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LA AGENDA DE DESARROLLO SOSTENIBLE

n septiembre de 2015, más de 150 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la


histórica Cumbre del Desarrollo Sostenible en la que aprobaron la Agenda 2030. Esta
Agenda contiene 17 objetivos de aplicación universal que, desde el 1 de enero de 2016,
rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el año 2030.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son herederos de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) y buscan ampliar los éxitos alcanzados con ellos, así como
lograr aquellas metas que no fueron conseguidas.

Estos nuevos objetivos presentan la singularidad de instar a todos los países, ya sean
ricos, pobres o de ingresos medianos, a adoptar medidas para promover la prosperidad al
tiempo que protegen el planeta. Reconocen que las iniciativas para acabar con la pobreza
deben ir de la mano de estrategias que favorezcan el crecimiento económico y aborden
una serie de necesidades sociales, entre las que cabe señalar la educación, la salud, la
protección social y las oportunidades de empleo, a la vez que luchan contra el cambio
climático y promueven la protección del medio ambiente.

A pesar de que los ODS no son jurídicamente obligatorios, se espera que los gobiernos
los adopten como propios y establezcan marcos nacionales para su logro. Los países
tienen la responsabilidad primordial del seguimiento y examen de los progresos
conseguidos en el cumplimiento de los objetivos, para lo cual es necesario recopilar datos
fiables, accesibles y oportunos. Las actividades regionales de seguimiento y examen se
basarán en análisis llevados a cabo a nivel nacional y contribuirán al seguimiento y
examen a nivel mundial.
Preguntas frecuentes

¿Qué es el desarrollo sostenible?

¿Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son jurídicamente obligatorios?

¿Cómo se aplicarán los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

¿Cómo se supervisarán los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

¿Cuánto costará la aplicación de esta nueva agenda de desarrollo sostenible?

¿Cuál es la relación entre el cambio climático y el desarrollo sostenible?

¿En qué se diferencian los Objetivos de Desarrollo Sostenible de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio?
LA ASAMBLEA GENERAL ADOPTA LA AGENDA 2030 PARA EL DESARROLLO
SOSTENIBLE
La Asamblea General de la ONU adoptó hoy la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que
también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

Los Estados miembros de la Naciones Unidas aprobaron una resolución en la que


reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza y
afirman que sin lograrla no puede haber desarrollo sostenible.

La Agenda plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que
abarcan las esferas económica, social y ambiental.

La nueva estrategia regirá los programas de desarrollo mundiales durante los próximos 15
años. Al adoptarla, los Estados se comprometieron a movilizar los medios necesarios para
su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de los
más pobres y vulnerables.

«Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a


2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir
sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la
igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar
una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”, señalaron los Estados en
la resolución.»
Los 17 Objetivos de la Agenda se elaboraron en más de dos años de consultas públicas,
interacción con la sociedad civil y negociaciones entre los países.

La Agenda implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país
enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen
soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, y cada uno fijará sus
propias metas nacionales, apegándose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS),
dispone el texto aprobado por la Asamblea General.

Además de poner fin a la pobreza en el mundo, los ODS incluyen, entre otros puntos,
erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria; garantizar una vida sana y una
educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la
energía; promover el crecimiento económico sostenido; adoptar medidas urgentes contra
el cambio climático; promover la paz y facilitar el acceso a la justicia.

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Año del diálogo y la reconciliación nacional


 

 
 
 
CULTURAL
MEDIO AMBIENTE
Agenda 2030: estrategia diferente
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) fueron aprobados hace dos años por los 193 Estados
Miembros de las Naciones Unidas como un llamamiento colectivo y
transformador a una acción que cambiará el curso de nuestro destino común
hacia un modelo de desarrollo más equitativo y sostenible.

15/7/2017

Alicia Bárcena
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)

Desde entonces, los países han adoptado medidas importantes para iniciar este nuevo
camino, ya que son plenamente conscientes de que esta Agenda 2030 requiere un
cambio de paradigma. Tan solo en América Latina y el Caribe, al menos 16 países han
mejorado sus marcos institucionales para facilitar la implementación de este plan.
También han elaborado marcos para el diálogo entre múltiples interesados, a fin de
integrar los ODS en sus planes de desarrollo nacionales y subnacionales, y en sus
marcos fiscales y de inversión. 

A nivel global, 66 países –es decir, uno de cada tres Estados Miembros de las Naciones
Unidas– habrán presentado su examen nacional voluntario hacia julio de 2017 en el
contexto del Foro Político de Alto Nivel (en el caso de América Latina y el Caribe, esta
cifra equivale a 14 de sus 33 países, esto es, cerca del 50% de ellos). Otros 16 países ya
se han comprometido a hacerlo en 2018. 

Asimismo, a fin de hacer un seguimiento eficaz de los progresos realizados para la


implementación de los ODS y apoyar la toma de decisiones basada en datos, los países
tendrán que abordar los problemas en materia de recopilación, desagregación y difusión
de datos y estadísticas. Ello implica el fortalecimiento de las capacidades de sus sistemas
nacionales de estadística y el desarrollo de ecosistemas de datos con un enfoque amplio
del marco de indicadores mundiales.

Estos avances, acompañados de un entusiasmo, compromiso y respaldo político sin


precedentes respecto de la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible, son motivo de gran optimismo entre quienes abogamos por el cambio
estructural en el modelo de desarrollo de nuestras naciones.

Sin embargo, la economía mundial no se ha recuperado totalmente de la crisis financiera


de 2008 y el crecimiento tanto del comercio como del PBI sigue estancado en niveles
mucho más bajos que los registrados en los últimos decenios. A pesar de los progresos,
la desigualdad va en aumento y el incremento de las corrientes de refugiados e
inmigrantes en los últimos dos años ha creado tensiones en los países de destino.
En América Latina y el Caribe, los países se enfrentan a exigencias cada vez mayores y
cuentan con presupuestos cada vez más estrictos.
Asimismo, las corrientes privadas se han convertido en la principal fuente de financiación
para los países en desarrollo de América Latina y el Caribe (52% de la IED en el último
decenio), así como las remesas (que representan el 24% del total de las corrientes
financieras privadas netas en la región, más del 10% del PBI en algunas economías de
Centroamérica y el Caribe), al tiempo que han disminuido las formas más tradicionales,
como la asistencia oficial para el desarrollo (AOD).

En este contexto, el camino hacia la consecución de la Agenda 2030 y sus ODS parece
lleno de obstáculos. Pero tiempos diferentes requieren estrategias diferentes y, si hemos
de alcanzar nuestra visión común para 2030, deberemos seguir trabajando juntos para
hacer frente a los desafíos globales.

Un desafío clave de la arquitectura de financiación del desarrollo de la Agenda 2030 es


movilizar recursos privados y canalizarlos hacia los ODS. Los recursos públicos y
privados deben combinarse para poder maximizar sus efectos en el desarrollo. La
movilización de los recursos internos es necesaria, pero no suficiente, para responder con
eficacia a las necesidades de desarrollo de los países.

Además, un entorno externo propicio es esencial para la consecución de la Agenda 2030.


Esto requerirá un cambio profundo en los medios de implementación, incluso en el
sistema de comercio mundial y en las condiciones para la transferencia de conocimientos
y tecnología de los países desarrollados a los países en desarrollo. Además, esos
esfuerzos deben ir acompañados por la promoción de instrumentos y mecanismos nuevos
e innovadores para financiar el desarrollo.

Debemos mantener el impulso y aprovechar la atención que esta nueva agenda ha


generado para que todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, y todos los
sectores de la sociedad participen y tomen medidas que beneficien a todos, asegurando
de esa manera un avance verdadero y significativo hacia el desarrollo sostenible.

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