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Dirigismo

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El dirigismo (del francés "dirigisme") es un concepto político-económico usado para
designar un sistema en el cual el gobierno ejercita una fuerte influencia directiva
en los sectores económicos, generalmente no a través del intervencionismo o de la
estatización sino del uso de incentivos para promover prácticas que son de interés
público o general.

A pesar de que muchos consideran que tal influencia es, por definición, excesiva
(la RAE, por ejemplo, define el término como significando "Tendencia del gobierno o
de cualquier autoridad a intervenir de manera abusiva en determinada actividad."),
esto no es necesariamente el caso. Igualmente, el concepto ha sido usado para
designar una economía centralizada en la cual el gobierno o Estado efectivamente
controla los mecanismos de producción y distribución, etc. -es decir, como
equivalentes a ciertos sistemas socialistas o colectivistas como en el caso del
Estado socialista- o tiene incluso en el presente en Francia (y a través de esta en
otros países), donde es usada generalmente para designar un sistema esencialmente
intervencionista con participación fuerte del Estado, específicamente con un rol
estatal de coordinación. En otras palabras, es un sistema que puede ser considerado
como Keynesianismo o Economía social de mercado.

En ese sentido, muchas economías modernas pueden ser caracterizadas como con algún
grado de "dirigismo" (ver economía mixta), por ejemplo, el gobierno generalmente
subsidia estudios y desarrollos científicos o técnicos o promueve la industria
nacional a través de programas fiscales, por ejemplo, producción y compra de
material militar, sanitarios, educativos, etc.

Índice
1 Orígenes y evolución del término
2 Dirigismo en otros sistemas políticos
3 Dirigismo y Planificación indicativa
4 Notas y referencias
5 Bibliografía
6 Véase también
Orígenes y evolución del término
Los orígenes del dirigismo -entendido como la acción gubernamental a fin de crear,
promover o defender la industria o economía de un país- se encuentra en las obras
de monarcas tales como Pedro el Grande de Rusia, José I de Portugal; Carlos III de
España y otros propios del absolutismo. (ver: Manufactura real) Entre ellos se
destaca Luis XIV de Francia quien, a través de Jean-Baptiste Colbert -su ministro
de finanzas- transformó lo que había sido la acción ocasional de algunos reyes en
"política de estado". (ver Colbertismo)

Posteriormente Henri de Saint-Simon introdujo el término como tal, pero generalizó


y modificó la propuesta, transformándola de uno de los objetivos estatales, en el
objetivo principal del estado, lo que requiriria una reorganización de éste. Saint
Simon percibía esa reorganización de la sociedad teniendo lugar bajo la dirección
una elite de filósofos, científicos y técnicos lidereando un proceso pacífico de
industrialización moderado por un "humanismo-cristiano" -el cual tendría
científicos como sacerdotes- Saint Simon no concebía lo anterior como requiriendo
un gobierno fuerte, sino por el contrario, uno basado en comunidades y consensos.1
En esa medida, el pensamiento de Saint Simon ha sido considerado "progresista" o
"socialista".

Con posterioridad Auguste Comte retoma el concepto (en su "Système de Politique


Positive" -1851) asignando al gobierno el rol de conducir la acción individual al
objetivo común. Para Comte ese gobierno -se alega y a diferencia de la sugerencia
de Saint Simon- es autoritario, en que la acción progresista de Saint Simon deja de
ser basada en discusiones y acuerdos y se transforma en el descubrimiento y
aplicación de "leyes naturales" por los administradores científico-técnicos del
estado. Mientras en la concepción de Saint Simon los sabios guían a través del
argumento libre a la comunidad -los miembros de las cuales son libres para
disentir- en Comte los sabios tienen el papel principal de educar en un proceso que
"dará a cada uno el conocimiento necesario para comprender su lugar, su papel como
"órgano de la humanidad" a través de un sistema que debe ser "preciso tanto acerca
de los programas como acerca de los "cuadros institucionales"; tendiendo a limitar
absolutamente la intervención de la individualidad... (implemetando de manera
rutinaria) la investigación administrativa, centralización uniformizante,
reasignacion regular del personal a fin de evitar relaciones personales, cursos de
contenido preciso y programas estrictos, todo es planificado y anunciado por
adelantado.2

El desarrollo de esa concepción política del dirigismo coincidió con el desarrollo


de la meritocracia y burocracia como formas de administración, especialmente la
administración pública. Esas concepciones dieron forma en Francia a la reformación
de la École polytechnique (en 1817) y, posteriormente al periodo de Napoleón III y
a la Comuna de París, a la fundación de varias "altas escuelas", tales como la del
École libre des sciences politiques y, eventualmente (en 1945) a la École Nationale
d'Administration

Se ha sugerido3 que la propuesta es que países que no habían logrado desarrollo


económico a través del laissez faire serían capaces de lograr desarrollar,
fortalecer y expandir tanto la industria como la economía nacional a través de un
dirigismo económico.

Esta posición alcanzó un apogeo, en Francia después de la Segunda Guerra Mundial,


con el "dirigisme" del Gaullismo, sistema a través del cual ese país buscó no solo
reparar los grandes estragos que la guerra había causado sino expandir y modernizar
tanto la base industrial como la infraestructura de todo tipo en ese país.

Por ejemplo, se ha aducido que la industria francesa de preguerra estaba


generalmente compuesta de empresas familiares, a menudo demasiado pequeñas y
consecuentemente, descapitalizadas y carentes de bienes de capital y organización
modernas y eficientes, que simplemente habían sido incapaces de competir a nivel
internacional - De Gaulle famosamente ejemplificó la situación con la pregunta
retórica "¿Cómo se puede gobernar un país que tiene más de 300 clases de
quesos...?".4 Además, mucho del material y maquinaria moderna había sido
simplemente "trasladado" a Alemania durante la ocupación y en general, destruido
durante la guerra misma.

Los gobiernos franceses enfrentaron esa situación, bajo el liderazgo del gaullismo,
con un Commissariat au plan ("Comisión para el Plan"). A diferencia, por ejemplo,
con el sistema imperante en la Unión Soviética, el gobierno francés nunca buscó
obtener la propiedad generalizada de las empresas ni impuso objetivos obligatorios
como parte "del plan". En general, eso se implementaba a través del uso de
incentivos.

Por ejemplo, el objetivo general del plan era producir una industria capaz de
competir a nivel internacional tanto con la inglesa como con la estadounidense. Una
parte esencial de ese objetivo general fue lograr que las empresas francesas se
fusionaran en conglomerados "campeones nacionales" o "de renombre" que podían ser
promovidos a nivel internacional por el gobierno. Al mismo tiempo, el estado podía
prestarles apoyo financiero tanto directo como indirecto (por ejemplo, comprando
solamente en empresas francesas) Otras formas de apoyo financiero indirecto
incluyen el financiamiento estatal de estudios y desarrollos científico-técnicos
(incluyendo proyectos industriales específicos que se espera generen desarrollo
técnico generalizado a través de la industria -por ejemplo, el proyecto que dio
origen al Concorde), la provisión de personal altamente especializado, etc.

El área en la que el gobierno francés buscó un mayor nivel de control -aparte del
sistema educacional y de estudios científicos- fue la provisión de infraestructura
y servicios relacionados. El gobierno francés creó o ha sido el propietario de la
empresa de ferrocarriles (SNCF), de electricidad ( EDF), la empresa de gas (GDF),
aerolínea nacional (Air France), sistemas nucleares e industrias del espacio ( CNES
y la Aérospatiale). etc, Sin embargo, el estado francés ha dejado largamente a la
industria privada la construcción y mantenimiento de supercarreteras y otras vías
terrestres.

El proyecto fue largamente exitoso. Durante las décadas desde 1945 a 1975 Francia
experimentó un crecimiento económico sin precedente en su historia (4,5 % en
promedio) lo que junto a un gran crecimiento demográfico, la integración de manera
competitiva de Francia a una economía internacional en expansión y consecuente, el
restablecimiento del orgullo nacional, llevaron a que ese periodo sea conocido como
los Trente Glorieuses.

Durante ese periodo, bajo las presidencias derechistas o conservadoras de Charles


de Gaulle y Georges Pompidou, el dirigismo fue visto en Francia como una vía
intermedia entre el sistema de EE. UU. de mínima intervención estatal y el del
Bloque del Este, de intervención máxima.

Sin embargo, siguiendo la Crisis del petróleo de 1973, el Partido Socialista de


Francia, liderado por François Mitterrand fue elegido prometiendo mayor
intervención. Bajo ese gobierno muchos bancos e industrias fueron estatizados. Sin
embargo, los malos resultados de esa política forzaron (1983) el abandono de esas
tentativas y la introducción de una política de rigueur ("rigor").

Con posterioridad, durante la campaña electoral de 2007, tanto Nicolas Sarkozy


-quien fue elegido presidente- como otros candidatos, propusieron un retorno al
modelo dirigista.5 Esta propuesta parece haber sido reforzada como consecuencia de
la crisis financiera de 2008, lo que llevó al presidente Sarkozy a proponer medidas
-en el contexto tanto de esa crisis como de la deslocalización- para
"reindustrializar Francia".6

Dirigismo en otros sistemas políticos


Países tales como el Líbano y Siria y otros que fueron "departamentos de ultramar"
de Francia, han sido influidos por los principios del dirigismo.7

Se ha sugerido que el dirigismo económico es una parte inherente del fascismo.8 y


que constituyó las bases de la economía política de los italianos y los nazis.910
(ver Economía política de los nazis`)

Cesare Santoro, un fascista que visitó Alemania en la época, lo pone así: "En la
declaración programática, ya citada al principio de nuestra obra, Adolf Hitler
anunció que el nuevo gobierno se proponía “velar por los intereses económicos del
pueblo alemán no por el camino tortuoso de una gran economía burocrática organizada
por el Estado sino por el impulso más fuerte dado a la iniciativa particular sobre
la base del reconocimiento de la propiedad privada”. El reconocimiento del
principio de que, en contraste con lo que ocurre en la Rusia soviética, el Estado
tiene por misión dirigir la economía pero no administrarla por sí mismo (función
que corresponde exclusivamente a la economía misma) no puede ser más explícitamente
expresado. También así ha sido establecido solemnemente el principio de la
propiedad privada con lo que se estimula al patrono a ensanchar más su empresa para
alcanzar los mayores resultados posibles. Estos dos principios determinan las
normas directivas para la reorganización nacionalsocialista de la economía
industrial; aquellas exigen una administración autónoma cuya misión consiste en
asesorar y tutelar a las asociaciones industriales o a los socios que forman parte
de ella. Esta administración tiene el deber de transmitir al gobierno los deseos de
los patronos que toman parte en la obra de reconstrucción económica".11

Sin embargo, otros autores argumentan que el sistema económico del fascismo -tal y
como fue implementado por, entre otros, Benito Mussolini y Adolf Hitler- es una
mezcla de varias sugerencias económicas.12

Dirigismo y Planificación indicativa


A partir de la década de los 70 del siglo XX se introdujo en Japón una innovación
al dirigismo “tradicional”, que lo transforma en el sistema actual de Planificación
indicativa. La Planificación indicativa es más amplia que el dirigismo propiamente
tal, en que permite al estado tanto más discreción en objetivos como en los medios
a utilizar.13 Sin embargo, aun permanece dentro de los límites generales del
dirigismo, en que no busca controlar sino coordinar la acción tanto de sectores
privados como estatales.

Esa nueva aproximación comenzó a difundirse y ponerse en práctica en los países del
sudeste de Asia, específicamente: Taiwán, Corea del Sur, y Singapur etc, países que
llegaron a convertirse rápidamente en los llamados cuatro dragones asiáticos. Se ha
sugerido que la República Popular China misma ha empezado a implementar medidas
derivadas de esta aproximación.

Notas y referencias
Annelien De Dijn French Political Thought from Montesquieu to Tocqueville
Annie Petit: Le prétendu positivisme d’Ernest Renan paragrafo 126 - 147 (en
francés en el original)
Tibor Iván Berend the Origens and Characteristics of economic dirigisme en An
Economic History of Twentieth-century Europe (en inglés)
General Charles de Gaulle
"En lo que los tres están de acuerdo es en la intervención en la economía en
asuntos estratégicos, en la creación de grupos industriales y financieros que sean
campeones nacionales, y en la necesidad de que los tecnócratas de los órganos
independientes se plieguen a los elegidos en las urnas." Llega el dirigismo que
quiere ZP, pero con más 'glamour'
Sarkozy, propone un "fondo nacional" para la reindustrialización
The Daily Star - 'Youssef Chaitani's 'Post-Colonial Syria and Lebanon' chronicles
the history of division between the neighbors'. 17 October 2007.
Tibor Ivan Berend, An Economic History of Twentieth-Century Europe, Cambridge
University Press, 2005, p. 93
Giuseppe Rinaldi, (2009) ECONOMIA DELLA GERMANIA NAZISTA (1.1)
Cassaniti Graziana (2010) I totalitarismi
Cesare Santoro en "La Alemania de Hitler", capítulo XI La Economía en la Nueva
Alemania
David Baker, "The political economy of fascism: Myth or reality, or myth and
reality?" New Political Economy, Volume 11, Issue 2 June 2006, pages 227 – 250
Por ejemplo, Ha-Joon Chang argumenta que la aproximación permite que el estado
actúe aun “ contra las señales de mercado, generalmente, pero no siempre, para
aumentar eficiencia y promover crecimiento” en : Industrial Policy: Can We Go
Beyond an Unproductive Confrontation? p 2

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