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M V N D O H ISP A N IC O

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M V \ I) () H I S P A N I C O

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PARA LAS EUROPAS, PARA LAS ESPANAS

APOCALIPSIS
RENACIMIENTO Escudo de Montevideo

A naturaleza tiene su estilo, que es el estilo de la inercia.


MY\ 1)0
X Cuanto fo rm a parte del m u n d o estricta m ente físico , está
volado al reposo y, con el reposo, a la degradación y a la
m uerte. E n cim a del estilo de la naturaleza, sin embargo, in sér­
tase el estilo de la vida: éste se vierte, al contrario, po r incesante
m odo, a la a ctivid a d , al crecim ien to , a la p ro liferación, a la crea­
ción. S i los sabios cifra n el estilo de la naturaleza en la desva­
lorización de la energía, han de reconocer, com o excep ció n , en
HISPANICO
el p ro ced er de lo vivo, la p resen cia operante de un im pulso, p re­ £ a KevCíta de. 23 países
cisam ente del llam ado im pulso vital... Ahora bien, hay todavía
un tercer estilo, m ás alto que el de la naturaleza y el de la vida. MEXICO-BUENfOS AIRES-MADRID
Es el estilo del E sp íritu , donde se realiza la síntesis entre la na­
turaleza y la vida, entre el reposo y la actividad, entre la ley y
la creación. No dibuja el tal estilo una caída, com o la entropía
en el m u n d o físico , n i un progreso, com o la evolución en el m u n ­ PUBLICACION MENSUAL
do biológico. Traza un círculo, en que la ascensión se cierra y
se p erfeccio n a con el descenso. Su ideal es el clasicism o, que P R E S ID E N T E DEL C O N S E JO E D I T O R IA L :
ajusta a re p etició n la renovación. M odelando co n tin u a m en te se­ ALFREDO SA N C HE Z- BE LL A
gún el esquem a del círculo, lo espiritual p ertenece al orden de
la co n cep ció n cíclica del universo.
E n tre los m itos, que, en Platón, se distin g uen tan in có m o d a ­
m ente en ocasiones de las teorías, figura uno, que no fué de su
exclu siv id a d filo só fic a y que, a d ecir verdad, tiene m ás el aire
pitagórico que platónico. Es el m ito que se llamó en la antigüe­
dad el “A ño P erfecto ” y cuyo guarism o se arriesgaron a estable­
cer algunas fabulosas tentativas, p or in stru m en to de ciertos su ti­
les cálculos. E l Año P erfecto es aquel en que todas las cosas de D I R E C T O R : R O M L E Y
la tierra vuelven a em pezar y, p a rtien d o de aquí, a repetirse in ­ ( M A N U E L M. “ G O M E Z C O M E S )
variablem ente, según ya acontecieron una vez. L a historia, según R e d a c t o r J e f e : M a n u e l S u a ii h x - C a s o
eso, ten d ría com o el paisaje sus estaciones; la rueda de las m is­
mas seguiría, debería seguir, un curso regular sim étrico . E n el Secretario de Redacción: R aimundo S isa e t a

in terio r de las m ism as, ¡cuánta novedad, cuánta originalidad,


cuánta im p ro v isa c ió n ! Pero, yo, que estoy aquí; vosotros, que
estáis ahí, ya nos hem os encontrado en la m ism a situación, bajo REDACCION Y ADMINISTRACION
la m ism a form a, en algún p u n to del olvidado p retérito y nos en­ Alcalá Ga l i a n o , 4 - MADR I D
contrarem os igualm ente, en otras ocasiones, quizá en m uchas oca­ A p a r t , 245 - Di r e c . t e l e g . : MU N I S C O
siones, del oscuro p o rvenir... Y, guardém onos de a trib u ir a este
platónico ensueño una calidad dem asiado anacrónica. M udado
lo m udadero, tanto carácter de co n cep ció n cíclica tiene el “Año
P erfecto ”, de Platón, com o los “ric o rsi” de G iam batista Vico, com o
el “E terno R eco m en za r” n ietzscheano, su “R in g des R in g es”, su
serp ien te que se m u erd e la cola. O com o la interp reta ció n spen-
gleriana de la p lu ra lid a d y la rotación de las culturas. A unque,
SUMARIO
en ésta, el viaje hacia la m uerte carezca de retorno. Pero, en
viajes de ida y regreso, en originalidades que son restauraciones, P o r ta d a : “MERCADO”, óleo de J o a q u ín V aq u e­
se cifra lo espiritu a l p o r excelencia. ro - P ág. 7 : “ A PO C A LIPSIS O R EN A CIM IEN ­
Todo nos in d u ce a pensar que la hora de las separaciones, y TO ”, p o r E u g en io d ’O rs, y SUMARIO - P ág . 8 :
aun la de las naciones, que la ú ltim a m a n ifesta ció n en la Cultura “ EL IDEAL CABALLERESCO”, p o r R a m ó n Me­
de “la constante de Babel”, anda ya cerrando en el m undo una n én d ez F id a i - P ág. 1 1: “ LA RAZA MAYA-
etapa de tirá n ica vigencia. N unca tal vez, desde los legendarios K IC H E”, p o r M a ría de Diego A. - P ág . 15 : “AM E­
h u n d im ie n to s de A tlántidas o las no m en o s legendarias, p o r ven ­ RICA CONSTRUYE”, p o r B e a triz M assó - P á ­
tura, escisiones geológicas de co n tin en tes, A m érica ha estado tan g in a 2 1: CIN E - P ág. 2 3: CUADROS CENTRO­
cercana a E uropa — y esto, hasta el punto de po d er preverse la AM ERICANOS, p o r J o a q u ín V a q u e ro - P ág. 27:
aparición del térm in o plural: “las E uropas”— . N i, p o r lo que a “ DOS HERM ANOS”, cu en to , p o r C am ilo Jo sé
nosotros se refiere — ¡y cuán em briagadora dulzura hay en este C ela, con ilu s tr a c io n e s de “ S e rn y ” - P ág . 28 :
m ism o “n o so tro s”— , las Españas del ultram ar, tan integradas en “ RIO DE JA N E IR O ”, p o r O sv ald o O rico - P á ­
la España m a triz. Cuando se trató de la íntegra co m u n ió n de los g in a 29 : R e tra to d el P re s id e n te D u tra , p o r
pueblos del N orte en la tra d ició n soberana de Rom a, un resultado A g u ia r - P ág. 3 0: “PROBLEM AS DE LA A L I­
así pudo llam arse “R e n a c im ie n to ”. ¿Por qué no pronunciaríam os MENTACION D E L MUNDO”, p o r el D r. G ra n d e
C o v ián - P ág. 31: “ ¡A Q U I, RADIO A T L A N T I­
el m ism o n o m b re ho y, para consuelo de las apariencias de bar­
barie, que guerras y trasguerras, revoluciones y contrarrevolu­ CA !” - P ág. 35: LA MARINA M ERCANTE H IS ­
ciones, m u ltip lica n en torno nuestro...? San Vicente Ferrer, ate­ PANOAM ERICANA, p o r J o a q u ín d e C a stro - P á ­
rrado ante el espectáculo del Cisma, tem ía p ró x im o el fin del g in a 38: “VUELAN NUESTRA S CANCIONES”,
p o r E u g e n ia S e rra n o - P ág. 4 0: R e p ro d u c c ió n
m und o . S in em bargo, el tiem po de la apocalipsis de San V icente
del “ R u b é n ” de V ázquez D íaz y “ VIDA NOVE­
F errer era el m ism o que el del hum a n ism o de Petrarca y de B ru ­
LESCA DE RU B EN D A R IO ”, p o r J u a n A n t. C a­
nelleschi. Para V icente, el azar iba a c u m p lir en la h isto ria una
b ezas - P ág. 42: “ GUIA D E L ESCORIAL PARA
fatalid a d de m uerte. Para el Petrarca, iba a c u m p lir una ley de
G EN TE DE BUENA F E ”, p o r Jo sé A n to n io T o­
retorno, es decir, una vocación a estilo del E sp íritu . Que cuántos
rre b la n c a - P ág . 4 3: “ COLOQUIO D E L VIENTO
p ien sen en el destino de E uropa y en el destino de las Españas
Y LA BOLA DE P IE D R A ”, p o r R a fa e l S ánchez
aprendan a holgarse a título de R en a cim ien to , de “Año P erfecto ”
M azas - P ág. 4 6: “ COLONIAS E U R O PEA S EN
platónico, en lo que p u d iera n andar tentados a estrem ecerse, com o
AM ERICA”, p o r M anuel V ázquez P ra d a - P á ­
en un serm ón vicen tin o , a título de A pocalipsis.
g in a 48: N UESTRO S COLABORADORES - P á g i­
EUGENIO D’ORS n a 49 : DE LA REVOLUCION EN BOGOTA - P á ­
(De la R eal A cad e m ia E sp a ñ o la .) g in a 50: ACTOS CERVANTINOS y LA PRODU C­
CION E D IT O R IA L ESPAÑO LA - P ág s. 57 y 58:
BIBLIO G RA FIA , CARTAS DE LOS LECTORES
y secciones v a r ia s .

P r o h ib id a la r e p ro d u c c ió n d e te xtos e ilu s tr a c io n e s s ie m p r e qu se citen com o procedentes de MVNDO HISPANICO

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lombia, Pesos, 0,90 • Costa Rica, Colones, 2,50 • Cuba, Pesos, 0,35 • El Ecuador, Sucres, 5,60 • El Salvador, SE SUBRAYARAN CON OTRO COLOR LOS
Colones, 1,00 • España, Pesetas, 10,00 • Filipinas, Pesos, 1,00 • Guatemala, Quetzales, 0,35 • Haití, Gourdes,
1,50 • Honduras, Lempiras, 0,90 • Méjico, Pesos, 1,85 • Nicaragua, Córdobas, 1,50 • Panamá, Balboas, 0,35 • Pa­ QUE EN CADA NUMERO sean RECOR­
raguay, Guaraníes, 1,30 • Perú, Soles, 2,50 • Portugal, Escudos, 15,00 • R. Dominicana, Dólares, 0,35 • Uru­ VA- ' ’
guay, Pesos, 0,80 • Venezuela, Bolívares, 1,30 • Para el resto del mundo, equivalencia sobre Pesetas, 10,00 DADOS O GLOSADOS ESPECIALMENTE
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M Y N D O H I S P A N I C O

C ERVANTES
Y

E L I D E A L
CABALLERESCO
P OR

R A M O N M E N E N D E Z P I D A L

a relación en que considerem os a Cervantes Poco después, un hispanista, profesor de la Sorbona,


respecto a la poesía épica m edieval y res­ autor de una extensa H istoria de E spaña en diez volúm e­
pecto a la vida que esa poesía representa, nes, Eugenio Rosseeuw-Saint H ilaire, cuando en 1838 hizo
encierra la más disputada cuestión sobre el su tesis doctoral, pensaba, fundándose en los versos de
carácter atribuible al Q uijote. Toda obra de Byron, que Cervantes, al crear el sublim e loco, “inm olaba
valor universal ofrece m últiples facetas en al ridículo toda clase de generosos instintos; triste burla,
que brilla su universalidad, y el Q uijote, en el especial que el genio hace aún más sacrilega”.
aspecto que vam os a exponer, ha sido apreciado de m ane­
Independientem ente de Lord Byron, la más precisa ex­
ras opuestas, y muy prevalentem ente ha sido juzgado por
p osición de esta manera de ver es la hecha en 1884 por el
autores extranjeros, a los cuales nos vamos a contraer para
laureado profesor de la E cole des Chartes, de París, León
exclu ir la posible introm isión de m óviles lim itadam ente
patrios. Gautier, autor de la historia más am plia y más docum en­
tada que existe sobre la epopeya francesa, adm irador de­
Es m anifiesto que una prim era apreciación hace ver al cidido de la orden m edieval de la caballería. Es autor de
Q uijote como sátira de la abnegación y la nobleza de ca­ un libro sobre esa institución, L a C hevalerie, obra desti­
rácter, una franca burla que hace reír a costa del últim o nada tanto a los doctos com o al gran público, deseando
caballero andante. Es la im presión que Cervantes mismo im buir las glorias de la antigua Francia en el ánim o del
descubre en parte de su público, que no busca sino joviali­ hombre m oderno, para apartarle del egoísm o m ercantilis­
dad: “Vengan más quijotadas, em bista Don Quijote y ha­ ta que le ahoga, para com unicarle amor a la Verdad y a
ble Sancho Panza, y sea lo que fuere”. El rom anticism o la Belleza. Pues esta obra de 850 páginas en folio, m onu­
gustó m ezclar esa risotada con una lágrima, y algunos en­ m ental por su contenido y por el lujo de su ed ición , ilu s­
tonces miraron el Q uijote com o el más genial libro deca­ trada con magníficas com posiciones grabadas, debidas a
dente y desalentador. ilustres artistas, ostenta en el centro de la prim era página
un gran retrato de Cervantes, que a un lado lleva la figura
Pero en el m ism o rom anticism o fué m ucho más gene­ de Roldán, m oribundo en el cam po de batalla de R onces-
ral una segunda im presión, que trueca esa risa y esa lá­ valles, y al otro lado, Don Quijote arrem etiendo a los mo­
grim a en sonrisa de m elancolía e interés. Ve ridiculizada lin os de viento. Tal grabado ilustra la elocuente y extensa
la acción quim érica, pero siente dignificado y amable el dedicatoria de este libro, glorificador de la vida caballeres­
im pulso que la inspira. ca de la vieja F rancia: “D edico esta obra a la m em oria de
Miguel de Cervantes Saavedra, que se burla de la caballe­
La prim era im presión, la negativa, está expresada por ría en su libro y fué un verdadero caballero en su vida;
Lord Byron en su D on J u a n : “El Q uijote es la más triste la dedico al más grande los escritores de España y a uno
de todas las historias, tanto más triste cuanto nos causa de sus más valientes soldados; al autor del Q uijote y al
risa; su héroe busca siem pre la justicia, pero precisam en­ herido en Lepanto”. Pero luego esta doble estim a sufre
te sus virtudes son las que le vuelven loco; las nobles em ­ restriccion es. Gautier lamenta que Cervantes, gran caba­
presas son nada más que una burla; Cervantes, con una llero tanto en la grandiosa batalla naval com o en el cauti­
sonrisa, desterró de España la caballería y cortó el brazo verio de Argel, como en la alta aspiración moral en cuan­
derecho de su patria; com pró su propia gloria de escritor to escritor, ha hecho, sin embargo, ridicula la caballería,
m uy cara, con la perdición de su pueblo.” llevando a cabo en España la m ism a obra que Rabelais en

LA REVISTA DE 23 PAISES
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MYNDO HISPANICO

Francia, apartando de todo ideal a los hom bres, h acién ­ los libros de Don Quijote hay algún otro libro de caballe­
dolos vulgarm ente sensatos y razonables. “La caballería rías recom endable, el P a l m e r í n d e I n g l a t e r r a o T i r a n t e e l
— añade Gautier—- fué herida en su corazón por las bur­ B l a n c o , también se salvan de la hoguera. Tanta es la sim ­
las de este caballero... Yo proclam o que el Q u i j o t e es patía y el respeto de Cervantes por todo lo bueno y lo
obra maestra incom parable: quizá ningún otro escritor se bello, sim patía siem pre manifiesta, que no da fácilm ente
ha elevado a tal altura; pero discúlpese si prefiero el lugar a las tergiversaciones que Gautier supone inevita­
hombre al libro. Al leer y releer estas páginas inm ortales, bles, y que sólo pueden surgir en una lectura del Q u i j o t e
siem pre me queda algo que perdonar a quien las escribió, poco atenta.
y para indultar al autor del Q u i j o t e necesito pensar en el
soldado de L epanto.”
¿Consiguió Cervantes en su ficción hum orística salvar
Desde luego, d ifícil es com prender cóm o el soldado va­ el idealism o caballeresco? O, por el contrario, ¿consiguió
leroso, el que hallándose con fiebres el día de la colosal sólo hacer a la Humanidad cautam ente sensata, prosaica­
batalla sale de su lecho y solicita en su nave el puesto de m ente razonable, apartándola de toda generosidad, como
m ayor peligro, donde recibe las heridas de que se enorgu­ Gautier insinúa?
llece en el Q u i j o t e , el que en el cautiverio muestra siem pre Aquí nada mejor que poner a votación el tema discuti­
osadía, generosidad y espíritu de sacrificio, puede, al escri­ do. Y frente al parecer de Byron, el gran poeta rom ánti­
bir el Q u i j o t e , dem oler las virtudes que tan arraigadas se co, debem os oír el de Hegel, el gran filósofo del rom anti­
muestran en su vida y en sus otros escritos. La exp lica­ cism o, quien por dos veces trata, en la segunda y tercera
ción que Gautier busca es suponer que Cervantes se exce­
parte de su E s t é t i c a , de la disolución de la caballería en
dió en su sátira. “Es indudable — dice el crítico francés— lo cóm ico, com parando a Ariosto con Cervantes. Ve Hegel
que Cervantes sólo atacó la falsa caballería, la que arre­ en Don Quijote un héroe de naturaleza fundam entalm ente
m ete contra los m olinos de viento, pero no la verdadera, noble, cuya alocada y generosa decisión individualista, in ­
la que sabe m orir por una causa vencida; pero pocas in ­ quebrantable, a pesar de debatirse en m edio de una civ i­
teligencias son capaces de com prender estas delicadas dis­ lización m uy desarrollada y adversa, se manifiesta siem pre
tinciones, y Cervantes, exagerando su ataque a los libros grande por los más bellos rasgos de carácter que nos la
de caballerías, no calculó el daño que causaba al común hacen interesante; Cervantes ironiza la caballería como
de los lectores, que no pueden ver en la novela inm ortal cosa anacrónica, pero ella se eleva de continuo por cima
sino el descrédito de la caballería toda. Es circunstancia del rastrero buen sentido, sobreponiéndose a la cortedad
atenuante — continúa Gautier— el que las estúpidas nove­ positiva, prosaica, sanchopancesca.
las caballerescas de los siglos xv y xvi exasperaban con
mucha razón la grande alma del herido de Lepanto; si Otro excelente poeta rom ántico, el escocés John Gibson
él hubiese podido leer la C h a n s o n d e R o l a n d o el A l i s c a n s , Lockhart, un apasionado de los rom ances, está muy lejos
de seguro no hubiera tenido valor para publicar el Q u i j o t e . ” de ver nada contrario al espíritu de éstos. Admira la ha­
bilidad de Cervantes, su éx ito en im pedir que confun­
De ningún m odo asentim os a esta exp licación . Cervan­ damos los disparates del loco andante con las generosas
tes, es verdad, no podía leer el R o l a n d ni el A l i s c a n s , en­ aspiraciones del caballero; por cim a de todos los toques
tonces ignorados; pero aunque tam poco podía leer el poe­ jocosos, Don Quijote nos hace respetar su alma noble; por
ma de M i ó C i d ni el de F e r n á n G o n z á l e z , los conocía in ­ eso su historia es propiedad y orgullo de todo el mundo
directam ente por el trasunto prosístico que de ellos da la civilizado, pues sim bolizando la eterna lucha entre el
C r ó n i c a G e n e r a l d e E s p a ñ a , y estas viejas creaciones ép i­ Entusiasm o y la N ecesidad, representa la om nipotencia y
cas no detienen su sátira. Lo que sí hacen es dictarle una la vanidad de los sueños humanos.
distin ción . D esde el prim er capítulo de la novela hace con­
sistir el desvarío m ental de Don Quijote, en que creía al Sentim ientos análogos m anifiesta W ordsworth. Ante Don
caballero de la Ardiente Espada mejor que al Cid, y en Quijote no siente lástim a, sino veneración por sus nobles
capítulos sucesivos, el Canónigo de Toledo, queriendo vol­ acciones; la razón anida en el recóndito y majestuoso
ver a buen cam ino al loco, le recom ienda que, en vez de albergue de aquella locura.
las absurdas ficciones de E s p l a n d i a n e s y B e l i a n i s e s , lea los T ieck, tan adm irable traductor del Q u i j o t e com o ad­
hechos del Cid y de Fernán González, que le harán “ena­ m irable poeta y crítico, duda que algo que no sea el en­
morado de la virtud, enseñado en la bondad y valiente tusiasm o m ism o pueda producir el tan general y durade­
sin tem eridad”. Por tanto, si Cervantes hubiese podido ro entusiasm o que produjo y produce la gran obra de Cer­
conocer el R o l a n d com o conoció el M i ó C i d , hubiera pu­ vantes; lo m aravilloso de este libro único consiste en que
blicado sin vacilar el Q u i j o t e , pues la caballería anárqui­ el protagonista nos causa tanto respeto com o risa, y a tra­
ca y aventurera de los caballeros andantes, que yerran vés de la parodia llega a ser para nosotros un héroe ver­
por el m undo de sus fantasías, nada tienen que ver con la dadero.
caballería épica, organizada al servicio de la cristiandad
y del Im perio Carolingio, o al servicio de los reinos h is­ Y así, algo semejante sienten una inm ensa m ayoría de
panos de la reconquista. literatos; Don Quijote, fuera de su desvarío, es de natu­
ral tan noble, de tan superior entendim iento, que, en rea­
Vamos a m ostrar rápidam ente que Cervantes no cae en lidad no le rebaja ninguna de las afrentas que recibe (Frie­
in con scien tes exageraciones, como supone Gautier. Sabe derich W. Schelling) ; a la vez que hace reír, conm ueve
perfectam ente que la caballería épica es grande y noble, e inspira viva sim patía (Louis Viardot, Edouard Menne-
y sabe distinguir de colores tan m atizadam ente que le bas­ chet, H. Dohm, Paul de Saint-Victor) ; cuanto más nos
ta, no ya leer el R o l a n d , sino sólo leer el A m a d í s para reím os del héroe, más nos inclinam os a amarle (Louise
afirmar que hasta en los libros de caballerías hay algo Ozenne) ; el Q u i j o t e no satiriza los sentim ientos caballe­
bueno, y entonces el A m a d í s , libro excelente “único en su rescos de España, sino la desatinada caballería andante,
arte”, es salvado del fuego en el escrutinio de la bibliote­ que era im portación de una literatura extranjera (Charles
ca quijotesca, aunque ese libro bien escrito tiene sobre sí, Magnin) ; no hay ningún libro que respire heroísm o más
según dice el Cura expurgador, la gran culpa de ser padre noble (Ch. Furne) ; Cervantes no escarnece el ideal, sino
y dogm atizador de la mala secta caballeresca. Y si entre sólo aparentem ente (Víctor Hugo) ; Cervantes no intenta

LA REVISTA DE 23 PAISES
IO

V N DO HISPANICO

destruir el ideal, sino que, haciéndonos sim pático al ca­ h acia io d o s aquellos que batallan con las m iserias de la
ballero de las causas perdidas, nos muestra que todavía vida, es decir, sim patía hacia los hombres todos.
cree él en la caballería (Angelo de Gubernatis) ; la gran­
Y si así podía pensarse en la feliz_paz de com ienzos de
deza moral del héroe de la Mancha es evidente para todos
sig lo , tam bién podían descubrirse aspectos altamente afir­
los que saben ver y leer; este m onómano de la justicia y
m ativos ante el lúgubre espectáculo de la primera guerra
del honor es, a mi parecer, el m odelo y el tipo de los ver­
m undial que ardía al celebrarse el tercer centenario de la
daderos grandes hom bres (Octave L acroix).
m uerte de Cervantes. Entonces el ilustre profesor de la
Entre otros m uchos sufragios afirmativos que debiéra­ U niversidad de Edimburgo, H. J. C. Grierson, çscribía
mos aducir, entresacarem os todavía otro, para que, frente A lg u n a s re fle x io n e s en tie m p o de gu erra so b re el ca rá cter
a León Gautier, hombre de inquebrantable fe en el pasa­ e in flu e n c ia y en ellas acentúa el altísim o
d e l “Q u ijo te ”,
do, tengam os la im presión del espíritu más escéptico, m ás valor de la gran novela durante las tristes circunstancias
amargo y pesim ista, Enrique Heine, guiado por lejana es­ de una época en que los hom bres se hallan plenam ente
peranza en el porvenir. Con edificante contraste, el pasa- co n scien tes “ del fondo trágico de la vida” ; es el más
dista no quiere ver en la risa de Cervantes sino desaliento, feliz de los libros, dice; el mejor de los m itigantes en
m ientras el futurista encuentra en ella inviolable asilo de un tiem po como el presente, porque renueva nuestra fe
toda noble aspiración. en la hum anidad; el mejor libro al cual puede el ánimo,
atribulado por la guerra, volverse en busca de consuelo.
H eine gustaba referir (lo repite en su D e u t s c h l a n d y en
una E i n l e i t u n g z u m D o n Q u i c h o t t e ) que el Q u i j o t e fué Sirvan estas palabras de punto final a la votación aquí
el prim er libro que conoció cuando en la niñez se halló intentada. Ellas nos dicen que al Q u i j o t e podem os volver
capaz de leer de corrido. Esa lectura fué atrayente, pro­ confiados la mirada en nuestro cuatricentenario, en estos
longada desde un florido m es de mayo hasta la otoñal caí­ tiem pos en que si la tragedia renovada parece interrum ­
da de la hoja, en el jardín donde el pequeño Enrique se pida, nada halagüeños se muestran.
retiraba con el m aravilloso libro; y conform e el niño avan­
zaba en aquellas páginas, el dolor por los golpes, escar­
nios e ingratitudes que recibe el heroísm o del hidalgo La gran m ayoría de pareceres afirmativos que por to­
m anchego, aumentaba más y más el afecto infantil y la d as partes surgen, perm ite concluir en general que el Q u i ­
adm iración por el caballero de Dulcinea. Heine, después, j o t e está m uy lejos de obrar sobre sus lectores como libro
en cada lustro de su vida, relee el Q u i j o t e , recibiendo im ­ deprim ente, ni m enos como destructor de las esencias he­
presiones muy diversas, a veces tan desagradables para los roicas que inform aban la caballería m edieval, heredadas
sueños y am biciones de la juventud, que le hacían apar­ por el esp íritu moderno, siem pre im pulsoras de noble y
tar de sí el libro. Pero siem pre, en todos los senderos de abnegada conducta. Es apreciación muy incom pleta toda
la vida, especialm ente en todas las dudosas bifurcaciones aquella que se detiene en la burla de la caballería andan­
del cam ino, ve aparecer el caballero escuálido y el rechon­ te y no percibe la com plicación del tipo quijotesco : cuer­
cho escudero, y cuando se alejan, siente a distancia los do cuando raciocina, mueve a profunda y m elancólica
positivos roznidos del rucio y más potentes los entusiastas sim patía, haciendo deseable la santa sed de Justicia, de
relinchos del fam élico “R ocinante”. El noble caballero de Verdad y de Belleza que él propugna; loco cuando obra,
la Mancha quería traer de nuevo a la vida un pasado des­ se capta todavía nuestra adm iración por su inquebran­
aparecido, y su flaco cuerpo caía magullado al encontrona­ table fe, por su inagotable energía, por su martirial poder
zo de la realidad actual; tam bién es otra grave locura, de sufrim iento que nos edifica y fortalece. El invencible
dice Heine, querer introducir demasiado pronto el porve­ entusiasm o del vencido caballero es donairoso y grave
nir, cuando para el duro combate con los egoístas intere­ doctrinal de tenacidad heroica ante los ideales más ar­
► ses del día no se posee más que unas desvencijadas armas duos, los únicos dignos de tal nombre, los que hoy son
y un mal jam elgo; pero alentadora, nos atrae la voz tum­ un sueño inasequible, y sólo se harán alcanzables en un
bal del caído Don Quijote, rebelde a las conm inaciones futuro mejor.
del vencedor: “D ulcinea del Toboso es, a pesar de todo, Eisa honda sim patía, subyacente siem pre en el hum o­
la más herm osa mujer del mundo, y no desdeciré nunca rism o cervantino: ese com plejo de cóm ica irrisión y de
esta verdad, aunque yo, el más desdichado de todos los am oroso respeto, dos contrarios en deleitable m ezcla, cuyo
caballeros, yazga en tierra. Aprieta esa lanza, falso caba­ m ágico encanto confiaron las Musas a Cervantes tan sólo :
llero de la Blanca Luna, y quítame la vida, pues m e has esa profunda visión risible, risueña y amable del im pe­
quitado la honra.” netrable m isterio, el irónico m isterio de la vida, hacen
No acabaríam os nunca de recoger votos; pero com o que Don Quijote venga a ser sím bolo de la humanidad,
todos los aducidos son del siglo pasado, todavía me ocurre habiendo ganado carta de naturaleza en todas las litera­
añadir un par del siglo presente, contra el parecer de que turas del universo, con universalidad tan vivida y pinto­
el Q u i j o t e pueda ser m irado como un libro negativo y des­ resca, que, como dice Schelling, el ingenioso hidalgo es
tructor de los ideales heroicos que sostienen a la hum a­ personaje m itológico en todo el ámbito del mundo c iv i­
nidad; un par de op in ion es em itidas con ocasión de los lizado. Cervantes, el creador de ese profundo sím bolo,
dos tricentenarios cervantinos anteriores, oportunas ahora bien puede, en su perdurable im perio literario, recibir,
que conm em oram os un cuatricentenario. m ejor que aquel feliz y efím ero em perador del mundo, el
venturoso calificativo de Amor y delicias del género hu­
El genial y profundo rom anista, profesor de la U niver­ m ano:
sidad de Berlín, H einrich Morf, en el tercer centenario de A m o r ac d e lic ia e g e n e ris h u m a n i.
la publicación del Q u i j o t e , insiste m ucho sobre la ausencia
de cualquier amargo dejo en las inm ortales páginas, pues
el carácter señaladam ente benévolo del hum orism o cer­ (E ste te x to ha fo rm a d o p a rte del m a g n ífico d isc u rso
vantino hace al lector amar al héroe como el autor lo con que el E x c m o . S r. D ir e c to r d e la R e a l A c a d e m i a E s ­
amó; la literatura universal ofrece pocos escritores que p a ñ o la , D. Ram ón M enéndez P id a l, c la u su ró — el d ía 23
posean una tal fuerza form ativa de hombres, y no ofrece de a b ril ú ltim o — la A sa m b lea C e rv a n tin a de la Lengua
ninguno que iguale a Cervantes en la cordial sim patía E sp a ñ o la , en el I V C e n te n a rio d e l n a c im ie n to d e C e rv a n te s .)

LA REVISTA DE 23 PAISES
PUREZA Y SEÑORÍO DE LA RAZA MÁYA-KICHÉ

A r r ib a : Los in d íg e n a s d e C h ic h ic a s t e n a n g o (G u a te m a -

la ), a la p u e r ta d e su te m p lo p a r r o q u ia l, c o n s tru id o
e n 1 53 7, q u e m a n e l c o p a l p a r a a g r a d e c e r a D io s la s
b u e n a s c o s e c h a s .— D e b a jo u n a e s c e n a d e l c a m b io d e
g o b ie r n o que tie n e lu g a r to d o s lo s a ñ o s e l S á b a d o
d e G l o r i a , y tre s f o t o g r a f ía s q u e r e c o g e n la o r a c ió n
d e lo s M a y a - K ic h é s , q u e , en a c c ió n d e g r a c ia s , r ie g a n
el s u e lo d e la ig le s ia co n p é ta lo s d e ro s a s , y e n c ie n d e n
c a n d e la s e n m e m o r ia d e sus m u e rto s.

A alianza de kakchikeles con mexicas y tlaskalas en las luchas intestinas que

L debilitaron a los pueblos guatemaltecos en su fuerza y su moral, tenía por


objeto vencer a los kichés, pueblo tradicional y puro que no permitía intro­
misiones de extranjeros y menos aceptaba culturas extrañas a la pureza
de sus costumbres.
Don Pedro de Alvarado vióse beneficiado con estas circunstancias y, acom­
pañado de mexicas, tlaskalas y cholultecas, amplió su acción bélica, apoyado
por los kakchikeles. Dominó, parcialmente, una parte del territorio guatemalteco
en el año 1524, pero el recrudecimiento de hostilidades le obligó a desplazar sus
reales de Iximché, fundando Santiago de los Caballeros de Guatemala, en Al-
molonga, el 22 de Noviembre de 1527.
Jamás en la historia del pueblo maya-kiché había existido la rendición a la
fuerza y los rebeldes optaron por huir a los cerros y cumbres de la Sierra Madre,
lugar que la planta castellana no había pisado.
Todos los intentos hechos por Don Pedro de Alvarado para rendir a esta
tribu fueron inútiles.
Fray Bartolomé de las Casas, en compañía de Fray Pedro Angulo, Fray Luis
Cancer y Fray Rodrigo de Ladrada, intentó la pacificación, ayudándose con la
táctica de una cristiana comprensión, una gran caridad y un devoto celo al ser-
En e sta p á g in a , a r r ib a : Una f a m ilia M a y a - K ic h é o ran d o en e l t e m p lo . P ro ce ­
sió n c a t ó lic a in te g ra d a p o r la s c o f r a d ía s k ic h é s . In s tru m e n to m ú sico , d e tris te y

d u lc e s o n id o , c o n s tr u id o co n « te c o m a te s » ( c a l a b a z a s h u e c a s ). — A b a jo : O ía de

m e rca d o en C h ic h ic a s t e n a n g o C o fra d e m ayor de a u t o r id a d m á x im a . Dos as­


p e c to s d e l m e r c a d o q u e se c e le b r a e n tre lo s te m p lo s C a l v a r i o y P a r r o q u ia l. En
la p á g in a s ig u ie n te , a r r i b a : El « B a ile d e la C o n q u is ta » , r e c u e r d o d e h o m e n a je

a lo s R e y e s de E s p a ñ a . — A b a jo : A n te la « P ie d r a d e l T e s tim o n io » , e l a s tró n o m o

y el m a e s tro d e p r e c e p t o s a c o n s e ja n a u n a jo v e n e s p o s a . M u je r M a y a - K ic h é te ­

jie n d o . M ú s ic o s a n u n c ia n te s d e c e r e m o n ia s . M a d r e i n d íg e n a ll e v a n d o a su n iñ o .
vicio de Dios y de su Patria. El dominio de la lengua y su gran vocación apos­
tólica, hicieron que Fray Bartolomé de las Casas asegurase la par de estas tri­
bus maya-kichés, dándoles por absoluta garantía la protección cristiana que
les concedería siempre la Iglesia Católica, la cual ampararía sus tradiciones y
costumbres, y a la vez la seguridad ofrecida a sus pueblos y personas, con un
pacto firmado en nombre de S. M. el Emperador por el Licenciado Don Alonso
Maldonado, con fecha 2 de Mayo de 1537, época en que se hallaba al frente
de la Gobernación de Guatemala.
Realizada esta magna labor por el Padre las Casas, el cual se puso en con­
tacto con el Señor de Tetzulutan, organizóse la construcción de los templos
cristianos, dándose las órdenes oportunas para ello, y aseguró su obra para
toda la vida, rotundamente apoyada por el Emperador, quien concedió títulos
de nobleza a los Señores de Atitlan, Tekpan Atitlan, Rabinal y Chichicastenan-
go, con facultad para usar escudo de armas.
En el acta de la sesión capitular de 9 de Junio de ese año, celebrada en
Guatemala, consta que Fray Pedro Angulo mostró ante los asistentes castella­
nos dichas mercedes y privilegios concedidos por S. M. a los Señores maya-ki­
chés, por su cooperación pacífica y su ayuda a la evangelización cristiana.
Sólo podemos hallar a esta raza, en conjunto, en la meca indígena donde
los maya-kichés se reúnen periódicamente para sus fiestas rituales todos los
años. Escogemos la Semana Santa, que es la fiesta más reverente para los
cristianos y los maya-kichés.
Comenzamos por decir que los maya-kichés viven en diversos lugares de
la República y que se distinguen de las demás tribus por la especial vestimenta
que llevan sus hombres. Sobresale el adorno de sus pantalones, consistente en
aos aldetas que van sobrepuestas a los costados, en las cuales hay bordados,
en colores rojos, amarillos y naranja, unos símbolos solares, diferentes según
la edad. Los niños llevan una especie de cruz, de la que salen unos débiles
M u je r p e r te n e c ie n te a la tr ib u K a k c h i­
T ip o d e in d íg e n a s K a k c h ik e l, e n e m i­
k e l, a m ig a d e lo s m e x ic a n o s , m ás h e r­
g o s d e io s M a y a s y a l ia d o s c o n lo s '
m o sa q u e la s M a y a - K ic h é s , p e ro de
m e x ic a n o s t la s k a t e k a s y c h o lu lte c a s .
c a rá c te r m e n o s re c a ta d o y tím id o .

A r r i b a , e n el c e n tro : A r is tó c r a ta M a y a , C e n tro : T ip o s d e la trib u L a c a n d o n e s ,

c a b e z a d e fa m ilia y s e ñ o r d e ilu s tre q u e c a re c e n de la o r g a n iz a c ió n ét­


n ic a d e lo s M a y a - K ic h é s . N o d a n im ­
c u n a , co m o lo in d ic a e l so l d e sus al-
p o r ta n c ia al desnudo, y o b ra n m ás
d e ro s y lo s a d o r n o s d e su c h a q u e ta .
p o r in s tin to que p o r c o n o c im ie n to .

A b a jo : La m u je r M a y a - K ic h é , e s p o s a Abajo*. In d íg e n a a r is t ó c r a t a d e la p o ­

e je m p la r y b u e n a c r is t ia n a , e s, a d e ­ p u lo s a trib u K ic h é de A titla n , que

m ás , p e r fe c ta a m a d e c a s a , y a y u d a a h a b it a e n la s p r o x im id a d e s d e l la g o .
S u a s p e c to es m a r c a d a m e n te o rie n ta l.
su m a r id o v e n d ie n d o t o r t illa s y fru to s .

rayos de su centro. Los jóvenes llevan dos soles


en cada aldeta y los padres de familia un gran
sol y una orla ondulante en el borde. Llevan a la
cabeza pañuelos de color rojo, y los jerarcas
colocan borlas en las puntas. Las chaquetas van
adornadas con fleco, en la parte de atrás, y,
sobre el pecho, algunos personajes importantes
colocan un sol bordado con una placa de metal
en su centro. Hay también volutas en los costa­
dos delanteros y sobre los pulmones. Colocan
charreteras bordadas sobre sus hombros y en
las bocamangas unos adornos listados, igual
que en aquéllas.
El color del vestido es obscuro, amorrona­
do; el pantalón da idea del calzón antiguo de
los castellanos; lucen camisolas muy limpias,
faja y caites, que son una especie de sandalias.
Ningún indígena de Guatemala lleva indumen­
taria igual, si no pertenece a esta tribu; pero el
hecho de haberse convertido Chichicastenango
en lugar de turistas susceptibles de explota­
ción, da lugar a que muchos indígenas de otras
tribus vistan esta indumentaria para comerciar
mejor. Los maya-kichés auténticos, jamás ven­
den a los que les hablan en lengua extranjera
o castellana.
Bordeando profundos precipicios y límites
del fastuoso lago Atitlan, al lado del cual duer­
men los colosos volcanes más bellos de la re­
gión, se llega a Chichicastenango, en el Depar­
tamento de Santa Cruz del Kiché.
El Miércoles Santo hay mercado. La plaza
está repleta de gente. El colorido local es mara­
villoso. Chichicastenango es un pueblo de más
o menos 30.000 almas, pero nay entre ellas
muchos ladinos y naturales de otras distintas
tribus. Muchos creen que es aquí donde está la
( C O N T I N Ú A EN I A P Á G I N A 5 2 -5 3 )

M V N D O H I S P A N I C O
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ABLAR de arquitectura en América, de una arquitectura espe­ tecas, los tolíecas, etc., maravillosos intérpretes de la arquitectura y no
cíficamente americana, parece referirse de inmediato a las cul­ puede uno menos de admirarse al contemplar sus colosales fábricas:
turas indígenas —o aucíócíonas, que en Teolihuacán, dominando a extensa llanura de
este caso tanto vale— del Nuevo Mundo. Pare­ A r r i b a : M a q u e t a e n c o n s tru c c ió n d e l « M ir a m a r y a tc h Oíumba,- el Templo de los Guerreros, en milagro-
C lu b » en la H a b a n a , p o r lo s a r q u ite c to s M e r c e d e s D ía z ,
cerá, pues, innecesario, el que queriendo aludir E rn e s to G ó m e z S a m p e r a , E d u a r d o M o n te lie u , A lb e r t o S O estado de conservación- ios grandiosos sillares
B e a le y Luis E c h e v a r r ía . — A b a | 0 : M in is te r io d e E d u c a c ió n '
N a c io n a l d e l B r a s il.
a la arquitectura que hoy en día se- desarrolla pu­ que flanquean las calles del Cuzco, que sostienen
jante y vigorosa en Iberoamérica, comencemos los pórticos de Tiahuanaco o forman las pucaras
por hablar de los mayas y de los incas. Quizá de Sacasayhuaman, son ejemplos extraordinarios
sea retrotraernos demasiado. del arte indígena.
¿Qué nexos existen entre los discípulos de Otra cultura, la española, con las esencias euro­
Le Corbusier —pongamos a guisa de ejemplo— y peas del Renacimiento, había de venir a impo­
los constructores anónimos de Chichen Itzá, de- nerse. Su arquitectura, en plena floración plateres­
Copán o de Machu Pichu? ca, se trasplantó con fortuna a América. Debió
Ninguno, aclarémoslo. Pero tanto unos como aprovechar, claro está, la mano indígena, cuyos
oíros intentaron edificar dentro de una proyec­ elementos ornamentales cobran nueva aplicación,
ción vernácula, de acuerdo con los recursos exis­ fundiéndose con los elementos hispanos en una
tentes de la técnica y con los materiales disponi­ simbiosis armónica.
bles, tratando siempre de satisfacer las necesidades Así, América no pierde sus peculiaridades ar­
que las condiciones geofísicas les imponen,- ha­ quitectónicas, antes bien, hay una transformación
ciendo arquitectura en relación al "habitat", como de su criterio artístico,- no, como se ha pretendido,
dirían los sociólogos. una solución de. continuidad, al menos en un sen­
Fueron los mayas, los incas, los zapotecomix- tido lato.

15 15
17
pero sin embargo más nociva, por ser más fácil, más LA REVISTA DE 23 PAISES El criterio: «una buena copia es mejor que ún ori­
asequible, a las fortunas medianas. ginal pobre», es abandonado y los arquitectos jóvenes
Barrios enteros se construyen entre 1870 y 1910 imitando la arqui­ tratan de encontrar respuesta a la inquietud de la época.
tectura residencial francesa. Aún en la actualidad pueden medirse en Las bases de este cambio de pensar son fundamentalmente idénti­
México o Buenos Aires los perjuicios de ese mal gálico. cas en Europa y América,- mas difieren en su aplicación.
Luego, sucede el absurdo del modernismo, que se aplica con En los primeros tiempos los europeos se caracterizan por un fun­
furor a levantar las primeras casas de departamentos. cionalismo que podríamos llamar puro, por la exaltación de la máquina,
Suerte inmensa es que sus estragos fueran, de preferencia, en zonas por el maquinismo más que por el mecanismo,- llevan la sencillez al má­
urbanas céntricas, donde el valor del terreno ha subido y sube de ximo, pudiendo ser motejada de insípida y árida.
manera tan enorme que ha obligado a sustituir esas horrendas estructu­ s Se levantan —sobre todo en Alemania— edificios abstractos y ca­
ras, carentes de todo funcionalismo, por edificios más ambiciosos. rentes de sentido humano.
Donde mejor observamos semejante evolución es en las grandes Así se produce la célebre máquina de vivir de Le Corbusier. En
poblaciones de desarrollo industrial como Buenos Aires, Sao Paulo o América no llegan a cuajar esos principios. No se considera la má­
Río de Janeiro. quina como la vivienda ideal del hombre sino como un simple medio
De esa reacción contra el modernismo surgen los primeros rasca­ para obtener un hogar más cómodo, más fácil para el ama de casa.
cielos que merecen como tales calificarse. El Cavanah y el Comega son No se pierde la medida del hombre, ni tampoco el sentido de la ade­
ejemplos de ello en la Argentina. cuación al paisaje.
A la inercia psicológica imputable como origen de la decaden­ A pesar de ello, la reacción del público fué asaz virulenta.
cia arquitectónica en América durante el siglo XIX, prolongada en Por doquier se les aplicó a las casas el nombre de garajes, de cubos
buena parte del presente, sucede un criterio evolucionista. de cartón-cemento. Claro está, que se cometieron errores durante el pe­
Se revisan todas las premisas, se ponen en tela de juicio las opi­ ríodo experimental, pero esto era inevitable.
niones que ya son acervo. Las directrices arquitectónicas vienen, hemos de reconocerlo, de
|No más fetichismo arquitectónico! Europa y Estados Unidos. Francia nos envía el espíritu observador y
Se registran, de este modo, las mil contradicciones existentes entre agudo de Le Corbusier, que visita Brasil y el Río de la Plata en 1936 y
lo que hacemos, lo que pensamos y el ambiente material en que nos es consultor del grupo de arquitectos brasileños que diseña el edificio
movemos. del Ministerio de Educación, en Río de Janeiro.
Estudiamos en universidades donde los experimentos de descom­ Gropius y Frank Lloyd W right influyen decisivamente a través
posición atómica se desarrollan en laboratorios estilo Tudor, hacemos de sus manifiestos y proyectos.
nuestras operaciones financieras en bancos que recuerdan las termas El Brasil es quizás, de entre todos los países de la América hispana,
romanas, o asistimos al cinematógrafo, cuyas salas simulan patios se­ aquél en que la arquitectura moderna ha tenido mayor aceptación y
villanos —como el cine Riviera de La Habana—, o templos chinos mejor comprensión.
—como el Palacio Chino de México—. El Ministerio de Educación, que antes mencionáramos, es una vic­
Sobre un entredós Luis XV colocamos nuestro aparato de televi­ toriosa réplica a todos los argumentos que se han esgrimido y se es­
La fantasía mística y sensual del indio mexicano hallará nuevas for­ juato, La Antigua, Tunja, Quito, Arequipa y Salta. Iberoamérica, no obs­ sión en material plástico. grimirán contra el empleo de la nueva arquitectura en los edificios
mas, y si en el plateresco aparece contenida, en el barroco se liberará tante esta gran tradición, ha de perderse, durante el siglo XIX y parte Para llegar a un concepto más veraz —y por tanto más bello— públicos.
sin freno, para enroscarse por columnas y chapiteles a frontones ornados del XX, sin hallar una arquitectura consustancial a ella. Se desvía de sus hemos de procurar acondicionar un ambiente en proporción al pro­ La prueba ha sido hecha y el éxito ha resultado tan decisivo
de mil deliciosas extravagancias. Las cúpulas de Cholula, las fachadas dos grandes trayectorias, la indígena y la colonial para perderse en la greso técnico de hoy y a las necesidades que se derivan de nuestras que así en el mismo Brasil, como en el resto de América, ha proliferado
del monasterio de Topozotlán y Taxco, del Sagrario y La Santísima copia torpe e inadecuada de la arquitectura coetánea europea, tampoco, ocupaciones como de nuestros ocios. la escuela.
de México, constituyen el retorno a lo americano y el más cumplido menester es subrayarlo, muy afortunada. Establecemos el funcionalismo. Y junto con el confort varía el Esta construcción posee una estructura independiente de los muros,
homenaje a los maestros españoles que supieron formar tan espléndida Vemos así que la ambición de todo hacendado sudamericano que juicio estético. Los nuevos materiales de construcción requieren la des­ permitiendo la distribución de los huecos en forma libre. Las persianas
escuela de alarifes. ha visitado París o Venecia es llegar a construirse una Malmaison nudez de la línea. Se repudia la ornamentación como elemento básico. El móviles, con objeto de regular y controlar la luz solar dan lugar a
No fué una copia servil de la arquitectura europea, sino una inter­ o un palacio del Gran Canal, aunque sea en estuco. vestir una estructura de acero u hormigón armado con entablamentos interiores cómodos y brindan a la fachada un juego interesante de
pretación original. América aprende, pero se comprende, al menos en Esta modalidad mimètica, estúpidamente obsecuente, es menos de órdenes clásicos, representa poco respeto a las grandes construc­ líneas. La planta resulta simple y flexible, muy adaptable.
sus momentos felices. grave —en su aspecto estético— cuando, como indicábamos anterior­ ciones de la antigüedad y da un aire carnavalesco a nuestras ciudades. La obra fué proyectada por Lucio Costa, Oscar Niemeyer —el más
Por otra parte, el siglo XVIII representa en el Brasil la aclimata­ mente, se aplica al plagio de la arquitectura de la época,- menos grave, interesante de los arqui­
ción (paralela a la española) del barroco portugués. tectos cariocas—¡ Alfonso
En la p á g in a a n t e r io r , a r r ib a : D o s
Bahía y Ouro Preío se pueblan de iglesias en­ a s p e c to s del M in is te r io de Educa­ Ready, Carlos Leáo, Jorge
cantadoras, donde la influencia negra se patentiza al c ió n d e l B ra s il, e n R ío d e J a n e ir o ,
Moreira y Hernani Vas­
p o r lo s a r q u ite c to s L u cio C o s ta , O s ­
igual de la india en México y el Perú. c a r N ie m e y e r , A lfo n s o R e id y , C a r lo s
concelos.
Más tarde, a mediados y postrimerías del si­ L e d o , J o r g e M o r e ir a y H e r n a n i V a s ­ M últiples ejem plos
c o n c e lo s .
glo XVIII (en época edilicia, de despotismo ilustra­ pudieran citarse de estas
do), bajo el gobierno de virreyes imbuidos del afran- maravillosas edificaciones
cesamiento borbónico, se implanta el neoclásico, con modernas en el Brasil: el
su orden frío y académico, absurdo bajo el sol del ABI (Asociación Brasilera
trópico, aunque se consiga de manera tan cabal como de Impresiones), construi­
la Escuela de Minería de México. do por Marcel Roberto y
Se cierra de este modo un siglo particularmente Milton Roberto,- la resi­
importante en construcciones de tipo civil. dencia de Joáo Arnstein,
Díganlo, si no, los suntuosos palacios de Mé­ en Sao Paulo, de Bernad
xico y Lima y Potosí, las casonas de Valladolid de En esta p á g in a , y a c im ie n t o s p e tro li* Rudofsky,- el aeropuerto
la Nueva España (hoy Morelia),* Querétaro, Guana­ fe ro s f e d e r a le s d e F lo r e n c io V a r e l a Santos Dumont —el mejor
(A r g e n tin a ), p o r lo s a r q u ite c to s J o r ­
g e P rin s, H ugo R o sso , Jo r g e V e r-
de Iberoamérica—, de Ati­
M V N D O H I S P A N I C O 16 i b r u g g h e y J o r g e Ros M a r tín . lio Correa Lima,- la Isla
i
Restaurarli Pampulha, en nio H. Vilar, Héctor C.
Belio Horizonte, de Nie­ Morive, Jacobs Jiménez
meyer, sírvannos de sufi­ & Falormis, Sánchez Lago
ciente referencia para co­ & de la Torre y Jorge
nocer algo de lo mucho Bunges; la Facultad de Me­
que se está haciendo en la dicina y el Hospital Chu-
pujante nación brasilera. rruca, son dignos expo­
Finalm ente, merece nentes de la arquitectura
especial mención el vasto poríeña. En ella debemos
plan de Ciudad de Moto­ prestar p a rtic u la rís im a
res, de José Luis Sert y atención a las casas de de­
Paul Lester Winer. partamentos y residencias
Constituye esta obra, particulares de Buenos Ai­
ya en ejecución, el primer res, San Isidro, Mar del
esfuerzo hispanoamerica­ Plata y Sierra de Córdoba.
no por construir una ciu­ También en la vecina
dad completa de acuerdo república del Uruguay se
con los más m o d ern o s ha edificado con criterio
conceptos urbanísticos. funcional.
Brasil, con estas edi­ Una de las muchas
ficaciones, se ha conver­ experiencias plausibles es
tido en la primera nación la Iglesia de las Clarisas
del mundo en cuanto a ar­ en Montevideo,- de Alfre­
quitectura se refiere. do Rafael Solari y Carlos
Y sus arquitectos han Vacotti Stanco.
demostrado que las edifi­ México no marcha a
caciones con criterios nue­ la zaga de los oíros países
vos, tienen, además de sus latinoamericanos. El pro­
ventajas funcionales, tanta yecto en construcción del *
belleza como las obras Instituto Tecnológico de
consagradas por los siglos. M onterrey presenta un
Argentina nos brinda, m agnífico conjunto de
asimismo, un notable pa­ edificaciones, tan notables
noram a arquitectónico. — desde el punto de vista
Una de las construcciones más sorprendentes de los últimos tiem­ técnico, como desde el artístico. Puede afirmarse que, una vez termi­
pos es la del local de Yacimientos Petrolíficos Fiscales. nado, será la primera ciudad universitaria del mundo hispánico y la
Consta este edificio de tres partes: la sección administrativa, con consagración definitiva de Enrique de la Mora como uno de los más des­
museo, teatro y comedor,- el taller, que ocupa una sola planta, y el la­ tacados arquitectos de nuestro tiempo.
boratorio, de cinco pisos. Entre las más importantes contribuciones de la arquitectura con­
La elevación brinda u n interesante juego de volúmenes, bien com­ temporánea mexicana está la Iglesia de la Purísima Concepción —tam­
pensados y un hermoso bién de Enrique de la
F a c h a d a la t e r a l d e la A s o c ia c ió n B r a s ile ñ a d e P r e n s a , "A s s o -
contraste entra la su­ Mora—, que demanda O t r o a s p e c to d e l A . B. I. c o n s tru id o p o r lo s a r q u ite c to s M a r c e ­
c ia ç â o B r a s ile ir a d e I m p r e s a " (A . B . I.).
perficie lisa del teatro y un tributo de admira­ lo R o b e rto y M ilto n R o b e rto .

las alas con ventanales ción por parte de todo


del laboratorio. aquél que la visita.
Desde el punto de Dicha iglesia, con
vista urbanístico, Bue­ su planta de cruz lati­
nos Aires ofrece solu­ na, cubiertos ambos bra­
ciones tan avanzadas zos por una bóveda pa­
como las del Brasil. rabólica de hormigón
El proyecto de mo­ armado, dominada por
dificación de la avenida un campanario de pie­
9 de Julio ha de ser la dra rústica, aislado del
primera .aplicación ar­ cuerpo principal de la
gentina de los más atre­ iglesia —a semejanza
vidos métodos de ur­ de los campanilles ita­
b an izació n . G randes lianos—, es un rotun­
edificios, como el Auto­ do m entís a quienes
móvil Club, de A nto­ consideran la arquiíec-
I

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1" .
Æ w m


MVNDO HISPANICO LA REVI STA DE 23 PAI SES

íura moderna como incapaz de Ernesto Gómez Sampera, Mer­


elevar el ánimo a un sentimien­ cedes Díaz, Eduardo Montelieu,
to religioso. Alberto Beale y Luis Echevarría,
En el Disíriio Federal la cons­ constituyen el capacitado equipo
trucción es encomiable. que lo realiza.
Residencias privadas, hoteles, Es notable que todos estos
grupos escolares, guarderías in­ arquitectos citados, junto con Ni­
fantiles, edificios comerciales, in­ colás Arroyo y Gabriela Menén­
tegran un conjunto de construc­ dez, pertenezcan a las últimas
ciones que nada desmerece del promociones universitarias.
litoral atlántico sudamericano. Es el nuevo movimiento cu­
Su tradición indígena y aun bano que se abre paso contra los
la colonial han sido aprovechadas viejos prejuicios.
en una sabia combinación de ma­ La fotografía que presentamos
teriales. del Miramar Yacht Club, revela
El color quizás sea uno de los una madurez de pensamiento y un
elementos constructivos que más extraordinario dominio técnico,
sabiamente utilizan los mexicanos. digno de los mayores elogios.
El tezontle, piedra volcánica No podemos dejar de men­
de color rojizo, armoniza con las cionar a Eugenio Batista, el ini­
terminaciones de los muros de la­ ciador de la nueva arquitectura
drillos, repellados éstos en tonos en Cuba.
grises, blancos, verdes, y contras­ Dadas las condiciones de es­
tando con los vanos de las puertas pacio que nos han sido determi­
y ventanas, pintadas en los tonos nadas, resulta imposible, como qui­
más variados. siéramos, el extendernos a otros
Citemos los nombres de de la Mora, Obregón, Santacilia y Pani países del continente que llevan a cabo un destacado esfuerzo arqui­
como arquitectos cuya fama desborda los lindes geográficos de tectónico .
América. El Barrio Cívico de Santiago de Chile, El Silencio de Caracas,
La producción cubana es bastante reciente y, por tanto, no puede el Hotel Goragua de Santo Domingo, ciertas residencias privadas de Lima,
emitirse un juicio decisivo. son algunos de los motivos que nos hubiera gustado tratar. Qué­
Las últimas promociones de arquitectos se preocupan por hallar dense para otra ocasión.
una solución en conformidad con las peculiaridades isleñas. Vista, así, panorámicamente, la arquitectura de Iberoamérica ofre­
Radio Centro suministra una planificación inteligente de un pro­ ce uno de los índices más sugestivos de la pujanza intelectual y eco­
blema bastante complejo, ya que se ha logrado reunir en una sola nómica del continente.
estructura locales tan diversos como los de restaurant, teatro, cine, radio, América construye y construyendo levanta los fundamentos de un
oficinas, comercio, etc. porvenir lleno de promisión, al través de la interpretación del espí­
En su proyecto han intervenido Emilio del Junco, Miguel Gastón ritu arquitectónico de Europa.
y Martín Domínguez. Las ilustraciones que acompañan a este trabajo dan una idea de
El Miramar Yacht Club, en construcción, este porvenir magnífico, pleno de esperanzas.
será un nuevo e importante paso en la arqui­ C u a tr o a s p e c to s d e la ig le s ia « La s C la r is a s » , en M o n t e v id e o (U r u ­
g u a y ) , p o r lo s a r q u ite c to s A lf r e d o R a f a e l S o l a r i y C a r lo s Y a c o t t i
tectura habanera. S ta n c o . ’
a t-n -n rm r»
r *r? n
B E A T R I Z M A S O , (ARQUITECTO)
LA M A N I G U A
S IN D I O S

UNA PELÍCULA SOBRE LA C O LO N IZA C IÓ N


Y EVANGELIZACIÓN DE ESPAÑA EN AMÉRICA
Cada nación, si quiere proyectar su personalidad en las gigan­
tescas resonancias de las pantallas del mundo, debe buscar, en lo
más hondo de su espíritu, aquellos valores de todo tipo y carácter
que la distinguen y singularizan. España no tiene mayor timbre de glo­
ria que ofrecer que el descubrimiento de América y la conversión de
unas tierras vírgenes en el continente más rico y vigoroso del mapa.
La nueva productora cinematográfica "Taurus Films", compren­
diendo el hondo significado de esta magna empresa, acometió el
empeño de trasladar al celuloide la gesta española que más alto
puede hablar, en la historia, de las virtudes de nuestra raza. Un gru­
po de misioneros y colonos se adentra penosamente en el corazón
de las inmensas selvas suramericanas. Impulsados por la fe en sus
altos destinos, sufren impávidos los rigores de lá expedición. Por fin,
en un terreno inculto, lleno de malezas, fundan un poblado y co­
mienzan a desplegar una actividad-inusitada.
Construyen viviendas, levantan una iglesia, atraen a los indíge­
nas y les enseñan las más nobles artesanías castellanas y el cultivo die
a tierra. Paralelamente, les van instruyendo en las verdades de la re-

N A N I
FERNANDEZ

M. A P AZ
MOLINERO
M E S T IZ A G U A R IM B E

F É L I X
FERNÁNDEZ
H E C H IC E R O IN D IO
22 MVNDO HI SPANI CO 22

ligión católica y en los principios del idioma y les de­


fienden virilmente contra los traficantes de esclavos.
Y poco a poco, con constancia, caridad y amor, se fun­
den dos razas y dos sangres para dar lugar a la gran
realidad americana, que hoy se manifiesta pujante y
arrolladora en las grandes ciudades del nuevo conti­
nente, en su potencia económica y agrícola.
El entramado arquitectónico de esta obra cinema­
tográfica, que se levanta impulsado por una acción
llena de emocionantes y espectaculares aventuras,
se apoya en el carácter y la personalidad de sus
principales personajes. Es la selva la protagonista
primordial de la fábula, bajo la cual se mueven los
hombres con sus virtudes y pasiones.
Y dentro de ella, el padre Arce, jefe de la misión,
ayudado en su trascendental obra evangelizadora ,
por varios compañeros de religión. El colono Javier
de Chaves, impulsivo, sentimental y viril. La india Pa-
nambí, ingenua y dulce. El cacique Yapacasú, valero­
so y noble prototipo de la raza nativa. Un hechicero
tortuoso e intrigante. Su hija, la mestiza Guarimbé,
víctima de un doloroso drama interno. El hermano
Archanda, ¡oven aspirante a novicio, que tiene que
luchar con la peligrosa atracción de la selva, cuyo
embrujo misterioso le perturba y plantea agudos pro­
blemas psicológicos. Y como fondo pintoresco o trá­
gico —ensamblado en la acción con hábil ritmo lite­
rario—, los personajes graciosos y sencillos, junto a
los aviesos y desalmados.
Todos cuantos elementos intervinieron en esta
singular producción que se llama "La manigua sin
Dios", han sido pura y exclusivamente españoles.
Desde el capital hasta el último figurante. Estudios
"C. E. A.", de Madrid. Autores del asunto y guión ci­
nematográfico, Juan Antonio Cabezas y J. Vega Pico.
Director, Arturo Ruiz-Castilio. Operador ¡efe, Manuel
Berenguer, auxiliado en la cámara por Juan Mariné.
Decorados, Joaquín Vaquero. Música, Jesús Leoz. Y
asesor histórico, el profesor José Tudela, de la Uni­
versidad Central y el Museo de América.
Incorporaron los papeles principales un selecto
grupo de actores, de lo más saliente y florido en ios
cuadros interpretativos del cine nacional de hoy.
Jorge Mistral, Nani Fernández, Luis Prendes, María
Paz Molinero, Antonio Casas, Nicolás Perchicot, Ar­
turo Marín, Félix Fernández. Manuel Requena, Rufino
Inglés, Concha López Silva y una larga lista que abar­
ca extensísimo reparto, además de centenares de fi­
gurantes, bailarines profesionales y coros.

P u b lic a m o s e n é s ta y en la a n t e r io r p á g in a o n c e m a g n íf ic o s p l a ­
nos d e la p ro d u c c ió n c in e m a t o g r á f ic a e s p a ñ o la cL a m a n ig u a sin
D io s», q u e r e c o g e n e s c e n a s in t e r p r e t a d a s p o r N a n i F e r n á n d e z ,
M a r ía P a z M o lin e r o , J o r g e M is tr a l, Luis P r e n d e s , N ic o lá s P e r c h i­
co t, A n to n io C a s a s y F é lix F e r n á n d e z .
M E R C A D O E N P U E R T O C O L O M R I A

un pintor ante el paisaje del trópico


J O A Q U I N V A Q U E R O
MPULSADO por su enorme inquietud, a la búsqueda de emociones estéticas, el gran pintor

D español Joaquín Vaquero ha cruzado el Atlántico, tejiendo con sus diversas rutas sucesivas, a
lo largo de más de veinte años, una verdadera red espiritual que enlaza a España con el continente
americano.
Joaquín Vaquero ha llevado a América cuadros pintados por él en España. Llanuras de Castilla,
mineros de Asturias, torres de Aragón... cuelgan de los muros de Museos y colecciones particulares
del nuevo continente. Y con verdadero amor y rara penetración ha pintado paisajes, tipos y arqui­
tecturas de casi todos los países y de todos los climas de América, desde las tierras frías del nórdico '
Canadá, hasta las estepas heladas de la -«Tierra de fuego», pero derrochando su mejor pasión en los
ardientés países de la América Central.
Aquí su obra se vuelve la de un fervoroso, ante la contemplación del ambiente bañado de luz
perfecta, su entusiasmo y admiración al contacto de aquel paraíso, de aquel cielo tropical, se trans-

LA RE V IS T A DE 2 3 P A IS E S
M U E R T E

p o r J. V a q u e r o

forma en amor; y con ojos de amante, con clara diafanidad, recoge todos los matices y penetra en
el alma de seres y paisajes.
Su intuición lo lleva a apartarse de la fantástica brillantez externa que ciega y turba los sentidos,
ocultando el alma del paisaje. La esencia escondida detrás de esta luminosidad, se le escapará siem­
pre al superficial observador del mundo exterior.
Vaquero, siendo pintor europeo, aquí, no cae, al enfrentarse con nuestro mundo, en los tópicos
pictóricos con que tantos otros han representado los temas tropicales. Así vemos sus paisajes, sus
figuras humanas, sus árboles sumergidos en un rara e inédita transparencia, bañándolos de suave y
tenue luz desconocida hasta ahora para aquellos que pintan lo trivial. Aquí encuentra el pintor nue­
vas gamas de color y nos regala un mundo en el cual transformalo vulgar en poesía. En este am­
biente hemos visto en sus lienzos la Ceiba, el árbol sagrado de los indios, que acompaña siempre,
en la plaza del pueblo más escondido, a la casi imposible iglesia colonial; los benditos árboles del
bálsamo y del pan, los amates, los manglares, las cabezas somnolientas y desmelenadas de los co­
MVNDO HISPANICO coteros meciéndose en los melancólicos cielos del atardecer, los lagos cantados por Rubén Darío, los
volcanes de cráteres encendidos que sirven de faro a los navegantes, las chozas de los indios, los
sorprendentes templos de los Mayas y Aztecas.
Los cinco cuadros aquí reproducidos muestran cómo Joaquín Vaquero recoge con delectación
hasta el último matiz físico de las cosas y cómo penetra al mismo tiempo, hasta lo más hondo del
alma americana. La intención depurada, precisa, definidora de nuestra realidad.
Vaquero ha permanecido largamente, días enteros, en la contemplación de los mercados de
indios y mestizos, observándolo todo, recogiendo datos. De esta contemplación han salido, pinturas
murales, muchos lienzos, infinitos dibujos de distintos sitios del continente, con especial preferen­
cia de Centro-América; allí más que en ningún sitio es también donde ha encontrado la tradición,
el verdadero problema biológico, manifestado en sus costumbres, en la ornamentación y colorido
de sus vestidos, en sus gestos hieráticos, en su arte, en su primitiva industria. Y a pesar del mutis­
mo de esta raza ha sabido el pintor descubrir, su secreto.
En «Mercado», reproducido en la portada, con una composición maciza y perfecta, están de re­
lieve los tonos brillantes de los trajes, que envuelven la apagada y altiva resignación de los nativos. LA R E V IST A DE 23 P A IS E S
En «Mercado en Puerto Colombia», página 11 . se advierte la presencia de la mezcla negra que
aleja el liieratismo, anarquizando la composición y acelerando el ritmo en forma y color.
«Muerte», que aparece en la página 12. es la visión fantástica que interpreta las famosas predic­
ciones de los Libros Sagrados de los Mayas, cuando anuncian el Fatal Día en que la tierra esté muer­
ta, y los árboles, y sea entonces el reino de los «Chon» (buitre o zopilote). Dicen las profecías: «Lle­
gará un tiempo, en que los árboles se volverán negros».., .«y el «Chon», será el Señor de estos árboles».
«Durante este tiempo vendrá del Sur un viento que abrasará como si saliese de cuevas encendidas,
y resecará el monte; quedarán como esqueletos el árbol grande y el árbol chico». «El espacio se
verá entonces enrojecido y turbio y todo quedará marchito permaneciendo como en un letargo»...
En «Vendedora de Iguanas», página 13 está como en «Mercado», captada hasta lo más hondo
la expresión de mirada ausente y de ritmos lentos, de orgullo y de vigor interno. Paludismo y manos
finas, una, en absoluto reposo, la otra sosteniendo el extraño reptil. Todas sus vestiduras dentro de
la gama violeta de Panchimalco. En «La pirámide del Sol», que figura en la página 14 de rojizo
tezontle, nos deja descubrir, Joaquín Vaquero, una de las poderosas razones de sus idas y venidas
a América. Su pasión por la arquitectura precolombina, sobre la que, desde hace muchos años, hace
estudios que no tardarán en salir a la luz.

R O S A T U R C I O S D A R I O

MVNDO HISPANICO
CUE NT O, POR CAM ILO JOSE CELA

N la casa, alta, grande, sombría, casi negra, sólo de tarde en


E tarde sopla el tibio vaho de la m isericordia,
* »■—4 Ha sido levantada, setenta o setenta y cinco años atrás, por el
pa d re de José, el viejo de hoy. En ella e nte rró los dineros que hizo.
Dios sabrá cómo, en los prim eros años de su vida y en ella enterró
también — todos, menos el juez, sabemos de qué m a n e ra — su concien­
cia, prim ero, su caridad, después, y su pobre mujer, poco tiempo
más tarde. ,
Corre de boca en boca po r la com arca que la charca sólo aúlla
desde entonces cuando se acuerda, po r las noches, de los secretos
que no puede revelar.
Cuando m urió su madre,. José tení.a no más de cinco o seis años
y la soledad en que la casa quedó le fué haciendo un espíritu taci­
turno, ^amante de la crueldad solitaria y de las largas horas viendo

( C O N T I N U A E N L A P A G I N A 52 )
j

RIO DE JANEIRO
Depois de ver os mundos que creara
trepidantes de força e de esplendor,
Deus, naquela manhä prodiga e clara,
deixando de ser Deus, fez-se pintor.

Quis dar à natureza outro primor


e, com o mesmo pincel que o eden pintara,
gravou no mapa-mundi o traço e a cor
dos montes e dos ceus da Guanabara.

Ë por isso, ó viajante deslumbrado,


que vês de longe, sobre o Corvado,
o Creador unido à obra tamanha¡

e olhas, resplandecente de belezo,


Christo desabrochar da natureza
como um lirio de luz sobre a montanha.
LA REVI STA DE 23 PAI SES

B R A S I L

La p in tu r a española c onte m porá ne a — de Zuloaga a Salvador


Dalí— ha revalidado en Río de Ja n e iro el éxito que obtuvo meses
antes en Buenos Aires. De la m ano de esta acogida fervorosa, la
gentileza española se h a manifestado con la entrega al p residente
Dutra de un retrato debido al p in to r canario José Aguiar. Otra oca­
sión más p a ra que públicam ente se testimonie la f r a te rn id a d que
existe entre el Brasil y E sp a ñ a ; en dos de estas fotografías se r e ­
coge el acto de la entrega del retrato. En la prim e ra , S. E. el P r e ­
sidente del Brasil y el em bajador de E spa ña contem plan el lienzo,
y en la segunda, el presidente D utra y el embajador, Sr. Conde de
Casas Rojas, charlan a n im a d a y cordialm ente.
Abajo, a la derecha, tres vistas de la exposición de p in tu r a es­
pañola en Río de Janeiro.

29
30 M V N I) O HI SP ANI CO

DE LOS 2 .0 0 0 MILLONES —El problema alimenticio es hoy bien conocido en los


países civilizados en su aspecto teórico y es fácil determi­
nar cuáles son los alimentos más necesarios actualmente
para cada país. En Inglaterra, por ejemplo, estima Orr que,

DE HABITANTES DEL GLOBO, para elevar el consumo de alimentos protectores hasta un


nivel óptimo, la producción de leche debería aum entar en
un 60 por 100; la de huevos, tam bién en un 60; la de fru ­
tas, en un 70; la de hortalizas, en un 60, y la de carne,

1.800 ESTAN MAL NUTRIDOS en un 25. La leche es uno de los alimentos más deficitarios
en el momento actual, ya que su consumo es muy inferior
al necesario, incluso en muchos de los países mejor nu­
tridos. El incremento en el consumo de leche es una de las
medidas más urgentes en buen número de países, el nues­
tro entre ellos.
—¿Y en los países centroeuropeos?

LOS PROBLEMAS DE LA ALIMENTACION DEL —En lo que respecta a Ja situación actual en los países
del centro de Europa y tam bién en los de Oriente, el pro­
blema es más de cantidad que de calidad, o sea al revés
que antes de la guerra, donde las deficiencias se referían a
MUNDO VISTOS POR UN SABIO ESPAÑOL la falta de alimentos protectores, es decir, ricos en m inera­
les, vitam inas y proteínas de elevado valor biológico. Por lo
tanto, el problema, hoy, es simplemente de insuficiencia de
cantidad. En este sentido, es de la m ayor urgencia elevar
n el Norte de España, en el pueblo m arinero de Colun- inundo pasa de los 2.000 millones de habitantes. De ellos, los el valor calórico de la dieta, enriqueciendo sobre todo la ra­

E ga —prado verde y m ar azul, conjugados en una


viril y tierna acuarela de paisaje asturiano—, nació
mejor nutridos eran los de Norteamérica, Inglaterra, Cana­
dá, Australia, Nueva Zelanda, Suecia y Suiza. Es decir, poco
en la prim era década del siglo un niño que fué bautizado más de 200 millones, escasamente el 10 por 100 de la pobla­
en iglesia íntim a y recoleta, con ex votos de pescadores y
leyendas de galernas. De nombre, Francisco, hijo de un
ción total m undial. Sin embargo, incluso en estos países
existen núcleos im portantes demográficos que se nutren in­
ción de grasa. Un aporté de grasas vegetales es, en este as­
pecto, tan necesario para la solución del problema nutritivo
europeo como el del trigo y la carne. Estos tres artículos,
trigo, grasas y carne, son sin duda los que Europa necesita
con mayor urgencia.
Grande y una Covián, apellidos muy de aquella tierra, ple­ adecuadamente, según demostraron los estudios practicados —¿Qué opina usted, doctor, de la ayuda hispanoamericana
nos de resonancias telúricas de D a n z a P r i m a con fondo de sobre todo en Inglaterra y Estados Unidos con esta finalidad. para la solución del problema?
gaita y tambor.
—Los países sudamericanos poseen enormes riquezas en
Allí, en las arenas de aquella playa cantábrica, aprendió materias alimenticias y ellos constituyen, con Norteamérica,
el niño Francisco a contemplar en los firmamentos náuticos le esperanza de millones de europeos que soportan en estos
lo infinitamente grande, para disciplinar su retina, por con­ momentos restricciones nutritivas enormes. Sin embargo, la
traste y ejercicio cósmico, a lo infinitamente pequeño del solución total no puede estar sólo en consum ir lo que la ayu­
mundo del miscroscopio. Desde aquel bautizo pueblerino da americana pueda enviar. Es preciso que cada país estudie
con sidra dulce y canciones montañeras, hasta el nom bra­ científicamente sus problemas alimenticios y promueva la
miento de miembro de la P h y s i o l o g i c a l S o c i e t y , de Londres, producción autóctona de alimentos en proporción suficiente
pasaron sólo treinta y ocho años. Amplia peripecia cientí­ para asegurar un normal estado de salud a todos los indi­
fica, encerrada en un exiguo período vital de estudio intenso viduos. Las experiencias realizadas en algunos países han
y desvelos universitarios. Sanción y reconocimiento a una sido altamente satisfactorias y el aumento de la producción
labor trascendental, únicamente asequible a hombres de que puede conseguirse por la aplicación de los modernos
pestañas quemadas por las reverberaciones de las redomas métodos de cultivo será capaz de asegurar la alimentación
y los tubos de ensayo. abundante de la hum anidad, aunque ésta siga creciendo en
A la Sociedad de Fisiología de Londres sólo tuvieron ac­ número como hasta ahora.
ceso hasta ahora dos investigadores españoles. Uno, Cajal,
en sus tiempos de triunfo. Otro, Francisco Grande Covián,
hace pocos días. ¿Qué clase de pasaporte se necesita para EL HOMBRE, EN LA INTIMIDAD
cruzar la frontera científica del famoso organismo londi­
nense? Llamarse, por ejemplo, eso: D. Santiago Ramón y Después de nuestra breve conversación con el joven inves­
Cajal, y llevar consigo el asombroso equipaje de un hallaz­ tigador español —breve porque sus minutos son más va­
go que hiciera pararse por un momento el reloj de los co­ liosos que nuestras horas— hemos curioseado un poco in­
nocimientos humanos, para que las agujas cambiasen de discretamente en la parte huinana del sabio, cuya línea se
rumbo y señalasen una hora estelar. Por eso Francisco separa de los reflejos de los tubos de ensayo...
Grande Covián —jefe de la Sección de Vitam inas del Ins­
tituto “Ibys” y de la de Fisiología del Instituto de Investiga­ De la estirpe de los Cajal, los Curie, los Fleming, Fran­
ciones Médicas, que dirige el profesor Jiménez Díaz— es ya cisco Grande Covián no es uno de esos estudiosos que se
lo que es, cuando aún la juventud más auténtica le brilla aislan en un paréntesis nostálgico de vida aplastada por
en los ojos y cuando todavía le queda por delante toda la las consecuencias de su sacerdocio científico. A pesar de su
íntegra, ancha y fecunda esperanza de la madurez. abrum ador trabajo, aun le queda tiempo para respirar el
aire de los parques. Para jugar con sus dos hijos —un va­
rón de cinco años, y una m ujercita de cinco días—. Para
INTENTO BIOGRAFICO asistir infaliblemente a todos los conciertos, su gran pasión
estética. Para sentarse en una butaca y presenciar las pe­
leas de los Vaqueros del F a r - W e s t y las lágrim as de men-
Los sabios —especialmente los sabios de treinta y ocho tol de Ingrid Bergman. Para leer novelas, para visitar ex­
años— no suelen tener biograiia. Su mundo es de cortas di­ posiciones y para tomarse una copa con los amigos. Todos
mensiones: una biblioteca, un laboratorio, un microscopio. los veranos, gusta de sentir en sus pies desnudos la espuma
Su aventura humana, una árida ruta con escenografía re­
de su playa cantábrica y perderse al atardecer entre los la­
petida de aulas y claustros universitarios. El alumno Gran­ berintos de los acantilados, cuyos dientes de piedra muerden
de Covián salió al encerado, por prim era vez, en una clase
golosamente los festones salobres de la pleamar.
del Instituto de Oviedo, en cuya Facultad de Ciencias cursó
el preparatorio. Licenciatura con premio extraordinario, y —Háblenos de las consecuencias del reciente conflicto. Y además de todo esto, horas y horas inclinado sobre el
doctorado, en Madrid. Después, cursos especiales en F rib u r­ —La últim a guerra ha agravado considerablemente el pro­ microscopio, en cuyo misterioso cristal tropezará algún día
go, Copenhague, Lund y Londres, en el University College, blema, en especial en los países europeos; pero ha habido con ese hallazgo emocionante que tendrá para la ciencia cual­
con los profesores Hoffman, Krogh —premio Nobel de F i­ otros que han sacado, por lo menos, provechosas enseñanzas quier nombre latinizado, y para el mundo pudiera llamarse
siología—, Thunberg y Lovatt Evans, respectivamente. de la situación. Así, en Inglaterra, aunque la situación ali­ algo así como Premio Nobel. Quien a los treinta y ocho años
De regreso a España, se le encarga de la cátedra de Fisio­ menticia es indudablemente apurada, el nivel nutritivo ge­ ha cubierto tan duras etapas científicas, puede continuar as­
logía en San Carlos, que desempeñó hasta que el ruido de neral es mejor que el de antes de la guerra y el estado ali­ cendiendo con seguridad hasta el vértice de los elegidos.
las am etralladoras y los obuses interrum pió el curso nor­ menticio de las capas de población antes peor nutridas ha
mal del acaecer de los días. Durante la guerra civil, regentó mejorado singularmente al m ejorar los sistemas de racio­
en Madrid el Departamento de Fisiología del Instituto de namiento y al hacer una más científica distribución de los ,) . V E G A P I C O
Higiene de la Alimentación, donde se ocupó, con sorpren­ productos esenciales. Al mismo tiempo, la necesidad de in ­
dentes frutos, del estudio de los problemas nutritivos plan­ crementar la producción nacional ha llevado a la intensi­
teados por la guerra a la población m adrileña. Estudios e ficación de cultivos, aplicando métodos más eficaces que
investigaciones de una trascendencia inestimable, que le va­ elevaron grandemente los índices agrícolas. Estos resultados
lieron una alta distinción internacional: el requerimiento son alentadores, por cuanto indican el camino que es nece­
en 1939, por parte de la Comisión en Europa de la Funda­ sario seguir para que los países puedan resolver este fun­
ción Rockefeller, para colaborar en el estudio sobre la nu­ damental problema.
trición de algunos países, invitación que la misma entidad Después de una pausa, agrega :
repitió dos veces años más tarde p ara que se trasladase a
Francia, en pleno incendio bélico m undial, donde trabajó —El presidente del organismo de Alimentación y Agricul­
junto a investigadores norteamericanos y franceses, también tura de las Naciones Unidas, sir John Boyd Orr, estima
sobre problemas alimenticios de poblaciones afectadas por que un 75 por 100 de la población m undial padece hambre
el conflicto. Su autoridad en estas m aterias es definitiva. o desnutrición m arcada. La situación es tanto más lamen­
Oigamos su opinión. table si se piensa que un 70 por 100 de la hum anidad es
precisamente productora de alimentos. El problema, por tan ­
to, está no sólo en incrementar la producción, sino también
HABLA EL DOCTOR GRANDE en elevar el poder adquisitivo de las clases económicamente
débiles, para que puedan obtener los alimentos que necesi­
—La hum anidad, considerada en conjunto —comienza a tan y de los que ahora carecen.
decirnos—, padece un grave problema nutritivo, cuya mag­ —¿Cuáles son los alimentos más necesarios en el momen­
nitud no ha sido bien apreciada hasta tiempos recientes. El to actual?
1

: R A D I O
ELATOS fabulosos de viajes p o r el m undo, viejos y herm osos g ra b a d o s
ATLANTICA/ /

R de la selva con anim ales feroces y plantas cual g igantes levantándose


a l cielo, son los recuerdos más antiguos y sencillos que g u a rd a m o s de
nuestras tie rra s españolas en A fric a . Después, tras de a q u é llo s , hay un
período en que el recuerdo p ie rd e su du lzu ra p rim a ria e in fa n til p a ra to m a r
toda la hosquedad de la h isto ria y la g e o g ra fía co le g ia l. M ás ta rd e ta l o cual
novela lo re a viva ro n y hoy vuelve a nosotros la selva con sus p la n ta s m ons­
truosas y sus anim ales salvajes. Vuelve a q u é lla lim p ia de unas y d e otro s, la
selva a frica n a , las tie rra s de la G uinea española p a ra ser a va n za d a p rim e ra
de la civilización, y si los ta n ta n e s de los negros y sus canciones g uturales no
dejaron de sonar en ellas, un m ecanism o que bien puede ser p a ra ellos b ru ­
je ría , va a lle v a r a tales músicas canciones p o r los a ires del m undo. En el
p ro p io escenario van a so n a r estas músicas acostum bradas ya a las p la ta fo r­
mas g ira to ria s .
Pero com o to d o re q u ie re un p rin c ip io volvam os a las tie rra s españolas
de Santa Isabel, en la meseta de Musola,. d o n d e el tra c to r, el pico y la p ala
m anejadas p o r fuertes manos in d íg e n a s gan a n tie rra a la selva p a ra dársela

L a REVISTA DE 23 PAI SES


a la civilización, que es, en la ocasión presente, una em isora de ra d io que rigida. Y d e jan d o de un la d o el estudio de los tecnicismos, podem os
p o d rá h a b la r al m undo e n te ro . ase g u rar que en un rad io de 10.000 kilómetros los oyentes escucharán
En estas tie rra s africa n a s, la C om pañía de R adiodifusión In te rco n tin e n ta l a R adio A tlán tica igual que si estuvieran escuchando en Buenos A ires
p re p a ra su em isora. Una superem isora de doscientos mil w a tio s que un R adio Belg rano; en París, la P. T. T.; en M ad rid , R adio N a cio n a l, y en Lon­
d ía po d rá lle g a r a serlo de cuatrocientos m il. Se está construyendo en dres la B. B. C.
la a ctu a lid a d to d o su m a te ria l en las más im p o rta n te s fá b ric a s de los Esta m agna em presa, hoy re a lid a d m agnifica, se d e b e al esfuerzo
Estados Unidos, de d o n d e a su d e b id o tie m p o lle g a rá a M usola y a gigantesco d e una em presa p articu lar que ha lo g rad o p a ra España la
M a d rid , y ya desde a q u í, p o r una estación a u x ilia r de cinco mil vatios, mejor em isora de Europa y una de las m ejores del mundo, solo co m p a ­
se re tra n sm itirá n a la ce n tra l de M usola to d o s los pro g ra m a s. rab le a las de Dixon y D elano, en A m érica.
Radio A tlá n tic a h a b la rá a l m undo en más de quince idiom as y d ia ­ Todo el mundo oirá las voces, las canciones, los reportajes d e R adio
lectos. El español, el francés, el inglés, el portugués, el ita lia n o , el h o ­ A tlántica; todo el mundo los o irá durante diez y ocho horas de las veinti­
landés, el sueco, el alem án, el húng a ro , el á ra b e y el japonés serán cuatro de ca d a día y siem pre al m ejor servicio de la vid a del espíritu,
aquéllos principales, sin que fa lte n em isiones en p ro ve n za l, en vasco, es decir, de la civilización cristiana a la cual viene a servir.
en dialectos varios del pue b lo á ra b e , en g a lle g o y en tantos otro s de España prim ero, y Europa casi a la par, van a estar presentes en
Europa, de A fric a y de A sia. el mundo entero y de un m odo preferente en las dos Am éricas. Los mi­
Desde el C ontinente a fric a n o , en posición p riv ile g ia d a que la sitúa crófonos de R ad io A tlá n tica serán vehículos del com ercio y del espíritu
a 4.400 kilóm etros de M a d rid , a 4 .0 0 0 de la C iudad Eterna, a 7 .0 0 0 de de España y a su vez de todo lo que en el mundo p ertenece al espíritu y
Buenos A ires, a 5.200 de P a rís,'a 6 .3 0 0 de Moscú y 9 .0 0 0 de N ueva York, al com ercio.
las voces y las músicas de Radio A tlá n tic a , la superem isora que tiene Irán por los viejos pueblos españoles en pos de sus danzas m ilen a ­
a su fre n te person a lid a d e s ta n destacadas en el m undo de la ra d io d i­ rias y de sus cantos antiguos, de lo que es puro y noble fo lklo re y no
fusión y las finanzas com o los señores D. A lfre d o G u ija rro y D. V a lentín flam enqu ería. Po r las ciudades buscarán sus fiestas típicas p ara "e c h a r ­
Ruiz Senén, va a ser o íd a p o r la tie rra e n te ra . la s " a los a ires de un mundo ansioso de espectáculos de espiritual belleza
Las músicas y las p a la b ra s, ya h a b la n d o de filo s o fía ya co n ta n d o como son aquéllos.
en am eno re p o rta je una c o rrid a de to ro s o una prueba de a iz k o la ris , Las tard es de sol en la vieja plaza de la M a e stran za sevillana, las
van a esta r en el a ire de to d o s los h ogares más lejanos. Van a e starlo, fiestas de toros en la M onum ental m adrileña — la prim era del o rb e —
porq u e esta superem isora de 2 0 0 .0 0 0 w a tio s te n d rá m u ltip lica d a su p o ­ serán tam bién "e c h a d a s " a los a ires p ara e sc a lo fria r con las m ejores
tencia en la antena catorce veces, ya que ésta te n d rá c a rá c te r de d i- fa e n as de los grandes e spo das, a las gentes de las tie rra s frías de

LA REVI STA DE 23 PAI SES


MVNDO HISPANICO
i’"-lòidiùAnodica
O. ’ .
$ Ed Gobemdor Salerai

S ;:ì^
r*v itiw'

•At/'.

Europa que no conocen la m a ra v illa de la fiesta e spañola, a los herm anos


de A m é rica , a quienes se en via rá ta m b ié n p o r estos m icrófonos la más
pura presencia española en su a rte , en sus letras, en to d o su ser.
La econom ía y el com ercio van a te n e r en el m undo e u ro p e o y am e­
rica n o la m e jo r exp a n sió n y p ro p a g a n d a , los productos españoles más a p re ­
ciados, vinos, naranjas, aceitunas, tom ates, a rro z , e n tra rá n , envueltos en la
voz de las sombras y en los p ro p io s id io m a s nativos, en los hogares de
los parisienses y los belgas, de los chilenos y los daneses, de los finlandeses
—áf y los limeños.
Una presencia española más en las tie rra s del m undo, será ésta que
en el año presente e m pezará a oírse. Radio A tlá n tic a , con corresponsales
en Europa y A m é ric a , m o n ta rá una redacción g ig a n te en M a d rid , y de
a q u í tra n s m itirá al corazón a fric a n o , p a ra que éste pon g a en el a ire los
mensajes del e sp íritu y del com ercio, los mensajes de c ristia n d a d y c iv iliz a ­
ción de que España fu é siem pre p o rta d o ra .

En la s p á g in a s a n te r io r e s o fr e c e m o s a lg u n o s a s p e c to s d e F e r n a n d o P ó o y d e la e m is o r a " R a d i o
A t l á n t i c a " q u e a l l í se in s ta la . En e sta p á g in a , a la iz q u ie r d a , v is ta s d e a m b ie n te d e la pe­
q u e ñ a is la d e l g o lfo d e G u i n e a ; y a la d e r e c h a , fo to s d e la in a u g u r a c ió n d e la s o b r a s d e
e s ta n u e v a e m is o r a e s p a ñ o la , q u e s e r á u n a d e la s m e jo re s d e l m u n d o .
AM ERICA PUERTO DE LLEGADA,

O N fru to s V m arin a harem os un co m ercio activo ; nuestras relaciones m e r­ un co m ercio a c tiv o ". C e rvino h a b ló de com ercio activo con sagaz sutileza. Por eso

C cantiles to m a rá n la e xp a n sió n de que son capaces...; nuestras e m b a rc a ­


ciones irá n a los puertos del N orte...; los fletes se d ifu n d irá n en la N a ció n
y la hará n rica y o p u le n ta ."
En Buenos A ire s, hace b astante más de cien años, D. Pedro d e C e rvi­
no, el precursor de l p a b e lló n m a rítim o a rg e n tin o , enuncia b a así el cam ino m a r­
cado a la g ra n d e z a d e l nuevo m undo hispánico. Entonces, A m é rica era, ú n ica ­
p e d ía barcos nacionales, medios p ro p io s de tra n s p o rte a través de los m ares, de
fo rm a que con ellos p u d ie ra halla rse esa o tra in dependencia im p re scind ib le p ara
el p ro g re s o de su n aciente soberanía. N ecesitaba d iv e rs ific a r su producción, pa ra ,
sa lie n d o d e la a s fix ia n te p o lítica im puesta de com ercio b ila te ra l, p o d e r escoger
los m ercados en un p o rv e n ir p ró xim o . Sin esa fa c u lta d de opción, el com ercio sería
solam ente pasivo y la p ro g re sió n de su país hacia la opulencia, lenta y penosa.
mente, "p u e rto de lle g a d a ". A m é rica no p o d ía seguir siendo in d e fin id a m e n te " p u e rto de lle g a d a " p a ra las
Intuía C ervino que s a lir al m ar b a jo la p ro p ia b a n d e ra es ta n to com o p o d e r flo ta s cuyos puertos d e p a rtid a , casi siem pre en E uropa, d is fru ta b a n del p riv ile g io
transportar, con vo lu n ta d y d e re ch o de elección nacionales, a q u é llo que conviene, de una te rm in a n te in ic ia tiv a en el in te rca m b io de productos, aún cuando esta m o­
cuándo y a d o n d e conviene. Y tra e r lo que es preciso, con a n á lo g o d isce rn im ie n to . d a lid a d de co m ercio y la concurrencia de capitales que c a ra c te riz ó a l p e río d o
H ablaba él de los puertos d e l N o rte com o m eta p ró x im a de un in te lig e n te c o m p re n d id o e n tre 1850 y la p rim e ra G u e rra M u n d ia l, fu e ra n poderosos c o a d y u ­
deseo, aunque es seguro que pensaba en o tro s d e rro te ro s más am biciosos, c a p a ­ vantes al p ro g re so e x tra o rd in a rio conseguido en ta n c o rto p la zo p o r las n a cio ­
ces de lle va r testim onios de so b e ra n ía a to d o s los puertos del m undo. Pero esto nes de H isp a n o a m é rica .
quedaba aún muy lejos. Los hom bres que h a b ía n de trip u la r esos buques im prescindibles p a ra "u n co ­
Se iban fo rm a n d o p o r a q u e l entonces conciencias nacionales y de ellas nacían m ercio a c tiv o " e ra n más costosos de conseguir que los buques mismos. Los p rim e ­
los Estados, con una g ra n d o ta c ió n de id e a rio s y la c e rtid u m b re d e un p o rv e n ir ros m arinos brasileños, a rg e n tin o s, chilenos, se hicieron en las escuelas náuticas
espléndido. Era, sin e m b a rg o , necesario vencer a la n a tu ra le z a , a las am biciones d e España, de P ortugal, de In g la te rra y de Francia. Y lo p ro p io sucedió con la m a­
exteriores, a los lo g re ro s y o r p a rte de los o ficia le s
del in te rio r, a la e x a g e ­ de las respectivas m a ri­
rada riqueza p o te n cia l, a nas m ilitares, que consti­
la vehem encia sin cauces 1 20 do Eo90 loo120M
O160ISO200220¿JO260280800320j tu y e r o n lo s pequeños
justos y al g ra n e s te rili­ grupos b á s ic o s de las
zante que es la vid a d e ­ mismas. M uy p ro n to , sin
sPrasiX. « e m b a r g o , las escuelas
m asiado fá c il. (3.Pica. h
A h í estaban los fr u ­ p ro fe sio n a le s consiguie­
tos, es cie rto ; p e ro ta n
ÇíXbmbía^ h ron a rra ig o nacional. A sí,
abundantes c o m o p a ra Çujbci. 1 en la R epública A rg e n ti­
ÇàjJX J | i ! 7 i I n a , d e s p u é s de varios
conducir a la ruina, p o r _J—j i L.-.. -i
el cam ino a b ie rto hacia Sbmuuucana. m ! » afanosos intentos, que no
la opulencia, si no se co n ­ í <¿yzuadjar lle g a ro n a co m p le ta m a­
seguían m ercados p a ra i <7¿aacúj/as » durez, el entusiasm o de l
ellos. ; ilu stre g e n e ra l D. D om in­
"C on fru to s harem os 1¿Pcusza/nsí. ¡i— Número g o F a u s tin o S a rm ie n to
i ¿¡Perus barcos
de
35 'Z/r¿¿x¿Ltc.üj A\0 IQ37 ** 35
Z L AX01047 —
k-----e/ijex
'V ---uéX
_ <i~rn
En la p á g in a 35, a rrib a : Los b arcos argen tin os «Río Teuco» y «Santa Fé», en el puerto de Buenos A ire s.—A b a jo : G ráfico co m parativo del to nelaje
m ercante de H isp ano am é rica durante los últim os d ie z añ o s.—En estas dos p á g in a s: El v a p o r «Río Chico», de la República A rg e n tin a , tres m agníficas
vistas p ano rám icas del puerto de Buenos A ire s y un g ra b a d o an tigu o , de 1895, que muestra el a b ig a rra d o m ovim iento de entonces en dicho puerto.

consiguió el establecim ie n to de la Escuela de N á u tic a — después


Escuela N a v a l— , por Ley de 5 de O ctu b re de 1872.
El Presidente S arm ie n to es justam ente c o n sid e ra d o com o el
c re a d o r de la m oderna M a rin a A rg e n tin a , y la herm osa fra g a ta ,
que juntam ente con el crucero "La A rg e n tin a " sirve de escuela
p rá ctica a los cadetes navales, pasea o rg u llo sa a q u e l nom bre
p o r todos los puertos del m undo.
La Escuela N a cio n a l de Pilotos m ercantes a rg e n tin o s fu é fu n -'
d a d a en 1896, com o una d e p e n d e n cia del M in is te rio de Instruc­
ción Pública, hasta pasar en 1900, con ocasión d e crearse el M i­
n iste rio de M a rin a , a ser re g id a p o r este D e p a rta m e n to . Los re ­
sultados o bte n id o s p o r dich o e sta b le cim ie n to han sido e x tra o rd i­
n a rio s y a los m arinos que en ellas se instruyen se deb e en g ran
p a rte eí auge de la actual flo ta co m e rcia l de la República del Plata.
M a rin a y m arinos tie n e A m é rica . Los p a b e llo n e s m ercantes
flo ta n a l vie n to en todas las rutas con a u d a cia y firm e z a ju ve n i­
les. "L lo yd B ra sile iro ", "N a v ie ra de C u b a ", "U ru g u a y a de N a v e ­
g a c ió n ", "F lo ta M ercante del Estado A rg e n tin o ", "C h ile n a d e N a ­
vegación In te ro ce á n ica ", "N a v ie ra p ro M é x ic o ", "V e n e zo la n a
d e N a v e g a c ió n ", flo ta m ercante "G ra n C o lo m b ia n a ".
En 1937 el to n e la je to ta l de las flo ta s m ercantes del nuevo
m undo hispánico ascendía a 9 8 8 .5 2 7 to n e la d a s. A l fin a liz a r el
a ño 1947 se e levaba a 1.584.602 to n e la d a s . El a um ento regis­
tra d o de 5 9 6 .0 7 5 tonela d a s, que representa el 60 p o r 100 de
los efectivos de 1937, supone un esfuerzo muy co n sid e ra b le , so­
b re to d o si se recuerdan las p é rd id a s sufridas d u ra n te la últim a
g u e rra p o r una gran p a rte de dichos pab e llo n e s. El núm ero de
unidades el año 1937 era de 8 4 7 y en 1947 dichas unidades
lle g a b a n a 1.006. Esta d ife re n c ia de 159 barcos sumados a las
m encionadas flotas, si se tiene en cuenta que el to n e la je aum en­
tó en más de m edio m illón de to n e la d a s , dem uestra que los
nuevos buques a g re g a d o s a las mismas son d e g ra n p o rte y
d estinados a la navegación de a ltu ra .
Se a d e n tra n los barcos am e rica n o s en el M e d ite rrá n e o , p a ­
sean p o r el A tlá n tic o y p o r el Pacífico; lle g a n a l m a r del Japón.
Y a l regreso, a l fin a l del v ia je re d o n d o , fo n d e a n en esos p u e r­
tos que hace apenas cincuenta años eran poco más que h e rm o ­
sos refugios y que a h o ra , m ecanizados y eficientes, recogen las
m áxim as a ctividades m a rítim as del m undo. V a lp a ra ís o , Santos,
C a rta g e n a , Bahía, El Riachuelo, M ontevideo...
El plan de renovación de la flo ta m ercante del Estado A r ­
g e n tin o — que cuenta a h o ra con 2 7 3 .2 2 6 to n e la d a s — se inició
en el año 1946, con la in c o rp o ra c ió n de las m otonaves de
9 .2 0 0 to n e la d a s, "R ío D ia m a n te " y "R ío G u a le g u a y ". El año ú l­
tim o se enriqueció con la ad q u isició n de siete buques, con un
to ta l de Ó7.100 toneladas. D u ra n te el año a ctu a l p a sa rá n a en­
g ro s a r dicha flo ta otras seis u nidades, que to ta liz a n 4 0 .4 0 0 to n e ­
ladas, y p a ra el año 1949 se prevee o tro aum ento de 45.000.
La carga tra n s p o rta d a p o r esta flo ta en los p rim e ro s once
meses de 1947 lle g ó a las 6 0 0 .0 0 0 to n e la d a s y los servicios re ­
gulares a te n d id o s p o r la misma a lcanzan a puertos de P atago­
nia; a la costa a tlá n tica de los Estados U nidos, con escala en
puertos de Brasil, entre ellos Santos y Río de J a n e iro ; a Cuba,
M é xico y N ueva O rle a n s y a las A n tilla s M enores; a R otterdam
y a A m beres; a B arcelona, M a rse lla , G én o va y puertos in te rm e ­
dios; a In g la te rra , con escalas en el N o rte ae España y en el
H avre; a la costa pacífica de A m é rica del Sur y a S udàfrica...
La A m érica hispánica es a h o ra " p u e rto de p a rtid a ", com o
q ue d a p ro b a d o con este botó n de muestra.
C uando hace bastante más de un siglo e x p o n ía su d o c trin a el
fé rre o y c la riv id e n te D. Pedro C ervino, p re cu rso r del p a b e lló n
m a rítim o a rg e n tin o , no p o d ía su p o n e r que lle g a ría un d ía en que
el 95 p o r 100 de los inte rca m b io s de productos en el m undo
h a b ría n de hacerse p o r v ía m a rítim a ; p e ro sabía que el m ar, p o r
d e sig n io d e la Providencia, es el cam ino v ita l de la H um anidad.
J O A Q U I N ^ D E C A S T R O
MVNDO HISPANICO
Entre los más fam osos intérp retes de

las c a n c io n e s h isp an oam e rican as.

cu yas m elod ías se han p o p u la riza ­

do en tan tas o casio ne s, figu ra n Irma

V ila , Pepe B la n co , Estrellita C a s ­

tro, Con ch ita P iq u er—que a q u í a p a ­

rece en dos de sus cre acio n e s—, la

orquesta de X a v ie r C u g a t y el «Trío

C a la v e ra » . En la sigu ie n te p á g in a :

Ju a n ita R eina, otra d e sta ca d a a rtis­

ta de la canción,
/ ( / t L e J a & n
uando , en el verano de 1 9 4 6 , Miguel Herrero, José Juan Padilla y

C los españoles empezamos a oír


el estribillo de la vaquita le­
chera, castiza y décim onónica ella,
muchos más...
CANTAMOS EN ESPAÑOL, CON
MUSICA AMERICANA
amante y fabricante de leche m eren­
gada, como cualquier romántica bo­ Sí; fué aquella noche que abri­
tillería, no supim os com prender la mos una radio inglesa, en su emisión
importancia que iba a tener el ale­ francesa, y nos encontramos con la
gre animalito que, con demasiada in ­ lim písim a, perfecta y un poco pa­
sistencia, amenizaba sobremesas, y rada voz de Diana Durbin, cantando,
tés y cenas danzantes. en im pecable español de América,
Sabíamos de sus autores, Morcillo aquello de :
y García, que poseen el d ifícil, y en Ese lunar que tienes,
apariencia sencillo, secreto de la mú­ cielito lindo,
sica pegadiza y alegre. Pero no sus junto a la boca,
no se lo des a naide,
capacidades internacionales, que co­ cielito lindo...
menzaron a demostrarse cuando, en Era la clueca chilena, que había
Cuba, una marca -de leche adaptó a mecido la infancia de tantos niños
la vaquita como estribillo de su pro­ españoles, y que volvía al mundo,
paganda radiofónica. España había en su lengua vernácula, aun para
dado con el quid de lo radiofónico otras tierras y colores. Alguien, de­
y 'o com ercial. La vaquita, sin más seoso de saber algo de la guerra, des­
casticismo que el de su dulce con de otra orilla — aun no había termi­
canela y el ser coreada por todos los nado— pasó a Radio Moscú. Radio
optimistas — gamberros o no— de Moscú no daba entonces su em isión
la nación, saltó de prim eras al Nue­ rusa en ese idioma dulce, con gatos
vo Continente. La había llevado, de erizados dentro, sino la italiana, y en­
mano de su violín, un catalán, En­
tre consignas estalinianas —la glorifi­
rique Madriguera. Se trata de un ani­
cación del máximo estajanovista y el
mal agradecido y melómano — como
parte de guerra— vino la música. Mu­
corresponde— , pues ya se compro­
cha marcha cosaca, con ritmo de ca­
bó en las granjas que la producción Q uand le soir je veux lui dire co, llevaba tras sí una legión de chi­
Qu’on m ’en vie et qu’on l’adm ire balgada por el hielo, y luego...
de leche aumenta si se instalan en quillería cantándole:
Elle m e fa it un sourire S ib o n ey, yo le quiero, yo te adoro.
los establos aparatos de radio, ha­ Un sourire un peu frip p o n , Farolero, farolero, de la Puerta Heal, Siboney...
biendo mayor coeficiente graso si la J’ai une vache laitière E nciende los faroles y se vuelve
música radiada es sinfónica. Pas une vache ordinaire, [atrás... —-¡Vaya, menos mal! — dijo al­
La vaca es un animal supercivili- A vec elle pas de cravache guien— . En esta postguerra, el mun­
Car m a vache n ’est pas vache Cuando, a puro apurar “m asetas”
zado que ama los trenes y la música. do cantará con ritmos españoles,
Tolon, tolon - -léase vasos de vino— , ofrecidas
A esta vaca española, en los Estados nuestros o de América.
por el vecindario, el farolero caía
Unidos, Ray Lawrence le alteró la CON SU POQUITO DE FOLKLORE, Se habló del “Es mi hombre” y de
enfermo, su barrio enfermaba tam­
letra, con el título de T he Cowbell- TRIUNFA “EL FAROLERO” “La Java”, que saltaron desde la ban­
bién de tristeza. Y novelando un poco
song. Más de cincuenta mil dólares lieue parisiense a todas las voces del
A esto ya estábamos acostumbra­ allá salió su canción :
podían suponer los derechos de esto mundo, en la otra postguerra.
que los yanquis cantan así: dos. Quizá fué la primera Raquel Me­
Hubo allá en el Sacro Monte — Sí. Pero fijaos que la “java”,
ller, que impuso por el mundo euro­ en un tiem po Un farolero,
1 have a cow th a t’s a beauty. y el “blue” y el “charleston” fueron
peo, cuyo centro cosm opolita era que con dos vasos de vino
S lie’s alw ays doing h er d u ty finalmente vencidos por el tango.
París, temas del “Relicario” y de la era un tipo con salero.
You can see h e r tail a s w in g in ’ Y en 1 9 4 7 no sólo estaban de moda
You can hear her cow -bell rin g in ’ “Perrichola”. En la “Perrichola”, la T einta faroles tenía corridos mejicanos y cluecas chile­
Tolon, tolon! bellísim a y calderoniana actriz lim e­ en el barrio pa encender,
Tolon, tolon! nas, sino que había una locura de
ña, junto con España cantaba Amé­ y cuando iba alum brao
no encendía más que tres. rumbas y danzones, mientras los ro­
When she goes “m o o ”, sh e’s con- rica. Y luego “V alencia”, el paso-
mánticos vuelven a bailar el tango.
[ tented doble que era estribillo en novelistas Y por eso los enam orao
And w hat she gives a in 't fe rm e n te d Un com positor yanqui lanza algunos
como Dos Passos, e Irene Nemirows- que a deshora la pava pelaban
She has m ilk th a t’s h ig h ly graded le pagaban dos vasos de vino números inspirados en el flamenco
Pasteurized, evaporated. ky, ayer; hoy de alguien tan amante
porque de su ceguera abusaban. — las palmas son el tema más im por­
Tolon, tolon! de la realidad como Saroyan, en Las
Y por lodo el barrio, al verle pasar, tante de su m elodía— . En París hay
Tolon, tolon! aventuras de W. Jackson. Valencia los novios y novias solían cantar: una alegre lucha entre zamba y rum­
With a ding d in g dong, tolon, tolon, era España y sustituía internacional­ — ¡Farolero...!,
farolero, tú que vas un poquito alum- ba. Como si la música hispanoam eri­
She makes h er eyelid s flu tte r mente a “la andaluza de Barcelona”.
déjate este farol apagao; [brao, cana fuera a destronar a la francesa
and it w o n ’t be long, tolon, tolon. Luego, la cosa se fué depurando.
Before she’s m a kin g butter! en las cosas del querer casi siem pre y a la yanqui.
Centrando Andalucía, “Argentina” y [ha pasao,
My cow and I, w e’re so lonely Y decir m úsica hispanoam ericana
Cause w e’re in love w ith you only Antonia Mercé; centrando Castilla, que la luz de un farol ha eslorbuo.
¡Farolero, farolero!, es decir música española. “Valencia”
If you m arry up w ith me, “Argentinita”. Y hasta en Berlín, el
Oh! w hat a h a p p y fa m ily , m y cow por castizo y flam enco te quiero. y las habaneras eran, entre brumas
profesor Armando Cotarelo podía
And you fo r m e. [for you nórdicas, España. Hoy, en las elegan­
oír en los mejores restaurantes, ba­ C ierta noche el farolero, tes salas de “Revient” y “Rendez-
Simultáneamente, en toda la Amé­ tiendo victoriosam ente al vals, el “Ne­ bajo un farol apagao,
encontró a una parejita Vous” bonaerenses, con su delicioso
rica española, y en Tánger, Casablan­ gra sombra que m’asombra”, donde
com ienza a llorar la morriña gallega, en un plan exagerao. nombre; en las “boîtes” de Copaca­
ca y El Cairo, con letra original, o bana; en el “grill” del Granada, de
traducida al ár„be, la vaquita siguió para terminar gim iendo en la boca De qué fo rm a y qué jechuras
culta y m elancólica de Rosalía de a los dos los encontró, Bogotá; en el Avila de Caracas; en
reinando alegre en radios, cabarés que le pasó la jum era el Nacional de la Habana, y en innu­
y calle. En Francia, un cha n so n n ier Castro. y m u y bajito exclam ó:
Y Granada, sonriendo desde Fede­ merables más, se cantan el “Farole­
la adoptó como número de fuerza, ro” y “La vaca lechera”... De allí han
rico García Lorca, con Falla y Albé- — D esde hoy, po r la gloria “C otón”,
retocándola un poco más levem ente que este barrio sin luz no se queda, saltado rítmicamente al suntuoso
que los norteam ericanos: niz. Ahora, en este folklore culto de
pues prefiero en cen d er los faroles “Waldorf - Astoria”, a “Moroco”, al
Hermenegildo Montes y Benito Ule- a tener que apagar esta vela.
Tai une vache laitière cia, donde se jura por Cotón, algo “Latin Quarter”, a las más animadas,
Elle est à m o i toute entière muy próximo para los andaluces, Pepe Blanco, en el Price, de Ma­ sí que más hum ildes salas de Harlem.
Ah! le bon tait qu’elle donne drid, donde lo cantó más de m il ve­ En el mundo anglosajón, el exotismo
Ah! que m a vache est m ig n o n n e cuya Roma está más cerca, y se cuen­
ta la historia de un farolero encar­ ces, lo hizo popular; en América, musical de Africa se ve derrotado
Tolon, tolon
Et ding et don. gado, por el año 1 9 0 0 , de los faroles “Angelillo”, que conoció en España por el exotism o más depurado, con
J’ai acheté en cachette de las callejas del Sacro Monte, y alto, al tipo, contribuyó a su éxito, junto solera europea, de Hispanoamérica.
Une jolie clochette con Lomuto, Camacho, Los Nativos, Quizá porque es más auténtico y más
d son cou je l’ai pendu destartalado, borrádm elo y sim páti­
Elle en était toute ém ue, alegre. Mala hora para el “jazz”.
Tolon, tolon
El ding et don. M V N D O HI SP ANI CO 39 E U G E N I A S E R R A N O
M V N DO Il I S P \ N I C O
VIDA NOVELESCA DE

RUBEN
DARIO
(L a biografía es una novela escrita sobre
el argum ento que ha in ventado antes la
vida. Todo el quid consiste en que el escri­
tor logre llevar a sus lectores hasta el vértice
de ese ángulo ideal en que co n vergen y d i­
vergen el sueño y la realidad.)

I.— INFANCIA CON SUEÑOS Y FANTASMAS


A horcajadas sobre la cadera de una gua­
richa morena, con ojos de brasa, llega Ru-
bén a San Marcos de Colón, tierras de Hon­
ras, próxim as a la frontera de Nicaragua.
Su madre, doña Fosa Sarmiento, viene des­
de Chocoyos a instalarse aquí. Es una mu­
jer lina, enlutada, que trasciende esa amar­
gura especial de las mujeres hermosas y
malcasadas.
El niño Rubén pisa la tierra con sus pies
descalzos. Pisa la hierba y las hormigas.
Corre entre las hojas de grueso tafetán ver­
de de los bananeros. Espanta los pájaros y
las chicharras del cañaveral. Juega con las
colas de las vacas, chupa sus tetas hincha­
das de leche. Los mansos animales miran
al renacuajo con sus ojos grandes, por los
que corren unas nubes pequeñitas. El niño
crece en esta hacienda de la América Cen­
tral, como un animal dom éstico. La madre
llora siem pre, nadie sabe por qué.
A los cuatro años, Rubén no alza del sue­
lo más que ese gallo espolonero al que in­
tenta coger la cresta como si fuese una ñor,
y ya le ocurre la primera aventura. El niño
se pierde en la selva. Acaso sea aquella
una luga sim bólica. Su destino será fugarse
siem pre hacia una selva, manigua interior,
donde lo salva su instinto.
* * *

De Honduras vuelve el niño a su tierra


natal: León de Nicaragua. Esta vez no via­
ja sobre la cadera de una guaricha, sino en
la cabalgadura de su tío, el coronel Ramí­
rez, que será su padre adoptivo. El coronel
está casado con doña Rernarda Sarmiento,
hermana de su madre. Viven en una caso­
na de estilo colonial, que tiene un gran
patio con llores que recuerda la influencia
andaluza. Allí em pieza Rubén sus tareas es­
colares. Al principio, doña Jacoba Tellería
le enseña las letras a fuerza de pestiños y
bizcotelas. Más tarde, el licenciado Ibarra,
pedagogo que hace versos y arrea palmeta­
zos, le enseña algo de gramática y las cua­
tro reglas de la aritmética. Pero en la ca­
sona hay otros maestros más eficaces: el
indio Goyo, la mulata Serapia, la cigarrera
Manuela, el contrahecho Vilches. Todos es­
tos servidores de doña Rernarda Sarmiento
cuentan a Rubén historias interm inables.
Almas sim ples, capaces de lo dem oníaco y
de esa pura y silvestre poesía de Po mara­
villoso, eran para el niño Rubén su Verne
y su Salgari, su Poe y su Walt D isney.
Los cuentos de Vilches todos son de m ie­
do y de fantasmas. La casona colonial era
buen escenario para representar estas h is­
torias de aparecidos. El niño llega a ver
seres extraños y a confundir con fantasmas
40 las lechuzas que vuelan de noche, sonámbu-
LA REVI STA DE 23 PAI SES

las, sobre los patios. Pero, ¡cuánto quiere ías que sacaba Hortensia Buislay. Rubén,
Rubén a sus fantasmas! que acaba de leer por primera vez las
Una Semana Santa — “Semana Santa en Rim as de Bécquer, coge la banderita des­
León y Corpus en Guatemala”, reza el enco­ trozada, la mira, y como es un niño hace
mio popular— Rubén, con sus doce años, se lo que es propio de un niño: llora. Llora
revela como poeta. Sus versos, im presos en por un juguete o por un sueño. Y como ade­
unas hojitas de colores, caen m ezclados con más es poeta, compone los primeros versos
llores y hojas de coyol sobre la imagen del publicables, que reproducirá el periódico
Señor del Triunfo, en la procesión del Do­ local, El T erm óm etro.
mingo de Ramos. Es una piadosa costumbre
a la que el niño poeta presta su colabora­
ción. Rubén está ya en Nicaragua. Un empleo
Después, los que saben de su poético don en la Biblioteca Nacional le permite leer
le encargan epitafios en verso para sus deu­ literatura española en la Colección Rivade-
dos difuntos. Quieren que ponga en estro­ neira. Lee con avidez y escribe versos en
fas su duelo. ¡Cuántas personas de León álbumes y abanicos. Empieza a ser un bo­
se fueron al otro mundo con una apología hemio bien vestido. El protagonista de la
hecha en verso por este Rubén Darío de gran novela de su vida.
doce años! El tercer amor se llama Elena. Es una jo­
ven que canta y recita en las reuniones.
En la página anterior ofrecemos una reproducción del Rubén Darío de Váz-
Para Rubén es la tercera estrofa de su ro­
1L—ROMANCE DE LAS TRES PRIMERAS
quez Díaz. A rriba: Cuatro fotografías de otros tantos momentos de la vida mance sentimental. Acaso la primera pasión
NOVIAS del gran poeta nicaragüense.
del niño poeta. “Nunca escribí tantos versos
Después de lo maravilloso, lo inefable. A como entonces”, confiesa. ¡Buena musa esta
los trece años, Rubén está enamorado. En joven de los ojos verdes y la piel de ca­
la casona no había más que viejos y lechu­ nela! Un día confiesa muy serio a sus ami­
quillas en la nariz. Le producen el efecto de una descarga eléc­ gos que se casa con Elena. Ha cumplido
zas. ¿Por dónde ha entrado este ángel rubio?
El pequeño poeta nicaragüense ha visto trica. quince años. Los amigos sonríen, le com­
unos ojos azules, ha visto unas mejillas con * * * pran una maleta y lo embarcan para El Sal­
piel de fruta, ha visto unas rodillas rosadas vador. La garza morena, como él la llama­
El segundo amor de Bubén Darío es con Hortensia Buislay, rá siempre, se quedó llorando su amor a
y unos labios de caramelo. La tía Bernarda
saltimbanqui norteamericana de un circo ambulante. Cuando la orillas del lago Managua. Así termina el ro­
ha dicho qué la prima Inés viene para v i­
gran tienda de lona quedó instalada, con una bandera en su mance de las tres primeras novias.
vir con ellos. En la presentación, la prima
mástil de navio, Rubén, niño al fin, sintió esa alegría universal
Inés se ha puesto a reír. Es una risa de
de los niños ante el prodigio circense. Ya le prometía su ima­
niña, pero ya con m elodía íntim a y suave III.— LA LIBERTAD POR UNA ODA
ginación destrezas humanas y rarezas zoológicas.
de mujer. Inés ríe por todo. Ríe como canta
Pronto Rubén olvida a Inés y olvida sus libros por la ágil En otro momento de su adolescencia Ru­
un pájaro. Después de reír besa a Rubén
y frágil fem inidad de aquella saltimbanqui de quince años. An­ bén se encuentra con los jesuítas. Lo lleva
porque se lo ha mandado la tía Bernarda.
gel adolescente con alas de percalina, ¡qué aérea y espiritual al colegio de la Compañía su tía doña Rita
Es un beso lim pio, sonoro y fugaz como un
le parece en la geometría de los trapecios, con una banderita Darío. No será sastre, como quiere la “ma­
disparo. “Bésame tú ahora” — dice ella con
que le tira a él al final de su “trabajo” ! Rubén no tiene dinero, dre” Bernarda, pero estudiará en un am­
esa inocente coquetería de las niñas que
pero puede entrar todas las noches haciendo de músico con biente religioso. Aquel fué el primer en­
no se han enterado del fenóm eno biológico
la caja vacía de un violín. cuentro de su alma desbordada y dispersa
de su pubertad.
Hasta un día que, como en el poema cinematográfico de Char­ — exceso de carga afectiva— con el férreo
Las palabras de la niña disparan el últi­
les Chaplin, no quedó del circo más que la circunferencia de molde ignaciano. Con Loyola ha de en­
mo resorte de la timidez de Rubén. La besa
tierra aplastada que había sido la pista y una rota banderita de contrarse todo el que anárquicamente in ­
con los ojos cerrados. En su atolondram ien­
to no acierta con la mejilla y la besa en tente levantar el vuelo sobre las cumbres.
una oreja. Los rizos rubios le hacen cos­ 41 En el mundo moral había tropezado con
M V N I) O H ISPANICO

Grabado antiguo que recoge una “Vista de la escalera p rin cip a l del Real M onasterio de San Lorenzo de El E scorial”, de
una p in tu ra de F. B ram billa ij litografiado po r A sselineau. Fué estam pado en el Real E stablecim iento litogràfico de M adrid,

42
GUIA DEL ESCORIAL PARA GENTE DE RUENA FE
A hasta los herejes con don de d iscern im ien to saben que el m odo ya la O rden de San Jerónim o tenía casa; ni en Aranjuez, que más
y más seguro de no saber qué es El E scorial consiste en tomarlo
com o razón polém ica y pied ra de escándalo. Al E scorial se
llega pronto, con ánim o descansado, entrando en la sierra de
tarde había de servir propósitos más deleitosos y decorativos cuando
la M onarquía y el m undo em pezaban a ponerse en desorden. Quiso
que el M onasterio se levantara en la ladera de esa sierra silícea, ver­
Malagón casi sin viaje. H oy no es preciso hacer noche en Valdemo- tiente oriental de la Carpetana, con una luz severam ente lavada de
rillo, com o cuando al R ey Don F elipe II le apretaba el mal de f/orfl, todo color blando, gris plata y verde oscuro en los lom os de los be­
n i dar vuelta p o r B ustarviejo. Los cin cu enta kiló m etro s que con Ma­ rruecos y en las um brías de los jarales. F elipe II eligió bien el sitio,
d rid lo unen, están bien encintados sobre la llanura, se alabean en de buen acuerdo con sus arquitectos y obreros.
los prim ero s repechos de la m ontaña, pasan entre ¡aras y berruecos Quedó lim pio de jara el sitio en el año 1 5 6 2 . Bajo la dirección
que ahora tien en flores sobre los arroyos de agua clara. de Juan B autista de Toledo, arquitecto de Su Majestad, em pezaron
Todo el asom bro ante esta obra que parece in vero sím il dentro de las obras ese m ism o año. Fué un lego jerónim o, F ray A ntonio de
las buenas m ed id a s m onum entales de España, es preciso dejarlo para Villacastín, hom bre tosco, agudísim o y genial, quien organizó y con­
luego. Y con el asom bro, la polém ica. Y una vez bien sabido El E s­ dujo todas las faenas de cantería, transporte, aprovisionam ientos y
corial en sus m iem b ro s, en sus diversas piezas, en sus grandes y p e­ técnica de los destajos. En 1563 se puso la prim era piedra. Fray A n­
queñas historias, en sus desgracias y sobrenatural ju ven tu d , entonces tonio quedóse a trasm ano de la cerem onia y dijo que él se reservaba
tam poco sirve com o p ieza acusatoria contra las dem asías de quien lo para poner la últim a. Y Dios así lo quiso.
hizo, porque basta su conocim iento para co m p ren d er po r entero su Murió Juan B autista de Toledo a los cuatro años de em pezar la
ju stifica ció n . obra. Sus planos generales fu eron respetados, aunque con la idea de
E n E l Escorial, la en o rm id a d de una torre, la im presionante gran­ aum entar la alzada de la Basílica y el M onasterio. Juan de Herrera,
deza de las esculturas en bronce dorado o la terrible seriedad de sus que desde el com ienzo había secundado a Toledo, la llevó a cabo re­
dim en sio n es, son hechos bien explicados en sí m ism os, incluso artís­ solviendo los grandes problem as que la reform a llevaba consigo. Me­
ticam ente. Cada golpe de la G eom etría y cada grito de la piedra joró ingeniosam ente algunos sistem as de laboreo y transporte de silla­
bajo su irresistib le gravitación, están logrados para serv ir la soledad res. Bajo la m irada im p aciente del R ey F elipe, hizo crecer colosal­
del hom bre con Dios, para dar fo rm a a la grandeza im perial de E s­ m ente la construcción. E n 1 5 8 b se puso la ú ltim a piedra, sobre el
paña en un tiem po en que estuvo p lenam ente lograda y para destacar lienzo del gran Palio de R eyes, a m ano izquierda conform e se entra.
en la m ajestad de cenotafios y sepulcros la voluntaria hum illación La consagración solem ne se hizo en 1 5 9 0 . En bastante m enos de m edio
de los reyes ante la vida eterna. Esto es así, sencilla y abrum adora­ siglo, la m em oria de la gran batalla ju ven il de F elipe II se había
m en te cierto, a la española. Vayam os, pues, a El Escorial con buena eternizado para m a yo r gloria de Dios. De San Q uintín a la Lonja, do n ­
fe, para aprendérnoslo bien, com o niños. Luego habrá tiem po para de los arcabuceros daban guardia de honor, habían transcurrido vein ­
ticinco años; el tiem po que un alférez tardaba en cansarse de guerrear
d iscutirlo m al. Como n iñ o s tam bién. y de amar.
DE SA N Q U IN TIN A LA LONJA He aquí a pleno sol esta m aravilla, poco im porta si octava o no­
vena entre las del m un d o entero. Aquella cim a en pico, la más soleada
F elipe II fu n d ó su in icia tiva de co n stru ir el gran M onasterio en de la sierra, es el cerro de San Benito. Aquellas donde oscurece el
el p ropósito de p erpetuar la gloria de su victoria en San Q uintín, m onte bajo, las Machotas. E l pinar jo ven y tan copioso ya, baja des­
contra la F rancia de E nrique II. Puso su obra bajo la advocación de de el Puerto de Malagón y desde el Pico de A bantos hasta la villa
San L orenzo, porque en el día de su fiesta, el 10 de agosto de 1 5 5 7 , m ism a del Escorial. La H errería, tan arbolada, y la H uerta de los
tuvo lugar la derrota francesa. No quiso co n stru ir en Guisando, donde frailes acogen en lo llano la som bra del M onasterio. E stam os a 1.028
Sigue en la página 56
43
COLOQUIO DEL VIENTO
y

LA B O L A D E P I E D R A
E l V ien to .—Oye, guapa. ¿No sois ya demasiadas bolas de piedra en
este Monasterio de El Escorial? ¡Total, todas iguales!
L a B ola de P iedra .—¡Todas iguales! ¡Qué gracioso! Hablas como lo
que eres: un pinta, un empleado municipal de clase ínfima en el extra­
rradio del Señor, un mal barrendero y el hazm erreír de las estrellas.
¡Anda y vete a paseo!
E l V ie n t o .— L o sa b e s tú de s o b r a q u e ten g o o tro s oficios y m e g an o
m u y b u e n o s jo r n a le s .
L a B ola .de P iedra .—Lo que tienes tú es mucho cuento. Un día, que
si molinero en la Mancha y H olanda; otro día, que si navegante de Siete
m ares; otro día, que si maestro de música. ¡Pam plinas!
E l V ie n t o .—¿Quieres tú que te silbe la Canción de las Sirenas?
L a B ola d e P iedra .—¡ Hala y vete a silbar a los cerros, crim inal, vi­
cioso !
E l V ien to .—¿Yo? ¿Eso dices?
L a B ola d e P iedra .—Tú, ya se te conoce, a tira r puñaladas que no
se ven, a echar al otro mundo a tanta gente honrada. No digamos lo que
presumes de Don Juan y de que nadie, como tú, juega con fuego sin
quemarse.
E l V ie n to .—Yo soy como el Espíritu, que sopla donde quiere. Aun
puede ser que sea yo el E spíritu mismo.
L a B ola de P iedra .—Lo que tú eres, toda la Vanidad del mundo.
E l V ie n to .—La Piedra, de míe tú naciste, sí que es la Vanidad. Pero,
a mí, piedrecitas, no. Un día he de jugar a caram bolas con todas vos­
otras. He derribado muchas altas torres. No te olvides que yo tiré abajo
Babel.
L a B ola de P iedra .—Era de ladrillo. No presumas.
E l V ie n t o .— ¡Q u é se m e d a a m í, tú o B a b el!
L a B ola de P iedra .—Pues, ¿por qué me rondas y me quieres buscar
las vueltas? ¿Por qué andas siempre como enamorado de mí? Siempre
me estás circunvolando. Mi form a es lo que m ás te gusta de este mundo.
E l V ie n t o .—Eso lo sabes tú, m aldita, porque te lo he dicho mil ve­
ces: me gustas. Y, si te quisieras casar conmigo, me haría redondo para
siempre. Me convertiría a tu amor. Pero eres dura y orgullosa. Te sientes
demasiado perfecta.
L a B ola de P tedra.—Por toda esta tierra alrededor, te pones a soñar
conmigo y te agitas en sueños por m i Imagen.
E l V ien to .—¿Cómo sabes tú eso?
L a B ola de P iedra .—Lo sé. Todas las pteHras redondeadas que, ñor
este paisaje de El Escorial y hasta más de Villalba, se ven, no son obra
del Agua, sino tuya. Un sabio lo dijo: “Son piedras labradas y torneadas
por el Viento.”
E l V ie n t o .—¿Y eso q u é?
L a B ola de P iedra .—Pues une tú llevas años, siglos, queriendo hacer,
por esos descampados, una sola bola perfecta y no lo has conseguido. Eres
un Pigp’alión fracasado. Por ahí tienes tus innum erables intentos perdi­
dos; m illares y m illares de piedras que te has esforzado en redondear,
sin noder llegar nunca a realizar la perfección, tu sueño, que es mi
Imagen.
E l V ie n t o .—Es verdad. Bola; no lo he conseguido. Sov buen músico
y navegante y no mal molinero. Pero en esto de la cantería no me salen
las cosas a mi gusto. Tú debes por eso compadecerme y ser buena con­
migo.
L a B ola d e P iedra .—Eres violento de carácter y m uy frío de corazón,
lo más del año. Cuando te da la furia, miieres arrancar las pizarras y
arm as anuí un tiberio de los demonios. Tocas las campanas a deshora
y un día torciste la flecha de la Cúpula. Entras, aquí, en la Lonja, muchas
veces, sin educación. Además, yo no soy nara ti. Yo soy una Señora
Form a Universal v tú no eres m ás que un Elemento, el más loco, el más
disparatado de los Cuatro.
E l V ie n to .—Y por eso te quiero. Tenerte a ti es lo mismo que tener
un mundo. ¡Vales un mundo!
L a B ola de P iedra .— ¿Tú te crees que soy tonta?
E l V t e n t o .—Me acuerdo yo cuando nacías, fresca de m artillos y cin­
celes. Todo esto eran toldos al sol para canteros, andam ios de pino, ca­
rros cardados, grúas, rodillos y planos inclinados. Me parece estar viendo
a armel Don Juan de Herrera, une parecía un Dunue. Mandaba a caballo la
arm iitectura. como una batalla católica, o la gobernaba, espada al cinto,
como una Provincia del Bev. Vinieron entonces, para labraros a vosotras
las piedras, oficiaos vizcaínos, portugueses y de la Montaña. Para el asun­
to, lo mejor del Reino.
L a B ot a de P iedra .— Otros portugueses, vizcaínos y hombres de la Mon­
taña. habían ido desrnbriendo toda la rcdonde-r del planeta, hasta la nao
“Victoria”, hasta el latín de Sebastián Elcano: “Prim um circundidisti me”.
Filé la Prim era Vuelta al Mundo.
E l V t e n t o .—/.Qué dices de Sebastián ni de “circundidisti”? Fl prim ero
nue dió la vuelta al mundo con la Rosa en la mano —la aue dicen Rosa
de los Vientos—, fui yo, nornue sólo hav un stento, hi io único del Mar
V de la Tierra, ahijado del Eter v del Fueao. Yo soy toda la historia fie
la Civilización de este planeta oscuro. Empecé con Cadmn por difundir
el alfabeto a vela, y aun seguía tan fresco con Bougainville. Si a mí me
gusta F.l Escorial, es porque todo está coronado de esferas de piedra, so­
bre pirám ides truncadas, como globos terráqueos. ¡Toda esa redondez es
mía! Yo la descubrí. Yo la civilicé. Valgo yo por todos los navegantes
juntos.
L a B ola de P iedra .—Ahora se navega sin tí : con el Vapor, con el Pe­
tróleo.
E l V ie n t o .— A buena hora, mangas verdes; cuando había yo hecho todo
lo que valía la pena, hasta aburrirm e.
L a B ola de P iedra .—¿Y cóm o h ic is te to d o a q u e llo ?
E l V ie n t o .—Un capricho. Cuando tenía yo pocos años, mi m adre la
Tierra no me deiaba pasar de la playa, pero un día vi. desde Icios, a
Venus que nacía del mar. No la pude seguir y se me escapó, la condenada.
Por encontrarla, inventé yo el navio como un m onstruo de leño formado
del corcel, del pez y del ave y soplé al hombre obtuso la invención. Con
el navio v con el hombre, me he pasado milenios en el trabajo y la pa­
sión de bojear el mundo para buscar a Venus Marinera. ¡Todo ha r'do
inútil! ¡No la hallé nunca! Pero, de paso, hice la H istoria Universal.
L a B ola -de P iedra .— ¡A y, pobre Viento mío!
E l V i e n t o .—Desde entonces, yo me consuelo, me divierto un poco en
jugar con las form as universales. Tú eres una de tantas. Y, para alguna
tarde que uno viene, creo que tú, Bola de Piedra, podrías ser un poco
más simpática.

R A F A E L S A N C H E Z M A Z A S
m m m s%

.................................
COLONIAS EUROPEAS
d e 49 k i l ó m e t r o s cu a d ra d o s y una p o b la c ió n
MV N DO HISPANICO
de 2 2 .0 0 0 n e g ro s y 1 2 .0 0 0 b la n c o s . T a m b ié n
aquí se han e s ta b le c id o bases a e r o n a v a le s ,
en M o rg a n , L o n g B ir d , D a v is y Tuckez. Las B e rm ú d ez , en 1502, c ie n to doce años a n te s
de q u e a llí lle g a s e el n á u fra g o b r itá n ic o So­

EN AMERICA
B e rm u d a s , adem ás de c o n s titu ir un g ra n
c e n tro d e a tr a c c ió n d e tu r is m o , s o n hoy uno m e r s , p r e c is a m e n te q u ie n c o n v e n c ió m ás ta r­
de lo s p u n to s m ás im p o r ta n te s en la s m o­ de sus c o m p a t r io ta s p a ra que a c u d ie s e n
d e rn a s lin e a s de n a v e g a c ió n a é re a . a o c u p a r la s .
F u e ro n d e s c u b ie r ta s por el español Juan

LA PAZ DEL CONTINENTE, LOS PRINCIPIOS INDIAS OCCIDENTALES BRITANICAS

DE LAS CONFERENCIAS INTE RAMER ICANA S, una


4. B A H A M A S .— A r c h ip ié la g o
tr e in te n a de is la s m a y o re s ,
c o r a lin o
660
de
is lo t e s
guana
naval
e s ta b le c ie r o n
de A b ra h a m
lo s
Bay.
a m e r ic a n o s la base

EL PROGRESO Y LA HISTORIA EXIGEN SU y


desd e
2 .4 0 0 e s c o llo s
1 6 4 6 -4 7 , al
m o d e s to s .
em pezar
C o lo n ia
la
i n g le s a
e x tr a c c ió n de en
El
su
a r c h ip ié la g o
p r im e r v ia je
fu é
— la
d e s c u b ie r t o
is la de
por
San
C o ló n
S a lv a ­
sal en E le u th e ra y la s p l a n t a c i o n e s de a lg o ­ d o r, de e s te g ru p o, fu é la p r im e r a tie r r a
DESAPARICION dón en N u e v a P r o v id e n c ia . E n la is la M aya- a m e r ic a n a que p is ó el g ra n n a v e g a n te el

Vista parcial del puerto de Kingston, capital de las islas de Jamaica. Kingston es uno de los
puertos más activos del m ar Caribe.

/ 1S palabras p ron u n cia d a s p or partido de Guatemala, tan directa­


B olívar hace m ás de u n sir/lo m en te afectada en la perm anente
tienen h o y una actualidad y cuestión del reivin d ica d o territorio
vigencia im p resio n a n tes: “Nada in ­ de Belice, que aun detenta la Gran
teresa tanto com o la fo rm a ció n de Bretaña, y ha encontrado, fá c ilm e n ­
una liga verdaderam ente am ericana. te, sim p a tía y apoyo d ecididos en
Es necesario que sea la nuestra una todos los nueblos hispano parlantes.
sociedad de naciones herm anas, se­ Es probable que, interesadam ente,
paradas ahora en el ejercicio de su se retuerzan en propio ben eficio con­
soberanía, pero unidas fu erte y p o ­ sagradas norm as de Derecho In te r­
derosam ente para sostenerse contra nacional para d efen d er injustos títu ­
las agresiones del p o der extra n jero ’’. los de soberanía territorial, mas lo
De todos los tem as señalados para cierto es que esos centros de “colo-
la IX C onferencia Interam ericana, en ­ nieaje” existen todavía en A m érica.
cam inados m ás o m enos d irecta m en ­ Ahí están esos 30 puntos que el grá­
te al establecim iento de una verda­ fico indica, enclavados en la d e fin i­
dera “C o nstitución de las A m erica s’’, da esfera de intereses directos del
vamos a lim ita rn o s a una especial N uevo C ontinente. Se extien d en des­
propuesta, la del “coloniaje”, que grá­ de el Polo Su r a las más altas latitu­ 12 de o c tu b re — y e x p lo r a d o y g o b e rn a d o con su s esca sos 28 k iló m e tr o s c u a d ra d o s y
m ás ta rd e p o r P o n c e de L eó n . sus 1 .2 9 6 m o ra d o re s .
fica m en te queda apuntada en los gra­ des septentrionales. Su relación m o n ­
bados que acom pañan a estas lineas. da y lironda es ya bien im p resio n a n ­ 5. J A M A IC A . — D e s c u b ie r t a ta m b ié n por 7. CAYO PEDRO y CAYO M O R A N .— L o s
La propuesta, que p id e el fin de te. Veámosla: C o ló n , p e ro en su segundo v ia je , el 5 de c u a tro is lo t e s de Cayo P ed ro y lo s tre s de
m ayo de 1494, fu é e s p a ñ o la h a s ta su cap­ Cayo M o rá n p e r te n e c e n , a s im is m o , a J a m a i­
las colonias europeas en A m érica, ha
tu ra por la s fu e rz a s de C r o m w e ll, e n v ia d a s ca . S o n “d e p ó s i t o s ” de guano.
en 1655. Una de la s oases a rre n d a d a s a lo s
E s ta d o s U n id o s e s tá e n c la v a d a en J a m a ic a . 8. TURCOS y C A IC O S .— D e p e n d e n c ia s de

P O S E S I O N E S B R I T A N I C A S 6. C A IM A N .— L a G r a n d e , la Pequeña y la
J a m a ic a , a u n q u e
dan a la s B aham as.
g e o g r á f ic a m e n te
En sus 428
co rre s p o n ­
k iló m e tr o s
B ra c C a im á n , son d e p e n d e n c ia s de J a m a ic a , cu a d ra d o s v iv e n 5 .9 8 4 n e gro s y 200 b la n c o s .
ATLANTICO NORTE
1. T E R R A N O V A .— D o m in io b r itá n ic o . La C h u r c h ill al s ig u ie n t e año, ju n ta m e n te con
c o lo n ia m ás a n tig u a de la G ra n B re ta ñ a , en la d e l e m b a ja d o r W in a n t y o t r o s a u to r iz a d o s I SLAS DE SOTAVENTO
la s itu a c ió n s in g u la r de haber r e n u n c ia d o , re p re s e n ta n te s .
v o lu n ta r ia y te m p o r a lm e n te , ot e s ta d o le g a l C o n s t it u y e n una c o lo n ia b r itá n ic a , fo rm a ­ 10. SAN C R IS T O B A L .— F u é la p r im e r co­

de D o m in io . A p a rte de su r iq u e z a p e s q u e ra 2. L A B R A D O R .— E n 1927, por una d e c i­ da por la s is la s A n t ig u a , San C r is tó b a l, Is ­ lo n ia b r it á n ic a en la s A n t i l l a s . F u n d a d a p o r

a r c h is a b id a , y su s y a c im ie n t o s de ca rb ó n , s ió n del C o m it é ju d ic ia l del C o n s e jo P r iv a ­ la s V ír g e n e s y M o n ts e rra t, con una s u p e r­ s ir Thom as W a rn er, en 1624, lo s c o lo n o s

p lo m o , c in c y h ie r r o , ha s u s c ita d o e s p e c ia l do, se c o n f ir m ó a T e rra n o v a la s o b e r a n ía fic ie to ta l de 1 .0 9 6 k iló m e t r o s cu a d ra d o s y a d m it ie r o n , p a ra d e fe n d e rs e de lo s c a r ib e s ,

a te n c ió n de lo s n o r te a m e r ic a n o s en la pasa­ so b re el te r r ito r io del L a b ra d o r a t lá n t ic o , unos 1 0 8 .0 0 0 h a b it a n te s , n e g ro s en su m a­ la p r e s e n c ia de u n os e x p lo r a d o r e s fra n c e s e s .

da c o n t ie n d a . En su p e n in s u la de A v a lo n , con sus 3 0 6 .8 0 0 k iló m e t r o s cu a d ra d o s y y o r ía . Con e llo s quedó d iv id id a la is la h a s ta el

p r e c is a m e n te so b re la c o s ta m e r id io n a l y 5 .0 0 0 h a b it a n te s , en ce rra d o s en lo s lim ite s T ra ta d o de U tre c h t, p o r el que G r a n B re ta ñ a

o r i e n t a l , s e h a e s t a b l e c i d o u n a d e la s m u c h a s d e te r m in a d o s después de la rg o litig io m an­ 9. A N T IG U A .— C o n B a rb u d a y Redonda re co b ró la p a rte c e d id a . Con N e v is , A n g u ila


bases que la G ra n B re ta ñ a e n tre g ó a lo s E s ­ te n id o con la p r o v in c ia de Q uebec y com o fo rm a una u n id a d a d m in is t r a t iv a . Los p r i­ y S o m b rero fo rm a una u n id a d a d m in is tr a ­

ta d o s U n id o s por un p e r io d o de n o v e n ta y c o n s e c u e n c ia del fa llo de m a rz o de 1 92 7. m e ro s c o lo n o s in g le s e s l l e g a r o n en 1632, p r o ­ tiv a de 396 k iló m e tr o s cu a d ra d o s y 46.1 00


nueve años, a c a m b io de la ayuda m ilita r c e d e n te s del exceso de p o b la c ió n de San h a b ita n te s .
y de c in c u e n ta d e s tru c to re s n o r te a m e r ic a n o s , 3. BERM UDAS. — C o lo n ia b r it á n ic a . Los C r is tó b a l. En su c o s ía N o rte , en la zona de
según a cu e rd o de 3 de s e p tie m b r e de 1940, p r im e r o s i n g le s e s se in s t a la r o n a lli en 1612, P a rh a m , e s ta b le c ie r o n lo s E s ta d o s U n id o s 11. IS L A S V IR G E N E S .— U n a tr e in te n a de

e n tre R o o s e v e lt y el G o b ie r n o in g lé s , y com o b a jo lo s a u s p ic io s de la “ V ir g in ia Com pa­ una base n a v a l. Fué d e s c u b ie r ta por C o ló n , is la s e is lo te s fo rm a el a r c h ip ié la g o de la s

c o n s e c u e n c ia de la fir m a e s ta m p a d a por ny” . Es un g ru p o de 360 is lo t e s , c o n u n to ta l en 1 49 3. V ír g e n e s , p e r t e n e c ie n te a G ra n B re ta ñ a y ve-

46
y , p o s t e r io r m e n t e , lo s b r itá n ic o s , q u e c o n f ir ­
m a ro n la p o s e s ió n d e e s ta s i s l a s p o r el T ra ­ P O S E S I O N E S F R A N C E S A S
ta d o de U tre c h t.
c iñ o a l d e ig u a l n o m b re d e p e n d ie n te de lo s 23. SAN PEDRO y M I Q U E L O N .— G r u p o d e cados en su m a y o r ía a la p e s c a d e l b a c a la o .
E s ta d o s U n id o s . La T ó r to la , V ir g e n G ord a , 12. M O N T S E R R A T .— C ie n to s e te n ta h a b i­ is lo t e s m o n t u o s o s , d e 241 k iló m e tr o s cu a d ra ­ M uy p r ó x im o a la c o s ta de T e rra n o v a , p e r­
Abnegada y J o s t V a n D ik e s son la s m á s i m ­ ta n te s por k iló m e tr o cu a d ra d o tie n e la is la dos en su to ta lid a d y 4 .3 5 0 h a b i t a n t e s , d e d i - te n e c e a F r a n c ia desde 1635.
p o rta n te s . Es é s te el g ru p o m ás o r ie n ta l de de M o n ts e rra t (1 4 .2 3 9 , e n 8 4 k i l ó m e t r o s cua­
la s A n t illa s , con 6 .5 0 8 h a b ita n te s a s e n ta d o s d r a d o s ). C o lo n ia b r itá n ic a in ic ia d a en 1632
so b re unos 174 k iló m e tr o s cu a d ra d o s. Fue­ por
p a ñ o le s
la p o b la c ió n
d e s c u b r ie r o n
de San
e s ta
C r is tó b a l.
is la en el
Los
m is m o
es­
ANTILLAS FRANCESAS
ron d e s c u b ie r ta s p o r lo s e s p a ñ o le s e n s u se­
gundo v i a j e , y p or e llo s b a u tiz a d a s con e s te segundo v ia je de C o ló n y la b a u tiz a r o n con
26. G UAYANA FRANCESA. — F ra n ce sa
24. G U A D A L U P E .— D e p a rta m e n to fr a n c é s
nombre. D o s s ig lo s m ás ta rd e se e s ta b le c ie ­ e s te n o m b re por su s e m e ja n z a con la m on­
desde l.° de en ero de 1947, re p re s e n ta d o en desde 1626, tie n e hoy c a te g o r ía de d e p a rta ­
ron a llí lo s p r im e r o s b u ca n e ro s h o la n d e s e s ta ñ a c a t a la n a .
la A s a m b le a N a c io n a l, en el C o n s e jo de la m e n to fra n c é s . T ra s la v e rd a d e ra y ú n ic a
R e p ú b lic a y en la A s a m b le a de la U n ió n c o lo n ia , a s e n ta d a en la zona c o s te r a , se ex­
F ra n ce s a , p e ro fra n c é s a p a r t ir de 1634. S o n tie n d e u n in m e n s o te r r ito r io , el de ln in i, con
ISLAS DE BARLOVENTO d e p e n d e n c ia s suyas la s v e c in a s is la s de M a ­ 9 0 .0 0 0 k iló m e tr o s cu a d ra d o s so b re un to ta l
r ia G a l a n t e , la s S a n t a s , D e s i r a d e s , S t . B a r t h é ­ de 9 1 .0 0 0 . con s ó lo 3 7 .0 0 0 h a b ita n te s , de
lé m y y e l n o rte de San M a r tín . e l l o s , 6 .0 0 0 e n e s te a m p l i o “ h in te r la n d ” . T ie ­
13. D O M IN IC A __ E s una de la s cu a tro is ­ 16. SANTA L U C IA .— E n tre g a d a fin a lm e n ­
te a lo s i n g le s e s en 1803, d e s p u é s de haber
ne o ro — 542 k ilo g r a m o s en 1944 — y es f a ­
la s que c o n s titu y e n e s ta c o lo n ia b r itá n ic a .
25. M A R T IN IC A .— E s ta m b ié n , c o m o Gua­ m osa por su e s ta b le c im ie n to p e n a l, in s ta la ­
L o s i n g le s e s a r r e b a t a r o n a lo s fr a n c e s e s e s ta s id o fu e n t e de la r g o s litig io s e n tre fra n c e s e s
d a lu p e , un d e p a rta m e n to fra n c é s desde la do e n C a y e n a h a s ta 1854, y d e s p u é s e n S a in t
is la , e n 1756. P o r la paz d e P a r ís , en 1763, y b r itá n ic o s . En G re a t Is le t B a y f u é e s ta b le ­
m is m a fe c h a de l.° de e n ero de 1947, con L a u r e n t-d u -M a r o n i. La d e s a p a r ic ió n de e s te
la D o m in ic a fu e a s ig n a d a fo r m a lm e n te a c id a una b a s e n a v a l n o r te a m e r ic a n a . L a is la
p a r e c id o s d e rech o s de r e p r e s e n ta c ió n . T ie n e penal se h a b ía a n u n c ia d o en 1938.
G ra n B r e ta ñ a . S u n o m b re —D o m in ic a —- nos tie n e 603 k i l ó m e t r o s cu a d ra d o s y 7 6 .0 0 0 ha­
u n a s u p e r fic ie d e 1 .1 0 6 k i l ó m e t r o s c u a d ra d o s
re cu e rd a la lle g a d a del a u té n tic o d e s c u b r i­ b ita n te s .
y una p o b la c ió n d e 2 4 6 .0 0 0 h a b i t a n t e s .
d o r. B ie n s a b id o es que se lla m a asi por Las c u a tro is la s a n te r io r e s , D o m in ic a ,
h a b e r la d e s c u b ie r t o C o ló n un d o m in g o , el G ra n a d a , S a n V ic e n te y S a n ta L u c ia fo rm a n
3 d e n o v ie m b r e d e 1493. el g ru p o d e B a r lo v e n to .

17. B A R B A D O S .— M á s a l E s te , se en cu en ­
P O S E S I O N E S H O L A N D E S A S
li. G R A N A D A .— E l T ra ta d o de V e r s a lle s
d e Í7 8 3 p u s o f i n a un s ig lo d e d is p u ta s f r a n - tra la c o lo n ia b r itá n ic a de B a rb a d os . Los
27. A N T IL L A S H O L A N D E S A S .— L a s s e is n e c e a H o la n d a d e s d e 1 6 6 7 , c e d id a a c a m b i o ,
c o b r itá n ic a s so b re e s ta is la , a d ju d ic á n d o la p r im e r o s c o lo n o s i n g le s e s lle g a ro n a e lla
is la s que com pon en la s A n t illa s h o la n d e s a s en la paz de B re d a , por In g la te r r a , que la
d e f i n i t i v a m e n t e a G r a n B r e t a ñ a . T i e n e 8 8 .0 0 0 en 1627, b a jo lo s a u s p ic io s de una com pa­
c o n s titu y e n la s o la c o lo n ia d e C u ra ç a o . E s tá re tu v o aún v a r ia s v e c e s h a s ta su e n tre g a de­
n e g ro s en 3 i i k iló m e tr o s cu a d ra d o s. A u n q u e ñ ía m e r c a n til lo n d in e n s e . S e e n c u e n tra den­
fo r m a d a p o r A r u b a , C u ra ç a o y B o n a ir e , f r e n ­ f in it iv a a lo s P a ís e s B a jo s . H oy es c o lo n ia
d e m o s e n la m a c h a c o n e r ía , h e m o s d e s e ñ a la r s a m e n te p o b la d a : s o b r e 430 k iló m e t r o s cua­
te a la c o s ta v e n e z o la n a , y, por el S u r, de h o la n d e s a , c o n 1 7 3 .8 4 0 k i l ó m e t r o s cu a d ra d o s
que ta m b ié n fu e d e s c u b ie r ta por lo s espa­ d ra d os r e s id e n 2 1 2 .3 6 6 n e g r o s m u la to s y a l­
la is la San M a r tin , San E u s ta q u io y Saba, y 1 9 1 .6 2 8 in d íg e n a s , a s iá tic o s y n e g ro s. La
ñ o le s , e n H98. gunos b la n c o s , lo que da una d e n s id a d
g ru p o e n c a lla d o en aguas de A m é r ic a Cen­ b a u x ita , el o r o , e l a z ú c a r, e l c a fé y a lg ú n o t r o
de 4 9 3 ,6 .
tr a l. p ro d u c to s a le n c o n c ie r ta a b u n d a n c ia ru m b o
15. SAN V IC E N T E .— L a d is p u ta a lu d id a Los e s p a ñ o le s la d e s c u b r ie r o n en 1519; es
E l e s p a ñ o l A lo n s o de O je d a d e s c u b r ió es­ a la G ra n B re ta ñ a . A n te s de la p r im e r a p re ­
a n te r io r m e n te e n g lo b a b a ta m b ié n a e s ta i s l a , d e c ir , un s ig lo a n te s de la lle g a d a de lo s
ta s is la s en 1499. s e n c ia h o la n d e s a en e s ta s tie r r a s , por el
d e 389 k i l ó m e t r o s cu a d ra d o s p a ra 6 1 .6 0 0 h a ­ p r im e r o s i n g le s e s .
La p r o te c c ió n que In g la te r r a e je r c ía so b re año 1581, la h is to r ia s it ú a a llí a n u m e ro s o s
b it a n t e s .
C u ra ça o desde 1940 pasó en 194 1 a E s ta d o s e s p a ñ o le s : V ic e n te Yáñez P in z ó n , A lo n s o de

U n id o s , cuyas tro p a s d e s e m b a rca ro n en la O je d a , H e rre ra A ld a r te , A lv a r o de O rd a z ,

is la en m a rzo del s ig u ie n te año. lo s PP. L la u r a y V e rg a ra y un h e rm a n o de


P iz a r r o , q u e d iv u lg a r o n e n tr e a m b ic io s o s e x ­
28. G UAYANA H O L A N D E S A .— E n c a ja d a tr a n je r o s n o tic ia c ie r ta de la s r iq u e z a s de
e n tre la s o t r a s d o s , f r a n c e s a u n a y b r it á n ic a Guayana.
o tra , e s tá la G uayana o S u r in à n , que p e rte -

* S>f^.íalvador P O S E S I O N E S D A N E S A S
> . . ^ T u r c o / y Calcon
29. G R O E N L A N D IA . — ¿ P e rte n e c e G ro e n ­ p e n d e n c ia danesa, de dos m illo n e s de k iló ­
v k ir r J .C risló b a l m e tro s cu a d ra d o s , p a ra s ó lo 1 8 .0 0 0 n a t iv o s
la n d ia a l c o n t in e n t e a m e r ic a n o o a l e u r o p e o ?
A n tiq u a Los g e ó g ra fo s r .o se h a n p u e s to de a cu e rd o . y 391 h o la n d e s e s ; p e r o , e n m a r z o d e 194 1, lo s
VSL . , E s ta d o s U n id o s e x te n d ie r o n su p r o te c c ió n a
ls. V irgen« (ffb G uadalupe Y lo s p o l i t i c o s , t a m p o c o . P o r s u p r o x i m i d a d
a l C a n a d á s e le h a in c lu id o en A m é r ic a ; p o r G r o e n la n d ia , c o n s id e r á n d o la com o p a rte in ­
MontAral oml nl ca te g ra n te d e l h e m is f e r io o c c id e n ta l. Y m á s ta r ­
la c e r c a n ía d e s u e x t r e m o N o r t e , ta n a t r o f i a ­
W u c i a ^ | | ) Martimca de, p a ra c o n fir m a r aún m ás e s ta o p in ió n ,
do o h ip e r t r o f ia d o , segú n la p r o y e c c ió n que
ffil ¿.Vicente Qs)? » (^ B a rb ad o ./'
s e le a p liq u e , h a s id o e n c a ja d a en el A r tic o ; quedó en ce rra d a en lo s lim ite s de la zona
â * ’ Granada /n f /r \ „ , de s e g u r id a d a m e r ic a n a , tra z a d a en la Con­
iy 'O ÿ T a b a c o la S o c ie d a d de N a c io n e s la ha c o n s id e r a d o
a m e r ic a n a ; N o r u e g a h a r e iv in d ic a d o u n a f a ja fe r e n c ia de Q u in ta d in h a , en s e p tie m b r e
¿»Trinidad de 1947.
c o s te ra e n tre lo s 72 g r a d o s y lo s 75 d e la ti­
bV EA & 2 UÊLA tu d so b re el m e r id ia n o 25. A h o r a es u n a d e -

COLOMBIA
mum
B o gf o itar n
Ya la sim p le relación de los p u n ­ proceso h istó rico de la em ancipación
tos de coloniaje europeo en A m érica am ericana no habrá concluido m ie n ­
e xp lica m ás que su fic ie n te m e n te la tras subsistan en el C ontinente re­
posible irrita ció n de quienes sopor­ giones som etidas al coloniaje; que
tan la usurpación ajena, pero es que este régim en colonial m a n tien e a los
abundan las razones de peso para pueblos som etidos en un estado de su­
oponerse a su perm anencia. bord in a ció n esp iritual y económ ica
18. T R IN I D A D .— E s ta es una c o lo n ia b r i­ p re s e n ta hoy la o p o rtu n a r e iv in d ic a c ió n de
E n la m encionada propuesta gua­ que les im p id e su progreso integral;
tá n ic a , d e i n t e r é s e x t r a o r d i n a r i o p a r a s u s p o ­ e s ta tie r r a .
tem alteca se ha considerado que el que la d ep en d en cia p o lítica de esas
s e e d o re s . E s la p r i m e r a p ro d u c to ra de p e tró ­
le o e n tre la s m uchas d e p e n d e n c ia s del Im ­ 21. G UAYAN A IN G L E S A .— E s una c o lo ­
p e r io . E n 1946 ha s u m in is tr a d o la c ifr a de n ia b r itá n ic a . P e r t e n e c ió a n te s a la Com pa­
2 .9 0 0 .0 0 0 t o n e l a d a s . ñ ía H o la n d e s a de la s In d ia s O c c id e n ta le s ,
C a p tu ra d a por lo s in g le s e s en 1797, fu e fu é to m a d a por lo s i n g le s e s en 1796 y a l­
En la costa Oeste de la Martinica está emplazado Fort de France, capital de la isla. La ciudad,
en cuyas proximidades nació la Emperatriz Josefina —esposa de Napoleón—, tiene 45.000
c e d id a d e fin itiv a m e n te a G ra n B re ta ñ a en ca n zó una s itu a c ió n le g a liz a d a en 1814, p o r habitantes.
1802, p o r el T ra ta d o d e A m ié n s . T ie n e 4 .2 8 3 c e s ió n d e H o la n d a a G r a n B r e ta ñ a . O r o , d ia ­
k iló m e t r o s cu a d ra d o s d e e x te n s ió n y 4 6 4 .8 8 9 m a n te s y b a u x ita se e x tra e n de su s u e lo ,
h a b ita n te s . D e s c u b ie r ta p or C o ló n el 31 de que a lc a n z a una s u p e r fic ie de 2 3 1 .7 4 4 k iló ­
ju lio d e 1498 y c o lo n iz a d a por e s p a ñ o le s en m e tro s cu a d ra d o s , p a ra 3 7 3 .6 0 0 h a b ita n te s .
el s ig lo X V I, fu é después p o b la d a por lo s Base n o r te a m e r ic a n a ce rca de D o m e v a ra , en
fra n c e s e s . la d e s e m b o ca d u ra d e l E s s e q u ib o .
En la c o s ta o c c id e n ta l de e s ta is la e x is te
una b a s e n a v a l n o r te a m e r ic a n a . 22. M A L V IN A S Y D E P E N D E N C IA S — G ru ­
po in s u la r de dos is la s m a y o re s y unos 200
19 . T O B A G O .— C o lo n ia b r it á n ic a . C e d id a is lo te s , to d o s e llo s s itu a d o s en el “ z ó c a lo ”
p o r F r a n c ia a G ra n B r e ta ñ a e n 1763, d e v u e l­ c o n tin e n ta l s u r a m e r ic a n o . P a ra G ra n B re ta ­
ta a F r a n c i a en 1783 y r e t e n id a , f in a lm e n t e , ña es una c o lo n ia in g le s a ; p e ro e s ta s it u a ­
p o r In g la te r r a , después de la s g u e r r a s napo­ c ió n no ha s id o n u n ca r e c o n o c id a por la
le ó n i c a s . C u e n ta con 300 k iló m e tr o s cu a d ra ­ A r g e n t in a , que ju s t a m e n t e re c la m a e s ta s is ­
dos y 2 9 .0 8 2 h a b it a n te s . la s , a s i com o sus d e p e n d e n c ia s y el co rre s ­
p o n d ie n te tr iá n g u lo d e la A n tá r tid a . S o n de­
20. B E L IC E (H O N D U R A S B R IT A N IC O ).— p e n d e n c ia s d e la s F a lk la n d -— n o m b r e b r itá ­
C o lo n ia in g le s a . O cu p a d a por e s p a ñ o le s , f u é n ic o de la s M a l v i n a s — , la s G e o r g ia d el S u r,
v i s it a d a e n e l s i g l o X V I p o r a v e n t u r e r o s p r o ­ S a n d w ic h , S h e tla n d y O re a d a s , d o n d e la A r­
c e d e n te s de Ja a ic a , de la cu a l fu é depen­ g e n t in a tie n e in s ta la d a una e s ta c ió n m e te o ­
d e n c ia h a s ta 1884. La in g le s a es la le n g u a r o ló g ic a desde hace c u a re n ta años (1 ).
o f ic ia l, p e r o u s u a lm e n te se h a b la ta m b ié n el
c a s te lla n o .
G u a te m a la , q u e se c o n s id e r a h e r e d e r a d e (1) Sobre las Malvinas y Belice, véase el
la a n tig u a C a p ita n ia e s p a ñ o la d e l Y u c a tá n , número anterior de MVNPO HISPANICO,

47
posesion es c o n stitu y e u n peligro para na, y que el coloniaje es in c o m p a ti­
la paz y seg u rid a d de las R epúblicas ble con los ideales de A m érica. La
am ericanas y es m o tivo de h o n d a relación a n terior pued e sin tetiza rse
preo cu p a ció n co n tin en ta l, com o se así, p o r lo que se refiere a los treinta
h izo con sta r en el A cta de la H aba­ p u n to s:

H ay dos a c tiv id a d e s C a t e d r á tic o d e F i l o l o ­


q u e l im it a n la p e r s o ­ g ia R o m á n ic a en la
n a lid a d de J o a q u in U n iv e r s id a d de M a­
V a q u e r o : la a r q u it e c ­ d r i d ; d o c to r “ h o n o r is
t u r a y la p i n t u r a . A s ­ c a u s a ” d e la s U n i v e r ­
t u r ia n o d e n a c im ie n ­ s id a d e s d e P a r í s , O x ­
to , V a q u e r o h a r e c o ­ fo rd , H a m b u rg o, T u -
r r id o ya u n m u n d o , b in g a , T o lo u s e , Lo-
p o r e lia n to h a v ia ja ­ v a in a , B r u s e la s y
d o r e it e r a d a y m o r o ­ A m s te rd a m ; d ir e c t o r
s a m e n te p o r A m é r ic a . d e la R e a l A c a d e m i a
T a n p r o n t o tr a z a lo s E s p a ñ o la de 1925 a
p la n o s d e u n e d i f i c io 1936, y r e e le g id o en
en M a d r id c o n io c a p ­ 1947 ; cre a d o r d e la
ta c o n s u s p in c e le s e l p a is a je — e l a ir e , c ie n c ia d e la L e n g u a C a s te lla n a y t r a ­
la lu z — d e C e n tr o a m é r ic a . D e V a q u e r o ta d is ta e x h a u s t iv o d e la h is t o r ia d e l c a s ­
es la m a g n i f i c a p o r t a d a d e e s te n ù m e r o . t e lla n o . E s té es D . R a m ó n M e n é n d e z P id a l.
Willemstad, capital de Curaçao, ofrece una perspectiva que recuerda la de las ciudades
holandesas.
L a b io g r a fia d e d o ñ a G ra d u a d a com o a r­
M a r i a 'de D i e g o e s u n q u ite c to e n la H a b a ­
Habitantes Kmts2 E n total, el coloniaje europeo en r e la to a p a s io n a d o y n a , B e a tr iz M a s ó V á z ­
q u e z h a r e a liz a d o n u ­
I nglaterra . A m érica afecta a casi cuatro m illones lle n o d e h u m a n id a d .
m e ro s o s tr a b a jo s p o r
D o c to ra en F ilo s o f ia
1. T e rra n o v a .............. 300.000 111.108 de h a b itantes y tres m illo n es de k iló ­ y C ie n c ia s a r c a ic a s , m e jo r a r la a r q u ite c ­
2. L a b ra d o r ................ 5.000 306.800 m etro s cuadrados — de cinco a seis r e a liz ó n u m e ro s o s tu ra d o m è s tic a de
3. B e rm u d a s ............... 34.000 49 Cuba y c o la b o r ó en
4. Baham as ................ 73.217 19.580 veces la su p erficie de España. v ia je s p o r A f r ic a , E u ­
la s o b r a s r e c o n s t r u c ­
rop a y A m é r ic a , en
5. J a m a ic a .................. 1.138.558 10.859 G roenlandia es obra e m in e n te m e n ­ d o n d e e m p a re n tó c o n tiv a s de ía c a te d ra l
(). C a im á n . ............. 28 1.296 te danesa; la A rg en tin a no plantea la r a z a m a y a k ic h é p a ­ d e la H a b a n a . A c t u a l ­
7. Cayos P e d ro y M o- m e n te se e n c u e n tra en
ra n ...................... »» »» aquí todas sus reivin d ica cio n es, pero ra co n o ce r sus cos­
E s p a ñ a r e a liz a n d o e s ­
tu m b re s y p o d e r tr a ­
8. T u r c o s y C a ic o s ... 6.184 428 b ie n claro se ad vierte de parte de d u c ir y c o m e n ta r el tu d io s de in v e s t ig a ­
9. A n t ig u a . .............. 41.060 280 q u ién está la razón. N in g u n a tierra “ P o p o l-W u j” . C onoce lo s id io m a s in ­ c ió n y h a e s c r it o p a r a M V N D O H I S P A ­
10. S a n C r is tó b a l ...... 46.100 396 de esa tre in te n a de colonias fu é d e s­ g lé s , fra n c é s , e s p a ñ o l, a le m á n , p o rtu ­ N IC O e l a r t ic u lo “ A m é r ic a c o n s tru y e ” ,
11. Is la s V í r g e n e s ....... 6.508 174 g u é s , i t a l i a n o , le n g u a s c l á s i c a s e i n c a i c a s . cuyo te x to e m p ie z a en la p à g in a 15.
12. M o n ts e rra t .............. 14.239 84 cu b ierta p o r sus actuales p o seed o ­
13. D o m in ic a . . ............ 41.500 780 res; todas se o p onen a- la conclusión
14. G ra n a d a ............ . 58.000 344 del proceso h istó rico de la em a n ci­
15. S a n V ic e n te ............ 61.600 389 S o b r in a d e R u b é n D a ­ N a c ió S e rn y ( I I . Is e rn
16. S a n ta L u c ia ........ 76.000 603 p a ció n a m ericana; c o n stitu y e n un p e­ r io , d o ñ a R os a T u r ­ S u m m e rs ) en P u e r­
17. B a rb a d o s . ............ 212.366 430 ligro para la paz y seg u rid a d d e l h e­ dos D a r io m a n t ie n e to de S a n ta M a r ia ,
18. T r in id a d ................. 464.889 4.283 m isfe rio ; quebrantan la u n id a d co n ­ v iv o e l c u lto f a m ilia r C á d iz . Su d ib u jo
19. Tobago . .................. 29.082 .300 a la s a n g r e y a l g e n i o de la p á g in a 27 es
20. B e lic e ...................... 53.000 22.268 tin e n ta l y soportan una soberanía de a q u e l g ra n p o e ta una m u e s tra de la
21. G u a y a n a In g le s a ... 373.600 231.744 que no ha p o d id o ser dig n a m en te h is p á n ic o . A g r e g a d o a g ilid a d d e lic a d a y
22. M a lv in a s . ............. 2.435 12.006 m a n ten id a . c u l t u r a l d e la E m b a ­ p r o fu n d a de su p in ­
ja d a d e N ic a r a g u a en c e l. H a o b t e n id o n u ­
F rancia . T arde o tem prano, com o está ocu­ m e ro s o s p r e m io s y
E s p a ñ a , tr a b a ja con
23. S a n P e d r o y M iq u e ­
lo n . . ................... 4.350 241 rrien d o a otros rin co n es del m u n d o c e lo in c a n s a b le por m e d a lla s en e x p o s i­
a f ia n z a r lo s la z o s e s ­ c io n e s n a c io n a le s . S u s
24. G u a d a lu p e ............. 232.000 1.602 que reclam an y van o b ten ien d o la c a r te le s s o n c o n o c id o s
............... p ir itu a le s e n tre am ­
25. M a r tin ic a 246.000 1.106 d esa p a rición de tutelas injustas, es­ b o s p u e b lo s . C o la b o r a en to d a E s p a ñ a p o r
26. G u a y a n a F ra n ce sa . 37.000 91.00«
H olanda.
tas colonias europeas en A m érica es­ p e r ió d ic a m e n te en n u m e ro s a s p u b lic a c io ­ s u tr a z a y e x p r e s ió n in c o n f u n d ib le s . E x ­
n e s e s p a ñ o la s y s u p l u m a á g i l y f l o r i d a p u s o c o n é x it o e n 1945 y p a r a n o v ie m b r e
27. A n t il l a s H o la n d e s a s 122.540 1.130 tán llam adas a desaparecer. Para bien le h a g r a n je a d o im p o r t a n t e s g a la r d o n e s . d e e s te a ñ o p r e p a r a u n a s e r i e d e l i e n z o s .
28. Guayana H o la n d e ­ de A m érica. Para bien del m undo,
sa . ..................... . 191.628- 173.840 que ha luchado y lucha por el im ­
D inamarca . perio de la justicia. O s v a ld o O r ic o , c o n o ­
H a b la c o m o u n tr u e n o
29. G r o e n la n d ia ,.......... 18.391 2.000,000
30. A n tá r tid a ...... ......... »» »> y “ e p a ta ” a lo s b u r ­ c id o p o e ta y e s c r it o r
gueses ca d a vez qu e b r a s ile ñ o , na p u b li­
se lo p r o p o n e . A p a r e ­ ca d o n u m e ro s a s o b ra s
TO TA LE S ........ 3.819.295 2.993.080 M. V A Z Q U E Z - P R A D A c i ó e n la v id a l i t e r a ­ p o é tic a s , h is t ó r ic a s y
r ia r u id o s a m e n te : c o n lit e r a r ia s , a lg u n a s d e
“La fa m ilia de P a s ­ la s c u a l e s f u e r o n p r e ­
c u a l D u a rte ” (1 9 4 4 ), m ia d a s p o r la A c a d e ­
n o v e la á s p e ra , d u ra , m i a B r a s i l e ñ a d e la s
e s p e lu z n a n te , t r a d u c i­ L e t r a s , a la q u e p e r ­
d a a v a r io s id io m a s . te n e c e , c o m o a c a d é m i­
S ig u ió c o n “ P a b e lló n c o , d e s d e 1938. “ S i l -
de re p o s o ” , “ E l n u evo v e ir a M a r tin s y su
l a z a r i l l o ” , e tc ., y a c a ­ é p o c a ” , “ Im á g e n e s d e
ba de p u b lic a r “ V ia je por la A lc a ­ R i o d e J a n e i r o ” y “ C a n to s a la M a d r e
r r i a ” . E s ta m o s h a b la n d o de C a m ilo J o s é P a t r i a ” , e n t r e - o t r a s , se d e b e n a la p l u ­
C e la : 35 a ñ o s y g a lle g o d e I r ía F la v ia . m a d e e s te b r i l l a n t e y c o n o c id o e s c r it o r .

José A g u ia r , n a c id o J o a q u i n d e C a s t r o , te ­
en la s C a n a r ia s , es n ie n te c o r o n e l d e la
h o y u n o d e lo s n u is A rm a d a , c u ltiv a en
d e s ta c a d o s p i n t o r e s p r e n s a y “ r a d i o ” lo s
e s p a ñ o le s . S o n f a m o ­ te m a s d e l m a r , p a ra
s o s s u s m u r a l e s d e la lo s q u e se h a lla es ­
S e c r e ta r ia G e n e ra l y p e c ia lm e n te p re p a ra ­
d e l C a s in o d e T e n e r i­ d o p o r su s v ia je s y
fe . P r im e r a m e d a lla su f o r m a c ió n p ro fe ­
en u n a N a c io n a l de s io n a l. C o la b o r a en
M a d r id , h a p re s e n ta ­ d iv e r s a s r e v is ta s lit e ­
d o e n la d e 1946 su r a r ia s con tr a b a jo s
“ C o n s a g r a c ió n d e lo s d e c re a c ió n , y h a p u ­
M á r tir e s ” , q u e fig u r a b l i c a d o “ H i s t o r i a s s in
e n tr e s u s m e jo r e s c u a d r o s . E n la p á g i­ a m o r d e h o m b r e ” , t o m o d e n o v e la s c o r ­
n a 29 r e p r o d u c im o s e l r e tr a to d e l p r e s i­ ta s . E n la a c t u a lid a d p r e p a r a u n a m p lio
d e n te D u t r a , u n a d e s u s ú lt im a s o b r a s . v o lu m e n so b re la v id a de lo s peces.

A n d a lu z a d e n a c i­ La v id a de D a n ie l
m ie n to , E u g e n ia Se­ V á z q u e z D ía z , n a c id o
r r a n o es lic e n c ia d a en e n H u e lv a , es u n é x i­
F ilo s o fia y L e tra s y. to a r t is tic o c o n t in u o :
h a p u b lic a d o “ R e t o r ­ M e d a l l a d e O r o e n la
n o a la t i e r r a ” ( n ó v e ­ In te r n a c io n a l d e P a ­
l a ) , “ E l l i b r o d e la s r is (1 9 2 5 ), P r im e r a
dam as ” (b io g r a fía s ), m e d a lla e n la N a c i o ­
“ C h u r c h ill ” (b io g r a ­ n a l d e M a d r i d , s a la s
f i a ) , e tc ., a l p a r q u e de h o n o r en B e r lin ,
ha v e r tid o a l c a s te ­ P a r is y O s lo ... H ay
lla n o d iv e r s a s o b r a s , c u a d ro s s u y o s en m u ­
c o m o “ C e ro y el in ­ seos de E sp a ñ a , N o r ­
f i n it o ”, d e A rtu ro te a m é r ic a , B r a s il, A r ­
K o e s t le r . A c tu a lm e n te p u b lic a en fo lle ­ g e n t in a , F r a n c ia ... S o n f a m o s o s s u s r e ­
tín , en e l d ia r io “ P u e b lo ” , d e M a d r id , tr a to s d e R u b é n D a r ío (p á g . 4 0 ), A m a d o
una n o v e la titu la d a “ C h a m b e r í-K lu b ” . N e r v o , U ñ a m u n o , L u g o n e s , L a r r e t a , e tc .

N iñ o a u n , José A n to ­ D o c to r en D e re ch o y
n i o C a b e z a s se f u e a ju e z por o p o s ic ió n ,
A m é r ic a , donde pu­ José A n to n io T o rre -
b lic ó “ P e r f ile s de a l­ b la n c a n a c ió en la
m as”, y re to rn ó en p r o v in c ia d e A lm e r ia
1 9 2 5 . A u t o r d e la s c o ­ en 1911. Fué d ir e c ­
n o c id a s n o v e la s y to r d e l d ia r io “ J o rn a ­
b io g r a fía s “S e ñ o r i­ da”, de V a le n c ia , y
ta 0 3 ” , “ C l a r í n ” , “ C o n ­ d i r e c t o r t a m b i é n d e la
c e p c ió n A r e n a l” y R a d io N a c io n a l d e E s ­
“ C r is to ” , o b t u v o en p a ñ a . E n tre o tro s , ga ­
1945 e l p r e m i o F a s - n ó e n 1942 e l p r e m i o
te n ra th de la Real “ Luca de T e n a ” , de
A c a d e m ia E s p a ñ o la p e r i o d i s m o , y es f i r ­
d e la L e n g u a p o r s u “ R u b é n D a r í o ” . H o y m a h a b i t u a l y m i i y l e í d a e n la s p á g i n a s
d e d ic a g ra n p a rte de su a c tiv id a d a lit e r a r ia s de n u m e ro s o s d ia r io s espa­
la c r e a c ió n de o b ra s c in e m a to g r á fic a s . ñ o le s , e n tr e e llo s “ A r r i b a ” , d e M a d r id .
DE LA REVOLUCION EN

M VNDO H IS P A N IC O p u b lic o en su segundo n ù m e ro una a m p lia in fo r m a c ió n lite r a r ia y


g r à fic a so b re la s re fo rm a s que se e s ta b a n r e a liz a n d o en B o g o tá con v is ta s a la IX C o n fe r e n c ia
In t e r a m e r ic a n a . “ S in in c u r r ir en h ip é r b o le -— d e c ía n u e s tro c o la b o r a d o r , el S r. A b e lla R o d r i­
quez —, la c a p ita d de C o lo m b ia puede p re s e n ta rs e d e c o ro s a m e n te , ya que el e s fu e rz o r e a liz a d o ,
y e l t é r m in o es e x a c to , f u é g ig a n t e s c o ” . L a s r e f o r m a s se f u e r o n e f e c tu a n d o a lo la r g o d e d o s
a ñ o s d e in te n s o s t r a b a jo s . S e r e p a r a r o n e d i f i c io s , se a b r ie r o n n u e v a s v ia s , f u e r o n a r r e g la d a s
a v e n id a s y p a rq u e s , se a m p lia r o n c a lle s ... La p e r s p e c tiv a u rb a n a de B o g o tá h a b ía dado “ un
v u e lc o to ta l” .
D u r a n t e la C o n fe r e n c ia , en el m es de a b r il, la . h e r m o s a c a p ita l de C o lo m b ia ha dado en
u n a s h o r a s o t r o v u e lc o to ta l. T o d a la b e lle z a c o n s e g u id a e n d o s a ñ o s d e r e f o r m a s in te n s a s y
en tr e s c ie n to s a ñ o s d e c iv iliz a c ió n , f u é d e s h e c h a p o r la f u r i a r e v o lu c io n a r ia . E n u n a s h o r a s .
E s ta s fo to g r a fía s recogen d iv e r s o s a s p e c to s de S a n ta Fe de B o g o tá d u ra n te la r e v o lu c ió n ,
ju n t o con un d e ta lle de la C o n fe r e n c ia al rea n u d a rse en un lo c a l p r o v is io n a l. T a m b ié n o fre ­
cem os la “fo to ” d e l p r e s id e n te O s p in a P é re z , s im ­
b o lo de la in d e p e n d e n c ia , la s o b e r a n ía y la d ig ­
n id a d de un p u e b lo que no e s tá d is p u e s to a de-
ja rs e dom eñar por n in g u n a c la s e de r e v u e lta s .
LA FERIA DEL LIBRO
Y LA PRODUCCION EDITORIAL ESPAÑOLA
OS españoles a ficionados a la lectura tien en ta m b ién su fiesta
anual para ellos. E n el calendario espiritu a l de E spaña hay una
fech a grata y selecta, un día feriado en el que las transaccio­
nes adq u ieren un relieve especial y unos m atices de m u y altas
calidades. Este día no term ina, com o todos, con su ciclo habitual de
veinticuatro horas, sino que es el día m ás grande del año, tanto en
su sig n ifica ció n cultural com o en sus d im en sio n es. Un día que dura
sem ana y m ed ia y que cala m u y h o ndo en la fib ra m ás noble del in ­
divid u o .
Sem ana y m edia, pues, es lo que dura esta fiesta. E sta F eria del
L ib ro ■— n o m b rém o sla ya de una vez con su título o ficial—-, que se
celebra en E spaña todos los años el 23 de abril, en c o in cid en cia sie m ­
pre con el aniversario de la m uerte de Cervantes y la aparición de la
p rim a vera en los árboles del m adrileño paseo de R ecoletos. Estos á r­
boles, con sus p rim ero s brotes, han servido la m a yo r parte de las
veces com o m arco de la Feria. Y decim os la m a yo r parte porque, a un­
que M adrid se lleva la p rim a cía hasta ahora, con gran ventaja, en
cuanto a escenario de ella, ta m b ién la F eria es viajera. Un año fué
instalada en B arcelona y en el actual se ha trasladado con todas sus
casetas a Sevilla, para sum arse a los actos conm em orativos del p r i­
m er centenario de la F eria sevillana.
E n estas anuales Ferias del L ib ro se congregan todos los editores
españoles, acom pañados de u n lucido núm ero de colegas hisp a n o a m e­
ricanos y portugueses, los cuales o frecen d irecta m en te al público su
noble m ercancía, sin la traba del in term ed ia rio . M erced a ello, los
com pradores p u ed en a d q u irir los libros con un im p o rta n te descuento,

CERVANTINOS
el del 20 p o r 100, cuyo p o rcentaje de ahorro a la hora de los pagos

CLAUSURA DE EOS ACTOS resulta de verdad considerable en las obras caras — H istorias, E n c i­
clopedias, etc.—, o en la com pra de varios volúm enes. El ín d ice de
transacciones se eleva siem p re a cifras m u y altas, sin perju icio para el
ed ito r y m uch o s b en eficio s para los lectores.
L a a fició n a la lectura en E spaña alcanza curvas de a ltitu d rea lm en ­
te im poi'tantes, que van creciendo de año en año, com o ín d ice d em o s­
trativo del n iv e l cultural de la vieja P enínsula ibérica, cuyo am biente
de superación en negocios del esp íritu crece a m ed id a que se alarga
su edad, su exp erien cia y su destino histó rico .
Como prueba de este aserto, o frecem os algunas notas estadísticas
llenas de cu rio sid a d e interés, que hablan p o r sí solas con un lenguaje
claro e in co n tro vertib le : el lenguaje de los n úm eros. E l p rim e r dato
de estas estadísticas, todas serias y m eticu lo sa m en te com pulsadas, nos
dice que E spaña lee ella sola tanto com o todos los países h isp a n o ­
am ericanos juntos. Y el segundo, nos in fo rm a que desde el año 1939 ,
fin de la Cruzada, hasta el presente, se editaron en territo rio nacional
unos 25.000 títulos en n ú m ero s redondos, lo que da, tom ando com o
cifra m ed ia de ed ició n los 5.000 ejem plares p o r título, u n volum en
de 1 .250 .0 0 0 obras salidas de las prensas españolas.
A co n tin u a ció n ofrecem os un detalle de las obras publicadas d u ­
rante los años 195-6 y 1957 , en colum nas com parativas d ivid id a s en
m eses. Es el sig u ien te:
El día 23 de abril se celebró en
Madrid la clausura de la Asamblea 1946 En menos En más 1947
Cervantina de la Lengua Española,
que desde los días del pasado año, E n e ro .................... 283 31 314 ...... E n e ro .
y con la asistencia de tos más co­ F e b re ro ................. 292 195 487 ...... F e b re ro .
nocidos cervantistas del mundo, entre M a rzo .................... 301 164 465 ...... M a rzo.
los que figuró el italiano Farinelli, A b r il ..................... 321 10 337 ...... A b r il.
recientemente fallecido, ha venido ce­ M ayo .................... 277 12 265 ...... M ayo.
lebrándose al través de los distintos J u n io ..................... 370 96 274 ...... J u n io .
lugares que fueron testigos de la in­ J u lio ..................... 275 108 167 ...... J u lio .
teresante vida del “Principe de los A g o s to ...................
Ingenios” : Madrid, Alcalá de Hena­ S e p tie m b r e ........... 1 213 ...... S e p tie m b r e .
res, Salamanca, Valladolid y Sevilla. O c tu b re ................. 285 8 293 ...... O ctu b re .
A esta últim a ciudad fue trasladada N o v ie m b r e ........... 313 192 505 ...... N o v ie m b r e .
este año la Feria del Libro, y a su D ic ie m b r e ............ 313 51 364 ...... D ic ie m b r e .
apertura asistieron nutridas represen­
taciones de los asambleístas cervan­ TO TALES. 3.243 217 657 3.683 TO TALES.
tinos.
En este día solemne tuvieron lugar:
un funeral por el alm a de Cervan­ Los 3253 volúm enes del año 1956 — que escogem os com o m ayor
tes, en el templo de San Francisco el
Grande; la inauguración del Institu­ garantía, ya que sus datos están sancionados p o r la p ersp ectiva del
to de Filología Hispánica, y la se­ tiem p o y se alejan m ás, p o r tanto, de posibles errores y rectifica cio ­
sión de clausura, celebrada, por la nes— se d esco m p o n en p o r m aterias así:
tarde, en el salón de actos de la Real
Academia Española, y en la que pro­
nunció un hermoso discurso sobre O b r a s g e n e r a le s ( E n c i c l o p e d i a s ,
E n s a y o s , P o lig r a fía s , O b ra s in fa n tile s , e t c .). 118
“Cervantes y el ideal caballeresco” el F ilo s o fia ............................................................................................................................. 54
Director de la Real Academia Espa­ R e lig ió n ............................................................................................................................... 139
ñola de la Lengua, Excmo. Sr. D. Ra­ C ie n c ia s S o c ia le s y D e r e c h o ......................................................................................... 512
món Menéndez Pidal. F ilo lo g ia .................................................................................................. 87
Presidieron estos actos el Ministro C ie n c ia s P u r a s (M a te m á t ic a s , F i s i c a y Q u ím ic a , H is t o r ia N a t u r a l, e t c .) ........ 136
de Educación Nacional, Sr. Ibáñez C ie n c ia s A p lic a d a s (M e d ic in a , In g e n ie r ía , M e c á n ic a ,e t c .) ................................ 333
Martín; el citado Presidente de la B e lla s A r t e s ...................................................................................................................... 182
Academia, D. Ramón Menéndez Pidal ; L ite r a tu r a (P o e s ia , T e a tr o , N o v e la ) ........................................................................ 1.231
el Presidente del Instituto de España, H is to r ia y G e o g r a f ia .................................................................................................... 361
Obispo de Madrid, Dr. Eijo Garay;
los Vicepresidentes de la Asamblea, Estas obras, clasificadas según la nacio n a lid a d de los autores, arro­
Sir Henry Thomas —inglés— y D. Ne­
mesio García Naranjo —mejicano— ; jan los siguientes resultados:
el Director General de Relaciones Cul­ Españoles, 1 .7 5 2 ; anglosajones, 5 6 1 ; franceses, 1 3 7 ; alem anes, 1 3 5 ;
turales, D. Carlos Cañal, y D. Julio italianos, 5 6 ; otros latinos, 2 8 ; rusos, 2 1 ; húngaros, 8; griegos, 7 ;
Casares, Secretario de la Academia y
de la Asamblea. Asistieron, además, suecos, 6; judíos, 5 ; portugueses, 5 ; árabes, 3 ; holandeses, 3 ; n o ru e­
los representantes diplomáticos de gos, 3 ; chinos, 2 ; daneses, 2 ; polacos, 2 , y fin eses, 1 .
Portugal y Suiza; el profesor Mr. Star- Por todo ello pued e verse claram ente que España, pese a las gran­
kie, Director del Instituto Británico;
los Directores generales de Enseñanza des d ificu lta d es para la o b ten ció n de m ateria p rim a con que fabricar
Universitario y de Archivos y Biblio­ papel, m a n tien e un ritm o extrao rd in a rio de p u blicaciones, entre las
tecas, y numerosos profesores espa­ que destacan las obras de C iencia, de H istoria y de creación literaria,
ñoles y extranjeros.
Estos actos de clausura, así como a cuyo auge co n trib u y e n en m ed id a exten sísim a el Consejo Sup erio r
los celebrados durante toda la Asam­ de In vestig a cio n es C ientíficas y el In stitu to de Cultura H ispánica.
blea Cervantina, resultaron muy b ri­ Como colofón, es digno de ser destacado el hecho sig n ifica tivo de
llantes, y a ellos acudieron las más
conocidas figuras universales en el que la a fició n al libro en E spaña ha derivado, en ciertos sectores de
campo de la filología. la población, hacia estos cuatro p u n to s cardinales del gusto actual:
los volúm enes de lujo, cuya presen ta ció n alcanza en ocasiones altas
calidades estéticas; los volúm enes de Obras Com pletas, que se v en d en
p ro fu sa m en te; las ediciones P rín cip e, y las ediciones de B ibliófilo, las
cuales han dado lugar al n a cim ien to de varias sociedades que editan
p o r su cuenta y exclu siva m en te para sus socios h erm o sísim o s ejem ­
plares de p recio m u y elevado, verdaderos tesoros b ibliográficos que
honran a editores y com pradores.

LA H EVISTA DE 23 PAI SES

50
PUREZA Y SEÑORIO DE LA RAZA "D o lo ro s a ", a d o rn a d a con cuatro ram os g ran d e s de flores rojas. Sig u e
una descom unal cruz d e m a d e ra , que llevan a hom bros unos veinticinco
hom bres. C u a n d o la procesión vu elve al tem plo, la cruz q u ed a te n d id a en
el suelo, sobre unas e sterillas que se llam an "p e ta te s ".

Por la noche el tem plo p a rro q u ia l está sum ido en un silencio im p re ­

MAYA-KICHE nante. De trecho en trecho, los m aya-kichés han co lo ca d o sobre el suelo


alfo m b ra s de pétalos de rosa y sobre e lla s lucen ca n d e litas en profusión;
musitan p le g a ria s y h a b la n g esticuland o y h a cie n d o pausados m ovim ien­
tos con sus m anos. Ellos dicen que esto es h a b la r con sus a n te p a sa d o s,
que están tam bién al la d o de Dios.

(V iene de la p á g in a 14) Por la noche, a las nueve, sa le la procesión del N a z a re n o in d íg en a.


Es muy to sta d a su faz y va cubierta su vista con un pañuelo blanco. D e s­
pués de ca m in a r por las calles que ro d ea n el pueblo, entre los ruidos de
las g ig an tescas m atracas y el triste ritmo del tam b o r y el pito — que lanza
al a ire una especie de salm o d ia musical to m a d a de la M a rc h a fú n eb re de
C h o p in —, el N a z a re n o es m etido en el C a lv a rio y c o lo ca d o dentro de una
esp ecie de c eld a con rejas de m a d e ra y recub ierta de pino por dentro.
A llí p e rm a n e ce so litario, pero cu id ad o por grupos pequeños de ind íg enas
m adres, y "g u a r d ia n a s " que pertenecen a la fa m ilia d e los cofrad es.

S o b re la e sc a lin a ta de la P a rro q u ia , los ind íg enas quem an copal, el


"p o m " o incienso de sus costum bres, tanto en las m añanas de esta S e m a ­
na S a n ta com o en otras fiestas del año. El jueves por la ta rd e, la Pasión
es re p re s e n ta d a por los propios indígenas. El que hace de Jesú s es un
¡oven m aya-kiché, al que se le tra ta d e sp ia d a d a m e n te , y que interp reta a
lo vivo tod o cuanto la Pasión del S e ñ o r re la ta . A n tig u am en te lle g a b a esta
costum bre a c a u sa r serias herid as en el ¡oven actor, pero en la a c tu a lid a d
sólo se le g o lp e a y m a ltra ta sin g ra n d e s daños.

H a y una costum bre que n a d a dice a los p rofanos y, sin em b arg o, es


la más im p ortante en su sim bolism o. S e llam a la de " e l p e n iten te ". Un in­
d íg e n a m aya-kiché está co m p letam en te desnudo, con un calzon cillo b la n ­
co. S o b re sus hom bros lleva a m a rra d a una p e sa d a cruz de m a d e ra , pero
en sentido tran sversal, q u e d a n d o al la d o izquierdo, sobre sus hombros,
los brazos y c a b e c e ra , y todo lo la rg o de su pie, sobre el lad o derecho.
Las cuerdas se le incrustan en sus carnes y lleva dos centuriones a su lad o
m ientras cam ina con g ran fa tig a y pen a por las calles del pueblo. En c a d a
esquina h a y un crucero y se hace una estación. El penitente sufre mucho,
pero no se le ve el rostro, porque va cubierto con un p año blanco tra n s­
parente. De su cintura cuelga una la rg a soga que tie n e unos diez y siete o
diez y ocho nudos y que es el so brante de la cu erd a que a ta la cruz.

N a d ie sa b e e x p lic a r qué q u iere d e cir esto. Ju d a s ya no es el jueves


un e n m a s c a rc d o vivo, sino un m uñeco de p a ja , el cual viste el tra je de los
kakchikeles d e S o lo la . Le han sentado en actitud m ed itativa al la d o d e re ­
cho de la e n tra d a del tem plo p a rro q u ia l. D e la n te h a y una mesita en la
que colocan pequeñas pied ras o g u ijarros los m aya-kichés que van e n tra n ­
do en el tem plo. A su lad o está un muñeco, tam bién de p a ja y con m á sc a ­
ra de tipo ca ste llan iz a d o . V a vestid o a la m od erna, pero es muy pequeño.
Frente a estos dos muñecos, un m aya-kiché, p o rta d o r de insignias je r á r­
quicas, está sen tad o en actitud de v ig ila n c ia , p a ra que te dos depositen su
p ied ra, y tien e en su m ano un v e rg a jo en disposición de usarlo contra el
que no cum pla la ley d e su costum bre.

El V ie rn e s S a n to es un día de im ponente silencio. Está d e d ic a d o a las


procesiones de los ladinos. Ju d a s pen d e del a rco de e n tra d a al tem plo p a ­
rro q u ia l y lleva sobre su e sp a ld a al m uñeco a la d in a d o . Por la noche se les
qu em a — a m a rra d o s los dos— fre n te al tem plo del C a lv a rio , entre un gran
g rite río d e todos los in d íg en as m aya-kichés. Los ladinos y mestizos se

Los indígenas Maya-Kichés, que practican fervorosamente la religión católica,


oran, arrodillados, en la escalinata de la entrada del templo parroquial de
Chichicastenango.

raza m aya-kiché, pero esto no es cierto. Esta tribu, más que una fracción
étnica, es una fracció n religiosa, pues lleg an a ella, en p e re g rin a je, m u­
chos m aya kichés que habitan en ap a rtad ísim o s lugares. Lo cierto es que
C h ich icasten an g o es la m eca de los m aya-kichés y su tem plo cristiano
d a ta de 1540. Está construido sobre una e sc a lin a ta de p ied ra, en form a
sem icircular y su a rq uitectura se conserva p e rfectam en te g ra c ia s al celo
y cu id ad o de los p árrocos y de los m iem bros de las co fra d ía s m aya-kichés.

En la plaza del pueblo, que es de estilo castellan o , existen dos te m ­


plos católicos. Uno, el p a rro q u ia l, y otro que se llam a el C a lv a rio . En este
último, la e sca lin ata no es en m edia luna, sino piram id al, y en la p lazo leta
se coloca un a rco an te la puerta del tem plo. Este a rc o consta de dos g ru e ­
sos palos, unidos en la p a rte a lta por otro horizontal, sobre el cual se c o ­
locan sartas d e n a ra n ja s y, en m edio de ellas, ex trañ as o fren d as. Dos
pinas, unidas a un volum inoso salchichón de ca rn e de puerco, penden del
centro del arco. N a d ie sab e lo que eso significa, p e ro da la Im presión de
un rito fálico . Dicen que es la o fre n d a de los carniceros.

El Ju e v e s S a n to es d e d ic a d o to ta lm en te a las fiestas religiosas. En el


a lta r m ayo r se colocan to d a clase de frutos. Los indígen asasisten al oficio
cristiano con g ran re ve re n c ia y devoción. Q u e d a n a un la d o del tem plo,
m ientras que los ladinos y e x tra n jero s ocupan el otro.

Por la p laza h ay un g ran g riterío. Un in d íg en a e n m a sc a ra d o re p re ­


senta a Ju d a s y va pidiend o m onedas a todos los e xtranjeros. Su p resen ­
cia es a c o g id a con una silba o con gritos; se le dan las m onedas y se le
em puja y m altrata. D e sa p a re c e después de h a b e r re co le ctad o el producto
de "su v e n ta ". La plaza está cubierta de filam ento de pino. A l poco rato
a p a re c e la procesión, que está com puesta por las c o fra d ía s m aya-kichés,
y, p rece d id a de una música in d íg en a muy triste, v a a hom bros la urna del
S e ñ o r ya ce n te. Los m aya-kichés van m usitando sus p leg a ria s en su lengua Los músicos de la trib u Maya-Kiché recorren las calles anunciando, con sus p rim i­
y las gentes echan pétalos de rosa sobre este "p a s o ". Tras de él va la tivas melodías, las horas de las ceremonias religiosas y de las danzas populares.

M V N D O H 1 S P A N 1C O
59
van a las cantinas y a los bailes, y los kichés se recluyen en sus casas o
en las casas de los herm anos cofra d e s, hasta el día siguiente.
En el S ábado de G lo ria se relevan las C o fra d ía s . Estas son g a ra n tiz a ­
DOS HERMANOS
das cívicam ente p o r los electos, los cuales asumen cargos de justicia, d i­ ( C U E N T O )
rección y co n tro l en las a ctivid a d e s g e n e ra le s de la trib u . (V ie n e de la p á g in a 2 7 .)

Respetuosos con el m a n d o suprem o del G o b ie rn o g u a te m a lte co , los


m aya-kichés obed e ce n las o rd e n a n z a s del Estado respecto al servicio m i­
lita r, las o b lig a cio n e s ciu d a d a n a s y otro s d e ta lle s p a trió tic o s ; p ero co n se r­
van una especial a u to n o m ía p a ra d irig irs e com o trib u , p o r lo cual tienen
constituida una O fic in a de C o o rd in a c ió n In d íg e n a , especie de pequeño
m inisterio de rela cio n e s e x te rio re s con las restantes trib u s y con los ladinos.
Después de p ro c la m a rs e la in d e p e n d e n cia de G u a te m a la , estos in d í­
genas han c o n tin u a d o e x a c ta m e n te en la misma situación que te n ía n de s­
pués de la conquista. C u ando se les q u ie re im p o n e r a lg u n a ley que ellos
no a ceptan, el in té rp re te contesta in d e fe c tib le m e n te al m a n d a ta rio que le
o rd e n a : "Esto, Tata, no lo van a e n te n d e r", y no e n te n d e rlo e q u iv a le a que
nada ni n a d ie les p o d rá im p o n e r ta l o rd e n aunque tu v ie ra n que m a ta rlo s.
Para el m aya -kich é y p a ra o tro s n a tu ra le s de d istintas trib u s g u a te ­
m altecas, nada im p o rta n los cam bios de G o b ie rn o . Ellos siem pre están en
la misma posición a u tó c to n a y saben que su suerte com o " in d io s " no ha
de v a ria r g ran cosa. Por e llo , obedecen siem pre sumisos y c o la b o ra n
según se les o rd e n a . Para los m aya-kichés to d o s los cam bios de g o b ie rn o
son idénticos a las cam bios h a b id o s d u ra n te el régim en v irre in a l. Los G o ­
biernos son repre se nta n te s del Señor de C a stilla de quien son vasallos,
pues ellos "n o en tie n d e n o tra co sa " que la pro te cció n e s p iritu a l de la Ig le ­
sia y la tra d ic ió n de su p ueblo, re sp e ta d a en sus pactos.
Existe una aversión p ro fu n d a e n tre la d in o s e in d íg e n a s, que es muy
a b ie rta y hostil en o tra s trib u s in d íg e n a s g u a te m a lte ca s; p e ro los m aya-
kichés se p a ra p e ta n en su m utism o e in d ife re n c ia , v iv ie n d o sus costum bres
y tra d icio n e s en m e dio de los e x tra n je ro s y visitantes de su p u e b lo esco­
g id o com o meca. A flu ye n a éste, g ra n núm ero de tu rista s e x tra n je ro s , en
p a rtic u la r n o rte a m e rica n o s, los cuales a p re cia n mucho las bellezas del
paisaje, el clim a y lo p in to re sco del c o lo r típ ic o . Pero hay una to ta l in co m ­
prensión de todos hacia esta raza n o b le y se ño ria l que c a lla d a m e n te es­
pera a que se cum pla el ciclo de su silencio. Ellos saben p e rfe cta m e n te
que p rim e ro es necesario s u frir p a ra vencer p o r el e sp íritu y los m isio n e ­
ros dom inicos h a lla ro n que esta raza no tie n e ningún rito id o lá tric o y
que es pura.
S obre el ce rro de la D em ocracia se h a lla una p ie d ra a n tiq u ís im a a nte
la cual el A jk ij (astrónom o) y el A jtij (m aestro de la N a tu ra le z a ) dan los
preceptos p ara re a liz a r las uniones conyugales perfe cta s, las siem bras,
los cuidados a los descendientes... Pero esta p ie d ra e q u iv a le a " la p ie d ra
del te s tim o n io " de los isra e lita s. A n te e lla obedecen y ju ra n re s p e ta r las
leyes de la N a tu ra le z a y c u m p lir los preceptos que im p o n e la fid e lid a d
cristia n a . Es co m p le ta m e n te fa ls a to d a le ye n d a le va n ta d a so b re su p a g a ­
nism o e id o la tría , com o lo d e m o s tra rá la tra d u c c ió n del lib ro cum bre de
la raza m aya-kiché, el "P o p o l-W u j", el cual fu é h a lla d o , en fra g m e n to s
d istrib u id o s en distintos p o b la d o s , p o r el Padre D. Francisco X im énez; en
el siglo XVII, y o b je to de muy enconadas co n tro ve rsia s a causa de las d is ­
tin ta s traduccione s que se han ve n id o h a ciendo p o r celosos in ve stig a d o re s
españoles, e x tra n je ro s y guatem altecos.
Los m aya-kichés son herm éticos y reservados. N o se d e ja n s o rp re n d e r
fo to g rá fic a m e n te en su vid a p riv a d a , p o r lo cual escasean las d e m o s tra ­ cómo el sol hacía su recorrido, cóm o las cañas de la charca se mecen
ciones sobre sus a ctiv id a d e s colectivas y priva da s; p e ro se d e d ica n la b o ­ en su delgadez, cómo las nubes del cielo se entretienen en hacer y
riosam ente al cu ltivo de sus cam pos; cuidan sus g a n a d o s y te je n sus p ro ­ deshacer su propia figura.
pios vestidos y los a tuendos y los tra je s usados en los bailes de enm as­ José Casó joven — recién muerto su padre— con una campesina
carados. de una aldea distante, y de su m atrim onio nacieron cinco hijos; los
dos varones levantaron el vuelo en ’cuanto se hicieron hombres y
Las m ujeres te je n en te la re s rústicos, cuidan de los hijos, a tie n d e n a sólo de tarde en tarde se les veía por la casa, chalaneando' con su pa­
las faenas de la casa y son muy buenas com erciantes en el m ercado. Su dre o su cuñado, comprando algún caballo. Las tres hijas —Juana,
m oral es in ta ch a b le , pues se desconoce el a d u lte rio ; son o b e d ie n te s al Dolores y Marta— jamás salieron del llano; eran como tres taciturnas
¡efe de fa m ilia , hacendosas, muy lim p ia s y m adres am orosísim as. Sanas y palomas de corral, con las alas cortadas, sin una am bición que des
fuertes, dan a luz sus hijos en pocas horas y contin ú a n , después de un llevara hasta los cerros del sur, hasta el lejano robledal del norte,
descanso p ru d e n c ia l, sus la b o re s dom ésticas. hasta los balcones del llano sobre el resto del mundo que, tercamente,
Hacen sus m a trim o n io s g uiados p o r el consejo de sus ancianos, que se obstinaban en ignorar.
eligen p o r el sabio c o n o cim ie n to de las leyes n a tu ra le s de cada c ria tu ra y Las dos mayores casaron y enviudaron en poco tiempo y a las
los tem p e ra m e n to s afines. Una vez p a sa d o el p e río d o de p re p a ra c ió n p re ­ dos les quedó, como recuerdo de tiem pos no muy felices, un hondo
m a trim o n ia l, de dos años lunares (o sea, dos años de 160 días cada uno), surco de maldad en el alma y una espesa nube de recelo en la mirada.
en el cual el fu tu ro esposo ha v iv id o en casa de los padres de la novia, La mayor — Juana— casó con un cam inante que llegó a la puerta
van al te m p lo y son casados p o r el sa ce rd o te c a tó lico . Después b a utizan pidiendo un sitio al fuego para pasar la noche. La justicia se lo llevó
a sus hijos cristia n a m e n te y los educan d e n tro de una m ajestuosa se re n i­ a los cuatro meses escasos de llegar y de él no se volvió a saber ja­
dad, tra sp a sa n d o sus tra d ic io n e s de g e n e ra ció n a g e n e ra ció n . más una palabra. Dicen que era francés, escapado de la Guayana.
A los cinco o seis m eses de preso el marido, Juana tuvo un niño,
N unca precisan de los cu id a d o s de los m édicos m odernos, y aunque a quien le puso Esteban, como su padre. Esteban es un niño de car­
en C hichicastenan g o se ha fu n d a d o una institución médica e x tra n je ra , no nes fláccidas y como enfermas, que mira fijamente, sin pestañear, a
son los b eneficiad o s los v e rd a d e ro s m aya-kichés, sino los in d íg e n a s que lo mejor horas enteras, para el más oscuro rincón; un niño que se
se a p ro p ia n sus vestidos y su fa m a tu rística y tie n e n costum bres c a s te lla ­ pasa días y días quejándose, sin acabar de llorar, como un hom­
nizadas m ezcladas de e rro re s ancestrales p rocedentes de la raza azteca bre herido; un niño serio, en cuyos labios jamás se ve dibujada la
y kakchikel. sonrisa.
Por lo que a nosotros consta, los m aya-kichés tie n e n un g ra n respeto La segunda — Dolores— casó con un amigo de sus hermanos, quien
a C astilla y a to d o lo que p ro ce d e de a llá , si e llo viene sa tu ra d o de re li­ la dejó abandonada al poco tiem po y fué a morir, atropellado por el
gión ca tó lica y buenas intenciones, puesto que ellos son m uy o b se rva d o re s tren, una noche que marchaba borracho por la vía. Se llamaba Mar­
e in m e d ia ta m e n te p e rcib e n el p e nsam iento y la inte n ció n de sus in te rlo ­ tín — como Dolores puso al hijo que le dejó— y tenía fama de hom ­
cutores. Tienen mucha fe en el p o rv e n ir pa cífico de G u a te m a la y están muy bre de cuidado por todo el contorno.
seguros de que el ciclo fe n e c id o de 400- años d a rá paso a una nueva era La pequeña — Marta-— es la que lleva el peso de la fam ilia. Casa­
de com prensión, paz y justicia p a ra to d a la ra za , mal c o m p re n d id a p o r da, muy joven, con Ramón, diez o doce años mayor que ella, tiene
los e x tra n je ro s . Jam ás se v io le n ta n a nte las burlas de otro s y no re s p o n ­ ya tres hijas y un hijo por las fechas y, según fácilm ente se puede
den a ninguna clase de pro vo ca cio n e s. Esto quizá se deb a a que q u e d a ­ ver, algo nuevo se espera. Es feúcha y flaca, de lacio pelo y pálida
ron en ellos — muy g ra b a d a s en su m é n te — las p a la b ra s e v a n g e liz a d o ra s color, y está enamorada ardorosamente, sumisamente, con un amor
de Fray B artolom é de las Casas, quien, en su cristia n a catequesis, les d ijo : que se parece mucho a la adoración, del marido, que corresponde a
su manera, casi siem pre cruel, siem pre despectivo, sólo a ratos reblan­
"E sto dice el Señor: el cie lo y la tie rra p a sará n , p e ro mis p a la b ra s no decido por fugaces ráfagas de ternura, que acaban sonrojándolo.
p a s a rá n ." Las dos niñas m ayores — Luisa y Cecilia— , altaneras y atravesa­
das, tienen un empaque casi principesco, y un mirar altivo y como
G u a te m a la , M a rz o , 1948. amenazador mal perdido en sus figurillas desmedradas. El padre, a
veces, también parece como un príncipe acobardado — todo el cuer­
po encogido, m enos la mirada— cuando la charca llama, por las no­
M A R I A D E D I E G O A . ches, a quien no puede sobreponerse a la tentación.
(D ir e c to r a del Departam ento de Estudios I b é rie o - M a y a s, de Guatem ala) La mayorcita guarda entre unos trapos un gorrión muerto y lleno

LA REVI STA DE 23 PAI SES

53
de gusanos, a quien besa am orosam ente; un gorrión que fué todo como
una plum ita llena de vida, hasta que un día cayó en las infantiles
manos que lo m artirizaron, lentam ente, concienzudam ente, partiéndo­
le el quebradizo pico entre risas contenidas y un caliente sonrojo por
las orejas; sacándole los ojos con un alfiler, los ojos que rodaron por
el suelo como dos arenillas y que con todo cuidado lavó la niña para
poder guardarlos bien lim pios, sin tierra ninguna; oprim iéndole el
breve pecho jadeante.
Cecilia ve hacer a su hermana y llora, casi con tristeza; es cruel,
quizá más cruel que_ Luisa, pero su espíritu no puede aguantar la
crueldad en los demás. Gusta de estar en la cuadra, horas y horas,
silenciosa y como preocupada, pendiente de los m ovim ientos del ca­
ballo, de los m ovim ientos del toro, de los m ovim ientos del gallo. Cuan­
do llega el m es de abril, sufre como una transform ación: la m irada se
le alegra, un suave color rosa se le posa en las m ejillas... Es entonces
cuando da largos paseos por las orillas de la charca, cortando flore-
cillas que ofrece al toro de la cuadra, cantando extrañas canciones
que el aire entiende, y los pájaros que se m ecen en los m im bres, y
los insectos que se posan, un instante, sobre la piedra.
La pequeña — Clara—- es una niña rubia, seria, callada, de una be­
lleza serena y extraña en aquel paisaje. Juega sola, a la puerta de
la casa, con su amigo el viejo y fiel m astín, y diríase que en su m i­
rada infantil h ay un profundo desprecio a todo lo que le rodea.
Mientras tiene pocos años, m uy pocos años, es la hija m enor del
m atrim onio, y poco más tarde, cuando nace — ¡así no hubiera n aci­
do!— el pobre Mariano, pasa a ser como una m adrecita para él.
T ien e siete años cuando Mariano vien e al mundo, encanijado, sie­
tem esino, con más vida, ciertam ente, de la que el desgraciado hubiera
precisado.
Al año escaso de nacer, cuando deja de mamar los secos pechos
de su madre, y olvidado de todos se debate en el oscuro pajar, Clara
se pasa a su lado las horas muertas haciéndole fiestas, secándole las
sucias ropas, dándole a beber la leche recién ordeñada. Sin Clara por
el m edio, el niño hubiera acabado muerto de hambre, pasto de las
ratas.
El abuelo y las tías se ríen de él, los prim os aseguran que lo m e­
jor es matarlo; las dos herm anas m ayores le odian de todo corazón,
y los padres no quieren ni oír hablar de él: el padre, despectivo; la
madre, irritada.
H ay extrañas razones de la sangre que nadie se explica y que cuen­
tan, en cam bio, como verdades ciertas sobre la vida de los hombres.
Son atormentadoras razones a las que no se les ve ni el p rin cip io ni
el fin, pero que acaban atenazándonos con sus duros garfios como ate­
naza un cepo al zorro que ya no puede huir.
_ Clara, como decim os, es el hada m adrina de Mariano y a su lado
fué la caridad alim entando el desprecio y el odio decantándose casi
hasta la m isericordia.
Es huraña con todos los suyos y gusta de caminar, solitaria, por
el sendero de la charca que, perdido entre altas zarzas, dibuja rápidas
culebrillas sobre la verde hierba.
Por él se la veía, niña aún, llenándose de margaritas el delantal,
la m irada de alegría y de preocupación. Camina hasta cerca de la char­
ca, la m ira unos instantes como con respeto y con cariño, y se vuelve
— velozm ente— sobre sus pasos. Las amarillas y blancas florecitas más allá del horizonte. Allí está lo bueno y lo malo, lo herm oso y lo
quedan nuevam ente sembradas al borde del cam ino, m ientras la niña sucio, lo amable y lo aborrecible. Quiere aclarar la cosa un poco más,
huye, sin volver la cabeza, sin apresurarse demasiado, con la cara li­ pero no puede; se lim ita a comparar a su desgraciado hermano de la
geram ente pálida. cuadra con sus prim os, que gozan librem ente tirados por el campo;
Hasta que un día ■ — el día que nació su nuevo hermano, Joaquín— a poner frente a frente la charca llena de colores y la negra casa,
cobró fuerzas y se acercó, como tratando de vencer un m iedo injusti­ el día rebosante de luz y de silencio y la oscura noche preñada de
ficado, hasta la orilla misma... tercas voces que sobrecogen el ánimo.
* * *
Camina por la orilla y se sienta sobre una piedra que entra en
Sí; fué justam ente el día que nació Joaquín. Es la primavera, y el las aguas como un balconcillo.
sendero está más herm oso que nunca. D e buena gana la niña se hu­ Nota un bienestar grande que le recorre todo el cuerpo, a veces
biera llevado consigo a Mariano, que se quedó allá encerrado, jugando hasta un ligero temblor.
con un palo... Ve el pájaro que pasa dejando caer sobre las aguas el huesecillo de
Clara hace trem endos esfuerzos para sentirse feliz. Todo le ayu­ alguna fruta, y ve cómo las aguas se abren, cariñosas, blandas, para
da: el campo huele como nunca, el sol juega con la mañana en mitad recibirlo, cubriendo la m ism a herida qire les hizo, de livianos, ligeros
del cielo, los m irlos cantan desde los zarzales y los dorados, los co­ circuidlos concéntricos que se extienden, hasta hacerse casi im per­
brizos escarabajos arrastran torpem ente, graciosam ente, sus herm o­ ceptibles, sobre la tersa superficie.
sos colores sobre la hierba. Piensa que la tierra es el inm enso techo de la casa donde se guar­
De trecho en trecho, Clara se para y contiene la respiración como dan las malas obras, y que el agua remansada es el techo, brevísim o,
para sujetar mejor el instante de que goza, llena de libertad y de ale­ del palacio donde viven las cosas hermosas.
gría, como el pájaro silbador que cruza, raudo, casi a ras del suelo, En el fondo del estanque, las suaves flores tienen su nido y sobre
para elevarse a lo lejos, cam ino de las distantes nubes. ellas el mirlo deja caer la roja cereza, la dorada uva.
La charca, próxim a ya, deja ver la tersura de sus aguas hieráti- Mira para las aguas, bajo la piedra, y allí se encuentra, m irándose
cas, herm osas y verdes para algunos reflejos, verdes y venenosas para fijamente, sin atreverse a m over ni un solo pedacito de su cara.
cualquier otra luz. Cada vez es más feliz, feliz como nunca se había im aginado que
La charca, de dia, es un bello lugar m enos tem eroso que el cam­ hubiera podido llegarse a ser.
po, un fresco rincón donde los pájaros ocultan su escandaloso amor Ladea la cabeza y las aguas le devuelven la misma cabeza ladea­
entre las verdes cañas, que se doblegan, graciosas, al liviano peso; da; levanta una mano y las aguas le muestran la misma mano levan­
es m uy distinta al tem ido y traidor paisaje de la noche, con su nebli­ tada.
na engañosa y su voz atormentadora como el vagido de un m oribun­ Clara se ríe, cuidadam ente al principio, alborotadamente después.
do que se aferra, con su últim a gota de voz, a un hilo de araña que Su risa pasa rodando sobre las aguas de la charca y levanta una
mece, suavem ente, el viento. huida de m il voces entre los pájaros del cañaveral.
Clara llega hasta la orilla m ism a que aun finge ser el campo, con Vuelve a m irarse en el profundo espejo de las aguas y vuelve a
su césped que crece sobre el lodo finísim o, y sus espadañas cortantes encontrarse de nuevo, pintada sobre el techo del palacio donde todo
como navajas, y sus nenúfares y sus lirios de suaves y delicados co­ lo amable vivía.
lores; y se queda absorta, muda de adm iración. Está ante un paisaje Lleva un herm oso botón morado, grande como una m oneda, sobre
diferente y recién encontrado, ante un mundo que no sospechaba, tan la blusa. El botón es casi del m ism o color que los lirios, y los lirios
distinto del hosco clim a de su casa, de sus tías crueles que se com ­ ¡guardan tan profunda, tan escondida su raíz!
placen en aburrirla, de sus herm anas que la desprecian, de sus pa­ Clara no lo piensa; se arranca el botón -—sólo le desagrada el
dres que quizás se odian allá en lo más profundo de su pecho. ruido de la tela al rasgarse— y lo deja caer, por su ligero peso, en el
Se acuerda de Mariano. El no puede salir, pero, ¡si él viera esto! centro m ism o de la cara que fijamente la mira al asomarse.
A su herm ano se lo im agina, de repente, como un herm oso y tím ido El agua lanza un breve quejido y una gota al aire, y la cara es
lirio preso al tallo que lo nutre... T ien e ganas de llorar ■—es sólo un sólo entrevista ■ — unos instantes— bajo los suaves rizos.
instante— y vuelve a pasear la m irada por las tranquilas aguas de la Clara se queda quieta, sin apartar los ojos de la im agen, y ve cómo
charca, sobre las que docenas de libélulas — que aun no ha descu­ poco a poco la cara del agua vuelve de nuevo a mirarla, inm óvil, con
bierto— persiguen el aire en veloces zig-zags. la sonrisa en los ojos.
Lejos, la casa semeja un viejo caballo negruzco que se ha quedado ¡Cualquiera sabe cuánto tiem po pasó! A veces se piensa que un
muerto de cualquier m aldición, reclinado sobre una peña del cam ino. día entero; otras, que sólo un cuarto de hora, largo, m uy largo...
Clara le vuelve la espalda.
Mira para los cerros que bordean el llano y piensa que nada hay C A M I L O J O S E C E L A

(D ib u jo s de S E N R Y .)

M V N I) O H I S P A N ! C C)

54
VIDA NOVELESCA DE RUBEN DARIO un nuevo m ito lite ra rio . R ubén tien e en to n ces •v ein tiú n años, y don
Ju a n V alera, el 22 de octu b re de 1888, escribe, p a ra “Los L unes de
(V ie n e d e la p á g in a i l . )
El Im p a rcia l”, u n a de sus “ C artas A m erican as” , d ed ic a d a “A don R u­
L oyola, com o en el estético h ab ía tro p ezado ya con H om ero, con bén D arío ”, que lo consagra com o el p rim e r p o eta de su tiem po.
V irgilio, con D ante, con G óngora, con Goethe, con Hugo. E ra n los V.—MATRIMONIO ACCIDENTADO
g ra n d e s obstáculos. Las m o n tañ as que es n ecesario escalar. P ero sólo
p u e d e n a v e n tu ra rse los elegidos. L a “a v e n tu ra ” ig n a c ia n a term in ó De Chile a M anagua, y de allí a El S alvador de nuevo. E n E l Sal­
m al. El alm a de R ubén no tie n e tres enem igos teológicos. T ien e cinco. v ad o r m an d a a h o ra el g en eral M enéndez. R ubén acab a de lleg ar y ya
Uno p o r cad a sen tid o co rp o ra l. ¡Y qué enem igos! P ro n to co m p ren d en se h a en am o rad o . L a nueva n o v ia se llam a R afaela C o n treras. P ero
los p a d re s que la lu ch a se rá d ifícil. P ero de los jesu ítas saca R ubén esta vez p a re c e que la flecha h a calado m ás h ondo. El p o eta, con sus
los p rim e ro s co n cep to s de u n a c u ltu ra u n iv ersal, que h a n de serle buenos v e in titré s años, es ya un p erso n aje en la c a p ital salv adoreña.
b ie n ú tiles. “ C onocí n u e stro s clásicos — dice— y cogí al p a sa r u n a La n o ticia de sus am ores h a llegado ya al palacio. E l p ro p io g eneral
que o tra espiga del la tín y aun del g rieg o ” . es quien le aconseja el m atrim o n io . E ste se co n cierta, en su p a rte civil,
R ubén está de nuevo en El S alvador. P ro n to em pieza a ro d a r so­ p a ra el 22 de ju n io de 1890. U nos d ías después te n d rá lu g a r la cere­
b re el m ap a de A m érica. Al final, el gráfico de sus viajes será u n a m onia religiosa.
« sp e sa te la ra ñ a te n d id a sobre los dos co n tin en tes. A hora, desde el A quella noche cen a R ubén en casa de su fu tu ra suegra. E n tre los
p u e rto de la L ib e rta d en v ía u n teleg ram a el do cto r Z ald ív ar, p re s i­ in v itad o s está el jefe de las fuerzas de la g u arn ició n , g en eral E zeta.
d en te de la p e q u eñ a R epú b lica. A R ubén ya le atra e n desde n iñ o los D espués de la cena, R ubén deja la casa de su novia y se va a d o rm ir.
p a la c io s p re sid e n c ia le s . Z a ld ív a r le co n te sta y le ofrece u n a e n tre ­ E n tre sueños oye cañonazos y d isp a ro s de fu silería. E stá dem asiado
v ista. C uando está en su p re se n c ia le h ace u n a p re g u n ta de cuento cansado p a ra p re o c u p a rse . A la m añ an a siguiente recib e recad o u r ­
■maravilloso : gente de casa de su n o v ia : el g en eral M enéndez h a sido asesin ad o y
— ¿Q ué es lo que deseas? el g eneral E zeta ocu p a el p o d e r. R ubén se in d ig n a. D ecide a b a n d o n a r
Los ojos del joven b ohem io se d ila ta n antes de co n testar. R ubén el p a ís sin p é rd id a de tiem po. A penas le quedan u n as h o ras p a ra des­
sigue sien d o u n n iñ o . ¿N o h acen esa p re g u n ta los rey es de cuento p e d irse de su m edio esposa. D esde G uatem ala escrib e c o n tra el u s u r­
<jue co n ced en la fe lic id a d ? p a d o r del p o d er. ¡T odo es tan in estab le en el Istm o! U nas sem anas
— Q uiero te n e r u n a b u en a p o sició n social — resp o n d e. después dirig e en G uatem ala E l Correo de la tarde, p ero su b o d a ta r ­
— Eso, de ti d ep en d e — agrega el p re sid e n te . d a rá seis m eses en efectu arse de v erd ad . R ubén tien e y a la obsesión
Y vuelve a m ira r al n iñ o poeta, que acaso le p arece m ás n iñ o ahora. de la G recia p agana. Sus esponsales cristia n o s te rm in a n en u n festín
Se d e sp id e n . C uando R ubén llega al hotel, un em isario del p re s i­ d io nisiaco. Poco después de su m atrim o n io em b arca en Colón de P a ­
d e n te le e n treg a q u in ie n to s pesos. E l cuento se hace re a lid a d . U na nam á con rum bo a E sp añ a, donde a sistirá como delegado a las fies­
re a lid a d de oro v e rd a d e ro . Y con el oro v ienen los halagos de una tas del D escubrim iento.
d iv a ita lia n a que se h o sp e d a en el m ism o hotel. P ero aquello aca­ E n M adrid se h o sp e d a en el hotel de “L as cu atro n a c io n e s” , in sta la ­
b a rá m al. A lguien co m u n ica al p re sid e n te los m alos pasos en que do en la calle del A renal. Allí conoce a M enéndez P elayo y a todas
a n d a R ubén. Un d ía vuelve a p re se n tá rse le el m ism o em isario oficial. las p e rso n a lid a d e s de la época. E n la m esa re d o n d a de “Las cuatro
Le dice u n a s p a la b ra s secas: n a c io n e s” se h ab la del últim o d iscu rso de Cánovas, de F rég o li, de la
— A liste sus m aletas y sígam e, de o rd en del señ o r P re sid e n te . a n u n c ia d a re tira d a de “L ag artijo ” . La fiesta cu m b re del cen ten ario
El n iñ o co m p ren d e que se h a roto el en can to . No p re g u n ta m ás. fué la in au g u ració n en R ecoletos del P alacio de B ibliotecas y Museos.
S e deja c o n d u c ir com o un autóm ata. L a so lem n id ad tuvo lu g ar el 12 de o ctu b re de 1892. E l p e rió d ic o E l
La n iñ e ría h a sido re p rim id a con u n castigo de n iñ o . Se en c u e n ­ L iberal, al d a r cu en ta de las delegaciones especiales am erican as, dijo
tr a e n c e rra d o en u n colegio. R ubén em pieza a ser un n iñ o te rrib le . de la de N ic a ra g u a : “A sisten D. F ulgencio M ayorga, ex m in istro ; don
“ Que no se le deje sa lir y se le tra te con s e v e rid a d ” , decía la o rd en R am ón E spinola, p ro p ie ta rio ; D. R ubén D arío, lite ra to d istin g u id o ” .
d e Z ald ív ar. La p re se n ta c ió n del poeta, e n tre un p o lítico y un re n tista , no po d ía
P e ro el d o c to r R eyes, re c to r de aquel colegio, e ra u n bu en h o m ­ ser m ás m odesta.
b re con pujo s de poeta. P ro n to le cogerá el flaco R ubén. Más que su VI,— RUBEN ENVIUDA Y SE CASA
dóm ine se c o n v ie rte en su a d m ira d o r. R ubén se en c a rg a de la clase
De nuevo en León de N icaragua, recib e R ubén la n o tic ia de la
d e G ram ática. P e ro lo que h ace es e s c rib ir v ersos y ap asio n ad as c a r­
m u erte de su esposa. E sta, al regreso de E sp añ a, se h a b ía quedado
tas de a m o r p a ra los estu d ia n te s en am o rad o s. A p e sa r de todo le abu­
en El S alvador. D espués de p a d e c e r un v e rd a d e ro tra sto rn o p o r el
r r e el e n c ie rro .
dolor, in te n ta en vano ah ogar su p en a con b eb id as alco h ó licas. Vuel­
C uando u n o s m eses después se h acen en El S alv ad o r p re p a ra tiv o s
ve a M anagua p a ra c o b ra r los em olum entos de su viaje a E sp añ a.
p a ra el c e n te n a rio del n acim ien to de B olívar, el p re sid e n te Z ald ív ar
Allí lo ro d ean viejos am igos. P ero d u ra n te su esta n c ia le o c u rre un
vuelve a o c u p a rse del n iñ o poeta. R ubén, que h a e n tra d o en aquel
ep isodio que él m ism o calificará de “lo m ás novelesco y fatal de
e n c ie rro p o r u n a n iñ e ría , va a s a lir p o r u n a oda. Salta sobre los m i v id a ” .
versos d itirá m b ic o s de su Oda a B olívar. Sale vestido de fra c p a ra
P are c e que los hech o s tu v iero n este d e sa rro llo : R ubén, que sigue
s e r el h éro e de la fiesta. Los v ersos siem p re serán el talism án que ab ra
abru m ad o p o r la p é rd id a de su esposa, acude a un re sta u ra n te , d o n ­
to do s los “ sésam os” de su d estino.
de se e n c u e n tra con R osario M urillo, m u jer de g ran h erm o su ra, con
la que h a b ía ten id o am istad an tes de su m atrim o n io . El p o eta la in ­
IV.— EL V IAJE A C H IL E : “AZUL”
v ita a c en ar con él en un reserv ad o . R osario, según ta rd ía confesión
De El S alv ad o r h a vuelto R ubén a su tie rra . ¡Qué in estab le resu lta de R ubén, realiza m etó d icam en te sus pro y ecto s. El poeta, un infeliz
to d o en el Istm o! L a p o lític a , la tie r r a v o lcán ica que a veces se e stre ­ en el fondo, m u erd e el anzuelo. No ta rd a n en p re se n ta rse u n o s h e r­
m ece. Así es tam b ién el sin o d ra m á tic o de R ubén. E n M anagua ha m anos de la joven. L a sed u cto ra se co n v ierte en tonces en sed u cid a y
te n id o u n em pleo b u ro c rá tic o y lo h a p e rd id o , p o rq u e el p re sid e n te de allí sale R ubén casado legalm ente, h echo que am arg ará m uchos
y a no se llam a Z abala, sino C árdenas. Es la e te rn a h is to ria de los tu r­ días de la v id a del poeta.
n o s p o lítico s. C uando años m ás ta rd e , el P arlam en to n icarag ü en se, todo de am i­
A hora es un am igo — Ju a n C añas— q u ien h ace de b rú ju la o rie n ­ gos y a d m ira d o re s de R ubén, llega a v o ta r u n a ley especial d estin ad a
ta d o ra de su rum bo. Cañas es u n av e n tu re ro que buscó oro en C ali­ a que el p o eta p u d iese ro m p e r esta coyunda, R ubén, m edio p o r ga­
fo rn ia y lo d e rro c h ó en todas p a rte s. O rd en a a R u b én : la n te ría , m edio p o r d eb ilid a d de corazón, no la u tiliza.
— V ete a C hile.
VII.— D E LA ESPAÑA DEL “ 98” AL PARIS DE LA EXPOSICION
-—No tengo d in e ro — fué la co n testació n .
UNIVERSAL
— Vete a C hile a nado, au n q u e te ahogues antes de llegar.
El a v e n tu re ro le p re p a ra el viaje. A los pocos días em pieza a am ai­ Con un n o m b ram ien to de cónsul g en eral de C olom bia en Buenos
n a r la to rm e n ta p o lític a , p e ro em pieza u n a to rm e n ta geológica. C uan­ Aires, R ubén llega a la cap ital del P lata, después de p a sa r p o r Nueva
do y a R ubén está sob re la c u b ie rta de u n b arco alem án, tiem b la la York y P a rís. “ ¡P a rís, b azar de los sueños del m u n d o !” Allá realiza
tie rra , y el altavoz del v olcán M om otom bo ra d ia , p a ra los asustados la m ay o r ilu sió n de su v id a : se r p resen tad o a V erlaine. En Buenos
h a b ita n te s de M anagua, no los v ersos que in s p ira ra a V ícto r Hugo, A ires va a e je rc e r su cargo y a h acer algo m ás im p o rta n te : fu n d ar,
sino un te rrib le tru e n o su b te rrá n e o . con sus Prosas profanas, la nueva escuela lite ra ria que se llam ará
E n S antiago h ace R ubén p erio d ism o y versos. Ya h a em pezado a “M odernism o” . Es am igo de L ugones, que acaba de llegar de su C ór­
“ v iv ir de su cabeza” . Del p e rio d ism o consigue u n a co rre sp o n sa lía doba n a ta l; de O bligado; del “ clo w n ” , de origen inglés, F ra n k B row n,
“ v ita lic ia ” de L a N ación, de B uenos A ires. Con los versos y los cu en ­ al que ded ica unos v erso s:
tos p u b lic a en V alp araíso A zul. Un lib rito breve. U na lo c u ra p a ra los “ S alta del circo al cielo raso ;
tip ó g rafo s y p a ra algunos c rític o s de la época. P o ca cosa p o r lo B anville lo h u b ie ra am ado a s í;”
dem ás. U nas p a la b ra s u n id a s de m odo o rig in al, con genio, y n acía

(P a sa a la p à g i n a s ig u ie n te .)

LA REVISTA DE 23 PAISES
55
R ubén vuelve a E sp a ñ a con los ú ltim o s soldados de ra y ad illo , que a R om a la R elig ió n ” , escrib e. De P a rís vuelve a M adrid. P u b lic a su
v en ía n de la g u e rra de Cuba. E m p ieza a e s c rib ir p a ra L a N ación desde lib ro m ás pleno y el que señala y a la in ic ia c ió n de su d e c a d e n cia :
la E sp a ñ a a b a tid a del 98. P e ro su in tu ic ió n gen ial se da c u en ta de algo “¡Ju v en tu d , d iv in o teso ro ;
tra s c e n d e n te : “E sp a ñ a h a re tira d o de A m érica el ú ltim o soldado y el y a te vas p a ra no v o lv er!”
ú ltim o b u ró c ra ta de la a d m in is tra c ió n civil, p e ro h a y algo que no
p u ed e r e tir a r au n q u e q u is ie ra : la san g re que co rre p o r las a rte ria s
F ra n c isc a Sánchez le h a dado otro hijo allá en P a rís. E l viaje triu n ­
del c o n tin e n te y a lim e n ta la n u ev a ra z a que h a de ser A m érica” . P a ra
fal p o r A m érica, con la re v ista M undial, y, después, el can san cio , el
R ubén, la san g re es com o el v e h ícu lo de algo d iv in o , del genio y el
re tiro a M allorca, “la isla de o ro ” , d o n d e de v e rd a d q u iere c o n v er­
sueño de la raza. Es el p r im e r in te le c tu a l que in ic ia en H isp an o am é­
tirse en p erso n aje de u n a novela que escrib e a to d a p risa . Y de Ma­
ric a el re to rn o a la v ieja c u ltu ra esp añ o la, com o m edio de afianzar
llo rca a B arcelona, y de B arcelo n a a N ueva York, p a ra d a r c o n fe re n ­
só lid am en te la h is to ria y b u s c a r so lera a la n a c ie n te civ ilizació n .
cias pacifistas. Y allí el e n c u e n tro y el choque con :
Su paso p o r M ad rid q u ed a m a rc a d o con la le c tu ra en el A teneo
L ite ra rio de su S a lu ta ció n del o p tim ista , que hoy tien e valo res de “ m áq u in as, d iario s, avisos,
p ro fe c ía : ¡y dolor, dolor, d o lo r!”
“In c lita s ra z a s u b é rrim a s, san g re de H isp a n ia fecunda, Y, p o r fin, la pu lm o n ía, la c irro sis, el viaje p o stre ro a N icarag u a,
e sp íritu s fra te rn o s, lu m in o sas alm as, ¡salve!” p a ra m o rir en L eón y se r e n te rra d o con h o n ra s in u sita d a s en la
m ism a c a te d ra l donde se h a b ía efectuado c u a re n ta y nueve años an tes
C uando R ubén vuelve a P a rís , y a no es la to rre E iffel la ú n ic a
su bautism o.
m a ra v illa p a ra e m p a p a n a ta r a los tu ris ta s in te rn a c io n a le s. Son tam ­ * * *
bién las asp as lu m in o sas del “M oulin R ouge” , sím bolo de la friv o lid a d %
de to d a u n a ép o ca. V isita la tu m b a de V erlaine, la E x p o sició n L in ­ A hora, a los tre in ta y dos años de su m u erte, la voz de R ubén
v ersai y aco m p añ a a “M axim ’s” a la d e stro n a d a re in a de M adagascar. vive aún, pese a la c o n tin u a evolución de las form as estéticas, p o r­
U n a m o ren a re in a de o p e re ta , a la que besa a la luz de la luna. que g en eracio n es y g e n eracio n es n a c id a s d espués de él c o n tin ú a n
T a m b ié n conoce a W ilde en su d e c a d e n cia , y a Sara B e rn h a rd t. P ero sin tié n d o se p e n e tra d a s del v erbo de su m ensaje. L a voz de R ubén
R ubén su fre en to n c e s u n a esp ecie de c ris is que no nos atrevem os a late en el agua de los g ran d es río s, en la p ie d ra , en la tie rra , en el
lla m a r relig io sa. H uye de P a rís y va a R om a. A llo ra r sus pecad o s a ire y en el sol de A m érica, con un tem b lo r estrem ecid o de líric o s
a las p la n ta s de L eón X III. Allá le toca v er a D’A nnunzio, que aun v aticin io s. ,
iba a co m p añ ad o de la Duse. M adrid, 1948.
VIII.— EL POETA Y SUS FANTASMAS
De R om a vuelve edificado. “ Lo que a P a rís tra e el p la c e r lleva J U A N A N T O N I O C A B E Z A S

GUIA DEL ESCORIAL PARA GENTE DE BUENA FE


( V ie n e d e la p á g in a Í3 .)

m etro s de a ltitu d . Las torres su b en a m ás de 56 m etro s. Cada lado sensación de espesor. L len a de bronce dorado, no m u y b ien decora­
de esta m ole pasa de los 200 m etro s. Todo es granito plateado de la das sus bóvedas, otras veces con riquezas in fin ita s b rillando entre
m ism a sierra, p iza rra segoviana, m á rm o l blanco de A lm anzora, se r­ las. 36.000 luces que los fra iles le en cen d ía n , nunca, sin em bargo, p u e­
p e n tin a de Granada, jaspes, plom o, b ronce dorado; en otro tiem p o , de parecer rico, tib io e ín tim o el recin to del tem plo. E stá todo él
ta m b ién plata, oro y p ed rería ; sie m p re u n cielo de luz m u y fin a , y a calculado para cen tra r el d iv in o tabernáculo de jaspes p u lid o s a d ia ­
veces u n vien to de m al dom ar. Las tres o cuatro veces que el M onas­ m ante, de bronce y oro y plata, deb id o al genio de Jacobo T rezzo
terio h a a rdido, lo ha hech o en p avesa y co n la valiosa confa b u la ció n (Ja co m etrezzo ), no tanto a las m ed io cres p in tu ra s de Z úccaro, pero
de ese vien to tan g rande. , , . sí al pro d ig io so calvario de L eo n i, en bronce dorado, con un Cristo
Gusta saber, m ás que el estilo dórico de las partes bajas y el jo nico que vale p o r todo El E scorial.
de las altas, cosas com o ésta: El M onasterio tiene 300 celdas, 15 claus­ Pero, después de Dios, la B asílica está orien ta d a hacia los grupos
tros, 86 escaleras, 73 estatuas, 11 aljibes, 88 fu en tes y 2.673 ventanas. que P om peo L e o n i fu n d ió en su casa de M ilán con la escultura “y
Costó d ieciséis m illo n es y m ed io de pesetas, ca n tid a d a p ro xim a d a que b u lto s” de la fa m ilia de Carlos V y de F elipe II, a u n lado y otro del
h o y costaría leva n ta r una sola de sus torres. D ecía en sus m em orias retablo. Es ésta p o r su in d e sc rip tib le nobleza, p o r su ím p etu , p o r su
F ray A n to n io de V illacastín que las cuen tas de la obra las llevó él herm osura, p o r la h u m ild a d que late bajo el peso orgulloso de los
al m a ra ved í y que no se d e sp e rd ic ia ro n n i dos reales. E sta buena m a n to s desm ontables, la obra central del E scorial. S o n so lam ente ce-
a d m in istra c ió n la c o n firm a el p rim e ro y m a y o r cro n ista del E scorial, n o ta fio s, pues los cuerpos de los reyes — de todos los reyes desde
F ray José de S igüenza, h isto ria d o r de la O rden de Sa n Jeró n im o . Carlos V, m en o s F elipe V y F ernando VI, que no en te n d ie ro n E l E s­
E l a rquitecto H errera no ganó n u n c a m ás de m il ducados p o r año. corial—- están en terra d o s en la bóveda de jaspes, bronce y crista l que
Un p eón, el m ás h u m ild e , ganaba dos reales en jo rnada de d iez horas. u n fra ile tan listo com o F ra y N icolás de M adrid logró h a cer p o r unos
E n to n ces, u n cien to de h u evo s se com p ra b a p o r once reales, lo m is ­ 600 reales. Es el sepulcro m ás rico de todas las d inastías que en el
m o que una arroba de aceite. H ubo u na huelga con m o tín y com ité, m u n d o han sido. í
p o rq u e el alcalde d el E sco ria l hgb ía encarcelado a unos obreros v iz­ L A D O C TRIN A E S E L C A P ITA N , Y E L A R T E SIGUE
caínos que h ic ie ro n alguna barrabasada. Los vizca ín o s de la obra,
sie m p re p u n tillo so s en m a teria de fu ero y honor, levantaron a todos Cuando visitem o s el Palacio R eal del E scorial, que c o n stitu y e la
y casi hubo luto. F ray A n to n io , el obrero, consiguió así el p erd ó n , cuarta parte de todo el ed ific io , dejarem os las salas de tapices de
d ic ie n d o a Su M ajestad: “H ay que p e rd o n a r a éstos, que sólo h a n p e­ Goya, la sala p o m p eya n a , los riq u ísim o s suelos de taracea y las in fi­
cado de hidalgos, de h o n ra d o s y de n e c io s”. R ió el R e y , p erd o n ó a nitas precio sid a d es, incluso la adorable estancia de Isabel Clara E uge­
todos y m a ndó a galeras al c o m ité de huelga. nia, para irnos a las h a b itaciones de F elipe II. E n ellas está la ver­
Más cu rio sid a d es no hay p o r qué d ecir. D ejem os algo a los pro- dad. Y en todo lo dem ás, el A rte sigue y no estorba. L a cám ara del
te sta n te s, R e y tien e las paredes desnudas y blancas, apenas con zócalo azulenco
P A T IO D E LO S R E Y E S Y B A SILIC A de Talavera. L e entra, señora de todo, la luz m e rid ia n a del Escorial.
Cada m ueble, cada objeto piadoso tie n e n en sí m ism o s una gran
No fu é a su dinastía, sino a los g ra n d es R eyes del A n tiguo Testa­ fu erza patética, p o rque bien se e n tie n d e que allí no son adorno. A quel
m en to , a quien es F elip e I I h izo tan m o n u m e n ta l g lo rifica ció n en el era un h o m b re fu erte, firm e , dichoso en la soledad, b ien sabe D ios si
enta b la m en to de este P atio. Señ a ló el e scritu rista A rias M ontano el triste a veces p o r la baja ley en que están batidos la gen era lid a d de
lugar en que d eb ía n ser puestas, y al R e y pareció b ien. F lanquean esta los h o m bres. E ra de esos h o m b res tan fáciles de odiar, gracias a
p ie za en que la luz d el d ía y el te m b lo r del bronce ganan jerarquía, cu ya h o m b ría p o d em o s ya luego c o n sen tirn o s los dem ás la gracia de
p o r la d erech a el co n ven to y p o r la izq u ierd a el colegio. E n fre n te , ser sim p á tico s y hasta blandos. M urió aquí, pen a n d o m u ch o . Sus
esta nave es la de la B iblioteca, obra p re d ilecta del R ey, que en ella grandes e in co n ta b les enem igos no le h a brían dado p e o r to rm en to
ju n tó con lo m e jo r de su tie m p o la m ás co m p leta co lección de có­ que le d ió el Señor, y eso que D ios le amaba.
dices árabes. N o el fuego de su m ano, sin o aquel confabulado con el Luego irem os visita n d o con calm a todo El E scorial. S i entram os
vien to de que hablábam os, quem aba aquí los libros preciosos y h e ­ ahora en la sacristía, hem os de ver el cuadro prodigioso de Claudio
réticos. Coello, ese reportaje de la E spaña grandiosa en su caída, donde el
S ie m p re se suben con p risa los escalones del Patio de R eyes, p o r­ p in c e l puso sangre y hasta buena sa lu d a la nobleza y a la clerecía
que parece que la B asílica hace tiro de nosotros. Ya en el tem plo, la en trance de adorar al S a n tísim o . Veam os cada cuadro de R ibera.
idea tan h u m a n a de la p ro p ia p e q u e ñ e z personal ante las cosas de Dios, T en em o s para toda la tarde. No disg u sta saber — q u isiera uno que
suele enconarse a los m eq u e tre fe s. F ranceses, u n em in e n te luso com o esto no se le olvidase—■detalles com o éste de que el “D e sc e n d im ie n to ”
Q uental, la ilustre m u n d a n a m a d a m a d ’A u ln o y y algunos ingenios de Van d er W e y d e n , que es una cim a m u y alta en la m o ntaña de arte
españoles casi co n tem p o rá n eo s, con m u ch o to rm en to en tre cuero y del Escorial, flo tó sobre el M ar del N o rte en su caja de p in o , cuando
carne, se h a n irrita d o co n tra la B asílica. N osotros, no. N osotros som os naufragó con el galeón que lo traía. E ste cuadro en que el dolor c ris­
gente de buena fe. tiano se hace enjuto y m acho, había de ten er u n a h isto ria así.
L a b óveda plana que su ste n ta el coro es adm irable, pero no sor­ S eg u irem o s d escu b rien d o detalles toda la tarde y, si queréis, ta m ­
p re n d e n te . L as p ilastras gigantescas, en las que el dibujo dórico de b ién todo el día de m añana. N os quedan in fin ita s cosas. N os queda,
las colum nas d em asiado fu n d id a s en su m asa acentúa la sensación sobre todo, verlas para hablarlas.
de pesadez, fu e ro n así calculadas para una cúpula todavía m ás alta
y m ás pesada. P ierde todo el crucero en p e rsp ectiva lo que gana en J O S E A N T O N I O T O R R E B L A N C A

MVNDO HISPANICO
56
LA REV ISTA DE 23 PAISES
LOS LECTORES
En r e s u m e n : u n l i b r o d e s c r ip t iv o , e s c r it o “ A L E G R IA ” , p o r J O S E H IE R R O . P R E M IO D E
c o n s o b r ie d a d y e le g a n c ia , q u e n o s d a u n a im a ­ P O E S IA “ A D O N A I S ” D E 1 9 4 7 .— E D I C I O N E S
g e n c la r a y b e lla d e l P e n i a c tu a l. E l l i b r o A D O N A IS .— M A D R ID .
e s tá i l u s t r a d o c o n n u m e r o s a s f o t o g r a f í a s .
L a C o le c c ió n “ A d o n a is ” — q u e p u b lic a m e n ­
“ H IS T O R IA D E L A S L E T R A S P A R A G U A Y A S ” s u a lm e n te u n l i b r o d e p o e s ía in é d it o , y c u y o
(T o m o I ) , p o r C A R L O S R . C E N T U R IO N .— v o lu m e n X X X IX es e s te “ A l e g r í a ” , d e J o s é
E n e s ta s p á g i n a s s e r á n c o m e n t a d o s a q u e l l o s E D IT O R IA L A Y A C U C I I O .— B U E N O S A I R E S , H ie r r o — in s t it u y ó d e s d e e l a ñ o 1943 u n c o n ­
lib r o s , r e c ie n te m e n te im p r e s o s , q u e o f r e z c a n 1947. c u r s o a n u a l d e p o e s ía , s ie n d o ju r a d o s d e l m i s ­ I n v it a m o s c o r d ia lm e n t e a n u e s tr o s le c to r e s
u n a e s t im a b le a p o r t a c ió n a la c u l t u r a h is p á ­ m o lo s m á s a lt o s p o e ta s e s p a ñ o le s d e h o y . d e t o d a s la s l a t i t u d e s a q u e n o s e s c r i b a n c o ­
n ic a , y , ta m b ié n , a q u e llo s o t r o s , d e c u a lq u ie r E l a u t o r d e e s ta i n t e r e s a n t e o b r a , p r o f e s o r S e p u e d e d e c ir q u e p r á c tic a m e n te n o h a y p o e ­ m u n ic á n d o n o s su s o p in io n e s y o r ie n ta c io n e s
p r o c e á e n c ia , q u e e n tr a ñ e n u n c la r o v a lo r u n i ­ y d o c t o r C a r lo s R . C e n tu r ió n , d iv id e la “ H is t o ­ ta j o v e n d e E s p a ñ a q u e n o h a y a c o l a b o r a d o , ú t i l e s p a r a n u e s t r a R e v i s t a , s o b r e la s r e l a c i o ­
v e r s a l, s ie m p r e q u e — e n c u a l q u i e r c a s o —nos r i a d e la s L e t r a s P a r a g u a y a s ” e n c u a t r o é p o ­ c o n a lg ú n t o m o d e s u s v e r s o s , e n e s ta p r e ­ n e s c u lt u r a le s , s o c ia le s y e c o n ó m ic o s e n tr e lo s
sean r e m it id o s d o s e je m p la r e s . ca s. L a p r im e r a , q u e e l lla m a “ é p o c a p r e c u r ­ c io s a C o le c c ió n , v i v o y m a g n if ic o e x p o n e n te 23 p a ís e s a q u ie n e s v a d i r i g id o M V N D O H I S ­
s o r a ” , a b a r c a d e s d e la f o r m a c ió n d e l p u e b lo d e l a r i q u e z a y f e c u n d i d a d ^ d e l a p o e s í a 'e s p a ­ P A N I C O o a p r o p ó s i t o d e p e r f ile s in g e n io s o s
p a r a g u a y o c o n la c o n q u is t a e s p a ñ o la , y s u s ñ o la a c tu a l. o in te r e s a n te s d e la v id a d e e s to s p u e b lo s .
a n te c e d e n te s p r e h is p á n ic o s , h a s ta la in d e p e n ­ E l v r e m io d e p o e s ia “ A d o n a is ” se h a c o n ­ A b r i m o s e s ta c o l u m n a p a r a r e p r o d u c i r t a ­
“ C O S T A , T IE R R A Y M O N TA Ñ A ”, p or A U R E ­
d e n c ia e n 1811. L a s e g u n d a , a la q u e d a e l v e r t i d o a s i, p o r la in d e p e n d e n c ia y c a lid a d le s c o m u n ic a c io n e s y t a m b ié n a q u e lla s c a r ta s
L IO M IR O Q U E S A D A .— E D IT O R IA L C U L­
n o m b re de “ época d e f o r m a c ió n ” , se c ie r r a a r t is tic a d e l c o n c u r s o , en e l m á s p r e c ia d o g a ­ b r e v e s , e n ju n d io s a s u o c u r r e n t e s q u e n o s v e n ­
TURA A N T A R T IC A , S . A .— L IM A (P E R U ),
e n 1 8 7 0 , c o n la t e r m i n a c i ó n d e t a g u e r r a d e l la r d ó n l i t e r a r i o a q u e p u e d e n a s p ir a r lo s p o e ­ g a n p o r la t i e r r a , p o r e l m a r o p o r e l a i r e y
1 94 7.
P a r a g u a y c o n t r a la t r i p l e a lia n z a . E s t a s d o s ta s d e E s p a ñ a . q u e a j u i c i o d e la R e v is ta m e r e z c a n s e r r e ­
é p o c a s s o n la s q u e e s t u d i a e n e l t o m o p r i m e r o E s te lib r o de J o s é H ie r r o , p r e m io “A do­ d im id a s d e la o s c u r id a d d e l a n o n i m a t o o d e
E l c o n o c id o e s c r it o r p e r u a n o A u r e li o M ir ó
d e la o b r a q u e c o m e n t a m o s . L a s o t r a s d o s é p o ­ n a is ” d e 194 7, es r e a lm e n te a u t é n t ic a p o e s ía , la e s t e r ilid a d d e l a is la m ie n t o .
Q u e s a d a n o s o f r e c e e n e s te v o l u m in o s o l i b r o
cas : “ d e t r a n s f o r m a c ió n ” y “ a u t o n ó m ic a ” , c u y o y c o m o a lg ú n c r i t i c o h a h e c h o n o ta r , tr a b a ja ­ L o s a u t o r e s d e la s c a r t a s p u b l i c a d a s r e c i ­
de m á s d e c u a tr o c ie n t a s p á g in a s u n a v is ió n
h i t o q u e la s s e p a r a s e f i j a en 1913, q u e d a n d a c o n v e r d a d e r o c e lo y s a b id u r ía d e p r o f e ­ b ir á n , g r a tu ita m e n te , e l e je m p la r d e M V N D O
c o m p le t a d e l p a is a je t e r r e s tr e y h u m a n o d e
p a r a la s e g u n d a p a r t e , q u e a u n n o h a lle g a d o s io n a l. E l lla m a d o “ v e r s o l i b r e ” , d e ja d e s e r H IS P A N IC O en q u e a p a re z c a su c o m u n ic a c ió n
su p a t r ia . E l a u t o r se m e te a p e r e g r in o e n su
a n u e s tra s m a n o s . t a l, e n la a b s o lu t a a c e p c ió n d e la p a l a b r a , y n u e s tr o c o m e n ta r io .
p r o p io p a is , y r e c o r r e , n o c o n la im a g in a c ió n ,
E l p a n o r a m a d e la s l e t r a s n o s e r i a i n t e l i g i ­ c u a n d o u n p o e t a d e v e r d a d l o s u j e t a a la s
s in o c o n s u s p ie s d e l e g it im o a n d a r ie g o , to d a s
b l e s i n la n e c e s a r i a p i n t u r a d e l a m b i e n t e y e x ig e n c ia s d e l r i t m o in t e r i o r y d e la d i f í c i l
la s r e g i o n e s d e e s te e x t e n s o y v a r i o t e r r i t o r i o
d e l r e lie v e h i s t ó r i c o d e la é p o c a r e s p e c t iv a . E l y e x a c t a v a l o r a c i ó n d e la s p a l a b r a s e n l a a r ­
d e l P e r ú , d o n d e la h u e lla h u m a n a es ta n v it a l
a u t o r c u m p l e a m p lia m e n t e e s te r e q u i s i t o de m o n ía d e s u s e n tid o c o n c e p tu a l y d e s u s e n ­ San F e rn a n d o, 5 de a b r il de 1948.
y t a n i n t e r e s a n t e e n s u v e s t i g i o d e la s v i e j a s
a m b ie n ta c ió n h is t ó r ic a , d o b le m e n t e n e c e s a r io tid o fo n é t ic o y p i c t ó r i c o . T a l es e l c a s o d e
c u ltu r a s q u e a l l í t u v ie r o n in u s it a d o e s p le n d o r ,
e n e l e s t u d i o d e e s ta s d o s é p o c a s , p o r c u a n t o - lo s v e r s o s d e J o s é H ie r r o , q u ie n p o r lo d e m á s S r. D ir e c to r d e M V N D O H IS P A N IC O .— A p a r­
aca so c o m o en n in g u n a o tr a p a r te d e A m é r ic a .
e n la p r i m e r a d e e lla s , la l i t e r a t u r a n a c ie n t e s a b e v e n c e r ta m b ié n , s in v io le n c ia s n i “ c a n o -
T a n to lo in d ig e n a c o m o lo e s p a ñ o l d ie r o n en t a d o 1 2 .2 5 0 .— M A D R I D .
n o e s s i n o La H i s t o r i a m i s m a , l a c r ó n i c a h i s ­ r i d a d e s ” , l a s d i f i c u l t a d e s d e l a r i m a y d e la
e s ta r i q u í s i m a t i e r r a f r u t o s d e i n i g u a l a d a m a g ­
t ó r i c a ; y e n la s e g u n d a , la h i s t o r i a p o l í t i c a , e s tro fa .
n ific e n c ia . M uy señor m ío :
ta n a g ita d a y a b s o r b e n te e n e l P a r a g u a y , i m ­ E n c u a n t o a la e s e n c ia p o è t ic a d e “ A l e g r i a ” ,
p o n e a lo s e s c r it o r e s s u s te m a s é p ic o s . hay q u e d e c i r — íe l o s t e m a s f u n d a m e n t a l e s
D . M ig u e l d e U n a m u n o , e n u n a s e r ie d e e n ­
E c h a m o s d e m e n o s , s i, e n e l l i b r o d e C e n ­ d e l l i b r o , la “ a l e g r i a ” y e l “ d o l o r ” q u e s e e n ­
s a y o s titu la d a “ A lg u n a s c o n s id e r a c io n e s s o b re
t u r i ó n , r i c o e n d a to s y d o c u m e n t o s , la s s i n ­ tr e la z a n s u b s t a n c ia lm e n t e e n la v id a , s o n te ­
la lit e r a t u r a h i s p a n o - a m e r i c a n a ” ( t o m o 703 d e
m a s h u m a n o s d e s ie m p r e , y a q u í s o n v is to s
la C o le c c ió n A u s t r a l ) , y e n la p á g in a 9 6 , d ic e
a t r a v é s d e u n a p o e s í a c u l t a . E l p o e t a e s tá
AURELIO MIRO QUESADA S l o s ig u ie n te :
in m e r s o en u n a C u ltu r a y en u n a m b ie n te
“ A n a d a c o n d u c e la p u e r ilid a d — a n te s d e
a h o ra lo he d ic h o — de e s c r ib ir M é x ic o c o n
e q u is p a r a p r o n u n c ia r M é j i c o c o m o n o s o t r o s
CARLOS R. C EN T U R IO N l o e s c r ib im o s y p r o n u n c ia m o s , a p a r tá n d o s e d e
C O S T A l a o r t o g r a f i a f o n è t i c a e n e s te c a s o y n o a p a r ­
tá n d o s e e n o tr o s . P u e s s i h a n d e e s c r ib i r M é ­
Sie r r a y * HISTORIA '
x i c o p o r q u e e n l a l e n g u a d e d o n d e e s ta v o z
p r o c e d e s o n a b a c o m o la “ c h ” fr a n c e s a , e s c r i­
b a n G u a d a la x a r a c o n e q u is p o r la m i s m a r a ­
MONTAÑA DE LAS LETRAS z ó n . O se t ir a d e la c u e r d a p a r a to d o s o p a r a
n in g u n o . Y d e jé m o n o s d e p u e r ilid a d e s , p u e s

PARAGUAYAS p u e r il i d a d , y g r a n d e , es la d e q u e r e r d a r a
u n v o c a b lo u n a s p e c to e x ó t ic o y e x tr a ñ o , c o m o
p a r a a u e n o se o lv id e , s in d u d a , q u e e l ta l
SCGUN3» £0-C-ON*VU<NT«0» i v o c a b l o n o es d e o r ig e n g e n u in a m e n t e c a s te ­
lla n o .”
trocA rUECVKSORA
ÈPOCA DB fORMACtÓN T o d a s la s p u b l i c a c io n e s q u e n o s lle g a n d e
la. o t r a o r illa h is p á n ic a d e l A tlá n tic o tra e n
c i e n t o s d e v e c e s la s p a l a b r a s “ m e x i c a n o ” , “ M é ­
x i c o ” y “ m e x i c a n i d a d ” , a b u s o e s te d e l a e q u i s
o r ig in a d o p o r la c o r r ie n t e in d ig e n is ta , y a u n
p o c o a n a c r ó n ic a , en u n in te n to d e o lv id a r e l
c a r á c te r m e s tiz o d e s u v id a y c u lt u r a y q u e
es e l m a y o r t i m b r e d e o r g u l l o p a r a lo s p a ís e s
h is p a n o a m e r ic a n o s , p o r q u e en el m e s tiz a je ,
EDITORIAL CVLTVRA ANTARTICA S. A. EDITORIAL AYACUCHO
u n ió n y f u s i ó n d e lo in d íg e n a y lo e s p a ñ o l en
i i Ma - •>e * » BUENOS AIRES
u n a m e z c la c r is t ia n a y c a t ó lie a , r e s id e la g l o ­
r i a d e la H i s p a n id a d . A m e n u d o n o s lle g a n
la s v o c e s d e s u r a m e r ic a n o s (C u a d r a , A l f o n s o
J u n c o , G o y e n e c h e ) p r o c la m a n d o a lo s c u a t r o
v i e n t o s e s te c a r á c t e r e n t r a ñ a b l e m e n t e e n o r g u -
lle c e d o r d e l a lm a d e A m é r ic a .

Y s i e s a c o r r i e n t e e q u i v o c a d a e s tá p o c o a
V ia je r o c u lto M ir ó Q u es a d a , y p r o f u n d o c o ­ te s is c r i t i c a s y j u i c i o s v a lo r a t i v o s q u e d e b e n i n t e le c t u a l d e lo s c u a le s p a r t i c i p a s u e s p í r it u p o c o d e s a p a r e c ie n d o , ¿ n o c r e e u s te d , S r . D i ­
n o c e d o r d e la H i s t o r i a , d e l A r t e y d e l a lm a d e c o m p le ta r to d a o b r a d e H is t o r ia lite r a r ia . p o r h e r e n c ia y p o r p r e s e n c ia ; u n a C u lt u r a q u e r e c t o r , q u e la p r e n s a y lo s l i b r o s e d ita d o s e n
su p u e b lo , n o s v a d e s c r ib ie n d o m a g is t r a lm e n t e H a y q u e d e s t a c a r q u e la h i s t o r i a d e la s le ­ a f u e r z a d e c u lt iv o h a lle g a d o a u n a g u d o g r a ­ E s p a ñ a n o d e b ie r a n f o m e n t a r e r r o r e s g r a m a ­
lo s r a s g o s g e o g r á f ic o s y h u m a n o s d e r e g io n e s tr a s p a r a g u a y a s p r e s e n ta u n c a r á c t e r e s p e c ia l d o d e in te le c tu a liz a c ió n . L a n a tu r a le z a to d a , tic a le s q u e h a s ta h a c e b ie n p o c o d e s c o n o c ía ­
y c iu d a d e s , a h o n d a n d o e n la p s i c o l o g í a r a c ia l p o r tr a ta r s e d e l u n ic o p u e b lo r e a lm e n t e b i l i n ­ la v id a to d a d e l h o m b r e , h a s id o e x a m in a d a m o s a cá ? M V N D O H IS P A N IC O , q u e h a de in ­
d e l o s t i p o s p o p u l a r e s . E l r e l a t o se h a c e f á c i l g ü e d e A m é r ic a , es d e c ir , e n q u e e l id io m a y p a s a d a p o r e l ta m iz d e la in te lig e n c ia . E l f l u i r n o t a b le m e n t e e n e s o s 23 p a ís e s q u e c o n s ­
y a g r a d a b le a t r a v é s d e l d e t a l l e f o l k l ó r i c o y g u a r a n i se h a b la ta n to c o m o e l c a s t e lla n o , y m i s t e r i o d e la s c o s a s y s u s e n t i d o e le Y n e n t a l tit u y e n s u le m a , d e b ie r a d a r la p a u t a , e n s u s
de la a n é c d o t a h is t ó r ic a . p o r t o d a s la s c l a s e s s o c i a l e s . Y e s t o n o d e b i d o se h a p e r d i d o p a r a e s te h o m b r e e u r o p e o . E n m a g n ific a s p á g in a s , d e u n a c u id a d o s a r e d a c ­
E s é s te u n l i b r o e s c r i t o c o n a m o r , p e r o s i n a u n a -»r e p o n d e r a n d a d e l e l e m e n t o i n d i o e n e s te l i b r o d e H i e r r o h a y c ie r t a m e n t e a v e c e s c ió n . P o r q u e , a p a r te y a d e l c ita d o c a s o d e
c h a u v in is m o s . Y , d e s d e lu e g o , e l le c t o r p u e d e la p o b l a c i ó n , p u e s t o q u e e l i n d i o h a d e s a p a ­ c o m o u n s o p lo d e e s p ír it u e le m e n ta l, d e p o e s ía
“ M é x ic o ” , a s o m b r a le e r e n e l n ú m e r o 2 d e esa
e s ta r s e g u r o d e e n c o n t r a r e n é l la v i s ió n e x a c ­ r e c id o p r á c tic a m e n te y la g r a n m a s a p a r a g u a ­ v ir g in a l.
R e v is ta , e l q u e u n p e r io d is ta c o lo m b ia n o , a l
ta d e l p a í s , n o l a d e f o r m a d a d e l o s v i a j a n t e s y a es f u n d a m e n t a lm e n t e m e s t iz a , s i n o p o r la D e to d o s m o d o s c a b e s e ñ a la r e s to c o m o u n a d e s c r i b i r l a A v e n i d a d e la s A m é r i c a s q u e s e
d e l t u r i s m o l i t e r a r i o y d e l p e r i o d i s m o a la c u r io s a s u p e r v iv e n c ia d e u n id io m a q u e e ra d if e r e n c ia im p o r t a n t e e n tr e lo s p o e ta s e s p a ñ o ­ e s tá c o n s t r u y e n d o e n B o g o t á , se q u e ja d e n o
m od a , b u s ca d o re s d e ra re z a s y d e tip is m o s , d e m a s ia d o b e llo p a r a s e r a b a n d o n a d o . E n e s to le s y lo s p o e ta s h is p a n o a m e r ic a n o s a u t é n t ic o s .
e n c o n t r a r t r a d u c c ió n c a s te lla n a a la p a la b r a
q u e , a c o r a z a d o s e n la i m p e r m e a b i l i d a d d e s u se d e ja s e n t ir , m á s q u e e n n a d a , la f a l t a d e E l h o m b r e a m e r ic a n o n o h a p e r d id o ese s e n ­ “ r o n d - p o in t ” , c u a n d o te n e m o s a m ano unos
p r e te n d id a s u p e r io r id a d r a c ia l y d e s u d e s c o ­ ju ic io s c r ític o s d e l lib r o q u e c o m e n ta m o s , q u e t i d o e l e m e n t a l d e la s c o s a s , e n c u a n t o c o n s e r ­ v o c a b l o s 't a n o p o r t u n o s c o m o p l a z a , g l o r i e t a y
n o c im ie n t o d e n u e s t r a le n g u a , s u e le n r e c o r r e r n o n o s d a u n a e x p lic a c ió n n i u n a v a lo r a c ió n v a , p o r e l m e s tiz a je a tr a v é s d e l in d io , u n a ro to n d a .
H is p a n o a m é r ic a p a r a o f r e c e r d e s p u é s a su p ú ­ d e l fe n ó m e n o en c u e s tió n n i d e su c o n s e c u e n ­ v ig o r o s a v in c u la c ió n te lú r ic a . E l c o n ta c to y el
b lic o d e E u r o p a o d e lo s E s ta d o s U n id o s su c ia m á s f e c u n d a : la m e s t iz a c ió n d e l le n g u a je . m u t u o c o n o c im ie n t o d e lo s p o e ta s d e u n o y A s i, p u e s , c re e m o s , S r. D ir e c t o r , q u e M V N ­
v e r s ió n a n o d in a y e x tr a v a g a n te d e l o q u e v i e ­ P o r l o d e m á s , l a o b r a es u n a b u e n a f u e n t e o t r o la d o d e l A tlá n tic o s e rá d e fe c u n d a s c o n ­ D O H I S P A N I C O , R e v i s t a q u e s e le e e n t a n t o s
r o n s in c o m p r e n d e r y d e lo q u e n o v ie r o n de in fo r m a c ió n p a ra el e s tu d io s o d e e s to s s e c u e n c ia s e n la ta r e a c o m ú n d e n u e s t r a c u l ­ p a ís e s de n u e s tra le n g u a , d e b e r ía c o n s t it u ir
p e ro q u e ta m p o c o h u b ie r a n c o m p r e n d id o . te m a s . tu r a h is p á n ic a . u n m o d e lo d e p u lc r it u d lin g ü is tic a y c o m e n -

ATRACADO INGENUO —Yo, antes de venir a una


conferencia, me limpio los dien­
—Si dice usted una palabra, tes, me lavo y le doy un beso
lo mato. a m am á; si no, no puedo dor­
—¿Qué palabra? mirme.

57
MVNDO HISPANICO
LOS LECTORES LOS LECTORES
ta Jn á ¿ á i4 á cí¿ ée§ i tu a le s , h is t ó r ic o s o d e o t r a in d o le , p r o c e d e n te s d e s lu s tr a s i u n a n a c ió n d e la e s tir p e , f i e l a s u t/U n të /i T ie iiê e fi
d e la é p o c a v i r r e i n a l , c u y a o r t o g r a f i a n o p u e ­ p a s a d o , h a d e c id id o h a s ta a h o r a c o n s e r v a r i n ­
d e n i d e b e s e r m u d a d a . A u n q u e a lg u ie n d ig a ta c t o e l n o m b r e c o n q u e a m a n e c ió a la v id a
J o l o t l e l s t l i l s o c h i t l , lo s n o m b r e s d e e s o s je f e s c iv il.
d e la m o n a r q u ia t e x c o c a n a d e b e r á n s e r e s c r i­ A c e p t e u s t e d , s e ñ o r , la s s e g u r i d a d e s d e m i
to s X o l o t l e I x t l i l x o c h i t l , s o p e n a d e i n e x t r i ­ c o n s id e r a c ió n m á s d is tin g u id a . —G. L. de L ara .
c a b le c o n f u s ió n .
N o se tr a ta , p o r c o n s ig u ie n te , d e u n p r o b l e ­
z a r , p o r l o p r o n t o , p o n ie n d o e n la p o r t a d a : m a s e n c illo , c o n c r e t a d o a la r e c t a e s c r it u r a y a e s tu d ia r p o r m i p r o p ia c u e n ta to d o a q u e ­
“ B u e n o s A ir e s -M a d r id -M è jic o ” y n o “México” d e u n a p a la b r a e x ó t ic a e s p a ñ o liz a d a , s in o d e
D e p a rta m e n to de E s tu d io s Ib é r ic o -M a y a s .— l l o q u e m e in te r e s a b a . L le g u é a lo s v e in tis ie te
c o m o h a s ta a h o r a v in o h a c ie n d o . u n v a s t ís im o c o n ju n t o d e f e n ó m e n o s lin g ü ís ­
12 A v . N . , n .° 2 5. —
G u a te m a la , C . A . a ñ o s c o n u n a g ra n c a rg a d e c u ltu r a , a d q u ir i­
A g r a d e c i d o a la a t e n c i ó n p r e s t a d a a e s ta s t ic o s y e t n o g r á f ic o s . d a a lg o a n á r q u ic a m e n te , p e r o lo g r é h a lla r a l
G u a te m a la , 19 de m a rzo de 1948. d e c a n o d e la E s c u e la N ó r t i c a d e B e r l i n , s e ñ o r
p o b r e s l i n e a s , l e s a l u d a a f e c t u o s a m e n t e E m il io H is tó r ic o s ta m b ié n . C u a n d o e m p e z ó a p o ­
de la C ruz . q u e se in te r e s ó ta n to p o r m is a s p ir a c io n e s q u e
n e r s e p o r e s c r it o la p a la b r a q u e n o s o c u p a , S r. R e d a c to r -je fe de la R e v is ta M VN D O H IS ­ m e a p o y ó p a r a lo g r a r e s tu d io s d e a lta c ie n c ia .
n o h a b ía m o t iv o d e v a c ila c ió n , d e s u e r te q u e P A N IC O .
R e a l, 1 9 0 .— S A N FERN AN D O D E C A D IZ . to d o s , in d io s le t r a d o s , p o b la d o r e s y c o n q u is ­ C o n s u p r e s t ig io s a a y u d a y la in te n s id a d d e
ta d o r e s p e n in s u la r e s , c r i o l l o s , f r a il e s y o b is ­ m is e s fu e r z o s , y a q u e e s tu d ia b a s in d e ja r d e
M u y s e ñ o r m io y d e m i m a y o r c o n s id e ­
p o s , v ir r e y e s y p e r s o n a je s d e l C o n s e jo d e I n ­ t r a b a j a r , tr a s s e is a ñ o s d e c o n s ta n te s e s tu d io s ,
r a c ió n :
d ia s e s c r ib ie r o n s ie m p r e “ M é x ic o ” . e n c u r s o s lib r e s , lo g r é p r e s e n t a r m e a lo s e x á ­
M a d r id , 22 de a b r il de 1948. m enes de la E s c u e la . O b tu v e el titu lo de
H a b i e n d o a m p l i a d o la a c c i ó n d e n u e s t r o D e ­
P e ro ya en lo s c o m ie n z o s d e l s ig lo X V I
p a r t a m e n t o d e E s t u d io s I b é r i c o M a y a s e s ta b le ­ d o c t o r a e n F i l o s o f i a y C ie n c ia s A r c a ic a s . M e
S r. R e d a c to r -je fe de M VNDO H IS P A N IC O .— la “ x ” , q u e n o h a b ía d e c o n s e r v a r su v a lo r
c ie n d o e n G u a te m a la s u s e d e c e n t r a l, m e h a n e s p e c ia lic é e n M it o lo g ía , s ím b o lo s , c i v i l iz a c io ­
C iu d a d . a c tu a l, ib a t o m a n d o e l s o n id o d e la “ j ” , q u e
s id o r e m it id a s v a r ia s c a r ta s d e E s p a ñ a e n v ia ­ n e s y r e lig io n e s a r c a ic a s . P e n e t r é e n lo s r it o s ,
se im p o n e d e f in it iv a m e n t e e n E s p a ñ a en el
d a s a E l S a lv a d o r , e n tr e la s q u e se e n c u e n t r a c o s t u m b r e s , c r e e n c ia s y s u p e r s t ic io n e s d e lo s
M uy r e s p e ta b le s e ñ o r: s ig lo s ig u ie n t e y e n N u e v a E s p a ñ a p r o b a b le ­
la s u y a , m u y a p r e c ia d a p o r c ie r t o . p u e b lo s g r ie g o , p e r s a , e g ip c io , c a ld e o y b a b i­
m e n t e h a s t a b i e n e n t r a d o e l X V I I I , p a r a la s
R e c i b i s u a te n ta c a r ta d e l d ia 20 d e l m e s l ó n i c o . T a m b ié n in v e s t ig u é lo s d e lo s p u e b lo s
p a la b r a s p r o p ia m e n t e c a s te lla n a s , p u e s p a r a L e e n v io lo q u e m e p id e c o n m u c h ís im o g u s ­
en c u r s o , e n la q u e s e s ir v e p r e g u n t a r m i o p i ­ to , lim itá n d o m e a e x tr a c ta r lo m á s im p o r ta n ­ o r ie n ta le s y á ra b e s . H ic e u n v ia je a l A f r ic a
la s o t r a s e l p r o c e s o n o h a c o n c l u i d o .
n ió n a c e rc a d e s i d e b e e s c r ib ir s e “ M é j i c o o ” te q u e p u e d e h a l l a r s e e n l a r a z a m a y a - k i c h é ,
u d u r a n te d o s a ñ o s o b s e r v é b ie n a lo s á ra b e s
“ M é x ic o ” ; y en r e la c ió n c o n e llo m e e n v ia u n a E l h e c h o es q u e a p r i n c i p i o s d e la p a s a d a h a b ita n te s d e M e l i ll a , C e u ta y T e tu á n .
a la q u e p e r t e n e z c o p o r p a r e n te s c o p o l i t i c o ,
c a rta d ir ig id a a l S r . D i r e c t o r d e es a R e v is ta c e n t u r ia a p a r e c e n la s f o r m a s “ M é g ic o ” y “ M é ­ E n 1940, d e s p u é s d e h a b e r p a s a d o u n a g ra n
d a d o q u e h e c o n tr a id o m a t r im o n io c o n u n m e s ­
* p o r D . E m i l i o d e la C r u z . j i c o ” ; p e r o e n a q u e lla N a c ió n n o se im p o n e n o d i s e a d u r a n t e l a g u e r r a d e E s p a ñ a , m e e s ta ­
t i z o d e s c e n d ie n t e d e la t r i b u d e l R a b i n a l , u n a
n i u n a n i o t r a , s in o q u e , s a lv o c a s o s i n d i v i ­ b le c í p a r t ic u la r m e n te e n M a d r id . C o n o c e d o ra
A j e n o a lo s e s tu d io s f i l o l ó g i c o s y a p r e m ia ­ d e la s p r i v i l e g i a d a s p o r la s m e r c e d e s d e l E m ­
d u a le s m u y r e s p e t a b le s , r u d o s y le t r a d o s s i ­ d e l f r a n c é s , in g lé s , it a l i a n o , p o r t u g u é s y u n
d o , a d e m á s p o r la u r g e n c ia d e d a r a u s te d p e r a d o r C a r lo s I d e E s p a ñ a .
g u e n e s c r ib ie n d o “ M é x ic o ” y lla m á n d o s e “ m e ­ p o c o d e a le m á n , s e g u i e s tu d ia n d o e n o b r a s in ­
c o n t e s ta c ió n in m e d ia ta , c o m ie n z o p o r c o n f e ­ H a y m u c h ís im a s fo to g r a f ía s y m e c o n g r a ­
x ic a n o s ” . t e r n a c io n a le s , s o b r e te m a s h u m a n o s , s o c io l ó ­
s a r m i a b s o lu ta in c o m p e te n c ia p a ra o p in a r t u lo en p o d e r le c o n te s ta r a su in v it a c ió n d esd e
s o b r e u n te m a m ú l t i p l e s v e c e s y a p a s io n a d a ­ E n e llo d e b e h a b e r n o p o c o d e s im p le in e r ­ g ic o s , é t n ic o s , e tc . P e r o h a b ía q u e t r a b a ja r , y
G u a t e m a l a . A p e s a r d e la s c i r c u n s t a n c i a s e s ­
m e n te d e b a t id o ; d e l c u a l, p o r o t r a p a r t e , m á s c ia d e la c o s t u m b r e a d q u i r i d a ; p e r o h a y t a m ­ aunque te n g o buenos p a r ie n te s , to d o s e llo s
p e c ia le s d e l m o m e n t o , m e c o n s ta q u e lo s g u a ­
c o n v ie n e d e s e n te n d e rs e , s i n o se q u ie r e p r o ­ b ié n re s p e to a u n a tr a d ic ió n m u lt is e c u la r ; y , g e n te s m u y d ig n a s y r e s p e t a b le s , n u n c a q u is e
te m a lte c o s a m a n a s u P a t r ia y g u s ta n d e q u e
v o c a r u n a d is c u s ió n e s t é r il. s in d a r le a e s ta a f i r m a c i ó n u n s e n t id o d e m a ­ v a le r m e d e la r e c o m e n d a c ió n y m e l i m i t é a
l o q u e e l l o s p o s e e n d e g r a n d e y m a g n i f i c o se
s ia d o a m p lio n i m u c h o m e n o s s u p e r s t ic io s o , d a r le c c io n e s d e m o r a l, f i l o s o f i a y c ie n c ia s
S in e m b a r g o , p u e s to q u e h e d e d a r le u n a c o n o z c a e n e l m u n d o e n te r o , y c o m o lle v a n
p u e d e a s e g u r a r s e q u e se tr a ta d e u n a v e n e r a ­ a b s tra c ta s .
re s p u e s ta , c o m e n z a ré d ic ié n d o le q u e , d e s d e u n s a n g r e h is p a n a , n a t u r a lm e n t e q u e es u n a g r a n
c ió n a l n o m b r e d e la P a t r ia , ta l c o m o lo t u v o E n lo s g r u p o s d e m is d is c i p u l o s in g r e s ó el
p u n t o d e v is ta m e r a m e n te t e ó r ic o , c r e o que h o n r a e l q u e M V N D O H I S P A N I C O s e in te r e s e
e l m á s im p o r ta n te d e su s n ú c le o s p r e c o r te s ia - m i n i s t r o p l e n ip o t e n c ia r io d e G u a te m a la e n E s ­
p u e d e a d o p t a r s e c u a l q u i e r a d e la s d o s f o r m a s , e n e s te t e m a t a n p r e c i a d o .
n o s , y q u e , c o n su a m p litu d y c o n te n id o s a c ­ p a ñ a . E s te s e ñ o r, a l v e r m i d o m in io de c ie r ­
p o r la s b u e n a s r a z o n e s q u e a p o y a n u n a y o t r a . A d j u n t o e n v io la f o t o d e m i h u m ild e p e r ­
tu a le s , m á s le f u é im p u e s t o p o r f r a il e s y s o l­ ta s m a t e r ia s , m e i n v i t ó a t r a d u c i r e l “ P o p o l -
E s in d is c u tib le q u e e l s o n id o c a s t e lla n o a c ­ d a d o s e s p a ñ o le s q u e p o r i n d io s . L a p a la b r a sona. E s d el a ñ o p a sa d o y e s to y v e s t id a c o n
W u j ” , e n la id e a d e h a c e r u n m a g n i f i c o s e r ­
tu a l d e esa te rc e ra le tr a o b je to d e la q u e r e lla “ M é x i c o ” , a s i e s c r it a , es ju s t a m e n t e e x p r e s ió n e l “ g ü i p i l ” d e la s h i j a s d e la r a z a a b o r ig e n .
v i c i o a G u a t e m a la . A c e p t é y v i n e a e s ta t ie r r a
es e l d e “ j ” y q u e , s a lv o c a s o d e ig n o r a n c ia , d e su d o b le o r ig e n . E l p e c t o r a l n o se v e , p e r o m e f u é r e g a la d o en
e l 21 d e m a r z o d e 1943, e n q u e p u s e p ie en
n a d i e e n n u e s t r a l e n g u a le a t r i b u y e el de “x ” . m is b o d a s p o r lo s je f e s d e H u e h u e te n a n g o .
N o p a r e c e , p u e s , q u e se t r a t e d e u n a p u e r i ­ P u e r t o B a r r io s , a c o m p a ñ a d a d e m i ú n ic a h e r ­
T a m b ié n es c ie r t o q u e la R e a l A c a d e m ia E s ­ lid a d n i d e u n a c o r r ie n t e in d ig e n is ta , la q u e , L a b io g r a f ia q u e m e p id e s e r ia in te r m in a b le , m ana.
p a ñ o la , a l o c u p a rs e d e l p r o b le m a g e n e ra l de a d e m á s , n o p o d r á s e r n u n c a a n a c r ó n ic a , m ie n ­ d a d o q u e te n g o u n a v id a u n p o c o e x tr a v a g a n ­
I n m e d ia t a m e n t e e m p r e n d í e l e s t u d io d e lo s
la g r a f ia r e p r e s e n ta t iv a d e a q u e l g u t u r a l s o ­ tr a s s ig n if iq u e e s fu e r z o d e e v a n g e liz a c ió n y te , p e r o ie h a g o u n e x t r a c t o d e l o m á s s a lie n ­
s im b o lis m o s d e l l i b r o a lu d id o , y o b s e r v é q u e
n i d o , d e t e r m in ó q u e f u e r a la j ” , s a lv o e l ca s o d e c u l t u r a d e la s r a z a s a b o r í g e n e s , d i g n a s p o r t e ; u s te d q u it a r á l o q u e le p a r e z c a i n ú t i l y lo
lo s m it o s s o n u n p la g io d e c ie r t o s m it o s y
d e q u e a n te “ e” o “i” d e b ie r a d e s e g u ir u s á n ­ m il titu lo s d e a s c e n d e r a la s c u m b r e s m á s c o r r e g ir á p a r a s u a d a p ta c ió n , p o r q u e es i m ­
l e y e n d a s d e la s c r e e n c i a s i n d ú e s . N o e s p o s i ­
d o s e la “ g ” , p o r r a z o n e s p r e d o m in a n t e m e n t e a lta s d e la h u m a n a p e r f e c c i ó n , y n o s e t r a d u z ­ p o s ib le d e c o r r e g i r e n la r e a lid a d d e m i e x ­
b le que dos r e lig io n e s d is tin ta s te n g a n lo s
e t im o ló g ic a s ; y d e m a n e r a c o n c lu y e n te f u é e x ­ ca e n b à r b a r o r e tr o c e s o . tra ñ a e x is te n c ia .
m is m o s m ito s . S e rá p o s ib le q u e te n g a n e l m is ­
c lu id a d e ta l f u n c ió n la “ x ” , e q u iv a le n te s ó lo S i se m e in t e r r o g a a c e r c a d e m i p r o p i a a c ­ N a c i e n e l c o r a z ó n d e M a d r id , e l a ñ o 1900. m o f o n d o , p e r o n o la e x p r e s ió n d o c t r in a l y
a “ks ” o “ gs” . t i t u d p r á c t i c a e n e s te a s u n t o , y o d i n a que, P e r t e n e z c o a u n a f a m i l i a d e la c la s e m e d ia ; e x p o s it iv a . D e c id i i r a la c u n a m a y a - k ic h é y
P o r ù l t i m o , a u n q u e lo s d iv e r s o s p u e b lo s de p u e s to a d e te r m in a r m e p o r u n a s u o tra s r a ­ e s a s u f r i d a , a b n e g a d a y h e r o i c a c la s e m e d ia . p a r t i c o m p le t a m e n t e s o la a C h ic h ic a s te n a n g o .
h a b la e s p a ñ o la sea n p o litic a m e n te in d e p e n ­ z o n e s , m á s p e s a n e n m i á n i m o la s ú l t i m a m e n ­ M is p a r ie n te s son to d o s e s p a ñ o le s de p u ra A llá m e v i s o r p r e n d id a p o r e l r e c ib im ie n to
d ie n te s , to d o s tie n e n a h o n r a la u n id a d d e s u te i n d i c a d a s y e s c r i b o “ M é x i c o ” . S i n e m b a r g o , cepa y c u m p lie r o n con su d e b e r p a t r ió tic o a f e c t u o s o q u e m e h i c i e r o n la s i n d i g e n a s m a u a -
o r ig e n ; c o n s id e r a n c o m u n e s su s g lo r ia s , s o b re n o r e p r o c h o e l q u e o t r o s se in c lin e n p o r la “ j ” , la b o r a n d o c o m o p r o f e s io n a le s , le t r a d o s , m é ­ k ic h é s , y a q u e e lla s , q u e s o n in c a p a c e s d e h a ­
t o d o la s a n t e r i o r e s a l a p r i m e r a d e c e n a d e l y a u n y o m is m o , s o b re to d o c u a n d o o ig o en d ic o s , in d u s tr ia le s y la b r a d o r e s . H ija de un b la r c o n n a d ie — e s tu v ie r o n a m i la d o c o n u n a
s ig lo X I X ; se a fa n a n p o r m a n te n e r in c ó lu m e b o c a e s p a ñ o la p r o n u n c i a r “ M é c s i c o ” , h e e s c r i­ in d u s t r ia l, p o r s e r la p r im o g é n it a c o n té c o n tr a d u c to r a . M á s ta rd e , y a n te e l d ir e c t o r d e l
el te s o r o d e su v e r b o ú n ic o , p a t r im o n io de to “ M é jic o ” e n a lg u n a s r a r a s o c a s io n e s . P r e ­ p o s ib ilid a d e s de e d u c a c ió n e s m e ra d a ; p e ro C o le g io d e V a r o n e s d e G u a te m a la y d e s u es­
to d o s , n o s ó lo e n c u a n to v e h ic u lo d e p e n s a ­ f e r i b le s e r ia q u e n o se p r e s e n t a r a e l d ile m a , u e d é h u é r f a n a a lo s d ie c io c h o a ñ o s , e n q u e p o s a , q u e m e a c o m p a ñ a ro n en u n a jir a p a ra
m ie n to , s in o ta m b ié n y s o b r e to d o c o m o f o r ­ p o r q u e a u n q u e s e t r a te d e u n p r o > b le m a s in u b e d e a s u m ir la r e s p o n s a b ilid a d d e a y u d a r v i s it a r e l C e r r o d e la D e m o c r a c ia y la P a s ­
m a d e c u lt u r a ; y s in p e r d e r su d e re c h o sa ­ i n t r í n s e c a t r a s c e n d e n c i a , es e n l a r e a l i d a d u n a a m i m a d re y c u a tro h e rm a n o s . L a m u e rte c u a la B a j, la c è le b r e p ie d r a q u e ta n to a p r e c ia n
g ra d o e n ese i n d iv is o p a t r im o n io c o le c t iv o , p equ eñ ez que desune. p r e m a t u r a d e m i p a d r e n o s d e jó e n la r u in a lo s m a y a -k ic h é s , u n o d e lo s je f e s d e c e r e m o ­
a c e p t a n la j e r a r q u i a d e la R e a l A c a d e m ia E s ­ y m is a n s ia s d e t e r m in a r u n a c a r r e r a p r o f e ­ n ia s m e a t e n d ió c o n t o d o r e s p e t o y n o s lle v ó
F in a lm e n te , s i M V N D O H IS P A N IC O m e p r e ­
p a ñ o la , e n t o r n o a la c u a l se a g r u p a n la s C o ­ s io n a l q u e d a r o n en s u s p e n s o . a s u c a s a , c o s a q u e e x t r a ñ ó m u c h o a e s te m a ­
g u n t a r a a c e r c a d e s i d e b e c a m b i a r la f o r m a
r r e s p o n d ie n t e s h is p a n o a m e r ic a n a s . “ M é x ic o ” u s a d a h a s ta a h o r a , le d i r i a q u e n o . H ube de tr a b a ja r c o m o s e c r e ta r ia co m e r­ t r im o n io , p u e s ja m á s u n m a y a -k ic h é p e r m ite
P o r c o n s ig u ie n te , c o n s id e r a d o e l v o c a b lo d e H a y q u e e s fo rz a rs e c o n tin u a m e n te p o r lo g r a r c ia l. N o in te r r u m p ió m i la b o r n in g ú n c o n f lic ­ q u e se p is e s u h o g a r p o r n in g ú n e x t r a ñ o . E s te
q u e se t r a ta c o m o i n c o r p o r a d o a la le n g u a s ie m p r e la “ p u l c r i t u d l i n g ü is t i c a ” , c o m o m u y t o s e n t im e n t a l, p o r q u e é s te q u e d ó r o t o a lo s j e f e m e in d ic ó e n c a s te lla n o lo q u e d e b ía h a c e r
c a s te lla n a y ju z g a n d o c o n u n c r i t e r i o p u r a y b ie n lo e x p r e s a D . E m i l i o d e la C r u z , y p r e c is o v e i n t i ú n a ñ o s , e n q u e l a g u e r r a d e A f r i c a se p a r a e s ta b le c e r m i c o m p r o m is o c o n e llo s . E s te
e s tr ic ta m e n te o r t o g r á f ic o , d e b e h o y e s c r ib ir s e es m a n t e n e r s e e n v e la p a r a d e f e n d e r la c la r a e n c a r g ó d e m a t a r a m i p r o m e t id o , y a n te ta l c o m p r o m i s o m e o b l i g a r í a a a p r e n d e r la le n g u a
“ M é jic o ” . y n o b le p u r e z a d e n u e s t r o h a b l a r ; p e r o n o se f r a c a s o m e d e d iq u é a t r a b a ja r p a r a lo s m ío s a n tig u a .
P e r o e n to n c e s , ¿ p o r q u é , s e g ú n lo a d v ie r t e A llá m is m o m e p r e s e n ta r o n a l la d in o q u e
D . E m i l i o d e la C r u z , “ to d a s la s p u b l i c a c i o ­ m á s ta rd e h a b r ía d e s e r m i e s p o s o . E n o c tu ­
n e s q u e n o s lle g a n d e la o t r a o r i l l a h is p á n ic a b re h u b e d e c o n tr a e r m a tr im o n io p o r “ ra z o n e s
d e l A t l á n t i c o t r a e n c i e n t o s d e v e c e s la s p a ­ de E s ta d o ” , y a q u e se m e q u e r ía e x p u ls a r d e l
l a b r a s ’ m e x i c a n o ' , *M é x i c o * y *m e x i c a n i d a d ’” ? p a is s in s a b e r to d a v ía lo s m o t i v o s ; p e r o el
b) U n a p á g in a d e R e v i s t a r e d u c id a a u n
¿ E s , c o m o é l d ic e , u n a b u s o “ d e la e q u is o r i ­
g in a d o p o r la c o r r ie n t e in d ig e n is t a , y a u n p o c o
SERVICIO DE M VN D O H IS P A N IC O
o fr e c e a l p ú b l i c o la s f o t o g r a m a 18 X 24 m m . ( t a m a ñ o “c in e ”) ,
c a s o es q u e m e im p u s e y m e d i e r o n lo s c e r t i ­
f ic a d o s y p e r m is o d e p e r m a n e n c ia e n e l p a ís ,
a l p r e c i o d e 0 , 45 p e s e ta s f o t o g r a m a , e n
a n a c r ó n ic a , e n u n in t e n t o d e o l v id a r e l c a r á c ­
te r m e s tiz o d e s u v id a y c u lt u r a ” ? ¿ S e tra ta
M ICR O FILM v e n ta ja s d e l m o d e r n o
s is te m a d e M I C R O - b a n d a s n o r m a li z a d a s d e 10 fo to g r a m a s .
a c o n d i c i ó n d e q u e “ e n e l t é r m i n o d e s e s e n ta
d ia s c o n t r a je s e m a t r i m o n i o ” . A s i l o h ic e . M i
d e u n a s im p le p u e r ilid a d , s e g ú n e l d e c ir d e
F IL M A C IO N . N o s e s u m i n i s t r a n b a n d a s fr a c c io n a d a s , p o r e s p o s o , u n e n fe r m o ta ra d o c o n u n m a l cruce
C u a lq u ie r le c to r p u e d e r e c i b i r la m i c r o f o ­ lo q u e , a l c a lc u la r e l p r e c io , d e b e n i n c l u i r é t n ic o , m e d e jó a lo s tre s a ñ o s . P e r o l o im ­
D . M ig u e l d e U n a m u n o ?
to c o p ia d e a q u e lla s d e n u e s t r a s p á g i n a s q u e n u e s t r o s le c to r e s e l v a lo r d e lo s fo to g r a m a s p o r t a n t e es q u e y o e m p a r e n té c o n la r a z a y
E s ta s a p r e c ia c io n e s r e q u ie r e n c ie r ta m e n te a l­
g u n a a t e n c ió n .
le in te r e s e n , s i n m á s q u e e n v i a r n o s u n a n o ta ? u e fa lte n p a r a c o m p le ta r u n a b a n d a , a u n q u e o b t u v e n a c io n a lid a d g u a te m a lte c a c o n e l m is ­
c o n lo s s i g u ie n te s d a t o s : s t o s q u e d e n e n b la n c o . P o r e j e m p l o : E n el m o o r g u l l o q u e la o b t u v ie r a c u a l q u i e r a n te ­
E s v e rd a d q u e u n in d ig e n is m o d e m a la le y 1. N o m b r e y p r o f e s i ó n . c a s o a ) , s i s e s o l i c i t a n o c h o p á g in a s , d e b e p a s a d a m ia d e la c o n q u is ta .
m ede h a b e r p rop u g n a d o el u so d e la “ x ” en 2. D o m ic ilio . a b o n a r s e e l v a l o r d e 10, c o n o b je to d e c o m ­
E n E l S a l v a d o r la s a u t o r i d a d e s m e h a n d i s ­

Í
a p a la b r a “ M é x ic o ” , a n im a d o p o r u n e s p ír it u 3. N ù m e r o d e M V N D O H I S P A N I C O y p á g i­ p le ta r d o s b a n d a s . E n el caso b ) , s i se s o li­
c i t a n 19 p á g in a s , d e b e a b o n a r s e e l v a lo r d e 20, p e n s a d o to d a s u e r te d e a te n c io n e s . A l l á o c u p é
a n t ie s p a ñ o l y q u iz á s ta m b ié n a n tic a tó lic o ; n a s c u y o M IC R O F IL M s o lic ita .
la c á te d r a d e F i l o s o f i a , f ir m á n d o m e u n c o m ­
p e r o se tr a ta d e h e c h o s a is la d o s q u e en r e a li­ 4. T ip o d e r e d u c c ió n q u e d e s e a ( f o to g r a m a p o r ig u a l r a z ó n .
p r o m is o d e c in c o a ñ o s el M in is te r io d e E d u c a -,
d a d n o a f e c t a n e l f o n d o d e la c u e s tió n . “L e ic a ” o fo to g r a m a “c in e ”) . L o s t r a b a j o s se e fe c tú a n to d o s e n p o s i t i v o
y s o b r e p e l i c u l a d e s e g u r id a d , i n i n f l a m a b l e , c i ó n , a la v e z q u e m e d i e r o n la c á te d r a de
E l s o n id o n a h u a t l, e q u iv a le n t e a la “ c h ” 5. C a n tid a d q u e n o s r e m i t e p o r g i r o p o s t a l
g r a n o f i n o , a n c h o n o r m a l d e 35 m m . M o r a l C i v i c a y M o r a l P r o f e s i o n a l e n la E s ­
fra n c e s a (a u n q u e n o e x a c ta m e n te ), f u é g r á f i­ y fe c h a d e s u i m p o s i c ió n .
c u e la N o r m a l d e V a r o n e s y e n e l I n s t i t u t o de
c a m e n te e x p r e s a d o , d e s d e lo s p r i m e r o s d ia s
P a r a e s te s e r v i c i o d e M V N D O H IS P A N IC O ,
E x i s t e n d o s t a r i f a s , c o r r e s p o n d ie n te s a c a d a m o n t a d o e n c o la b o r a c ió n c o n la e n t i d a d M I­ H a c ie n d a y C o m e r c io ; p e r o lo s a s u n to s p o l i t i ­
d e la c o n q u is t a y s u b s ig u ie n te in c o r p o r a c ió n u n o d e lo s s ig u ie n te s t i p o s d e r e d u c c i ó n : cos im p id ie r o n m i c o n tin u a c ió n en d ic h o s
d e la N u e v a E s p a ñ a a la c u l t u r a d e O c c id e n t e ,
C R O F IL M E S P A Ñ O L , S . A ., e n v íe n s e la s p e ­
tic io n e s a n u e s t r a R e d a c c i ó n - A d m i n i s t r a c i ó n , p u e s to s . N o o b s ta n te , to d o s lo s G o b ie r n o s s a l­
m e d ia n te la “ x ” , q u e te n ia e n to n c e s u n v a lo r
a ) U n a p á g in a d e R e v i s t a r e d u c i d a a u n
e n A lc a lá G a lia n o , 4, M a d r id . M IC R O F IL M v a d o r e ñ o s m e h a n a y u d a d o g r a n d e m e n te en
a n á lo g o y l o tie n e a ú n e n a lg u n a s d e la s le n ­
f o t o g r a m a 24 X 36 m m . ( t a m a ñ o “L e i ­
E S P A Ñ O L p u e d e s u m i n i s t r a r a p a r a to s le c to r e s , m i l a b o r in v e s t ig a d o r a y h a n p u e s to s u M u s e o
g u a s p e n in s u la r e s y , p o r e x c e p c ió n , e n e l C a s ­ c a ”) , a l p r e c io d e 0,75 p e s e ta s fo t o g r a ­
y B i b l i o t e c a N a c i o n a l a m i d i s p o s i c i ó n , p o r lo
te lla n o m i s m o , c o m o s u c e d e en v o c e s d e o r i ­
m a , e n b a n d a s n o r m a li z a d a s d e c in c o c a r p e ta s d e c la s if i c a c i ó n y a c c e s o r io s y m a te ­
c u a l h e p o d id o d o c u m e n t a r m e a m p lia m e n t e en
g e n m a r r o q u í , t a le s c o m o X a u e n . fo to g ra m a s . r i a l r e l a c io n a d o c o n e s te s e r v ic io .
H i s t o r i a d e C e n t r o A m é r ic a , le n g u a s k a k c h i-
E l N a h u a tl n o es e l i d i o m a c o m ú n m e n te k e l y k ic h é y c o p ia r te x tu a lm e n te e l o r ig in a l
u s a d o en e l p a is n i tie n e c a r á c te r o f i c i a l ; p e r o , d e l “ P o p o l - W u j ” e n le n g u a in d ig e n a , d e l l i b r o
a p e s a r d e s u d e c a d e n c ia , n o p u e d e s e r c o n s i­ e s c r it o e n f r a n c é s p o r e l a b a te B r a s s e u r de
d e r a d o c o m o m u e r t o , p u e s t o q u e es h a b la d o B o u rg b o u rg .
e n v a s ta s r e g io n e s , d e m a n e r a ú n ic a o s i m u l ­ A L L E C T O R F u n d é e l D e p a r ta m e n to d e E s tu d io s Ib é r ic o
tá n e a m e n te c o n e l C a s t e lla n o ; h a c e p o c o m á s M a y a s , c o n s ó lo m i p r o p i o e s fu e r z o p e r s o n a l,
d e o c h e n ta a ñ o s , d u ra n te el S e g u n d o Im p e r io , DE y a q u e p a r a t r a b a ja r n o se p r e c is a n te s o ro s
se p u b lic a r o n d e c re to s e n a m b a s le n g u a s ; y m a te r ia le s , s in o g a n a s d e tr a b a ja r . A s i f u i r e ­
h o y m is m o es e s tu d ia d o e n a lg u n o s S e m in a ­
r i o s , c o m o in d is p e n s a b le p a r a la p r e d i c a c i ó n .
P a r a e l “ n a h u a tla t o ” (p e r s o n a q u e h a b la en
MVNDO HISPANICO c o p i l a n d o t o d o l o n e c e s a r i o p a r a e m p r e n d e r la
t r a d u c c ió n d e l “ P o p o l - W u j ” . Y y a l l e v o m i la ­
b o r e n m a r c h a . E l l i b r o h a d e s e r in m e n s a ­
N a h u a t l) n o es, p u e s , d is c u t ib le la j u s t i f i c a ­ QUE RECIBA LA REVISTA POR CORREO m e n te g ra n d e , p e r o s i e l c o m e n z a r lo m e ha
c ió n d e e s c r ib ir M é x ic o .
O A M A N O C O N SU ENVOLTURA C A ­ l l e v a d o c i n c o a ñ o s , l o t e r m i n a r é m e l l e v e lo s
E x is te , a d e m á s , u n a m u lt it u d d e v o c e s in ­ q u e m e lle v e , c o n la a y u d a d e D i o s , y l o s o ­
d ig e n a s en q u e a p a re c e el v ie jo s o n id o de RACTERISTICA, CREEMOS OPORTUNO RE­ m e t e r é a j u i c i o d e l C o n s e jo S u p e r i o r d e In v e s ­
la “ x ” , q u e h a n p a s a d o a l le n g u a je c a s t e lla n o tig a c io n e s C ie n t íf ic a s d e E s p a ñ a .
o r d i n a r i o h a b la d o e n a q u e l p a is .; a u n q u e ese
PETIRLE A Q U I QUE:
Y e s ta es t o d a m i b i o g r a f i a , a p r e c i a b l e s e ­
tr a s ie g o n o h a d e ja d o d e s e r u n ta n to c u a n to ñ o r . S ó lo a ñ a d ir é q u e t r a b a jo a b s o lu ta m e n te
a n á r q u i c o e n l o q u e se r e f i e r e a l a o r t o g r a f i a
y la f o n é t ic a . P A R A A B R I R s o la . Q u e g a n o m i p a n c o n m is le c c io n e s y
la a y u d a d e a l g u n o s c e n t r o a m e r i c a n o s o r g u ­
A s i, p o r e je m p lo , “ x o c h it l” ( f l o r ) h a d a d o , l l o s o s d e l l e v a r s a n g r e e s p a ñ o l a e n la s v e n a s
e n la t o p o n i m i a , S ú c h il , J u c h i p il a y X o c h i-
D IC H O PAQUETE, INTRODUZCASE U N LA­ y a la v e z o r g u llo s o s d e h o n r a r s u a b o r ig e n .
m i l c o ; y c o e x i s t e n la s f o r m a s X a l p a y J a l p a PIZ, PLEGADERA O A N A L O G O S POR U N A N o m e g u ia e l e s p ír it u d e lu c r o , p u e s ta m ­
(a r e n a l). E n X o la (p r o b a b le m e n te lu g a r re s ­ b i é n e n E s p a ñ a n a c e n m u j e r e s “ q u i j o t e s ” , y o.
b a l a d iz o ) la “ x ” c o n s e r v a , s e g ú n la p r o n u n ­ DE LAS ABERTURAS OBLICUAS LATERALES m u c h a h o n r a ; n o te n g o m ie d o a n a d a n i a
c ia c ió n m á s g e n e r a liz a d a , s u v a lo r n a h u a t l ; n a d ie , y es m i ú n ic a i lu s ió n s e r v i r a m o r o s a
tra tá n d o s e de x o c o n o c h tli (e s p e c ie de h ig o
Y RASGUESE HASTA LLEGAR AL OTRO EX­ y c r is tia n a m e n te a D io s y a m is d o s p a t r ia s :
c h u m b o á c id o ) n o fa lt a q u ie n la h a g a “ j ” ; TREMO, Y EL EJEMPLAR QUEDARA UBRE E s p a ñ a , q u e m e d i o la v id a , y G u a t e m a la , q u e
p e r o , s i to d o e l m u n d o e s c r ib e M é x i c o y O a x a ­ m e p id e a m o r y a te n c ió n f r a te r n a l en su s h ijo s
c a , to d o s p r o n u n c ia n M é j i c o y O a ja c a . Y SIN DESPERFECTOS. m a y a -k ic h é s .
E s to se c o m p l i c a , a d e m á s , p o r la e x is t e n c ia \ M u c h a s g r a c ia s p o r to d o u s ie m p r e a sus
de un g ra n n ù m e ro de d o c u m e n to s c o n tra c ­ ó r d e n e s . D e u s te d s . s . , María de D iego A.

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