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José Antonio Páez, quien venía ejerciendo las funciones de jefe civil militar del departamento de
Venezuela (Caracas, Carabobo, Barquisimeto, Barinas y Apure) desde 1822, cargo que le fue
confirmado por la municipalidad de Valencia el 30 de diciembre de 1826, y ratificado por Bolívar en
el mismo año, se alzó contra la autoridad de Simón Bolívar y estableció el 28 de diciembre de 1830
un Gobierno Provisional al constituirse en Jefe de la Administración, y al mismo tiempo expidió un
decreto donde convocó a la elección de diputados para un Congreso Constituyente que se reuniría
en Valencia el 31 de abril de 1831.
.El 29 de enero de 1830, se abrieron las Asambleas primarias para el nombramiento de los
electores que habían de designar en cada Provincia a los Diputados al Congreso Constituyente. Por
falta del número legal de diputados, ya que solo asistieron 33 de los 48 elegidos, la instalación
del Congreso Constituyente de Venezuela se efectuó el 6 de mayo de 1830 en la ciudad de
Valencia, y el mismo día, los congresistas decidieron que, «hasta que se resolviera otra cosa», el
general José Antonio Páez continuaría en el desempeño de las funciones del Poder Ejecutivo.
El Congreso Constituyente de Venezuela sancionó el 22 de septiembre de 1830 la Constitución que
debía regir la nueva República de Venezuela, la cual entró en vigencia el mismo mes. El
primer Congreso Constitucional de la República de Venezuela se instaló en la ciudad de Valencia
el 18 de marzo de 1831, y el 24 del mismo mes, fueron examinados por el Senado los Registros
Eleccionarios y se practicó el escrutinio legal para elegir al Presidente de la República.
Como era de esperarse, para el primer período constitucional de cuatro años, resultó elegido
Presidente de la República el general José Antonio Páez, quien obtuvo 136 votos (86,07 %) de los
158 electores que sufragaron. Esta elección no fue más que el reconocimiento de una situación que
se venía manifestando desde 1826, ya que desde ese año, Páez detentaba el poder material, y la
República de 1831, no fue más que la «expresión militar del caudillo llanero», con el apoyo de
terratenientes y los militares anti-bolivarianos.
Pasillo de la casa donde residió José Antonio Páez en Valencia, hoy Museo Casa Páez.
Al día siguiente, se practicó la votación para elegir al primer Vicepresidente de la República, y como
ninguno de los candidatos obtuvo mayoría legal, fue perfeccionada la elección y resultó designado
por dos años, el Licenciado Diego Bautista Urbaneja. El 11 de abril de 1831, Páez prestó juramento
legal como Presidente Constitucional de Venezuela; un fragmento de su discurso ese día al tomar
posesión del cargo:
La verdad es que se abre entonces uno de los mejores periodos de nuestra historia, y precisamente en lo
referente a la organización política y moral de la República. Prudencia, firmeza, probidad, sagaz apreciación
de la imposibilidad de separarse por entonces del jefe militar, pero a la vez valeroso propósito de vigilarlo y
reducirlo; entusiasmo laborioso y consecuente para trabajar por una administración pública eficaz y equilibrar
la libertad y el orden, tales fueron las virtudes de aquella generación, que logró convertir en un movimiento
patriótico y legalista la desmembración de Colombia, iniciado bajo tan funestos auspicios...
Para las elecciones presidenciales del período 1835-1839, el presidente Páez apoyó al
general Carlos Soublette. El 28 de enero de 1833 se reunió el Congreso Constitucional y se votó
para elegir al Vicepresidente de la República para el período 1833-1837. Los votos de los electores
se repartieron así; general Carlos Soublette 52 (29,21 %), doctor Andrés Narvarte 31 (17,41 %),
general Bartolomé Salom 21 (11,79 %).
Como ninguno de los candidatos obtuvo las dos terceras partes de los votos requeridos por la ley, el
Congreso realizó una nueva elección entre Soublette y Narvarte, siendo electo este último
Vicepresidente de la República. El presidente Páez gobernó con una paz relativa durante su
período, y logró una leve recuperación de la economía devastada por la guerra. Sin embargo hubo
que hacer frente a las revoluciones, como la encabezada en Oriente por el general José Tadeo
Monagas; la de Caracas contra los mantuanos en 1831, y la de Gabante en 1834, y a dificultades
de orden político, auspiciadas por militares descontentos: unos por no intervenir directamente en la
administración pública, otros por grupos civiles y miembros de la comunidad universitaria, apoyando
al médico José María Vargas a pesar de la renuencia de este a aceptar su postulación. Los militares
descontentos con el régimen auparon la candidatura del general Santiago Mariño.
Año 1831: En enero de ese año, el gobierno provisional sufre la más grande
embestida, esta vez por parte de los hermanos José Tadeo y José Gregorio Monagas,
quienes, inicialmente bajo el pretexto integracionista, luego con la bandera del
regionalismo, proclaman el Estado de Oriente con el nombre de «República de
Colombia», integrado por las 4 provincias orientales, de las 11 que establecía la
Constitución para todo el país. En marzo de 1831 ocurre la instalación del Congreso
de Venezuela. El 24 es elegido Páez presidente constitucional con 136 de los 158
sufragantes, en votación indirecta y comisiona ante los insurrectos a Andrés
Narvarte.y Alejo Fortique, quienes fracasan en sus intentos y en su lugar, al
ministro de Guerra, general Santiago Mariño, que el Congreso destituye ante un
supuesto entendimiento con los alzados, a quienes enfrenta directamente Páez, hasta
lograr una entrevista en Valle de la Pascua, el 24 de junio de 1831, con José Tadeo
Monagas quien se somete a la ley. El Congreso, enterado del pronunciamiento
hecho el 4 de abril anterior por la provincia neogranadina de Casanare, solicitando
incorporarse a la República de Venezuela, declara que no puede admitirla, pues
respeta el principio jurídico del uti possidetis juris. El 30 de mayo se acuerda la
instalación de los poderes públicos en Caracas. En el mes de junio se levanta la
prohibición de matrimonio entre súbditos españoles y ciudadanos de Venezuela, se
aprueba un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con los Países Bajos y se
decreta la extinción del derecho de alcabala en todas las ventas. Durante los años
finales de la Gran Colombia y sobre todo, a partir de 1830, Venezuela se integra
plenamente a la economía mundial, ya que se abren y fortalecen relaciones
comerciales con Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Dinamarca, Holanda y las
Ciudades Hanseáticas, por lo general a través de las colonias de esas potencias en el
Caribe, no obstante alguna pequeña fricción como la producida con Estados Unidos
por la protección de su mercado interno. Venezuela sigue exportando algodón, añil
y café, el cual desplaza al cacao como principal producto de exportación. El
movimiento comercial es incrementado por la eliminación de todos los derechos de
exportación para el añil, el algodón, el cacao y el café y la reducción de aquellos
pagados por el ganado en pie y los cueros; estas son medidas que favorecen los
privilegios de hacendados y ganaderos, sector al que Páez está incorporado por la
adquisición de la hacienda La Trinidad en los valles de Aragua y los hatos de San
Pablo y Mata de Totumo en los llanos; se había afirmado aún más el poder de estos
grupos con la ley de manumisión de esclavos de octubre de 1830, que elevó de 18 a
21 años el servicio de los hijos de las esclavas. Se decretan medidas
anticonspirativas y un permanente proceso institucionalizador, a través de la
creación de la Academia Militar de Matemáticas (26.10.1831). Con sus actividades,
la Sociedad Económica de Amigos del País, fundada en 1829, promueve nuevos
métodos agrícolas, distribuye semillas seleccionadas, imprime cartillas de
agricultura y de otros oficios, crea escuelas de artesanos, redacta proyectos para un
nuevo sistema monetario y el establecimiento de bancos. En noviembre de 1831,
atiende Páez personalmente la pacificación del bandido realista Dionisio Cisneros,
al obligarlo a negociar con él a través del recurso del compadrazgo.
Aparentemente, las condiciones estaban más que buenas para que el general Páez
pudiera gobernar el país, ya que no era tan solo el Jefe Militar, sino nada más y nada
menos que el Presidente de Venezuela.
Sin embargo, los comienzos del primer gobierno de José Antonio Páez no estuvieron
exentos de dificultades. Pero ¿por qué? Por la sencilla razón de que comenzaron a
producirse en su contra movimientos armados, siendo estos una de
las características más destacadas de su primer mandato.
No obstante ¿Qué era lo que estaba pasando aquí? ¿No contaba con el apoyo de sus
compañeros militares? Hasta cierto punto, sí. Lo que sucedía era que sus compañeros
de armas esperaban que el, estando en la Presidencia, pudiera tratarlos de la misma
forma como los trataba cuando era su comandante.
Esto no sucedió así, ya que estando en el poder poco a poco se fue alejando de ellos e
inclusive de los reclamos que hacía el pueblo para esos momentos, haciendo que
los aspectos sociales estuvieran en un completo olvido.
Aparte de esto, había un sentimiento en el seno de las fuerzas militares muy interesante y que
es bueno que lo podamos analizar. Este sentir era que si Páez había subido a la Presidencia,
quien era uno más de su grupo militar, ellos también tenían el derecho de subir tal cual como él
lo hizo y así ocupar altos cargos en el gobierno.
Esta forma de pensar de los militares, es lo que caracteriza buena parte del siglo XIX, en
lo que se conoce como “El Caudillismo”, una serie de enfrentamientos para tomar el
poder del país por parte de los militares.
Páez no estuvo exento de esto, ya que en 1830 y 1831 hubo pronunciamientos en su
contra, específicamente en el oriente del país. Estos alzamientos estaban comandados
por otro caudillo de gran prestigio en esa zona, el general José Tadeo Monagas.
Tanto Monagas como sus partidarios, proponían restablecer la Gran Colombia y una
serie de medidas que estuvieran a favor de la unión que había existido años antes.
Esto hizo que llegara a acuerdos con Monagas, mediante los cuales se llegó a la
conclusión de que los alzados pudieran deponer sus armas y reconocer el gobierno
nacional y a cambio, este le concedía indultos y les garantizaba todas sus posesiones.
Esta es una de las características principales del gobierno de José Antonio Páez, sin
embargo no fue la única ya que en el ámbito económico pudo recuperar un poco las
condiciones del país, que venía de la guerra de independencia, lo que hacía que
estuviera completamente devastada.
A fines del período presidencial de Páez, comenzaron a manifestarse de nuevo la
discusión entre los militares, para ver quién sería su sucesor. En estas elecciones que se
llevaron a cabo en 1834, el presidente se pronunció a favor del general Carlos Soublette.
Por su parte, un buen número de jefes militares lanzaron como candidato al general
Santiago Mariño. Frente a estas candidaturas se abrió paso la del Dr. José María
Vargas, con el apoyo de sectores civiles.
Finalmente, quien resulta electo es el doctor Vargas, a quien Páez le entrega el poder.