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Compañia en La Soledad
Compañia en La Soledad
¿Por qué no eligió la provisión más barata? La respuesta estaba en el sistema de entrega.
Sí, ella prefería pagar más y ver un ser humano que pagar menos y no ver a nadie.
Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido. Salmo 25.16
Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho. Riego mi cama con mis lágrimas. Mis
ojos están gastados de sufrir; se han envejecido. Salmo 6.6–7
Cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi
compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
La conoció en su familia.
Pero cuando Samuel pidió ver a los hijos de Isaí, nadie tomó en cuenta a David.
La expresión que usó Isaí, «el menor», «También tengo otro, pero es un mocoso». El mequetrefe de la familia.
Su inclusión en la familia real fue idea del rey Saúl. Su exclusión fue idea de Saúl también.
Si no se agacha, David habría quedado clavado a la pared por la espada del celoso rey.
Pero David eludió el golpe, y corrió. Durante diez años huyó. Se refugió en el desierto.
Dormía en cuevas, sobrevivía como los animales salvajes. Lo odiaban y perseguían como a una chucha.
Para David la soledad no era una experiencia ajena. Para usted tampoco.
2000 años la población de la tierra era de 250 millones de personas. Ahora 7 mil millones.
«Gracias, Señor, por todos nuestros amigos. Tenemos tantos, que no podemos dedicar tiempo a todos ellos».
Terminado el culto, un exitoso hombre de negocios me corrigió:
«Quizás usted tenga más amigos que los que puede ver. No es mi caso. Yo no tengo ni siquiera un amigo».
Una persona puede estar rodeada de una iglesia y todavía sentirse solo.
Sentir como si usted estuviera enfrentando la muerte solo, enf. la enfermedad s, enf. el futuro s.
Sea que ocurra en su cama, hospital, casa vacía o en medio de un bar muy concurrido,
la soledad se presenta cuando uno piensa: Me siento tan solo. ¿Le importa a alguien?
En vez de apartarnos de la soledad, ¿qué tal si nos volvemos hacia ella? ¿Podría ser que la soledad fuera no una
maldición sino un regalo? ¿Un regalo de Dios?
La soledad es cualquier cosa, menos un regalo. Quizás tenga razón, pero sígame por un momento.
¿Qué lo llevó a ello? ¿Qué hizo que usted escuchara música que nunca antes le había interesado? Sencillo.
Finalmente, cuando el silencio era tan imponente, usted decidió escuchar una canción que nunca había escuchado.
¡Cuánto desea Dios que usted escuche su música!
Tiene un ritmo que correrá por su corazón y una lírica que le conmoverá hasta las lágrimas.
La iglesia es aburrida. Una por una va quitando las opciones hasta que lo único que le queda es Dios.
Si es necesario silenciar todas las voces, Dios lo hará. Quiere que usted oiga su música.
Quiere que usted descubra lo que descubrió David y sea capaz de decir lo que David dijo: «Tú estarás conmigo».
Sí, Señor, tú estás en los cielos. Sí, tú gobiernas el universo. Pero sí, sí, sí, tú estarás conmigo. El Señor está conmigo.
Moisés lo proclamó: ¿Qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios
en todo cuanto le pedimos? Deuteronomio 4.7
Pablo lo anunció: «No está lejos de cada uno de nosotros» Hechos 17.27
En algún lugar en la pradera, en el desierto o en el palacio, David descubrió que Dios hablaba en serio cuando dijo:
«No te dejaré» (Génesis 28.15). «No dejaré a mi pueblo» (1 Reyes 6.13). «No abandonará Jehová a su pueblo» (Salmo
94.14). «Jehová tu Dios … no te dejará, ni te desamparará» (Deuteronomio 31.6).
Puede enfrentar la muerte, pero no está solo al enfrentarla; el Señor está con usted.
Puede enfrentar el desempleo, pero no está solo al enfrentarlo; el Señor está con usted.
Puede enfrentar graves luchas matrimoniales, pero no está solo al enfrentarlas; el Señor está con usted.
Puede enfrentar deudas, pero no está solo al enfrentarlas; el Señor está con usted.
uando uno sabe que Dios lo ama, no se va a desesperar porque no tiene el amor de otros.
¿Ha ido alguna vez a comprar al mercado con el estómago vacío? Compra todo lo que no necesita. Llenar su barriga.
Cuando usted está solo, saca cosas de la estantería, no porque las necesite, sino porque tiene hambre de amor.
Por temor de no caer bien, tomamos drogas. Por temor de no destacarnos, usamos cierta clase de ropa. Por temor de
parecer poca cosa, nos endeudamos y compramos una casa. Por temor de pasar inadvertidos, nos vestimos para seducir
o para impresionar. Por temor de dormir solos, dormimos con cualquiera. Por temor de no ser amados, buscamos amor
en lugares malos.
Si una temporada de soledad es la manera de Dios de enseñarle a oír su canción, ¿no cree que vale la pena?