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Una casa bioclimática es una vivienda que está construida para aprovechar lo mejor posible los

elementos naturales del entorno y todo su contexto. La construcción bioclimática es una forma
de proyectar, construir y rehabilitar edificios para que sean sostenibles.

La arquitectura bioclimática se ha puesto muy de moda en los últimos años. Lo que en un


principio puede ser una inversión mayor, te sirve para disfrutar de una mayor calidad de vida y
ahorrar tanto en la factura de luz y energía, como en la huella bioclimática que cada casa
emite.

Debes tener en cuenta que estos criterios deben adaptarse a una zona geográfica y
climáticamente definida, en este caso la zona mediterránea de Europa, en el hemisferio norte.

Pero si la casa se encuentra en un contexto o unas condiciones climáticas distintas, si quieres


que la construcción bioclimática aprovecha todo tu potencial debes tener en cuenta las
características del medio en el que te encuentres.

Una vivienda bioclimática es aquella que sólo mediante su configuración arquitectónica es


capaz de satisfacer las necesidades climatológicas de sus habitantes, aprovechando los
recursos naturales y evitando el consumo de energías convencionales. Para el buen
funcionamiento bioclimático de una casa, es necesario generar un sistema de calentamiento y
otro de refresco y ventilación para la obtención, acumulación y transmisión de calor y frío.

Que son las viviendas bioclimáticas

Algunas ventajas de las casas bioclimáticas son: el ahorro energético, el aumento de confort y
calidad de vida, mayor iluminación natural, beneficios para la salud gracias a la presencia del
sol como fuente de vitalidad y bienestar y ventilaciones naturales que no secan el ambiente
evitando el aire de los aparatos de aire acondicionado, con lo que se reducen las alergias,
astenias o jaquecas que éstos pueden producir y finalmente un menor impacto
medioambiental asegurando un entorno menos contaminado.

Por contra, existen desventajas: el posible aumento del coste en la construcción, con un
máximo de hasta el 10 ó 12% más que una vivienda convencional, aunque en unos tres o
cuatro años la inversión inicial se amortiza gracias al ahorro energético; la dificultad de
encontrar la orientación adecuada (norte-sur) en las ciudades; la dificultad de localizar un
arquitecto y un constructor con experiencia en este tipo de proyectos.

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