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La gramática o morfosintaxis es la parte más importante de una lengua pues comprende

todo lo que de ella es sistemático. Aprender la gramática de una lengua es aprender cómo
funciona, cuáles son los elementos y las reglas de combinación de unidades para formar
enunciados que nos permitan comunicarnos y expresarnos.
En sentido estricto, la gramática o morfosintaxis se identifica con su morfología y su
sintaxis. La morfología estudia la forma gramatical de las unidades lingüísticas y la sintaxis, su
función. Estas dos partes de la gramática -la morfología y la sintaxis- trabajan con unidades
significativas. La morfología estudia el morfema como unidad significativa mínima y la palabra con
sus elementos constitutivos (morfemas, base y tema). La sintaxis estudia las unidades intermedias,
el sintagma, las proposiciones y las oraciones.

Unidades gramaticales. La gramática opera entre el límite superior de la oración y el límite


inferior del morfema. Entre estos límites se encuentran las palabras, las frases, los sintagmas y las
proposiciones. Estas unidades significativas se pueden alinear en una escala de rango de menos a
mayor o viceversa. Las unidades de rango superior se componen de unidades de rango inferior. Es
decir, las oraciones están constituidas por los sintagmas, éstos por palabras y las palabras por
morfemas.
Estas unidades significativas son elementos en los que concurren rasgos fonológicos, con
otros gramaticales y otros semánticos y funcionales. Estas unidades en un orden de menor a
mayor son las siguientes1:
Morfema
Palabra
Sintagma
Oración
(Texto o enunciado)
Oración: Este año, por primera vez, ayer, recorrió las calles de Varsovia una cabalgata de Reyes
Magos.
Vamos a hacer el análisis de la unidad máxima, una oración simple, en unidades menores:
Sintagamas:
- S. adverbial: ayer
- SV: Recorrió
- SN: (Recorrió)( por) primera vez
- SN: las calles de Varsovia
- SN una cabalgata de Reyes Magos.
Palabras:
a. léxicas: ayer, recorrió, vez, calles, Varsovia, cabalgata, Reyes, magos.
Consumismo, desmedido, (ha) impulsado, exceso, créditos, bancarios, insostenible.
b. gramaticales: primera, las, de, una, de.
Ha (impulsado), un, de, los

Morfemas:
a. lexicales: Est- e año, por primer- a vez recorr-ió l-a-s call-es de Varsovia un-a cabal-g-ata de
Rey-es Mag-o-s.
b. gramaticales: est- e, por, primer-a, -ió, l-a-s, -es, de un-a, -g-ata, -es-, o-s

1
A partir de 1970 la Lingüística del texto tratará sobre las unidades supraoracionales: el párrafo, el texto
propiamente dicho (enunciados orales o escritos) y sus clases.
Entrecruzamiento de unidades gramaticales. Hay que tener en cuenta el fenómeno del
entrecruzamiento de las unidades. ¿Qué significa? Que una unidad puede ser a la vez otra sin
dejar de ser tal. Un monema puede ser una palabra, ésta un sintagma y a la vez una unidad
gramatical.

Partes de la gramática:

a. La Morfología. Como disciplina lingüística tiene como objeto de estudio las relaciones
formales que se dan dentro de la palabra entre las unidades menores que ella, es decir, trata de la
estructura interna de la palabra, de sus componentes internos (raíces, temas, desinencias flexivas,
afijos derivativos, etc.).
La morfología tiene como objetivos a) definir y clasificar las unidades que le son propias,
b) describir cómo se agrupan esas unidades en paradigmas; c) precisar el modo en que dichas
unidades se combinan dentro de la palabra.
La palabra y el morfema son dos unidades morfológicas necesarias en el análisis
morfológico del castellano: la palabra como unidad de rango superior objeto de estudio de la
morfología; el morfema, como constituyente último de la palabra o unidad gramatical mínima. Hay
otras unidades también pertinentes en el análisis estructural de la palabra: raíz, afijo, tema y
base2. (Gramática Descriptiva: 2000:4313)

Desde un punto de vista morfológico las palabras pueden ser variables, si admiten cambios
o flexiones gramaticales en su estructura (sustantivo, adjetivo, verbo, pronombre) e invariables si
no admiten desinencias gramaticales (adverbio, preposición y conjunción). Asimimo las palabras
pueden estar constituidas por un solo morfema o por varios morfemas (ayer, frente a profesor-
es). Por último, también las palabras pueden ser simples y complejas (ayer y blanco frente a
anteayer y blancuzco, blanquirroja) (Cfr. Gramàtica descriptiva, 2000:4307).

Lo más característico de la morfología es el sentido o significado de categorías generales y


comunes como son el género, el número, en el sustantivo y adjetivo; y el modo tiempo aspecto
en el verbo. Categorías que aparecen en el castellano, pero también en otras lenguas.

b. La sintaxis estudia todo lo que tiene que ver con la combinación de palabras en los
sintagmas, en las oraciones, o en las proposiciones. Asimismo le corresponde el estudio de las
funciones que las palabras o sintagmas desempeñan en las oraciones y, además, la clasificación de
las oraciones.
Lo que estudia la morfología y la sintaxis s y las unidades propias de cada una se pueden
apreciar en el cuadro tomado de Lengua española de A. Quilis:

MORFOLOGÍA: Estudia la estructura La unidad lingüística menor dotada de


de las palabras, es decir, cuáles son significado, puede ser de dos clases:
los elementos constituyentes. El LEXEMA: Portador Del significado léxico

2
El morfema es la unidad mínima del análisis morfológico y en definitiva del análisis gramatical, pero
muchas veces en el análisis de una palabra se delimitan unidades gramaticales que no siempre constituyen un
signo mínimo, un morfema. Por ejemplo: en re-leer re tiene el significado “volver a”, pero este mismo
segmento se encuentra en recoger, retener, etc. Y no significa “volver a”. En otros casos el prefijo va unido a
bases como re-ducir, re-ferir que ni siquiera existen como palabras ducir, ferir. En este caso se trata de
unidades que ya no tienen un significado (constante), pero que permiten diferenciar los significados de las
palabras en las que figuran: acoger, encoger, recoger, escoger, etc. (Gramática descriptiva, 2000:4318)
estudio de los segmentos got- -er- y que aparece definido en el Diccionario.
-ón, que forman la palabra goterón, MORFEMA: elemento modificador del
es tarea de la morfología. Según su significado de los lexemas.
estructura las palabras se clasifican en
categorías gramaticales.
SINTAXIS: Estudia la función de las SINTAGMA: Conjunto de palabras
palabras al relacionarse entre sí ordenadas en torno a un núcleo, y que
formando sintagmas, y las relaciones tiene unidad funcional; en el ejemplo
de los sintagmas al formar oraciones. citado, los días de vacaciones.
El oficio que desempeñan la palabra ORACIÓN: Unidad superior constituida por
días en la secuencia Los días de sujeto y predicado, dotada de autonomía,
vacaciones son inolvidables lo estudia con sentido completo y entonación
la Sintaxis. propia. Los días de vacaciones son
inolvidables.
Tomado de Quilis, A. y otros. Lengua española. Madrid: ECERA. S.A. 1999 p. 101(adaptado)

4.1.1. La flexión nominal: el género y el número

Las flexiones nominales y verbales son categorías gramaticales restringidas a los


conceptos morfológicos de género, número, persona, modo, tiempo y aspecto los cuales se
corresponden con los morfemas que pueden combinarse con las categorías léxicas o gramaticales
mayores, variables -precisamente por admitir algunos de las flexiones mencionadas- como son el
sustantivo, el adjetivo, el verbo 3 (y también el pronombre aunque no sea una categoría léxica sino
morfológica).
a. El género
Aunque la mayoría de sustantivos – especialmente los que designan seres inanimados
tienen género fijo establecido históricamente- no puede cambiar su género, todo sustantivo
comporta este morfema. Por tradición llamamos masculino y femenino a los dos géneros posibles
del sustantivo. La distinción entre uno y otro se reconoce por la presencia de distintos tipos de
morfemas. Principalmente por la oposición –o /–a (maestro / maestra) o la ausencia y presencia
de la a final (león / leona). Pero esto no es así en todos los casos: mano, radio, moto, foto, día,
clima, mapa, fantasma, poeta, programa.
En ocasiones, el femenino se presenta de forma irregular mediante el incremento o
modificación total del significante masculino: reina, princesa, abadesa, poetisa, actriz, emperatriz,
madre, nuera, yegua, vaca, oveja. Otras veces la discriminación entre los dos géneros sólo es
posible gracias al artículo o el resto de las concordancias: artista, suicida, testigo, mártir, árbol,
cárcel, coche, noche, espíritu, tribu, cariz, nariz.
No hay que olvidar que género no equivale a sexo en la mayoría de las ocasiones. Sólo
ocurre así en algunas parejas que se refieren a individuos sexuados: niño / niña, suegro / suegra,
tigre / tigresa; pero entre los sustantivos llamados epicenos podemos encontrar de una parte
hormiga, liebre, pulga, y de otra mosquito, ruiseñor e, incluso, caracol. Resulta una afectación y a
la vez que una incongruencia gramatical, la costumbre muy extendida actualmente entre los
hablantes de duplicar el masculino con el femenino de un sustantivo para referirse a un plural que
incluya a varones y mujeres: los profesores y las profesoras, los alumnos y las alumnas, los
3
A las categorías gramaticales mayores o categorías léxicas, como son el sustantivo, el adjetivo, el verbo y el
adverbio las llamaremos “partes de la oración”. Las partículas relacionantes, invariables - preposición y
conjunción- aunque no predomine su contenido léxico, sino más bien su capacidad de establecer relaciones
entre las categorías léxicas mayores, también – siguiendo a Gili Gaya- se consideran “partes de la oración”.
ciudadanos y las ciudadanas. No hay que olvidar que la lengua sólo es sexista si lo son sus
hablantes; no se puede tachar a nadie de machista por decir: En tu casa viven como reyes.
Las diferencias de género pueden aludir a otros aspectos de la realidad ajenos a la
diversidad sexual, como la dimensión o la forma de un objeto: jarro / jarra, cesto / cesta, cubo /
cuba; o la diferencia entre usuario e instrumento: trompeta, espada; o entre árbol y fruto: cerezo /
cereza.
Algunos sustantivos alteran completamente su significado con la variación genérica, de
forma que pueden ser considerados como homófonos: frente, editorial, corte, orden, margen,
cometa, coma, cólera, parte. Contrario es el caso de los sustantivos ambiguos, que, sin modificar
su significado, admiten la combinación con los dos géneros: mar (en plural sólo admite el
masculino), arte, azúcar.
Así pues, la variedad de significados de los géneros y la arbitrariedad de la asignación de
masculino o femenino a los sustantivos impiden determinar con exactitud lo que significa
realmente el género. Hay que considerarlo como un morfema que clasifica los sustantivos en dos
categorías combinatorias diferentes. Es un mero indicio de ciertas relaciones del sustantivo con
otras palabras del enunciado, que, curiosamente, nos sirve a veces para discriminar el núcleo de
un determinado adyacente: el candelabro de plata vieja / el candelabro de plata viejo.
De los dos géneros, el masculino es el de mayor extensión, y el femenino el de mayor
intensión; así los padres se refiere tanto a varones como a mujeres cuando el término se opone a
hijos, aunque mantiene su carácter masculino cuando se opone a madres.
En los adjetivos debemos distinguir los de dos terminaciones (ø, -o/-a: estafador /-a;
negro/-a) de los de una sola que no tienen morfema de género (alegre).
b) El número. Es igual en el sustantivo y el adjetivo: ø /-s, -es
El sustantivo suele presentar dos posibilidades de variación numérica: singular y plural. El
primero se refiere a un solo individuo de una clase, y el segundo denota varios objetos de una
misma clase.
El significante de estas diferencias suele corresponderse con la oposición Ø / –s, –es:
perro / perros, león / leones. Pero la distinción se manifiesta a veces sólo por el artículo u otras
concordancias: crisis, atlas, jueves. En general se asigna –s a los sustantivos terminados en vocal y
–es a los terminados en consonante; pero si el significante del singular termina en –i tónica la
formación del plural fluctúa: jabalíes / jabalís, esquíes / esquís (se considera más culta la primera
forma).
Por lo que respecta a los latinismos y extranjerismos resulta recomendable la adaptación
rápida a la morfología española: currículos, mejor que currículums; yogures mejor que yoghourts.
Entre las peculiaridades del significado del número se puede señalar el caso de los
singularia tántum, que aparecen sólo con la forma del singular, y los pluralia tántum, sólo
admisibles en plural: el caos, la salud, la sed frente a los víveres, los comestibles, las afueras.
En ocasiones, las referencias del singular y el plural son equivalentes: muralla, escalera,
intestino. No obstante, a menudo hay entre ambos diferencias de tipo expresivo: barba, pelo,
espalda; o, incluso, otros matices significativos: interés, imaginación, razón, locura, polvo, trigo.
Como vemos, el significado de singular y de plural no se corresponde siempre con la
definición que ofrecíamos más arriba. Mientras que el plural se refiere siempre a varios objetos de
una clase, el singular puede aludir tanto a uno solo como al conjunto total de ejemplares de una
clase:
El hombre se sentó a descansar en el alféizar de la ventana. / El hombre es mortal.
Cuadro de la flexión nominal
FLEXIÓN NOMINAL
CLASES DE PROPIA POR GÉNER NÚMER GRAD PERSO C
PALABRAS CONCORDANCIA O O O NA A
S
O
SUSTANTIVO + + +
ADJETIVO X x x +
PRONMBRE + + + + +

4.1.2. La flexión verbal: modo, tiempo, aspecto


El verbo posee flexiones gramaticales propias como son el modo, tiempo y aspecto y
flexiones de número y persona que le vienen por la concordancia con el núcleo del sujeto.
a. Tiempo. En castellano el verbo principalmente sirve para expresar tiempo. Es decir si la
acción expresada por el verbo coincide con el momento de la enunciación (presente), si es anterior
a ella (pasado) o si es posterior (futuro).

Pasado Presente Futuro


(Antes) (Ahora) (Después)
leí, leía leo leeré

b. Modo. Las formas verbales nos informan de la actitud que tiene el hablante cuando
habla. Esta información depende del modo en que esté la forma verbal.
1. Empleamos el modo indicativo cuando hablamos de acciones que consideramos
reales o seguras.
Ayer llovió. Hoy llueve. Mañana lloverá.
2. Empleamos el modo subjuntivo cuando nos referimos a acciones que consideramos
posibles, deseables o dudosas.
Ojalá llueva. Quizá lloviera.
3. Empleamos el modo imperativo cuando dirigimos órdenes afirmativas al oyente.
Siéntate pronto. Ven aquí.
c. Aspecto. El verbo en la desinencia expresa cómo se da la acción. Así por el aspecto los
verbos pueden ser:
1. Tiempos imperfectos son los que presentan la acción sin acabar.
Los niños construían un castillo de arena.
El verbo construían nos informa de una acción que no sabemos si acabó.
Son tiempos imperfectos todos los tiempos simples, salvo el pretérito perfecto simple.

2. Tiempos perfectos son los que presentan una acción ya terminada.


Los niños construyeron un castillo de arena.
El verbo construyeron nos informa de una acción que ya acabó.
Son tiempos perfectos todos los tiempos compuestos y el pretérito perfecto simple.
FLEXIONES GRAMATICALES PROPIAS DEL VERBO
Accidentes clases Referencia Ejemplos
Modo Indicativo Hechos reales, seguros Acertó con la respuesta a la
pregunta que le hicieron
Subjuntivo Expresión de deseo, duda...

Imperativo Expresión de mandato Quisiera acertar con la respuesta a


la pregunta que me hagan

Intenta acertar con la respuesta


Tiempo Pasado Hechos ya ocurridos Pintó la pared.

Presente Hechos que están ocurriendo Tú pintas la pared.

Hechos que ocurrirán Nosotros la pintaremos.


Futuro
Aspecto Perfecta Melissa cantó muy bien como
Acción acabada solista en el coro.
imperfecta
Acción durativa, en su Melissa cantaba muy bien en los
transcurso ensayos.
FLEXIONES GRAMATICALES DEL VERBO POR CONCORDANCIA CON EL SUJETO ( SUSTANTIVO O
PRONOMBRE)
Número Singular Un solo sujeto Tú estudias.

Plural Varios sujetos Uds. estudian.


Persona Persona(s) que habla Yo escribo.
Primera
Persona(s) que escucha
Segunda Tú lees.
De quien(es) se habla
Él lo sabe.
Tercera

4.2. EL MORFEMA4. Es la unidad mínima del análisis gramatical. También se le define como
la unidad significativa mínima o el signo mínimo, o la unidad gramatical mínima.
Definir el morfema como signo mínimo quiere decir que no es descomponible o analizable
en otros signos. Así, en el análisis morfológico de alumnas delimitamos los tres significantes
alumn-, -a-, -s asociados con los significados respectivos “alumn(a), Discípula, respecto de su

4
Según las corrientes lingüísticas, a veces se habla de monema (Martinet, por ejemplo) para referirse al
signo mínimo. Éste a su vez puede ser: lexema ( si tiene significado léxico) y morfema( si tiene significado
gramatical). Tanto unos como otros pueden ser libres o trabados (cárcel, cárcel-es; en, tú, mío(-a). Otros
lingüistas usan el término morfema para referirse a ambos tipos.
maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o universidad donde
estudia.”, “femenino”, “plural”. Estor tres morfemas ya no se pueden analizar en signos menores 5.

4.2.1. Clases de morfemas


4.2.1.1. Criterio semántico. Por su significado los morfemas se clasifican en:

A. Lexicales. Expresan una idea o significado léxico, además de ciertas categorías


generales como sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, que se corresponde con algún aspecto
de la realidad. Tiene que ver con la función referencial de la lengua. Corresponden a un repertorio
ilimitado y abierto.

B. Gramaticales. Tiene un significado más general y abstracto, de tipo gramatical. Pertenecen


a sistemas cerrados y limitados.
Unos pertenecen exclusivamente a la gramática. Son los estrictamente gramaticales. Los monemas
gramaticales libres corresponden a las categorías gramaticales de artículos, preposiciones,
conjunciones, pronombres, etc. 6. Los morfemas ligados o trabados se conocen como afijos: des-
em-barc-a-der-o-s. Los afijos pueden ser por su significado:
Derivativos: vicerrector, arboleda,
Flexivos o gramaticales: rectores, maestr-a-s, le-ere-mos
Apreciativos: librote, pajarraco, casucha, mujerzuela.
Las preposiciones y conjunciones en el sentido de que son dependientes aunque en la
lengua escrita aparezcan como palabras independientes son morfemas dependientes: Quiero que
me los des: /quiéro quemelodés/. Me voy para la casa: /mevói paralacása/
Los morfemas gramaticales trabados pueden ser:
a) Las desinencias o flexiones gramaticales propiamente dichas, son los morfemas que
van en la parte final de una palabra. Corresponden a las significaciones de género, número,
persona, modo, tiempo aspecto, grado, etc.
b) Afijos derivativos: aunque no tiene un significado estrictamente gramatical, sino más
bien entran en el campo de la lexicología por entrar en el proceso de creación de nuevas palabras.
Por su posición pueden ser: prefijos (in-mortal, exalumno, vicerrector, ), interfijo ( flor-ec-er, ) y
sufijos que son los más numerosos: mot- al, porter-o, telefonista, flor-er-ía, etc.
c) Afijos apreciativos son aquellos que no originan ni un cambio gramatical (de género,
número, tiempo, etc.), ni se crean, a partir de ellos, nuevas palabras, sino que modifican
expresivamente el significado lexical al que acompañan. La palabra hijo, al añadirle el sufijo
apreciativo-diminutivo –ito, no ha cambiado de significado, ni ha cambiado el referente, sólo se
ha añadido un matiz expresivo que tiene que ver con la función emotiva o expresiva: hijito, lo
mismo si se dijera pajarraco, en vez de pájaro, libraco, por libro, etc.

4.2.1.2. Criterio sintáctico. De acuerdo a este criterio los morfemas pueden ser:

A. morfemas libres si son independientes, es decir, si coinciden en ser palabras. Por


ejemplo: carpeta, huracán, sol, libre, etc.

5
Es decir en otras unidades significativas mínimas.
6
Aunque en la escritura aparezcan como palabras independientes, el artículo, la preposición, la conjunción,
los pronombres personales átonos, etc. en realidad son morfemas trabados, porque van a formar grupo con
una palabra o categoría mayor: sustantivos, adjetivos, verbos o adverbios. Los pronombres personales (yo, tú,
él, ellos, etc.) con acento propio sí son morfemas gramaticales libres.
B. trabados cuando van unidos a un morfema gramatical o a otro morfema lexical (caso de
las palabras compuestas). Por ejemplos: muchach-o/a, (el lexema va unido a una desinencia
gramatical), flor-ero (el lexema va unido a un sufijo derivativo), cubrecamas (lexema + lexema +
desinencia gramatical).

4.2.1.3. Criterio distribucional. Tiene que ver con el lugar que ocupan los afijos dentro de
una palabra. Tanto los afijos derivativos como los apreciativos pueden ser: prefijos, infijos o
sufijos:

Afijos derivativos: Pueden Ser prefijos, infijos o sufijos: Biz-nieto, Flor-ec-er, Flor-er-o

Afijos apreciativos. También pueden ser prefijos, infijos i sufijos: super-elegante, azuqu-it-ar,
cerqu-ita

Las flexiones gramaticales en su mayoría son sufijos: profesor-a, alumn-o-s, amabil-ísim-a, cant-
aría-mos. A excepción del artículo que siendo un morfema gramatical propio del sustantivo, en
castellano, siempre precede al sustantivo.

4.3. PALABRA. CARACTERÍSTICA. ESTRUCTURA

La palabra como unidad de rango intermedio entre el sintagma y el morfema no es una


categoría general a todas las lenguas. Como es una unidad lingüística difícil de delimitar, algunos
lingüistas modernos han tratado de negar su existencia. Sin llegar a extremos, la describiremos de
acuerdo a las características que tiene en castellano, puesto que en esta lengua existe la palabra
como unidad con entidad propia y diferenciada del sintagma, por un lado, y del morfema, por
otro.

Características en cuanto a integrante de una unidad más amplia:

a. La separabilidad. Fonológicamente la palabra va seguida de una pausa potencial. Esto es


que en un enunciado cualquiera, por ejemplo: Me voy para la casa. En lengua oral lo decimos o
escuchamos todo de corrido. No palabra por palabra: /mevói paralacása/. Pero sí existe la
posibilidad de una pausa entre cada palabra. Me- voy- para- la- casa. Es decir, las palabras pueden
ser individualizadas en virtud de un rasgo muy importante: la separabilidad, la posibilidad de
aislarse unas de otras en el discurso mediante pausas virtuales (no reales) porque no aparecen en
el contexto en oposición a las pausas normales que sí aparecen.

b. Posibilidad de cambiar de posición dentro de la secuencia: Él siempre va a casa, Él va


siempre a casa, A casa siempre va él.

Características en cuanto a su estructura interna:


a. El orden fijo de los morfemas que lo integran que no admiten reorganización: en en-
cuadern-ad-o-s el orden en que están puestos los morfemas no admiten cambios.
b. La palabra no admite más adiciones que las de morfemas ligados: cfr. Blanc-o, blanc-uzc-
o, blanc-ot-e, etc.
c. La inseparabilidad de los morfemas integrantes de la palabra: no es posible extraer la
desinencia –rás o el sufijo –miento y decir * cantaré y rás, o *estanca y empobrecimiento,
sino cantaré y cantarás, estancamiento y empobrecimiento 7.
d. La palabra no puede ser interrumpida por ninguna pausa (real) en la conversación
normal.

En el castellano la distinción entre palabra y morfema es fundamental ya que la mayoría de


palabras existentes o posibles son polimorfémicas. La palabra polimorfémica puede ser analizada
en las unidades menores que la integran. Se va descomponiendo en sus constituyentes inmediatos
hasta que se llega a delimitar los morfemas que la constituyen. Así en el análisis de blancuzcos se
obtienen los morfemas blanc-uz-o-s; en niñitos, los morfemas niñ-it-o-s. Los morfemas en cuanto
constituyentes de la palabra polimorfémica son morfemas ligados, esto es, no utilizados
separadamente como palabras. (Cfr. Gramática descriptiva, 2000: 4327 y sgte. )

4.3.1. Formación de palabras


Los dos medios de que dispone la lengua para la construcción de unidades léxicas son la derivación
y la composición. En la derivación hay un elemento (gramatical: sufijos derivativos) que no
aparece nunca libre sino siempre ligado a otro monema lexical, mientras que la composición
participa de dos o más unidades léxicas que pueden aparecer libres en la lengua. La parasíntesis es
la combinación de los elementos de la composición y de la derivación, o de la prefijación y la
sufijación.

4.3.1.1. Derivación

Derivación
Consiste en la creación de elementos léxicos nuevos por la adición a palabras ya existentes en
la lengua de elementos inseparables, esto es afijos, o por la supresión de algún sufijo.
Los sufijos que aparecen en la lengua son muy variados. Su enorme rendimiento en la época
actual nos permite encontrarlos con facilidad en cualquier manifestación lingüística.

a. Prefijos cultos o seudoafijos o afijoides. Se llaman así porque se anteponen a la base 8, y son
falsos por su origen culto y su introducción reciente en la lengua en palabras creadas
artificialmente en el lenguaje científico y técnico: biografía, biogenética, videocámara, fotográfico,
etc.

7
“hay no obstante, algunos casos de separabilidad en la derivación, concretamente con algunos prefijos
antónimos en relación de coordinación, cf. Becas pre y postdoctorales. Algo similar ocurre con el sufijo –
mente, que se elide en el primer elemento coordinado. Lisa y llanamente. Son casos marginales que muestran
sus peculiaridades en la constitución formal de tales palabras
8
Unidades pertinentes en el análisis estructural de la palabra
(…) Al lado de la “raíz” y “tema”, es necesario distinguir otra unidad morfológica: “la base”. Podemos
definirla como aquel constituyente de la palabra, en cualquier nivel de constitución o estructura jerárquica,
sobre el que puede operar un proceso morfológico (fexión, derivación, composición, etc.). Definida así, la
base es una unidad más genérica que las unidades raíz y tema, de modo que cualquiera de éstas puede
denominarse también base. La unidad base es necesaria para el análisis, pues de contar sólo con raíz y tema,
no se podría abarcar todas las posibles referencias a entidades susceptibles de un proceso de formación o, en
otras palabras, a todos los niveles de constitución en el interior de una palabra. Así, en inconfesable, con raíz
y tema hacemos referencia a confes- e inconfesable respectivamente, pero no a confesa-, base de la suficación
–ble, ni de confesable, base de la prefijación con in-. (Gramat. Descrip. De la lengua esp. T.3, 2000: 4318)
A pesar de su proliferación en lenguas especializadas, en la lengua general su rendimiento
no es muy alto. Sin embargo, cuando pasan a ser de uso cotidiano dan lugar a muchos derivados
unidos a bases cultas o a palabras existentes en el idioma: autoabastecimiento, autocrítica,
bacteriología, narcodólar, termonuclear, etc. En ocasiones estos prefijos sólo sirven para dar
realce al significado del término primitivo, sin producir cambios en el significado. De ahí el empleo
enfático de alguno de ellos. Por ejemplo, el prefijo super, se aplica a cualquier tipo de palabra
(superalegre, supercaro, Superconfortable, supersiesta, superlight, etc.)
Los prefijos cultos son muy versátiles y forman elementos de diversas categorías. Una vez
construida una palabra con alguno de ellos pueden aparecer numerosos derivados y compuestos,
por ejemplo infravalorar, videoconferencia, etc.
Si en una nueva palabra los dos elementos son de origen culto, poseen muchas similitudes con las
palabras compuestas, máxime si puede actuar como primer o segundo elemento en la voz nueva.
Ejemplo: fotografía, telefoto, etc. (Cfr. Alvar, 1996: 50-51)

b. Sufijos. La sufijación se considera como el más importante de los procedimientos de


derivación. Consiste en la adición de un elemento, el sufijo, a un elemento léxico ya existente en la
lengua. Ha tenido y tiene una gran vitalidad en el castellano, en general. Gracias a la sufijación, el
concepto primario representado por la base léxica queda orientado en un sentido u otro, o
gramaticalmente, o semántica y gramaticalmente, según el tipo de sufijo que haya añadido. Así
por ejemplo, a partir de una base léxica podemos encontrar varios derivados:
Con crear: creación, creacionista, creador, creativo; a partir de labrar se obtienen: labrada,
labrador, labranza o labriego; de humano se consigue humanidad, humanismo, humanista, etc.
El sufijo indica la categoría gramatical a la que pasa a pertenecer la unidad creada: Unos
serán sustantivos creacionismo, humanidad; otros, adjetivos: creador, humanismo; o verbos:
plantear, hombrear… adverbios: alegremente, humanamente,
Lo caracterizador de un sufijo es la función que confiere al derivado, más que su propia
forma; es decir, que no importa demasiado el elemento empleado con tal que el resultado sea el
que se busca. Por ejemplo un sufijo como –ero sirve originariamente para formar adjetivos, pero
también para nombres de objetos o nombres de lugares, oficio, profesión actividad, etc.
Cervecero, tintero, despeñadero, carabinero, ingeniero, zapatero.

c. Interfijos. Los interfijos o infijos son elementos átonos sin función gramatical ni
significativa tan solo morfofonemática pues sirve de base entre la base léxica y los sufijos. Su
existencia ha sido puesta en entredicho muchas veces ya que pueden parecer parte de otros
sufijos, o conglomerados de sufijos.
El interfijo que parece más frecuente en nuestros días es –c- o -ec- debido a la proliferación de
verbos en –ecer aunque también aparece con algunos sufijos de otro tipo (cafecito, bomboncito,
etc).
A veces tiene función antihiática: mama-s-ita, o sirve de ayuda para facilitar la
pronunciación de derivados: cursi-l-ería, te-t-era; o, incluso función diferenciadora: carnero/carn-
ic-ero, llamada/ llam-ar-ada, pan-ero/ pan-ad-ero.
El interfijo más frecuente y el más evidente, según Y Makiel es –ar: and-ar-iego, espald-ar-
azo, espum-ar-ajo, hum-ar-ada, plov-ar-eda viv-ar-acho.

4.3.1.1.1. composición
La composición léxica se sirve de varios procedimientos para la creación de voces nuevas:
a. Sinapsia da origen a unidades o lexías complejas en las que interviene, al menos dos
unidades léxicas como se puede ver en los ejemplos:
betún de judea, letra de cambio, estrella de mar, traje de luces
La unión de los miembros en la sinapsia es de naturaleza sintáctica. La relación sintáctica
generalmente se realiza con la preposición de: silla de ruedas, mesa de noche, casa de huéspedes,
conferencia de prensa etc. También se puede efectuar la relación sintáctica con a por influencia
extranjerizante: avión a reacción, olla a presión. La presencia de otras preposiciones es menos
frecuente:
Ambos elementos conservan su forma léxica plena, diferenciándose así de los derivados
en la que puede perderse parte de la materia fónica para incorporarse el afijo:
Casa de huéspedes/caserón
Olla a presión/ ollería
El resultado de la sinapsia es siempre un sustantivo o adjetivo. El segundo elemento carece
de artículo.
Los compuestos por este procedimiento –sinapsia- son elementos lexicalizados, pese a las
posibilidades de expansión pues su significado es único y constante. Incluso puede llegar a ocurrir
que desaparezca el nexo y llegue a escribirse como una sola palabra: estrella de mar /estrellamar,
hoja de lata/hojalata.
La sinapsia es un procedimiento de creación de palabras propio de los lenguajes científicos
y técnicos y poco frecuentes en la lengua usual y en la literaria.

b. Disyunción. En la composición por disyunción la lexicalización de los elementos es


superior a la de la sinapsia. La disyunción da origen a un tipo de lexías, en la que los dos
elementos participantes no se han soldado gráficamente, por más que la lexicalización sea un
hecho: Cuento chino, pez espada, opinión pública, pájaro carpintero, guerra civil.
Los compuestos por disyunción designan un solo objeto, lo cual confirma que se ha
producido la lexicalización del conjunto. Los elementos son de carácter nominal: el primero es la
denominación y el segundo la especificación. La relación entre los dos elementos es de disyunción
porque aunque el segundo elemento especifica al primero lo segundo no es un aspecto del otro:
lo chino no pertenece a cuento; ni la espada pertenece a los peces…Se establece una relación por
expresividad, por parecido, etc. Este tipo de compuestos es más frecuente para denominaciones
de plantas y animales por la estructura: denominación + especificación: Cabra montés, oso
hormiguero, pájaro bobo, pájaro mosca, sauce llorón, etc.

a. Contraposición. Representa un grado más elevado de unión gráfica pues los


elementos que participan en ella se encuentran unidos por un guion en la mayoría de las lenguas.
Nuestra lengua restringe el uso de los guiones a algunos casos especiales lo que lleva a inseguridad
a los usuarios: Es muy claro en el caso de compuestos formados por los gentilicios de dos pueblos
cuyo resultado es una entidad con caracteres que se ha fundido por lo que se escriben juntos, es
decir, sin separación de elementos: Hispanoamérica, afroantillano. Cuando no hay fusión, sino
oposición o contraste entre dos elementos componentes se unirán con guion: franco-prusiano,
germano-soviético, guerra libano-israelí, etc.

c. Yuxtaposición. El cuarto tipo de composición es la yuxtaposición, es el más común


de los distintos procedimientos por la facilidad para su creación. La fusión gráfica de los elementos
es total, lo mismo su lexicalización y gramaticalización. Estas formaciones son las que algunos
gramáticos llaman lexías compuestas: Artimaña, pasatiempo, contrarreforma, etc. La estructura de
estos compuestos, a primera vista, es muy sencilla: la yuxtaposición de los elementos. Con la
variedad de formas y de resultados que presentan estos compuestos, las relaciones entre los
elementos participantes son de diversas índoles:
- coordinación: casatienda
- subordinación: bocamanga, telaraña
- determinado+determinante: agua+ardiente= aguardiente
De los compuestos: Sust. + adj. Hay dos grupos con resultados distintos, sustantivos y adjetivos
según la estructura sintáctica interna. Los que dan lugar a sustantivos: Ejem. Determinado+
determinante: agua+ardiente= aguardiente (una agua que es ardiente)
Los que originan adjetivos: Sust.+adjetivo= adjetivo. Alicaído, pelirrojo. En los dos casos,
semánticamente, el segundo elemento del compuesto predica una cualidad del primero: Pelirrojo
es rojo de pelo. O el resultado de un proceso: boquiabierto que se queda con la boca
abierta.
Hay otros compuestos en que aparece la i como elemento de transición: maniatado, coliflor.
En otro grupo de compuestos la i es la representación de la copulativa y pues existe una
coordinación de los elementos como en los compuestos Sust. +Sust= Sust.:
Casatienda, carricoche
En compuestos de Adj.+Adj.: Adj.:
Agridulce (agrio y dulce), grandilocuente (grande y elocuente).
En los compuestos de tipo latinoamericano los elementos no están en el mismo plano de
igualdad sino que se establece una relación predicativa y la relación de los términos es contraria a
la normal del español ya que su secuencia es la de Determiante + determinado: Un
latinoamericano es un americano de origen latino. La misma secuencia se da en ciempiés,
malasangre.
Los compuestos formados por Verbo + sustantivo (o Verbo + Adverbio) el resultado es un
sustantivo: pasatiempo, matamoscas, mandamás. Lo que importa en estos casos es el significado
global, no el de sus partes.
Los compuestos de Adv.+ Verbo = Verbo: malparir, menospreciar, malvivir
Cuando son dos verbos en forma personal el resultado es un sustantivo y la estructura
sintáctica es de tipo copulativo: Compraventa es compra y venta
Verbo + Conjunción: creique, penseque
Los compuestos oracionales introducen un elemento pronominal para identificar al
hablante o a la cosa designada: bienmesabe, correveidile, sabelotodo, nomeolvides.

Prefijos vulgares. La formación de palabras mediante prefijos vulgares se considera


tradicionalmente como parte de la composición y no de la derivación, cuando estos prefijos
coinciden con las preposiciones.
Prep. +Sust. = sust. Contrarreforma, entrecasa, sinvergüenza.
Prep. + verbo = Verbo: entretejer, anteponer
Igual que los sufijos, los prefijos pueden tener distintos valores: incorrección, información,
inmigración.
Y al contrario un mismo sentido puede expresarse a través de varios prefijos: preelectoral,
antedicho.
La convergencia en un mismo valor puede producirse con un prefijo vulgar (contra) y otro culto
(anti-): contrarrevolución/ antisocial.
La privación o negación se puede expresar con a-, de- o des- e in- o i-: amoral, inmoral, deshonor,
incapaz, ilegal.
1. QUILIS, A Y OTROS, Lengua española. Curso de acceso, Centro de estudios Ramón Areces
S.A. 1999
2. LÁZARO CARRETER, Fernando, Lengua española, Madrid, Anaya, 1995.
3. TUSÓN, Jesús, Lingüística, Barcanova temas universitarios, 1995
4. VIDAL LAMIQUIZ, Lingüística española, U. de Sevilla, 1973

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