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Congreso de Valencia de 1830

Congreso constituyente reunido en la ciudad de Valencia del 6 de mayo al


14 de octubre de 1830, que consagró la separación de Venezuela de la
Gran Colombia y aprobó una Constitución que estuvo en vigencia 27 años.
Fue convocado por decreto del general José Antonio Páez, en su carácter
de jefe civil y militar de Venezuela, con fecha 13 de enero de 1830 para
que iniciara sus sesiones el 30 de abril; por falta de quórum empezó más
tarde. El decreto, que convoca a elecciones dice que: «...el objeto de las
asambleas electorales es votar por los diputados que correspondan a la
provincia para representarla en el Congreso Constituyente de
Venezuela...»; se inicia así: «¡Pueblos de Venezuela! Habéis manifestado
que queréis separaros del gobierno de Bogotá, y no depender más de la
autoridad de S.E. el Libertador general Simón Bolívar. Os habéis
pronunciado al mismo tiempo porque se establezca en Venezuela un
gobierno soberano, popular, representativo, electivo y responsable: y ha
sido tal la decisión de vuestros votos, tal la unanimidad con que los habéis
emitido, que faltaría a mis deberes para con la patria, si no aceptase el
honroso encargo que me habéis hecho de sostenerlos y de hacerlos
efectivos, reuniendo el Congreso que ha de sancionar la constitución de
Venezuela». El artículo 46 establece como sede la ciudad de Valencia. A  la
instalación, el 6 de mayo, asistieron 33 diputados distribuidos así: Antonio
José Soublette y Juan Álvarez por la provincia de Guayana; José Grau por
Cumaná; José Tadeo Monagas, Eduardo Antonio Hurtado y Matías  Lovera
por Barcelona; Ramón Ayala, Pedro Machado, Alejo Fortique, José Luis
Cabrera, Manuel Quintero, Pedro Pablo Díaz, José María Vargas, Ángel
Quintero, Francisco Javier Yanes y Andrés Narvarte por Caracas; Miguel
Peña, Vicente Michelena, José Hilario Cistiaga, Andrés Albizu, José
Manuel de los Ríos, José Manuel Landa, Diego Bautista Urbaneja y
Francisco Toribio Pérez por Carabobo; Juan José Pulido, Antonio Febres
Cordero, Ramón Delgado, Bartolomé Balda y Francisco Unda por Barinas;
Juan de Dios Picón, Juan de Dios Ruiz y Agustín Chipia por Mérida y
Ricardo Labastida por Maracaibo. Al día siguiente de la instalación se
incorporaron los diputados José María Tellería y Manuel Urbina por Coro y
José Eusebio Gallegos, Ramón Troconis y Juan Evangelista González por
Maracaibo. Posteriormente lo hicieron, entre otros, Rafael de Guevara por
Margarita y S. Navas Spínola por Apure. La directiva la formaron Francisco
Javier Yanes y Andrés Narvarte como presidente y vicepresidente,
respectivamente; los secretarios, fuera del cuerpo, fueron Manuel Muñoz y
Rafael Acevedo. El mismo día de la instalación, Páez envía desde San
Carlos un mensaje al Congreso en el que renuncia a su cargo, pide
atención para el área militar y la deuda pública y presenta las memorias de
los secretarios de Estado. El Congreso no le aceptó la renuncia. Páez la
reiteró y tras nueva insistencia del cuerpo, aceptó continuar en sus
funciones hasta la sanción de la nueva Constitución. El 13 de mayo decide
el Congreso que el gobierno será centro federal. El 27 se juramenta Páez
como presidente provisional. El 2 de junio, después de numerosas
discusiones, envía un oficio el Congreso al de Bogotá (que se había
disuelto el 11 de mayo) en el que informa sobre su instalación y separación
de la Gran Colombia, asienta que ha decidido entrar en contacto con Quito
y Cundinamarca sobre temas que les son comunes, pero condiciona esas
relaciones a la no permanencia de Simón Bolívar en territorio colombiano.
A esa proposición del 28 de mayo, hecha por Ángel Quintero, solo se
opusieron José María Vargas y Manuel Urbina. Vargas planteó en su
argumentación que, separada como se había declarado Venezuela, no
tenía derecho a intervenir en los asuntos internos de otro país. Se recibió
una correspondencia de Pedro Carujo en la que elogiaba el atentado del
25 de septiembre de 1828, en Bogotá, en el que había participado, y se
lamentaba de que no hubiera tenido éxito. En la discusión sobre un decreto
de amnistía en favor de los culpables de ese atentado, decreto que fue
aprobado pese a que no había detenidos, varios diputados pronunciaron
discursos contra Bolívar y llegaron a justificar el tiranicidio. Salvaron su
voto José María Vargas, Miguel Peña y Pedro Pablo Díaz. Los 3
considerandos del decreto dicen así: primero: «No siendo justo que cuando
Venezuela ha recobrado sus derechos extinguidos y usurpados por el
Dictador Simón Bolívar, permanezcan en prisión y expulsados aquellos
ciudadanos que con sus hechos y opiniones pretendieron libertar la
República de la inicua opresión que sufría»; segundo: «Teniendo presente
que el restituir a esos mismos ciudadanos al goce de todos sus derechos
es un acto de pura justicia, por el cual no se destruye ni se debilita el
principio sagrado de que no puede atentarse contra el Gobierno
establecido, pues esto se entiende cuando se conserva el sistema y formas
adoptadas al constituirse una nación o Estado»; tercero: «Y
convenciéndose del pronunciamiento de los pueblos de Venezuela que los
expresados ciudadanos no opinaron ni obraron contra este santo principio,
justificándose su conducta hasta con la misma instalación de este
soberano Congreso». Páez, en su Autobiografía, dice que fue aprobado el
que «...se pusiera en absoluta libertad a todas las personas que se
hallasen detenidas con motivo del suceso que tuvo lugar en Bogotá la
noche del 25 de septiembre del año 28, restituyéndolas al goce de todos
los derechos de que gozaban antes, y que volviesen al país de que habían
sido expulsados por causa de la libertad...». A fines de mayo, José Tadeo
Monagas es nombrado comisionado del Congreso y del Poder Ejecutivo
para conjurar el levantamiento de varios pueblos de la provincia de
Caracas en contra de la separación, hecho que culmina con el Convenio
de Paz de Unare, que el Congreso aprueba en cuanto a indulto de los
rebelados, garantías a los mismos, otorgamiento de pasaportes para los
que quisieran abandonar el país y decreto de amnistía, con fecha 29 de
junio. El 4 de junio aprueba el Congreso que el Gobierno actúe
enérgicamente para impedir una invasión de Venezuela desde la Nueva
Granada y que, en caso de guerra, el cuerpo provea los recursos
necesarios. Del 7 al 21 de junio se discute el tema de la incorporación de
la provincia de Casanare a Venezuela y es rechazada, con base en el  uti
possidetis de 1810. El 11 de junio el Congreso dirige una alocución a los
pueblos comitentes en la que hace referencia a la actitud que asumió
Venezuela desde 1810, a la ruptura del pacto de unión que inició Caracas
el 25 de noviembre de 1829 y a la labor realizada por el propio Congreso
hasta esa fecha de la alocución. El 19 de junio es presentado el proyecto
de Constitución. El 8 de julio se suspende la acuñación de monedas. El 9
de julio se dispone que las tropas que pasaron a Venezuela desde Bogotá
sean licenciadas unas y distribuidas en otros batallones otras. El 10 de
julio se dicta un reglamento provisional para el funcionamiento del Poder
Ejecutivo. El 19 de julio nombra vicepresidente de la República a Diego
Bautista Urbaneja, consejeros a José Agustín Loynaz y Juan Escalona,
ministros de la Corte Suprema a Juan Martínez, José Domingo Duarte y
José Vicente Mercader y fiscal a Manuel López Umérez. A finales de julio
se trata el problema de los militares que reclaman el fuero dentro de la
nueva Constitución, en contra de la igualdad que el proyecto establece. El
11 de agosto es decretada la prohibición de entrada a Venezuela de
oficiales y ciudadanos adictos a Bolívar y contrarios a la causa de
Venezuela como país separatista. El 14 de agosto presta juramento Diego
Bautista Urbaneja como vicepresidente. El 28 de agosto Ángel Quintero
propone: que si Bolívar traspasa los límites del país sea declarado fuera
de ley y que cualquier autoridad que lo aprehenda pueda pasarlo por las
armas tanto a él como a los oficiales que lo acompañen. La proposición es
negada. Se trata el tema de la manumisión de esclavos y se dispone que
esta la obtengan a los 21 años y no a los 18, como lo establecía la
Constitución de Cúcuta. El 22 de septiembre queda sancionada la
Constitución. El 14 de octubre son clausuradas las sesiones.

Fuente: Internet

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