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“LA CLINICA PSICOANALITICA CON NIÑOS CON PROBLEMAS EN EL DESARROLLO” – Norma Brunner.
El niño es un objeto difícil de diagnostico, ya que su lugar en la estructura aun no está definido.
Juego: al jugar un niño introduce los significantes primordiales a “su historia” y si no hay juego no hay historia, ni
infancia. En nuestra experiencia clínica los niños que llegan a tratamiento con problemas en el desarrollo podrán
conquistar su historia si el trabajo de la intervención clínica psicoanalítica e interdisciplinaria es eficaz. Si no hay
juego lo infantil se tornara imposible.
Pensar el desarrollo como “lo singular del desarrollo” incluyendo al sujeto y considerando al deseo del icc, no por
aquel que recibe la marca como objeto de la cual es representado de manera fija, por el signo o trastorno.
En la intervención psicoanalítica temprana se pone a funcionar la función del significante y sus leyes. Significantes
primordiales que encuentran dificultades para representar a un sujeto para otro significante recorrido, que requiere
el deseo para su intento de realización, o sea, su desarrollo.
DESARROLLO: se trata de la carretera que se va construyendo, organizada desde el material significante en el que
tiene lugar y transcurren para el sujeto sus trayectos, recorridos y virajes del deseo y sus instrumentos, desde el
nacimiento hasta la muerte. Este desarrollo carretera funciona para este transcurrir, al mismo tiempo, como su límite
último.
Naturaleza descriptiva: la edad cronológica es lo más La estructura nos permite pensar el desarrollo:
importante para ubicar al sujeto. - No se guía por una descripción fundada del crecimiento
y envejecimiento.
Momentos del desarrollo: - No estados especiales de madurez.
- Niñez - El desarrollo es un proceso continuo.
- Adolescencia - La estructura permite el orden e interrelaciones
- Adultez (cúspide de la campana) temporales.
- Vejez (esta parte es el declive, no desarrollo)
Desarrollo: es una expresión de los principios
Un elemento determinante es la madurez biológica. ontogenéticos individuales y de los principios
relacionados con el cambio histórico o evolucionista.
Este modelo mecanicista concibe el desarrollo como la Estos principios ontogenéticos pueden variar en
acumulación de información. diferentes aspectos del desarrollo conductual durante
los diversos periodos del ciclo de la vida.
((*) Conductas que muestran cambios consistentes con
la edad solo en los individuos que están sujetos a Concepción pluralista del cambio: procesos multi-
experiencias específicas, a través de una enseñanza lineales y discontinuos. Implica que los cambios no
dirigida, no se clasificarían como evolutivas. Tampoco tienen por qué extenderse a lo largo de toda la vida y
aquellas que representan dimensiones más relacionadas que pueden aparecer nuevos cambios, incluida en la
con las diferencias individuales y cuya aparición es tercera edad.
esporádica como la agresión.)
Paradigma dialectico:
- La base material interior y exterior del sujeto es lo que
representa los orígenes del proceso de interacción.
- Incluye una focalización y atención sobre el cambio
como una interacción dinámica, una causación mutua,
ausente de determinismo completo.
- La crisis (cuando las dimensiones del sujeto se
desajustan) genera cambios, movimiento, tensión, que
siempre que no sea drástica, implica avances de las
habilidades.
- Cultura: permite introducir el cambio de conducta
(base: estructura)
- Heterocronia: singularidad/tiempos de cada persona.
- No hay discusión sobre lo innato – adquirido.
- Estructura descompletada: se puede introducir algo
nuevo y no podemos hablar de un desarrollo máximo.
2. Pubertad:
- 1 año: mujeres 12 – 14; hombres 14 – 16.
- El sujeto vuelve a encontrar una cierta armonía con su cuerpo.
- Caracteres sexuales primarios:
Hombres:
Mujeres: menarca (entre la menarca y telarca trascurren 2 años).
“SEXTING: UNA ANALISIS DE NUEVOS CRUCES ENTRE JOVENES, SEXUALIDAD Y TECNOLOGIA” – V. Arias.
“Sexting”: neologismo; palabras sex (sexo) y texting (enviar mensaje de texto). Es la práctica de sacarse fotos en
desnudez total o parcial utilizando la cámara de fotos del teléfono y enviarlas a otros dispositivos tecnológicos o
subirlas a internet.
Características:
- Fotos de carácter erótico, videos de corta duración.
- Imágenes enviadas con o sin texto.
- Foto obtenida de manera voluntaria, tomada por el mismo sujeto en soledad.
- Los dispositivos tecnológicos son teléfonos, cámaras webs o tablets.
- Esta práctica tiene una larga tradición, sin embargo, el sexting es una variante que tiene particularidades que la
singularizan: los teléfonos e internet han posibilitado que los usuarios pasen de ser espectadores (como en la era
analógica) a ser productores y difusores con mucha facilidad.
- La portabilidad y acceso a los teléfonos con la capacidad de distribución de internet producen que sacarse fotos y
compartirlas pueda hacerse con facilidad.
- Es gratis.
Contexto:
- Declive de la institución y predominio del mercado.
- Promueve esta práctica: la lógica del mercado gana protagonismo a medida que se debilitan las instituciones
modernas.
- La transmisión y al apuntalamiento del sujeto responsable de sus actos y capaz de insertarse críticamente en la
sociedad, pierden peso en la vida social.
- Prevalecen opiniones y juicios, que definen a las instituciones como estructuras represivas y destructoras de la
individualidad. Hay dos conceptos desdibujados: ley (limite que restringe al sujeto) y autoridad (equiparada con el
autoritarismo), ambas muy criticadas.
- El mercado y los medios de comunicación: si bien se presentan con un discurso liberador, con el objetivo de
eliminar todos los obstáculos que se interpongan entre el sujeto y lo que él quisiera ser y hacer, la lógica de mercado
tiene un discurso sobre las cosas e implica una normativa acerca de cómo debe ser el sujeto; favorecen un modelo
de sujeto y de relaciones personales y de ejercicio de la sexualidad.
Sexualidad:
1. Sociedad de consumo:
- adquisición de productos + desarrollo personal = felicidad.
- “nadie puede convertirse en sujeto sin antes convertirse en producto”.
- en las relaciones, las personas se presentan como un producto deseable a fin de tener cierto éxito.
- los medio de comunicación presentan coordenadas que indican que es deseable y que no: para ser,
debemos aparecer, el éxito económico, la juventud y la belleza son los valores relevantes.
- consumo des-subjetivante: el consumidor se arrastra por las pulsiones al consumir sin límites y porque
queda bajo el mandato del mercado.
2. Relaciones/parejas:
- marcado por la rapidez, la novedad y el consumo.
- las relaciones amorosas son más un modelo de “conexión” que de relación, ya que la relación requiere de
trabajo, esfuerzo y paciencia, y la conexión es instantánea, veloz y voluntarista, me desconecto si quiero sin
consecuencias.
- el amor hoy es una fórmula de disfrute y productor de sentimientos placenteros.
- el sentimiento amoroso es reducido a la sexualidad.
- el sujeto queda reducido a objeto a consumir: el sujeto “se produce” para volverse deseable para los
consumidores, el mercado ofrece el arsenal para tal producción.
- la sexualidad es exhibida con mayor facilidad, sin trabas y exhibida ante los demás como vida satisfactoria.
3. Pornografía:
- es gratis, instantánea y de fácil acceso para menores de edad.
- es tomada como un síntoma de la concepción actual de la sexualidad.
- se presenta con un discurso liberatoria sobre la sexualidad, pero impone una visión normativa de valores,
expectativas y representaciones respecto de que es ser hombre, que es ser mujer y como debería ser una
relación sexual satisfactoria.
- lo que se niega es lo humano en el sujeto: aquella falta estructural, la imposible complementariedad de los
sexos.
- no hay espacio para la palabra, el relato o la subjetividad, el cuerpo un trozo de carne.
- la sexualidad esta transformada en espectáculo y no está expuesto el sujeto y su valor, sino el cuerpo a
modo de un objeto que es consumido.
Teoría psicoanalítica acerca del sexting:
o Nueva forma de autoerotismo: el otro quien recibe la foto, aparece como excusa en la práctica, está en el
lugar del objeto necesario, pero contingente, para que el círculo pulsional se realice. La satisfacción reside en
la acción de sacarse fotos y verse y ser visto en ellas. Es la pulsión escópica, como narcisos posmodernos.
o El otro queda reducido a una mirada. Se toma la mirada como un objeto desprendido del cuerpo que mira
(Lacan). La subjetividad de quien recibe la foto no tiene lugar en esta práctica, solo debe recibir la imagen y
dar cuenta que fue vista (el principal goce del sexting es que el otro “clave el visto”).
o El que envía la foto queda ubicado como una cosa a ser mirada. En el sexting la persona queda reducida a
esa porción de carne que la foto muestra.
o El cuerpo es preparado y se “produce” siguiendo los cánones de belleza propuestos por la cultura
contemporánea (depilación, maquillaje, peinado, ropa interior especial, etc.). No se muestra cualquier parte
del cuerpo.
o Lacan: la pulsión escópica es la que logra eludir de forma más completa a la castración. El espacio de la
visión es homogéneo, no hay fisuras. “Mi imagen en el otro carece de resto, no puedo ver lo que allí pierdo”.
o No se ve aquello del cuerpo que no se quiere mostrar y lo propiamente subjetivo. Lo que queda tapado es lo
más íntimo del sujeto.
o El componente tecnológico permite que el sujeto produzca una imagen de sí mismo que puede ser retocada
hasta alcanzar aquel ideal de perfección. La pantalla y la distancia dejan el cuerpo del sujeto resguardado.
o No hay encuentro cuerpo a cuerpo.
o Aparece entonces el cuerpo solo como una imagen (imaginario). El sujeto cree que es posible embarcarse en
una comunicación sin equívocos.
Autoridad:
- Caída de la noción de autoridad.
- “Es una función en la que un sujeto da lugar a otro sujeto”, entendemos que el resultado es la desubjetivación de
los adolescentes.
- El trabajo de la autoridad es subjetivo y subjetivante, promueve que el sujeto renuncie a la satisfacción inmediata a
fin de posibilitar el lazo social. El adolescente con el sexting queda sometido a la satisfacción pulsional, sin dejar
espacio para el establecimiento del lazo social.
- La época debilita las referencias y empuja la satisfacción de la pulsión en soledad; esto amenaza la promoción del
lazo social y, las patologías del acto aparecen como un síntoma de la contemporaneidad: el sujeto apuesta sin otro.
- Prevenir las consecuencias desubjetivantes del sexting es a través de adultos que ocupen lugares de autoridad,
promoviendo el intercambio de palabras como modos de estar entre sujetos.
Palabra:
- Adultos y adolescentes que establezcan un dialogo sobre la sexualidad.
- Si no es él quien cumple esa labor, otros tomaran su lugar, como el mercado o la pornografía, que no son ámbitos
donde circule la palabra.
- El adulto debe proponer recorridos: formas de causar discursos que ordenan, estructuran y subjetivan.
El DESEO es entonces la moción psíquica que, ante una necesidad, querrá investir de nuevo la imagen mnémica de la
primera vivencia de satisfacción y producir otra vez aquella primera percepción.
Al principio, se utiliza la alucinación para intentar satisfacer este deseo. Esta primera actividad psíquica apunta a una
IDENTIDAD PERCEPTIVA, es decir, a conseguir una percepción IDÉNTICA a la de la huella mnémica de la primera
vivencia de satisfacción.
Sin embargo, la alucinación no resulta satisfactoria. El aparato psíquico se ve obligado a introducir un examen de la
realidad. De modo que aparece la función del pensar como reemplazante de la misma, dando origen al segundo
sistema, que gobierna la motilidad voluntaria. Este segundo sistema emplea la fuerza psíquica más acorde a fines (o
sea, gasta la energía psíquica en buscar la satisfacción real), logra buscar un camino que lleve a establecer desde el
mundo exterior la identidad perceptiva deseada.
Esta identidad perceptiva, en manos del segundo sistema, ahora se llamará IDENTIDAD DE PENSAMIENTO: no es
más que un rodeo (que va desde la huella mnémica hasta la satisfacción en el mundo exterior) que realiza el yo para
el cumplimiento de deseo.
Castración simbólica:
- Universal por la cultura.
- Prohíbe el incesto: en esa imposibilidad (limite) se abren otros caminos.
- Permite ver como se construye el falo.
Falo: objeto privilegiado; valorado porque es algo que circula en el psiquismo, el niño lo tiene y “yo niña no”;
permite el movimiento.
- Lo puesto en valor (narcicismo en el niño “lo mío” // envidia en la niña “lo tiene otro”, la niña si teme perder
algo) para “satisfacerme”.
- Patrón de medida que circula: los que tiene de los que no tienen.
- Angustia de la castración: temor a la pérdida del falo; dialéctica de una ley posible/no posible.
Organización genital infantil: cómo se organiza la genitalidad que no es genital en sí, sino fálica = organización
psíquica. Primado del falo.
ADULTEZ.
“IDEALES QUE SOMETEN” – Alcover – Ganem.
En la posmodernidad (marco socio – cultural), la imagen y los ideales de belleza ocupan un lugar privilegiado.
Cuando un sujeto se realiza repetidas intervenciones estéticas nos preguntamos: ¿hay libertad en esas elecciones? O
¿hay un sometimiento del que el sujeto no tiene noticia?
Los ideales posmodernos
- Lipovetsky
Postula que la sociedad posmoderna está atravesada por la lógica del proceso de “personalización”. Es un nuevo
modo de organización social que da cuenta de un sistema económico basado en el consumo. El mercado ofrece
productos “hechos a la medida de cada uno” o personalizados. El proceso de personalización se rige por dos
mecanismos: seducción (regula el consumo incrementando el número y la variedad de objetos) y sexducción (da
cuenta de cómo todo parecer estar permitido en la sociedad, incluye el mandato de “ir siempre lo más lejos posible”;
y también explica cómo el mecanismo de seducción avanza y opera sobre el cuerpo y el sexo).
La producción en masa de objetos antes considerados de lujo posibilita que el hedonismo se convierta en un valor
central. Propone a la figura de “Narciso” como protagonista del escenario posmoderno: desinterés masivo, de los
sujetos, por las cuestiones públicas, y un profundo interés por asuntos personales y subjetivos; sujeto pendiente de
su propio bienestar; articulado con el culto al cuerpo (inversión constante para conservarlo joven, bello y saludable).
La personalización implica una paradoja: por un lado, el individuo piensa que es libre en sus posibilidades de
elección (objetos, actividades y en su propio cuerpo), y al mismo tiempo oculta un sometimiento a idénticos
estándares estéticos.
- Bauman
Denomina a la época actual “modernidad líquida”. En ella la cultura tiene la función de asegurar que la elección sea
una necesidad y un deber. La sociedad actual es de consumo en la que todo es posible de ser elegido, excepto “la
compulsión a elegir”. Nada es lo suficientemente satisfactorio como para quitarle el atractivo al resto de los objetos.
La coerción, disfrazada de libertad individual, se inmiscuye en las elecciones que el individuo hace sobre su propio
cuerpo: el ideal es “estar en forma”. El concepto de salud es normativo, traza una línea que separa normalidad –
anormalidad (objetivo). En oposición a ello, “estar en forma” es un concepto enteramente subjetivo, he implica una
tendencia hacia el “mas”.
Cuerpo e ideal de Freud
El narcisismo implica la investidura libidinal del yo. Freud advierte que algo debe sumarse al autoerotismo del niño
para que el narcisismo primario se constituya, esto consiste en el narcisismo redivivo de los padres en el que el niño
es portador de perfecciones y virtudes, lo cual le depara una gran satisfacción. Sin embargo, prohibiciones y normas
culturales se le imponen al pequeño e implican un límite a su satisfacción narcisista. Por medio de la constitución del
ideal se produce un distanciamiento del narcisismo primario, y por medio del cumplimiento del ideal el sujeto podrá
recobrar algo de la satisfacción que experimentó de niño.
Otro elemento para pensar procesos que atañan al cuerpo es la pulsión. En tanto fuerza constante que no puede ser
cancelada y le depara al psiquismo elevadas exigencias (“estar en forma y siempre se puede mas”).
En ciertas ocasiones el sujeto se ve forzado a repetir vivencias que le deparan displacer y sufrimiento, y descubre un
tipo particular de satisfacción que va mas allá del principio de placer, le llama compulsión a la repetición.
Freud postula la existencia de una “denegación cultural” que le impone al sujeto el sacrificio de una parte de sus
pulsiones agresivas y sexuales, lo cual genera un cierto grado de hostilidad hacia la cultura, a pesar de los beneficios.
“La satisfacción narcisista proveniente del ideal de cultura (articulación entre lo cultural y lo subjetivo) es uno de los
poderes que contrarrestan con éxito la hostilidad a la cultura”.
Postula al cuerpo como una de las fuentes de sufrimiento humano, destinado al envejecimiento y a la disolución.
Para tolerar este malestar el sujeto acude a paliativos: ilusiones, ideas científicas y el GOCE DE LO BELLO.
Lacan: narcisismo e ideal. El cuerpo como construcción.
El sujeto nace en un mundo simbólico que lo preexiste. El niño llega a una matriz simbólica cuando se le otorga un
lugar en el que es alojado y sostenido. En ese lugar (lugar en el deseo del otro) es investido libidinalmente por
aquellos que desempeñen las funciones materna y paterna.
El cuerpo es una construcción en la que intervienen significante e imago. El estadio del espejo muestra como la
imago opera en el cuerpo. Lo visual posibilita la identificación con esa imagen sobre la cual no recae limitación. El
estadio del espejo debe entenderse como una transformación que se produce en el sujeto al asumir una imagen. La
imago actúa como causa en la estructuración del psiquismo, a partir de ella se constituirá una identificación primaria,
se conformara el yo y también el ideal.
El yo, como efecto de la imago, le brinda al sujeto una apariencia de unidad engañosa. El yo, cautivado por la imagen
del cuerpo unificado, contiene “la tendencia suicida” se complace amando y venerando esa unidad hasta el punto de
la locura o de la muerte (mito de Narciso). Sin embargo, la identificación con esa imagen también le permite al sujeto
protegerse del desamparo y pre maturación constitutivos.
En la relación al yo ideal, Lacan postula que contiene la promesa, de alguna vez alcanzar la ilusoria unidad de la
imagen en la cual se constituye. Síntesis que nunca será lograda.
El cuerpo como efecto del significante implica una ausencia de complementariedad entre la necesidad y el objeto,
dejando como efecto el goce y la satisfacción que nada tiene que ver con la cancelación de la necesidad biológica.
Características:
- Conservadores: no innovan, saben qué hacer con sus vidas (lo mismo que sus padres),
- Van a contracorriente (la sociedad no los acompaña).
- Características obsesivas (culto a la formalidad y rutina).
- Niegan los cambios que atentan contra su deseo de una estabilidad perfecta.
- Esfuerzo y responsabilidad antes que la creatividad.
- Disimulan, bajo una fachada “prolija”, todas las conductas que no consideran viables socialmente.
- Sostienen encubiertos los roles tradicionales para hombres y mujeres.
- Para el hombre tradicional, sostener un sistema de poder centralizado se vuelve difícil, ante su mujer y ante sus
hijos, porque el mundo se ha horizontalizado.
- Es frecuente un gran número de hijos.
- Algunos son tradicionales por una identificación con sus padres, otros, adoptaron esta posición luego de una
juventud bohemia o progresista, porque la seguridad, el ascenso social, o ambos, así lo reclamaban.
- Los desacuerdos promueven la violencia familiar y las mentiras por parte de los jóvenes que ponen en riesgo su
vida.
- Frágiles ante los cambios del mercado y ante la necesidad de cambiar para encontrar una nueva ubicación social.
- Adicciones: alcohol o psicofármacos (consumo de entrecasa), que les permiten liberarse del exceso de
formalismo, sin crear problemas de ilegalidad o alterar su imagen externa.
- Docentes: son conflictivos y rechazados, cuando caen en actitudes autoritarias y no incorporan novedades
didácticas. Si no hacen esto, aunque planteen un tipo de relación distante, son respetados. Son aquellos que
exigen en sus evaluaciones.
Autoritarismo: intentar mantener un modo de vida en Proporcionar un marco explícito, claro, a sus hijos. Los
contracorriente con los jóvenes y adultos que los rodean, jóvenes pueden identificarse o bien rebelarse* contra
esto genera desacuerdos que terminan en violencia familiar. ciertos aspectos de éste (brecha generacional).
*Erickson consideró esencial la rebeldía para la estructuración de la identidad: para que esta tenga lugar, se requiere
por un lado pautas claras para oponerse a ellas, y por otro, que no se ejerza violencia que anule la rebeldía.
ADULTOS-ADOLESCENTES: los hijos eternos.
Características:
- Adultos por edad y por experiencia pero no aceptan ubicarse en ese lugar, responsabilizarse por ellos y poner
límites.
- Juventud eterna: se mantienen jóvenes con gimnasias y dietas, cirugías, cremas, moda adolescente, estilo
informal, jergas adolescentes, vida nocturna.
- Grados de rechazo a ocupar el rol adulto:
o Pocos límites, se hacen cargo de la economía, establecen una organización familiar, mientras mantienen
un vínculo de complicidad.
o Quienes se mimetizan con los adolescentes e intentan pasar a los boliches con ellos, solo son adultos en
el trabajo.
o Otros tienen crisis de identidad, vocacional, laboral y afectiva mas allá de los 40 años. Incapaces de
hacerse cargo de ellos mismos y de otros.
- No suelen ser padres que lleguen a la violencia física, con los pequeños su maltrato aparece como abandono.
- “Adolescentones” o “Pendeviejos”: reniegan de ser adultos, porque cuando adolescentes, generaron la rebelión
contra la generación anterior y rompieron la brecha con la misma, mejorando la comunicación. Significo, pelear
contra los abusos de poder de los padres, pero hoy, destruir la brecha significa fundirse con los jóvenes.
- “Huérfanos” de figuras adultas: ellos le dan un sentido positivo, se quitaron la represión de encima y con ello se
han olvidado de la culpa. La elaboración de la propia orfandad (desde el psicoanálisis) debería ser un paso de
madurez, capacidad de autoabastecerse, pero esto no aparece así, se ve en algunos de estos tipos de adultos,
que rechazan a sus padres y buscan figuras alternativas para hacerse adoptar (lideres, gurúes).
- Renuncia al poder/autoridad: poner límites y sostenerlos es trabajoso, y envejece.
- Familias heterogéneas o sin hijos: en los que se crean vínculos horizontales entre sí, mujeres y hombres. Ante los
hijos, no aparecen como “adultos”.
- Hijos adolescentes de estos padres: siguen las vicisitudes de las vidas de los padres, organizan la casa para los
hermanos menores, se ubican en el lugar de adulto que sus padres no quieren ocupar, no vive su propia
adolescente. Le cuesta rebelarse, porque no hay contra que hacerlo, no hay marco, no hay oposición. Los hijos
más chicos serán incorporados a la adolescencia mas rápido.
- Diferencias dentro del grupo, según la época:
o Apariencia HIPPIE o ARTESANOS - pegados a los años 60-: desprecian la riqueza, el consumismo, la acción
del hombre sobre la naturaleza, la familia “tipo”; producen pero no industrializan; medicinas
alternativas; organización familiar comunitaria; se suman a movimientos naturalistas; normas asociadas
a la neurosis obsesiva; impulsaron el rock. Identifican el ser creativo con el estilo informal, la vida
afectiva “libre”, ser “joven”.
o POLITIZADOS Y ABURGUESADOS -herederos de los 70-: siguen idealizando esa época; muchos son
periodistas, políticos y sociólogos; cumplen con buena parte de las normas pero las desacreditan en
palabras; consideran que los límites son abuso de autoridad.
- Adicciones: marihuana, ligada a la creación artística, vida contemplativa, alejarse de la hostilidad o frustración.
- Docentes: riesgo de caer en la demagogia. Pedagogía “light”, sin presiones ni exigencias. Cuando usan su
capacidad de comunicación y su informalidad al servicio de motivar a los estudiantes, el resultado puede ser muy
exitoso. Evitan la brecha entre docente y alumno.
Caen en la demagogia al tratar a sus hijos como iguales, Buena comunicación: comprender que sus hijos tienen
relación alejada de toda simetría. otras influencias, tratan de conocerlas y comprenderlas.
Relación disfrazada de democrática: chicos se enfrentan a Reconocen la creatividad y los derechos del niño,
*responsabilidades y decisiones que no les corresponden*, llevando a la horizontalidad de la relación, cuando esto
esto encubre el no querer adoptar el rol adulto por parte de pasa sin expropiarle al joven su lugar de tal, el resultado
los padres. Evitan el autoritarismo, promueven el abandono. es positivo.
Hijos: poseen mayor libertad, consecuencia de estar solos
(puede llevarlos a la autoagresión ante el abandono).
Características:
Caer en la confusión y la parálisis ante la toma de La capacidad de pensar, repensar, y dudar bien
decisiones (esto genera un gran estrés). Cada decisión es instrumentada permite adaptarse a situaciones diferentes.
costosa y nunca están seguros de haber acertado. Crean síntesis entre lo recibido y la realidad que los rodea.
Generan hijos con rasgos rígidos o hipermaduros que Dudar de manera positiva le transmite a los jóvenes una
compensan la vaguedad de los padres. capacidad crítica positiva, que les permite cuestionarse y
“Compinchismo” a autoritarismo, charla informal a grito. cuestionar a quienes los rodean (padres, o la misma cultura
Generan en los hijos hacia los padres, manifestaciones adolescente)
agresivas. Valoran la estabilidad sin negar la ruptura, generan dialogo
con los hijos sin ponerse en el lugar de compinches.
Más tarde es fácil perder de vista el destino de esta identificación con el padre: puede ocurrir después que el
complejo de Edipo experimente una inversión, que se tome por objeto al padre en una actitud femenina, un objeto
del cual las pulsiones sexuales directas esperan su satisfacción. En tal caso, la identificación con el padre se
convierte en la precursora de la ligazón de objeto (la elección de objeto recae sobre él). Lo mismo vale para la nena
con las correspondientes sustituciones.
Padre como elección de objeto: el padre es lo que uno querría tener. Esta ligazón recae en el objeto
(padre) del yo.
Metapsicológico: es más difícil presentar esta diferencia. Sólo discierne que la identificación aspira a configurar el yo
propio a semejanza del otro, tomado como «modelo».
Identificación en la formación neurótica de síntoma:
1. Identificación como la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto (pecho materno) :
Ejemplo: niña recibe el mismo síntoma que la madre (tos). La identificación puede ser la misma del complejo de
Edipo, que implica hostilmente sustituir a la madre, y el síntoma expresa el amor de objeto por el padre; realiza la
sustitución de la madre bajo el influjo de la conciencia de culpa.
2. Identificación sustituye una ligazón libidinosa de objeto por la via regresiva, mediante introyeccion del objeto
en el yo (sexual):
Ejemplo Dora: imitaba la tos de su padre. El síntoma puede ser el mismo que el de la persona amada. La
identificación reemplaza a la elección de objeto; la elección de objeto ha regresado hasta la identificación: la
identificación es la forma primera del lazo afectivo, por tanto, sucede a veces que la elección de objeto vuelva (vía
regresiva) a la identificación, o sea, que el yo tome sobre si las propiedades de objeto.
3. Identificación que nace a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es
objeto de las pulsiones sexuales (grupo):
En este caso, la identificación prescinde por completo de la relación de objeto con la persona copiada. Ejemplo:
muchacha recibe una carta de su amante secreto, reacciona con ataque histérico (celos).
El mecanismo es el de la identificación sobre la base de poder o querer ponerse en la misma situación (no empatía).
Sus amigas también tendrán ese ataque. Ellas querrían también tener una relación secreta, y bajo el sentimiento de
culpa aceptan el sufrimiento aparejado (síntoma = punto de coincidencia entre los dos “yo” que debe mantenerse
reprimido). Mientras más significativa sea la comunidad, más exitosa es la identificación.
En los casos anteriores la identificación es parcial, toma prestado un único rasgo de la persona objeto.
La ligazón recíproca entre los individuos de la masa tiene la naturaleza de una identificación mediante una
importante comunidad afectiva, y esa comunidad reside en el modo de la ligazón con el conductor.
Consecuencias afectivas inmediatas de la identificación: Freud lo explica con 2 temas de investigación psicoanalítica:
o La génesis de la homosexualidad masculina :
El joven ha estado fijado a su madre, en el sentido del complejo de Edipo. Al completarse el proceso de la pubertad,
llega el momento de permutar a la madre por otro objeto sexual. Sobreviene entonces una vuelta repentina: el
joven no abandona a su madre, sino que se identifica con ella; se trasmuda en ella y ahora busca objetos que
puedan sustituirle al yo de él, a quienes él pueda amar y cuidar como lo experimentó de su madre.
En esta identificación, lo llamativo es su amplitud: trasmuda al yo respecto de un componente en extremo
importante (el carácter sexual), según el modelo de lo que hasta ese momento era el objeto. Con ello el objeto
mismo es resignado.
Identificación con el objeto resignado, en sustitución de él, y la introyeccion de ese objeto en el yo.
o El análisis de la melancolía(la pérdida real o afectiva del objeto amado) :
Es otro ejemplo de esa introyección del objeto. Rasgo principal de estos casos es la cruel denigración de sí del yo,
unida de autocrítica y unos amargos autorreproches. Estos reproches en el fondo se aplican al objeto y constituyen
la venganza del yo sobre él. La introyección del objeto es aquí de una evidencia innegable.
Estas melancolías nos muestran al yo dividido en dos fragmentos, uno de los cuales arroja su furia sobre el otro. Este
otro fragmento es el alterado por introyección, que incluye al objeto perdido. El fragmento que se comporta
cruelmente incluye a la conciencia moral (es el superyó).
En nuestro yo se desarrolla una instancia que se separa del resto del yo y puede entrar en conflicto con él: es el
“ideal del yo”. Sus funciones son: observación de si, conciencia moral, censura onírica y ejercer la represión. Esta
instancia era la herencia del narcisismo, en el que el yo infantil se contentaba a sí mismo. Poco a poco toma los
influjos del medio que plantean que el yo no siempre puede allanarse, y así el ser humano, toda vez que no puede
contentarse consigo en su yo, puede hallar satisfacción en el ideal del yo. Origen: la autoridad (padres).
En lo concerniente a lo social y cultural, se ha hecho imprescindible en los últimos años la renovación de la idea de la
Vejez. Es un concepto que ha ido mutando a lo largo de la historia. De aquellas sociedades humanas en que se
adjudicaba a esta etapa de la vida una singular sabiduría (con la concomitante articulación con el poder), se arriba
hasta aquel momento en que el adulto, cuando llega a la vejez, resulta algo así como un compendio de carencias,
significado justamente desde aquello que ha perdido.
La postmodernidad se caracteriza por una interrogación constante de las doctrinas heredadas de la Ilustración. Eso
incluye a las referidas a la vejez.
El siglo XXI desafía a la comunidad científica a reconocer a una población de adultos mayores que no pueden ser más
excluidos. En las últimas décadas se ha observado con gran fuerza, el envejecimiento poblacional, fenómeno
caracterizado por el aumento progresivo de la población de 60 años o más.
Sin embargo, se presentan diferencias marcadas entre los países desarrollados y subdesarrollados:
- En los países desarrollados las personas de más de 65 años representan alrededor del 15% de la población.
La mayor proporción se encuentra en Europa y le siguen América del Norte y Oceanía.
- En los países en desarrollo el problema radica en que no cuentan con los medios para atender las
necesidades de los ancianos. (África Subsahariana y Asia Meridional).
- Para los países con economías emergentes, como el caso de Argentina, el envejecimiento poblacional
representa un desafío en el orden cultural, político y económico, ya que necesitan promover la participación
de esta franja etaria en la sociedad así como satisfacer sus necesidades.
Al respecto, existen múltiples desafíos como la necesidad de establecer un sistema previsional y de seguridad
económico-social para los ancianos que les asegure un nivel de vida digno. Por otro lado, se deben mejorar los
sistemas de salud y eliminar las formas de violencia y discriminación contra los adultos mayores, así como también
alentar su participación social.
Sin embargo, en las prácticas que se ocupan de la atención de la vejez, se discierne la profusión de una suerte de
enunciados pedagógicos que sólo apuntan a lograr una adaptación exitosa a aquello que se supone que se pierde en
esta etapa de la vida, con lo que no logran otra cosa que resaltar justamente la pérdida. Aún en contra de lo
propuesto por la ciencia misma, las prácticas científicas parecen no poder llevar a la práctica los adelantos
discursivos y los nuevos ideales.
En 1982 la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento fijó la edad de 60 años para marcar el inicio de la vejez. Pero
¿qué significa la vejez?
Esta edad de inicio de la vejez, que hace a la cronología, es el producto de una convención. El concepto de vejez no
puede definirse por lo etario, sino que exige para comenzar a ser desentrañado sustentarse en sus aristas biológica,
psicológica y social, por lo menos.
Vejez y Psicoanálisis
Psicoanálisis y Vejez ¿Es posible articular allí algo del orden de la atemporalidad inconsciente? Si. Las
complejidades de la subjetividad en las que se incluyen términos y conceptos como aparato psíquico, pulsión,
represión, huellas mnémicas, sexualidad, narcisismo, identificación, cuerpo erógeno, complejo de Edipo, herencia
simbólica, transculturalidad, transferencia, etc., forman la argamasa (mezcla) sobre la que se construye el quehacer
psicoanalítico, que está sostenido en una concepción del sujeto que excede el marco de la edad cronológica y que
pone el acento en la estructura que lo constituye.
Vulgarmente, la vejez alude a esa tan temida degradación del cuerpo. Pero tiene implícita, si no se la desenmascara,
la condena de la subjetividad misma a semejante destino. Sucede que la vejez es una categoría discursiva de la
cultura y de la ciencia, construida alrededor de la noción de un cuerpo en declinación que asalta al sujeto,
empujándolo a luchar con la sustentación de sus deseos – los que a veces parecen rendirse- dejando el triunfo al
cuerpo prometido a la muerte.
El aporte del Psicoanálisis permite diferenciar la subjetividad del cuerpo biológico finito a partir de la dimensión del
inconsciente y del deseo.
Socialmente, la vejez tiende a ocupar un lugar de verdad sobre el sujeto, es decir, se presenta como un saber a
priori. El psicoanálisis aborda el sujeto en su condición de hablante, que es lo mismo que decir capaz de producir los
significantes fundadores de su propia historia. Le permite intentar una especie de conciliación con su cuerpo débil y
mortal. La ética psicoanalítica implica en convocar el sujeto a responsabilizarse por el destino de sus acciones, cuya
motivación más legítima es el propio deseo. Es a partir del saber inconsciente, que se asienta la relación del sujeto
con la propia vejez, en un esfuerzo de subjetivación siempre precario y abierto a un devenir incierto.
Freud en “El malestar en la cultura” se refiere al cuerpo como uno de los orígenes del malestar humano. Reconocer
esta limitación no debería tener un efecto paralizador, en tanto el avance de la ciencia permite mitigar este
sufrimiento, aunque siempre de manera parcial, nunca totalmente. Señala Freud que estos avances científicos son
un esfuerzo narcísistico que buscan engañar la muerte, transformando al hombre en algo así como “un dios de la
prótesis”, indicando con esta calificación el carácter engañoso de los mismos. Y es que en realidad, el malestar es
inherente al deseo mismo.
Por su parte, Lacan señala la función de la imagen del cuerpo como forma y contorno que se constituye a partir de la
imagen del Otro, que captura y fascina el sujeto. Fascinación esencial para la constitución del yo, en la medida en
que permite superar la fragmentación del cuerpo de las pulsiones parciales y otorga al sujeto a advenir una primitiva
unidad.
Esta operación, fundante, es además el soporte simbólico (campo de los significantes) crucial y necesario, pues no es
sin la presencia de un tercero confirmando el valor de esa imagen que el sujeto pueda erigirse como tal. Gracias a
ella, el sujeto podrá apropiarse de un cuerpo que si bien tiene su soporte biológico, es el producto de operaciones
psíquicas que separan terminantemente lo humano de cualquier otra especie.
El cuerpo de la vejez es el lugar privilegiado de decepción narcisista. Aunque el narcisismo no se presente como una
defensa contra la pulsión de muerte, aparece como la ilusión con la que se dominan las “adversidades” de la vida.
Freud, invoca la pulsión de muerte para hablar del anhelo más hondo de la cesación de la “fiebre llamada vivir”.
Desde una mirada teñida por el biologicismo, en “Más allá del principio de placer” afirma que “…el objetivo último
de la vida es su propia extinción”; aunque este, objetivo es “desviado” por el deseo, en tanto es el motor de la
pulsión de vida. Y esta no es otra cosa que el límite a la muerte, o sea, el trabajo psíquico.
Desde la teoría sostenía lo improductivo del análisis en la vejez, postulando la tendencia a la entropía psíquica-
entendida como pérdida de la elasticidad– a la cual consideraba además progresiva a medida que se envejece,
aclarando que sin embargo puede no ser exclusiva de la edad avanzada. Esta postulación es la base en que
fundamenta las restricciones al trabajo clínico con ancianos. Pero como contrapartida, y reconociendo el trabajo
constante del psiquismo humano motorizado por el deseo, Freud no dejó de autoanalizarse hasta el final de su vida.
Si el conocimiento académico propio del campo Psi no queda subsumido en los enfoques biológicos o sociales,
facilitará empezar a responder interrogantes acerca de qué es lo que va más allá de lo social y de lo biológico en el
envejecer, o cómo dar cuenta del sujeto que envejece y sus particularidades, desentrañando con los límites lógicos
de un saber no absoluto cómo sobrelleva cada sujeto en particular su envejecer. En definitiva, aportar y enriquecer
desarrollos teóricos, clínicos y metodológicos que permitan comprender la dimensión subjetiva en la problemática
de la vejez.
Doctrina de pulsiones: nuestra mitología; no podemos prescindir ni un instante de ellas, y sin embargo nunca
estamos seguros de verlas con claridad. Al comienzo distinguimos dos pulsiones principales, según las dos grandes
necesidades: hambre y amor. El individuo vivo sirve a dos propósitos: su propia conservación y la de la especie. En
este punto, se cultiva una psicología biológica. Como subrogadoras de esta concepción, se introdujeron las
“pulsiones yoicas” (incluyen todo lo que tiene que ver con la conservación, la afirmación, el engrandecimiento de la
persona) y las “pulsiones sexuales” (les conferimos la vida sexual infantil y la perversa). Nuestro estudio primero
fueron solo las pulsiones sexuales, cuya energía denominamos “libido”. En torno de ellas aclaramos nuestras
representaciones sobre lo que era una pulsión y lo que podíamos atribuirle.
Pulsión: proviene de fuentes de estimulo situadas en el interior del cuerpo, actúa como una fuerza constante y la
persona no puede sustraérsele mediante la huida. La fuente es un estado de excitación en lo corporal; la meta, la
cancelación de esa excitación, y en el camino que va de la fuente a la meta la pulsión adquiere eficacia psíquica. La
meta puede alcanzarse en el cuerpo propio, pero por regla general se interpone un objeto exterior en que la pulsión
logra su meta externa; su meta interna sigue siendo la alteración del cuerpo sentida como satisfacción.
Sublimación: modificación de la meta y cambio de vía del objeto en la que interviene nuestra valoración social.
De meta inhibida: mociones pulsionales de meta inequívoca, que sobrevienen una duradera investidura de objeto y
una aspiración continua (ej: vínculos de ternura).
Las pulsiones sexuales tienen una gran plasticidad, tienen la capacidad de cambiar de vía sus metas; sustituyen una
satisfacción pulsional por otra, de las cuales las pulsiones de meta inhibida son un buen ejemplo. En cambio, las
pulsiones de auto-conservación son inflexibles, son imperativas de manera muy diversa y tienen una relación
enteramente distinta tanto con la represión como con la angustia (están relacionadas al hambre y la sed).
Antes de una pulsión sexual, vemos un gran número de pulsiones parciales, provenientes de diversas partes y
regiones del cuerpo (placer de órgano); de esto desprenden las zonas erógenas: oral, anal, fálica, y genital.
Abraham: probó que en la fase sádico-anal pueden distinguirse dos estados. En el primero reinan las tendencias
destructivas de aniquilar y perder, en el segundo las de guardar y poseer. Igualmente sucede en la fase oral, en el
primer subestadio se trata de la incorporación oral, y el segundo estadio, está caracterizado por la emergencia de la
actividad de morder (designado como oral-sádico). Ahora traigan a su memoria lo que tenemos acerca del nexo
entre fijación libidinal, predisposición y regresión.
Ahora nuestra atención se dirige a los hechos que nos muestran cuanto de aquella fase anterior se ha conservado
junto a las configuraciones posteriores y tras ellas, se procura una subrogación duradera en la economía libidinal y
en el carácter de la persona. A menudo ocurren regresiones a fases anteriores, y estas miasma son características de
determinadas formas de enfermedad.
En el curso de los estudios sobre las fases pregenitales de la libido obtuvimos intelecciones sobre la formación del
carácter: orden, ahorratividad y terquedad, son propiedades que provienen del consumo y del empleo diverso de su
erotismo anal. Hablamos entonces de un carácter anal.
Nuestra teoría de la libido tuvo al comienzo, la oposición entre pulsiones yoicas y pulsiones sexuales. Cuando más
tarde estudiamos mejor al yo, y nos posicionamiento desde el punto de vista del narcisismo, ese distingo perdió el
suelo en que se asentaba.
El narcisismo no es sino una exageración extrema de un estado de cosas normal. Se entiende que el yo es siempre el
principal reservorio de la libido; de el parten las investiduras libidinosas de los objetos, y a él regresan, la parte
mayor de esa libido permanece de manera continua dentro del yo. Sin cesar se trasmuda libido yoica en libido de
objeto, y libido de objeto en yoica. Pero entonces ellas no pueden ser de diferente naturaleza, no tiene sentido
separar la energía de una y otra, y es posible abandonar la designación “libido” o usarla como equivalente de energía
psíquica general.
Pero, la doctrina de las pulsiones; tambien descansa en consideraciones biológicas; suponemos que existen dos
clases de pulsiones de diferente naturaleza: las pulsiones sexuales (Eros) y las pulsiones de agresión, cuya meta es la
destrucción. ¿Por qué nosotros mismos tardamos tanto antes de decidirnos a reconocer una pulsión de agresión,
por qué vacilamos en utilizar para la teoría unos hechos que eran manifiestos y notorios para todo el mundo?
Porque incluirla en la constitución humana, contradice demasiadas premisas religiosas y convenciones sociales.
La «bondad» de la naturaleza humana es una de esas miserables ilusiones que, embellecerán y aliviarán la vida,
cuando en realidad sólo hacen daño. En efecto, hemos propiciado el supuesto de una particular pulsión de agresión
y destrucción en el ser humano sobre la base de consideraciones generales a que nos llevó la apreciación de los
fenómenos del sadismo, cuando la satisfacción sexual se anuda a la condición de que el objeto sexual padezca
dolores, maltratos y humillaciones (nexo con la masculinidad), y del masoquismo, cuando la necesidad consiste en
ser uno mismo ese objeto maltratado (nexo con la feminidad). Sadismo y masoquismo son fenómenos enigmáticos
para la teoría de la libido y muy en particular el masoquismo.
En el sadismo y el masoquismo nos las habernos con dos destacados ejemplos de la mezcla entre ambas clases de
pulsión, del Eros con la agresión, y ahora adoptamos el supuesto de que ese nexo es paradigmático, de que todas las
mociones pulsionales que podemos estudiar consisten en tales mezclas de las dos variedades de pulsión, desde
luego que en las más diversas proporciones. Entonces, las pulsiones eróticas introducirían en la mezcla la diversidad
de sus metas sexuales, en tanto que las otras sólo consentirían aminoramientos y matices de su monocorde
tendencia.
Volvamos al masoquismo: tiene por meta la destrucción de sí. Si respecto de la pulsión de destrucción también es
válido que el yo (pero más bien el ello) incluye dentro de sí todas las mociones pulsionales, obtenemos la concepción
de que el masoquismo es más antiguo que el sadismo (este es la pulsión de destrucción vuelta hacia afuera) que así
cobra el carácter de la agresión. Algún tanto de la pulsión de destrucción originaria puede permanecer en el interior;
sólo podemos percibirla bajo dos condiciones: que se haya conectado con pulsiones eróticas para formar el
masoquismo o que se vuelva hacia el mundo exterior como agresión. En este punto se nos impone la posibilidad de
que la agresión no pueda hallar satisfacción en el mundo exterior por chocar con impedimentos reales. Si esto
sucede, vuelve atrás y multiplica la escala de la autodestrucción que reina en lo interior.
Una agresión impedida parece implicar grave daño; las cosas se presentan de hecho como si debiéramos destruir a
otras personas o cosas para no destruirnos a nosotros mismos, para ponernos a salvo de la tendencia a la
autodestrucción.
Pulsión de autodestrucción: las pulsiones no rigen sólo la vida anímica, sino también la vegetativa, y estas pulsiones
orgánicas muestran un rasgo que merece interés: se revelan como unos afanes por reproducir un estado anterior.
Suponemos que en el momento mismo en que uno de esos estados, ya alcanzado, sufre una perturbación, nace una
pulsión a recrearlo y produce fenómenos como la compulsión de repetición. Así, se extiende una capacidad para
formar de nuevo órganos perdidos, y la pulsión de sanar, se producen bajo el imperio de la compulsión de
repetición, que expresa la naturaleza conservadora de las pulsiones. Las vivencias olvidadas y reprimidas de la
primera infancia se reproducen en el curso del trabajo analítico en sueños y reacciones, particularmente en las
transferencias, y que su despertar contraríe el interés del principio de placer y en estos casos una compulsión de
repetición se impone incluso mas allá del principio de placer. Hay personas que durante su vida repiten siempre las
mismas reacciones en su perjuicio, o que parecen perseguidas por un destino implacable, cuando en verdad son ellas
mismas quienes sin saberlo se deparan ese destino (carácter “demoniaco” de la compulsión a la repetición).
¿En qué contribuirá este rasgo conservador de las pulsiones para entender nuestra autodestrucción? ¿Qué estado
anterior querría reproducir una pulsión como esta? Si alguna vez la vida surgió de la materia inanimada, tiene que
haber nacido en ese momento, una pulsión que quisiera volver a cancelarla, reproducir el estado inorgánico. Y si
ahora discernimos en esa pulsión la autodestrucción, estamos autorizados a concebir esta última como expresión de
una pulsión de muerte que no puede estar ausente de ningún proceso vital. Entonces las pulsiones se nos separan
en estos dos grupos: las eróticas, que quieren aglomerar cada vez más sustancia viva en unidades mayores, y las
pulsiones de muerte, que contrarían ese afán y reconducen lo vivo al estado inorgánico. De la acción eficaz
conjugada y contraria de ambas surgen los fenómenos de la vida, a que la muerte pone término.
Admitimos dos pulsiones básicas, y dejamos a cada una su propia meta. Averiguar cómo se mezclan ambas en el
proceso vital, cómo la pulsión de muerte es puesta al servicio de los propósitos de Eros, sobre todo en su vuelta
hacia afuera en calidad de agresión, tareas reservadas a la investigación futura.
El punto de partida de estas reflexiones sobre la doctrina de las pulsiones: es la impresión de que el paciente, que
ofrece la resistencia, muchas veces nada sabe de ella. Y no solo la resistencia le es inconsciente; también los motivos
de ella. Nos vimos precisados a investigar esos motivos, y lo hayamos, en una intensa necesidad de castigo que solo
podíamos clasificar entre los deseos masoquistas. Se satisface con el padecimiento que la neurosis conlleva, y por
eso se aferra a la condición de enfermo.
Necesidad inconsciente de castigo: se comporta como un fragmento de la consciencia moral, la continuación en lo
inconsciente; por tanto, ha de tener el mismo origen que esta y corresponder a una porción de agresión interiorizada
por el superyó. En la institución primera del superyó, es indudable que para dotación de esa instancia se empleo el
fragmento de agresión hacia los padres que el niño no pudo descargar hacia afuera a consecuencia de su fijación de
amor, así como de las dificultades externas. Es muy posible que a raíz de ocasiones posteriores para sofocar la
agresión, la pulsión tome el mismo camino que se le abrió en aquel punto temporal decisivo.
Las personas en quienes es hiper-potente ese sentimiento inconsciente de culpa se delatan en el tratamiento
analítico por la relación terapéutica negativa. Los no analistas dirían que le falta la “voluntad de curarse”; según el
pensamiento analítico, esa conducta es una exteriorización del sentimiento inconsciente de culpa, al cual se
acomoda la condición de enfermo con su padecimiento y sus impedimentos.