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¿Lo que creemos sobre las adicciones

está equivocado?
¿Que causa la adicción? Podemos ser adictos a todo, desde la cocaína hasta a los
Smartphones, pero, ¿cómo podemos sobrellevarla?
Hace unas décadas aún, una persona con una adicción era considerada como alguien que
carecía de fuerza de voluntad, la calidad de su moral se ponía en tela de juicio, generando
conductas que iban desde el rechazo, la necesidad de controlar, hasta la negación de
aquellos que estaban en contacto con el adicto.
Si bien este conjunto de creencias persisten en la actualidad, se han desarrollado un
conjunto de corrientes dedicadas a descubrir las verdades que existen tras el mito de las
adicciones; abarcando enfoques biológicos, psicológicos y hasta espirituales. Gracias a
cada uno de ellos se sabe ahora que una adicción es una enfermedad que afecta muchas
esferas de la existencia de un individuo (mental, física, social, etc), inclusive,
extendiéndose el daño a aquellos que lo rodean.

Evidencia científica.
Médicos, psiquiatras, psicólogos, neurobiólogos entre muchos otros profesionales, se han
dedicado al análisis metódico de las adicciones, trayendo consigo evidencia sobre la forma
en que el cerebro y sus funciones son alterados, concluyendo en cada caso que tras la
exposición constante al factor adictivo se desarrolla una enfermedad crónica a la que se le
denomina adicción.
Uno de estos estudios, realizado por la Doctora Nora Volkow, observó en imágenes
cerebrales la influencia de ciertas drogas, encontrando la causa física de las adicciones, en
su estudio concluye que existen áreas específicas del cerebro que se ven afectadas tras el
empleo de sustancias químicas como la cocaína y los opioides, modificando la forma en
que las redes neuronales se comunican, y rompiendo el balance natural de la química
cerebral, por lo que tras un consumo crónico el cerebro de un adicto no funcionará, ni
tendrá una estructura igual a la de una persona sana.
Esto se debe en parte a que el estímulo constante causado por las drogas sobre las
neuronas origina cambios en la comunicación sináptica y concentración de
neurotransmisores como la dopamina (hormona encargada de dar placer), las áreas más
afectadas son: la corteza cerebral, el tallo cerebral y el sistema límbico, teniendo como
consecuencia alteraciones en las funciones cognitivas, toma de decisiones, capacidad de
aprendizaje y cambios en la conducta. Pero al afectar áreas involucradas con las
emociones, memoria e impulsos incluyendo la búsqueda de placer, la adicción a sustancias
químicas también impide a la persona adicta abandonar inmediatamente el consumo de
dichas sustancias.
Este estudio dejó como un hecho algo que muchos adictos han sabido en su lucha por
abandonar las drogas, la mayoría no puede dejar su adicción por más que lo deseen, por lo
menos no solo con “fuerza de voluntad”, como se piensa popularmente.
Las adicciones ya son consideradas por la comunidad médica como enfermedades crónicas
que afectan al cerebro, es decir que pueden ser controladas, no curadas. Por lo que para
lograr sanar al paciente es necesario un tratamiento.
Gracias a esto las adicciones ya son consideradas como enfermedades y no como falta de
fuerza de voluntad, pero no explica por qué inician.

Pero ¿qué sucede con adicciones a objetos o relaciones?


Este otro tipo de adicciones que no dependen de “sustancias químicas” son consideradas
“adicciones conductuales” que pueden incluir diversos objetos de apego desde el celular,
pasando por los juegos, hasta llegar a la codependencia.
Las adicciones conductuales se caracterizan por tener la misma sintomatología que la
dependencia a alguna sustancia, depresión, ansiedad, baja autoestima, pérdida del
control, etc., llevando igualmente a la persona a consecuencias destructivas en torno a ella
misma y a sus círculos más cercanos.
Por ejemplo según un estudio publicado en la British Medical Journal, el uso del teléfono
móvil puede causar los mismos comportamientos compulsivos que cualquier otra adicción
estimando que la puede padecer 1 entre cada 1000 personas, mientras que en los
ludópatas se ha observado que llegan a un descontrol progresivo que los lleva a problemas
económicos severos, y al igual que con una sustancia, les resulta imposible abandonar el
objeto de su adicción aunque estén conscientes de los daños que han sufrido.
Por otra parte se sabe que las coadicciones o codependencias se presentan en aquellas
personas que conviven con las personas adictas, mostrando rasgos de adicción a las
conductas que presenta la persona por la que están obsesionadas, haciéndoles imposible
dejar dicha relación aunque en el proceso resulten dañadas psicológica e inclusive
físicamente.
Con este tipo de adicciones se tiene la teoría de que las conductas tendrían el mismo
efecto sobre el sistema límbico que una sustancia exógena, activando el sistema de
recompensa y conduciendo a la persona a repetir dicha conducta en búsqueda de placer;
también en este caso el cerebro termina adaptándose a los altos niveles de hormonas
teniendo como consecuencia, la necesidad de incrementar la frecuencia e intensidad de
las conductas para obtener el tan deseado efecto llevando al adicto conductual a su propia
destrucción.

Otro enfoque, una posible causa de las adicciones.


Si bien se ha hablado de hechos científicos hasta ahora, es importante entender que la
ciencia puede llegar a tener puntos ciegos, la ciencia ha estudiado y publicado sus
conclusiones y teorías sobre los efectos en los cerebros y conductas de personas que ya
son adictas, ¿pero qué sucede antes?
Durante su plática en una sesión TED, el periodista Johann Hari explica las conclusiones
que obtuvo tras 3 años de investigación sobre el tema de las adicciones, habiendo
recorrido el mundo para recopilar información global.
Explica: “La teoría más básica dicta que: el hecho de exponer al cerebro a una sustancia
química repetidas veces va a causar una adicción”, sin embargo, expone un ejemplo que
debate y cuestiona de forma atinada dicho argumento:
“Imaginen que Uds., por 20 días, usaron heroína tres veces al día…. Imaginen que lo
hicieron ¿está bien? ¿Qué pasaría? Tenemos una historia de lo que pasaría que se ha
contado por un siglo. Pensamos, que como hay ganchos químicos en la heroína, si la
tomas por un tiempo, tu cuerpo se hará dependiente a estos ganchos, empezarás a
necesitarlos físicamente, y cuando acaben esos 20 días, serás un adicto a la heroína.
¿Cierto? Eso era lo que pensaba…. Lo primero que me alertó de que algo no estaba bien
con esta historia fue cuando me la explicaron…. Y si lo que creemos de la adicción es
correcto... todas las personas expuestas a los ganchos químicos... ¿Qué debería pasar?
Deberían volverse adictos. Esto se ha estudiado cuidadosamente. Y no sucede; se van a
dar cuenta si su abuela tiene una operación de cadera no saldrá como una drogadicta...”
En su plática y libro “Chasing the Scream”, Johann Hari narra cómo al tras la búsqueda del
entendimiento de dicha situación llegó a la conclusión de que el origen de las adicciones
no está en la sustancia o en la conducta en sí, si no que se encuentra en la forma en que
las culturas estructuran la relación entre individuos, aquellas sociedades que promueven
el rechazo y aislamiento de ciertos miembros de la misma tienen mayor riesgo a padecer
una adicción, mientras que aquellas que fomentan la inserción social y creación de
vínculos presentan una baja incidencia en las adicciones y un alto índice de recuperación
de las mismas citando como ejemplo el caso político de Portugal.

La creación de un vínculo
Dedicado a la psicología experimental entre los 60’s y 80’s, el Doctor Bruce K Alexander se
enfocó en el estudio del desarrollo de adicciones en ratas, en cuyo experimento, las
colocaba en jaulas aisladas con un par de botellas de agua, una de ellas con agua
únicamente mientras que la otra contetenía alguna droga disuelta en ella. Los resultados
de dicho estudio concluyeron que la mayoría de las ratas eligió la botella de agua con
droga, y la consumían hasta morir.
Sin embargo durante el proceso, la observación del aislamiento dejó una duda que
necesitaba ser respondida ¿Qué sucedería con dichas ratas? Si en vez de encontrarse
encerradas en una jaula sin tener contacto con nada ni con sus semejantes, se
encontraran en un ambiente que les permitiera tener vidas más agradables, relacionarse y
formar grupos.
Así el Doctor Alexander decidió entonces repetir el experimento con la diferencia de que
ahora el entorno sería un parque para ratas (Rat Park), en donde pudieran convivir,
moverse y lo más importante, establecer vínculos con sus pares, al igual que en el
experimento anterior, ambas botellas fueron colocadas, la conclusión de dicho estudio
difiere diametralmente del anterior, los resultados indicaban que las ratas solo llegaban a
beber de la botella con droga una vez, -cuando no sabían lo que contenía- el resto del
tiempo eligieron el agua simple.
Al profundizar en el experimento el Doctor decidió integrar a aquellas ratas que habían
sido aisladas en jaulas y que habían desarrollado una adicción, introduciéndolas al parque
para ratas, obteniendo como resultado que ellas al reestablecer sus vínculos afectivos
lograban dejar la dependencia.
El estudio lleva a la conclusión de que la falta de vínculos con la propia vida y la falta de
personas capaces de establecer relaciones sanas e íntimas es lo que lleva al desarrollo de
las adicciones, la falta de vínculos de sentido de vida o amor. Lo que concuerda
perfectamente con la búsqueda de estímulos asociados al placer al momento de consumir
drogas o de incidir en conductas que pueden ser destructivas para subsanar esta carencia.

La búsqueda de conexión, el enfoque espiritual.


Los profesionales dedicados al desarrollo humano definen a la espiritualidad como aquel
conjunto de actitudes, pensamientos y acciones que conducen a un individuo a sentirse en
paz y plenitud con su propia existencia.
Los programas de 12 pasos que ayudan a la recuperación de las adicciones, utilizan el
enfoque espiritual para lograr la recuperación y liberación de las adicciones, ya sean a
sustancias o causadas por conductas.
La espiritualidad se utiliza en estos programas para restablecer los vínculos que las
personas adictas han perdido o quebrantado como consecuencia de sus juicios y actitudes
afectadas por la misma adicción. Los vínculos primero se restauran dentro del mismo
grupo, se le enseña a la persona que es responsable de su propia vida y sus acciones, y
digna de amor y respeto, lo que le da libertad para liberarse del aislamiento y ansiedad
que produce el rechazo que siente en la mayoría de sus círculos sociales debido a la
pérdida de control que ha generado su compulsión.
La segunda fase comprende la toma de acciones para resolver, reparar los daños que ha
causado en cada ámbito de su vida, permitiendo así reinsertarse en la vida social.
En muchas de sus publicaciones puede notarse la participación de profesionales de la
salud pioneros en el área de las adicciones y rehabilitación, los que plantean por ejemplo
que reestablecer la confianza en el individuo y en su grupo social ayudará a evitar que la
persona recaiga en las conductas que lo llevan al consumo de sustancias y lo más
importante a cambiar patrones de pensamiento y conducta que lo mantienen preso en la
enfermedad crónica.
Si bien estos programas no son profesionalizados ayudan al individuo adicto al encontrar
la oportunidad de ser comprendido por sus pares, le enseñan a madurar, lo que les
permite con cierto grado de constancia liberarse de las adicciones.

Conclusiones
Las conclusiones son sencillas pero no por menos necesarias:
Ahora sabemos que las adicciones son enfermedades multifactoriales que involucran el
contexto biológico, social, cultural, político y espiritual de los individuos, avalados por la
evidencia científica que demuestra que las adicciones son enfermedades cónicas del
cerebro, ya que el desbalance bioquímico afecta su funcionamiento y estructura, lo que le
impide a las personas liberarse de una adicción solo con fuerza de voluntad.
Al afectarse la corteza cerebral y las áreas relacionadas con las emociones, las personas
adictas pierden la capacidad de relacionarse, actuar y vivir de la forma en que un individuo
sano lo haría normalmente. Además de las adicciones a sustancias exógenas existen
conductas que pueden volverse adictivas, ya que sus efectos hormonales alteran de la
misma forma al cerebro.
Se ha observado que la falta de vínculos sanos y la presencia de esquemas de
pensamiento que llevan al aislamiento son factores preponderantes en el desarrollo de las
adicciones.
Una forma de tratamiento recomendada para las adicciones es cambiar el enfoque de
rechazo, hacia una en la que la educación acerca de lo que es una adicción y cómo abordar
a personas que la padecen; podría ser mucho más eficiente que solo rechazarla o evadirla.
Así qué ¿Es cierto lo que crees sobre las adicciones?

Bibliografía:

Al-Anon se enfrenta al alcoholismo. Segunda Edición.

Lo mejor de Bill.

Para mayor información visita: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-


adicto

https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/las-drogas-el-cerebro-y-el-
comportamiento-la-ciencia-de-la-adiccion/las-drogas-y-el-cerebro

https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/las-drogas-el-cerebro-y-el-
comportamiento-la-ciencia-de-la-adiccion/prefacio

http://www.saludlibertad.com/publicaciones/adicciones/tipos-de-adicciones/adicciones-
conductuales/adiccion-al-telefono/

http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/adic_cII.pdf

https://books.google.com.mx/books?
id=U9aZ9cSXuRoC&pg=PA472&lpg=PA472&dq=efectos+de+las+adicciones+conductuales+sobre+e
l+cerebro&source=bl&ots=Kz9IGzTSqe&sig=yXZ-
kN2z1fzgpgKKGv0W1CuRLWQ&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwiQkLvs-
LTMAhXDZCYKHbyHBi8Q6AEIRzAG#v=onepage&q=efectos%20de%20las%20adicciones
%20conductuales%20sobre%20el%20cerebro&f=false

http://www.cesmf.edu.mx/assets/images/articulos/
Las_drogas_el_cerebro_el_comportamiento_NIDA.pdf

https://www.ted.com/speakers/johann_hari

http://www.brucekalexander.com/articles-speeches/rat-park/148-addiction-the-view-from-rat-
park
http://www.huffingtonpost.es/johann-hari/se-ha-descubierto-la-causa_b_6569114.html

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