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Cuál es la edad de la tierra?

Por Steven Newton

La Tierra tiene una edad aproximada de 4.54 billones de años (b. a.) la
cual ha sido calculada por geólogos utilizando diversas metodologías
siendo la más reciente el fechado radiométrico. Dado que las rocas de la
corteza terrestre cambian por el movimiento de las placas tectónicas no
existe ningún material de las etapas más antiguas del planeta. Lo que los
geólogos han hecho ha sido analizar meteoritos y rocas lunares traídas
por los astronautas de la misión Apolo.

Métodos
Las rocas pueden ser fechadas midiendo las proporciones de isótopos
(uranio/plomo, rubidio/estroncio, potasio/argón, argón/argón, y
neodimio/samario). Una manera de juzgar la fiabilidad de la medición
radiométrica es comparar los resultados de las diferentes técnicas para la
misma muestra. Los resultados nos proporcionan una estimación de
edad para la tierra entre unos 4 a5 b.a.
Hay que tener en cuenta que ninguno de los métodos anteriores incluye
la datación por carbono. Los creacionistas frecuentemente aseveran que
el carbono es usado para medir la edad de las rocas. De hecho este
material no puede ser usado con éste propósito ya que las rocas no
acumulan carbón; a diferencia de los organismos vivientes. Además el
14C tiene una vida media relativamente breve (5730 años). Esto quiere
decir que después de 50,000 años la proporción de 14C restante es tan
pequeña que el instrumento utilizado para medir la presencia de
isótopos, el espectrómetro de masa, estaría detectando una cantidad de
material similar al de su margen de error.
Meteoritos
Los meteoritos son piezas primordiales en el estudio de la edad de la
tierra ya que formaron al mismo tiempo que la Tierra y los otros planetas.
La edad de los meteoritos se encuentra en el intervalo entre 4.48-4.56 b.
a.

Materiales Lunares
Las misiones Apolo regresaron 382 kg de material lunar. Gran parte de
este material fué flujos volcánicos relativamente jóvenes, las rocas más
antiguas de la corteza terrestre datan de 4.3-4.5 b. a. En 2005 los
investigadores usaron una técnica muy refinada que utiliza los isótopos
de tungsteno y hafnio para encontrar la fecha de la formación lunar
dando como resultado 4.527 b. a.

Linea de tiempo
1. Edad m ínima del sistem a solar: 4,5695 ± 0,0002 b. a Basada en
dataciones radiométricas utilizando 207Pb/206Pb-204Pb/206Pb,
(Baker et al., 2005)
2. Edad de la Tierra: 4,54 ± 1% b. a Basada en numerosas muestras
de meteoritos. (Patterson, 1956; Dalrymple, 1991)
3. Edad de la formación de la luna, 4,527 Georgia (Kleine, et al.,
2005) Las rocas lunares son un poco más jóvenes que las de la
Tierra reflejando su origen como un trozo de manto de la Tierra que
se arrojo en órbita durante una colisión.
4. Minerales m ás antiguo descubierto hasta ahora en la Tierra:
4,408 b. a ± 8 Ma Cristal de circón sedimentario, Jack Hills,
Australia (Wilde et al., 2001)
5. Rocas más antiguas identificadas en la Tierra: 4,031 b. a ± 3
Ma Gneis Acasta, Cratón del Esclavo, Canadá (Bowring y Williams,
1999). Cuando éste material fue encontrado un artículo fue
publicado en Science (O'Neil et al., 26 Sep 08) reportando una roca
fechada con una edad de 4.28 b. a. Si esto es verificado,
remplazaría a Acasta Gneiss como la roca más antigua.
Referencias
• Baker, J., et al., 2005. "Early planetesimal melting from an age of
4.5662 Gyr for differentiated meteorites." Nature, v. 436, 25 August
2005, p. 1127-1131.
• Bowring, S.A., and Williams, I.S., 1999. "Priscoan (4.00-4.03 Gyr)
orthogneisses from northwestern Canada."Contributions to
Mineralogy and Petrology, v. 134, no. 1, January 1999, p. 3-16.
• Dalrymple, G. B., 1991. The Age of the Earth. Stanford University
Press, 0804723311.
• Kleine, T., et al., 2005. "Hf-W Chronometry of Lunar Metals and the
Age and Early Differentiations of the Moon." Science, 9 December
2005, vol. 310, no. 5754, p. 1671-1674.
• O'Neil, J., Carlson, R.W., Francis, D., Sevenson, R.K., 2008.
"Neodymium-142 Evidence for Hadean Mafic Crust." Science, 26
September 08, vol. 321, no. 5897, p. 1828-1831.
• Patterson, C., 1956. "Age of Meteorites and the Earth." Geochimica
et Cosmochimica Acta 10: p. 230-237.
• Wilde, S. A., Valley, J.W, Peck, W.H., and Graham, C.M., 2001.
"Evidence from Detrital Zircons for the Existence of Continental
Crust and Oceans on the Earth 4.4 Ga Ago." Nature. 409: p. 175-
178.

Recursos:
Science Courseware tiene un excelente ejercicio de datación radiométrica
llamado "Datacion Virtual" que te guía a través de cada paso del proceso
de datar rocas. Estos ejercicios son especialmente útiles debido a sus
claras explicaciónes de las correcciones en la metodología de las
mediciones (Inglés)
De la edad de la Tierra
• 2014

Antes de mediados del siglo XVIII pocos eruditos o filósofos naturales


en el occidente cristiano ponía en duda las cronología derivadas de las
narraciones mosaicas. Creían que la Tierra era poco más antigua que
los pocos miles de años del registro de la historia humana. A partir de
la segunda mitad del XVIII, sin embargo, las investigaciones sobre los
estratos de la Tierra y los fósiles empezaron a sugerir que la corteza
terrestre había sufrido innumerables ciclos de formación y destrucción
y que había alojado una serie de organismos vivos en continuo cambio
mucho antes de la aparición de los humanos.

Sin embargo el problema de la determinación de la edad de la Tierra


parecía inabordable a la comprensión humana, como confesaban
geólogos de la talla de James Hutton oCharles Lyell. Para 1840, de
hecho, se habían identificado ya y puesto en orden cronológico las
subdivisiones más importantes de la columna estratigráfica; sin
embargo era una cronología sin escala, una historia de la Tierra sin
fechas.
En 1859 Charles Darwin, en El origen de las especies, intentó
determinar una fecha geológica estimando cuánto tiempo sería
necesario para erosionar un espesor determinado de estratos
terrestres. Su conclusión de que se necesitarían al menos 300
millones de años para hacer desaparecer los estratos relativamente
recientes del Weald, un distrito del sur de Inglaterra, provocó una
reacción inmediata. Al año siguiente, John Phillips, autor en 1841 del
primer intento de escala temporal geológica basado en la correlación
de fósiles, afirmó que esa cifra era errónea y que para erosionar toda
la columna estratigráfica bastarían 100 millones de años a lo sumo.

Poco después el físico William Thomson (más tarde barón Kelvin)


calculó que 100 millones de años serían más que suficientes para que
la Tierra se enfriase hasta su temperatura actual a partir de un estado
completamente fundido primigenio. Las conclusiones de Kelvin,
basadas en la hipótesis ampliamente aceptada de que la Tierra se
había formado a partir de una nebulosa primordial y apoyadas en las
últimas teorías de la termodinámica que tan potentes demostraban
ser, marcaron la pauta hasta finales del siglo XIX. Las estimaciones
posteriores de las velocidades de erosión y sedimentación, de la
radiación solar y el enfriamiento, del momento de la formación de la
Luna y los océanos, terminaban llegando al entorno de una cifra: 100
millones de años.

Todo cambió cuando se descubrió en 1903 que los elementos


radioactivos emiten calor constantemente. Al año siguiente, Ernest
Rutherford sugirió que la ratio de la abundancia de los elementos
radioactivos con respecto a los productos de su desintegración
proporcionaría un método para medir las edades de las rocas. Robert
John Strutt y su estudiante Arthur Holmes desarrollaron la idea de
Rutherford. Para 1911 Holmes ya había usado el ratio uranio/plomo
para estimar las edades de distintas rocas del Precámbrico. Una
parecía tener 1600 millones de años de antigüedad.

Este salto en el orden de magnitud de la edad de la Tierra llevó a que


muchos científicos fuesen inicialmente escépticos. Veinte años
después, y en buena parte gracias al trabajo de Holmes, la mayoría de
los geólogos ya aceptaban la datación radiactiva como el método más
fiable para determinar la edad de las rocas y de la Tierra misma. El
descubrimiento de los isótopos en 1913 y el desarrollo
del espectrómetro de masasmoderno en los años treinta fueron
cruciales para la consolidación de la datación radiactiva.

En los años cuarenta el método radiactivo había establecido unos


límites a la edad de la Tierra de entre 4.000 y 5.000 millones de años.
En 1956 Clair Cameron Pattersoncomparó los isótopos de la corteza
terrestre con los de cinco meteoritos. Sobre esta base llegó a la
conclusión de que la edad tanto de la Tierra como de los meteoritos
era de 4.550 ± 70 millones de años. Todas las determinaciones
posteriores tienden a confirmar el dato de Patterson, siendo el valor
generalmente aceptado en la actualidad de 4.540 ± 50 millones de
años.
¿QUÉ EDAD DICE LA BIBLIA QUE TIENE LA
TIERRA?

Génesis 5:3-5
Vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza,
conforme a su imagen, y le puso por nombre Set. Fueron los días de
Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró
hijos e hijas. Así que Adán vivió novecientos treinta años, y murió.
Todos hemos escuchado o leído sobre un científico de alguna
universidad declarando que cierta roca o fósil tiene más de millones de
años. ¿Pero qué es lo que estos pronunciamientos hacen a la historia
bíblica que empieza con la creación? ¿Ha comprobado la ciencia
moderna que la historia de la Biblia es inexacta?

En ningún lugar de la Biblia encontramos una afirmación exacta que


dice precisamente cuantos años tiene la tierra. Sin embargo, la Biblia
está llena de afirmaciones de que, si se juntan, puede darnos una
edad bastante acertada de la tierra. Verá, en tiempos antiguos la gente
no recibía calendarios de hermosos dibujos de los bancos locales. Los
calendarios eran muy diferentes de los nuestros hoy – pero eran muy
acertados. Estos calendarios están registrados en la Biblia.

Muchas personas encuentran poco uso para las listas en las


Escrituras que dicen tal y tal engendró a tal y tal, quien engendró a tal
y tal cuando tenía 70 años de edad. Pero estas no son listas. Son los
antiguos calendarios, preservados para hoy en la Biblia por Dios.
Inclusive los chinos preservan sus calendarios por genealogías. Si
unimos todos los “engendró” y sumamos los resultados, encontramos
que la tierra no puede tener más de 6.000 años de edad. Aún si
hubieran unos pocos huecos entre algunos de los “engendró” (que
parece poco probable), aún así la tierra no puede tener más de 7.000
años de edad.

En realidad hay más métodos de fechaje científico que apoyan esta


joven edad para la tierra que las que apoyan las edades antiguas. ¡La
historia de la Biblia se encuentra sin ser desafiada por la ciencia
moderna!
Oración:
Oración: Amado Padre, Te agradezco que Tu Palabra es confiable.
Perdóname cuando empiezo a pensar que nuestra era moderna tiene
más verdad que las eras pasadas, y especialmente más que Tu
Palabra. En Nombre de Cristo Jesús. Amén.
De la edad y tamaño del universo
• 13ENE2015

A finales del siglo XVII la concepción de Isaac Newton de un universo


infinito creado instantáneamente por Dios hacía irrelevante la pregunta
sobre su tamaño, y la cuestión sobre su edad algo a ser determinado
más por los historiadores que por los hombres de ciencia. Durante
más de dos siglos después de la publicación de los Principia los
esfuerzos por determinar distancias astronómicas estuvo limitado al
Sistema Solar y a unas pocas estrellas cercanas.

La disponibilidad de telescopios cada vez mayores y el desarrollo de la


fotografía y de la espectroscopía aumentaron enormemente la
variedad y precisión de los datos a disposición de los astrónomos
pero, con todo, a finales del siglo XIX el tamaño de la Vía Láctea era
aún desconocido y, a pesar de las especulaciones sobre la posibilidad
de existencia de otros sistemas, pocos astrónomos, si alguno, creían
en la existencia de algo fuera de nuestra galaxia en el infinito vacío del
universo.

Entre 1910 y 1930 las nuevas técnicas para determinar las distancias
interestelares permitieron finalmente que los astrónomos determinaran
aproximadamente el tamaño y la forma de la Vía Láctea. Al mismo
tiempo Vesto Slipher y Edwin Hubble midieron el corrimiento hacia el
rojo en los espectros de una serie de nebulosas espirales, y
determinaron que casi todas ellas se alejaban de la Tierra a altas
velocidades radiales.

En 1929 Hubble ya había calculado la distancia a distintas nebulosas


y, por primera vez, había aportado pruebas suficientes de que las
nebulosas espirales eran agrupaciones de estrellas (no las identificó
como lo que eran, galaxias) mucho más allá del límite de la Vía
Láctea. Más significativo aún fue su descubrimiento de que cuanto
más alejada estaba una nebulosa mayor era la velocidad radial con la
que se alejaba de la Tierra.

Los descubrimientos de Hubble no solo poblaron el vacío cósmico de


Newton de innumerables estrellas, también indicaban que el universo
no sería estático, sino que se estaría expandiendo. El concepto de un
universo en expansión ya había sido propuesto teóricamente por
Willen de Sitter (en 1917), Alexander Freedman (1922) y Georges
Lemaître (1927) como una forma de resolver una anomalía en la
solución de las ecuaciones de la teoría general de la relatividad de
Albert Einstein, pero fue el trabajo de Hubble el que llevó a los
astrónomos a considerar seriamente la idea de un universo que se
expande y, por tanto, con una edad y tamaños calculables.

La clave para calcular la edad, y por tanto el tamaño, de un universo


que se expande es la determinación del cociente velocidad/distancia
intergaláctico (lo que ha venido en ser llamado constante de Hubble).
En los años treinta el primer valor de la constante calculado por el
propio Hubble implicaba una edad del universo del orden de 2.000
millones de años. Este resultado era paradójico, desde el momento en
que las determinaciones radiométricas de la edad de la Tierra eran
mucho mayores.
El trabajo, entre otros, de Walter Baade en los años cuarenta y de
Allan Sandage en los cincuenta, tuvo como consecuencia una revisión
sustancial de los valores aceptados para la constante de Hubble, y
para los años sesenta el consenso entre los astrónomos era que el
universo tenía entre 10.000 y 20.000 millones de años, con un tamaño
correspondiente del orden de 10.000 millones de años-luz. Estos datos
encajaban conceptualmente con el éxito de la hipótesis del Big Bang,
que había proporcionado a cosmólogos y astrofísicos un modelo físico
causal de un universo en expansión con un comienzo instantáneo y
edad y tamaño finitos.

Desde los años cincuenta la rápida proliferación de nuevas técnicas y


tecnologías había permitido a los astrónomos acercarse cada vez más
al borde del universo (observable) y, en los años noventa, la
determinación de un valor preciso de la constante de Hubble se
convirtió en una prioridad para el nuevo Telescopio Espacial Hubble.

A pesar de ello, los resultados de los distintos esfuerzos


independientes para recalcular la constante de Hubble no resultaron
consistentes entre sí y a finales de los noventa la controversia sobre la
edad y tamaño del universo estaba servida. A finales del siglo XX
algunos astrónomos estaban convencidos de que la edad del universo
estaría comprendida entre 12.000 y 15.000 millones de años, mientras
que otros astrónomos afirmaban que no había forma de asegurar que
la incertidumbre fuese menor al rango 10.000 y 20.000 millones de
años. Fueron necesarios dos nuevos instrumentos, WMAP y Planck
para fijar la edad del universo en el valor de consenso actual (2013),
13.798 ± 0,037 millones de años.

Otra cosa es el tamaño. El de un universo en expansión depende,


obviamente, de su edad, pero las teorías cosmológicas recientes,
como los modelos inflacionarios de Alan Guth y otros, sugieren la
posibilidad de que nuestro universo observable pueda ser solo una
(pequeña) parte de una estructura mayor.

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