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Las huellas de la enfermedad en los restos humanos

Article · January 2007

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Gonzalo J. Trancho
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Las huellas de la
enfermedad en los
restos humanos
Beatriz Robledo
Traces of illness in human Gonzalo Trancho*
remains

Resumen 1. Introducción

En el presente trabajo se muestra algunas de las alte- El individuo como reflejo del medio en el que se desa-
raciones patológicas que pueden ser detectadas en los rrolla, a la vez que depende de él como fuente de
registros arqueológicos: patología oral, enfermedades vida, está sometido a distintos factores de presión
congénitas, metabólicas, tumorales, infecciosas, trau- ambiental que afectan a su capacidad adaptativa
máticas y alteraciones degenerativas articulares. El (Robledo 1998). El estado de salud de cualquier grupo
análisis paleopatológico nos permite acercarnos a la humano influye en factores como la esperanza de
reconstrucción de la forma de vida de las poblaciones vida, el potencial reproductor y la capacidad de traba-
del pasado. A través de las enfermedades conocemos jar y aprender, labores todas ellas cruciales para el
las respuestas adaptativas de los diferentes grupos mantenimiento de una sociedad (Bush 1991). El aná-
humanos al medio que les rodea, nos permite valorar lisis paleopatológico permite abordar la valoración del
el grado de salud, el uso de tratamientos paliativos y estado físico a partir de los restos esqueléticos, oca-
la calidad de vida de nuestros antecesores. sionalmente analizar las razones de la detención o
ralentización del crecimiento e incluso determinar las
Abstract razones de la muerte. Por tanto, la Paleopatología per-
mite evaluar el grado de adaptación individual y
This work presents some of the pathological altera- colectiva a la presión sufrida durante el transcurso de
tions that can be detected in the archaeological la vida. Cuando se analiza una enfermedad a nivel
record: oral pathology; congenital, metabolic, tumoral, poblacional, a veces, se puede reconstruir el acceso
infectious and traumatic diseases; and degenerative diferencial a los recursos y la diversidad de respues-
changes in the joints. Paleopathological analysis per- tas individuales, teniendo en cuenta que existe un
mits us to approach the reconstruction of the ways of número importante de factores predisponentes que
life of human populations in the past. pueden contribuir a la formación de un determinado
Through disea-se we can know the adaptive respon- fenotipo: edad, sexo, nutrición, forma de vida, resis-
ses of different human groups to their environments tencia y susceptibilidad genética, entre otros muchos
and evaluate the degree of health and quality of life (Goodman et al. 1988; Wood et al. 1992).
of our ancestors. La Paleopatología sólo permite estudiar enfermeda-
des que dejan huella en el hueso o en el resto de teji-
dos si se analiza una momia. Algunas son relativamen-
Palabras clave: Enfermedad. Paleopatología. Trauma- te poco frecuentes, como es el caso de las enferme-
tismos. Enfermedad degenerativa articular. Patología dades infecciosas (tuberculosis, osteomielitis), neopla-
oral. sias (benignas o malignas), deformidades óseas, pro-
blemas endocrinos u hormonales, deficiencias alimen-
Key words: Disease. Paleopathology. Trauma. Dege-
nerative joint disease. Oral pathology.
* Dpto. Zoología y Antropología Física. Facultad de Biología. Universidad
Complutense de Madrid. E28040 Madrid. Correo electrónico: brobledo@
bio.ucm.es; gtrancho@bio.ucm.es

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ticias, desórdenes sanguíneos (talassemia, anemia, sic- dentarias, provoca una nutrición inadecuada, con lo
klemia), mientras que otras son más comunes, caso que disminuyen las defensas del organismo y se com-
de las lesiones traumáticas, osteoporosis, enfermedad promete el estado de salud general. Conocer estos
degenerativa articular o patologías orales. aspectos es ciertamente importante pero el estudio de
Material recuperado, estado del mismo, representa- la patología oral permite además una aproximación al
tividad de la muestra, técnicas y métodos de análisis, análisis de la dieta y a la determinación del tipo de
son entre otros, factores limitantes del estudio paleo- economía de los grupos humanos.
patológico. La propia elección de patologías a consi- La enfermedad oral más frecuentemente es la caries,
derar puede ser un elemento decisivo a la hora de lesión que afecta inicialmente al esmalte, pero que en
obtener información relevante sobre la capacidad ausencia de tratamiento, progresa, perforando la den-
adaptativa al medio. Desgraciadamente, la estructura tina hasta alcanzar la cámara pulpar. El análisis antro-
ósea reacciona sólo ante determinadas enfermedades, pológico de la prevalencia de caries de una población
y además pueden detectarse parecidas manifestacio- se ve condicionado por la necesidad de evaluar esta
nes macroscópicas en el hueso producidas por dife- patología en función de la edad y aceptar que al
rentes agentes etiológicos (Ortner y Putschar 1985; menos una parte de las pérdidas ante mortem son
Rogers y Waldron 1995). A pesar de todo, la localiza- generadas por caries que no son observadas como
ción de los cambios generados por algunas enferme- tales. Es obvio que la frecuencia de lesiones cariogé-
dades se distribuyen de manera muy característica, nicas depende de la edad del individuo ya que el
afectando, bien en una región concreta, o bien a par- número y la severidad de las lesiones aumenta según
tes del esqueleto determinadas, permitiendo identifi- envejecemos. Un problema añadido es que no siem-
car el factor causal de la lesión (Rogers y Waldron pre se cuenta con información relativa a las treinta y
1995). Aún así, el investigador de este campo, debe dos piezas dentarias presentes en la dentición defini-
ser consciente de la potencial interacción de múltiples tiva debido a su ausencia en el registro fósil. Por tanto,
factores en la aparición de algunas lesiones y dada la siempre obtenemos una subestima de la prevalencia
inespecificidad etiológica de muchas de ellas, optar de la enfermedad.
por un diagnóstico de presunción. Esto obligará casi Ocasionalmente puede producirse la formación de
siempre, a plantear diagnósticos de probabilidad, pro- una infección severa que interese a la cámara pulpar
poniendo las causas más probables del origen de la del diente y desde allí se propague hasta el alveolo
lesión teniendo en cuenta aspectos como sexo, edad, dentario a través del canal radicular formando un gra-
zona afectada, etc. nuloma. Este proceso originará finalmente un cambio
En el presente trabajo, se exponen de forma resu- en la estructura del hueso dando origen a un absceso,
mida, algunas de las patologías que se detectan en el orificio a través del cual drenará pus a la cavidad oral.
registro arqueológico con mayor frecuencia. Un aspecto de interés paleopatológico es la presen-
cia de paradontolisis, la enfermedad periodontal que
afecta al soporte óseo del diente. Morfológicamente
2. Patología oral se identifica por la modificación del reborde óseo del
alveolo dental ya que en lugar de aparecer de forma
Las piezas dentales son estructuras altamente minera- neta y definida se detecta la existencia de remodela-
lizadas por lo que soportan mejor que otras regiones ción y osteítis con una paulatina reducción de la altu-
anatómicas las alteraciones postdeposicionales. Esta ra del hueso (Lám. I). Si la patología se prolonga en
es probablemente la razón por la que son los restos el tiempo se produce la pérdida ante mortem del
que se detectan con más frecuencia en las inhumacio- diente por desaparición de soporte alveolar al que se
nes antiguas. Las manifestaciones de las patologías unen los ligamentos periodontales de la raíz dental.
orales son numerosas y suelen clasificarse en función La hipoplasia del esmalte dental es una alteración
de la causa que las generan (Lukacs 1989). Se consi- del desarrollo de la corona del diente por la que el
deran enfermedades infecciosas las producidas por un espesor del depósito del esmalte es menor del normal
microorganismo patógeno y las consecuencias secun- (Trancho y Robledo 2000). Puesto que la mineraliza-
darias de dicha infección (caries, abscesos, pérdida ción sólo se produce durante la edad de formación
ante mortem). Las alteraciones degenerativas repre- del diente, la hipoplasia es un indicador excepcional
sentarían una pérdida de tejido óseo o dental (caso de del registro de los acontecimientos del desarrollo que
la enfermedad periodontal); mientras que las lesiones sufrió el individuo durante la infancia. Su origen se
relacionadas con el desarrollo tendrían lugar durante relaciona esencialmente con la edad de destete, una
la formación del diente (hipoplasia) o del tejido óseo dieta inadecuada y/o enfermedades infecciosas gas-
de ambos maxilares (maloclusión). trointestinales que disminuyeron la capacidad de
Sufrir una salud dental deficiente conlleva serias absorción del alimento reduciendo la capacidad de
consecuencias para la salud física del individuo. En el síntesis de los ameloblastos, las células que sintetiza-
caso extremo, la edentación o pérdida de las piezas ron el esmalte (Goodman et al. 1984).

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Lám. I. Patología oral: osteítis, caries pulpar y abscesos alveolares. Santa María la Real (Palencia).

3. Enfermedades congénitas o malignidad de la lesión. Dentro de las neoplasias


benignas las más frecuentes son los osteomas, lesio-
Se trata de patologías que aparecen como consecuen- nes de crecimiento lento que, por lo general, apare-
cia de alteraciones del desarrollo embrionario bien cen en la bóveda craneal y tienen una forma similar a
por razones hereditarias o ambientales. En el registro una lenteja. También encontramos osteocondromas,
fósil son poco comunes, pero se detectan algunos resultado del crecimiento anormal del cartílago y el
casos de cierre prematuro de las suturas craneales, hueso, lesiones que suelen presentarse en las regio-
espina bífida o vértebras transicionales. Algunas de nes próximas a la zona metafisaria de los huesos lar-
estas lesiones pueden ser completamente asintomáti- gos. Estas patologías podrían ser asintomáticas.
cas, otras, sin embargo, causan limitaciones funciona- Las neoplasias malignas pueden ser de tipo prima-
les severas en el individuo o incluso pueden originar rio o manifestarse como metástasis, es decir, propaga-
la muerte. das desde otra zona del cuerpo. Son escasas en la
La lámina II muestra un caso de espina bífida ocul- bibliografía, bien porque sólo podemos detectar
ta que interesa a la primera vértebra cervical de un aquellas que afectan directamente al tejido óseo, bien
individuo femenino de edad adulta perteneciente al porque suelen aparecer a edades relativamente avan-
yacimiento medieval de Santa María la Real (Palencia). zadas y, quizás, en poblaciones antiguas no daba
La lesión se manifiesta como una fisura mediana en el tiempo suficiente a su posible desarrollo.
arco posterior. Los bordes aparecen redondeados y La lámina III muestra un detalle de la región nasal
sin signos de remodelación porque posiblemente de un individuo femenino perteneciente a la pobla-
estaban continuados por cartílago no osificado ción medieval de Wamba (Valladolid). Se aprecia la
(Camarillo et al. 2001). destrucción parcial del hueso como consecuencia de
un posible tumor cutáneo maligno, probablemente
secundario a un epitelioma cutáneo (Campillo 1993).
4. Enfermedades tumorales

Este tipo de afecciones son muy poco frecuentes en


los restos esqueléticos antiguos y en algunas ocasio-
nes ni siquiera se puede discernir sobre la benignidad

3
Lám. II. Espina bífida en la primera vértebra cervical. Santa María la Real (Palencia).

5. Enfermedades metabólicas activo perteneciente a la población de la Edad del


Bronce de Cerro del Alcázar ( Jaén).
Sin duda dentro de este apartado la lesión más fre- Sin duda uno de los problemas esenciales del estu-
cuente es la cribra orbitalia. Se trata de una lesión que dio de la cribra es el estado de conservación del techo
se localiza en el techo de las órbitas y se caracteriza orbitario. Por lo general, esa zona del cráneo no suele
por la perforación de la tabla ósea cortical con expan- preservarse completa y por ello no siempre es posible
sión del diploe, es en realidad una hiperostosis poró- determinar con seguridad la presencia o ausencia de
tica (Stuart-Macadam 1989, 1992). Este modelo morfo- lesión.
patológico puede aparecer también en distintas zonas
de la bóveda craneal dando origen a una lesión deno-
minada hiperostosis osteoporótica craneal o cribra 6. Enfermedades infecciosas
crania. Actualmente se relaciona con deficiencias
férricas ya tengan éstas origen hereditario (talassemia) Las enfermedades infecciosas son generadas por el
o ambiental (anemia ferropénica). Las anemias here- asentamiento de gérmenes patógenos en el hueso. Las
ditarias son muy poco frecuentes, mientras que las no más frecuentes en el hueso son las enfermedades pió-
hereditarias suelen ser consecuencia de dietas protei- genas que cursan con fiebre (osteomielitis), trepano-
no-calóricas inadecuadas o insuficientes, aumento de matosis (sífilis, frambesia y pinta), lepra, tuberculosis,
las necesidades metabólicas de este elemento duran- etc.
te la fase de crecimiento, mala absorción del tubo La osteomielitis alude a la infección del hueso y de
digestivo y/o hemorragias. la médula ósea; la contaminación patógena alcanza
La lámina IV muestra el techo de la órbita izquierda las estructuras óseas a través de distintas vías: torren-
de un individuo subadulto con cribra orbitalia de tipo te circulatorio, infecciones cutáneas, sinusales o den-

4
Lám. III. Lesión tumoral en la región nasal. Wamba (Valladolid).

tales, lesiones penetrantes o punzantes, etc. En la espondiloartritis tuberculosa o mal de Pott que afecta
lámina V se observa un fémur de la población medie- especialmente a la región vertebral. La alteración
val de Wamba (Valladolid) que tiene afectada la mitad comienza en las caras articulares de los cuerpos ver-
inferior de la diáfisis. Se trata de una lesión crónica tebrales, destruyendo el disco intervertebral y suele
que ha generado la formación de todo el conjunto de comprometer varias vértebras contiguas (Campillo
características típicas que pueden observarse a lo 2001).
largo del curso de la enfermedad. De ese modo, se ha En algunas ocasiones las enfermedades se pueden
producido un engrosamiento de la diáfisis que se ha asociar a una actividad o patrón económico, podría ser
visto acompañado de la aparición de secuestro (frag- el caso de la Brucelosis o fiebre de Malta. Se trata de
mento de hueso necrótico), involucro (hueso sano una enfermedad infecciosa transmitida por los ovicá-
que se forma alrededor del hueso necrótico) y cloa- pridos al hombre a través de la ingestión de leche sin
cas (aperturas en la superficie ósea que exponen el hervir o por el contacto directo y continuado con
tejido granular y los secuestros). dichos animales. Estas lesiones se detectan en las vér-
La lepra fue una de las enfermedades infecciosas tebras y se caracterizan por la alteración del borde
más temidas durante la Edad Media, pero en el análi- anterosuperior del cuerpo vertebral.
sis paleopatológico no siempre es posible detectarla
con facilidad, ya que afecta al tejido óseo en las últi-
mas etapas de la enfermedad. Suele generar lesiones 7. Enfermedad degenerativa articular
líticas en manos y cara, en especial, en la región naso-
alveolar llegando a producir la destrucción del paladar. Esta lesión es la más común de las enfermedades arti-
La tuberculosis tampoco se identifica de forma sen- culares. Las causas que la generan son muy distintas;
cilla, el tipo más descrito en paleopatología es la según Resnick (1998) se pueden distinguir factores

5
Lám. IV. Cribra orbitalia de tipo activo en un individuo infantil. Cerro del Alcázar (Jaén).

sistémicos (genéticos, obesidad, edad, sexo, actividad aparece la formación de nuevo hueso (osteogénesis)
física o laboral, osteoporosis, estado nutricional o y su destrucción (osteolisis). Se trata de una alteración
metabólico) y locales (traumas y/o deformidad pree- exostósica en la que se aprecia la existencia de un
xistente); dando origen respectivamente a las osteoar- reborde anómalo que rodea gran parte de la zona arti-
trosis primarias y secundarias. Alguno o algunos de cular del cóndilo externo y un área de pulido en el
los factores indicados pueden crear una situación en que se aprecian los surcos generados por el roza-
la cual las estructuras intra-articulares no pueden miento del cóndilo femoral. Este desbastado tan mar-
resistir las fuerzas físicas que se aplican sobre ellas y cado es consecuencia de continuar desarrollando una
se produce la alteración del cartílago articular. Tras la actividad locomotora tras la destrucción del cartílago
degeneración cartilaginosa la lesión se agrava, aumen- hialino. El pulido no sólo dañó el cartílago y el hueso
tando la inestabilidad, generando una modificación de la plataforma tibial, lógicamente también afectó a
cada vez más profunda del tejido óseo dando origen la epífisis distal del fémur. Naturalmente este indivi-
a una lesión crónica degenerativa. La enfermedad se duo presentaba una locomoción anómala en conso-
manifiesta básicamente de dos formas: mediante la nancia con la grave lesión de su rodilla derecha.
formación de nuevo tejido (proliferación marginal u
osteofitos, reacción del hueso subcondral, remodela-
ción del contorno articular, anquilosis, etc.) o median- 8. Enfermedades traumáticas
te su destrucción (erosión, cambios císticos y pérdidas
de hueso subcondral). Junto con los cambios degenerativos articulares, los
En la lámina VI se muestra, a modo de ejemplo, una traumatismos son la lesión más frecuente en las series
lesión degenerativa severa en la epífisis proximal de esqueléticas. En general el traumatismo representa las
una tibia perteneciente a un individuo adulto de la influencias extrínsecas a las que se somete el indivi-
Edad del Bronce de Cerro del Alcázar ( Jaén). En ella duo como consecuencia de numerosos factores, entre

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ellos el más importante es el cultural, es decir, las dife-
rentes estrategias de subsistencia pueden influir en la
incidencia y localización de las lesiones. Aunque no
existe acuerdo entre los investigadores de cual es el
momento concreto en el que se incrementa la violen-
cia humana, si parecen coincidir en que es resultado
de la competición por las distintas fuentes de recur-
sos. Además de los factores culturales también pue-
den afectar en la incidencia de traumatismos el sexo
y la edad.
No todos los traumatismos producen una fractura
ósea. Entre los traumatismos sin fractura podemos
destacar la dislocación y la periostitis. La dislocación
es la segunda causa de traumatismos esqueléticos;
consiste en el desplazamiento completo y persistente
de una superficie articular con la ruptura total o par-
cial de la cápsula o de los ligamentos (Aufderheide y
Rodríguez-Martín 1998). La gravedad de esta lesión
depende de la articulación afectada, el grado de dis-
locación y la duración. Las dos regiones que más
comúnmente se dislocan son el hombro y la cadera,
siendo la segunda más compleja de reducir.
La periostitis puede estar generada por traumatis-
mos repetidos (Trancho et al. 1996) y aunque suele
aparecer en cualquier punto del esqueleto, es más
común en los huesos largos, especialmente en la tibia.
Las estructuras óseas están recubiertas por el perios-
tio, una membrana que rodea al hueso excepto en las
zonas donde hay cartílago. Este tejido tiene como fun-
ciones principales proteger al hueso, aportarle riego
sanguíneo y, en caso de necesidad, producir nuevo
hueso. La periostitis representa una huella macroscó-
pica de la inflamación del periostio, pérdida de san-
gre y remodelación del tejido cortical acontecida tras
la lesión en una zona del esqueleto.
La elasticidad del hueso vivo nos permite tolerar
determinados movimientos, pero cuando se produce
una fuerza lo suficientemente importante como para
rebasar su capacidad de tensión, el hueso primero se
curva y finalmente puede terminar fracturándose
(Campillo 2001). La tensión que puede aplicarse sobre
el hueso puede ser de dos tipos: dinámica, producida
de forma repentina, o estática, donde la presión, ini-
cialmente baja, se incrementa gradualmente hasta que
se produce la fractura. Cuando se produce una ten-
sión excesiva y el hueso se separa en dos fragmentos
la fractura es completa; sin embargo decimos que es
incompleta cuando no llega a producirse una separa-
ción total, en ese caso la denominamos fisura (Ortner
y Putschar 1985).
La clasificación de las fracturas no sólo implica el
tipo de fuerza que las provoca sino la severidad,
entendida como la extensión de la fractura. Una frac-
tura simple es la que produce una sola separación del

Lám. V. Osteomielitis en la diáfisis femoral. Wamba (Valladolid).

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Lám. VI. Alteraciones de la epífisis proximal de la tibia debidas a enfermedad degenerativa articular. Cerro del Alcázar (Jaén).

hueso. Las patologías más graves producen muchos una fecha cercana a la muerte del individuo, la ausen-
fragmentos, y se denominan conminuta. En ambos cia de signos de curación puede dificultar e incluso
tipos el proceso traumático también puede dejar impedir que sea distinguida de una rotura post mor-
expuesto el hueso a través de la piel, en este caso se tem del hueso. En este caso toda la información que
llaman abiertas. Este tipo traumatismos suelen generar pueda ser recogida en el momento de la excavación
más complicaciones durante la fase de curación dado arqueológica es de vital importancia para el correcto
el posible riesgo de infección. diagnóstico posterior.
Al igual que existen factores que pueden incidir en El tratamiento de las fracturas está condicionado
la aparición de una fractura, también existen condi- por los conocimientos médicos del momento históri-
cionantes que pueden variar el proceso de curación co en que nos encontremos y por la accesibilidad a
de este tipo de lesiones. Por lo general, la fractura estos medios. En realidad, el tratamiento idóneo está
completa del hueso causa la rotura de los vasos san- regido por simples reglas de sentido común y la fre-
guíneos de la médula ósea, del periostio y, en ocasio- cuencia de fracturas curadas en restos arqueológicos
nes, de los músculos adyacentes provocando un gran antiguos así lo confirman. Para lograr una adecuada
hematoma alrededor de la zona afectada (Salter 2001). recuperación se deben seguir tres normas principales:
El proceso de curación implica distintos pasos: coagu- reducción de las partes rotas; inmovilización y man-
lación del hematoma, la sangre coagulada se une al tenimiento de la circulación sanguínea y tono muscu-
tejido nuevo y se transforma, gradualmente y de lar. Las fracturas conminutas y las simples con un
forma temporal, en un callo fibroso que es reempla- gran desplazamiento debieron tener un tratamiento
zado posteriormente por hueso primario y más tarde muy complicado en épocas antiguas, ya que incluso
por tejido óseo secundario hasta conseguir la recons- en la actualidad es necesario recurrir a técnicas qui-
trucción funcional de la estructura afectada. rúrgicas. Sin embargo, los restos óseos conservados
Si un traumatismo se produce en el momento o en en el registro fósil demuestran que en algunos casos

8
Lám. VII. Fractura mal alineada de la diáfisis femoral. Xarea (Almería).

estas lesiones se produjeron y hubo supervivencia, lar prematura. En la lámina VII se muestra la fractura
aún con claras limitaciones para el sujeto. consolidada del tercio medio de la diáfisis de un
Existen múltiples complicaciones que dificultan el fémur de un individuo femenino de la población
proceso de curación de una fractura, algunas generan medieval de Xarea (Almería). En este caso observa-
daños irreversibles e incluso pueden desembocar en mos como no ha existido una reducción adecuada de
la muerte del individuo. Entre las más frecuentes la fractura lo cual ha generado un acortamiento
podemos destacar la aparición de infecciones, necro- importante de la extremidad.
sis del tejido, pérdida de la inervación nerviosa, En algunos traumatismos el proceso de curación se
inadecuada reducción de la fractura, deformación ralentiza o es incompleto como consecuencia de una
ósea, artritis traumática o anquilosis de las articulacio- inadecuada inmovilización de la fractura durante la
nes. fase de consolidación. Se puede producir una inade-
En los restos antiguos la complicación que más fre- cuada mineralización del callo, permitiendo que los
cuentemente encontramos se debe a la deficiente bordes fracturados no lleguen nunca a unirse. A este
reducción ósea. Esta falta de alineación puede provo- proceso se le denomina pseudoartrosis. El resultado
car acortamiento del hueso, reducción de la movilidad final suele ser una disminución severa de la función
de las articulaciones próximas y degeneración articu- del miembro.

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