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DAÑOS A LA SALUD

El daño a lo largo de la historia ha oscilado entre el reconocimiento y el rechazo de


determinadas categorías. En este desarrollo, las categorías de pérdida monetaria
(pérdida de ingresos y pérdida indirecta) parecen haberse resuelto. El otro es el
destino del daño inmaterial, porque el daño inmaterial tiene una estabilidad similar
al daño monetario hasta cierto punto, pero no se puede decir que el segundo sea
el mismo, especialmente cuando se trata de lesiones personales. En principio, la
jurisprudencia nacional no está dispuesta a reconocer otras categorías distintas al
daño moral, pero una vez aceptado el reconocimiento de otros elementos, este
cambio seguirá siendo el mismo: su nombre y contenido han pasado de daño
fisiológico a daño. Propiedad, vida de pareja, luego cambios serios en las
condiciones de vida y finalmente daños a la salud.

El daño a la salud no pretende asignar un valor monetario a cada órgano o función


humana, porque tal posición reducirá el impacto de tal daño en el cuerpo humano
y la psicología de los capitalistas o monetaristas. De hecho, este objetivo es
totalmente garantizar la compensación de los derechos de rango constitucional, y
en lo que respecta a las diversas responsabilidades sucesorias del país, los
derechos de rango constitucional se han visto muy dañados estadísticamente.

Se ha reconocido la importancia de restringir los tipos de daño moral que se ha


dispersado en Colombia para establecer un plan de compensación que aborde la
restauración de los principales derechos afectados. En este sentido, la salud se
clasifica como un derecho básico con reconocimiento autónomo, y su propósito es
servir como contenedor de categorías de daño no monetario, de manera de evitar
la dispersión y hacer abiertos diversos conceptos que efectivamente apliquen el
principio de compensación equitativa e integral. . Por lo tanto, el propósito de
evaluar el daño aceptado en el enunciado anterior es que la compensación no
refleja la expresión o valoración externa del sujeto, pues esta mirada sí ha
transformado las dimensiones del capitalismo humano y el monetarismo.
Se debe enfatizar que no solo en una empresa con las diversas tareas y
actividades laborales que se deben de cumplir se van a presentar daños en la
salud o como en este caso se habla de órganos, Se pueden observar otros daños
entre ellos entra en corporal, físico y biológico, donde cada uno de ella traen
consecuencia para nuestro bienestar e integridad tanto en lo laboral como lo
personal. Es difícil que en todas las empresas velen por nuestro bienestar, pero ya
contamos con un sistema de gestión que se debe de implementar y seguir al pie
de la norma para cuidar de los empleados y de los gastos innecesarios que podía
llegar a tener la empresa.
Se puede observar que la valoración médica del daño a la salud es global,
incluyendo no solo la pérdida de capacidad laboral, sino también los cambios en la
estructura física, psicológica y / o anatómica, así como las limitaciones o
inexistencia de actividades o actividades en el campo. El margen normal para los
humanos, y la reducción debida al cumplimiento de roles específicos en la
sociedad, se miden por el grado de personalización del objeto (relativo a su
entorno). Estos tres factores, a saber, daño, invalidez e invalidez, y los porcentajes
correspondientes, determinan el porcentaje de invalidez de la persona. No solo se
puede determinar la lesión mayor de conformidad con el artículo 38 de la Ley No.
100 de 1993, sino de la misma manera, su estática O el daño a la salud del
componente objetivo no es importante, como se muestra en la siguiente sección.

El daño a la salud ha ganado su precisión y especificidad, y su grado facilita que


los jueces saquen conclusiones similares de los precedentes judiciales contenidos
en las sentencias del Consejo de Estado. De acuerdo con este precedente, las
personas que lesionan gravemente la integridad psicológica y fisiológica se
otorgan El salario mínimo legal máximo actual es de cuatrocientos (400). Por
tanto, el porcentaje de invalidez o la gravedad de la lesión y la edad de la víctima
serán los factores determinantes para que el juez determine la indemnización por
la pérdida correspondiente de acuerdo con la discreción judicial.

Esa es precisamente la importancia del daño a la salud, porque, como ya se


explicó, permite que todas las expresiones humanas relacionadas con la
integridad psicofísica (como cognitiva, psicológica, sexual) sean redirigidas a la
misma categoría de compensación. Y así sucesivamente, para evitar o evitar que
estos conceptos se dispersen en la categoría de compensación autónoma. Es
decir, insistir en que el daño generalmente considerado se puede reparar
(afectando la integridad psicofísica), y se puede reparar leyendo el contenido de la
clave al individuo con consecuencias específicas (aspectos dinámicos o
específicos). El derecho fundamental a la protección es la salud.

Por tanto, se permite que el daño a la salud se repare sin tener que enfocarse
exclusiva y principalmente en el desempeño externo, relacional o social que
desencadena. En este caso, dicho daño puede ser tratado repetidamente,
perdiendo así el daño en la categoría abierta. Se obtienen las circunstancias,
concreción y objetividad. Por tanto, puede garantizar los principios constitucionales
de dignidad humana e igualdad material. Por tanto, para evaluar el daño a la
salud, la llamada prueba proporcional no es factible ni apropiada, ni es posible
verificar si la reparación responde a la protección de las áreas mínimas y básicas
del individuo.

bibliografías
https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/Deradm/article/view/3385/3554
ley 100/1993

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