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OnlyFans no es una plataforma segura para el

'trabajo sexual', sino un proxeneta


Catharine A. MacKinnon

mar, 7 de septiembre de 2021 8:38 p. m.

LA DECISIÓN DE LA EMPRESA DE DAR MARCHA ATRÁS A UNA


PROHIBICIÓN DEL CONTENIDO “SEXUALMENTE EXPLÍCITO” QUE
HABÍA PROPUESTO DEMUESTRA EL PODER DE LA PORNOGRAFÍA.

OnlyFans logo is seen displayed on a phone screen in this illustration photo taken in Krakow, Poland on August
25, 2021. (Photo by Jakub Porzycki/NurPhoto via Getty Images)Más
Vivimos en el mundo que ha creado la pornografía. Durante más de
tres décadas, los investigadores han documentado que la pornografía
desensibiliza a los consumidores frente a la violencia y propaga mitos sobre
la violación y otras mentiras en torno a la sexualidad de las mujeres. 
Al hacer esto, se normaliza y se vuelve cada vez más generalizada,
intrusiva y peligrosa, nos rodea de una manera más íntima y moldea la
cultura a tal grado que se vuelve difícil siquiera reconocer los daños que
provoca.
Una medida de este éxito es la creciente insistencia de los medios en
referirse a las personas que se utilizan en la prostitución y la pornografía
como “trabajadores sexuales”. Lo que se les hace no es sexo, en el
sentido de intimidad y mutualidad, ni trabajo, en el sentido de productividad
y dignidad. 
Los sobrevivientes de la prostitución la perciben como “una violación serial”,
por lo que consideran el término “trabajo sexual” como hacer luz de gas.
Cuando “el ‘trabajo’ de la prostitución queda expuesto, se destroza
cualquier similitud con un trabajo legítimo”, escribieron dos
sobrevivientes, Evelina Giobbe y Vednita Carter. “En pocas palabras, sin
importar que seas una acompañante de la ‘clase alta’ o una prostituta de la
calle, cuando estás en una ‘cita’, tienes que  ponerte de rodillas o acostarte
de espaldas y dejar que ese hombre use tu cuerpo de la manera que
quiera. Para eso  pagó. Fingir que la prostitución es un trabajo como
cualquier otro daría risa si no fuera algo tan grave”.
El “trabajo sexual” implica que las personas prostituidas de verdad quieren
hacer algo que en realidad no decidieron hacer. Que no significan nada su
pobreza, la falta de un techo, los abusos sexuales que sufrieron de niños,
ser objeto de racismo, la exclusión de trabajos remunerados ni la paga
desigual. Que son quienes la pornografía dicta que son, valiosos tan solo
para su uso en ella.

Valery López posa frente a un fotógrafo durante una sesión de generación de contenido para Onlyfans

En evidencia
El poder de la pornografía quedó en evidencia una vez más el mes pasado,
cuando anunció que iba a prohibir el contenido “sexualmente explícito” en
su plataforma y luego se retractó de manera abrupta en medio de las
críticas. “OnlyFans ha sido alabada por darles a los artistas para adultos y
trabajadores sexuales un lugar seguro para hacer su trabajo”, señaló
Bloomberg News. De acuerdo con la Unión Americana para las Libertades
Civiles (ACLU, por su sigla en inglés), que defiende la pornografía desde
hace mucho tiempo, “cuando plataformas tecnológicas como OnlyFans se
consideran árbitros del discurso y la actividad aceptables en el ciberespacio,
estigmatizan el trabajo sexual y merman la seguridad a los trabajadores”.
Por el contrario, es la industria sexual lo que pone en peligro a las mujeres.
Legitimar el abuso sexual como un trabajo vuelve particularmente atractivos
los sitios de cámaras web como OnlyFans para las personas con carencias
económicas.
OnlyFans adquirió gran fama durante la pandemia, cuando se disparó la
demanda de pornografía. La gente comenzó a vivir en línea, la violencia
doméstica explotó, las mujeres perdieron sus medios de supervivencia
económica en mayor medida que los hombres y aumentaron las
desigualdades. OnlyFans, pornografía de nicho catalogada como
prostitución suave mediada, estaba en una posición ideal para sacar ventaja
de estas dinámicas.
Para la pornografía convencional, OnlyFans ha sido lo que el estriptis para
la prostitución: una actividad de entrada, una exhibición sexual que parece
estar aislada de la explotación del contacto piel a piel, un empleo temporal
para quienes están entre la espada y la pared por su situación financiera y
tienen pocas alternativas o ninguna. Ofrece la ilusión de seguridad y
anonimato tanto para los productores como para los
consumidores. No obstante, la indignación por la prohibición propuesta
dejó claro que solo el sexo explícito —principalmente, el consumo sexual de
cuerpos feminizados, por lo regular de mujeres, personas homosexuales o
trans— se vende bien en el mundo de la pornografía. Como le comentó a
The New York Times Dannii Harwood, quien se presume que fue la primera
creadora de contenido en OnlyFans: “Una vez que los suscriptores han
visto todo, pasan al siguiente creador”. La investigación empírica
también ha documentado esta dinámica.

Motivos
Aunque OnlyFans declaró que sus motivos para la prohibición (ahora
retirada) eran cumplir con las políticas de las empresas de tarjetas de
crédito que procesan los pagos en la plataforma, hay razones para creer
que la plataforma buscaba anticiparse a su momento Pornhub, en el que las
posibles condiciones de sus novias de fantasía —entre ellas, juventud,
capacidad de acción reducida y miseria— podrían quedar expuestas. Ya se
han realizado acusaciones de proyección inadecuada de incesto, bestialidad
y abuso sexual infantil. Una queja que se acaba de presentar en Corea
acusa a OnlyFans de tener videos de menores. (OnlyFans ha señalado que
la empresa “no tolera ninguna violación de nuestras políticas y de inmediato
actuamos para defender la seguridad de nuestros usuarios”). No hay
manera de saber si los proxenetas y los traficantes están
reclutando a gente incauta, vulnerable o desesperada, o si la están
obligando fuera de cámara, ni tampoco de saber si les están confiscando o
robando sus ganancias, como suele ocurrir en la industria sexual. OnlyFans
toma el 20 por ciento de cualquier pago: es su tajada de proxeneta.
Un aspecto del que no se habla en el debate de la regla propuesta por
OnlyFans es si alguna vez ha sido posible evitar que se usen jóvenes
menores de edad en el sitio. Tal vez sea el caso de los niños
preadolescentes. Sin embargo, casi cualquiera que haya pasado el
inicio de la pubertad podría ser presentado como un supuesto
adulto capaz de otorgar su consentimiento. La mayoría de las mujeres
que entran a la industria sexual son menores de edad y su vulnerabilidad es
crucial para su atractivo, es decir, para su comercialización. No se puede
proteger a los niños de la explotación sexual si se protege la pornografía y
se tolera la prostitución de los adultos, ya que se trata del mismo grupo de
personas en dos momentos distintos, a veces a no más de un día de
diferencia, a veces en el mismo momento: niños presentados como adultos,
adultos presentados como niños.
En la conversación tampoco se expresa preocupación por la gente que ha
sido forzada, vendida o engañada, ni por aquellos a quienes les han robado
sus fotos íntimas. Muchos de los comentarios sobre la regla que
había propuesto OnlyFans son quejas de que el consumidor
debería tener el derecho de comprar la mercancía que el productor
tiene el derecho de vender. Mientras tanto, los derechos de las personas
forzadas, violadas, explotadas y vigiladas a no ser compradas y vendidas en
contra de su voluntad no se hacen efectivos. En tanto que la gente violada
carezca de verdaderos derechos e igualdades con base en su sexo, grupo
étnico y género, los sobrevivientes de abuso en estos sitios —entre ellos
Pornhub, SeekingArrangement y otros sitios adyacentes— quedarán
expuestos al robo, la coerción y todo tipo de expropiación no autorizada de
su sexualidad.
Recursos legales
Algunos estados de Estados Unidos parecen ofrecer recursos legales para la
gente de quien se ha hecho o compartido material sexual sin su permiso.
No obstante, en realidad, pocos ofrecen mecanismos utilizables o eficaces
para poder ocuparse ellos mismos de los materiales. Incluso en California,
donde hay algunas de las mejores protecciones, los requisitos legales no
logran reflejar muchas de las condiciones en las que estas imágenes se
hacen y distribuyen.
Las normas y exenciones estatales acentúan el poder de la industria sexual
para eludir la responsabilidad de sus prácticas explotadoras: por ejemplo,
las leyes civiles contra la trata de personas aplicables a adultos se reducen
a materiales “obscenos”, algo que es bien sabido que es muy difícil
demostrar hasta para fiscales federales expertos. L
os requisitos de consentimiento no toman en cuenta el hecho de que son
muy comunes los videos falsos de consentimiento. Los estatutos de
limitaciones también se quedan demasiado cortos para muchas víctimas
traumatizadas. Las exenciones de responsabilidad por los materiales
que alguna vez se enviaron de manera consensuada o fueron
distribuidos antes por cualquier persona hacen que las leyes
contra la “pornovenganza” sean casi inútiles. Las leyes contra el
contenido ultrafalso solo buscan proteger a la persona involucrada
falsamente, por lo general una celebridad, no a la persona que se usa con
fines sexuales. Tal vez OnlyFans comprobó la ineficacia de estas leyes y
decidió suspender la prohibición que había propuesto.
Este año, el senador estatal de California Dave Cortese de San José, en
Silicon Valley, presentó un proyecto de ley factible y eficaz que adapta las
mejores características de las leyes de derechos de autor, difamación y
tráfico para resolver este problema. Si se aprueba, crearía una demanda
legal civil para las víctimas de tráfico sexual en línea: imágenes sexuales o
con desnudos de menores o adultos obligados, engañados o víctimas de
robo. Una vez que se emitiera una advertencia, el traficante tendría que
bajar el material o pagar 100.000 dólares por cada dos horas en
las que este siga estando disponible.
Esta ley se podría aprobar en todas partes. De esta manera, cualquiera que
hubiera sido víctima de tráfico sexual podría demandar para detener la
creación o distribución de materiales sin su permiso. Tanto quienes en
teoría actúan libremente en este espacio —como asegura la frenética
embestida mediática que lo hacen todos los “trabajadores sexuales” de
OnlyFans — como quienes no por fin tendrían una verdadera protección, ya
que su alardeada libertad de acción tendría un punto de apoyo en la
realidad y se reduciría el poder de la pornografía para moldear
nuestro mundo.
Este artículo apareció originalmente en The New York Times.

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