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FACULTAD DE DERECHO
Tema:
• DERECHOS CULTURALES. JURISPRUDENCIA DE LA
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Y
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Integrantes de grupo
• ALFARO YOPLAC, YIRO JEAN PIERO
• ÁNCHEZ AMPUERO, FRANK MICHAEL
• CABELLO GUZMAN, ROSA OLENKA BRIGHETH
• QUINTANA DE JESÚS, KARLA CAMILA
Trujillo-Perú
2021
1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 5
2 CONTENIDO...................................................................................................................................... 6
5 REFERENCIAS .................................................................................................................................. 34
1 INTRODUCCIÓN
¿Cómo podemos definir a los derechos culturales?: La palabra «derechos» significa poderes
jurídicos garantizados jurisdiccionalmente y por otros mecanismos jurídicos. En este caso,
no estamos ante derechos comunes, subjetivos y generales, por el contrario, hacemos
referencia a unos derechos singulares y fundamentales -poderes jurídicos superiores,
especialmente protegidos por un sistema de garantías que no disfrutan los derechos
subjetivos ordinarios, definidos como derechos humanos.
Entre esas garantías encontramos las constitucionales, frente a la reforma de los textos en la
interpretación del propio texto constitucional. Se ha dicho, que los derechos fundamentales
dominan a las mayorías, considerando, que ese es su baluarte dentro del sistema jurídico,
pues hay toda una serie de mecanismos jurisdiccionales: como los juicios de amparo que
son procedimientos sumarios, privilegiados y urgentes de protección a estos derechos. Por
otro lado, estos también constituyen fines primarios del Estado que deben orientar la
actuación de los poderes públicos.
Los derechos culturales están delimitados por el adjetivo "cultural", en este sentido se
descubre una de las aristas problemáticas, pues hay dos acepciones de cultura en esta
expresión concreta: una que se restringe a los pueblos minoritarios y otra que implica que
son derechos que afectan a todos los ciudadanos.
Las primeras normas jurídicas en el ámbito internacional provienen del Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del año 66, es ahí donde por primera vez se
estampa en un texto importante esta expresión y se recoge en el sentido amplio y abierto.
Sin embargo, el desarrollo inmediato que ha experimentado y en el que se ha visto envuelto
ha sido, precisamente, lo que lo ha limitado a los grupos minoritarios que reivindican una
realidad de debilidad frente al grupo mayoritario.
Este es uno de los grandes errores con los que nos enfrentamos en este momento haber
aceptado una propuesta que sitúa a los derechos culturales como una reivindicación de las
minorías frente a las mayorías; cuando los derechos culturales forman parte del patrimonio
de todos los seres humanos.
2 CONTENIDO
2.1 DERECHOS CULTURALES
2.1.1 ¿QUÉ SON LOS DERECHOS CULTURALES?
ONU, 2009) Derechos de toda persona sin distinción a tomar parte libremente en la vida
cultural de la comunidad, se refiere a acceder, participar como ciudadano y contribuir en la
vida cultural que sea de nuestra elección. Son los derechos, las libertades y las
responsabilidades de un individuo para elegir y expresar su identidad cultural.
Los derechos culturales, al igual que otros derechos humanos, son “expresión y exigencia
de la dignidad humana.
- la libertad de influencias externas, que refiere a la protección de los recursos para que
respondan a los mandatos centrales, libre de beneficios particulares (Fukuyama, 2013;
Bersch, Praça, & Taylor, 2012).
Tercero, existen barreras para la entrada y salida, dado que los costos de entrar a un
mercado son elevados a lo largo de la cadena de valor de las industrias culturales y las
artes. Ello genera que el mercado no tenga las características de un mercado perfectamente
competitivo.
La participación cultural tiene como objetivo producir una experiencia cultural a través de
un acto intencional que implica la capacidad, disposición y oportunidad de recibir una
expresión cultural (Aguado, 2015; Unesco, 2016; Unesco, 2005). Incluye no solo recibir
actividades, bienes y servicios culturales producto del trabajo creativo de los artistas, sino
también participar de las experiencias culturales producto de la creatividad cotidiana y de la
libertad sustantiva de todos y todas para cocrear versiones de cultura (es decir, la gama
enormemente diversa de prácticas culturales y creativas que tienen lugar fuera de las artes
creativas financiadas con fondos públicos y las industrias creativas.
2.1.5 BASE LEGAL
2.1.5.1 REFERENTES NORMATIVOS NACIONALES
Constitución Política del Perú (1993) señala que el Estado tiene el deber de reconocer y
proteger la pluralidad étnica y cultural de la Nación (Art.2°, numeral 19), proteger el
patrimonio cultural de la Nación (Art.21°), y propiciar el acceso a la cultura y fomentar su
desarrollo y difusión” (Art.2°, numeral 8). En este sentido, el Art.2° de la Constitución
señala que toda persona tiene derecho “a la igualdad ante la ley” (numeral 2), “a las
libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la
palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa
autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley”
(numeral 4), “a su identidad étnica y cultural” (numeral 8), “a participar, en forma
individual o asociada, en la vida política, económica, social y cultural de la Nación”
(numeral 17), y “a la libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica, así como
a la propiedad sobre dichas creaciones y a su producto” (numeral 19).
-Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006)
2.1.5.2.2 OIT
-Convenio N°169 de la Organización Internacional del Trabajo relativo a los pueblos
indígenas y tribales en países independientes.
2.1.5.2.3 UNESCO
-Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado y
Reglamento para la aplicación de la Convención (1954)
-Convención sobre las Medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la
importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales
(1970)
2.1.5.2.4 OEA
-Carta de la Organización de Estados Americanos (1948)17
2.1.5.2.5 OTROS
-Convenio de Berna para la Protección de Obras Literarias y Artísticas (1886)
De igual manera determino que se les proporcionara: un área donde producir sus cultivos,
para su desarrollo como población, dando lugar a la presencia de la comunidad de indígenas
con territorio delimitado, siendo reconocido y protegido por el Estado.
Luego en el año 1851, el presidente Castilla, después del boom del guano de las islas, se
terminó eliminando el tributo y la esclavitud, lo que ocasiono que las tierras comunales
dejasen de estar protegidas, para dar paso a los siguientes periodos, donde se llevó cabo la
expansión de haciendas sobre las tierras de su comunidad.
2.1.1.2 LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA SELVA
Durante el periodo colonial, los pueblos que habitaban la selva no fueron conquistados ni por
los incas ni españoles, por lo cual mantuvieron su nombre, lengua, costumbres, motivo por
el cual hoy tenemos en el Perú decenas de familias lingüísticas, siendo nombrados como los
“salvajes”.
Más adelante en los años cuarenta del siglo xx; donde son explotados brutalmente por los
caucheros al relacionarse con ellos, produciendo la reducción de la población indígena de la
Amazonía.
2.4.3 INTERNACIONALES
2.4.3.1 ONU
Derechos los Pueblos Indígenas" señala que es obligación de los Estados y de la ONU,
promover su cumplimiento. Establece además que el Foro
Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU debe promover que los países tengan
en cuenta esta declaración al crear sus leyes, así como las instituciones administrativas al
tomar sus decisiones y los tribunales al dictar su veredicto en los juicios. Así también deben
supervisar cómo se cumple esta declaración en la realidad (Art. 42).
2.4.3.1 OEA
La Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas" señala que es
obligación de los Estados garantizar el pleno goce de los derechos humanos reconocidos en
esta declaración, promover la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas, la
adopción de las medidas legislativas y de otra índole, que fueran necesarias para hacer
efectivos los derechos reconocidos en esta declaración (Art. XXXI). Además, señala que la
OEA tomará las medidas necesarias para promover el pleno respeto, la protección y la
aplicación de las disposiciones contenidas en esta declaración y velará por su eficacia (Art.
XXXVIII).
Trata de la capacidad para acceder, gozar y ejercer derechos, así como para asumir y cumplir
deberes y obligaciones de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, las formalidades
que se contemplen para dicha garantía pueden adecuarse o ampliarse en atención a los
principios de interpretación constitucional, tales como el principio de unidad de la
Constitución y el principio de concordancia práctica.
a. las aguas: superficiales y subterráneas; el suelo, subsuelo y las tierras por su capacidad
de uso mayor: agrícolas, pecuarias, forestales y de protección; la diversidad biológica:
como las especies de flora, de la fauna y de los microorganismos o protistas; los recursos
genéticos, y los ecosistemas que dan soporte a la vida; los recursos hidrocarburíferos, hidro
energéticos, eólicos, solares, geotérmicos y similares; la atmósfera y el espectro
radioeléctrico; los minerales; los demás considerados como tales.
Ley Orgánica para el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales Artículo 5.- Los
ciudadanos tienen derecho a ser informados y a participar en la definición y adopción de
políticas relacionadas con la conservación y uso sostenible de los recursos naturales. Se les
reconoce el derecho de formular peticiones y promover iniciativas de carácter individual o
colectivo ante las autoridades competentes, de conformidad con la ley de la materia.
La Comisión presentó este caso con el propósito de que la Corte decidiera si el Estado violó
los Art. 1 (Obligación de Respetar los Derechos), 2 (Deber de Adoptar disposiciones de
Derecho Interno), 21 (Derecho a Propiedad Privada) y 25 (Protección Judicial) de la
Convención, ya que Nicaragua no ha delimitado las tierras de la Comunidad “Awas Tingni”,
no tomo medidas efectivas que aseguren los derechos de propiedad de la Comunidad en sus
tierras remotas y recursos naturales.
De igual manera, solicitó a la Corte, declare que el Estado establezca un procedimiento
jurídico que permita la rápida delimitación y reconocimiento oficial de los derechos de
propiedad de la Comunidad Mayagna; abstenerse de otorgar concesiones donde se
aprovechen los recursos naturales de las tierras usadas y ocupadas por Awas Tingni.
Por último, el Estado fue condenado a pagar una indemnización compensatoria justa por
daños materiales y morales que la Comunidad sufrió, pago de costas y gastos originados en
los tramites del caso en la jurisdicción interna y el Sistema Interamericano.
3.1.2 COMPETENCIA
La Presente Corte es competente para conocer del presente caso, en términos del artículo
62.3 de la Convención.
El 05/02/96 la Comisión inició los trámites del caso y envió al Estado las partes referentes de
la petición, solicitando a éste que remita la información determinada en un periodo de 90
días, luego el 31/10/97 la Comisión solicitó al Estado que tome las medidas cautelares que
fueran precisas para suspender la autorización otorgada a SOLCARSA; Además el 03/03/ 98
la Comisión Interamericana aprobó el Informe No. 27/98, donde concluyó lo siguiente:
Sobre los actos y omisiones examinados, el Estado de Nicaragua no cumplió con sus
obligaciones de acuerdo con la Convención Americana de D.D.H.H., al no delimitar
las tierras de la Comunidad Awas Tingni, ni tampoco haber realizado las medidas
efectivas que garanticen los derechos de propiedad de la Comunidad en sus tierras.
El Estado de Nicaragua, es responsable por atentar contra el derecho a la propiedad
en forma activa del Art. 21 de la Convención, al otorgar una autorización a la
compañía SOLCARSA para ejercer en las tierras de Awas Tingni labores de
construcción de carreteras y de explotación maderera, sin el permiso de su respectiva
Comunidad.
El Estado de Nicaragua no garantizó un recurso o medio eficaz para responder a las
reclamaciones de la Comunidad Awas Tingni sobre sus determinados derechos a
tierras y recursos naturales según el Art. 25 de la Convención.
Por último, Nicaragua solicitó a la Comisión Interamericana que hiciese por concluido el
caso; el 28/05/98 la Comisión decide presentar el caso ante la Corte.
3.1.5 PRUEBA
3.1.5.1 PRUEBA DOCUMENTAL
Con el escrito de demanda la Comisión Interamericana presentó copia de 58 documentos
contenidos en 50 anexos. Al presentar su contestación a la demanda el Estado adjuntó copia
de 16 documentos contenidos en 14 anexos. Durante la fase de excepciones preliminares el
Estado presentó copia de 26 documentos. El 20 de diciembre de 2000, a solicitud de la
Corte, el Estado presentó copia de un documento, Mediante nota de 29 de enero de 2001 la
Comisión aportó 3 documentos. El 10 de agosto de 2001, junto al escrito de alegatos
finales, la Comisión presentó un documento como anexo a dicho escrito.
En 1992 la Comunidad firmó un contrato con la empresa MADENSA, sin contar con
asesoría. Los líderes de la Comunidad manifestaron a los representantes de MADENSA
que tenían título sobre esas tierras en el sentido de que tenían derecho a ellas por su
posesión histórica. Luego firmaron otro convenio con MADENSA, contando con asesoría y
con la participación del MARENA, el cual adquirió el compromiso de ayudar a la
Comunidad en la demarcación de su territorio, pero esto no se cumplió. c. Testimonio de
Theodore Macdonald Jr., antropólogo
La Comunidad Awas Tingni elaboró un mapa, en el año de 1992 aproximadamente, sin
contar con su asesoría, lo realizaron por sí mismos y lo presentaron al empezar el estudio
del testigo. Según los Mayagna, ese mapa representa el territorio que les pertenece. En
dicho mapa se puede ver la frontera, el lugar donde se asienta la comunidad principal,
donde se ubican otras comunidades, los sitios sagrados y otros lugares más antiguos en los
que han vivido antes. También se ve el Río Wawa, que corre desde el oeste y llega a la
Costa Atlántica.
En cuanto a la prueba documental aportada por la Comisión y por el Estado que no fue
controvertida ni objetada, ni cuya autenticidad fue puesta en duda, este Tribunal le da valor
y la incorpora al acervo probatorio del presente caso.
Dadas las características del presente caso, es menester hacer algunas precisiones respecto
del concepto de propiedad en las comunidades indígenas. Entre los indígenas existe una
tradición comunitaria sobre una forma comunal de la propiedad colectiva de la tierra, en el
sentido de que la pertenencia de ésta no se centra en un individuo sino en el grupo y su
comunidad.
vulneraciones a los demás derechos reconocidos por la Constitución, con excepción del
derecho al acceso a la información y a la autodeterminación informativa, que se tutelan por
medio del hábeas data.
Por otro lado, considera pertinente en el presente caso recordar que ante situaciones en las
que se advierta la falta de conexidad con la libertad, no solamente cabe la improcedencia de
la demanda o su anulación a fin de que sea tramitada desde un principio como proceso de
amparo. Es posible también que el Tribunal Constitucional reconvierta el proceso de hábeas
corpus en uno de amparo, a fin de resolver el conflicto constitucional. Al respecto, este
Colegiado, en uso de su autonomía procesal, ha previsto reglas para la reconversión de
procesos de hábeas corpus a procesos de amparo [STC 05761-2009-PHC/TC, fundamento
27]. En tal sentencia se determinan los principios y límites para la conversión de los
procesos constitucionales:
a) La conversión no es obligatoria para los jueces constitucionales de primera instancia,
más sí para los de segunda y última instancia; b) La conversión deberá observar que el
plazo de prescripción de la demanda no haya vencido; c) La conversión deberá verificar la
legitimidad para obrar del demandante; d) La conversión en ningún caso podrá variar el
petitorio ni la fundamentación fáctica de la demanda; e) Ha de existir riesgo de
irreparabilidad del derecho; y, f) La conversión deberá preservar el derecho de defensa
del demandado.
En tal sentido, esta Sentencia cumple los requisitos impuestos por la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional a fin de permitir la conversión del presente proceso de hábeas
corpus en uno de amparo.
Por añadidura, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre el cual
el Tribunal emitió la STC 05427-2009-PC/TC, en la que se hizo referencia a la
inconstitucionalidad indirecta por omisión por parte del Ministerio de Energía y Minas al
no haber reglamentado el referido convenio. O por el solo hecho de que tal convenio
internacional no haya sido implementado en nuestro ordenamiento jurídico sino luego de
más de 15 años desde su aprobación. Específicamente para el caso de los pueblos
indígenas, estos no solo legitiman sus derechos especiales en virtud de la distinción
cultural, sino también por elementos históricos. En efecto, los pueblos indígenas u
originarios, existentes desde antes de la creación del virreinato del Perú y de la República
del Perú, ejercían hasta ese momento soberanía sobre sus territorios [artículo 1b) del
Convenio 169]. Esto implica la autonomía en la toma de decisiones políticas de tal
comunidad, incluyendo además la aplicación de sus costumbres jurídicas a fin de resolver
conflictos sociales surgidos dentro de la comunidad. Pero esta realidad varió
considerablemente con el proceso de conquista y de creación y expansión del Estado
peruano, que decidió obviar toda diferenciación cultural a fin de iniciar la construcción de
una sola identidad nacional.
En ese sentido, el artículo 7 del Convenio 169 establece que “Los pueblos interesados deberán tener
el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida
en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que
ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo
económico, social y cultural.
Es por ello que, debe considerarse que esta autonomía no implica que las autoridades estatales no
puedan, en el ejercicio de sus funciones fiscalizadoras, ingresar, a fin de cumplir tales labores. Pero
tal intromisión en el territorio indígena tendrá que ser debidamente justificada por la autoridad
administrativa. De igual forma, este Tribunal estima importante resaltar que, en virtud del Convenio
169 y la Ley N.º 29785, el Estado está obligado a consultar previamente a los pueblos indígenas
aquellos actos administrativos o legislativos que pudieran afectarles directamente.
Asimismo, ordena la Sala Mixta y Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Madre
de Dios emita una nueva Resolución conforme a los fundamentos de la presente sentencia.
También, ordena que cesen los actos de violación del territorio de la propiedad comunal y de
autonomía de la Comunidad Nativa Tres Islas vinculados a este caso.
4 CONCLUSION
En conclusión, podemos definir a los derechos culturales como aquellos derechos relativos
referidos a temas como la lengua; la producción cultural y artística; la participación en la
cultura; el patrimonio cultural; los derechos de autor; las minorías y el acceso a la cultura,
entre otros. Son derechos relacionados con la identidad individual y colectiva.
En ese sentido, el derecho a la consulta como aquel derecho colectivo de los pueblos
indígenas que permite que los mismos participen activamente antes de la aprobación de una
medida legislativa o administrativa y antes de la autorización de proyectos de desarrollo de
gran envergadura. Asimismo, este derecho es importante, ya que efectiviza garantiza el
respeto del derecho de los pueblos indígenas a determinar en sus propias prioridades de
desarrollo. Por ello, no puede ser entendido como un proceso de información sino como un
proceso de diálogo que busque el acuerdo o consentimiento entre el Estado y los pueblos
indígenas.
La entidad encargada de llevar a cabo el proceso de consulta será aquella que promueva la
aprobación de la medida o autorice el desarrollo del proyecto. El desarrollo del proceso de
consulta deberá contar con el apoyo y supervisión de la entidad nacional especializada en
materia indígena. Por ello, resulta necesario contar con una entidad encargada de las políticas
públicas respecto a los pueblos indígenas que cuente con independencia en la formulación
de sus objetivos a fin de poder cumplir con las demandas de los pueblos indígenas.
5 REFERENCIAS
Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79.
Corte IDH. Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam. Sentencia del 28 de noviembre de
2007. (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas)