POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ Nació en la ciudad de Lima, el 20 de abril de 1586, en su casa ubicada a espaldas del hospital del espíritu santo, donde según se dice, habían florecido las primeras rosas que los españoles sembraron en la ciudad capital. Sus padres fueron el español Gaspar Flores y la huanuqueña María de Oliva.
Fue bautizada en la parroquia de san Sebastián con el nombre de Isabel,
en honor a su abuela materna; sin embargo, desde muy pequeña fue conocida como Rosa, apelativo dado por su cuidadora Mariana debido a su belleza.
A los 12 años se mudaría a la ciudad de Quives, ubicada a 60 km de la
ciudad de Lima, debido al trabajo de su padre, quien sería nombrado administrador de un obraje en aquel lugar, permaneciendo durante 4 años al cuidado de los mercedarios.
En 1597 en dicho lugar, recibiría su confirmación en manos del arzobispo
Toribio de Mogrovejo, siendo llamada por éste como Rosa, a pesar de desconocer el apelativo con el que se la conocía.
Durante su estadía en Quives desarrolla una serie de dolencias como el
reuma, la misma que llegaría a paralizar sus miembros por un tiempo prolongado y debido a los vendajes que se le aplicaban, le brotarían una serie de llagas muy dolorosas, siendo soportadas por ella como parte de su penitencia a DIOS. De regreso a Lima, se dice que Rosa llevó una vida apartada del mundo social, estando ya segura de su vocación religiosa, emulaba a la terciaria dominica santa Catalina de Siena, ayunando, orando y realizando diversas penitencias.
Se dice que, al llegar a la adolescencia, el apelativo de rosa disgustaba
mucho a Isabel por hacer referencia a su belleza; sin embargo, a la edad de 25 años, luego de realizar la confesión en la iglesia de santo domingo, el párroco de aquel lugar, la tranquilizaría preguntándole: "Pues, hija ¿no es vuestra alma como una rosa en que se recrea Jesucristo?"; desde aquel día, Isabel pediría ser llamada como “Rosa de Santa María” entregándose a la vida religiosa.
Dada la situación económica precaria de su familia, Rosa se dedicaría a
trabajar el día entero en el huerto de su casa y bordando para diferentes familias de la ciudad, ayudando así al sostenimiento de su hogar.
Es en este periodo en que conoce la situación de miseria y explotación de
que eran víctimas los indígenas del virreinato, conmoviéndose con los relatos de su cuidadora Mariana y cuestionando las acciones contra los sometidos: «Si lo cristianos están obligados a predicar amor por todas partes, ¿por qué llegaron a América con guerras, destrucción y odio?» Esa idea la torturaba, y se preguntaba con angustia: «¿Por qué deben sufrir tantos indios?» Encontrando respuesta a estas interrogantes asumiendo la redención del sufrimiento.
Dentro de su vivienda buscó un lugar de aislamiento, siendo primero su
habitación y luego una ermita, la madre, preocupada, trataba de obligarla a realizar actividades en público, sin embargo, rosa, se resistía muchas veces colocándose ají molido en los ojos, produciéndose una fuerte inflamación; y cuando finalmente su madre lograba que saliera, su desazón y molestia eran enormes debido a la admiración que causaba por su gran belleza. Rosa trató por todos los medios de marchitar su apariencia, pese a ello, seguía atrayendo pretendientes, por lo que se cortaría el cabello y untaría con pimienta su rostro, con lo que sí consiguió herirse la tez.
Finalmente, Rosa realizaría un voto de virginidad procurando ingresar a la
orden dominica como monja, no logrando su objetivo por la negativa de su padre. Pese a ello, luego de unos años ingresaría a la Tercera Orden de Santo domingo como su admirada santa catalina de siena; llevando desde aquel momento una vida entregada a la religión, pero fuera de los claustros. Así, Rosa permanecería encerrada en la pequeña ermita, realizando ayunos y martirizándose; azotándose, llevando en el pecho una cruz de madera con púas de hierro, apretándolo con cordeles para causarse más dolor y usando una corona de plata, con pequeñas espinas en su interior, con la intensión de emular la corona de espinas y el sufrimiento de cristo. Sería en estas circunstancias, que conocería a Fray Martín de Porres ayudándolo en el auxilio de algunos enfermos.
En 1615, la ciudad de lima se vería amenazada por corsarios neerlandeses,
entre los que se encontraba el famoso pirata Joris van Spilbergen. Ante el posible desembarco y saqueo de la ciudad, Rosa junto a otras mujeres, se dirigieron a la iglesia de Santo Domingo, para pedirle a Dios por el resguardo de la población. Asimismo, Rosa estaba dispuesta a dar su vida por el sagrario, por lo que, cortando los bajos de su hábito para una mejor movilización, se aprestaba a llegar al altar y proteger con su cuerpo el sagrario de manos impías. Sin embargo, la sorpresiva muerte de uno de los capitanes y la disentería que hizo estragos en la tripulación, obligó a los corsarios a retirarse de las costas del callao.
En lima se atribuyó la salvación de la ciudad, como milagro, a Rosa, a quien
se le representaría en sus posteriores imágenes, portando a la Ciudad sostenida por el ancla.
Finalmente, el 24 de agosto de 1617, víctima de la tuberculosis, Rosa de
Lima fallecería a los 31 años de edad. Gonzalo de la Maza, haría retratar a Rosa en su lecho de muerte, siendo el pintor italiano Angelino Medoro, realizo el primer cuadro de Rosa de Lima.
En 1941, el colegio nacional de mujeres de lima, primer colegio de ese
carácter fundado en el Perú, cambiaría su nombre en homenaje a la santa limeña, llamándose Primer colegio nacional de mujeres Rosa de santa María, mientras que en 1955 y 1965 seria declarada patrona de las enfermeras del Perú, y Patrona de la Policía Nacional del Perú respectivamente.
¿POR QUÉ ES LA PATRONA DE LA PNP?
Desde 1989, Santa Rosa de Lima es considerada como la patrona de la Policía Nacional del Perú (PNP) y así se oficializó a través del decreto Supremo N° 27- 89, publicado en el diario Oficial El Peruano, el 18 de septiembre de ese año. Es que, para la PNP ella es el símbolo y reflejo de la conducta moral que pretenden seguir sus efectivos, debido a las excelentes virtudes que Rosa de Lima poseía. Luego en 1995, la imagen de Santa Rosa de Lima fue condecorada con la Orden al Mérito de la PNP, en el grado de Gran Cruz, otorgándole también la Banda Honorífica como Generala de la Policía Nacional, convirtiéndose así en la Patrona de la institución. Anualmente la PNP le rendía homenaje con una misa y un recorrido procesal en su honor, pero debido a la pandemia del coronavirus, esto tuvo que cambiar. Sin embargo, su fe y devoción se mantienen; y ante esta lucha contra la COVID-19, es donde más se encomiendan a ella para ganarle la batalla a esta terrible enfermedad.