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Universidad Nacional Autónoma de Honduras

Escuela de Letras

Facultad de Humanidades y Arte

La Lingüística: su Objeto y su
Método

Autor: Lic. Janeth Mondragón


Docente de la Asignatura de Español General
Universidad Nacional Autónoma de Honduras

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Escuela de Letras

La lingüística: su objeto y su método

La especulació n en torno a la preocupació n por los asuntos concernientes al lenguaje


iniciada por los griegos fue mantenida por los latinos, adoptada durante toda la edad
media  y seguida por los estudiosos de los siglos  XVII y XVIII. Se desarrolló adscrita a
la filosofía desprovista de toda visió n científica y se organizó en la llamada gramática
tradicional. Esta primera etapa en los estudios del lenguaje se caracteriza, de acuerdo
con Jorge Vidal Castro R. y otros “por entender el lenguaje como expresió n del
pensamiento, por otorgar primacía al lenguaje escrito sobre el oral y por ser
prescriptiva o normativa.” (1999, pá g. 23). En esta etapa la gramá tica só lo persigue
diferenciar entre las formas correctas  e incorrectas. En todos estos veinticuatro siglos
el objeto de estudio lingü ístico fue la lengua escrita. Aú n hoy, hay interesados en el
tema que se ubican en estas líneas de pensamiento. 

Una segunda faceta en el interés por los estudios del


lenguaje se presenta en la filología. Aunque este tipo de
estudios se asocia con el movimiento emprendido a
partir de 1777 por August Wolf y se continú a en la
actualidad, segú n Saussure (1983, pá g. 65) ya en
Alejandría existía una escuela “filoló gica”. El interés de
la filología no se centra exclusivamente en la lengua. Su
objetivo es sobre todo “fijar, interpretar, comentar los
textos” (Saussure, 1983, pá g 65); este interés la lleva a
ocuparse de la historia literaria, de las costumbres, de
las instituciones, etc.; para lo cual usa el método de la
crítica. Si se interesa por la lengua es para caracterizar
la lengua particular de autores, para hacer aná lisis
comparativo diacró nico de textos o para descifrar y Piedra Rosetta, el ser humano ha dejado marcado a lo
explicar inscripciones hechas en lenguas arcaicas.   largo del tiempo sus pensamientos, su visión del mundo
y sus sentimientos a través de la escritura. Fuente
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Rosetta_Stone.JPG
Otra face se da entre los siglos XVIII y XIX con la
gramá tica comparada, la gramá tica histó rica y los
neogramá ticos. En esta época los estudios se centran en la comparació n de lenguas y
se desarrollan con criterio historicicista. Se aplicaba el método comparativo, se
buscaba reconstruir la lengua que dio origen a todas las demá s, es decir, su interés es
la filogénesis lingü ística; claro, se centra en las lenguas indoeuropeas.

A partir de la comparació n de lenguas se establecieron las clasificaciones genéticas de


las mismas. Se descubrió que con el discurrir diacró nico se da el cambio lingü ístico, y
es ya un universal lingü ístico que todas las lenguas cambian. Si bien los
neogramá ticos  se ocuparon de la bú squeda de las leyes que rigen el cambio sonoro y
llegaron a explicar las mismas, siempre lo hicieron a partir del método comparativo.
Pero estos investigadores a pesar de emprender un fecundo campo estudio no

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llegaron a construir una ciencia lingü ística. Nunca determinaron la naturaleza de su


objeto de estudio, sin lo cual es imposible procurarse un método que le dé el cará cter
de procedimiento científico. No obstante esto, es un hecho sin discusió n dentro de la
lingü ística, que los neogramá ticos dispusieron las condiciones para que los futuros
lingü ístas llevaran a cabo con precisió n científica el aná lisis del objeto de estudio y
establecieran propiamente una ciencia lingü ística.  

En los comienzos del siglo XX, una de las preocupaciones de la lingü ística fue la
bú squeda de su ubicació n en el vasto conglomerado de las ciencias. Se dice que “la
lingü ística como ciencia só lo aparece en la actual centuria, debido, en especial, al
hecho de haber definido el objeto de su estudio… y pudo por sí misma buscar los
métodos má s adecuados para la descripció n de ese objeto de estudio…” (Leó n Gó mez,
1984, pá g. 98).

Dos hitos marcan el establecimiento y desarrollo de la ciencia lingü ística en el siglo


XX. El primero está centrado en las ideas de Saussure, las cuales está n plasmadas en
su obra el Curso de Lingüística General” (1916). En éste Saussure define el objeto de
estudio de la ciencia lingü ística: la lengua (oral y escrito) despojada de todos los
factores extralingü ísticos y adopta un método eficaz para la descripció n de ese objeto:
el método inductivo. Dentro de este se implementaron técnicas muy valiosas para el
logro de la caracterizació n de los diferentes niveles de la lengua, como las aplicadas
por la Escuela de Praga para determinar el inventario fonoló gico de las lenguas. A esta
forma de concebir los estudios acerca del lenguaje se le llamó estructuralismo; una de
cuyas características es la prelació n de la lengua oral sobre la escrita. La lingüística
estructural tuvo varias divisiones, entre ellas la escuela estadinense, la cual centró su
interés en las á grafas lenguas amerindias. Ellos buscaban a partir de un corpus
recogido configurar la gramá tica de la lengua en cuestió n, es decir, descubrir y
describir tal lengua. Se caracteriza por ser una lingü ística eminentemente descriptiva.
Las tendencias europeas centraron su interés en las lenguas indoeuropeas.

El otro hito de los estudios lingü ísticos en el siglo XX es la aparició n de la Gramática


Generativa Transformacional de Noam Chomsky, cuyos supuestos teó ricos se publican
en la obra Estructuras sintácticas en 1957. Con esto la lingü ística adquiere un nivel
má s de formalización, ya no se contenta con la descripció n y se vuelve explicativa de
los fenó menos lingü ísticos. Y tal como lo manifiesta Gó mez (1984, pá g 101) “…uno de
los objetivos de la lingü ística no es meramente la descripció n empírica de los
fenó menos del lenguaje, sino también la explicació n de los mismos.” Para Chomsky
una gramá tica ha de reflejar la competencia lingü ística de un hablante-oyente ideal.
Sus estudios se enfocan en los aspectos  sintá ctico y semá ntico de la lengua.

A partir de la decada de 1970 surge en Alemania otra concepció n en relació n con los
estudios del lenguaje: el aná lisis lingü ístico debe superar la oració n y trabajar en la
descripció n de la estructura del texto o discurso. La lingüística del texto supera en
muchos aspectos los presupuestos teó ricos del generativismo semá ntico-sintá ctico.
Desde la gramática tradicional hasta la gramática generatira transformacional la

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unidad mayor de aná lisis siempre fue la oració n; ahora se señ alaba que el objeto de
una teoría lingü ística no ha de ser solamente la oració n sino el “acto comunicativo en
su totalidad”. Con esta orientació n se llevan a cabo trabajos en los que se trata de
demostrar la validez de las estructuras discursivas, o trabajos donde se analiza  como
uno de los aspectos má s importantes del discurso la coherencia que debe existir entre
las oraciones que lo estructuran. A partir de 1970 se trabaja en la tríada esencial y
bá sica dentro de la textolingü ística: el aná lsis del discurso, la pragmá tica y la teoría de
la acció n. 

Desde Sassure, por la misma naturaleza de la ciencia, la teoría lingü ística se ha ido
perfeccionando. Es así que, si bien Saussure establece explícitamente que la lengua es
el objeto de estudio de la lingü ística porque se puede tomar como “norma de todas las
otras manifestaciones del lenguaje” (1983, pá g 74); Robins en su libro Lingüística
General, publicado por primera vez en lengua inglesa en 1971, manifiesta que “En este
libro se hacen algunas referencias a las principales controvesias que no han sido
resueltas” dentro de la ciencia lingü ística, y aclara que “La lingü ística general puede
ser definida como la ciencia del lenguaje.” (1995, pá g. 25). Para este autor hay que
diferenciar entre la lingú ística general como ciencia o estudio científico del lenguaje y
el estudio de cada lengua en particula.

Para el autor mencionado en el pá rrafo anterior, “La lingü ística general se ocupa del
lenguaje humano, en cuanto éste es una parte universal y reconocicida del
comportamiento humano, y de las facultades del hombre, tal vez una de las partes má s
esenciales para la vida humana… podría hablarse del lenguaje humano como de un
conjunto abstracto de características, quiza reflejo de la parte de la estructura de la
mente o el cerebro humanos heredada bioló gicamente”; esto es a lo que se llama
gramá tica universal, universales lingü ísticos o universales del lenguaje. La evidencia
de esto, para su reconocimiento y estudio proviene de las lenguas individuales, por lo
menos tres mil en todo el mundo. Para el estudioso de la lingü ística ninguna de ellas
debe ser má s importante que otra. Su oficio es encontrar có mo se manifiestan esos
universales en las lenguas que en particular estudie.

Entonces ¿por qué podemos decir que la lingü ística es una ciencia? En esto
seguiremos a Robins (1995, pá g 33):

“Al decir que la lingüística es una ciencia en el sentido estricto queremos


decir que se ocupan de un específico cuerpo de material, denominado
lenguaje oral y escrito, y que se desarrolla mediante operaciones que
pueden ser comunicadas o descritas públicamente, así como justificadas por
referencias a principios capaces de ser establecidos y a teorías capaces de
ser formuladas. Su propósito al proceder así es el análisis del material y la
elaboración de formulaciones generales que sinteticen, y en la media de lo
posible reduzcan a reglas y regularidades, la infinita variedad de los
fenómenos (enunciados verbales o escritos)  que caen dentro de su alcance.”

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La lingü ística es una ciencia empírica porque su objeto de estudio es observable por
medio de los sentidos. Dentro de las ciencias empíricas la lingü ística es una de las
ciencias sociales porque los hechos que constituyen sus datos son parte del
comportamiento de los seres humanos en sus relaciones con otros.

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