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Clásicos y malditos
Para leer y escribir en lengua y literatura
Colección
Nuevos Paradigmas
Bibbó, Mónic a
C lá sicos y m alditos : para le er y e scribir en le ngua y lit era tura / Mónica
Bibbó, P aula L a b e ur y La ura C ile nto. - 1a ed. - C iudad A utónom a d e
B u e nos A ire s : Lug ar E ditorial, 2014.
184 p . ; 23x16 cm. (N u e vos P ara digm a s)
IS B N 978-950-892-458-2
1. Lengua. 2. Literatura . 3. O bra s C lásic as. I. P aula L a b e ur II. T ítulo
C D D 807
IS B N: 978-950-892-458-2
© 2014 Lug ar E ditorial S. A.
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Clásicos
Trabajos prácticos
Paula Labeur..................... ;;....................................................... ........ 61
Malditos
La evaluación no es un epílogo
Mónica B ibbó.............................................................................................. 165
H istoria
A c e rc a de lo s c l á s ic o s y m a ld ito s
Paula Labeur
Como todos los días desde que em pezó este cuatrim estre, E sale
corriendo del trabajo para llegar más o m enos a tiem po a las clases
teóricas de las m aterias que cursa. No siem pre lo logra, pero las m ás
de las veces se cuela en el aula un m inuto antes de que los profesores
com iencen con el tem a de ese día. Ese m artes no fue la excepción y
m ientras em pujaba la puerta y se descolgaba la m ochila, E alcanzó a
escuchar que la profesora de Didáctica Especial de Letras decía:
"A ver, un poco de silencio...Ya vamos estando todos, ¿no? ¿Espera-
mos otro ratito?
Buen...vam os em pezando. Buenas tardes a todos. Bienvenidos. Sin
m ayores preám bulos vam os a em pezar contándoles una historia. La
historia se titula 'El enigm a del cuartito de la basura' y ocurrió hace
pocos días en u n edificio del conurbano bonaerense."
F. pensó que había term inado de acom odarse en el banco. Lo que
no sabía era que durante el relato se reacom odaría una y otra vez in -
tentando conjurar una sensación de extrañeza.
5. Si hubieran sido ocho cajas llenas de revistas Selecciones ¿quizás la amiga de la profe-
sora hubiera emprendido una investigación que legitimara la lectura de ese material?
6. Cuenta la profesora que su amiga sigue discutiendo con el marido si atesoran la His-
toria de la literatura argentina de Ricardo Rojas en los ya recargados anaqueles de la
biblioteca de su casa o la venden.
Ac e r c a d e l o s c l á s ic o s y m a l d it o s i9
y los sum ó a otros que siguió leyendo aunque no lo hiciera para tra -
bajar como docente. Los que sí trabajam os como docentes de lengua
y literatura, ¿cuántos otros textos hem os seguido leyendo después de
recibirnos (o m ientras tanto, en los huecos que nos dejaba la form a-
ción específica)? ¿Cómo los hem os ordenado en nuestras bibliotecas?
¿Están esos libros m ezclados con los de la form ación especializada dis-
cutiendo legitim idades o están aparte? ¿Son los libros que bajam os de
los estantes para llevar a la escuela y com partir con nuestros alum nos o
a la escuela solo llevamos lo que el estudiante del cuartito de la basura
dejó en el cuartito de la basura? Dicho de otro modo: lo que llevamos a
la escuela para com partir con nuestros alum nos ¿son los libros que h e -
m os elegido como lectores o son aquellos que nos h an formado como
lectores especialistas y docentes de lengua y literatura?
Otra hipótesis para pensar el segundo problem a. Porque no trabajó
como docente de lengua y literatura, nuestro profesor del cuartito de la
basura dejó allí los libros que hubiera llevado a la escuela para formar
lectores. Los que sí trabajam os en la escuela, ¿llevamos esos libros que
nos h an form ado como lectores especializados? Esos libros ¿dialogan
con aquellos otros libros que ya leen nuestros alum nos? ¿Dialogan con
otras producciones culturales en las que nuestros alum nos se m ueven
como peces en el agua? ¿Qué tiene para decirles a esas producciones
culturales nuestra form ación sistemática para enriquecer las lecturas
de nuestros alum nos, lectores en formación? ¿Revolvemos las cajas del
cuartito, las reordenam os, las m ezclam os con otros textos que quizás
apasionan a nuestros alum nos m ás allá de que estos textos no pasen
la prueba de legitim idad de la form ación especializada? ¿Aceptamos
otras legitim idades en la construcción de lectores para discutir textos
y m odos de leer que nos perm itan a docentes y alum nos intentar de-
codificar el m undo desde el prism a que nos provee la lectura de tex-
tos diversos? ¿Volvemos a aquellas conm ociones que nos causaban
los textos cuando no éram os especialistas? ¿Com partim os em ociones
con nuestros alum nos siguiendo los derroteros de los personajes más
allá del principio constructivo? ¿Volvemos a com prom eternos con el
"como si" como cuando em pezábam os a asom arnos a la literatura?
¿Cómo nos relacionam os con aquellos textos que "funcionan" en la
escuela, pero que no pasan (¿todavía?) la "prueba de la legitimidad"?
Todas estas hipótesis y todas estas preguntas son las que dan origen
a este libro: Clásicos y malditos. Seleccionam os una serie de "clásicos"
escolares: el Quijote; de Julio Cortázar, Rayuela y cuentos; algunos gé-
neros breves y la descripción. Y una serie de "malditos" aquellos textos
A c e r c a d e l o s c l á s ic o s y m a l d it o s 21
En los años setenta era casi obligatorio, tanto que con algunos am i-
gos habíamos pensado en ofrecerle a las usinas* editoriales de ensayo
un procedimiento simple para producir títulos. Consistía de una grilla
22 Pa u l a L a b e u r
hecha a partir de dos líneas en ángulo recto, sobre las que se escribían
dos veces, en la vertical y en la horizontal, la misma serie de términos,
extraídos del fondo común de interés de época./.../ Bastaba con poner
el dedo en uno de los cuadritos así formados, remitirse a la abscisa y
la coordenada, y ya había un tema: Imperialismo y Psicoanálisis, Plus-
valía y Lucha Obrera, o lo que fuera. Por supuesto, había que tomar la
precaución de no elegir una casilla de la diagonal central, en cuyo caso
podía salir algo como Capitalismo y Capitalismo. Lo que, pensándolo
bien, habría tenido su originalidad.
Mónica Bibbó
Un Q uijote a su m edida
Muchas ediciones escolares de El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la M ancha seleccionan algunos capítulos y suelen ofrecer entre los
seleccionados un apretado resum en de los que no se eligieron para
su publicación. Leer el Quijote de cabo a rabo puede ser u n propósito
casi imposible, y detenernos en el análisis de todos los capítulos que
leem os, tam bién. Pero, en cambio, podem os hacer nuestra propia se-
lección, y entre ellos, otra m ás con los que vam os a trabajar especial-
m ente, sin obedecer al criterio de selección de ninguna editorial, sino
al nuestro, basado en nuestros intereses y en el conocim iento que te -
nem os de nuestros alumnos.
Porque habrá capítulos en los que queram os detenernos y otros en
los que no, pero que los necesitam os para que otros lectores, nuestros
alum nos, puedan seguir la lectura, y com prender el hilo de la historia.
La propuesta de Clásicos y malditos es leer el Quijote privilegiando el
procedim iento de la parodia. Vamos a dejar de lado otros modos posi-
bles de lectura y centrarnos en este procedim iento intercalando distin-
tas consignas de escritura ficcional entre la lectura y la oralidad. Porque
la parodia tam bién va a estar presente en la narrativa oral que será el
m odo de lectura que acom pañará el recorrido por la novela de Cervan-
tes con una propuesta en la que todos los lectores son narradores1.
Y el prim er narrador es el profesor. ¿Hay otro m odo acaso más efi-
caz de m anifestar entusiasm o cuando una película nos gusta que con-
tándola? ¿Cuándo querem os que alguien vea la m ism a serie que esta-
m os siguiendo, no em pezam os a contarla y con nuestro entusiasm o
generam os éW el otro? Sin embargo, en la escuela, no hacem os eso.
Decimos, "hay que leer" o "está en el programa" "es m uy interesante"
"les va a gustar" o lo que es peor "les va servir" Porque en m uchas oca-
siones prevalece el docente que analiza por encim a del docente que
disfruta como lector (como si no fuéram os lectores que adem ás somos
1. Labeur, Paula (2010) describe algunos aspectos de la narrativa oral con otras pro-
puestas para trabajar en la escuela.
A l g o m á s q u e m o l in o s d e v ie n t o 2- 5
C a ntar al lado
Como la propuesta es que docente y alum nos sean contadores de
episodios del Quijote, escuchar en clase un fragmento del program a
de Bolina cuando refiere un m ito -m ejor si es conocido por los alum -
nos-, puede ayudar a decidir cuáles son los m ecanism os que le quitan
form alidad al lenguaje sin convertirlo en vulgar, y propiciar que estos
contadores de capítulos de la novela cervantina hagan su propia tras-
posición al lenguaje coloquial2. Es lo que significa el térm ino "parodia”
según Genette, cantar al lado, hacer otra versión. También es útil para
poner en evidencia que narrar un capítulo o episodio no implica la
repetición textual y que, precisam ente, no debe ser textual. Explicitar
esto le quitaría el m atiz de lección oral con el que seguram ente, a fuer-
za de hábito, com enzarán a narrar los alumnos.
Como algunos contadores de cuentos interpelan al auditorio, hacer
esto puede ser de utilidad para recuperar algunos hechos anteriores y
enganchar el capítulo que se va a narrar con el último de los leídos o
narrados antes3.
Seleccionar capítulos del Quijote no es tarea fácil, ya que esa elec-
ción implica una interpretación. Esa selección puede hacerse depen-
diendo de los capítulos que m ás nos han gustado o de los que más
vienen a cuento de lo que querem os enseñar con ellos, y cada docente
puede hacer tantas selecciones, como cursos tenga. Atendiendo a eso
nos centrarem os en algunos de los capítulos de la novela de Cervan-
tes para trabajar los procedim ientos de la parodia desde la escritura y
la oralidad. Para eso seguimos el libro Palimpsestos de Gerard Genette,
interpretándolo según nuestras necesidades didácticas (Genette, 1989).
Luego de hacer una serie de distinciones entre cinco tipos de trans-
textualidad, entre las que reconoce la intertextualidad, el paratexto, la
metatextualidad, la architextualidad y la hipertextualidad, Genette se
detiene en esta, la relación de un texto B que habla de un texto A, y defi-
ne la parodia desde su etimología4. Parodia deriva de "oda" es el canto,
"para" a lo largo, al lado, "parodein" sería al lado, cantar en falsete o con
otra voz. Aplicada al texto épico, dice G enette que se habilitan transfor-
maciones, modificaciones del recitante que puede intervenir el texto,
desviarlo a otro objeto. Y en un sentido más amplio, la transposición
podría consistir en una m odificación estilística que lleve u n texto épico
a uno coloquial, hasta vulgar.
Reconoce además, tres tipos de parodia, con unos sutiles m atices
en cuanto a su estilo de transform ación.
Esta prim era clasificación nos perm ite intentar contar los capítulos
leídos de tres m odos diferentes. Una narración que intente estar lo m ás
pegada posible al original, otra que cam bie el estilo pero que no m odi-
fique el objeto, y una tercera que se perm ita m ás cambios.
[...] el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero; pero que no tenía
que ver con el caballero de la ardiente espada, que de sólo un revés
había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes.
Para hacerlo habría que indagar acerca del Cid Cam peador y de los
personajes de las novelas de caballería.
Una t a re a de d e s c a rt e
Dice más adelante el m ismo prim er capítulo que:
¿Cuáles son los nom bres que eligió y luego desechó el hidalgo d u -
rante esos ocho días, y por qué lo habrá hecho?
6. Si por ejemplo en el monólogo dice que “odio la gente que hace cola en el banco
con cara de felicidad" ai instante de decirlo hace un gesto con el que ridiculiza esa
felicidad.
A l g o m á s q u e m o l in o s d e v ie n t o 31
7. El capítulo "Trabajos prácticos" de este libro define y desarrolla el trabajo con estos
poemas.
32 M ó n ic a Bib b ó
Sábete, amigo Sancho, respondió Don Quijote, que la vida de los ca-
balleros andantes está sujeta a mil peligros y desventuras, y ni más ni
menos está en potencia propincua de ser los caballeros andantes reyes
y emperadores, como lo ha mostrado la experiencia en muchos y diver-
sos caballeros de cuyas historias yo tengo entera noticia.
resalte en su dibujo? Seguram ente habrá entre los alum nos algunos
que p uedan plasm ar estas indicaciones en una linda historieta.
Mágico
Emma es una niña del campo que busca una vida distinta, escapar del
aburrimiento que ha tenido en su infancia. Y no hay mejor forma en su
camino que ir a vivir a la ciudad, empezar una nueva vida. Sin embar-
go, apenas llega a la ciudad, un montón de hombres se abalanza sobre
ella, intentando hacerla su esposa. La niña se asusta, sin embargo el
mismísimo rey quiere casarse con ella. ¿Qué hará Emma? Con pocas
opciones restantes, Emma se ve condenada a casarse con el Rey, pero
de repente aparece un chico con un sombrero muy peculiar, chaqueta
morada, pinta misteriosa, sale de la boca de un dragón e interrumpe
la escena. El chico (Shion) la rescata de la imposición del matrimonio,
pero la encamina a una aventura muchísimo más complicada. Emma
A l g o m á s q u e m o l in o s d e v ie n t o 35
C omo yo lo v e o....
El capítulo xxi es el del yelmo de M ambrino. Este episodio nos
m uestra una de las pocas victorias que obtiene D on Quijote cuando le
arrebata una vasija a un barbero convencidísimo de h ab er obtenido el
yelmo del rey m oro M ambrino, otro personaje de las novelas de c a b a -
llería. En este capítulo el narrador nos dice que el pobre barbero huyó
espantado dejando caer ese objeto tan preciado para la locura de D on
Quijote y el relato sigue con el diálogo habitual en el que el caballero
justifica sus locuras al escudero.
Puestos a ejercitar el punto de vista de la narración im aginem os
cómo habrá contado este pobre hom bre en qué circunstancias perdió
uno de sus instrum entos de trabajo y proponer la escritura de ese relato.
9. Cabe señalar que cualquier capítulo o episodio de la novela permite realizar esta y
muchas de las actividades que pensamos. Ubicar la transposición al guión de TV con
estos capítulos obedece a que los alumnos ya han adquirido familiaridad con el texto
y nos permite conocer cómo termina la primera parte de la novela con sus dos salidas.
A l g o m á s q u e m o l in o s d e v ie n t o 37
10. Existen diversos tipos de planos pero entre los más comunes mencionamos el plano
general, que abarca exteriores o personas de cuerpo entero; el plano americano, que
las toma hasta las rodillas; el primer plano, que toma la cabeza hasta los hombros; el
primerísimo primer plano, que destaca una parte mínima del cuerpo o de un objeto.
Los movimientos habituales de la cámara son el íravelling(la cámara viaja con el ca-
marógrafo y ve lo que el personaje ve), el zoom (se agranda lo que se quiere destacar)
y el paneo, que sin moverse de su eje muestra una panorámica del lugar.
38 M ó n ic a B ib b ó
11. Entre los más recientes, El origen es un film de ciencia ficción escrito, producido y diri-
gido por Christopher Nolan y protagonizado por Leonardo Di Caprio. Estrenada unos
años antes, Paprika, detective de los sueños es una película animada de ciencia ficción
japonesa, que trata acerca de la invención de un dispositivo que tiene la finalidad de
permitir la aparición de sueños lúcidos. La película fue dirigida por Satoshi Konn.
12. En http://www.ucm .es/info/especulo/bquijote/qJlborg.htm
13. El poema también ofrece algunos datos biográficos de Cervantes y si estos causaran
curiosidad es muy interesante y de amena lectura la biografía que hace Andrés Tra-
piello (2004).
A l g o m á s q u e m o l in o s d e v ie n t o 39
"El milagro secreto" entre otros; con "La noche boca arriba" de Cortázar
y La vida es sueño, de Calderón de la Barca. También con cuentos de la
literatura oriental como "Sueño infinito de Pao Yu" de Tsao Hsue-Kin14y
“Sueño de la mariposa" de Chuang Tzu.
"Sueño de la mariposa"
Chuang Tzu soñó que era una mariposa.
Al despertar ignoraba si era Tzu que había
soñado que era una mariposa o si era una mariposa
y estaba soñando que era Tzu.
Chuang Tzu
Aquí encaja bien el refrán -dijo Sancho- de dime con quién andas, de-
cirte he quién eres: ándase vuestra merced con encantados ayunos y
vigilantes, mirad si es m ucho que ni coma ni duerma m ientras con ellos
anduviere.
16. En el IES N° 1, “Dra. Alicia Moreau de Justo" (CABA), los alumnos del Profesorado de
Lengua y Literatura llevan a cabo, como cierre de una de las materias de la práctica,
un encuentro de narrativa oral, sin ser profesionales o contadores de cuentos. Eligen
textos acordes a temáticas diversas y se valen de accesorios, indumentaria, juego
de luces y música de fondo para ambientar su relato. http://literaturalaire.blogspot.
com / y http://literaturaalaire2013.blogspot.com.ar/
A l g o m á s q u e m o l in o s d e v ie n t o 41
U cr^'c di¿j'úc£ú 'J ú o v 'ú ‘ '-55 tál^>ij (3Jl$ J¿ gol y U J^'(XA! 'ü \? ú üf c i^ ú
10
Bibliografía
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exploradores literarios" en Labeur, Paula (coord.) Ofras travesías.
C uaderno de bitácora p a ra docentes, Buenos Aires. El Hacedor.
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sías. C uaderno de bitácora para docentes, Buenos Aires. El Hacedor.
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Tr a pie l l o , An d r é s (2004) Las vidas de M iguel de Cervantes. M adrid.
Ediciones Folio.
C ó m o tr a n s f o r m a r
lo d e s c o n o cid o e n c o n o cid o
Laura d ie n to
V ia jar y c on o c er
Aunque solo sea una observación desprovista de otras estadísticas
que no sean informales o caseras: com entarios casuales de diversos
lectores coinciden en afirm ar que no se suele valorar m ucho el m o -
m ento descriptivo de los textos literarios. Algo agota, aburre, dispersa
la atención. Mientras el universo narrativo im pone la necesidad de sa -
ber qué pasó, la descripción es una pausa. Conocer qué desvío p ro p o -
ne esta es recordar que, donde aparece, la descripción envía al m u n d o
y al conocim iento del m undo cuestiones que los adultos prefieren ol-
vidar m ientras leen literatura, y los adolescentes tal vez seguir ig noran-
do un tiem po más. La resistencia a leer descripciones tal vez tenga ese
fundam ento. ¿Y si lo que se va a ver descripto nunca existió, ni se p a re -
ce a lo que existe, ni existirá jamás...? Tal vez entonces cobre im p o rta n -
cia este discurso distribuidor de saberes, de datos, de inform ación y de
detalles. Dado que este reconocim iento llevará esfuerzo, los alum nos
p ueden em pezar m etiéndose en algunos problem as, como los q ue se
proponen a continuación, a m odo de consigna introductoria:
¿ A dónd e me llevan?
Tiene un ticket en sus manos. Es para un viaje. El destino puede ser
alguno de los siguientes. Elija uno de ellos de acuerdo con el interés que
le produzcan:
44 La u r a C il e n t o
Despina
De dos maneras se llega a Despina: en barco o en camello. La ciudad se
presenta diferente al que viene de tierra y al que viene del mar.
El camellero que ve despuntar en el horizonte del altiplano los pinácu-
los de los rascacielos, las antenas radar, agitarse las mangas de venti-
lación blancas y rojas, echar humo las chimeneas, piensa en un barco,
sabe que es una ciudad pero la piensa como una nave que lo saque del
desierto, un velero que esté por partir, con el viento que ya hincha las
velas todavía sin desatar, o un vapor en la caldera vibrando en la carena
de hierro, y piensa en todos los puertos, en las mercancías de ultramar
que las grúas descargan en los muelles, en las hosterías donde tripu-
laciones de distinta bandera se rompen la cabeza a botellazos, en las
ventanas iluminadas de la planta baja, cada una con una mujer que se
peina.
En la neblina de la costa el marinero distingue la forma de una giba de
camello, de una silla de m ontar bordada de flecos brillantes entre dos
gibas manchadas que avanzan contoneándose, sabe que es una ciudad
pero la piensa como un camello de cuyas albardas cuelgan odres y al-
forjas de frutas confitadas, vino de dátiles, hojas de tabaco, y ya se ve a
la cabeza de una larga caravana que lo lleva del desierto del mar hacia
el oasis de agua dulce a la sombra dentada de las palmeras, hacia pa-
lacios de espesos muros encalados, de patios embaldosados sobre los
cuales bailan descalzas las danzarinas...
Zenobia
Aunque situada en terreno seco, se levanta sobre altísimos pilotes, y
las casas son de bambú y de zinc, con muchas galerías y balcones, si-
tuadas a distinta altura, sobre zancos que se superponen unos sobre
otros, unidas por escalas de cuerda y veredas suspendidas, coronadas
por miradores cubiertos de techos cónicos, cubas de depósitos de agua,
veletas, y que proyectan roldanas, sedales y grúas.
Ar milla
No tiene paredes, ni techos, ni pavimentos: no tiene nada que la haga
parecer una ciudad, excepto las cañerías del agua, que suben vertica-
les donde deberían estar las casas y se ramifican donde deberían estar
los pisos: una selva de caños que terminan en grifos, duchas, sifones,
C ó m o t r a n s f o r m a r l o d e s c o n o c id o e n c o n o c id o 45
Ottavia
Hay un precipicio entre dos montañas abruptas: la ciudad está en el
vacío, atada a las dos crestas con cuerdas y cadenas y pasarelas. Se ca-
mina sobre ios travesaños de madera, cuidando de no poner el pie en
los intervalos, o uno se aterra a las mallas de cáñamo. Abajo no hay
nada en cientos y cientos de metros: pasa alguna nube; se entrevé más
abajo el fondo del despeñadero.
Esta es la base de la ciudad: una red que sirve de pasaje y de sostén.
Todo lo demás, en vez de elevarse encima, cuelga hacia abajo: escalas
de cuerda, hamacas, casas hechas en forma de saco, percheros, terrazas
como navecillas, odres de agua, picos de gas, asadores, cestos suspen-
didos de cordeles, montacargas, duchas, trapecios y anillas para juegos,
teleféricos, lámparas de luces, macetas con plantas de follaje colgante1.
¿Qué razones podría dar cada uno para elegir el lugar? El grupo de
viajeros puede explayarse un poco en esos criterios, m uy personales y
subjetivos, que ayudaron a decidir.
El paso siguiente es localizar ese destino: m apas impresos, m apas
digitales... En caso de que puedan ubicarse, estaremos salvados. Si ocu-
rriera, por alguna casualidad inesperada, que no se encuentre alguna
de esas ciudades... No defraude al grupo. Haga de cuenta que fue. Infie-
ra, coherentemente con la información del trazado urbano que tiene a
disposición, qué tipo de vida conoció de los lugareños y caracterícela.
Si le pidieran pruebas, debería surtirse de testimonios reales o im agi-
narios que sean representativos... una fotografía, algún utensilio: lá m -
paras de luces, sifones, roldanas, baldosas de un patio
En toda la situación hipotética de viaje, el descubrim iento de q u e el
m undo es inventado llega bruscam ente. Tanto p o r las particularidades
de esas ciudades, que carecen de edificios, calles, entre otros rasgos
que van asociados al concepto m ism o de ciudad, com o por el juego
de búsqueda de datos geográficos (que incluye descartar que existan),
pueden elaborarse unas condiciones de liberación de ideas, de saltar
de lo posible a la aceptación de lo im posible propia de la ficción y q ue
1. Estas ciudades fueron escritas por ítalo Calvino (1991) y publicadas por primera vez
en 1972 bajo el título Las ciudades invisibles.
4 6 La u r a C il e n t o
2. Su título completo, a decir verdad, era La mejor form a de com unidad política y la
nueva isla de Utopía. Librito de oro, tan interesante como festivo, compuesto por el
muy ilustre e ingenioso Tomás Moro, ciudadano y sheriff de la muy nobie ciudad de
Londres (según traducción de Pedro Rodríguez Santidrián en Moro, 1998).
3. Entre las numerosas ediciones digitaies, puede sugerirse la que ofrece el sitio h ttp ://
detrasdelespejo.es
4. V. la teoría de E. Werlich explicada sintéticamente en Ciapuscio (1994).
4 8 La u r a C i l e n t o
I. política
II. leyes
III. vestim enta
IV. tecnología / industria
V. trabajo
VI. m undo íntim o y familia
VIL artes no verbales / artes verbales
VIII. arquitectura y urbanism o
IX. transportes y traslados
X. ocio
XI. idioma
XII. salud y hábitos
XIII. moral y religión
XIV. relación con la naturaleza?
Estos datos, leídos como parte del relato de Rafael, pueden procesar-
se y organizarse en un texto descriptivo en el que ya no sea este navegan-
te, sino un lugareño, o varios, quienes ios expongan. La propuesta de
escritura es: ¿Qué diría un habitante de Utopía -u n hombre o una mujer
adultos, un anciano o un niño- acerca de su vida cotidiana en su país?
Inm ediatam ente, en la puesta en com ún se pondrá de manifiesto
el rasgo contrastivo del género literario de la utopía: su capacidad para
oponer a rasgos perfectos de la sociedad utópica rasgos imperfectos de
la sociedad contem poránea del autor (aunque el contraste se extiende
con sum a facilidad a la sociedad de los lectores actuales).
Ahora, retornando a la ciudad "visitada" en la prim era actividad,
es m om ento de com pletar estos rubros sistem atizando esos m odos
de vida imaginados para las ciudades invisibles, de las que solo co-
nocim os su trazado urbano. La prim era actividad de la construcción
descriptiva es la que U m berto Eco explicó en el libro que revela la co-
cina de su novela El nombre de la rosa: "Considero que para contar
lo prim ero que hace falta es construirse un m undo lo m ás am ueblado
posible, hasta los últimos detalles" (1987: 27). Volvamos a ver cómo lo
logró Tomás Moro.
C Ó M O TRANSFORMAR LO D ESC O N O C ID O EN C O N O C ID O 49
Ciudadanos
Nada es casual en Utopía, desde la vida material hasta la de las costum-
bres o las ideas. Cuenta Rafael que:
El trazado de calles y plazas responde al tráfico y a la protección contra
el viento. Los edificios son elegantes y limpios, en forma de terraza, y
están situados frente a frente a lo largo de toda la calle. Las fachadas de
las casas están separadas por una calzada de veinte pies de ancho. En su
parte trasera hay un amplio huerto o jardín tan ancho como la misma
calzada, y rodeado por la parte trasera de las demás manzanas. Cada
casa tiene una puerta principal que da a la calle, y otra trasera que da al
jardín. Ambas puertas son de doble hoja, que se abren con un leve em-
pujón y se cierran automáticamente detrás de uno. (Moro, 1998:120);
y que:
Los utopianos no se contentan con alejar el crimen por medio de leyes
penales. Estimulan a la virtud con honores y recompensas. (1998:173);
y también que:
Cada padre de familia va a buscar al mercado cuanto necesita para él
y los suyos. Lleva lo que necesita sin que se le pida a cambio dinero o
prenda alguna. ¿Por qué habrá de negarse algo a alguien? Hay abun-
dancia de todo, y no hay el más mínimo temor a que alguien se lleve por
encima de sus necesidades. ¿Pues por qué pensar que alguien habrá de
pedir lo superfluo, sabiendo que no le ha de faltar nada? (1998:133.)
Además refirió que:
Todo el pueblo acude al templo con vestidos blancos. Los sacerdotes
llevan vestiduras de variados colores, ricos por su hechura y forma más
que por su materia. Las telas no están tejidas en oro ni sembradas de
piedras preciosas, sino tejidas con plumas de ave con tanta arte y ha-
bilidad que ningún paño por rico que fuese podría competir con ellas.
(1998: 203.)
THREE l Á f i M m
El director de una de las cárceles del estado comunicó a los presos que en
el antiguo lecho de un río había ciertos sepulcros y prometió la libertad a
quienes trajeran un hallazgo importante. Durante los meses que prece-
dieron a la excavación les mostraron láminas fotográficas de lo que iban
a hallar. Ese primer intento probó que la esperanza y la avidez pueden
inhibir; una semana de trabajo con la pala y el pico no logró exhumar
otro hrón que una rueda herrumbrada, de fecha posterior al experimen-
to. Éste se mantuvo secreto y se repitió después en cuatro colegios. En
tres fue casi total el fracaso; en el cuarto (cuyo director murió casualmen-
te durante las primeras excavaciones) los discípulos exhumaron -o pro-
dujeron- una máscara de oro, una espada arcaica, dos o tres ánforas de
barro y el verdinoso y mutilado torso de un rey con una inscripción en el
pecho que no se ha logrado aún descifrar.... (1987:28).
7. En una verdadera metalepsis, Borges nos hace leer un nivel de ficción para que lo
reconozcamos como tal (los países y los mundos inventados de Tlon y Uqbar) para
C Ó M O TRANSFORMAR LO D ESCO N O C ID O EN C O N O C ID O 55
E sta p á gin a e s c o n s id e r a d a u n a c o n v e n c ió n d e W ik ip e d i a
e n e s p a ñ o l. E s re conocid a por ta m a yoría de los e ditore s y se
consid era una ba se qu e todo e ditor d e b e seguir. C omo el resto
de polític as y conv e ncion e s de W ikip e dia . d e b erí a s e r tratada
con se ntido común y e xc e pcion e s oc a sion a le s. A nte s de e ditar
e sta página, a s e gúra te de que e xista cons e nso.
distraer nuestra atención del m undo inventado de la anécdota que lo tiene por pro-
tagonista y garante de lo que cuenta.
La u r a C i l e n t o
In d ic e
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® 1 P arte s d e un artículo
o 1.1 S e cción introductoria
* 1 J J L D is m n bjg u s clú n
1 s e cci
H 1.2,1 E nla c e s a artículos prin
i
1.b binnoqratia
1.7 E nla c e s e xternos
• 2 E jemplo '■s
® 3 V é a s e t a m b ié n !
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introductoria comienza con una definición o caracterización lo más
concisa posible del concepto o tema del artículo. En general, en la pri-
mera oración también se acostumbra hacer una mención en negritas
del título mismo del artículo. Por ejemplo, en el artículo Queso, la en-
tradilla podría comenzar así: «El queso es un alimento sólido elabora-
do a partir de...»
Tras la definición, la sección introductoria del artículo debe:
© Poner en su contexto el tema del artículo.
© Ofrecer la información más relevante del mismo.
© Mostrar por qué el tema del artículo es notable e interesante.
La eníradilla generalmente no debe tener más de cinco párrafos de lar-
go. Una vez finalizada, se debe dejar una única línea vacía para ayudar
a los demás editores a distinguirla del resto del artículo.
C Ó M O TRANSFORMAR LO D ESC O N O C ID O EN C O N O C ID O
8. Extraído de
http://es.wikipedia.0rg/wiki/Wikipedia:Estructura_de_un_art%C3%ADcuI0
C Ó M O TRANSFORMAR LO D ESCO N O C ID O EN C O N O C ID O 59
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países inexistentes. Barcelona. Península.
T r a b a jo s p r á c tic o s
Paula Labeur
"Tome una palabra corriente. Póngala bien visible sobre una mesa y
descríbala de frente, de perfil y de tres cuartos.
Repita una palabra tantas veces como sean necesarias para volatilizar-
la, y analice el residuo.”
De fre n t e
D escribám osla de frente.
El clásico pedido de "Hagan una investigación"~señala Gustavo
Bombini (2012)- "supone u na com plejidad didáctica y m etodológica
que debe reconocerse y trabajarse en consecuencia. A la consigna a m -
plia y am bigua se debe contestar con estrategias específicas que, m ás
allá de las llam adas "técnicas de estudio" interpelan al conjunto de las
com petencias lingüísticas, cognitivas y culturales"
Sin embargo, investigar en la escuela resulta m uchas veces una casi
m ecánica búsqueda de datos que las posibilidades que abre in te rn et
facilitó. La trabajosa visita a la biblioteca escolar o barrial para copiar
unas carillas se vio reem plazada por la búsqueda en el ciberespacio de
los datos requeridos y...a cortar y pegar. Un procedim iento este q ue
no se diferencia dem asiado del antiguo copiado en el papel, que tenía
com o único y dudoso m érito que llevaba m ás tiem po y obligaba a e n -
trar a la biblioteca "real" Investigar com o buscar datos que se cortan y
pegan no suele avanzar m ucho m ás allá de corroborar que se hizo la
tarea. O que no se hizo.
Pa u l a L a b e u r
Pero, visto desde otra perspectiva -ya que tenem os la palabra "in-
vestigación" sobre la mesa-- cortar y pegar es u n m om ento necesario
en cualquier investigación. Hay que buscar y acopiar datos que serán,
más tarde, cruzados, interpelados, puestos en cuestión y selecciona-
dos en función del objetivo del trabajo em prendido. Aprender cuáles
son las fuentes confiables y cuáles no; qué fuentes tienen mayor legi-
tim idad; cómo valorizar lo hallado y qué descartar; cómo poner a dia-
logar la inform ación nueva con la que ya conocíamos son m om entos
de la investigación que pueden ser aprendidos en la escuela desde el
prim er m om ento del cortar y pegar.
Y allí com enzam os a asom arnos a la complejidad m etodológica y
didáctica que implica investigar en lengua y literatura en la escuela.
Porque para buscar estos datos que serán el m aterial de nuestra inves-
tigación, prim ero tendrem os que elegir un tem a e ir construyendo, a
partir de ese tema, un problem a de investigación.
De p erfil
Describamos la palabra "investigación" de perfil.
Para investigar en lengua y literatura en la escuela es necesario es-
cribir.
Para que la escritura se constituya en la herram ienta intelectual que
puede ser, es necesario que constituya un desafío, que nos sitúe en un
lugar de pregunta y de querer saber; que se desarrolle en un ámbito en
el que, a m edida que se escribe, se reflexione sobre las estrategias que
el escritor va utilizando al tiem po que se pregunta por ellas, y que el gé-
nero elegido para trabajar sea lo suficientem ente complejo como para
presentar los obstáculos necesarios para p ensar en ellos y superarlos.
La escritura prom ueve procesos de objetivación y distanciam iento
del propio discurso. Una vez m aterializado y fijado, podem os volver a
él desde una m irada m ás próxima a la que tendría alguien que no lo
hubiese escrito, lo que facilitaría una m irada crítica y algunos procesos
de revisión. ¿Qué quise decir cuando escribí esto? ¿Qué estoy supo-
niendo y no aclaro cuando paso de aquí a allá? ¿Puedo avanzar si no
lo aclaro de acuerdo a la diversidad de lectores que imagino para mi
escrito? ¿Cómo se establece esta relación de causa-consecuencia en
esta zona de mi escrito? ¿Valdrá la pena incorporar un ejemplo o decir
lo m ismo de otro modo? ¿Este procedim iento corresponde al género?
Tr a b a j o s p r á c t ic o s 63
cómo están operando con la consigna, qué modos encuentran los tex-
tos para producir efectos de sentido..., estos com entarios no son eva~
luativos, sino que exploran, desde las restricciones de la consigna, qué
han hecho los textos, qué m odos de resolución han encontrado para
significar.
Este m om ento, el del comentario, la contraparte de la consigna, es
un m om ento complicado cuando pensam os en las producciones en
el aula. Desde una tradición que ancla en la idea de evaluación y de
textos correctos o incorrectos hay que im aginar formas posibles del co-
m entario en relación con la consigna que produjo los textos. Quizás en
las correcciones que hace el docente en la soledad de su escritorio es-
tén las claves para que estas se socialicen y aparezcan en el aula. ¿Qué
saberes disciplinares son los que ayudarían a resolver los problem as
que presentan este y aquel texto? Atender a que estos problem as apa-
recen porque la consigna es la dada y no otra, o sea, a pensar los pro-
blem as desde la consigna ayuda a establecer criterios y prioridades y a
organizar las discusiones alrededor de los conceptos que se presentan
desde esta consigna en particular.
Trabajar desde el com entario de los textos es algo que pueden h a -
cer a la par docentes y alum nos. A m edida que hacen acopio de expe-
riencias, hacen acopio de modos de intervención en los textos de los
otros, de estrategias nuevas para leer y comentar. Las lecturas se van
volviendo m ás ajustadas y sutiles.
De tr e s c u a rto s
Describam os la palabra "investigación" de tres cuartos.
Para investigar en lengua y literatura en la escuela es necesario leer.
Mucho. Leer buscando lo que nos será útil para nuestro tem a y dese-
chando lo que parecía que sí, pero no. Hacer lecturas de barrido y lectu-
ras detenidas. Leer con atención y leer sobrevolando. Leer paratextos y
zambullirnos en el texto o dejarlo de lado. Leer textos completos y frag-
m entos. Leer definiendo ideas principales o volviendo principales las
ideas secundarias de un texto porque dan justo en el clavo de nuestro
tema. Leer subrayando y leer sin subrayar. Leer haciéndole preguntas al
texto, buscar las respuestas en otros textos. Leer siguiendo los enlaces
que nos propone un texto y decidir cuándo vamos a detenernos. Leer
volviendo a un texto que habíam os desechado al principio. Leer para
Tr a b a j o s p r á c t ic o s ¿5
ir arm ando u n m arco teórico que nos perm ita entender m ejor lo que
estam os analizando. Leer para saber qué h an escrito otros de este tem a
que ahora nos interesa. Leer para que nuestro tem a nos interese m ás.
Leer para cam biar de opinión. Leer solos, con un lápiz, con un rem ar-
cador. Leer escribiendo en los márgenes. Leer en la pantalla pintando
lo que nos llam a la atención. Leer con otros y com entar lo que leemos.
Leer con otros para que los otros lean lo que leimos y leer lo que leye-
ron. Leer textos expositivos y explicativos. Leer textos que nos den ar-
gum entos para explicarnos lo que todavía no entendem os. Leer textos
ficcionales para ver el tem a desde otra perspectiva. Leer para encon-
trar el formato en el que escribiremos. Leer en soporte papel: libros,
diarios y fotocopias. Leer en la pantalla. Leer en las paredes. Leer en los
pasacalles. Leer en el aula y en la casa y en la calle y en la com putadora
y en el celular y en la biblioteca.
1. En su Graffiti, Lelia Gándara propone dos grandes categorías para delimitar los gra-
ffitis: los realizados en espacios externos y los de “puertas adentro" p. 47.
Tr a b a j o s p r á c t ic o s 67
2. La técnica del esténcil requiere de una plantilla recortada sobre la que se aplica p in -
tura en aerosol. Los esténciles que son textos ¿son grafitis?, y los que son im agen sin
texto ¿qué son?
3. Riobamba y Viamonte, CABA. julio 2012.
4. Guzmán al 700, CABA, 2010/2012.
68 Pa u l a L a b e u r
que las paredes nunca se quedan quietas, serán llevados al aula para
discutir la categoría. Las descripciones orales de los ejemplos hallados
se p od rán com plem entar con fotos tom adas con el celular o con la cá-
m ara para posibilitar una m irada aún m ás detenida. Quizás las fotos
m uestran más inscripciones de las que vio el que tomó la foto.
Las discusiones probablem ente llevarán al campo otra vez. Habrá
que seguir cam inando, tom ando notas, sacando fotos. Observar des-
pués de poner en com ún los prim eros hallazgos seguram ente afinará la
m irada y se verán cosas que no se vieron la prim era vez, por cuidadosa
que fuera la búsqueda. Esta recursividad es característica de un trabajo
de investigación: reflexionar sobre lo hallado lleva, necesariam ente, a
nuevas preguntas y nuevas búsquedas que no habrían tenido lugar si
no nos hubiésem os detenido a pensar con los prim eros m ateriales e n -
contrados. Dicho de otro modo, los resultados de una investigación no
llegan "de u n tirón" ni de m anera lineal; el proceso de investigación se
constituye como un ir y venir del cam po a la sistematización teórica.
D eslindadas las inscripciones oficiales de las no oficiales, habrá
que definir entre ellas qué entra dentro de la categoría graffiti. ¿Son
graffitis las pintadas políticas? ¿Son graffitis los esténciles con texto? ¿Y
sin texto? ¿Son graffiti las pinturas m urales si tienen texto?5
D e fin ir
Si bien todo aquel que pasa por la p u erta del hiperm ercado p u ed e
leerlo... ¿ese graffiti es p ara todos o para alguien en particular? Días
más tarde alguien interviene el texto anterior que ahora dice:
¿Y ahora?
En el paredón del ferrocarril San M artín, cerca de la estación Paler-
mo, alguien pinta:
NO VUELVAS EN OJOTAS A LAS SEIS DE LA MAÑANA9.
G raffiti, a forism os
Otro criterio para agrupar a ios graffitis puede ser el de aquellos
de estructura aforística. Dentro de este criterio será posible establecer
varios otros: si están firmados o no; si la firma corresponde al autor
del graffiti o es la palabra de otro a quien el graffitero cita; qué relacio-
nes intertextuales establecen con otros textos de la cultura, sean estos
refranes que condensan el saber popular o aforismos de autor; cómo
dialogan con esos textos-fuente: si m antienen o desvían sus significa-
dos; los procedim ientos que crean efectos hum orísticos en pocas pala-
bras; la intencionalidad de estos graffitis.
Como un m odo de reflexionar acerca de cómo algunas construc-
ciones (y su m odo de m ostrar el m undo) se cristalizan y nos hacen ver
las cosas de determ inada m anera, se podrá escribir toda la larga lista
de refranes que conocemos. Probablem ente se produzca una prim era
comprobación: recordam os muchos. Se h an instalado en nuestras ca-
bezas sin que nos diéram os cuenta. ¿Qué cosmovisión aparece cuando
los leem os todos juntos? ¿Cuáles son los criterios de bien y mal, qué es
lo conveniente y lo inconveniente, qué es lo que socialm ente corres-
ponde y lo que no?
Para seguir pensando en los procedim ientos que logran crear efec-
tos en muy pocas palabras se podrán cortar en dos los refranes de la
lista y ensayar nuevas combinaciones. Acto seguido, puede pensarse
en cómo sería un m undo en el que no por m ucho m adrugar hay cien
volando o tanto va el cántaro a la fuente que am anece más tem prano,
entre otras extrañadas revelaciones.
G ra ffiti y a utoría
Otro criterio de agrupam iento podrá ser el que nos lleve a buscar
las fuentes de escrituras breves que se recortan de un texto mayor.
¿Qué efecto diferencial se obtiene si se lee el graffiti en la pared (el
aula, la vereda, etcétera) o si se lee en el texto mayor al que pertenece
Tr a b a jo s p r á c t ic o s 73
G ra ffiti y a utoría II
Frente a este criterio de organización de graffitis se puede encontrar
otro: el graffiti de firma. De exclusiva firma. ¿A qué intención responde
este tipo de graffitis que pueden suborganizarse en de autor, de barrio,
de banda, de club, de esquina, de agrupación política, de...? ¿Por qué
firm an quienes firman? ¿Por qué algunos eligen pegar un calco en vez
de pintar? ¿O pegan calcos y pintan? ¿Cuándo lo uno y cuándo lo otro?
Si bien el graffitero, por lo general10, no se m uestra al m om ento de
producir y el producto aparece no se sabe cómo ni cuándo, puede ser
interesante intentar encontrar a alguno de ellos y entrevistarlo para
que cuente acerca de su producción. Cómo y cuándo empezó, por qué,
cómo selecciona sus textos, si lo hace, cómo eligió su nom bre, por qué...
Los cortos de Paredes que hablan (una producción i s a t (2009) que
se encuentra en Internet) pueden dar buenas ideas no solo respecto de
las preguntas que podem os imaginar, sino tam bién de cómo "ocultar"
al graffitero a pesar de m ostrarlo si se lo filma. En este ocultar/develar
podem os pensar tam bién en la institución del seudónim o y sus im pli-
cancias.
Pero tam bién puede no encontrarse a ninguno dispuesto a la entre-
vista y entonces pueden pensarse, siguiendo los recorridos de las fir-
mas, en biografías Acciónales. Biografías bien detalladas al modo que
propone Marcel Schwob en sus Vidas imaginarias: (h ttp://es.scribd.
com/doc/6962144/Vidas-Imaginarias-M arcel-Schwob).
Que un hombre haya tenido la nariz torcida, un ojo más arriba que otro,
la articulación del brazo nudosa; que haya acostumbrado comer pechu-
ga de pollo a una hora determinada, que haya preferido el Malvoisie al
Chateau-Margaux, eso es lo que no tiene paralelo en el mundo.[...] El
libro que describiera a un hombre con todas sus anomalías sería una
obra de arte similar a una estampa japonesa en la cual se ve eternamen-
te la imagen de una pequeña oruga vista una vez a una hora particular
del día.
10. Solo por lo general. Participar, acompañar o mirar una marcha, por ejemplo, permite
ver a los grafiteros expresándose delante de todo el mundo y como parte misma de la
marcha.
Tr a b a j o s p r á c t ic o s 75
G raffiti, haikus
Otro criterio es el de los graffitis poéticos. ¿O poem as brevísim os
escritos en la pared? Probablem ente se crucen con los otros ag o lp a-
m ientos, pero se puede hacer el intento de construirles u n lugar aparte
atendiendo especialm ente a la utilización de algunos recursos: el rit-
mo, la m etáfora, la aliteración, la rima, la rim a interna...
Estos recursos pueden trabajarse en clase en la producción de tex-
tos poéticos brevísimos com o son los haikus11. Perteneciente a la trad i-
ción japonesa, el haiku es un poem a que pretende atrapar un m o m en -
to, una sensación, una epifanía, quizás la oruga a una hora del día que
m enciona Schwob, en diecisiete sílabas distribuidas en tres versos de
cinco, siete y cinco sílabas.
"El haiku es en sí m ism o una unidad, un poem a m ínim o y no obs-
tante completo. De ahí su visión instantánea, su condición de chispazo,
a veces su toque de hum or o de ironía. Bashoo dejó para la posteridad
esta curiosa definición: 'H aiku es sim plem ente lo que está sucediendo
en este lugar, en este momento"; nos dice Mario B enedetti (2000), que
escribió cientos de haikus siguiendo estrictam ente la estructura pero
llenándola, com o sostiene, de contenido latinoam ericano.
11. http://www.casaescritura.com/antoiogia%20haikus.pdf
http://www.elrincondelhaiku.org/index_cont.php
76 Pa u l a L a b e u r
Primer plano de una de las páginas del álbum. Hay seisfotos en blanco y
negro de la página, todas de una escena idéntica: la esquina de la calle 3
con la Séptima Avenida a las ocho de la mañana. En la esquina superior
derecha de cada foto hay una pequeña etiqueta blanca en la que dice la
fecha: 9/8/87,10/8/87,11/8/87, etc. La mano de Paul vuelve la página;
vemos seis fotografías similares. Vuelve otra página: lo mismo. Una pá-
gina más: lo mismo.
Pa u l (Atónito) -Son todas iguales.
A u g g i e (Sonriendo orgulloso) -Exactamente. Más de cuatro mil foto-
grafías del mismo sitio. La esquina de la calle 3 con la Séptima Avenida
a las ocho de la mañana. Cuatro mil días seguidos haga el tiempo que
haga. Por eso no puedo tomarme vacaciones nunca. Tengo que estar
en mi sitio todas las mañanas. Todas las mañanas en el mismo sitio a
A g u a fu e rt e s
Saliendo al campo, observando detenidam ente, buscando infor-
mación, volviendo al campo, organizando categorías, poniendo a
prueba procedim ientos, leyendo y escribiendo.... llegamos al últim o
paso de la investigación. Ahora con todo el saber acum ulado acerca de
los graffitis, la propuesta es escribir un nuevo texto que dé cuenta de
m ucho de lo investigado. Ese texto será el aguafuerte.
Leer y com entar algunas de las Aguafuertes porteñas de Roberto
Arlt (http://w w w .elortiba.org/arlt.htm l), descubrirlos procedim ientos
elegidos para producir efectos de sentido, para describir un lugar, un
estereotipo, una situación proveerá las prim eras ideas para pensar en
cómo escribir un aguafuerte cuyo tem a sean los graffitis. ¿Qué llam a-
rá la atención del escritor? ¿Un graffiti de denuncia, uno hum orístico,
uno que lo rem onte a una canción que tararea sin darse cuenta, la im a-
gen de un esténcil? ¿De qué m odo ese/esos grafitis le perm itirán al es-
critor hablar de la vida en la ciudad? ¿Cómo intentará transm itir a sus
lectores, desde u n escrito en la pared, alguna escena urbana?
También pueden leerse los aguafuertes que aparecen como sección
en la revista virtual El interpretador dirigida por Juan Diego Incardona
(http://w w w .elinterpretador.net)
M ientras se escriben las aguafuertes, se leen entre todos, se com en-
tan en función del género y de todo lo que han investigado acerca del
tem a habrá que decidir qué modo de circulación van a tener las pro-
ducciones resultantes. ¿Dónde se publicarán las aguafuertes? ¿En for-
m ato virtual, en un blog, en una edición en papel fotocopiada? ¿Cuál
será su paratexto? ¿Tendrá tapa, ilustraciones? ¿Quién será el lector
"ideal" de la publicación? ¿Qué efecto causa "encerrar" un texto entre
dos tapas? ¿Y subirlo a un espacio virtual que lo pone en diálogo con
otros textos semejantes?
Tomar todas estas decisiones probablem ente lleve a preguntarse
por el m odo de circulación de las aguafuertes leídas: del diario al libro,
la revista virtual. Quizás la pregunta avance hacia la relación que se
establece entre las aguafuertes y la institución literaria. ¿Son literatu-
ra las aguafuertes en el diario? ¿Y en el libro? ¿Y en la revista virtual?
¿Cuáles son los m ecanism os de consagración por los que los textos
son literatura o no lo son? Las reflexiones que se hayan dado alrededor
de los graffitis -de la pared al libro, de la pared a la virtualidad- pro-
bablem ente se retom en para construir argum entos para sostener las
posturas.
Tr a b a jo s p r á c t ic o s 79
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ter.com .ar/.../JeanTardieuProblem asytrabajospracticos.doc
Describir la ceniza en Marte
Un juego para lectores cómplices
Mónica Bibbó
"Entre mis propósitos estaba el de que mis alumnos leyeran textos ex-
tensos e 'im portantes'-cuenta una profesora en Letras-. Había elegido
para un 5o año Rayuela, novela de la que pretendía que mis alumnos
aprendieran lo mismo que yo había aprendido en las clases de Lite-
ratura Argentina en la facultad y que consideraba importantísimo e
interesante.
Si bien Cortázar ofrece dos tipos de lectura, yo no lo hacía. Se leía úni-
camente con el tablero de dirección. En mis planes estaba previsto que
los alumnos detectaran los materiales de construcción, el principio
constructivo, la presencia de las vanguardias, la teoría del lector y la
concepción del escritor, y Rayuela como novela de la novela. La planifi-
cación era perfecta y no dejaba nada afuera. Tampoco incluía al alum-
no que iba a leer ese texto.
Recuerdo hoy con satisfacción el desaliento mezclado con entusiasmo
que sentía en esas clases: los lectores estaban fascinados por la histo-
ria de amor, por las dificultades que atravesaban esos personajes, y las
82 M ó n ic a Bib b ó
J u g a r con R ayuela
Rayuela representa u n punto de viraje en la literatura latinoam eri-
cana de la década del 60, m ovim iento conocido com o el boom. Rayue-
lo se tom a a sí misma com o objeto de análisis, es la novela que habla
de la novela y de su construcción, rom piendo con las convenciones del
género y del uso del lenguaje literario, y lo hace detrás o m ediante u n a
historia de am or y de búsqueda. Pero el salto cualitativo de esta novela
lo da el lugar que se le otorga al lector1. Porque Rayuela busca, p ro p o -
ne u n lector cómplice, u n lector activo, u n lector dispuesto a jugar con
ese tablero de dirección que al com ienzo del libro abre el juego a p o r
lo m enos, dos lecturas.
T a b le ro d e D ir e c c ió n
7 3 - 1 - 2 - 1 1 6 - 3 - 8 4 - 4 - 7 1 5 -81 - 7 4 - 6 - 7 - 8 - 9 3 - 6 8 - 9 - 1 0 4 -10
- 65 - 11 -1 3 6 - 12 -106 -1 3 - 115 - 14 -1 1 4 - 117 -1 5 - 120 - 16 - 137 -1 7
- 97 - 18 - 153 - 19 - 90 - 20 - 126 - 21 > 79 - 22 - 62 - 23 - 124 - 128 - 24 -
134 - 25 -141 - 60 - 26 -109 - 27 - 28 - 130 -151 -152 -143 - 100 - 76 -101
- 144 - 92 - 103 - 108 - 64 - 155 - 123 - 145 - 122 - 112 - 154 - 85 - 150 - 95
- 146 - 29 - 107 - 113 - 30 - 57 - 70 - 147 - 31 - 32 - 132 - 61 - 33 - 67 - 83 -
142 - 34 - 87 - 105 - 96 - 94 - 91 - 82 - 99 - 35 - 121 - 36 - 37 - 98 - 38 - 39
- 86 - 78 - 40 - 59 - 41 - 148 - 42 - 75 - 43 - 125 - 44 - 102 - 45 - 80 - 46 - 47
- 110 - 48 - 111 - 49 - 118 - 50 - 119 - 51 - 69 - 52 - 89 - 53 - 66 - 149 - 54 -
129 -1 3 9 -133 -140 -138 -127 - 56 -135 - 63 - 88 - 72 - 77 -131 - 58 - 131.
El n o m b r e R a yu ela
[...] La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la
punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y
un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el
2. Es probable que algunos de los estudiantes hayan leído la colección de los años 80,
Elige tu propia aventura (unos libros-juego, en los que los lectores decidían la forma
de actuar de los personajes y podían cambiar el transcurso de la historia), y asocien
inmediatamente con el tablero de dirección de Rayuela. Es un buen momento para
conversar acerca de las proyecciones que tienen las vanguardias y cómo algo tan
novedoso en los 60 se convirtió veinte años después en una estructura tan difundida
entre los lectores de literatura infantil.
D e s c r ib ir l a c e n iz a e n M a r t e . U n j u e g o p a r a l e c t o r e s c ó m p l ic e s 8 5
Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo,
casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin
embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las dife -
rentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía,
poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y rem ontar la piedri-
ta hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo.
3. Los enunciados que se producen al hablar o al escribir son representaciones del sen-
tido y siempre tienen un origen: lo que se ha leído, o lo que Eco llama “enciclopedia
del lector'! Dichas representaciones devienen de campos específicos en los que cada
unidad -palabra, figura, color, notación, gesto, etcétera- tiene un valor por contraste
con las demás. Eco, Umberto (1981)
4. Rubén Darío. "Era un aire suave" en Prosas profanas y otros poemas, (http://www.
damisela.com/literatura/pais/nicaragua/autores/dario/profanas/aire_p3.htm)
D e s c rib ir l a c e n iz a en M a r te . Un ju e g o p a ra l e c t o r e s c ó m p lic e s ^7
inconmensurable, abierto,
y misterioso a sus pies
se extiende; triste el semblante,
solitario y taciturno
como el mar, cuando un instante
al crepúsculo nocturno,
pone rienda a su altivez. [...]
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Evangelio de San Juan 1:1 -3.
5. El cadáver exquisito es una técnica usada por los surrealistas en 1925, y se basa en
un viejo juego de mesa llamado "consecuencias” en el cual los jugadores escribían
por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y des-
pués la pasaban al siguiente jugador para otra colaboración. Luego surgieron otras
variantes como cortar palabras, versos o frases y mezclarlas dentro de una bolsa para
luego formar un poema manteniendo el orden azaroso con que las sacaban de la
bolsa. La técnica del cadáver exquisito fue adaptada al dibujo y al collage.
Según la Wikipedia: "Cadáver exquisito es una técnica por m edio de la cual se en -
samblan colectivamente un conjunto de palabras e imágenes; el resultado es co n o -
cido como un cadáver exquisito o cadavre exquis en francés. El nombre se deriva
88 M ó n ic a Bib b ó
textos que usó el autor, pero eligiendo otros versos, o arm ándolo al
azar, ¿qué otra imagen del lugar y situación se lograría con esta "técni-
ca" de descripción?
¿Qué texto obtendríam os eligiendo otros poem as, canciones, para
describir algún lugar de la novela? ¿Y si querem os describir un lugar
que no esté en la novela, cómo lo hacem os?
El ju e go con el lenguaje
Probablem ente, el juego con el lenguaje llegue a su m áxima expre-
sión en el capítulo 68, escrito totalm ente en gíglico (aunque tam bién
hay un diálogo en gíglico en el capítulo 20), ese lenguaje particular
inventado por quienes lo juegan, Horacio y la Maga. Es factible que
cuando se llegue a estos capítulos (los que sigan el tablero, en el 68; los
que lean de m anera convencional, en el 20), los chicos digan que no se
entiende nada, pero invitados a releer una segunda o tercera vez, n o ta -
rán que el texto significa que se puede "decodificar" y sería interesante
ver cómo es este juego de hablar en gíglico, ya que no se trata sim ple-
m ente de inventar palabras. D esentrañar esa técnica puede ser una
m uy buena propuesta para reflexionar sobre el uso de la connotación,
la asociación fónica, las voces gram aticales y el campo semántico, por
ejemplo. Pensar entre otras cosas, qué cuestiones de la norm ativa hay
que tener presentes para que un texto que usa un lenguaje no recono-
cible, signifique.
Una vez establecida la técnica del gíglico, pidám osles a los alum nos
que la em pleen en un texto que hable de algún asunto "secreto" o deli-
cado que por alguna razón no sea conveniente explicitar.
de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: Le cadavre
exquis boira du nouveau vin (El cadáver exquisito beberá el nuevo vino)."
D e s c rib ir l a c e n iz a en M a r te . Un ju e g o p a ra l e c t o r e s c ó m p lic e s 89
"Como les encantaba jugar con la palabras, inventaron en esos días los
juegos en el cementerio, abriendo por ejemplo el de Julio Casares en la
página 558 y jugando con la hallulla, el hámago, el halieto, el haloque,
el hamez, el harambel, el harbullista, el harca y la harija. En el fondo
se quedaban un poco tristes pensando en las posibilidades malogra-
das del carácter argentino y el paso-implacable-del-tiempo. A propó-
sito de farmacéutica Traveler insistía en que se trataba del gentilicio de
una nación sumamente merovingia, y entre él y Oliveira le dedicaron a
Talita un poema épico en el que las hordas de farmacéuticas invadían
Cataluña sembrando el terror, la piperina y el eléboro. La nación farma-
céutica de ingentes caballos. Meditación en la estepa farmacéutica. Oh
emperatriz de los farmacéuticos, ten piedad de los afofados, los afron-
tilados, los aglabanados y los aforados que se afufan/'
A veces Talita se sentaba frente a Oliveira para hacer juegos con el ce-
menterio, o desafiarse a las preguntas-balanza que era otro juego que
habían inventado con Traveler y que ios divertía mucho.
6. Julio Casares. Tras la Guerra Civil publicó diversas obras de la lexicografía española.
De entre ellas sobresale su monumental Diccionario ideológico de la Lengua Espa-
ñola (1942), un espléndido trabajo lexicográfico que aúna rigor y amenidad dentro
de un nuevo concepto de abordar el estudio de los significados de las palabras y las
relaciones establecidas entre ellas por afinidad.
90 M ó n ic a Bib b ó
El texto nos dice que los personajes inventaron este juego y que en
el m ism o no hay improvisación, las preguntas se preparan.
-Mirá, hasta que vuelva ese idiota de Manú con el sombrero, lo que po-
demos hacer es jugar a las preguntas-balanza,
-Dale -dijo Talita-. Justamente ayer preparé unas cuantas, para que
sepas.
-Muy bien. Yo empiezo y cada uno hace una pregunta-balanza.
En esos días andaba caviloso, y la mala costumbre de rum iar largo cada
cosa se le hacía cuesta arriba pero inevitable. Había estado dándole
vueltas al gran asunto, y la incomodidad en que vivía por culpa de la
Maga y de Rocamadour lo incitaba a analizar con creciente violencia
la encrucijada en que se sentía metido. En esos casos Oliveira agarra-
ba una hoja de papel y escribía las grandes palabras por las que iba
resbalando su rumia. Escribía, por ejemplo: "El gran asunto” o "la en-
crucijada'! Era suficiente para ponerse a reír y cebar otro mate con más
ganas. "La unidad" hescribía Holiveira. "El hego y el hotro." Usaba las
haches como otros la penicilina. Después volvía más despacio al asun-
to, se sentía mejor. "Lo himportante es no hinflarse” se decía Holiveira.
A partir de esos momentos se sentía capaz de pensar sin que las p a-
labras le jugaran sucio. Apenas un progreso metódico porque el gran
asunto seguía invulnerable. "¿Quién te iba a decir, pibe, que acabarías
metafísico?” se interpelaba Oliveira. "Hay que resistirse al ropero de
tres cuerpos, che, confórmate con la mesita de luz del insomnio coti-
diano." (Cap. 90.)
82
Morelliana
¿Por qué escribo esto? No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas.
Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma, entonces entra
en juego el ritmo y yo escribo dentro de ese ritmo, escribo por él, movi-
do por él y no por eso que llaman el pensamiento y que hace la prosa, li-
teraria u otra. Hay primero una situación confusa, que sólo puede defi-
nirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo
que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inm ediatam ente se inicia el
swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo,
conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia
clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. (...)
94 M ó n ic a Bib b ó
7. González Bermejo, Ernesto (1986) pág. 35, y en Internet hay un fragmento en http://
www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/cortaz4.htm
8. También habla de esto en
http://www.youtube.com/watch?v=w4~LVYUVdjY&feature=reIated
9. Un protocolo de escritura es el texto que reúne las decisiones tomadas por los escri-
tores. Da cuenta del proceso de escritura, del recorrido hecho para cumplir con la
consigna desde la lectura e interpretación de esta hasta el momento en que quienes
escriben resuelven que el texto ya está terminado. Flower, Linda y Hayes, John (1996)
D e s c rib ir l a c e n iz a en M a r te . Un ju e g o p a ra le c to r e s c ó m p lic e s 95
Casillero 1. Instrucciones
Casillero 2. Cronopios
Los cronopios y los fam as tam bién juegan con el lenguaje. Así com o
la Maga y Oliveira hablan en gíglico, los cronopios, los famas y las e s-
peranzas tam bién tienen su vocabulario propio en su m undo propio.
10. http://nuevaliteratura.com.ar/descargas/HistoriaDeCronopiosYDeFamas-Julio-
Cortazar.pdf
11. En la consigna "Instrucciones inútiles" (Alvarado, Maite; Bombini, Gustavo, Istvansch
y Feldman, Daniel (1994) se parte de estos textos de Cortázar para escribir otras in s-
trucciones.
96 M ó n ic a Bib b ó
Una de las esperanzas dejó en el suelo su pez de fauta -pues las espe-
ranzas, como el Rey del Mar, están siempre asistidas de peces de flauta-
y salió a imprecar al fama, diciéndole así:
-Fama, no bailes tregua ni catala delante de este almacén. El fama se-
guía bailando y se reía, La esperanza llamó a las otras esperanzas, y los
cronopios formaron corro para ver lo que pasaría,
-Fama -dijeron las esperanzas-. No bailes tregua ni catala delante de
este almacén. Pero el fama se reía para menoscabar a las esperanzas.
Entonces las esperanzas se artojaron sobre el fama y lo lastimaron. Lo
dejaron caído al lado de un palenque, y el fama se quejaba, envuelto en
su sangre y su tristeza.
Los cronopios vinieron furtivamente, esos objetos verdes y húmedos.
Rodeaban al fama y lo compadecían, diciéndole así:
-Cronopio cronopio cronopio.
Y el fama comprendía y su soledad era menos amarga.
Una esperanza se hizo una casa y le puso una baldosa que decía: Bien-
venidos los que llegan a este hogar.
Un fama se hizo una casa y no le puso mayormente baldosas.
Un cronopio se hizo una casa y siguiendo la costumbre puso en el por-
che diversas baldosas que compró o hizo fabricar. Las baldosas estaban
colocadas de manera que se las pudiera leer en orden. La primera decía:
Bienvenidos los que llegan a este hogar. La segunda decía: La casa es chi-
ca, pero el corazón es grande. La tercera decía: La presencia del huésped
es suave como el césped. La cuarta decía: Somos pobres de verdad, pero
no de voluntad. La quinta decía: Este cartel anula todos los anteriores.
Rajá. Perro.
D e s c rib ir la c e n iz a en M a r te . Un ju e g o p a ra le c to r e s c ó m p lic e s 97
Casillero 3. M á s gíglico
Este texto nos perm ite repasar esta técnica de escritura y trabajar
adem ás el punto de vista:
Seguram ente el doctor Feta estará preguntándose para qué in te r-
vino entre Fifa y la Tota. Si les pedim os a los chicos que se pongan en
la piel de este personaje no va a ser difícil que le hagan contar a él - e n
gíglico, obviam ente- cóm o vivió esta situación de su inm iscusion te-
rrupta. O bien escribir p ara este cuento una m oraleja, como las de los
apólogos y las fábulas, tam bién en gíglico. O tal vez haya en el listado
de refranes del apartado anterior alguno que se adecúe a este cuento y
podam os convertir al gíglico.
Casillero 4. Narradores
Sin embargo, hay una voz que no aparece en esta historia, la del
papá de Pablo, del que el adolescente dice "conocerle las miradas"
cuando m ira de soslayo a la enfermera. En este relato, con mayoría de
voces fem eninas, qué punto de vista agregaría al cuento la incorpora-
ción de esta voz m asculina adulta. Proponer la escritura de un m onó-
logo interior de este papá que no reacciona ante una m adre tan sobre-
protectora, o agregar otro m om ento de la voz de Pablo, con todo lo que
no le dice a ese padre que no lo rescata de la m am á que lo avergüenza,
nos daría la respuesta.
El m ism o procedim iento de narrador polifónico lo usa Mario Var-
gas Llosa en la nouvelle Los cachorros, tam bién de la década del 60.
Luego de leerla com parem os si el efecto del uso de la polifonía es el
m ism o que en "La señorita Cora" adem ás de poder pasar de un salto a
la casilla de los adolescentes.
Casillero 5. Adolescentes
y hasta una reseña que publicite el libro dará cuenta de cómo fueron
leídos esos textos, de la apropiación de los procedimientos narrativos y
de qué criterio definió la selección: género, autores latinoam ericanos,
argentinos, únicam ente Cortázar, o la pertenencia a la literatura del
boom, etcétera.
Otra variante es dejar de lado la edición concreta del libro y sola-
m ente "suponer" este trabajo editorial y pedirles a los chicos solam en-
te la escritura de la contratapa, la reseña y el prólogo como si tuvieran
que hacerlo para publicar.
Investigar acerca del boom después de haber leído varios textos de
este período es una m anera diferente de acercarlos a la investigación
(suele ser al revés, prim ero se da el m arco teórico y luego se lee literatu-
ra a título ilustrativo cuando en realidad son ellos, los textos literarios,
los que dieron lugar a la conceptualización teórica). Resulta interesan-
te que lean acerca de este fenóm eno literario14, y escuchen tam bién la
opinión de Cortázar al respecto15.
...es algo muy simple, que puede suceder en plena realidad cotidiana,
en este mediodía de sol, ahora entre tú y yo, o en el Metro [...] Lo fan-
tástico puede darse sin que haya una modificación espectacular de las
cosas.
Simplemente para mí, lo fantástico es ia indicación súbita de que, al
margen de ias leyes aristotélicas y de nuestra mente razonante, exis-
ten mecanismos válidos, vigentes, que nuestro cerebro lógico no capta
Casillero 8. La crítica
Casillero 9. Marídala
Al com ienzo dijimos que M andala fue uno de los nom bres p en sa-
dos y descartados para Rayuela. "Llegar al Cielo es encontrar m i m an -
dala" asegura Oliveira.
Un m andala -cuyo significado es "centro"- es un dibujo que los
budistas e hinduistas y quienes practican yoga em plean para la m e-
ditación y concentración, ya que aseguran que ayuda a la relajación,
búsqueda de la creatividad y la paz interior
Dice Jaime Alazraki que Rayuela despliega la técnica del m andala
al ofrecer un diseño que puede recorrerse de varias m aneras, eligiendo
una ruta desde la cual cada lector asum e su propia búsqueda19y logra
su propia im agen del m undo.
Tom ando las palabras de Alazraki, podríam os preguntarnos cómo
será el m andala que construye cada lector después de leer Rayuela.
¿Será como este?
¿O como estos?
19. "En las religiones del este, el mandala es un diseño de construcción laberíntica que
como una rayuela se puede dibujar en el suelo para iniciar al adepto; o bien, como en
la pintura budista, puede adquirir la magnitud de una obra de arte. Con su ayuda, el
iniciado va al encuentro de su propio "centro" (acepción de mandala en su traducción
tibetana) recorriendo una ruta que es a la vez sensorial y espiritual, de contemplación
visual y de meditación reflexiva; el mandala actúa así como un mapa con cuya asisten-
■ cia se explora una geografía no cartografíada y un tiempo in illio tempore. (...) Cortázar
ha explicado que originalmente Rayuela debió llamarse Mandala: “Cuando pensé el li-
bro, estaba obsesionado con la idea del mandala, en parte porque había estado leyendo
muchas obras de antropología y sobre todo de religión tibetana; además, había visitado
la India, donde puede ver cantidad de mandalas indios y japoneses" Pero solo en parte.
Es evidente que esa idea original respondió, asimismo, al carácter de la novela de punto
de apoyo, a la manera del mandala, para la travesía que cada lector elija recorrer. No hay
una ruta única, como en la novela tradicional, sino por lo menos dos, y muchas otras. La
novela está hecha como un mandala en el sentido de que con su ayuda, siguiendo un
itinerario posible, el lector alcanzará su propia Imago mundi o, como pensaba Jung de
la estructura del mandala, su propia "psiquis profunda" Alazraki, Jaime (1991), p. 631.
D e s c rib ir l a c e n iz a e n M a r te . Un ju e g o p a r a l e c t o r e s c ó m p lic e s 107
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io 8 M ó n ic a Bi b b ó
1. Todas las itálicas de este apartado pertenecen a "Instrucciones para subir una es-
calera" de Julio Cortázar (1962) Historias de Cronopios y de Famas. Buenos Aires.
Sudamericana
IIO Pa u l a L a b e u r
2. En realidad la cuenta Mariano Blejman en "El medio es el mensaje (de texto)" Buenos
Aires. Página 1 2 ,8/5/2012.
112 Pa u l a L a b e u r
H istoria s c e lulare s
¿Qué pasaría si fueran los propios jóvenes los que propusieran ver-
siones breves de los clásicos escolares, de aquellos textos que ya leye-
ron en la escuela (o que p ueden leer para la ocasión) para darlos a co-
nocer -en su versión m ás resum ida- a aquellos que no los conozcan?
Además de las interesantes discusiones que seguram ente se sus-
citarán alrededor del concepto de literatura, de si es "lo mismo" leer
u n original o una versión, qué lugar ocupan las versiones traducidas
y naturalizadas como originales, la relación entre historia y relato, la
construcción de un lector particular (si lo es) que sería el joven, las ver-
siones reducidas (que probablem ente resulten, por su obligada breve-
dad, hum orísticas y levem ente paródicas), perm itirán detenerse en los
procedim ientos cohesivos que faciliten el resum en extremo sin perder,
por eso, cierta inform ación con la que el lector debe contar y la estruc-
tura narrativa.
Un formato de escritura posible lo proveen las historias en tres lí-
neas5 de Félix Féneón explicadas por Juan Forn6:
5. Alguien podrá preguntarse las diferencias de estas historias con los microrrelatos y
entonces habrá oportunidad de pensar en los géneros, las categorías, los soportes en
los que aparecen los textos. Periodísticos en su origen ¿pueden leerse las historias en
tres líneas como literatura si están en un libro de microrrelatos? ¿Cómo se leerán las
producciones que resulten de esta'actividad?
6. Forn, Juan, "Seré breve” en Buenos Aires, Página 12, 3 de octubre de 2008 http://
www.paginal2.com.ar/diario/contratapa/13-112653-2008-10-03.html
C o h e r e n c ia y c o h e s ió n o v ic e v e r s a y t o d o l o c o n t r a r io 119
de lo que hoy llamamos mesa de noticias: cables del interior y del exte-
rior (en el caso de Fénéon, periódicos provinciales y del extrarradio de
París). Si bien no era el único encargado de componer los faits divers,
fue Fénéon quien bautizó estas pastillas (que con el tiempo se convirtie-
ron en sección fija) Nouvelles en trois ligues. Lo de tres líneas no amerita
mucha explicación, pero lo de nouvelles sí, porque en francés puede sig-
niñear "noticia” "novedad” aunque tam bién "cuento” "relato"; pero no
novela, que se dice román.
Abandonada por Delorce, Cécile Ward se negó a volver con él, salvo
en matrimonio. Pareciéndole esta cláusula escandalosa, él la apuñaló.
una escalera, cruzarse con un gato negro, pisar la juntura de las bal-
dosas, nos dará tanta m ala suerte como que el novio vea el vestido de
la novia antes de que llegue al altar, o abrir un paraguas bajo techo.
En cambio, pisar al levantarse con el pie derecho, encontrar núm eros
capicúa en algún lado, poner un cactus en la ventana, ajo cerca de la
puerta o una escoba o una herradura detrás, o encontrar un trébol de
cuatro hojas nos hacen pensar que tendrem os buena suerte. Si encon-
tram os una pestaña caída la apretam os en nuestro pulgar contra el pul-
gar de otra persona m ientras pedim os tres deseos y esperam os que se
nos cum plan si la pestaña quedó pegada en nuestro dedo. Esperam os
tam bién que se cum plan los tres deseos que pedím os antes de apagar
de un soplido las velas de la torta de cum pleaños y los que pensam os
m ientras tironeam os con otra persona de un huesito de pollo con for-
m a de v. Decimos, o escucham os decir, que si nos pica la nariz o nos
zum ban los oídos están hablando m al de nosotros, que recibiremos u n
regalo si nos ponem os el pullover al revés, que barrer de noche no es
conveniente porque atrae a las brujas y que tener en la casa una planta
de ruda m acho nos protege de los maleficios. Sabemos de quienes p in -
chan fotos o las m eten en el frízer para hacerle algún daño al retratado
y tratam os de no ponernos bizcos en la corriente de aire para no q u e -
darnos bizcos para siem pre jamás. Corremos a tocar m adera para que
no nos pase lo que no querem os que nos pase y podem os usar cintitas
rojas como pulsera para alejar la envidia o el mal de ojo. Que el día de
nuestro cum pleaños llueva puede ser un augurio de prosperidad como
el de tirar arroz a los novios, e im aginam os que una señora vieja se está
casando si llueve y adem ás hay sol. Que suene el teléfono y nos llam e
la persona en la que estábam os pensando justo en ese m om ento nos
inquieta de alguna m anera.
Todas estas creencias y m uchas m ás que se nos ocurran, las sos-
tengam os o no, pueden servir para reflexionar acerca de los procedi-
m ientos informativo-explicativo-argumentativos que producen textos
coherentes y cohesivos cuando se trata de dar a conocer los resultados
de una investigación científica. Para eso será necesario describir el fe-
nóm eno elegido y seguir las puntillosas pautas que exige una publica-
ción científica que pretende demostrar, para la com unidad de referen-
cia, los resultados alcanzados por m edio de una rigurosa investigación.
Que en este caso el objeto y los m étodos sean disparatados, no hará
que los textos resultantes no sean rigurosos y perm itan experim entar
con los procedim ientos de la exposición, la explicación y las estrategias
argumentativas.
C o h e r e n c ia y c o h e s ió n o v ic e v e r s a y t o d o l o c o n t r a r io 121
E sto o a qu ello... y yo
N adie h a b rá dejado d e observar ad em ás, que so sten em o s re la c io -
n es m u y p erso n ales co n alg u n as o to d a s de estas creencias. A lgunos
p en sa m o s seriam en te los tres deseos a n te s de apagar e sfo rzad a m en te
las velitas, o tros ren u ev an las cintitas rojas en la m u ñ eca , otros ja m á s
te n d ría n u n gato negro en la ca sa... P en sar acerca de ellas, co n tar n u e s -
tra relación co n estas situaciones, explorar en aq u ello s m o m en to s e n
-Es un curso en que cada chico tiene que levantarse y dar una especie
de charla. Ya sabe. Muy espontánea y todo eso. En cuanto el que habla
se sale del tema, los demás tienen que gritarle, “Digresión" [...] Creo
que lo que pasa es que cuando lo paso mejor es precisamente cuando
alguien empieza a divagar. Es mucho más interesante.
~¿No te gusta que la gente se atenga al tema?
-Sí, claro que me gusta que se atengan al tema, pero no demasiado. No
sé. Me aburro cuando no divaga nada en absoluto. Los chicos que se
sacaban las mejores notas en Expresión Oral eran los que hablaban con
más precisión, lo reconozco. Pero había uno que se llamaba Richard
Kinsella y que siempre se iba por las nubes. Le gritaban "Digresión" todo
el tiempo. [...] Para mi gusto era el mejor de la cíase [...] Por ejemplo, un
día habló de una finca que había comprado su padre en Vermont. Bue-
no, pues el profesor, el señor Vinson, le puso un suspenso porque no
dijo qué clase de animales y de verduras y de frutas producía. Lo que
pasó es que Kinsella empezó hablando de todo eso, pero de pronto se
puso a contarnos la historia de un tío suyo que había enfermado de po-
lio cuando tenía cuarenta y dos años y no quería que nadie fuera a visi-
1tarle al hospital para que no le vieran paralítico. Reconozco que no tenía
nada que ver con la finca, pero era muy bonito. Me gusta mucho más
que un chico me hable de su tío. Sobre todo cuando empieza hablando
de una finca y de repente se pone a hablar de una persona. Es un crimen
gritarle a un tipo "Digresión" cuando está en medio de... No sé, es difícil
de explicar. [...]
-Holden, una breve pregunta de tipo pedagógico y ligeramente cargan-
te. ¿No crees que hay un momento y lugar apropiados para cada cosa?
C o h e r e n c ia y c o h e s ió n o v ic e v e r s a y t o d o l o c o n t r a r io I23
Final
Nadie habrá dejado de observar que, como las escaleras, los capítu-
los term inan. Este lo hace aquí y se sale de él fácilmente dando vuelta
la hoja. O pegando un ligero golpe de talón para dirigirse con entusias-
mo a la tertulia patafísica.
Bibliografía
A d o rn o , T h e o d o r (1962) "El ensayo como forma" en Notas de litera-
tura. Barcelona. Ariel.
A íra , C é s a r (2001) "El ensayo y su tem a" en El ensayo de los escritores.
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A lv a r a d o , M a ite (1997) "Escritura en in vención en la escuela" en
a a w , Los c b c y la en se ñ an za de la Lengua. B uenos Aires, a z .
Laura d ie n to
Es filosofía de vida de una clase social baja; ¿cómo hace este faro-
lero para justificar su postura? Apela a su propia vida, un resum en de
su propia experiencia, ese es el respaldo. Al mismo tiempo, al rem itir a
ese argum ento personal, hace creíble su palabra. Sin embargo... difícil
es que lleguem os a conocer, de prim era m ano, la voz de un personaje
popular. La voz pública del personaje popular: suena próxima, pero es
producto de una larga serie de m ediaciones, principalm ente estéticas.
Una de esas m ediaciones estéticas es la del género literario. El teatro
tiene sus propios "géneros mayores" y "géneros m enores" Antes de que
la cultura m oderna obligara a mayores precauciones y corrección polí-
tica, Aristóteles establecía una división que se originaba en la jerarquía
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 127
escrita por Arm ando Discépolo y Rafael José de Rosa en 1921. A partir
de esta obra vamos a enhebrar unas actividades que perm itan llegar a
lo institucional del género como conjunto de códigos y convenciones
que rigen nuestra percepción del m undo, y más precisam ente de ló có-
mico. Y de paso, ver cómo la "biografía" de los personajes tiene bastan-
te que ver con sus problem as y sus decisiones equivocadas.
1.
La pieza de Discépolo ~ de Rosa se divide externam ente en cuadros.
El trabajo puede com enzar con el prim ero de ellos para practicar la
lectura colectiva en el aula. El texto dram ático reproduce el discurso
directo de los personajes, por lo tanto la lectura grupal puede com en-
zar siendo oral, aunque tom ando algunas m edidas organizativas que
atienden a la peculiaridad del texto dram ático y su "organización en
papel" (o notación dram ática). Por ejemplo, puede tenerse en cuenta
la lista de personajes, que es el prim er paratexto de la obra. Si la pro -
puesta es que la lectura oral sea repartida, cada alum no, entre los vo-
luntarios m ás predispuestos a rom per las form alidades, puede elegir
"su" personaje de la lista y, con ayuda de un resaltador "fluorescente"
p intar su "parte" (como decían los actores en otras épocas cuando te -
nían que preparar su papel). Si a su vez hubiera interés por extender
la participación y rotar los lectores, puede dividirse el texto en seg-
m entos, de acuerdo con algún principio interno como los que puedan
dictar las didascalias (el caso m ás frecuente de encontrar es el de las
entradas y salidas de personajes que cam bian los grupos en escena y
p u ed en perm itir el relevo de los alum nos-lectores).
Después de la lectura del cuadro prim ero, los alum nos están en
condiciones de elaborar una ficha de cartulina para cada personaje,
en la que figurarán los datos que perm itan conocer la vida presente y
pasada de cada uno, y su peculiar forma de hablar; algunos personajes
hablan un castellano estándar, m ientras otros utilizan el cocoliche1.
1. Con relación a la inmigración italiana Gobello y Oliveri señalan que "el primer es-
fuerzo para hacerse comprender derivó a cocoliche, lenguaje de transición. Lo habla-
ban los inmigrantes. El segundo esfuerzo, el de los hijos de los inmigrantes, derivó a
lunfardo" (Gobello-Oliveri, 2005, p. 15). De modo que este contacto lingüístico entre
los criollos y los inmigrantes que provenían de Italia produjo dos fenómenos distin-
tos: por un lado, como acabamos de ver, la incorporación de muchísimos términos
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 129
Peppino -Sí, tengo colegio esta noche. No poedo faltar. Me dijo el direc-
tor que se sigo así el año que viene paso a segundo grado. Estoy peleando
con la gramática a ver si poedo sacarme este acento italiano que tengo
tan apegado... ¡Qué desgracia... soy argentino y todo me llámano taño!
Sara -No te aflijas, yo te quiero igual.
Peppino -Calíate... es una desgracia. Me miro al espejo y no soy feo,
pero me pongo a hablare e la embarro. ¡É para llorare!
Sara -Sin embargo, a mí m e gusta como hablás.
Peppino -Porque vo so buena e me conocés el fondo. Pero, ¡paso cada
calor! ...Allá en el mercado, apenas me ve la m ochachada creolla, em-
piézano: ¿Qué hacés, Caderno? ...¿Cómo te va, Giolitti? ...Ciao, D 'An-
nuncio... ¡Apena un personaje italiano hace na macana, me la encájano
a mí! (Discépolo y De Rosa, 1966:14.)
originarios de las distintas lenguas itálicas al habla popular de Buenos Aires; por otro,
la formación de una variedad lingüística transitoria, el cocoliche, devenido -tem -
pranamente también- en un lenguaje literario.
Cocoliche es el nombre que se le da al castellano hablado por los inmigrantes italia-
nos llegados a Buenos Aires entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del
XX. Oscar Conde, "El lunfardo y el cocoliche" Pliegos de Cartaphilus. Disponible en
http://www.e-pol.com.ar/newsmatic/usr/205/1027/lunfardo_y_cocoliche_confe-
rencia_abril_2009_unlz_2.pdf
130 La u r a C il e n t o
la inform ación dada por la obra dram ática. Otra opción es consultar
la adaptación de la historieta de este sainete, en la com pilación pro -
logada por Ricardo Piglia (1993), para ver cómo fueron dibujados los
personajes y detectar los estereotipos culturales.
En este episodio referido a través de la conversación aparece un d e-
fecto de Peppino: habla "mal" Incluso m ientras lo explica está hacien-
do gala de ese defecto, lo cual potencia su comicidad. El contraste con
Sara, hija de los inm igrantes turcos Constantina y Mustafá, es notable.
Serán pareja, pero ese dato característico, que habrá que volcar en la fi-
cha, podrá distanciarlos cuando se reagrupen los personajes según su
comicidad. El personaje con los datos m ás com pletos en su ficha será
Mustafá, nada m enos que el protagonista. Más adelante, al llegar al ter-
cer y últim o cuadro de la pieza, se enriquecerá aún m ás con su propio
relato de vida y observarem os cómo influye la biografía del personaje
en su lógica de acciones dentro de la pieza.
¿Cuánto m arcará a los personajes esta diferencia lingüística? Por
una parte, y a pesar de lo que cueste leerlos en un prim er intento, envía
a un referente conocido por todos, el procedim iento de imitación del
habla del inmigrante, llam ado "cocoliche" exitoso porque no impidió
su integración cultural con los criollos, pero que po r otra parte tuvo su
costo, ya que se apoya en la "incapacidad" idiom ática de los personajes
italianos (o extranjeros), lo que significa un grado de ridiculización y
los transform a en personajes cómicos:
2.
2. Disponible en http://www.noticias24.com/intemacionales/noticia/39285/estas-son-
las-imagenes-mas-destacadas-que-nos-deja-este-jueves-21-de-junio/
132 . La u r a C il e n t o
¿Cuáles son los m ecanism os que anim an estos juguetes? La rep eti-
ción (paralelism os, sim etrías, coincidencias), la inversión (cambio de
papeles, de roles), la interferencia de las series (el equívoco o quid pro
quo, tom ar un a cosa por otra, en las situaciones, y los juegos de p a la -
bras, la trasposición de u n discurso serio a un registro informal, y vice-
versa). Las situaciones típicas que anim an estos m ecanism os c onstitu-
yen estos tres procedim ientos cómicos.
Vuelven las tarjetas. En esta oportunidad, para agrupar, enfrentar
y vincular unos personajes con otros, tal como fueron caracterizados
hasta el m om ento, y para ver cómo funcionan a partir de estos p ro ce-
dimientos.
A m odo de repaso, y ahora que están caracterizados los p e rso n a -
jes, identificar durante u na charla el conflicto. Un billete de lotería q ue
com praron a m edias el turco y el italiano y que, vaya felicidad, resultó
ganador. Observar las perspectivas favorables que se abren frente al
desarrollo lineal y progresivo de ese hecho feliz. Alguno de los a lu m -
nos, en el m edio del com entario del aula, puede im provisar el relato
de un hipotético desarrollo de los acontecim ientos, dado el caso de
que los personajes cobraran el billete, hicieran uso de ese dinero... El
contraste con las peripecias cómicas será aun m ás visible. Volver sobre
Mustafá, observar su em pecinam iento, su defecto m oral, el conflicto
que desata hacia el final del prim er cuadro. Todos se volverán juguetes
134 La u r a C il e n t o
3. También se designa así a los personajes que hacen uso de la variante lexical del cas-
tellano hablado por italianos.
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 135
Mustafá -Deja hable. Hiju... ¿Sabe qué biensa tuda la noche? Biensa
qui Jintina istá lejus Durquía, muy lejus... Badre tuda la noche driste
borque falta mucho Durquía. Falta veintiséis años. Saliú joven con Gos~
dandina ricién gasadu. Gosdandina linda andunce, linda cume Sarida
hura. Mustafá istaba bobre e quere gana mucha blata para cumpra vis-
tidoybrillande a durquita quirida. Bor eso salió Durquía y vino Mériga.
Viaje largo, tercera cun baisanos bobres que buscan blata leju Durquía.
(Discépolo y de Rosa, 1966: 37.)
La A rgentina de cartón
Unos 40 mil cartoneros invaden noche a noche Buenos Aires. Sólo una
cuarta parte son cirujas clásicos. El resto perdió su trabajo o no consi-
gue el primero. Y se larga a un oficio que se satura por exceso de mano
de obra.
Vicente Muleiro.
DE LA REDACCION DE CLARIN.
4. Es más: Armando Discépolo ofrecerá, un par de años después, sus primeros grotes-
cos criollos, donde se agudiza el drama del inmigrante fracasado, cuyos aspectos
graciosos continúan interactuando, aunque no dan la pauta del desarrollo de los
acontecimientos, que confluyen hacia un desenlace no conciliatorio, dramático y
catastrófico (v. Mateo y Stéfano).
5. Puede consultarse la nota completa en el sitio digital del diario Clarín, en este caso
del número correspondiente a 27/10/2002.
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 137
desempleo pero explotó más aun con la devaluación del peso, ya que el
papel tiene valor dólar. Este año se pasó a pagar 35 centavos el kilo de
papel o de cartón 25 centavos más que en los años del 1 a 1. Entonces,
muchos de los arrojados del trabajo formal, ya con los ojos fijos en el
precipicio, se colgaron de la última baranda: el cirujeo.
[...i
Angel, de casi 50 años, es un ciruja histórico. Confiesa 36 años de trajín
con la basura desde que apisonaba terrenos en el cordón ecológico de
Bancalari. Con su mujer, Josefa, y algunos de sus nueve hijos, caen por
Tacuarí y Piedras cuando el centro queda a merced de los recolectores
informales. "Yo no me ocupo sólo del papel —cuenta—, porque ahora
hay un montón de gente, sobre todo porteros, que con la crisis se avispó
y lo vende. Yo a veces les compro, hago diez centavos de diferencia por
kilo, qué me importa. Todo es ganancia. Hasta los muchachos de los
camiones de recolección van juntando papel y lo ponen aparte. Entre
dos pibes, la otra vez, se hicieron sesenta pesos en tres días. No es un
mal sobresueldo."
[...i
Ignacio, de 34 años, se viene desde Florencio Varela hasta Constitución.
A las 22 ya tiene su carro completo con unos cien kilos. Calcula y dice:
"En mi barrio éramos cuatro o cinco los que hacíamos esto. Te hablo
de ocho meses atrás. Ahora es la mitad del barrio. Yo vendo al mejor
postor. Nos venimos desde allá, con cuatro o cinco que nos bajamos
en la estación Yrigoyen. Hacemos un circuito por calles paralelas hasta
acá, abajo de la autopista. Si querés que te diga la verdad, yo no quiero
entrar a una fábrica en las condiciones que hoy se ofrecen. Hay monto-
nes de lugares en los que vos trabajás un mes sin saber si vas a cobrar,
y otro montón te despide y nunca te paga. Si de milagro te quedás, que
es como haber encontrado laburo otra vez, te pagan en puchos y nunca
sabés cuándo. Acá sé que tengo mis pesitos todos los días."
[...]
En Brasil los catadores de lixo se suman al final del proceso de reco-
lección para separar lo que puede tener precio. En Chile los hueseros
o cachureros son ocho mil en todo el país y están registrados y orga-
nizados. En Buenos Aires y aledaños vienen creciendo y se acercan su
punto de saturación. A cualquier fin, artístico, sociológico, humorístico
o meramente descriptivo, a ellos hay que acudir para dibujar el perfil
de la ciudad de la crisis.
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 139
6. La vida de las clases dominadas, de hecho, no está en sus m anos. Así lo dice Pierre
Bourdieu, "las clases dominadas no hablan, sino que se habla de ellas" Su vida es
estudiada desde las alturas, desde un punto de vista económ ico y político, en inves-
tigaciones que, en esta época concreta, no pasan por el relato de vida. Es imaginada
en el discurso periodístico y de las novelas de las clases dominantes, cuyos sueños
(sobre todo los campesinos) y pesadillas (sobre todo las obreras) alimenta. [...] En-
tramos en un juego complejo de contradicciones, asociado a las relaciones de poder,
y a las leyes de ios circuitos de comunicación de lo impreso. (Lejeune, 1994: 341.)
140 La u r a C i l e n t o
7. En su Teatro deshecho, tomo I (prólogo de Jorge Dubatti). Buenos Aires, Atuel, 2001.
8. http://edyd.com/Fabulas/Esopo/E25ZorraCu ervo.htm
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 141
sainete? ¿En qué tipos hum anos pueden “traducirse" estos animales?
¿Cómo se acentuarán los defectos de los personajes para que resulten
más ridículos?
Tam bién el esquem a previo puede tratarse de una letra de tango,
que contiene en germ en una anécdota. Por ejemplo, una letra de Enri-
que Santos Discépolo, precisam ente el herm ano del autor de Mustafá:
Cambalache
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
[...]
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
[...i
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
Pa l a b r a s d e c o m e d i a : q u e l a v i d a p a r e z c a u n j u e g o 143
Chorra
Por ser bueno,
me pusiste a la miseria,
me dejaste en la palmera,
me afanaste hasta el color.
En seis meses
me comiste el mercadito,
la casiya de la feria,
la ganchera, el mostrador...
¡Chorra!...
[...i
Si hace un mes me desayuno
con lo qu' he sabido ayer,
no er'a mí que me cachaban
tus rebusques de mujer...
Hoy me entero que tu mama
"noble viuda de un guerrero”
¡es la chorra de más fama
que ha pisao la treinta y tres!
Y he sabido que el "guerrero"
que murió lleno de honor,
ni murió ni fue guerrero
como m'engrupiste vos.
¡Está en cana prontuariado
como agente 'e la camorra,
profesor de cachiporra,
malandrín y estafador!
144 La u r a C il e n t o
Bibliografía
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Be r g s o n , H e n r i (1986) La risa. Madrid. Espasa-Calpe.
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Experiencias de aula
Con la poesía al alcance de la mano
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148 M ó n i c a B ib b ó - Pa u l a L a b e u r
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1. http://tratadodecuerpo.blogspot.com .ar/2012/10/clarice-Iispector.htm l
1 5° M ó n i c a B i b b ó - Pa u l a L a b e u r
a los de la prim era clase: aquí ya se discute una elección estética, pero
lo que no se pone en discusión es que se está leyendo poesía, un género
que se va m ostrando en sus múltiples resoluciones, m ucho más am -
plias que las prim eras que se esperaban. Sonidos y título, los sentidos
que se van arm ando en este cruce, leer en voz alta, dejarse llevar por el
sonido. Un ejercicio de escritura vendrá a intensificar esta nueva expe-
riencia. Se tratará de "sonidificar" "La granizada" de Leopoldo Lugones
agregando onom atopeyas existentes o inventadas donde a cada escritor
le parezca conveniente. Será entonces encontrar sonidos para el vértigo
y para los "chisguetes de saltada espita" que en algún caso llegan acom -
pañados por el ritmo del rap.
La gran izad a
Leopoldo Lugones
Ríen y se comen la viña y la huerta. Ríe ¡a- y CLAC CLAC c r a c la viíva y la huerta.
Rechiflan el vidrio que frágil tirita, R echifláis el vidrio c\ue fr á g il tirita ,
y escupen chisguetes de saltada espita y ¿ iq ^ C H - K P chisguetes de ¿altada espita
Por algún medroso resquicio de puerta. Por aIgúis medroso resquicio de "puerta.
Junto al marco rústico, donde pía en vano, J u n to al kvtarco rústic-o, don.de ^ía en,\/an,o,
refugiase un pollo largo y escurrido. refugiase un,pollo largo y escurrido.
Volcado en el suelo yace un pobre nido. •SPRASH-HHH en, el suelo yace un. pobre nido.
En el agua boya la flor del manzano. Bn, el S H S H S H A S H S K boya la flo r del m a tiz a ia ,o .
mosa maraviar
maravillosa
mosa que maravia
dentro del marermosa
En Salta los chicos saltan
todos saltan como saltamontes
muy alto por los montes en el horizonte
en el amor no hay cura
que ni el cura lo cura
y si el cura lo cura
es una locura del cura
2. Borges, Jorge Luis (1981) "Diecisiete haiku" en La cifra. Buenos Aires. Alianza.
http://planetahaiku.com .ar/autores/borges-biografia/haiku~borges/
152 M ó n i c a B i b b ó - Pa u l a L a b e u r
De eso se tr a t a , de le er lo imposible
Un taller de días sábados a la tarde reúne a un grupo de señoras que
escriben textos narrativos y tom an el té. En ese taller hace sus prácticas
Luciana, que se propone trabajar con ellas textos poéticos, con cierto
tem or a incursionar en nuevos terrenos. En un segundo encuentro,
después de haber leído y producido caligramas, la propuesta es seguir
trabajando con la poesía visual. La consigna es elegir una palabra que
tenga más de u n significado para las talleristas y escribirla en distintos
tam años y colores. Se com partirá un té de jazm ín y las producciones y
se favorecerán prim ero las interpretaciones ajenas y luego la de la a u -
tora, con el fin de am pliar el panoram a de los posibles derivados de la
palabra y la form a en que fue trabajada. Sobre la m esa hay distintos
poem as visuales ("Hombre" de Roberto Cignoni, "Patria, pan, paz" de
Clemente Pardín, "Art" de Alfonso Buñel, 'Viento" de Mikel Jáuregui,
"Ocho" de Rodolfo Franco y "Terremoto" de Roberto López Moreno) en
los que se utiliza solo una palabra escrita en letras im prenta mayúscula.
"Mientras dura el tiem po de hechura de los poem as veo que hacen
y deshacen varias veces. G. dice: "Una palabra y lleva tanto tiempo"
Y ríe. H. dice que ella no es buena para hacer dibujos. Digo que estos
poem as que les m ostré no tienen dibujos, que son las letras las que van
arm ando una im agen" escribe Luciana de su clase. Las señoras escri-
ben, borran, rescriben hasta el m om ento de la lectura. "Asombra" es el
prim er poem a. Las seis repeticiones entrecruzadas en letra m ayúscula
de im prenta h acen que se form en las palabras "oro" y "obra" En el cen -
tro hay una cara de asom bro de la cual sale una "o" de "asombra" B. co-
m enta que eligió la palabra porque la sorprendió la consigna, pero en
realidad no sabe, lo que habilita a charlar sobre el azar objetivo y la li-
bre asociación del surrealism o. El "Enrejado" de E. es u n cuadriculado
donde se repite la palabra com o sopa de letras poética que juega con
colores diversos que discuten con el sentido "enrejado" de "enrejado"
G. elige la palabra Mujer. Con las letras de la palabra escrita en cursiva
hace un perfil de rostro fem enino, en negro, pensando en los retratos
en blanco y negro que h acen algunos artistas en algunas plazas. Este
com entario da pie a otros m uchos que van redondeando una pregunta
(qué serían los poem as a pedido como los retratos a pedido, un em-
prendim iento artístico en el que el poeta dibuja la palabra que quiere
el com prador) en la que se discute la relación entre arte y mercado.
Hacer y deshacer: no se escribe de u n tirón. Escribir es y da traba-
jo. Escribir tom a tiempo. Escribir un poem a puede ser dibujar porque
15 6 M ó n i c a B i b b ó - Pa u l a L a b e u r
algunos poem as tam bién adm iten las imágenes, y el sentido que el/
la autor/a da al texto se juega en ese cruce que es el que tam bién in -
terpretan sus futuros lectores. Lo que interpreta el lector no es "lo que
quiso decir" el autor. El autor dice, el lector tam bién dice. Los géne-
ros se confunden, las artes se contam inan, no hay una especificidad
tal que perm ita pon er u n cerco. Poesía es tam bién una sopa de letras.
La literatura como institución ha discutido estas ideas, las sigue discu-
tiendo. Y discute tam bién con el mercado: cóm o circula una obra de
arte en el m undo. Todos estos conceptos disciplinares fueron los que
asom brosam ente se enrejaron en este encuentro de taller de Luciana y
unas m ujeres que, además, tom an el té.
En el siguiente encuentro Luciana da u n golpe de tim ón. Ahora será
la m usicalidad, el ritmo, el ruido que se vuelve sonido en la poesía. Hay
que abrir los oídos.
La consigna del día es tom ar té turco y escribir prim ero un p o e-
m a ("como m e parece m uy vago no dar m ás indicaciones acerca del
poem a digo que puede estar dedicado a alguna persona que quieran
o bien detesten aunque no la conozcan personalm ente") y luego, una
vez escrito, reescribirlo con abreviaturas. ("Aclaro que todas las pala-
bras tienen que estar abreviadas y que la form a de abreviar puede ser
inventada"). Luciana saca una lista con las abreviaturas que aparecen
en el diccionario de la r a e como abreviaturas "oficiales" Corroboran
o modifican sus prim eras hipótesis acerca de cómo se hace una abre-
viatura. Todas se ponen a escribir. Reina el silencio durante el tiem po
de escritura. Luego com ienzan a leer. Prim ero leen el poem a sin abre-
viaturas y luego el abreviado. Los poem as son en su mayoría breves y
dedicados a personas queridas, salvo el de B. que es de una m ujer que
espera a un hom bre y term ina yéndose enojada y el de G. que parece
una letra de tango, tiene palabras lunfardas y el tono es de reproche.
Los poem as "normales" no suscitan m uchos com entarios y "real-
m ente yo los escucho como agua bajo el puente" confiesa Luciana en
su registro. Los leen con bastante rapidez. Luego viene el turno de los
poem as abreviados. Empieza E. Las risas que com ienzan con esta lec-
tura se m antendrán ininterrum pidam ente hasta que term inan todas de
leer. Parece otro idioma, tipo chino. Lee B. Luciana repara en una cu-
riosidad: en la fase de escritura no hubo risas y ahora apenas si pueden
parar de reírse para tom ar aire; el sonido en sí provoca cosas m ás allá
del sentido. El poem a de B. parece muy afrancesado, hay m uchas abre-
viaturas term inadas en f o g y m uchas e al final. Es el turno de G. que,
tentada, afirma que su poem a le salió en alem án, un alem án enojado.
E x p e r ie n c ia s d e a u l a . C o n l a p o e s ía a l a l c a n c e d e l a m a n o 157
del poeta. El alum no, dice Rogelio para todos, ha procedido com o lo
hacen los poetas.
Para seguir pensando qué hacen los poetas Rogelio pregunta: ¿"Al-
guien sabe qué es una lira?” Y la dibuja en el pizarrón. Un alum no dice:
"Es como un verres'! Rogelio no sabe qué es un verres y lo pregunta.
"Una caja con doce cuerdas" explica el alum no. Lira-verres-aedas.
Rogelio trata de unir el pasado del poeta cantor con la descripción de
poesía/ritm o, poesía/canción y m úsica. Subraya la idea de palabra
musical. Luego hablan de la m etáfora rom ántica de poeta como lira...
para utilizar la idea del yo lírico en conexión a la presencia de la p a la -
bra "sentimientos" que alguien había m encionado.
Los chicos no parecen dem asiado convencidos y entonces, el saber
sobre los cantitos de la cancha viene en auxilio de Rogelio. Rogelio in -
troduce un concepto: "el ritm o es como la m anito de la cancha” Olé olé
olé... Rogelio se preocupa con un posible descontrol de la clase, pero
no. El "olé, olé, olé" fue m uy bien recibido: "olé olé olé" "la m anito es el
ritm o” "el m ar -m anito - com o un vasto -m a n ito - cristal -m an ito - azo-
gado” se im pone el ritmo del poem a de Darío en la U.
Rogelio sigue leyendo y m arcando el ritm o con la m anito y de
pronto afirma: "Es un tipo en un m uelle" m ostrando la com plejidad
de im ágenes que envuelve una cosa tan sencilla. "Si estás en la playa
y hay un tipo ahí en el m uelle, ¿lo presentas así?" "No" contesta la U
riendo. Entonces Rogelio intenta dar cuenta del papel constitutivo de
todos los elem entos del poem a que han sido m encionados. Retoma la
queja por la presencia de la palabra "Boca" y ejemplifica con el poem a
de Darío: Reemplaza "cristal" por "vidrio” No es lo m ism o, no resulta,
algo se perdió con el cambio.
Y suena el timbre.
Yo lírico y ritmo parecen cosas sencillas, tanto com o un tipo s e n -
tado en un m uelle. Hasta que irrum pen en una clase con un docente
que las va abriendo y problem atizando y una U que, entre asom brada
y divertida, va encontrando aquello que ya sabe y pescando lo nuevo
que circula para ir arm ando conceptos complejos. El tim bre quizás no
hubiese interrum pido el dictado de la definición de esos dos concep-
tos en cuestión, pero así son las clases cuando el acento está puesto
en el descubrim iento y la complejidad: después del tim bre habrá otro
tim bre que anuncie que p u e d e n seguir pensándose tantas cosas.
i 6o M ó n ic a Bib b ó Pa u l a L a b e u r
De nadie
Recibe este amor que te pido.
Le pido a dios que me saque de este infierno
Allá van los señoríos
Y vos finjas creer por caradura.
Y mientras triunfas con desdén,
Cae la tarde y yo pateo
Las trampas, las desilusiones de quien no me cree
Nadie me entiende
Enciende un brillo entre los charcos de
agua podrida
Y de nadie.
Me rescata de este infierno.
Bibliografía
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ción de lo cotidiano. I Artes de hacer. México. Instituto Tecnológico y
de Estudios Superiores de Occidente.
Gr a f e in (1981) Teoría y práctica de un taller de escritura. Madrid.
Altalena.
4. Son prácticas docentes llevadas a cabo por residentes que se form an como profe-
sores en la U niversidad de B uenos Aires (Didáctica Especial y Prácticas de la E nse-
ñanza en Letras, Facultad d e Filosofía y Letras) y en el IES n° 1 "Dra. Alicia M oreau
de Justo" CABA. Tuvieron lugar en escuelas m edias de CABA y Provincia de Buenos
Aires, en un geriátrico y u n instituto de m inoridad de CABA y en u n taller literario del
conurbano bonaerense en tre los años 2009 y 2012.
164 M ó n i c a B i b b ó ~ Pa u l a L a b e u r
Mónica Bibbó
7. "Todo m uy lindo, lo de los 'jueguitos' que hicieron, pero los prefijos cuándo los
aprenden" -le dijo la docente titular de un curso de 1er año a una practicante que
había tom ado, de la Gramática de la fantasía de Gianni Rodari la consigna que co n -
siste en pegar un prefijo a un sustantivo para form ar una nueva palabra y describir-
la-. Como si en la descripción del objeto creado no fuera necesaria la apropiación
del significado de los prefijos, la docente exigía la lista de prefijos ordenada alfabéti-
cam ente, y su m em orización.
La e v a l u a c ió n n o e s u n e p í l o g o 169
Contenidos a evaluar:
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de M ig u e l C e rv a n t e s
S a a v e dra . L e c tura de c a p ítu lo s s e le ccion a dos. E le m e n to s del B a rro c o
y la p arodia .
Los t e x to s y sus fu n cio n e s . S u p e r e s tru c tu r a s . E! t e x to a rg u m e n t a
tivo y el e xplic a tivo. -- .
V a mos p or m á s
Desde hace unos años la Dirección General de Cultura y Educación
de la Provincia de Buenos Aires determ ina que algunas m aterias te n -
gan a fin de año, en u n período fijado para cada una y en toda la p ro-
vincia, una evaluación integradora de los contenidos vistos en el año8.
Si bien esta evaluación la diseña cada docente con total autono-
m ía pedagógica, se prescribe que la instrum entación de la prueba sea
durante dos horas reloj, seguidas, y que se corresponda con los conte-
nidos y el tipo de actividades desarrolladas durante el año escolar. Por
El c a s o d e la p ro f e s o r a M o ir a
A ctivid a d e s:
S e m e o c u rr e in v e n t a r e sta fic ció n s o bre los t e x to s a in t e gra r:
Saberes en ju e g o
La resolución de la prim era consigna exige del alumno el conocim ien-
to del formato del guión de televisión o del texto dramático, según lo que
elija. Además debe haber leído Rayuela, El centroforward murió al am a-
necer y Los cachorros, y conocer características de la literatura del boom y
de las formas de ruptura del lenguaje que se dieron en ese período.
Para "escribir como M onterroso” segunda actividad, es necesario
h aber leído las fábulas y m icrocuentos de este autor, conocer su estilo
paródico, saber qué son las microficciones y conocer el argum ento de
El centroforward.
La escritura del texto argum entativo que se pide en la tercera co n -
signa necesita de las características específicas de este tipo de texto
junto con el conocim iento del personaje de Dulcinea y su im portancia
I 74 M ó n ic a Bib b ó
11. Se m antiene la diagramación, tipos de letra y ortografía que usaron los alum nos en
u n a evaluación integradora tom ada en noviem bre de 2012.
L a e v a l u a c ió n n o e s u n e p í l o g o i 75
Fin
El t e x to t e a tr a l de Luc a s C.
El t e x to t e a tr a l de T om á s G.
"Al espejo"
El hombre se miró al espejo. Vio que tenía los bolsillos líenos de oro,
pero vio que no estaba sonriendo.
12. Y que no transcribim os com pleto debido a su extensión y a que n o m uestra algo
diferente de lo qu e sí transcribim os.
i 7 8 M ó n ic a Bib b ó
@Iiomess¡:
El Barza me vendió a Lupus, un coleccionista de famosos. Busquen el
cuaderno que tiró el legendario G aribaldi. Hay d atos allí. Ayúdennos.
El kun agüero y 7 8 9 0 0 personas más re twitte aron este mensaje.
13. "En pocas ocasiones hago escribir ficción, por razones obvias: el tiem po que dem oro
en la corrección, ya que en general, hago dos o tres correcciones con devolución del
texto. En ese caso, evalúo con nota numérica',’ dice Delia al ser consultada.
La e v a l u a c ió n n o e s u n e p í l o g o 179
Bibliografía
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lingüístico de una niña. Madrid. Gedisa.
Ín d ic e
Malditos
Trabajos prácticos
Paula Labeur........................................................................................... 61
Clásicos
La evaluación no es un epílogo
Mónica Bibbó.................................................................. .............................165