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Análisis Sistémico del Consumo Problemático.

Las numerosas crisis que afectan a nuestras sociedades y al planeta, y que se han ido
acentuando con el paso del tiempo, constituyen una crisis global o integral de la humanidad.

El cambio climático, la crisis de salubridad, la crisis en las relaciones humanas, las inequidades
sociales que se von profundizadas año tras año con una creciente acumulación de riquezas por
unos pocos, la hambruna que afecta a una parte importante de la población mundial, los
vaivenes financieros, el panorama de escasez de las fuentes energéticas tradicionales, y otras
tantas que podemos mencionar, hacen a esta crisis global una crisis sin precedente, ya que
ponen en riesgo la Vida en nuestro planeta.

Y no es que la vida no haya estado en riesgo en períodos anteriores de nuestra historia. Lo que
hace particular al panorama actual de crisis que en caso de proyectarlo nos refleja colapso y/o
destrucción, es que la principal causa es la actividad humana.

La manera en que los humanos desarrollamos nuestras actividades, es decir nuestro modelo
de desarrollo, se ha constituido en un modelo autodestructivo e interdestructivo.

La contaminación de la Tierra, del Aire y del Agua, son el resultado directo de la ausencia de
Conciencia y de lo desconectados que estamos con la vida.

Pero esta actitud con el planeta es simplemente un reflejo de cómo nos tratamos a nosotros
mismos. La manera en que nos alimentamos, contaminando nuestros intestinos de la misma
manera que contaminamos nuestras tierras, y la manera en que contaminamos nuestros
torrentes sanguíneos de la misma manera en que contaminamos nuestros ríos y mares,
expresan la misma desconexión de la vida.

Como dice Eckhart Tolle: la contaminación del planeta es sólo un reflejo del exterior de una
contaminación psíquica interior: millones de individuos inconscientes que no asumen la
responsabilidad de su espacio interior.

Esta desconexión se manifiesta en algunas situaciones de manera extrema, siendo uno de


estos casos las adicciones, sobre todo aquellas que implican un consumo de sustancias, que
no solamente afectan psicológicamente a las personas sino también físicamente.

Los efectos nocivos para la salud del consumo de drogas son de sobra conocidos. El cerebro es
uno de los órganos más afectados ya que alteran su funcionamiento químico y su estructura y
causa unos cambios que perdurarán en el tiempo derivando en daños permanentes. Los
neurotransmisores son las sustancias químicas que usa el cerebro para comunicar unas
neuronas con otras y transmitir información. En ese circuito de recompensa usan
fundamentalmente la dopamina, que con el consumo de drogas se alteran aumentando su
producción a unos niveles superiores a los de un proceso placentero habitual.

Según un estudio publicado por The Lancet (una revista de medicina), el alcohol y el tabaco
están entre las diez sustancias más peligrosas utilizadas por los seres humanos. Tanto el
alcohol como el tabaco se han considerado más peligrosos que las drogas ilegales como la
marihuana o el éxtasis.
Los siguientes tres factores fueron tomados como referencia en el ranking de nocividad de
cada droga:

1) El daño físico al usuario.

2) Potencial adictivo de la droga.

3) Impacto global de la droga en la sociedad.

Se les pidió a los psiquiatras que se especializan en el tratamiento de conductas adictivas y a


los funcionarios judiciales o policiales con conocimientos científicos o médicos que asignaran
una puntuación a cada uno de los tres factores antes mencionados para cada droga que se
evaluó en este estudio. En total, se evaluaron 20 drogas diferentes, incluyendo la cocaína,
heroína, éxtasis, anfetaminas y LSD.

Las 10 sustancias más peligrosas fueron las siguientes (clasificadas de más a menos peligrosas):

1) La heroína.

2) La cocaína.

3) Los barbitúricos (propofol).

4) La metadona.

5) El alcohol.

6) La ketamina.

7) Las benzodiazepinas, una familia de fármacos sedantes.

8) Las anfetaminas, conocida como Speed.

9) El tabaco.

10) La buprenorfina.

Las drogas restantes que fueron evaluadas en este estudio se clasificaron de la manera
siguiente:

1) Cannabis.

2) Los disolventes de sustancias volátiles que se pueden inhalar, como pegamentos,


quitaesmaltes, pinturas y lacas para el cabello.
3) 4-MTA, es un derivado de la anfetamina y tiene efectos similares al éxtasis.

4) LSD.

5) Metilfenidato, estimulante del sistema nervioso central y normalmente comercializado


como Ritalin.

6) Los esteroides anabólicos.

7) GHB, abreviatura de gamma hidroxibutirato, un potente depresor del sistema nervioso


central más comúnmente conocido como “la droga de la violación”.

8) Éxtasis.

9) Nitratos de alquilo, grupo de fármacos comúnmente conocido como Popper.

10) El khat, un estimulante similar a la anfetamina.

Se estima que el tabaco causa el 40% de todas las enfermedades hospitalarias y el alcohol está
implicado en más del 50% de todas las visitas a urgencias. A la luz de estas estadísticas, los
autores de este estudio cuestionan por qué el alcohol y el tabaco son legales.

Pero creo que hay un interrogante aún más profundo: ¿que nos lleva a desconectarnos de la
vida de manera tal que nos auto/interdestruimos?

Para dar respuesta a este interrogante es interesante empezar analizando un fragmento de


una entrevista realizada al periodista británico Johann Hari, antiguo columnista de The
Independent y colaborador de The New York Times, The Guardian y Le Figaro, quien escribió el
libro Tras el grito (Paidós Contextos), que trata de un recorrido por la historia de la guerra
contra las drogas que arrancó hace más de un siglo cuando Henry Anslinger, de la Oficina
Federal de Narcóticos, decidió perseguir y encarcelar a los consumidores.

“A medida que se acercaba el centenario, me di cuenta de que había muchas preguntas


básicas para las que no tenía respuesta”, explica el autor de un libro aplaudido por Naomi
Klein, Glenn Greenwald o Noam Chomsky. “¿Por qué se prohibieron las drogas por primera
vez? ¿Por qué continúa esta guerra, cuando tantos de nosotros pensamos que no funciona?
¿Qué es lo que causa el uso de drogas y la adicción? ¿Y cuáles son las alternativas?” Para ello,
se sumergió en un viaje por todo el mundo en el que conoció a traficantes, científicos, sicarios,
policías y otros protagonistas en la guerra que se lleva a cabo a nivel mundial contra los
estupefacientes.

“Lo que encontré es que casi todo lo que sabemos sobre el tema está equivocado. Las drogas
no son lo que pensamos que son. La adicción no es lo que pensamos que es. La guerra contra
las drogas no es lo que hemos visto en nuestros televisores durante un siglo. Y las alternativas
no son las que pensamos que son”. En una larga entrevista, Hari explica por qué la opinión
pública está tan equivocada y de qué manera ello causa una gran cantidad de dolor y violencia
a lo largo y ancho del planeta.

PREGUNTA. El doctor Bruce Alexander asegura que la confusión y la ausencia de sentido en el


mundo moderno son las raíces de la adicción a las drogas. ¿Se puede afirmar que es un
fenómeno propio del siglo XX y XXI, dado que encuentra el caldo de cultivo perfecto en nuestra
sociedad?

RESPUESTA. De todas las cosas que aprendí durante mi investigación, los descubrimientos
sobre la adicción fueron los que más me sorprendieron. Para responder a tu pregunta
explicaré a los lectores las teorías de Bruce Alexander de forma un poco diferente. Yo había
asumido, como todo el mundo, que la adicción a las drogas está causada por los químicos que
se encuentran en ellas. Parece algo de sentido común. Pensamos que si tú o yo o cualquiera de
las siguientes 20 personas con las que te vas a cruzar tomasen heroína durante 20 días, el día
21 todos serían drogadictos. Eso se debería a que hay determinados anzuelos químicos en la
heroína que hacen que nuestros cuerpos la echen de menos. La necesitaríamos físicamente.
Eso es la adicción, y eso es lo que pensaba que era.

Lo primero que me alertó sobre el hecho de que había algo mal en esa historia fue cuando los
expertos me explicaron que si me atropellase un coche y me rompiese la cadera, me llevarían
al hospital y me darían diamorfina. La diamorfina es heroína. Es mucho más fuerte que lo que
los adictos compran en la calle, porque no ha sido contaminada por los traficantes. Cualquiera
que haya pasado por una operación de cadera habrá tomado un montón de heroína.

La adicción está causada por un sentimiento de aislamiento y desconexión en el adicto, no por


las drogas en sí mismas
Si lo que pensamos sobre la adicción es correcto, ¿qué pasaría? Que esa gente, al menos
algunos de ellos, se harían adictos. Esto ha sido estudiado y no ocurre. Cuando lo descubrí me
quedé perplejo. Parecía tan extraño que sólo lo entendí cuando entrevisté al doctor Bruce
Alexander en Vancouver. Me explicó que la teoría de la adicción que damos por buena
proviene de una serie de experimentos que se realizaron a comienzos del siglo XX. Eran muy
simples. Coges una rata, la pones en una jaula y le das dos recipientes de agua. Uno tiene agua.
El otro es agua con heroína o cocaína. Si lo haces, la rata probablemente preferirá el agua con
droga y casi siempre se matará rápidamente de sobredosis. Esa es nuestra teoría de la
adicción.

En los 70 el profesor Alexander revisó esos experimentos y se dio cuenta de que la rata no
tenía otra cosa que hacer aparte de drogarse. Así que construyó una jaula diferente, a la que
llamó Rat Park. Era el cielo de las ratas. Tenían buena comida, bolas de colores, muchos amigos
y podían tener sexo todo el rato. Aparte, estaban los dos recipientes de agua. Esto es lo
fascinante. En Rat Park no les gustaba el agua con droga. Raramente la tomaban, ninguno de
forma compulsiva y ninguno sufrió una sobredosis. Hay muchos ejemplos e historias de
humanos recogidas en el libro que muestran que eso también se aplica al hombre y que nos
dice mucho sobre la naturaleza de la adicción. Esta no está causada sólo por las drogas. La
adicción está causada por un sentimiento de aislamiento y desconexión en el adicto. No son las
drogas, es tu jaula.

La adicción, en otras palabras, es la adaptación a tu miedo. Si este te desprovee de conexiones


y significado, es más probable que te hagas adicto. Creo que sería ir muy lejos decir que es sólo
un fenómeno del siglo XX o XXI. Ha habido períodos en el pasado donde la gente se sintió
aislada y la adicción repuntó: por ejemplo, en la Inglaterra del siglo XVIII, cuando grandes
cantidades de personas abandonaron su tierra y se vieron forzadas a vivir en horribles
suburbios urbanos. Un gran porcentaje de esa gente terminó bebiendo mucha ginebra, que se
veía como hoy se ve al crack o el cristal.
Pero tienes razón, hay algo en la forma en que vivimos hoy que nos hace más vulnerables a la
adicción que otras sociedades previas. Un escritor inglés lo llamó “la era de la soledad”, es más
fácil quedarse solo que en cualquier otra sociedad humana. La forma de conexión que ofrece
internet es una parodia de las relaciones humanas. Los anuncios y la cultura nos entrenan para
pensar que deberíamos perseguir la felicidad comprando, gastando y consumiendo, y
satisfaciendo nuestros deseos individuales en lugar de los de la comunidad o los de los demás.
El gran cliché de nuestra era es “sé tu mismo”: realízate como un individuo aparte del grupo.
La adicción es un síntoma de la infelicidad que este sistema innatural causa en muchas
personas. El individualismo puro no es natural para los seres humanos, un hombre aislado
tiene tan poco sentido como una abeja aislada. Somos criaturas sociales, necesitamos una
tribu.
España está siendo forzada por una contraproducente austeridad a seguir el camino opuesto
a Suecia, no me sorprendería que eso incrementase las adicciones
En una cultura de trabajo obsesivo, gasto y estrés estos lazos se han atrofiado de forma
desastrosa. Un estudio americano mostraba que desde los años cincuenta, el número de
amigos con los que una persona puede contar durante una crisis ha decrecido
significativamente, mientras que la cantidad de espacio en las casas ha aumentado. ¿Alguien
cree que haya salido ganando? Sin embargo es un pacto que la cultura obliga a hacer.
Bruce Alexander lo contó bien. Dice que en la adicción siempre se trata la recuperación
individual (lo que tiene un claro valor), pero necesitamos pensar en la recuperación social. Algo
ha ido mal pero no con nosotros como individuos, sino como grupo. Necesitamos encontrar
forma de volver a conectar con los otros y reconstruir las formas genuinas de conexión.
No creo que sea una casualidad que una de las sociedades con los niveles más bajos de
adicción sea Suecia, una sociedad con poco estrés, buenos trabajos, un fuerte Estado del
Bienestar, una sociedad con mucho apoyo mutuo. España está siendo forzada (por una
innecesaria y contraproducente austeridad) a seguir el camino opuesto, así que no me
sorprendería que eso incrementase las adicciones, sea al alcohol, las apuestas o la heroína.
P. La drogadicción parece otra expresión del consumismo: comprar cosas para sentirte
mejor. ¿Hasta qué punto somos todos un poco adictos?
R. Creo que es simplista decir que es solamente otra expresión del consumismo. Pero es cierto
que el vacío de una sociedad en la que el consumismo se impone a la comunidad es un factor
(entre otros) que contribuye a la adicción. No creo que todo el mundo sea un adicto, puesto
que eso desproveería de sentido al término. La gente feliz y conectada, con buenas relaciones
sociales, no se convierte en adicta y todavía hay mucha gente así. De hecho, es la mayoría.

El autor, Johann Hari.


Pero tienes razón al sugerir que la adicción abarca un espectro más amplio, no hay una línea
definida entre los adictos y el resto. Hay mucha gente adicta a sus smartphones, que saben
que mirar constantemente Facebook o Twitter es menos enriquecedor que hablar con tus
amigos, leer un libro o pasear por el bosque, pero se sienten empujados a hacerlo
continuamente, de manera que consume su vida. No se acerca a ser adicto al crack,
obviamente. Pero es una adicción, y surge de la misma raíz que otras adicciones: un
sentimiento de aislamiento, dolor y no querer estar presente en tu propia vida.

¿Pero por que las personas buscan medios superficiales de placer cuando la vida en si misma
nos otorga todo para nuestra plenitud?

El vacío existencial y la desconexión con la vida que ha generado el paradigma social


dominante, cuyo principal resultado es el modelo de desarrollo dominante, mercantilista,
patriarcal, competitivo, de consumo e individualidad, es la causa base de todos los problemas
sociales que nos afectan.

Este paradigma social, entendiendo por paradigma la mentalidad, conceptos y sistemas de


valores que forman parte de una visión particular de la realidad, se ha ido conformando a
través de la historia por diversas razones que lo analizaremos un poco más tarde.

Pero en este punto es importante que nos detengamos a analizar qué características tiene este
paradigma social, es decir que características tiene la manera en que vemos e interpretamos él
mundo, o mejor dicho la manera en que nos enseñaron a ver e interpretar el mundo.

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