Está en la página 1de 83

Jean-Claude Combessie

El

Ciencias Sociales
Alianza Editorial
Materiales / Ciencias Sociales
1iiílili1Hii
•5322169974•

Jean-Claude Combessie

El método
en sociología
Versión de Iciar Alonso Araguás

ESTE LIBRO ES UN BIEN PÚBLICO, NADIE


TIENE DERECHO A SUBRAYARLO O ,,
ANOTARLO. QUIEN LO DETERIORE ESTARA
OBLIGADO A REEMPLAZARLO POR UNO
NUEVO.

El libro universitario Alianza Editorial


UN"·---·- -- - - ---· .urENSE

1111111 1111111111111111
4
Título original: Índice
La méthode en sociologie

Introducción. ..... ................ .. ..................................................................... .. 9


La invención del método................................................ .. ............ ............ 9
Re ervados todos los derechos. E l contenido de esta obra está protegido por la Ley, que esta- Método, ciencias y causalidades ... .... .. ... ........................................... ...... . 11
blece penas de prisión y/o multas, además de las correspondi entes indemnizac iones por daño 11
La covariación: principio necesario no suficiente ...... ..... ............ ........ .
y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren , distribuyeren o comunicaren públicamente,
en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación , interpretación
El antes «determina» el después ............. .................................... ....... .. 12
o ejecución artística fijada en cualqui er tipo de soporte o comunicada a través de cua lqui er El elemento «determinado» por el conjunto ....... ............. ....... ............ . 12
medio, sin la preceptiva autorización. Algunos principios de organización y de método .................... ... ............ . 16
Hipótesis y métodos. ... ....... ............................ ................. .. ................. .. 16
Dos principios de comparación interna.............. ........... ...... .. ............... 17
Explorar, verificar. ..... ... ........................... ........................... .. ............... 18

© De la traducción: Icíar Alonso Araguás, 2000 Primera parte


© Éditions La Découverte, París, 1996 Descubri miento y recogida de datos
© Ed. cast.: Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2000
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; teléf. 91 393 88 88 1. La observación ...... ............. ... ......... ....................... .. .. ............ ... ........ . 23
ISBN: 84-206-5761-1 La recogida de documentos ...... ....... ..................... .. ......................... . 23
Depósito legal: M. 25.034-2000 El campo de estudio ....... ........................... .... ................... .... .... ....... . 25
Fotocomposición e impresión: EFCA, s. A. «¿Ha dicho usted investigación?» .. .......................... ............ .... ....... . 26
Parque Industrial «Las Monjas» Cómo presentarse: deontología y método ........... .. ................ ... .... 27
28850 Torrejón de Ardoz (Madrid) El observador observado ........ ................................. .. .. ................ . 29
Printed in Spain Los infarmadores .................. ...... .. ... ...... .... ........ .......... .. ................. . 30
El método en sociología
Índice
Informadores institucionales e informadores probables .... .......... 31
Puntos de vista .................. .. ..... .......... ......... ... ... ... ... ... .... .. ............ . 32 Las encuestas de calle ... ................... ....... ....... .......... ... .. .......... ... . . 73
Los muestreos de bola de nieve ..... .... .... ... .. ....... ......... ... ... ... .. ... ... . 74
Registrar, analizar, prever .. ... .. ... ..... .. ......... ........ .. .. ............ ...... ........ . 34
Registrar para analizar ...... ...... ......... ... ...... ................. ...... ........... .. 34
Segunda parte
Prever: plan y plantilla de observación ..... ...... ....... ........... .... ...... . 35
El tratamiento: análisis y sintesis
Restituir ... ..... ..... ..... ... ............ .... .... ...... ........... ..... .... .... ... ... ... ..... ... 36
5. Ordenar, clasificar .............................. ....... ............. ... .. ...... .. ............. 81
2. La entrevista semiestructurada .......... .... ...... ........... ... .............. ....... 38 Hipótesis y definiciones .... ... .. .. .. ...... .. ... .... .. ....... ... .... .. ... ..... ....... .. ... . 81
Comportamiento ................ ... ...... ........ ... ...... .. ........................... ... ... .. 38 El método-ideal típico ..... ............. ..... ..... ............... .... ....... ..... .... .. . 81
Historias de vida ... ............... ..... ... .. ... .. ........ .... .... .... .. ... ...... .... .... ...... . 43 La definición provisional .. ... ... .. ... ....... ........ .... ........ .. .. .. .... .. ..... ... . 83
La entrevista de grupo ...... ..... ... .. .... ......... .... .. .... .... .. ........ ........... ... .. . 46 Definición provisional , definición dominante .. ... ............. .... ... .. .. 84
Pistas para las definiciones sociales ................... ....... ........ ....... .. .. 85
3. El cuestionario .......... .. .......... ... .. ..... ..... ..... .... ....... ... .... .. ..... .. .............. 48 La construcción social del objeto .... .. ...... ... ............... ....... ....... .... . 87
Codificación y precodificación ...... ......... ..... ....... ... ..... ......... .... ... .... . 49 Dos aplicaciones al tratamiento de datos .... ...... .... ...... .......... ........ ... 88
Cómo administrar el cuestionario .... .... ... .... ......... .. ... .. .. ....... ....... ..... 49 Crítica de las fuentes y análisis de las categorías .. ..... .... ..... ...... .. . 88
Pruebas preliminares .... ... ......... .. .......... ...... ....... ..... .. .... ............. ... 49 Tratamiento sociológico de datos textuales .. .. ................... .. ........ . 91
Aplicación del cuestionario mediante encuestador ....... ....... ....... . 50
uestionario autoadministrado ... .. ....... .... .. .... .. ........... .... ...... ... ... .. 51 6. Clasificaciones y relaciones estadísticas entre do·s variables .. . 97
La cncue ta mediante panel... .. ........ ..... ...... ........... ....... .. ... .... .. .... . 53 Distribuciones: clasificar, comparar. ...... .... ....... ... ........... ... ...... .... .. .. 97
1análi si de las no respuestas ... ... .................. ... ...... ......... ..... ..... . 53 Resumir para comparar: medidas y gráficos ........ ... ....... ....... ..... .. 97
stru tura del cuestionario .. ...... .. ..... ....... ..... ... .... ....... ....... ... .. ..... ... .. 54 Indicadores, cruzamientos e índices ..... ........ ........ ... .... .. ... .. ... ....... 99
El anuncio .... ..... ..... .... ..... ... ... ........ .. ...... ......... ... ..... ... ... ....... ..... .... . 54 Estadísticas y efectos de la estructura .............. ............ ... ...... .. ... .. 100
Preguntas abiertas, preguntas cerradas ..... ..... ......... .... .. ......... .. .. .. . 56 Las tablas de contingencia ...... ......... ............. .. ..... .. ...... .................. .. . 101
La ,natriz ........ ........ ....... ..... ......... ........ ... ............ ............... .. ........ . 58 Leer una tabla ........... ....... .. .... ....... ...... ... ......... ... ... ... .......... .. ..... ... . 102
«¿ Tiene usted algo que añadir?» ... «¿Estaría dispuesto a concer- El caso de las variables contextuales .......... ... .... ... ........ ... .. .... ... ... . 104
tar una entrevista?» .. ... ..... ........... .. .. .... .... ...... .... ............ ... ........ .... 59 La diagonal en las «tablas de movilidad» ........... ... ......... ...... ... ... .. 105
El orden de las preguntas y de los ítems ... .. ................ ......... ....... . 59 Efectos de estructura y comparabilidad ............... ....... ... ..... .. ..... .. 107
¿Abrir o cerrar las preguntas? ......... ... .... ..... .. ..... ............ ..... ....... .. 61 ¿Una relación fruto del azar? El x2 .................................................. 109
Una suma ponderada de las desviaciones en una situación de
4. Muestreos, muestras ................... ........ .. .................. ..... ................... .. 64 independencia ...... ....... ..... ..... ..... ...... ... ... ....... .......... .. .... ........ ....... . 109
Hacer un muestreo ............ ... ..... .. ... ..... ....... .......... .... .. ........ ..... ......... . 64 Un ejemplo ........ ...... ..... ..... ..... ......... ......... .... .... .. .. ........ .. ........... ... 110
Los muestreos aleatorios ... ..... .. ..... .... ... ..... ... ..... ... ...... .... .. ............ ... . 65 Medir la fuerza del vínculo ....... ... ............ .... .. ..... ............ ..... ....... .... . 114
Procedimientos de muestreo aleatorio simple ... ... ...... ..... .. .... ... .. .. 65 e/> ( fi) divergencias ...... .. .. .. .... ..... .. ......... .... ....... ..... ......... ... ..... ... ... . 114
Muestreos aleatorios en conglomerado (de uno o n niveles) .. .. .. . 66 Correlación y covarianza .... ..... .. ..... ....... ......... ................... ......... .. 115
Muestreos aleatorios estratificados .. ......... ........ .. ...... ............ ... .... 67
Restablecimiento de la muestra ..... .. ....... .. ........ .... .... ......... ... .. ..... . 68 7. Comparar las desigualdades ..... ..... .... ........... ....................... ....... .... 118
Representatividad y error aleatorio .... ...... ....... ... ... .... .. .. ............... .... 68 Desviaciones, relaciones, coeficientes de variación ........ ....... ... .. ... . 119
Los sondeos razonados ... ... ............. ........ ... ... ........... ... .. ........ ... ......... 72 Coeficientes correlativos, tipos logísticos .. .. ...... .. ....... .. .............. ... .. 124
El método de las cuotas ...... ............ ..... ... .... ........ ........... .... .. ....... .. 72 Desviaciones y relaciones ... ... ....... ................ ... ... ..... .... .... ... .. ....... 125
La familia del x2 ....................................... ....................................... .
6
El método en sociología
Para un análisis y práctica críticos ......... ...... ..... .......... .......... .. ........ .
Ley de variación ... .. ...................... ... .. .... ......... .......... .... .... ........... .
127
129
Introducción
Definición de un espacio crítico.. .. .............. ..... .. ... ..... ....... ........... 130

8. Combinatoria .......... .... .. .. ... .. .. ....... .. .................... ......... .... .... ... ........... 131
Escalas y puntuación ... .... .............. .... ........... ..... .... .... ... ....... ....... ...... 132
Las escalas de actitud. .................. ....... .... .... ....... ... ..... ... ............. .. 132
Un índice sociológico de «distancia global». .......... ........ .. .. ..... ... . 132
Eficacia y alcance del método ..... ............. ............... ........... .......... 133
El análisis multivariante ........... .... ..... .. .. ... ... ...... .... ... ..................... ... 135
Un ejemplo.. .......... ... .. ........... ...... ......... ... ... ... .. ... ........... ............ ... 135
Bloquear una variable.... ........... ... .. .... ..... .... ..... ...... ....... .............. .. 136
Alcance y límites ...... ... ..... .......................... ... .. .... .. ... .................... 13 7
La segmentación. .. ...... ... .... ..... ........... .. ..... .. .. ....... .. ........................... 138
Un ejemplo...... ...... ......... ....... ....... .. ... ... .... .. ... ..... .... .. ..... ......... ... ... 138
U na trayectoria lógica, un gráfico .. .... .. ........ ..... .. ........... .......... ... . 13 9
Alcance y límites... .... ....... ........ ...... ........ ...... ...... ..... ......... ........... . 141
1análi is factorial ................ ... ...... ..... ..... .. ...... .............. ............ ..... . 142
Análi is y síntesis ... ............... ..... ....... .. .. ... ... ............... ... ..... ....... .. . 142 «Los hechos sociales consisten en representaciones» pero «hay
Nube de punto y ejes factoriales ... .. .. .. ....... ................ ..... .... ... .. . 142 que tratarlos como si fueran cosas». Hermosa paradoja escrita
Alcance y límites .... ... .. .... ... ................. .... ... ..... ........... .... ... .... ....... 143 por Émile Durkheim, el fundador en Francia de la sociología
como disciplina universitaria y, al mismo tiempo, primer creador
onclusión : sociologizar el método .. .. .... ... ... ... ..... ... .. .......... .. ........... ... . 146 de las Reglas del método sociológico (Émile Durkheim, 1895).
Éste fue el afortunado preludio de una obra a la que seguirían
Anexo. Elementos de estadística y de probabilidades ... .... .. ............. . 149 después otras muchas.

Referencias bibliográficas... .... ..... ... ... .. ......... ... ... ... ...... ..... ... .... .... ...... ... . 156
La invención del método
Índice analítico..... ....... ... ..... ... .......... ... ........... ..... .................. ...... ..... ... ...... 161
Las escuelas y corrientes de la sociología se encuentran divididas
y enfrentadas, a veces con bastante virulencia. Pero esa rivalidad
tiene como referencia común la de las ciencias occidentales que,
ya en el siglo XIX, le precedieron y aventajaron a la hora de hacer
valer su legitimidad (la biología, las ciencias de la naturaleza e
incluso las matemáticas .. .). La sociología se vio entonces obliga-
da a transformar una herencia nutrida de filosofia, de historia, de
psicología y de estudios sociales. El tratamiento estadístico y el
uso de procedimientos extraídos de las ciencias experimentales
marcaron unos métodos que la sociología pronto empezaría a

8 9
El método en sociologia
Introducción
considerar como propios. Cuando Durkheim reclama que esos
«hechos sociales» que «consisten en representaciones» sean Método, ciencias y causalidades
«considerados [... ] como cosas», se está refiriendo a la manera de
entender ese tipo de préstamos. Se trata de acercar los métodos Esta observación se hace más pertinente en la medida en que los
sociológicos a los de las ciencias exactas para poder así legitimar instrumentos estadísticos pretenden ocupar de un modo estructu-
científica y socialmente su derecho a constituirse como una cien- ral el espacio de la cientificidad pura en un campo que ha estado,
cia diferente. y sigue estando en gran parte, polarizado por tendencias rivales
Esta disciplina ha quedado marcada por la adopción de méto- que implican una serie de opciones y retos de filosofía social.
dos_ de tipo experimental: es preciso definir y enunciar hipótesis, Ahora bien, estas disputas han surgido precisamente en torno al
aplicar protocolos de experimentación, hacer constataciones y concepto de causalidad, estrechamente vinculado a los métodos y
obtener conclusiones. Toda una serie de «instrumentos concep- retos de la cientificidad. La discusión se refiere casi siempre a
tuales», como son la función, la estructura o el campo, jalona ese las relaciones que pueden establecerse entre determinados méto-
proceso ~ontinuo de adaptación de préstamos analógicos a lo que dos y la mayor o menor cuota de «libertad» imputable a los
en otro tiempo se llamó la «fisica social». Funcionan a modo de «agentes» o «actores sociales», a los «individuos». Podemos de-
plantillas de análisis y de guías para la síntesis. En el tratamiento cir, simplificando, que opone a los defensores de los «determi-
de «lo grandes números» (a partir del siglo xv111 empezó a apli- nismos sociales» y a los del «libre arbitrio», a aquellos que
ar una «matemática social», primero al análisis de estadísticas vinculan los esquemas de causalidad a ciencias consideradas, de
públ i a y privada y, más tarde, a la elaboración de estudios por suyo, más «naturales» y a quienes se apoyan en los postulados
1 e Ii d u tionarios ), la sociología ha tenido el acierto de de la economía liberal. Desde el siglo x1x hasta nuestros días, he-
¡uipar con los «instrumentos estadísticos» necesarios para de- mos visto de forma general cómo en las ciencias naturales o bio-
sa rr 11 r una « ociología cuantitativa» que reivindica una cienti- lógicas han ido desapareciendo aquellos esquemas de causalidad
fi idad uperior a la de otros sectores de esta disciplina. más «mecánicamente» deterministas, menos probabilistas; tam-
Aunque la transferencia de instrumentos conceptuales ha pro- bién en las ciencias económicas y sociales la atención se ha des-
vocado bastantes temores ante los riesgos de un uso incontrolado plazado hacia el estudio de los elementos complejos que determi-
de los préstamos analógicos (¿se puede analizar la función de una nan situaciones específicas. Y el hecho es que el desarrollo de la
i~stitución del mismo modo que la de un órgano dentro del orga- sociología se ha asentado, sobre todo, en la profundización de las
msmo?, ¿la «causalidad» de las ciencias naturales es equiparable relaciones de interdependencia entre el «individuo» y su «con-
a la de las ciencias sociales?), no por ello las estadísticas han de- texto».
jado de ser consideradas, de entrada, instrumentos de conoci-
miento legítimos que pueden ser transferidos sin problemas. Se-
gú~ est~ criterio, las matemáticas serían ciencias «puras», y sus La covariación: principio necesario no suficiente
aphcac10nes estadísticas, epistemológicamente «neutras». Uno
de los objetivos de este libro es recordar que las estadísticas son Desde el punto de vista estrictamente metodológico, la sociología
claves de lectura con la misma entidad que los modelos concep- ha encontrado en la covariación, o variación concomitante, una
tuales y, como tales, sus implicaciones deben estar sometidas a de las bases más claras para fundamentar sus imputaciones. Ya
un análisis crítico. Durkheim (1895) la tenía por un principio necesario para la ad-
ministración de la prueba. Pero no es posible considerarla en sí
misma una prueba suficiente.
Paul Lazarsfeld (Boudon y Lazarsfeld, 1966), gran iniciador
de los estudios estadísticos, ilustraba las virtudes y debilidades
10
11
El método en sociología Introducción
de este concepto poniendo como ejemplo una comparación esta- Los individuos y las instituciones, al igual que los diferentes ór-
dística entre el número de nidos de cigüeña censados en las dis- ganos de un mismo organismo, cumplen dentro de la sociedad
tintas poblaciones de una misma región y el número de niños re- una serie de funciones que son irreductibles a las causas ( «cir-
cién nacidos. En este caso, la covariación es clara: cuanto más cunstancias») históricas de su aparición. Dichas funciones se
numerosos son los nidos, más alto es el número de nacimientos. analizan tomando como referencia su contribución al funciona-
¿Serán entonces las cigüeñas una «causa» de la natalidad? miento del conjunto, del «todo», se dice a veces calificando de
La covariación, incluso si se comprueba estadísticamente de «holística» esta búsqueda de sentido: ¿qué función desempeña el
forma decisiva, puede orientar la búsqueda de las causas (lo que derecho en una sociedad?, ¿cuál es la función de la escuela den-
Max Weber [1904] llama la imputación causa[), pero no es sufi- tro de una organización social capitalista? ... Pero los principales
ciente para fundamentarla. estudios de tipo funcionalista se han centrado en un análisis dife-
rencial de las funciones; y la evolución de la sociología ha su-
puesto, al mismo tiempo, el declive de los funcionalismos más
El antes «determina» el después globalizadores en favor de otros análisis más detallados que po-
nen en relación subconjuntos y conjuntos específicos. Merton
La sociología ha hecho suyo este postulado de las ciencias occi- (1949) basa su análisis en los límites del poder de las institucio-
dentales: corresponde a la historia (ya sea larga o breve), a las nes federales de Estados Unidos en comparación con los poderes
«génesis», a las «trayectorias» o «producciones sociales», expli- locales. Ahora bien, las grandes empresas - señala este autor-
car el posterior estado de cosas. Se trata de una vía de imputación necesitan, so pena de incurrir en «disfunciones», unas políticas
causal que es propia de nuestra disciplina. Pero, con el apoyo y el estables por parte de la administración. Por este motivo, surge al
aval de otras ciencias humanas, la sociología ha dado también un margen de las instituciones oficiales todo un «engranaje políti-
aparente vuelco a esta concepción de la causalidad. Con el nom- co» cuya «función» primordial es ejercer las presiones necesarias
bre de «causalidad de lo probable», Pierre Bourdieu (1976) ha re- para salvaguardar dicha estabilidad y defender sus privilegios.
cordado que el futuro probable es, a través de las representacio- Ese engranaje desempeña una «función» de respaldo y de organi-
nes que tenemos de él, uno de los elementos determinantes para zac ión de las actividades económicas ilegales (prostitución,
la acción. Y también la teoría de la selffullfilling prophesy (Mer- robo ... ), y tiene también una serie de «funciones» locales de asis-
ton, 1949), representación del futuro que contribuye a su adveni- tencia social o jurídica en pro de los más desfavorecidos. Estas
miento, se ha edificado sobre la base del estado presente de las funciones son las que le garantizan una clientela electoral.
representaciones. No obstante, los sociólogos coinciden en subra- La causalidad estructural. La causalidad estructural atribuye
yar la influencia que tienen las experiencias pasadas sobre las re- explícitamente al conjunto la explicación del elemento; el fenó-
presentaciones de lo probable, de lo deseable y de lo posible, so- meno particular queda determinado por una serie de caracterís-
bre las categorías de la percepción y de la acción, e incluso sobre ticas generales. Y en esta determinación tiene un papel decisivo
las modalidades de la improvisación y de la innovación (cf. la no- la homología estructural.
ción de habitus, Weber; Bourdieu [1976]). Comparando Arquitectura gótica y pensamiento escolástico,
Panofsky (1967) analiza la homología existente entre la articula-
ción lógica de la filosofía escolástica y la de los planos de las ca-
El elemento «determinado» por el conjunto tedrales góticas: las dos obedecen a una misma estructura de pen-
samiento y evidencian la afinidad estructural que existe entre los
La relación de tipo funcional. El concepto de función es un prés- diversos aspectos de una totalidad histórica.
~~➔ = de la biología adoptado, sobre todo, por Durkheim (1895).
Del mismo modo algunas características de los elementos

12 13 ■
Introducción
El método en sociología
figurados a lo largo de la historia junto con sus instituciones es-
(grupos, clases ... ) se deben al lugar que éstos ocupan dentro de pecíficas y las leyes de funcionamiento que les son propias [.. .],
un conjunto estructurado. De aquí se deduce que los elementos hay tantas formas de trabajo como campos y debemos considerar
que ocupan posiciones homólogas en el interior de dos conjuntos las actividades mundanas del aristócrata, o las actividades reli-
deben sus características comunes a dicha posición. Por una par- giosas del sacerdote o del rabino, como formas específicas de
te, la condición social de un grupo ( condición de clase, sexo , trabajo orientadas a la conservación o al incremento de formas
edad, trabajo .. .) no agota el análisis del mismo: su posición (de específicas de capital» (1987).
clase, sexo, edad, trabajo ...) se define en y por su relación con La objetividad científica en sociología. El rasgo más propia-
otros grupos que forman el conjunto de referencia (Bourdieu, mente sociológico dentro de la paradójica relación que mantienen
1984). Y por otra, existe la posibilidad de equiparar, a efectos de los métodos (con todas sus pretensiones científicas) y la causali-
comparación, las características de grupos situados en contextos dad hay que buscarlo, desde luego, en el concepto - sociológico
históricos y/o sociales diferentes pero que ocupan dentro de ellos donde los haya- de sesgo sociocentrista o etnocentrismo. El tér-
posiciones formalmente homólogas: por ejemplo, clases medias, mino «etnocentrismo» es el más conocido, y designa la manera
elites, mediadores, innovadores, poseedores de capital económico en que un pueblo (una etnia, una cultura, una civilización ... ) ve y,
y de capital cultural... por lo tanto, juzga a los demás desde el punto de vista de los va-
Muchos de los modelos de análisis que han marcado la socio- lores y referencias que le son propios. La expresión «sesgo socio-
logía de estas últimas décadas responden a una imputación de centrista» subraya, como lo hacen también algunas definiciones
tipo estructural: análisis de las «estructuras elementales del pa- recientes del etnocentrismo, que esta noción concierne a cual-
rentesco» (Lévi-Strauss, 1958), del «modo de producción capita- quier grupo social.
lista» (Louis Althusser, 1969), de los «campos de competencia» La sociología, al tiempo que se dedicaba a construir objetos
(Bourdieu, 1979), etc. científicos a imagen y semejanza de las ciencias experimentales,
El estructuralismo ha reavivado el viejo conflicto impregnado ha venido desarrollando una reflexión crítica propia acerca del
de filosofía social que enfrenta a los partidarios del «determinis- sesgo sociocentrista de las representaciones: el que se refiere a
mo» y a los del «libre albedrío», o, mejor, a los defensores de los los grupos que ella estudia y el del propio investigador. Efectiva-
«determinantes estructurales» y a los del llamado «individualis- mente, al proponerse como objeto específico de estudio la cons-
mo metodológico» (Boudon, 1988), estos últimos más cercanos a trucción social de los fenómenos , se ha centrado en la identifica-
la filosofía de los economistas liberales. Pero la evolución de la ción de las diferentes «lógicas sociales», «culturas» (en el sentido
disciplina tiende a realzar las estructuras intermedias: así, se ana- de «sistemas de pensamiento, de representación y de acción»
liza al individuo como producto social de causalidades múltiples según Claude Lévi-Strauss [ 1958]) o «definiciones sociales» (se-
(causalidades históricas y estructurales) y como actor dentro de gún Pierre Bourdieu y otros [ 1968]). El sociólogo, en la medida
una situación en la que dispone de «márgenes de maniobra» y de en que él mismo está incluido en esas lógicas sociales, es tam-
«posibilidades estratégicas o tácticas» diversas. El concepto glo- bién portador de sesgos sociocentristas.
bal de sociedad está dejando paso al análisis de una pluralidad Algunos análisis retrospectivos han descubierto bastantes ses-
estructurada en «espacios sociales», en «campos» o en «escena- gos sociocentristas en los estudios sociológicos que versan sobre
rios sociales». Desde esta óptica, existe una gran afinidad entre las clases populares. Se detectan tanto en los juicios de valor
los sociólogos que proponen un «planteamiento estratégico» cen- como en la orientación de los planteamientos. Por ejemplo, un
trado en las organizaciones y en sus respectivos «sistemas de ac- examen de las publicaciones sociológicas norteamericanas que
ción» (Michel Crozier, 1963) y otros, como Bourdieu, que ponen trataban de la educación en los años cincuenta y sesenta muestra
de relieve la estructuración de los campos: «Hay tantos intereses que, cuando los modelos de educación de las clases medias abo-
como campos, entendidos éstos como espacios de actuación con-
15
14
El método en sociologia Introducción
gaban por el respeto y la obediencia, los sociólogos consideraban e o, garantizar la pertinencia de un método significa adaptarlo a
«permisivos» los hábitos de las clases populares. En cambio, con 1 s problemas planteados y a los datos que son accesibles. Esta
la aparición de las «pedagogías modernas» evolucionan los hábi- r gla básica tan general suele presentarse bajo la forma de un
tos de las clases medias y llegan a ser considerados «favorables al principio un tanto ideal que hace hincapié en la adaptación de los
desarro11o», mientras se critica el «autoritarismo de las clases po- métodos a los problemas e hipótesis de cada investigación. De
pulares» ( Combessie, 1969). Por otro lado, Sayad (1991) destaca hecho, en el transcurso de la misma se descubren datos o dificul-
la focalización de aquellos estudios que sólo consideran la «inmi- tades imprevistos, algunos de los cuales tienen directamente su
gración» desde la perspectiva de los «países de acogida»: «Para rigen en la aplicación de los métodos y sugieren una obligada
la sociedad que le da ese calificativo, el inmigrante sólo existe a rcorientación (táctica o estratégica) de los problemas y de los mé-
partir del momento en que cruza la frontera y entra en el país; l dos. Ésta es la condición misma de toda investigación innova-
desde ese mismo día el inmigrante "nace" para la sociedad que le dora.
otorga tal título. De modo que ésta se permite ignorar todo lo que No es infrecuente emprender una investigación «a ciegas»,
precede a ese momento y a ese nacimiento. Aquí tenemos una sólo «para ver». Se ha designado con el término de «sociografía»
nueva versión del etnocentrismo ... ». a aquellos trabajos cuyo objetivo declarado es «describir» los fe-
El riesgo es inevitable, y el problema de la «objetividad cientí- nómenos sociales observados tal como se «muestran» a nuestra
fica» se plantea en sociología en términos muy concretos: ¿hasta vi ta y oídos. Pero la sociología, en la medida en que ha pretendi-
qué punto y de qué manera el uso correcto de los métodos puede do alejarse de esta concepción, ha retomado y continuado la críti-
ayudar al sociólogo a controlar la mirada que dirige a su objeto, a a hacia todos los «empirismos» y «realismos»: no hay ninguna
controlar los sesgos sociocentristas que lo conforman? descripción que no implique un punto de vista, toda representa-
Este problema, junto con las observaciones que acabamos de ción es una construcción (Bachelard, 1934). Aclarar las represen-
hacer, invitan a enunciar desde el principio algunas reglas básicas taciones, las preguntas, las hipótesis y su articulación (problemá-
sobre el «uso correcto de los métodos». Son reglas capaces de re- tica) es una de las vías de la objetivación, en tanto en cuanto
cabar el consenso de los sociólogos y, seguramente mejor que permite considerarlas en sí mismas como objeto de análisis críti-
otras, de proporcionar una distancia crítica frente a uno mismo, 'O. Esta vía queda abierta desde el principio y durante todo el de-
una resistencia a las «prenociones» y preconstrucciones implíci- sarrollo de la investigación, algo que necesariamente hará evolu-
tas del objeto, así como una toma de conciencia de los presupues- ionar las representaciones.
tos que, se quiera o no, se interponen en la investigación.

Dos principios de comparación interna


Algunos principios de organización y de método
El obj eto plural. Una vez aclaradas las hipótesis, la primera regla
Hipótesis y métodos es la de la comparación sistemática, comparación que debe ser
interna al objeto de estudio y que implica subdividirlo en una
Toda opción metodológica se inscribe dentro de una estrategia de pluralidad de objetos secundarios. Esta regla permite ampliar a
investigación. Los métodos no se pueden aislar, no son indepen- toda la investigación la exigencia de aclarar las hipótesis, especi-
dientes de las vías abiertas por los «intereses» del investigador ficando en qué difieren o se asemejan los grupos separados para
(problemas, valores, ideologías o teorías que orientan sus objeti- la comparación. Permite también aumentar el efecto de la demos-
vos) ni de las características de los datos accesibles. Un método, tración, es decir, la validación de la prueba, puesto que los gru-
como guía para el itinerario, aclara pero no decide el camino. Por pos objeto de comparación quedan todos ellos expuestos a la mi-

16 17
El método en sociología
Introducción
rada del investigador. Claro que, a diferencia de las ciencias ex-
perimentales de la naturaleza, la sociología difícilmente puede 81 esquema general de un estudio sociológico pasa por una
establecer comparaciones entre un grupo de referencia y un gru- /use' inicial más exploratoria hasta llegar a una etapa final de ve-
po experimental dentro del cual, «siendo, por lo demás, iguales ' 1/irnción (aunque sea provisional). Hay estudios que tienen un
todas las cosas», sea posible aislar con claridad un «factor» de 1r{1 ter más exploratorio, mientras que otros pretenden ser de
cambio. Sin embargo, la sociología dispone de otros recursos 1Hltrol. A veces, el sociólogo se encuentra al principio desprovis-
para aumentar la validez de sus comparaciones. 111 le datos o de hipótesis, y se plantea como objetivo la elabora-
La pluralidad de los métodos. La sociología, considerada 1ón de un corpus provisional de datos e hipótesis que más ade-
como estudio de lo «cercano» (cercanía histórica y cultural, fa- l.111te tendrá que comprobar. En otros casos, si se mueve en un
miliaridad de las relaciones sociales y humanas ... ), permite uti- 111mpo conocido, tratará más bien de confirmar y verificar. Pero
lizar instrumentos de observación más variados que otras disci- 1 ·mpre hay un movimiento que va de la exploración a la verifi-

plinas de las ciencias sociales (y puede que , en este aspecto, 1 n ' ÍÓn.

esté mejor dotada que las ciencias naturales) . Ahora bien, a En cuanto a los métodos, los hay que poseen una capacidad
cada método le corresponde un modo de comprensión y, por lo · ploratoria más evidente, adaptada al descubrimiento y a la re-
tanto, de constitución del objeto. Diversificar los métodos es rngida de datos, y que deberá ser desarrollada en esa dirección;
entrecruzar los enfoques , es crear las condiciones para obtener otros aplican de modo más sistemático procedimientos de con-
una imagen estereoscópica del objeto gracias a la superposición 1r 1, sobre todo durante la fase de tratamiento de datos .

de imágenes procedentes de distintos puntos de vista; es, en El proceso más habitual que siguen los métodos con vocación
una palabra, diversificar los objetos. Supone al mismo tiempo · ploratoria es el siguiente:
multiplicar los datos y aumentar las posibilidades de compara- Observación ➔ Entrevista ➔ Cuestionario.
ción y de objetivación, algo que sólo se consigue si cada méto- Pero cualquier método de recogida y tratamiento de la infor-
do se desarrolla y se profundiza dentro de la lógica que le es 111ación, si quiere ser aplicado en profundidad, necesita evolucio-
propia. nar desde una fas e más exploratoria hasta un objetivo final de
1erificación.
Tip os y tipologías. Comparar quiere decir, al principio, distin-
Explorar, verificar ruir y separar. «Constatar» similitudes y diferencias, reagrupar
elementos en función de sus rasgos comunes y distinguirlos de
Una evolución. Desarrollar cada método de acuerdo con su pro- aquellos que difieren de ellos, todo eso es conformar tipos (tipos
pia lógica quiere decir reajustar su Jugar a lo largo de la investi- sociales de comportamientos, de representaciones, de situacio-
gación. Todo estudio sociológico que parta de las representacio- nes, de condiciones). Pero las similitudes y las diferencias sólo
nes sociales preexistentes ( «prenociones», según Durkheim xisten en función del punto de vista adoptado frente al objeto y,
[ 1895], «relación con los valores» , según Max Weber [1904], cuando hablamos de «constatar», no debemos olvidar que es el
«ideologías dominantes», según Marx [ 1939], o, en palabras de punto de vista el que crea al objeto. Construir una tipología con-
Thomas Kuhn [1962], «paradigmas» que estructuran los plantea- iste en hacer patentes esos puntos de vista, en sacar a la luz
mientos científicos de los problemas ... ), mantiene una tensión en- nuestras hipótesis sobre los vínculos o las diferencias. El término
tre el polo del descubrimiento ( «esperar descubrir algo nuevo» «tipología» tiene significados específicos dentro de la sociología
[Durkheim, 1895]) y el polo de la verificación («comparar con la de M. Weber. Aquí lo utilizamos para referirnos al esclarecimien-
realidad» [Weber, 1904], «administración de la prueba» [Durk- to de los puntos de vista que se adoptan ante el objeto (ya sea por
heim, 1895]). una cuestión de elección o de necesidad, de teoría o de práctica),
en la medida en que sirven para aclarar los principios de confor-
18
19
El método en sociología
mación de los tipos sociales. Precisamente a partir de esos puntos
de vista se construye la imputación causal relativa a la forma y
naturaleza de los vínculos que fundamentan las similitudes y las
diferencias.
La primera parte de este libro («Descubrimiento y recogida de
datos») presenta los métodos más típicamente exploratorios, y la
segunda, los métodos de tratamiento de datos («El tratamiento:
análisis y síntesis»). Este esquema aparentemente cronológico no
debe ocultar - como nos veremos obligados a recordar- la im-
portancia de los objetivos de tratamiento comparativo al aplicar Primera parte
métodos exploratorios y la de las fases exploratorias al aplicar los
métodos de tratamiento. Sólo al finalizar el estudio puede uno
Descu bri miento
sustraerse a la eventualidad de ver cómo se abren nuevas pistas y
aparecen otras hipótesis. Se trata de un proceso continuo. Por
y recogida de datos
eso, al iniciar una investigación, una memoria o una tesis, se sue-
le recomendar esperar a que esté redactada la conclusión para dar
luego un último retoque a la parte introductoria.
En el Anexo se ofrece un pequeño resumen de algunos ele-
mentos de estadística.
1. La observación

recogida de documentos
No iempre la recogida de documentos forma parte de pleno de-
ll ·ho de los métodos sociológicos. Uno de los motivos es, sin
duda, que los métodos que aplica proceden, como tales, de otras
disciplinas, por ejemplo la historia (recogida de documentos de
1r hivos) o la etnografía (recogida de producciones materiales,
11 general de tipo técnico o cultural). Pero una sociología de la
o iología debería explicar el trato diferente que la tradición so-
·i lógica reserva a los métodos que «toma prestados» de otras
lisciplinas. A veces no se molesta siquiera en comentarlos o
apropiárselos» ( como es el caso de los que acabamos de citar), y
t 11 ras, por el contrario, acaba integrándolos en sus propios méto-

d ( como ocurre, por ejemplo, con el tratamiento estadístico).


En muchos estudios sociológicos, la recogida de archivos do-
·umentales puede ser considerada como un aspecto esencial y un
método que debe ser aplicado desde el principio, antes incluso de
11 ·udir sobre el terreno. Las recomendaciones que Marcel Maget
1953) dirigía a los antropólogos incumben también, a fortiori, al
s ciólogo: «Salvo en caso de extrema urgencia, nunca se puede
iniciar el estudio sin haber examinado la documentación disponi-
-~-2!'!'!3ffl
, •,t$'""i~ •' •e-
¡,):'I •#• ,
Descubrimiento y recogida de datos 1. La observación
ble acerca del tema elegido. Una vez sobre el terreno, es muy re- 111 r ejemplo, en las actividades relacionadas con ecomuseos
comendable consultar los archivos municipales [... ]. Así se define 1 r lo general, en el estudio de las «artes y tradiciones popu-
un marco espacio-temporal limitado al territorio del mun~cipio y l 11 •s». Sin embargo, algunos trabajos recientes vienen manifes-
a su sistema de relaciones inmediatas, así como a un penodo de l 111d un interés creciente por los documentos iconográficos. Es
tiempo de ciento cincuenta años durante el cual se perciben cur- 1 ·aso de las fotografías, que se han convertido en temas pro-
vas de evolución demográficas, económicas, etc. Conocer ese p II s de algunas investigaciones: en los estudios sobre las dife-
contexto y esas curvas permite situarse mejor invirtiendo el me- 1 •11 ·ias sociales en la estética y en la apariencia personal (Bour-
nor tiempo posible e ir al encuentro de la información con una 11 •u y Boltanski, 1965), sobre la trayectoria social de quienes, a
mayor seguridad». p11. rar por las fotografías , formaron en algún momento concreto
Las principales fuentes de documentación están, en efecto, 1111 g rupo (Delsaut, 1988), etc. También se ha estudiado la
vinculadas a la administración pública, y son redactadas y con- d I unsformación del cuerpo, de la apariencia personal y hasta
servadas por las administraciones e instituciones de ámbito na- 1 la orientación escolar y profesional» que provoca la partici-
cional (en particular el I.N.E., pero también otros muchos) y mu- 1 .ición reiterada en programas televisivos (Balacz y Faguer,
nicipal (Registro Civil, censo electoral, catastro, P?licía lo~al , 1 !)() 1).
parroquias, servicios de asistencia pública, educación pública,
etc.), provincial (archivos provinciales) o regional. Otr_as son de
carácter privado, a veces muy institucionalizadas (archivos nota- 1l campo de estudio
riales), y suelen estar con frecuencia ligadas a biografías persona-
les y familiares (correspondencia privada, cuadernos y libros es- 1)na parte de la observación está relacionada con el descubri-
colares, fotografías, muebles , vestidos, colecciones y otros 11li •nto. Se la puede incluir en el grupo de los cuadernos de ex-
«recuerdos» juveniles y familiares); algunas veces dependen de 1 I< ración o de viaje, y tampoco queda lejos del reportaje de un
asociaciones o de grupos más o menos formalizados que habrá 11 iado especial o del testimonio que aportan quienes han visto,
que descubrir. Hay también diversos tipos de documentos crea- 11 1 o participado directamente en los hechos. En todo caso, la
dos abiertamente con fines publicitarios, propagandísticos o de , bscrvación supone pasar una temporada sobre el campo de estu-
comunicación (periódicos, anuncios, carteles, octavillas o panfle- lw, término tomado de la antropología para designar al mismo
tos). Tampoco conviene descuidar los documentos elaborado_s 11 ·mpo el objeto de estudio y el lugar de estancia. Dicha estancia
para uso interno de los organismos e instituciones (a_ct_as d~ reu- • 1 11 de tener una duración muy variable: desde unas cuantas horas
niones comisiones o comunicaciones, notas de serv1c10, discur- pnra observar una fiesta, una comida, un bar, una clase ... ) hasta
sos, b~letines internos, discursos de entrega de premios ... ). :irios años (presencia continua, estancias reiteradas y, a veces,
En todas las investigaciones, las fuentes documentales pue- 1 • , reso a un terreno ya familiar por haber sido durante mucho
den servir al mismo tiempo para proporcionar información 1¡ ·mpo el lugar de residencia o de estudio ... ). Observar es «vivir
complementaria y para diversificar los puntos de vista. A veces, 1 ,n» o, por lo menos, estar próximo, estar a mano; es mirar de
ellas mismas se convierten en el tema de la investigación, sobre •r a. Salvo que se trate de disimular - y entraríamos aquí en el
todo cuando se trata de documentos escritos, como los discur- 1, ·pecto deontológico- , significa también estar expuesto a las
sos de entrega de premios analizados por Viviane Isambert-Ja- 111iradas, a la atención, a los comentarios, a las preguntas y a
mati (1970) o las cartas de los lectores que estudió Luc Bol- •11 alquier otra forma de tratamiento social. De todos los enfoques
tanski (1984). Los sociólogos han dedicado meno~ atención q_ue ociológicos, la observación es la que implica una cercanía física
los antropólogos a recopilar y a estudiar producc10nes matena- 111 ú permanente, así como un abanico más amplio de conductas,
les no escritas; han estado (y están) mucho menos interesados, d • interacciones y, por lo tanto, de métodos. Así pues, aunque las
24 25
1. La observación
Descubrimiento y recogida de datos
• cierto que el observador transforma su objeto. Esa trans-
situaciones de observación puedan tener una duración muy varia- lmmación forma parte de un amplio debate sobre la cientificidad
ble, nosotros vamos a dar aquí preferencia a las más largas y a las I · las ciencias humanas y sociales que se refiere a los métodos
interacciones que las caracterizan. . pira obtener datos en directo, sobre todo a la entrevista, y en-
Tanto si el campo de estudio es nuevo (poco conocido, poco 111 •ntra en la observación un punto de aplicación privilegiado, es-
estudiado de entrada) como si ya está «trabajado», los primeros 11 • • ialmente cuando se trata de una observación participante.
pasos de la búsqueda serán de caráct~r expl01:at?rio. Se_ ~eces~ta llora bien, a diferentes niveles, cualquier estancia sobre el terre-
un estado de ánimo peculiar y una actitud metodica de v1g1lanc1a: ,u, implica participación y crea una situación nueva.
el investigador tiene que estar al acecho. Deberá mantener, más ero, en sociología, cualquier situación debe ser analizada
que en cualquier otro momento de la investigación, esa doble 1 111no una coyuntura específica, y ese problema quedará entonces
atención que implica, por una parte, estar atento a lo nuevo, a lo 111t dificado: la misma idea de situación remite a la dinámica de
desconocido ( estar preparado para que nos sorprenda), y, por 11.· relaciones sociales en las que nada es analizable sin referirse
otra, estar atento a uno mismo sin olvidar que el propio sociólogo 1 lla. No hablamos igual estando con un miembro de la familia,
es ajeno a esa novedad (¿pero cómo?, ¿yo aquí?), es un etnólogo 1 rn un amigo o con una visita; en el lugar de trabajo, en el café o
entre los indígenas, «un astronauta en París». Hay que ser cons- 11 una reunión familiar; según sea el sexo, la edad, el entorno so-
ciente de esa diferencia y del trato que nos dispensan. Y aplicare- 1111 de los interlocutores. Hay que abandonar esa idea, muchas
mos esa actitud hasta a los detalles más insignificantes - tengan implícita, de que se puede mantener una situación de neu-
o no un sentido inmediato- , a los modos más habituales de de- r, olidad que sería, de hecho, la negación del propio concepto de
cir y de callar, de hacer y de abstenerse, y a los que se alejan de 11 uación social.
ellos en mayor o menor grado. bn una situación de observación, la única regla para el soció-
Este comportamiento deberá basarse en un plan general de 1, l' es presentarse, explicar su postura de observador y pregun-
observación y en una serie de plantillas más específicas. Supone 1 11 si los demás están de acuerdo: una vez que todos conocen por
registrar con la mayor precisión e inmediatez posible~ to?~ lo que q11 '• está ahí el sociólogo, la mejor garantía de la veracidad del in-
se está observando y analizarlo con frecuencia y penod1c1dad: el li 1rm que se redactará después es registrar con la mayor fideli-
análisis orientará a su vez todo el plan y servirá para preparar una d.id posible. El corolario de esta regla es analizar regularmente la
nueva hoja de plantillas. 1luación en la que surge todo lo que vemos y oímos: el sociólo-
Y es que, por muy duradera que deba ser esta actitud, tiene 11 sabe que está siendo observado mientras observa, pero sabe
también que saber integrar y consolidar las exigencias de siste- 111nbién que él es un elemento más de la interacción y de la co-
maticidad a medida que avanza la investigación. 11ntura.
De esta regla tan general se derivan, a la vez, problemas y me-
111 i mos de observación específicos.
«¿Ha dicho usted investigación?»
El sociólogo principiante suele tener miedo de registrar lo qu~ ve , mo presentarse: deontologia y método
y lo que oye: miedo al magnetófono, a l~s nota~ tomadas en ~1vo,
a las fotos, al vídeo ... , en una palabra: tiene miedo de asumir su ,l'r entarse quiere decir necesariamente darse a conocer como
papel de investigador. Su temor alimen~a unos escrúrulos de or- 11 ·i 'logo e investigador? No hacerlo (tanto si la finalidad del tra-
den epistemológico (todos esos mecamsmos de registro pertur- l1,1j de campo es la indagación, como si ésta se inicia aprove-
ban aquello mismo que pretendemos observar) y/o moral (las lrindo la estancia en la zona, o si se trata de un estudio sobre el
pesquisas policiales).
27
26
Descubrimiento y recogida de datos 1. la observación
grupo al que uno pertenece) suele ser considerado contrario al prácticas (sus colegas y superiores estaban informados, pero no
código deontológico de la investigación. Pero, a veces, ocultar los detenidos).
esa identidad aparece como una condición para la eficacia de la Por último, algunos investigadores han optado por introducir-
investigación y, en algunos casos, incluso como su condición de se como adeptos o militantes en organizaciones, ya sean sectas o
posibilidad. partidos, cuyos objetivos no compartían en absoluto.
Con el fin de estudiar las relaciones y las condiciones labora- Conviene señalar a este respecto que, con el fin de estudiar al
les en el seno de una empresa o de una institución, algunos soció- rrupo del que se (orma parte, uno deja de ser un miembro cerca-
logos han optado por trabajar allí corno empleados silenciando su no al grupo para convertirse en un observador sistemático de sus
condición de investigadores. Muchas de estas investigaciones se prácticas.
han desarrollado en las fábricas, dado que el sociólogo trataba de Desde el punto de vista ético, hay que decidir en cada caso si
estudiar la condición obrera participando de ella. Cabe citar, en- 1 valor de la información que se va a obtener (valor del conoci-
tre las más antiguas, la de Donald Roy (1952), que se hizo con- miento «puro» o del testimonio, e incluso de la denuncia a la que
tratar en una fábrica de equipamientos pesados en el extrarradio ruede dar lugar) es más importante que el carácter «reprochable»
de Chicago y trabajó en cadena durante diez meses sin darse a de la ocultación. Los ejemplos precedentes ilustran la diversidad de
conocer como sociólogo. Treinta años más tarde, Micha.el Bura- situaciones posibles y el carácter netamente estratégico de la
woy (1979) repetía la experiencia en la misma empresa. decisión que se va a tomar. Una decisión que no se puede evaluar
Gunther Wallraff (1985) modificó su aspecto físico e hizo que con independencia del uso que se va a dar a las informaciones
le contrataran como turco para poder estudiar la condición de es- btenidas.
tos obreros inmigrantes en Alemania.
En otros casos, sólo los superiores jerárquicos estaban infor-
mados del objetivo del sociólogo. Desde 1954 hasta 1957, Erving El observador observado
Goffman realizó diversas observaciones en el entorno hospitala-
rio, más concretamente en un hospital psiquiátrico de Washing- asi siempre, el observador intenta mantener su participación
ton, donde permaneció un año: «Oficialmente yo era ayudante dentro de unas formas de comportamiento que el grupo sea capaz
del director [... ]; pasando el rato con los enfermos evitaba entrar de identificar y, al mismo tiempo, de aceptar como compatibles
en contacto con el personal hospitalario y que me identificaran on su funcionamiento habitual.
como un personaje clave del centro. No dormía en las salas, y la· De vez en cuando, esa participación adopta una forma anóni-
dirección del hospital estaba al corriente de mis intenciones» ma: en un café, en una cola, en un teatro o ceremonia pública y,
(1961). en general, en circunstancias y lugares sociales abiertos. Casi
También puede ocurrir que los superiores y colegas estén in- ·iempre las estructuras de acogida de los recién llegados presupo-
formados, pero no los «clientes» de la institución. Podemos citar, nen la mediación de un tercero o, en su defecto, la presentación
en Francia, la investigación de Jean Peneff (1992), que trabaj ó xplícita de uno mismo. Pero, en todos estos casos, el sociólogo
varios meses de camillero en un servicio de urgencias: la direc- ·uenta con un objetivo prioritario: estudiar cómo se le recibe y
ción y los demás miembros del servicio conocían su objetivo, cómo evoluciona el trato social que le dispensan, para comparar-
pero no los pacientes. Éste ha sido también el caso de Antoinette lo después con los que le reservan en otros lugares y circunstan-
Chauvenet, Franc;oise Orlic y Georges Benguigui (1994), quie- ias: otros bares, otras familias, asociaciones y escenarios socia-
nes, antes de iniciar entrevistas exhaustivas con los miembros del les ...
personal de vigilancia de Instituciones Penitenciarias, realizaron En primer lugar, deberá contar con que va a ser tratado de
durante un mes una observación participante como vigilantes en acuerdo con sus características de sexo, edad y procedencia so-

28 29
Descubrimiento y recogida de datos
1. La observación
cial (étnica, nacional, de clase, etc.). Ésas serán sus primeras plan-
tillas de observación y de análisis para anotar y examinar el reci- ta personas ofrecen al sociólogo. Pero ¿qué hay que hacer para
bimiento que le otorgan y lo que le dicen y le enseñan. Como so- ·ncontrar informadores?
ciólogo y agente externo, él también puede ser visto como una
posible fuente de información o como un eventual mediador: mu-
chos sociólogos subrayan la importancia que ha tenido este tipo Informadores institucionales e informadores probables
de servicio esperado y/o prestado en la dinámica de intercambios
y, sobre todo, de informaciones. Si el terreno ]e resulta familiar y L s informadores institucionales son los portavoces autorizados
da entonces a conocer su nueva condición de observador sistemá- le un grupo o de una institución. Debido a las tareas o funciones
tico, la modificación del trato social que pueda suponer ese anun- 1ue desempeñan, están encargados oficialmente de hablar en su
cio es ya una referencia, una guía para observar y analizar las nombre . Casi siempre ocupan un puesto de responsabilidad: son
funciones de todo lo que se silencia dentro de las relaciones de r 'prese~tantes políticos, administradores, delegados sindicales,
familiaridad preexistentes. pcrsonaJes notables, presidentes de asociaciones ... , y, como tales,
Por el contrario, el observador corre el riesgo de quebrantar s n personas a las que el sociólogo suele tener acceso. Presentar-
torpemente las reglas de funcionamiento del grupo si carece de la : ante ellos puede constituir una regla social de comportamien-
suficiente familiaridad; pero este comportamiento puede obede- to: ellos son los que «autorizan». E interesan sobremanera al so-
cer también a un plan deliberado. Garfinkel, por ejemplo, con el ·iólogo porque son depositarios del discurso de la institución un
fin de mostrar la importancia de unas reglas implícitas que pare- li c~rso «es_tablecido» y, por lo tanto, ineludi ble desde el p~nto
cen evidentes en las relaciones familiares, recomendaba a sus es- 1 vista social. Durkheim (1895) considera que el ser condicio-
tudiantes que hicieran la siguiente experiencia: no pronunciar ni 11ante es una_ característica del hecho social, un aspecto que lo
una sola palabra durante toda la comida familiar. Enseguida se hace reconocible y un punto de vista desde el cual conviene abor-
ponía de manifiesto que el hablar durante las comidas era algo larlo. Es importante ana lizar sus informaciones teniendo en
esperado de un modo mucho más apremiante del que tenían ·uenta de dónde vienen y sin olvidar que estos informadores,
conciencia. En uno y otro caso, la infracción pone en evidencia la · mo portavoces autorizados de sus instituciones, son también
importancia y las modalidades que adopta la regla, y brinda la 1< rep resentantes y/o los miembros de facciones específicas
ocasión de contemplar y analizar el trato social reservado a quien 1'ntro de esos mismos grupos, de sus experiencias y de sus ínte-

la infringe. r es.
No tratándose de representantes institucionales, los informa-
d res que con mayor probabilidad se encontrará el sociólogo son
Los informadores p 'rsonas que ocupan una posición social de intermediarios entre
1
1 grupo y él. Esta posición social es, a la vez, fruto de una dife-
Los informadores, particularmente importantes cuando se trata r nciación social dentro del grupo y de una proximidad social
de introducirse en un terreno, son para el sociólogo unos media- real o probable- ante lo que el sociólogo representa. Puede
1ratarse de los. miembros con más estudios entre las clases popu-
dores privilegiados: pertenecen o han pertenecido al grupo estu-
diado, están dispuestos a facilitar los primeros contactos, a pro- hres (campesmos, obreros), de los más urbanizados o de anti-
porcionar los primeros datos. A veces suelen interesarse en la l'UOs emigrantes; o también de miembros de los sectores más
investigación, en su desarrollo y en los progresos obtenidos, y ruditos de la clase media o alta. En cuanto al sexo, casi siempre
proporcionan opiniones, consejos y ayuda. Muchos informes de .':m_ hombres, sobre todo en asuntos laborales y cuando el propio
observación confirman la importancia decisiva de todo lo que es- .' c1ólogo es un hombre; en cambio si hablamos de los niños o de
la re laciones familiares, seguramente nos encontraremos con
30
31
1. La observación
Descubrimiento y recogida de datos
mujeres. Cuando se trata de «indagar en ambientes populares», «Lo que fascina sobre todo a [... ] los ingenieros y técnicos, y lo
Gérard Mauger (1991) observa que «suelen ser " la voluntad de que constituye además el modelo de lectura que aplican a la reali-
escapar de allí" que tienen algunos, la "buena voluntad cultural" da d son los cambios técnicos y los cambios "organizacionales"
de otros o incluso "los valores de la virilidad" los que permiten (término polisémico) considerados a menudo como consecuencias
comprender el hecho de que esa situación de investigación pueda directa s de los cambios técnicos. [... ] El problema es que los plan-
ser buscada, aceptada o concedida. Hay que suponer, por el con- teamientos que muchos investigadores, ya fueran economistas o
trario, que quienes la rechazan no creen tener ninguna caracterís- sociólogos, elaboraron en los años ochenta tienen su origen, casi
tica particular "de interés" en mayor o menor medida para al- en su totalidad, en esa moda de una percepción estructurada por la
guien que viene de fuera». práctica. [... ] Y así, abocados a pensar los problemas de su taller
La cualificación social de «informador del sociólogo» puede bajo el enfoque de la innovación técnica u "organizacional", han
venir dada por las categorías de nacimiento (sexo, ascendencia, llegado también a descuidar la complejidad de las relaciones socia-
rango de nacimiento ... ) o «categorías asignadas». Pero también les que históricamente se han establecido dentro de los talleres, y
pueden ser «categorías adquiridas», como la formación, la expe- las han tratado como evidencias que no merecía la pena tener en
riencia profesional, el conocimiento del entorno .. . Conviene re- cuenta o como argumentos que podrían menoscabar las lógicas de
cordar aquí lo que Gerhard E. Lenski (1954) llamaba la «cristali- desarro llo del proceso principal. Tampoco han prestado atención a
zación de estatus»: con frecuencia, las características estatutarias la manera en que las innovaciones - técnicas o de cualquier otro
del portavoz espontáneo, del informador más probable, difieren tipo- son vividas en estos talleres por unos asalariados que no
de las características ordinarias del grupo; por eso, y desde ese forma n en absoluto un grupo homogéneo sino que están marcados
punto de vista, su categoría estaría, según Lenski, «poco cristali- por fuertes diferencias de edad, sexo, capacitación, generación,
zada». Pero esta diferenciación con respecto al grupo parece faci- etc.» (Pialoux, 1995).
litar un análisis crítico de las situaciones sociales. El informador
privilegiado de Michel Pialoux (1984, 1095) era un obrero sin
cualificación de la industria automovilística que trabajaba en la
misma empresa desde hacía veinte años; pero era oriundo de otra rsificación de las fuentes es mayor en la medida en que el in-
región, más culto que la media de los obreros, militante y delega- 1 >rmador, en su papel de mediador, guía y consejero, nos facilita-
do sindical en permanente conflicto con los dirigentes de su sin- , :'t el acceso a personas y grupos socialmente próximos: y esta
1rama construye previamente las informaciones y representacio-
dicato. •

11cs a las que accede el sociólogo.


Se necesita una atención permanente para hacer frente a la
Puntos de vista nmenaza del aislamiento y del sesgo sociocentrista, y sobre todo
1 ara ser capaz de percibir y restablecer el «punto de vista» de

El sociólogo debe analizar las posiciones sociales de sus infor- ¡uienes están más dominados. El sociólogo sabe muy bien cómo
madores con el fin de situar, de objetivar el punto de vista desde · imponen los puntos de vista y los marcos de referencia domi-
el que se elaboran las informaciones y representaciones que éstos nantes. Pero también sabe que, en un análisis retrospectivo, es
le ofrecen (Cicourel, 1964). Partiendo de ese análisis, orientará más sencillo criticar a la sociología por condescender con los
su búsqueda hacia otras informaciones procedentes de puntos de pl anteamientos dominantes, que resistirse uno a ellos mientras
vista socialmente opuestos o, por lo menos, diferentes. Diversifi- ·stá trabajando y desmontar esos planteamientos cuando los in-
car los informadores supone tener la posibilidad de entrecruzar r rmadores más «autorizados» y la mayoría de los investigadores
los enfoques y objetivar las representaciones. El reto de esa di- ·stán marcados por ellos.

32 33
Descubrimiento y recogida de datos 1. La observación
1 ar en e l informe de la investigación, en la memoria o en el li-
Registrar, analizar, prever
bro (Weber, 1989).
Así pues, el análisis crítico de las primeras observaciones puede Cuando el registro se hace en directo, se puede aumentar la
tener una importancia decisiva a la hora de orientar el curso de la fiab ilidad y precisión del cuaderno de notas utilizando el magne-
investigación. Por lo tanto, rrep3 rar sistemáticamente estos análi- 1 ' fo no, la cámara de fotos o el vídeo. El magnetófono permite

sis y prever sus posibles cm1se u ncias es fundamental en cual- (•1mbién, igual que el cuaderno de campo, registrar impresiones,
quier investigación. Esta regla, que hemos enunciado a propósito análisis, preguntas o conclusiones provisionales. Hay que leer,
de los informadores, se aplica por igual a todas las informaciones ' cuchar o visual izar con frecuencia las informaciones registra-
recogidas . Registrar, analizar y prever es la condición de la reco- las, y conviene empezar a hacerlo poco después de la grabación:
gida de datos. En la segunda parte de este libro presentaremos ', ta es la condición para (re)orientar mejor el dispositivo de ob-
con todo detalle el análisis y sus métodos; ahora nos vamos a s rvación. Por eso, incluso cuando utilizan mecanismos de regis-
centrar en el registro y en la elaboración de planes y guías de ob- lro muy precisos, hay sociólogos que acostumbran a redactar un
servación. ·uaderno de campo para poder consultarlo con mayor facilidad.

Registrar para analizar Prever: plan y plantilla de observación

La primera condición para efectuar un análisis de calidad es la n p lan de observación (a veces se habla de «plan de campaña»)
fiabilidad, la precisión y la multiplicidad de los registros. licne como objetivo preparar y coordinar el conjunto de las ob-
El modo de registro más común y específico del observador s rvaciones que se van a efectuar en lugares y en momentos dife-
es llevar un cuaderno de campo . Su función es registrar el ha- rentes . Se trata de una previsión a largo plazo, abierta y, necesa-
llazgo «en caliente», captando con la mayor cercanía posible el ri ame nte, en evolución: «Establecer un plan general de trabajo
modo en que se manifiesta y con una mínima pérdida de infor- 1 fin iendo más concretamente el objetivo que se persigue (por

mación. Es como el diario del explorador, como el diario de a ·jemplo, en forma de cuestionario detallado), la región que se va
bordo del capitán. Y la regla es anotar todo lo que nos llame la a estudiar y, en una primera aproximación (que será revisada en
atención: lo que concuerda con las ideas recibidas , lo que se !'unción de las circunstancias y de los contactos directos), las eta-
aparta de ellas e incluso lo que aparentemente carece de sentido . pas de la investigación. Cuando se trate de un equipo de varios
para la investigación. Saber dónde y cuándo hay que rellenar el investigadores, se concretará también la división del trabajo»
cuaderno depende de la situación: la única regla es hacerlo «lo Maget, 1953).
más deprisa posible». A veces, ocurrirá de golpe. Carlos Casta- A corto plazo, algunas situacione ya detectadas con anteriori-
neda ( 1968), iniciado por el «hechicero» Juan , no se separaba lad se prestan a una observación más sistemática: esta observa-
de su cuaderno y anotaba a todas horas con el consentimiento ·ión está preparada y controlada por la plantilla de observación,
de Juan. En el diario se registran los datos más empíricos (cosas t1na tabla espacio-temporal en la que se detallan las observacio-
vistas y oídas) y las primeras reacciones ante esa información: 11 s que se van a realizar. El plan y la plantilla se elaboran al mar-

impresiones, emociones, análisis efectuados en vivo, preguntas ' n de las situaciones de observación (antes); después evolucio-
nuevas o reformuladas, comparaciones entre lo que uno acaba nan, se van concretando y detallando a medida que avanzan las
de observar y lo que ya ha visto en otros sitios, datos comple- informaciones y los análisis. Ninguno de ellos puede desvincu-
mentarios que puedan parecer oportunos, personas que conviene hrse de la formulación de hipótesis y ambos comparten una fun-
conocer... U na vez analizadas, estas notas podrán ocupa1 un lu- · ión de exploración y de verificación. El plan está dirigido en


r1 34 35
Descubrimiento y recogida de datos 1. La observación

particular a favorecer y a organizar el descubrimiento, y la planti- El mero hecho de facilitar a esos mismos actores sociales (in-
lla, a garantizar unas condiciones de observación lo más sistemá- r rmadores y encuestados) el informe de la investigación para
ticas posibles sometiéndolas a unos estrictos protocolos. que lo lean antes de ser publicado es ya una muestra de ética pro-
En una situación pedagógica, por ejemplo, una plantilla de ob- lc sional y constituye, además, la última regla del método: la veri-
servación sirve para recordar que hay que observar y anotar la l'icación última de la fidelidad de las cosas que se describen y
disposición física del aula y su equipamiento, el lugar que ocupa ma ocasión para estudiar las reacciones de estas personas ante la
cada alumno, la relación entre el orden de entrada en la clase y el imagen objetivada de sí mismos que les ofrece el informe.
lugar que se ocupa en ella, la presencia o ausencia de conversa- Pero esta regla se engloba en la dinámica previa de la investi-
ciones y el carácter de las actividades que se realizan antes de gación, durante la cual el sociólogo tratará de mantener informa-
que comience la clase propiamente dicha, los cambios inducidos dos a sus informadores sobre los progresos de su trabajo: cuáles
o no la primera vez que el profesor torna la palabra, el contenido son las nuevas preguntas que se le plantean, la idea (ahora más
de las intervenciones en función del emisor y del receptor, etc . detallada) que él se hace de las relaciones sociales, a qué retos se
Esa plantilla se traduce en una serie de croquis o planos del aula, enfrenta y con qué estrategias ... De este trabajo de puesta en co-
en la creación de unos códigos sencillos para identificar rápida- mún puede depender la precisión, la pertinencia y la existencia
mente a los participantes y sus actitudes, en el registro sistemáti- misma de informaciones complementarias. Y aquí es donde apa-
co de la duración de cada secuencia, etc. La aplicación de la mis- rece el problema de lo que puede y lo que debe comunicar el so-
ma plantilla a diversas situaciones pedagógicas es una condición iólogo con respecto a lo que unos han dicho acerca de los otros.
necesaria para poder efectuar comparaciones sistemáticas y re- n resumidas cuentas, lo que se plantea ahora es el propio estatu-
fuerza, además, su validación. to del investigador, el de la información que le ha sido entregada
(¿confiada?) y el de la publicidad que se le pueda otorgar.
Sólo a lo largo (y al final) de la investigación, en interacción
Restituir on sus informadores y con otros «encuestados», podrá el soció-
logo hacerse una idea exacta de los desafíos y de los riesgos a los
¿Se pueden difundir o publicar todos los datos que se han recogi- que se enfrenta y, de esta manera, plantearse y solucionar de la
do? Por lo que respecta al anonimato, no basta decir que, si se forma más correcta qué garantías tiene para los interesados la circu-
nos exige, éste debe quedar garantizado ( es una cuestión de lación, difusión y presentación de la información.
deontología mínima). A menudo el sociólogo se ve obligado a es-
tudiar situaciones de carácter conflictivo o competitivo, a objeti-
var prácticas y representaciones en las que una de las condiciones
de eficacia social es precisamente que permanezcan ignoradas o
disimuladas, a trabajar en la «esfera privada». Por esa razón, a
veces se muestra reacio a identificar a los actores sociales cuando
presenta el informe de su investigación: suele verse obligado, con
mayor frecuencia que el geógrafo o el historiador, a reemplazar
los nombres reales de personas y lugares por otros ficticios y/o a
documentar el itinerario, las prácticas y las representaciones de
quienes han sido objeto de estudio con una referencia genérica,
detallada pero anónima: por ejemplo, «un empleado de ve: nticin-
co años y de origen antillano ha dicho, ha hecho ... ».

j 36 37
2. La entrevista semiestructurada

2. La entrevista lo largo de la entrevista (sólo se retoman las palabras clave). La


entrevista deberá seguir su propia dinámica.
semi estructurada La guía también evoluciona: después de las primeras entrevis-
tas exploratorias, el investigador va integrando nuevos aspectos y
elaborando una guía más precisa, más detallada, que, en su mo-
mento, deberá considerar definitiva. La señal de que este mo-
mento ha llegado puede estar en una cierta sensación de reitera-
ción cuando las últimas entrevistas confirman la pertinencia de la
guía sin sugerir nuevas orientaciones o preguntas. El objetivo
pasa a ser entonces conseguir entrevistas de contenjdo homogé-
neo en las que se aborden todos los temas previstos. Con el fin de
homogeneizar los contenidos, habrá que volver a mantener entre-
vistas complementarias con las primeras personas interrogadas:
de ahí la importancia de asegurarse, al finalizar una entrevista, la
posibilidad de concertar una nueva cita.
Anuncio y preguntas trampolín . El anuncio es la presentación
y la entrada en materia. Se trata de presentar en pocas palabras lo
esencial de la investigación : presentarse a sí mismo y presentar a
Entre las muchas formas posjbles de recogida de datos, el soció- la persona o al organi ~mo responsable de la investigación y el
logo otorga una especial importancia a la entrevista semiestructu- tema o temas sobre los que estará centrada.
rada, también llamada entrevista centrada; prefiere cualquiera de «El Servicio Regional de Sanidad me ha encargado un estudio
estas expresiones a la de entrevista no directiva, puesto que selec- sobre las enfermedades o trastornos de salud que afectan a los ni-
ciona y anuncia previamente el tema o temas y dispone de una ños menores de dos años . ¿Aceptaría usted hablarme de su hijo?»
guía de entrevista. Este anuncio previo suele bastar para iniciar la conversación:
la persona interrogada entra en el tema, habla profusamente y ga-
rantiza, desde el principio, la dinámica de la entrevista. Pero, a
Comportamiento veces, son necesarias una o varias preguntas trampolín para crear
esa dinámica.
La guía de la entrevista . Al igual que el plan y la plantilla de ob- Ejemplo (continuación): «¿Podría hablarme en primer lugar
servación, la guía de la entrevista es un memento (un recordato- de su nacimiento? ¿Fue todo bien? ... ».
rio). Se redacta antes de la entrevista e incluye la lista de temas o Re lanzamientos. Una vez iniciada la dinámica, la tarea del so-
los aspectos que deberán ser abordados antes del final de la en- ciólogo es procurar mantenerla favoreciendo una «expresión con-
trevista. Como todo memento, deberá poder ser consultado con fiada». Su modo de intervención característico es el relanzamien-
facilidad y rapidez: será detallado y preciso, pero con signos bre- to, término genérico que alude a la manera de retomar «en eco»
ves y claros (palabras clave, frases nominales ... ). El orden de los (pero con un buen número de matices, como veremos) las pro-
temas que constituyen la lista se organiza para anticipar un posi- pias palabras del interlocutor: «entrar» en sus declaraciones y en
ble desarrollo de la entrevista, una lógica probable de los argu- su lógica es un modo de conocer; y también lo es el animarle a
mentos. Pero la lista no tiene como objetivo determinar dichos desarrollar su discurso, a ir más lejos en su relato, a concretar al-
argumentos ni tampoco limitar la formulación de las preguntas a gunos aspectos del mismo. Se ha dicho que dirigir una entrevista

39
Descubrimiento y recogida de datos 2. La entrevista semiestructurada
es, a la vez, un oficio y un arte: la mejor dirección suele ser la suficientes para situarse ante la reformulación de sus palabras
que transcurre espontáneamente sobre la base de las experiencias que le presenta el sociólogo. Por una parte, su finalidad es la de
adquiridas y orientada por la dinámica de la entrevista. Relanzar incitar a una reflexión, a una serie de aclaraciones, de precisio-
la conversación es algo que se aprende casi siempre con la prácti- nes. Y por otra, también puede servir para preparar un cuestiona-
ca, pero también mediante un análisis retrospectivo del compor- rio: las preguntas del tipo «¿entonces usted diría que ... ?» o «¿en-
tamiento en las entrevistas realizadas, análisis efectuado por el tonces cree usted que ... ?» permiten al sociólogo asegurarse de
propio encuestador o, mejor aún, por más de una persona. que él mismo y su interlocutor están interpretando en el mismo
Los relanzamientos en sentido estricto son la repetición por sentido el enunciado que él propone, y que será probablemente el
parte del encuestador de una parte (una palabra, un elemento de del cuestionario.
la frase , una frase) de lo que se acaba de decir. Esta repetición es Ante la posibilidad de nuevos encuentros. «¿Podría volver a
un signo de atención e interés por parte del entrevistador y provo- hablar con usted en otra ocasión?»: ésa es la pregunta que hay
ca en la otra persona aclaraciones suplementarias, confirmacio- que hacer al final de cualquier entrevista para facilitar un nuevo
nes o reformulaciones de su discurso. Tiene, pues, una función encuentro y poder completar o precisar después las informacio-
de animación: «¿Así que fue la visita del médico lo que le hizo nes obtenidas.
darse cuenta de que la niña tenía una otitis?» «¿Entonces aquélla Si además no se ha establecido una muestra de antemano,
era la primera vez que usted acudía allí?» «Ah, de acuerdo, ¿en- también pued~ ser útil preguntar al interlocutor a qué personas
tonces es su hijo el que ... ?». cree que sería interesante entrevistar para que respondan sobre
Cuando ese relanzamiento recupera algunas palabras pronun- los mismos temas. Esta petición, particularmente adecuada du-
ciadas minutos antes, suele tener como efecto el de invitar al in- rante la fase exploratoria, tiene la virtud de tratar al encuestado
terlocutor a que reflexione sobre lo que acaba de decir: a que ar- como un posible informador.
gumente su postura, la exponga con mayor claridad o la matice, a Tomar notas, registrar. La entrevista semiestructurada ha de
explicarse con relación a aquello que pueda parecerle una posible ser sistemáticamente grabada (salvo que exista una imposibilidad
coincidencia o contradicción en sus palabras. material o un rechazo expreso a la grabación). No obstante, du-
Un relanzamiento puede pretender también orientar la entre- rante la entrevista es útil tomar notas para facilitar la memoriza-
vista en otra dirección: cuando el sociólogo piensa que un tema ción d los puntos más importantes, ya sea con la intención de re-
ya está agotado, puede extraer de lo que su interlocutor acaba de tomarlos más adelante o para facilitar la localización de tal o tal
decir algún material capaz de dar pie a un nuevo tema. tema si se desea escuchar la grabación. Por lo demás, ése es un
A veces se denomina también relanzamiento a una interven- indicio complementario del interés que se concede a la entrevista
ción del sociólogo que, en lugar de recoger literalmente los tér- y también una garantía contra posibles fallos en la grabación.
minos de la conversación, los reformula y sugiere otra alternativa Dado que se trata de una condición de la calidad del análisis,
posible para expresar lo que ya se ha dicho: «Ha dicho usted ... , la grabación de la entrevista ha de reproducirse por escrito en su
¿entonces usted diría que ... ?» «¿Entonces usted piensa que es ca- totalidad y con la mayor precisión posible, no sólo en su forma li-
sualidad el que ... ?». teral sino incluyendo también los titubeos, los silencios, las rí-
Esa misma reformulación, traducción y, por lo tanto, interpre- as .. .; el modo de decir las cosas puede ser tan significativo como
tación de las declaraciones realizadas invita al interlocutor a si- el contenido mismo de las declaraciones. Por eso es especialmente
tuarse frente a ella. Deberán evitarse los «efectos de imposición»: importante realizar una transcripción precisa, fiel y exhaustiva en
por ejemplo, los términos abstractos y eruditos o el lenguaje este- las primeras entrevistas: es una de las condiciones determinantes
reotipado de círculos profesionales ajenos al interlocutor. El en- de la calidad del análisis que deberá efectuarse rápidamente para
trevistado ha de disponer de una distancia crítica y una libertad confirmar o modificar la guía de la entrevista.
Wi1fiil l-rc)'
41
Descubrimiento y recogida de datos 2. La entrevista semiestructurada
La entrevista reiterada y el retoque. En las interacciones de la oral que se va a publicar (la oralidad sigue unas reglas de uso di-
vida cotidiana que se derivan de situaciones de observación pr~- ferentes de las de lo escrito ... ). En todo caso, aunque pueda estar
longada y/o de un previo conocimient? mutuo,_ puede~ su~gir social y éticamente justificado, el retoque no cuenta con una legi-
conversaciones en las que se comentan mformac1ones, h1stonas, timidad científica.
sentimientos o representaciones que son interesantes para la in- El arte de la entrevista . El análisis retrospectivo de las entre-
vestigación pero que no se graban ni se apuntan e_n directo. A ~e- vistas revela que cada investigador tiene su propio «estilo» de rea-
ces su trascendencia sólo aparece después de vanas conversac10- lizar la entrevista. Recurrir a la guía tiende a homogeneizar los
nes' «sin ton ni son» y/o con motivo de algún acontecimiento estilos, pero no los elimina. Son estilos que tienen que ver con
concreto. Dentro de la lógica de las historias de vida o, de una la experiencia práctica y con las características sociales propias
manera más global, de las entrevistas continuas y reiteradas con del encuestador y del encuestado. La realización y el contenido de
las mismas personas, emergen también enfoques nuevos y pre- la entrevista están marcados por las relaciones de edad, sexo, ni-
guntas imprevistas. El sociólogo puede pedir entonces a esa per- vel educativo, procedencia social y étnica, así como por las tra-
sona que ya le ha comentado (contado, confiado ... ) bastantes co- yectorias de cada uno. Las variaciones que puedan surgir de estas
sas si acepta una nueva entrevista grabada en torno a tal o cual situaciones se convierten en temas de estudio para el sociólogo,
tema que ya haya sido tratado. . . en particular en temas para su análisis sociológico. Una de las
Este reajuste de una información vaga, que ya ha sido sun:11- formas de aprendizaje más seguras sobre la realización de entre-
nistrada aunque sea de manera distinta, suele dar lugar a entrevis- vistas es tomar conciencia, a través de las entrevistas efectuadas,
tas particularmente fructíferas (Sayad, 1991) que tienen a veces de cuál es nuestro estilo y de qué es lo que inconscientemente
un carácter más bien exploratorio (por ejemplo, si se trata de un aportamos a ellas. Este aprendizaje puede verse favorecido, ade-
tema nuevo); en otras ocasiones su función será claramente_ de más, por entrevistas realizadas entre varias personas y por un
síntesis: se tratará de «dar un último retoque», de «pasar a lim- análisis comparativo de las entrevistas efectuadas por otros co-
pio» y «dar forma». legas.
Este «dar forma» puede servir también para solventar la con-
tradicción o, al menos, resolver parcialmente el problema que se
le plantea al sociólogo a la hora de publicar las entrevista~ e his- Historias de vida
torias de vida: ¿conviene publicarlas incluyendo todos los tltub~os
y repeticiones, las rupturas sintácticas y las «faltas» que han s1d? Una entrevista en profundidad. Se denominan así las entrevistas
grabadas y después reproducidas? El «retoque» es _un_r:oced1- cuya intención es más amplia y exhaustiva (relatar una vida, por
miento muy generalizado que tiene su origen en el prmc1p10, ~ en ejemplo) que la de la entrevista semi estructurada: «A lo largo de
el deseo de hacer el texto más estético: «Al preparar la publica- nuestras conversaciones, he hecho cientos de preguntas a Ma-
ción de las entrevistas, he eliminado mis preguntas y he seleccio- nuel, a Roberto, Consuelo, Marta y Jesús Sánchez. [... ] He inten-
nado ordenado y organizado los materiales para construir con tado recorrer sistemáticamente una amplia lista de temas: sus re-
ellos' narraciones coherentes. Si compartimos la opinión de cuerdos más lejanos, sus sueños y esperanzas, sus temores, sus
Henry James, según la cual todo en la vida es inclusión y confu- alegrías y sus penas; su trabajo; sus relaciones de amistad, su fa-
sión mientras que el arte es discriminación y selecci~n, te~dre- milia, sus jefes; su vida sexual; su idea de la justicia, de la reli-
mos que decir que estas narraciones forman part~ al mismo tlem- gión y de la política; sus conocimientos de geografía e historia ...
po del arte y de la vida» (Lewis, 1961). Es ~1erto que, en la n una palabra, su visión del mundo» (Lewis, 1961 ).
mayoría de los casos, uno busca «proteger» la imagen de la ~er- El método para realizar la entrevista es básicamente el mismo
sona interrogada, dando una forma más «escrita» a la entrevista de la entrevista semiestructurada, aunque dentro de un contexto
. ,.• ,:tl, ,. 4 2
43
Descubrimiento y recogida de datos 2. La entrevista semiestructurada
mucho más amplio. Cada entrevista se centra de manera más es- el objeti~o de co~pe~sar la pobreza del tema y, al mismo tiempo,
pecífica en un tema o en un momento de la «vida», pero las aso- la penuna de la ciencia de ese objeto[ ... ]?» (Sayad, 1991).
ciaciones e interferencias entre temas y momentos diversos son Frente a esta tendencia, los sociólogos recuerdan casi siem-
mucho más numerosas, bien por iniciativa de la persona que na- pre que lo que importa es situar ese testimonio en el contexto de
rra y/o bien porque las reiteraciones del sociólogo pueden estar otros testimonios y, en mayor medida, de otras informaciones.
orientadas por informaciones muy diversas ( «Me decía usted ayer e trata, en primer lugar, de «verificarlo» contrastándolo gracias
que ...»). Frecuentemente se retoma un tema anterior: la dirección a las conversaciones mantenidas con personas cercanas o fami-
de la entrevista, interrumpida por momentos de reflexión sobre lo liares: «Las distintas versiones que ofrecen los diversos miem-
que ya se ha dicho y sobre la orientación que deberá tener la pró- bros de una familia sobre un mismo acontecimiento son un
xima conversación, va desarrollando los temas e invita a efectuar modo de verificar desde dentro la veracidad y autenticidad de la
análisis retrospectivos más profundos (Peneff, 1990). mayoría de los hechos, y sirven así de contrapeso a una parte
En estos casos, tomar notas resulta mucho más necesario que del carácter subjetivo inherente a una autobiografía unilateral»
en la entrevista semiestructurada. (Lewis, 1961 ).
Su estatuto dentro de la investiga ción. Los sociólogos y an- Algunas veces, la historia de vida es un elemento más dentro
tropólogos norteamericanos distinguen entre las biografías (life le una investigación que combina fuentes y métodos de informa-
story), relatos autobiográficos grabados, y las historias de vida ción diferentes: «El sociólogo que recoge una biografía toma me-
(life history) , que completan y sirven de control a los relatos didas para asegurarse de que ésta abordará todo aquello que que-
autobiográficos gracias al testimonio de personas próximas y a r mos conocer, de que ningún acontecimiento importante
indagaciones de tipo documental. Su estatuto dentro de la in- 1uedará al margen, de que los hechos presentados como verdade-
vestigación puede variar mucho según la importancia que se ~·os encajar~n con los demás testimonios disponibles y de que las
conceda a uno u otro enfoque. Tampoco serán tratadas de la 1nterpretac10nes del narrador serán ofrecidas correctamente»

misma manera si surgen como casos dentro de un estudio con ( Becker, 1966). El exten so trabajo de Thomas y Znaniecki
una finalidad más amplia que si se tiende a considerarlas en sí 1958), dedicado al estudio de la «integración» de los inmigran-
mismas. ! polacos en Estados Unidos, ofrece una amplia autobiografía
En una historia de vida, hay que dar siempre la palabra a las la de Wladeck), pero ésta va acompañada del análisis de nume-
personas interrogadas y proponer al lector un «episodio de la r sos documentos, actas de asociaciones polaco-americanas, car-
vida» lo más cercano posible al día a día de unas gentes que él la personales, archivos y un largo etcétera.
desconoce. De hecho, en la mayoría de los casos este «testimo- Cuando se les da un tratamiento sociológico más acabado, las
nio» pone en el candelero a las clases populares, saca a la luz si- hi torias de vida se convierten en «estudios de casos»: su análisis
tuaciones de pobreza y de miseria o grupos sometidos a los que adquiere sentido en el contexto de un planteamiento global. La
el sociólogo «concede la palabra». El método tiene aquí connota- ·scuela de Chicago ha producido un sinnúmero de biografías,
ciones sociales. Implica, seguramente más que cualquier otro, P ro las consideraba un elemento más de comparación en el mar-
una intención ética (la de conceder la palabra a quienes no la tie- . ) de una investigación más amplia sobre la ciudad y sus trans-
nen) y por ese motivo incluye una carga de valor (Bertaux, 1980). formaciones: «Esos estudios configuraban en parte un mosaico
Al «dar a conocer» grupos poco corrientes, tiene muchas veces el d ·tallado y de gran complejidad cuyo tema era la ciudad en sí
valor documental y emocional de un testimonio «inédito» y, por 1ni ma, y el «caso» podía servir para comprobar una gran varie-
esa misma razón, corre el riesgo de hacer olvidar la intención dad de teorías y para poner en relación, aunque fuera de manera
científica de la investigación: «¿No será sólo una de esas técnicas imperfecta, una multitud de fenómenos aparentemente distintos»
a las que se recurre cuando no se dispone de otros recursos, con 1 ecker, 1966). Bourdieu (1986) criticaba con vehemencia la

44 45
Descubrimiento y recogida de datos 2. La entrevista semiestructurada
«ilusión biográfica» que conduciría a dotar de sentido a una. i~- «A menudo parece como si los dos esposos quisieran discutir por
formación no contextualizada, análogamente al relato de un VtaJe en cima de mi cabeza . Casi siempre permanece viva la oposición en-
en un vagón de metro q ue ni siquiera se preocupara de establecer tre ambos [... ]
el «plano de las líneas de metro». »De hecho, lo que me sorprende aquí es que los interlocutores
no intentan discutir para tener la última palabra, esa que les daría
la victoria sobre el otro dentro de una lógica de debate intelectual:
La entrevista de grupo no discuten , por ejemplo, sobre el hecho de saber cuál es el senti-
do general de las transformaciones que tienen lugar en la fábrica.
La entrevista de grupo sustituye el encuentro cara a cara por un Enseguida dejan la discusión en suspenso, como si no tuviera nin-
grupo de discusión. Constituye todo un desafio teórico~ pues tr~,ta guna importancia ...
de recoger una «palabra colectiva», producida en una mteracc_10~ »Lo que les pa rece importante, en cambio, es intentar hacerme
de grupo. La importancia de este reto no ha pasado desaperc1b1- com prender a mí, al "extranjero" (alguien a quien no volverán a
da sobre todo en lo re lativo a las clases más populares y a cual- ver, pero que ha mostrado interés por sus "problemas"... ) que la "rea-
quier grupo particularmente sometido, esti~m~tizado o en situa- lidad" laboral en un taller de fabricación es muy diferente de la que
ción de inferioridad: «La palabra, al estar asimilada con una toma presenta el discurso oficial [... ]. Lo que quieren hacerme entender
de responsabilidad, les parece a los ancianos mucho más temible es que se debaten entre la espada y la pared» (Pialoux, 1995) .
en la medida en que se sienten en situación de inferioridad. Ade-
más, a las personas poco instruidas no les gusta nada hab lar de-
lante de la grabadora» (Schulmann, 1980). .
Realizar una entrevista de grupo resulta cornpleJO. Su desarro- ·x istencia o ausenc ia de un ani m idad y llegar, después de muchas
llo revela una dinámica evolutiva hecha de censuras - sobre todo acilaciones, a una "verdad" común» (Maget, 1953).
al principio de la entrevista- , de _confrontac i_o~es, de pla~tea- Tamb ién puede ocurrir que e l grupo tenga un carácter experi-
mientos negociados, a veces aprernrnntes y cas1 siempre vac1)an- mental, que se haya reuni do para la circunstanc ia no con el obj e-
tes. Después de muchos titubeos, esta dinámica intentar~ desem- lo de entabl ar relac ión sino para discutir sobre algo que le con-
bocar en la obtención de una «verdad» común que se aJuste a la ·icrne como g rupo dentro de s u diversidad. No obstante, suele
composición del grupo y a la coyuntura. . l' )fmarse a partir de unos criterios que garanticen (desde el punto
En la mayoría de los casos, el grupo ya existe como tal antes 1, vista de la categoría socioprofesional, de la trayectoria esco-
de la entrevista. Puede tratarse de un grupo fami li ar, profesional 1:ir, de la edad, del sexo ... ) una homogeneidad social suficiente
o, en general, de personas que han vivido_ las 1!1ismo_s a~~nte?i- · )mo para que la conversación, sus temas y su desarrollo se re-
mientos importantes: «Muchas veces son s1tuac10nes mh1b1tonas l'i ran a una posición y condición social que todos puedan identi-
(hay «cosas» que no se pueden decir de lante de los ni,ños, de la l'i car y que los distinga, al mismo tiempo, de otros g rupos de dis-
esposa o del jefe). Todos temen el control de los dei:nas ._ (... ] E_n ·usi ón.
cambio en ellas se captan en directo y con extraordmana preci-
sión ci;cunstancias en las que al informador, por sí mismo, no se
le ocurriría pensar o de las que no siempre es consciente, sobre
todo cuando se trata de tabúes o prohibiciones. Por otra parte, y a
pesar de esa inhibición o una vez que ésta ha sido supera?a, surge
una rivalidad, hay recuerdos que brotan o reaparecen, mterrup-
ciones de unos en el discurso del otro que permiten constatar la

46 47
3. El cuestionario
Codificación y precodificación
3. El cuestionario
El cuestionario, por estar destinado a un tratamiento estadísti-
co, deberá en principio estar mucho más estructurado que los
demás métodos de recogida de datos . A diferencia de la entre-
vista semiestructurada, hace a todo el mundo las mismas pre-
runtas formuladas exactam ente en los mismos términos y pre-
sentadas en el mismo orden. Incluso es frecuente que , con
vistas a la administración del cuestionario, las preguntas vayan
acompañadas de instrucciones precisas. La homogeneidad for-
mal es rigurosa.
Codificar. El almacenamiento de datos estadísticos exige una
'odificación . Su finalidad es identificar y distinguir mediante ca-
racteres numéricos o alfabéticos:

en primer lugar, cada cuestionario;


a continuación, cada pregunta de cada cuestionario;
y, por último, cada respuesta dada a cada pregunta.
La observación y la entrevista favorecen un enfoque intensivo al Preguntas precodificadas . Muchas veces las preguntas van
profundizar en un número limitado de casos. El cu~stionario, en :i ompañadas por una lista de respuestas tipo, redactadas con an-
cambio, tiene como función principal dar una amplitud mayor al 1 ' lación; en este caso, reciben el nombre de preguntas cerradas.
estudio y verificar estadísticamente hasta qué punto se pueden Sus respuestas están precodificadas, es decir, codificadas antes
generalizar los datos e hipótesis previamente establecidos. le pasar el cuestionario. Para facilitar el almacenamiento de da-
Pese a todo, algunas veces se utiliza con fines más abierta- 1 > informáticos, los números de código vienen indicados casi
mente exploratorios : por ejemp lo, para entrar en contacto con siempre en el propio cuestionario (después de pasar el cuestiona-
personas cuyo nombre aparece en un fichero y a las que se pre- l'i sólo hay que anotar de forma aleatoria el número de identifi-
gunta, a través del cuestionario, si estarían dispuestas a concertar "lción del mismo para garantizar así el anonimato). A cada en-
una entrevista. ·uestado se le pide que rodee el número con un círculo o que
En cualquier caso, su estructura está muy condicionada por · -ñale la casilla correspondiente a la respuesta elegida dentro de
los objetivos y limitaciones del tratamiento estadístico que se le In lista propuesta.
vaya a aplicar más adelante. Ése es el p~imero de los ~e~as q.~e
abordaremos en este capítulo. Las modalidades de admm1strac10n
del cuestionario son también un factor determinante de su estruc- ómo administrar el cuestionario
tura: así pues, nos referiremos a ellas antes de estudiar la es_~ctu-
ra del cuestionario y los problemas que ésta plantea al soc10 logo. t ruebas preliminares

l11dependientemente del modo en que se haya previsto pasar el


uc tionario, éste debe ser sometido a una comprobación previa:

48 49
Descubrimiento y recogida de datos 3. Fl cuestionario
excluye a todos aquellos que carecen de teléfono. Por razones de
Número de cuestionario UilJ economía, quienes más han recurrido a ella son los institutos de
Rodear con un círculo la respuesta elegida sondeo de opinión. Sin embargo, desde que se ha generalizado la
I Sexo: 1 Masculino cobertura telefónica de las personas y de los hogares, la investi-
2 Femenino
gación sociológica se sirve con mayor frecuencia de esta modali-
2 Nacionalidad: l Francesa
dad.
2 CEE otra
3 Magrebí
4 Otra
Cuestionario autoadministrado

La encuesta por correo. La encuesta por correo es un procedi-


miento poco costoso, pero exige disponer de un fichero de direc-
es decir, hay que aplicarlo a un número reducido_de personas se- ciones detallado , fiabl e y, por supuesto, actualizado. Incluso
leccionadas en entornos sociales contrastados a f m de comprobar cuando se dan estas condiciones excepcionalmente favorables , un
que su administración no provoca dificultades imprevist~s (an:1- gran número de cuestionarios corre el riesgo de no ser devuelto
plitud del cuestionario, comprensión de las preguntas, pertmencia al remitente. Por lo demás, éste es un porcentaje susceptible de
de las respuestas y de las argumentaciones previstas ... ). ~l modo experimentar grandes variaciones y difícilmente previ sible. De-
de pasar la prueba habrá de ser idéntico al que está previsto para penderá, entre otras variables, del tema y de la manera en que se
la encuesta, ya sea a través de un encuestador o en forma de presente, del número , de la claridad, de la coherencia y de la
cuestionario «autoadmin istrado» ( que deberá ser rellenado por el modalidad (abierta o cerrada) de las preguntas, así como de la di-
fic ultad de respuesta y de los grupos sociales seleccionados para
encuestado).
hace rlo . «En general , los cuestionarios breves son los más efica-
ces. Obtienen un mayor número de respuestas y con una mayor
Aplicación del cuestionario mediante encuestador rapidez [... ]. Después de enumerarlas, haga una lista de las pre-
guntas y formulaciones propuestas de tal modo que: 1) se reduz-
El cara a cara. La mejor manera de aplicar el cuestionario es can al menor número posible; 2) queden ordenadas de acuerdo
cara a cara: eso permite efectuar las adaptaciones óptimas en el con una secuencia lógica, de manera que cada pregunta sirva
momento de elaborarlo (preguntas filtro, elección entre leer o no para preparar y aclarar la siguiente. Si el número de preguntas se-
leer a las personas interrogadas la lista de respuestas a las cues- lecc ionadas continúa siendo excesivo, establezca un orden de
tiones cerradas ... ) y de aplicarlo (posibilidad de solicitar que se prioridad y reserve para un segundo cuestionario aquellas que es-
precise más una respuesta ... ). Además, es en esta modalidad don- time menos urgentes y cuya formulación pueda ser mejorada des-
de cabe esperar obtener el mayor porcentaje de respuestas a un pués de una primera campaña. Puede parecer más costoso di-
rundir dos cuestionarios en vez de uno. Pero, en realidad, es más
mayor número de preguntas. . ., , .
La encuesta telefónica. Es un modo de ap hcac1on rap1do Y rentable obtener un 80% de respuestas a los dos cuestionarios
con posibilidad de introducción simultánea de las respuestas ob- 1ue un 40%, o menos, a un único cuestionario que desanima a
1 s informadores» (Maget, 1953).
tenidas ( cf. sistema CATI: Computer Assisted Telephon e lnter-
view [Groves y otros, 1988]). El uso de la encuesta telefó~ica ~n Para limitar los riesgos de no retomo, cada cuestionario envía-
sociología ha sido relativamente limitado: exige un cuesttonano lo irá acompañado de un sobre prefranqueado con la dirección
bastante breve ( entre quince y treinta minutos como máximo) Y lcl remitente; a los destinatarios que no respondan se les podrá

50 51
Descubrimiento y recogida de datos 3. El cuestionario

enviar una carta de recuerdo y un nuevo ejemplar del cuestiona- La encuesta mediante panel
rio una semana después de la fecha establecida como deseable
para el primer retorno. El panel es un conjunto de individuos (personas, grupos, organis-
mos ... ) a los que se les aplica periódicamente uno o varios cues-
tionarios, ya sean éstos autoadministrados o administrados por un
encuestador. La encuesta mediante panel más utilizada en socio-
«Estimada señora: logía, la denominada «longitudinal», interroga periódicamente
El 10 de septiembre pasado le enviamos un cuestionario sobre sobre los mismos temas. Este tipo de encuesta se adapta especial-
las guarderías de su barrio. Deseábamos saber si lleva o ha llevado mente al estudio de las trayectorias sociales, que de este modo
a sus hijos a estos centros, si ha quedado usted satisfecha con pueden ser estudiadas mientras se están desarrollando (trayecto-
ellos y cuáles serían sus posibles sugerencias. Hasta la fecha, no ria escolar y/o profesional, seguimiento de una situación de paro,
hemos recibido respuesta alguna. Dicho cuestionario patrocinado entre otras), así como a las evoluciones de comportamiento y de
por el Ayuntamiento debería servir para mejorar el funcionamiento opinión (por ejemplo, los comportamientos adquisitivos o las
de las guarderías de la ciudad. Por eso es muy importante que reci- opiniones políticas). Cuando se trata de una evolución de opinio-
bamos el mayor número de respuestas posible. Le agradecemos de nes, los sondeos electorales han demostrado que la dirección de
antemano su colaboración y aprovechamos la ocasión para saludar- esa evolución, el descenso o el aumento de los porcentajes, es
le muy cordialmente.» más fiable que la cifra en sí misma.
Es difícil mantener un mismo panel en una encuesta realizada
en un entorno abierto: suele haber cambios de dirección que no
e reseñan, y los efectos del cansancio ocasionan deserciones en
Este tipo de precauciones sirven para incrementar el número 1panel inicial. En cambio, dentro de un marco institucional sí es
de respuestas, aunque en proporciones muy ~ar_iables_. Un~ ?e
los posible hacer un seguimiento de las poblaciones y administrar de
puntos importantes del análisis deberá cons1st1r en 1dent1f1car y manera consecutiva los cuestionarios. Los recuentos que se efec-
examinar la distribución de las no respuestas. túan sobre la base de ficheros administrativos y que permiten
El cuestionario distribuido . Las situaciones en las que pode- seguir la evolución de sus «públicos» respectivos constituyen pa-
mos vemos llevados a distribuir cuestionarios son numerosas y neles . Por ejemplo, el ministerio francés de Educación pública
dispares. Tomemos como ejemplo el de unos cuestionarios _distri- «datos exhaustivos sobre el origen social de los alumnos y de los
buidos en el aula escolar para que los rellenen los estudiantes. e tudiantes [... ] desde hace varias décadas, pero con una periodi-
Son de prever notables diferencias en el por~entaj_e de cuesti~~a- idad irregular y basándose en poblaciones que no siempre son
rios rellenados y en el modo en que se realiza dicha operac10n: ·omparables» (Cacouault, CEuvrard, 1995).
dependerá de que puedan ser completados y devueltos durante la
clase o fuera de ella y, en este último caso, de que haya que d~-
volverlos, dejarlos en algún lugar o entregarlos en la clase si- El análisis de las no respuestas
guiente; de la presentación que haya hech? de ellos. el profesor,
etc. Independientemente de los lugares y circunstancias de ~a ad- 1J hecho de que determinados cuestionarios o preguntas no reci-

ministración del cuestionario (una reunión, una ceremoma, un ban respuesta no tiene nada de aleatorio. El análisis retrospectivo
hall de recepción ... ), las modalidades concret_as en las 9-ue se 1 las no respuestas a una pregunta sugiere que esos silencios
efectúa la aplicación y la recogida del mismo tienen una impor- pueden ser considerados globalmente como indicadores de la dis-
tancia decisiva. tancia social existente entre el encuestado y la pregunta plan~~~ fNs.~
Descubrimiento y recogida de datos 3. El cuestionario
da: por ejemplo, las mujeres suelen responder menos que los participar activamente en la solución y acceda a entrar en el
hombres a las preguntas sobre política internacional; en cambio "juego".»
responden con mayor frecuencia a las preguntas relacionadas con En el preámbulo hay que esforzarse por enunciar de la manera
la educación de los hijos (Bourdieu, 1977). Cabe mantener, entre más clara y concisa posible:
otras, una hipótesis similar por lo que respecta a los cuestionarios
no devueltos, a los no retornos. - la identidad de la persona u organismo responsable;
Si se pretende anal izar dentro de una investigación el perfil - el tema del cuestionario·
social de esos dos tipos de no respuesta a una encuesta, es im- y, si se considera neces¡rio:
portante determinar con la mayor precisión posible qué caracte-
rísticas sociales tienen las personas que no han respondido y • la importanc ia o el interés de la encuesta·
compararlas con las que sí lo han hecho. En lo que atañe a las no • el número de preguntas o el tiempo pre~isto para com-
respuestas a una pregunta, contamos ya con los datos que nos fa- pletarlo;
cilitan las respuestas a otras preguntas; y en cuanto a los no re- • la garantía de anonimato;
tornos, conviene no descuidar ninguna de las informaciones de • e l procedimiento por el que se ha elegido al encuestado;
las que se dispone: sexo, domicilio, ciudad ... Habrá que compa- la fecha deseable para remitirlo.
rar también el porcentaje y la estructura de los no retornos des-
pués del primer envio, después del primer recordatorio, del se- Ej emplo de presentación oral: «Soy una estudiante de sociolo-
gundo, etc. ría; ~st?y prepara~do para ~1i tesina un estudio sobre el trabajo
domestico. ¿Estana usted dispuesto a responder a una veintena
de p~eguntas? Desde luego este cuestionario es completamente
Estructura del cuestionario anommo».
Ej emplo de presentación escrita: «El Centro Universitario de
El anuncio Investigaciones Sociológicas realiza actualmente un estudio so-
bre los antiguos alumnos de sociología con el fin de conocer su
Para empezar, un texto breve deberá presentar el origen y la trayectoria profesional. Su nombre ha sido seleccionado al azar a
intención del cuestionario. Dicho texto, idéntico para todos los r artir d~l fichero ce?~ral de la Universidad. Le agradeceríamos
encuestados, será leído y/o presentado por el encuestador si él ¡ue tuviera la amab1h_dad de responder a este cuestionario (35
es el que va a administrar el cuestionario; deberá aparecer en preguntas), cuyo anommato está garantizado. De este modo nos
el encabezamiento del cuestionario autoadministrado o en la proporcionar~ una serie de datos muy importantes para conocer
carta que lo acompaña si se trata de una encuesta por correo: m~J or las salidas yrofesionales que ofrece nuestra disciplina y
«En esta época en que se multiplican los impresos administra- >_nentar en lo posible la formación que se imparte. El cuestiona-
tivos y cada vez se dispone de menos tiempo para contestarlos, no va acompañado de un sobre franqueado para enviar la res-
la llegada de un cuestionario no es necesariamente bien recibi- puesta. Facilitará nuestro análisis si nos hace llegar su respuesta
da - escribía Marcel Maget (1953). Por eso es importante que 1n tes del 1 de mayo.
el cuestionario no se presente como un nuevo castigo sino, más Agradecemos de antemano su valiosa colaboración en esta in-
bien y en la medida de lo posible, corno una distracción. El stigación».
preámbulo tiene aquí un papel decisivo. [ ... ] Conviene que di-
cho preámbulo resuma el problema al que se enfrenta el inves-
tigador, de modo que así el informador tenga la impresión de

54 55
Descubrimiento y recogida de datos 3. El cuestionario
Preguntas abiertas, preguntas cerradas
El siguiente ejemplo presenta un caso de preguntas filtro. La hoja
Las preguntas abiertas, por el hecho de estar limitadas al mero de instrucciones para los encuestadores debe precisar además:
enunciado, han de ser extremadamente claras y precisas y estar «Léanse a las personas encuestadas todos los ítems de las pre-
formuladas en unos términos familiares para los encuestados. guntas cerradas, salvo cuando la pregunta vaya precedida del sig-
En una pregunta cerrada, se denomina «ítems» a las respues- no*. En este caso, no se debe comunicar la lista de ítems».
tas previstas cuya lista figura a continuación de la pregunta. Te-
¿Lee usted algún periódico?
niendo en cuenta que no es fácil prever todas las respuestas po-
1 No, nunca
sibles, y dado que en la lista de respuestas previsibles hay
2 Sí, muy de vez en cuando
algunas que se consideran poco probables y/o de poco interés,
3 Sí, con bastante frecuencia
la lista de los items finaliza con una pregunta abierta: Otras
4 Sí, habitualmente
respuestas (precisar). Si , para responder a alguna pregunta, es
necesario disponer de informaciones concretas, recordar aconte-
En caso afirmativo:
cimientos pasados o expresar preferencias, se añadirá a la lista
el ítem No sabe, no contesta. También está previsto el ítem No * ¿cuál es el que suele leer con mayor frecuencia?
1 El País
procede cuando la pregunta pueda no ajustarse a la situación o
2 ABC
a la condición del encuestado («¿Qué edad tiene su cónyuge?
3 La Vanguardia
¿De qué fecha data su último viaje al extranjero? .. .»). No obs-
4 Marca
tante, si se prevé que la pregunta no concierne a una parte con-
5 El Mundo
siderable de la población, se reemplazará el ítem No procede
6 Otras respuestas (precisar)
por una pregunta filtro:
7 Sin respuesta

* ¿qué páginas lee en primer lugar?


¿Tiene usted cónyuge? Sí 1 Primera página
2 No 2 Información deportiva
En caso afirmativo, 3 Información local
¿cuál es su edad? W 4 Información internacional
5 Otra respuesta (precisar)
6 Sin respuesta o no sabe no contesta
En los cuestionarios administrados por un encuestador se in-
cluirán instrucciones que especifiquen si la lista de ítems ha de
ser o no comunicada al encuestado. En caso afirmativo, puede ser En el momento de la codificación definitiva, una vez adminis-
leída o entregada para su lectura en el mismo cuestionario o en trado el cuestionario, es necesario prever un ítem No respuesta
una hoja aparte. De no ser así, el encuestador elegirá entre los para todas las preguntas. El ítem No respuesta estará incluido en
ítems el que corresponda a la respuesta obtenida: en este último el cuestionario siempre que éste haya sido administrado por un
caso, la pregunta está abierta para el encuestado y cerrada para el encuestador; se evitará, en cambio, que figure en los cuestio-
encuestador. Si la respuesta se aleja demasiado de los ítems, se narios autoadministrados con el fin de no «alentar» las no res-
incluirá en el apartado Otras respuestas (precisar). puestas.

56 5 7 - - --1111
,
Descubrimiento y recogida de datos 3. El cuestionario
La matriz militante (en ~n sentido amplio, es decir, político y no político)
de la persona interrogada.
Se designa con el término matriz el conjunto de preguntas que re-
sumen de la forma más eficaz la procedencia social, trayectoria y
situación actual de la persona interrogada ( el encuestado), así «¿Tiene usted algo que añadir?» ...
como las de su familia más cercana. Son preguntas esenciales «¿ Estaría dispuesto a concertar una entrevista?» ...
para la investigación en la medida en que se podrá estudiar cómo
y hasta qué punto estas preguntas permiten explicar las variacio- Estas do~ preguntas se situarán al final del cuestionario.
nes observables en las respuestas a las demás cuestiones. Todas La pnm~~a puede tener una función última de verificación y
ellas son, en principio, variables explicativas, también llamadas de exp lorac_10n (¿se han abordado todos los aspectos del tema?
variables activas o independientes. Se las suele agrupar casi ¿hemos olvidado _algún punto importante?). '
siempre hacia el final del cuestionario, pero también pueden estar Preguntar al f1~al d~ la encuesta si se estaría dispuesto a con-
distribuidas de otra manera. Deberán permitirnos conocer como certar u?a entrevista tiene sentido cuando se desea continuar 0
mínimo: profundizar ~n, la en~ue~ta. En el caso de que el encuestado acce-
d~, se le pedir~ que md1que su domicilio y, si fuera necesario su
acerca del encuestado: el sexo, edad, nacionalidad, profe- numero de telefono. '
sión, nivel de estudios;
acerca de sus cónyuges, padre, madre (y a veces también
los abuelos): nacionalidad, profesión, nivel de estudios. El orden de las preguntas y de los items

Estas preguntas, junto con las hipótesis a las que se remiten, 1 orden de las pregu~tas Y: en general, el número de preguntas
suelen ser consideradas como la prueba mínima del cuestionario. propuestas en el cuest10nano dependen de una serie de decisio-
Todos los cuestionarios incluyen además otras preguntas, buscan , nes concretas ,Y de ajustes que varían de un cuestionario a otro.
otras informaciones sobre las que el sociólogo mantiene la hipó- Pese a todo, si ~~ pueden o~recer algunas orientaciones básicas y
tesis de que puedan tener un estatuto explicativo importante. 1l~mar la atenc,on sobre ciertas dificultades y medidas estraté-

Pero, en general, el afán de privilegiar las variables explicativas ricas .


suele conducir a aumentar las preguntas relativas a la trayectoria U? cuestionario empieza casi siempre por las preguntas más
de la persona interrogada y de su familia: se concretarán y deta- ': lac1onadas con el t~ma de~ anuncio, las más generales y las que
llarán los datos acerca de la trayectoria escolar, profesional, con- ~ n ~apa~~s de suscitar el mterés de la persona interrogada. A
yugal, geográfica, etc. En determinados casos cabe la posibilidad . nt!nuac10n, las preguntas se reagrupan por unidades temáticas
de ampliar las tramas biográficas que vayan a ser tenidas en con- srgmendo c_laramente una lógica interna y vinculándose a las uni-
sideración, ya sean éstas familiares (hermanos, hermanas y sus dades antenores y posteriores. Sobre la disposición de estas unida-
respectivos cónyuges, tíos y tías ... ), políticas, profesionales, d s c,aben dos opciones: avanzar de lo general a lo particular O de
amistosas, amorosas o de vecindad. La selección y amplitud de 1 • mas «factual» a aqu~ll~s preguntas que implican juicios y opi-

estas tramas dependerá del tema principal de la investigación. 111 ones. Son dos pro~ed1m1entos opuestos y se tiende a privilegiar
Así, por ejemplo, si se trata de un estudio sobre la participación ·I ~~undo. El cuestionario finaliza con las preguntas de identifi-
política, interesará conocer la participación o militancia política y "1c1on, con la matriz.
sindical de los ascendientes, su participación y sus compromiso ,·, El orden ~e la? pre~untas puede influir en las respuestas.
religiosos y asociativos, su educación religiosa y la trayectoria l,so es todavia mas evidente por lo que atañe al orden de los

58 59
Descubrimiento y recogida de datos 3. El cuestionario
¿Abrir o cerrar las preguntas?
EN LUGAR DE. .. SE PREFERIRÁ:
Va usted al dne: ¿ Ha jdo usted al dne durante los dos úfü- Pérdida de información. Si se compara con la entrevista y con la
mos meses? observación, la homogeneidad formal del cuestionario conlleva
1. muy a menudo 1. sí una pérdida de información: el cuestionario no permite conocer
2. a menudo 2. no cómo (con qué palabras, con qué frecuencia, en relación con qué
3. algunas veces 3. no respuesta hecho o con qué pregunta) habría surgido este o aquel tema en la
4. en raras ocasiones dinámica de una entrevista; ni siquiera si existía la posibilidad de
5. en absoluto En caso afirma6vo, ha ;do usted: que apareciera (lo que puede plantear problemas para algunas
6. no respuesta 1. una vez personas no lo hace con otras). Lo mismo ocurre con las respues-
2. dos o tres veces tas : las fases anteriores de la recogida de datos, en particular la
3. entre cuatro y diez veces º?,servac ión Y_ 1~ entrevista semiestructurada, deben ayudar al so-
4. más de diez veces c10logo a dectdir las «respuestas correctas» que cabe pronosticar
5. no sabe no contesta para una pregunta cerrada, es decir, formulaciones no demasiado
ajena_s ~l modo en que se plantean la pregunta y responden a ella
los d1stmtos grupos sociales. Hacer una pregunta es hacer como
si se la planteáramos a todos y de la misma manera· cerrarla es li-
ítems. Si la lista de ítems es larga, favorecerá a los primeros ítems mitar y elaborar previamente la variedad de res~uestas social-
si el cuestionario se pasa por escrito y a los últimos si la en- mente posibles.
cuesta es oral. Si es una li sta breve con un número impar de Da la impresión de que esta homogeneización, temible y sin
ítems que presentan opciones ordenadas, el ítem que ocupa la embargo útil para el análisis estadístico, se puede garantizar de
posición central tenderá a ser seleccionado con mayor frecuen- una manera más progresiva con las preguntas abiertas: las res-
cia cuando el encuestado considere que la pregunta es difícil o pu_estas de los encuestados se consideran «libres» y se analiza en
esté ya cansado al terminar el cuestionario. Esa influencia se pnmer lugar su ~ontenido para decidir qué código hay que apli-
hace más evidente cuanto más general es la pregunta y cuando carles. Se puede mcluso operar en dos fases: analizar primero las
ésta se refiere a opiniones (mucho - regular - en absoluto), respuestas aplicando un primer código muy detallado y, a partir de
preferencias (completamente de acuerdo - más bien de acuerdo la distribución de las respuestas así codificadas, establecer un se-
- en absoluto de acuerdo) y frecuencias (a menudo - de vez en gundo código menos preciso que tenga en cuenta a la vez las dife-
cuando - nunca). Por eso, en este tipo de preguntas se pre- rencias más pertinentes y la frecuencia de las respuestas. Para ello
fieren formulaciones que impliquen respuestas concretas. ~rá necesa~i~ que las categorías del nuevo código reagrupen un
Conviene también diversificar el orden de los ítems que se re- n~mero suf1c1ente de casos. Este método, más progresivo y mejor
piten a lo largo del cuestionario, sobre todo si tienen que ver con aJustado, parece capaz de ampliar el periodo exploratorio de la in-
preguntas que pueden servir de indicadores para un mismo con- vestigación y de controlar mejor la pérdida de información.
Dispersión y estereotipos. Pese a todo, las preguntas abiertas son
cepto. menos frecuentes que las preguntas cerradas. Suelen limitarse a:

preguntas de opinión («Desde su punto de vista, ¿qué es


hoy en día lo más importante para la educación de un
hijo?») o de actitud;

60 61
Descubrimiento y recogida de datos
3. El cuestionario
- preguntas muy concretas cuyas respuestas serán más ade-
lante reagrupadas en categorías estadísticas (por ejemplo, ¿Cree usted que, hoy en día, el Estado 6ende realmente a un ca;bio
indicar de forma «no codificada» la edad o el año de naci- de política en lo que respecta al ahorro energético?
miento o la profesión);
la última pregunta, en la que se invita al encuestado a aña- Pregunta cerrada Pregunta abierta
dir lo que desee sobre el tema objeto del cuestionario. No respuesta 1% 5%
No sabe, no contesta 6% 22%
El hecho de que sólo en contadas ocasiones se recurra a las Sí 66% 23%
preguntas abiertas se explica, desde luego, por su coste: suelen No 27% 50%
requerir más tiempo en la aplicación del cuestionario y su tra-
tamiento siempre es más largo. Pero cuando se trata de discer-
nir opiniones y actitudes, algunos sociólogos o estadísticos que
han comparado las respuestas dadas a preguntas abiertas y las Pregunta cerrada Pregunta abierta
obtenidas en preguntas cerradas análogas o idénticas han detec- Sí, muy seriamente En caso afirmativo, ¿en qué direc-
tado lo que ellos consideran un doble riesgo en el caso de las Sí, pero con prudencia ción?
preguntas abiertas: el riesgo de respuestas «desordenadas» o, Sí, pero de manera puntual
por el contrario, «estereotipadas» (Juan , 1986). En el primer Sí, de forma incoherente
caso, o bien se pierde una gran cantidad de información en el No
momento de la codificación, o bien las agrupaciones de res-
puestas dan lugar a categorías poco homogéneas; y en el
segundo, el estereotipo anula cualquier expresión de las dife-
rencias ...
De hecho, no parece que estos riesgos puedan desligarse de Por otra parte, la cuestión de las diversas repercusiones que el
los efectos posibles de otras opciones a un tipo u otro de pregun- º~?en Y la «forma» de las preguntas pueden tener en la distribu-
tas. El siguiente ejemplo (Juan , 1986) presenta las respuestas ob- c10n de las resp~estas ?ebería plantearse en sociología en térmi-
tenidas para la misma pregunta planteada de forma abierta a un nos ~e efectos d1ferenc1ales según los grupos sociales (¿qué efec-
grupo y de forma cerrada a otro que está, sin embargo, social- tos t~ ~nen sobre qué grupos sociales?). El orden , la forma y
mente próximo al primero. tamb1~n el tema de las preguntas, así como la formulación de los
La pregunta abierta provoca una distribución más desordenada enu~c1ado_s y de los ítems, tendrían que enfocarse desde la dis-
de las respuestas y una fuerte disminución correlativa del porcen- tancia social que los separa de los intereses de los grupos y de su
taje de «síes». ¿Se pueden imputar estas diferencias a la oposi- c~,ltura como modos de «representación, de pensamiento y de ac-
ción entre pregunta abierta y cerrada? También hay que tener en c~on». ~o par~ce en absoluto desacertado pensar que las diversas
cuenta (Grémy, 1987) que la pregunta abierta iba acompañada de d1stanc1as sociales adoptadas ante los temas, ante los enunciados
una pregunta filtro y que la lista de ítems proponía una única res- Y ante la práctica misma del cuestionario puedan estar en el ori-
puesta «no» y una gran variedad de respuestas «sí». gen ?e muchas diferencias en los modos de atención y de «can-
La pregunta filtro puede ser considerada «difícil» e idónea ~~c10»; pero,_ade1?ás, hacen que los «tiempos» de administra-
para alejar al encuestado de una respuesta positiva, mientras que c,on del cuest10nano y los previsibles efectos del orden y de la
la variedad de ítems «sí» permite expresar afirmaciones matiza- forma de las preguntas e ítems sean socialmente heterogéneos.
das.

62
4. Muestreos, muestras

4. Muestreos, muestras investigación: cuando se dispone de un tiempo limitado y de unos


medios reducidos, por ejemplo para una tesina, suele ser preferi-
ble aplicar en detalle métodos más bien exploratorios (observa-
ciones o entrevistas) que pretender un aprovechamiento estadísti-
co con un número demasiado escaso de cuestionario . La cifra
global de las grandes muestras de los institutos de sondeo (gene-
ralmente en torno al millar) sirve muchas veces de referencia:
pero es mucho más de lo que puede esperar un investigador aisla-
do. Pese a todo, sólo se puede medir la representatividad estadís-
tica de la muestra a posteriori , y debe hacerse desde luego en
func ión de las cifras globales, pero también de la distribución de
las respuestas (cf. representatividad de los muestreos).
Ante la imposibilidad de aplicar una medida, cabe no obstante
intentar anticipar las conclusiones mediante una aproximación
razo nada. Habrá que imaginarse, por ejemplo, la futura tabla en
la que se entrecruzan las dos variables «origen social» y «nivel
de estudios»: en una tabla cruzada de este tipo, suele considerar-
se prudente disponer de unos valores por casilla iguales o supe-
Hacer un muestreo riores a 20. Incluso en el caso favorable de que las respuestas se
distribuyan de manera relativamente homogénea entre los distin-
Consiste en tomar una muestra con fines de análisis. Los criterios tos ítems, enseguida podremos darnos cuenta de las limitaciones
para la toma de muestras tienen que ver con una decisión ~s_t~até- estadísticas de una muestra de 100 personas: combinar dos varia-
gica y pueden ser muy variables. Existe sobre todo la ~os1b1ltdad bles, cada una de las cuales cuenta con tres ítems (estudios supe-
de elegir muestras contrastadas, tal como hemos sugen?o para la riores, secundarios, primarios; clase alta, media, baja ... ), da lugar
prueba preliminar de un cuestionar~o o ?ien pa~a selecc1ona~,«ca- a nueve casillas cuyos valores serán, por lo tanto, en al menos
sos» con la finalidad de registrar h1stonas de v1da. La cuest10n es cuatro de ellas, inferiores a veinte.
saber hasta qué punto la muestra puede considerarse representati-
va, aunque puede tratarse también de representar los c~~trastes
sociales o un «conjunto». Con todo, esta última concepc1on es la Los muestreos aleatorios
que tiende a imponerse debido a los ~sos estad_ísticos que han po~
pularizado las grandes encuestas nacionales e mtemac1onales, as1 La muestra se constituye al azar a partir de una «base de mues-
como los sondeos de opinión. El muestreo estadístico, que está treo», una lista detallada de la población de referencia.
casi siempre asociado a la encuesta mediante cuestionario, tiene
la misión de justificar determinadas extrapolaciones de resulta-
dos o hipótesis procedentes de otros métodos e implica disponer Procedimientos de muestreo aleatorio simple
de muestras de un «tamaño suficiente». Vamos a referimos a él
en primer lugar, dado que es el más conocido. Sea un muestreo con porcentaje definido (muestreo al 1/lOe) para
¿ Qué es una muestra de tamaño suficiente? Sería deseable operar sobre una base de muestreo (una lista de Registro Civil,
poder responder a esta pregunta antes de decidir el método de la un directorio de abonados, una lista de estudiantes matriculados

64
Descubrimiento y recogida de datos 4. Muestreos, muestras

en el mismo ciclo de estudios .. .) de 4.000 personas. El procedi- 3er nivel: elección al azar de los hogares dentro de los mu-
miento habitual es el siguiente: nicipios.

1) se decide un sistema de clasificación que ordene a los indi- Existen también muestreos de dos o n niveles dentro de los
viduos: puede ser, por ejemplo, el mismo orden de las lis- sondeos electorales que se realizan «a la salida de las urnas» (1 er
tas o directorios; nivel: elección al azar de los colegios electorales; 2° nivel: elec-
2) como el muestreo es al 1/10\ se elige al azar un número ción al azar de los electores que pertenecen a dichos colegios), en
inferior o igual a 1O: este número designa al primer indivi- las encuestas a «pasajeros» de las compañías de transporte, en las
duo de la muestra (que será, por ejemplo, el sexto de la lis- mediciones de audiencia (mediametría ... ), etc.
ta);
3) a partir de ese número que designa al primer individuo de
la muestra, se eligen los siguientes de 10 en 10 (si el pri- Muestreos aleatorios estratificados
mer individuo de la muestra es el sexto de la lista, los si-
guientes serán el decimosexto, el vigesimosexto, y así su- El muestreo estratificado, por su parte, es siempre un muestreo
cesivamente). de tiradas múltiples (tanto si es de un nivel o de varios). Lapo-
blación se divide en subconjuntos o estratos (CSP, categorías de
En lugar de este procedimiento, se puede recurrir también a edad, sexo, etc.) y se realiza un muestreo en cada uno de ellos: su
las tablas preestablecidas con números aleatorios, una práctica tasa o categoría socioprofesional de sondeo puede ser diferente.
antigua más bien en desuso, o a las funciones que, en ordena- Se realizará, por ejemplo, un muestreo al l/20e entre los obre-
dores y calculadoras (cf. tecla «random» en algunas calculado- ros y al 1/1oeentre los directivos, que son menos numerosos, con
ras), proponen series de números obtenidos según una ley uni- el fin de obtener un número suficiente de cuestionarios de direc-
forme . tivos ...
Si los porcentajes difieren , habrá que tratar cada estrato por
separado en el momento de trabajar con ellos. Si se desea aplicar
Muestreos aleatorios en conglomerado (de uno o n niveles) un tratamiento estadístico global, se asignará a cada uno una pon-
deración inversamente proporcional a su tasa de sondeo.
Cuando la unidad estadística elegida al azar es un grupo, se habla En el ejemplo anterior, los cuestionarios de obreros tendrán
de muestreo en conglomerado. Este grupo puede ser una familia, una ponderación doble que los cuestionarios de ejecutivos,· serán
una población, una institución, etc. El cuestionario concierne al computados dos veces.
conjunto del grupo; podrá ser aplicado a todos sus miembros o Por lo que se refiere a la población francesa, los muestreos
solamente a algunos que han sido definidos de antemano (por aleatorios estratificados apenas son utilizados, salvo por parte del
ejemplo, el cabeza de familia) o lo serán en una segunda fase. Si, INSEE (Instituto Nacional de Estadística y Estudios Econó-
dentro de los primeros grupos seleccionados al azar, se efectúan micos). Después de cada censo (encuesta exhaustiva que se apli-
nuevas selecciones al azar, se habla entonces de muestreo de va- ca a todos los individuos de la población), el INSEE efectúa tam-
rios niveles. Por ejemplo: bién muestreos entre los cuestionarios recogidos (muestreos al
20e, al se... ) para publicar los primeros resultados.
- 1er nivel: elección al azar de las regiones;
- 2º nivel: elección al azar de los municipios dentro de las
reg10nes;

66 67
Descubrimiento y recogida de datos 4. Muestreos, muestras
Restablecimiento de la muestra la población, es igual a p, la proporción observada en la muestra,
más o menos un determinado intervalo (llamado intervalo de
Como la distribución de las no respuestas no es aleatoria, los res- confianza, margen de error o, más comúnmente, banda)?
tablecimientos de la muestra tienen, dentro de la sociología, un La tabla normal reducida de distribución. El valor del umbral
uso bastante restringido. El método de restablecimiento de la de confianza o del intervalo de confianza se puede calcular a par-
muestra pretende recuperar la estructura inicial de una muestra tir de una de las ecuaciones que se indican a continuación y que
estratificada cuando ésta ha sido fuertemente perturbada por por- están referidas a la tabla de desviaciones reducidas (z o u).
centajes de no retornos elevados y distribuidos irregularmente se- Según esta tabla, para z igual a 1,645, hay O, 1O, es decir un
gún los estratos. 10% de los valores que son superiores al valor x + 1,645 e infe-
Si la mitad de los antiguos alumnos de la sección A, las dos riores ax - 1,645. Hay diez posibilidades sobre cien (umbral de
terceras partes de la sección B y el 9 5% de la sección C de un confianza) de que los valores observados sean externos al inter-
instituto han respondido al cuestionario que les ha sido enviado, valo de confianza± 1,645,· y un 90% de posibilidades de que se
los cuestionarios entregados podrán entonces ser contabilizados incluyan entre sus dos polos extremos.
dos veces si proceden de A y se les podrá asignar un coeficiente
multiplicador igual a 1, 5 a los procedentes de B y de 100/9 5 a
los procedentes de C. Tabla normal reducida de distribución: probabilidad de que
Este método de restablecimiento postula que, dentro de cada se supere la desviación: prueba bilateral
categoría o estrato, quienes no han respondido habrían dado el
mismo tipo de respuestas que los que sí han respondido. Este Desviación Proba- Desviación Proba-
postulado contradice y elimina la hipótesis de construcción social reducida z bilidad P reducida z bilidad P
de los no retornos.
o 1,960 0,05
0,126 0,90 2,054 0,04
Representatividad y error aleatorio 0,253 0,80 2,170 0,03
0,385 0,70 2,326 0,02
Representatividad. En un primer momento, la representatividad 0,524 0,60 2,576 0,0 1
de una muestra, ya sea aleatoria o razonada, está en función, 0,674 0,50 3,291 0,001
como ya hemos visto, de su tamaño, de la fiabilidad y de la pre- 0,842 0,40 3,891 0,0001
cisión de la base de muestreo, así como del rigor del protocolo de 1,036 0,30 4,417 0,00001
recogida de datos. Pero el término evoca sobre todo la representa- 1,282 0,20 4,892 O 000001
tividad estadística de los muestreos, representatividad cuya medi - 1,645 0,10 5,327 0,0000001
ción se basa en la ley de los grandes números y en el cálculo de 1,695 0,09 5,731 0,00000001
probabilidades y supone, por lo tanto, un procedimiento de mues- 1,75 1 0,08 6,109 0,000000001
treo aleatorio. 1,812 0,07
Umbral de confianza, intervalo de confianza . Ésta es la pre- 1,881 0,06
gunta a la que podemos contestar: ¿cuál es la probabilidad de que
p, la proporción observada en la muestra, sea debida al azar? Y
más concretamente, ¿con qué riesgo de error (denominado um- Estimación de los umbrales y de los intervalos. La ecuación
bral de confianza) podemos decir que P, la proporción dentro de más completa implica conocer (además de p = la proporción de

68
Descubrimiento y recogida de datos 4. Muestreos, muestras
la muestra, q = la proporción complementaria y n = el tamaño de ción de la línea n = 400 y de la columna p = 25%: dicho valor es
la muestra) el valor de la tasa de sondeo f igual a 4,3. P = 25% ± 4,3%.

Margen de error (e) para el umbral de confianza 5%

p➔ 2% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 45%


El valor de z figura en la tabla de las desviaciones reducidas: lt o o o u u o o o o o 50%
Por ejemplo, en el umbral de confianza O, 02, z será igual a J, 98% 95% 90% 85% 80% 75% 70% 65% 60% 55%
2,326; en el umbral 0,05, será igual a 1,96.
Sin= 400 y p = 0,25, en el umbral de confianza 0,05 el inter- 100 2,6 4,4 6 7,2 8 8,6 9,2 9,6 9,8 10 10
valo de confianza pasará de aproximadamente 0,0329 (3,29 %) si 200 2 3, 1 4,3 5,1 5,7 6,1 6,5 6,8 6,9 7,1 7,1
la población matriz es de mil personas a O, 0416 (4, 16%) si es de 250 1,7 2,8 3,8 4,5 5 5,4 5,8 6 6,2 6,3 6,3
cien mil. 300 1,6 2,5 3,5 4,2 4,6 5 5,3 5,6 5,7 5,8 5,8
Una ecuación aproximada no tiene en cuenta la tasa de son- 350 1,5 2,3 3,2 3,8 4,2 4,55 4,9 5, 1 5,2 5,3 5,3
deo. 400 1,4 2,2 3 3,6 4 4,3 4,6 4,8 4,9 5 5
500 1,1 2 2,7 3,2 3,6 3,9 4,1 4,3 4,4 4,5 5
'\ /pq 600 l ,l 1,8 2,4 3 3,3 3,5 3,8 3,9 4 4,1 4,1
P = p ±z y-¡;-· 700 1 1,7 2,3 2,7 3 3,3 3,5 3,65 3,7 3,8 3,8
800 l 1,5 2,1 2,5 2,8 3 3,2 3,35 3,4 3,5 3,5
En el ejemplo anterior (n = 400, p = 25%), en el umbral de 900 0,9 1,45 2 2,4 2,6 2,85 3 3,15 3,32 3,1 3,3
confianza 0,05, el intervalo de confianza, según esta fórmula, 1.000 0,8 1,4 1,8 2,25 2,5 2,65 2,85 3 3 29 3,1
será igual a± 0,042 (4,2%). 1.200 0,8 1,3 1,7 2,1 2,3 2,5 2,65 2,8 2,85 2,6 2,9
1.500 0,7 1,15 1,5 1,85 2,1 2,25 2,4 2,5 2,55 2,35 2,6
* 0,75 1.800 0,6 1,05 1,4 1,7 1,9 2,02 2,15 2,25 2,3 2,25 2,35
P = 0,25 ± 1,96 z 1 V/ 0,25400 = 0,042. 2.000 0,6 1 1,3 1,6 1,8 1,95 2,1 2,15 2,2 2 2,25

El no tener en cuenta la tasa de sondeo no modifica en nada el Representatividad y tasa de sondeo. La representatividad de
resultado. una muestra depende en mayor grado de su efectivo que de la
La tabla siguiente, basada en la ecuación: tasa de sondeo. Por ejemplo, de acuerdo con la tabla anterior,

e = 2 o- - 2z vp:, para el umbral 0,5 y p = 25%, el intervalo de confianza pasa de


4,3 (n = 400) a 3 sin se eleva a 700, y a 8,6 si desciende has-
ta 100.
De lo cual se deduce que una muestra puede tener una repre-
ofrece una lectura más rápida del intervalo de confianza (o mar- sentatividad satisfactoria para una población dada, pero no para
gen de error simbolizado aquí con e). algunos de sus componentes (tal categoría, tal circunscripción ... ),
Según esta tabla, en el umbral de confianza 0,05 (5%), para puesto que n es muy pequeño.
una muestra de tamaño n = 400 y para p = a un 25%, el valor del Y se infiere además que existen muy pocas razones para con-
intervalo de confianza (margen de error) figura en la intersec- siderar que una muestra de tamaño n es más representativa si se

70 71
4. Muestreos, muestras
Descubrimiento y recogida de datos
toma sobre una población de tamaño reducido (N = 2.000 ... ) que Ejemplo de una hoja de cuotas {14 entrevistas)
si la base de muestreo es mucho más amplia (N = 2.000.000 .. .).
Independientemente de cuál sea el modo de estimación, plan- Oudad:
tea el problema de lo que se ha venido llamando «significación Barrio:
estadística», una cuestión bastante importante, sobre todo cuando
se trata de comparar proporciones obtenidas a partir de una mues- Sexo Hombre 7 ***** * *
tra (o de varias). En efecto, las desviaciones entre proporciones Mujer 7 *******
pueden ser «estadísticamente no significativas» habida cuenta del
umbral y del intervalo de confianza que les corresponden. Edad 15-24 2 **
Si, con motivo de un sondeo preelectoral, el candidato A ob- 25-34 3 ***
tiene un 45% de las intenciones de voto, y el candidato B un 35-44 3 ***
55%, ¿podemos considerar sin riesgo a este último como el futu- 45-54 3 ***
ro vencedor? Con un umbral de confianza de 0,05, el intervalo 55 o más 3 ***
de confianza para uno y otro candidato es igual a ± 5: de modo
que se puede afirmar con un 9 5% de posibilidades de acierto CSP del cabeza Obrero, encargado de taller, personal
que el candidato A obtendrá entre el 40% y el 50% de los votos y defamiUa de servicio 5 *****
el candidato B entre el 50% y el 60%. Sin embargo, la victoria Artesano, pequeño comerciante 3 ***
no está asegurada, y existe la posibilidad de que se necesite una Directivo medio, empleado 3 ***
segunda votación. Ejecutivo, profesional liberal, gran
comerciante 1*
Parados, jubilados 2 **
Los sondeos razonados

Agrupamos bajo este nombre una serie de proce~i~ientos de dentro de un sector geográfico determinado una estructura de
muestreo que pretenden garantizar la representat1v1dad de la muestra lo más cercana posible a la de la población de referencia
muestra adaptando su estructura a las características de la pobla- (sexo, edad, profesión, barrio de residencia ... ).
ción. La representación es directamente proporcional al número, A continuación, el encuestador encargado de interrogar a un
a la fiabilidad (exactitud) y a la precisión y pertinencia (adapta- determinado número de personas dentro del sector designado con
ción a los objetivos de la investigación) de los datos disponibles antelación deberá seleccionarlas de tal manera que su muestra
para el conjunto de la población de referencia, que se denomina presente las características estructurales definidas de antemano:
población matriz. un número predefinido de hombres y de mujeres, de representantes
de cada categoría de edad y de cada grupo socioprofesional, etc.
El método de las cuotas
Las encuestas de calle
Es el método más utilizado por los grandes organismos franceses Bajo este nombre se agrupan encuestas, muy a menudo de encar-
de estudios y sondeos (a excepción del INSEE), y requiere dispo- go o de opinión, de plausibilidad o de satisfacción que se refieren
ner de una información fiable , precisa y completa sobre la pobla- a un público cuya composición no está bien identificada: «¿están
ción matriz. De acuerdo con una serie de criterios, se impone
73
72
Descubrimiento y recogida de datos 4. Muestreos, muestras
satisfechos los viandantes de la Gran Vía con la sonorización ins- función de la posición que ocupan en los niveles superiores de
talada por el Ayuntamiento? o ¿qué piensan los usuarios del servi- una o varias jerarquías institucionales (representantes políticos,
cio de recepción de la Delegación del Gobierno?». En estas con- obispos, presidentes de cámaras de comercio, etc.) . A cada
diciones, ¿qué otra cosa mejor puede hacer el sociólogo carente miembro de ese grupo se le pide que indique quiénes son, en el
de toda base de muestreo que ir a preguntar al entorno de la Gran ámbito en el que él se mueve, las personas que cuentan, las que
Vía o del servicio de recepción? Y qué mejor que interrogar, tienen poder, las que mandan. Sobre la base de estas informacio-
como se suele decir, «al azar», pero en un sentido que nada tiene nes, se completa el grupo inicial; se hace lo posible por entrevis-
que ver con los procedimientos estrictos del muestreo aleatorio y tarse con las nuevas personas que han sido citadas y, en el trans-
que significa más bien preguntar sin procedimiento ni control. En curso de esta segunda ola de encuestas, se les puede volver a
lugar de dejarse guiar por este azar «al buen tuntún», el sociólogo plantear la misma pregunta que a las primeras «elites»: quiénes
razona y formula hipótesis: la de que ese público no tiene la mis- son las personas importantes en su ámbito. Se puede dar por ter-
ma composición según las horas y los días, ni probablemente en minada la encuesta cuando todos o casi todos los nombres cita-
un extremo y en otro de la Gran Vía ... Estas hipótesis dan lugar a dos correspondan a personas que ya hayan sido entrevistadas.
un plan de observación (¿parecen verificarse?), a entrevistas con El método es adecuado cuando se trata de estudiar las formas
los informadores (los comerciantes, el personal del servicio de re- del poder y de los círculos sociales (de solidaridad, de amistad,
cepción, etc.) y, más adelante, a un plan de muestreo. Sólo el con una base profesional, sexual , étnica ... ) y, en general, lo que
cuestionario permitirá a posteriori determinar la validez de todo Pierre Bourdieu ( 1980) llama el capital social.
ello a condición de que en él se planteen preguntas relacionadas
con las hipótesis: ¿quién viene aquí y cuándo?, ¿con qué frecuen-
cia?, ¿viene solo o acompañado?, ¿con qué finalidad?
En estas condiciones, lo que al principio no era más que un
«estudio» con un muestreo mal definido termina por obtener el
estatuto de investigación sociológica.

Los muestreos de bola de nieve

Un muestreo se llama «de bola de nieve» cuando se pide a las


primeras personas interrogadas que indiquen el nombre de otras a
quienes puede concernir la encuesta: a estas últimas se les hará_ la
misma petición, y así sucesivamente. El muestreo de bola de me-
ve tiene un alcance exhaustivo en un territorio determinado (no
se trata de constituir una muestra) y se realiza casi siempre me-
diante entrevistas semiestructuradas. Supone, claro está, que el
primer grupo de personas interrogadas ha sido seleccionado a
partir de otros criterios.
Este método ha sido muy utilizado en las encuestas sobre las
«elites». En estos casos, el grupo al que se ha aplicado la encues-
ta en primer lugar está formado por personas seleccionadas en

~ 75
Segunda parte
El tratamiento:
análisis y sintesis
En la denominación de los métodos de tratamiento ha prevaleci-
do el término «análisis»: análisis de contenido, análisis multiva-
riante, análisis de datos, etc. Todos ellos asocian, sin embargo,
análisis y síntesis.
Es cierto que muchas veces el análisis parece marcar la prime-
ra fase de estos métodos, esa en la que se aíslan unidades signifi-
cativas (temas, figuras , variables .... ) abstraídas de su contexto
para compararlas paso a paso. Pero aislar y abstraer significa ya
comparar, concretar diferencias y similitudes y, por consiguiente,
establecer relaciones. Y el hecho de relacionar implica una ope-
ración de síntesis, que es aquí el acto elemental y básico. «Pasar
revista» a una pluralidad de relaciones e inferir de ellas un orden
es hacer, en el sentido genuino del término, una labor de teoriza-
ción.
Por lo que respecta al tratamiento, puede pensarse que la
perspectiva analítica ha prevalecido en la medida en que se ha
primado la verificación del vínculo entre los elementos de in-
formación recogidos. Pese a estar situada del lado de la verifi-
cación dentro del proceso de investigación, la cuestión del
tratamiento no se circunscribe a ella; cualquier método de trata-
miento incluye una etapa más propiamente exploratoria, gene-
79
El tratamiento: análisis y sintesis
ralmente al principio, y una dinámica propia para hacer emerger
nuevas preguntas.
5. Ordenar, clasificar
Cuando uno se encuentra ante una multitud de datos diversos,
numerosos, dispares, a la hora de examinarlos necesita obtener
pistas (¿qué es lo que buscamos?), extraer un sentido, un orden,
imaginar qué es lo que tienen en común, aunque sólo sea a modo
de hipótesis o planteamiento provisional o con una intención pre-
paratoria. Eso es especialmente importante al comienzo de la in-
vestigación, pero también cada vez que surge una información o
una nueva pregunta. Y la misma exigencia aparece cuando, tras
haber analizado los vínculos paso por paso, hay que elaborar la
síntesis de esas relaciones parciales, síntesis globalizadora o sín-
tesis estructurada de su configuración global.
De modo que hay, entre los métodos de tratamiento, algunos
con pretensiones más sintéticas a la hora de elaborar hipótesis.
Los abordaremos al comienzo de esta segunda parte y también al
final, justo después de los métodos de tratamiento estadístico.

Las guías de observación y las guías de la entrevista tienen por


objeto crear conjuntos de información homogéneos y organiza-
dos según un orden que se establece para favorecer la compara-
ción. Pero la búsqueda de información, la observación y la entre-
vista recogen siempre una gran diversidad de datos heterogéneos,
reúnen «una multitud de fenómenos que se dan de forma aislada,
difusos y discretos, que pueden encontrarse en grandes o en pe-
queñas cantidades, y en algunos sitios ni siquiera aparecen» (We-
ber, 1904). De lo que se trata es de ordenarlos, ya sea al princi-
pio, durante o incluso al final de la investigación.

Hipótesis y definiciones

El método ideal tipico

Esta cita de Max Weber nos sirve de introducción al método que


él preconiza para «ordenar» esos fenómenos: la conformación de
tipos ideales. El término «ideal», traducido del alemán, indica
que este «concepto límite» funciona como un modelo posible
para el conocimiento. Su objetivo es «formar el juicio de imputa-

80 81
EL tratamiento: análisis y sintesis 5. Ordenar, clasificar
incita - podríamos decir- a la caricatura, que no es el fin sino
«[ .. .] recurriremos a un documento inspirado en aquel "espíritu",
un medio del que se sirve la investigación; pero ¿y si el original
que contiene con clásica pureza lo que más directamente nos inte-
se pareciera a la caricatura? «De hecho, nunca se puede decidir
resa [... ].
a priori si se trata de un puro juego del pens_ami~nto o de u?a
»Piensa que el tiempo es dinero. El que puede ganar diariamente
construcción de pensamiento fecunda para la ciencia. [... ] No tie-
diez chelines con su trabajo y dedica a pasear la mitad del día, o a
ne más significado que el de un concepto límite puramente ideal,
holgazanear en su cuarto, aun cuando sólo dedique seis peniques
con el que se mide la realidad para aclarar el contenido empírico
para sus diversiones, no ha de contar esto sólo, sino que en reali-
de algunos de sus elementos importantes, y con el que se la com-
dad ha gastado, o más bien derrochado, cinco chelines más.
para» (ibid.). Al analizar lo que «el espíritu del capitalismo» debe
»Piensa que el crédito es dinero. Si alguien deja seguir en mis
a «la ética protestante», Weber (1920) tiene conciencia de estar
manos el dinero que le adeudo, me deja además su interés y todo
siguiendo un método ideal típico: destaca un punto de vista, una
cuanto puedo ganar con él durante ese tiempo. Se puede reunir así
hipótesis (la de que el capitalismo occidental procede de una éti-
una suma considerable si un hombre tiene buen crédito y además
ca estructurada por el desarrollo del protestantismo), y, a partir
sabe hacer buen uso de él. [... ].
de ahí, conecta entre sí una «multitud de fenómenos» dando for-
»Es Benjamin Franklin quien nos predica en estos principios [... ]
ma a un «cuadro de pensamiento homogéneo». A lo largo de su
Insistamos todavía en este pasaje, cuya filosofía resume Kürnber-
investigación, ll ega incluso a definir, a través del personaje de
ger diciendo que "de Las vacas se hace manteca y de los hombres
Benjamín Franklin, un «tipo ideal encarnado» de «el espíritu del
dinero", y veremos que lo característico de esta "filosofía de la
capitalismo».
avaricia" es el ideal del hombre honrado digno de crédito y, sobre
Su tipología, y él lo sabe bien, procede de una elección: «Es-
todo, La idea de una obligación por parte del individuo frente al in-
tos puntos de vista [... ] no son en modo alguno los únicos posi-
terés -reconocido como un fin en sí- de aumentar el capital.
bles. Al igual que ocurre con cada fenómeno histórico, otros pun-
Efectivamente, aquí no se enseña una simple técnica vital, sino
tos de vista harían aparecer otros rasgos como "esenciales"»
una "ética" peculiar, cuya infracción constituye no sólo una estupi-
{ibid.). Y, entre los demás puntos de vista posibles y fecundos so-
dez, sino un olvido del deber; y obsérvese que esto es algo riguro-
bre el capitalismo, él cita los análisis de Marx.
samente esencial» (Weber, 1920).
Los puntos de vista posibles son ya de por sí incontables, im-
posibles de definir. Y, a pesar de todo, la historia de la sociol~gía
muestra, más allá de la diversidad de los «modelos» de orgamza-
ción y de ordenación, la convergencia de pistas que guían su ela-
ción», «guiar la elaboración de hipótesis». Y, como tal, puede te- boración progresiva: se trata de guías para la investigación que
ner lugar en los primeros momentos de toda investigación o tam- apuntan a otros tantos métodos posibles.
bién más adelante, a la hora del tratamiento de documentos, de
entrevistas informales o de notas tomadas en directo, en una pa-
labra de toda clase de información heterogénea e incompleta. La definición provisional
«Se ~btiene un tipo ideal al acentuar unilateralmente uno o más
puntos de vista y conectar [esta multitud de fen~menos] q~e se Durkheim (1895) recomienda elaborar al comienzo de toda in-
ordena de acuerdo con los anteriores puntos de vista selecc10na- vestigación una definición provisional del objeto. Conviene insis-
dos unilateralmente para formar un cuadro de pensamiento ho- tir en el estatuto provisional y en la necesaria evolución de una
mogéneo.» El tipo ideal, como fruto de una selección, resume a primera definición, por cuanto el objeto en sociología es históri-
grandes rasgos; y por ser una especie de acentuación unilateral co y, en este sentido, único, de modo que nunca podrá definirse
5. Ordenar, clasificar
''' " l'li a partir de marcos y modelos preconcebidos.
1.1 111 11 1 do de los conocimientos) significa, a la vez, enmarcar ese estudio
< 11:111do propone «comparar con la realidad» el tipo ideal del
,' t; en una o más tradiciones de pensamiento y adoptar frente a ellas
· ·pí ritu del capitalismo, Max Weber sabe que el trabajo de elabo- una distancia crítica. Al analizar el capitalismo a partir de la his-
ración conceptual sólo tocará a su fin en el momento de dar por toria del protestantismo, Weber se situó al margen de la defini-
concluida la investigación: «Semejante concepto histórico no ción conceptualmente dominante del capitalismo como fenómeno
puede ser definido mediante la fórmula del genus proximum, dif- económico.
ferencia specifica, pues alude a un fenómeno significativo consi- Quiere esto decir que la fecundidad de un estudio sociológico
derado en su carácter individual propio; pero debe ser conforma- (encontrar algo nuevo) supone que la elaboración de definiciones
do gradualmente, a partir de sus elementos singulares que serán sociales se ef ectúe en primer lugar contra' las definicion es domi-
extraídos, uno a uno, de la realidad histórica. Por consiguiente, nantes y contra lo que éstas tienden a ocultar. El estudio deberá
no es posible encontrar el concepto definitivo al principio sino al integrar, en efecto, las definiciones dominantes, aunque dotándo-
final de la investigación» (Weber, 1920). se de los medios para oponerles puntos de vista distintos. Se trata
de una perspectiva crítica, pero en el sentido en que se habla de
crítica de las fuente s: las definiciones dominantes son las fuente s
Definición provisional, definición dominante predominantes de información (contenido y presentación). Ésta
es, por lo tanto, una regla metodológica general y una condición
Contra lo que él llamaba prenociones, Durkheim (1895) reclama- para la transformación de la definición provisional.
ba al sociólogo «considerar los hechos sociales como si fueran
cosas» y, por ese motivo, construir su definición a partir de la
«coacción» que éstos ejercen. Si se trata de definir, cabe sugerir Pistas para las definiciones sociales
una formulación más específica para esta regla vinculando la no-
ción de coacción a los análisis sociológicos de la definición El análisi s de las definiciones dominantes ofrece una primera
dominante, en particular los de Weber. Incluso cuando es provi- pista para la elaboración de las definiciones sociales. N~ e_s ?abi-
sional, la definición confronta de hecho al sociólogo con la exis- tual, desde luego, que las definiciones legales, las def1mc1ones
tencia irrevocable de definiciones socialmente dominantes . De socialmente legítimas y los conceptualmente dominantes coinci-
aquí se deriva un objetivo prioritario: el estudio de esas definicio- dan en su totalidad: por sí mismo, su análisis es capaz de detectar
nes. Consistirá, en primer lugar, en el estudio de las definiciones diferencias y abrir un espacio crítico (comparar las diferencias).
legales, las que se refieren a los cometidos y funciones de las ins- Así, por ejemplo, en función de los tipos de legitimidad que les
tituciones (el matrimonio, por ejemplo, es una institución), a las asistan, podremos establecer diferencias entre los objetos más
condiciones de acceso a la institución y a los derechos y deberes institucionalizados y aquellos que, más bien, parecen obedecer a
que regulan su funcionamiento. Además de las definiciones le- la espontaneidad regulada de las interacciones sociales.
gales, interesarán las definiciones de todo aquello que, dentro de Las instituciones. En primer término, se sitúan las institucio-
un estado de sociedad, es considerado como «socialmente legíti- nes propiamente dichas . Están reguladas por vía legal y se les
mo» (Weber, 1922) y, acto seguido, lo que es tolerado, no repro- han adjudicado cometidos y funciones oficiales. El objetivo será
chado, hasta llegar a lo que es socialmente valorado y/o conside- discernir más allá de esas «funciones manifiestas», otras «fun-
rado natural. Un tercer registro de definiciones afecta ciones l;tentes» (Merton, 1949) que, hasta cierto punto, las des-
íntimamente a la investigación: las definiciones conceptualmente mienten. Desde la óptica de dichas instituciones y de las tareas
dominantes. En una memoria, como en cualquier otro tipo de in- que les son asignadas, cabría hablar de posibles «efectos perver-
vestigación, examinar lo que se ha escrito sobre el tema (el esta- sos» (Boudon, 1977). Analizar los usos sociales de la institución

84
El tratamiento: análisis y síntesis 5. Ordenar, clasificar

desde el punto de vista de sus agentes y/o de sus públicos signifi- Un ejemplo: definición social de· un conjunto urbanístico. El
ca establecer una ruptura más fuerte con el punto de vista institu- estudio de Jean-Claude Chamboredon (1970) sobre las relaciones
cional y, por lo tanto, dominante. sociales en el seno de un conjunto urbanístico explica los conflic-
Comparado y confrontado con la definición oficial de la ins- tos que surgen alrededor de las actividades de jóvenes y adoles-
titución, el análisis de sus usos sociales pone de manifiesto la centes en los espacios comunes. Son actividades en las que se fo-
pluralidad de las definiciones sociales posibles. Así, por ejem- calizan las tensiones (ruidos, gritos, «agitaciones»). Cuando
plo, con respecto a la definición oficial de las funciones de la surgen estas tensiones, se pueden distinguir, en primer lugar, con-
escuela, se han señalado otras opuestas y complementarias, trast~s entre los usos sociales de esos lugares comunes: algunas
como son la consagración de los patrimonios culturales de unos pareJas de más edad «se quejan» de que son invadidas por los
y la descalificación de otros (Bourdieu y Passeron, 1964). Lo grupos adolescentes; y esos contrastes se convierten en tensiones
mismo ocurre con la definición más ortodoxa de los cometidos en la medida en que entran en conflicto distintos modos de vida.
de un hospital psiquiátrico ( cuidar, curar): en oposición a ella, Pero las tensiones no serían tales si, más allá de esos «conflictos
se han analizado sus usos sociales confrontando y oponiendo las generacionales», no entraran en juego antagonismos de clase: los
prácticas de sus empleados y las de sus pacientes. Los primeros <~ óvenes» proceden de familias de clase baja y sus detractores
tienden a borrar la identidad social de los pacientes para impo- pertenecen a la clase media. Los «modos de vida» de los jóvenes
nerles nuevas «etiquetas» de identidad; y los segundos hacen son simbólicos en la medida en que ponen en entredicho y con-
patentes formas de resistencia frente a este trabajo de imposi- tradicen los principios de educación y la definición social de las
ción consistentes en actitudes y prácticas que los agentes rein- edades de la vida que legitiman la posición social de las clases
terpretan después según los modelos de análisis de la patología medias. La construcción social del conflicto y el desconocimien-
(Goffman, 1961). to de los retos que conlleva tienen sus raíces en las políticas de
La espontaneidad de las interaccion es. A diferencia de lo ase~t~miento del conjunto urbanístico: para unos, casi siempre
que ocurre en el mundo oficialmente reglado de las institucio- fam1has numerosas, se trata de viviendas sociales; los otros acce-
nes, la forma normal y legítima de determinados usos ( modos de~ a la vivienda en su calidad de representantes del 1% empre-
de sociabilidad, utilización de lugares públicos, formas de ocio sanal. Estos modos de asentamiento construyen, de golpe, una
y tiempo libre ... ), representaciones y maneras de sentir (gustos, «proximidad espacial y una distancia social», con los enfrenta-
sentimientos, pasiones ... ) se caracteriza por la espontaneidad o, mientos que de ahí se derivan.
si se quiere, por el libre albedrío, la libre elección, lo «natu-
ral». La espontaneidad tan peculiar que parecen adoptar consti-
tuye en ellos la definición social dominante. Como principio La construcción social del objeto
metodológico, el sociólogo formula la hipótesis de una espon-
taneidad regulada socialmente que olvida aquello que la ha Así pues, una de las medidas más seguras para desmontar las de-
modelado como tal. Y, partiendo de la gran diversidad que ob- finiciones dominantes consiste en poner en evidencia la diversi-
serva en esos modos de actuar, de pensar y de sentir, busca su dad de las definiciones sociales: esa deconstrucción hace alusión
fundamento en el análisis comparado de las trayectorias y ex- a lo no imaginado de las definiciones dominantes y pone en mar-
periencias pasadas en relación con la situación que reactiva los cha, junto con el estudio de sus determinaciones, el estudio de los
habitus (Bourdieu, 1972). La espontaneidad vivida, como ilu- modos de construcción social del objeto.
sión socialmente fundada, remite a los procesos de construc- Un enfoque histórico, genético y comparativo saca necesaria-
ción de los marcos sociales de la memoria y el olvido (Halb- mente a la luz una pluralidad de tiempos y de espacios sociales
wachs, 1949). cuya especificidad se convierte en objeto de investigación y su:-
~ ~LUTE
EL tratamiento: análisis y síntesis
5. Ordenar, clasificar
pone una conceptualización apropiada. Hay que estar dispuesto a
cuestionar los marcos sociales dominantes de las representacio- e!lo se examin~~' tratándose de estudios, encuestas o investiga-
nes, las barreras conceptuales preestablecidas, incluso las de la c10nes, la prec1s1ón y la pertinencia de la metodología que utili-
propia disciplina (sociologías del trabajo, de la familia, de la reli- z~n .. Pero la s~ciología, seguramente más que cualquier otra dis-
gión, de la cultura, etc.). Hemos recordado la manera en que Max c1plma, necesita profundizar en la construcción social de sus
Weber, trabajando sobre periodos largos, explicó la construcción fuentes.
social del capitalismo a partir de la historia de las religiones. En la medida en que él mismo es productor de informaciones
También Goffman consiguió estudiar la construcción social de la y está implicado en el análisis de las «coacciones sociales»
locura en un hospital psiquiátrico a cambio de romper con las de- (Durkhei1:1, 1895) qu~ estructuran los hechos sociales y sus re-
finiciones médicas dominantes y eruditas sobre la salud mental; presentac10nes, el sociólogo no puede olvidar que una observa-
pero eso sólo fue posible porque dejó de limitar su análisis al ción, una entrevista, una codificación o una distribución estadís-
marco conceptual de la asistencia facultativa y lo situó en la lógi- tica es una construcción. En este sentido, una crítica sociológica
ca de las «instituciones totales». Estas instituciones, como ocurre ~e las fuentes puede tener como objetivo específico «desnatura-
en el caso de las prisiones, conventos y otras formas de interna- ltzarn aquellas que, por estar consideradas socialmente como las
do, tienen totalmente a su cargo a quienes están allí recluidos, y más legíti~.ª~ ' nos parecen «evidentes» y apenas dejan lugar
en ellas uno de los retos específicos de las interacciones es preci- para el anahs1s de las determinaciones y contingencias sociales
samente la construcción de una identidad nueva. La observación que están en ~u origen y en el origen de las construcciones que
prolongada permite comparar lo que se ve y lo que se oye en lu- ellas avalan. Este es el caso, en particular, de las fuentes estadís-
gares, momentos y compañías diferentes y en otras tantas «esce- ticas.
nas sociales» representadas y reconstruidas dentro de la interac- Para codificar las edades con el fin de permitir su utilización
ción cotidiana. Pasar de una a otra conlleva una serie de «puestas estadística, se ~uelen definir grupos de edades: cualquiera que
en escena de uno mismo» (Goffman, 1956): desafíos, estrategias s~a el ag_rupam1e~~o realizado, implicará necesariamente una pér-
y maneras sociales de reconocimiento difieren entre sí y, con dida de mformac10n (la de las diferencias dentro de cada grupo
ellos, difieren también las conceptualizaciones que hay que utili- de ~da~)._Y adernás,_con i~dependencia del cuidado que se ponga
zar para poder explicarlos. Un examen crítico de los sesgos so- e~ JUst1f1car la pertmenc1a de esa decisión, estaremos optando
ciocentristas que actúan en las explicaciones eruditas y en las que siempre por un «mal menor», por un «poco más o menos» siem-
proceden del sentido común sugiere que la barrera conceptual es P:e. sospech?so. O ¿acaso «tener menos de veinticinco años» sig-
tanto más necesaria cuando se trata de estudiar grupos social- m f1ca l~ m1_smo para los chicos que para las chicas, para los
mente distantes y dominados (Combessie, 1972, 1989). obreros mm1grantes que para los estudiantes madrileños? Aun-
que sólo sea para permitir la comparación con otros estudios, es-
tos grupos suelen ser casi siempre los mismos y se encuentran de
Dos aplicaciones al tratamiento de datos alguna manera naturalizados. Sin embargo, el lector de revistas
periódicos y otras publicaciones que versan sobre el «paro entr~
Crítica de las fuentes y análisis de las categorías los jóvenes» no se siente inclinado a preguntarse por los criterios
de una clasificación que, en la mayoría de los datos estadísticos
Los métodos anteriores señalan las dimensiones más genuina- designa con el término <~óvenes» a los «menores de veinticinc~
mente sociológicas de una crítica de las fuentes. años» y, cuando se trata del paro, excluye de hecho a los estu-
Como en otras disciplinas de las ciencias humanas y sociales, diantes.
se trata de identificar su origen y evaluar su «fiabilidad». Y para Al ~fectuar un. ~nálisis .crítico de _las_ ~uentes, el sociólogo
prestara una atenc1on especial a la vanab1hdad del contenido de

89
EL tratamiento: análisis y síntesis 5. Ordenar, clasificar
una misma noción, de una misma categoría estadística. De ahí Tratamiento sociológico de datos textuales
podrán deducirse dos grandes principios de variabilidad.
Variabilidad histórica. El título de bachiller no tiene el mismo Documentos numéricos, documentos textuales. Uno de los objeti-
significado social al principio y al final del siglo x x, como tam- vos _d~ los mét~dos de descubrimiento y recogida de datos es pro-
poco lo tiene el trabajar de obrero cualificado en la industria au- duc1r mformac10nes homogéneas (por lo menos en su mayor par-
tomovilística o ser maestro de escuela. Esta variabilidad social te): por ese motivo, tanto si se trata de datos textuales como de
implica una forma específica de crítica de las fuentes. En efecto, datos numéricos, deberán poder compararse entre ellos y permitir
el hecho de que se mantengan inalterados una etiqueta, un nom- un tratamiento sistemático.
bre de plantilla o un nombre de categoría estadística puede ocul- Ya hemos señalado hasta qué punto la estructura del cuestiona-
tar la modificación de los criterios de registro: todos sabemos rio está determinada por la perspectiva del tratamiento informático
que el cambio en las definiciones oficiales del paro puede influir al que serán sometidos sus datos: el cuestionario está previamente
en las estadísticas; se conoce menos el hecho de que una parte ~ata~~- De ,hecho, al abordar el tema de la codificación y precodi-
del incremento de los porcentajes de escolarización en las esta- f1cac10n, as1 como el de las preguntas abiertas o cerradas (véase el
dísticas de la enseñanza secundaria en Francia se ha debido a que cap. 3), hemos anticipado ya el del tratamiento. No obstante, las
se han ido anexionado progresivamente a la enseñanza secunda- preguntas abiertas forman parte de una gran variedad de documen-
ria centros de enseñanza que antes no formaban parte de ella tos textuales que, debido a su relativa homogeneidad y algunas ve-
(Briand y Chapoulie, 1981). El término genérico de categorías ces a su elevado número, permiten un análisis comparativo siste-
socioprofesiona les remite a las clasificaciones efectuadas por el mático imposible de realizar antes de la recogida de datos.
INSEE, cuyo código CSP combinaba criterios prácticos y teóri- Estos documentos textuales tienen un origen diverso. Junto
cos objetivables: sectores de actividad, estatutos (asalariados y con _las preguntas abiertas de los cuestionarios y de las entrevistas
· trabajadores por cuenta propia), situación jerárquica, nivel es de sem1estructuradas incluidos en encuesta, hay toda una serie de
cualificación, etc. Su nuevo principio de clasificación mantiene do~umentos de segunda mano cuya homogeneidad es, sin duda,
en lo esencial estos criterios rehaciéndolos y modificando el van~ble, aunque _c asi siempre suficiente. Así, por ejemplo, se han
nombre del código (PCS: profesiones y categorías socioprofesio- analizado _colecc10nes de correspondencia (cartas de prisioneros,
nales), pero se sigue hablando de las categorías socioprofesiona- ca~tas env~adas a un organismo con motivo de una reforma ... ), ar-
les del INSEE (Briand y Chapoulie, 1985 ; Desrosieres y Théve- chivos de Juzgados, atestados, actas de reuniones de un comité de
not, 1996). empresa, discursos de entrega de premios, manuales escolares,
Variabilidad geográfica. La variabilidad geográfica, indepen- artículos de prensa, historias de vida redactadas con ocasión de
dientemente de que se considere en dimensiones internacionales, un concurso, etc. La lista sería interminable.
nacionales o incluso locales, es un indicador de variabilidad so- Los métodos de tratamiento de este tipo de documentos tex-
cial. No se puede equiparar el valor social de un título de tercer tuales ~uelen tener al principio un carácter más exploratorio y se
ci clo universitario en un país muy escolarizado con el que se le van onentando progresivamente hacia la administración de la
otorga en otro donde realizar estudios universitarios es algo insó- prueba. Pueden centrarse de forma prioritaria en los temas (aná-
lito. Dentro de un mismo país o de una misma institución, detrás lisis temático, también llamado análisis de contenido, que es el
de titulaciones idénticas pueden ocultarse criterios de registro di- más usado en sociología) o en los modos de expresión. La evolu-
ferentes , por ejemplo, dependiendo de que sea el propio encues- ción de los sistemas de informatización ha facilitado y tiende a
tado quien designe su categoría social o lo haga un encuestador generalizar el análisis conjunto de ambos elementos en relación
profesional o hasta un funcionario administrativo que se ocupa de con las perspectivas o enfoques sociológicos que pueden orientar
esta tarea entre otras muchas. la organización de los análisis.

90 91
El tratamiento: análisis y sintesis 5. Ordenar, clasificar
Tratamientos exploratorios. Al iniciar el trabajo de selección e
identificación de los fragmentos de texto, el objetivo es más ex- Por ejemplo, en una serie de entrevistas con padres de alumnos,
ploratorio. Se pueden asociar entonces tres métodos distintos: uno de los temas era el seguimiento que hacían los padres del tra-
bajo escolar.
empezar analizando fragmentos muy cortos (una línea o El análisis consigue sacar a la luz varios subtemas dentro de las
dos) después de haberlos descontextualizado (en la me- modalidades de seguimiento: seguimiento de las notas, ayuda con
dida de lo posible, se debe ignorar de qué entrevista o las lecciones, ayuda con los deberes, preguntas sobre el desarrollo
texto proceden): al principio, el lector se encuentra esca- de la jornada escolar (preguntas generales, preguntas sobre las cla-
so de comentarios; se trata de «hacer hablar» a ese frag- ses, sobre los compañeros, etc.), observaciones hechas a propósito
mento más allá de su sentido manifiesto, de obligarse a del cuaderno, conversaciones sobre algún tema aprendido en clase,
prestar una extrema atención a ]as palabras empleadas excursiones o visitas relacionadas con el programa escolar.
(¿por qué éstas y no otras?) y, de alguna manera, de for- El análisis ha permitido asimismo distinguir a los protagonistas 1
mular hipótesis de sentido forzadas, pistas cuya fecundi- del seguimiento: el padre, la madre, ambos, los hermanos, herma- .
dad y pertinencia deberán ser verificadas a lo largo del nas, vecinos... ¡

texto; Ciertos extractos han sido relacionados con los dos subtemas 1

ponerse como objetivo la búsqueda de analogías que su- (modalidades de seguimiento, protagonistas del seguimiento) . 1

gieran ejes de lectura y de interpretación. Por ejemplo: Otros lo están con temas diferentes (prácticas cultu rales, relaciones
¿consideran los visitantes de la prisión que ésta es una de vecindad, estructura familiar, etc.). Se han anotado al margen
«tierra de misión»?, ¿el respeto que se otorga a la escuela de cada fragmento los temas y subtemas de enlace. I

es un respeto «religioso»?, ¿es el informador un «embaja-


dor de] grupo»? o ¿funciona el bachillerato como si fuera
un «capital cultural»? A continuación deberá _controlarse
la pertinencia de estas analogías: habrá que definir su al-
Anáfis~s de co~tenido: extraer, identificar, clasificar. El pri-
cance y sus límites;
mer obJettvo consiste en seccionar el texto en fragmentos, de ma-
analizar dos textos (documentos, entrevistas) que tratan
ne:ª que se pueda responder a la pregunta «¿de qué trata este pa-
sobre los mismos temas pero que se anuncian como muy
saje?>~ con_ ~na palabra o con un título sucinto. Estas palabras
dispares: por ejemplo, textos procedentes de un ejecutivo
clave 1dent1f1can las unidades temáticas elementales del texto.
y de un obrero no cualificado. La diferencia entre los tex-
En el ca~o de la~ entrevistas semiestructuradas, la propia guía
tos servirá para avivar y diversificar la atención.
de la entrevista sugiere ya una serie de palabras clave. La lectura
atenta del texto hará que emerjan temas más concretos, temas
En los tres casos, se trata de forzar la atención para conseguir nuevos o temas secundarios.
extraer un sentido, y estos métodos se circunscriben directamente
Así pues, el análisis de contenido tiene por objeto:
a la intención de construir tipos ideales («acentuaciones unilate-
rales» con las que después se «compara la realidad»). La aten-
aislar las unidades temáticas distinguiendo temas y subte-
ción forzada va ligada a las palabras del texto, que son las únicas mas;
capaces de justificar las interpretaciones: el análisis asocia estre-
elegir para cada uno de ellos la palabra o palabras clave
chamente los temas y sus modos de expresión, y las hipótesis so-
que mejor los resuman. Para ello puede ser interesan-
bre el sentido se basan en la carga semántica de los propios tér-
te seleccionar una palabra o una expresión que se en-
minos «de la tribu». cuentre en el texto;
92 n------
Et tratamiento: análisis y sintesis 5. Ordenar, clasificar

- anotar en el margen del fragmento todas las palabras clave de los modos de expresión. El análisis transversal compara den-
que señalan los temas y subtemas de enlace; tro de un mismo tema o subtema los términos y expresiones en
anotar también en el margen las referencias del documen- los que se expone (por ejemplo, amigo, compañero, camarada,
to (por ejemplo, entrevista nº 7) y el lugar que ocupa el amiguete ... ). Uno de sus objetivos es el de especificar a priori su
fragmento dentro del texto (por ejemplo, página 8, líneas carga semántica (en el ejemplo expuesto, deberá formular a priori
10al5); la hipótesis de que las relaciones que articulan un grupo de ami-
clasificar estos fragmentos en las carpetas temáticas co- gos son socialmente diferentes de las que definen un grupo de
rrespondientes, que estarán, a su vez, organizadas en dife- «amiguetes»). El análisis longitudinal , al tratar de la organización
rentes subtemas. secuencial, señala prioridades, estrategias de exposición, a o-
ciaciones de temas, una evolución de las maneras de decir y de
Una de las dificultades de este tratamiento reside en la homo- las dificultades para hacerlo que caracterizan conjuntamente la
geneización de las palabras clave. Como en al~un~s textos. estas interacción y la dinámica de producción de sentido en la entrevis-
palabras habrán sido definidas con la ~ayor fidelidad pos1?le a ta o en el documento.
su enunciado (utilizando, a veces, térmmos textuales), habra que En uno y otro caso, este análisis léxico se puede completar
decidir ahora hasta qué punto pueden ser homogeneizadas; puede con un estudio de las modalidades de utilización del idioma:
ocurrir entonces que haya que renunciar a las palabras clave de-
masiado particularizadoras o que haya que crear subsecciones - la categoría gramatical de las palabras: nombres, verbos,
dentro de algunos subtemas. adjetivos, pronombres, conjunciones ... ;
Análisis transversal y longitudinal. Los temas y subtemas así - los tiempos verbales; su polaridad afirmativa o negativa;
identificados constituyen ahora una plantilla de análisis que per- su modalidad (un poco, siempre, mucho ... ); su aspecto: es-
mitirá operar en dos direcciones: tático (ser y haber), activo (hacer), declarativo (decir), per-
forrnativo (el enunciado equivale a la ejecución de la ac-
Se entiende por análisis transversal el análisis comparativo ción: «se lo he agradecido»);
de los enunciados dentro de cada tema y subtema; se lla- las características de los adjetivos (abstractos, figurati-
ma transversal porque cada tema «atraviesa» el conjunto vos ... );
de textos. La manera de proceder es la siguiente: se com- la persona de los pronombres;
paran los fragmentos reunidos dentro de cada dossier para las estructuras sintácticas: amplitud y estructura de las
extraer de ellos similitudes y diferencias; a partir de estas proposiciones (conjunción, subordinación, yuxtaposición),
últimas, se efectúan una serie de reagrupamientos para frases nominales, rupturas sintácticas .. .;
construir tipos y tipologías. las estructuras lógicas (contradicciones, repeticiones inúti-
El análisis longitudinal, por su parte, tiene como finalidad les ... );
el estudio comparado de la organización secuencial de los aspectos estilísticos (metáforas, lítotes ... ).
cada texto: se interesa por el transcurso de cada entrevista,
por el orden de aparición de los temas y subtemas,_ por su Existen programas informáticos muy útiles y de uso bastante
desarrollo (número de líneas), por sus argumentaciones y extendido para preparar los análisis temáticos y, en particular,
por el de las recurrencias y coocurrencias ... para los análisis de tipo gramatical, sintáctico, lógico y estilís-
tico.
El análisis de los modos de expresión. Un análisis temático en Sociologizar el análisis. Sociologizar el análisis de los modos
profundidad, ya sea transversal o longitudinal, implica un análisis de expresión (sociolingüística) significa, en primer lugar, poner-

94 95
El tratamiento: análisis y síntesis
los en relación con las características sociales de los hablantes
(lenguaje popular/lenguaje culto, urbano/rural, masculino/feme-
6. Clasificaciones y
nino, etc.) y estudiar sus variaciones según los temas (cómo se
habla de la clase, cómo se habla del recreo ... ).
relaciones estadísticas entre
En efecto, tanto si se trata de los temas como de sus modos de
expresión, el objetivo mínimo de _la_co_mparación e_s est~~lecer ~n
dos variables
conjunto de rasgos comunes y d1stmt1vos . A contmuac1on se in-
tentará extraer de ellos, más allá de los atributos comunes y de
las diferencias sutiles, aquellos que justifiquen la construcción
de unos subconjuntos suficientemente homogéneos de tipos so-
ciales. Estos tipos sociales podrán referirse, entre otros, a prácti-
cas, actitudes, estrategias y representaciones.
Acercar y comparar los tipos sociales nos lleva a preguntarnos
sobre los vínculos que los unen, es decir, sobre las tipologías po-
sibles, tanto de tipo genealógico con imputación causal cronoló-
gica como de tipo funcional o estructural. Cabe preguntarse, por
ejemplo, qué homología existe entre la lógica del equipo de fút-
bol y la de la banda de adolescentes, o si el tenis es para los jóve-
nes de las clases medias lo que el fútbol para los jóvenes de las El objetivo de este capítulo es retomar una serie de premisas esta-
clases bajas . Este tipo de interrogantes abre el camino a las hipó- dísticas (Rouanet, 1987) a partir de sus formas más elementales
tesis acerca de los factores determinantes de la construcción so- (cf. anexo), pero planteando algunas cuestiones frecuentes en so-
ciología que aclaran en particular su estatuto epistemológico.
cial del objeto.

Distribuciones: clasificar, comparar


Resumir para comparar: medidas y gráficos

La distribución, como clas ificac ión de un conjunto de datos con


relación a uno o más caracteres, constituye la estructura elemen-
tal de las estadísticas. Para analizarla y, sobre todo, para compa-
rarla con otra, se miden algunos aspectos representativos que, de
una u otra manera, resumen esa estructura. Dentro de estas medi-
das podemos distinguir las frecuencias y dos clases de medidas
más globales o sintéticas que se denominan índices.
Las frecuencias. Como manifestación de la relación entre una
clase de efectivos o de valores y el conjunto de la distribución,
las frecuencias pueden expresarse en base 1 (proporción), en base
100 (el caso más frecuente en sociología: los porcentajes) o en

96
El tratamiento: análisis y sintesis 6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos variables
cualquier otra base (ratios). Se llama coeficiente correlativ~ a la También los gráficos tienen un valor de síntesis: pueden pro-
relación que existe entre un porcentaje y su complement~n~ de porcionar, de un solo vistazo, la fuerza de la evidencia a las con-
100. Las frecuencias informan sobre la estructura de la d1stnbu- clusiones de una comparación y en este sentido son especialmen-
ción es decir, sobre su dispersión. te útiles. Pero su lectura requiere una actitud de vigilancia muy
Los índices de valor cent.va/. Son la media aritmética (suma de particular en tanto en cuanto esa sensación de evidencia amenaza
los valores dividida por el efoctiv ü), la moda (valor o carácter que con desarmar el espíritu crítico.
tiene mayor frecuencia) y la mediana (valor o ca~áct~r c~~respon-
diente al individuo situado en el centro de una d1stnbuc10n orde-
nada) . . ., Indicadores, cruzamientos e indices
Los índices de disp ersión . Calculan la d1spers10n de lo valo-
res o caracteres a ambos lados de un valor central. Este cálculo A una variable se le da el nombre de indicador si se considera
se realiza casi siempre a partir de la media, y los índices se pre- que constituye un resumen satisfactorio de una noción más abs-
sentan como una suma ponderada de las desviaciones de la °:"e- tracta y más amplia; el indicador propone una medida de dicha
dia ( desviación aritmética media, varianza, momentos, desvia- noción a través del modo en que se distribuyen sus valores o ca-
ción estándar, coeficiente de variación , desviación reducid~·--!· racteres. Así, por ejemplo, se suele tratar la profesión del padre
Los cuantiles, que expresan la partición equitativa de una d1stn- corno un indicador de origen social, y la distribución de los di-
bución, se construyen a partir del mismo principio que la me- plomados o de los periodos de escolaridad como indicador del ni-
diana. vel de estudios o incluso del nivel cultural.
Por su mayor sencillez, los valores centrales se utilizan más a Se pueden asociar varios indicadores a un mismo concepto: la
menudo sobre todo la media. Pero el sociólogo que trata de evo- profesión del padre, de la madre, la titulación de ambos, la profe-
lucione; sabe mejor que nadie los «contrasentidos» en los que_ se sión y la titulación de los abuelos son indicadores de origen so-
puede incurrir cuando no se tiene también en cuenta la evolución cial, el nivel (o «capital») cultural se pueden medir a través de la
de las estructuras y de las dispersiones. . escolaridad, de las titulaciones y de un amplio abanico de prácti-
Por ejemplo, el salario medio tiende a aumentar en ~enodos cas que van desde las más ortodoxas (como la frecuentación de
de crisis: ¿dónde está entonces la crisis? Es preciso considerar la museos, de festivales , de salas de concierto y ópera, lecturas, tu-
estructura de los salarios para caer en la cuenta de que uno de los rismo cultural , etc.) hasta otras que no lo son tanto ( corno la jar-
factores decisivos de esta afirmación es la di sminución relativa dinería, el bricolaje, el punto o los crucigramas). U no de los ob-
del número de asalariados socialmente más débiles (poco cualifi- jetivos de la investigación es precisamente reunir indicadores
cados, poco remunerados) que se ven afectados, con mayor fre- variados y pertinentes con relación al tema que se desea estudiar.
cuencia que el resto, por la pérdida de empleo. Algunas veces es justo en el momento de examinar los documen-
Del mismo modo, una comparación en el instante T no p~e~e tos, al comparar las respuestas dadas a un conjunto de preguntas,
descuidar sin riesgo las características estructurales de las d1stn- cuando se los llega a considerar como indicadores de nociones
buciones desde el momento en que se trata de interpretar una de- más generales. Paul Lazarsfeld (Boudon y Lazarsfeld, 1966) su-
sigualdad. ¿Los salarios de las mujeres son, como media, inferio- girió el término fórmula matriz para designar el concepto que re-
res a los de los hombres? ¿Existe discriminación sexual en el sume las informaciones convergentes derivadas de un conjunto
lugar de trabajo y en el mercado de trabajo? Responder a esa pre- de indicadores.
gunta exige conocer, en relación a uno y otro sexo, la estructu~a La existencia de varios indicadores de una misma noción nos
de las titulaciones, la de las antigüedades en el puesto de trabaJo plantea el problema de cómo tratarlos. Esquemáticamente, pode-
y/o en la empresa, etc. mos distinguir tres puntos de vista posibles:

98 99
El tratamiento: análisis y sfotesis 6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos variables
- Tratar a estos indicadores como si fueran intercambiables. bre normalizada (por ejemplo, el hecho de efectuar divisiones
Esto es lo que se ha denominado a veces «intercambiabili- concretas porque así la estadística se podrá comparar directamen-
dad de los índices», aunque sería más correcto hablar de te con otras), estas características estructurales tienen, sin embar-
intercambiabilidad de los indicadores. go, un efecto directo sobre el resultado de las medidas (dividir,
Combinar estos indicadores para determinar su especifi- restar, etc.) que se aplicarán a esa distribución.
cidad, evaluar el vínculo que mantienen, diferenciar sus Pero dichos efectos de estructura suelen ser ignorados, pues
efectos propios y, de este modo, descomponer (analizar) la no cuestionan el valor «descriptivo» de los «procedimientos na-
noción de la que son indicadores. Entonces dichos indica- turales» de la estadística. No obstante, y dado que la sociología
dores aparecerán como sus elementos estructurales: distin- tiene que permanecer atenta a los retos sociales de las elabora-
guiremos, por ejemplo, estructuras de capital cultural ciones estadísticas, deberá también analizar sus efectos de cons-
(fuerte en titulación + fuerte en prácticas culturales; fuerte trucción sobre el objeto de estudio. Mostraremos que las con-
en titulación+ débil en prácticas, etc.) o perfiles de origen clusiones del análisis estadístico están en función de los
social (empleado con una trayectoria social descendente, efectivos, así como de la estructura de las distribuciones y de
empleado con una trayectoria social ascendente, etc.); o, las operaciones que se le aplican. Pero en lugar de inferir de
mejor aún, se diferenciarán estructuras de clase (clases aquí el relativismo de toda medida («se puede hacer que las es-
medias con las titulaciones más altas y con los ingresos tadísticas digan cualquier cosa»), habrá que aceptar la idea de
más reducidos y clases medias con las titulaciones más que toda medida establece una relación específica (de la misma
bajas y los ingresos más elevados; clases medias asalaria- manera que lo hace un modelo de lectura) y que el objeto esta-
das y clases medias del sector comercial e industrial). Los dístico está completamente determinado, o construido, por la in-
indicadores nos servirán entonces para construir tipologías teracción entre el operador matemático que sirve de medida y la
y para orientar la elaboración de hipótesis. estructura de la distribución a la que es aplicado. A priori, no
Construir índices estadísticos globales que integren o reú- cabe esperar que construcciones diferentes de objeto den lugar a
nan los datos de cada indicador. Aquí ya no se trata de dis- conclusiones idénticas.
tinguir tipos sociales estructuralmente diferenciados por
los indicadores mismos, sino de resumir, dentro de los ín-
dices globales, las informaciones que se van añadiendo Las tablas de contingencia
(véase el cap. 8, epígrafe «Escalas y puntuación»).
El método más frecuente en sociología para analizar la conexión
entre dos indicadores consiste en «combinarlos» en una tabla de-
Estadísticas y efectos de la estructura nominada «tabla cruzada», «tabla cuadrada» o «tabla de contin-
gencia». Cuando se formula la hipótesis de que uno de esos indi-
Cualquier tipo de clasificación implica una serie de sucesos típi- cadores puede explicar las variaciones del otro, el primero se
camente estadísticos. Al establecer el número de modalidades (o denomina «variable explicativa» (o variable «independiente» o
ítems) de la variable (llamados valores cuando son numéricos y «activa»), y se conoce con el nombre de «variable dependiente»
caracteres en todos los demás casos), se está comprometiendo ya la que está influida por ella. Se puede describir esta relación di-
la mayor o menor concentración de la población en alguna de es- ciendo que la variable dependiente varía «en función» de la otra,
tas modalidades y se fijan así las características estructurales de que es a su vez el «factor» de dichas variaciones. La idea de cau-
la distribución. Mientras que la elección del número de modali- salidad tiene más fuerza en el término «factor» que en el concep-
dades depende casi siempre de la arbitrariedad o de una costum- to de «función».

100
El tratamiento: análisis y síntesis 6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos variables
Leer una tabla
Las covariaciones se expresan casi siempre en porcentajes. Éstos
Leer una tabla es, en primer lugar, especificar la pregunta a la pueden ser presentados en líneas o en columnas, o ser calculados
que dicha tabla puede responder. Su enunciado proporciona ya sobre el valor del conjunto. Sea C la variable presentada en la co-
una primera aproximación, aunque se requiera la consiguiente lumna y L la variable presentada en la línea, entonces:
lectura de control. La pregunta a la que puede responder una ta-
bla está completamente definida por la estructura de las dos va- - los porcentajes calculados en la línea (la suma total 100 apa-
riables y por el sentido en el que se calculan los porcentajes; es- rece en el extremo de la línea) indican cómo varía la variable
1
tos datos son los que aparecen en los márgenes de la tabla (línea L en función de C; 1

y/o columna Conjunto). - los porcentajes calculados en columnas (la suma total apare-
La siguiente tabla, tomada de una encuesta realizada en París ce en el extremo de la columna) indican cómo varía C en fun-
por Paul Clerc (1964), combina la condición social del cabeza de ción de L;
familia y la valoración escolar que hace el maestro del niño al - los porcentajes calculados sobre el conjunto de la población
terminar la escuela primaria. indican en cada caso la proporción de individuos caracteriza-
dos por los dos ítems que definen la casilla en la línea y en la
columna. El total de todos los porcentajes indicados en las
Valoración escolar
casillas será igual a 100.
CSP del cabeza de familia Bueno Intermedio Malo Total
Los márgenes de una tabla indican la distribución conjunta de
Obrero 34 34 32 100 las variables C y/o L, o, en otras palabras, el porcentaje de prome-
Empleado 43 31 26 100 dio del conjunto de las líneas y/o de las columnas.
Pequeño comerciante 52 29 19 100
Mando intermedio 60 21 19 100
Ejecutivo 67 23 10 100 Casi la mitad de los alumnos (48%) han sido clasificados
Conjunto 48 29 23 100 como buenos (esta categoría agrupa a los alumnos que el maes-
tro considera «buenos» y «muy buenos»), con una proporción de-
creciente de los alumnos clasificados como «intermedios» (29%)
Esta tabla presenta los porcentajes calculados por línea. Sólo y «malos» (23%) y una desviación decreciente cuando se pasa de
el margen inferior indica el porcentaje promedio de alumnos los buenos a los intermedios (48 - 29 = 19) y, a continuación, de
buenos, intermedios y malos. Los porcentajes que figuran dentro los intermedios a los malos (29 - 23 = 6).
de la tabla indican cómo varía esta proporción en función de la Por último, se leen las variaciones internas de la tabla. Al
categoría socioprofesional (CSP) de los padres. principio, cuando los porcentajes están en línea o en columna, se
El primer análisis se refiere a la distribución marginal: es la comparan sus variaciones con las variaciones marginales corres-
distribución global de la o las variables, el porcentaje de prome- pondientes basándonos, como hemos hecho antes, en los porcen-
dio. Dicho análisis de basa en los porcentajes más sobresalientes, tajes más sobresalientes, después en las covariaciones más regu-
en la dirección de las variaciones, en su regularidad y en su am- lares y, por último, en las variaciones de sentido contrario y en
plitud: estos dos últimos aspectos se evalúan con la ayuda de va- las irregularidades. Las variaciones internas de la tabla confir-
rios parámetros, generalmente las medidas de desviación, de co- man el perfil de la distribución marginal: el porcentaje más alto
rrelación y los coeficientes de variación. es el de los buenos alumnos, seguido de una proporción decre-

102 103
El tratamiento: análisis y sintesis 6. Clasificaciones y relaciones estadísticas entre dos variables

ciente de los intermedios y de los malos. La valoración escolar to del partido? Aunque la hipótesis es tentadora, existen otras
varía en la misma dirección que la CSP: cuanto más elevado es muchas que pueden oponerse a ella: por ejemplo, la de que en
el origen social, en mayor grado aumenta también el porcentaje esta circunscripción mayoritariamente obrera el electorado de
de alumnos considerados buenos (covariación positiva) y des- clase media votaría más que en otros sitios al partido X por per-
ciende el de los malos (covariación negativa). tenecer a sectores de la clase media socialmente más cercanos a
A continuación, convendrá valorar la regularidad y la ampli- la clase trabajadora (en cuanto a orígenes, ingresos, categorías
tud de las covariaciones (en primer lugar las más regulares) y asalariadas poco cualificadas ... ), mientras que los obreros, social-
compararlas entre sí. La covariación, medida sobre los porcenta- mente más próximos a las clases medias y/o menos organizados
jes de los buenos alumnos, es muy regular. De una CSP a otra se políticamente, votarían menos a este partido en comparación con
detectan desviaciones considerablemente constantes: entre 7 y 9 otras circunscripciones (Merllié, 1981 ). En resumidas cuentas, no
puntos para los buenos alumnos, y entre 6 y 8 para los malos. En cabe atribuir directamente a un «voto obrero» el mayor porcenta-
el caso de los intermedios, la principal desviación (8) separa a je de votos favorables al partido X.
los hijos de empleados y de pequeños comerciantes, mientras que
el resto de las desviaciones se mueve entre los 2 y 3 puntos.
La diagonal en las «tablas de movilidad»

El caso de las variables contextuales Se llaman tablas de movilidad las tablas de contingencia que mi-
den la movilidad entre las generaciones o a lo largo de una carre-
La imputación causal exige redoblar la atención cuando la varia- ra (por ejemplo, la trayectoria profesional o escolar). Para ello se
ble que se considera explicativa es una variable «contextual»: de combinan dos variables de la misma naturaleza que se han obte-
hecho, este término designa casi siempre una variable geográfica, nido previamente mediante una misma plantilla de codificación:
un lugar. Las variables contextuales son muy frecuentes en los CSP de los padres y de los hijos, primer empleo desempeñado y
estudios de sociología electoral, donde se analiza la distribución empleo actual, etc. (Merllié y Prévot, 1991 ). Esta identidad de
de votos por circunscripciones electorales. Claro que podemos variables también es característica de las tablas que analizan dis-
decir que los votos varían «en función» de los lugares, pues esta tintos tipos de relaciones, como compromisos matrimoniales,
afirmación nos remite a un concepto matemático de función que círculos de amistades, de relaciones sociales ... : en este caso, se
diluye la idea de causalidad. Pero no se puede afirmar que los co- combinan las titulaciones de ambos cónyuges, la categoría socio-
legios electorales sean los «factores» de variación: la imputación profesional de su padre, etc. Y podríamos enumerar otras muchas
causal sería en este caso demasiado explícita. Para analizar tablas similares, como las que cruzan los hábitos, las opiniones o
la causa posible de estas variaciones solemos referirnos al con- las representaciones obtenidas en periodos diferentes en una en-
texto. Los colegios se convierten entonces en los indicadores in- cuesta mediante panel.
directos del factor de variación, por ejemplo, la estructura socio- Lo peculiar de estas combinaciones es que concentran todas
profesional de las circunscripciones electorales (el porcentaje de las situaciones de estabilidad o de inmovilidad social en las casi-
obreros, de mandos, etc.). Pero lo único que puede hacer este tipo llas de la diagonal sur-este/norte-oeste de la tabla. Los porcenta-
de análisis contextual es formular una hipótesis que la tabla no jes se calculan para el conjunto de la tabla, y la suma de los por-
permitirá en absoluto confirmar. Supongamos, por ejemplo, que centajes situados en esta diagonal constituye un índice de
los votos a favor del partido laborista sean más frecuentes en las «inmovilidad social». Si se trata de tablas de movilidad, la inmo-
circunscripciones con un porcentaje más alto de población obre- vilidad social mide la tasa global de reproducción social en con-
ra: ¿podremos decir entonces que el «voto obrero» explica el éxi- diciones idénticas, ya sea inmovilidad intergeneracional («tal pa-

& 104
El tratamiento: análisis y síntesis 6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos variables
Origen social de los cónyuges según la CSP de su padre bre círculos sociales, conviene recordar que una afinidad «hacia
arriba» para uno de los cónyuges supone una afinidad «hacia
CSP padre: Traba- Artesano Mando Ejecutivo abajo» para el otro: o, en otras palabras, la hipergamia de uno de
Conjunto
hombres ➔ jador Labrador Obrero comer- Empicado ínter- Profesión los cónyuges (casarse con alguien «por encima de su condición»)
mujeres
mujeres t agrícola ciante medio liberal implica la hipogamia del otro.
La suma de los porcentajes dé la diagonal sur-este/norte-oeste
Trabajador señala un 45, 1% de matrimonios homogámicos: casi la mitad de
agrícola 1,6 1,2 1,1 0,4 0,3 4,6 los matrimonios unen a cónyuges del mismo origen social. La
Labrador 1,6 19,2 4,3 2,5 1,5 0,3 0,8 30,2 elección del cónyuge está en función del entorno de procedencia.
Obrero 1,1 4,7 13,3 3,4 3,2 0,5 0,8 27,0 Si se admite, además, que la clasificación de los CSP respon-
Artesano de a un orden jerárquico creciente (cosa que es discutible), en ton-
comerciante 0,2 3,3 3,3 5,1 l,6 0,7 1,2 15,4 ces la suma de los porcentajes del triángulo superior establece un
Empleado 0,6 2,0 4,2 1,9 3,2 0,4 0,8 13, 1 índice global de hipergamia femenina (las mujeres que encuen-
Mando tran un «buen partido») y, por consiguiente, de hipogamia mascu-
intermedio 0,4 0,7 0,6 0,7 0,3 0,5 3,2 lina: un 25,5% de todas las uniones. Este índice es inferior al ín-
Ejecutivo, dice de hipogamia femenino (triángulo inferior), que es igual a
profesión 29,4%. ¡Los hombres encuentran casi siempre «mejores parti-
liberal 0,1 0,7 0,8 1,2 1,0 0,3 2,4 6,5 dos» que las mujeres!
Conjunto
hombres 5,2 31,5 27,7 15,l 11 ,5 2,5 6,5 100
FUENTE: A. Girard (1964). Efectos de estructura y comparabilidad

Vamos a comparar la tabla anterior con otra de la misma encuesta


en la que se combinan los niveles de estudios de los cónyuges.
dre, tal hijo» ... ) o inmovilidad intrageneracional (estabilidad de
empleo, ausencia de promoción ... ). Si se trata de relaciones, lo
que mide es la tasa de afinidad en condiciones idénticas, por Titulaciones
Primaria Téc- Secun- Supe- Conjunto
ejemplo la de las uniones homogámicas, es decir, uniones entre de los hombres ➔ Primaria
superior nica daria rior mujeres
cónyuges que poseen las mismas características sociales, y si se de las mujeres J,
trata de hábitos, de opiniones o de representaciones, lo que mide
es su estabilidad. Primaria 51,7 4,2 5,2 2,5 0,4 64,0
Además, los triángulos situados a ambos lados de la diagonal Primaria
concentran todas las situaciones de movilidad. Cuando se pueden superior 4,4 4,6 2,1 1,8 1,0 13,9
jerarquizar las variables (por ejemplo, una situación de mando es Técnica 3,0 0,9 3,6 0,8 0,8 9,1
superior a un empleo de obrero, y una licenciatura es superior a Secundaria 0,9 1,2 1,6 3,1 2,6 9,4
un bachillerato), uno de los triángulos define las movilidades as- Superior 0,1 0,1 0,1 0,3 3,0 3,6
cendentes, el otro las movilidades descendentes, y la suma de sus Conjunto
porcentajes respectivos da lugar a los índices. Su lectura es senci- hombres 60,1 11,0 12,6 8,5 7,8 100
lla en el caso de los estudios de trayectorias. En los estudios so-

106 107
El tratamiento: análisis y síntesis 6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos variables

Esta tabla señala un porcentaje global de homogamia igual al idéntico número de modalidades y concentraciones análogas de
66%. ¿El nivel cultural definido por los diplomas académicos población en los márgenes. .
será entonces más decisivo que la procedencia social a la hora de Aplicada de forma rigurosa (distribuciones marginales de es-
elegir al cónyuge? tructura idéntica), esta regla haría imposible la comparación, sal-
La respuesta parece evidente. Ahora bien, la encuesta distin- vo en afortunadas excepciones. Ignorarla, en cambio, eliminaría
gue cinco niveles de titulación, uno de los cuales concentra a más todo tipo de control sobre el grado de validez de las comparacio-
del 60% de la población, y siete categorías socioprofesionales. nes. Esta observación se refiere a todas las medidas que se pre-
Pero ¿qué ocurre si limitamos a cinco el número de las CSP? sentan a continuación.
Dado que los porcentajes están calculados para todo el conjun-
to, puede ocurrir que se produzca una contracción de la varia-
ble. Por ejemplo, si se contraen las CSP «labrador» y «obrero
¿ Una relación fruto del azar? El x2
agrícola», habrá que añadir a los porcentajes iniciales de homo-
Al analizar los resultados extraídos de una muestra aleatoria uno
gamia de los dos grupos (1 ,6 + 19,2 = 20,8%) los porcentajes
se cuestiona la importancia que puede tener un error aleatorio: se
correspondientes a las parejas «mixtas» compuestas de un hijo
pr~gunta cuáles son los riesgos de que la muestra no tenga la
de labrador y de un hijo de obrero agrícola ( 1,2 + 2,6 = 2,8% );
misma estructura que la población (véase el cap. 4, epígrafe «Re-
el porcentaje total de matrimonios homogámicos aumenta en un
presentatividad y error aleatorio»). De la misma manera, cuando
2,8% y pasa del 45,1% al 47,9%. Si la contracción se efectúa
se constata que existe una relación estadística entre dos variables
sobre dos CSP más numerosas, el índice aumenta todavía más:
hay que preguntarse por el riesgo de que ésta se deba sólo al
contraer las CSP «labrador» y «obrero agrícola» hace aumentar
«azarn y no tenga un verdadero «significado» desde el punto de
el porcentaje total de homogamia de 4,3 + 4,7 = 9%, y asciende
vista estadístico.
entonces al 54,1 %. De modo que reducir el número de modali-
Eso es tanto como preguntarse qué probabilidad hay de que la
dades de la variable CSP ha supuesto un aumento del porcentaje
población analizada en la tabla no sea más que una muestra alea-
global de homogamia, aumento que resulta más notable cuanto
toria de otra en la que no se dé la relación estadística observada.
mayor es el número de la población concentrada en los agrupa-
Hemos visto que el error aleatorio de una muestra depende sobre
mientos realizados.
todo de su tamaño. Así pues, el significado estadístico de un víncu-
~sí pues, para poder comparar las dos tablas desde el punto
lo observado entre dos variables depende, desde luego, de la im-
de vista estructural, es necesario reducir a cinco el número de las
portancia de dicho vínculo, pero también, y muy directamente,
CSP y formar, por ejemplo, un nuevo grupo socioprofesional que
de la importancia de los efectivos de la población estudiada.
concentre aproximadamente al 60% de la población. Contraer
Existen numerosos «tests» que poseen un significado estadís-
para ello las CSP «obrero agrícola», «labrador» y «obrero» (la
tico. En el caso de una tabla de contingencia considerada global-
nueva modalidad de "clases populares" concentra al 64,2% de los
mente, el más clásico es el X2 (ji cuadrado o ji dos), que vamos a
hombres y al 62,8% de las mujeres) garantiza unas condiciones
presentar a continuación utilizando un ejemplo.
estructurales satisfactorias para comparar las dos tablas y sus
porc_entaj~s globales de homogamia: 66% de homogamia según
las htulac10nes, y 56,9% según la nueva tabla de las CSP. El nivel Una suma ponderada de las desviaciones en una situación
de estudios aproxima más a los cónyuges que su procedencia so- de independencia
cial; podemos considerarlo como un «principio de homogamia»
más potente, pero no es posible hacer semejante deducción antes A partir de la tabla observada, y sin cambiar las distribuciones
de comparar la estructura de las distribuciones de las dos tablas: marginales, se establece en primer lugar una nueva tabla bajo la

108
----.-.-.-.-.-
109 . .
El tratamiento: análisis y síntesis
6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos vali bl
hipó~esis de que las variables no tienen ninguna relación, de que
son mdepend1entes una de otra. Los valores de cada casilla de la Hijos Admitidos Excluidos Total
nueva tabla se denominan «efectivos construidos» y se indican Conjunto
con una C para distinguirlos con facilidad de los efectivos obser- Padres n % n % n %
vados (O) de la tabla original.
2
El valor X define una suma ponderada de las desviaciones Clases altas 110 35,3 202 64,7 312 100
(O - C) que se d~n en cada casilla: se divide cada (O - C) por el Empleados 30 12,4 212 87 ,6 242 100
valor_correspondiente de C (dividir entre O sería imposible si el Obreros cualificados 24 3,8 612 96,2 636 100
efectivo observado fuera cero). Además, por una serie de razones Obreros no cualificados 9 2,7 328 97,3 337 100
prácticas que tienen que ver con el modo en que las conclusiones Total - Conjunto 173 11 ,3 1.354 88,7 1.527 100
del índice se sitúan frente a las de otros índices (véase el cap. 6),
en lugar de calcular la suma de las desviaciones entre cada O y
C, se calcula el cuadrado de sus diferencias (elevar al cuadrado a un 2,7% de hijos de obreros; la categoría social y el porcentaje
garantiza un valor positivo para cada resultado). Por lo tanto, se de admisión varían en la misma dirección. ¿Qué ocurriría en la
eleva cada ( O - C) al cuadrado, se divide entre el efectivo cons- tabla suponiendo que no existiera esa relación y que todos los
truido C de la casilla y se suman los índices así obtenidos. La chicos tuvieran las mismas posibilidades de ser admitidos? ¿Y,
ecuación puede expresarse como sigue: concretamente, si todos ellos tuvieran la misma probabilidad de
ser admitidos, un 11,3% de promedio? En función de esta hipóte-
sis, se construye una nueva tabla de ef ectivos denominados cons-
truidos (C) o teóricos (T). Mantiene las mismas distribuciones
marginales de la tabla de los efectivos inicialmente observados
El resultado de este cálculo se compara después con los valo- (O) , si bien los efectivos construidos de cada apartado correspon-
res de una tabla, la tabla de Bravais-Pearson, que indica la proba- den a una situación de independencia de las variables: los por-
bilidad de que se alcance o se supere por azar el valor x2 • centajes de admisión son independientes del origen social; los
chicos tienen las mismas oportunidades cualquiera que sea su
procedencia.
Un ejemplo
Efectivos construidos, también llamados efectivos teóricos
Presentamos una tabla cuyos efectivos han sido reconstituidos
por Jea?-Paul Grémy (1984) a partir de un informe de Westerga- (Efectivos) Admitidos Excluidos Total
ard Y Little (1969). En ella se ofrecen los porcentajes de ingreso
en las grammar schools (educación secundaria para los niños Clases altas 35,3 276,7 312
con más capacidad «académica») de una cohorte de niños (naci- Empleado 27 ,3 214,7 242
dos entre 1880 y 1890) según la categoría socioprofesional del Obreros cualificados 71 ,9 564, l 636
padre. Obreros no cualificados 38,1 298,9 337
La hipótesis de la igualdad de oportunidades. La tabla saca a Total 172,6 1.354,4 1.527
la luz un vínculo o relación de dependencia entre la extracción
social de_ los alumnos y los porcentajes de admisión: un 35,3% La suma ponderada del cuadrado de las diferencias (O -
de los chicos procedentes de las clases altas son admitidos, frente C)2/C. x2 = (35 ,3 - 110)2/35 ,3 + (276,7 - 202) 2/276,7 + (27,3 -
110
111
El tratamiento: análisis y síntesis 6. Clasificaciones y relaciones estadisticas entre dos variables
30)2/27,3 + (214,7 - 212)2/214,7 + (71,9 - 24) 2/71,9 + 1(64,1 - Tabla de Pearson
612)2/64,1 + (38,1- 9)2/38,1 + (298,9 - 328)2/298,9 = 239,35.
Una de las propiedades de esta fórmula consiste en que su va- p
lor no puede superar el efectivo total (n) de la tabla. De este ➔ 0,950 0,900 0,100 0,050 0,025 0,010 0,001
x
modo se comprueba que 2 está directamente en función de la V j,
importancia de los efectivos considerados: así, por ejemplo, en la
tabla precedente, con una estructura y porcentajes idénticos pero
0,004 0,016 2,71 3,34 5,02 6,63 10,83
con efectivos diez veces más reducidos (n = 153), su valor sería
2 0,10 0,21 4,61 5,99 7,38 9,21 13,82
x
mucho más bajo. El valor de 2 depende también de la estructura
3 0,35 0,58 6,25 7,8 1 9,35 11,34 16,27
de la tabla: del número de variables y de sus modalidades, y, por
lo tanto, del número de casillas. Y puesto que varía en función de 4 0,71 1,06 7,78 9,49 11 ,14 13,28 18,47
x
los efectivos, 2 permite evaluar la probabilidad de que se alean- 5 1, 15 1,61 9,24 11 ,07 12,83 15,09 20,52
ce o se supere por azar este valor, pero antes será necesario con- 6 1,64 2,20 10,54 12,59 14,45 16,8 1 22,45
trolar los efectos de la estructura, es decir, cómo influye el núme- 7 2,17 2,83 12,02 14,07 16,01 18,47 24,32
ro de casillas de la tabla y, por consiguiente el número de 8 2,73 3,49 13,35 15,5 J 17,53 20,09 26,13
variables y el número de sus modalidades). 9 3,33 4,17 14,53 16,92 19,02 21,67 27,88
Grados de libertad. Calcúlese un valor simbolizado por v (letra JO 3,94 4,87 15 ,39 18,3 1 20,48 23,21 29,59
griega ni) tal que v = (número de columnas - 1) (número de líneas 11 4,57 5,58 17,27 19,67 21,92 24,72 31,26
- 1). A este valor se le llama también «grado de libertad». ¿Por 12 5,23 6,30 18,55 21,03 23,34 26,22 32,91
qué esta ecuación y por qué este nombre? Sea una tabla de 4 casi- 13 5,89 7,04 19,81 22,36 24,74 27,69 34,53
llas cuyas distribuciones marginales estén ya dadas. ¿Cuáles po-
14 6,57 7,79 21,05 23,68 25,12 29,14 35,12
drán ser los efectivos de las casillas? Si se elige uno de ellos «libre-
15 7,26 8,55 22,31 25,00 27,49 30,58 37,70
mente» (pero siempre que no sea, claro está, superior a los
efectivos marginales correspondientes a dicha casilla), esa opción 16 7,96 9,31 23,34 26,30 28,84 32,00 39,25
determinará por completo el valor de los efectivos de las otras tres 17 8,67 10,08 24,77 27,59 30,19 33,41 40,79
casillas; en este caso se ha dispuesto de un solo «grado libertad», lo 18 9,39 10,26 25,99 28,87 31,53 34,80 42,3 1
que demuestra el valor de v = (2 - 1) (2 - 1) = 1. En la tabla de 6 ca- 19 10, 12 11 ,65 27,20 30,14 32,85 36,19 43,82
sillas (3 x 2), se dispone de (3 - 1) (2 - 1) = 2 grados de libertad. 20 10,85 12,44 28,41 31 ,41 34,17 37,57 45,32
Tabla de Pearson. La tabla de Pearson muestra cómo varía, en 21 1 J ,59 13,24 29,61 32,67 35,48 38,93 46,80
función de v, la probabilidad P de alcanzar o superar por azar un 22 12,34 14,04 30,8 1 33,92 36,78 40,29 48,27
x
determinado valor de 2 (se utiliza si v < 30; si v > 30, se calcula 23 13 ,09 14,85 32,01 35,17 38,08 41 ,64 49,73
\l2x2- -\/2v=l y se usa la tabla normal reducida de distribu- 24 13 ,85 15,66 33,20 36,41 39,37 42,98 51 ,16
ción). Cuanto más alto sea el valor de v, mayor será la probabili- 25 14,61 16,47 34,33 37,65 40,65 44,31 52,62
dad de que se alcance o se supere por azar un determinado valor 26 15,38 17,29 35,55 38,28 41,92 45 ,64 54,05
x
de 2 . Por ejemplo, para X2 = 7, y si v = 1, entonces la probabili- 27 16, 15 18,11 36,74 40,11 43 ,19 45,96 55,48
dad será igual a 0,01 (1 posibilidad entre cien): se dice que la
28 16,93 18,94 37,92 41,34 44,46 48,26 55,89
tabla es significativa en el umbral O, O1. Si v = 5, entonces la pro-
29 17,71 19,77 39,09 42,55 45,72 49,59 53 ,30
habilidad estará cerca del O, 1 (10% de posibilidades): la tabla
será significativa en el umbral O, 1. 30 18,49 20,60 40,25 43,77 46,98 50,89 59,70

112
6. Clasificaciones y relaciones estadísticas entre dos variables
El tratamiento: análisis y sintesis
La tabla de las oportunidades de acceso a la grammar school Correlación y covarianza
tiene dos líneas y dos columnas, y v = 1. Ahora bien, para v = 1,
la probabilidad de alcanzar o superar por azar un valor de x
2 En el caso particular de que las variables cruzadas tengan valo-
igual a 239,35 es casi nula (no figura en la tabla y sería bastante res numéricos, se puede poner en evidencia la fuerza de su
inferior al O, 1%, que corresponde a x2 = 10,83). asociación estadística mediante los índices y las representacio-
nes gráficas. Se llama correlación lineal a la relación lineal
monótona entre dos variables numéricas. Presentamos ahora el
Medir la fuerza del vinculo índice de covarianza y el coeficiente de correlación que se de-
riva de él.
Entre los «índices estadísticos» adecuados para medir la fuerza Sea un conjunto de quince estudiantes, cada uno de los cuales
del vínculo existente entre las dos variables de una tabla vamos a ha obtenido _una nota en economía y otra en sociología. ¿Cómo
presentar aquí las <l> (fi) divergencias, derivadas del x2 y aplica- podemos estimar la correlación entre las notas obtenidas por cada
bles a toda la tabla, y el coeficiente de correlación r de Pearson, uno de ellos?
ideado para las variables numéricas.

Nota en Nota en Nota en Nota en


Estudiante Estudiante
<l> (fi) divergencias sociología economía sociología economía

Como medida de la desviación de una situación de independen- A 10 9 I 11 9


cia entre las variables, x2 es aplicable a la medida de la fuerza del B 7 5 J 7 9
vínculo, pero únicamente con el fin de comparar tablas que ten- e 8 12 K 14 13
gan efectivos idénticos. En caso contrario, X2 debe ser ponderado D 15 13 L 15 17
( dividido por el efectivo). E 6 4 M 8 6
Para establecer una comparación, existen dos posibles méto- F 14 15 N 4 9
dos: G 8 8 o 12 13
H 14 8
L[O - C] /n.
<l> 2 : x 2/n. Sociología: nota media 10,2; mediana 10.
Economía: nota media 9,6; mediana 9.

Uno y otro toman un valor igual a O si las variables son inde-


pendientes, y alcanzan valor 1 cuando la conexión es máxima.
Comprobaremos, no obstante, que sus conclusiones no van en la
misma dirección. Los índices más conocidos son el <\) 2 (Ji dos) y Representación gráfica. En los ejes de coordenadas rectangu-
su raíz cuadrada <I>, pero existen otros pertenecientes a la misma lares se determina la posición de cada estudiante en función de la
familia (la de «<l> divergencias») ideados para afinar medidas te- nota obtenida en sociología y de la nota en economía.
niendo en cuenta especialmente el número de casillas de las ta- Las posi_ciones del conjunto de los estudiantes están prácti-
blas (la C, coeficiente de contingencia, la T de Tschuprow, la V camente alineadas y se sitúan dentro de una nube con forma
de elipse en sentido sur-oeste/norte-este: la correlación lineal
de Cramer...).
es positiva. Una elipse en sentido opuesto (norte-oeste/sur-este)

114
El tratamiento: análisis y síntesis 6. Clasificaciones y relaciones estadísticas entre dos variables
18 Índice de covarianza: cov lJ. = l: (x /. - m.)/ (x /. - x.)/n.
j
En el eiem-
J
16

plo precedente, para cada estudiante:
,Ero 14
♦ ♦
o 12
e se calcula la diferencia entre la nota obtenida en sociolo-
o 10
u gía y la media de las notas de sociología, en el caso de los
QJ
♦ ♦
8
QJ
-o estudiantes A, B, C: (10 - 10,2) = - 0,2 (7 - 10,2) = - 3,2
6
(8 - 10,2) = - 2,2; y después, entre la nota obtenida en
V,
ro

o 4 ♦
:z:
2
economía y la media de las notas en economía, en el caso
o de estos mismos estudiantes (9 - .9,6) = - 0,6 (5 - 9,6) =
o 10 15 - 4,6 y (12 - 9,6) = 2,4;
Notas de sociología se calcula el producto de estas diferencias, de donde
(- 0,2)(- 0,6) + (- 3,2)(- 4,6) + (- 2,2)(2,4);
se suman estos productos y se dividen por el número total
de estudiantes, lo que nos da, para el conjunto de los estu-
indicaría una correlación negativa: las buenas notas en sociolo- diantes: 135/15 = 5.
gía se corresponde rían con notas bajas en economía y vice-
versa. El signo de la covarianza indica la dirección de la correlación:
Para apoyar el análisis de nubes con una forma más compleja, positiva si es positivo, y negativa si es negativo. El valor absoluto
se puede dividir el espacio en cuadrantes a partir de un valor cen- de la covarianza depende al mismo tiempo de la fuerza del víncu-
tral de las distribuciones (media, mediana, etc.). Puede aparecer lo y de la dispersión de las distribuciones. Cuanto más dispersas
una correlación positiva dentro de un cuadrante y convertirse en estén las distribuciones, mayores serán las desviaciones de la me-
negativa dentro de otro. En el gráfico 1 que figura a continuación dia y mayor la tendencia a aumentar del índice de covarianza.
se observa una correlación positiva cuando las notas de sociolo- Coeficiente de correlación. Para controlar este efecto y medir
gía son inferiores al valor central, y negativa por encima de él. El con mayor exclusividad la fuerza del vínculo, el coeficiente r de
gráfico 2 muestra precisamente la situación inversa. Bravais-Pearson divide la suma de las diferencias entre cada va-
lor y el valor medio correspondiente por el producto de las des-
viaciones estándar de ambas distribuciones.
Gráfico 1 Gráfico 2

Sociología Sociología r varía entre + 1 y - 1: + 1 es la medida de la correlación posi-


tiva más fuerte, - 1 es la de la correlación negativa más fuerte;
una correlación nula tiene el valor O. En nuestro ej emplo,
r = 5/ (3,5] X 3,62) = 0,39.

116
7. Comparar las desigualdades

7. Comparar las más fuerte la desigualdad en este o en aquel otro país?). Para es-
tos temas se puede consultar, en particular, a Combessie ( 1984,
desigualdades 1986), Florens (1984), Merllié (1985), Prévot (1985) y Vallet
(1988).
El ejemplo que ofrecemos aquí retoma los datos de Westerga-
ard y Little (1969): se trata de averiguar cómo ha evolucionado a
lo largo de dos periodos, T 1 y T2, la desiguÍ:1ldad de las tasas de
escolarización dependiendo del origen social. Sólo hemos hecho
figurar las categorías extremas (hijos de clases altas e hijos de
obreros no cualificados).
De Tl a T2, las tasas de escolarización aumentan en las dos
clases, pero se mantiene la desigualdad: los hijos de clase alta es-
tán más escolarizados que los de la clase obrera. ¿Ha aumentado
o ha disminuido esta desigualdad de oportunidades? ¿ O se ha
mantenido constante?

Evolución de las tasas de escolarización entre Tl y T2 según


la categoría socioprofesional del padre
Después de haber interrelacionado dos variables dentro de una
tabla de contingencia, después de haber intentado evaluar la fuer- T1 T2
za de su conexión, uno tiende enseguida a comparar esas tablas y Niños nacidos Niños nacidos
vínculos, o bien a combinar entre sí variables más numerosas. antes de 1910 entre 1935 y 1940
Este capítulo contempla la primera situación. Admitidos Excluidos Admitidos Excluidos
Una de las tablas precedentes mostraba una relación entre la
procedencia social y la escolarización. Hay otros datos del mis- Profesiones liberales,
mo tipo (obtenidos en fechas, en lugares y para categorías dife- mandos, personal directivo 37% 63% 62% 38%
rentes) que podrían sacar a la luz relaciones análogas y nos lleva- Obreros no cualificados 1% 99% 10% 90%
rían entonces a preguntarnos por sus posibles diferencias. Los
índices anteriores de conexión entre las variables permiten com-
parar su «fuerza» en dos o n tablas de contingencia: por ejemplo,
comparar la influencia de diversas variables sobre una misma va- Desviaciones, relaciones, coeficientes de variación
riable dependiente, la influencia de una variable sobre diversas
variables o la evolución de una u otra forma de influencia. Las parámetros más elementales, y en este sentido los más bási-
Presentamos ahora una aplicación comparada de algunos pro- cos, aportan respuestas contradictorias a la pregunta que acaba-
cedimientos (los parámetros «elementales» y los índices globa- mos de hacer. Esos parámetros son las desviaciones, las relacio-
les) para evaluar la evolución de una desigualdad: ¿ha aumentado nes y los coeficientes de variación.
o disminuido la desigualdad inicial, o más bien se ha mantenido Medidas de desviación (.1.x). ¿En cuántos puntos han aumen-
estable? Otros muchos ejemplos podrían hacer referencia a las tado las posibilidades de admisión de unos y de otros? Comparar
comparaciones de desigualdades entre países o territorios (¿es el aumento de oportunidades de cada grupo entre Tl y T2 da
illrfia 119
El tratamiento: análisis y sintesis 7. Comparar Las desigualdades
como resultado el aumento de las desigualdades. Las tasas de es- Relaciones (x/ x¡). Nuestra próxima pregunta es: ¿en qué pro-
colarización han aumentado en: /62 - 37/ = 25 puntos para los porción han aumentado las tasas? La desigualdad constante se
hijos de las clases altas y en: /1 O- 1 / = 9 puntos para los hijos de define por la constancia de la relación.
la clase obrera. Tratándose de las tasas de admisión, la conclusión es que la
Comparar las desviaciones período por período conduce nece- desigualdad ha disminuido. Para los hijos de las clases altas, las
sariamente a las mismas conclusiones: la desigualdad de oportu- posibilidades de admisión entre TI y T2 se han multiplicado por
nidades de escolarización entre los hijos de clase alta y los hijos 1,68 (62/37); para los hijos de los obreros, en cambio, esas mis-
de clase obrera es mayor en T2 (52 puntos) que en TI (36 pun- mas tasas se han multiplicado por 1O(10/1).
tos). Una representación gráfica en forma de histogramas y de cur-
Si nos preguntamos en qué medida han descendido las tasas vas puede ayudar a ilustrar esta forma de cálculo si se atribuye el
(los riesgos) de exclusión, obtendremos la misma conclusión: valor 1 a los porcentajes de T 1 y si se expresan proporcionalmen-
dado que, en cualquier medida de desviación, la desigualdad te los porcentajes de T2. Una representación de este estilo pone
constante se define por la desviación constante, será pues indife- en evidencia el hecho de que las oportunidades de los hijos de los
rente que apliquemos la medida a los porcentajes (p) o a sus obreros, multiplicadas por diez, han aumentado más que las de
complementarios (100 - p). La medida es coheren~e. , . los hijos de clase alta, multiplicadas sólo por 1,68. Así pues, la
Además, puede ser objeto de varias representaciones graf1cas: desigualdad ha disminuido.
vamos a mostrar a continuación una serie de histogramas y de
curvas construidas sobre ejes de coordenadas rectangulares que
reflejan de una manera muy clara las conclusiones de las medidas
de desviación. --+-- Clase pop.
lO - -9- - Clase alta
70 8
62

60

50

40 4

30

20
2 --------------------- •

10
10 o~
Tl
- - - - - - - - - - - - - - - -T2
:<:<···
clase pop. clase alta

70 - - - - Clase alta
60 _ _ Clase pop. Por lo que se refiere a las tasas de exclusión, se invierte la
50 conclusión: ha aumentado la desigualdad de los riesgos de exclu-
40 sión. Efectivamente, dado que la desigualdad se define por la re-
30
lación constante, una medida de relación aplicada a los porcenta-
20
jes (p) o a sus complementarios (100 - p) puede conducir a
1:L================~
TI TI
resultados opuestos. La medida no es coherente. Para los niños
de clase alta, los riesgos de exclusión en T2 representan un 60%
La desigualdad aumenta (38/63 = O, 6 = 60%) de los riesgos iniciales,· y para los hijos de

121
El tratamiento: análisis y síntesis 7. Comparar las desigualdades
obreros, un 90% (90/99 = 0,9 = 90%). Por consiguiente, la desi- Cuando se aplica a los efectivos o a los valores crecientes, re-
gualdad ha aumentado. . cibe el nombre de tasa de crecimiento, un término muy utilizado
Construidos según el mismo principio antenor, pero otorgan- sobre todo en economía y en gestión. La pregunta que se plantea
do un valor de 100 a los porcentajes de Tl , los histogramas y ejes ahora es: ¿qué significado tiene el aumento observado (la desvia-
de coordenadas rectangulares reflejan la medida y sus conclusio- ción) con relación a la situación inicial (y ésta es la formulación
nes. más frecuente) o con relación a la situación de llegada? No
es más que una variante de la medida de relación simple: si X 1 es
. e . X lx2 - xi I x2
100 - m1enor a 2, entonces se comprueba que - "---'-- = - - 1; el
x1 x1
90 -
valor del coeficiente de variación es ahora igual al valor de la
80 -
relación simple menos 1, y sus conclusiones son las mismas.
70 .-
Para los niños de la clase alta, el aumento de las oportunida-
60 -- des representa un 67% de las oportunidades iniciales (1621 -
50 -

40 - )\)~~ 1371/37 = 0,68); para los de la clase obrera, representa en cam-


bio un 900% (11 O - 11/1 ). Por lo tanto, la desigualdad ha dismi-
30 - nuido.
20 -

10 - \\\}\\}~
o L-.L:..,;~:...:_;_L..;:....:.....:....:.L-----J.......__ ___.__._................._
clase alta clase pop.
Por la misma razón, el tipo de variación no es una medida co-
herente. Cuando se utiliza para medir la evolución de los riesgos
de exclusión, da como resultado su aumento. Para los niños de la
clase alta, la disminución de los riesgos (163 - 381 = 25) repre-
senta un 40% de los riesgos iniciales (25/63 = 0,40); y para los
100 de la clase obrera, un 9% de los riesgos iniciales (199 - 901/99 =
90 0,09). Por lo tanto, la desigualdad ha aumentado.
80
Los diagramas de barras o los histogramas que reflejan las
70
--■ conclusiones obtenidas de la comparación de los coeficientes de
60
variación son los mismos que para las medidas de relación.
50
40
Se puede adoptar como regla general la siguiente: aplicados a
30 --+- Clase pop. coeficientes crecientes, las relaciones y los tipos de variación dan
20 _ • _ Clase alta como resultado, con mucha mayor frecuencia que las medidas de
10 desviación, una reducción de las desigualdades. Y, a la inversa, si
o los tipos disminuyen, dan más a menudo como resultado un au-
T2
T1 mento de las desigualdades.

Tipo de variación. El tipo de variación mide la relación entre


una desviación y uno de sus términos:
([x~;:,1)v:~a;~::/:: :::::;: :l:u::~::s:::a:::::~:::
del coeficiente con relación al coeficiente inicial, se puede estu-
diar lo que dicho aumento representa con respecto al máximo au-
mento que permitía el coeficiente inicial. ¿Qué representa el

122 123
El tratamiento: análisis y síntesis 7. Comparar las desigualdades
aumento que se ha constatado [x - x2 ] con relación al máximo au- Cuando se trata de tasas de admitidos y tasas de excluidos, se
mento posible [ 100 - x 1]º? Plant~ada en estos términos, la_pregun- puede hablar de las «oportunidades de ser admitido más que ex-
ta nos lleva a la conclusión de que ha aumentado la desigualdad cluido» (Vallet, 1985). Los «riesgos de ser excluido más que ad-
de oportunidades de admisión. Las oportunidades de los hijos de mitido» se definen mediante la relación inversa. En el caso de los
clase alta podían aumentar hasta I 00 - 3 7 = 63 puntos y han au- hijos de clase alta, las «oportunidades de ser admitidos más que
mentado 62 - 37 = 25 puntos; y las de los hijos de obreros podían excluidos» pasan del 58,7% (37/63) al 163,2% (62/38),· y en el
aumentar hasta I 00 - I = 99 puntos y lo han hecho en I O- 1 = 9 caso de los hijos de obreros, pasan del 1% (1 / 99) al 11,1%
puntos. Así pues, los incrementos observados representan un 40% (10/90). Las tasas de exclusión que representaban para los hijos
(25/63 = O, 4 = 40%) del máximo aumento posible para los hijos de los obreros un 9.900% de las tasas de admisión (99/1) pasan
de clase alta y un 9% (9/99 = O, 09) en el caso de los hijos de a ser del 900% (90/ 10),· y para los hijos de procedencia social
obreros. Por lo tanto, la desigualdad ha aumentado. alta, pasan del 170,3% (63/37) al 61 ,3% (38/62).
Si se aplica este razonamiento a los porcentajes complementa-
rios (las tasas de excluidos), tendremos que dividir exactamente Coeficientes de competencia del primer orden
los mismos valores (la máxima disminución posible de las tasas
de exclusión es igual al máximo aumento posible de las tasas de Admitidos / excl uidos Excluidos / admitidos
admisión), lo que nos conduce a idéntica conclusión. La medida T2 Tl T2
es coherente. La tasa de disminución con relación a la máxima
disminución posible es igual: Clases altas 58,7% 163 ,2% 170,3% 61,3%
C lases populares l% 11 % 9 .900% 900%
- a 25/63 = 0,40 = 40% para la clase alta,
- a 9/99 = O, 09 = 9% para la clase obrera.
¿Ha aumentado o ha disminuido la desigualdad de oportuni-
Con relación a la máxima disminución posible, las tasas de dades de ser «admitido más que excluido»? ¿ Y la de los «riesgos
exclusión de los hijos de clase alta han disminuido más que las de de ser excluido más que admitido»? Una vez más, cabe la posibi-
los hijos de obreros: por lo tanto, la desigualdad ha aumentado. lidad de plantear la pregunta desde el punto de vista de las des-
viaciones y desde el punto de vista de las relaciones.

Coeficientes correlativos, tipos logisticos


Desviaciones y relaciones
X
Coeficientes correlativos de primer orden: ce = -=-
x Medidas de desviación. Ha aumentado la desigualdad de las
Se llama coeficiente correlativo de primer orden a la relación «oportunidades de ser admitido más que excluido». Para los hi-
de un porcentaje con su complementario, en nuestro caso, por jos de clase alta, las oportunidades de ser admitido más que ex-
ejemplo, a las oportunidades con relación a los riesgos: aquéllas cluido han aumentado en 163,2 - 58, 7 = 104,5 puntos,· y en 1 O, 1
son dos, tres veces más altas, o representan un 10%, un 40% .. . puntos (11,1 - 1) para los de la clase obrera.
de los riesgos. Si en nuestro ejemplo se ha admitido a un 3 7% de En cambio, ha disminuido la desigualdad de los «riesgos de
los hijos de clase alta, el 63% ha quedado excluido,· la relación ser excluido más que admitido». Los riesgos se han reducido en
3 7/63 = O, 6 expresa el hecho de que haya un O, 6% de admitidos 170,3 - 61,3 = 109 puntos para los hijos de clase alta y en 9. 000
por cada excluido (o bien 60 admitidos por cada 100 excluidos). puntos para los de la clase obrera.

124 125
EL tratamiento: análisis y sintesis 7. Comparar las desigualdades
Aplicada a los coeficientes de competencia, la medida de des- son c~da vez que los aplicamos a unas tablas con las mismas «di-
viación no da lugar a conclusiones coherentes. mensiones» (mismo número de líneas y columnas).
X2 X1
Coeficientes de segundo orden: / • Las re-
100 - x2 100 - x,
laciones entre coeficientes correlativos de primer orden se cono- L/0 - CJ!n 0,202 < 0,222
cen con el nombre de odds ratios, o coeficientes correlativos de
segundo orden. <I> fi divergencia
En el caso de los hijos de clase alta, las oportunidades de ser 0,396 > 0,384
admitidos más que excluidos se han multiplicado por 2, 8
(163,2/58,7 = 2,8); y en cuanto a los hijos de obreros, lo han he-
cho por 11, 1. Así pues, la desigualdad ha disminuido. La conclu- Indicamos el -~alor que toma cada índice en T 1 y en T2, así
sión que se obtiene es la misma si se compara la evolución de los como la con,clu_s1on a_ la que conduce: la desigualdad aumenta si
riesgos de ser «excluido más que admitido». el valor del md1ce es m_ferior en TI al de T2 (T 1 < T2), y disrni-
Tipo logístico: log (x/ 100 - x 2) - log (x/100 - x 1) . El logarit- ?u~e en el caso contrano (TI > T2). Las conclusiones de los dos
mo del coeficiente correlativo, llamado tipo logístico, se utiliza md1ces son opuestas.
para describir diversas evoluciones (por ejemplo, evoluciones del
consumo o de equipamiento) en las que rara vez se confirman los
límites extremos (0% y 100%). Para comparar desigualdades, la Para un análisis y práctica criticas
ecuación más habitual calcula la desviación entre tipos logísticos.
Esta desviación, aplicada a las «oportunidades de ser admitido
más que excluido», es para los hijos de clases altas igual a 0,44 E l p_roblema de la evolución de las desigualdades no tendría un lu-
y de 1, 04 para los hijos de obreros. Calculada de este modo, la gar importante en la sociología ni en otras disciplinas si no forma-
desigualdad disminuye y se obtienen las mismas conclusiones ra parte de los «desafíos sociales», de las «relaciones con los va-
que si se comparan las disminuciones de las tasas de exclusión. lores» (Weber, 1904). En las tablas que hemos presentado, los
En la práctica, el tipo logístico no siempre es aplicable ( cuan- et~ctos de estructura han quedado reducidos por la dicotomiza-
do x varía de 0% a 100%, el porcentaje varía de + oo a - 00 ) . c10n ?e
l~~ dos variab~es, la variable dependiente (las tasas de es-
co!anzac1on) y la vanable explicativa (procedencia social alta 0
baJa de los alumno~)- Ahora bien, las distintas operaciones, corno
La familia del X2 otras m~cha~ plantillas específicas de lectura, aportan respuestas
contrad1cton~s, ya sea entre e!las mismas, ya según que se apli-
Hemos presentado más arriba (véase el cap. 5) unos índices de que una !11ed1da a ~os porcentaJes de admitidos o a los porcentajes
vinculación basados en razonamientos análogos al que sirve de base d~ exclmdos (medida no coherente). El ejemplo que hemos selec-
x x
para construir el 2 . El propio 2 no puede ser utilizado aquí, c10n_ado, dado que presenta variaciones en la misma dirección a
porque sus efectivos son diferentes en T1 y en T2. Con el fin de partI_r -~e una notable desigualdad inicial , facilita, claro está, la
aplicarlos al conjunto de las cuatro categorías socioprofesionales apanc1on de est~s ~ontradicciones. Pero las variaciones que se
cuyos efectivos fueron reconstituidos por Grémy (1984) a partir presentan en el s1gmente cuadro de texto, por ejemplo, son todas
del informe de Westergaard y Little, nos serviremos de dos índi- ellas de ta~ na_t~raleza que conducen a conclusiones opuestas.
ces pertenecientes a la «familia del x2 »: :EIO - Clln y <j). Efectiva- La vanab1hd~,d «paradójica» de las conclusiones a las que
mente, cp, <j) 2 y C son siempre índices equivalentes; y <j), T y V lo conduce la elecc10n de uno u otro procedimiento sugiere una pre-

126
El tratamiento: análisis y sintesis 7. Comparar las desigualdades
- --- Ley de variación
-:-H; aumentado l; d;sigualdad? ¿Ha disminuido? Cuando se dispone de una serie (n > 2) de desigualdades compa-
1se ha mantenido constante?
rables, puede interesar, tanto para el análisis como para la pros-
Variación de la presión fiscal pectiva (y en este último caso nos preguntaríamos cuál es la evo-
Francia: entre 1956 y 1970 aumentó la presión fiscal directa. En el lución previsible si la variación sigue siendo «la misma») ,
caso de los obreros, pasó del 1,2% de los ingresos al 3,2%; por lo encontrar la ley de la variación, o, dicho con otras palabras, la
que respecta a los empresarios de la industria y del comercio, el in- ecuación que haga aparecer una constante dentro de esa varia-
cremento fue desde el 15,4% hasta el 16,6%. ción: si, entre Tl, T2, T3 , ... , Tn , la variación presenta desviacio-
nes constantes, se puede decidir entonces que ésa es la medida de
Variación de las tasas de paro desviación que mejor se ajusta a la variación (y la más útil para
Francia, jóvenes de 15 a 25 años: entre 1967 y 1987 la tasa de prever la evolución de la serie). Desde luego, este principio de
paro juvenil pasa del 3,3% al 20, 7% en el caso de los chicos, y del aj uste no siempre funciona. Los datos de Westergaard y little, rea-
8,6% al 28,5% en el de las chicas. grupados en 5 periodos (Grémy, 1984), permiten establecer una
España, conjunto de la población: entre 1983 y 1986 la tasa de comparación continua de los valores obtenidos mediante las me-
paro masculina pasó del 16,5% al 19,5%, y la de las mujeres, del didas de desigualdad entre las oportunidades de las clases altas
20,9% al 25,1%. y las de los obreros no cualificados; los periodos son continuos y
de la misma amplitud (1880-1899, 1900-1909, 1910-1919, 1920-
Variación del número de familias con teléfono 1929): de modo que la comparación puede realizarse de forma
Francia: entre 1965 y 1972 el porcentaje pasa del 49,8% al 63,4% inmediata.
en el caso de los ejecutivos, mientras que para los obreros el por-
centaje sube del 1,7% al 3,2%.
T1 T2 T3 T4 TS
Variación de las tasas de escolarización
Francia: entre el conjunto de los alumnos que en 1962 se encontra- Desviación : lxs- x0 I 32,6 39,3 33,6 43 ,8 45
ban en el equivalente al último curso de la escuela primaria Y el de Relación: x /x o 13 ,0 33,75 31,5 12,83 7,6
aquellos que iniciaron la escuela secundaria en 1980, los porcenta- lxs- xolf (100 - X 5) 50,4% 66,16% 51,45% 83,43% 77,19%
jes de obtención del título de Bachillerato pasaron del 54, 7% al
77,4% para los hijos de ejecutivos, y del 12,4% al 25,5% para los
hijos de obreros. De aquí no se deduce ninguna ley de variación; el periodo T3
evidencia una ruptura en el crecimiento de las desviaciones; los
periodos T2 y T3 señalan una ruptura en la disminución de las
relaciones y en el crecimiento de los tipos de variación con res-
gunta de carácter general: ¿se puede plantear la cuestión _del «uso pecto a la máxima variación posible.
correcto» de los procedimientos? Sugerimos aquí dos ~1sta~ que
pueden orientar por igual la investigación acerca de la h1stona so-
cial de los métodos estadísticos.

129 "
128
El tratamiento: análisis y sintesis
Definición de un espacio critico
8. Combinatoria
Definir un espacio crítico exige una evaluación del efecto de las
medidas sobre las conclusiones que se infieren de ellas. Así, por
ejemplo, a partir de una hipóte~i de reducción de las desigualda-
des se pueden definir las medidas más «exigentes» y las menos
«exigentes», así como los límites d dichas exigencias. Esta defi-
nición sirve por sí misma para reforzar el análisis y el método de
tratamiento.
Una vez conocida la desigualdad de oportunidades de acceso
en T1 y cómo han evolucionado las de los hijos de clase alta en
T2, ¿ cuáles deberían ser entonces fas de los hijos de obreros
para que tal o tal medida dé como resultado una desigualdad
constante? La siguiente tabla presenta el espacio crítico definido
por la medida de desviación (L'.1.x), el coeficiente correlativo de
segundo orden (CC2), las relaciones y tipos de variación (x/x"·
[x2 - xJI x¡) según que se les aplique a los admitidos o a los ex-
cluidos y el tipo de variación con respecto a la máxima variación
posible: [x 2 -xJl(J00 - x/

En lugar de comparar tablas distintas con la ayuda de operacio-


x/x,; [x 2 - x¡]lx 1 CC2 L1x x/x,; [x 2 -x 1]/x 1 [x 2 - x 1] nes y de índices calculados para cada una de ellas, se puede
(admitidos) (excluidos) (100 - x 1\ asociar y vincular mucho más sus variables con el fin de deter-
minar con mayor precisión sus vínculos respectivos. Hay varios
1,68% 2,73% 26% 40,29% 40,29% métodos de tratamiento que permiten combinar entre sí numero-
sas variables (n > 2). A veces, también puede interesar comparar
su distribución, bien con una noción que las incluya, bien con
Para que se considere que la desigualdad es constante, basta- las variaciones de una variable dependiente o con la configura-
ría con que en T2 el 1,68% de los hijos de clase obrera ingresaran ción global de los vínculos. Los objetivos difieren: son más sin-
en la grammar school si se aplican las medidas de relación o los créticos cuando se trata de jerarquizar y de sumar ( escalas de
tipos de variación a los porcentajes de admitidos, y con que lo hi- actitud), propiamente analíticos cuando se desea distinguir las
ciera el 2, 7% si se aplica el coeficiente correlativo de segundo or- influencias (análisis mu ltivariante) y analíticos y globales al
den; este porcentaje debería elevarse al 26% si se efectúa una mismo tiempo si se pretende determinar la configuración global
medida de desviación, y al 40,3% si se calculan las relaciones o de las relaciones (análisis factorial). Pero todos estos métodos
tipos de variación a partir de los excluidos, o incluso si se aplica tienen en común el hecho de poner en juego una elaboración
el tipo de variación con respecto a la máxima variación posible. compleja, «sofisticada», se dice a veces, que amenaza con apar-
Por encima del 40,3%, todas las medidas dan como resultado una tar la atención de los procedimientos y de todo lo que éstos im-
reducción de las desigualdades; por debajo del 1,68%. todas plican para centrarse en la «eficacia» y la «comodidad» de sus
ellas señalan un aumento: hemos salido del espacio crítico. «resultados».

•130 131
EL tratamiento: análisis y sintesis
Escalas y puntuación
«Nos hemos esforzado por obtener un índice único que mida la dis-
Las escalas de actitud tancia que separa a los cónyuges. Ha quedado establecido teniendo
en cuenta doc~ características de los cónyuges:
El objetivo de las escalas de actitud es acumular las informacio-
nes y elaborar un índice global capaz de resumirlas. Se han utili- nacionalidad,
zado a menudo en psicología social con el fin de reagrupar las municipio de nacimiento (número de habitantes),
respuestas dadas a un conjunto de preguntas que se consideran municipio de nacimiento (situación geográfica),
«indicadores» de una misma actitud (conservadora, nacionalista nivel de estudios,
autoritaria, etc.). ' religión,
Las escalas son jerárquicas en la medida en que, cualquiera municipio de residencia en el momento del matrimonio (número
que sea la forma de la pregunta, las respuestas están jerarquiza- de habitantes),
das desde un polo positivo hasta otro negativo; en el primero, la municipio de residencia en el momento del matrimonio (situa-
respuesta evidencia claramente la actitud que se pretende estudiar, ción geográfica),
y en el segundo contradice dicha actih1d. Se asigna entonces una número de localidades en las que se ha residido desde el naci-
nota a cad~ ~espuesta, más alta cuanto más se acerca la respuesta miento hasta el matrimonio,
al polo pos1t1vo. ~ara homogeneizar los principios de notación (lo profesión actual del marido y profesión de la mujer antes de su
que supone, al mismo tiempo, facilitar el trabajo y limitar los ine- matrimonio,
vitables efectos de estructura si cada respuesta se organiza en nacionalidad del padre de cada cónyuge,
funci~n de u~ nú~ero diferente de ítems), se efectúa casi siempre profesión del padre de cada cónyuge,
una d1cot011~-1zac10n de las respuestas, bien cerrando la pregunta profesión actual del marido y profesión de su suegro.
antes de aphcar el cuestionario, bien a la hora del tratamiento. Si
se considera. que algunas preguntas importan más que otras, se Estas doce características no son equivalentes y no tienen todas
les puede asignar además un coeficiente. La suma de las notas ellas la misma importancia con respecto al fenómeno de distancia 1
1
adjudi~a_das define una «puntuación» para cada encuestado, que entre los cónyuges. No nos ha parecido posible, sin embargo, de-
le c_l~s1fica con relación a los º!ros más o menos cerca del polo terminar a priori los coeficientes de ponderación y hemos otorgado
positivo de la escala de actitud. Esta es una puntuación sincrética: el mismo peso a cada característica.
!ª escala no permite, por ejemplo, distinguir dos puntuaciones Según la mayor o menor distancia que separa a cada uno de es-
tos caracteres, se ha adoptado un baremo común, calificando sobre
iguales obtemdas a partir de perfiles de respuesta distintos.
7 puntos, de 1 a 7, o bien sobre 3 puntos, 1, 4 y 7. El 1 representa
la distancia mayor, y el 7 la similitud.»
Un indice sociológico de «distancia global»

Hay otros objetos diferentes de las actitudes que también pueden


ser tratados con este método, sobre todo los usos sociales. En el Eficacia y alcance del método
estudio ~a ci~ado (véase el cap. 6) sobre la «elección del cónyu-
ge», Alam Girard (1964) ha conformado un «índice de distancia La eficacia, las dificultades y los riesgos del método aparecen
global entre cónyuges» a partir de indicadores de origen, de tra- con bastante claridad en este ejemplo sociológico que aplica el
yectoria y de posición geográfica y social. principio de las escalas jerárquicas a la conformación de ese «ín-

•132
El tratamiento: análisis y síntesis 8. Combinatoria
dice de distancia global». Habría sido más correcto denominarlo El análisis multivariante
«índice de proximidad», puesto que las puntuaciones más altas
corresponden a las situaciones de mayor homogamia.
Por su estructura, el objetivo del análisis multivariante es distin-
El texto destaca la dificultad encontrada a la hora de decidir
guir y evaluar la contribución de diferentes variables a una mis-
cuál ha de ser el «peso» de cada indicador y su contribución al
ma variable dependiente; una de las maneras de evaluar la fuerza
índice global: «todos no son equivalentes» y, sin embargo, resulta
del vínculo que existe entre dos variables de una tabla consiste en
bastante difícil «determinar a priori los coeficientes de pondera-
introducir una tercera, e incluso una cuarta o una quinta. De ahí
ción». La solución que se ha adoptado aquí es la más habitual: no
el nombre de análisis multivariante. En sentido estricto, designa
ponderar. Por eso mismo cabe preguntarse por la pertinencia so-
un método de razonamiento asociado a la construcción de tablas
ciológica de este índice en el que un tercio de los indicadores son
con n > 2 variables. Y éste es el método que vamos a exponer
de índole geográfica (4 de 12). Esta circunstancia obliga a clasi-
aquí. Pero, en un sentido más amplio, pueden incluirse bajo ~s~a
ficar como próximos a aquellos cónyuges que se encuentran so-
denominación otros procedimientos que tienen el mismo obJeti-
cialmente muy distantes, pero que tienen un origen y una trayec-
vo, como el análisis de segmentación que presentaremos más
toria geográfica similares.
adelante.
Las puntuaciones tienen su razón de ser en la voluntad de
transformar unos caracteres no numéricos en valores numéricos :
proponen clasificaciones abreviadas y cifradas con exactitud, de
una lectura y presentación sencillas, y socialmente eficaces. Pero Un ejemplo
hay un abismo entre esa exactitud y la arbitrariedad de las opcio-
nes que implica en la práctica la configuración de esta escala. La tabla de la página 102, tomada de Clerc ( 1964), mostraba que
¿Qué es lo que justifica la decisión de que cada indicador ha de el éxito escolar en la escuela primaria variaba en función de la
tener la misma importancia, el mismo peso? Esta decisión, apa- categoría socioprofe sional del padre. Continuando con este análi-
rentemente técnica, supone ya una toma de postura que carece sis, el autor constata que la proporción de «buenos alumnos» au-
evidentemente de una base teórica, aunque sólo sea porque en menta en relación directa con los ingresos familiares y con la ti-
una escala de actitud autoritaria, por ejemplo, aparecen más pre- tulación del padre.
guntas acerca de la autoridad paterna que sobre otras dimensio-
nes posibles de la autoridad, ya sean éstas de naturaleza familiar,
profesional o militante. Y puestos a conceder a unas preguntas
más importancia que a otras, es decir, a asignarles una pondera- Ingresos
ción superior, ¿en qué se basa la elección del coeficiente? ¿Tiene mensuales % de buenos Titulación del padre % de buenos
éste que ser doble, triple ...? Hacer que todas las preguntas sean en francos alumnos alumnos
dicotómicas o ampliar la escala de calificación de las respuestas
en algunas de ellas es también una cuestión de opciones en la que 400-1.000 39% Ninguna 38%
nadie puede garantizar que los efectos de estructura vayan a 1.001-1.400 43 % Estudios primarios 39%
quedar neutralizados ni que se cuente con un fundamento socio- 1.401-2.000 53 % Diplomas técnicos 4 7%
lógico. 2.001 o más 59% Certificados (elemental,
superior, profesional) 63%
Bachillerato y superior 68%

134 135
El tratamiento: análisis y síntesis 8. Combinatoria
«Dado que estos dos factores parecen estrechamente vincula- mayoría de las variaciones son regulares y (excepto para las titula-
dos, será necesario efectuar unos análisis más rigurosos para se- ciones técnicas en la primera franja de ingresos y, en menor medi-
parar sus funciones respectivas» (ibid.). da, en la última) «a iguales ingresos, el porcentaje de buenos
Así pues, Clerc combina las tres variables obteniendo así una alumnos aumenta a medida que aumenta la titulación del padre.
tabla de tres entradas (se pueden construir tablas de cuatro, cinco [ ...] Por lo tanto, la influencia del amb iente familiar en el éxito es-
o n entradas) que puede presentarse como sigue: colar parece ser casi exclusivamente cultural» (ibid.).

Éxito del hijo (porcentaje de «buen os al umnos») según los Alcance y limites
ingresos fam ili ares y la titulación del padre
Así pues, el análisis multivariante propone seguir una trayectoria
Ingresos mensuales lógica en la búsqueda de la imputación causal. El punto fuerte de
400- 1.001- 1.401- 2.001 este procedimiento radica en que permite distinguir la contribu-
Titulación del padre Conjunto
1.000 1.400 2.000 o más ción respectiva de dos variables a una tercera y verificar así las
hipótesis causales sugeridas por las tablas de contingencia que
Ninguna 42 36 42 38 combinan dos variables. Si se compara el efecto de las variables,
Estudios primarios 40 37 44 43 39 el análisis multivariante nos conduce además a una clarificación
Técnica 28 44 52 42 47 de los conceptos (superando, por ejemplo, la idea de intercam-
Certificado profesional biabilidad de los índices).
administrativo 55 63 60 64 63 Este tipo de análisis supone contar con efectivos importantes,
Bachillerato y superior 65 68 65 68 ya que cada introducción de una variable suplementaria provoca un
Conjunto 39 43 53 59 48 fraccionamiento que restringe el valor de cada casilla y reduce la
fiabilidad estadística. Por otra parte, la configuración y lectura de
las tablas empieza a resultar dificil por encima de las tres variables.
En las casillas de la tabla, cada número indica el porcentaje de El análisis multivariante exige además una actitud doblemente
buenos alumnos (cuando el padre no tienen titulación y los ingre- caute losa por lo que se refiere al método. En primer lugar, como
sos familiares mensuales están entre 400 y 1.000 francos , el 42% ocurre en cualquier comparación de tablas de contingencia, cau-
de los hijos son buenos alumnos .. .). tela ante los efectos de estructura: por su configuración, las cinco
modalidades de la variable «Titulación» favorecen variaciones
más amplias que las cuatro modalidades de la variable «Ingre-
Bloquear una variable sos». Clerc no se dotó de los medios necesarios para controlar
este efecto de estructura. Y en segundo lugar, el análisis multiva-
Si se lee la tabla en sentido horizontal, línea por línea, se observa riante corre el riesgo de «hacer olvidar» las posibles interaccio-
que, a igual titulación, el éxito varía en función de los ingresos: la nes entre las variables activas: Clerc no estaba interesado en el
mayoría de las variaciones son irregulares, y en tres de cada cua- hecho de que la titulación, al ser cronológicamente anterior, tenía
tro casos se observa incluso que el porcentaje de buenos alumnos una influencia clara sobre los ingresos (por una parte, el efecto
desciende cuando entramos en la franja de ingresos más elevados. de las diferencias de ingresos es un efecto indirecto o inducido de
Si leemos la tabla en vertical, por columnas, vemos que, a iguales las diferencias de titulación). Esta cuestión volverá a aparecer re-
ingresos, el éxito varía en función de la titulación: en este caso, la ferida al análisis de segmentación.

136 137
El tratamiento: análisis y síntesis 8. Combinatoria
La segmentación Cada variable activa ha sido dicotomizada (bifurcada en dos
modalidades) con el fin de controlar los efectos de estructura,
El método llamado de segmentación puede considerarse una pero la concentración de la población en una u otra modalidad de
modalidad particular del anális ~s multivariante. Tiene asimismo las distintas variables se mantiene muy desigual.
por objetivo el de comparar los vínculos que existen entre distin- El objetivo es comparar la influencia de diversas variables sobre
tas variables activas y una misma variable dependiente. Pero se el porcentaje de éxito en el examen final del primer ciclo literario
basa en una medida del tamaño de la variación que cada variable en la universidad: la categoría socioprofesional del padre, la rama
activa provoca en la variable dependiente. Su finalidad es poder elegida en la enseñanza secundaria («clásica», rama literaria con
obtener de aquí una tipología. lenguas clásicas que en el momento del estudio era la rama más se-
lectiva, o «moderna»), el hecho de haber obtenido o no una buena
nota en el examen de bachillerato y el hecho de ejercer o no una
Un ejemplo actividad retribuida durante el periodo de estudios.

En el ejemplo que presentamos a continuación, Jean-Paul Grémy


(1977) ha utilizado una medida de desviación; ésta es una prácti- Una trayectoria lógica, un gráfico
ca bastante frecuente , aunque el empleo de otras medidas podría
conducir a resultados diferentes. Si hacemos una lectura directa de la tabla, nos daremos cuenta de
que lo que provoca una mayor desviación en los porcentajes de
éxito es «el haber tenido o no un trabajo asalariado».
Porcentaje de éxito en el primer ciclo de la universidad según: La población estudiantil queda entonces dividida en dos gru-
pos: los estudiantes con trabajo asalariado y los estudiantes sin
Porcen- Desvía- trabajo asalariado. A continuación, se calcula el porcentaje de
taje ción éxito de cada grupo según el resto de las variables activas.
En un segundo momento, «el tener o no una buena nota en el
popular 42,7 examen de bachillerato» provoca la mayor desviación entre los
la CSP del padre 8,4
media y superior 48,9 porcentajes de éxito.
Así se han detectado y jerarquizado las dos variables más acti-
el ejercicio de una actividad sí 25,9 vas. A partir de aquí se constituyen cuatro subgrupos de estu-
37,5
asalariada no 58,4 diantes:

la edad de la primera < 20 años 61,3 - con trabajo asalariado sin buena nota en el bachillerato;
29,8
matriculación en la facultad ~ 20 años 31 ,5 con trabajo asalariado y con buena nota en el bachillerato;
sin trabajo asalariado y sin buena nota en el bachillerato;
la obtención de una buena nota sí 62,2 sin trabajo asalariado y con buena nota en el bachillerato.
20,1
en el examen de bachillerato no 42,1
Para cada subgrupo se calculan los porcentajes de éxito en
clásica 63 función del resto de las variables. Y así sucesivamente.
la rama elegida en secundaria 23 ,1

•138
moderna 39,9
- El siguiente gráfico refleja de modo esquemático el resultado
definitivo de la segmentación. Tiene forma de arborescencia, y la
El tratamiento: análisis y síntesis 8. Combinatoria
ci.
o Estudiantes Estudiantes
D..
V,
,ro Porcentaje de éxito de los: ~ asalariados no asalariados
u ro
.:::: según l: Porcen- Desvia- Porcen- Desvia-
[s G
..!:9
. ::J
'~
V
ro
E o
-ci
ro E
ro
ro
.::::
ro
taje ción taje ción

u
·e
o::
ci.
popular 26,5 53,7
o la CSP del padre 1,7 1,8

ro
E
D.. media, sup. 24,8 59,1
"' o V,
N ,ro
~
' vi -e:, /\1 u la edad de la primera < 20 años 35,5 64,1
ro 11 ,2 20,5
-e:,
LJ.J ro matricul ac ión ~ 20 años 24,3 43 ,6
o
.::::
.µ -ci ro
ro
ro E o o... la buena nota en el sí 35,4 75,8
~ ro
o::
E V)
u 12,2 23 ,0
:.E
u
ci.
o
examen de bachillerato no 23,2 52,8
ro D..
..o o
e N
ClJ V clásica 28,2 71 ,1
ro

la rama de secundaria 2,7 20,4
o moderna 25,5 50,7
e ro
ro .::::

~
e o o ro
V, ClJ e vi -e:, N
::J ,ro ro
ce u -e:,
LJ.J
/\1
ci.
o
D..

-ci o
variable más activa se sitúa en la parte superior, la segunda varia-
ro o N
ble en la segunda línea, etc. Cuando la desviación provocada por
E E V
ro
o:::: una variable sobre el porcentaje de éxito es inferior a tres puntos,
o se interrumpe el trabajo de segmentación.
N
-e:,
ro /\1
-e:,
LJ.J

e o
,o
·e; N Alcance y limites
o ro V
-e:, =Í
ro u
·e
ro
·e
.µ vi El ejemplo y el gráfico ilustran los efectos de este método sobre
ro ,ro

~
~ro o
.µ E o u las clasificaciones, que genera:
o ~ -e:, N ci.
o ro o -ci
'ro'
e ~ V, -e:, /\1
D.. o
..o :.E
u
ClJ E sensación de evidencia ligada a la representación gráfica;
~ ro
f-
..o -ci dificultad de controlar la totalidad de los efectos de es-
o
e ro E
ClJ o... .::::
ro tructura (el efecto del número de modalidades de las va-
ro e V)
,o u

o o ·e; o
N
vi
,ro riables ha sido controlado mediante variables dicotomiza-
e e
ro
..!:9
::J
V u das , pero la concentración de la población en cada
e u
ClJ
::::l
·e
.µ modalidad sigue siendo desigual);
ro
E o neutralización de la dimensión cronológica: el protocolo
N
-e:,
ro
-e:,
/\1 no trata de la interacción de las variables activas entre sí e
ClJ

•140 141
El tratamiento: análisis y sintesis 8. Combinatoria

«ignora» sus secuencias temporales. El origen social, por representado dos ejes de coordenadas rectangulares elegidos de
ejemplo, es anterior al resto de las variables; ahora bien, el tal manera que el primero siga la dirección más alargada de la
análisis procede como si el origen social no tuviera in- nube. Podemos observar que las extremidades de este eje enfren-
fluencia alguna en el hecho de elegir una u otra rama en la tan a los «buenos estudiantes» (buenas notas en sociología y en
enseñanza secundaria, de tener o no una buena nota en el economía) y a los «malos» (malas notas en las dos materias),
examen de bachillerato, de entrar antes o después en la mientras que el segundo enfrenta a los que son «mejores en so-
universidad, de ejercer o no una actividad asalariada; y ciología que en economía» y a los que son «mejores en economía
éste es el motivo por el que se concluye que el origen so- que en sociología». Interpretar el primer eje nos lleva a enunciar
cial tienen una influencia muy débil en el éxito de los es- el factor de covarianza positiva que contribuye a conformar la
tudios universitarios. El método que se ha seguido ha nube, mientras que el segundo establece las covarianzas negati-
«deshistorizado» el análisis. vas.

El análisis factorial 18
16
Análisis y síntesis
14
,Ero
El análisis factorial es uno de los procedimiento del «análisis de o 12
e
o
la información» que utiliza, como hace el análisis de segmenta- u 10

(lJ

ción, unos «índices» de relación estadística entre las variables. Se (lJ


-o 8
evalúan los vínculos entre todas las variables con el fin de jerar- V,
ro
-+-' 6
o
quizarlas y/o proponer una representación de la configuración z:
4
global de estos vínculos. Tanto si se trata de los métodos de aná-
lisis factorial que vamos a presentar aquí como de una clasifica- 2
ción automática, el análisis de la información se caracteriza por o
su doble objetivo analítico y sintético y por su capacidad de per- o 5 10 15
mitir una «lectura rápida de grandes tablas estadísticas» (Volle, Notas de sociología
1980). En el caso de las encuestas, facilita la lectura del conjunto
de las respuestas dadas a un gran número de preguntas.

Nubes de puntos y ejes factoriales


Alcance y limites
Para entender el principio del análisis factorial, podemos recurrir
al ejemplo anterior (p. 116) de covarianza entre dos variables. En Un llamamiento a la cautela. Desde el momento en que el análi-
el siguiente gráfico la «nube de puntos» señala la correlación en- sis factorial está basado en un empleo generalizado de los índices
tre las notas obtenidas por cada estudiante en sociología y en eco- de relación estadística y sólo presenta sus resultados en forma de
nomía, pero en este caso le hemos añadido un «centro» (la media gráfico, se multiplican las razones para hacer un llamamiento a la
aritmética de las notas obtenidas en las dos materias), y hemos prudencia.

•142 143
El tratamiento: análisis y sintesis 8. Combinatoria
La elección de las medidas de relación estadística (medidas de en relación con los demás métodos de la investigación (plurali-
desviación, tipos de variación, x2 ..• ) plantea, más que nunca, el dad de métodos) y en una doble perspectiva de exploración y de
problema de sus efectos diversos sobre la evaluación de dicho verificación.
vínculo y, más concretamente, el del espacio crítico en el que sus Esta reflexión global y estructurada puede favorecer la apari-
conclusiones pueden contradecirse. Según la elección que se ción de problemas, de «tipos ideales» y de hipótesis cuya valida-
haga, quedarán modificadas la configuración global y, por lo tan- ción habrá que buscar en los demás métodos utilizados en la in-
to, la «forma de la nube». Sin embargo, la publicación de los re- vestigación. Es adecuada, sobre todo, para elaborar hipótesis de
sultados de los análisis rara vez precisa qué tipo de medida ha carácter estructural y formuladas en términos de campo: los ejes
sido utilizada. polarizan las hipótesis de lectura, y los cuadrantes estructuran los
El problema del control de los efectos de estructura queda am- espacios a los que esas hipótesis pueden dar una dimensión que
pliado al conjunto de las variables. La posibilidad de bifurcarlas, rápidamente se convierta en objeto de reflexión teórica.
por muy frecuente que sea, no elimina la cuestión del peso relati- Tras el análisis de algunas tablas de contingencia, el análisis
vo de cada modalidad. Además, la selección de los indicadores y de la información puede servir, como método adicional , para ve-
su número predeterminan la forma de la nube. Si, tal como ocu- rificar las hipótesis. Se puede entonces limitar, y por lo tanto
rre por ejemplo en la investigación de Girard (1964) sobre la controlar mejor, el número de variables que le conciernen y man-
elección del cónyuge (cf. supra), abundan los indicadores de dis- tener únicamente aquellas cuyas relaciones hayan sido ya estu-
tancia geográfica, éstos tienen mayores probabilidades de definir diadas. Si el análisis produce resultados convergentes, las hipóte-
los principales ejes de inercia; disminuir su número o aumentar el sis habrán quedado confirmadas; si los resultados difieren, habrá
de los indicadores de entorno social de procedencia y pertenencia que plantearse entonces una serie de preguntas ...
fortalecería a su vez la contribución de estos últimos a la forma La fuerza de la demostración es mayor en la medida en que
de la nube y a los primeros ejes factoriales. deriva de procedimientos muy diversos desde el punto de vista
Dado que la presentación final ofrece los resultados de un metodológico. En el caso del tratamiento estadístico, el análisis
análisis global muy complejo y no su puesta en práctica, el análi- de la información será confrontado a los métodos de análisis más
sis de la información ha sido comparado, y no sin razón, a una sencillos y, por lo tanto, más transparentes - por ejemplo, algu-
«caja negra»: en ese sentido, se debe escrutar en su oscuridad nas tablas de contingencia con dos variables- que permiten ade-
con la mayor insistencia puesto que presenta los resultados en más reflexionar sobre los efectos de estructura y detectar los es-
una forma gráfica de lectura más «evidente». pacios críticos inducidos por las distintas medidas. Cuando se
Para un uso correcto. ¿Qué consecuencias prácticas puede te- trate de informaciones obtenidas mediante procedimientos de re-
ner este llamamiento a la prudencia, tratándose de un método que cogida de datos con mayor capacidad exploratoria, la confronta-
propone - tras una serie de operaciones informáticas pesadas y ción entre el análisis de la información y el análisis de las notas
complejas- facilitar una lectura sintética, sinóptica y a veces de la observación se considerará la piedra angular de la «verifica-
irreemplazable para ofrecer una visión global de una encuesta ción» de las hipótesis.
con cuestionarios que incluyen numerosas preguntas?
Cabe sugerir, en primer término, una comparación sistemática
de los efectos del análisis cuando se introduzcan cambios en sus
diversos procedimientos y parámetros, pero este tipo de control,
pesado y difícil de poner en práctica, no siempre es factible.
La regla más general para un uso correcto del análisis de la in-
formación pasa por una reflexión sobre sus posibles utilizaciones

•144
Conclusión: sociologizar el método
«Esperar descubrir algo nuevo» (Durkheim, 1895) es un esta-
Conclusión: sociologizar el do de ánimo y un postulado del que se pueden sacar consecuen-
cias estableciéndose como objetivo:
método
utilizar al máximo las capacidades exploratorias de cada
método, incluso las de tratamiento·
c?mbi_n~r una pluralidad de métodos: diversificarlos para
d1vers1f1car la mformación;
- comparar los «resultados» , no para quedarse con los
únicos puntos comunes de lo que habría de ser tenido
por una «verdad media» (o la «verdad auténtica»), sino
para extraer aspectos comunes y diferencias; la conver-
gencia de las informaciones es importante para la verifi-
cación, pero el sociólogo trabaja con ellas para construir
y j~stificar las diferencias de un objeto plural, las tipo-
logzas;
- plantearse preguntas: significa, en primer lugar, tener
como reg~a el explicitar (decir, escribir...) las preguntas
A la luz de todas estas consideraciones, conviene «volver sobre el que uno tiene «en la cabeza» al principio, pero también
terreno» y retroceder ahora a esos «principios de organización y de durante el desarrollo de la investigación, en el cuaderno de
método» que presentábamos en la introducción y al «uso correcto campo, en las guías de observación y en la entrevista o du-
de los métodos». Sacar conclusiones es también reelaborar. Y en rante el tratamiento; es prever una serie de «momentos»
esta reelaboración nosotros vamos a dar prioridad a la cuestión de para el análisis y la síntesis de los nuevos datos y para re-
los rasgos sociocentristas. ¿Hasta qué punto puede un «uso correc- formular, aunque sólo sea de manera provisional, los pro-
to» de los métodos alarmar y poner en guardia al sociólogo caute- blemas, es acentuar las diferencias para conformar unos ti-
loso? ¿Existe algún modo de cautela propiamente sociológico? pos ideales y suscitar hipótesis ;
Alarmar es el primer requisito frente a los rasgos sociocentris- hacerse preguntas sobre las preguntas de los demás. Esto
tas que permanecen ignorados, es la condición para emprender nos remite, en primer lugar, a una regla muy general para
un socioanálisis crítico de los presupuestos y de las prácticas. cualquier investigación (plantear el estado de la cuestión).
Tratándose de métodos, nos vemos obligados a favorecer una Pe~o, en sociología, va unida a una exigencia complemen-
perspectiva práctica: ¿qué tipo de prácticas, siempre que sean tana porque las preguntas de los demás son también las de
metódicas, pueden servir entonces para alarmar y poner en guar- los fyorm~dores y las de todas las personas a las que el
dia al sociólogo? socwlogo mterroga; los documentos no son la única fuen-
Desde este punto de vista, hay que favorecer las prácticas ex- te de preguntas;
ploratorias: este tipo de procedimientos, que son muy adecuados criticar estas fu entes como sociólogo: verificar su fiabili-
para despertar la sensación de la diversidad, confrontan al soció- dad, per~ hacerse. también la hipótesis de que las pregun-
logo con la lógica plural de los rasgos sociocentristas en la medi- tas y las mformac1ones tienen sentido en la medida en que
da en que se orientan al estudio de la conformación de las rela- aluden a las condiciones sociales de su elaboración, de su
ciones sociales. construcción.

•146 147
El tratamiento: análisis y síntesis
¿Pero tiene esta última regla, la más propiamente sociológica,
el estatuto de una regla metodológica de la misma categoría que Anexo. Elementos de
las otras? En todo caso, pone en juego la cuestión del estatuto del
método y de su pertinencia. estadistica y de
Más allá de la definición general de la pertinencia propuesta
inicialmente para encabezar las reglas del uso correcto, esta regla probabilidades
supone evaluar y verificar la pertinencia de los métodos para la
exploración de las construcciones sociales del objeto: explorar,
por ejemplo, dando prioridad a dos orientaciones, el estudio de
los condicionantes sociales dominantes y el de los modos de
adaptación y de resistencia; ceñirse a la dimensión histórica o,
por lo menos, cronológica que se requiere para explicar las dife-
rencias sociales que toman parte en su elaboración.
Las nociones de situación y de relación implican una perspec-
tiva relacional: no se trata de relativismo, sino de reconstruir las
condiciones sociales que determinan la relación como «correla-
ciones sociales» (interrelaciones, interacción) y como «posicio-
nes» dentro de un espacio estructurado.
Verificar los «efectos» del método sobre el objeto significa, al Elementos de «estadistica descriptiva»
mismo tiempo, postular que todo método es un modelo de lectu-
ra, identificar de qué modo ese método estructura la represen- En sociología se utilizan dos categorías de medidas estadísticas
tación que ofrece y evaluar la contribución de estas representa- para resumir los datos de una distribución y facilitar así la compa-
ciones a las perspectivas de la investigación que acabamos de ración. Las más conocidas son las medidas de valor central, y, de
esbozar. ellas, sobre todo la media o media aritmética; las modas y las
Esta serie de orientaciones y perspectivas para sociologizar la medianas son menos utilizadas. Estas medidas proponen unos re-
investigación no tienen valor porque definan métodos socialmen- súmenes cómodos, pero implican una pérdida importante de in-
te neutros, sino por estar orientadas por la contribución de la dis- formación ; por este motivo, incrementan los riesgos de una inter-
ciplina al análisis de los rasgos sociocentristas de la investiga- pretación errónea de las variaciones.
ción. La velocidad media, modal o mediana de un grupo de ciclistas
no nos da ninguna idea de Ja diversidad de sus rendimientos; la
nota media en un control puede ser 12 sin que sepamos cuántos
alumnos han obtenido mayor puntuación ni si las notas están
muy repartidas. Con el fin de proporcionar alguna indicación so-
bre esa diversidad, se puede intentar caracterizar la estructura de
conjunto de la distribución (frecuencias, cuantiles) o medir su
dispersión a ambos lados de sus valores centrales (desviación
aritmética media, varianza, desviación estándar, coeficiente de
variación, desviación reducida ... que suele agruparse a menudo
bajo el nombre de «índices de dispersión»).
•148 149
El método en sociología Anexo. Elementos de estadística y de probabilidades
Las medidas de valor central 5 en un caso y 6 en el otro por ejemplo), hablaríamos entonces de
intervalo med iano ( entre 5 y 6) .
La media, que se expresa como Th¡ . Se utiliza con mucha fre-
n
cuencia. Se calcula un efectivo medio (el efectivo medio de las Características estructurales
clases de un instituto es la suma de los alumnos del instituto divi-
dido por el número de clases) o un promedio (el valor medio de Las frecuencias. Las frecuencias perm iten expresar la «cantidad»
las notas de una clase - la nota media- es la suma de todas las de una información particular ( efectivos, caracteres o valores)
notas dividida por el número de exámenes entregados). con relación al número total de datos de la distribución: la fre-
cuencia de un carácter es la razón del número de individuos que
lo poseen con respecto al efectivo total de la distribución.
Ejemplo: nota media o promedio de las notas
- Las ratios plantean la relación sin ejecutarla (ej.: 5/25,
Notas 2 3 4 5 6 7 8 9 10 cinco veinticincoavos ), pero generalmente la presentan de
Efectivos 5 8 12 7 9 2 1 forma simplificada (ej.: 5/25 ➔ 1/5, un quinto).
- Las proporciones la expresan en base 1 (1 /5 = 0,2).
1 + 5(3) + 8(4) + 12(5) + 7(6) + 9(7) + 2(8) + 9 + 10 = 248 = 4. - Los tipos o porcentajes la expresan en base 100 (20% ).
m= 5
46 46 '
Cualesquiera que sean los datos y el lugar que ocupen dentro
de una distribución, es posible comparar su frecuencia con la de
La moda. Dada una distribución, se llama efectivo modal al de cualquier otro dato en cualquier otra distribución. En sociología,
la clase cuyo efectivo es el más elevado: en el ejemplo preceden- las frecuencias se expresan casi siempre en forma de porcentajes.
te, el efectivo modal es 12. En una distribución de valores numé- En el ejemplo anterior, se podría decir que el 43, 48% de los exá-
ricos, el valor modal (la nota modal en un control) es el valor (la menes están por encima de la media de las notas. Pero cuando
nota) más frecuente: en el ejemplo precedente, el valor modal es los efectivos son inferiores a 100, se suele preferir utilizar las ra-
5. Cuando no se trata de una distribución numérica, suele hablar- tios (un tercio, un cuarto, cuatro quintos .. .), estimaciones aproxi-
se más bien de carácter modal. madas que se consideran en ese caso suficientes.
La mediana. Dada una distribución ordenada, la mediana es el Los cuantiles: cuartiles, deciles, centiles. Los cuartiles son los
valor (la nota) o el carácter del individuo situado en el centro de tres valores que dividen una distribución en cuatro partes que
la distribución. Si hay, por ejemplo, treinta y un alumnos, la me- contienen el mismo número de unidades. Dentro de una distribu-
diana es la nota del decimosexto: 15 + 1 + 15 = 31. Si hay un nú- ción ordenada, el cuartil inferior se llama primer cuartil y el se-
mero par de alumnos, se dan dos situaciones posibles. En el gundo no es otro que la mediana. La distancia entre el valor del
ejemplo, la nota mediana es la del vigesimotercer examen (23 + primero y el del tercero recibe el nombre de desviación inter-
23 = 46): tanto si se calcula a partir de las clases con notas más cuartil, que resume la amplitud de la dispersión (tanto más débil
altas como si se hace a partir de las más bajas, al examen vigesi- cuanto más baja es también dicha desviación).
motercero le corresponde la misma nota 5, que es la nota media- Los deciles y centiles se construyen según unos principios
na de la distribución. Si no fuera éste el caso (según que se em- análogos: 9 deciles dividen una distribución en diez partes, 99
piece a contar desde las notas más elevadas o desde las más centiles la dividen en cien, que contienen el mismo número de
bajas, el vigesimotercer examen podría tener una nota distinta, unidades .
•150 151
f' 1

El método en sociología Anexo. Elementos de estadística y de probabilidades


Medidas de dispersión La suma de los cuadrados de cada desviación de la media es
3,02 veces más grande que el efectivo.
.. , d. . , . ¿. Ii[x;- m] Sobre el modelo de construcción de la varianza, se pueden
L a d esvzacwn me za arztmet1ca, que se expresa como i: ':- - - - - ' - - -.
elevar las desviaciones de la media a la tercera, cuarta potencia,
n
Es la suma ponderada de las desviaciones de la media. Las des- etc., y referirlas a N: son lo que se denomina los momentos del
viaciones se señalan entre corchetes [ .. .] o entre rayas 1---1 para re- tercer, cuarto ( ... ) orden.
cordar que, contrariamente a la diferencia, su valor es siempre La desviación estándar, desviación cuadrática media, expre-
positivo, tanto si los valores (x) son superiores a la media (m) sada como CJ (sigma). Es la raíz cuadrada de la varianza: cr =
como si son inferiores. Se calcula en primer lugar la suma de las ~ En nuestro ejemplo, cr = \/3,02 = 1,738.
desviaciones de la media I, [x - m]; a continuación, se divide esta . . . ., O" X 100
El coeficiente de varzacwn, expresado como - -- . Rela-
suma por el efectivo N El valor del índice es proporcional a la m
dispersión; su límite inferior es igual a cero y su límite superior ciona la desviación estándar con la media y suele expresarla
no queda determinado a priori. En el ejemplo precedente, como porcentaje de la media. En el ejemplo anterior, CV =
(1,738 * 100)/5,4 =32,185.
- suma de las desviaciones de la nota media: [1 - 5,4] + , d d lx.1 - mi •
5[3 - 5,4} + 8[4 - 5,4} + 12[5 - 5,4} + 7[6 - 5,4} + 9[7 - L a d esviacion re uci a, expresada como z (o u): z =
(j
5,4} + 2[8 - 5,4} + [9 - 5,4} + [10 - 5,4} = 4,4 + 5(2,4) + Para un valor dado, es su desviación de la media referida a la
8(1,4) + 12(0,4) + 7(0,6) + 9(1,6) + 2(2,6) + 3,6 + 4,6 = desviación estándar de la distribución. En el ejemplo anterior, la
64,4. desviación reducida de la nota JO es igual a [JO - 5,4]/J, 738 =
- eª, suma ponderada de las desviaciones de la media: 2,647. Dicho con otras palabras, la desviación entre la nota JO y
64,4/46 = 1,4. el promedio de las notas es 2,647 veces más grande que la des-
viación estándar.
La suma de las desviaciones de la media es 1, 4 veces más
grande que el efectivo de la distribución.
La varianza, expresada como CJ2 (sigma dos) (d = L,,{x; -
m)2IN) y los momentos.
Elementos de probabilidades
La varianza se construye a partir del mismo razonamiento que
El cálculo de probabilidades que aplica la sociología al estudio
el índice anterior. Pero cada diferencia entre un valor (una nota ... )
de sus muestreos y/o de sus tablas se basa en la ley de los gran-
y el promedio se eleva al cuadrado: de esta manera se garantiza
des números, también llamada ley normal o ley de Gauss.
siempre que se van a sumar valores positivos (algo que el índice
anterior también garantizaba tratando las desviaciones y no las
diferencias).
Ley normal

Varianza aplicada al ejemplo precedente Las características de la distribución obtenida al azar a partir de
un gran número de valores ( o los sorteos numerosos de un núme-
(- 4,4)2 + 5(-2,4)2 + 8(- 1,4)2 + 12(- 0,4)2 + 7(0,6)2 + 9(1,6)2 + ro incluso limitado de valores, cara o cruz por ejemplo) han per-
9(1,6)2 + 2(2,6)2 + (3,6)2 + (4,6)2 = 138,96 mitido darle forma de ley. Sabemos, en concreto, que esa distri-
d = 138,96/46 = 3, 02. bución en forma de campana puede ser determinada por

153
1
1) 1

El método en sociología Anexo. Elementos de estadística y de probabilidades

completo siempre que se conozca la media (m) y la desviación sentado una tabla de las desviaciones reducidas, así como fórmu-
estándar (sigma expresada como cr) de la distribución: las indicadas para estimar la representatividad estadística de las
proporciones.
- un 68% de los valores se encuentran situados en el inter- Para estimar la representatividad de las medias obtenidas en
valo delimitado por m - O" y m + a; un muestreo aleatorio se pueden aplicar las siguientes ecuacio-
- un 95% en el intervalo m - 2 a y m + 2 a; nes:
- un 99,8% en el intervalo m - 3 cr y m + 3 0.
- M = m ± z a, si la muestra es grande;
Curva de Gauss - M = m ± z al✓ n , si los efectivos son, y éste es el caso más
corri ente, «medianamente grandes».

m-3cr mr m~r ~r m-13cr


O 997

En otras palabras, si se obtiene un valor al azar dentro de un


conjunto de valores distribuidos según la ley normal , hay una
probabilidad de 0,68 (68 oportunidades sobre 100, un riesgo de
error del 32%) de que su valor no se desvíe del promedio (m) en
más de una vez la desviación estándar; y un 99,8% de que no se
desvíe más de tres veces la desviación estándar. La tabla de la ley
normal detalla el conjunto de estas proporciones. Pero para reali-
zar semejante lectura hace falta todavía conocer la media.
, d [x. - m]
Desviacion re ucida expresada como z (o u): z = ' .
O"
La desviación reducida z o u divide la desviación existente en-
tre un valor (x) y la media (m) por la desviación estándar ( cr) de
la distribución. A partir de una tabla de ley normal, se ha cons-
truido una tabla de las desviaciones reducidas, llamada tabla nor-
mal reducida, que indica la proporción de observaciones situadas
entre el valor central z = O (si no existe desviación alguna entre el
valor observado y el valor medio) y cada valor de z. El hecho de
que el valor central sea, por su configuración, siempre igual a O
ha favorecido la generalización de su uso. En la primera parte
(cap. 4, epígrafe «Representatividad y error aleatorio») se ha pre-
■ 154 155
1
1 •1
Referencias bibliográficas

Referencias bibliográficas Boudon, Rayrnond ( 1977): Effets pervers et ordre social, París, PUF.
- (1988) : «Individualisme ou holisme: un débat méthodologique fondamental»,
en H . Mendra y M . Verret (ed .), Les Champs de la sociologie fran9aise, Pa-
rí , Colín.
Bourdieu, Pierre ( 1972): Esquisse d 'une théorie de la pratique, précédée de trois
études d'ethographie kabyle, Ginebra, Droz.
- (1976): «Le sen pratique», ARSS, l.
- ( 1977): «Q uestions de poli tique», ARSS, 16.
- ( 1979): «Les troi états du capitel culture!», ARSS, 30.
- ( 1980): «Le capital social», ARSS, 31.
- (1984) : «Espace social et genese des "classes"», ARSS, 52-53.
- ( 1986): «L'i llu ion biographique», ARSS, 62-63.
- ( 1987): Choses diles, París, Minuit [ed. ca t.: Cosas dicha , Gedisa, 1988).
- , Luc Boltanski y otros (1965) : Un art moyen, París, Minuit.
- , Jean- laude Chamboredon y Jean-Claude Passeron ( 1968): Le Métier de so-
ciologue, París, Mouton, Bordas [ed. cast.: El oficio del sociólogo: presupues-
tos epistemológicos, Madrid, iglo XXI, 1969).
- , y Jean-Claude Passeron (1964) : Les Héritiers. Les étudiants et la culture, Pa-
rí s, Minuit [ed. ca t.: Los estudiantes y la cultura, Labor, 1969).
Briand, Jea n-Pierre, y Jean-Michel hapoulie ( 1981 ): «L'enseignement primaire
Abreviaturas utili zadas para los nombre de las revistas: des gan:;:ons en France: 191 8-1942», ARSS, 39.
ARSS: Actes de la recherche en sciences sociales. Burawoy, Micbael (1979): Manufactoring Consent: Changes in the Labor Process
CJS: Cahiers internationaux de sociologie. under Monopoly Capitalism , Chicago University Press [ed. cast.: El consenti-
RFS: Revuefram;aise de sociologie. miento en la producción, Madrid, Ministerio de Trabajo y A untos Sociales,
1989).
Althusser, Louis (1965): Pour Marx, Parí , Mas pero [ed. cast.: La revolución teó- Cacouault, Marlaine, y Fran9oise CEuvrard ( 1955): Sociologie de l 'éducation, Pa-
rica de Marx, México, Siglo XXI, 1967). rí , La Découverte, col. «Reperes».
Bachelard, Gastan (1934): Le Nouvel Esprit scientifique, París, Félix Alean [ed. Castaneda, Carlos ( 1968): Th e Teachings of don Juan. A Yaqui Way o.f
cast. : La.formación del espíritu científico, Barcelona, Planeta Agostini , 1985). Knowledge, Regents of the University of California.
Balacz, Gabrielle, y Jean-Pierre Faguer ( 1991 ): «Que deviendront-ils?», ARSS, Chamboredon, Jean-Claude ( 1970): «Proximité spatiale et di tance soc iale», RFS,
pp. 86-87. 11 (1 ).
Barbut, Marc ( 1984): «Note sur quelques indicateurs globaux d'inégalité: C. Chauvenet, Antoinette; Fran9oise Orlic y Georges Benguigui ( 1994): Le Monde
Gini, V Pareto, P. Lévy», RFS, XXV, 4. des surveillants de prison , París, PUF, col. «Sociologie ».
Becker, Howard S. ( 1966): «The Life Hi tory and the Scientific Mosa1c» , intro- Cicourel , Aaron V (1964): Method and Measurement in Sociology, Nueva York,
ducción a Clifford R. Shaw, Th e Jack-Roller, Chicago, The Univer ity of Chi- Free Press of Glencoe / Londres, Collier Macmillan [ed. ca t.: El método y la
cago Press. medida en sociología, Edi tora Nacional , 1982).
Bertaux, Daniel (1980): «L'approche biographique: a validité méthodologique, Clerc, Paul (1964): «La famille et l'orientation colaire au niveau de la sixieme»,
ses potentialités», CIS, LXIX. Population , 4 ( 1970, INED, Population et l 'enseignement, col. «Démographie
Blanchet, Ala in, y otros ( 1986): L'Entretien dans les sciences sociales. L'écoute, et sciences humaines», PUF, XXVIIl, pp. 143-188).
la paro/e, le sens, París, Dunod . Combe sie, Jean-Claude ( 1962): «Éducation et valeurs de cla e dans la ociolo-
Boltanski, Luc (1984) : «La dénonciation», ARSS, 51. gie américaine», RFS.
Boudon, Raymond, y Paul Lazarsfeld (1965, 1966): Le Vocabulaire des sciences - (1984): «L'évolution comparée des inégalités: problemes statistique », RFS,
sociales y L'Analyse empirique de la causalité, Parí , Mouton . XXV (2).
1111
·• 1·s·6 157
,,,
El método en sociologia Referencias bibliográficas
- ( 1985): «Paradoxes des fonctions de concentration de C. Gini», RFS, XXVI Mauge r, Gérard ( 199 1): «Enqueter en milieu populaire», Geneses, diciembre.
(4). Merllie, Dominique (1981): «Remarques en marge de la note sur la population
- (1989): Au sud de Despeñaperros. Pour une économie politique du travail, ouvriere et le vote communiste a París», ARSS, 38.
París, Éd. de la Maison des sciences de l'honm1e. - (1983) : «Une nomenclature et sa mise en oeuvre: les statistiques sur l'origine
Crozier, Michel (1963): Le Phénomene bureaucratique, París, Seuil. sociale des étudiants», ARSS, 50.
Delsaut, Yvette (1988): «Carnets de socio-analyse. Une photo de classe», ARSS, 75. - (1985) : «Analyses de J'interaction entre variables. Probleme statistique ou so-
Desrosieres, Alain, y Lauren Thévenot (1996): Les Catégories socioprofessionne- ciologique?», RFS, XXVI (4).
lles, París, La Découverte, col. «Reperes». - , y Jean Prévot ( 1991 ): La Mobilité socia le, París , La Découverte, col.
Durkheim, Ém ile (1895): Les Regles de La méthode sociologique, París, PUF [ed. «Reperes» .
cast.: Las reglas del método sociológico, Barcelona, Altaya, 1995] . Merton, Robert K. ( 1949): Social Theory and Socia l Structure, Nueva York, Free
- (1897): Le Suicide. Étude sociologique, París, PUF [ed. cast.: El suicidio, Ma- Press [ed. cast.: Teoría y estructuras sociales, México, Fondo de Cultura Eco-
drid, Akal, 1992]. nómica, var. ed .].
Florens, Jean-Pierre (1984): «Inégalité et dépendance statistique», RFS, XXV (2). Panofsky, Erwin ( 1967): Architecture gothique et pensée scolastique, Saint-Vin-
Girard, Alain (1964): Le Choix du conjoint, París, PUF, INED, «Travaux et Docu- cent College-Latrobe, Pennsylvania (París) [ed. cast.: Arquitectura gótica y
ments», cahier 44. pensamiento escolástico, La Piqueta, 1986].
Goffman, Erving (1961): Asylums. Essay on the Social Situation ofMental Pa- Peneff, Jean ( 1990): La Méthode biographique. Del 'école de Chicago a l 'histoire
tients and Other Inmates, Nueva York, Anchor Books Doubleday & Cº [ed. ora/e, París, Colín.
cast.: Internados. Ensayo sobre la situación social de los enfermos mentales, - (1992): L'Hópital en urgence. Étude par observation participante, París, A.-
Madrid, Martínez de Murguía, 1987]. M. Metaillé, col. «Le9ons de choses».
- (1956): The Presentation of Se(f in Every Day L[fe, Filadelfia [ed. cast.: La - ( 1995): «Me ure et controle des observations dans le travail de terrain», So-
presentación de la persona en la vida cotidiana, Madrid, Martínez de Mur- ciété contemporaine, n. º 2 1.
guía, 1987]. Pialoux, Michel ( 1995): «L'ouvri ere et le chef d 'équipe ou cornment parler du tra-
Gremy, Jean-Paul ( 1977): Introduction a la lecture des tableaux statistiques, vail?», Travail et Emploi, 62.
LEMTAS. - , y Christian Corouge (1984 y 1985): «Chronique Peugeot», ARSS, 52-53, 57-
- (1987): «Les expériences fran9aises sur la formulation des questions d'enque- 58, 60.
te. Résultats d'un premier inventaire», RFS, XXVIII (4) . Prévot, Jean ( 1985): «A propos d'indices et de comparaisons de proportion»,
Groves y otros ( 1988): Telephone Survey methodology, Wiley. RFS, XXVI (4).
Halbwachs, Maurice ( 1949): La Mémoire collective, París, 1949. Rouanet, Henry; Brigitte Le Roux y Marie-Claude Bert ( 1987): Statistique en
lsambert-Jamati, Viviane ( 1970): Crises de la société, crises de l 'enseignement, sciences humaines: procédures naturelles, Paris, Dunod.
París, PUF. Sayad, Abdelmalek (1991): l'fmmigration ou les paradoxes de f'altérité, Bruse-
Juan, Salvador (1986): «Couvert et le fermé dans la pratique du questionnaire», las, De Boeck.
RFS, XXVII (2). Schulmann, Fernande (1980): L'Enfance ailleurs. Mémoiresjuives, Glancier-Gué-
Kulm, Thomas (1962): The Structure of Scient[fic Revolutions, Illinois, University naud .
of Chicago Press [ed. cast.: La estructura de las revoluciones cient(ficas, Mé- Thomas, William, y Florian Znaniecki ( 1918 y 1920): The Polish Peasant in Eu-
xico, Fondo de Cultura Económica, 1971]. rope and America, vols. l y 2, University of Chicago Press; vols. 3 a 5, Bos-
Lenski, Gerhard (1954): «Status Crystallization: a Non-Vertical Dimension of So- ton, Badger.
cial Status», American Sociological Review, XIX (4). Vallet, Louis-André (1988): «Cévolution de l'inégalité des chances devant l'en-
Lévi-Strauss, Claude (1958): Anthropologie structurale, París, Pion [ed. cast.: An- seignement: un point de vue de modélisation statistique», RFS, 29 (3).
tropología estructural, Barcelona, Altaya, 1994]. Volle, Micbel (1980): Analyse des données, París, Économica.
Maget, Marce! (1953): Guide d'étude directe des comportements culturels, «Civi- Wallraff, Günther (1985): Ganz unten, Colonia, Verlag Kiepenheuer [ed . cast.:,
lisations du Sud», SAEP. Cabeza de turco, Barcelona, Anagrama, 1987].
Marx, Karl ( 1939): Gundrisse der Kritic der politischen Oekonomie, Moscú [ed. Weber Florence (1989): Le Travail a cóté. Étude d 'ethnographie ouvriere, INRA- __
cast.: Fundamentos de la critica de la e~onomia política, A. Corazón, 1972].
EHESS. /~~LüTENsr¿- '
•1sa ;( 59
;~ ~ . ~.
'\ '8/BLI\I'~
<;}
El método en sociología
Weber, Max (1904): Gesammelte Aufsiitze zur Wissenschaftslehre.
- (1920): Gesammelte Ai!fsiitze zur Religionsoziologie, vol. I, 4.ª ed., Tubinga, Índice analitico
Mohr [ed . cast.: Ensayos sobre sociología de la religión, Taurus, 1984,
3 vol.].
- ( 1922): Wirtschaft und Gesellschaft, Tubinga, Mohr.
Westergaard, J. , y A. Little (l 969): Les possibilités d'acces a l 'éducation et le
processus de sélection socia/e en Angleterre et au pays de Galles: tendances
et conséquences d 'ordre politique, OCDE.

Aleatorio, véase azar Construcción social, 15-16, 68, 87-90,


Anonimato, 36, 55 147
Anotar, 30, 34-35, 41 , 44, 49, 93, 147 Contenido (análisis de) , véase texto
Anuncio, 39, 54-55, 59 Contenidos (variabilidad de los), véase
Azar, 40, 49, 53, 55 , 65-68, 74, 109- variabilidad
114, 149 Contextual (variable), 104-105
Contingencia ( tablas de), 1O1-117,
Bola de nieve (muestreo), 74-75 118-130
Bravais-Pearson (coeficiente de), véa- Correlación, 115-117
se correlación Correo (encuesta por), 51-52
Covariación, 11-12, 58, 101-117, 118-
Calle (encuesta de), 73-74 130, 135-145
Campo de estudio, 18, 23, 25-30, 34- Covarianza, 115-117
35, 147 Crítico (análisis), 10, 14-16, 29-35,
Campo, 10, 14-15, 19 85-90, 99, 127-130, 135, 137, 138,
Causalidad, 11-16, 101-9, 142, 148 144, 146-148
Clasificar, ordenar, 81-96, 97-117 Cuaderno ( de notas , de a bordo, de
Codificación, precodificación, 49-50, campo), véase anotar
57, 61-62, 89-90, 91, 105 Cuestionario, 48-63, 64-75
Coeficiente correlativo, 124-126, 130 Cuotas, 72-73
Comparación, 12, 18, 29, 34, 45, 79, 81,
91, 96, 97-101, 108-109, 118-130, Datos (análisis de), véase factorial
131-37, 139, 149 (análisis, eje)

161
El método en sociología
Índice analitico
Datos (recogida), cf Primera parte 95-96, 100, 101 , 104-105, 110-111 , Pertinencia, 17, 39, 50, 72, 89 , 92 , 41-43 , 52, 90, 134, 148
Definición (dominante , provisional , 130, 137, 145, 147 134, 148 Sondeo razonado, 72-75
social), 14-15 , 81-88, 90, 130, 148 Historia de vida, 43-46 Plan (o guía de observación), 35-36,
Deontología, 25, 27-29, 36-37 147 T de Tschuprow, 114
Desviación (medidas de) , 1 l 9-120 , Imputación causal , 11-12, 61 , 81-82 , Plantilla de observación, 29-30, 35-36, Teléfono (encue ta por), 50-51
125-126, 129-130, 139 96, 101-109 38 Textos (análisis de), 91-96
Desviación reducida, 69, 152-155 Indicador, 53-54, 60, 90, 99-100, 1O1, Pluralidad, 17-18, 146-147 Tipo ideal , tipología, 19-20, 81-83 , 92,
Diversificación de los métodos, 16-18, 104, 110, 132-134, 145 Pregunta (abierta, cerrada), 49, 56-57, 94-96, 100, 138, 145, 147
146-148 indice, 97-100, 105-117 , 118-130, 61-63 Transversal (análi sis), 94-95
131 - 145 , 149-155 Pregunta trampolín, 39
Entrevista de grupo, 46-47 [nformador, 30-37, 41 , 46, 5l , 54, 74, Puntuación, 132-l 34 V de Cramer, 114
Entrevista iterada, 42-43 91 , 147
Variabilidad (hi tórica, geográfica) ,
Entrevista semiestructurada, 38-47 Ítem , 56-57 , 59-60, 62-63 , 65 , 100, Regi strar, 26, 34-35 , 41-46, 64 89-90
Escala (de actitud), 132-134 132 Relacional, 148 Variables (independi ente, dependien-
Espacio crítico, 130, 144, 147 Relaciones (medidas de), 97-98 , 119, te ), 64-65 , 97-117 , 118-130, 131-
Estilo de dirección, 43 Ji dos (X 2) , 109-114, 126-127 121-124, 125-130 145
Estructura (efecto de la), 97-98, 100- Relanzamiento, 39-40 Vari ación (tipo de) , 122-124, 129,
109, 127, 132, 134, 137, 139, 144- Ley de di stribución normal , ley de dis- Representatividad estadística, 64-7 3, 130
145 tribución normal reducida , 69-71 , 154-155 Verificar, 18-19, 35, 37, 45, 46-47, 48,
Estructura , estructural , 68 , 73 , 93, 95 , 153-155 Restituir, 36-37 49-50, 53, 74, 79, 92 , 98, 112, 145,
100-114, 148, 149 Ley de variación , 129
147- 148
Explorar (exploratorio), 18-20, 25 , 40- Longitudinal (análisis), 53 , 94 Segmentación (análisi s de) , 139- 143 Vinculación, vínculo estadistico, 11 , 20,
42, 48, 59, 65 , 79, 91 -93 , 146-148 Se go sociocentri stas, 33 , 146, 148 24, 79-80 , 97-117 , 118-130, 131,
Matriz, 58 Significativo (estaclí ticamente) , 72 138, 142, 146-148
Factorial (análisis, eje) , 131 , 142-145 Modelo de lectura, l0, 21 , 101 , 127,145, Situación, 11 , 14, 19, 24, 27, 29, 32,
Fi (<I>) divergencias, 114, 126-127 148
Fórmula matriz, 99 Movilidad (tablas de) , 105-109
Fuentes (crítica de las) , 85 , 88-90 , Muestreo aleatorio , 65-72 , 109-114,
147 155
Función (estadística), 68, 100-117 Multivariante (análisis), 131, 135-137
Función (funcional) , 10, 12-13, 15 ,
29-30, 31, 84 , 85-86, 132 , 135- Neutralidad, neutralizar, 10, 134, 141 ,
137 148
No respuesta, 53-54, 56-57, 60
Gráfica (representación), 97, 115-116, Nombre ficticio, 36
120-123 , 139-145
Grupo de discusión, véase entrevista Objetividad, 15-16, 17-18 , 36-37, 90
de grupo Objeto plural , 17-18, 147
Guía de la entrevista, 38-39, 41 , 43, Observación, 17, 18, 19, 23-37, 48,
47 , 74, 93 , 147 65, 74, 81, 89, 145

Hipótesis, 1O, 16-17, 20, 35 , 56, 58 , Panel, 53


62 , 64, 65, 68 , 74, 80 , 81-83, 92 , Pearson (tabla de), véase ji dos

162
163
¿Cuáles son los principales métodos
que se emplean en sociología? ¿Cómo
puede contribuir cada uno de ellos
al desarrollo de una investigación?
¿Cómo aplicarlos de forma dinámica
a la recogida de datos y, más tarde,
al análisis y síntesis de los mismos?
Este libro presenta de manera clara
y detallada los métodos
más empleados en la investigación
sociológica. Los ejemplos han sido
seleccionados para ilustrar algunos
de los problemas fundamentales
de esta disciplina, así como
las cuestiones que plantea la relativa
autonomía del «método» en
la construcción de un objeto
de estudio.

Jean-Claude Combessie
es profesor de Sociología en
la Universidad de París-VI '
3494037
ISBN 84-206-5761-1

111111111111111111111111111111
El libro univers·
9 788420 65 7615 Alianza Ed) 11dL

También podría gustarte