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CESAR VALLEJO

BIOGRAFÍA
Primeros años
César Abraham Vallejo Mendoza nació
en Santiago de Chuco, pueblo en una zona alta
del departamento de La Libertad, en Perú. Sus padres
fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de
los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de
once hermanos. Su apariencia mestiza se debió a que
sus abuelas fueron indias y sus abuelos gallegos. Era
un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y
gomina en el pelo”, según recordó César González
Ruano, en una entrevista publicada en El
Heraldo de Madrid, el 27 de enero de 1931.
Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó
de muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus
primeros versos. Sus estudios primarios los realizó en el Centro Escolar No. 271 del mismo
Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el
Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco.
En 1910 se matricula en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de
Trujillo, pero debido a la carencia económica retorna a su pueblo, con el propósito de
trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en sus tareas
administrativas de gobernador y toma contacto con la realidad de los trabajadores de las
minas de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su
novela El tungsteno.
En 1911 viaja a Lima para matricularse en la Facultad de Medicina de San
Fernando, pero nuevamente abandona el claustro universitario por razones económicas o
tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Luego regresa a Trujillo, y en 1912 consigue un
modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle de
Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios.

La bohemia de Trujillo
En 1913 regresa a Trujillo con el propósito de retomar sus estudios universitarios en
Letras. A fin de costearse sus estudios, trabaja como maestro en el Centro Escolar de
Varones Nº 241, y luego como profesor del primer año de primaria en el Colegio Nacional
de San Juan, donde tuvo como pequeño alumno a Ciro Alegría, que más tarde se
convertiría en un gran novelista.
En 1917 conoce a Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años con
quien sostiene un apasionado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta suicidarse a
causa del desengaño. Sea como fuese, es convencido por sus amigos para viajar a Lima a
fin de proseguir sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y conseguir
su doctorado en Letras y Derecho.

Viaje a Lima. Los heraldos negros


Monumento a César Vallejo en el exterior de la Facultad de Letras y Ciencias
Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de ese
año muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo consigue la plaza de director del
plantel. Se enreda en otra tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva, una
muchacha de 15 años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde su puesto de
docente. Otilia será la inspiradora de varios de sus poemas de Trilce.
En 1919 consigue empleo como inspector disciplinario y profesor de Gramática
Castellana en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.

Prisión en Trujillo. Trilce
Su madre había fallecido en 1918. La nostalgia familiar lo empuja, en mayo
de 1920, a retornar a Santiago de Chuco. El 1º de agosto ocurre el incendio y saqueo de
una casa del pueblo, perteneciente a la familia Santa María Calderón, arrieros negociantes
de mercaderías y alcohol desde la costa, suceso del que se acusa injustamente a Vallejo
como participante y azuzador. Se esconde pero es descubierto, apresado y arrojado a un
calabozo de Trujillo donde permanecerá durante 112 días (del 6 de noviembre de 1920
al 26 de febrero de 1921).
Tras salir en libertad condicional, se dirige nuevamente a Lima, donde su cuento
"Más allá de la vida y de la muerte" fue premiado en un concurso literario. El monto del
premio lo destina a financiar otras publicaciones literarias. En octubre de 1922 sale a la luz
su segundo poemario: Trilce, prologado por su amigo Antenor Orrego. Es recibido
tibiamente por la crítica, que no alcanzaba aún a comprender la literatura de vanguardia,
salvo por el propio Orrego, quien dijo de Vallejo: "a partir de este sembrador se inicia una
nueva época de la libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación verbal".

Viaje a Europa
Hastiado de la mediocridad local, tenía ya sus miras puestas en el Viejo Mundo.
Con el dinero que le adeudaba el Ministerio de Educación, se embarca rumbo a Europa, de
donde no regresará más. Viaja en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923, con una moneda
de quinientos soles. Arriba a París el 13 de julio.
Sus dos primeros años en París fueron de mucha estrechez económica, al punto
que muchas veces tuvo que dormir a la intemperie. Inicia su amistad con
el escritor español Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con importantes
intelectuales como Pablo Neruda y Tristan Tzara.
A principios de 1924 recibe la noticia de la muerte de su padre. En octubre es hospitalizado
en un hospital de caridad pública, a consecuencia de una hemorragia intestinal. Fue
operado y pudo restablecerse.
En 1927 conoce en París a Georgette Marie Philippart Travers, una joven de 18
años que vivía con su madre en un apartamento situado enfrente del hotel donde se
hospedaba. Profundiza sus estudios sobre el marxismo. Aparece una narración suya
en Amauta, la revista que fundara en Lima su amigo José Carlos Mariátegui y en la que
también reproduce varias de sus crónicas periodísticas.
En 1929 empieza a convivir con Georgette (quien acababa de heredar el apartamento y
bienes de su fallecida madre) y junto con ella realiza un segundo viaje a Rusia. Se detiene
en Colonia, Varsovia, Praga, Viena, Budapest, Moscú, Leningrado y varias ciudades
italianas, antes de retornar a París.
En 1930 viaja a Madrid a raíz de la publicación de su poemario Trilce, que señaló el
descubrimiento de su poesía en España, donde fue sometida a la crítica. Retorna a París
pero al poco tiempo es expulsado, acusado de hacer propaganda comunista. Junto con
Georgette vuelve a Madrid donde pasa dificultades económicas.
En octubre de 1931 realiza un tercer y último viaje a Rusia para participar en el Congreso
Internacional de Escritores Solidarios con el Régimen Soviético. Retorna a Madrid y
continúa con pasión su tarea literaria, pero los editores españoles se niegan a publicar sus
obras de teatro Lock-out y Moscú contra Moscú (conocida después como Entre las dos
orillas corre el río), así como su libro de crónicas: Rusia ante el segundo plan
quinquenal (continuación de Rusia en 1931), y su recopilación de ensayos: 

Muerte en París
A inicios de 1938 trabaja como profesor de Lengua y Literatura en París, pero en marzo
sufre de agotamiento físico. El 24 de marzo es internado por una enfermedad desconocida
(después se supo que fue la reactivación de un antiguo paludismo que sufrió de niño) y
entra en crisis el 7 y el 8 de abril. Fallece el 15 de abril de 1938, viernes santo con llovizna
en París, y no un jueves, como se cree que vaticinó en su poema "Piedra negra sobre una
piedra blanca". Se le realiza un embalsamamiento. Su elogio fúnebre estuvo a cargo del
poeta francés Louis Aragon. El 19 de abril sus restos son trasladados a la Mansión de la
Cultura y más tarde al cementerio de Montrouge. El 3 de abril de 1970, su viuda,
Georgette, cumple uno de los sueños más caros del poeta y traslada los restos
alcementerio de Montparnasse, escribiendo en su epitafio:

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