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Esta relación es tan especial, que Jehová conoce a los que le pertenecen, tanto
a nivel colectivo como individual, y es un privilegio que Dios nos conozca de
manera tan intima. Leer 2 Tim 2:19; 1 Cor 8:3 Explicar e Ilustrar con un
asiático...
Todo esto nos lleva, a ser identificado como testigo de Jehová, el cual es un
gran privilegio.
Pero, las escrituras nos recuerda algo muy importante, nos recuerda que
mantener nuestra identidad como cristianos es un verdadero desafío para
todos, pero más aún para los jóvenes 2 Tim 3:1.
Uno de ellos admite: “Asistía a las reuniones, pero no tenía ninguna meta
espiritual definida y, francamente, tampoco sentía un deseo claro de servir a
Jehová”.
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En la carta a los Efesios, Pablo menciona que el mundo posee un “espíritu”, es
decir, una actitud predominante (Efesios 2:2). Tal espíritu ejerce presión en la
gente para que adopte la mentalidad de una sociedad que no conoce a Jehová.
Reconocemos de que las escrituras, nos revela los valores, las cualidades, las
normas y las características que se exigen de quienes desean que se les
identifiquen como cristianos. Efe 4: 22-24.
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Aprendimos y aceptamos que, para conservar la identidad cristiana, es
esencial tener una relación personal con Dios.
Por eso, tú joven, no espere que Dios vaya a aceptarte solo porque tus padres
sean creyentes, ustedes mismos tienen que llegar a amar a Jehová.
Ahora bien, ¿cómo resistir las numerosas presiones que tienen por objeto
hacernos abandonar la identidad cristiana?
Sin embargo, eso no eliminó el peligro que afrontaba. Como indican los
descubrimientos arqueológicos, parece que las casas egipcias estaban
diseñadas de tal manera que había que pasar por la parte principal de la casa
para llegar a las despensas. Si la casa de Potifar estaba construida de manera
similar, debió resultarle imposible a José evitar todo contacto con la esposa de
Potifar.
Naamán, jefe del ejército sirio, tenía lepra, y tal vez su esposa iniciara la
conversación que impulsó a la jovencita a defender su fe. La niña exclamó:
“¡Si solo mi señor estuviera delante del profeta que hay en Samaria! En ese
caso él le daría recobro de su lepra”.
Gracias al denuedo de aquella niña, Naamán aprendió que “no ha[bía] Dios
en ninguna parte de la tierra sino en Israel”, e incluso se resolvió a no ofrecer
“ofrenda quemada o sacrificio a otros dioses sino a Jehová”
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De inmediato se emprendió una campaña para dominar las jóvenes mentes de
aquellos exiliados. A fin de que los adolescentes hebreos se amoldaran al
sistema babilónico, Nabucodonosor decretó que sus funcionarios “les
enseñara[n] la escritura y la lengua de los caldeos” (Daniel 1:4).
Con el fin de que los jóvenes hebreos adoptaran sin reservas las costumbres y
la cultura de la corte babilónica, “el rey les señaló una ración diaria de los
manjares exquisitos del rey y del vino que él bebía, aun para nutrirlos por tres
años, para que al fin de estos estuvieran de pie delante del rey” (Daniel 1:5).
Los cristianos actuales, tanto jóvenes como mayores, debemos estar resueltos
a proteger nuestra identidad cristiana.
Por ello;
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Debemos aceptar tales pruebas, pues nos ofrecen la oportunidad de demostrar
el alcance de nuestra lealtad a Jehová. Además, evidencian si estamos
“completos y sanos en todo respecto, sin tener deficiencia en nada”.
Y mientras tanto, crecemos espiritualmente.
Asegurémonos de la verdad bíblica. Nuestra identidad como siervos de Jehová
puede debilitarse si no está bien cimentada en el conocimiento de las
Escrituras (Filipenses 1:9, 10).
Todo cristiano —joven o mayor— ha de estar convencido de que sus
creencias se hallan respaldadas por la Biblia y son la verdad. Pablo aconsejó a
sus hermanos: “Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse firmemente a lo que
es excelente” (1 Tesalonicenses 5:21).
Los hijos de familias piadosas deben aceptar el hecho de que no pueden
depender de la fe de sus progenitores. David exhortó a su hijo Salomón:
“Conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo” (1 Crónicas
28:9). No fue suficiente que el joven Salomón viera cómo su padre cultivaba
fe en Jehová, sino que tenía que conocerlo por sí mismo.
La asistencias a las reuniones cristianas y la participación en las actividades
de la congregación nos ayudan a establecer nuestra identidad cristiana y a
comprender cómo encajamos en el orden de cosas de Jehová.
Dese a conocer como testigo de Jehová; es una protección.
No se avergüence del mensaje de la Biblia.
Predique a los demás y mantenga una conducta excelente para que
permanezca separado del mundo y resista su influencia malsana.
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