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Massimo Recalcati Escaneado con CamScanner ‘Tino de tu edvitn oviginal Mi Ver un'ervticn delt'ing uli edivore Vain 2014 Mustracidn: Lincoln Agnew Primera edicién: noviembre 2016 Segunda edicién: mayo 2017 Disefio de la coleccién: Julio Vivas y Estudio A © De la traduccién, Carlos Gumpert, 2016 © EDITORIAL ANAGRAMA, S. A., 2016 Pedré de la Creu, 58 08034 Barcelona ISBN: 978-84-339-6407-6 Depésito Legal: B. 19953-2016 Printed in Spain Reinbook serveis gratis, sl, Passcig Sanllehy, 23, 08213 Polinya Escaneado con CamScanner tl GESTO DE SOCRATY 9 fl Ja ilusion escolar Si hay algo que perdura en la Escuela en la época de su evaporaciOn indisciplinar, es la relacién del sujeto con d saber, que el papel del profesor debe ser capaz de animar, La partida dela Escuela sigue jugndose, a pesar de todo, esencialmente a este nivel. ;Existe atin la posibilidad de introducir al sujeto en una relacién vital con el saber? jTodavia se da alguna posibilidad de trabajar en torno a los objetos del saber, teniendo en cuenta la relacién que tienen con la vida de aquellos que han de asimilarlos? Dicho més radicalmente: lo que queda de la Escuela jno es acaso la posibilidad, una y otra vez nueva, de transfor- mar los objetos del saber en objetos de deseo, en cuerpos erdticos? No consiste en eso, en tiltima instancia, lo que nos jugamos en toda la partida de la ensefianza? ¢No de- berfa asumir la Escuela esto como tarea propia? Hacer del conocimiento un objeto capaz de despertar el deseo, un objeto erotizado en condiciones de funcionar como causa del deseo, capaz de estimular, de atraet, de poner en mo- vimiento al alumno. ;No es ésta la funcidn agalmatica que debemos reconocer con Lacan en un conocimiento que se revela erdtico, es decir, capaz de movilizar el deseo de 47 Escaneado con CamScanner saber? No es acaso ésta la competencia que hace posible 2 Si el deseo de saber no se anima, no hay todas las demas? Si ¢ ingul . sibilidad de aprender de forma singu jar el eas earo que se transmite, Es como si dijéramos que teeondicién Wetoda transmisién de conocimiento aren en una transferencia preliminar del saber como o oo erotizado, como agalma del deseo. En la historia de 7 cidente puede rastrearse el origen de esta erotizacién el conocimiento en el gesto de Sécrates hacia Agatén, en la famosa escena de apertura del Banguete de Platén. Recordémosla: Agatén ha organizado un banquete al que van a asistir destacados intelectuales y sabios para tratar delas virtudes de Eros. Sécrates llega tarde porque, cuando se diri- gia a.casa de Agatén acompafiado por Aristodemo, es secues- trado por su demonio y se retira para una profunda medita- cién. De modo que es sélo Aristodemo el que cruza el umbral de la casa. Preocupado, Agatén le pregunta: donde esta S6- crates? Aristodemo responde confundido: «Hace un momen- to venia detrés de mi, tambign yo me pregunto dénde puede estar»? El didlogo entre Sécrates y Agatén, entre el maestro y cl alumno, viene precedido Por este «extrafio» retraso del 1. La nocién de agatma es el foco del Seminario VIII de Lacan, dedicado al ema de la transferencia, que serd una referencia cented en ‘sas péginas. Indica el vobjeto ms precioso», wel objeto de los diowees, < azo de 55 Escaneado con CamScanner al Jon el fin de que haya escritura, gest, aris, {stico, es esencial llevar a cabo una puesta a Cero prelinn; istic, €S es Q i a pleni e SigniNicade “ asuspensin, una epajé de Ja plenitud de significeds, ene 1 el falso vacfo del espacio en blanco, io en blanco, es9 signifies de la creacidn. C que se hacina er Si el brochazo vacia el es| que ese espacio no estd realmente en blanco, ad i ignos que pertenecen a un pasado que apremia, a un saber ceobe invencidn. EJ fienzo en blaney . Ln 4 persistes, que obstaculiza y dificul declementesine esta siempre lleno de objetos Muertos, de elementos inertes, de ideales monumentales, de obras inalcanzables puesto que cualquier proceso creativo hereda toda Ja memoria de lo que yaha ocurrido. Sin embargo, esta herencia tiene dos posibles destinos: puede ser traicionada bajo forma de repeticiéy escoldstica, o bien puede dar vida a un acto auténticamente creativo. El brochazo aspira a mitigar la obediencia del su- jeto a las reglas codificadas de la tradicién para que algo nuevo pueda salir a la luz. Para ello, es necesario crear un vacio, ¢s necesaria una cuota obligatoria de olvido, de desmemoria, como dirla Nietzsche, una suspensién del cédigo del gran Otro sobre el que se regula la practica consolidada del arte para que un nuevo gesto pueda realmente salir a la luz, D 1c lo contrario, el sujeto queda hipnotizado por Ia tela en blanco, queda tetenido, prisionero del Otro, porque cada uno de Sus actos resultard cada vez menos adecuado respecto al zable del Otro, Es lo mismo que les ocurre a nuestros estudiantes ante Sus tesis de grado: necesario olvidar lo que se ha lefdo, lo que ya se sabe, hace falta crear el vacto tratar de decir algo Propio. La subjetivaciéy lo puede produ- curse a través de una cuot OF eSO, para vedove Ser pintor si 7 ‘ me fa decir, hallarse todos Jos «borde del vacfon, ideal inalcan- D del saber s a de olvido, Px ignificaba, como dl solt «borde del Precipicio», al 56 Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner 1 tbat erbtico hacia el saber pla’ scribe la posicién d yacan de: P le Sécrates como «atdpican ais sin lugar, sin identificacién posible eae: pw quesacmurenas el objeto del deseo, Ia , @ misma = adoptard para la vida de la polis la Palabra de Cyi 1 palabras -las de Sécrates y Cristo~ que if 7 Cris- 0. 7" re > 10 revistas PO los representantes del orden de |a aed ymatizan fatalmente todo discurso constituido, Palabr : vienen de algtin otro lugar respecto al saber 7" ras co- ato? » fa misma posi. ion tral que pro nocido- Y esto es algo que afecta a nuestros razonamientos acer- cadel maestro: cada vez. que nos topamos con esta dimensién subversiva de la palabra, gno estamos acaso frente al signo mas elocuente de la existencia de una ensefianza? Una en- sefanza digna de ese nombre no encuadra, no uniforma, no produce escolares, sino que sabe inducir el deseo de conocer. Por esta razon, toda ensefianza que lo sea de verdad impul- sa el amot, es profundamente erética, es capaz de generar eseartebato en el que, en Ultima instancia, consiste el fend- meno que en psicoanilisis llamamos «transferencia».? No hay transmisi6n de conocimiento que pueda tener lugar sin pasar a través de la transferencia. Lo demuestra Sécrates cuando alimenta la transferencia de Agatén convirtiéndose 1. Véase J. Lacan, Il seminario. Libro VIEL op. cit, pp. 115-118. 2. La palabra alemana Ubertragung, con la que Freud define e «desplazamiento» como fendmeno clinico de la experiencia del anilisis, también puede traducirse en italiano con el término transport, en e doble significado que esta palabra tiene en ese idioma: ser puesto Fn movimiento y transportado, y ser arrebatado emocionalmente, involu- crado, conquistado. En esta segunda acepcién la transferencia enlaza, como veremos més adelante, con la rafz etimolégica de la palabra educere (educars) que es, en efecto, «ser Ilevado a otro lugar 57 Escaneado con CamScanner 5, Lo que acurre es que el Maestro sro desplazat la transferencia pmorosg pe ct 7 yulo desu persona hacia el objeto de} ape se ama el saber Ae saber gaber, Es amac sravoca el deseo de los disc ipulos. Jna ense. un objeto ait ara la transferencia, ¢s decir, al impulso, fanta debe d “ i al arrebato, al «amor que se orienta af ae cain en el Seminario XVII. Tiene que sabers, ee a través de la atopia del deseo, ef oe crastés, la pasividad del amado en la actividad del amante. , Por esta razén puede interpretar Lacan a Sécrates come encarnacién prefreudiana del deseo del analista. Al igual que Socrates, cl analista debe ser capaz de «ofrecer el vacio aj deseo del paciente para que se realice como deseo del Otto»! E deseo del analista no esta dirigido al bien del paciente, nj a atiborrar su cabeza de saber, de admoniciones morales o de explicaciones tedricas, no pretende corregir o adoctrinar al sujeto, Este deseo no tiene en realidad objeto alguno —no es una pregunta » sino que se limita a incitar al sujeto hacia su iransformacién de erdmenos en erastés, que se halla en el para den abjeto erdrice cs quel que cab movilizada por € es la metéfora del amore eee que se trata? 12 Sustitucién, omends P “Lae (© por el amante.! F, ade cién abre la posibilidad de la aventura anal( coat sn n, mas en general, de todo proceso de 7 ae led ae De no dat este paso, el paciente oa el st siendo objetos pasivos sobre los : 'scipulo jrdn sien : : que debe aplicarse saber activo del psicoanalista o del maestro. Es, como emos ViStO> dl centro de la ilusién escolar encarnada por gat recibir el saber del maestro ofteciéndose como un ipiente yacfo que ha de ser llenado Tanto en la experiencia del andlisis como en la de la ensefianza, NO corresponde al analista ni al docente aplicar gu saber en el paciente y en el alumno, sino que son el pa- ciente y el alumno quienes deben afanarse para buscar acti- yamente en el Otro el saber que se les escapa. De esta ma- nera, un paciente puede llegar a ser un analizador, es decir, alguien que no espera a que el conocimiento del psicoana- lista sea aplicado sobre él, sino que se compromete a traba- jar sobre si mismo; y el estudiante, sin dejarse atrapar por la ilusién escolar que supone todo el conocimiento en el Otro, puede dedicarse a su propia biisqueda del conocimiento. Consideremos més en detalle el ejemplo del andlisis. Qué eslo que pretende el analista de su paciente? Nada, no exi- genada (pese a que el fantasma de la neurosis tienda a atri- |, Ena teoralacaniana de los cuatro discursos esta operacin de susitucién del amado por el amante aparece retraducida en cérmiie® Iésestucturales como trinsito del sujeto analizador al discurso histérico como chisterizacién del sujeto tout court. Véase J. Lacan, Ilseminnr Libr XVI. rove della psicoanalisi, 1969-1970, Ena Turi, 2000, QP.Al-56, (Trad, esp: Seminario 17: El reverso del pscoandliss, aids huenos Aires, 1992,] 59 Escaneado con CamScanner 2 io deseo), excepto la exigencia de su propi significa que a © 5 S y buir al Otro 1 in analizador. Esto Ee estd «alli por convierta en Lacan, el analista n Por ¢ hi 7a precisamente a ara que ame».' No cura, no me. et ‘a i Di iente), sind P abi rma al pacj bien (del paciens cee Mas bien. cea ral Pacien. cope eed en analizador, sujeto de la cura; |o Pong se le la ¢1 ” te, objeto : hacia la verdad (inconsciente) desu Propig en Cee darle la vuelta al sujeto como erdmengg rn deseo. Eso sign! vue para hacerle sujeto como €v : ‘i igno de interés El sujeto es introducido como dig) © interés y de y él por lo que uno esté alli. Eso es d ‘or, erdmenos. Es por él ps wa of puede decir asf, manifiesto. Pero hay un efecty tO, Si St o ee econe i Eee que estd ligado a su no ciencia, a su inciencia. jIn. 7 . . ciencia de qué? De ese algo que es justamente el objeto de su deseo de una manera latente, quiero decir objetiva, es. tructural. Este objeto esta ya en el Otro, y es en tanto que esto es asi que él esté, lo sepa o no, virtualmente constituido como enastés. Por este solo hecho, cumple esa condicién de metéfora, la sustitucién del erastés al erémenos que constitu- ye en s{ misma el fendmeno de amor2 La sustitucién metaférica del erastés por el erdmenos es la operacién esencial para abrir el proceso de la cura analt- tica, y, mds en general, podria considerarse la Operacién csencial de todo proceso de formacién y, en cuanto tal, es una maniobra que debe situarse en el cor. misidn auténtica Y exitosa del saber, zacién del sujet ©» O SUjeto sefiala que el sujeto sentido singular (inconsciente) que az6n de una trans- El evento de la histeri- se mueve en busca del habita en el enigma de 1. J. Lacan, Hseminanig, 7 . 2. Tbidem . ae Libro Vitr, Op. cit, p. 19, 60 ol Escaneado con CamScanner ginvoma que Se le escapa, del que no es due stl vn Jos inicios del tratamiento el Sujeto pide we como objeto pasivo que aguarda el trasvase de conoci- tos, a través de la metéfora del amor que activa ef * janicn€© de la transferencia— es ¢| Sujeto el que se a : a en el Otro lo que le falta. aa bus $Y acaso no entra en juego la metafora del amor también an todo lo que concierne a la practica docente? Transformar al discipulo de objeto sobre el que se aplica un conocimiento “cabera 0 boca vacia (contenedores) que hay que llenar, vid rorcida que ha de enderezarse— en sujeto que busca activamen- relo quele falta, que se siente arrebatado, atraido, caprurado hacia un saber nuevo. Con una puntualizacién adicional que no debe escandalizarnos: este arrebato erético hacia el saber es, sin duda alguna, un nombre verdadero, en absoluto posti- 20, de amor. No hay, de hecho, ensefianza posible sin el ero- tismo de la transferencia, sin la transformacién del estatuto inerte del erémenos en el activo y deseante del erastés. fio. Mientras ayuda situsn. mic! Las dos caras de la transferencia Llegados a este punto, nos vemos obligados a distinguir dos caras de la transferencia. La primera es la que Freud pone de relieve con especial intensidad en su Psicologia de las masas, Se trata de la transferencia como fendmeno regresivo, infantilizante, hipnético, que da vida a la identificacién vertical con el jefe y que establece unos lazos gregatios del sujeto en relacién con el Ideal del Otro. En este caso. Ia tansferencia alimenta un Otro absoluro que mantiene al sujeto en una posicién de sometimiento y de dependencis actitica, Es la dimensién imaginaria de la transferencit s°> re la que se sostienc a ilusidn escolar encarnada por Agatn- 61 Escaneado con CamScanner asas despersonaliza, unifica, apel- ficisn de que los sujetos renuncien a eee a condic lentories mara, "n dos los fendmenos de agrupamiente 4 ean critica. vf « wecration al populism, se estructuran a Par. Fed ae tad de esta dimensiGn hipndtico-sugestivg centralidad r ico. chee aac que, No por casualidad, sittia Freud cual de Ja transferencia, in de Ja agregacién de las masas como conjunts a Desprovisto de mente», diré Bion significarj. Laagregacion de las identitario. vamente, i hears embargo, existe otra cara de la transferencia que fa on 7 . define como un movimiento, no regresivo en absoluto, caracterizado por la apertura sin precedentes hacia lo nuevo, Se trata de la rafz de la transferencia que se encuentra en el centro de toda didactica, de toda trayectoria de formacién y de transmisién cumplida del saber. En este sentido, la transferencia es la experiencia de un nuevo amor. Porque en cl amor lo que estd en juego es precisamente un «arrebato», Esto significa que la transferencia se manifiesta basicamen- te como la puesta en marcha del sujeto.' La Universidad preferisfa, en cambio, que el conocimiento se transmitiera de forma aséptica, como de un ordenador a otro, a través de archivos, y la transferencia se califica de peligro que ha de ser neutralizado, Es el fantasma que muchos neurdticos obsesivos mues- tran en sus andlisis. Uno de mis Pacientes, en una de las Primeras sesiones, me dijo después de contarme un sueiio enel que estaba involucrado: «Vengo a verle para analizarme, re —— la transferencial» En pocas palabras: analce de manera ciberne on TON lcto que usted me : nética», como una suerte de deco- 1. Proporciono un extenso slemplo 5 Autobiogeitic capitulo § de este libro, Mobiogritica de ello en a 62 4 Escaneado con CamScanner eget semidtica pura, jLo Mportante aie en de por medio! Eso ex lo que ns! + iyo: destruit el deseo del Otro y todas. es que ho hay, AMM al Fang a vain ina pees! : MUN Manifestaes ob incluyendo clamor de la (ransterencia, La | Inive a ners So lk a op ar ta ‘ eriidad vende 8 preterit el saber muerto para evitay Ptecisamens ti mnvente yeni erdtico, la pasidn amorosa que la tr oF" Estoque Lacan, en la primera leccidn del e como el «dominio de Eros ‘ansferencia te Seminarig VIL ‘ » CUEIPOS ardionte, a Eros sin compromisos, en movimiento, Perg ; je que? gY hacia qué? nett deli sigue? miento d ‘ : Elgesto de Sécrates impulsa el deseo hacia el s ge crotiza el saber y transforma al 8 que movi- aber por- y amado-pasivo en aman- te-activo. El movimiento de la transferencia no introduce el saber en el sujeto —ésa es la ilusién escolar de Agatén-, sino que impulsa al deseo del sujeto hacia el saber. No existe gsimilacién subjetiva del saber mas que a partir del deseo de saber, Se trata de una transferencia como «enamoramiento primario», como desplazamiento en el sentido esencial del aclara la diferencia entre ef gesto del maestro que sabe cémo poner en Movimiento el deseo del disefpulo y el acto patronal de la seduccién o el adoctrinamiento. Se trata de uno de los pocos Momentos de su magisterio en los que Lacan habla de sf tr su practica como psicoanalista. Se estd dirigiendo a un pu- blico de catdlicos que lo han invitado a la Universidad de Lovaina. De repente, en un discurso dedicado a la ét lel psicoandlisis, abre un paréntesis que versa sobre el eign de su deseo de analis nismo y de a Quien os habla lleva ya en el psicoandlisis el suficien- tetiempo como para poder decir que pronto habré pasado la mitad de su vida escuchando vidas que se relatan, que se confian. Y él escucha. Y yo escucho, No soy quién para juagar el valor de esas vidas que desde hace casi cuatro septenarios escucho confiarse ante mf. Yo escucho, Y una de las finalidades del silencio que constituye la regla de mi escucha es precisamente la de acallar el amon! aquellos que se atrevian a hacer preguntas semejantes, Con un estilo diferente, el filésofo cristiano no oculta el Ifmire del saber, es decir, la imposibilidad para el ser humano de explicar a Dios. 1. J. Lacan, «Discorso ai cattolicin, en Dei Nomi-del-Padre seguito de I rionfo della religione, Einaudi, Turin, 2006, p. 66. (Trad. espe: El triunfo de la religi6n precedido de Discurso a los catdlicos, trad. de Nora A. Gonzalez, Paidés, Buenos Aires, 2005, p. 19.] La traduccidn italiana ha sido ligeramente modificada por el autor del libro [y. siguiéndola, tambign la espafiola lo est]. 65 Escaneado con CamScanner es el de donar estro No €S el de ae A el cong. ar ef amor. Ese es el repay al disc{pulo a obedieng, libre de irse, de sepa nt aacall a, sino qu . Targa. 1c lo deja i alguns del macstt. Enlaexpere del psicoat adlisis este silencio es decisivo, Sélo igea acttia sin pedir nada al analizag, cambiar, etcétera~y podré consentitle dl para hallar su propia medida de la felicidad, Lo que Lacan dice aqui no arafie ee ie ala pareja analista-analizado, sino qu i i Pratse per. fecramente ala pareja maestro-diseipulo. i el maestro no sabe acallar su propio amor, corre el riesgo de acabar exigiendo, més o menos voluntariamente, al estudiante que siga sus pasos, que se convierta en lo que él espera.! Sélo saber acallar elamor puede vaciar el lugar del Otro de toda espera y con- sentir que el sujeto se adentre en su propio camino. Por ello nos recuerda Lacan que la brijula que gufa su practica como psicoanalista es una: ofrecer al analizado una escucha libre de toda finalidad, una escucha que, a diferen- cia dela de los evaluadores de toda ralea, no tiene pretensién alguna de medir el valor de las vidas que se relatan, El ana- lista como el maestro— no es més que una funcién que hifexue a ‘ eas e uae se dispare. Eso sig- amo. No pretenden medir, oval aan ® ee = tienen enfrente, sea enel aula ° aan oe vides oH En nuestro tiempo, donde lp ada en el sof, : parece abrumador, la coe paradigma cientificista a la impresién de haberse siel deseo aprender, =sanah : separarse de dl 1, Noes casuali lidac i alegremente siempre Ten an pe todo pelaje se hayan propasado Por su pueblo, “ira los cuatro vientos su infinito amor 66 Escaneado con CamScanner convertido en una practica oe ‘Todo tiene que ser medido y cuantificado, es decir, traducido en numeros, La éctica del psicoandlisis se resiste a esta pesadilla de la me- dida que ferichiza la cifra. Por principio, el analista no rerende medit las vidas, ni decir en qué consiste el bien o {mal para una vida. Escucha sin juzgar ni preguntar. Mien- tras que en la escucha del confesionario ~a la cual errénea- mente Foucault pretendfa reconducir la experiencia analfti- el sacerdote juzga y prescribe la entidad del castigo, la expiacion, Jaenmienda del pecado, el analista escucha cé6mo Jas vidas confian sus més {ntimas escabrosidades, sus distor- sjones, sin pretension alguna de juzgar: la escucha analftica es una escucha de pura gratuidad, desinteresada en un sen- ido éticamente profundo. Sin juicio y sin medida.! Pero qué hace posible esta clase de escucha? La respues- ta de Lacan es clara: «Acallar el amor.» Pero atencidn: eso significa que hay amor en la escucha que el analista ofrece. Por qué deberia acallarse en caso contrario? El analista no es simplemente el lugar neutral, aséptico, deshumanizado del dispositivo analitico. Acallar el amor salva al analizado de la idealizacién hipnética. De modo que es un regalo de amor profundo. Es lo que no logré hacer, en el origen del psicoandlisis, Breuer ante Anna O. Breuer; de hecho huyé, asustado por la transferencia amorosa de su paciente, reve- lando de esta manera, por negacién, todo su amor. Tal vez fuera precisamente a partir de esto por lo que Freud insti- tuyé el dispositivo anal{tico basado en la regla de la absti- ie que Lacan traduce, precisamente, como saber acallar el amor. - 1, Bsta clase de escucha es lo que precisa realmente la posicién del analista y la diferencia profundamente de la del maestro, quien, por el contrario, estd obligado a hablar, a ensefiar, a transmitir el saber. 67 Escaneado con CamScanner 68 Ya lo hemos visto: saber acallar el ae = ol andamey, to de toda practica didactica genuina onde wo nos Pre sa el amor por sus discfpulos, no CO de omen en demuestra el gesto de Sécrates~ €M t tial genes Pon. dencia amorosa. Preserva el silencio * ? Para ser cficaz en su propia tarea. Porque sdlo este ‘ lencio hace posible el arrebato dela transferencia, el impulso que anima el deseo de saber. Escaneado con CamScanner

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