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Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

Departamento:
Medicina

Presentado por:
Sendy Rismerlyn E. García Díaz
ID: 1014-3691.
Aris Leidy Sosa Vásquez
ID:10142545.
Yasmerlin González Campos
ID:1014-3437.

Asignatura:

Sociología de la salud

Asignación:
Examen final

Docente:
Antonio Luciano Firpo

Fecha de entrega:
12 de noviembre del 2021

Santiago, República Dominicana


Índice

Introducción ………………………………………………………3

La medicina familiar………………………………………………4

Efectos de la automedicación……………………………………...7

La medicina como institución social………………………………10

Epidemiologia social según la OMS………………………………13

El modelo biopsicosocial del proceso salud enfermedad…………16

Epidemiologia y enfermedades de la pobreza…………………….18

Enfermedades de la pobreza………………………………………20

Industria farmacéutica…………………………………………….22

La cultura de la pobreza……………………………………………24

Aporofobia y Gerontofobia…………………………………………28
Introducción

En este trabajo podremos observar los temas a investigar que son: la industria
farmacéutica, la medicina familiar, la epidemiologia social entre otros temas como la
cultura en la pobreza. Si es cierto que el mundo ha progresado proporcionalmente más en
los últimos cincuenta años que en toda la historia, no lo es menos el hecho de que la
desigualdad entre las naciones es una de las características que mejor definen al mundo
contemporáneo.

Este fenómeno se traduce, sobre todo, en las grandes diferencias existentes entre los
pueblos en el acceso a bienes y servicios básicos, y es consecuencia de
los procesos económicos que, con diferentes resultados, se han experimentado en las
últimas décadas. La pobreza nos incluye en lo que es la falta de medicamentos para la
sociedad también nos abarca las enfermedades causadas por el mal vivir.
La medicina familiar

La medicina familiar medicina Familiar es una especialidad del ámbito clínico


ambulatorio que se ocupa de la atención integral del paciente y su familia. Al ser una
disciplina integral, su campo de acción no se limita a órganos o sistemas específicos, sino
que es aplicable al contexto global y de fondo de las diferentes situaciones de salud /
enfermedad que pueden ocurrir en la vida de una persona. Se trata de una profesión
sumamente amplia y compleja, con herramientas y conocimientos propios, para poder
ejercerla se requiere una formación de posgrado específica (médico residente, asistencial)
y una actualización constante. Su formación incluye principalmente entrenamiento en el
manejo ambulatorio más común de problemas de salud, independientemente de los
órganos o sistemas afectados, así como el seguimiento y atención de problemas que
puedan requerir hospitalización.
La medicina familiar es una práctica que engloba la práctica médica, la epidemiología, la
prevención y la valoración integral de la familia. Realiza por un médico con valores
humanistas, conocimientos médicos e intervencionistas y entrenamiento para valoración
familiar. Para ello hay que conocer de donde partimos, cuáles son las raíces de nuestra
materia a laborar. De dónde venimos, no ayuda a ver con más claridad hacia donde vamos,
que es lo que buscamos como profesionales de la salud y cuál es nuestra finalidad de
estudio para enfocarnos a ella, sin perdernos en el camino.
Medicina Familiar es la atención medica integral, con especial énfasis en la familia como
unidad, con una responsabilidad continua del médico en relación con la salud, sin
limitantes de edad, o sexo del paciente ni del órgano, o sistema afectado por la
enfermedad. Una disciplina académica y especialidad médica que comprende una serie
de actividades que se fundamentan en tres ejes: Estudio de actividades, Continuidad y
Acción preventiva. Especialidad poli-laboral, donde el medico en formación recibe
educación a nivel médica, humanística, docente e investigativa, con estudios en constante
crecimiento para conformación gnóstica completa.
La medicina familiar es una especialidad en amplitud que integra las ciencias clínicas,
biológicas y del comportamiento.” Se encarga de la salud total de la persona y la familia.
El alcance de la Medicina Familiar no está limitado por la edad, sexo, órgano, o sistema
o entidad mórbida. Siendo una actividad de primer contacto, el ancho de la consulta no
se ve limitada por solo una especialidad o actividad, el medico familiar por su formación,
será capaz de resolver los problemas médicos y psicológicos de una población abierta sin
limitarse a un sexo o grupo etéreo.
En los países de habla inglesa, la Medicina Familiar se desarrolló a partir de la práctica
general. En el siglo XIX y a principios del siglo XX la gran mayoría de la profesión
médica eran médicos generales, los que practicaban medicina, cirugía y obstetricia. Al
paso del tiempo mientras la amplitud de las especialidades avanzaba y se incorporaban
más y más subespecialidades, se dejaba por un lado el medico de primer contacto, dejando
un sesgo importante para la atención integral del paciente, en su entorno tanto físico como
social. Bajo ese poso de carencia (la necesidad es la madre de la invención) de atención
primaria integral es donde aparece la especialidad de medicina familiar.
La Medicina Familiar se convirtió en una especialidad certificada por un Consejo ad-hoc.
En Canadá, el primer examen para certificación tomado por el Colegio de Médicos de
Familia se realizó en 1969. Fue bautizada con el nombre de Medicina Familiar, en 1966,
en Estados Unidos, para denominar a la formación de atención médica que debía ser
creada por exigencia de la sociedad por su disconformidad con el tipo de atención de la
salud vigente en ese momento, basada en una medicina predominantemente tecnológica
ejercida por especialistas y provista mayormente en los hospitales o complejos centros
médicos. Desatendiendo a la población con problemas primarios de salud.
A nivel de la atención primaria el público tiene acceso a un médico familiar que es capaz
de manejar de 85 a 90 por ciento de todos los problemas de salud. Si se requiere
asesoramiento o tratamiento especializado el paciente es derivado al nivel secundario que
incluye las especialidades mayores.

Procedimientos en medicina familiar

Infiltración intraarticular y

extraarticular (hombros, rodillas, • Aspiración de quiste sinovial.
puntos gatillo, etc.). • Punción y aspirado de quiste
Infiltración y exéresis de queloides. mamario.
Escisión de quiste sebáceo. • Cauterización de lesiones de piel
Escisión de lipoma. (verrugas, etc.).
• • Extracción de uña (parcial o total) • Curación (heridas, úlceras,
•• y drenajes. quemaduras, etc.).
Extracción de cuerpo extraño en • Desbridamiento de herida.
• córnea. • Drenaje de absceso.
Extracción de cuerpo • Marsupialización de quiste
• extraño conjuntival. pilonidal.
Extracción de cuerpo extraño en • Marsupialización de quiste de
• oído. Bartholino.
Extracción de cuerpo extraño nasal. • Reparación de heridas cutáneas
• • Exéresis de quiste de inclusión. (suturas tradicionales y estéticas)

Escisión de acrocordones. • Retirada de puntos.
Biopsia de piel y mucosas.

El médico de familia está comprometido con la persona más que con un cuerpo particular
de conocimientos, grupo de enfermedades o una técnica especial. No está limitado por el
tipo de problemas de salud; el médico de familia está disponible para cualquier problema
de salud en una persona de cualquier sexo y edad; su práctica no está limitada siquiera a
lo estrictamente definido como problema de salud: el paciente define el problema; esto
significa que un médico de familia nunca puede decir - "Lo siento, pero su malestar o su
enfermedad no está en mi campo". El compromiso no tiene un punto final definido; no
termina con la curación de una enfermedad, la finalización de un curso de tratamiento, o
la incurabilidad de un padecimiento; en muchos casos el compromiso se establece
mientras la persona está sana, antes de que se haya desarrollado cualquier problema, en
otras palabras, la Medicina Familiar se define a sí misma en términos de relaciones.

El médico de familia se esfuerza por comprender el contexto de la enfermedad., debe


entender las relaciones sociales y familiares que abarcan a un individuo para llegar a un
diagnóstico especifico. Si el origen de una enfermedad tiene etiología psicosomática, hay
que comprender las circunstancias que giran en torno al paciente para llegar a una
etiología exacta.
Efectos de la automedicación

La automedicación es una práctica de riesgo que involucra la ingesta de medicamentos


por iniciativa propia sin intervención, diagnóstico, prescripción o supervisión por parte
de un médico.
Solemos automedicarnos cuando tenemos enfermedades simples como gripe, tos o
temperatura alta. El riesgo se presenta porque los medicamentos deben ser tomados en
las dosis y por las fracciones de tiempo adecuados para obtener el efecto esperado.
Aunque no lo creas, las reacciones adversas que puede causar la automedicación figuran
entre las diez principales causas de muerte en el mundo.
La mayoría de las personas no tiene conocimientos de cómo puede afectar la salud el
automedicarse y, sobre todo, que esta puede jugarles en contra al momento de aliviar
una dolencia, ya que se puede perder la efectividad ante una toma inadecuada.
La automedicación puede parecer una práctica inofensiva, pero puede tener serias
complicaciones en nuestra salud.
Estas son otras de las consecuencias que la automedicación representa para nuestra
salud:
• Enmascaramiento de la enfermedad: puede evitar que se retrase el
diagnóstico y tratamiento de enfermedades más graves.
• Reacciones adversas: de no seguir las indicaciones de un doctor podemos caer
en una toma desmesurada y en cantidades dañinas. Ante esto, nuestro cuerpo
tiene una reacción y desarrolla síntomas que van desde alergias con erupciones
en la piel, pasando por fallas en órganos vitales, y en los casos más extremos
shocks anafilácticos, que pueden llegar a ser mortales.
• Interacciones: dependiendo de qué medicamentos, plantas o alimentos estemos
tomando, puede ocurrir una potenciación o disminución del efecto de la
medicación.
• Aumento resistencia a otros medicamentos: es el caso de los antibióticos,
comúnmente tomados para tratar lo que se cree puede ser una infección. De no
tratarse de una infección, podemos generar resistencia a los antibióticos, y estos
ya no tendrán efecto cuando los necesitemos de verdad.
• Drogo dependencia.
Si bien la automedicación es una decisión personal, hay diversos factores que
influencian esta conducta, entre los más comunes encontramos:
• La falta de conocimiento acerca de los daños de la automedicación
• Dudas en el diagnóstico y en las recetas
• Promoción de medicamentos en forma inadecuada
• Disponibilidad de medicamentos sin restricciones
• Medicamentos inaccesibles
• Formas de automedicación más comunes
• Ya sea para un resfrío, tos, dolor de garganta, bajar la fiebre, o lo que se crea
puede ser una infección, estos son los tipos de medicamentos que más solemos
tomar por cuenta propia:
• Analgésicos: usados para aliviar dolores y también para bajar la fiebre. El más
común el ibuprofeno. Pero el abuso de este tipo de medicamentos puede
ocasionar efectos graves en el aparato digestivo o riñones.
• Antibióticos: su uso está dirigido al tratamiento de enfermedades infecciosas y
a eliminar o detener el crecimiento de bacterias. De ser consumido de manera
inadecuada representa la causa principal de la resistencia bacteriana.
• Antigripales: muy frecuentes para disminuir los síntomas del resfriado común
que todos hemos tenidos. Sin embargo, los antigripales no son recomendables para
cualquier tipo de paciente, ya que pueden tener interacciones con otros medicamentos e
incluso generar efectos secundarios como molestias gastrointestinales, sequedad de
boca y estreñimiento.

¿Cómo podemos evitar los riesgos asociados?


Haciendo un uso responsable de los mismos. No tomar bajo ningún concepto un
medicamento que necesite receta y no haya sido prescrito por un médico. El tiempo de
consumo de los medicamentos que no requieran receta debe ser razonable, si los
síntomas continúan o persisten, es recomendable acudir a un centro médico. Es
importante informar al doctor o doctora de todos los medicamentos que se están
tomando o que se han tomado. Además, es muy importante, evitar el uso de alcohol
cuando se está tomando un tratamiento.
Evitar aquellos medicamentos no recomendados en algunos grupos de población, como
pueda ser en caso de embarazo, lactancia, enfermedades crónicas
Los medicamentos, ¡solo en la farmacia! Solo se pueden vender a través de internet
aquellos medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica y siempre a
través de sitios web legalmente autorizados. La venta tiene que ser realizada con la
intervención de un farmacéutico o farmacéutica.
Conservación de los medicamentos. Es muy importante leer y conservar el prospecto
de todos los medicamentos y saber qué es lo que tomamos. Conservar los medicamentos
en su embalaje original es importantísimo, ya que así podemos ver la fecha de
caducidad, el lote… además de que el embalaje protege el medicamento y garantiza su
óptima conservación.
La medicina como institución de contrato social

La participación de la Medicina en el dirigismo social no es algo nuevo; no ha aparecido,


a gran escala, de manera repentina un buen día de mediados del S. XX. Como
acertadamente ha señalado Sigerist, la Medicina desde sus comienzos no fue sólo una
ciencia social, también un trabajo cuya práctica se vincula inextricablemente con la
sociedad sobre la que opera. Esta interdependencia, quizá, se ve mejor en dos ramas que
han tenido, desde su inicio, un componente social intrínseco: la psiquiatría y la sanidad
pública/medicina preventiva. La sanidad pública siempre se ha dirigido al progreso
social: cobertura sanitaria, vivienda, condiciones laborales, y ha usado, a menudo, el
aparato estatal (legislación y poder político) para lograr sus fines: vacunas, cuarentenas.
El rol de la psiquiatría es de más difícil valoración, pero si tomamos la historia de la
psiquiatría como fuente analítica, entonces advertimos la casi universal remisión a uno
de sus pioneros, Johann Weyer. La participación inicial y posterior de la psiquiatría en
problemáticas sociales se basa en la objeción de que “las brujas no deberían ser
quemadas”; para Weyer y sus discípulos, las brujas no estaban poseídas por el diablo,
sino que habían quedado poseídas por sus propios problemas, es decir: estaban locas.
Desde su primer contacto con “la locura”, como una eximente en procesos penales, la
psiquiatría ha ido expandiéndose hasta convertirse en la principal opción rehabilitadora
de los “desviados” inimputables. La psiquiatría, al igual que la sanidad pública, también
se ha prevalido del aparato del Estado para lograr sus fines, a través de trámites legales,
forzando ingresos obligatorios, con la subsiguiente privación de derechos y libertades.
Sin embargo, esto no significa que las otras ramas de la medicina no participen en el
dirigismo social. El tema merece una relectura.
La medicina, por mucho tiempo, ha tenido una relación, de hecho y de derecho, con
instituciones de control social. La relación, de derecho, se aprecia, con claridad, en el
concepto “enfermedades de declaración obligatoria así, si un médico observa ciertos
fenómenos en su consulta, está obligado a informar a la autoridad competente. Aunque
ésta parece una práctica honrada funcional, por informar de ciertas enfermedades muy
contagiosas, no está tan claro en situaciones en que no hay posible propagación de
infecciones (heridas por bala, intentos de suicidio, consumo de drogas, abuso infantil).
La relación de facto con el control social puede argüirse con sólo ver las polémicas
habidas en los últimos dos o tres congresos de la American Medical Asociación.
Entonces, los miembros de la AMA y demás profesionales sanitarios fueron acusados
de prácticas de control social (se les acusó, literalmente, de “genocidio”): primero, por
venir tratando peor a las clases menos pudientes (y proporcionando mejores
tratamientos a clientes de las clases altas); en segundo lugar, de manera más sutil, dados
unos recursos limitados, se están atendiendo más ciertas enfermedades, en detrimento
de otras. La acusación se basaba en que la medicina se había centrado en enfermedades
propias de las clases altas (cáncer, infartos cerebrales y cardiacos), ignorando las
enfermedades propias de las bajas (malnutrición y mortalidad infantil).
A través de la extensión de lo que en medicina se consideran “hábitos saludables de
vida” Aunque, en algunos aspectos, ésta sea la principal tendencia del proceso de
“medicalización de la sociedad”, se puede sintetizar fácilmente. Nos vamos a apoyar en
la retórica médica y en los hechos a la hora de sustentar cualquier tesis. Lo que Wootton
atribuía a la psiquiatría no lo es menos en relación con la medicina en su conjunto.
Parafraseándola, actualmente, la credibilidad de toda tesis está muy reforzada, si no
justificada, si se expresa el lenguaje científico- médico. Decir que muchos que usan tales
etiquetas no son profesionales de la medicina es una petición de principio, pues el
público sólo está atendiendo a profesionales que, cada vez más, han extendido su área
de actuación a la esfera social o han reclamado tal extensión. En política, uno escucha
que la economía o el país, en general, gozan de buena o mala salud. Más concretamente,
la salud física y mental de los candidatos a la Casa Blanca ha sido objeto de debate en
las últimas cuatro elecciones y un libro de reciente aparición sobre la clonación
decisiones erráticas en política con salud enferma. Sabemos, desde hace años, que el
medio ambiente está contaminado; sabemos de la contaminación acústica, y que el
entorno se está degradando hasta la consunción; ahora, descubrimos que su muerte
puede no estar desvinculada de nuestra propia extinción. Voy a acabar con un ejemplo
mundano, si no deprimente: siempre ha habido una batalla constante entre las
autoridades escolares y sus órdenes sobre el uso de uniformes, la prohibición de fumar,
etc pero recientemente la problemática fue resuelta por una administración local en
EEUU al afirmar que tal prohibición era necesaria por razones de salud.
Las posibilidades y las consecuencias del control médico
La relación de actividades diarias en las que la salud puede verse afectada va en
aumento y la dinámica actual parece que va a seguir aumentando sin límites. Las razones
son múltiples. No sólo es que la medicina haya extendido su ámbito de aplicación para
cubrir nuevas dolencias, o que los médicos se hayan comprometido profesionalmente a
descubrir enfermedades, ni incluso que la sociedad siga generando enfermedad. Porque
si no se hubiesen dado estos factores, aún ejercería la medicina una enorme influencia
sobre la sociedad. El más poderoso estímulo empírico, a este efecto, es la toma de
conciencia de, en qué medida, cada uno ha creído o cree que tiene algo orgánicamente
mal, o siendo más positivos, qué se puede hacer para sentirse bien, tener buen aspecto
o funcionar adecuadamente.
El Mito de la Responsabilidad
No obstante, reconociendo una extensión médica que va en aumento, es fácil ver que
tiene aspectos positivos, como la definitiva desestimación de muchos problemas
sociales y humanos. Así, Barbara Wootton ha afirmado: “Sin duda, dada la actitud actual
hacia los comportamientos antisociales, la psiquiatría y el humanitarismo han ido de la
mano. Simplemente, por ir en armonía con la “atmósfera mental” de un tiempo, como
el actual, en el que la mente es el principal objeto de estudio de la ciencia, el tratamiento
médico de los “desviados sociales” ha sido el principal apoyo de las acciones
humanitaritas; actualmente, el trabajo social se ha prestigiado enormemente zonal. Al
delincuente se le supone responsable y, por tanto, imputable por sus actos, mientras que
al enfermo no. Si bien la distinción es observada, parece, más bien, que tiene un
fundamento cuantitativo, en vez de cualitativo, con juicios morales. Por ejemplo, si bien
es probable que ya no se condene directamente a individuos por estar enfermos, parece
que gran parte de la condena se haya desplazado. Aunque el carácter inmoral no se haya
probado por la mera enfermedad, es evidente, que por sus actos lo es. Sin que resulte
absurdo, si uno se fija en los rasgos de la gente que no acude a sus citas, que no sigue el
tratamiento que le es prescrito o que se retrasan en buscar ayuda médica, uno encuentra
una larga lista de posibles “defectos personales”. Tales personas parecen ignorar las
consecuencias de ciertas enfermedades, de sintomatología imprecisa, y son incapaces
de planificar o de gestionar su tiempo, avergonzados, con sentimiento de culpa,
propensos a la neurosis, traumatizados por sus vivencias en el hospital, o bien
pertenecen a las clases bajas/minorías étnicas/religiosas. En resumen, parece que serán
un grupo social lleno de problemas, si no desahuciado.
El debate no se va a zanjar con estos análisis, dado que no está claro que la moral y la
responsabilidad individual hayan sido del todo desterradas de la etiología. Al mismo
tiempo, dado que la etiqueta “enfermedad” se está usando para denotar “responsabilidad
disminuida”, aludiendo al fenómeno en su totalidad, el concepto “responsabilidad
personal” parece que vuelve a emerger en medicina. Al margen del rigor y de la luz que
aporte un concepto como “stress”, y de la perspectiva psicosomática, se pone al hombre
y no a las bacterias en el foco de atención, lo que conduce, por tanto, reexaminar el papel
del individuo en su propia muerte, discapacidad o incluso recuperación. Sin embargo,
el asunto no debe quedar confinado a conceptos profesionales ni a su grado de
aceptación popular. Como la mayoría de las encuestas señalan, cuando a un individuo
se le pregunta acerca de qué causa su diabetes, ataque cardiaco, infección respiratoria
alta, etc., la terminología médica nos sirve de apoyo cuando sus respuestas no son del
todo precisas.
Epidemiologia social según la OMS

Mediante la comparación de la epidemiología de campo y la epidemiología social, se


pretende reflexionar sobre los imaginarios no explícitos que operan en ambos ámbitos,
necesariamente convergentes, sobre los obstáculos de la práctica epidemiológica actual
para alcanzar su función social y sobre la necesidad de cambiar las bases
epistemológicas, metodológicas y prácticas que operan en la epidemiología, empezando
por la formación del epidemiólogo de campo.
La epidemiología de campo tiende a la acción sin marco teórico. La epidemiología
social, por el contrario, tiende a los desarrollos teóricos (reflexión e investigación sobre
los determinantes sociales) alejados de la acción, debido a los limitantes para cambiar
las políticas públicas. Otras diferencias se sitúan en el nivel de intervención
(micro/macro espacios), el objeto de intervención (control del brote frente a control de
las desigualdades) y en la forma de articular la comunicación con la sociedad. Se
asemejan en la preocupación por el método, la predominancia de una orientación
positivista y condicionada por la estadística, aunque en proceso de cierta apertura
epistemológica, la tensión experimentada entre relacionarse con un mundo virtual de
bases de datos o con la sociedad real, su situación en la periferia del sistema político-
social-institucional-profesional y por estar abocadas a la frustración profesional.
Finalmente, se formulan 10 interrogantes a los epidemiólogos de campo sobre su
práctica actual, a través de los cuales se podría evaluar si están realizando una
epidemiología social, y se sugieren cambios para introducir en la formación y práctica
del epidemiólogo. (Pozo, 2006)
Karol
Castillo(google)

La importancia de los determinantes sociales de la salud en las políticas públicas

La Comisión sobre Determinantes sociales de la salud de la Organización Mundial de


la Salud (OMS) recabó datos científicos sobre posibles medidas e intervenciones en
favor de la equidad sanitaria y promovió un movimiento internacional para alcanzar ese
objetivo. Sobre esta base, la OMS hizo un llamado a todos los gobiernos para que
tomaran la iniciativa en la acción mundial sobre los determinantes sociales de la salud
(DSS) y exhortó a los gobiernos, a las academias, a la sociedad civil, a la propia OMS
y otras organizaciones internacionales para lograr la equidad sanitaria.
La OMS describe los determinantes sociales de la salud (DSS) como “las condiciones
socio económicas en que las personas nacen, crecen, viven, educan, trabajan y
envejecen” éstas influyen en la salud de los individuos, las familias y las comunidades
en su conjunto. Los DSS establecen el grado en que una persona tiene los recursos
físicos, sociales y personales para identificar y lograr sus aspiraciones, satisfacer
necesidades de salud, educación, alimentación, empleo y adaptarse al medio ambiente.
La mayor parte de los problemas de salud están vinculados de una u otra manera a las
condiciones socio económicas de la población que los padece. Sin embargo, en las
políticas de salud han predominado las soluciones centradas en el tratamiento de las
enfermedades, sin incorporar adecuadamente intervenciones sobre las “causas de las
causas”, tales como acciones sobre el entorno social.
La mala salud de las personas más pobres, el gradiente social de salud en el país y las
grandes desigualdades sanitarias son provocadas por una distribución desigual del
poder, los ingresos, los bienes y los servicios, así como por las consiguientes injusticias
que afectan a las condiciones de vida de la población de forma inmediata y visible. Esa
distribución desigual de experiencias perjudiciales para la salud no es, en ningún caso,
un fenómeno natural. El nivel de salud de una población no depende sólo de los recursos
sanitarios de que se disponga, sino también de factores sociales que lo determinan, como
la clase social a la que se pertenece, el trabajo desempeñado, el entorno en el que se
habita, si se es hombre o mujer o indígena, si se vive en una zona rural o urbana con alta
marginación y carente de los servicios básicos tales como agua, drenaje, luz,
pavimentación y transporte público.
Para conseguir el más alto nivel de salud para la población, la visión economicista de la
salud y la derivación de mayores recursos hacia los servicios curativos debe replantearse
nuevamente. Es preciso que las políticas públicas presten mayor atención al entorno y a
los estilos de vida. Tal como lo recomienda la OMS en la resolución adoptada por todos
los ministros de salud, es necesario incorporarlas en la planificación y formulación de
las políticas, en las estrategias y el trabajo técnico. Sólo así será posible consolidar los
conocimientos y pasar a la acción para mejorar la salud y reducir las inequidades.
(Chavez, 2012)

Marco de las principales vías de las determinantes:


El modelo biopsicosocial del proceso salud enfermedad

El modelo biopsicosocial es un modelo o enfoque participativo


de salud y enfermedad que postula que el factor biológico (factores químicos
biológicos), el psicológico (pensamientos, emociones y conductas) y los factores
sociales, desempeñan un papel significativo de la actividad humana en el contexto de
una enfermedad o discapacidad.
De esta manera, la salud se entiende mejor en términos de una combinación de factores
biológicos, psicológicos y sociales y no puramente en términos biológicos.1 Contrasta
con el modelo reduccionista tradicional, únicamente biológico que sugiere que cada
proceso de la enfermedad puede ser explicado en términos de una desviación de la
función normal subyacente, como un agente patógeno, genético o anormalidad del
desarrollo o lesión. El paciente no desempeña un papel significativo, no forma parte del
proceso, y el resultado es una alta resistencia al cambio.
Este enfoque se utiliza en campos como la ganadería, agricultura, psicología
clínica, psicopedagogía y la sociología y en particular en ámbitos más especializados
como la psiquiatría, la fisioterapia, la terapia ocupacional y el trabajo social clínico. En
el ámbito de la atención a las personas con discapacidad y enfermedad crónica, es básico
este enfoque dentro del equipo de rehabilitación, formado por médicos especialistas en
medicina familiar, rehabilitación, neuropsicólogos, logopedas, terapeutas
ocupacionales, terapeutas psicosociales, enfermeros, fisioterapeutas, trabajadores
sociales y otros profesionales. (Santrock, 2007)

El Modelo Biopsicosocial señala que la exposición a un agente patógeno, por ejemplo,


un virus o una bacteria, no desemboca necesariamente en la infección y el desarrollo
de enfermedad por parte del individuo expuesto, sino que dependerá del grado de
vulnerabilidad inmunológica que éste presente; a su vez, esa mayor o menor
vulnerabilidad estará en relación con los hábitos de salud (dieta, tabaco, alcohol, práctica
deportiva, horas de sueño, etc.), el ajuste psicológico (por ejemplo, los niveles de estrés)
y social (disponibilidad de apoyo social entre otros) de cada individuo.

Modelo Biopsicosocial nuevas conceptualizaciones


El surgimiento del Modelo Biopsicosocial como nueva forma de conceptuar la salud,
llevó también a la psicología, a reconceptualizar y replantearse las tareas que venía
desarrollando en el campo de la Psicología Clínica; tales reajustes pudieran resumirse a
partir de la compilación realizada por Santacreu (1991):

• La Psicología de la Salud
La Psicología de la Salud se plantea como objeto de estudio del comportamiento
humano, que incluye las llamadas cogniciones, las respuestas fisiológicas o biológicas
no observables en sí mismas y las conductas manifiestas u observables.
• Las leyes, modelos, teorías
Las leyes, modelos o teorías que describen, explican o predicen el comportamiento
humano son las mismas para el comportamiento normal y anormal, para la salud y la
enfermedad. Estas premisas son clave para el Modelo Biopsicosocial.
• Comportamiento anormal
El comportamiento humano anormal está constituido por formas de adaptación al
ecosistema que finalmente resultan inadecuadas a corto o largo plazo.

• Conocimientos psicológicos
Los psicólogos clínicos intentan aliviar a los individuos que demandan su ayuda, por
medio de los conocimientos psicológicos. En general, no se plantea el cambio del
ecosistema, entre otras cosas por que no está a su alcance, salvo que se trate de niños o
adultos con actividad restringida.

• Los ecosistemas
Los ecosistemas en los que el organismo está inmerso y el ambiente físico y social en el
que se mueve, determinan en gran parte, no sólo los comportamientos adaptativos
concretos, sino los sistemas generales de adaptación. Además, y ésta es la cuestión
importante, determinados ecosistemas producen/inducen sistemas de adaptación
específicos, inadecuados en otros ecosistemas o en un sistema más amplio.

Epidemiologia y enfermedades de la pobreza

La epidemiología es la rama de la salud pública que tiene como propósito describir y


explicar la dinámica de la salud poblacional, permitiendo intervenir en su curso natural.
En esta nota se explica la importancia que este estudio tiene en el desarrollo de
estrategias preventivas.
La palabra epidemiología deriva de tres vocablos griegos, estos son: EPI: sobre;
DEMIOS (o DEMO): pueblo; LOGIA: conocimiento, estudio. Ahora bien, en un sentido
práctico podríamos definir a la epidemiología como la "aplicación del método científico
para obtener respuestas acerca de la salud, la enfermedad y los determinantes de ambos;
al realizar estudios en las poblaciones"
En términos generales, para la epidemiología, una población está constituida por un
conjunto de unidades y, en tal sentido, podrán identificarse poblaciones de distintos
tipos y formas. Así tendremos la población de pacientes internados, los trabajadores de
una industria, los conductores de automóviles, los fumadores y los no fumadores, etc.
Pero como parámetros generales de las poblaciones epidemiológicas, debemos decir que
siempre están referidas a una zona geográfica y un tiempo determinados. En tal sentido,
la completa definición de una población epidemiológica estaría dada por la conjunción
de tres componentes: persona (hechos u objetos), lugar y tiempo. Supongamos como
ejemplo el estudio de los nacimientos ocurridos en el lapso de dos años en una ciudad
concreta.
En cuanto al origen de la epidemiología como actividad, algunos lo sitúan en la cultura
egipcia, otros en la griega (varios siglos antes de nuestra era). Pero no es hasta el
desarrollo de la estadística, en los siglos XVIII y XIX, que la epidemiología adquiere
jerarquía y relevancia. En el siglo XX, la incorporación masiva de la informática dio un
importante impulso a la epidemiología (bases de datos, aplicación de nuevas técnicas
estadísticas). Actualmente, como veremos a continuación, es aplicada en amplias áreas
del conocimiento humano.
Contribuciones pasadas y actuales de la epidemiología
Enfermedades infecciosas: grandes epidemias del mundo antiguo como la peste, viruela
y el cólera; y actuales problemas como la enfermedad de chagas, el dengue y la gripe
A. Debemos aclarar aquí, que la palabra epidemia, es utilizada para expresar un aumento
del número de casos de una enfermedad (infecciosa o no) más allá de lo esperado
habitualmente.
Ambiental: desde 1850 (epidemia de cólera en Londres) se conoce la utilidad del método
epidemiológico en la resolución de los problemas de contaminación del agua, aire y
suelo. Actualmente se la utiliza como fuente de conocimiento y prueba en los casos de
contaminación de la cuenca Reconquista-Matanza-Riachuelo (provincia de Buenos
Aires) y en el conflicto generado en la costa del Río Uruguay por la instalación de una
industria pastera (provincia de Entre Ríos).
Enfermedades crónicas: estudio de los factores de riesgo responsables de la ocurrencia
de afecciones como cáncer, enfermedades reumáticas y cardiovasculares, por citar las
más importantes. Fue a partir del estudio epidemiológico de este tipo de afecciones que
se comenzó a modelar el concepto de "origen multicausal de la enfermedad".
Accidentes (generales, de tránsito, laborales): con respecto a los accidentes de tránsito
existen ejemplos actuales de estudios epidemiológicos realizados por el CESVI y la
Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Un capítulo aparte lo constituye la Salud Ocupacional. Esta rama de la medicina, dado
su carácter preventivo, social e interdisciplinario, encuentra en la epidemiología la
metodología adecuada para el desarrollo de sus estrategias preventivas y realización de
investigaciones etiológicas (riesgos y causas) y evaluativas (impacto en el terreno de las
medidas implementadas).
Enfermedades de la pobreza
Las enfermedades de la pobreza son los virus, bacterias, infecciones y paracitos, las que
más comunes son en los países de bajo recurso el gran porciento según la OMS las
personas con estas enfermedades son las de más bajos recursos. Otras de ellas más
común es el VIH, también bajo peso al nacer, con deficiencias ya sea de anemia o
dificultades para respirar.
En contraste, las enfermedades por las que más personas mueren en países de medianos
ingresos son: ataque apoplético y otras enfermedades cerebrovasculares, enfermedad
coronaria, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, infecciones de las vías
respiratorias inferiores; cánceres de tráquea, bronquios y pulmón; accidentes de tráfico,
enfermedad cardiaca hipertensiva, cáncer de estómago, tuberculosis y diabetes. Resalta
que en los países más pobres el 36% de las defunciones son de menores de 15 años; para
los países de medianos ingresos ese índice baja a 10% y en los de altos ingresos es de
sólo 1%. Cada año mueren más de 14 millones de individuos a causa de males
infecciosos y parasitarios, a decir de la agrupación Médicos Sin Fronteras. Los más
comunes son: el cólera y otras afecciones diarreicas epidémicas, dengue y dengue
hemorrágico, dracunculosis (gusano de Guinea), enfermedad de Chagas,
esquistosomiasis, filariasis linfática, helmintiasis transmitida por el suelo (ascariasis,
anquilostomiasis y tricuriasis), leishmaniasis, lepra, oncocercosis, tracoma,
tripanosomiasis africana humana (enfermedad del sueño) y úlcera de Burelli.
Sostenibilidad ambiental y sus dimensiones

La sostenibilidad ambiental es la gestión eficiente de recursos naturales en la actividad


productiva, permitiendo su preservación para las necesidades futuras.
Un buen ejemplo de desarrollo sostenible ambiental es precisamente el llamado
ecoturismo. ... El ecoturismo no renuncia a la actividad turística, pero cuida que la
actividad no degrade el medio ambiente, y que se lleve a cabo dentro de los límites de
su capacidad de carga.
El concepto de sustentabilidad se funda en el reconocimiento de los límites y potenciales
de la naturaleza, así como la complejidad ambiental, inspirando una nueva comprensión
del mundo para enfrentar los desafíos de la humanidad en el tercer milenio. El concepto
de sustentabilidad promueve una nueva alianza naturaleza-cultura fundando una nueva
economía, reorientando los potenciales de la ciencia y la tecnología, y construyendo una
nueva cultura política fundada en una ética de la sustentabilidad –en valores, creencias,
sentimientos y saberes– que renuevan los sentidos existenciales, los mundos de vida y
las formas de habitar el planeta Tierra.
Industria farmacéutica

La industria farmacéutica es un importante elemento de los sistemas de asistencia


sanitaria de todo el mundo; está constituida por numerosas organizaciones públicas y
privadas dedicadas al descubrimiento, desarrollo, fabricación y comercialización de
medicamentos para la salud humana y animal. Su fundamento es la investigación y
desarrollo (I+D) de medicamentos para prevenir o tratar las diversas enfermedades y
alteraciones.
Los principios activos que se utilizan en los medicamentos presentan una gran variedad
de actividades farmacológicas y propiedades toxicológicas. Los modernos avances
científicos y tecnológicos aceleran el descubrimiento y desarrollo de productos
farmacéuticos innovadores dotados de mejor actividad terapéutica y menos efectos
secundarios. En este sentido los biólogos moleculares, químicos y farmacéuticos
mejoran los beneficios de los fármacos aumentando la actividad y la especificidad.
Estos avances suscitan, a su vez, una nueva preocupación por la protección de la salud
y la seguridad de los trabajadores en la industria farmacéutica. Son muchos los factores
dinámicos científicos, sociales y económicos que configuran la industria farmacéutica.
Algunas compañías farmacéuticas trabajan tanto en los mercados nacionales como en
los multinacionales. En todo caso, sus actividades están sometidas a leyes, reglamentos
y políticas aplicables al desarrollo y aprobación de fármacos, la fabricación y control de
calidad, la comercialización y las ventas.
Investigadores, tanto de instituciones públicas como del sector privado, médicos y
farmacéuticos, así como la opinión pública, influyen en la industria farmacéutica. Los
proveedores de asistencia sanitaria. De hospitales, clínicas, farmacias y consultas
privadas pueden prescribir fármacos o recomendar cómo dispensarlos. Los reglamentos
y las políticas de asistencia sanitaria aplicables a los productos farmacéuticos son
sensibles intereses públicos, de grupos de defensa y privados. La interacción de todos
estos complejos factores influye en el descubrimiento, desarrollo, fabricación,
comercialización y venta de fármacos.
La industria farmacéutica avanza impulsada por los descubrimientos científicos y por la
experiencia toxicológica y clínica. Existen diferencias fundamentales entre las grandes
organizaciones dedicadas a un amplio espectro de actividades de descubrimiento y
desarrollo de fármacos, fabricación y control de calidad, comercialización y ventas, y
otras organizaciones más pequeñas que se centran en algún aspecto específico. Aunque
la mayor parte de las compañías farmacéuticas multinacionales participan en todas esas
actividades, suelen especializarse en algún aspecto en función de diversos factores del
mercado nacional.
Muchos países tienen sistemas específicos de protección de los fármacos y los procesos
de fabricación en el marco del sistema general de protección de los derechos de
propiedad intelectual. En los casos en los que esta protección legal es limitada o no
existe, hay compañías especializadas en la fabricación y comercialización de
medicamentos genéricos. La industria farmacéutica requiere la inversión de grandes
capitales debido a los gastos asociados a la I+D, la autorización de comercialización, la
fabricación, la garantía y el control de calidad, la comercialización y las ventas.
Numerosos países han adoptado reglamentos aplicables al desarrollo y la autorización
de comercialización de los fármacos. En ellos se establecen requisitos estrictos de
buenas prácticas de fabricación que garantizan la integridad de las operaciones
industriales y la calidad, seguridad y eficacia de los productos farmacéuticos.
En los países en desarrollo, en los que prevalecen la malnutrición y las enfermedades
infecciosas, los fármacos más necesarios son los suplementos nutricionales, las
vitaminas y los antiinfecciosos. En los países desarrollados, en los que las enfermedades
asociadas con el envejecimiento y dolencias específicas son las principales
preocupaciones sanitarias, los fármacos más demandados son los que actúan sobre el
sistema cardiovascular, el sistema nervioso central, el sistema gastrointestinal, los
antiinfecciosos, los antidiabéticos y los quimioterápicos.
Los fármacos para la salud humana y veterinaria comparten actividades de I+D y
procesos de fabricación similares; no obstante, tienen beneficios terapéuticos y se
ajustan a mecanismos de autorización: distribución, comercialización y venta
diferentes. Los productos veterinarios ayudan a controlar enfermedades infecciosas y
parásitos en los animales para la agricultura y de compañía; normalmente se trata de
vacunas y de agentes antiparasitarios y antiinfecciosos.
Los suplementos nutricionales, los antibióticos y las hormonas son productos de amplio
uso en la agricultura moderna para promover el crecimiento y la salud de los animales
de explotaciones ganaderas. La I+D de los medicamentos para la salud humana y animal
se realiza a menudo en colaboradores, debido al interés común en controlar
enfermedades y agentes infeccioso.
El propósito principal de la industria farmacéutica es realizar un exhaustivo proceso de
investigación que permita el desarrollo de medicinas. Estas ayudan a la prevención y
conservación de la salud humana y animal.

Sobre todo, la industria farmacéutica se ha visto beneficiada con el enorme avance en el


campo científico y tecnológico. Puesto que estos avancen han generado un incremento
en el descubrimiento y desarrollo de productos farmacéuticos innovadores. La
innovación hace que actúen mejor en el proceso terapéutico, pero paralelamente
provocan menos efectos secundarios.

Sin duda, todas las actividades de la industria farmacéutica se rigen a un conjunto de


leyes, reglamentos y políticas propias de la legislación de cada país. Dado que todo
proceso de desarrollo, aprobación, producción y comercialización de los fármacos están
sujetos a las disposiciones legales vigentes en cada país.

Características de la industria farmacéutica

Naturalmente, el sector de la industria farmacéutica es un sector que se caracteriza por


ser intensivo en capital. Eso implica que se requiere una estructura de producción con
maquinaria y tecnología sofisticada para desarrollar todo el proceso de producción.

En efecto, esta infraestructura permite que se cumplan con los parámetros de seguridad
y calidad que deben reunir los medicamentos. Por esa razón también se tienen altos
costos en procesos de investigación e innovación.

Podemos decir que la industria farmacéutica es un componente muy importante en la


economía en general. Dado que los productos que fabrica son productos de alto valor
agregado. Por ello para producirlos se requiere de altas inversiones en bienes de capital
y de recurso humano altamente calificado. De modo que los nuevos medicamentos cada
vez sean más efectivos, mejorando la calidad de vida y el bienestar de la sociedad.
La cultura de la pobreza

La pobreza cultural es un tipo de pobreza que referencia a la incapacidad que presenta un


individuo para acceder al consumo de servicios y actividades de carácter cultural.
La pobreza cultural, por tanto, es la incapacidad que muestran individuos que, en la
sociedad, se muestran incapaces de acceder al consumo de actividades y servicios de
carácter cultural.

Siempre, tomando de referencia una población en la que estos individuos se muestran


como individuos demográfica y socialmente similares. La pobreza cultural es un tipo de
pobreza que muestra un menor desarrollo en aquellos países que lo presentan. Pues, la
promoción de la cultura y la educación, lleva consigo, también, un mayor desarrollo
intelectual.
Este tipo de pobreza suele estar relacionada con aquellos territorios que presentan otros
tipos de pobreza, impidiendo el acceso a la educación, por ejemplo.

La pobreza cultural ha ganado gran relevancia en los últimos años, donde iniciativas como
la “economía naranja” han surgido para contrarrestar dicha situación en determinadas
economías emergentes.

Causas de la pobreza cultural


Entre las causas que acaban originando situaciones de pobreza cultural, cabe destacar las
siguientes:

• Falta de acceso a la educación.

• Poca promoción de la cultura.

• Desinterés gubernamental.

• Escasos niveles de renta.

• Presencia de otro tipo de pobreza.

• Desinterés por la población.

Estas, entre otras, son algunas de las causas que pueden provocar que un determinado
lugar pueda presentar este tipo de pobreza.

Consecuencias de la pobreza cultural


Entre las consecuencias que se derivan de la pobreza cultural, cabría destacar la siguiente
relación:

• Escaso desarrollo social.

• Falta de espíritu crítico.

• Escasa innovación y creatividad.

• Falta de motivación y ánimos.

• Escaso desarrollo de habilidades y aptitudes.

• Incapacidad para el desarrollo de trabajos cualificados.

• Precarización del mercado laboral.

• Economía de bajo valor añadido.


Así, estas, entre otras, son algunas de las consecuencias en las que podría derivar dicha
falta de cultura.

En los últimos años, economistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han
desarrollado nuevas teorías que tratan de fomentar nuevas corrientes de pensamientos que
abogan por la promoción y la difusión de la cultura en los países en desarrollo.

En este sentido, acuñando conceptos como “economía naranja”, que buscan la difusión
de la cultura, así como los beneficios asociados a dicha promoción. A través de estos
conceptos, se busca el desarrollo de políticas que traten de potenciar la economía de la
cultura.

Además, entre los beneficios económicos que destacan sus autores, la cultura es un gran
motor de crecimiento. De acuerdo con los autores, la promoción de la cultura da lugar a
una industria creativa que acaba derivando en la mejora de otros sectores que se ven
influenciados por esta creatividad e innovación.

Por último, vale la pena mencionar que la escasa promoción de la cultura en


determinadas economías en vías de desarrollo hace que la aplicación de políticas que
traten de estimular dicha situación se haya convertido en una necesidad.
Aporofobia y Gerontofobia

Dos de las palabras del año han sido gerontofobia y aporofobia. Evidentemente, en lo
positivo también ha habido mucho altruismo y mucho esfuerzo colectivo para salir de
esta terrible pandemia.

Pero, si todos lo estamos pasando mal, los más mayores y los pobres de toda la vida han
sido colectivos especialmente vulnerables a los que, además, se les ha dado la espalda en
cierta medida. Fíjense cómo han muerto muchas personas por el hecho de vivir en
residencias de ancianos o esas colas del hambre que se repiten en todas las grandes
ciudades.

También es cierto que la ciudadanía ha liderado -por delante de las administraciones- la


movilización para dar de comer a quien nada tiene y que se han buscado soluciones -el
Ejército ha llegado a acudir a esos centros- para acabar con el virus en las residencias de
ancianos. Con resultados, por cierto, desiguales.
Gerontofobia y aporofobia no significan -o no solo significan- miedo a ancianos o pobres,
sobre todo, implican rechazo a ambos colectivos.

Y ese desprecio, un tanto irracional, pone de manifiesto un mal de esta sociedad. No


puede parecer que ni los mayores ni los pobres no importen e, incluso, se tomen
decisiones políticas para invisibilizarlos; como con la ordenanza de convivencia de
Alicante.

aporofobia, es decir, el odio a las personas pobres, se convertirá desde este viernes en una
agravante de la responsabilidad penal, al igual que ya lo eran el racismo o la homofobia,
gracias a la entrada en vigor este viernes de la ley de protección integral a la infancia y la
adolescencia frente a la violencia.

En concreto, la ley da una nueva regulación a los delitos de odio comprendidos en el


Código Penal, incorporando la aporofobia y la exclusión social como una agravante de la
responsabilidad criminal. También se incluye la edad como motivo de discriminación, no
solo referida a los niños y niñas, sino también a los mayores.

Una de las novedades de la nueva Ley será la inclusión en su articulado de un nuevo delito
de odio, la «aporofobia», un término que el Diccionario de la Real Academia incorporó
en su edición de 2017 y que vendría a significar «fobia a las personas pobres o
desfavorecidas». Fue la filósofa Adela Cortina la que acuñó este concepto hace 20 años.
«Que se incluya la aporofobia en el conjunto de delitos de odio creo que es una medida
de justicia, porque la regulación en estos casos se debe al interés del Estado de proteger
a colectivos desfavorecidos, cuya vulnerabilidad resulta de la propia realidad social»,
señaló en declaraciones a Europa Press la filósofa.

Lo que no se nombra no existe, por eso era importante que la aporofobia se visibilizara
como una de esas palabras que describe un fenómeno vergonzante de nuestro tiempo: el
rechazo y desprecio al pobre.
Quienes sienten esto en las tripas arguyen algunas razones: un pobre lo único que aporta
a la sociedad son problemas. No genera valor económico, no representa un motivo de
orgullo, no es confiable, no encarna los valores más nobles de la sociedad. Por el
contrario, el pobre es una carga, un fardo social, un resentido al acecho del que lo emplea
o de quien le niega una ocupación, un atenido al que hay que lidiar y mantener a costa de
nuestros impuestos o de la vía (vergonzosa) de la caridad. El pobre no da; quita.
Sobra decir lo errado de estas supuestas razones y, ahora que existe una palabra para
nombrar dicha fobia, lo que toca es ponernos manos a la obra para desterrarla como
debemos hacer con cualquier forma de repudio que nos haga perder humanidad.

Si bien es cierto la gerontofobia también podría entenderse como el miedo a envejecer,


vista desde la perspectiva del rechazo, esta fobia, además de degradar moralmente a quien
es objeto de ella y al que la siente y expresa, nos hace un flaquísimo favor al desconocer
y negar la nueva pirámide poblacional de los próximos 20 años.

La fábrica de pobreza de las derechas es evidenciada por los datos. Antes de la pandemia
el 20% de la población, 1,3 millones de personas, estaba en riesgo de pobreza. Situación
está que ha crecido a raíz de la pandemia. Pero si los dirigentes PP se refiere a
“mantenidos y subvencionados” cómo va a entrar en sus cabezas la necesidad de
una Renta Mínima Vital. Ayuso considera que la Renta Mínima Vital es “un sistema para
prosificar el desempleo y depender eternamente del Gobierno”.

¿Acaso piensa que la gente que está en riesgo de pobreza lo está por gusto? ¿Qué tiene
que ver la cronificación del desempleo con la percepción de una renta destinada a paliar
necesidades vitales y primarias como de la que hablo?

A la aporofobia hay que sumar en Ayuso la gerontofobia, esa reacción irracional que
puede llevar a actitudes poco éticas con las personas mayores, al desprecio e incluso al
maltrato o agresión. Si esta Semana Santa cerraba la presidenta los centros de salud e
impedía que las personas más mayores y vulnerables fueran vacunadas, la muerte de
residentes de Madrid evidencia también unas actitudes muy poco éticas.

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poblacion-joven-y-femenina/

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