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TEATRO A LA ITALIANA

ORÍGENES

Evoluciona del teatro romano. En sus primeras décadas mantiene el decorado fijo con tres puertas como
frente de escena (ver imagen 1); pero a partir de allí, el parentesco con el teatro romano queda reducido
casi exclusivamente a usar un escenario frontal y a que la representación teatral que alberga es
concebida como un entretenimiento, un espectáculo artificial despojado de todo carácter religioso.

La perspectiva, base esencial del teatro a la italiana, es una expresión del pensamiento antropocéntrico
de los humanistas italianos. La representación en perspectiva es por primera vez adoptada de manera
sistemática por los pintores italianos del Renacimiento (SXIV). Recién dos siglos más tarde los
escenógrafos implementaron esta concepción en la escena.

El primer ejemplo conocido de perspectiva para el decorado de un teatro aparece a comienzos del SXVI.
Se trata del decorado que hizo Pellegrino para una representación de La Cassaria de Ariosto durante las
fiestas de Carnaval de 1508.

CARACTERÍSTICAS

El teatro a la italiana es, ante todo, un edificio cerrado y techado erigido con la intención explícita de
albergar representaciones teatrales. Podríamos descomponerlo en cuatro partes:

1. Sector de sociabilización: El foyer o hall y galerías externas a la sala teatral, destinadas a que
el público sociabilice entre sí durante los intervalos, antes y después de la representación.
2. Sector de butacas: Es el lugar pensado para que se ubiquen los espectadores durante la
representación teatral. En el teatro a la italiana la norma es que cada espectador tenga un
asiento específico, situado en una ubicación invariable. No obstante, hay y ha habido casos
en los que se venden entradas para presenciar los espectáculos de pie.
3. Espacio de la representación o “caja escénica”: Toda el área del escenario que está
pensado para que sea visible para el espectador sentado en su butaca.
4. Espacio extraescénico: Es, tal vez (y ya veremos por qué), el componente más importante
de un teatro a la italiana. Idealmente, un teatro de este estilo debería contar con un espacio
adyacente hacia arriba y otro adyacente hacia abajo de idénticas dimensiones que el espacio
de la representación. También es esencial la presencia de espacios adyacentes hacia ambos
lados del de la representación, pero estos suelen ser de menor dimensión.

EL DECORADO

El teatro a la italiana concibe a la escena como si se tratase de un cuadro. Vista de frente, como la vería
el público, la caja escénica está delimitada hacia arriba y hacia los lados por el cuadro de escena, que
funciona como si fuera el marco de un cuadro: el espectador sólo verá lo que hay “dentro del cuadro”.

El decorado a la italiana intenta realizar una misión imposible: representar espacios realistas
tridimensionales verosímiles usando técnicas bidimensionales adoptadas del campo de la pintura. Para
tal fin, su decorado se construye según las leyes de la perspectiva y recurre a la descomposición
sucesiva del espacio pintado en una serie de bastidores. A lo lejos, se completa la ilusión óptica con una
tela pintada (panorama) ubicada justo por delante de la pared de fondo de la caja escénica.

En un principio el decorado representa ciudades y funciona como fondo de la acción. Los actores no
interactúan con él. El avance visual técnico de los bastidores para descomponer el espacio y hacerlo ver
más tridimensional funciona casi a la manera de los libros desplegables para niños: es meramente
decorativo.

Más adelante se construyen decorados fijos. Se ubican sobre un tablado en declive una serie de
estructuras perpendiculares a la mirada del espectador que representan casas cuyas fachadas respetan
las leyes de la perspectiva. Es posible que las puertas de las casas en primer plano fueran traspasables
por los actores, pero todo parece indicar que la actuación ocurría mayormente por delante del
decorado. De haberse aventurado los actores en las profundidades del decorado, la ilusión construida
en perspectiva se habría derrumbado.

Entre 1580 y 1585 Palladio y, posteriormente, Scamozzi construyen el Teatro Olímpico de Vicenza (ver
imgen 2). En él erigen el decorado de las casas y calles de una ciudad de manera 100% tridimensional y,
por lo tanto, penetrable para los actores. A partir de entonces la acción se desarrolla detrás del cuadro
de escena.
A principios del SXVII crece en importancia la representación de la puerta/calle central del decorado,
mientras que las puertas laterales se achican y pasan a ser un recurso casi en desuso. Hacia mediados de
siglo, los escenógrafos comienzan a jugar con diferentes puntos de vista e intentan escapar a la estricta
simetría antes reinante en la escena. Incluso, a fines del SXVII se pone de moda hacer decorados con
una inversión completa del punto de vista llamada veduta per angolo (“vista sobre el ángulo”), que
produce en el espectador la sensación de estar viendo la escena representada de costado y ya no de
frente.

Finalmente, esta fachada central pasa a convertirse en lo que hoy conocemos como “cuarta pared” y el
decorado deja de representar ciudades enteras para centrarse en escenas íntimas contenidas en una
sola habitación de una casa. La representación; despojada ya de sus elementos simbólicos, alegóricos o
religiosos; ahora busca ser una “ventana” abierta a la realidad.

De acuerdo a lo dicho en el párrafo anterior, no es sorprendente constatar que los escenarios a la


italiana hayan sido los espacios en los que nacieron y vieron su esplendor las estéticas realista y
naturalista. No obstante, también debe considerarse que la arquitectura del teatro a la italiana permite
rápidos cambios de decorado que favorecen a otro tipo de estéticas más simbólicas y/o más
fragmentarias, como es el caso del romanticismo.
RELACIÓN ESCENA-EXTRAESCENA

¿Qué elementos fijos podemos encontrar hoy en día en la caja escénica de un escenario a la italiana?
Casi ninguno. Si no hay ninguna producción funcionando en esa sala, nos encontraremos con un prisma
vacío. Lo único inherente a la caja escénica de un teatro a la italiana según nuestro concepto actual de
teatro a la italiana son algunos trapos colgados en los bordes de ella que impiden que el ojo del
espectador vea lo que hay por fuera de la caja escénica. Es por eso que decíamos que entre los
componentes del teatro a la italiana el espacio extraescénico es, seguramente, el más importante.

Atendamos primeramente al límite entre escena y extraescena, atendamos a esos “trapos colgados”. En
el límite entre el proscenio y el espacio destinado a contener la decoración y las actuaciones está el
cuadro de escena o embocadura que, como ya habíamos visto, sirve de marco para lo que verá el
espectador. Se compone de dos bastidores con telas perpendiculares al piso del escenario y una
paralela a él. Generalmente uno o dos de estos elementos son remplazados por el telón. Si el telón se
abre al medio, reemplazará a las 2 telas verticales; si se corre íntegramente hacia uno de los costados
sólo reemplazará a una de ellas; y si se levanta, reemplazará al bambalinón (la tela horizontal de arriba).

Conjuntos de tres bastidores se replican en toda la profundidad de la caja escénica. Las telas verticales
reciben el nombre de patas y las horizontales el de bambalinas (ver imagen 3). El espacio entre cada
uno de estos conjuntos de patas y bambalina se designa como calle y se numeran sucesivamente desde
la más cercana al proscenio a la más cercana a la pared de fondo.

Es también común (aunque no indispensable) que la pared de fondo se encuentre cubierta por un telón
de fondo que puede o no ser plausible de abrirse.
El espacio extraescénico que esconden las patas hacia derecha e izquierda del escenario se denomina
hombro y normalmente durante la representación ahí se encuentran los actores, elementos
escenográficos y utilería que están transitoriamente fuera de escena. Para que el escenario a la italiana
sea tal, debe existir una conexión posible entre el hombro derecho y el izquierdo. A veces es un
pasadizo entre el telón de fondo y la pared, a veces es por debajo del escenario.

Como digno hijo de la pintura que es, el escenario a la italiana contempla en su arquitectura el uso de
telones pintados para cambios rápidos de decorado. Es por eso que debe contar con al menos un
espacio extraescénico de iguales dimensiones que la caja escénica ya sea hacia arriba o debajo de esta
e, idealmente, ambas. De esta manera todos los telones pintados se guardan colgados estirados y se
bajan o suben, según corresponda, en un determinado momento de la representación. Aunque ahora
existen sistemas manejados por computadora para subir y bajar las varas que sostienen los telones; el
método tradicional era hacerlo manualmente por medio de sogas, poleas y contrapesos. Los extremos
de las sogas se ataban en ganchos en la pared de los hombros. Debido a esto los primeros maquinistas
de teatro eran marineros. De ahí conservamos todavía los términos embarco y desembarco de
escenografía. También, en la tradición anglosajona, por ejemplo, da mala suerte silbar en el teatro. Esto
es porque los marineros que se encargaban de las tramoyas se comunicaban entre ellos por medio de
silbidos.

Sea o no sea de las mismas dimensiones que la caja escénica, es tradicional que los teatros a la italiana
tengan un espacio extraescénico debajo del escenario en donde normalmente hay una trampilla que
permite acceder a la escena desde abajo y que normalmente se asocia al infierno, la muerte, las tumbas,
etc.

Para terminar con lo que concierne al espacio extraescénico, hay que mencionar dónde se ubican las
luminarias. Las técnicas de iluminación cambiaron mucho desde las velas (candilejas) que se colocaban
mayormente en el borde del escenario en los primeros teatros a la italiana hasta los leds RGB giratorios
controlados a distancia que existen hoy en día. En la actualidad los aparatos de iluminación se
encuentran generalmente colgados en varas por encima de la caja escénica, de manera similar a los
telones pintados. El conjunto de varas para telones y para luminarias que está arriba de la caja escénica
se denomina comunmente parrilla.

RELACIÓN ESCENA-PLATEA

Decíamos al principio que este tipo de teatro basa su verosimilitud en las leyes de la perspectiva. El
problema con ello es que la perspectiva sólo se sostiene si quien mira el “cuadro” está ubicado
perfectamente centrado frente a él. Cuanto más se lateraliza el punto de vista, más se distorsiona la
perspectiva, más evidente se vuelve el artificio y más inverosímil se torna la escena. De ello se
desprende lógicamente que:

A) Todo teatro a la italiana será siempre frontal.

B) Es contraproducente que el espectador no tenga un sitio fijo para ver la representación.

C) Hay ubicaciones “mejores que otras” en el auditorio de un teatro a la italiana.


En teoría, hay un lugar ideal desde el cual mirar la ficción: es el palco Reale (“palco Real”), también
llamado lugar del príncipe.

CONTEXTO Y FUNCIÓN SOCIAL

A diferencia de otros edificios teatrales del renacimiento (el corral de comedias español o el teatro
público de la Inglaterra Isabelina, por ejemplo), el teatro a la italiana fue inventado por y para una élite:
es el teatro de Corte hecho edificio. No debería asombrarnos, entonces, que la calidad de la ilusión que
permite la perspectiva no sea la misma para todos y que la disposición del público en la sala refleje una
sociedad jerarquizada.

De hecho, esta jerarquía social se mantiene aún fuera de lo que atañe directamente al problema
práctico de la perspectiva del decorado: el sector de sociabilización afuera del auditorio también está
dividido en niveles. En los primeros siglos de existencia del teatro a la italiana, cada espectador debía
mantenerse dentro de la galería de su nivel durante los intervalos. Y no sólo eso: cuanto más arriba, más
estrecha era la galería en cuestión; de modo tal que los pobretones del segundo piso podían contemplar
hacia abajo a la clase media del primer piso y a los poderosos, nobles y ricos de la planta baja; y la clase
media del primer piso podía observar a los poderosos de la planta baja; pero nunca a la inversa. Todavía
en la actualidad sigue habiendo teatros a la italiana con baños o bares exclusivos para cada nivel.

ALGUNOS INTERROGANTES

 ¿Representa el éxito mundial del teatro a la italiana el deseo desesperado del pueblo de querer
sentirse “noble” y poderoso?
 ¿Representa el nacimiento de este tipo de teatros en plena decadencia de la Monarquía un
manotazo de ahogado de la nobleza por seguir sintiéndose admirada?
 ¿En qué teatros y por qué se sigue manteniendo la separación del público durante el entreacto?
 ¿Qué tan seguido usamos los realizadores teatrales artilugios tales como el telón, los telones
pintados o la trampilla? ¿Cuántas veces nos importa realmente esconder el artificio? ¿Merece la
pena seguir teniendo teatros que soporten esas técnicas? ¿Deberíamos hacer un mayor uso de
ellas?
 ¿Cuál es la ubicación que nosotros voluntariamente elegiríamos como público a la hora de ver
una obra en uno de estos teatros? ¿Por qué? ¿Refleja esa elección una lógica basada en la
perspectiva?

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