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Para Elva
Para Elva
todo lo que de ella es sistemático. Aprender la gramática de una lengua es aprender cómo
funciona, cuáles son los elementos y las reglas de combinación de unidades para formar
enunciados que nos permitan comunicarnos y expresarnos.
En sentido estricto, la gramática o morfosintaxis se identifica con su morfología y su
sintaxis. La morfología estudia la forma gramatical de las unidades lingüísticas y la sintaxis, su
función. Estas dos partes de la gramática -la morfología y la sintaxis- trabajan con unidades
significativas. La morfología estudia el morfema como unidad significativa mínima y la palabra con
sus elementos constitutivos (morfemas, base y tema). La sintaxis estudia las unidades intermedias,
el sintagma, las proposiciones y las oraciones.
Morfemas:
a. lexicales: Est- e año, por primer- a vez recorr-ió l-a-s call-es de Varsovia un-a cabal-g-ata de
Rey-es Mag-o-s.
b. gramaticales: est- e, por, primer-a, -ió, l-a-s, -es, de un-a, -g-ata, -es-, o-s
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A partir de 1970 la Lingüística del texto tratará sobre las unidades supraoracionales: el párrafo, el texto
propiamente dicho (enunciados orales o escritos) y sus clases.
Entrecruzamiento de unidades gramaticales. Hay que tener en cuenta el fenómeno del
entrecruzamiento de las unidades. ¿Qué significa? Que una unidad puede ser a la vez otra sin
dejar de ser tal. Un monema puede ser una palabra, ésta un sintagma y a la vez una unidad
gramatical.
Partes de la gramática:
a. La Morfología. Como disciplina lingüística tiene como objeto de estudio las relaciones
formales que se dan dentro de la palabra entre las unidades menores que ella, es decir, trata de la
estructura interna de la palabra, de sus componentes internos (raíces, temas, desinencias flexivas,
afijos derivativos, etc.).
La morfología tiene como objetivos a) definir y clasificar las unidades que le son propias,
b) describir cómo se agrupan esas unidades en paradigmas; c) precisar el modo en que dichas
unidades se combinan dentro de la palabra.
La palabra y el morfema son dos unidades morfológicas necesarias en el análisis
morfológico del castellano: la palabra como unidad de rango superior objeto de estudio de la
morfología; el morfema, como constituyente último de la palabra o unidad gramatical mínima. Hay
otras unidades también pertinentes en el análisis estructural de la palabra: raíz, afijo, tema y
base2. (Gramática Descriptiva: 2000:4313)
Desde un punto de vista morfológico las palabras pueden ser variables, si admiten cambios
o flexiones gramaticales en su estructura (sustantivo, adjetivo, verbo, pronombre) e invariables si
no admiten desinencias gramaticales (adverbio, preposición y conjunción). Asimimo las palabras
pueden estar constituidas por un solo morfema o por varios morfemas (ayer, frente a profesor-
es). Por último, también las palabras pueden ser simples y complejas (ayer y blanco frente a
anteayer y blancuzco, blanquirroja) (Cfr. Gramàtica descriptiva, 2000:4307).
b. La sintaxis estudia todo lo que tiene que ver con la combinación de palabras en los
sintagmas, en las oraciones, o en las proposiciones. Asimismo le corresponde el estudio de las
funciones que las palabras o sintagmas desempeñan en las oraciones y, además, la clasificación de
las oraciones.
Lo que estudia la morfología y la sintaxis s y las unidades propias de cada una se pueden
apreciar en el cuadro tomado de Lengua española de A. Quilis:
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El morfema es la unidad mínima del análisis morfológico y en definitiva del análisis gramatical, pero
muchas veces en el análisis de una palabra se delimitan unidades gramaticales que no siempre constituyen un
signo mínimo, un morfema. Por ejemplo: en re-leer re tiene el significado “volver a”, pero este mismo
segmento se encuentra en recoger, retener, etc. Y no significa “volver a”. En otros casos el prefijo va unido a
bases como re-ducir, re-ferir que ni siquiera existen como palabras ducir, ferir. En este caso se trata de
unidades que ya no tienen un significado (constante), pero que permiten diferenciar los significados de las
palabras en las que figuran: acoger, encoger, recoger, escoger, etc. (Gramática descriptiva, 2000:4318)
estudio de los segmentos got- -er- y que aparece definido en el Diccionario.
-ón, que forman la palabra goterón, MORFEMA: elemento modificador del
es tarea de la morfología. Según su significado de los lexemas.
estructura las palabras se clasifican en
categorías gramaticales.
SINTAXIS: Estudia la función de las SINTAGMA: Conjunto de palabras
palabras al relacionarse entre sí ordenadas en torno a un núcleo, y que
formando sintagmas, y las relaciones tiene unidad funcional; en el ejemplo
de los sintagmas al formar oraciones. citado, los días de vacaciones.
El oficio que desempeñan la palabra ORACIÓN: Unidad superior constituida por
días en la secuencia Los días de sujeto y predicado, dotada de autonomía,
vacaciones son inolvidables lo estudia con sentido completo y entonación
la Sintaxis. propia. Los días de vacaciones son
inolvidables.
Tomado de Quilis, A. y otros. Lengua española. Madrid: ECERA. S.A. 1999 p. 101(adaptado)
b. Modo. Las formas verbales nos informan de la actitud que tiene el hablante cuando
habla. Esta información depende del modo en que esté la forma verbal.
1. Empleamos el modo indicativo cuando hablamos de acciones que consideramos
reales o seguras.
Ayer llovió. Hoy llueve. Mañana lloverá.
2. Empleamos el modo subjuntivo cuando nos referimos a acciones que consideramos
posibles, deseables o dudosas.
Ojalá llueva. Quizá lloviera.
3. Empleamos el modo imperativo cuando dirigimos órdenes afirmativas al oyente.
Siéntate pronto. Ven aquí.
c. Aspecto. El verbo en la desinencia expresa cómo se da la acción. Así por el aspecto los
verbos pueden ser:
1. Tiempos imperfectos son los que presentan la acción sin acabar.
Los niños construían un castillo de arena.
El verbo construían nos informa de una acción que no sabemos si acabó.
Son tiempos imperfectos todos los tiempos simples, salvo el pretérito perfecto simple.
4.2. EL MORFEMA4. Es la unidad mínima del análisis gramatical. También se le define como
la unidad significativa mínima o el signo mínimo, o la unidad gramatical mínima.
Definir el morfema como signo mínimo quiere decir que no es descomponible o analizable
en otros signos. Así, en el análisis morfológico de alumnas delimitamos los tres significantes
alumn-, -a-, -s asociados con los significados respectivos “alumn(a), Discípula, respecto de su
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Según las corrientes lingüísticas, a veces se habla de monema (Martinet, por ejemplo) para referirse al
signo mínimo. Éste a su vez puede ser: lexema ( si tiene significado léxico) y morfema( si tiene significado
gramatical). Tanto unos como otros pueden ser libres o trabados (cárcel, cárcel-es; en, tú, mío(-a). Otros
lingüistas usan el término morfema para referirse a ambos tipos.
maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o universidad donde
estudia.”, “femenino”, “plural”. Estor tres morfemas ya no se pueden analizar en signos menores 5.
4.2.1.2. Criterio sintáctico. De acuerdo a este criterio los morfemas pueden ser:
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Es decir en otras unidades significativas mínimas.
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Aunque en la escritura aparezcan como palabras independientes, el artículo, la preposición, la conjunción,
los pronombres personales átonos, etc. en realidad son morfemas trabados, porque van a formar grupo con
una palabra o categoría mayor: sustantivos, adjetivos, verbos o adverbios. Los pronombres personales (yo, tú,
él, ellos, etc.) con acento propio sí son morfemas gramaticales libres.
B. trabados cuando van unidos a un morfema gramatical o a otro morfema lexical (caso de
las palabras compuestas). Por ejemplos: muchach-o/a, (el lexema va unido a una desinencia
gramatical), flor-ero (el lexema va unido a un sufijo derivativo), cubrecamas (lexema + lexema +
desinencia gramatical).
4.2.1.3. Criterio distribucional. Tiene que ver con el lugar que ocupan los afijos dentro de
una palabra. Tanto los afijos derivativos como los apreciativos pueden ser: prefijos, infijos o
sufijos:
Afijos derivativos: Pueden Ser prefijos, infijos o sufijos: Biz-nieto, Flor-ec-er, Flor-er-o
Afijos apreciativos. También pueden ser prefijos, infijos i sufijos: super-elegante, azuqu-it-ar,
cerqu-ita
Las flexiones gramaticales en su mayoría son sufijos: profesor-a, alumn-o-s, amabil-ísim-a, cant-
aría-mos. A excepción del artículo que siendo un morfema gramatical propio del sustantivo, en
castellano, siempre precede al sustantivo.
4.3.1.1. Derivación
Derivación
Consiste en la creación de elementos léxicos nuevos por la adición a palabras ya existentes en
la lengua de elementos inseparables, esto es afijos, o por la supresión de algún sufijo.
Los sufijos que aparecen en la lengua son muy variados. Su enorme rendimiento en la época
actual nos permite encontrarlos con facilidad en cualquier manifestación lingüística.
a. Prefijos cultos o seudoafijos o afijoides. Se llaman así porque se anteponen a la base 8, y son
falsos por su origen culto y su introducción reciente en la lengua en palabras creadas
artificialmente en el lenguaje científico y técnico: biografía, biogenética, videocámara, fotográfico,
etc.
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“hay no obstante, algunos casos de separabilidad en la derivación, concretamente con algunos prefijos
antónimos en relación de coordinación, cf. Becas pre y postdoctorales. Algo similar ocurre con el sufijo –
mente, que se elide en el primer elemento coordinado. Lisa y llanamente. Son casos marginales que muestran
sus peculiaridades en la constitución formal de tales palabras
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Unidades pertinentes en el análisis estructural de la palabra
(…) Al lado de la “raíz” y “tema”, es necesario distinguir otra unidad morfológica: “la base”. Podemos
definirla como aquel constituyente de la palabra, en cualquier nivel de constitución o estructura jerárquica,
sobre el que puede operar un proceso morfológico (fexión, derivación, composición, etc.). Definida así, la
base es una unidad más genérica que las unidades raíz y tema, de modo que cualquiera de éstas puede
denominarse también base. La unidad base es necesaria para el análisis, pues de contar sólo con raíz y tema,
no se podría abarcar todas las posibles referencias a entidades susceptibles de un proceso de formación o, en
otras palabras, a todos los niveles de constitución en el interior de una palabra. Así, en inconfesable, con raíz
y tema hacemos referencia a confes- e inconfesable respectivamente, pero no a confesa-, base de la suficación
–ble, ni de confesable, base de la prefijación con in-. (Gramat. Descrip. De la lengua esp. T.3, 2000: 4318)
A pesar de su proliferación en lenguas especializadas, en la lengua general su rendimiento
no es muy alto. Sin embargo, cuando pasan a ser de uso cotidiano dan lugar a muchos derivados
unidos a bases cultas o a palabras existentes en el idioma: autoabastecimiento, autocrítica,
bacteriología, narcodólar, termonuclear, etc. En ocasiones estos prefijos sólo sirven para dar
realce al significado del término primitivo, sin producir cambios en el significado. De ahí el empleo
enfático de alguno de ellos. Por ejemplo, el prefijo super, se aplica a cualquier tipo de palabra
(superalegre, supercaro, Superconfortable, supersiesta, superlight, etc.)
Los prefijos cultos son muy versátiles y forman elementos de diversas categorías. Una vez
construida una palabra con alguno de ellos pueden aparecer numerosos derivados y compuestos,
por ejemplo infravalorar, videoconferencia, etc.
Si en una nueva palabra los dos elementos son de origen culto, poseen muchas similitudes con las
palabras compuestas, máxime si puede actuar como primer o segundo elemento en la voz nueva.
Ejemplo: fotografía, telefoto, etc. (Cfr. Alvar, 1996: 50-51)
c. Interfijos. Los interfijos o infijos son elementos átonos sin función gramatical ni
significativa tan solo morfofonemática pues sirve de base entre la base léxica y los sufijos. Su
existencia ha sido puesta en entredicho muchas veces ya que pueden parecer parte de otros
sufijos, o conglomerados de sufijos.
El interfijo que parece más frecuente en nuestros días es –c- o -ec- debido a la proliferación de
verbos en –ecer aunque también aparece con algunos sufijos de otro tipo (cafecito, bomboncito,
etc).
A veces tiene función antihiática: mama-s-ita, o sirve de ayuda para facilitar la
pronunciación de derivados: cursi-l-ería, te-t-era; o, incluso función diferenciadora: carnero/carn-
ic-ero, llamada/ llam-ar-ada, pan-ero/ pan-ad-ero.
El interfijo más frecuente y el más evidente, según Y Makiel es –ar: and-ar-iego, espald-ar-
azo, espum-ar-ajo, hum-ar-ada, plov-ar-eda viv-ar-acho.
4.3.1.1.1. composición
La composición léxica se sirve de varios procedimientos para la creación de voces nuevas:
a. Sinapsia da origen a unidades o lexías complejas en las que interviene, al menos dos
unidades léxicas como se puede ver en los ejemplos:
betún de judea, letra de cambio, estrella de mar, traje de luces
La unión de los miembros en la sinapsia es de naturaleza sintáctica. La relación sintáctica
generalmente se realiza con la preposición de: silla de ruedas, mesa de noche, casa de huéspedes,
conferencia de prensa etc. También se puede efectuar la relación sintáctica con a por influencia
extranjerizante: avión a reacción, olla a presión. La presencia de otras preposiciones es menos
frecuente:
Ambos elementos conservan su forma léxica plena, diferenciándose así de los derivados
en la que puede perderse parte de la materia fónica para incorporarse el afijo:
Casa de huéspedes/caserón
Olla a presión/ ollería
El resultado de la sinapsia es siempre un sustantivo o adjetivo. El segundo elemento carece
de artículo.
Los compuestos por este procedimiento –sinapsia- son elementos lexicalizados, pese a las
posibilidades de expansión pues su significado es único y constante. Incluso puede llegar a ocurrir
que desaparezca el nexo y llegue a escribirse como una sola palabra: estrella de mar /estrellamar,
hoja de lata/hojalata.
La sinapsia es un procedimiento de creación de palabras propio de los lenguajes científicos
y técnicos y poco frecuentes en la lengua usual y en la literaria.