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ESTRUCTURA DE LA MONOGRAFIA
CARATULA
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
petitorio, análisis del caso, aspectos más importantes respecto al tema propuesto,
- ANÁLISIS CRÍTICO
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Importante: Elaborar el trabajo monográfico con las Normas APA, formato Word, letra Times
New Roman, tamaño 12, espacio 1.5, sangría francesa para la bibliografía, referencias y demás
especificaciones APA.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, con los avances tecnológicos y sus infinitas posibilidades que permiten a
las personas cruzar barreras para acceder a cualquier tipo de información que antes tomaba
días, meses e incluso años, el derecho al acceso a la información ha cobrado más
importancia. Con el transcurrir del tiempo, la información de personas se ha convertido en
un activo, que cualquiera quisiera poseer con fines comerciales, a través de la web a nivel
global, de modo irrestricto e ilimitado. Es así como las nuevas tecnologías y su evolución,
han impuesto –en contraparte– la obligación de resguardar la información y limitar su
acceso a los agentes económicos, razón por la cual el Derecho viene adquiriendo cada vez
mayor importancia, ya que busca resguardar los datos e información sensible de las
personas, a través de mecanismos de seguridad de la información que tutelen sus derechos.
En ese sentido, el comercio electrónico ha creado nuevas figuras contractuales como el
contrato de hosting, el cual implica un traspaso de información del titular del banco de
datos personales a un servidor web, que es proporcionado por un prestador/proveedor para
la utilización del primero. Esta figura contractual permite agilizar procesos, debido a que
delega en un tercero la seguridad, custodia y creación de una página web, sin –podría
suponerse así– responsabilidad del titular del banco de datos personales por cualquier
transgresión al deber de seguridad de la información. El contrato de hosting cada vez tiene
mayor acogida en el Perú, por lo que merece una revisión de la legislación nacional actual,
entre ellas la Ley de protección de datos personales y su Reglamento, para analizar si dicha
norma se encuentra acorde con las necesidades del comercio electrónico, sin vulnerar el
principio del deber de seguridad de la información; o delega libremente, sin ninguna
limitación, a las partes de la relación contractual, la potestad de regular sus derechos,
obligaciones y responsabilidades. En atención a lo expuesto, la hipótesis de este trabajo es
la siguiente: • Si la Ley de Protección de Datos Personales y su Reglamento son
herramientas legales que pueden ser aplicadas o no al ‘contrato de hosting’; y si protegen la
finalidad del contrato, esto es, el traspaso de información que el titular del banco de datos
personales le brinda al proveedor para la colocación de dicha información en la web. ix • Si
en el supuesto de incumplimiento en el deber de seguridad de la información la
responsabilidad recaerá únicamente en el proveedor del servicio que guarda el banco de
datos; o si este es un riesgo propio del negocio, que deberá ser asumido por el titular del
banco de datos personales. Para indagar sobre las referidas cuestiones, se desarrolla el
presente trabajo, que se divide en tres capítulos. En el primero, se analiza de modo
exclusivo el contrato de hosting y su implicancia a través del servidor web, sus elementos y
su regulación vigente; para luego abordar, en el segundo capítulo, los antecedentes
legislativos sobre la Ley de Protección de Datos Personales y la importancia del principio
de seguridad de la información. Mientras que, en el tercer capítulo, se examinan modelos
de cláusulas contractuales sobre la referida figura atípica, con el fin de determinar las
obligaciones y responsabilidades que las partes acuerdan ante un eventual supuesto de
vulneración al deber de seguridad de la información. Todo ello para verificar si la actual
legislación nacional aborda con suficiencia los retos que plantea esta nueva y recurrente
figura contractual, para luego compararla con otras normativas más avanzadas sobre dicho
tema. Por último, en recomendaciones, se propone un mecanismo legal más eficiente que
garantice, sin limitar el derecho de libertad contractual de las partes, el resguardo de los
datos del titular de la información. Asimismo, se presentan supuestos de responsabilidad de
las partes que forman parte de la relación jurídica del contrato de hosting, brindando
además posibilidades de solución frente a una posible falta y/o infracción que ponga en
riesgo o vulnere el deber de seguridad de la información, y quién debe responder por
aquello ante la autoridad administrativa y/o el titular de los datos personales.
El presente capítulo tiene como fin brindar al lector una noción básica y general del
contrato de hosting, que día a día adquiere mayor protagonismo con el avance de la
tecnología, ya que esta ha permitido ofrecer, a través de la web, un nuevo canal de ventas
de bienes y servicios que los usuarios requieran. Es así que, por su relevancia y utilidad,
esta figura contractual ha generado que las partes deban adaptar a través de la práctica
comercial las cláusulas, elementos y sus obligaciones, a la finalidad que buscan obtener del
mencionado contrato, sin un respaldo o regulación legislativa que se aplique en el
ordenamiento jurídico peruano.
Definición
De modo general, debe señalarse que este contrato responde a una contratación informática
más relacionada con la prestación de un servicio que con un simple espacio cedido en la red
para uso del usuario. Asimismo, que su aplicación depende única y exclusivamente del uso
de la internet y de otras redes de comunicación electrónica para su suscripción y ejecución
de la prestación, en razón de que el mencionado acuerdo tiene una aplicación relaciona solo
a través de una plataforma virtual, de la manera cómo se detallará más adelante.
Según lo expuesto, a través de los años han aparecido diferentes formas o tipos de
comercio. A principio de la década de 1920 en Los Estados Unidos apareció la venta por
catálogo, impulsado por las grandes tiendas de mayoreo. Este sistema de venta,
revolucionario para la época, consiste en un catálogo con fotos ilustrativas de los productos
a vender. Este permite tener mejor llegada a las personas, ya que no hay necesidad de tener
que atraer a los clientes hasta los locales de venta. Esto posibilitó a las tiendas poder llegar
a tener clientes en zonas rurales, que para la época que se desarrolló dicha modalidad
existía una gran masa de personas afectadas al campo. Además, otro punto importante de
esto es que los potenciales compradores pueden escoger los productos en la tranquilidad de
sus hogares, sin la asistencia o presión, según sea el caso, de un vendedor. La venta por
catálogo tomó mayor impulso con la aparición de las tarjetas de crédito; además de
determinar un tipo de relación de mayor anonimato entre el cliente y el vendedor.
A mediados de 1960, con la ayuda de la televisión, surgió una nueva forma de venta por
catálogo, también llamada venta directa. De esta manera, los productos son mostrados con
mayor realismo, y con la dinámica de que pueden ser exhibidos resaltando sus
características. La venta directa es concretada mediante un teléfono y usualmente con pagos
de tarjetas de crédito.
A principio de la década de 1970, aparecieron las primeras relaciones comerciales que
utilizaban una computadora para transmitir datos. Este tipo de intercambio de información,
sin ningún tipo de estándares, trajo aparejado mejoras de los procesos de fabricación en el
ámbito privado, entre empresas de un mismo sector. Es por eso que se trataron de fijar
estándares para realizar este intercambio, el cual era distinto con relación a cada industria.
Por otra parte, en el sector público el uso de estas tecnologías para el intercambio de datos
tuvo su origen en las actividades militares. A fines de la década de 1970 el Ministerio de
Defensa de Estados Unidos inicio un programa de investigación destinado a desarrollar
técnicas y tecnologías que permitiesen.
CONCEPTO
En una primera aproximación al concepto del contrato hosting, podemos definirlo como el
contrato, en virtud del cual una empresa proveedora de servicios de internet, aloja o alberga
la página web del cliente, destinando un espacio en un servidor a cambio de una
remuneración18. La empresa que presta el servicio de hosting alquila al cliente los medios
de su propiedad para gestionar, mantener y actualizar la página web del cliente por un
tiempo determinado a cambio de un precio19 estipulado. Para autores como Val puesta
Gastaminza, “el contrato de hosting consiste, en que el prestador de servicios proporciona
un determinado espacio en el disco, y el titular de la web simplemente transfiere sus
ficheros”, además la prestadora del servicio debe garantizar la disponibilidad de la página
web, la velocidad de acceso y la seguridad. Otro concepto es el que nos da López-Monis
Gallego, expone que de manera generalizada para acceder a todos los contenidos que ofrece
internet necesitan de un soporte físico donde alojarse, para entrar a las páginas web, hay
que recuperarlas desde los servidores donde se encuentran, de este modo el que presta el
servicio de hosting, pone al servicio del cliente el hardware necesario para que tenga
conexión en la red. Esta modalidad contractual, pese a carecer de una regulación legal
específica en nuestro Ordenamiento Jurídico, intentaremos extraer un concepto del contrato
de hosting Así, la práctica comercial ha establecido ciertos aspectos relevantes que deben
considerarse al momento de suscribir un contrato de hosting, como sugirió Aguilar (2009):
El Tribunal Constitucional Peruano ha definido al Contrato ley como “un convenio que
pueden suscribir los contratantes con el Estado, en los casos y sobre las materias que
mediante ley se autorice. Por medio de él, el Estado puede generar garantías y otorgar
seguridades, otorgándoles a ambas la calidad de intangibles. Es decir, mediante tales
contratos-ley, el Estado, en ejercicio de su ius imperium, crea garantías y otorga
seguridades y, al suscribir el contrato-ley, se somete plenamente al régimen jurídico
previsto en el contrato y a las disposiciones legales a cuyo amparo se suscribió este”
CLASIFICACION:
4. Seguridad: El sistema operativo debe cumplir con el «Libro Naranja» del Departamento
Nacional de Seguridad Informática de los Estados Unidos, que es considerado el estándar
para la evaluación de la seguridad informática. Asimismo, será muy importante que se
detalle el sistema de seguridad del proveedor, tanto a nivel físico (instalaciones, vigilancia)
como lógico (contrafuegos, routers), el mecanismo para la gestión de incidencias (ataques
contra el sistema) y la realización de los chequeos. (p. 115)
DESCRIPCION ( falta)
LA TEORÍA DE LA ABSORCIÓN
implica una división de las prestaciones del contrato atípico para determinar el elemento
preponderante en él y, sobre la base de ello, aplicar las normas que correspondan a dicho
elemento. Es decir, que al contrato de hosting se le pueden aplicar las normas del contrato
de cesión en uso; o si es gratuito u oneroso podría ser de arrendamiento o comodato. Sin
embargo, esto no quiere decir que el contrato de hosting sea un contrato de arrendamiento o
comodato, sino que implica utilizar las normas de estos para llenar un vacío normativo o de
las partes.
La teoría de la combinación implica segmentar todas las prestaciones del contrato atípico, y
a cada una de ellas aplicar supletoriamente las normas del contrato a la cual pertenecen. En
efecto, si el contrato de hosting es a título oneroso, se le podrían aplicar las reglas del
contrato de arrendamiento, siendo que para las prestaciones vinculadas con el
almacenamiento dentro del espacio del servidor web se le aplicarán las normas de
prestación de servicios (podrían ser las normas del contrato de obra o de locación de
servicios según corresponda).
Por último, la teoría de la aplicación analógica analiza todas las prestaciones como un
conjunto del contrato, para aplicar el contrato típico que más se le asemeje. En ese sentido,
aplicando esta teoría, podría decirse que el contrato de hosting se asemeja en su mayoría a
un contrato de arrendamiento o de prestación de servicios. Sin embargo, se precisa que esto
no significa que sea un contrato igual a dichas figuras típicas.
MODELOS DE CONTRATO DE HOSTING
Primera: Hostname se obliga a otorgar alojamiento profesional del sitio Web del Cliente
en uno de los servidores de su propiedad. Para estos efectos, el Cliente dispondrá de un
espacio en el disco duro del servidor asignado, donde podrá almacenar contenidos, videos
y/o cualquier información que estime, los cuales serán accesibles en forma expedita,
mediante los Sistemas y la Plataforma que provee la Empresa. Este servicio se denomina
“Hosting”.
Segunda: El servicio que el Cliente contrata abarca un espacio total mensual de.
Megabytes que el Cliente administrará conforme sus necesidades.
Tercera: El precio del servicio contratado asciende a la suma de $ 00.000 (000 mil pesos)
mensuales más IVA, precio que se reajustará en conformidad con las exigencias del
mercado.
Cuarta: El pago se realizará por adelantado dentro de los primeros cinco días posteriores a
la contratación (o renovación) del Servicio contratado a través de transferencia bancaria a la
cuenta corriente de la Empresa Nº ...del Banco… Se considerará que el pago se ha
verificado cuando 1) la entidad bancaria correspondiente acredite haber recibido el depósito
respectivo y, 2) El referido depósito coincida con el aviso de pago que necesariamente
deberá dar el Cliente a través de los mecanismos oficiales establecidos por la Empresa y
que son de conocimiento del Cliente y están en: http://www.hostname.cl/confirmacion-de-
pago.
Quinta: Hostname emitirá la factura (o boleta) en conformidad con los datos que el cliente
otorgó al momento de contratar.
Sexta: Cualquier incidencia relativa al cobro del servicio y/o a la falta de pago puede
ocasionar la suspensión temporal del servicio.
Octava: El Cliente es la persona que se obliga por intermedio de las cláusulas de este
contrato, ya personalmente, ya por intermedio de su representante legal debidamente
identificado, por el solo hecho de comenzar a hacer uso del servicio contratado. En todo
caso, se entenderá que El Cliente ratifica su voluntad de contratar al momento de
verificarse el pago.
Novena: El cliente debe mantener actualizada y operativa su dirección electrónica, las
consecuencias que deriven del incumplimiento de esta obligación se deberán a su exclusiva
negligencia.
Décima: Para todos los asuntos relacionados con su cuenta, con la recuperación de Claves
y/o con la verificación de pagos, será tenido como interlocutor válido El Cliente y/o la
persona que éste autorice expresamente al contratar en el Formulario de Solicitud y su
respectiva dirección electrónica. La Empresa bajo ninguna circunstancia entregará claves
por una vía distinta al correo electrónico que El Cliente instruyó. Para realizar cualquier
tipo de modificación referida al Administrador del Servicio, el Cliente deberá responder de
acuerdo a los instructivos enviados por la Empresa, los cuales permiten garantizar la
seguridad de los datos almacenados en nuestros servidores.
De la Mantención y Custodia
Décima Primera: El Cliente se obliga a hacer un buen uso del servicio contratado lo que
implica, al menos, acatar las siguientes obligaciones:
1. Resguardar con la debida diligencia las claves y códigos entregados por la Empresa, así
como la confidencialidad de su cuenta. Será de su exclusiva responsabilidad el mal uso que
pudiera darle el personal a su cargo o terceros.
3. Responder de la configuración defectuosa, del deterioro de equipos derivado del mal uso
que dio al servicio y, en general, de toda circunstancia que perjudique el funcionamiento
del servicio no imputable a La Empresa.
En concordancia con esto, La Empresa dará inmediato aviso de este incidente a las
autoridades competentes, poniendo a su disposición toda la información que esté a su
alcance.
En circunstancias como las descritas, el Cliente indemnizará a la Empresa por los perjuicios
derivados de su actuación de mala fe, a la vez que reembolsará los gastos en que haya
debido incurrir, incluidos los honorarios de sus abogados.
De las Imponderables
Décima Segunda: El Cliente entiende, que atendida la naturaleza del servicio que se
presta, La Empresa no puede responder frente situaciones imprevisibles tales como: fallas
en la red Internet, averías en los equipos y servidores u otras catalogadas como fortuitas o
de fuerza mayor y, por tanto, ajenas a la buena fe de la Empresa. Se excluyen también de
esta garantía, las suspensiones ocasionadas por la irresponsabilidad del Cliente y/o
cualquiera otra contingencia imponderable.
OBLIGACIONES DE LA EMPRESA
Décima Tercera: En sus relaciones con el cliente, Hostname actuará lealmente, de buena
fe y con la diligencia que exige su actividad comercial. Para ello pondrá a disposición del
Cliente todos los recursos de su plataforma tecnológica y su equipo técnico y humano, a
objeto de brindarle un servicio de excelencia.
Décima Quinta: La Empresa proporcionará al Cliente, por esta vía, la información técnica
necesaria para la instalación y/o configuración, aplicación y desarrollo óptimo del servicio
contratado. Asimismo, brindará soporte técnico gratuito mientras se mantenga vigente el
contrato. Se excluye de esta asistencia cualquiera circunstancia ajena a dicho servicio. En
todo caso, cada requerimiento será analizado en su mérito por nuestro equipo técnico y, si a
su juicio no se enmarcare dentro de estos parámetros, deberá El Cliente cancelar la asesoría
técnica requerida.
Décima Sexta: El soporte técnico ofrecido se realizará siempre, vía correo electrónico, a
objeto de mantener registros de la asesoría entregada. Dentro de las 72 horas posteriores al
ingreso del cupón de consulta, el Cliente tendrá respuesta a su problema.
Décima Séptima: La empresa irá incluyendo, en la medida que se produzcan, todas las
actualizaciones afines a las características del servicio contratado. Además, actualizará
oportunamente las versiones de software instalados en sus equipos, o los sustituirá por otros
más recomendables y convenientes, si fuera el caso. Si estimare que las actualizaciones
pudieran alterar momentáneamente el funcionamiento del servicio, dará aviso oportuno al
Cliente para coordinar la ejecución de la referida mantención.
Vigésima: El cliente comprende que los softwares usados en el servicio que contrató son de
una alta complejidad técnica y, como tales, no han sido probados respecto de todas las
posibilidades de uso que ofrecen y acepta soportar el riesgo de eventuales imperfecciones
y/o la indisponibilidad del servicio contratado motivadas por esta causa.
Esta circunstancia será notificada al cliente, a objeto que solucione dicha alteración en el
más breve plazo y/o contrate un mayor espacio. Si reiniciado el servicio el problema
continuara o se repitiera en el tiempo, será tenida esta conducta como una actuación de
mala fe del Cliente, que ocasionará su baja del servicio sin derecho alguno.
Vigésima Quinta: Siendo el acceso y uso del servicio contratado responsabilidad exclusiva
del Cliente, Hostname no asume, en forma directa ni subsidiaria, el daño directo o indirecto
que el cliente o sus usuarios pudiera ocasionar a terceros.
Vigésima Novena: El Cliente declara haber tenido pleno acceso a las cláusulas de este
contrato, haberlas leído cuidadosamente y comprenderlas en forma clara e inequívoca, en
razón de lo cual, procede a ratificar su consentimiento por medio del reenvío de este
documento al Correo electrónico de la Empresa, comprometiéndose, en todo caso, a
almacenar esta copia o a imprimirla.
Trigésima Primera: Para todos los efectos legales las partes fijan su domicilio en la ciudad
de Santiago y se someten a la jurisdicción de sus Tribunales.
Si bien es cierto la norma tributaria, en específico el artículo 4-A del Reglamento de la Ley
del Impuesto a la Renta, define el almacenamiento de páginas de Internet o website hosting,
esto no convierte al contrato de hosting en una figura típica en nuestro país. En efecto, para
considerar a una figura como contrato típico, no basta una simple referencia a la figura
contractual o una simple definición contenida en un glosario de términos, sino que resulta
necesario que el contrato cuenta con una regulación particular propia, dada por la ley. (p.
112)
CONCLUSIONES
Luego de analizar las normas, se llegó a la conclusión que no existe una regulación
específica sobre el contrato de hosting en la legislación peruana, y que la normativa de
datos personales tampoco tiene una disposición que regule los escenarios del comercio
electrónico según la esencia del contrato de hosting. b. Así, independientemente de la
voluntad de las partes para limitar la responsabilidad de estas en cuanto a sus obligaciones,
la legislación nacional de datos personales supone que los responsables de una eventual
vulneración a los deberes de seguridad de la información serían el titular del banco de datos
personales y el encargado de su tratamiento, que, según se pudo dilucidar de la definición
del contrato de hosting, recaería en la misma persona –el ‘usuario’–, razón por la cual no
existirá ningún tipo de responsabilidad del proveedor del servicio del sitio web, el cual solo
tiene la obligación de proveer al usuario del espacio digital para su uso. c. La Ley de
Protección de Datos Personales asume que el único responsable de velar y resguardar el
cumplimiento de los métodos de seguridad de la información es el titular del banco de datos
personales y del que trate los mismos, siendo que dicha figura en el contrato de hosting
recaería en la misma persona, sin analizar si en todos los escenarios es el titular del banco
de datos personales quien se encuentra en mejor posición para velar por dicho
cumplimiento, sobre todo cuando el proveedor del servidor web sí podría conocer a primera
mano si se está ante una información que vulnere los datos personales o cuando un tercero
ingrese al servidor a realizar una acción que vulnere las medidas de seguridad de la
información. d. La falta de regulación sobre la materia en la normativa peruana ha buscado
que sean las partes que conforman el contrato de hosting las encargadas de delimitar su
responsabilidad, las mismas que buscan deslindar en todos los escenarios la responsabilidad
y obligaciones del prestador del servicio web, quien solo tiene la obligación de brindar el
servicio de alojamiento o almacenaje al titular del banco de datos personales, a pesar de que
él mismo es titular de un servidor web de acceso libre a nivel nacional e internacional.
REFERENCIAS