo que
un cierto ambiente, por los aspectos más generales: temperatura, sol y la costa y la región fueran interesantes de conocer ..
precipitaciones. Podemos conseguir información por todos lados: la en- En resumen, se trata de encontrar un conjunto a la vez armonioso y
con traremos rápidamente y con gran exactitud si tenemos la posibili- diferente, lo que podemos denominar una cuenca de crucero, con un
dad de consultar las páginas de "Información general" que vienen al perfil más o menos preciso. Con el fin de concretar este aspecto, pode-
principio de cada volumen del Derrotero. Habrá quienes se alegren al mos citar como ejemplo las cuencas de crucero del Sur de Bretaña, am-
leer, por ejemplo, en el volumen dedicado a Grecia y Turquía (serie D, pliamente comentadas en este libro: una de ellas, la que se extiende
tomo V): "En las costas griegas del mar Jónico, cuyo clima normalmen- desde Penmarc'h a l orient, es un verdadero paraíso protegido por las
te es bastante suave en invierno, julio y agosto son los meses más calu- islas de Glénan y Groix, con puertos principales (Bénodet, Concarneau,
rosos, alcanzando las temperaturas medias máximas diarias de 29°( a lorient), un montón de pequeños puertos pesqueros, fondeaderos ex-
32°(". "Durante esta época el cielo suele estar despejado durante va- teriores, y acogedoras rías; la otra, separada de la anterior por una es-
Además del indispensable Derrotero, rios días seguidos". " Raras veces llueve durante todo un día". " El Medi- trecha franja poco acogedora se extiende desde Quiberon al Croisic
las guias de navegación proporcionan terráneo es un mar de límpidas aguas azules, y el mar Jónico posee las también con islas y con los maravillosos planos de agua resguardado;
una información muv variada. aguas más azules ... ". "Durante el mes de agosto, la temperatura del de la bahia de Quiberon y el golfo de Morbihan ..
1130 El crucero Crucero por la costa 1131

Pero ¿cómo se logra "aislar" estos conjuntos y cómo se descubre su


configuracion. sus características y sus límites? ¿Es posible planear al Cabo Ajo

mismo tiempo, el tipo de crucero que podremos realizar, el ritmo que Cabo Mac:hic:haco

vamos a llevar y el ambiente en que éste va a desarrollarse?

Configuración
Esta primera aproximación. todavía algo general, se hace sobre la carta,
con el Derrotero al alcance de la mano. Tomamos como punto de par-
tida un puerto más o menos importante (10 que se denomina un puer- ESPAÑA
to base, dotado de los servicios indispensables) y examinamos sus alre-
dedores. De este modo, van apareciendo cuencas según diferentes di-
mensiones y configuraciones:
• Cuencas "redondas", muy amplias, como la del mar Egeo, o el ar-
chipiélago danés; más reducidas, como la de las Bocas de Bonifacio; o
pequeñas como la de las islas charontesas en las proximidades de l a
Rochelle.
• Cuencas "alargadas", más o menos rectilíneas, como la Costa
Azul, que se extiende desde Marsella a Génova y aún más lejos; recor-
tadas como la costa cantábrica entre San Sebastián y el cabo Ortegal,
con Santander como puerto de partida; protegidas por una hilera de is-
las como en el Sur o en el Norte de Bretaña.
• Cuencas "en forma de dientes de sierra", como la de la costa Su-
roeste de Irlanda, con sus enormes cabos y sus profundas bahías, cerca
de Baltimore; o como la de las rías gallegas, entre La Coruña y Vigo.

Aparecen también lo Que podríamos dpnnmin;¡r "cuencas que no


son de crucero", amplias zonas azotadas por la mar sin ningún abrigo,
como la costa de las Landas o la del país de Gales.
A primera vista podemos pensar que sería más agradable y variado
hacer un crucero por una cuenca "redonda", que pudiéramos recorrer
en cualquier dirección, más que por una cuenca "alargada" donde es-
tamos obligados a ir en una dirección o en otra, y luego volver. ¡Pero
éste es un punto de vista algo superficial sobre el Que deberíamos pro-
fundizar antes de realizar un examen serio sobre estas cuencas y sus ca-
racterísticas!

Características
¿e uáles son 105 aspectos que debemos tener en cuenta para apreciar
en su justo valor las posibilidades de hacer crucero por una cuenca de-
terminada? Todavía en un plano muy general, podemos decir Que exis-
ten tres, principalmente: É G É E
• las condiCIones meteorológicas, es decir principalmente el régimen
de vientos: su orientación, fuerza y frecuencia; y para rematar, el pro-
blema de la visibilidad;
1 1 32 El cruce r o Crucero por la costa 1133

• la naturaleza de la mar: los sistemas de olas, según la costa y el re~


lieve submarino; las mareas y corrientes;
. Ia naturaleza de la costa: su "clase" y orientación en relación con
los vientos y la mar -además de las mejoras aportadas por el hombre:
el balizamiento y los puertos.
Estas características pueden tener una importancia variable y combi-
narse de distintas maneras según las zonas. De momento, vamos a ilus-
trarlas examinando la carta y el Derrotero de algunas cuencas muy dis-
tintas de otras, por ejemplo: la del Sur de Bretaña, anles citada, la del
Suroeste de Irlanda y la de la Costa Azul.

Condiciones meteorológicas
En el capítulo "Meteorología" del Derrotero, vemos que la zona del Sur
de Bretaña está situada en el límite del recorrido de las perturbaciones
del frente polar. Naturalmente, ésta sufre sus consecuencias, pero de
forma bastante atenuada y sobre todo previsible, pues al paso de las
perturbaciones se produce una rotación de los vientos del Suroeste al
Noroeste, según un esquema muy clásico. Además, las perturbaciones
son empujadas a veces hacia el Norte al asentarse un anticiclón sobre
las islas Británicas, proporcionando con ello buenos vien tos de compo-
nente Este a Nordeste, o brisas diurnas en verano. Hay poca niebla.
Irlanda se encuentra situada en medio del recorrido de dichas per-
turbaciones. En concreto, la costa Suroeste está en primera fila para re-
cibir un buen meneo a causa de los vientos que giran del Suroeste al
Noroeste, con nieblas procedentes del sector cálido y fuertes chubascos
de estela .. . Estas perturbaciones tienen lugar a lo largo de todo el año,
pero si echamos una ojeada a las estadísticas sobre vientos podremos
comprobar que, en general, son menos fuertes en verano. Hay que se-
ñalar que el centro de las borrascas no pasa muy lejos; por esta razón
la rotación de los vientos se produce con bastante rapidez. Si queremos
beneficiarnos de un viento del Suroeste para hacer una determinada
etapa o de un viento del Norte para otra, debemos seguir de cerca la
evolución meteorológica.
En la Costa Azul. la cosa es muy diferente. Estamos en el límite de la
zona del mistral que sopla sobre todo en invierno y primavera. En vera-
no, abunda más un régimen de brisas costeras y, siempre según las es-
tadísticas, corremos el peligro de no tener nada de viento durante lar-
gos períodos. Pagin a de alIado a rriba: la Cost a Azul.
En el centro: Suroest e de Irla nda.
Naturaleza de la mar Abajo: Sur de Bre t a ña.
El capítulo "Oceanografía" del Derrotero, así como la información que
nos proporciona el titulado " Mareas y corrientes". nos indica que en el l as ca rtas de las paginas 11 31· 1132
Sur de Bretaña la mar es agradable por naturaleza. Pocas veces hay mar pe rtenece n al cat alog o del S HOM.
gruesa y el oleaje que se forma de Suroeste a Oeste no suele ser peli- El desglose y la nume ración
groSO. la subida de la marea es moderada y las corrientes de marea só- corresponde n a las ca rtas de l SHOM.
1 134 El crucero Crucero por la costa 1 13 5

que se aden tran en la mar y las profundas bahías nos sugiere una nave-
gación en la que alterna el duro esfuerzo (para pasar 105 cabos) con la
calma (al fondo de las bahías). Las marcas construidas por el hombre
son escasas y, a veces, los faros tardan en encenderse, hay pocos puer-
tos y estos cuentan con pocos recursos. En ese país la única ayuda ver-
dadera a la navegación es el ambiente de 105 pubs al cae r la tarde.
En la Costa Azul, lo que más nos sorprende es la abun dancia de
puertos que existe y la cantidad de servicios que estos proporcionan. En
La noción de re sguardo es al go muy esta zona no abandonamos la civilización: en los pantalanes podemos
relativo .. Una ca la idílica cu a ndo sopla
disponer de agua, electricidad y telefono, y a veces incluso hay tomas
viento del Noroeste se vuelve infernal para tel evisión. En algunos lugares, la costa, vista desde la mar por la
con viento d el Nord est e. In clu so puede
noche, no es más que una hilera de luces. Y el problema está en reco-
ocu rrir qu e la protección de un dique nocer entre ellas las que Interesan a los mannos ..
no sea suficie nt e, como e n e l caso de Evidentemente, estas someras observaCiones no son más que un rá-
A ldern ey .. pido enfoque, bastante artifiCial por cierto. En la Vida real, cuando hay
que examinar una cuenca de crucero, sus características no aparecen
lo son intensas en determinados puntos, en algunos estuarios o según
en un orden determinado, sino que se van dibUjando al azar de las idas
el perfil de la costa y del relieve submarino. Podemos llegar a familiari-
y venidas, entre la observación de la carta y el estudiO del Derrotero. A
zarnos con estos fenómenos sin sufrir peligro alguno y navegar por
muchos lugares eVitándolos.
En Irlanda, con Vientos dominantes del sector Oeste que pueden so-
plar desde Terranova Sin encontrar el más mínimo obstaculo, nos po-
dremos imaginar que la mar, por el contrario, i puede llegar a ser
monstruosa! El fuerte oleaje es una constante en el paisaje, algo así co-
mo la respiraCIón del país. Las comentes tampoco son pequeñas y,
cu ando portan a barlovento las olas rompen a gran distancia de la pla-
taformi'l continental No es fácil enfrentarse a este tipo de mar.
En la Costa Azul, cuando sobreviene un temporal (por lo general, sin
prevIo aviso), la mar se levan ta rapidamente y se pone muy desagrada-
ble, con olas cortas y profundas, el barco avanza con difICultad y mu-
chas veces nos vemos obligados a cambiar de rumbo. Pero en cuanto
cae el viento, la mar se calma . No hay que preocuparse de la marea, pe-
ro sí hay que tener en cuenta las comentes de deriva poco previsibles,
puesto que en general van ligadas a 105 fenómenos meteorológiCOS.

Naturaleza de la costa
Sabemos que el ritmo y el ambiente de un crucero son muy diferentes
al navegar frente a una costa rectilínea, donde resulta difíCil localizar las
marcas, los fondos son Inciertos y los resguardos escasos, que cuando
lo hacemos frente a una costa rocosa recortada con numerosas marcas,
franca y rica en abrigos. El Sur de Bretaña es el ejemplo perfecto de es-
te último tipo de costa y la navegación por esta zona está faCilitada,
además, por la calidad del balizamiento y la abundancia de puertos.
Las costas montañosas son otra cuestión; la carta del Suroeste de Ir-
landa nos proporciona motivos para soñar. La sucesión de altos cabos Los altos aca nt il ados de las Bocas
de Bonifacio.
1 136 El crucero Crucero por la costa 1137 \

veces, hay una característica dominante que se impone enseguida. En desembocadura de un río, como la del Loira que, con sus agitadas
Irlanda, es el oleaje; en la Costa Azul, la presencia humana; yen otros aguas, sus bancos de arena y su falta de protección contra el mar abier~
lugares, como en el Sur de Bretaña, la corriente. En cualquier caso, en to señala muy bien el límite del Sur de Bretaña. También es una barrera
el punto de convergencia de todas estas informaciones surge cierto esa parte abrupta de la costa que hay entre Lorient y Quiberon, una vez
"estilo de crucero" que puede decidir la elección. que hemos dejado el resguardo de Groix, no hay ningún lugar donde
refugiarnos y ¡a veces la mar respira con fuerza en 105 Birvideaux!
• El Sur de Bretaña aparece desde el principio como el lugar de inicia- Este tipo de límites se ven de forma clara en las cartas. Hay otros
ción ideal para navegar en crucero por la costa. En esa zona podemos ir que no se ven tanto. Al Norte de Bretaña, a primera vista parece que el
enfrentándonos progresivamente a las dificultades, y todo está hecho a límite oriental de la cuenca está formado por la costa del Cotentin; pe~
la medida: la "meteo" es transparente, existen zonas resguardadas que ro un examen más detallado nos muestra que en realidad este límite
se alternan con otras abiertas donde podemos trabar conocimiento con está en alta mar, a la altura de las islas Jersey y las Minquiers. Más allá,
la "verdadera mar" y cuenta con una serie de puertos perfectamente dis- hacia el Este, comienza otro mundo lleno de escollos y corrientes, que
tribuidos. Más allá de la iniciación, la variedad de los parajes nos permiti- más vale dejar a los prácticos locales (a menos que queramos especiali-
rá diseñar programas siempre nuevos y en casi todas las estaciones. zarnos en él).
• En Irlanda, podemos planear un crucero austero en un paisaje Existen otros límites invisibles, que son los que están relacionados
grandioso, con magníficas navegadas en una mar dura. Debemos con- con el viento. Únicamente es posible intuirlos al leer las tablas de esta-
tar con un barco marinero y una tripulación resistente y con experien- dística del Derrotero. En el Mediterráneo, la cuenca de crucero formada
cia. Tenemos que saber que únicamente dependeremos de nosotros por el Sur de Córeega yel Norte de Cerdeña presenta unos límites muy
mismos. Un crucero así sólo conviene realizarlo en la temporada ade- precisos en verano, en la línea que une Ajaccio con Porto Vecchio en el
cuada (allí a principios de verano las noches son muy cortas -y a partir Norte y la línea Asinara-Olbia en el Sur: tanto por encima como por de-
del 15 de agosto, ya es como si fuera septiembre--). bajo de estas líneas es imposible navegar sólo a vela. También en el
• En la Costa Azul, hay que navegar en primavera o verano si que- Mediterráneo, en la costa francesa, el cabo Sicié, aunque constituye en
remos tener viento. En verano, exceptuando el temporal de mistral, si mismo un obstáculo, señala también el límite entre una cuenca de
siempre posible, nos arriesgamos a hacer un crucero en plan relax, sol y crucero con fuertes vientos, el golfo de León y la Costa Azul, mucho
moscas, con un montón de gente alrededor. Pero, ¿qué hay de malo más apacible.
en ello? Éstos no son más que algunos ejemplos. De hecho, es importante se-
ñalar que con frecuencia los verdaderos límites de una cuenca de cruce-
Los límites ra son los que uno mismo se fija. Los límites "naturales" no representan
Para esbozar un programa de crucero homogéneo, aún nos queda por más que obstáculos relativos y de distinta importancia: o bien no dispo-
plantearnos los límites de la cuenca que vamos a recorrer. A veces estos nemos de un barco o una tripulación resistentes, o simplemente no te-
límites surgen en cuanto echamos la primera ojeada a la carta, y otras nemos ganas de hacerlo. El límite entre las dos cuencas del Sur de Breta-
son muy sutiles y no aparecen hasta después de llevar a cabo un exa- ña, por ejemplo, está lejos de ser imperativo: unas buenas condiciones
men detallado. meteorológicas son suficientes para borrarlo y a partir de ese momento,
Frecuentemente, estos límites los sugiere el perfil de la costa. Un ca- las dos cuencas constituirán una sola, desde Penmarc'h al Loire. De igual
bo puede separar dos mundos. Es lo que ocurre en el Sur de Bretaña, modo, en la costa Sur de Inglaterra, si somos capaces de pasar Start
donde el cabo de Penmarc'h constituye verdaderamente un cambio to- Point y Portland Bill, tendremos a nuestra disposición una zona que se
tal: hacia el Sur, se extiende un tranquilo jardín, resguardado y acoge- extiende desde Lizard al Solent. Por el contrario, en Irlanda, si no tene-
dor; y al Norte, es la pampa, la bahía de Audierne, bravía y abierta a al- mos coraje suficiente para pasar de una bahía a otra, podemos decidir
ta mar, sin resguardo alguno. En estos dos casos la misma mar no se que la bahía de Kenmare, por ejemplo, o la de Baltimore, representan
parece en nada. en sí mismas cuencas de crucero perfectas. Y también, a la inversa, al
Hay veces en que un cabo sólo es un obstáculo difícil de franquear Norte de Bretaña, podemos sentirnos capaces de navegar hasta las islas
entre dos cuencas de similares características. De este modo, en la cos- Anglo Normandas: de este modo, los límites se van alejando y la cuenca
ta Sur de Inglaterra, entre el cabo Lizard y la isla de Wight, los dos "alargada" se convierte en una cuenca triangular ..
"monstruos" de Start Point y Portland Bill separan cuencas cuyo perfil En definitiva, la mejor cuenca de crucero es la que planeamos a
es más o menos igual. Hay también otra posible barrera como la nuestra medida.
1138 El crucero Crucero por la costa 1 139
\ m

De todas formas, llegados a este punto hay que decir que no hay
una única realidad. Aunque hayamos definido su configuración y reco-
nocido sus características y sus límites, es un espacio libre, un conjunto
de posibilidades a las que el viento dará un sentido. Si el viento no
cambia de dirección durante quince días, el paisaje aparecerá, de he-
cho, como algo estático, como ocurre a veces en la costa cantábrica,
donde el viento constante del Noroeste otorga una cierta seriedad a los
programas de crucero. Pero cuando el viento rola en una cuenca con
un perfil variado, las combinaciones pueden ser ilimitadas; la mar no es
nunca la misma, el recorrido disminuye o aumenta desmesuradamente
y los abrigos cambian. Hay que ir adaptándose sin cesar. Y también
desconfiar de las costumbres. En el Sur de Bretaña ¡cuántas tripulacio-
nes consideran Port-Tudy como el único puerto de la isla de Groix! Por-
que están acostumbrados a entrar en él con viento del Oeste, se empe-
ñan en querer entrar (a toda costa) incluso cuando el viento sopla del
Nordeste, cuando en esas circunstancias, al otro lado de la isla la
abrupta costa se vuelve tranquila y el pequeño puerto de l ocmaria ¡un
puerto completamente apacible frente al mar abierto! Debemos con-
vencernos de que, al navegar haciendo crucero, no hay escala obligato-
ria: el programa que hemos planeado no tiene nada que ver con el de
una agencia de via¡es ..

Pero, ya es hora de decidirnos. ¿Por dónde vamos a navegar? Su-


pongamos que ya hemos recorrido el Sur de Bretana y ahora tenemos
ganas de intentar algo más dificil. ¿Qué tal Irlanda) Quizás todavia esté
algo por encima de nuestras posibilidades. En realidad no necesitamos
irnos tan lejos: si, tal como decíamos al principio, queremos jugar el
juego de la mar y adaptarnos a los elementos, ¿por qué no nos decidi-
mos por la zona del Norte de Bretaña? Hace siglos que oimos hablar de
las corrientes que hay por allí; a primera vista, esto parece un gran in-
conveniente. Pero, sin embargo hay fanáticos del Norte de Bretaña que
nos miran por encima del hombro. ¿Qué es lo que realmente les fasci-
na de esta región? Nos sentimos tentados de realizar un examen deta-
llado de la misma.

PREPARACiÓN
DE UN CRUCERO
A efectos de análisis, vamos a considerar que la preparación de un cru-
cero se lleva a cabo en tres etapas:
1.° Estudio de la zona de navegación elegida, con sus posibilidades y
dificultades.
2.° Confrontación de esa primera información con los gustos y capa-
cidad de la tripulación. Dicho de otra forma: el paisaje y la tripulación
1140 El crucero Crucero por la costa 1141

¿están hechos el uno para el otro? ¿Coincide toda la tripulación con el El método
estilo de navegación, con las limitaciones y necesidades de organiza - Con la ayuda de todos estos libros, no es que vayamos a escribir una
ción que quizás tengamos que imponer ? nueva guía náutica de la zona, pues ya existen varias. Pero se trata de
3.° En caso de acuerdo. un programa de crucero o un simple esque- llevar a cabo, de una forma mucho más personal, un razonamiento de-
ma, más o menos exacto, según el estado de ánimo con el que quere- tallado para descubrir el "perfil " del futuro crucero, su ritmo y su am-
mos naveg ar. biente.
En la realidad estas etapas se entrelazan constantemente. Di cho de otra forma las conclusiones que vamos a sacar, por
nuestra cuenta, del examen :
Análisis de la Cuenca • de las condiciones meteorológicas locales,
• de la mar en todos sus estados,
del Norte de Bretaña • de las características de la marea y la corriente en un lugar deter-
Las publicacio ne s minado,
Esta vez, tenem os que conseguir todas las publicaciones posibles so- • del aspecto de la costa,
bre el Norte de Bretaña y disponer de las siguien tes publicaciones ofi- • del balizamiento, de los puertos y abrigos.
ciales:
. Ia carta general (n.o 731 1, cana l de La Mancha -parte Oeste) que Las condiciones meteorológicas
vamos a utilizar aquí, pero que en realidad no es suficiente; Evidentemente, hay que consultar el capítulo titulado "Meteorología "
• las cartas de navegación costera y las cartas detalladas, llamadas del Derrotero. Para tener una idea exacta de las condiciones meteoroló-
"especiales " ; gicas particulares del Norte de Bretana, es conveniente estudiar la tabla
• el Derrotero, por supuesto, el Anuario de Mareas y el Libro de Fa- de estadísticas de las observaciones realizadas en el semáforo de
ros; el Almanach du marin breton sigue siendo un instrumento muy có- Bréhat. Y, puesto que ya conocemos el Sur de Bretaña, podemos com-
modo pero insuficiente en lo que concierne a la marea; parar esta tabla con la del semáforo del Talut - dos páginas más adela n-
• libros sobre las corrientes: la publicación 550 del SHOM (muy pre- te- para el mes de julio, por ejemplo. Sin poder hablar de un clima di-
cisa, tan precisa que de hecho resulta dificil de consultar) y, sobre todo, ferente, ve mos que en el Norte de Bretaña : Ta bla de las principales observac iones
los "Atlas de corrientes" de la zona. me t eorológicas esta bl ecidas dura nte el
• la temperatura es un poco más fresca, del orden de un Jersey
A continuación debemos conseguir libros especialmente dedicados a más; pe riodo de 1951 a 1980. (Ext racto del
la navegación de recreo: por ejemplo, la guía de Adlard Coles: North • el cielo suele estar cubierto y llueve un poco más; Derrotero C2.2.J
Britanny Pilot; la guía Fenwick nO6; el Atlas de la Zona de Saint Malo,
de Ediciones Gallimard, con numerosas fotos aéreas, que además de
ser preciosas nos ayudan a averiguar la naturaleza de la costa . Con li-
bros como éstos podemos obtener gran cantidad de datos de gran va- Sémaphore de L' lLE DE BRÉHAT: (48 0 5 1', 4N - 3° 00', 3W)
lor, mucho más exactos que los que proporciona el Derrotero; sobre to-
do, hay que recordar que estos datos no están actualizados y que sigue Alt itude 36 m
siendo fundamental consultar las publicaciones oficiales.
T~mJN!r.ll un:5 Humidité Nébulosilf
En resumen, en cuanto nos sintamos interesados por una zona de- Pre»ion n:lali'·e Broui11:ml Prfcipllal ioos Or.lges

terminada debemos buscar rápidamente por todos lados otros libros
réduile
au n; '·tau
mo)~nnes ~~Irimes
" .... mo)"~nne (% ) 1200U"TC

que se refieren a la parte bonita de la historia, la geografía, la gastro- Mois


de la mer
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Tn + T1
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mo)"cn
r-'brc
mo)· ~ n
Ib ul. Nbre
mo)en mOJen
lI aul.
Ma.\1
Nbn:
n lOl~ n

nomía y el folclore. No resulta menos interesante saber, por ejemplo,


que esta costa Norte de Bretaña vio arribar, en los albores del siglo v,
M ini Ma~i Min i MUI
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j oul"li '"
joul"li mm '"
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quOl .
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loul"li N<2IlI N ,. 618
he. "C (t) "CV) "Cm · C(4) "C(S) (6) (7) (8) (9¡
( 10)
extraños barcos tripulados por monjes aventureros con los nombres

,, ·· ,
de Malo, Brieuc, Samson, Guirec, Quémeau ... Podemos disfrutar dan- l<llwicr 101 5.8 6.8 ' .7
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8.8 - 9.0 16.4 86.6
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do una vuelta por los lugares donde se cree que arribaron, pero éstos
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M al"li 101 5.6 7.9 10.4 - 2.2 20.0 I 85, 1 26,9
no son obligatoriamente buenos fondeaderos exteriores, pues sus Avril 10 16.7 9.' 7.0 12.0 OA 19.6 o ".7 4 2.6 25.9
barcos, según se cuenta, eran de piedra y el suyo era un crucero si n o
" ""
retorno.
M ai
lu ín
1016.9
10 18 .4
12,0
14,5
9.'
11.7
14.8
17.2
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6.6
23.8
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87.0 , 49. 1
38.6
10
7
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32.2
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lu illet 101 8.7 16,5 13.7 19.3 9.' 31.6 o 86.9 3 41 . 1 7 58.3 I 17
1 142 E l crucero Crucero por la costa 1 143

2." " Las aguas que se extienden desde la entrada del canal de la
Sémaphore de L'l LE DE BRÉHAT: Fréquences (%0) des OB SERVATIONS DE VENT
Mancha hasta el Cotentin, se caracterizan por sus o las cortas con senos
muy profundos, producidas por fuertes corrientes de marea que dos
Années 196 1 á 1990
veces al día presentan una dirección contraria al viento dominante".
1 ¡¡ IOnrruds 11 a 21 ",",ud, ~2:'Hn<rud, J.tIla'Ud"13u..k»U$
y más adelante: " Cuando la dirección de un viento de una fuerza
determinada y la de la corriente son opuestas, la mar es mucho más
1
Mo;,
¡j N NE , , SI\' ¡.;W , , , , , , dura que si fuera el resultado del simple efecto del viento; y sería más
" W N I'>E
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SW W NW N :-.'E
"
SW w ¡.;W N ¡"ÓE SE SW W NW
floja en el caso contrario " .
Lo cual significa que por poco viento que haga, tendremos todos 105
Jon".. ____ ,. ,,, , , , , , , , , , , días y de forma alterna una mar revuelta y una mar bien peinada . Con-
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viene que lo tengamos en cuenta con el fin de establecer las horas de
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las comidas . Y en segundo lugar, cuando haya pasos delicados que cru-
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~ "O . Q O , ", , ,
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, rriente vayan en la misma dirección. ¡Esto es muy fácil de decir! Y sin
duda también de hacer cuando navegamos hacia el Este, con vientos
dominantes del Oeste. Pero ¿qué ocurrirá si vamos en el otro sentido?
Tabla d e la frecu e ncia de vie ntos • como media hay tres días de niebla, en lugar de 105 dos del Sur de ¿Podremos ganar barlovento contra el viento y la corriente? tsta es la
realiza da dura nte el período de 1951 a Bretaña (si sentimos curiosidad y miramos la tabla del centro relativa al
cuestión primordial y ya es hora de examinar más de cerca la famosa
1980 . (Extra cto d e l Derro t ero e2.2. ) semáforo de Creac'h, veremos que Ouessant es un lugar famoso por su
corriente .
niebla, con nueve días de niebla en el mes de julio. Lo cual significa que
corremos el peligro de encontrarnos más niebla al navegar hacia el
La marea y la corriente
Oeste de la zona que al navegar hacia el Este);
¿Qué nos dice el capítulo titulado " Oceanografía " del Derrotero?
• la frecuencia de los vientos es parecida: claro predominio de vien-
La onda-marea procedente del Atlántico, penetra en el canal de la
tos del sector Oeste (de SW al NW), pero también una gran proporción
Mancha en dirección NE, y lo atraviesa en siete horas. La marea es se-
de vientos del Nordeste en esta época del año. Con un poco de suerte
midiurna, es decir que la corriente de marea porta seis horas en un sen-
y de vista, i no sería imposible que pudiéramos recorrer toda la cuenca
tido y seis horas en el otro por término medio (pero se producen gran-
con vientos portantes!
des desigualdades en ciertos lugares que la "Tabla de mareas del litoral
francés " resalta de modo especial). La subida de la marea es considera-
El estado de la mar
ble y va aumentando a medida que avanza hacia el Este: en período de
Leemos en el Derrotero dos comentarios especialmente intere-
mareas vivas medias, 7,70 metros en Morlaix, 8,80 metros en Héaux-de
santes:
Bréhat, y 10,80 metros en Saint-Malo.
l." "Desde la entrada en el canal de la Mancha hasta el Cotentin,
por lo general, los vientos que soplan hacia tierra del sector Oeste y SW
forman una mar dura sobre las costas inglesas. Los vientos del Oeste.
NW, Norte y NE originan mares relativamente más gruesas en las costas
francesas". Lo cual quiere decir que todos 105 vientos frente a 105 cua-
les estábamos bien protegidos en el Sur de Bretaña (y especialmente el
más duro, el Noroeste) nos darán aquí en plena cara. ¡Vamos a tener
que revisar nuestra actitud mental!
En el cana l de la Ma ncha, e n ge ne ral, y
Realmente, esto no tiene por qué ser desagradable, al menos para
co ncret a me nte e n el Norte d e Bre t a ña,
llevar la navegación, si pensamos en la estrecha relación que existe en-
la corri e nte le vanta olas dificiles y
tre el mareo y la mesa de cartas: con mal tiempo del SW y poca visibili-
peligrosas. Esto se produce por todas
dad, la mar estará en calma, podremos trabajar tranquilamente; con
pa rtes, especialme nte e n los paso s
viento del NW, y con una mar infernal y una visibilidad excelente, las vi-
estrechos cua nd o el vie nto y la
sitas a la mesa de cartas ¡serán algo más esporádicas!
corrie nte va n e n dirección co ntra ri a.
1 144 El crucero Crucero por )a costa 1 145

¿Cuál es la intensidad de la corrien te? De 1,5 a 4 nudos en el centro horas de la corriente de flujo. Pero pa ra la travesía de vuelta, suponien-
del canal de la Mancha. ¿Yen las proximidades de la costa? Para infor- do que zarpase de Erquy en pleamar con las mismas excelentes condi-
marnos, basta con leer en cada uno de los capítulos dedicado a nuestra ciones de viento y marea portantes, y por lo tanto con la misma veloci-
cuenca, el párrafo sobre "Mareas y corrientes": 2, 3 Y 4 nudos según dad, nuestro Tonic 23 apenas pasaría de Ploumanach antes del final del
las zonas. Es inútil insistir: con un barco pequeño es imposible enfren- reflujo: de hecho, navegando al encuentro del flujo, sólo se beneficiaría
tarnos a corrientes como esas. Un barco que avance a 3 millas por hora de algo más de cinco horas de corrien te favorable.
contra el viento, frente a una corriente de 3 nudos, no se movería. En Teniendo en cuenta, además, la dirección de los vientos dominantes,
cambio, con la corriente y el viento por detrás ¡volaría! Es una observa- podemos sacar una conclusión muy clara, de este ejemplo: en esta
ción muy ton ta, pero no sin consecuencias sobre el ritmo del crucero: cuenca resu lta más claro rotundamente avanzar hacia el Este que hacia
en esta zona, o bien no avanzamos nada, o bien vamos muy rápido. el Oeste, ta l como se dice es más fácil "entrar en la manga" que "salir
Con un Glénans 7.0, no es una utopía pensar en hacer 10 millas por de ella" *. Éste es uno de los principales datos que hay que tener en
hora, con viento y corriente portantes. cuenta a la hora de organizar el crucero.
Pero esta observación lleva consigo otra, menos tonta: el Glénans Pero éstos siguen siendo aspectos generales de la corriente. Más tar-
7.60 en cuestión que zarpa de Primel en bajamar y avanza 9 millas por de tenemos que examinar las publicaciones detalladas pa ra poder apre-
hora hacia el Este, por término medio, podría encontrarse al final del ciar los matices de su comportamiento. Entonces observamos que se-
flujo en Erquy, habiendo recorrido unas 63 millas.. Efectivamente hay gún sea la con figuración de la costa, este comportamiento puede variar
una hora de diferencia entre la pleamar de Primel y la pleamar de Erquy hasta el infinito. la corriente puede presentar características completa-
(lo cua l se ve muy bien en la carta de las líneas cotidales de la Guide du mente diferentes en dos lugares que estén muy próximos. Durante el
navigateur). El barco se habrá beneficiado, por lo tanto durante siete flujo, por ejemplo, puede portar al SW en la entrada de Trieux y al ENE
en Ferias a 2 millas de distancia (¡sin tener en cuenta las contra-corrien-
tes!) En un lugar determinado, avanza siempre en la misma dirección,
tanto en el flujo como en el reflujo. Y en otro, el reflujo no transcurre
por los mismos canales que el flujo, etc. ¡En fin, no es tan fácil!

La costa
I Ahora, al examinar la carta, se trata de ver qué tipo de costa desfila de-
lante de esta corriente. Tenemos que estudiar su orientación gene-
ral, su naturaleza, sus distintas partes y, después, de una forma
más concreta, las zonas que debemos evitar, los pasos difíciles y
Cartas de las corrientes de marea los lugares resguardados.
realizadas con relación a la marea de
Cherburgo. las flechas indican la Su orientación general
dirección de la corriente y las cifras, su Desde Aberwrac'h a la bahía del Mont-Saint-Michel, hay una costa
intensidad en período de mareas vivas alargada orientada hacia el Norte, es decir más o menos paralela a 105
y mareas muertas. (Extracto del vientos dominantes.
fascículo de corrientes de marea en el Sin embargo, esta orientación no es exactamente igual a uno u otro
cana l de la Mancha, SHOM.) lado del saliente que forman los Héaux-de-Bréhat, aproximadamente
en el centro de la bahía. La parte Oeste está expuesta de lleno a los
vientos del Noroeste, vientos "duros"; también sufre el efecto del olea-
je del Atlántico. La parte Este, sin duda, está mucho más resguardada;
en la bahía de Saint-Brieuc en particular, con viento del Noroeste, la
mar suele estar más tranquila.

* Juego de palabras a partir de "la Manche" (Canal de la Mancha), que en


francés también significa manga. (N. de la T)
Crucero por la co s ta 1 147
1146 El crucero

Su naturaleza
Es una costa muy recortada, con numerosos ríos que desembocan en
ella (es una costa de rías). Por lo tanto, imaginamos que habrá muchos
abrigos, aunque según la carta, muchas de las desembocaduras se va-
cían en la bajamar.
Contemplándola más de cerca, vemos que esta costa está prádica-
mente llena de .. peligros" de un extremo al otro. Por lo tanto debemos
hacernos las siguientes reflexiones: estos peligros representan una gran
dificultad para navegar, pero al mismo tiempo ofrecerán cierta protec-
ción contra el mar abierto. Por otra parte, teniendo en cuenta la magni-
tud de la subida de la marea, ¡esto supone navegar en un paisaje enor-
memente cambiante!

Sus diferentes partes


Fuera de estos dos grandes conjuntos, separados por 105 Héaux-de-Bré-
hat, ¿podemos encontrar otros subconjuntos, es decir partes de la cos-
ta con caraderísticas determinadas? De Oeste a Este encontramos las
zonas siguientes:
Al Oeste del a rchipié lago de Bré hat .
Cos tas d el Norte de Bretaña. (Extracto • de Aberwrac'h a la isla de Batz, una costa aparentemente despro-
de la ca rta nI! 7040 la Ma nche. SHOM .) vista de puertos y escasamente balizada;

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1148 El crucero Crucero por la costa 1 149

• dos bahías separadas por una pequeña zona sin resguardos; la Las zonas muy resguardadas
bahía de Morlaix, profunda y con muchas islas; y la bahía de Lannion Son las zonas por donde podremos seguir navegando aunque fuera ha-
abierta al NW, quizás algo protegida por la llanura de la Méloine y la ga mal tiempo. En primer lugar es necesario que sean fácilmente acce-
de Triagoz (pero al echar una ojeada a los libros vemos que esta pro- sibles, y después que sean amplias y va riadas. Serán bahías profundas o
tección es ilusoria); ríos. ¿Qué es lo que encontramos de Oeste al Este?
• de Trebeurden a Perros-Guirec, un saliente muy recortado (la fa- • la bahía de Morlaix: muy rica en posibilidades;
mosa "costa rosa de Granit") se encuentra protegido por los Triagoz y • el río Lannion: ciertamente no nos sirve. La entrada es delicada y
las Sept-1Ies; allí las viradas son difíciles de realizar, según el Derrotero .
• desde Port-Slanc a los Heaux, hay una pequeña zona sin protec- • el río Trieux y todo el archipiélago de Sréhat, en cambio, parece
ción; también está la desembocadura del río Tréguier; un rincón ideal y asombrosamente variado. Es posible que podamos
• a continuación, el archipiélago de Bréhat y el río Trieux, que es un .1 navegar por ahí durante va rios días;
conjunto aparentemente muy complejo; • por último, la Rance, cerca de Saint-Malo; donde parece posible
• la amplia bahia de Saint-Srieuc, que se extiende desde Paimpol al adentrarse profundamente e incluso escaparse por los canales hasta lle-
cabo Fréhel, con una gran zona arenosa; gar al Sur de Bretaña, ¡si la cosa decididamente se pone fea!
• y por último, otra zona muy recortada con profundas bahías y el l a torre de Salidor y la entrada
río de la Rance, antes de Saint-Malo. Por último solo nos queda fijar las escalas. de la Rance.

Las zonas que debemos evitar


• Con seguridad, toda la parte de la costa que se extiende desde
Aberwrac'h a la isla de Satz.
Hay corrientes violentas, escollos de un extremo al otro, y dificulta-
des para identificar con seguridad las marcas (¡los campanarios de Léon
son todos parecidos!) y no hay ningún resguardo importante: el asunto
queda resuelto en una página del Derrotero.
• La bahía del Mont-Saint-Michel, mal descrita y cada vez más inva-
dida por la arena, tampoco se puede frecuentar.

Los pasos difíciles


Son, sin ninguna duda, todos 105 lugares donde la corriente se acelera:
• las puntas: al Norte de la isla de Satz, de Sept-1Ies, de los Héaux-
de-Sréhat y del cabo Fréhel. Algunos de estos pasos se pueden evitar:
las islas tienen todas un canal hacia tierra. Hay otros pasos "inevita-
bles": como 105 Héaux y el cabo Fréhel. El Derrotero no menciona na-
da. Pero, respecto al Sur de Bretaña, sólo hace una discreta alusión a
las dificultades que existen en la Teignouse, donde recuerda que más
de una vez han salido de allí escarmentados ..
• 105 pasos muy estrechos: en relación con el paso entre Sept-Tles y
la costa, el Derrotero es muy claro: "En ese paso la mar es muy dura
cuando la corriente porta a barlovento";
• las bruscas subidas de los fondos: cuando se unen la corriente y
el viento, suele ser un infierno. Y ése es probablemente el caso del NE
de Sréhat, hacia el lado de la Horaine y de los Echaudés' (de ahí el
nombre).

* En español: los Escarmentados. (N. de la T.)


1 150 El crucero Crucero por la costa 1151

Puertos y abrigos • algunos puertos que disponen de dársenas durante el flujo, no só-
lo no son accesibles en cualquier momento, sino que muchas veces no
¿ Es necesario que estudiemos el balizamiento? Una simple ojeada a los
se puede salir de ellos. Perros-Guirec y Binic están a veces cerrados du-
libros nos indica que es perfecto. También vemos que los puertos son
rante tres días seguidos debido a las mareas bajas. i Es una trampa!
numerosos, pero la gran novedad que hay respecto al Sur de Bretaña
es que muchos de estos puertos no están "abiertos en todo momen- • los ríos, sin duda, tampoco son fáciles de remontar contra el vien-
to", sino todo lo contrario. to y la corriente;
Por lo tanto, tenemos que trabajar un poquito para averiguar: • según la dirección de los vientos, algunos puertos "se abren" y
otros "se cierran". En la bahía de Saint-Brieuc, con viento duro de No-
• 105 puertos accesibles a cualquier hora de la marea (o bien que
cuenten con un buen fondeadero de espera); roeste, Dahouet y Erquy son desaconsajables, y sin embargo Binic y
Saint-Quay-Portrieux resultan acogedores. Con viento del Nordeste,
• los puertos accesibles sólo a ciertas horas·
• los puertos cuyo acceso es dificil debido ~ la corriente o al viento:
ocurre lo contrario. Hay que resaltar, que conviene examinar el conjun -
Este último impedimento puede aplicarse también a los puertos de las to de la costa en caso de que sople Nordeste, pues i muchas de las
categorías anteriores. perspectivas cambian!
• Un punto importante: en caso de ma l tiempo ¿disponemos de
puertos de refugio en cua lquier circunstancia? En esta ocasión de-
Mientras hacemos este trabajo, podemos ir comprobando lo si-
guiente: bemos hacer un gran esfuerzo de imaginación para contemplar las si-
tuaciones más diversas. Un ejemplo: salimos de Saint-Malo con plea-
• los puertos grandes no son obligatoriamente accesibles en cual-
mar para arribar a Bréhat, con viento del Suroeste bastante fresco que
quier .mo,mento. Paimpol, no lo es; a su lado Pors-Even o Port-Clos, en
poco a poco va rolando al Oeste, y después al Noroeste arreciando; en
cambio SI lo son. Roscoff se vacía en bajamar, mientras que al otro lado
Puerto de va rada de Saint-Cast. de la bahía de Morlaix, Primel siempre tiene agua; alta mar frente a la bahía de Saint-Brieuc, la mar es muy gruesa y resul-
ta prácticamente imposible avanzar. ¿Qué hacemos? Estamos en baja-
mar y todos los puertos de la bahia de Saint-B rieuc están cerrados.
¿Debemos intentar resguardarnos en Saint-Quay y seremos capaces de
"aguantar" delante del puerto esperando que se abra? ¿No seria pre-
ferible darnos media vuelta y arribar a Saint-Malo con el flujo, incluso
aunque la travesía sea larga? Al parecer, en esta región el buen refu-
gio no es necesari amente el puerto más cercano y hay que ser ca-
paz de enfrentarse al mal tiempo para llegar allí.
• Poco a poco, según vamos entrando en los detalles, van apare-
ciendo gran número de posibilidades fuera de los puertos y resguardos
oficiales. Hay sin duda, gran cantidad de fondeaderos" de ocasión" pa-
ra elegir, para pasar una noche de buen tiempo y para esperar al cam-
bio de la corriente, o a que se abra un puerto. Es difícil enumerarlos to-
dos con antelación: hay cosas que sólo se pueden descubrir al contem-
plar el paisaje ..

La tripulación
Durante este estudio realizado en común, la tripulación (supongamos
que somos cinco) ha encontrado mil razones personales para navegar
por el Norte de Bretaña. Por ejemplo, están:
• los que quieren ir a toda costa a Roscoff para encontrar las huellas
de Tristan (orbiore y su balandro; ya Tréguier para hallar las de Ernest
Renan; y hay quien realmente quiere ir a ver la tumba de Chateau-
briand en el Grand-Bé en Saint-Malo;
1 152 El crucero Crucero por la costa 1 153

• la forofa de la orni tologia, que sueña con bordear la isla de Rouzic


para ver de cerca todo tipo de pájaros; y que además ha leido en una
Ejemplo de travesía
guia que a 7 km de 8inic, hay una ermita (hay que pedir la llave en la
casa de enfrente) donde cada año se celebra una "romería" a la que
por el Norte de Bretaña
em os d ec idido ir a Sai nt ~ Mal o. Zarpamos de Tr ég uir,
acuden 105 pajareros;
• el fanático de las Oreadas que ha señalado un montón de escollos H por ejemplo, por la mañana al principio del reflujo. Esta -
m os en la mitad de la marea, y todavía pod emos arribar a
especialmente interesantes; espera econtrarse con la mar "muy grue -
P ort~B l anc o a Perros. Vo lvemos a zarpar rumb o a Binic con
sa" que promete el Derrotero entre Sept-iles y la costa, anticipo del
el flu jo. A la mañana siguiente podemos ir a dar una v uelta
Pentland Firth donde, según asegura su libro de cabecera "cuando el
por el archipiélago de Bréhat, de do nde za rpamos en b a j a~
oleaje va en sentido opuesto a la corriente, se levanta una mar dificil de mar para arribar a Sa int ~ Malo ,
imaginar si nunca la hemos contemplado"; Hay que señalar que si hacemos un crucero de quince
• el que sueña con las islas del mar Jónico, y que pensándolo bien, días, es co nven iente dirigirnos a Saint~Ma l o du rante la pri ·
prefiere mojarse con los amigos en lugar de ponerse moreno solo. Se mera sema n a, pues dependiendo de la dirección de los
consuela al leer en alguna parte que el clima de 8réhat "es conocido v ientos dominantes, quizás necesitemos ti empo para volve r.
por su benignidad : allí crecen áloes, palmeras, mimosas e higueras, así
como todas las flores del Sur";
• la que quiere " ir a Dahouet por mar" porque tiene un amigo que ¿ Qué ritmo llevar?
no para de alabar la llegada a este pequeño puerto completamente in- Sin ninguna duda, vamos a intentar ahora algo más difícil que el Sur de
visible desde alta mar. iY hay que darse prisa antes de que lo transfor- Bretaña; es lo que queremos. Al parecer, la zona es muy bella y tendre~
men en una marina! mas viento; tanto mejor. Corremos el peligro de sufrir sacudidas de vez
en cuando: ¿qué importa? Pero la gran incógnita, evidentemente, es la
¿Que todo esto es pura imaginación? Quizás, pero suele ser así co~ famosa corriente, contra la que no se puede luchar. ¿Cómo la vamos a
mo nacen los planes para un crucero y como empiezan a tomar forma . manejar?
Aunque esto no es más que el principio; evidentemente, es necesario En este caso, podríamos aplicar la mayoría de los ritmos de crucero
que además de los deseos personales surjan objetivos comunes. Para comentados antes. Si nos gustan las grandes navegadas en alta mar, es
ello, la tripulación debe plantearse dive rsas cuestiones: el modo de na- muy posible realizarlas, pues ya hemos visto que se puede hacer un
vegar, su capacidad y la organización que deben prever. En este caso gran recorrido en una etapa. También podemos hacer etapas muy cor~
nos adentramos en un camino donde los datos objetivos no se cuestio~ tas sin alejarnos, jugando con la corriente entre las rocas. Si nos hemos
nan de modo aislado y donde resulta difícil establecer normas genera- marcado un punto de destino exacto, podemos muy bien llegar allí
les. Sin embargo, vamos a intentar seguir a nuestra tripulación en sus mientras tenemos la corriente a favor, y ponernos a resguardo durante
reflexiones. el cambio de dirección de la misma y volver a zarpar con el siguiente
cambio de corriente ..
Esta última actitud, sin embargo, no es muy satisfactoria, pues re~
presentaría una gran pérdida de horas de navegación, incluso aunque
pudiéramos aprovechar para visitar la región. En cierto modo, es negar-
se a entrar en el juego, intentar hacer un crucero corriente por una zo-
na que no lo es. De esta manera ¿no resultaría que nos quedamos en
segundo plano?
Puesto que deseamos navegar por estos parajes, sin duda es preferi-
ble decidir que la corriente no es un inconveniente. Y si de una vez por
todas, decidiéramos que no hay corriente contra ria, itodas las perspec-
¿la tripulación? Adem ás de la " meteo "
tivas cambiarían!
y de la forma de la costa, e l programa
Hablando claro, esto significaría que vamos a pasar todo el rato ha-
de un crucero también debe tener en
ciendo bordos y que la noción de "programa de crucero" se vería dete·
cuenta la tripulación, su capacidad, sus
riorada. Sin embargo, basta con que reflexionemos un instante sobre la
gustos y su potencia l dinámico.
1 154 El crucero Crucero por la costa 1155

carta: este modo de actuar no sólo no nos impedirá ir donde quera-


1 competente, es aquella en la que sus miembros poseen cualidades di-
mos, sino que en realidad nos permitirá ir aún más lejos.
Otra objeción: estas idas y venidas van a obligarnos a pasar y a volver
I versas y complementa rias . Nadie sabe hacerlo todo, pero hay quien es
capaz de perfilar una navegación precisa, otro gobierna estupenda-
a pasar diez veces por el mismo lugar. Pero. ¿es cierto esto? Suponemos ~ente en las ceñidas; hay quien no sabe lo que es el mareo y al mismo
que ya hemos navegado lo suficiente como para saber que en la mar el t~empo le encanta cocinar (¡qué suerte!); uno es un gran chapuzas y
lugar por el que pasamos no es nunca el mismo. Porque las condiciones tiene una habilidad especial para la marinería; a otro le encanta ocu-
del viento y de la mar han cambiado. o porque nosotros mismos hemos parse de las pequeñas reparaciones del material y tiene la estupenda
cambiado de humor (no somos los mismos después de pasar varios días manía de ordenarlo todo; hay otro que tiene el extraño poder de dor-
en la mar); y porque al pasar por segunda vez seguro que descubrire- m~rse instantáneamente en cualquier momento del día, lo que le per-
mos alguna cosa que no habíamos observado hasta entonces; y también m~t~ aguantar en pie toda la noche si es necesario; a uno le gusta ad-
porque la centésima vez que pasemos nos sentimos extrañamente con- ministrar los víveres y otro tiene una vista excepcional; uno tiene el don
tentos al reconocer "nuestro" paisaje. Es cierto que acabaremos cogien· de relajar el ambiente con una broma, cuando las cosas se ponen
do cariño a nuestras marcas, como antes nos ocurría con la torre de feas ... Con un abanico como éste, tenemos todas las posibilidades de
Fort-Cigogne, o el túmulo de Saint-Michel. En este caso quizás sea la navegar a cien por hora.
"esbelta aguja" de la iglesia de Plougrescant o el "campanario en forma
de casco" de Étables-sur·Mer. En nuestra primera ojeada, sentiremos ¿Quién será el patrón?
una especie de complicidad. En el fondo, ésta es la cuestión: ¿somos o "En un temporal, es necesario que la tripulación tema más al patrón
no sutiles? Ésta es la única y verdadera cuestión. que a la mar", decía antiguamente un viejo patrón de pesca, en la épo-
ca en que todavía existía una sana noción de la "dinámica" de grupo.
¿Somos "capaces"? En la navegación de recreo, el ambiente de a bordo, en principio es di-
No hay que lan zarse aún. El paisaje también tiene sus propias exi· ferente (¡pero no siempre!). Y lo es más si la tripulación está formada,
gencias. como en el caso actual, por amigos que acostumbran a navegar juntos.
• la marea manda: muchas veces podemos perder un día entero de Sin embargo, incluso en este caso, resulta interesante elegir un patrón,
mar por habernos retrasado sólo unos minutos al despertarnos. ¿So- pues es una comodidad vital. No podemos imaginar unas buenas con-
mos capaces de imponernos un mínimo de disciplina en los horarios? diciones de vida a bordo sin una cierta coherencia, sin coordinación en
• No todos los puertos son accesibles en el momento en que quere- todos los aspectos: maniobra, navegación, mantenimiento del barco
mos. ¿Somos capaces de aguantar en la mar, si es necesario, en condi- en definitiva, del ritmo de vida, sin una cierta "vista de conjunto" . Co~
ciones algo difíciles? Si todos nos mareamos ¿qué ocurrirá? mo suele ser raro que cinco " vistas de conjunto" concuerden perfecta-
• En materia de navegación, intuimos que habrá que trabajar con mente y que ponerse de acuerdo puede ser largo e incómodo, ¡tiene
bastante rigor. Algunas aproximaciones, aceptables en el Sur de Breta- que ser uno el que "mande"!
ña, ciertamente no lo serán aquí sin exponernos a graves riesgos . ¿So- Dicho más sutilmente, es conveniente que haya alguien que en cual-
mos suficientemente competentes? quier momento del crucero tenga una conciencia clara del nivel de apti-
Resumiendo, parece necesario que por lo menos dos o tres miem- tud de la tripulación. Esto es importante, pues el programa debe ir
bros de la tripulación sean fuertes y competentes. Uno solo no pue- adaptándose continuamente. Esta aptitud va evolucionando sin cesar:
de ocuparse de todo a la vez, gobernar, hacer la navegación y coger aumenta si el grupo funciona bien, lo cual permitirá realizar eventual-
un rizo. mente un programa más ambicioso que el previsto; y también puede
Sin embargo esto sólo no es una garantla de que todo vaya a salir disminuir con el cansancio, e incluso caer en proporciones dramáticas si
bien. Habría que realizar un análisis todavía más profundo. ¿En qué la gente se empieza a llevar mal. Es conveniente que haya alguien que
consiste la verdadera aptitud de una tripulación? El hecho de que todo tenga perspectiva y esté preparado.
el mundo posea un alto nivel técnico no garantiza nada. (Incluso nos . De u~ crucero a otro, si navega siempre el mismo grupo, habrá que
atrevemos a decir que suele ocurrir lo contrario. No hay nada más mo- Ir. cambiando de patrón. Para este crucero ¿por qué no elegir, por
lesto, y más peligroso, que una tripulación formada por "pequeños pa- ejemplo, a la que tiene un amigo en Dahouet? Este amigo podría con-
trones" en la que cada uno quiere imp"oner su parecer. En una tripula- vertirse en el sexto miembro de la tripulación, el que participaría en el
ción con un nivel técnico variado, el ambiente es mucho más rico, ¡el crucero de un modo muy especial sin abandonar la tierra firme: es de-
saber y la ignorancia compaginan bien!). En el fondo, una tripulación cir, como corresponsal en tierra.
1 156 El crucero Crucero por la costa 1 157

¿Quién será el corresponsal en tierra? perativos que conlleva el hecho de alquilar un barco. Lo primero que
El amigo de Dahouet será un perfecto corresponsal en tierra: hay que hacer es entrecruzarlos de modo claro.
• si ya ha navegado antes por el Norte de Bretaña y conoce bien las
dificultades; Los hilos principales
• si sabe apreciar con juicio los diferentes matices de una situación 1.0 Decidimos que la navegación, en principio, se hará de día. Pero
meteorológica; teniendo en cuenta la diferencia diaria de la marea, es probable que
• y sobre todo si conoce bien al patrón. Esto es vital: debe ser capaz también naveguemos de noche, con el fin de no pasar demasiadas ho-
de imaginar las reacciones de éste en distintas circunstancias. para po- ras esperando en el puerto: si por cualquier razón no podemos salir de
der interpretar correctamente, si fuera necesario, un silencio o un retra- Perros en la pleamar de las 10h de la mañana, no vamos a esperar
so. y todavía más, so pena de parecer indiscretos: es deseable que la s otras veinticuatro horas para salir! Sin embargo, no haremos navega-
relaciones entre el patrón y el corresponsal en tierra sean de complici- ción nocturna en condiciones difíciles: queda excluido, por ejemplo,
dad, que sepan comprenderse sin palabras. Lo ideal es que hayan nave- "forzar la entrada en un paso" por la noche.
gado ya juntos: de este modo el corresponsal sabrá qué tipo de "sue- 2.° No se organizarán guardias durante todo el tiempo que dure el
ño " intenta el patrón al salir a navegar y podrá adivinar matices más o crucero, aunque quizás resulte necesario; habrá que planearlas con
menos subconscientes ¡en las claras intenciones que le comunicarán! tiempo suficiente y ¡el patrón deberá ser capaz de mandar a la gente a
La vida de algunas personas puede depender de esta clase de sutilezas. dormir temprano!
Evidentemente, en este caso estamos hablando del corresponsal 3.° No nos enfrentaremos voluntariamente al mal tiempo: es ridículo
ideal. Si el amigo de Dahouet no tiene todas estas cualidades y si no hacerlo durante un crucero por la costa, donde siempre tendremos cerca
encontramos a nadie más competente para desempeñar este papel, rocas y escollos. Si surge el mal tiempo, simplemente nos resguardaremos.
podemos elegir muy bien a otro amigo que viva en Chateau-Chinon, 4.° Teniendo en cuenta los problemas que ocasiona la marea, hay
por ejemplo. Alguien que sea competente puede hacer este trabajo que prever una gran autonomía (esta observación influirá además a la
aunque viva muy lejos. De todas maneras, esté cerca o lejos, sea buen hora de elegir el barco). Tendremos siempre víveres para dos o tres
marino o regular, es necesario contar con un co rresponsa1. días, pues no siempre haremos escala en lugares donde haya tiendas
Después, resulta decisivo respetar ciertas normas estrictas. El patrón bien surtidas -ni quizás en horas en que estén abiertas.
debe comprometerse a llamar por teléfono en cada escala; para informar 5.° Hay una norma muy conveniente y es que al principio del crucero
de sus planes y fijar la fecha de la próxima llamada. Por su parte, el co- hay que zarpar con vientos portantes, por lo menos eso que llevaremos
rresponsal debe mantenerse vigilante de verdad y pensar continuamente adelantado. Hay gente que se imagina que saliendo con viento de proa
en el barco ... Y, por supuesto, saber el modo de conseguir medios rápi- a la vuelta ¡forzosamente tendrán vientos portantes! Sin embargo la
dos de rescate por si fuera necesario. Será conveniente que le informe- experiencia demuestra, que tratándose del viento no hay justicia.
mos de las características del barco que vamos a alquilar: clase, nombre, 6.° Por último queda un imperativo: tendremos que estar a barloven-
número de matrícula, color del casco y de las velas, así como el número to del puerto de vuelta por lo menos dos dias antes del final del cruce-
de las velas. También será necesario darle 105 nombres y direcciones de ro, para estar seguros de poder devolver el barco a tiempo.
todos los miembros de la tripulación con objeto de que eventualmente
pueda transmitir algún recado. Si los acuerdos a que han llegado el pa- y ya no queda más que fijar los limites de la tela*, es decir el "peri-
trón y el corresponsal en tierra se respetan cuidadosamente, dispondre- metro de navegación ", y elegir el puerto de sa lida.
mos, sin lugar a dudas, de una garantía de seguridad fundamental. Después, ya podemos empezar a bordar.

Los límites
Trama o esquema del crucero Al estudiar la zona hemos visto cuáles eran los límites de la cuenca: al
Una trama, urdimbre o cañamazo, es una tela gruesa formada por hilos Oeste la costa no cuenta con ningún abrigo desde la isla de Batz hasta
entrecruzados que sirve de base a los bordados que realizan las damas .. Aberwrac'h; al Este, no es conveniente aventurarse en las inmediacio-
En este caso los hilos de la trama son de distinta naturaleza; son las nes de la costa del Cotentin, sobre la que el Derrotero hace una des-
normas adoptadas en función de la aptitud de la tripulación y de las ca- cripción absolutamente dramática.
raderisticas de la zona, del ritmo de vida que queremos llevar, de la!
reglas de seguridad elementales, de las manias personales y de los im-
• Se compara el crucero a un lienzo de hilos entrecruzados .. (N. de la T.)
1158 El crucero Crucero por la costa 1 159

Por lo tanto, el perímetro se extiende desde Roscoff a Saint-Malo. viento del Suroeste para la travesia de ida y viento del Noroeste para el re-
Pero estos límites no 50n obligatorios. Puede que vayamos más lejos o greso? Pero, en fin, si el mito sobre estas islas no os intriga, y tampoco el
que n05 quedemos más cerca, dependiendo de las circunstancia s y del de Ouessant, debemos decir que no se trata de etapas habituales. Simple-
estado en que se encuentre la tripulación. mente. si se presenta la ocasión, no hay que descartarla por sistema.
En el caso de que estemos en Roscoff y las previsiones indiquen que el
Elección del puerto de salida
viento va a soplar del Este durante las próximas veinticuatro horas, ¿por
Según nuestros principios:
qué no intentar un salto rápido a Aberwrac'h o incluso a Ouessant si hace
• si queremos zarpar con vien tos portantes. más vale no elegir
buen tiempo y esta despejado' Igualmente, si estamos en Saint-Malo y la Sain t-Malo ..
tripulación funciona a tope, ¿por qué no aprovechar el paso de una pe- • si queremos estar a barlovento del puerto dos dias antes del final
queña depresión para ir a dar una vuelta a las islas Anglo-Normandas. con del crucero, tampoco debemos elegir Roscof!.

¿Por qué pararse? Los bandazos, los rociones, la salsa vinagreta por todos lados, el jugo de los ca lceti nes, los
moratones, las vomitonas, el frío, el viento, la lluvia, la falta de sueño, la falta de espacio vital, la
rimero, porque es· lo que ocurre en la vida misma, sa limos, nos paramos, y vo lvemos a salir. porquería, el desorden ... ¡¡Quiero irme co n mi mamá!! y largarme ... Si esto no se para VOY A PO-
P ¡Verdaderamente, no podemos estar siempre en marcha! Y lu ego, por mi les de razones con-
cretas. La primera es que un puerto es algo que nos tiende sus brazos, que está hecho para pa-
NERME A GRITAR. Es algo que sienta tan bien, pararse de vez en cuando. Y además ¡todavía no os
he hablado de la tensión nerviosa!
rarse. Porque vivir durante equis tiempo encerrado en un po zo con los mismos seis o siete co legas ...
Claro que también hay un montón de razones materiales y técnicas: hay que coger agua, víve- es para vivir lo. Sobre todo cuando no ti enen con ellos ni a su Eva ni a su Adán.
res, etc. Pero eso no es problema, se puede hacer todo al principio si es necesario. También pue - La s pequeñas manías de unos y de otros, los cam bios de humor de todos, los que no se lleva n
de que estemos hartos de esta r en un barco que apesta, y que está un poco sucio, y quizás ten - bien y los que se llevan demasiado bien , los que quieren té y los que prefieren el café, los que fu-
gamos ganas de hace r una limpieza general, en plan tranquilo. Y no vaya hablar de reparacio- man y los que beben, los que adoran a Kim Bassinger y los que prefieren a Popeye. Los que repi-
nes, porque sobre eso no hay nada que decir, cuando la cosa se fastidia, ya no anda más. Y hay ten siempre lo mismo y los que no dicen absolutamente nada. La chica que va perdiendo las plu-
que pararse. mas de su saco de dormir ¡pero bueno! ¿será posible? y el tío que se está todo el rato rascando ...
Bueno, ahora vaya confesar las verdaderas ra zo nes. Tal como se se suele decir, los elementos
Humanos y Estéticos. Muy importantes, los dos, realmente. ¡EN ALTA MAR, AIRE O EXPLOTO!
No estamos aquí para que se metan con nosotros (estribillo popular) sino para conocer la re-
gión. La tierra vista desde la mar ¡no es lo mismo que la tierra vista desde la tierra, jolín! Es la Puede que la cosa explote o que se pare. Entonces, qué maravilla poder tener la impresión du-
otra cara de la moneda. Y esta cara, muchas veces es más emocionante que la otra. No hay nada rante unas horas para ser AL FIN LIBRES, Y DE ESTAR AL FIN SOLOS. Y además, es que los co legas no
compa rable a una arribada a puerto. Y yo, no es por nada, pero siempre siento como un vuelco tienen para nada el mismo aspecto en tierra que en el agua. ¡Hay cosas que pasamos por alto en
en el corazó n. No hay ningún puerto que se parezca, pero todos son igual de atractivos. Y luego, el barco y que saltan a la v ista en tierra firme!
el gran compañerismo de los demás barcos en el fondeadero ¡Ah! Es decir, que hay que airearse, pues co n eso no hacemos mal a nadie. Incluso nos v ien e bien a
Esto en cuanto a la estética y todo eso, pero como no todos somos estetas, ahí va mi segunda todos. y luego estaremos más a gusto. Dicho esto, y como la respuesta a la primera pregunta ha
serie de argumentos. sido un poco larga, vamos a ser breves para las siguientes:
Una escala significa la posibilidad de conocer nuevos lugares, y también de cometer nuevos
despistes, hablar con otras gentes, arrastrar las botas por ciudades desconocidas. visitar tascas • Si nos cansamos. debemos bajarnos del barco. pues en otro caso no vale la pena segu ir. No
simpáticas, discutir en viejos cafés llenos de humo, atarse por unos momentos a la ilusión de somos caracoles.
una vida más sociable o menos solitaria, o menos artificial, como queráis, en resumen, ir a algu- • En tierra, podemos hacer excursiones y no parar un minuto. Además, podemos hacer de to-
na parte concreta. do, una visita a los museos y otra a las pastelerías.
Todo esto en lo que se refiere a lo humano, pero como no todos somos humanos (iqué ca- • Podemos discutir si es lo que nos apetece en ese momento .
ramba, también hay animales entre los patrones!), expongo a continuación mi tercera serie de • Podemos seguir o no. Según nos dé, pero la mayoría del tiempo nos alegramos tanto de
razones. sentirnos libres que ya no podemos separarnos.
y ahora, espero que no me resu lte difícil, porque la FORMA, jeso es sagrado! • ¿Por qué razón decidimos volver a zarpar? Bueno, pues para esto hemos venido, y ¡no hay
Bueno, ahora, supongamos que hay un poco de viento y que, justamente, como por casua li- llegadas sin sa lidas!
dad, zarpamos con v iento de proa que dura unos 15 días ... No es necesario que os lo describa
(Extracto de una encuesta sobre ~ La escala en el crucero publicada e~ la Revista Glénans.)
H

¿verdad?
1160 El crucero Crucero por la costa 1161

mayores ( iY 105 dias más largos!). De todas formas, para tener la seguri-
dad de disponer de un barco en el mes de julio, hay que reservarlo con
mucha anticipación. El Salón Náutico de París que suele celebrarse en di-
ciembre es un momento interesante, sobre todo cuando en esas fechas
las agencias de alquiler desean disponer de liquidez y suelen hacer des-
cuentos.
El segundo inconveniente es que a menos que vivamos donde se en-
cuentra el barco o en las proximidades, no tendremos ni idea sobre el
estado exacto en que se encuentra el barco que nos ofrecen. No es que
queramos un barco completamen te nuevo (al contrario: en uno qu e ya
ha navegado un poco, todo lo que tenia que aflojarse ya está suelto!),
pero ... qué se yo, nos apetece saber cómo está.
En definitiva, el único problema consiste en ser capaces de entablar
Salida de los barcos de crucero e l un diálogo preciso con el encargado del alquiler. Esto apenas se hace y
sábado, a la hora en que se abre la es una pena. Si sabemos exactamente lo que queremos, no sólo en re-
esclusa de l a dársena de Paimpol. lación con el barco, sino también respecto al material que debe incluir-
Lo ideal sería, evidentemente, encontrar un puerto situado aproxi- se a bordo del mismo y si no somos capaces de explicar por qué motivo
madamente en el centro de la cuenca. Tenemos un amplio surtido: Pe- lo queremos, será raro que lleguemos a entendernos.
rros-Guirec, Tréguier, lézardrieux y Paimpol.
Por supuesto, debemos comprobar que es posible alquilar un barco La elección del barco
en cualquiera de estos puertos, pero también debemos asegurarnos de Antes q~e nada, tenemos que saber qué tipo de barco conviene a
que encontraremos los víveres necesarios; que será fácil transportar el nuestro estilo de crucero:
material a bordo y, por último, que podremos volver fácilmente des- • un barco "marinero", evidentemente, es decir resistente, bien
pués de realizar las primeras pruebas en la mar para acabar de comple- protegido, con una jarcia robusta; un barco potente, capaz de ganar
tar el armamento. si es necesario. barlovento con tiempo duro (fuerza 7 por lo menos) sin que todo, a
Sin duda, en Perros y Paimpol podremos realizar un aprovisiona- bordo, se ponga irremediablemente empapado. Una colchoneta bien
miento completo, y en buenas condiciones, pero no es posible entrar seca es un elemento de seguridad innegable;
en estos puertos en cualquier momento. Sí podremos entrar en Lézar- • un barco con poco calado y que se pueda varar con facilidad,
drieux, pero el aprovisionamiento quizás sea algo escaso. Tréguier es
una ciudad agradable, pero la entrada del rio es un lugar delicado, muy
poco indicado para realizar las primeras pruebas. Lo mejor será elegir
entre Perros y Paimpol.

EL ALQUILER DEL BARCO


Pasemos ahora a los problemas de tipo práctico. Tras un acuerdo conmo-
vedor, la tripulación ha decidido que corresponde al patrón encargarse
de las "formalidades" del alquiler, asi como leer atentamente los contra-
tos, estudiar cada una de las cláusulas, todo lo relativo a la fianza, etc.
Al cumplir todas estas formalidades, comprobamos que si bien es
cierto que el alquiler presenta grandes ventajas (mucha libertad y pocos
problemas) no está exento de inconvenientes. Lo primero que observa- lA tal señor, ta l honor! Vuestro
mos es que si hubiéramos podido hubiera sido mejor navegar en junio interlocutor debe ser serio y
que en julio, pues el precio es menos caro y las posibilidades de elección competent e.
1 1 62 El crucero Crucero por la costa 1 163

Paisajes del Norte d e Bre taña: puesto que hemos decidido que ¡vamos a visitar todos los rincones de
1. El faro de la is la de l ouet e n la bahia la costa! Un derivador lastrado nos vendría estupendamente;
de Moralix. • ¿qué tamaño deberá tener el barco? Deberá poder garantizarnos
2. Navegación por libre bordeando e l la autonomía que deseamos para hacer etapas que no tengan que fina-
gran ca nal del Trie ux. lizar forzosamente al acabar el día . Debe ser lo suficientemente amplio
3. Marea baja a l Sur de Bré hat . y estar bien equipado para poder cocinar en la mar, hacer la navega-
4. Entre las rocas. ción en buenas condiciones y, sobre todo. poder descansar de verdad:
5. Tonic 23 navegando e n la bah ia de que dos o tres tripulantes puedan dormir mientras los demás están de
Sa int· Brieuc. guardia.
Al mismo tiempo, no debe ser demasiado grande, por diversa s ra -
zones, En primer lugar, cuanto más grande sea, más caro será. Y si
es demasiado grande, no podremos fondear en todos 105 fondeade-
ros exterio res que queramos. Si, para hacer las maniobras, es nece-
sario contar con toda la tripulación, no podremos planear etapas
muy largas ..
Asimismo, se trata de averiguar si estamos preparados para hacer
concesiones a la incomodidad. Cinco personas pueden vivir muy bien
en un barco de menos de ocho metros, y no es necesario que la altura
de los baos sea muy grande, si la artrosis todavía no ha hecho estragos
entre nosotros.

El material necesario
¿ Qué categoría de navegación debemos elegir para cumplir nuestro
"programa"? La 4. a categor ía nos permite alej arnos hasta 20 millas de
un resguardo, la 3. a categoría, hasta 60 millas*. Midiendo las distan-
cias en la carta, vemos que el material de armamento de la 4. a catego-
ría es suficiente como para llegar a Jersey si zarpamos de Saint-Malo
(contando con el posible resguardo de las islas Chausey durante la tra-
vesía), y que no lo es saliendo desde Paimpol. .. Categorías e y B en España.
Debemos tomar una decisión. De todas formas, el " material regla- (N. de la T.J

Material de arma mento Obligatorio


5 para la 4' categoria de navegación.
1164 El crucero Crucer o por la costa 1 165

mentaría" difiere muy poco de una categoría a otra. Lo que importa l a balsa salv avidas
realmente es conocer con exactitud la calidad de dicho material. Mu- ¿Podrían proporcionarnos un barco insumergible?
chas veces el encargado del alquiler nos dice, como de pasada, que el Si no tienen, ¿podríamos disponer de una lancha de IV clase (aun-
barco dispone del "material obligatorio para su categoría". Pero, debe- que naveguemos en 4. a categoría)?
mos saber algo más y pedir una lista detallada con una descripción so- Si tenemos que conformarnos con una balsa de V clase, ¿sería posi-
bre el material. Cuando menciona el compás, ¿a qué tipo de compás se ble ver una desplegada? En caso contrario, ¿podrían decirnos qué mo-
refiere? El juego de velas ¿ incluye realmente un génova, foque 1, fo- delo es, para que podamos ver una igual en el concesionario de la
que 2 y tormentín? Asimismo, en lo que respecta a la seguridad, el ma- marca?
terial obligatorio no nos parece realmente suficiente; antes de firmar el
contrato, es deseable que lleguemos a un acuerdo sobre algunos pun- El bote au xili ar
tos esenciales. En caso de que no podamos disponer de una lancha de IV clase, nos
hará falta un bote auxiliar. Deberá ser lo suficientemente marinero (con
los fondeos un fuelle cómodo y pagayas resistentes) como para que tres personas
El fondeo único, obligatorio en barcos de menos de 9 metros (un ancla puedan ir a llevar un fondeo con mal tiempo.
de 10 kg, Y 8 metros de cadena de 8 y un cable de 14, todo de una Evidentemente, estas necesidades pueden incrementar el coste y
longitud igual a cinco veces la eslora del barco) es probablemente un es lógico. Pero sin duda, podremos ahorrarnos dinero en lo que res-
poco escaso. Por un lado, porque es el único fondeo y puede ocurrir pecta al motor, porque no nos parece algo indispensable para nues-
que lo perdamos. Y por otro, porque nos parece algo corto y en ese ca- tros planes.
so tendremos que fondear en lugares donde hay de 6 a 10 metros de
agua en bajamar, es decir de 15 a 20 metros en pleamar.
La solución consiste quizás en llevar a bordo todo lo necesario para LOS PREPARATIVOS
hacer un segundo fondeo, o para alargar el primero, es decir otra ancla
de 10 kg, Y un cabo de 100 metros con algunos metros de cadena. Mientras esperamos para ver el barco de cerca, vamos a ocuparnos de
Una pequeña ancla de emergencia y un cabo ligero de 100 metros nosotros. Hay dos cuestiones fundamentales : ¿Qué nos vamos a po-
no nos vendrían mal, para poder fondear en alta mar, si es preciso, con ner? ¿Qué vamos a comer?
calma chicha.
El saco del marinero
los chaleco s En la mar, sin lugar a dudas podemos llevar conjuntos de última moda,
Nos parece indispensable disponer de chalecos con arnés incorporado y si lo que queremos es marcar la distancia a la que estamos de la civiliza-
de talla única: son los únicos que nos ofrecen todas las garantías que ción. Pero, desgraciadamente, para eso tendríamos que llevar un mon-
necesitamos. tón de prendas inútiles y quizás olvidarnos de lo principal, que es poder
(En realidad, si vamos a seguir navegando en barcos de alquiler, sin disponer de lo necesario pa ra protegernos del frío y de la humedad, y a
duda acabaremos por comprarnos nuestros propios chalecos, lo cual veces también del calor.
será más seguro. Pero mientras nos planteamos el tema, si Jos chalecos
del barco son igual de buenos o mejores que los nuestros i no vale ·Ia la ropa
pena cargar con ellos!) Lo más sencillo es llevar dos conjuntos completos:
• un conjunto para el frío: pantalón, camisa gruesa, un chandal gor-
Medios para rescartar a un hombre del agua do, calcetines de lana, ropa interior adecuada (resulta útil saber que,
Con el fin de poder aparejar la guindola salvavidas con su luz f lotante, aunque las fibras modernas tienen muchas ventajas, también tienen se-
según la manera indicada en un libro al que tenemos mucho cariño (y rios inconvenientes cuando tenemos que llevarlas mojadas mucho
que cuesta poco), nos gustaría poder disponer de una guindola con an- tiempo, por ejemplo en una balsa salvavidas). Únicamente el algodón,
cla flotante con una luz f ija no centelleante, y una rabiza. la pura lana y la pura seda, incluso mojados, no producen irritación);
No d ebe mos conformarnos con los Otra cuestión, ¿es que el barco lleva lo necesario para poder izar a • otro conjunto más ligero: un pantalón largo o corto de Tergal, ca-
chalecos qu e vienen e n el ba rco un hombre a bordo (escala, aparejo o trapa de botavara para hacer de miseta, chandal fino y calcetines de nylon.
alquilado .. apa rejo)?
1 166 El crucero Crucero por la costa 1167

Con estos dos conjuntos podremos formar un tercero, si fuera preci-


so, y si hiciera un frío horroroso. Podríamos ponernos varios chanda ls y Botiquín básico Medicinas
varios calcetines unos sobre otros Y, si encima, nos ponemos un buen
chaquetón de los que se utilizan para las guardias, guantes y un gorro • Termómetro • Aspirina , Optalidón
• Tijeras, pinzas de (dolor de cabeza)
O pasamontañas, podríamos ir hasta el Spitzberg.
disecar, suturas con aguja • Vol taren colirio
Lo más importante, es sentirnos cómodos en todo momento. Los va- 4/0 ó 5/0 (conjuntivitis)
queros, por ejemplo, tan de moda, no están hechos realmente para na- • Mercromina, un frasco • Gelocatil (Paracetamol)
vegar, pues son demasiado estrechos, no podemos meter nada en los • Betadine tópico • Fortasec; Protector
bolsillos y tardan mucho en secarse. Nos vendrá mejor llevar unos pan- • Agua oxigenada, 1 (diarrea)
talones viejos de lona. frasco • Micralax; Enema Casen
• Flamazine o Furacín (estreñimiento, ¡muy
El traje de aguas (pomada para quemaduras y frecuente a bordo!)
La elección del traje de aguas es muy importante. Hay trajes de aguas úlceras infectadas) • Solumoderin; Urbason
• linitul antibiótico, 1 caja 40 mg (shocks, alergias)
de todo tipo: tipo abrigo, trajes de una pieza, chaquetas y pantalones.
(metálica) • Azitromicina; Zitromax
A bordo de un barco pequeño de crucero, la mejor solución es el con-
• Compresas estériles, 1
junto de chaqueta y pantalón . caja Esta lista constituye el mí-
Para que la chaqueta sea impermeable del todo, debe llevar un do- • Algodón hidrófilo , 1 nimo necesario. Todos estos
ble sistema de cierre (botones o cremallera y una solapa unida por me- bolsa de 100 g medicam entos deben guar-
dio de una tira de Velero); en los puños, una cinta de punto ajustada; y • 1 gasa de 5 cm darse en una caja metálica,
bolsillos (con solapa con Velero) que no comuniquen con la parte inte- • 1 gasade10cm tipo lata de galletas de 1 kilo .
rior. Y así y todo, queda el grave problema de la estanqueidad en el • 1 venda de 5 cm Hay que ce rrar la tapa de la
cuello: debemos ponernos un prensa-estopas. Lo ideal es utilizar una . 1 venda de 10 cm caja con cinta adhesiva para
toalla de felpa, y llevar varias. El pantalón debe ser bastante alto para • Sutura adhesiva proteger los productos far-
Leukostrip macéuticos de la humedad.
que quede bien cubierto por la chaqueta, y ser de tirantes, sin bragueta
• 1 rollo de esparadrapo
ni aberturas laterales.
de 2cm
• 1 rollo de venda elástica
El calzado de 8 cm (Tensoplast)
En verano, las botas no resultan nada útiles, pues pesan mucho, se en- • Tiritas
sucian con facilidad y cogen olor ... Vale más llevar zapatillas de suela
antideslizante, de deporte o de otro tipo, o incluso esas horribles san-
dalias de goma que tienen la ventaja de no resbalar nunca, ni siquiera
en una bodega empapada de gas-oil. Ir descalzos por el barco está to-
talmente desaconsejado, pues no tenemos tantos dedos en los pies co-
mo para írnoslos dejando en todos los obstáculos que encontramos a
nuestro paso.

los accesorios indispensa bles


• Por supuesto, una navaja. Plegable (¡a poder ser!) Y lo más senci-
lla posible. ¿Quién no ha perdido nunca la navaja? Navaja de bolsi llo, estuche de
• Una linterna estanca con pilas nuevas y una bombilla de res- medicina s, linterna estanca, gorra
puesto. y gafas de sol son objetos
• Un pequerío botiquín personal para no gastar el del barco: algu- " indispensables " de un buen tripu lante.
nas vendas, tiritas, algodón, mereromina, alcohol, aspirinas y lo que Si enrollamos los objetos personales y
normalmente tomemos para el mareo .. los sujetamos con elasticos ganaremos
El "hom bre del casco" en la mar. • Una bolsa de aseo (incluso los chicos). mucho espacio.
1168 El crucero Crucero por la costa 1169

• Por supuesto, un saco de dormir y un bañador. cena, tranquila y abundante si estamos fondeados; y además, las "co-
Lista recordatorio: • Un estuche duro para las gafas. sas de picar" para la noche, si todavía nos pilla navegando ..
• Documentación personal.
• Traje de agua comp le- • Y, para el patrón: un despertador. ¿Cómo organizar todo esto? Sabemos que en la mar existe una rela-
to
ción muy estrecha entre gastronomía y meteorologia, y por lo tanto
. 3ó 4 toallas de felpa La intendencia una total incertidumbre, si no sobre (a calidad de la comida, al menos
• 1 chaquetón para las
guardias Hay quien antes de salir d e crucero, se dedica a consultar grandes sobre la cantidad que hay que llevar. Evidentemente, puesto que va-
obras filosóficas que tratan el espinoso asunto de las relaciones entre mos a realizar un crucero por la costa, si queremos podremos ir com-
• , gorra
• 2 chandals (por lo me- los seres humanos. Nosotros, únicamente diremos que cu ando la gen- prando cosas a diario, pero en ese caso apenas navegaremos. Si no
nos) t e co m e bien, se ll eva b ien . queremos perder el tiempo. y si estamos haciendo un crucero, por
• 2 camisas ejemplo, de dos semanas, una solución muy cómoda consiste en dividir
. 2panta lones Sin embargo, no debemos tomar el tema a broma: la cuestión de 105 el tiempo en tres "etapas" de cuatro días. Al principio se hacen 105 me-

, panta ló n corto víveres al comenzar el crucero debe tratarse de un modo absolutamen- nús para las dos primeras etapas y se compra:

Ropa interior te serio y en sesión plenaria. Antes, debemos saber lo que le gusta a • todo lo necesario para la primera etapa: los productos frescos y lo

Pañuelos cada uno y lo que no pueden ni ver. Después, hay que hacer 105 me- que podriamos llamar los "productos básicos": legumbres, conservas,

Bañador nús, pues hacer la compra sin una idea previa es cometer el peor de 105 condimentos y bebidas de todo tipo;
. 3 pares de calcetines
errores. • los productos básicos para la segunda etapa.
• Pijama
• Saco de dormir ¿ Cómo podemos hacernos una idea del número y del volumen de Así tendremos provisiones siempre: si hace buen tiempo, devorare-
• Bolsa de aseo las comidas que vamos a hacer? En la mar, no sucede lo mismo que en mos todos los productos de la primera etapa, y los productos básicos
• Botiquín personal tierra: es raro que hagamos comidas copiosas mientras navegamos, pe- de la segunda tanda nos evitarán que pasemos hambre; y si hace mal
• Navaja ro, como desplegamos una gran actividad física, casi siempre tenemos tiempo, sobrará comida y, al hacer la segunda compra, seguiremos la
• Lint erna estanca hambre. Por este motivo, no planearemos tres comidas, sino cinco o misma norma, para poder disponer de todo lo necesario para la segun-
• Despertador para e l seis. Es muy importante hacer un desayuno abundante; da etapa y de los productos básicos de la tercera. A partir de ese mo-
patrón. después el "bocadillo" de las 10h que sirve para mantener el buen mento ya tendremos práctica y sabremos perfectamente lo que hay
humor y nos permite aguantar hasta mediodía; la comida, más o me- que comprar para aguantar hasta el banquete final.
nos completa según las circunstancias; luego, la merienda (té o café En cuanto a lo que debemos comer y beber, simplemente diremos,
con leche y bizcochos, u otra vez embutido, si somos de pueblo); y la sin querer ofender a 105 especialistas en dietética, que navegando en
crucero la comida debe ser ante todo apetitosa -teniendo cuidado de
que no lo sea demasiado ... Para que el sistema funcione bien, es nece-
sario que alguien se encargue del tema en todo momento. Tarea que
no tiene por qué relegarse a las chicas, como tampoco la cuestión de
cocinar. En realidad, es asombroso lo que son capaces de hacer los chi-
cos en cuanto no se les limita a las ingratas necesidades (ejercer una
profesión, traer dinero a casa ... ) que antes eran sus obligaciones.
(Y, ya que estamos metidos en harina, aún diremos más, pues se
cuenta por ahí que algunos viejos responsables del Centro de Navega-
ción de Glénans, al hacer balance de varias decenas de años de dedica-
ción, comentan por lo bajini que a fin de cuentas a los chicos se les da
muy bien la cocina y que las chicas gobiernan mejor los barcos. Lo cual
es un tema de discusión ideal para las interminables guardias de noche
o para el final de las humeantes tertulias.)

La estiba
l as cenas en e l fondeadero son siempre Ya tenemos el barco. ¡Lo primero que comprobamos es que es dema-
más abundantes. siado pequeño para meter en él todo el material! Y, sin embargo, tie-
1 170 El crucero Crucero por la costa 1 171

ne que entrar. Cada objeto debe ocupar un lugar determinado y no dente se puede volver loco y los bizcochos secos pueden dejar de estar-
hay que sacarlo de ahí más que para utilizarlo, volviendo a ponerlo lo. Como no podemos asegurar que todo va a estar perfectamente cal-
después rápidamente en su sitio. Esto es importantísimo para el buen zado durante quince días, hay que tomar algunas precauciones:
ambiente del crucero: cuando las cosas están ordenadas. la gente • evitar los envases de cristal (como dice Jacqu€s Prevert, es horri-
se lleva bien . ble oir el ruido sordo del bote de mermelada al caer al suelo y rom-
perse ... );
Los víveres • elegir productos cuyo envase sea resistente. Y si éste es sólido,
Se dice siempre que hay que hacer un plan para estibar 105 víve res y no tocarlo. Por ejemplo, no cortar la punta de los tapones de los botes
es una sugerencia muy respetable. Pero, en realidad, no es más que de detergente, pues si lo hacemos el crucero quedará marcado para
un buen deseo. Por lo menos, es conveniente que el encargado de la siempre con el recuerdo del olor dulzón del liquido lavavajillas derra-
intendencia supervise la maniobra y que todos estemos presentes al mado por las sentinas; y para colmo, de color rosa y de los que hacen
colocar los víveres, pues una tripulaci ón es también una memoria co- pompas.
lectiva .. .
Lo ideal es tener cerca de la cocina, es decir del infiernillo, va rios Los objetos personales
armarios, estantes y cajones donde podamos colocar la comi da nece- Respecto a este tema, sólo existe un enemigo: la humedad, y siempre
saria para veinticuatro o cuarenta y ocho horas; es decir, un pequeno la misma solución: repartir los objetos cuanto podamos.
almacén que iremos reaprovisionando después desde otros lugares de Podemos dividir la ropa en tres grupos:
almacenami ento situados debajo de las literas y en las sentinas. Colo- • los trajes de agua, las botas y los chalecos de toda la tripu lación,
caremos en las sentinas todo lo que no importa que se moje (distribu- los guardaremos en un cofre fuera de la cabina;
yendo bien los pesos), es decir las botellas y las latas de conserva. Pe- • la ropa de dormir: el saco y el pijama, los guardaremos enrollados
ro hay que quitar las etiquetas antes de que se despeguen y marcar dentro de una bolsa de plástico y la colocaremos en el fondo de la col-
cada una de ellas, para no equivocarnos y abrir la lata de fabada en el choneta;
desayuno. • la ropa seca la meteremos en una bolsa de plástico, lo ideal es
que tengamos una bolsa por cada prenda de ropa (o una prenda por
En cuanto a lo demás, hay que tener en cuenta dos grandes enemi- bolsa).
gos: la humedad y el balanceo.
Respecto a la humedad, primero debemos señalar que una taquilla Hay que tener en cuenta que la ropa empapada de agua de mar es
tendrá más posibilidades de mantenerse seca cuanto más alejada se muy dificil de secar, pues la sal que contiene atrae la humedad. Es con-
encuentre de los fondos y de la entrada de la cabina; y después, que el veniente aclararla con agua dulce en cuanto podamos. Los enemigos
invento de la industria petrolífera que durante más tiempo permanece- del agua, tendrán un pretexto para ducharse con la ropa puesta.
rá en la memoria de los hombres es la bolsa de plástico. Llevaremos va-
rios rollos de bolsas. Éstas sólo serán realmente eficaces si las enrolla- Nos hacemos cargo del barco
mos sobre si mismas y alrededor del objeto que intentan proteger, y las Todas estas cuestiones domésticas son un latazo. ¡Venga, vámonos! Y
rodeamos con un elástico. aunque nos quede lo principal. es decir comprobar el barco junto con
¿Qué más hay que saber? Que no hay que jugar con las cerillas. Salir todo el material, de hecho pensamos que ya es hora de zarpar. En el
de crucero con dos O tres cajas grandes de cerillas sólo es una incons- fondo ¿qué es lo que nos retiene en el puerto? Sólo nos queda :
ciencia. Lo que necesi tamos son muchas cajitas (veinte por lo menos, • hacer el inventario de a bordo, en compañía de la persona encar-
para un crucero de quince días), repartirlas en va rios lotes y colocarlas gada de alquilar el barco;
en diferentes sitios del barco. Resumiendo, contra la humedad, sólo • comprobar la jarcia; hay que izar hasta el tope del palo al mejor
existe un refrán: divide y vencerás. técnico de la tripul ación para que efectúe una inspección detallada y
verifique que todo está bien fijo, que los pasadores están en buen esta-
y luego está el balanceo. La mejor de las estibas puede resultar una do y que las drizas no se atascan entre la caja y la roldana, etc.;
catástrofe en la mar si no está planeada especialmente en función de la • colocar los objetos personales, porque resulta peligroso zarpar
escora y la contraescora: en un santiamén los productos de babor se con un barco desordenado.
pueden juntar con los de estribor mezclándose en los fondos; el in ten-
1172 El crucero Crucero por la costa 1 1 73

Por lo demás, ¡nos hace falta aire ! Nos largamos. Tampoco necesi-
tamos comprar todas las provisiones: llevaremos únicamente lo que
vayamos a necesitar para las próximas doce o veint icuatro horas. Pues,
evidentemente, se trata de una salida en falso. Vamos a volver. Pero
tenemos que salir de verdad, pues en el puerto, queramos o no, toda-
via no estamos "metidos en harina", no sabemos por dónde hay que
empezar, dudamos. perdemos el tiempo, razonamos con espíritu de
terrícola.
Cuando realmente nos hacemos cargo de un barco es en la
mar, al empezar a navegar.
En ese preciso momento nos despertaremos y recuperaremos nues-
tro sentido marino; podremos comprobar realmente el funcionamiento
de todo el conjunto, descubrir lo que no marcha y lo que necesitamos.
Es una salida que puede durar varias horas, o incluso todo el día, o aún
más tiempo: de hecho no es ninguna tontería pasar la primera noche
en un fondeadero exterior, en las cercanías del puerto, si de verdad
queremos llegar a dominar el tema .
Algunas comprobaciones conciernen a la maniobra del barco y otras
a la seguridad. Pero, en realidad, en esta primera salida vamos a tratar
principalmente el tema de la seguridad. El orden a seguir no importa
mucho, lo principal es no olvidarnos de nada. Es una prueba.

• Antes de zarpar, hay que preparar un cuaderno en la mesa de car-


tas en el que iremos escribiendo todo lo que plantee problemas.
• En el momento de zarpar, hay que poner las velas adecuadas al
viento que haga y decidir la distribución de drizas en las distintas corna- • Probaremos las distintas combinaciones de velas y observaremos Un últ imo consejo: s i t e néis p e ns ado
musas. el comportamiento del barco en todos 105 rumbos. alquila r un ba rco e ntre va ri os amigos,
• Zarparemos singlando: nunca es demasiado pronto para compro- • Realizaremos múltiples vi radas con las distintas velas. Iremos acu- debéis intentar ser bast a ntes para
bar que este viejo motor funciona y que la espadilla es adecuada así co- mulando errores voluntariamente, para ver hasta qué grado de error el alquilar dos o tres. Navega r e n
mo su punto de apoyo. barco todavía lograr virar. "co nserva" proporciona una gra n
• Durante estas pruebas, efectuaremos ejercicios de rescate de seg uridad y es mucho más dive rtido.
En marcha hombre al agua (con diferentes velas y en distintos rumbos). Compro-
• Una vez en el agua, hay que saca r los chalecos. Cada uno revisará baremos el material y el modo de agarrarnos:
el suyo por todas las costuras, comprobando la cinta y el mosquetón, y • el modo de utilizar el conjunto luz flotante - rabiza - guindola sal-
cogerá su linterna estanca (es el único medio de asegurarnos de que a vavidas;
nadie se le ha olvidado). • la manera de utilizar el aparejo para izar el náufrago a bordo.
• Nos amarraremos, para ir acostumbrándonos a las lineas de vida. • Fondearemos. Lo cual nos permitirá comprobar que todos los fon-
Comprobaremos que tienen las dimensiones adecuadas y que su punto deos están en el barco y que se han montado correctamente.
de unión está bien fijo. Al mismo tiempo comprobaremos el buen esta-
do de los candeleros y pasamanos (en puerto todo parece siempre im- En e l fondeadero
pecable). Examinaremos con tranquilidad el resto del material de seguridad:
• Hay que empezar a hacer una prueba rutinaria de todas las velas, • las luces de mano y las bengalas: leeremos las instrucciones; cada
incluso de las velas de mal tiempo. uno cogerá estos objetos con la mano y entenderá su funcionamiento
• Tomaremos todos los rizos, uno tras otro, para asegurarnos de (a propósito, habrá que pedir al encargado del alquiler del barco que
que hay suficientes matafiones. nos preste algunas bengalas caducadas si tiene);
1 174 El crucero

• el extintor: su colocación, la manera de desengancharlo, y sus ins-


trucciones;
• utilizaremos el espejo de señales (isi hace sol!);
• utilizaremos la sirena de niebla;
• instalaremos el pararrayos, es decir averiguaremos cómo hay que
Crucero
aparejar la cadena alrededor del barco para dar salida a tierra a la jar-
cia;
• comprobaremos el funcionamiento de las bombas;
• comprobaremos el funcionamiento de las luces de navegación;
de altura
• simularemos un lanzamiento al agua de la balsa salvavidas; com-
probaremos su sistema de amarrado al barco; veremos cómo hay que
largar estas amarras; recordaremos la lista del material que hay que
embarcar; todos debemos conocer el lugar donde se encuentra este
material en el barco;
• probaremos el bote auxiliar.
Cuando hayamos realizado una y otra vez todos estos ejercicios, ha- Durante un crucero de altura, gobernar, maniobrar, mantener el barco
yamos conseguido que todo funcione y anotado lo que no funciona, lo a punto, escuchar la "meteo" y situarse son actos cotidianos iguales
que falta y lo que convendría llevar, ya podemos volver a puerto. A lo que comer y dormir: vivir y navegar son una misma y única cosa. Es con
mejor también se nos han ocurrido nuevos menús. A partir de este mo- lo que soñábamos: iPues ya lo tenemos!
mento ya estamos en ambiente. Habíamos salido en un barco extraño y Para empezar, diremos que no es que sea algo muy original. La pre-
volvemos en un barco nuestro. Sabemos exactamente lo que nos que- paración de un crucero de este tipo, de hecho difiere bastante poco en
da por hacer en tierra. Y no es cuestión de hacernos los remolones. Ya líneas generales de la de un crucero por la costa: nos fijamos un punto
hemos captado el paisaje. Ahora ya sabemos lo que nos espera. de destino, nos documentamos, preparamos el barco y hacemos com-
pras. Lo único que ocurre es que en todo momento, durante esta pre-
paración, resulta fundamental llevar nuestras reflexiones más lejos, en
función de un razonamiento decisivo: en alta ma r só lo podemos
contar con nosotros mismos; es la autonomía total. Lo que nos ha-
yamos olvidado a la salida no 10 vamos a encontrar durante la travesía.
Los accidentes de material o humanos, tendremos que solucionarlos sin
ayuda de nadie. Tendremos que enfrentarnos al mal tiempo y curarnos
el mareo sobre la marcha iO bien morirnos! En principio, se trata de
preverlo todo, de trabajar con rigor para crear las condiciones esencia-
les para disfrutar de esta autonomía.

Por muy preparados que estemos, el futuro siempre tiene algo de


misterioso. La vida en la mar .. . ¿cómo será? Podemos pensar que nos
vamos a alimentar de nobles pensamientos frente al infinito, lo cual no
quiere decir que no vaya a ser así. Pero ante todo, se trata de dormir y
comer bien, así como de disfrutar navegando en compañía. Esto no se
improvisa: hay que organizarse para que la autonomía que hemos ad-
quirido nos dure. Principalmente se trata de cuidar los pequeños deta-
lles. En este capitulo vamos a hablar sobre todo de estos pequeños de-
talles, así como de los ritos que marcan las horas, a bordo de esta espe-
cie de monasterio flotante que es un barco en alta mar, con unos mon-
jes más o menos juerguistas y encapuchados ...
1 176 El crucero Crucero de altura 1177

rio. Y algo más, que (según nosotros) no tiene precio: la posibilidad de


encontrarnos en la mar con gente que no tendríamos ocasión de cono-
cer en la vida diaria y a la que sólo nos une una misma pasión. Aventu-
rarse a una vida desconocida en companía de desconocidos: i éste es
sin duda alguna el tipo de escapada que nos conviene!

ANTES DE ZARPAR
Intentaremos no perdernos en los prolegómenos: tenemos un barco de
Glénans concebido para navegar en alta mar y con capacidad para em-
barcar de ocho a diez personas. Hay varios miembros del club que es-
tán deseando navegar en él y forman una tripulación. Desde este mo-
mento y hasta la hora de zarpar, la preocupación por conseguir una
autonomía completa va a ser el hilo conductor a lo largo de todas las
etapas necesarias para la preparación del crucero.
Para ser autónomo, en primer lugar es necesario que la tripulación
tenga aptitud suficiente para el programa previsto. Ya hemos analizado
esta noción de aptitud "global" al tratar el crucero por la costa. En este
caso, el principio es el mismo. Pero el nivel es diferente. Cuando se reali-
za una etapa de un día, una reparación puede ser provisional; por el con-
trario, tiene que ser casi definitiva si vamos a estar navegando durante
varios días. En un crucero por la costa, cuando el tiempo es duro, pode-
mos esperar a la tarde para comer; en alta mar, es preferible que alguien
tenga ánimos para cocinar. Al hacer el inventario de las distintas aptitu- A la izquierda, e l material de
des de cada uno de 105 tripulantes ¿existe una solución para todos 105 armamento obligatoriO en
problemas que pueden presentarse? Ésta es la cuestión fundamental. navegaciones de l ' y 2 1 categorias. A la
Si esta aptitud existe, debemos intentar perfeccionarla más tarde, derecha, el faldón de los barco s de vela
documentándonos sobre la zona que vamos a recorrer. Observamos modernos constituye un excelente
que hoy día un club desempeña más o menos el papel que antigua- lugar para estibar e l material de
mente tenía "la tasca del puerto"; es el lugar donde se reúne la gente seg uridad: la baliza Sarsat Caspas
para contar sus batallitas, sus aventuras o sus odiseas.. De este modo y la balsa salvavidas.
Este velero arras tra tra s de sí largas Yen esta ocasión reza remos a nuestro santo patrón: después de ha-
jornada s de preparación, decisiones blar en los anteriores capítulos de los barcos en propiedad y de los bar-
seriame nte reflexionadas, una cos de alquiler, vamos a exponer aquí la vida a bordo de un barco
interminable lista de pequeño s deta lles grande, según la modalidad que hemos experimentado: la de un barco
solucionados minuciosamente ... Éste perteneciente a un club. En la actualidad, para gente con pocos ingre-
es e l precio de la navegación de altura. sos ésta es una de las pocas maneras de poder navegar en alta mar.
Hay que ser millonario para poder compra rse un gran crucero y para
mantenerlo. También podemos alquilar uno, pero incluso la mejor
agencia de alquiler sólo pod rá proporcionarnos lo que tiene: material.
Habría que reunir una tripulación suficiente y competente formada por
gente que se ll eve bien, que esté verdaderamente decidida a realizar un
crucero "fuerte" -iY que no se raje en el último momento! Un club nos
ofrece al mismo tiempo la organización y el potencial humano necesa-
Cruc e ro de altura 1 1 79
1178 El cru ce ro
las pilot charts de la Oceanographic
logramos recoger gran can tidad de información inédita de alguien que
Office americana (página de al Iado)
ya ha realizado el crucero que estamos planeando: estos Derroteros
cubren extensas zonas (ha V cuatro pa ra
orales son enormemen te valiosos puesto que revelan una misma visión
todo el globol . Realizadas a partir de
de los hechos e incluyen indicaciones perfectamente adaptadas que no
estadísticas mensuales (hay por lo
podríamos encontrar en las publicaciones oficiales.
tanto doce cartas por zona, una por
No obstante, debemos comprarlas y estudiarlas,
cada mes del añal, proporcionan
l as publicaciones, el Derrotero y las cartas "necesarias para la trave·
múltiples datos como los qu e
sía prevista" - como dice el legislador- a las que resulta conveniente
indicamos a continuación :
añadir las publicaciones necesarias para arribar a un puerto refugio en
el transcurso de la travesía, si la ocasión lo requiere; publicaciones es-
pecíficas sobre navegación en alta mar; publicaciones sobre radioseña·
les, almanaques náuticos; pilots charts americanas, si planeamos reali·
zar una travesía considerable. El barco debe estar equipado para una
categoria especifica de navegación:
2.a categoria, si el barco no se va a alejar más de 200 millas de un
Vi e ntos medios en el lugar s eña lado. la
resguardo;
flecha indica la dirección; s u longitud,
1.a categoría si vamos a ir más lejos'" .
frecuencia; las barbas, su fuerza en
Deberá llevar el equipo de navegación necesario: radiogoniómetro,
grados Beaufort; el numero del centro,
navegador por satélite, sextante, sonda, etc. Exist en también otros ins·
es el porcentaje de calmas o de vientos
trumentos más sofisticados, como los lectores electrónicos de cartas o
flojo s.
radares, pero ipasaremos de ellos! Aunque bien podemos tratar de ha-
cernos con un receptor Navtex que nos proporciona, si se lo pedimos,
previsiones meteorológicas para alta mar y facsímiles de cartas meteo-
rológicas: irealmente resulta fascinante tener ante nosotros una expli-
Recorrido del centro de la s borrascas
cación cla ra sobre lo que está pasando en ese mismo instante sobre
qu e han originado los mayores
nuestras cabezas! t emporales de los últimos a ños, con s u
En lo que respecta a la seguridad, podemos equipar el barco con
situación a las O h del día señalado (7).
una baliza de socorro (INMARsAT) para que est é controlado y localiza-
do por satélite en caso de problema; si no queremos hacer un gasto
tan grande, podemos (y debemos) contar con un corresponsal en tie-
rra, que resulta mas barato. bte debera ser alguien del club que esté
Dirección de la corriente ge neral y su
acostumbrado a navegar en alta mar.
velocidad en nudos; el trazo continuo
Sólo nos queda por hacer la bolsa; ésta no es muy diferente de la
s ignifica que la indicación só lo e st á
que llevábamos para el crucero por la costa; únicamente introducimos
basada en un pequeño núm ero de
algún matiz distin to según la latitud hasta la que tenemos previsto lle-
mediciones.
gar. La aventura no empieza realmente hasta que llegamos al puerto y
después de recorrer los muelles mirando los barcos, descubrimos por 44S
fin el nuestro y saltamos a cubierta. ~
Ruta s maritima s con indicación de las
dis tancias de punto a punto.
Nos hacemos cargo del barco
El barco acaba de termi nar un crucero. Lo cogemos en un momento
determinado de su vida y, para empezar, es conveniente que conozca- Estas cartas se actua lizan todos los
años. Es convenie nte solicitarlas con
bastante tiempo de antelación.
* En España categoria A. (N. de la T.)
1180 El crucero Crucero de altura 1181

mos SU pasado. Con este motivo, es necesario que exista a bordo una haremos?" Debemos poder contar siempre con una respuesta : o bien
especie de "historia médica" -que a veces se llama "cuaderno de en- podemos arreglarla, o podemos cambiarla, o sustituir una pieza por
trega de poderes"- en el que los sucesivos patrones han ido anotando otra . Vamos a poner algunos ejemplos de lo que ocurriría en distintas
día tras día las averías sufridas, las reparaciones efectuadas -y si es ne- materias.
cesario, la explicación de trucos difíciles ~ detectar y de anomalías que Jarcia. Si la driza de la mayor se rompe, ¿qué haremos? ¿Somos ca-
no son tales (la caña está un poco dura, pero es normal pues acaban paces de arreglarla? ¿Sabríamos hacer un ayuste textil-acero? ¿Tenemos
de cambiar los herrajes). Lo ideal, evidentemente, es que el patrón an- el material necesario para hacerlo? En el caso de que no podamos arre-
terior todavía esté en el barco; de ese modo la entrega de poderes sería glarla, ¿podemos cambiarla y subir al palo para volver a pasar la nueva
más real. A falta de eso, una simple llamada telefónica puede resultar driza por dentro? Si fuese necesario ¿podemos sustituir el amantillo?
muy útil. De todas formas echaremos un vistazo al cuaderno. Para em- Velas. Si se rompe un foque, ¿qué podemos hacer? Evidentemente
Inspeccionando la jarcia.
pezar, nuestros ilustres antecesores han dejado todo impecable; aun- podemos cambiarlo por otro, mayor o más pequeño. Pero, ¿qué ocurri-
que quizás haya algunos problemas pendientes que habrá que solucio- ría si se rompiese el tormentín? Hay que estar seguros del tormentín o
nar. De ahora en adelante, le toca a la nueva tripulación escribir la con- bien ser capaces de repararlo. ¿Tenemos tela, hilo e instrumentos?
tinuación de la historia. Acastillaje. Si se estropea un güinche. ¿Sabemos cómo funciona por
Para hacerse cargo del barco, existen diferentes formas de actuar. dentro? ¿Somos capaces de cambiar una pieza? En caso negativo, ¿po-
Algunos patrones quieren inspeccionar todo a bordo, y ponerlo a pun- demos pasar un reenvío a otro güinche? ¿O bien poner un aparejo para
to antes de la primera salida. En ese momento la tripulación se reparte reemplazarlo? ¿Tenemos las poleas necesarias? ¿Sabemos montarlas?
en varios equipos, uno se encarga de las provisiones, otro de inspeccio- ¿Sabríamos cómo fijar un aparejo correctamente sobre la escota?
nar minuciosamente el barco y otro se ocupa de realizar las reparacio- Casco. ¿Qué haríamos si se produce una vía de agua? ¿Tenemos las
nes necesarias. Después, se organiza una visita colectiva a bordo para maderas necesarias para repararla? Si fuese preciso ¿podríamos utilizar
que todos puedan familiarizarse con el material, y después zarpan para el suelo o las colchonetas? ¿Tenemos lo necesario para trabajar: herra-
comprobar que todo funciona. míentas, clavos? Y quizás tengamos que trabajar por fuera: no seria
Pero también podemos actuar tal y como hemos mencionado en el ninguna tontería que lleváramos unas gafas y tubo de bucear.
capítulo anterior al tratar el crucero por la costa: debemos zarpar lo an- y ¿qué ocurriría si perdiéramos el panel que cierra el tambucho? Se-
tes posible y hacernos cargo del barco en la mar. Puesto que el barco ria gravísimo, pues es una pieza única. No debemos perderlo y por este
ha estado navegando la víspera j lo normal es que siga haciéndolo du- motivo tenemos que fijarlo firmemente.
rante las próximas veinticuatro horas! Revisamos la jarcia, embarcamos
provisiones para unas cuantas comidas y nos vamos.

En la mar efectuaremos todas las maniobras posibles, probaremos


todas las velas, cogeremos todos los rizos, estudiaremos el comporta-
miento del barco, nos pondremos de acuerdo sobre el modo de actuar
según las características especiales del aparejo, repetiremos las manio-
bras de rescate de hombre al agua, comprobaremos el material de se-
guridad, etc. Es el momento ideal para que la tripulación se familiarice
con el barco. Y también es la ocasión de que el patrón descubra a su
tripulación, de captar las cualidades de cada miembro, lo cual le será
muy útil después a la hora de organizar las guardias.

Cómo asegurar la autonomía


Pero sobre todo, es el momento de efectuar una intensa reflexión so-
bre el material contemplándolo desde el punto de vista de nuestra fu-
tura autonomía. Cada vez que pongamos algo en funcionamiento de-
El Sereine y el Katsou, preparándose
bemos hacernos una pregunta muy simple: "Si esto se rompe, ¿qué
pa ra zarpar hacia alta ma r.
1 182 El crucero Crucero de altura 1 183

Si hemos hecho ya -crucero por la costa seguramente tendremos al-


guna idea sobre el tema: por lo tanto, ahora sólo insistiremos en algu-
nas cosas concretas que, más que nada, tienen que ver con la duración
de la travesía. De hecho, se trata de razonar como si fuéramos a sufrir
un asedio: tendremos que vivir de nuestras reservas, no podemos espe-
rar hallar nuestro sustento en el curso de la travesla. Está claro que ha-
brá que ponerse a pescar y, para ello, hay que disponer de un equipo
serio; también podremos recoger agua dulce del extremo de la botava-
ra, con ocasión de algún chubasco oportuno. Pera, en definitiva, hay
que pensar en ello como en un regalo y no dar por sentado que vaya a
producirse.

El agua
Vamos a empezar por el agua que es una cuestión fundamental en alta
mar; si es preciso podremos pasar sin comer durante algún tiempo, pe-
El Antin éa " un Feeling 1080. ra no se puede vivir sin beber. Firs t 42.

Material de navegación. Si el compás se estropea ¿podríamos sus-


tituirlo por el compás de marcar o por el compás del gonio? ¿Somos
capaces de instalarlo correctamente?
Si la radio se avería, probablemente no podremos hacer nada, pero
eso quiere decir que debemos llevar un buen reloj , o mejor dos y ente-
rarnos enseguida de su funcionamiento para poder pasar sin las senales
horarias.
¿Y la cocina? La cocina es algo fundamenta l: si se estropease po-
dría resultar una verdadera catástrofe, sobre todo si sólo nos queda pa-
ra comer tallarines y arroz. ¿Somos capaces de desmontarla y de cam-
biar las piezas? ¿No deberíamos llevar un hornillo de recambio?
Tenemos que ir pasando revista a todos los elementos del barco y
del material. Podemos hacer listas para no olvidarnos de nada (pero,
después de todo, en este momento tenemo ~ en nuestras manos un ex-
celente instrumento de comprobación: ibastará con echar un vistazo al
índice de temas de este libro!) Lo más importante es ser serios y no
conformarnos con respuestas evasivas. Cuando hayamos examinado
todas las posibles averías y hallado una solución a cada una de ellas,
entonces, y s610 entonces, podremos sentir un cierto optimismo y de-
cirnos que i incluso en un crucero, por muy largo que sea a veces no to-
do llega a estropearse !

Las provisiones
En el transcurso de esta primera salida, no sólo debemos ocuparnos del
barco y del material correspondiente. También hablaremos de la comi-
da, la bebida y el combustible, y hacer listas de todo, con el fin de no
la Sereine. perder el tiempo cuando volvamos a puerto.
1 184 El crucero Crucero de altura 1185

La cantidad minima que hay que prever es del orden de 1,5 litros es contentar a todos. Al informarnos sobre 105 gustos de cada uno, la
por persona y dia, y calcularla en función de la duración más larga posi- única solución segura que existe, tanto en este tipo de crucero como
ble de la travesía. Se trata ciertamente del mínimo estricto, que no será en crucero por la costa, es confeccionar menús para la duración total
suficiente más que imponiendo una rigurosa disciplina. de la travesía. Hay que hacer gala de un mínimo sentido común y no
El aseo personal y la limpieza de platos y cacharros se hará, eviden- embarcar demasiados alimentos perecederos, que no llegaremos a con-
temente, con agua de mar. En cierta medida, también podemos utili- sumir an tes de que hayan caducado ..
zarla para cocinar: la olla a presión es un utensilio indispensable para l a conservación de los alimentos a bordo es un asunto fundamental,
todo lo que se cuece al vapor. También la usaremos cuando emplee- sobre el que volveremos a hablar cuando estemos navegando. De mo-
mos agua salada para cocer los alimentos, en la proporción de un cuar- mento, podemos señalar que, en principio, esta conservación depende Después de varios dias en el mar, el
to a un tercio (lo cual nos evitará echar sal). Hay que tener en cuenta de la calidad de los envases. Y hay que tenerlo en cuenta a la hora de barco y la tripulación cogen el ritmo.
todo esto a la hora de elegir la comida: las patatas y el arroz pueden hacer las compras. Suelen dar buen resultado las bolsas de plástico y
hervirse al vapor, pero no las pastas; los alimentos que vengan ya con las cajas cerradas herméticamente.
sal no pueden cocerSe con agua de mar .. El petróleo, las pilas, la gasolina, el gas, las cerillas ¿ llevamos todo'
En el transcurso de la travesía, debemos saber permanentemente el ¿Lleva cada uno su propio botiquín personal? Habrá un botiquín de ur-
agua de que disponemos y el número de millas que nos quedan por re- gencia a bordo del barco, pero es algo escaso para las necesidades de
correr: restringiremos su consumo en el caso de que el barco disminuya toda la tripulación. Puesto que cada uno conoce sus puntos débiles,
su velocidad, y por el contrario abriremos un poco la mano si vamos deberá llevar lo que pueda necesitar.
más rápido de lo previsto. i Poner las últimas gotas de agua en el anís Una vez de vuelta en el muelle, todos saldremos pitando. Habrá idas
de la llegada será una muestra de que hemos administrado perfecta- y venidas alocadas, despuéS de las cuales todavía tendremos que colo-
mente nuestras existencias! car todo a bordo. Puede ser útil nombrar un intendente -que en este
Pero estas sensatas normas no tendrán ningún sentido si antes no caso deberíamos llamar administrador- para ordenarlo todo. Un telefo-
tomamos las precauciones elementales para que el agua embarcada se nazo al corresponsal en tierra, y por fin podemos largar amarras.
mantenga potable y lo siga estando durante toda la travesia.
Antes de llenar los recipientes tenemos que aclararlos cuidadosa-
mente con un producto desinfectante (se vende en las tiendas de efec- VIVIR EN LA MAR
tos navales), y si utilizamos recipientes (cubas o bidones) conviene acla-
rarlos con agua y lejía . Hay que poner el máximo cuidado al trasvasarla Después del gran nerviosismo de los preparativos, de repente llega la
y probar el agua una vez embarcada. El menor descuido puede resultar calma, una especie de vacío enorme: ya casi no queda nada por hacer,
catastrófico: por ejemplo, si los llenamos con un embudo que antes he- más que gobernar el barco hacia un punto de destino que de momen-
mos utilizado para trasvasar petróleo .. to, nos parece bastante irreal. Es el pequeño malestar del comienzo de
Es conveniente fraccionar en lo posible las reservas de agua y dispo- las travesías; mientras la tierra se va alejando, todavía estamos ligados a
ner de varios depósitos mejor que de uno sólo: esto nos evitará una ella por toda clase de lazos invisibles y de costumbres que vamos a te-
eventual contaminación general en caso de falsa maniobra. De todas ner que ir rompiendo una a una. Vivíamos en un mundo estable. Vivir
formas, hay que contar también con uno o varios bidones (llenos en en seco era lo natural. La noche estaba hecha para dormir. Disponía-
sus tres cuartas partes para que puedan flotar) y que podremos llevar- mos de cierto espacio vital. Ahora todo se mueve, todo lo que no está
nos en caso de naufragio. sujeto se cae y va a parar al fondo del barco o a los lados; estamos ro-
deados de una enorme masa de agua; es un agua muy húmeda que va
las provisiones a empezar a entrar por todas partes si no tenemos cuidado. la próxima
Cada uno de nosotros tiene alguna idea sobre lo que hay que comer noche aún estaremos aquí, pues tenemos que seguir navegando. Y
en la mar. Algunos se dedican a embarcar una cantidad adecuada de ahora llega el momento más sorprendente: al mismo tiempo que tene-
hidratos de carbono, grasas y proteinas. Otros se ponen bajo la protec- mos una inmensidad como marco de vida, estamos amon tonados unos
A la estiba de los víveres al comienzo ción de San Emiliano y hay incluso quien se niega a zarpar si no se in- sobre otros dentro de un espacio estrecho y limitado.
del crucero: una operación importante cluye en cada comida una sopa (las sopas instantáneas que viener. en En fin que i nos van a dar por todos lados! Al principio disponemos
para el correcto desarrollo de la futura bolsitas individuales afortunadamente han resuelto este grave proble- de un cierto capital de vigor físico, de paciencia y de buen humor que
navegación. ma). Nosotros tenemos nuestra propia opinión al respecto: lo principal corre el peligro de irse agotando rápidamente. Para mantenerlo, hay
Crucero de altura 1 1 87
1186 El crucero

Gtenans.

qut:' organizarse: inventarse decididamente una vida nueva, regular, en


el sentido más sólido de la palabra, es decir, basada en unas normas
determinadas. Es importante establecer estas normas y empezar a cum-
plirlas lo antes posible: ¡cualquier imprevisto, sobre todo el mal tiempo,
se encargará enseguida de ponerlas a prueba!

Un cierto ritmo de vida: las guardias


En alta mar, un barco funciona veinticuatro horas sobre veinticuatro.
Por lo tanto, hay que organizar turnos. de manera que una parte de la
tripulación pueda descansar mientras que la otra se ocupa de la nave-
gación y de las diversas tareas cotidianas; se distribuyen los tripulantes
en turnos o cuartos, que realizan las guardias por relevos.
La composición de estos cuartos puede variar según el tipo de cruce-
ro que se realice. el número de tripulantes de que dispongamos, su
fuerza y su aptitud. Esta aptitud, ya lo sabemos, raras veces es comple-
ta. Un tripulante determinado regla muy bien las velas, pero no sabe
gran cosa de navegación, el otro vigila mejor que gobierna: es impor·
o
tante, sobre todo formar cuartos homogéneos, con tripulantes que
tengan aptitudes complementarias.
A parte de esta necesidad, no hay ninguna regla absoluta. Si hay
mucha gente como para formar tres turnos, mucho mejor, pero suele
ser raro. También será mejor si tienen suficiente capacidad para formar
cuartos sólo de dos tripulantes, pero casi siempre esto suele resultar un
poco justo. Pueden formarse cuartos fijos, o cuartos móviles rotando
los tripulantes: ¡durante una larga travesía, no es muy conveniente es-
tar viendo siempre las mismas caras!
1188 El crucero Crucero de altura 1189
---------------------------------------------~r--------------------~~~~~------ ____~~
A propósito de los ritmos del sueño Duración óptima de los períodos
de sueño Los cic los del sueñ o
Una " buena noche" abarca una su-
E n un rincón del cerebro tenemos una especie de reloj sin alarma ni campan illeo que organiza nues-
tra actividad. Este reloj dirige la mayor parte de los ritmos biológicos y, de manera especial, la s va-
riaciones de temperatura de nuestro cuerpo.
cesión de varios ciclos de sueno, a
menudo cinco, repartidos de siete a
Esta curva de temperatura señala con bastante fidelidad las variaciones de la intensidad del fun ciona- ocho horas.
miento de nuestro org ani smo. A l parecer, la actividad interna disminuye por la noche y aumenta por la Cada ciclo dura una hora y me-
m añana y al fina l del períodO de después de come r. La se nsació n de frío y el irresistible deseo de dormir dia, por término medio y compren-
d el final de la noche correspo nden a la temperatura mínima, al reposo fi siológico del organ ismo. Durante de varias fases:
este período, las se nsa ci ones de fatiga y la alteración de la vig ilan cia so n máximas. La necesidad de sue- • de adormila miento;
ño no satisfecha orig ina una hipovigilancia, una disminución de los reflejos, degradación de la capacidad • de sueño ligero;
visua l, dificultades de coordinación, de concentración y de valoración, y lentitud de decisión. • de sueño profundo que favore -
Una v ulnerabilidad que puede cond ucirn os a no pocas catástrofes. ce la recuperación físi ca;
• de sueño paradoxa l o fase de
Los períodos de sueño más favorables sueño que correspondería , según
Es conve niente tener en cue nta estas nocione s a la hora de diseñar la organización de guardias que los especiali stas, a la rec uperación
respete al má ximo el sueño de cada tripulante. física. Turnos para todos los durmi entes
Para ello, hay que eleg ir períodos de sueño en los momentos de disminución de la actividad espon-
tánea que representamo s aquí por la El final de cada ciclo suele ir se-
curva d e temperatura del dibujo. Ejemplo de variaciones de la temperatura corporal durante un día guido de un despertar .

-
en negrita, periodos elevación méxima Si el despertar espontáneo tiene
Dur an te un crucero de altura de favorables de sueno lugar en los minutos que preceden
quince días, lo ideal es poder mantener personas Hde manana
H

al co mienzo de la guardia, es prefe-


una organización a bordo del barco, si- personas Hde tarde H \ ribl e no vo lver a dormirnos co n el períodos de sueno
milar a la de la v ida en tierra , co n dos 37.5 -'--0=""," fin de no comenzar un nuevo ciclo. En azul: personas Hde tarde H; en gris: personas Hde mañana un tercer turno, ni de
H
;

períodos de sueño para cada tripu lan - Pues éste probablemente se ría inte- tarde ni de mañana se encarga del resto del tiempo.
37
te, por la noche y después de co mer. / rrumpido bruscamente po r las lla -
/
Según las cu r vas d e t empe ratura ,
podemos distinguir dos perfiles de dur-
mientes:
36,5

36
..
<V
/
/
/ madas cada vez má s persuasiva s
de los tripulantes de la guardia an -
terior. Este despertar forzado puede
Turnos al ritmo del reloj biológico

• los denominados "de tarde" que originar mareo, dolor de ca be za,


habitualmente se duermen muy tarde disminución de lo s tiempos de re-
Oh 6h 11 h 18h Oh
por la noche y se levan tan tarde por la acción, dificultades de co ncentra-
mañana (curva azul); mínima térmica ción y un deseo irrefrenab le de dor- 10h 11 h311 13h 14h31116h l1h311 lSh 2Oh311
• los de " mañan a" que normalmen - mir.
A YB estan en el mismo turno
te se duermen pronto por la noche y se despiertan pronto por la mañana (curva negra);
La organizació n de las guardias, además de intentar armonizar la s aptitudes de cada uno, d ebe te- [fJ!J e y o estan en el mismo turno
ner en cuenta los tipos de durmientes. Por ell o, es necesario proponer: De acuerdo con estas no ci ones, la
solución más adecuada parece ser 1. Período de despertar prohibido.
• para la noche:
una organización de guardias con 2. Periodode despertar posible.
- las guardias de la prim era parte de la noche a las personas " d e tarde "; estos tripulantes pueden 3. Periodo de vigilia.
quedarse despiertos hasta muy tarde por la noche e irse después a dormir. turnos de tres horas.
- la s guardias de la seg unda parte de la noche a la s personas " de mañana "; estos tripul antes se
acostarán pronto y estarán d espejados y disponibles de madrugada. Si respetamos los horarios así definidos de cada tripu lante, el reloj biológico interno irá acostum-
• para la siesta de después de come r: brándose poco a poco.
- el comienzo del período de después de co mer debe reserva rse al descanso de los tripu lantes " de De este modo el despertar, cada vez más espontáneo, tendrá lug ar unos minutos antes de que sue-
mañana "; ne la alarma del despertador, o la llamada de otro tripulante.
- el final del perío do de de spués de co m er debe d estinarse al de sca nso de los tripulantes " d e
tarde" .
1190 El crucero Crucero de altura 1191

Las mismas guardias pueden ser de distinta duración. Se pueden or-


período de intensa vida social, la gente se dedica a distintas tareas, en-
ganizar turnos fijos o, por el contrario, una rotación de los horarios, de tre las que se encuentra el asunto vital de la preparación de la comida y
manera que no sean siempre los mismos los que hagan la guardia más
luego viene la comida en sí, que es el momento cumbre del día . Justo
dura, es decir la última de la noche. En definitiva, podemos hacer todo después, los que no están de guardia van a echarse una siesta, pues se
tipo de combinaciones y depende de cada uno el encontrar el sistema
apodera de todos un cierto sopor, otra vez hay un período de silencio,
que mejor le convenga. Sin embargo. hay que señalar que la organiza- hasta las proximidades de la merienda (del " tentempié"), y la anima-
ción más clásica, la que se lleva a cabo casi en todas las marinas del
ción vuelve a producirse hasta después de la cena. Después vienen las
mundo, €sla de las guardias de cuatro horas, con dos "pequeñas guar- largas horas de la noche, la tranquilidad abajo, en la cabina, y la calma
dias" de dos horas, por la tarde precisamente para asegurar la rotación
en cubierta, donde los que están de guardia están un poco "fritos", ca-
de los turnos. da uno meditando por su lado, sin dejar de "picar" algo de vez en
En esta organización, el patrón casi siempre ocupa una puesto apar- cuando para pasar el rato ..
te. Cuando hay bastante gente a bordo para formar cuartos homogé- i Presentimos ya que comer y dormir son preocupaciones fundamen-
neos, es preferible que esté fuera de las guardias. Esto le permitira tales en este tipo de vida I Pero también hay que limpiar y mantener el
mantener la "visión de conjunto" necesaria para la buena marcha del barco a punto y, luego ocuparse de la navegación, estar de guardia y
crucero y, sobre todo, estar disponible en cualquier momento en caso hacer maniobras, tanto de día como de noche. ¿Cómo hacer para
de emergencia. El hecho de no entrar en las guardias, lejos de ser una compaginar todas estas actividades y realizarlas todas bien? No es
ventaja, quiere decir, a fin de cuentas, que el patrón está disponible pa- nuestra intención impartir una doctrina que trate sobre el tema; sino,
ra trabajar a voluntad. Se deberá poder contar con él en los momentos simplemente, dar algunos consejos elementales.
difíciles, es decir frecuentemente por las noches; a veces quiere estar
despierto en todos los cambios de guardia, o para sustituir a un tripu-
lante agotado, o en el momento en que una maniobra requiere en cu- Dormir
bierta a más de dos pares de brazos ... Con esta perspectiva, es eviden- En primer lugar, es fundamental que cada uno de nosotros disfrute
te que tiene que dormir todo lo posible. La mejor solución es que dis- de una dosis de sueño "reparador" (en el verdadero sentido de la
frute de periodos de verdadero descanso por la noche y después de co- palabra). Tenemos que crear las condiciones adecuadas para conse-
mer. Si el barco va bien, y los peligros parecen lejanos, si las instruccio- guirlo.
nes se han comprendido bien y se respetan las normas de seguridad Al principio, lo más difícil es modificar nuestras costumbres: acos-
(por ejemplo, 105 tripulantes llevan puesto el arnés durante las guardias tarse a las 8h de la tarde, mientras que en tierra, a esa hora empeza-
de noche), i no sirve de nada permanecer en cubierta para demostrar ba la parte más interesante del día, se nos hace un poco raro . Nos
que es capaz de aguantar despierto!
iTiene que irse a dormir!
y sólo dorm irá bien cuando tenga la seguridad de que se rá
despertado en cuanto se pro duzca la más mín ima alarma. ¡Ti ene
derecho a exigirlo! Peor para él si lo despertamos cinco veces segui-
das por una tontería, siempre que se le despierte también con motivo
de algo importante.
Con los turnos de guardias y la vida" aparte" del patrón veremos
cómo se crea a bordo de un barco de crucero un ambiente muy espe-
cial. Las tres cuartas partes del tiempo, hay gente durmiendo. Si descri-
bimos un día normal en la mar, primero diremos que los amaneceres,
suelen ser silenciosos. los que entran de guardia, se espabilan sin decir
palabra, todavía adormilados, y reciben, sin prestar demasiada aten-
A medida que transcurren los días y las
ción, las importantes recomendaciones (De taciturnitate) de la regla de
noches en la mar, esta modesta lite ra
los monjes. Alrededor de las 10 h empieza a surgir una cierta agitación,
doble en V" va siendo cada vez más
que coincide con la aparición de un vacío en el estómago. El bocadillo
U

apreciada aunque no s ea
viene que ni pintado para crear ambiente y hasta el mediodía hay un
verdaderam ente cómoda.
1 192 El crucero Crucero de altura 1 193

costará un poco dormirnos. Y, por la mañana, nos costará luchar con-


Vivir en seco tra el sueño, sobre todo al amanecer y a primera hora de la tarde. En
un primer momento, resulta muy importante crear un ambiente tran-
i no tenemos cuidado. la humedad lo impregna todo ense~
S guida: los objetos, la ropa, la piel y hasta las ideas; al final ,
incluso la moral acaba empapada. Combatir esta invasión es
quilo a bordo en esos momentos, esperando que se establezca el rit-
mo adecuado.
lo que impide mantener ese ambiente apacible es, evidentemente,
una cuestión de seg uridad: para ello es necesario imponerse
el ruido que hacen los que están de guardia. Respecto a esto, hay que
una verdadera disciplina, desplegar una energía feroz y ¡no
adoptar ciertas costumbres, costumbres restrictivas, evidentemente.
distraerse en ningún momento!
Por ejemplo, hay que evitar:
• Después de levantarnos, hay que meter enseguida el pija -
ma y el saco de dormir en una bolsa de plástico. • bajar a la cabina cada cinco minutos a buscar cualquier cosa que
• Cuando estemos en cubierta y el ti empo refresque, no hay se nos haya olvidado: un chándal, algo de picar, agua, o las pastillas
que esperar a estar mojados para ponernos el traje de aguas para el mareo;
(que es lo que se suele hacer). En un primer momento, pode - • cantar a voces y dar órdenes gritando sin necesidad;
mos ponernos el pantalón , pues la humedad empieza por la • cua ndo llevamos el chaleco salvavidas, ir arrastrando el mosque-
parte de abajo. Si sólo nos ponemos la chaqueta, será un de- tón por la cubierta: es como si golpeasen en la cabeza de los que están
sastre, pu es por la parte de abajo estaremos mojados de agua durmiendo;
de mar y por arriba también , pero de sudor. Cu an do la cosa se • utilizar los güinches bruscamente; realizar maniobras o cambios
ponga fea, hay que ponerse el traje comp leto; y aún así no se rá totalmente eficaz si no nos po- de velas que no sean absolutamente indispensables. En la medida de lo
nemos un "prensa -estopas ", es decir, una toalla de fe lpa alrededor del cue llo; sin ella, el agua
posible, es preferible esperar al cambio de guardia; en ese momento
se nos co l ará directamente ha sta el centro del cuerpo.
todos estaremos despiertos y habrá más brazos disponibles.
• Cuando la humedad nos haya pillado desprevenidos, hay que secar la ropa lo antes posi -
Una vez conseguidas las condiciones para estar en silencio, para po-
ble. Un pantalón mojado, no t iene por qué se r un drama; hay que saber llevarlo puesto o bien
volver a ponérnoslo si no hace frío y puede aprovechar aún un poco de v iento seco; de esta der dormir bien todavía hace falta instalarnos correctamente. Si todas
manera se secará antes. las literas del barco son buenas, imaravilloso!, pues cada uno tendrá la
Cuando realmente hace mal tiempo, y no se pu ede secar nada afuera, hay una so lución muy suya. Pero si, como suele ocurrir, algunas son un poco estrechas, no
eficaz: consiste en dormir con dos sacos (¡podemos elegirlos fin os si creemos que vamos a te- hechas realmente para usarlas en la mar, sería una tontería condenar a
ner demasiado calor con ellos!). Nos metemos en uno, con la ropa mojada puesta, o bien al la- alguien a utilizarlas, cuando las literas de los que estén de guardia se
do, y ponemos el seg undo saco encima del primero. Este segundo saco funciona como una es- quedan vacías. Exceptuando al patrón, que debido a su especial ritmo
ponja: absorbe toda la humedad del saco de abajo (dicho en términos más técni cos: en él va a de vida, necesita una litera personal, conviene emplear el sistema de
co ndensa rse todo el va por de agua contenido en la ropa mojada). Al ca bo de un a o dos horas "cama caliente," es decir que no le da tiempo a enfriarse entre la salida
estaremos secos. Evidentem ente, el saco de arriba estará completamente empapado, pero no del tripulante que sube y la llegada del que baja ..
importa: no hay que dudar en ponerlo en su sitio, incluso empapado. Debemos añadir que si Una buena banda de escora bien alta, proporciona también el des-
leemos atentamente la parte del libro titulada " Meteorología " comprenderemos que ¡este sis-
canso y el aislamiento necesario. los tapones nos ayudarán a olvidar-
tema funciona mejor cuanto más frío hace!
nos del mundo exterior.
• También hay que luchar para conservar el interior del barco lo más seco posible. Hay que
evitar pasea rse por él con el traje de aguas chorreando, y no dejar ropa mojada dentro. Debe- Por lo general, al cabo de un par de dias, se acaba el problema,
mos co mbatir las filtraciones de agua. Es muy raro que una cubierta sea completamente estan- pues durante las interminables guardias de noche soñamos tanto con
ca, y es difícil eliminar estas filtracione s, pero por lo menos podemos intentar canalizar el agu a nuestra litera caliente como si fuera un paraíso inalcanzable que no
directamente hacia los fondos, co lgando en los lugares adecuados un cabo, una cinta o un tro- tardamos ni un minuto en instalarnos, sin esperar ni a vísperas ni a
zo de tela. Si el agua se filtra por la escotilla, suele deberse a que los imborna les estén tapona- completas ..
dos.

Pero, sobre todo no hay que resignarse: cada punto ganado es una v ictor ia en este confuso La comida
combate. tste es un tema muy amplio ... y serio. En la Marina, las comidas de la
Vale más marearnos y actuar a tiempo, que dejar que el contrincante nos aventaje y des- tripulación se realizan siguiendo un ritual, cuando no un auténtico
pués encontrarnos enfermos co mo animales en la madriguera, iY empapados en un líquido ceremonial, con el buey adobado el miércoles, el pollo con patatas
helado! fritas el jueves, la limpieza semanal de metales de la campana, el ser-
1194 El crucero
Crucero de altura 1 195

villetero siempre colocado a la izquierda del plato.. En fin, alimentar


a un marino no se improvisa y el cocinero de a bordo disfruta de cier-
tos privilegios en razón de su cargo. En la navegación de recreo, las
cosas se hacen de forma más intuitiva y la hora de la comida debe ser
un momento agradable. Algunas tripulaciones no dudan en reducir el
trapo o en dirigirse hacia una cala resguardada, para disminuir la es-
cora, causante de tantos desastres.. No obstante, algunos navegan-
tes tienen una idea más práctica sobre la alimentación a bordo de un
barco, y más cercana a la dietética. Estos no comen, sino que se ali-
mentan.

Cuando tocan a maitines, los que están de guardia se comportan


con gran delicadeza con los que van a relevarlos. En cuanto éstos abren
un ojo, ya se ha reavivado la mecha de la lamparilla, el agua hierve sua~
vemente en la tetera y se disponen a preparar lo que les gusta. Sólo les
falta ir a buscar flores.
Esta delicadeza, aunque no es desinteresada, crea el ambiente ade- ¿l as comidas en la ba ñe ra?
cuado para el primer acto importante del día: el desayuno. En la mar, Me nos comodidad, pero má s apet ito ..
se trata de una comida que de pequena no tiene más que el nombre,
probablemente es la comida más abundante de todas, la que realmen - por lo que ¡vale más hacer una merienda más completa!) y rápida,
te nos hace recuperar las fuerzas. de modo que se puedan lavar los platos antes de que anochezca. Es-
Por este motivo debe ser apetecible y para que sea apetecible tene- to es muy importante si queremos evitar el desorden así como per-
mos que encontrar lo que nos gusta. Podemos decir que mucha gente, der los cubiertos.
poco remilgada con las comidas principales, mantiene ferozmente sus En realidad, el único problema de las comidas en la mar, es que
costumbres en el desayuno. el barco se mueve. Todo va bien mientras hace buen tiempo, pero
Café, té o chocolate, sopa, cereales, huevos, queso, carne, da igual: en cuanto el viento refresca la cosa se complica. Y empezamos a sa-
lo que haga falta. Al mirar a alguien cómo desayuna, todavía dormido car conclusiones muy útiles: por ejemplo, en el desayuno, que es
ieS como mejor podemos imaginárnoslo de nino! Solamente después, mejor preparar las tostadas antes de llenar el tazón de café; des-
uno se convierte ya en un hombre o mujer adultos y puede entonces pués, ¡es imposible! Y que es muy cómodo usar mantelillos de pa-
echar una mirada condescendiente sobre el mundo que le rodea. pel antideslizantes -por lo menos en los barcos civilizados que tie-
Generalmente, en la mar, las comidas pequenas son más numerosas nen mesa. En caso contrario, es una verdadera suerte tener los mus-
que las grandes: el desayuno, el bocadillo de las 10 h, la merienda de los arqueados.
las cuatro, las cosas de picar para las guardias, tienen mejor acogida y Por otra parte, para cocinar con viento fresco hay que tener un estó-
se digieren mejor que las comidas principales. La despensa debe estar mago fuerte y saber que nos exponemos a un grave riesgo: el de las
siempre llena de "cosas de picar" nutritivas y fáciles de comer. quemaduras. Es indispensable que el cocinero vaya correctamente ves-
Sin embargo, las comidas principales son momentos importantes tido, y lleve puestas las botas y el pantalón del traje de aguas. Evidente-
del día y debemos dedicarles toda nuestra atención, mientras el mente, ¡el pantalón por encima de las botas y no por dentro!
tiempo lo permita. Es conveniente realizarlas siempre a las mismas En cuanto la mar deja de estar en calma, es un peligro utilizar las ca-
horas (lo cual es mucho más fácil cuando hacemos crucero por la cerolas: únicamente nos fiaremos de la tetera y la olla a presión. De he-
costa), y que se tomen a su tiempo, es decir no demasiado pronto y cho, llega un momento en que nadie quiere hacer ya una comida en
que se cuente con un mínimo de organización para que esté listo al condiciones y nos apetecen más las cosas de picar. En ese momento es
mismo tiempo el asado y el puré .. La comida del mediodía es fun- cuando bendecimos a los que inventaron la comida en polvo, ya sea el
damental para la vida del grupo: si hace buen tiempo la tomaremos café, la leche o los puerros y las patatas: basta con calentar mucha
todos juntos, exceptuando eventualmente al timonel. La cena puede agua y cada cual se lo prepara a su gusto.
El almuerzo de l t im onel. ser más ligera (las digestiones difíciles no nos dejarán dormir bien, En esta continua bulimia, el mal tiempo constituye una especie de
1196 El crucero Crucero de altura 1 197

entreacto, donde no paramos de tomar bombones, caramelos, pa- los glúcidos rápidos y los glúcidos lentos. Los primeros pasan enseguida
sas, chocolatinas, chupa-chups, nueces, avellanas, cacahuetes y al- azúcares lentos
a la sangre, originando un rápido aumento de la tasa de azúcar que la
mendras. insulina convierte pronto a un índice normal, es decir inferior, transfor-
mándolos en grasas. Resultado: no aprovechamos estos alimentos y en-
seguida notamos una sensación de hambre. Asimismo, nos hacen en-
Alimentarse gordar.
La nutrición intuitiva que acabamos de mencionar (algunos marinos la Los segundos penetran lentamente en la sangre y la variación de la
denominan "la manduca") es sin duda una manera agradable de ali- tasa de azúcar es muy pequeña. Segregamos poca insulina y la canti-
mentarse en el barco. Pero también podemos contemplar las cosas de dad de grasas que almacenamos es insignificante. Como resultado,
modo más riguroso. Las experiencias llevadas a cabo en ciertas regatas aprovechamos plenamente los alimentos, no tenemos hambre entre las
de altura, han demostrado que a menudo se subestima el gasto ener- comidas y sobre todo. no engordamos. chocolate sin leche
gético de los navegantes y que éste se compensa deficientemente con • Los lipidos o grasas proporcionan también, ademas de su aporte
los alimentos consumidos. mermelada sin azúcar
energético, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Es mejor tomar gra-
Por medio del siguiente análisis vamos a tratar el amplio campo de la sas vegetales (aceite de oliva) más sanas y de una mejor asimilación fruta fresca
nutrición en la mar, así como a intentar obtener datos útiles para esta- puesto que son líquidas. Un tripulante normal, de 75 kg, contiene
blecer raciones alimentarias que eviten el cansancio y "desfallecimien- aproximadamente 15 kg de grasa almacenada bajo la piel. Estos lentejas
to" que podrian ser causa de dificultades físicas que afectaran a la se- 15 kg representan unas 140.000 calorías de reserva. Con un stock
guridad de la tripulación o a la del barco. iudlas
como éste, ¡estaremos preparados para lo que sea! Un patrón avispa-
do y sin escrúpulos, podrá ordenarle varios cambios de foque sin que zumos de frutas
Reparto de las necesidades energéticas proteste. naturales
normales del adulto • Los prótidos, indispensables para la formación de la materia viva,
pan integral
El papel principal de la alimentación es el de proporcionar energía al or- proporcionan ciertas sustancias que el organismo es incapaz de sinteti-
ganismo y garantizar el mantenimiento de su integridad. Esta energía zar (aminoácidos). Se encuentran en las carnes blancas o rojas, el pes- pastas refinadas
es aportada por diferentes nutrientes: los glúcidos, los lípidos y las pro- cado, los productos lácteos y los huevos (sobre todo en la yema), y
teínas. Para funcionar, el organismo también necesita vitaminas, sales también en los vegetales como la soja, las almendras, avellanas, los ce- pl~tanos
minerales, aligo-elementos y fibras, en cantidad suficiente. El agua, reales y las legumbres.
también es un elemento indispensable. El papel de las proteínas es sustituir aquellas que están destrui- mafz
das. Las proteínas de origen animal son las más parecidas a las pro-
galletas
Los nutrientes: glúcidos, lípidos y prótidos teínas humanas (lo ideal es ingerir proteínas humanas, pero su con-
A igual cantidad, los nutrientes no proporcionan al organismo la misma sumo es poco frecuente, excepto en algunos lugares lejanos en los pan blanco
cantidad de energía. Es decir: que fondear y pasearse en tierra ¡son actividades totalmente desa-
• 1 g de glúcidos proporciona 4 calorías; consejadas!). azúcar
• 1 g de lipidos proporciona 9 calorías;
zanahoria
• 1 g de prótidos proporciona 4 calorías. Las vitam inas
Se considera que una ración alimentaria es equilibrada cuando cons- • Vitamina C: las necesidades de vitamina e del organismo son rela- puré de patata
ta de un 55% de glúcidos o hidratos de carbono, un 30% de lípidos y tivamente grandes, de 100 a 300 gramos al día, según el tipo de es-
un 15% de prótidos. Cada uno de estos elementos desempeña un pa- fuerzo que realicemos. Se encuentran en las verduras y frutas frescas glucosa
pel concreto en el organismo. Realizando una comparación algo aven- (perejil, pimiento, kiwi), pero al cocerlas se destruye más del 50% de la
turada, pero muy oportuna, podemos decir que los prótidos correspon- misma.
azúcares ni pidos
den a la estructura del barco, los glúcidos al combustible del motor Teniendo en cuenta las dificultades de mantenimiento y preparación
principal y los lípidos a la vela de emergencia. de los alimentos a bordo del barco, es conveniente incluir en la lista de
• Los glúcidos o hidratos de carbono, son el combustible principal la compra unos cuantos frascos de vitamina e en comprimidos (1 com-
del organismo. Se almacenan en forma de glucógeno (para las necesi- primido 2 veces al día, por ejemplo, distanciándolos de las horas de
dades energéticas inmediatas) y de grasas (para la energía en reserva). sueño). La carencia de vitamina e afecta negativamente a la buena for-
Dentro de este grupo, rico en alimentos apetitosos, hay que distinguir ma física, a la resistencia a las agresiones y a la fatiga, así como a la lu-
Crucero de altura 1 199
1198 El crucero

¿Qué cantidad de energia


debe aportar la alimentación?
Muchos tripulantes descubren con extrañeza que sienten un apetito
enorme durante los cruceros. Cuando hace mal tiempo, en aquellos
que no están mareados, este apetito puede ser pantagruélico. Esto se
explica por el hecho de que en la mar, al gasto energético habitual se
suma un gasto adicional, debido a
• el esfuerzo permanente para estar amarinados;
• la desorganización de los periodos de sueño y vigilia;
• la lucha contra el fria y la humedad;
• el mareo;
• el estrés.
Por estos motivos, las raciones alimentarias cotidianas oscilarán entre
3.000 y 4'1000 cal arias por dia, respetando el equilibrio de aportes,
Prepa rando la com ida a bordo anteriormente citado.
del Rebel/e.
¿Cuántas comidas hay que hacer al dia?
(ha contra el frío. Por estas razones su consumo a bordo está plena- Siempre que sea posible, conviene respetar el mismo horario que e~
mente justificado. tierra. Al igual que en lo relativo a los ritmos del sueño, nuestro rel~J
• Vitamina E: garantiza la protección del organismo contra las agre- biológico marca el momento de las comidas y se prepara para una óptI-
siones. Se encuentra en el aceite de oliva y el perejil. ma asimilación.
• Provitamina A es un agente antioxidante fundamental. Se en- En crucero, cinco comidas en horas fijas garantizan la regularidad
cuentra principalmente en las zanahorias y las frutas con pipa . del aporte energético, que resulta fundamental para evitar los .. desfa-
llecimientos" y facilitar la digestión:
los oligoelementos • el desayuno hacia las 7 horas con un 20% de la ración diaria;
• Magnesio: el organismo humano tiene una gran necesidad de • la comida hacia las 12 horas con un 30% de la ración diaria;
magnesio (400 mg/dia) pues facilita la recuperación y permite luchar • la merienda hacia las 17 horas con un 15% de la ración diaria;
contra la falta de sueño y el estrés. Es una suerte que se encuentre en • la cena hacia las 21 horas con un 20% de la ración diaria;
el chocolate y las almendras. los bígaros también contienen grandes • una comida durante la noche al final de la guardia con un 15%
cantidades, pero en ningún caso pueden justificar que encallemos el de la ración diaria.
barco.
• Los demás oligoelementos, como el hierro (presentes en el híga-
do, huevos y germen de trigo), el zinc (levadura de cerveza, soja, espi -
nacas, marisco) y el selenio (pescado, cereales integrales, piña) también Cuidado con el "picoteo"
son indispensables para el buen equilibrio alimentario. la fibra, que no or lo genera,l, ,debemos. e~ita r las choco latinas y golos.i-
proporciona ninguna caloría, estimula el tránsito intestinal muchas ve-
ces difícil al navegar. También aporta sales minerales y oligoelementos.
P nas, pues onglnan un rap ldo aumento de la tasa de azu-
ca r en la sang re. Estos azúcares de asimilación rápida son
Asimismo, ral entiza la absorción de azúcares y grasas y disminuye la to- una especie de " turbo " para los atletas que efectúan un es-
xicidad de ciertos aditivos. fuerzo de corta duración, En ese caso la energía aportada se
consume inmed iatamente,
Esta pesada enumeración demuestra que una alimentación sana, va- En un ba rco, el esfuerzo es co ntinuo, sin que se ~roduz­
riada y equilibrada influye en la seguridad en la mar. Una tripulación can desgastes bruscos, por lo que e l aporte de energla debe
ser más regular. Los azúcares d e absorción lenta (pasta ,
bien alimentada dispondrá de mejores armas para luchar contra el mal
arroz integral, lentejas, tomates, judías verdes, etc,) nos pro-
tiempo.
porcionan la m ejor energía para este tipo de esfuerzo,
1200 El crucero Crucero de altura 120 1

~ Ejemplos
Beber mucho
de m e n ú S En un barco. la pérdida de liquidas aumenta de modo anormal debido
a la exposición al viento, al solo al hecho de realizar una actividad física
intensa.
Menú de 3.000 calorias Menú de 4.500 calorias
Se suele decir que hay que beber un centímetro cúbico de agua por
(menú de buen (menú de mal
caloría ingerida. Por lo que, a 3.000 calorías corresponderían 3 litros de
tiempo con calor) tiempo con frío)
agua (conteni da en los alimentos y en las bebidas). Si sabemos que los
alimentos contienen por lo menos un 65% de agua, podemos estable-
Desayuno Desayuno
cer que el aporte en agua de bebidas debe ser de unos 2 litros por
Té o café Té o café
3.000 calorias y de 3 litros por 4.500 calorías.
Pan , mantequi ll a, mermelada Pan, mantequilla, m ermel ada
Cereales, leche Huevos con bacon
Cereales, leche
Los alimentos mejor adaptados a la vida en la mar
• Los alimentos frescos: cuando zarpamos para un período largo, el
Comida Comida problema de la conservación de la comida a bordo nos parece tan difí-
Ensa lada mixta Ensalada mixta cil, que frecuentemente apostamos por "lo seguro": arroz, pastas, puré
Carne y pasta Carne + féculas de patata en copos, etc. Y, sin embargo, es posible no renu nciar a la
Fruta Que so frescura y a la variedad; ¡esta ocasión puede servir precisamente para
Pan Fruta replantearnos nuestros hábitos ciudadanos y liberarnos de las comidas
Pan "envasadas y listas para comer", ¡y poner un poco de imaginación!
Aquí van algunas sugerencias para orientaros:
Merienda Merienda • La carne. Pasados los primeros días, hay que empezar a usar el
Té lig ero o zu mo de frutas Té ligero o zumo de fruta s abrelatas. Sin embargo, el bacon y el jamón crudo. colgados a bordo
Galletas Frutos secos en un lugar ventilado, no cogen moho. La carne fresca de cerdo, corta-
Galletas da en lonchas y cubierta de sal gorda, si la guardamos en una lata her-
mética, puede conservarse muy bien durante más de un año.
Cena Cena • El pescado . Limpio, lavado y seco, conservado en vinagre, se
Sopa Sopa mantiene durante bastante tiempo. ¿ Qué pasaría si pescamos un atún
Pesca do co n arroz Pescado con patatas de 20 kilos. por ejemplo 7
Yogur Que so Algunos no dudan en almacenar a bordo, botes de cristal, para ha-
Pan Ga llegas cer conservas en la olla a presión. Incluso podemos llevárnoslas a casa a
Pan la vuelta, para el invierno.
• Las legumbres y la fruta . Coles, zanahorias. cebollas, nabos, pa-
Comida por la noche Comida por la noche tatas, pomelos, plátanos y limones se conservan estupendamente si no
Barrita de cerea les Sopa los amontonamos y los estibamos bien, revisando la " frutería" a diario
Chocolate Barrita de cereales para quitar las piezas que estén dudosas.
Chocolate • Los quesos. El único secreto está en su envase: no hay que guar-
Frutos secos darlos en plástico ni en papel de aluminio, sino en papel con parafina.
Hay que repartirlos en lotes para evitar riesgos.
• La mantequilla . Incluso en el trópico, no se estropea si la guar-
En el menú de m al tiempo co n frío, el aporte calórico adicio- damos en un bote con agua, que esté siempre envuelto en una bayeta
nal proviene de un aum ento de la ración de glúcidos, y sobre húmeda y lo mantenemos en un lugar fresco.
todo, de lípidas. De es te m o do, e/ aporte respeta e/ equilibrio
entre los diferentes nutrientes favoreciendo un gasto energé- Aún podríamos seguir y decidir alimentarnos embarcando maíz, tri-
tico g /aba/m ente e/evado. go, centeno, avena, esos granos de cereales que i apenas sabemos có-
mo utilizar! La soja germina muy bien si le dedicamos algunos cuidados
Crucero de altura 1 2 O3
12 O 2 El crucero

diarios; así podríamos tener ensalada fresca en cualquier lugar y época.


También podemos cultivar en una maceta cebolletas, perejil y estra- Modo de hacer pan
gón ..
De este modo, a veces surgen vocaciones de jardineros, en alta mar. Ingredientes
. 600 a 700 gr de harina;
• Las conservas clásicas y 105 platos preparados son excelentes alter- • 1/2 litro de leche cuajada (basta con dejar abierto duran-
nativas cuando las condiciones meteorológicas limitan las estancias en te dos o tres días un cartón de leche de "larga duración";
también podemos utilizar leche en polvo);
la cocina. Sin embargo, hay que evitar, las "navegaciones de conser-
• una cucharad ita de café de sa l;
vas" y sobre todo los platos cocinados "ligeros" que aportan una po-
• una cucharadita de café de bicarbonato sód ico.
bre ración energética.
Modo de hacerlo
• Los cereales y legumbres. Los valores energéticos de estos alimen- • Mezclar la harina con la sal y el bicarbonato.
tos son una buena base para realizar menús que responden perfecta- • Añadir la leche cuajada y batir la mezcla hasta obtener
mente a las necesidades energéticas de las condiciones del crucero. una ma sa que no se pegue.
El índice glucémico caracteriza el tipo de azúcar en presencia. Cuan- • Echar la masa en la sa rtén (previamente espolvoreada de
to más elevado es, más azúcares rápidos hay (ver el comienzo del capi- harina para que no se pegue). Cocer durante treinta minutos
tulo). por un lado y diez minutos por el otro.
• Dar golpecitos con el dedo sobre el pan; cuando suene a
hueco, es que ya está hecho.

~ Valores
Observaciones
• El bicarbonato sustituye con venta ja a la levadura. Pues
energéticos la levadura normal no se conserva y con la levadura química
sa le un a masa demasiado dura.
Tipo de Peso índice • Podemos hacer el pan en la olla a presión. Aunque lo
Glúcidos Lipidos Prótidos Calorías ideal, por supuesto, es el horno ...
alimento la ración glucémico
• Podemos hacer variaciones utili za ndo harina integral (1/3
de harina integral , 2/3 de harina de trigal. pasas, etc.
Pastas y
arroz hervido 100 9 23 9 0,5 9 3g 105 70

Patatas • Las latas autocalentables: suelen ser platos con salsa. lo que hace
al vapor 100 9 20 9 0,1 9 1,5 9 86 70 que se puedan digerir bastante bien . La lata está rodeada de un envase
que contiene dos sustancias que se mezclan en el momento en que la
Puré
abrimos, originando una reacción química que desprende calor.
instantáneo 100 9 12 9 0,6 9 1,7 9 55 95

Pan norma l 100 9 55 9 19 79 257 90 • Los alimentos liofilizados: la liofilización consiste en la extracción
del agua contenida en los alimentos por sublimación a baja temperatu-
Pan integral 100 9 50 9 19 7,5 9 239 50
ra y en el vacío. Los alimentos se mantienen así en condiciones muy
Corn flakes 100 9 85 9 1,5 9 8,5 9 388 85 buenas, con la enorme ventaja del peso (más del 70%) ya que sólo se
transporta la parte nutritiva de los alimentos. Únicamente las vitaminas
Muesli 100 9 66 9 7,5 9 13 9 383 50
volátiles sufren una pérdida sustancial.
Copos de Se pueden liofilizar productos cocidos o crudos (verduras o frutas).
avena 100 9 67 9 7,5 9 14 9 391 50
Los platos cocinados son muy prácticos. Basta con introducir la ra-
Legumbres ción en agua de 10 a 15 minutos según el plato, para obtener un pro-
secas cocidas 100 9 17g 0,5 9 7g 101 30 ducto que sólo tiene que calentarse .
1204 El crucero Crucero de altura 1205

Este procedimiento se realiza sin agentes conservantes ni aditivos, verlas a izar de vez en cuando para asegurarnos que no hay nada atas-
siendo la duración de conservación superior a 2 años. cado y para cambiar el punto de trabajo de la driza. Asimismo, es una
buena costumbre inspeccionar la jarcia todas las mañanas con unos
• Los alimentos deshidratados: esta técnica se utiliza normalmente prismáticos, y no está prohibido, los días que hace bueno, ir a dar un
en la fabricación de purés instantáneos. La extracción del agua se lleva paseo por la arboladura: ¡sólo para cambiar un poco! Siempre hay una
a cabo en un túnel de aire caliente (entre 25 Y 50°). El ca lor orig ina una polea que engrasar, una driza que reenviar, un falcaceado por hacer o
alteración de las vitaminas y minerales mayor que con la liofilización. En una costura que repasar. Para mantener el barco en buen estado, es
un barco, los alimentos deshidratados deben considerarse como ingre- necesario que un quinto miembro de la tripulación dedique, como me-
dientes complementarios para incluir en la preparación de platos más dia, una hora cada veinticuatro de navegación a trabajos de manteni-
elaborados. miento. Entre el aperitivo y la comida, y la merienda y la cena, pode-
mos hacer todo el ruido que queramos: es el momento que hay que
aprovechar .. .
Limpieza y mantenimiento
Con tanto comer, todo se ensucia. Las operaciones de limpieza, entre
las que está lavar los platos, deben repetirse tres veces al día: es la úni- Navegar
ca manera de vivir en un barco limpio y que no huela mal. No se trata Incluso podríamos olvidarnos, poco a poco, que nos dirigimos hacia un
de limpiar todo a fondo diariamente, sino sólo la cubierta y el suelo de- lugar determinado, si cada día no realizásemos unos cuantos ritos con-
bajo de la cabina. Lo demás, podemos ir limpiándolo poco a poco, re- cretos relacionados con la propia navegación.
partiendo el trabajo a lo largo de los siete días de la semana y dividien- En primer lugar, y cada hora, está el cuaderno de bitácora, donde
do el barco en siete partes, de las cuales, una de ellas se limpia a fondo anotaremos el rumbo, los datos de la corredera, el tiempo que hace, y
cada dia. los acontecimientos que han influido en la derrota. El cuaderno de bitá-
Limpiar también quiere decir ordenar. Nada como el desorden para cora es el único instrumento habitual de navegación que cambia de di-
que la vida a bordo se vuelva insoportable (y esto también es cuestión mensión de cuando se realiza un crucero por la costa a cuando se na-
de seguridad). Al lavar la cubierta, hay que recoger todo lo que está ti- vega en crucero de altura. En este último caso, es absolutamente nece-
rado, deshacer las cocas de las escotas y apretar todo lo que tiene ten- sario: en alta mar enseguida se pierde la noción del tiempo y muy
dencia a aflojarse. En el interior, debemos luchar sin tregua para man- pronto no sabríamos en qué día estamos, por lo que nos sirve para
tener en su sitio los utensilios, las herramientas, las velas y el material mantener el contacto con la realidad.
de navegación. Esta atención no debe tener un solo fallo: cada descui- Después, están los momentos de intenso recogimiento cuando es-
do y cada equivocación serán sancionados, no por el superior jerárqui- cuchamos el sermón sobre el cielo: es la hora de los boletines meteo-
co, sino por la propia mar; todo lo que no está sujeto, se resbala, cae y rológicos. Y más tarde los tres "oficios" que marcan el dia: por la ma-
se derrama, se moja o desaparece. Todo lo que desaparece en las senti- ñana, a mediodía y por la tarde. Si disponemos de posiciona dar por
nas se oxida o se pudre. satélite, basta con trasladar a la carta las coordenadas de la situación
A la hora de lavar los platos surge una pregunta: ¿qué hacemos con que nos proporciona el GPS. Si navegamos con el sextante, la "situa-
los desperdicios? En alta mar podemos echar por la borda todo lo que ción del mediodía" es la más importante de las tres. Hacemos una
sea biodegradable. Hay que tener en cuenta que hay que evitar tirar meridiana, a continuación, cogemos todos 105 datos que tenemos so-
botellas rotas mientras estemos en la plataforma continental, pues a bre la navegación: tres cucharaditas de astronomía y una pizca de go-
veces los pescadores las cogen con sus redes; es mejor llenarlas de nio mezclamos todo con la estima, le damos nuestro "toque" espe-
agua y hundirlas. Lo demás, especialmente los envases de plástico, de- cial' y ¡ya tenemos nuestra situación! En alta mar, tampoco es indis-
be colocarse en un lugar adecuado hasta que lleguemos a puerto (las pensable una exactitud extrema, lo principal es ir avanzando por el
botellas de agua se encogen si les echamos agua hirviendo y ocupan buen camino ...
muy poco sitio).
Aparte de todo esto hay que vigilar y mantener la jarcia, el acastillaje En lo que respecta al gobierno del barco, cada cuarto de guardia
y las velas. Se trata sobre todo de luchar contra la rutina que solapada- puede inventarse sus propios ritos, organizar los turnos que mejor le
mente se iría apoderando de nosotros día a día. Si mantenemos las convengan para realizar las distintas tareas: gobernar, vigilar y hacer la
mismas velas durante mucho tiempo, no estaría de más arriarlas y vol- navegación. Una vez más, ¡lo importante aquí es no caer en la rutina!
1206 El crucero Crucero de altura 1207

Incluso en alta mar, el encargado de vigilar tiene que saber que no de-
be disminuir su atención: la mar " libre" no está exenta de peligros y a
veces se producen abordajes en condiciones espantosas. Además,
¿qué pasaría si alguien a lo lejos pidiese socorro? De vez en cuando
también debemos comprobar el reglaje del barco, incluso aunque ten-
gamos un tiempo estable y naveguemos siempre en el mismo bordo.
y asegurarnos por última vez antes de dejar el barco en manos del
equipo de guardia siguiente: Quizás, éstos tengan ideas diferentes so-
bre el tema, y ¡tampoco está mal! Simplemente, en este pequeno uni-
verso donde la delicadeza es una virtud cardinal, ¡sería un detalle es-

A la hora de la meridiana.

perar a que los anteriores tripulantes se hayan dormido antes de estro·


pearles todo su trabajo 1
Los cambios de guardia son momentos muy importantes. Puesto
que normalmente todos estaremos despiertos, podemos aprovechar
para realizar las maniobras necesarias; y también para hacer una rápida
inspección de la cubierta, comprobar que todo está ordenado y perfec-
tamente amarrado. Informamos convenientemente a los que nos van a
relevar sobre la situación del momento: los hechos que han ocurrido en
las horas anteriores, las dificultades con que nos hemos encontrado se·
gún el tiempo y el estado de la mar. Concretamos el rumbo que segui-
mos y transmitimos las órdenes. A veces, incluso hay que transmitir un
determinado ambiente: cuando naveguemos con viento de popa, con
mar dura, quizás sea conveniente que el timonel que salga de guardia y
el que entre lleven juntos la caña durante unos cuantos minutos, con
objeto de que el recién llegado coja el ritmo. No nos iremos a dormir
hasta haber transmitido a los que nos relevan toda la información obte·
ni da durante las horas pasadas.

La noche
El equipo que está de guardia a la puesta del sol inspecciona la cubier-
ta, comprueba que todo está en su sitio bien amarrado y recoge todo
lo que esté por ahí tirado. Lo que caracteriza a la noche es la confu·
sión; ésta se apodera de los territorios familiares y los siembra de tram·
paso i Hay que estar alerta!
y llevar la inspección aún más lejos, a la bañera y dentro del barco.
Todo respira ingenuidad, los objetos están quietos, bien estibados según
la escora que llevamos, de momento, no hay de qué preocuparse. Pero,
En la mesa de cartas del Rebelle. durante la noche, el viento cambia, viramos y vemos las lentes de los
Crucero de altura 1209
1208 El crucero

si las condiciones lo aconsejan: es mejor que esté disponible para los


duros momentos del amanecer.
Para ver claro El silencio se apodera de nosotros. Y nos encontramos solos, ¡en
medio de lo desconocido y de la oscuridad! Podríamos añadir ahora, al-
P or la noche en cubierta, el enca rgado de la v igi lancia debe estar en la más comp leta oscuri-
dad: si se deslumbra por el resplandor de una bombilla, se queda sin vis ión durante bastan-
tes minutos.
gunos detalles para crear ambiente: fosforescencias, trinos de pájaros
invisibles y sonidos guturales de las marsopas. Lo cua l haría sonreír a al-
Pued e que éste sea el momento de re cordar el modo en que el ojo humano percibe la luz. Es- gunos navegantes expertos por el hecho de que no haya apenas dife-
ta percepción depende de un doble sistema de cé lulas: rencia entre la navegación de día y de noche. Además esto podría crear
• por un lado están los conos, que sólo son sensibles a las luces v ivas, y que sirven para dis- ideas equivocadas en la mente del principiante. Si sigue siendo objeti-
tinguir los colores; vo, enseguida se dará cuenta de que en general ¡la oscuridad no es tan
• y por otro están los bastones, sensibles a las luces más débiles, que se deslumbran con las negra como parece! Claro está, si no nos deslumbramos, lo cual es un
luces fuertes y que no pueden distinguir los colores. La extrema sensibilidad de los bastones se
tema importante del que seguiremos hablando. .
debe a la presencia en el cuerpo de sus células de una sustancia derivada de la vitamina A, la
El riesgo de confusión se acrecienta en el momento del cambiO de
púrpura retinoica, que se destruye inmediatamente co n las luces fuertes y que únicamente se
guardía. En principio, hay que señalar que 105 tripulantes de la guardia
vue lve a formar en la oscuridad. Esta reconstitución no es comp leta hasta después de haber
transcurrido unos veinte minutos. Pero la luz roja no le afecta . saliente, a pesar de su impaciencia, harían mejor en quedarse en cu-
En el cen tro de la retina, no hay más que conos; en camb io en el contorno, hay co nos y bas- bierta hasta que los que forman la guardia entrante estén listos: cuan-
tones. Por lo tanto: do todos están en pijama, es cuando suelen ocurrir los incidentes. Hay
• la parte cent ral , que permite durante la vis ión diurna, la percepción exacta de las formas y que transmitir las órdenes y, sobre todo, no olvidar las inic~ativas toma-
de sus co lores, no se utiliza apenas durante la v isión nocturna si la fuente luminosa es demasia- das en el transcurso de la misma: colocación de una retemda en la bo-
do débil; tavara, trincado de un determinado objeto para evitar el ruido.. Si
• la zona periférica, que durante la v isión diurna si rve para lograr una percepción borrosa aprovechamos el cambio de guardia para hacer las maniobras, p~r
del ambiente, de noche es la única parte realmente útil. Percibe y distingue el resplandor más
ejemplo, para cambiar las velas, hay que hacerlas" como vien: ~n los I~­
débil, pero sin precisar su co lor ni su forma exacta. Todo esto, a condición de que la púrpura de
bros" sin florituras y sin inventarnos ninguna variante en el ultimo mi-
los bastones no haya sid o destruida por una iluminación demasiado intensa.
nuto; 'hay que sustituir cada driza en la cornamusa correspondient~ y
De estas nociones se desprenden algunas cons ideraciones prácticas que nos si rven para la
navegación nocturna: pasar cada escota por donde tiene que pasar normalmente. La rutina
• para identificar un detalle preciso, es mejor no mirarlo directamente, si no pasear la vista por la noche es muy buena: nos permite burlarnos de los monstruos
mirándolo desde una distancia de algunos grados; por otra parte, debemos dudar continua- que nos acechan en la sombra, buscando una presa que devorar..
mente sobre los co lores que percibimos.
• puesto que la luz roja no destruye la púrpura de los bastones, resulta conven iente poner
bombillas rojas para iluminar el compás y la mesa de cartas; El mal tiempo
• el tripulante encargado de la vigilancia sólo debe ser relevado por otro tripulante que se Después de hablar tanto del mal tiempo iProbablemente llegará un día
haya adaptado a la oscuridad por lo menos durante diez minutos. Para que el período de adap- en que llegue! Siempre que no venga de noche, lo cua l ya e~ peor.
tación sea lo más corto posible, puede ser co nve niente crear en el interior del barco una ilumi- Ya hemos navegando con brisas ligeras, brisas fuertes y vientos fres-
nación "ind i recta" tapando los focos de luz, con papel de aluminio. La v ista se acostumbra cos. LA partir de qué momento podemos estimar que comienza el mal
pronto a esta luz suave, que además crea una atmósfera adecuada para el reposo de unos y la
tiempo? Sin duda, a partir del momento en que la fuerza del viento y el
actividad sigilosa de los otros.
estado de la mar no nos dejan ya gobernar el barco como queremos;
Debemos tener en cuenta que los arándanos y las zanahorias son muy ricos en v itamina A.
desde el momento en que la vida a bordo empieza a estar seriamente
deteriorada. Esto depende del barco y, sobre todo, de la experiencia de
prismáticos por un lado, la mostaza que se ha salido del tarro, por otro, la tripulación. Con frecuencia, al principio del crucero, el umbral del
resbalamos al pisar la pera que guardábamos para quitarnos la sed y i te- mal tiempo se alcanza enseguida. Una vez acostumbrados, éste va re-
nemos que despertar a todos para buscar la manivela del güinche que
trocediendo poco a poco.
estábamos completamente seguros de dónde la habíamos dejado l Con mal tiempo en la cubierta de proa
Los que hacen la primera guardia de la noche se equipan con todo El mal tiempo, es cuando todo nos resulta difícil: dormir, comer, ha- las maniobras más sencillas. como el
lo necesario, sacan 105 chalecos y las linternas, preparan cosas de picar cer la limpieza, hallar la situación; cuando nos cuesta movernos y hacer
cambio de velas, requieren más tie mpo
y las ponen en un sitio seguro, al alcance de la mano. Los demás se van cualquier maniobra por muy sencilla que sea. Los movimientos desorde- V más brazos.
a dormir. El patrón da las órd enes pertinentes y también se va a dormir,
1210 El crucero Crucero de altura 12 1 1

De hecho, hay dos calamidades que debemos temer; dos calami-


dades habituales, pero que pueden adoptar proporciones alarman-
tes: el desorden y la humedad. Con mal tiempo, es necesario mante-
ner el interior del barco como una especie de resguardo de paz,
donde podamos disfrutar de cierta comodidad. Para evitar el desor-
den, una vez más, debemos luchar contra la humedad, empezando
por vaciar el agua de la sentina, y pensar que seguramente volvera a
llenarse: hay que comprobar el estado de la tapa del tambucho, ta-
ponar las entradas de aire, incluso el orificio del fregadero . De todas
formas, el interior del barco volverá a mojarse, puesto que tenemos
que abrir la escotilla de vez en cuando para entrar y salir, y además
entraremos empapados. Por lo tanto, tenemos que colocar en un lu-
Traje de aguas, chaleco. ames: una gar seguro, cuidadosamente guardado en bolsas de plástico, todo lo
indumentaria familiar que habremos que deba mantenerse completamente seco: la ropa de repuesto y las
aprendido a ponernos mu cho antes de cerillas.
que s e produzca el mal tiempo. También debemos inspeccionar la cubierta, con mas detenimiento
que de costumbre, para ponerla en orden, recoger tod o lo que no sea
nadas del ,barco, el espectáculo a nuestro alrededor y 105 ruidos originan indispensable para la maniobra, comprobar los cabos de amarre de la
una espeCIe de embotamiento en nuestro ánimo: no es que nos encon- balsa de salvamento, de los tangones, del remo y del ancla. Revisare-
tremos mal, pero tampoco estamos muy espabilados. A partir de ese mos todo, con el fin de dejar a merced del viento y la mar los mínimos
momento, hay que intentar simplificar todas las actividades principales. objetos posibles.
En lo que respecta a las maniobras, en principio hay que prepararse A continuación, hay que pensar en la vida diaria. Ésta corre el peli-
con bastante antelación. En el momento de la salida de prueba, antes gro de verse deteriorada por un hecho decisivo: la organización de las
de zarpar, habiamos comprobado las velas de mal tiempo, las había- comidas. Es probable que no podamos cocinar en serio durante algún
mos probado. Si ese día el viento estaba en calma, habíamos tenido la tiempo (curiosamente, tampoco es que pensemos mucho en ello). Pero
gran idea de volverlas a probar en el transcurso del crucero, un día de es mejor no esperar a estar metidos de lleno en pleno follón para pre-
mas viento, con el fin de poder imaginarnos el comportamiento del parar bebidas calientes en los termos y para colocar en un sitio de fácil
barco con el mal tiempo real. El chaleco y el arnés los hemos utilizado acceso todas las cosas de picar de las que ya hemos hablado antes.
ya en cuanto ha habido el menor riesgo de caída al agua: es una pren- y luego está el mareo, un grave problema que puede influir de for-
da totalmente familiar que nos ponemos sin pensárnoslo dos veces. Eso ma considerable en el desenlace de los acontecimientos. Los que sue-
ya no nos pescará de sorpresa. len padecerlo deberán ir a buscar sus pastillas mucho antes de que se
y d~spué~, es muy. ra~o que el mal tiempo surja de repente en plan revuelva el oleaje y el estómago.
dramático. SI vamos SigUIendo la evolución meteorológica, por lo gene-
r~1 nos dará tiempo a prepararnos, antes que nada con un objetivo pre- El mareo
CiSO: mantener durante el mayor tiempo posible el ritmo de vida normal. "Primero, nos atemoriza morirnos y después nos atemoriza no mo-
rirnos" .
Modo de prepararnos Aunque no siempre alcanza las dimensiones metafísicas sugeridas
Realmente, ¿qué es lo que nos asusta? Después de todo, con mal tiem- por esta definición, el mareo no deja de ser una enfermedad concreta,
po no se pasa tan mal en alta mar. Sin duda, se está peor que en puer- muy desagradable y que sufre mucha gente. Hay algunos privilegiados
to, pero seguramente mucho mejor que cerca de la costa. Incl uso que no lo conocen, pero realmente son muy pocos -al menos en la
cuando " la piel del diablo sale a ventilarse", en alta mar, la mar está mar. Ya sea mas o menos grave, más o menos frecuente, en cualquier
bien formada, es regular, y de hecho menos peligrosa que cuando na- caso es una realidad con la que hay que contar cuando embarcamos;
vegamos sobre bajíos. Y además, si fallamos una maniobra, o si sufri- unos, ligeramente afectados, siguen siendo capaces de realizar alguna
mos una avería sin importancia no nos veremos apurados, pues tene- actividad entre dos vomitonas; pero hay quienes se quedan hechos jiro-
mos suficiente agua para recorrer y podemos avisar. nes; a otros les afecta de modo solapado: sólo acusan el mareo con
Crucero de altura 1213
1212 El crucero

cierta somnolencia, una especie de pesadez mental, que aniquila la vo-


luntad. De este modo las órdenes del patrón se vuelven imprecisas o
cerebro
pasan al modo condicional: "Habría que coger un rizo .. Deberíamos
(
comprobar la derrota ..... iOjO! Cuando nos movemos, es como si
El mareo puede tener diversas causas. En el mero aspecto psicológi- ~ . tuvi éramo s un nivel de burbuja en
co, puede estar asociado a la excitación anormal del sistema de canales contracC1ones nuestro cuerpo. El electrod o, incitado
semicirculares del oído interno, regulador del equilibrio. Los movimien- musculares por los m ovimientos de la burbu ja,
tos del barco desempeñan aqui un papel fundamental, pues de hecho
con la mar en calma nadie se marea. Pero el umbral del mareo varía 0"'' ' cas informa a cierta s zonas del córtex
cerebral, por m edio del nervio
bastante según las personas y las circunstancias; el miedo, el cansancio, transmisor.
el frío, la humedad y el insomnio pueden resultar factores decisivos.
Zarpar en buenas condiciones físicas, mantenerse abrigado, evitar las
ropas mojadas, dormir mucho cuando podamos. Todos estos remedios De este modo, gracias a la posición de las burbujas (cada oido tiene
evitarán que se produzca . tres grupos de electrodos colocados en los tres niveles del espacio), el
También sabemos que hay muchas medicinas: icada uno debe to- cerebro recibe permanentemente información sobre la posición del
mar la que le siente mejor! También hay "remedios ": el vasito de agua cuerpo en el espacio. Esta información es confirmada por los demás re-
de mar (Slocum); el mendrugo de pan duro, "para sentar el estómago" ceptores, como los ojos y los receptores propioceptivos situados al nivel
(pescadores bretones); el chicle.. La solución mas radical es sin duda de los miembros inferiores.
echarnos la siesta debajo de un manzano (sir Isaac Newton). A los que Por medio de un verdadero trabajo de ordenador, el cerebro asimila
podemos añadir algunas experiencias: uno se suele marear menos en y compara todos estos datos, con el fin de elaborar una respuesta
cubierta que dentro del barco; es mejor mantenerse ocupado; el simple coherente. Como consecuencia, según el cambio de posición, una res-
hecho de llevar la caña, en principio, frena el mareo; si decididamente puesta motriz refleja periférica (contracción o relajación de los múscu-
la cosa va a peor, hay que acostarse pasando lo antes posible de la po- los de postura) asegura el mantenimiento del equilibrio y permite con-
sición vertical a la horizontal (es lo que podríamos llamar el tratamiento servar una verticalidad constante en la mayoría de las circunstancias.
.. ortogonal" del mareo); estar sentado es la peor postura de todas. i Pero en el barco la cosa se complica!
También hay que comer, lo cual nos resulta dificil, porque lo que es el • ¿A quién debemos creer? Al sistema nervioso central no le gustan
apetito ... Al menos, un poco de fruta y verdura, en pequeñas cantida- nada estas informaciones contradictorias. La discordancia entre los da-
des y con frecuencia . Y beber ca ldo salado o agua de Vichy, pues ense- tos origina conflictos en las diferentes formaciones cerebrales relaciona-
guida perdemos sales minerales. das con el mantenimiento del equilibrio. Sin embargo, estos conflictos
En el parra fa siguiente cedemos la palabra al cuerpo médico, con el pueden suavizarse si un receptor arbitra el debate proporcionando una
fin de comprender mejor los ocultos mecanismos de este mal insidioso información indiscutible, especialmente, sobre una referencia geométri-
y poder extraer algunos consejos que nos sirvan para limitar o retrasar ca. Esto ocurre, por ejemplo, cuando la vista capta el horizonte.
el mareo. • ¿Qué podemos hacer? Preguntado de manera anárquica, el córtex
cerebral no puede elaborar una respuesta coherente para garantizar el
La patologia del mareo mantenimiento de la verticalidad, y más aún cuando los músculos sue-
La torre de control de la función del equilibrio esta situada en el oido len estar relajados.
interno a la altura del sistema vestibular o sistema laberíntico. Este con- Al no poder aprovechar estos influjos nerviosos, el córtex cerebra l
junto comprende, en particular, los canales semicirculares. Para repre- decide almacenarlos, formándose poco a poco un excedente de influjos
sentar la acción de estos canales, podemos compararlos con el nivel de muy voluminoso.
burbuja que utilizan los albañiles. Esta sobrecarga nerviosa se va desplazando a lo largo de las vías re-
Cuando nos movemos, la burbuja, empujada por el movimiento del flejas hasta llegar a la Chemoreceptive Trigger Zone (az)' que, al exci-
cuerpo, se desplaza y estimula pequeños electrodos. tstos, a través de tar el centro del vómito, desencadena su respuesta y su entusiasta par-
un nervio transmisor, informan a ciertas regiones concretas del córtex ticipación.
cerebral.
* En ingles en el original, en español Zona Gatillo. (N. de la T.)
Crucero de altura 1215
1214 El crucero

Los centros nerviosos del equilibrio terminan por asimilar las infor- vértigo. En general, están contraindicados para las mujeres embaraza-
maciones que le llegan sin utilizarlas. Aprenden a no hacerles caso. es das y los niños menores de 15 años.
cuando nos am arin am os. Tampoco se debe tomar alcohol mientras se consumen.
El período de adaptación es muy variable según los individuos, pero La mayoría de estos tratamientos forman parte de los antihistamíni -
en la mayoría de los casos. se produce después de 3 días ." justo cuan- cos cuya acción sedativa a veces se compensa con un estimulante del
do ya vamos a hacer escala. Pensamos que nos hemos librado. mien- sistema nervioso.
tras que todavía queda todo por hacer. las informaciones contradicto- Para intentar producir una acción local, dirigida específicamente al

-------1 rias que los centros nerviosos ya habían asimilado en el medio normal,
desaparecen bruscamente. Durante cierto tiempo, existe un remanente
sistema del equilibrio, un procedimiento t ransdérmico (se pega detrás
de la oreja) va distribuyendo lentamente a través de la piel una sustan-
de estas informaciones que corresponde a la desadaptación progresiva cia del grupo de los Atropínicos·, eficaz durante 72 horas. Este sistema

d} de los centros nerviosos.

Esta persistencia de la percepción de los movimientos cuando ya han


también puede tener efectos secundarios: sequedad de boca, trastor-
nos de acomodación (midriasis) y somnolencia.
Hay otros medicamentos que actúan directamente sobre los centros
desaparecido, origina el m al de ti erra, una especie de borrachera que del vómito combatiendo de este modo los efectos, más que la causa.
hace moverse el suelo y que obliga al marino a caminar contoneándo- Estos productos se clasifican dentro de los anti-eméticos··.
se. A veces, es difícil demostrar el origen puramente vestibular de esta Por lo general, su acción es menos eficaz, pero tienen la ventaja de que
rara cogorza .. producen escasos efectos secundarios y tienen pocas contraindicaciones.
Otros productos actúan sobre la circulación sanguínea, al nivel del
Sintomatología del mareo sistema del equilibrio. Algunos tienen un efecto positivo, sin contraindi-
Sin entrar en detalles cuya evocación podría despertar recuerdos que ya caciones ni efectos secundarios importantes.
creíamos olvidados, las manifestaciones del mareo pueden adoptar di- Los productos homeopáticos, si se utilizan en la fase preventiva, an-
ferentes formas . tes de embarca r, parecen mejorar la capacidad de adaptación al mareo.
Los síntomas suelen ser insidiosos. Los sistemas de acupuntura por presión, desarrollados a partir de los
Se describe una apatía, somnolencia, disminución de los tiempos principios de la medicina tradicional china, actúan sobre un punto de la
los movimi e ntos de arriba a abajo
de reacción. A veces el mareo puede quedarse ahí, pero también muñeca y, al parecer, son capaces de desviar la sobrecarga nerviosa
(cabeceo) afectan cons ide ra ble mente al
puede originar consecuencias graves, especialmente si afecta al pa- -en este caso energía "negativa" - hacia una zona menos susceptible
sistema del equi librio: l os movimientos
trón, que se rá incapaz de reaccionar con firmeza y rapidez, tal como que el que ordena los movimientos del estómago.
a ngula res (bala nceo) estimula n poco al
exige su papel. Al igual que los productos homeopáticos, estos procedimientos no
sistema del equilibrio. Éstos son mu cho
Más tarde, el mareo entra en su forma de estado que comienza con tienen contraindicaciones ni efectos secundarios importantes.
menos nau seogé nicos qu e los
dolor de cabeza, bostezos, palidez y sudor fria. La lista es larga, y la que proponemos aquí desgraciadamente no es
prime ros.
Los eructos preceden a las náuseas y vómitos. exhaustiva. Esta simple aseveración intenta demostrar que no existe
Los vómitos producen un cierto alivio. Pues de este modo se libera la ningún remedio milagroso contra el mareo. Cada uno de nosotros de-
sobrecarga nerviosa asociada a los conflictos de información. Es una es- berá hallar el tipo de medicamento que mejor le va, dentro de esta cla-
pecie de tregua . sificación.
De cualquier modo, se siente un gran cansancio, acompañado de
una falta de interés tanto por el barco como por uno mismo. Seguir
En esta fase, existe peligro. El deseo desesperado de llegar a tierra Después de tomar estas precauciones, la vida continúa. Cada equipo
puede conducirnos a actitudes finales que conviene tener en cuenta. hace su guardia como siempre. Se dedica una especial atención al cua-
derno de bitácora, y no está mal que sigamos hallando la si tuación,
El tratamiento contra el mareo mientras sea posible, pues en este aspecto, la incertidumbre corre el
Existen numerosos tratamientos que consisten en limitar la afluencia de riesgo de aumentar seriamente.
las informaciones procedentes de los centros del equilibrio, por medio
de un mecanismo que puede parecerse a una especie de anestesia de
• Efecto atropinico: Disminución o bloqueo de los receptores propioceptivos.
algunas vías nerviosas. Desgraciadamente, a menudo originan somno-
(N. de la T.)
lencia, y a veces dolores de cabeza, sequedad de boca, palpitaciones y * * Antieméticos: lnhibidores del vómito (emesis). (N. de la r .)
1216 El crucero Crucero de altura 12 17

Las dificultades van a concretarse de diferentes maneras según la direc-


ción de donde venga el mal tiempo. Si está delante de nosotros, podemos
ir apreciando fácilmente todas las etapas de su desarrollo. En un primer
momento, seguramente podremos seguir avanzando en ceñida en condi-
ciones aceptables: el barco expone a la mar su parte mejor protegida, la
proa; y nosotros en la popa, en la bañera, nos sentimos relativamente res-
guardados. Pero poco a poco el cabeceo aumenta. 105 choques contra las
olas son cada vez más violentos, la vida dentro del barco se hace difícil. Lo
que hay que hacer entonces. nos lo didan dos preocupaciones funda-
mentales: evitar las roturas y velar por la tripulación. Lo mejor es reducir
trapo lo antes posible. para ir más despacio; intentar gobernar al compás
de las olas y navegar, si es necesario, en un rumbo más abierto. También
podemos tomar algunas otras precauciones: por ejemplo, subir el puño de
amura del foque para resguardarlo de 105 rociones; poner doble su escota
con ayuda de la contraescota o con un cabo adecuado.
Navegando en ceñida, con mal tiempo, enseguida se organiza el fo- Evita r roturas y velar por la tripulación
lión. Pero, por lo menos no nos pillará desprevenidos: somos muy cons- son las principales preocupaciones por
cientes de la fuerza del viento y de la evolución del tiempo, además el las que ha y qu e lucha r s in descanso.
barco se comporta de forma inequívoca.
No ocurre lo mismo cuando el temporal nos sorprende por la popa. bandazos de un bordo al otro durante horas, aumentaremos el riesgo
Al principio, la vida a bordo sigue siendo bastante llevadera, puesto que de roturas y nos agotaremos -mientras que un breve esfuerzo para
vamos en la misma dirección que el viento y la mar. Pero aquí el peligro cambiar las velas o cambiar de rumbo resultaría a veces suficiente para
está, precisamente, en no percibir con la suficiente rapidez lo que ocu- que, de repente, la situación se vuelva mucho más cómoda.
rre: el viento parece menos fuerte de lo que es en realidad; y la mar no
parece muy mala. Cuando empezamos a darnos cuenta de que el balan- Resistir
ceo adopta proporciones alarmantes, cuando el barco comienza a dar Si la cosa continúa a peor, puede llegar un momento en que proseguir
guiñadas y empieza a ser difícil controlarlo a la caña, cuando una tone- la derrota en ceñida se convierta en algo poco razonable: es mejor no
lada de agua invade la banera, todo esto significa en general que hace insistir y buscar el medio de aguantar el temporal sin cansarnos dema-
ya bastante tiempo que deberíamos haber reducido el trapo .. siado. Podemos empezar por acuartelar un poco el foque cazando su
En realidad, ya estemos navegando en ceñida o con viento de popa, contraescota, para ir avanzando muy despacio.
cuando comienza a hacer mal tiempo, no sabemos nunca el cariz que y si eso no es suficiente, decididamente hay que ponerse a la ca pa
va a tomar. corrid a: con la mayor rizada a tope, cazada como de costumbre, el fo-
que cazado a la contra y la caña amarrada a sotavento. Por lo menos
La actitud que debemos adoptar deberá estar dictada por el mismo ésta es la teoría, pero sólo falta que el barco quiera aplicarla bien. Por
espiritu previsor que teníamos en los preparativos: lo importante no es ejemplo, si es un barco muy ardiente, ¿será mejor quizás llevar sólo un
el momento presente, sino más bien lo que puede ocurrir más tarde. tormentín, o amarrar la caña a la vía, o incluso un poco a barlovento?
Según este punto de vista, resulta conveniente tener por lo menos dos Habrá que verlo, hay que probar y tantear. Lo principal es lograr un
normas bien claras en nuestra mente: equilibrio que mejore claramente las condiciones de vida, pues así el
• Cualquier maniobra debe decidirse con tiempo suficiente, es decir, barco seguirá avanzando un poco, derivando mucho; se fatiga menos y
un poco antes de que resulte indispensable. Coger rizos o cambiar el el abatimiento forma a barlovento del casco turbulencias que contra-
foque pueden transformarse en ejercicios acrobáticos, cuando cinco rrestan la furia de las olas. Más tarde cuando consiga mantener este
minutos antes no nos habrían supuesto dificultad alguna . equilibrio, ya no será necesario que alguien esté a la caña: todos podre-
• Mientras nos quede alguna posibilidad de elección, no debemos mos descansar, bien abrigados. De todas formas el barco sigue siendo
conformarnos con un "más O menos" . Lo peor de todo es sufrir 105 maniobrable, podemos volver a rumbo en un abrir y cerrar de ojos, en
acontecimientos pasivamente; si dejamos que el barco se atasque o dé caso necesario. No nos queda más que esperar.
1218 El crucero C r ucero de altura
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12 19

Naufragio, supervivencia

l caos total (explosión, incendio, aborda~e o vía d~ agua


E irremediable), no se produce todos los dlas, pero Sin em-
bargo ocurre. Podemos vernos obligados a abandonar el bar-
co, y a veces con gran rapidez. Sólo un a pregunta: ¿estamos
re almente preparados, en todo momento, para una eventua li-
dad de este tipo?
• No estamos preparados si no sabemos nada acerca de la
balsa de salvamento que vamos a uti lizar; si no hemos visto
nunca una de ell as desplegada. En realidad no estaremos pre -
parados si nunca hemos tenido la oportunidad de probar una,
o de ver el m odo en que se lanza al agua, cómo se hincha y
cómo funciona.
• No estamos preparados si no hemos revisado cuidadosa -
mente el material que tendremos que embarcar en dicha bal -
sa; si no hemos reflexionado individualmente en lo que, ade-
más, sería conveniente llevarnos; si no conocemos perfecta -
mente las instrucciones de empleo. No estamos rea lm ente
preparados si no hemos previsto que todo este materia l pueda
reunirse en cubierta en un instante.
Hemos hablado ya de las balsas de salvamento y del mate-
ria l necesario en el capítulo titulado "Ma terial de armamento".
Conviene que lo consultemos ahora. Por lo demás, la conduc-
ta que debemos mantener está estrechamente ligada a las cir-
cunstancias: para co nve ncernos, basta con leer algunas histo-
rias de náufragos (no debemos dejar de leerlas, pues sería ra - • Después, hay que ser conscientes de que todavía hay mu-
ro que no aprendiéramos algo nuevo). Ahora lo único que po- chísimas posibilidades de so breviv ir. Si di sponemos de una
demos hacer es recordar algunos detalles fundamentales, que balsa " dinámica", nos encontramos en un verdadero barco ca -
se refieren precisamente a determinados hechos ya conoci - paz de atravesar un océano, lo cual ya se ha hecho. Empieza
dos: otro crucero, con un programa, por lo general , a gusto de to -
• En primer lugar, sólo hay que abandonar el barco cuando dos: navegaremos rumbo a tierra, o hacia una ruta marítima
estemos totalmente seguros de que va a hundirse. Algunos muy concurrida . Hay que na vega r y luchar. Contra el frío: ya
náufragos han perecido de agotamiento en la balsa neumática hemos hablado de las mantas y de los sacos de aluminio que
y más tarde se ha encontrado el barco a la deri va, pero todavía son enormemente eficaces. Contra el hambre: éste no es el
a flote , y con lo suficiente a bordo para haber podido sobrevi- principal problema, pues sabe mos que se puede so brevivir va-
vi r. rios días sin comer. Contra la sed, lo cual ya es más grave.
• El embarque en la balsa es un momento decisivo: lo que Cuando nos falta el agua, hay que recordar lo que ha demos-
ocurra a conti nu ación dependerá de la sa ngre fría que uno lo- trado A lain Bombard: que se puede sobrevivir bebiendo agua
gre mantener durante esta maniobra. Se trata de no olvidar de mar, en pequeñas ca ntidades y con mucha frecuencia (dos
nada y de que no se ca iga nada al agua. Primero embarcarán tragos, de ocho a diez veces al día), y que el pescado contiene
unos cuantos tripulantes; después iremos pasándonos el ma- agua dulce ...
terial de mano en mano, sin lanzarlo, amarrándolo a bordo in-
mediatamente. Hay numerosos ejemplos que demuestran que Sobre todo debe mos recorda r, y e n este caso los ej em-
con mal tiempo, existe el grave riesgo de volcar du rante los plo s son también muy numerosos, que la resistencia hu -
primeros minutos, porque todavía no sabemos cómo co locar- mana es abso lutamente in creíble , por po ca que sea la "pa-
nos correctamente para mantener el equilibrio de la balsa. A sión de v iv ir " que tengamos. A fin de cuentas ¡esto es lo
menudo, gran parte del material se pierde en ese momento. principa l!
1220 El crucero Crucero de altura 1221

Cuando navegamos con viento de popa, todo es muy distinto. En táculo empapado y patas arriba. En este momento el papel del patrón
primer lugar hay que pensar en arriar enseguida la mayor. Incluso con es, evidentemente, decisivo. Si parece abrumado por 105 acontecimien-
el foque sólo iremos muy deprisa. Y si todavía vamos demasiado rápido tos, habrá que esperar lo peor: no hay ninguna pastilla contra las desa-
hay que quitar tam bién el foque. A partir de este momento el barco venencias. Pero si actúa con sangre fría, si domina bien la situación,
navegará en huida (si esta huida nos lleva en la dirección deseada, me- puede suceder a la inversa, que surja un nuevo ambiente y que cada
jor para nosotros). Este no tiene por qué ser un rumbo cómodo, y con uno se ponga a la altura de las circunstancias. Está el que ha echado las
él corremos más peligro que navegando a la capa. Exige la presencia tripas y que todavía tiene humor para contar un bu en chiste (hay que
continua de un timonel. Si alguien cae al agua, no hay prácticamente hacerlo); y la que recita con los ojos cerrados: " Hombre libre, siempre
ninguna posibilidad de rescatarlo; el peligro de que nos alcance una amarás la mar". Y también está el que no entiende que uno pueda en-
rompiente es muy serio: hay que condenar el tambucho y reforzar la contrarse mal, pero que acepta valientemente volver a ponerse el cha-
escalera de bajada al barco, así como el mamparo posterior del tambu- leco y el arnés para comerse las sardinas en aceite en la cubierta (di-
cho, si es necesario. ciendo que de todas formas en las Oreadas la cosa era áun peor). Está
Una vez pasada esta fase, sería totalmente inoportuno querer dar la que no dice nada, pero que todos los días se pone cintas nuevas en
todavía algún consejo concreto. Llega un momento en que únicamente el pelo ... Ciertamente, con ese tipo de gente a bordo todavía existe
cuenta la experiencia que hayamos podido acumular, así como el cono- cierto margen de seguridad.
cimiento que tengamos sobre el comportamiento de nuestro barco. Sa- y luego, no hay ningún caso, por lo menos que nosotros conozca-
bemos que existen diversos medios para intentar mejorar las cosas: an- mos, en que el ma l tiempo no acabe por terminar. Un buen día, el
cl as fl otantes para resistir frente a las olas, ca bos de arrastre (ama- viento cae, no nos lo podemos creer; nos empezamos a olvidar de la
rras, guindalezas) que se largan por la popa para frenar el barco en hui- mar y logramos mantenernos de pie soltando las manos.. i Vamos a
da y estabilizarlo (lo que se denomina hu ida retard ada) ... Cuando ya tener que trabajar para ponernos otra vez en camino! Hay que intentar
no podemos hacer nada más, hay quien decide navegar a palo seco, averiguar dónde nos encontramos y hacer por fin una verdadera comi -
sin trapo, dejando el barco completamente libre a su antojo'. Otros da, secar la ropa, volver a empezar el ritmo de las guardias, ordenar to-
prefieren la huida libre, pues opinan que a partir de cierto momento do, vaciar el agua, limpiar las sentinas. Lo único que no hay que limpiar
resulta peligroso frenar el barco. De hecho, a partir de un determinado es la cubierta : iya está bastante limpia!
momento, cada uno hace lo que puede: entre dos soluciones hay que
elegir una i aunque después eso no impida preguntarnos si la otra solu-
ción no hubiera sido mejor! El buen tiempo
Una cosa es cierta a bordo, de todas maneras, sufrimos. La vida ruti- "Quien sale a navegar por placer, iría al infierno para pasar el rato" de-
naria que nos habíamos impuesto hasta ese momento, no es más que cían los viejos marinos de los barcos correo en la época en que apare-
un lejano recuerdo. Todavía intentamos esforzarnos en "hacer la guar- cieron 105 primeros patrones de yate. Efectivamente, veían con perpleji-
dia", es decir prepararnos para intervenir, si no nos encontramos de- dad cómo la gente sufría el cansancio, el frío, la humedad, los tempo-
masiado mal. En caso contrario la gente que se encuentre bien deberá rales ... sin estar obligado a ello. ¿Podrían explicarnos la razón? Habría
estar lista con la mayor rapidez: no hay que dejar para más tarde nin- que contestar entonces que en medio de todas las obligaciones que lle-
guna maniobra y si es necesario hacer una reparación a las 3 de la ma- va consigo esta vida en la mar, puede surgir algo distinto, algo que pa-
ñana iPOCO importa el ruido que tengamos que hacer ! ra algunos es como la verdadera libertad .
Sobre todo tenemos que mantener la moral, incluso aunque 105 pro- Las diversas actividades que hemos evocado aquí no sólo dejan tiem-
blemas que plantea la vida en común aumenten en este pequeño habi- po suficiente para hacer otras cosas, pescar, holgazanear y reír -sino
que el espíritu con el que se realizan les suele quitar el carácter de tra-
bajo. Sucede que cada instante de la vida en la mar, por poca armonía
I Concretamente. Adlard Colles reconoce haber utilizado a menudo este siste-
que reine a bordo, adopta una dimensión incomprensible. Quizás sea
ma. Si queréis aprender algo sobre el mal tiempo, es absolutamente necesario
que leáis su libro "Navigation par gros temps" (Voiles-Gallimard), que consti tuye que en un universo reducido a lo esencial, cada acto de la vida adquie-
una verdadera "biblia" sobre el tema. El libro es un conjunto de historias eX 4 re todo su valor. Cualquiera sabe. Hay gente que se siente otra en
traordinarias, vividas por el autor o recogidas por él mismo, y de las que intenta cuanto pone los pies en un barco, que ve todo con ojos nuevos y que
extraer la lección de los hechos, punto por punto, sin atreverse nunca a dictar se encuentra extrañamente a gusto, en todo momento: con sol y con
normas generales. Igual de ejemplar que la historia nos parece el tono del autor,
mal tiempo, en las noches tranquilas y durante las largas noches, así El buen tiempo ha vuelto.
una mezcla inimitable de humor y modestia, carácter de los verdaderos marinos.
1 222 El crucero
Crucero de altura
1223

como en los helados amaneceres. Esta a gusto porque el barco avanza


porque se ha cOnseguido hacer una navegaCton exacta, y porque se es~
ta en armonía COn los signos del cielo.
A gusto también porque por fin Sienten el placer de expresarse y de
escuchar como los demás se expresan. Ahora tendnamos que Contar
nuestra propia experienCIa. Cuando los hombres y mUjeres que forman
una tripulaCión no se Conocen antes, se produce, en el transcurso de
los días, este asombroso descubrimiento de los demás, de las fecundas

\
diferenCIas y de los profundos parecidos. Surge la amistad que nace y
que nunca sufma un desengaño. Entre todas las alegrías que nos ofre-
ce la VIda en la mar, ésta qUIzás es la mas verdadera y la más duradera.
Porque, a fin de cuentas ¿en qué consiste el eXlto de un crucero)
Amigos de a bordo, amigos para
, siempre .. Podrlamos deCir que es una espeCie de mezcla acertada entre personas

1QB~
distintas, un barco y las luces de encuentro Pero esto resulta un poco
abstracto. Es preferible que aquel que va a dejar este libro para salir a
Página de aliado el Glenan virando
recorrer los mares, se tome el trabajO de descubnrlo por Sí solo. Noso-
e l Fasnet .
tros, por nuestra parte, hemos hecho lo que estaba en nuestras manos
para prepararlo, mtentando plasmar nuestros conOCimientos en termi-
nas senCillos, Sin disfrazar, no obstante, la complejidad con el pretexto
de faCilitar su enfoque.
Un día en el futuro le esperamos, entonces ya sabra más que noso-
•! \ tros ahora. De todas formas, nosotros también zarpamos, pues en la
\ mar y con el Viento, nada de lo que sabemos es definitiVO, la verdad no
está siempre de parte de la eVidenCia y tres comprobaciones valen más
\. que una aflflnaclón .

......,..,
,:,.
NOVENA PARTE

DOCUMENTACiÓN
,
PRACTICA

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Organisation maritime internationale, Solas - Recapitula- maquetación Jean-Paul Delhumeau, prólogo de Jean- Diccionario de la navegación de recreo, Tutor. 1994. A, B Y C están obligadas a llevar a bordo las cartas y libros
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Compaso La navegación a motor, Tutor, 1994. Cuaderno de Faros y el Derrotero de la zona de navega-
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El Nuevo Curso de Glénans es una obra colectiva cuyas edi- 866,867. - J.-e. Kerneis 1198. - Lanoue/Bateaux 375
Les Glénans Paris.
ciones se suceden desde 1955. (abajo). Patrick Léger 724. - Baptiste-Yves Leglatin/Plastimo
París: quai Louis-Blériot. 75781 Paris cedex 16. Fédération des industri es nautiques, port de La Bour-
Para la presente edición las nuevas fuentes son las siguientes: 37 (a rriba), 293, 447, 451, 482. - Philippe Levy 804. - 00-
Irl anda: Glenan Irish Sailing Center, 28, Merrion Square, donnais, 75007 Paris.
minique Le Brun 853. - P. Le mor 1217. - B. Lemarche
1223. - Météo-France 771, 775, 777, 781, 784, 787, 790, Dublin 2.
Coordinación Paimpol : quai Loti, BP 70, 22500 Paimpol.
l a coordinación editoria l y la animación de la redacción 793,797,799,80 1,803,809. - Philip Plisson 1229. - Ber-
nard Rubinstein 441. HT1 -p. IV (a rriba, a la izquierda y a la Archip iél ago des Glénan: rue Alfred- Le-Ray, 8P 504, España
han estado a cargo de Jean-louis Guéry. 29185 Concarneau cedex.
derecha), p. VII (a bajo a la izquierda), p. VIII. - Fran~ois Sa- Centro Internacional de Navegación de Arosa, C.I.N.A.
lIes/Voiles er Voiliers 140, 146. - Antoine Sézérat 202,325, Morbihan: 56840Ile-d'Arz. C/ Martin de Vargas, 5. 28005 Madrid. Te!. (91) 5 17 01 62
Textos 743, 746, 866. - Service technique des phares et balises Marseillan: BP 36, 34340 Marseillan. Punta del Chazo, Boira. 15930 La Coru ña.
Jean-Yves Béquignon (comandante del ftaile), Florence 929, 930 (arriba). - Jean-Franc,;ois Simon 902 - Benoit Sti- Córcega: Maison de la Mer, raute de Santa-Manza, 20169 Te!. (98 1) 84 77 37.
Bouffanais, Sylvie Bonvalot, André Bousquet, Dr Jean-Vves chelbaul 18, 31,116,521,549,600,636,679,691,920, Bonifacio. lila de Arousa. 36626 Pontevedra.
Chauve (especialista en regatas de altura), (laude Fans (di- 1166, 1167 (4 Y 5), 1173, 1179, 1186, 1187, 1188, 1189, Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima.
rector de la estación meteorológica Météo-France de Brest- 1197, HT1-p. 111 (arriba), p. VII (abajo al centro). CROSS (Centres régionaux opérationnels de surveillance et Avda. de Portugal, 81. 2801 1 Madrid.
Guipavas), Jean-Louis Goldschmid, Anne Guillaume, Patrick de sauvetage). Tels. (91) 596 49 88/596 49 89.
Julien, Jeróme Lardé (Librería de EMOM), Alain Malgoyre, Agradecemos a los alumnos de las clases de formación de Pas-de-Cala is Centros Regionales
Bernard Mallaret (director de la velería Delta Vailes), Jean- monitor 1. e , nivel Bl efeduado en Drénec en septiembre CROSS-Gris-Nez Audinghen, 62179 Wissant. Tarifa: Tel. (956) 68 47 40
Jacques Malandin, Frédéric Manin, Pascal Oukali, Michel 1992, así como a los tripulantes del crucero Gascogne rea- Te!': 16(21)92-86-66 Finisterre: Tel. (981) 76 73 20
Pesle, Cathy Saint-Julien, Alain Thaunay, Pierre Téqui. lizado en agosto 1994, a bordo del Rebelle, su participa- Casquets et navigation cótiere Barcelona: Te!. (93) 223 47 33
ción en la realización de documentos fotográficos. CROSS-Jobourg, BP 5, 50440 Beaumont-Hague. Centro Nacional de Coordinación de Emergencias de
Fotografías a
Du Mont-Saint Miche I'ile de Sein la Cruz Roja C/ Rafael Villa, s/n. 28023 El Plantío (Ma-
La mayoría de las fo tografías publicadas en esta obra per- Algunas fotografías proceden de la foto teca de Glénans, CROSS-Corsen, Pointe de Corsen, 29229 Plouarzel. drid). Te!. (9 1) 522 22 22.
tenecen a Jean-Louis Guéry. que en la actualidad se encuentra en el Servicio Cultural De Penmarch aux Sab les-d 'O lonn e Centros Provinciales de Coord inación de emergencia
del Ayuntamiento de Concarneau y han sido realizadas por CROSS -Étel, av. Louis-Bougo, 56410 Étel. Alicante: Av. de Novelda, 28. 03010. Te!. (96) 525 25 25.
Asimismo, han aportado su contribución: los miembros de la Asociación. Algunas de ellas no han po- Te!': 16 (97) 55-35-35. Baleares: Arquitecto Bennasar, 73. 07004. Te!. (971) 20 22 22.
Beken of Cowes Ltd. 253, 1192. - William Bore1414, 427, dido ser identificadas, por lo que pedimos excusas a los a
Des Sables-d'Olonne l' Espagne Barcelona: Juan de Austria, 120.08018. Tel. (93) 42222 22.
428,429,687, 1114, 1177, 1183. - Gérard Beauvais/Bé- autores de las mismas. CROSS-Soulac, route de "Amélie, BP 35,33780 Soulac. La Coruna: Curras Enríquez, s/n. 15002. Te!. (981) 222222.
néteau 377, 669, 1115. - Frédéric Buxin 1124. - J. -L Bos- Tel.: 16 (56) 09-82-00. Málaga: Paseo de la Farola, s/n. 29016. Tel. (95) 22222 22.
serolle 1168. - Alain Corroler HT1-p. v (a bajo a la izquier- Agradecemos la amable colaboración del Service Hydro- Mediterráneo Las Palmas: León y Castillo, 231. 35005. Te!. (928) 22 22 22.
da), p. VI (derecha), p. VII (a rriba). - Document Bic Marine graphique et Océanographique de la Marine (SHOM), de la CROSS-Mediterráneo, 83130 La Garde. Tenerife: San Lucas, 60. 38002. Te!. (922) 28 18 OO.
39, 43, 46. - Document Météo-France 174. - Document Oeuvre du marin breton, de Ediciones Casterman, así como Te!': 16 (94)27 -27-11. Servicio de Publi cac iones, Ministerio de Defensa
ON ERA 178,179,181,182,183. - Document DCN/Bassin a las sociedades Delta voiles, Sparcraft, Francespar, Plasti- Juan Ignacio Luca de Tena, 30. 28027 Madrid.
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tehouse 456. - Document Garmin 463. - Document Ship- sports nautiques, 3, square Desaix, 750 15 Paris. Ruiz de A larcón, 1. 28071 Madrid. Te!. (91) 597 70 OO.
mate 686. - Document Furunho 100. - Philippe Deguy La realización en Ediciones Seuil ha sido realizada por Phi- Service hydr o graphique et océanographique de la Instituto Hidrográfico de la Marina
1210. - Jean-Louis Dolfus 381 (derecha). - Philippe Facque lippe Blaizot. Philippe Faure, Mané Faye, Fran~oise Letort, Marine (SHOM). 13, rue du Chatellier, SP 426, 29275 Cádiz. Te!. (956) 59 90 OO.
252. - Claude Fans (Météo-France) HT2-p. IX-XVI. - J.-e. Véranique Marcandier-Cezard, Jean-Robert Masson, Agnes Brest cedex. Instituto Nacional de Meteorología
Gobert 12. - Jean-Louis Goldschmid 257. - René Gross- Mathieu, Jacques Morel, Agnes Peyrefort, Sernard Pierre y Institut fran ~ais de la na vi gation (lFN), 3, av. Odave - Ciudad Universitaria. Paseo de las Moreras, s/n. 28040 Ma-
mann 38 1 (izqu ierda). - Anne Guillaume 1106. - Eric Gui- Patrick Tollec. Gréard, 75340 Paris cedex 07. drid. Te!. (91) 58 1 9639.
Ilemot HT3-p. XXI-XXII. - Berna rd Henry 149, 154, 598, M étéo- France, Bureau des relations extérieures, 73, rue Secretaría General de Pesca Marítima.
1112, 11 61, 1168, 11 91. - Thierry Joyeux (Océanopolis) Coordinación entre Glénans y Seui!: Jean Marc Pilpoul. de Sevres, 92100 Boulogne. Te!. (9 1) 597 33 84.
123 4 Do c um e nta c ión prá c t ica

Publicaciones anuales en España


Catálogo de cargas náuticas y otras publicaciones. Instituto Hid rográfico de la Marina. Cád iz.
Tel. (956) 59 90 OO. ,

Ind Ice
A lmanaque náutico. Real Instituto y Observatorio de la A rm ada. San Fern and o, Cád iz.
Almanaque náutico reducido. Real Instituto y Observatori o de la Armada. San Fernando, Cád iz.
Tel. (956) 88 35 48.
Escuelas de vela homologadas, por la R.F.E.V.

2182 kHz 685 Alcachofa 352 - pesada 614 AsfIXIar el sp! 602
Alacapa 5Bó Akance: Anemómetro 460, 750 AsIento del barw 484
A la contra (foque) 556 • geografico del faro 932: Angulo~dé¡eo 1054 Atmósfera 739, 742
Direcciones y números de teléfono A palo seco 1220 - luminoso 932 Angulo AUac.Jr 657. 658;
Atraque
A palo seco (urpar) 638 Aleaoón III;¡era 296 · de abatimiento 197;
útiles para la navegación A pique 635 Aleluz 373 · en el Polo 1040: - a un barco en el muelle 661;
A pique largo 635 Ale¡ón41 - OOr"ano 1038; · a un barco en un fondeadero 658;
Abaw 948 Alfabeto Morse 930 · mueno 82, 495 · a un pamal~n 657;
Áreas y zonas costeras de responsabilidad, hasta 20 millas Abarloar 649, 658 Alidada 461 Anilla- - paralelo al muelle 649:
Abordaje 539, 675 Allgerar la proa (tabla) 101 - abierta 27; · perpendicular al muelle; 654
(G rup os de predicción V v igi lancia) AUIIHap (regla) 975
AOOzar (cabo de) 641 Aligerar la botavara 588 · de trapecIO 21, 22;
Costas del País Vasco, Cantabri a y Asturias. GPV de Santander. Abrazadera 268 Allmentaoón 1194 · del hook 22 Autocazante (self·talhn9) 290, 306
Abrigo 1119 ~",,884 Anodlzación 297 Autoobencadura 255
Costa de Gal icia. GPV de La Coruña. Abm el plano véhco 510 Aliviadero, lám. 3 Ánodos consumibles 372 Avi>05 a los navegantl"S 922
Costa de Andalucía Occidental (incl uido hasta el Estrecho de Gibra ltar). GPV de Málaga. Ac.'IMlado 963 AlkH:luretano (pIntura) 384 Antena de gonio 1014 AVISOS de temporales 812
AcastrllaJe 283, 1181 Alma (de un Cilbo o de un Cilb1e) 265 Anll-duaers (anu-retornos) 1021 AVURNAV 923
Costa de Andalucía Oriental, Melilla V A lbarán. GPV de Sevilla. Acercarse al VIento 497 Afmanach du mann breton 943 AnIHncrustcmte 385 Ayuste 268,1181:
Costa de Murcia y Comunidad Valenc iana . GPV de Va lencia. Achicador 36, 433 Alquiler (de un barco) 1128 AntKic/6n 747, 889; • mIXto 306.
AchICar 35 Alternador 353, 36\ · uopICal758 Ayuste (hacer) 618
Costa de Cataluñ a. GPV de Ba rce lona. Acollar 258 AlternatIVa 898 Anllde,hzante 313.680 Azimut del astro 1034
Costa de Baleares y experimentalmente todo el Mediterráneo Occidenta l. GPV de P. de Ma ll orca. Acompañar a la Cilña 552 Altitud terreslte 939 Anuario de mareas 921, 945 Alocar 47
MlabatlStnO 755, 761 Altocumulus lentlculam 809 Aparejar 24, 473
Costa de las islas orientales de Canarias, GPV de Las Palma s, AduJa 281 Altoesuatos 763, lám. 2 Aparejar el barco 24, 483 Baby-estay 565
Costa de las islas occidenta les de Canarias, CM de Tenerife, AduJar 281 Altura de los oJOS 1045 AparejO a la il'l9lesa 308 Bajamar 891, 896
AdvecClón: Altura Imtrumentall045 AparejO (de rllOS) 588 8ajos 667
Centros meteorológicos españoles. (Predicciones costeras) ·dealreártlCo810, Aluminio: Aparejo a tope de palo 213.253, 256; Balance:
- Ifío 762; · CilS(O de 372, 380: · frawooado 253, 260 • elk!Ilco 366;
- País Vasco. C/ Miracruz, 32. 20071 San Sebastián. Tel. (943)27 4030. · percha de 296 Aparejo 290, 307, 308: • radliltrw 756
- calido 763
- Cantabri a. C/ General Dávila, 89. 39006 Santander. Tel. (942) 23 25 05. Aferrar: Alunamiento de la baluma 329 · de botavara (tabla) 48; Balancear
- el trapo 587; Amainar 78 · de eS(ota de la mayor 22; - el sextante 1037;
- Ga licia. Ciu dad Jardín, s/ n. 150 11 La Coru ña. Tel. (981) 25 32 OO. · el spi 598 AmantlHo 136. 316, 522, 585, 586, · de fa trapa 20; - las botellas 900
- Anda lucía Occidental. Av. Don Pelavo, s/n. Apdo. 709. 41080 Sevi lla. Tel. (95)423 29 86/423 3013. Afilado 399 588, 1181; · senollo 307 Balanceo 188, 528, 1170, 1216;
Afirmar una manoora 284 · de tangón 321, 596 Aplastar (el teJido) 324 - rítmico \88, 562, 564;
- Anda lucía Oriental. Urb. El Có nsul. C/ Demóstenes, s/n. 29071 Má laga. Tel. (954)6 1 1825. AG4 (aleación ligera) 296 Amannar 1111 Apoyado (navegar, en tabla) 154 . con sp¡ 144
- Murcia. Av. de la Libertad, 2. 3007 1 Murcia . Tel. (968) 83 44 04. Agua 1183 Amarra 420, 469 AprOXlmao6n 609 B~lano869
Aguantar trapo 603 · afirmar una amarra 654: Apuntalado 476 8ak6n 39\
- Levante. C/ Botánico Ca ban illas, 3. 460 10 Va lencia. Tel. (96) 369 08 36. Aguas navegables (marcas de) 92 4, • lanzar una amarra 653, 676; Arboladura 24 Baliza 861, 92-5;
- Cataluña . C/ Roura, 37-39. 08017 Barcelona. Tel. (93) 4188977. lám.4 - largo 654, 664 Arbolar 596 · de socorro 431, 1179
Agudo (VIento) 509 Amarradura 286, 304 Arcos capaces 982 Baliza IOR 443, 680
- Baleares. Muelle de Pelaires Porto Pi. 07071 Pa lma de Mallorca. Tel. (97 1)403511. Aguja de Vl'lero 340 Amarrar a una boya 645 Ardiente 107, 505, 506 Balrzamlento921, 925. lám.4;
- Las Palmas. C/ Historiador Fernando de Armas, 12. Tarifa Baja. 35015 Las Palmas de Gran Ca- AgUjero en el CilS(O 396 Amoruguador 469 Arganeo 416 · del hombre al agua 686
Ahogamiento 689 Amortiguar el barco 475 Arrnls 154,437, 1164 Balo;a 1165
naria. Tel. (928) 35 58 33. AHvg = lHA (~ngulo mano locaQ Amphtud (de la marea) 893, 945 Arn~·pantaIÓfl699 Balo;a neum~tl{a 444
- Tenerife. C/ San Sebastián, 77.3807 1 Sta. Cruz de Tenerife. Tel. (922) 21 17 18 - 21 05 17. 1040 Amura 82, 547 Arqueado 121 Baluma 27, 41, 329, 332, 595.
AHvo = GHA Mngulo horarIO en Amura contrana 526, Arquímedes (pnflClplO de) 220, 225 8alll"Stllnque 727
Federación Española de VeJa Greenvlich) 1038 • (tabla) 101; Arraigado de abrazadera 22. 283 8anda 116,507
Arre: Amurado a babor 82 Arrancada 88, 5SO, 552, 559, 628, 66 1 Banda autorreflectante 680
C/ Lui s de Sa lazar, 12.28002 Madrid. Tel. (9 1) 519 50 08. · humedad del alle 749; Amurado a estnbor 82, 541 Arllar 146, 577, 588; Banda de l'SCora 402, 1193
• fTlOVImientos del aire 739 Anda madre 418, 614 · el sp¡601 8ao 371
Ajuste 452 Anda 414,613; Arnbada (en tabla a Vl'la) 98; Baquestay 256
Al vuelo (zarpar al) 637 • atmlranlalgo 416, 629: - I~p!da 114, 529 Barbe! hdu/er 528
Alabear una Vl'la 515 • baS(ulante 416; Arnbar 62, 74 8arco de pesca-paseo 1103
Glénans Alargador: · dearaoo 4 t7; ArtrculaClÓfl de temor 286 Barlovento 92
· de botavara 41, 45; • de emergenoa o de serviCIO 418. 614, Articulación 41 , 390 Bam1l384
n las páginas de gua rd as encont rará al principio del libro la presentación de la asociación, la • de m~strl, 44 1164; Ascendenoa 755 BcIr6metro 457, 746, 811, 8\3, 1109

E carta y las direcciones de las bases de Glénans, Al final del li bro, dos tarjetas postales que se
pueden separar, sol icitando mediante su envío, el programa anual de los cu rsos y cruceros,
Alargamteflto (de dllza o de amUla) 308
Alargamiento (de la derrota) 1068, 1078
Alargar 78, 509
• de mlserlCordlil61 4;
• flotante 1220:
- 1igera 614;
Asegurar:
· un gnllete 27;
• un teru.or 285
Bar6metro aneroide 746
Barquilla de la corredera 454
BcIrra de carga 673
1236 In dice in dice 1 237

BOIna de uru6n 22. B Cable Calav\flllOS 124, 131. 221, S05, 562 (OII~trKOón (punto de) 305 CUrla 668 · rnteoor 309 ·de spi21,1J5 A,p
Barrile'SCola 21, 114,292.314 · de trapeoo 22, 116, Calegoria de oa~·eg.KIOn 1163 Comumo de combustible 348 CUlIllIngham (oIIao de) 33. 308. 328 Onla meybc:a 33, 306,311 Eswlero 577, -laminar 175,
Balería 344, 359 · met~lKo 264 (,)'II\aOÓn185 (0fI1aCtO por radIO 610 Curva de reodirruento 216 Durrruentl' 37\ · de foqllf' 124 - reptante 183;
Ba~burrillo 413 Cableado 270 (azar 74, 556: (ontestadof telefOOKO 737, 817 Oyneema 32] Ese (gandlodob!1'1 287 · turbulento 173
Contra 136, 315, 522, 564, hleril ce:este 1053
SBe 825. 821
Beaufort {escala anemométllca152. 754.
Cabo21, 264. 596:
· de Vllilr 557;
·elspt601
Cd (om~ll' de abaum~lo) 200, • del tangón 316. 321. 596
O (dedlnilción) \038
Oanon ]21 Efecto Espaddla 711 'Fogonadura
' 'ml!<l8 26
907 -delarnk41: 498.499. 1087 COIltra((}(nente 1083 Dar vueltas a una dlll<l, a una E'KotoJ · de ranula 179. EspeJO 461; Foil (efecto de) 162. 231
Bengala · del tilngOn 521 Ce!elldad de Iils oIiIs 901 COOlfachapildo 372 310 -del paso de la hélKe 710; - de 5efliltl"i 430 Foode.ldero exterlOf 611
· de SOCOfrO 426; Cilbo cokhiIdo 269 U lulas de Had:ey 761 Coolfill"'iCorilr 107 Dar bordadas (voItejeilr) 92, 495, 547 · galv~nlCo 294 bpnn: 654, 657 658, 665 Fondeado 634
· pariICilfdas 426 Cabo de fondeo 420. 615 Centel!eos OUCl"i de) 928, 11imlnas 4 COOlfaescota 21. 22, 577 De doble quilla 667 Efectonoctufflo 1015 Estabilidad Fondear coo dos anclas 629
BIChero: 413, 608, 645 Cilbo de affilslfe 420, 1220 CenlfO COOYE'(ción 741; Decca 1025 Eje del VIento 547 · del arre 761 ·763; Fondear (m fondeo)
Blfi de la tela 324 Cabo de segundad: · de empuje vellCO 225; - termicd 757 Declinación 973, 103B; EjerOOQ de buen goblefflo a motor 713, - en la derrota 214 Fondear a bilrbM de gato 629
8ig bar 523. 564 · del arnH 439" · de rl"ilstenoa lateral68 Coovedrvo (milsa de aire de tipo) 763 ·delilS!foI038 725 Estable (aire) 761 fondeo 414, 1110, 1164;
Bita de ilmarre 727 · del motor 346 Cefllda 77, 495, 517, 549, Coovergencia 755 Declrvl"i 961 Elastomero 386 Estación c~tera (meteo) 459, 812 · coo VIento de popa 626;
Bltadura 621 Cabo ligero 621, 1164 · en tabla a vela 95; Cordón 265 Defensa 471, 610, 665 Eleco6n Estado: · del bote aUXlhar 420;
81ando 50S, 520 Cabrl"itante 290, 390 ' flujO en 222; CorioIis (efecto de) 884 Deflexión 196 · de la delrota 1055-1064, · de la mar 125; 'en la cornente 627;
Bloqueo r.'lp¡do (en tabla) 41 Cadena 415, 41B, 614 · rumbos de 177 CorJlilmusa 291, 389, DeformilOÓn por compresión 254 · de un bilrco 19, 1102, 1106; · del agua 757 - en Vl'rtKaI418. 630;
BLU685,817 Cildenote 20, 27, 283, 370, Ceptllo (afilado del) 399 COfQnamlento 665 Dejar arar el ilnda: 639 · del bordo 1079, EstanqUeidad 373, 375 · fiJO 421,
8M (bajilmar) 896 · de c~ocamo en · U· 284; Ceptllo (para madl'fa) 400 Correa 443; Demora 540 ·deltrapo512,603 Estay 20, 22, 24, 251. 253, -11ger06 15,618;
Boca a boca 702, 703, 705 · plal'lO 283 Cera de abeja 340 · en tabla 48 OeJllOl'a 973, 975; Elecmcidad 343, 358 · hueco 582 - pes.1do615, 619,
Boca·nanz 702, 705 CaJela de roldana 311 Cero de las cartas mannas 939 Corre<o6nde Givry 1015 - sucl"ilVa de una misma millca 999 Electrollto 354, 359 Estela 173, 182 · por proa y por popa 670;
BoIetin meteo 52, 812 Calm 670 Cerrar el plano vellCO 124 Corredefa 453. DenSIdad (cornente de) 882 EJectl6nrca (de a bordo) 4SO Estela de un Sistema nuboso 771 · proa al v,ento 623

--"
Bolsa 576, 583; Calafateetdo 373 Chaleco37,68I,ll10,1164; - de barquiDa 454; DepóSIto de combustible 346 Embolsamiento 260, S02, 511, 520; Esllba410, 1170 Fondo 1002
·devel.n516,S83: Caketin 598 · salvaVIdas 37, 54 - de ~lrce 996, OeprfSlÓfl (borrasca) 746, 765, 889 ·dela 'J('/a 120,211,501 Estiba! (el .100.1) 416 Foque 21, 22, 107,212,259,331,
· del maflllO 1165 C.'Ikulo de la marea 945 Channel Ahr 944 · electrórU<.a 453, 996 Embndar 527 Estlma 993, 994 511,514,
Bomba 432 Call'fllilr a un n.'Iufrago 700 Chaqlll'liI multluso de Glenans 441 Corlf9l1: · In!f9ra1es 668, EmlSano 309 EsuatlflCm 376 · coo efllollador 338,511
Bombeo 151 Calma chICha 715, 717 Chorro de la ~IC(, 710 -la derrota 994, . lastrados 1104 EJMOf·leceptor 458 Estratos, l"itratorumulos 763, fofmOn 400
Boo5ler 525 Calor: Chubilscos (trempo de) 53 ·Ia marcaOOn 973 Denota 986, 1055, Empalme 300 11im.2 FOffar 726
Borde de iltaque 205, 218 . latente 743, Chumacera 35, 469, 718 Conesponsal entlerra 1125, 1179 · sobre el fondo 986; Empeoram:ento delllempo 811 Esuatosfffa 740 Forro IIltl'flOf 364, 371
Bordear las puntas 1065 · uansfelenoa de CilIor 757 Cldog~ 765 Cornente 627, 639, 882, 986. 1083, · sobre la superficie 986 En huida 1220 Estrecho 1085 fraccionado (apare,o) 253
Bordo(elmep) 1016 C.'Imara de la esclusa: láminas 3 Cmellas (foolSuaps) 38, 43 ·dederlVil882,887,1134; Dma/ero 611. 921. 942, 1130 En la mar 932 Estreno 259 france-lnter (mell'Ofologla) 458
Bornea 55 Cilmber46 Ctl'lChas673. · de flUJO 898, OesacolLJf 258 En OfejaS de burlO (~) 80 Estribos 38, 41. 43, 638 frilncobordo 696
Borneo(radio de) 421 Cambio de dlreccJOn del vteIlto 134 · pala llacl'f banda 22 - de reflujO 898; OesadUjilr 281 Eocachado (MuY): 11imlnas 3 Estrobo 314 franja de chubascos 816
Botas 1166 Campmg n.'IutlCO 1125 ClIIE'fTI.1tlCO (masa de alfe Ilpo) 763 - de milrea 890, 897, 956; Desalado 339 EOCil¡ar 301 Estrobo (polea) 288 freruetlCla (radio) 818
Botavaril 21, 303, 587 Campo (de presión) 747 Ciñendo al máXImo 495 · de pendiente 882, 889, Desaparejar 54, 473 EflCallar 667 Evaporación 741, 70, 756 Flel"ldr una malllObra 608
Botavara (tabla) 4t, 44, 47 Cilnal 544, 926 Crrrulaoón · dellabfador 741; Oesarbolilr 298, 672 EncapiUar 255 Extlntor 432 flente de bt'isas 806
Bote aUXIliar 466, 483. 630, 674, 728, Can;rl r6686, 1031 · de velocidad 180 - ocNnica 758; Desbastar 396 EfI(~416 Extradós 179,180,186,191,202 flescacllón 820
1165, C.'Incamo 284 Clrrulo (de demora) 453 · travesera 1083 Dl"iComposici6n de fuerzas 200 EtI(ep.lr o embrazar el ancla 416, 625 Fria 1165
· flt'U~tICO 729 Cilndelero 313, 39t Cmus, clJlostratus, orrocumulus 763, Cornente del Golfo 741, 884, 886 Ol"iCUartelal 142, S88 Enfllao6n 625, 960 Fa (flll'JZa aerodln.'lmlCiI) 510 F'Qfllogéoesrs 764
Botlquln de a bordo 482, 1110, 1167, Canto (piesa de canto) 101 11im2 Corflentl"i (manIObras) 251 Desengalluchar 578 Enfocar fac:siml1es (metl'Ofología) 1179 Fuco 870
1185 Cafla 21, 22. 62, 505, 506, SOB, 912 Cllalla de cable 434 Cortacrrrul\~ 363 Desenredar 281 · coo el comp.'ls de alidada 981; faenas de mannelÍil 271, 1155 Fuerabolda 481
Botlquln de urgencia 1185 CilflildeI ilnda 416 Clamcleat314 Cortar Dl"ifllval"ld14oo 'COOel sextante461 faja de nzos 585, 589 FUffzaaerodin.'lmit.a 130, 171, 196, S02;
Soya 925, 960; Caflín21,22,286 Clase (de balsas salvaVidas) 444 -lasescotas313; Dl"igaste 304, 313 Enfnamlento 690 falcaceado 270; · de COlloll'! 751, 884;
- aro salviMdas 442; Capa límlle 178, 181 Clavar el palo 93 · un cable 269 Dl"ih.Ker un cabo 270 Enganchar el ancla 622 - COSIdo 313 · de rolamrento 192;
· 9ulndola 680, 1164 Cilpa' Clavar la proa 131 , 128, 527 Corte de las vejas 326 Desorden (lucha cootra el) 634, 1195 Engarrucha! 576 Faldón 680, 696; · de las velas 5 tO;
Soya de amarre 421 , 422, 617, 642 · corrida 1217; ClaVija de neopreno 388 Conl"i orientados 326 Despegado (fluJO) 201 Engr~letar (afirmilr un gflllele) 287 · de la vela 332 ·hldrodir"JAmlCa 171, 197
BoLl; Cardan 286, 407 CobenurameteorológKa811,1120 Corto de uapo 5SO Despe¡al el anda 416 EnrolladOf 293, 585; Falso pairo 101. 145 Fuerza de antldenva 177, 200
. de amUfa 47, 123; Cilrena; Cota de cable 281 Coser (ver costura) Qesprendlmrento 177, 182 · de botiIVara 293, Fallar la VIrada 88, 548, 558, 570 Fun (tabla de) 38
· de escota 124 . centro de 225; Coona 405 C~tura 334, 340 Destellos Ouz de) 927, 11im 4 -de foqlll' 293, Fanales 423 Funda de gr.'ltil26. 41, 45
Bracear 139,600; · en tabla 68 Coda~te 371 (o~dal Oinea) 895 Dl"ilornillador 349, 399 -de palo 293 faros 861, 928; fusible 348, 365
· completamente 520 Carenado 670 CoefiCIente de malea 946 Cp (fuerza de propulSIÓn) 510 0esvIiIti6n 452 Enrollar el foque 582 · de recil!ilda 932
8raLl 595; Carenar 670, 671 Cogl'f /llOS 531, S86 (¡as ('f9Ia) 975 Desvlar(se)541, 1067, 1072 Entaimgadura 37. 419, 618 Faros y Balizas (seMOO de) 925 GaIe warning (aVISO de temporal) 827
. del spi 21, 136.319 Carenar tumbando el barco 671 Cola 389 Cruc:ffO 1095; Dete<1or de gas 407 Entrar en pildL da 533, fase de la luz 928, 11im. 4 Ga!v~nICO (efecto) 268
Brazold 371 Cilrgador de bateóas 362 Cola para frenar las IOSCas 268 · por la costa 1127 Olilbolo 41, 44 · en tabla a vela 98 fetch 902 Galvanizao6n 385
8razos (del reZón) 416 Cargueros (lUla de) 545 CoIdl6n402 Cruc:etas 20, 24, 256, 302 Ol.'lfono933 fllVffgar 27 Fh (fuerza I'IIdrodinoirruca) Gamma (punto) 1054
8nsa SOS; Carlinga 26; Colgante de la dnla 318 Crudo 324 Dlagramilde\~501, 1069 Eólica 362 fibla:
- boniInc:ib!t> 969; -delpaIo41,371 CoIlmao6n462,1045 COiIdema 371, 419; D~ (motor) 343-349 Eph/!m(!fjdes naul¡ques ~ue · ilramida 323; "''''''''''
- de barkwento 5SO;
· de tle«aS05; Car0l292, 582; Combadula 901 · revirada 371 DlfracOOn de la ola 912 NAuriro) 934. 1039 · CilIbono 324; · de veIoodad 1069,
· manna S05; · de carlinga 41 : COffiff 1193 Cuademo de btt.koril997 DIFRAP922 Equmbfro 62, · poIiamrda 323; · haoael 'o'Il'fIto496, 501
- solar 1120 - de esco1il22; Compas450; Cuademodeenuega de poOOl'S 1180 DifUSIÓn mo1erular 176 ·longltudJnal 506 - polretrleno 323 Gancho 22, 33. 308
8ronce {pUltura a~ 385 ·depll'depaIo43; · de marcar o alidada 453, 973, 1109; (uad,anle 975 DJJ\~mrca de los fluidos 171 Error Instrumen!.11462, 1045 fí¡aOOn de los accesonos 298, 387 Gancho de cadenote 138
Buen bordo 1079, 1089 · del carro 21 ·deruta451 Cuadratura 891 Dlsposrtivo de separao6n de tr~fl(O 543 OO" Filv~n 400 Garrear (dejar) 639
Bujjas (motOl) 347 Carro 292; Compernar (el compas) 452 Cubrerta: DNffgeOOa 756, · de bafio699, flamear 46 Gafleal {el andal416
8ul~rcama 37 1 · de l"iCota de la mayor 22, 292; Complexagl'S 324 · antldesliLlnte 313,680, · honzantil1755 · de Beaufon 907 Fleco 311 Gas (dete<1or de) 407
Buque faro 928 · de la barraescola 21, 28, 314 ComlXlJlE'flte: · l"itanqueidad de la 373; Doble fondo 350 Escasear 78, 509 Flecha del palo 299 Gasolina 345
8urda 256, 304, 318, 520, 551, 564 Carta 465; · de derrva 200, 498, 499, · Il"iIstenoa de la 370 Doceavos (rf9la de los) 948 EsduY 877. LAm. 3 Flexión 121 Gavrero 264
8ureau des longitudes 1039 · manna 921, 935 · de propulSIón 173, 200, 227 Cubo4B Dormir 1191 Escoben 619 FlotilOÓn S07 GeI<oa1378
Buys9a110175 1 CartIK110956 Comufllcar 1029 Cubodespi 137 Dorsal 772 Escora 471, 507. 510, 669, 670 flotador 436 Gemelos 1109
(asco del careo 22, 369 Coo portanles 93 ClKhlllo ll 1t, 1166 Dnla 24, 41, 45, 305; lscOfar 514 Fluido 171; Genova 260, 294, 537, 607
Cabeceo 188, S05 Casquillo 265, 267; Condensación 757 Cuenca de ClUcero 1129 · clara 306, 308; Escota de la ma)'Of 22 · en movrml{'Jlto 171; GecxiHKa (velal326
CabeLl de un SIStema nuboso 710 · engastado 268 CondlKOOn 740, 757 Cuerpo de un sistema nuboso 770 · de foque 20; lscota 311, 571, 595, · periecto 175. 177. 181, 183; Grvry (corrección del l0!5
CabeLlI del gUlnche 306, 390 Ca/·boar213, 253 Cono: Cuidados a los nCiufragos 677-699 - de mayor 20, 122, 1181 ; - CootlIIua 312; · viscoso 177; GllCerof~llCa 383
Cabrto de apertura 309. 319 Catalejo 1109 · de desvente 183, Culm¡nad6n 1051 · de recamblo311; · de foque 21. 22, 292, 551; RuJO (millea CTeoente) 892 Global f'm¡liooing Syslem (GPS) 1019,
Cable de un cordón 264, 265 Catamar.'ln deportrvo 16 · negro 423 Cumulus 806, lám. 2 . desp20, 318; · de la mayor 313, 562, flUJO (afflux) 887 1022, 1023, 10B
1238 r nd i ce
I nd i ce 1239
GIobo4dl ldentlficar una moll{,) 980, 999. 1117 utado ]82 Mi!rl'<l891,
GMT (TU, hora umversal) 828 !lumlna<1Ón umbo461 · barométnca 746 • \'ffdiKlero 973 Partl'S altas 370 Portillo 387 Re-anlmaoórl (drdia<:a 706
Gobernar 508, o IllIl'IlOI 408 I.Jmprl.'za 1204 Mareas VI'IdS 891, 947 Nulws 76], 767; Particulas smóptKdS 745 PosiCión Rebenque 281
'(00001513 Imbornal 445 Unea Molleil! muertas 89\, - ~ 1I\l'Slablhdad 763; Pasado dE.' trapo 550 · HElP 688, 692; Recalada 1029
GOOom" IMCS44 · cotrdal895; · medias 946 · de onda 809 Pasador 27 · HUDDLES 693, Re<eptOl de radIO 458
• a un largo 536; lrx:endlQ 431 -defe451; Mareo 1111.1211, NuOOws (Sistemas) 767 Pasamanos 391, 680. 699 ·!ataal de segurIdad 702, 707 Re<ooocer un faro 9]0
• buen gobierno 539. Il'Kerttdumbre (~e La SI!U¡CIÓn) 998 · de sonda 939, 1012, ode tierra 1214 Nudo 271, 454, Pasar las doblen! t'O 5MbOO (oouano f'osIcionadof por salé:.t!' 1019, 1022, Recta de allura 1033
- COO VIl'nlo de popa 527; lnodencla Mngulo de) 188, 191, 210 · de VIda 391, 680 Margen tAhdo, friO no · as de guias 727; 2" 1033 Reduor el Hapo Sil, 530. 585
- del barco 509·546; Indlna<:i6n del palo 27, 121,257,261, Unea de la p~eamar 865 Marrnero(b.1,rco) 1161 · deaYUSle619; PasdJo212, 504, 542 POSIdonra 865 Refle<tor radar 425, 544
- del derivador 55, 114 506 Unea de posición Masa de aire 763 · de entalinga dura 37; Patín 585, 593 Pooiteflor (luz) 929 Rellu)O (VIentos de) 887
Golpear 105 Inerera del palo 93, 255 '~Hrca983, MilsaJe cardiiICO 703 · de lazada 592; Patin (sahda) (en tabla) 150 Potencia del motor 344 RelriICCIÓI'I 912, 1047
G0m0379;
- Sltuacr6n poi' 1015
Inestabilidad del alfe 762·770
Infleffllllo406
· Iraslado de Un.l 998
I.mlerna44l;
McrSlUa de cola 389
Milt 399
· de rMlOlque 726
Numero de ReynoIds 192
Patrón 1190
Pegar Uflil pleu 341
"",,
- de fondeo 621,
Refrescar 78
Reful'flO
Grad:ente: lno~dable (<<ero) 267 . estanca 441, 1111,1166 MataflÓfl281, 317, 585, 587 N¡bl323 PelIgro de la costa 942, 1002, 1065 -de la orza 41, · en las 'oM 370;
- de presión 186; Instltuto Hldrogr~frco de la Man"" ¡listo para VIrar! 554 Matrmal antldeslrzante 680 Pelrgro aislado (marca de) 927 - del motor 346 · en ~ cascos 335
, hOlizontal 747 I H.M 1014, 1021, 1108 lrtera 401, 1191 Material Obencadura 24, 253 Penfret (CUIl(l de Glfll(lns) 868, 929 P,.lc!rco861 Regala 371, 507, 1102
Gran malea 475, 483. 870 Instrumentos de navegao6n 464, 496 ,caliente 1193 ,de armamento 479, Obenque 20, 22, 24, 205, 251, 254, Perchas 251, 296 Precrpltaoones (ver Meteorologla) Rf9 l men
Gr.ltrl27, 41, 74, 135,260,328,331, Insurnerg.brlldad 392, 1106 Uamada de socorro 702, 1030 - de segundad 413 256 Perder barlovento 59 Prensaestopa 357 -lam.r.ar 175,
332,595 Insumerg bIe 1106 Uamar (ser lIam<ldo) 626 Milterla~es compoSltl'S 299, 322 ObeoqlJlllos 257 Perl,lesNACA218 Presa de canto 101 · turbulerllO 175
Gravedad ¡centro de) 154, 225
Greenwrch (rnendld/lO de) 936;
!ntendenoa 1097, 1122
InteriICOÓfI entre las velas 121, 212,
\.legada a playa 108
l.Jr.oar (un anda) 630
Mayor 22. 107, 212, 260, 566, 583.
59] """
-mUf!{ta224,
· VIVa 223
I'eflffncOS (obenques) 255, 262
PeriOdo de la luz 929
Presión 813.
- atmosfenea 746
ReglajE' del spr 536
Reogl.lmenro piJr.J la prev-enciótJ de
·.lngulohoranoen 1052 SIl tocales886 Mb=~mlhbal PerturbaCIón 1133 PrevrSlÓl'l meteofológrca 735-747 iJb0rd.3jeS en la rrIiJf 423, 539
Gnllete 27. 287, 419, Intercepto 1034 lona Impellneable 346 Me<amsmo de gobierno 33 OcluSIón 765 Petróleo; Pnsm.ltlCOS481,1109 Rf(Jlas
· con pasador 309, InteflOl'es 369, 401 lon9,tud 935: MedICInas 482, 1215 Oceanografla 1133 - cOCIna de 406; Proel S5 - de rumbo y gobierno 539,
. derosc.a 287 interrumpir un cabo 276 · de las olas 901, Mt'JOfia del tIempo 811 Ocultaoones (luz de) 928 - ~mpara de 409 Profund,dad de las olas 901 - rf(J1a de Cras 975;
Ohmmeuo 358
Gnllete glfatorlO 287
GfUpo serJldll(lles de aVISOS a los
navegantes 922
Inllados 180, 186, 191,202
Im-entano 1171
Invernada 297, 474,
-deoodas 191
longItudes (de las manrobfas): le' CMM
fMnJobriJ
Mer~lor(proyeco6nde) 936, 1015
Mendrana 1048
Mendlano 935, 977
Ola 900, llIm 3,
· de cuaderna mal'Stra 186;
"'
· de 901:10 22. 27;
-de palo 22, 41;
Proglama de navegación 1172
Proyección de Mercator 1015
Proyector 425
·lIansportador 1109
ReIlew submanoo 895, 939
Relinga 27, 330, 331, 585, 587
Guardar/opa 337 · a flote 474, loral'lC 1025 Mesa de urtas 403 · de popa 186; - de PIloto 951, 952; Publrcaoones náuticas 465, 899 Reloj 1109
Guardias 1186 - en un fesgualdo 476; loxodrÓf\lKa 938 Mesastera 748 · de proa 186 - de roda 371; Puerto 609, Remachar 397
Gualne 286. 552 - ~e fango 475; luz921, 1123,llIm 4 Metl'Olologla 733, 745, 1133 Olas (gobernar (on) 513 . del Sol 1038 · base 1130, Remar 722
Guia ~ anda (gatera) 418, 618, . varado 475 - anterror 929, Metl'Olos 767 Olas de rodr1Jo 109 ",,, · pallón 897, 946, Remate del cable del lIapeoo 20
627 InverSIÓn de la comente 898 -auXlbar929 Método de ~ doceav-os 948 Oleaje 900, 951 · pegar una 341 - secundarIO, 897, 946, 952 Rerno469, 559, 718
Gula o SIlga 724 InverSIÓn de temperatula 762 - de centelleos 928, Mdlbar 1120 OII,)() de amura S88 Pilotaje 959 Puesta al dia de las pub&aoones 923. Remolcar 723
Gula de amarra 724 IOR (bahu) 443, 680 · de destellos 928; MIILbar (mb) 744, 830 0I1,)() 335; AJau charts 1179 940,942, 944, 946 RemoI,no 172. 173;
Guracabos318 lsocrooa 1073 · de enfilaoón 929; Milla malina 750, 936 · de Cunnrngham 33, 308, 328 PlfItura 382 PuJamen41, 135,329,332,595 · de lasextrernJdades 173. 191
Gutdedullél~retJr423, 921 lsofase (luz) 928 - de fondeo 358; Mlsual809 Onda·malea 894 Pinza (corte de las velas) 327 Punta (clavo) 387 Remolque 717, 728, 723,
GIJ\I'ldIe 290, 306, 389, 551, 556 Isohlpsa 747, 754 - de navegacIÓfl358, Mlud de la mar&! (~de la) 654, 947 Ordenador de a bordo 464 Pinzote de botavara 20, 286, 586, S88 Punto de Sirga 662 · ba/Co remolcador 723
GUlOdaleza 614, 630, 723 lur 31, 578 · de ocultaoones 928; MolInete 477 OflflCdr622 PIque (estar a) 635 Punto RempuJO 434
,de se<torl'S 929; Mono rsotéfmlCO54 Onnque415, 622, 640 PIque largo (estar a) 635 - anfKlrórruco 895; Rend,mlento de las vrl.n 205·209
Hact'f bordos 92, 13t, 495 , E(ondas) 458 - de un barco 423, 540; Montón bien pensado 551, 619 OrtodrÓfflKa 938 Plancha 41 · cardln.l151, ReparilClÓfl de un casco
Hacer cabeza 626, 627 Jaroa 251, 478; · dlle<Cronal929, Monz6n885 Ortogonales de ola 913 Planear 128, 205, 534 · determlnan1e 1034, · de conllachapado 395;
Hac~ cargo del barco 1172 · de autoobencadura 253; · liJa 928, MOI'daza 21, 390 Orza 21.33,35,41,106,197,392, Planeo 191, 231, 239 · vflflall054 · de P~stICO 397
Hadley(célula de) 761 · de labor 251, 478, · flotante 442, 680, 693, 1164, Morder 390 506, 526, 985, 996; Planeta (SltUiJOÓll por) 884 Punto de zrgzag 334 Repuesto(material del 349, 433
Halaf 443, 640, 717 · desloop 253. L.lm. 1, . ISOlase 928; Mosquetón 439,576,577; · de sable 35, ",,00 Punzón 434 Repunte 892
Hallaf la SltUiJOÓll857, 917, 972 · filme 205, 251 · posterror 929; - de dnza 309, · pMltante 35 - antJdeffla 218,228; Pullo del trapeoo 22, 27 Resbalar 139
He = altuta calculada 1045 OrzClda 50, 92, 528, 554, 569 -vébc0212
H~hce 346, 348
libe (trasluchada en plancha) 163
Jockey.poJe (separador de braza) 303
·rOJaautom.1!ICademano428,1110 -de Icx¡ue 22
Motor 1103; Orzar 62, 74
Osmosrs 378
PlAstlco (casco de) 295, 372
Plataforma contrnental845, 860
"'' '
· de amura 20, 22, 27, 576, 586;
Resma 398
RestStenw 180, 200, 204,
HElP (posIcr6n) 688 Mdscalf't 896 · au~liar 343. 344, 709, 728, - de driza 20, 27; · aerodi~mrca 204;
Herraj€' hemtwa 33 Kevlar 270, 271, 323, Macho del limón 33 -dhl349, O~dao6n 297 Pleamar 891, 896, 949 - de escota 20, 22, 27, 586, 588 · al avance 127, 180, 189;
Herrajes ~ tangón 286 · dfllA 305 Madera eocolada (coostrUCClÓfl de) 375 · fl)0344 PIe~na de agujeros 285, 304 PlJC 466 · alrozamrento 192,
Herranuentas 433, 483 Magnétrco: Muelle (manrobras en el) 647, 657 Pagaya 35, 722 PI;f(Juedel spI 521, 536 - de la ola 189;
H. (altura IMtrumenta~ 1045 labriKlor (corlJente del): 741, 886 -masar.451,1016, Muerto421, 422, 617, 642 Palloaje ITIdlino 837-900 Poco VIento QuIlla 197, 371 · de preUlri 188;
PaJafin 20, 27, 124 - rnarnobfas con 502, 521, 531;

.."
HrdroruOón 702 lamrnar . none 451,973 Muro de cootenoól'l L.1mlnas 3 · de rozanuento 188,
Hldrodl~mlCa (fuerza) 171, 197 -IIUJO 175 Mal tiempo 1209 Mytar 325 Pala 718 ·t.ktrca coo 1072 RiI (rumbo de aguJa) 985 (en Iranct.>s . Inducida 189. 191
Hierro: lamluana (a!ga) 869 Manga de a;re 460 Palmejar de pantoque 371 C(=CapIMn de Corbeta) Resonancia 895
- de bichero 413, lapas 869 Manrobra a motor 647 NaufragIO 1184 Palo 41, 251, 254, 478, 505; - de la vela 208, R.Jbtza 443. 680 ResprraclÓfl artlfrcral701
Hrlo324 largado ¡Apdo 314 ManIObra Nava¡a de boI!orlo 401 · aerodrnamlCO 205; · de los planos de de/Na 218, Racha m, 509, 514, 516 Relorno c.ilrdo 810
HIlo (de coser) 334 largar 71, 554 -de labor 251; NAVAREA 923 · gllatono 22; - de veloCIdad 216 Rachna 516 Retrocede 88
Hincharse a la contra 502 ¡lalgar! 550, 554 ·lirme251 N...,ooo . m.lstrl·ala 253, Polea 288, 289, Radar 425, 544, 1019 Reuoceder 558
Hiperbólica (Ild'it'<}ación) 463 largo (rumbo) 50, 141, 259, 532, 538 Manrvela de gU11"IdIe 55 1 · de emergenoa 685; · rig,do 256 ·depa¡arín 41 , RiJdIacr6n 740; Revrstlmlt'flto aerod¡~mKO (obra
Hipotermia 690 lastre 62, 234, 371 - nocturna 1123 Pan 1202 · del aparejo 20; · solar 805 muerla) 251,305,617, 711
M" Panel solar 362
Ha (altura observada) 1045 laterales (malcas) 925, llIm 4 · de VIento 902 Neopreno hypalon 388, 467 - tra901todo 292 Radldll'lO (masa de aire de tipo) 756 ReynoIds (número de) 192
HOjddesonda 1002, 1004 latrtud935 ,(eslddo de la) 909, 1141 Nt'f'IIio338 PanldUn (cat·way) 657 Pobamrdd 269, 322 RiJdio de borneo 421 Rez6n416
HOjd de navaja 401 lavar (el (,)sco) lesWei 382 Marca 861, 921, 924, 925, 960, 973, NGF (fIM'I.Ki6n general de Franoa) 939, Panld~n (amane a un) 469, 611 PoIoéstt'f 270, 322 Radro(feceptor) 458 Rlur585
Homtwe al agua 677 laZY-jdCk 584 979, 1117; ,.2 Pantalón de trapeoo 22, 116 PoIigono de bnsa 806 Radiobaliza 431 RIzo 512, 585,
Hommg 1016 [Nsh 48 - cardinal 925, 926; Niebla 933, 1001 Pantoque 380 PoI,propr!eno 270 RiJdiofaro 1013 · de fondo 512
Hormigón (CdSCO de) 372 lente 461,982, - de a9uas navegables 927; NlmOOesllatos 763 Par'ros 326, 328, 330, 333 Pohuretano 378, 384 Radrogonromeula 934, 1013 Roca 961, lAm. 4
Horquilla 718 levanta/la pata 120 - de pelrgro aislado 927, Nivel de la mitad de la marea 947 Par: PoIyanl322 Rad!OSf!flales 934 Roda 20, 31
Huida (en) 1220 levantar la proa (tabla) 150 . lateral 925 Noche: . de banda 115; Poner aprl'Sto 324 Rilnura (efe<to de) 179 Rolada del VIento (t.\{\lCa) 995, 1081
Humboldt (corneote de) 885 lev3l' el anda 725 M3!(,) de tope 925 - n.JVl'9dOÓfI de 1054, 1123; · de escora 507, 510; Pooer(se) al tr ...?'; 58 R.lstrear687 Rombo 255, 265
Humeddd 749, 1165, 1170 lHA: vrr angula en el Polo M3I'cao6n 453,1014 -Vl'fdeI207 · ele<lIo/Itrco 370 J>onerseala~pa 113,685; Rayo solar 740 Rompeente 901, 912
HuracAn 795 Ubre de Faros 921, 928, 931 Marcao6ngonro 1015 NoI'te: Paralelo 935, 917 - en puerto 609 R.lyos 432 Ropa 53, 440, 692, 1165;
Hv (altura vrrdadera) IG45 Ubro de I/iJdrose().)les 921 Marco 134 -lTliJ9nf\)(0451,973, Pararrayos 432, 1174 Popa ('o'I('nto y rumbo) 50, 99 Reactivación (en tabla) 156 · flotante 440
Palkt'f (lornlllo) 298, 388 Portante (VIento) 93 ReiICher 564 RopelO411
1240 [n dice 124 1

Rosa 450, 973; Sot,wento 92 - de una vela 120 Velocidad 219, 535, 750;
- de los VIentos 451 Spe<:IIa 323 TrMi<o poituario 606 - aiLca 534,
Rozamiento 184
Rugoodad relatIVa 183
Speedoml'u~f: (ver (orrMera)
5pi 21, 128, 135, 147, 204, 318-321,
Tra¡edeaguas 1166
Tlama 324
- indUCida 180;
- In,tanl~nea 219;
ndice de cuadros
Rumbo 63. 499. 98S. 995 333, 520_ 562; Tlamontana 810 - sobre el fondo 219,
Rumbos de na~'l'9ación 76, 22l; . a~métnco 140, 569; Trampolín 16, 22 Vekx:lty MadI' Good 217 A barlovento, a sotavento, 69 Del buen uso de las señales y El spi asimétrico de los catamaranes,
- de {e~ldd 76, 221; - de largo 595 Transfl'leooa de calor 740, 757 VentilaCIón del barco 477
Transrt (srstema) 463 Verdadero (norte) 981
A propósito de la escala bengalas (reglamentarias o 140
- de whWo 540; Spruce (madera) 300
· de IdU}O 532; SSB (8.Jnru lar~1 Unira) 458 Transportador 1109 Verrlesg]g anemométrica de Beaufort, 751 caducadas) 430 El spi sin lagrimas, 523, 525, 529, 530
- portantes 76, SO, 128, 222 Srarcut 536 Tranwone de la tabla 148 Vernal (punto) 1054 A propósito de los ritmos del sueño, Derroteros para la navegación de El upwelling, 885
Rv (rumbo verdildero) en frances Cv" StO/m surges 888 Trap3 de la botavara 20, 28, 124,315, VelOSlmllltud 981
(aplMn de Navio 985 Subida de la marea 893 564, 569, 588 Verrucalla maura 870 1188 recreo, 943 Enfilación, 60
Subsidenoa 756 Trapeoo 116 VHF 459, 610,1030 A propósito de 105 vientos, 494 Dónde conseguir el boletín ¡Es fácil coger una boya!, 644
Sable 27, 48, 126, 337, 586. 593 5ueca (vela) 337 Trapo Víadeagua 394,1181
Viento por la a!eta 79, 143
Abozar una maniobra, 641 meteorológico, 52 Escala anemométrica de Beaufort,
Sable forzado 20. 22. 41, 27, 46, 121, SUjetar CO/\ rebenque, 593 - elewoo del 603;
m Superca\lltaciÓfl185 -rMUCOÓfl del 573 Viento 472; Adujar una amarra, 282 Efecto de corriente contraria en una 752
Sacar el barco {On grúa 672 Superestructuras 370 Traslado de una linea de posiCIÓn 999 - aparente 221, 509, 518, 534; Ajuste del compás, 991 ola, 909 Especial catamarán: el cabo de
Salchi(ha (SUjetar con rebenques en) Supt'rfície (\liento) 750 Trasluchada 81, 88, 101,561,569; - de la veloodad 509, 518;
Suspt'n>ión (en) 158 - ~al falso pairo· 163; -depop.a80,143,204,518,562, Alfabeto internacional, 1030 Ejemplo de calculo de marea para adrizado, 37
339,576
S3hda: - d,n~miC<l 158; Ion 1075; Altura de las olas, 907 Baltimore, 956 Esquema para el reglaje de un
- de orzada 602; Tabla: - china 564, 569 - de pop.a (en tabla a vela) 99,
Anatomía de la tabla a vela, 40 Ejemplo de cálculo de marea para derivador durante la navegación,
- enpatin 150 - de fun 38, 46; Través (ponerse al) 58 - de proa 51, 495, 1077;
Sahr de dudas 925, 1015 - de olas 38; Través (amarra) 654, 658 - de supt'rficie 1085; Aprended a ser responsables para Bilbao, 949 123
Salvavidas (balsa) 467 - de regata 38; Través-Iraves (manroora) 685 - de tla\<és 74, 76, 1072, 1073; mantener vuestra propia Ejemplos de menús, 1200 Esquema de la meridiana, 1050
Sanm\'ich 376, 392 - de velocidad 42; Travesia(entabla) 157 · portante 93;
- polivalente 38 Trazar la derrota 985 - real 221, 509, 518, 534, 750; seguridad, 66 El aparato de VHF y el hombre al Esquema de la recta de altura, 1046
SAR5AT·CQSPAS 431
Satélites 1022 Tabla de guardias 1187 lIenzado 269 - ~n6ptj(Q 750, 806 Atraque a un pantalán con marcha agua, 685 Estado de la mar, 831
$atn.lv997,1023 Tabla de gr<r11120, 28, 41, 309 Tndngulo de posiOón 1035 Vigilal\(ia 475
atrás, 660 El aparejo, 697 faenas marineras elementales, 32
SalUfoKión 744 Tablilla de tres agujeros 315 T/incar (infTKMlizar con un cabo) 281 Vigilancia en tlella 475
50im 326 Tackrng-Irnl' (cabo de vrrar) 557 Tnl\(ar un cabo 272 Vigueta 22; Atraque a un pantalán con marcha El arco de resistencia, 72 Fondear en la orilla de la playa, 632
Sector 932; Tdctlta: Tnnqueta 557; - de catamar~n 27 avante, 659 El balance eléctrico 366, 367, 368 Fondear un catamarán, 631
· de bordadas 495 - segun el \liento 1067; • de >pI 522, 601 Violrnes 256, 265
- segun la corriente 1083 Trinquetas gemelas 524 ¡Viral 551, 552
Bengalas-paracaídas: modo El balizamiento de las playas y el Fon dear con el viento de proa, 624
Seguridad:
- del motor d1Pse1350; Tail splice (ayusle mlX\o) Tnpulaci6n 1096, 1111 Virada por ledondo 548, 560 adecuado de utilizarlas, 427 código de señales, 67 Fondeo ligero para el derivador, 37
- del motor fueraborda 345: Talón (COl) del tangón 303, 596 Tripulante 552 Virada poi" avante 82, 237, 548, 571;
Bot iquín básico, 1167 El borneo, 617 Formato de las ca rtas dellHM, 465
· elktnca 360 Talweg 828 Tnrradial333 - dlndmlC<ll56;
5elf-lailing (autocdzilflte) 290 Tambucho310,371 TropICal (alle) 764 • lIasluchada 88 Botiquín de urgencia nO 1, 1110 El buen uso del molinete, 634 formato de las cartas SHOM, 466
Semlbao 371 Tangón 138, 301 321, 564, 596; Tropopausa 740 Viral por avante en tabla a vela 91; Breve vocabulario sobre radar, 1020 El catavientos sin problemas, 64 Fórmula de la velocidad, 454
Señallumlgena ¡Iotilnt!' 429 - de spi 21 Troposfera 748, 774 - !rasluchada (con spi)l44
Turbuleaoa 172. 183 Viscosidad 177, 183
Catavientos y bandas de control, 504 El Centro de consultas médicas Frenar un cabo de maniobra, 652
Ser'iales: Tantear 499
- de niebla S4S, 933; TaqUilla 411 Turbulencias atmosféfKa, 172 VlVeles 1168, 1171 Categorías de navegación en marítimas, 70 1 Función de la trapa y de la
- de socorro 426 Teja de vela 322 Turbu~ento 173 VIVIr en S('(O 1185
España, 1107 El cortacorriente, 345 barraescota, 503
Separación de trafiCO 542 Temperalura 748 Turnos de guardlil 1186 VMG217
Sene de oLn 901 Tempol"al1216 Twa10/\323 Volantes (manIObras) 316 Cazar/1argar,61 El delfín, 867 funciones auxiliares de los sistemas
Servke hydrographlque el Tendencia 814 TWl'>t-loot 328 Volcar por avante 117 Clases de nudos, 272, 274 El efecto del paso de la hélice, 711 de navegación radioeléctricos,
océanographique de Id Manne Tensado a tope 657 VoItímet¡o 353
Unidireccional (tejido) 326 Volubles 617
Colocación de una cánula, 703 El efecto del timón: barco ardiente y 1022
(SHOM) 465, 291 Tensar 55, 306
SefViOO¡ WC 409 Tensor 284, 304; Unión- VoÑer a coser una vela 340 Cálculo para hacer insumergible un blando, 65 Ganancia de velocidad, ganancia de
- de volante 257 - C<lSCO 369; Vuelco 93 barco de crucero, 393
SlO91<1891 El equipo del perfecto pescador, tiempo, fórmulas simplificadas,
Sllbato441 Tensorl"i de p!etma 20, 24 - por lUllCho 296 Vuelo (zarpar al) 637
Slnglal719 Teorema Uniones (estanqUEidad de las) 373; Vuelta: Cálculo de la carga de ruptura de un 873 1074
SmóptlCO (v;erllo) 750 - de 8eroourlli 186; - fijas, móvlles 386 - doble de rezón 682; tensor, 285 El extradÓ5, 180 Hacer ayustes, 280
Sirena 933 - de lord Kelvrn 180; U¡M'l'lIln9885, 887 • ledonda 620
Urdimble 324
Cómo " ponerse al dia" a principios El fetch, 903 Hacer fuerza ; el aparejo y el
Srrgar 672 - de PTal'ldtl192
Sl5tema rraruir 1022 Teredo 374 Uso (hora en) 949 W-c malll'10409 de temporada, 923 El foehn, 808 cabrestante (o güinche), 290
SI~tema, nubo>os 767 Tergal322 Utilizar la, velas 589 Water-stal! 151 Cómo tensar una vela, 56 El franco-bordo, 696 Hacer gazas, 278
SI!UoKiÓI1: Terminal de 267 Way point (pun tos de paso) 1023
-poi" ar(O$ Cilpaces 981; Terminal o punta df) tangón 303 Vaciador de urgencla 187 West-SYSlem 375 Cómo aprender a situarse en un ¡El hook sin historias!, 29 Hay que llevar un chaleco salvavidas
- poi demora y altura 981; Termosfera 748 Vaina 27; plano de agua, 59 El lazy-jack, 584 homologado, 54
- por dos dl'moras 977; Tervlene 322 - de sable 20, 336 Yankee 331
Valle (cuenca) cdlldo 765
Cómo amarrarnos a una boya desde El matafión: un cabo a punto de Hay que parar el barco a cualquier
-poi" gonio 1016; Tiempo de chubascos 53
- por ues demoras 973, 977 Timón 22, 33, 392 Vapor de agua 743 arpar 633, 635; un catamarán, 645 desaparecer, 587 precio, 683
Slip 671 Timonel 56, 552 Varada 667; • a motor 637; Control del compás de alidada, 975 El material de armamento Hay que recordar, 536
SIoop (ap3rejo de) 252, Lám. 1 Tirador (del motor) 348 - sobre escoras 669 - a palo seco 638;
Sobrefusión 744 TirÓfl o latigazo 713 Varech 865 - al vuelo 637; Cuadro de resistencia de los cables, obligatorio, 36 Historieta muda, 639
Socorro (ser\all"i de) 426-431 Título de radiofonista rl"itnngldo 1031 Varenga 371, 375 - de un muelle 664; 266 El número de Reynolds, 176 Inspecciones de material de
Soldadura: Toldilla 342 Varración 985 - en la corllente 639
2efllth 1038
Cuando el motor no arranca, 356 El perfil adecuado, 301 seguridad, 435
- de una pt'rcha 297; Toma de nzos 586 Vanlla 265
- delexuemo de un {abo 270 Tormentín 582,1181 VasoconslncCÍÓfl 690 lineado 385 Cuando rompe la ola, 910 El par de fuerzas durante la salida, Instituto Hidrográfico de la Marina,
Sonda 456, 939; Tornillo de madera 300, 388 Vela sueca 337 Zona maritllllO-telll'Stre 865, 938, 960 i Cuidado con el .. picoteo"!, 1199 199 922
- arustlGl 457; Tornillo micrométrico 461 Velas 41, 410, 479; 20nas de navegación 1107
- l'1e<:tróni<:a 1002; Torretas925 - aerodindmicas 46; Zonas de separación de "d/ico 542 Decreto sobre seguridad de la vida El remache encajado, 298 Interrumpir un cabo, 276
- manual 457, 1002 Torsión, alabeo 126, 502, SOS, 511, - en or('Jas de burlO, 80 ZurCido 342 humana en la mar, 415 El soporte de la meteorología, 819 la auto-defensa, 661
Sondar 1003 520; Veleta 460, 562
1242 índice de cuadros

La chumacera. 35 los trucos del marino avispado, 579 Pequeño diccionario de términos
la defensa volante. 665 Marinecall, 826 habituales, 833
La estabitidad y los rumbos. 242 M aterial de la balsa salvavidas, 446 Permisos para ma nejar
la guía de los puertos del Material obligatorio en embarcaciones a motor, 714
Mediterráneo, 656 navegaciones de 5" ca tegoría, Peso por metro de cadena, 41 8
1108

Contenido
la información náutica en España. Polígono de brisas, 807
923 Modo de construir una corredera de ¿Por qué?, 1158
la información nautica en barquilla, 455 ¿Por qué das golpes?, 105
Inglaterra, 922 Modo de dar vueltas a una cadena Predecir las olas, 908
La Jibe o trasluchada dinámica. 164 sobre una bita de amarre, 620 Predicción de las olas, 904
la maniobra de hombre al agua y la Modo de evitar los abordajes, 94 ¿Preparados para iza r el spi? 599
electrónica, 686 Modo de hacer pan, 1203 Propagación de las olas, 905
la marea en el Minitel, 946 Modo de instalar una botella de Realización de un diagrama de
la representación de fuerzas con buceo en un bote auxiliar, 445 velOCidad, 1070
viento en popa. 223
la pesca deportiva: una actividad
Modo de lanzar una amarra, 653
Modo de tomar un rizo sin aparejo
Reglajes de los catamaranes
durante la navegación, 125
1. Práctica del velero
Aparejar el barco , 24.- Derivadores. y cat amaranes, 2~.- A pareja r el palo, 1. Aparejar el barco, 19
reglamentada. 864 especial, 590 Reglamento para la prevención de
24 .- Aparejar las velas, 27. - Orzas y timones, 33 .- M atenal de armamento y
La trasluchada en tabla a vela, 160 Modo de utilizar bien el cabrestante abordajes en la mar, 540
de seguridad, 35. .
La virada por avante "inclinada" en (o güinche), 580 Revisar la jarcia firme, 263
La tabla a vela, 38.- Equipar la plancha, 38.- Aparelar la vela, 44.
láser, 86 Modo de utilizar el carril del pie del Saber leer a través del casquillo de
La virada por avante clásica mástil, 148 una bujía, 347 La primera salida , 49.- las buenas condiciones, 49.- los primeros bordos 2. Iniciación, 49
en derivador con dos Modo de comprobar un circuito, Saber "leer" en las olas, 906 en derivador o en catamarán, 55. - los comienzos sobre el agua con una ta-
t ripulantes, 84 358 Seguridad, 3S7 bla a vela, 66.
La virada por redondo, 90 Modo de extraer un cuerpo Señales de t ráfico portuario, 648 Hablando de rumbos , 76.- Los rumbos de ceñida, 76.- Los rumbos por-
la zona litoral, 87 1 extraño que esté obstruyendo Singlar o remar a la sirga, 720 tantes, 80. - Maniobras y cambios de amura en derivador y catamarán, 82.-
La zona litoral y la pesca a pie. 872 las vías respiratorias superiores, Subir un vigía a la cruceta, 687 Maniobras y cambios de rumbo en tabla a vela, 95.
La rosa de los vientos. 51 704 Tabla para facilitar la identificación
las fases del enfriamiento segun la Montaje del catamaran, 25 de los códigos Morse, 1017 Derivadores y catamaranes, 103.- Maniobras de playa, 103.- Peque~as 3. Perfeccionam iento, 103
disminución de la temperatura, Naufragio, supervivencia, 1218 También podemos singlar hacia maniobras y g randes demostraciones, 11 3.-. Modo de goberna r .un derlva-
699 Navegación de emergencia, 684 atrás, 722 dar o un catamarán, 11 4.- Reglaje de un derlvador o un catamaran en rum-
las señales de mano: modo Navegación directa e indirecta: Tejido de las velas: gramaje y bos portantes, 127.- El derivador con spi, 135. . .
adecuado de utilizarlas, 428 ganancia de barlovento, 500 resistencia, 323, 326 Perfeccionamiento en tabla a vela , 147.- Salidas y llegadas, 147.- Salida
las señales de niebla, 545 Nomenclatura del catamaran Teorema de Euler, 187 desde el agua (water-start), 15 1.- La suspensión y el arnes, 153.- las viradas
las turbulencias aisladas, 174 deportivo, 22 Tiempos de supervivencia según la de bordo dinámicas, 156.
las velas ¡atención frágil!, 28 Normas sobre separación del temperatura del agua, 689
lista-recordatorio, 1168 trafico, 1028 ¡Toda la teo ... riza!, 588
lo que debe hacer cada uno para Número de extintores a bordo, 431 Trucos para utilizar bien las 11. Mecánica del velero 1. El origen de las fuerzas, 171
virar por avante de forma Oración de entrada en puerto: maniobras volantes, 662 Los fluidos en movimiento, 17 1.- Las turbulencias, 172.- Flujos, 175.
ordenada, 553 primera letanía, 609 Un instrumento de gran valor, 270 Influencia de la v iscosidad del aire y d e l agua , 179.
lo que debe hacer cada uno: la Oración de entrada en puerto: Uso adecuado del sextante, 1036 Curvatura y presión, 186.- Curvatura y gradiente de presión, 186
trasluchada con spi, 568 segunda letanía, 610 Valores energéticos, 1202
Las fuerzas y su descomposición e lemental , 195 ..- .EI viento y la vela,
2. El j uego de las fuerzas, 195
lo que debe hacer cada uno: la Ordenes al timón, 7 16 Viento aparente y viento real, 126
virada por redondo, 563 Organización de los puertos Virar de bordo, 88 195. - El agua y la quilla, 197. - Ejemplos de descompOS1C1?n de fuerzas, 200.
los depósitos, 48 1 deportivos, 6 12 Vivir en seco, 11 92 La formación de fuerzas, 201.- Complejidad de un flUJO real, 20 1.· El re-
los dispositivos de separación del Orzada y arribada, 75 Vocabulario breve inglés-español glaje del barco: las velas 207. - Modo de conseguir el mejor reglaje del barco,
tráfico, 543 Para bajar del trapecio, 11 8 sobre la marea, 955 213.
los enrolladores de foque, 30 Para instalar un aparejo, 28 Zarpar de un muelle a motor, 666 3, El equilibrio de un velero,
Clasificación de los rumbos de navegación , 222.- Est abilidad del barco,
los mamíferos marinos. Cómo Pa ra que lo practiquéis, 698 Zonas de navegación, 11 07 219
reconocerlos, 866, 867 Pa ra salir al trapecio, 118 223. ..b.
Las leyes del equilibrio , 226.- Equilibrio en movimiento, 227.- EqUlh no
los rumbos, 76 Para ver claro, 1208
los sistemas nubosos, 768 Partes de un barco de construcción en rotación, 23 1.
El e mentos teóricos d e la mani o bra , 236.- Vi rada por avante, 237.- El
los trajes de supervivencia, 691 clasica, 371
planeo, 239. - En resumen, 240.
1245
1244

La virada por avante. 548. 2. la virada, 547


111. El barco La virada por redondo, 560.
1. la jarcia, 251 Jarcia firme, jarcia de labor, 25 1
Reglajes, 256.- Aparejo a tope de palo, 256.- Aparejo fraccionado, 260.- El foque, 574.- Para cambiar de foque, 576. . 3. El cambio de velas, 573
Otros tipos de aparejos, 262.- Conclusión, 263 . la mayor. 583.- Coger rizos. 586.- Modo de tomar un riZO, 587 .- Modo de
Elementos que forman la jarcia. 264.- Cabos y cables, 264.- Acastillaje, largar un rizo, 592 .- Cambiar de mayor, 593 . .'
283.- Las perchas, 296. El spinnaker, 594.- Modo de aparejar el spi, 597.- Para amar el Spl, 601.-
Las maniobras firm es, 303.- Maniobras de labor, 30S. - las drizas, 305.- Elección del trapo, 603.
las escotas. 311.- Maniobras especiales de la mayor. 314.-la maniobra del
spi,3 18. Maniob ras de aprox imació n, 608.- la preparación del barco, 608.- los 4, las maniobras en puerto,
Las ve la s, 322. - Los materiales, 322.- Modo de cortar las velas, 326.- Su fa- contactos por radio, 610.- Elección del lugar para atracar, 611 . '. 605
bricación, 334.- El guardarropa del barco, 337.- Mantenimiento y repara- Maniobras con el ancla, 613.- El material de fondeo, 613.- PreparaClon
ciones, 338. del fondeo, 618.- Fondear con viento de proa, 623.- Fondear con viento de
popa, 626.- Fondear en una corriente, 627.- Fondear con varias anclas,
2. El motor y la electricidad, El mot or fu era borda, 344.- Seguridad, 345.- Instalación, 345.- Utiliza- 629.- Zarpar con el ancla, 633.- Maniobras sobre boya de amarre y muerto,
343 ción, 346. 642 .
El motor diésel , 349.- Instalación, 350.- Funcionamien to, 35 1.- Manteni- Maniobras en el mu elle, 647.- Amarre paralelo al muelle, 649.- Atraque
miento, 354.- Modo de manejar el motor, 355. perpendicular al muelle, 654.- Atraque a un cat-way, 657.- El atraque,
l a elect ri cidad, 358.- ¿Cuánta electricidad necesitamos? 358.- ¿Qué clase 658.- Zarpar de un muelle, 664.- Maniobras de varada, 667.- Ambiente en
de electricidad utilizaremos? 358.- Almacenamiento de la electricidad, el puerto, 676.
359.- Producción de electricidad, 361.-la instalación eléctrica, 363.- El ba-
lance eléctrico, 366. El riesgo, 677. 5. Maniobra de hombre al
l os impedimentos, 680. agua, 677
3. El casco y los interiores, 369 El ca sco y la estruct ura, 369.- Tipos de construcción, 372.- Mantenimien- la f ase d e búsqued a, 681 .- las maniobras de la tripulación, 681 .- luchar
to, 381 .- Reparaciones habituales, 386.- Insumergibilidad, 392- Reparacio- contra el enfriamiento, 690.
nes, 394. las maniobras de rescate, 693. - Restablecer el lazo de unión, 693 .- Modo
Los interi ores, 401 .- la litera, 401.- La mesa de cartas, 403 .- La cocina, de subir a Jonás a bordo, 695.
405.- la iluminación interior, 408.- los retretes, 409.- las estibas, 410. Los prim eros auxili os, 700.- Modo de calentarlo, 700.- la reanimación,
702.
4. El material de armamento, El mat er ial d e segurid ad, 413 .- El fondeo, 414.- Los fondeos fijos: boyas En resumen, 707.
413 de amarre y muertos, 421.- los medios de señalización, 423.- Medios de lu-
cha contra el fuego y el agua, 431.- las herramientas y el material de re- l a espadilla, 717.- La pagaya. 722. 6. Maniobras a motor, 709
puesto, 433.- El material individual, 436.- La balsa neumática, 444. Remolca r, 723.- A bordo del barco remolcador, 723.- A bordo del barco 7. Maniobras auxiliares, 717
El mat eri al de navegación, 449.- El compás, 450.- La corredera, 453.-la remolcado, 727.- Remolque con el bote auxiliar, 728.
sonda, 456.- El barómetro, 457 .- los receptores de radio, 458.- los emiso- ¿A mot or o a ve la?, 730.
res-receptores, 458.- la veleta y el anemómetro, 460.- El sextante, 461. -
Navegación electrónica, 463.- La carta y las publicaciones, 465.
El batiburrillo, 466. V. Meteorología
Desaparej ar, 474.- Tipos de invernada, 474.- Revisión en detalle, 477.- 1, Los movimientos del aire,
5. Aparejar, desaparejar, 473 l a atmó sfera, 742.- El agua en la atmósfera, 743.- los parámetros de es-
A parejar el barco, 483 . 739
tado, 745.- El parámetro del movimiento: el viento, 750. .
Los grandes mov imi entos d e la atm ósfera, 756.- El balance de la radIa-
ción, 756.- la circulación general, 758.
IV. la maniobra Est abilidad-inestabilidad , 761.- Fundamentos, 761.- Las nubes: una ma-
nifestación de inestabilidad, 763.
1. El gobierno del barco, 493 La ceñida , 495.- La búsqueda de la mejor ceñida, 495.- Reglajes en la ceñi- Las masas de aire, 763.- Los tipos de masas de aire, 763.- Las masas de
da, 501.- Viento irregular: la racha, 509.- Viento fresco, 510.- Viento fresco aire sobre Europa, 763.
irregular: la racha, 514.- Viento flojo, 515.- En ceñida abierta, 517.- En re- l a fronto lo gía, 764.- La frontogeneis, 764.- Formación de una borrasca,
sumen,la ceñida es ... , 518. 765.- la oclusión, 765.- Las familias de borrascas, 766.
Con el viento de popa, 518.- El reglaje de las velas, 519.- El equilibrio del
2. El tiempo que hace, 767
barco, 525.- Viento fresco, 527.- Viento flojo, 531. Los sist ema s n ubosos, 767.
A un larg o, 532. Estudi os de casos concret os, 771. - Caso n° 1: la circulación del Oeste,
El " bu en gobierno", 539. 771.- Caso n° 2: la circulación del Sudoeste, 778.~ Caso n° 3: la circulación
del Noroeste, 782.-
1246 1247

Caso nO 4: la circulación del Sur, 785.- Caso nO5: la circulación del Nordes- La recta de altura, 1033.- Fundamento, 1033.- De la observación al traza- 4. Navegación astronómica
te, 788.- Caso n° 6: la ci rcu lación del Este. 79 1.- Caso n° 7: circulaciones do, 1034.- Cálculo de la recta de altura. 103 5.- El triángulo de posición, 1033 '
especiales. 794.- Conclusiones, 804. 1038.- Práctica del cálculo. 104 1.- Trazado de la recta de altura, 1047.
Los efectos loca les, 805. - La acción térmica: las brisas 805.- la acción di - l a merid iana, 1048.- Cálculo de la hora de la meridiana, 1049.
námica, 808. Hallar la situación, 1052.· La Luna, 1052.· los planetas, 1053.~ Las estre·
lIas, 1053.
3. El tiempo que va a hacer, La predicción del tiempo, 81 1.· M eteorología práctica, 817.
_ 811 Elegir nuestra derrota, 1056. 5. Derrota y estrategia. 1055
Mejorar nuestra derrota, 1065.· Jugar con el viento, 1076.- Jugar con la
VI. El paisaje marino corriente, 1083.

1. La noción de paisaje marino, El paisaje, 843.- El paisaje marino, 844.- El pa isaje-experiencia, 845.- El
843 paisaje de las formas, 847.- El paisaje-cultura, 848. VIII. El crucero
El aprendizaje del paisaj e, 851.
En resumen , 852. La elección de un barco, 1102 .- El tipo de barco, 1103.- El material, 1. Salir a pasar el día, 1101
1106.- La "tripulación", 1111 .
2. De la mar a la tierra, 857 En alta mar, 857. Un día en la mar, 11 3.~ las caracterfsticas de la zona, 1114.- Elaboración
Las aproximaciones, 859. del programa, 1120.
La zona costera , 860. - Las señales, 86 1.- Los pasos, 862.- Los encuentros,
863.- Los fondeaderos, 865. ¿Por dónde naveg ar?, 1128.- la noción de cuenca de crucero, 1129. 2. Crucero por la costa. 1127
La oril la, 865.~ la zona litoral. 865.~ Rocas, playas y cenagales, 869. Preparación de un crucero, 1139.· Análisis de la cuenca del Norte de Bre·
Los puertos, 876. taña, 1140.- La tripulación, 11 51.- Trama o esquema del crucero, 1156.
El alquiler del barco, 11 60.
3. La mar en movimiento, 881 Las corrientes, 882 .· Corrientes generales, 883.~ Corrientes locales, 886. Los preparati vos, 1165.
Mareas y co rri entes de marea, 890.- La marea y sus ritmos, 891.· l as co-
rrientes de marea, 897.· La corriente y el viento, 899. Antes de zarpar, 1177.- Nos hacemos cargo del barco, 1179.- Cómo ase· 3. Crucero de altura, 1175
Olas de su p erfici e y mar de fo nd o, 900.- Caracteristicas de las olas, gurar la autonomía, 11 80.~ las provisiones, 11 82.
901.~ Mar de viento, 902.- El mar de fondo, 904.- Las "olas gruesas", 907.· Viv ir en la mar, 1185.- Un cierto ritmo de vida: las guardias, 1186.- Dor-
La mar y los obstáculos, 909. mir, 1191.- La comida, 1193.· Alimentarse, 1196.- limpieza y manteni·
miento, 1204.- Navegar, 1205.- La noche, 1207.- El mal tiempo. 1209.- El
buen tiempo, 1221.
VII. Navegación
1. Puntos de referencia y Las balizas, 924.- Modo de reconocer una señal, 925.- luces y señales, IX. Documentación práctica
publicaciones, 821 928.- Señales de niebla, 933.- las radioseñales, 934.- Los astros, 934.
la carta , 935.~ Fundamento, 935.- Lectura de la carta, 938.- El paisaje, Bibliografía, 1227. Fuentes de la nueva edici ón , 1232. Direcciones úti-
939.- Los Derroteros, 942.- Otras publicaciones, 943. les, 1233 .
Cálculos sobre la marea, 945.- El Anuario de mareas, 945.- Métodos de índice, 1235. índ ice de rec uadros, 1241.
calculo, 947.- Corrientes de marea, 956.

2. Navegación costera, 959 El pilotaje, 959.- Las enfilaciones, 960.- El soliloquio del piloto, 962.
Modo de situarnos, 972.- Situación por demoras, 973.- El sextante en la
navegación costera, 98 1.
Dar un rumbo al timonel, 985. ndice de láminas
3. Navegación en alta mar, 993 la estima, 994.- Traslado de una línea de posición, 999.- Navegación con Láminas l . Ve la s y aparejos (entre pp. 256 Y 257). Diferentes clases de ve la s, p. I - Algunos ejemplos de
niebla, 100l. aparejos antiguos, p. I V .~ Aparejos y ve las modernas, p. VI.- Los aparejos especiales, p. VIII.
Radiogoniometría , 1013. Láminas 2. Las nube s (entre pp. 768 Y 769), Nubes al ta s, p. X.- Nubes media s, p. XII.- Nubes bajas, p. XIV.
La navegación asi stida por ordenador (NAO), 1018.
Láminas 3. Los paisajes marin os (e ntre pp. 896 Y 897). La vegetación de las islas y duna s, p. XVII.· Puertos
Encuentros con ca rgueros y ferries, 1027.
e infraestructuras portuaria s, p. XX .- la mar y los obstáculos, p. XXIII.
l a recal ad a, 1029.
Comunicarnos, 1029. Láminas 4. la navegación (entre pp. 1088 Y 1089). El bali za miento, p. XXV.- Caracte rísticas de las luces,
p. XXV I. - Luces de los barcos, p. XXV II.- Al pasar por La Horaine, p. XXV III. ~ El sol il oq ui o del piloto,
p. XXX.- Lectura de la carta, p. XXXI I.
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