El tracto GI tiene funciones digestivas, de absorción, secretoras y de barrera.
Además, es parte del órgano endocrino y
del sistema inmunológico. La interacción entre diversos órganos y la compleja estructura y función del tracto GI se desarrolla durante la vida fetal para proporcionar al recién nacido un sistema GI funcional para sobrevivir en el mundo exterior. Esto incluye la digestión y absorción de nutrimentos, el transporte a través del intestino así como una función de barrera para un gran número de microflora y la vida simbiótica con ellos. Los antígenos necesitan ser identificados y eliminados sin involucrar a todo el organismo en una enfermedad. Mensaje importante El intestino fetal humano está preparado para la digestión y absorción de nutrimentos ya a las 24 semanas de gestación. El intestino humano está formado por la capa endodérmica del embrión mediante la incorporación de la porción dorsal del saco vitelino durante el plegamiento del disco embrionario. A las cuatro semanas de la gestación, el primer tubo tiene una longitud de 4 mm de la boca a la cloaca. Durante el embarazo se elonga aproximadamente 1 000 veces hasta el término. El estómago a término tiene un volumen aproximado de 30 ml; el intestino delgado, una longitud de 250 a 300 cm; el intestino grueso, una longitud de 30 a 40 cm. Entre la semana 9 de la gestación y el nacimiento el intestino delgado sufre cambios extraordinarios de un epitelio estratificado primitivo de células epiteliales indiferenciadas a un órgano completamente diferenciado con vellosidades y criptas [1]. La formación de las placas de Peyer empieza a las 16 a 18 semanas de la observan los primeros linfocitos en la lámina propria [2]. Capacidad gástrica del lactante