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Respecto a la legitimidad para demandar en divorcio, el artículo 191 del Código Civil,
prevé que: “la acción de divorcio y la de separación de cuerpos, corresponde
exclusivamente a los cónyuges, siéndoles potestativo optar entre una u otra; pero no
podrán intentarse sino por el cónyuge que no haya dado causa a ellas (…)”.
(Omissis)
Respecto al fundamento jurídico del divorcio, la doctrina patria distingue dos corrientes, a
saber: i) el divorcio sanción, en el cual el cónyuge inocente pide que se castigue
-mediante la declaratoria de la disolución del matrimonio- al cónyuge culpable, en virtud
de haber transgredido en forma grave, intencional e injustificada sus deberes
matrimoniales; y ii) el divorcio remedio, que lo concibe como una solución al problema de
la subsistencia del matrimonio, cuando éste -de hecho- ha devenido intolerable,
independientemente de que pueda atribuirse tal situación a uno de los cónyuges, de modo
que no hay un culpable y un inocente.
La tesis del divorcio solución fue acogida por esta Sala en sentencia N° 192 del 26 de julio
de 2001 (caso: Víctor José Hernández Oliveros contra Irma Yolanda Calimán Ramos), al
sostener que:
El antiguo divorcio-sanción, que tiene sus orígenes en el Código Napoleón ha dado paso en
la interpretación, a la concepción del divorcio como solución, que no necesariamente es
el resultado de la culpa del cónyuge demandado, sino que constituye un remedio que da
el Estado a una situación que de mantenerse, resulta perjudicial para los cónyuges, los
hijos y la sociedad en general.
(Omissis)
La existencia de previas o contemporáneas injurias en las cuales pueda haber incurrido el
cónyuge demandante, darían derecho a la demandada a reconvenir en la pretensión de
divorcio, pero de manera alguna pueden desvirtuar la calificación de injuriosa dada por el
Juez a las expresiones y actos de la demandada; por el contrario, hacen más evidente la
necesidad de declarar la disolución del vínculo conyugal.
Los motivos de la conducta del cónyuge demandado, por las razones antes indicadas, no
pueden desvirtuar la procedencia del divorcio (…).
Por el contrario, cumpliendo con el deber de hacer justicia efectiva, el Estado debe disolver
el vínculo conyugal cuando demostrada la existencia de una causal de divorcio, se haga
evidente la ruptura del lazo matrimonial.
No debe ser el matrimonio un vínculo que ate a los ciudadanos en represalia por su
conducta, sino por el común afecto; por tanto, las razones que haya podido tener un
cónyuge para proferir injurias contra el otro, sólo demuestran lo hondo de la ruptura y la
imposibilidad de una futura vida común. En estas circunstancias, en protección de los hijos
y de ambos cónyuges, la única solución posible es el divorcio.
Del criterio jurisprudencial expuesto, se colige que para que el juez pueda disolver el
vínculo matrimonial, independientemente de la posición doctrinaria que asuma, debe estar
demostrada en el expediente la causal de divorcio que haya sido alegada, como
condición sine qua non de la procedencia de la disolución del vínculo matrimonial, pues, el
Estado debe disolver el vínculo conyugal cuando demostrada la existencia de una causal
de divorcio, se haga evidente la ruptura del lazo matrimonial.(Resaltado de la sentencia
parcialmente transcrita).
En este mismo sentido, en decisión número 540 del 17 de julio de 2013
(caso: Luis Carlos Ferrerira Da Costa Seabra vs. María Isabel González de Ferreira), esta
Sala de Casación Social, estableció lo siguiente:
(Omissis)
De lo anterior luce irrebatible que cualquiera de los cónyuges tiene legitimación activa o
cualidad para intentar la acción de divorcio siempre que alegue que el otro ha incurrido en
alguna de las causales taxativamente previstas en la ley.
(Omissis)
En este punto, además se hace menester recordar lo que quedó establecido en la sentencia
N° 192, proferida por esta Sala de Casación Social, en fecha 26 de julio de 2001, (Caso:
Víctor José Hernández Oliveros contra Irma Yolanda Calimán Ramos), cuando acogió la
tesis doctrinaria del divorcio como solución y no como sanción, explicando:
Los motivos de la conducta del cónyuge demandado, por las razones antes indicadas, no
pueden desvirtuar la procedencia del divorcio (…).
Por el contrario, cumpliendo con el deber de hacer justicia efectiva, el Estado debe disolver
el vínculo conyugal cuando demostrada la existencia de una causal de divorcio, se haga
evidente la ruptura del lazo matrimonial.
Que contrajo matrimonio civil valido (sic), con la ciudadana MARIA (sic) ZENAIDA
CASTILLO RONDON (sic) (…) que de dicha unión concibieron a sus hijos: (…); Que
(sic) de su unión matrimonial, en los primeros tiempos fue armoniosa y feliz, hasta que
desde hace aproximadamente seis años, tomo (sic) la determinación de abandonar el lugar
conyugal, mudándose para la casa de su madre, interrumpiéndose, la mencionada relación
matrimonial de manera definitiva, pues su conyugue (sic), no soportaba siquiera su
presencia, la misma incurría permanentemente en falta de comprensión, de auxilio y de
asistencias hacia su persona, pues ella no le atendía como marido, ni siquiera en lo más
elementales deberes como lo es la asistencia de la comida, mantenerme lavada y en orden la
ropa, debido a todo ello la conducta inhóspita que la demanda (sic) desplegó en contra de
su persona al punto de llegar a sus sitios de trabajo e insultar al personal femenino, sin
motivos aparentes y sin razón alguna, en reiteradas oportunidades, lo que ha mantenido
como conducta hasta la actualidad sale permanentemente a viajes y a sitios nocturnos de
manera constante, sin su autorización, ni, (sic) consentimiento, hasta altas horas de la
noche, por tal motivo, son hechos que configuran el abandono voluntario de parte de su
conyugue (sic), (…) [que] le amenazaba de manera permanente en sede penal y alega que
cuando ha tratado de hablar con ella para que cambiara de esa actitud intransigente y que
hablaran como dos personas civilizadas, ella le decía que no quería hablar, que lo mejor es
que se divorciaran, por lo que ya la relación de esposos es insostenible (…)
[fundamentando] su acción en el artículo 185 del Código Civil, ordinales 2º y 3º (…).
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala de
Casación Social, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela por autoridad de la Ley, declara: PRIMERO: SIN LUGAR el recurso de
casación propuesto por la demandada, contra el fallo emitido por el Juzgado Superior en lo
Civil, Mercantil, Tránsito, Bancario y de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la
Circunscripción Judicial del Estado Apure y Municipio Arismendi del Estado Barinas, el 13
de enero de 2014. SEGUNDO: CONFIRMA la decisión recurrida.
La Presidenta de la Sala,
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MARJORIE CALDERÓN GUERRERO
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MÓNICA MISTICCHIO TORTORELLA CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
Magistrado Ponente, Magistrado,
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EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ DANILO ANTONIO MOJICA
MONSALVO
El Secretario
temporal
,
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JESÚS RAFAEL MILLÁN SALINAS
R.C. N° AA60-S-2014-000429
Nota: Publicada en su fecha a
1.- Que el Juez de alzada señaló los motivos de hecho y de derecho que
sustentan el dispositivo del fallo, al indicar la pruebas de las que obtuvo la convicción que
las partes vivían en residencias diferentes, por la determinación de la parte actora de
abandonar el hogar, configurando la causal prevista en el artículo 185, numeral 2, del
Código Civil.
2.- Que el Juez Superior sí consideró y analizó las pruebas que sirvieron de base
para el dispositivo del fallo, y señaló el valor probatorio que les merecía, conforme a la
libre convicción razonada.
3.- Que cualquiera de los cónyuges tiene legitimación activa o cualidad para
intentar la acción de divorcio o la separación de cuerpos, siéndoles potestativo optar entre
una u otra, siempre que alegue que el otro ha incurrido en alguna de las causales previstas
en la Ley; que el ciudadano Edgar Rafael Bertiz ostentaba cualidad para accionar a su
cónyuge en divorcio, en los términos previstos en el artículo 191 del Código Civil, por lo
que la recurrida obró ajustada a derecho al desechar la falta de cualidad opuesta por la
demandada; que era evidente la necesidad de declarar la disolución del vínculo conyugal,
acogiendo la tesis del divorcio como solución y no como sanción, en virtud de que quedó
demostrada la existencia de una causal de divorcio que hace evidente la ruptura del lazo
matrimonial: la interrupción de la relación matrimonial por la falta de comprensión, de
auxilio y de asistencias y por ende el incumplimiento de los deberes y derechos de los
cónyuges.
En ese sentido cabe señalar que el artículo 184 del Código Civil dispone
expresamente que el vínculo conyugal sólo puede extinguirse por la muerte de uno de los
cónyuges o mediante divorcio. El divorcio requiere de una decisión judicial que resuelva
sobre los supuestos enumerados taxativamente por el legislador, en los que se permite la
disolución del matrimonio contraído válidamente. Por tratarse de materia de orden público,
el legislador patrio se aparta del principio de la autonomía de la voluntad de las partes, y
salvo en los casos de jurisdicción voluntaria: la separación de cuerpos y la ruptura
prolongada de la vida en común (artículos 185, primer aparte y 185-A del Código Civil),
tiende a obstaculizar la disolución del vínculo conyugal, para preservar a la familia.
En el marco del interés del Estado por la protección de la familia, frente a la perpetuidad
del matrimonio destaca la excepcionalidad del divorcio, el cual sólo opera por las causales
taxativamente enumeradas por la ley. En consecuencia, no es suficiente la voluntad de los
cónyuges, o de uno de ellos, para lograr la disolución del vínculo matrimonial, sino que es
necesaria la preexistencia de hechos o actos específicamente determinados por la ley, y que
constituyen las causales de divorcio; así, el juez únicamente podrá declarar el divorcio
cuando haya sido invocada y demostrada la ocurrencia de alguna o algunas de las
causales previstas en el Código Civil (…) (Destacados añadidos).
La tesis del divorcio solución o divorcio remedio, acogida por esta Sala en
sentencia N° 192 del 26 de julio de 2001 (caso: Víctor José Hernández
Oliveros contra Irma Yolanda Calimán Ramos) exige como condición sine qua non de la
procedencia de la disolución del vínculo matrimonial, que la causal de divorcio que haya
sido alegada debe estar demostrada:
El antiguo divorcio-sanción, que tiene sus orígenes en el Código Napoleón ha dado paso en
la interpretación, a la concepción del divorcio como solución, que no necesariamente es el
resultado de la culpa del cónyuge demandado, sino que constituye un remedio que da el
Estado a una situación que de mantenerse, resulta perjudicial para los cónyuges, los hijos y
la sociedad en general.
Los motivos de la conducta del cónyuge demandado, por las razones antes indicadas, no
pueden desvirtuar la procedencia del divorcio (…).
Por el contrario, cumpliendo con el deber de hacer justicia efectiva, el Estado debe disolver
el vínculo conyugal cuando demostrada la existencia de una causal de divorcio, se haga
evidente la ruptura del lazo matrimonial.
No debe ser el matrimonio un vínculo que ate a los ciudadanos en represalia por su
conducta, sino por el común afecto; por tanto, las razones que haya podido tener un
cónyuge para proferir injurias contra el otro, sólo demuestran lo hondo de la ruptura y la
imposibilidad de una futura vida común. En estas circunstancias, en protección de los hijos
y de ambos cónyuges, la única solución posible es el divorcio. (Destacados añadidos)
Ahora bien, en cuanto al abandono voluntario, cabe señalar que este consiste en
el incumplimiento grave, voluntario e injustificado de los deberes de cohabitación,
asistencia, o socorro que impone el matrimonio, en los términos previstos en el artículo 137
del Código Civil. A) La gravedad. Debe constituir una actitud definitiva adoptada por el
cónyuge culpable del abandono, no debe ser una actitud pasajera y causal de disgustos o
pleitos normales y comunes entre esposos. B) La intencionalidad. Exige que el abandono
debe ser voluntario y consciente. C) Injustificado. No debe ser producto de circunstancias
que hayan podido obligar al cónyuge denunciado por abandono a asumir ese
comportamiento, en el sentido de que el referido cónyuge no tenía justificación para
incumplir sus obligaciones matrimoniales.
Fecha supra.
La Presidenta de la Sala,
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MARJORIE CALDERÓN GUERRERO
La-
Vicepresidenta, Magistrada disidente,
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MÓNICA MISTICCHIO TORTORELLA CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
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EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ DANILO ANTONIO MOJICA
MONSALVO
El Secretario temporal,
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JESÚS RAFAEL MILLÁN SALINAS
R.C. N° AA60-S-2014-000429
Nota: Publicada en su fecha a