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El oasis subterráneo
Ana Velázquez Olivera
Figura 2. Porosidad por acumulación de sedimentos y porosidad por grietas y fracturas. Para
generar una zona saturada los poros deben estar interconectados permitiendo el movimiento
del agua.
Figura 3. En esta figura puedes observar un acuífero libre marcado con la letra A, es un
acuífero granular (su porosidad se debe a la acumulación de sedimentos), pero también tiene
zonas donde está fracturado (parte izquierda), y la lluvia se puede infiltrar por todo el terreno.
Debajo de este acuífero hay uno semiconfinado, letra B, y en él la recarga sólo se efectúa en
la zona izquierda, o sea que su recarga es mínima. El pozo (2) que conecta con este acuífero
tiene más agua que el del acuífero libre porque el agua está a presión entre los poros y al
quitársela sube hasta su nivel real, al que se encontraría si no estuviera cubierta por pesadas
Por último, los acuíferos semiconfinados son básicamente como los confinados
pero con una capa rocosa sobre ellos que permite que les llegue agua de
manera muy lenta o la capa que los confina se interrumpe haciéndolos libres
en ciertas zonas. El acuífero de Piedras Negras, en Coahuila, es un buen
ejemplo de esto. Este acuífero está confinado por un paquete de rocas, pero
hay zonas donde el paquete no existe y se lleva a cabo una recarga y
descarga de agua.
Y las cosas se ponen peor porque a veces nos topamos con que en un
mismo lugar existen acuíferos libres, confinados y semiconfinados, o tenemos
un acuífero libre con diversos materiales que hacen que el agua fluya más
rápido en ciertas zonas que en otras, etc. Lo que sí es claro es que cada
acuífero se originó en un tiempo geológico determinado y en relieves muy
diferentes unos de otros.
Muchas veces se dice que los geólogos son muy imaginativos porque tienen
que armar con pocos datos la historia geológica de un lugar. Seamos como
ellos un momento, imagina que estás frente a un acuífero libre, y que de
pronto hace erupción un volcán sepultándolo completamente, entonces se
produciría un acuífero confinado o se detendría la recarga en ciertas zonas. O
imagina que un acuífero pierda gradualmente su agua porque se abrió una
gran falla por movimientos tectónicos, etcétera. El planeta está en constante
movimiento y por eso existen acuíferos dispersos por todo el mundo, algunos
son más profundos que otros o de mayor volumen que otros, en definitiva
cada uno cuenta una historia diferente.
La ley de Darcy
En la figura 3 se muestra con flechas azules hacia dónde se dirige el flujo de
agua, así que todo parece muy obvio, pero si de pronto cavaras y encontraras
agua subterránea ¿cómo sabrías de dónde viene y hacia dónde va, qué
velocidad tiene y cuánta puedes extraer? Este problema lo resolvió el ingeniero
francés Darcy en el siglo XIX. Cuando acabó la carrera de ingeniería se enteró
Si utilizamos una arena más fina o gruesa y movemos de nuevo todas las
variables, se vuelve a cumplir la ecuación anterior, sólo cambia la
conductividad hidráulica (K). Por lo cual Darcy concluyó también que la
conductividad hidráulica es una constante propia y característica de cada
material rocoso. Actualmente existen tablas que nos marcan el valor de la
conductividad hidráulica (K) según el material rocoso que encontremos en el
subsuelo, ya sean arcillas, arenas, gravas, calizas, etc., para poder calcular el
caudal de agua que puede ofrecer un acuífero.
Ahora bien, las unidades de Q son L³/T, la sección se encuentra en L²,
∆h y ∆l son longitudes, lo cual prueba que las unidades de conductividad (K)
son las de una velocidad. Te mostré la expresión anterior de la ley de Darcy
porque es muy didáctica, pero la expresión correcta es:
q= -Ka(∆h/L)
Hundimientos y desecación
Una vez localizado un acuífero es muy importante saber hacia dónde fluye el
agua porque sólo así se pueden localizar sus áreas de recarga y descarga.
Dependiendo de su geología podemos saber además con qué velocidad se
recarga, o si ya no se está recargando. Si se logra medir su espesor saturado
también se puede estimar hasta dónde es posible extraer agua sin afectar su
nivel. Con ayuda de pruebas químicas también es posible saber la calidad y las
características del agua. De esta manera se proyecta mejor la ubicación de los
pozos, cuánta agua se puede bombear, qué lugares no deben usarse para
desechar sólidos o líquidos que puedan producir lixiviados (líquidos altamente
contaminantes) que lleguen al acuífero (zonas de recarga), etc. Mientras más se
conoce un acuífero es posible afectarlo menos y aprovecharlo por más tiempo.
¿Qué pasa si se extrae más de lo que se debe? En la Ciudad de México la
extracción masiva de agua ha provocado hundimientos en las calles, y esto
afecta la infraestructura de la ciudad. De hecho, al Ángel de la Independencia
se le han tenido que construir 10 peldaños más debido a que todo a su
alrededor se hunde excepto la columna –por los cimientos profundos que
tiene–. Esto les pasa a varios edificios en el centro de la ciudad como el del
Banco de México, pero hay otros que se hunden junto con el suelo como la
Torre Latinoamericana y el Palacio de Bellas Artes. Hay otros que se están
hundiendo sólo de un lado como la iglesia ubicada en la calle Rodríguez
Puebla, en el centro de la ciudad, que ahora está inclinada –es nuestra versión
Fuentes
Price, Michael, Agua subterránea, The University of Reading, UK and British Geological
Survey. Tr. Carrillo-Rivera, Joel. Limusa, México, 2011.
Tarbuck, Edward J. y Frederick K. Lutgens, Ciencias de la Tierra. Una introducción a la
geología física, décima edición, Pearson educación, Madrid, 2013.
Espriu, Antonio Hernández, Hidrogeología. Asignatura en Ingeniería Geológica, Facultad
de Ingeniería UNAM. México, 2013.
http://www.agua.org.py/images/stories/biblioteca/subterraneas/javier-sanchez_flujo-en-
medios-porosos---ley-de-darcy.pdf
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/103333.html
http://blog.aterrageo.com/352/