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EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XIX, EUROPA Y AMÉRICA

Introducción
Desde finales del siglo XVIII, hay grandes movimientos de Independencia y
revoluciones, que marcan un gran cambio en el mundo. Hay un nuevo despertar de
naciones, y asimismo movimientos de grupos y organizaciones buscando y
logrando sus libertades, para poder afirmar su presencia en el mundo.
I.- Las primeras dos revoluciones democráticas del mundo
I.1 En las trece Colonias de América del Norte, lograron su Independencia en 1776,
y aprobaron su Constitución Política como Ley Suprema de la Nación, el 17 de
septiembre de 1787, por la Convención Constitucional de Filadelfia, Pensilvania, y
su ratificación en las convenciones de cada Estado. Así, esta Constitución se
convierte en la más antigua del mundo con el principio de la “Soberanía del Pueblo”,
de gobierno democrático, republicano y federal; la cual entra en vigor en toda la
Nación de los Estados Unidos de América (EUA, o por sus siglas en inglés: USA),
el día 4 de marzo de 1789.1
I.2 Con el ejemplo de los EUA, Francia emprende su propia Revolución interna, no
se trata de una Independencia del poder de algún extranjero, sino de una liberación
interna del pueblo francés, de los opresores internos de su propio país. El pueblo
francés exige sus derechos de ciudadanía, con los principios de Libertad, Igualdad
y Fraternidad, y lo hace con muchas luchas y varios movimientos. Pero el
movimiento más contundente fue la Toma de la Bastilla de París, el 14 de julio de
1789; y el pueblo logra imponer sus reformas del Estado francés, con la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, por la Asamblea Nacional
Constituyente, el día 26 de agosto de 1789. Esta Revolución francesa marca el final
del feudalismo y del absolutismo de Europa, y el inicio de la Edad Contemporánea,
con las bases de la Democracia. Aunque se dice que esta Revolución es traicionada
por un Golpe de Estado, por parte del mismo general de la Revolución, Napoleón
Bonaparte, I, quien disuelve el gobierno representativo de la Convención Nacional
por medio de El Directorio, el 9 de noviembre de 1799, e impone el Consulado, en
donde él mismo es el Cónsul francés, y después se proclama Emperador, para
emprender su conquista en toda Europa, e imponer su nuevo tiempo. Pero
Napoleón mismo se autodenomina “Emperador de la Revolución Francesa”.2
II. Las mujeres luchas por sus propios Derechos Humanos

1
Owing V. Speed, 18 U. S. 420, 5 L. Ed. 124 (1820), “The present Constitution of the United Sates did not
commence its operation until the first Wednesday in March, 1789”.
2
Gutiérrez Castañeda, Griselda (comp.) (1991). La Revolución Francesa: doscientos años después. UNAM.
Aunque dicha Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se decía,
era de carácter universal, no contemplaba ni daba participación en el gobierno a las
mujeres; tampoco se abolió la esclavitud. Las mujeres fueron marginadas de los
logros de la revolución francesa, a pesar de que muchas habían luchado lado a lado
con los varones; y habían llevado propuestas de ser reconocidas con los mismos
derechos de ciudadanía.
II.1 Por las razones anteriores, una de ellas, Olympe de Gouges, proclamó la
DELACRACION DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y DE LA CIUDADANA, antes
de la aprobación de la Constitución Francesa de 1791, que sí incluyó los Derechos
de la Mujer, y con esta Declaración las mujeres entraron en la Historia de los
Derechos Humanos. Por lo que, este hecho de la Historia, muchos historiadores lo
consideran como el inicio del Movimiento Feminista Internacional, que a partir de
entonces va a estar presente en el mundo, los siglos XIX, XX y en lo que va del
XXI.3
II.2 De la misma manera, la Convención Nacional Francesa aprobó la Abolición de
la Esclavitud, el 4 de febrero de 1794, en donde lucharon mucho más las mujeres a
favor de los y las esclavas; ya que desde tiempos antiguos, y toda la Edad Media,
las esposas eran consideradas esclavas de los esposos, y de los varones.4
II.3 Después de la Revolución Francesa, muchas mujeres se unieron y se
organizaron en diversos países, para exigir el reconocimiento de sus Derechos
Humanos; pero lamentablemente, muchas tuvieron que pagar con sus vidas, por
luchar por su libertad e igualdad a la altura de los varones.
II.4 En los Estados Unidos de América las mujeres se organizaron en el Movimiento
Sufragista (exigían el derecho de sufragar o votar, como ciudadanas), lo mismo que
en Francia e Inglaterra. Las mujeres también se unieron al movimiento abolicionista
de la esclavitud. En 1848 se aprobó la Declaración de Seneca Falls, un texto
fundacional del sufragismo. Se dice que en estos movimientos contó mucho el
trasfondo de la religión protestante, como la creencia en el derecho de todos los
hombres y mujeres a trabajar individualmente por su propia salvación, que era una
inspiración para casi todas las mujeres que lucharon en los movimientos feministas
y de la Abolición de la Esclavitud en los EUA, aun con guerras civiles internas en el
siglo XIX.5
II.5 En este contexto, en los EUA las mujeres han despertado para ejercer sus
derechos ciudadanos, tanto en el Proyecto de Nación como en lo que ellos definen

3
Caine, Barbara; Sluga, Glenda. Género e Historia: mujeres en el cambio sociocultural europeo, de 1780 a 1920
(2000). Ediciones Narcea, 216 pp.
4
Ibidem
5
Evans, Richard J. Las femenisitas (1980). Madrid, Siglo XXI. P. 15
como el Reino de Dios en la Iglesia de Jesucristo en la Tierra, con base en las
Sagradas Escrituras de la Biblia judeocristiana, la regla de fe y de vida en las
iglesias.
II.6 Así veremos a una mujer emprendedora, maestra de educación popular o laica,
Melinda Rankin, que desde 1852 se traslada a Texas para dedicarse a ensenar a
los niños y jóvenes mexicanos, y a partir de 1857 se traslada a Matamoros,
Tamaulipas, a realizar los mismos trabajos. Luego en 1860 es designada por la
Sociedad Bíblica Americana, como Directora de la Agencia Bíblica Americana en
Monterrey, Nuevo León, México, Y en ese lapso, de 1852 a 1972, levanta 14 grupos
o congregaciones, alrededor de Monterrey, además de enviar encargados de
grupos de lecturas bíblicas en diferentes Estados de la joven República Mexicana.
Por lo que, con toda justicia, es reconocida como la insigne precursora, tanto de la
Educación Laica como de la Iglesia Nacional Presbiteriana, en México.6

Ladislao Domínguez Clara

E-mail: dominguezcla@hotmail.com

Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)

Marzo de 2020

6
Comité Pro-Centenario de la INPM. Primer Centenario de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, 1872-
1972 (1973). Monterrey, Nuevo León, México. 916 páginas. pp. 40-42 y 143-144.

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