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Universidad Autónoma de Campeche

Facultad de Medicina
Licenciatura Médico Cirujano

Introducción a la salud mental

Fernando Abraham Camacho Cherres


1°- A

Resumen de apego y autoestima


Maestro: Dr. León Cruz Francisco Antonio

Fase 2021- 2022

San Francisco de Campeche, Camp., a 18 de noviembre del 2021


Autoestima
Una forma clara de entender el concepto de autoestima es la que plantea Branden
(1993), correspondiente a "una sensación fundamental de eficacia y un sentido
inherente de mérito", y lo explica nuevamente como la suma integrada de confianza
y de respeto hacia sí mismo. Se lo puede diferenciar de autoconcepto y de sí-mismo,
en que el primero atañe al pensamiento o idea que la persona tiene internalizada
acerca de sí misma como tal; mientras que el sí-mismo comprende aquel espacio y
tiempo en que el Yo se reconoce en las experiencias vitales de importancia que le
identifican en propiedad, algo así como el "mi".
El punto de partida para que los niños disfruten de la vida, para iniciar y mantener
relaciones, la capacidad de ser activo, autónomo y de aprender con otros vale la
pena. Autoestima o autoestima personal. Hablar de autoestima es hablar de
conceptos, pero las emociones también están arraigadas en el individuo. Este
concepto no solo cubre un conjunto de características que definen un tema, incluido
el significado y evalúe el valor que le proporciona consciente o inconscientemente.
En la composición de la valía personal o autoestima hay un aspecto fundamental
que dice relación con los afectos o emociones. Resulta que el menor se siente más
o menos confortable con la imagen de sí mismo. Puede agradarle, sentir miedo,
experimentar rabia o entristecerlo, pero en definitiva y, sea cual sea, presentará
automáticamente una respuesta emocional congruente con esa percepción de sí
mismo. Tal es el componente de "valía", "valoración" o "estimación" propia. En forma
muy rudimentaria el niño está consciente de poseer quiéralo o no un determinado
carácter o personalidad y eso no pasa inadvertido, le provoca una sensación de
mayor o menor confort. Inclusive, es más factible que él identifique muy claramente
el desagrado que le provoca el saberse "tímido", sin tener clara idea de qué significa
exactamente eso. Sólo sabe que no le gusta o que es malo.
La construcción de una autoestima positiva está estrechamente relacionada con
diferentes tareas de desarrollo. Lo que una persona debe lograr durante la niñez, la
adolescencia y más allá. Como en el proceso de transmisión de engranajes, las
diversas partes deben ensamblarse y ensamblarse para formar un todo armónico.
Estas obras no solo se ven afectadas por el medio ambiente, sino también, la salud
del cuerpo y la madurez del organismo. Para cada etapa evolutiva del niño hay
diferentes tipos de necesidades están relacionados con sus instintos exploratorios,
deseo de pertenecer a un grupo de referencia, respetar a los demás y controlarse
su entorno, beneficioso y más allá, etc.
En el adulto y en el adulto mayor, la autoestima sigue condicionando la satisfacción,
independiente de cuál sea el tema central de cada una de estas etapas. Al
constituirse por percepciones y afectos relativamente permanentes acerca de sí
mismo, una parte importante de la autoestima personal se desplaza sin mayores
alteraciones a lo largo de la vida, mientras que otro tanto sufre leves modificaciones.
Las disminuciones de mayor consideración en la autovalía están en estrecha
relación con la intensidad, la duración, el significado y la amplitud del estímulo
“gatillo”; así como el estrés adopta distintos índices de gravedad, dependiendo de
la espectacularidad del trauma y su recurrencia.
La falta de trabajo a largo plazo puede despertar gradualmente la sensación de
aburrimiento Insoportable, come la certeza de que el objeto puede tener una
existencia real capacidad. Sea consciente o no, el juicio y el rechazo de uno mismo
conducirán a un gran dolor. En este caso, los adultos normales no pueden asumir
riesgos sociales. Académico o profesional. Además de su vida emocional, la vida
sexual también es muy importante. enfermedad. Como se mencionó anteriormente,
los adultos construyen barreras defensivas. Es mejor sentirse enojado consigo
mismo y con el mundo, o haz un esfuerzo perfeccionista.

Apego
El apego es un vínculo emocional que se desarrolla en el primer año de vida que
hace que los bebés humanos se aferren a sus cuidadores en búsqueda de
seguridad y comodidad. La importancia del apego seguro al inicio de la vida se hace
evidente muchos años después. Estudios realizados con niños de uno a seis años
de edad han demostrado que los niños que a los 12 meses formaron un apego
seguro con su madre más tarde tendían a sentirse más cómodos con otros niños,
más interesados en explorar nuevos juguetes y más entusiastas y persistentes al
presentarles nuevas tareas. Los recién nacidos humanos no se importan con el
primer objeto en movimiento que ven, pero gradualmente forman un apego, o
vínculo emocional, con la gente que los cuida (independientemente del género del
cuidador). Este apego se construye luego de muchas horas de interacción durante
las cuales el bebé y el padre llegan a establecer una relación estrecha. Las señales
de apego son evidentes a la edad de seis meses o incluso antes.
El bebé reaccionará con sonrisas y arrullos ante la aparición del cuidador y con
lloriqueos y miradas compungidas cuando se aleja. Alrededor de los siete meses la
conducta de apego se vuelve más intensa. El bebé se estirará para que el cuidador
lo tome en brazos y se abrazará a él sobre todo cuando está cansado, asustado o
lastimado. El bebé también comenzará a mostrar recelo ante los desconocidos,
reaccionando incluso con gemidos fuertes cuando un desconocido se acerca de
manera amistosa. El bebé se inquietará mucho si se le separa del cuidador incluso
por unos minutos en un lugar extraño. Los bebés que desarrollan un apego seguro
hacia sus madres son más capaces de desarrollar autonomía, un sentido de
independencia. Los niños con un apego inseguro a los demás son menos propensos
a explorar un ambiente desconocido.
A medida que los bebés desarrollan la confianza básica, se ven liberados de la
preocupación por la disponibilidad del cuidador. Llegan a descubrir que hay otras
cosas de interés en el mundo. Con cautela al principio, y luego de manera más
audaz, se alejan de sus cuidadores para investigar objetos y personas que los
rodean. Esta exploración es la primera indicación de que el niño está desarrollando
autonomía, o un sentido de independencia. Aunque la autonomía y el apego
parecen opuestos, en realidad están íntimamente relacionados.
El niño que ha formado un apego seguro con un cuidador puede explorar el
ambiente sin temor. Ese niño sabe que el cuidador estará ahí cuando en realidad lo
necesite, por lo que el cuidador se constituye como una “base segura” desde la cual
aventurarse. Los niños que tienen un apego inseguro hacia su madre tienen menor
probabilidad de explorar un ambiente desconocido incluso cuando la madre esté
presente. Además, si se les deja en un lugar desconocido, casi todos los niños
llorarán y se negarán a ser consolados, pero el niño con apego inseguro tiene mayor
probabilidad de seguir llorando incluso después de que la madre regrese,
empujándola con enojo o ignorándola por completo. En contraste, es más probable
que un niño de 12 meses con apego seguro corra hacia la madre que regresa para
recibir un abrazo y palabras tranquilizadoras para comenzar de nuevo a jugar
alegremente.
El resultado habitual de esas primeras declaraciones de independencia es que los
padres empiezan a disciplinar al niño. Se dice a los niños que tienen que comer e ir
a la cama a horas particulares, que no deben jalar la cola del gato o patear a su
hermana y que deben respetar los derechos de otras personas. El conflicto entre la
necesidad de paz y orden de los padres y el deseo de autonomía del niño a menudo
genera dificultades. Pero es un primer paso esencial en la socialización, el proceso
mediante el cual los niños aprenden las conductas y actitudes apropiadas para su
familia y su cultura. Erikson veía la independencia a esta edad como un signo
saludable. Decía que esta etapa era de autonomía frente a vergüenza y duda. Si el
niño no logra adquirir un sentido de independencia y separación de los otros, se
convierte en una persona insegura.
El niño empezará a cuestionar su propia habilidad para actuar de manera efectiva
en el mundo. Si los padres y otros adultos menosprecian los esfuerzos de un
pequeño, el niño empezará a sentirse avergonzado. Afortunadamente, la mayoría
de los niños y sus padres evitan esos resultados negativos. Negocian su relación
de maneras que permiten un grado razonable de independencia para el niño al
mismo tiempo que respetan el cumplimiento de las reglas y valores sociales. De
esta forma, se satisfacen las necesidades de autonomía y socialización. Ha existido
preocupación de que estar en manos de cuidadores fuera de la familia inmediata
interfiera con el desarrollo del apego seguro y ponga a los niños en mayor riesgo de
desajuste emocional. Pero de acuerdo con los hallazgos de un estudio longitudinal
a gran escala, dejar a un bebé durante tiempo completo en una guardería, incluso
en los primeros meses de vida, no socava por sí mismo el apego.
Los padres que trabajan y sus bebés todavía tienen una amplia oportunidad de
efectuar el intercambio diario de sentimientos positivos sobre los cuales se
construye el apego seguro. Sin embargo, cuando una madre generalmente
proporciona un cuidado basado en la insensibilidad, es aún más probable que su
bebé desarrolle un apego inseguro si el niño también experimenta un cuidado diurno
extensivo, en especial si éste es de mala calidad o si las características del cuidado
son cambiantes. En conclusión, podemos decir entonces, que la calidad del cuidado
cuenta. Es probable que un ambiente seguro, afectuoso y estimulante produzca
niños saludables, sociables, listos para aprender, de la misma manera que es
probable que un ambiente que propicia temores y dudas atrofie el desarrollo.
Bibliografía:
Compendio de Salud Mental, Faculta de Medicina UAC
D.E. Papalia, S. Wendkos, R. Duskin Feldman. Desarrollo Humano. Editorial Mc
Graw Hill. 11va. Edición
Herrera, F. Z. (2008). Introducción a la psicología. México: Pearson

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