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UNIVERSIDAD MINUTO DE DIOS PENTATEUCO- MAÑANA

ESTUDIANTE: Nathalia Yorleny Reyes Beltrán

PROFESOR: Miguel Camelo

FECHA: 20 de octubre de 2021

EL RELATO DE LA TORRE DE BABEL VISTO DESDE LA ANULACIÓN DEL


LENGUAJE Y LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD.

Ensayo basado en: El relato de la Torre de Babel, bases para una nueva interpretación de
José Severino Croatto.
El famoso relato de la torre de Babel (Génesis 11, 1-9) ampliamente conocido en el
ambiente de los teólogos, pintores y cultores de la narrativa es un texto que llama la
atención. En el ámbito de la exégesis sin embargo ha generado un poco de confusión
debido a ciertas incongruencias respecto a las tradiciones que combina y el corte que genera
a las genealogías de 10, 1-32 y 11, 10-26. Muchos enfoques sobre este relato enfatizan y
dan por importante el tema de que es aquí donde se originan las diferentes lenguas y los
diversos pueblos, sin embargo, desde nuestro contexto latinoamericano, ambiente en el cual
somos testigos de la pérdida de identidad que produce la abolición de la expresión
lingüística debido al dominio de “pueblos con un poder central”. Desde esta perspectiva es
posible darles énfasis a dos interpretaciones distintas: la primera que el relato habla de la
anulación del lenguaje (no de la multiplicación de las lenguas) y que la dispersión de la
gente en toda la tierra genera una pérdida de identidad cultural, étnica y política.
El estilo cuidadoso con el uso adecuado de recursos fonéticos y lexicales para marcar
algunas ideas es propicio para el estudio cauteloso de este relato, las mismas
contraposiciones dan ocasión a diversas lecturas: dos proyectos dispersarse/dispersó y la
confusión del lenguaje se opone a la concentración y unificación. En el relato se reflejan
dos proyectos: el de los seres humanos y el de Yahvé, o más bien un proyecto (el de los
hombres) y un contraproyecto (el de Dios). EL proyecto de los hombres es el de construir
para tener un nombre, para empoderarse y radicarse en un solo lugar, para lograrlo era
esencial conservar una misma manera de comunicación; pero el anteproyecto de Dios, que
quiere impedir lo que pretendían hacer, es el de la dispersión para evitar la concentración
de poder y la anulación del lenguaje, como medio para evitar la factibilidad de las obras, es
por eso que a partir del v. 4, es Dios el que empieza a ser el protagonista de las escenas.
A Yahvé le preocupa lo que podrá seguir y la frase “y este es el comienzo de su hacer”
tiene un claro paralelismo con Gn 3, 22: “He aquí que el ser humano ha llegado a ser uno
como nosotros” en donde Yahvé intuye acciones más serias en contra de la destrucción del
propio ser humano: “Ahora no se le spodrá impedir nada de lo que proyecten hacer” (v.
6b)
Por tanto a Yahvé le preocupa algo que se deduce explícitamente del texto: el hacer, lo que
el hombre puede llegar a hacer para lograr la inmortalidad, nada alejado de lo que muchos
científicos anhelan: lograr que el hombre sobreviva para siempre. La tentación de ser como
Dios ha existido desde siempre y el hombre sabe que lo logrará cuando encuentre la
fórmula que le permita inmortalizarse. Al lado de este deseo de inmortalidad, en el v. 6b se
también otra ansia vehemente del ser humano: la omnipotencia, la infinitud de poder.
Ante este proyecto desmesurado del hombre, Yahvé actúa y lo hace como siempre de
manera sabia: “¡Vamos! Descendamos y confundamos allí su lengua” (v. 7 a). Y es así
como confunde el lenguaje porque les impedirá todo “hacer”. Con este recurso, Yahvé los
desarma de todo proyecto de grandes pretensiones que vaya en contra de la propia dignidad
del ser humano y que busca sólo la opresión de los más débiles y vulnerables. En resumidas
cuentas, lo que Yahvé les desarticula es la pretensión de lo Divino que ha embargado sus
mentes y con su decisión le recuerda al hombre que nunca podrá ser como Él, pues Él es
Dios, el único omnipotente, Omnipresente, inmanente.
Por otro lado, frente al deseo de centralizar el poder en un único lugar que domine y
avasalle otros pueblos, Yahvé actúa con el recurso de la dispersión y los desparrama para
todos lados (v. 8 a). Severino Croatto, nos dice que es así como es posible detectar que el
relato queda tejido con tres hilos semánticos del lenguaje, el espacio y la construcción. Es
así como es posible notar que cada hilo tiene un clímax (la propuesta meramente humana) y
el anticlímax (que es el plan de Dios). EL plan de Dios siempre va a coexistir por encima
de los planes humanos, aunque a veces parezca lo contrario, pero la última palabra la tiene
Dios, no el hombre. Entre más el hombre busque con soberbia pretender ser Dios, más
infeliz y menos plena va a percibir su vida. El hombre es astuto para poner su inteligencia
al servicio de su propio egoísmo y afán de dominar y oprimir, pero olvida que a través de
esto sólo está logrando la propia destrucción de su ser.
El nombre que Yahvé le da a esta ciudad (Babilonia) que significa confusión, también tiene
un significado y paralelismo en contraposición con lo que ellos buscaban que era la fama a
través de la gran construcción que querían hacer. Es así como de un nombre-fama les llega
por designio de Yahvé un nombre-confusión de la ciudad en edificación. Impresiona la
mente creativa de Yahvé que utiliza en su plan recursos que contraponen el deseo
destructivo de los hombres.
Es así como es posible denotar que en Génesis 11, 1-9 se evidencia la confusión del
lenguaje como la negación de toda comunicación y no tanto como un relato de formación
de los distintos lenguajes: el término safa denota el habla o lenguaje concreto, el acto de
comunicarse y no el sistema lingüístico que llamamos “lengua”. Por otro lado, el tema
esencial no es la pluralidad de los pueblos, puesto que la dispersión no es equivalente de la
división de los pueblos, más bien el verbo se refiere a desparramar/esparcir/diseminar,
haciendo más referencia a la pérdida de identidad del grupo que antes formaba la unidad.
Podríamos afirmar que el deseo de inmortalidad, de poder desmesurado y de deseo
vehemente de lo divino por parte del hombre lo lleva continuamente a pretender “hacer”
obras que lo alejan de su identidad propia y de todos aquellos recursos que le permiten ser
fuente de unidad, de comunión y de armonía. Frente a los planes humanos de destrucción,
de opresión y engaño Yahvé siempre va a apelar a recursos que pedagógicamente enseñen
al hombre que nunca podrá ser Dios.

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