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Youtube

Rolf Lüders --- El liberalismo y la Escuela de Chicago, 2013

https://www.youtube.com/watch?v=zSCRhtX9zfM&t=2545s

Rolf Lüders --- El Modelo Económico Chileno, 2014

https://www.youtube.com/watch?v=1FzqTipzBu0

Axel Kaiser y Rolf Lüders | El ladrillo: ayer y hoy, 2021

https://www.youtube.com/watch?v=pxhAL_lL2mg

Wikipedia

CHICAGO BOYS

Denominación aparecida en los años ’70, hace referencia a un grupo de economistas chilenos, la mayoría
formados en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago, siguiendo las ideas de Milton
Friedman y Arnold Harberger.

Estos economistas influyeron profundamente durante la dictadura militar liderada por Augusto Pinochet
(1973-1990). Fueron los artífices de reformas económicas y sociales que llevaron a la creación de una
política económica liberal de mercado con orientación monetarista, además de la descentralización del
control de la economía. Milton Friedman acuñó el término el «milagro de Chile», para referirse a la obra
de sus discípulos en ese país. Independiente de la valoración positiva o negativa de los cambios, existe
consenso en su gran influencia en la configuración del Chile actual. Varios de ellos, hasta el día de hoy,
ejercen importantes cargos públicos y privados.

En junio de 1955, llegaron a Santiago cuatro profesores de la Universidad de Chicago. Su objetivo era ver
condiciones las para desarrollar un programa de cooperación con la Facultad de Economía de la Pontificia
Universidad Católica de Chile. La propuesta consistía en el envío de egresados chilenos a la universidad
estadounidense, junto con la creación de un centro de investigación en economía. El convenio inició en
marzo de 1956 con el envío de nueve estudiantes, seis de la PUC y tres de la Universidad de Chile. En un
inicio consistiría en un plan de tres años, pero se extendió por dos más, concluyendo en marzo de 1961.

En Chicago, con profesores como Milton Friedman y Arnold Harberger, los estudiantes desarrollaron un
pensamiento liberal en concordancia a las ideas de Adam Smith. Friedman planteaba en sus clases y en
sus escritos que el mercado debe tener la menor cantidad de intervención que sea posible y que la
sociedad debe actuar desde el individuo, para así no tener como freno a un Estado que pudiese
distorsionar al mercado.

Era un grupo de casi 25 economistas chilenos, la mayoría titulados en la Universidad Católica y con
postgrado en la Universidad de Chicago, durante la década de 1960 y posteriores, y adquirieron el nombre
de Chicago Boys. Ellos desarrollaron su pensamiento en un ambiente que pasaba por una gran politización
universitaria, en la cual se buscaba el surgimiento de una «nueva derecha», con un componente juvenil que
proponía formar proyectos de cambios radicales y alternativos a los de la Democracia Cristiana y sobre
todo de la Unidad Popular. Lo anterior se vio materializado con la elaboración del texto El ladrillo.
En aquel escrito se planteaba una completa alternativa económica, que buscaba terminar con la economía
cerrada, favoreciendo la inversión de privados y potenciando la comercialización hacia el exterior. El
desarrollo de aquellas ideas tuvo lugar en 1969, sin embargo su publicación oficial fue en 1992.

Desde sus inicios y ya de regreso desde Estados Unidos, estos hombres desempeñaron cargos académicos
en la misma Universidad Católica, sobre todo en la Facultad de Economía. Durante la dictadura, muchos de
estos economistas fueron llamados a ocupar cargos dirigenciales o consultivos, como ODEPLAN, para el
desarrollo de las nuevas políticas económicas. Desde esos lugares y en las condiciones que les facilitó la
dictadura, sin votaciones legislativas ni oposición política, desarrollaron e implementaron un programa
focalizado en reformas monetarias, privatizaciones y reducción del gasto público, entre otros.

Las primeras medidas fueron instaurar una política de reducción del gasto fiscal, re-estructuración del
aparato estatal y un control estricto de la gestión presupuestaria. En medida que se fue escogiendo un
camino por el cual llevar al país se profundizaron las medidas y se emprendió una reforma tributaria,
reforma laboral, des-regulación o liberalización de controles en diversos sectores de la economía
(fundamentalmente la agricultura), libre ingreso de inversiones y divisas, y reducción drástica de los
aranceles y aduaneros y todo tipo de restricciones para-arancelarias. En una etapa posterior vino la
reforma de la seguridad social, un nuevo Código del Trabajo, las privatizaciones de empresas llamadas
"estratégicas", y la apertura sectorial a la empresa privada (minería, energía, telecomunicaciones,
infraestructura, etc).

Milton Friedman acuñaría el término «milagro de Chile», haciendo paralelo con el «milagro alemán», para
aludir al éxito de las reformas en terminar con la alta inflación y permitir una expansión económica.

EL LADRILLO

Texto de política económica, que establece las pautas del neoliberalismo que sería introducido en la
dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, proceso llamado por sus adherentes como el "Milagro
de Chile". El Centro de Estudios Públicos lo califica "un documento clave de la historia económica chilena
de este siglo”. Las copias mimeografiadas de las medidas propuestas pesaban mucho y de ahí que se le
conoció como "El Ladrillo".

Sus principales autores, los economistas Andrés Sanfuentes, Juan Villarzú y José Luis Zabala Ponce,
iniciaron la elaboración del texto en agosto de 1972. El texto tuvo que esperar al Golpe de Estado dado
por las Fuerzas Armadas que derrocó al gobierno de Salvador Allende, oportunidad en que dicho libro fue
presentado a la recién establecida Junta de Gobierno por los representantes de la Armada como
alternativa de política económica, y aceptado por el dictador Augusto Pinochet.

Fue una verdadera revolución con respecto a las políticas económicas en boga en aquel tiempo en Chile y
en Latinoamérica, promovidas fundamentalmente por la CEPAL, las que se caracterizaban por esquemas
basados en la substitución de importaciones, control de precios, restricciones a la importación, aranceles
de importación altos, mantenimiento de valores bajos de las divisas (y la necesidad de restringir su
venta), etc. Al contrario de lo anterior, El ladrillo postuló la apertura del mercado interno, aranceles
bajos y uniformes, el fin de los controles de precios y de los subsidios, etc.

Dicha política económica fue seguida durante toda la dictadura militar, y, sin ninguna modificación
sustantiva, y también por los gobiernos que le han seguido. En el área de las políticas públicas formó la
base de las iniciativas tendientes a reforzar el papel en la economía del sector privado, así postuló la
entrega al sector privado, en condiciones de competencia, de diversas áreas de la economía, como el de la
energía eléctrica, el agua potable, las telecomunicaciones, el sistema de pensiones, entre otros. También
se puso énfasis en la necesidad de orientarse a los mercados de exportación, dada la abundancia de
recursos naturales y el mercado interno reducido.

Es notable que los cuatro gobiernos sucesivos, de la Concertación de Partidos por la Democracia, coalición
de centro-izquierda, han proseguido con dicha tendencia, habiendo privatizado la operación de los puertos
e introduciendo esquemas de concesiones al sector privado de carreteras y aeropuertos.

EL (PRIMER) MILAGRO DE CHILE

Expresión acuñada por Milton Friedman para describir los resultados de las reformas de liberalización
económica que experimentó Chile durante la dictadura militar liderada por Augusto Pinochet entre 1973 y
1990 tras derrocar al presidente socialista Salvador Allende. La frase pretende evocar un paralelo con el
«milagro económico alemán», referido a la rápida recuperación económica de Alemania Occidental y
Austria después de la Segunda Guerra Mundial.

Estas reformas responden fundamentalmente a la implantación de una economía de libre mercado,


caracterizada principalmente por drásticas reducciones del gasto público y de la oferta monetaria,
privatización de las empresas estatales, eliminación de obstáculos para la libre empresa, reducción del
proteccionismo arancelario y fomento de la inversión extranjera.

A comienzos de 1973, Chile atravesaba una severa crisis económica, con una inflación del 606%, aunque el
índice de desempleo era tan solo del 4.3%. En 1983, después de diez años de reformas de libre-mercado,
el desempleo alcanzó el 22%.

La llegada al poder de la Junta Militar tras el golpe de Estado de 1973 que derrocó al gobierno de
Salvador Allende, se encontró con Chile en una situación económica grave, que si bien tenía el desempleo
controlado (4,6%), presentaba altas tasas de pobreza.

El objetivo de la Junta Militar era terminar al gobierno socialista, pero no implantar el liberalismo.
Muchas de las medidas de la dictadura fueron típicamente intervencionistas y un gasto público elevado
debido a la cultura militar de los dirigentes, lo que condujo a mantener malos índices económicos. Para
tratar de enderezar el rumbo económico, la dictadura militar confió el manejo económico a unos jóvenes
egresados de economía en la Universidad Católica, la mayoría con postgrado en la Universidad de Chicago,
universidad con quien había un convenio de colaboración y becas para estudiar allí. El plan económico era
pasar a una economía no regulada, abierta al mundo, con un Estado pequeño y subsidiario, de muy riguroso
equilibrio fiscal (limitar el gasto público y la burocracia), y el funcionamiento libre del mercado. Sus ideas
estaban influenciadas por las de Milton Friedman y otros exponentes del liberalismo económico, rivales
del keynesianismo, que influyeron a los jóvenes durante su estancia en Chicago.

Su primera intervención en el gobierno sería en la ODEPLAN (Oficina de Planificación Nacional), en donde


plasmaron sus ideas económicas en un documento conocido como “El Ladrillo”. La Armada de Chile, que era
la encargada del área económica dentro de la Junta Militar, se empezó a orientar por este texto, y con
asesoría a los Chicago Boys. Hasta entonces, se habían empleado métodos económicos tradicionales, que
no prosperaron: la inflación continuaba en torno al 300 %, el gasto público seguía alto y el precio del
cobre se desplomaba. En abril de 1974 la inflación había alcanzado un 746,2 %.

Para convencer a Augusto Pinochet (Jefe de la Junta Militar) de sus ideas, llevaron a Chile a Milton
Friedman. Friedman se reunió con Pinochet el 21 de abril de 1975 y en una corta charla de 45 minutos, le
dio sus propuestas para enfrentar la crisis económica.

"Un programa de shock como este podría eliminar la inflación en cuestión de meses. También fundaría las
bases necesarias para lograr la solución de su segundo problema- la promoción de una efectiva economía
social de mercado. (...) No hay un problema de reciente origen, sino que surge de tendencias al socialismo
que comenzaron hace 40 años y que alcanzaron su lógico, y terrible clímax, durante el régimen de Allende.
(...) Hace unos cuarenta años atrás, Chile, como muchos otros países, incluyendo el mío, se encausó en la
ruta equivocada- por buenas razones y sin maldad, ya que fueron errores de hombres buenos y no malos.
El mayor error, en mi opinión, fue concebir al Estado como el solucionador de todos los problemas, de
creer que es posible administrar bien el dinero ajeno.”

Carta de Milton Friedman a Augusto Pinochet (1975)

Finalmente la Junta Militar se inclinó por la opinión de los Chicago Boys y aplicó el tratamiento de shock,
que según Friedman tendría drásticos problemas en un inicio, pero con el paso del tiempo encauzaría la
economía una vez corregidos los desequilibrios. Esto se llevó a cabo aún en oposición a la opinión de los
economistas clásicos.

Los Chicago Boys ingresaron al gobierno en 1975, como parte del tratamiento de choque, haciéndose
cargo del Ministerio de Hacienda (Jorge Cauas), del Ministerio de Economía (Sergio de Castro, líder de
los Chicago Boys), y del Banco Central de Chile (Pablo Baraona).

Los efectos iniciales fueron graves. El PGB cayó en un 12 %, la tasa de desempleo creció hasta el 16,5 %,
y el valor de las exportaciones se redujo en un 40 %. Pero el sistema se empezó a afianzar a partir de
1977, iniciándose lo que se ha llamado el "boom", con cifras positivas en muchos ámbitos, pero con una
constante alta tasa de desempleo, de 17-15 %, debido entre otras cosas, a los despidos masivos de
empleados públicos, de funcionarios de las empresas privatizadas y la pérdida de empleo en sectores
manufacturero y exportador debido a las políticas cambiarías y de apertura de la economía.

El "boom" duraría hasta la crisis económica de 1982, fuertemente influida por la recesión mundial de
1980 y que formó parte de la crisis de la deuda latinoamericana que provocaron un alza en tasas de
interés y dificultades para acceder a nuevo crédito, debilitamiento de actividad real y una caída de
términos de intercambio (el cobre tuvo una abrupta caída de precio a inicios de 1980).

Chile quedó desprotegido a esta crisis internacional por su excesiva dependencia del mercado externo, el
excesivo endeudamiento privado (el crédito doméstico subió de 25 %, en 1976, al 64% del PIB en 1982) y
la fijación del dólar (switch a tipo de cambio fijo) lo que provocó una de las crisis más profundas que
afectaran a la nación en conjunto a la de 1930 y la de principios de los años setenta. Esto provocó una
caída del PIB de un 13,6 % (la caída más alta registrada por Chile desde la crisis de 1929), un notable
incremento del desempleo con tasas en torno al 20 % por varios años y la quiebra e intervención de
numerosos bancos e instituciones financieras (fue intervenido el 60 % del mercado del crédito).

En un contexto de falta de libertades civiles y de reiteradas violaciones de los derechos humanos, la mala
situación económica gatilló las protestas callejeras contra la dictadura militar, que se extendieron con
mayor o menor intensidad hasta fines de su mandato. Para 1982, industria se paralizó, las pensiones
privadas se quedaron sin valor, la moneda desfalleció. Las protestas y las huelgas de una población
forzaron a Pinochet a invertir curso. Renuente, el general restauró el salario mínimo y el derecho de
negociación de los sindicatos. Pinochet autorizó un programa para crear 500 000 empleos.

EL «SEGUNDO MILAGRO»

A Hernán Büchi, ministro de hacienda, se le considera el autor del segundo milagro económico chileno.
Ante la llegada de la crisis, el Régimen de Pinochet abandonó momentáneamente varias ideas de los
Chicago Boys, aplicando medidas de tipo keynesiano. Sin embargo, pasada la parte más cruda de la crisis,
volvió con el nuevo ministro de hacienda, Hernán Büchi en 1985. Para conseguir la reactivación, Büchi tomó
las siguientes medidas:

--- Fuerte reducción del gasto en el sector público, con medidas como rebajar el gasto social y las
jubilaciones.

--- Política de devaluación del peso en función del dólar muy fuerte, que sobrepasasen la inflación. De
esta manera, con el dólar alto, se favorecían las exportaciones y se restringían las importaciones.

--- Privatizaciones de las empresas que seguían siendo estatales como (CAP), Enersis, Endesa, Entel, CTC,
IANSA, LAN Chile, Laboratorio Chile y otras.

--- Privatización de los bancos intervenidos por el gobierno durante la crisis.

--- Control de las tasas de interés por el Banco Central y ya no por el mercado.

--- Descenso controlado de los aranceles.

El resultado de su gestión fue el retorno al liberalismo económico que implantaron los Chicago Boys, pero
de una forma mucho más controlada sin el ahínco y urgencia que le imprimieron sus antecesores y un
crecimiento económico que llevaría a Chile a duplicar su PGB en el lapso de diez años.

Por una parte, los partidarios del punto de vista de Friedman argumentan que la situación actual de la
economía chilena reivindica sus teorías, pues consideran que la firma de acuerdos de libre comercio con
EEUU, Canadá, China, Corea del Sur, y la Unión Europea evidenciaría un mayor desarrollo económico en
comparación al resto de los países latinoamericanos. En la misma nota, también remarcan la membresía
chilena en foros como la APEC y la OCDE.

Durante el desarrollo de los años 1980 y 1990 se extendió este sistema por el mundo, primero por
gobiernos conservadores como los de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, pero después de la caída del
comunismo sería adoptado por la mayor parte del mundo, incluidos los gobiernos socialdemócratas o
socialistas renovados.

Las críticas incluyen argumentos políticos, económicos e incluso históricos. Respecto a los argumentos
políticos, el principal alude fundamentalmente a la naturaleza ilegal e ilegítima de la dictadura militar,
independientemente de sus logros económicos. Se señala que el golpe de Estado que derrocó al presidente
Salvador Allende, dio inicio a un régimen que fue responsable de violaciones a los derechos humanos, por
medio de las cuales se mantenía vigente su política económica.

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EL 'MILAGRO' DE CHILE: DE PAÍS POBRE A PAÍS RICO EN 30 AÑOS

En los años 70, Chile empezó a abrir su economía de la mano de jóvenes liberales muy influenciados por
los trabajos de Milton Friedman

Libre Mercado, Diego Sánchez de la Cruz, 19/8/2016

https://www.libremercado.com/2016-08-19/el-milagro-de-chile-de-pais-pobre-a-pais-rico-en-30-anos-
1276580715/

En 1975, Chile era un país devastado por las políticas intervencionistas de Salvador Allende. A la ruina
socioeconómica se le sumaba la falta de libertades políticas. Y es que, en 1973, el golpe de Estado puso
punto final a la era marxista, e instauró un régimen militar que fue encabezado por Augusto Pinochet.
La recuperación plena de la democracia no llegaría hasta 1990. Dos años antes, Pinochet sometió su
permanencia en el poder a la voluntad mayoritaria de los chilenos. El "no" logró el 56% de los votos,
mientras que el "sí" consiguió un 44%. Desde entonces, Chile se ha convertido en una de las democracias
más estables de América Latina.

Años antes, en la segunda mitad de los años 70, Chile empezó a abrir su economía de la mano de jóvenes
liberales que estaban muy influenciados por los trabajos de Milton Friedman, que recibió el Premio Nobel
de Economía en 1976. Las reformas introducidas en aquellos años no solamente no han sido retiradas con
el paso del tiempo, sino que han sido profundizadas en muchos casos.

El sistema privado de pensiones, pilar de desarrollo

Quizá la más importante de estas reformas fue la del sistema de pensiones, encabezada por José Piñera.
Con este cambio se pasó del sistema de reparto a un modelo de capitalización en el que las cotizaciones
sociales se depositan en fondos de ahorro que controlan los propios trabajadores, que tienen libertad
para elegir si consignan sus aportaciones a inversiones más conservadoras o más arriesgadas.

Piñera fue entrevistado por el equipo de Libre Mercado en un programa especial de esRadio emitido en
2014. Según apuntó, "las pensiones se iban antes al hoyo del sistema de reparto, pero ahora van a una
cuenta que permite beneficiarse del milagro del interés compuesto. Cada trabajador se convierte así en
un propietario, pequeño capitalista. Esto genera pensiones más altas, y además se traduce en incentivos
muy positivos, porque el trabajador está llamado a ahorrar más, trabajar más, aportar más… Se recupera
el vínculo entre esfuerzo y recompensa. Después de treinta años, la rentabilidad media es del 9% después
de la inflación y el ahorro acumulado por los trabajadores chilenos ya equivale al 70% del PIB".

El que fuera ministro de Trabajo entre 1978 y 1980, tiene claro que la reforma de las pensiones confirma
"el poder de las ideas" y destaca que "la pobreza ha caído del 50% al 7,8% mientras que el PIB per cápita
ha subido de 5.000 a 23.000 dólares, gracias a las políticas liberales que se han aplicado en Chile".

La de las pensiones podría ser descrita como la madre de todas las reformas, pero también se
introdujeron medidas orientadas a expandir la libertad económica: reducción generalizada de aranceles y
trabas al comercio con el resto del mundo, reforma laboral orientada a reducir el peso de los sindicatos y
flexibilizar el mercado de trabajo, privatización de empresas nacionalizadas/expropiadas por Salvador
Allende, reducción del gasto público y de los impuestos, control de la inflación…

Con la llegada de la democracia, la mayoría de estas reformas han sido mantenidas e incluso
profundizadas. La legitimación democrática de las políticas liberales ha arrojado excelentes resultados
macroeconómicos. El gasto público sigue entre el 20% y el 25% del PIB, mientras que los ingresos fiscales
también se mueven dentro de dicha horquilla. La deuda pública ha pasado del entorno del 45% del PIB a
niveles cercanos al 20% del PIB.

El 'nuevo Chile'

El Chile que encontramos décadas después, en 2016, ocupa el puesto número 7 en el Índice de Libertad
Económica en el Mundo que elabora la Fundación Heritage y publica el think tank Civismo. En una escala de
0 a 100, recibe 85 puntos en derechos de propiedad, 73 puntos en ausencia de corrupción, 83 puntos en
control del gasto público, 75 puntos en sistema impositivo, 72 puntos en facilidad para hacer negocios, 64
puntos en flexibilidad laboral, 83 puntos en estabilidad monetaria, 86 puntos en apertura comercial, 85
puntos en facilidad para invertir y 70 puntos en la evaluación del sistema financiero.

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