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La localidad segoviana de Bernuy de Porreros va a ser muy pronto la ciudad sostenible del futuro. Las 243 viviendas que se
van a construir en la zona conocida como La Encina serán autosuficientes al disponer de su propia energía solar y gastar un
40 por ciento menos de agua potable que las viviendas habituales. Siguiendo los principios de la arquitectura bioclimática, la
urbanización contará con pisos, adosados y casas individuales diseñados específicamente para respetar el medio ambiente.
Estas son tan sólo algunas de las múltiples ventajas que ofrecen una vivienda bioclimática, también conocida como casa solar
pasiva debido al buen empleo que hace del sol. Se trata de evitar el malgasto de los recursos naturales que ofrece el entorno
(energía, agua) mediante el estudio detallado de la orografía del terreno, la ubicación de la casa y las condiciones
climatológicas que soportará la casa. Teniendo en cuenta algunos de estos sencillos aspectos se pueden lograr cosas tan
importantes como conseguir calor en invierno y frescor en verano de forma natural, reutilizar el agua y no generar
contaminación.
Con esta filosofía nace el proyecto privado de la ciudad bioclimática de Bernuy de Porreros. En un período de cuatro años, las
empresas promotoras (Isofoton, AIM y Acylm) prevén tener lista la urbanización en una parcela cedida por el Ayuntamiento de
la localidad. La inversión ronda los 36 millones de euros y cuenta con el respaldo de la Consejería de Medio Ambiente y del
ente regional de la Energía. Los pisos tendrán de 90 a 140 metros cuadrados, mientras que los adosados y las casas
dispondrán de 150 metros cuadrados de casa y de 150 y 300 de terreno, respectivamente. El proyecto se dividirá en varias
fases. La que se ha dado a conocer es la primera, que contará con la colocación de muros torbem, que acumulan energía
solar durante el día y la redistribuyen por la noche; paneles térmicos, para el agua caliente en verano; y células fotovoltaicas,
que suministran la energía eléctrica para las viviendas en una cantidad entre 2 y 5 kilowatios, cantidad suficiente para una
vivienda familiar.
Otro prejuicio respecto a la casa bioclimática es su alto precio. Construir una casa solar pasiva cuesta entre un 5 y 10 por
ciento sobre el coste habitual, debido a la mayor calidad térmica y sanitaria de los materiales y a un mayor aislamiento de la
vivienda. En realidad no supone una gran diferencia respecto al precio de una vivienda convencional. Además, hay que tener
en cuenta que permitirá ahorrar un 80 por ciento en calefacción y refrigeración e iluminación, haciendo la vivienda más sana y
agradable además de respetuosa con la naturaleza. En este sentido, Ismael de la Barba y Miguel Ángel García afirman que “el
precio de los pisos, casas y adosados de Bernuy de Porreros será de mercado, nunca con el objetivo de la especulación”.
FUENTE: http://www.ambientum.com