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¿Qué has hecho?

Ante eso, Jehová Dios dijo a la mujer: “¿Qué es


esto que has hecho?”
(Génesis 3:13)
Quizás haya más maneras que una para describir el
pecado que cometió Eva, pero seguramente una sería
“tocar aquello que no tenía derecho de tocar”. No fue un
pecado menor. Todo el sufrimiento humano se remonta a
ese error. Con razón, Jehová le preguntó, “¿Qué es esto
que has hecho?”
Ningún cristiano quisiera que Dios le hiciera tal
pregunta. Pero, ¿hay alguna manera en que los Testigos
de Jehová hayamos tratado de asirnos de algo que no nos
pertenezca tocar? Antes de contestar esta pregunta,
consideremos algunos ejemplos bíblicos de siervos de Dios
que cayeron en este tipo de pecado:
Cuando Saúl ofreció los sacrificios:
(1 Samuel 13:8-11) Y él continuó esperando siete
días hasta el tiempo señalado que Samuel [había dicho]; y
Samuel no vino a Guilgal, y la gente iba esparciéndose de
él. Por fin dijo Saúl: “Acérquenme el sacrificio quemado y
los sacrificios de comunión”. Con eso, se puso a ofrecer el
sacrificio quemado. Y aconteció que tan pronto como hubo
acabado de ofrecer el sacrificio quemado, pues, allí estaba
Samuel que venía entrando. De modo que Saúl salió a su
encuentro, y para bendecirlo. Entonces dijo Samuel: “¿Qué
has hecho?”
Cuando Uzah tocó el arca del pacto:
(2 Samuel 6:6, 7) Y gradualmente llegaron hasta la
era de Nacón, y Uzah ahora alargó [la mano] al arca del
Dios [verdadero] y la agarró, porque las reses vacunas casi
causaron un vuelco. Ante aquello, la cólera de Jehová se
encendió contra Uzah, y el Dios [verdadero] lo derribó allí
por el acto irreverente, de modo que murió allí cerca del
arca del Dios [verdadero].
Cuando Uzías entró al templo y quemó incienso:
(2 Crónicas 26:16-19) Sin embargo, tan pronto
como se hizo fuerte, su corazón se hizo altivo aun hasta el
punto de causar ruina, de modo que actuó infielmente
contra Jehová su Dios y entró en el templo de Jehová para
quemar incienso sobre el altar del
incienso. 17 Inmediatamente Azarías el sacerdote y con él
sacerdotes de Jehová, ochenta hombres valientes,
entraron tras él. 18 Entonces se plantaron contra Uzías el
rey y le dijeron: “No es negocio tuyo, oh Uzías, quemar
incienso a Jehová, sino que es negocio de los sacerdotes
los hijos de Aarón, los santificados, el quemar incienso. Sal
del santuario; porque has actuado infielmente, y no te es
para gloria alguna de parte de Jehová Dios”. 19 Pero
Uzías se enfureció mientras en su mano había un
incensario para quemar incienso, y, durante su furia contra
los sacerdotes, la lepra misma relumbró en su frente
delante de los sacerdotes en la casa de Jehová al lado del
altar del incienso.
¿Qué hay de hoy? Hay alguna manera en que los
Testigos de Jehová hemos ‘tocado lo que no nos pertenece
tocar’?
Bueno, consideremos esta cita de La
Atalaya (estudio) de abril del 2018, página 20, pár. 2:
En nuestros días, tenemos razones de sobra para
creer que está cerca el día de Jehová, que será “grande y
muy inspirador de temor” (Joel 2:11).
Para ver lo que significa “cerca” en este contexto,
veamos La Atalaya del 15 de enero del 2014, página 31:
Los ungidos del segundo grupo se están
haciendo mayores. Aun así, las palabras de Jesús
en Mateo 24:34 nos garantizan que algunos ungidos de
esa generación verán el comienzo de la gran tribulación.
Esto nos convence todavía más de que falta muy poco
para que el rey del Reino de Dios elimine a las personas
malas y gobierne sobre un mundo justo (2  Pedro 3:13).
Como podemos ver, “cerca” en este contexto,
significa antes de que se muera una generación de
personas que ya “se están haciendo mayores”. Este punto
de vista permite calcular que el fin está bastante cerca, y
permite poner un límite al tiempo que pueda tardar el fin.
¿Pero no se supone que no sabríamos cuándo viene
el fin? El mismo artículo, en el siguiente párrafo, ofrece esta
explicación:
Como dijo Jesús, no sabemos ni el día ni la hora
exactos en que terminará este mundo malvado (Mateo
24:36;  25:13). Pero Pablo dijo que sabríamos cuándo
serían los últimos días de este mundo (lea Romanos
13:11).1
Pero un examen cuidadoso muestra que este
argumento tiene problemas fatales. Primero, Romanos
13:11 no dice que “sabríamos cuándo serían los últimos
días”. Segundo, note lo que Jesús dijo en Hechos 1:6, 7:
Pues bien, cuando se hubieron congregado, se
pusieron a preguntarle: “Señor, ¿estás restaurando el reino
a Israel en este tiempo?”. Les dijo: “No les pertenece a
ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones
que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción”
No sólo están fuera de nuestra jurisdicción el día y la
hora, sino Jesús dijo claramente que el mismísimo
“conocimiento de los tiempos o sazones” no nos pertenece.
Todo intento a calcular qué tan cerca está el fin es un
intento a conseguir aquello que no estamos autorizados a
tener. Eva se murió por hacer eso. Uzah fue ejecutado por
hacer eso. Saúl perdió el favor de Dios por hacer eso.
Uzías fue castigado con lepra por hacer eso. ¿Realmente
queremos hacerlo nosotros?
Sobre este asunto, el respetado Biblista William
Barclay dijo lo siguiente:
Los versículos 36 al 41 [de Mateo 24] sí se refieren a
la Segunda Venida, y nos dicen algunas verdades de suma
importancia. (i) Nos dicen que el día y la hora de tal
acontecimiento no los sabe más que Dios. Está claro, por
tanto, que el especular acerca del tiempo de la Segunda
Venida no es menos que una blasfemia; porque el que
así especula está tratando de hurtarle a Dios secretos que
solo Le pertenecen a Él. Nuestro deber es prepararnos y
esperar. [Énfasis mío.]
Quizás nos preguntemos, ¿blasfemia? ¿Realmente
es tan serio el asunto? A modo de ilustración, imagínese
que usted se va a casar. Usted informa a sus amigos que
no desea revelar todavía la fecha de la boda. Pero uno de
sus amigos le pregunta de todas formas cuál es la fecha.
Usted le recuerda que es un secreto. Pero su amigo
pregunta una y otra vez, “¿Cuándo será? ¡Dime, dime,
dime!” Si día tras día, semana tras semana, siguiera
insistiendo, ¿no sería una gran falta de respeto al derecho
que usted tiene de revelar lo que usted quiere, cuando
quiere? ¿Cuánto tardaría usted en renunciar su amistad
con él?
Pero el problema no termina ahí. Ahora su anterior
amigo empieza a decirles a los demás que usted le ha
revelado la fecha – y a nadie más – y si quieren entrar a la
fiesta, tienen que ayudarlo a difundir la feliz noticia con sus
esfuerzos y, claro está, con sus generosas donaciones.
Vez tras vez pone fechas, y vez tras vez pasan sin que
acontezca ninguna boda. Algunos se enojan con usted,
pensando que tarda innecesariamente. A los que
cuestionan si él realmente tiene el conocimiento que dice
tener, intenta arruinarles la vida. Como resultado, algunos
renuncian su amistad con usted y unos pocos hasta se
suicidan. Mientras tanto, su anterior amigo vive muy bien
de las donaciones.
¿Aún se pregunta si es tan serio?
Pero quizás usted pregunte, ¿qué hay de la señal de
Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21? ¿No la dio Jesús
precisamente para que supiéramos que el fin está cerca?
Para responder esta pregunta, veamos lo que dijo Jesús en
dos de esos relatos:
(Lucas 21:7, 8) Entonces le interrogaron, diciendo:
“Maestro, ¿cuándo realmente serán estas cosas, y qué
será la señal cuando estas cosas estén destinadas a
suceder?”. Dijo: “Cuidado que no los extravíen; porque
muchos vendrán sobre la base de mi nombre, y dirán: ‘Yo
soy ese’, y: ‘El debido tiempo se ha acercado’.2 No
vayan en pos de ellos.
(Mateo 24:42-44) Manténganse alerta, pues,
porque no saben en qué día viene su Señor. ”Mas sepan
una cosa, que si el amo de casa hubiera sabido en qué
vigilia habría de venir el ladrón, se habría quedado
despierto y no habría permitido que forzaran su casa. Por
este motivo, ustedes también demuestren estar listos,
porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo
del hombre.
En el relato de Lucas, Jesús empieza con la
advertencia de no ir en pos de los que dicen ‘el tiempo se
ha acercado’. Y hacia el final del relato de Mateo, Jesús
dice que el fin vendrá “a una hora que no piensan que es”.
Por lo tanto, está claro que la señal no permitiría saber con
décadas – o un siglo – de antelación que el fin está cerca.
La verdad es que el fin puede venir en cualquier momento.
El fin puede llegar mañana, o quizás no llegue durante
nuestra vida. Cristianos sinceros han estado equilibrando
estos dos conceptos durante casi dos milenios. No siempre
es fácil, pero es la voluntad de nuestro Padre. (Mateo 7:21)
“De Dios uno no se puede mofar.” Si repetidamente
tratamos de “hurtarle a Dios secretos que solo Le
pertenecen a Él”, o peor aún, declaramos fraudulentamente
que ya lo hemos hecho, ¿qué cosecharemos? ¿Qué hemos
cosechado ya? ¿Ha traído gloria y honra al nombre de Dios
anunciar durante más de un siglo que el fin está “a la vuelta
de la esquina”? ¿O ha traído reproche? Y aunque no
hagamos tales declaraciones nosotros mismos, ¿habrá
bendeciones para los que escuchan con aparente
aprobación tal “blasfemia”? Quizás el tiempo ha venido
para admitir que no sabemos qué tan cerca estamos del fin
y que nunca ha sido necesario saberlo para practicar la fe
cristiana.
Mantengámonos alerta, pues, no sabemos en que
día viene nuestro señor. Así dice la Palabra de Dios. Si eso
no es suficiente para nosotros, planteémonos la pregunta:
¿Qué hemos hecho?
1Este no es el único problema que el artículo tiene.
También contiene la equivocada declaración de que “Los
que formaban el primer grupo estaban vivos en 1914 y
entendían que Cristo había empezado a gobernar como rey
en ese año.” La verdad es que los hermanos vivos en 1914
creían que Jesús había empezado a gobernar en los 1870.
2Irónicamente, “El tiempo se ha acercado” (The Time
is at Hand) es el título de uno de los tomos de Estudios de
las Escrituras, de Charles Taze Russell.

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