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¿QUIEN INVENTA?

ALGO DE LUZ SOBRE EL MISTERIO DE KATIE KING – MÁS PRUEBAS – UNA


DECLARACIÓN, AL FIN, QUE PARECE CONSISTENTE CON LAS CIRCUNSTANCIAS –
UNA CARTA DE LA SEÑORA BLAVATSKY.1
[Spiritual Scientist, Boston, Volumen II, abril de 1875, páginas 44-45]

En el último Religio-Philosophical Journal (del 27 de febrero), en el


departamento de Filadelfia, editado por el doctor Child, bajo el más poético encabezado
de “Tras la Tormenta viene la luz del Sol”, leemos lo siguiente:
“He estado esperando pacientemente a que la agitación en referencia al fraude de
los Holmes remita un poco. Ahora haré declaraciones adicionales y contestaré algunas
preguntas.”
Más adelante:
“Las historias de que conozco a la señora White son todas mentira.”
Más adelante aún:
“No haré caso de los diversos informes hechos públicos sobre mis relaciones
pecuniarias, ya que, de hecho, se me debe un saldo por dinero prestado a los Holmes.”
Reclamo el derecho a responder a estas tres citas, ya que, la segunda me envía
sin ninguna ceremonia a las filas de los mentirosos. Ahora, si hay, a mi humilde juicio,
algo más despreciable que un estafador, es ciertamente un mentiroso. El resto de esta
carta – editorial – o lo que sea, es incontestable, por razones que serán fácilmente
comprendidas por cualquiera que la lea. Cuando el petulante señor Pancks [en Little
Dorrit] azotó al benevolente Christopher Casby, este venerable patriarca sólo levantó
ligeramente sus ojos azules al cielo, y sonrió más benignamente que nunca. El doctor
Child, sacudido y azotado tan mal por la opinión pública, sonríe tan dulcemente como el
señor Casby, habla de la “luz del sol” y acalla a sus apremiantes acusadores
asegurándoles que “todo son mentiras”.
No sé de dónde saca el doctor Child su “luz del sol” a menos que la pinte desde
el fondo de su inocente corazón.
Por mi parte, desde que llegué a Filadelfia, he visto poco excepto nieve medio
derretida y suciedad, nieve medio derretida en las calles y suciedad en este exasperante
misterio de Katie King.
Recomendaría fuertemente al doctor Child que no me acusara de “invención”, o
cualquier otra cosa que con la que se sienta inclinado a adornarme. Lo que digo lo
puedo probar, y siempre estoy dispuesta a hacerlo en cualquier momento. Si él es
inocente de toda participación en este fraude criminal, dejadle “levantarse y explicarlo”,
Si tiene éxito en limpiar su nombre, seré la primera en regocijarme y prometer ofrecerle
públicamente mis más sinceras disculpas, por las “erróneas sospechas” bajo las que
trabajo en relación con su parte en el asunto; pero él primero debe demostrar que es
completamente inocente. Las duras palabras no prueban nada y él no puede esperar
conseguir tal victoria simplemente acusando a la gente de “invenciones”. Si él no se
abstiene [de] aplicar epítetos sin apoyarse en pruebas substanciales, se arriesga, como en
el antiguo juego raqueta, a la posibilidad de recibir el proyectil de vuelta, y puede que le
duela más de lo que se espera.
En el artículo en cuestión dice:
“Las historias de que conozco a la señora White son todas mentira. La dejé
entrar dos o tres veces, pero la entrada estaba tan oscura que era imposible reconocerla a
ella o a cualquier otro. La he visto varias veces y sabía que se parecía más a Katie King
que el señor (¿) o la señora Holmes...”
Mirabile dictu! ¡Esto golpea a nuestro erudito amigo, el doctor Beard! Lo último
niega, categóricamente, no sólo la “materialización”, que no está aún realmente
demostrada al mundo, sino también cualquier fenómeno espiritual. Pero el doctor Child
niega conocer a una mujer, que él mismo confiesa haber visto “varias veces”, recibirla
en su oficina, donde ella fue repetidamente vista por otros, y al mismo tiempo aún
admite que él “sabía que se parecía más a Katie King”, etc. Por cierto, todos hemos
trabajado bajo la impresión de que el doctor Child admitió en el The Inquirer que él vio
a la señora White por primera vez, y la reconoció como Katie King, sólo en aquella
mañana cuando ella hizo su declaración jurada en la oficina del juez de paz. Una
“invención” más probablemente. En el R-P. Journal del 27 de octubre de 1874, el
doctor Child escribió así:
“Tu informe no debilita por un momento mi confianza en nuestra Katie King, ya
que ella viene a mí cada día y me habla. En varias ocasiones Katie ha venido a mí y nos
ha pedido al señor Owen y a mí ir allí (refiriéndose a la casa de los Holmes) y ella
vendría y nos diría justo lo que me había dicho a mí solo”
¿Averiguó el doctor Child dónde estaba la señora White en el momento que le
visitaban los espíritus?
“En lo que respecta a la señora White, la conozco bien. La he dejado entrar en la
casa en muchas ocasiones. La vi aquí en el momento en que las manifestaciones
continuaban en Blissfield. Ella se había ido a Massachussets.”
Y el doctor aún nos asegura que no conocía a la señora White. ¿Qué significado
da a la palabra “conocer” en este caso? ¿No fue él en ausencia de los Holmes a su casa y
habló con ella e incluso discutió con la mujer? Otra historia inventada, sin duda. Desafío
al doctor Child a publicar, si se atreve, una palabra como invención en relación
conmigo, después de que haya leído una cierta declaración que reservo para el final.
En todo este penoso y embaucador romance de un “destape” por una espíritu
demasiado material, no ha sido dada una sola explicación razonable de un solo hecho.
Comenzó con una falsa biografía, y amenaza con acabar en una falsa pelea, ya que todo
sencillo duelo requiere, al menos, de dos participantes, y el doctor Child prefiere extraer
luz del sol de los pepinos de su alma y dejar que la tormenta remita, a luchar como un
hombre por su propio buen nombre. Dice que “no hará caso” de lo que la gente dice
sobre sus pequeñas transacciones especulativas con los Holmes. Nos asegura que ellos
le deben dinero. Muy probable, pero eso no altera el presunto hecho de pagarles 10$ por
cada sesión y embolsarse el resto. ¿Se atreve a decir que no lo hacía? Los Holmes dicen
lo contrario; y las declaraciones escritas de varios testigos lo corroboran.
Los Holmes pueden ser diablillos a los ojos de ciertas personas, y los únicos a
los ojos de los más predispuestos en su contra; pero mientras sus declaraciones no hayan
sido demostradas como falsas, su palabra es tan buena como la del doctor Child; sí, en
un tribunal de justicia incluso los “mediums Holmes” estarían al mismo nivel que
cualquier profeta espiritual o clarividente que pueda haber sido visitado por cualquier
espíritu idéntico al que visitó a los primeros. Mientras el doctor Child no demuestre
legalmente que ellos son unos estafadores y él es inocente, ¿por qué no deberían ellos
tener derecho también a opinar como él?
Desde el primer momento del misterio de Katie King, si la gente les ha acusado,
nadie hasta donde yo sé – ni siquiera el doctor Child mismo – ha demostrado, o incluso
asumido demostrar la inocencia de su ex-cajero y registrador. El hecho de que cada
palabra del ex-líder y presidente de los Espiritualistas de Filadelfia sería publicada por
todos los periódicos espirituales (y aquí debo confesar para nuestro asombro, que él no
se apresura mucho en aprovecharse de su oportunidad) mientras que cualquier
declaración proviniente de los Holmes sería seguramente rechazada, no implicaría
necesariamente el hecho de que sólo ellos son culpables; sólo vendría a demostrar, que a
pesar de la divina verdad de nuestra fe y las enseñanzas de nuestros guardianes
invisibles, algunos Espiritualistas no han aprovechado para aprender imparcialidad y
justicia.
Estos “mediums” son perseguidos; hasta tal punto que no es sino justicia, ya que
ellos mismo admitieron su culpabilidad sobre el fraude fotográfico, y a menos que
pueda demostrarse que ellos estaban además controlados por espíritus mentirosos, sus
propias bocas les condenan; pero lo que es menos justo, es, que son difamados y
maltratados en todos los sitios, y se les hace cargar solos con todo el peso de un crimen,
donde la confabulación asoma desde cada página de la historia. Nadie parece dispuesto
a hacerse amigo de ellos – estas dos indefensas e insignificantes criaturas, que, si
pecaron en absoluto, quizás pecaron a través de la debilidad y la ignorancia – coger su
caso y al hacerles justicia a ellos, hacer justicia al mismo tiempo a la causa de la verdad.
Si su culpabilidad debería ser tan evidente como la luz del día a mediodía, ¡no es
ridículo que su socio el doctor Child debería mostrar sorpresa al ser tanto como un
sospechoso! La Historia no registra sino una persona, la legítima esposa del gran César
– cuyo nombre tiene que permanecer impuesto por la ley [como] por encima de la
sospecha; me parece, que si el doctor Child posee algún derecho natural a su auto-
asumido título de “Padre Confesor” de Katie King, no puede tener ninguno en absoluto
a compartir la infalibilidad de la virtud de la mujer del César. Estando bastante segura
de esto yo misma, y sintiéndome, además, de algún modo ansiosa de aumentar la lista
de preguntas pertinentes, que son llamadas por nuestro poco honrado amigo
“invenciones”, con al menos UN HECHO, procederé ahora a aportar a sus lectores lo
siguiente:
La fotografía de “Katie” ha sido, digamos, demostrada un fraude, una
imposición sobre el mundo crédulo, y es el retrato de la señora White. Esta falsificación
ha sido demostrada por la belleza del “codo doblado”, en su falsa autobiografía (las
pruebas que el doctor Child fue visto corrigiendo) por la confesión escrita de los
Holmes y – últimamente por el doctor Child mismo.
De los diversos retratos falsos del presunto espíritu, el más espurio, ha sido
declarado – sobre todo sobre el testimonio respaldado por el doctor Child y “sobre su
firma” – aquel en el que la perniciosa y falsa Katie está de pie detrás de su medium.
La operación de esta delicada pieza de impostura, se mostró tan difícil como
para obligar a los Holmes a hacer partícipe del secreto de la conspiración al fotógrafo.
Ahora el doctor Child niega haber tenido nada que ver con las sesiones para esas
fotos. Niega con el mayor énfasis, y llega tan lejos como para decir (tenemos muchos
testigos y pruebas de eso), que él estaba fuera de la ciudad, a cuatrocientas millas de
distancia, cuando las citadas fotografías fueron tomadas. Y así el estaba, ¡bendita sea su
alma profética!, meditando y charlando con las ninfas y los duendes en las cataratas del
Niágara, así que cuando alega una coartada, no es una “invención” sino la verdad por
una vez.
Desafortunadamente para el veraz doctor Child “de cuyo carácter y reputación
por la veracidad y la integridad moral nadie duda.”
(Aquí citamos las palabras de “Honestidad” y “Verdad”, transparentes
pseudónimos de un “amateur” por detectar, descubrir y escribir bajo la cobertura del
secreto, que intentó darle un amigable empujón al doctor en dos artículos, - pero fracasó
en ambos -.)
Desafortunadamente para H. T. Child, decimos, se inspiró en una mala hora para
escribir cierto artículo, y olvidando el sabio proverbio Verba volant, scripta manent,
publicarlo en el “The Daily Graphic” el 16 de noviembre pasado, junto con los retratos
de John y Katie King.
Ahora vayamos al bouquet del apoyo de un hecho por un veraz hombre, “de
cuya integridad moral nadie puede dudar”

Al editor del The Daily Graphic

En la tarde del 20 de julio, después de una larga y exitosa sesión, en la que


Katie ha caminado por la habitación en presencia de treinta personas y ha
desaparecido y reaparecido a plena vista, ella nos comentó al señor Leslie y a mí que
si, con otros cuatro que ella nombraría, nos quedáramos tras la sesión, a ella la
gustaría que intentáramos fotografiarla. Así lo hicimos, y había presentes seis personas
además del fotógrafo. Ya había conseguido dos docenas de espirales de magnesio y
cuando todo estuvo listo, ella abrió la puerta del armario y permaneció en él, mientras
el señor Holmes en un lado, y yo en el otro, quemamos éstas, produciendo una brillante
luz. Intentamos dos placas, pero ninguna de ellas era satisfactoria.
Se hizo otro esfuerzo el 23 de julio, que fue exitoso. La preguntamos si
intentaría que se las hiciéramos a la luz del día. Ella dijo que lo haría. Nos sentamos
con los postigos abiertos a las cuatro de la tarde. Al poco rato, Katie apareció en la
rendija y nos dijo que estaba lista. Pidió tener una de las ventanas cerradas, y que
sostuviéramos un chal para protegerla. Tan pronto como la cámara estuvo lista ella
salió y caminó detrás del chal hasta el centro de la habitación, a una distancia de seis u
ocho pies, donde permaneció de pié delante de la cámara. Ella permaneció en esa
posición hasta que se tomó la primera fotografía, entonces se retiró al armario.
El señor Holmes propuso que ella debería permitirle sentarse delante de la
cámara, y debería salir y poner su mano sobre su hombro. Ella consintió en hacerlo y
deseó que todos los presentes evitaran mirarla a los ojos, ya que esto trastornaba las
condiciones mucho...
La segunda fotografía fue entonces tomada, en la que ella permanece detrás del
señor Holmes. Cuando la cámara fue cerrada, ella mostró grandes signos de debilidad,
y fue necesario ayudarla de vuelta al armario, y cuando ella llegó a la puerta ella
parecía lista para hundirse en el suelo y desapareció (¿). Se abrió la puerta del
armario, pero ella no estaba.
En unos pocos minutos apareció de nuevo, y comentó que ella no había estado
lo suficientemente materializada y dijo que lo intentaría de nuevo, si pudiéramos
esperar un poco. Esperamos unos quince minutos, entonces golpeó en el armario,
significando que ella estaba lista para salir. Así lo hizo, y obtuvimos el tercer negativo.

(Firmado) Doctor H. T. Child

Y así, doctor Child, hemos obtenido esto, hicimos eso, e hicimos muchas otras
cosas. ¿No es cierto? Ahora, además de las afirmaciones veraces del doctor Child sobre
que estaba fuera de la ciudad, especialmente en el momento en que el tercer negativo
fue obtenido, tenemos el testimonio del fotógrafo, el doctor Selger, y otros testigos para
corroborar el hecho. Al mismo tiempo, supongo que el doctor Child no se arriesgará a
negar su propio artículo. Lo tengo en mi posesión y lo mantengo, junto con muchos
otros igual de curiosos, impresos como él, y escritos en blanco y negro. ¿Quién inventa
historias? ¿Puede el doctor responder?
¿Cómo se arrastrará fuera de este dilema? ¿Qué rayos de su espiritual “luz del
sol” será capaz de desmaterializar un hecho tan contradictorio como este? Aquí tenemos
un artículo ocupando dos espaciosas columnas del The Daily Graphic, en las que afirma
tan claramente como es posible, que él mismo estaba presente en las sesiones de Katie
King para su retrato; que el espíritu salió audazmente, a plena luz del día, que ella
desapareció en el umbral del armario y que él, el doctor Child la ayudó a llegar de
vuelta al armario a causa de su gran debilidad, vio que no había nadie en el citado
armario, ya que la puerta permaneció abierta. ¿A quién ayudó? ¿De quién eran los
palpitantes latidos de corazón contra su paternal brazo y chaleco? ¿Era la huesuda
Eliza? Por supuesto, apoyado por un testimonio tan fiable, de un testigo tan
verdaderamente fidedigno, las fotografías se vendieron como un incendio fuera de
control. ¿Quién obtuvo las ganancias? ¿Quién se las quedó? Si el doctor Child no estaba
en la ciudad cuando se tomaron las fotografías, entonces este artículo es un “evidente
invención”. Por otro lado, si lo que dice en él es cierto, y estaba presente, en el intento
de tomar esta fotografía falsa, entonces él ciertamente debe haber sabido “quién era
quién, en 1874” así como el fotógrafo lo sabía, y así seguramente no requirió ojos de
Argus2 para reconocer a plena luz del día, con solo un postigo parcialmente cerrado, a
un espíritu etéreo, materializado, de una mujer común mortal con el “codo doblado”,
que, aunque no era amiga suya, el doctor aún “la conocía bien”
Si nuestros autoconstituidos líderes, nuestros prominentes registradores de los
fenómenos, embaucarán y engañarán al público con declaraciones tan fidedignas como
esta, ¿cómo podemos nosotros los Espiritualistas sorprendernos de las masas de
incrédulos burlones que siguen educadamente tomándonos por “lunáticos” cuando no
nos llaman groseramente “mentirosos y charlatanes” en nuestras caras? No son los
ocasionalmente estafadores mediums los que han impedido o pueden impedir el
progreso de nuestra causa; son las exaltadas exageraciones de algunos fanáticos por un
lado y las declaraciones deliberadas y sin escrúpulos de aquellos que se deleitan [en]
tratar con “invenciones al por mayor” y “fraudes piadosos” los que han frenado la
inusualmente rápida difusión del Espiritualismo en 1874, y lo han llevado a un punto
muerto en 1875. ¿Durante cuantos años más aún, quien sabe?
En su “Tras la tormenta viene la luz del sol”, el doctor hace la siguiente
reflexión melancólica:
“Ha sido sugerido que entrar en una atmósfera de fraude, como la que rodea a
estos mediums (los Holmes) y ser sensible [¡Oh pobre Yorick!] era más propenso a ser
engañado que otros.”
¡Nos estremecemos de verdad al pensar en la exposición de tanta sensibilidad a
tanta contaminación! ¡Ay manchada paloma! Qué extraordinariamente sensible debe ser
una persona que recibe tan malvadas influencias que le fuerzan a hacer las más groseras
invenciones, y que le hacen inventar historias y respaldar hechos que no ha visto y no
pudo ver. Si el doctor Child, víctima de su naturaleza demasiado sensible, es propenso a
caer tan fácilmente bajo el control de malvados “Diakka” nuestro amistoso consejo para
él es, dejar el Espiritualismo lo antes posible, y unirse a la Asociación de Hombres
Jóvenes Cristianos; porque entonces, bajo la protectora ala de la verdadera Iglesia
Ortodoxa, puede comenzar una lucha permanente, como un segundo San Antonio, con
el Diablo Ortodoxo. Tal Diakka, como con el que él cayó en la casa de los Holmes, debe
vencer a Satán con grandes probabilidades, y si él no pudo resistirlos con la única
fuerza de su alma pura, él puede con “campanilla, libro y vela”, y el uso de agua
bendita, ser más afortunado en una pelea con Satan; gritando como otros “Padres
Confesores” han hecho hasta la fecha, “¡Exorciso vos in nomine Lucis!” y señalando su
triunfo con un robusto “¡Laus Deo!”.

H. P. Blavatsky
Filadelfia, Marzo de 18753
NOTAS:
1.- [En su Álbum de recortes de prensa, Volumen I, página 23, H.P.B. añadió una nota al pie del recorte
de este artículo, afirmando:]
Se me ordenó desenmascarar al doctor Child, lo hice. El doctor es un hipócrita, un mentiroso y un fraude.
2.- Argus: mitología griega: gigante de 100 ojos que fue hecho guardián de Io y fue más tarde asesinado
por Hermes. – Nota del traductor al español – .
3.- [En su Álbum de recortes de prensa, Volumen I, página 23, H.P.B. hizo una anotación en la parte
superior de la página indicando que este artículo fue escrito el 16 de marzo de 1875. – Compilador.]

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