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Informe bien; ver comentarios en el informe.

Leonardi, Dylan
1.1. y 1.2.
En su obra Facundo, Sarmiento “orientaliza” el territorio argentino o sudamericano porque
asumió que era la mejor forma, o la más adecuada, para acercar el mundo que él conocía muy
bien, o más bien las disputas políticas e ideológicas del mundo que él conocía muy bien, al
mundo europeo (también a Chile, país donde él va a exiliarse en varias ocasiones y en el cual
genera ciertos lazos políticos, etc.). Esto se lo propuso para que aquellos intelectuales
europeos a los que se dirigía pudieran comprender con claridad lo que estaba sucediendo. Por
otra parte, no menos importante por nombrarla segunda, también buscaba confrontar y
condenar el gobierno de Rosas. Esta idea de “orientalizar” consistía en hacer un paralelismo
entre la cultura asiática y la americana, el objetivo es que pudieran hacerse de una idea de
esta segunda cultura a la luz de lo conocido sobre la primera. Se puede decir que en su obra
Sarmiento se propone realizar esta comparación explicativa al describir, por un lado, los
espacios o medios donde se daban las situaciones y cómo vivían las personas en ese medio, y
por otro, las actitudes y rasgos de los hombres y de los líderes políticos y sus proyectos. Cabe
resaltar que aunque realiza estos paralelismos él no visitó Oriente personalmente para
comprobarlos, por lo que desconocía el territorio y la sociedad con las que hacía analogías,
pero recuerdo que supo reconstruir estas ideas a través de lo que ha aprendido por
Montesquieu. REDACCIÓN FEA. ADEMÁS NO SOLO MONTESQUIEU ES FUENTE
PARA LA ORIENTALIZACIÓN DEL MUNDO SUDAMERICANO… LA LITERATURA,
LA PINTURA, EL ENSAYO DE IDEAS DEL PERÍODO…EL TEXTO DE AMIGO LO
DEMUESTRA PARA LA PINTURA…
Cuando Sarmiento nos habla del medio, realiza ciertas comparaciones entre lo que es el
territorio del país en general con oriente, y en particular la provincia de La Pampa Argentina
con la llanura Asiática. LA PAMPA NO ES PROVINCIA SINO TERRITORIO, Y
METÁFORA DE LA NACIÓN…LA PAMPA ES PROVINCIA DESDE… 1951!!! Otro
ejemplo de esto es su comparación de la provincia de La Rioja con Palestina. Ahora bien, el
pintor francés Juan León Palliere visitó oriente y áfrica, y con respecto a la pampa le pareció
ver una similitud en las personas a las que él define “indios” con “los árabes en África”.
Asimismo encontró similitudes al visitar el pueblo de Santiago del Estero, en uno de sus
viajes unas mujeres de la provincia, por ser europeo aparentemente, le pidieron que cure a su
hijo enfermo, situación similar que el pintor vivió en oriente, lo que particularmente le
recordó a Egipto.
Con respecto a las actitudes de los hombres, Sarmiento alude a la pasionalidad y volatilidad
de los grandes líderes despóticos argentinos para ligar o generar algo así como un puente
entre lo que él llamaba despotismo en su país y el despotismo asiático u oriental, idea
heredada de la tradición del pensamiento occidental, que no veían con buenos ojos a los
países de oriente, lo que no me detengo a explicar porque excede mi conocimiento del tema.
Sobre las actitudes el pintor francés Raymond Monvoisin, según Roberto Amigo, pudo dar su
perspectiva en lo que respecta al soldado federal, para el cual el pintor francés hizo uso de la
“melancolía”, la desidia, la pereza, como caracteres propios de este soldado. Quien según él,
era un buen representante del pecado de la indolencia (puede ser visto entre otras cosas como,
desidia, pereza, incapacidad de conmoverse, insensibilidad ante el dolor).
Por otra parte, en relación a la apariencia, tomo lo dicho por R. Amigo con la apariencia del
guacho, el color rojo de la chaqueta y el gorro, Sarmiento lo asocia al despotismo de las
naciones orientales, nuevamente toma otro rasgo para el mismo paralelismo, esta vez el color.
Además, siguiendo la pintura de Gauthier -El gaucho cantor- durante su estadía en la
argentina, podemos encontrar otra relación entre este paralelismo del mestizaje americano y
oriente, particularmente entre la comparación hecha sobre las “figuras femeninas” argentinas
y las orientales. Siguiendo este desarrollo parcial de las comparaciones entre la apariencia de
las personas en ambas sociedades, en Monvoisin también puede encontrarse la comparación
entre la “sexualidad bárbara e irracionalidad” de los gauchos argentinos, y la caracterización
de los hombres árabes por los europeos. Aunque no termina acá, el pintor francés también se
sirve de marcar una oposición entre dos extremos, por un lado, entre la virtud cristiana de una
joven en un templo en Buenos Aires, representando la pureza de la fe cristiana, y por otro, el
soldado de rosas representante de lo que Amigo llama como indolencia, característica
nombrada más arriba. Esta oposición servirá como ejemplo de los extremos de la sociedad
rosista, entre quienes luchaban junto a Rosas y quienes se oponían al régimen.
Ahora bien, es prudente reparar en lo siguiente, en el despotismo el poder está en uno solo,
uno es quien gobierna bajo su propia voluntad y caprichos, y lo importante de esto, es que el
gobierno federal de Rosas a los ojos de Sarmiento era similar a este tipo de gobierno. El
caudillismo argentino se alimentaba de nociones en común, el principio de ambos tipos de
gobierno es el miedo o el terror, y en ambos la psicología de los líderes es “inestable” o
“fluctuante”, porque seguían sus impulsos o pasiones. Volvemos acá a remarcar el punto de
las actitudes de los hombres, en este caso quien que estaba en el poder del bando federal.
Pero a diferencia de hombres y líderes violentos, Rosas era un hombre y líder despótico
particular, no era solo violento, sino que se lo consideraba más peligroso que eso, él era la
peor combinación de Europa y América, porque era culto/dominaba las palabras, sumamente
precavido y estratégico, y a su vez era sanguinario, esta sed de sangre era una crítica en la que
también se centraba Sarmiento en su obra para referirse a los demás soldados que
acompañaban la causa de Rosas. Todo esto escapa a la consigna a desarrollar; tratar de
desarrollar más lo que se propone y no todos los contenidos sin discriminación
1.3.
Lo primero que pude construir mentalmente al leer los dos capítulos, el capítulo 12 y el
capítulo 14, es que se lo retrata a Rosas como a un tirano y también como a un líder querido y
respetado, ya sea por el miedo o por admiración de sus hazañas o su persona. Entiendo que se
puede encontrar como una doble descripción al unísono, al menos a veces, de esa
ambivalencia entre las descripciones de Sarmiento de la figura del Restaurador ante su
pueblo.
Aunque es clara la intención de mostrar a Rosas como al “malo” e incomprensible déspota,
se me ocurre presentar tres ejemplos claros de esta ambivalencia que nombro en el párrafo
anterior. El primero de los ejemplos es en relación a esa “unidad de hierro” que construye
Rosas con sus aliados, sus seguidores, sus soldados, que aunque se dice que ellos eran como
simples herramientas o instrumentos pasivos, no da esa impresión exactamente, y por otro
lado, también afirma Sarmiento que tenía buen uso de las palabras para convencer y del terror
para ordenar y someter. Claramente acá hay una conjunción de características inesperadas, al
menos para mí, sobre la misma persona. O bien es un líder que genera la idea de unidad,
deber y respeto, o por otro lado, a través del miedo y la violencia somete a sus órdenes a sus
subalternos. Podría ser ambas sí, pero da la impresión que hay cierto tire y suelte, entre la
rigurosidad histórica de retratar como lo veía el pueblo y la ideología de quien nos relata la
historia. Creo haber visto algo de esto a lo largo del capítulo 12. Como una cierta autoridad
que no podría encasillarse en una o en otra, y eso parece contradictorio. LA
CONTRADICCIÓN A LA QUE ME REFIERO APUNTA AL DOMINIO DEL PUEBLO
POR DISCIPLINAMIENTO (EL PUEBLO PASIVIZADO) O A LA RESISTENCIA,
SEPARANDO ENTONCES EL PUEBLO EN DOS INSTANCIAS: COMO BAJO PUEBLO
EN SENTIDO NEGATIVO, O COMO CIUDADANÍA SIMPLEMENTE ACALLADA,
PERO NO ALTERADA EN SUS CONCEPCIONES DEL MUNDO Y DE LA POLÍTICA.
La ambivalencia de la que hablo también la veo clara, a mi parecer, en la segunda página del
capítulo 14, donde Sarmiento describe un pueblo que dentro de las pequeñas diferencias
recibe con alegría al líder y nuevo gobernador de Buenos Aires allá por 1835, pero al mismo
tiempo explica que no es tanto un aceptar gustoso sino más bien un aceptar por no tener de
otra. Paso a citar dos partes breves a modo de reforzar mi idea, por un lado afirma que “nunca
hubo Gobierno más popular, más deseado ni más bien sostenido por la opinión” (p.204), y
luego afirma que “Hay un momento fatal en la historia donde todos los pueblos, y es aquel en
que, cansados los partidos de luchar, piden antes de todo, el reposo de que por largos años
han carecido, aun a expensas de la libertad o de los fines que ambicionaban; éste es el
momento en que se alzan los tiranos que fundan dinastías e imperios” (p. 204). Entiendo que
hay una contradicción presente si pensamos que pueden convivir estas dos situaciones a mi
parecer antagónicas, entre el pueblo recibiendo a su querido nuevo gobernador y el pueblo
sometiéndose ante el cansancio a un nuevo tirano en el poder.
Como último ejemplo se me ocurre el de la página 207 del capítulo 14, sería la quinta página
del capítulo, luego de hablar sobre la asunción de Rosas como gobernador, se comentan una
serie de festividades, comenzadas por el festejo de una misa y un Te Deum, una especie de
actividad religiosa en la que se da gracias a Dios, y se remarca la idea de un ciclo
interminable de grandes festejos. Lo que viene nuevamente a contraponerse a la idea del
ejecutor que somete a su pueblo a diestra y siniestra, si bien no afirmo que sean actitudes
incompatibles en una persona, sí creo que es una muestra de contradicciones que ya he
venido comentando.
Y para cerrar, capaz remarcar algo que me llamó la atención, para una discusión futura, que
está relacionado con la idea de la parte del pueblo opositora a Rosas, y en este aquellas
personas exiliadas que según Sarmiento, al menos los niños, mantenían las costumbres que el
federalismo inculcó, podría decirse que allí también hay una contradicción tal vez inevitable,
porque si bien escapaban del régimen rosista, mantenían los hábitos de dicho régimen.
EVITAR FORMAS ORALES EN LA ESCRITURA ACADÉMICA.
LO OBSERVADO EN EL CONTENIDO DE LA RESPUESTA, ARRIBA, SE RESUELVE
MEJOR EN ESTOS PÁRRAFOS FINALES.

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