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SECCIÓN DE OBRAS
DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Serie
N UEVAS LECTURAS DE POLíTICA y GOBIERNO

Coordinada por
Mauricio Merino

Manuel Quijano
Presidente del Colegio Nacional de Ciencias Políticas
y Administración Pública, A. C.

El nuevo institucionalismo en el análisis organizacional


Traducción de
ROBERTO RAMÓN REYES MAZZONI
I. ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS:
LA ESTRUCTURA FORMAL COMO MITO Y CERE.MONIA
JOHN W. MEYER
y BRlAN ROWAN

POR LO general se entiende que las organizaciones formales son sistemas de


actividades controladas y coordinadas que surgen cuando el trabajo es
incorporado en redes complejas de relaciones técnicas e intercambios que
traspasan fronteras. Pero en las sociedades modernas, las estructuras de
organización formal surgen en contextos muy institucionalizados. Se crean
profesiones, políticas y programas junto con los productos y servicios que
se supone deben producir racionalmente. Este proceso permite que surjan
muchas nuevas organizaciones y obliga a las existentes a incorporar nue-
vas prácticas y procedimientos. Esto es, lleva a que las organizaciones in-
corporen las prácticas y procedimientos definidos por los conceptos racio-
nalizados prevalecientes del trabajo organizacional e institucionalizado en
la sociedad. Las organizaciones que lo hacen aumentan su legitimidad y
sus perspectivas de supervivencia, independientemente de la eficacia inme-
diata de las prácticas y procedimientos adquiridos.
Los productos, servicios, técnicas, políticas y programas institucionaliza-
dos funcionan como mitos poderosos y muchas organizaciones los adop-
tan ceremonialmente. Pero la conformidad con las reglas institucionales
frecuentemente entra en un agudo conflicto con los criterios de eficiencia;
por el contrario, coordinar y controlar la actividad con el fin de promover
la eficiencia socava la conformidad ceremonial de una organización y sa-
crifica su apoyo y legitimidad. Para mantener la conformidad ceremonial,
las organizaciones que reflejan las reglas institucionales tienden a proteger
sus estructuras formales de las incertidumbres de actividades técnicas
mediante una integración poco rígida, estableciendo diferencias entre sus
estructuras formales y las actividades de trabajo reales.
Este capítulo argumenta que las estructuras formales de muchas organi-
zaciones en la sociedad postindustrial (Bell, 1973) reflejan marcadamente
los mitos de sus ambientes institucionales, más que las demandas de sus
actividades de trabajo. La primera parte describe las teorías prevalecientes
sobre los orígenes de las estructuras formales y el principal problema que
enfrentan las teorías. La segunda parte discute una fuente alternativa de
estructuras formales: los mitos implícitos en el ambiente institucional. La
tercera parte se refiere a que las organizaciones que reflejan ambientes
institucionalizados mantienen brechas entre sus estructuras formales y las
79
80 LAS FORMULACIONES INICIALES

actividades diarias de trabajo. La parte final es un resumen que retoma la


discusión de algunas implicaciones de la investigación.
A lo largo del capítulo se distinguen claramente las reglas instituciona-
lizadas de las conductas sociales prevalecientes. Las reglas institucionali-
zadas son clasificaciones incorporadas en la sociedad, como tipificaciones
o interpretaciones intercambiadas (Berger y Luckmann, 1967, p. 54). Esas re-
glas simplemente se pueden dar por hecho o pueden ser apoyadas por la
opinión pública o por la fuerza de la ley (Starbuck, 1976). Las instituciones
inevitablemente conllevan obligaciones normativas, pero a menudo ingre-
san en la vida social principalmente como hechos que los actores deben
tener en cuenta. La institucionalización conlleva procesos por los que los
procesos sociales, las obligaciones o las realidades llegan a tomar un estatus
de reglas en el pensamiento y la acción sociales. De modo que, por ejem-
plo, el estatus social de un doctor es una regla altamente institucionalizada
(normativa y cognoscitiva) para el trato de las enfermedades, así como un
papel social compuesto de determinadas conductas, relaciones yexpectati-
vas. La investigación y el desarrollo es una categoría institucionalizada de
la actividad organizacional que tiene significado y valor en muchos sectores
de la sociedad; también es un conjunto de la investigación real y de las ac-
tividades de desarrollo. De manera menos importante, un letrero de "no
fumar" es una institución con estatus e implicaciones legales, así como un
intento por regular la Conducta de los fumadores. Fundamental para el ar-
gumento de este capítulo es que las reglas institucionales pueden tener
efectos sobre las estructuras organizacionales y su cumplimiento en el tra-
bajo técnico real, los cuales son muy diferentes de los generados por las
redes de conducta y relaciones sociales que integran y rodean una orga-
nización determinada.

TEORíAS PREVALECIENTES DE LA ESTRUCTURA FORMAL

Debe hacerse una distinción clara entre la estructura formal de una organi-
zación y sus actividades de trabajo diarias. La estructura formal es un plan
para las actividades qUe incluye, ante todo, el cuadro de la organización:
una lista de las oficinas, departamentos, posiciones y programas. Estos ele-
mentos se vinculan mediante metas y políticas explícitas que conforman
una teoría racional del modo, y el propósito, al que se deberán ajustar las
actividades. La esencia de una organización burocrática moderna se en-
cuentra en el carácter racionalizado e impersonal de estos elementos es-
tructurales y de las metas que los vinculan.
Uno de los problemas centrales en la teoría de la organización es des-
cribir las condiciones qUe hacen surgir la estructura formal racionalizada.
/ En las teorías convencionales se supone que la estructura formal racional
es el instrumento más efectivo de coordinar y controlar las complejas redes
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 81

de relaciones implícitas en las actividades técnicas o de trabajo modernas


(véase Scott, 1975, para un resumen). Este supuesto se deriva de las discu--
siones de Weber (1946,1947,1952) sobre el surgimiento histórico de las
burocracias como consecuencia de los mercados económicos y de los Esta-
dos centralizados. Los mercados económicos recompensan la racionalidad
y la coordinación. A medida que se expanden los mercados, las redes de
relaciones en un determinado campo se hacen más complejas y se distin-
guen mejor, y las organizaciones en ese campo deben manejar más interde-
pendencias internas y externas. Factores como el tamaño (Blau, 1970) y la
tecnología (Woodward, 1965) aumentan la complejidad de las relaciones
internas, y la división del trabajo entre las organizaciones incrementa los
problemas que superan sus fronteras (Aiken y Hage, 1968; Freeman, 1973);
Thompson, 1967). Debido a que la necesidad de coordinación aumenta
bajo estas condiciones, y a que el trabajo coordinado formalmente tiene
ventajas competitivas, surge una tendencia al desarrollo de organizaciones
con estructuras formales racionalizadas.
La formación de Estados centralizados y la penetración de los centros
políticos en las sociedades también contribuyen al surgimiento y difusión
de la organización formal. Cuando las redes de relaciones implícitas en el
intercambio económico y en la administración política se hacen muy com-
plejas, se piensa que las estructuras burocráticas son los medios más efec-
tivos y racionales para uniformar y controlar las subunidades. El control
burocrático es muy útil para los centros políticos en expansión y frecuente-
mente se requiere uniformidad tanto en las unidades centrales como en las
periféricas (Bendix, 1964, 1968). Los centros políticos organizan cargos
que logran ampliar la conformidad y desplazan actividades tradicionales en
todas las sociedades.
El problema: las teorías prevalecientes suponen que la coordinación y el
control de la actividad son las dimensiones críticas en las que las organiza-
ciones formales han tenido éxito en el mundo moderno. Tal supuesto se basa
en la opinión de que las organizaciones funcionan según sus planes for-
males: la coordinación es rutinaria, se siguen reglas y procedimientos y las
actividades reales se sujetan a las prescripciones de la estructura formal.
Pero mucha de la investigación empírica sobre las organizaciones pone en
tela de juicio este supuesto. Una generación anterior de investigadores con-
cluyó que había una gran brecha entre la organización formal y la informal
(por ejemplo, Dalton, 1959; Downs, 1967; Homans, 1950). Una observación
afín es que las organizaciones formales suelen estar integradas débilmente
(March y Olsen, 1976; Weick, 1976): los elementos estructurales sólo están
vinculados débilmente entre sí y con las actividades, a menudo se violan las
reglas, frecuentemente no se ejecutan las decisiones o si se ejecutan tienen
consecuencias inciertas, las tecnologías son de eficiencia problemática y los
sistemas de evaluación e inspección son subvertidos o son tan vagos que
suscitan escasa coordinación.
82 LAS FORMULACIONES INICIALES

Las organizaciones formales son endémicas en las sociedades modernas.


Hay necesidad de encontrar una explicación de su surgimiento libre del su-
puesto de que, en la práctica, las estructuras formales en realidad coordinan
y controlan el trabajo. Tal explicación debe tener en cuenta la elaboración
de los propósitos, las posiciones, las políticas y las reglas de procedimiento
que caracterizan a las organizaciones formales, pero lo debe hacer sin
suponer que estas características estructurales se cumplen en la actividad
diaria del trabajo.

FUENTES INSTITUCIONALES DE LA ESTRUCTURA FORMAL

Al concentrarse en el manejo de complejas redes de relaciones y en el ejer-


cicio de coordinación y control, las teorías prevalecientes han descuidado
una fuente weberiana alternativa de la estructura formal: la legitimidad de
las estructuras formales racionalizadas. En las teorías prevalecientes, la
legitimidad está dada; las afirmaciones sobre la burocratización se basan
en el supuesto de normas de racionalidad (Thompson, 1967). Cuando las
normas sí juegan papeles causales en las teorías de la burocratización, se
debe a que se considera que forman parte de las sociedades y persona-
lidades modernas como valores muy generales, los cuales se cree que facili-
tan la organización formal. Pero las normas de racionalidad no son simples
valores generales. Existen de maneras mucho más poderosas y específicas
en las reglas, entendimientos y significados que se atribuyen a las estruc-
turas sociales institucionalizadas. Se ha descuidado la importancia causal
de esas instituciones en el proceso de burocratización.
Las estructuras formales no sólo son producto de sus redes de relaciones
en la organización social. En las sociedades modernas, los elementos de las
estructuras formales racionalizadas están fuertemente acopladas con, y
reflejan, los entendimientos difundidos de la realidad social. Muchas de las
posiciones, políticas, programas y procedimientos de las organizaciones
modernas se cumplen gracias a la opinión pública, las opiniones de ciu-
dadanos destacados, el conocimiento legitimado mediante el sistema, el
prestigio social, las leyes y las definiciones de negligencia y prudencia que
usan los tribunales. Esos elementos de la estructura formal son manifesta-
ciones de poderosas reglas institucionales, las cuales funcionan como
mitos sumamente racionalizados que son obligatorios para determinadas
organizaciones.
En las sociedades modernas, los mitos que generan estructuras organiza-
cionales formales tienen dos propiedades clave. Primero, son prescripciones
racionalizadas e impersonales que identifican como técnicos varios pro-
pósitos sociales y especifican a manera de reglas los medios adecuados
para buscar racionalmente estos propósitos técnicos (Ellul, 1964). Segundo,
están considerablemente institucionalizados y por tanto, en cierta medida,
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 83

se hallan más allá del arbitrio de cualquier participante u organización


individual. Por consiguiente, deben tomarse como legítimos, aparte de las
evaluaciones de su efecto en los resultados del trabajo.
Muchos elementos de la estructura formal están altamente instituciona-
lizados y funcionan como mitos. Los ejemplos incluyen profesiones, pro-
gramas y tecnologías:
Hay un gran número de profesiones racionalizadas (Wilensky, 1965;
Bell, 1973). Éstas son ocupaciones controladas no sólo por inspección
directa de los resultados del trabajo, sino también por reglas sociales de
licencias, registros y escolaridad. Las ocupaciones son racionalizadas y se
entiende que controlan técnicas impersonales, no misterios morales.
Además, están altamente institucionalizadas: socialmente se espera la dele-
gación de actividades a las ocupaciones adecuadas y a menudo ello es obli-
gatorio legalmente por encima de cualesquiera cálculos de su eficiencia.
Muchos programas formales organizacionales también están institucio-
nalizados en la sociedad. Las ideologías definen las funciones adecuadas
para los negocios -como las ventas, la producción, la publicidad o la con-
tabilidad-, para una universidad -como la enseñanza y la investigación
de la historia, la ingeniería y la literatura- y para un hospital-como la ci-
rugía, la medicina interna y la obstetricia-o Esas clasificaciones de funcio-
nes organizacionales, y las especificaciones para realizar cada función, son
fórmulas prefabricadas y disponibles para cualquier organización.
De manera similar, las tecnologías se institucionalizan y se convierten en
mitos que vinculan a las organizaciones. Se da por hecho que los proce-
dimientos técnicos de producción, contabilidad, selección de personal o
procesamiento de datos se convierten en medios para lograr los fines orga-
nizacionales. Independientemente de su posible eficiencia, esas técnicas
institucionalizadas hacen ver una organización adecuada, racional y mo-
derna. Su uso muestra responsabilidad y evita reclamos por descuido.
Es enorme el efecto de esos elementos institucionales racionalizados
sobre las organizaciones y situaciones organizativas. Estas reglas definen
las nuevas situaciones organizativas, redefinen las existentes y especifican
los medios para tratar racionalmente con cada una. Permiten, y a menudo
requieren, que los participantes se organicen siguiendo lineamientos ya
establecidos. Y se difunden muy rápido en la sociedad moderna como parte
del surgimiento de la sociedad postindustrial (Bell, 1973). Se registran nue-
vos y extensos campos de actividad en programas institucionalizados, pro-
fesiones o técnicas, y las organizaciones incorporan los paquetes de regis-
tros. A continuación se dan algunos ejemplos.
La psicología crea una teoría racionalizada de selección de personal y
acredita a profesionales especializados en los temas del personal; departa-
mentos y funcionarios de personal aparecen en cualesquier organizaciones
existentes, y también aparecen agencias especializadas en personal.
A medida que se crean programas de investigación y desarrollo y se
84 LAS FORMULACIONES INICIALES

adiestra y define a los profesionales con experiencia en estos campos, las or-
ganizaciones enfrentan presiones cada vez mayores para incorporar las
unidades de investigación y desarrollo.
A medida que se racionaliza la profesión prerracional de la prostitución
siguiendo lineamientos médicos, surgen más fácilmente organizaciones
burocratizadas -las clínicas de terapia sexual, los salones de masajes y
otros similares-o
A medida que surgen problemas de seguridad y contaminación ambien-
tal, y a medida que las profesiones y programas pertinentes se instituciona-
lizan en leyes, ideologías sindicales y opinión pública, las organizaciones
incorporan estos programas y profesiones.
El crecimiento de las estructuras institucionales racionalizadas en la so-
ciedad hace a las organizaciones formales más comunes y más elaboradas.
Esas instituciones son mitos que hacen a la vez más necesarias y más
fáciles de crear las organizaciones formales. Después de todo, los elemen-
tos con que se construyen las organizaciones se encuentran dispersos en el
panorama social; sólo se requiere un poco de energía empresarial para
integrarlos en una estructura. Y como se consideran estos elementos co-
rrectos, adecuados, racionales y necesarios, las organizaciones deben in-
corporarlos para evitar la ilegitimidad. De este modo, los mitos construidos
dentro de los elementos institucionales racionalizados crean la necesidad,
la oportunidad y el impulso para organizar racionalmente, por encima de las
presiones en este sentido creadas por la necesidad de manejar redes de
relaciones de proximidad:
Proposición l ) A medida que surgen reglas institucionales racionalizadas
en determinados campos de la actividad laboral, se integran y amplían organi-
zaciones formales al incorporar estas reglas como elementos estructurales.
Aquí están implícitas dos ideas: lA) A medida que los mitos institucio-
nalizados definen nuevos campos de la actividad racionalizada, surgen
organizaciones formales en estos campos. lB) A medida que surgen mitos
institucionales racionalizados en los campos de actividad existentes, las
organizaciones ya establecidas amplían sus estructuras formales para ha-
cerse isomorfas con estos nuevos mitos.
Para entender el mayor proceso histórico conviene observar que:
Proposición 2) Cuanto más modernizada esté la sociedad, más extendida
estará la estructura formal racionalizada en ciertos campos y mayor será el
número de campos que contengan instituciones racionalizadas.
Por consiguiente, las instituciones modernas se racionalizan completa-
mente y estos elementos racionalizados actúan como mitos que dan origen
a más organizaciones formales. Cuando se cambian las proposiciones 1) Y
2) se desprenden dos ideas más específicas: 2A) es más probable que surjan
o~anizacionesformales en las sociedades más modernizadas aun cuando
se mantenga constante la complejidad de las redes de relaciones inmedia-
tas; 2B) es probable que las organizaciones formales en determinado cam-
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 85

po de actividad posean estructuras más elaboradas en las sociedades más


modernas, aun cuando se mantenga constante la complejidad de las redes
de relaciones inmediatas.
Si se combinan las ideas anteriores con la teoría de la organización pre-
valeciente, queda claro que las sociedades modernas están llenas de buro-
cracia racionalizada por dos razones. Primera, como lo aseveran las teorías
prevalecientes, las redes de relaciones se hacen más complejas a medida
que las sociedades se modernizan. Segundo, las sociedades modernas
están llenas de reglas institucionales, las cuales funcionan como mitos que
muestran varias estructuras formales como medios racionales para lograr
fines deseables. La figura I.1 resume estas dos líneas de la teoría. Ambas
líneas sugieren que la sociedad postindustrial -la sociedad dominada por
la organización racional más que por las fuerzas de la producción- surge
tanto por la complejidad de la red organizacional social moderna como,
más directamente, por cuestiones ideológicas. Una vez que se ha institu-
cionalizado, la racionalidad se convierte en un mito con potencial organi-
zativo explosivo, como Ellul (1964) y Bell (1973) lo observan -aunque con
reacciones muy diferentes-o

El predominio de los
elementos institucionales
/ racionalizados ~

.
Moderruzación
/ ~ Laelaboración
prese~ciade las
y

de la sociedad estructuras formales

~
organizacionales
~

La complejidad de las
red" de organización e /
intercambio social

FIGURA 1.1. Los orígenes y la elaboración de estructuras [ormales organiza-


cionales.
La relación de las organizaciones con sus ambientes

No es nueva la observación de que las organizaciones están estructuradas


por fenómenos en sus ambientes V tienden a volverse isomorfas junto con
ellos. Una explicación de ese isom~rfismoes que las organizaciones formales
se ajustan a sus ambientes por medio de interdependencias técnicas y de
intercambio. Tal perspectiva puede observarse en las obras de Aiken y Hage
(1968), Hawley (1968) y Thompson (1967). Esta explicación afirma que los
elementos estructurales se difunden porque los ambientes crean exigencias
que traspasan las fronteras entre los campos para las organizaciones, y que
86 LAS FORMULACIONES INICIALES

las organizaciones que incorporan elementos estructurales isomorfos con el


ambiente son capaces de administrar esas interdependencias.
Una segunda explicación para el paralelismo entre las organizaciones y
sus ambientes -y que aquí se destaca- es que las organizaciones reflejan
de modo estructural la realidad construida socialmente (Berger y Luckmann,
1967). Este punto de vista se sugiere en la obra de Parsons (1956) y Udy
(1970), quienes ven las organizaciones como condicionadas en gran medi-
da por sus ambientes institucionales generales y, por tanto, como institu-
ciones en parte. Emery y Trist (1965) también ven las organizaciones como
si respondieran directamente a estructuras ambientales y distinguen con
mucha claridad esos efectos de los que ocurren por intercambios que tras-
pasan las fronteras entre campos. De acuerdo con la concepción institu-
cional tal como se desarrolla aquí, las organizaciones tienden a desaparecer
como unidades distintivas y con límites. Bastante más allá de las relaciones
interambientales sugeridas en las teorías de sistemas abiertos, las teorías
institucionales en sus formas extremas definen las organizaciones como
representaciones dramáticas de mitos relacionados que prevalecen en las
sociedades modernas más que como unidades que participan en intercam-
bios -sin importar lo complejo que sean- con sus ambientes.
Las dos explicaciones del isomorfismo ambiental no son del todo incon-
sistentes. Las organizaciones tratan con sus ambientes dentro de sus lími-
tes e imitan los elementos ambientales en sus estructuras. Sin embargo,
ambas tienen implicaciones muy diferentes para sus procesos organiza-
cionales internos, como se argumenta más adelante.

Los orígenes de los mitos institucionales racionales

La burocratización se debe en parte a la proliferación de mitos racionaliza-


dos en la sociedad, y esto a su vez conlleva la evolución del sistema institu-
cional moderno completo. Aunque el último tema se halla más allá de los
propósitos de este capítulo, es posible observar tres procesos específicos de
la estructura organizacional que generan mitos racionalizados.

La elaboración de complejas redes de relaciones

A medida que las redes de relaciones en las sociedades se vuelven densas e


interconectadas, surge un número cada vez mayor de mitos racionalizados.
Algunos están muy generalizados; por ejemplo, los principios d.el universalis-
mo (Parsons, 1971), los contratos (Spencer, 1897), la restitución (Durkheim,
1933) y el conocimiento experto (Weber, 1947) se generalizan a diversas
ocupaciones, programas y prácticas organizacionales. Otros mitos descri-
ben elementos estructurales específicos. Estos mitos pueden originarse en
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 87

contextos muy limitados y aplicarse a otros. Por ejemplo, en las sociedades


modernas, los contextos de las relaciones de las organizaciones empresariales
en una sola industria son similares de un lugar a otro. En estas condiciones,
una práctica particularmente efectiva, la especialización del trabajo, o el
principio de coordinación pueden ser codificados en forma de mito. Las
leyes, los sistemas educativos y de registro de las profesiones y la opinión
pública puede entonces hacer necesario o ventajoso para las organizaciones
incorporar las nuevas estructuras.

El grado de organización colectiva del ambiente

Los mitos generados por prácticas organizacionales particulares y difundi-


dos mediante las redes de relaciones basan su legitimidad en la suposición
de que son racionalmente efectivos. Pero muchos mitos también basan su
legitimidad oficial en mandatos legales. Sociedades que, ya sea mediante la
conformación de una nación o de un Estado, han desarrollado órdenes
legales racionales son en especial propensas a dar autoridad colectiva
(legal) a instituciones que legitiman estructuras organizacionales particu-
lares. El surgimiento de Estados centralizados y de naciones integradas
significa que los agentes organizados de la sociedad asumen jurisdicción
sobre un gran número de campos de actividad (Swanson, 1971). Las auto-
ridades legislativas y judiciales crean e interpretan mandatos legales; las
agencias administrativas -como los gobiernos estatales y federales, las au-
toridades portuarias y los distritos escolares- establecen reglas de prácti-
ca; y las licencias y los registros de profesiones se hacen necesarios para
desempeñar ocupaciones. Cuanto más fuerte sea el orden legal racional,
mayor será el grado en que las reglas y los procedimientos y el personal
racionalizados se conviertan en requisitos institucionales. Surgen nuevas
organizaciones formales y las que ya existen adquieren nuevos elementos
estructurales.

Esfuerzos de liderazgo de las organizaciones locales

Generalmente se piensa que el crecimiento del Estado y la expansión de la


jurisdicción colectiva dan por resultado organizaciones domesticadas
(Carlson, 1962) sujetas a altos niveles de desplazamiento de sus objetivos
(Clark, 1956; Selznick, 1949; Zald y Denton, 1963). Este punto de vista es en-
gañoso: las organizaciones frecuentemente se adaptan a sus contextos
organizacionales, pero a menudo desempeñan papeles activos en la confor-
mación de esos contextos (Dowling y Pfeffer, 1975; Parsons, 1956; Perrow,
1970; Thompson, 1967). Muchas organizaciones buscan afanosamente que
las autoridades colectivas les concedan privilegios legales y se las ingenian
88 LAS FORMULACIONES INICIALES

para institucionalizar sus objetivos y estructuras en las reglas de esas


autoridades.
Los esfuerzos para modificar los ambientes institucionales obedecen a
dos dimensiones. Primero, las organizaciones poderosas obligan a sus
redes de relaciones inmediatas a adaptarse a sus estructuras y relaciones.
Por ejemplo, los productores de automóviles ayudan a crear demandas
para que haya cierto tipo de carreteras, sistemas de transporte y com-
bustibles que hacen de los automóviles necesidades virtuales; las formas
competitivas de transporte tienen que adaptarse al contexto de relaciones
existentes. Pero, segundo, las organizaciones poderosas intentan construir
sus objetivos y procedimientos directamente dentro de la sociedad como
reglas institucionales. Por ejemplo, los productores de automóviles intentan
inculcar en la opinión pública los criterios que definen los automóviles
desleales, influir en las normas legales que definen los automóviles satis-
factorios, influir en las reglas judiciales que definen a los automóviles que
son suficientemente adecuados para evitar demandas contra los fabri-
cantes y obligar a los agentes de la colectividad a comprar sólo sus vehícu-
los. Por consiguiente, los rivales deben competir tanto en las redes o mer-
cados sociales como en los contextos de las reglas institucionales definidas
por las organizaciones existentes. De este modo, formas organizacionales
determinadas se perpetúan al convertirse en reglas institucionalizadas. Por
ejemplo, los administradores escolares que crean nuevos currículos o pro-
gramas de capacitación intentan validarlos como innovaciones legítimas
en la teoría educativa y en los requerimientos gubernamentales. Si tienen
éxito, se pueden perpetuar los nuevos procedimientos como los requiere la
autoridad o por lo menos como satisfactorios. Los nuevos departamentos
dentro de las compañías, como el de personal, el de publicidad y el de in-
vestigación y desarrollo, intentan ser profesionales al crear reglas de prác-
ticas y registro de profesionales que las escuelas, los sistemas de prestigio y
las leyes exigen. Las organizaciones que se encuentran amenazadas en los
ambientes competitivos -las pequeñas granjas, los ferrocarriles de pa-
sajeros o los Rolls Royce- tratan de ocupar una posición central en las
tradiciones culturales de sus sociedades a fin de recibir protección oficial.

El efecto de los ambientes institucionales en las organizaciones

El isomorfismo con las instituciones ambientales tiene algunas consecuen-


cias decisivas para las organizaciones: a) incorporan elementos que son
legitimados exteriormente, más que en términos de eficiencia; b) emplean
criterios de evaluación externos o ceremoniales para definir el valor de los
elementos estructurales, yc) la dependencia respecto de instituciones fi-
jadas exteriormente reduce la turbulencia y mantiene la estabilidad. Como
resultado, se argumenta aquí, el isomorfismo institucional promueve el
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 89

éxito y la supervivencia de las organizaciones. Al incorporar estructuras


formales legitimadas exteriormente se incrementa el compromiso de los
participantes internos y de los componentes externos. Y el uso de criterios
de evaluación externos -esto es, dirigirse hacia el estatus de una subuni-
dad en la sociedad y no hacia un sistema independiente- puede permitir a
una organización seguir teniendo éxito por definición social, reduciendo
sus posibilidades de fracaso.

Cambio de las estructuras formales

Al diseñar una estructura formal que se adhiere a las prescripciones de los


mitos en el ambiente institucional, una organización demuestra que actúa
con base en propósitos valorados colectivamente de manera adecuada
(Dowling y Pfeffer, 1975; Meyer y Rowan, 1978). La incorporación de ele-
mentos institucionalizados proporciona una explicación (Scott y Lyman,
1968) de las actividades que protege a la organización de que se dude de su
conducta. Es decir, la organización se hace legítima y usa tal legitimidad
para fortalecer su apoyo y asegurar su supervivencia.
Por tanto, desde una perspectiva institucional, uno de los aspectos más
importantes del isomorfismo con las instituciones ambientales es la evolu-
ción de un lenguaje organizacional. Los nombres en la carta de organi-
zación, y el lenguaje utilizado para delinear los objetivos, los procedimien-
tos y las políticas organizacionales son análogos a los vocabularios de
motivos usados para explicar las actividades de los individuos (Blum y
McHugh, 1971; Mills, 1940). Así como los celos, la ira, el altruismo y el
amor son mitos que interpretan y explican las acciones de los individuos,
los mitos de los doctores, de los contadores o de una línea de ensamble
explican las actividades organizacionales. Así, algunos pueden decir que
los ingenieros resolverán un problema específico o que las secretarias
realizarán ciertas tareas, sin saber quiénes serán estos ingenieros o secre-
tarias ni exactamente qué harán. Ambos, el que habla y el que escucha,
entienden que esas afirmaciones describen cómo se realizarán ciertas
responsabilidades.
Los vocabularios de estructura que son isomorfos con las reglas institu-
cionales proporcionan explicaciones prudentes, racionales y legítimas. Se
supone que las organizaciones descritas en los vocabularios legitimados
están orientadas hacia propósitos definidos y a menudo ordenados colecti-
varnente, Por ejemplo, los mitos de los servicios de personal no sólo expli-
can la racionalidad de las prácticas de empleo; también indican que los ser-
vicios de personal son valiosos para una organización. Los empleados, los
SOlicitantes de empleo, los gerentes, los miembros de las juntas directivas
de las empresas y las empresas gubernamentales están predispuestos a con-
fiar en las prácticas de contratación de organizaciones que siguen procedi-
90 LAS FORMULACIONES INICIALES

mientos legítimos -como programas de oportunidad igualo de pruebas de


personalidad- y están más dispuestos a participar en esas organizaciones o
a financiarlas. Por otra parte, las organizaciones que omiten elementos de es-
tructura legitimados ambientalmente o que crean estructuras únicas carecen
de explicaciones legitimadas aceptables de sus actividades. Esas organiza-
ciones son más vulnerables a las acusaciones de que son negligentes, irra-
cionales o innecesarias. Acusaciones de esta clase, sean de participantes
internos, de componentes externos o del gobierno, pueden hacer que las
organizaciones incurran en costos reales. Por ejemplo, con el surgimiento
de las instituciones médicas modernas, las grandes organizaciones que no
toman medidas para dar servicios médicos a sus trabajadores son conside-
radas negligentes -por los trabajadores, por algunas facciones gerenciales,
por los aseguradores, por los tribunales que definen legalmente la negligen-
cia y frecuentemente por las leyes-o Los costos de la ilegitimidad en térmi-
nos de primas del aseguramiento y de las obligaciones legales son muy
reales. De manera similar, la instituciones de conservación del ambiente
hacen que sea importante que las organizaciones procuren reglas formales,
departamentos y programas de seguridad. Las reglas y letreros que pro-
híben fumar, independientemente de su cumplimiento, son necesarios para
evitar acusaciones de negligencia y el caso extremo de ilegitimidad: la clau-
sura que decida el Estado. El desarrollo de la economía profesional hace
que para las organizaciones sea útil incorporar grupos de economistas y
análisis econométricos. Aunque quizás nadie los lea, los entienda o los crea,
los análisis econométricos ayudan a legitimar los planes de la organización
a los ojos de los inversionistas, clientes (como en el caso de los contratistas
del Departamento de la Defensa) y participantes internos. A la vez, esos
análisis pueden proporcionar explicaciones racionales después de que ocu-
rren los fracasos: los gerentes cuyos planes han fracasado pueden demos-
trar a los inversionistas, accionistas y superiores que los procedimientos
eran prudentes y que las decisiones se tomaron con medios racionales.
Por tanto, las instituciones racionalizadas crean mitos de estructura for-
mal que determinan a las organizaciones. Dejar de incorporar los elemen-
tos adecuados de estructura es negligente e irracional; el apoyo continuo se
ve amenazado y la disidencia interna se fortalece. Al mismo tiempo, estos
mitos ofrecen a las organizaciones grandes oportunidades de expansión.
Asignar los nombres correctos a las actividades puede transformarlas en
servicios valiosos y despertar los compromisos de los participantes inter-
nos y de los componentes externos.

La adopción de criterios de evaluación externos

En ambientes elaborados institucionalmente, las organizaciones también


se pueden hacer sensibles a, y emplear, criterios externos de valor. Los cri-
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 91

terios incluyen, por ejemplo, recompensas ceremoniales como el premio


Nobel, declaraciones de apoyo de personas importantes, los precios nor-
males que cobran los profesionales y los consultores, o el prestigio de los
programas o del personal en los círculos sociales externos. Por ejemplo, las
convenciones de la contabilidad moderna se esfuerzan por asignar un valor
a componentes particulares de las organizaciones con base en su contribu-
ción -por medio de la función de producción de la organización-- a los
bienes y servicios que produce la organización. Pero para muchas uni-
dades -los departamentos de servicios, los sectores administrativos y
otros- es poco claro qué de lo que se produce tiene un valor definible en
términos de su contribución al producto organizacional. En estas situa-
ciones, los contadores recurren a prácticas oscuras: suponen que son nece-
sarias determinadas unidades organizacionales y calculan su valor por los
precios afuera de la organización. De este modo, la contabilidad moderna
crea funciones de producción ceremoniales y las incluye en las funciones
de producción económicas: las organizaciones asignan valores definidos
exteriormente a los departamentos de publicidad, de seguridad, a los ge-
rentes, a los econometristas y ocasionalmente a los sociólogos, ya sea que
estas unidades contribuyan o no de manera medible a la producción. Los
precios monetarios, en la sociedad postindustrial, reflejan numerosas in-
fluencias ceremoniales, al igual que las medidas económicas de eficiencia,
rentabilidad o patrimonio neto (Hirsch, 1975).
Los criterios ceremoniales del valor y las funciones de producción
derivadas ceremonialmente son útiles para las organizaciones: legitiman a
las organizaciones con los participantes internos, los accionistas, el públi-
co y el Estado, así como con el Departamento de Impuestos Internos o la
Comisión de Valores y Operaciones Bursátiles. Demuestran socialmente
las buenas condiciones de una organización. La incorporación de estruc-
turas con alto valor ceremonial, como las que ret1ejan conocimientos
expertos recientes o prestigiosos, hacen que la posición crediticia de una
organización sea más favorable. Es más fácil obtener préstamos, dona-
ciones o inversiones. Finalmente, las unidades dentro de la organización
usan evaluaciones ceremoniales para explicar sus servicios productivos a la
organización. Su poder interno aumenta con su desempeño en las medidas
ceremoniales (Salancik y Pfeffer, 1974).

Estabilización

El surgimiento de un ambiente institucional complejo estabiliza las rela-


ciones organizacionales internas y externas. Los Estados centralizados, las
asociaciones comerciales, los sindicatos, las asociaciones profesionales y
las coaliciones entre las organizaciones uniforman y estabilizan (véase la
reseña de Starbuck, 1976).
92 LAS FORMULACIONES INICIALES

Las condiciones del mercado, las características de los insumas y de los


productos y los procedimientos tecnológicos se ponen bajo la jurisdicción
de significados y controles institucionales. También se produce la estabi-
lización a medida que una institución se convierte en parte de un sistema
colectivo más amplio. Se garantiza el apoyo mediante acuerdos y no com-
pletamente mediante el desempeño. Por ejemplo, independientemente de
°
que las escuelas eduquen a los estudiantes los hospitales curen a los
pacientes. las personas y las agencias gubernamentales siguen compro-
metidas con estas organizaciones, les dan financiamiento y las usan casi
automáticamente año tras año.
Los ambientes controlados institucionalmente protegen de turbulencias
a las organizaciones (Emery y Trist, 1965; Terreberry, 1968). Las adapta-
ciones ocurren con menor rapidez a medida que se celebran muchos
acuerdos. Los monopolios otorgados colectivamente aseguran la clientela
para organizaciones como escuelas, hospitales o asociaciones profesiona-
les. La calidad dada por hecho (y legalmente regulada) de las reglas institu-
cionales hace poco probable que haya inestabilidades impresionantes en
los productos, técnicas o políticas. Además, su legitimidad como subuni-
dades aceptadas de la sociedad protege las organizaciones de sanciones
inmediatas por las variaciones en el desempeño técnico. De este modo, los
distritos escolares estadunidenses (al igual que otras unidades guberna-
mentales) casi tienen monopolios y son muy estables. Deben conformarse
con reglas más amplias sobre las clasificaciones adecuadas y los acredita-
mientas de profesores y estudiantes, y de temas de estudio. Pero están pro-
tegidas por reglas que hacen que la educación sea obligatoria tal como la
definen estas clasificaciones. Las escuelas alternativas o privadas son posi-
bles, pero deben sujetarse estrechamente a las estructuras y clasificaciones
requeridas de modo que casi no permitan ventajas. Algunas organizaciones
empresariales obtienen niveles muy altos de estabilidad institucional. Una
gran empresa contratista de obras de defensa puede recibir pagos por
seguir los procedimientos acordados, aun cuando el producto sea ineficaz.
En el caso extremo, esas organizaciones pueden tener tanto éxito que so-
breviven intactas a la bancarrota -como ha sucedido con la Lockheed y
los ferrocarriles Penn Central- al convertirse parcialmente en compo-
nentes del Estado. Más comúnmente, la supervivencia de esas empresas
queda garantizada gracias a las tarifas reguladas por el Estado, que les ase-
guran ganancias sin importar los costos, como ocurre con las empresas de
servicios públicos estadunidenses. Las grandes empresas automovilísticas
tienen un poco menos de estabilidad. Existen en un ambiente que contiene
suficientes estructuras para hacer de los automóviles, como se les define
convencionalmente, necesidades virtuales. Pero aun así, los clientes y los
. gobiernos pueden inspeccionar cada automóvil, evaluarlo e incluso des-
acreditarlo legalmente. La acción legal no puede desacreditar con la misma
facilidad a un graduado de preparatoria.
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 93

El éxito y la supervivencia organizacionales

Por tanto, el éxito organizacional depende de otros factores aparte de la co-


ordinación y control eficientes de las actividades productivas. Indepen-
dientemente de su eficiencia productiva, las organizaciones que existen en
ambientes institucionales complejos y tienen éxito en hacerse isomorfas a
estos ambientes obtienen la legitimidad y los recursos que requieren para
sobrevivir. En parte, ello depende a su vez de los procesos ambientales y de
la capacidad de determinados liderazgos organizacionales para adaptar
dichos procesos (Hirsch, 1975). En parte depende de la habilidad de deter-
minadas organizaciones para conformarse con instituciones ambientales y
ser legitimadas por éstas. En ambientes institucionalmente complejos se
requiere una conformidad sagaz: el liderazgo (en una universidad, un hos-
pitalo una empresa) requiere entender las preferencias cambiantes y Jos
programas gubernamentales. Pero esta clase de conformidad -y la casi
garantizada supervivencia que la acompaña- sólo es posible en un ambien-
te con estructura muy institucionalizada. En tal contexto es posible fijar la
organización en un isomorfismo que refleje ceremonialmente el ambiente
institucional en su estructura, funcionarios y procedimientos. Así, además
de las fuentes del éxito y sobrevivencia organizacional definidas conven-
cionalmente, puede plantearse la siguiente afirmación general:
Proposición 3) Las organizaciones que incorporan elementos socialmente
legitimados y racionalizados en sus estructuras [ormales maximizan su legiti-
midad y aumentan sus recursos y capacidad de supervivencia.
Esta proposición afirma que las perspectivas de supervivencia a largo
plazo de las organizaciones aumentan a medida que las estructuras del
Estado se hacen más complejas y las organizaciones responden a reglas
institucionalizadas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, las escuelas, los
hospitales, y las organizaciones de asistencia social muestran una consi-
derable habilidad para sobrevivir, precisamente porque se ajustan -y casi
se incorporan- a sus ambientes institucionales. De la misma manera, las
organizaciones fracasan cuando se desvían de las prescripciones de los
mitos institucionalizadores: independientemente de la eficiencia técnica,
las organizaciones que innovan en formas estructurales importantes incu-
rren en altos costos de legitimidad.
La figura 1.2 resume el argumento general de esta sección, junto con el
punto de vista de que las organizaciones subsisten gracias a la eficiencia.

LAS ESTRUCTURAS INSTITUCIONALIZADAS Y LAS ACTIVIDADES ORGANIZACIONALES

Las estructuras formales racionalizadas surgen en dos contextos. Primero,


las demandas de las redes de relaciones locales favorecen el desarrollo de
estructuras que coordinan y controlan actividades. Esas estructuras con-
94 LAS FORMULACIONES INICIALES

Elaboración de mitos _ _-J.~Conformidadorganizacional


institucionales racionalizados con los mitos institucionales

~adY_~ .. Supervivencia

11
Eficiencia organizacional
~-----
_~--
~recursos

FIGURA 1.2. Supervivencia organizacional.

tribuyen a la eficiencia de las organizaciones y les dan ventajas sobre com-


petidores menos eficientes. Segundo, la interconexión de las relaciones
sociales, la organización colectiva de la sociedad y el liderazgo de las élites
organizacionales crean un contexto muy institucionalizado. En éste, las
estructuras racionalizadas ofrecen una aceptable explicación de las activi-
dades organizacionales y las organizaciones consiguen legitimidad, estabi-
lidad y recursos.
En cierta medida, todas las organizaciones están incorporadas a los con-
textos relacional e institucionalizado y, por tanto, se hallan interesadas en la
coordinación y el control de sus actividades y en dar una explicación pru-
dente para las mismas. Las organizaciones en ambientes muy institu-
cionalizados se enfrentan a contingencias internas y externas. Por ejemplo,
las escuelas deben transportar a los estudiantes y regresados a sus casas en
ciertas circunstancias, y deben asignar aulas a los profesores, estudiantes y
temas. Por otra parte, las organizaciones que producen en mercados que
hacen hincapié en la eficiencia crean unidades cuya relación con la pro-
ducción es oscura y cuya eficiencia está determinada no por una verdadera
función de producción, sino por una definición ceremonial.
No obstante, la supervivencia de algunas organizaciones depende más
del manejo de las demandas de las relaciones internas y externas, mientras
que la supervivencia de otras depende más de las demandas ceremoniales
de ambientes muy institucionalizados. La discusión que sigue muestra que
el que la supervivencia de una organización dependa sobre todo de las de-
mandas relacionales o institucionales determina la fuerza de los alinea-
mientos entre las estructuras y las actividades.

Tipos de organización

Los mitos institucionalizados difieren en la cabalidad con que describen


las relaciones de causa y efecto y en la claridad con que describen criterios
que deben considerarse para evaluar producciones (Thompson, 1967).
Algunas organizaciones usan la rutina, tecnologías claramente definidas
para obtener su producción. Cuando es posible evaluar fácilmente la pro-
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 95

duccióri, con frecuencia se desarrolla un mercado y los consumidores


obtienen importantes derechos de inspección y control. En este contexto,
por lo general la eficiencia determina el éxito. Las organizaciones deben
enfrentar las exigencias de una estrecha coordinación con sus redes de
relaciones, y lo hacen organizándose en torno a problemas técnicos in-
mediatos.
Pero el crecimiento de la sociedad organizada colectivamente y la inter-
conexión mayor de las relaciones sociales ha socavado muchos contextos
de mercado. Cada vez más, organizaciones como escuelas, unidades de in-
vestigación y desarrollo y las burocracias gubernamentales usan tecno-
logías variables, ambiguas, para obtener producciones difíciles de evaluar,
y para otras organizaciones con tecnologías cl ararnente definidas no es
posible adaptarse a la turbulencia ambiental. La incertidumbre de contin-
gencias técnicas imprevisibles o de adaptarse al cambio ambiental no
puede resolverse con base en la eficiencia. Los participantes internos y los
componentes externos requieren por igual reglas institucionalizadas que
promuevan la confianza y credibilidad en las producciones y protejan las
organizaciones del fracaso (Emery y Trist, 1965).
Así, se puede concebir un continuo en que pueden ordenarse las organi-
zaciones. En un extremo están las organizaciones bajo fuertes controles de
su producción (Ouchi y McGuire, 1975), cuyo éxito depende del manejo
de sus redes de relaciones. En el otro están las organizaciones instituciona-
lizadas cuyo éxito depende de la confianza y estabilidad logradas mediante
el isomorfismo con las reglas institucionales. Por dos razones es impor-
tante no suponer que la localización de una organización en este continuo
se basa en las propiedades técnicas inherentes de su producción y que por
tanto es permanente. Primero, las propiedades técnicas de las produccio-
nes se definen socialmente y no existen en un sentido concreto que permita
descubrirlas empíricamente. Segundo, con frecuencia los ambientes y las
organizaciones redefinen la naturaleza de los productos, servicios y tecno-
logías. La redefinición a veces aclara las técnicas o los criterios de evalua-
ción. Pero a menudo las organizaciones y los ambientes redefinen la natu-
raleza de las técnicas y de la producción, de modo que se introduce la
ambigüedad y disminuyen los derechos de inspección y control. Por ejem-
plo, las escuelas estadunidenses han evolucionado de producir una capaci-
tación específica evaluada según criterios rigurosos de eficiencia, a pro-
ducir servicios definidos ambiguamente que se evalúan según criterios de
acreditación (Callahan, 1962; Tyack, 1974; Meyery Rowan, 1978).

Inconsistencias estructurales en las organizaciones institucionalizadas

Hay dos problemas muy generales que enfrenta una organización si su éxi-
to depende principalmente del isomorfismo con reglas institucionalizadas.
96 LAS FORMULACIONES INICIALES

Primero, las actividades técnicas y las demandas de eficiencia crean con-


flictos e inconsistencias en los esfuerzos de una organización institucio-
nalizada por sujetarse a las reglas ceremoniales de la producción. Segundo,
como estas reglas ceremoniales se transmiten por mitos que pueden surgir
de diferentes partes del ambiente, las reglas suscitan conflictos entre sí.
Tales inconsistencias hacen que sea problemático el interés por la eficien-
cia y la coordinación y control rigurosos.
Las estructuras formales que rinden culto a los mitos institucionalizados
difieren de las estructuras que actúan eficientemente. La actividad ceremo-
nial es significativa en relación con reglas categóricas, no con sus efectos
concretos (Merton, 1940; March y Simon, 1958). A un trabajador enfermo
lo debe tratar un doctor que usa los procedimientos médicos aceptados;
que el trabajador sea tratado eficazmente es menos importante. Una com-
pañía de autobuses debe dar servicio en las rutas requeridas, sea que haya o
no muchos pasajeros. Una universidad debe mantener departamentos ade-
cuados, independientemente de la matrícula. Es decir, la actividad tiene un
significado ritual: mantiene las apariencias y da validez a una organi-
zación.
Las reglas categóricas entran en conflicto con la lógica de la eficiencia.
A menudo las organizaciones se enfrentan al dilema de que las actividades
que siguen las reglas institucionales, aunque se pueden considerar gastos
ceremoniales justificados. son meros costos desde el punto de vista de la
eficiencia. Por ejemplo, contratar al ganador de un premio Nobel da gran-
des beneficios ceremoniales a una universidad. El nombre de la eminencia
puede ayudar a obtener donaciones para investigación, atraer a estudiantes
más destacados o aumentar la reputación. Pero desde el punto de vista de
los resultados inmediatos, el gasto disminuye el rendimiento de la ense-
ñanza por dólar gastado y reduce la capacidad de la universidad para
resolver problemas logísticos inmediatos. Además, las tecnologías caras,
que dan prestigio a los hospitales y a las empresas, simplemente pueden
ser costos excesivos desde el punto de vista de la producción inmediata. De
manera similar, los consultores de gran prestigio que obtienen la aproba-
ción externa para una organización difícilmente pueden justificarse en térmi-
nos de una mejor productividad. No obstante, pueden ser muy importantes
para conservar la legitimidad interna y externa.
Surgen otros conflictos entre las reglas categóricas y la eficiencia porque
las reglas institucionales se elaboran en niveles muy altos de generalización
(Durkheim, 1933), en tanto que las actividades técnicas varían según condi-
ciones específicas, no uniformes y posiblemente únicas. En vista de que las
categorías ceremoniales uniformes deben enfrentar variaciones y anomalías
técnicas, las reglas generalizadas del ambiente institucional frecuentemente
son inadecuadas para situaciones específicas. Un plan de estudios impuesto
por el gobierno puede ser inadecuado para los estudiantes que se tienen; un
tratamiento médico convencional puede ser inútil dadas las características
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 97

del paciente, y los inspectores de seguridad federales pueden retrasar into-


lerablemente los intercambios a través de las fronteras.
Una fuente adicional de conflictos entre las reglas categóricas y la eficien-
cia es la inconsistencia entre los elementos institucionalizados. A menudo
los ambientes institucionales son pluralistas (Udy, 1970), y las sociedades
promulgan mitos marcadamente inconsistentes. Como resultado, las orga-
nizaciones que buscan apoyo externo y estabilidad incorporan muchos ele-
mentos estructurales incompatibles. Las profesiones se incorporan aunque
pretendan tener jurisdicciones que se traslapan. Se adoptan programas que
contienden entre sí por autoridad sobre cierta área. Por ejemplo, si uno
indaga quién decide qué planes de estudio se enseñarán en las escuelas, es
posible que varios participantes, desde los gobiernos hasta los profesores,
respondan que ellos son los que deciden.
Luego entonces, en organizaciones institucionalizadas, la preocupación
por la eficiencia de las actividades diarias crea incertidumbres enormes.
Contextos específicos destacan lo inadecuado de las prescripciones de
mitos generalizados, y elementos estructurales inconsistentes suscitan con-
flictos acerca de sus derechos de jurisdicción. Así, las organizaciones
deben esforzarse por vincular los requerimientos de los elementos ceremo-
niales con las actividades técnicas, y vincular los elementos ceremoniales
inconsistentes entre sí.

La resolución de inconsistencia

Hay cuatro soluciones parciales a estas inconsistencias. Primero, una orga-


nización puede resistirse a los requerimientos ceremoniales. Pero una
organización que descuida los requerimientos ceremoniales y se pretende
eficiente puede no tener éxito para respaldar su eficiencia. Además, al re-
chazar los requerimientos ceremoniales se omite una importante fuente de
recursos y de estabilidad. Segundo, una organización podrá mantener una
sujeción rígida a las prescripciones institucionalizadas si elimina sus rela-
ciones externas. Aunque ese aislamiento sostiene los requerimientos cere-
moniales, los participantes internos y los componentes externos pueden
desilusionarse pronto por su incapacidad para manejar los intercambios
que traspasan sus fronteras. Las organizaciones institucionales no sólo
deben conformarse con los mitos; también deben mantener la apariencia
de que los mitos verdaderamente funcionan. Tercero, una organización
puede reconocer cínicamente que su estructura es inconsistente con los re-
querimientos del trabajo, pero esta estrategia niega la validez de los mitos
institucionalizados y sabotea la legitimidad de la organización. Cuarto, una
organización puede prometer reformas. Las personas pueden pensar que
en el presente no es viable, pero que el futuro está lleno de prometedoras
reformas de estructura y actividad. Pero al definir la estructura válida de la
98 LAS FORMULACIONES INICIALES

organización como algo que se halla en el futuro, esta estrategia hace que
la estructura actual de la organización sea ilegítima.
No obstante, en vez de basarse en una solución parcial, una organización
puede resolver los conflictos entre las reglas ceremoniales y la eficiencia
recurriendo a dos medios interrelacionados: la separación y la lógica de la
confianza.

La separación

Las organizaciones que se han construido en torno a la eficiencia tratan de


mantener un alineamiento estrecho entre las estructuras y las actividades.
Se impone la conformidad por medio de la inspección; la calidad de la pro-
ducción se supervisa continuamente; se evalúa la eficiencia de las diferen-
tes unidades, y se unifican y coordinan los distintos objetivos. Pero una
política de alineamiento estrecho en las organizaciones institucionalizadas
sólo hace público un historial de ineficiencias e inconsistencias.
Las organizaciones institucionalizadas protegen sus estructuras formales
de la evaluación basada en el desempeño técnico: la inspección, la evalua-
ción y el control de las actividades se reducen a un mínimo, y la coordi-
nación, la interdependencia y los ajustes entre las unidades estructurales se
manejan informalmente.
Proposición 4) Ya que los esfuerzos por coordinar y controlar las activi-
dades en las organizaciones institucionales llevan a conflictos y a pérdida de
legitimidad, se separan los elementos de estructura de las actividades, además
de separarlos uno de otros.
Algunas propiedades bien conocidas de las organizaciones ejemplifican el
proceso de separación: 1) Las actividades se realizan más allá del alcance de
los gerentes. En particular, las organizaciones favorecen activamente el pro-
fesionalismo y las actividades se delegan a profesionales. 2) Las metas se
hacen ambiguas o vacías y los fines categóricos son sustituidos por fines
técnicos. Los hospitales tratan a los pacientes, no los curan. Las escuelas
producen estudiantes, no conocimiento. De hecho, se eliminan o se hacen
invisibles los datos sobre el desempeño técnico. Los hospitales procuran
ignorar información sobre las tasas de curación, los servicios públicos elu-
den datos sobre la efectividad, y las escuelas restan importancia a las medi-
das de consecución. 3) Se evita la integración, se descuida la ejecución de
los programas y la inspección y la evaluación se vuelven ceremoniales. 4) Se
hacen muy importantes las relaciones humanas. Las organizaciones no
pueden coordinar formalmente las actividades porque sus reglas formales,
si se aplicaran, generarían inconsistencias. Por tanto, se deja que los indi-
viduos desarrollen informalmente interdependencias técnicas. Se da gran
valor a la habilidad para coordinar las cosas -es decir, llevarse bien con
otras personas- en violación a las reglas.
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 99

Las ventajas de la separación son claras. El supuesto de que las estruc-


turas forrriales están trabajando realmente se protege' de las inconsisten-
cias y anomalías que implican las actividades técnicas. Además, como se
evita la integración, se minimizan las disputas y los conflictos y una orga-
nización puede ganar el apoyo de un amplio rango de personas y compo-
nentes externos. De este modo, la separación permite a las organizaciones
mantener estructuras estandarizadas, legitimizadoras y formales, en tanto
que sus actividades varían en respuesta a consideraciones prácticas. Las
organizaciones en una industria tienden a poseer estructuras formales si-
milares -lo que refleja sus orígenes institucionales comunes-, pero en la
práctica muestran una gran diversidad.

La lógica de la confianza y de la buena fe

No obstante la falta de coordinación y control, las organizaciones que han


realizado una separación no son anárquicas. Las actividades diarias se rea-
lizan de manera ordenada. Lo que da legitimidad a las organizaciones
institucionalizadas y les permite parecer útiles, a pesar de su falta de vali-
dación técnica, es la confianza y buena fe de sus participantes internos y de
sus componentes externos.
Consideraciones de prestigio caracterizan la gerencia ceremonial (Goffman,
1967). La confianza en los elementos estructurales se mantiene por medio
de tres prácticas -evitar, ser discreto y "hacerse de la vista gorda" (Goffman,
1967, pp. 12-18)-. Las subunidades autónomas separadas favorecen el evi-
tar y el ser discreto; también es muy común hacerse de la vista gorda con
respecto a las anomalías. Tanto los participantes internos como los compo-
nentes externos cooperan en estas prácticas. Asegurar que los participantes
individuales conserven su prestigio sustenta la confianza en la organi-
zación y en última instancia refuerza la confianza en los mitos que
racionalizan la existencia de la organización.
La delegación, la profesionalización, la ambigüedad en las metas, la
eliminación de los datos de producción y el mantenimiento de prestigio
son mecanismos para eliminar la incertidumbre, a la vez que se conserva la
estructura formal de la organización (March y Simon, 1958). Contribuyen
a la atmósfera general de confianza dentro y fuera de la organización.
Aunque la bibliografía sobre la organización informal con frecuencia trata
estas prácticas como mecanismos para lograr propósitos desviados y de
subgrupos (Downs, 1967), tal tratamiento ignora una característica crítica
de la vida de la organización: eliminar efectivamente la incertidumbre y
mantener la confianza requiere que las personas crean que todos actúan de
buena fe. El supuesto de que las cosas son lo que parecen, que los emplea-
dos y los gerentes desempeñ.an sus cargos adecuadamente, permite a la
organización realizar sus rutinas con una estructura separada.
100 LAS FORMULACIONES INICIALES

En otras palabras, la separación y mantener el prestigio son mecanismos


que conservan el supuesto de que las personas actúan de buena fe. La profe-
sionalización es no sólo una manera de evitar la inspección: compromete a
los inspectores y a los subordinados a actuar de buena fe. Lo mismo hace, en
menor medida, la clemencia estratégica (Blau, 1956). Y lo mismo hacen las
muestras públicas de alta moral y satisfacción características de muchas
organizaciones. Las organizaciones emplean muchos mecanismos para exa-
gerar los compromisos rituales que sus participantes hacen con los elemen-
tos estructurales básicos. Estos mecanismos son especialmente comunes en
las organizaciones que reflejan fuertemente sus ambientes institucionales.
Proposición 5) Cuanto más se deriva la estructura de una organización de
mitos institucionalizados, más mantiene la ostentación de confianza, satis-
facción y buena fe, interna y externamente.
Los compromisos creados por la ostentación de moral y satisfacción no
son afirmaciones vacías de mitos institucionalizados. Los participantes se
comprometen no sólo a apoyar la fecha ceremonial de la organización,
sino también a hacer que las cosas funcionen atrás del telón. Los partici-
pantes comprometidos se encargan de una coordinación informal que,
aunque a menudo es inadecuada formalmente, mantiene las actividades
técnicas funcionando sin problema y evita problemas públicos. En este
sentido, la confianza y la buena fe que generan las acciones ceremoniales
no son fraudulentas. Incluso pueden ser el medio más razonable para que
los participantes realicen sus mejores esfuerzos en situaciones a las que ha-
cen problemáticas los mitos institucionalizados contrarios a las demandas
técnicas inmediatas.

La inspección y evaluación ceremoniales

Todas las organizaciones, incluso las que mantienen altos niveles de con-
fianza y de buena fe, están en ambientes que han institucionalizado los ri-
tuales racionalizados de la inspección y la evaluación, las cuales pueden
descubrir sucesos y divergencias que debilitan la legitimidad. Por tanto, las
organizaciones institucionalizadas minimizan la inspección y la evaluación
y las hacen ceremoniales.
De hecho, en las organizaciones institucionalizadas la evaluación acom-
paña y produce ilegitimidad. El interés del gobierno de los Estados Unidos
en la investigación sobre la evaluación, por ejemplo, tiene en parte la inten-
ción de debilitar a las autoridades estatales, locales y privadas que han
administrado los servicios sociales en ese país. Desde luego, las autori-
dádes federales por lo común no han evaluado los problemas que están
totalmente bajo la jurisdicción federal; sólo han evaluado aquellos en que
los controles federales son incompletos. De manera similar, los gobiernos
de los Estados han insistido en evaluar los fondos especiales que crean para
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 101

beneficencia y educación, pero casi nunca evalúan los programas que fi-
nancian habitualmente.
La evaluación y la inspección son afirmaciones públicas del control
social que violan el supuesto de que todos actúan competentemente y de
buena fe. Tal violación disminuye la moral y la confianza. Así, la evaluación
y la inspección socavan los aspectos ceremoniales de las organizaciones.
Proposición 6) Las organizaciones institucionalizadas procuran reducir al
mínimo la inspección y la evaluación tanto por parte de sus gerentes internos
como de los componentes externos.
La separación y el evitar la inspección y la evaluación no son meras
estratagemas que usa la organización. También los componentes externos
evitan inspeccionar y controlar las organizaciones institucionalizadas
(Meyer y Rowan, 1978). Las agencias que otorgan registros, las juntas

~Separación de subunidades
~' estructurales entre sí y de las
__________ actividades
Isomorfismo con un
ambiente institucional ~Rituales de confianza y de buena fe
. - - - - - - - - - - - - J..
complejo
Evitar la inspección y la evaluación
efectivas

FIGURA 1.3. Los efectos del isomorfismo institucional en las organizaciones.

directivas, las agencias gubernamentales y los individuos aceptan ceremo-


nialmente, por su valor aparente, las acreditaciones, metas ambiguas y
evaluación categóricas características de las organizaciones ceremoniales.
En ambientes institucionales complejos, es probable que estos compo-
nentes externos sean agentes de la sociedad organizados corporativamente.
Mantener relaciones categóricas con sus subunidades organizacionales es
más estable y seguro que basarse en la inspección y el control. La figura 1.3
resume los principales argumentos de esta sección de nuestra discusión.

RESUMEN E IMPLICACIONES PARA LA INVESTIGACIÓN

Las estructuras organizacionales se crean y se hacen más complejas con el


surgimiento de los mitos institucionalizados, y, en contextos altamente
institucionalizados, la acción de la organización debe apoyar estos mitos.
Pero una organización también debe prestar atención a su actividad prácti-
ca. Los dos requisitos se oponen. Una solución estable es mantener la orga-
nización en un estado de integración interno flexible.
Aquí no se toma partido sobre la efectividad social general de las organi-
zaciones isomorfas y flexiblemente integradas. En cierta medida, esas
102 LAS FORMULACIONES INICIALES

estructuras protegen la actividad de los criterios de eficiencia y producen


ineficiencia. Por otra parte, al comprometer a los participantes a actuar de
buena fe y apegarse a racionalidades mayores de una estructura más
amplia, aumentan la efectividad al máximo a largo plazo. No debe supo-
nerse que la creación de racionalidades microscópicas en la actividad
diaria de los trabajadores afecta los fines sociales más eficientemente que
los compromisos con pretensiones y propósitos institucionales más vastos.
El argumento que se presenta aquí genera varias tesis importantes que
tienen claras implicaciones para la investigación. La primera tesis es que los
ambientes y los dominios ambientales que han institucionalizado un gran
número de mitos racionales generan organizaciones más formales. Esta
tesis conduce a la hipótesis de investigación de que las organizaciones for-
males surgen y se hacen más complejas como resultado del surgimiento de
un Estado complejo y de otras instituciones para la acción colectiva. Tal
hipótesis debería seguir siendo cierta aun cuando el desarrollo económico
y técnico se mantiene constante. Los estudios podrían buscar la difusión
de las organizaciones formales de instituciones específicas -las profesio-
nes, programas claramente dirigidos y otros similares-o Por ejemplo,
podrían estudiarse los efectos del surgimiento de las teorías y profesiones
de la selección del personal en la creación de los departamentos de perso-
nal en las organizaciones. Otros estudios podrían buscar la difusión de los
departamentos de ventas o de investigación y desarrollo. Debería encon-
trarse que las organizaciones se adaptan a esos cambios ambientales, aun
cuando no haya evidencia de su efectividad.
Uno puede estudiar experimentalmente el efecto de las variaciones hipo-
téticas en la institucionalización ambiental sobre las decisiones de los ge-
rentes organizacionales en la planificación o en el cambio de la estructuras
organizacionales. ¿Planifican los gerentes de manera distinta cuando saben
de la existencia de ocupaciones o instituciones programáticas establecidas
en sus ambientes? ¿Planifican de manera diversa cuando diseñan organiza-
ciones para ambientes más o menos complejos institucionalmente?
Nuestra segunda tesis es que las organizaciones que incorporan mitos
son más legítimas y exitosas y tienen más probabilidades de sobrevivir. En
este caso, la investigación debe comparar organizaciones similares en
diferentes contextos. Por ejemplo, la existencia de departamentos de per-
sonal o de unidades de investigación y desarrollo debe presagiar el éxito en
ambientes en que están ampliamente institucionalizados. Las organiza-
ciones con elementos estructurales no institucionalizados en sus ambien-
ses tienen más probabilidades de fracasar, pues esa complejidad no autori-
zada debe justificarse con eficiencia y efectividad.
Más generalmente, las organizaciones cuyas pretensiones de apoyo se
basan en la evaluación tendrán menos probabilidades de sobrevivir que las
que están mucho más institucionalizadas. De este argumento se deriva que
ORGANIZACIONES INSTITUCIONALIZADAS 103

las organizaciones que existen en un ambiente altamente institucionaliza-


do por lo regular tendrán más probabilidades de 'sobrevivir.
Se puede estudiar experimentalmente el monto de los préstamos que los
bancos estarían dispuestos a conceder a organizaciones, los cuales varían
sólo en: 1) el grado de institucionalización ambiental y 2) el grado en que
la organización incorpora estructuralmente las instituciones ambientales.
¿Están dispuestos los bancos a prestar más dinero a empresas cuyos planes
van acompañados de proyecciones econométricas? Y ¿es mayor esta ten-
dencia en las sociedades en que esas proyecciones están institucionalizadas
más ampliamente?
Nuestra tercera tesis es que los esfuerzos de control organizacional, en
particular en ambientes muy institucionalizados, se dedican a la conformi-
dad ritual, tanto interna como externamente. Es decir, esas organizaciones
separan la estructura de la actividad y a las estructuras unas de otras. Aquí
la idea es que cuanto más institucionalizado esté el ambiente, más tiempo
y energía dedicarán las élites organizacionales al manejo de la imagen pú-
blica y estatus de la organización, y menos dedicarán a la coordinación y
administración de las relaciones particulares que van más allá de los límites
de la empresa. Además, el argumento es que en esos contextos los gerentes
dedican más tiempo a articular las estructuras y relaciones internas en un
nivel abstracto o ritual, a diferencia del manejo de relaciones particulares
entre actividades e interdependencias.
Deben estudiarse experimentalmente las asignaciones de tiempo y
energía que proponen los gerentes con los diversos ambientes descritos.
Los gerentes a quienes se han presentado descripciones de un ambiente
complejamente institucionalizado, ¿se proponen gastar más energía man-
teniendo el isomorfismo ritual y menos en el control de la conformidad
interna? ¿Tienden a dejar de prestar atención a la evaluación? ¿Elaboran
doctrinas de profesionalismo y de buena fe? En otras palabras, aquí los
argumentos sugieren estudios comparativos y experimentales que inves-
tiguen los efectos sobre la estructura organizacional y la coordinación de
las variaciones en la estructura institucional de un ambiente más amplio.
Las variaciones en la estructura organizacional entre las sociedades, y den-
tro de cualquier sociedad en el transcurso del tiempo, son centrales para
esta concepción del problema.

RECONOCIMIENTOS

Este capítulo fue publicado originalmente en American Journal ofSociology,


83(2), pp, 340-363.
V. INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES
E INSTITUCIONALISMO
RONALD L. JEPPERSON

LA INSTITUCIÓN Yla institucionalización son conceptos centrales de la socio-


logía general. En las ciencias sociales, los especialistas hacen uso de estos
términos para referirse, de una u otra manera, a la presencia de reglas
autoritarias o de una organización obligatoria. Por ejemplo, en este mo-
mento, la universidad donde trabajo lleva a cabo simposios sobre el racis-
mo institucional. Éstos difieren probablemente de otros que podrían tratar
sobre el racismo -o por lo menos así lo sugieren sus declaraciones-o Los
simposios parecen concentrarse más en las características históricas, orga-
nizacionales y estructurales del racismo -el racismo institucional-, las
cuales son distintas de las orientaciones relacionadas con la raza y las pre-
ferencias de los individuos.
Este uso se ajusta a lo que puede ser el significado central de institución
en la sociología general, es decir, la institución como un procedimiento or-
ganizado y establecído.! Estos procedimientos especiales a menudo se pre-
sentan como reglas componentes de la sociedad (las "reglas del juego"). Se
pueden experimentar y analizar en forma externa a la conciencia de los
individuos (Berger, Berger y Kellner, 1973, p. 11). Este significado más ge-
neral nos puede ayudar a entender por qué incluso algunos especialistas
han identificado la sociología con el estudio de las instituciones. Por ejem-
plo, Durkheim llamó a la sociología "la ciencia de las instituciones" (véase
[1901] 1950, p. lx). Y un comentarista de Weber sugiere que "la teoría de
las instituciones es la contraparte sociológica de la teoría de la competencia
en la economía" (Lachmann, 1971, p. 68).
Pero la importancia del concepto de institución (y de términos relaciona-
dos) no ha garantizado su uso claro y cuidadoso. Algunos especialistas
recurren al término institución sólo para referirse a asociaciones particu-
larmente grandes o importantes. Otros parecen identificar a las institucio-
nes con los efectos ambientales. y algunos simplemente usan el término
como si fuera equivalente a los efectos "culturales" o históricos.s
Esta variedad y vaguedad conceptual es notable. También es preocupante

1 MacIver (1931, pp. 15-17) distingue claramente entre una asociación, como un grupo
organizado, y una institución, como un procedimiento organizado.
2 Véanse Eisenstadt (1968) para un catálogo de los usos del término: Znaniecki (1945) para
una amplia discusión histórica del pensamiento institucional, y Seott (1987b) para un panora-
ma del \1SO del concepto en el análisis organizacional.

193
194 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

debido al reciente surgimiento de "institucionalismos nuevos" en las cien-


cias sociales: en la ciencia política (por ejemplo, March y O1sen, 1984), en la
economía (Langlois, 1986), en la psicología (Farry Moscovici, 1984) y aho-
ra en el análisis organizacional (por ejemplo, este libro). Es mejor que los
evaluemos, antes de que esos institucionalismos se institucionalicen -se
conviertan en "estrategias teóricas" expresas, se codifiquen en los libros de
texto y los profesionales los den por sentado-. De este modo, el presente
capítulo se interesa en gran medida en la conceptualización de las institu-
ciones, los efectos institucionales y el institucionalismo. Mis intenciones
tienen dos aspectos. Primero, busco describir una estructura central dentro
del campo semántico de los términos institucionales. Recomiendo que se
empleen exclusivamente estos significados centrales y se evite un número
de conceptualizaciones modernas, muchas de las cuales sólo sirven para
confundir los términos institucionales con otros conceptos o para hacer
afirmaciones empíricas no probadas dentro de nuestras definiciones.
Segundo, al hacer esta aclaración, trato de especificar las características
distintivas del institucionalismo como una línea de teoría.
En resumen, argumento que la institucionalización indica una propiedad
o estado social distinto (y busco especificar esta propiedad) y que las insti-
tuciones no deberían identificarse específicamente, como con frecuencia
sucede, ya sea con elementos culturales o con un tipo de efecto ambiental
(secciones 1 y 2 siguientes). Entonces es posible representar la instituciona-
lización como un conjunto particular de procesos sociales reproductores, a
la vez que se evita la oposición entre institucionalización y "cambio" (sec-
ción 3). y se hace posible representar el institucionalismo de una manera
completamente clara, como argumentos que se caracterizan por restric-
ciones de orden superior impuestas por realidades construidas socialmente,
y distinguirlo de otras líneas de razonamiento (secciones 4 y 5).
Si bien este capítulo se concentra en la conceptualización básica, pre-
tende decididamente ser sustantivo. Espero proporcionar elementos de
utilidad inmediata para comunicar, organizar y proponer argumentos sus-
tantivos. (Los conceptos sin proposiciones no constituyen una teoría, como
Homans le recuerda acertadamente a Parsons, pero las proposiciones que
unen conceptos mal formados también pueden representar mucho esfuer-
zo desperdiciado.) Mis ejemplos y aplicaciones se obtienen del análisis
organizacional, pero las cuestiones conceptuales básicas son completa-
mente generales.3

3 Este capítulo aprovecha un gran número de trabajos, pero especialmente los de Fararo y
Skvoretz (1986); Zucker (1983) en este libro; y Meyer, BaH y Thomas (1987). También Sartorí
(1984) y Cohen (1980), capítulo 7, proporcionan ideas importantes y complementarias sobre
los requisitos de una buena conceptualización -ideas que este capítulo trata de emplear-o
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 195

INSTITUCIONES E INSTITUCIONALIZACIÓN

Comienzo con ejemplos de objetos que comúnmente se piensa que repre-


sentan instituciones. Considere la siguiente lista:

matrimonio ocupación académica


sexismo presidencia
el contrato vacaciones
salario' asistir a la universidad
el saludo de mano la corporación
seguro el motel
organización formal la disciplina académica
el ejército votar

Primero, obsérvense ciertas diferencias entre estos objetos. Algunos se


pueden considerar organizaciones, otros no. Algunos pueden parecer más
"culturales", otros más "estructurales". Pero los objetos comparten impor-
tantes elementos comunes que nos hacen agruparlos. De diversas maneras
todos son "sistemas de producción" (Fararo y Skvoretz, 1986), o "estructu-
ras que permiten hacer algo", o "programas" sociales, o documentos de eje-
cución. Cada una de estas metáforas conlleva diseños fijos de secuencias
de actividad que se repiten crónicamente. Estas imágenes básicas se en-
cuentran en la esencia de los usos sociológicos.f
Si continuamos con estas metáforas podremos ajustar considerable-
mente nuestra conceptualización de los términos institucionales. La insti-
tución representa un orden o patrón social que ha alcanzado cierto estado
o propiedad; la institucionalización indica el proceso para alcanzarlo.> Por
orden o patrón me refiero, como se acostumbra, a secuencias de interac-
ción estandarizadas. Por tanto, una institución es un patrón social que re-
vela un proceso de reproducción particular. Cuando se contrarrestan las
desviaciones respecto de este patrón en forma regulada, por medio de con-
troles reiterativamente activados, socialmente construidos -es decir, por
algún conjunto de recompensas y sanciones-, decimos que un patrón está
institucíonalízado.s Expresado de otra forma, las instituciones son esos

4 Estas imágenes se reflejan en los trabajos de un gran número de teóricos sociales, entre
ellos Mead (1934, pp. 261 ss.); Parsons (1951); Gerth y MilIs (1953); Berger y Luckmann
(1967); Durkheim ([1901] 1950); Davis (1949); Hayek (1973); Goffman (1974); Buckley (1967);
Eisenstadt (1968); March y Olsen (1984); Douglas (1986); Maclver (1931); Giddens (1984,
p. 375, Y 1982, p. 10); Bierstedt (1970, p. 320); Shibutani (1986, p. 16); Stinchcombe (1986a,
pp. 904·905).
5 Aquí sigo a Zucker (1983) al representar los términos como variables de proceso y pro-
piedad, aunque no la sigo en los detalles de la conceptualización.
6 He adaptado libremente una caracterización que proporcionan Fararo y Skvoretz (1986).
También me baso en Przeworski y Sprague (l971). Debo agregar que las instituciones no
196 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

patrones sociales que, cuando se reproducen crónicamente, deben su su-


pervivencia a procesos sociales que se activan relativamente por sí mismos.
De modo notable, su persistencia no depende de la movilización colectiva
periódica, movilización que reiterativamente se reconstruye y reactiva con
el fin de asegurar la reproducción de un patrón. Es decir, las instituciones
no se reproducen por la "acción", en el sentido estricto de la intervención
colectiva en una convención social. Más bien, los procedimientos reproduc-
tores rutinarios apoyan y sustentan el patrón, favoreciendo su reproducción
-a menos que la acción colectiva obstruya, o el choque ambiental inte-
rrumpa, el proceso reproductor-o
La condición "a menos que ... " es importante. Hasta ahora la discusión
podría sugerir que la institucionalización equivale a, o es una forma de, esta-
bilidad o supervivencia. Pero esta identificación resulta inexacta. Si uno sus-
tenta que un patrón está institucionalizado, se indica la presencia de pro-
cesos reproductores en curso, por lo que "las desviaciones respecto de las
formas normales de acción definidas por el diseño [institucional] tienden a
contrarrestarse" por medio de rutinas (Fararo y Skvoretz, 1986, p. 224).
Pero que estos procesos realmente tengan éxito y aseguren la supervivencia
del patrón es un asunto completamente distinto. Por ejemplo, bajo ciertas
condiciones, una alta institucionalización puede hacer que una estructura
sea más vulnerable al impacto ambiental (de ambientes internos o exter-
nos). El análisis de Tocqueville en El Antiguo Régimen y la Revolución pro-
porciona un ejemplo clásico: el Estado francés estaba altamente institu-
cionalizado, pero de una manera que lo hacía muy vulnerable al cambio
ambiental (era un "castillo de naipes", en palabras de Tocqueville) (Tocque-
ville, [1856] 1955).
Considere de nuevo los elementos anteriores en la lista de supuestas ins-
tituciones. Consideramos que votar es un patrón social institucionalizado
en (digamos) los Estados Unidos, mientras que en (digamos) Haití no lo es.
Lo estimamos así en gran medida porque votar en los Estados Unidos está
incorporado en un conjunto de prácticas reproductoras y de apoyo y no es
muy dependiente (como en el caso de Haití) de una intervención política
repetida para su empleo. Igualmente, la disciplina académica es una insti-
tución dentro del sistema universitario moderno porque está unida a otras
prácticas institucionales similares que, en forma conjunta, constituyen el
sistema universitario. Estas prácticas institucionales requieren, de nuevo,
relativamente poca "acción" -movilización e intervención reiterativas-
para su subsistencia. (En seguida me referiré a las diferencias entre la
institucionalización y la "acción'")
Además, estos ejemplos nos recuerdan que la institucionalización es una

equivalen a las normas. Muchos teóricos han distinguido las normas de las instituciones
haciendo estas últimas autocontrolables, no así las primeras. Véanse, por ejemplo, Schotter
(1981, pp. 10-12); también Parsons (por ejemplo, 1951, p. 20); según Parsons, una norma está
institucionalizada si su cumplimiento es recompensado o sancionado.
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 197

propiedad relativa: nosotros decidimos si debemos considerar un objeto


como una institución según sea el contexto analítico. Los ejemplos anterio-
res sugieren una dimensión de esta relatividad general: que una práctica
sea una institución está 1) en relación con contextos especiales. Pero pode-
mos ampliar y formalizar esta relatividad un poco más.
Dentro de cualquier sistema que tiene múltiples niveles u órdenes de or-
ganización, 2) los niveles primarios de organización pueden funcionar
como instituciones en relación con los niveles secundarios de organiza-
ción. Un sistema de operación básico de microcomputadora parece una
institución en relación con su programa de procesador de palabras (en
especial con un ingeniero en programación). En las colectividades, los
procedimientos constitucionales pueden parecer institucionales en relación
con las prácticas de organización formal, y estas prácticas pueden parecer
institucionales en relación con las prácticas sociales no organizadas.
Además, que un objeto sea una institución está 3) vinculado con la di-
mensión particular de una relación. En ciertos aspectos, la Universidad de
Yale es en mayor grado una institución para New Haven que para la ma-
yoría de las otras comunidades (es un elemento sobresaliente del ambiente
local); no obstante, en otros aspectos, Yale es en menor grado una institu-
ción para New Haven que para cualquier otro lugar (Paul DiMaggio señala,
en broma, que el prestigio de una universidad Ivy. League* parece ser igual
a la raíz cuadrada de la distancia a la que se encuentra). Los padres son más
instituciones para sus propios hijos que para otros niños, como realidades
que se dan por hecho; sin embargo, los niños pueden rebatir la autoridad de
sus propios padres mucho más que la de los padres de otros.
Por último, el que un objeto sea una institución está 4) en relación con la
centralización. En los sistemas, las partes centrales son instituciones en
relación con las periferias. El régimen de coordinación político-económica
internacional es una restricción más externa y objetiva para Ghana que
para el FMI. Una asociación puede ser más una institución -más una ca-
racterística fija de un ambiente externo- para el que no es miembro que
para el que sí lo es.
Aquí los detalles y las dimensiones son menos importantes que el punto
general-que el mismo término, "en una referencia diferente" (MacIver,
1931, p. 16), puede o no indicar una institución-o El que consideremos un
objeto una institución depende de lo que consideremos nuestro problema
analítico.

¿ Cómo funcionan las instituciones?

Las instituciones son no sólo estructuras restrictivas; todas autorizan y con-


trolan al mismo tiempo. Las instituciones presentan una dualidad de restric-
*Asf se llama al grupo de las más prestigiosas y tradicionales universidades del este de los
Estados Unidos. [T.]
198 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

ciónllibertad (Fararo y Skovertz, 1986): son medios de actividad dentro de


las restrícciones (a esto se deben las imágenes de "sistemas de producción"
sugeridas por Fararo y Skvoretz). Todas las instituciones son estructuras
de programas o reglas que establecen identidades y líneas de actividad
para dichas identidades." Por ejemplo, la organización formal, considerada
una institución (March y Simon, 1958, pp. 2-4; Stinchcombe, 1973), es una
tecnología social empaquetada, con reglas e instrucciones para su incorpo-
ración y empleo en un escenario social. De esta manera, las instituciones
incluyen "acciones programadas" (Bergery Luckmann, 1967, p. 75) o "res-
puestas comunes a situaciones" (Mead [1934] 1972, p. 263). Los programas
institucionalizados producen entonces vínculos de perspectivas o "expecta-
tivas recíprocas de predictibilidad" (Field, 1979, p. 59). Dicho informal-
mente, las instituciones funcionan sobre todo afectando las revisiones de
las personas acerca del ambiente y la actividad colectivos. 8
Por medio de sus efectos sobre las expectativas, de alguna manera se lle-
gan a dar por hecho las instituciones. El calificativo "de alguna manera" es
decisivo en tanto que la mayor parte de las discusiones asocian en forma
directa la institucionalización con "lo dado por hecho" (por ejemplo, Zucker
(1983) y el capítulo III del presente libro); este concepto fenomenológico es
ambiguo y no se le ha analizado lo suficiente. Los objetos que se dan por
hecho son aquellos que se consideran restricciones exteriores y objetivas
(véanse, por ejemplo, Berger y Luckmann, 1967; Zucker, 1983). Pero esos
hechos pueden tomar formas completamente distintas. Primero, como se
reconoce, dar algo por hecho es diferente de comprenderlo (véanse Berger
y Luckmann, 1967, p. 60): se puede considerar un modelo exterior, objeti-
vo, restrictivo, ya sea que las personas tengan o no la impresión de que lo
entienden bien. Pero también, lo que se reconoce menos, dar algo por he-
cho es distinto del conocimiento consciente: se puede dar por hecho un
modelo porque no se le percibe o se piensa en él; por otro lado, es posible
someter al modelo a un examen minucioso y seguir dándolo por hecho
-aunque de manera muy diferente- como una restricción objetiva exter-
na. Además, dar algo por hecho es distinto de evaluarlo: es posible evaluar
positiva o negativamente un modelo, o no evaluarlo, y en cada caso (en forma
diferente) darlo por hecho.?

7 "Las situaciones institucionalizadas con sus arreglos morales y prácticos crean obliga-
ciones y poderes de los individuos, crean actividades" (Stinchcombe, 1986a, p. 905).
8 Para ejemplos de muchas formulaciones adicionales, paralelas, véanse Berger y Luck-
mann 0967. p. 60) (las instituciones incorporan "10 que todo el mundo sabe", "el conocimien-
to de recetas"); Lachmann (1971, p. 13) (son "mapas que orientan" las acciones futuras de
otros), y Parsons (las instituciones producen un acuerdo sobre la línea de acción específica
que demanda una situación).
9 Parece especialmente arbitrario asociar las instituciones (corno a menudo se hace en las
discusiones actuales) con la ausencia de pensamiento o con una evaluación positiva. Esta
práctica introduce clandestinamente afirmaciones empíricas no probadas en nuestra concep-
tualización, lo que después perjudica el debate teórico. Por ejemplo, tanto Mary Douglas
como Lévi-Strauss parecen asociar las instituciones con la ausencia de pensamiento (con '10
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 199

Cuando los analistas se refieren a las instituciones como si se dieran por


hecho, pueden tener en mente una idea más específica. Sugieren que las
instituciones son esas secuencias de actividad estandarizada que han dado
por hecho razones fundamentales, es decir, en lenguaje sociológico, alguna
"explicación" social común de su existencia y propósito. Quizás las personas
no comprendan bien una institución, pero por lo general tienen fácil acceso
a alguna explicación funcional o histórica de la razón por la que existe en la
práctica. También esperan que haya explicación adicional, en caso de que
la requirieran. Por tanto, las instituciones se dan por hecho en el sentido de
que se les considera características relativas en un ambiente social y se les
explica (expone) como elementos funcionales de ese ambiente. lO

¿A qué deberla oponerse la institucionalización?

Si consideramos lo que no está institucionalizado, podremos comprender


aún más lo que es la institucionalización. Si un objeto social no está insti-
tucionalizado, ¿a qué clase analítica se podría decir que pertenece?
Puesto que la institucionalización es una propiedad de un orden, se le
puede oponer, en primer lugar, a la ausencia de orden -de hecho, " la
entropía social-o Pero más allá de este contraste trivial (yen segundo lu-
gar), la institucionalización también se puede distinguir de la ausencia de
procesos reproductores. Por ejemplo, podemos encontrar algunos patrones
sociales que son productos recurrentes del comportamiento social elemen-

irreflexivo") (Douglas, 1986; Léví-Strauss, 1966). Así, las sociedades modernas, que revelan
una mayor reflexión sobre las prácticas sociales, probablemente estén menos instituciona-
lizadas que las no modernas (por ejemplo. las tribales). (Para Lévi-Strauss, los sistemas tri-
bales son culturas "frias" y tienen sus instituciones sociales entrelazadas con la naturaleza y
sin las contradicciones endógenas que generan el cambio.) En contraste, Stinchcombe argu-
menta que las sociedades modernas poseen tanto mayor reflexibilidad como mayor capacidad
institucional autorreproductora (1968, p. 115). Necesitamos tratar esas diferencias como sus-
tantivas teóricamente, a las que es preciso juzgar de manera empírica, en vez de ignorarlas al
considerarlas definitoriamente.
\0 En una versión anterior de este capítulo, los comentarios de Francisco Ramírez propicia-
ron este párrafo. Él da un excelente ejemplo en su discusión sobre la misa anterior al
Vaticano TI: "Nadie pondría en duda su carácter institucional. La misa siempre consistió en la
ejecución de una acción promulgada, nunca fue el producto de una acción colectiva. La misa
se celebró en latín; se prescribió rigurosamente la secuencia de actos. Cada acto tuvo un nom-
bre. Lo que el sacerdote tuvo que hacer para cumplir con una acción determinada estaba pre-
visto en un documento escrito; también estuvo cuidadosamente prescrito lo que los demás
tenían que hacer en respuesta (pararse, hincarse, persignarse). La única variable fue el con-
tenido del sermón (al que ahora se llama homilía) y si el escrito se cantaba. [... ] Desde una
perspectiva ajena, una producción tipo zombi. Pero aunque no se atribuya un alto grado de
comprensión a los participantes (no todos tomaron un curso sobre liturgia o sabían que el
color de las vestiduras usadas en determinado día tenía un significado simbólico preciso), casi
todos podían decir que la misa fue para adorar a Dios y que se debía ir a misa todos los do-
mingos y otros días de guardar. Los participantes no llevaban a cabo simplemente secuencias
de interacción estandarizada sin haber compartido alguna parte de la historia referente al
asunto del que se ocupaba la práctica".
200 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

tal (como lo describe Homans, o en la biosociología contemporánea).


Como ejemplos, podemos desear considerar algunos procesos de prestigio
genérico o de valoración, o patrones sociales comunes que surgen en caso
de un rompimiento institucional (Homans, 1961, capítulo 16). Además,
algunos patrones sociales son involuntarias consecuencias reiterativas o
persistentes de la interacción social, más que patrones reproducidos cróni-
camente. Por ejemplo, considere la operación reiterativa de alguna regula-
ridad sociológica general, como los procesos de "distanciamiento social"
que inducen algunos patrones de segregación de vivienda. En estos casos,
podemos encontrar un patrón social persistente, pero no se obtiene por
medio de los procesos de reproducción autoactivados que son característi-
cos de las instituciones.
Tercero, la institucionalización se puede distinguir de otras formas de
reproducción. Por ejemplo, podemos desear considerar la socialización
profunda (pongamos por caso, la internalización) un proceso diferente de
la institucionalización y una alternativa para la reproducción de patrones
sociales. (Sería útil tener una tipología de las principales formas de repro-
ducción social.) Aquí quiero concentrarme en un solo contraste: el que hay
entre la institucionalización y la "acción", como he definido anteriormente,
como dos formas de reproducción diferentes. Un patrón social se repro-
duce por medio de la acción si las personas, en forma reiterativa (re)movi-
lizan y (re)intervienen en el proceso histórico para asegurar su persisten-
cia. En algunos países de América Latina, la democracia es sustentada
(cuando sí se sustenta) por medio de la acción en este sentido, y no por
medio de los procesos institucionales que en gran medida la fomentan en
(digamos) el Reino Unido. La "acción" es una forma de reproducción
mucho más débil que la institucionalización, porque se enfrenta a todos los
problemas "lógicos de la acción colectiva" que están bien establecidos en la
bibliografía al respecto (por ejemplo, Olson, 1965).
De manera similar, cuando Dahrendorf habla de la "institucionalización
del conflicto de clases" (1964, pp. 267 ss.) argumenta que se remplaza la
acción de las clases: que la interacción política entre las clases procede, en
gran medida, sin intervenciones tentativas recurrentes de las clases orga-
nizadas en los procesos sociales y, además, que el "conflicto de clases" se
puede sustentar en la ausencia de subculturas de clase persistentes o de la
conciencia de clase. (Aquí no es pertinente saber si su argumento es correcto
o no.) Las relaciones de clase se vuelven menos inmediatamente políticas,
ya que se naturalizan como una característica estable del ambiente restric-
tivo: se institucionalizan.
Este contraste entre la institucionalización y la acción es central. Si uno
participa, convencionalmente, en un patrón social altamente instituciona-
lizado, no toma una acción, es decir, interviene en una secuencia, hace una
declaración. Si un apretón de manos es una forma institucionalizada de
saludar, uno toma acción sólo al rehusar ofrecer la mano. Si asistir a la
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALESE INSTITUCIONALISMO 201

universidad se ha convertido en una etapa institucionalizada de la vida, un


joven toma acción al negarse a asistir a la universidad, más que si se ins-
cribe en ella. El punto es general: uno cumple con las instituciones; uno
toma acción al alejarse de ellas, no al participar en ellas.
Para resumir, sin tratar de dar una definición rigurosa: las instituciones
son sistemas de programas o de gobierno socialmente construidos y repro-
ducidos rutinariamente (ceteris paribus). Funcionan como elementos rela-
tivos de ambientes restrictivos y están acompañadas de explicaciones que
se dan por hecho. Esta descripción concuerda con las metáforas que se
mencionan repetidamente en las discusiones -metáforas de estructuras o
reglas-o Estas imágenes incluyen simultáneamente la potencialidad y la
restricción contextuales y lo dado por hecho.

Ejemplos de conceptualizaciones de los términos institucionales


discutiblemente menos productivos

He argumentado que la institucionalización se representa mejor como un


estado o propiedad particular de un patrón social. Ahora necesito distinguir,
brevemente, esta conceptualización de otras descripciones actuales.
Algunos analistas presentan la institucionalización como una idea de
"propiedad", como yo lo hago aquí, pero la asocian con las propiedades de le-
gitimidad, organización formal o contextualidad. Cada una de estas asocia-
ciones parece mal orientada. La legitimidad puede ser resultado de la insti-
tucionalización o puede contribuir a ella, pero está claro que hay elementos
ilegítimos que pueden institucionalizarse (el crimen organizado, la corrup-
ción política, el fraude, etc.j.t! De manera similar, aunque quisiéramos
considerar la organización formal una institución, o argumentar que la
organización formal puede incluir o generar instituciones (por ejemplo,
Zucker, 1987), o que algunas organizaciones se han convertido en institucio-
nes (la Cruz Roja), es arbitrario identificar la institucionalización con la
organización formal. Tenemos buenas razones para considerar el votar y el
matrimonio instituciones, por ejemplo, y no son organizaciones formales.
Además, mientras algunos analistas consideran los efectos contextuales
o ambientales iguales a los institucionales, analíticamente son muy dife-
rentes. Como ya lo hemos observado, todos los efectos institucionales
tienen cualidades contextuales (la cualidad de externo, objetivo, restricti-
vo), pero no todos los efectos contextuales son institucionales.t- Por ejem-
11 Walter Buckley es categórico al insistir en que se debe distinguir la institucionalización de
la legitimación: algunos "problemas sociales", dice, "son tan penetrantes, estables y difíciles
de suprimir precisamente porque están 'institucionalizados'. Es decir, conllevan cadenas de
expectativas, comunicaciones, interpretaciones normativas, intereses y creencias interperso-
nales complejos y a menudo altamente organizados, incorporados en la misma matriz socio-
cultural en que esbin las estructuras 'legitimadas'" (1967, p. 161; también pp. 145, 129 Y 130).
u Es decir, los efectos contextuales a menudo se refieren a los efectos de la distribución
202 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

plo, muchos efectos contextuales tienen un carácter totalizador en vez de


institucional. Podemos considerar que ciertos efectos del mercado interna-
cional en las economías nacionales son efectos contextuales; si bien esos
mercados tienen fundamentos institucionales, no acostumbramos consi-
derar sus efectos inmediata o aproximadamente institucionales.
El contexto invoca un contraste espacial: externo, difundido o global con-
tra local. Algunos analistas usan la institucionalización no para invocar el
contexto, sino para delimitar un nivel particular de análisis, con más fre-
cuencia un macronivel.
Lo macro, como lo contextual, puede especificar un amplio lapso de tiem-
po y espacio, o, por otro lado -en lo que creo que es un uso más estricto-,
puede recurrir a una comparación jerárquica: mucho más organizado con-
tra mucho menos organizado.P En cualquier caso, la identificación de la
institución con un nivel determinado de análisis también es engañosa. Al-
gunos efectos institucionales no están macroorganizados -por ejemplo,
algunos de los "rituales de interacción" que registró Goffman-. Estos
modelos pueden estar difundidos y por tanto tener cualidades contextua-
les, pero están institucionalizados en submacroórdenes de organización.
{En una sección posterior volveré a estas cuestiones.)14
Una tercera categoría de definiciones diferencia las instituciones al aso-
ciarlas con dominios o controles sociales particulares. Especialmente en el
análisis organizacional, muchos comentaristas asocian las instituciones, de
una manera u otra, con la "cultura", es decir, con efectos normativos, ideas,
conceptos, "entendimientos preconscientes", mitos, ritual, ideología, teorías
o explicaciones. Esta conceptualización confunde en gran medida la dis-
cusión y el desarrollo de argumentos institucionales, porque cualquiera de
las diversas estructuras de control social puede estar más o menos institu-
cionalizada; ninguna por sí misma contiene la institucionalización. La
"cultura" -representada normalmente como esas formas de "conciencia"
con efectos socialmente coordinadores- puede estar más o menos institu-
cionalizada. (Por ejemplo, se podría considerar a los padres solteros un
modelo cultural significativo y, sin embargo, no desear representar tal
paternidad, por lo menos no todavía, como muy institucionalizada.) Todas
proporcional de los individuos en los grupos dentro de una colectividad, o a las tasas de inter-
acción entre los individuos en localidades sociales diferentes. Véase, por ejemplo, Przeworski
(1974). Para ejemplos de tales argumentos, véase Blau (1977).
13 Lo macro se puede referir a una gran extensión espacial o a grandes números, pero tam-'
bién a un alto orden de organización dentro de una estructura que tiene múltiples órdenes de
organización (un alto orden es un conjunto de órdenes más bajos: los capítulos son, en parte,
conjuntos de párrafos, que a su vez son organizaciones de oraciones). Por tanto, lo macro se
puede referir a los efectos de un "centro" colectivo o de sistema, en relación con la periferia,
así como a los efectos (extensos) globales sobre una localidad. Con frecuencia ambos usos se
combinan.
14 Observe el uso ambiguo de ambiente en la bibliografia organizacional. Algunas veces el
término evoca imágenes contextuales (digamos, campos de organizaciones), otras veces ma-
croimágenes -ordenamiento jerárquico- (por ejemplo, las referencias a la ley), o a veces
ambas (por ejemplo, "el ambiente institucional"). Esto produce confusión.
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 203

las instituciones incorporan fundamentos o explicaciones sociales, pero ello


no es razón para identificar las instituciones con la clase de fundamentos o
explicaciones. Puede ser que, por una razón histórica, los analistas tiendan
a igualar la institucionalización con la cultura: en la nación-Estado moder-
no, gran parte de la institucionalización se lleva a cabo mediante reglas
culturales (como se argumenta, por ejemplo, en Meyer, Boli y Thomas,
1987).15 Pero es mejor dejar la institucionalización como una propiedad
abstracta que puede caracterizar muchas formas de coordinación social.!»

FORMAS y GRADOS DE INSTITUCIONALIZACIÓN

Formas de institucionalización

Se pueden delimitar tres portadores primarios de la institucionalización:


la organización formal, los regímenes y la cultura. Quizá la mayor parte de la
discusión se ha concentrado en los efectos institucionales que surgen de la or-
ganización formal, por ejemplo, los estudios de los efectos de la organi-
zación del trabajo en la conformidad individual (Kohn, 1969).
Existen entonces dos tipos primarios de institucionalización informal-
mente organizada. Señalo el primero con el término regímenes, que se refiere
a la institucionalización en algún sistema de autoridad central -es decir, en
reglas y sanciones explícitamente codificadas-, sin una incorporación pri-
maria en un aparato organizacional formal. Un sistema legal o constitu-
cional puede funcionar como un régimen en este sentido, pero también lo
puede hacer, por ejemplo, una profesión (o, en este caso, un sindicato
criminal). En relación con los regímenes, las expectativas se concentran en
el control y sanción mediante alguna forma de "centro" colectivo, diferen-
ciado.í?
La institucionalización también se puede llevar a cabo por medio de la
"cultura": en este caso, simplemente por las reglas, procedimientos y metas
sin representación primaria en la organización formal y sin el control y la
sanción por parte de alguna autoridad "central". Más bien, estas reglas son
15 De hecho, varios autores, entre ellos los citados, pueden confundir estos argumentos
históricos con los conceptuales. Esta combinación fue realmente uno de los problemas cen-
trales de la teoría de Parsons.
16 Es dificil categorizar y evaluar la discusión de Stinchcombe sobre la institucionalización
--en términos aproximados, el proceso de vincular el poder a un valor (1968, en especial pp.
181-188)-. Para él, una institución es mejor considerarla una estructura en la que personas
poderosas están comprometidas con algún valor (p. 107), o con los valores y normas que
tienen altas correlaciones con el poder. Estas imágenes son evocadoras, pero no me parece
que sean suficientes para fines conceptuales, por dos razones: las imágenes vinculan muy
estrechamente la institución con dos conceptos relativamente inestables (poder y valor); tam-
bién hacen que nos concentremos indebidamente en las instituciones formalmente organi-
zadas (como en los ejemplos de Stinchcombe). En la reseña reciente de un libro, Stinchcombe
emplea una conceptualización que se acerca más a la que se recomienda aquí (1986a).
17 Centro en el sentido de Shils (1975) o Eisenstadt (1968), no en un sentido geográfico.
204 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

de carácter habitual o convencional. La institucionalización en la cultura


produce expectativas sobre las propiedades, orientaciones y comporta-
miento de los individuos, como restrictiva de "otros" (Mead) en el ambiente
social.
Al decir que las instituciones se pueden llevar a cabo de maneras dife-
rentes, he distinguido entre los distintos tipos de estructura de reglas o de
control (organización, régimen, culturaj.If Las instituciones ciertamente
pueden tener una incorporación compleja: tanto en el régimen como en la
cultura, por ejemplo (la ciudadanía). Pero, por varias razones, requerimos de
algunas de esas distinciones. Primero, nos obligan a mantener separada la
institucionalización, como una propiedad, de tipos particulares de estruc-
turas de reglas o control. Asimismo, las instituciones que tienen portadores
primarios diferentes (por ejemplo, el saludo de mano en la "cultura") pueden
funcionar de manera diferente. Además, tal vez queremos distinguir colec-
tividades, o periodos históricos, por su dependencia relativa respecto de dis-
tintas formas de institucionalización. Por ejemplo, considérese la afirmación
de que la historia del mundo occidental moderno está guiada, particular-
mente por instituciones "que se transfirieron de una cultura histórica, uni-
versalista y dominante" (Meyer, Boli y Thomas, 1987, p. 27).

Grados de institucionalización

¿Se puede obtener una medida aproximada de institucionalización? Por


ejemplo, ¿cómo podríamos comparar la institucionalización relativa de las
siguientes instituciones en la sociedad estadunidense contemporánea: el
estado liberal, la discriminación racial, la corporación, el sexismo? 19 Este
tema representa un punto débil constante en la discusión institucional, y
en este momento, lejos de delimitar la cuestión, puedo hacer muy poco
para remediar el problema.s?

18 Estas distinciones no tienen el propósito de representar niveles diferentes de análisis u


organización.
19 Uno no se puede ocupar propiamente de la comparación holística de la instituciona-
lización; la pregunta: ¿cuál es la institucionalización relativa en el Reino Unido y la Francia
actuales? Como detalles históricos, no se presta a seguimiento. Parece más legítimo (yen prin-
cipio más productivo) comparar la institucionalización relativa de las instituciones dentro de
las colectividades, o los tipos de instituciones en las sociedades, o los tipos analíticos de órde-
nes sociales. Por ejemplo, se puede comparar el grado en que los tipos de regímenes políticos
están institucionalizados en sociedades comparables (como muchos lo hacen con frecuencia;
Huntington [1968] aborda ampliamente este tema). O se puede tratar de comparar la institu-
cionalízacíón relativa de diversos tipos de sociedades "no modernas" (por ejemplo, tribal. feu-
dal) con las "modernas" (por ejemplo, racionalizadas, ricas, individualistas).
20 La bibliografía sobre este tema en su mayor parte lo ha tratado en forma implícita, o, si
lo hace en forma explícita, de una manera informal y superficial. Parsons (1982) discute el
tema somera e informalmente; también Eisenstadt (1968). Meyer, Boli y Thomas (1987) pro-
porcionan una discusión estimulante, pero de un solo párrafo. Huntington (1968) nos ofrece
un tratamiento amplio de los grados de institucionalización polítíoe. Él asocia una mayor
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 205

Podemos reunir algunos indicios clave sobre la forma de proceder a par-


tir de la bibliografía al respecto. Las instituciones "totales" de Goffman son
estructuras que abarcan mucho, muy segregadas de los ambientes y que
integran estrechamente varios aspectos de la vida en tomo a un plan singu-
lar (Goffman, 1961). Berger y Luckmann proporcionan imágenes más ge-
nerales cuando sugieren que la institucionalización total es, arquetípica-
mente, liturgia -la ausencia total de "acción"-. Todos los "problemas" son
comunes; todas las "soluciones" se construyen y materializan socialmente;
todas las expectativas son comunes y públicamente hegemónicas (Berger y
Luckmann, 1967, p. 80).21 Con la institucionalización total, "la única con-
tribución distintiva que un individuo puede hacer está en la habilidad y el
estilo de ejecución" (Shibutani, 1986, p. 16).
Estas imágenes sugieren que quizás sea posible concebir mejor los gra-
dos de institucionalización en términos de una vulnerabilidad relativa a la
intervención social. Una institución está altamente institucionalizada si
presenta un umbral de acción colectivo casi insuperable, un problema de
acción colectiva muy grande debe ser enfrentado antes de permitir la inter-
vención en, y la obstrucción de, los procesos reproductores.
Es menos probable que una institución determinada sea vulnerable a la
intervención si se halla más incorporada en una estructura de institu-
ciones. Se halla más incorporada si ha estado instituida por largo tiempo
(de manera que otras prácticas se han adaptado a ella) o está establecida
más centralmente dentro de una estructura (de manera que está muy arrai-
gada). Se halla más incorporada si está integrada dentro de una estructura
por medio de explicaciones unificadoras basadas en principios y reglas co-
munes. Además, cuanto mayor sea el vínculo de esta institución con las
restricciones concebidas para ser socialmente exógenas -es decir, ya sea a
una autoridad moral (trascendental) socialmente" exógena o a las supuestas
leyes de la naturaleza- menor será la vulnerabilidad a la intervención.P
El grado de institucionalización depende también de la forma en que se da
institucionalización con una mayor adaptación, complejidad, diferenciación, aislamiento y
unificación. También dice cómo hacer operativas estas ideas, para comparar la institucionali-
zación de los regímenes gubernamentales. Welfling (1973) usa el trabajo de Huntington en un
estudio empírico de la institucionalización en los sistemas de partido en África. Las ideas de
Huntington pueden tener una utilidad más amplia, pero parecen requerir mayor ajuste y
generalidad. Wuthnow (1987), capítulo 8, discute la institucionalización de la ciencia en el
siglo XVII y la asocia con la autonomía organizacional, la obtención de una base de recursos,
el desarrollo de un sistema interno de comunicación y organización y la legitimación externa.
Shefter y Ginsberg (1985) proporcionan una discusión perspicaz, pero completamente infor-
mal, de la "institucionalización del régimen de Reagan", asociando la institucionalización con
una coalición de recursos segura, desempeño exitoso, control de la agenda, ideología legitima-
dora y políticas que beneficiaban a sus partidarios. (Sin embargo, como ocurre con muchos
que tratan este problema. tienden a confundir la institucionalización con la supervivencia.)
21 Compare: "Cuando todo está institucionalizado, no se necesita ninguna historia u otros
mecanismos de conservación: 'La institución lo dice todo" (Schotter, 1981, p. 139).
22 Compare con lo que dice Mary Douglas (1986, pp. 46 ss., yo parafraseo): una convención
está institucionalizada si cualquier pregunta sobre la misma recibe una respuesta que discute
la naturaleza del universo.
206 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

por hecho. Si los miembros de una colectividad dan por hecho una institu-
ción porque no están conscientes de ésta y por tanto no la cuestionan, o
porque se ha interrumpido cualquier propensión a ponerla en tela de juicio
debido a la eliminación de instituciones o principios alternativos (por ejem-
plo, al quitarles legitimidad mediante referencias a la ley natural o espiri-
tual), la institución será sin duda menos vulnerable al reto y la intervención
y tendrá más probabilidad de permanecer institucíonalizada.O

EL CAMBIO INSTITUCIONAL

Existen distintos tipos y procesos de cambio institucional. Si recordamos el


principio de que cada entrada es una salida de algún otro lugar, se pueden
distinguir cuatro tipos importantes de cambio institucional: la formación
institucional, el desarrollo institucional, la desinstitucionalización y la
reinstítucionalizacíón.éé
La formación institucional es una salida de la entropía social, o de patro-
nes de comportamiento no reproductores, o de patrones reproductores
basados en la "acción". Ejemplos de estas tres salidas, respectivamente,
podrían ser la institucionalización del ego, ya que se diferencia de la natu-
raleza y de los dioses (por ejemplo, en el periodo griego [Snell, 1960]), de la
sexualidad (como lo discuten Foucault, 1978, o Elias, 1978) y del conflicto
de clases (Dahrendorf, 1964).
El desarrollo institucional (o la elaboración) representa la continuación
institucional más que una salida -un cambio dentro de una forma institu-
cional-. Un ejemplo podría ser la expansión de la ciudadanía, tal como la
estudia Marshall (1964).
La desinstitucionalización representa una salida de la institucionaliza-
ción hacia la reproducción por medio de la acción recurrente, o de patro-
nes no reproductores, o de entropía social. Ejemplos de ésta son las crecientes
desinstitucionalizaciones de género, o de las estructuras corporativas de la
comunidad, como medios socioorganizacionales centrales.
La reinstitucionalización representa la salida de una institucionalización
y la entrada a otra forma institucional, organizada en tomo a diferentes
principios o reglas. Un ejemplo de la reinstitucionalización de una fuerza
social persistente es la larga transformación de la religión en las sociedades
occidentales, registrada en las discusiones sobre la secularización..
Existen formas distintas en que las instituciones, una vez establecidas,
pueden cambiar (por ejemplo, desarrollarse, desinstitucionalizarse, reinsti-
tucionalizarse) (véase la discusión general de Eísenstadt, 1968, pp. 418-420).
Las instituciones pueden desarrollar contradicciones con sus ambientes (tal
como se describe en el pensamiento ecológico), con otras instituciones (como
23 Meyer, Boli y Thomas (1987), p. 37, discuten la eliminación de alternativas.
24 DiMaggio (1988a) proporciona una lista similar.
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 207

lo describe Marx) o con el comportamiento social elemental (descrito por


Homans, 1961, capítulo 16; véanse también Friedland y Alford, capítulo IX
de este libro). Estas contradicciones o, en forma separada, los choques am-
bientales exógenos pueden forzar el cambio institucional al obstaculizar la
activación de los procedimientos reproductores o al obstruir la termi-
nación exitosa de los mismos, y de esta manera modificar o destruir la
institución. Las instituciones pueden incorporar también un cambio en-
dógeno: por ejemplo, la racionalidad procesal, como institución social en sí,
impulsa al cambio social al hacerlo rutinario.

Los EFECTOS INSTITUCIONALES Y EL INSTITUCIONALISMO

Los efectos institucionales son los que presentan a las instituciones como
causas. Los efectos institucionales imaginados pueden ser sobre las institu-
ciones, como variables dependientes (pongamos por caso los efectos del
Estado en la ciencia), o sobre variables dependientes que no están repre-
sentadas en sí mismas como instituciones (por ejemplo, los efectos de los
cambios en el sistema educativo sobre las opciones del consumidor). De
esta manera se pueden identificar dos clases importantes de efectos institu-
cionales.
Las explicaciones institucionales son las que describen efectos institu-
cionales, o que ponderan altamente los efectos institucionales en relación
con otros efectos, o que separan las características institucionalmente cau-
sadas de un objeto analítico. Por tanto, las teortas institucionales son las
que incluyen las explicaciones institucionales. El institucionalismo es una
estrategia teórica que incluye las teorías institucionales y busca desarro-
llarlas y aplicarlas.
Tal vez se entienda mejor el institucionalismo por su contraste con otras
líneas de teoría. Una manera de diferenciar los argumentos sociológicos es
observar el grado en que representan las unidades como socialmente cons-
truidas y por los niveles de análisis que emplean con más frecuencia en
sus proposiciones causales. La dimensión de "niveles" distingue, más o
menos, entre las imágenes metodológicamente estructuralistas y las indi-
vidualistas; la dimensión de "construcción" distingue entre las concep-
ciones fenomenológicas y las realistas de las unidades y los procesos causa-
les. Estas dos dimensiones permiten un cuadro sencillo de líneas de teoría
(véase figura V.l).25 El institucionalismo considera las instituciones causas,
de manera que necesariamente hace hincapié en la alta construcción social
yen los efectos de orden más alto. Así, en los nombres que se emplean en
esta sección, el institucionalismo tiende a ser tanto "fenomenológico" como
"estructuralista". Trato en primer lugar estas dos dimensiones en forma

25 En la preparación de esta figura, me he servido de conversaciones con John W. Meyer.


208 REFINAMIENTO DE LATEORíA INSTITUCIONAL

Niveles de análisis considerados


Grado en que las
unidades se construyen Orden bajo Orden alto
socialmente (individualista) (estructuralista)

1 2
Construcción alta "Cultura organízacional": Institucionalismo
(fenomenológica) interacción simbólica

3 4
Construcción baja Actor y/o tentativas de reduc- Ecologia social; dependencia
(realista) ción funcional; economia de los recursos; alguna
neoclásica; psicología de la teoría de redes
conducta; casi toda la
economia neoinstitucional;
alguna teoría de redes

FIGURA V.l. Linea de teoría en el análisis de la organización.

abstracta y después explico cada celdilla de la figura con ejemplos; hago un


desarrollo completo de la celdilla del institucionalismo.
Las unidades altamente construidas de manera social se oponen a las
supuestamente naturales o no contextuales. Es decir, una construcción alta
denota que se considera a los objetos sociales que se están investigando pro-
ductos sociales complejos que reflejan reglas e interacciones específicas de
contexto. En las imágenes de construcción baja (en este texto, "realistas"),
las unidades pueden entrar en las relaciones sociales que influyen en su
comportamiento, pero las unidades en sí están socialmente predetermina-
das, son autóctonas. 26 En las imágenes de construcción alta (en este texto
"fenomenológicas"), la existencia de las unidades en sí es una creación so-
cial de estructura específica --en el lenguaje fenomenológico, las unidades
están "constituidas"-. Por tanto, a estas unidades también las pueden
influir por separado las relaciones socíales.s? En las imágenes de construc-
ción alta, no se pueden aislar los "fundamentos" de la subunidad de la or-

26 No estoy satisfecho con el calificativo "realista", pero no tengo una mejor alternativa. "El
realismo" ha tomado las connotaciones que deseo sugerir. De hecho, hay dos formas distintas
de realismo. La primera, un realismo naturalista, ejemplificado en los argumentos de tipo de
selección racional, que ve las unidades como si tuvieran una alta autonomia social y las re-
presenta como bloques de construcción primordiales de la estructura social. La segunda, el
realismo estructural social, que considera que las unidades están muy restringidas por las
posiciones que ocupan dentro de las redes de estatus y funciones (por ejemplo, White,
Boorman y Breiger, 1976). Pero estos últimos argumentos siguen siendo una variante del
realismo porque no ven las unidades mismas (o las redes) como resultados de la construcción
social o de los procesos de constitución. Consideran que las redes representan patrones "con-
cretos" de interacciones (una palabra común que indica imágenes realistas); las unidades
vinculadas por estas redes de infraestructura son exógenas a la teoría,
27 Los argumentos fenomenológicos permiten dos tipos diferentes de efectos instituciona-
les: las instituciones pueden actuar como reglas o instrucciones que generan y definen objetos
sociales; pueden actuar en forma independiente como reguladores de los procesos sociales.
Compare con la obra de Fararo y Skvoretz (1986. p. 243).
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 209

ganización social; más bien, se buscan reglas profundas o centrales. Las


imágenes causales son muy diferentes: una base natural, una superes-
tructura social en líneas realistas; en las fenomenológicas, un sistema esta-
blecido en programas sociales. Las distinciones idealista/materialista o
estructura/agencia convencionales (y dudosas) no registran esta diferencia
fundamental. 28
Por niveles de análisis, la segunda dimensión, me refiero a los niveles de
organización social considerados con más frecuencia en las proposiciones
causales, es decir, órdenes de organización más altos contra más bajos. Esta
dimensión trata de las diferencias sobre la forma en que ocurren la influen-
cia social o los procesos de construcción. Las líneas metodológicamente in-
dividualistas tratan de recurrir sólo a órdenes bajos de organización social
en sus explicaciones y de esta manera buscan explicaciones de un solo nivel;
por tanto, relativamente dan primacía causal a microórdenes sobre más
macroórdenes de organización. Las líneas estructuralistas permiten efectos
independientes e inmediatos de múltiples órdenes de organización y, a me-
nudo, aunque no necesariamente, perciben los órdenes más altos como si
tuvieran un mayor potencial causal que los órdenes más bajos.I?
La figura v.i se puede usar en forma muy general, pero aquí sus celdillas
presentan ejemplos a partir del análisis organizacional. Considérense los
conceptos de las celdillas tendencias típicas ideales. Por ejemplo, las líneas
de teoría representadas en la celdilla 3 -construcción baja y orden bajo:
individualista/realista- tratan de reducir las propiedades organizacionales
directamente a unidades primitivamente sociales (construcción baja),
vinculadas principalmente por interacciones dentro de un solo orden de
organización, por lo general bajo. Con valores bajos en ambas dimensio-
nes, los conceptos de las celdillas, lo que no es sorprendente, tienden a venir
de fuera de la sociología -estas líneas de razonamiento, en extremo (por

28 Así, esta dimensión de "construcción" no se debería concebir como si representara las


diferencias de "dónde trazar la línea de lo exógeno/endógeno" o dónde detenerse en la expli-
cación. La dimensión registra diferencias mucho más importantes: las diferencias sobre lo
que es la exogeneidad. En líneas "realistas", el campo exógeno (de las variables explicativas)
no es social -formado de estados psicológicos no sociales o elementos dados por la natu-
raleza (véase Langlois, 1986, capítulo 10, sobre las aspiraciones de exogeneidad en la teoría
general del equilibrio)-. Los argumentos "fenomenológicos" difieren porque dudan empírica-
mente del supuesto carácter no social de las variables exógenas del realista y, de esta manera,
restringen en gran medida la gama de las variables exógenas no sociales. En los argumentos
fenomenológicos, las variables exógenas que dan lugar a variables endógenas sociales tam-
bién pueden ser sociales -pero están representadas en un nivel diferente de organización
social, o reflejan alguna dimensión distinta de la sociabilidad, de la reflejada por las variables
sociales endógenas--.
29 El estructuralísmo niega que la microtraducción (Collíns, 1981) de un efecto estructural
sea equivalente a un conjunto de variables macroorganizadas vinculadas por una micro-
rrelación mediadora (y de esta manera negaría la forma en que Coleman [1986] trata los efec-
tos estructurales). La diferencia entre este estructuralismo metodológico y el individualismo
se centra, por consiguiente, en el número y la interpretación adecuada de los efectos de com-
posición en los órdenes sociales. (Véase Mayhew, 19lW, para una peculiar polémica en favor
del estructuraJismo metodológico.)
210 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

ejemplo, en la teoría neoclásica de la empresa), no admiten contenido ni


estructura sociales-o De manera que las empresas en esta línea de razona-
miento se representan como unidades que muestran poca construcción
social (en el caso extremo, como "cajas negras"), que se influyen principal-
mente entre sí (unidades homogéneas) y que están unidas por procesos
causales que actúan a través de órdenes de organización bajos (en el caso
extremo, por medio de mercados concebidos como contenedores de agre-
gados sin gran estructuraj.P
Las líneas de razonamiento en la celdilla 4 (niveles más altos, construc-
ción baja: estructuralista/realista) difieren de la celdilla 3 principalmente
porque introducen en sus imágenes causales órdenes de organización adi-
cionales y más altos. En estas líneas, las empresas pueden ser la contraparte
organizacional de las "moscas de la fruta" -es decir, en gran medida, enti-
dades naturales-, pero se enfrentan a ambientes con importante estructura
y heterogeneidad (por ejemplo, múltiples tipos de restricciones de recursos y
selección, representados en órdenes de organización diferentes -cómo en la
dependencia respecto de los recursos y las ideas ecológicas-). Los lazos de
interacción pueden ser redes que vinculan unidades heterogéneas (por ejem-
plo, empresas con individuos o Estados, así como con otras empresas).
Las líneas de razonamiento en la celdilla 1 difieren, de otra manera, de
las de la celdilla 3. En estas líneas de razonamiento individualista/fenome-
nológicas, en vez de agregar niveles y considerar efectos causales de orden
más alto, las ideas de la celdilla 1 se apartan de las imágenes de la "caja
negra". Aquí las empresas pueden ser historias o culturas. En las psicolo-
gías sociales inspiradas fenomenológicamente, por ejemplo -como en las
ideas de Weick (1969) o en la investigación de la "cultura organizacio-
nal"- , las entidades vinculadas entre sí están altamente construidas: por
ejemplo, identidades o funciones con historias locales complejas y con
carácter específico. Sin embargo, en la dimensión de "niveles", las ideas de
la celdilla 1 son paralelas a las de la celdilla 3. Las imágenes causales típi-
camente recurren al análisis de nivel individual y no al de varios niveles, y
las fuerzas causales primarias que se mencionan parecen actuar en un nivel
relativamente local, vinculado a un conjunto de unidades muy homogéneas
(pongamos por caso, la negociación local de identidades o los efectos de la
cultura organizacional pasada sobre la presente).
La celdilla 2 representa el institucionalismo (orden alto y construcción alta:
estructuralista/fenomenológica), que se aparta de las tentativas de reducción
de la celdilla 3 en ambas dimensiones. En las imágenes institucionalistas,
las empresas pueden estar, entre otras cosas, incorporadas en teorías cid-
turales de la organización. (March y Simon, 1958, pp. 2-4; Stinchcombe,
1973; Meyer y Rowan, capítulo 1 en este libro). Algunos ejemplos del ins-
30 La economía neoinstitucional, tal como la representa, por ejemplo, Williamson, comien-
za a apartarse de la celdilla 3 a lo largo de la dimensión de "construcción", pero permanece en
gran medida dentro de esta celdilla.
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 211

titucionalismo pueden ayudar a aclarar sus características. Comienzo con


algunos ejemplos de fuera del análisis organizacional y después sugiero al-
gunos dentro del mismo.
En la sociología histórica, el institucionalismo es manifiesto en la investi-
gación recientemente retomada de la formación y desarrollo del capitalismo,
el individualismo y la democracia. Por ejemplo, son característicamente
institucionalistas los argumentos de que el individualismo surge como
parte de marcos políticos y religiosos colectivos (yen parte de contenidos
sustantivos de la doctrina cristiana), más que de agregaciones de las reac-
ciones de las personas a las experiencias sociales inmediatas al micronivel.
También lo son los argumentos que sostienen que el cristianismo es una
fuerza impulsora en el desarrollo del capitalismo occidental, no sólo por-
que "pacifica" las relaciones sociales al proporcionar un marco normativo
(Mann, 1986), sino por la construcción y el estímulo de relaciones económi-
cas por medio de principios culturales institucionalizados específicos
(Meyer, 1988a). Los argumentos institucionalistas se manifiestan en las
descripciones de la "modernización" como la incorporación de un paquete
ideológico de instituciones y explicaciones, en vez de un efecto de umbral
de las experiencias y reacciones acumuladas (Inkeles y Smith, 1974). En la
psicología social, Swanson, Goffman y Berger y Luckmann desarrollaron
líneas institucionalistas al hacer hincapié en cómo la variación en los tipos
de colectividad puede constituir formas diferentes del ego (por ejemplo,
Swanson, 1986; Goffman, 1974; Berger, Berger y Kellner, 1973). Son mani-
fiestos también argumentos institucionalistas diferentes en el estudio de las
instituciones mismas, como la educación o la familia. Obsérvese el argu-
mento de que la educación afecta la sociedad no sólo en forma indirecta
por medio de la socialización o el acreditamiento de los individuos, sino
también directamente por los efectos de la educación (orden y construcción
social más altos) sobre otras instituciones, por ejemplo, por medio de la
creación de una sociedad instruida, las teorías del personal y una "política
científica" (Habermas, 1970; véase también Meyer, 1977).
Este libro proporciona varios ejemplos de argumentación institucionalis-
ta en el análisis organizacional (y Scott, en el capítulo VI de este libro, clasi-
fica una serie de mecanismos causales institucionalistas). La atención
institucionalista sobre la construcción y sobre los efectos de orden alto se
manifiesta en su repetida insistencia en la dependencia de la organización
formal respecto de las condiciones institucionales especiales (por ejemplo,
Stinchcombe, 1965; Meyer y Rowan, capítulo 1 de este libro); en argumen-
tos acerca de la incorporación de prácticas organizacionales que provienen
de los ambientes en vez de la generación intraorganizacional de esas prác-
ticas (Tolbert y Zucker, 1983); en la insistencia institucionalista sobre el
significado de los nexos sociales y ecológicos entre las organizaciones (por
ejemplo, DiMaggio y Powell,: capítulo n de este libro; quizás también White,
1981); en el argumento de que las diferencias entre las empresas de las na-
212 REFINAMIENTO DE LA TEORíA INSTITUCIONAL

ciones-Estado pueden representar ejemplos de formas de organización más


amplias específicas para los tipos de organizaciones políticas (Jepperson y
Meyer, capítulo VIII de este libro); en la sugerencia de que si bien en las
sociedades contemporáneas pueden abundar las organizaciones, y de que,
si bien la organización formal puede ser una institución dentro de las mis-
mas, lo mejor no es considerar a estas sociedades "sociedades de organiza-
ciones" (Jepperson y Meyer, capítulo VIII de este libro).
Estos argumentos institucionalistas por lo general no sólo hacen hin-
capié en la cualidad estructuradora de las reglas o las estructuras; también
asignan una importancia causal a los contenidos sustantivos especiales de
las reglas empleadas -los marcos son no sólo estructuras formales-o
Fararo y Skvoretz distinguen ventajosamente la teoría institucional de la
de redes al indicar que los argumentos institucionales son estructurales y
también "[preservan] el contenido de la acción y la interacción sociales";
"las relaciones sociales son estructuras de control llenas de contenido"
(Fararo y Skvoretz, 1986, pp. 242, 230). Por ejemplo, se puede observar la
importancia que se asigna a la historia social de elementos; en la práctica,
esto puede equivaler a tomar variables retrasadas dependientes como cau-
sas. Además, la insistencia en la construcción hace que se preste atención a
la reflexión social de suyo como una fuente independiente de estructu-
ración social, es decir, el funcionamiento del análisis social públicamente
notable de los procesos sociales y a la disertación sobre los mismos, como
si fueran, por sí mismos, una fuerza de estructuración potencial.U En esta
dimensión (grado de construcción), los argumentos institucionalistas
difieren notablemente de aquellos que postulan unidades con experiencias,
reflexiones, elecciones, preferencias y acciones que surgen naturalmente y
son en gran medida autónomas -tanto al poner en duda la autonomía y el
inevitable surgimiento, como al cuestionar y restringir, independiente-
mente, la potencialidad causal de estos elementos no (o menos) construi-
dos-o No se consideran primordiales el actor ni la actividad; por tanto,
hay muy poca tendencia a considerarlos fundamentales en la estructura
social. En las imágenes institucionalistas, las reglas o los marcos son los
elementos básicos de la estructura social y no una clase de subunidades
asociales.
En su insistencia sobre las relaciones causales a multinivel y sobre los
efectos altos o de macroorden, el institucionalismo difiere de los argumen-
tos que dependen principalmente de los procesos globales (por ejemplo, la
colectividad en gran medida como un resultado adicional de los estados de
micronivel), de las descripciones "demográficas" de la estructura (caracterís-

31 Así, las proposiciones institucionales incluyen (pero no se limitan a) las "teorías de los
efectos de la teorización" (Bourdieu, 1977, p. 178). Por ejemplo, Pfeffer, en su texto sobre el
análisis organizacional, siguiendo a Zucker, da varios ejemplos de los efectos institucionales
que ocurren porque los rpiembros de la organización consideran un proceso como si estuviera
institucionalizado en l~tructura formal (Pfeffer, 1982, pp. 241, 242, 244).
INSTITUCIONES, EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 213

ticas estructurales que reflejan partes relativas de conjuntos de subunidades


[Stinchcombe, 1968, capítulo 3]) Yde los modelos causales que presentan
en gran medida explicaciones en un solo nivel (pongamos por caso los re-
sultados a micronivel asociados con causas a micronivel). Los efectos de
un orden más alto pueden funcionar de manera contextual o ambiental o
como un efecto estrictamente colectivo, es decir, como en los 'efectos de un
"centro" o núcleo de un sistema, representado como un orden de organi-
zación más alto, sobre una periferia del sistema.

EL INSTITUCIONALISMO y LOS ACTORES

Esta discusión ha procurado explicar el carácter distintivo del institucio-


nalismo en el análisis organizacional y relacionar estas propiedades con un
institucionalismo general en la ciencia social. Obsérvese que no he tratado
de evaluar los méritos relativos o el éxito explicativo del institucionalismo en
comparación con las otras líneas de razonamiento representadas en la fi-
gura v.i (aunque he sugerido algunas distinciones que deberían tener utili-
dad inmediata para evaluar la condición lógica de varios argumentos).
Tampoco he tratado de evaluar el alcance de las relaciones de las diversas
líneas, es decir, determinar si las líneas de teoría compiten directamente, o
tienen diferentes explicaciones, o revelan complementariedades. Sin em-
bargo, por lo menos, la discusión anterior debería generar fuertes sospe-
chas sobre las oposiciones comunes a los argumentos institucionales y a
los del "actor" o del "interés". Este contraste puede hacer confundir diver-
sas cuestiones muy distintas.
Considérense los argumentos institucionales y de "elección racional"; a
menudo se dice que existen bajo una clara oposición. Pero obsérvese que los
argumentos de elección racional autopromulgados con frecuencia incluyen
restricciones institucionales (en relación con los costos de oportunidad)
como causas centrales (Friedman y Hechter, 1988; Elster, 1986), Ylos argu-
mentos institucionales frecuentemente recurren a respuestas que se adap-
tan al cambio en las condiciones institucionales (véase Scott, capítulo VI en
este libro). ¿Estas dos líneas de razonamiento equivalen realmente a para-
digmas competitivos? Por otro lado, para mencionar sólo dos alternativas,
pueden representar formas competitivas para indicar efectos institucio-
nales, o reflejar desacuerdos sobre los microfundamentos adecuados de los
macroefectos. Las obras sobre el tema no lo aclaran.
Algunas cuestiones parecen claras. El institucionalismo, como cualquier
conjunto de argumentos causales, debe ser capaz de proporcionar una
"microtraduccíón" (Collins, 1981) de sus proposiciones, es decir, muestras
de procesos en un nivel más bajo incorporados en los efectos de un orden
más alto (de hecho, enunciados acerca de las actividades o conductas de
las personas). Algunas líneas institucionalistas de razonamiento -en par-
214 REFINAMIENTO DE LATEORíA INSTITUCIONAL

ticular el institucionalismo temprano de, por ejemplo, Durkheim, o los


argumentos institucionalistas de Parsons, o el institucionalismo primitivo
de los estudios de "cultura y personalidad" descuidaron en gran medida la
microtraducción o no pasaron su prueba (por ejemplo, los argumentos de
socialización de la niñez de los primeros estudios de la cultura/personali-
dad). Pero los nuevos institucionalismos no parecen menos capaces de pro-
porcionar microtraducciones que los argumentos no institucionalistas,
aunque podrian proporcionar algunas diferentes. El institucionalismo puede
no proponer argumentos convencionales sobre los "actores" o la "acción"
(me referiré a esto más adelante), pero esas convenciones de ninguna ma-
nera definen la totalidad de los argumentos causales legítímos.V De modo
similar, las tentativas exitosas de influencia de un "actor" delimitado, que
tiene un "interés" específico, representan sólo una categoría de las posibles
explicaciones del cambio social y no es necesario que los argumentos exito-
sos de cambio se limiten a ella. El institucionalismo también aporta un
conjunto distintivo de ideas a la clase de argumentos de cambio (por ejem-
plo, la idea de la contradicción institucional, en Marx, o en Friedland y
Alford, capítulo IX de este libro). (Véase la sinopsis de los mecanismos cau-
sales institucionalistas que presenta Scott en el capítulo VI de este libro.)
La conceptualización sugerida en la sección 1 anterior opuso la institu-
cionalización, en parte, a la "acción" -en el sentido específico ahí defi-
nido--, pero no a los actores. Los argumentos institucionales no necesitan
estar directamente en contraste con las explicaciones del actor y del in-
terés; más bien, representan, en parte, una línea distinta de razonamiento
sobre los actores y los intereses. Las explicaciones institucionales argu-
mentan, como se discutió antes, que no se pueden representar los actores
como elementos fundamentales de la estructura socíal.U Sugieren, de
modo recurrente, que los orígenes y el funcionamiento de los actores y los
intereses son altamente institucionales y, además, que en las formas de
organización política modernas a menudo son ellos mismos instituciones
construidas (por ejemplo, en Jepperson y Meyer, capítulo VIII de este libro).
El institucionalismo sugiere que los sistemas sociales varían en la medida
en que los actores llevan a cabo la "acción", en el sentido canónico de los
32 Necesito reiterar que la microtraducción se debe distinguir claramente de la mícrorre-
ducción. La capacidad para esa traducción es un requisito para una teoría causal Yuna pro-
tección contra la ofuscación; la reducción, en contraste, representa quizás una aspiración
teórica final, pero no es un requisito para una adecuación teórica. Además, proporcionar
microtraducciones no requiere la existencia de mícrofundamentos, si se toma este término li-
teralmente. Los fundamentos pueden ser una metáfora engañosa para la ciencia social. Los
cimientos de un edificio pueden existir sin una superestructura; en el mundo social, sin em-
bargo, los "fundamentos" típicos imaginados no tienen la capacidad para subsistir libremen-
te. Este punto subyace en la crítica mordaz de Marx al razonamiento' de "Robinson Crusoe"
en la economía clásica y detrás del recordatorio de Durkheim de que no habría un "individuo"
moderno sin el "culto" (colectivo) del individualismo.
33 Cabe señalar que las personas son los únicos elementos ontológicos de la estructura so-
cial-a menos que,;'POr supuesto, sigamos a Hegel-. Pero éste es un asunto completamente
aparte de las cuestiones epistemológicas y metodológicas que estamos discutiendo.
INSTITUCIONES. EFECTOS INSTITUCIONALES E INSTITUCIONALISMO 215

egoístas racionales autónomos, que actúan en capacidad privada. En los


sistemas modernos, agentes colectivos autorizados de una u otra clase lle-
van a cabo gran parte de la acción. Los sistemas también pueden variar en
la cantidad de "acción" que sustentan y en el grado en que la reproducción
social depende de la acción, en relación, por ejemplo, con los procesos
institucionales.
A menudo las referencias a la acción se convierten en la analogía teórica
social de la invocación automática (y no explicativa) del economista a las
preferencias y la utilidad. En respuesta, el institucionalismo ha tendido a
"desenfocar" intencionalmente a los actores (DiMaggio, 1988a), porque
parece que el enfoque indebido en los actores ha perjudicado la produc-
ción de la sociología. Pero esta discusión todavía no está bien desarrollada
por los que se hallan dentro ni por lo que se hallan fuera del instituciona-
lismo, de manera que el debate de estos asuntos ha sido superficial.

RECAPITULACIÓN

Las instituciones y los efectos institucionales son la parte central de la socio-


logía general, en vez de ser periféricos o de competir con ella. Los efectos
institucionales no deben asociarse estrechamente con las explicaciones de
estabilidad ni se debe creer que son irrelevantes para el cambio; las ins-
tituciones pueden ser fuentes poderosas de estabilidad y cambio. y aunque
la institucionalización se puede oponer, en parte, a la "acción", no se distin-
gue bien de los efectos del actor o del interés.
En esto hay ironías. Quizás la discusión de las instituciones y la acción
no ha sido suficientemente desarrollada debido a los procesos institucio-
nales. La materialización de la acción que durante muchos años ha des-
arrollado la sociología estadunidense (Münch, 1986), arraigada en la matriz
institucional más amplia de la sociedad de los Estados Unidos, ha fomen-
tado que se dé por hecho a la acción y simultáneamente ha obstaculizado la
percepción de los efectos institucionales por parte de los especialistas.

RECONOCIMIENTOS

Este capítulo refleja la discusión o correspondencia del autor con Elaine


Backman, Randall Collins, Carol Conell, Walter W. Powell, John W. Meyer,
David Strang y Morris Zelditch, Jr. También se benefició de los comenta-
rios escritos de Carol Conell, Paul J. DiMaggio y Francisco Ramírez sobre
una versión anterior. En el texto se proporcionan reconocimientos más
específicos.

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