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María.
Como buen católico siempre acaricié la dulce creencia de que la Virgen Santísima era mi
madre y abogada. Por tal motivo aprendí a rezar el Santo Rosario y a practicar otras
piadosas costumbres para honrarla. Rezaba a la Virgen María para leer la Biblia, y la
invocaba antes para que me ayudara a rezarle a Dios de la mejor manera. Pero no solo
eso, sino que busqué cuales eran los fundamentos bíblicos y de la Santa Tradición para
respaldar las creencias de mi Iglesia Católica (la verdadera Iglesia de Dios para mí en ese
momento), de la cual me sentía tan orgulloso. Sin embargo, a medida que leía las
Escrituras comprendí que la Palabra de Dios no le asignaba a la Santa Virgen ninguno de
los atributos por las cuales yo la amaba y veneraba, sino que todos ellos eran atribuidos
exclusivamente a JESUCRISTO en los escritos de los evangelistas y de los Santos Apóstoles.
Hace algún tiempo una amiga muy querida, había encontrado un artículo titulado: 5
sorprendentes afirmaciones de Martin Lutero sobre la Virgen María, que la
dejaron algo inquieta porque una amiga suya, muy Católica, la usaba para rechazar la
actitud Protestante de no dar culto a María, argumentado que el Padre del Protestantismo
MARTIN LUTERO, creía, al igual que los católicos, en tributar Culto a María como se hace
con Jesucristo. He preparado este humilde estudio personal consultando en las fuentes
primarias, Libros de la Iglesia católica y los antiguos escritos del Reformador a los que se
hace alusión en el artículo mencionado.
La actual Iglesia de Roma ha dejado de vilipendiar al protestantismo y en su lugar dirige
sus ojos a los escritos de los primeros reformadores, encontrando en ellos razones para
argumentar que los actuales descendientes de la Reforma han abandonado las creencias
de sus héroes de la edad media. Aunque esto es cierto, es necesario aclarar varios puntos
que nos separan y continuarán separando de la Iglesia de Roma:
1. Los primeros patriarcas de la Reforma eran en su mayoría hijos fieles de la Iglesia
Romana, mentes brillantes y espíritus piadosos que deseaban con ahínco
devolver a la Iglesia su resplandor apostólico, la pureza de las verdades que
abrazaron, amaron y diseminaron los primeros cristianos. EN NINGUNA
MANERA DESEABAN SEPARARSE DE LA IGLESIA DE ROMA Y MENOS FORMAR
COMUNIDADES SEPARADAS DE LA COMUNIÓN DE TODOS LOS SANTOS.
2. Para los cristianos que abrazaron la reforma de Lutero LA SEPARACIÓN fue un
paso dado con profundo dolor, motivado por el deseo de purificar la Iglesia
basando sus enseñanzas en los cuatro principios fundamentales que esgrimiera
el padre Martín Lutero, a saber: SOLO SCRIPTURA, SOLO FIDE, SOLO GRATIA,
SOLO CRISTO, SOLO A DIOS LA GLORIA.
3. Este paso fue GRADUAL, (vea proverbios 4:18) por lo que es natural encontrar
en sus escritos referencias a prácticas de origen católico que continuaban
enseñándose en el seno de la Iglesia Protestante, pero con pequeñas diferencias
que más tarde se harían abismales. Véase por ejemplo el “Catecismo Breve para
Uso de los Párrocos y Predicadores en General” en donde el Reformador alemán
habla sobre los Diez Mandamientos (en donde usa la versión Católica de los
mismos, ignorando los Diez Mandamientos consignados en el libro de Éxodo cap
20:1-17), y Los Artículos De Schmalkalda, en donde menciona la forma correcta
de celebrar la Santa Cena, usando el pan y el vino y no solo el pan, como aún
ocurre en la Misa católica, aunque Lutero aún persiste en su creencia católica
errónea de la transubstanciación. En este libro se menciona también el uso del
bautismo de niños, la ordenación de sacerdotes, la observancia del Domingo, la
confesión y otros asuntos QUE MÁS TARDE FUERON ABANDONADOS A LA LUZ
DE LAS ESCRITURAS.
Ahora, teniendo en cuenta estos tres puntos pasemos a probar con las Escrituras y con
otras declaraciones de Lutero el artículo: 5 sorprendentes afirmaciones de Martin Lutero
sobre la Virgen María.
En cuanto a las primeras cuatro declaraciones del Artículo en cuestión podemos afirmar
Nuestro Señor Jesucristo jamás afirmó que su Santa Madre fuera Madre de todos
los cristianos. En cierta ocasión los hermanos de Jesús (más tarde explicaremos
quienes eran) fueron a buscarlo y llevaron consigo a María probablemente para
convencerlo de su error al altercar con los líderes judíos. Estos hermanos de Jesús
no creían en El cómo nos lo hace saber el apóstol Juan en su Evangelio (Juan 7:1-5),
por el contrario pensaban que Cristo estaba fuera de sí (Marcos 3:20-21).
Probablemente llegaron con María para manipular a Cristo por el amor que sentía
por su madre, presentándose una gran oportunidad para que el Señor diera a
conocer que su madre era Madre de todos nosotros, pero lo que dijo asombró a
todos:
“Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él
por causa de la multitud. Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están
fuera y quieren verte. El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis
hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen” Lucas 8:19-21
La madre de los creyentes y de Cristo es la Iglesia de Dios (la mujer que está de
parto Miqueas 4:10; la Hija de Sion Sofonías 3:14, la esposa de Dios Isaías 54:1-8),
y la Iglesia de Dios representada por la ciudad Santa de Jerusalén (Apocalipsis 21:2)
la que guarda los Mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús Apocalipsis
12: 1-2,5-6,13-17. De la cual es hija también la Virgen María.
San Anselmo: Dice que, cuando recurrimos a la Madre de Dios, no solo debemos
estar seguros de su protección, sino que seremos a veces más pronto escuchados
y atendidos recurriendo a María e invocando su santo nombre que invocando el
nombre de nuestro Salvador Jesucristo.(Las glorias de María, Alfonso María de
Ligorio, pág. 605, B. A. C.).
Nicéforo: Muchas cosas se piden a Dios y no se alcanzan, y se piden a María y se
alcanzan.(Las glorias de María, pág. 605 y 606, B. A. C.)
Santo Tomás de Villanueva: Señora, no sabemos más refugio que el vuestro. Vos
sola sois la esperanza en quién confiamos, vos sola la abogada en quién ponemos
los ojos.(Las glorias de María, pág. 594).
Ricardo de San Lorenzo dice: que antes de que viniera María al mundo,
lamentábase Dios de que no hubiera quién contuviese los castigos contra los
pecadores, pero que, nacida María, está encargada de detenerlos. (Las glorias de
María, pág. 595).
San Jorge, Obispo de Nicomedia dice: que Jesucristo, ejecutando las órdenes de su
madre, no hace, en cierto modo más que pagarle la deuda contraída con ella por
haber consentido en darle el ser de hombre.(Las glorias de María, pág. 655).
Ricardo de San Victor decía: María reparó la caída de los ángeles y reconcilió con
Dios a la naturaleza humana.(las glorias de María, pág. 763).
El papa Benedictino XV en 1918 decía de María lo siguiente: “Estuvo presente,
padeció y casi murió con su hijo…de suerte que redimió con Cristo a la
humanidad”.
El papa Pío XI, al clausurar el jubileo de la redención en 1935, invocó a María
recordandola al pie de la Cruz “sufriendo como corredentora”.
Se narra en las crónicas franciscanas de Fray León que cierta vez vio una escalera roja en
cuyo vértice se hallaba Jesucristo; y otra blanca en cuya cima estaba su Santísima Madre.
VIO QUE ALGUNOS LLEGABAN PARA SUBIR POR LA ESCALERA ROJA, SUBÍAN ALGUNOS
ESCALONES Y SE CAÍAN, VOLVÍAN A SUBIR Y VOLVÍAN A CAER. Fueron, pues invitados a
dirigirse a la escalera blanca y vio que por ella subían fácilmente porque la Santísima
Virgen les extendía la mano y así llegaban seguros al paraíso. Pregunta san Dionisio
Cartujano: ¿Quiénes se salvan?, ¿Quiénes llegan a reinar en el cielo? Y responde: Se salvan
y reinan ciertamente aquellos por quienes esta Reina de misericordia eleva sus
oraciones”…De aquí se desprende que quien sirve a María y por quien ella intercede, vive
tan seguro del paraíso como si ya estuviera en el…Dice, en cambio, QUE QUIENES NO
SIRVEN A MARIA NO SE SALVARÁN, (como vemos aunque acudan al Señor Jesucristo),
porque quienes se hallan privados de la ayuda de esta poderosa Madre se ven
abandonados de la ayuda de su Hijo y de toda la corte celestial” Las Glorias de María pág.
360
San Bernardo dice “acude a esta Madre de Misericordia y preséntale las llagas que por tus
culpas llevas en el alma; ella ciertamente rogará a su Hijo que te perdone por la LECHE
QUE ELLA LE DIO; y el Hijo que la quiere tanto; con seguridad la escuchará” Las Glorias de
Maria pág. 112
Según el mismo Cristo el hecho de haber sido amamantado por esta Santa Mujer no le
confiere el derecho de ser alabada más que AQUELLOS QUE OYEN LA PALABRA DE DIOS Y
LA GUARDAN
“Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo:
Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes
bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”. San Lucas 11:27-28
Cristo pone a la Palabra de Dios por encima de María, y es esa Palabra de Dios la que reza:
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser
cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE
BAJO EL CIELO, DADO A LOS HOMBRES, EN QUE PODAMOS SER SALVOS.” Hechos 4:11-12
Las creencias basadas sobre la Sublimidad de María que los escritores católicos romanos
defienden no se detienen sino que llegan a situar a María al mismo nivel de la Santísima
Trinidad. Vea la siguiente declaración:
“Afirma San Bernardino que para ser Madre de Dios, la Santísima Virgen debió ser elevada
a cierta IGUALDAD CON LAS PERSONAS DIVINAS MEDIANTE UNA GRACIA CASI INFINITA.
Y, dado que los hijos, moralmente hablando, son la misma cosa con sus padres de modo
que los bienes y honores son comunes entre ellos, y si Dios mora de diferentes maneras
en las criaturas, dice San Pedro Damián, en María habitó por modo singular, por identidad,
HACIENDOSE UNO CON ELLA. En consecuencia exclama: Enmudezca de estupor toda
criatura, cuando se atreve a mirar a tan augusta dignidad. DIOS HABITA EN LA VIRGEN,
con quien se identifica en la naturaleza” Las Glorias de María pág. 566
Aunque los teólogos católicos lo niegan María llega a ser considerada una especie de
Divinidad, capaz de conceder a los pecadores el don de la Salvación.
Vea como María es más venerada por el mundo Católico que el mismo Señor:
MARÍA EN EL CULTO CATÓLICO.
No hubiese sido pecado que la Bienaventurada María tuviera más hijos puesto
que estaba casada San Lucas 1:27; y las Escrituras dicen que José no la conoció
(tener relaciones conyugales vea Génesis 4;1) HASTA que dio a luz a su
Primogénito (Mateo 1:25) y Pablo deja bien en claro que la cama del matrimonio
es sin mancilla Hebreos 13:4
Dios bien pudo haber hecho un milagro con la Santa Madre de Cristo dejándola
virgen después del parto, por un acto milagroso como fue el aparecer dentro de
una habitación con un cuerpo físico estando cerradas las puertas Juan 20:19;
Lucas 24:36-41 o el caminar sobre las aguas
Sin embargo eso no hace que María sea la dispensadora de la Gracia de Dios,
Corredentora, o el medio por el cual Dios nos salva, como lo afirma San Alfonso
María de Ligorio, sino una receptora bienaventurada de una gracia especialísima.
Es común que muchos cristianos tomen Marcos 6:3 para afirmar que María tuvo más
descendientes. Sin embargo la usanza bíblica para la palabra hermanos no solo se refiere
a hermanos nacidos del mismo padre y de la misma madre, sino que puede usarse para
referirse a otros familiares (vea Génesis 13:8). Es necesario en el caso de los hermanos de
Jesús se puede notar que eran mayores que El ya que intervienen decididamente en su
manera de actuar y asumen cierta autoridad frente a Él, autoridad que hermanos menores
en los tiempos bíblicos jamás habrían ejercido ((Juan 7:1-5; Marcos 3:20-21; Lucas 8:19-
21).
Pregunto. ¿Si los hermanos de Cristo que se describen en este grupo familiar en Marcos
6:3 eran mayores que Jesús por lo que vemos, y la Biblia dice que el Señor fue el
primogénito de su Madre, de donde Salieron? Según una tradición antiquísima admite que
eran hijos de José, puesto que este varón había enviudado y había quedado con niños
pequeños. Al casarse con la joven María, y después de todo lo sucedido con la llegada del
Señor al mundo, ellos llegaron a formar parte de la Sagrada familia.
En cuanto a que se llame a María madre de Dios las Escrituras son claras al respecto.
Cuando María visitó a su prima Isabel en las montañas de Judea fue saludada por Isabel
llena del Espiritu Santo de la siguiente manera: “Bendita tu entre las mujeres y bendito es
el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor
venga a mí? Porque tan pronto como llego la voz de tu saludo a mis oídos, la criatura
saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que
fue dicho de parte del Señor.” Lucas 1:39-45 pero la respuesta de María en los versículos
siguientes fue: “engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi
Salvador…” María fue madre de Uno que ya era Dios y que la había escogido para ser su
entrada a este mudo, tomando de ella su carne humana. Pero ella llena del Espíritu Santo
dirige toda nuestra atención al Único que puede Salvar: su HIJO JESUCRISTO. María
merece toda nuestra reverencia y admiración como todas las cosas y personas sagradas
pero nunca nuestra adoración y dependencia de ella, puesto que aun siendo tan honrada
no era más que una criatura, posición en la que supo permanecer dignamente cuando
vivía. Después de su muerte y de la muerte de los apóstoles y de sus discípulos cercanos
es que comenzaron a aparecer en medio de la iglesia enseñanzas engañosas Hechos
20:29-30
Conclusión
Para los auténticos cristianos María es el mayor ejemplo de lo que Dios puede y quiere
hacer en nuestras vidas. El desea que Cristo sea formado en nuestros corazones del
mismo modo como se formó en las entrañas de la Santa Virgen, desea que honremos a
Dios de la forma sumisa y reverente con la que María se extasía en el Poder de Dios que
cambia vidas así como lo expresa en su oración del Magníficat contenido en el evangelio
de San Lucas 1:46-55, en la cual reconoce que Dios es su Salvador. Desea que
obedezcamos como María Lucas 1:38 y que intercedamos por las necesidades de otros
como María Juan 2:1-5. Pero debemos recordar que para María no había otro Dios y como
buena judía dirigía sus oraciones tan solo a Dios, su Hashem. Supongamos por un
momento que María intercede por nosotros ante Dios en el cielo, ¿Cuáles serían sus
suplicas? ¿No sería acaso que nos volvamos a Dios? María estaría feliz que nos
acogiéramos tan solo a su Hijo aunque ignoráramos completamente lo que ella hace. El
error del catolicismo es atribuirle a María poderes que solo le pertenecen a Dios y eso en
las palabras de Lutero, es convertirla en un IDOLO y caer en la más absoluta blasfemia.