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UNIDAD II DERECHO

INDIVIDUO Y PERSONA

Hablamos todo el tiempo de personas y personajes, de individuos, sujetos y seres humanos,


cuando no de fulanos, tipos, pibes y hasta chabones. También decimos que un compañero/a tiene
“mucha personalidad” cuando entendemos que sabe lo que quiere y no se deja llevar por las
opiniones de los demás. Sin embargo, los psicólogos nos explican que todos tenemos personalidad
porque somos diferentes unos de otros, de acuerdo con las experiencias personales que cada uno
ha tenido.

La ley establece que una compañía o un club tienen personería jurídica. Por supuesto que una
compañía o un club no son una persona sino una organización formada por personas que van y
vienen. Pero como conjunto la empresa o institución se compromete a cumplir las leyes, a pagar
los sueldos o a cuidar el ambiente. Una empresa, un club deportivo, una organización civil no son
personas, pero sus miembros son colectivamente responsables ante la justicia, de manera que la
empresa tiene “personería” porque colectivamente tiene responsabilidades, como si se tratara de
una sola persona.

Hay una idea de persona en la que estamos todos de acuerdo. Si bien ya hemos empezado a
reconocer los derechos de los animales y del medio ambiente, nadie diría que el perro o el gato
que conviven con nosotros como mascotas son personas. Tanto nuestras mascotas como los
animales salvajes tienen derecho a no ser sometidos a crueldades. Todos estamos de acuerdo en
que, precisamente las personas que maltratan a los animales se comportan de un modo inmoral.
Sin embargo mi perro es único. No lo llamo “perro”, que es el nombre de su especie, sino “Boby” o
con cualquier otro nombre propio. “Boby” no es un perro cualquiera, tiene rasgos únicos y tiene
una relación única con su amo. No es una persona pero es un individuo.

Esta palabra “individuo”, significa único o indivisible. La inventó el escritor romano Cicerón cuando
tenía que traducir al latín algunos tratados de los atomistas. Los atomistas eran filósofos griegos
que ya habían imaginado el átomo hace 2600 años. Pensaban que la materia se podía dividir en
partes cada vez más pequeñas, hasta encontrar una partícula última que ya no se pudiese dividir
más y la habían llamado “átomo” que significa “indivisible”. Cicerón no encontró otra palabra
mejor en latín que in- dividuum (in- divisible) y nos dio la palabra individuo.

Todos somos individuos, también los animales, las plantas y hasta las piedras. Individuo es
cualquier entidad singular que se diferencia de todas las otras de su especie. Una piedra es un
individuo porque no existen dos piedras idénticas, y aunque las hubiera, de cualquier modo serían
dos.

Tampoco existen dos individuos humanos iguales, por más parecidos que sean. Hasta los gemelos
idénticos, que comparten su patrimonio genético, tienen personalidades distintas. Aunque hayan
sido criados juntos dentro de la misma familia y hayan compartido experiencias semejantes, cada
uno las vivió a su manera, de modo que su historia personal es diferente. Lo mismo pasaría con un
clon: sería otra persona.

¿Quién de todos modos no desearía ser reconocido como único, como distinto de los demás y si
fuera posible, mejor que los otros?

CARAS Y CARETAS

En la vida social, todos cumplimos distintas funciones, en las cuales la sociedad espera que nos
comportemos de determinada manera. Se espera que seamos divertidos y comprensivos con los
amigos, serios pero amables en el trabajo y muchas otras cosas más según sea la actividad que
estemos desarrollando.

De algún modo, todos representamos ciertos “papeles”, como si fuésemos actores. Nos
mostramos tal como somos sólo delante de aquellas personas con las que tenemos confianza.

Hay personas que se presentan con frecuencia en la televisión o en las revistas y se comportan de
un modo llamativo, simpático, desconcertante o desagradable. Se dice de ellos: ¡Es todo un
personaje! Sin embargo cuando una de estas personas comienza a tener fama decimos que “se la
cree”. Poco a poco se identifica con el personaje que ha inventado, como si fuera un actor y es
muy improbable que alguien llegue a conocerlo tal cual es.

En el lenguaje cotidiano, decimos que es “careta”, “un fachero” o un “trucho”: alguien que exhibe
una cara que no es la verdadera.

Parece que los griegos pensaban lo mismo, cuando inventaron la palabra “persona”. En el teatro
griego los actores usaban máscaras para personificar reyes, héroes y heroínas. De este modo, el
actor dejaba de ser él, para representar el rol del otro.

Luego el Derecho Romano comenzó a denominar “personas” a los ciudadanos que poseían
derechos para distinguirlos de los esclavos, que carecían de ellos.

DERECHOS Y DEBERES

Hacia el final del Imperio Romano, el filósofo Boecio proporcionó la definición clásica de persona
como “sustancia individual de naturaleza racional”. Como el único ser racional conocido es el
humano, la definición de Boecio resumía tanto el carácter individual (todas las personas son
diferentes) como el espiritual (las personas poseen el pensamiento)

Dentro de la idea de persona se resumen varios conceptos fundamentales:

Por su racionalidad, el hombre puede anticipar las consecuencias de las acciones que realiza antes
de tomar una decisión. Por eso decimos que tiene responsabilidad, mientras que un animal no es
responsable de sus actos ya que las lleva a cabo por necesidad o por instinto.
El hombre tiene conciencia de lo que hace y capacidad para tomar decisiones porque es libre de
elegir.

Conciencia, libertad y responsabilidad constituyen la base sobre la cual podemos afirmar que la
persona tiene derechos y deberes.

RESPONDER

1) ¿Todos tienen personalidad?


2) ¿Qué es la personería?
3) ¿Qué es un individuo y qué es una persona?
4) ¿Todos los individuos son personas?
5) ¿Qué diferencia hay entre persona y personaje?
6) ¿Por qué las personas tienen derechos y deberes?

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