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Y así, doctor Child, hemos obtenido esto, hicimos eso, e hicimos muchas otras
cosas. ¿No es cierto? Ahora, además de las afirmaciones veraces del doctor Child sobre
que estaba fuera de la ciudad, especialmente en el momento en que el tercer negativo
fue obtenido, tenemos el testimonio del fotógrafo, el doctor Selger, y otros testigos para
corroborar el hecho. Al mismo tiempo, supongo que el doctor Child no se arriesgará a
negar su propio artículo. Lo tengo en mi posesión y lo mantengo, junto con muchos
otros igual de curiosos, impresos como él, y escritos en blanco y negro. ¿Quién inventa
historias? ¿Puede el doctor responder?
¿Cómo se arrastrará fuera de este dilema? ¿Qué rayos de su espiritual “luz del
sol” será capaz de desmaterializar un hecho tan contradictorio como este? Aquí tenemos
un artículo ocupando dos espaciosas columnas del The Daily Graphic, en las que afirma
tan claramente como es posible, que él mismo estaba presente en las sesiones de Katie
King para su retrato; que el espíritu salió audazmente, a plena luz del día, que ella
desapareció en el umbral del armario y que él, el doctor Child la ayudó a llegar de
vuelta al armario a causa de su gran debilidad, vio que no había nadie en el citado
armario, ya que la puerta permaneció abierta. ¿A quién ayudó? ¿De quién eran los
palpitantes latidos de corazón contra su paternal brazo y chaleco? ¿Era la huesuda
Eliza? Por supuesto, apoyado por un testimonio tan fiable, de un testigo tan
verdaderamente fidedigno, las fotografías se vendieron como un incendio fuera de
control. ¿Quién obtuvo las ganancias? ¿Quién se las quedó? Si el doctor Child no estaba
en la ciudad cuando se tomaron las fotografías, entonces este artículo es un “evidente
invención”. Por otro lado, si lo que dice en él es cierto, y estaba presente, en el intento
de tomar esta fotografía falsa, entonces él ciertamente debe haber sabido “quién era
quién, en 1874” así como el fotógrafo lo sabía, y así seguramente no requirió ojos de
Argus2 para reconocer a plena luz del día, con solo un postigo parcialmente cerrado, a
un espíritu etéreo, materializado, de una mujer común mortal con el “codo doblado”,
que, aunque no era amiga suya, el doctor aún “la conocía bien”
Si nuestros autoconstituidos líderes, nuestros prominentes registradores de los
fenómenos, embaucarán y engañarán al público con declaraciones tan fidedignas como
esta, ¿cómo podemos nosotros los Espiritualistas sorprendernos de las masas de
incrédulos burlones que siguen educadamente tomándonos por “lunáticos” cuando no
nos llaman groseramente “mentirosos y charlatanes” en nuestras caras? No son los
ocasionalmente estafadores mediums los que han impedido o pueden impedir el
progreso de nuestra causa; son las exaltadas exageraciones de algunos fanáticos por un
lado y las declaraciones deliberadas y sin escrúpulos de aquellos que se deleitan [en]
tratar con “invenciones al por mayor” y “fraudes piadosos” los que han frenado la
inusualmente rápida difusión del Espiritualismo en 1874, y lo han llevado a un punto
muerto en 1875. ¿Durante cuantos años más aún, quien sabe?
En su “Tras la tormenta viene la luz del sol”, el doctor hace la siguiente
reflexión melancólica:
“Ha sido sugerido que entrar en una atmósfera de fraude, como la que rodea a
estos mediums (los Holmes) y ser sensible [¡Oh pobre Yorick!] era más propenso a ser
engañado que otros.”
¡Nos estremecemos de verdad al pensar en la exposición de tanta sensibilidad a
tanta contaminación! ¡Ay manchada paloma! Qué extraordinariamente sensible debe ser
una persona que recibe tan malvadas influencias que le fuerzan a hacer las más groseras
invenciones, y que le hacen inventar historias y respaldar hechos que no ha visto y no
pudo ver. Si el doctor Child, víctima de su naturaleza demasiado sensible, es propenso a
caer tan fácilmente bajo el control de malvados “Diakka” nuestro amistoso consejo para
él es, dejar el Espiritualismo lo antes posible, y unirse a la Asociación de Hombres
Jóvenes Cristianos; porque entonces, bajo la protectora ala de la verdadera Iglesia
Ortodoxa, puede comenzar una lucha permanente, como un segundo San Antonio, con
el Diablo Ortodoxo. Tal Diakka, como con el que él cayó en la casa de los Holmes, debe
vencer a Satán con grandes probabilidades, y si él no pudo resistirlos con la única
fuerza de su alma pura, él puede con “campanilla, libro y vela”, y el uso de agua
bendita, ser más afortunado en una pelea con Satan; gritando como otros “Padres
Confesores” han hecho hasta la fecha, “¡Exorciso vos in nomine Lucis!” y señalando su
triunfo con un robusto “¡Laus Deo!”.
H. P. Blavatsky
Filadelfia, Marzo de 18753
NOTAS:
1.- [En su Álbum de recortes de prensa, Volumen I, página 23, H.P.B. añadió una nota al pie del recorte
de este artículo, afirmando:]
Se me ordenó desenmascarar al doctor Child, lo hice. El doctor es un hipócrita, un mentiroso y un fraude.
2.- Argus: mitología griega: gigante de 100 ojos que fue hecho guardián de Io y fue más tarde asesinado
por Hermes. – Nota del traductor al español – .
3.- [En su Álbum de recortes de prensa, Volumen I, página 23, H.P.B. hizo una anotación en la parte
superior de la página indicando que este artículo fue escrito el 16 de marzo de 1875. – Compilador.]