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Índice
1. Resumen
2. Introducción
Nash
3. Desarrollo
4. Comentarios finales
2
5. Referencias bibliográficas
3
1. Resumen
2.1. Objetivos
1
Resulta importante aclarar que se parte desde el conocimiento de que, si bien no se presentarán
específicamente como marco teórico, los estudios realizados por Lacan, sientan sus bases tanto en la
Psiquiatría clásica como no el psicoanálisis freudiano.
2.2. Breve reseña sobre la vida de John Nash
En 1892, nace en Texas, John Forbes Nash (padre). Tenia dos hermanos, y era el hijo de
menor de Martha Smith y Alexander Nash.
De familia acomodada rural, descendiente de granjeros, maestros y bautistas escoceses,
su hija, Martha Nash, lo recuerda como un hombre alto, y distinguido.Respetable y traba-
jador.
Alexander Nash se presenta como un padre inestable y extraño. De apariencia desaliñada
y recordado como un mujeriego, no se sabe si abandonó a su familia o fue echado de su
casa. Tampoco está claro cuando sucedió.
John Nash padre creció en uh hogar sin padre, para ese entonces una vergüenza frente
a la sociedad. Martha Smith, se hizo cargo de sus tres hijos, trabajando en un colegio
baptista. Se la presenta como una mujer inteligente, hija de la aristocracia sureña y madre
dedicada y eficiente.
Martha Nash, expresa que este hecho y el odio hacia su padre, forjó la personalidad de
John padre, su necesidad de mostrar al mundo la mayor respetabilidad posible, cuidando
las apariencias frente al mundo.
Dei infancia infeliz y motivado por la inteligencia y talento de su madre, John se refugia en
la ciencia. Primero, audio a la preparatorio del ejercito, y posteriormente estudio ingeniería
eléctrica, graduándose en 1912.
Trabajó en la General Electric. Se alistó en el ejercito durante la Primera Guerra Mundial,
siendo teniente de las 144 División Logística de infantería. A su regreso, fue profesor en la
misma escuela donde se graduó. Posteriormente, acepta un puesto como inspector de
lineas eléctricas en Appalachian Power, la empresa publica donde trabajaría por treinta y
ocho años, mudándose a Bluesfield, Virginia. Este trabajo, que se basaba en recorrer lu-
gares lejanos en auto, fomentó su ausencia intermitente en su hogar durante muchos.
A sus treinta y dos años, contrae matrimonio en una ceremonia protestante, con Margaret
Virginia Martin.
Con dificultades para expresar emociones para con sus hijos, a John se lo recuerda como
un hombre reservado y tranquilo, de carácter conservador.
“Un vecino recuerda que John senior siempre se dirigía a sus hijos como si
fueran adultos: - Nunca le dio a Johnny un libro para colorear; siempre le
daba libros sobre ciencia” (Nadar 2012: 54)
En 1897, nace en Bluesfield Virginia, Margaret Virginia Martin (en adelante Virginia).
Una de las cuatro hijas del entonces prestigioso médico James Everett Martin y Eva Mar-
tin, de familia aristocrática y religiosa, estudió inglés, francés, alemán y latín, tanto en el
colegio como en la Universidad de Virginia Occidental, y se dedicó durante seis años a
enseñar en espacios públicos.
Su carrera culminó al momento de contraer matrimonio en 1924, ya que el estado prohibía
el ejercicio de la enseñanza a mujeres casadas. Igualmente, su marido entendía que su
deber era mantener a su familia, y por su experiencia de vida, consideraba una vergüenza
que su esposa tuviese que trabajar.
El matrimonio, considerado como miembro de la clase media profesional de aquel enton-
ces, alcanzaron a base de esfuerzo y austeridad, una seguridad financiera y un estatus
social sólido y respetable.
En 1928 nace John Forbes Nash, Johnny para su familia, y en 1930 Martha Nash.
A Virginia se la recuerda como una mujer elegante, culta y estilizada, quien volcó su pa-
sión por la enseñanza en sus hijos, pero sobre todo en John Nash Junior. Virginia, si bien
era ama de casa, participaba activamente en la sociedad. Durante la depresión económi-
ca de los 30’, los Nash debían mantener la apariencia, y a Virginia se la veía semanal-
mente en salones de belleza y luciendo vestidos que ella misma confeccionaba en su
hogar. Virginia, tenia su propio coche, lo que no era habitual en aquella época. Era miem-
bro de la Asociacion de Padres y Maestros, dedicando gran parte de sus días a la educa-
ción de sus hijos.
Con su carácter enérgico y su dedicación, tuvo una presencia muy activa en la vida de su
hijo John; especialmente luego de que con los años comenzaran a considerarlo un niño
extraño.
2.2.3. Acerca de John Nash
Cuatro años después, del matrimonio de John Nash y Virginia Martin, nace el 13 de junio
de 1928, John Forbes Nash; el nombre completo de su padre.
John nació saludablemente, por parto natural y sin anestesia, en el sanatorio Bluesfield.
Nada más se sabe acerca de su nacimiento.
Se crió en el seno de una familia dedicada, de clase culta y trabajadora.
Desde muy pequeño mostraba especial interés en los libros que encontraba en su casa,
prefería la soledad en lugar de salir a jugar con sus vecinos.
A los cuatro años su madre le enseño a leer, logrando entrar a la escuela medio año an-
tes a lo que le correspondía por su edad.
Mientras cursaba la enseñanza secundaria, su madre también lo inscribió en la escuela
profesional de Bluesfield donde asistió a clases de ingles, matemáticas y ciencias.
John se mostraba convencido ya en su adolescencia de querer ser ingeniero eléctrico,
siguiendo los pasos de su padre.
En 1945 ingresó al Instituto Tecnológico de Carnegie, logrando revalidar la mayoría de las
asignaturas introductoras gracias a su capacidad con las matemática. Fue en este mo-
mento, donde sus profesores le convencen que debería seguir este camino.
En 1948, John fue admitido en Harvard, Princeton, Chicago y Michigan, las Universidades
más prestigiosas que ofrecían los mejores doctorados de matemáticas de Estados Uni-
dos.
A sus veinte años y decidido por una cuestión económica, ingresa a Princeton, casa de
Albert Einstein y John Von Neumann, entre otros genios. El objetivo principal de aquella
Universidad, era el de producir hombres excepcionales, de pensamiento riguroso y origi-
nal; por lo que ofrecieron a John, quien ya tenía una reputación lograda, la mejor beca,
con el fin de que éste aceptara la oferta.
En 1949 inventa un juego de mesa, el cual constaba de un cartón, con forma de rombo y
cubierto de hexágonos. El mismo se jugaba mediante pura estrategia, y claramente fue
realizado con la dificultad ideal para el disfrute de genios de aquella institución. Le llama-
ban “el Nash” y se impuso en el salón, otorgándole gran prestigio a su autor.
Entre 1953 y 1959 John Nash mantendría “relaciones sentimentales” (según el relato de la
autora) con tres hombres, y una mujer, Eleanor Stier, con quien tuvo un hijo, no reconoci-
do legalmente.
En 1953 nace John David Stier. Lo visitaba con frecuencia, pero no se hacia cargo como
padre. Por falta de recursos, se crió en familias de acogida y posteriormente en un orfana-
to. Eleanor relata que Nash nunca dio una muestra de compasión o preocupación por
aquel hecho. La relación con Eleanor y el nacimiento de su hijo se mantuvo oculto por
años. En 1959 desaparece completamente de la vida de Eleanor y John Jr.
En 1954 es detenido por la policía de Santa Monica, acusado de exhibicionismo en la vía
pública. Nunca se defendió ante aquella acusación, lo presentó como una suerte de expe-
rimento sobre las reacciones humanas, concentrando su atención en los “movimientos
ofensivos y defensivos de la partida.” (Nasar 2012:294)
Acto seguido, es expulsado de la RAND, en la época del senador Joe McCarthy, época
de caza de brujas contra comunistas y homosexuales.
En 1955 John conoce a Alicia Larde, en sus clases del MIT. Tenia muchas cosas en
común; ambos de familia culta, con padres distantes, y el afán por ser prestigiosos y re-
conocidos en la sociedad.
En 1956 John recibe una llamada de su padre, quien le dice, con gran dureza que se han
enterado de la existencia de su hijo no reconocido. John padre le demanda que se case
con Eleonor Stier de inmediato. Nash viaja a Boston y decide comenzar a pagar una pen-
sión para el pequeño.
En setiembre de ese mismo año, John Forbes Nash padre, fallece de un paro cardiaco.
Según relata su hermana, Johnny no dio muestra alguna de dolor, pero si de preocupa-
ción ya que su muerte le significaba la responsabilidad de asumir el lugar que su padre
había dejado. Virginia, por su parte, volvió a retomar su profundo interés por la vida de
Johnny, insistiendo en su demanda de que se casara y tuviera una vida “normal”.
En 1957 Alicia y John contraen matrimonio.
En 1958, con treinta años, el estado mental de Nash ya se mostraba mas extraño, con
períodos de insatisfacción alternados de ilusiones eufóricas de nuevos descubrimientos, y
excentricidades en su forma de hablar.
Alicia descubre que está embarazada, y John comienza a solicitar becas en varias institu-
ciones. Este mismo año, Nash conoce a Cohen, con quien vincularían sentimentalmente:
“…hubo quienes atribuyeron su derrumbe a un desengaño amoroso y a la intensa rivali-
dad con un hombre más joven.” (Nasar, 2012:368)
El 31 de diciembre de 1958, en fiesta de año nuevo y de disfraces, John se presenta ante
la puerta de unos amigos, casi desnudo, con pañales y un biberón con leche. Se presentó
divertido y excéntrico como de costumbre. Sin embargo, el recuerdo de John acurrucado
en el regazo de Alicia durante la velada, resultó “verdaderamente repulsivo y molesto”
para los presentes ( Nasar, 2012:373).
En enero de 1959 se desencadena la enfermedad y es internado (por Alicia) en el hospital
psiquiátrico McLean, de corte psicoanalítico.
Alicia, decide que una intervención profesional era necesaria, cuando Nash comienza a
amenazarla con sacar todos sus ahorros y mudarse a Europa, con el fin de continuar con
su proyecto de organización mundial, y cuando comienza a temer por su propia vida y su
embarazo.
John fue ingresado en contra de su voluntad, bajo la premisa de ser un peligro para si
mismo y para los demás. Se lo medicaba con torazina, un antipsicótico clásico, tranquili-
zante que mantenía el nivel de conciencia de los pacientes. Según relata John a un cole-
ga, se sentía más lento, pero sus ideas irreales seguían apareciendo: obsesionado con
numeros secretos y su misión de salvar al mundo.
“Has venido para ayudarme a escapar?’, y me contó con una sonrisa cul-
pable, que el era el pie izquierdo de Dios, y que Dios estaba caminando
sobre la tierra.” pag 402, Arthur Mattuck, entrevista, 7 de noviembre de
1995.
Johnny
Síntomas valorados:
• Pensamiento narcisista
• Depresión
• Lenguaje:
• Lenguaje desorganizado
• Brotes de violencia
Relatos locos
En una oportunidad, entra en una sala común de la Universidad y sin dirigirse directamen-
te a ninguno de los presentes comienza a hablar del The New York Times y una potencia
extraterrestre que se estaban comunicando con el a través de mensajes ocultos y cifra-
dos, que exigían ser analizados.
Se lo recuerda a John, cambiando de señal de radio insistentemente en busca de mensa-
jes ocultos.
Nash le regala a un estudiante un permiso de conducir, con su apodo escrito a mano y le
indica que es un permiso de conducir intergaláctico.
Algunos estudiantes lo describen deambulando por los pasillos, desprolijo, con aspecto
sucio, arrastrando los pies, y apareciendo y desapareciendo como un acechador.
Se presentaba como paranoico y perseguido, incluso por un perro.
Afirmaba y preguntaba a sus colegas que “ sabía” que hablaban mal de el y quería saber
que decían. Según relatan, siempre se habló de su excentricidad pero no fue un tema de
conversación hasta su “explosión” y posterior internación por el asombro y consternación
de muchos.
Alicia relata episodios violentos, donde la acosaba con preguntas como “Por qué no me lo
cuentas?” (pagina 386) sin referirse a nada concreto. Se mostraba irritable e hipersensi-
ble, incluso amenazaba con golpearla si no hablaba.
Harold Kuhn (colega) recibe en febrero, una carta a cuatro colores, donde John le expresa
su pesar, ya que los extraterrestres estaban arruinando su carrera. Este hecho se da pos-
teriormente al no ser en ganador de un premio que esperaba recibir.
No respetaba las reglas de convivencia de sus colegas, entraba sin aviso a los despa-
chos, cosa que resultaba alarmante e irritable: Moser lo recuerda entrando abruptamente
y dibujando en su pizarrón dos figuras, indicando que, una era el Universo y la otra, el
gobierno, agregando “Esto es el cielo, y esto es el infierno” (Moser, entrevista, 23 de mar-
zo de 1996. Nasar 2012: 385)
Nash no permitía el ingreso de nadie a su despacho. El mismo se encontró posteriormen-
te sucio, desprolijo, con miles de papeles pegados en las paredes, mapas, y cartas dirigi-
das a embajadores de todo el mundo: John estaba interesado en formar un gobierno
mundial, conformado por él y varios colegas del MIT.
Alicia relata que pasaba noches enteras sin dormir escribiendo dichas cartas, las cuales
eran dirigidas a la ONU, el Papa, el FBI, y otros.
En una oportunidad pintó las paredes de su dormitorio con puntos negros.
Entraba en apartamentos ajenos, de similar estructura al suyo y utilizaba los baños, apa-
rentemente si darse cuenta de su error.
Nash decide presentar una conferencia frente a doscientos cincuenta invitados, cuya
temática ya había sido valorada por sus colegas como inacabada e inconsistente. Según
relatan, las oraciones no tenían un hilo conductor, las palabras eran incoherentes y aquel
monologo parecía una locura sin sentido científico real.
Su incapacidad para dar clases en aquel entonces, ya era evidente.
Comentarios de Alice Nash y Martha Legg:
“En una ocasión, montó una mecedora con un juego de construcción, la conecto a
la electricidad y trato de hacer que Martha se sentara en ella” (Pag 63, M. Legg
entrevista noviembre 1994)
“Era como en un tornado: quieres retener lo que posees; no quieres perderlo todo”.
Alice nash pag. 386 en Nasar 2012
“Nash tenia respuesta para todo, era imposible taparlo en un error matemático”
(pag 157 Tucker entrevista 1994)
“Me veía como un hombre de gran importancia en la religión, empecé a oír voces',
dijo, y definió los delirios 'como un sueño del que no se despierta”.
3. Desarrollo
El término Esquizofrenia, fue utilizado por primera vez por el psiquiatra suizo Eugene
Bleuler (Bleuler, 2013), para referirse a la demencia precoz, debido al desdoblamiento de
las funciones psíquicas. Define a la enfermedad, como una psicosis crónica, caracterizada
por, la alteración del pensamiento y su relación con el mundo exterior, elaboración de ide-
as y asociaciones incorrectas y falta de expresión emocional profunda.
Ey (1996) define a la esquizofrenia como una psicosis cónica que altera profundamente
la personalidad: ”Se produce una transformación profunda y progresiva de la persona,
quién cesa de construir su mundo en comunicación con los demás para perderse en un
pensamiento autístico, es decir en un caos imaginario” (p.473). En la esquizofrenia pre-
dominan los delirios y alucinaciones, las incoherencias ideo verbales, alteraciones del
afecto, desapego, la discordancia, ambivalencia, autismo y la extrañeza de sentimientos.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-IV (1977), es
un síndrome clínico heterogéneo y los síntomas más evidentes suelen desarrollarse entre
la adolescencia tardía y los primeros años de la adultez, entre los 20 y los 30 años.
Lacan (1955) en el Seminario III, basándose en las teorías clasicas de la psiquiatría y de
autores como Kraepelin, Sérieux, Wernicke y Freud, re-define el concepto de Psicosis,
cuestionando su etiología.
Para su diagnostico, privilegia los elementos lingüísticos señalando que solo se puede
hablar de psicosis, si encuentran trastornos en el lenguaje:
"si hemos pues de establecer una nueva dimensión en la
fenomenología de las psicosis, será en tomo al fenómeno del
lenguaje, de los fenómenos del lenguaje más o menos
alucinados, parasitarios, extraños, intuitivos, persecutorios."
(Lacan, 1955-56: 146-147).
Asimismo, Lacan plantea que, para el desencadenamiento de una psicosis, deben pre-
sentarse dos elementos fundamentales. Uno, que el sujeto tenga una estructura psicótica,
y dos, que el Nombre-del-Padre debe ser llamado en oposición simbólica al sujeto. (Cf.
Lacan, 1966: 217), manifestándose posteriormente en forma de delirios y alucinaciones.
Para comprender los conceptos que trae Lacan al respecto, es valido y necesario esclare-
cer, que su discurso va guiado en tanto el sujeto es pensado como un estructura de tres
registros: lo imaginario, lo simbólico y lo real.
Estos, se encuentran anudados al modo del nudo borromeo, donde al “desatarse” uno, el
resto se desprenden, y donde aparece un cuarto nudo, que Lacan denomino como Sint-
home.
El sinthome,(Lacan, 1975-76) surgirá como suplencia de la forclusión del Nombre del Pa-
dre, y la forclusión plantea entonces, la carencia del anudamiento borromeo de la estruc-
tura del sujeto.
Al dar cuenta de lo propio de la psicosis, sostiene que “hay que ligar el nudo de la psicosis
a una relación del sujeto al significante”, así como también indica la existencia de una
alteración en dicha relación. En ella, diferencia los fenómenos de código y mensaje, y
privilegia los efectos del lenguaje para el diagnóstico de la enfermedad. Por otra parte,
destaca como elemento de análisis fundamental la falla en la inscripción de la metáfora
paterna.
La metáfora paterna, inscribe un significante, que sustituye al deseo materno (por el signi-
ficante paterno) generando un orden, una legalidad en el campo simbólico del sujeto,
permitiendo así la división primordial que funda al inconsciente.
En la psicosis, dicha falla, dará como resultado un sujeto que será el objeto que complete
a la madre, es decir, el objeto de goce de la madre. Dicho de otro modo, hay una falta de
inscripción de ese ordenador lógico del discurso, que para el psicoanálisis lancaniano,
opera como el Nombre-del-Padre.
“De esta forma la función paterna alza un obstáculo frente al goce in-
cluido en la relación madre-niño, trazando una tachadura sobre el de-
seo de la madre y oponiéndose a la instauración de una completud
imaginaria” (Novas, 2004, p.7).
La ley paterna, va a aportar una de las prohibiciones estructurantes del Yo: “...él prohíbe
al pequeño niño hacer uso de su pene en el momento en que dicho pene comienza a ma-
nifestar lo que llamaremos veleidades. Ésta es la relación de la prohibición del padre con
respecto al impulso real” (Lacan, 2004c, p.176).
Lacan propone a la forclusión del significante Nombre del Padre, como el mecanismo fun-
dante de la estructura psicótica. La función paterna falla, y lo simbólico queda reducido a
lo imaginario.
“(...) la forclusión es la no-llegada del significante del Nombre-del-Padre en
el lugar y en el momento en que estaba llamado a advenir (...) no puede
haber acción formulista sin la condición de un llamado que la desencade-
ne” (Nasio, 1988, p.224).
La presencia de un agujero dentro del orden simbólico, que, no significará necesariamen-
te que el psicótico carezca de inconsciente, sino que "el inconsciente está presente pero
no funciona". (Lacan, 1955-56: 208).
Lacan (1958) propone desde “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis”, que la psicosis debe ser abordada en torno al concepto de respuesta, es decir a
la producción de los fenómenos elementales. Toma de Clérambault (1942) la noción de
fenómenos elementales, como fenómenos neutros y atemáticos, jerarquizando la teoría
como una característica esencial de la estructura psicótica:
“Lo importante no es que tal o cual momento de la percepción del sujeto, (...) sea
más o menos comprensible. (...) El fenómeno está cerrado a toda composición
dialéctica” (Lacan, 2004a, p.37).
“(…) tiene por función remediar la carencia fálica (…) esforzándose en localizar el go-
ce del sujeto en el significante” (Maleval 2002, p.95).
Lacan (2007b), propone respecto a las primeras imágenes especulares, que el infans re-
conoce su imagen frente al espejo como un todo. Dicha introyección se sirve como la pri-
mera identificación imaginaria del sujeto, formador y estructurador del Yo, atribuyéndole
2
George W. Mackey, profesor de matemáticas de la Universidad de Harvard, entrevista, Cambridge Massa-
chusetts, 14 de diciembre de 1995.
una función alienante: La imagen percibida, funciona como un otro. La función de la mi-
rada del otro, se presenta como un interjuego dialéctico y pauta un limite entre el Yo que
cree sostener y el que el Otro devuelve, rompiendo con la ilusión del todo: “A partir del
momento en que existe esta mirada, ya soy algo distinto en tanto yo mismo me siento
devenir objeto para la mirada del otro. Pero, en esta posición, que es recíproca, el otro
también sabe que soy un objeto que se sabe visto” (Lacan, 2007c, p.314).
Es entonces frente a ese Otro, que el sujeto encuentra dos posibilidades, o bien queda
capturado en el registro imaginario por ese Otro sirviéndose de esta operación auspician-
do de soporte para su estructuración o que el significante se quiebre y la función simbólica
no pueda asumir. (cambiar redacción)
El concepto de sujeto de goce, como sujeto del significante, fue propuesto en primera
instancia por Lacan (1966c) en "Presentación de la traducción francesa de las Memorias
del presidente Schreber 33 “.
“La tem tica que calibramos por la paciencia que exige el terreno donde la tenemos que
dar a entender, en la polaridad, la m s reciente a ser promovida en ella, entre el sujeto del
goce y el sujeto que representa el significante para un significante siempre otro, ¿no es
acaso esto lo que nos permitir una definición m s precisa de la paranoia como identifi-
cando el goce en ese lugar del Otro como tal?” (Lacan, 1966c:30)
Continuando con lo anteriormente escrito, y tomando como eje principal a la forclusión del
significante Nombre-del-padre como el desencadenamiento del goce, encontramos al
trastorno del lenguaje como una de las manifestaciones de la psicosis.
El sujeto se constituye por medio del lenguaje. El sujeto deviene como un efecto del len-
guaje, en función de lo cual se estructura su psiquismo. El inconsciente se estructura co-
mo un lenguaje, por tanto los fenómenos observados en las psicosis, deben ser necesa-
riamente fenómenos de lenguaje. A partir del Seminario Las Psicosis (1984), Lacan post-
ula a las psicosis desde el precepto de que la estructura es la forma en la que el discurso
se articula y se organiza.
Lacan toma para esta postulación, elementos de la ling ística, y establece en torno a ellos
una trama que va a resultar el eje de su planteo:
“el sistema del lenguaje, cualquiera sea el punto en que lo tomen, jam s culmina
en un índice directamente dirigido hacia un punto de la realidad, la realidad toda
est cubierta por el conjunto de la red del lenguaje” (Lacan, 2004a, p.51).
Saussure (1945) afirma que el signo ling ístico es una entidad psíquica conformada por,
el concepto (significado) y la imagen ac stica (significante), los cuales se encuentran uni-
dos por un lazo arbitrario y reciproco. Lacan (2004) realiza a partir de este concepto un
nuevo planteo: posiciona al significante por encima del significado, eliminando el vinculo
de reciprocidad planteado por el lingüista.
3
Martha Nash Legg, entrevista, 29 de marzo de 1996. En Nasar, 1998: 392.
4
Duchane, entrevista, En Nasar, 1998:392
El neologismo, la ausencia de metafora, la puntuación interminable, etc, son aspectos
escenciales en la relación de lenguaje y la psicosis. Estos fenomenos linguisticos…
Lacan (2004) plantea los neologismos, como la ausencia de la significación f lica que se
expresa en las frases interrumpidas, en la significación interminables. Se presentan como
una discordancia a nivel del significante. Por otro lado, a nivel de significación, la relación
de significantes remite a la significación per se:
Para el autor, si bien el discurso del psicótico se presentan como sin sentido, la palabra
aparece como un llamado al otro, en independencia con el contenido que se dice, siendo
el punto de almohadillo elemental en la cadena de significante:
Para la teoría psicoanalítica de corte lacaniano, las alucinaciones suponen una ruptura de
abordajes previos, en la medida que las concibe como un hecho de lenguaje y no como
percepciones sin objeto, como plantea la psiquiatría clásica. En este sentido Lacan (2002)
propone que no hay percepción que anteceda a los simbólico, es decir, que aquello que el
sujeto percibe ya se encuentra relacionado por la acción de un significante.
Podemos inferir entonces, que el psicótico, no esta fuera del lenguaje, por más incompre-
sible que este resulte, sino que esta fuera del discurso. (Lacan, 1964-65)
Miller (1993) destaca que el esquizofrénico ocupa un lugar que podría describirse como
exclusión interna, teniendo en cuenta que es un sujeto que se encuentra fuera del discur-
so:"cogido en ningún discurso, en ningún lazo social; y que es el único sujeto que no se
defiende de lo Real por medio de lo simbólico, no se defiende de lo Real con el lenguaje,
porque, para él lo simbólico es real." (Miller, 1993: 6).
En nuestro caso clinico, “El pie izquierdo de Dios” “El emperador de la Antartida: Se ins-
criben como una idea delirante, en la cual si bien podría entenderse lo que dice textual-
mente se presenta una ausencia de metáfora.
Cuando Nash declara ser un enviado para conseguir el orden mundial, podríamos conje-
turar que aparece la queja, por el cual el sujeto responde a un otro que le habla, receptor
de un mensaje que le invade y no puede controlar. Nash asume el compromiso frente a
esas voces, de cumplir con la tarea que se le asignó.
"lo que está en juego (en las alucinaciones e interpretaciones) no es la realidad. El sujeto
admite (...) que esos fenómenos son de un orden distinto de lo real (...) pero a diferencia
del sujeto normal (...) él tiene una certeza: que lo que esta en juego -desde la alucinación
hasta la interpretación- le concierne. Esto constituye lo que se llama, con o sin razón,
fenómenos elementales." (Lacan, 1955-56: 110 ).
El sentido de su discurso cae, cuando da cuenta de que el otro no puede sostenerlo. Fa-
lla la respuesta del entorno o se presentan preguntas que lo inquietan y por consiguiente
deviene en persecución: “hablan de mi..” Nash se siente acosado por las miradas de los
otros.
Cabría preguntarnos qué rol cumplen las matemáticas, en la vida de John Nash. Al
respecto, señalemos que su interés y su pasión se presenta como absoluta y determinan-
te desde su infancia, hasta los últimos años de su vida.
John fue un hombre considerados por todos quienes pasaron por su vida, como raro, in-
trovertido y difícil de tratar. Podría pensarse entonces que más allá de su capacidad cog-
nitiva, John se sirvió de este instrumento como lazo social? Su devoción por el aprendiza-
je desde su infancia, lo convirtieron en niño prodigio siendo incapaz de sostener un vincu-
lo amoroso con los demás. Johnny, solo se relacionaba con otros niños mediante la com-
petencia de demostrar su saber.
Por otro lado, podemos conjeturar en la genialidad volcada a la matemáticas en
John, como una función que ha logrado una suplencia del significante primordial, a partir
de la cual le permite una cierta estabilización. Dicha estabilización se daría desde el mo-
mento en que su profesión y el nivel de genialidad que desprende le otorgaría un nombre.
Podría pensarse, respecto de las alucinaciones sufridas por Nash, que aquellas le permi-
tieron de alguna modo satisfacer una gran necesidad: ser reconocido y sentirse importan-
te por sus logros. Las alucinaciones referentes al “Emperador de la Ant rtida”, el elegido
para el comité de organización mundial, le permitían mantener un equilibrio entre su co-
herencia y el medio, debido a que en la real interacción no lograba sentir tal gratificación.
Por otro lado, en el deliro persecutorio, el perseguidor se presenta como aquel del que
tanto huyó: Nash pasó gran parte de su vida, evitando involucrarse en cuestión de guerra
y estado, cada vez que la posibilidad de formar parte se acercaba, buscaba la manera de
liberarse de tal llamado.
El desencadenamiento de la psicosis toma lugar cuando el sujeto tiene que responder con
un significante ausente, lo que no fue simbolizado y en consecuencia esa falta se mani-
fiesta como vacío a nivel de la significación.
Una de las posibles causales que pudieron provocar o más bien aceleraron este derrumbe
de Nash en esa realidad paralela pudo ser la obsesión por resolver la hipótesis de Rie-
mann. A pesar de sus desmedidos esfuerzos, Nash no lograba resolver el problema y esa
verdad no era aceptable para él; situación que le causaba una ansiedad terrible. Es en
esos momentos cuando empezaron los primeros síntomas de la enfermedad. Pero de
hecho, incluso estando bajo los efectos de la esquizofrenia, su pasión por los números no
desaparecía. Si profundizamos más en este asunto llegamos a la conclusión de que este
problema sin resolver era en esencia un obstáculo para su principal objetivo en la vida
que era convertirse en el número uno. La irresolución de algo era inaceptable. Quería ser
la persona más importante del mundo, donde el Papa o el Presidente se presentaban en-
tonces como enemigos acérrimos.
“John supo inmediatamente que algo andaba mal (…) los Nash se comunicaban exclusi-
vamente mediante cartas (…) y una llamada telefónica de larga distancia era señal de que
sucedía algo grave.” (Nasar 2012: 321. entrevista Martha Nash Legg, 2 de setiembre
1995)
“Era su padre y su voz sonaba insolitamente seria. (…) pronto detectó más colera que
tristeza o ansiedad en el tono de su padre, quien a continuación, le dijo que Eleonor Stier
se había puesto en contacto con ellos (…) - No hace falta que vengas a casa- le dijo con
dureza su padre. - Ve directamente a Boston y haz lo que debes. Cásate con esa chica.”
(Nasar 2012: 321)
Nash cumple con con el mandato paterno. Se ve obligado a hacerse cargo del hijo que
anteriormente no tuvo intenciones de reconocer, y regresa para casarse con Alicia Larde,
y formar la familia anhelada.
Se podría inferir, que cuando el sujeto siente que no satisface las exigencias, surgen las
alucinaciones, donde él pone fuera de si sus necesidades de ser salvador del mundo y ser
amado, reconocido por otros, al sentir que no las puede obtener , es lo que hace que el
protagonista no se pueda ver como un todo integrado en funcionamiento, lo que no le
permite una adecuada interacción con otros, lo que se traduce en ser señalado como “lo-
co” por su medio y a la vez ser coherente con el medio y sentirse de ésta forma.
En este sentido, la introducción de la figura de Dios “Soy en pie izquierdo de Dios”, con el
fin de restablecer el orden del mundo, se convierte a la orden de una tarea altruista, pero
que a su vez, le continuaba dando a Nash un papel fundamental, una tarea divina que
solo el podría alcanzar.
En este sentido, es reconocido incluso por el mismo sujeto, en momentos de gran lucidez,
que el miedo a la mediocridad profesional, le habría llevado a un estrés desestabilizante
tanto física como mentalmente, desencadenando eventualmente en forma de delirios de
tipo mesiánico y persecutorio. Así es que, sobre el final de su vida, John Nash se muestra
escéptico con respecto a su rehabilitación:
Son varios los planteos que se pueden realizar al rededor de este caso, algunos de carác-
ter mediático, en cuanto a la exigencia social por el carácter de famoso que el sujeto re-
viste, y otras que habilitan a una lectura más analítica, que es lo trae a colación el presen-
te trabajo.
En este sentido, para el estudio de un caso, se buscan las causas desencadenantes, po-
niendo de manifiesto algún elemento emocional en la historia del sujeto, una crisis, un
corte que habilite tal suceso.
Ahora bien, ¿dónde radica lo excepcional del caso Nash? En este recorrido, se han pre-
sentado varias interrogantes con respecto al desencadenamiento de la enfermedad, en un
hombre, con una capacidad intelectual enorme, que, en la búsqueda de la lógica pura
encuentra los limites de su propia razón mediante el surgimiento de esta psicosis.
Se podría conjeturar entonces que las presiones familiares y sociales provocaron el de-
sastre? Es la realización familiar tan deseada y demandada por su padres, y concretada,
lo que provoca el desencadenamiento de la enfermedad?
Queda claro en la biografía y mediante a las entrevistas realizadas a sus colegas, los re-
chazos recibidos por las insinuaciones y la falta de prestigio que ese tipo de situaciones le
generaban. Pese a esto, el protagonista dejó claro en una entrevista realizada por la la
CBS5 que no era homosexual, y realizando chistes al respecto; los cuales merecerían un
capitulo aparte.
En este sentido, son varios los elementos que merecen una presentación y análisis con
respecto a la psicosis para el psicoanálisis y que por cuestiones obvias no se trabajaran
en el presente trabajo. El tema en cuestión resulta evidentemente demasiado extenso y
por lo tanto inviable de poder ser abarcado en su totalidad.
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En: http://www.cronica.com.mx/notas/2002/8221.html
algunas de las principales consideraciones que el psicoanálisis lacaniano va a aportar en
torno a las psicosis.
Asimismo, resulta interesante comentar, que el valor per se de la teoria lacaniana radica
en el entendimiento de que la misma no interpela la búsqueda en un saber acabado, sino
por el contrario, su valor parece radicar en la apertura a nuevos pensares y aportes,
replegándose sobre si misma y permitiendo continuar la critica.
El caso presentado para este ensayo, fue seleccionado como elemento ilustrativo para el
análisis de la psicosis desde una perspectiva lacaniana. El mismo, da cuenta de un
proceso pre-psicótico, el tránsito por la enfermedad y una posterior recuperación que le
permitió al sujeto tener un vida digna y estabilizada.
“la falla simbólica que designa no pone más trabas al pensamiento que la repre-
sión o la renegación. No erige ningún obstáculo que impida concebir que la posi-
ción del sujeto psicótico se pueda modificar y elaborar al igual que la del sujeto
neurótico” (Maleval, 2002, p.23).
En este sentido, y desde el trabajo realizado, quedan varias interrogantes por responder
con respecto al tratamiento (psiquiatrico, psicoanalítico, etc) al cual John Nash fue
sometido durante su vida, y sobre todo en el auge de su enfermedad, el cual lo hizo
deambular de hospital en hospital durante treinta años.
Finalmente, se destaca el valor que, para quien escribe, representa esta producción,
habiendo significado un tiempo destacado en la formación de grado, y es, asimismo,
sobre el entendido de que a lo largo de mi tránsito por esta licenciatura, la psicosis y psi-
coanálisis, no pudieron ser estudiados y abordados en conjunto desde la curricula
ofrecida, que el interés toma forma y se concreta, dando lugar a la motivación de
continuar trabajando en esta linea.
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