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Tan solo cinco minutos de soledad para pasar consigo mismo, era lo que este psicólogo
deseaba, y fue a la par de un pozo del campo donde los obtuvo. En cuanto a los planes
de fuga, Frankl menciona que por momentos lo pensaban, y los breves minutos que
contemplaban la situación podía ser casi que agonizante.
Él tuvo una vez la oportunidad de poder fugarse, sin embargo, algo en su interior se movió
a que debía quedarse con los enfermos (en el momento que muchos enfermaron de tifus)
y demás presos. Quiso tomar autoridad sobre su destino, aun si este fuese seguir
permaneciendo ahí.
Parte de las emociones que se podían dar, de las pocas, era la irritabilidad, causada por
el hambre y el mal dormir, además de la falta de higiene, y la falta de cafeína o nicotina.
Esto sumado por la parte psicológica, se consideraban como ·un don nadie, como si casi
no existiésemos. Esta misma irritabilidad se podía reflejar en los prisioneros de mayor
rango, pero se le agregaba los “delirios de grandeza”, lo cual hacía que fueran peores.
Frankl, cuando va cerrando esta fase, menciona y se refiere mucho a la libertad interior.
La cual trasciende cualquier condición, porque es cada persona la que decide que quiere
ser, y mantiene su dignidad al seguir sintiendo como un ser humano. Y por supuesto la
función que cumplimos todos, aun cuando el papel que toque desarrollar sea el del
sufrimiento; su destino, un regalo.
Esta experiencia, Víctor Frankl la define (según otros autores), como una experiencia
incierta, una “existencia provisional, cuya duración se desconoce”, lo cual trastornada la
verdadera duración del tiempo: Un día podía ser eterno, pero la semana podía ser muy
rápida. Así como la gran duda de si algún día saldrían de allí vs la desesperanza, como
marchar hacia su propio funeral.
Dicha desesperanza, en el campo psicológico, debía combatirse mediante alguna meta
futura, algún objetivo al cual aspirar. Ya que, por su propia experiencia, asuntos mínimos
se convirtieron triviales, y su mente no salía de ese círculo diario. Esto lo obligó a pensar
en otras cosas, algo que quisiere alcanzar fuera del campo.
Era de gran importancia mirar por encima de la situación actual, para que “el sentimiento
que se convierte en sufrimiento deje de serlo en cuanto nos formamos una idea clara y
precisa del mismo. Y por supuesto se toma el tema o pregunta por el sentido de vida. Y se
resumen en lo siguiente:
"Lo que importa es lo que la vida espere de nosotros."
Asumir la responsabilidad y cumplir con las obligaciones de cada uno en particular.
Se podría decir, que él cumplió con su función en ciertas ocasiones como lo fue el día que
tuvo que dar un discurso de aliento, a pesar de que él hubiese pasado un mal día.
Otro tema que se toca es la “Psicología de los guardias del campamento”.
“Después de soportar aquellos increíbles sufrimientos, uno ya no tenía nada que temer,
salvo a su Dios”.
Frankl, Viktor. (2004). El hombre en busca del sentido. Herder, S.L, Barcelona.