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Segunda Prueba 2021.01
Segunda Prueba 2021.01
Indicaciones generales:
- Cuiden la redacción.
1.- De los siguientes cuadros escoja uno, y solo uno, como ejemplo de sublimidad
de acuerdo con la concepción de Burke. A partir de la concepción de este autor, de
su caracterización de lo sublime, y de los criterios que él da, fundamente por qué el
cuadro en cuestión puede considerarse como un ejemplo de sublimidad. Recuerde
que, a pesar de que para Burke la pintura está en desventaja respecto de la
literatura, hay un elemento que, al igual que ésta, también puede utilizar la pintura
para alcanzar la sublimidad. Mencione al menos dos elementos, aspectos o fuentes
de lo sublime según Burke, que se puedan reconocer en la pintura escogida.
50%
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/saturno/18110a75-
b0e7-430c-bc73-2a4d55893bd6
2) William Turner, Tormenta de nieve sobre el mar. 1842. óleo sobre lienzo, Tate
Gallery, Londres.
https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Joseph_Mallord_William_Turner_-
_Snow_Storm_-_Steam-Boat_off_a_Harbour%27s_Mouth_-_WGA23178.jpg
2.- De los siguientes textos escoja uno, y solo uno, como ejemplo de sublimidad
de acuerdo con la concepción de Burke. A partir de la concepción de Burke, de su
caracterización de lo sublime, y de los criterios que él da, fundamente por qué el
texto en cuestión puede considerarse como un ejemplo de sublimidad. Mencione
al menos dos elementos o aspectos de lo sublime según Burke, que estén
presentes en el texto.
50%
«Dime, desde luego, ya que ni el cielo ni la profunda extensión del infierno ocultan nada a
tu vista: di cuál fue la causa que obligó a nuestros primeros padres, tan felices en su estado
y tan favorecidos por el Cielo, a separarse de su Creador, a transgredir su única prohibición
cuando eran soberanos del resto del mundo. ¿Quién los indujo a tan vergonzosa rebelión?
La Serpiente infernal, cuya malicia, animada por la envidia y por la venganza, engañó a la
madre del género humano: su orgullo la había precipitado desde el cielo con todo su ejército
de espíritus rebeldes, con cuya ayuda aspiraba a sobrepujar en gloria a sus semejantes,
lisonjeándose de igualarse al Altísimo, si el Altísimo se le oponía. Dominado aquel espíritu
por este ambicioso proyecto contra el trono y la monarquía de Dios, suscitó en el cielo una
guerra impía y un combate temerario: más sus esfuerzos fueron vanos.
De una sola ojeada y atravesando con su mirada un espacio tan lejano como es dado a la
penetración de los ángeles, vio aquel lugar triste, devastado y sombrío; aquel antro horrible
y cercado, que ardía por todos lados como un gran horno. Aquellas llamas no despedían luz
alguna; pero las tinieblas visibles servían tan sólo para descubrir cuadros de horror,
regiones de pesares, oscuridad dolorosa, en donde la paz y el reposo no pueden habitar
jamás, en donde no penetra ni aun la esperanza, ¡la esperanza que dondequiera existe! Pero
sí suplicios sin fin, y un diluvio de fuego, alimentado por azufre, que arde sin consumirse.
Tal es el sitio que la justicia eterna preparó para aquellos rebeldes, ordenando que
estuviesen allí aprisionados en extrañas tinieblas y haciéndolo tres veces tan apartado de
Dios y de la luz del cielo cuanto lo está el centro de la creación del polo más elevado. ¡Oh
cuán distinta es esta morada de aquella de donde cayeron!»