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JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

Magistrado Ponente

STP -2020
Radicación n.° 109706
(Aprobación Acta No. 076)

Bogotá D.C., catorce (14) de abril de dos mil veinte (2020)

VISTOS

Decide la Sala el recurso de impugnación interpuesto por


HAROLD DANIEL FARFÁN RODRÍGUEZ, mediante
apoderado judicial, contra el fallo de tutela proferido por la
Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Villavicencio el 18 de febrero de 2020, que declaró
improcedente el amparo invocado contra el Juzgado
Segundo Penal Municipal de Villavicencio con Funciones de
Control de Garantías y el Juzgado Primero Penal del
Circuito de Villavicencio.

Fueron vinculados como terceros con interés legítimo las


partes e intervinientes del proceso penal
500016105671201586995 (en adelante proceso 2015-
86995).
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

ANTECEDENTES
Y
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN

Fueron recogidos en la decisión de primera instancia en los


siguientes términos1:

Harold Daniel Farfán Rodríguez, a través de apoderado


judicial, indicó que el diecinueve (19) de diciembre de dos
mil dieciocho (2018), el Juzgado Segundo Penal Municipal
de Control de Garantías Ambulante de Villavicencio realizó
audiencia preliminar en la que la Fiscalía le formuló
imputación por los delitos de esta masa agravada, en
concurso con falsedad material en documento público,
simulación de investidura o cargo y abuso de confianza; al
igual que, le fue impuesta medida de aseguramiento
privativa de la libertad en centro carcelario.

Sostuvo que, el cuatro (4) de septiembre de dos mil


diecinueve (2019) solicitó al Juzgado Segundo Penal
Municipal de Control de Garantías de Villavicencio la
sustitución de la medida de aseguramiento intramural por
domiciliaria, con fundamento en el parágrafo del artículo
38 y el artículo 38B del Código Penal y argumentó que
cumple los requisitos contenidos en el artículo 314,
numeral 1 de la Ley 906 de 2004.

Refirió que, la mencionada autoridad judicial negó su


pretensión con fundamento en el que el parágrafo del
artículo 38 y el artículo 38B de Código Penal son aplicables
exclusivamente por el Juez de Conocimiento y no se
pronunció al respecto, razón por la que acudió al recurso
de alzada.

Señaló que, en audiencia del veinticuatro (24) de enero de


dos mil veinte (2020), el Juzgado Primero Penal del Circuito
de Villavicencio confirmó la decisión del a quo, al
considerar que la defensa no argumentó su solicitud
conforme lo establece el artículo 314 de la Ley 906 de
2004, sin tener en cuenta que el motivo principal para
interponer el recurso de apelación consistía en que se
aclarara si el parágrafo del artículo 38 y el articulo 38B del
Código Penal pueden ser analizados por el Juez de Control
1
Folios 87 a 88, cuaderno 1.

2
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

de Garantías.

Puntualizó que los Juzgados accionados incurrieron en


defecto de decisión sin motivación, pues no indicaron los
fundamentos fácticos y jurídicos en la determinación, pues
no se pronunciaron en relación con la sustitución de la
medida de aseguramiento establecida en el parágrafo del
artículo 38 del Código Penal.

Agregó que, la solicitud de amparo cumple con los


requisitos de procedencia contra providencia judicial, dado
que señaló la relevancia constitucional, agotó todos los
medios de defensa judicial al interior del proceso, la
interpuso en plazo razonable e indicó los hechos
generadores de la vulneración.

Por lo anterior, solicitó al Juez de Conocimiento amparar el


debido proceso, declarar que los Juzgados accionados
incurrieron en vía de hecho.

EL FALLO IMPUGNADO

La Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de


Villavicencio declaró improcedente el amparo deprecado, al
considerar que no se presentó, en las decisiones
censuradas, el defecto de decisión sin motivación alegado
por el accionante.

Destacó que, si persiste la inconformidad del accionante


con las decisiones adoptadas, puede solicitar nuevamente
ante el respectivo Juez de Control de Garantías el
subrogado de prisión domiciliaria y, además, resaltó que se
torna innecesaria la intervención del Juez Constitucional,
por cuanto, la acción de tutela no constituye una instancia
paralela al proceso penal.2
LA IMPUGNACIÓN

2
Folios 87 a 89, cuaderno 1.

3
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

El accionante, a través de su apoderado judicial, impugnó el


fallo proferido en primera instancia y sostuvo que la
providencia proferida por el Juzgado Primero Penal del
Circuito de Villavicencio no cumple con el principio de
congruencia.

Manifestó que, al resolverse el recurso de apelación, no se


pronunció sobre la procedencia o no del parágrafo del
artículo 38 y el artículo 38B de la Ley 599 de 2000,
situación que vulneró su derecho fundamental al debido
proceso.3

CONSIDERACIONES DE LA SALA

De conformidad con lo previsto en el artículo 32 del Decreto


2591 de 1991, esta Sala es competente para resolver el
recurso de impugnación interpuesto por HAROLD DANIEL
FARFÁN RODRÍGUEZ, mediante apoderado judicial, contra
la decisión proferida el 18 de febrero de 2020 por la Sala
Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Villavicencio.

Requisitos de procedibilidad de la acción de tutela


contra providencias judiciales.

La tutela es un mecanismo de protección excepcional frente


a providencias judiciales, su prosperidad va ligada al
cumplimiento de estrictos requisitos de procedibilidad que
implican una carga para el actor, tanto en su planteamiento
como en su demostración, como lo ha expuesto la propia

3
Folios 124 a 126, cuaderno 1.

4
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

Corte Constitucional4.

La acción de tutela contra providencias judiciales, exige:

a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente


relevancia constitucional.

b. Que se hayan agotado todos los medios -ordinarios y


extraordinarios- de defensa judicial al alcance de la persona
afectada, salvo que se trate de evitar la consumación de un
perjuicio iusfundamental irremediable.

c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir, que


la tutela se hubiere interpuesto en un término razonable y
proporcionado a partir del hecho que originó la vulneración .

d. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe


quedar claro que la misma tiene un efecto decisivo o
determinante en la sentencia que se impugna y que atañe a
los derechos fundamentales del accionante.

e. Que la parte actora identifique de manera razonable


tanto los hechos que generaron la vulneración como los
derechos vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración
en el proceso judicial siempre que esto hubiere sido
posible.5

f. Que no se trate de sentencias de tutela.

Mientras que, en punto de las exigencias específicas, se han


establecido las que a continuación se relacionan:

4
Fallos C-590 de 2005 y T-332 de 2006
5
Ibídem

5
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

i) Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario


judicial que profirió la providencia impugnada carece
absolutamente de competencia para ello.

ii) Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el


juez actuó completamente al margen del procedimiento
establecido.

iii) Defecto fáctico, el cual surge cuando el juez carece del


apoyo probatorio que permita la aplicación del supuesto legal
en el que se sustenta la decisión.

iv) Defecto material o sustantivo, como son los casos en que


se decide con base en normas inexistentes o
inconstitucionales6 o que presentan una evidente y grosera
contradicción entre los fundamentos y la decisión;

v) Error inducido, el cual surge cuando el juez o tribunal fue


víctima de un engaño por parte de terceros y ese engaño lo
condujo a la toma de una decisión que afecta derechos
fundamentales.

vi) Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de


los funcionarios judiciales de explicitar los fundamentos
fácticos y jurídicos de sus decisiones, en el entendido que
precisamente en esa motivación reposa la legitimidad de su
órbita funcional.

vii) Desconocimiento del precedente, hipótesis que se


presenta, por ejemplo, cuando la Corte Constitucional
establece el alcance de un derecho fundamental y el juez
ordinario aplica una ley limitando sustancialmente dicho

6
Sentencia T-522 de 2001

6
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

alcance. En estos casos la tutela procede como mecanismo


para garantizar la eficacia jurídica del contenido
constitucionalmente vinculante del derecho fundamental
vulnerado7.

viii) Violación directa de la Constitución.

Los anteriores requisitos, no pueden quedarse en meros


enunciados, pues han sido reiterados por la Corte
Constitucional, primero en la sentencia C-590 de 2005,
luego en las decisiones T-332, T-780 y T-212 de 2006,
reforzando lo dicho en la primera de las mencionadas
providencias, en el sentido de que, cuando se trata de
acciones de tutela contra providencias judiciales, las
mismas solo pueden tener cabida «… si se cumplen ciertos y
rigurosos requisitos de procedibilidad. Dentro de estos pueden
distinguirse unos de carácter general, que habilitan la
interposición de la tutela, y otros de carácter específico, que tocan
con la procedencia misma del amparo, una vez interpuesta». -C-
590 de 2005-.

ANÁLISIS DEL CASO CONCRETO.

La impugnación se centra en un punto específico:


determinar si la providencia proferida el 24 de enero de
2020 por el Juzgado Primero Penal del Circuito de
Villavicencio, donde resolvió el recurso de apelación
interpuesto contra el auto que denegó su solicitud de
sustitución de la detención preventiva en establecimiento
carcelario por el lugar de residencia, vulneró los derechos
fundamentales de HAROLD DANIEL FARFÁN
7
Cfr. Sentencias T-462 de 2003; SU-1184 de 2001; T-1625 de 2000 y T-1031 de
2001

7
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

RODRÍGUEZ.

Al examinar las pruebas obrantes y el marco jurídico


aplicable, la Sala considera que lo pertinente es confirmar el
fallo impugnado, comoquiera que la decisión censurada no
se enmarca en alguno de los requisitos específicos de
procedibilidad de la acción de tutela contra providencias
judiciales.

En el auto objeto de la presente acción de tutela, no se


advierte que la autoridad judicial accionada haya incurrido
en una vía de hecho, además, tampoco se presenta la
incongruencia alegada por el accionante, dado que existe
una concordancia entre lo relatado en el acápite de «decisión
de primera instancia» y «argumentos del apelante» con lo
expuesto en la parte considerativa y resolutiva de dicha
providencia.

Al respecto, y a criterio del Juzgado Primero Penal del


Circuito de Villavicencio, el punto esencial del recurso
puesto a su conocimiento consistió en:

La Defensa presenta recurso de apelación argumentando


inicialmente que el delito indilgado a su prohijado
corresponde a estafa agravada de acuerdo al artículo 267
del C.P. y la prohibición del artículo 314 del C.P.P. se
refiere a la estafa agravada por el artículo 247 del C.P.,
siendo así que no existiría prohibición de sustitución de
medida para el caso en concreto.8

Posteriormente, le asistió razón a la defensa, pues


ciertamente no era aplicable la prohibición establecida en el
parágrafo del artículo 314 de la Ley 906 de 2004, sin

8
Folio 19, cuaderno 1.

8
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

embargo, manifestó que la solicitud presentada no cumplió


con la carga argumentativa exigida por el numeral 1º
ibidem, razón por la cual decidió confirmar el auto
recurrido.

La Sala no avizora alguna arbitrariedad o irracionalidad


dentro de este auto, por el contrario, se evidencia que el
mismo es fruto de un análisis adecuado de la normativa
aplicable al asunto, así como de la autonomía e
independencia de las autoridades judiciales, por lo cual se
torna innecesaria la intervención del Juez Constitucional.

Si bien el accionante considera que el Juzgado Primero


Penal del Circuito de Villavicencio debió establecer los
motivos por los cuales los artículos 38 y 38B de la Ley 599
de 2000 eran o no aplicable a su situación particular, lo
cierto es que dicha omisión carece de relevancia
constitucional, toda vez que HAROLD DANIEL FARFÁN
RODRÍGUEZ está sujeto a una medida de detención
preventiva en establecimiento carcelario, por ende, la
disposición normativa aplicable para estudiar su solicitud
para sustituir el cumplimiento de la misma por el lugar de
residencia, efectivamente es el artículo 314 de la Ley 906 de
2004.

En lo concerniente se pronunció la Sala de Casación Penal


de esta Corporación, en la SP024-2019 del 23 de enero de
2019, Rad. 53602:

Precisamente, esos casos de sustitución de la detención


preventiva se regulan en el artículo 314 ibídem, que
contempla, entre otros, la grave enfermedad, edad superior

9
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

a 65 años o la condición de padre cabeza de familia.

De ello se obtiene, entonces, que en los casos de sustitución


de la detención preventiva el competente para conocer del
asunto lo es el juez de control de garantías, si la
controversia opera antes de anunciarse el sentido del fallo,
o el de conocimiento, cuando se ha superado este estadio
procesal y no se ha ejecutoriado la sentencia; pero en los
casos en los cuales se busca con vocación de permanencia
que se sustituya, no la medida de aseguramiento, sino la
pena fijada, el asunto necesariamente remite a los jueces de
ejecución de penas, “todo ello surgido con posterioridad a la
ejecutoria del fallo”, como se viene diciendo desde 20069.

Por lo demás, la interpretación prohijada por la Sala es la


que mejor se aviene con el examen contextualizado del
tema, como quiera que más que circunstancias jurídicas
consolidadas, en los casos de sustitución se advierte de
hechos que perfectamente pueden surgir intempestivos o
materializarse en un concreto momento que no
necesariamente ocurre antes del fallo o con ocasión de este,
razón por la cual su solicitud opera, dependiendo de ese
factor cronológico, en sede de sustitución de la medida de
aseguramiento, con competencia de pronunciamiento para el
juez de control de garantías y el de conocimiento; o como
sustituto de la prisión, en cuyo caso la intervención
corresponde al juez de ejecución de penas y medidas de
seguridad.

De esta manera, si sucede que el hecho que configura la


causal de sustitución opera previo a la ejecutoria del fallo, lo
adecuado es pedir al juez de control de garantías o de
conocimiento que se pronuncie al respecto, en sede de
modificación de la medida de aseguramiento de detención
preventiva intramural; pero, si lo que se quiere es que la
pena dispuesta en el fallo sea sustituida, ya el criterio
jurídico y efectos de lo pedido son asaz diferentes y por este
motivo corresponde pronunciarse a una autoridad distinta,
una vez ejecutoriada la sentencia.

Además, basta con examinar el primero de los requisitos


establecidos en el artículo 38B de la Ley 599 de 2000, a
saber, «Que la sentencia se imponga por conducta punible cuya
pena mínima prevista en la ley sea de ocho (8) años de prisión o

9
Radicado 25724 de 2006

10
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

menos», para arribar a la conclusión que dicha disposición


normativa es improcedente en la situación de las personas
sujetas a una medida de aseguramiento de detención
preventiva.

Por ello, no incurren en una vía de hecho las autoridades


judiciales accionadas, al tramitar su solicitud conforme al
mencionado artículo 314 de la Ley 906 de 2004, máxime
cuando el Juzgado Segundo Penal Municipal de Control de
Garantías de Villavicencio, acertadamente, manifestó que el
artículo 38 y 38B únicamente son aplicables cuando existe
una sentencia condenatoria.10

Por estos motivos, resultaría inane revocar esa decisión y


ordenar al Juzgado Primero Penal del Circuito de
Villavicencio emitir una nueva providencia abarcando este
punto, pues, en prevalencia de lo sustancial sobre lo formal,
el auto del 24 de enero de 2020 resolvió en debida forma el
recurso puesto a su conocimiento, por lo cual se convierte
en un desgaste innecesario del aparato judicial requerir un
nuevo pronunciamiento por esta autoridad, pues el mismo
seria esencialmente igual al que actualmente se encuentra
vigente.

A raíz de lo anterior, la Sala confirmará la decisión


impugnada, pero aclarará el sentido, pues denegar y
declarar improcedente son determinaciones diferentes,
conforme fue explicado por la Corte Constitucional
mediante la sentencia T-883 de 2008:

10
Folio 81 y 91, cuaderno 1.

11
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

Denegar la acción implica un análisis de fondo, mientras que la


improcedencia supone la ausencia de los requisitos procesales
indispensables para que se constituya regularmente la relación
procesal o proceso y el juez pueda tomar una decisión de fondo
sobre el asunto sometido a su consideración. En este orden de
ideas, ante la ausencia de un requisito lógico-jurídico esencial
para que la relación procesal pudiera constituirse, el juez de
instancia debió haber declarado improcedente la acción…
(Textual).

En este caso el amparo debe denegarse porque no se


cumplen los requisitos específicos de procedibilidad de la
acción de tutela contra decisiones judiciales, lo cual amerita
un análisis de fondo de la solicitud de amparo.

Por lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA


DE CASACIÓN PENAL – EN SALA DE DECISIÓN DE
ACCIONES DE TUTELA N° 1, administrando justicia, en
nombre de la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE

PRIMERO. CONFIRMAR el fallo de tutela impugnado,


por las razones expuestas.

PRIMERO. NOTIFICAR a los sujetos procesales el


presente fallo, por el medio más expedito.

SEGUNDO. Envíese la actuación a la Corte


Constitucional para su eventual revisión, dentro del término
indicado en el artículo 31 del Decreto 2591 de 1991.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

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Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

PATRICIA SALAZAR CUÈLLAR


Salva el voto

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VISZCAYA

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

13
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR


SALVAMENTO DE VOTO

Radicación n° 109706

Con el respeto acostumbrado por la posición


mayoritaria, a continuación expondré las razones que
sustentan mi salvamento de voto, que coinciden con las
expuestas durante las discusiones al interior de la Sala.

Es claro que la demanda de tutela no busca que la


Corte le otorgue a HAROLD DANIEL FARFÁN RODRÍGUEZ
el beneficio de la detención domiciliaria. Lo que pretende el
accionante es que se le ordene al juzgado de segunda
instancia que le de respuesta a sus alegatos, orientados a la
aplicación de los artículos 38 y 38 B de la Ley 599 de 2000.

Lo anterior, bajo el argumento de que si bien es cierto


estas normas regulan la prisión domiciliaria, también lo es
que el parágrafo de la primera de ellas dispone
expresamente que esta reglamentación le es aplicable a la
medida de aseguramiento de detención preventiva.

Por mayoría se negó el amparo, bajo el argumento


principal de que las normas en mención regulan la prisión
domiciliaria (que debe decidirse luego de la sentencia ), mas no la
detención preventiva.

Se sostuvo, además, que en el ordenamiento jurídico


vigente el cambio de sitio de reclusión para la detención

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Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

preventiva está regulado exclusivamente en el artículo 314


de la Ley 906 de 2004. Prueba de ello, según se dijo, es que
el primer requisito consagrado en el artículo 38 B consiste
en que el mínimo de la pena prevista para el delito por el
que se emite la condena no sea superior a 8 años.

En mi opinión, en este caso debió revocarse la decisión


proferida por la Sala Penal del Tribunal Superior de
Villavicencio, por las siguientes razones:

Según se anotó en precedencia, a la Corte no le


compete decidir si al demandante se le debe conceder o no
la detención domiciliaria a la luz de los artículos 38 y 38 B
del Código Penal. Lo que debe establecerse es si las
autoridades judiciales demandadas violaron el debido
proceso al no dar una respuesta a esta petición.

Finalmente, lo que se da a entender en la posición


mayoritaria es que la petición que el solicitante les presentó
a las autoridades judiciales demandas es manifiestamente
improcedente, pues solo bajo ese presupuesto podía
omitirse la respuesta.

En ese sentido, se señaló que el Juzgado Segundo


Penal Municipal de Villavicencio “acertadamente, manifestó
que el (sic) artículo 38 y 38 B únicamente son aplicables
cuando existe una sentencia condenatoria”, y se concluyó
que “resultaría inane revocar esa decisión y ordenar al
Juzgado Primero Penal del Circuito emitir una nueva
providencia abarcando este punto, pues, en prevalencia de lo

15
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

sustancial sobre lo formal, el auto del 24 de enero de 2020


resolvió en debida forma el recurso puesto a su conocimiento
(…)”.

Considero (valga la reiteración) que a la Corte no le


compete resolver de fondo sobre la procedencia de la
detención domiciliaria a la luz de los artículos 38 y 38 A del
Código Penal, sino establecer si la petición que en su
momento presentó el accionante reunía los requisitos para
que fuera objeto de estudio y respuesta por parte de las
autoridades judiciales demandadas. Con este exclusivo
propósito, me permito aclarar lo siguiente:

El artículo 314 de la Ley 906 de 2004 (cuya última


reforma se dio en el año 2007), plantea, en su numeral
primero, que la detención intramuros puede ser sustituida
por la domiciliaria cuando esta sea suficiente “para el
cumplimiento de los fines previstos para la media de
aseguramiento”.

De otro lado, se tiene que el artículo 38 (modificado en


el año 2014), regula la prisión domiciliaria, y en su
parágrafo, dispone:

La DETENCIÓN PREVENTIVA11 puede ser sustituida por la


detención en el lugar de residencia en los mismos casos en los
que procede la prisión domiciliaria. En estos casos se aplicará el
mismo régimen previsto para este mecanismo sustitutivo de la
prisión.

11
Énfasis añadido

16
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

Se trata, sin duda, de una norma de remisión, bajo el


entendido de que esta metodología (remisiones) es usada
con frecuencia por el legislador, al punto que el artículo
314, que regula la DETENCIÓN DOMICILIARIA, debe
aplicarse por remisión a los casos de PRISIÓN
DOMICILIARIA, tal y como lo dispone el artículo 461 ídem.

De regreso al artículo 38, no puede tenerse por


absurdo que el legislador haya extendido los beneficios de la
PRISIÓN DOMICILIARIA (para quien ya fue oído y vencido
en juicio), a quienes aun gozan de la presunción de
inocencia. Visto de otra manera, no es descabellado que se
conceda la DETENCIÓN DOMICILIARIA en los eventos de
procedencia de la PRISIÓN DOMICILIARIA, pues el
procesado tendría derecho a ello en el evento de una
condena. En todo caso, una postura contraria debe ser
debidamente sustentada, entre otras porque implica
alejarse de la literalidad de la norma.

Bajo esta premisa, se tiene que el artículo 38 B, luego


de las reformas introducidas (la última, a través de la Ley
1709 de 2014), consagra solo requisitos “objetivos” para la
procedencia de la PRISIÓN DOMICILIARIA. Antes, la norma
consagraba la obligación de realizar un pronóstico de
peligro para la comunidad.

Los requisitos vigentes se reducen a: (i) que la pena


mínima consagrada para el delito por el que se imponga la
condene no exceda de ocho años; (ii) verificación de arraigo;
(iii) otorgamiento de caución…

17
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

Así, a la luz de la literalidad de estas normas, se tiene


que el artículo 314 es más laxo, en cuanto no consagra
estas limitaciones, pero es más restrictivo, en cuanto
impone la obligación de verificar si la privación domiciliaria
sería suficiente para satisfacer el fin de la medida, sin
perjuicio de las prohibiciones allí previstas.

De otro, los artículos 38 y 38 B son más restrictivos,


en cuanto consagran dichos requisitos “objetivos”, pero es
más laxo, en cuanto no impone el referido pronóstico, como
sí lo hacía el artículo 38 antes de ser reformado.

Según las particularidades del caso, cualquiera de


estas regulaciones podría resultar más favorable para el
procesado (sujeto a medida de aseguramiento de privación
de la libertad intramuros), si se atendiera el tenor literal de
estas disposiciones.

Así, cuando un procesado plantea la posibilidad de


que se le sustituya la detención intramuros por
domiciliaria, y sostiene que ello procede no solo bajo la
cobertura del artículo 314, numeral primero, sino además
por lo previsto en los artículos 38 y 38 B del Código Penal,
en estrictito sentido está pidiendo dos respuestas
diferentes, pues en ambos casos el cambio de sitio de
reclusión está sujeto a requisitos distintos.

Ahora bien, si se considera que los artículos 38 y 38 B


no son aplicables a la DETENCIÓN PREVENTIVA, a pesar

18
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

de que la primera de estas normas lo dispone expresamente


(en su parágrafo), lo mínimo que se espera del despacho
judicial es una respuesta debidamente sustentada.

Esa respuesta no puede consistir en la simple


afirmación de que prima el artículo 314, porque ello, por
razones obvias, no puede tenerse como motivación
suficiente, entre otras cosas porque puede representar una
petición de principio.

Lo anterior, se reitera, no implica la toma de postura


sobre la interpretación más plausible de estas normas, pues
no se descarta la necesidad de apelar a otros criterios de
interpretación. Lo que se quiere resaltar es que el tema
tiene la entidad suficiente para merecer una respuesta de la
autoridad judicial ante la cual se presentó una solicitud en
ese sentido.

Por tanto, debió revocarse la decisión de primera


instancia, y, en consecuencia, ordenarle al Juzgado Primero
Penal del Circuito de Villavicencio que resolviera de fondo el
alegato orientado a demostrar el desatino de la decisión
tomada por el Juzgado de primera instancia, a través de
una decisión debidamente motivada, independientemente
del sentido de la misma

Finalmente, se advierte que en la posición mayoritaria


se cita un precedente del año 2019 (53602), que reproduce
una de las tesis que mantuvo la Corte frente al momento en
que pierde vigencia la medida cautelar y la privación de la

19
Rad. 109706
Harold Daniel Farfán Rodríguez
Impugnación

libertad debe analizarse a la luz de los fines de la pena y los


subrogados.

En aras de mantener la disciplina del precedente, debe


aclararse que este tema fue unificado, en un sentido
diferente, en la decisión CSJSP, 13 de nov. 2019, Rad.
53863, donde se dejó sentado, a la luz de lo resuelto por la
Corte Constitucional, que a partir de la enunciación del
sentido del fallo la privación de la libertad debe analizarse a
la luz de los fines de la pena y de los subrogados.

PATRICIA SALAZAR CUELLAR


MAGISTRADA

20

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