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Sobre Algunas Fuentes para La Historia en La Segunda Consideración Intempestiva de Nietzsche
Sobre Algunas Fuentes para La Historia en La Segunda Consideración Intempestiva de Nietzsche
Sobre Algunas Fuentes para La Historia en La Segunda Consideración Intempestiva de Nietzsche
Resumen
El presente trabajo representa la primera de tres partes de un ensayo cuyo propósito es
llevar a cabo una reflexión en torno a la historia inspirada en la filosofía de Nietzsche a
partir de la reconstrucción histórica de sus fuentes de inspiración para la Segunda
intempestiva. En esta primera parte se analizan las fuentes de inspiración más tempranas
del filósofo alemán en torno a los temas que más tarde desarrollará en Sobre la utilidad y
el perjuicio de la historia para la vida.
Abstract
This work represents the first of three parts of an essay whose purpose is to conduct a
reflection on the history inspired by Nietzsche's philosophy from the historical
reconstruction of his sources of inspiration for the Second Untimely Meditation. In this first
part analyzes the earliest sources of inspiration of the German philosopher around the
themes later developed in On the Use and Abuse of History for Life.
Palabras claves
Historia (Geschichte-Historie), Crítica ontológica, Crítica epistemológica, Narración-
Narrativa, Lenguaje-Habla, Heroísmo-Heroicidad, Cinismo-Escepticismo.
Keywords
Story-History, Ontological criticism, Epistemological criticism, Narration-Narrative,
Language-Speech, Heroism, Cynicism-Skepticism.
Acuden también los generales Sindos a engrosar el número, temiendo aún el castigo por la
vergonzosa acción de sus padres. Al lado de éstos Falces empuja por la llanura, con gran
estrépito, una nube de broncíneas tropas; y los Coralos, apiñados, hacen ondear sus
estandartes; tienen como distintivo ruedas bárbaras, la figura de hierro de un jabalí. Ellos
no procuran enardecer el combate con roncos cuernos, sino que, según su costumbre, van
cantando a sus jefes nativos las hazañas pretéritas de los suyos y las loas de los
antepasados que sirven para aumentar la moral de los soldados.
Introducción
Desde la primera vez que leí a Heine su poesía despertó en
mí gran admiración, y como todo aquello que fascina los
deseos de emulación no se hicieron esperar. Por supuesto
que la conciencia de mis propias limitaciones me impedía la
inmodestia de intentar imitar la profundidad, la armonía y la
belleza de su escritura, pero no el atender sus consejos y
sugerencias en cuanto a la forma y el estilo, incluida su
aversión al procedimiento extendidísimo y generalmente
aceptado de comenzar un escrito por la reflexión de la
propiedad o impropiedad del título que lo acompaña. Desde
entonces me prometí a mí mismo no seguir ese
procedimiento, pero como toda promesa ésta guarda una
cláusula en la que pierde su validez en relación con el
propósito que busca, más aún, cuando la forma y el estilo
tienen la irrenunciable tarea de dar sentido y coherencia a lo
que se piensa. Es ahora una de esas raras ocasiones, al
menos así lo deseo, en la que dicha cláusula reclama sus
fueros y en la que resulta más provechoso tanto para la
forma como para el contenido comenzar por dar razones
acerca del título que los nombra.
Habiendo hecho esta confesión ¿qué es lo que podemos
esperar de las presentes reflexiones? Contrario a lo que
sugiere el título éstas no pertenecen, o por lo menos no
sobre todo, a los esfuerzos por reconstruir el camino
filosófico de Nietzsche. Si a lo largo de las mismas -que por
razones de espacio se han dividido en tres entregas- se
intenta reconstruir1 algunas fuentes para sus nociones de
historia en la Segunda Intempestiva ello obedece sólo a la
oportunidad y la urgencia que su estudio supone para crear-
sentar las bases de una reflexión en torno a la historia y al
tiempo (a la historicidad y a la temporalidad) de inspiración
nietzscheana que no se acote únicamente a Sobre la
utilidad y el perjuicio de la historia para la vida y a su
entorno más inmediato -en el caso que nos ocupa, sólo a lo
que le precede-. Por esta razón esa reconstrucción tiene
más bien la intención de un recrear.
En un comentario de las célebres palabras de Fustel de
Coulanges, Walter Benjamin dice que: <<articular
históricamente el pasado no significa conocerlo “tal como
verdaderamente fue”. Significa apoderarse de un recuerdo
tal como éste relumbra en un instante de peligro>> 2. No se
puede conocer el pasado tal y como éste fue 3 realmente
porque el pasado nunca es, ni, por tanto, está dado4, sino
que es (se crea y recrea) en el momento mismo en que se
piensa5 en, de y sobre él, ese es el instante de peligro, el
momento de la emergencia y la oportunidad del pasado, el
momento en el que emerge de las sombras y afecta e
interesa nuevamente -sólo de esa manera se puede estar
en condiciones de apoderarse, y en ese sentido, no ser
sometido, por un recuerdo que, como tal, sólo puede
relumbrar cuando es traído a colación, es decir, cuando es
creado y recreado, ese es el instante en el que el pasado
retorna a la vida paraimpulsarla, y es siempre un instante de
peligro porque no sólo amenaza con no suceder, sino
porque el impulso que proporciona no puede ser
determinado del todo ni de antemano-. De allí que al
intentar reconstruir las fuentes que promovieron e inspiraron
la historia en la Segunda intempestiva no pretendamos
reconstruir las fuentes que realmente sirvieron de
inspiración al filósofo alemán, como si esto fuera no sólo
posible, sino deseable, sino más bien recrear para nosotros
mismos esas fuentes de manera que no sólo hagan
referencia, sean pertinente e incumban a lo que se fue, sino
a lo que es y a lo que, por obra de dicha referencia,
pertinencia e incumbencia, será.
Sin embargo, de hecho esta oportunidad y urgencia se abre
y aborda aquí desde la reconstrucción histórica de las
fuentes que inspiraron e influyeron las nociones de historia
en esa Segunda Intempestiva, de allí que, quien por el titulo
se sintió atraído por las presentes reflexiones no deba, a
pesar de lo dicho en esta introducción, renunciar a su
lectura, pues, espero, se cumpla lo que el título promete.
Sin embargo, los lectores han de ser asimismo
condescendientes con el autor si éste no se acota y acata a
ese único propósito y por ello se detiene y practica largas y
excesivas consideraciones, resultando incluso redundantes
o que nada, en apariencia, tengan que ver con el objetivo
enunciado por el título.
Asimismo he creído que la mejor manera de llevar a cabo
este propósito es, como se ha anunciado arriba, dividiendo
el ensayo en tres partes donde se estudian las Fuentes
primeras y mediashasta llegar al análisis sobre la obra en
cuestión. Teniendo esto presente vayamos a lo que nos
ocupa.
1 Reconstruir significa también, al menos dentro de este contexto, recrear, porque, aun
cuando el trazado a seguir fuese lo más claro, cosa ésta última que en el caso particular
de la filosofía de Nietzsche no ocurre, esa concepción, ese seguimiento, las relaciones y
los materiales para llevar a cabo semejante obra son ya un camino propio, un camino que
requiere tanta o incluso mayor creatividad que el original en que está basado, porque lo
cierto es que en esa reconstrucción creativa de la obra ésta puede sugerirnos aún más
cosas de las que le sugirió a su primer autor. Desde el momento en que las obras se
ofrecen al escarnio público el autor no tiene derecho a reclamar una posición privilegiada
respecto al o a los sentidos y significados de la misma.
2 Walter Benjamin, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Ítaca-UACM, México, 2008.
p. 40.
3 En términos gramaticales, resulta notoria la enunciación de lo histórico, de lo pasado en
pretérito perfecto, es decir, cómo aquello que está acabado, que está completo, que está
dado…, aquello sobre lo que el presente, como tiempo gramatical, no tiene más injerencia
que la poder enunciarlo. En este sentido lo pasado es aquello que no concierne al
presente o sólo lo hace débilmente, en términos de Nietzsche, con fines puramente
eruditos.
4 Ello concordaría perfectamente con la idea benjaminiana de un tiempo homogéneo y
vacío.
5 Pensar no en el sentido de la acción directriz y primigenia en nuestra relación con el
pasado, éste como sinécdoque de historia, sino (ese pensar) como sinécdoque, a su vez,
de las acciones, del actuar que es vivir, que inspira nuestra relación con el pasado. La
aclaración no resulta vana si se tiene en cuenta que para algunos ese pensar remita
únicamente su dimensión gnoseológica y que de allí se siga que nuestra relación con lo
histórico sea única, primigenia u originalmente de ese tipo y carácter, o peor aún, que se
crea que haya una tal relación (única, primigenia y original) con lo histórico, pues, como se
verá, al ser lo histórico también de carácter múltiple e inclusivo no es posible determinar
una relación de ese tipo con aquello que, por otro lado, es asimismo indeterminable. Aquí,
como he dicho, pensar tiene un carácter amplio e inclusivo que en relación con lo histórico
enuncia sobre todo las posibilidades de acción y de actuar (y sus contrarias) que vienen en
nuestro relacionarnos con lo histórico cuando éste es creado y recreado.
6 Curt Paul Janz, Friedrich Nietzsche 1. Infancia y juventud, Alianza editorial, Madrid,
1994. p. 59.
7 Ibid., p. 67.
8 Ibid., pp. 68-69.
9 Friedrich Nietzsche, El crepúsculo de los ídolos, Alianza editorial, Madrid, 2006. p. 137.
10 Friedrich Nietzsche, Ecce homo, Alianza editorial, Madrid, 2005. pp. 43-44.
11 Gayo Salustio Crisipo, Conjuración de Catilina, Gredos, Madrid, 1997. 8, 1-8, pp. 79-80.
12 Friedrich Nietzsche, Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida, Biblioteca
nueva, Madrid, 1999. p. 37.
13 Esto sería lo paradigmático de la Historia monumental de la Segunda intempestiva. En
primera instancia celebrar las hazañas de los propios, pero como procede Heródoto
[Proemio], también la de los extraños, porque en el fondo celebrando estas hazañas nos
celebramos a nosotros mismos, ya que, como lo señala Sloterdijk, la heroicidad es la
pionera psicológica de la cultura. <<En retaguardia de los primeros héroes, fueron posibles
hombres que, por primera vez tenían la certeza de aprender, de forma rutinaria, lo que en
su época es propio de las posibilidades humanas>> [Peter Sloterdijk, Extrañamiento del
mundo, editorial Pre-Textos, Valencia, 2001. p. 35]. De allí que, indudablemente, esta
voluntad de generalización impulsada por la admiración y los deseos de emulación se
convirtiera en un feliz error de dos aristas, primera, parte de la concepción de lo genérico
como materialmente existente y segunda, parte de que el desarrollo de eso potencial-
genérico es posible a través de la enseñanza. Esta comprensión podría llevarnos
asimismo al esclarecimiento de su desarrollo negativo como cinismo, <<desde el estado
de conciencia que sigue a las ideologías naïf (ingenuas)>> [Peter Sloterdijk, Crítica de la
razón cínica, ediciones Siruela, Madrid, 2006. p. 37]; hasta el cinismo, como falsa
conciencia ilustrada [Ibid., p. 40]. Se podría decir que en la razón cínica se opera una
transvaloración de aquello que la historia debería celebrar y generalizar.
14 Este, además del recuerdo, es el objetivo explícito de las primeras manifestaciones
históricas de occidente: Homero, Hesíodo, la épica arcaica, Píndaro…
15 Como el habla para Heidegger. Cf, Martin Heidegger, Hölderlin y la esencia de la
poesía. En: Aclaraciones a la poesía de Hölderlin, Alianza Editorial, Madrid, 2005. pp. 43-
45.
16 Esto mismo constituye gran parte de la materia en Hölderlin y la esencia de la poesía.
17 Cf, Martin Heidegger, la época de la imagen del mundo. En: Caminos del bosque,
Alianza editorial, Madrid, 2005. pp. 63-90.
18 Es aquí donde toma forma otra de las tendencias intempestivas de Nietzsche: el
interesarse y ocuparse de la retórica más allá de su utilidad didáctica y académica. Cf,
Friedrich Nietzsche. Escritos sobre retórica, editorial Trotta, Madrid, 2000.
19 Pensando aquí lo especulativo en el sentido en el que es criticado por la filosofía
marxista (la crítica de Marx a la filosofía neohegeliana), es decir, por un esfuerzo reflexivo
que no tiene relación con lo práctico, aunque más bien, su relación con la praxis es
conservadora y apologética. En ese sentido es claro que la historia hasta aquí presentada
no puede ser considerada especulativa, al menos en ese sentido, pues su ser, su razón de
ser y su objetivo son precisamente la conjuración de una decisión no conservadora en
torno a lo vital.
20 Como se sigue de los estudios histórico-críticos sobre la ciencia, y, a propósito de
éstos, citado más arriba, La época de la imagen del mundo, este terreno de operación esta
asimismo determinado históricamente, con características, objetivos e implicaciones que
se pueden descubrir en su estudio histórico-crítico, por tanto resulta indispensable
reconocer a qué tipo de historia (particular) beneficia la conservación y reproducción de
este terreno de operación.
21 Pienso, en este sentido, en la crítica de la épica histórica que Walter Benjamin realizó
en sus Tesis sobre la historia. Sobre la misma problemática, aunque en otro tenor, puede
consultarse el excelente trabajo del Dr. Wolfgang Fritz-Haug que sirve como presentación
al Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo [Wolfgang Fritz-Haug, “Diccionario Histórico-
Crítico del Marxismo”, Dialéctica, año 32, número 41, invierno 2008-primavera 2009. pp. 7-
26.
22 En la segunda parte del ensayo analizaremos este optimismo en relación con la crítica
que le hace Nietzsche en la Primera intempestiva. Esta crítica al optimismo, empero, tiene
a una de sus más destacadas figuras en Walter Benjamin.
23 Peter Sloterdijk, el desprecio de las masas, editorial Pre-Textos, Valencia, 2005. pp. 72-
73.
24 Si entendemos que estos procedimientos son también históricos entenderemos que:
están llenos de sentido, de significado, que tienen finalidades e implicaciones; que
pertenecen, que son creadas y recreadas por y para alguien específico, es decir, que no
son inmanentes de lo histórico, que le benefician y que a los demás, que nos les
pertenecen aunque las recreen, no; que se naturalizan para parecer a históricos…
25 Salustio, Guerra de Jugurta, op., cit. 1, 1-9, p. 137.
26 Como se señala a continuación en estas notas, la posibilidad de reconocimiento del
poder constitutivo de las paradojas, las contradicciones, las elipsis… en lo histórico
representa una de las razones principales para el abandono de las aproximaciones
tradicionales.
27 Esta es una manifestación muy extendida, humana demasiado humana, expresada en
términos modernos por Kant y su fe en el sentido común como el bien mejor repartido que,
para pensar, lo único que hace falta es no contradecirse, Nietzsche, por otro lado,
consideraba al método como economía de principios, esta economía escatima en los
esfuerzos, sin embargo, siempre insuficientes, por aprehender la inconmensurable e
inefable multiplicidad. Visto de esta manera, en su crítica al método, Nietzsche nos insta a
no escatimar recursos en nuestra reflexión de lo histórico -para el caso que nos ocupa-,
con el fin de poder captar sus complejas y ricas relaciones y manifestaciones, entre ellas,
las paradojas, las contradicciones, las hipérboles…, quien quiera aproximarse a esta
riqueza y complejidad ha de renunciar a una metodología, a priori, las niega.
28 Peter Sloterdijk, Ira y tiempo, ediciones Siruela, Madrid, 2010. p. 14.
29 En este sentido resultan esclarecedoras las reflexiones de Horkheimer a propósito del
escepticismo en: Montaigne y la función del escepticismo. En: Historia, metafísica y
escepticismo, ediciones Altaya, Barcelona, 1995. pp. 137-201. Así como, ya lo
adelantábamos arriba en las notas, la Crítica de la razón cínica de Peter Sloterdijk.
30 Salustio, Guerra de Jugurta, op., cit. 4, 1-8, pp. 138-139.
31 No se puede pasar por alto, pero aquí no es posible analizarlo, el contexto en el que
Salustio debió desplegar su carrera política que finalmente provocó su decisión de
abandonarla, para esclarecer algo de este contexto remitimos a la Introducción de
Bartolomé Segura Ramos a las obras del historiador romano en la edición ya citada.
32 Curt Paul Janz, Friedrich Nietzsche 2. Los diez años de Basilea, Alianza editorial,
Madrid, 1987. 14, pp. 224 y ss.
33 Es importante señalar que tales problemas en su relación no sólo con Ritschl sino con
varias de las personas de la generación de su padre que Nietzsche admiraba, como Jacob
Burckhardt, se dan tras la publicación de las 2 primeras Consideraciones intempestivas.
Ritschl pudo aceptar bastante bien las heterodoxias de su antiguo alumno en El nacimiento
de la tragedia, pero no así las opiniones políticas y culturales de su David Strauss. Ante la
concepción de la historia que Nietzsche desarrolla en Sobre la utilidad y el perjuicio, su
amigo y colega en Basilea, el historiador suizo Jacob Burckhardt no puede responder a las
insistencias de su joven amigo para que le diera su opinión acerca del escrito, sino con
amables evasivas, dice ya estar demasiado viejo para pensamientos tan aventurados
[Ibid]. En la segunda y tercera parte de este ensayo volveremos sobre este punto.
34 Friedrich Nietzsche, por qué soy tan inteligente. En: Ecce homo, op., cit., 9, pp. 58-59.
35 Cf. Curt Paul Janz, Fredrich 1 y 2, op., cit.
36 Marco Terencio Varrón, La lengua latina, libros V-VI, Gredos, Madrid, 1998. pp. 34-35.
El autor cita a Deschamps, 1987, pp. 189-192.
37 Ibid., p. 155.
38 Más o menos decía Lukács en Historia y conciencia de clases que lo práctico aparece
en lo teórico desde la relación que esto mantiene con su objeto, cf., además del texto
clásico del filósofo húngaro, la Introducción de Manuel Ballesteros a Marx, ontología del
ser social, ediciones Akal, Madrid, 2007.
39 Para entender el sentido de fuerza vinculante véase Martin Heidegger, La frese de
Nietzsche “Dios ha muerto”. En: Caminos del bosque, op., cit.
40 En la Primera parte de En el mundo interior del capital, Sloterdijk nos cuenta cómo es
que la modernidad contemporánea ha renunciado a narrarse a sí misma como un gran
relato, por tanto, en la conciencia histórica moderna parece haber espacio sólo para lo
pequeño, esta conciencia pretexta, empero, madurez y sobriedad como justificación, esta
es una de las consecuencias que se pueden segur de su razón cínica [Peter Sloterdijk, En
el mundo interior del capital, ediciones Siruela, Madrid, 2007].
41 Adelantando algo a este respecto podemos dirigirnos a la interpretación que Gianni
Vattimo realiza a propósito del Eterno retorno en Diálogo con Nietzsche, ediciones Paidós,
Barcelona, 2002.
42 Esta es una de las consecuencias que se pueden seguir de la ontología espacial de
Peter Sloterdijk, sobre todo en su relación crítica con la ontología de la temporalidad de
Martin Heidegger.
Revista Observaciones Filosóficas - Nº 10 / 2010