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FICHA DE LECTURA
Nombre del alumno: Edgar Álvarez Quintana La
Nombre del profesor
Diego C. Cantoral Cancino
:
Conductas de Riesgo y Estrategias de Intervención en
Materia:
Salud Mental
La psicología de la salud y el enfoque biopsicosocial perfil
Tema:
profesiográfico
Grupo MPCS8K
Título libro: Psiquiatría dinámica 
Autor: Joan Coderch.
Fecha: 13/01/19

siguiente ficha de lectura, tiene por objetivo, “reflexionar sobre la problemática de los criterios
de normalidad y anormalidad en salud mental e identificar los factores de riesgo asociados a la
psicopatología”. Alcanzar el objetivo planteado contribuirá a adoptar una postura más crítica
referente a los fenómenos psíquicos, mentales y conductuales que se presentan en la práctica
cotidiana del psicólogo. Primero, se presenta un antecedente histórico a partir de las
aportaciones del autor, el cual permitirá ir conociendo algunas de las concepciones que aún
imperan en el pensamiento de los profesionales y no profesionales no sólo de la salud mental.
Posteriormente, se presentan brevemente tres movimientos que exigieron mayor claridad en la
materia de estudio y trabajo de la psiquiatría, resultando en una mayor necesidad por
diferenciar entre normalidad y anormalidad psíquica; de esta manera se muestran 5 criterios
para definir y determinar lo normal y lo anormal. A continuación, se presentaran algunas
generalidades y factores que se relacionan con la aparición de trastornos psíquicos, para
finalmente reflexionar acerca de un cuestionamiento personal, surgido a partir del trabajo de
análisis y reflexión y la lectura propuesta.

Para empezar, es necesario aclarar que no existen definiciones precisas acerca de lo


que debe entenderse por normalidad y anormalidad psíquica. Ante el anquilosamiento de la
psiquiatría, se observaron fenómenos como la indiferencia, desinterés general, resignación y
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pasividad. Por otro lado, el hecho de la sociedad, ha mostrado una idea general siempre de
marcado desdén, repugnancia y miedo por las enfermedades psíquicas, y ha relegado la
psiquiatría al último lugar de las atenciones sanitarias dispensadas a la población, también ha
llevado a dicha ciencia a definir con mayor claridad los criterios de la población a atender. El
primero de los tres movimientos que exigieron mayor claridad en la materia de estudio y trabajo
de la psiquiatría, fue:1) el movimiento antipsiquiatrico, donde se convirtió al enfermo mental en
víctima de las actitudes patológicas de sus familiares, y al psiquiatra en cómplice de aquéllos al
encargarse del cuidado del miembro supuestamente enfermo. Este movimiento obligó a la
psiquiatría a realizar un examen de conciencia; 2) la renovación de la psiquiatría, caracterizada
por múltiples actitudes de basadas en los hallazgos de las investigaciones psicoanalíticas, e
intervenciones individuales o grupales, y; 3) la labor de prevención, donde la psiquiatría emigró
de ser una institución sanatorial a insertarse profundamente en el seno de la sociedad a través
de los movimientos y centros de higiene mental.

Existen cinco criterios principales de normalidad o salud mental que, en mi opinión, no se


contradicen, sino que se complementan cuando se realiza un examen profundo:1) Normalidad
como salud: la conducta de un individuo es normal psíquicamente cuando no se evidencia en
él una franca psicopatología. La salud es un funcionamiento normal del cuerpo y del
psiquismo; lo anormal sería la presencia de sufrimientos, deficiencias, quejas, dolores,
molestias; 2) normalidad estadística: se basa en los resultados de investigaciones de tipo
estadístico, utilizando la campana de Gauss. Tiene defectos como el elaborar juicios
congruentes ante situaciones complejas, además de que no refiere lo cualitativo de los
fenómenos; 3) criterio social de normalidad: la normalidad y anormalidad psíquica están
determinadas por el consenso general del grupo social al que pertenece el sujeto. En este
sentido, las concepciones y construcciones que tenga la sociedad influyen en determinar
dichos criterios. Una misma pauta de conducta puede ser considerada sana o patológica según
la óptica social con que se mire; 4) normalidad normativa: concibe la normalidad como el
armonioso y óptimo funcionamiento de los diversos elementos del aparato psíquico, que da
lugar al máximo desarrollo y esplendor de las capacidades de que goza cada ser humano, al
margen de las posibles insuficiencias o desviaciones, y; 5) criterio psicodinámico: la normalidad
y anormalidad psíquica se determinan a partir de la capacidad de manejar de forma apropiada
los procesos mentales inconscientes. Al respecto, es conveniente recuperar la definición de
Susan Isaacs: “La diferencia entre lo normal y lo anormal reside en la forma como se tratan las
fantasías inconscientes, los procesos mentales particulares por medio de los cuales son
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elaboradas y modificadas, y el grado de gratificación, directa o indirecta, en el mundo real, que


estos procesos permiten”.

A continuación, se encuentran algunas generalidades y factores que se relacionan con la


aparición de trastornos psíquicos:

El comportamiento de los seres humanos nunca está determinado por una sola causa, sino que
depende de multitud de factores, condiciones e influjos que, esquemáticamente, podemos
dividir en tres grupos: a) el genotipo o constitución; b) las relaciones objetales establecidas
desde el inicio de la vida (personalidad), y; c) el contexto en el que se encuentra el individuo.

Asimismo, las alteraciones somáticas también pueden impactar en la génesis de los trastornos
psíquicos, pudiendo repercutir de manera inmediata en la vida psíquica; también las lesiones o
disfunciones pueden ocasionar una perturbación mental. También, cabe mencionar los factores
somáticos fenotípicos; ya que se deberá tener plena confianza en que sólo se pueden
determinar algunas perturbaciones psíquicas a partir de factores hereditarios, tales como el
síndrome XYY. Por último, habrá que reconocer que es más viable que un sujeto padezca
trastornos psíquicos cuando algún familiar también lo ha padecido, más la suma de otros
factores generales, ambientales, así como esenciales.

a) Factores esenciales: la explicación es a partir de la psicodinámica. Los impulsos se


muestran la mayoría de las veces fusionados, sin embargo ante fenómenos complejos como el
autosacrificio o la agresividad excesiva, se pueda observar una defusión casi total de los
impulsos. Para comprender el origen de los trastornos psíquicos, es necesario tener
constantemente en cuenta los conceptos de fijación y regresión. Por otro lado, puede que por
diversas causas presiones externas o prohibiciones internas, la libido no pueda descargarse
adecuadamente, por lo cual se puede producir un estancamiento de la misma, proceso al que
denominamos “frustración”. Según los distintos niveles de fijación sobre los que se efectúa la
regresión, y según los mecanismos de defensa utilizados, se presentarán las diferentes clases
de trastornos psíquicos.

b) Factores generales y predisponentes: se refiere a los sufrimientos, los conflictos familiares,


profesionales y amorosos, las frustraciones, las situaciones que producen ansiedad, las
pérdidas de seres queridos, los esfuerzos intensos y continuados, las enfermedades y
alteraciones somáticas de cualquier índole, etc. La posibilidad de que uno o varios de estos
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factores ponga en marcha una enfermedad psíquica en determinado individuo será tanto mayor
cuanto más deficiente haya sido su maduración y desarrollo instintivo, por una parte, y cuanto
más acusada la predisposición hereditaria, por otra.

- Carencia afectiva durante la infancia. Es consecuencia de una inadecuada relación entre el


niño y sus progenitores o quienes haga tal función. Estudios de Goldfarb demostraron que
aquellos niños que estuvieron los primeros 3 meses de vida en instituciones, en la etapa de
adolescente mostraban comportamientos antisociales, dificultades en las funciones como la
simbolización, entre otros. Cuando se proporciona a los niños figuras maternas sustitutivas, las
dificultades en el desarrollo y la mayor morbilidad no se producen. La duración de la separación
no debe ser superior a los cinco o seis días, ya que puede producir, en niños de corta edad,
efectos sumamente desfavorables y sentar las bases para una ulterior perturbación psíquica.
La privación emocional en la infancia puede ocasionar en la edad adulta neurosis, psicosis,
problemas de carácter y comportamiento delictivo o antisocial.
- Reacciones de duelo. L. Eidelberg define el duelo como “la pena experimentada por la pérdida
real de un objeto de amor (o una abstracción, como la pérdida de la libertad o de la patria) y
caracterizada por el desaliento, desaparición del interés por el mundo externo, pérdida
temporal de la capacidad de amar e inhibición de la actividad”.
- Problemas laborales. El principal problema es la falta de empleo. Cuando una persona es
despedida, puede adquirir un sentido catastrófico.
- Aislamiento: se refiere a la privación de amor parental, ya que el ser humano es social, la falta
de comunicación y de vínculos con los semejantes hace al hombre más vulnerable y frágil ante
todas las noxas.
- Maternidad: tal como la opinión de Coderch, la maternidad ofrece una problemática y una
repercusión psicosomática mucho mayor que la de todos los demás períodos de la vida
femenina. No sólo influye en la figura de la madre, sino también en el padre.
- Fatiga y agotamiento: con más frecuencia causan la aparición de perturbaciones psíquicas,
pero el uso de los términos es generalmente vago e impreciso.
- Factores sociales, culturales, familiares, entre otros.

CONCLUSIONES

Los 5 criterios para determinar la normalidad y anormalidad psíquica, surgen de


diferentes momentos en el desarrollo de las ciencias y escuelas que siguen estudiando los
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fenómenos psíquicos. Así por ejemplo, la perspectiva normativa, se puede asociar más con la
escuela humanista de psicología, mientras que el criterio psicodinámico deja muy en claro la
postura que defiende, donde la vida instintiva toma un papel fundamental en todas las etapas
de la vida, y principalmente durante la infancia. El mismo enfoque anterior, no deja de lado los
factores ambientales, gracias a los posfreudianos, como en el caso de Winnicott. De forma
semejante, el criterio social tiene que ver con las perspectivas cognitivistas y socioculturales, y
de igual manera se reconoce sus contribuciones y la importancia que tiene. De esta forma, será
importante tomar en cuenta aquellas explicaciones que puedan fundamentar de manera más
sólida los trastornos psíquicos que padecen los seres humanos. En cuanto a los conceptos de
normalidad y normalidad, tal como se dijo al principios, las diferentes aportaciones pueden
complementar lo que sea necesario a cada una de las demás, sin embargo, ha de reconocerse
que la perspectiva que más enriquece dicha labor, es la psicodinámica, debido a la fortaleza
con la cuenta sus contribuciones, y la firmeza con la que respalda sus hallazgos en cada una
de las intervenciones si se realizan de manera apropiada.

Cómo parte de una invitación al análisis y a la reflexión, es conveniente plantearse ¿qué


contribuciones apoyan mayormente y de manera profunda al trabajo del psicólogo, con el fin de
mejorar el desarrollo y bienestar humano de cada paciente? Desde el punto de vista de quien
elaboró la presente ficha de lectura, todas aquellas contribuciones que antepongan el bienestar
psíquico del individuo, sin caer en sesgos, reversiones de la perspectiva, blancos y oscuros, así
como parcialidades. El psicólogo se enfrenta en la práctica cotidiana a una gran diversidad de
fenómenos, los cuales requieren de una escucha activa y la puesta en marcha de diferentes
técnicas basadas en el conocimiento profundo del ser humano, por lo cual, aquellas
contribuciones que se dirijan a explicar de manera profunda el comportamiento de los sujetos,
pueden ayudar a comprender mejor lo que le sucede a cada persona, y con ello, brindar una
respuesta que se acerque más a proporcionarle un mayor conocimiento sobre sí mismo.

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